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Historia del Arte y del Diseño.

Final.
Alumna: Ana Berdejo.
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1. Explicar las variables que determinan el lenguaje visual cretense.


Relacionar las leyes del racionalismo técnico cretense con el egipcio.
En el arte cretense, son características principales las líneas curvas, el dinamismo, la
pérdida del hieratismo y un acercamiento a la naturaleza
Destacando el aspecto geográfico influyente: los cretenses vivían en una zona con
mar, aspecto que se refleja claramente en sus obras, en las que podemos ver la
utilización de la línea curva. Esa línea curva que representa a las olas, a su
movimiento, se veía también en sus obras a sus obras, en los frisos, en el diseño de
las cerámicas. El mar también influyo en cuestión de temática y color, permitió que en
las obras aparezcan animales marinos, como delfines o pulpos, colores fuertes, azules
y también objetos que provienen de él, como el constante uso de perlas usadas por
una aristocracia muy rica, la única clase que se veía representada en el arte.
La isla evidentemente no pudo abastecer por su cuenta a sus ciudadanos, se vieron
obligados a negociar, adentrándose en el mar comenzaron a negociar. Esto les
permitió el contacto con otras culturas, lo cual colaboro con aquel dinamismo
característico del arte cretense al hacerlos tener contacto con una gran diversidad.
La población cretense vivía en una talasocracia: una forma de vida, de gobierno,
basada en la riqueza del más, en la posibilidad de comercio que ofrece.
Entonces, estamos hablando del comercio como actividad que genero grandez
riquezas, de una aristocracia muy rica, y esto es otro de los aspectos que se ven en
sus obras.
Se refleja en las obras claramente: una aristocracia rica, por los lujos que se puede ver
que cargaban los personajes, que gozaba de la vida, de actividades divertidas y de
entretenimiento, como el boxeo o la tauromaquia, y que tenía un fuerte contacto con la
naturaleza.
La línea curva que utilizaban sumada a esta constante presencia de la naturaleza
generaba en sus obras un fuerte dinamismo, lo cual era además reflejo de una
sociedad muy dinámica. Pero a pesar de esto seguían basándose en una técnica
racionalista.
En este caso este era un arte que ya había perdido el hieratismo, donde no figura
ninguna clase de símbolo religioso, más allá de que si había cierta adoración a dioses
y una religión importante, ya no existe esa presión en el armado de las narraciones.
Ahora son narraciones que relatan la vida, única y exclusivamente, de la aristocracia,
sus actividades, sus costumbres, sus lujos, que reflejan aquella vida gozosa de la que
esta clase disfrutaba. Este es otro aspecto a destacar y aclarar, el hecho de que en el
arte cretense solo se retrataba a la aristocracia, cualquier otra clase es invisible a la
hora de hacer arte, y está a la vez estaba presente en todas las decoraciones.
Como menciono mas arriba los cretenses seguían basándose en una técnica
racionalista, utilizando normas que también se utilizaban en Egipto. Sigue presente la
frontalidad, por la cual el torso siempre mira al espectador. La técnica completiva, en la
cual la imagen no es el reflejo de lo que se ve sino el resultado de una suma de
conceptos. Por ejemplo, el concepto que tenemos del ojo, cuando pensamos en un
ojo, pensamos en un ojo de frente, al igual que cuando pensamos en un pie es más
probable que estemos imaginándolo de costado. se constituye una idea general por
vía mental, uniendo distintos conceptos que en la realidad no se ven así. También
seguimos viendo esquematización en ciertas partes del dibujo y la estilización de
aquellos personajes pertenecientes a las clases altas, que ya no se relacionan a un
sistema hierático como en Egipto, si no que se trata de la aristocracia que es además
la única clase que se ve representada en las obras, cualquier otra clase no apareciera.

2. Fundamentar las variables que determinan el arte clásico griego y sus


características en la escultura.

El inicio del periodo Clásico, es marcado por Mirón, con su Discóbolo. La característica
clave del clasicismo es que ya hay en la escultura una fidelidad a la naturaleza, con un
estudio anatómico correspondiente. Pero a pesar de que este cuerpo es fiel
anatómicamente hablando a lo que sería un cuerpo real, sigue respondiendo a un
ideal. Las esculturas siguen representando a atletas, cuerpos perfectos y con una,
digamos, corrección de la naturaleza a partir de cálculos matemáticos, para seguir
logrando esa idea de perfección, para seguir respondiendo a aquel ideal de belleza.
Por ejemplo, el numero áureo.
En Mirón vemos la representación del movimiento, del esfuerzo súbito, de la postura
cargada de dinamismo. Busca retener la fugitividad del movimiento, la impresión del
momento que pasa. Por primera vez aquí desde el paleolítico se vuelve a comprender
el valor del momento pregnante.
El estilo clásico se basa en un naturalismo idealizado; es un idealismo que representa
un mundo perfecto y normativo. Conviven una tendencia dinámica y progresista con
aquellas fuerzas conservadoras.
Otro aspecto relevante que vemos en el Discóbolo y en todas las esculturas de este
periodo, es que a pesar de que se hubiera representado un momento de mucho
esfuerzo físico, el rostro siempre permanecía impasible, pretendiendo reflejar un
equilibrio interno, como que aquel personaje que se representaba estuviera mucho
más allá de ese esfuerzo humana. Eran representados como semidioses. Este
equilibrio interno es parte de ese ideal de perfección, una perfección no solo física sino
también espiritual.
La intención de las esculturas era educativa: mostrar este ideal como aquello a lo que
el ciudadano de la polis debe llegar.
En este periodo destaca Policleto. En sus obras vemos la posición de contraposto, en
la cual se ve este equilibrio tan característico del periodo en esta cuestión de un lado
tensionado y otro distencionado en descanso, la expresión sigue siendo impasible y
podemos ver la utilización del número áureo y la regla de las 7 cabezas.
Estas esculturas, en comparación a las del periodo anterior, pierden la frontalidad e
invitan a ser vistas desde varios puntos de vista. Esto podría estar relacionado con la
forma de gobierno; en el periodo anterior la tiranía ve las cosas de una única manera,
en cambio ahora en democracia (relativa) las cosas se ven desde varios puntos, y esto
estaría reflejado en la escultura.
La Grecia clásica es una Grecia democrática, con una fuerte tensión en sus formas
sociales y políticas por ser una democracia individualista y antiindividualista a la vez. A
esta tensión corresponde el antagonismo que se observa en el arte de una tendencia
al naturalismo y a la vez un afán de medida y orden, sumado además esta cuestión
dinámica observable. Atenas era gobernada en nombre de los ciudadanos, pero por el
espíritu de la nobleza, es recién en el último cuarto de siglo cuando logran intervenir
los miembros de la clase media en los asuntos públicos. Una democracia política pero
no económica. Aparece una aristocracia del dinero en que el estado nobiliario
organizado según el criterio de las estirpes es sustituido por un estado plutocrático
fundamentado sobre las rentas.
Las tendencias conservadoras retardan los progresos del naturalismo, pero no los
detienen.
Se designa al estilo clásico como un idealismo y al arte clásico como la representación
de un mundo mejor y normativo, de una humanidad superior y perfecta, es una
manifestación característica del modo de pensar aristocrático que prevalece en esta
época. La aristocracia prefiere o elige temas del mundo mítico de los dioses y los
héroes; los temas del presente y de la vida cotidiana le parecen vulgares e
insignificantes.

3. Definir el neoclasicismo y el romanticismo. Confrontar intenciones y


lenguajes a partir de ejemplos de diversos artistas.

El neoclasicismo se presenta como un discurso mimético muy idealizado ligado a los


relatos de poder, a los relatos literarios. Los artistas se basan en la idea aristotélica de
la mimesis y toman como temas de representación únicamente los grandes temas,
presentándolos siempre de una manera heroica, con poco drama, evitando el
desborde de emociones sin importar que el tema que se estuviera tratando fuera en la
realidad doloroso como podría serlo la muerte o la guerra.
Es un movimiento, podría decirse, adoctrinador que recupera los valores estéticos de
la cultura grecorromana, los ideales de equilibrio racional, armonía y belleza. En la
figura se evidencia un total dominio de todo lo que es la anatomía y una verdadera
intención del artista de que sus obras se vieran reales, por lo que utiliza el claroscuro
para lograr volúmenes reales, poniendo el color al servicio de la forma, y, también por
la intención de dar la ilusión de máxima realidad, ocultaba todo tipo de trazo y
pincelada.
Por su parte los espacios se organizan mediante ejes, horizontales y verticales,
consiguiendo de este modo composiciones equilibradas, tranquilas, que acompañan
esa intención de evitar el desborde de emociones y el drama.
En la obra de la muerte de Sócrates de Jacques Louis David podemos observar todas
las características antes mencionadas.
El tema es uno de los grandes temas, un tema literario, la muerte de Sócrates; esta
muerte que se presenta de forma heroica, con personajes que gozan de la belleza
externa y el equilibrio interno tan característicos de lo grecorromano, por supuesto
todo muy idealizado, donde se ve claramente ese dominio de la anatomía. Un tipo de
representación que resulta adoctrinador por que presenta esto de que Sócrates
prefiere morir en su patria antes que ser exiliado, y lo presenta de un modo heroico,
como que morir por la patria es heroico.
Los cuerpos parecen reales, tienen un volumen real que se otorga mediante el uso del
claroscuro, el cual además de servir para dar volumen a los cuerpos se utiliza también
para dar profundidad al espacio; espacio que se presenta equilibrado mediante el uso
de ejes ortogonales lo cual da esa tranquilidad tan característica de las obras
neoclásicas. En este movimiento y en esta obra se parecía una gran destreza en todo
lo que implica la composición.

El romanticismo es un movimiento que nace como respuesta revolucionaria al rígido


neoclasicismo y a la ilustración. Es consecuencia de un cambio social que forma
personas críticas, críticas al estado, al absolutismo francés, al sistema, con valores
propios a un estado moderno; personas que gozan de un criterio racional por el que
van a estar en contra de la heroica representación neoclásica, artistas que van a
enfrentar a la academia.
El romántico, con sufrimiento o alegría, va al fondo de las cosas, representando, por
ejemplo, el dolor de la guerra, no solo la guerra en sí, o sea lo que se ve, sino todo lo
que hay detrás de eso, el sentimiento. Se tratan cuestiones que, muchas veces por su
nivel de abstracción, son en realidad muy complejas de representar como para valerse
solo de lo literal, por lo que se recurre a lo mítico, lo fantástico, lo simbólico. Se deja de
lado la mimesis para darle lugar a lo metafórico, apareciendo la destreza de saber
comunicar mediante metáforas y reivindicando el mito como camino al conocimiento
opuesto a la razón. Ahora el artista lo que pretende es mostrar la realidad de un modo
subjetivo y con una mirada crítica, poniéndose del lado del sujeto común,
representando lo simbólico.
El romanticismo rompe con las temáticos, permitiendo la entrada de temas y gente
común a las obras; poniendo el color y el trazo al servicio de la expresión, de la
intensidad, del drama, de lo subjetivo; en un espacio que ya no tiene el equilibrio y
estatismo del neoclásico, sino que pierde la lógica de la perspectiva de punto central,
donde ya no hay solo ejes horizontales y verticales, ofreciendo así composiciones más
dinámicas.

En esta obra “El Coloso” de Goya vemos todo lo que es el romanticismo, la metáfora,
el mensaje, lo simbólico; es la transmisión de un mensaje mediante el uso de
metáforas. Este gigante que se levanta del campo de batalla representa a un hombre
que, con España abatida, es fuerte y se levanta a seguir luchando. Una escena de
mucha intensidad, como los son todas las pertenecientes al romanticismo, donde el
color se pone al servicio de esa intensidad, de ese dramatismo. Un tema que ya no
pertenece a los grandes temas y una forma de representarlo que no pretende
adoctrinar, sino más bien criticar, donde aparece una mirada subjetiva del artista. Todo
esto presentado en un espacio que ya no se ve estructura mediante ejes ortogonales
sino más bien con una especie de zigzag que nos hace subir hasta este gigante, y que
genera una composición más dinámica.
El neoclásico es adoctrinador, es estático. Implica una mimesis idealizada, al servicio
de la cual pone el color y el trazo, guiada por los valores grecorromanos de belleza y
equilibrio; valores por los que se va a guiar no solo el modo de representar a los
personajes sino también los espacios, que pretenden verse siempre equilibrados,
mediante la combinación de ejes horizontales y verticales, donde los personajes van a
verse justamente según esos ideales, bellos por fuera y apacibles por dentro. Un
movimiento en el que solo se van a representar grandes temas y siempre de modo
heroico, dejando fuera el drama y las emociones.
Frente a esto el romanticismo se presenta como todo lo contrario. Como un
movimiento de personas críticas, que critican justamente todo lo que es el
neoclasicismo, y la academia que surgió de este. Un movimiento que rompe con todo,
que se despega de los grandes temas y comienza a presentar temas en lo que se
implica el hombre común, temas que son representados de un modo subjetivo, y
desbordando de emociones y drama, a favor de los cuales se pone el color y el trazo y
donde ya no importa ser fiel a la realidad porque ahora lo

4. Desarrollar un artista a elección. 


Habiendo el realismo logrado imponer lo común como tema, ahora los artistas salen a
la calle, sale afuera al exterior, se encuentra con el paisaje, y se encuentro con la luz,
con la luz y toda la variación de colores con la cual esta luz tiñe todo lo que toca
Con este descubrimiento de la luz y los colores, comienza el impresionismo, es
justamente esta la característica principal del impresionismo, el estudio sistemático de
la luz. El nombre de “impresionismo” surge en realidad de un término despectivo que
utiliza justamente la academia, que está en total oposición a este movimiento, porque
rompe con la mimesis, con las temáticas y con las formas.
La obra que yo elegí principalmente es la de atardecer en Venecia, de Monet, quien se
considera el pionero, creador, de este movimiento; es más, el nombre impresionismo
surge por una crítica que la academia hace a uno de sus cuadros (impresión, sol
naciente), y lo elegí principalmente porque sus obras se presentan como los ejemplos
más puros del impresionismo.
Entonces el impresionismo se va a caracterizar por ese estudio sistemático de la luz,
un estudio que rompe con el claroscuro, esa vieja forma de modelado que se encargó
durante mucho tiempo de construir las figuras. Ahora el pintor impresionista se
encuentra con el modulado, se encuentra con las variaciones de todas las armonías
de colores complementarios, que bueno el modulado es justamente la construcción de
las formas mediante el uso de esas armonías, armonías que se componen siempre de
un color cálido y un color frio, donde lo cálido funciona como luz y se adelanta,
mientras que los fríos se utilizan para las sombras, se retraen. Esto permite generar
espacialidad por lo que se pierde también lo que es la perspectiva de punto central,
ahora eso se puede generar solo con la correcta utilización del color
En la obra del atardecer de Venecia los complementarios que se presentan con el
naranja y el azul, lo naranja adelantándose como aquella luz que emana del sol, y lo
azul se retrae y se aleja como el cielo al que esa luz no llega a tocar.
El tema es un simple atardecer en Venecia, donde vemos la catedral, pero con una
forma que carece de gran definición, ya que tanto esta, al igual que el tema, son
irrelevantes, el interés del artista se centra en la luz y el color.
Por ser un tipo de obra que lo que pretende es captar la luz y los colores de un
momento determinado, debían pintarse rápido, porque de un momento a otro estos
cambian, entonces vemos trazos pocos definidos, pinceladas rápidas, ya no importa
disimularlas como en el neoclasicismo por ejemplo, porque ya no importa que la figura
se vea real, todo lo que importa es el color y la luz, y es este tipo de pincelada la que
hace también que la figurase vea poco definida.
Monet fue un artista que tenía una verdadera obsesión por plasmar en sus cuadros
todas las facetas de los paisajes y lugares que le atraían. Ahí aparecen sus series
sobre los acantilados de Étretat o el parlamento de Londres; donde presenta el mismo
encuadre repetidas veces, pero cada vez lo pinta en un horario diferente del día, y al
ver las obras se ve claramente como cambian los colores consecuencia de un cambio
de luz que corresponde a su vez a un cambio de hora.

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