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Las Nuevas Aventuras de La Dialéctica Guattari, Virno y Žižek
Las Nuevas Aventuras de La Dialéctica Guattari, Virno y Žižek
Žižek
Dr. Eduardo Pellejero - Universidade Nova de Lisboa
Resumen
En 1955 Merleau-Ponty procedía a una reevaluación de las apuestas marxistas de su
época. Problematización de las ideas de progreso y de sentido que oscilaba entre el
rechazo de la revolución como hecho histórico, la defensa tímida de sus valores y la
redefinición de las instituciones de izquierda.
Más de 40 años después, autores tan diversos como John Holloway, Félix Guattari, Paolo
Virno, Daniel Bensaïd y Slavoj Žižek, vuelven a jugar ese juego, donde la herencia del
marxismo occidental es dividida entre pretendientes a una revolución que es pensada
alternativamente como acontecimiento, movimiento e institución.
Repitiendo el gesto de Merleau-Ponty, y a partir de estas perspectivas (no necesariamente
conmensurables), lo que buscamos son elementos para la redefinición de un pensamiento
militante, capaz de acoger la imponderabilidad de nuevos saberes, de nuevas técnicas, de
nuevos datos políticos.
Abstract
In 1955 Merleau-Ponty made a reevaluation of the Marxist stakes of his time.
Problematization of the ideas of progress and meaning that was in-between the refusal of
the revolution as historical fact, the shy defense of its values and the redefinition of left-
wing institutions.
More than 40 years after, philosophers as diverse as John Holloway, Félix Guattari, Paolo
Virno, Daniel Bensaïd and Slavoj Žižek, play that very game once again, dealing with the
legacy of revolution, and thinking it as event, movement and institution.
Repeating the gesture of Merleau-Ponty, and from those open perspectives, we try to find
elements for the redefinition of a militant thought able to embody the imponderability of new
knowledge, new techniques, new political data.
Palabras clave
Dialéctica, Movimiento, Institución, Merleau-Ponty, Holloway, Guattari, Virno, Žižek.
Keywords
Dialectic, Movement, Institution, Merleau-Ponty, Holloway, Guattari, Virno, Žižek.
Eduardo Pellejero
Doctor en Filosofía Contemporánea por la Universidad de Lisboa con una tesis sobre el
pensamiento de Gilles Deleuze, actualmente desenvuelve una investigación sobre la
efectividad de la ficción en la cultura en la Universidad Nueva de Lisboa bajo el auspicio de
la Fundación para la Ciencia y la Tecnología de Portugal. Ha publicado: Deleuze y la
redefinición de la filosofía (Jitanjáfora, 2007) y, en colaboración con Golgona Anghel,
«Fora» da filosofia: As formas dum conceito em Sartre, Blanchot, Foucault e Deleuze
(CFCUL, 2008).
2 Cf. Merleau-Ponty, Les aventures de la dialéctique, Paris, Gallimard, 1955; pp. 58-59.
3 Ibid., p. 285.
5 Cf. Ibid., p. 295, 121-124, 295, 313, 223, y 128-129. Cf. Merleau-Ponty, Signes, Paris,
Gallimard, 1960; pp. 323-324 y 337-338. Cf. Maria Teresa Castanheira, «Fenomenología e
compromiso: El debate entre Merleau-Ponty y Sartre», en Phainomenon, nº4, Lisboa,
Colibri, 2002, pp. 37-50.
6 Cf. Carbone, «Introduzione», in Le avventure della dialettica, Milan, Mimesis, 2009: “Le
parole pronunciate dai filosofi del Partito contro Le avventure della dialettica – il suo
secondo libro “politico”, di nuovo dedicato al problema comunista – furono poi raccolte in
un volume dal titolo significativamente sprezzante: Mésaventures de l’anti-marxisme: les
malheurs de M. Merleau-Ponty, appunto”. Esta mudanza en la evaluación de la crítica
merleau-pontiana del marxismo encuentra una manifestación singular (inesperada) en la
persona de Michel Foucault, que en 1986 hablaba de Les aventures de la dialectique como
del “más grande libro de ciencias humanas que jamás había leído” (Entrevista con Gérard
Lebrun, 2 de julio de 1986. Gérard Lebrun agrega que los trabajos ulteriores de Foucault, y
especialmente Les mots et les choses (en 1966), serán muy polémicos respecto de
Merleau–Ponty, pero que Foucault siempre tuvo cierta admiración por su obra, mientras
que nunca había admirado a Sartre.). Pero la actualidad de Les aventures de la dialectique
no se reduce a las declaraciones intempestivas.
7 En este sentido, recuerdo un encuentro con Toni Negri, en el que este confesara a
Davide Scarso que, más allá de la parafernalia conceptual deleuziana y foucaultiana, su
referencia teórica fundamental seguía siendo la de Merleau-Ponty.
8 Retrocediendo aún más, Raya Dunayevskaya recuerda que incluso el propio Marx
planteaba ya como eje fundamental de su concepción la creación cotidiana de nuevas
formas de lucha y nuevas relaciones humanas entre los trabajadores y con los lugares de
producción «para tomar por asalto el cielo» Cf. Raya Dunayevskaya, Filosofía y revolución.
De Hegel a Sartre y de Marx a Mao, edición de José Aricó, Buenos Aires, Siglo XXI
Editores, 2004; p. 208.
9 Cf. Holloway, Change the World without Taking Power. The Meaning of Revolution
Today, Pluto Press, 2002; Cap. 2, § 2: “First we win power and then we shall create a
society worthy of humanity. This is the powerfully realistic argument of Lenin, especially in
What is to be Done?, but it is a logic shared by all the major revolutionary leaders of the
twentieth century: Rosa Luxemburg, Trotsky, Gramsci, Mao, Che”. Tal vez una relectura
más atenta de La revolución y el estado, en todo caso, pudiese abrir una línea de mayor
continuidad con las tesis de Holloway.
10 Cf. Holloway, «Doce tesis sobre el antipoder», Tesis 2: “Un mundo digno no se puede
crear por medio del Estado. (...) Ni los gobiernos reformistas ni los gobiernos
revolucionarios lograron cambiar el mundo de forma radical. (...) Ahora podemos ver que la
idea de que el mundo se podría cambiar por medio del estado era una ilusión. Tenemos la
buena suerte de estar viviendo el fin de esa ilusión”. Cf. Holloway, Change the World
without Taking Power, Cap. 2, § 2: “The mistake of Marxist revolutionary movements has
been, not to deny the capitalist nature of the state, but to underestimate the degree of
integration of the state into the network of capitalist social relations”.
12 Cf. Holloway, «Doce tesis sobre el antipoder», Tesis 1: “El punto de partida es la
negatividad (...) El pensar, para decir la verdad del grito, tiene que ser negativo. No
queremos entender al mundo sin negarlo. La meta de la teoría es conceptualizar al mundo
negativamente, no como algo separado de la práctica, sino como un momento de la
práctica, como parte de la lucha para cambiar el mundo, para hacer de él un lugar digno de
la humanidad”.
13 Cf. Holloway, «Historia y Marxismo Abierto», in Nueva Epoca, año 18, nº 27,
Universidade de Puebla, Puebla, primavera de 1995, pp. 94-107: “Es, por consiguiente,
más importante que nunca destacar la naturaleza del marxismo como teoría de la lucha.
Hablar de marxismo como una teoría de la lucha es pensar las categorías marxistas como
categorías abiertas, categorías que conceptúan la apertura de la sociedad”.
14 Holloway, Change the World without Taking Power, Cap. 9, § 3; cf. Cap. 9, § 2: “any
form of non-subordination, any process of saying 'we are more than the objectified
machines that capital requires', leaves a residue. (...) This substratum of negativity is the
stuff that social volcanoes are made of. This layer of inarticulate non-subordination, without
face, without voice, so often despised by the 'Left', is the materiality of anti-power, the basis
of hope”.
15 Cf. Ibid., Cap. 11, § 4 y Cap 5, § 6: “The struggle against capital is the struggle against
identification. It is not the struggle for an alternative identity”.
16 Ibid., Cap. 11, § 4. Cf. Holloway, «Historia y Marxismo Abierto»: “Esto implica, en primer
lugar, una crítica del "marxismo cerrado", todas aquellas corrientes de la tradición marxista
que ven el desarrollo social como un camino predeterminado, ya sea desde un modo de
producción hacia otro o, en el lenguaje más de moda de la teoría de la regulación, desde
un modo de regulación hacia otro, ya sea que se le vea en los términos tradicionales de la
"necesidad histórica" o en los tonos posmodernos, posestructurales, más influyentes de las
«inescapables líneas de tendencia y dirección establecidas por el mundo real»”.
17 Holloway, Change the World without Taking Power, Cap. 11, § 5. Concedamos, en todo
caso, que Holloway no es completamente consistente en su propuesta, y que si bien su
tendencia a la dialéctica negativa parece excluir toda forma de reorganización de lo social
(negación de la negación), lo cierto es que por veces sobrepasa esa línea en la dirección
de lo que reconocemos claramente como formas de micro-política. Más allá del cambio en
la experiencia de lo social, por ejemplo, en el fragmento citado también se desliza una
propuesta de cambio que ciertamente implica la institución de un orden diferente:
“ocupaciones de edificios que tornan esos edificios en centros sociales, centros para una
especie diferente de acción política”. Nos parece que el Zapatismo, del que Holloway se
reclama constantemente para dar una caución de autoridad a su filosofía, puede leerse
mucho más productivamente en esta línea que en la del grito incondicionado o el
cuestionamiento perpétuo (incluso cuando estos puedan ser el motor ético de esa
actividad micropolítica).
18 Cf. Ibid., Cap. 1, § 1: “Feeling that the world is wrong does not necessarily mean that we
have a picture of a utopia to put in its place”.
19 Cf. Holloway, Change the World without Taking Power, Cap. 6, § 2: “We are the only
creators, the only gods. Guilty gods, negated gods, damaged, schizophrenic gods, but
above all self-changing gods”.
20 Más generalmente, el Capital para Guattari no es otra cosa que Capital de poder, es
decir, un modo de semiotización, de homogeneización y de transmisión de las diferentes
formas de poder (poder sobre los bienes, sobre el trabajo, sobre los subalternos, sobre los
«inferiores», poder sobre los allegados, sobre la familia, etc.). Cf. Guattari, Plan sobre el
planeta. Capitalismo mundial integrado y revoluciones moleculares, edición de Raúl
Sánchez Cedillo, Madrid, Traficantes de sueños, 2004; p. 52.
21 Ibid., p. 70: “Las economías occidentales no podrían funcionar hoy en día sin los
sindicatos, los comités de empresa, las mutualidades, los partidos de izquierda y, quizás
también... los grupúsculos de extrema izquierda. No se puede, pues, esperar gran cosa
por ese lado”
25 Cf. Francisco López Corral, «La noción de consumo en Bataille», in Ideas con Historia,
Bahía Blanca, Universidad Nacional del Sur, 2007.
28 Virno, «Crear una nueva esfera pública, sin Estado. Entrevista a Paolo Virno por Héctor
Pavón», in Revista Ñ, Buenos Aires, 24 de Diciembre de 2004.
29 Ibidem.
31 Virno, «Crear una nueva esfera pública, sin Estado. Entrevista a Paolo Virno por Héctor
Pavón».
33 Sin este desplazamiento, advierte Virno, sin la inscripción del intelecto en la esfera
pública, sin su metástasis en la comunidad política, el intelecto acaba inevitablemente por
contribuir para la “proliferación incontrolada de jerarquías, tan infundadas como
resistentes. La dependencia es personal en un doble sentido: en el trabajo, se depende de
la persona Tal o Cual, y no de reglas emanadas de un poder anónimo y coercitivo; por otro
lado, lo que es sometido es la persona íntegra, su más básica aptitud comunicativa y
cognitiva” (Virno, Gramática de la multitud, trad. castellana de Adriana Gómez, Madrid,
Traficantes de Sueños, 2003; p. 41).
34 Ibid., p. 37: “la expresión «intelecto público» contradice una larga tradición según la cual
el pensamiento sería una actividad apartada y solitaria, que separa a las personas de sus
prójimos, una actividad interior, privada de manifestaciones visibles, extraña al cuidado de
los asuntos comunes”.
35 Ibid., p. 76; cf. p. 81; cf. Virno, «Ante un nuevo siglo XVII».
37 Ibid., p. 71.
38 Cf. Virno, «Crear una nueva esfera pública, sin Estado - Entrevista a Paolo Virno por
Héctor Pavón: “Prescindiría quizá de la palabra revolución porque ese modelo fue el de
tomar el poder y construir un nuevo Estado. Hablaría más bien de éxodo. Pienso que el
modelo del éxodo es un modelo rico. Éxodo significa, más que tomar el poder o someterse
a él, salir. Salir significa construir un contexto distinto, nuevas experiencias de democracia
no representativa, nuevos modos de producción”.
43 Ibidem: “Un modelo, es algo a copiar, un modo de empleo. Una hipótesis, es un guía
para la acción, a partir de las experiencias del pasado, pero abierta y modificable en
función de experiencias nuevas o de circunstancias inéditas. Los revolucionarios corren
por consecuencia el mismo riesgo que los militares sobre quienes se dice que siempre
están atrasados una guerra”.
46 Ibid., pp. 196 y 266. La misma lectura hace de la revolución francesa: “The Jacobins
were at their best not in the theatrics of Terror, but in the Utopian explosions of political
imagination apropos the reorganization of the everyday: everything was there, proposed in
the course of the frantic activity condensed into a couple of years, from the self-
organization of women to communal homes in which the old were to be able to spend their
last years in peace and dignity” (Ibid., p. 175); “recall the immense creativity of the Jacobins
just prior to their fall, the numerous proposals about a new civic religion, about how to
defend the dignity of old people, and so on. (...) At this point, the Cultural Revolution
miserably failed” (Ibid., p. 196).
47 Ibid., p. 339.
50 Ibid., p. 392: “In other words, one should not forget that, in politics, «major
repercussions» do not come by themselves: true, one has to lay the groundwork for them
by means of patient work, but one should also know to seize the moment when it arrives.
The «specifically communist form of patience» is not just patient waiting for the moment
when radical change will explode in a manner reminiscent of what systems theory calls an
«emergent property»; it is also the patience of losing the battles in order to win the final
fight (...) from the perspective of non-evental time of historical evolution, there is never a
«right moment» for the revolutionary event, the situation is never «mature enough» for a
revolutionary act — the act is always, by definition, «premature». (...) These past defeats
accumulate the Utopian energy which will explode in the final battle: «maturation» is not
waiting for «objective» circumstances to reach maturity, but the accumulation of defeats”.
51 Se trata del Frigorífico INCOB (Industria de la Carne Obrera Bahía Blanca). Debo el
conocimiento de este caso a Francisco López Corral, y también a Francisco Cantamutto, y
en general a todos los muchachos del Colectivo Viceversa, con quienes tuvimos la
oportunidad de levantar algunas de estas cuestiones en la Universidad Nacional del Sur en
Junio de 2008.
52 Colectivo Viceversa, «INCOB», Bahía Blanca, 2008: “Esto no quita que dentro de la
nueva lógica no subsistan elementos del antiguo orden, que ofrecen resistencia a la nueva
forma de organización y exigen de soluciones creativas del grupo, a riesgo de sufrir una
reversión más o menos violenta: “la desaparición de la figura del patrón hace posible el
proceso de mutación del diagrama; sin embargo, esto puede suscitar tanto el
desentendimiento ante la situación («hay gente a la que le cuesta entender que ahora
trabaja sin patrón»), como la aparición de nuevas figuras de liderazgo (y de obediencia)
que reproduzcan los antiguos modos instituidos, si no se generan mecanismos de
reversión de esas jerarquías, mecanismos que atenten contra la constitución de nuevas
verticalidades (por ejemplo, entre administrativos y trabajadores materiales o entre los más
experimentados y los más nuevos). «Una fábrica recuperada… no es que ahora no hay
patrón entonces vamos todos de la mano… Tenemos nuestros problemas…». En otras
palabras, la horizontalidad no surge como algo dado por la sustracción de la figura del
patrón, sino que aparece como un problema a ser tenido en cuenta por el colectivo (y esto
ya es mucho)”.
54 Holloway, Change the World without Taking Power, Cap. 2, § 2: “The struggle has an
aim: to conquer political power. The struggle is a means to achieve that aim. Those
elements of struggle which do not contribute to the achievement of that aim are either given
a secondary importance or must be suppressed altogether: a hierarchy of struggles is
established”.
55 Žižek, In defense of lost causes, p. 33: “it all depends on how these fictions relate to the
underlying Real of capitalism—do they just supplement it with the imaginary multitude, as
the postmodern "local narratives" do, or do they disturb its functioning? In other words, the
task is to produce a symbolic fiction (a truth) that intervenes into the Real, that causes a
change within it”.
56 Cf. Colectivo de Investigación Militante Situaciones, «Algo más sobre la Militancia de
Investigación», http://www.nodo50.org/colectivosituaciones/articulos_15.htm