Está en la página 1de 15

Estudios de Filosofía Práctica e Historia de las Ideas / issn en línea 1851–9490 / Vol.

19
Revista en línea del Grupo de Investigación de Filosofía Práctica e Historia de las Ideas / INCIHUSA – CONICET / Mendoza
www.estudiosdefilosofia.com.ar / Mendoza / 2017 / Dosier (1–15)

Sofía Soria
Universidad de Córdoba – CONICET

Crítica, política y pedagogía decolonial.


Una lectura a contrapelo
Critique, Politics, and decolonial pedagogy.
A lecture against the grain

Soy escritor: mi escritura es


al mismo tiempo un vínculo y una barrera.
John Berger.

Recibido: 02/03/2017
Aceptado: 02/09/2017

Resumen
En este artículo muestro cómo el programa de investigación de modernidad/colonialidad tematiza los conceptos
de crítica y política. Luego, puntualizo cómo esos conceptos son trabajados en la propuesta de Catherine Walsh,
donde la interculturalidad demarca el sentido de un pensamiento crítico y de una política dirigida a la transformación
del orden moderno-colonial cuyo método es la pedagogía decolonial. Sobre esta base, señalo algunos problemas
teórico-políticos derivados de su planteo, principalmente dos: por un lado, la relación necesaria que se prefigura
entre condición subalterna y pensamiento crítico; por otro lado, el no reconocimiento de la práctica intelectual
como instancia de producción del sujeto subalterno. Estos nudos problemáticos me permiten mostrar cómo esta
perspectiva reintroduce supuestos de la modernidad eurocéntrica y, al mismo tiempo, proponer una intervención
intelectual que reconozca la heterogeneidad constitutiva de la subjetividad política y la necesidad de una ontología
crítica de nosotros/as mismos/as.
Palabras clave: Crítica; Política; Pedagogía Decolonial; Catherine Walsh.

Abstract
In this article, I expose how the modernity/coloniality research programme thematises the concepts of
critique and politics. Then, I specify how those concepts are crafted in the proposal by Catherine Walsh, where the
interculturality delimits the sense of a critical thinking and of a politics addressed at the transformations of the
modern-colonial order whose method is the decolonial pedagogy. On this ground, I point some theoretical-political
problems derived from its exposition, mainly two: on one side, the necessary relation that is foreshadowed between
subaltern condition and critical thinking; on the other, the non-acknowledgement of the intellectual experience as
an instance of production of the subaltern subject. These problematic nodes allow me to demonstrate how this
perspective reintroduces the modern Eurocentric assumptions and, at the same time, to propose an intellectual
intervention that accepts the constitutive heterogeneity of the political subjectivity and the need of an ontological
critique of ourselves.
Key words: Critique; Politics; Decolonial Pedagogy; Catherine Walsh.
2 Sofía Soria / Crítica, política y pedagogía decolonial. Una lectura a contrapelo
Estudios de Filosofía Práctica e Historia de las Ideas / issn en línea 1851-9490 / Vol. 19
www.estudiosdefilosofia.com.ar / Mendoza / 2017 / Dosier (1–15)

De la teoría crítica al pensamiento zados durante el proceso de colonización en los


decolonial: la alteridad como interrupción siglos XV y XVI? Si bien no siempre tematizadas
de esta manera, estas cuestiones atraviesan mu-
l conocido programa de investiga- chas de las intervenciones decoloniales, donde el
ción de modernidad/colonialidad denominador común es el interés por definir una
(Escobar, A. 2003), adquiere uno manera de leer histórica y políticamente nuestra
de sus rasgos definitorios a partir del término contemporaneidad latinoamericana.
decolonialidad. El campo problemático que Estas preocupaciones, que cada autor/a for-
demarca este concepto es complejo, pero no mulará a su modo y dentro de un campo pro-
por ello imposible de caracterizar mediante el blemático determinado, no dejan de estar dentro
reconocimiento de algunas categorías centra- del horizonte del pensamiento crítico del siglo
les que organizan los distintos argumentos. En XX, a pesar de ciertos rechazos explícitos en ese
este sentido, una de las nociones que sin duda sentido.1 Pero, más allá de esto, lo cierto es que
le otorga especificidad a esta perspectiva es la no deja de estar presente cierta inquietud sobre
decolonialidad del poder, concepto acuñado por los lenguajes con los que leemos y nombramos la
Aníbal Quijano que busca articular una lectura persistente configuración de la desigualdad, tanto
de la modernidad en clave colonial. Esto su- global como regional. Castro-Gómez y Grosfoguel
pone pensar el acontecimiento de la Conquista enuncian este problema con claridad cuando, al
de América durante los siglos XV y XVI como puntualizar las diferencias de esta perspectiva
condición de posibilidad de una nueva forma de con la teoría de la dependencia y los poscolonial
poder, con dos características: la codificación de studies anglosajones2, afirman:
las relaciones sociales en términos de raza y la
subsunción de toda forma de trabajo a la forma- La crítica que proviene de los estudios
capital (Quijano, A. 2000a, 2000b y 2000c). culturales y de los ‘postcolonial studies’
Asumir la centralidad de la colonialidad caracteriza al sistema-mundo moderno/co-
del poder, supone un análisis que incorpora lonial como un sistema de significaciones
la dimensión epistemológica como una de las culturales. Creen que ámbitos semióticos
coordenadas ineludibles en la estructuración del tales como los imaginarios massmediáticos
poder moderno-colonial. En este punto, dos pre- y los ‘discursos sobre el otro’ son un ele-
ocupaciones organizan las intervenciones inte- mento sobredeterminante de las relaciones
lectuales realizadas en el marco del programa de económico-políticas del sistema capitalista,
modernidad/colonialidad: ¿qué relación estable- y que la lucha por la hegemonía social y
cer con teorías críticas europeas y cómo articular política del sistema pasa necesariamente
un pensamiento crítico latinoamericano?, ¿qué por el control de esos códigos semióticos
relación establecer con conocimientos subalterni- […] Por el contrario, la mayoría de los

1 Probablemente muchos/as de quienes se enmarcan en esta perspectiva no admitirían su inscripción en el campo


problemático del pensamiento crítico del siglo XX, sobre todo el surgido en el ámbito europeo. Sin embargo,
considero que el deslinde que se pretende respecto de las teorías críticas europeas no es tan sencillo si tenemos
en cuenta que las preocupaciones giran en torno a la descolonización, la humanización, la transformación de las
estructuras económicas y simbólico-culturales, los procesos de subjetivación. En todo caso, podríamos admitir que
la perspectiva decolonial es el síntoma de la crisis de la teoría crítica tradicional, pero sigue moviéndose dentro
de las fronteras de sus preguntas y problemas.
2 Estas dos perspectivas con las que se plantea una relación de complementariedad y diferencia no son las únicas.
Existen otras que pueden identificarse como parte de la genealogía del programa de investigación de modernidad/
colonialidad, entre ellas: la teología de la liberación; la filosofía de la liberación; los debates sobre modernidad y
posmodernidad en la región latinoamericana; las discusiones sobre hibridez en el campo de la antropología, la
comunicación y lo estudios culturales; el grupo latinoamericano de estudios subalternos radicado en la academia
estadounidense (Escobar, A. 2003, 53). Asimismo, en esta genealogía no pueden olvidarse las elaboraciones clásicas
del colonialismo de Aimé Césaire, Frantz Fanon y Orlando Fals Borda, y la pedagogía del oprimido de Paulo Freire
(Restrepo, E. y Rojas, A. 2010, 41-65).
Sofía Soria / Crítica, política y pedagogía decolonial. Una lectura a contrapelo 3
Estudios de Filosofía Práctica e Historia de las Ideas / issn en línea 1851-9490 / Vol. 19
www.estudiosdefilosofia.com.ar / Mendoza / 2017 / Dosier (1–15)

investigadores del sistema-mundo hacen permitan abandonar los esquemas conceptua-


énfasis en las relaciones económicas a les tradicionales. En este marco, la alteridades
escala mundial como determinantes del planteada como interrupción, como término
sistema-mundo capitalista. Para ellos, los que al cobrar centralidad contribuiría a disolver
imaginarios, los discursos y las epistemes dicotomías como las mencionadas. Es por eso
son ámbitos derivados de los procesos de que, hacia el final del argumento que proponen
acumulación capitalista […] Proporcionar Castro-Gómez y Grosfoguel, la necesidad de
un lenguaje alternativo es uno de los de- un nuevo lenguaje se orienta hacia el “afuera”
safíos teóricos más grandes que tenemos de los paradigmas instituidos y al “diálogo con
ahora. Debemos entender que el capitalis- formas no occidentales de conocimiento”. La
mo no es sólo un sistema económico (pa- noción de afuera cumplirá un lugar importante
radigma de la economía política) y tampo- en este enfoque. No sólo porque intenta ser una
co es sólo un sistema cultural (paradigma respuesta a la pregunta que enunciábamos más
de los estudios culturales/poscoloniales en arriba (¿desde dónde leer nuestra realidad lati-
su vertiente ‘anglo’), sino que es una red noamericana?), sino también porque su propio
global de poder, integrada por procesos carácter topológico parece definirla criticidad de
económicos, políticos y culturales, cuya una estrategia de lectura. Al recuperar un afuera
suma mantiene todo el sistema. Por ello, como noción que expresa formas no-occidentales
necesitamos encontrar nuevos conceptos de conocimiento, el pensamiento decolonial:
y un nuevo lenguaje que dé cuenta de la
complejidad de las jerarquías de género, Es crítico de por sí, pero crítico en un
raza, clase, sexualidad, conocimiento y es- sentido distinto del que le dio Immanuel
piritualidad dentro de los procesos geopo- Kant a la palabra y del que, en esta tradi-
líticos, geoculturales y geoeconómicos del ción, retomó Max Horkheimer a través del
sistema-mundo. Con el objeto de encontrar legado marxista. ‘Decolonial’ es el concepto
un nuevo lenguaje para esta complejidad, que toma el lugar, en otra genealogía de
necesitamos buscar ‘afuera’ de nuestros pa- pensamiento […] del concepto ‘crítico’ en
radigmas, enfoques, disciplinas y campos el pensamiento moderno de disenso en
de conocimientos. Necesitamos entrar en Europa (Mignolo, W. 2007, 26, el resaltado
diálogo con formas no occidentales de co- es mío).
nocimiento que ven el mundo como una
totalidad en la que todo está relacionado Varios/as autores/as que se enmarcan en
con todo, pero también con las nuevas este programa de investigación son explícitos en
teorías de la complejidad (Castro-Gómez, este objetivo de producir una intervención en la
S. y Grosfoguel, R. 2007, 16-17. El resaltado discursividad de las ciencias sociales y humanas
es de los autores). a partir de la recuperación de un “pensamiento
otro”3, que en sus propios términos no es lo mis-
Al plantear la necesidad de nuevos lenguajes mo que “otro pensamiento” como eslabón dentro
y conceptos ante la complejidad del poder, la de la línea evolutiva paradigmática del progreso
discusión pasa por un modo de lectura y por científico-moderno. Desde esta mirada, la noción
una disputa conceptual en torno al concepto de afuera cobra valor porque persigue un doble
de determinación, de allí que Castro-Gómez y deslinde: respecto de los modos hegemónicos
Grosfoguel subrayen los términos “sobredeter- de concebir y legitimar el saber; respecto de la
minante” y “derivado”. Con el objeto de superar estructuración de la temporalidad como evo-
la dicotomía economía-cultura que, según los lución histórica. Desde luego que esta noción
autores, sostienen las perspectivas mencionadas, se resiste a simplismos interpretativos. Lo que
la apuesta consiste en desarrollar lenguajes que parece claro es que esta idea viene a recordarnos

3 En uno de sus trabajos, Catherine Walsh aclara que la noción de “pensamiento otro” proviene de los desarrollos del
pensador árabe-islámico Andel kebir Khatibi y refiere a la dimensión de lo increíble, a aquello que la modernidad
—eurocéntrica, agregaría yo— no pudo, ni todavía puede imaginar (Walsh, C. 2005a, 43).
4 Sofía Soria / Crítica, política y pedagogía decolonial. Una lectura a contrapelo
Estudios de Filosofía Práctica e Historia de las Ideas / issn en línea 1851-9490 / Vol. 19
www.estudiosdefilosofia.com.ar / Mendoza / 2017 / Dosier (1–15)

que la modernidad es también colonialidad; o riencia colonial, donde se reconocen genealo-


para decirlo en otros términos: la promesa mo- gías de pensamiento que exponen la fractura
derna de superación de la inmadurez cultural y constitutiva de la modernidad, constituye para
el atraso económico dejó afuera un resto que, este enfoque un posicionamiento que se deja
sin embargo, fue desde siempre co-constitutivo interpelar por la desposesión y las tecnologías de
de esa promesa de realización humana. Desde muerte instauradas por la empresa colonial. En
allí, el proyecto decolonial busca resituar esa este sentido, se parte de un lugar específico: la
problemática y trabajarla, tanto epistémica como experiencia de eso “otro” producido por la mo-
políticamente. Es por eso que el afuera puede ser dernidad, experiencia que da lugar a una “actitud
pensado como interrupción, como instancia que decolonial [que] nace cuando el grito de espanto
pretende dislocar las certezas, lo que no es sino ante el horror de la colonialidad se traduce en
una forma de recentrar la problemática de la una postura crítica ante el mundo de la muerte
alteridad como “lo otro” de la modernidad. Este colonial y en una búsqueda por la afirmación de
afuera como alteridad, remite a una pregunta y la vida de aquellos que son más afectados por tal
provoca una aclaración: mundo” (Maldonado-Torres, N. 2008, 66-67).
Al trazar los contornos de un “paradigma
La pregunta de si existe o no una otro”,Walter Mignolo hace referencia a la misma
‘exterioridad’ al sistema mundo moderno idea cuando afirma que su discurso en torno a
colonial es de alguna manera peculiar a un pensamiento crítico, analítico y utopístico
este grupo y fácilmente malentendida. encuentra su fundamento en el “grito del sujeto”
Esta pregunta fue originalmente propues- (Mignolo, W. 2003).En términos generales, su ca-
ta y elaborada por Dussel en su clásico rácter crítico radica en la inscripción de su área
trabajo sobre la filosofía de la liberación problemática en la cuestión de la alteridad, lo
(1976) y retrabajada en los recientes años. que en términos específicos supone al menos
De ninguna manera esa exterioridad debe tres cuestiones. En primer lugar, como dijimos,
ser pensada como puro afuera intocado es un término que busca nombrar un espacio
por lo moderno. La noción de exterioridad común de experiencia porque recupera y conecta
no implica un afuera ontológico, sino que formas de pensamiento crítico surgidas en la
refiere a un afuera que es precisamente experiencia colonial. En segundo lugar, designa
constituido como diferencia por el discurso esas formas de pensamiento como lugares de
hegemónico (Escobar, A. 2003, 63). conflicto con la modernidad, instancias de dis-
rupción que generan epistemologías fronterizas.
Desde esta perspectiva, la noción de afuera En tercer lugar, articula proyectos surgidos de
o exterioridad es una manera de intervenir en esas epistemologías que se dirigen hacia una
ese campo tan heterogéneo como complejo lla- diversalidado pluriversalidad (Mignolo, W. 2003 y
mado crítica de la modernidad. El pensamiento 2007). Este concepto propone un desplazamiento
crítico, cuya especificidad será trabajada desde en la relación entre teoría y política, en la me-
distintos conceptos (“pensamiento decolonial”, dida que propone una perspectiva cuya unidad
“pensamiento fronterizo”, “paradigma otro”, analítica es la colonialidad y cuyo horizonte
“pensamiento otro”), encontrará su fundamento político es la descolonización/decolonialidad. Un
en la experiencia de la colonialidad que, en sus pensamiento crítico, al fin, con fuentes, bases
diversas expresiones espacio-temporales y arti- analíticas y horizontes programáticos que buscan
culaciones identitarias, será el punto de anclaje un desprendimiento epistémico:
de un espacio de desarrollo teórico y práctico.
América Latina es uno de los nombres de la Colonialidad y descolonialidad introdu-
experiencia colonial que servirá para delimitar cen una fractura entre la postmodernidad y
un locus de enunciación latinoamericano que, la postcolonialidad como proyectos a me-
antes que indicar un simple lugar geográfico o dio camino entre el pensamiento postmo-
región que define una mirada, se piensa como derno francés de Michel Foucault, Jacques
perspectiva o espacio epistemológico (Escobar, Lacan y Jacques Derrida, y quienes han
A.2003). Recuperar América Latina como expe- sido reconocidos como la base del canon
Sofía Soria / Crítica, política y pedagogía decolonial. Una lectura a contrapelo 5
Estudios de Filosofía Práctica e Historia de las Ideas / issn en línea 1851-9490 / Vol. 19
www.estudiosdefilosofia.com.ar / Mendoza / 2017 / Dosier (1–15)

postcolonial: Edward Said, GayatriSpivak mejor respuesta política a la diversidad cultural


y HomiBhabha. La descolonialidad —en que define nuestras sociedades. Frente a esto,
cambio— arranca desde otras fuentes […] la interculturalidad es un término que propone
El desprendimiento es urgente y requiere una doble problematización: por un lado, ins-
un vuelco epistémico descolonial (que está cribe el problema de la diversidad o diferencia
en marcha en distintas regiones del plane- cultural en un proceso de subalternización
ta) aportando los conocimientos adquiridos propio de la colonialidad del poder dentro del
por otras epistemologías, otros principios horizonte de la modernidad y el capitalismo; por
de conocer y de entender, y por tanto, otro lado, interpreta al multiculturalismo como
otras economías, otras políticas, otras una nueva forma ideológica de inclusión dentro
éticas[…] La noción de desprendimiento de las estructuras de dominación dadas. Se pre-
guía el vuelco epistémico descolonial ha- figura aquí un primer sentido de pensamiento
cia una universalidad-otra, es decir, hacia crítico cuya tarea es inscribir las nuevas formas
la pluriversalidad como proyecto universal de inclusión multi/intercultural en los procesos
(Mignolo, W. 2010, 14-17, el resaltado es históricos de más larga duración vinculados a la
del autor). colonialidad del poder (Walsh, C.2005a, 2005b,
2006a, 2006b, 2009a). Estas formas de inclusión
Estas ideas, que serán trabajadas con mo- serán interpretadas como parte de una perspec-
dulaciones particulares por varios/as autores/as tiva funcional de la interculturalidad, donde el
del giro decolonial, demarcan una crítica de la reconocimiento de la diversidad y la incorpora-
modernidad que encuentra en otras formas de ción de las diferencias culturales es parte de un
conocimiento el punto de anclaje de maneras proyecto de inclusión que se realiza “al interior
alternativas de concebir y legitimar el saber. En de la estructura de poder establecida [que] no
esas fuentes, en su reconocimiento y recupera- toca las causas de la asimetría y desigualdad
ción, se encuentra el fundamento de un pensa- sociales y culturales” (Walsh, C. 2010, 77-78, el
miento crítico y un desprendimiento epistémico resaltado es mío).
orientados a la transformación social a varios En función de estas consideraciones, lo que
niveles. En este marco, los planteos de Catherine en principio parece definir un pensamiento crí-
Walsh no dejarán de retomar estas preocupacio- tico en clave de interculturalidad es el ejercicio
nes y lo harán desde un concepto que dará la de una mirada que interpreta a las diferencias
impronta a su perspectiva: la interculturalidad. culturales como producto de procesos históricos,
políticos y culturales de clasificación y subor-
Interculturalidad y pensamiento otro: dinación. En este marco, la dimensión episté-
el lugar de la crítica mica será central para pensar los procesos de
subalternización y dará lugar a un interrogante
La trayectoria de Catherine Walsh está directamente vinculado a una perspectiva de
marcada por un sostenido trabajo en torno al interculturalidad crítica, tal como prefiere llamar
concepto de interculturalidad. Pero, tal como Walsh a su propia posición:
lo apunta la propia autora a lo largo de su
extensa producción intelectual, no es sólo una ¿Cuáles son los legados geopolíticos y
preocupación conceptual la que anima sus ela- coloniales en los que se inscribe la produc-
boraciones, sino también un interés por hacer ción académica de conocimiento, y cómo
de esa categoría una analítica y una política. La han funcionado para negar la producción
interculturalidad es en este sentido una apuesta intelectual latinoamericana, en general,
de pensamiento crítico orientado a un despren- y de los pueblos indígenas y afrodescen-
dimiento decolonial. dientes en particular? […] Al establecer la
Como categoría analítica, la interculturalidad raza como algo permanente y fijo y a la
abre un campo de preguntas críticas en torno vez promover una subordinación letrada
a aquello que desde fines del siglo XX parece de los indígenas y afroscomo no racionales
ser uno de los rasgos definitorios de nuestra e incapaces de intervenir en la produc-
contemporaneidad: el multiculturalismo como la ción de conocimiento, la colonialidad del
6 Sofía Soria / Crítica, política y pedagogía decolonial. Una lectura a contrapelo
Estudios de Filosofía Práctica e Historia de las Ideas / issn en línea 1851-9490 / Vol. 19
www.estudiosdefilosofia.com.ar / Mendoza / 2017 / Dosier (1–15)

poder instaló una diferencia que no es ¿qué tipo de operaciones argumentativas hacen
simplemente étnica y racial, sino colonial de la interculturalidad una forma de pensamiento
y epistémica (Walsh, C. 2005a, 41-42). crítico? A lo largo de su producción, Walsh ofrece
elementos que permiten esbozar respuestas a
La geopolítica del conocimiento es una de estas preguntas. En principio, no se puede des-
las piedras de toque de la perspectiva decolo- conocer la fecundidad que supone sostener que
nial, que en este caso toma cuerpo en la noción la interculturalidad es una especie de síntoma
de interculturalidad crítica. En este sentido, de época, es decir, aquello que funciona a modo
delinear una lectura sobre “lo latinoameri- de indicio de un problema social y conceptual.
cano”, “lo indígena” o “lo afrodescendiente” Sin embargo, una cuestión bien distinta son las
supone una práctica que visibiliza cómo en el respuestas que ofrecemos para hacer frente a ese
plano epistémico estas formas de pertenencia síntoma, porque allí se juegan nuestros modos
identitaria devinieron “carentes”, “atrasadas” o de concebir la crítica y sus implicancias en el
“tradicionales” luego de pasar por los ojos de modo de entender la subjetividad. La respuesta
Occidente. Esta idea buscará mostrar el carác- que ofrece Walsh es que el carácter crítico de un
ter co-constitutivo entre centro y periferia, en concepto o una idea depende del lugarde enun-
la medida que un modo de concebir y legiti- ciación, más específicamente, su criticidad está
mar el conocimiento no es céntrico por fuera en relación con lugares subalternizados: “afuera”,
de procesos históricos, instituciones políticas “abajo”, el “sur”.
y representaciones culturales que hicieron de Esta operación, que entiendo como topo-
formas no-occidentales de conocimiento una logización de la crítica, se advierte en muchos
expresión periférica y marginal .La geopolítica argumentos donde, al tiempo que se visibilizan
del conocimiento constituye un intento por procesos y dispositivos que legitimaron un cono-
articular un lenguaje que dé cuenta de la diná- cimiento de carácter universal, se instituye a los
mica del poder en el plano epistémico, lo que “pensamientos otros” como contrapuntos emi-
en el caso de Walsh se traduce en el esfuerzo nentemente críticos. En muchos pasajes Walsh
por hacer de la interculturalidad una categoría sugiere que los lugares desde los cuales emerge
analítica crítica. En este sentido, la intercultu- una enunciación con potencial crítico no están
ralidad estará dirigida a mostrar la constitución vinculados al ámbito estatal o académico (que,
de la subalternidad epistémica en el marco de según su mirada, serían espacios de reproduc-
la modernidad-colonialidad y, como tal, mos- ción de la dominación colonial), sino a instan-
trará también una crisis en el modo en que las cias subjetivas, políticas y organizativas que se
ciencias sociales explicaron tradicionalmente el encuentran “por fuera” o que luchan “desde aba-
conflicto y el cambio social, en tanto: “el con- jo”. Observemos en detalle cómo este argumento
cepto [de interculturalidad] marcó un hito de se articula en relación a diversos temas:
transformación radical muy distinto de lo que
existía anteriormente, es decir que el debate no Esta relación entre interculturalidad y
es simplemente un debate de clase, marxista, los discursos multi o pluriculturalitas no
neo marxista, post marxista, sino que también se limita a la esfera estatal, también se en-
implica cómo entender la realidad desde lo in- cuentra en la academia. [La filosofía inter-
dígena” (Walsh, C. 2009b, 11-12). cultural] en vez de promover un diálogo de
Detenernos en este último señalamiento re- pensamientos diferencialmente localizados
sulta relevante, sobre todo porque nos advierte y basados en un reconocimiento de que
sobre la pretensión de la categoría intercultura- la filosofía claramente ha perpetuado la
lidad: no sólo hacer una crítica a las estructuras diferencia colonial y epistémica, la intercul-
de poder, sino también abrir una disputa en el turalidad entendida y practicada aquí sirve
corazón mismo de las ciencias sociales y sus mo- para promover una inclusión desprovista
dos habituales de explicar la realidad. Lo que no de lugar político. Es decir, da la apariencia
es más que una disputa por el sentido crítico de de inclusión mientras que, en la práctica,
una teoría o un concepto: ¿dónde radica el senti- fomenta la exclusión de pueblos indígenas
do crítico del término interculturalidad?, o mejor: o afros […] como sujetos con una agencia
Sofía Soria / Crítica, política y pedagogía decolonial. Una lectura a contrapelo 7
Estudios de Filosofía Práctica e Historia de las Ideas / issn en línea 1851-9490 / Vol. 19
www.estudiosdefilosofia.com.ar / Mendoza / 2017 / Dosier (1–15)

y una crítica epistémica, política y cultural, se valen de ciertas oposiciones que, antes que
con pensamientos que radicalmente difie- deconstruir la lógica de la modernidad euro-
ren en lógica y fundamentos… (Walsh, C. céntrica, por momentos parecen confirmarla.
2005a, 46). En primer lugar, en la crítica que Walsh hace
a la filosofía intercultural, no sólo no aclara
El concepto de interculturalidad, en- de qué manera ese enfoque “da la apariencia
tonces, es central a la (re)construcción de de inclusión”, sino que reproduce la oposición
un pensamiento crítico-otro —un pen- adentro-afuera que hace de la academia un lugar
samiento crítico de/desde otro modo—, donde las posiciones son tan homogéneas como
precisamente por tres razones principales: alineadas a los intereses dominantes. Y no sólo
primero, porque está concebido y pen- eso: al hacer de ese ámbito un lugar donde se
sado desde la experiencia vivida de la elaboran conceptos desde el mundo de las ideas,
colonialidad […] segundo, porque refleja en contraposición con un sistema conceptual
un pensamiento no basado en los legados “surgido desde los movimientos sociales” y “de
eurocéntricos o de la modernidad, y ter- los hechos”, se plantea una estrategia de lectura
cero, porque tiene su origen en el sur… basada en la oposición entre conceptos y hechos,
(Walsh, C. 2005b, 25). teoría e historia
En segundo lugar, en la apuesta de Walsh
[La interculturalidad] sugiere un pro- resurge un asunto tan discutido como espinoso:
ceso activo y permanente de negociación e el sujeto. Al afirmar la necesidad de una intercul-
interrelación donde lo propio y lo particu- turalidad que promueva la inclusión de sujetos
lar no pierdan su diferencia […] De hecho, “con pensamientos que radicalmente difieren
pensar la interculturalidad desde la parti- en lógica y fundamentos”, donde “lo propio y
cularidad de este lugar político de enun- particular no pierdan su diferencia”, y donde un
ciación —es decir desde un movimiento pensamiento crítico podrá articularse porque
social-político-epistémico— contrasta con “está concebido y pensado desde la experiencia
aquel que encierra el concepto de la mul- vivida de la colonialidad” y “porque tiene su
ticulturalidad, la lógica y la significación de origen en el sur”, emerge una idea de sujeto sub-
aquello que por ser pensado desde ‘arriba’ alterno como privilegio epistémico.4Es decir, se
(y con el afán descriptivo), tiende a soste- establece una relación necesaria entre condición
ner los intereses hegemónicos-dominantes colonial y pensamiento crítico, en la medida que
y mantener los centros de poder (Walsh, el hecho de ocupar el lugar menos favorable en
C. 2008, 141). las relaciones instituidas por el orden colonial
parece garantizar un “pensamiento otro” con
Si pensamos la problemática de la potencial crítico. La cuestión no pasa por negar
interculturalidad de la manera que yo la que de un lugar de subordinación pueda surgir
entiendo, no es tanto un concepto plantea- un pensamiento crítico, sino por cuestionar que
do desde el mundo académico, sino que ha esa idea sea una priori, es decir, que actúe como
surgido desde los movimientos sociales; es punto de partida que nos garantiza un sujeto ya
decir, es una necesidad de ir construyendo constituido y nos otorga la certeza de que allí,
el sistema conceptual a partir de los he- en ese costado reprimido por la modernidad,
chos (Walsh, C. 2009b, 11). hay una sustancia que nos da la clave de un
pensamiento crítico o alternativo.
A mi modo de ver, estas afirmaciones no Este modo de plantear la relación entre
muestran de qué modo la interculturalidad cons- lugar y crítica supone, asimismo, dos aspectos
tituye un pensamiento crítico, en la medida que problemáticos adyacentes: la dicotomización y

4 Al analizar la propuesta de Catherine Walsh, Restrepo y Rojas afirman: “Lo que no es claro, es que dicha experiencia
(vivir en la diferencia colonial) implique per se una posición política o epistémica de privilegio o de mayor alternativi-
dad en relación al proyecto de modernidad, como tampoco que los proyectos alternativos a dicha modernidad sean
necesariamente construidos por fuera de ella” (Restrepo, E. y Rojas, A. 2010, 179, el resaltado es de los autores).
8 Sofía Soria / Crítica, política y pedagogía decolonial. Una lectura a contrapelo
Estudios de Filosofía Práctica e Historia de las Ideas / issn en línea 1851-9490 / Vol. 19
www.estudiosdefilosofia.com.ar / Mendoza / 2017 / Dosier (1–15)

la homogeneización. Al plantear la discusión en Es este supuesto sobre el que debemos tra-


términos de lugares que se corresponderían con bajar si no queremos hacer una simple inversión
la reproducción o cuestionamiento de las estruc- de los términos de la modernidad eurocéntrica, y
turas dadas, se sugiere una explicación dicotó- una de las formas de hacerlo es quizás concebir
mica en la medida que un concepto parece ser un lugar de enunciación no como una certeza,
hegemónico o alternativo según se encuentre sino como espacio conflictivo y heterogéneo,
“adentro” o “afuera”, “arriba” o “abajo”.Al mismo como un campo de fuerzas definido contextual-
tiempo, la dicotomía parece necesitar de una mente. Si no podemos anticipar que de un lugar
homogeneización que no hace sino simplificar surgirá la dirección de determinado pensamiento,
argumentos dirigidos a identificar determinados la apuesta consiste en no presuponer un sujeto
lugares de enunciación con el eurocentrismo, como locus de crítica o resistencia, sino más bien
de allí que Walsh no dude en hablar de “le- trabajar teórica y políticamente en el campo de
gados eurocéntricos o de la modernidad”.En fuerzas donde se constituye un sujeto de resis-
este marco, si lo que importa es desarrollar un tencia, allí donde va tramándose un proceso de
pensamiento que deconstruya los imaginarios subjetivación en el que diversas experiencias de
de la modernidad eurocéntrica, la dicotomía y subordinación van articulándose en prácticas de
la homogeneización como componentes de un resistencia. Asumir que el sujeto de la crítica y la
procedimiento de topologización de la crítica resistencia no está dado, sino que siempre es un
no parecen ser los mejores caminos. Lo que sujeto por venir, implica atravesar las oposiciones
quiero decir es que al adoptar estrategias ar- del adentro-afuera y del arriba-abajo, y en todo
gumentativas como éstas corremos el riesgo de caso movernos en el espacio problemático del
reproducir los órdenes del saber instituidos por adentroafuera, en un umbral que no es pasaje
la modernidad eurocéntrica y caer en un simple pacífico sino un campo de batalla, donde “la
reemplazo de términos, es decir, hacer del sujeto posibilidad de que su cruce nos resulte pro-
subalterno, de “lo propio” y “la exterioridad”, un ductivamente crítico depende de las relaciones
nuevo sujeto trascendental. Y cuando lo hacemos de fuerza —incluso las ‘teóricas’— que seamos
de este modo, lo único que hacemos es trabajar capaces de establecer con el ‘afuera’ (o el afue-
sobre el supuesto de un sujeto deseado. El sujeto radentro)” (Güner, E. 2016, 21, el resaltado es del
deseado es el sujeto que imaginamos como ya autor). Atravesar ese umbral, ese “entre-medio”
constituido, aquel que proyectamos como ins- del que habla Bhabha, nos exige abandonar las
tancia de enunciación de un pensamiento crítico oposiciones tranquilizadoras y cuestionar nues-
por el hecho de experimentar el “lado oscuro de tras expectativas sobre el sujeto, la crítica y la
la modernidad”.5 política de resistencia:

5 Queda claro que reemplazar un término por otro, o un sujeto por otro, no es una estrategia crítica anti o contra-
moderna. En este sentido, vale la pena recuperar la advertencia de Castro-Gómez cuando discute la estrategia
crítica utilizada por ciertas versiones de la filosofía latinoamericana: “A pesar de lo justas que puedan sonar las
reivindicaciones de Dussel a favor de los oprimidos, me parece bastante problemático hablar de algo así como
un ‘poder bueno’ y un ‘poder malo’, el uno proveniente ‘de abajo’, del mundo de los pobres, y el otro proveniente
‘de arriba’, de los intereses egoístas del capitalismo, [porque] el poder, como bien lo ha demostrado Foucault,
no es un atributo que se hallaría vinculado al Estado, a una clase social opresora o a un determinado ‘modo de
producción’, sino una relación de fuerzas que atraviesa tanto a dominantes como dominados” (Castro-Gómez, S.
1996, 40, el resaltado es del autor). Por su parte, el antropólogo Alejandro Grimson, en un contexto de discusión
diferente pero no por ello menos pertinente a lo que discutimos acá, advierte justamente sobre las dicotomías
que llevan por caminos infértiles: “Captar las bases culturales de la hegemonía, reponer su contingencia y su
potencia, analizar los agenciamientos que la desestabilizan y desestructuran, comprender la performatividad de
nuestras propias intervenciones, ampliar la imaginación acerca de nuevos procesos clasificatorios que puedan
apuntalar tendencias emancipatorias, es un desafío y una tarea que requiere resquebrajar el etnocentrismo de una
modernidad imaginada tanto como el de cualquier romanticismo. Escapar de esa dicotomía es condición para
que comprender sujetos de carne y hueso reemplace tantos empeños en inventar sujetos deseados…” (Grimson,
A. 2008, s/n, versión digital).
Sofía Soria / Crítica, política y pedagogía decolonial. Una lectura a contrapelo 9
Estudios de Filosofía Práctica e Historia de las Ideas / issn en línea 1851-9490 / Vol. 19
www.estudiosdefilosofia.com.ar / Mendoza / 2017 / Dosier (1–15)

El idioma de la crítica es efectivo no Partir del problema estructural-colonial-


porque mantenga por siempre separados racial y dirigirse hacia la transformación de
los términos del amo y del esclavo, el las estructuras, instituciones y relaciones
mercantilista y el marxista, sino en la me- sociales y la construcción de condiciones
dida en que supera los campos dados de radicalmente distintas, la interculturalidad
la oposición y abre un espacio de traduc- crítica —como práctica política— dibuja
ción: un lugar de hibridez, figurativamente otro camino muy distinto a lo que traza la
hablando, donde la construcción de un interculturalidad funcional. Pero tal camino
objeto político que es nuevo, ni uno ni no se limita a las esferas políticas, sociales,
otro, aliena nuestras propias expectativas y culturales; también se cruza a las del
políticas, y cambia, como debe hacerlo, las saber y ser. Es decir, se preocupa también
formas mismas de nuestro reconocimiento por/con la exclusión, negación y subalter-
del momento de la política (Bhabha, H. nización ontológica y epistémico-cognitiva
2007, 45, el resaltado es del autor). de los grupos y sujetos racializados; por
las prácticas —de deshumanización y de
Pedagogía decolonial y práctica subordinación de conocimientos— que pri-
intelectual:el momento de la política vilegian algunos sobre otros, ‘naturalizando’
la diferencia y ocultando las desigualdades
Si la interculturalidad crítica, tal como la que se estructuran y se mantienen a su
entiende Catherine Walsh, es un enfoque que interior. Pero y adicionalmente, se preocu-
visibiliza y cuestiona las maneras en que el po- pa con los seres y saberes de resistencia,
der moderno-colonial ha subalternizado diversas insurgencia y oposición, los que persisten
existencias, apuesta al mismo tiempo por una a pesar de la deshumanización y subordi-
política. La autora entiende que la intercultura- nación. Por ende, su proyecto se construye
lidad crítica es enfoque y práctica, en la medida a la mano con la de-colonialidad, como
que realiza una lectura crítica de la estructura- herramienta que ayuda visibilizar estos dis-
ción del poder colonial y busca una transforma- positivos de poder, y como estrategia que
ción “desde y con los de abajo”. En este sentido, intenta construir relaciones —de saber, ser,
la dimensión política de la interculturalidad se poder y de la vida misma— radicalmente
define por su carácter práctico y por su orienta- distintas (Walsh, C. 2009c, 11, el resaltado
ción decolonial: por un lado, se orienta por un es mío).6
objetivo de transformación; por otro lado, busca
desarticular las estructuras de poder colonial en En su dimensión política, la interculturalidad
el plano político, institucional, epistémico, subje- crítica se preocupa porlas condiciones de subal-
tivo (y que en este caso se enunciará de diversas ternización y deshumanización, al tiempo que
maneras: “quitar las cadenas”, “desesclavizar”, trabaja con aquellas existencias que han sufrido
“re-humanizar”). La interculturalidad entendida sus efectos. Como bien señalamos, definiciones
en estos términos supone lectura crítica y trans- como éstas sitúan a la alteridad en el centro de
formación, donde la noción de alteridad está en preocupación y acción, al tiempo que demarcan
el centro de preocupación tanto de la crítica de como política a una perspectiva teórica por su
las estructuras dadas como de su transformación. “compromiso con los otros”.7 Nos encontramos,
De este modo lo expresa Walsh: entonces, con dos aspectos que demarcan una
idea de política: una práctica analítica que en su
cuestionamiento de las condiciones y estructuras

6 Esta cita corresponde a una versión digital del texto, por lo que es posible que no se corresponda con su versión
impresa.
7 En el programa de investigación de modernidad/colonialidad, este compromiso define una posición política que
reconoce —y actúa en— tres espacios o agentes de cambio: los movimientos subalternos, los intelectuales-acti-
vistas que desarrollan su práctica en espacios mixtos (ONG’s, ámbitos estatales, etc.) y la academia en sí misma
(Escobar, A. 2003).
10 Sofía Soria / Crítica, política y pedagogía decolonial. Una lectura a contrapelo
Estudios de Filosofía Práctica e Historia de las Ideas / issn en línea 1851-9490 / Vol. 19
www.estudiosdefilosofia.com.ar / Mendoza / 2017 / Dosier (1–15)

del poder colonial se orienta a la transformación moderno-colonial, y “alentar” nuevas formas de


social, y una práctica que acompaña las estra- acción política (Walsh, C. 2009c, 25-26).En este
tegias de resistencia de diversos movimientos doble camino de “pensar desde” y “pensar con”,
y agentes. Una práctica intelectual, en suma, hay un reconocimiento de genealogías de lucha y
que se piensa y realiza con quienes soportan y resistencia presentes desde los inicios de la colo-
resisten distintas condiciones de subordinación. nización en América Latina. En este sentido, una
En este marco, la dimensión política de la inter- pedagogía definida en estos términos, nombrada
culturalidad incluye una pedagogía decolonial también como el “cómo de lo decolonial”, es re-
entendida como método de análisis, trabajo y conocida como fenómeno de larga duración:
articulación con existencias subalternizadas en
vistas de subvertir condiciones de deshumaniza- El movimiento hacia el cómo se fun-
ción y crear condiciones de humanización. damenta en el reconocimiento que lo de-
En el desarrollo de una pedagogía decolonial colonial ha existido en AbyaYala desde la
como método o estrategia, Walsh relee a Paulo llamada conquista o invasión colonial. Es
Freire y Frantz Fanon, es por eso que en sus un fenómeno, realidad y práctica de larga
reflexiones en torno al tema la cuestión de la duración que siempre ha estado atravesado
deshumanización y la humanización adquieren por lo político, lo epistémico, lo estético, lo
un acento singular. Estas cuestiones servirán para espiritual, lo territorial y los dominios ba-
avanzar en la dimensión subjetiva y existencial sados en la existencia. Interrogar al cómo
del poder colonial porque, como bien lo anticipa también implica preguntar sobre el ‘con
la cita precedente, se trata de desarrollar un en- quién” y ‘desde dónde’, preguntas que po-
foque y una práctica de interculturalidad crítica nen en escena la importancia de la relacio-
que contemple el ámbito del ser: allí donde se nalidad y la relación […] Raramente se ha
juega la posibilidad o imposibilidad de huma- prestado atención a las formas en que lo
nización.8 Sin detenernos en la complejidad del decolonial ha operado —sigue operando—
asunto ni en las diferencias que incluso Walsh dentro y en los márgenes del orden moder-
reconoce entre ambos autores, podemos decir no/colonial. Es decir, a las pedagogías de
que su interés radica en situar en el centro de la resistencia, insurgencia, rebelión, ruptura,
pedagogía decolonial una idea de humanización. transgresión y re-existencia que construyen
Esto es, una pedagogía que parte de y visibiliza y hacen posible este ‘modo otro’ que he-
los dispositivos que hicieron que diversas exis- mos venido señalando; las pedagogías que
tencias no se reconozcan en su posibilidad de atraviesan la memoria colectiva, el cuerpo,
ser humanos y, al mismo tiempo, trabaja por un los sentimientos, formas de conocer y ser
des-aprendizaje que resulte en su descubrimien- (humanas y otras) con/y/en la naturaleza,
to como tales. En este sentido, descolonización y así como los campos socio-económicos, lo
humanización no pueden pensarse por separado espiritual-ancestral, lo erótico, lo visual y
(Walsh, C. 2009c y 2013). sonoro, y la piel… (Walsh, C.2014a, 24-25,
En este camino de descolonización-huma- el resaltado es de la autora).
nización, la pedagogía decolonial supone un
“pensar desde” y un “pensar con”, lo que im- Destacan aquí dos cuestiones como ejes de
plica una articulación teórico-práctica dirigida una pedagogía decolonial, cuya relación Walsh
a “desmantelar” condiciones psíquicas, sociales, presenta adecuadamente pero no desarrolla sufi-
epistémicas y ontológico-existenciales del poder cientemente. Una tiene que ver con el “cómo”, es

8 Walsh reconoce en Freire una contribución ineludible para trabajar el vínculo entre pedagogía y política. Sin embargo,
también toma distancia en algunos aspectos y reformula sus preocupaciones a la luz de los planteos de FrantzFanon
en torno a la dimensión ontológico-existencial de la colonialidad. Es por eso que en relación a la pedagogía deco-
lonial, los conceptos de existencia, des-humanización, humanización y descolonización adquieren más relevancia
(Walsh, C. 2009, 2013, 2014a). Dentro de la perspectiva decolonial, estos conceptos son trabajados desde la noción
de colonialidad del ser (Maldonado-Torres, N. 2007). Por mi parte, he trabajado estos aspectos en una reflexión en
torno a las potencialidades y límites de un humanismo fundado en la noción de damné (Soria, S. 2015).
Sofía Soria / Crítica, política y pedagogía decolonial. Una lectura a contrapelo 11
Estudios de Filosofía Práctica e Historia de las Ideas / issn en línea 1851-9490 / Vol. 19
www.estudiosdefilosofia.com.ar / Mendoza / 2017 / Dosier (1–15)

decir, los modos en que lo decolonial ha existido encrucijadas que nos presentan los distintos
y persistido a través de memorias, cuerpos, for- campos de fuerza en los que nos movemos,
mas de conocer y de ser. La otra tiene que ver que no son otra cosa que contextos en los que
con la pregunta de “con quién” y “desde dónde”, se articulan modos específicos de hacer de una
cuestión que queda bien planteada cuando la experiencia de subordinación una práctica de
autora menciona la importancia de la relacionali- subjetivación y resistencia.
dad. Sin embargo, el vínculo entre el “cómo” y el Según la mirada de Walsh, uno de los es-
“con quién”/“desde dónde” queda esbozado pero pacios donde lo pedagógico y decolonial se
no desarrollado, vinculo que a mi modo de ver articulan es la memoria colectiva de pueblos
anuda muchos de los problemas de la colonia- indígenas y afrodescendientes forjada a través
lidad del saber: nuestra práctica intelectual. No del tiempo por distintas prácticas de insurgen-
es que Walsh desconozca este asunto, de hecho, cia, oposición y cuestionamiento ( Walsh, C.
cuando piensa en pedagogías decoloniales como 2013 y 2014b). De acuerdo a esto, el desafío de
grietas del orden moderno-colonial, formula la una pedagogía decolonial como metodología
pregunta: “¿[c]ómo podemos seguir abriendo y y estrategia es reconocer en esas prácticas un
extendiendo esas grietas, haciendo posible una antecedente y “evidenciar la articulación que ha
praxis pedagógica de acompañamiento y com- venido dándose entre estas estrategias y apuestas
promiso que se esfuerza por moverse dentro y pedagógicas y estrategias y apuestas de desco-
conectar las grietas, empujando/promoviendo lonización” (Walsh, C. 2013, 32, el resaltado es
la posibilidad del surgimiento de pedagogías mío). En este camino, la elección de “con quién
decoloniales?” (Walsh, C. 2014a, 25, el resaltado pensar”, “cuándo” y “por qué” como parte de la
es mío). Aunque no hay respuestas definitivas, tarea intelectual supone una relación singular
pues la propia autora reconoce que se trata de con las memorias colectivas que, en el caso de
un preguntar mientras se camina, hay poco lugar la experiencia de la autora con comunidades
para hacer de las preguntas surgidas de la expe- del afro-pacífico ecuatoriano, motiva la siguiente
riencia una instancia de cuestionamiento sobre reflexión:
lo que implica “abrir”, “extender”, “acompañar”,
“empujar”, “promover”. Recuperar, reconstruir y hacer re-vivir
Si lo que está en juego es un proceso de la memoria colectiva sobre territorio y
des-aprendizaje dirigido a la humanización de derecho ancestral, haciendo de esa recu-
quiénes han experimentado y experimentan peración, reconstrucción y revivencia parte
los peores efectos del poder moderno-colonial, de procesos pedagógicos colectivos, ha
¿cómo no preguntarnos por nuestro lugar, nues- permitido consolidar comprensiones sobre
tros modos de intervención y las violencias la resistencia-existencia ante el largo hori-
reales o potenciales que se juegan allí?, ¿acaso zonte colonial y relacionarlas al momento
no constituye este asunto uno de los nudos actual […] Escribir esta memoria colectiva,
ciegos sobre los que se han tramado muchas de es decir, poner en letraa las memorias y
las ficciones emancipatorias que la perspectiva enseñanzas que vienen de la tradición oral
decolonial cuestiona? A esta altura queda claro para su uso “casa adentro” y también “casa
que no podemos resolver este problema con afuera”, ha sido componente clave en la pe-
la simple declaración de nuestro “compromiso dagogización de lo afro-decolonial (Walsh,
con los otros”, ni mucho menos entender ese C. 2013, 64, el resaltado es mío).
compromiso como dispositivo desinteresado o
desideologizado. Esto no quiere decir renunciar Para hacer frente a estas dos cuestiones ne-
a la vocación política de nuestra práctica intelec- cesitamos considerarlas como aspectos centrales
tual, se trata más bien de asumirla en todos sus de la colonialidad del saber, porque si lo que
riesgos y paradojas, de ser capaces de observar importa es visibilizar y revertir los dispositivos
nuestras certezas sobre lo que es la crítica, la de subalternización epistémica que la empresa
política, el compromiso, y eventualmente trai- colonial trajo consigo y sus implicancias para
cionarlas. Se trata de hacer y, en la medida que un proceso de descolonización, resulta indis-
hacemos, enfrentar teórica y prácticamente las pensable que enfrentemos los mecanismos que
12 Sofía Soria / Crítica, política y pedagogía decolonial. Una lectura a contrapelo
Estudios de Filosofía Práctica e Historia de las Ideas / issn en línea 1851-9490 / Vol. 19
www.estudiosdefilosofia.com.ar / Mendoza / 2017 / Dosier (1–15)

nos auto-legitiman cuando asumimos el papel de analítica y práctica “con los otros” deberá asumir
“no-representante ausente que deja a los oprimi- una indagación seria y lo más precisa posible
dos hablar por sí mismos” (Spivak, G. 2011, 64). de los procesos que nos han constituido como
La cuestión aquí es no perder de vista que un sujetos de lo que hacemos, pensamos y decimos.
eurocentrismo silencioso puede operar cuando, De no tomarnos en serio esta exigencia, nuestra
al situarnos como intelectuales bienintencio- práctica intelectual, como uno de los nudos
nados/as, terminamos por instituirnos como menos problematizados de la colonialidad del
Sujeto a través de la autorización de un Otro. saber, seguirá contentándose con el discurso de
Tal vez no haya una manera definitiva de evitar “compromiso con los otros”. Y ello, bajo el riesgo
este problema, pero sí maneras contextuales de de olvidar la pregunta por las tramas histórico-
articular una crítica de los dispositivos de cons- epistémicas que hacen posible ese compromiso
titución del “otro”, donde la pregunta por nues- como modo específico de vínculo. El riesgo de
tra propia constitución histórica como sujetos, olvidar que ese vínculo nos solicita que hagamos
nuestros modos de problematizar, re-conocer de nuestra práctica un ethos, un modo de mirar
y re-presentar al subalterno, deberá ocupar un nuestro compromiso como posibilidad y traición
lugar central de nuestras preocupaciones. Asumir, al mismo tiempo.
en definitiva, nuestra tarea como una vocación
para el “arte de la representar”, lo que implica Comentarios finales
una tarea de riesgo y vulnerabilidad, imperfecta
(Said, E. 1996). En este texto, mi propósito fue mostrar el
Se trata de ver en qué medida la retórica de modo en que la perspectiva decolonial tematiza
la modernidad y la lógica de la colonialidad en- la crítica y la política, focalizando luego en el
marcan nuestras subjetividades y someter nues- modo en que esas problemáticas adquieren un
tra práctica a una constante autointerrogación sentido específico en la propuesta de Catherine
(Yehia, E. 2007), de indagar el origen contingente Walsh. En términos generales, se puede decir
de los esquemas conceptuales de la modernidad que muchas de las intervenciones intelectuales
eurocéntrica e identificar sus limitaciones en hechas dentro del proyecto de modernidad/
vistas de una crítica-práctica, es decir, hacer de colonialidad, disputan un lenguaje dentro de
ese proceso un ejercicio de transgresión posible las ciencias sociales y humanas: aquel que se
de esas limitaciones (Foucault, M. 1994). Siguien- demarca como crítico. En esta pretensión, la
do esta idea foucaultiana de “ontología crítica colonialidad del poder como unidad analítica
de nosotros-mismos”, diría que una pedagogía da lugar a una discusión que, entre otras co-
decolonial como dimensión práctica —como sas, intenta dar respuesta a la complejidad del
método—que se recorta dentro de un horizonte poder, más allá de los esquemas conceptuales
de descolonización, no puede escapar fácilmente heredados. Desde allí, la noción de alteridad
a la tematización de los procesos históricos que funciona como interrupción, como término que
nos han constituido como sujetos, asunto que expresa el afuera de la modernidad y sintetiza
engloba la relación Sujeto-Otro como una de las la pretensión de recuperar modos de existencia
coordenadas estructurantes de la modernidad subalternizados que funcionen como marcos de
eurocéntrica. Si, tal como propone Walsh, una referencia de un pensamiento crítico.
pedagogía decolonial se inscribe en una propues- En este contexto, demarcar un nuevo len-
ta de interculturalidad que visibiliza condiciones guaje constituye una disputa teórica y política,
de subordinación propias del orden colonial y en la medida que nuevas nociones y estrategias
busca la transformación de sus estructuras, como argumentativas dan lugar a un pensamiento

9 En ¿Puede hablar el subalterno?, Spivak expone argumentos críticos en torno al conocido texto donde Foucault
y Deleuze dialogan sobre el papel de los intelectuales en relación a los “oprimidos” (Foucault, M. y Deleuze, G.
1992). Si bien son varios los aspectos que esta cuestión pone en el centro de la escena, y que la intelectual india
no duda en deconstruir, podríamos decir que muchos de ellos se sintetizan en el siguiente problema: la ficción
del intelectual como desinteresado que conduce a la reconfirmación de una teoría del sujeto que sitúa una vez
más a Occidente como Sujeto.
Sofía Soria / Crítica, política y pedagogía decolonial. Una lectura a contrapelo 13
Estudios de Filosofía Práctica e Historia de las Ideas / issn en línea 1851-9490 / Vol. 19
www.estudiosdefilosofia.com.ar / Mendoza / 2017 / Dosier (1–15)

con vocación crítica, cuya dimensión política se lugar, diría que el único lugar donde es posible
caracteriza por la búsqueda de transformación la articulación de un pensamiento crítico es un
de las estructuras del poder moderno-colonial. espacio heterogéneo, un campo de fuerzas don-
Los conceptos que dan consistencia a este es- de diversas experiencias de subordinación van
fuerzo son diversos, pero algunos han logrado trazando de manera muchas veces contradictoria
mayor centralidad, entre ellos: “paradigma otro”, un discurso crítico y una práctica de resistencia.
“pensamiento otro”, “pensamiento fronterizo”. Un espacio, al fin, donde no está garantizado un
La propuesta de Catherine Walsh se inscribe en sujeto sino un proceso de subjetivación.
esta problemática y recupera los debates que En el plano político, la interculturalidad se
suponen estos conceptos, haciendo del término define por su carácter práctico, en el sentido de
interculturalidad el eje estructurador de gran que busca la transformación de las estructuras
parte de su trabajo. Esta idea, que tematiza surgidas con el orden colonial y se orienta a una
centralmente la dimensión epistémica del poder descolonización como proceso de humanización.
moderno-colonial, se orienta por dos intereses: En este marco, una pedagogía decolonial se
un interés analítico y un interés práctico. En entiende como método, como estrategia que se
este sentido, la interculturalidad busca instituirse preocupa por las existencias subalternizadas y ar-
como herramienta analítico-crítica de formas de ticula con ellas alternativas al poder moderno-co-
subalternización que persisten aun en tiempos lonial. En esta pretensión, que demarca a su vez
de retóricas de convivencia multi/intercultural, al el carácter político de una perspectiva decolonial
tiempo que se proyecta como instancia decisiva a partir del “compromiso con los otros”, emerge
de transformación mediante una práctica peda- una cuestión que a mi modo de ver constituye
gógica “por y con los otros”. uno de los nudos ciegos de la colonialidad del
En el plano analítico, la interculturalidad se saber: la práctica intelectual. Pues, es este asunto
plantea como instancia clave de un pensamiento el que enlaza el “cómo” y el “con quién”/“desde
crítico. Al constituirse como término que emerge dónde” de lo decolonial, en la medida que es la
como síntoma de existencias que la modernidad práctica intelectual la que “reconstruye”, hace “re-
no pudo acallar y de una crisis de las ciencias vivir”, “escribe” y “pone letra” a modos de pensar
sociales y humanas, la interculturalidad da lugar y de ser que persisten desde la instauración del
a un “pensamiento crítico-otro”, en la medida orden colonial. Tal como pude mostrar, en el
que “tiene su origen en el sur” y emerge “desde planteo de Walsh, la cuestión de nuestra prácti-
la experiencia vivida de la colonialidad”, “desde ca intelectual en este proceso queda débilmente
los hechos”, “desde los movimientos sociales”. tematizada, cuando no directamente silenciada.
Lo que, a su vez, se opondría a los términos y Esto supondría un doble riesgo: presuponer nues-
sentidos surgidos en otros ámbitos, tales como la tra práctica como transparente y presuponer que
academia y el propio espacio estatal. Como pude no intervenimos en la representación del sujeto
mostrar, esta concepción se basa en una estrate- subalterno; cuestiones éstas que no escapan a
gia de topologización de la crítica que hace de la lógica Sujeto-Otro como estructurante de la
un lugar de enunciación la garantía de un pen- modernidad eurocéntrica. ¿Qué nos queda hacer
samiento crítico. Esto tiene al menos una doble entonces?, ¿cómo conducir nuestras prácticas y
consecuencia: por un lado, sitúa en los lugares compromisos? No se trata de abandonar nuestra
subalternos —el “afuera” y el “abajo”— la posi- tarea, sino en todo caso hacer de una pedagogía
bilidad de la crítica; por otro lado, hace de esos decolonial el ejercicio de una ontología crítica de
lugares la trinchera de un sujeto ya constituido nosotros/as mismos/as que nos permita indagar
y la clave de la alternativa a la modernidad. los procesos histórico-epistémicos que nos hacen
Esta relación entre lugar y crítica funciona en sujetos de lo que somos, pensamos y decimos.
muchos momentos como a priori, como estra- No se trata de negarnos, sino de apostar por una
tegia argumentativa que es necesario cuestionar intervención ideológica que se mueva en la para-
si no queremos caer en una simple inversión de doja irresoluble de la inadecuación entre nuestras
los principios explicativos y oposiciones here- prácticas y el cambio social (Beverly, J. 2011).
dados de la modernidad eurocéntrica. En este Sólo en este sentido es que puedo enten-
sentido, si aún es posible pensar en términos de der una pedagogía decolonial. Una analítica y
14 Sofía Soria / Crítica, política y pedagogía decolonial. Una lectura a contrapelo
Estudios de Filosofía Práctica e Historia de las Ideas / issn en línea 1851-9490 / Vol. 19
www.estudiosdefilosofia.com.ar / Mendoza / 2017 / Dosier (1–15)

una intervención que se muevan en el espacio la modernidad, coordinado por José Guadalupe
heterogéneo del sujeto, la crítica y la política, Gandarilla. México: Akal.
allí donde nuestras oposiciones tranquilizadoras Maldonado-Torres, Nelson. 2007. “Sobre la colonialidad
pierden lugar en favor de los procesos de subje- del ser: contribuciones al desarrollo de un con-
tivación que se abren entre una experiencia de cepto”. En El giro decolonial. Reflexiones para una
subalternidad y las prácticas que la convierten en diversidad epistémica más allá del capitalismo
recurso de impugnación y resistencia. Allí dónde global, editado por Santiago Castro-Gómez y
actuamos desde nuestra especificidad intelectual Ramón Grosfoguel. Bogotá: Universidad Central
y donde nos toca hacer una ontología crítica de (IESCO), Pontificia Universidad Javeriana (Institu-
nosotros/as mismos/as. Reconociendo nuestra to Pensar) y Siglo del Hombre Editores.
intervención como vínculo y barrera, como cer- Maldonado-Torres, Nelson. 2008. La descolonización y
canía y distancia. el giro des-colonial. Tabula Rasa 9:61-72.
Mignolo, Walter. 2003. Historias locales/diseños globales.
Bibliografía Colonialidad, conocimientos subalternos y pensa-
miento fronterizo. Madrid: Akal.
Beverly, John. 2011. Políticas de la teoría. Ensayos sobre Mignolo, Walter. 2007. “El pensamiento decolonial:
subalternidad y hegemonía. Caracas: Estudios La- desprendimiento y apertura. Un manifiesto”. En
tinoamericanos Rómulo Gallegos C.E.L.A.R.G. El giro decolonial. Reflexiones para una diversi-
Bhabha, Homi. 2007. “El compromiso con la teoría”. En dad epistémica más allá del capitalismo global,
El lugar de la cultura. Buenos Aires: Manantial. editado por Santiago Castro-Gómez y Ramón
Castro-Gómez, Santiago, y Ramón Grosfoguel. 2007. Grosfoguel. Bogotá: Universidad Central (IESCO),
“Prólogo. Giro decolonial, teoría crítica y pen- Pontificia Universidad Javeriana (Instituto Pensar)
samiento heterárquico". En El giro decolonial. y Siglo del Hombre Editores.
Reflexiones para una diversidad epistémica más Mignolo, Walter. 2010. Desobediencia epistémica: retó-
allá del capitalismo global, editado por Santiago rica de la modernidad, lógica de la colonialidad
Castro-Gómez y Ramón Grosfoguel. Bogotá: Uni- y gramática de la decolonialidad. Buenos Aires:
versidad Central (IESCO), Pontificia Universidad Del Signo.
Javeriana (Instituto Pensar) y Siglo del Hombre Quijano, Aníbal. 2000a.“Colonialidad del poder, euro-
Editores. centrismo y América Latina”. En La coloniali-
Castro-Gómez, Santiago. 1996. Crítica de la razón lati- dad del saber: eurocentrismo y ciencias sociales.
noamericana. Barcelona: Puvill Libros. Perspectivas latinoamericanas, compilado por
Escobar, Arturo. 2003. Mundos y conocimientos de otro Eduardo Lander. Buenos Aires: CLACSO
modo. El programa de investigación de moderni- Quijano, Aníbal. 2000b. Colonialidad del poder y clasi-
dad/colonialidad latinoamericano. Tabula Rasa ficación social. Journal of World-Systems Research
1: 51-86. 2: 342-386.
Foucault, Michel, y Deleuze, Gilles. 1992. “Los intelec- Quijano, Aníbal. 2000c.¡Qué tal raza! Revista Venezolana
tuales y el poder. Entrevista Michel Foucault-Gi- de Economía y Ciencias Sociales 1: 37-45.
llesDeleuze”. En Microfísica del poder, de Michel Restrepo, Eduardo, y Rojas, Axel. 2010. Inflexión de-
Foucault. Madrid: La Piqueta. colonial: fuentes, conceptos y cuestionamientos.
Foucault, Michel. 1994. ¿Qué es la ilustración? Actual Popayán: Universidad del Cauca.
28: 19-44. Said, Edward. 1996. Representaciones del intelectual.
Grimson, Alejandro. 2008. ¿Existe una dimensión étnica Barcelona: Paidós.
o racial desatendida en la investigación social Soria, Sofía. 2015. “Sujeto y alteridad. Problemas y des-
en Argentina? Nuevo Topo 5: 147-160. Versión plazamientos desde una perspectiva decolonial”.
digital. En Sujeto. Una categoría en disputa. Buenos
Grüner, Eduardo. 2016. “Teoría crítica y contra-moder- Aires: La Cebra.
nidad. El color negro: de cómo una singulari- Spivak, Gayatri. 2011. ¿Puede hablar el subalterno?
dad histórica deviene en dialéctica crítica para Buenos Aires: Cuenco del Plata.
“Nuestra América”, y algunas modestas propo- Walsh, Catherine. 2005a. Interculturalidad, conoci-
siciones finales”. En La crítica en el margen. mientos y decolonialidad. Signo y Pensamiento
Hacia una cartografía conceptual para rediscutir 46: 39-49.
Sofía Soria / Crítica, política y pedagogía decolonial. Una lectura a contrapelo 15
Estudios de Filosofía Práctica e Historia de las Ideas / issn en línea 1851-9490 / Vol. 19
www.estudiosdefilosofia.com.ar / Mendoza / 2017 / Dosier (1–15)

Walsh, Catherine. 2005b. “Introducción. (Re)pensamien- re-existir y re-vivir”. En Educación intercultural en


to crítico y (de)colonialidad”. En Pensamiento crí- América Latina: memorias, horizontes históricos y
tico y matriz colonial, compilado por Catherine disyuntivas políticas, compilado por Patricia Mel-
Walsh. Quito: UASB-AbyaYala. garejo. México: Universidad Pedagógica Nacional-
Walsh, Catherine. 2006a. “Interculturalidad y colonia- CONACIT, Plaza y Valdés.
lidad del poder. Un pensamiento y posiciona- Walsh, Catherine. 2010. “Interculturalidad crítica y
miento otro desde la diferencia colonial”. En educación intercultural”. En Construyendo in-
Interculturalidad, descolonización del estado y del terculturalidad crítica, editado por Jorge Viaña,
conocimiento, de C. Walsh, A. García Linera y W. Luis Tapia y Catherine Walsh. La Paz: Instituto
Mignolo. Buenos Aires: Del Signo. Internacional de Integración del Convenio An-
Walsh, Catherine. 2006b. “Interculturalidad y (de)co- drés Bello.
lonialidad: diferencia y nación de otro modo”. Walsh, Catherine. 2013. “Introducción. Lo pedagógico
En Desarrollo e interculturalidad, imaginario y y lo decolonial. entretejiendo caminos”. En Pe-
diferencia: la nación en el mundo andino. Quito: dagogías decoloniales. Prácticas insurgentes de
Academia de Latinidad. resistir, (re)existir y (re)vivir (Tomo I), editado por
Walsh, Catherine. 2008. Interculturalidad, plurinaciona- Catherine Walsh. Quito: Abya-Yala.
lidad y decolonialidad: las insurgencias político- Walsh, Catherine. 2014a. Pedagogías decoloniales: cami-
epistémicas de refundar el Estado. Tabula Rasa nando y preguntando. Notas a Paulo Freire desde
9: 131-152. AbyaYala. Entramados 1: 17-30.
Walsh, Catherine, 2009a. Interculturalidad, estado y Walsh, Catherine. 2014b. Lo pedagógico y lo decolonial:
sociedad. Luchas (de)coloniales de nuestra época. entretejiendo caminos. Querétaro: En cortito
Quito: Universidad Simón Bolívar-Sede Ecuador, que’spa’largo.
Abya-Yala. Yehia, Elena. 2007. Descolonización del conocimiento
Walsh, Catherine. 2009b. Interculturalizar el pensamien- y la práctica: un encuentro dialógico entre el
to. Traspatios 1: 11-20. Programa de Investigación Modernidad/Coloniali-
Walsh, Catherine. 2009c. “Interculturalidad crítica y pe- dad/Decolonialidad Latinoamericanas y la Teoría
dagogía de-colonial: apuestas (des)de el in-surgir, Actor-Red. Tabula Rasa 6: 85-114.

También podría gustarte