Los primeros pobladores egipcios se agruparon en clanes. La unificación de cada clan dio como resultado los nomos (provincias) en cada uno gobernaba un príncipe; los nomos se fusionaron y formaron los reinos. La unificación se lograría con Menes, siendo así el primer faraón denominado rey. Desempeñaba la función de gobernante y jefe religioso, dictaba leyes y su incumplimiento merecían multas, privación de libertad, azotes y hasta la muerte. El faraón heredaba el poder, consecuentemente integrantes de la familia gobierna por un largo tiempo.