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Carbonell, O. La Sensibilidad Del Cuidador y Su Importancia para Promover Un Cuidado de Calidad en La Primera Infancia
Carbonell, O. La Sensibilidad Del Cuidador y Su Importancia para Promover Un Cuidado de Calidad en La Primera Infancia
Carbonell, O. La Sensibilidad Del Cuidador y Su Importancia para Promover Un Cuidado de Calidad en La Primera Infancia
Conferencias Lectures
Para tener una perspectiva más amplia de y personajes), así como el control social sobre
lo que se entiende hoy por calidad del cuidado el cuerpo del niño, tanto en la evacuación y el
infantil, es relevante asumir una mirada histórica sexo, han estado socialmente legitimados a lo
sobre algunas representaciones de infancia y largo de la historia de la humanidad.
sus prácticas de cuidado. El historiador francés En este sentido Casas (1998), retoma el
Ariès (1987), en su libro “El Niño y la Vida Fa- concepto de representación social como el
miliar en el Antiguo Régimen”, muestra que el producto del consenso colectivo de un grupo
estatus de infancia de la época no corresponde humano en un momento histórico determinado
a como en la actualidad se piensa lo que es un respecto a un fenómeno social. En este caso
niño o una niña desde una perspectiva de sujeto refiriéndose a la representación de infancia,
de derechos, o desde la infancia como una eta- afirma que no es una realidad objetiva y univer-
pa del desarrollo humano. En siglos anteriores, sal, puesto que cada sociedad define explícita
los niños y los jóvenes compartían los modos o implícitamente lo que es infancia. Estas re-
de vestir, las actividades, el lenguaje y la vida presentaciones son construcciones sociales y
cotidiana del mundo adulto. El sentimiento de por tanto, son susceptibles de sufrir cambios y
la infancia era demasiado frágil debido a que modificaciones en una misma cultura y en distin-
muchos niños morían muy temprano. tos momentos históricos. Sin embargo, señala
Así mismo, si se considera el interesante que debido a que son creencias compartidas
trabajo sobre la historia de la infancia de De y legitimadas por la mayoría del grupo social
Mause (1974) “La Evolución de la Infancia”, se y que se transmiten intergeneracionalmente,
encuentra como él mismo dice, no la infancia no se cuestionan y se invisibilizan tanto en la
novelada, deformada de historiadores y litera- representación como en las prácticas sociales.
tos, por biógrafos oficiales, tales como Héroard Las concepciones de infancia que hemos
médico en la infancia de Luis XIII, sino una presentado, distan mucho de las modernas con-
infancia desde una historia que “debe desen- cepciones de infancia de los niños y las niñas
trañar la realidad de las condiciones sociales de sujetos de derechos y como agentes sociales
otras épocas” (p. 3), y no legitimar las prácticas y políticos, en contraposición a las posturas de
sociales a través de datos ocultos, suavizados los niños beneficiarios de caridad y receptores
y/o deformados. Este autor señala que el mal- pasivos (Fondo de las Naciones Unidas para la
trato, el abuso, el infanticidio, el trabajo infantil Infancia [UNICEF], 2009), que hoy a través de la
y el abandono de los niños no son fenómenos Convención de los Derechos del Niño (Naciones
sociales recientes, sino que eran prácticas de Unidas,1989) y de múltiples instituciones guber-
crianza comunes y aceptadas desde la Anti- namentales y no gubernamentales, se ha venido
güedad. El castigo corporal extremo como otras propagando en los 193 países firmantes de la
formas disciplinarias utilizadas con los niños convención. No obstante, los informes mundia-
(fajarlos, aterrorizarlos con máscaras, historias les sobre la infancia de UNICEF de los últimos
Correspondencia: Olga Alicia Carbonell. Facultad de Psicología. Pontificia Universidad Javeriana de Colombia
Correo Electrónico: carbonel@javeriana.edu.co
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años, muestran que los derechos de millones la negligencia o el abandono físico y psicológico,
de niños y niñas del mundo y de América Latina el abuso sexual, unas más fáciles y otras más
son vulnerados de manera sistemática. difíciles de identificar. También, está el maltrato
Hoy se señala que el cumplimiento de psicológico que es aun más difícil de evaluar,
los derechos de los niños y las niñas es una pues no deja huella visible (Howe, 2005; Isaza,
corresponsabilidad del Estado, la familia y la 1993). Otra modalidad del maltrato que fácil-
comunidad (Instituto Colombiano de Bienes- mente pasa desapercibido, es el maltrato ins-
tar Familiar [ICBF], 2006), sin embargo, la titucional, donde los niños y las niñas, pueden
transformación de actitudes en relación con verse maltratados a través de un trato desperso-
la infancia, no es un asunto fácil, porque gran nalizado que en ocasiones llega a la negligencia
parte de la población posee concepciones de en la prestación de servicios por parte de los
infancia que son contrarias al niño y a la niña profesionales o de sistemas privados y públicos
como sujeto de derechos, y cree y legítima en tales como la salud, donde a los niños no se
su discurso y en sus prácticas cotidianas actitu- les dan explicaciones, ni se les escucha sus
des autoritarias, centradas desde la perspectiva necesidades, no son interlocutores activos, sino
adulta, que no le concede al niño y la niña su receptivos (Casas, 1998). No obstante, desde
derecho a la autonomía y a la participación. una perspectiva ecológica del desarrollo es
Muchas de las prácticas de crianza y cui- importante entender el maltrato infantil desde
dado actuales son maltratadoras y negadoras múltiples contextos, unos más próximos como
de los derechos de los niños y las niñas y están las relaciones adulto-niño, que es el contexto
atravesadas por discursos culturales, algunos de cuidado e interactivo inmediato, donde es
que todavía escuchamos en ciertos padres o relevante considerar la transmisión intergene-
madres, donde los niños son concebidos como racional de estos patrones de crianza, así como
“propiedad de los padres” y por eso pueden el contexto más amplio donde está la comuni-
hacer con ellos lo que consideren coherente dad y la cultura (Howe, 2005; Belsky, 1993).
con sus ideas y experiencias propias sobre la Existen otras prácticas de crianza infantil
crianza; como ser abusivos y llegar al maltrato que utilizan formas más sutiles y altamente ge-
infantil para disciplinarlos (Asociación Colom- neralizadas como el castigo físico o llamado por
biana para la Defensa del Menor Maltratado, algunos autores como castigo corporal para no
1993). Este último, que ha existido siempre en usar un lenguaje que camufla una dura realidad
múltiples manifestaciones, en la historia de la infantil (Gershoff, 2002). Esta forma de castigo
humanidad, como ya se mencionaba, se cues- es definido por Strauss como, el uso de la fuerza
tiona públicamente en Estados Unidos en los física con la intención de causar a un niño dolor
inicios de la década de los años sesenta, por aunque no daño, con el propósito de corregir o
parte del pediatra Kempe y sus colaboradores controlar el comportamiento del niño (como se
refiriéndose al “Síndrome del Niño Golpeado”. citó en Gershoff, 2002); administrado por los
Este síndrome se encontraba legitimado en el padres o adultos responsables de los niños
seno de dicha sociedad como algo cotidiano y niñas y aplicado como forma de corrección
en el mundo privado de la familia y público de razonable, moderada y legal (Gialdino, 2007).
la escuela, por diversas razones sociales, cul- El Comité de los Derechos del Niño, en
turales y religiosas, entre otras (como se citó junio del 2006 se pronuncia contra el castigo
en Gershoff, 2002). No obstante, la sociedad corporal y otras formas de castigos degradantes
norteamericana y sus medios de comunicación y crueles, en el artículo 19. Posteriormente, la
en la década de los años sesenta se encontra- Comisión Interamericana de Derechos Huma-
ban sensibles y receptivos a la defensa de los nos (CIDH) en la Relatoría sobre derechos de la
derechos civiles de la población. Esto dio lugar niñez de la OEA en 2009, en su informe sobre
a empezar a gestar una nueva representación el castigo corporal y los derechos humanos
de infancia, que implicó una nueva legislación de las niñas, niños y adolescentes, reconoce
y presupuestos para entender y prevenir el la gravedad y seriedad de esta práctica como
maltrato infantil (Casas, 1998). violatoria de la dignidad de los niños y niñas,
La forma más visible del maltrato infantil, es recomendando a los países miembros acciones
el maltrato físico, pues implica en la mayoría de concretas como adoptar políticas, leyes, me-
los casos huellas físicas (Howe, 2005; Montoya, didas preventivas y educativas que prohíban
1993). Sin embargo, existen otras formas como a los padres y adultos responsables, tanto en
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social (Ainsworth, 1967; Bowlby, 1969/1993; encontrado en niños preescolares, que aquellas
Posada, Carbonell, Alzate, & Plata, 2004). Espe- madres que les proveían un ambiente del hogar
cialmente los niños en las situaciones de estrés, estructurado y sensible a las necesidades de
tales como hambre, sueño, cansancio, temor, los niños, éstos se mostraban más compe-
enfermedad, usan al cuidador principal como tentes en habilidades cognitivas y lingüísticas
refugio de seguridad (Sroufe & Waters, 1977). comparados con aquellos que no contaban con
Las investigaciones transculturales (van dicho ambiente de cuidado (Pianta et al., como
Ijzendoorn & Sagi-Schwartz, 2008) han mostra- se citó en Egeland, Carlson, & Sroufe, 1993).
do los siguientes hallazgos principales: Así mismo, otras investigaciones han mostrado
1) En los países occidentales todos los que los dos factores protectores más impor-
bebés cuando se les da la oportunidad se ape- tantes hallados con niños competentes en el
gan afectivamente a uno o más cuidadores del preescolar en situaciones de adversidad social
ambiente familiar (padre, madre, abuela, etc.) o y económica, son: poseer un apego seguro
cuidadores no familiares, excepto, si poseen un con la madre entre los 12 a 18 meses de edad
daño neurofisiológico (retardo mental extremo). y tener un cuidado sensible y emocionalmente
2) En las sociedades occidentales la mayoría responsivo a las necesidades del niño, por parte
de los bebés y los niños pequeños muestran de ésta. De esta manera, los comportamientos
apego seguro. Es decir, usan la(s) figura(s) de de las madres los protegen de los efectos del
apego como base de seguridad para explorar estrés, dándoles un cuidado de buena calidad
el ambiente y como refugio de seguridad en (Egeland et al., 1993).
situaciones de estrés. Un porcentaje cercano al Los hallazgos de algunos estudios sugieren
40% de los bebés y niños pequeños manifiestan que las condiciones de riesgo severo están me-
apegos inseguros. Los apegos seguros varían diadas en parte por el cuidado temprano que el
considerablemente dentro de las poblaciones y niño o la niña recibe de sus padres o de otros
grupos dentro de la misma cultura. Los niños se- cuidadores. En el sentido contrario, los niños
guros en situaciones de estrés son más fáciles que han sufrido de manera crónica un cuidado
de tranquilizar fisiológicamente y recurren a los emocionalmente insensible, muestran dificulta-
adultos cuando los necesitan. 3) La seguridad des severas en todas sus áreas del desarrollo,
del apego depende de la calidad de cuidado no solo en el momento presente, sino en etapas
infantil, especialmente, si los cuidadores dan posteriores de su vida (Dozier, Lindhiem, &
respuestas sensibles y prontas a las señales Ackerman, 2007; Egeland et al., 1993; Shonkoff
y comunicaciones del bebé y de los niños pe- & Phillips, 2000; Zeanah & Smyke, 2007).
queños. 4) Diversos estudios han mostrado que Así mismo, en el estudio longitudinal de
los niños en la primera infancia, en los años pre- Minnesota (Sroufe, Egeland, Carlson, & Collins,
escolares y en la escuela primaria con relacio- 2005) hallaron que el tener una relación emocio-
nes de apego seguras comparados con aquellos nal responsiva en la niñez por parte de padres
con relaciones de apego inseguras, presentan adoptantes o de un pariente cercano, parece ser
mayores competencias en diversas áreas del un factor que explica en parte porque algunas
desarrollo, tales como: mayor capacidad para madres que fueron maltratadas (30%), poste-
regular sus emociones negativas (rabia, temor riormente cuando fueron madres estuvieron en
y formas constructivas de enfrentar el estrés), capacidad de romper el ciclo intergeneracional
establecer relaciones sociales satisfactorias con del maltrato, dándoles a sus propios hijos un
compañeros y profesoras, mejor autoconcepto y cuidado sensible. Sin embargo, los resultados
mayores desarrollos en habilidades cognitivas. de este estudio longitudinal señalan que de las
Por otra parte, los niños y las niñas que madres maltratadas en su infancia, que no tuvie-
viven en situación de pobreza, se enfrentan a ron cuidadores alternativos sensibles, el 40%
muchos estresores en sus vidas por factores de ellas, maltrataban a sus propios hijos, y 30%
adversos psicosociales y económicos. Algunos les proveían un cuidado limítrofe con el abuso.
estudios han mostrado que los padres y los cui- Desde esta perspectiva, se entiende la
dadores actúan como mediadores de los efectos resiliencia como un proceso, en el cual una
de la pobreza, en un sentido positivo o negativo persona desarrolla la capacidad de lograr re-
para el desarrollo infantil (Shonkoff & Phillips, sultados positivos en su desarrollo, a pesar de
2000). Investigaciones en ambientes familiares tener circunstancias adversas o amenazantes a
con estresores económicos y psicológicos, han través del tiempo, si crece y se desarrolla en un
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ambiente de cuidado que le dé apoyo emocional social y de experiencia emocional de los niños
y considere sus necesidades (Delage, 2010; y las niñas. Por tanto, es corresponsabilidad de
Egeland et al., 1993). la sociedad civil ser garantes de los derechos
De esta manera, cualquier cuidador del de los niños y las niñas desde los múltiples
medio familiar o social, juega un papel protector sectores (nacional, regional, local y familiar).
en el desarrollo de la persona. En este sentido, Así mismo, existe una responsabilidad ética y
la resiliencia es resultado de las transacciones social desde la psicología y demás áreas del
y experiencias internas y externas del niño con conocimiento de abordar las problemáticas de
un ambiente, más que el resultado de caracte- la infancia y buscar soluciones para lograr una
rísticas propias de la persona (Delage, 2010; calidad de vida acorde con los presupuestos
Egeland et al., 1993). de la Convención de los Derechos del Niño.
En este mismo orden de ideas, la teoría del
apego es una conceptualización coherente con Referencias
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1 (N. de la Ed.) Conferencia dictada por la Dra. Olga Alicia Carbonell el 13 de mayo de 2013 (revisada por la au-
tora). Profesora invitada por el Departamento de Psicología del Desarrollo y Educación de la Facultad de Psicología de
la Universidad Católica del Uruguay.
La Prof. Olga Alicia Carbonell Blanco. Ph.D, de la Facultad de Psicología de la Pontificia Universidad Javeriana de
Colombia, es una destacada académica que tiene bajo su responsabilidad diversas cátedras e imparte cursos y confe-
rencias en Universidades de distintos países.
Egresada como Ph.D. de la Universidad de Purdue, USA; tiene estudios de postrado en Psicología Clínica y Psico-
patología, asì como de especialización en Desarrollo, en la Universidad de Paris V, Francia. Además de ser Miembro fun-
dadora de la Red Iberoamericana de Apego (RIA), es Miembro de la Society for Research in Child Development (SCRD).
Ha recibido diversos premios y distinciones académicas, entre ellos: el Bowlby-Ainsworth award en el año 2011; el Jacob
travel-lab visit award de la Society for Research in Child Development, en el 2010. Investigadora Principal responsable de
proyectos en el campo de las relaciones familiares y la infancia. Cuenta con publicaciones en revistas científicas y libros,
que son de referencia en su área de experta.
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