Carbonell, O. La Sensibilidad Del Cuidador y Su Importancia para Promover Un Cuidado de Calidad en La Primera Infancia

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Conferencias Lectures

LA SENSIBILIDAD DEL CUIDADOR Y SU IMPORTANCIA PARA PROMOVER UN


CUIDADO DE CALIDAD EN LA PRIMERA INFANCIA 1

THE SENSITIVITY OF THE CAREGIVER AND THEIR IMPORTANCE IN PROMOTING QUALITY


CARE IN EARLY CHILDHOOD

Olga Alicia Carbonell


Pontificia Universidad Javeriana, Colombia

Palabras clave: apego, cuidador, primera infancia

Keywords: attachment, caregiver, early childhood

Para tener una perspectiva más amplia de y personajes), así como el control social sobre
lo que se entiende hoy por calidad del cuidado el cuerpo del niño, tanto en la evacuación y el
infantil, es relevante asumir una mirada histórica sexo, han estado socialmente legitimados a lo
sobre algunas representaciones de infancia y largo de la historia de la humanidad.
sus prácticas de cuidado. El historiador francés En este sentido Casas (1998), retoma el
Ariès (1987), en su libro “El Niño y la Vida Fa- concepto de representación social como el
miliar en el Antiguo Régimen”, muestra que el producto del consenso colectivo de un grupo
estatus de infancia de la época no corresponde humano en un momento histórico determinado
a como en la actualidad se piensa lo que es un respecto a un fenómeno social. En este caso
niño o una niña desde una perspectiva de sujeto refiriéndose a la representación de infancia,
de derechos, o desde la infancia como una eta- afirma que no es una realidad objetiva y univer-
pa del desarrollo humano. En siglos anteriores, sal, puesto que cada sociedad define explícita
los niños y los jóvenes compartían los modos o implícitamente lo que es infancia. Estas re-
de vestir, las actividades, el lenguaje y la vida presentaciones son construcciones sociales y
cotidiana del mundo adulto. El sentimiento de por tanto, son susceptibles de sufrir cambios y
la infancia era demasiado frágil debido a que modificaciones en una misma cultura y en distin-
muchos niños morían muy temprano. tos momentos históricos. Sin embargo, señala
Así mismo, si se considera el interesante que debido a que son creencias compartidas
trabajo sobre la historia de la infancia de De y legitimadas por la mayoría del grupo social
Mause (1974) “La Evolución de la Infancia”, se y que se transmiten intergeneracionalmente,
encuentra como él mismo dice, no la infancia no se cuestionan y se invisibilizan tanto en la
novelada, deformada de historiadores y litera- representación como en las prácticas sociales.
tos, por biógrafos oficiales, tales como Héroard Las concepciones de infancia que hemos
médico en la infancia de Luis XIII, sino una presentado, distan mucho de las modernas con-
infancia desde una historia que “debe desen- cepciones de infancia de los niños y las niñas
trañar la realidad de las condiciones sociales de sujetos de derechos y como agentes sociales
otras épocas” (p. 3), y no legitimar las prácticas y políticos, en contraposición a las posturas de
sociales a través de datos ocultos, suavizados los niños beneficiarios de caridad y receptores
y/o deformados. Este autor señala que el mal- pasivos (Fondo de las Naciones Unidas para la
trato, el abuso, el infanticidio, el trabajo infantil Infancia [UNICEF], 2009), que hoy a través de la
y el abandono de los niños no son fenómenos Convención de los Derechos del Niño (Naciones
sociales recientes, sino que eran prácticas de Unidas,1989) y de múltiples instituciones guber-
crianza comunes y aceptadas desde la Anti- namentales y no gubernamentales, se ha venido
güedad. El castigo corporal extremo como otras propagando en los 193 países firmantes de la
formas disciplinarias utilizadas con los niños convención. No obstante, los informes mundia-
(fajarlos, aterrorizarlos con máscaras, historias les sobre la infancia de UNICEF de los últimos

Correspondencia: Olga Alicia Carbonell. Facultad de Psicología. Pontificia Universidad Javeriana de Colombia
Correo Electrónico: carbonel@javeriana.edu.co

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años, muestran que los derechos de millones la negligencia o el abandono físico y psicológico,
de niños y niñas del mundo y de América Latina el abuso sexual, unas más fáciles y otras más
son vulnerados de manera sistemática. difíciles de identificar. También, está el maltrato
Hoy se señala que el cumplimiento de psicológico que es aun más difícil de evaluar,
los derechos de los niños y las niñas es una pues no deja huella visible (Howe, 2005; Isaza,
corresponsabilidad del Estado, la familia y la 1993). Otra modalidad del maltrato que fácil-
comunidad (Instituto Colombiano de Bienes- mente pasa desapercibido, es el maltrato ins-
tar Familiar [ICBF], 2006), sin embargo, la titucional, donde los niños y las niñas, pueden
transformación de actitudes en relación con verse maltratados a través de un trato desperso-
la infancia, no es un asunto fácil, porque gran nalizado que en ocasiones llega a la negligencia
parte de la población posee concepciones de en la prestación de servicios por parte de los
infancia que son contrarias al niño y a la niña profesionales o de sistemas privados y públicos
como sujeto de derechos, y cree y legítima en tales como la salud, donde a los niños no se
su discurso y en sus prácticas cotidianas actitu- les dan explicaciones, ni se les escucha sus
des autoritarias, centradas desde la perspectiva necesidades, no son interlocutores activos, sino
adulta, que no le concede al niño y la niña su receptivos (Casas, 1998). No obstante, desde
derecho a la autonomía y a la participación. una perspectiva ecológica del desarrollo es
Muchas de las prácticas de crianza y cui- importante entender el maltrato infantil desde
dado actuales son maltratadoras y negadoras múltiples contextos, unos más próximos como
de los derechos de los niños y las niñas y están las relaciones adulto-niño, que es el contexto
atravesadas por discursos culturales, algunos de cuidado e interactivo inmediato, donde es
que todavía escuchamos en ciertos padres o relevante considerar la transmisión intergene-
madres, donde los niños son concebidos como racional de estos patrones de crianza, así como
“propiedad de los padres” y por eso pueden el contexto más amplio donde está la comuni-
hacer con ellos lo que consideren coherente dad y la cultura (Howe, 2005; Belsky, 1993).
con sus ideas y experiencias propias sobre la Existen otras prácticas de crianza infantil
crianza; como ser abusivos y llegar al maltrato que utilizan formas más sutiles y altamente ge-
infantil para disciplinarlos (Asociación Colom- neralizadas como el castigo físico o llamado por
biana para la Defensa del Menor Maltratado, algunos autores como castigo corporal para no
1993). Este último, que ha existido siempre en usar un lenguaje que camufla una dura realidad
múltiples manifestaciones, en la historia de la infantil (Gershoff, 2002). Esta forma de castigo
humanidad, como ya se mencionaba, se cues- es definido por Strauss como, el uso de la fuerza
tiona públicamente en Estados Unidos en los física con la intención de causar a un niño dolor
inicios de la década de los años sesenta, por aunque no daño, con el propósito de corregir o
parte del pediatra Kempe y sus colaboradores controlar el comportamiento del niño (como se
refiriéndose al “Síndrome del Niño Golpeado”. citó en Gershoff, 2002); administrado por los
Este síndrome se encontraba legitimado en el padres o adultos responsables de los niños
seno de dicha sociedad como algo cotidiano y niñas y aplicado como forma de corrección
en el mundo privado de la familia y público de razonable, moderada y legal (Gialdino, 2007).
la escuela, por diversas razones sociales, cul- El Comité de los Derechos del Niño, en
turales y religiosas, entre otras (como se citó junio del 2006 se pronuncia contra el castigo
en Gershoff, 2002). No obstante, la sociedad corporal y otras formas de castigos degradantes
norteamericana y sus medios de comunicación y crueles, en el artículo 19. Posteriormente, la
en la década de los años sesenta se encontra- Comisión Interamericana de Derechos Huma-
ban sensibles y receptivos a la defensa de los nos (CIDH) en la Relatoría sobre derechos de la
derechos civiles de la población. Esto dio lugar niñez de la OEA en 2009, en su informe sobre
a empezar a gestar una nueva representación el castigo corporal y los derechos humanos
de infancia, que implicó una nueva legislación de las niñas, niños y adolescentes, reconoce
y presupuestos para entender y prevenir el la gravedad y seriedad de esta práctica como
maltrato infantil (Casas, 1998). violatoria de la dignidad de los niños y niñas,
La forma más visible del maltrato infantil, es recomendando a los países miembros acciones
el maltrato físico, pues implica en la mayoría de concretas como adoptar políticas, leyes, me-
los casos huellas físicas (Howe, 2005; Montoya, didas preventivas y educativas que prohíban
1993). Sin embargo, existen otras formas como a los padres y adultos responsables, tanto en

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el ámbito privado (hogar) y público (escuelas, Las observaciones pioneras de díadas


correccionales) usar el castigo corporal como madre-bebé en sus interacciones en ambientes
un medio para disciplinar a los niños y niñas. naturales de la vida cotidiana, principalmente
Actualmente sólo 24 países del mundo pro- en el hogar, en el primer año de vida de Mary
híben legalmente el castigo corporal -incluso en Ainsworth, en Uganda, África (Ainsworth, 1967)
el hogar-, de los cuales sólo tres son miembros y posteriormente en Baltimore, Estados Unidos
de la OEA, Uruguay, Venezuela y Costa Rica. en las décadas de los años 60 y 70 (Ainsworth
Todavía hoy en muchos países miembros de et al.,1978), le permitieron elaborar una con-
la OEA, el castigo corporal permanece en el ceptualización del cuidado temprano, descrita
código penal como método disciplinario. Esta a partir de un continuo de cuatro características
práctica de socialización y control, es utilizada del comportamiento materno, que va desde lo
de forma generalizada por los adultos responsa- más positivo hasta lo más negativo: 1) Acep-
bles de su cuidado y protección, especialmente tación-rechazo, 2) cooperación-interferencia,
con los niños en la primera infancia y en los 3) accesibilidad-ignorar y 4) sensibilidad-in-
años escolares, sin que se considere abusiva. sensibilidad (Ainsworth, Bell & Stayton, 1974).
Es violencia privada, legal y socialmente acep- La primera característica comportamental,
tada y tolerada (Gershoff, 2002; Gialdino, 2007). aceptación-rechazo, hace referencia que para
Como ha sido posible observar la infancia toda madre o cuidador principal existen senti-
está históricamente cargada con formas per- mientos positivos y negativos frente al cuidado
manentes de violencia dirigida hacia los niños de un bebé o niño pequeño, debido a las exigen-
y las niñas. Por tanto, estamos frente a un gran cias y demandas que esto implica. En el polo o
reto, que no solamente debe ser controlado extremo positivo se encuentran los sentimientos
a través de las legislaciones de los países, de amor, aceptación, ternura, protección, goce
sino a través de la supervisión, vigilancia y compartido y cualquier otro tipo de reacción po-
diversas formas de transformación cultural sitiva generada por el bebé o niño pequeño. En
de los discursos y prácticas de cuidado a la el otro extremo, están los sentimientos de rabia,
infancia por parte del Estado, las familias y la resentimiento, irritación y rechazo, entre otras
sociedad civil (Gialdino, 2007). Es necesario emociones negativas generadas por el compor-
que la nueva representación de infancia de la tamiento del niño o las demandas de cuidado
convención de los derechos del niño, el niño exigidas por la crianza. Se parte del supuesto
como sujeto de derechos, pase de ser un ideal que en toda relación madre o cuidador-bebé o
ético-político de la humanidad a una realidad niño pequeño, hay sentimientos positivos y ne-
cotidiana en la vida de los niños y las niñas. gativos, es decir, algún grado de ambivalencia,
Desde la psicología, y específicamente no obstante, la cuestión está en qué medida
desde la teoría del apego (Bowlby, 1969/1993), la madre o el cuidador principal es capaz de
a partir de estudios realizados en distintos con- equilibrarlos e integrarlos, de forma que los
textos culturales (Ainsworth, Blehar, Waters, & aspectos negativos no permeen y primen en la
Wall,1978), se ha encontrado el papel tan impor- relación con el niño o la niña.
tante que juega la calidad del cuidado por parte En cuanto a la segunda característica
de la madre y de aquellos adultos encargados comportamental cooperación-interferencia, ésta
de cuidar a los bebés y niños pequeños, en el hace referencia en el extremo positivo a la capa-
desarrollo infantil. cidad del cuidador en sincronizar o sintonizarse
La calidad del cuidado, se refiere a los com- afectivamente y en el comportamiento con el
portamientos y estrategias que usan los cuida- niño, lo cual implica considerarlo como un ser
dores principales y en particular la madre, para autónomo, activo, cuyos deseos, sentimientos
cuidar, proteger y garantizar la supervivencia de y actividades son validados y respetados por el
los bebés y los niños pequeños. Se consideran adulto cuidador. En el otro extremo, la interfe-
cuidadores principales, todos aquellos adultos rencia, está el adulto cuidador que no respeta
familiares y no familiares, padre, abuelos, tíos, las iniciativas o autonomía del niño, que niega
niñeras, etc., que apoyan el cuidado, aunque las necesidades, los deseos, sentimientos y
no en forma exclusiva, así como maestras actividades de éste, pues impone su voluntad y
preescolares o de jardines infantiles, vecinos y deseos de adulto sobre los del niño. En muchos
demás adultos. casos, éstos adultos cuidadores consideran que

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el niño o la niña es de su propiedad, o creen adecuadamente los estados emocionales o


que los niños deben someterse a la voluntad metas del bebé o niño pequeño, por lo tanto, no
del adulto, por estos motivos, entre otros, los logra ayudarlo para que obtenga de nuevo un
controlan, los entrenan y los castigan para que estado emocional positivo, por ejemplo si está
se comporten de acuerdo a sus expectativas ansioso y llorando, no logra calmarlo. El cui-
de lo que considera que es el comportamiento dado poco sensible, le enseña al niño que sus
adecuado, sin escuchar la voz del niño. comunicaciones no son efectivas o aun peor en
De acuerdo a la tercera característica del algunas ocasiones son contraproducentes, por
comportamiento del cuidador, accesibilidad- ejemplo cuando solicita algo y la respuesta del
ignorar, ésta se refiere en el extremo positivo a cuidador es rechazarlo. Así mismo, la respuesta
la disponibilidad física y psicológica del adulto inconsistente del cuidador poco sensible de
cuidador respecto a las necesidades del bebé o manera recurrente, a sus demandas y señales
del niño pequeño. Es decir, permitir la cercanía y comunicativas, lo lleva a sentir que el mundo es
contacto físico, está dispuesto emocionalmente impredecible, no tiene control sobre éste y por
para el niño, mostrar gusto por estar y com- tanto, no se le favorece un sentimiento de efi-
partir con él. En el extremo negativo, el adulto cacia en el actuar sobre el mundo (Colin, 1996).
cuidador que ignora las necesidades y comu- Tampoco es posible igualar sensibilidad en
nicaciones del niño, por estar focalizado en el cuidado con calidez o amor, son conceptos
sus propias necesidades y preocupaciones, no distintos (Seifer y Schiller, 1995), ya que el
está en la mayoría de las ocasiones disponible comportamiento sensible de cuidado, es pro-
emocionalmente para éste. Esto puede darse, ducto de una relación reciproca y coordinada
en los casos de madres deprimidas (Shonkoff donde ambos interlocutores, adulto cuidador
& Phillips, 2000; Spieker, Nelson, DeKlyen, y niño, están en una relación de cooperación
& Staerkel, 2007; Tronick, & Weinberg, 1997; y sintonizada, tanto emocional como compor-
Zeanah, Boris, & Larrieu, 1997). En las formas tamentalmente. No obstante, las relaciones
más extremas, nos encontramos los comporta- vinculares madre o cuidador sensible con el niño
mientos negligentes físicos y psicológicos por o la niña están inmersas en un clima emocional
parte del adulto cuidador, que son considerados y afectivo positivo.
hoy, formas de maltrato infantil (Howe, 2005). En dos estudios recientes, uno de ellos rea-
La cuarta característica del comportamiento lizado en Colombia y el otro en Estados Unidos,
del cuidador es la sensibilidad-insensibilidad del con diadas de niños preescolares y sus mamás,
cuidador a las comunicaciones del bebé o del se han encontrado también asociaciones signi-
niño pequeño. Esta se refiere en el componente ficativas entre tres comportamientos maternos
positivo a la habilidad de la madre o cuidador de cuidado con la seguridad emocional de los
principal, a estar alerta a las señales comuni- niños: 1) interacciones armoniosas entre la
cativas del niño, interpretarlas adecuadamente madre y el niño, 2) apoyo materno al uso de
y responderlas pronta y correctamente. Por el la base segura para explorar el mundo físico y
contrario, en el extremo opuesto del continuo, social por parte del niño o niña y 3) supervisar
se encuentra la madre o cuidador, que ignora y monitorear al niño (Plata, Pérez, Peña, Car-
las comunicaciones del bebé o niño pequeño, bonell & Posada, 2011; Posada, Kaloustian,
las interpreta incorrectamente, suponiendo Richmond, & Moreno, 2007).
muchas veces atribuciones e intencionalidades Estudios durante las últimas cuatro dé-
negativas por parte del bebé o del niño (deseos cadas por parte de múltiples investigadores
de molestar o manipular al adulto). Por tanto, no de la teoría del apego en distintos países del
responde prontamente a las comunicaciones y mundo y en diferentes contextos sociales y
necesidades del niño, basada en argumentos situaciones, han encontrado una asociación
culturales tales como “darle al niño todo lo que significativa entre la sensibilidad del cuidador
quiere es malcriarlo”, permitiendo que señales y la seguridad emocional del niño o niña (van
negativas como el llanto se intensifiquen. Es Ijzendoorn & Sagi, 2008). Estos estudios han
importante aclarar que una madre o un cuidador permitido determinar el papel clave que juega el
insensible, no es aquel que necesariamente su cuidador principal como una base de seguridad
respuesta al niño o la niña es hostil o desagrada- desde la cual el niño o la niña pequeña organiza
ble. La insensibilidad del cuidado ocurre cuando su comportamiento, logra seguridad, explora y
el cuidador falla o no logra leerle e interpretar aprende sobre el ambiente, tanto físico como

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La sensibilidad del cuidador y su importancia en la primera infancia

social (Ainsworth, 1967; Bowlby, 1969/1993; encontrado en niños preescolares, que aquellas
Posada, Carbonell, Alzate, & Plata, 2004). Espe- madres que les proveían un ambiente del hogar
cialmente los niños en las situaciones de estrés, estructurado y sensible a las necesidades de
tales como hambre, sueño, cansancio, temor, los niños, éstos se mostraban más compe-
enfermedad, usan al cuidador principal como tentes en habilidades cognitivas y lingüísticas
refugio de seguridad (Sroufe & Waters, 1977). comparados con aquellos que no contaban con
Las investigaciones transculturales (van dicho ambiente de cuidado (Pianta et al., como
Ijzendoorn & Sagi-Schwartz, 2008) han mostra- se citó en Egeland, Carlson, & Sroufe, 1993).
do los siguientes hallazgos principales: Así mismo, otras investigaciones han mostrado
1) En los países occidentales todos los que los dos factores protectores más impor-
bebés cuando se les da la oportunidad se ape- tantes hallados con niños competentes en el
gan afectivamente a uno o más cuidadores del preescolar en situaciones de adversidad social
ambiente familiar (padre, madre, abuela, etc.) o y económica, son: poseer un apego seguro
cuidadores no familiares, excepto, si poseen un con la madre entre los 12 a 18 meses de edad
daño neurofisiológico (retardo mental extremo). y tener un cuidado sensible y emocionalmente
2) En las sociedades occidentales la mayoría responsivo a las necesidades del niño, por parte
de los bebés y los niños pequeños muestran de ésta. De esta manera, los comportamientos
apego seguro. Es decir, usan la(s) figura(s) de de las madres los protegen de los efectos del
apego como base de seguridad para explorar estrés, dándoles un cuidado de buena calidad
el ambiente y como refugio de seguridad en (Egeland et al., 1993).
situaciones de estrés. Un porcentaje cercano al Los hallazgos de algunos estudios sugieren
40% de los bebés y niños pequeños manifiestan que las condiciones de riesgo severo están me-
apegos inseguros. Los apegos seguros varían diadas en parte por el cuidado temprano que el
considerablemente dentro de las poblaciones y niño o la niña recibe de sus padres o de otros
grupos dentro de la misma cultura. Los niños se- cuidadores. En el sentido contrario, los niños
guros en situaciones de estrés son más fáciles que han sufrido de manera crónica un cuidado
de tranquilizar fisiológicamente y recurren a los emocionalmente insensible, muestran dificulta-
adultos cuando los necesitan. 3) La seguridad des severas en todas sus áreas del desarrollo,
del apego depende de la calidad de cuidado no solo en el momento presente, sino en etapas
infantil, especialmente, si los cuidadores dan posteriores de su vida (Dozier, Lindhiem, &
respuestas sensibles y prontas a las señales Ackerman, 2007; Egeland et al., 1993; Shonkoff
y comunicaciones del bebé y de los niños pe- & Phillips, 2000; Zeanah & Smyke, 2007).
queños. 4) Diversos estudios han mostrado que Así mismo, en el estudio longitudinal de
los niños en la primera infancia, en los años pre- Minnesota (Sroufe, Egeland, Carlson, & Collins,
escolares y en la escuela primaria con relacio- 2005) hallaron que el tener una relación emocio-
nes de apego seguras comparados con aquellos nal responsiva en la niñez por parte de padres
con relaciones de apego inseguras, presentan adoptantes o de un pariente cercano, parece ser
mayores competencias en diversas áreas del un factor que explica en parte porque algunas
desarrollo, tales como: mayor capacidad para madres que fueron maltratadas (30%), poste-
regular sus emociones negativas (rabia, temor riormente cuando fueron madres estuvieron en
y formas constructivas de enfrentar el estrés), capacidad de romper el ciclo intergeneracional
establecer relaciones sociales satisfactorias con del maltrato, dándoles a sus propios hijos un
compañeros y profesoras, mejor autoconcepto y cuidado sensible. Sin embargo, los resultados
mayores desarrollos en habilidades cognitivas. de este estudio longitudinal señalan que de las
Por otra parte, los niños y las niñas que madres maltratadas en su infancia, que no tuvie-
viven en situación de pobreza, se enfrentan a ron cuidadores alternativos sensibles, el 40%
muchos estresores en sus vidas por factores de ellas, maltrataban a sus propios hijos, y 30%
adversos psicosociales y económicos. Algunos les proveían un cuidado limítrofe con el abuso.
estudios han mostrado que los padres y los cui- Desde esta perspectiva, se entiende la
dadores actúan como mediadores de los efectos resiliencia como un proceso, en el cual una
de la pobreza, en un sentido positivo o negativo persona desarrolla la capacidad de lograr re-
para el desarrollo infantil (Shonkoff & Phillips, sultados positivos en su desarrollo, a pesar de
2000). Investigaciones en ambientes familiares tener circunstancias adversas o amenazantes a
con estresores económicos y psicológicos, han través del tiempo, si crece y se desarrolla en un

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ambiente de cuidado que le dé apoyo emocional social y de experiencia emocional de los niños
y considere sus necesidades (Delage, 2010; y las niñas. Por tanto, es corresponsabilidad de
Egeland et al., 1993). la sociedad civil ser garantes de los derechos
De esta manera, cualquier cuidador del de los niños y las niñas desde los múltiples
medio familiar o social, juega un papel protector sectores (nacional, regional, local y familiar).
en el desarrollo de la persona. En este sentido, Así mismo, existe una responsabilidad ética y
la resiliencia es resultado de las transacciones social desde la psicología y demás áreas del
y experiencias internas y externas del niño con conocimiento de abordar las problemáticas de
un ambiente, más que el resultado de caracte- la infancia y buscar soluciones para lograr una
rísticas propias de la persona (Delage, 2010; calidad de vida acorde con los presupuestos
Egeland et al., 1993). de la Convención de los Derechos del Niño.
En este mismo orden de ideas, la teoría del
apego es una conceptualización coherente con Referencias
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1 (N. de la Ed.) Conferencia dictada por la Dra. Olga Alicia Carbonell el 13 de mayo de 2013 (revisada por la au-
tora). Profesora invitada por el Departamento de Psicología del Desarrollo y Educación de la Facultad de Psicología de
la Universidad Católica del Uruguay.
La Prof. Olga Alicia Carbonell Blanco. Ph.D, de la Facultad de Psicología de la Pontificia Universidad Javeriana de
Colombia, es una destacada académica que tiene bajo su responsabilidad diversas cátedras e imparte cursos y confe-
rencias en Universidades de distintos países.
Egresada como Ph.D. de la Universidad de Purdue, USA; tiene estudios de postrado en Psicología Clínica y Psico-
patología, asì como de especialización en Desarrollo, en la Universidad de Paris V, Francia. Además de ser Miembro fun-
dadora de la Red Iberoamericana de Apego (RIA), es Miembro de la Society for Research in Child Development (SCRD).
Ha recibido diversos premios y distinciones académicas, entre ellos: el Bowlby-Ainsworth award en el año 2011; el Jacob
travel-lab visit award de la Society for Research in Child Development, en el 2010. Investigadora Principal responsable de
proyectos en el campo de las relaciones familiares y la infancia. Cuenta con publicaciones en revistas científicas y libros,
que son de referencia en su área de experta.

Para citar este artículo:


Carbonell, O. A. (2013). La sensibilidad del cuidador y su importancia para promover un cuidado de ca-
lidad en la primera infancia. Ciencias Psicológicas VII (2): 201 - 207.

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