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CADERA
Estudiante: Quispe Quispe Daniel Enrique Grupo: 2
Semestre: 5to
Artrosis.
Las articulaciones son los componentes del esqueleto que nos permiten el movimiento y, por
tanto, nuestra autonomía funcional y la vida de relación. Se forman por la unión de dos huesos
a través de la cápsula articular. En el interior de las mismas existe, generalmente, un fluido
llamado líquido sinovial que es producido por la membrana sinovial. Los extremos óseos que se
unen para formar la articulación están tapizados por el cartílago articular.
La artrosis es una enfermedad que lesiona el cartílago articular y origina dolor, rigidez e
incapacidad funcional. Habitualmente se localiza en la columna cervical y lumbar, algunas
articulaciones del hombro y de los dedos de las manos, la articulación de la raíz del pulgar, la
cadera, la rodilla y la articulación del comienzo del dedo gordo del pie. Fuera de estos lugares,
la artrosis es rara y, cuando aparece, se debe sospechar la existencia de un daño previo o de
otra enfermedad articular subyacente.
Patogenia
Factores de riesgo
Dependiendo de la articulación afectada, los factores son distintos, y se puede diferenciar entre
una susceptibilidad generalizada, como la edad, osteoporosis, herencia y sexo, y los factores
locales de la articulación, como traumatismos, alteraciones anatómicas de la articulación y la
ocupación laboral que tuviera el paciente.
Manifestaciones Clínicas
Los síntomas que presentan estos pacientes difieren mucho de unos a otros; no existe
correlación entre la afectación radiológica y el dolor. Generalmente es de inicio gradual y
evolución lenta, aunque progresiva. Las articulaciones más afectadas pueden ser una o varias y
puede afectar a cualquier articulación, aunque las más frecuentes son: rodilla, cadera, dedos de
manos y pies y columna vertebral cervical y lumbar. Los principales síntomas y signos son el
dolor, la rigidez, la deformidad y la crepitación
Exploraciones Complementarias
La radiología simple, debido a su bajo coste y la mayor disponibilidad que otras pruebas en AP,
será la primera técnica de imagen que el médico de familia se plantee para el diagnóstico y el
seguimiento del paciente con artrosis.
ARTOSIS DE CADERA
Se estima una prevalencia algo por debajo del 5% en mayores de 40 años. Algo más frecuente
en varones.
Es la articulación más afectada después de la rodilla y una de las que más incapacita. Suele tener
localización unilateral y ser secundaria a otras causas. El dolor se localiza en la región inguinal y
en la parte anterior e interna del muslo, incluso hasta la rodilla, y en ocasiones afecta a la región
glútea y al muslo. El dolor es de características mecánicas y aparece al movilizar la cadera o con
el apoyo de la extremidad, lo que obliga en ocasiones a realizar una marcha antiálgica
característica. Produce atrofias de los músculos glúteos y del cuádriceps. Generará limitación de
la movilidad a medida que evoluciona y afectará primero a la rotación interna, flexión y
abducción y posteriormente al resto de movimientos; a veces originará un acortamiento que
dará lugar a alteraciones en la estática de la columna.
La rigidez es habitual tras los períodos de reposo. A la exploración existe una disminución
importante de la movilidad pasiva, especialmente en la flexión y abducción. Puede observarse
atrofia del cuádriceps y glúteos. En fases avanzadas, la pelvis bascula hacia el lado sano cuando
el paciente se apoya en el lado enfermo, y puede observarse hiperlordosis compensadora. La
evolución puede ser variable, existiendo casos estables muchos años, mientras que otros
requerirán rápidamente cirugía
La artrosis de cadera, ya sea focal o generalizada, constituye una patología frecuente y de difícil
manejo, que genera dolor y discapacidad.
Entender el funcionamiento de la articulación de la cadera resulta fundamental en el diagnóstico
y manejo de las patologías que la afectan. Las alteraciones de los distintos tejidos, intra y
extrarticulares, resultantes de eventos agudos o de cambios degenerativos crónicos, tendrán un
impacto importante en su función, generando dolor y limitación en el paciente.
-FACTORES GENÉTICOS: Actualmente hay datos para pensar que el factor genético está presente
en la gran mayoría de las formas de artrosis. Alrededor del 50% de los casos de artrosis pueden
estar ocasionados por factores genéticos. En la rodilla este porcentaje se piensa que es menor
(39%).
-OBESIDAD: El sobrepeso aumenta la presión y el estrés al que están sometidos los huesos y las
articulaciones, favoreciendo el desarrollo de la artrosis.
-DENSIDAD MINERAL ÓSEA: Al igual que en otras formas de artrosis, existe una asociación
negativa entre osteoporosis y artrosis de cadera. Se ha comprobado que la densidad mineral
ósea tiende a ser mayor entre los pacientes con artrosis de cadera y que tienen un menor riesgo
de fractura, que se mantiene también en sus hijos.
La cadera es una articulación multiaxial, ya que posee tres ejes y tres grados de libertad: Flexión-
extensión, abducción-aducción y rotación interna-externa.
-En fases avanzadas aparece el signo de Trendelemburg, en el que la pelvis bascula al lado
contrario cuando el paciente se apoya sobre el lado enfermo, y puede observarse atrofia de
cuádriceps y de glúteos, así como hiperlordosis lumbar compensadora.
El test de Stinchfield ayuda en el diagnóstico diferencial del dolor primario de cadera frente al
procedente de otras estructuras. Consiste en solicitar al paciente, estando éste en decúbito
supino, la elevación de todo el miembro inferior (flexión anterior de la cadera manteniendo la
rodilla en 0º de flexo-extensión) mientras oponemos resistencia con nuestra mano apoyada en
el tobillo. Esta prueba carga selectivamente en la cadera, por lo que la aparición de dolor en las
zonas de irradiación del dolor propias de la cadera sugiere origen en esta articulación.
Parámetros normales de grado de movimiento de cadera
De acuerdo a este cuadro donde se puede observar los grados de movimiento normales en una
persona, no será así en una persona que sufre de una artrosis de cadera, el cual estará limitada
reduciendo los grados de movimiento ya que tanto la cabeza del fémur, como el hueco de la
pelvis en el que se articula, están recubiertos de cartílago, que es el tejido que facilita los
movimientos entre los huesos y evita que rocen directamente hueso con hueso pero en esta
patología el mencionado cartílago articular se encontrara en un proceso de degeneración y por
tanto esto causara dolor y dificultara el movimiento.
Los fisioterapeutas cuando estamos ante un paciente con esta patología, tenemos que
marcarnos como objetivos:
Para conseguir esto, podemos hacer uso de múltiples técnicas, pero siempre teniendo en cuenta
varios factores:
Como hemos dicho anteriormente podemos hacer uso de las siguientes técnicas:
Electroterapia, que es este caso será analgésica y antinflamatoria, para disminuir el dolor y la
inflamación.
Calor local, que se aplicará con el Microondas, cuyo efecto será el de proporcionar al paciente
un efecto analgésico.
Cinesiterapia tanto activa como pasiva. Con esta técnica mejoraremos el rango articular y por
consiguiente la movilidad de la cadera.
Punción seca, que la aplicaremos allí dónde el paciente tenga puntos gatillos de mucho dolor.
El conjunto de todos estos ejercicios, van a hacer que la cadera del paciente sea mucho más
estable y más fuerte. Provocando con ello que el paciente disminuya su rigidez y su limitación
articular. Esto va a desencadenar que nuestro paciente mejore su calidad de vida, ya que va a
poder realizar las actividades de la vida diaria sin ningún tipo de problema.
El paciente debe estar de pie, y el ejercicio va a consistir en separar la pierna del cuerpo. Este
ejercicio lo debe realizar de manera lenta y 15 veces.
2.- Flexo-extensión de cadera
De la misma manera que el ejercicio anterior el paciente debe estar de pie. En este ejercicio le
vamos a pedir al paciente que lleve la pierna hacia delante y hacia atrás de manera lenta. Se
debe hacer 15 veces.
Del mismo modo el paciente debe situarse de pie y debe doblar la rodilla para intentar llevarla
al pecho. Al igual que en los ejercicios anteriores se aconseja realizar el movimiento de manera
lenta y 15 veces, tanto con una pierna como con la otra.
En esta ocasión el paciente está tumbado boca arriba, con una pierna doblada y la otra pierna
estirada. Con la pierna que el paciente tiene estirada debe intentar levantarla y dirigirla hacia el
techo. Recordar que el ejercicio se debe hacer de forma lenta y 15 veces con cada pierna.
5.- En decúbito prono extensión de cadera
En este ejercicio la posición inicial que debe tener el paciente es tumbado boca abajo, con sus
piernas completamente estiradas. Desde aquí se le va a pedir al paciente que eleve una pierna
de manera lenta. Este ejercicio se debe realizar 15 veces con cada pierna.
En esta ocasión el paciente debe estar tumbado de lado, con la pierna que está en contacto con
la colchonera flexionada y la otra extendida. El ejercicio va a consistir en que debe separar del
cuerpo la pierna que está estirada 15 veces y de manera lenta.
Para este ejercicio el paciente debe estar tumbado boca arriba y el ejercicio que tiene que
realizar es intentar hacer pedaleo con sus piernas.
Como habéis podido comprobar son ejercicios muy sencillos y que no requieren de una gran
preparación física. Pero vuelvo a insistir estos ejercicios se deben realizar de manera lenta y en
el momento que se sienta fatiga muscular y articular debemos parar.
En el caso que el paciente tenga un brote de dolor, se recomienda no realizar los ejercicios y es
mejor descansar y mantener en reposo la articulación.
El objetivo de estos ejercicios es mantener o bien ganar la amplitud articular, ya que si se
consigue esto el paciente podrá realizar las actividades de la vida diaria, tales como subir y bajar
escaleras o bien andar, sin ningún tipo de molestia o dolor.
La medida más eficaz en la artrosis es la prevención, es decir, intentar corregir aquellos factores
de riesgo modificables que pueden acelerar su proceso.
No subir escaleras
Por ejemplo, adecuar la silla en el lugar de trabajo para preservar la anatomía de la región
lumbar o evitar estar mucho tiempo de pie si hay artrosis en los miembros inferiores.
Ejercicio físico.
Este debe individualizarse para cada paciente y se debe realizar de manera regular. La natación
es, por ejemplo, un buen deporte para pacientes con artrosis lumbar, de cadera o de rodilla.
Una buena terapia física puede reducir el dolor y mejorar la rigidez articular.