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Después de Roma

Carlomagno según una ilustración de Alberto Durero (1511)

Los recién llegados se unieron a los habitantes originales para crear tres pueblos: los
frisios a lo largo de la costa, los sajones en el este y los francos en el sur.17 Los francos
se convirtieron al cristianismo después de que su rey Clodoveo I lo hiciera en el año
496, y así el cristianismo fue introducido en el norte gracias a la conquista de Frisia por
los francos. Los Países Bajos pertenecían al imperio franco de Carlomagno, cuyo núcleo
se encontraba en lo que hoy es Bélgica y el norte de Francia, y que se extendía además
por el resto de Francia, Alemania, norte de Italia y otros territorios de la Europa
occidental. En 843, con el Tratado de Verdún, el Imperio quedó dividido en tres partes:
Francia Occidental, Francia Oriental y Lotaringia. Posteriormente, este imperio central
se dividió; la mayor parte de los territorios de habla neerlandesa se integraron en
Alemania, y Francia intentó incorporar a Flandes sin éxito.17

Entre los años 800 y 1000, los Países Bajos padecieron los saqueos de los vikingos,
cuyos ataques eran muy violentos, como en la destrucción de la ciudad de Dorestad.
Pero la supremacía vikinga terminó en 920, cuando el rey Enrique I de Alemania liberó
Utrecht. Los reyes y emperadores alemanes dominaron los Países Bajos durante los
siglos X y XI. Alemania recibió la denominación de Sacro Imperio Romano Germánico
tras la coronación de Otón I el Grande como emperador.31 Nimega fue un lugar
significativo para los emperadores germanos, varios de ellos nacieron y murieron allí.

Las Cruzadas fueron populares en los Países Bajos y muchos se unieron para ir a luchar
en Tierra Santa. El Sacro Imperio Romano Germánico se mostró incapaz de mantener la
unidad política debido a la creciente independencia de las ciudades. Los gobernantes
locales transformaron sus ducados y condados en reinos privados y se sentían poco
obligados a obedecer al emperador. Una gran parte de lo que actualmente son los Países
Bajos estaba gobernada por el conde de la región de Holanda, el duque de Güeldres, el
duque de Brabante Flamenco y el obispo de Utrecht. En el norte, Frisia y Groninga
mantuvieron su independencia y eran gobernadas por la pequeña nobleza.

Güeldres y la región de Holanda luchaban por el control de Utrecht. Por su parte,


Utrecht se vio marginada a causa de las continuas dificultades que experimentaba para
elegir nuevos obispos, mientras que las dinastías de los Estados vecinos eran más
estables. Groninga, Drente y la mayor parte de Güeldres, que había formado parte de
Utrecht, se independizaron. Brabante trató de someter a sus vecinos, aunque sus intentos
fracasaron. Los Países Bajos también intentaron asegurar su supremacía en Zelanda y
Frisia, pero tampoco lo lograron. En el norte, Frisia conservó su independencia durante
este período. Poseía sus propias instituciones y se oponía a la imposición del sistema
feudal que se podía encontrar en otras localidades europeas. A pesar de ello, los frisios
perdieron su independencia cuando fueron derrotados en 1498 por los mercenarios
lansquenetes alemanes del duque Alberto III de Sajonia-Meissen.

Borgoña

Felipe III de Borgoña el Bueno, retratado por Roger van der Weyden

Los Países Bajos Borgoñones es un término que describe a la entidad geopolítica que
abarcaba a los territorios de la región de los Países Bajos (Nederlanden; Lage Landen),
que fueron incorporándose al dominio de los duques de Borgoña durante el período
comprendido entre 1384 y 1477.

Los territorios borgoñones se vieron expandidos con el Condado de Namur en 1421, los
ducados de Brabante y Limburgo en 1439, los condados de Henao, Holanda y Zelanda
en 1432, el Ducado de Luxemburgo en 1441 y el ducado de Güeldres en 1437.
En 1433 buena parte del territorio de los Países Bajos y Bélgica fue unificado por el
duque Felipe III de Borgoña.32 Antes de la unión borgoñona, los neerlandeses se
identificaban con su ciudad, su condado o ducado local o como súbditos del Sacro
Imperio Romano Germánico. Fue durante esta etapa borgoñona cuando comenzó a
surgir entre los neerlandeses una conciencia de nación. Los principales nobles de los
Países Bajos invitaron al duque a conquistar este país, a pesar de que él no tenía ninguna
pretensión histórica sobre los Países Bajos. Ámsterdam creció y en el siglo XV se
convirtió en el principal puerto comercial europeo para el grano procedente de la región
báltica.

Güeldres se oponía al dominio borgoñón y trató de crear su propio Estado en el noreste


de los Países Bajos y noroeste de Alemania. Debido a la falta de dinero, Güeldres hizo
que sus soldados se proveyeran de lo que necesitaran mediante el saqueo de los
territorios enemigos. Estos soldados supusieron una gran amenaza para los Países Bajos
borgoñones. Güeldres estaba aliada con Francia, Inglaterra y Dinamarca, los cuales
querían poner fin a la prosperidad de Flandes y al dominio borgoñón sobre los Países
Bajos.

Cuando Carlos el Temerario, duque de Borgoña, murió en enero de 1477 en la batalla


de Nancy sin descendencia masculina, el rey Luis XI de Francia se apoderó del ducado
de Borgoña y lo anexionó al dominio real, sobre la base de que los infantazgos se
habían reglamentado de forma que, al extinguirse la descendencia masculina, debían
incorporarse a la Corona. Pero María de Borgoña, la hija del duque de Borgoña, se casó
con el futuro emperador Maximiliano I de Habsburgo para defender su herencia y no
aceptó la pérdida del ducado, manteniendo así la titulación de duque de Borgoña por el
prestigio que otorgaba a su titular el ser Gran Maestre y Jefe Soberano de la Orden del
Toisón de Oro.

En febrero de 1477, María de Borgoña concede el llamado Gran Privilegio a sus


súbditos de Flandes (Bélgica, Países Bajos, Luxemburgo y norte de Francia), que fue
firmado en Gante, devolviéndoles los privilegios arrebatados por los duques anteriores,
Felipe el Bueno y Carlos el Temerario. Era un Estatuto que garantizaba el autogobierno
de los Países Bajos, según el cual se creaba un Gran Consejo para asesorar a María de
Borgoña, que se comprometía a no declarar la guerra o subir los impuestos sin el
consentimiento de los Estados Generales de los Países Bajos.

Al firmarse el tratado de Senlis en 1493, los franceses conservaron el territorio del


Ducado de Borgoña, pero devolvieron el Franco Condado y el Artois a los borgoñones.
En 1493, Felipe el Hermoso ya era mayor de edad y su intitulación en 1495 muestra sus
posesiones territoriales en los Países Bajos:

Phelipe par la grace de Dieu Archiduc d'Ausriche, Duc de Bourgoingne, de Lothor, de Brabant,
de Stiere, de Carinte, de Carniole, de Lemberg, de Lucembourg & de Gheldres; Conte de
Habsbourgh, de Flandres, de Tyrol, d'Artois, de Bourgoingne Palatin & de Hoynnau, Lantgrave
d'Elsace, Marquis de Bourgaubb & du Saint Empire; de Hollande, de Zeelande, de Ferette, de
Kiburg, de Namur, & de Zutphen Conte, Seignure de Frese, sur la Marche de Sclanonie, de
Portenaub, de Salins, & de Malines.33
El matrimonio de Felipe el Hermoso con la hija de los Reyes Católicos y futura reina
Juana I posibilitó la vinculación de los territorios de Borgoña y los Países Bajos con los
futuros monarcas españoles.

En el tratado de Nimega (1678), se cedió definitivamente el territorio de Borgoña a


Francia, con lo que una vez adquiridos todos los territorios de Borgoña (Franco
Condado y Ducado de Borgoña), Luis XIV de Francia invistió a su nieto Luis de
Francia (1682-1712), como duque de Borgoña. Por otra parte, Carlos II de España y sus
sucesores conservaron los títulos borgoñones de forma nominal en su intitulación.

Países Bajos de los Habsburgo

Artículo principal: Países Bajos de los Habsburgo

El emperador Carlos V, soberano de los Países Bajos, donde había nacido

Por herencia y conquista el país llegó a estar en posesión de la dinastía de los


Habsburgo bajo Carlos V en el siglo XVI, quien los unificó en un solo Estado.34 El este
de los Países Bajos solo fue ocupado unas décadas antes de la lucha de los neerlandeses
por su independencia. Sin embargo, en 1548, ocho años antes de que abdicara del trono,
el Emperador Carlos V garantizó el estatus de las Diecisiete Provincias de los Países
Bajos como una entidad separada tanto del Imperio como de Francia.35 Esta Pragmática
Sanción de 1549 no fue de independencia plena, pero permitió una autonomía
significativa.

Al emperador Carlos le sucedió su hijo Felipe II de España.36 A diferencia de su padre,


que había crecido en Gante (Bélgica), Felipe tuvo poco apego personal con los Países
Bajos, y así la nobleza local le consideró indiferente hacia su Estado. Como católico
devoto, Felipe estaba consternado por el éxito de la Reforma protestante, que llevó a un
aumento del número de calvinistas. Sus intentos por reforzar la persecución religiosa de
los protestantes y sus esfuerzos por centralizar el gobierno, la justicia y los impuestos le
hicieron impopular y condujeron a una revuelta. Los neerlandeses lucharon por su
independencia de España, lo que originó la guerra de los Ochenta Años (1568-1648).
Siete provincias rebeldes se unieron en la Unión de Utrecht en 1579 y formaron la
República de los Siete Países Bajos Unidos.37

Los tratados de paz con Francia (1598) y con Inglaterra (1604) y el agotamiento por la
guerra llevaron al establecimiento de la tregua de los doce años.
En la práctica los territorios del norte formaban las Provincias Unidas: Holanda,
Zelanda, Utrecht, Güeldres (con Zutphen), Overijssel (con Drente), Frisia y Groniga,
además de los territorios de la Generalidad (partes de Brabante, Flandes y Limburgo).
Los territorios del sur, bajo la soberanía de los Habsburgo, formaron los Países Bajos
españoles: Flandes, Artois, Henao, Namur, Luxemburgo, Brabante, Amberes, Malinas,
Limburgo. Esto se reflejó en los Estados Generales de los Países Bajos, ya que en la
parte septentrional se establecieron en La Haya y en la parte meridional en Bruselas.

De esta manera, por el Acta de Abjuración de 1581 y la Tregua de los doce años de
1609 se formaron dos entidades políticas: al norte, las Provincias Unidas, y al sur los
Países Bajos españoles.

El saqueo de Naarden por las tropas de Fadrique Álvarez de Toledo

Mediante la Tregua con las provincias del Norte, los archiduques Alberto e Isabel Clara
Eugenia emprendieron una política de reparación y reorganización interna, protegiendo
las artes, las ciencias, así como el comercio y la agricultura. Además su Edicto Perpetuo
de 12 de julio de 161138 conforma el primer código legal belga. No obstante, aunque
independientes los Países Bajos permanecieron dentro de la esfera de influencia
española.

En 1714, con el Tratado de Rastatt el emperador Carlos VI obtuvo el control de los


Países Bajos españoles, pasando a ser conocidos como los Países Bajos austríacos.

La política centralizadora del emperador José II de Habsburgo en contra de los antiguos


privilegios provocó la rebelión general en 1788, la Revolución brabanzona, que se
declararon independientes y formaron los Estados Unidos de Bélgica (11 de enero de
1790), en una declaración firmada por Brabante Flamenco, Güeldres, Flandes, Flandes
Occidental, Henao, Namur, Tournai, Tournaisis y Malinas, pero no Luxemburgo.39

A fines de 1790, el poder imperial lo restauró el emperador Leopoldo II de Austria.

Durante las guerras revolucionarias francesas, el ejército revolucionario francés venció


en 1792 al austriaco en la batalla de Jemappes y conquistó los territorios de los Países
Bajos meridionales, pero la victoria austriaca en Neerwinden en 1793 puso en retirada al
ejército francés.

Finalmente, los franceses obtuvieron en 1794 la victoria en la batalla de Fleurus y los


austriacos se retiraron de nuevo de los Países Bajos.
El 1 de octubre de 1795, la Convención Nacional anexionó los Países Bajos y el
Obispado de Lieja.40 La pérdida de territorios fue reconocida por Austria en el Tratado
de Campo Formio, el 17 de octubre de 1797.

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