Está en la página 1de 3

EJERCICIOS PARA FORTALECER LA GRATITUD

A pesar de conocer todos los beneficios que la gratitud nos puede


traer, muchas veces es difícil practicarla o poder expresarla a los
otros. Para los que sienten que viven demasiado ocupados y
estresados o rodeados de dificultades que no les dejan ver lo bueno
en sus vidas, aquí tenemos 3 ejercicios para fortalecer el
agradecimiento.
Diario personal de gratitud
Un diario de gratitud es una forma sencilla de llevar un registro de
lo bueno que tenemos en la vida. La idea es que una o dos veces
por semana anotemos en una libreta, una agenda o en las notas de
nuestro celular las cosas buenas que nos pasaron y por las que
estamos agradecidos.
No tiene que ser una lista extensa; de hecho, es mejor ser
detallados por aquello que consideremos lo más importante, lo más
inesperado o sorpresivo, ya que estos eventos provocan mayores
grados de satisfacción.
Esta acción nos tomará solamente 5 minutos, pero poco a poco irá
entrenando a nuestras mentes para mirar más allá de lo cotidiano y
encontrar las cosas positivas que nos rodean y que no notamos por
la prisa con la que vivimos.
El frasco de la gratitud
Este es un ejercicio que va perfecto con el año nuevo y que
podemos empezar este próximo primero de enero. Como lo dice su
nombre, lo primero que necesitamos es un frasco limpio y con tapa
que podemos decorar como deseemos. Además, usaremos recortes
de papel o post its limpios.
Al igual que con el diario de gratitud, una o dos veces por semana
-o cada que sea necesario- debemos escribir una nota sobre alguien
o algo por lo que nos sentimos agradecidos. Pueden ser grandes
sucesos o cosas cotidianas: ver un arcoíris, probar un platillo que
nos pareció delicioso, una felicitación en el trabajo… Si somos
observadores, nos daremos cuenta de que nos pasan más cosas
buenas de las que notamos. Esas notas irán directo al frasco.

Cuando tengamos un mal día, o nos sintamos tristes o sin ánimo


por alguna razón, podemos abrir el frasco y tomar papelitos al azar
que nos recordarán que, así como nos pasan cosas malas, también
hemos estado rodeados de cosas buenas a lo largo del año.
Al llegar el 31 de diciembre, abriremos nuestro frasco y leeremos
todos los mensajes que pusimos dentro, Así, reviviremos los
momentos de agradecimiento que hemos tenido en el año que
termina y con ese ánimo de gratitud, comenzaremos nuestro nuevo
frasco de agradecimiento para el siguiente año.
La alarma de la gratitud
Si estamos dispuestos a ejercitar la gratitud regularmente a lo largo
del año que viene, pero dudamos en poder mantener el hábito más
allá de unos días, podemos hacer:
Programar en nuestro teléfono, reloj o dispositivo más conveniente
una alarma que nos recuerde que es momento de agradecer.
Con esta alarma, tendremos un recordatorio para detenernos y
meditar sobre el día que ha pasado y anotar los momentos por los
que estamos agradecidos. Al final de la semana o del mes, podemos
analizar nuestra lista y conocernos más a nosotros mismos.
¿Hay algún evento o lugar que notemos que dispara nuestros
sentimientos de gratitud? ¿Por qué algunas semanas o meses
hemos sido más agradecidos que otros?
Con el tiempo es probable que la alarma ya no será necesaria
porque nos acostumbraremos a tomarnos el tiempo para
agradecer. De hecho, nuestra mente se irá preparando desde que
despertemos para el momento de meditar so

También podría gustarte