Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
DERECHO ADMINISTRATIVO
Editorial Rodhas
MODELOS
JURISPRUDENCIAS
INDICE GENERAL
QUINTA PARTE
MODELOS PARA LA ACTIVIDAD ADMINISTRATIVA
I. ESCRITOS ADMINISTRATIVOS
MODELO N° 21: Solicitud de Desistimiento de lo Solicitado
MODELO N° 22: Solicitud de Desistimiento de lo Pretensión
MODELO N° 23: Solicitud de Queja por Defecto de Tramitación e Inconducta Funcional
MODELO N° 24: Queja por Defecto de Tramitación Administrativa
MODELO N° 25: Carta de Abstención de Prácticas Antisindicales
MODELO N° 26: Queja por Defecto de Tramitación Administrativa
MODELO N° 27: Queja por Defecto de Tramitación Administrativa
MODELO N° 28: Queja por Defecto de Tramitación e Inconducta Funcional
MODELO N° 29: Queja por Defecto de Tramitación e Inconducta Funcional
MODELO N° 30: Queja por Defecto de Tramitación e Inconducta Funcional
MODELO N° 31: Solicitud de Liquidación por Tiempo de Servicios
MODELO N° 32: Solicitud de Reiteración de Resolución Administrativa
MODELO N° 33: Reitero se Resuelva mi Solicitud de Nulidad de Resolución Administrativa por el
Contravenir la Constitución y Omitir Requisitos de Validez
MODELO N° 34: Solicitud de Nulidad de Resolución Administrativa por Contravenir la Constitución
y Omitir Requisitos de Validez
MODELO N° 35: Solicitud de Rectificación Administrativa de Acta de Nacimiento
MODELO N° 36: Solicitud se declare la Nulidad del Acto Administrativo de Oficio
MODELO N° 37: Solicitud se Declare la Nulidad de una Carta Administrativa
MODELO N° 38: Solicitud de Cumplimiento de Mandato Judicial y Suspensión de Concurso.
Cumplimiento de Medida Cautelar
MODELO N° 39: Solicitud de Medida Cautelar en Procedimiento Administrativo para Suspensión
de Ejecución de Acto Administrativo
MODELO N° 40: Solicitud de Nulidad de Contrato de Afiliación
MODELO N° 41: Reconocimiento de Status de trabajador Permanente. Solicitando Estabilidad y Otros
MODELO N° 42: Solicitud de Pago de Devengados
MODELO N° 43: Solicitud de Pago de Pensión de Cesantía bajo el Régimen Previsional del D. Ley
N° 20530, Devengados e Intereses Legales
MODELO N° 44: Solicitud de Pago de Remuneraciones Insolutas y Otros
MODELO N° 45: Solicitud de Pago por Bonificación Especial del 30%
MODELO N° 46: Solicitud de Reiteración de Pedido de Movimiento de Personal
MODELO N° 47: Solicitud de Desplazamiento Permanente
MODELO N° 48: Solicitud de Asignación de Funciones y Otros
MODELO N° 49: Solicitud Pidiendo Reasignación
MODELO N° 50: Solicitud de Reasignación de Situación Laboral
MODELO N° 51: Solicitud de Reasignación
MODELO N° 52: Recurso de Reconsideración por Rotación Indebida
MODELO N° 53: Solicitud de Rotación de Servicio
MODELO N° 54: Solicitud pidiendo Rotación de Plaza
MODELO N° 55: Solicitud de Acciones de Personal (Cambio de Grupo Ocupacional)
MODELO N° 56: Solicitud de Renovación de Destaque
MODELO N° 57: Solicitud de Aceptación de Renovación de Destaque
MODELO N° 58: Solicitud para Pedir Ampliación de Destaque
MODELO N° 59: Solicitud de Pago de Derechos Laborales y Otros
1
MODELO N° 60: Solicitud de Regularización de mi Pensión de Jubilación
MODELO N° 61: Solicitud de Reintegro por Compensación por Tiempo de Servicios mas Intereses
Legales
MODELO N° 62: Solicitud de Reintegro de Remuneración por Pago Diminuto
MODELO N° 63: Solicitud de Cese por Renuncia
MODELO N° 64: Solicitud de Interes Particular (Cambio De Regimen)
MODELO N° 65: Recurso Impugnativo de Apelación contra una Resolución Administrativa que
Deniega Pensión de Jubilación
MODELO N° 66: Recurso Impugnativo de Apelación para Nueva Liquidación de Tiempo de Servicios
MODELO N° 67: Escrito: Recurso de Apelación por Interpretación Incorrecta
MODELO N° 68: Recurso de Apelación por Regularización Laboral
MODELO N° 69: Recurso Impugnativo de Apelación por Interpretación Incorrecta
MODELO N° 70: Solicitud para Interponer Recurso de Apelación
MODELO N° 71: Recurso de Apelación
MODELO N° 72: Recurso de Apelación
MODELO N° 73: Recurso de Apelación contra Observación Registral
MODELO N° 74: Recurso Administrativo de Apelación de Liquidación de Compensación por
Tiempo de Servicio
MODELO N° 75: Solicitud para Interponer Recurso de Apelación y Restitución de Condición Laboral
MODELO N° 76: Recurso Impugnativo de Apelación
MODELO N° 77: Recurso Impugnatorio de Apelación
MODELO N° 78: Recurso Administrativo de Apelación (Interposición de Recursos Administrativos
de Apelación)
MODELO N° 79: Recurso de Reconsideración contra Acto Administrativo que declara Infundado
Reclamo
MODELO N° 80: Recurso de Apelación y Nulidad de Proceso Disciplinario
MODELO N° 81: Recurso de Reconsideración en Contra de Resolución que Declara Infundado
Reclamo
MODELO N° 82: Recurso de Reconsideración para Dejar sin efecto Sanción de Cese Temporal
MODELO N° 83: Recurso de Revisión de Resolución Administrativa
MODELO N° 84: Recurso de Apelación que deje sin Efecto Cobranza
MODELO N° 85: Interpongo Recurso de Reconsideración (en la vía administrativa municipal)
MODELO N° 86: Solicitud para Interponer Recurso Impugnativo de Reconsideración
MODELO N° 87: Solicitud para Interponer Recurso de Reconsideración
MODELO N° 88: Recurso de Reconsideración con--tra Acto Administrativo
MODELO N° 89: Recurso de Reconsideración
MODELO N° 90: Recurso de Revisión contra Silencio Administrativo (Interposición de Recurso de
Revisión por Incremento Salariales No Pagados)
MODELO N° 91: Recurso de Revisión en Contra de Acto Administrativo
MODELO N° 92: Recurso de Revisión en Contra de Resolución Ficta
MODELO N° 93: Reclamación Contra Resolución que Deniega Solicitud de Devolución
MODELO N° 94: Escrito de Presentación de Nuevos Medios Probatorios
MODELO N° 95: Escrito de Descargos por Imputación de Faltas Administrativas
MODELO N° 96: Escrito de Descargos de Faltas Administrativas
MODELO N° 97: Escrito de Descargos de Presuntas Faltas Administrativas
MODELO N° 98: Notificación de la Resolución que Declara Fundado en Parte el Recurso de
Reconsideración y que se encuentra Afecta de Nulidad
MODELO N° 99: Denuncia Administrativa contra Sindicato
MODELO N° 100: Denuncia Administrativa Contra Sindicato
MODELO N° 101: Denuncia Administrativa de Accidente de Trabajo
2
MODELO N° 102: Solicitud de Denuncia Administrativa y otros
MODELO N° 103: Solicitud Reiterando Denuncia Administrativa. Tramitar Prórroga de Consejo
Directivo
MODELO N° 104: Solicitud de Denuncia Administrativa y Otros (1)
MODELO N° 105: Solicitud haciendo Uso del Derecho de Petición y Otros
MODELO N° 106: Denuncia Administrativa Contra Entidad Financiera
MODELO N° 107: Notificación de la Resolución que Impone Sanción
MODELO N° 108: Resolución que Concede Medida Cautelar de Suspensión de Ejecución de Acto
Administrativo
MODELO N° 109: Notificación de la Resolución que Instaura Proceso Administrativo Disciplinario
MODELO N° 110: La Resolución que Declara Fundado en Parte el Recurso de Reconsideración y que se
encuentra Afecta de Nulidad
MODELO N° 111: Resolución que Impone Sanción Administrativa
II.- PROCESOS CONTENCIOSOS ADMINISTRATIVOS
MODELO Nº 112: Demanda de Ineficacia de Acto Administrativo
MODELO Nº 113: Demanda de Nulidad Parcial de Acto Administrativo
MODELO N° 114: Demanda de Nulidad de Acto Administrativo
MODELO Nº 115: Demanda de Nulidad de Resolución Administrativa
MODELO Nº 116: Demanda de Nulidad de Resolución Administrativa por Carecer de Requisitos de Validez
MODELO Nº 117: Demanda de Acumulación de Pretensiones
MODELO Nº 118: Demanda de Nulidad Total de Acto Administrativo
MODELO Nº 119: Demanda Solicitando se Realice Control Difuso
MODELO Nº 120: Demanda de Cumplimiento de Actuación Administrativa por Mandato de un Acto
Administrativo
MODELO Nº 121: Demanda de Cese de Actuaciones Materiales no Sustentadas en Acto Administrativo
MODELO Nº 122: Demanda de Cumplimiento de Actuación Administrativa por Mandato de la Ley
MODELO Nº 123: Demanda en Interés Difuso Presentada por el Ministerio Público
MODELO Nº 124: Demanda de Reconocimiento de Derechos
MODELO Nº 125: Demanda de Responsabilidad del Estado
MODELO Nº 126: Demanda de Restablecimiento de un Derecho
MODELO Nº 127: Demanda en Contra del Silencio Administrativo Negativo
MODELO Nº 128: Demanda en Contra de un Tribunal Administrativo
MODELO N° 129: Demanda Contencioso-Administrativa por Inactividad de la Administración Pública
MODELO N° 130: Medida Cautelar de Innovar en Proceso Judicial
MODELO N° 131: Demanda Contencioso-Administrativa
MODELO Nº 132: Demanda Contencioso-Administrativa Sobre Intereses Legales
MODELO N° 133: Medida Cautelar de no Innovativa
MODELO N° 134: Demanda de Medida Cautelar No Innovativa
MODELO N° 135: Demanda de Medida Cautelar de no Innovar por Suspensión Administrativa
MODELO N° 136: Demanda de Acción Contenciosa Administrativa (Medida Cautelar de no Innovar)
MODELO Nº 137: Medida Cautelar de Innovar
MODELO N° 138: Demanda Solicitando Medida Cautelar de Innovar
MODELO N° 139: Demanda (Solicitud) de Medida Cautelar de no Innovar
MODELO Nº 140: Medida Cautelar de Innovar Fuera del Proceso para Reincorporar al Recurrente
Temporalmente
MODELO N° 141: Demanda Contencioso-Administrativa Laboral (Pretensión en la Medida Cautelar de
Innovar)
MODELO N° 142: Medida Cautelar Innovativa (Admisión de Solicitud de Medida Cautelar Innovativa de
Reposición Laboral)
3
III. PROCESOS NO CONTENCIOSOS
MODELO N° 143: Acta Notarial de Audiencia Única de Separación Convencional y Divorcio Ulterior
MODELO N° 144: Acta de Admisión a Trámite de Separación Convencional y Divorcio Ulterior
MODELO N° 145: Esquela de Comunicación de Separación Convencional y Divorcio Ulterior
MODELO N° 146: Minuta de Disolución del Vínculo Matrimonial (Divorcio)
MODELO N° 147: Solicitud de Separación Convencional y Divorcio Ulterior
MODELO N° 148: Declaración Testimonial de Unión de Hecho
MODELO N° 149: Solicitud de Reconocimiento de Unión de Hecho
MODELO N° 150: Modelo de Minuta de Unión de Hecho
MODELO N° 151: Solicitud de Declaración de Sucesión Intestada
MODELO N° 152: Solicitud de Declaración de Sucesión Intestada
MODELO N° 153: Comunicado de Solicitud de Sucesión Intestada
MODELO N° 154: Solicitud de Inscripción de Sucesión Intestada
MODELO N° 155: Notificación de Herederos
MODELO N° 156: Notificación de Admitido a Trámite, la Solicitud de Declaración de Sucesión Intestada
IV. OTROS ESCRITOS
MODELO N° 157: Certificado Domiciliario
MODELO N° 158: Rectificación de Partida
MODELO N° 159: Aviso de Rectificación de Partida
MODELO N° 160: Esquela de Comunicación de Rectificación de Partidas
MODELO N° 161: Requerimiento de Contratos de Seguro de Vida
MODELO N° 162: Solicitud Simple de Licencia sin Goce de Haber
MODELO N° 163: Solicitud Simple de Cambio de Horarios
MODELO N° 164: Solicitud de Afiliación en un Sindicato
MODELO N° 165: Carta de Abstención de Prácticas Antisindicales
MODELO N° 166: Acta Sindical de Constitución de Sesión Sindical
MODELO N° 167: Escrito Sindical de Representación de Reclamaciones de Naturaleza Colectiva
MODELO N° 168 Solicitud de pago de todos los beneficios laborales
MODELO N° 169 Solicita pago de Bonificaciones
MODELO N° 170 Solicito Reposición por Cese Colectivo Ilegal
MODELO N° 171 Solicita Indemnización por daños y perjuicios
MODELO N° 172: Carta de Cumplimiento de un Convenio Colectivo
MODELO N° 173: Carta de Coordinación para la Formación de una Derrama
MODELO N° 174: Carta de Coordinación para Capacitación
MODELO N° 175: Carta de Comunicación de Reforma de Estatutos
MODELO N° 176: Solicitud al Sindicato de Abstenerse de Asuntos Políticos
MODELO N° 177: Solicitud al Sindicato de Abstenerse de Coaccionar a los Trabajadores
MODELO N° 178: Escrito Solicitando al Sindicato de Evitar Utilizar Fondos a Fines Distintos
MODELO N° 179: Escrito Sindical para Evitar Distribuir Rentas del Patrimonio Sindical
MODELO N° 180: Escrito Sindical de Afiliación de Trabajador en Período de Prueba
MODELO N° 181: Acta Sindical de Elección de Delegados a Falta de Sindicato
SEXTA PARTE
JURISPRUDENCIAS
1. VÍA ADMINISTRATIVA, AGOTAMIENTO DE VÍA PREVIA Y VÍA PARALELA
1.1 Agotamiento de la Vía Previa - Exp. N° 297-01-AC/TC-La Libertad
1.2 El Régimen Laboral y la Vía Administrativa - Exp. N° 326-2001-AA/TC-Lima
1.3 Proceso Ordinario y Proceso Constitucional, Vía Paralela - Exp. N° 0905-2001-AA/TC-San Martín
4
1.4 La Apertura de los Procesos Disciplinarios le Corresponde a la Comisión Permanente de Procesos
Administrativos - Exp. N° 684-97-AA/TC-Lima
2. DERECHOS PROCEDIMENTALES
2.1 Recurso de Queja en Sede Administrativa - Cas. N° 2055-99-Lima
2.2 De la Naturaleza del Acto Administrativo -
2.3 Motivación de las Resoluciones Judiciales - Exp. N° 00728-2008-PHC/TC-Lima
2.4 Vulneración de Derecho de Defensa y Debido Procedimiento al Presentarse la Concurrencia de
Imputación Distinta de las Normas - Res. N° 00321-2013-SERVIR/TSC
2.5 Obligatoriedad del Dictamen Fiscal en el Proceso Contencioso Adminis- trativo - Cas. N° 2480-
2006-Lima
2.6 Declaran Fundada la Acción de Amparo al Haberse Acreditado que se Vulneró el Derecho
Constitucional a la Defensa y al Debido Proceso del Demandante - Exp. 444-98-AA/TC-La
Libertad
2.7 Declaran Fundada la acción de Amparo al Haberse Acreditado que se Vulnero el Derecho
Constitucional al Debido Proceso - Exp. N° 1197-99-AA/TC-La Libertad
2.8 Declaran Fundada la Acción de Amparo al Haberse Acreditado que se Vulneró el Derecho
Constitucional a la Defensa al Debido Proceso y, Específicamente, la Variable Denominada
«Procedimiento Preestablecido por la Ley - Exp. N° 618-2000-AA/TC-La Libertad
2.9 Declaran Infundada la Demanda al Haberse Impuesto la Sanción Disciplinaria Respetando el
Debido Proceso - Exp. N° 0254-2005-PA/TC
2.10 Declaran Fundada la Acción de Amparo al Haberse Acreditado que se Vulneró el Derecho
Constitucional al Debido Proceso y, Específicamente, la Variable Denominada «Procedimiento
Preestablecido por la Ley» - Exp. 290-2000-AA/TC-Arequipa
2.11 Declaran Infundada la Demanda Porque no se Afectó el Debido Proceso y el Derecho de Defensa.
Lo Resuelto en el Ámbito Administrativo es Independiente del Proceso Penal. Superar el Plazo
Prescriptorio de la Investigación no Vulnera Derecho Alguno Existe Falta Disciplinaria de la
Comisión de Procesos Administrativos - Exp. N° 3459-2004-AA/TC-Lima
2.12 Declaran Infundada la Demanda por no Haberse Vulnerado el Principio de la Presunción de
Inocencia con el Inicio de un Procedimiento Disciplinario - Exp. N° 08300-2005-PHC/TC-
Amazonas
2.13 Declaran Fundada la Demanda al no Haberse Cumplido con la Notificación Personal de las Faltas
Imputadas, no Precisar los Hechos Imputados como Falta Grave y no Contener una Delimitación
Precisa de la Conducta Denunciada como Infracción - Exp. N° 2678-2004-AA/TC-Lima
2.14 Declaran Fundada la Demanda al Haberse Violado los Principios de Legalidad, Razonabilidad y
Proporcionalidad como Atributo del Estado Social y Democrático de Derecho - Exp. 2192-204-
AA/TC-Tumbes
2.15 Declaran infundada la Demanda Afirmando que el Consejo Nacional de la Magistratura Emitió
Resolución de Destitución en Cumplimiento de sus Atribuciones - Exp. 8092-2005-PA/TC-Lima
2.16 Declaran Infundada la Demanda Relativa a la Interdicción de la Reforma Peyorativa y Fundada
en el Extremo del Derecho al Debido Procedimiento - Exp. 5976-2006-PA/TC-Lima
2.17 Declaran Fundada la Acción de Amparo al Haberse Acreditado que se Vulneró el Derecho
Constitucional al Trabajo, a la Defensa y al Debido Proceso de los Demandantes - Exp. N° 134-
98-AA/TC-Lima
2.18 Declaran Fundada la Demanda al Haberse Violado el Principio de Proporcionalidad como
Atributo del Estado Social y Democrático de Derecho, Reconocido por el Artículo 200° de la
Constitución -Exp. N° 3567-2005-AA/TC-Huaura
2.19 Declaran Infundada la Demanda al Haberse Acreditado que la Sanción de Destitución Proviene
de un Proceso Regular Impuesta por Autoridad en Ejercicio de su Función - Exp. N° 4449-2004-
AA/TC-Puno
2.20 Declaran Infundada la Demanda al Haberse Acreditado que la Destitución fue Efectuada
Después de un Proceso Regular - Exp. N° 0929-2005-PA/TC-Lambayeque
5
2.21 Declaran Fundada la Demanda al Haberse Violado el Principio de Proporcionalidad - Exp. N°
3567-2005-AA/TC-Huaura
2.22 Declaran Fundada la Demanda al Haberse Violado los Principios de Legalidad, Razonabilidad y
Proporcionalidad - Exp. N° 2192-2004-AA/TC-Tumbes
2.23 Declaran Fundada la Demanda por no Haberse Realizado la Notificación Personal a la Procesada
y no Haberse Precisado las Falta Disciplinarias - Exp. N° 2678-2004-AA/TC
3. PRINCIPIO DE RAZONABILIDAD
3.1 Principios de Razonabilidad y Proporcionalidad en el Procedimiento Administrativo Sancionador
- Exp. N° 1057-2001
3.2 La Tutela Jurisdiccional Efectiva y el Agotamiento de la Vía Administrativa - Exp. N° 1160-2000-
AA/TC-Lima
4. SILENCIO ADMINISTRATIVO
4.1 Naturaleza del Silencio Administrativo: Protestad del Administrado - Exp. N° 1003-98-AA/TC-
Lima
4.2 Declaran Fundado el Reclamo al Haber Operado El Silencio Administrativo Positivo - Res. N°
3922-2001-SUNASS/TRASS
5. ACTUACIÓN MATERIAL EN LA ACTUACIÓN DE LOS ACTOS ADMINISTRATIVOS
5.1 Omisión Formal y Omisión Material en la Ejecución de un Mandato por Parte de la
Administración - Exp. N° 9754-2005-PC/TC-Lima
5.2 El Proceso Disciplinario y la Prescripción - Exp. N° 0812-2004-AA/TC-Ucayali
6. BENEFICIOS ESPECIALES
6.1 Actos Administrativos Sustentados en el D.S. 051-91-PCM, Norma de Menor Jerarquía
Normativa que el D. Leg. 276 - Sentencia de Vista N° 0528-2002-3SC
6.2 El D. Leg. N° 276 es una Norma de Mayor Jerarquía que el D.S. 051-91-PCM - Causa N° 2001-
06467-0-0401-JR-CI-05
6.3 Actos Administrativos Sustentados en Norma que Rebasa el Ámbito de Competencia
Constitucionalmente Previsto - Causa N° 2001-6646-0-0401-JR-CI-08-2SC
6.4 Restitución a la Situación de Actividad de Policía Nacional - Exp. N° 3364-2000
7. DESPIDO
7.1 Reconocimiento de Estatus del Trabajador Permanente en Aplicación de la Ley N° 24041 - Exp.
N° 679-2001-AC/TC-Lambayeque
7.2 Cese por Causal de Excedencia, Sustracción de la Materia - Exp. N° 1276-99-AA/TC-Lima
7.3 Se Declara Inaplicable el Art. 34°, Segundo Párrafo del T.U.O. del D. Leg. N° 728 Ley de
Productividad y Competitividad Laboral - Exp. N° 1124-2001-AA/TC-Lima
7.4 Declaran Inadmisible la Solicitud de Nulidad Planteada en Contra de la Sentencia del Tribunal
Constitucional Recaída en el Exp. N° 1124-2001-AA/TC - Exp. N° 1124-2001-AA/TC-Lima
7.5 El Principio de Primacía de la Realidad y la Aplicación del Art. 1° de la Ley N° 24041 - Exp. 3291-
2001
7.6 Despido Arbitrario - N° 976-2001-AA/TC-Huánuco
7.7 Declaran Fundada la Acción de Amparo al Haberse Acreditado la Transgresión del Derecho al
Debido Proceso y Afectado los Derechos Económicos y Laborales del Demandante - Exp. N° 408-
97-AA/TC-La Libertad
7.8 Declaran Fundada la Acción de Amparo al Haberse Acreditado la Transgresión de los Derechos
Constitucionales a la Protección contra el Despido Arbitrario y al Debido Proceso - Exp. N° 798-
97-AA/TC-Arequipa
7.9 Declaran Improcedente la Demanda por no Encontrarse el Recurrente Amparado En la Ley N°
24041 - Exp. N° 661-99-AA/TC-Chiclayo
8. PENSIONES
8.1 Emisión de Nueva Resolución Conforme a la Ley 25009 y al D. Ley 19990, por Aplicación del D.
Ley N° 25967 - Exp. N° 2252-2000
6
8.2 Restablecimiento de Pensión y Pago de Reintegros Bajo el Régimen Pensionario del D. Ley N°
20530. La Cosa Decidida -Exp. N° 1955-2000
8.3 Aplicación Retroactiva del D. Ley N° 25967 - Exp. N° 1660-2001
8.4 Reconocimiento de Derechos Adquiridos Bajo el Régimen Previsional del D. Ley N° 20530 - Exp.
N° 2380-2000-Lima
8.5 Abono de Pensión Nivelable sin Topes Conforme al D. Ley 20530 - Exp. N° 739-2001-AC/TC-
Lima
8.6 Nivelación de Pensión de Cesantía Bajo el Régimen Previsional del D. Ley N° 20530 - Exp. N°
352-2001-AA/TC-Arequipa
8.7 Nivelación de Pensión de Cesantía Bajo el Régimen Previsional del D. Ley N° 20530 - Exp. N°
351-2001-AA/TC-Arequipa
8.8 Reconocimiento de Situación Jurídica del Pensionista Bajo el Régimen del D. Ley N° 20530, Sin
Topes, Reintegros e Intereses - Exp. N° 3157-2001
8.9 Reincorporación al Régimen de Pensiones del Decreto Ley 20530 - Exp. N° 193-2001-AA/TC-
Lima
8.10 Reincorporación al Régimen de Pensiones del Decreto Ley 20530 - Exp. N° 941-2000-AA/TC-
Lima
8.11 Emisión de Nueva Resolución Administrativa Conforme al D. Ley N° 19990, Debido a la
Aplicación Retroactiva del D. Ley N° 25967 -Exp. N° 3116-2001
8.12 Emisión de Nueva Resolución Administrativa Conforme al D. Ley N° 19990, Debido a la
Aplicación Retroactiva del D. Ley 25967 - Exp. N° 2890-2001
8.13 Aplicación Retroactiva del Decreto Ley N° 25967 - Exp. N° 3177-2001
8.14 Reposición del Monto de Pensión de Cesantía Bajo el Régimen del Decreto Ley N° 20530,
Reducido por Resolución Administrativa - Exp. N° 3216-2001
8.15 Nivelación de Pensión de Cesantía de los Trabajadores de la Administración Pública - Sentencia
0357-2002-3SC - Causa N° 2001-07128-0-0401-JR-CI-04
8.16 Pensión de Cesantía de los Trabajadores de la Administración Pública - Sentencia N° 0359-2002-
3SC - Causa N° 2001-6872-0-0401-JR/CI-05
8.17 Derecho de Pensión -Exp. N° 1417-2005-AA/TC-Lima
8.18 Declaran Fundada la Demanda en el Extremo que Ordena el Reintegro de Pensiones e
Improcedente la Inaplicación de la Sanción de Cese Temporal - Exp. N° 858-2001-AA/TC-La
Libertad
8.19 Declaran Improcedente la Demanda por ser Improcedente Sancionar Disciplinaria-Mente con
Cese Temporal a un Pensionista Estatal - Exp. N° 858-2001-AA/TC-La Libertad
9. PAGO DE INTERESES DEVENGADOS
Procedencia de Pago de Intereses Legales en Materia Pensionaria - Res. N° 000802-2006
10. VACACIONES
Goce de Vacaciones conforme el D. Leg. 276 - Exp. N° 2696-2000
11. JUBILACION
Jubilación - Exp. N° 04762-2007-PA/TC-Santa
12. DERECHOS FUNDAMENTALES Y PATRIMONIALES
12.1 Los Derechos fundamentales y la responsabilidad patrimonial de la administración - Sentencia
del Trib. Const. 13/2001
12.2 La Protección Judicial de los Derechos Fundamentales - Exp. N° 1109-202-AA/TC-Lima
12.3 El respeto de los Derechos Fundamentales por parte de la Administración Pública - Exp. N° 0726-
2002-HC/TC-Lima
12.4 Sobre Dominio Público - Exp. N° 02147-2009-PA/TC-Lima
12.5 Sobre Domonio Público y Derecho de Libertad de Tránsito - Exp. N° 02595-2011-PHC/TC-Ica
13. CONFLICTOS DE COMPETENCIA
Conflicto Constitucional de Competencias - Exp. N° 001-2002-CC/TC
7
14. RESTITUCIÓN DE LOS DERECHOS CONSTITUCIONALES
14.1 Vulneración del Derecho al Debido Proceso en Sede Administrativa - Exp. N° 374-2001-AA/TC-
Huaura
14.2 Exhortan al Presidente del Consejo de Ministros promover la Derogación del D.U. N° 136-2001 -
Res. Defensorial N° 009-2002/DP
14.3 El Derecho de defensa y la Falta de Motivación del Acto Administrativo - Exp. N° 3124-2000
14.4 Precedente de Observancia Obligatoria referido a la aplicación de Normas Administrativas,
Competencia para declarar Nulidad de Actos Administrativos y la Oportunidad para solicitar -
Res. del Trib. Reg. N° F009-2002-ORLC/TR
14.5 Establecen precedente de observancia Obligatoria referido a la acreditación de pago efectuado y
a la observancia de la liquidación y bases para la subasta - Res. Trib. Reg. N° F010-2002-
ORLC/TR
14.6 Seguridad Nacional - Exp. N° 1011-2002-HC/TC-Lima
14.7 Declaran Fundada la Demanda porque al momento de Sancionar no se tomó encuenta el artículo
27 del Decreto Legislativo N° 276 - Exp. N° 5155-2005-PA/TC-Ica
14.8 Declaran Infundada la Demanda Afirmando que no se vulneró los artículos 163 y 173 del Decreto
Supremo N° 005-90-PCM, ni el artículo 25 del Decreto Legislativo N° 276 - Exp. N° 4059-2004-
AA/TC-Arequipa
14.9 Declaran Fundada la Demanda al no haberse observado el contenido del artículo 27 del D. Leg.
N° 276 - Exp. N° 5155-2005-PA/TC-Ica
14.10 Declaran Fundada la Demanda de Amparo al haberse acreditado que las críticas y opiniones
severas contra la Universidad y sus Autoridades constituye el Ejercicio del Derecho a la Libertad
de Expresión - Exp. N° 10034-2005-PA/TC-Tacna
14.11 Declaran Infundada la Demanda Afirmando que la Resolución de Destitución del Consejo
Nacional de la Magistratura no ha Vulnerado Derecho Constitucional alguno - Exp. N° 8333-
2006-PA/TC-Lima
15. CONTROL CONSTITUCIONAL
15.1 Mecanismos de Protección de los Derechos Fundamentales y el Control Difuso - Exp. N° 1383-
2001-AA/TC-Lima
15.2 El Juez como autoridad cuyos actos y Resoluciones Judiciales son pasibles de Control
Constitucional - Exp. N° 1230-2002-HC/TC-Lima
15.3 Control Constitucional de los Actos y Resoluciones del Poder Judicial - Exp. N° 1091-2002-
HC/TC-Lima
15.4 Inaplicabilidad de la Norma Incompatible de la Constitución - Exp. N° 04870-2007-PA/TC-
Lambayeque
15.5 Conducta deshonrosa por parte de un Magistrado del Ministerio Público - Res. N° 1583-2010-
MP-F-SUPR.C.I.
16. PLENOS
16.1 Pleno Jurisdiccional Distrital del Area Laboral - Acuerdo Plenario N° 1-2006
16.2 ACUERDO PLENARIO N° 01-2018-CG/TSRA
16.3 ACUERDO PLENARIO N° 02-2018-CG/TSRA
16.4 ACUERDO PLENARIO N° 03-2018-CG/TSRA
8
QUINTA PARTE
9
I. ESCRITOS ADMINISTRATIVOS
MODELO N° 21
EXP. Nº : ...............
SUMILLA : Presento Desistimiento
___________________________ ______________________________
FIRMA DEL ABOGADO FIRMA DEL RECURRENTE
10
MODELO N° 22
SUMILLA : Desistimiento de pretensión que pide dejar sin efecto R.G.R.S. N° 0955-
2017-GRA/GRS/GR-OERRHH.
11
cuanto sea compatible con el régimen administrativo, y según la Ley N° 27584 – TUO D.S. 011-
2019-JUS.
- Principio de impulso de oficio.- Las autoridades deben dirigir e impulsar de oficio el
procedimiento y ordenar la realización o práctica de los actos que resulten convenientes para
el esclarecimiento y resolución de las cuestiones necesarias.
- Principio de razonabilidad.- Las decisiones de la autoridad administrativa, cuando creen
obligaciones, califiquen infracciones, impongan sanciones, o establezcan restricciones a los
administrados, deben adaptarse dentro de los límites de la facultad atribuida y manteniendo la
debida proporción entre los medios a emplear y los fines públicos que deba tutelar, a fin de que
respondan a lo estrictamente necesario para la satisfacción de su cometido.
- Principio de imparcialidad.- Las autoridades administrativas actúan sin ninguna clase de
discriminación entre los administrados, otorgándoles tratamiento y tutela igualitarios frente al
procedimiento, resolviendo conforme al ordenamiento jurídico y con atención al interés general.
___________________________ ______________________________
FIRMA DEL ABOGADO FIRMA DEL RECURRENTE
12
MODELO N° 23
13
emisión de las resoluciones correspondientes, dilatándose de manera innecesaria dicho
proceso. Así por ejemplo:
Con Resolución N° 29 de fecha, 24 de julio del 2017, se ponen los autos a despacho para
resolver lo manifestado por el abogado del suscrito, sin embargo tardo en resolverse hasta el 31
de enero del 2017, como consecuencia varias quejas verbales, ante la OFICINA DISTRITAL DE
CONTROL DE LA MAGISTRATURA, se emite la Resolución N° 30, de fecha 31 de enero del 2017,
donde se solicita un informe mediante su funcionario responsable, en el que precise si en su
cuadro de asignación de personal existen plazas del mismo nivel del suscrito y si estas se
encuentran o no vacantes acompañando la documentación respectiva, así mismo ordena
precisar las gestiones que ha realizado para la creación de una nueva plaza, otorgándole 15
días para su cumplimiento. Hasta la actualidad dicha resolución no ha sido notificada a la
Gerencia Regional de Transportes y comunicaciones.
Vulnerando mi derecho a tutela judicial efectiva, tal es así, que al concederle 15 días para que
cumpla con lo ordenado, al no ser notificado no inicia el cómputo del plazo, haciéndose una
dilatación del proceso innecesaria,
4. Es del caso que pese a los constantes pedidos verbales de elevación hasta la fecha no se eleva
mi expediente produciéndose una demora innecesaria en mi proceso.
X.- ANEXOS
1-A Copia de mi Documento Nacional de Identidad
1-B Copia de la notificación de la resolución que concede recurso de apelación.
POR LO EXPUESTO:
A Ud. pido dar a la presente queja el trámite que le corresponda.
___________________________ ______________________________
FIRMA DEL ABOGADO FIRMA DEL RECURRENTE
14
MODELO N° 24
II.- REQUISITOS:
A. AUTORIDAD ANTE LA CUAL SE PRESENTA. Superior jerárquico del funcionario responsable;
en el presente procedimiento es el ..............., (poner nombre del superior del Jefe de la Oficina
de Defensoría del Asegurado) ...............
Téngase presente en este extremo lo establecido en el Art. 161.1 de la Ley 27444 – TUO D.S.
004-2019-JUS, conforme a la cual cuando una solicitud es ingresada a una autoridad
incompetente, la receptora deberá remitirla a aquella que considere competente, comunicando
dicha decisión al administrado.
B. CITACIÓN DEL DEBER INFRINGIDO. El deber de responder por escrito todas las solicitudes y
quejas presentadas en ejercicio del derecho de petición contenido en el Art. 2 inciso 20 de la
Constitución Política del Estado, así como en la Ley 27444 – TUO D.S. 004-2019-JUS, Artículos
117 y 86 inc. 6.
15
3. A mi madre se le realizaron tomografías y un angioten, lo que determinó que mi adre presentaba
un sangrado y edema en el cerebro, el mismo que requería un tratamiento especializado por un
neurocirujano, pero, a pesar de ello, ninguno se hizo cargo de la atención.
4. Dadas las reiteradas solicitudes de servicio de observación de emergencia, se hicieron presentes
algunos neurocirujanos y neurólogos como el Dr. Martínez y el Dr. García, sin embargo ninguno
se hizo cargo del caso.
5. En estas circunstancias, sin recibir la atención requerida y por el tiempo que transcurría, la
gravedad del estado de salud de mi madre empeoró, teniendo dolores de cabeza terribles,
mareos, desorientación, rigidez muscular, vómitos constantes y fiebre.
6. Fue transferida por el Dr. Huamán Castelo a Medicina en el 7mo piso, esperando que ahí reciba
la atención que urgentemente se necesitaba, siendo subida a piso el día miércoles 10 de
noviembre.
7. Sin embargo, en Medicina del 7mo piso del Hospital, se solicitó también la presencia de un
Neurocirujano, es así que hasta el día sábado 13 de noviembre mi madre sólo recibió gravol y
ranitidina por vía intravenosa y nimodipino 30 gr por vía oral, siendo imposible su ingesta, ya
que mi madre vomitaba constantemente.
8. Ante la gravedad de su estado de salud, mis hermanos y yo decidimos llevarla a una clínica
para su atención. Hasta este momento el Dr. Polanco continuaba solicitando la presencia de
un neurocirujano y dándonos la razón por la falta de interés y la atención de esta especialidad
dio a mi madre el Alta voluntaria.
9. Mis hermanos y yo hemos permanecido con nuestra madre desde la noche del 06 de noviembre,
fecha desde la que ingresó al hospital por emergencia, y hemos estado con ella tanto de día
como de noche, habiendo sido testigos y víctimas de la falta de interés para mejorar su estado
de salud, el poco profesionalismo y trato inhumano que hemos recibido; ello cuando estaba
dentro de su capacidad y posibilidad de hacerlo.
10. Mi madre es cesante y está asegurada, sin embargo con esta negligente falta de atención han
perjudicado gravemente su salud y su estado emocional, además del daño moral, personal y
económico que también nos han causado a nosotros sus hijos.
11. Ante la ocurrencia de estas omisiones inhumanas, el día 19 de noviembre del 2010, procedí a
presentar una queja ante la Defensoría del Asegurado de Essalud (DEA), esperando que la
misma sea resuelta dentro del plazo y de acuerdo a las leyes que protegen la salud y regulan el
servicio médico, sin embargo hasta la fecha no hemos recibido respuesta alguna, hecho que
evidentemente hace que la afección de la cual hemos sido víctimas continúa prorrogándose
hasta en este aspecto, pues la falta de atención continúa.
12. Dentro de este contexto, pido a Ud. se sirva tomar la atención que merece el presente caso y se
tomen también las acciones correspondientes para deslindar responsabilidades y para evitar
que este tipo de omisiones y negligencia se repitan.
Como sustento jurídico de mi pedido invoco las siguientes disposiciones:
a) Art. 2, inciso 20 de la Constitución Política del Estado, en el que se regula el derecho de
petición de la siguiente manera: «Toda persona tiene derecho: 20. A formular peticiones,
individual y colectivamente, por escrito ante la autoridad competente, la que está obligada a
dar al interesado una respuesta también por escrito dentro del plazo legal, bajo
responsabilidad (...).»
b) Derecho Constitucional que la autoridad administrativa viene violando de forma constante
con su omisión.
c) Art. 117 de la Ley 27444, numerales 117.2 y 117.3 se indica: «117.2 El derecho de petición
administrativa comprende las facultades de presentar solicitudes en interés particular del
administrado, (...) 117.3 Este derecho implica la obligación de dar al interesado una
respuesta por escrito dentro del plazo legal.»
16
d) Lo dispuesto en el Art. 7 de la Constitución Política del Estado conforme al cual todos tienen
derecho a la protección de su salud, su medio familiar (…). Asimismo este artículo establece
el derecho a la dignidad y al régimen legal de protección, atención.
e) El Art. 2, inciso 1 del texto constitucional que establece el derecho a la vida, y la integridad
física, el libre desarrollo y bienestar. Derechos constitucionales que han sido afectados.
f) Los demás que sean aplicables al presente caso.
IV.- ANEXOS
1-A. Copia de mi DNI.
1-B. Copia de la queja presentada el día 19 de noviembre del 2010.
1-C. Copia de la documentación que acredita el grave estado de salud de mi madre.
POR LO EXPUESTO
A UD. pido acceder a nuestro pedido.
(poner esto si persiste este problema o en todo caso si ya no continúa, igual describirlo como una
queja)
PRIMER OTROSÍ: Solito se tomen las acciones correspondientes a fin de que la atención de
............... se realice con toda normalidad, sin obstáculos ni requisitos que dilatan su atención, ya
que cada vez que se va a atender a mi madre, su atención se dilata debido a que la Historia clínica
...............
___________________________ ______________________________
FIRMA DEL ABOGADO FIRMA DEL RECURRENTE
17
MODELO N° 25
18
referidos han sido puestos en cadena de custodia, por ante el Ministerio Publico o si se ha
llegado a establecer su verdadera procedencia y propiedad entre otros. Todo lo cual linda con
un proceder delictuoso, que requiere atención urgente por parte de su despacho.
1.6 Por estas razones es que recurrimos a su despacho y se quedó en que personal de asesoría
jurídica iría a adoptar las condiciones necesarias, para llevar adelante una especia de
conciliación, para que haya paz laboral entre nosotros. Pero, es el caso que hasta la fecha no
se ha producido ninguna acción sobre el particular, obligándosenos a actuar por esta vía.
19
A Ud. Pido dar trámite a mi solicitud.
Arequipa, 23 de agosto del 2017.
___________________________ ______________________________
FIRMA DEL ABOGADO FIRMA DEL RECURRENTE
20
MODELO N° 26
II.- REQUISITOS
A. AUTORIDAD ANTE LA CUAL SE PRESENTA. Superior jerárquico de los funcionarios que
actuaron en el presente procedimiento es GERENTE DE LA EJECUTORA AREQUIPA
CAILLOMA.
B. CITACIÓN DEL DEBER INFRINGIDO. El deber del Médico Jefe Dra. ............... de elevar el
expediente a su superior para que resuelva la apelación a fin de poder hacer uso del derecho
de pluralidad de instancias en su caso, véase el art. 139, inciso 6 de la Constitución.
C. NORMA QUE LO EXIGE. El Art. 86, inc. 1 de la Ley 27444 – TUO D.S. 004-2019-JUS.
21
– La autoridad administrativa Médico Jefe Dra. ............... incurrió en falta administrativa al no
haber elevado el escrito de apelación a su superior jerárquico a fin que éste lo resuelva, por
cuanto con su actuación ha transgredido normas de carácter administrativo y constitucionales.
IV.- ANEXOS
1-A. Copia de mi DNI.
POR LO EXPUESTO:
A UD. pido acceder a mi pedido.
___________________________ ______________________________
FIRMA DEL ABOGADO FIRMA DEL RECURRENTE
22
MODELO N° 27
II.- REQUISITOS
A. AUTORIDAD ANTE LA CUAL SE PRESENTA. Superior jerárquico de los funcionarios que
actuaron en el presente procedimiento es PRESIDENTE DEL GOBIERNO REGIONAL DE
AREQUIPA.
B. CITACIÓN DEL DEBER INFRINGIDO. El deber del Gerente Regional de Salud de elevar el
expediente a su superior para que resuelva la apelación a fin de poder hacer uso del derecho
de pluralidad de instancias; en su caso, véase el art. 139, inciso 6 de la Constitución.
C. NORMA QUE LO EXIGE. El Art. 86, inc. 1 de la Ley 27444 – TUO D.S. 004-2019-JUS.
23
Lo cual es concordante con lo dispuesto en el Artículo 140° del mismo cuerpo legal que respecto
a la Obligatoriedad de plazos y términos establece:
140.1 Los plazos y términos que son entendidos como máximos, se computan
independientemente de cualquier formalidad, y obligan por igual a la Administración y a
los administrados, sin necesidad de apremio, en aquello que respectivamente les concierna.
140.3 Es derecho de los administrados exigir el cumplimiento de los plazos y términos
establecidos para cada actuación o servicio.
5. Con lo cual ha incurrido en faltas administrativas establecidas en los incisos 2,3 y 9 del artículo
259° de la mencionada norma que establece como faltas administrativas.
Las autoridades y personal al servicio de las entidades, independientemente de su régimen
laboral o contractual, incurren en falta administrativa en el trámite de los procedimientos
administrativos a su cargo y, por ende, son susceptibles de ser sancionados
administrativamente con amonestación, suspensión, cese o destitución atendiendo a la
gravedad de la falta, la reincidencia, el daño causado y la intencionalidad con que hayan
actuado, en caso de:
a) No entregar, dentro del término legal, los documentos recibidos a la autoridad que deba
decidir u opinar sobre ellos.
b) Demorar injustificadamente la remisión de datos, actuados o expedientes.
c) Incurrir en ilegalidad manifiesta.
6. Así como lo dispuesto en el artículo 84 inciso 5 que establece: «que la administración pública
DEBE realizar las actuaciones a su cargo en tiempo hábil, para facilitar a los administrados el
ejercicio oportuno de los actos procedimentales de su cargo».
7. Dentro de este contexto y habiendo la autoridad administrativa omitido en dar trámite al
recurso, pese al tiempo transcurrido ha incurrido en falta administrativa, es que procede mi
queja.
IV.- ANEXOS
1-A. Copia de mi DNI.
1-B. Copia de mi recurso de apelación de fecha 15 de octubre del 2010.
POR LO EXPUESTO:
A Ud. pido acceder a mi pedido.
___________________________ ______________________________
FIRMA DEL ABOGADO FIRMA DEL RECURRENTE
24
MODELO N° 28
Solicito SE NOTIFIQUE al Director del Hospital III Regional Honorio Delgado Espinoza y en
contra del Jefe de la Oficina de Recursos Humanos María Velásquez Tejada quien tiene en el ámbito
de su competencia, retenido en dilación innecesaria de trámite e incu-rriendo en inconducta
funcional mi expediente de ejecución de la Res. 043-2006 de 20 de febrero del 2006.
Al amparo de lo establecido en la Ley 27444, concordante con el D. Leg. 276, en vía de QUEJA
que dirijo POR DEFECTOS DE TRAMITACIÓN E INCONDUCTA FUNCIONAL que paraliza la
ejecución del Acto Administrativo contenido en la Resolución Directoral N° 043-2006-GRA/PR-
DIRSA/DGHRHB/DG/GRH, de fecha 20 de febrero del 2006, en el extremo referido a que se
regularice el pago desde el 24 de julio del 2001, fecha en que la recurrente es ubicada en el Escalafón
de los Profesionales de la Salud Médica.
25
1-B. Copia de la Resolución N° 043-2006-GRA/PR-DIRSA/DGHRHB/DG/GRH, de fecha 20 de
febrero del 2006.
1-C. Copia de mi solicitud contenida en el F.U.T., de fecha 05 de junio del 2006.
1-D. Copia de mi escrito de reiteración de fecha 31 de mayo del 2007.
POR LO EXPUESTO:
A Ud., pido tomar las medidas necesarias del caso, de tal forma que se impongan las medidas
correctivas previstas en la Ley 27444, por violación de mi derecho de petición, a la legalidad, al
cumplimiento de los actos administrativos firmes, al respeto de términos y plazos, etc.
PRIMER OTROSI: Solicito se pida informe del estado del proceso dilatado, a los servidores
responsables y competentes, sin perjuicio de que se disponga la ejecución inmediata de la Res. 043-
2006, para que se me paguen los reintegros correspondientes de guardias, retenes y
remuneraciones desde el mes de julio del año 2001, hasta el mes de febrero del 2006 más sus
correspondientes intereses legales.
___________________________ ______________________________
FIRMA DEL ABOGADO FIRMA DEL RECURRENTE
26
MODELO N° 29
27
A Uds. pido tomar las medidas necesarias del caso, de tal forma que se impongan las medidas
correctivas previstas en la Ley 27444, por violación de mi derecho de petición, a la legalidad, al
cumplimiento de los actos administrativos firmes, al respeto de términos y plazos, etc.
___________________________ ______________________________
FIRMA DEL ABOGADO FIRMA DEL RECURRENTE
28
MODELO N° 30
HECTOR FUENTES LAURA, con DNI ..............., con dirección domiciliaria en la Av.
.............................., del Distrito ..............., Provincia ..............., Departamento
..............., con domicilio procesal en la Av. Siglo XX N° 120 Of. 554-Edificio La Gran
Vía. Cercado-Arequipa, a Ud., respetuosamente digo:
29
A Ud. pido tomar las medidas necesarias del caso, de tal forma que se impongan las medidas
correctivas previstas en la Ley 27444, por violación de mi derecho de petición, a la legalidad, al
cumplimiento de los actos administrativos firmes, al respeto de términos y plazos, etc.
___________________________ ______________________________
FIRMA DEL ABOGADO FIRMA DEL RECURRENTE
30
MODELO N° 31
III. ANEXOS:
1-A. Copia de mi documento nacional de identificación (DNI).
1-B. Copia de Constancia de Trabajo de Julio del 2017, del recurrente.
POR LO EXPUESTO:
A Ud. pido acceder a lo solicitado.
___________________________ ______________________________
FIRMA DEL ABOGADO FIRMA DEL RECURRENTE
31
MODELO N° 32
III. ANEXOS
1.A. Adjunto copia de mi DNI.
1.B. Copia de la Resolución Administrativa 116-12.
POR LO EXPUESTO:
A Ud. agradeceré disponer la inmediata atención a este escrito de petición de ejecución de acto
administrativo, así como el cálculo de pago de intereses legales respectivos.
___________________________ ______________________________
FIRMA DEL ABOGADO FIRMA DEL RECURRENTE
32
MODELO N° 33
Escrito :
SUMILLA : Reitero Resolución a Escrito de fecha 12 de Agosto de 2017. Rectificación
material.
33
pueden ser rectificados con efecto retroactivo, en cualquier momento, de oficio o a instancia de
los administrados, siempre que no se altere lo sustancial de su contenido ni el sentido de la
decisión”.
b) Copia de mi escrito de fecha 12 de agosto del 2017, con el que solicite mi rotación.
IV. ANEXOS:
1-A. Copia simple de escrito de error material de fecha 31 de mayo del 2017.
1-B. Copia simple de escrito de 12 de agosto del 2017.
1-C. Copia de mi D.N.I.
POR LO EXPUESTO:
A Ud. Pido dar trámite a mi solicitud.
___________________________ ______________________________
FIRMA DEL ABOGADO FIRMA DEL RECURRENTE
34
MODELO N° 34
35
otorgándoseme el plazo de 20 días hábiles para realizar el trámite de regularización de licencia
de obra, bajo el apercibimiento de imponérseme una multa y se ordene la demolición de lo
construido sin autorización municipal, comunicándome que la obra sólo podrá realizarse
cuando haya obtenido la licencia correspondiente.
8. Sin embargo, se debe tener en cuenta que el mismo 23 de abril de 2002 presenté a la
Municipalidad antes mencionada la Hoja de Trámite de Licencia de Obra y otros trámites
municipales, en la que realizo el tipo de trámite de licencia de obra para edificación nueva,
trámite que a pesar de haberse llevado a cabo no fue resuelto por la autoridad competente, que
estando pendiente la resolución de dicho trámite emite la Resolución 402-2002, la cual resulta
ilegal y perjudicial a mi persona.
9. De esta manera, el 7 de mayo de 2002 se realiza otra acta de constatación en la que se señala
que se encontró a gente trabajando, armando el techo del segundo piso, además de que se
señala que no cuento con una licencia de construcción, así como que existe material en la vía
pública.
10. Ante esta nueva situación en la que como en la primera constatación debido a mi diferente
lenguaje no pude comprender qué es lo que indicaba el servidor de la Municipalidad pero deduje
la necesidad de ir a la Municipalidad a obtener la licencia de ampliación de construcción
anteladamente tramitada.
11. En estas circunstancias nuevamente el arquitecto me hizo firmar nuevos formularios que
honestamente no entiendo ni puedo leerlos por la diferencia de idioma.
12. Pero grande es mi sorpresa ahora al enterarme que estos nuevos formatos eran para el trámite
de regularización de una licencia, cuando ya tenía un trámite pendiente como lo tengo
expresado.
13. Posteriormente el 09 de mayo de 2002 se emite el informe 230-2002-OOPP/MDJLBYR en el que
el Jefe de Obras Públicas y Privadas se dirige al abogado Jefe de Asesoría Legal señalándole que
se ha constatado que lo resuelto en la Res. 402 acerca de la suspensión de la obra no se viene
cumpliendo y que continúa realizándose la construcción, por lo que se ha procedido a levantar
el Acta de Constatación N° 799 ya mencionada.
14. Con fecha 16 de mayo de 2002, mediante informe 241-2002-OOPP/MDJLBYR el Jefe de Obras
Públicas y Privadas solicita la opinión del Jefe de Asesoría Legal a fin de emitir la
correspondiente resolución de multa por incumplimiento de la Resolución 402, asimismo en la
misma fecha el jefe de la oficina de asesoría legal Abogado Carlos Perea Barrera emite el Proveído
N° 274-2002-AL-MDJLBYR en el que dispone que el Informe 230-2002-OOPP/MDJLBYR pase
a la Dirección de Desarrollo e Infraestructura Urbana y se solicite la valorización de la obra
construida sin autorización municipal y se determine el 10% de la misma que será objeto de la
multa administrativa.
15. El 21 de mayo de 2002 por Informe 043-02/FRC/MDJLBYR el Arq. Fernando Rosado Carbajal
informa al jefe de OO.PP. Ing. César Villalta Paredes la valorización de la obra realizada por mi
persona para la correspondiente multa administrativa.
16. Por último, el 24 de mayo de 2002 se da el Informe 281-2002-OOPP/MDJLBYR por el cual el
jefe de Obras Públicas y Privadas envía al Jefe de asesoría legal la valorización de la obra que
calculada en un 10% para la correspondiente multa es igual a la suma de S/. 9, 473.02.
17. Pero como se puede apreciar existe error en todo lo actuado por cuanto es la propia
Municipalidad la que no ha resuelto oportunamente a la fecha mi solicitud de licencia de
ampliación de construcción y resulta que no se puede fundar en hecho propio de no resolver
oportunamente un trámite para imponerme otro y luego multárseme y hacérseme aparecer
como infractor cuando siempre he actuado de buena fe y dentro de la Ley peruana.
36
2. El art. 10 de la Ley 27444 – TUO D.S. 004-2019-JUS que señala como una de las causales de
nulidad de un acto administrativo, la Contravención a la Constitución a las leyes o a las normas
reglamentarias, puesto que la resolución materia de impugnación afecta a las siguientes
normas:
2.1 El art. 66, inciso 7 de la Ley 27444 – TUO D.S. 004-2019-JUS, por el cual los administrados
tienen el derecho al cumplimiento de los plazos determinados para cada servicio y actuación
por lo que frente a mi hoja de trámite presentada el día 23 de abril no se emitió resolución
aceptando la correspondiente Licencia, además de los Recibos Unicos de Caja realizados,
los cuales acompaño como anexos de la presente.
2.2 El art. 66, inciso 14 de la Ley 27444 – TUO D.S. 004-2019-JUS que señala que es derecho
de los administrados el derecho a exigir la responsabilidad de las entidades y del personal
a su servicio, cuando así corresponde legalmente.
2.3 El art. 86, inciso 1 de la misma ley por el cual es deber de la autoridad administrativa el
actuar dentro del ámbito de su competencia y conforme a los fines para los que les fueron
conferidas sus atribuciones.
2.4 El art. 86, inciso 2 de la misma por el que es deber de la autoridad administrativa el
desempeñar sus funciones siguiendo los principios del procedimiento administrativo como
son:
a) El principio de legalidad por el que la autoridad debe actuar con respeto a la Constitución,
a la ley y al derecho.
b) El principio del debido procedimiento por el cual tengo derecho a defenderme exponiendo
mis argumentos, ofreciendo y produciendo pruebas, así como a obtener una decisión
fundada en derecho.
c) El principio de conducta procedimental que debe observar la autoridad administrativa.
d) El principio de celeridad por el que la autoridad administrativa debe dotar a los
procedimientos de la máxima dinámica posible.
e) El principio de eficacia por el que la autoridad debe hacer prevalecer la finalidad del acto
procedimental que presenté.
2.5 El art. 86, inciso 5 por el cual es deber de la autoridad realizar las actuaciones que le
corresponden en tiempo hábil.
2.6 El art. 86, inciso 7 porque debe velar por la eficacia de las actuaciones procedimentales.
37
MODELO N° 35
III.- ANEXOS
1.A. Copia simple del Acta de Nacimiento a rectificar
1.B. Recibo de pago por derecho de trámite.
POR LO EXPUESTO:
A Ud. pido se ordene a quien corresponda en la Oficina de Registro de Estado Civil de esta
Municipalidad, proceda con la corrección solicitada, por ser mi pedido atendible y estar de acuerdo
a Ley.
___________________________ ______________________________
FIRMA DEL ABOGADO FIRMA DEL RECURRENTE
38
MODELO N° 36
39
– Siendo que el oficio Nº 0601-2010-GRA/GRS/GR-RSAC-MRS.MCD-Z-J FUE EMITIDO Y
FIRMADO POR LA MEDICO JEFE DE LA MICRO RED ZAMACOLA, la misma autoridad que
emitió el oficio que fue materia de impugnación.
5.3 De lo que se puede concluir y en base a las normas citadas, la médico jefe de la Micro
Red Zamacola debió elevar dicho recurso de apelación a su superior jerárquico siendo en
este caso el Gerente de la Ejecutora Arequipa Cailloma Dr. Javier Meza Valencia, jerárquico,
para que éste resuelva, y no proceder de la manera como lo hizo contraviniendo las normas
administrativas.
5.4 Por lo expuesto dichos actos administrativos deben ser DECLARADOS NULOS de oficio
por la máxima autoridad de Dirección Ejecutora Arequipa Cailloma, conforme a lo dispuesto
en el artículo 213° de la Ley 27444 – TUO D.S. 004-2019-JUS, del Procedimiento
Administrativo General que señala lo siguiente: «En cualquiera de los casos enumerados
en el artículo 10, puede declararse de oficio la nulidad de los actos administrativos, aun
cuando hayan quedado firmes, siempre que agravien el interés público o lesionen derechos
fundamentales», en este sentido es menester sustentar que se ha vulnerado el Interés
Público, concepto que ha sido desarrollado por los distintos ordenamientos jurídicos, pero
que en su sentido amplio se define como la importancia que el sujeto tiene respecto a los
demás miembros de su sociedad que lo conlleva a sujetarse a determinadas reglas generales
que permitan alcanzar en conjunto un bienestar común- calidad de vida.
EXP. N° 0569-2003-AC/TC - LIMA
NEMESIO ECHEVARRÍA GÓMEZ
Tal circunstancia genera el cumplimiento del deber de oficialidad por parte de los órganos
públicos en la medida en que existe la inexorable necesidad de satisfacer el interés público
de proteger y defender los derechos fundamentales de la persona.
Dicho deber de oficialidad se percibe en el derecho público como la responsabilidad de
impulsar, dirigir y encausar cualquier proceso o procedimiento sometido a su competencia
funcional, hasta esclarecer y resolver las cuestiones involucradas, aun cuando se trate de
casos generados o iniciados por un particular.
5.5 Asimismo se ha vulnerado el artículo 139° de la Constitución Política del Perú, que en su
numeral 3 establece lo siguiente: «son principios y derechos de la función jurisdiccional: la
observancia del debido proceso y la Tutela Jurisdiccional», en el presente caso al no
realizarse una debida notificación ha colocado al administrado en una situación de
desigualdad ante la Administración.
5.6 Si bien es cierto que dicho artículo señala su aplicación dentro de la esfera jurisdiccional,
eso no implica que no se pueda aplicar dentro del procedimiento administrativo, ya que el
Tribunal Constitucional en su Exp. Nº 3741-2004-AA/TC, expresa lo siguiente en su
fundamento 18: «conforme a la jurisprudencia de este colegiado, el derecho al debido
proceso, reconocido en el inciso 3 del artículo 139° de la Constitución, no sólo tiene una
dimensión estrictamente jurisdiccional, sino que se extiende también al procedimiento
administrativo y, en general, como la Corte Interamericana de Derechos Humanos lo ha
establecido,(…)», por lo que dicho dispositivo legal es aplicable al presente procedimiento
administrativo.
5.7 De igual forma se ha vulnerado el PRINCIPIO DE LEGALIDAD, ya que se ha realizado un
acto administrativo, sin tener en cuenta las formalidades necesarias para que surta sus
correspondientes efectos, por cuanto dicho documento fue emitido y firmado por una
autoridad que no está facultada para hacerlo.
6. Asimismo en el oficio materia de nulidad indica: «se le llama la atención por haber cometido
una falta contra el Reglamento de Control de Asistencia y Permanencia del Personal de la
Gerencia Regional de Salud Arequipa (…)»
6.1 Al respecto señalo reiteradamente, que como puede verse de mi parte diario de asistencia,
el día trece de marzo ingresé a trabajar a las 7:38 a.m. retirándome con permiso a las 10:20
40
am el cual era sin retorno (como se puede ver de la boleta de salida autorizada por el Jefe
de personal) por lo que consigné mi horario de salida habitual que era a las 7:30p.m.
6.2 Por cuanto en mi actuar no he incurrido en ninguna falta grave y menos he contravenido
el reglamento de Control y Asistencia el cual hace mención, siendo que habitualmente como
lo indica tal documento, los trabajadores de dicha institución firmamos la hora de entrada
y salida aun saliendo con boleta de salida sin retorno, siendo que dicha actitud fue tomada
por orden expresa de su Gerencia.
6.3 Asimismo, lo dicho lo acredito con la presentación de parte diario de asistencia y
permanencia del mes de junio del 2010, los cuales fueron sacados al azar, donde diferentes
trabajadores a pesar de haber salido con papeleta de permiso sin retorno (las mismas que
también adjunto) firmaron el horario de salida, situación análoga a la mía y no fueron
sancionados por cometer falta alguna.
___________________________ ______________________________
FIRMA DEL ABOGADO FIRMA DEL RECURRENTE
41
MODELO N° 37
ANTECEDENTES:
1. En el mes de agosto del 2012, el Órgano de Control Interno, notificó al suscrito con el Hallazgo
Nº 1 a través de la Carta 1-COMEECBySRAA-GCDII-OCI-ESSALUD-2012, el cual fue absuelto
con mi Carta Nº 010-ACC-UCP-GRAAR-2012 de fecha 04 de setiembre del 2012 y luego de ser
levantado este hallazgo por mi persona, determinaron que se levantara un nuevo hallazgo con
el número 14, que también fue absuelto con la Carta Nº 008-ACC.GRAAR-ESSALUD-2013.
2. Como consecuencia de ello, se indicó que habría una sobrevaloración en la determinación del
valor referencial promediando precios unitarios, ofertados para la adquisición de material
médico de prótesis total de cadera cementada autobloqueante modular, a través de la licitación
pública Nro. 1118L00111, que supuestamente generó diferencia en exceso de S/. 37,248.00
nuevos soles.
3. Por esta razón, precisé que conforme a mis atribuciones no me alcanza responsabilidad alguna
por cuanto la función de determinación del valor referencial, al ser una actividad estrictamente
operativa de la oficina de adquisiciones y la Unidad de Programación, son los que dirigen y
controlan la realización de los estudios y análisis de mercado y fuentes de abastecimiento de
los bienes y servicios a ser adquiridos o contratados. Todo ello conforme al Instructivo Nro. 01-
GCL-OGA-ESSALUD-2009 e incisos b) y f) del Art. 34, numeral 2 del ROF aprobado por
Resolución de Presidencia Ejecutiva Nº 368-PE-ESSALUD-2010.
4. Por otro lado, conforme al ROF Art. 21, mis funciones de administrador en cuanto a
adquisiciones eran administrar el sistema de adquisiciones y contrataciones de bienes y
servicios relacionados a los procesos de compra local, por lo tanto, no participé en los presuntos
42
hechos irregulares sobre determinación irregular de valor referencial. Debe tenerse en cuenta
que administrar el sistema no significa hacer o ejecutar la labor operativa (es necesario
distinguir entre labor directiva y labor operativa).
5. No obstante ello, con sorpresa estoy enterado que por el solo hecho de ser parte de la gestión
de ese entonces no solamente no se han valorado apropiadamente mis descargos y comentarios,
sino que se insiste erradamente en la existencia de una determinación irregular de valor
referencial en el que jamás participé ni podía haber participado por no ser parte de mis
funciones ni operativas ni directivas. Asimismo, a pesar de que en mi escrito de descargos del
hallazgo solicité que se hagan las investigaciones pertinentes, esto no fue merituado ni evaluado
por el órgano de control y por el contrario, sin hacer ninguna investigación ni verificación de
los expedientes administrativos, han asumido una supuesta sobrevaloración, de la cual
arbitrariamente ahora se me pide su resarcimiento, sin haberse hecho ningún proceso previo
en el que se determine si realmente existe una sobrevaloración, y de ser así, se determine
quiénes son los responsables del mismo.
43
VALORES REFERENCIALES Y ELABORACION DE LOS INFORMES DE ESTUDIO DE
POSIBILIDADES QUE OFRECE EL MERCADO); al haber utilizado el procedi-mien-to de
precio promedio y no del valor inferior que establece la ley de contrata-ciones del Estado y
el instructivo al que hago referencia, labor en la que en ningún momento he participado y
que fuera observado por el Organo de Control, motivo por el cual la Oficina de
Administración mediante la Carta Nº 0093 JOA GRRAR ES-SA-LUD 2013 del mes de marzo
del 2013 me requiere la reposición del importe de S/. 6´208.00 nuevos soles en el plazo de
5 días.
- Adicionalmente, he solicitado información documentada a la Gerencia de Red Asistencial
de Arequipa y a otras instancias administrativas a efectos de materializar las acciones
realizadas por el suscrito, sin embargo, a la fecha no he sido atendido, por lo que veo
limitada mi defensa al contar con documentos incompletos que obran en el expediente de
contratación; así mismo hago notar el recorrido que han seguido los documentos
correspondientes a la licitación pública 1118L00111, los cuales a la fecha no me han sido
proporcionados, que se encuentran vinculados con el proceso de selección y determinación
del valor referencial. Esto además, afecta el debido proceso que debe seguir todo
procedimiento administrativo, al afectar mi derecho a la defensa, a acceder a la información
de carácter público, así como acceder al expediente administrativo en el cual se me está
involucrando.
– Además existe la carta circular N°° 0149.GSL OGA ESSALUD 2007, donde claramente se
establecen los procedimientos para la organización y conservación de documentación de
los procesos de selección efectuados por el área de logística a nivel nacional.
7. En el ROF el art. 32°, literal f, que establece las funciones de la Oficina de Adquisiciones, dice
textualmente lo siguiente: «dirigir y controlar la realización de los estudios y análisis de mercado
y fuentes de abastecimiento de los bienes y servicios a ser adquiridos o contratados». Es decir
que los procedimientos para la determinación del valor referencial, eran de responsabilidad de
esta oficina, mas no del recurrente, pues dicha función no está indicada dentro de mis
funciones como Jefe de la Oficina de Administración (art. 21° del ROF).
8. Asimismo, la labor de supervisión y dirección que tiene el recurrente se orienta sólo a la
administración del sistema de adquisiciones y contrataciones de bienes y servicios relacionados
a los procesos de compra local, labor que se hace en base a la información brindada por las
demás oficinas, pero de ninguna manera implica que por esta labor de administración o
dirección deba volverse a hacer el trabajo que corresponde a otras oficinas ni verificar
minuciosamente la información que éstas brindan, ya que hacer ello contravendría el principio
administrativo de la división del trabajo, perjudicando incluso a la misma Entidad, por la
demora en la que se incurriría.
9. El Art. 85°.2 de la Ley 27444 – TUO D.S. 004-2019-JUS, indica literalmente que: «Los Organos
de Dirección de las entidades se encuentran liberados de cualquier rutina de ejecución, de
emitir comunicaciones ordinarias y de las tareas de formalización de actos administrativos, con
el objeto de que puedan concentrarse en actividades de planeamiento, supervisión,
coordinación, control interno de su nivel y en la evaluación de resultados». Es decir, que en mi
calidad de Jefe de la Oficina de Administración, el cual es un cargo de Dirección encargado del
control y administración, estaba liberado de cualquier rutina de ejecución y no me correspondía
realizar la parte operativa relacionada a la determinación del valor referencial, función que
corresponde a otra oficina.
10. En este sentido, no puedo asumir responsabilidad por acciones que de acuerdo a ley no estaban
dentro de mis funciones, hacer eso, contravendría el principio de causalidad, previsto en el Art.
246° de la Ley 27444, que expresamente indica que «la responsabilidad debe recaer en quien
realiza la conducta omisiva o activa constitutiva de infracción», ya que se me estaría
responsabilizando por la conducta de terceras personas y se me estaría exigiendo haber tenido
una conducta a la que conforme a ley no estaba obligado por no estar dentro de mis funciones;
44
lo que constituye una contravención al Art. 2°, inc. 24, literal a) de la Constitución Política del
Estado, que indica que «Nadie está obligado a hacer lo que la ley no manda (…)».
11. Con relación al procedimiento utilizado para determinar el valor referencial en el proceso de
selección, cabe precisar que el mismo aparece hecho conforme a lo estipulado en el Instructivo
Nº 001-GCL-OGA-ESSALUD-2009.
45
Administración, sino también un derecho del administrado, a efectos de que éste pueda hacer
valer los recursos de impugnación que la legislación prevea, cuestionando o respondiendo las
imputaciones que deben aparecer con claridad y precisión en el acto administrativo sancionador.
De otro lado, tratándose de un acto de esta naturaleza, la motivación permite a la Administración
poner en evidencia que su actuación no es arbitraria, sino que está sustentada en la aplicación
racional y razonable del derecho y su sistema de fuentes.». (EXP. N° 2192-2004-AA/TC,
fundamentos 9, 10 y 11).
«Como ha tenido oportunidad de establecer este Tribunal en más de una oportunidad, el derecho
al debido proceso previsto por el artículo 139.3º de la Constitución Política del Perú, aplicable no
sólo a nivel judicial sino también en sede administrativa e incluso entre particulares, supone el
cumplimiento de todas las garantías, requisitos y normas de orden público que deben observarse
en las instancias procesales de todos los procedimientos, incluidos los administrativos y conflictos
entre privados, a fin de que las personas estén en condiciones de defender adecuadamente sus
derechos ante cualquier acto que pueda afectarlos.» (4944-2011-AA)
14. En estos términos, respetuosamente se servirá tener a bien disponer se dirija el recupero en
contra de quienes presuntamente serían los responsables y no del suscrito.
15. Consecuentemente, conforme a los fundamentos expuestos en los párrafos precedentes, el acto
contenido en la Carta Nro. 093-JOA-GRAAR-ESSALUD 2013, deviene en nula ya que
contraviene las garantías del debido proceso, el derecho a la defensa y demás garantías
previstas tanto en la Constitución como en la Ley. Además de carecer totalmente de motivación,
ya que me requiere un pago sin la preexistencia de una resolución que me declare responsable
económicamente. En este sentido, debe declararse su nulidad de pleno derecho al encontrarse
en las causales previstas en los incisos 1 y 2 del Art. 10° de la Ley 27444 – TUO D.S. 004-2019-
JUS, Ley del Procedimiento Administrativo General.
ANEXOS
1-A. Copia de mi DNI.
1-B. Copia del ANEXO a la Carta Nº 051-COMEECBySRAA-GCDII-OCI-ESSALUD-2013, que en
ningún extremo me señala como responsable económicamente del perjuicio presuntamente
causado a la Entidad.
POR LO EXPUESTO
A Ud. agradeceré se sirva disponer el debido trámite de este escrito, para que la Oficina de
Control Interno específicamente indique quiénes son los responsables de la presunta
sobrevaloración, y por qué razones, ya que el OCI se ha limitado a indicar que los servidores que
estuvieron a cargo de la gestión administrativa en ese entonces éramos tales personas, pero no se
precisa quiénes de todos ellos serían los responsables, en qué grado, cantidad y cuáles son los
criterios a utilizarse para llegar a estas conclusiones.
PRIMER OTROSÍ: Igualmente, solicito se me notifique con todas las incidencias que se han
dado por este proceso, tanto en mi domicilio real como en el procesal.
___________________________ ______________________________
FIRMA DEL ABOGADO FIRMA DEL RECURRENTE
46
MODELO N° 38
EXP. :
SUM. : Solicito cumplimiento de mandato judicial y suspensión de concurso.
Cumplimiento de Medida Cautelar.
47
PRINCIPIO DE IMPULSO DE OFICIO.- Las autoridades deben dirigir e impulsar de oficio el
procedimiento y ordenar la realización o práctica de los actos que resulten convenientes para el
esclarecimiento y resolución de las cuestiones necesarias.
PRINCIPIO DE RAZONABILIDAD.- Las decisiones de la autoridad administrativa, cuando creen
obligaciones, califiquen infracciones, impongan sanciones, o establezcan restricciones a los
administrados, deben adaptarse dentro de los límites de la facultad atribuida y manteniendo la
debida proporción entre los medios a emplear y los fines públicos que deba tutelar, a fin de que
respondan a lo estrictamente necesario para la satisfacción de su cometido.
PRINCIPIO DE IMPARCIALIDAD.- Las autoridades administrativas actúan sin ninguna clase de
discriminación entre los administrados, otorgándoles tratamiento y tutela igualitarios frente al
procedimiento, resolviendo conforme al ordenamiento jurídico y con atención al interés general.
PRINCIPIO DE INFORMALISMO.- Las normas de procedimiento deben ser interpretadas en
forma favorable a la admisión y decisión final de las pretensiones de los administrados, de modo
que sus derechos e intereses no sean afectados por la exigencia de aspectos formales que puedan
ser subsanados dentro del procedimiento, siempre que dicha excusa no afecte derechos de terceros
o el interés público.
PRINCIPIO DE PRESUNCIÓN DE VERACIDAD.- En la tramitación de procedimientos
administrativos se presume que los documentos y declaraciones formulados por los administrados
en la forma prescrita por esta Ley, responden a la verdad de los hechos que ellos afirman. Esta
presunción admite prueba en contrario.
PRINCIPIO DE CONDUCTA PROCEDIMENTAL.- La autoridad administrativa, los
administrados, sus representantes o abogados y, en general, todos los partícipes del procedimiento,
realizan sus respectivos actos procedimentales guiados por el respeto mutuo, la colaboración y la
buena fe. Ninguna regulación del procedimiento administrativo puede interpretarse de modo tal que
ampare alguna conducta contra la buena fe procesal.
PRINCIPIO DE CELERIDAD.- Quienes participan en el procedimiento deben ajustar su
actuación de tal modo que se dote al trámite de la máxima dinámica posible, evitando actuaciones
procesales que dificulten su desenvolvimiento o constituyan meros formalismos, a fin de alcanzar
una decisión en tiempo razonable, sin que ello releve a las autoridades del respeto al debido
procedimiento o vulnere el ordenamiento.
PRINCIPIO DE EFICACIA.- Los sujetos del procedimiento administrativo deben hacer prevalecer
el cumplimiento de la finalidad del acto procedimental, sobre aquellos formalismos cuya realización
no incida en su validez, no determinen aspectos importantes en la decisión final, no disminuyan
las garantías del procedimiento, ni causen indefensión a los administrados.
En todos los supuestos de aplicación de este principio, la finalidad del acto que se privilegie
sobre las formalidades no esenciales deberá ajustarse al marco normativo aplicable y su validez
será una garantía de la finalidad pública que se busca satisfacer con la aplicación de este principio.
ANEXOS:
1-A. Resolución N° 01. Notificada el 22 de febrero del 2018.
1-B. DNI del Recurrente.
POR LO EXPUESTO.-
A usted pido disponer el debido trámite de la presente.
PRIMER OTROSÍ.- Dejo expresa constancia que frente al incumplimiento de un mandato
judicial se incurre en el delito de desacato y en agravio del recurrente el delito de abuso de
autoridad, conforme a lo previsto en los Artículos 368 y 376 del Código Penal.
48
SEGUNDO OTROSÍ DIGO.- Que, se acate y cumpla con la concesión de la solicitud de medida
cautelar de no innovar, siendo responsables y sancionables con PAS (Procedimiento Administrativo
Sancionador) los funcionarios y trabajadores responsables de incumplimiento.
___________________________ ______________________________
FIRMA DEL ABOGADO FIRMA DEL RECURRENTE
49
MODELO N° 39
Haciendo uso del derecho de petición previsto en el inc. 20 del art. 2 de la Constitución Política
del Estado.
III. ANEXO:
1.A. Copia del recurso impugnativo de reconsideración interpuesto.
POR LO EXPUESTO:
A Ud. pido acceder al trámite de la presente solicitud con arreglo a la Ley 27444 – TUO D.S.
004-2019-JUS.
Arequipa, ..............................
50
MODELO N° 40
51
entregado toda su energía de trabajo para poder obtener una pensión de jubilación para
conducir una existencia digna en el presente y en el futuro, cosa que no ofrece el SPP.
5. En consecuencia, la nulidad del contrato de afiliación por la causal de respon-sa-bili-dad del
empleador deberá ser amparada, porque dicho contrato de afiliación, se sus-cri-bió pese a tener
pleno conocimiento del historial previsional de mi persona, es así que el recurrente al momento
de suscribir el contrato de afiliación al sistema privado de pensiones ya pertenecía y aportaba
al sistema nacional de pensiones tal como se acredita con las boletas de pago de los meses de
enero y marzo del 1996, documen-tos que se adjuntan como medio de prueba; sin embargo se
suscribió dicho contrato contraviniendo a la autonomía de la voluntad, siendo evidente la
complicidad de la señorita promotora y mi empleador.
En este orden de ideas, amparo la presente solicitud en los artículos 2, inciso 20, 11 y demás
pertinentes de la Constitución Política del Estado, de igual manera con relación a la Ley 27444 –
TUO D.S. 004-2019-JUS, así mismo con la Resolución Nº 080-98 EF/SAFP, Resolución de
Superintendencia Nº 27252 y Reglamento del Decreto Supremo 164-2001-EF, y demás normas
pertinentes.
___________________________ ______________________________
FIRMA DEL ABOGADO FIRMA DEL RECURRENTE
52
MODELO N° 41
Al amparo de lo establecido en el inc. 20) del art. 2 de la Constitución Política del Estado
Concordante con la Ley 27444 – TUO D.S. 004-2019-JUS.
53
1.1 Dentro de este orden de ideas resulta que, no es legalmente exigible a todo el personal obligar
a que laboren más horas, que las que corresponden a la programación actual sin generar su
agotamiento psicológico y sin poner en riesgo al propio paciente asegurado.
1.2 Por otro lado, las recurrentes no tenemos la especialidad de trabajo en Centro Quirúrgico por
lo que, no solamente nos oponemos a que se nos reubique hacer dichas funciones, sino, que,
de antemano se puede advertir que las labores no serán idóneas, más bien de alto riego dado
que, además en los últimos meses el centro quirúrgico cuenta con nueva instrumental y nuevos
procedimientos y técnicas quirúrgicas que conllevan capacitación adicional.
1.3 Como es evidente todas estas conclusiones se han efectuado luego de amplias deliberaciones,
participaciones y exhortaciones para dar prioridad a las necesidades del servicio.
2. Sin embargo, frente a un diagnostico administrativo tanto crítico consideramos que debe
procederse a llevar a cabo la convocatoria a concursos para la asignación de nuevas funciones
a nivel de toda la Red Asistencial.
3. Por otro lado, nos oponemos enfáticamente que violándose nuestros derechos y dignidad se
proceda a:
3.1 Designar por vía directa quienes son los profesionales de enfermería que tendría que salir del
servicio y que, además, podríamos ser reubicados en distintos servicios como volantes o con
destino laboral incierto.
3.2 Se identifique al personal de enfermería que perteneciendo a la sala de Operaciones están
favorecidas en otros servicios.
Invocamos como fundamento de derecho lo previsto en el D. Leg. 276 y D. Leg. 728.
POR LO EXPUESTO:
A Ud. Pedimos acceder al trámite de la presente.
___________________________ ______________________________
FIRMA DEL ABOGADO FIRMA DEL RECURRENTE
54
MODELO N° 42
___________________________ ______________________________
FIRMA DEL ABOGADO FIRMA DEL RECURRENTE
55
MODELO N° 43
___________________________ ______________________________
FIRMA DEL ABOGADO FIRMA DEL RECURRENTE
56
MODELO N° 44
NESTOR MARTINES HUAMAN, identificado con D.N.I. N° 29625838, con domicilio real
en Av. Independencia 525 Ciudad Mi Trabajo, ante Ud., respetuosamente me presento
y digo:
SOLICITO:
1. El pago de mis Remuneraciones insolutas, durante el tiempo de cese ilegal.
2. Una indemnización por daños y perjuicios que se calcularán en ejecución de este procedimiento
administrativo. (Responsabilidad patrimonial Ley 27444 – TUO D.S. 004-2019-JUS).
3. Una indemnización de daño moral no menor de S/. 50,000.00 nuevos soles.
4. Se proceda a deslindar responsabilidades administrativas y a procesar a los trabajadores y
funcionarios que determinaron mi cese ilegal por supuesta causal de excedencia por el periodo
comprendido entre el 99 al año 2000.
57
sometido, fue ilegal e inconstitucional, al no respetarse los parámetros y reglamentos para su
realización ,y por el cual fui separado de mis labores durante el periodo de diciembre de 1999
a setiembre del año 2000 (nueve meses), en el cual también dejé de percibir las remuneraciones
y los beneficios que me correspondía como trabajador, asimismo esto afectó en los aportes para
el cálculo de mi pensión, Cts.
6. Respecto a las remuneraciones insolutas, es de observancia lo dispuesto en el Artículo V
Fuentes del Derecho Administrativo inciso 2.7 de la Ley 27444 – TUO D.S. 004-2019-JUS, que
establece: La Jurisprudencia proveniente de las autoridades jurisdiccionales que interpreten
disposiciones administrativas.
Por cuanto la Corte Suprema de Justicia de la República , en la sentencia emitida por la Primera
Sala Constitucional y Social Transitoria ACA 1215-03 del 28 de junio del 2005 establece: en su
considerando séptimo: «Que como consecuencia del Amparo que ordena la reposición, es
preciso constatar la situación laboral que detentaba el trabajador antes y después de la
violación del auto que dio origen a la acción de garantía, a efectos de determinar los alcances y
extensión de la declaración judicial a través de la cual se invalida el acto lesivo. a) Antes de ser
despedido el trabajador tenía derecho a percibir todos los beneficios económicos y legales y
convencionales aplicables a su centro de trabajo, incluso los pensionarios, que no obstante ser
futuros se acumulan durante el tiempo de servicios» y su considerando Octavo establece: «Que
sin embargo al restituirse el derecho conculcado y reincorporarse al trabajador al empleo, se
restablece automáticamente la relación laboral entre las partes como si ésta nunca se hubiese
interrumpido, pues el acto lesivo sobre el cual ha recaído el pronunciamiento judicial es el acto
mismo del despido, en consecuencia , jurídicamente el tiempo transcurrido fuera del empleo
debe ser idéntico al transcurrido antes del cese, pues si no se le reconoce ningún atributo, se
estaría desnaturalizando los alcances de la citada acción de garantía y consagrando el uso
abusivo de un derecho erróneamente conceptuado».
7. Además cabe resaltar lo dispuesto en el Título V de la Responsabilidad de la Administración
Pública y del Personal a su Servicio de la Ley 27444 – TUO D.S. 004-2019-JUS, en su artículo
258.6 que establece:»Cuando la entidad indemnice a los administrados, podrá repetir
judicialmente de autoridades y demás personal a su servicio la responsabilidad que hubiera
incurrido, tomando en cuenta la existencia o no de la intencionalidad, la responsabilidad
profesional del personal involucrado y su relación con la producción del perjuicio. Sin embargo,
la entidad podrá acordar al responsable el reembolso de lo indemnizado, aprobando dicho
acuerdo mediante la resolución»
8. Es dentro de este contexto, que al haberse comprobado que mi cese temporal fue ilegal, tengo
derecho a que se me pague las remuneraciones insolutas que dejé de percibir y una
indemnización por daños y perjuicios.
___________________________ ______________________________
FIRMA DEL ABOGADO FIRMA DEL RECURRENTE
58
MODELO N° 45
Que, en uso del Derecho de petición y reclamo, de conformidad con los incisos 02, 20 y 23 del
artículo 2° de la Constitución Política del Estado Peruano, concordante con los artículos 117° y
118º de la Ley 27444 – TUO D.S. 004-2019-JUS.
59
3. En cuanto al porcentaje se viene calculando sobre nuestra Remuneración Total Permanente,
aplicando lo preceptuado por los artículos 09 y 12 del Decreto Supremo Nº 051-91-PCM.
4. El poder Judicial, y el Tribunal Constitucional como ente máximo de interpretación de la
Constitución Política del Perú, se ha pronunciado mediante sendas ejecutorias reconociendo
que en efecto, en mérito al Artículo 184º de la Ley 25503 y demás normas conexas, a los
servidores administrativos nos corresponde percibir la Bonificación Especial por Desempeño al
cargo, equivalente al 30% de nuestra remuneración total y no como se viene calculando con la
remuneración total permanente, disponiendo inclusive el pago de los intereses generados desde
la percepción legal del derecho hasta el cumplimiento el pago tantas veces esgrimidas en
renglones antecedidas.
5. Sentencia del Tribunal Constitucional de fecha 11 de diciembre del2006, (Expediente Nº 03717-
2005-PC/TC) Jurisprudencia que constituye Fuente del Procedimiento Administrativo como lo
establece en su numeral 2.7, del artículo V, de la Ley Nº 27444 “Ley de Procedimiento
Administrativo General”
___________________________ ______________________________
FIRMA DEL ABOGADO FIRMA DEL RECURRENTE
60
MODELO N° 46
61
6. En este sentido se ha violado lo dispuesto en el Art. 75 del D.S. 005-90-PCM, por el cual el
desplazamiento de un servidor para desempeñar diferentes funciones dentro o fuera de su
entidad, debe efectuarse teniendo en consideración su formación, capacitación y experiencia,
según su Grupo y nivel de Carrera;
7. Es así que se nos produce una grave discriminación al poner a personal con mucho menos
antigüedad que nosotros, y bajo diferentes modalidades de contrato, en plazas a las cuales
también tenemos derecho a acceder por ser personal nombrado y ejercer nuestras labores en
forma permanente.
8. Actualmente la DIRSA viene implementando el concurso de ROTACION INTERNA por Unidad
Ejecutora que beneficia sólo al personal dependiente de la misma, no permitiéndosenos
satisfacer nuestra legal aspiración de laborar en algún establecimiento de Salud de la Ciudad
de Arequipa, sintiéndonos discriminados por esta decisión administrativa.
9. Dichas acciones contravienen lo establecido en la Constitución ya que se atenta contra el Art.
26, inc. 1 que señala que “En la relación laboral se respetan los siguientes principios: 1.-
Igualdad de oportunidades sin discriminación.(…)”, a la vez, también se afecta nuestro derecho
contenido en el Art. 99 del D.S. 005-90-PCM, por el cual el servidor tiene derecho a desarrollarse
en la Carrera Administrativa en base a su calificación laboral, no debiendo ser objeto de
discriminación alguna.
10. No es cierto, que las rotaciones puedan realizarse dentro de una sola Unidad Ejecutora, puesto
que la ley no hace ninguna distinción respecto a esto, por lo que se debe considerar a la Región
de Salud Arequipa con sus diferentes Unidades Ejecutoras como una sola entidad, para efectos
de evitar que en los movimientos de personal se realice una arbitraria diferenciación entre
Unidades Ejecutoras.
11. Asimismo, durante muchos años hemos permanecido en nuestras plazas de origen afectando
nuestra UNIDAD FAMILIAR y otras aspiraciones personales, esperando el reconocimiento de la
institución y de un mejoramiento a través de un Concurso Interno, Reasignación, Destaque o
Rotación que reiteradamente se ha tramitado a anteriores gestiones sin resultados favorables.
12. También le recordamos que a la fecha ya hemos presentado dos escritos los cuales no han
tenido respuesta hasta la fecha, por lo que nos encontramos a la espera de una respuesta justa,
motivada y oportuna con arreglo a la Ley 27444 – TUO D.S. 004-2019-JUS y al inc. 20 del art.
2 de la Constitución Política del Estado.
13. Por estas razones, pedimos a Ud. que los movimientos de rotación no sean beneficio sólo de
Una Unidad Ejecutora sino de toda la Región Arequipa, implementándose las diversas
modalidades de movimientos de personal para que así el personal de las RED DE SALUD
............... puedan acceder a plazas de acuerdo a su formación profesional.
POR LO EXPUESTO:
A Ud. en vía de reiteración solicitamos acceder a nuestras peticiones a la brevedad posible.
62
MODELO N° 47
VICTORIA VERA LAZO, identificada con DNI ..............., con domicilio en la Av.
.............................., N°..............., Distri-to ..............., Provincia ...............,
Departamento ..............., designando como domicilio procesal en la Av. Siglo XX, N°
120, La Gran Vía, Oficina 554, Arequipa; a usted me presento y digo:
ANTECEDENTES:
1. Soy trabajadora del Hospital I Víctor Alfredo Lazo Peralta de la Red Asistencial de Madre de
Dios desde el año 2005, desempeñándome como Obstetriz 2 bajo el régimen laboral privado del
Decreto Legislativo Nº 728.
2. Mediante escrito de fecha 09 de abril del 2012, solicité el desplazamiento permanente de mi
plaza a la ciudad de Arequipa por motivos de salud de mis menores hijos y por unidad familiar.
3. Por Carta Nº 168–DR-RAMD–ESSALUD-2012, el Director del Hospital I Víctor ............... de la
Red Asistencial de Madre de Dios, solicito al Gerente de la Red Asistencial de Arequipa, mi
desplazamiento permanente indicándose que se cuenta con la aprobación respectiva, debiendo
rea-lizarse la transferencia de una plaza vacante. Asimismo se indica que el Formulario de
desplazamiento de personal se encuentra debidamente autorizado por las áreas
correspondientes.
DE LA UNIDAD FAMILIAR:
– La solicitante contrajo matrimonio con quien ahora es su esposo el señor ..............., tal como
se acredita del Acta de matrimonio que se anexa a la presente.
– En la actualidad tienen dos hijos, ............... de 12 años de edad y ............... de 9 años de edad,
quienes viven con la solicitante en la ciudad de Madre de Dios tal como se acredita con los
documentos de identidad.
– Por la corta edad de los menores y a efecto que logren un adecuado desarrollo es recomendable
que vivan con ambos padres, sin embargo ello se dificulta porque el señor ...............
actualmente trabaja en el Hospital Nacional Carlos Alberto Seguín Escobedo de la Red
63
Asistencial de Arequipa, mientras que la solicitante trabaja en la Red Asistencial de Madre de
Dios.
– La distancia entre la entidad en la cual labora la solicitante y su esposo, (distintos
departamentos) dañan la unidad familiar, por lo que a efecto de preservarla es fundamental
amparar la presente solicitud de desplazamiento.
– Lo expuesto tiene amparo constitucional, puesto que el artículo 4° de la Constitución Política
del Perú, ha establecido que la comunidad y el Estado protegen a la «familia» y la reconoce como
institutos naturales y fundamentales de la Sociedad, por lo tanto sería una decisión
inconstitucional no acceder a lo solicitado por la recurrente, más aún cuando existe plaza
vacante de Obstetriz en la Red Asistencial de Arequipa.
ANEXOS
1-A. Copia de mi D.N.I.
1-B. Expediente de fojas 33 donde aparecen las certificaciones médicas, domiciliarias e informes
que acreditan los extremos de mi solicitud.
POR LO EXPUESTO:
A Ud. solicito se sirva tener a bien disponer el trámite de la presente solicitud al amparo de las
disposiciones legales acotadas y de la Ley 27444 – TUO D.S. 004-2019-JUS.
___________________________ ______________________________
FIRMA DEL ABOGADO FIRMA DEL RECURRENTE
64
MODELO N° 48
65
3.- Documento de encargatura de Jefatura de Estadística.
4.- Los documentos que adjunto y que demuestran mi capacitación en la Escuela de Salud Pública
en el campo estadístico.
5.- Los documentos que acreditan mi buen desempeño como Jefe de Estadística consistentes en
felicitaciones que adjunto.
6.- Último comprobante de pago
IV. ANEXOS
1-A. Copia de mi D.N.I.
1-B. Copia de mi último comprobante de pago.
1-C. Copia de los documentos que aparecen en mi legajo de personal sobre mi carrera
administrativa.
1-D. Copia de la Resolución Directoral N° 2191-84.
1-E. Copia del Documento de encargatura de Jefatura de Estadística.
1-F. Copia de los documentos que adjunto y que demuestran mi capacitación en la Escuela de
Salud Pública en el campo estadístico.
1-G. Copia de los documentos que acreditan mi buen desempeño como Jefe de Estadística,
consistentes en felicitaciones que adjunto.
POR LO EXPUESTO:
A Ud. pido se sirva acceder a mi solicitud a la brevedad posible.
Arequipa, ..............................
___________________________ ______________________________
FIRMA DEL ABOGADO FIRMA DEL RECURRENTE
66
MODELO N° 49
ANEXOS
1-A. Copia legible de mi DNI
2-B. Copia de mi certificado domiciliario
3-C. Copia de mi partida de matrimonio.
4-D. Copia de los documentos que acreditan que mis hijos estudian en la ciudad de Arequipa.
5-E. Copia de la constancia de trabajo de mi esposo.
6-F. Copia del Informe Social del Hospital Honorio Delgado
67
7-G. Copia del la Resolución Directoral Nº 0023-2012-GRS/GR-DRS-CC/DE-OA-RRHH.
8-H. Copia de la Resolución Nº 568-2011-GRA/GRS-RSAC-DOA-D-PERS del 29-12-2011.
POR LO EXPUESTO:
Ruego a usted acceder a mi solicitud por ser de justicia.
___________________________ ______________________________
FIRMA DEL ABOGADO FIRMA DEL RECURRENTE
68
MODELO N° 50
69
debida proporción entre los medios a emplear y los fines públicos que deba tutelar, a fin de que
respondan a lo estrictamente necesario para la satisfacción de su cometido”.
5. PRINCIPIO DE IMPARCIALIDAD: “Las autoridades administrativas actúan sin ninguna clase de
discriminación entre los administrados, otorgándoles tratamiento y tutela igualitarios frente al
procedimiento, resolviendo conforme al ordenamiento jurídico y con atención al interés
general”.
6. PRINCIPIO DE INFORMALISMO: “Las normas de procedimiento deben ser interpretadas en
forma favorable a la admisión y decisión final de las reptensiones de los administrados, de modo
que sus derechos e intereses no sean afectados por la exigencia de aspectos formales que
puedan ser subsanados dentro del procedimiento, siempre que dicha excusa no afecte derechos
de terceros o el interés público”.
7. PRINCIPIO DE PRESUNCIÓN DE VERACIDAD: “En la tramitación del procedimiento
administrativo, se presume que los documentos y declaraciones formalidados por los
administrados en la forma prescrita por esta Ley, responden a la verdad de los hechos que ellos
afirman. Esta presunción admite prueba en contrario”.
8. PRINCIPIO DE CONDUCTA PROCEDIMENTA: “La autoridad administrativa, los administrados,
sus representantes o abogados y, en general, todos los partícipes del procedimiento, realizan
sus respectivos actos procedimentales guiados por el respeto mutuo, la colaboración y la buena
fe. Ninguna regulación del procedimiento administrativo puede interpretarse de modo tal que
ampare alguna conducta contra la buena fe procesal”.
9. PRINCIPIO DE CELERIDAD: “Quienes participan en el procedimiento deben ajustar su
actuación de tal modo que se dote al trámite de la máxima dinámica posible, evitando
actuaciones procesales que dificulten su desenvolvimient o costituyan meros formalismos, a fin
de alcanzar una decisión en tiempo razonable, sin que ello releve a las autoridades del respeto
al debido procedimiento o vulnere el ordenamiento”.
10. PRINCIPIO DE EFICACIA: “Los sujetos del procedimiento administrativo deben hacer prevalecer
el cumplimiento de la finalidad del acto procedimentla, sobre aquellos formalismos cuya
realización no incida en su validez, no determinen aspectos importantes en la decisión final, no
disminuyan las garantías del procedimiento, ni causen indefensión a los administrados”.
___________________________ ______________________________
FIRMA DEL ABOGADO FIRMA DEL RECURRENTE
70
MODELO N° 51
SOLICITUD DE REASIGNACIÓN
71
emocional; además de tener el cuidado de mi señora madre, una persona de avanzada edad
que también necesita de cuidados y ser el soporte económico de ambos, los cuales radican en
la ciudad de Arequipa, por cuanto también mi pedido encuentra sustento en el requisito en
base a Unidad Familiar.
7. Por cuanto al no atender a mi pedido, se estaría atentando contra mi derecho a la salud de mi
persona y menor hijo. Además de dejar en desamparo a mi menor hijo y señora madre.
8. Mi pedido encuentra sustento en base a lo siguiente:
a. El artículo 7 de la Constitución que establece que: «Todos tienen derecho a la protección de su
salud, la del medio familiar y la de la comunidad, así como el deber de contribuir a su promoción
y defensa. La persona incapacitada para velar por sí misma a causa de una deficiencia física o
mental tiene derecho al respeto de su dignidad y a un régimen legal de protección, atención,
readaptación y seguridad.»
b. El tercer párrafo del artículo 23 de la Constitución establece que: «Ninguna relación laboral
puede limitar el ejercicio de los derechos constitucionales, ni desconocer o rebajar la dignidad
del trabajador.»
c. De conformidad con la Ley Nº 23284 en su artículo 1° establece: «Que todos los servidores cuyos
cónyuges residan en lugar distinto tendrán prioridad en su traslado por reasignación o cambio
de colocación al lugar de residencia de éstos.»
9. Asimismo he tomado conocimiento de que en la Red de Salud Arequipa- Cailloma va a haber
desplazamiento de personal vía rotación, ascensos, etc. Por lo que van a quedar plazas vacantes,
por lo que solicito se me tenga prioridad en los procesos a llevarse a cabo para cubrir dichas
plazas vacantes, por cuanto como la recurrente es una persona con discapacidad, la cual sufrí
prestando servicios.
___________________________ ______________________________
FIRMA DEL ABOGADO FIRMA DEL RECURRENTE
72
MODELO N° 52
73
violación del principio de garantía de nivel alcanzado, previsto en la Ley de Bases de Carrera
Administrativa del Sector Publico.
6. Al respecto transcribo a usted el artículo 376 del Código Penal que, a la letra dice “El funcionario
público que abusando de sus atribuciones, comete u ordena un acto arbitrario que cause
perjuicio a alguien será reprimido con pena privativa de libertad no mayor de tres años”.
7. Igualmente, se deberá tener en cuenta como fundamento jurídico adjetivo los siguientes
principios previstos en la Ley 27444 – TUO D.S. 004-2019-JUS “Ley del Procedimiento
administrativo”:
Principio de Legalidad.- las autoridades administrativas deben actuar con respeto a la
constitución, la ley y al derecho, dentro de las facultades que le están atribuidas y de acuerdo
con los fines para los que le fueron conferidos, por lo tanto sin dañar los derechos de la persona,
en el cual en la presente se ha vulnerado al haberse rotado al recurrente a un nivel ocupacional
que no le corresponde.
Principio de verdad material.- la autoridad administrativa competente deberá verificar
plenamente los hechos que sirven motivo de sus decisiones al emitir las Resoluciones
pertinentes a su cargo.
___________________________ ______________________________
FIRMA DEL ABOGADO FIRMA DEL RECURRENTE
74
MODELO N° 53
RUTH ZELA ALARCON, identificada con DNI Nº ..............., con domicilio en la Av.
............... N° ..............., distrito de Alto Selva Alegre, provincia y departamento de
Arequipa, señalando domicilio procesal en la Av. Siglo XX, Nº 120, Of. 554, Edificio La
Gran Vía, Arequipa, ante usted respetuo-sa-mente digo:
75
tal manera se va a producir una correcta coincidencia entre mi especialidad profesional, mis
labores y la colegiatura que tengo en el Colegio de Enfermeras como especialista en Cuidado
Materno Infantil-Pediatría.
6. Desde el punto de vista estrictamente jurídico el Decreto Legislativo 728 establece que las
condiciones de trabajo de las personas no pueden ir en agravio de su condición personal y de
su naturaleza humana, y en el Sector Público está previsto que debe actuarse con equidad y la
ponderación adecuada oportunamente, por lo tanto, se requiere el pronunciamiento
discrecional de su despacho.
___________________________ ______________________________
FIRMA DEL ABOGADO FIRMA DEL RECURRENTE
76
MODELO N° 54
LILIANA MARITA HINOJOSA GUTI, identificada con DNI Nº ..............., con dirección
domiciliaria en la Av. ..............., Distrito ..............., Provincia ..............., Departamento
...............; señalando domicilio procesal en Av. Siglo XX Nº 120, oficina 554. Edificio.
La Gran Vía del Cercado de Arequipa, ante Ud., respetuosamente, me presento y digo:
77
c) El Art. 2°, inciso 1 del texto constitucional que establece el derecho a la vida, y la integridad
física, el libre desarrollo y bienestar. Derechos que se vería vulnerados en mis hijos, al no estar
con su madre. Asimismo, el Estado protege a la familia, por lo que tengo derecho a que mi
necesidad de trabajo no impida el ejercicio de este derecho.
___________________________ ______________________________
FIRMA DEL ABOGADO FIRMA DEL RECURRENTE
78
MODELO N° 55
79
profesionales de odontóloga para tratar de Conseguir el cambio de Nivel Profesional, que me
corresponde por estar amparada por el D. Leg. N° 276, del trabajador de ESSALUD y al estar
vacantes las plazas a dicho nivel, por cese de un colega.
7. Por otro lado, con fecha 16 de mayo de 2012, solicite la asignación de funciones fuera de la
jornada laboral, ya que, siendo reconocida por la Institución como Técnica de Enfermería,
solicite se me asignen funciones como Cirujano Dentista y poder brindar apoyo y atención de
acuerdo a mi formación profesional en la Extensión Miraflores.
8. Pero ante la no respuesta de la Institución, nuevamente solicite al Jefe de la Oficina de Recursos
Humanos; el cambio de carrera de Profesional Técnico Asistencial a Cirujano Dentista nivel
Profesional P-2, teniendo en cuenta la existencia de plazas vacantes para dicho nivel y cargo.
Asimismo, mediante CARTA Nº 2684-ORH-JOA-GRAAR-ESSALUD-2013, de fecha 28 de agosto
del 2013, me dieron respuesta de que lo solicitado no es posible, porque Institución no ha
emitido pronunciamiento al respecto. ¿Precisamente si lo que estaba solicitando es ese
pronunciamiento?
9. En este orden de ideas, está más que demostrado que la demandante en reiteradas
oportunidades ha venido peticionado cambio de grupo ocupacional de Profesional Técnico
Asistencial a Profesional Cirujana Dentista Nivel –P2 del Hospital Edmundo Escomel de la
Ciudad de Arequipa, sin obtener respuesta favorable alguna; pese a que la recurrente cuenta
con los requisitos de ley para solicitar dicho cambio; y, por el contrario, se ha venido
negándoseme mi derecho de acceso al cambio de grupo ocupacional como mi derecho de
petición.
80
7. Asimismo en Concordancia con Decreto Supremo Nº 005-90-PCM, Reglamento de la Ley de
Bases de la Carrera Administrativa y de Remuneraciones, en lo establecido en Artículo 60º que
establece : “El cambio de grupo ocupacional respeta el principio de garantía del nivel avanzado
y la especialidad adquirida; se efectúa teniendo en consideración las necesidades
institucionales y los intereses del servidor. Procede a petición expresa, previa existencia de
vacante en el nivel al cual se postula.”
8. También, por ello que invoco como fundamento de derecho de mi pretensión el Artículo 74 del
Decreto Supremo Nº 005-90-PCM, a la letra señala: “la asignación permite precisar las
funciones que debe desempeñar un servidor dentro de su entidad, según el nivel de carrera;
grupo ocupacional y especialidad alcanzados. La primera asignación de funciones se produce
al momento del ingreso a la Carrera Administrativa; las posteriores asignaciones se efectúan al
aprobarse, vía resolución el desplazamiento del servidor.”
9. Con el actuar de la entidad administrativa se ve una clara vulneración del derecho al trabajo,
siendo que, se está vulnerando mi derecho a la estabilidad laboral que, también comprende,
que la suscrita se desarrolle, ello de conformidad con el artículo 99 del Decreto Supremo N°
005-90-PCM, que a la letra dice: “El servidor tiene derecho a desarrollarse en la Carrera
Administrativa en base a su calificación laboral, no debiendo ser objeto de discriminación
alguna.”; asimismo en su artículo 3, que señala: “DERECHO A ESTABILIDAD LABORAL
ABSOLUTA: Hace carrera el servidor nombrado y por tanto tiene derecho a estabilidad laboral
indeterminada de acuerdo a ley.
10. Por todo lo expuesto, se observa una clara contravención a mis derechos laborales como
servidora pública; por lo que, debe declararse en su oportunidad fundada la presente solicitud
y en consecuencia reconocerse el cargo de Cirujana Dentista, Nivel P2, de la recurrente,
asimismo que se me asignen las funciones correspondientes a Profesional Cirujana Dentista en
el Hospital I Edmundo Escomel de Arequipa.
11. Finalmente, agradeceré se tenga en cuenta que, al afectarse mi estabilidad laboral de puesto,
se me ha sometido a un estado de estrés y de angustia que me está generando graves daños y
perjuicios, que además tipifica el delito de abuso de autoridad, ya que, el Jefe de Recursos
humanos no está facultado para disponer acciones de personal encubiertas bajo la modalidad
de Memorándums y sin la motivación debida.
___________________________ ______________________________
FIRMA DEL ABOGADO FIRMA DEL RECURRENTE
81
MODELO N° 56
Al amparo de lo establecido en el inciso 20) del art. 2 de la Constitución Política del Estado.
82
8. Debe tenerse en cuenta que, mi menor hijo Fabio Mathias Benavente Tipula, ha sido
diagnosticado psicológicamente como un niño emocionalmente dañado; por lo que requiere
terapia continua lo antes posible para lograr su normal desarrollo psicosocial.
En mérito a los hechos narrados es que existen razones de unidad familiar para que proceda
mi destaque, teniéndose en cuenta que mis hijos son de corta edad y requieren de cuidados
que sobrepasan a los ordinarios; por lo que requiero, por necesidad familiar imperante, laborar
en la ciudad de Arequipa.
9. Sin perjuicio de los antes narrado, a raíz del embarazo, estoy en exámenes médicos para
descartar la presencia de lupus, enfermedad que se exacerba en el embarazo; por lo cual, debo
recibir atención médica en un hospital nivel IV, tal como lo es el Hospital Carlos Alberto Seguín
Escobedo. Cabe aclarar, que la región de la unidad de origen no cuenta con un Hospital de ese
nivel.
Además, se me ha diagnosticado con prediabetes, en específico, hiperinsulinismo; por lo cual
llevo mis controles periódicos en el Servicio de Endocrinología del Hospital Carlos Alberto
Seguín Escobedo.
Por lo tanto, se acredita la existencia de la causal de salud para que se sirva disponer mi
destaque.
10. Es importante tener en cuenta que, con Oficio N° 0028-2018-GRA/GRS-RSAC-D-MRCB/J., de
fecha 12 de enero de 2018, el Jefe de la Micro Red de Salud Ciudad Blanca de la Dirección Red
de Salud Arequipa – Caylloma, de la Gerencia Regional de Salud, ha señalado que existe la
necesidad de servicio y de personal profesional de Enfermería; motivo por el cual ha emitido la
opinión favorable para la realización de mi destaque en el ámbito de la Micro Red de Salud
Ciudad Blanca.
11. Cabe precisar que mediante Resolución Directoral N° 523-2017-GRA/GRS/GR-DRSCCU-
DIREC-OA-RR. HH, se aprobó mi destaque por unidad familiar a partir del 07 de agosto al 31
de diciembre de 2017 a la Red Arequipa Caylloma, por lo que, queda plenamente acreditado
que existe necesidad de servicio de un personal profesional de Enfermería.
83
derecho. La institución del debido procedimiento administrativo se rige por los principios del
Derecho Administrativo. La regulación propia del Derecho Procesal Civil es aplicable sólo en
cuanto sea compatible con el régimen administrativo.
• Principio de impulso de oficio.- Las autoridades deben dirigir e impulsar de oficio el
procedimiento y ordenar la realización o práctica de los actos que resulten convenientes para
el esclarecimiento y resolución de las cuestiones necesarias.
• Principio de razonabilidad.- Las decisiones de la autoridad administrativa, cuando creen
obligaciones, califiquen infracciones, impongan sanciones, o establezcan restricciones a los
administrados, deben adaptarse dentro de los límites de la facultad atribuida y manteniendo la
debida proporción entre los medios a emplear y los fines públicos que deba tutelar, a fin de que
respondan a lo estrictamente necesario para la satisfacción de su cometido.
• Principio de imparcialidad.- Las autoridades administrativas actúan sin ninguna clase de
discriminación entre los administrados, otorgándoles tratamiento y tutela igualitarios frente al
procedimiento, resolviendo conforme al ordenamiento jurídico y con atención al interés general.
• Principio de informalismo.- Las normas de procedimiento deben ser interpretadas en forma
favorable a la admisión y decisión final de las pretensiones de los administrados, de modo que
sus derechos e intereses no sean afectados por la exigencia de aspectos formales que puedan
ser subsanados dentro del procedimiento, siempre que dicha excusa no afecte derechos de
terceros o el interés público.
• Principio de presunción de veracidad.- En la tramitación del procedimiento administrativo, se
presume que los documentos y declaraciones formulados por los administrados en la forma
prescrita por esta Ley, responden a la verdad de los hechos que ellos afirman. Esta presunción
admite prueba en contrario. Presunción Iuris tantum (subrayado nuestro).
• Principio de conducta procedimental.- La autoridad administrativa, los administrados, sus
representantes o abogados y, en general, todos los partícipes del procedimiento, realizan sus
respectivos actos procedimentales guiados por el respeto mutuo, la colaboración y la buena fe.
Ninguna regulación del procedimiento administrativo puede interpretarse de modo tal que
ampare alguna conducta contra la buena fe procesal.
• Principio de celeridad.- Quienes participan en el procedimiento deben ajustar su actuación de
tal modo que se dote al trámite de la máxima dinámica posible, evitando actuaciones procesales
que dificulten su desenvolvimiento o constituyan meros formalismos, a fin de alcanzar una
decisión en tiempo razonable, sin que ello releve a las autoridades del respeto al debido
procedimiento o vulnere el ordenamiento.
• Principio de eficacia.- Los sujetos del procedimiento administrativo deben hacer prevalecer el
cumplimiento de la finalidad del acto procedimental, sobre aquellos formalismos cuya
realización no incida en su validez, no determinen aspectos importantes en la decisión final, no
disminuyan las garantías del procedimiento, ni causen indefensión a los administrados. En
todos los supuestos de aplicación de este principio, la finalidad del acto que se privilegie sobre
las formalidades no esenciales deberá ajustarse al marco normativo aplicable y su validez será
una garantía de la finalidad pública que se busca satisfacer con la aplicación de este principio.
• Principio de verdad material.- En el procedimiento, la autoridad administrativa competente
deberá verificar plenamente los hechos que sirven de motivo a sus decisiones, para lo cual
deberá adoptar todas las medidas probatorias necesarias autorizadas por la ley, aun cuando
no hayan sido propuestas por los administrados o hayan acordado eximirse de ellas. En el caso
de procedimientos trilaterales la autoridad administrativa estará facultada a verificar por todos
los medios disponibles la verdad de los hechos que le son propuestos por las partes, sin que
ello signifique una sustitución del deber probatorio que corresponde a éstas. Sin embargo, la
autoridad administrativa estará obligada a ejercer dicha facultad cuando su pronunciamiento
pudiera involucrar también al interés público.
84
• Principio de participación.- Las entidades deben brindar las condiciones necesarias a todos los
administrados para acceder a la información que administren, sin expresión de causa, salvo
aquellas que afectan la intimidad personal, las vinculadas a la seguridad nacional o las que
expresamente sean excluidas por ley; y extender las posibilidades de participación de los
administrados y de sus representantes, en aquellas decisiones públicas que les puedan afectar,
mediante cualquier sistema que permita la difusión, el servicio de acceso a la información y la
presentación de opinión.
• Principio de simplicidad.- Los trámites establecidos por la autoridad administrativa deberán ser
sencillos, debiendo eliminarse toda complejidad innecesaria; es decir, los requisitos exigidos
deberán ser racionales y proporcionales a los fines que se persigue cumplir.
• Principio de uniformidad.- La autoridad administrativa deberá establecer requisitos similares
para trámites similares, garantizando que las excepciones a los principios generales no serán
convertidos en la regla general. Toda diferenciación deberá basarse en criterios objetivos
debidamente sustentados.
• Principio de predictibilidad.- La autoridad administrativa deberá brindar a los administrados o
sus representantes información veraz, completa y confiable sobre cada trámite, de modo tal que
a su inicio, el administrado pueda tener una conciencia bastante certera de cuál será el
resultado final que se obtendrá.
85
1-J. Historia Clínica Breve, de fecha 07 de abril de 2017, mediante la cual acredito que mi hijo
Sthefano Benavente Tipula ha nacido prematuro, con hipertrofia pilórica.
1-K. Orden de alta, de fecha 07 de marzo de 2017, mediante la cual acredito que mi hijo Sthefano
Benavente Tipula ha sido dado de alta luego de habérsele practicado la operación de
piloromiotomia.
1-L. Epicrisis, de fecha 12 de marzo de 2017, mediante la cual acredito que mi hijo hijo Sthefano
Benavente Tipula ha tenido hipertrofia de piloro y requiere cuidados especiales.
1-M. Formato Informe de Alta Hospitalaria, de fecha 12 de marzo de 2017, mediante el cual acredito
mi hijo Sthefano Benavente Tipula ha sido hospitalizado.
1-N. Certificado Psicológico, de fecha 19 de enero de 2018, mediante el cual acredito que mi menor
hijo Fabio Mathias Benavente Tipula, es un niño emocionalmente dañado, por lo que requiere
terapia continua lo antes posible para lograr su normal desarrollo psicosocial.
1-Ñ. Copia de Historia Clínica, de fecha 29 de agosto de 2017; mediante el cual se acredita que la
recurrente ha sido diagnosticada con hiperinsulinismo (prediabetes).
1-O. Copia de Historia, de fecha 29 de agosto de 2017; mediante el cual se acredita que la recurrente
sigue exámenes médicos actualmente para descartar nefrología lúpica (lupus).
1-P. Resultados de exámenes auxiliares, de fecha 18 de octubre de 2017; que acreditan que tengo
un nivel de Ac. Antinuclear Patrón moteado fino, por lo cual requiero exámenes médicos para
descartar lupus.
1-P. Resolución Directoral N° 523-2017-GRA/GRS/GR-DRSCCU-DIREC-OA-RR. HH, mediante el
cual se aprobó mi destaque por unidad familiar, a partir del 07 de agosto al 31 de diciembre de
2017 a la Red Arequipa Caylloma, por lo que queda plenamente acreditado que existe necesidad
de servicio de un personal profesional de Enfermería.
POR LO EXPUESTO:
A Ud., pido acceder a la presente y disponer su trámite.
___________________________ ______________________________
FIRMA DEL ABOGADO FIRMA DEL RECURRENTE
86
MODELO N° 57
87
mental tiene derecho al respeto de su dignidad y a un régimen legal de protección, atención,
readaptación y seguridad.»
b. El tercer párrafo del artículo 23° de la Constitución establece que: «Ninguna relación laboral
puede limitar el ejercicio de los derechos constitucionales, ni desconocer o rebajar la dignidad
del trabajador.»
8.- Dentro de este contexto y por los argumentos expuestos solicito se declare procedente mi pedido,
a fin de no afectar la unidad familiar y la salud de mi menor hija. Además de causarme
perjuicios económicos.
___________________________ ______________________________
FIRMA DEL ABOGADO FIRMA DEL RECURRENTE
88
MODELO N° 58
89
5. Asimismo el no atender mi pedido sería exponer a mi menor hija a peligro, lo que implicaría
incurrir en el delito de exposición de personal dependiente a peligro, conforme a lo previsto en
el Código Penal.
6. Mi pedido encuentra sustento en base a lo siguiente:
a. El artículo 7 de la Constitución que establece que: «Todos tienen derecho a la protección de su
salud, la del medio familiar y la de la comunidad, así como el deber de contribuir a su promoción
y defensa. La persona incapacitada para velar por sí misma a causa de una deficiencia física o
mental tiene derecho al respeto de su dignidad y a un régimen legal de protección, atención,
readaptación y seguridad.»
b. El tercer párrafo del artículo 23 de la Constitución establece que: «Ninguna relación laboral
puede limitar el ejercicio de los derechos constitucionales, ni desconocer o rebajar la dignidad
del trabajador.»
III.- ANEXOS:
1-A. El certificado médico de fecha 21 de agosto del 2010.
1-B. Copia de Resolución Directoral Nº 0234-2009-DEGDRHH-DG/UDRS.T/GOB.REG. TACNA
POR LO EXPUESTO:
A Ud. pido acceder a mi pedido conforme a la Ley 27444.
Arequipa, 03 de Mayo del 2013
___________________________ ______________________________
FIRMA DEL ABOGADO FIRMA DEL RECURRENTE
90
MODELO N° 59
91
En consecuencia y de acuerdo al presente caso, son de aplicación los siguientes principios del
procedimiento administrativo.
1.- PRINCIPIO DE LEGALIDAD: Las autoridades administrativas deben actuar con respeto a la
Constitución, la ley y al derecho, dentro de las facultades que le estén atribuidas y de acuerdo
con los fines para los que les fueron conferidas.”
2.- PRINCIPIO DEL DEBIDO PROCEDIMIENTO: “Los administrados gozan de todos los derechos y
garantías inherentes al debido procedimiento administrativo, que comprende el derecho a
exponer sus argumentos, a ofrecer y producir pruebas y a obtener una decisión motivada y
fundada en derecho. La institución del debido procedimiento administrativo se rige por los
principios del Derecho Administrativo. La regulación propia del Derecho Procesal Civil es
aplicable sólo en cuanto sea compatible con el régimen administrativo”.
3.- PRINCIPIO DE IMPULSO OFICIO: “Las autoridades deben dirigir e impulsar de oficio el
procedimiento y ordenar la realización o práctica de los actos que resulten convenientes para
el esclarecimiento y resolución de las cuestiones necesarias”.
4.- PRINCIPIO DE RAZONABILIDAD: “Las decisiones de la autoridad administrativa, cuando creen
obligaciones, califiquen infracciones, impongan sanciones, o establezcan restricciones a los
administrados, deben adaptarse dentro de los límites de la facultad atribuida y manteniendo la
debida proporción entre los medios a emplear y los fines públicos que deba tutelar, a fin de que
respondan a lo estrictamente necesario para la satisfacción de su cometido.”
5.- PRINCIPIO DE IMPARCIALIDAD: “Las autoridades administrativas actúan sin ninguna clase de
discriminación entre los administrados, otorgándoles tratamiento y tutela igualitarios frente al
procedimiento, resolviendo conforme al ordenamiento jurídico y con atención al interés
general.”
Así mismo resulta que se ha incurrido en el delito de abuso de autoridad por omisión impropia
que, según el artículo 377° del Código Penal dice: El funcionario público que, ilegalmente omite,
rehúsa o retarda algún acto de su cargo será reprimido con pena privativa de la libertad no mayor
de dos años y con treinta a sesenta días multa.
___________________________ ______________________________
FIRMA DEL ABOGADO FIRMA DEL RECURRENTE
92
MODELOS N° 60
93
6. De conformidad con el Art. 1° del D. S. N° 027-92-PCM: “Para tener derecho a gozar de la
pensión inherente al mayor nivel remunerativo alcanzado por los funcionarios y servidores
públicos, comprendidos en el D. Leg. 276 Régimen de Pensiones del D.L. 20530 y artículo 1 de
la Ley 23495, deberán haber sido nombrados o designados en el cargo o en el mayor nivel
detentado desempeñándose en forma real y efectiva por un periodo no menor de 12 meses
consecutivos o un periodo acumulado no consecutivo no menor de 24 meses». Como se puede
ver el cargo de Enfermera Sub Jefe que desempeñé fue por más de 24 meses consecutivos.
7. Por el Principio Administrativo de la Primacía de la Realidad, principio que dicta que, para la
interpretación de las relaciones entre empleadores y trabajadores, se debe tomar en cuenta lo
que verdaderamente sucede en la realidad y no solamente lo que las partes han contratado;
está más que demostrado que he laborado como enfermera Sub Jefe durante varios periodos
presupuestales, por tanto con dicho nivel me debe ser otorgada mi pensión de cesantía.
8. Asimismo, de no resolverse mi solicitud, se estaría transgrediendo el principio de
irrenunciabilidad de los derechos laborales reconocidos por la Constitución en su artículo 26°,
pues está demostrado con los documentos que obran en mi legajo personal, que he
desempeñado funciones correspondientes al nivel de una Enfermera Sub Jefe, por cuanto tengo
derecho a percibir una pensión de cesantía de acuerdo a dicho nivel.
___________________________ ______________________________
FIRMA DEL ABOGADO FIRMA DEL RECURRENTE
94
MODELO N° 61
95
el Beneficio de Compensación por Tiempo de Servicios y demás derechos que le corresponde
conforme a Ley”.
___________________________ ______________________________
FIRMA DEL ABOGADO FIRMA DEL RECURRENTE
96
MODELO N° 62
SHIRLEY MONTOYA LOAYZA, identificada con DNI Nº ..............., con domicilio real
ubicado en Av. ..............., N° ...............Urb. ..............., Provincia ...............,
Departamento ..............., señalando domicilio procesal en Av. Siglo XX Nº 120, Of 554,
Edificio La Gran Vía. Cercado-Arequipa, a Ud., respetuosa-men-te me presento y digo:
97
«2. Toda persona tiene derecho, sin discriminación alguna, a igual salario por trabajo igual.
3. Toda persona que trabaja tiene derecho a una remuneración equitativa y satisfactoria, que
le asegure, así como a su familia, una existencia conforme a la dignidad humana y que será
completada, en caso necesario, por cualesquiera otros medios de protección social».
7. Conforme lo establece la Constitución Política del Perú en el último párrafo del artículo 23°
cuando señala: «Nadie está obligado a prestar trabajo sin retribución o sin su libre
consentimiento.
Además el artículo 24 de dicha Carta Magna señala. «El trabajador tiene derecho a una
remuneración equitativa y suficiente, que procure para él y su familia, el bienestar material y
espiritual.
El pago de la remuneración y de los beneficios sociales del trabajador tiene prioridad sobre
cualquiera otra obligación del empleador.»
8. Dentro de este contexto al haber estado desempeñando funciones profesionales de Jefe de
División Socio laboral, corresponde se me pague una remuneración equivalente a dicho cargo,
situación que no se dio por lo que procede acceder a mi pedido y se me pague el reintegro de
mis remuneraciones.
___________________________ ______________________________
FIRMA DEL ABOGADO FIRMA DEL RECURRENTE
98
MODELO N° 63
POR LO EXPUESTO
Pido a Ud. señor Presidente disponer mi cese en el trabajo con arreglo a la ley.
___________________________ ______________________________
FIRMA DEL ABOGADO FIRMA DEL RECURRENTE
99
MODELO N° 64
JOSE ALBERTO VELARDE CHARPA; identificado con DNI N° ..............., con domicilio
real en la Urb. ..............., Distrito ..............., Provincia ..............., Departamento
..............., señalando como domicilio procesal en la Av. Siglo XX Nº 120, Of. 554. Edificio
«La Gran Vía», Cercado de Arequipa, a usted, respetuosamente me presento y digo:
100
2.6 Por tanto, se debió reincorporarme con el mismo régimen laboral del D. Leg. 276 y los derechos
y beneficios que tenía pero lejos de ello se me reincorporó bajo el régimen laboral del D. Leg.
728 que en obediencia debida tuve que acatar como trabajador contratado a plazo
indeterminado en ESSALUD mediante Resolución de Gerencia de Red Nº 294-GRAAR-
ESSALUD-2007.
2.7 Sin embargo, ingresé bajo el Régimen Privado del Decreto Legislativo Nº 728, sin tomar en
consideración que habiendo cesado bajo los alcances del Régimen Laboral del Decreto
Legislativo Nº 276 es éste el régimen en el cual se me debía de reincorporar, dado que mi
reincorporación no se debe tomar como un nuevo vínculo laboral, por lo que al haber sido
cesado injustamente y encontrándome en ese entonces dentro del Régimen Decreto Leg. 276,
he adquirido derechos, como el tiempo de años prestados al Estado, que deben continuar y se
me debe seguir considerando bajo el régimen del Decreto Leg. 276, teniendo en cuenta que,
según el número de años prestados se va alcanzando los niveles correspondientes a cada
trabajador, todo ello conforme a la Ley Nº 27803; puesto que, no reconocérseme tales derechos
se afectaría el cálculo de mi pensión de jubilación. Así mismo, he ingresado a laborar en la línea
de carrera de Técnico Administrativo y Apoyo, no teniendo en cuenta que, a la fecha que me
cesaron me encontraba en la línea de carrera Asistente Administrativo conforme a la Resolución
Directoral Nº 2069–DAP–DGP–IPSS – 90. Por tanto, siendo que, ingresé a laborar en un régimen
laboral que no me correspondía, contraviniendo lo dispuesto por la Ley Nº 27803, es que
cualquier acto celebrado a posterior es nulo de pleno derecho por contravenir lo dispuesto en
la ley.
2.8. Amparo la presente en lo previsto en el artículo 4 inciso b) del Decreto Leg. 276 Ley de Bases
de la Carrera Administrativa y Remuneraciones del Sector Público que establece: «La carrera
administrativa es permanente y se rige por los principios de: b) Estabilidad», concordante con el
artículo 24 inciso b) de la misma que establece: «Son derechos de los servidores públicos de
carrera: b) Gozar de estabilidad. Ningún servidor puede ser cesado ni destituido sino por causal
prevista en la ley y de acuerdo al procedimiento establecido».
2.9. Además, de lo establecido en el artículo 100 del Decreto Supremo 005-90-PCM Reglamento de
la Ley de la Carrera Administrativa que establece: «Los servidores de carrera gozan de
estabilidad laboral dentro de la administración pública. Sólo pueden ser destituidos por causa
prevista en la ley y previo proceso disciplinario. Los traslados a otras entidades públicas y/o
lugar geográfico diferente al de su residencia habitual deberán contar con el consentimiento
expreso del servidor», derecho que me fue vulnerado al habérseme despedido injustamente.
2.10. En consecuencia corresponde la regulación de mi situación laboral y provisional toda vez que
administra y judicialmente la acción no ha prescrito, me encuentro amparado en lo previsto en
el artículo 26 de la Constitución Política del Estado concordante con el Decreto Ley Nº 19990 y
sus modificaciones.
101
instancia del administrado, salvo que por disposición legal o por su finalidad corresponda ser
iniciado exclusivamente de oficio o a instancia del interesado».
___________________________ ______________________________
FIRMA DEL ABOGADO FIRMA DEL RECURRENTE
_____________
* De conformidad con la Décima Tercera Disposición Final de la Ley Nº 28425, publicada el 21-12-2004, vigente a partir
del 01-01-2005 se faculta al Gobierno Nacional, a los Gobiernos Regionales y a los Gobiernos Locales a ejecutar los
beneficios contemplados en los numerales 1 y 4 del artículo 3 de la presente ley, conforme a la normatividad vigente.
** De conformidad con la Única Disposición Complementaria y Final de la Ley Nº 28299, publicada el 22-07-2004 para
efectos de acogerse al Beneficio de Jubilación Adelantada a que se contrae el presente artículo, inciso 2) podrán acceder
los ex trabajadores comprendidos en los alcances del Decreto Ley Nº 19990, Ley Nº 25009, Decreto Ley Nº 25957 y Ley
Nº 25897, cumpliendo los requisitos de edad y aportaciones establecidos para el otorgamiento de una pensión a la fecha
de publicación de la última relación de ex trabajadores cesados irregularmente.
102
MODELO N° 65
103
III. FUNDAMENTOS DE DERECHO
1. En la Ley del Procedimiento Administrativo General, Ley 27444 – TUO D.S. 004-2019-JUS, en
especial en los artículos:
1.1 artículo IV, numeral 1.7 y el artículo 49 que prescriben acerca del principio de presunción
de veracidad.
1.2 artículo 84 por el cual es deber de la autoridad administrativa desempeñar sus funciones
siguiendo los principios del procedimiento administrativo, el deber de resolver
explícitamente las solicitudes presentadas por los administrados en tiempo hábil.
2. Asimismo, el Artículo 70 del Decreto Ley 19990 establece que para los asegurados obligatorios
son períodos de aportación los meses, semanas o días en que presten o hayan prestado servicios
que generen la obligación de abonar las aportaciones, aun cuando el empleador no hubiese
efectuado el pago de las aportaciones.
Arequipa, ..............................
104
MODELO N° 66
EXP. N° : ...............
SUMILLA : Interpongo Recurso de Apelación en Vía Administrativa
Arequipa, ..............................
105
MODELO N° 67
106
razonable; y, a impugnar las decisiones que los afecten. La institución del debido procedimiento
administrativo se rige por los principios del Derecho Administrativo. La regulación propia del
Derecho Procesal es aplicable solo en cuanto sea compatible con el régimen administrativo.
1.3. Principio de impulso de oficio.- Las autoridades deben dirigir e impulsar de oficio el
procedimiento y ordenar la realización o práctica de los actos que resulten convenientes para
el esclarecimiento y resolución de las cuestiones necesarias.
1.4. Principio de razonabilidad.- Las decisiones de la autoridad administrativa, cuando creen
obligaciones, califiquen infracciones, impongan sanciones, o establezcan restricciones a los
administrados, deben adaptarse dentro de los límites de la facultad atribuida y manteniendo la
debida proporción entre los medios a emplear y los fines públicos que deba tutelar, a fin de que
respondan a lo estricto
___________________________ ______________________________
FIRMA DEL ABOGADO FIRMA DEL RECURRENTE
107
MODELO N° 68
108
Principio de impulso de oficio.- Las autoridades deben dirigir e impulsar de oficio el
procedimiento y ordenar la realización o práctica de los actos que resulten convenientes para el
esclarecimiento y resolución de las cuestiones necesarias.
Principio de razonabilidad.- Las decisiones de la autoridad administrativa, cuando creen
obligaciones, califiquen infracciones, impongan sanciones, o establezcan restricciones a los
administrados, deben adaptarse dentro de los límites de la facultad atribuida y manteniendo la
debida proporción entre los medios a emplear y los fines públicos que deba tutelar, a fin de que
respondan a lo estrictamente necesario para la satisfacción de su cometido.
Principio de eficacia.- Los sujetos del procedimiento administrativo deben hacer prevalecer el
cumplimiento de la finalidad del acto procedimental, sobre aquellos formalismos cuya realización
no incida en su validez, no determinen aspectos importantes en la decisión final, no disminuyan
las garantías del procedimiento, ni causen indefensión a los administrados. En todos los supuestos
de aplicación de este principio, la finalidad del acto que se privilegie sobre las formalidades no
esenciales deberá ajustarse al marco normativo aplicable y su validez será una garantía de la
finalidad pública que se busca satisfacer con la aplicación de este principio.
Principio de verdad material.- En el procedimiento, la autoridad administrativa competente
deberá verificar plenamente los hechos que sirven de motivo a sus decisiones, para lo cual deberá
adoptar todas las medidas probatorias necesarias autorizadas por la ley, aun cuando no hayan sido
propuestas por los administrados o hayan acordado eximirse de ellas. En el caso de procedimientos
trilaterales la autoridad administrativa estará facultada a verificar por todos los medios disponibles
la verdad de los hechos que le son propuestos por las partes, sin que ello signifique una sustitución
del deber probatorio que corresponde a éstas. Sin embargo, la autoridad administrativa estará
obligada a ejercer dicha facultad cuando su pronunciamiento pudiera involucrar también al interés
público.
Principio de participación.- Las entidades deben brindar las condiciones necesarias a todos los
administrados para acceder a la información que administren, sin expresión de causa, salvo
109
aquellas que afectan la intimidad personal, las vinculadas a la seguridad nacional o las que
expresamente sean excluidas por ley; y extender las posibilidades de participación de los
administrados y de sus representantes, en aquellas decisiones públicas que les puedan afectar,
mediante cualquier sistema que permita la difusión, el servicio de acceso a la información y la
presentación de opinión.
Principio de simplicidad.- Los trámites establecidos por la autoridad administrativa deberán ser
sencillos, debiendo eliminarse toda complejidad innecesaria; es decir, los requisitos exigidos
deberán ser racionales y proporcionales a los fines que se persigue cumplir.
III. ANEXOS:
1-A. Copia legible de mi D.N.I
1-B. Copia simple de la Resolución Administrativa N° 321-2017-OAF-MDY
POR LO EXPUESTO.-
A Ud. pido el trámite de la presente.
___________________________ ______________________________
FIRMA DEL ABOGADO FIRMA DEL RECURRENTE
110
MODELO N° 69
Haciendo uso de nuestra facultad de contradicción contenida en el Art. 109 de la Ley 27444
procedemos a contradecir el acto que viola, afecta y desconoce nuestros derechos en los siguientes
términos:
111
una falta de carácter administrativo, ya que las autoridades administrativas deben actuar
sujetas a la ley y al derecho.
6. Respecto al Informe N° ............... emitido, se argumenta la no existencia de procedimiento
administrativo, por lo que los fundamentos jurídicos del Oficio N° ............... no son de
aplicación al presente caso; sobre estas afirmaciones hacemos las siguientes aclaraciones:
6.1 En cuanto a la existencia o no de procedimiento administrativo, es importante señalar que
el Art. 29 de la Ley 27444 – TUO D.S. 004-2019-JUS define lo que es el procedimiento
administrativo, señalando que “Se entiende por procedimiento administrativo al conjunto
de actos o diligencias tramitados en las entidades, conducentes a la emisión de un acto
administrativo que produzca efectos jurídicos individuales o individualizables sobre
intereses, obligaciones y derechos de los administrados”. En este sentido, una vez
presentada nuestra solicitud de fedateo de documentos se dio inicio a un procedimiento
administrativo, ya que lo que se busca con esa solicitud es una respuesta de la
Administración Pública, esto es, la emisión de un acto administrativo que dé por aceptado
mi pedido; es en este orden de ideas que resulta de aplicación la Ley 27444 – TUO D.S.
004-2019-JUS.
De esta manera nuestra solicitud dio origen a un procedimiento administrativo a petición
de parte, por lo que en este caso para que el órgano actúe legalmente se requiere que el
gobernado lo solicite, ya sea porque la ley así lo prevé o porque se hace uso del derecho de
petición establecido en la Constitución. (MARTINEZ MORALES, Rafael. Derecho
Administrativo. HARLA. México, 1994, p. 242).
6.2 Ahora bien, aclarado este asunto, respecto a los principios que debe cumplir la autoridad
administrativa, estos son de aplicación plena para el caso, pues aun cuando no existiese
procedimiento administrativo, estos siguen siendo principios pero de una categoría más
grande que es el Derecho Administrativo, resultarían ser principios que regulan las
actuaciones que realiza la Administración Pública, por lo que el principio de presunción de
veracidad, es de plena aplicación en nuestros escritos presentados ante su Despacho, ya
que según este principio los documentos que presentemos, así como las afirmaciones que
hagamos en ellos deben ser tomados por ciertos por la autoridad administrativa.
“La presunción de veracidad consiste en el deber legal de suponer que los administrados
proceden con verdad en sus actuaciones en el procedimiento en que intervengan (rige tanto
las relaciones de la Administración Pública con sus agentes como con el público). Sustituye
la tradicional duda o escepticismo de la autoridad sobre los administrados” (el subrayado
es nuestro) (MORON URBINA, Juan Carlos. Comentarios Nueva Ley del Procedimiento
Administrativo General. GACETA JURIDICA. Lima, 2001).
6.3 Respecto a que no se ha respondido a cabalidad el Oficio N° ..............., éste ha sido
correctamente satisfecho con el Oficio N° ..............., dicho Oficio ha sido realizado teniendo
en cuenta los principios del derecho administrativo, como son el principio de participación,
prescrito en el Art. IV, numeral 1.12 de la Ley 27444, por el cual “las entidades deben
brindar las condiciones necesarias a todos los administrados para acceder a la información
que administren, sin expresión de causa y extender las posibilidades de participación de
los administrados y de sus representantes, en aquellas decisiones públicas que les puedan
afectar, mediante cualquier sistema que permita la difusión, el servicio de acceso a la
información y la presentación de opinión”, por lo que resulta errado señalar que los
recurrentes no tienen un interés legítimo para obrar cuando este principio nos otorga tal
interés, además de facultarnos a acceder a información sin expresión de causa.
“Más que un principio, puede considerársele un derecho del administrado, y una obligación
de la administración, estando a lo dispuesto por el inc. 5) del artículo 2 de la Constitución
del Estado, que bajo el Título: Toda persona tiene derecho, establece: A solicitar sin
expresión de causa la información que requiera y a recibirla de cualquier entidad pública,
en el plazo legal, con el costo que suponga el pedido… Si bien es cierto no se refiere
112
concretamente al procedimiento administrativo, es cierto también, que por su generalidad,
no lo puede excluir, de tal forma que funciona en dicho procedimiento”. (BARTRA CAVERO,
José. Procedimiento Administrativo. Editorial HUALLAGA. Lima, 2002, p. 83).
7. Sin perjuicio de lo antes mencionado, téngase presente lo establecido en el Art. II de la Ley
27444 – TUO D.S. 004-2019-JUS, que en su inciso 1 señala que “La presente Ley regula las
actuaciones de la función administrativa del Estado y el procedimiento administrativo común
desarrollados en las entidades”, por lo que la Ley 27444 no sólo regula el procedimiento
administrativo, sino también las actuaciones de la función administrativa del Estado;
8. Asimismo, el art. III de la Ley 27444 – TUO D.S. 004-2019-JUS señala que la finalidad de la
Ley es “establecer el régimen jurídico aplicable para que la actuación de la Administración
Pública sirva a la protección del interés general, garantizando los derechos e intereses de los
administrados y con sujeción al ordenamiento constitucional y jurídico en general”, por lo que
todas las actuaciones que realice la Administración Pública deben regirse por lo establecido en
la mencionada ley.
De esta manera también resulta de aplicación el principio de equidad (recuérdese que la
enumeración de los principios del procedimiento administrativo no es una enumeración
taxativa), por el cual “Ha de observarse el principio in dubio pro actione, esto es, que el
procedimiento debe tender a lograr el resultado más favorable al administrado o particular”
(MARTINEZ MORALES, Rafael. Derecho Administrativo. HARLA. México, 1994, p. 242).
9. Por lo que los actos administrativos emitidos por la autoridad administrativa hacen entrever
que la misma no está cumpliendo con los deberes a los que está obligada a cumplir por mandato
de la ley (principio de legalidad):
a) El de desempeñar sus funciones siguiendo los principios del procedimiento administrativo,
pues en este caso no se observan los principios de participación ni el principio de
presunción de veracidad;
b) El velar por la eficacia de las actuaciones procedimentales, procurando la simplificación en
sus trámites, sin más formalidades que las esenciales para garantizar el respeto de los
derechos de los administrados.
c) Interpretar las normas administrativas de forma que mejor atienda el fin público al cual se
dirigen, preservando razonablemente los derechos de los administrados, lo cual ha sido
transgredido por la interpretación arbitraria de la normatividad procesal contenida en la
Ley 27444 – TUO D.S. 004-2019-JUS.
113
MODELO N° 70
114
5. Por todos estos argumentos es que planteo este recurso de apelación, con la finalidad que el
superior jerárquico imponga las sanciones disciplinarias por incumplimiento de funciones.
6. Téngase en cuenta al momento de resolver los siguientes fundamentos de derecho.
6.1. PRINCIPIOS Y DEBERES ÉTICOS DEL SERVIDOR PÚBLICO CONCORDANCIAS:
Artículo 6.- Principios de la Función Pública El servidor público actúa de acuerdo a los siguientes
principios:
1. Respeto Adecua su conducta hacia el respeto de la Constitución y las Leyes, garantizando que
en todas las fases del proceso de toma de decisiones o en el cumplimiento de los procedimientos
administrativos, se respeten los derechos a la defensa y al debido procedimiento.
2. Probidad Actúa con rectitud, honradez y honestidad, procurando satisfacer el interés general
y desechando todo provecho o ventaja personal, obtenido por sí o por interpósita persona.
3. Eficiencia Brinda calidad en cada una de las funciones a su cargo, procurando obtener una
capacitación sólida y permanente.
4. Idoneidad Entendida como aptitud técnica, legal y moral, es condición esencial para el acceso
y ejercicio de la función pública. El servidor público debe propender a una formación sólida acorde
a la realidad, capacitándose permanentemente para el debido cumplimiento de sus funciones.
5. Veracidad Se expresa con autenticidad en las relaciones funcionales con todos los miembros
de su institución y con la ciudadanía, y contribuye al esclarecimiento de los hechos. 6. Lealtad y
Obediencia Actúa con fidelidad y solidaridad hacia todos los miembros de su institución,
cumpliendo las órdenes que le imparta el superior jerárquico competente, en la medida que reúnan
las formalidades del caso y tengan por objeto la realización de actos de servicio que se vinculen
con las funciones a su cargo, salvo los supuestos de arbitrariedad o ilegalidad manifiestas, las
que deberá poner en conocimiento del superior jerárquico de su institución.
Artículo 10.- Sanciones
10.1 La transgresión de los principios y deberes establecidos en el Capítulo II y de las
prohibiciones señaladas en el Capítulo III, de la presente Ley, se considera infracción al presente
Código, generándose responsabilidad pasible de sanción.
Así también de continuar con la omisión o retardo, serán remitidos al ministerio público para que
proceda con las investigaciones correspondientes, ya que de los hechos expuestos en caso de
incumplimiento se adecuan al tipo penal del artículo 377.
Art. 377. El funcionario público que, ilegalmente, omite, reúsa, o retarda algún acto de su cargo
será reprimido con pena privativa de libertad no mayor de dos años.
ANEXOS:
01-A. Copia de mi DNI
01-B. Copia simples de Reglamento de Evaluación concordado para la promoción discente
ordinarios de la Universidad Católica de Santa María.
01-C. Copia simples de Reglamento de Evaluación concordado para la promoción discente
ordinarios de la Universidad Católica de Santa María.
01-D. Resolución N° 5903-CU-2015.
01-E. Copia del documento emitido por la Oficina de Escalafón de la Universidad Católica Santa
María.
POR LO EXPUESTO:
A Usted, pido admitir a trámite mi recurso de apelación.
Arequipa, 11 de enero del 2018.
___________________________ ______________________________
FIRMA DEL ABOGADO FIRMA DEL RECURRENTE
115
MODELO N° 71
RECURSO DE APELACIÓN
EXP. Nº : ...............
SUMILLA : Recurso de Apelación.
I. PRETENSIÓN IMPUGNATORIA
INTERPONGO RECURSO DE APELACIÓN en contra del acto contenido en la Resolución
Jefatural Nº ............... que declaró improcedente mi pedido, y en consecuencia solicito:
1. Se disponga el pago de mi pensión conforme a lo establecido en el nuevo Escalafón de
Trabajadores del Seguro Social de Salud–ESSALUD, aprobado por Resolución de Gerencia
General Nº ...............
2. Asimismo, se disponga el pago de los reintegros e intereses generados por el no pago oportuno
de mi pensión en la forma establecida en el referido Escalafón.
116
el Estado, que tiene como deber fundamental la defensa de los derechos humanos, no ejecute
un derecho ya reconocido.
5. Dentro de este contexto, solicito se declare la nulidad de la resolución impugnada por no
encontrarse con arreglo a ley, conforme al inc. 1 del Art. 10° de la Ley 27444 – TUO D.S. 004-
2019-JUS, más aún que de mi boleta de pago se ve que no se me paga el concepto solicitado.
POR LO EXPUESTO
A Ud. pido dé al presente recurso el trámite que conforme a ley le corresponde.
___________________________ ______________________________
FIRMA DEL ABOGADO FIRMA DEL RECURRENTE
117
MODELO N° 72
RECURSO DE APELACIÓN
EXP. N° : ...............
SUMILLA : Interpongo Recurso de Apelación
ANTECEDENTES
1. La recurrente es licenciada en Enfermería, quien ingresó a trabajar por concurso al Hospital
Goyeneche. vengo trabajando en el Ser-vi-cio ............... del Hospital III Goyeneche, realizando
labores de naturaleza permanente, desde el ............... hasta la actualidad, en forma continua
e ininterrumpida, en la misma plaza, tal como se comprueba del siguiente detalle:
– Con Resolución Directoral Nº 425-2010-GRA/GRS/GR.HG.OP se me contrató como
............... por el periodo de ..............., en la plaza dejada por ...............
– Con Resolución Directoral Nº 464-2010-GRA/GRS/GR.HG.OP se me contrató como
............... por el periodo de ..............., en la plaza dejada por ...............
– Con Resolución Directoral Nº 048-2011-GRA/GRS/GR.HG.OP se me contrató como
............... por el periodo de ..............., en la plaza dejada por ...............
2. Como se advierte del detalle que antecede, la recurrente está trabajando para el Hospital
Goyeneche por más de ............... meses en la misma plaza.
118
para el ingreso a la carrera pública, es el concurso de admisión y la aprobación respectiva,
también lo es que el artículo 1° de la Ley 24041 no condiciona su aplicación a una determinada
modalidad de contratación o que la misma se encuentre supeditada a un concurso de admisión
(…)»
___________________________ ______________________________
FIRMA DEL ABOGADO FIRMA DEL RECURRENTE
119
MODELO N° 73
MARIA SALCEDO GARCIA, con D.N.I N° ..............., con dirección domiciliaria en la Av.
.............................., con domicilio procesal en la Av. .............................., Provincia
............... Departamento ..............., a Ud. respetuosamente digo:
120
1-D. Copia de los partes judiciales archivados en ............... que contienen la resolución judicial
expedida por el 3er Juzgado Especializado en lo Civil de Arequipa que dispone la extinción del
patrimonio familiar y su inscripción.
1-E. Comprobante de pago de los derechos respectivos.
POR LO EXPUESTO:
A Ud. solicito acceder a mi petición de apelación y conforme al trámite de ley, elevar lo actuado
al Tribunal Registral para su conocimiento y resolución.
___________________________ ______________________________
FIRMA DEL ABOGADO FIRMA DEL RECURRENTE
121
MODELO N° 74
122
a ofrecer y a producir pruebas; a solicitar el uso de la palabra, cuando corresponda; a obtener
una decisión motivada, fundada en derecho, emitida por autoridad competente, y en un plazo
razonable; y, a impugnar las decisiones que los afecten. La institución del debido procedimiento
administrativo se rige por los principios del Derecho Administrativo. La regulación propia del
Derecho Procesal es aplicable solo en cuanto sea compatible con el régimen administrativo.
1.3. Principio de impulso de oficio.- Las autoridades deben dirigir e impulsar de oficio el
procedimiento y ordenar la realización o práctica de los actos que resulten convenientes para
el esclarecimiento y resolución de las cuestiones necesarias.
1.4. Principio de razonabilidad.- Las decisiones de la autoridad administrativa, cuando creen
obligaciones, califiquen infracciones, impongan sanciones, o establezcan restricciones a los
administrados, deben adaptarse dentro de los límites de la facultad atribuida y manteniendo la
debida proporción entre los medios a emplear y los fines públicos que deba tutelar, a fin de que
respondan a lo estricto.
___________________________ ______________________________
FIRMA DEL ABOGADO FIRMA DEL RECURRENTE
123
MODELO N° 75
124
como en el presente caso en que la Resolución que da por terminada mi encargara ha sido
emitida por órgano incompetente y de inferior jerarquía a la Gerencia de Red Asistencial de
Juliaca.
8. Así mismo, desde el punto de vista del Derecho Penal constituye delito de abuso de autoridad
y de usurpación de funciones el contenido de la resolución que deja sin efecto mi encargatura,
por lo tanto, debe tenerse en cuenta los siguientes artículos que a la letra dice:
Artículo 376.- Abuso de autoridad El funcionario público que, abusando de sus atribuciones,
comete u ordena, en perjuicio de alguien, un acto arbitrario cualquiera, será reprimido con
pena privativa de libertad no mayor de dos años.
“Artículo 361.- El que, sin título o nombramiento, usurpa una función pública, o la facultad de
dar órdenes militares o policiales, o el que hallándose destituido, cesado, suspendido o
subrogado de su cargo continúa ejerciéndolo, o el que ejerce funciones correspondientes a cargo
diferente del que tiene, será reprimido con pena privativa de libertad no menor de cuatro ni
mayor de siete años, e inhabilitación de uno a dos años conforme al artículo 36, incisos 1 y 2.
Si para perpetrar la comisión del delito, el agente presta resistencia o se enfrenta a las Fuerzas
del Orden, la pena será privativa de libertad no menor de cinco ni mayor de ocho años.”
9. Igualmente resulta que conforme al Código de Ética de la Función Pública se ha vulnerado los
principios y deberes del servidor público como son:
Artículo 6.- Principios de la Función Pública
El servidor público actúa de acuerdo a los siguientes principios:
• Respeto: Adecua su conducta hacia el respeto de la Constitución y las Leyes, garantizando que
en todas las fases del proceso de toma de decisiones o en el cumplimiento de los procedimientos
administrativos, se respeten los derechos a la defensa y al debido procedimiento.
• Probidad: Actúa con rectitud, honradez y honestidad, procurando satisfacer el interés general
y desechando todo provecho o ventaja personal, obtenido por sí o por interpósita persona.
• Eficiencia: Brinda calidad en cada una de las funciones a su cargo, procurando obtener una
capacitación sólida y permanente.
• Idoneidad: Entendida como aptitud técnica, legal y moral, es condición esencial para el acceso
y ejercicio de la función pública. El servidor público debe propender a una formación sólida
acorde a la realidad, capacitándose permanentemente para el debido cumplimiento de sus
funciones.
• Veracidad: Se expresa con autenticidad en las relaciones funcionales con todos los miembros
de su institución y con la ciudadanía, y contribuye al esclarecimiento de los hechos.
• Lealtad y Obediencia: Actúa con fidelidad y solidaridad hacia todos los miembros de su
institución, cumpliendo las órdenes que le imparta el superior jerárquico competente, en la
medida que reúnan las formalidades del caso y tengan por objeto la realización de actos de
servicio que se vinculen con las funciones a su cargo, salvo los supuestos de arbitrariedad o
ilegalidad manifiestas, las que deberá poner en conocimiento del superior jerárquico de su
institución.
• Justicia y Equidad Tiene permanente disposición para el cumplimiento de sus funciones,
otorgando a cada uno lo que le es debido, actuando con equidad en sus relaciones con el Estado,
con el administrado, con sus superiores, con sus subordinados y con la ciudadanía en general.
• Lealtad al Estado de Derecho El funcionario de confianza debe lealtad a la Constitución y al
Estado de Derecho. Ocupar cargos de confianza en regímenes de facto, es causal de cese
automático e inmediato de la función pública.
10. Desde el punto de vista del Derecho Civil se están produciendo graves daños y perjuicios de
tipo contractual contenidos en el artículo que a la letra dice:
Artículo 1321 de nuestro Código Civil establece que “queda sujeto a la indemnización de daños
y perjuicios quien no ejecuta sus obligaciones por dolo, culpa inexcusable o culpa leve” y la
125
primera parte del artículo 1969 del mismo cuerpo legal precisa que “aquél que por dolo o culpa
causa un daño a otro está obligado a indemnizarlo”.
11. Desde el punto de vista le la Ley del Procedimiento Administrativo General Ley 27444 – TUO
D.S. 004-2019-JUS, se pretende desconocer me calidad de Jefe de Departamento de Ayuda al
Diagnóstico y Tratamiento nivel ejecutivo 5 del hospital base III, Juliaca, con una resolución
emitida por un órgano incompetente y de menor jerarquía violando el artículo 10 de la Ley
27444 – TUO D.S. 004-2019-JUS que a la letra dice:
Artículo 10.- Causales de nulidad Son vicios del acto administrativo, que causan su nulidad de
pleno derecho, los siguientes:
1. La contravención a la Constitución, a las leyes o a las normas reglamentarias.
2. El defecto o la omisión de alguno de sus requisitos de validez, salvo que se presente alguno
de los supuestos de conservación del acto a que se refiere el Artículo 14°.
3. Los actos expresos o los que resulten como consecuencia de la aprobación automática o por
silencio administrativo positivo, por los que se adquiere facultades, o derechos, cuando son
contrarios al ordenamiento jurídico, o cuando no se cumplen con los requisitos, documentación
o tramites esenciales para su adquisición.
4. Los actos administrativos que sean constitutivos de infracción penal, o que se dicten como
consecuencia de la misma.
IV. ANEXOS:
1-A. Copia de mi D.N.I.
1-B. Copia de la Carta N° XXX-GRAJUL-ESSALUD-2018.
1-C. Copia de la Autorización de la pasentía en el Hospital Rebagliati Martins.
POR LO EXPUESTO:
A usted pido admitir a trámite mi recurso de apelación, con la finalidad de que el superior
jerárquico la revoque y disponga la restitución del recurrente en la Jefatura de Ayuda al Diagnóstico
y Tratamiento.
___________________________ ______________________________
FIRMA DEL ABOGADO FIRMA DEL RECURRENTE
126
MODELO N° 76
127
Principio de impulso de oficio.- Las autoridades deben dirigir e impulsar de oficio el
procedimiento y ordenar la realización o práctica de los actos que resulten convenientes para el
esclarecimiento y resolución de las cuestiones necesarias.
Principio de razonabilidad.- Las decisiones de la autoridad administrativa, cuando creen
obligaciones, califiquen infracciones, impongan sanciones, o establezcan restricciones a los
administrados, deben adaptarse dentro de los límites de la facultad atribuida y manteniendo la
debida proporción entre los medios a emplear y los fines públicos que deba tutelar, a fin de que
respondan a lo estrictamente necesario para la satisfacción de su cometido. CONCORDANCIA: D.S.
Nº 008-2007-SA, Art. 27
III. ANEXO:
1. Copia de mi DNI.
2. Copia del Título de técnico en enfermería, por haber estudiado tres años.
3. Copia del grado de Bachiller en Trabajo Social de la Universidad Católica de Santa María del
recurrente.
POR LO EXPUESTO:
A Ud. Pido dar trámite a mi solicitud.
___________________________ ______________________________
FIRMA DEL ABOGADO FIRMA DEL RECURRENTE
128
MODELO N° 77
Haciendo uso del derecho de contradicción previsto en la Ley N° 27444 – Ley del Procedimiento
Administrativo General, TUO modificado:
129
me puede imputar faltas sobre las cuales no se tiene certeza, y más aún que están siendo objeto
de valoración por cuanto dicha resolución devendría también en nula por transgredir el Artículo
230.- Principios de la potestad sancionadora administrativa: “10. Non bis in idem.- No se podrá
imponer sucesiva o simultáneamente una pena y una sanción administrativa por el mismo
hecho en los casos que se aprecie la identidad del sujeto, hecho y fundamento”.
6. De esta manera, resulta evidente la nulidad del acto administrativo impugnado siendo fundado
el presente recurso de apelación.
7. En síntesis no existe causal validad para mi remoción, por el contrario se me está causando
graves daños y perjuicios, que me reservo el derecho de demandar con posterioridad.
8. Agradeceré que para resolver se tenga en cuenta la sistemática correcta e interpretación y
aplicación de los siguientes principios:
Principio de legalidad.- Las autoridades administrativas deben actuar con respeto a la
Constitución, la ley y al derecho, dentro de las facultades que le estén atribuidas y de acuerdo
con los fines para los que les fueron conferidas.
Principio del debido procedimiento.- Los administrados gozan de todos los derechos y garantías
inherentes al debido procedimiento administrativo, que comprende el derecho a exponer sus
argumentos, a ofrecer y producir pruebas y a obtener una decisión motivada y fundada en
derecho. La institución del debido procedimiento administrativo se rige por los principios del
Derecho Administrativo. La regulación propia del Derecho Procesal Civil es aplicable sólo en
cuanto sea compatible con el régimen administrativo.
Principio de impulso de oficio.- Las autoridades deben dirigir e impulsar de oficio el
procedimiento y ordenar la realización o práctica de los actos que resulten convenientes para
el esclarecimiento y resolución de las cuestiones necesarias.
Principio de razonabilidad.- Las decisiones de la autoridad administrativa, cuando creen
obligaciones, califiquen infracciones, impongan sanciones, o establezcan restricciones a los
administrados, deben adaptarse dentro de los límites de la facultad atribuida y manteniendo la
debida proporción entre los medios a emplear y los fines públicos que deba tutelar, a fin de que
respondan a lo estrictamente necesario para la satisfacción de su cometido.
CONCORDANCIA: D.S. Nº 008-2007-SA, Art. 27.
Principio de imparcialidad.- Las autoridades administrativas actúan sin ninguna clase de
discriminación entre los administrados, otorgándoles tratamiento y tutela igualitarios frente al
procedimiento, resolviendo conforme al ordenamiento jurídico y con atención al interés general.
___________________________ ______________________________
FIRMA DEL ABOGADO FIRMA DEL RECURRENTE
130
MODELO N° 78
LUIS DÁVALOS ALOR, con DNI 29697631, con dirección domiciliaria en Urb. Pablo VI
– calle Pablo de Olavide F-174, Cercado, en el proceso administrativo disciplinario que
se sigue en mi contra; a Ud., respetuosamente, digo:
Introducción
1. En principio, queremos indicar, señores Miembros del Tribunal Administrativo, que en el
presente caso, he visto afectado mis derechos por cuanto pese a realizar una defensa
estrictamente técnica y apegada a lo dispuesto en la Ley 27444 – TUO D.S. 004-2019-JUS, no
se han merituado mis descargos en la forma debida, por lo que interpuse recurso de
reconsideración, en el cual además de reiterar mi defensa de fondo, solicité la prescripción de
la acción administrativa por ser evidente su existencia.
2. En este sentido, sin renunciar a los fundamentos de defensa de mis descargos y recurso de
reconsideración, solicito que acreditado el vicio de nulidad en la Resolución que ahora se
impugna se verifiquen los referidos fundamentos, en especial el de prescripción de la acción
administrativa.1
Del acto administrativo impugnado
3. Con fecha 29 de noviembre de 2012, se me ha notificado la Resolución Gerencial General
Regional 216-2012-GRA/PR-GGR que resuelve declarar improcedente mi recurso de
reconsideración, este acto administrativo, no hace un análisis de fondo de mi recurso de
reconsideración, desestimando mi pedido por supuestos defectos de forma que en nada tutelan
el derecho al trabajo (fondo) del impugnante.2
4. Esta resolución es nula por lo siguiente.
De la obligación de dar una respuesta escrita a todos los pedidos
5. Como lo he indicado, en mi recurso de reconsideración interpuesto he solicitado se declare la
prescripción de la acción administrativa en el presente procedimiento administrativo.
6. Al momento de realizar el pedido de prescripción, incluso hemos tomado los plazos que
favorecerían a la Autoridad Administrativa, siendo que incluso con estos plazos y términos,
131
queda plenamente acreditada la existencia de prescripción, pensar lo contrario es inobservar el
principio de legalidad y Estado de Derecho (no observar el texto expreso y claro de la ley es
crear inseguridad jurídica, más aún cuando en el presente caso, de imponer sanción se afectará
el derecho del trabajo del solicitante).
7. Esta parte de nuestro recurso de apelación, lo sustentamos en la contravención del artículo 86,
inciso 6 de la Ley 27444 – TUO D.S. 004-2019-JUS que indica: «Son deberes de las autoridades
respecto del procedimiento administrativo y de sus partícipes, los siguientes: (…) 6. Resolver
explícitamente todas las solicitudes presentadas, salvo en aquellos procedimientos de
aprobación automática.»
8. En este sentido, se contraviene esta norma por cuanto se debió de dar una respuesta «explícita»
a mi solicitud de prescripción de la acción administrativa, lo cual no se ha hecho, limitándose
a realizar una fundamentación a la improcedencia de los nuevos medios de prueba ofrecidos.
9. Lo anterior incluso ha contravenido el artículo 252.3 de la Ley 27444 – TUO D.S. 004-2019-
JUS que indica «Los administrados plantean la prescripción por vía de defensa y la autoridad
debe resolverla sin más trámite que la constatación de los plazos (…)»
10. Como se verifica, la no respuesta explícita a mi pedido de prescripción, implica la contravención
a lo dispuesto en el artículo 252.3 de la Ley 27444 – TUO D.S. 004-2019-JUS, haciendo nula
de pleno derecho la resolución impugnada.
De la contravención al debido procedimiento
11. Por otro lado, también se ha contravenido el debido procedimiento, veamos el Artículo IV,
numeral 1.2 de la Ley 27444 – TUO D.S. 004-2019-JUS que indica «Los administrados gozan
de todos los derechos y garantías inherentes al debido procedimiento administrativo, que
comprende el derecho a exponer sus argumentos, a ofrecer y producir pruebas y a obtener una
decisión motivada y fundada en derecho. (…)»
12. En el presente caso, hemos ofrecido nuevos medios de prueba, sin embargo, los mismos no han
sido actuados.
13. Es importante aclarar que nos vimos en la necesidad de ofrecer nuevos medios de prueba debido
a que resultó inesperado e injusto que se emita una resolución que impone sanción cuando
nuestra defensa técnica de haber sido estudiada habría desvirtuado los cargos imputados.
14. La situación antitécnica y tendiente a perjudicar al suscrito ha hecho que necesariamente
interpongamos un recurso de reconsideración con nueva prueba a fin de que el funcionario que
emitió la resolución «reconsidere» su decisión.
15. En efecto, se viola el debido procedimiento por cuanto pese a haber ofrecido nuevos medios de
prueba en mi recurso de reconsideración (requisito indispensable del recurso), los mismos no
se actuaron, conforme se verifica de la resolución impugnada.
16. Lo acontecido viola lo dispuesto en el Artículo 175 de la Ley 27444 – TUO D.S. 004-2019-JUS
que establece que «Las entidades podrán prescindir de actuación de pruebas cuando decidan
exclusivamente en base a los hechos planteados por las partes, si los tienen por ciertos y
congruentes para su resolución.»
17. En el presente caso, se contraviene esta norma al indicarse que los nuevos medios de prueba
ofrecidos «no constituyen nueva prueba» (véase el antepenúltimo considerando de la resolución
impugnada)
18. Es así que esta conducta de indicar que los medios de prueba ofrecidos no constituyen nueva
prueba, no encuentra amparo en la ley por cuanto para prescindir de un medio de prueba se
requiere tener por ciertos y congruentes los hechos planteados por las partes, situación que no
se ha dado en el presente caso.
De la utilidad y necesidad de actuación de los medios de prueba ofrecidos en el recurso
de reconsideración
19. Por otro lado, los medios de prueba son idóneos y debieron ser actuados por lo siguiente:
132
a. Se ofrece la necesidad de requerir un informe al Jefe de Recursos Humanos para que indique
sobre si es necesario una norma legal para expedir una constancia que cualquier
administrado solicite, la finalidad de este medio de prueba es acreditar que todo funcionario
tiene el deber de expedir constancias respecto de los hechos que conoce, cuando se lo solicita
un administrado. Pero ¿por qué ofrecimos este medio de prueba? Porque en nuestros
alegatos de informe escrito hicimos referencia a los artículos 73.1 y 73.2 de la Ley 27444 –
TUO D.S. 004-2019-JUS que indica «Cuando una norma atribuya a una entidad alguna
competencia o facultad sin especificar qué órgano a su interior debe ejercerla, debe
entenderse que corresponde al órgano de inferior jerarquía de función más similar vinculada
a ella en razón de la materia y de territorio, y, en caso de existir varios órganos posibles, al
superior jerárquico común. 73.2 Particularmente compete a estos órganos resolver los
asuntos que consistan en la simple confrontación de hechos con normas expresas o asuntos
tales como: certificaciones, inscripciones, remisiones al archivo, notificaciones, expedición
de copias certificadas de documentos, comunicaciones o la devolución de documentos.» Esta
norma no fue analizada en la resolución que me impone sanción, situación que hizo
necesario ofrecer un nuevo medio de prueba para que se reconsidere la decisión.
b. El segundo medio de prueba referido a la remisión del TUSNE tenía por finalidad acreditar
que no todos los procedimientos administrativos se encuentran regulados en el TUPA de la
Institución, por lo que operaría lo dispuesto en el antes indicado artículo 73 de la Ley 27444
– TUO D.S. 004-2019-JUS.
c. El tercer medio de prueba consiste en una exhibición de la norma que expresamente
establezca como falta mi conducta.
d. En el cuarto medio de prueba se pide la Declaración del Gerente Regional de la Producción
de ese entonces, para acreditar la existencia de contravención al principio de non bis in idem,
que fue tergiversado en primera instancia para imponerme una sanción desproporcional.
e. El quinto medio de prueba consistente en un informe legal se solicitó por cuanto en la
resolución que me impone sanción se toma como sinónimos el «volumen de exportación» y
el «volumen de procesamiento», de haberse verificado la diferencia no se me imputarían los
cargos por los que se me procesa.
De la violación del principio de legalidad
20. El artículo IV, numeral 1.1. de la Ley 27444 – TUO D.S. 004-2019-JUS hace positivo el principio
de legalidad en los siguientes términos «Las autoridades administrativas deben actuar con
respeto a la Constitución, la ley y al derecho, dentro de las facultades que le estén atribuidas y
de acuerdo con los fines para los que les fueron conferidas.»
21. En este sentido, nos preguntamos en qué parte de la Ley 27444 – TUO D.S. 004-2019-JUS se
indica que se puede desestimar un recurso de reconsideración por considerarse
(subjetivamente) que los medios de prueba ofrecidos no son nuevos medios de prueba. No existe
tal norma, por lo tanto, se ha contravenido el principio de legalidad.
22. Recordemos que nueva prueba significa que es la prueba que no ha sido ofrecida en el proceso,
por lo que si se verifica que no obra la prueba en el proceso se debe actuar la misma si resulta
que ésta procurará nuevos elementos de juicio a la Administración.
ANEXO
1-A. COPIA DE DNI.
1-B. Copia de la Resolución Gerencial General Regional N° 216-2012-GRA/PR-GGR.
POR LO EXPUESTO:
A Ud. pido dar al presente recurso el trámite que le corresponda conforme a la Ley 27444 –
TUO D.S. 004-2019-JUS.
133
PRIMER OTROSI. Siendo que en el presente caso, se indica que no se han tomado en cuenta
varios argumentos de defensa contenidos en mi escrito de descargos, nos reservamos el derecho de
hacerlos valer oportunamente en informes escritos y orales que posteriormente se presenten.
__________________________________
Firma, Nombre y Sello del
Abogado Habilitado Colegiado en Arequipa
Firma y DNI del Demandan
134
MODELO N° 79
135
sus actividades durante treintaiséis (36) horas semanales y no está obligado a realizar guardia
durante su servicio”.
4. Así también, en el Art. 4 de la parte resolutiva, de la mencionada resolución, pretendiendo
amedrentar al suscrito de manera abusiva y contrariando la ley establecen que el recurrente
queda impedido conforme a lo establecido en el instructivo respecto de los impedimentos
consignados en el apartado 6.2 punto c)” Haber adjudicado plaza SERUMS en alguno de los
últimos procesos y que la adjudicación haya sido declarada nula por causa no imputable a la
entidad, o haber realizado el SERUMS en su profesión a la que postula en procesos anteriores,
o que se encuentre realizando el SERUMS; así como de participar en los siguientes procesos
SERUMS 2018, de igual manera en caso presentaran su renuncia quedaran impedidos, en
tanto han aceptado de manera voluntaria adjudicar una plaza provisional y cautelar de carácter
provisional, por lo que hasta que no se resuelva en definitiva y no quede la resolución final, la
adjudicación efectuada no le genera ningún derecho en cuanto a puntuación, culminación de
SERUMS y/o emisión de la resolución que corresponda; asimismo resuelven de manera
arbitraria que en caso se declare infundada la demanda el tiempo que hicieron el servicio no se
les será reconocido ni será acumulable a cualquier otro proceso SERUMS.
Claramente lo que se pretende con la resolución materia de impugnación, es amedrentar a los
recurrentes, haciendo pronunciamiento que no vienen al caso, sobre aspectos que el juez en
ningún momento ha resuelto, peor aún hacen presunciones sobre escenarios que no les
corresponde pronunciarse, toda vez que será el Juez quien determine los alcances al momento
de emitir sentencia definitiva y con calidad de cosa juzgada. Y mientras tanto, el recurrente no
puede ser privado de su derecho adquirido por llevar el Servicio Rural Urbano Marginal de
Salud y más aun existiendo un mandato judicial de medida cautelar a favor del recurrente.
Por otro lado, la medida cautelar no tendría razón de ser, toda vez que la finalidad de esta
última es asegurar el cumplimiento de la decisión definitiva de la sentencia, de esta manera no
sólo se va a obtener una simple declaración respecto de su derecho, sino que su pretensión va
a ser amparada de modo efectivo, y evitar daños irreparables al suscrito.
Asimismo, para que el Proceso Contencioso Administrativo adquiera la calidad de cosa juzgada,
puede tardar más de 5 años, y al obtener sentencia favorable en el proceso principal y no
generar derecho alguno en cuanto a puntuación, una vez culminado mi Servicio Rural y Urbano
Magistral de Salud, hará que sea insulsa, generando daños irreparables.
5. De la misma forma en el artículo 6 de la mencionada resolución, resuelven de manera
equivocada y abusiva que no se podrá invocar causal alguna para ser nombrado, quedando a
salvo su derecho para postular a las plazas que de acuerdo a las necesidades del servicio
requieran ser cubiertas una vez que haya concluido con el servicio SERUMS, y obtenida la
resolución de termino de SERUMS, la que en el presente caso quedar en suspenso en tanto se
determine la situación jurídica de lo demandado; a pesar que la finalidad de la medida cautelar
es asegurar el cumplimiento de la sentencia, así también evitar graves daños como
consecuencia de la duración del proceso, ya que no tendría razón de ser, una vez amparada mi
pretensión en el proceso principal.
6. Por lo tanto, se estaría vulnerando el derecho del suscrito, que por Ley nos corresponde, ya que
una vez culminado el servicio SERUMS, se cumple con el requisito para ser nombrado, es por
ello que no puede quedarse en suspenso mientras dure el proceso, porque se estaría
incumpliendo lo ordenado en la Medida Cautelar.
7. Por otro lado, resulta que son nulos los actos administrativos que contravienen la Constitución,
la Ley o las normas reglamentarias o se emiten prescindiendo los requisitos para su validez,
como en el presente caso, la Resolución que pretende amedrentar al recurrente, haciendo
presunciones, contrariando lo ordenado por el Juez.
136
8. Así mismo, desde el punto del Derecho Penal constituye delito de abuso de autoridad, emitiendo
una resolución que contraria la finalidad por el cual fue admitida la Medida Cautelar, por lo
tanto, debe tenerse en cuenta los siguientes artículos que a la letra dice:
Artículo 376.- Abuso de autoridad. - El funcionario público que, abusando de sus atribuciones,
comete u ordena, en perjuicio de alguien, un acto arbitrario cualquiera, será reprimido con pena
privativa de libertad no mayor de dos años.
9. Igualmente resulta que conforme al Código de Ética de la Función Pública se ha vulnerado los
principios y deberes del servidor público como son:
Artículo 6.- Principios de la Función Pública.-
El servidor público actúa de acuerdo a los siguientes principios:
• Respeto: Adecua su conducta hacia el respeto de la Constitución y las Leyes, garantizando que
en todas las fases del proceso de toma de decisiones o en el cumplimiento de los procedimientos
administrativos, se respeten los derechos a la defensa y al debido procedimiento.
• Probidad: Actúa con rectitud, honradez y honestidad, procurando satisfacer el interés general y
desechando todo provecho o ventaja personal, obtenido por sí o por interpósita persona.
• Eficiencia: Brinda calidad en cada una de las funciones a su cargo, procurando obtener una
capacitación sólida y permanente.
• Idoneidad: Entendida como aptitud técnica, legal y moral, es condición esencial para el acceso
y ejercicio de la función pública. El servidor público debe propender a una formación sólida acorde
a la realidad, capacitándose permanentemente para el debido cumplimiento de sus funciones.
• Veracidad: Se expresa con autenticidad en las relaciones funcionales con todos los miembros
de su institución y con la ciudadanía, y contribuye al esclarecimiento de los hechos.
• Lealtad y Obediencia: Actúa con fidelidad y solidaridad hacia todos los miembros de su
institución, cumpliendo las órdenes que le imparta el superior jerárquico competente, en la medida
que reúnan las formalidades del caso y tengan por objeto la realización de actos de servicio que
se vinculen con las funciones a su cargo, salvo los supuestos de arbitrariedad o ilegalidad
manifiestas, las que deberá poner en conocimiento del superior jerárquico de su institución.
• Justicia y Equidad: Tiene permanente disposición para el cumplimiento de sus funciones,
otorgando a cada uno lo que le es debido, actuando con equidad en sus relaciones con el Estado,
con el administrado, con sus superiores, con sus subordinados y con la ciudadanía en general.
• Lealtad al Estado de Derecho: El funcionario de confianza debe lealtad a la Constitución y al
Estado de Derecho. Ocupar cargos de confianza en regímenes de facto, es causal de cese
automático e inmediato de la función pública.
10. Desde el punto de vista del Derecho Civil, se están produciendo graves daños y perjuicios, toda
vez que pretenden concluir mi contrato sin cumplir un año de servicios SERUMS, como lo
establece la ley:
Artículo 1321 de nuestro Código Civil establece que, “queda sujeto a la indemnización de daños
y perjuicios quien no ejecuta sus obligaciones por dolo, culpa inexcusable o culpa leve” y la
primera parte del artículo 1969 del mismo cuerpo legal precisa que “aquél que por dolo o culpa
causa un daño a otro está obligado a indemnizarlo”.
Artículo 1969º.- Aquel que por dolo o culpa causa un daño a otro está obligado a indemnizarlo. El
descargo por falta de dolo o culpa corresponde a su autor.
11. Desde el punto de vista le la Ley del Procedimiento Administrativo General, Ley N° 27444, el
artículo 10 de la Ley 27444 – TUO D.S. 004-2019-JUS dice:
Artículo 10.- Causales de nulidad Son vicios del acto administrativo, que causan su nulidad de
pleno derecho, los siguientes:
1. La contravención a la Constitución, a las leyes o a las normas reglamentarias.
137
2. El defecto o la omisión de alguno de sus requisitos de validez, salvo que se presente alguno de
los supuestos de conservación del acto a que se refiere el Artículo 14.
3. Los actos expresos o los que resulten como consecuencia de la aprobación automática o por
silencio administrativo positivo, por los que se adquiere facultades, o derechos, cuando son
contrarios al ordenamiento jurídico, o cuando no se cumplen con los requisitos, documentación o
tramites esenciales para su adquisición.
4. Los actos administrativos que sean constitutivos de infracción penal, o que se dicten como
consecuencia de la misma.
Finalmente, es de aplicación el segundo párrafo del artículo 4 de la Ley Orgánica del Poder
Judicial.
IV. ANEXOS:
01-A. Copia de mi D.N.I.
01-B. Copia de la Resolución materia de impugnación.
POR LO EXPUESTO.
A Usted pido admitir a trámite mi recurso de reconsideración, con la finalidad que se declare
su nulidad por lo descrito anteriormente.
___________________________ ______________________________
FIRMA DEL ABOGADO FIRMA DEL RECURRENTE
138
MODELO N° 80
Haciendo uso del derecho de contradicción previsto en la Ley 27444 – TUO D.S. 004-2019-JUS
– Ley del Procedimiento Administrativo General:
MEDIOS PROBATORIOS:
Amerito los descargos de la carga de la prueba siguiente con respecto a las imputaciones sobre
mi persona:
IMPUTACIÓN 1
“Que el personal del laboratorio también cumple la función de recepcionar los cadáveres cuando
no se encuentre el auxiliar de necropsia.”
DESCARGO
Si bien es cierto que el personal del laboratorio cumple con la función de recepcionar los
cadáveres cuando no se encuentre el auxiliar de necropsia, también es cierto que esta función
requiere de implementación con mandiles, máscaras, que impidan la contaminación de
enfermedades infecto contagiosas post morten de los cadáveres, como la tuberculosis nivel 4 y/o el
SIDA, etc; y esta implementación nunca se ha efectuado, por lo que, en salvaguarda de nuestra
salud y vida es que el personal de anatomía patológica que no trabaja en el área de necropsias nos
hemos visto obligadas solamente a colaborar con el trámite administrativo de recepción de papeletas
139
y facilitar el ingreso al depósito de cadáveres, donde están las cámaras de refrigeración. Por lo tanto,
no se me puede acusar de negligente por cautelar mi estado de salud y vida que tiene prioridad en
la lógica subsistencia humana. Debe tenerse en cuenta, entonces que la suscrita técnicas de
enfermería no encargada de las funciones del técnico de necropsias y que las funciones del MOF y
del ROF no me obligan a efectuar funciones en contra de mi propia subsistencia y que no son afines
a mi función como Asistente en servicio de salud SPF I, en las áreas de histología y citología, que
se tenga en cuenta que el área de Anatomía Patológica está dividida en:
a. Laboratorio de histología
b. Laboratorio de citología
c. Necropsias
Así como una sub área denominado depósito de cadáveres.
Conforme a todo ello, si la recurrente trabaja en la sub área de laboratorio de histología y
citología no le es compatible las funciones del Técnico de Necropsias. ( no hay implementación de
elementos de protección ). Ver las normas de la OMS.
Por otro lado, aclaro que el artículo 37° del Reglamente de Entrega de Cadáveres del Hospital
Honorio Delgado no puede ser distorsionado para aplicárseme como si fuera técnico de necropsias,
ya que el ingreso y salida de cadáveres es de exclusiva responsabilidad de la Técnica de Enfermería
Mercedes Carpio Barrios y Técnico de Necropsias Señor Leonardo Manrique Mita.
Asimismo, debe tenerse en cuenta, que conforme dicho reglamento está previsto en el artículo
5, que el horario de atención del Departamento de Anatomía Patológica es desde las 7:00 a 13:00
horas, de lunes a sábado. Y los hechos se produjeron aproximadamente a las 17:20 horas del día
15 de Febrero del 2017.
IMPUTACIÓN 2
Que la acción diligente de la servidora del Departamento de Anatomía Patológica hubiera sido,
revisar el contenido de la papeleta y recepcionar el cadáver, empero, en el caso en concreto, solo ha
realizado la acción de revisar la papeleta y entregar la llave de la sala de cadáveres conforme se ha
señalado en el Informe N° 001-2017.
DESCARGOS
En cuanto a este extremo resulta que, al recepcionar la papeleta, queda inmerso la recepción
del cadáver, el que físicamente queda a cargo de la técnica de enfermería que lo traslada y lo debe
poner en la sala de necropsias en los congeladores; por lo tanto, es un error el asumir que no cumplí
con mis funciones. Prueba de ello el MOF y el ROF que en copias de la parte pertinente se adjunta
como prueba de descargo, como para acreditar que, quien incumplió la función de guardar el feto-
cadáver en la Sala de necropsias no fue la suscrita, sino la técnica de enfermería cuyo cuidado Post
Morten están previsto en su MOF.
En síntesis, nunca fue mi función el recepcionar cadáveres y ponerlos en el congelador de la
sala de necropsias; por lo tanto, nunca incurrí en negligencia.
IMPUTACIÓN 3
Que la deponente le indicó a la técnica de enfermería que coloque al óbito fetal dentro de la
cámara de refrigeración, si se debe constatar después, si efectivamente estaba dentro de dicha
cámara
Jurídicamente definen en la Res. de inicio de proceso disciplinario; la negligencia, como la
omisión, el descuido voluntario y consciente en la tarea cotidiana que se despliega, o bien en el
ejercicio de la profesión, o a través de la realización de un acto contrario a lo que el deber que esa
persona realiza exige y supone.
DESCARGO
140
Repito no es mi función, la constatación posterior de la existencia de cadáveres en la cámara,
sino del técnico de necropsias, que, en todo caso, lo hizo al día siguiente en su turno, por lo tanto,
no he incurrido en negligencia alguna.
IMPUTACIÓN 4
Que la función de la servidora investigada no solo era la revisión de la papeleta, sino que debía
recepcionar el cadáver y el solo indicar a la técnica de enfermería que lo deje o deposite dentro de
la cámara de frio sin realizar una verificación posterior, estaría cometiendo una negligencia por este
descuido voluntario y consciente en su deber, actuando en contra del Reglamento de Traslado de
Cadáveres del año 2010.
Dentro de este contexto se presume que se ha cometido la presunta falta disciplinaria contenida
en el inciso d) del artículo 85 de la Ley N° 30057 que dicta: “Negligencia en el desempeño se las
funciones. Al respecto aclaro que al 27 de diciembre del 2017 el artículo 85 de la Ley N° 30057 no
estaba vigente y, por lo tanto, se ha hecho una imputación antiética que en el momento actual no
puede variarse sin violar el debido procedimiento y causar indefensión.
DESCARGO
No es cierto que exista una norma o disposición en el ROF, en el MOF o en el citado Reglamento
de Cadáveres que obligue a que la suscrita como Asistente en Servicios de salud o el propio técnico
de necropsias deba hacer una verificación posterior de la existencia del cadáveres en la cámara de
frio, por lo tanto, en este extremo tampoco he incurrido en falta alguna de carácter disciplinario.
IMPUTACIÓN 5
Del mismo modo, se ha incumplido el artículo 37 del Reglamento que señala expresamente
“diariamente, según su turnos se verificara el ingreso y salida de cadáveres de manera especial, lo
que pasan al servicio médico legal, debiendo elevar a la oficina de estadística un informe detallado
diario sobre los ingresos y retiros de cadáveres a cargo y bajo responsabilidad del técnico
necropsias.
DESCARGO
Con respecto a esta imputación aclaro, el departamento de Anatomía Patológica tiene Áreas y
dentro de estas está el área de Necropsias donde la recurrente no trabaja ni puede trabajar por la
jerarquía alcanzada de SPF1; más bien los informes diarios sobre ingresos y retiros de cadáveres
los debió hacer el Técnico de necropsias Leonardo Manrique Mita; quien efectivamente lo hizo y,
por lo tanto, esta función se cumplió y no se me puede atribuir entonces responsabilidad
administrativa alguna, en este extremo.
DE LA PROPUESTA DESPROPORCIONADA DE SANCIÓN CON ARGUMENTO FALAZ
Soy madre de familia con más de 17 años de servicio, sin demérito alguno y se me esta
sancionando con suspensión de 3 meses sin goce de remuneraciones por una negligencia
inexistente y por hechos que son atribuibles al técnico de necropsias y a la técnica de enfermería y
no a la recurrente, como asistente en servicio de salud SPF1 del Departamento de Anatomía
Patológica del Hospital Regional III Honorio Delgado.
Finalmente, aclaro que no he incurrido en el apartado 4.9), ni 4.14) de Resolución Ejecutiva
Regional N° 414-2010.
141
POR LO EXPUESTO:
A Usted pido se sirva tener a bien analizar y ponderar mis descargos y los medios probatorios
constituidos por documentos públicos, que de puro derecho demuestra la inexistencia de falta
alguna de carácter disciplinario y se disponga el archivo de dicho proceso.
PRIMER OTROSÍ.- Solicito se me permita informar oralmente antes de resolver.
SEGUNDO OTROSÍ.- Solicito se me conceda medica cautelar de suspensión de la ejecución de
la sanción impugnada, por cuanto me causa perjuicio irreparable ya que se ha impedido mi acceso
al trabajo desde el día 3 de los corrientes y técnicamente para resolver este escrito y el proceso
disciplinario concluya, pasaran más de tres meses en que se me deja desempleada y sin sustento
alguno personal y familiar.
___________________________ ______________________________
FIRMA DEL ABOGADO FIRMA DEL RECURRENTE
142
MODELO N° 81
I. FUNDAMENTOS FACTICOS:
1. Que, antes de entrar al fondo del asunto es preciso señalar la ubicación, medidas perimétricas
y estructura de mi bien inmueble, el que se encuentra ubicado en una quinta, con un área de
44.10 metros cuadrados, de una sola planta, de material rústico (adobe), una sala comedor, un
dormitorio, un inodoro, un lavatorio, una ducha, no cuenta con jardines interiores ni exteriores
y es habitada por la suscrita y sus dos hijas, tal como se ha constatado en la Inspección; con
todos estos antecedentes, es imposible que se consuma en un mes, 140 metros cúbicos de agua
potable, por lo que deberá declararse fundado mi recurso.
2. Que, visto el reclamo verbal presentado por mi hija Adriana Talavera Izarra en fecha 29 de
setiembre del año en curso, se llevó a cabo la Inspección en mi domicilio real, en la cual se
constató que los servicios internos se encuentran en buen estado, por lo tanto no existe fuga
de agua que haga suponer que ésta sea la razón para que el medidor del suministro de agua dé
una lectura de consumo por el mes de setiembre del 2012 por 140 metros cúbicos. Que, de
existir fuga de agua las paredes estarían húmedas y a punto de caerse por ser de material
rústico (adobe).
3. Que, de acuerdo a mi historial de consumo de agua mensual, no supera los 20 METROS
CUBICOS, tal como lo estoy demostrando con los recibos adjuntos desde el mes de diciembre
del 2000 hasta el mes de agosto del 2001, e incluso este último recibo de consumo de agua es
de 12 METROS CUBICOS, de lo que resulta inexplicable que en el mes de setiembre del año en
curso se nos haya facturado un Recibo de consumo de Agua por 140 METROS CUBICOS, es
decir un consumo de agua que supera el 1166% con relación al mes anterior, por lo que,
consideramos exorbitante, más aún si en la inspección de fecha 29 de setiembre se ha
determinado que la vivienda habitada cuenta con servicios internos en buen estado, con lo cual
por sí solo la verdad supera a la inexplicable conducta de SEDAPAL, al querer pretender
facturar un consumo de agua inexistente y por ende el cobro de una exorbitante suma de
dinero, que no resiste al más mínimo análisis lógico fáctico, con lo cual estoy demostrando que
se está cometiendo un abuso y error mayúsculo.
Desconociendo las causales de la irreal e ilógica facturación por consumos de agua del mes de
setiembre del año en curso, es de suponer, posiblemente que el Medidor haya sufrido algún
desperfecto y como consecuencia de ello esté SOBRE-REGISTRANDO un consumo de agua
mayor al real, o el hecho de haber sido manipulado por terceras personas, sin saber con qué
143
intenciones; que no siendo éstas las causales quien esté manipulando el medidor del suministro
de agua con el fin de adquirir una ventaja económica en perjuicio de la recurrente, en forma
ilegal e arbitraria, considerada con enriquecimiento indebido a costa de la suscrita, conducta
que hace suponer que se deba a una mala lectura del medidor de acuerdo a las observaciones
sobre el estado del suministro levantada en la Inspección de fecha 29 de setiembre del presente
año, en la cual consta que el suministro está lleno de burbujas que impide su lectura o por
último sea por negligencia de llevar a cabo la lectura del medidor; por todos estos fundamentos
esgrimidos deberán declarar fundado mi recurso y dejar sin efecto el recibo de agua del mes de
setiembre del año en curso.
4. Señor Jefe, en el Recibo de agua del mes de setiembre del 2012, en el rubro período de consumo
se detalla que, del 21.08.12 al 20.09.12 he consumido 542 metros cúbicos, y conforme a la
Inspección de fecha 29 de setiembre del año en curso registra un consumo de agua por 581
metros cúbicos; es decir que en nueve (09) días he consumido casi 40 metros cúbicos, lo que
resulta ilógico e irracional, teniendo en cuenta las características del bien inmueble señalado
líneas arriba, así como el hecho de ser habitada por la suscrita y mis dos hijas, quienes salen
a trabajar a tempranas horas y regresan a las 20 horas o más, hechos por los cuales creemos
que es arbitrario el recibo puesto a cobro por el mes de setiembre del 2012, más aún como es
de verse de mi historial de consumo de agua, éste no supera los 20 metros cúbicos de consumo
de agua mensual.
5. Que, de conformidad con lo previsto por el inciso c) de los artículos 30, 38 y siguientes del
Reglamento de Reclamos Comerciales de Usuarios de Servicios de Saneamiento, es que estoy
cumpliendo con adjuntar dichos documentos e instrumentos, agregando a ello los fundamentos
fácticos expuestos en forma pormenorizada y explicativa.
144
MODELO N° 82
145
incluso realizar trabajos adicionales no presupuestados, que han permitido la ejecución de
sobre-meta, por lo que en ningún momento el Estado se perjudicó.
Cuzco, ..............................
146
MODELO N° 83
147
III. FUNDAMENTOS DE DERECHO
1. El art. 54 del Decreto Legislativo N° 276 que prescribe: “Son beneficios de los funcionarios y
servidores públicos:
- Asignación por cumplir 25 ó 30 años de servicios: se otorga por un monto equivalente a dos
remuneraciones mensuales totales, al cumplir 25 años de servicios ...”.
En este caso el 17 de Marzo del año 2011 la recurrente cumplió 25 años de servicio en la
institución, por lo tanto me corresponde la gratificación de 2 sueldos en base a la
remuneración mensual total.
2. Lo previsto en el inc. 3 del artículo 26 de la Constitución Política del Estado, referente a la
interpretación favorable al trabajador en caso de duda insalvable sobre el sentido de una norma.
En este caso, de haber existido duda sobre si la gratificación debía ser calculada en base a la
remuneración total o remuneración total permanente, debió resolverse a favor de la recurrente
y en consecuencia aplicarse la asignación en base a la remuneración mensual total que percibo.
3. Lo dispuesto en el art. 220 de la Ley 27444 – TUO D.S. 004-2019-JUS, que prescribe el recurso
de Apelación.
V. ANEXOS
1-A. Copia de mi documento de identidad.
1-B. Copia de mi boleta de pago del mes de Marzo del año 2011.
1-C. Copia de la Resolución Directoral N° ..............., materia del presente recurso de Revisión.
POR LO EXPUESTO:
A Ud. pido dar el trámite que establece la Ley 27444 – TUO D.S. 004-2019-JUS al presente
recurso de Revisión, a fin de que sea la autoridad administrativa de competencia nacional la que
resuelva.
Arequipa, ..............................
148
MODELO N° 84
149
una decisión motivada, fundada en derecho, emitida por autoridad competente, y en un plazo
razonable; y, a impugnar las decisiones que los afecten.
La institución del debido procedimiento administrativo se rige por los principios del Derecho
Administrativo. La regulación propia del Derecho Procesal es aplicable solo en cuanto sea
compatible con el régimen administrativo.
8. Principio de impulso de oficio.- Las autoridades deben dirigir e impulsar de oficio el
procedimiento y ordenar la realización o práctica de los actos que resulten convenientes para
el esclarecimiento y resolución de las cuestiones necesarias.
9. Principio de razonabilidad.- Las decisiones de la autoridad administrativa, cuando creen
obligaciones, califiquen infracciones, impongan sanciones, o establezcan restricciones a los
administrados, deben adaptarse dentro de los límites de la facultad atribuida y manteniendo la
debida proporción entre los medios a emplear y los fines públicos que deba tutelar, a fin de que
respondan a lo estrictamente necesario para la satisfacción de su cometido.
10. Principio de imparcialidad.- Las autoridades administrativas actúan sin ninguna clase de
discriminación entre los administrados, otorgándoles tratamiento y tutela igualitarios frente al
procedimiento, resolviendo conforme al ordenamiento jurídico y con atención al interés general.
11. Principio de informalismo.- Las normas de procedimiento deben ser interpretadas en forma
favorable a la admisión y decisión final de las pretensiones de los administrados, de modo que
sus derechos e intereses no sean afectados por la exigencia de aspectos formales que puedan
ser subsanados dentro del procedimiento, siempre que dicha excusa no afecte derechos de
terceros o el interés público.
12. Principio de presunción de veracidad.- En la tramitación del procedimiento administrativo, se
presume que los documentos y declaraciones formulados por los administrados en la forma
prescrita por esta Ley, responden a la verdad de los hechos que ellos afirman. Esta presunción
admite prueba en contrario.
IV. ANEXOS:
1-A. Copia de DNI.
1-B. Copia de la Resolución de Cobranza N° 901990005794.
1-C. Copias de prestaciones asistenciales a los trabajadores, aportes desde el año 2005.
POR LO EXPUESTO:
A Usted pido dar trámite al presente recurso conforme la Ley 27444 – TUO D.S. 004-2019-JUS.
Primero otrosí: sin perjuicio de lo indicado en el principal, y en la hipótesis negada que se
considere que debemos pagar el monto de dichas prestaciones, solicito la prescripción de la acción
de cobro dado el tiempo transcurrido, conforme lo establece la Ley 27444 – TUO D.S. 004-2019-
JUS en su artículo, que a letra dice: Artículo 252. Prescripción 252.1 La facultad de la autoridad
para determinar la existencia de infracciones administrativas prescribe en el plazo que establezcan
las leyes especiales, sin perjuicio de los plazos para la prescripción de las demás responsabilidades
que la infracción pudiera ameritar. En caso de no estar determinado, prescribirá en cinco años
computados a partir de la fecha en que se cometió la infracción o desde que cesó, si fuera una
acción continuada.
___________________________ ______________________________
FIRMA DEL ABOGADO FIRMA DEL RECURRENTE
150
MODELO N° 85
III. ANEXOS
1-A Copia de la Resolución de Alcaldía impugnada.
POR LO EXPUESTO:
151
A Ud. pido dar al presente recurso el trámite que le corresponda conforme a la Ley 27444.
PRIMER OTROSI.- No habiéndose actuado el medio de prueba 1 de nuestra solicitud, solicitamos
se anexe al presente expediente administrativo copia fedateada de la planilla de pago del mes de
agosto de 2010 de los servidores nombrados de la Municipalidad, en la cual está establecida la
bonificación familiar en la cantidad de S/ 41.00 que se encuentra en su poder.
______________________
Firma y DNI de los
Representantes Sindicales
152
MODELO N° 86
153
5.3. Principio de impulso de oficio.- Las autoridades deben dirigir e impulsar de oficio el
procedimiento y ordenar la realización o práctica de los actos que resulten convenientes para
el esclarecimiento y resolución de las cuestiones necesarias.
5.4. Principio de razonabilidad.- Las decisiones de la autoridad administrativa, cuando creen
obligaciones, califiquen infracciones, impongan sanciones, o establezcan restricciones a los
administrados, deben adaptarse dentro de los límites de la facultad atribuida y manteniendo la
debida proporción entre los medios a emplear y los fines públicos que deba tutelar, a fin de que
respondan a lo estrictamente necesario para la satisfacción de su cometido.
5.5. Principio de imparcialidad.- Las autoridades administrativas actúan sin ninguna clase de
discriminación entre los administrados, otorgándoles tratamiento y tutela igualitarios frente al
procedimiento, resolviendo conforme al ordenamiento jurídico y con atención al interés general.
5.6. Principio de informalismo.- Las normas de procedimiento deben ser interpretadas en forma
favorable a la admisión y decisión final de las pretensiones de los administrados, de modo que
sus derechos e intereses no sean afectados por la exigencia de aspectos formales que puedan
ser subsanados dentro del procedimiento, siempre que dicha excusa no afecte derechos de
terceros o el interés público.
5.7 Principio de presunción de veracidad.- En la tramitación del procedimiento administrativo, se
presume que los documentos y declaraciones formulados por los administrados en la forma
prescrita por esta Ley, responden a la verdad de los hechos que ellos afirman. Esta presunción
admite prueba en contrario.
___________________________ ______________________________
FIRMA DEL ABOGADO FIRMA DEL RECURRENTE
154
MODELO N° 87
155
autoridades administrativas deben actuar con respeto a la Constitución, la ley y al derecho,
dentro de las facultades que le estén atribuidas y de acuerdo con los fines para los que les
fueron conferidas.” Principio del debido procedimiento, que a la letra dice: “Los administrados
gozan de todos los derechos y garantías inherentes al debido procedimiento administrativo, que
comprende el derecho a exponer sus argumentos, a ofrecer y producir pruebas y a obtener una
decisión motivada y fundada en derecho. La institución del debido procedimiento administrativo
se rige por los principios del Derecho Administrativo. La regulación propia del Derecho Procesal
Civil es aplicable sólo en cuanto sea compatible con el régimen administrativo”. Principio de
impulso de oficio, que establece lo siguiente: “Las autoridades deben dirigir e impulsar de oficio
el procedimiento y ordenar la realización o práctica de los actos que resulten convenientes para
el esclarecimiento y resolución de las cuestiones necesarias”. Principio de razonabilidad, que
indica lo siguiente: “Las decisiones de la autoridad administrativa, cuando creen obligaciones,
califiquen infracciones, impongan sanciones, o establezcan restricciones a los administrados,
deben adaptarse dentro de los límites de la facultad atribuida y manteniendo la debida
proporción entre los medios a emplear y los fines públicos que deba tutelar, a fin de que
respondan a lo estrictamente necesario para la satisfacción de su cometido”.
___________________________ ______________________________
FIRMA DEL ABOGADO FIRMA DEL RECURRENTE
156
MODELO N° 88
En ejercicio de mi derecho de contradicción previsto en el Art. 217 de la Ley 27444 – TUO D.S.
004-2019-JUS Ley del Procedimiento Administrativo General:
I. PRETENSIÓN IMPUGNATORIA
INTERPONGO RECURSO DE RECONSIDERACIÓN EN CONTRA DEL ACTO ADMINISTRATIVO
contenido en la Resolución de Unidad de Administración Financiera y Recursos Humanos Nº
............... que me impone la sanción disciplinaria de 15 días de suspensión sin goce de
remuneraciones, a fin de que la misma sea declarada nula en su totalidad y se deje sin efecto la
sanción impuesta.
157
apegados a sus deberes, mientras no cuenten con evidencia en contrario». En este sentido, no
habiéndose acreditado con ningún medio de prueba fehaciente que he incurrido en exceso de
tardanzas, se presume que no he incurrido en incumplimiento alguno.
6. Dentro de este contexto, queda establecido que el acto impugnado se encuentra dentro de las
causales de nulidad previstas en los incisos 1 y 2 del Art. 10 de la Ley 27444 – TUO D.S. 004-
2019-JUS, al no reunir los requisitos de validez como el estar debidamente motivada y
contravenir además los principios de la potestad sancionadora, el debido proceso y mi derecho
a la defensa.
7. Por otra parte, el acto impugnado es también nulo al contravenir el Principio Non Bis In Idem,
previsto en el numeral 11 del Art. 248 de la Ley 27444 – TUO D.S. 004-2019-JUS, que regula
los principios de la potestad sancionadora administrativa, conforme al cual no se podrán
imponer sucesiva o simultáneamente una pena y una sanción administrativa por el mismo hecho
en los casos en que se aprecie la identidad del sujeto, hecho y fundamento.
Dicha prohibición se extiende también a las sanciones administrativas, (…)».
8. Efectivamente, de la Constancia que adjunto a la presente se advierte que ya anteriormente
debido a las tardanzas que habría tenido durante el año 2010, he sido sancionada con una
amonestación verbal. En este sentido, no se me puede sancionar nuevamente por el mismo
hecho, pues además de contravenirse el principio antes referido, se está incurriendo en un
abuso de autoridad.
9. En este sentido, debe declararse la nulidad del acto impugnado, por afectar mi derecho al
debido proceso y los principios de la potestad sancionadora.
___________________________ ______________________________
FIRMA DEL ABOGADO FIRMA DEL RECURRENTE
___________
* Este principio también tiene su sustento en el Art. III del Título Preliminar del Código Procesal Penal, el cual es de
aplicación a todos los casos en los que se hace uso de la potestad sancionadora: «Nadie podrá ser procesado, ni
sancionado más de una vez por un mismo hecho, siempre que se trate del mismo sujeto y fundamento. Este principio
rige para las sanciones penales y administrativas.
158
MODELO N° 89
RECURSO DE RECONSIDERACIÓN
159
el caso del área de informática se me habría proveído a mi persona. Sin embargo, no se señala
cuál es dicha disposición ni se menciona documento alguno a través del cual se acredite que
se me haya proveído de dicha clave; haciendo presente que jamás se hizo llegar a mi persona
la disposición a la que se hace referencia, por cuanto dicho programa se instaló en obediencia
a mi superior Jorge Vargas Llerena, Jefe de la Unidad de Informática, quien lo ordenó.
4. No debe olvidarse, además, que de acuerdo al Principio de Causalidad previsto en el numeral 8
del Art. 248° de la Ley 27444 – TUO D.S. 004-2019-JUS, la responsabilidad debe recaer sobre
quien realiza la conducta omisiva o activa constitutiva de infracción sancionable. Siendo que
en el presente caso, mi persona en ningún momento ha dado consentimiento alguno para que
se envíen mensajes al Sindicato de Trabajadores por el Sistema NOEL, mi persona no tuvo
conocimiento del envío de dichos mensajes hasta después que ya habían sido enviados, ni revelé
clave alguna, lo que debe merituarse al momento de resolver.
5. Por otro lado, en el supuesto negado de que mi persona haya incurrido en la comisión de alguna
falta, la misma no puede ser calificada como grave, ya que al hacerlo se estaría afectando los
principios de razonabilidad, objetividad y proporcionalidad, previstos tanto en el Art. 248° de la
Ley 27444 – TUO D.S. 004-2019-JUS, así como en el Art. 76° del Reglamento Interno de
Trabajo.
6. En el presente caso, como lo indica la Ley debe tomarse en cuenta que respecto al perjuicio
económico y el daño causado, el mismo no es grave, ya que incluso ahora el Sindicato de
Trabajadores tiene autorización para el envío de mensajes vía el Sistema NOEL, lo que no se
habría autorizado si el daño que se causa sería grave. Asimismo, debe merituarse además que
el daño que habría podido ocasionarse no fue producido directamente por mi conducta, por
cuanto mi persona jamás autorizó el envío de algún mensaje, ni mucho menos reveló alguna
clave.
7. Asimismo, respecto a las circunstancias de la comisión de la infracción, ésta tiene especial
relevancia, por cuanto de la resolución que me impone medida disciplinaria puede verificarse
que en la misma se indica que mi persona reveló la clave del Sistema NOEL, lo que jamás fue
señalado en mi Informe remitido a su despacho, asimismo jamás autoricé el envío de mensajes
por dicho sistema, sino que los mismos fueron enviados en mi ausencia mientras atendía
problemas de desbalance en la distribución de expedientes en el sistema de Salas; y que si bien
en mi Informe Nº ............... del ............... de noviembre del ..............., señalo que el Sr.
............... me pidió prestado mi equipo, jamás me indicó que iba a mandar un mensaje vía el
sistema NOEL.
8. Estos factores deben ser tomados en cuenta al momento de resolver y en todo caso, disminuir
la sanción impuesta, por cuanto, como se ha expuesto, mi persona ha actuado dentro de lo
previsible, como cualquier otro trabajador en mi lugar hubiese actuado.
ANEXO
1-A. Copia de mis certificados de reconocimiento por mis labores realizadas.
1-B. Copia de la Declaración Jurada.
POR LO EXPUESTO:
Solicito se declare fundado el presente recurso.
___________________________ ______________________________
FIRMA DEL ABOGADO FIRMA DEL RECURRENTE
160
MODELO N° 90
MANUEL JESÚS CÁCERES GUILLÉN, con DNI 30961762, con dirección domiciliaria en
la Urbanización Bellapampa, calle Leoncio Prado 205, Distrito de Socabaya; a Ud.,
respetuosamente, digo:
161
9. En mérito al D.S. Nº 028-89-EF, que aprobó un incremento por bonificación familiar ascendente
al I/. 5, 6000.00.
10. En mérito al D.S. Nº 131-89-EF, que aprobó un incremento del I/. 50,000.00.
11. En mérito al D.S. Nº 132-89-EF, que aprobó un incremento del 25 %.
12. En mérito al D.S. Nº 296-89-EF, que aprobó un incremento de I/. 150,000.00.
13. En mérito al D.S. Nº 008-90-EF, que aprobó un incremento de I/. 405,000.00.
14. En mérito al D.S. Nº 041-90-EF, que aprobó un incremento de I/. 500,000.00.
15. En mérito al D.S. Nº 069-90-EF, que aprobó un incremento de I/. 510,000.00.
16. En mérito al D.S. Nº 179-90-EF, que aprobó un incremento del I/. 1, 900,000.00.
17. En mérito al D.S. Nº 051-91-EF, que aprobó un incremento del I/. 3,000,000.00.
18. En mérito al D.S. Nº 276-91-EF, que aprobó un incremento del S/. 90.00.
19. En mérito al Decreto Ley Nº 25697, que aprobó un incremento de S/. 150.00.
20. El mérito de mis BOLETAS DE HABERES del suscrito por el periodo que se dieron los aumentos
con los que acredito que no se abonaron los aumentos indicados.
IV. ANEXOS
1-A. Copia del DNI del suscrito.
1-B. Copia de mi Recurso de Apelación
POR LO EXPUESTO:
A Usted pido dar al presente recurso el trámite que le corresponda.
_________________________
Manuel Jesús Cáceres Guillén
Firma y DNI de los
Representantes Sindicales
162
MODELO N° 91
163
1-C. Copia del recurso de apelación de fecha ............... de setiembre del ...............
1-D. Copia del Acto Administrativo contenido en la Resolución Jefatural N° ...............
___________________________ ______________________________
FIRMA DEL ABOGADO FIRMA DEL RECURRENTE
164
MODELO N° 92
EXP. N° : ...............
SUMILLA : Interpongo Recurso de Apelación.
165
consentidos; por lo que haciendo uso de mi derecho de petición, me veo obligado a solicitar el
pago de los reintegros e intereses legales previstos en el Código Civil.
5. Como se puede verificar del silencio administrativo si transcurren más de 30 días, se tiene por
denegada la petición y se precluye la etapa, como en el presente caso, a fin de que el superior
jerárquico resuelva la alzada.
6. Es evidente que se trata de cuestiones de puro derecho, por lo que advierto la violación a mi
derecho de petición.
ANEXOS
1-A. Fotocopia legible de mi DNI.
1-B. Ofrezco como medios probatorios los ofrecidos en mi solicitud de fecha 09 de Septiembre del
2011.
1-C. Copia del Recurso de Apelación de fecha 14 de Noviembre del 2011.
POR LO EXPUESTO:
A Ud. pido dar trámite al presente Recurso de Revisión.
___________________________ ______________________________
FIRMA DEL ABOGADO FIRMA DEL RECURRENTE
166
MODELO N° 93
EXP. N° : ...............
SUMILLA : Interpongo Reclamación Contra Denegación de Solicitud de Devolución
167
IV.- MEDIOS PROBATORIOS Y ANEXOS
Con el objeto de acreditar los hechos mencionados en la presente, y de acuerdo a lo dispuesto
en el artículo 125 del TUO del Código Tributario aplicable al presente recurso, ofrecemos en calidad
de medios probatorios los siguientes instrumentos:
1. Copia de la Constancia de la declaración jurada del impuesto a la renta mensual
correspondiente al mes de ............... del ...............
2. Boleta de pago de fecha ..............., en la que se consigna el pago indebido de la suma de S/.
..............., por concepto de deuda tributaria.
3. Copia legalizada de la Resolución Nº ............... de fecha ..............., en la que se refrenda la
compensación entre nuestra empresa y la administración tributaria.
4. Copia legalizada de los poderes inscritos del Sr. ..............., representante de la Empresa.
5. Copia simple del DNI del Sr. ............... Gerente General de la Empresa.
POR LO EXPUESTO:
A Ud., Sr. Intendente solicitamos declarar fundada en su oportunidad la presente reclamación.
___________________________ ______________________________
FIRMA DEL ABOGADO FIRMA DEL RECURRENTE
168
MODELO N° 94
169
Y del Cuadro Comparativo de Cotizaciones de fecha 19 de febrero de 1998 que determinó la
compra correspondiente.
ANEXOS
2-A. Muestras de los tubos ( 2) cotizados equivocadamente y de los comprados.
2-B. Copia fotostática del requerimiento y del cuadro comparativo.
2-C. Copia del cuaderno de obra del tramo Atico-Camaná.
2-D. Original de la Carta de CAPECO.
2-E. Original de la proforma de venta de la Ferretería San Román que demuestra que solamente
venden tubos para desagüe y no del tipo y monto que se compró conforme a las
especificaciones técnicas y necesidades.
2-F. Copia del radiograma N° 046
2-G. Original del Oficio N° ...............
2-H. Pericia de parte elaborada por el Ing. Efraín Frisancho Frisancho, perito REPEJ.
POR LO EXPUESTO:
A Ud .- Disponer se agregue a sus antecedentes los medios probatorios que se acompañan para
que sean merituados en su oportunidad.
PRIMER OTROSI.- Solicito se sirva tener a bien disponer se lleve a cabo una pericia en el lugar
de los hechos, en el tramo ATICO-CAMANA para poder acreditar que los tubos que se instalaron
fueron los correctos, los que se requería conforme a las especificaciones técnicas y que por lo tanto
no hay sobrevaluación alguna.
Al respecto y de acuerdo con lo establecido en la Ley 27444 – TUO D.S. 004-2019-JUS adjunto
pericia de parte elaborada por el Sr. Perito REPEJ Ing. Efraín Frisancho Frisancho con registro
15724 como Ingeniero Civil que demuestra que:
1. Los materiales empleados para la evacuación de las aguas pluviales principalmente las tuberías
de material plástico son de clase 7.5 que sirven para soportar presiones de 22 Kilos por cm 2 y
que soportan el intemperismo por los cambios de temperatura de cada día, lo cual no seria así
si se pondría una tubería de menores características.
2. Los muros de mampostería de piedra que han sido ejecutados a lo largo de la carretera dañada
y en diferentes tramos han permitido la estabilidad en la base de las carreteras, sin los cuales
no hubiera podido contener el empuje de las tierras.
SEGUNDO OTROSI.- Haciendo uso de mi derecho a defensa, solicito se sirva disponer se nos
habilite día y hora para poder informar oralmente junto con mi abogado defensor, conforme lo
establece el Art. 177 de la Ley 27444 – TUO D.S. 004-2019-JUS.
Arequipa, ..............................
170
MODELO N° 95
IMPUTACIÓN 1.
La baja productividad, cursado con el memorándum Nro. 124, instando a buscar estrategias
para elevar la productividad que asciende entre 6 y 7 pacientes por turno aproximadamente.
DESCARGO.
Con respecto a la atención de pacientes aclaro y corrijo lo expresado anteriormente, en el
sentido de que he cumplido con atender a todos los pacientes que me enviaron y que correspondían,
sin que quedase labor pendiente alguna, prueba de ello acompaño copia de los GIS, y la copia del
reporte cuarenta.
Lo que sucede es que indebidamente se me atribuye una baja producción laboral, lo cual no es
exacto, por cuanto, fuera de las atenciones de los pacientes se hace el registro del SIEN, lo que
implica la saturación de mis horas de trabajo, porque se trata de una labor minuciosa
pormenorizada que amerita tiempo.
A todo ello debe de agregarse el hecho de que, por mi derecho a lactancia, solamente vengo
trabajando 5 horas por turno.
IMPUTACIÓN 2.
Incumplimiento de funciones, cursado con memorándum Nro. 125 por incumplimiento de
funciones en la realización de sesiones demostrativas de alimentos, habiendo realizado para el mes
de diciembre una sesión y estando programada dos sesiones.
DESCARGO.
La ejecución de sesiones demostrativas dirigidas a niños y gestantes, es una actividad del
programa de promoción de la salud; es por ello que se programó dos sesiones demostrativas para
el mes de diciembre, los cuales si se cumplieron y la imputación de incumplimiento de funciones,
no es cierto que se haya realizado solo una sesión, dado que si se cumplieron con ambas sesiones
demostrativas: el primero se realizó el 19/12/2017, prueba de ello adjunto el formato de supervisión
a facilitadores de sesiones demostrativas; el segundo si bien se realizó con fecha posterior, fue por
situaciones fácticas que imposibilitaron su realización, pero ante ello la recurrente en coordinación
171
con la asistenta social Obdulia Enriquez Mamani se ejecutó la sesión demostrativa correspondiente,
prueba de ello es el formato de supervisión de facilitadores. Como se podrá notar la recurrente si
cumplió con las cesiones programadas para el mes de diciembre; y no es cierto que este
incumpliendo funciones; pues todo lo contrario, la recurrente siempre muestra predisposición,
compromiso y responsabilidad con la entidad.
En consecuencia en el presente caso son de aplicación los siguientes principios del
procedimiento administrativo general.
Principio de legalidad.- Las autoridades administrativas deben actuar con respeto a la
Constitución, la ley y al derecho, dentro de las facultades que le estén atribuidas y de acuerdo con
los fines para los que les fueron conferidas.
Principio del debido procedimiento.- Los administrados gozan de los derechos y garantías
implícitos al debido procedimiento administrativo. Tales derechos y garantías comprenden, de modo
enunciativo mas no limitativo, los derechos a ser notificados; a acceder al expediente; a refutar los
cargos imputados; a exponer argumentos y a presentar alegatos complementarios; a ofrecer y a
producir pruebas; a solicitar el uso de la palabra, cuando corresponda; a obtener una decisión
motivada, fundada en derecho, emitida por autoridad competente, y en un plazo razonable; y, a
impugnar las decisiones que los afecten.
La institución del debido procedimiento administrativo se rige por los principios del Derecho
Administrativo. La regulación propia del Derecho Procesal es aplicable solo en cuanto sea
compatible con el régimen administrativo.
Principio de impulso de oficio.- Las autoridades deben dirigir e impulsar de oficio el
procedimiento y ordenar la realización o práctica de los actos que resulten convenientes para el
esclarecimiento y resolución de las cuestiones necesarias.
172
Principio de celeridad.- Quienes participan en el procedimiento deben ajustar su actuación de
tal modo que se dote al trámite de la máxima dinámica posible, evitando actuaciones procesales
que dificulten su desenvolvimiento o constituyan meros formalismos, a fin de alcanzar una decisión
en tiempo razonable, sin que ello releve a las autoridades del respeto al debido procedimiento o
vulnere el ordenamiento.
Principio de eficacia.- Los sujetos del procedimiento administrativo deben hacer prevalecer el
cumplimiento de la finalidad del acto procedimental, sobre aquellos formalismos cuya realización
no incida en su validez, no determinen aspectos importantes en la decisión final, no disminuyan
las garantías del procedimiento, ni causen indefensión a los administrados.
En todos los supuestos de aplicación de este principio, la finalidad del acto que se privilegie
sobre las formalidades no esenciales deberá ajustarse al marco normativo aplicable y su validez
será una garantía de la finalidad pública que se busca satisfacer con la aplicación de este principio.
Principio de simplicidad.- Los trámites establecidos por la autoridad administrativa deberán ser
sencillos, debiendo eliminarse toda complejidad innecesaria; es decir, los requisitos exigidos
deberán ser racionales y proporcionales a los fines que se persigue cumplir.
173
Principio de privilegio de controles posteriores.- La tramitación de los procedimientos
administrativos se sustentará en la aplicación de la fiscalización posterior; reservándose la
autoridad administrativa, el derecho de comprobar la veracidad de la información presentada, el
cumplimiento de la normatividad sustantiva y aplicar las sanciones pertinentes en caso que la
información presentada no sea veraz.
Principio del ejercicio legítimo del poder.- La autoridad administrativa ejerce única y
exclusivamente las competencias atribuidas para la finalidad prevista en las normas que le otorgan
facultades o potestades, evitándose especialmente el abuso del poder, bien sea para objetivos
distintos de los establecidos en las disposiciones generales o en contra del interés general.
___________________________ ______________________________
FIRMA DEL ABOGADO FIRMA DEL RECURRENTE
174
MODELO N° 96
EXP. :
ESC. :
SUM. : Presento Descargos y Absuelvo Responsabilidad Administrativa.
175
funciones tanto de la servidora Daysi Rocío Charrez Quispe y de la promotora y servidora Julia
Laura Machaca de Ramos.
8. Con respecto al vaso de leche como programa está previsto en la ley de creación de vaso de
leche y en el reglamento de organización y funciones, articulo 12 que los beneficiarios son los
niños de cero a 6 años 11 meses y 30 días, por lo tanto mal se afirma de que el beneficiario no
sea la menor de menos de 5 años de iniciales V.A.C.Q.
9. Por otro lado dicha menor de iniciales V.A.C.Q. fue inscrita el 02 de junio del 2012, por la
promotora Mary Huanca Itusaca, tal como aparece del informe de distribución de insumos de
primera prioridad, que en copia se adjunta y de la ficha de inscripción de Programa Vaso de
Leche N° 202, mas no de la recurrente.
10. En cuanto a la tipificación jurídica que se hace por el órgano instructor, en el sentido de que
he incurrido en negligencia, resulta incongruente, e incorrecta, toda vez que, como se afirma
en la propia resolución de apertura de proceso desde el 2015, quién se beneficia con el vaso de
leche es dicha menor por actos de otras personas y no de la recurrente y por encontrarse no
solamente en una situación de desprotección social, sino también de pobreza.
11. En ese sentido aclaro, la recurrente no tenía la condición de encargada de vaso de leche, sino
el señor Carlos Nuñes Quiroz, como prueba de ello el informe 083-2014, con el que la recurrente
señora Julia Laura Machaca de Ramos informa al señor Carlos Nuñes Quiroz, sobre la situación
antes descrita y es el señor Carlos Ñuñes Quiroz que, con el proveído 202 del 16 de julio del
2014, dispuso se tomara en cuenta el cambio de titular de la menor, para efectos de seguir con
el beneficio del vaso de leche.
176
Principio de razonabilidad.- Las decisiones de la autoridad administrativa, cuando creen
obligaciones, califiquen infracciones, impongan sanciones, o establezcan restricciones a los
administrados, deben adaptarse dentro de los límites de la facultad atribuida y manteniendo la
debida proporción entre los medios a emplear y los fines públicos que deba tutelar, a fin de que
respondan a lo estrictamente necesario para la satisfacción de su cometido.
___________________________ ______________________________
FIRMA DEL ABOGADO FIRMA DEL RECURRENTE
177
MODELO N° 97
OBSERVACION N° 1
“Costo de alquiler de mezcladoras de Concreto por importe de S/. 40,417.47 sin el sustento
técnico necesario”.
ABSOLUCION
ANTECEDENTES:
1. Con fecha 03 de Noviembre el supervisor del SINMAC, Ing. ............... comunica con
Memorándum N° ............... MTC/...............SINMAC C.T. las obras que deben efectuarse para
solucionar los problemas que vienen produciéndose como consecuencia del “Fenómeno del
Niño”.
2. Con fecha ............... con Memorándum N° ..............., el Ing. Moisés Málaga Málaga Director de
la Dirección Regional de Transportes, Comunicaciones y Vivienda, encarga al suscrito los
trabajos en la Panamericana Sur (Emergencia Fenómeno del Niño).
3. Con Resolución Presidencial N° ..............., el presidente del Consejo Transitorio de
Administración Regional - Arequipa encarga al suscrito a partir del ............... la Dirección
Regional de Transportes, Comunicaciones - Arequipa.
4. Con fecha .................. el suscrito encargó los trabajos de Emergencia del Fenómeno del Niño
del Sector de Atico - Camaná al Ing. Enrique Cruz Llerena con Memorándum N° ...............
5. Con fecha ............... con Memorándum N° ..............., se toma los servicios del Ing. Ramón
Cervantes Lazarinos, para que se haga cargo de los trabajos en el tramo Atico – Camaná.
6. Para el tramo Tanaka - Chala, el Sistema Nacional de Carreteras designó como Jefe de Proyecto
a la Ing. Gloria Vásquez Mogollón, dicha profesional con Memorándum N° 013, encargó sus
funciones al Asistente técnico Ing. José Orados Vílchez, posteriormente se hace a cargo como
Residente el Ing. Juan Ocola Villanueva.
7. Con Memorándum N° ..............., se contrató los servicios del Ing. ............... como supervisor
del Proyecto «Fenómeno del Niño II”, a partir del 05-01-98.
8. Con Memorándum N° ..............., de fecha ............... se contrató los servicios del Ing. Jaime
Amílcar Guillén Gómez para que reemplace al Ing. Jorge Agramonte, quien renunció a dicho
cargo.
9. Con Memorandums Múltiples N° ..............., se distribuyeron los contratos de las Cías Pirámide
Construcciones S.R Ltda. y del Sr. ............... en donde se les hace contratos por días; dichos
contratos los firma el Ing. ...............
10. Con Memorándum Múltiple N° ..............., se distribuye el contrato del Sr. ............... contratado
también por días.
11. Con Memorándum N° ..............., se distribuye el contrato N° ...............de la Sra. ...............
contratando Una (01) mezcladora también por días.
Por lo que la obra siempre estuvo a cargo de Jefes profesionales tanto en la ejecución como en
la Supervisión.
178
2. Asímismo, para la evaluación de rendimiento se ha considerado mezcladora de 11 pies cúbicos,
cuando en realidad debe ser de 9p3, por ser de esta capacidad las contratadas.
3. Asimismo, en las partidas de concreto de 140 kg/cm2 y 240 kg/cm2 se ha considerado un
rendimiento de 18 m3 por día de trabajo.
No se ha tenido en cuenta los inconvenientes de la obra como son:
a) El personal que se contrató no fue de construcción civil por cuanto la directiva de captación
de personal del SINMAC solamente tenía un jornal de S/. 11.90 diario.
b) Por ser el Fenómeno del Niño una etapa intensamente lluviosa, no se podía trabajar
normalmente la jornada de trabajo de 08 horas por la inclemencia del clima.
c) Que, en los trabajos normales de construcción civil se pudo llegar a los rendimientos
indicados en el Expediente Técnico, pero en este caso se tuvo que almacenar e1 material
en un carril de la carretera sin paralizar el trámite lo que dificultó el desplazamiento del
personal para la alimentación de la mezcladora, especialmente cuando pasaban los
vehículos.
d) Así mismo, se ha considerado un rendimiento del 100%, sin considerar los de cambios de
fuente de trabajo.
4. De acuerdo al rendimiento real del equipo en obra (Mezcladoras de 9 pies3) y con un rendimiento
de 8 m3 diarios, se adjunta los análisis de precios unitarios de concreto que se han ejecutado
en obra. De dicho análisis realizado para cada una de las partidas intervinientes en el
Expediente podemos concluir, que la cantidad real de horas de mezcladora sería del orden de
los 3,959.17 a S/. 15.00 la hora nos daría un costo directo de S/. 59,387.55, acumulándole el
10% de Gastos Generales nos daría un costo total de S/. 65,326.30, muy aproximado al monto
real que se pagó.
OBSERVACION N° 2
“Compra de materiales para obras de Drenaje sobrevalorada en un monto de S/. 23,105.98”.
179
DESCARGO:
Adjunto al presente informe, hago llegar a la Comisión Especial el descargo hecho a la Comisión
de Auditoría cuyo presidente fue el Sr. Luis Malca Fuentes, para que en aras de la verdad, se nombre
un perito especialista en Hidráulica a fin de que muestree en obra los tubos utilizados y se certifique
sus precios en el mercado. Esto lo solicito por cuanto la Auditoría ha cotizado tubos de agua y
desagüe de diferentes especificaciones técnicas y calidad a los utilizados en obra.
CONCLUSIONES:
Por lo antes indicado Sr. Presidente de la Comisión de Procesos Administrativos, se concluye:
- El suscrito a partir del ............... y de acuerdo a la R.P. N° ..............., ha determinado el cargo
de Directores Regional de Transportes, Comunicaciones y Vivienda y Construcción de la Región
Arequipa, e1 cual y dentro del reglamento de Organización y Funciones tiene a su cargo las
Direcciones de Línea de Caminos, Vivienda y Circulación Terrestre), quienes tienen la
responsabilidad de hacer cumplir los lineamientos y políticas enmarcados en dicho reglamento.
- La DRTCVC, al no depender económicamente del MTC y con el fín de aprovechar la
infraestructura Técnica y Equipo de Mecánica a partir del año 1995 venía ejecutando e1
mantenimiento de la Panamericana Región Arequipa por encargo del SINMAC MTC.
- En el año ............... (Octubre), como es de conocimiento público ante la presencia del Fenómeno
del Niño se produjo la interrupción de la Carretera Panamericana entre los sectores de Tanaka
- Chala - Atico - Camaná, lo cual obligó ejecutar trabajos extraordinarios que no estuvieron
presupuestados, los mismos que fueron programados, presupuestados por el ente Central
(SINMAC) , para garantizar la transitabilidad de la vía y seguridad de los usuarios.
Parte de estos trabajos fueron encargados a la DRTCVC, otros a la empresa privada.
- Es necesario indicar Sr. Presidente que los trabajos ejecutados materia de las observaciones se
han ejecutado en pleno evento del Fenómeno del Niño (1997-1998) los cuales tuvieron carácter
de MUY URGENTE como lo indica en el Memorándum N° ...............-
MTC/...............SINMAC.G.T, el Ing José Luis Aliaga Sandoval en su calidad de Presidente de la
Comisión de Evaluación de la Carretera Panamericana Sur. La ejecución de los trabajos por
tanto se han realizado con las dificultades del tránsito, así como las ocasionadas por las lluvias
y derrumbes en la zona.
- En lo que respecta a la actuación del suscrito, ésta ha estado enmarcada al cumplimiento de
las funciones enumeradas en el Reglamento de Organización y Funciones y las normas de
contraloría delegando funciones, por lo que se nombró a los Residentes de Obra responsables,
así como Supervisores por parte de la Dirección Regional. No obstante ello el SINMAC, a nivel
Central y como responsable del presupuesto nombró como supervisor de Obra del SINMAC al
Ing. José Luis Aliaga.
Asimismo, como se puede observar en la valorización final de obra los trabajos inicialmente
programados en el Expediente Técnico han sido ejecutados al 100% logrando inclusive realizar
trabajos adicionales no presupuestados, que han permitido la ejecución de sobremeta. Por tanto el
Estado en ningún momento ha sido perjudicado.
180
MODELO N° 98
Arequipa, ...............
NOTIFICACIÓN N° ...............
CONSTE POR EL PRESENTE QUE EN LA FECHA:
NOTIFIQUE, al señor Ing. ............... con domicilio en ............... y domicilio procesal en
..............., con lo siguiente:
01 COPIA AUTENTICADA DE LA RESOLUCIÓN PRESIDENCIAL. REGIONAL ............... de fecha 01-07-
2012, que resuelve:
Declarar fundado en parte el Recurso de Reconsideración interpuesto por ............... en contra
de la R.P.R. N° ............... modificándose el art. 2do de la misma, suspendiendo sin goce de
remuneraciones por 45 días, de acuerdo con lo dispuesto en la misma, lo que cumplo con notificarle
de acuerdo a Ley.
Firma: ...............
PRESIDENTE REGION AREQUIPA
El presente acto administrativo será eficaz desde que el interesado toma conocimiento del
mismo.
NOTIFICADO
_________________________
NOMBRE : ...............
DNI. Nº : ...............
FECHA : ...............
HORA : ...............
Favor de devolver el cargo debidamente llenado y firmado.
NOTA: Le indicamos que la vía administrativa ha sido agotada; pudiendo ser ésta recurrida ante
el Poder Judicial, sea mediante acción contencioso-administrativa o el que Ud. crea que
corresponda. Siendo el plazo para interponer proceso contencioso administrativo de un
mes a partir de la fecha de notificación. (Base Legal Art. 228 de la Ley 27444 – TUO D.S.
004-2019-JUS).
181
MODELO N° 99
Conforme a los artículos 116 y 117.1 de la Ley del Procedimiento Administrativo General, Ley
27444 – TUO D.S. 004-2019-JUS y el artículo 2° inc. 20) de la Constitución Política del Estado.
III. DAMNIFICADOS
Quien realiza el presente escrito y su familia
IV. CIRCUNSTANCIAS:
a. De tiempo: El día del paro ---- a horas -----
b. De lugar: En las puertas de ingreso de personal de la Dirección Regional de Salud de Arequipa.
c. De modo: Utilización de la fuerza para impedirme el ingreso
182
VI. MEDIOS DE PRUEBA
La declaración que prestará la Sra. ..............................
La declaración de los siguientes testigos:
..........................................................................................
..........................................................................................
..........................................................................................
VII. ANEXOS
1-A. Copia de mi Documento Nacional de Identidad.
POR LO EXPUESTO:
A Ud. Pido dar trámite a mi solicitud.
___________________________ ______________________________
FIRMA DEL ABOGADO FIRMA DEL RECURRENTE
183
MODELO N° 100
Conforme al artículo 114 de la Ley del Procedimiento Administrativo General – Ley 27444 –
III. DAMNIFICADOS
Quien realiza el presente escrito y su familia
IV. CIRCUNSTANCIAS:
a. De tiempo: El día del paro ............... a horas ...............
b. De lugar: En las puertas de ingreso de personal de la Dirección Regional de Salud de Arequipa.
c. De modo: Utilización de la fuerza para impedirme el ingreso.
184
VI. MEDIOS DE PRUEBA
La declaración que prestará la Sra. Ariana Mansilla Bonet.
El video debidamente homologado por perito, que acredita el comportamiento de la denun-ciada
el día de los hechos.
De la declaración de los testigos ..............., con dirección en ............... la Av. ..............., Distrito
............... Provincia ..............., Departamento ..............., de ocupación ...............
VII. ANEXOS
1-A. Copia de mi Documento Nacional de Identidad.
1-B. Copia del Video Homologado antes referido.
POR LO EXPUESTO:
A UD. pido acceder a mi pedido.
___________________________ ______________________________
FIRMA DEL ABOGADO FIRMA DEL RECURRENTE
185
MODELO N° 101
186
1-D. Copia de mi DNI.
POR LO EXPUESTO:
A Ud. pido acceder a mi solicitud haciendo presente que dado mi estado de invalidez, en la
actualidad requiero de constante tratamiento y la ayuda de otra persona para cumplir los actos
elementales de mi vida.
Arequipa, ..............................
187
MODELO N° 102
Conforme al artículo 116 de la Ley del Procedimiento Administrativo General - Ley 27444 – TUO
D.S. 004-2019-JUS.
III. DAMNIFICADOS
El recurrente, mi familia, la comunidad universitaria.
188
hizo, lo que muestra claramente que hay un encubrimiento por parte de la SUNEDU con la
Universidad ..............................
4. La SUNEDU debió emitir un pronunciamiento de fondo, pronunciándose respecto a la
participación del Sr. .............................. en los concursos de promoción de categorías de
docentes ordinarios en el año 2015 en la Universidad ..............................; más aún, si este se
había realizado durante la vigencia de la nueva Ley Universitaria - Ley N° 30220, o en todo cado
investigar que si el procedimiento de dicho concurso se produjo de manera regular, y no solo
indicar que carece de facultades.
5. Así también, se tiene que tomar en cuenta que la competencia es inalienable, la autoridad
administrativa no puede renunciar a la titularidad de la competencia, ni tampoco se puede
abstenerse del ejercicio de las atribuciones conferidas, tal es así, que una de las funciones de
la SUNEDU es Supervisar la autentificación y/o certificación de grados académicos y títulos
profesionales expedidos por las universidades del país, en el marco de su competencia y la
normatividad aplicable.
Art. 76.1 de la Ley 27444 – TUO D.S. 004-2019-JUS.
“El ejercicio de la competencia es una obligación directa del órgano administrativo que la tenga
atribuida como propia, salvo el cambio de competencia por motivos de delegación o evocación,
según lo previsto en la Ley.”
6. Cabe mencionar también que, el proceso de concurso para ascenso de profesor asociado a
principal, se realizó en el 2015, fecha en que ya se encontraba vigente la nueva ley universitaria,
hecho que tuvo que ser investigado por la SUNEDU, lo cual no ocurrió, puesto que solo se
declararon incompetentes por irretroactividad de las normas, a pesar que sus funciones de la
SUNEDU es justamente Supervisar la autentificación y/o certificación de grados académicos y
títulos profesionales expedidos por las universidades del país, en el marco de su competencia y
la normatividad aplicable.
7. De todo lo expuesto, se presume que la SUNEDU estaría encubriendo los hechos ilícitos
mencionados, puesto que mi persona recurrió a reiterados escritos y recursos para esclarecer
los hechos, prueba de ello son las respuestas incoherentes.
8. De esta manera se han vulnerado los siguientes Principios Administrativos.
• PRINCIPIO DE LEGALIDAD. - Las autoridades administrativas deben actuar con respeto a la
Constitución, la ley y al derecho, dentro de las facultades que le estén atribuidas y de acuerdo
con los fines para los que les fueron conferidas.
• PRINCIPIO DEL DEBIDO PROCEDIMIENTO. - Los administrados gozan de todos los derechos
y garantías inherentes al debido procedimiento administrativo, que comprende el derecho a
exponer sus argumentos, a ofrecer y producir pruebas y a obtener una decisión motivada y
fundada en derecho. La institución del debido procedimiento administrativo se rige por los
principios del Derecho Administrativo. La regulación propia del Derecho Procesal Civil es
aplicable sólo en cuanto sea compatible con el régimen administrativo.
• PRINCIPIO DE IMPULSO DE OFICIO.- Las autoridades deben dirigir e impulsar de oficio el
procedimiento y ordenar la realización o práctica de los actos que resulten convenientes para
el esclarecimiento y resolución de las cuestiones necesarias.
• PRINCIPIO DE CONDUCTA PROCEDIMENTAL.- La autoridad administrativa, los
administrados, sus representantes o abogados y, en general, todos los partícipes del
procedimiento, realizan sus respectivos actos procedimentales guiados por el respeto mutuo, la
colaboración y la buena fe. Ninguna regulación del procedimiento administrativo puede
interpretarse, de modo tal, que ampare alguna conducta contra la buena fe procesal.
189
2. Copia Simple Carta N° ..........-2017/SUNEDU-02-13, donde responden a nuestra denuncia,
argumentando que carecía de facultades, para emitir pronunciamiento, en atención al principio
de Irretroactividad de las normas.
3. Copias simples del escrito de reconsideración
4. Copia de la Resolución en respuesta al recurso de reconsideración
5. Copia simples del escrito del recurso de apelación
6. Copia Simple de la Carta N° ..........-2017/SUNEDU-02-13, en respuesta a mi recurso de
apelación; donde nuevamente argumentan, que no está dentro de sus facultades por el principio
de irretroactividad de las normas, y que los únicos que pueden plantear recursos son los
administrados, y el recurrente es un informante, a pesar que la competencia es indelegable, la
autoridad administrativa no puede renunciar a la titularidad de la competencia, ni tampoco se
puede abstener del ejercicio de las atribuciones conferidas.
POR LO EXPUESTO.-
A Usted pido acceder a lo solicitado a la brevedad posible.
___________________________ ______________________________
FIRMA DEL ABOGADO FIRMA DEL RECURRENTE
190
MODELO N° 103
191
7. Así mismo, desde el punto del Derecho Administrativo, se están vulnerando los principios de la
Ley General del Procedimiento Administrativo General, Ley 27444 – TUO D.S. 004-2019-JUS,
al no emitir Acto administrativo en respuesta a mi Denuncia Administrativa.
• PRINCIPIO DE LEGALIDAD.- Las autoridades administrativas deben actuar con respeto a la
Constitución, la ley y al derecho, dentro de las facultades que le estén atribuidas y de acuerdo
con los fines para los que les fueron conferidas.
• PRINCIPIO DEL DEBIDO PROCEDIMIENTO.- Los administrados gozan de todos los derechos y
garantías inherentes al debido procedimiento administrativo, que comprende el derecho a
exponer sus argumentos, a ofrecer y producir pruebas y a obtener una decisión motivada y
fundada en derecho. La institución del debido procedimiento administrativo se rige por los
principios del Derecho Administrativo. La regulación propia del Derecho Procesal Civil es
aplicable sólo en cuanto sea compatible con el régimen administrativo.
• PRINCIPIO DE IMPULSO DE OFICIO.- Las autoridades deben dirigir e impulsar de oficio el
procedimiento y ordenar la realización o práctica de los actos que resulten convenientes para
el esclarecimiento y resolución de las cuestiones necesarias.
• PRINCIPIO DE CONDUCTA PROCEDIMENTAL.- La autoridad administrativa, los
administrados, sus representantes o abogados y, en general, todos los partícipes del
procedimiento, realizan sus respectivos actos procedimentales guiados por el respeto mutuo, la
colaboración y la buena fe. Ninguna regulación del procedimiento administrativo puede
interpretarse de modo tal que ampare alguna conducta contra la buena fe procesal.
8. Igualmente resulta que conforme al Código de Ética de la Función Pública se ha vulnerado los
principios y deberes del servidor público como son:
Artículo 6.- Principios de la Función Pública El servidor público actúa de acuerdo a los siguientes
principios:
• Respeto: Adecua su conducta hacia el respeto de la Constitución y las Leyes, garantizando que
en todas las fases del proceso de toma de decisiones o en el cumplimiento de los procedimientos
administrativos, se respeten los derechos a la defensa y al debido procedimiento.
• Probidad: Actúa con rectitud, honradez y honestidad, procurando satisfacer el interés general y
desechando todo provecho o ventaja personal, obtenido por sí o por interpósita persona.
• Eficiencia: Brinda calidad en cada una de las funciones a su cargo, procurando obtener una
capacitación sólida y permanente.
• Idoneidad: Entendida como aptitud técnica, legal y moral, es condición esencial para el acceso
y ejercicio de la función pública. El servidor público debe propender a una formación sólida acorde
a la realidad, capacitándose permanentemente para el debido cumplimiento de sus funciones.
• Veracidad: Se expresa con autenticidad en las relaciones funcionales con todos los miembros
de su institución y con la ciudadanía, y contribuye al esclarecimiento de los hechos.
• Lealtad y Obediencia: Actúa con fidelidad y solidaridad hacia todos los miembros de su
institución, cumpliendo las órdenes que le imparta el superior jerárquico competente, en la medida
que reúnan las formalidades del caso y tengan por objeto la realización de actos de servicio que
se vinculen con las funciones a su cargo, salvo los supuestos de arbitrariedad o ilegalidad
manifiestas, las que deberá poner en conocimiento del superior jerárquico de su institución.
• Justicia y Equidad: Tiene permanente disposición para el cumplimiento de sus funciones,
otorgando a cada uno lo que le es debido, actuando con equidad en sus relaciones con el Estado,
con el administrado, con sus superiores, con sus subordinados y con la ciudadanía en general.
• Lealtad al Estado de Derecho: El funcionario de confianza debe lealtad a la Constitución y al
Estado de Derecho. Ocupar cargos de confianza en regímenes de facto, es causal de cese
automático e inmediato de la función pública.
192
9. Desde el punto de vista del Derecho Civil se están produciendo graves daños y perjuicios al
generar desconfianza en el pago de las tarifas por parte de los usuarios, y esto a su vez limita
la operación de mantenimiento de la infraestructura de riego.
Artículo 1321, de nuestro Código Civil establece que “queda sujeto a la indemnización de daños
y perjuicios quien no ejecuta sus obligaciones por dolo, culpa inexcusable o culpa leve”
Artículo 1969, del mismo cuerpo legal precisa que “aquél que por dolo o culpa causa un daño a
otro está obligado a indemnizarlo”.
10. Desde el punto del Derecho Penal se está incurriendo en delito de abuso de autoridad por
deliberada omisión impropia regulado en el Art. 377° del Código Penal, que a la letra dice:
Artículo 377. El funcionario público que, ilegalmente, omite, rehúsa o retarda algún acto de su
cargo, será reprimido con pena privativa de libertad no mayor de dos años y con treinta a sesenta
días-multa.
VI. ANEXOS
01-A. Copia de mi D.N.I.
01-B. Copia del Decreto Supremo N° 013-2017-MINAGRI.
POR LO EXPUESTO:
A Usted pido, con la finalidad de imponer las sanciones correspondientes.
PRIMER OTROSÍ: Dejo expresa constancia que me reservo el derecho de denunciar penalmente
el delito de abuso de autoridad por omisión impropia en contra de quienes solidariamente resulten
responsables.
___________________________ ______________________________
FIRMA DEL ABOGADO FIRMA DEL RECURRENTE
193
MODELO N° 104
194
desagrado y de amenaza por parte de las demás personas presentes, que optaron por retirarse,
lo que aprovechó la persona de Mariano Beltrán Aguirre para irse a quejar e indisponerme al
despacho de la Dirección, donde fue atendida de inmediato.
7. Ante lo cual tuve que asistir al despacho del director, quien muy molesto me trató de manera
sometiente, y con voz altisonante y gesticulaciones de desagrado me dijo que «ya sé que tú no
quieres tener reuniones con el personal», y no puede ser posible eso, ante lo cual le pedí que
me escuchara y que eso no era cierto por cuanto las reuniones de trabajo se hacían por
convocatoria de la recurrente y siempre que no se alterase el normal desenvolvimiento del
servicio. Luego me tuve que retirar ante una situación de no solución.
8. Luego empezaron los hostigamientos y los acosos de todos los trabajadores a mi cargo,
consistentes en reuniones fuera y dentro de horas de trabajo en las que hacían memoriales con
la finalidad de hacerme quedar mal en mi desempeño jefatural y crear un ambiente de cambio
de mi jefatura.
9. Lo que se efectivizó con el memorial de fecha 29 de abril del 2011, con alegaciones de supuestas
irregularidades en el departamento de servicio social. Después de cinco días aproximadamente
de manera casual en los pasillos del hospital el director materia de esta denuncia- queja
administrativa me comentó en voz alta delante de todas las personas que transitaban «tienes
un memorial» ante lo cual quise conversarle pero se fue de largo, lo que me obligo a ir al
despacho de la Dirección a pedir cita y la secretaria me manifestó que no me podía dar cita pese
a que fui a solicitar cita en 4 días distintos. Lo que evidencia que se entregó la consigna en mi
contra.
10. Cinco meses después violando todo derecho legal el director Convocó a una reunión en el
Auditorio de logística sin mi presencia y participación con las firmantes del memorial que eran
6, pero convocó a todo el personal.
11. Ante una llamada solidaria a mi celular, de una persona que no pude identificar en ese
momento me apersoné a al auditorio de logística donde encontré al director y al sub-director y
a todas las asistentas, a quienes saludé y manifesté que disculpen pero no sabía que había esta
reunión y pregunté cuál era la agenda, y el Director contestó, de varios puntos del memorial y
de los contratos de las nuevas asistentas que sólo debo hacerlo Yo. Ante ello dijo es tarde y que
la reunión se postergaba para el 06 de setiem-bre del 2011.
12. Llegado el día 6-09-11, se produjo la reunión en el auditorio de logística a partir de las 12.30
del día y empezó a dar lectura al memorial el director López y a emplazarme públicamente con
gesticulaciones de despectividad por cada punto del memorial que nunca se me notificó, ante
lo cual trataba de responder dentro de lo que entendía, pero todas las colegas empezaron a
murmurar y hacer críticas con mofa de mi persona y el director se reía y soliviantaba la burla.
Ante lo cual el Dr. Genaro Neyra O., movió la cabeza en señal de desaprobación y se retiró luego
de 25 minutos aproximadamente.
13. Al finalizar, el director promovió la pregunta y cuestionamiento de porqué la jefatura tenía un
ambiente con división de vidrio y que era el punto 7 del memorial, ante lo cual contesté que era
por seguridad de los expedientes y por la privacidad de sus contenidos haciéndole recuerdo que
en su primera gestión se me perdieron objetos personales como mi celular y mis sellos y
cuadernos de trabajo en circunstancias en que intervino, lo que derivó en aclaraciones sin
sentido de hechos pasados.
14. Posteriormente ante tanta burla y mofa me dolía la cabeza, se me adormeció la pierna y le dije
al director, qué pena que siendo la autoridad permita estos hechos en vez de conciliar y
realmente me siento mal y muy decepcionada. Ante lo que dijo, levanten la mano todas las que
quieren que la saquen de la jefatura a la Sra. Ester, y levantaron la mano 7 personas de 16, y
dijo, ya ve ellas quieren que se le cambie y que entones lo vamos evaluar. Con lo que culminó
la reunión, hubo insultos entre colegas y otros…
195
15. Después hice un documento para que se me notifique con arreglo a ley para hacer mis descargos
con fecha 07 de setiembre del 2011, y como consecuencia de ello recién después de 9 días se
me envió todo lo actuado y tuve que hacer mis descargos suscrito por el abogado del colegio de
asistentes sociales a lo que nunca me contestó.
16. Hasta que se han seguido reuniendo con las asistentas sociales que son de su entorno y se
gestó una seudo acta de reunión de 06-09-11 y se hizo llegar una carta notarial de doña Rosa
Medina Urrutia, ante lo cual llamé al Director que no me quiso atender directamente y le
pregunté si había un acta y me dijo que sí había un acta y me contestó que él había elaborado
con Mámerta Beltrán un acta ante lo cual le pedí una copia de la misma y me dijo que faltaban
las firmas, que no me daba copia.
17. Luego contesté la carta notarial con las pruebas y después de una semana me mandó a llamar
y me dijo, quiero que leas el acta de la reunión del 6 y la leí y no me pareció correcto por la
pobre redacción y con una serie de mentiras y versiones que se habían vertido y varias cosas
que no estaban acordes con la realidad y se la devolví mostrando mi desacuerdo y me dijo, firma
y le dije que no la iba a firmar, ante lo que me increpó diciéndome, tienes que firmar y le volví
a afirmar que no estaba el acta acorde con la realidad, pero insistió con maltrato, tratándome
de arrogante y otras palabras denigrantes en presencia de su secretaria y otro señor que dijo
ser su asesor de apellido Carpio. Y le ordenó a la secretaria, supongo que no quiere firmar, y
otra murmuración en voz baja para que no escuche y me retiré.
18. Después supe que todo el expediente lo había remitido al área de asesoría legal, lo que me obligó
a ir a hablar con Alfredo Lunarejo, asesor legal, quien me manifestó que no había encontrado
nada irregular en el expediente y que su opinión era favorable a mi persona, que el problema
eran líos domésticos, pero que la decisión la tenía el Director.
19. Dentro de este contexto es evidente que se encuentran violando mis derechos a la dignidad, a
la paz laboral y social sin programas soterrados y maquiavélicos con manejo encubierto de
personas que actúan con insania y maldad.
20. Invoco como fundamento de derecho lo previsto en el D. Leg. 276 concordante con la Ley 27444
– TUO D.S. 004-2019-JUS.
ANEXOS
1–A. Copia de mi D.N.I.
1–B. Copia del acta de concurso de fecha 17-09-10.
1–C. Copia de la Resolución de encargatura N° 475-2010.
1–D. Copia de la Resolución Nº 055-2010.
1–E. Copia de mi escrito de fecha 23-09-2011.
POR LO EXPUESTO:
A Ud. pido acceder al trámite de la presente denuncia, reservándome el derecho de ampliarla
en su oportunidad.
___________________________ ______________________________
FIRMA DEL ABOGADO FIRMA DEL RECURRENTE
196
MODELO N° 105
197
La institución del debido procedimiento administrativo se rige por los principios del Derecho
Administrativo. La regulación propia del Derecho Procesal es aplicable solo en cuanto sea
compatible con el régimen administrativo.
Principio de impulso de oficio.- Las autoridades deben dirigir e impulsar de oficio el
procedimiento y ordenar la realización o práctica de los actos que resulten convenientes para
el esclarecimiento y resolución de las cuestiones necesarias.
Principio de razonabilidad.- Las decisiones de la autoridad administrativa, cuando creen
obligaciones, califiquen infracciones, impongan sanciones, o establezcan restricciones a los
administrados, deben adaptarse dentro de los límites de la facultad atribuida y manteniendo la
debida proporción entre los medios a emplear y los fines públicos que deba tutelar, a fin de que
respondan a lo estrictamente necesario para la satisfacción de su cometido.
Principio de imparcialidad.- Las autoridades administrativas actúan sin ninguna clase de
discriminación entre los administrados, otorgándoles tratamiento y tutela igualitarios frente al
procedimiento, resolviendo conforme al ordenamiento jurídico y con atención al interés general.
Principio de informalismo.- Las normas de procedimiento deben ser interpretadas en forma
favorable a la admisión y decisión final de las pretensiones de los administrados, de modo que,
sus derechos e intereses no sean afectados por la exigencia de aspectos formales, que puedan
ser subsanados dentro del procedimiento, siempre que dicha excusa no afecte derechos de
terceros o el interés público.
Principio de presunción de veracidad.- En la tramitación del procedimiento administrativo, se
presume que los documentos y declaraciones formulados por los administrados en la forma
prescrita por esta Ley, responden a la verdad de los hechos que ellos afirman. Esta presunción
admite prueba en contrario (presunción Iuristan tum).
Principio de buena fe procedimental.- La autoridad administrativa, los administrados, sus
representantes o abogados y, en general, todos los partícipes del procedimiento, realizan sus
respectivos actos procedimentales guiados por el respeto mutuo, la colaboración y la buena fe.
La autoridad administrativa no puede actuar contra sus propios actos, salvo los supuestos de
revisión de oficio contemplados en la presente Ley.
Ninguna regulación del procedimiento administrativo puede interpretarse, de modo, tal que
ampare alguna conducta contra la buena fe procedimental.
Principio de celeridad.- Quienes participan en el procedimiento deben ajustar su actuación, de
tal modo, que se dote al trámite de la máxima dinámica posible, evitando actuaciones procesales
que dificulten su desenvolvimiento o constituyan meros formalismos, a fin de alcanzar una
decisión en tiempo razonable, sin que ello releve a las autoridades del respeto al debido
procedimiento o vulnere el ordenamiento.
198
PRIMER OTROSÍ: Sírvase tener en cuenta que el Código Penal artículo 376°, establece que: “El
funcionario Público que, abusando de sus atribuciones, comete u ordena un acto arbitrario que
cause perjuicio a alguien será reprimido con pena privativa de libertad no mayor de tres años”,
entonces se cometería delito de abuso de autoridad, por tal razón, no se abuse ni perjudique al
recurrente.
___________________________ ______________________________
FIRMA DEL ABOGADO FIRMA DEL RECURRENTE
199
MODELO N° 106
MELINA AGUILAR CUTIMBO, identificada con DNI Nº………. ………., con dirección
domiciliaria en la calle ..............., Distrito ..............., Provincia ...............,
Departamento ..............., señalando domicilio procesal en calle Siglo XX Nº 120, Of.
554, Edificio La Gran Villa. Cercado-Arequipa, a Ud. digo:
I. DE LOS DENUNCIADOS
Entidad financiera SCOTIABANK PERÚ, representada por su Gerente General, Gonzales Tejada
Enrique, a quien deberá notificársele en calle Mercaderes 410 – Cercado de Arequipa.
200
Arequipa E.I.R.L. de la cual es usted titular-gerente y que en su calidad de persona natural ha
avalado como aparece del pagaré de fecha 28-10-2010, en consecuencia responde usted por la
deuda de ésta».
6. Esta respuesta, como podrá advertir su despacho, atenta contra los derechos de la recurrente,
ya que si bien la Carta Fianza fue otorgada por mi persona en mi calidad de persona natural a
favor de la Empresa «Luz de Arequipa EIRL, se indicó en forma expresa que ésta fue para
garantizar únicamente «la autorización del establecimiento de salud encargado de los exámenes
de aptitud psicosomática para licencias de conducir», mas no para garantizar otras deudas que
pudiera mantener la empresa antes mencionada.
7. Por lo que, la entidad financiera al haber unilateralmente compensado la deuda vencida de la
Empresa Luz de Arequipa E.I.R.L., ha cometido un abuso, el mismo que contraviene las normas
que protegen al consumidor. No siendo ninguna justificante el hecho de que la recurrente sea
titular gerente de la Empresa Luz de Arequipa, ya que la fianza se hizo únicamente a fin de
garantizar la autorización, es decir el funcionamiento de la Empresa, y no para garantizar otro
tipo de deudas que ésta pudiera mantener. En este sentido, debe declararse fundada mi
denuncia y ORDENARSE que la entidad financiera, cumpla con devolverme íntegramente el
depósito realizado por la suma de $10 000.00 (diez mil dólares americanos) depositados como
fianza.
8. Por otra parte, debe merituarse la conducta arbitraria, y abusiva que la Entidad denunciada
ha mantenido desde la fecha que venció la fianza, 20 de julio del 2011, ya que desde dicha
fecha no ha recibido ninguno de los escritos de devolución de depósito que mi persona realizó,
ello con el fin de evadir la devolución del dinero y realizar cobros indebidos, forzándome a tener
que solicitar la devolución del depósito realizado por Carta Fianza Nº 010128715000 prorrogada
por Carta fianza 010128715001 a través de una Carta Notarial. Hechos que constituyen no sólo
un abuso y violan los derechos de la recurrente.
9. Debe merituarse además que esta omisión y abuso de la entidad denunciada está ocasionando
daños a la recurrente, ya que está afectando mi estado de salud (más aun por mi estado, ya
que me encuentro embarazada) y mi economía, debido a que al no hacerme la devolución del
dinero depositado como fianza, me encuentro imposibilitada de realizar varias actividades
económicas necesarias para mi sustento y el de mi familia.
Como sustento jurídico de mi pedido, invoco la siguiente normatividad:
a. El Art. II de la Ley 29571 -Código de Protección y defensa del consumidor, cuyo texto dice:
«Artículo II.- Finalidad.- El presente Código tiene la finalidad de que los consumidores accedan
a productos y servicios idóneos y que gocen de los derechos y los mecanismos efectivos para su
protección, reduciendo la asimetría informativa, corrigiendo, pre-vi-niendo o eliminando las
conductas y prácticas que afecten sus legítimos intereses. En el régimen de economía social de
mercado establecido por la Constitución, la protección se interpreta en el sentido más favorable
al consumidor, de acuerdo a lo establecido en el presente Código.»
b. El Art. V punto 5 de la Ley 29571, que establece el Principio de Buena Fe.- En la actua-ción en
el mercado y en el ámbito de vigencia del presente Código, los consumidores, los proveedores,
las asociaciones de consumidores, y sus representantes, deben guiar su conducta acorde con
el principio de la buena fe de confianza y lealtad entre las partes. Al evaluar la conducta del
consumidor se analizan las circunstancias relevantes del caso, como la información brindada,
las características de la contratación y otros elementos sobre el particular.
c. El Art. IV del mismo texto legal, que dice: «El Estado orienta sus acciones a defender los
intereses de los consumidores contra aquellas prácticas que afectan sus legítimos intereses y
que en su perjuicio distorsionan el mercado; y busca que ellos tengan un rol activo en el
desarrollo del mercado, informándose, comparando y premiando con su elección al proveedor
leal y honesto, haciendo valer sus derechos directamente ante los proveedores o ante las
entidades correspondientes.
201
d. El Art. 1° del mismo texto legal.- Los consumidores tienen derecho a: Derecho a la protec-ción
de sus intereses económicos y en particular contra las cláusulas abusivas, métodos comerciales
coercitivos, cualquier otra práctica análoga e información interesadamente equívoca sobre los
productos o servicios. d) Derecho a un trato justo. i). Derecho a la reparación y a la
indemnización por daños y perjuicios conforme a las disposiciones del presente Código y a la
normativa civil sobre la materia.
e. El Art. 24, numeral 24.1 del mismo texto legal, que señala: Sin perjuicio del derecho de los
consumidores de iniciar las acciones correspondientes ante las autoridades competentes, los
proveedores están obligados a atender los reclamos presentados por sus consumidores y dar
respuesta a los mismos en un plazo no mayor a treinta (30) días calendario. Dicho plazo puede
ser extendido por otro igual cuando la naturaleza del reclamo lo justifique, situación que es
puesta en conocimiento del consumidor antes de la culminación del plazo inicial. Derecho que
ha vulnerado la demandada al no recibirme ningún escrito a través del cual solicitaba la
devolución de la fianza otorgada.
___________________________ ______________________________
FIRMA DEL ABOGADO FIRMA DEL RECURRENTE
202
MODELO N° 107
Arequipa, ...............
NOTIFICACION Nº ...............
CONSTE POR EL PRESENTE QUE EN LA FECHA:
NOTIFIQUE, al señor Ing. ..............., con lo siguiente:
01 COPIA AUTENTICADA DE LA RESOLUCION PRESIDENCIAL REGIONAL Nº ............... de fecha
..............., que resuelve:
Declarar infundada la caducidad y prescripción del proceso administrativo, disponer el cese
temporal de tres meses del Ing. Jorge Edilberto Gómez Salazar, de acuerdo a lo dispuesto en la
propia Resolución; lo que cumplo con notificarle de acuerdo a Ley.
Firma: ...............
PRESIDENTE CTAR AREQUIPA
El presente acto administrativo será eficaz, desde que el interesado toma conocimiento del
mismo.
ENTERADO DE SU CONTENIDO, FIRMO DE LO QUE DOY CUENTA
NOTIFICADOR NOTIFICADO
________________________ ________________________
TRAMITE DOCUMENTARIO
NOMBRE : ...............
DNI. Nº : ...............
FECHA : ...............
HORA : ...............
Favor de devolver el cargo debidamente llenado y firmado.
NOTA: De ser el caso si la presente Resolución le causara agravio, le indicamos que puede pedir su
reconsideración si lo cree conveniente, caso contrario la Vía Administrativa queda agotada; pudiendo ser
ésta, recurrida ante el Poder Judicial, mediante acción contencioso-administrativa o la que Ud. crea que
corresponda. Siendo el plazo para interponer proceso contencioso administrativo de un mes a partir de la
fecha de notificación (Base Legal Art. 228 de la Ley 27444 – TUO D.S. 004-2019-JUS).
203
MODELO N° 108
VISTA:
La R.P.R. Nº ............... artículo segundo a través del cual se resuelve sancionar al Ing.
................ con Cese Temporal sin Goce de remuneraciones por 3 meses, por faltas administrativas.
CONSIDERANDO:
Que, con fecha .................. el Ing. ............... solicita se deje sin efecto la sanción impuesta a
través de la mencionada Resolución interponiendo recurso de Reconsideración, solicitando
asimismo con fecha .................. a través de Medida Cautelar la suspensión de la ejecución de la
Resolución mencionada.
Que, la ejecución de esta medida se encuentra prevista en el art. 157 de la Ley 27444 – TUO
D.S. 004-2019-JUS, donde se faculta a la autoridad competente a adoptar medidas cautelares como
la solicitada suspensión de ejecución de resolución impugnada.
Que, si bien la Ley 27444 – TUO D.S. 004-2019-JUS establece en su art. 25, que la notificación
de las resoluciones surte efectos, en caso de ser personal, el día que hubieran sido realizadas; el
art. 204 del mismo cuerpo legal establece los casos en que se pierde la ejecutoriedad del acto
administrativo; considerándose en el 204.1.1: Por suspensión provisional conforme a ley.
Que, el art. 226.2 de la ley antes mencionada establece: “No obstante lo dispuesto en el numeral
podrá suspender de oficio o a petición de parte la ejecución del acto recurrido cuando concurra
alguna de las siguientes circunstancias: a) Que la ejecución pudiera causar perjuicios de imposible
o difícil reparación.”
Que, en el presente caso, al haberse dispuesto la suspensión sin goce de remuneraciones, su
ejecución implica dejar de laborar y de percibir remuneración. Encontrándose pendiente de resolver
el recurso de consideración planteado, éste podría resolverse ratificando, levantando o
disminuyendo la sanción.
Que, sin embargo de levantarse o disminuirse la sanción, en aplicación de lo dispuesto en la
Ley Nº 27573, art. 13.5 no podría abonarse el pago de remuneración por el tiempo dejado de laborar,
ya que el pago de remuneraciones sólo corresponde como contraprestación, daño irreparable al
profesional sancionado con la resolución antes mencionada.
Con el informe Nº ............... de la Gerencia Regional de Asesoría Jurídica.
De conformidad con lo prescrito en la Ley Nº 25922 Ley Marco de Descentralización, Ley 27444
– TUO D.S. 004-2019-JUS, Ley Nº 27573 y con las facultades conferidas mediante R.S. Nº
..................PRESS:
SE RESUELVE:
ARTICULO ÚNICO.- SUSPENDER la ejecución del artículo segundo de la R.P.R. Nº ............... hasta
que se resuelve el recurso de reconsideración planteado, por el Ing. Jorge Gómez Salazar, por las
razones expuestas en los considerandos de la presente Resolución.
Dada en la Sede Central del Consejo Transitorio de Administración Regional – Arequipa, a los
quince (15) días del mes de abril del dos mil dos.
Regístrese y Comuníquese.
204
MODELO N° 109
Arequipa, ..................
NOTIFICACION Nº ...............
Firma: ...............
PRESIDENTE CTAR AREQUIPA
El presente acto administrativo será eficaz, desde que el interesado toma conocimiento del
mismo.
NOTIFICADOR NOTIFICADO
________________________ ________________________
TRAMITE DOCUMENTARIO
NOMBRE : ...............
DNI. Nº : ...............
FECHA : ...............
HORA : ...............
205
MODELO N° 110
RESOLUCIÓN PRESIDENCIAL
REGIONAL N° ...............
VISTA:
El recurso de reconsideración interpuesto por el Ing. Jorge Gómez Salazar, en contra de la
R.P.R. N0 ...............
CONSIDERANDO:
1. Que, a través de la R.P.R. N° ..............., se aperturó proceso administrativo disciplinario al Ing.
............... en su condición de Ex-Funcionario y Ex-Director de la Dirección Regional de
Transportes, Comunicaciones, Vivienda y Construcción de Arequipa, al haber incurrido en
presuntas faltas administrativas en el ejercicio de sus funciones, según aparece del Informe
INSP-I N° ...............MTC/..............., denominado “Examen Especial a la Gestión realizada por
el SINMAC en la Ejecución de los Proyectos de Mantenimiento en los departamentos de Tacna,
Moquegua y Arequipa periodo Enero 98 - Setiembre 99”, emitida por la Inspectoría General del
Ministerio de Transportes, Comunicaciones, Vivienda y Construcción, comprendido en las
Observaciones 03 y 04 del referido informe;
2. Que, las faltas administrativas que le han sido imputadas al procesado y que son materia del
presente proceso administrativo disciplinario son Observación 03 referida a costos de alquiler
de mezcladora por un importe de S/. 40 417.00, nuevos soles, sin el sustento técnico necesario
en Obras de Emergencias Fenómeno del Niño y compra de materiales para obras de drenaje
sobrevaloradas en un monto de S/. 23 105.00 nuevos soles con relación al precio del mercado;
3. Que, a través del art. segundo de la R.P.R. N° ............... se resuelve sancionar al Ing. Jorge
Gómez Salazar con Cese Temporal sin Goce de remuneraciones por 3 meses, por faltas
administrativas;
4. Con fecha ............... el Ing. ............... solicita se deje sin efecto la sanción impuesta a través de
la mencionada resolución solicitando asimismo a través de Medida Cautelar la suspensión de
la ejecución de la resolución mencionada, la misma que fue atendida con R.P.R. N° ............... a
través de la cual se suspenden los efectos de la R.P.R. N° ...............;
5. Que, al respecto es pertinente señalar que conforme aparece de la segunda parte del art. 163
del D.S. 005-90-PCM el incumplimiento del plazo señalado configura falta de carácter
administrativo contenida en los incs. a) y d) del art. 28 del D. Leg. 276, es decir no sanciona
con caducidad del proceso, por lo contrario prevé la sanción a los responsables, lo que se
encuentra corroborado con lo establecido en el art. 140.3 de la Ley Nº 27444;
6. ¿Que, respecto a la prescripción debe tenerse en cuenta que de acuerdo a lo establecido en el
art. 173 del D.S. N0 005-90-PCM el proceso administrativo disciplinario deberá iniciarse en el
plazo no mayor de un año contado a partir del momento que la autoridad competente tenga
conocimiento de la comisión de la falta disciplinaria. Siendo que este Despacho tomó
conocimiento del contenido del informee INSP-I Nº 024-99-MTC/15.08, denominado “Examen
Especial a la Gestión realizada por el SINMAC, en la Ejecución de los Proyectos de
206
Mantenimiento en los departamentos de Tacna, Moquegua y Arequipa periodo Enero 98 -
Setiembre 99”, con fecha ............... y aperturó proceso administrativo con R.P.R. Nº ...............
de fecha ..............., es decir dentro del plazo otorgado por ley, no opera la prescripción
deducida;
7. Que, estando a los argumentos señalados y teniendo en cuenta que no es procedente ni la
Caducidad, ni prescripción señalada por el recurrente procedemos a pronunciarnos sobre el
fondo del asunto;
8. Que, respecto de la observación 03, en cuanto a costos de alquiler de mezcladora por un importe
de S/. 40 417.17 nuevos soles, sin el sustento técnico necesario en obras de emergencias
fenómeno del Niño II, es decir que los costos de alquiler han sido superiores a lo presupuestado
en donde se consideró alquiler de maquinaria por horas y no por días. Sobre este asunto se
señala en principio que el Fenómeno del Niño empezó en el mes de octubre de 1997, en tal
circunstancia al asumir el cargo de Director Regional de Transportes, Comunicaciones,
Vivienda y Construcción, con fecha 23 de enero de 1999, el anterior Director suscribió los
contratos de alquiler de mezcladoras, por días y no por horas. Asimismo argumenta, que debido
a las intensas lluvias en algunas ocasiones no se pudo laborar la jornada completa de 8 horas,
sin embargo el pago tenía que realizarse por todo el día considerando al contrato. Al respecto y
para acreditar lo antes señalado alcanzo copias de contratos de alquiler de mezcladoras
suscritas por su antecesor en el mes de diciembre del año 1997, en donde se precisa que el
alquiler de las mismas es por días y no por horas;
9. Que, según aparece de la Carta Nº 010/CPC/AR/............... emitida por el Presidente de 1a
Cámara Peruana de la Construcción- Filial Arequipa, se tiene que el propietario de la
maquinaria y equipo tiene la libertad de negociar o acordar con el arrendatario el sistema más
adecuado, siendo por lo general y cuando se trata de un periodo de tiempo mayor a un día, éste
se realiza por hora con un mínimo diario para maquinaria pesada y por día cuando se trate de
maquinaria ligera (mezcladora, vibradora, compactadora, etc.);
10. Que, estando a la documentación alcanzada, respecto de esta observación, el recurrente atenúa
su responsabilidad, pues queda acreditado en principio que él no suscribió los contratos de
alquiler cuyo pago era por día, lo que ocasionó que los costos sean superiores al expediente
técnico, si bien pudo variarse los términos de los contratos, con la constancia de CAPECO, se
acredita que en la zona por costumbre el contrato de alquiler de maquinaria ligera como el caso
de la mezcladora, es por días;
11. Que, cuanto a la observación N° 4 por compra de materiales para obras de drenaje
sobrevaloradas en un monto de S/ 23,105.98 nuevos soles con relación al precio del mercado,
el recurrente señala que las tuberías adquiridas inicialmente fueron tubos PUC de plástico para
desagüe, pero de acuerdo a las observaciones realizadas por el Supervisor del SINMAC y pedido
efectuado por el Residente de la Obra Bach. Ing. Civil Enrique Cruz Llerena, a través de
Radiograma N0 046 de fecha ..............., se varió la calidad de tubos, adquiriéndose tubos
pesados de 6 pulgadas de diámetro interior y de 5 mm de espesor; lo que ocasionó la variación
de precios. Señala asimismo que al momento de realizarse el Informe de Inspectoría no se
efectuó una verificación en el campo en donde se hubiere verificado la calidad de los tubos
instalados;
12. Que, como prueba, el recurrente alcanza una pericia realizada por Ingeniero Civil, Perito
Judicial, Ing. Efraín Frisancho Frisancho, en el cual se señala que luego de realizada la
constatación en la zona se concluye que la tubería empleada en la evacuación de las aguas
pluviales, son de material PVC-SAP, de 6” de diámetro interior y de 5 mm de espesor y codos
del mismo material, siendo los más apropiados, por ser resistentes a la presión y principalmente
al intemperismo del medio ambiente y que otro tubo de calidad inferior, es decir tipo liviano no
soportaría los cambios de temperatura;
207
13. Que, con las pruebas ofrecidas, el recurrente logra acreditar lo argumentado, es decir que las
tuberías y codos adquiridos son de mayor calidad y precio a los cotizados por la comisión de
inspectoría, por lo que existe diferencia de precios, negando la sobrevaloración señalada;
14. Que, respecto de ambos cargos imputados al recurrente consideramos que con la
documentación presentada se atenúa su responsabilidad, sin embargo, con lo señalado el
procesado no se exime de responsabilidad totalmente, pues si bien existía la justificación para
efectuar la contratación por días y no por horas como se encontraba presupuestado y se
adquirieron tubos de diversa calidad a la prevista por razones justificadas, debió realizarse los
informes previos necesarios para informarse de tal situación;
15. Que, de acuerdo a ello tenemos que el recurrente incurre en responsabilidad administrativa por
negligencia en el ejercicio de sus funciones, no haber realizado los informes pertinentes en el
momento oportuno, falta que se encuentra prevista en el inc. d) del art. 28 del D. Leg. 276;
16. Que, habiéndose impuesto al impugnante una sanción de 3 meses de Cese Temporal sin Goce
de Remuneraciones y que con las pruebas ofrecidas se ha desvirtuado parte de los cargos
imputados consideramos que es procedente reducir la sanción impuesta;
17. Con el Informe Nº ............... de la Gerencia Regional de Asesoría Jurídica.
De conformidad con lo prescrito en la Ley Nº 26922 Ley Marco de Descentralización, Ley 27444
– TUO D.S. 004-2019-JUS, D. Leg. 276, D.S. Nº 005-90-PCM y con las facultades conferidas
mediante R.S. Nº 221-2001-PRES.
SE RESUELVE:
ARTICULO PRIMERO: Declarar FUNDADO EN PARTE el recurso de Reconsideración interpuesto por
el Ing. ..............., en la misma, quedando redactado de la siguiente manera:
“ARTICULO SEGUNDO: Suspender sin Goce de Remuneraciones por 45 días al Ing. ..............., en su
condición de Ex Director Regional de Transportes, Comunicaciones, Vivienda y Construcción.”
ARTICULO SEGUNDO: Ratifíquese el contenido de la R.P.R. Nº ............... en lo demás que contiene.
Regístrese y Comuníquese.
208
MODELO N° 111
RESOLUCION PRESIDENCIAL
REGIONAL Nº ...............
209
directo de S/. 25,185.00 más el 10% de gastos generales de S/. 2,518.54 nos da un costo total de
S/. 40,417.47 nuevos soles lo que ha dado lugar al inadecuado uso de los recursos asignados al
Proyecto; consiguientemente el procesado al no demostrar y/o presentar prueba en contrario,
habría dispuesto el pagado entre horas no trabajadas, por lo que subsiste la responsabilidad civil
del procesado.
Que, con respecto al segundo cargo Observación Nº 4 que se le imputa al procesado respecto a
la compra de materiales para obras de Drenaje sobrevaluada en un monto de S/. 23.105.98 nuevos
soles; manifiesta el procesado que se nombre un perito especialista en Hidráulica a fin de que
muestree en obra los tubos utilizados y se certifique sus precios en Mercado, sin embargo estando
al análisis del Informe de Inspectoría se determina que se han adquirido 128 tuberías PVC de 6” y
7 codos PVC de 6” x 4.5 m por los importes de S/. 33.090.56 y S/. 586.18 respectivamente, cuyos
precios están elevados tal como queda demostrado con el cuadro comparativo que corre en fs.21
del Informe de Inspectoría; por tanto se habría infringido la Norma Técnica de Control para el Sector
Público 300-01. Criterio de Economía en la Compra de Bienes y en la contratación de servicios, que
establece que en toda transacción de bienes o servicios, así como en las demás actividades de
gestión deberá tener presente el criterio de economía; es decir realizar una adquisición económica
implica adquirir bienes y/o servicios en calidad y cantidad apropiada y al menor costo posible;
consecuentemente la responsabilidad administrativa de parte del procesado, subsiste de
conformidad con la Resolución Directoral Nº ...............MTC/...............SINMAC del ...............que lo
señala como responsable de la gestión de las operaciones presupuestales correspondientes y
rindente ante el SINMAC, de los gastos efectuados por el Proyecto, situación que además le genera
responsabilidad civil por el monto de S/. 23,105.98 equivalente al sobreprecio en la adquisición de
los aludidos materiales en su condición de rindente de los fondos del Proyecto.
Que, igualmente al efectuar sus descargos ha deducido la caducidad y la prescripción del
proceso administrativo por haber transcurrido más de un año en que la autoridad competente tomó
conocimiento de los hechos ampara su pedido en que entiende como autoridad competente tanto
al Presidente de la Región Arequipa como a los integrantes del órgano de Auditoría Interna que
comunicó los hallazgos de fecha 19 de agosto de 1999 y otros argumentos que carecen de sustento
legal; al respecto se precisa que en el considerando tercero de la Resolución de apertura de proceso
administrativo se ha hecho un análisis pormenorizado, por lo que no cabe mayor comentario,
debiendo en consecuencia declararse infundado el pedido;
Que, estando a los cargos, descargos prueba instrumental acompañada del Informe de la
Inspectoría General del Ministerio de Transportes, el procesado habría incurrido en faltas de
carácter administrativo como el de no haber cumplido diligentemente los deberes que le impone el
servicio público, no haber salvaguardado los intereses del Estado, no emplear austeramente los
recursos públicos; por tanto habría incurrido en las faltas de carácter administrativo tipificadas
como incumplimiento de normas establecidas, negligencia en el desempeño de sus funciones y
utilización de bienes de la entidad en beneficio propio o de terceros, faltas normadas en los incisos
a), d) y f) del Art. 28 del D. Leg. 276 Ley de Bases de la Carrera Administrativa y de Remuneraciones;
por tanto pasible a que se le aplique la sanción disciplinaria que le corresponda;
Con el Informe Nº ............... de la Comisión Especial de Procesos Administrativos de la Sede
Central del CTAR-AREQUIPA;
De conformidad con lo previsto en la Ley Nº 26922 Ley Marco de Descentralización y su
Reglamento aprobado por D.S. Nº 010-98-PRES; D. Leg 276 y su Reglamento aprobado por D.S. Nº
005-90 PCM; Ley 27444 y con las facultades conferidas por R.S. Nº ...............PRES.
SE RESUELVE:
ARTICULO PRIMERO.- Declarar INFUNDADA la Caducidad y Prescripción del proceso
administrativo interpuesta por el procesado a mérito de lo expuesto en la parte considerativa.
210
ARTICULO SEGUNDO.- Disponer el CESE TEMPORAL sin goce de remuneraciones hasta por
TRES (3) MESES al ..............., en su condición de Ex Director Regional de Transportes,
Comunicaciones, Vivienda y Construcción, a mérito de lo expuesto en la parte considerativa de la
presente Resolución.
211
II. PROCESOS CONTENCIOSOS ADMINISTRATIVOS
MODELO N° 112
SEC. :
EXP. : Nº
CUA. : Principal
ESC. : 01-2013
II. PETITORIO
Como Pretensión Principal, interpongo demanda contencioso administrativa con la finalidad de
que se declare la ineficacia de la Resolución ..............., por haber sido notificado en domicilio
distinto al del demandante.
212
IV. FUNDAMENTOS DE DERECHO
El Artículo 16 y siguientes de la Ley 27444 – TUO D.S. 004-2019-JUS que regula acerca de la
eficacia de los actos administrativos.
VIII. ANEXO
1-A. Copia de la Resolución ............... que da por agotada la vía administrativa.
1-B. Mi escrito de apelación.
1-C. Copia certificada de la Resolución ............... que fue apelada administrativamente.
1-D. Copia certificada del cargo de notificación de la Resolución ...............
1-E. Copia de mi DNI.
POR LO EXPUESTO:
A usted pido admitir a trámite la presente demanda.
PRIMER OTROSI.- De conformidad con el artículo 17 de la Ley 27584 – TUO D.S. 011-2019-
JUS, me reservo mi derecho de ampliar mi demanda.
213
MODELO N° 113
SEC. :
EXP. :
CUA. : Principal
ESC. : 01-2006
Yo, .............................. con DNI N° ..............., con domicilio real en la Av. ...............,
Distrito ..............., Provincia ..............., Departamento ..............., con domicilio
procesal en la Av. .............................., a Ud., respetuosamente, digo:
II. PETITORIO
Como Pretensión Principal, interpongo demanda contencioso-administrativa con la finalidad de
que se declare la nulidad parcial de la Resolución ............... sólo del Artículo Segundo que dispone
declarar improcedente mi pedido de pago de intereses legales, sin motivar dicha decisión.
214
VI. VIA PROCEDIMENTAL
PROCESO ESPECIAL.
VIII. ANEXOS
1-A. Copia de la Resolución ............... que da por agotada la vía administrativa.
1-B. Mi escrito de apelación.
1-C. Copia certificada de la Resolución ............... que fue apelada administrativamente.
1-D. Copia de mi DNI.
POR LO EXPUESTO:
A usted pido admitir a trámite la presente demanda.
PRIMER OTROSI.- De conformidad con el art. 17 de la Ley 27584 – TUO D.S. 011-2019-JUS
me reservo mi derecho de ampliar mi demanda.
215
MODELO N° 114
EXP. :
ESP. :
ESC. :
I. DE LOS DEMANDADOS
1. La DIRECCION REGIONAL DE TRANSPORTES Y COMUNICACIONES DEL GOBIERNO REGIONAL DE
AREQUIPA, debidamente representado por el Dr. Limberg Talavera Argüelles con domicilio real
en Av. Guardia Civil 702 del distrito de Paucarpata.
2. El GOBIERNO REGIONAL DE AREQUIPA debidamente representado por su Presidente Regional
Daniel Vera Ballón, con domicilio real en la calle San Francisco 308 del cercado de Arequipa.
3. El Procurador del Gobierno Regional de Arequipa con domicilio real en la calle San Francisco
308 del cercado de Arequipa.
II. PETITORIO
Solicito se declare la NULIDAD TOTAL del acto administrativo contenido en la RESOLUCION
GERENCIAL REGIONAL ...............-GRA/PR-GGR-GRI que desestima mi recurso de apelación
presentado en contra de la RESOLUCION DIRECTORAL REGIONAL ...............GRA/PR-DIRTC que
declara improcedente mi solicitud de ............... y en acumulación originaria accesoria:
1.1. Solicito se disponga que la autoridad administrativa emita acto administrativo de
reconocimiento extraordinario de tres (3) años adicionales a mi tiempo de servicios prestados
al Estado, conforme a lo establecido en el artículo 3 del Decreto Supremo 004-91-PCM.
1.2. Se adicione los tres (3) años de tiempo de servicios reconocidos extraordinariamente a mis 19
años, 09 meses y 28 días de servicios prestados al Estado ya reconocidos.
1.3. Se emita nueva Resolución Administrativa que me reconozca el derecho a pensión definitiva de
cesantía NIVELABLE, la cual deberá ser regulada en base a 22 años, 09 meses y 28 días de
labores prestadas a favor de la Administración Pública más las correspondientes pensiones
devengadas.
216
3. La Resolución 284-91, en su artículo 1 resuelve “ACEPTAR LA RENUNCIA presentada por don
EMILIO JARA CONDORI nivel remunerativo STC en el cargo de TOPOGRAFO I de la Dirección
Regional de Vialidad, de la Secretaría Regional de Asuntos de Infraestructura, quedando
comprendido en el Régimen de Pensiones del Decreto Ley 20530, la misma que deberá tener
efectividad a partir de la fecha en la que se le abone el pago de su Compensación de Tiempo de
Servicios, incentivos y otros beneficios que pudiera corresponderle.” (el subrayado es nuestro).
4. Es así que se dispuso abonarme los incentivos que me correspondieran de acuerdo a ley.
5. Dentro de este contexto, el Artículo 3, inciso 2 del Decreto Supremo 004-91-PCM establece que:
Para el personal sujeto al Régimen de Pensiones del Decreto Ley 20530 que al 01 de enero de
1991 cumpla con menos de 22 años de servicios prestados al Estado se le otorgará como
incentivo un “reconocimiento extraordinario de tres (3) años adicional al tiempo de servicios
prestados al Estado”.
6. Ahora bien, conforme a ley deberá entenderse que el reconocimiento de estos años adicionales
surten todos los efectos legales para fines pensionarios.
7. Por otro lado, por Resolución 05721-2001/ONP-DC-20530 de 27 de junio de 2001, la ONP
declaró procedente mi solicitud de reconocimiento de derecho de pensión de cesantía formulada
por el peticionante, además de reconocer el derecho a pensión definitiva de cesantía NO
NIVELABLE al peticionante, la cual deberá ser regulada en base a 19 años, 09 meses y 28 días
de labores prestadas al Estado.
8. Sin embargo, no se consideró mi derecho al reconocimiento extraordinario de tres (3) años
adicionales de tiempo de servicios a mis 19 años, 09 meses y 28 días de servicios ya reconocidos.
Derecho que tiene el carácter de irrenunciable por tener naturaleza laboral conforme a la
Constitución.
9. En ninguna parte de la Resolución 05721-2001/ONP-DC-20530, se ha considerado los
incentivos que me corresponde según el Decreto Supremo 004-91-PCM y Decreto Supremo 036-
91-PCM, razón por la cual corresponde se me reconozcan estos años de servicios por incentivos.
217
c.2 Por Resolución Directoral Regional 284-91-GRA/SRAI-DRV de 10-041991 expedida por la
Dirección Regional de Vialidad, se cesó al recurrente, con el cargo de Topógrafo I, Nivel STC,
a partir del 09 de marzo de 1991.
La Resolución 284-91, en su artículo 1 resuelve “ACEPTAR LA RENUNCIA presentada por
don EMILIO JARA CONDORI nivel remunerativo STC en el cargo de TOPOGRAFO I de la
Dirección Regional de Vialidad, de la Secretaría Regional de Asuntos de Infraestructura,
quedando comprendido en el Régimen de Pensiones del Decreto Ley 20530, la misma que
deberá tener efectividad a partir de la fecha en la que se le abone el pago de su
Compensación de Tiempo de Servicios, incentivos y otros beneficios que pudiera
corresponderle.” (el subrayado es nuestro).
Es así que se dispuso abonarme los incentivos que me correspondieran de acuerdo a ley.
c.3 Dentro de este contexto, el Artículo 3, inciso 2 del Decreto Supremo 004-91-PCM establece
que:
Para el personal sujeto al Régimen de Pensiones del Decreto Ley 20530 que al 01 de enero
de 1991 cumpla con menos de 22 años de servicios prestados al Estado se le otorgará como
incentivo un “reconocimiento extraordinario de tres (3) años adicional al tiempo de servicios
prestados al Estado”.
c.4 Ahora bien, conforme a ley deberá entenderse que el reconocimiento de estos años
adicionales surten todos los efectos legales para fines pensionarios.
c.5 Por otro lado, por Resolución .............../ONP-DC-20530 ..............., la ONP declaró
procedente mi solicitud de reconocimiento de derecho de pensión de cesantía formulada
por el peticionante, además de reconocer el derecho a pensión definitiva de cesantía NO
NIVELABLE al peticionante, la cual deberá ser regulada en base a 19 años, 09 meses y 28
días de labores prestadas al Estado.
c.6 Sin embargo, no se consideró mi derecho al reconocimiento extraordinario de tres (3) años
adicionales de tiempo de servicios a mis 19 años, 09 meses y 28 días de servicios ya
reconocidos. Derecho que tiene el carácter irrenunciable por tener naturaleza laboral
conforme a la Constitución.
c.7 Es por estos fundamentos que solicito, por tratarse de derechos pensionarios que tienen el
carácter de alimenticios, se me reconozcan estos tres años por incentivos y se emita nueva
resolución administrativa que me otorgue pensión definitiva de cesantía NIVELABLE en
base a 22 años, 09 meses y 28 días de prestación de servicios. (No está demás señalar que
conforme al Decreto Ley 20530 para adquirir el derecho a pensión de cesantía nivelable se
requiere haber prestado 20 años de servicios prestados al Estado).
218
reconsiderar). Sólo se puede calificar recursos. La autoridad administrativa contraviene el
principio de legalidad por el cual toda autoridad administrativa debe actuar conforme a la
ley.
2.3 Contraviene Reglamentos.- Ya que como lo viene solicitando el demandante, se desconoce
la aplicación de los Decretos Supremos 004-91-PCM y 036-91-PCM, que reconocen
incentivos al demandante.
2.4 No cuenta con el requisito de Motivación.- Por cuanto el acto administrativo materia de
impugnación considera erróneamente que “el pedido del administrado contenido en su
solicitud es un acto administrativo conducente a producir efectos jurídicos sobre sus
intereses y derechos” (el subrayado es nuestro). De esta manera, no se puede motivar un
acto administrativo en una noción errada del mismo. Los actos administrativos sólo son
emitidos por órganos administrativos, por la Administración Pública. Asimismo, la
motivación resulta insuficiente y defectuosa como se podrá apreciar en los anexos.
Es en razón de estos fundamentos que corresponde se declare la nulidad del acto administrativo
materia de impugnación vía contencioso-administrativa, y se disponga el reconocimiento de los
incentivos que solicito, y se disponga la emisión de resolución que me otorgue pensión de cesantía
nivelable.
219
6. Copia Certificada de la Resolución Gerencial Regional ...............GRA/PR-GGR-GRI que es
materia de nulidad en el presente proceso y da por agotada la vía administrativa.
7. Copia Certificada de la Resolución Directoral Regional 284-91-GRA/SRAI-DRV, por la que se
señala que me encuentro comprendido bajo los alcances del Decreto Ley 20530 y se señala se
me abone los incentivos y beneficios que pudieran corresponderme.
8. Copia certificada de la Resolución .............../ONP-DC-20530 de ............... por la que se me
otorga pensión de cesantía no nivelable. Asimismo, en tal resolución se podrá verificar que no
se ha considerado los incentivos que solicito, conforme al Decreto Supremo 004-91-PCM.
VIII. ANEXOS
1-A. Copia Certificada de mi Solicitud en Interés Particular de ...............
1-B. Copia Certificada de la Resolución Directoral Regional 166-2004-GRA/PR-DIRTC.
1-C. Copia Certificada de mi Recurso Administrativo de Apelación de ...............
1-D. Copia Certificada de mi Recurso Administrativo de Apelación de ...............
1-E. Copia Certificada de mi escrito de ...............
1-F. Copia Certificada de la Resolución Gerencial Regional ..................GRA/PR-GGR-GRI.
1-G. Copia Certificada de la Resolución Directoral Regional ...............GRA/SRAI-DRV.
1-H. Copia Certificada de la Resolución .............../ONP-DC-20530 de ...............
1-I. Copia Certificada de mi DNI.
POR LO EXPUESTO:
A usted pido admitir a trámite la presente demanda contencioso-administrativa.
PRIMER OTROSI.- Conforme al art. 17 de la Ley 27584 – TUO D.S. 011-2019-JUS me reservo
mi derecho de ampliar mi demanda.
SEGUNDO OTROSI.- En atención al Art. 24 del Texto Unico Ordenado de la Ley Orgánica del
Poder Judicial estoy exento del pago de tasas judiciales, ya que se están ventilando derechos
pensionarios. En este sentido, su Despacho sólo es competente por razón de función y no por razón
de materia, por lo que corresponde se me exonere del pago de tasas judiciales.
TERCER OTROSI.- De conformidad con el artículo 23 de la Ley 27584 – TUO D.S. 011-2019-
JUS, solicito se ordene a la entidad administrativa demandada remita el expediente administrativo
relacionado con la actuación impugnable.
CUARTO OTROSI.- Conforme a lo establecido en el Art. 74 y demás pertinentes del C.P.C solicito
a Ud. se sirva autorizar al Sr. JOSE MARIA PACORI CARI, Sr. ADALID NIMER PUMALLA ALVIZ, la Srta.
LOURDES LORENA QUIROZ ORTIZ y la Srta. SANDRA SATURNINA CUEVA CALLO para que puedan
recibir notificaciones y asimismo revisar el expediente las veces que resulte necesario.
Arequipa, ..............................
220
MODELO N° 115
EXP. :
ESP. :
ESC. : 01-2012
II. PETITORIO
COMO PRETENSIÓN PRINCIPAL, interpongo demanda contencioso-administrativa con la
finalidad de que se declare la nulidad total de la RESOLUCION GERENCIAL REGIONAL
...............GRA/PE-GGR-GRDS.
221
a. El demandante no percibió dos remuneraciones a cargo del Estado (ni mucho menos las
percibió al mismo tiempo). No percibió dos remuneraciones a cargo del Estado por cuanto
mientras prestaba servicios para PROVIAS NACIONAL, el demandante contaba con licencia
SIN GOCE DE REMUNERACIONES.
En este punto se puede verificar que el demandante no ha transgredido el espíritu del Art.
139 del D.S. 005-90-PCM, por cuanto no ha percibido dos remuneraciones a cargo del
Estado (ni sucesiva ni simultáneamente).
b. El demandante, como consecuencia de la licencia sin goce de remuneraciones, dejó de
desempeñar sus labores para la DIRECCION REGIONAL DE TRANSPORTES, COMUNICACIONES,
VIVIENDA Y CONSTRUCCION DEL GOBIERNO REGIONAL DE AREQUIPA y desempeñó labores en
PROVIAS NACIONAL, como se puede verificar, tampoco realicé simultáneamente el
desempeño de funciones, ni mucho menos se puede afirmar que el demandante se ha
desempeñado en dos entidades del Estado, por cuanto, en mérito de la Licencia sin goce de
remuneraciones obtenida, cesó su desempeño para la DIRECCION REGIONAL antes
mencionada. No existió un desempeño simultáneo de labores.
5. Es decir que en ningún momento se ha transgredido el artículo 139 del D.S. 005-90-PCM, por
cuanto dicha norma lo que prohíbe es la percepción simultánea de dos remuneraciones por
parte del Estado y el desempeño simultáneo de dos empleos públicos
VIII. ANEXO
1-A. Copia certificada de la RESOLUCION GERENCIAL REGIONAL ...............GRA/PE-GGR-GRDS que
da por agotada la vía administrativa.
1-B. Copia de mi DNI.
POR LO EXPUESTO:
A usted pido admitir a trámite la presente demanda.
222
MODELO N° 116
EXP. :
ESP. :
CUA. : Principal
ESC. : 01-2002
II. PETITORIO
1. Solicito se declare la nulidad de la Res. ............... por infringir lo establecido en el Art. 26 del
D. Leg. 276 y por carecer de los requisitos de validez de contenido, motivación y procedimiento
regular.
2. Como consecuencia de la nulidad, solicito se deje sin efecto la sanción disciplinaria impuesta
indebida e ilegalmente al recurrente y se disponga el pago de las remuneraciones que dejé de
percibir por el periodo de suspensión ilegal por 45 días, así como que se me abonen los
correspondientes intereses legales en aplicación de la Ley 25920.
223
4. Frente a las imputaciones antes mencionadas presenté mis descargos de ley correspondientes,
levantando de pleno derecho todas y cada una de las imputaciones efectuadas, ya que demostré
que no hubo sobrevaloración de precios de tubos de drenaje y pagos indebidos de horas de
mezcladoras, sin embargo por Res. ..............., se resolvió aplicárseme una sanción de CESE
TEMPORAL sin goce de remuneraciones hasta por 3 meses.
5. Frente a esta resolución y haciendo uso de mi derecho de contradicción es que procedí al uso
de recursos impugnativos, a través de mi recurso de reconsideración de 06-03-12, asimismo
solicité el otorgamiento de medida cautelar el 13 de marzo de 2012 a fin de suspender los efectos
de la Resolución 135-2012, medida cautelar que fue concedida con la RPR N° ...............
6. Asimismo, a fin de ejercer mi derecho de defensa es que el 20 de marzo de 2012 presenté nueva
prueba instrumental que acredita la veracidad de mis afirmaciones, a fin de que la autoridad
administrativa pueda formar convicción indubitable de mi conducta laboral correcta.
7. Pese a todo ello, la Región Arequipa emite la Res. ............... que declara fundado en parte mi
recurso de reconsideración, y modificando el Artículo 2 de la Res. ..............., dispone la
suspensión por el término de 45 días sin goce de remuneraciones del recurrente.
A) DE LA INFRACCIÓN AL ART. 26 DEL DECRETO LEGISLATIVO 276 Y EL ART.155 DEL D.S.
005-90-PCM
1. La resolución materia de nulidad, está incursa en la causal de nulidad establecida en el inc. 1
del Art. 10 de la Ley 27444, pues en forma manifiesta contraviene el art. 26 del D. Leg. 276 al
disponer una suspensión de 45 días, siendo el máximo establecido por la ley el de 30 días.
2. Asimismo, al realizar la referida actuación administrativa se atenta contra el principio de
legalidad establecido en el Art. IV, numeral 1.1 de la Ley 27444 por el cual las autoridades
administrativas deben actuar con respeto a la Constitución, la ley y al derecho.
B) DE LA OMISION DE REQUISITOS DE VALIDEZ DEL ACTO ADMINISTRATIVO
1. La Res. materia de nulidad está incursa, también en la causal de nulidad establecida en el inc.
2 del Art. 10 de la Ley 27444 referida al defecto u omisión de alguno de los requisitos de validez
del acto administrativo, los cuales están contemplados en el Art. 3 de la Ley 27444, por los
siguientes motivos:
1.1 Por carecer de objeto o contenido, puesto que:
a) De los considerandos 8), 9) y 10) se tiene que el recurrente ha acreditado sus afirmaciones
esgrimidas como defensa en cuanto a la imputación referida a los costos de alquiler de
mezcladora antes referido, sin embargo en su considerando 10) se habla de una atenuación
de responsabilidad, y no , como debería ser, de una exención de responsabilidad.
b) De los considerandos 11), 12) y 13) se señala que respecto a la segunda imputación «el
recurrente logra acreditar lo argumentado…”.
c) Del considerando 14, se tiene que a pesar de que el recurrente ha acreditado sus
argumentos de defensa y que no le alcanza ninguna responsabilidad administrativa, la
administración no lo exime de responsabilidad, sino que, en forma errónea, atenúa la
responsabilidad, estableciendo, en forma ilegal una nueva imputación: la emisión de los
informes previos necesarios para informar. (Es prohibido procesar y sancionar por cargos
distintos, ya que de esta forma se viola el debido proceso y el derecho a la defensa).
d) De lo anterior, tenemos que existe un defecto en el contenido u objeto del acto
administrativo, toda vez que no comprende las cuestiones de hecho y de derecho planteadas
por los administrados, involucrando otras no propuestas, sin la posibilidad de aportar
pruebas a su favor respecto a este nuevo hecho.
1.2 Por carencia de una motivación debida:
Al establecer que se ha logrado acreditar los argumentos de defensa del recurrente se debió
eximirlo de toda responsabilidad y por ende disponer la nulidad de la sanción
administrativa impuesta, esto hace evidente que no existe una conexión lógica entre la parte
considerativa y la parte resolutiva de la Resolución materia de nulidad.
224
1.3 Por la omisión de un Procedimiento Regular:
a) Este requisito se encuentra relacionado con el principio del debido procedimiento, por el
cual se debe conceder al administrado la facultad de defenderse y de ofrecer pruebas.
b) Al imputársele al recurrente una nueva imputación no establecida previamente en el
procedimiento administrativo disciplinario, se le priva de su derecho de defensa y de ofrecer
pruebas para desmentir tales afirmaciones.
C) RESPECTO A LA NUEVA IMPUTACIÓN
Es un acto arbitrario e ilegal, por cuanto transgrede normas de carácter imperativo, lo cual es
una causal de nulidad del acto administrativo:
a) Transgrede el Art. 168 del D.S. 005-90-PCM, ya que es derecho del servidor procesado presentar
el descargo y las pruebas que crea conveniente en su defensa, para lo cual tomará conocimiento
de los antecedentes que dan lugar al proceso.
b) El art. 254.1, num. 3 de la Ley 27444 – TUO D.S. 004-2019-JUS, por el cual a los administrados
se les debe notificar los hechos que se le imputen a título de cargo, la calificación de las
infracciones que tales hechos pueden construir.
c) El art. 258, numeral 258.1 de la Ley 27444 – TUO D.S. 004-2019-JUS por el que en la
resolución que ponga fin al procedimiento no se podrán aceptar hechos distintos de los
determinados en el curso de los procedimientos.
225
2. Mi recurso de reconsideración de ............... con el cual impugno la Resolución ...............
3. La Res. N° ............... en la cual se dispone mi cese temporal sin goce de remuneraciones hasta
por tres meses.
4. La Res. ...............-CTAR/PE por la cual se me instaura Proceso administrativo disciplinario.
5. El Expediente Administrativo en el que el recurrente es parte, en el cual se puede verificar todas
las pruebas y escritos que presenté a fin de demostrar mi falta de responsabilidad.
6. Mi escrito de nueva prueba instrumental, en el cual se puede observar claramente que con la
presentación de dichas pruebas no me alcance responsabilidad administrativa alguna.
X. ANEXOS
1-A. Copia simple de mi documento de identidad.
1-B. Copia de la Res. N° ............... que agota la vía administrativa.
1-C. Copia de mi recurso de reconsideración de ...............
1-D. Copia de mi escrito de medida cautelar de ...............
1-E. Copia de mi escrito de ............... con el que adjunto nueva prueba instrumental.
1-F. Copia de la Res. N° ...............
1-G. Copia de la Res. N° ...............
POR LO EXPUESTO:
A Ud. pido dé el trámite correspondiente a la presente demanda conforme a los principios de
favorecimiento del proceso y de suplencia de oficio, conforme al art. 2 de la Ley 27584 – TUO D.S.
011-2019-JUS.
PRIMER OTROSI.- En atención a lo establecido en el Art. 17 de la Ley 27584 – TUO D.S. 011-
2019-JUS me reservo mi derecho de ampliar mi demanda.
SEGUNDO OTROSI.- Solicito que para mejor resolver se ordene la remisión del expediente
relacionado con la actuación impugnable a la Región Arequipa, y en caso de incumplimiento por
parte de la entidad se aplique lo dispuesto en el Art. 282 del CPC (Presunción o Conducta Procesal
de las Partes); además de la aplicación del art. 53 del CPC, según lo dispuesto en el Art. 33 de la
Ley 27584 – TUO D.S. 011-2019-JUS, sobre la obligación de colaboración por parte de la
Administración.
Arequipa, ..............................
______________
(*) En relación a la competencia funcional. Uno de los requisitos de la demanda conforme al art. 424, inc. 1 es la designación
del Juez ante quien se interpone la demanda. En este sentido, la Ley 27584, en su art. 9 señaló que en primera instancia
es competente para conocer el proceso contencioso administrativo el Juez Especializado, en lo contencioso
administrativo, y de no existir éste, el Juez que conoce de los asuntos civiles. Posteriormente, se da la Ley 27709
publicada el 26-04-02, por la que se modifica el art. 9 de la Ley 27584, señalándose que cuando se trate de impugnación
a resoluciones expedidas por el Banco Central de Reserva, Superintendencia de Banca y Seguros, Tribunal Fiscal,
Tribunal de INDECOPI, Tribunal de CONSUCODE, Consejo de Minería, Tribunal Registral y Tribunal de Organismos
Reguladores es competente en primera instancia la Sala Contencioso-Administrativa de la Corte Superior respectiva, y
donde no existe esta Sala conocerá la Sala Civil correspondiente.
226
MODELO N° 117
SEC. :
EXP. : Nº
CUA. : Principal
ESC. : 01-2013
II. PETITORIO
COMO PRETENSION PRINCIPAL, interpongo demanda contencioso-administrativa con la
finalidad de que se declare la nulidad total del acto administrativo contenido en la Resolución de
Alcaldía 712-2012 de 20-09-2012 que ilegalmente desconoce mis derechos y como consecuencia:
1. Como Primera Pretensión Accesoria, solicito se me reconozca mi derecho a percibir una pensión
de cesantía nivelable hasta el 01-01-05, (en que se derogó la Ley 23495), en el cargo de Gerente
General de Servicios Comunales y nivel remunerativo F-3 (cargo y nivel en el que cesé).
2. Como Segunda Pretensión Accesoria, solicito que, conforme al Acta de Comisión Paritaria de
11-12-2003 aprobada por Resolución de Alcaldía ..............., MPA, se me paguen los reintegros
que por diferencia de pago diminuto de pensiones nivelables me corresponden desde el 01-01-
2011 hasta la fecha respectiva.
3. Como Tercera Pretensión Accesoria, solicito se me abone los intereses legales que se hubieren
generado, con inclusión de los intereses moratorios y compensatorios, por los reintegros que
no se me abonaron en su debida oportunidad.
227
5. En este sentido, al derivar mi derecho a una pensión de cesantía nivelable de un acto
administrativo firme (cosa decidida) corresponde se disponga el reconocimiento de mi derecho
a una pensión de cesantía nivelable por cuanto ésta es mi situación jurídica existente al
momento actual. (Dicha nivelación debe realizarse hasta la fecha en la que se emitió la ley que
prohíbe la nivelación de pensiones).
6. Tal reconocimiento debe realizarse hasta la fecha en que fue derogada la Ley 23495 -Ley de
Nivelación de Pensiones-, puesto que hasta esta fecha existía la nivelación de pensiones.
7. Por otro lado, con fecha ............... se firmó el Acta de la Comisión Paritaria, en la que en el
punto 1 Demandas Económicas; Pedido 1.1, tercer párrafo, se acordó:
“Los Funcionarios y/o Directivos en General, incluso los de Carrera percibirán un Incentivo
Económico por Productividad según la siguiente Escala: (…) – Funcionarios y/o Directivos con
Nivel Remunerativo F3 S/. 650.00 (…)”.
8. Los pagos anteriormente mencionados se han efectuado a los trabajadores activos de la
Municipalidad Provincial de Arequipa, desde el ..............., conforme aparece del Primer
Acuerdo: «(…) Se Acordo que en el Ejercicio del 2004 a los Servidores Sindicalizados se les
Otorgara por Productividad una Bonificación Especial (…)».
9. El no abono oportuno del concepto de productividad que me corresponde por el Acta de
Comisión Paritaria antes referida desde el 01-01-2004, ha producido una diferencia entre las
pensiones que debí percibir y las que, en forma diminuta, estuve percibiendo.
10. En este sentido, se justifica mi pedido de reintegros por diferencia de pensiones que me
corresponden, a fin de que se me abone el dinero que por productividad me correspondía.
11. Por otro lado, los intereses legales que se solicitan implican el pago de los intereses moratorios
y compensatorios, por cuanto el dinero que dejé de percibir en su momento me hubiera
generado más riqueza de habérseme otorgado.
12. De esta manera, se justifica mi pedido de intereses legales.
228
6. La Resolución de Alcaldía ............... de ............... con la cual se da por agotada la vía
administrativa por no existir superior jerárquico al Alcalde de la Municipalidad Provincial de
Arequipa.
VIII. ANEXO
1-A. Copia de mi DNI ...............
1-B. Copia certificada de las Resoluciones Administrativas que aceptan mi renuncia y que
reconocen que son de abono de la demandante 29 años, 10 meses y 17 días de servicios
prestados al Estado.
1-C. Copia certificada del Acta de Comisión Paritaria de ............... y la Resolución de Alcaldía
...............MPA de ............... (que aprueba el Acta de Comisión Paritaria).
1-D. Copia certificada de mis Boletas de Pago en las que se podrá verificar que no se me ha abonado
el concepto de productividad antes mencionado.
1-E. Copia fedateada de mi Solicitud de ............... sobre otorgamiento de pensión nivelada y pago
de reintegros.
1-F. Copia fedateada de mi Recurso de Apelación de ............... en contra de la denegatoria tácita
de mi solicitud antes mencionada.
1-G. Copia fedateada de la Resolución de Alcaldía ............... de ............... con la cual expresamente
se da por agotada la vía administrativa.
POR LO EXPUESTO:
A USTED.- Pido admitir a trámite la demanda interpuesta.
PRIMER OTROSI.- De conformidad con el artículo 17 de la Ley 27584 – TUO D.S. 011-2019-
JUS, me reservo mi derecho de ampliar mi demanda.
229
MODELO N° 118
SEC. :
EXP. : Nº
CUA. : Principal
ESC. : 01-2006
II. PETITORIO
Como Pretensión Principal, interpongo demanda contencioso-administrativa con la finalidad de
que se declare la nulidad total de la Resolución Gerencial Regional 300-2005-GRA/PE-GGR-GRDS
por carecer del requisito de Competencia.
230
VII. MEDIOS PROBATORIOS
1. Copia de la Resolución Gerencial Regional 300-...............gra/pe-ggr-grds que da por agotada la
vía administrativa y que es materia de cuestionamiento en el presente proceso contencioso
administrativo (Conforme a la Ley 27584 – TUO D.S. 011-2019-JUS este es un Requisito
especial de la Demanda).
2. Copia de mi DNI.
VIII. ANEXO
1-A. Copia de la Resolución Gerencial Regional 300-...............GRA/PE-GGR-GRDS que da por
agotada la vía administrativa.
1-B. Copia de mi DNI.
POR LO EXPUESTO:
A usted pido admitir a trámite la presente demanda.
PRIMER OTROSI.- De conformidad con el artículo 17 de la Ley 27584 – TUO D.S. 011-2019-
JUS, me reservo mi derecho de ampliar mi demanda.
231
MODELO N° 119
SEC. :
EXP. : Nº
CUA. : Principal
ESC. : 01-2013
II. PETITORIO
1. Como Primera Pretensión Principal, interpongo demanda contencioso-administrativa con la
finalidad de que se Declare la Nulidad Total del acto administrativo contenido en la Resolución
de Gerencia Central 135-GCRH-ESSALUD-2012 de 08-02-2012 por contravenir normas de
orden constitucional y se me reconozca mi derecho a una pensión de cesantía nivelable sin
imposición de tope alguno.
2. Como Segunda Pretensión Principal, de conformidad con el art. 7 de la Ley 27584 – TUO D.S.
011-2019-JUS solicito se realice el control difuso de constitucionalidad y se declare inaplicable
a mi caso lo dispuesto en la Ley 28047 y se reconozca el derecho del recurrente a una pensión
de cesantía nivelable sin imposición de tope alguno.
232
nivelable, esto es, a partir de que el accionante cumplió con 20 años de servicios prestados al
Estado.
6. De la interpretación sistemática por ubicación de la norma se tiene que el trabajador
comprendido en el Decreto Ley Nº 20530, adquiere el derecho a pensión desde el momento en
que se cumple quince años de servicios al Estado por ser varón y adquiere el derecho a una
pensión de cesantía nivelable al cumplir 20 años de servicios prestados al Estado.
7. Que la teoría de los derechos adquiridos, vigente a la fecha de la generación del derecho del
accionante (Cese o contingencia el 01-04-11) a una pensión de cesantía nivelable y aplicable en
materia pensionaria, se encuentra reconocida en la actual Constitución Política del Estado,
dentro de la Primera Disposición Transitoria y Final que a la letra dice: «Los nuevos regímenes
sociales obligatorios, que sobre materia de pensiones de los trabajadores públicos, se
establezcan, no afectan los derechos legalmente obtenidos, en particular el correspondiente a
los regímenes de los decretos leyes 19990 y 20530 y sus modificatorias».
8. Este principio se aplica a los casos de sucesión normativa peyorativa o de derogación de una
norma a cuyo amparo se obtuvo una condición beneficiosa que la establecida o suprimida por
una norma posterior y consiste en que el titular del derecho o beneficio adquirido en virtud de
la norma derogada, lo conservará, no siéndole aplicable la norma posterior peyorativa o menos
beneficiosa. Estos beneficios tienen efectos ultractivos para dichos pensionistas, siendo por ello,
aplicables para todo lo concerniente al contenido, alcances y en general el ejercicio de aquel
derecho.
9. En consecuencia la aplicación de la Ley Nº 28047, como un rubro más para la determinación
del derecho a pensión definitiva de cesantía nivelable, resulta inconstitucional su aplicación
para mi caso específico, por cuanto se estaría restringiendo la vigencia de mi derecho a una
pensión de cesantía nivelable.
10. En el presente caso la Ley 28047 de fecha 31 de julio del 2010, al establecer topes a mi pensión
de cesantía nivelable desconoce la naturaleza fundamental de mi derecho y contraviniendo la
Primera Disposición Final y Transitoria de la Constitución de 1993, vigente al momento de la
generación de mi derecho y vigente al momento de la emisión de la resolución que me otorga la
pensión.
11. La Ley Nº 28047 que fue promulgada el 30 de julio de 2010 en su artículo 2 establece un monto
máximo de pensiones: “El monto máximo de pensiones derivadas del régimen provisional del
Decreto Ley Nº 20530, que se generen a partir del 1 de agosto de 2012, no podrán exceder de 1
UIT”.
12. Esta Ley es inconstitucional en ese artículo porque al imponer topes a mi pensión está
desconociendo la existencia del derecho del accionante a una pensión de cesantía nivelable.
La aplicación a mi caso de la mencionada norma es inconstitucional por cuanto la ley cuyo
control difuso se solicita contraviene la Primera Disposición Final y Transitoria de la Constitución
de 1993 (vigente en ese entonces).
233
tiempo por la cual no se puede aplicar a situaciones jurídicas existentes normas emitidas con
posterioridad a ellas, sin perjuicio del principio de irrenunciabilidad de los derechos laborales.
VIII. ANEXOS
1-A. Copia fedateada de la resolución de Gerencia de Administración Nº 047-RAAR-ESSALUD-2011.
1-B. Copia fedateada de la Resolución 401-DP-GA-RAAR-ESSALUD-2004.
1-C. Copia fedateada de mi recurso de reconsideración.
1-D. Copia fedateada de la Resolución Jefatural 622-ORH-GA-RAAR-ESSALUD-2011.
1-E. Copia fedateada de mi recurso de apelación administrativa.
1-F. Copia fedateada de la Resolución de Gerencia Administrativa 1627-GA-RAAR-ESSALUD-2011.
1-G. Copia fedateada de mi recurso de revisión.
1-H. Copia fedateada de la Resolución de Gerencia Central 135-GCRH-ESSALUD-2012.
1-I. Copia fedateada del Acta de Acuerdos entre ESSALUD y AMSSOP.
1-J. Copia fedateada de la Boleta de Pago de febrero de 2012 del accionante.
1-K. Copia de mi DNI.
POR LO EXPUESTO:
A Ud. pido admita a trámite la presente demanda y dé por ofrecidos mis medios probatorios.
OTROSI.- De conformidad con el artículo 16 de la Ley 27584, me reservo mi derecho de ampliar
mi demanda.
Arequipa, 13 de mayo de 2013
234
MODELO N° 120
SEC. :
EXP. : Nº
CUA. : Principal
ESC. : 01-...............
II. PETITORIO
Interpongo demanda contencioso-administrativa a fin de que la demandada cumpla con hacer
efectivo el pago por concepto Reintegro Gratificación de Tres Remuneraciones Totales de Subsidio
por Luto por la Muerte del Titular a favor de Ex Pensionista Administrativo de la UGEL-AN-
CARCAMO PORTUGAL ROSA ANGELICA, ascendiente a la Suma de S/. 1,897.56 Nuevos Soles
dispuesto, actuación administrativa que se encuentra obligada a realizar por mandato del acto
administrativo contenido en la Resolución Administrativa 04403-DREA-..............., de ...............,
235
3. En este sentido, por ser nuestra pretensión la contenida en el Art. 5 inc. 4 de la Ley 27584 –
TUO D.S. 011-2019-JUS, no nos es exigible el agotamiento de la vía administrativa de
conformidad con el artículo 20, inc. 2 de la Ley 27584 - TUO D.S. 011-2019-JUS.
4. Asimismo, hemos cumplido por reclamar el plazo de 15 días para que cumpla con lo dispuesto
en el mencionado acto administrativo sin que se haya realizado la actuación administrativa que
corresponde a la demandada por acto administrativo.
V. FUNDAMENTOS DE DERECHO
Conforme a lo dispuesto en el artículo 20, inciso 2 de la Ley 27584 – TUO D.S. 011-2019-JUS
hemos cumplido por reclamar por escrito el cumplimiento de la actuación omitida por mandato de
acto administrativo, cursando una Carta Notarial dirigida a la demandada a fin de que cumpla con
abonarme la suma que se me adeuda conforme a acto administrativo firme.
IX. ANEXOS
1-A. Copia de mi DNI.
1-B. Copia Certificada de la R.D. 04403-DREA-..............., de ...............
1-C. Carta Notarial dirigida a la Dirección del Programa Sectorial III Unidad de Gestión Educativa
Local Arequipa Norte (UGE NORTE) de 10-12-2004.
1-D. Carta Notarial dirigida a la Dirección del Programa Sectorial III Unidad de Gestión Educativa
Local Arequipa Norte (UGE NORTE) de 19-11-2004.
POR LO EXPUESTO:
A usted, pedimos admitir a trámite la presente demanda.
236
MODELO N° 121
SEC. :
EXP. : Nº
CUA. : Principal
ESC. : 01-2006
II. PETITORIO
Solicito se declare contraria a derecho y se disponga el cese de la construcción (actuaciones
materiales) de un Puente Peatonal en la Variante de Uchumayo Kilómetro 4, por cuanto dicha
construcción no se encuentra sustentada en acto administrativo.
V. VIA PROCEDIMENTAL
La presente debe tramitarse en la vía del PROCESO SUMARISIMO
237
VII. MEDIOS DE PRUEBA
1. Copia Certificada de la Ficha Registral ............... con lo que demuestro que soy propietario del
inmueble sobre el cual se viene construyendo un Puente Peatonal.
2. Copia certificada de mi solicitud a la demandada para que explique porqué construye en terreno
ajeno.
3. La inspección ocular que se realizará en el terreno en mención.
4. La exhibición del acto administrativo que sustenta la construcción aludida.
VIII. ANEXOS
1-A. Copia legible de mi DNI.
1-B. Copia Certificada de la Ficha Registral ...............
1-C. Copia certificada de mi solicitud a la demandada para que explique porqué construye en
terreno ajeno.
POR LO EXPUESTO:
A usted, pido admitir a trámite la presente demanda y dé por ofrecidos los medios de prueba.
238
MODELO N° 122
SEC. :
EXP. : Nº
CUA. : Principal
ESC. : 01-2013
II. PETITORIO
Interpongo demanda contencioso-administrativa, con la finalidad que se disponga que el
demandado la Dirección de Red de Salud Nº 2 Castilla Condesuyos La Unión, cumpla con otorgarme
la bonificación diferencial del 30% por zona rural y urbano marginal en base a mis remuneraciones
totales, otorgamiento al que se encuentra obligado conforme a lo dispuesto en el Art. 184 de la Ley
Nº 25303.
239
4. De las normas señaladas anteriormente se tiene que la bonificación diferencial por zona rural
y urbano marginal debe otorgarse a los trabajadores, en base al 30% de la remuneración total,
como expresamente se establece en las mismas.
5. Como se tiene mencionado la Dirección de Red de Salud Nº 2 Castilla Condesuyos La Unión se
encuentra catalogada como zona rural y urbano marginal, por tanto corresponde se me abone
la bonificación diferencial del 30% en base a la remuneración total que percibo.
6. El demandado me está abonando la bonificación diferencial del 30% por zona rural y urbano
marginal, conforme aparece de mis boletas de pago (rubro Ley Nº 25303), pero incorrectamente
el cálculo no se hace en base a la remuneración íntegra, por tanto se me está abonando montos
diminutos (el cálculo se viene realizando conforme a mi remuneración total permanente y no
conforme a mi remuneración total).
7. Por este motivo, interpongo la presente demanda, con la finalidad de que se disponga que la
Dirección de Red de Salud Nº 2 Castilla Condesuyos La Unión me pague la bonificación
diferencial de 30%, la que deberá ser calculada en base a la remuneración total, así como se
me abone los reintegros desde el mes de Enero de 1991.
8. La aplicación del artículo 184 de la Ley Nº 25303, es obligatoria, y debe realizarse de oficio por
la administración pública.
9. Con fecha 5 de abril de 2012, presenté Carta Notarial a la Dirección de Red de Salud Nº 2
Castilla Condesuyos La Unión, en la que solicito se me abone la bonificación diferencial del 30%
por zona rural y urbano marginal en base a la remuneración íntegra, desde el año 1991.
10. Hasta la fecha la Dirección de Red de Salud Nº 2 Castilla Condesuyos La Unión no cumple con
ello, por lo que me veo en la necesidad de interponer la presente demanda.
V. FUNDAMENTOS DE DERECHO
1. Conforme a lo dispuesto en el artículo 18, inciso 2 de la Ley 27584 – TUO D.S. 011-2019-JUS
he cumplido por reclamar por escrito el cumplimiento de la actuación omitida por mandato de
la Ley, cursando una carta Notarial de fecha 05-04-2012 dirigida a la Dirección de Red de Salud
Nº 2 Castilla Condesuyos La Unión, a fin de que disponga se me abone la bonificación diferencial
del 30% por zona rural y urbano marginal en base a la remuneración íntegra, que hasta la fecha
no ha cumplido.
2. La Ley Nº 25303, Ley Anual de Presupuesto del Sector Público para el año 1991, estableció en
su artículo 184: «Otórgase al personal de funcionarios y servidores de salud pública que laboran
en zonas rurales y urbano marginales una bonificación diferencial mensual y equivalente al
30% de la remuneración total como compensación por condiciones excepcionales de trabajo, de
conformidad con el inciso b del artículo 52 del Decreto Legislativo Nº 276.
240
zona rural y urbano marginal en base de la remuneración íntegra, con lo que se ha agotado la
vía previa.
IX. ANEXOS
1-A. Copia de mi Documento Nacional de Identidad.
1-B. Copias Certificadas de mis Boletas de Pago.
1-C. Copia original de la Carta Notarial de 5 de abril de 2012, dirigida a la Dirección de Red Nro. 2
Castilla Condesuyos La Unión.
POR LO EXPUESTO
A Ud. pido admitir a trámite la presente demanda.
241
MODELO N° 123
SEC. :
EXP: : Nº
CUA. : Principal
ESC. : 01-...............
II. PETITORIO
Como pretensión principal, interpongo demanda contencioso-administrativa a fin de que se
declare la nulidad de la Resolución ............... que autoriza al Alcalde de la Municipalidad
demandada realice las actuaciones necesarias a fin de celebrar un contrato de compraventa de la
Zona de alto Selva Alegre destinada a preservar el sistema ecológico, y
Como pretensión accesoria, solicito se disponga que el Sr. Alcalde de la Municipalidad Provincial
de Arequipa se abstenga de realizar las actuaciones destinadas a la celebración del mencionado
contrato.
242
incurrido en causal de nulidad en el Acto Administrativo que autoriza la realización del contrato
de compraventa antes referido.
VIII. ANEXOS
1-A. Copia de mi DNI.
1-B. Copia fedateada de la Resolución ...............
1-C. Copia certificada de la ficha registral ............... de la Zona materia de Venta.
1-D. Copia certificada de la Resolución administrativa que me confiere representatividad para
demandar en el presente proceso.
1-E. Copia certificada del testimonio de Poder.
POR LO EXPUESTO:
A usted pido admitir a trámite la presente demanda y la declare fundada en su oportunidad.
PRIMER OTROSI.- Conforme al art. 17 de la Ley 27584 – TUO D.S. 011-2019-JUS me reservo
mi derecho de ampliar nuestra demanda.
243
MODELO Nº 124
SEC. :
EXP. : Nº
CUA. : Principal
ESC. : 01-2006
I. DEL DEMANDADO
La DIRECCION REGIONAL DE TRANSPORTES Y COMUNICACIONES DEL GOBIERNO
REGIONAL DE AREQUIPA, debidamente representado por el Dr. Limberg Talavera Argüelles con
domicilio real en Av. Guardia Civil 702 del distrito de Paucarpata.
II. PETITORIO
Solicito se disponga que la autoridad administrativa emita acto administrativo de
reconocimiento extraordinario de tres (3) años adicionales a mi tiempo de servicios prestados al
Estado, conforme a lo establecido en el artículo 3 del Decreto Supremo 004-91-PCM.
244
7. Por otro lado, por Resolución .............../ONP-DC-20530 de ............... la ONP declaró
procedente mi solicitud de reconocimiento de derecho de pensión de cesantía formulada por el
peticionante, además de reconocer el derecho a pensión definitiva de cesantía NO NIVELABLE
al peticionante, la cual deberá ser regulada en base a 19 años, 09 meses y 28 días de labores
prestadas al Estado.
8. Sin embargo, no se consideró mi derecho al reconocimiento extraordinario de tres (3) años
adicionales de tiempo de servicios a mis 19 años, 09 meses y 28 días de servicios ya reconocidos.
Derecho que tiene el carácter de irrenunciable por tener naturaleza laboral conforme a la
Constitución.
VIII. ANEXO
1-A. Copia Certificada de mi solicitud Particular de ...............
1-B. Copia Certificada de la Resolución Directoral 166-2004-GRA7PR-DIRTC.
1-C. Copia Certificada de mi Recurso Administrativo de Apelación de ...............
1-D. Copia Certificada de la Resolución Gerencial Regional ...............-GRA/PR-GGR-GRI.
1-E. Copia de mi DNI.
POR LO EXPUESTO:
A USTED.- Pido admitir a trámite la presente demanda contencioso-administrativa.
PRIMER OTROSI.- Conforme al artículo 17 de la Ley 27584 – TUO D.S. 011-2019-JUS, me
reservo mi derecho de ampliar mi demanda.
245
MODELO Nº 125
SEC. :
EXP. : Nº
CUA. : Principal
ESC. : 01-....................
II. PETITORIO
1. Como Pretensión Principal, interpongo demanda Contencioso-Administrativa a fin de que se
declare la nulidad de la Resolución ..............., por contravenir la Ley 27444 – TUO D.S. 004-
2019-JUS; y,
2. Como Sgunda Pretensión Accesoria, solicito se me otorgue la correspondiente indemnización
por daños y perjuicios derivados de responsabilidad patrimonial del Estado ocasionados por
ESSALUD a mi persona en la suma de:
1. Daño Moral S/. 1,500.00 nuevos soles.
2. Lucro Cesante S/. 16,000.00 nuevos soles.
3. Daño emergente S/. 3,000.00 nuevos soles.
TOTAL DE INDEMNIZACION: S/. 20,500.00 nuevos soles.
246
La ejecutoria recaía en mi proceso de Acción de Amparo, es prueba plena de que la autoridad
administrativa ha actuado en forma arbitraria ocasionando un grave perjuicio al recurrente,
puesto que se ha afectado sus derechos constitucionales tales como derecho al trabajo y a una
remuneración justa y equitativa.
5. Dentro de este contexto, debe tomarse en cuenta que al ser despedido en forma arbitraria
también se me privó ilegalmente de mi derecho a percibir un sueldo, sólo por CULPA de la
Institución; en este sentido procedí a pedir se me pague las remuneraciones que se me devengan
debido a la negligencia de la Administración Pública, sin embargo, dicho pedido ha sido
desestimado, lo cual me obliga a solicitar que la administración pública me indemnice de la
lesión que se me ha ocasionado sobre mi derecho constitucional a percibir una remuneración
justa y equitativa, daño causado como consecuencia del funcionamiento de la Administración
Pública.
Asimismo, debo señalar que por la Ejecutoria Nº 1873-93 emitida por la Corte Suprema de
Justicia de la República el 23/05/94, se dispone la reincorporación a mis labores, y con la Res. de
Gerencia Departamental de Arequipa Nº 511-GDA-IPSS-94 del 29/08/94, en cumplimiento de la
Ejecutoria de la Corte Suprema dispone REINCORPORAR al recurrente en su puesto de trabajo.
Documentos con los que pruebo que fui cesado en forma inconstitucional e ilegal, por lo que
corresponde que la administración pública me indemnice.
1.- Como se puede verificar mi solicitud fue para el pago de una indemnización por
responsabilidad patrimonial del Estado, sin embargo con el acto materia de nulidad se ha
desestimado tal pedido, razón por la cual en contra del mismo presente recurso administrativo de
apelación, el cual a la fecha ha sido resuelto por el acto administrativo que también se impugna por
medio de la presente.
Respecto a la responsabilidad de la administración pública; es de aplicación lo dispuesto en el
art. 260 de la Ley 27444 – TUO D.S. 004-2019-JUS que señala: Numeral 260.1 “Sin perjuicio de
las responsabilidades previstas en el derecho común y en las leyes especiales, las entidades son
patrimonialmente responsables frente a los administrados por los daños directos e inmediatos
causados por los actos de la administración o los servicios públicos directamente prestados por
aquéllas”, como lo he demostrado líneas arriba he sido afectado económicamente, así como daño
moral, y en mis derechos constitucionales, como el de percibir una remuneración justa y equitativa,
el derecho a un debido proceso. Numeral 260.4 “el daño alegado debe ser efectivo, valuable
económicamente e individualizado”, lo cual también se da en mi caso. Numeral 260.5 «La
indemnización comprende el daño directo e inmediato y las demás consecuencias que se deriven de
la acción u comisión generadora del daño, incluyendo el lucro cesante, el daño a la persona y el
daño moral”, por lo que el monto total de mi indemnización genera intereses legales desde el
momento de mi despido inconstitucional y arbitrario, esto es desde el 04 de Diciembre de 1999.
En este sentido, nuestro pedido de Indemnización ha sido realizado en concordancia con la Ley
27444 – TUO D.S. 004-2019-JUS por lo que es Materia Administrativa e implica la Revisión de mi
pedido en la Vía Contencioso-Administrativa.
247
VI. VIA PROCEDIMENTAL
Conforme a la Ley 27584 – TUO D.S. 011-2019-JUS, a la presente le corresponde la vía del
PROCESO ESPECIAL.
VIII. ANEXOS
1-A Copia de mi DNI.
1-B Copia de mi solicitud.
1-C Copia de mi recurso de apelación.
1-D Copia de la Resolución ...............
POR LO EXPUESTO:
A Ud. pido dar a la presente demanda el trámite que le corresponde.
PRIMER OTROSI.- Conforme a lo previsto en el art. 17 de la Ley 27584 – TUO D.S. 011-2019-
JUS, me reservo mi derecho de ampliar mi demanda de producirse nuevos hechos.
248
MODELO Nº 126
SEC. :
EXP. : Nº
CUA. : Principal
ESC. : 01-2013
II. PETITORIO
Solicito se disponga el restablecimiento de mi derecho a ostentar el cargo de Enfermera de la
Oficina de Capacitación del Hospital Honorio Delgado Espinoza, respetando todos los derechos y
atribuciones derivados de tal cargo y otorgando las facilidades del caso por motivos de estudio.
249
departamento de Enfermería, por lo que se ha producido una actuación administrativa no
sustentada en ningún acto administrativo, lo que configura la existencia de abuso de
autoridad en el ejercicio de funciones por parte de los denunciados.
4.3 Es conveniente precisar que el hecho de estar laborando en la referida unidad obedece
inicialmente a la solicitud efectuada por mi persona para ser reasignada a la Unidad de
capacitación, en razón de estar bajo tratamiento médico con el diagnóstico «Lumbalgia
Crónica» tal como se puede acreditar con los respectivos documentos, enfermedad que he
adquirido en el desempeño laboral en la Unidad de Quemados donde me desempeñaba
anteriormente, situación hecha de conocimiento de la Dirección Ejecutiva, razón por la cual
se dispone la factibilidad de trabajar en dicha repartición.
4.4 Asimismo, la suscrita se encuentra laborando en la Unidad de Capacitación desde el 28-
02-1997, en mérito al Memorando Nº 006-97-DIR en el cual el Director Ejecutivo dispone
mi movilización a la Unidad de Capacitación, haciendo mención que se efectuará la
selección del personal para el desplazamiento definitivo a la Unidad de Capacitación.
Posteriormente el Concurso de Selección se llevó a cabo resultando la recurrente ganadora
del concurso en el año de 1997 tal como aparece del oficio Nº ...............-DIRSA7DG-
HRHD/DIR-DE, de fecha 28 de febrero de 1997.
5. Por todo lo anteriormente expuesto, considero que la actitud de parte del Director Ejecutivo de
Administración es un exceso en el desempeño de sus funciones y atribuciones conferidas, toda
vez que la Asignación de Funciones y el Desplazamiento por Rotación se efectúa por decisión
de la máxima autoridad administrativa del Hospital, esto es, el Director Ejecutivo del Hospital
Honorio Delgado.
V. VIA PROCEDIMENTAL
Por la naturaleza de la Pretensión no es cuantificable en dinero.
250
de permiso y cambio de turno. Opinión que no fue tomada en cuenta por el funcionario
denunciado.
9. Mi solicitud de permiso.
10. El aviso de convocatoria de enfermera a la Unidad de Capacitación. Con lo que pruebo que ante
una supuesta rotación por «necesidades de servicio» se convocó a otra enfermera para que ocupe
mi puesto.
11. El oficio 2286-2012-DP/ODA de 19-07-2012 y el Informe defensorial sobre investigación no
jurisdiccional llevada a cabo respecto de la queja formulada por la suscrita el 28-04-2012.
VII. ANEXOS
1-A. Copia legible de mi DNI.
1-B. Copia certificada del Oficio Nº 089-97-DIRSA.
1-C. Copia certificada del oficio Nº 025-2012-GRA/PR/DG-HRHD/DG-HRHD/DG-OEA-ORH.
1-D. Copia certificada de mi recurso de apelación presentado el 13-03-2012.
1-E. Copia certificada de mi escrito de solicitud de suspensión de actuaciones contrarias a derecho.
1-F. Copia certificada de la DECLARACION TESTIMONIAL de la Sra. LILIA TONE APAZA.
1-G. Copia certificada de HOJA DE REFERENCIA y CONSTANCIA DE HISTORIA CLINICA.
1-H. Copia certificada de mis escritos presentados a DEFENSORIA DEL PUEBLO, MINISTERIO
PUBLICO, GOBIERNO REGIONAL.
1-I. Copia certificada del OFICIO 066-2012 y el OFICIO 076-2012.
1-J. Copia certificada de mi solicitud de permiso.
1-K. Copia certificada del aviso de convocatoria de enfermera a la Unidad de Capacitación.
1-L. Copia certificada del OFICIO 176-2012.
1-LL.Copia certificada del OFICIO SEHHDA de 17 marzo de 2012.
1-M. Copia certificada de MEMORIAL firmado por trabajadores del HOSPITAL HONORIO DELGADO
ESPINOZA.
1-N. Copia certificada del OFICIO 86-2012.
1-Ñ. Copia certificada de la RESOLUCION DIRECTORAL 109-2005-GRA de 02 de mayo de 2012
que resuelve mi apelación y agota la vía administrativa.
POR LO EXPUESTO:
A usted, pido admitir a trámite la presente demanda y dé por ofrecidos los medios de prueba.
OTROSI.- De conformidad con el artículo 17 de la Ley 27584 – TUO D.S. 011-2019-JUS, me
reservo mi derecho de ampliar mi demanda.
251
MODELO Nº 127
SEC. :
EXP. : Nº
CUA. : Principal
ESC. : 01-...............
II. PETITORIO
Interpongo demanda contencioso-administrativa en contra de la denegatoria tácita que en
silencio administrativo negativo resolvió mi recurso de revisión de 06-09-2005 a fin de que se
disponga el pago de los reintegros que por pensiones de cesantía me corresponden desde febrero de
1997 (fecha en que entraron en vigencia las Resoluciones Supremas 018 y 019-97-EF/ hasta la
actualidad.
252
6. Conforme a la fecha de publicación de las Resoluciones Supremas 018 y 019-97-EF, éstas
entraron en vigencia en febrero de 1997 y es desde esta fecha desde la cual no se ha procedido
a pagar mi pensión conforme a lo que percibe un trabajador en actividad de mi mismo cargo y
categoría (además de que por sentencia judicial se ha reconocido que mi derecho al pago de las
bonificaciones establecidas en las Resoluciones Supremas 018 y 019-97-EF nace desde la
vigencia de las mismas, y, por lo tanto, desde tal fecha se debe proceder al pago de reintegros
por diferencia de las pensiones que debí percibir y las que percibí en forma diminuta).
7. Entonces al haberse declarado en sede judicial que la nivelación debió realizarse conforme a
las Resoluciones Supremas 018 y 019 DESDE SU VIGENCIA, se ha señalado que nuestro
derecho se ha generado desde febrero de 1997 (fecha en que entraron en vigencia las
resoluciones supremas antes mencionadas) y, por lo tanto, desde esta fecha debe procedérsenos
a pagar los correspondientes reintegros por diferencia de pensiones.
8. En este sentido, al no haberse pagado en la oportunidad debida las bonificaciones derivadas de
las Resoluciones Supremas 018 y 019-97-EF, se han producido montos dinerarios que en la
calidad de reintegros deben serme abonados desde febrero de 1997 hasta la actualidad (tales
reintegros estarán constituidos por la diferencia entre las pensiones que debí percibir y las
pensiones que, en forma reducida, se me venían otorgando).
253
8. La Pericia contable que deberá realizar un (1) perito contador, conforme al pliego que se adjunta
a la presente.
VIII. ANEXOS
1-A. Mi solicitud de ............... de pago de reintegros desde febrero de ............... hasta la actualidad.
1-B. Mi recurso de apelación administrativa de ............... en contra del silencio administrativo.
1-C. La RESOLUCION JEFATURAL 409-ORH-GA-RAAR-ESSALUD-..............., de ...............
1-D. Mi Recurso de Apelación Administrativa de ............... en contra de la antes citada resolución.
1-E. La RESOLUCION DE GERENCIA DE ADMINISTRACION 960-GA-RAAR.-ESSALUD de
...............
1-F. Mi Recurso Administrativo de Revisión de ............... en contra de la antes mencionada
resolución.
1-G. Pliego Abierto conforme al cual se realizará la pericia ordenada en autos.
1-H. Copia de mi DNI.
POR LO EXPUESTO:
A usted, pido admita a trámite la presente demanda.
PRIMER OTROSI.- De conformidad con el artículo 17 de la Ley 27584 – TUO D.S. 011-2019-
JUS, me reservo mi derecho de ampliar mi demanda.
254
MODELO Nº 128
SEC. :
EXP. : Nº
CUA. : Principal
ESC. : 01-2013
II. PETITORIO
Interpongo demanda contencioso-administrativa, a fin de que se declare la nulidad de la
Resolución 16-12-2012 que resuelve confirmar la Resolución de Oficina Zonal
2260140000356/SUNAT de 29-12-2011 que declara improcedente mi pedido de reparos al gasto
sustentado en las Facturas 001-002623 y 002-001080.
255
VII. MEDIOS PROBATORIOS
La Resolución 07719-4-2012 de 16-12-2012 que resuelve confirmar la Resolución de Oficina
Zonal 2260140000356/SUNAT de 29-12-2011 que declara improcedente mi pedido de reparos al
gasto sustentado en las Facturas 001-002623 y 002-001080.
IX. ANEXOS
1-A. Copia certificada de la Ficha registral de mi empresa y mis facultades para actuar en su
representación.
1-B. Mi Solicitud de reintegros por gastos en excesos realizados a la SUNAT.
1-C. Copia certificada de la resolución de Oficina Zonal 2260140000356/SUNAT de 29-12-2011
que declara nuevamente improcedente mi pedido de reparos al gasto.
1-D. Copia certificada de las Facturas 001-002623 y 002-001080.
1-E. Copia certificada de la Resolución 07719-4-2012 de 16-12-2012 del Tribunal Fiscal.
1-F. Copia de mi DNI.
POR LO EXPUESTO
A Ud. pido admitir a trámite la presente demanda.
PRIMER OTROSI.- De conformidad con el art. 17 de la Ley Nº 27584 – TUO D.S. 011-2019-JUS
me reservo mi derecho de ampliar la demanda.
256
MODELO N° 129
EXP. :
ESP. :
CUA. : Principal
ESC. : 01
II. PETITORIO
Solicito se ordene a la Oficina de Normalización Previsional emita resolución de pensión que me
reconozca el total de 30 años aportados como asegurado al Régimen del D.L. 19990, actuación a la
que se encuentra obligada por mandato de la Ley 27444 en sus Arts. IV, numeral 1.2; 84, incs. 2,
5, 6, 9; los Arts. 70 y 72, del D.L. 19990; los Arts. 53 y 54 del D. S. 011-74-TR y lo prescrito en la
Constitución en su Art. 2, inc 20.
257
correspondiente al silencio administrativo, por ser una omisión de la administración pública,
que se ordene a la Administración Pública la realización de una determinada actuación a la que
se encuentre obligada por mandato de la ley.
5. De esta manera, nuestro petitorio está dirigido a que se ordene a la ONP emita resolución que
me reconozca el total de 30 años de aportaciones al Régimen Pensionario del D.L 19990.
6. La ONP se encuentra obligada a la emisión de dicha resolución en atención al mandato expreso
de la ley:
6.1. El art. IV, numeral 1.2 de la Ley 27444, que prescribe acerca del debido procedimiento,
siendo derecho de los administrados el obtener una decisión motivada y fundada en
derecho, lo cual no ha realizado la ONP.
6.2. Asimismo, el artículo 2, inciso 20 de la Constitución establece que es derecho de las
personas el de formular, individual o colectivamente, por escrito ante la autoridad
competente, la que está obligada a dar al interesado una respuesta también por escrito
dentro del plazo legal, bajo responsabilidad, obligación que la ONP no ha cumplido hasta
la fecha.
7. Asimismo, debo señalar que en la Cuenta Individual del fenecido IPSS, que obra en el expediente
de la ONP, se me reconocen 17 años de aportaciones, por lo que sumado a los 13 años
anteriores, hago un total de 30 años aportados.
8. Conforme aparece en mi comprobante de pago que acompaño, solamente se me han reconocido
21 años de aportación.
9. Sin embargo, es mi derecho a que se me reconozca con la emisión de Resolución el íntegro de
años de aportación efectuados como asegurado obligatorio por haber trabajado como
dependiente.
258
8. El Certificado de trabajo suscrito por el administrador de la Oficina de Trabajo Marítimo de
Mollendo Matarani.
9. Mi expediente que obra en la ONP en el cual se podrá corroborar las pruebas que en forma
fehaciente acreditan mi total de 30 años de aportaciones, expediente que para mejor resolver
será remitido a su Despacho.
IX. ANEXOS
1-A. Copia simple de mi documento de identidad.
1-B. Mi solicitud de 22 de marzo de 2012.
1-C. Mi recurso de apelación de 22 de mayo de 2012.
1-D. Copia de la Notificación de 06 de mayo de 2012.
1-E. Copia legalizada de la Res. 00664-PJ-DRP-GRS-SSP-79.
1-F. Copia legalizada de la Constancia N° ...............ORCINEA-GAP-GCR-ESSALUD-2010.
1-G. Copia legalizada de mi carnet de identidad de postulante estibador.
1-H. Copia legalizada de la Constancia expedida por el representante de ..............., de fecha 10 de
setiembre de 1990.
1-I. Copia legalizada del Certificado de trabajo suscrito por el administrador de la Oficina de
Trabajo Marítimo de Mollendo Matarani de fecha 20 de diciembre de 1989.
1-J. Copia legalizada de la constancia suscrita por el administrador de la Agencia Marítima de
MARCARGO S.A. de fecha 02 de setiembre de 2010.
POR LO EXPUESTO:
A Ud. pido dé el trámite correspondiente a la presente demanda.
PRIMER OTROSI.- En atención a lo establecido en el Art. 17 de la Ley 27584 – TUO D.S. 011-
2019-JUS me reservo mi derecho de ampliar mi demanda hasta antes de la expedición de sentencia.
SEGUNDO OTROSI.- Solicito que para mejor resolver se ordene la remisión del expediente N°
02300070278 relacionado con la actuación impugnable a la ONP.
259
MODELO N° 130
EXP. : 2002-545
CUA. : Incidente
ESC. : 01
II. PETITORIO
De conformidad con la Ley 27584, solicito medida cautelar de innovar, consistente en que se
suspenda la ejecución de la sanción ilegal interpuesta al recurrente mediante Resolución
Presidencial Regional N° ............... a efecto de garantizar la eficacia de la decisión definitiva que se
resolverá en el expediente principal.
260
5. Es por estos motivos que resulta perfectamente verosímil el derecho invocado con la demanda
que se viene tramitando en su Juzgado.
VI. CONTRACAUTELA
Consideramos que debemos estar exonerados de presentar contracautela, toda vez que la
presente medida no podría causar ningún daño o perjuicio a la Región Arequipa, sin embargo si su
Despacho, fuera de diferente criterio, de conformidad con el Art. 613 del CPC y en mérito a la firma
legalizada del recurrente ofrecemos caución juratoria, para asegurar el pago de los daños y
perjuicios que pudiera ocasionar la ejecución de la medida solicitada.
VIII. ANEXOS
1-A. Copia simple de mi documento de identidad.
1-B. Copia legalizada de la Res. N° ............... que agota la vía administrativa.
1-C. Copia de la Sentencia del Tribunal Constitucional de ............... en el Exp. ...............
1-D. Copia de la demanda, sus anexos y de la Resolución que admite a trámite mi demanda.
POR LO EXPUESTO:
A Ud. pido se sirva conceder a la brevedad posible, la medida cautelar solicitada.
PRIMER OTROSI.- De conformidad con la Resolución Administrativa 033-2002-CE-PJ, las
personas naturales que soliciten medidas cautelares por una cuantía inferior a las 10 URP se
encuentran exoneradas del pago del arancel judicial.
261
MODELO N° 131
EXP. :
ESP. :
ESC. : 01-2010
GERARDO CASTILLO PEREZ, identificado con DNI Nº ..............., con domicilio en la Av.
..............., Distrito ..............., Provincia ..............., Departamento ..............., señalando
domicilio procesal en la Av. ............... Cercado-Arequipa, ante Ud., respetuosamente me
presento y digo:
262
COMO SEGUNDA PRETENSIÓN ACCESORIA
Se reconozca mi derecho a percibir los intereses legales generados desde febrero de 1997 hasta
el 14 de agosto del 2008, como consecuencia del no pago oportuno de mi pensión de cesantía
debidamente nivelada entre el periodo antes mencionado.
ACTUACION IMPUGNABLE DE CONFORMIDAD CON EL TUO DE LA LEY 27584 – D.S. 011-
2019-JUS, LEY QUE REGULA EL PROCESO CONTENCIOSO ADMINISTRATIVO
De conformidad con el artículo 4 del TUO de la Ley 27584 – D.S. 011-2019-JUS, son
actuaciones impugnables en este proceso las siguientes actuaciones administrativas:
1. Los actos administrativos.
2. El silencio administrativo, la inercia y cualquier otra omisión de la administración pública.
En el presente proceso se impugna el silencio administrativo que denegó mi recurso de revisión
de fecha ...............,
PRETENSIONES PROPONIBLES DE CONFORMIDAD CON EL TUO DE LA LEY 27584 – D.S.
011-2019-JUS, LEY QUE REGULA EL PROCESO CONTENCIOSO ADMINISTRATIVO
De conformidad con el artículo 5 del TUO de la Ley 27584 – D.S. 011-2019-JUS, en el Proceso
Contencioso Administrativo podrán plantearse pretensiones con el objeto de obtener lo siguiente:
1. La declaración de nulidad de actos administrativos.
2. El reconocimiento o restablecimiento del derecho o interés jurídicamente tutelado y la adopción
de las medidas o actos necesarios para tales fines.
FUNDAMENTACION FÁCTICA:
1. El recurrente es cesante de EsSalud, bajo el amparo del D. Ley 20530, es el caso que en el año
2002 me vi en la necesidad de interponer una demanda de amparo en contra de EsSalud con
la finalidad que de conformidad con la Ley 23495 proceda a nivelar mi pensión con un servidor
de mi mismo cargo, teniendo en consideración las Resoluciones Supremas 018 y 019-97-EF de
fecha 17 de febrero de 1997***, obteniendo la Sentencia de Primera Instancia Nº 093-2002
mediante la cual se declara fundada en parte mi demanda y se ordena a EsSalud cumpla con
pagarme mi pensión de cesantía nivelada teniendo en consideración las R.S. 018 y 019-97-EF,
siendo confirmada mediante la Sentencia de Vista Nº 023-2003.
2. En ejecución de sentencia, el Noveno Juzgado Civil ordenó a EsSalud abone a favor del
recurrente la suma de S/. 48 531, 33, por concepto de reintegros de pensión desde febrero de
1997 hasta diciembre del 2004, siendo el caso que con fecha 14 de agosto del 2009, EsSalud
procede a pagarme dicha cantidad mediante la planilla de pago.
3. Es en estas circunstancias que con ..............., se inició la vía administrativa correspondiente
mediante una solicitud de pago de intereses, a lo que la Administración Pública emite la
Resolución Jefatural Nº ..............., que declara improcedente mi solicitud, por lo cual se
procedió a interponer el recurso de apelación y revisión correspondientes, habiéndose denegado
siempre mi solicitud a través de silencios administrativos negativos.
FUNDAMENTACION JURIDICA:
4. La Constitución Política del Perú en la Segunda Disposición Final y Transitoria establece: «El
Estado garantiza el pago oportuno y el reajuste periódico de las pensiones que administra, con
arreglo a las previsiones presupuestarias que éste destine para tales efectos, y las posibilidades
de la economía nacional»; en el presente caso como se ha mencionado el recurrente tenía derecho
263
a percibir los conceptos pensionarios establecidos en las R.S. 018 y 019-97-EF desde el mes de
febrero de 1997, sin embargo dicho derecho fue arbitrariamente conculcado, posteriormente
restablecido previo Proceso de Amparo y cancelados los reintegros pensionarios en julio del
2008, por lo cual vemos que el Estado no realizó un pago oportuno de la pensión del recurrente.
5. Entonces se ha producido una demora en el cumplimiento de la obligación (pago de pensiones
a favor del recurrente) por parte del Estado, demora que por la propia naturaleza alimentaria
de la pensiona ha perjudicado en forma manifiesta al pensionista y a su familia, por lo cual
resulta pertinente que el pago de intereses sea amparado conforme al artículo 1242 del Código
Civil.
6. El Código Civil en su artículo 1242° establece: «El interés es compensatorio cuando constituye la
contraprestación por el uso del dinero o de cualquier otro bien. Es moratorio cuando tiene por
finalidad indemnizar la mora en el pago».
7. Como se puede observar, el interés moratorio establece que necesariamente tiene que existir
mora en el pago (en este caso mora en el pago de las pensiones niveladas de la recurrente),
ahora bien para que el deudor quede constituido en mora se precisa un retardo en el
cumplimiento de la obligación y que el deudor sea intimado para el pago por el acreedor, siendo
a partir de esta fecha que el deudor queda constituido en mora, a menos que el acreedor se
encuentre exonerado de intimar al deudor.
8. Ahora bien, veamos que el derecho a percibir una pensión (de cesantía) es un Derecho
Constitucional con contenido patrimonial y de naturaleza alimentaria, derecho al que el Estado
se encuentra obligado a dar satisfacción (Segunda Disposición Final y Transitoria de la
Constitución Política del Perú) de conformidad con las normas pertinentes de orden
administrativo (D. Ley 20530, Ley 23495 y D.S. 015-83-PCM) en forma inmediata, por lo cual
de conformidad con el artículo 1333 inciso 2 del Código Civil al presente caso se aplica la mora
automática****, es decir el Estado se encuentra constituido en mora desde febrero de 1997,
fecha a partir de la cual debió reajustar la pensión del recurrente de conformidad con las R.S.
018 y 019-97-EF.
9. Se afirma lo anterior, toda vez que como se ha indicado, el Derecho a la Seguridad Social
(Derecho a percibir una pensión), constituye un Derecho Fundamental de la Persona Humana,
por lo cual el Estado tiene la obligación de garantizarlo (generar las condiciones necesarias para
su adecuado goce y desarrollo), sin embargo tal como se ha indicado, el mismo fue vulnerado a
partir de febrero de 1997, ya que no se le otorgó a la recurrente su pensión de cesantía en su
totalidad, violación que cesó con el pronunciamiento del Poder Judicial mediante la Sentencia
de Primera Instancia Nº 112-2002, confirmada por la Sentencia de Vista Resolución Nº 031-
2003-SMV.
10. Asimismo se debe indicar que el Tribunal Constitucional en reiterada jurisprudencia ha
determinado que el pago de los intereses es amparable, por lo cual de conformidad con el
artículo VI del Código Procesal Constitucional en concordancia con la Primera Disposición Final
de la Ley Orgánica del Tribunal Constitucional, los jueces y tribunales tienen el deber de aplicar
las leyes y toda norma con rango de ley y los reglamentos respectivos según los preceptos y
principios constitucionales, conforme a la interpretación de los mismos que resulte de las
resoluciones dictadas por el Tribunal Constitucional, bajo responsabilidad.
11. Por tales consideraciones debe declararse la nulidad de la Resolución ficta que deniega mi
recurso de revisión que indica mi solicitud de intereses, así como la nulidad de la resolución
ficta que en silencio administrativo negativo deniega el pago de los intereses legales solicitados.
264
VI.- VIA PROCEDIMENTAL:
De conformidad con el TUO de la Ley 27584 – D.S. 011-2019-JUS, Ley que regula el Proceso
Contencioso Administrativo, el presente proceso debe ser tramitado conforme a las reglas del
Proceso Espe-cial.
VIII.- ANEXOS:
1-A. Copia de mi DNI.
1-B. Copia de la Sentencia de Primera Instancia Nº 112-2002.
1-C. Copia de la Sentencia de Vista Resolución Nº 031-2003-SMV.
1-D. Copia certificada de mi boleta de pago del mes de julio del ...............
1-E. Copia Legalizada de mi solicitud de pago de intereses de fecha ...............
1-F. Copia Fedateada de la Resolución Jefatural Nº ...............
1-G. Copia Legalizada de mi Recurso de Apelación de fecha ...............
1-H. Copia Legalizada de mi Recurso de Revisión de fecha ...............
POR LO EXPUESTO
A Ud., pido admitir a trámite la presente demanda y sea declarada fundada en su debida
oportunidad.
PRIMER OTROSI: Asimismo me reservo el derecho de poder ampliar y modificar la demanda.
SEGUNDO OTROSI: De conformidad con el artículo 2° numeral 3 del TUO de la Ley 27584 –
D.S. 011-2019-JUS, a la calificación de la demanda debe tenerse presente el PRINCIPIO DE
FAVORECIMIENTO DEL PROCESO, por el cual el Juez no podrá rechazar liminarmente la demanda
en caso de duda respecto de su procedencia, debiendo preferir darle trámite a la misma.
TERCER OTROSI: Procedo a autorizar a la Srta. ............... para que pueda tramitar, así como
recabar copias certificadas, simples, oficios, partes dobles, anexos y demás documentos, así como
poder revisar el expediente las veces que resulte necesario.
___________________________ ______________________________
FIRMA DEL ABOGADO FIRMA DEL RECURRENTE
265
____________
* Asimismo, debe tenerse en cuenta que de conformidad con la doctrina jurisprudencial vertida por la Corte Suprema de
la República a través de la Resolución Nº 002020-2006 (la misma que de conformidad con el artículo 37 del TUO de la
Ley 27584 constituye precedente vinculante), en la cual interpretando la competencia territorial para los procesos
contenciosos administrativos, determinó que también resulta competente para conocer el proceso contencioso
administrativo el juez del lugar en el que se produjo la primera actuación que afecta la esfera del administrado y activa
el ejercicio de su derecho de petición, defensa y debido proceso.
** Ello de conformidad con la Ley de Creación del Seguro Social de Salud EsSalud Ley 27056 artículo 1 numeral 1.1.
*** Ambas Resoluciones Supremas, aprobaron una escala de remuneraciones y el otorgamiento de bonificaciones a favor de
los servidores en actividad, desde el 01 de noviembre de 1996.
****Ello de conformidad con la Sentencia de la Primera Sala de Derecho Constitucional y Social de la Corte Suprema de la
República recaída en el Exp. 002375-2005.
266
MODELO N° 132
EXP. :
ESP. :
I. DE LOS DEMANDADOS:
ESSALUD debidamente representada por su Presidente Ejecutivo Sr. ..............., a quien se le
deberá notificar en ..............., de Arequipa.
COMPETENCIA: De conformidad con la Ley de Creación de ESSALUD, Ley 27056*, la entidad
demandada es un organismo público descentralizado que permite a los administrados recurrir a
sus oficinas, por lo tanto, al tener sede la demandada en la ciudad de Arequipa, los Juzgados
Laborales de Arequipa tienen competencia para conocer el presente proceso.
267
4. Se ordene a la administración pública la realización de una determinada actuación a la que se
encuentre obligada por mandato de la ley o en virtud de acto administrativo firme.
Mediante la presente demanda se solicita que la demandada cumpla con abonar los aumentos
e incrementos que me corresponden como pensionista de ESSALUD, sujeta al régimen Pensionario
del D. Ley 20530, en virtud del acto administrativo Firme contenido en la Resolución Nº 488-PC-
DZP-GZA-IPSS-88.
ANTECEDENTES:
1. Soy cesante de IPSS (actualmente ESSALUD) con más de 30 años de servicios prestados a la
Administración Pública.
2. Por Resolución Directoral Nº 456-DGP-IPSS-84, se resolvió cesar a la recurrente bajo el Régimen
Pensionario del Decreto Ley 20530 a partir del treinta y uno de Diciembre de 1983.
3. Con fecha 14 de septiembre de 1987, se expidió la Resolución Nº 488-PC-DZP-GZA-IPSS-88,
mediante la cual se resuelve otorgar pensión de cesantía definitiva y se dispone expresamente
en su numeral SEGUNGO lo siguiente: «LOS AUMENTOS QUE SE OTORGUEN CON
POSTERIORIDAD, SERÁN INCREMENTADOS EN FORMA AUTOMÁTICA». Nótese que se trata de
un acto administrativo ininmutable con el carácter de cosa decidida.
4. Sin embargo, desde la fecha de emisión de la Resolución Nº 488-PC-DZP-GZA-IPSS-88 no se
me viene abonando en mi pensión de cesantía los aumentos e incrementos por costo de vida
que ha venido otorgando el Gobierno Central a los servidores activos y cesantes con Derecho a
Nivelación de Pensión desde el año 1988.
DEL ACTO ADMINISTRATIVO FIRME:
5. La Ley del Procedimiento Administrativo General, Ley 27444, establece en su artículo Primero
que «Son actos administrativos, las declaraciones de las entidades que, en el marco de normas
de derecho público, están destinadas a producir efectos jurídicos sobre los intereses, obligaciones
o derechos de los administrados dentro de una situación concreta».
6. La Resolución Nº 488-PC-DZP-GZA-IPSS-88 contiene un acto administrativo firme que dispone
expresamente que «LOS AUMENTOS QUE SE OTORGUEN CON POSTERIORIDAD, SERÁN
INCREMENTADOS EN FORMA AUTOMÁTICA».
7. Sin embargo la administración pública no ha cumplido con dicho acto administrativo por
cuanto no se vienen abonando en mi pensión de cesantía los aumentos e incrementos por costo
de vida que se han venido otorgando por el Gobierno desde el año 1988 (fecha de emisión de la
Resolución materia de ejecución) a los trabajadores en actividad.
8. El incumplimiento por parte de la Administración Pública de un acto administrativo
ininmutable con el carácter de cosa decidida vulnera el Principio de Legalidad que vincula a
todas las entidades públicas del Estado para el cumplimiento de la Ley y de los actos
administrativos firmes.
DE LOS AUMENTOS E INCREMENTOS OTORGADOS POR EL GOBIERNO:
268
9. Los aumentos e incrementos de Gobierno cuyo pago se solicita, se han otorgado conforme a los
siguientes Dispositivos Legales:
– DECRETO SUPREMO Nº 103-88-EF: Establece un incremento de remuneraciones en
calidad de compensación por costo de vida, según la escala remunerativa prevista en la
norma.
– D. S. Nº 220-88-EF: Establece un incremento de remuneraciones en compensación para
todos los funcionarios y servidores públicos, equivalente al 40% de la remuneración del
trabajador. funcionarios y servidores públicos.
– D. S. Nº 007-89-EF: Establece incremento de remuneraciones en calidad de compensación
por costo de vida para todos los funcionarios y servidores públicos, ascendente al 15% de
la remuneración del trabajador.
– D. S. Nº 008-89-EF: Establece incremento de remuneraciones en calidad de compensación
por costo de vida para todos los funcionarios y servidores públicos, ascendente al 15% de
la remuneración del trabajador.
– D. S. Nº 021-89-EF: Otorgan Incremento de remuneraciones y pensiones a Funcionarios y
Servidores Públicos y Pensionistas.
– D. S. Nº 044-89-EF: Otorgan un incremento de remuneraciones y pensiones a funcionarios
y servidores de la Administración Pública.
– D. S. Nº 062-89-EF: Otorgan un incremento de remuneraciones y pen-sio-nes a
funcionarios y servidores del Sector Público.
– D. S. Nº 028-89-PCM: Dictan normas reglamentarias para el proceso de homologación y
nivelación de remuneraciones que regirá a partir del 1 de mayo de 1989.
– D. S. Nº 132-89-EF: Otorgan un incremento de remuneraciones y pen-siones a funcionarios
y servidores públicos.
– D. S. Nº 131-89-EF: Fijan Aguinaldo por Fiestas Patrias a funcionarios y servidores del
Sector Público, así como a los Pensionistas a cargo del Estado.
– D. S. Nº 296-89-EF: Otorgan incremento de remuneraciones y pensiones a funcionarios y
servidores públicos.
– D. S. Nº 005-89-EF: Otorgan en forma progresiva la bonificación por su Función Técnica
Especializada a los trabajadores de la Admistración Pública.
– D. S. Nº 008-90-EF: Autorizan incremento de Remuneración Principal de Funcionarios y
Servidores Públicos.
– D. S. Nº 041-90-EF: Autorizan incremento de Remuneración Principal de Funcionarios y
Servidores Públicos
– D. S. N° 069-90-EF: Autorizan Incremento de Remuneración Principal de los funcionarios
y servidores públicos.
D. S. N° 179-90-EF: Incrementan la Remuneración Principal de los Funcionarios y
Servidores Públicos.
– D. S. Nº 051-91-EF: Autoriza al MEF y al INP a racionalizar y reprogramar el cronograma
de ejecución presupuestal de Gastos de Capital para 1991 del Gobierno Central, Gobiernos
Regionales, Organismos Decentralizados Autónomos e Instituciones Públicas
Descentralizadas.
– D. S. Nº 276-91-EF: Funcionarios, y administrativos en servicio, así como los pensionistas
a cargo de entidades públicas sea cual fuere su régimen laboral y de pensión, percibirán a
partir del mes de noviembre de 1991, asignación excepcional.
– D. LEY Nº 25967: Modifican el goce de pensiones de jubilación que administra el Instituto
Peruano de Seguridad Social -IPSS.
10. Por lo expuesto, en cumplimiento del acto administrativo contenido en la Resolución Nº 488-
PC-DZP-GZA-IPSS-88, se me debe abonar los aumentos e incrementos que se han otorgado por
269
el Gobierno desde el año 1988 conforme a las normas legales antes citadas, así como el pago
de los respectivos devengados e intereses legales de cada uno de los aumentos e incrementos.
IX. ANEXOS:
1.A. Copia del DNI
1.B. Copia certificada de la Resolución Nº 488-PC-DZP-GZA-IPSS-88 que contiene el acto
administrativo firme que dispone que «LOS AUMENTOS QUE SE OTORGUEN CON
POSTERIORIDAD, SERÁN INCREMENTADOS EN FORMA AUTOMÁTICA».
1.C. Copia de mi boleta de pago.
1.D. Original de la Carta Notarial dirigida al Gerente de la Red Asistencial de ESSALUD de Arequipa
con fecha ...............
1.E. Copia de la sentencia N° ............... y de la Resolución Nº ..............., con las que se acredita la
existencia de otros procesos en los que se ordena que la entidad cumpla con abonar los
incrementos dejados de pagar.
POR LO EXPUESTO:
A Usted pido admita a trámite la presente demanda.
270
PRIMER OTROSI: De conformidad con lo previsto en el artículo 18 de la Ley del Proceso
Contencioso Administrativo me reservo el derecho de ampliar y modificar la demanda.
SEGUNDO OTROSI: Conforme a lo previsto en el artículo 24 de la Ley Orgánica del Poder
Judicial, me encuentro exonerado del pago de tasas judiciales por ser el presente proceso materia
laboral y previsional.
___________________________ ______________________________
FIRMA DEL ABOGADO FIRMA DEL RECURRENTE
_____________
* La Ley 27056 establece en su artículo 1: «Créase sobre la base del Instituto Peruano de Seguridad Social, el Seguro Social
de Salud (ESSALUD) como organismo público descentralizado, con personería jurídica de derecho público interno,
adscrito al Sector Trabajo y Promoción Social, con autonomía técnica, administrativa, económica, financiera
presupuestal y contable».
271
MODELO Nº 133
SEC. :
EXP: : Nº 2006-2324
CUA. : CAUTELAR
ESC. : 01-2006
I. RETENCIÓN CAUTELAR
De conformidad con el art. 687 del Código Procesal Civil, de aplicación supletoria a la Ley 27584
– TUO D.S. 011-2019-JUS, solicito se me conceda Medida Cautelar de No Innovar a fin de que se
mantenga la situación de hecho y de derecho de la Plaza de AUXILIAR EN NUTRICION (Nº 584)
disponiendo la reserva de dicha plaza respecto de cualquier actuación administrativa tendiente a
ocuparla (concursos, contratación, etc.) mientras dure el proceso principal que versa sobre la
misma.
272
En este sentido, en base al principio de primacía de la realidad, demuestro que he laborado por
más de 12 meses continuos e ininterrumpidos sin demérito alguno y, por lo tanto, me encuentro
bajo los alcances de la Ley 2404, por lo que sólo podía ser cesada por causal prevista en el Decreto
Legislativo 276 y previo proceso administrativo disciplinario.
De esta manera pruebo la VEROSIMILITUD DEL DERECHO QUE SE INVOCA.
Por otro lado, acreditamos la existencia de peligro en la demora en los términos siguientes:
1. Como ya se ha señalado la solicitante al momento de su cese (contrario a la Ley 24041) venía
ostentando la Plaza de AUXILIAR EN NUTRICION.
2. El HOSPITAL GOYENECHE ha iniciado una Convocatoria a Proceso de Evaluación para
Contrato Temporal Renovable mensualmente (véase copia fedateada de la mencionada
convocatoria). Tal Convocatoria ha implicado la realización de un Cronograma a Convocatoria
de Evaluación 2005, en la que son programadas las siguientes actividades: 2.1 Acta de
Instalación y Aprobación de bases ...............: 2.2 Convocatoria y Publicación de bases
...............; 2.3 presentación de solicitudes y currículo vitae ...............; 2.4 Calificación de
documentos ...............; 2.5 Publicación de Resultados ...............
3. Asimismo del ANEXO I -Plazas Vacantes para Proceso de Evaluación Año ...............- se puede
verificar que en la mencionada convocatoria se viene ofertando la Plaza 584 – AUXILIAR DE
NUTRICION I, de esta manera pruebo que se viene ofertando mi plaza a un concurso pese a
tenerse conocimiento que respecto de la misma se viene realizando un proceso judicial.
4. De esta manera, pruebo el peligro en la demora, con la inminente realización de una
convocatoria de evaluación ............... y la ofertación de la Plaza de Auxiliar de Nutrición I que
le corresponde a la solicitante.
VIII. CONTRACAUTELA
Aunque el art. 38 de la Ley 27584 – TUO D.S. 011-2019-JUS no exige la presentación de
contracautela, presento contracautela personal de caución juratoria.
273
X. MEDIOS PROBATORIOS
1. Adjunto en copia certificada los anexos de mi demanda, auto que admite demanda, variación
de demanda y auto que da por modificada la demanda.
2. Asimismo, en copia fedateada adjunto la siguiente documentación a fin de acreditar el peligro
en la demora:
2.1 Convocatoria a Proceso de Evaluación.
2.2 Cronograma a Convocatoria de Evaluación ...............
2.3 Plazas Vacantes para Proceso de Evaluación Año ..............., en las que se podrá verificar
que la plaza que venía ocupando antes de mi cese inconstitucional viene siendo ofertada
por la Administración Pública demandada.
2.4 Evaluación del Factor Curriculum Vitae.
2.5 Hoja de Postergación del Cronograma a Convocatoria de Evaluación ..............., con lo que
se acredita que el Proceso de Concurso Convocado puede reiniciarse en cualquier momento
y por lo tanto existe peligro en la demora.
XI. ANEXOS
1-A. Copia certificada de los anexos de mi demanda, auto que admite demanda, variación de
demanda y auto que da por modificada la demanda.
1-B. Copia fedateada de la Convocatoria a Proceso de Evaluación: Cronograma a Convocatoria de
Evaluación ...............; Plazas Vacantes para Proceso de Evaluación Año ...............; Evaluación
del Factor Curriculum Vitae; Hoja de Postergación del Cronograma a Convocatoria de
Evaluación ...............
1-C. Copia de mi DNI.
POR LO EXPUESTO:
A usted pido se sirva conceder medida cautelar.
274
MODELO N° 134
EXP. : 00352-2012-98-0401-JR-LA-04
DEMANDADO : ...............
Resolución N° 01
Arequipa, dos mil doce, enero, veintisiete.
SEGUNDO: Que, el artículo 38° del T.U.O de la Ley N° 27584 establece que la concesión de la
medida cautelar en el proceso contencioso administrativo se regirá por las normas del Código
Procesal Civil, siempre que de los fundamentos expuestos por el demandante: 1. Se considere
verosímil el derecho invocado. Para tal efecto, se deberá ponderar la proporcionalidad entre la
eventual afectación que causaría al interés público o a terceros la medida cautelar y, el perjuicio
que causa al recurrente la eficacia inmediata de la actuación impugnable. 2. Se considere necesaria
la emisión de una decisión preventiva por constituir peligro la demora del proceso, o por cualquier
otra razón justificable. No es exigible este requisito cuando se trate de pretensiones relacionadas
con el contenido esencial del derecho a la pensión. 3. Se estime que resulte adecuada para
garantizar la eficacia de la pretensión.
TERCERO: Que, además el artículo 40° de la norma acotada prevé la especial procedencia de
las medidas cautelares de innovar y no innovar, siendo que la última se solicita al amparo de lo
establecido por el artículo seiscientos ochenta y siete del Código Procesal Civil, que establece que
ante la inminencia de un perjuicio irreparable, puede el Juez dictar medidas destinadas a conservar
la situación de hecho o de derecho presentada al momento de la admisión de la demanda, en
relación a personas y bienes comprendidos en el proceso.
CUARTO: Que, la solicitud presentada, se observa que cumple los requisitos previstos por los
artículos seiscientos diez y seiscientos cuarenta del Código Procesal Civil; toda vez que se exponen
los fundamentos de la pretensión cautelar y se señala la forma de ésta. Ahora bien, realizando el
análisis de los requisitos de procedibilidad se concluye:
275
1. Respecto de la verosimilitud del derecho, el demandante ha acreditado que actualmente viene
prestando sus servicios como Suboficial de Segunda de la Policía Nacional del Perú, en la Policía
Fiscal de la XI-DIRTEPOL-AREQUIPA y que el quince de junio del año dos mil once en el distrito
de Ocoña, Provincia de Camaná, participó en una intervención policial al Camión de placa XU-
4912 que transportaba ropa de segundo uso, el cual luego fue trasladado al DEPOLFIS
(Departamento de la Policía Fiscal Arequipa) para realizar la verificación de la carga del camión
a cargo de la Segunda Fiscalía Provincial Penal Corporativa y luego ser internada la mercadería
en el Almacén de Aduanas, donde el personal de dicha entidad realizó observaciones respecto
de que los bultos se encontraban abiertos, presumiéndose que se habría hecho un cambio de
ropa usada de procedencia extranjera por ropa usada nacional inservible, mercancía que no
fue recepcionada por Aduanas y a raíz de dichas irregularidades, se apertura procedimiento
disciplinario en contra de varios de los policías que laboran en la Policía Fiscal, entre los cuales
se encuentra el actor, emitiéndose la Resolución N° 124-2011-IGPNP-DIRINDES-IR-AREQUIPA-
DID-EID-05 a través de la que se sanciona con el pase a situación de retiro por la supuesta
comisión de las infracciones previstas en los códigos L-39, G-42, MG-67 y MG-70 en la Tabla
de Infracciones de la Ley N° 29356, en contra de la cual interpone el recurso de apelación,
concluyendo con la Resolución del Tribunal Disciplinario Nacional (Segunda Sala) N° 185-2011-
DIRGEN-PNP/TRI-DINAC-2°S que reformando la apelada, le impone el pase a situación de retiro
por infracción del Código MG-67 de la Ley N° 29356, Ley del Régimen Disciplinario de la PNP.
Asimismo refiere que se le ha atribuido responsabilidad y sancionado por una infracción sin
tener las pruebas que acrediten la comisión de dicha falta, lo cual agravia directamente el
principio constitucional de presunción de inocencia, así como el principio de licitud; es decir su
derecho queda plenamente acreditado, al igual que los hechos por los cuales supuestamente se
intentaría vulnerar su estabilidad laboral.
2. Respecto de la ponderación entre la eventual afectación que causaría al interés público o a
terceros la medida cautelar y, el perjuicio que causa al recurrente la eficacia inmediata de la
actuación impugnable, se deberá tener presente que en caso de rechazar la medida cautelar
solicitada y en consecuencia proceder a la ejecución inmediata de la sanción disciplinaria, es
decir que las Direcciones policiales demandadas pasen al retiro al actor, en caso de tramitarse
el proceso principal y en su séquito se advierte que el proceso disciplinario adolece de
irregularidades formales y probatorias, la sentencia a emitirse en dichos términos resultaría
inejecutable porque lamentablemente ya se produjeron sus efectos negativos en el demandante,
sin posibilidad de ser resarcidos. Ahora bien, analizando desde el punto de vista favorable para
la Administración, se considera que suspender temporalmente el cumplimiento de la sanción
disciplinaria, no le causaría ningún perjuicio ni menoscabo económico, por cuanto tarde o
temprano si se determina que el proceso disciplinario se llevó a cabo conforme a ley, se hará
efectiva la medida disciplinaria y mientras tanto el actor vendria desempeñando sus labores
policiales con normalidad y en beneficio de la colectividad y del servicio que brindan al público
usuario; es decir en el caso de autos se debe preferir el interés público frente al particular.
3. Respecto de la necesidad de la emisión de una decisión preventiva por constituir peligro la
demora del proceso, o por cualquier otra razón justificable, se debe considerar lo expuesto en
el punto anterior, respecto de los daños irreparables que se producirían al actor en caso de
ejecutarse de manera inmediata la sanción disciplinaria impuesta en su contra, sin posibilidad
de ejecutar una futura sentencia que ampare su pretensión, frente a un perjuicio nulo a la
administración pública. Por los fundamentos expuestos, este Despacho considera que se deberá
acceder a la solicitud cautelar presentada, por cuanto sin que signifique emitir un juicio
anticipado respecto del fondo del asunto que recién se determinará luego de llevarse a cabo el
proceso principal en todas sus etapas, no se puede desde un inicio del proceso causar
indefensión irreparable al demandante y en este sentido:
276
momento de interponer la solicitud cautelar, es decir conservando el cargo de Suboficial de Segunda
de la Policía Nacional del Perú en la Policía Fiscal de la XI- DIRTEPOL Arequipa; a cuyo efecto el
Especialista Legal a cargo del trámite del proceso deberá cursar el oficio correspondiente al órgano
policial para el cumplimiento de la presente resolución, bajo apercibimiento de remitirse copias
certificadas al Ministerio Público a efecto proceda conforme a sus atribuciones. Regístrese y
Notifíquese.
AL PRIMER OTROSÍ: Estése a lo dispuesto en el principal.
AL SEGUNDO OTROSÍ; Téngase por aceptada la autorización conferida a favor de quien se
precisa, previa coordinación con el especialista legal a cargo del trámite del proceso.
277
MODELO N° 135
EXP. : 04014-2011-74-0401-JR-LA-04
DEMANDANTE : ...............
Resolución N° 01
Arequipa, dos mil once, Agosto, veintiséis
TERCERO.- Que, además el art. 39° de la norma acotada prevé la especial procedencia de las
medidas cautelares de Innovar y no innovar. siendo que la primera se solicita al amparo de lo
establecido por el art. 682° del Código Procesal Civil, que establece que ante la inminencia de un
perjuicio irreparable, puede el Juez dictar medidas destinadas a reponer un estado de hecho o de
derecho, cuya alteración vaya a ser o es el sustento de la demanda, ésta es excepcional y sólo se
concede cuando no resulte aplicable otra prevista en la ley.
CUARTO.- Que, la solicitud presentada. se observa que cumple los requisitos previstos por los
artículos 610° y 6400 del Código Procesal Civil, toda vez que se exponen los fundamentos de la
pretensión cautelar y se señala la forma de ésta. asimismo. se cumple con adjuntar copias de los
actuados pertinentes: por lo que corresponde verificar los requisitos mencionados en el art. 6110
del C.P.C.
278
la eventual afectación que causaría al interés público o a terceros la medida cautelar y sobre este
requisito se deberá tener presente que la actora deberá acreditar la apariencia del derecho invocado
y que recién en la Sentencia a dictarse en el proceso principal se emitirá un juicio respecto del fondo
del asunto, determinando si con la prueba aportada por el actor y fundamentos fácticos alegados,
se ampara el derecho respecto del cual se solicita tutela jurisdiccional. En el caso de autos, la parte
demandante indica que es trabajadora de la Municipalidad Distrital de Yura a partir del mes de
enero del año dos mil siete, desempeñándose en la actualidad como Asistente de Logística y que
mediante Resolución de Unidad de Administración Financiera y Recursos Humanos N° 003-2011-
MDY se le ha impuesto la sanción de suspensión por quince días sin goce de remuneraciones al
imputársele haber incurrido en un récord de tardanzas durante el período del año dos mil diez y
contra dicha resolución ha interpuesto recurso de reconsideración y apelación que han sido
desestimados, siendo que por lo contrario se le ha notificado con el Memorando N° 263-2011-UAF
y RR.HH-DMY por el cual se le informa que la sanción impuesta se ejecutará a partir del día
veinticuatro de agosto del año dos mil once. Asimismo, refiere que en las resoluciones emitidas por
la Municipalidad demandada no se ha valorado que se está violando el principio Non Bis In Idem al
sancionarla dos veces por el mismo hecho y fundamento, por cuanto anteriormente habría sido
sancionada con una amonestación verbal por las tardanzas incurridas en el año dos mil diez,
situación que acredita con la Constancia de fecha veintinueve de abril del año dos mil once que fue
emitida por quien fue Jefe de la Unidad de Administración Financiera y Recursos Humanos de la
Municipalidad de Yura en el período del mes de febrero del año dos mil nueve a diciembre del año
dos mil diez; sin embargo se pretende desconocer la legitimidad de dicha Constancia, argumentando
que no es veraz, pese a no acreditar dicha presunción con prueba idónea, que demuestre que dicho
documento no se ajusta a la verdad. En este sentido la demandante acredita tener la apariencia del
derecho que invoca respecto a que la sanción administrativa interpuesta podría estar inmersa en
causal de nulidad prevista por la Ley N° 27444 – TUO D.S. 004-2019-JUS y por lo tanto antes de
proceder a su ejecución, correspondería acreditar con prueba idónea su validez y legalidad, caso
contrario se afectaría de manera irreparable el derecho constitucional al trabajo; lo cual no significa
que en este estado está bien escrito, se emita un juicio respecto del fondo del asunto que será
materia de pronunciamiento en la Sentencia a dictarse en el principal, debiendo únicamente el
juzgador a limitarse a la pretensión solicitada por la accionante respecto de su reposición inmediata.
SEXTO.- En cuanto al peligro en la demora, este requisito comporta a la vez la comprobación
de tres aspectos:
i) La prolongada duración del proceso en la que deba dictarse la providencia principal;
ii) La existencia de peligro causado en la demora;
iii) La inminencia del peligro en la demora que obligue a actuar de inmediato, so pena de quedar
burlada la justicia con la ineficacia de lo decidido en la providencia definitiva. De la evaluación
de los argumentos, así como los medios probatorios que se acompañan, se tiene que la
demandante ha acreditado la vulneración de su derecho laboral, con la copia certificada del
Memorando N° 263-2011-UAF y RRHH-MDY por la cual se le comunica que la sanción
disciplinaria interpuesta por quince días de suspensión sin goce de remuneraciones, se hará
efectiva a partir del veinticuatro de agosto hasta el siete de septiembre, atendiendo que se habría
agotado la vía administrativa; por tal motivo la consecuencia inmediata de la referida
vulneración, es un menoscabo económico en la actora, privándola del ingreso que percibe como
contraprestación al trabajo que desempeña y que servía para su manutención y dicha
afectación se verá prolongada mientras dure el proceso principal si no se accede a conceder la
solicitud cautelar presentada, lo cual justifica desde todo punto de vista la necesidad de la
decisión preventiva.
279
o terceros, siendo que por lo contrario no conceder la medida cautelar en este estado y esperar que
en el proceso principal se dilucide si la sanción administrativa ha sido impuesta conforme a ley,
ocasionaría un perjuicio irreparable, por cuanto se ejecutaría dicha sanción antes de determinarse
su validez; es por este motivo que no se habría acreditado algún perjuicio a producirse con la no
ejecución inmediata de la sanción administrativa impuesta a la demandante, por lo contrario su
continuidad laboral en beneficio directo de la institución demandante, que a su vez podrá brindar
un servicio oportuno y de calidad a la colectividad.
DÉCIMO.- Por último, debe indicarse que la consagración del instituto de las medidas
cautelares tiene por finalidad garantizar que el tiempo que tome el proceso o termine por perjudicar
al titular de la situación jurídica de ventaja que se ve en la necesidad de acudir al proceso para
protegerla. El artículo 10 de la Constitución Política del Estado señala que la defensa de la persona
humana y el respeto de su dignidad son el fin supremo de la sociedad y el Estado. El respeto a la
dignidad humana exige que el proceso que los ciudadanos que se ven en la obligación de iniciar sea
uno en el que las situaciones jurídicas controvertidas encuentren una efectiva protección, la
dignidad de la persona se ve lesionada si el proceso resulta ser excesivamente largo, engorroso o
formalista.
Por estos fundamentos; SE RESUELVE: ADMITIR la solicitud de CAUTELA DE INNOVAR
formulada por la demandante ...............; en consecuencia SE DICTA MEDIDA CAUTELAR DE
INNOVAR, disponiendo que la demandada MUNICIPALIDAD DISTRITAL DE YURA representada
por su Alcalde, SUSPENDA la ejecución de la sanción administrativa interpuesta en contra de la
demandante GIOVANNA PILAR ACROTA HUAMAN, consistente en la suspensión por quince días
sin goce de remuneraciones, debiendo darse cumplimiento a lo dispuesto hasta que se resuelva en
definitiva el proceso principal; debiendo tenerse en cuenta la demandada lo dispuesto por el último
párrafo del artículo 6380 del Código Procesal Civil, NOTIFIQUESE a la demandada y al Procurador
Público de la Municipalidad Distrital de Yura con la presente medida cautelar, una vez ejecutada
la medida, para lo cual la parte demandante deberá hacer llegar al Juzgado dos juegos de copias
de todo lo actuado; y CÚRSESE OFICIO, con copias certificadas de la presente resolución, a efecto
de su cumplimiento, a la Municipalidad Distrital de Yura, representada por su Alcalde, autoridad
que una vez que ejecute la presente medida cautelar, deberá comunicar dicho hecho al Despacho,
a fin de continuar con su trámite de conformidad con el articulo 63° del Código Procesal Civil.
Regístrese y Notifíquese.
280
MODELO N° 136
EXP. : 04073-2011-71-0401-JR-LA-05
DEMANDANTE : ...............
Puestos los autos a Despacho en la fecha y teniendo en cuenta la excesiva carga procesal que
soporta el Juzgado.
PRIMERO: Que, Marisol Mamani Leon solicita se dicte medida cautelar de no innovar a fin que
se mantenga su situación de hecho y de derecho, ordenando a la Municipalidad Distrital de Yura,
suspenda la ejecución de la sanción de suspensión sin goce de remuneraciones, que se le impone
en la resolución de Unidad de Administración Financiera y Recursos Humanos N° 002-2011-MDY,
confirmada por la Resolución de Alcaldía N° 292-2011-MDY mientras dure el proceso principal.
SEGUNDO: Que al respecto, tenemos que: (1) El Artículo 38° del Texto Único Ordenado de la
Ley N° 27584 establece que: «La medida cautelar se dictará en la forma que fuera solicitada o en
cualquier otra forma que se considere adecuada para lograr la eficacia de la decisión definitiva,
siempre que: 1) De los fundamentos expuestos por el demandante se considere verosímil el derecho
invocado, Para tal efecto, se deberá ponderar los fundamentos expuestos por el demandante con el
principio de presunción de legalidad del acto administrativo, sin que este último impida al órgano
jurisdiccional conceder una medida cautelar. 2) De los fundamentos expuestos por el demandante
se considere necesaria la emision - de una decisión preventiva por constituir peligro la demora del
pro--ceso, o por cualquier otra razón justificable. 3) La medida cautelar solicitada re-sulte adecuada
para garantizar la eficacia de la pretensión 2) El Artículo 6870 del Código Procesal Civil de aplicación
supletoria, (prohibición de Innovar) señala que: ante la inminencia de un perjuicio irreparable,
puede el Juez dictar medidas destinadas a conservar la situación de hecho o de derecho cuya
situación vaya a ser o sea invocada en la demanda y, se encuentra en relación a las personas y
bienes comprendidos en el proceso. Esta medida es excepcional por lo que se concederá sólo cuando
no resulte de aplicación otra prevista en la ley. Esta medida es excepcional, porque adelanta los
efectos de la sentencia de mérito como si la misma hubiera sido fundada, situación que reviste un
riesgo mucho mayor. Además de los presupuestos señalados en el artículo 611° del Código citado
requiere, la irreparabilidad del perjuicio, es decir, que el peticionante debe acreditar al Juez que si
no se hace ahora lo que pide, nunca más se va a presentar el estado de cosas que se tiene.
TERCERO: Que, estando a lo expresado anteriormente, SE PROCEDE A VERIFICAR SI EN LA
SOLICITUD CAUTELAR EXISTE LA CONCURRENCIA DE LOS REQUISITOS:
1. Verosimilitud del derecho invocado: En el caso de autos, la parte demandante indica que es
trabajadora de la Municipalidad Distrital de Yura a partir del mes de enero del año dos mil
siete, desempeñándose en la actualidad como encargada de Registro y Recaudación de la
Unidad de Administración Tributaria y que mediante resolución de Unidad de Administración
281
Financiera y Recursos Humanos N° 002-2011-MDY se le ha impuesto la sanción de suspensión
por quince días sin goce de remuneraciones al imputársele haber incurrido en el récord de
tardanzas durante el año dos mil diez y contra dicha resolución ha interpuesto recurso de
reconsideración y apelación que han sido desestimados, siendo que, por lo contrario se le ha
notificado con el Memorando N° 262-2011-UAF y RRHH-MDY en el cual se le informa que la
sanción que se le impuso, se ejecutará a partir del día 25 de agosto del 2011. Asimismo, refiere
que en las resoluciones emitidas por la Municipalidad no se ha valorado que se está violando
el principio Non Bis In Idem al sancionarla dos veces por el mismo hecho y fundamento, por
cuanto anteriormente habría sido sancionada con una amonestación verbal, por las tardanzas
incurridas en el año dos mil diez, que fue emitida por el Jefe de Unidad de Administración
Financiera y Recursos Humanos de la Municipalidad de Yura, sin embargo; se pretende
desconocer la legitimidad de dicha constancia argumentando que no tendría validez, al no haber
sido emitido por un funcionario público. En ese sentido, la demandante acredita tener la
apariencia del derecho que invoca respecto a que la sanción administrativa interpuesta podría
estar inmersa en causal de nulidad prevista por la Ley N° 27444 – TUO D.S. 004-2019-JUS y
por lo tanto, antes de proceder a su ejecución, correspondería acreditar con prueba idónea su
validez y legalidad, caso contrario se afectaría de manera irreparable el derecho constitucional
al trabajo, lo cual no significa que en este estado, se emita un JUICIO respecto del fondo del
asunto que será materia de pronunciamiento en la Sentencia a dictarse en el principal,
debiendo únicamente el Juzgado de limitarse a la pretensión solicitada por la accionante
respecto de su reposición inmediata.
2. Peligro en la demora: Se tiene que en caso de no dictarse la medida solicitada no se tornará
en irreparable el estado de cosas que se tiene, que la imposición de la presente suspensión
deviene en un menoscabo para la economía de la actora, privándola del ingreso que percibe
como contraprestación al trabajo que desempeña y que sirve para su manutención y dicha
afectación se vera prolongada mientras dure el proceso principal, si no se accede a conceder la
presente solicitud, lo que justifica desde todo punto de vista la necesidad de la decisión
preventiva.
3. Contracautela: Ha ofrecido una de naturaleza personal, para el efecto se ha legalizado su firma
ante el auxiliar jurisdiccional autorizado del Centro de Distribución General.
282
MODELO Nº 137
SEC. :
EXP. : Nº 2006-2324
CUA. : CAUTELAR
ESC. : 01-2006
I. RETENCIÓN CAUTELAR
Teniendo en cuenta que en los procesos contenciosos administrativos procede de preferencia
las medidas cautelares de innovar y no innovar, solicito se dicte Medida cautelar de no Innovar
disponiéndose la suspensión de los efectos de la Resolución Ejecutiva Regional 127-...............-
GRA/PR de ............... emitida por el Presidente del Gobierno Regional y como consecuencia de
dicha suspensión siga laborando en el cargo de confianza de Director Ejecutivo de Circulación
Terrestre, Nivel F-4, de la Dirección Regional de Transportes y Comunicaciones del Gobierno
Regional de Arequipa con todos los beneficios laborales que ello implica mientras dure el presente
proceso.
VI. CONTRACAUTELA
Ofrecemos contracautela de carácter personal, por caución juratoria.
283
VII. FUNDAMENTOS DE LA PRETENSION CAUTELAR
A. VEROSIMILITUD DEL DERECHO
1. Soy empleado público del Gobierno Regional de Arequipa, y ostento el cargo de confianza de
Director Ejecutivo de Circulación Terrestre, Nivel F-4, de la Dirección Regional de Transportes
y Comunicaciones del Gobierno Regional de Arequipa.
2. Tal cargo lo he venido desempeñando a partir del mes de ............... por mérito de la Resolución
Ministerial ............... MTC/01 de ............... La mencionada Resolución Ministerial fue emitida
por el entonces Ministro de Transportes y Comunicaciones Sr. EDUARDO IRIARTE JIMENES.
3. Tal cargo lo he venido desempeñando sin demérito alguno y conforme a las atribuciones y
funciones que me fueron encomendadas.
4. Sin embargo, en forma inesperada he sido notificado con la Resolución Ejecutiva Regional 127-
20058-GRA/PR la cual sin tomar en consideración que los actos administrativos sólo pueden
ser dejados sin efecto por la autoridad administrativa superior de la que emitido el acto (en este
caso el Ministerio de Transportes y Comunicaciones), ha resuelto cesar con efectividad
............... al demandante, en el cargo de confianza de Director Ejecutivo de Circulación
Terrestre, Nivel F-4, DE LA Dirección Regional de Transportes y Comunicaciones del Gobierno
Regional de Arequipa.
La mencionada Resolución Ejecutiva Regional ...............-GRA7PR fue emitida por el Presidente
del Gobierno Regional de Arequipa y ha dejado sin efecto un acto administrativo emitido por el
Ministerio de Transportes y Comunicaciones (organismo público descentralizado del Gobierno
Central, que es el legitimado para declarar la nulidad o revocar sus propios actos).
B. PELIGRO EN LA DEMORA
1. La Resolución cuya suspensión de efectos se solicita, por ser un acto administrativo es de
inminente y virtual ejecución, razón por la cual de no disponerse su suspensión se producirá
el cese ILEGAL del solicitante en su puesto de trabajo.
2. Por otro lado, la demora que implica el término del proceso contencioso instaurado podría
afectar lo que se disponga en sentencia, razón por la cual el tiempo que implique el proceso
principal puede volver ineficaz y carente de sentido lo que se vaya a disponer en sentencia, más
aún cuando ha quedado demostrado que existe verosimilitud en el derecho invocado.
El art. 214 de la Ley 27444 – TUO D.S. 004-2019-JUS, numeral 212.3 señala que la revocación
prevista en este numeral sólo podrá ser declarada por la más alta autoridad de la entidad
competente.
IX. ANEXO
1-A. Copia de demanda, anexos de demanda, escritos de copias certificadas y sus anexos, así como
el auto que admite a trámite la demanda.
1-B. Copia de mi DNI.
POR LO EXPUESTO:
A usted pido conceder medida cautelar de no innovar de conformidad con lo establecido en la
Ley 27584 – TUO D.S. 011-2019-JUS.
PRIMER OTROSI.- Solicito que a la brevedad posible se curse oficios a los órganos de Auxilio
Judicial antes señalados.
284
MODELO N° 138
EXP. : 2007-0615
ESC. : 03-2008
JESUS CARLOS NORIEGA CASTRO, con DNI. N° ..............., con domicilio real en la Av.
.............................., Distrito ..............., Provincia ..............., Departamento ...............,
señalando domicilio procesal en la Av. ..............., Cercado-Arequipa, ante Ud. me
presento y digo:
285
3. La Oficina de Recursos Humanos de la Red Asistencial ESSALUD – Arequipa, debidamente
representada por su Jefe, Dr. ............... a quien se le deberá notificar en calle ............... (Oficina
de Recursos Humanos de la Red Asistencial ESSALUD–Arequipa).
VI.- CONTRACAUTELA:
Conforme lo previsto en el artículo 613 del C.P.C., ofrezco contracautela de carácter personal
por caución juratoria.
X.- ANEXOS:
1-A. Copia de mi DNI
1-B. Copia certificada de mi escrito de demanda con todos sus anexos.
1-C. Copia certificada del auto admisorio.
1-D. Copia certificada de la Sentencia N° ...............
1-E. Copia certificada de la Resolución N° ...............
POR LO EXPUESTO:
A Ud., pido se sirva dar el trámite correspondiente a la presente medida cautelar, conforme a
lo previsto en la Ley N° 27584 – TUO D.S. 011-2019-JUS Ley que regula el Proceso Contencioso
Administrativo.
Arequipa, 04 Mayo del 2013.
___________________________ ______________________________
FIRMA DEL ABOGADO FIRMA DEL RECURRENTE
286
MODELO N° 139
EXP. :
ESP. :
ESC. : 01-2013
287
de bienes del Estado en beneficio de terceras personas resulta técnicamente improcedente por
lo menos con respecto a mi persona.
7. Pero como quiera que al interior de la municipalidad tienen la necesidad de encontrar un
responsable que no tenga cargo de confianza, se me ha sancionado por tales imputaciones.
8. Igualmente no se ha valorado ni ponderado que la recurrente en su oportunidad emi-tió el
Informe Nº ............... del ............... con el que hizo las atingencias que correspondían al ámbito
de su competencia y que pese a ello con el Memorándum Nº ............... suscrito por el Gerente
Municipal se me ordenó que proceda a los pagos por los que ahora se me acusa.
9. Dentro de este orden de ideas e interpuesto el proceso contencioso administrativo para que se
corrija tal arbitrariedad y se deje sin efecto la sanción impuesta, pero el trans-cur-so del tiempo
puede generar que aplicada la sanción se convierta en irreparable la agresión en mi contra, por
lo que me he visto en la obligación de presentar la presente medida cautelar.
288
VI.- CONTRACAUTELA:
Ofrezco contracautela de naturaleza personal de caución juratoria de conformidad con el
Artículo 613 del Código Procesal Civil.
___________________________ ______________________________
FIRMA DEL ABOGADO FIRMA DEL RECURRENTE
___________________
* «el… solicitante de la medida cautelar debe demostrar al juez que la pretensión principal que se intenta garantizar tiene
una posibilidad razonable de ser declarada fundada al pronunciarse la sentencia». MONROY GALVEZ, Juan; Bases para
la Formación de una Teoría Cautelar; p. 170.
** «Está destinado a proteger que lo pedido al momento de demandar sea pasible de obtener una tutela efectiva en caso que
la sentencia se declare fundada la demanda, y… asegurar, de manera preventiva, la eficacia de la sentencia final y así
evitar perjuicios. MONROY GALVEZ, Juan; Bases para la Formación de una Teoría Cau-te-lar; pp. 160-166.
289
MODELO N° 140
EXP. :
ESP. LEGAL :
ESC. : 01-2013
SUM. : Solicito Medida Cautelar de Innovar Fuera del Proceso
RAMIRO AUGUSTO TEJADA VALENCIA, con D.N.I. N° ..............., con domicilio real en
la Av. .............................., Distrito ..............., Provincia ..............., Departamento
..............., con domicilio procesal en la Calle ..............., Cercado-Arequipa, a usted
respetuosamente, digo:
De conformidad con el Artículo 682° del Código Procesal Civil, SOLICITO se me conceda medida
cautelar de innovar fuera del proceso con la finalidad que se reincorpore temporalmente al
recurrente a la Plaza de Técnico Administrativo de la Oficina de Logística del Hospital Regional
Honorio Delgado.
De conformidad con el Artículo 636° del Código Procesal Civil que permite se dicten medidas
cautelares antes del proceso y del Artículo 682 del mismo Código de aplicación supletoria debe
dictarse MEDIDA CAUTELAR DE INNOVAR a fin de evitar perjuicios irreparables mediante medidas
destinadas a reponer la situación de hecho y de derecho.
290
La Gerencia Regional de Salud de Arequipa representada por su Gerente General ............... con
domicilio ...............
VIII.- CONTRACAUTELA:
Ofrecemos contracautela de carácter personal por caución juratoria.
291
la realidad; puesto que, las labores prestadas por el recurrente han sido de forma permanente
e ininterrumpida por más de un año (tanto así que ha laborado en una plaza de Técnico
Administrativo en la Oficina Logística, plaza debidamente presupuestada y que consta en el
CAP), en consecuencia ha adquirido la protección de la Ley Nº 24041.
POR LO EXPUESTO:
A Ud., señor Juez pido se me conceda la medida cautelar de innovar conforme a ley.
___________________________ ______________________________
FIRMA DEL ABOGADO FIRMA DEL RECURRENTE
292
_________________
* él… solicitante de la medida cautelar debe demostrar al juez que la pretensión principal que se intenta garantizar tiene
una posibilidad razonable de ser declarada fundada al pronunciarse la sentencia». MONROY GALVEZ, Juan; Bases para
la Formación de una Teoría Cautelar; p. 170.
** «Está destinado a proteger que lo pedido al momento de demandar sea pasible de obtener una tutela efectiva en caso
que la sentencia se declare fundada la demanda, y … asegurar, de manera preventiva, la eficacia de la sentencia final
y así evitar perjuicios. MONROY GALVEZ, Juan; Bases para la Formación de una Teoría Cautelar; pp. 160–166.
293
MODELO N° 141
EXP. :
ESP. :
ESC. : 01-2013
SUM. : Demanda Contencioso-Administrativo Laboral
De conformidad con la Ley N° 27584, requiriendo la efectiva tutela de los derechos e intereses
de los administrados:
I. PETITORIO
Solicitamos se declare la desnaturalización de nuestra relación laboral y en consecuencia que
estamos sujetos a los alcances de la Ley N° 24041 y que, por lo tanto, se nos debe reincorporar al
trabajo como obreros, bajo el régimen del D. Leg. N° 276. En aplicación del precedente previsto en
la Resolución Gerencial General Regional Nº 034-2013-GRA/PR-GGR de fecha 05.02.2013.
294
- El cargo de Controlador General de Plantas, que venía siendo ocupado por el Sr. Jose Luis
Rodríguez Paredes.
Todos estos cargos ubicados en la Gerencia de Transportes y Comunicaciones de Arequipa.
VIII. CONTRACAUTELA
Ofrecemos contracautela de carácter personal, por caución juratoria.
295
carácter urgente e impostergable de que se realice nuestra reposición inmediata a nuestro
trabajo.
2. Como es de público conocimiento, las remuneraciones tienen carácter alimentario, por lo que
al estar desempleados, está en riesgo no sólo la supervivencia de los recurrentes sino la de
nuestras familias.
3. El hecho de no percibir el sustento de cada día nos perjudica gravemente, puesto que tenemos
que afrontar los gastos del hogar, tales como el pago de los servicios básicos, los gastos de
alimentación, salud, vestido, educación, dada nuestra modesta condición de padres de familia.
Asimismo, incluso al tener familiares directos gravemente enfermos, requerimos no solamente
de nuestro trabajo para ganar el sustento diario sino también las prestaciones de seguridad
social que nuestro trabajo dependiente conlleva.
4. Este perjuicio se viene convirtiendo en irreparable, puesto que conforme a la Ley General del
Presupuesto no hay pago de remuneraciones por los días no laborados, por lo que cada día que
no trabajo es dinero perdido e irrecuperable, haciéndose urgente la necesidad de ser repuesto
en mi trabajo, a fin de no sufrir más daños y poder afrontar los gastos económicos en mi hogar.
X. VÍA PROCEDIMENTAL
La vía del Procedimiento Cautelar conforme a lo previsto en el Art. 636 del Código Procesal Civil
sobre la tramitación de una medida cautelar fuera del proceso.
XII. ANEXOS
1-A. Copia de nuestros DNIs.
1-B. Copia fedateada de Resolución Gerencial General Regional Nº 034-2013-GRA/PR-GGR.
1-C. Copia del Acta de Constatación Policial, de fecha 25.07.2013.
1-D. Copia de nuestras boletas de pago.
POR LO EXPUESTO
A Ud. pido conceder la medida cautelar de innovar, conforme a lo establecido en el TÚO de la
Ley del Proceso Contencioso Administrativo.
PRIMER OTROSI.- Solicito que a la brevedad posible se curse oficios a los órganos de Auxilio
Judicial antes señalados.
SEGUNDO OTROSÍ.- Autorizo a la Abogada Rosario Carlos Villán para tramitar y recabar copias
simples y certificadas, oficios, partes dobles, anexos, así como para revisar el expediente las veces
que sea necesario.
________________________________________
Dante Cervantes Anaya
Registro Colegial Habilitado
Colegiado de Arequipa
Abogado
296
MODELO N° 142
EXP. : 1508-2013-40-0401-JR-LA-05
DEMANDANTE : ....................
Resolución N° 01-2013
PRIMERO: Que don Sixto Mamani Vargas, Efraín Coarite Cupi, Elmer Isidro Loaiza Vera, José
Luis Rodríguez Paredes y Natalio Apaza Nina, solicitan como medida cautelar Innovativa, su
reposición inmediata en su puesto de trabajo ante la Gerencia Regional de Transportes y
Comunicaciones de Arequipa en los cargos que venían desempeñándose hasta el momento en que
se produjo la violación de su derecho (veinticinco de julio del año dos mil doce) y al encontrarse
despedidos, no tienen ingresos, lo que pone en peligro su subsistencia;
SEGUNDO: Que de acuerdo a lo dispuesto en el artículo 612° del Código Procesal Civil, toda
medida cautelar importa un prejuzgamiento y es provisoria, instrumental y variable; lo que se
concuerda con su numeral 682, que prevé, que ante la inminencia de un perjuicio irreparable,
puede el Juez dictar medidas destinadas a reponer un estado de hecho o de derecho cuya alteración
vaya a ser o es el sustento de la demanda. Esta medida es excepcional por lo que sólo se concederá
cuando no resulte aplicable otra prevista en la ley. La medida cautelar podrá ser dictada antes de
iniciado un proceso o dentro de éste, siempre que se destine a asegurar la eficacia de la decisión
definitiva. Para tal efecto, se seguirán las normas del Código Procesal Civil con las especificaciones
establecidas en esta Ley; siendo los requisitos, conforme al numeral siguiente, que: 1) De los
fundamentos expuestos por los demandantes se considera verosímil el derecho invocado. 2) De los
fundamentos expuestos por los demandantes se considere necesaria la emisión de una decisión
preventiva por constituir peligro la demora del proceso, o por cualquier otra razón justificable, y 3)
La medida cautelar solicitada resulte adecuada para garantizar la eficacia de la pretensión;
297
se pone en peligro y los perjuicios que ello trae siguen concurriendo; y que el pedido cautelar sea
adecuado para garantizar la eficacia de la pretensión, solicitando precisamente como medida
innovativa la reposición en sus puestos de trabajo. Ahora bien, en cuanto a la contracautela, ésta
se encuentra con caución juratoria;
CUARTO.- Que siendo así, es procedente acceder al pedido de los demandantes, considerando
que concurren los requisitos previstos en el numeral 682 del Código Procesal Civil, a lo que se suma
que es especialmente procedente al amparo del artículo 615 de este último cuerpo legal, debiendo
dictarse la medida cautelar innovativa peticionada; por lo que SE RESUELVE: ADMITIR LA
SOLICITUD CAUTELAR formulada por los demandantes SIXTO MAMANI VARGAS, EFRAÍN
COARITE CUPI, ELMER ISIDRO LOAIZA VERA, JOSÉ LUIS RODRÍGUEZ PAREDES Y NATALIO
APAZA NINA; en consecuencia SE DICTA MEDIDA CAUTELAR INNOVATIVA a fin de que se reponga
el estado de las cosas hasta el momento en que se produjo el acto violatorio, debiendo la demandada
Gerencia Regional de Transportes y Comunicaciones de Arequipa, cumplir con REPONER
PROVISIONALMENTE a los demandantes SIXTO MAMANI VARGAS, EFRAÍN COARITE CUPI,
ELMER ISIDRO LOAIZA VERA, JOSÉ LUIS RODRÍGUEZ PAREDES Y NATALIO APAZA NINA en el
puesto de trabajo que tuvieron al momento de su despido, esto es: Sixto Mamani Vargas y Efraín
Coarite Cupi en los cargos de Operadores de Fajas; Natalio Apaza Nina en el cargo de guardián,
Elmer Isidro Loaiza Vera en el cargo de operador y José Luis Rodríguez Paredes en el cargo de
Controlador General de Plantas; todo ello dentro del plazo de cinco días; bajo responsabilidad
directa del funcionario o funcionarios encargados de cumplir con la ejecución de la presente medida
cautelar y bajo apercibimiento de imponerse multa progresiva y compulsiva en caso de
incumplimiento; debiendo oficiarse en tal sentido, sin perjuicio de la notificación respectiva que se
realizará a gestión de parte solicitante.
TÓMESE RAZÓN Y HAGASE SABER AL SEGUNDO OTROSI.- Téngase presente.
298
III. PROCESOS NO CONTENCIOSOS
MODELO N° 143
_________________________
Firma y Sello Notarial
_____________
* A los costados del Acta Notarial se Firma y pone Huella Digital de los laterales.
299
MODELO N° 144
_________________________
Firma y Sello Notarial
300
MODELO N° 145
EXP. : N° 692-2012/ANC
FECHA : Lima, 20 de noviembre del 2012.
SEÑOR : ...............
DOMICILIO: Domicilio en Antonio Miro Quesada N° 292-1401
Distrito de San Isidro.
_________________________
Firma y Sello Notarial
301
MODELO N° 146
SEÑOR NOTARIO:
Sírvase usted extender en su Registro Notarial de Asuntos no Contenciosos una de
DISOLUCIÓN DEL VINCULO MATRIMONIAL que solicita el cónyuge doña ..............................,
identificada con D.N.I. N° ..............., con domicilio en ..............................; ante usted me presento
y digo:
Que, conforme a lo dispuesto en el artículo 7º de la Ley Nº 29227 (Ley que Regula el
Procedimiento No Contencioso de la Separación Convencional y Divorcio Ulterior en las
Municipalidades y Notarias) y el Art. 13º de su Reglamento, solicito la Disolución del Vínculo
Matrimonial, por los siguientes fundamentos de hecho y derecho que paso a exponer:
I. FUNDAMENTOS DE HECHO
1. Con fecha 18 de mayo de 1977, la otorgante Rosa Amelia Bernardita Pérez Camacho, y don
Jorge Luis Mejía Domínguez, contrajeron matrimonio civil ante la Municipalidad Distrital de
San Martin.
2. Con fecha 20 de mayo del 2010, se realizó el Acta de Separación Convencional y Ulterior
Divorcio, celebrado ante el Notario Público de Lima Dr. Alfredo Zambrano Rodríguez.
3. Que habiendo transcurrido el plazo que señala el Art. 7º de la Ley Nº 29227 (Ley que Regula el
Procedimiento No Contencioso de la Separación Convencional y Divorcio Ulterior en las
Municipalidades y Notarias) y el Art. 13º de su Reglamento, solicito se sirva proceder a declarar
la disolución del vinculo matrimonial dentro del plazo que señala la ley.
II. FUNDAMENTOS DE DERECHO
Amparo la presente solicitud en lo señalado por el Art. 7º de la Ley Nº 29227 (Ley que Regula
el Procedimiento No Contencioso de la Separación Convencional y Divorcio Ulterior en las
Municipalidades y Notarias) y el Art. 13º de su Reglamento (Dec. Sup. Nº 009-2008-JUS).
POR TANTO:
A Ud. Señor Notario solicito se sirva admitir a trámite la presente minuta.
302
MODELO N° 147
SEÑOR NOTARIO:
Sírvase usted extender en su Registro Notarial de Asuntos no Contenciosos una SOLICITUD
DE SEPARACIÓN CONVENCIONAL Y DIVORCIO ULTERIOR que solicitan los cónyuges don
.............................., identificado con D.N.I Nº ............... domiciliado en .............................., y doña
.............................., con D.N.I. N° ..............., con domicilio en ..............................; ante usted no s
presentamos y decimos:
Que, conforme a lo dispuesto en la Ley N° 29227 (Ley que Regula el Procedimiento No
Contencioso de la Separación Convencional y Divorcio Ulterior en las Municipalidades y Notarias)
y su Reglamento, solicitamos la declaración de separación convencional, por los siguientes
fundamentos de hecho y derecho que pasamos a exponer:
I. FUNDAMENTOS DE HECHO
1. Con fecha 18 de abril de 1986, los solicitantes don .............................. y doña
.............................., contrajeron matrimonio civil ante el Consejo Distrital de Atavillos bajo,
Provincia de Huaral y Departamento de Lima, conforme consta de la partida de matrimonio que
se adjunta a la presente.
2. Durante la vigencia de nuestro vínculo matrimonial hemos procreado nuestro hijo ...............,
quien a la fecha es mayor de edad.
3. Durante la vigencia de nuestro vínculo matrimonial no hemos adquirido bien mueble o
inmueble susceptible de división.
4. Es el caso señor notario que, debido a la incompatibilidad de caracteres, los cónyuges de mutuo
acuerdo, y sin ninguna coacción han tomado la decisión de separarse, solicitando por ello que
Ud. Señor Notario se sirva declarar dicha separación y dejar suspendidos los deberes relativos
al lecho y habitación y poner fin al régimen patrimonial de sociedad de ganancia que regula
nuestro matrimonio.
MEDIOS PROBATORIOS
01. Copia certificada de la partida de matrimonio, de los cónyuges Sr. .............................. y la Sra.
.............................., expedido por el Consejo Distrital de Atavillos Bajo, Distrito de Huaral y
Departamento de Lima.
02. Copia certificada de la partida de nacimiento de ............... expedido por el Consejo Distrital de
Atavillos Bajo, Distrito de Huaral y Departamento de Lima.
03. Declaración Jurada del cónyuge Sr. .............................. de no tener hijos menores de edad ni
hijos con incapacidad.
04. Declaración Jurada del cónyuge Sr. .............................. de no haber adquirido dentro del
matrimonio ningún bien mueble o inmueble.
05. Declaración jurada del cónyuge Sr. .............................. de su ultimo domicilio conyugal.
06. Declaración Jurada de la cónyuge Sra. .............................. de no tener hijos menores de edad
ni incapaces.
07. Declaración Jurada de la cónyuge Sra. .............................. de no haber adquirido dentro del
matrimonio ningún bien mueble o inmueble.
303
08. Declaración Jurada de la cónyuge Sra. .............................. de su último domicilio conyugal.
ANEXOS DE LA SOLICITUD
1A. Copia fotostática del D.N.I. de los solicitantes.
1B. Copia certificada de la partida de matrimonio, de los cónyuges Sr. .............................. y la
Sra. .............................. expedida por el Consejo Distrital de Atavillos Bajo, Provincia Huaral
y Departamento de Lima.
1C. Copia certificada de la partida de nacimiento del Sr. ..............................expedido por el
Consejo Distrital de Atavillos Bajo, Distrito de Huaral y Departamento de Lima.
1D. Declaración jurada del cónyuge del Sr. .............................. de no tener hijos menores de edad
ni hijos con incapacidad.
1E. Declaración Jurada del cónyuge del Sr. .............................. de no haber adquirido dentro del
matrimonio ningún bien mueble o inmueble.
1F. Declaración Jurada del cónyuge del Sr. .............................. de su último domicilio conyugal.
1G. Declaración Jurada de la cónyuge Sra. .............................. de no tener hijos menores de edad
ni hijos con incapacidad.
1H. Declaración Jurada de la cónyuge Sra. .............................. de no haber adquirido dentro del
matrimonio ningún bien mueble o inmueble.
1I. Declaración Jurada de la cónyuge Sra. .............................. de su último domicilio conyugal.
POR TANTO:
A Ud. señor notario solicito se sirva admitir a trámite la presente solicitud.
PRIMER OTROSI DIGO: para los efectos del trámite de la presente solicitud, se cumple con
señalar que el domicilio de los cónyuges, es el mismo señalado en la introducción del presente
documento, a donde se servirá hacernos llegar las respectivas notificaciones.
Lima, 13 de julio del 2013.
304
MODELO N° 148
En Santa Anita, siendo las 10:00 a.m. del 03 de agosto de 2010, en mi oficio notarial sito en la
Av. Las Alondras Nº 127, Distrito de Santa Anita, fue presente don .............................., identificado
con DNI N° ..............., peruano, natural de Lima, de 28 años de edad, ingeniero, domiciliado en al
Av. Benavides N° 3535, Surco testigo ofrecido por el Sr. .............................. y la Sra.
.............................., en la DECLARACIÓN DE UNIÓN DE HECHO que han solicitado ante mi
despacho; manifiesta que no es pariente de los solicitantes, deudor o acreedor de alguno de ellos ni
les une relación de amistad, enemistad, parentesco y algún otro que impida su Declaración
Testimonial; declara que conoce a los solicitantes, sabe que están libres de impedimento para
contraer matrimonio y que son conviviente por más de dos años, lo que igualmente ha manifestado
en la solicitud materia de este trámite y en este acto se ratifica sin más que agregar o modificar, y
se ratificó firmando la presente en señal de conformidad, de lo que doy fe.
___________________________ ___________________________________
Mario Martínez Martínez Lucio Alfredo Zambrano Rodríguez
Notario Público de Lima
305
MODELO N° 149
SEÑOR NOTARIO:
Sírvase usted extender en su Registro Notarial de Asuntos No Contenciosos una de
RECONOCIMIENTO DE UNIÓN DE HECHOS que SOLICITA don .............................., identificado
con DNI N° ..............., y doña .............................., identificada con DNI N° ..............., con domicilio
común ..............................; ante usted me presento y digo:
Que, conforme a lo dispuesto por la Ley N° 29560 (Ley que Amplía la Ley N° 26662, Ley de
Competencia Notarial en Asuntos No Contenciosos) y la Ley N° 26662, solicitamos la declaración
de unión de hecho, por los siguientes fundamentos de hecho y derecho que paso a exponer:
I. FUNDAMENTOS DE HECHO
1. Que, desde el año 2000, es decir hace más de 2 años, convivimos voluntariamente los suscritos
en nuestro domicilio sito en La Alameda del Rocío N° 222, Distrito de Surco, Provincia y
Departamento de Lima.
2. Fruto de la convivencia hemos procreado dos hijos ............... y ............... de 6 y 3 años,
respectivamente.
3. Para estos efectos declaramos expresamente que convivimos voluntariamente hace más de dos
años, que nos encontramos libres de impedimento y que a la fecha ninguno de nosotros tiene
una unión de hecho vigente.
4. Que en lo dispuesto por la Ley N° 29560 (Ley que Amplía la Ley N° 26662, Ley de Competencia
Notarial en Asuntos No Contenciosos) y la Ley N° 26662, solicitamos la declaración de unión de
hecho.
306
Lima, 03 de agosto de 2013.
___________________________ ___________________________
Firma Firma
307
MODELO N° 150
INSTRUMENTO N° : 0143
KARDEX N° : 1240
MINUTA N° : 0056
&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&
En Lima, a los diecisiete días del mes de octubre dos mil once, ante mi LUCIO ALFREDO
ZAMBRANO RODRÍGUEZ, abogado, Notario Público de Lima. =====
COMPARECEN: ==============================================
MANUEL DELGADO CASTILLO, de nacionalidad peruana, manifestó ser de estado civil soltero,
de profesión u ocupación: operario, identificado con documento nacional de identidad número
...............,con domicilio sito en calle ..............., Portales de Javier Prado N° ..............., Distrito de
............... Provincia y Departamento de ..............., quien procede por su propio derecho.
MARGARITA CASTILLO HINOJOSA, de nacionalidad peruana, manifestó ser de estado civil: soltera
de profesión u ocupación: técnica en análisis químico, identificada con documento nacional de
identidad numero ............... con domicilio sito en calle ............... N° ..............., Distrito de
..............., Provincia y Departamento ............... de quien procede por su propio
derecho.====================================================
Los comparecientes son mayores de edad, hábiles para contratar e inteligentes en el idioma
castellano, a quienes identifico, proceden con capacidad, libertad y conocimiento bastante de
conformidad con el examen que les he efectuado, de lo que doy fe, y me entregan una minuta
debidamente autorizada por letrado, la misma que archivo en su legajo respectivo bajo el numero
de orden correspondiente y cuyo tenor literal es como sigue: ===============================
MINUTA: N° 0056.===========================================
SEÑOR NOTARIO: ==========================================
Sírvase usted extender en su registro notarial de Asuntos No Contenciosos una Escritura
Pública de Declaración de Unión de hecho que otorgan don Manuel Delgado Castillo, identificado
con documento nacional de identidad número ..............., de estado civil soltero, y doña MARGARITA
CATILLO HINOJOSA, identificada con documento nacional de identidad N° ..............., de estado
civil soltera, ambos con domicilio común en calle ............... N° ..............., Distrito de ...............,
Provincia y Departamento de ...............; en los términos siguientes: ========================
Que, conforme a lo dispuesto en la Ley 29560 (Ley que amplía la Ley N° 26662, Ley de
Competencia Notarial en Asuntos No Contenciosos, y la Ley N° 26887, Ley General de Sociedades)
y conforme a lo dispuesto por el Art. 326° del Código Civil, solicitamos la declaración de unión de
hecho, por los siguientes fundamentos de hecho y derecho que pasamos a exponer:
FUNDAMENTOS DE HECHO===========================================
308
PRIMERO: Los otorgantes manifiestan de manera libre, voluntaria y sin coacción alguna que
vienen conviviendo desde hace tres años, en el inmueble sito en calle Berlín Nº 212, Portales de
Javier Prado, Distrito de Ate, Provincia y Departamento de Lima, conforme consta de los certificados
domiciliarios que adjuntan a la presente.==============================================
SEGUNDO: Los otorgantes manifiestan que su estado civil es de solteros y que por consiguiente
se encuentran libres de impedimento matrimonial, asimismo manifiestan que no conviven con otras
personas.=========================================================
TERCERO: Sustentamos la solicitud en el Art. 45° y siguientes de la Ley N° 26662 y Normas
Pertinentes del Código Civil, y de la Ley N° 29560.=======================
RECAUDOS: Acompañamos a la presente solicitud los siguientes documentos que acreditan
fehacientemente el pedido: ========================================
1. Copia del documento de identidad de los solicitantes. =================================
2. Declaración Jurada de convivencia por más de dos años.==============================
3. Declaración Jurada de los testigos Alejandro Vidal Ochoa y Eusebio Taype Fernández,
indicando que los solicitantes conviven por más de dos años.=======================
4. Declaración Jurada, indicando que los solicitantes se encuentran libres de impedimento
matrimonial, y que no tienen convivencia con otro varón o mujer.=======================
5. Certificado domiciliario de don Manuel Delgado Castillo.===============================
6. Certificado domiciliario de doña Margarita Catillo Hinojosa.=============================
7. Certificado negativo de unión de hecho de don Manuel Delgado Castillo.
8. Certificado negativo de unión de hecho de doña Margarita Catillo Hinojosa.===============
POR TANTO:
Cumpla usted Señor Notario con efectuar las publicaciones del extracto de la presente solicitud
conforme lo dispone el Art. 47° de la Ley N° 26662 y luego de transcurrido el plazo de ley, elevarla
a Escritura Pública insertando todos los recaudos y publicaciones, y sírvase cursar los partes al
registro respectivo.
Lima, 13 de setiembre de 2011.
Dos firmas ilegibles.=========================================
Autoriza la minuta la doctora Viviana Talavera García, abogada, con Registro del Colegio de
Abogados de Lima número veintitrés mil doscientos diez (23,210).==========================
INSERTO: DECLARACIÓN JURADA DE CONVIVENCIA DE MANUEL DELGADO CASTILLO.
==========================================
DECLARACIÓN JURADA DE CONVIVENCIA======================
Mediante la presente la que suscribe, MANUEL DELGADO CASTILLO, identificado con DNI N°
..............., con domicilio en calle ...............N° ............... Distrito ..............., Provincia y
Departamento de ...............=============
DECLARO BAJO JURAMENTO Y EN HONOR A LA VERDAD
Que, tengo una relación de convivencia con la Sra. MARGARITA CASTILLO HINOJOSA,
identificada con DNI N° ..............., hace 3 años, en el domicilio Calle ............... Distrito ...............,
Provincia y Departamento de...............==========================================
Declaración Jurada que realizamos es para TRÁMITES DOCUMENTARIOS
Para mayor veracidad de lo manifestado, legalizo mi firma ante Notario Público de Lima, a los
14 días del mes de setiembre del 2011.
Una firma ilegible y una huella dactilar.- MANUEL DELGADO CASTILLO. DNI N° ...............
309
AL DORSO: ================================================
Certifico: que la firma que figura en el anverso corresponde a: Manuel Delgado Castillo,
identificado con DNI N° ...............======================================
La misma que se legaliza al amparo del Art. 108° de la Ley del Notariado
...............=====================================================
De lo que doy fé. ============================================
Lima, 14 de setiembre de dos mil once. =========================
V° B° SBM. ===============================================
Un sello que dice: Notaria Zambrano.- Las Alondras 127 (Ovalo de Santa Anita).- Santa Anita-
Lima 43.- azr.- 362-4545 ==============================
Una firma ilegible y un sello que dice: ALFREDO ZAMBRANO RODRÍGUEZ.- Notario de Lima.
========================================
Un sello circular que dice: Colegio de Notarios de Lima. Un escudo. Perú. Nihil. Prius. Fide.
==============================================
OTRO INSERTO: DECLARACIÓN JURADA DE CONVIVENCIA DE MARGARITA CASTILLO
HINOJOSA. ===================================
DECLARACIÓN JURADA DE CONVICENCIA =====================
Mediante la presente la que suscribe, MARGARITA CASTILLO HINOJOSA, identificada con DNI
N° 41711365, con domicilio en calle Berlín N° 212 Los Portales de Javier Prado, Distrito de Ate
Vitarte, Provincia y Departamento de Lima.
DECLARO BAJO JURAMENTO Y EN HONOR A LA VERDAD ========
Que, tengo una relación de convivencia con el Sr. MANUEL DELGADO CASTILLO, identificado
con DNI N° 46407255, hace 3 años, en el domicilio calle Berlín N° 212. Los Portales de Javier Prado
distrito de Ate Vitarte, Provincia y Departamento de Lima. ==============================
Declaración jurada que realizamos es para TRÁMITES DOCUMENTARIOS.
Para mayor veracidad de lo manifestado, legalizo mi firma ante Notario Público de Lima, a los
14 días del mes de setiembre del 2011.
Una firma ilegible y una huella dactilar. MARGARITA CASTILLO HINOJOSA, DNI N° 41711365.
========================================
AL DORSO: ===============================================
CERTIFICO: Que la firma que figura en el anverso corresponde a: MARGARITA CATILLO
HINOJOSA, identificada con DNI N° 41711365. =======
La misma que se legaliza al amparo del Art. 108° de la Ley del Notariado.
De lo que doy fe. ===========================================
Lima, 14 de setiembre de dos mil once. =========================
V°B° SBM. ================================================
Un sello que dice: Notaria Zambrano.- Las Alondras N° 127 (Ovalo de Santa Anita).- Santa
Anita.- Lima 43. azr. 362-4545 ============================
Una firma ilegible y un sello que dice: Alfredo Zambrano Rodríguez. Notario de Lima.
=================================================
Un sello circular que dice: Colegio de Notarios de Lima. Un escudo. Perú. Nihil. Prius. fide.
===============================================
310
OTRO INSERTO: DECLARACIÓN JURADA =======================
DECLARACIÓN JURADA =====================================
Mediante la presente la que suscribe, Sr. ALEJANDRO VIDAL OCHOA, identificado con DNI
10239653, con domicilio en Sector 6 grupo 10 Mz P lote 11, Distrito de Villa El Salvador, Provincia
y Departamento de Lima; y EUSEBIO TAYPE FERNÁNDEZ, identificado con DNI N° 23264187, con
domicilio en anexo Tacsana Yauli, Distrito de Yauli, Provincia y Departamento de Huancavelica.
DECLARAMOS BAJO JURAMENTO Y EN HONOR A LA VERDAD =======
Que, MANUEL DELGADO CASTILLO, identificado con DNI N° 46407255 y MARGARITA
CASTILLO HINOJOSA , identificada con DNI ..............., mantienen una relación de convivencia
hace tres años, en el domicilio ..............., Distrito ............... Provincia y Departamento de
....................===========
Declaración Jurada que realizamos para TRAMITES DOCUMENTARIOS=======
Para mayor veracidad de lo manifestado, legalizamos nuestras firmas ante un Notario Público
de Lima, a los 14 días del mes de setiembre del 2011.
Una firma ilegible y un sello que dice. ALEJANDRO VIDAL OCHOA. DNI N° 10239653.
=================================================
Una firma ilegible y un sello que dice. EUSEBIO TAYPE FERNÁNDEZ. DNI 23264187.
================================================
AL DORSO: ===============================================
CERTIFICO: Que la firma que figura en el anverso corresponde a: ALEJANDRO OCHOA VIDAL,
identificado con DNI N° 10239653. EUSEBIO TAYPE FERNÁNDEZ, identificado con DNI N°
23264187.
La misma que se legaliza al amparo del art. 108° de la ley del notariado.
De lo que doy fe. ===========================================
Lima, 14 de setiembre de dos mil once. =========================
V°B° SBM. ================================================
Un sello que dice: Notaria Zambrano.- Las Alondras N° 127 (Ovalo de Santa Anita). Santa Anita-
Lima 43.- azr.- 362-4545. ============================
Una firma ilegible y un sello que dice: Alfredo Zambrano Rodríguez. Notario de Lima.
=================================================
Un sello circular que dice: Colegio de Notarios de Lima. Un escudo. Perú. Nihil. Prius. Fide.
===============================================
OTRO INSERTO: DECLARACIÓN JURADA DE NO ENCONTRARSE CON IMPEDIMENTO
MATRIMONIAL. ===================================
DECLARACIÓN JURADA DE SOLTERO =========================
Mediante la presente la que suscribe Sr. MANUEL DELGADO CASTILLO, identificado con DNI
N° ..............., con domicilio en la calle ............... Distrito de ............... Provincia y Departamento
de ..............., declaramos bajo juramento y en honor a la verdad. ==========================
Que, mi estado civil actualmente es soltero, y que no tengo ningún compromiso con una mujer.
=========================================
Declaración Jurada que realizamos para trámites documentarios. ===========
Para mayor veracidad de lo manifestado, legalizo mi firma ante Notario Público de Lima, a los
14 días del mes de setiembre del 2011. ==========
311
Una firma ilegible y una huella dactilar. MANUEL DELGADO CASTILLO. DNI N°....................
=============================================
AL DORSO: ===============================================
CERTIFICO: Que la firma que figura en el anverso corresponde A: MANUEL DELGADO
CATILLO, identificado con DNI N° ....................========
La misma que se legaliza al amparo del Art. 108° de la Ley del Notariado.
De lo que doy fe. ===========================================
Lima, 14 de setiembre de dos mil once. =========================
V°B° SBM. ================================================
Un sello que dice: Notaria Zambrano. Las Alondras N° 127 (Ovalo de Santa Anita). Santa Anita-
Lima 43.- azr.- 362-4545 =============================
Una firma ilegible y un sello que dice: ALFREDO ZAMBRANO RODRÍGUEZ. Notario de Lima.
=========================================
Un sello circular que dice: Colegio de Notarios de Lima. Un escudo. Perú. Nihil. Prius. Fide.
==============================================
OTRO INSERTO: DECLARACIÓN JURADA DE NO ENCONTRARSE CON
IMPEDIMENTO MATRIMONIAL ================================
DECLARACIÓN JURADA =====================================
Mediante la presente la que suscribe Sra. MARGARITA CASTILLO HINOJOSA, identificada con
DNI N° ..............., con domicilio en la calle ............... Distrito de ..............., Provincia y
Departamento de ...............===========
DECLARAMOS BAJO JURAMENTO Y EN HONOR A LA VERDAD ====
Que, mi estado civil actualmente es soltera y que no tengo ningún compromiso con un varón.
==========================================
Declaración jurada que realizamos para TRAMITES DOCUMÉNTANOS del Seguro.
===================================================
Para mayor veracidad de lo manifestado, legalizo mi firma ante Notario Público de Lima, a los
14 días del mes de setiembre del 2011. ==========
Una firma ilegible y una huella dactilar. Margarita Castillo Hinojosa. DNI N° ...............
AL DORSO: ===============================================
CERTIFICO: Que la firma que figura en el anverso corresponde A: MARGARITA CASTILLO
HINOJOSA identificada con DNI N° ............... =======
La misma que se legaliza al amparo del Art. 108° de la Ley del Notariado.
De lo que doy fe. ===========================================
Lima, 14 de setiembre de dos mil once. =========================
V°B° SBM. ================================================
Un sello que dice: Notaria Zambrano. Las Alondras N° 127 (Ovalo de Santa Anita). Santa Anita-
Lima 43.- azr.- 362-4545 ===========================
Una firma ilegible y un sello que dice: Alfredo Zambrano Rodríguez. Notario de Lima.
=================================================
312
Un sello circular que dice: Colegio de Notarios de Lima. Un escudo. Perú. Nihil. Prius. Fide.
===============================================
OTRO INSERTO: CERTIFICADO DOMICILIARIO DE MANUEL DELGADO CASTILLO
====================================================
Consta por el presente documento, al que brindo mayor fuerza legal, Yo: MANUEL DELGADO
CASTILLO, de nacionalidad peruana; con DNI N° ............... domiciliado en calle ...............; Ciudad
..............., Provincia ..............., Departamento ............... en el pleno goce de los derechos
constitucionales y en concordancia con lo previsto en la Ley de Procedimientos Administrativos Ley
N° 27444. ====================================
DECLARO BAJO JURAMENTO ================================
Que, la dirección que señalo líneas arriba, es mi domicilio real, actual efectivo y verdadero
donde tengo vivencia real, física y permanentemente, en caso de comprobarse mi falsedad alguna
estoy sometiéndome a las sanciones contempladas en el Art. 427° del Código Penal.
Formulo la siguiente Declaración Jurada para los fines legales de certificado domiciliario
simplificado. ===================================
MOTIVO: ==================================================
Para mayor constancia y validez y en cumplimiento firmo y pongo mi huella digital al pie del
presente documento para fines legales correspondientes.
Setiembre, de 02 del 2011. ===================================
Una huella dactilar.- firma.- ==================================
AL DORSO: ===============================================
CERTIFICO: Que la firma que figura en el anverso corresponde A: MANUEL DELGADO
CASTILLO, identificado con DNI N° ...............=================
La misma que se legaliza al amparo del Art. 108° de la Ley del Notariado.
De lo que doy fe. ===========================================
Lima, 02 de setiembre de dos mil once. =========================
V°B° SBM. ================================================
Un sello que dice: Notaria Zambrano. Las Alondras N° 127 (Ovalo de Santa Anita). Santa Anita-
Lima 43.- azr.- 362-4545. ============================
Una firma ilegible y un sello que dice: ALFREDO ZAMBRANO RODRÍGUEZ. Notario de Lima.
=========================================
Un sello circular que dice: Colegio de Notarios de Lima.- Un escudo.- Perú.- Nihil.- Prius.- Fide.-
======================================
OTRO INSERTO: CERTIFICADO DOMICILIARIO DE MARGARITA CASTILLO HINOJOSA
==============================================
Consta por el presente documento, al que brindo mayor fuerza legal, Yo: MARGARITA CASTILLO
HINOJOSA, de nacionalidad peruana; con DNI N° ..............., domiciliado en: calle ............... Ciudad
............... Provincia ............... Departamento; en el pleno goce de los Derechos Constitucionales y
en Concordancia con lo Previsto en la Ley de Procedimientos Administrativos N° 27444.
DECLARO BAJO JURAMENTO ================================
Que, la dirección que señalo líneas arriba, es mi domicilio real, actual efectivo y verdadero
donde tengo vivencia real, física y permanentemente, en caso de comprobarse mi falsedad alguna
313
estoy sometiéndome a las sanciones contempladas en el Art. 427° del Código Penal.-
=========================================================
Formulo la siguiente Declaración Jurada para los fines legales de Certificado Domiciliario
Simplificado ==================================
MOTIVO: =================================================
Para mayor constancia y validez y en cumplimiento firmo y pongo mi huella digital al pie del
presente documento para fines legales correspondientes.
Setiembre, de 02 del 2011 ====================================
Una huella dactilar. Firma ===================================
DORSO: ==================================================
CERTIFICO: Que la firma que figura en el anverso corresponde A: MARGARITA CASTILLO
HINOJOSA, identificada con DNI N° .................... =================
La misma que se legaliza al amparo del Art. 108° de la Ley del Notariado.
De lo que doy fe. ===========================================
Lima, 02 de setiembre de dos mil once. =========================
V°B° SBM. ================================================
Un sello que dice: Notaria Zambrano. Las Alondras N° 127 (Ovalo de Santa Anita). Santa Anita-
Lima 43.- azr.- 362-4545. ============================
Una firma ilegible y un sello que dice: Alfredo Zambrano Rodríguez. Notario de Lima.
=================================================
Un sello circular que dice: Colegio de Notarios de Lima.- Un escudo.- Perú.- Nihil.- Prius.- Fide.-
======================================
OTRO INSERTO: PUBLICACIÓN DEL DIARIO EL PERUANO DE FECHA 19 DE SETIEMBRE
DEL 2011 ====================================
k.- 1240-11.- Alfredo Zambrano Rodríguez, Notario de Lima, de conformidad con el Art. 18° de
la Ley N° 26662; se comunica que don MANUEL DELGADO CASTILLO y MARGARITA CASTILLO
HINOJOSA, han presentado ante mi oficio notarial sito en Av. ..............., la SOLICITUD DE
DECLARACIÓN DE UNIÓN DE HECHO, en el sentido que los otorgantes manifiestan de manera
libre, voluntaria y sin coacción alguna que vienen conviviendo desde hace tres años (3), que ambos
son solteros y que por consiguiente se encuentran libres de impedimento
matrimonial.=========================================================
Lima, 13 de setiembre de 2011. ALFREDO ZAMBRANO RODRÍGUEZ.- Notario de Lima.- 002-
691970_1-fa-0673580-01v-
19set.========================================================
OTRO INSERTO:PUBLICACIÓN DEL DIARIO DEL PAÍS DE FECHA 19 DE SETIEMBRE DEL
2011 =======================================
K.- 1240-11.- DECLARACIÓN DE UNIÓN DE HECHO: ALFREDO ZAMBRANO RODRÍGUEZ,
Notario de Lima; de conformidad con el Art. 18° de la Ley 26662; se comunica que don MANUEL
DELGADO CASTILLO y doña MARGARITA CASTILLO HINOJOSA, han presentado ante mi oficio
notarial sito en Av. ............... a la SOLICITUD DE DECLARACIÓN DE UNIÓN DE HECHOS,
otorgantes manifiestan de manera libre, voluntariamente y sin coacción alguna que vienen
conviviendo hace 3 años, que ambos son solteros y que por consiguiente se encuentran libres de
impedimento matrimonial. ==
314
Lima, 13 de setiembre de 2011.- Alfredo Zambrado Rodríguez.- Notario de Lima.-
=====================================================
DECLARACIÓN DE RECONOCIMIENTO DE UNIÓN DE HECHO: Yo, LUCIO ALFREDO
ZAMBRANO RODRÍGUEZ, Notario de Lima; luego de haber tenido a la vista los documentos y
requisitos que exige el Art. 326° del Código Civil, y habiendose cumplido con lo estipulado en la Ley
N° 29560, DECLARO EXPRESAMENTE SENTADA LA UNIÓN DE HECHO; ENTRE LOS
SOLICITANTES: WILVER ROJAS CUADROS y ROSALINDA CHIPANA IZARRA, cuyas generales de
ley aparecen en la introducción del presente instrumento.-
De todo lo que doy fe.========================================
CONCLUSIÓN: =============================================
Formalizado el instrumento se instruyo a los otorgantes de su objeto y contenido por la lectura
que de todo se hizo, advirtiéndoles sobre los efectos legales del presente instrumento de conformidad
con lo establecido en el Art. 27° de la Ley del Notariado (D.L. Nº 1049) después de lo cual se
afirmaron y ratificaron en su contenido, doy fe. ===============================
Esta escritura pública se inicia en los papeles de servicio notarial serie «c» N° 3321608 y
concluye en los papeles de servicio notarial serie «c» N° 3321614.
Y se concluye el proceso de firmas de todos los comparecientes del presente instrumento a los
diecisiete días del mes de octubre del año dos mil once.
Doy fe. ===================================================
_______________________________ _______________________________
Manuel Delgado Castillo Margarita Catillo Hinojosa
Fecha:……/……/…… Fecha:……/……/……
D.N.I……………………. D.N.I…………………….
_________________________________
Alfredo Zambrano Rodríguez
Notario de Lima
vt/dl/mm
D.N.I. ...............
315
MODELO N° 151
Señor Notario:
Sírvase usted extender en su Registro Notarial de Asuntos No Contenciosos una Solicitud de
SUCESIÓN INTESTADA que solicitan don ..............., identificado con documento nacional de
identidad N° ...............; y doña ..............., identificada con documento nacional de identidad N°
...............; y don ..............., identificado con documento nacional de identidad N° ............... y doña;
..............., identificada con documento nacional de identidad Nº ...............; todos con domicilio
común para estos efectos sito en ..............., ante usted me presento y digo:
Que, conforme a lo dispuesto en la Ley N° 26662, solicito la DECLARACIÓN DE SUCESIÓN
INTESTADA de quien en vida fue nuestra madre doña ..............., quien falleció intestada en el
Distrito de San Isidro, Provincia y Departamento de Lima.
I. FUNDAMENTOS DE HECHO:
1. Es el caso Señor Notario que, con fecha 03 de enero de 1930 nace la que en vida fue nuestra
madre, siendo Registrada en la Municipalidad de Lima con el nombre de doña ...............; luego
contrae nupcias el día 19 de enero de 1952, con quien en vida fue nuestro padre don ...............
y con fecha 08 de febrero de 2013 fallece nuestra madre ..............., registrándose su deceso en
el Registro Nacional de Identificación y estado civil (RENIEC), conforme consta en el acta de
defunción que adjunto a la presente, siendo sus únicos herederos, los recurrentes.
2. La totalidad de sus bienes muebles e inmuebles se encuentran en la Ciudad de Lima.
MEDIOS PROBATORIOS:
1. Copia Certificada de la Partida de Matrimonio de doña ............... y don ...............
2. Copia Certificada de la Partida de Defunción de doña A ...............
3. Copia Certificada de la Partida de Nacimiento de don ...............
4. Copia Certificada de la Partida de Nacimiento de doña ...............
5. Copia Certificada de la Partida de Nacimiento de don ...............
6. Copia Certificada de la Partida de Nacimiento de Doña ...............
7. Certificado negativo de Sucesión Intestada de doña ..............., otorgado por la Oficina Nacional
de los Registros Públicos de Lima.
8. Certificado Negativo de Testamento de doña ..............., otorgado por la Oficina Nacional de los
Registros Públicos de Lima.
ANEXOS DE LA SOLICITUD:
1A. Copia fotostática de los documentos nacionales de identidad de los solicitantes.
1B. Copia Certificada de la Partida de Matrimonio de doña ............... y don ...............
1C. Copia certificada de la partida de defunción de doña ...............
1D. Copia Certificada de la Partida de Nacimiento de don ...............
1E. Copia Certificada de la Partida de Nacimiento de su Srta. hija ...............
1F. Copia Certificada de la Partida de Nacimiento de don ...............
1G. Copia Certificada de la Partida de su Srta. hija ...............
316
1H. Certificado Negativo de Sucesión Intestada de doña ..............., otorgado por la oficina nacional
de los Registros Públicos de Lima.
1I. Certificado negativo de testamento de doña ..............., otorgado por la Oficina Nacional de los
Registros Públicos de Lima.
POR TANTO:
A Ud. Señor Notario solicito se sirva admitir a trámite la presente solicitud.
PRIMER OTRO SI DIGO: Que de conformidad con lo dispuesto por el art. 40° y 41° de la Ley N°
26662, se servirá disponer se anote preventivamente la presente solicitud en el Registro de la
Sucesión Intestada, y se realicen las respectivas publicaciones.
SEGUNDO OTROSI DIGO: Para los efectos del trámite de la presente solicitud, cumplo con
señalar el domicilio en Jr. Trinidad Moran N° 1396, Distrito de Lince, Provincia y Departamento de
Lima, a donde se servirá hacerme llegar las respectivas notificaciones.
____________________________________ __________________________________
FERNANDO MARIO MEDINA MOLINA MONICA FANNY MEDINA MOLINA
___________________________________ _________________________________
RICARDO FELIX MEDINA MOLINA NORMA DORIS MEDINA MOLINA
317
MODELO N° 152
Por presentada la solicitud con los documentos que la acompañan y atendiendo a que la misma
contiene los datos e indicaciones que la Ley de Competencia Notarial en Asuntos No Contenciosos,
señala como requisitos, admito a trámite la SOLICITUD DE DECLARACIÓN DE SUCESIÓN
INTESTADA de Sr. ..............., fallecido el día ...............
En consecuencia ordeno publicar un extracto de esta en el Diario Oficial el Peruano y en otro
diario de amplia circulación, asimismo mando se extienda anotación preventiva de la solicitud.
_________________________________
Firma y Sello Notarial
Fernando García Montoya
Abogado-Notario de Iquitos
318
MODELO N° 153
ANC 698
Conforme a lo dispuesto por el Art. 41° de la Ley 26662, se comunica que a este Oficio Notarial
sito en Av. ..............., Distrito ............... Provincia ..............., se ha presentado a ...............,
SOLICITANDO LA SUCESIÓN INTESTADA de ..............., fallecido en la ciudad de Lima el ...............,
a favor de ............... y de ella misma, lo que comunico para que se presenten los que se crean con
vocación hereditaria.
_________________________________
Firma y Sello Notarial
Fernando García Montoya
Abogado-Notario de Lima
319
MODELO N° 154
ANC 698
FERNANDO GARCÍA TAMOYA, Notario de Lima, con domicilio en Av. ..............., San Isidro,
Lima; con el debido respeto me presento y digo:
Que de acuerdo a lo dispuesto en el Art. 40° de la Ley 26662; solicito se sirva disponer la
ANOTACIÓN PREVENTIVA DE LA SUCESIÓN INTESTADA de don ............... fallecido ...............,
solicitado por ..............., con fecha 18 de marzo de 2013, ante mi oficio notarial.
Para estos efectos cumplo con adjuntar copia legalizada de la solicitud.
Atentamente;
_____________________________
Firma y Sello Notarial
Fernando García Montoya
320
MODELO N° 155
NOTIFICACIÓN DE HEREDEROS
ACN 698
NOTIFICACIÓN A HEREDERO
Presente:
De mi consideración:
Por medio de la presente y de acuerdo a lo dispuesto por el Art. 41° de la Ley Nº 26662, (Ley de
Asuntos No Contenciosos), cumplo con poner en su conocimiento que éste oficio Notarial sito en
Av. ..............., se ha RECEPCIONADO LA SOLICITUD DE SUCESIÓN INTESTADA de don
..............., quien falleciera con fecha ..............., la misma que luego de calificada ha sido admitida
para la publicación y procedimientos respectivos.
Lo que pongo en conocimiento para que haga valer los derechos que corresponda.
Atentamente;
_________________________________
Firma y Sello Notarial
Fernando García Montoya
Abogado-Notario de Lima
321
MODELO N° 156
Por presentada la solicitud con los documentos que la acompañan y atendiendo a que la misma
contiene los datos e indicaciones que la Ley de Competencia Notarial en Asuntos No Contenciosos,
señala como requisitos, ADMITO A TRÁMITE LA SOLICITUD DE DECLARACIÓN DE SUCESIÓN
INTESTADA de ..............., fallecido el día ...............
En consecuencia ordeno publicar un extracto de esta en el Diario Oficial el Peruano y en otro
diario de amplia circulación, asimismo mando se extienda anotación preventiva de la solicitud.
_________________________________
Firma y Sello Notarial
Fernando García Montoya
Abogado-Notario de Iquitos
322
IV. OTROS ESCRITOS
MODELO N° 157
CERTIFICADO DOMICILIARIO
Ante mi don ..............., abogado, Notario Público de esta capital, con oficio Notarial en calle Las
Alondras Nº 127, Distrito de Santa Anita, Lima; a solicitud de don: ..............., identificado con DNI
N° ............... y doña ..............., identificada con DNI N° ............... quienes manifiestan ser de estado
civil soltero(a) que de conformidad con lo señalado en el D. Leg. N° 1049, Art. 95° de la Ley del
Notariado en concordancia con el Art. 4° de la referida Ley del Notariado; me constituí en el domicilio
de los solicitantes con la finalidad de constatar y describir el inmueble sito en: La Alameda del Rocío
N° 222, distrito de Surco, provincia y departamento de Lima.
Se expide el presente CERTIFICADO para los fines que crea conveniente el o (la) solicitante.
___________________________ ___________________________
Solicitud por el señor Solicitud por la señora
______________________________________
Lucio Alfredo Zambrano Rodríguez
Notario Público de Lima
323
MODELO N° 158
RECTIFICACIÓN DE PARTIDA
Por presentada la solicitud con los documentos que la acompañan y atendiendo a que la misma
contiene los datos e indicaciones que la Ley de Competencia Notarial en Asuntos no Contenciosos
N° 26662 señala como requisitos, admito a trámite la SOLICITUD DE RECTIFICACIÓN DE PARTIDA
DE NACIMIENTO de RUTH CECILIA GASTAÑADUI ESPINOZA, SARA MILUSKA GASTAÑADUI
ESPINOZA, ALEJANDRO MANUEL GASTAÑADUI ESPINOZA.
En consecuencia ordeno publicar un extracto de esta en el Diario Oficial el Peruano y en otro
diario de amplia circulación.
___________________________ ___________________________
Firma y Sello Notarial Firma y Sello Notarial
D.N.I.: ............... D.N.I.: ...............
324
MODELO N° 159
Ante mi, FERNANDO MARIO MEDINA RAGGIO, Notario – Abogado de Lima y en mi Oficio
Notarial ubicado en la Av. Petit Thouars N° 3506, San Isidro, Lima, Ruth María Huamán Espinoza,
Sara Huamán Espinoza, representada por Ruth María Huamán Espinoza y Alejandro Manuel
Huamán Espinoza, SOLICITAN LA RECTIFICACIÓN DE SUS PARTIDAS DE NACIMIENTOS, en las
cuales se consigno el nombre de su madre como: Margarita Rita Espinoza de Huamán, Margarita
Espinoza Guevara de Huamán, siendo lo correcto Margarita Rita Espinoza Guevara de Huamán
respectivamente.
_________________________ ___________________________
Firma y Sello Notarial Firma y Sello Notarial
D.N.I.: ............... D.N.I.: ...............
325
MODELO N° 160
EXP. N° : 682-2012/ANC
FECHA : Lima, 10 de diciembre del 2012
SEÑORA : Sra. Ruth María Huamán Espinoza
DOMICILIO: Calle Valdeavellano N° 107, Urb. Santa Catalina, Distrito de la Victoria.
Atentamente;
_________________________ ___________________________
Firma y Sello Notarial Firma y Sello Notarial
D.N.I.: ............... D.N.I.: ...............
326
MODELO N° 161
SEÑORES
UNIVERSAD ALAS PERUANAS
Presente.-
De nuestra consideración:
Previo atento saludo a su persona y conocedores de su alto espíritu de justicia, le pedimos se
sirva disponer la firma de contratos de seguro de vida con cualquier empresa aseguradora vigente
en la ciudad, ello a fin de cumplir con lo dispuesto en el Decreto Legislativo 688 y su reglamento.
Sin otro particular quedamos de Ud. haciendo presente que venimos laborando por más de seis
años en su empresa por lo que requerimos del derecho solicitado
Atentamente,
_______________________________________
Nombre Completo de los Trabajadores
Firma Legal de Acuerdo asu DNI
______________
* Le ofrecemos un escrito simple en donde varios trabajadores solicitan a su empleador se contrate con una empresa de
seguros para el correspondiente beneficio de Seguro de Vida. (AUTORES: JOSÉ MARÍA PACORI CARI y RICARDO
LUJANO).
327
MODELO N° 162
Yo ..............., identificado con DNI N° ..............., con dirección domiciliaria ..............., Distrito
..............., Provincia ..............., Departamento ..............., con domicilio procesal en la Av.
..............., Profesor Asociado; a Ud., respetuosamente, digo:
Conforme lo dispuesto en el Art. 109 del DS 005-90-PCM, solicito a Ud. se me conceda licencia
sin goce de haber por el periodo comprendido entre el lunes 15 y el viernes 19 de julio del año en
curso, que por razones de fuerza mayor no podré asistir al dictado de clases correspondiente,
haciendo presente que el avance lectivo no será perjudicado porque se han tomado las previsiones
del caso con los señores alumnos.
POR LO EXPUESTO:
A Ud. pido acceder a mi solicitud.
328
MODELO N° 163
Yo ..............., con DNI N° ..............., con dirección domiciliaria en la Av. ..............., Distrito
..............., Provincia ..............., Departamento ..............., en mi calidad de delegada del Tercer Año
“A” del curso de Derecho Administrativo; a Ud, respetuosamente, digo:
Los alumnos del Tercer Año “A” del curso de Derecho Administrativo, teniendo en cuenta el
avance lectivo de las clases de Derecho Administrativo y por convenir a nuestros intereses, hemos
llegado al acuerdo de solicitar a Ud. el cambio de horas en el curso de Derecho Administrativo de
la siguiente manera:
Las horas del día viernes de 7.30 a.m. a 9.10 a.m. sean pasadas al día jueves de 10.50 a.m. a
12.30 a.m.
ANEXO
1-A. Copia simple de mi DNI.
POR LO EXPUESTO:
A Ud. pido acceder a lo solicitado ya que también se ha coordinado con el profesor encargado
del dictado del curso y se encuentra de acuerdo.
329
MODELO N° 164
SEÑOR
SECRETARIO GENERAL DEL SINDICATO DE (…)
Presente.-
De mi mayor consideración:
Previo atento saludo a su persona, por medio de la presente solicito se me permita afiliarme al
Sindicato que Ud. representa, a fin de procurar la defensa de mis derechos laborales de manera
individual y colectiva.
Sin otro particular quedo de Ud., adjuntando a la presente, copia de mi documento oficial de
identidad.
Atentamente,
___________________________________________
D.N.I. o Carnét o N° de Código de Empleo,
Trabajo. Código de Servidor
____________
* El Artículo 3° del TUO de la Ley de Relaciones Colectivas de Trabajo establece que «La afiliación es libre y voluntaria. No
puede condicionarse el empleo de un trabajador a la afiliación, no afiliación o desafiliación, obligársele a formar parte de
un sindicato, ni impedírsele hacerlo.» La aplicación de esta norma la podemos ejemplificar a través de un pedido que
realiza un trabajador para ser parte de un sindicato. (AUTORES: JOSÉ MARÍA PACORI CARI y CÉSAR ALEJANDRO
SANTA MARÍA).
330
MODELO N° 165
SEÑOR(A):
GERENTE GENERAL DE LA EMPRESA (…)
Presente.-
De nuestra mayor consideración:
Previo atento saludo a su persona, por medio de la presente se le requiere para que se Sirva
Abstenerse de Realizar Prácticas Antisindicales consistentes en otorgar cargos de confianza e
incrementos remunerativos a miembros de nuestro sindicato con la finalidad de que los mismos
renuncien a nuestro sindicato.
Como se puede verificar tal actitud de manera evidente, menoscaba el derecho a la
sindicalización de los trabajadores.
Sin otro particular quedamos de Ud., esperando se sirva corregir su conducta, caso contrario,
recurriremos en tutela de nuestros derechos a la autoridad administrativa de trabajo.
Atentamente,
________________________________
Nombre y Apellidos del o los
Representantes del Sindicato
_____________
* El Artículo 4° del TUO de la Ley de Relaciones Colectivas de Trabajo establece que «El Estado, los empleadores y los
representantes de uno y otros deberán abstenerse de toda clase de actos que tiendan a coactar, restringir o menoscabar,
en cualquier forma, el derecho de sindicalización de los trabajadores, y de intervenir en modo alguno en la creación,
administración o sostenimiento de las organizaciones sindicales que éstos constituyen.» Este artículo se puede hacer
efectivo a través de un pedido que realice un sindicato a fin de evitar se realicen prácticas anti-sindicales. (AUTORES:
JOSÉ MARÍA PACORI CARI y CÉSAR ALEJANDRO SANTA MARÍA).
331
MODELO N° 166
En Arequipa, siendo las seis horas de la tarde del día cuatro de febrero de 2013, estando en el
Local del Sindicato de (…) ubicado en (…), lugar de sesión, se reunieron los miembros del Sindicato
en Asamblea General, presidida por el Secretario General (…), estando como Secretario el Sr. (…),
estando presentes las siguientes personas miembros del Sindicato: (enumerar los nombres,
apellidos y DNI de los asistentes)
Antes de abrir el orden del día se recaban los informes y pedidos correspondientes, estando a
la inexistencia de los mismos se procede a indicar el orden del día de la presente asamblea.
Es orden del día de la presente asamblea la posibilidad de constituir una «sección sindical» de
nuestro sindicato (…) en la Empresa (…)
Una vez leído la orden del día se procedió a conceder la palabra a los asociados, quienes después
de una amplia y larga discusión acordaron por UNANIMIDAD
Constituir una SECCIÓN SINDICAL del Sindicato (…) dentro de la Empresa (…), sección sindical
que tendrá todas las atribuciones legales que el estatuto y la ley confiere al sindicato en sí.
Nombrar como representante de la SECCIÓN SINDICAL a (…), para lo cual se expedirá la
credencial sindical correspondiente.
Leída que fue el acta, la firman los asistentes, junto con el Secretario General del Sindicato y
Secretario, indicando la conformidad de la misma.
_________________________
Firma y Nombre y DNI
_____________
* El Artículo 7° del TUO de la Ley de Relaciones Colectivas de Trabajo establece que «Los sindicatos se pueden organizar
con alcance local, regional o nacional. En tales casos, para el cumplimiento de sus fines al interior de la empresa, podrán
constituir una «sección sindical». (AUTORES: JOSÉ MARÍA PACORI CARI y CESAR ALEJANDRO SANTA MARÍA).
332
MODELO N° 167
SEÑOR(A):
GERENTE GENERAL DE LA EMPRESA (…)
Presente.-
De mi mayor consideración:
Atento saludo a su persona, por medio de la presente le comunicamos nuestra decisión de
representar a los siguientes trabajadores (...............) en el conflicto de naturaleza colectiva generada
en mérito al no pago oportuno de la bonificación de escolaridad para el mes de marzo de los
corrientes, bajo el supuesto que estos trabajadores serían trabajadores sujetos a contrato modal.
Le recordamos que todos los trabajadores tienen iguales derechos y deben gozar de igualdad de
trato.
Sin otro particular quedamos de Ud.
Atentamente,
_______________________________________
Firma Representante de Sindicato y Sello
D.N.I. Código de Trabajador
_____________
* El Artículo 8°, inciso a) del TUO de la Ley de Relaciones Colectivas de Trabajo establece que «Son fines y funciones de
las organizaciones sindicales: a) Representar el conjunto de trabajadores comprendidos dentro de su ámbito, en los
conflictos, controversias o reclamaciones de naturaleza colectiva». (AUTORES: JOSÉ MARÍA PACORI CARI y CÉSAR
ALEJANDRO SANTA MARÍA).
333
MODELO N° 168
IV.- ANEXOS
- Copia de mi DNI
- Copia de la Boleta de pago por Obr. Contratados Serv-Pers. –Normal de marzo de 2017 del
recurrente.
POR LO EXPUESTO:
A Usted pido acceder a lo solicitado a la brevedad posible.
Arequipa, 10 de abril del 2017.
___________________________ ______________________________
FIRMA DEL ABOGADO FIRMA DEL RECURRENTE
334
MODELO N° 169
III. ANEXOS
1-A. Copia de mi DNI
1-B. Copia de la solicitud de fecha 13 de setiembre del 2013 y sus recaudos.
POR LO EXPUESTO.-
335
A Usted pido disponer el trámite de la presente.
PRIMER OTROSI.- Dejo expresa constancia que con fecha 13 de setiembre del 2013, he
presentado una solicitud con Registro N° 1313 dirigida al Jefe de Recursos Humanos de la Gerencia
Red asistencial de Arequipa que no tiene respuesta hasta la actualidad y que viola lo previsto en el
inciso 20) del artículo 2 de la Constitución Política del Estado. Sírvase a disponer se informe el
estado de ese expediente y se integre la presente solicitud, caso contrario me veré obligada a hacer
uso de la figura del Silencio Administrativo.
___________________________ ______________________________
FIRMA DEL ABOGADO FIRMA DEL RECURRENTE
336
MODELO N° 170
337
- Principio de celeridad.- Quienes participan en el procedimiento deben ajustar su actuación de
tal modo que se dote al trámite de la máxima dinámica posible, evitando actuaciones procesales
que dificulten su desenvolvimiento o constituyan meros formalismos, a fin de alcanzar una
decisión en tiempo razonable, sin que ello releve a las autoridades del respeto al debido
procedimiento o vulnere el ordenamiento.
- Principio de eficacia.- Los sujetos del procedimiento administrativo deben hacer prevalecer el
cumplimiento de la finalidad del acto procedimental, sobre aquellos formalismos cuya
realización no incida en su validez, no determinen aspectos importantes en la decisión final, no
disminuyan las garantías del procedimiento, ni causen indefensión a los administrados.
En todos los supuestos de aplicación de este principio, la finalidad del acto que se privilegie
sobre las formalidades no esenciales deberá ajustarse al marco normativo aplicable y su validez
será una garantía de la finalidad pública, que se busca satisfacer con la aplicación de este
principio.
IV. ANEXOS
1.A. Copia de mi D.N.I.
1.B. Copia de la Resolución Ministerial N° 142-2017-TR.
POR LO EXPUESTO:
A Usted, pido acceder a lo solicitado.
___________________________ ______________________________
FIRMA DEL ABOGADO FIRMA DEL RECURRENTE
338
MODELO N° 171
339
1.- PRINCIPIO DE LEGALIDAD: Las autoridades administrativas deben actuar con respeto a la
Constitución, la ley y al derecho, dentro de las facultades que le estén atribuidas y de acuerdo
con los fines para los que les fueron conferidas.”
2.- PRINCIPIO DEL DEBIDO PROCEDIMIENTO: “Los administrados gozan de todos los derechos y
garantías inherentes al debido procedimiento administrativo, que comprende el derecho a
exponer sus argumentos, a ofrecer y producir pruebas y a obtener una decisión motivada y
fundada en derecho. La institución del debido procedimiento administrativo se rige por los
principios del Derecho Administrativo. La regulación propia del Derecho Procesal Civil es
aplicable sólo en cuanto sea compatible con el régimen administrativo”.
3.- PRINCIPIO DE IMPULSO OFICIO: “Las autoridades deben dirigir e impulsar de oficio el
procedimiento y ordenar la realización o práctica de los actos que resulten convenientes para
el esclarecimiento y resolución de las cuestiones necesarias”.
4.- PRINCIPIO DE RAZONABILIDAD: “Las decisiones de la autoridad administrativa, cuando creen
obligaciones, califiquen infracciones, impongan sanciones, o establezcan restricciones a los
administrados, deben adaptarse dentro de los límites de la facultad atribuida y manteniendo la
debida proporción entre los medios a emplear y los fines públicos que deba tutelar, a fin de que
respondan a lo estrictamente necesario para la satisfacción de su cometido.”
5.- PRINCIPIO DE IMPARCIALIDAD: “Las autoridades administrativas actúan sin ninguna clase de
discriminación entre los administrados, otorgándoles tratamiento y tutela igualitarios frente al
procedimiento, resolviendo conforme al ordenamiento jurídico y con atención al interés
general.”
___________________________ ______________________________
FIRMA DEL ABOGADO FIRMA DEL RECURRENTE
340
MODELO N° 172
SEÑOR(A):
GERENTE GENERAL DE LA EMPRESA (…)
Presente.-
De mi mayor consideración:
Atento saludo a su persona, por medio de la presente LE SOLICITO SE SIRVA DAR
CUMPLIMIENTO AL CONVENIO COLECTIVO CELEBRADO PARA EL PRESENTE EJERCICIO
PRESUPUESTAL 2013, ello debido que hasta la fecha no se implementa el incremento remunerativo
de cincuenta nuevos soles acordado a cada uno de los trabajadores, caso contrario nos veremos en
la necesidad de recurrir a las autoridades competentes.
Solicitamos que dicho cumplimiento implique la regularización de pago de devengados por los
meses de enero y febrero.
Sin otro particular quedamos de Ud.
Atentamente,
_________________________________________________________
Firma Representante de Sindicato
y DNI o Código de Trabajador o Carnét de Afiliado Sindical
_____________
* El Artículo 8°, inciso b) del TUO de la Ley de Relaciones Colectivas de Trabajo establece que «Son fines y funciones de
las organizaciones sindicales: (…) b) Celebrar convenciones colectivas de trabajo, exigir su cumplimiento y ejercer los
derechos y acciones que de tales convenciones se originen». Veamos una forma de aplicación práctica de este artículo.
Es importante indicarle que el cumplimiento de una convención colectiva se puede hacer ante el Juez, pero ello no
implica que se requiera a la empresa el cumplimiento de un convenio como es la carta que se ofrece (AUTORES: JOSÉ
MARÍA PACORI CARI y CÉSAR ALEJANDRO SANTA MARÍA).
341
MODELO N° 173
SEÑOR(A):
GERENTE GENERAL DE LA EMPRESA ...............
Presente.-
De mi mayor consideración:
Atento saludo a su persona, por medio de la presente le comunicamos nuestra decisión en
asamblea general de coordinar con su empresa sobre la formación de una Derrama que facilite la
mejor calidad de vida de nuestros asociados.
No está demás agradecerle por anticipado, el interés que se pueda poner a este asunto de suma
importancia para nuestros asociados.
Sin otro particular quedamos de Ud.
Atentamente,
____________________________________
Firma Representante de Sindicato
y Sello y Nombre
_____________
* El Artículo 8°, inciso d) del TUO de la Ley de Relaciones Colectivas de Trabajo establece que «Son fines y funciones de
las organizaciones sindicales: (…) d) Promover la creación y fomentar el desarrollo de cooperativas, cajas, fondos y, en
general, organismos de auxilio y promoción social de sus miembros». Los sindicatos pueden buscar formas de
participación con la empresa a fin de mejorar la calidad de vida de sus asociados. (AÚTORES: JOSÉ MARÍA PACORI
CARI y CESAR ALEJANDRO SANTA MARÍA).
342
MODELO N° 174
SEÑOR(A):
GERENTE GENERAL DE LA EMPRESA (…)
Presente.-
De mi mayor consideración:
Atento saludo a su persona, por medio de la presente, a fin de promover el mejoramiento de la
educación de nuestros asociados, le pedimos se sirva otorgarnos una audiencia para con su
persona, a fin de discutir sobre un plan de capacitación en áreas técnicas que servirán para elevar
los conocimientos de nuestros asociados y la productividad de nuestra empresa.
Sin otro particular quedamos de Ud.
Atentamente,
_________________________________________________________
Firma Representante de Sindicato
y Nombres de Representantes Sindicales y/o Trabajadores
_____________
* El Artículo 8°, inciso e) del TUO de la Ley de Relaciones Colectivas de Trabajo establece que «Son fines y funciones de las
organizaciones sindicales: (…) e) Promover el mejoramiento cultural, la educación general, técnica y gremial de sus
miembros.» Los sindicatos pueden buscar formas de participación con la empresa a fin de mejorar la calidad de vida de
sus asociados. (AUTORES: JOSÉ MARÍA PACORI CARI y CÉSAR ALEJANDRO SANTA MARÍA).
343
MODELO N° 175
SEÑORES
MINISTERIO DE TRABAJO Y PROMOCIÓN DEL EMPLEO
Presente.-
De nuestra mayor consideración
Previo atento saludo a su persona, dentro del plazo de cinco días previsto en la ley, por medio
de la presente, les comunico la reforma de nuestros estatutos en sus artículos 3° y 4° sobre las
sanciones a nuestros miembros, adjuntando para ello copia autenticada del nuevo texto.
Sin otro particular quedo de Ud.
Atentamente,
_______________________________
Firma y Nombres
de Representantes Sindicales
_____________
* El Artículo 10°, inciso d) del TUO de la Ley de Relaciones Colectivas de Trabajo establece que «Son obligaciones de las
organizaciones sindicales: (…) d) Comunicar a la Autoridad de Trabajo la reforma de sus estatutos, acompañando copia
auténticada del nuevo texto y, asimismo a aquélla y al empleador, la nómina de junta directiva y los cambios que en
ellas se produzcan dentro de los cinco (5) días hábiles siguientes.» Ofrecemos el modelo de cómo se comunica este
supuesto. (AUTORES: JOSÉ MARÍA PACORI CARI y CÉSAR ALEJANDRO SANTA MARÍA).
344
MODELO Nº 176
SEÑOR(A):
SECRETARIO GENERAL DEL SINDICATO DE ...............
Presente.-
De mi mayor consideración:
Atento saludo a su persona, por medio de la presente le requerimos formalmente para que se
sirva abstenerse de realizar evidentes actos de simpatía respecto del partido político ..............., más
aún cuando nos encontramos cerca de las elecciones locales.
Le recordamos que la finalidad de un sindicato es la defensa de los derechos de los trabajadores
y no el dedicarse a acciones de índole política.
Sin otro particular quedamos de Ud.
Atentamente,
_________________________________________________
Firma Representante Empres
y Nombre con Sello (sino sería a Título Personal)
______________
* «Las organizaciones sindicales están impedidas de: a) Dedicarse institucionalmente de manera exclusiva a asuntos de
política partidaria, sin menoscabo de las libertades que la Constitución Política y los Convenios Internacionales de la
OIT ratificados por el Perú les reconocen». (AUTORES: JOSÉ MARÍA PACORI CARI y CÉSAR ALEJANDRO SANTA MARÍA).
345
MODELO N° 177
SEÑOR(A):
SECRETARIO GENERAL DEL SINDICATO DE ...............
Presente.-
De mi mayor consideración:
Atento saludo a su persona, por medio de la presente le requerimos se sirva abstenerse de
realizar actos de hostilidad respecto de nuestro personal de confianza ............... quien debido a su
situación con la empresa, ha renunciado a su sindicato, por lo que no consideramos correcto el
iniciarles un proceso disciplinario de expulsión de su sindicato conforme a sus Estatutos.
Sin otro particular quedamos de Ud.
Atentamente,
________________________________________________
Firma Representante Empresa
y Nombre y Sello (sino sería a Título Personal)
_____________
* El Artículo 11°, inciso b) del TUO de la Ley de Relaciones Colectivas de Trabajo establece que «Las organizaciones
sindicales están impedidas de: (…) b) Coaccionar directa o indirectamente a los trabajadores a ingresar o retirarse de la
organización sindical, salvo los casos de expulsión por causales previstas en el estatuto, debidamente comprobadas».
(AUTORES: JOSÉ MARÍA PACORI CARI y CÉSAR ALEJANDRO SANTA MARÍA).
346
MODELO N° 178
SEÑOR(A):
SECRETARIO GENERAL DEL SINDICATO DE…................
Presente.-
De mi mayor consideración:
En mi calidad de asociado de nuestro sindicato, le comunico mi indignación respecto de la
utilización de fondos de nuestro sindicato en la compra de bienes muebles a favor de la empresa.
En efecto, esta situación no ha sido aprobada en asamblea general, ni mucho menos ha sido
puesta en conocimiento de nuestros socios, razón por la cual solicito se sirva abstenerse de
continuar disponiendo de bienes de nuestro sindicato sin contar con la autorización previa.
Sin otro particular quedamos de Ud.
Atentamente,
_________________________________________________________
Firma del Asociado, Nombre y Dirección Legal Sindical
Laboral Dirección o Código de Trabajo o Afiliación Sindical
______________
* El Artículo 11°, inciso c) del TUO de la Ley de Relaciones Colectivas de Trabajo establece que «Las organizaciones
sindicales están impedidas de: (…) c) Aplicar fondos o bienes sociales a fines diversos de los que constituyen el objeto de
la organización sindical o que no hayan sido debidamente autorizados en la forma prevista por la ley o por el estatuto.»
(AUTORES: JOSÉ MARÍA PACORI CARI y CÉSAR ALEJANDRO SANTA MARÍA).
347
MODELO N° 179
SEÑOR(A):
SECRETARIO GENERAL DEL SINDICATO DE ...............
Presente.-
De mi mayor consideración:
En mi calidad de asociado de nuestro sindicato, le solicito se sirva abstenerse de devolver de
manera directa las aportaciones voluntarias que han realizado diversos socios, ello debido a que
para esta situación se requiere de acuerdo de asamblea general.
Sin otro particular quedamos de Ud.
Atentamente,
_________________________________________________________
Firma del Asociado, Nombre y Dirección Legal Sindical
Laboral Dirección o Código de Trabajo o Afiliación Sindical
_____________
* El Artículo 11°, inciso d) del TUO de la Ley de Relaciones Colectivas de Trabajo establece que «Las organizaciones
sindicales están impedidas de: (…)d) Distribuir directa o indirectamente rentas o bienes del patrimonio sindical».
(AUTORES: JOSÉ MARÍA PACORI CARI y CéSAR ALEJANDRO SANTA MARÍA).
348
MODELO Nº 180
SEÑOR(A):
SECRETARIO GENERAL DEL SINDICATO ...............
Presente.-
De mi mayor consideración:
Previo atento saludo a su persona por medio de la presente solicito se me tenga por afiliado a
su sindicato.
No está demás informarle que soy un trabajador que me encuentro en periodo de prueba que,
sin embargo, dicha situación no menoscaba mi derecho a la libertad sindical.
Sin otro particular quedo de Ud.
Atentamente.
_____________________________________________________
Firma y Nombre de Trabajador en Período de Prueba
_____________
* El Artículo 12° del TUO de la Ley de Relaciones Colectivas de Trabajo establece que «Los trabajadores podrán afiliarse a
un sindicato durante el período de prueba, sin menoscabo de los derechos y obligaciones que durante dicho período les
corresponde ejercer a las partes respecto a la relación laboral». (AUTORES: JOSÉ MARÍA PACORI CARI y CÉSAR
ALEJANDRO SANTA MARÍA).
349
MODELO Nº 181
En Arequipa, siendo las seis horas de la tarde del día cuatro de febrero de 2013, estando en el
Local de la empresa ............... ubicado en ..............., lugar de sesión, se reunieron los siguientes
trabajadores, ............... estando en asamblea, la misma fue presidida por ..............., estando como
secretario el Sr. ...............:
Antes de abrir el orden del día se recaban los informes y pedidos correspondientes, estando a
la existencia de los mismos se procede a indicar el orden del día de la presente asamblea.
Es orden del día de la presente asamblea la elección de dos delegados para que representen a
los dieciocho trabajadores de la empresa por ante nuestro empleador y autoridad de trabajo.
Estando a que el número de trabajadores no es suficiente para la formación de un sindicato de
empresa y a la necesidad de la defensa de nuestros derechos, se realiza la presente asamblea para
llegar a los acuerdos correspondientes.
Una vez leída la orden del día se procedió a conceder la palabra a los asociados, quienes después
de una amplia y larga discusión acordaron por UNANIMIDAD
Nombrar como delegados de los dieciocho trabajadores de la empresa a; (...............) y
(...............) quienes estarán investidos de las más amplias facultades para la defensa de nuestros
derechos e intereses, pudiendo ejercer nuestra representación ante las autoridades, empleador,
representantes de empleador y funcionarios correspondientes.
Se dispone que los delegados elegidos procedan a comunicar mediante carta de su elección ante
el empleador y la autoridad de trabajo en el plazo de cinco días.
____________________________________
Firma de los Asistentes y Nombres
____________
* El Artículo 15° del TUO de la Ley de Relaciones Colectivas de Trabajo establece que «En las empresas cuyo número de
trabajadores no alcance al requerido para constituir un sindicato, podrán elegir a dos (2) delegados que los representen
ante su empleador y ante la Autoridad de Trabajo. La elección de los delegados debe ser comunicada a la Autoridad de
Trabajo y al empleador dentro de los cinco (5) días hábiles siguientes». (AUTORES: JOSÉ MARÍA PACORI CARI y CÉSAR
ALEJANDRO SANTA MARÍA).
350
SEXTA PARTE
JURISPRUDENCIAS
351
1. VÍA ADMINISTRATIVA, AGOTAMIENTO DE VIA PREVIA Y VIA PARALELA
En Lima, a los diez días del mes de julio de dos mil uno, reunido el Tribunal Constitucional en
sesión de Pleno Jurisdiccional, con asistencia de los señores Magistrados Aguirre Roca, Presidente;
Rey Terry, Vicepresidente; Nugent, Díaz Valverde, Acosta Sánchez y Revoredo Marsano, pronuncia
la siguiente sentencia;
ASUNTO
Recurso extraordinario interpuesto por doña Victoria Lucía Guzmán de Iparraguirre contra la
sentencia expedida por la Primera Sala Civil de la Corte Superior de Justicia de La Libertad, de fojas
ciento ochenta y seis, su fecha nueve de enero de dos mil uno que, declaró improcedente la acción
de cumplimiento de autos.
ANTECEDENTES
La recurrente, con fecha quince de setiembre de dos mil, interpuso acción de cumplimiento
contra el Alcalde de la Municipalidad Provincial de Trujillo, a fin de que dé cumplimiento a la
Resolución de Alcaldía N° 1270-96 MPT, de fecha veintidós de agosto de mil novecientos noventa y
seis, mediante la cual se otorga al personal de la Municipalidad demandada una bonificación por
movilidad de S/. 60.59 mensuales, a partir del mes de enero de mil novecientos noventa y seis,
beneficio que le corresponde en virtud del artículo 5, de la Ley N° 23495, y el artículo 8 del Decreto
Supremo N° 015-83-PCM, por lo que, en su condición de cesante y beneficiaria, solicita se incorpore
a su pensión la suma indicada, con el reintegro correspondiente.
La emplazada contesta la demanda solicitando que sea declarada infundada, porque considera
que el beneficio que reclama la demandante, establecido en la resolución de alcaldía ya citada, no
reúne los requisitos de procedibilidad, porque la pretensión carece de sustento normativo y
administrativo, orientada a sorprender al juzgador, debido a que en ningún momento se le ha
recortado esta bonificación, sino que se ha adecuado al concepto de la planilla única de pagos, lo
cual requiere de mayor probanza.
El Cuarto Juzgado Especializado en lo Civil de Trujillo, a fojas sesenta y ocho, con fecha
veintitrés de octubre de dos mil, declaró fundada la demanda, por considerar que la demandada no
ha dado cumplimiento al pago de la bonificación por movilidad establecida mediante la Resolución
de Alcaldía N° 1270-96-MPT, y se ha mostrado renuente a materializar una obligación derivada de
un acto administrativo que se encuentra vigente y exigible.
La recurrida, revocando la apelada, declaró improcedente la acción de cumplimiento, por
considerar que la resolución cuyo cumplimiento se solicita, no contiene el mandamus específico,
claro y directo, respecto a la demandante, motivo por el cual no se puede disponer su cumplimiento.
352
FUNDAMENTO
Si bien es cierto que en el escrito de la demanda, obrante a fojas veintiocho, se señala: anexo
1-G Carta Notarial; y, a fojas treinta y ocho, obra el auto admisorio de la demanda, que, en su
segundo considerando, establece Que, con el anexo signado como uno – G, se advierte que la
accionante ha cumplido con agotar la vía previa, cursando Carta Notarial a la autoridad pertinente
(...); sin embargo, en el expediente no aparece tal carta notarial requiriendo a la autoridad edilicia
demandada lo que considera debido, esto es, el cumplimiento de la Resolución de Alcaldía N° 1270-
96-MPT, de fecha veintidós de agosto de mi novecientos noventa y seis. En consecuencia, no
habiéndose cumplido con el artículo 5, literal C, de la Ley N° 26301, de Habeas Data y Acción de
Cumplimiento, la demandante no ha acreditado el agotamiento de la vía previa respectiva.
Por este fundamento, el Tribunal Constitucional, en uso de las atribuciones que le confieren la
Constitución Política del Estado y su Ley Orgánica;
FALLA
CONFIRMANDO la recurrida que, revocando la apelada, declaró IMPROCEDENTE la acción de
cumplimiento. Dispone la notificación a las partes, su publicación en el Diario Oficial El Peruano y
la devolución de los actuados.
SS.
AGUIRRE ROCA; REY TERRY; NUGENT; DIAZ VALVERDE, ACOSTA SÁNCHEZ; REVOREDO MARSANO.
353
1.2 EL REGIMEN LABORAL Y LA VIA ADMINISTRATIVA
EXP. N° 326-2001-AA/TC-LIMA
ASUNTO
Recurso extraordinario interpuesto por don Juan Antonio Montero Contreras contra la
sentencia expedida por la Sala Corporativa Transitoria Especializada en Derecho Público de la Corte
Superior de Justicia de Lima, de fojas doscientos ochenta y seis, su fecha dieciocho de octubre de
dos mil, que declaró improcedente la acción de amparo de autos.
ANTECEDENTES
El recurrente, con fecha veinticinco de noviembre de mil novecientos noventa y nueve, interpone
una acción de amparo contra la Superintendencia Nacional de Aduanas (Sunad), a fin de que se
deje sin efecto la carta de despido N° 20-98-ADUANAS-INA-GRRHH y se le reponga en el cargo de
“especialista de aduanas III”.
Alega el accionante la violación de los derechos al debido proceso y al trabajo. Sostiene que se
le despidió invocando una causa justa “mediante una carta simple” y no a través de una resolución
administrativa; que interpuso recurso de reconsideración contra dicha carta el veintiséis de febrero
de mil novecientos noventa y ocho y que, al no obtener respuesta expresa, hace uso del silencio
administrativo considerando negado dicho recurso y, por lo tanto, agotada la vía administrativa. En
cuanto al fondo del asunto controvertido, señala que, en su calidad de Jefe de la División de
Regímenes Aduaneros de la Aduana de Iquitos, le correspondió cumplir y hacer cumplir la revisión
posterior de las declaraciones de importación (pólizas); añade que -como fruto de esa labor-
recuperó varios millones de soles, pero que aquellas declaraciones de importación que no ingresaron
al proceso selectivo y aleatorio de revisión “lógicamente tienen derecho a prescribir después de
cuatro años de haber sido canceladas”.
El Procurador Público encargado de los asuntos judiciales de la Sunad contesta la demanda,
proponiendo la excepción de caducidad. Sostiene que la demanda se interpuso en el mes de
noviembre de mil novecientos noventa y nueve, en tanto que la carta de despido fue notificada al
demandante el cinco de febrero de mil novecientos noventa y ocho; agrega que los trabajadores de
la Sunad están sujetos al régimen de la actividad privada y que, por lo tanto, se someten a lo
dispuesto en el Decreto Legislativo N° 728 y no a los procedimientos del TUO de la Ley de Normas
Generales de Procedimientos Administrativos; aduce que -en tal sentido- no correspondía que el
accionante interpusiera recurso de reconsideración. Añade que, sin perjuicio de ello, su
representada contestó el escrito del demandante mediante la carta N° 49-98-ADUANAS-INA-
GRRHH-DDP, recibida por éste el treinta de marzo de mil novecientos noventa y ocho. En cuanto
al fondo del aspecto controvertido, indica que el demandante debió revisar las pólizas de
354
importación, puesto que tenía conocimiento de la irregularidad en que incurrieron algunos
contribuyentes.
El Primer Juzgado Corporativo Transitorio Especializado en Derecho Público, mediante
sentencia emitida el catorce de enero del año dos mil, declaró fundada la excepción de caducidad e
improcedente la demanda, considerando que el demandante tomó conocimiento de la respuesta de
la accionada el treinta de marzo de mil novecientos noventa y ocho.
La recurrida confirmó la apelada, por los mismos fundamentos.
FUNDAMENTO
De acuerdo a la opinión emitida en las resoluciones recurridas, criterio que este Tribunal
Constitucional comparte, en el presente caso resulta de aplicación el artículo 37 de la Ley N° 23506,
toda vez que al demandante se le notificó la carta de despido el cinco de febrero de mil novecientos
noventa y ocho, mientras que la demanda la interpuso con fecha veinticinco de noviembre de mil
novecientos noventa y nueve. En ese sentido, el Tribunal Constitucional considera que, por la propia
naturaleza del régimen laboral al cual se encontraba sujeto el demandante, éste no estaba obligado
a interponer el recurso de reconsideración, ni tampoco le era aplicable, a su caso, acogerse a los
efectos del silencio administrativo negativo.
Por este fundamento, el Tribunal Constitucional, en uso de las atribuciones que le confieren la
Constitución Política del Estado y su Ley Orgánica.
FALLA
CONFIRMANDO la recurrida, que, confirmando la apelada, declaró FUNDADA la excepción de
caducidad e IMPROCEDENTE la acción de amparo. Dispone la notificación a las partes, su
publicación en el Diario Oficial El Peruano y la devolución de los actuados.
SS. REY TERRY; REVOREDO MARSANO; ALVA ORLANDINI; BARDELLI LARTIRIGOYEN; GONZALES OJEDA;
GARCIA TOMA.
355
1.3 PROCESO ORDINARIO Y PROCESO CONSTITUCIONAL. VIA PARALELA
ASUNTO
Recurso extraordinario interpuesto por la Caja Rural de Ahorro y Crédito de San Martín contra
la sentencia de la Sala Mixta de la Corte Superior de Justicia de San Martín, de fojas ciento cuarenta
y cuatro, su fecha veintidós de junio de dos mil uno, que declaró improcedente la acción de amparo
de autos.
ANTECEDENTES
La recurrente con fecha veintiséis de enero de dos mil uno, interpone acción de amparo contra
la empresa Comunicación y Servicios S.R.Ltda., propietaria de la emisora Radio Imagen, y contra
los periodistas Ramón Alfonso Amaringo Gonzales e Hildebrando García Moncada, a fin de que se
abstengan de difundir noticias inexactas, pues afectan los derechos a la banca, la garantía del
ahorro, la libre contratación, y la estabilidad de los trabajadores de la entidad financiera.
Afirma que los demandados vienen difundiendo, a través de la emisora radial, falsas
informaciones consistentes en que el dueño de la Caja Rural es el señor José Luis Venero Garrido,
hermano de Víctor Alberto Venero Garrido, testaferro de Vladimiro Montesinos Torres, y que existe
una relación entre la recurrente y el señor Manuel Tafur Ruiz, quien ha sido relacionado en un
video con Vladimiro Montesinos y José Luis Venero. Indica que estas informaciones inexactas y
tendenciosas han venido produciendo pánico financiero en la población, ocasionando el retiro
masivo de los depósitos de la institución financiera.
Los emplazados, luego de manifestar que la demandante, como persona jurídica, no tiene
derechos humanos, sostienen que tales informaciones se divulgaron en ejercicio de las libertades
de información, opinión, expresión y difusión, reconocidos en el inciso 4) del artículo 2 de la
Constitución. Afirman, además, que se limitaron a informar lo que en un video difundido en el
Congreso de la República se observa; esto es, a José Luis Venero Garrido, entregando un fajo de
billetes para sobornar al congresista Ernesto Gamarra, y señalar que Manuel Tafur Ruiz tiene
estrecha vinculación con la demandante por formar parte de su directorio. Aducen que estas
informaciones son sólo eco de aquéllas que vienen siendo difundidas por todos los medios de
comunicación, razón por la que, pretender callarlos, constituye un despropósito que no tiene
sustento legal.
356
El Juzgado Mixto de San Martín-Tarapoto con fecha 15 de febrero de 2001, declaró fundada la
demanda por considerar que, de acuerdo con el cassete grabado, las fotografías y el vídeo que
acompañan a la demanda, han quedado corroboradas tanto las informaciones vertidas por los
emplazados como las consecuencias que éstas han generado, esto es, el retiro masivo de los ahorros
en la Caja Rural demandante, sin que los demandados hayan ofrecido medio probatorio alguno que
demuestre que aquellas informaciones sean sólo eco de las difundidas por la prensa limeña.
La recurrida, revocando la apelada, declaró improcedente la acción de amparo, por considerar
que ni el “derecho a la banca” ni la garantía de ahorro son derechos fundamentales, y que la
demandada actuó al amparo de las libertades contenidas en el inciso 4) artículo 2 de la
Constitución, que no admiten autorización previa, censura o impedimento alguno del ejercicio de
la libertad de información. Asimismo, se afirma que, conforme se acredita a fojas ciento treinta y
nueve, el demandante ha optado por recurrir a la vía judicial ordinaria, razón por la que es de
aplicación lo previsto en el inciso 4) del artículo 6 de la Ley N° 23506.
FUNDAMENTOS
Amparo y vía paralela
1. La recurrida desestimó la pretensión, entre otras razones, por considerar que en el caso era
de aplicación el inciso 4) del artículo 6 de la Ley N° 23506, toda vez que tras la denuncia que la
recurrente interpusiera, se abrió un proceso penal contra los emplazados en sede ordinaria.
Sobre el particular, el Tribunal debe destacar que el supuesto de improcedencia regulado por
el inciso 4 del artículo 6 de la Ley N° 23506 se presenta sólo si, a través del uso de aquella vía
ordinaria, es posible alcanzar igual propósito que el que se pretende mediante la interposición del
amparo. En ese sentido, considera el Tribunal Constitucional que la causal de improcedencia
regulada en el inciso 4) del artículo 6 de la Ley N° 23506 sólo opera cuando el proceso ordinario sea
seguido entre las mismas partes, exista identidad de hechos y se persiga el mismo tipo de protección
idónea y eficaz que el amparo.
En el caso, según se corrobora de autos, la recurrente denunció penalmente a los emplazados
Hildebrando García Moncada y Ramón Alfonso Amaringo Gonzales como presuntos autores del
delito contra el orden financiero y monetario. En consecuencia, además de no existir identidad entre
los encausados en el proceso penal aludido y los emplazados en la presente acción de garantía,
entre ambos procesos tampoco existe el mismo objeto, pues mientras que en el primero se busca
determinar la eventual responsabilidad penal de los inculpados e imponer, de ser el caso, la
correspondiente sanción penal; en el segundo, esto es, en el amparo, se persigue tutelar derechos
constitucionales y, de ser el caso, reponer las cosas al estado anterior a la violación o amenaza de
violación del derecho.
Por todo ello, el Tribunal juzga que no es aplicable al presente caso la causal de improcedencia
invocada por la recurrida para desestimar la pretensión.
Determinación del objeto del proceso
2. El Tribunal entiende que hay una cuestión previa sobre la que debe detenerse a fin de evaluar
correctamente el sentido de la pretensión. La demandante, en efecto, ha señalado que el objeto de
su pretensión es que los demandados se abstengan de seguir difundiendo noticias inexactas, pues
ello agravia sus derechos constitucionales a la banca, garantía del ahorro, libre contratación y
estabilidad en el empleo de sus trabajadores.
Por ello, independientemente de que, como bien ha afirmado la recurrida, los denominados
“derechos a la banca y a la garantía del ahorro” no constituyan derechos constitucionales, ni que,
en caso de tener la naturaleza de derechos subjetivos, puedan ser susceptibles de protección
mediante el amparo, a juicio de este Tribunal, la posibilidad de que los demás derechos alegados
puedan ser objeto de algún tipo de lesión, no es consecuencia de que los emplazados hayan
difundido noticias inexactas, sino, fundamentalmente, de que se comprometió la credibilidad y la
357
buena reputación. En efecto, por sí misma, la difusión de informaciones no ha generado todos los
problemas que se detallan en la demanda, sino el descrédito del que ha sido objeto ante terceros.
Es pues, el derecho a la buena reputación, aunque formalmente no haya sido invocado, el que en
realidad podría resultar lesionado prima facie, y sobre el que, naturalmente, este Tribunal se
detendrá a analizar.
El contradictorio en el amparo y el principio de congruencia de las sentencias. Los efectos
singulares de la aplicación del iura novit curia en el proceso constitucional.
3. La formulación en estos términos del objeto del proceso, como es obvio, supone que
previamente este Tribunal analice si tal modificación de la pretensión, en la manera como se ha
expuesto en el anterior fundamento, afecta o no el contradictorio del amparo y, por extensión, el
principio de congruencia de las sentencias. Estos aspectos son tópicos que deben resolverse antes
de brindar una respuesta a las siguientes interrogantes: ¿tienen las personas jurídicas derechos
fundamentales?; si lo tuvieran, ¿titularizan el derecho a la buena reputación?
4. Por lo que respecta al principio de congruencia de las sentencias o, a su turno a la necesidad
de que se respete el contradictorio, el Tribunal Constitucional considera que no resultan afectados
por el hecho de que el juez constitucional se pronuncie por un derecho subjetivo no alegado por la
demandante, pues una de las particularidades de la aplicación del principio iura novit curia en el
proceso constitucional es que la obligación del juzgador de aplicar correctamente el derecho objetivo
involucra, simultáneamente, la correcta adecuación del derecho subjetivo reconocido en aquél.
Y ello es así, pues sucede que el derecho subjetivo constitucional está, a su vez, reconocido en
una norma constitucional, norma ésta, como la del inciso 7) del artículo 2 de la Constitución, que
es indisponible para el Juez Constitucional y que, en consecuencia, aunque no haya sido invocada,
debe aplicarse. Además, no puede olvidarse que el contradictorio en el amparo, por lo general, no
se expresa de manera similar a lo que sucede en cualquier otro ámbito del derecho procesal, en
particular, si se tiene en cuenta la posición y el significado de la participación de las partes (sobre
todo, la demandada) en el presente proceso; de manera que la comprensión y respeto del
contradictorio en el amparo ha de entenderse, no conforme a los que se entiende por él en cualquier
otro proceso, sino en función de las características muy particulares del proceso constitucional.
En ese sentido, el Tribunal Constitucional es competente para analizar la controversia en los
términos indicados.
Titularidad de derechos fundamentales de las personas jurídicas
5. Ahora bien, conforme se ha expuesto en el último párrafo del fundamento N° 2, el primer
tema que ha de esclarecerse es el relativo a la titularidad o no de los derechos fundamentales por
parte de las personas jurídicas. En ese sentido, opina el Tribunal que el reconocimiento de los
diversos derechos constitucionales es, en principio, a favor de las personas naturales. Por extensión,
considera que también las personas jurídicas pueden ser titulares de algunos derechos
fundamentales en ciertas circunstancias.
Tal titularidad de los derechos por las personas jurídicas de derecho privado se desprende
implícitamente del artículo 2, inciso 17, de nuestra Carta Fundamental, pues mediante dicho
dispositivo se reconoce el derecho de toda persona de participar en forma individual o asociada en
la vida política, económica, social y cultural de la nación. Este derecho, además de constituir un
derecho fundamental por sí mismo, es, a su vez, una garantía institucional, en la medida en que
promueve el ejercicio de otros derechos fundamentales, ya en forma individual, ya en forma
asociada, por lo que aquí interesa destacar.
En ese sentido, entiende el Tribunal que, en la medida en que las organizaciones conformadas
por personas naturales se constituyen con el objeto de que se realicen y defiendan sus intereses,
esto es, actúan en representación y sustitución de las personas naturales, muchos derechos de
estos últimos se extienden sobre las personas jurídicas. Una interpretación contraria concluiría con
la incoherencia de, por un lado, habilitar el ejercicio de facultades a toda asociación -entendida en
358
términos constitucionales y no en sus reducidos alcances civiles- y, por otro, negar las garantías
necesarias para que tal derecho se ejerza y, sobre todo, puedan ser susceptibles de protección.
Sin embargo, no sólo de manera indirecta las personas jurídicas de derecho privado pueden
titularizar diversos derechos fundamentales. También lo pueden hacer de manera directa. En dicho
caso, tal titularidad no obedece al hecho de que actúen en sustitución de sus miembros, sino en
cuanto a sí mismas y, naturalmente, en la medida en que les sean extendibles.
Por tanto, considera el Tribunal, que la ausencia de una cláusula, como la del artículo 3 de la
Constitución de 1979, no debe interpretarse en el sentido de negar que las personas jurídicas
puedan ser titulares de algunos derechos fundamentales o, acaso, que no puedan solicitar su tutela
mediante los procesos constitucionales y, entre ellos, el amparo.
Esta es la situación de la Caja Rural de Ahorro y Crédito de San Martín, que es una persona
jurídica de derecho privado, constituida bajo la modalidad de sociedad anónima abierta.
Titularidad del derecho a la buena reputación por las personas jurídicas de derecho
privado
6. Ahora bien, que se haya afirmado que el reconocimiento de los derechos constitucionales se
extiende al caso de las personas jurídicas de derecho privado no quiere decir que ellos puedan
titularizar “todos” los derechos que la Constitución enuncia, pues hay algunos que, por su
naturaleza estrictamente personalista, sólo son susceptibles de titularizar por las personas
naturales. La cuestión, por tanto, es la siguiente: ¿Titularizan las personas jurídicas de derecho
privado el derecho a la buena reputación?
Sobre el particular, el Tribunal Constitucional debe recordar que el fundamento último del
reconocimiento del derecho a la buena reputación es el principio de dignidad de la persona, del cual
el derecho en referencia no es sino una de las muchas maneras como aquélla se concretiza. El
derecho a la buena reputación, en efecto, es en esencia un derecho que se deriva de la personalidad
y, en principio, se trata de un derecho personalísimo. Por ello, su reconocimiento (y la posibilidad
de tutela jurisdiccional) está directamente vinculado con el ser humano.
7. Sin embargo, aunque la buena reputación se refiera, en principio, a los seres humanos, éste
no es un derecho que ellos con carácter exclusivo puedan titularizar, sino también las personas
jurídicas de derecho privado, pues, de otro modo, el desconocimiento hacia estos últimos podría
ocasionar que se deje en una situación de indefensión constitucional ataques contra la “imagen”
que tienen frente a los demás o ante el descrédito ante terceros de toda organización creada por los
individuos. En consecuencia, el Tribunal Constitucional considera que las personas jurídicas de
derecho privado también son titulares del derecho a la buena reputación y, por tanto, pueden
promover su protección a través del proceso de amparo.
Libertad de información y expresión
8. Pues bien, aunque es legítimo que mediante el amparo se pueda incoar la protección del
derecho a la buena reputación por personas jurídicas de derecho privado, en el caso de autos, tal
tutela ha de analizarse; por un lado, de cara a la alegación efectuada por los demandados, según
los cuales la divulgación de los hechos noticiosos considerados como lesivos lo hicieron en ejercicio
de las libertades de información y expresión reconocida en el inciso 4) del artículo 2 de la
Constitución; y, por otro, frente a los términos con que la pretensión se ha planteado, que no es
otra que ordenar que los demandados se abstengan de seguir difundiendo cierto tipo de información
que se ha considerado como lesiva.
9. El inciso 4) del artículo 2 de la Constitución reconoce las libertades de expresión e
información. Aun cuando históricamente la libertad de información haya surgido en el seno de la
libertad de expresión, y a veces sea difícil diferenciar la una de la otra, el referido inciso 4 del artículo
2 de la Constitución las ha reconocido de manera independiente, esto es, como dos derechos
distintos y, por tanto, cada uno con un objeto de protección distinto.
359
Mientras que la libertad de expresión garantiza que las personas (individual o colectivamente
consideradas) puedan trasmitir y difundir libremente sus ideas, pensamientos, juicios de valor u
opiniones, la libertad de información, en cambio, garantiza un complejo haz de libertades, que,
conforme enuncia el artículo 13 de la Convención Americana de Derechos Humanos, comprende
las libertades de buscar, recibir y difundir informaciones de toda índole verazmente.
Así, mientras que con la libertad de expresión se garantiza la difusión del pensamiento, la
opinión o los juicios de valor que cualquier persona pueda emitir, la libertad de información
garantiza el acceso, la búsqueda y la difusión de hechos noticiosos o, en otros términos, la
información veraz. Por su propia naturaleza, los juicios de valor, las opiniones, los pensamientos o
las ideas que cada persona pueda tener son de naturaleza estrictamente subjetivas y, por tanto, no
pueden ser sometidos a un test de veracidad; a diferencia de lo que sucede con los hechos
noticiosos, que, por su misma naturaleza de datos objetivos y contrastables, sí lo pueden ser.
Contenido de la libertad de información: La información veraz
10. De allí que, aunque la Constitución no especifique el tipo de información que se protege, el
Tribunal Constitucional considera que el objeto de esta libertad no puede ser otro que la
información veraz. Desde luego que, desde una perspectiva constitucional, la veracidad de la
información no es sinónimo de exactitud en la difusión del hecho noticioso. Exige solamente que
los hechos difundidos por el comunicador se adecúen a la verdad en sus aspectos más relevantes.
“La verdad, en cuanto lugar común de la información, puede entenderse como la adecuación
aceptable entre el hecho y el mensaje difundido, la manifestación de lo que las cosas son. Se trata,
pues, de la misma sustancia de la noticia, de su constitutivo. Por ello es un deber profesional del
informador el respetar y reflejar la verdad substancial de los hechos (Javier Cremades, “La exigencia
de veracidad como límite del derecho a la información”, en AA.VV. Estudios de Derecho Público.
Homenaje a Juan José Ruiz Rico, T. I, Madrid 1999, pág. 599).
11. Las dimensiones de la libertad de información son: a) el derecho de buscar o acceder a la
información, que no sólo protege el derecho subjetivo de ser informado o de acceder a las fuentes
de información, sino, al mismo tiempo, garantiza el derecho colectivo de ser informados, en forma
veraz e imparcial, protegiéndose de ese modo el proceso de formación de la opinión pública y, en
consecuencia, no sólo al informante, sino también a todo el proceso de elaboración, búsqueda,
selección y confección de la información. b) la garantía de que el sujeto portador de los hechos
noticiosos pueda difundirla libremente. La titularidad del derecho corresponde a todas las personas
y, de manera especial, a los profesionales de la comunicación. El objeto protegido, en tal caso, es la
comunicación libre, tanto la de los hechos como la de las opiniones. Por ello, tratándose de hechos
difundidos, para merecer protección constitucional, requieren ser veraces, lo que supone la
asunción de ciertos deberes y responsabilidades delicadísimas por quienes tienen la condición de
sujetos informantes, forjadores de la opinión pública.
12. Por cuanto se tratan de libertades -la de información y la de expresión- que se derivan del
principio de dignidad de la persona, como ha sostenido la Corte Interamericana de Derechos
Humanos, tienen una doble vertiente. En primer lugar, una dimensión individual, pues se trata de
un derecho que protege de que “(...) nadie sea arbitrariamente menoscabado o impedido de
manifestar su propio pensamiento” o de difundir hechos informativos. Pero, al mismo tiempo,
ambas presentan una inevitable dimensión colectiva, ya que garantiza el derecho de todas las
personas a “recibir cualquier información y (a) conocer la expresión del pensamiento ajeno” a fin de
formarse una opinión propia.
13. Sin embargo, ellas no sólo constituyen una concreción del principio de dignidad del hombre
y un complemento inescindible del derecho al libre desenvolvimiento de la personalidad. También
se encuentran estrechamente vinculadas al principio democrático, en razón de que, mediante su
ejercicio, se posibilita la formación, mantenimiento y garantía de una sociedad democrática, pues
se permite la formación libre y racional de la opinión pública. Desde esa perspectiva, ambas
libertades “tienen el carácter de derechos constitutivos por antonomasia para la democracia.
360
Constituyen el fundamento jurídico de un proceso abierto de formación de la opinión y de la
voluntad políticas, que hace posible la participación de todos y que es imprescindible para la
referencia de la democracia a la libertad” (Erns Wolfgang Böckenforde, Estudios sobre el Estado de
Derecho y la democracia, Edit. Trotta, Madrid 2000, pág. 67); o, como lo ha expresado la Corte
Interamericana de Derechos Humanos, constituyen “una piedra angular en la existencia misma de
una sociedad democrática. Es indispensable para la formación de la opinión pública. Es también
conditio sine qua non para que los partidos políticos, los sindicatos, las sociedades científicas y
culturales y, en general, quienes deseen influir sobre la colectividad puedan desarrollarse
plenamente. Es, en fin, condición para que la comunidad, a la hora de ejercer sus opciones, esté
suficientemente informada (OC 5/85, de 13 de noviembre de 1985, Caso La Colegiación Obligatoria
de Periodistas, párrafo 70).
Por ello, tales libertades informativas son, al tiempo que derechos subjetivos, garantías
institucionales del sistema democrático constitucional. Además, en tanto permiten la plena
realización del sistema democrático, tienen la condición de libertades preferidas y, en particular,
cuando su ejercicio permite el debate sobre la cosa pública.
14. Esta condición de las libertades informativas requiere que, cada vez con su ejercicio se
contribuya con el debate sobre las cosas que interesan a todos, deban contar con un margen de
optimización más intenso, aun cuando con ello se pudiera afectar otros derechos constitucionales.
Lo anterior no implica que ambas libertades tengan que considerarse como absolutas, esto es, no
sujetas a límites o que sus excesos no sean sancionables. Con anterioridad, este mismo Tribunal
Constitucional ha señalado que, con carácter general, todos los derechos fundamentales pueden
ser objeto de limitaciones o restricciones en su ejercicio. Pero, cuando ello se haga, tales límites no
pueden afectar el contenido esencial de ellos, pues la limitación de un derecho no puede entenderse
como autorización para suprimirlo.
Prohibición de impedimento, censura previa o autorización al ejercicio de la libertad de
información
15. Así las cosas, el Tribunal Constitucional considera que, sólo en apariencia, en el caso de
autos se presenta un conflicto entre dos derechos constitucionales (el derecho a la buena reputación
y las libertades informativas) que debe ser resuelto conforme a la técnica de la ponderación de
bienes, derechos e intereses constitucionalmente protegidos, esto es, aquella según la cual ha de
prestarse una más intensa tutela a la libertad de información si, en el caso, la información
propalada tiene significación pública, no se sustenta en expresiones desmedidas o lesivas a la
dignidad de las personas o, pese a ser falsa, sin embargo, ésta no se ha propalado animada por
objetivos ilícitos o socialmente incorrectos del informante.
Sostiene el Tribunal Constitucional que, en el presente caso, se trata de una apariencia de
conflicto entre dos derechos constitucionales, susceptible de ser medido bajo aquel test al que se
ha hecho referencia en el párrafo anterior, pues, conforme se desprende del artículo 2, inciso 4, de
la Constitución vigente, cuando, como consecuencia del ejercicio de las libertades informativas, se
transgreden otros derechos constitucionales, como los derechos al honor o a la buena reputación,
su tutela no puede significar que, con carácter preventivo, se impida a que un medio de
comunicación social, cualquiera que sea su naturaleza, pueda propalar la información que se
considera como lesiva, pues ello supondría vaciar de contenido a la cláusula que prohíbe la censura
previa, la que proscribe el impedimento del ejercicio de tales libertades y, con ellos, la condición de
garantía institucional de las libertades informativas como sustento de un régimen constitucional
basado en el pluralismo.
Desde luego, lo anterior no significa que los derechos al honor o a la buena reputación, mediante
estas libertades, queden desprotegidos o en un absoluto estado de indefensión, pues, en tales casos,
el propio ordenamiento constitucional ha previsto que sus mecanismos de control tengan que
actuar en forma reparadora, mediante los diversos procesos que allí se tienen previstos. Tal criterio,
a su vez, es el mismo que ha sostenido la Corte Interamericana de Derechos Humanos: “toda medida
361
preventiva significa, inevitablemente, el menoscabo de la libertad garantizada por la Convención”.
“El abuso de la libertad de expresión no puede ser objeto de medidas de control preventivo sino
fundamento de responsabilidad para quien lo haya cometido” (OC-5/85, citada, párrafos 38 y 39,
respectivamente).
Por todo ello, considera el Tribunal Constitucional que la pretensión formulada por la
demandante, en el sentido de que se expida una orden judicial en virtud de la cual se impida que
los emplazados puedan seguir difundiendo hechos noticiosos, es incompatible con el mandato
constitucional que prohíbe que se pueda establecer, al ejercicio de la libertad de información y
expresión, censura o impedimento alguno. En consecuencia, considera que la pretensión debe
desestimarse, dejándose a salvo el derecho de la recurrente para que, de ser el caso, ejerza su
derecho de rectificación o, en su momento, haga valer sus derechos en la vía civil o penal, conforme
a ley.
Por estos fundamentos, el Tribunal Constitucional, en uso de las atribuciones que le confieren
la Constitución Política del Estado y su Ley Orgánica.
FALLA
CONFIRMANDO la recurrida, que, revocando la apelada, declaró IMPROCEDENTE la acción de
amparo. Dispone la notificación a las partes, su publicación en el Diario Oficial El Peruano y la
devolución de los actuados.
SS.
REY TERRY; REVOREDO MARSANO; ALVA ORLANDINI; BARDELLI LARTIRIGOYEN; GONZALES OJEDA; GARCIA
TOMA.
362
1.4. LA APERTURA DE LOS PROCESOS DISCIPLINARIOS LE CORRESPONDE A LA COMISION
PERMANENTE DE PROCESOS ADMINISTRATIVOS
TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
EXP. N° 684-97-AA/TC-LIMA.
En Lima, a los trece días del mes de mayo de mil novecientos noventa y ocho, reunido en sesión
de Pleno Jurisdiccional, con asistencia de los señores Magistrados: Acosta Sánchez, Vicepresidente
encargado de la Presidencia; Nugent, Díaz Valverde y García Marcelo, pronuncia sentencia:
ASUNTO:
Recurso Extraordinario interpuesto contra la resolución de la Sala Especializada en Derecho
Público de la Corte Superior de Justicia de Lima, de fecha dos de junio de mil novecientos noventa
y siete, en los seguidos por doña Dora Esther Chávez Vargas, doña Amalia Judith Agapito Roldán,
doña Luz Marina Aguirre Arias y doña Luz América Rueda Calderón, contra la Municipalidad
Metropolitana de Lima, representada por su Alcalde don Alberto Andrade Carmona sobre Acción de
Amparo.
ANTECEDENTES:
Con fecha treinta de julio de mil novecientos noventa y seis, doña Dora Esther Chávez Vargas,
doña Amalia Judith Agapito Roldán, doña Luz Marina Aguirre Arias y doña Luz América Rueda
Calderón, interponen Acción de Amparo contra la Municipalidad Metropolitana de Lima,
representada por su Alcalde don Alberto Andrade Carmona, para que se declaren inaplicables las
Resoluciones de Alcaldía N°s. 848, 911, 1037 y 2020, sus fechas ocho, nueve, trece de mayo y doce
de junio de mil novecientos noventa y seis, respectivamente, que las destituye; solicitan que se las
reponga en sus labores habituales.
Sostienen las demandantes que fueron despedidas por Resolución de Alcaldía N° 015-90, lo que
dio origen a que se interpusiera una Acción de Amparo solicitando su reposición. Que, en dicho
proceso judicial se solicitó una medida cautelar, habiéndose ordenado la reposición de 228
trabajadores y que el proceso se encuentra aún en trámite. Sin embargo, manifiesta la demandada,
en forma inexplicable cesa a un grupo de cincuenta y dos trabajadores entre los que se encuentran
las demandantes, siendo el caso que no se podía despedirles sin haberse resuelto el expediente que
se encuentra en la Corte Suprema de Justicia de la República, habiéndose vulnerado su derecho al
trabajo y a la protección contra el despido arbitrario.
Admitida la demanda, ésta es contestada por el representante legal de la demandada, quien la
niega y contradice, y deduce la excepción de falta de agotamiento de la vía administrativa. Sostiene
que las demandantes fueron destituidas previo proceso administrativo, habiéndose probado que
363
incurrieron en faltas de carácter disciplinario, tipificadas en los incisos d), e) y k) del Artículo 28°
del Decreto Legislativo N° 276, consistentes en incurrir en negligencia en el desempeño de sus
funciones, impedir el funcionamiento del servicio público y ausentarse injustificadamente por más
de tres días consecutivos de su centro de trabajo, por lo que se procedió a su destitución; no
constituyendo el mandato de reposición que se refieren en su demanda, óbice para que frente a
nuevas faltas (como es el caso de autos) las infractoras fueran sometidas a procesos administrativos
disciplinarios.
Con fecha treinta y uno de octubre de mil novecientos noventa y seis, el Juez del Décimo Octavo
Juzgado Especializado en lo Civil de Lima, expide resolución declarando fundada la excepción de
falta de agotamiento de la vía administrativa e improcedente la demanda. Interpuesto recurso de
apelación, con fecha dos de junio de mil novecientos noventa y siete, la Sala Especializada en
Derecho Público de la Corte Superior de Justicia de Lima, expide resolución revocando la apelada
y reformándola declara infundada la excepción, e infundada la demanda.
Interpuesto el recurso extraordinario, los autos son elevados al Tribunal Constitucional.
FUNDAMENTOS:
1. Que, el objetivo de la presente acción es que se declaren inaplicables a las demandantes, las
Resoluciones de Alcaldía N°s. 848, 911, 1037 y 2020, de fechas ocho, nueve y trece de mayo y doce
de junio de mil novecientos noventa y seis, respectivamente, mediante las cuales la demandada las
destituye, luego de un proceso administrativo disciplinario, resoluciones que fueron ejecutadas
antes de quedar consentidas, por lo que es aplicable la excepción prevista en el inciso 1) del Artículo
28° de la Ley N° 23506, no siendo exigible el agotamiento de la vía previa.
2. Que, las demandantes fueron sometidas a procesos administrativos disciplinarios por la
comisión de faltas disciplinarias graves, que se derivan del hecho que se plegaron a la huelga que
fuera declarada ilegal por la demandada mediante Resolución N° 575 de primero de abril de mil
novecientos noventa y seis, que se hizo efectiva a partir del veintinueve de marzo de mil novecientos
noventa y seis.
3. Que, el Reglamento de la Ley de la Carrera Administrativa aprobada por Decreto Supremo
N° 005-90-PCM, establece en sus Artículos 163° y 164° que el servidor público que incurra en falta
de carácter disciplinario cuya gravedad pudiera ser causal de cese temporal o destitución, será
sometido a proceso administrativo disciplinario, que será escrito y sumario y estará a cargo de una
Comisión de carácter permanente. Asimismo, el Artículo 166° señala que la comisión tiene la
facultad de calificar las denuncias que le sean remitidas y pronunciarse sobre la procedencia de
abrir el proceso administrativo disciplinario, y precisa además que en caso de no proceder éste,
elevará lo actuado al titular de la entidad con los fundamentos de su pronunciamiento para los
fines del caso.
4. Que, concordante con dicha disposición, el Reglamento Normativo de Procesos
Administrativos Disciplinarios aprobado por Resolución de Alcaldía N° 1049 de veinticuatro de
agosto de mil novecientos noventa y cuatro, aplicable a los servidores públicos de la Municipalidad
de Lima Metropolitana, en sus acápites once punto uno y once punto tres consigna que la Comisión
estudiará los antecedentes a fin de determinar si procede abrir proceso ; y al determinar la comisión
la procedencia de instaurar proceso, elevará al Despacho de Alcaldía el proyecto de resolución, el
que bajo sanción de nulidad debe hacerse mención expresa al acuerdo a que se refiere el numeral
doce punto siete de dicho reglamento; éste último establece que los acuerdos de la comisión sobre
apertura de proceso administrativo se decidirán por votación directa de sus miembros, pudiendo
ser por unanimidad o mayoría. Asimismo señala que «Los acuerdos de la comisión deberán ser
debidamente fundamentados y el que determine instaurar proceso administrativo deberá hacer
mención expresa a los elementos o condiciones que se aplican para calificar la falta como grave».
5. Que, la demandada con fecha seis de marzo de mil novecientos noventa y seis expide la
Resolución de Alcaldía N° 222, mediante la cual el propio Alcalde se faculta para abrir proceso
364
administrativo por decisión directa y sin intervención de la Comisión de Procesos Administrativos,
contraviniendo el Artículo 166° del Reglamento de la Ley de la Carrera Administrativa.
6. Que, las Resoluciones de Alcaldía N°s 639, 671, 1247, de fechas doce, veinticuatro de abril
y veinticuatro de mayo de mil novecientos noventa y seis, respectivamente que instauran los
procesos administrativos, infringen las disposiciones del Reglamento de la Carrera Administrativa
por cuanto la calificación de las denuncias o faltas y el pronunciamiento sobre la procedencia de la
apertura del proceso disciplinario corresponde a la Comisión Permanente de Procesos
Administrativos y no al Alcalde, viciándose en consecuencia el proceso y las decisiones que se
derivan de él, como es el caso de las Resoluciones de Alcaldía que disponen la sanción de
destitución.
7. Que, en consecuencia, se ha vulnerado el derecho al debido proceso de los demandantes.
Por estos fundamentos, el Tribunal Constitucional, en uso de las atribuciones que le confieren
la Constitución Política del Estado y su Ley Orgánica;
FALLA:
Confirmando, la resolución expedida por la Sala Especializada en Derecho Público de la Corte
Superior de Justicia de Lima, de fojas doscientos ochenta y tres, su fecha dos de junio de mil
novecientos noventa y siete, en el extremo que declaró INFUNDADA la excepción de falta de
agotamiento de la vía administrativa y REVOCÁNDOLA en la parte que declara infundada la
demanda; REFORMÁNDOLA declara FUNDADA la Acción de Amparo; en consecuencia, inaplicables
a las demandantes las Resoluciones de Alcaldía N°s 639, 671 y 1247, de doce y veinticuatro de abril
y veinticuatro de mayo de mil novecientos noventa y seis, así como las Resoluciones N°s 848, 911,
1037 y 2020, de fechas ocho, nueve, trece de mayo y doce de junio de mil novecientos noventa y
seis, respectivamente, debiendo la Municipalidad Metropolitana de Lima reponer a las demandantes
en los cargos que ocupaban hasta antes de producirse la vulneración de sus derechos
constitucionales, sin reintegro de haberes. Dispone la notificación a las partes, su publicación en
el Diario Oficial El Peruano y la devolución de los actuados.
SS.
ACOSTA SANCHEZ; NUGENT; DIAZ VALVERDE; GARCIA MARCELO.
365
2. DERECHOS PROCEDIMENTALES
Que, siendo ello así, debe entenderse que las resoluciones expedidas en mérito a la
presentación de un recurso de queja en sede administrativa nunca contendrán
pronunciamientos respecto del fondo de la controversia suscitada entre la autoridad
administrativa y los administrados, puesto que se limitarán a corregir defectos o
sancionar paralizaciones o infracciones de plazos, evidenciándose como finalidad
de dicho recurso, el eliminar de los procedimientos administrativos los vicios en que
se pudieran incurrir.
CASACION N° 2055-99-LIMA
366
TERCERO: que, por lo tanto, resulta amparable el argumento de la recurrente en el sentido de
que la resolución objeto de la demanda no agota la vía administrativa, razón porque la demanda no
debió ser admitida, pues conforme al inciso primero del artículo quinientos cuarentiuno del Código
Procesal Civil, constituye un requisito de admisibilidad de la Acción Contencioso-Administrativa,
que ésta se refiera a un acto o resolución que cause estado, entendiéndose como tales, aquellas
resoluciones que respecto de un pedido o reclamo formulado ante la administración, emiten
pronunciamiento amparándolo o denegándolo.
CUARTO: que, refuerza lo anteriormente expuesto, el hecho de que la incoada no persigue la
nulidad de una resolución que resuelva el fondo del derecho discutido -en el presente caso la
pertinencia de declarar la caducidad del contrato celebrado entre las partes con fecha nueve de
febrero de mil novecientos noventa- sino que únicamente se cuestiona una resolución por la cual
se ha resuelto declarar infundada la queja interpuesta por el accionante contra el retardo en
resolverse su recurso de apelación interpuesto en sede administrativa y además se declaran
infundadas dos nulidades deducidas por él contra las Resoluciones número cero noventa y cero
noventicuatro-GG/AAPEPICS, evidenciándose pues, que la resolución materia de litis está referida
a una articulación promovida dentro del procedimiento administrativo y no emite pronunciamiento
alguno respecto del fondo de la controversia.
QUINTO: que, en cuanto a la segunda denuncia, referida a que la sentencia resuelve extrapetita,
pues siendo objeto la nulidad de la resolución cuatrocientos ocho-noventisiete-CDL.PEPICS de
fecha nueve de junio de mil novecientos noventisiete, la sentencia revoca además las resoluciones
ciento treinticuatro-noventicinco y cero doce-noventicinco que no fueron materia del petitorio;
corresponde, a efectos de dilucidar este extremo de la casación, analizar los puntos controvertidos
que hayan sido fijados en la audiencia de saneamiento y conciliación realizada en autos.
SEXTO: que, a fojas ciento treintitrés y siguientes aparece el acta de audiencia de saneamiento
y conciliación, de la que se aprecia que se fijó como punto controvertido el determinar si procede
declarar la invalidez e ineficacia de la resolución cuatrocientos ocho-noventisiete-CDL.PEPICS
expedida por la Comisión de Disolución y Liquidación del Proyecto Especial Parque Industrial del
Cono Sur de Lima, debiendo señalarse además que conforme al texto de la demanda obrante a fojas
cuarentiuno, en el acápite correspondiente al petitorio se señaló que únicamente se impugnaba la
resolución precitada, no habiéndose hecho referencia a ninguna otra resolución.
SÉTIMO: que, conforme afirma la recurrente, en la sentencia de vista, al revocar la de primera
instancia y reformándola declara fundada la demanda, el A-quo no sólo se ha limitado a declarar
nula la resolución número cuatrocientos ocho-noventisiete-CDL.PEPICS, sino que además se ha
emitido pronunciamiento respecto de la validez de las resoluciones ciento treinticuatro-
noventicinco-GG/AAOPEPICS y resolución cero doce-noventicinco-GAL/AAPEPICS, las que han
sido declaradas nulas de pleno derecho, a pesar de que, conforme se aprecia de autos, la validez de
estas resoluciones no fueron fijadas como punto de controversia en la litis.
OCTAVO: que siendo el caso que en el presente proceso no se determinó que la legalidad de las
Resoluciones ciento treinticuatro-noventicinco-GG/AAPEPICS y Resolución cero doce-
noventicinco-GAL//AAPEPICS sería materia de probanza y controversia, resulta evidente que se ha
incurrido en infracción de lo expresamente dispuesto en el artículo sétimo -in fine- del Título
Preliminar del Código Procesal Civil, el cual señala que el Juez no puede ir más allá del petitorio ni
fundar su decisión en hechos diversos de los que han sido alegados, además de haberse
contravenido el principio constitucional del debido proceso y derecho a la defensa, pues la parte
emplazada no ha dedicado argumentación necesaria a defender la validez de las dos últimas
resoluciones precitadas, pues al no haber sido fijadas como punto controvertido, su defensa -como
es natural- ha puesto mayor énfasis en defender la validez de la resolución cuatrocientos ocho-
noventisiete-CDL.PEPICS.
NOVENO: que, siendo evidente que la resolución cuya validez o ineficacia se pretendía a través
del presente proceso no es una que cause estado y además que en la sentencia de vista se ha emitido
367
pronunciamiento respecto de dos resoluciones cuya validez no ha sido materia de probanza al no
haberse fijado como parte de los puntos controvertidos, debe procederse conforme al inciso dos
punto cinco del artículo trescientos noventiséis del Código Procesal Civil.
DÉCIMO: que, sin perjuicio de lo hasta aquí expuesto, debe precisarse que si bien es cierto
resultaba necesario remitir los presentes autos al Ministerio Público para el dictamen
correspondiente, en atención que el presente proceso la Municipalidad de Villa El Salvador
interviene como litisconsorte, dicha omisión no puede generar una nulidad insubsanable, puesto
que el referido dictamen, conforme se precisa en el acápite B del artículo ochentinueve de la Ley
Orgánica del Ministerio Público, es meramente ilustrativo y su omisión no causará nulidad procesal
en los casos que expresamente señala la Ley.
DECLARARON: FUNDADO el recurso de casación interpuesto a fojas doscientos cuarentitrés,
por la Municipalidad de Villa El Salvador, en consecuencia NULA la sentencia de vista obrante a
fojas doscientos treinticinco, su fecha veintisiete de setiembre de mil novecientos noventinueve,
INSUBSISTENTE la sentencia apelada de fojas ciento setentinueve, su fecha ocho de enero de mil
novecientos noventinueve.
NULO todo lo actuado e IMPROCEDENTE la demanda de fojas cuarentiuno, en los seguidos por
VITROVENT Sociedad Anónima contra la Comisión de Disolución y Liquidación del Proyecto
Especial Industrial Cono Sur de Lima sobre Acción Contencioso-Administrativa; DISPUSIERON la
publicación de la presente resolución en el Diario Oficial El Peruano; y los devolvieron.
SS.
SILVA V.; PALACIOS V.; GARAY S.; WALDE J.; GAZZOLO V.
____________
(*) El D.S. N° 02-94-JUS en sus artículos 105, 106, 107, 108 regulaba la queja en vía administrativa, contra defectos de
tramitación y por paralización o infracción de los plazos. Esta instalación se mantiene en el artículo 158 de la Ley N°
27444, conservando la misma naturaleza. En este sentido la presente jurisprudencia nos explica la naturaleza jurídica
del recurso de queja por defectos de tramitación.
368
2.2 DE LA NATURALEZA DEL ACTO ADMINISTRATIVO
AUDIENCIA NACIONAL
Sala de lo Contencioso- Administrativo
Sección Sexta
Núm. Recurso: 1033/ 1997
Núm. Registro General: 06004/ 1997
Demandante : FEDERACION DE ENSEÑANZAS DE COMISIONES OBRERAS
Letrado : SRA. PERONA MATA
Demandado : MINISTERIO DE ADMINISTRACIONES PÚBLICAS
Ponente Ilma. Sra.: Dra. CONCEPCIÓN MÓNICA MONTERO ELENA
SENTENCIA N° :
Ilmos. Sres.:
Presidente : D. FERNANDO DELGADO RODRÍGUEZ
Magistrados : Dª. MERCEDES PEDRAZ CALVO
D. JOSÉ MARÍA DEL RIEGO VALLEDOR
Dª. CONCEPCIÓN MONICA MONTERO ELENA
D. SANTIAGO PABLO SOLDEVILA FRAGOSO
Madrid, a siete de noviembre de dos mil.
Visto el recurso contencioso administrativo que ante la Sala de lo Contencioso Administrativo
de la Audiencia Nacional ha promovido Federación de Enseñanza de Comisiones Obreras y en su
nombre y representación la Letrada Sra. Dª. Carmen Perona Mata, frente a la Administración del
Estado. dirigida y representada por el Sr. Abogado del Estado, sobre Resolución del Ministro para
las Administraciones Públicas, de fecha 19 de septiembre de 1996, siendo la cuantía del presente
recurso indeterminada.
ANTECEDENTES DE HECHO
PRIMERO: Se interpone recurso contencioso administrativo por Federación de Enseñanza de
Comisiones Obreras y en su nombre y representación la Letrada Sra. Dª. Carmen Perona Mata,
frente a la Administración del Estado, dirigida y representada por el Sr. Abogado del Estado, sobre
Resolución del Ministro para las Administraciones Públicas, de fecha 19 de septiembre de 1996,
solicitando a la Sala, se declare la nulidad del acto impugnado.
SEGUNDO: Reclamado y recibido el expediente administrativo, se confirió traslado del mismo
a la parte recurrente para que en plazo legal formulase escrito de demanda, haciéndolo en tiempo
y forma, alegando los hechos y fundamentos de derecho que estimó oportunos, y suplicando lo que
en el escrito de demanda consta literalmente.
Dentro de plazo legal la administración demandada formuló a su vez escrito de contestación a
la demanda, oponiéndose a la misma y alegando lo que estimó oportuno a tal fin.
369
TERCERO: No habiéndose solicitado el recibimiento a prueba, y evacuado el trámite de
conclusiones, quedaron los autos conclusos y pendientes de votación y fallo. para lo que se acordó
señalar el día treinta y uno de octubre de dos mil.
CUARTO: En la tramitación de la presente causa se han observado las prescripciones legales
previstas en la Ley de la Jurisdicción Contenciosa administrativa, y en las demás Disposiciones
concordantes y supletorias de la misma.
FUNDAMENTOS JURÍDICOS
PRIMERO: Es objeto de impugnación en autos la Resolución del Ministro para las
Administraciones Públicas, de fecha 19 de septiembre de 1996. Es necesario en primer término
delimitar la concreta actuación administrativa impugnada, para, a continuación, analizar si la
misma es susceptible de control en esta especializada jurisdicción, y por último, de ser competente
para ello, la Sala habrá de examinar, desde parámetros jurídicos, su adecuación al Ordenamiento.
Pues bien, el conflicto que se nos plantea tiene su origen en las manifestaciones que el Ministro
para las Administraciones Públicas vertió en el seno de la Mesa General de Negociación de la
Administración del Estado, comunicando a los representantes en ella de los funcionarios, la
decisión de la Administración de no incrementar las retribuciones a los funcionarios para el año
1997. Tal decisión encontró su posterior reflejo en las partidas presupuestarias de los Presupuestos
Generales del Estado, que no consignaron como gasto el incremento de las retribuciones de los
funcionarios.
Así las cosas hemos de aclarar qué naturaleza jurídica corresponde a tal manifestación. El
Ministro de Administraciones Públicas actuaba en la mesa de negociación como órgano
administrativo habilitado para realizar la negociación con los representantes de los funcionarios,
en orden al establecimiento de las condiciones de trabajo de éstos. En tal sentido, realizó la
manifestación de voluntad administrativa de exclusión de la negociación de un elemento relativo a
la retribución de los funcionarios, cual es el incremento de la misma.
Tenemos pues un órgano administrativo que emite una declaración de voluntad en el ámbito
de sus competencias y que tiene incidencia en la esfera jurídica de los receptores- interesados en
dicha manifestación de voluntad. Se ha producido pues un acto administrativo con incidencia en
la esfera jurídica de quienes mantienen una relación jurídica de subordinación especial con la
Administración - los funcionarios -, y emitida por el órgano administrativo competente para conocer
de las relaciones funcionariales entre administración y funcionarios, en el seno del estatuto de la
función pública.
En aplicación del artículo 1° de la Ley de la Jurisdicción de 1956, regidora del presente recurso
en virtud de la fecha de su interposición, corresponde a esta jurisdicción el conocimiento del acto
administrativo que nos ocupa, al estar sometido a Derecho Administrativo en su aspecto regulador
de las relaciones funcionariales - artículos 113 y siguientes de la misma Ley – y emanar de una
Administración Pública. Que la competencia corresponde a esta Sala es evidente si atendemos a
que el acto administrativo ha sido producido por el Ministro de Administraciones Públicas - artículo
66 de la LOPJ -. Sin embargo, y por los razonamientos que después se expondrán conviene realizar
dos precisiones en relación a la competencia de esta Sala para el enjuiciamiento del presente
recurso:
1.- La competencia de esta Sala fue fijada en auto de 14 de Mayo de 1997 por el Tribunal Supremo,
que se inhibió a nuestro favor para el conocimiento del presente recurso. Y hemos de advertir
que aunque el último dígito del señalado año es un 4, es evidente que se trata de un error
material de transcripción; pues basta comprobar que el recurso se presentó ante el Alto
Tribunal el 21 de Octubre de 1996 (véase el sello del Registro General estampado en el escrito
de interposición); y que el número del recurso que consta en el propio auto es el 677/ 1996, lo
que indica que el año de entrada fue 1996.
370
2.- El acto que se impugna emana del Ministro para las Administraciones Públicas. competente
para la regulación de los aspectos esenciales de la relación jurídica funcionarial lo que se ventila
en este litigio es una cuestión de personal. Y es importante señalar esto porque, tratándose una
de las cuestiones que se nos somete, de retribuciones a los funcionarios, en tal aspecto
intervienen otras instancias Constitucionales en la medida en que las retribuciones de los
funcionarios han de tener su reflejo en los Presupuestos Generales del Estado. Sin embargo,
ello no altera la competencia del Ministro autor del acto en relación a los aspectos funcionariales
de la Administración Pública, porque cada titular de Departamento tiene las competencias que
le corresponde sin que los aspectos económicos de las mismas que hayan de reflejarse en los
Presupuestos alteren tal competencia
Así las cosas, el acto recurrido encierra dos aspectos:
a) Negativa del órgano administrativo competente a negociar en relación con la Ley 7/90.
b) Negativa a incrementar las retribuciones en relación con el IPC para el año 1997 en aplicación
del Acuerdo de 15 de Septiembre de 1994.
SEGUNDO: Establecida la naturaleza de la decisión impugnada y la competencia para su
conocimiento, hemos de examinar, desde criterios jurídicos, su ajuste al Ordenamiento. A tal fin
comenzaremos analizando la normativa de aplicación, la cual viene constituida en esencia por la
Ley 7/1990 de 19 de julio, Ley de 9/1987 de 13 de mayo y Convenio de la OIT N° 151.
El Convenio citado, y en lo que ahora interesa, determina en su artículo 7° el deber de adoptar
medidas para el pleno desarrollo y utilización de procedimientos de negociación entre autoridades
públicas competentes y las organizaciones de empleados públicos sobre las condiciones de empleo,
o cualesquiera otros medios que permita a los empleados públicos participar en el establecimiento
de estas condiciones. Siguiendo el espíritu de tal precepto, que posteriormente analizaremos
detenidamente, la Ley 7/ 90, que modificó la 9/ 87, reguló la negociación colectiva entre
Administración y funcionarios públicos.
De entre las disposiciones legales de la citada norma interesa ahora resaltar las que siguen:
A) El artículo 32 de la Ley 7/ 90 determina como ámbito material de la negociación colectiva, entre
otros aspectos, el incremento de retribuciones de los funcionarios y del personal estatutario de
las Administraciones Públicas, a determinación y aplicación de las retribución de los
funcionarios públicos y las materias de índole económica de prestación de servicios letras a), b)
y k) del citado precepto.
B) El artículo 33 establece que será objeto de negociación colectiva las materias que ambas partes
estimen oportuno de las contenidas en el artículo 32.
C) El artículo 34 excluye de la obligatoriedad de la negociación las decisiones adoptadas en
ejercicio de potestades de autoorganización administrativa, ejercicio de derechos de los
ciudadanos ante los funcionarios públicos y procedimiento de formación de actos y
disposiciones administrativos.
D) El artículo 35 determina la posibilidad de establecer Acuerdos y Pactos entre las
Administraciones Públicas y los representantes de los funcionarios; siendo los Acuerdos
relativos a materias competencia del Consejo de Ministros, Consejo de Gobierno de las
Comunidades Autónomas y órganos correspondientes de la Entidades Locales, requiriendo para
su validez y eficacia la aprobación expresa y formal de tales órganos en su ámbito respectivo; y
los Pactos relativos a materias que se corresponden con el ámbito competencia del órgano
administrativo que lo suscriba y vinculará directamente a las partes.
De la regulación legal expuesta podemos extraer las siguientes conclusiones:
1.- Que las cuestiones relativas al incremento de retribuciones son objeto de negociación colectiva.
2.- Que existe una obligatoriedad de negociar sobre tal cuestión en cuanto existe una
obligatoriedad de negociar sobre todas las materias contenidas en el artículo 32. Así resulta del
371
artículo 34, a sensu contrario, puesto que tal precepto excluye expresamente de la obligación
de negociar determinados aspectos, entre los que no se incluye la cuestión retributiva que nos
ocupa.
3.- La exclusión de la negociación de las materias contenidas en el artículo 32, siempre que no se
encuentren en alguno de los supuestos del artículo 34, solo puede realizarse de acuerdo entre
las partes, como resulta del artículo 33. Quiere ello decir, que dado que la negociación tiene por
objeto las materias del artículo32, que por exclusión no es obligatoria la negociación en los
supuestos del artículo 34 y que el artículo 33 establece que se negociará sobre las materias que
ambas partes estimen oportunas; resulta evidente que la exclusión de la negociación de alguna
de las cuestiones del artículo 32, solo podrá hacerse con el consentimiento de ambas partes
negociadoras.
Establecida la obligación de negociar y la imposibilidad de exclusión unilateral de alguna de las
materias recogidas en el artículo 32 de la Ley 7/90 hemos de concluir que la exclusión del
incremento retributivo de la negociación que nos ocupa por decisión del órgano administrativo
competente en materia de relación funcionarial, vulneró los artículos 32, 33 y 34 de la Ley
7/90.
TERCERO: Pero sentado lo anterior, y a efectos del reconocimiento de la situación jurídica
pedida en la demanda, hemos de analizar el alcance de la obligación de negociar. Y lo haremos
desde dos aspectos, el primero, en la afirmación del principio de buena fe en la negociación que ha
de regir el comportamiento de las partes en la misma. acuñado ya en la jurisprudencia y el Derecho
laboral; y el segundo, el espíritu que encierra el artículo 7 del Convenio 151 de la OIT.
En el primer aspecto señalado, hemos de afirmar que los principios desarrollados en la rama
social del Derecho han de servir de criterio inspirador en la solución de los conflictos de los
funcionarios públicos en sus relaciones de trabajo con la Administración, puesto que tales
relaciones tienen las notas de prestación de servicios y ajenidad propias de las relaciones laborales,
si bien con las especialidades derivadas de la naturaleza funcionarial de la relación jurídica. Ahora
bien, la obligación de negociación de buena fe, es predicable en el ámbito de la función pública, no
ya solo porque la actuación de buena fe es un Principio General del Derecho, sino también porque
ninguna especialidad de la función pública afecta a la negociación a la luz de tal principio.
La buena fe engloba la imposibilidad de obstruir una negociación colectiva con medios de
presión mientras la misma se produce, pero también, y fundamentalmente, el intento serio y
razonado de llegar a acuerdos sobre el objeto de la negociación.
Tal principio se deduce igualmente del artículo 7° del Convenio 151, al señalar que las medidas
que hayan de adoptarse comprenden, no solo el pleno desarrollo de los procedimientos de
negociación colectiva, sino también su utilización, lo que supone una actuación dinámica tendente
a que tal negociación sea efectiva.
Sin embargo el principio que venimos examinando: negociación efectiva y de buena fe, no
implica la necesidad de alcanzar un acuerdo - aunque sí de intentarlo -, siempre que el desacuerdo
no sea imputable a actitudes obstruccionistas de las partes.
En este punto hemos de señalar: 1.- Que la Administración vulneró la Ley en los términos
señalados - al excluir de la negociación de manera unilateral el incremento retributivo: 2.- que la
Administración tenía la obligación de negociar de buena fe el incremento que nos ocupa: y 3.- que
la Administración no tiene obligación de llegar a un acuerdo sobre tal aspecto.
CUARTO: Ahora bien, existe un elemento más de especial trascendencia en la solución de la
presente litis, que aún no hemos tratado y que examinaremos seguidamente, cual es la existencia
de un Acuerdo de 15 de septiembre de 1994, adoptado entre la Administración del Estado y los
Sindicatos sobre condiciones de trabajo en la función pública para el periodo de 1995 a 1997,
aprobado por el Consejo de Ministros el 16 de septiembre de 1994 y publicado en el BOE de 20 de
septiembre de 1994.
372
El capitulo VI del citado Acuerdo establece el incremento de las retribuciones de los funcionarios
públicos conforme al IPC para los años de 1996 y 1997, y la obligación de negociar un mayor
incremento atendiendo a otros factores. Pues bien, tal capítulo contempla un incremento
automático, se dice «Las retribuciones de los empleados públicos para los años 1996 y 1997
experimentaran un incremento según las previsiones presupuestarias del IPC...»: y la obligación de
negociar incrementos superiores al señalado en atención, a los factores establecidos en el propio
Acuerdo y capítulo.
Conforme al artículo 35 de la Ley 7/ 90. tal Acuerdo - que fue publicado en el BOE -, vincula a
la Administración del Estado, desde su aprobación, en este caso por el Gobierno, según el citado
artículo 35 y el 3.2 b) de la Ley 30/ 198.
Pero el problema jurídico que surge a partir de este momento es complejo ,y podría resumirse
en los siguientes términos: conforme a los artículos 66.2 y 134.1 de la Constitución, al Gobierno de
la Nación corresponde la elaboración de los Presupuestos Generales del Estado y a las Cortes
Generales su examen, enmienda y aprobación; lo que impediría la vinculación de tales Presupuestos
a pactos previos adoptados por la Administración con los representantes de los funcionarios, puesto
que la competencia en materia presupuestaria es originaria del Gobierno y las Cortes Generales y
la obligatoriedad de los Pactos y Acuerdos regulados en el artículo 35 de la Ley 7/ 90, viene referido
al ámbito competencial del órgano administrativo que se vinculó.
La construcción jurídica que nos lleve a la solución de la contienda que examinamos, ha de
partir de dos principios jurídicos que han de ser conciliados:
las competencias atribuidas por la Constitución - como norma jurídica de mayor rango en
nuestro ordenamiento -, no pueden verse afectadas o limitadas en su configuración por normas
jurídicas de inferior rango, ni en su ejercicio por decisiones o acuerdos de autoridades u órganos
administrativos que no sean los titulares de la competencia. Pero de otra parte, las Leyes; como
suprema manifestación de voluntad de autoorganización jurídica del pueblo español en el que reside
la soberanía nacional - artículo 1.2 de la Constitución - a través de sus representantes integrados
en las Cortes Generales; no son meras declaraciones retóricas, sino auténticas normas jurídicas
integradas en el Ordenamiento, de la ,mayor jerarquía, sometidas a la Constitución y a los Estatutos
de Autonomía. que, como fuente de Derecho vinculan a todos los poderes públicos y a los
ciudadanos artículo 9.1 de la Constitución , y que son generales, con vocación de permanencia
obligatorias e imperativas salvo que ellas mismas permitan su exclusión por voluntad de los
interesados - el caso del Derecho dispositivo -, y que se producen en el ejercicio de la potestad
legislativa por las Cortes como manifestación de aquella soberanía popular. Este principio nos lleva
a no interpretar nunca una Ley de forma que su contenido quede vacío o su efectividad y eficacia
anulada, puesto que las leyes se producen para ser aplicadas en su alcance y contenido.
Desde tales principios hemos de examinar la normativa de aplicación para determinar el grado
de vinculación y los efectos de incumplimiento del Acuerdo de 15 de septiembre de 1994.
A) El artículo 28.1 de la Constitución reconoce el derecho de los funcionarios a la sindicación y el
artículo 37 de la misma el derecho de los trabajadores y empresarios a la negociación colectiva.
Tales derechos admiten modulaciones respecto de los funcionarios públicos dado el carácter
esencial que para la comunidad tienen los servicios por ellos prestados, modulaciones que
establecerá la Ley.
Así, como correctamente señala el Sr. Abogado del Estado, el Tribunal Constitucional ha
declarado en sus sentencias 96/ 1990 y de fecha 8 de abril de 1981, que el estatuto de los
funcionarios públicos puede encontrar peculiaridades que no son discriminatorias en relación
con los empleados sometidos a Derecho laboral, dada la especialidad de la función pública.
Pero ocurre que la Constitución al admitir las peculiaridades de estos derechos en relación a
los funcionarios públicos, remite a una Ley su regulación y contenido, lo que supone que, en la
extensión del derecho reconocido en la norma con, rango de Ley que lo regule, tal derecho es
esencial e inderogable singularmente como consecuencia de la nota de obligatoriedad y
373
generalidad propia del instrumento jurídico, la Ley, que lo configura. Y así las cosas, no
podemos olvidar que es el Poder Judicial el garante de los derechos fundamentales y libertades
públicas de los ciudadanos y a tal Poder corresponde delimitar su alcance y contenido en la
interpretación y aplicación de las Leyes que los regulan. ya que en nuestro sistema jurídico el
recurso de amparo ante el Tribunal Constitucional opera para la tutela del mínimo esencial de
esos derechos reconocidos en la Constitución, pero nunca como delimitador del contenido
máximo de ellos que pueden ser reforzados en su contenido, extensión y garantía por el
legislador, estableciendo un ámbito jurídico para el derecho, superior al mínimo reconocido por
la Constitución. Por todo ello, la doctrina del Tribunal Constitucional en vía de amparo
constitucional vincula a los Tribunales de Justicia en cuanto establece un mínimo contenido
esencial del derecho inmune incluso a la acción del legislador; pero nunca en relación al máximo
contenido que al derecho pueda darle la Ley, que queda fuera del recurso de amparo al no ser
tal contenido el esencial establecido en la Constitución, pues no se olvide que el Texto
Fundamental garantiza mínimos esenciales de derechos pero no impide ni prohibe el desarrollo
máximo de los mismos, siempre claro está, que tal desarrollo no vulnere el contenido esencial
de otro derecho también constitucionalmente garantizado, porque en tal caso, la tutela
constitucional devendría como consecuencia de la vulneración del contenido esencial de un
derecho nunca del desarrollo máximo del otro.
B) Admitido que el legislador puede, sin vulneración constitucional, ampliar el contenido de los
derechos fundamentales más allá de su contenido esencial, dotándolos de una configuración
legal más intensa que el propio mínimo constitucional, hemos de considerar el contenido que
al derecho a la negociación colectiva de los funcionarios, ha dado la Ley 7/ 1990 porque, aún
no siendo de rango constitucional, tal contenido lo es legal, y por ello con la fuerza de obligar
propia de tal norma jurídica.
Y ya decíamos que la Ley ha establecido una auténtica obligación de negociar – artículos 33 en
relación con el 34 -, unas materias sobre las que recae tal obligación de negociar - artículo 32
-, unos aspectos excluidos de esa obligación de negociación - artículo 34 -, y una auténtica
vinculación para las partes de los Acuerdos y Pactos - artículo 35 -. Este es el alcance del
derecho de negociación colectiva de los funcionarios a través de su representantes, aún por
configuración legal.
C) De todos los aspectos que integran el contenido legal del derecho a la negociación colectiva de
los empleados públicos, nos interesa resaltar uno de ellos: la vinculación a los Acuerdos y
Pactos. Pero tal vinculación viene referida al ámbito competencial del órgano administrativo que
sea parte en la negociación - lo cual es lógico porque nadie puede comprometerse a cumplir con
lo que excede de sus facultades, en este caso, atribuciones jurídicas -. Y ocurre que en el caso
que analizamos el órgano administrativo que firmó, y por ello asumió, el Acuerdo lo era el
Ministro para las Administraciones Públicas y el Consejo de Ministros al aprobarlo, y
posteriormente publicarlo en el BOE el 20 de septiembre de 1994.
Ahora bien, como los aspectos retributivos de los funcionarios públicos tienen necesariamente
que estar contemplados en los Presupuestos Generales del Estado porque es gasto público - los
funcionarios como empleados de la Administración que son, reciben sus retribuciones con cargo
a los gastos de la misma, y tales gastos son uno de los aspectos, el otro es la previsión de ingreso
que ordenan los Presupuestos -, hemos de considerar otra instituciones con competencia para
regular tales retribuciones: Cortes Generales artículo 134.1 de la Constitución.
Y así las cosas, si aceptamos que los Acuerdos y Pactos solo vinculan si han sido convenidos
directamente por las entidades con competencia para elaborar y aprobar el gasto público por
medio de los Presupuestos, llegamos al absurdo de que los mismos nunca serían vinculantes,
cuando el propio artículo 35 declara su fuerza y eficacia vinculante expresamente, porque los
órganos que según la propia Ley 7/ 90 tienen aptitud para la negociación colectiva, no son las
Cortes Generales. Ello supondría una contradicción interna en la Ley que haría inexistente el
derecho a la negociación colectiva, en el contenido y alcance por ella misma declarado, esto es,
374
los Pactos y Acuerdos vinculan, en los términos del artículo 35 de la Ley 7/ 90, siempre que se
cumplan las formalidades en él establecidas. y vinculan respecto de todas las materias
contenidas en el artículo 32, que son objeto del ejercicio del derecho que se reconoce, ya que
no existe exclusión respecto de ninguna de ellas.
Partiendo de tal afirmación expresa de la Ley, hemos de conciliar todos los preceptos de
aplicación:
1.- El artículo 134.1 de la Constitución, establece que el Gobierno – como poder ejecutivo, artículo
97 de la Constitución-, ha de elaborar los Presupuestos Generales del Estado, y las Cortes
Generales, tras su examen y enmienda, aprobarlos. Pero tal aprobación no se realiza en el
ejercicio de la potestad legislativa, y así resulta del artículo 66.2 del Texto Constitucional que
distingue de modo claro entre tal potestad, la aprobación de presupuestos y el control del
Gobierno; siendo todas ellas potestades claramente diferenciadas en su contenido y naturaleza.
2.- El sistema diseñado por la Ley 7/ 90, da fuerza vinculante a los Acuerdos y Pactos adoptados
en el seno de una negociación colectiva, entre Administración -empleadora - y funcionarios -
empleados-, cuando versen sobre las materias contenidas en el artículo 32 - entre las que se
incluyen los aspectos retributivos-, y siempre que no afecten a las exclusiones del artículo 34.
Por ello la Ley ha configurado tales instrumentos, como auténticos convenios entre
Administración y empleados públicos, que obligan a ambos en sus respectivas prestaciones.
De tales normas hemos de extraer:
A) Que las Cortes Generales al aprobar el gasto público lo hacen con sometimiento a las Leyes por
las mismas aprobadas, y ello porque tal acto no es más que la determinación de la finalidad
que ha de aplicarse a lo ingresado por el Erario, realizado al margen de la potestad legislativa,
y que como acto del poder público, se encuentra sometido a la Constitución y al resto del
Ordenamiento Jurídico - artículo 9.1 de la Constitución -. Por la misma razón el Gobierno, en
su elaboración de los Presupuestos, ha de respetar igualmente el Ordenamiento.
B) La Ley 7/ 90 expresamente atribuye fuerza vinculante a los Pactos y Acuerdos validamente
adoptados en la negociación colectiva, que han de ser cumplidos por las partes en la
negociación; siendo una parte la Administración del Estado, ella queda vinculada por el Acuerdo
que nos ocupa - respecto del cual la Ley de aplicación no reconoce ius variandi -, y no ya por la
naturaleza jurídica del Acuerdo, que lo es de convenio entre empleador y empleados, ni tampoco
como consecuencia de la vinculación de los Convenios Colectivos laborales cuya regulación no
es aquí aplicable; sino como consecuencia de la aplicación de la Ley 7/ 90 que expresamente
regula en el ámbito funcionarial el alcance y consecuencias de la negociación colectiva en dicho
ámbito, y que determina la vinculación y obligatoriedad del Acuerdo.
Y ahora hemos de salir al paso de uno de los razonamientos esgrimidos por la demandada como
justificación del incumplimiento de lo acordado en materia de retribuciones a los funcionarios.
Se afirma por esa parte que superiores intereses sociales - concretamente el saneamiento de la
economía española a efectos de la convergencia europea -, hacían necesario el incremento cero
en las retribuciones de los funcionarios con el consiguiente incumplimiento del Acuerdo que
analizamos. Pero tal argumentación no es aceptable, precisamente porque tanto el Gobierno
como las Cortes Generales - articulo 9.1 de la Constitución - y las Administraciones Públicas -
artículo 103 del mismo Texto -, en la consecución y cumplimiento de los intereses públicos se
encuentran sometidos a la Constitución y al resto del Ordenamiento. Y lo que Ocurre es que en
materia de retribuciones de los funcionarios se encuentran implicadas instituciones con
intensos poderes reconocidos en la Constitución, precisamente porque tales retribuciones se
encuentran incluidas en el concepto de gasto público, y se ven afectadas por los controles y
garantías que respecto al mismo se establecen. pero sin que ello suponga una alteración a la
regulación que en tales aspectos establece la Ley, que opera como un límite a la facultad de
decidir el destino de los ingresos públicos y ordenación del gasto público, mientras la Ley se
encuentre vigente: o lo que es lo mismo, el Gobierno y las Cortes Generales, estas últimas en el
375
ejercicio de potestades no legislativas encuentran un límite legal en la potestad de ordenación
del gasto público y por ello en la elaboración y aprobación de los Presupuestos cuando el
Ordenamiento determina de forma vinculante un determinado gasto público.
C) La Administración igualmente, y como hemos venido diciendo, se encuentra vinculada por el
Acuerdo de 15 de septiembre de 1994, como consecuencia de la aplicación de la Ley 7/90.
Establecida la vinculación y obligatoriedad del Acuerdo, hemos de afirmar que el mismo ha sido
incumplido - y ello es algo no discutido por las partes - y hemos de examinar las consecuencias de
tal incumplimiento.
QUINTO: El incumplimiento de una norma con fuerza de Ley, en lo que ahora interesa, de
carácter imperativo - ius cogens -, tiene como consecuencia su aplicación en los supuestos en que
ello sea posible, como medio de restablecimiento de la situación jurídica perturbada, y la
indemnización de daños y perjuicios cuando no lo sea, o aún siéndolo, su aplicación restablezca
íntegramente el Orden jurídico perturbado.
Pues bien, en el presente caso observamos que el acto impugnado – decisión del Ministro para
las Administraciones Públicas por la que se excluía incremento retributivo alguno y se excluía de
la negociación colectiva las cuestiones relativas a tal incremento -, vulneró en dos aspectos la Ley
7/90:
1.- El artículo 35 otorga fuerza vinculante al Acuerdo de 15 de septiembre de 1994, sin que el
mismo pudiese ser modificado unilateralmente por las pares sin que el mismo pudiese ser
modificado unilateralmente por las partes en la negociación, al hacerlo así el Ministro, como
órgano administrativo con competencia para llevar a cabo la negociación, vulneró la vinculación
legalmente establecida, y excluyó el incremento automático en relación al IPC que se contenía
en el capitulo VI.
2.- La exclusión de la negociación de cualquier otro incremento retributivo no ya el previsto de
forma automática por el capitulo VI, vulneró el principio de obligatoriedad de negociar de buena
fe contemplado en los artículos 33 y 34 de la Le 7/ 90, sobre las materias contenidas en el
artículo 32 del mismo texto legal.
El restablecimiento del orden jurídico perturbado por ambas vulneraciones legales ha de ser
resuelto de diferente manera según el contenido de la propia vulneración:
1.- Respecto a la inaplicación del Acuerdo de 15 de septiembre de 1994 con vulneración del artículo
35 de la Ley 7/ 90, la consecuencia jurídica ha de ser la correcta aplicación de los contenidos
de dicho Acuerdo en aquellos elementos que permiten su automática aplicación sin necesidad
de negociación alguna; este aspecto no es otro que el automático incremento de las
retribuciones según el crecimiento de IPC en el año 1997.
2.- En relación a otros incrementos retributivos que pudieran acordarse en el seno de la
negociación considerando los factores señalados en el propio capitulo VI del Acuerdo; la
consecuencia jurídica es la efectiva negociación de la Administración y los representantes de
los funcionarios, en los términos recogidos en el Acuerdo y con efectividad de lo que resulte de
la negociación colectiva, al año 1996, que es el momento al que viene referido el
incumplimiento.
SEXTO: Hemos dicho que en el aspecto del incremento retributivo en relación al crecimiento
del IPC, establecido de forma automática en el Acuerdo incumplido, el restablecimiento del orden
jurídico perturbado impone la aplicación de dicho incremento, por imperativo del artículo 35 de la
Ley 7/ 90, que da fuerza vinculante para la Administración y los funcionarios públicos, de los
Acuerdos que en aplicación del citado precepto asuman. Pues bien, en relación a tal incremento
hemos de resaltar:
A) Como hemos visto tanto las Cortes Generales en la aprobación, como el Gobierno en la
elaboración del gasto público, se encuentran vinculados por compromisos previos legalmente
asumidos - piensese en pagos consecuencia de la contratación de obras o servicios
376
administrativos, rentas que hayan de ser abonadas por disfrute de inmuebles, devoluciones de
impuestos cuando procedan, subvenciones reconocidas... que suponen un gasto que la
Administración unilateralmente no puede eliminar -, que imponen que las partidas
presupuestarias contemplen los desembolsos necesarios para el cumplimiento de esas
obligaciones asumidas por la Administración; porque lo que no es posible es que, so pretexto
de la elaboración de los Presupuestos, se eliminen compromisos de gastos validamente
asumidos por la Administración, y cuya exigibilidad viene establecida en la Ley; puesto que los
Presupuestos, en su vertiente del gasto público, han de ordenar el mismo, pero desde el respeto
a la legalidad y los compromisos asumidos validamente, pues no innovan el Derecho, ni alteran
las obligaciones jurídicas de la Administración, sino que establecen el destino de las partidas
presupuestarias, atendiendo al Derecho y las obligaciones jurídicas exigibles a la
Administración. Pues bien, un compromiso jurídico, cuya obligatoriedad respalda la Ley es el
incremento automático de las retribuciones de los funcionarios en la medida del crecimiento
del IPC.
B) El derecho al incremento automático que nos ocupa, ha de ser reconocido en favor de todos los
funcionarios incluidos en el ámbito de aplicación del Acuerdo de 15 de septiembre de 1994, en
los términos del capitulo I del propio Acuerdo: personal al servicio de la Administración Civil
del Estado, de sus Organismos Autónomos, de la Administración de la Seguridad Social y Entes
Públicos representados en la Mesa General de Negociación: si bien respecto del personal al
servicio de la Administración de Justicia, Correos. Instituciones Sanitarias Públicas, personal
docente y no docente de las Universidades, se aplicará el incremento que analizamos, siempre
que las peculiaridades de su concreto estatuto lo permita.
C) Tal incremento habrá de producirse de manera automática por la propia Administración, puesto
que lo hace en cumplimiento de un Acuerdo que le vincula sin necesidad de interpelación por
los interesados, y habrá de comprender los incrementos del IPC correspondientes al año de
1997, más las cantidades dejadas de percibir en los años sucesivos por la inaplicación del
incremento. Si bien los plazos de prescripción para la reclamación de la deuda y en relación a
cada situación jurídica individualizada, comenzarán a correr desde la notificación de esta
sentencia a la recurrente, momento al que ha de referirse el reconocimiento de la deuda a cargo
de la Administración y en el que termina la litispendencia que ha interrumpido la prescripción
- ha existido válida reclamación por quien tiene la defensa colectiva de los intereses económicos
de los afectados-.
D) En cuanto a la legitimación de la entidad actora para el ejercicio de la pretensión que se
reconoce, y aunque no ha sido discutida en autos, es evidente que la ostenta, por ser una
asociación sindical que puede actuar en defensa de la legalidad en el ámbito de los intereses
cuya defensa le viene atribuida - artículo 28.1 de la Ley de la Jurisdicción de 1956 -, y es un
aspecto de tal legalidad, el efectivo cumplimiento de compromisos adoptados por la
Administración Pública, validamente y con la vinculación legal que hemos analizado. La
legitimación alcanza al reconocimiento de un derecho emanado de un Acuerdo vinculante en
virtud de disposición legal, no así al concreto restablecimiento de la situación jurídica individual
perturbada, esto es, el posible impago a cada funcionario de las concretas cantidades debidas
y reconocidas en virtud de esta sentencia, para lo cual rige el artículo 28.2 de la misma Ley, y
es el propio interesado el que habrá de instar el pago.
SEPTIMO: Respecto de la exclusión unilateral de la materia retributiva de la negociación
colectiva, hemos dicho que el restablecimiento del orden jurídico perturbado exige la efectiva
negociación con efectos a la fecha en que la misma debió producirse, pero no puede dar origen a la
indemnización de daños y perjuicios en favor de las entidades sindicales, puesto que los daños
morales que la limitación al derecho de negociación colectiva recogido en la Ley 7/ 90 ha podido
causar, resultan sanados desde que se reconoce la vulneración del derecho y se ordena la
realización de una efectiva negociación sobre los extremos señalados con efectos al momento en
que se produjo la vulneración del derecho.
377
De lo expuesto resulta la estimación del recurso en cuanto que la Resolución discutida no es
ajustada a Derecho.
No se aprecian méritos que determinen un especial pronunciamiento sobre costas, conforme a
los criterios contenidos en el articulo 131.1 de la Ley Reguladora de la Jurisdicción Contenciosa
Administrativa.
VISTOS los preceptos citados y demás de general y pertinente aplicación, por el poder que nos
otorga la Constitución:
FALLAMOS
Que estimando el recurso contencioso administrativo interpuesto por Federación de Enseñanza
de Comisiones Obreras y en su nombre y representación la Letrada Sra. Da Carmen Perona Mata,
frente a la Administración del Estado, dirigida y representada por el Sr. Abogado del Estado, sobre
Resolución del Ministro para las Administraciones Públicas, de fecha 19 de septiembre de 1996,
debemos declarar y declaramos no ser ajustada a Derecho la Resolución impugnada, y en
consecuencia debemos anularla y la anulamos, declarando el derecho de los funcionarios incluidos
en el ámbito del Acuerdo de 15 de septiembre de 1994 objeto de autos, a percibir el incremento en
su retribución según la previsión presupuestaria del crecimiento del IPC en el año 1997, más las
cantidades dejadas de percibir durante los años sucesivos como consecuencia de la inaplicación
del señalado incremento, y ordenamos a la Administración demandada que proceda a llevar a efecto
en el menor plazo posible, negociaciones sobre el incremento retributivo previsto en el capítulo VI,
Título II del Acuerdo señalado, con efectos al año 1996, momento en que dicha negociación debió
producirse, sin expresa imposición de costas.
Así por ésta nuestra sentencia, que se notificará haciendo constar que contra la misma no cabe
recurso de casación, siguiendo las indicaciones prescritas en el articulo 248 de la Ley Orgánica 6/
1985, y testimonio de la cual será remitido en su momento a la oficina de origen a los efectos legales
junto con el expediente, en su caso, lo pronunciamos, mandamos y firmamos.
VOTO PARTICULAR QUE FORMULA EL MAGISTRADO DE LA SECCION SEXTA DE LA SALA DE LO
CONTENCIOSO ADMINISTRATIVO DE LA AUDIENCIA NACIONAL, DON JOSE Mª DEL RIEGO
VALLEDOR, A LA SENTENCIA DE 7 DE NOVIEMBRE DE 2000, DICTADA EN EL RECURSO
1033/1997.
378
SEGUNDO.- Sin embargo, la introducción del derecho a la negociación colectiva en la función
pública no es un hecho simple, dado el modelo de organización de la función pública por el que ha
optado nuestra Constitución.
El artículo 103.3 de la Constitución indica que “la ley regulará el estatuto de los funcionarios
públicos, el acceso a la función pública de acuerdo con los principios de mérito y capacidad, las
peculiaridades del ejercicio de su derecho a sindicación, el sistema de incompatibilidades y la
garantía para la imparcialidad en el ejercicio de sus funciones”.
Al respecto, el Tribunal Constitucional confirma que «la Constitución ha optado por un régimen
estatutario, con carácter general, para los servidores públicos» y, aproximándonos a la cuestión
objeto del recurso, añade el T. C. que «es innegable que el régimen retributivo de los funcionarios
públicos interesa de modo directo a su Estatuto propio, de necesario establecimiento por ley»
(sentencia 99/ 1987, de 11 de junio, F. J. 30).
TERCERO.- El articulo 35 de La ley 7/ 1990 prevé que los representantes de la Administración
y de las Organizaciones Sindicales alcancen Acuerdos y Pactos, siendo naturalmente primer
requisito para la validez de tales Acuerdos y Pactos, que los mismos se celebren sobre materias que
se correspondan estrictamente con el ámbito de competencias del órgano administrativo que los
suscriba. Es lógico, pues no cabe que sea objeto de negociación lo que esté fuera de la disponibilidad
de las partes.
Por ello es perfectamente posible la negociación colectiva en materia de incremento de
retribuciones, pero con la importante limitación que recoge el artículo 32 de la propia ley 7/ 1990
antes citada, que indica “... Serán objeto de negociación en su ámbito respectivo y en relación con
las competencias de cada Administración Pública las materias siguientes:... a) El incremento de
retribuciones de los funcionarios y del personal estatutario de las Administraciones Públicas que
proceda incluir en el Proyecto de Presupuestos Generales del Estado de cada año...”
Está claro por tanto que la negociación colectiva puede tener por objeto el incremento de
retribuciones, con la consecuencia de que, de culminar la negociación en un Acuerdo o Pacto, éste
consistirá necesariamente en la inclusión del incremento negociado en el Proyecto de Presupuestos
Generales del Estado del año de que se trate.
CUARTO.- El artículo 134, apartado 1 y 2 de la Constitución indica que «corresponde al
Gobierno la elaboración de los Presupuestos Generales del Estado y a las Cortes Generales su
examen, enmienda y aprobación. Los Presupuestos Generales del Estado tendrán carácter anual
(e) incluirán la totalidad de los gastos - e ingresos del sector público estatal.
La relación de los preceptos citados, artículo 32 de la ley 7/ 1990 y 134 CE., producen la
consecuencia de que el incremento de retribuciones de los funcionarios públicos está sujeto, en
último termino, a la voluntad del titular de la potestad legislativa, las Cortes Generales, que no
están obviamente vinculadas a aceptar el pacto de terceros y que pueden desde aprobar la iniciativa,
hasta modificarla sustancialmente o rechazarla.
Las Cortes Generales, en la ley 12/ 1996, de 30 de diciembre, de Presupuestos Generales del
Estado, optaron por la congelación salarial para todos los trabajadores del sector público. Dice la
LPGE de 1997, en su artículo 12.2 que: “Con efectos de 1 de enero 1997, las retribuciones íntegras
del personal al servicio del sector público no podrán experimentar variación con respecto a las del
año 1996...”
QUINTO.- La negociación colectiva en materia de incrementos retributivos como los examinados
tiene como límite la falta de eficacia directa de los acuerdos o pactos logrados, pues los efectos del
pacto o acuerdo alcanzan únicamente a incluir el incremento pactado en el Proyecto de
Presupuestos Generales del Estado. Dicha limitación está presente en el Acuerdo Administración-
Sindicatos para el período 1995- 1997, sobre condiciones de trabajo en la función pública, aprobado
379
por el Consejo de Ministros en su reunión de 16 de septiembre de 1994 (B. O. E. de 20 de septiembre
de 1994).
En el Título III -“Retribuciones”- se establece un tratamiento perfectamente diferenciado para
los incrementos del año 1995, de un lado, y de los años 1996 y 1997 de otro:
a) Para el año 1995, el Capítulo II del Título III indica que “se acuerda incluir en el Proyecto de
Ley de Presupuestos Generales del Estado para dicho ejercicio (1995) un incremento de las
retribuciones de los empleados públicos igual al incremento del IPC previsto en el Proyecto de
Presupuestos para 1995”.
b) Para los años 1996 y 1997, el Capítulo VI del mismo Título III dice que “las retribuciones de los
empleados públicos para 1996 y 1997 experimentarán un incremento según la previsión
presupuestaria del crecimiento del IPC para dichos ejercicios”.
Por tanto, existe un Acuerdo, dentro de los límites de la negociación colectiva establecidos en
el artículo 32 de la ley 7/1990, para el año 1995, de incluir un determinado incremento retributivo
para los empleados públicos en el Proyecto de Ley de Presupuestos Generales del Estado, y una
orientación o directriz, para una negociación colectiva posterior, respecto de los años 1996 y 1997,
de incrementar también las retribuciones en esos años conforme a la previsión presupuestaria del
crecimiento del IPC. No se puede entender, por el contrario, que el pacto de incremento de
retribuciones para 1996 y 1997 tiene eficacia directa, porque esa eficacia, como se ha visto, ni esta
prevista en la ley 7/ 1990, ni en el propio Acuerdo Administración- Sindicatos para el período 1995-
1997.
SEXTO.- Además de todo lo anterior, abunda en la idea de que los incrementos salariales
previstos en los Acuerdos para 1996 y 1997 tienen un carácter de orientación y guía de la futura
negociación colectiva lo siguiente:
a) El propio capítulo VI de los Acuerdos añade que, para los años 1996 y 1997, además del
incremento según la previsión presupuestaria del IPC, se tendrán en cuenta otros parámetros
(grado de cumplimiento de los compromisos y previsiones sobre los que se hubiera basado el
incremento retributivo del ejercicio anterior, previsión de crecimiento económico, valoración del
aumento de productividad, etc.), es decir, estamos ante una serie de variables que habrán de
ser tenidas en cuenta, por las representaciones de la Administración y Sindicatos, pero que por
ser todavía desconocidas, no permiten cuantificar de momento cual será en definitiva el
incremento para dichos años de 1996 y 1997. Por todo ello, el mismo Capítulo VI que estamos
examinando, titulado «incremento de retribuciones para 1996 y 1997», añade en su apartado 2
que «la aplicación de los incrementos retributivos será objeto de negociación entre
Administración y Sindicatos». Es fácil comprender que si aún ha de continuar la negociación,
ello no puede significar sino que no ha llegado todavía a ningún acuerdo definitivo.
b) Más rotundamente, en la Introducción de los Acuerdos, el apartado 6 explica que las materias
que han sido objeto de negociación son: Incremento salarial para 1995 y “Premisas y métodos
para negociar los incrementos salariales en el período 1995- 1997”.
SEPTIMO.- Por las razones hasta aquí expuestas, entiendo que el incremento de retribuciones
para 1996 y 1997, previsto en el Capítulo VI de los Acuerdos citados, no tiene eficacia directa, ni
puede por tanto reconocerse a los empleados públicos el derecho a percibirlo, por lo que en mi
parecer, el fallo de la sentencia debió desestimar las pretensiones de la parte recurrente.
380
2.3. MOTIVACIÓN DE LAS RESOLUCIONES JUDICIALES
En Lima, a los 13 días del mes de octubre de 2008, el Pleno del Tribunal Constitucional,
integrado por los magistrados Mesía Ramírez, Vergara Gotelli, Landa Arroyo Beamount Callirgos,
Calle Hayen, Eto Cruz y Álvarez Miranda, pronuncia la siguiente sentencia y con el fundamento de
voto del magistrado Álvarez Miranda, que se adjunta.
ASUNTO
El recurso de agravio constitucional interpuesto por Giuliana Flor de María Llamoja Hilares
contra la sentencia expedida por la Primera Sala Penal para Reos en Cárcel de la Corte Superior de
Justicia de Lima, de fojas 2488, su fecha 23 de noviembre de 2007, que declaró improcedente la
demanda de autos.
ANTECEDENTES
Con fecha 3 de agosto de 2007, la recurrente interpone demanda de hábeas corpus, contra los
Vocales integrantes de la Tercera Sala Penal con Reos en Cárcel de la Corte Superior de Justicia de
Lima, señores Josué Pariona Pastrana, Manuel Carranza Paniagua y Arturo Zapata Carbajal; y
contra los Vocales integrantes de la Primera Sala Penal Transitoria de la Corte Suprema de Justicia
de la República, señores Javier Román Santisteban, Hugo Molina Ordóñez, Daniel Peirano Sánchez
y Ricardo Vinatea Medina, con el objeto de que se declare la nulidad de la sentencia condenatoria
de fecha 26 de julio de 2006, y su confirmatoria mediante ejecutoria suprema de fecha 22 de enero
de 2007, ambas recaídas en el proceso penal Nº 3651-2006, y que en consecuencia, se expida nueva
resolución con arreglo a Derecho, así como se ordene su inmediata libertad. Alega la vulneración
de su derecho constitucional a la tutela procesal efectiva que comprende el acceso a la justicia y el
debido proceso, específicamente, los derechos a la defensa y a la debida motivación de las
resoluciones judiciales, así como los principios de presunción de inocencia e indubio pro reo,
relacionados con la libertad individual.
Refiere que el día de los hechos sólo procedió a defenderse, ya que estando en la cocina, la
occisa le lanzó violentamente dos cuchillos, los cuales logró esquivar; que luego, empuñando un
tercer cuchillo la persiguió alrededor de la mesa, y la alcanzó en una esquina, infiriéndole un corte
en la palma de su mano derecha; ante ello, agrega que cogió un cuchillo que estaba en la mesa y
que, forcejeando, ambas avanzaron hacia la pared, donde chocaron con el interruptor, apagándose
la luz. Señala, asimismo, que en tal contexto de forcejeo y de lucha ciega entre ambas (al haberse
apagado la luz de la cocina), se produjeron movimientos no de ataque, sino motivados por el pánico
y la desesperación, razón por la cual ambas se infirieron heridas accidentales (no intencionales), a
consecuencia de las cuales cualquiera de las dos pudo terminar muerta, pues cada una estuvo
premunida de un cuchillo de cocina. Ya con relación al fondo del asunto, refiere que luego de
producido el evento: i) la occisa presentó 60 heridas, las cuales (todas) fueron superficiales, pues
381
56 se hallaron sólo en la epidermis (sin sangrado); 3 menos superficiales, que tampoco fueron
profundas (el protocolo de necropsia no señaló profundidad por ser ínfimas), y una (1) que, aun
siendo también superficial, fue la única fatal (el protocolo de necropsia tampoco le asignó
profundidad), mientras que su persona presentó 22 heridas aproximadamente; sin embargo, refiere
que el juzgador sólo ha valorado 4 de ellas y no las demás, esto es, que se ha minimizado las heridas
cortantes que presentó su persona (para señalar que sólo fueron 4), y se ha maximizado las heridas
que presentó la occisa (ocultando que fueron sumamente superficiales, sólo en la epidermis y sin
sangrado). En este extremo concluye que, si sólo se tomó en cuenta 4 de las 22 heridas, con el
mismo criterio debió excluirse las 56 heridas de la agraviada, y entonces de esa manera efectuar
una valoración más justa, pues sólo incidiría sobre las 4 heridas que presentaron cada una; ii) no
ha quedado probado quién produjo la única herida mortal, mucho menos existe pericia o prueba
alguna que determine de manera indubitable que fue su persona quien produjo dicha herida; pues
ni los jueces ni los peritos, nadie sabe cómo se produjo ésta, ni qué mano la produjo, la izquierda
o la derecha, pues arguye que el día de autos ambas se encontraban en una situación de la que no
podían salir, y en la que cualquiera de las dos pudo terminar muerta; no obstante, alega que fue
juzgada y sentenciada de manera arbitraria, sin existir prueba indubitable de ser la autora de la
única herida mortal, pues pudo habérsela ocasionado la misma agraviada, más aún, si los peritos
oficiales ante la pregunta de si la herida mortal pudo haber sido ocasionada por la misma víctima,
respondieron que «era poco remoto», lo que denota que era posible. Además de ello señala que, de
acuerdo a la lógica, tampoco hubo de su parte intencionalidad de lesionar a la occisa; iii) agrega
asimismo que se distorsionaron totalmente los hechos, introduciendo, por ejemplo, que fue la
acusada quien cogió primero el cuchillo para atacar, cuando la que cogió primero el cuchillo para
atacar y, de hecho, atacó fue la occisa, alterando así los hechos sin prueba alguna; y, finalmente
iv) señala que ambas sentencias están basadas en falacias, argucias y premisas falsas que
distorsionan el orden de los hechos, así como adulteran y tergiversan los mismos, a la vez que existe
ocultamiento y manipulación de evidencias en su perjuicio, así como una notoria parcialización en
las premisas y conclusiones. En suma, aduce que se trata de una sentencia condenatoria
parcializada en su contra.
Realizada la investigación sumaria y tomadas las declaraciones explicativas, la accionante se
ratifica en todos los extremos de su demanda. Los magistrados emplazados, por su parte, coinciden
en señalar que el proceso penal que dio origen al presente proceso constitucional ha sido
desarrollado respetando las garantías y principios del debido proceso, en el que, tanto la procesada
como la parte civil hicieron valer su derecho a la defensa y otros derechos en todas las etapas del
proceso, tanto es así que, en el caso, la recurrente presentó peticiones, así como medios
impugnatorios. Agregan asimismo que lo que en puridad pretende la recurrente es que se efectúe
un nuevo análisis del acervo probatorio que se incorporó en el proceso, extremos estos que no son
materia de un proceso constitucional, sino más bien de un proceso ordinario.
El Décimo Tercer Juzgado Penal de Lima, con fecha 10 de octubre de 2007 declaró improcedente
la demanda contra los magistrados de la Tercera Sala Penal con Reos en Cárcel, e infundada contra
los magistrados de la Primera Sala Penal Transitoria de la Corte Suprema de Justicia de la
República, por considerar que la sentencia condenatoria no puede ser considerada resolución firme,
toda vez que contra ella oportunamente se interpuso recurso de nulidad; en cuanto a la sentencia
confirmatoria (ejecutoria suprema), señala que el Supremo Colegiado ha actuado conforme a ley,
teniendo en cuenta todas las garantías del debido proceso, y en las que la accionante tuvo la
oportunidad de ejercer plenamente su derecho a la defensa, así como de acceder a la pluralidad de
instancias, por lo que no se puede pretender hacer de esta vía una instancia más del proceso penal.
La Primera Sala Penal Superior para Reos en Cárcel de la Corte Superior de Justicia de Lima,
con fecha 23 de noviembre de 2007, confirmó la apelada por similares fundamentos.
FUNDAMENTOS
Delimitación del petitorio
382
1. Según la demanda de hábeas corpus de autos, el objeto es que este Alto Tribunal declare: i)
la nulidad de la sentencia condenatoria de fecha 26 de julio de 2006, y su confirmatoria mediante
ejecutoria suprema de fecha 22 de enero de 2007, ambas recaídas en el proceso penal seguido
contra la accionante por el delito de parricidio (Exp. Nº 3651-2006), así como ii) se ordene su
inmediata libertad, por cuanto, según aduce, vulneran su derecho a la tutela procesal efectiva,
derecho que comprende el acceso a la justicia y el debido proceso, específicamente los derechos a
la defensa y a la debida motivación de las resoluciones judiciales, así como los principios de
presunción de inocencia e indubio pro reo, relacionados con la libertad personal.
2. Sin embargo, del análisis de lo expuesto en dicho acto postulatorio, así como de la
instrumental que corre en estos autos, se advierte que lo que en puridad denuncia la accionante es
la afectación de su derecho a la debida motivación de las resoluciones judiciales, y ello es así,
porque, además de lo señalado en los puntos iii) y iv) de los Antecedentes, en su extenso escrito de
demanda de más de cien (100) páginas, enfáticamente señala que, tanto la sentencia condenatoria
como su confirmatoria mediante ejecutoria suprema se basan principalmente en: a) criterios
abiertamente desproporcionados, irracionales e ilógicos (razonamientos absurdos), ilegales,
sostenidos en falacias, hechos falsos, falsa motivación (sesgada, subjetiva, falaz, etc.); que asimismo
presentan b) manipulación de pruebas y alteración del orden de los hechos en su perjuicio. Por
tanto, siendo de fácil constatación, la alegada denuncia la vulneración de su derecho constitucional
a la debida motivación de las resoluciones judiciales, sobre ella incidirá el análisis y control
constitucional de este Colegiado.
El hábeas corpus contra resoluciones judiciales
3. La Constitución establece expresamente en su artículo 200º, inciso 1, que el hábeas corpus
procede ante el hecho u omisión, por parte de cualquier autoridad, funcionario o persona que
vulnera o amenaza la libertad individual o los derechos conexos a ella. A su vez, el Código Procesal
Constitucional establece en su artículo 4º, segundo párrafo, que el hábeas corpus procede cuando
una resolución judicial firme vulnera en forma manifiesta la libertad individual y la tutela procesal
efectiva.
4. En efecto, cabe precisar que no todas las resoluciones judiciales pueden ser objeto de control
por el proceso constitucional de hábeas corpus; antes bien y en línea de principio, sólo aquellas
resoluciones judiciales firmes que vulneren en forma manifiesta la libertad individual y los derechos
conexos a ella, lo que implica que el actor, frente al acto procesal alegado de lesivo previamente
haya hecho uso de los recursos necesarios que le otorga la ley. Y es que, si luego de obtener una
resolución judicial firme no ha sido posible conseguir en vía judicial la tutela del derecho
fundamental presuntamente vulnerado (libertad individual y conexos a ella), quien dice ser agredido
en su derecho podrá acudir al proceso constitucional, a efectos de buscar su tutela.
5. En el caso constitucional de autos, dado que en el proceso penal seguido a la actora (Exp. Nº
3651-2006) se han establecido restricciones al pleno ejercicio de su derecho a la libertad individual
tras el dictado en forma definitiva de una sentencia condenatoria a pena privativa de la libertad,
según se alega ilegítima, este Colegiado tiene competencia, ratione materiae, para evaluar la
legitimidad o no de tales actos judiciales invocados como lesivos. Esto es, para verificar si se
presenta o no la inconstitucionalidad que aduce la accionante.
El derecho a la debida motivación de las resoluciones judiciales
6. Ya en sentencia anterior, este Tribunal Constitucional (Exp. Nº 1480-2006-AA/TC. FJ 2) ha
tenido la oportunidad de precisar que «el derecho a la debida motivación de las resoluciones importa
que los jueces, al resolver las causas, expresen las razones o justificaciones objetivas que los llevan
a tomar una determinada decisión. Esas razones, (...) deben provenir no sólo del ordenamiento
jurídico vigente y aplicable al caso, sino de los propios hechos debidamente acreditados en el trámite
del proceso. Sin embargo, la tutela del derecho a la motivación de las resoluciones judiciales no
debe ni puede servir de pretexto para someter a un nuevo examen las cuestiones de fondo ya
decididas por los jueces ordinarios.
383
En tal sentido, (...) el análisis de si en una determinada resolución judicial se ha violado o no
el derecho a la debida motivación de las resoluciones judiciales, debe realizarse a partir de los
propios fundamentos expuestos en la resolución cuestionada, de modo que las demás piezas
procesales o medios probatorios del proceso en cuestión sólo pueden ser evaluados para contrastar
las razones expuestas, mas no pueden ser objeto de una nueva evaluación o análisis. Esto, porque
en este tipo de procesos al juez constitucional no le incumbe el mérito de la causa, sino el análisis
externo de la resolución, a efectos de constatar si ésta es el resultado de un juicio racional y objetivo
donde el juez ha puesto en evidencia su independencia e imparcialidad en la solución de un
determinado conflicto, sin caer ni en arbitrariedad en la interpretación y aplicación del derecho, ni
en subjetividades o inconsistencias en la valoración de los hechos.
7. El derecho a la debida motivación de las resoluciones judiciales es una garantía del justiciable
frente a la arbitrariedad judicial y garantiza que las resoluciones no se encuentren justificadas en
el mero capricho de los magistrados, sino en datos objetivos que proporciona el ordenamiento
jurídico o los que se derivan del caso. Sin embargo, no todo ni cualquier error en el que
eventualmente incurra una resolución judicial constituye automáticamente la violación del
contenido constitucionalmente protegido del derecho a la motivación de las resoluciones judiciales.
Así, en el Exp. Nº 3943-2006-PA/TC y antes en el voto singular de los magistrados Gonzales
Ojeda y Alva Orlandini (Exp. Nº 1744-2005-PA/TC), este Colegiado Constitucional ha precisado que
el contenido constitucionalmente garantizado de este derecho queda delimitado, entre otros, en los
siguientes supuestos:
a) Inexistencia de motivación o motivación aparente. Está fuera de toda duda que se viola el
derecho a una decisión debidamente motivada cuando la motivación es inexistente o cuando la
misma es sólo aparente, en el sentido de que no da cuenta de las razones mínimas que
sustentan la decisión o de que no responde a las alegaciones de las partes del proceso, o porque
sólo intenta dar un cumplimiento formal al mandato, amparándose en frases sin ningún
sustento fáctico o jurídico.
b) Falta de motivación interna del razonamiento. La falta de motivación interna del razonamiento
[defectos internos de la motivación] se presenta en una doble dimensión; por un lado, cuando
existe invalidez de una inferencia a partir de las premisas que establece previamente el Juez en
su decisión; y, por otro lado, cuando existe incoherencia narrativa, que a la postre se presenta
como un discurso absolutamente confuso incapaz de transmitir, de modo coherente, las
razones en las que se apoya la decisión. Se trata, en ambos casos, de identificar el ámbito
constitucional de la debida motivación mediante el control de los argumentos utilizados en la
decisión asumida por el Juez o Tribunal; sea desde la perspectiva de su corrección lógica o
desde su coherencia narrativa.
c) Deficiencias en la motivación externa; justificación de las premisas. El control de la motivación
también puede autorizar la actuación del juez constitucional cuando las premisas de las que
parte el Juez no han sido confrontadas o analizadas respecto de su validez fáctica o jurídica.
Esto ocurre por lo general en los casos difíciles, como los identifica Dworkin, es decir, en
aquellos casos donde suele presentarse problemas de pruebas o de interpretación de
disposiciones normativas. La motivación se presenta en este caso como una garantía para
validar las premisas de las que parte el Juez o Tribunal en sus decisiones. Si un Juez, al
fundamentar su decisión: 1) ha establecido la existencia de un daño; 2) luego, ha llegado a la
conclusión de que el daño ha sido causado por «X», pero no ha dado razones sobre la vinculación
del hecho con la participación de «X» en tal supuesto, entonces estaremos ante una carencia de
justificación de la premisa fáctica y, en consecuencia, la aparente corrección formal del
razonamiento y de la decisión podrán ser enjuiciadas por el juez [constitucional] por una
deficiencia en la justificación externa del razonamiento del juez.
Hay que precisar, en este punto y en línea de principio, que el hábeas corpus no puede
reemplazar la actuación del juez ordinario en la valoración de los medios de prueba, actividad
384
que le corresponde de modo exclusivo a éste, sino de controlar el razonamiento o la carencia de
argumentos constitucionales; bien para respaldar el valor probatorio que se le confiere a
determinados hechos; bien tratándose de problemas de interpretación, para respaldar las
razones jurídicas que sustentan determinada comprensión del derecho aplicable al caso. Si el
control de la motivación interna permite identificar la falta de corrección lógica en la
argumentación del juez, el control en la justificación de las premisas posibilita identificar las
razones que sustentan las premisas en las que ha basado su argumento. El control de la
justificación externa del razonamiento resulta fundamental para apreciar la justicia y
razonabilidad de la decisión judicial en el Estado democrático, porque obliga al juez a ser
exhaustivo en la fundamentación de su decisión y a no dejarse persuadir por la simple lógica
formal.
d) La motivación insuficiente. Se refiere, básicamente, al mínimo de motivación exigible
atendiendo a las razones de hecho o de derecho indispensables para asumir que la decisión
está debidamente motivada. Si bien, como ha establecido este Tribunal en reiterada
jurisprudencia, no se trata de dar respuestas a cada una de las pretensiones planteadas, la
insuficiencia, vista aquí en términos generales, sólo resultará relevante desde una perspectiva
constitucional si es que la ausencia de argumentos o la «insuficiencia» de fundamentos resulta
manifiesta a la luz de lo que en sustancia se está decidiendo.
e) La motivación sustancialmente incongruente. El derecho a la debida motivación de las
resoluciones obliga a los órganos judiciales a resolver las pretensiones de las partes de manera
congruente con los términos en que vengan planteadas, sin cometer, por lo tanto, desviaciones
que supongan modificación o alteración del debate procesal (incongruencia activa). Desde luego,
no cualquier nivel en que se produzca tal incumplimiento genera de inmediato la posibilidad de
su control. El incumplimiento total de dicha obligación, es decir, el dejar incontestadas las
pretensiones, o el desviar la decisión del marco del debate judicial generando indefensión,
constituye vulneración del derecho a la tutela judicial y también del derecho a la motivación de
la sentencia (incongruencia omisiva). Y es que, partiendo de una concepción democratizadora
del proceso como la que se expresa en nuestro texto fundamental (artículo 139º, incisos 3 y 5),
resulta un imperativo constitucional que los justiciables obtengan de los órganos judiciales una
respuesta razonada, motivada y congruente de las pretensiones efectuadas; pues precisamente
el principio de congruencia procesal exige que el juez, al momento de pronunciarse sobre una
causa determinada, no omita, altere o se exceda en las peticiones ante él formuladas.
f) Motivaciones cualificadas.- Conforme lo ha destacado este Tribunal, resulta indispensable una
especial justificación para el caso de decisiones de rechazo de la demanda, o cuando, como
producto de la decisión jurisdiccional, se afectan derechos fundamentales como el de la libertad.
En estos casos, la motivación de la sentencia opera como un doble mandato, referido tanto al
propio derecho a la justificación de la decisión como también al derecho que está siendo objeto
de restricción por parte del Juez o Tribunal.
La sentencia arbitraria por indebida motivación y el principio de la interdicción de la
arbitrariedad
8. De modo similar, en sentencia anterior, este Tribunal Constitucional (Exp. N° 05601-2006-
PA/TC. FJ 3) ha tenido la oportunidad de precisar que «El derecho a la motivación debida constituye
una garantía fundamental en los supuestos en que con la decisión emitida se afecta de manera
negativa la esfera o situación jurídica de las personas. Así, toda decisión que carezca de una
motivación adecuada, suficiente y congruente, constituirá una decisión arbitraria y, en
consecuencia, será inconstitucional».
En ese sentido, si bien el dictado de una sentencia condenatoria per se no vulnera derechos
fundamentales, sí lo hace cuando dicha facultad se ejerce de manera arbitraria, esto es, cuando no
se motivan debidamente o en todo caso legítimamente las decisiones adoptadas y/o no se observan
los procedimientos constitucionales y legales establecidos para su adopción. La arbitrariedad en
385
tanto es irrazonable e implica inconstitucionalidad. Por tanto, toda sentencia que sea caprichosa;
que sea más bien fruto del decisionismo que de la aplicación del derecho; que esté más próxima a
la voluntad que a la justicia o a la razón; que sus conclusiones sean ajenas a la lógica, será
obviamente una sentencia arbitraria, injusta y, por lo tanto, inconstitucional.
9. Lo expuesto se fundamenta además en el principio de interdicción o prohibición de la
arbitrariedad, el cual surge del Estado Democrático de Derecho (artículos 3º y 43º de la Constitución
Política), y tiene un doble significado: a) En un sentido clásico y genérico, la arbitrariedad aparece
como el reverso de la justicia y el derecho; y, b) En un sentido moderno y concreto, la arbitrariedad
aparece como lo carente de fundamentación objetiva; como lo incongruente y contradictorio con la
realidad que ha de servir de base a toda decisión. Es decir, como aquello desprendido o ajeno a toda
razón de explicarlo (Exp. N° 0090-2004-AA/TC. FJ 12). A lo dicho, debe agregarse que constituye
deber primordial del Estado peruano garantizar la plena vigencia y eficacia de los derechos
fundamentales, interdictando o prohibiendo cualquier forma de arbitrariedad (artículo 44º, de la
Norma Fundamental).
Canon para el control constitucional de las resoluciones judiciales
10. Al respecto, este Colegiado en el Exp. N° 03179-2004-AA/TC. FJ 23, ha precisado que el
canon interpretativo que le permite al Tribunal Constitucional realizar, legítimamente, el control
constitucional de las resoluciones judiciales ordinarias está compuesto, en primer lugar, por un
examen de razonabilidad; en segundo lugar, por el examen de coherencia; y, finalmente, por el
examen de suficiencia.
a) Examen de razonabilidad.– Por el examen de razonabilidad, el Tribunal Constitucional debe
evaluar si la revisión del (...) proceso judicial ordinario es relevante para determinar si la
resolución judicial que se cuestiona vulnera el derecho fundamental que está siendo
demandado.
b) Examen de coherencia.– El examen de coherencia exige que el Tribunal Constitucional precise
si el acto lesivo del caso concreto se vincula directamente con (...) la decisión judicial que se
impugna (...).
c) Examen de suficiencia.– Mediante el examen de suficiencia, el Tribunal Constitucional debe
determinar la intensidad del control constitucional que sea necesaria para llegar a precisar el
límite de la revisión [de la resolución judicial], a fin de cautelar el derecho fundamental
demandado.
Análisis de la controversia constitucional
11. Considerando los criterios de razonabilidad y de coherencia, el control de constitucionalidad
debe iniciar a partir de la ejecutoria suprema de fecha 22 de enero de 2007, en la medida que es
ésta la que goza de la condición de resolución judicial firme, y porque de superar el examen, esto
es, si resulta constitucional, carecería de objeto proceder al examen de la resolución inferior
impugnada. Por ello, a efectos de constatar si se ha vulnerado o no el derecho a la debida motivación
de las resoluciones judiciales, este Tribunal Constitucional reitera que el examen partirá
fundamentalmente de los propios fundamentos expuestos en aquélla; de modo tal que las demás
piezas procesales o los medios probatorios del proceso sólo sirvan para contrastar o verificar las
razones expuestas, mas no para ser objeto de una nueva evaluación. Ello debe ser así, ya que como
dijimos supra, en este tipo de procesos al juez constitucional no le incumbe el mérito de la causa,
sino el análisis externo de la resolución judicial. Y es en atención a esta línea de evaluación que
resulta pertinente explicar -qué duda cabe- los fundamentos de la resolución judicial impugnada a
fin de comprobar si son o no el resultado de un juicio racional y objetivo desde la Constitución, en
las que el juez ha puesto en evidencia su independencia e imparcialidad, o por el contrario, ha caído
en arbitrariedades, subjetividades o inconsistencias.
12. La ejecutoria suprema señala que «del análisis y valoración de la prueba acopiada en la
instrucción como lo debatido en el juicio oral, se ha llegado a determinar fehacientemente que el 5
386
de marzo de 2005, después de haber realizado sus labores cotidianas la acusada en el gimnasio
que había contratado, retornó a su domicilio ubicado en la Calle Las Magnolias Nº 155, Urb. Entel
Perú, San Juan de Miraflores, a las 3 de la tarde, ingiriendo un almuerzo ligero, quedándose
dormida después de ver la televisión, despertándose cuando percibió que tocaban la puerta de su
casa, ingresando y saliendo inmediatamente su hermano Luis Augusto después de coger el skate,
quedándose sola la acusada realizando varias actividades al interior, siendo la más resaltante (...),
el de probarse la ropa que había adquirido con anterioridad, sacando el espejo ubicado en el baño
y llevarlo a la sala; que, cuando la acusada se estaba probando la ropa, hace su ingreso la agraviada
[María del Carmen Hilares Martínez] como a las 9 de la noche, cerrando con llave la puerta principal,
produciéndose un incidente entre ambas por haber sacado el espejo del lugar, siendo retornado al
sitio por la damnificada, ocasionando que se agredieran verbalmente, así como la occisa cogiendo
un objeto cerámico lo avienta, no impactándole, dando lugar a que la acusada se retire hacia la
cocina, siendo seguida por la damnificada, donde continuaron los insultos mutuos, momentos en
que la acusada se percata de la existencia de un cuchillo ubicado encima [de] la mesa, cogiéndolo,
golpea la mesa con el fin de callarla, produciéndose con dicha actitud una reacción de la agraviada,
quien tomando dos cuchillos de mantequilla las arrojó contra su oponente, cayendo uno en la pared
y otro en el suelo, a la vez que le insultaba, para luego agarrar otro cuchillo con el que la atacó
[ocasionándole un corte en la región palmar de la mano derecha (según el voto dirimente del vocal
supremo, Javier Román Santisteban)], dando lugar a que la acusada que portaba un cuchillo de
cocina que había cogido anteriormente, comenzó a atacarla, mientras que la damnificada hacía lo
mismo, y en esos momentos de ira de las partes, producto de la pelea con arma blanca, ambas
resultan con lesiones en diversas partes del cuerpo, teniendo mayor cantidad la agraviada, para
posteriormente en el ínterin de la pelea, la acusada infiere un corte a la altura de la zona carótida
izquierda de la agraviada que fue el causante de la muerte, lo cual se produjo cuando se había
apagado la luz de la cocina, cayéndose ambas al piso.
13. Sobre la base de estos hechos, los Vocales integrantes de la Primera Sala Penal Transitoria
de la Corte Suprema de Justicia de la República, señores Hugo Molina Ordóñez, Daniel Peirano
Sánchez, Ricardo Vinatea Medina y Javier Román Santisteban (vocal dirimente), por mayoría
confirmaron la condena, pero le reducen a 12 años de pena privativa de la libertad. Por su parte,
los magistrados supremos Robinson Gonzales Campos y César Vega Vega absolvieron a la
accionante (voto en discordia). Es así que, tras la imposición de dicha sanción penal, la accionante
ahora acude ante la justicia constitucional para que se analice en esta sede la alegada vulneración
al derecho constitucional invocado.
Sentencia confirmatoria (ejecutoria suprema)
14. La sentencia, de fojas 2354, su fecha 22 de enero de 2007, que comprende el voto dirimente
del magistrado Javier Román Santisteban, de fojas 2399, presenta el siguiente esquema
argumentativo:
a) En primer lugar, señala que «luego de las agresiones verbales se inició la pelea entre la acusada
Giuliana Flor de María Llamoja Hilares y María del Carmen Hilares Martínez, y la primera de
las nombradas le infirió tres heridas contusas a colgajo (en la cabeza, cuello y los miembros
superiores), una herida cortante penetrante que penetró a plano profundo y laceró la artería
carótida izquierda (que le causó la muerte)».
b) En segundo lugar, la Sala Penal Suprema alude también a la desproporcionalidad en las
heridas, cuando señala que «la acusada Flor de María Llamoja Hilares no se defendía del ataque
de la occisa, sino por el contrario atacó a ésta con una ingente violencia, tanto más si ésta
presentaba sólo 4 heridas cortantes pequeñas (...), por tanto, resulta evidentemente
desproporcional con el número de lesiones que tenía la occisa.
c) En tercer lugar, la Sala apelando a las reglas de la lógica y la experiencia da por sentado que la
acusada tenía la intención de matar, al señalar que «el conjunto de circunstancias descritas,
permiten inferir, conforme a las reglas de la lógica y de la experiencia, que la acusada Giuliana
387
Flor de María Llamoja Hilares agredió a su madre agraviada María del Carmen Hilares Martínez
con indubitable animus necandi o intención de matar, que es de precisar que dicha conclusión
no es el resultado de simples apreciaciones subjetivas o de suposiciones, sino de una verdadera
concatenación y enlaces lógicos entre las múltiples pruebas recaudadas, en tanto en cuanto,
existe una concordancia entre los resultados que las pruebas suministraron.
d) En cuarto lugar, el voto dirimente también alude a la desproporcionalidad en las heridas, al
señalar que «cómo una mujer como la occisa, de 47 años de edad, robusta, sin impedimentos
físicos, temperamental, enfurecida y con un puñal en la mano sólo infligió 4 heridas cortantes
a su oponente, y cómo la supuesta víctima del ataque ocasionó más de 60 cortes (uno de ellos
mortal) a la agraviada. Nótese además, que la mayoría de las lesiones que presentaba la
encausada –como ya hemos señalado– fueron excoriaciones y equimosis; en efecto, ello revela
que Llamoja Hilares también fue atacada por la agraviada; sin embargo, aquí debemos anotar
otra desproporción entre ambos ataques: mientras la occisa privilegió la agresión con un
elemento de menor peligrosidad (objeto contundente duro o inclusive sus propios puños), la
encausada utilizó primordialmente el arma cortante que portaba en la manos».
15. Así pues, a juicio de este Alto Tribunal la sentencia impugnada incurre en dos supuestos
de indebida motivación de las resoluciones judiciales que tiene sobrada relevancia constitucional.
En primer lugar, presenta una deficiencia en la motivación interna en su manifestación de falta de
corrección lógica, así como una falta de coherencia narrativa; y, en segundo lugar, presenta una
deficiencia en la justificación externa, tal como se detallará en los siguientes fundamentos.
Falta de corrección lógica
16. Del fundamento 14. b) y d), se desprende que el Tribunal penal parte de la sentada premisa
de que al existir desproporcionalidad en las heridas, esto es, supuestamente 4 heridas en la
accionante frente a las 60 heridas que presentó la occisa, la recurrente «es autora del resultado
muerte», y más aún que [estas heridas] fueron ocasionadas «con violencia». Y es que el Tribunal
penal parte de la premisa de que en un contexto de forcejeo y de lucha entre madre e hija con el
uso de instrumentos cortantes (cuchillos), ambas partes contendientes necesariamente deben
presentar igual cantidad de heridas en el cuerpo; de no ser así, concluye que quien presente menos
heridas, será sin duda el sujeto activo del delito de parricidio, mientras que aquel que presente más
heridas será el sujeto pasivo de dicho ilícito.
17. De esta conclusión, se advierte que el razonamiento del Tribunal penal se basa más en
criterios cuantitativos antes que en aspectos cualitativos como sería de esperar [más aún, si se trata
de una sentencia condenatoria que incide en la libertad personal], permitiendo calificar de manera
indebida los criterios cuantitativos como supuestos jurídicamente no infalibles, lo que es
manifiestamente arbitrario; pues, en efecto, puede ocurrir todo lo contrario, que quien presente
menos heridas sea en realidad el sujeto pasivo del delito de parricidio (incluso con una sola herida),
y que quien presente más heridas en el cuerpo sea en puridad el autor de dicho ilícito; de lo que se
colige que estamos ante una inferencia inmediata indeterminada o excesivamente abierta, que da
lugar a más de un resultado posible como conclusión.
18. Así las cosas, efectuado un examen de suficiencia mínimo, resulta evidente que no estamos
ante una sentencia válida y constitucionalmente legítima, sino, por el contrario, ante una decisión
arbitraria e inconstitucional que contiene una solución revestida de la nota de razonabilidad, y que
no responde a las pautas propias de un silogismo jurídico atendible, sino a criterios de voluntad, y
es precisamente aquí donde se ha enfatizado nuestro examen, ya que la balanza de la justicia
constitucional no puede permitir la inclinación hacia una conclusión en un determinado sentido
cuando de por medio existen otras conclusiones como posibles resultados (cuanto mayor es la
distancia, y por tanto mayor es el número de probabilidades, menor es el grado de certeza de la
inferencia). En síntesis, toda apariencia de lógica nos conduce a resultados absurdos e injustos. Si
ello es así, la sentencia expedida es irrazonable, y por tanto inconstitucional, porque su ratio
decidendi se halla fuera del ámbito del análisis estrictamente racional.
388
19. Con base a lo dicho, de la argumentación del Tribunal penal, se observa que las
conclusiones que se extraen a partir de sus propias premisas son arbitrarias y carecen de sustento
lógico y jurídico; pues exceden los límites de la razonabilidad, esto es, que no resisten el test de
razonabilidad, por lo que este Colegiado Constitucional encuentra que existen suficientes elementos
de juicio que invalidan la decisión cuestionada por ser arbitraria y carente de un mínimo de
corrección racional, no ajustada al principio de interdicción de la arbitrariedad (artículos 3º, 43º y
44º, de la Constitución) y a la debida motivación de las resoluciones judiciales (artículo 139º, inciso
5, de la Constitución).
Falta de coherencia narrativa
20. La incoherencia narrativa se presenta cuando existe un discurso confuso, incapaz de
transmitir, de modo coherente, las razones en las que se apoya la decisión, produciéndose así una
manifiesta incoherencia narrativa, y cuya consecuencia lógica puede ser la inversión o alteración
de la realidad de los hechos, lo que la hace incongruente e inconstitucional.
21. El magistrado Román Santisteban, en su voto dirimente, en un primer momento señala
que, la occisa agarró «otro cuchillo [el tercero] con el que la atacó [a la acusada, ocasionándole un
corte en la región palmar de la mano derecha], dando lugar a que la acusada que portaba un cuchillo
de cocina que había cogido anteriormente, comenzó a atacarla, mientras que la damnificada hacía
lo mismo»; sin embargo, en líneas posteriores, sin mediar fundamentación ni explicación alguna,
concluye que: «la occisa privilegió la agresión con un elemento de menor peligrosidad (objeto
contundente duro o inclusive sus propios puños), la encausada utilizó primordialmente el arma
cortante que portaba en la mano».
22. Se ha dicho que toda sentencia debe ser debidamente motivada, clara, contundente, y sobre
todo «no contradictoria»; sin embargo, según se puede apreciar de la propia argumentación
efectuada por la Sala Penal, ésta presenta una gruesa incoherencia en su narración que no permite
establecer con claridad la línea de producción de los hechos, y más arbitrariamente, invierte la
realidad de los mismos, los que, según la propia Sala penal estuvieron «fehacientemente probados»,
por lo que este Colegiado Constitucional encuentra que existen suficientes elementos de juicio que
invalidan la decisión cuestionada por ser arbitraria e incoherente. Una motivación ilógica e
incongruente vulnera el principio de prohibición de la arbitrariedad (artículos 3º, 43º y 44º, de la
Constitución) y la obligación de la debida motivación establecida por el artículo 139º, inciso 5, de
la Constitución.
Falta de justificación externa
23. De otro lado, de los fundamentos 14. a) y c), se desprende que el Tribunal penal ha
establecido que i) se ha producido como resultado la muerte de María del Carmen Hilares Martínez,
y luego ii) ha llegado a la conclusión de que ese resultado ha sido causado por la accionante Giuliana
Flor de María Llamoja Hilares, al inferirle una herida cortante en la zona de la carótida izquierda;
sin embargo, no se han expuesto las razones objetivas que sustentan la vinculación de la acusada
con el hecho atribuido. Es decir, que en el camino a la conclusión no se han explicitado o
exteriorizado las circunstancias fácticas que permiten llegar a dicha conclusión, esto es, que no se
identifican debidamente las razones o justificaciones en la que se sustentarían tales premisas y su
conclusión, pareciendo más bien, que se trataría de un hecho atribuido en nombre del libre
convencimiento y fruto de un decisionismo inmotivado antes que el producto de un juicio racional
y objetivo. Y es que, si no se dan a conocer las razones que sustentan las premisas fácticas, tal
razonamiento efectuado se mantendrá en secreto y en la conciencia de sus autores, y por
consiguiente fallará la motivación en esta parte. Siendo así, se advierte que la sentencia cuestionada
incurre en una falta de justificación externa, y por tanto es pasible de ser sometida a control y a
una consecuente censura de invalidez.
Sin embargo, cabe precisar que lo aquí expuesto en modo alguno está referido a un problema
de falta de pruebas, o a que las mismas serían insuficientes para dictar una sentencia condenatoria;
por el contrario, como ha quedado claro, éstas están referidas en estricto a las premisas de las que
389
parte el Tribunal penal, las mismas que no han sido debidamente analizadas respecto de su validez
fáctica.
La prueba penal indirecta y la prueba indiciaria
24. Ahora bien, independientemente de lo dicho, se advierte que la Primera Sala Penal
Transitoria de la Corte Suprema, no obstante acudir a la prueba indiciaria para sustentar la
condena contra la accionante (fundamento 14. c de la presente), tampoco cumple los requisitos
materiales que su uso exige, tanto al indicio en sí mismo como a la inferencia, por lo que este
Colegiado considera que se trata de un asunto de sobrada relevancia constitucional.
Y es que, si bien los hechos objeto de prueba de un proceso penal no siempre son comprobados
mediante los elementos probatorios directos, para lograr ese cometido debe acudirse a otras
circunstancias fácticas que, aun indirectamente sí van a servir para determinar la existencia o
inexistencia de tales hechos. De ahí que sea válido referirse a la prueba penal directa de un lado, y
a la prueba penal indirecta de otro lado, y en esta segunda modalidad que se haga referencia a los
indicios y a las presunciones. En consecuencia, a través de la prueba indirecta, se prueba un «hecho
inicial-indicio», que no es el que se quiere probar en definitiva, sino que se trata de acreditar la
existencia del «hecho final-delito» a partir de una relación de causalidad «inferencia lógica».
El uso de la prueba indiciaria y la necesidad de motivación
25. Bajo tal perspectiva, si bien el juez penal es libre para obtener su convencimiento porque
no está vinculado a reglas legales de la prueba y, entonces, puede también llegar a la convicción de
la existencia del hecho delictivo y la participación del imputado, a través de la prueba indirecta
(prueba indiciaria o prueba por indicios), será preciso empero que cuando ésta sea utilizada, quede
debidamente explicitada en la resolución judicial; pues no basta con expresar que la conclusión
responde a las reglas de la lógica, las máximas de la experiencia o a los conocimientos científicos,
sino que dicho razonamiento lógico debe estar debidamente exteriorizado en la resolución que la
contiene.
26. Justamente, por ello, resulta válido afirmar que si el juez puede utilizar la prueba indirecta
para sustentar una sentencia condenatoria, y si ésta, a su vez, significa la privación de la libertad
personal, entonces, con mayor razón, estará en la obligación de darle el tratamiento que le
corresponde; sólo así se podrá enervar válidamente el derecho a la presunción de inocencia, así
como se justificará la intervención al derecho a la libertad personal, y por consiguiente, se
cumplirán las exigencias del derecho a la debida motivación de las resoluciones judiciales, conforme
a las exigencias previstas por el artículo 139º, inciso 5, de la Constitución. En ese sentido, lo mínimo
que debe observarse en la sentencia y que debe estar claramente explicitado o delimitado son los
siguientes elementos: el hecho base o hecho indiciario, que debe estar plenamente probado (indicio);
el hecho consecuencia o hecho indiciado, lo que se trata de probar (delito) y entre ellos, el enlace o
razonamiento deductivo. Este último, en tanto que conexión lógica entre los dos primeros debe ser
directo y preciso, pero además debe responder o sujetarse plenamente a las reglas de la lógica, a
las máximas de la experiencia o a los conocimientos científicos.
Sobre el particular, la doctrina procesal penal aconseja que debe asegurarse una pluralidad de
indicios, pues su variedad permitirá controlar en mayor medida la seguridad de la relación de
causalidad entre el hecho conocido y el hecho desconocido; sin embargo, también se admite que no
existe obstáculo alguno para que la prueba indiciaria pueda formarse sobre la base de un solo
indicio pero de singular potencia acreditativa. En cualquier caso, el indicio debe ser concomitante
al hecho que se trata de probar, y cuando sean varios, deben estar interrelacionados, de modo que
se refuercen entre sí.
27. Asimismo, cabe recordar que el razonamiento probatorio indirecto, en su dimensión
probatoria, exige que la conclusión sea adecuada, esto es, que entre los indicios y la conclusión
exista una regla de la lógica, máxima de la experiencia o conocimiento científico, y que, como dijimos
supra, el razonamiento esté debidamente explicitado y reseñado en la sentencia. Y es que, a los
390
efectos del control de calidad del curso argumental del juez (control del discurso), ello supone
mínimamente que de su lectura debe verse cuál o cuáles son los indicios que se estiman probados
y cuál o cuáles son los hechos a probar. Pero además, se exige que se haya explicitado qué regla de
la lógica, máxima de la experiencia o qué conocimiento científico han sido utilizados, y si hubieran
varios de estos, por qué se ha escogido a uno de ellos.
Es decir, que el órgano jurisdiccional debe explicitar el razonamiento a través del cual,
partiendo de los indicios, ha llegado a la convicción de la existencia del hecho delictivo y la
participación del imputado, con el objeto de garantizar hasta el límite de lo posible la racionalidad
de su decisión (examen de suficiencia mínima). Con este único afán, este Colegiado Constitucional
considera que es válida, por ejemplo, la vigencia práctica de un cierto control, incluso del uso de
las máximas de la experiencia, pues, de no ser así, cualquier conclusión delirante sería
invulnerable, convirtiéndose así en una paradójica garantía de discrecionalidad judicial
incontrolada.
28. Sobre lo mismo, cabe señalar que, si bien la convicción es individual o personal del juzgador,
también lo es que mínimamente debe exteriorizarse el proceso razonable lógico utilizado para llegar
a dicha convicción. Entenderlo de otro modo supone la aceptación práctica del hecho de que el juez
pueda situarse potestativamente por encima de un deber constitucional, inequívocamente
impuesto. Y es que, desde una perspectiva estrictamente constitucional, no se puede establecer la
responsabilidad penal de una persona y menos restringir la efectividad de su derecho fundamental
a la libertad personal a través de la prueba indiciaria, si es que no se ha señalado debidamente y
con total objetividad el procedimiento para su aplicación. Ello aquí significa dejar claro cómo hay
que hacer las cosas, es decir, las sentencias, si se quiere que definitivamente se ajusten al único
modelo posible en este caso: el constitucional.
29. En el caso constitucional de autos, del fundamento 14. c de la presente, se aprecia que la
Sala Penal Suprema sustentó la sentencia condenatoria sobre la base de la prueba indirecta (prueba
por indicios); sin embargo, resulta evidente que no ha explicitado o exteriorizado dicho
razonamiento lógico, esto es, no ha explicitado qué regla de la lógica, qué máxima de la experiencia
o qué conocimiento científico le ha motivado dicha conclusión. No ha motivado debidamente el
procedimiento de la prueba indiciaria. En consecuencia, al no haber obrado de ese modo, la
sentencia (ejecutoria suprema) resulta una vez más arbitraria y, por tanto, inconstitucional. ¿Es
constitucional sustentar una condena en base a la prueba indiciaria si en la sentencia no se
explicita el procedimiento del razonamiento lógico que le permitió llegar a la conclusión?
Definitivamente, la respuesta es no. Es, pues, incorrecto que se señale sólo el hecho consecuencia
y falte el hecho base y más aún que falte el enlace o razonamiento deductivo.
No pretendiendo dar por agotada la discusión, y sólo a modo de aproximación, podemos graficar
lo siguiente:
A testifica que ha visto a B salir muy presuroso y temeroso de la casa de C con un cuchillo
ensangrentado en la mano, poco antes de que éste fuese hallado muerto de una cuchillada (hecho
base). De acuerdo a la máxima de la experiencia, quien sale de una casa en estas condiciones, es
decir, muy presuroso y temeroso, y con un cuchillo ensangrentado en la mano es porque ha matado
a una persona (razonamiento deductivo). Al haber sido hallado muerto C producto de una
cuchillada, podemos inferir que B ha matado a C (hecho consecuencia). Esto último es consecuencia
del hecho base.
Así, el modelo de la motivación respecto de la prueba indiciaria se desarrollará según la
siguiente secuencia: hecho inicial-máxima de la experiencia-hecho final. O si se quiere, hecho
conocido-inferencia lógica-hecho desconocido.
30. En este orden de cosas, cabe anotar que la debida motivación del procedimiento de la
prueba indiciaria ya ha sido abordada ampliamente por la justicia constitucional comparada. Así,
el Tribunal Constitucional español en la STC Nº 229/1988. FJ 2, su fecha 1 de diciembre de 1988,
391
y también de modo similar en las STC Nº 123/2002. FJ 9, su fecha 20 de mayo de 2002; Nº
135/2003. FJ 2, su fecha 30 de junio de 2006; y Nº 137/2005. FJ 2b, su fecha 23 de mayo de
2005, ha precisado que:
«el derecho a la presunción de inocencia no se opone a que la convicción judicial en un proceso
penal pueda formarse sobre la base de una prueba indiciaria, pero para que ésta pueda desvirtuar
dicha presunción debe satisfacer las siguientes exigencias constitucionales. Los indicios han de
estar plenamente probados, no puede tratarse de meras sospechas, y el órgano judicial debe
explicitar el razonamiento, en virtud del cual, partiendo de los indicios probados, ha llegado a la
conclusión de que el procesado realizó la conducta tipificada como delito (…). En definitiva, si existe
prueba indiciaria, el Tribunal de instancia deberá precisar, en primer lugar, cuáles son los indicios
probados y, en segundo término, cómo se deduce de ellos la participación del acusado en el tipo
penal, de tal modo que cualquier otro Tribunal que intervenga con posterioridad pueda comprender
el juicio formulado a partir de tales indicios. Es necesario, pues (…), que el órgano judicial explicite
no sólo las conclusiones obtenidas, sino también los elementos de prueba que conducen a dichas
conclusiones y el íter mental que le ha llevado a entender probados los hechos constitutivos del
delito, a fin de que pueda enjuiciarse la racionalidad y coherencia del proceso mental seguido y
constatarse que el Tribunal ha formado su convicción sobre una prueba de cargo capaz de
desvirtuar la presunción de inocencia y, una vez alegada en casación la vulneración del derecho a
la presunción de inocencia, al Tribunal Supremo incumbe analizar no sólo si ha existido actividad
probatoria, sino si ésta puede considerarse de cargo, y, en el caso de que exista prueba indiciaria,
si cumple con las mencionadas exigencias constitucionales».
31. Incluso, la propia Corte Suprema de Justicia de la República del Perú en el Acuerdo Plenario
N° 1-2006/ESV-22 (Pleno Jurisdiccional de las Salas Penales Permanentes y Transitorias), su fecha
13 de octubre de 2006, publicada en el diario oficial «El Peruano», el 29 de diciembre de 2006 ha
establecido como principio jurisprudencial de obligatorio cumplimiento para todas las instancias
judiciales (jurisprudencia vinculante) el fundamento cuarto de la Ejecutoria Suprema, recaída en
el Recurso de Nulidad N° 1912–2005, su fecha 6 de setiembre de 2005 que señala los presupuestos
materiales legitimadores de la prueba indiciaria, única manera que permite enervar la presunción
de inocencia.
«Que, respecto al indicio, (a) éste – hecho base – ha de estar plenamente probado – por los
diversos medios de prueba que autoriza la ley -, pues de lo contrario sería una mera sospecha sin
sustento real alguno, (b) deben ser plurales, o excepcionalmente únicos pero de una singular fuerza
acreditativa, (c) también concomitantes al hecho que se trata de probar – los indicios deben ser
periféricos respecto al dato fáctico a probar, y desde luego no todos lo son, y (d) deben estar
interrelacionados, cuando sean varios, de modo que se refuercen entre sí y que no excluyan el hecho
consecuencia – no sólo se trata de suministrar indicios, sino que estén imbricados entre sí– (…);
que, en lo atinente a la inducción o inferencia, es necesario que sea razonable, esto es, que responda
plenamente a las reglas de la lógica y la experiencia, de suerte que de los indicios surja el hecho
consecuencia y que entre ambos exista un enlace preciso y directo».
32. Llegado a este punto, este Colegiado Constitucional considera que, definitivamente, la
sentencia impugnada no se encuentra dentro del ámbito de la sentencia penal estándar, sino que
forma parte de aquellas que se caracterizan por el hábito de la declamación demostrativa de dar
ciertos hechos como probados; luego de lo cual tales hechos son declarados de manera sacramental
y sin ninguna pretensión explicativa como constitutivos de un ilícito penal como si de una
derivación mecánica se tratase. Esta forma de motivar aún sigue siendo práctica de muchos
juzgados y tribunales de nuestro país, aunque no hace mucho se vienen experimentando ciertos
cambios en ella, lo que tampoco sería justo desconocer. Y es que tal cometido no tiene otra finalidad
que se abra entre nosotros una nueva cultura sobre la debida motivación de las resoluciones en
general, y de las resoluciones judiciales en particular, porque sólo así estaremos a tono con el
mandato contenido en el texto constitucional (artículo 139º, inciso 5, de la Constitución). Y todo
ello a fin de que las partes conozcan los verdaderos motivos de la decisión judicial, lejos de una
392
simple exteriorización formal de ésta, siendo obligación de quien la adopta el emplear ciertos
parámetros de racionalidad, incluso de conciencia autocrítica, pues, tal como señala la doctrina
procesal penal, no es lo mismo resolver conforme a una corazonada que hacerlo con criterios
idóneos para ser comunicados, sobre todo en un sistema procesal como el nuestro, que tiene al
principio de presunción de inocencia como regla de juicio, regla que tantas veces obliga a resolver
incluso contra la propia convicción moral.
33. Tal como dijimos supra, la ejecutoria suprema carece de una debida motivación. En primer
lugar, presenta una deficiencia en la motivación interna en su manifestación de falta de corrección
lógica, así como una falta de coherencia narrativa; y, en segundo lugar, presenta una deficiencia en
la justificación externa. Pero además, presenta una indebida motivación respecto al procedimiento
de la prueba indiciaria. Ahora, si bien habría que reconocer a la Primera Sala Penal Transitoria de
la Corte Suprema, que optó por pronunciarse sobre el fondo del asunto antes que acudir a cualquier
vicio procesal y declarar la nulidad, es justamente en ese cometido que incurrió en similares vicios;
sin embargo, por ello no se podría autorizar al Tribunal Supremo a rebajar el nivel de la racionalidad
exigible y, en tal caso, validar dicha actuación; por el contrario, debe quedar claro que la exigencia
constitucional sobre la debida motivación de las resoluciones judiciales es incondicional e
incondicionada, conforme lo señalan los artículos 1º, 3,º 44º y 139º, inciso 5, de la Constitución
Política.
Desde luego que el nivel de dificultad en la elaboración de la motivación (discurso motivador)
puede crecer en el caso de los tribunales colegiados, pero ello responde a la lógica del propio
sistema, toda vez que a estos se les atribuye generalmente la resolución de los casos más complejos
o de mayor trascendencia, así como el reexamen de lo actuado y resuelto por los órganos judiciales
inferiores.
34. Ahora bien, dado que la Corte Suprema de Justicia de la República tiene completo acceso
al juicio sobre el juicio (juicio sobre la motivación), así como al juicio sobre el hecho (juicio de
mérito), es ésta la instancia que está plenamente habilitada para evaluar cualquier tipo de
razonamiento contenido en la sentencia condenatoria expedida por la Sala Superior Penal, esto es,
para verificar la falta de corrección lógica de las premisas o de las conclusiones, así como la carencia
o incoherencia en la narración de los hechos; pero además para verificar la deficiencia en la
justificación externa, incluso para resolver sobre el fondo del asunto si es que los medios probatorios
o la prueba indiciaria le genera convicción, sólo que en este último caso –como quedó dicho– deberá
cumplirse con el imperativo constitucional de la debida motivación; es por ello que este Colegiado
considera que la demanda ha de ser estimada en parte, declarándose solamente la nulidad de la
ejecutoria suprema, debiendo el Tribunal Supremo emitir nueva resolución, según corresponda.
El derecho fundamental a la presunción de inocencia y el principio indubio pro reo
35. No obstante lo expuesto, este Tribunal Constitucional considera pertinente efectuar algunas
precisiones desde una perspectiva estrictamente constitucional con relación al derecho
fundamental a la presunción de inocencia y al principio indubio pro reo.
36. El texto constitucional establece expresamente en su artículo 2º, inciso 24, literal e), que
«Toda persona es considerada inocente mientas no se haya declarado judicialmente su
responsabilidad». Este dispositivo constitucional supone, en primer lugar, que por el derecho a la
presunción o estado de inocencia toda persona es considerada inocente antes y durante el proceso
penal; es precisamente mediante la sentencia firme que se determinará si mantiene ese estado de
inocencia, o si, por el contrario, se le declara culpable; mientras ello no ocurra es inocente; y, en
segundo lugar, que el juez ordinario para dictar esa sentencia condenatoria debe alcanzar la certeza
de culpabilidad del acusado, y esa certeza debe ser el resultado de la valoración razonable de los
medios de prueba practicados en el proceso penal.
El principio indubio pro reo, por otro lado, significa que en caso de duda sobre la
responsabilidad del procesado, debe estarse a lo que sea más favorable a éste (la absolución por
393
contraposición a la condena). Si bien es cierto que el principio indubio pro reo no está expresamente
reconocido en el texto de la Constitución, también lo es que su existencia se desprende tanto del
derecho a la presunción de inocencia, que sí goza del reconocimiento constitucional, como de la
defensa de la persona humana y el respeto de su dignidad, fin supremo de la sociedad y del Estado
(artículo 1º de la Carta Fundamental).
37. Ahora bien, cabe anotar que tanto la presunción de inocencia como el indubio pro reo
inciden sobre la valoración probatoria del juez ordinario. En el primer caso, que es algo objetivo,
supone que a falta de pruebas, aquella no ha quedado desvirtuada, manteniéndose incólume, y en
el segundo caso, que es algo subjetivo, supone que ha habido prueba, pero ésta no ha sido suficiente
para despejar la duda (la suficiencia no se refiere a la cantidad de pruebas incriminatorias, sino a
la entidad y cualidad que deben reunir éstas). La sentencia, en ambos casos, será absolutoria, bien
por falta de pruebas (presunción de inocencia), bien porque la insuficiencia de las mismas -desde
el punto de vista subjetivo del juez- genera duda de la culpabilidad del acusado (indubio pro reo),
lo que da lugar a las llamadas sentencias absolutorias de primer y segundo grado, respectivamente.
38. Por lo dicho, cualquier denuncia de afectación a la presunción de inocencia habilita a este
Tribunal Constitucional verificar solamente si existió o no en el proceso penal, actividad probatoria
mínima que desvirtúe ese estado de inocencia (valoración objetiva de los medios de prueba). Y es
que, más allá de dicha constatación no corresponde a la jurisdicción constitucional efectuar una
nueva valoración de las mismas, y que cual si fuera tercera instancia proceda a valorar su
significado y trascendencia, pues obrar de ese modo significa sustituir a los órganos jurisdiccionales
ordinarios.
Ahora bien, en cuanto al principio indubio pro reo que como dijimos supra forma parte del
convencimiento del órgano judicial, pues incide en la valoración subjetiva que el juez hace de los
medios de prueba, éste no goza de la misma protección que tiene el derecho a la presunción de
inocencia. En efecto, no corresponde a la jurisdicción constitucional examinar si está más
justificada la duda que la certeza sobre la base de las pruebas practicadas en el proceso, pues ello
supondría que el juez constitucional ingrese en la zona (dimensión fáctica) donde el juez ordinario
no ha tenido duda alguna sobre el carácter incriminatorio de las pruebas.
La excarcelación por exceso de detención
39. En cuanto al extremo de la inmediata excarcelación, resulta necesario precisar que la
nulidad de la resolución judicial declarada en el presente proceso constitucional sólo alcanza al
acto procesal mencionado, quedando subsistentes y surtiendo plenos efectos jurídicos los demás
actos procesales precedentes; en consecuencia, el auto que dispone la apertura de instrucción
contra la recurrente, el mandato de detención decretado en él, la sentencia condenatoria de la Sala
Penal Superior, entre otros, continúan vigentes.
En efecto, tal como ha señalado este Alto Tribunal en anterior jurisprudencia (Exp. N° 2494-
2002-HC/TC. FJ 5; Exp. N° 2625-2002-HC/TC. FJ 5), «no procede la excarcelación, toda vez que,
como se ha expuesto, al no afectar la nulidad de algunas etapas del proceso penal al auto apertorio
de instrucción, al mandato de detención [y a la sentencia condenatoria, ésta] recobra todos sus
efectos (...)», por lo que la demanda, en este extremo, debe ser declarada improcedente.
Consideraciones finales
40. Por lo demás, este Tribunal Constitucional considera que el hábeas corpus contra
resoluciones judiciales firmes no puede ni debe ser utilizado como un deux ex machina, esto es,
como algo traído desde afuera para resolver una situación, donde se pretenda replantear una
controversia ya resuelta debidamente por los órganos jurisdiccionales ordinarios, sino que debe ser
utilizado, sí y sólo sí, cuando sea estrictamente necesario, con el único propósito [finalidad
constitucionalmente legítima] de velar por que en el ejercicio de una función no se menoscaben la
vigencia y eficacia de los derechos fundamentales reconocidos a los justiciables, y que ello signifique
una restricción al derecho a la libertad individual o los derechos conexos a ella.
394
41. De otro lado, cabe precisar que el desarrollo expositivo del esquema argumentativo de la
sentencia cuestionada en modo alguno afecta la independencia judicial en la resolución del caso
concreto, en tanto que tiene como fin único y exclusivo el de verificar la vulneración del derecho a
la debida motivación de las resoluciones judiciales, al amparo de lo dispuesto por el artículo 139º,
inciso 5, de la Constitución Política. En efecto, este Colegiado enfatiza que el objetivo de este examen
es estrictamente constitucional con la finalidad de compatibilizar la actuación jurisdiccional con
los preceptos constitucionales.
Por estos fundamentos, el Tribunal Constitucional, con la autoridad que le confiere la
Constitución Política del Perú,
HA RESUELTO
1. Declarar FUNDADA en parte la demanda de hábeas corpus.
2. Declarar NULA la ejecutoria suprema expedida por la Primera Sala Transitoria Penal de la Corte
Suprema de Justicia de la República, de fecha 22 de enero de 2007, recaída en el proceso penal
Nº 3651-2006 seguido contra la accionante por el delito de parricidio, debiendo dicha instancia
judicial emitir nueva resolución, según corresponda, conforme al fundamento 34 de la presente
Sentencia.
3. Declarar IMPROCEDENTE la demanda en el extremo que la recurrente solicita la excarcelación.
Publíquese y notifíquese.
SS. MESÍA RAMÍREZ/VERGARA GOTELLI/LANDA ARROYO/BEAUMONT CALLIRGOS/CALLE HAYEN/ETO
CRUZ/ÁLVAREZ MIRANDA.
395
2.4. VULNERACIÓN DE DERECHO DE DEFENSA Y DEBIDO PROCEDIMIENTO AL PRESENTARSE LA
CONCURRENCIA DE IMPUTACIÓN DISTINTA DE LAS NORMAS
I. ANTECEDENTES
1. Mediante Carta Nº 3190-GRAAR-ESSALUD-2011, del 22 de diciembre de 2011, la Gerencia
de la Red Asistencial Arequipa del Seguro Social de Salud, en adelante la entidad, atribuyó, entre
otros, al señor JUAN CARLOS ALVAREZ VERA, en adelante el impugnante, haber emitido opinión
con trasfondos políticos, sin la autorización de la institución, cuestionando la gestión del gerente
de la red asistencial en el «Programa Primera Edición» de América Televisión, llevado a cabo el 30
de noviembre del 2011 por lo que habría incurrido en el incumplimiento de las obligaciones de
trabajo que supone el quebrantamiento de la buena fe laboral; actos de violencia, grave indisciplina,
injuria y faltamiento de palabra verbal o escrita en agravio del empleador; quebrantamiento de la
autoridad, presión y amenaza a sus jefes o compañeros de trabajo; uso inadecuado del uniforme de
trabajo; opinar y hacer declaraciones públicas relativas a la institución sin autorización; no actuar
con imparcialidad política en el desempeño de sus funciones y realizar actividades de proselitismo
político a través de la utilización de bienes públicos; con lo cual habría vulnerado lo dispuesto por
los incisos n) y p) del artículo 19º y el inciso f) del artículo 20 del Reglamento Interno de Trabajo
aprobado por Resolución de Presidencia Ejecutiva N° 139-PE-ESSALUD-991 en adelante el RIT; los
incisos a) y f) del artículo 25º del T.Ú.O, del Decreto Legislativo Nº 728 - Ley de Productividad y
Competitividad Laboral, aprobado por D.S. Nº 003-97-TR2, en adelante el TUO; el artículo 8º del
Reglamento de Organización y Funciones de EsSalud, aprobado por Resolución de Presidencia
Ejecutiva Nº 012-PE-ESSALUD-20073, en delante el ROF; y el inciso 1 del artículo 7º y los incisos
3 y 5 del artículo 8º de la Ley Nº 27815 - Ley del Código de Ética de la Función Pública4, en adelante
el Código de Ética; otorgándole un plazo de 6 días calendarios para que presente sus descargos.
396
2. Mediante documento recibido el 28 de diciembre del 2011 en la Secretaría Técnica, el
impugnante presentó sus descargos, negando la comisión de las faltas imputadas.
3. Mediante el acto administrativo contenido en la Carta Nº 80-GRAAR-ESSALUD-2011, de
fecha 11 de enero del 20125, la entidad impuso al impugnante la sanción de suspensión por quince
(15) días sin goce de haber, por no haber desvirtuado las faltas imputadas, vulnerando así lo
dispuesto en los incisos n) y p) del artículo 19º y el inciso f) del artículo 20 del RIT; los incisos a) y
f) del artículo 25º del TUO; el artículo 8º del ROF; y el inciso 1 del artículo 7º y los incisos 3 y 5 del
artículo 8º del Código de Ética.
397
11. Al respecto, de la revisión de la documentación que obra en el expediente se aprecia que el
impugnante se encuentra bajo el régimen laboral de la actividad privada, el cual se encuentra
regulado en el TUO.
En tal sentido, esta Sala considera que, al tener el impugnante la condición de personal
contratado por un empleador estatal bajo el régimen laboral de la actividad privada, son aplicables
al presente caso, además de las disposiciones contenidas en el TUO, las disposiciones del
Reglamento Interno de Trabajo, Reglamento de Organización y Funciones, el Manual de
Organización y Funciones, así como cualquier otro documento en el cual se establezcan funciones
y obligaciones para el personal de la entidad.
De la observancia del debido procedimiento administrativo
12. El numeral 1.2 del Artículo IV del Título Preliminar de la Ley Nº 27444 - Ley del
Procedimiento Administrativo General reconoce a los administrados el goce de los derechos y
garantías del debido procedimiento administrativo, que comprende los derechos a: exponer
argumentos, exponer y producir pruebas y obtener una decisión motivada y fundada en derecho. 9
13. En el caso de los procedimientos administrativos disciplinarios, como el que concita el
presente análisis, la exigencia del respeto irrestricto de tales derechos y garantías adquiere una
dimensión mayor, toda vez que en ellos «los derechos de los administrados son más profundamente
influidos por la decisión de la Administración».10
14. Mediante Carta Nº 3190-GRAAR-ESSALUD-2011, se le imputó al impugnante haber
vulnerado lo dispuesto por los incisos n) y p) del artículo 19° y f) del artículo 20° del RIT; los incisos
a) y f) del artículo 25° del TUO; el artículo 8º del ROF; y el inciso 1 del artículo 7º y los incisos 3 y
5 del artículo 8º del Código de Ética. De igual modo, mediante Carta Nº 80-GRAAR-ESSALUD-2011,
se le sanciona al impugnante con la sanción de suspensión por quince (15) días sin goce de haber,
por vulnerar los incisos n) y p) del artículo 19° y f) del artículo 20º del RIT; los incisos a) y f) del
artículo 25° del TUO; el artículo 8º del ROF; y el inciso 1 del artículo 7° y los incisos 3 y 5 del
artículo 8º del Código de Ética.
15. En tal sentido, se debe determinar si el debido procedimiento se ve afectado, cuando una
misma conducta pasible de sanción es calificada al mismo tiempo por dos cuerpos normativos: el
Reglamento Interno de Trabajo, a través del cual el empleador autolimita el ejercicio de su facultad
disciplinaria reconocida en el artículo 9° del TUO11 y la Ley N° 27815 - Ley del Código de Ética de
la Función Pública.
16. En cuanto a la potestad sancionadora en el régimen laboral privado, el artículo 9° del TUO,
establece que al estar dentro de una relación subordinada, el empleador tiene la facultad de
sancionar disciplinariamente al trabajador por cualquier infracción o incumplimiento de sus
obligaciones, dentro de los límites de la razonabilidad, así como tiene la facultad para normar
reglamentariamente las labores y dictar las órdenes necesarias para la ejecución de las mismas,
pudiendo por ello regular válidamente dentro de su RIT los deberes y obligaciones cuyo
incumplimiento sea pasible de sanción, así como el tipo de sanciones que le pueden ser impuestas,
y los procedimientos e instancias internas para la aplicación de las sanciones disciplinarias.
17. Asimismo, en relación con las sanciones aplicables a los trabajadores del régimen laboral
de la actividad privada, el inciso g) del artículo 12° del TUO12 ha contemplado la posibilidad de la
suspensión del vínculo laboral por ejercicio de la potestad sancionadora del empleador, mientras
que en el inciso a) del artículo 24°13 del mencionado cuerpo normativo se ha establecido como causa
justa de despido relacionada con la conducta del trabajador, la comisión de falta grave, la cual se
define como la infracción por el trabajador de los deberes esenciales que emanan del contrato, de
tal índole, que haga irrazonable la subsistencia de la relación, tipificando aquellas conductas
consideradas como faltas graves en el artículo 25° del referido TUO. 14
18. Por otro lado, respecto a la naturaleza de las sanciones establecidas en el Código de Ética,
el artículo 1° de la citada norma establece que los principios, deberes y prohibiciones éticos rigen
398
para los servidores públicos de las entidades de la administración pública. Además, el literal 10.1
del artículo 10º, dispone que tanto la transgresión de los principios y deberes establecidos en el
Capítulo II15, como de las prohibiciones señaladas en el Capítulo III de la ley materia de análisis 16,
se consideran infracciones, generándose responsabilidad pasible de sanción.
Asimismo, los numerales 10.2 y 10.3 de la mencionada norma, establecen que el Reglamento
señala las correspondientes sanciones; y que para su graduación, se tendrán presentes las normas
sobre carrera administrativa y el régimen laboral aplicable en virtud del cargo o función
desempeñada. Adicionalmente, las sanciones aplicables por la transgresión a las normas del Código
de Ética no exime de las responsabilidades administrativas, civiles y penales establecidas en la
normatividad.
19. El artículo 9º del Reglamento del Código de Ética de la Función Pública regula que las
sanciones a imponerse pueden ser:
a) Amonestación.
b) Suspensión.
c) Multa de hasta 12 Unidades Impositivas Tributarias - UIT.
d) Resolución contractual.
e) Destitución o despido.
20. De la revisión de la regulación mencionada, se puede advertir que el inciso d) del artículo
25º del TUO y el numeral 5 del artículo 7º del Código de Ética de la Función Pública, recogen
diferentes supuestos de hecho para la configuración de la infracción y tienen como consecuencia,
diferentes tipos de sanción.
21. Asimismo, en cuanto a la sanción de despido, se puede advertir que el Código de Ética
también dispone dicha sanción para los funcionarios que incurren en faltas éticas; no obstante,
cabe afirmar que el supuesto de hecho para la aplicación de ésta, no es el mismo que los dispuestos
en los artículos 23º y 24º del TUO.
22. En ese sentido, se concluye que, en el régimen laboral de la actividad privada el TUO prevé
la posibilidad del empleador de imponer sanción disciplinaria al trabajador por el incumplimiento
de sus obligaciones laborales, reconociendo a aquél además el poder para autorregular su potestad
disciplinaria en documentos como el RIT, así como las faltas y sanciones pasibles de ser aplicadas;
mientras que, el Código de Ética recoge determinados supuestos de hecho para la configuración de
la infracción, así como distintos tipos de sanciones, de lo que se colige que las mencionadas normas
responden a situaciones jurídicas y ámbitos de aplicación completamente distintos.
23. Es a partir de ello, que se afirma que un mismo hecho no puede configurar una falta ética
y una falta funcional, puesto que se vulnera el derecho al debido procedimiento del administrado.
24. El debido procedimiento reconoce el derecho de los administrados a la defensa y a una
decisión debidamente motivada y fundamentada; por lo que conforme al numeral 14 del artículo
139º de la Constitución Política del Perú, nadie puede ser privado del derecho de defensa en ningún
estado del proceso; habiendo el Tribunal Constitucional señalado al respecto que « ... el debido
proceso y los derechos que conforman su contenido esencial están garantizados no sólo en el seno
de un proceso judicial, sino también en el ámbito del procedimiento administrativo... 17; siendo el
derecho de defensa parte del derecho del debido proceso, el cual «... se proyecta como principio de
interdicción para afrontar cualquier indefensión y como principio de contradicción de los actos
procesales que pudieran repercutir en la situación jurídica de algunas de las partes, sea en un
proceso o procedimiento, o en el caso de un tercero con interés» 18.
En consecuencia, dentro de un procedimiento administrativo disciplinario no puede haber
concurrencia de imputación por infracciones a normas éticas y laborales, como el Código de Ética
y el TUO, por tener procedimientos establecidos con claras diferencias, distintos supuestos de hecho
399
que configuran la infracción, un plazo de prescripción de tres (3) años y la aplicación del principio
de inmediatez en uno y otro caso respectivamente, V sanciones reguladas de diferente forma.
Se estaría vulnerando el derecho de defensa del administrado, y por ende el debido
procedimiento administrativo, al estar éste en estado de incertidumbre respecto al tipo y gravedad
de infracción administrativa que la administración le imputa, el procedimiento disciplinario que se
le va a seguir, así como el tipo de sanción que pudiera imponérsele.
25. De la revisión de la documentación obrante en el expediente, y como se ha señalado en el
numeral 14 de la presente resolución, se aprecia que en el procedimiento administrativo
disciplinario iniciado contra el impugnante se ha aplicado tanto el RIT de la entidad como las
normas éticas contenidas en el Código de Ética.
26. En tal sentido, esta Sala considera que durante el procedimiento se ha vulnerado el derecho
al debido procedimiento administrativo del impugnante, toda vez que se han aplicado al caso
materia de análisis dos normas de naturaleza distinta para la tipificación de un mismo acto. En ese
sentido, se vulnera el derecho a la defensa por cuanto ambas normas responden a situaciones
jurídicas distintas, y, por lo tanto, impiden que el impugnante haya podido ejercer una defensa
adecuada.
27. Por lo tanto, a fin que se garantice el respeto al debido procedimiento administrativo, la Red
Asistencial Arequipa del Seguro Social de Salud debe optar por la aplicación de las disposiciones
sobre el procedimiento disciplinario contenidas en el TUO y el RIT del Seguro Social de Salud, o las
disposiciones referidas a la transgresión de las normas éticas contenidas en el Código de Ética,
según la naturaleza de la falta cometida por el impugnante.
28. Finalmente, esta Sala estima que habiéndose constatado la vulneración del principio de
debido procedimiento administrativo, deviene en innecesario pronunciarse sobre los argumentos
esgrimidos en el recurso de apelación sometido a conocimiento.
En ejercicio de las facultades previstas en el artículo 17º del Decreto Legislativo Nº 1023, la
Primera Sala del Tribunal del Servicio Civil;
RESUELVE:
PRIMERO.- Declarar la NULIDAD de los actos administrativos contenidos en las Cartas Nos
3190-GRAAR-ESSALUD-2011 y 80-GRAAR-ESSALUD-2011, del 22 de diciembre del 2011 y 11 de
enero del 2012, respectivamente, emitidas por la Gerencia de la RED ASISTENCIAL AREQUIPA DEL
SEGURO SOCIAL DE SALUD, por vulnerar el debido procedimiento administrativo.
SEGUNDO.- Retrotraer el procedimiento al momento de la emisión de la Carta Nº 3190-GRAAR-
ESSALUD-2011, debiendo la RED ASISTENCIAL AREQUIPA DEL SEGURO SOCIAL DE SALUD
tener en consideración al momento de calificar la conducta del señor JUAN CARLOS ALVAREZ
VERA, así como al momento de resolver, los criterios señalados en la presente resolución.
TERCERO.- Notificar la presente resolución al señor JUAN CARLOS ALVAREZ VERA y a la RED
ASISTENCIAL AREQUIPA DEL SEGURO SOCIAL DE SALUD para su cumplimiento y fines
pertinentes.
CUARTO.- Devolver el expediente a la RED ASISTENCIAL AREQUIPA DEL SEGURO SOCIAL
DE SALUD.
QUINTO.- Disponer la publicación de la presente resolución en el Portal Institucional
(www.servir.gob.pe).
Regístrese, comuníquese y publíquese.
SS.
RICHARD JAMES MARTÍN TIRADO-VOCAL/JAIME ZAVALA COSTA-PRESIDENTE/JORGE LUIS TOMAYA
MIYAGUSUKO-VOCAL
400
______________
1 Reglamento Interno de Trabajo del Seguro Social de Salud, aprobado por Resolución de Presidencia Ejecutiva N° 139-
PE-ESSALUD-99
«Artículo 19°.- Son obligaciones de los trabajadores del ESSALUD las siguientes:
(...)
n) Usar de manera adecuada el uniforme de trabajo.
(...)
p) Abstenerse de opinar, publicar artículos o hacer declaraciones públicas relativas a la institución, sin la autorización
expresa de la autoridad competente.
(...)
Artículo 20°.- Queda expresamente prohibido a los trabajadores:
(...)
f) Amenazar o agredir en cualquier forma a sus jefes o compañeros de trabajo
(...)»
2 T.U.O. D. Leg. N° 728 - Ley de Productividad y Competitividad laboral, aprobado por D. S. N° 003-97
«Artículo 25°.- Falta grave es la infracción por el trabajador de los deberes esenciales que emanan del contrato, de tal
índole, que haga irrazonable la subsistencia de la relación. Son faltas graves:
a) El incumplimiento de las obligaciones de trabajo que supone el quebrantamiento de la buena fe laboral, la reiterada
resistencia a las órdenes relacionadas con las labores, la reiterada paralización intempestiva de labores y la inobservancia
del Reglamento Interno de Trabajo o del Reglamento de Seguridad e Higiene Industrial, aprobados o expedidos, según
corresponda, por la autoridad competente que revistan gravedad.
La reiterada paralización intempestiva de labores debe ser verificada fehacientemente con el concurso de la Autoridad
Administrativa de Trabajo, o en su defecto de la Policía o de la Fiscalía si fuere el caso, quienes están obligadas, bajo
responsabilidad a prestar el apoyo necesario para la constatación de estos hechos, debiendo individualizarse en el acta
respectiva a los trabajadores que incurran en esta falta;
f) Los actos de violencia, grave indisciplina, injuria y faltamiento de palabra verbal o escrita en agravio del empleador, de
sus representantes, del personal jerárquico o de otros trabajadores, sea que se cometan dentro del centro de trabajo o
fuera de él cuando los hechos se deriven directamente de la relación laboral. Los actos de extrema violencia tales como
toma de rehenes o de locales podrán adicionalmente ser denunciados an¬te la autoridad judicial competente;
(...)
3 Reglamento de Organización y Funciones de EsSalud, aprobado por Resolución de Presidencia Ejecutiva N° 012-PE-
ESSALUD-2007
Artículo 8°.- La Oficina de Relaciones Institucionales ejerce autoridad directa sobre las unidades orgánicas que la
conforman y mantienen relaciones de coordinación interna con todos los Órganos de la Sede Central y con los Órganos
Desconcentrados de ESSALUD.
4 Ley N° 27815 - Ley del Código de Ética de la Función Pública
«Artículo 7°.- Deberes de la Función Pública
El servidor público tiene los siguientes deberes:
1. Neutralidad
Debe actuar con absoluta imparcialidad política, económica o de cualquier otra índole en el desempeño de sus funciones
demostrando independencia a sus vinculaciones con personas, partidos políticos o instituciones.
(...)
Artículo 8°.- Prohibiciones Éticas de la Función Pública
El servidor público está prohibido de:
(...)
3. Realizar Actividades de Proselitismo Político
Realizar actividades de proselitismo político a través de la utilización de sus funciones o por medio de la utilización de
infraestructura, bienes o recursos públicos, ya sea a favor o en contra de partidos u organizaciones políticas o candidatos.
(...)
4. Presionar, Amenazar y/o Acosar Ejercer presiones, amenazas o acoso sexual contra otros servidores públicos o
subordinados que puedan afectar la dignidad de la persona o inducir a la realización de acciones dolosas.
5 Notificado al impugnante notarialmente el 11 de enero del 2012.
6 Decreto Legislativo N° 1023- D. Leg. que crea la Autoridad Nacional del Servicio Civil, Rectora del Sistema Administrativo
de Gestión de Recursos Humanos
«Artículo 17°.- Tribunal del Servicio Civil
El Tribunal del Servicio Civil - el Tribunal, en lo sucesivo - es un órgano integrante de la Autoridad que tiene por función
la resolución de controversias individuales que se susciten al interior del Sistema.
El Tribunal es un órgano con independencia técnica para resolver en las materias de su competencia.
Conoce recursos de apelación en materia de:
a) Acceso al servicio civil;
b) Pago de retribuciones;
c) Evaluación y progresión en la carrera;
d) Régimen disciplinario; y,
e) Terminación de la relación de trabajo.
401
El Tribunal constituye última instancia administrativa. Sus resoluciones podrán ser impugnadas únicamente ante la
Corte Superior a través de la acción contencioso-administrativa.
Por decreto supremo refrendado por el Presidente del Consejo de Ministros, previa opinión favorable de la Autoridad, se
aprobarán las normas de procedimiento del Tribunal».
7 Ley N° 29951 - Ley del Presupuesto del Sector Público para el Año Fiscal 2013
DISPOSICIONES COMPLEMENTARIAS FINALES
«CENTÉSIMA TERCERA.- Deróguese el literal b) del artículo 17 del D. Leg. Nº 1023, D. Leg. que crea la Autoridad
Nacional del Servicio Civil, rectora del Sistema Administrativo de Gestión de Recursos Humanos».
8 Publicada en el Diario Oficial El Peruano el 17 de agosto de 2010.
9 Ley N° 27444 - Ley del Procedimiento Administrativo General. TITULO PRELIMINAR
«Artículo IV.- Principios del procedimiento administrativo
1. El procedimiento administrativo se sustenta fundamentalmente en los siguientes principios, sin perjuicio de la vigencia
de otros principios generales del Derecho Administrativo: (...).
1.2. Principio del debido procedimiento.- Los administrados gozan de todos los derechos y garantías inherentes al debido
procedimiento administrativo, que comprende el derecho a exponer sus argumentos, a ofrecer y producir pruebas y a
obtener una decisión motivada y fundada en derecho. La institución del debido procedimiento administrativo se rige por
los principios del Derecho Administrativo. La regulación propia del Derecho Procesal Civil es aplicable sólo en cuanto
sea compatible con el régimen administrativo. (...)».
10 RUBIO CORREA, MARCIAL. El Estado Peruano según la jurisprudencia del Tribunal Constitucional. Fondo Editorial de
la Pontificia Universidad Católica del Perú. Lima. 2006. p. 220.
11 TUO. D. Leg. N° 728 - Ley de Productividad y Competitividad Laboral, aprobado por Decreto Supremo N° 003-97-TR
«Artículo 9°.- Por la subordinación, el trabajador presta sus servicios bajo dirección de su empleador, el cual tiene
facultades para normar reglamentariamente las labores, dictar las órdenes necesarias para la ejecución de las mismas,
y sancionar disciplinariamente, dentro de los límites de la razonabilidad, cualquier infracción o incumplimiento de las
obligaciones a cargo del trabajador.
El empleador está facultado para introducir cambios o modificar turnos, días u horas de trabajo, así como la forma y
modalidad de la prestación de las labores, dentro de criterios de razonabilidad y teniendo en cuenta las necesidades del
centro de trabajo».
12 TUO. D. Leg. N° 728 - Ley de Productividad y Competitividad laboral, aprobado por Decreto Supremo N° 003-97-TR
«Artículo 12°.- Son causas de suspensión del contrato de trabajo:
(...)
g) La sanción disciplinaria».
13 TUO. D. Leg. N° 728 - ley de Productividad y Competitividad laboral, aprobado por Decreto Supremo N° 003-97-TR
«Artículo 24°.- Son causas justas de despido relacionadas con la conducta del trabajador:
a) La comisión de falta grave;
(...)».
14 Texto Único Ordenado del Decreto legislativo N° 728 - ley de Productividad y Competitividad laboral, aprobado por
Decreto Supremo N° 003-97-TR
«Artículo 25°.- Falta grave es la infracción por el trabajador de los deberes esenciales que emanan del contrato, de tal
índole, que haga irrazonable la subsistencia de la relación. Son faltas graves:
a) El incumplimiento de las obligaciones de trabajo que supone el quebrantamiento de la buena fe laboral, la reiterada
resistencia a las órdenes relacionadas con las labores, la reiterada paralización intempestiva de labores y la
inobservancia del Reglamento Interno de Trabajo o del Reglamento de Seguridad e Higiene Industrial, aprobados o
expedidos, según corresponda, por la autoridad competente que revistan gravedad.
La reiterada paralización intempestiva de labores debe ser verificada fehacientemente con el concurso de la Autoridad
Administrativa de Trabajo, o en su defecto de la Policía o de la Fiscalía si fuere el caso, quienes están obligadas, bajo
responsabilidad a prestar el apoyo necesario para la constatación de estos hechos, debiendo individualizarse en el
acta respectiva a los trabajadores que incurran en esta falta;
b) La disminución deliberada y reiterada en el rendimiento de las labores o del volumen o de la calidad de producción,
verificada fehacientemente o con el concurso de los servicios inspectivos del Ministerio de Trabajo y Promoción Social,
quien podrá solicitar el apoyo del sector al que pertenece la empresa;
c) La apropiación consumada o frustrada de bienes o servicios del empleador o que se encuentran bajo su custodia, así
como la retención o utilización indebidas de los mismos, en beneficio propio o de terceros, con prescindencia de su
valor;
d) El uso o entrega a terceros de información reservada del empleador; la sustracción o utilización no autorizada de
documentos de la empresa; la información falsa al empleador con la intención de causarle perjuicio u obtener una
ventaja; y la competencia desleal;
e) La concurrencia reiterada en estado de embriaguez o bajo influencia de drogas o sustancias estupefacientes, y
aunque no sea reiterada cuando por la naturaleza de la función o del trabajo revista excepcional gravedad. La
autoridad policial prestará su concurso para coadyuvar en la verificación de tales hechos; la negativa del trabajador
a someterse a la prueba correspondiente se considerará como reconocimiento de dicho estado, lo que se hará constar
en el atestado policial respectivo;
f) Los actos de violencia, grave indisciplina, injuria y faltamiento de palabra verbal o escrita en agravio del empleador,
de sus representantes, del personal jerárquico o de otros trabajadores, sea que se cometan dentro del centro de
trabajo o fuera de él cuando los hechos se deriven directamente de la relación laboral. Los actos de extrema violencia
402
tales como toma de rehenes o de locales podrán adicionalmente ser denunciados ante la autoridad judicial
competente;
g) El daño intencional a los edificios, instalaciones, obras, maquinarias, instrumentos, documentación, materias primas
y demás bienes de propiedad de la empresa o en posesión de ésta;
h) El abandono de trabajo por más de tres días consecutivos, las ausencias injustificadas por más de cinco días en un
período de treinta días calendario o más de quince días en un período de ciento ochenta días calendario, hayan sido
o no sancionadas disciplinariamente en cada caso, la impuntualidad reiterada, si ha sido acusada por el empleador,
siempre que se hayan aplicado sanciones disciplinarias previas de amonestaciones escritas y suspensiones.
i) El hostigamiento sexual cometido por los representantes del empleador o quien ejerza autoridad sobre el trabajador,
así como el cometido por un trabajador cualquiera sea la ubicación de la víctima del hostigamiento en la estructura
jerárquica del centro de trabajo.»
15 Ley N° 27815 - Ley del Código de Ética de la Función Pública
PRINCIPIOS Y DEBERES ÉTICOS DEL SERVIDOR PÚBLICO
«Artículo 6°.- Principios de la Función Pública
El servidor público actúa de acuerdo a los siguientes principios:
1. Respeto: Adecua su conducta hacia el respeto de la Constitución y las Leyes, garantizando que en todas las fases del
proceso de toma de decisiones o en el cumplimiento de los procedimientos administrativos, se respeten los derechos
a la defensa y al debido procedimiento.
2. Probidad: Actúa con rectitud, honradez y honestidad, procurando satisfacer el interés general y desechando todo
provecho o ventaja personal, obtenido por sí o por interpósita persona.
3. Eficiencia: Brinda calidad en cada una de las funciones a su cargo, procurando obtener una capacitación sólida y
permanente.
4. Idoneidad: Entendida como aptitud técnica, legal y moral, es condición esencial para el acceso y ejercicio de la función
pública. El servidor público debe propender a una formación sólida acorde a la realidad, capacitándose
permanentemente para el debido cumplimiento de sus funciones.
5. Veracidad: Se expresa con autenticidad en las relaciones funcionales con todos los miembros de su institución y con
la ciudadanía, y contribuye al esclarecimiento de los hechos.
6. Lealtad y Obediencia: Actúa con fidelidad y solidaridad hacia todos los miembros de su institución, cumpliendo las
órdenes que le imparta el superior jerárquico competente, en la medida que reúnan las formalidades del caso y tengan
por objeto la realización de actos de servicio que se vinculen con las funciones a su cargo, salvo los supuestos de
arbitrariedad o ilegalidad manifiestas, las que deberá poner en conocimiento del superior jerárquico de su institución.
7. Justicia y Equidad: Tiene permanente disposición para el cumplimiento de sus funciones, otorgando a cada uno lo
que le es debido, actuando con equidad en sus relaciones con el Estado, con el administrado, con sus superiores,
con sus subordinados y con la ciudadanía en general.
8. Lealtad al Estado de Derecho: El funcionario de confianza debe lealtad a la Constitución y al Estado de Derecho.
Ocupar cargos de confianza en regímenes de facto, es causal de cese automático e inmediato de la función pública».
«Artículo 7º.- Deberes de la Función Pública
El servidor público tiene los siguientes deberes:
1. Neutralidad
Debe actuar con absoluta imparcialidad política, economlca o de cualquier otra índole en el desempeño de sus
funciones demostrando independencia a sus vinculaciones con personas, partidos políticos o instituciones.
2. Transparencia
Debe ejecutar los actos del servicio de manera transparente, ello implica que dichos actos tienen en principio carácter
público y son accesibles al conocimiento de toda persona natural o jurídica. El servidor público debe de brindar y
facilitar información fidedigna, completa y oportuna.
3. Discreción
Debe guardar reserva respecto de hechos o informaciones de los que tenga conocimiento con motivo o en ocasión del
ejercicio de sus funciones, sin perjuicio de los deberes y las responsabilidades que le correspondan en virtud de las
normas que regulan el acceso y la transparencia de la información pública.
4. Ejercicio Adecuado del Cargo
Con motivo o en ocasión del ejercicio de sus funciones el servidor público no debe adoptar represalia de ningún tipo
o ejercer coacción alguna contra otros servidores públicos u otras personas.
5. Uso Adecuado de los Bienes del Estado
Debe proteger y conservar los bienes del Estado, debiendo utilizar los que le fueran asignados para el desempeño de
sus funciones de manera racional, evitando su abuso, derroche o desaprovechamiento, sin emplear o permitir que
otros empleen los bienes del Estado para fines particulares o propósitos que no sean aquellos para los cuales
hubieran sido específicamente destinados.
6. Responsabilidad
Todo servidor público debe desarrollar sus funciones a cabalidad y en forma integral, asumiendo con pleno respeto
su función pública.
Ante situaciones extraordinarias, el servidor público puede realizar aquellas tareas que por su naturaleza o modalidad
no sean las estrictamente inherentes a su cargo, siempre que ellas resulten necesarias para mitigar, neutralizar o superar
las dificultades que se enfrenten.
Todo servidor público debe respetar los derechos de los administrados establecidos en el artículo 55 de la Ley Nº 27444,
Ley del Procedimiento Administrativo General».
403
16. Ley Nº 27815 - Ley del Código de Ética de la Función Pública
PROHIBICIONES ÉTICAS DEL SERVIDOR PÚBLICO
«Artículo 8º.- Prohibiciones Éticas de la Función Pública
El servidor público está prohibido de:
1. Mantener Intereses de Conflicto
Mantener relaciones o de aceptar situaciones en cuyo contexto sus intereses personales, laborales, económicos o
financieros pudieran estar en conflicto con el cumplimiento de los deberes y funciones a su cargo.
2. Obtener Ventajas Indebidas
Obtener o procurar beneficios o ventajas indebidas, para sí o para otros, mediante el uso de su cargo, autoridad,
influencia o apariencia de influencia.
3. Realizar Actividades de Proselitismo Político
Realizar actividades de proselitismo político a través de la utilización de sus funciones o por medio de la utilización
de infraestructura, bienes o recursos públicos, ya sea a favor o en contra de partidos u organizaciones políticas o
candidatos.
4. Hacer Mal Uso de Información Privilegiada
Participar en transacciones u operaciones financieras utilizando información privilegiada de la entidad a la que
pertenece o que pudiera tener acceso a ella por su condición o ejercicio del cargo que desempeña, ni debe permitir el
uso impropio de dicha información para el beneficio de algún interés.
5. Presionar, Amenazar y/o Acosar
17 Fundamento 13 de la Sentencia emitida en el expediente N° 8605-2005-AA.
18 Fundamento 14 de la Sentencia emitida en el expediente N° 8605-2005-AA.
404
2.5. OBLIGATORIEDAD DEL DICTAMEN FISCAL EN EL PROCESO CONTENCIOSO ADMINISTRATIVO
CAS. N° 2480-2006-LIMA
405
interpuesto y no esperar que en casación se disponga lo mismo con gran pérdida económica y de
tiempo para las partes y el Órgano Jurisdiccional.
SÉPTIMO: Que, en consecuencia, de conformidad con el artículo ciento setentiséis de la citada
norma, se declara NULA la resolución de vista de fojas ochenta, su fecha siete de abril del dos mil
seis; ORDENARON que la Sala de mérito expida nueva resolución, previo Dictamen Fiscal; en los
seguidos por Luis Alberto Calatayud Olivares contra el Ministerio de Trabajo y Promoción Social;
sobre Impugnación de Resolución Administrativa; y los devolvieron.
S.S.:
VILLA STEIN; VILLACORTA RAMÍREZ; ESTRELLA CAMA; ROJAS MARAVÍ; SALAS MEDINA.
406
2.6. DECLARAN FUNDADA LA ACCIÓN DE AMPARO AL HABERSE ACREDITADO QUE SE VULNERÓ EL
DERECHO CONSTITUCIONAL A LA DEFENSA Y AL DEBIDO PROCESO DEL DEMANDANTE
TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
En Trujillo, a los cuatro días del mes de noviembre de mil novecientos noventa y ocho, reunido
el Tribunal Constitucional en sesión de Pleno Jurisdiccional, con asistencia de los señores
Magistrados: Acosta Sánchez, Presidente; Díaz Valverde, Vicepresidente; Nugent; y García Marcelo,
pronuncia sentencia;
ASUNTO:
Recurso Extraordinario interpuesto por don Wílmer Rojas Ruiz contra la resolución expedida
por la Sala Laboral de la Corte Superior de Justicia de La Libertad, de fojas trescientos cuarenta y
uno, su fecha treinta y uno de octubre de mil novecientos noventa y siete, que revocando la apelada,
declaró improcedente la demanda.
ANTECEDENTES:
Don Wílmer Rojas Ruiz interpone Acción de Amparo contra el Jefe del Frente Policial de San
Martín- Huánuco, por violación de sus derechos constitucionales al trabajo y a la estabilidad
laboral.
Alega el demandante que mediante Resolución Jefatural N° 010-JFPSM-HCO/F1 fue pasado a
la situación de disponibilidad como miembro de la Policía Nacional del Perú, sin que previamente
se haya realizado investigación ni permitido ejercer el derecho de defensa, de conformidad con el
Decreto Supremo N° 026-89-IN (Reglamento del Régimen Disciplinario de la Policía Nacional del
Perú), así como el Decreto Legislativo N° 745 (Ley de Situación Policial del Personal de la Policía
Nacional del Perú).
Precisa que se le ha impedido ejercer el derecho de defensa al no permitírsele confrontar con
las personas implicadas en el hecho que motivó su pase a la situación de disponibilidad. Recuerda
que la Sala Penal de la Corte Superior de Justicia de San Martín ha ordenado el archivamiento
definitivo del proceso penal que se le venía siguiendo por el delito de hurto agravado, el mismo que
mediante Ejecutoria Suprema, la Corte Suprema de Justicia de la República, con fecha cuatro de
diciembre de mil novecientos noventa y seis, declaró No Haber Nulidad en la sentencia consultada.
Admitida la demanda, ésta es contestada por el Procurador Público encargado de los asuntos
judiciales del Ministerio del Interior, quien solicita se declare improcedente, en razón de lo siguiente:
a) No se ha agotado la vía previa; b) La posibilidad de interponer la demanda ha caducado desde
que, entre la fecha que fue pasado a la situación de disponibilidad, el tres de febrero de mil
novecientos noventa y cinco, al veintiuno de mayo de mil novecientos noventa y siete, fecha en que
presenta la demanda, han transcurrido en exceso los sesenta días hábiles que prevé el Artículo 37°
407
de la Ley N° 23506; y c) El demandante fue pasado a la situación de disponibilidad, luego de que a
partir de las investigaciones practicadas por el Equipo de Investigación Especial de la Policía
Nacional del Perú se determinara su participación en el hurto agravado de equipos de comunicación
pertenecientes a la Policía Nacional del Perú, procediéndose de conformidad con lo dispuesto en los
Artículos 90° inciso f) y 116° del Reglamento de Régimen Disciplinario de la PNP.
Con fecha veintidós de julio de mil novecientos noventa y seis, el Juez del Tercer Juzgado del
Trabajo de Trujillo expidió sentencia declarando fundada la demanda, por considerar
principalmente, que no se respetó el derecho al debido proceso administrativo. Interpuesto el
Recurso de Apelación, con fecha treinta y uno de octubre de mil novecientos noventa y siete, la Sala
Laboral de la Corte Superior de Justicia de La Libertad expide resolución, revocando la apelada, y
reformándola, la declara improcedente, por considerar, principalmente, que la demanda se
interpuso fuera del plazo previsto en el Artículo 37° de la Ley N° 23506.Interpuesto el Recurso
Extraordinario, los actuados son elevados al Tribunal Constitucional.
FUNDAMENTOS:
1. Que, conforme se acredita del petitorio de la demanda, el objeto de ésta es que se deje sin
efecto ni valor legal alguno la Resolución Jefatural N° 010-JFPSM-HCO/F1, su fecha tres de febrero
de mil novecientos noventa y cinco, y, en consecuencia, se ordene la reposición del demandante al
servicio activo de la Policía Nacional del Perú, sin perjuicio del pago de sus remuneraciones y demás
derechos dejados de percibir hasta la fecha.
2. Que, en tal virtud, y dado que los términos en que se ha planteado la pretensión procesal en
el proceso de amparo discurren por determinar si en el caso de autos se interpuso la demanda
dentro del plazo previsto por el Artículo 37° de la Ley N° 23506, Ley de Hábeas Corpus y Amparo,
este Tribunal Constitucional observa:
a) Según se está al documento obrante a fojas tres, la Resolución Jefatural N° 010-JFPSM-
HCO/F1, fue expedida con fecha tres de febrero de mil novecientos noventa y cinco, y en la
fecha, mediante Oficio N° 236-JFPSM-HCO/F1, se transcribió su contenido al demandante, en
virtud del cual se le pasó de la situación de actividad a la situación de disponibilidad por medida
disciplinaria.
b) Según se está al documento obrante a fojas nueve, aun antes de haberse dispuesto el pase a la
situación de disponibilidad, ante el Segundo Juzgado Penal de Tarapoto ya se le había abierto
instrucción al demandante por la presunta comisión del delito de hurto agravado en agravio del
Estado, el mismo que finalmente concluyera con la expedición de una Ejecutoria Suprema de
la Sala Penal de la Corte Suprema de Justicia de la República, obrante a fojas treinta y dos, de
fecha cuatro de diciembre de mil novecientos noventa y siete, por virtud del cual se le absolvió
en forma definitiva del delito de hurto agravado.
3. Que, en consecuencia, a juicio de este Tribunal Constitucional, el plazo de caducidad a que
se refiere el Artículo 37° de la Ley N° 23506, en el caso de autos, debe de computarse desde el día
siguiente en que se notifica la Ejecutoria Suprema que expidiera la Sala Penal de la Corte Suprema
de Justicia de la República, ocurrida finalmente con fecha siete de mayo de mil novecientos noventa
y siete; dado que de haberse exigido que se interpusiera la demanda no bien generado el acto que
se considera como lesivo, ello hubiese significado que el Juez Constitucional que conoce la Acción
de Amparo, al evaluar la arbitrariedad o no de la sanción de corte administrativo, eventualmente
propiciase la expedición de una resolución judicial contradictoria a aquélla que pudiese expedir el
Juez Penal que conocía del delito que se le imputaba; por lo que habiéndose interpuesto la demanda
con fecha veintiuno de mayo de mil novecientos noventa y siete, corresponde a este Tribunal
Constitucional ingresar a evaluar las razones de fondo de la litis.
4. Que, ingresando a evaluar las razones de fondo que el Recurso Extraordinario entraña, este
Tribunal Constitucional no puede dejar de observar que si bien el objeto del proceso penal es
distinto del objeto del procedimiento administrativo, que concluyó con el pase a la situación de
408
disponibilidad del demandante, es evidente que en el presente caso, existe entre ambos una relación
de causalidad, dado que el demandante fue sancionado administrativamente por los mismos hechos
que se investigaron en sede judicial, lo que supone que, habiéndose determinado la inexistencia de
responsabilidad penal por idénticos hechos a los que motivaron la sanción administrativa, el pase
a la situación de disponibilidad dispuesta por la Resolución Jefatural cuestionada haya devenido
en arbitraria.
5. Que, en tal virtud, no puede argüirse, en el presente caso, como lo ha sostenido la Sala
Laboral de la Corte Superior de Justicia de La Libertad, que exista una relación de independencia
entre la sanción administrativa impuesta al demandante respecto de su responsabilidad penal,
conforme a lo previsto por el Artículo 40° del Decreto Legislativo N° 745, puesto que, como aparece
de autos, especialmente la Resolución Jefatural N° 010-JFPSM-HCO/F1, y la Ejecutoria Suprema
expedida por la Sala Penal de la Corte Suprema de Justicia de la República, fueron los mismos
hechos los que se ventilaron en ambas vías, negándose judicialmente las conclusiones a las que se
llegó en la vía administrativa.
6. Que, una interpretación distinta del Artículo 40° del Decreto Legislativo N° 745, en casos
análogos como el presente, llevaría al absurdo de considerar que la inocencia, no ya presunta, sino
judicialmente declarada, se tornase en una declaración lírica para su beneficiario, puesto que poco
o nada le serviría a éste para enervar los efectos de una sanción administrativa, cuya
responsabilidad, judicialmente, después ha sido declarada inexistente.
7. Que, lo expresado en los fundamentos jurídicos anteriores no significa que este Tribunal
Constitucional pretenda enervar la validez de los alcances previstos en el Artículo 40° del D. Leg.
N° 745 y, concretamente, el de la distinción de la responsabilidad administrativa y la que pueda
constituir una de naturaleza judicial, puesto que, como se ha indicado, en el presente caso, el pase
a la situación de disponibilidad del demandante se debió a un hecho que, simultáneamente a la
consideración de una falta grave en el orden administrativo, fue considerado como delito, no
alegándose para la determinación de tan grave sanción administrativa ningún otro hecho adicional
que pudiera importar una falta.
Por estos fundamentos, el Tribunal Constitucional, en ejercicio de las atribuciones que le
confieren la Constitución Política del Estado y su Ley Orgánica;
FALLA:
REVOCANDO la resolución expedida por la Sala Laboral de la Corte Superior de Justicia de La
Libertad, de fojas trescientos cuarenta y uno, su fecha treinta y uno de octubre de mil novecientos
noventa y siete, que revocando la apelada, declaró improcedente la demanda; reformándola declara
FUNDADA la Acción de Amparo interpuesta; dispone la no aplicación para el demandante de la
Resolución Jefatural N° 010-JFPSM-HCO/F1, ordena se reincorpore a don Wílmer Rojas Ruiz a la
situación de actividad de la Policía Nacional del Perú, en el mismo grado que ostentaba. Dispone la
notificación a las partes, su publicación en el Diario Oficial El Peruano y la devolución de los
actuados.
SS.
ACOSTA SANCHEZ; DIAZ VALVERDE; NUGENT; GARCIA MARCELO.
409
2.7. DECLARAN FUNDADA LA ACCIÓN DE AMPARO AL HABERSE ACREDITADO QUE SE VULNERÓ EL
DERECHO CONSTITUCIONAL AL DEBIDO PROCESO
En Lima, a los cinco días del mes de mayo de dos mil. Reunido el Tribunal Constitucional en
sesión de Pleno Jurisdiccional, con asistencia de los señores Magistrados: Acosta Sánchez,
Presidente; Díaz Valverde, Vicepresidente; Nugent y García Marcelo, pronuncia sentencia:
ASUNTO:
Recurso Extraordinario interpuesto por don Manuel Jesús Cruz Benites contra la Resolución
de la Segunda Sala Civil de la Corte Superior de Justicia de La Libertad, de fojas doscientos sesenta
y tres, su fecha veintiuno de octubre de mil novecientos noventa y nueve, que declaró improcedente
la Acción de Amparo.
ANTECEDENTES:
Don Manuel Jesús Cruz Benites, con fecha treinta de junio de mil novecientos noventa y nueve,
interpone Acción de Amparo contra el Alcalde de la Municipalidad Distrital de Carabamba, don Luis
Trujillo Guevara, a fin de que disponga la no aplicación de la Resolución Municipal N° 023-99-MDC-
A, del cuatro de junio de mil novecientos noventa y nueve, que lo destituye, vulnerando sus derechos
fundamentales al trabajo y a la protección contra el despido arbitrario y al debido proceso y se le
reponga en el mismo cargo del cual fue destituido, más el pago de remuneraciones y demás derechos
dejados de percibir.
El demandante sostiene que mediante Resolución Municipal N° 006-84-CMC, del dos de junio
de mil novecientos ochenta y cuatro ingresó a laborar en dicha Municipalidad, y con Resolución de
Alcaldía N° 009-93-CDC, del veintidós de junio de mil novecientos noventa y tres, fue nombrado
como empleado en la Unidad de Contabilidad y Tesorería. Señala que a través de la Resolución de
Alcaldía N° 010-99-MDC-A, del veinticuatro de abril de mil novecientos noventa y nueve, se le abrió
proceso administrativo disciplinario por negligencia en el desempeño de sus funciones y por el uso
de la función para fines de lucro, el que concluyó con su destitución mediante la Resolución N°
023-99-MDC-A, del cuatro de junio de mil novecientos noventa y nueve, la que se ejecutó después
de ser notificado.
Admitida la demanda, ésta es contestada por don Luis Ever Trujillo Guevara, Alcalde de la
Municipalidad Distrital de Carabamba; solicitando que se declare infundada la demanda en razón
de que, en efecto, se le abrió proceso administrativo disciplinario por una real y probada negligencia
en el desempeño de sus funciones y por el uso de la función para fines de lucro, fundamentándose
en lo prescrito por el artículo 28° literales «d» y «h», del Decreto Legislativo N° 276 y en que no se ha
dado en el presente caso la excepción contenida en el artículo 28° inciso 1) de la Ley N° 23506, por
cuanto el ex servidor se encuentra denunciado penalmente ante el Juzgado Mixto de Julcán con
instrucción abierta por delito de abuso de autoridad en la modalidad de incumplimiento de deberes
de función sancionado por el artículo 377° del Código Penal y por el uso de la función con fines de
lucro en razón de las quejas recibidas por el regidor don Víctor Blas de parte de don Gustavo
Zavaleta, por cuanto el demandante había retenido y efectuado cobros indebidos respecto de
predios, no habiendo ingresado a Tesorería de la Municipalidad dichos conceptos; y, reconociendo
que retuvo los formularios de autoavalúo en su domicilio a fin de agilizar el trabajo y expedir su
llenado.
410
El Juzgado Mixto de Julcán de la Corte Superior de Justicia de La Libertad, a fojas doscientos
veintiuno, con fecha dos de agosto de mil novecientos noventa y nueve, declaró fundada la Acción
de Amparo contra el Alcalde de la Municipalidad Distrital de Carabamba, por considerar
principalmente que la Comisión de Procesos Administrativos Disciplinarios estuvo presidida por
don Santos Andrés Ríos Cipra, el cual, según la post firma puesta en el memorándum de fojas
ciento treinta y cinco (por el que solicita al demandante hacer entrega del inventario), tiene la
calidad de Regidor de la municipalidad emplazada, lo que contraviene el artículo 191° de la
Constitución Política del Estado y el inciso 3) del artículo 37° de la Ley N° 23853, Orgánica de
Municipalidades, y carecer de competencia para realizar acciones que den origen al cese de
personal.
La Segunda Sala Civil de la Corte Superior de Justicia de La Libertad, a fojas doscientos sesenta
y tres, con fecha veintiuno de octubre de mil novecientos noventa y nueve, revocó la sentencia
apelada y la declaró improcedente, principalmente porque para la dilucidación de los hechos
referidos se requiere etapa probatoria, de la cual carece la Acción de Amparo. Contra esta
Resolución el demandante interpone Recurso Extraordinario.
FUNDAMENTOS:
1. Que, el objeto de las acciones de garantía es reponer las cosas al estado anterior a la violación
o amenaza de violación de un derecho constitucional.
2. Que, la pretensión del demandante es que no se le aplique la Resolución Municipal N° 023-99-
MDC-A de fecha cuatro de junio de mil novecientos noventa y nueve, mediante la cual se le
destituyó, y que se le reponga en el cargo de Tesorero de la Municipalidad Distrital de
Carabamba.
3. Que, a fojas ciento treinta y cuatro obra copia de la Resolución Municipal mencionada, en cuyo
artículo 2° dispone la sanción de destitución al demandante por faltas de negligencia en el
desempeño de su función y el uso de la función con fines de lucro.
4. Que, de autos se advierte, a fojas cuarenta y tres, que por Resolución de Alcaldía N° 004-99-
MDC-A de fecha dieciocho de marzo de mil novecientos noventa y nueve se constituyó la
Comisión de Procesos Administrativos Disciplinarios de la Municipalidad demandada, la que
estuvo presidida por el regidor don Santos Andrés Ríos Cipra, lo cual, conforme a lo expresado
por el Tribunal Constitucional en reiterada jurisprudencia, contraviene lo establecido por el
artículo 191° de la Constitución Política del Estado y el inciso 3) del artículo 37° de la Ley
Orgánica de Municipalidades N° 23853 en virtud de los cuales los regidores ejercen función de
fiscalización y vigilancia de los actos de la administración municipal, careciendo de competencia
para realizar acciones que originen cese de personal.
5. Que, de autos se advierte que por Resolución de Alcaldía N° 010-99-MDC-A de fecha
veinticuatro de abril de mil novecientos noventa y nueve, a la vista del informe de la Comisión
de Procesos Administrativos Disciplinarios de la Municipalidad, se dispone instaurar proceso
administrativo disciplinario al demandante.
6. Que, en consecuencia, se ha vulnerado el derecho constitucional del demandante a un debido
proceso, consagrado en el inciso 3) del artículo 139° de la Constitución Política del Estado.
7. Que, la remuneración constituye una contraprestación por un trabajo realmente efectuado, lo
que no ha ocurrido en el caso de autos.
Por estos fundamentos, el Tribunal Constitucional, en uso de las atribuciones que le confieren
la Constitución y su Ley Orgánica;
FALLA:
REVOCANDO la Resolución expedida por la Segunda Sala Civil de la Corte Superior de Justicia
de La Libertad, de fojas doscientos sesenta y tres, su fecha veintiuno de octubre de mil novecientos
noventa y nueve, que revocando la apelada declaró improcedente la Acción de Amparo,
reformándola la declara FUNDADA; en consecuencia, no aplicable la Resolución Municipal N° 023-
411
99-MDC-A, de fecha cuatro de junio de mil novecientos noventa y nueve, y ordena la reincorporación
del demandante en el cargo que venía desempeñando u otro de igual nivel al momento de la violación
de sus derechos constitucionales, sin abono de las remuneraciones dejadas de percibir durante el
período no laborado. Dispone la notificación a las partes, su publicación en el Diario Oficial El
Peruano y la devolución de los actuados.
SS.
ACOSTA SÁNCHEZ; DÍAZ VALVERDE; NUGENT; GARCÍA MARCELO.
412
2.8. DECLARAN FUNDADA LA ACCIÓN DE AMPARO AL HABERSE ACREDITADO QUE SE VULNERÓ EL
DERECHO CONSTITUCIONAL A LA DEFENSA AL DEBIDO PROCESO Y, ESPECÍFICAMENTE, LA
VARIABLE DENOMINADA «PROCEDIMIENTO PREESTABLECIDO POR LA LEY»
TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
En Trujillo, a los dieciocho días del mes de agosto de dos mil, reunido el Tribunal Constitucional
en sesión de Pleno Jurisdiccional, con asistencia de los señores Magistrados: Acosta Sánchez,
Presidente; Díaz Valverde, Vicepresidente; Nugent y García Marcelo, pronuncia sentencia:
ASUNTO:
Recurso Extraordinario interpuesto por doña Andrea Isabel Cabanillas Palomino contra la
Resolución expedida por la Segunda Sala Civil de la Corte Superior de Justicia de La Libertad, de
fojas trescientos noventa y uno, su fecha treinta y uno de mayo de dos mil, que declaró infundada
la Acción de Amparo.
ANTECEDENTES:
Doña Andrea Isabel Cabanillas Palomino con fecha veintisiete de setiembre de mil novecientos
noventa y nueve, interpone Acción de Amparo contra el Presidente de la Comisión Distrital
Descentralizada de Control Interno del Ministerio Público-La Libertad, don Luis Humberto Cortez
Albán, y contra el Fiscal Supremo de la Fiscalía Suprema de Control Interno del Ministerio Público,
don Dante Augusto Oré Blas, por violación del derecho al debido proceso.
La demandante alega que fue sometida a un proceso administrativo disciplinario, como
consecuencia de que el Presidente de la Comisión Descentralizada de Control Interno del Ministerio
Público encontró a don Pablo Guevara Sedano, una persona ajena a la Fiscalía que despacha la
demandante, dialogando con la servidora doña Jesús Loyola Zavaleta. Refiere que el mencionado
hecho se consideró irregular por considerarse que don Pablo Guevara Sedano «[...] estaba
efectuando labores de atención al público y abogados».
Precisa que el proceso administrativo disciplinario se le abrió imputándosele la comisión de
irregularidad en el ejercicio de sus funciones, tipificado en el inciso g) del artículo 22° del
Reglamento de Organización y Funciones de la Fiscalía Suprema de Control Interno. Recuerda,
asimismo, que el diez de agosto de mil novecientos noventa y ocho se declaró fundada la queja
funcional instaurada de oficio, y se le impuso la sanción disciplinaria de suspensión por treinta
días y la anotación de la sanción en el Libro de Registro de Medidas Disciplinarias, por infracción
del inciso h) del artículo 22° del citado Reglamento.
La demandante recuerda haber interpuesto su recurso de apelación, lo que motivó que con
fecha tres de setiembre de mil novecientos noventa y nueve, el Fiscal Supremo de Control Interno
del Ministerio Público expidiera la Resolución N° 901 declarando infundado el recurso de apelación,
413
con lo que se agotó la vía administrativa. Finalmente, anota que la servidora doña Jesús Felipa
Loyola Zavaleta fue absuelta de los mismos cargos por los que a la demandante se le abrió proceso
administrativo disciplinario.
Don Luis Humberto Cortez Albán, Presidente de la Comisión Distrital Descentralizada de
Control Interno del Ministerio Público, solicita que se declare infundada la demanda, por considerar
que: a) Se abrió proceso administrativo disciplinario contra la demandante, en el ejercicio regular
de sus funciones, y en aplicación del Reglamento de Organización y Funciones de la Fiscalía
Suprema de Control Interno aprobado por Resolución de la Comisión Ejecutiva del Ministerio
Público N° 296-96-MP-FN-CEMP; b) La demandante, dentro del proceso administrativo
disciplinario, ejerció su derecho de defensa, respetándose las garantías mínimas de un debido
proceso legal; y c) Es inexacto que se le haya sancionado a la demandante «por un hecho no
investigado», como puede corroborarse de la lectura de la resolución por la que se le inicia el proceso
administrativo disciplinario.
El Procurador Público a cargo de los asuntos judiciales del Ministerio Público, solicita que se
declare improcedente la demanda, ya que: a) No proceden las acciones de garantía cuando ha
cesado la violación de los derechos constitucionales o si la violación se ha convertido en irreparable;
y b) Los demandados han actuado de conformidad con la ley, y la demandante ha ejercido
irrestrictamente su derecho de defensa.
El Segundo Juzgado Especializado en lo Civil de Trujillo, con fecha veintidós de noviembre de
mil novecientos noventa y nueve, declaró infundada la demanda por considerar, principalmente,
que existía una relación lógica entre lo investigado y los hechos por los cuales fue sancionada. La
Segunda Sala Civil de la Corte Superior de Justicia de La Libertad expide sentencia, su fecha treinta
y uno de mayo de dos mil, confirmando la demanda, por considerar, fundamentalmente, que no
existe incongruencia entre las razones expresadas en la resolución que suspendió a la demandante
con las que sirvieron para abrirle el proceso administrativo disciplinario. Contra esta Resolución,
la demandante interpone Recurso Extraordinario.
FUNDAMENTOS:
1. Que, conforme se advierte del petitorio contenido en la demanda, el objeto de ésta es que se
declare no aplicable para el demandante la Resolución Administrativa N° Veintidós expedida por el
Presidente de la Comisión Distrital Descentralizada de Control Interno del Distrito Judicial de La
Libertad, de fecha diez de agosto de mil novecientos noventa y ocho, por virtud de la cual se le
impuso la sanción de suspensión por treinta días y la anotación de dicha sanción en el Libro de
Registro de Medidas Disciplinarias, así como de la Resolución N° 901, expedida por el Fiscal
Supremo de la Fiscalía Suprema de Control Interno del Ministerio Público, de fecha tres de
setiembre de mil novecientos noventa y nueve, que declaró infundado el recurso de apelación; y se
ordene el pago de las remuneraciones devengadas y demás derechos dejados de percibir.
2. Que, por tanto, y a fin de que el tribunal Constitucional pueda ingresar a evaluar las razones
de fondo que entraña el Recurso Extraordinario, en primer término debe recordar su doctrina según
la cual el hecho de que se haya sancionado a la demandante con suspensión por treinta días, y que
esta medida se haya ejecutado, ello no puede considerarse como motivo suficiente para dictarse
una resolución inhibitoria por sustracción de la materia justiciable, ya que si bien no es posible que
en tal supuesto se pueda cumplir con los propósitos del amparo constitucional –que según el
artículo 1° de la Ley N° 23506 es volver al estado anterior a la violación o amenaza de violación de
un derecho constitucional-; también lo es que para alegarse tal supuesto de improcedencia, el Juez
Constitucional debe evaluar no sólo la condición o naturaleza del acto considerado como lesivo,
sino también los efectos que de él puedan resultar, de tal modo que si el acto lesivo ya no puede ser
retrotraído al estado anterior a su realización, pero sí los efectos que de él puedan resultar, entonces
cabe extender los alcances del amparo a éstos en caso de estimarse la pretensión.
414
3. Que, planteado así el asunto, el Tribunal Constitucional entiende que la dilucidación de la
controversia constitucional en el caso de autos se limita a determinar si la sanción impuesta a la
demandante por la comisión de determinadas faltas fue consecuencia de los cargos que sirvieron
de base para iniciarse el procedimiento administrativo de carácter disciplinario, que en el caso de
autos no puede considerarse que se haya observado, ya que:
a) Según se está a la Resolución N° Uno, de fecha seis de abril de mil novecientos noventa y ocho,
obrante a fojas dos, el Presidente de la Comisión Distrital Descentralizada de Control Interno
del Distrito Judicial de La Libertad instauró proceso disciplinario de oficio contra la demandante
por presunta « irregularidad en el ejercicio de sus funciones», derivadas del hecho de haberse
encontrado a una persona ajena a la Sexta Fiscalía Provincial en lo Penal de Trujillo efectuando
labores de atención al público.
b) Según puede corroborarse de la Resolución N° Veintidós, su fecha diez de agosto de mil
novecientos noventa y ocho, obrante a fojas cinco, el Presidente de la Comisión Distrital
Descentralizada de Control Interno del Distrito Judicial de La Libertad declaró fundada la queja
funcional instaurada de oficio contra la demandante por la comisión de las faltas previstas en
los incisos g) y h) del artículo 22° del Reglamento de Organización y Funciones de la Fiscalía
Suprema de Control Interno, imponiéndole la sanción disciplinaria de suspensión por treinta
días, ordenándose que se anote dicha sanción en el Libro de Registro de Medidas Disciplinarias.
c) Si bien en la citada Resolución N° Uno no se especificaron cuáles eran las normas del
Reglamento de Organización y Funciones de la Fiscalía Suprema de Control Interno que habrían
sido infringidas por la demandante, es claro que la falta por la que se le inició el proceso
disciplinario se derivó del hecho de haberse encontrado a un tercero realizando labores propias
de un servidor público.
d) Sucede, sin embargo, que cuando se expide la Resolución N° Veintidós, aparte de considerar
que la demandante habría cometido irregularidades en el ejercicio de sus funciones, previstas
en el inciso g) del artículo 22° Reglamento de Organización y Funciones de la Fiscalía Suprema
de Control Interno, se le sancionó también por la infracción que habría cometido del inciso h)
del mismo artículo 22° del citado Reglamento, el mismo que contempla como infracción
disciplinaria la causal de «[...] desobediencia o falta de respeto a sus superiores [...], supuesto
no contemplado originalmente al momento de instaurarse el proceso administrativo
disciplinario.
4. Que, el referido hecho, a juicio del Tribunal Constitucional, configura per se una afectación
del derecho constitucional a la defensa, reconocido en el inciso 14) del artículo 139° de la
Constitución Política del Estado, pues como lo tiene afirmado este Tribunal, el contenido esencial
del derecho de defensa, en lo que aquí interesa poner de relieve, exige que siempre que una persona
se encuentre sometida a un proceso de carácter administrativo disciplinario, ésta tenga no sólo que
contar con la garantía de que la falta imputada tenga que encontrarse determinada de manera clara
y precisa, sino también que se le brinde la posibilidad real de poder controvertir los cargos
formulados.
5. Que, en el caso de autos, conforme se ha dejado anotado en el fundamento jurídico tercero,
si bien la demandante fue sometida a un proceso disciplinario, donde se le procesó por
«irregularidades en el ejercicio de sus funciones», sin embargo, no sucedió lo mismo con la otra falta
que también se ha considerado como relevante al momento de sancionársele, privándose de este
modo, y en lo que a este aspecto concreto se refiere, de su legítimo derecho de poder formular los
descargos y ofrecer las pruebas pertinentes destinadas a desvirtuarlas.
6. Que, en consecuencia, y según es una doctrina consolidada por este Tribunal Constitucional
en diversos precedentes, cuando un órgano administrativo se encuentra autorizado por la Ley para
ejercer potestades sancionatorias, es absolutamente imprescindible que en tal ejercicio de la
atribución conferida se tenga que respetar inexorablemente los derechos fundamentales de los
individuos, de tal modo que, en caso de que no se garantice su pleno ejercicio o simplemente se
415
opte por desconocerlos, ello en sí mismo supone que las atribuciones ejercidas tengan que
entenderse como viciadas de arbitrariedad y, por tanto, susceptibles de ser reparadas a través del
proceso constitucional del amparo.
7. Que, finalmente, y como es doctrina de este Tribunal Constitucional, no procede el abono de
las remuneraciones dejadas de percibir, pues ésta representa el pago por el trabajo efectovamente
realizado, así como tampoco procede, la aplicación del artículo 11° de la Ley 23506, por no haberse
acreditado la voluntad dolosa de los demandados.
Por estos fundamentos, el Tribunal Constitucional, en uso de las facultades que le confieren la
Constitución Política del Estado y su Ley Orgánica;
FALLA:
REVOCANDO la Resolución expedida por la Segunda Sala Civil de la Corte Superior de Justicia
de La Libertad, de fojas treinta y uno de mayo de dos mil, que confirmando la apelada declaró
infundada la demanda; reformándola, declara FUNDADA en parte la Acción de Amparo y, en
consecuencia inaplicable, para el caso concreto los efectos de la Resolución N° Veintidós, su fecha
diez de agosto de mil novecientos noventa y ocho, expedida por el Presidente de la Comisión Distrital
Descentralizada de Control Interno del Ministerio Público; y, en consecuencia, ordena se teste del
Libro de Registro de Medidas Disciplinarias la anotación de la suspensión por treinta días impuesta
a la demandante; no siendo de abono el pago de las remuneraciones dejadas de percibir durante la
vigencia de la sanción. Dispone la notificación a las partes, su publicación en el Diario Oficial El
Peruano, y la devolución de los actuados.
SS.
ACOSTA SÁNCHEZ; DÍAZ VALVERDE; NUGENT; GARCÍA MARCELO.
416
2.9. DECLARAN INFUNDADA LA DEMANDA AL HABERSE IMPUESTO LA SANCIÓN DISCIPLINARIA
RESPETANDO EL DEBIDO PROCESO
EXPEDIENTE : Nº 0254-2005-PA/TC
TACNA
DEMANDADO : RODOLFO BERNABÉ GASPAR PACHECO BRICEÑO.
En Puno, a los 30 días del mes de marzo de 2005, la Sala Primera del Tribunal Constitucional,
integrada por los magistrados Bardelli Lartirigoyen, Gonzales Ojeda y Landa Arroyo, pronuncia la
siguiente sentencia
ASUNTO:
Recurso extraordinario interpuesto por don Rodolfo Bernabé Gaspar Pacheco Briceño contra la
sentencia de la Sala Civil de la Corte Superior de Justicia de Tacna, de fojas 209, su fecha 28 de
octubre de 2004, que declaró sin objeto pronunciarse sobre el fondo del asunto por haberse
convertido en irreparable la agresión demandada.
ANTECEDENTES
Con fecha 16 de octubre de 2003, el recurrente interpone demanda de amparo contra el Rec-
tor de la Universidad Nacional Jorge Basadre Grohman de Tacna, con el objeto de que se declare
inaplicable la Resolución de Consejo Universitario N° 2952-2003 CU-UN/JBG, de fecha 11 de junio
de 2003, en virtud de la cual, se le sanciona con el cese sin goce de remuneraciones por el término
de doce meses, por considerar que se han vulnerado sus derechos constitucionales al trabajo, al
debido proceso y a la tutela jurisdiccional. Manifiesta que se le instauró proceso administrativo
mediante la Resolución de Facultad N° 4313-2002-FACI/UNJBG, por presuntas faltas cometidas
en el ejercicio de sus funciones, proceso en el cual se han cometido irregularidades, dado que la
administración se ha excedido en el plazo establecido para que se emita la resolución de sanción.
Mediante la resolución judicial de fecha 12 de diciembre de 2003, se ordenó expedir sentencia
dado que la parte emplazada no contestó la demanda dentro del plazo legal.
El Juzgado Especializado en lo Laboral de Tacna, con fecha 12 de febrero de 2004, declaró
fundada la demanda, por estimar que la resolución cuestionada ha sido expedida contraviniendo lo
dispuesto en el Reglamento de Proceso Administrativo para docentes, dado que se ha excedido en
el plazo de duración del proceso administrativo disciplinario instaurado contra el recurrente.
La recurrida, revocando la apelada, declaró que carece de objeto pronunciarse sobre el fondo
de la cuestión controvertida por haberse convertido en irreparable la agresión.
FUNDAMENTOS:
1. El demandante pretende que se declare inaplicable la Resolución de Consejo Universitario
N° 2952-2003-CU-UN/JBG, por considerar que se han vulnerado sus derechos constitucionales al
trabajo, al debido proceso y a la tutela jurisdiccional.
2. El demandante alega que la autoridad administrativa se ha excedido en el plazo previsto para
la tramitación del proceso administrativo disciplinario; sin embargo, este Colegiado, en reiterada
jurisprudencia ha dejado establecido que el incumplimiento del plazo de 30 días hábiles no origina
la nulidad del proceso administrativo-disciplinario materia de autos, más aún, si durante su
desarrollo se respetó, en su contenido esencial, el ejercicio del derecho al debido proceso y, máxime,
417
si, conforme se desprende del tenor del propio artículo 163° del Decreto Supremo N° 005-90-PCM,
el incumplimiento del plazo de 30 días hábiles configura falta de carácter disciplinario –contenida
en los incisos a) y d) del artículo 28° del Decreto Legislativo N° 276– de los integrantes de la Comisión
de Procesos Administrativos Disciplinarios, no tratándose de un plazo de caducidad que extinga el
derecho de la administración de ejercer su facultad sancionatoria, como sí sucede en el caso previsto
en el artículo 173° de la citada norma legal, la cual dispone que el proceso administrativo-
disciplinario debe iniciarse en un plazo no mayor de un año, debiéndose declarar prescrita la acción
si no se cumple el plazo fijado, razones por las que la cues-tionada resolución no resulta nula ipso
jure y, por tanto, en este extremo, la demanda no puede ser estimada.
3. Asimismo, se encuentra acreditado en autos que el recurrente ha ejercido su derecho de
defensa, tal como consta en los recursos administrativos obrantes de fojas 34 a 60.
4. Es necesario mencionar que, de acuerdo con lo dispuesto por el artículo 32°, inciso j), de la
Ley Universitaria, constituye una de las facultades del Consejo Universitario ejercer, en instancia
revisoria, el poder disciplinario sobre los docentes, estudiantes y personal administrativo y de
servicios, por lo que la resolución cuestionada ha sido expedida conforme a ley, respetándose el
derecho al debido proceso, consagrado en el artículo 139°, inciso 3), de la Constitución Política del
Perú.
Por estos fundamentos, el Tribunal Constitucional, con la autoridad que le confiere la
Constitución Política del Perú
HA RESUELTO:
Declarar INFUNDADA la demanda de amparo de autos.
Publíquese y notifíquese.
SS. BARDELLI LARTIRIGOYEN/GONZALES OJEDA/LANDA ARROYO.
418
2.10. DECLARAN FUNDADA LA ACCIÓN DE AMPARO AL HABERSE ACREDITADO QUE SE VULNERÓ EL
DERECHO CONSTITUCIONAL AL DEBIDO PROCESO Y, ESPECÍFICAMENTE, LA VARIABLE
DENOMINADA «PROCEDIMIENTO PREESTABLECIDO POR LA LEY»
TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
EXP. N° 290-2000-AA/TC-AREQUIPA
En Lima, a los nueve días del mes de junio de dos mil, reunido el Tribunal Constitucional en
sesión de Pleno Jurisdiccional, con asistencia de los señores Magistrados: Acosta Sánchez,
Presidente; Díaz Valverde, Vicepresidente; Nugent y García Marcelo, pronuncia sentencia:
ASUNTO:
Recurso Extraordinario interpuesto por don Ángel Esteban Manrique Chávez contra la
Resolución expedida por la Sala Mixta de Vacaciones de la Corte Superior de Justicia de Arequipa
de fojas ciento setenta y nueve, su fecha veintinueve de febrero de dos mil, que declaró improcedente
la Acción de Amparo.
ANTECEDENTES:
Don Ángel Esteban Manrique Chávez, con fecha nueve de agosto de mil novecientos noventa y
nueve, interpone Acción de Amparo contra la Municipalidad Provincial de Arequipa, representada
por su Alcalde don Juan Manuel Guillén Benavides, y contra don Jorge Lira Torres, don Hermes
Minaya Molina y don Walter Paz Valderrama, funcionarios de confianza y miembros de la Comisión
Especial de Procesos Administrativos Disciplinarios de dicha municipalidad, con el objeto de que
se declare inaplicable la Resolución Municipal N° 156-E-99, de fecha veintidós de julio de mil
novecientos noventa y nueve, que dispone imponer la sanción de destitución al demandante;
sostiene que se han vulnerado sus derechos constitucionales a la libertad de trabajo, a la estabilidad
laboral y al debido proceso.
El demandante señala que laboraba como personal nombrado y estable en la Municipalidad
Provincial de Arequipa, por más de veinte años, y que se encuentra comprendido dentro de la
carrera administrativa. Refiere que con fecha veintidós de julio de mil novecientos noventa y nueve
fue notificado con la Resolución Municipal N° 156-E-99, expedida por la municipalidad demandada,
que dispone imponerle la sanción de destitución; que, asimismo, asistió normalmente a su centro
de trabajo, impidiéndosele el ingreso, motivo por el cual se vio obligado a efectuar la correspondiente
denuncia policial; que conforme lo establece el artículo 165° del Decreto Supremo N° 005-90-PCM
Reglamento de la Carrera Administrativa, la Comisión Permanente de procesos administrativos
disciplinarios estará constituida por tres miembros y presidida por un funcionario designado por el
titular de la entidad, en este caso el Alcalde, integrada por el Jefe de personal y un servidor de
carrera designado por los servidores; similar procedimiento debe seguirse para la conformación de
419
una comisión especial para funcionarios y acorde con la jerarquía del procesado, extremo que aduce
que no se ha cumplido; que los tres miembros de dicha comisión son personal de confianza que
ingresaron a laborar el uno de enero de mil novecientos noventa y nueve, con la nueva gestión
municipal, no existiendo en la conformación de la comisión ningún servidor de carrera; que la
comisión de procesos disciplinarios le notifica la Resolución Municipal N° 98-E, que dispone abrir
contra él proceso disciplinario por una queja de la empresa Asociados Especiales Virgen del Rosario
S.R.L.; que efectuados los descargos pertinentes y de conformidad con el artículo 173° del
Reglamento de la Carrera Administrativa, propone la prescripción de la acción, pues la autoridad
competente tuvo conocimiento del hecho el día doce de mayo de mil novecientos noventa y ocho, y
se le instauró proceso disciplinario con fecha diecisiete de mayo de mil novecientos noventa y nueve,
habiendo transcurrido más del año que refiere el artículo precitado.
La Municipalidad Provincial de Arequipa contestó la demanda solicitando que se la declare
improcedente, señalando que, en el presente caso, la municipalidad ha cumplido con garantizar el
debido proceso, tanto en la conformación de la comisión cuestionada como en el cumplimiento de
las facultades de ésta y el procedimiento establecido por la ley, por lo que la comisión especial de
procesos administrativos ha cumplido con la Ley y con el reglamento de la Ley de Bases de la
Carrera Administrativa; que, en consecuencia, la Acción de Amparo no es la vía pertinente para
dilucidar la cuestión controvertida, por carecer de estación probatoria.
El Segundo Juzgado Especializado en lo Civil de Arequipa, a fojas ciento dieciocho, con fecha
veinte de setiembre de mil novecientos noventa y nueve, declaró infundada la demanda, por
considerar que ésta no es la vía idónea, ya que se requiere de una estación probatoria, de la cual
carece esta acción de garantía, atendiendo a su naturaleza sumarísima y excepcional.
La Sala Mixta de Vacaciones de la Corte Superior de Justicia de Arequipa, a fojas ciento setenta
y nueve, con fecha veintinueve de febrero de dos mil, revocando la apelada declaró improcedente la
demanda, por estimar que no se agotó la vía previa. Contra esta Resolución, el demandante
interpone Recurso Extraordinario.
FUNDAMENTOS:
1. Que la pretensión del demandante se circunscribe a que se declare inaplicable la Resolución
Municipal N° 156-E-99 de fecha veintidós de julio de mil novecientos noventa y nueve, que dispuso
su destitución, como director de Transporte Urbano y Circulación Vial, presuntamente por haber
incurrido en faltas graves disciplinarias.
2. Que a fojas tres obra la certificación policial de fecha veintitrés de julio de mil novecientos
noventa y nueve, en la que se puede observar que el demandante fue impedido de ingresar a laborar,
habiendo retirado la municipalidad demandada su tarjeta de ingreso de su centro de trabajo,
aduciendo que había sido notificado con la resolución cuestionada con fecha veintedós de julio del
mismo año; por lo que no es necesario el agotamiento de la vía previa prevista en el artículo 27° de
la Ley 23506, siendo de aplicación el inciso 1) del artículo 28° de la citada Ley que establece que no
será exigible el agotamiento de la vía previa si una resolución, que no sea la última en la vía
administrativa, es ejecutada antes de vencerse el plazo para que quede consentida.
3. Que, en el presente proceso se puede observar que la Jefa de la Oficina de Auditoría Interna
de la Municipalidad Provincial de Arequipa, con fecha doce de mayo de mil novecientos noventa y
ocho, cursa el oficio N° 078-98-MPA/M al Alcalde de la Municipalidad Provincial de Arequipa,
mediante el cual toma conocimiento del Informe N° 006-98-02-B-0353 sobre la «[...] Investigación
queja por cambio de razón social de la empresa Asociados Especiales Virgen del Rosario S.R.L., por
Etravirsa [...], al haberse establecido la responsabilidad administrativa del demandante en su
calidad de ex director de Transporte Urbano y Circulación Vial, por cuyas razones, se le instaura
proceso administrativo mediante Resolución Municipal N° 98-E, de fecha diecisiete de mayo de mil
novecientos noventa y nueve, habiendo transcurrido más de un año desde que el Alcalde tomó
conocimiento de la comisión de la falta disciplinaria, por lo que la acción había prescrito.
420
4. Que el artículo 173° del Decreto Supremo N° 005-90-PCM, Reglamento de la Carrera
Administrativa, establece que el proceso administrativo disciplinario deberá iniciarse en el plazo no
mayor de un año contado a partir del momento en que la autoridad competente tenga conocimiento
de la comisión de la falta disciplinaria, bajo responsabilidad de la citada autoridad, en caso
contrario, se declarará prescrita la acción, sin perjuicio del proceso civil o penal a que hubiere lugar.
5. Que, por consiguiente, en el caso de autos es inobjetable que la municipalidad demandada
ha vulnerado el derecho constitucional al debido proceso y, específicamente, la variable denominada
«procedimiento preestablecido por la Ley», reconocido en el inciso 3) del artículo 139° de la
Constitución Política del Estado, lo que obliga a estimar la demanda interpuesta.
6. Que la remuneración es la contraprestación por el trabajo efectivamente realizado, lo que no
ha sucedido en el presente caso durante el tiempo dejado de laborar por razón del cese.
7. Que, en el presente caso, se ha acreditado la violación del derecho constitucional invocado
por el demandante, pero no la intención dolosa de la municipalidad demandada, por lo que no es
de aplicación el artículo 11° de la Ley N° 23506.
Por estos fundamentos, el Tribunal Constitucional, en uso de las atribuciones que le confieren
la Constitución Política del Estado y su Ley Orgánica;
FALLA:
REVOCANDO la Resolución expedida por la Sala Mixta de Vacaciones de la Corte Superior de
Justicia de Arequipa, de fojas ciento setenta y nueve, su fecha veintinueve de febrero de dos mil,
que revocando la apelada declaró improcedente la demanda; y reformándola declara FUNDADA la
Acción de Amparo; en consecuencia, inaplicable la Resolución Municipal N° 156-E-99, de fecha
veintidós de julio de mil novecientos noventa y nueve, y ordena que la demandada cumpla con
reincorporar al demandante en su centro de trabajo en un cargo de igual jerarquía al que tenía
dentro de la carrera administrativa, sin el abono de sus remuneraciones dejadas de percibir durante
el período no laborado. Dispone la notificación a las partes, su publicación en el Diario Oficial El
Peruano y la devolución de los actuados.
SS.
ACOSTA SÁNCHEZ; DÍAZ VALVERDE; NUGENT; GARCÍA MARCELO.
421
2.11. DECLARAN INFUNDADA LA DEMANDA PORQUE NO SE AFECTÓ EL DEBIDO PROCESO Y EL
DERECHO DE DEFENSA. LO RESUELTO EN EL ÁMBITO ADMINISTRATIVO ES INDEPENDIENTE DEL
PROCESO PENAL. SUPERAR EL PLAZO PRESCRIPTORIO DE LA INVESTIGACIÓN NO VULNERA
DERECHO ALGUNO. EXISTE FALTA DISCIPLINARIA DE LA COMISIÓN DE PROCESOS
ADMINISTRATIVOS
TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
EXP. N° 3459-2004-AA/TC-LIMA
En Lamas, a los 12 días del mes de enero de 2005, la Sala Primera del Tribunal Constitucional,
con asistencia de los magistrados Alva Orlandini, Presidente; Vergara Gotelli y Landa Arroyo,
pronuncia la siguiente sentencia
ASUNTO:
Recurso de agravio constitucional interpuesto por doña Aída Rosa Ángeles Otárola contra la
sentencia de la Cuarta Sala Civil de la Corte Superior de Justicia de Lima, de fojas 226, su fecha 8
de marzo de 2004, que declaró infundada la demanda de amparo de autos.
ANTECEDENTES:
Con fecha 30 de diciembre de 2002, la recurrente, invocando la afectación de sus derechos al
debido proceso y de defensa, interpone demanda de amparo contra el Consejo Nacional de la
Magistratura, a fin de que se dejen sin efecto las Resoluciones Nos 058-2002-PCNM, del 8 de julio
de 2002, y 430-2002-CNM, del 9 de setiembre de 2002, mediante las que se la destituye del cargo
de Fiscal Adjunto Provincial Provisional de la Sexta Fiscalía Provincial Penal de Lima, por haber
aceptado el cargo de Jueza Suplente del Vigésimo Quinto Juzgado Especializado en lo Penal de la
Corte Superior de Justicia de Lima. Manifiesta que su destitución se sancionó en base a supuestos
cobros de remuneraciones en ambas instituciones, sin que se le haya abierto proceso disciplinario
bajo dicho cargo por parte de la Oficina Distrital de Control de la Magistratura (ODICMA), ni la
Oficina de Control de la Magistratura (OCMA), ni el Consejo Nacional de la Magistratura (CNM);
agrega que se le denegó la aplicación del plazo de caducidad previsto en el artículo 40° del
Reglamento de Procesos Disciplinarios del CNM y se declaró infundado el recurso de nulidad
promovido contra la referida Resolución N° 058-2002-PCNM, del 8 de julio de 2002, emitida en el
Proceso Disciplinario N° 018-2001-CNM, por considerarse que su solicitud de oficiar a la Tercera
Sala Penal de Procesos Ordinarios con Reos Libres, a fin de que se remita el Expediente N° 819-
2001, carece de sustento legal por obrar en el proceso disciplinario las Resoluciones de fechas 21
de junio de 2001 y 20 de mayo de 2002. Sin embargo, alega que su pedido se destinaba a cuestionar
la Resolución del 6 de agosto de 2002, mediante la que se negó la calidad de prueba nueva a la
Resolución de fecha 20 de mayo de 2002, expedida por la Tercera Sala Penal, mediante la que se
422
confirmó el auto de no ha lugar apertura de proceso penal por delito de abandono de cargo y cobro
indebido, documento que demostraba a nivel penal y disciplinario la inexistencia de las citadas
conductas. Señala, además, que presentó su renuncia al cargo de Fiscal por la causal de
incompatibilidad prevista en el inciso c), del artículo 60°, de la Ley Orgánica del Ministerio Público,
al haberse trasladado a su cónyuge a laborar al mismo distrito judicial que la recurrente.
La Procuradora Pública a cargo de los asuntos judiciales del Poder Judicial del Ministerio de
Justicia y del Consejo Nacional de la Magistratura contesta la demanda manifestando que la actora
cometió actos de inconducta funcional que en el proceso disciplinario no pudo desvirtuar, pese a
haber ejercido su derecho de defensa, y que, por lo demás, su destitución no es un asunto
justiciable, por expresa disposición del artículo 142°, en concordancia con el inciso 3) del artículo
154° de la Constitución.
El Consejo Nacional de la Magistratura contesta la demanda manifestando que sus decisiones
en materia de destitución no son revisables en sede judicial, conforme al artículo 154° de la
Constitución; que el ejercicio regular de una atribución legal no constituye violación de derecho
constitucional alguno, y que en el proceso disciplinario seguido contra la recurrente se respetó el
debido proceso.
El Cuadragésimo Octavo Juzgado Especializado en lo Civil de Lima, con fecha 4 de abril de
2003, declaró improcedente la demanda por estimar que las resoluciones emitidas por el Consejo
Nacional de la Magistratura no son revisables en sede judicial, conforme a lo previsto por el inciso
3) del artículo 154°, y el artículo 142° de la Constitución.
La recurrida, revocando la apelada, declaró infundada la demanda tras estimar, por un lado,
que el proceso de investigación al que fue sometida la actora da lugar, necesariamente, a que se
examinen las consecuencias presuntas de la imputación formulada, entre las que se encuentra el
hecho de percibir remuneraciones de ambas dependencias del Estado, lo que no implica vulneración
de derecho alguno; y, por otro, que del texto de la Resolución N° 430-2002-CNM fluyen los
argumentos por los que se declaró inadmisible la excepción de caducidad alegada por la actora, y
se desestimó solicitar los actuados obrantes en el expediente tramitado por la Tercera Sala Penal
de Procesos Ordinarios con reos libres, no apreciándose que tales argumentos sean
manifiestamente irrazonables.
FUNDAMENTOS:
1. La recurrente alega que el Proceso Disciplinario N° 018-2001PCNM, seguido en su contra,
vulnera sus derechos al debido proceso y de defensa, toda vez que:
a) Sólo se le formularon cargos por irregularidades efectuadas en su desempeño como Jueza
Suplente del Vigésimo Quinto Juzgado Especializado en lo Penal de la Corte Superior de Justicia
de Lima y no por el cobro de remuneraciones en el Ministerio Público y el Poder Judicial.
b) Se le denegó la aplicación del plazo de caducidad de la acción prevista en el artículo 40° del
Reglamento de Procesos Disciplinarios del Consejo Nacional de la Magistratura.
c) Se declaró infundada la nulidad deducida contra la Resolución N° 058-2002-PCNM, tras
considerarse que carecía de sustento oficiar a la Tercera Sala Penal de Procesos Ordinarios con
Reos Libres para que remita el Expediente N° 819-00, pues las resoluciones del 20 de mayo y
21 de junio de 2002 ya se encontraban en el expediente disciplinario. Al respecto, alega que la
finalidad de su recurso era declarar la nulidad de la citada resolución por haberse negado la
calidad de prueba nueva a la Resolución de fecha 20 de mayo de 2002, mediante la que la
Tercera Sala Penal confirmó el auto de no ha lugar a aperturar proceso penal en su contra por
los delitos de abandono de cargo y cobro indebido.
2. En principio, cabe precisar que, si bien es cierto que a la recurrente se le instauró
investigación preliminar en su condición de jueza, por el hecho de que, sin haberse aceptado su
renuncia como Fiscal Adjunta de la Sexta Fiscalía Provincial Penal de Lima, aceptó desempeñar el
cargo de Jueza del Vigésimo Quinto Juzgado Penal de Lima, sin embargo, dicha etapa previa no
423
limita al Consejo Nacional de la Magistratura respecto a los alcances en el ejercicio de sus
atribuciones referidas a la evaluación de jueces y fiscales sometidos a procesos disciplinarios, en
virtud de la independencia que le atribuye el artículo 150°, y las funciones previstas por el inciso 3)
del artículo 154° de la Constitución Política del Perú.
3. En ese sentido, la expedición de la Resolución N° 052-2001-PCNM –fojas 52– mediante la
que se abre proceso disciplinario en contra de la recurrente, no implica violación de derecho
constitucional alguno, pues al habérsele notificado dicha resolución, se le concedió la oportunidad
de ejercer su derecho de defensa y, por tanto, pudo contradecir los cargos imputados –como en
efecto ocurrió–, razón por la que tal extremo de la demanda debe ser desestimado.
4. De otro lado y conforme a lo precisado por este Tribunal en la STC N° 0094-2003-AA/TC
(Caso Víctor Hugo Pacha Mamani), «[...] debe tenerse en cuenta que lo que se resuelve en el ámbito
administrativo disciplinario es independiente del resultado del proceso penal [...]», ello, debido a
que se trata de dos procesos distintos por naturaleza y origen. Si lo resuelto en un proceso penal
favorece a una persona sometida, a su vez, a un proceso administrativo disciplinario, el resultado
de éste no se encuentra necesariamente vinculado al primero, ya que el proceso administrativo tiene
por objeto investigar y, de ser el caso, sancionar una inconducta funcional, tipificada como falta de
carácter administrativo, mientras que el proceso jurisdiccional se instaura ante la tipificación de
un delito que conlleva una sanción punitiva que puede, incluso, derivar en la privación de la
libertad, siempre que se determine la responsabilidad penal .
5. Así, de las instrumentales que corren a fojas 86 a 89 de autos se aprecia que a nivel judicial
se decidió no abrir instrucción en contra de la recurrente por los delitos de abandono ilegal de cargo
y cobro indebido. Sin embargo, de la investigación efectuada por el Consejo Nacional de la
Magistratura se determinó que la conducta de la accionante –sin constituir delito– contravenía los
deberes de la función jurisdiccional y la exclusividad en el ejercicio del cargo, establecidos en el
artículo 139° de la Constitución, puesto que aceptó el cargo de jueza 2 horas y 30 minutos después
de haber presentado la renuncia a su cargo de fiscal el día 27 de mayo de 1999; y, sin embargo,
dispuso de las remuneraciones correspondientes a los meses de mayo y junio de 1999, depositadas
en su cuenta de remuneraciones como fiscal, cuando no le correspondía el goce de dichos pagos,
según fluye de las cuestionadas resoluciones que obran a fojas 65 y 84 de autos.
6. Consecuentemente con lo expuesto, este Tribunal estima que tales hechos evidencian la
existencia de responsabilidad administrativa de la recurrente como jueza, toda vez que, por un lado,
no esperó siquiera el transcurso de 24 horas desde la presentación de su renuncia como fiscal para
juramentar como jueza; y, por otro, aún cuando con conocimiento de estar impedida de disponer
del dinero depositado en su cuenta de remuneraciones como fiscal, respecto de los meses de mayo,
junio y julio de 1999, efectuó diversos retiros en los días 29 y 30 de junio, y 2, 8, 13, 14 y 16 de
julio, esto es, cuando ya no mantenía vinculo laboral con el Ministerio Público.
7. Respecto a la no aplicación –por parte del emplazado– del plazo de caducidad previsto en el
artículo 40° del Reglamento de Procesos Disciplinarios del Consejo Nacional de la Magistratura,
aprobado por Resolución N° 032-2000-CNM, cabe precisar que la recurrente solicitó su aplicación
mediante el recurso de reconsideración de fecha 22 de julio del 2002; esto es, cuando ya existía un
pronunciamiento definitivo en el proceso disciplinario seguido en su contra, razón por la cual dicho
pedido resultaba extemporáneo, tanto más cuando en los procesos administrativos las diversas
etapas tienen el carácter de preclusivas.
8. Asimismo, importa señalar que el hecho de que el ente sancionador supere el plazo
prescriptorio de la investigación, establecido en la normatividad correspondiente, no importa
vulneración de derecho constitucional alguno – y en particular del derecho a un proceso sin
dilaciones indebidas– toda vez que, conforme a lo establecido por este Tribunal en la STC N° 0858-
2001-AA/TC –que incluso supuso un cambio de jurisprudencia– el incumplimiento del plazo del
proceso administrativo no origina la nulidad, cuando en él se ha respetado, en su contenido
esencial, el ejercicio del derecho al debido proceso, existiendo, en todo caso, una falta de carácter
424
disciplinario por parte de los integrantes de la Comisión de Procesos Administrativos por la demora,
mas no la extinción de la facultad sancionadora de la administración respecto de conductas de
carácter funcional.
Por estos fundamentos, el Tribunal Constitucional, con la autoridad que le confiere la
Constitución Política del Perú.
HA RESUELTO
Declarar INFUNDADA la demanda de amparo.
SS.
ALVA ORLANDINI/ VERGARA GOTELLI/ LANDA ARROYO.
425
2.12. DECLARAN INFUNDADA LA DEMANDA POR NO HABERSE VULNERADO EL PRINCIPIO DE
LAPRESUNCIÓN DE INOCENCIA CON EL INICIO DE UN PROCEDIMIENTO DISCIPLINARIO
TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
EXP. Nº 08300-2005-PHC/TC-AMAZONAS
En Lima, a los 14 días del mes de noviembre de 2005, la Sala Segunda del Tribunal
Constitucional, integrada por los magistrados BardelliLartirigoyen, Gonzales Ojeda y Vergara
Gotelli, pronuncia la siguiente sentencia
ASUNTO:
Recurso de agravio constitucional interpuesto por don Héctor Yuri Jerónimo Falcón contra la
resolución de la Sala Mixta Descentralizada de Utcubamba, perteneciente a la Corte Superior de
Justicia de Amazonas, de fojas 196, su fecha 22 de agosto de 2005, que declara infundada la
demanda de autos.
ANTECEDENTES:
Con fecha 2 de mayo de 2005, el recurrente interpone demanda de hábeas corpus contra don
Oswaldo Bautista Carranza, en su condición de Jefe de Control Interno Amazonas-San Martín, por
la vulneración de su derecho a la libertad individual y derechos conexos, solicitando que: (i) se le
restituya su derecho a la presunción de inocencia, por lo que debe dejarse sin efecto la Resolución
Nº 073-205-ODCI-A-SM del 28 de abril de 2005; (ii) se respete su derecho a no ser perseguido y la
autonomía en el cumplimiento de su función fiscal; (iii) se formule denuncia penal contra el
emplazado, tanto por haber omitido formalizar denuncia penal respecto del delito de violación de
domicilio perpetrado en el hotel en el que vivía y donde sus perseguidores pretendieron matarlo;
como por los delitos de prevaricato y abuso de autoridad, por cuanto la resolución precitada atenta
contra el principio de presunción de inocencia; (iv) se solicite al Congreso de la República que se
declare a Bagua en zona de emergencia, para que el ejército intervenga y restablezca el respeto al
Estado de Derecho; dado que en la zona existe un escuadrón de la muerte que ha propagado el
terror y ha superado a la Policía, la misma que no logra protegerlo, hecho que, además, es propiciado
por el emplazado; y, (v) se ordene que el demandado se aparte del procedimiento administrativo
seguido en su contra, por cuanto es su enemigo manifiesto, debiendo anularse lo actuado en dicho
proceso.
Admitida a trámite la demanda se realizó la investigación sumaria correspondiente.
El Segundo Juzgado Penal de Utcubamba, con fecha 1 de julio de 2005, declara infundada la
demanda por considerar que la actuación del emplazado se encuentra plenamente legitimada y que
la resolución impugnada en autos no contraviene el derecho del demandante a la presunción de
inocencia, entre otras razones.
La recurrida confirma la apelada argumentando que los hechos expuestos en el proceso no
están vinculados en forma directa al contenido constitucionalmente protegido del derecho invocado.
426
FUNDAMENTOS:
1. A través del presente proceso, el demandante pretende cuestionar el procedimiento
administrativo iniciado en su contra ante el funcionario emplazado; por lo que en ese sentido
corresponde analizar los argumentos dirigidos a cuestionar los hechos que presuntamente atentan
contra su integridad física.
2. Que es de advertirse que el inicio del proceso administrativo contra el demandante, por parte
de la Oficina de Control Interno de la Magistratura de Amazonas-San Martín, no importa la
afectación del derecho a la libertad individual o derechos conexos, puesto que tal investigación
oficial se inició en virtud de la denuncia por acta de fecha 26 de abril de 2005 (f. 24), por hechos
detallados, que ameritan de suyo el desarrollo de dicha investigación por parte de las autoridades
competentes; en consecuencia y en aplicación del artículo 5.1, del Código Procesal Constitucional,
ese extremo debe ser desestimado.
3. Por otro lado también debe tenerse presente que el principio de presunción de inocencia, tal
como lo ha señalado este Colegiado de manera reiterada, no resulta afectado por el solo inicio de
un proceso administrativo, puesto que se mantiene durante toda la secuela del procedimiento,
hasta el momento en que se emita la resolución que resuelva lo pertinente, de acuerdo con los
hechos acreditados a través de los medios probatorios actuados.
4. Finalmente y en lo que importa a las presuntas amenazas a la integridad personal del
demandante, éstas no han quedado acreditadas desde que no sólo no se advierte que sean ciertas
e inminentes, según el artículo 2º del Código Procesal Constitucional, sino que tampoco ha quedado
demostrada la acusación de que es el emplazado quien ha organizado a la población de Bagua para
ponerla contra el recurrente.
Por estos fundamentos, el Tribunal Constitucional, con la autoridad que le confiere la
Constitución Política del Perú.
HA RESUELTO:
1. Declarar IMPROCEDENTE, la demanda en el extremo que cuestiona el procedimiento
administrativo incoado en contra del demandante.
2. Declarar INFUNDADA la demanda de hábeas corpus en lo demás que contiene.
Publíquese y notifíquese.
SS.
BARDELLI LARTIRIGOYEN/ GONZALES OJEDA/ VERGARA GOTELLI.
427
2.13. DECLARAN FUNDADA LA DEMANDA AL NO HABERSE CUMPLIDO CON LA NOTIFICACIÓN
PERSONAL DE LAS FALTAS IMPUTADAS, NO PRECISAR LOS HECHOS IMPUTADOS COMO FALTA
GRAVE Y NO CONTENER UNA DELIMITACIÓN PRECISA DE LA CONDUCTA DENUNCIADA COMO
INFRACCIÓN
TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
EXP. N° 2678-2004-AA/TC-LIMA
En Puerto Maldonado, al 1 día del mes de octubre de 2004, la Sala Primera del Tribunal
Constitucional, con la asistencia de los magistrados Alva Orlandini, BardelliLartirigoyen y García
Toma, pronuncia la siguiente sentencia
ASUNTO:
Recurso extraordinario interpuesto por doña Rosa Luque Arquiñigo contra la sentencia de la
Primera Sala Civil de la Corte Superior de Justicia de Lima, de fojas 114, su fecha 10 de marzo de
2004, que declara improcedente la acción de amparo de autos.
ANTECEDENTES:
Con fecha 11 de marzo de 2003, la recurrente interpone acción de amparo contra el Presidente
del Instituto Nacional Penitenciario (INPE), solicitando que se declare inaplicable la Resolución de
la Presidencia del Consejo Nacional Penitenciario N° 455-93-INPE/CNP-P, de fecha 13 de diciembre
de 1993, mediante la cual se le impone la sanción disciplinaria de destitución; y que, en
consecuencia, se ordene su reposición a la plaza administrativa que venía ocupando, y el pago de
las remuneraciones y bonificaciones dejadas de percibir. Alega que se han vulnerado sus derechos
constitucionales al trabajo y al debido proceso. Afirma que la resolución mediante la cual se le
instauró proceso administrativo disciplinario no se le notificó, ni se publicó en el diario oficial El
Peruano, por lo que quedó en estado de indefensión, porque no pudo ejercer su derecho de defensa,
puesto que no tenía conocimiento de las faltas que se le imputaban.
La Procuradora Pública Adjunta a cargo de los asuntos judiciales del Ministerio de Justicia
propone las excepciones de falta de agotamiento de la vía administrativa y de caducidad, y contesta
la demanda manifestando que, mediante la Resolución de la Presidencia del Consejo Nacional
Penitenciario N° 310-93-INPE/CNP-P, de fecha 30 de setiembre de 1993, se le instauró proceso
administrativo disciplinario a la recurrente, por haber inasistido en forma injustificada a su centro
de trabajo por más de tres días consecutivos.
El Decimoctavo Juzgado Civil de Lima, con fecha 16 de junio de 2003, declara fundada la
excepción de caducidad, nulo todo lo actuado y concluido el proceso, por considerar que la actora
presentó la demanda fuera del plazo que señala el artículo 37º de la Ley Nº 23506.
La recurrida, revocando la apelada, declara improcedente la excepción de caducidad, e, inte-
grándola, declara improcedente la excepción de falta de agotamiento de la vía administrativa e
improcedente la demanda, estimando que los medios de prueba aportados por la demandante
resultaban insuficientes para acreditar la violación de los derechos constitucionales invocados.
428
FUNDAMENTOS:
1. El objeto de la demanda es que se declare inaplicable la Resolución de la Presidencia del
Consejo Nacional Penitenciario N° 455-93-INPE/CNP-P, de fecha 13 de diciembre de 1993,
mediante la cual se le impuso a la demandante la sanción de destitución. La demandante alega que
dicha resolución viola sus derechos constitucionales al debido proceso, de defensa y al trabajo.
2. El inciso 3), artículo 139°, de la Constitución Política establece, como principio de la función
jurisdiccional, la observancia del debido proceso y la tutela jurisdiccional, la cual no sólo se limita
a las formalidades propias de un procedimiento judicial, sino que se extiende a los procedimientos
administrativos sancionatorios. En efecto, el debido proceso está concebido como el cumplimiento
de todas las garantías, requisitos y normas de orden público que deben observarse en las instancias
procesales de todos los procedimientos, incluidos los administrativos, a fin de que las personas
estén en condiciones de defender adecuadamente sus derechos ante cualquier acto del Estado que
pueda afectarlos.
3. Como ya se ha precisado en reiterada jurisprudencia, el derecho al debido proceso
comprende, a su vez, un haz de derechos que forman parte de su estándar mínimo: el derecho al
juez natural –jurisdicción predeterminada por la ley–, de defensa, a la pluralidad de instancias, a
los medios de prueba y a un proceso sin dilaciones. En el presente caso, la lesión del debido proceso
debiera implicar que, durante el trámite del proceso administrativo disciplinario, a la demandante
se le hubiese privado, por lo menos, del ejercicio de alguno de los referidos derechos mínimos.
4. El artículo 167° del Decreto Supremo N° 005-90-PCM establece que «el proceso administra-
tivo disciplinario será instaurado por resolución del titular de la entidad o del funcionario que tenga
la autoridad delegada para tal efecto, debiendo notificarse al servidor procesado en forma personal
o publicarse en el diario oficial El Peruano, dentro del término de setenta y dos (72) horas contadas
a partir del día siguiente de la expedición de dicha resolución».
5. Es conveniente indicar que la forma como se efectúe la notificación de la resolución de
instauración del proceso administrativo disciplinario, de acuerdo con las previsiones legales, resulta
de especial relevancia ya que debe posibilitar que los servidores procesados conozcan efectivamente
el proceso, se apersonen en él y promuevan el oportuno debate contradictorio. Por ello, y como este
Tribunal lo ha señalado reiteradamente, siempre que sea posible, debe verificarse el emplazamiento
personal de quienes hayan de comparecer en el proceso como partes, a fin de que puedan defender
sus derechos mediante la oportuna presentación de sus descargos y las pruebas que crean
convenientes en su defensa, para lo cual previamente se debe tomar conocimiento de los
antecedentes que han dado lugar al proceso.
6. En el presente caso, la Resolución de la Presidencia del Consejo Nacional Penitenciario N°
310-93-INPE/CNP-P, de fecha 30 de setiembre de 1993, mediante la cual se le instauró proceso
administrativo disciplinario a la recurrente, no ha sido objeto de notificación personal ni tampoco
ha sido publicada en el diario oficial El Peruano, notificación que, de acuerdo con el artículo 167°
del Decreto Supremo citado, debería ser el medio usual para el conocimiento, por parte del servidor
procesado, de las faltas imputadas que dan origen a la instauración de un proceso administrativo
disciplinario, razón por la cual esta omisión le ha causado a la actora un perjuicio a sus derechos
e intereses, vulnerándose así sus derechos al debido proceso y de defensa.
7. De otro lado, este Colegiado observa que la resolución que impone la sanción de destitución
a la recurrente no precisa los hechos que le son imputados como falta grave, puesto que no se
señala si sus ausencias injustificadas fueron por más de tres días consecutivos o por más de cinco
días no consecutivos en un período de treinta días calendario, o más de quince días no consecutivos
en un período de ciento ochenta días calendario, ni cuáles fueron los días de ausencias
injustificadas; razón por la que estas falencias de motivación, al no contener una delimitación clara
y precisa de la conducta denunciada como infracción, involucra la afectación de sus derechos al
trabajo y a un debido proceso administrativo.
429
8. En cuanto al pago de remuneraciones devengadas, teniendo este reclamo naturaleza
indemnizatoria y no resarcitoria o restitutoria, se deja a salvo el derecho de la demandante para
que lo haga valer, en todo caso, en la forma legal que corresponda.
Por estos fundamentos, el Tribunal Constitucional, con la autoridad que le confiere la
Constitución Política del Perú.
HA RESUELTO:
1. Declarar FUNDADA la demanda; en consecuencia, inaplicable la Resolución de la Presidencia
del Consejo Nacional Penitenciario N° 455-93-INPE/CNP-P, de fecha 13 de diciembre de 1993.
2. Ordena que el Instituto Nacional Penitenciario (INPE) reponga a la recurrente en su puesto de
trabajo o en otro similar, dejando a salvo sus derechos para que los haga valer en la vía que
corresponda conforme a ley.
Publíquese y notifíquese.
SS.
ALVA ORLANDINI/ BARDELLI LARTIRIGOYEN/ GARCIA TOMA.
430
2.14. DECLARAN FUNDADA LA DEMANDA AL HABERSE VIOLADO LOS PRINCIPIOS DE LEGALI-DAD,
RAZONABILIDAD Y PROPORCIONALIDAD COMO ATRIBUTO DEL ESTADO SOCIAL Y DEMOCRÁTICO
DE DERECHO
TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
En Lima, a los 11 días del mes de octubre de 2004, la Sala Primera del Tribunal Constitu-
cional, con la asistencia de los magistrados Alva Orlandini, Gonzales Ojeda y García Toma,
pronuncia la siguiente sentencia
ASUNTO:
Recurso extraordinario interpuesto por don Gonzalo Antonio Costa Gómez y doña Martha
Elizabeth Ojeda Dioses contra la resolución de la Sala Especializada en lo Civil de Tumbes, de fojas
122, su fecha 7 de mayo de 2004, que declaró improcedente la acción de amparo de autos.
ANTECEDENTES:
Los recurrentes, con fecha 19 de diciembre de 2003, interponen acción de amparo contra el
alcalde de la Municipalidad Provincial de Tumbes, con el objeto de que se declare sin efecto la
Resolución de Alcaldía N° 1085-2003-ALC-MPT, de fecha 16 de diciembre de 2003, que les impuso
la sanción de destitución de sus puestos de trabajo. Afirman que la Comisión Permanente de
Procesos Administrativos Disciplinarios de la Municipalidad Provincial de Tumbes no cumplió con
realizar una investigación imparcial para determinar su responsabilidad en unas faltas
administrativas que se les imputa, y que, además, ignoró los resultados de las investigaciones
policiales referidas a los mismos hechos y en la cual se descarta su responsabilidad penal.
Manifiestan que con ello, se vulneraron sus derechos constitucionales a la igualdad ante la ley, a
la legítima defensa, a la libertad de trabajo y al debido proceso.
La Municipalidad demandada manifiesta que mediante las Resoluciones de Alcaldía Nºs. 1024-
2003-MPT-ALC y 1025-2003-MPT-ALC, de fecha 24 de noviembre de 2003, se les ins-tauró proceso
administrativo disciplinario a los recurrentes y que, al ser notificados con dichas resoluciones,
presentaron sus descargos, ejerciendo en consecuencia su derecho de defensa. Agrega que la
sanción fue interpuesta como resultado de dicho proceso, en el cual se recomendó sus destituciones
en razón de la gravedad de las faltas cometidas y del daño patrimonial ocasionado a la entidad,
siendo la Resolución de Alcaldía N° 1085-2003-ALC-MPT la que acoge dicha recomendación y
dispone, definitivamente y en última instancia, la culminación de sus respectivos vínculos
laborales.
El Primer Juzgado Especializado en lo Civil de Tumbes, con fecha 15 de marzo de 2004, declaró
fundada la demanda, por considerar que los hechos materia de sanción disciplinaria y la
431
responsabilidad de los actores no está debidamente probada, por lo que la duda favorece al
trabajador, estimando también que la resolución cuestionada no toma en cuenta principios de
razonabilidad y proporcionalidad respecto a la falta cometida.
La recurrida, revocando la apelada, declaró improcedente la demanda, estimando que los
hechos debatidos no pueden ser resueltos en la vía constitucional de amparo, por carecer de etapa
probatoria.
FUNDAMENTOS:
1. El objeto de demanda es que se deje sin efecto la Resolución de Alcaldía Nº 1085-2003-ALC-
MPT, de fecha 16 de diciembre de 2003, por medio de la cual se resuelve destituir a los demandantes
en el ejercicio de sus funciones de técnico de recepción de la Oficina de Rentas y de Cajera,
respectivamente. Los recurrentes manifiestan que dicha resolución viola sus derechos
constitucionales al debido proceso, a la libertad de trabajo, a la dignidad y la igualdad ante la ley,
de defensa, entre otros.
2. Varias son las cuestiones que se detallan en el escrito de demanda y que este Tribunal
encuentra relevantes desde una perspectiva de los derechos que están en juego en el presente caso,
a saber: a) los efectos del principio de legalidad y, más precisamente, del principio de taxatividad
en el procedimiento administrativo sancionador; b) los alcances y efectos del deber de motivar el
acto administrativo, sobre todo cuando éste contiene una decisión que restringe o limita un derecho
fundamental; c) las implicancias del principio de razonabilidad en la sanción impuesta, para
determinar la justicia de la decisión.
Principio de legalidad y subprincipio de taxatividad en el derecho administrativo
sancionador
3. El principio de legalidad constituye una auténtica garantía constitucional de los derechos
fundamentales de los ciudadanos y un criterio rector en el ejercicio del poder punitivo del Estado
Democrático. La Constitución lo consagra en su artículo 2º, inciso 24, literal d), con el siguiente
tenor: «Nadie será procesado ni condenado por acto u omisión que al tiempo de cometerse no esté
previamente calificado en la ley, de manera expresa e inequívoca, como infracción punible; ni
sancionado con pena no prevista en la ley» (subrayado nuestro).
4. Sobre esta base, este Tribunal, en el Expediente Nº 0010-2002-AI/TC, ha establecido que el
principio de legalidad exige no sólo que por ley se establezcan los delitos, sino también que las
conductas prohibidas estén claramente delimitadas por la ley, prohibiéndose tanto la aplicación
por analogía, como también el uso de cláusulas generales e indeterminadas en la tipificación de las
prohibiciones.
A partir de esta consideración del principio de legalidad y sus implicancias en la estructuración
del derecho penal moderno, este Tribunal también ha establecido, en el Expediente N° 2050-2002-
AA/TC: «(...) que los principios de culpabilidad, legalidad, tipicidad, entre otros, constituyen
principios básicos del derecho sancionador, que no sólo se aplican en el ámbito del derecho penal,
sino también en el del derecho administrativo sancionador (…)». (Fundamento Jurídico Nº 8).
5. Este Colegiado también ha establecido que: «(...) no debe identificarse el principio de legalidad
con el principio de tipicidad. El primero, garantizado por el ordinal «d» del inciso 24) del artículo 2°
de la Constitución, se satisface cuando se cumple con la previsión de las infracciones y sanciones
en la ley. El segundo, en cambio, constituye la precisa definición de la conducta que la ley considera
como falta (...)» (Exp. Nº 2050-2002-AA/TC-Fundamento Jurídico Nº 9).
El subprincipio de tipicidad o taxatividad constituye una de las manifestaciones o concreciones
del principio de legalidad respecto de los límites que se imponen al legislador penal o administrativo,
a efectos de que las prohibiciones que definen sanciones, sean éstas penales o administrativas,
estén redactadas con un nivel de precisión suficiente que permita a cualquier ciudadano de
432
formación básica, comprender sin dificultad lo que se está proscribiendo bajo amenaza de sanción
en una determinada disposición legal.
6. En el presente caso, la resolución impugnada que establece la máxima sanción posible en
vía administrativa, es decir, la destitución de los recurrentes, tiene como respaldo legal el artículo
28º, incisos a) y d) del Decreto Legislativo N° 276, que establece que: «(...) son faltas de carácter
disciplinarias que, según su gravedad, pueden ser sancionadas con cese temporal o con destitución,
previo proceso administrativo: a) El incumplimiento de las normas establecidas en la presente ley
y su reglamento; y d) La negligencia en el desempeño de las funciones».
7. Este Tribunal considera que las dos disposiciones invocadas en la resolución que establece
la destitución de sus puestos de trabajo de los recurrentes, son cláusulas de remisión que
requieren, de parte de la administración municipal, el desarrollo de reglamentos normativos que
permitan delimitar el ámbito de actuación de la potestad sancionadora, debido al grado de
indeterminación e imprecisión de las mismas; consecuentemente, la sanción impuesta sustentada
en estas disposiciones genéricas es inconstitucional, por vulnerar el principio consagrado en el
artículo 2,º inciso 24, literal d), de la Constitución, conforme a los criterios desarrollados en los
fundamentos precedentes.
La garantía constitucional de la motivación del acto administrativo sancionador
8. La motivación de las decisiones administrativas no tiene referente constitucional directo. No
obstante, se trata de un principio constitucional implícito en la organización del Estado Democrático
que se define en los artículos 3º y 43º de la Constitución, como un tipo de Estado contrario a la
idea del poder absoluto o arbitrario. En el Estado Constitucional Democrático, el poder público está
sometido al Derecho, lo que supone, entre otras cosas, que la actuación de la Administración deberá
dar cuenta de esta sujeción a fin de despejar cualquier sospecha de arbitrariedad. Para lograr este
objetivo, las decisiones de la Administración deben contener una adecuada motivación, tanto de los
hechos como de la interpretación de las normas o el razonamiento realizado por el funcionario o
colegiado, de ser el caso.
9. Este Tribunal ya ha tenido ocasión de desarrollar un criterio jurisprudencial sobre algunos
de los alcances de la motivación de las decisiones en sede administrativa en el Expediente Nº 090-
2004-AA/TC, al establecer que: «(…) la motivación debe otorgar seguridad jurídica al administrado
y permitir al revisor apreciar la certeza jurídica de la autoridad que decide el procedimiento; para
ello no se debe utilizar las citas legales abiertas, que sólo hacen referencia a normas en conjunto
como reglamentos o leyes, pero sin concretar qué disposición ampara la argumentación o análisis
de la autoridad (…)». (Fundamento Jurídico Nº 31).
10. En esta misma dirección y ya en el plano legal, el artículo 6º, inciso 3) de la Ley Nº 27444,
Ley del Procedimiento Administrativo General, dispone que: «(...) no son admisibles como
motivación, la exposición de fórmulas generales o vacías de fundamentación para el caso concreto
o aquellas fórmulas que por su oscuridad, vaguedad, contradicción o insuficiencia no resulten
específicamente esclarecedoras para la motivación del acto». De otro lado, el numeral 1.2) del
artículo IV del Título Preliminar de la citada Ley establece que forma parte del debido procedimiento
administrativo el derecho del administrado a obtener una decisión motivada y fundada en derecho.
Dicha motivación debe efectuarse en proporción al contenido y conforme al ordenamiento jurídico,
en concordancia con el numeral 4) del artículo 3º de la citada ley.
11. En la precitada Sentencia N° 090-2004-AA/TC, este Tribunal también ha expresado que:
«(...) el deber de motivar las decisiones administrativas alcanza especial relevancia cuando en las
mismas se contienen sanciones». En la medida que una sanción administrativa supone la afectación
de derechos, su motivación no sólo constituye una obligación legal impuesta a la Administración,
sino también un derecho del administrado, a efectos de que éste pueda hacer valer los recursos de
impugnación que la legislación prevea, cuestionando o respondiendo las imputaciones que deben
aparecer con claridad y precisión en el acto administrativo sancionador. De otro lado, tratándose
433
de un acto de esta naturaleza, la motivación permite a la Administración poner en evidencia que su
actuación no es arbitraria sino que está sustentada en la aplicación racional y razonable del derecho
y su sistema de fuentes.
12. En el caso que nos ocupa, la resolución que impone la sanción de destitución de los
recurrentes es sumamente ambigua, tanto respecto de los hechos que son materia de sanción, como
también de los específicos dispositivos legales que se habrían infringido con dichas conductas. Si
bien la resolución impugnada hace mención al Manual de Organización y Funciones, así como a
las «normas de tesorería» que habrían sido infringidas, sin embargo, en la resolución, la única
infracción que se cita de dicho Manual es un inciso g), que establece como función de uno de los
recurrentes «Elaborar el registro de la cobranza diaria de las rentas municipales y elevar los partes
diarios al Jefe de la Oficina». No obstante, conforme se aprecia de la demanda, a fojas 17, así como
de la contestación de la demanda, a fojas 27, que confirma la versión de los recurrentes, la operación
de emisión de un recibo de caja Nº 002528 fue anulada y, por tanto, no pudo aparecer en el reporte
del día, debido a que nunca se efectivizó el pago por el concepto a que se refería.
13. Respecto del procedimiento administrativo instaurado por la Municipalidad de Tumbes a
los recurrentes, a fojas 8 y 9 del expediente se aprecia la mención a las disposiciones que se habrían
infringido para merecer la sanción de destitución, invocándose únicamente los incisos a) y d) del
Decreto Legislativo Nº 276 ya aludido, y amparándose en ello se imputa responsabilidad a los
recurrentes porque en los descargos correspondientes, no aparece «prueba que desvirtúe los cargos
que se les imputan».
Esta es una postura que el Tribunal no comparte. Frente a una sanción carente de motivación,
tanto respecto de los hechos como también de las disposiciones legales que habrían sido infringidas
por los recurrentes, no puede trasladarse toda la carga de la prueba a quien precisamente soporta
la imputación, pues eso significaría que lo que se sanciona no es lo que está probado en el
procedimiento, sino lo que el imputado, en este caso, no ha podido probar como descargo en defensa
de su inocencia. Por ello, al disponerse en este caso que sea el propio investigado
administrativamente quien demuestre su inocencia, se ha quebrantado el principio constitucional
de presunción de inocencia que también rige el procedimiento administrativo sancionador,
sustituyéndolo por una regla de culpabilidad que resulta contraria a la Constitución.
14. Finalmente, respecto de las falencias de motivación del acto administrativo que dispone la
destitución de los recurrentes, debe mencionarse que esta garantía constitucional, si bien es cierto
que no se encuentra abierta como posibilidad para recurrir al amparo cada vez que no se motive
adecuadamente una decisión de la Administración, no lo es menos que, en el presente caso, la sola
mención genérica a disposiciones que no contienen una delimitación clara y precisa de la conducta
denunciada como infracción, involucra la afectación de otros derechos fundamentales, como el
derecho al trabajo y el derecho a un debido proceso administrativo.
El principio de proporcionalidad en el derecho administrativo sancionador
15. El principio de razonabilidad o proporcionalidad es consustancial al Estado Social y
Democrático de Derecho, y está configurado en la Constitución en sus artículos 3º y 43º, y plasmado
expresamente en su artículo 200°, último párrafo. Si bien la doctrina suele hacer distinciones entre
el principio de proporcionalidad y el principio de razonabilidad, como estrategias para resolver
conflictos de principios constitucionales y orientar al juzgador hacia una decisión que no sea
arbitraria sino justa; puede establecerse, prima facie, una similitud entre ambos principios, en la
medida que una decisión que se adopta en el marco de convergencia de dos principios
constitucionales, cuando no respeta el principio de proporcionalidad, no será razonable. En este
sentido, el principio de razonabilidad parece sugerir una valoración respecto del resultado de
razonamiento del juzgador expresado en su decisión, mientras que el procedimiento para llegar a
este resultado sería la aplicación del principio de proporcionalidad con sus tres subprincipios: de
adecuación, de necesidad y de proporcionalidad en sentido estricto o ponderación.
434
16. El principio de proporcionalidad ha sido invocado en más de una ocasión por este Tribunal,
ya sea para establecer la legitimidad de los fines de actuación del legislador en relación con los
objetivos propuestos por una determinada norma cuya constitucionalidad se impugna (Exp. Nº
0016-2002-AI/TC), ya sea para establecer la idoneidad y necesidad de medidas implementadas por
el Poder Ejecutivo a través de un Decreto de Urgencia (Exp. Nº 0008-2003-AI/TC), o también con
ocasión de la restricción de derechos fundamentales en el marco del proceso penal (Exp. N°0376-
2003-HC/TC). No obstante, este Colegiado no ha tenido ocasión de desarrollar este principio
aplicándolo al control de la potestad sancionadora de la Administración, ámbito donde
precisamente surgió, como control de las potestades discrecionales de la Administración.
17. En efecto, es en el seno de la actuación de la Administración donde el principio de
proporcionalidad cobra especial relevancia, debido a los márgenes de discreción con que
inevitablemente actúa la Administración para atender las demandas de una sociedad en constante
cambio, pero también, debido a la presencia de cláusulas generales e indeter-minadas como el
interés general o el bien común, que deben ser compatibilizados con otras cláusulas o principios
igualmente abiertos a la interpretación, como son los derechos fundamentales o la propia dignidad
de las personas. Como bien nos recuerda López González[1] , «En la tensión permanente entre Poder
y Libertad que protagoniza el desenvolvimiento del Derecho Público y por ello también el del Derecho
Administrativo, el Estado de Derecho a través de la consagración que formula el principio de
legalidad y de la garantía y protección de los derechos fundamentales, exige un uso jurídico
proporcionado del poder, a fin de satisfacer los intereses generales con la menos e indispensable
restricción de las libertades».
18. El principio de proporcionalidad, como ya se adelantó, está estructurado por tres
subprincipios: de necesidad, de adecuación y de proporcionalidad en sentido estricto. «De la
máxima de proporcionalidad en sentido estricto se sigue que los principios son mandatos de
optimización con relación a las posibilidades jurídicas. En cambio, las máximas de la necesidad y
de la adecuación se siguen del carácter de los principios como mandatos de optimización con
relación a las posibilidades fácticas»[2]. Esto supone que cuando el Tribunal se enfrenta a un caso
donde existe conflicto entre dos principios constitucionales, deberá realizar no sólo un ejercicio
argumentativo enjuiciando las disposiciones constitucionales en conflicto (ponderación), sino
también deberá evaluar también todas las posibilidades fácticas (necesidad, adecuación), a efectos
de determinar si, efectivamente, en el plano de los hechos, no existía otra posibilidad menos lesiva
para los derechos en juego que la decisión adoptada.
19. A partir de estas premisas, pese a que en el presente caso ha quedado ya constatada la
violación de los principios constitucionales de legalidad (taxatividad), debido proceso y la garantía
de la motivación de las resoluciones administrativas, así como el derecho de defensa; resulta
pertinente establecer si la medida de destitución impuesta a los recurrentes era la única que preveía
el ordenamiento jurídico frente a los hechos investigados en el procedimiento administrativo, en el
supuesto de que estos hayan sido correctamente determinados mediante un debido procedimiento
administrativo.
20. En el presente caso debe observarse, además, que el propio Decreto Legislativo N° 276, en
su artículo 27º, establece que: «(...) los grados de sanción corresponde a la magnitud de las faltas,
según su menor o mayor gravedad (...) debiendo contemplarse en cada caso, no sólo la naturaleza
de la infracción sino también los antecedentes del servidor (...)». Esto implica un claro mandato a
la administración municipal para que, en el momento de establecer una sanción administrativa, no
se limite a realizar un razonamiento mecánico de aplicación de normas, sino que, además, efectúe
una apreciación razonable de los hechos en relación con quien los hubiese cometido; es decir, que
no se trata sólo de contemplar los hechos en abstracto, sino «en cada caso» y tomando en cuenta
«los antecedentes del servidor». Por tanto, una decisión razonable en estos casos supone, cuando
menos:
435
a) La elección adecuada de las normas aplicables al caso y su correcta interpretación, tomando
en cuenta no sólo una ley particular, sino el ordenamiento jurídico en su conjunto.
b) La comprensión objetiva y razonable de los hechos que rodean al caso, que implica no sólo una
contemplación en «abstracto» de los hechos, sino su observación en directa relación con sus
protagonistas, pues sólo así un «hecho» resultará menos o más tolerable, confrontándolo con
los «antecedentes del servidor», como ordena la ley en este caso.
c) Una vez establecida la necesidad de la medida de sanción, porque así lo ordena la ley
correctamente interpretada en relación a los hechos del caso que han sido conocidos y valorados
en su integridad, entonces el tercer elemento a tener en cuenta es que la medida adoptada sea
la más idónea y de menor afectación posible a los derechos de los implicados en el caso.
21. En autos no se aprecia que estos criterios hayan sido tomados en cuenta por la
Municipalidad emplazada. Así a fojas 16, se observa que los demandantes desempeñaron una labor
permanente e ininterrumpida durante 20 y 27 años, respectivamente, sin haber tenido problemas
de carácter disciplinario. De otro lado, no se ha tomado en cuenta la existencia de un proceso penal
en curso seguido por los mismos hechos, en el cual se emitió el atestado policial Nº 55-03-RPNP-
T/DTVAJ-DAMP, de fecha 26 de agosto de 2003, corriente a fojas 51, que concluye en la falta de
responsabilidad de los accionantes. En este sentido, resulta cuestionable que en un proceso
administrativo que tenga como consecuencia la sanción máxima de destitución, se omita la
valoración de toda prueba o elemento que coadyuve a la determinación certera de la responsabilidad
de los procesados, cuando ésta representa la única garantía de justicia y proporcionalidad entre la
supuesta falta cometida y la sanción a imponerse.
22. Por lo precedentemente expuesto, este Colegiado considera que en el presente caso también
se ha violado el principio de proporcionalidad como atributo del Estado Social y Democrático de
Derecho, reconocido explícitamente por el artículo 200° de la Cons-titución.
Por estos fundamentos, el Tribunal Constitucional, con la autoridad que le confiere la
Constitución Política del Perú
HA RESUELTO:
1. Declarar FUNDADA la presente acción de amparo.
2. Ordenar a la demandada Municipalidad Provincial de Tumbes que cumpla con reponer a los
recurrentes en su puesto de trabajo, dejando a salvo sus derechos que no pueden ser atendidos
en esta vía, para que lo hagan valer en la que corresponda de acuerdo a ley.
SS.
ALVA ORLANDINI/ GONZALES OJEDA/ GARCÍA TOMA.
___________
[1] LÓPEZ GONZÁLEZ, José Ignacio. El principio general de proporcionalidad en derecho administrativo, Universidad de
Sevilla, 1998, pág. 108.
[2] ALEXY, Robert. Teoría de los derechos fundamentales, Traducción de Ernesto Garzón Valdez, Tercera Reimpresión,
Madrid, CEC, 2002, pp. 112-113.
436
2.15. DECLARAN INFUNDADA LA DEMANDA AFIRMANDO QUE EL CONSEJO NACIONAL DE LA
MAGISTRATURA EMITIÓ RESOLUCIÓN DE DESTITUCIÓN EN CUMPLIMIENTO DE SUS
ATRIBUCIONES
TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
EXP. Nº 8092-2005-PA/TC-LIMA
En Lima, a los 30 días del mes de noviembre de 2005, reunido el Tribunal Constitucional en
sesión de Pleno Jurisdiccional, con la asistencia de los magistrados Alva Orlandini, Presidente;
BardelliLartirigoyen, Vicepresidente; Gonzales Ojeda, García Toma, Vergara Gotelli y Landa Arroyo,
pronuncia la siguiente sentencia, con el voto singular, adjunto, del magistrado BardelliLartirigoyen.
ASUNTO:
Recurso de agravio constitucional interpuesto por don Daniel Raúl Lorenzzi Goycochea contra
la sentencia de la Primera Sala Civil de la Corte Superior de Justicia de Lima, de fojas 587, su fecha
19 de abril de 2005, que declaró infundada la demanda de amparo de autos.
ANTECEDENTES:
Con fecha 26 de noviembre de 2002 el recurrente interpone demanda de amparo contra los
miembros del Consejo Nacional de la Magistratura (CNM), invocando la vulneración de su derecho
al debido proceso, defensa y el principio de legalidad, solicitando se deje sin efecto la Resolución N°
066-2002-PCNM, de fecha 12 de agosto de 2002, mediante la que se le destituyó del cargo de Vocal
de la Sala Especializada Penal en Delitos Tributarios y Aduaneros, y en consecuencia se le reponga
en el cargo que ostentaba. Manifiesta que durante el proceso se emitieron resoluciones por parte de
la OCMA que establecían la carencia de responsabilidad de los Magistrados de la Sala en los hechos
investigados, proceso que con posterioridad fue ampliado por los doctores Salinas Ordoñez y Ruiz
Cueto sin tener facultades para hacerlo, siendo que dicha resolución nunca le fue notificada. De
otro lado, alega que en la investigación realizada ante la OCMA y del CNM no se actuó con
imparcialidad ni objetividad; y que durante el proceso disciplinario conocido por el CNM, dedujo la
excepción de prescripción al amparo del artículo 204º de la Ley Orgánica del Poder Judicial,
excepción que fue desestimada sin sustento jurídico alguno, siendo que a la fecha de expedición de
la Resolución cuestionada el proceso ya había prescrito, vulnerándose por ello los derechos
invocados.
La Procuradora Pública encargada de los asuntos judiciales del Ministerio de Justicia y del
Consejo Nacional de la Magistratura manifiesta que, a tenor de lo dispuesto por los artículos 142°
y 154° de la Constitución, las decisiones del CNM en materia de destitución de jueces no son
revisables en sede judicial; que el ejercicio regular de una atribución legal no constituye violación
de derecho alguno, y que en el proceso disciplinario instaurado al actor se hizo en el ejercicio regular
de un derecho y en cumplimiento de sus funciones conforme a la Constitución y la Ley.
437
El Consejo Nacional de la Magistratura manifiesta que las decisiones del Consejo no son
revisables en sede judicial conforme lo establecido en los artículos 142º y 154º de la Constitución,
y que la destitución del recurrente se realizó previo proceso disciplinario en el que se garantizó el
ejercicio de su defensa y se motivó su destitución.
El Cuadragésimo Quinto Juzgado Civil de Lima, con fecha 28 de mayo de 2004, declaró
infundada la demanda por estimar que la cuestionada resolución es inimpugnable en sede judicial
siendo excepcionalmente revisada en el supuesto de ejercicio irregular, por lo que no se encuentran
razones objetivas que permitan persuadir que tal situación se haya presentado en el caso.
La recurrida confirma la apelada por los mismos fundamentos.
FUNDAMENTOS:
438
constitucional y democrático, los principios constitucionales y los derechos fundamentales. Por tal
razón, en la presente sentencia serán objeto de análisis y resolución únicamente aquellas
cuestiones que tienen incidencia en el parámetro de control constitucional antes aludido, dejando
de lado aquellos aspectos que carecen de relevancia constitucional. Es desde esta perspectiva, por
tanto, que se procederá al análisis de fondo.
§3. Análisis del caso
3.1 La prescripción de la potestad sancionadora del CNM
7. El actor alega que al emitirse la resolución cuestionada se ha vulnerado su derecho al debido
proceso, toda vez que dicho pronunciamiento –mediante el que fue destituido contraviene lo
dispuesto por el artículo 204º de la Ley Orgánica del Poder Judicial, pues si los hechos materia de
investigación acaecieron entre el 4 y el 11 de febrero de 2000, a la fecha de emisión de la resolución
cuestionada, el plazo de prescripción se encontraba vencido.
8. Con relación a la prescripción desde una perspectiva general es la institución jurídica
mediante la cual, por el transcurso del tiempo, la persona adquiere derechos o se libera de
obligaciones. Y, como ya lo ha expuesto este Tribunal Constitucional en la sentencia recaída en el
expediente 1805-2005, desde la óptica penal, mediante la prescripción se limita la potestad punitiva
del Estado, dado que se extingue la posibilidad de investigar un hecho criminal y, con ello, la
responsabilidad del supuesto autor o autores del mismo. De este modo desde la Carta Magna,
inspirada en el principio pro homine, el Estado autolimita su potestad punitiva en la medida en
que, por el paso del tiempo se elimina la incertidumbre jurídica en el caso de la extinción de la
acción penal.
9. Como se ha dicho en los fundamentos precedentes la administración en el ejercicio de su
facultad sancionadora tiene el irrestricto deber de respetar los derechos procesales constitucionales
de los administrados entre los cuales se encuentra el instituto procesal de la prescripción; por ello
cabe ingresar a un análisis de fondo de los argumentos de demanda en este extremo.
10. El artículo 45° del Reglamento de Procesos Disciplinarios del Consejo Nacional de la
Magistratura, aprobado por Resolución N° 028-95-CNM -vigente al momento de emitirse la
resolución 006-2002-PCNM, que resuelve abrir proceso disciplinario al recurrente– dispone que los
plazos para la realización de los actos procesales, son 6 meses, contados a partir de la fecha del
hecho, acto o conducta imputable al Magistrado, para interponer la denuncia de parte. Este plazo
es de caducidad. Interpuesta la denuncia, en todo caso, prescribe a los 2 años de ocurrido el hecho,
acto o conducta. Por su lado, el artículo 204º de la Ley Orgánica del Poder Judicial establece que
«El plazo para interponer la queja administrativa contra los magistrados caduca a los 30 días útiles
de ocurrido el hecho. Interpuesta la queja, prescribe, de oficio a los dos años».
11. De la Resolución N° 066-2002-PCNM, que corre a fojas 177, mediante la que se destituyó
al actor, se advierte que el emplazado desestimó la excepción de prescripción deducida, tras
considerar que «los hechos que se le imputan (...) concluyeron el 27 de octubre de 2000, fecha en
que se declaró fundada la excepción de naturaleza de acción deducida por don Jorge
MufarechNemy, no habiendo transcurrido hasta la fecha los dos años previstos en el artículo 40º
inciso a) del Reglamento de Procesos Disciplinarios» (sic)
12. Sin embargo, conforme la disposición a que se ha hecho referencia en el fundamento Nº 10
supra, el cómputo del plazo de prescripción del proceso administrativo disciplinario en cuestión se
inicia a partir de la fecha en que ocurrieron los hechos que originan la denuncia materia de
investigación. No obstante, salvo que se esté ante una circunstancia que se prolonga en el tiempo
a través de la consumación de actos que, siendo posteriores a los conocidos al momento de
interponer la queja de parte, están estrechamente vinculados a los originales y que constituyan una
unidad en el análisis de la conducta sujeta a investigación se podría admitir que se considere el
último acto como el hito para iniciar el cómputo del plazo de prescripción.
439
13. Precisamente el Consejo Nacional de la Magistratura sustenta su decisión de evaluar hechos
posteriores a la denuncia formulada contra el recurrente en una apreciación de los hechos «en su
conjunto y concatenadamente» que incluyen su participación hasta el momento en que se dicta el
auto que declara fundada la excepción de naturaleza de acción formulada por Jorge MufarechNemi
cuya pertinencia sirve a la evidencia de la conducta sancionable del actor y se sustenta en un
criterio razonable expuesto tanto por el Consejo Nacional de la Magistratura en la resolución
impugnada como por la Oficina de Control de la Magistratura del Poder Judicial en la resolución de
fecha 4 de diciembre de 2001 (fojas 73 y ss.) siendo de conocimiento del demandante que los hechos
acaecidos entre el 10 de febrero de 2000 y 27 de octubre de 2007 eran objeto de la investigación.
3.2 Debido proceso y derecho de Defensa
14. El recurrente sostiene que se vulnera su derecho de defensa, fundamentalmente, en el
hecho de que se omitió la debida notificación del procedimiento ante la OCMA a efectos de que
acudiera a presentar sus descargos.
15. Este Tribunal considera que la demanda también debe ser desestimada en este extremo,
toda vez que a fojas 18 y 19 obra la notificación al recurrente, de fecha 19 de mayo de 2001, por
parte del Magistrado de Segunda Instancia de la OCMA encargado de realizar la investigación,
doctor Manuel Roberto Paredes Dávila, para que rinda su declaración respecto de los hechos
investigados. Aún más, de autos se desprende que el recurrente ha presentado una serie de escritos
recusando a los distintos sujetos que formaron parte de la investigación tanto de la OCMA como
del CNM, siendo declaradas todas ellas improcedentes y ejerciendo, a su vez, su derecho de
apelación, de manera que el recurrente ejerció su derecho de defensa sin restricción alguna. Así de
autos, de fojas 14 a 17, obra el escrito presentado por el recurrente, de fecha 14 de mayo de 2001,
donde solicita la abstención del doctor Manuel Roberto Paredes Dávila por considerar que carece
de objetividad; el escrito de fojas 20 a fojas 22, de fecha 14 de mayo del 2001, donde el recurrente
apela la improcedencia de su escrito anterior; el escrito de fojas 35 a 44, de 15 de junio de 2001,
donde interpone recurso de apelación contra la resolución de la OCMA, de fecha 11 de julio de
2001, que resuelve imponer al recurrente la medida cautelar de abstención; el escrito de fojas 45 a
48, de 15 de junio de 2001, donde interpone recurso de apelación contra la resolución de la OCMA,
de 11 de julio de 2001, que resuelve imponer al recurrente la medida cautelar de abstención; el
escrito de fojas 45 a 48, en el que se solicita la abstención del entonces jefe de la OCMA Guillermo
CabalaRossand el cual fue desestimado mediante resolución de fecha 22 de junio de 2001, a fojas
56, y apelado por el recurrente, de fojas 57 a 61, mediante escrito de 28 de junio del 2001; el escrito
de 28 de diciembre de 2001, de fojas 96 a fojas 101, en el que apela la resolución de la OCMA de 4
de diciembre de 2001, donde se propone al CNM la destitución del recurrente; finalmente, el recurso
de reconsideración, de 21 de agosto de 2002, contra la resolución del CNM, de 12 de agosto de 2002
que resuelve la destitución del recurrente.
3.3 La vulneración del principio de legalidad
16. El recurrente considera que se ha vulnerado el principio de legalidad puesto que la OCMA
le impuso la sanción de abstención en el ejercicio de la función jurisdiccional, que no se encuentra
contemplada en la Ley Orgánica del Poder Judicial. Alega, además, la vulneración de este derecho
al habérsele impuesto la sanción de destitución por parte del CNM, sin ser sancionada previamente
su suspensión, el cual es un requisito sine qua non establecido en la Ley Orgánica del Poder
Judicial.
17. Este colegiado no comparte los argumentos esgrimidos por el recurrente toda vez que, la
abstención, como medida cautelar, se encuentra prevista en el artículo 67º del Reglamento del
Órgano de Control de la Magistratura, vigente desde el 17 de julio de 1996 siendo, en consecuencia,
parte de sus atribuciones. Además, respecto a la aplicación previa de la sanción de suspensión,
este Tribunal, ha señalado en reiterada jurisprudencia que el referido artículo es aplicable al órgano
de control interno del Poder Judicial, pero no al Consejo Nacional de la Magistratura, que a través
del artículo 31º de su Ley Orgánica –Ley Nº 26397– se encuentra expresamente facultado para
440
aplicar la sanción de destitución sin necesidad que el funcionario a ser sancionado haya sido
suspendido previamente.
18. Adicionalmente, el demandante afirma que para sancionarlo se aplicó indebidamente el
artículo 31º de la Ley Nº 26397, Ley Orgánica del Consejo Nacional de la Magistratura, el cual fue
derogado mediante la Ley Nº 26933, del 12 de marzo de 1998. Este Tribunal –como ya se pronunció
en la sentencia 1411-2004-AA/TC- considera que el demandante no toma en cuenta que al
momento de realizado el proceso por el cual se le sanciona, se encontraba vigente la Ley Nº 26973,
que, en su artículo 1º precisa que constituye causal de destitución la comisión de un hecho grave
que sin ser delito comprometa la dignidad del cargo y lo desmerezca en el concepto público. De esta
forma, si bien al momento de su intervención no se encontraba vigente la norma que alega la
sanción se encontraba prevista en el ordenamiento normativo, de modo que se cumplía a cabalidad
la función motivadora de la norma sancionadora.
Por estos fundamentos, el Tribunal Constitucional, con la autoridad que le confiere la
Constitución Política del Perú.
HA RESUELTO:
Declarar INFUNDADA la demanda.
Publíquese y notifíquese.
SS.
ALVA ORLANDINI/ GONZALES OJEDA/ GARCIA TOMA/ VERGARA GOTELLI/ LANDA ARROYO.
[VOTO SINGULAR]
EXP. Nº 8092-2005-PA/TC-LIMA
Con pleno respeto por la opinión de la mayoría, emito mi voto singular, justificándolo en el
sentido siguiente:
1. La demanda tiene por objeto que se deje sin efecto la Resolución N° 066-2002-PCNM, del 12 de
agosto de 2002, en virtud de la cual se destituyó al demandante del cargo de vocal de la Sala
Especializada Penal en Delitos Tributarios y Aduaneros, ordenándose la cancelación de su título
y su nombramiento como magistrado; y que en consecuencia, se deje sin efecto su destitución
y se ordene su inmediata reposición en el cargo que ostentaba.
2. El actor alega que al emitirse la resolución cuestionada se ha vulnerado su derecho al debido
proceso, toda vez que dicho pronunciamiento –mediante el que fue destituido– contraviene lo
dispuesto por el artículo 204º de la Ley Orgánica del Poder Judicial, pues si los hechos materia
de investigación acaecieron entre el 4 y el 11 de febrero de 2000, a la fecha de emisión de la
resolución cuestionada, el plazo de prescripción se encontraba vencido.
3. El artículo 45º del Reglamento de Procesos Disciplinarios del Consejo Nacional de la
Magistratura, aprobado por Resolución N° 028-95-CNM –vigente durante los eventos– dispone
que los plazos para la realización de los actos procesales, son los siguientes:
a) Seis meses, contados a partir de la fecha del hecho, acto o conducta imputable al Magistrado,
para interponer la denuncia de parte. Este plazo es de caducidad.
b) Interpuesta la denuncia, en todo caso, prescribe a los 2 años de ocurrido el hecho, acto o
conducta.
4. Asimismo, el artículo 204º de la Ley Orgánica del Poder Judicial establece que el plazo para
interponer la queja administrativa contra los magistrados caduca a los 30 días útiles de
ocurrido el hecho. Interpuesta la queja, prescribe, de oficio, a los dos años.
5. De la Resolución N° 066-2002-PCNM, que corre a fojas 177, mediante la cual se destituyó al
actor, se advierte que el emplazado desestimó la excepción de prescripción deducida, tras
441
considerar que «los hechos que se le imputan (...) concluyeron el 27 de octubre de 2000, fecha
en que se declaró fundada la excepción de naturaleza de acción deducida por don Jorge
MufarechNemy, no habiendo transcurrido hasta la fecha los dos años previstos en el artículo
45º, inciso a), del Reglamento de Procesos Disciplinarios».
6. Sin embargo, tal argumento debe ser desestimado, toda vez que, conforme a la disposición a
que se ha hecho referencia en el fundamento 3, supra, el cómputo del plazo de prescripción del
proceso administrativo disciplinario se inicia a partir de la fecha en que ocurrieron los hechos
que originan la denuncia materia de investigación.
7. En el caso concreto, de la Resolución de fecha 4 de diciembre del 2001, emitida por la Oficina
de Control de la Magistratura del Poder Judicial (f. 73 ss.), la Resolución Nº 006-2002-PCNM,
de fecha 20 de febrero del 2002 (f. 124), y el considerando 21 de la resolución cuestionada (f.
178v.), se aprecia que los hechos materia de la denuncia ocurrieron entre el 4 y 11 de febrero
del 2000, fecha a partir de la cual se inicia en todo caso el cómputo del plazo de prescripción.
8. Siendo ello así, queda claro que la fecha de inicio del cómputo del plazo de prescripción del
procedimiento administrativo sancionador es el 10 de febrero del 2000, fecha de la interposición
de la denuncia presentada por don Jorge YamilMufarechNemy –según consta en el segundo
considerando de la Resolución cuestionada–, por lo que a la fecha de emisión de la misma –12
de agosto del 2002– e incluso a la fecha de apertura del proceso administrativo por parte del
emplazado – 20 de febrero del 2002– dicho plazo se encontraba vencido.
9. Consecuentemente, al emitir la Resolución cuestionada, el CNM vulneró el derecho al debido
proceso del demandante, toda vez que carecía de competencia para emitir pronunciamiento
válido sobre el fondo de la denuncia efectuada en su contra, por lo que los efectos de la misma
carecen de validez, razón por la cual considero que la demanda debió declararse FUNDADA y
Nula la Resolución Nº 066-2002-PCNM, del 12 de agosto del 2002.
Por consiguiente, debió ordenarse al Consejo Nacional de la Magistratura la reposición de don
Daniel Raúl Lorenzzi Goycochea en el cargo de vocal de la Sala Especializada Penal en Delitos
Tributarios y Aduaneros, o en otro de similar categoría.
S.:
BARDELLI LARTIRIGOYEN.
442
2.16. DECLARAN INFUNDADA LA DEMANDA RELATIVA A LA INTERDICCIÓN DE LA REFORMA
PEYORATIVA Y FUNDADA EN EL EXTREMO DEL DERECHO AL DEBIDO PROCEDIMIENTO
TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
EXP. N° 5976-2006-PA/TC-LIMA
En Lima, a los 20 días del mes de setiembre de 2006, reunido el Tribunal Constitucional en
sesión de pleno jurisdiccional, con la asistencia de los magistrados Gonzales Ojeda, Alva Orlandini,
BardelliLartirigoyen, Vergara Gotelli, Landa Arroyo y Mesía Ramírez, pronuncia la siguiente
sentencia, con el voto singular, adjunto, del magistrado Vergara Gotelli
I. ASUNTO:
Recurso de agravio constitucional interpuesto por don Carlos Alberto Alarcón del Portal contra
la sentencia de la Segunda Sala Civil de la Corte Superior de Justicia de Lima, de fojas 1647, su
fecha 13 de octubre de 2005, que declara infundada la demanda de autos.
II. ANTECEDENTES:
1. Demanda El recurrente interpone demanda de amparo contra el Consejo Nacional de la
Magistratura (CNM), alegando vulneración de sus derechos al debido proceso, a la defensa, a la
igualdad ante la ley, a la cosa juzgada, a la petición y a obtener una respuesta escrita y debidamente
motivada; y solicita se declare la nulidad del Acuerdo N° 183-2004, de 26 de febrero de 2004, de la
Resolución N° 020-2004-PCNM, de 22 de marzo de 2004, y de todas las resoluciones emitidas con
posterioridad a la Resolución N° 065-2003-PCNM, de 9 de setiembre de 2003, que dio por concluido
el procedimiento disciplinario seguido en su contra. Manifiesta que pese a que el procedimiento
disciplinario que se le siguió ante el CNM, signado con el número 023-2001-CNM, había concluido
por no haber sido ratificado en su cargo, éste fue reabierto arbitrariamente y se resolvió su
destitución del cargo de Vocal de la Corte Superior de Justicia de Lima, así como la cancelación de
su título y de todo otro nombramiento otorgado. Finalmente alega que la parte demandada no se
pronunció sobre la excepción de prescripción que inter-puso, válidamente, hasta en cinco
oportunidades.
2. Contestación de la demanda
El Procurador Público del Ministerio de Justicia contesta la demanda y alega que el
procedimiento disciplinario seguido contra el recurrente se ha llevado a cabo de manera regular.
Por su parte, el CNM se apersona al proceso y afirma que en dicho procedimiento se ha observado
el debido proceso, tanto en su dimensión sustantiva o material, como en su dimensión adjetiva o
formal. Asimismo, señala que si bien el procedimiento disciplinario N° 023-2001-CNM –seguido en
contra del presunto agraviado– fue reabierto, ello se llevó a cabo en respuesta al recurso de
reconsideración formulado por el propio accionante, quien con fecha 16 de setiembre de 2003,
solicitó al Consejo Nacional de la Magistratura emitiera una decisión sobre el fondo del asunto a
efectos de ser absuelto de los cargos imputados, con lo cual renunció a toda prescripción formal.
443
3. Resolución de primer grado
Con fecha 28 de febrero de 2005, el Vigésimo Noveno Juzgado Especializado en lo Civil de Lima
declara fundada la demanda, por considerar que el procedimiento disciplinario seguido en contra
del recurrente se ha llevado a cabo sin respetar el debido proceso, toda vez que el demandado ha
omitido pronunciarse respecto de la excepción de prescripción deducida por el recurrente, así como
sobre el tema de fondo en la Resolución N° 766-2003-CNM. A ello se suma que se ha vulnerado la
prohibición de la reforma peyorativa pues el accionante ha quedado sumido en una situación más
desfavorable que en la que se encontraba al momento de impugnar la decisión de la Administración.
4. Resolución de segundo grado
Con fecha 13 de octubre de 2005, la Segunda Sala Civil de la Corte Superior de Justicia de
Lima, revocando la apelada, declara infundada la demanda argumentando que no se advierte
ninguna incongruencia entre lo solicitado por el propio demandante y la reapertura del
procedimiento disciplinario seguido en su contra. Asimismo, señala que de lo actuado no se
desprende la existencia de algún tipo de vulneración de los derechos constitucionales invocados.
III. FUNDAMENTOS:
Precisión del petitorio
1. El demandante pretende que el Tribunal Constitucional declare la nulidad de todas las
resoluciones emitidas con posterioridad a la Resolución 065-2003-PCNM, de 9 de setiembre de
2003, que dispone dar por concluido el procedimiento disciplinario seguido en su contra, debido a
que no fue ratificado en su cargo. Solicita que se declare la nulidad del Acuerdo del Pleno del CNM
Nº 183-2004, de fecha 26 de febrero de 2004; y de la Resolución Nº 020-2004-PCNM, de fecha 22
de marzo de 2004, mediante los cuales se ordenó su destitución, así como la cancelación de su
título y de todo otro nombramiento que se le hubiera otorgado.
Análisis del caso concreto
2. El Tribunal Constitucional estima que son dos las cuestiones principales a resolver en el
presente caso: en primer lugar, si el CNM, al reabrir el proceso disciplinario a solicitud del
demandante e imponerle luego de ello la sanción de destitución, ha vulnerado los derechos
fundamentales que alega el demandante; en segundo lugar, sobre la prescripción propuesta por el
demandante. Antes de ello, conviene reafirmar la jurisprudencia del Tribunal Constitucional sobre
el control constitucional de las resoluciones del CNM.
3. En sentencia anterior (Exp. Nº 2409-2002-AA/TC, FJ 1b) se ha señalado que
(...) cuando el artículo 142° de la Constitución establece que no son revisables en sede judicial
las resoluciones del Consejo Nacional de la Magistratura en materia de evaluación y ratificación de
Jueces, limitación que no alcanza al Tribunal Constitucional por las razones antes mencionadas,
el presupuesto de validez de dicha afirmación se sustenta en que las consabidas funciones que le
han sido conferidas a dicho organismo sean ejercidas dentro de los límites y alcances que la
Constitución le otorga, y no dentro de otros distintos, que puedan convertirlo en un ente que opera
fuera o al margen de la misma norma que le sirve de sustento. En el fondo, no se trata sino de la
misma teoría de los llamados poderes constituidos, que son aquellos que operan con plena
autonomía dentro de sus funciones, pero sin que tal característica los convierta en entes
autárquicos que desconocen o hasta contravienen lo que la misma Carta les impone. El Consejo
Nacional de la Magistratura, como cualquier órgano del Estado, tiene límites en sus funciones, pues
resulta indiscutible que éstas no dejan en ningún momento de sujetarse a los lineamientos
establecidos en la norma fundamental. Por consiguiente, sus resoluciones tienen validez
constitucional en tanto las mismas no contravengan el conjunto de valores, principios y derechos
fundamentales de la persona contenidos en la Constitución, lo que supone, a contrario sensu, que
si ellas son ejercidas de forma tal que desvirtúan el cuadro de principios y valores materiales o los
derechos fundamentales que aquella reconoce, no existe ni puede existir ninguna razón que invalide
444
o deslegitime el control constitucional señalado a favor de este Tribunal en los artículos 201° y 202°
de nuestro texto fundamental.
4. Con respecto a la primera cuestión, cabe señalar lo siguiente: De autos se desprende que si
bien es cierto que el CNM dio por concluido el procedimiento disciplinario seguido contra el
recurrente por no haber sido ratificado en su cargo (fojas 10), también lo es que fue el propio
recurrente quien mediante recurso de reconsideración de 16 de setiembre de 2003 (fojas 74), solicitó
al CNM se pronuncie sobre el fondo del asunto y lo absuelva de los cargos imputados. De ahí que
mediante Resolución Nº 766-2003-CNM, de 10 de noviembre de 2003 (fojas 7), el CNM dispuso
reabrir el proceso disciplinario seguido en su contra y derivarlo a la Comisión de Procesos
Disciplinarios.
5. En efecto, mediante Acuerdo del Pleno del Consejo Nacional de la Magistratura Nº 183-2004,
de 26 de febrero de 2004 (fojas 5), se resuelve aplicar la sanción de destitución al recurrente, por
los fundamentos contenidos en el Informe Nº 037-2004-CPPD-CNM, de 23 de febrero de 2004 (fojas
159), emitido por la Comisión Permanente de Procesos Disciplinarios. Dicho acuerdo, a su vez, se
expresó en la Resolución N° 020-2004-PCNM, de 22 de marzo de 2004 (fojas 3), mediante la cual el
demandante fue hallado responsable de haber intervenido en el trámite irregular de los incidentes
A, B y D de la instrucción 003-2001 seguida contra don Vladimiro Montesinos Torres y otros. En
consecuencia, se resolvió su destitución y se dispuso la cancelación de su título y de todo otro
nombramiento que se le hubiera otorgado.
6. Puede apreciarse, pues, que el CNM decidió no ratificar al demandante y, a la vez, dispo-ner
el archivo del proceso disciplinario que se le seguía en la medida en que, al no haber sido ratificado,
carecía de objeto la prosecución de dicho proceso. Sin embargo, a solicitud del propio actor, el CNM
reabrió el proceso disciplinario, el que concluyó con la destitución del actor y la cancelación del
título o nombramiento que se le había otorgado. A juicio del demandante, ello constituye una
afectación del principio de prohibición de la reforma peyorativa (reformatio in peius), al haber sido
puesto en una situación jurídica más desfavorable que en la que se encontraba al momento de
impugnar la decisión del CNM.
7. Al respecto, en la STC 1803-2004-AA/TC, FJ 26 se ha señalado que
(...) la garantía constitucional de la prohibición de reforma peyorativa o reformatio in peius debe
entenderse como una garantía que proyecta sus efectos también en el procedimiento administrativo
sancionador y, en general, en todo procedimiento donde el Estado ejercite su poder de sanción y
haya establecido un sistema de recursos para su impugnación.
8. Este principio ha sido recogido también en el artículo 237.3 de la Ley del Procedimiento
Administrativo General, el cual establece que «[c]uando el infractor sancionado recurra o impugne
la resolución adoptada, la resolución de los recursos que interponga no podrá determinar la
imposición de sanciones más graves para el sancionado» (énfasis agregado). A juicio del Tribunal
Constitucional, en el presente caso, no se vulnera dicho principio en la medida en que, previamente
a la destitución del demandante, no existía otra sanción impuesta por el CNM.
9. Por el contrario, sí había una decisión de no ratificación, la cual, según jurisprudencia
uniforme de este Colegiado (STC 2217-2004-AA/TC, FJ 5), no constituye una sanción disciplinaria.
Y es que la sanción, por su propia naturaleza, comprende la afectación de un derecho o interés
derivado de la comisión de una conducta disvaliosa para el ordenamiento jurídico. La no ratificación
constituye un voto de no confianza sobre la manera como se ha ejercido el cargo durante 7 años.
En consecuencia, este extremo de la demanda debe ser desestimado.
10. En relación con la excepción de prescripción, el demandante solicita que, en todo caso, este
Colegiado la declare fundada (fojas 179). Al respecto, se aprecia de autos, por un lado, que el actor,
con fecha 7 de abril de 2003 (fojas 68), 14 de noviembre de 2003 (fojas 87), 2 de abril de 2004 (fojas
99), 13 de abril de 2004 (fojas 124) y 16 de abril de 2004 (fojas 128), solicitó que se declare fundada
la excepción de prescripción. De otro lado, se advierte que el CNM no se ha pronunciado sobre la
445
excepción propuesta, en reiteradas oportunidades, por el demandante, lo que vulnera el derecho al
debido procedimiento. En consecuencia, este extremo de la demanda debe ser estimado,
disponiéndose que el CNM resuelva la excepción de prescripción planteada.
Sobre las relaciones Tribunal Constitucional – Consejo Nacional de la Magistratura
11. A lo largo de los últimos años, no han sido pocas las causas que han sido resueltas por este
Colegiado en las que el Consejo Nacional de la Magistratura ha sido parte emplazada, bien sean
aquellas referidas a los procesos de ratificación de jueces y fiscales o, bien sean aquellas en las que
magistrados de todos los niveles cuestionan las sanciones de destitución de las que habían sido
objeto.
12. En ese sentido, y en la medida de lo resuelto en la presente causa, el Tribunal Constitucional
estima oportuno referirse a la función constitucional del Consejo Nacional de la Magistratura, en
particular, a la de imponer sanciones, a fin de que, por un lado, lo decidido pueda ser entendido en
su exacta dimensión, y por otro, se delimiten claramente las relaciones entre dicho órgano
constitucional y este Colegiado.
El control constitucional de las resoluciones del Consejo Nacional de la Magistratura
13. En principio, es conveniente establecer que, si bien es cierto, es profusa la jurispru-dencia
de este Tribunal Constitucional sobre el particular, sin embargo, y atendiendo a los fines que se
persiguen y que han sido expuestos meridianamente supra, resulta pertinente ratificar lo ya dicho,
en aras de precisar con absoluta claridad porque ello es permitido, aún cuando el artículo 142º de
la propia Constitución dispone que no son revisables en sede judicial las resoluciones del Consejo
Nacional de la Magistratura en materia de evaluación y ratificación de jueces.
14. Para quienes se apegan a una lectura aislada del artículo 142º de la Constitución el asunto
no merece discusión : cada vez que se pretenda revisar una resolución del Consejo Nacional de la
Magistratura ello resultará improcedente.
15. Sin embargo, también podría recurrirse a una lectura aislada del artículo 200.2º de la
Constitución, que dispone la procedencia de la acción de amparo contra el hecho u omisión, por
parte de cualquier autoridad, funcionario o persona que vulnera o amenaza los derechos
reconocidos por la Constitución.
16. La lectura aislada y unilateral de estas disposiciones constitucionales pueden llevar,
equivocadamente, a concluir la existencia de una contradicción en la Constitución, toda vez que,
por un lado, se prohíbe revisar en sede judicial las resoluciones del Consejo Nacional de la
Magistratura; y, por otro, se habilita el proceso de amparo para cuestionar las decisiones de
cualquier autoridad. Es por ello que nunca ha sido ni será válido interpretar las disposiciones
constitucionales de manera aislada, pues la Constitución es una unidad y toda aparente tensión
entre sus disposiciones debe resolverse atendiendo a los principios de interpretación constitucional.
17. La interpretación de la Norma Fundamental debe efectuarse apelando a determinados
principios constitucionales. En primer lugar, al principio de unidad de la Constitución, según el
cual la interpretación de la Constitución debe estar orientada a considerarla como un «todo»
armónico y sistemático, a partir del cual se organiza el sistema jurídico en su conjunto.
18. En segundo lugar, al principio de concordancia práctica, conforme al cual la aparente
tensión entre las propias disposiciones constitucionales debe ser resuelta optimizando su
interpretación, es decir, sin sacrificar ninguno de los valores, derechos o principios
constitucionales, y teniendo presente que, en última instancia, todo precepto constitucional,
incluso aquellos pertenecientes a la denominada «Constitución orgánica», se encuentran
reconducidos a la protección de los derechos fundamentales, como manifes-taciones del principio-
derecho de dignidad humana, cuya defensa y respeto es el fin supremo de la sociedad y el Estado
(artículo 1º de la Constitución).
446
19. En tercer lugar, al principio de corrección funcional, el cual exige al Tribunal y al juez
constitucional que, al realizar su labor de interpretación, no desvirtúen las funciones y
competencias que el Constituyente ha asignado a cada uno de los órganos constitucionales, de
modo tal que el equilibrio inherente al Estado constitucional y democrático, como presupuesto del
respeto de los derechos fundamentales, se encuentre plenamente garantizado.
20. En cuarto lugar, al principio de función integradora, de acuerdo con el cual el «producto»
de la interpretación sólo podrá ser considerado como válido en la medida que contribuya a integrar,
pacificar y ordenar las relaciones de los poderes públicos entre sí y las de estos con la sociedad. Y,
finalmente, apelando al principio de fuerza normativa de la Constitución, que está orientado a
relevar y respetar la naturaleza de la Constitución como norma jurídica, vinculante para todos los
poderes públicos y privados in toto y no sólo parcialmente.
21. De ahí que este Tribunal haya establecido en el Fundamento Nº 1b) de la sentencia recaída
en el Expediente Nº 2409-2002-AA/TC que
«(...) cuando el artículo 142° de la Constitución establece que no son revisables en sede judicial
las resoluciones del Consejo Nacional de la Magistratura en materia de evaluación y ratificación de
Jueces, limitación que no alcanza al Tribunal Constitucional por las razones antes mencionadas,
el presupuesto de validez de dicha afirmación se sustenta en que las consabidas funciones que le
han sido conferidas a dicho organismo sean ejercidas dentro de los límites y alcances que la
Constitución le otorga, y no a otros distintos, que puedan convertirlo en un ente que opera fuera o
al margen de la misma norma que le sirve de sustento. En el fondo, no se trata de otra cosa sino de
la misma teoría de los llamados poderes constituidos, que son aquellos que operan con plena
autonomía dentro de sus funciones, pero sin que tal característica los convierta en entes
autárquicos que desconocen o hasta contravienen lo que la misma Carta les impone. El Consejo
Nacional de la Magistratura, como cualquier órgano del Estado, tiene límites en sus funciones, pues
resulta indiscutible que éstas no dejan en ningún momento de sujetarse a los lineamientos
establecidos en la norma fundamental. Por consiguiente, sus resoluciones tienen validez
constitucional en tanto las mismas no contravengan el conjunto de valores, principios y derechos
fundamentales de la persona contenidos en la Constitución, lo que supone, acontrario sensu, que
si ellas son ejercidas de una forma tal que desvirtúan el cuadro de principios y valores materiales
o los derechos fundamentales que aquella reconoce, no existe ni puede existir ninguna razón que
invalide o deslegitime el control constitucional señalado a favor de este Tribunal en los artículos
201° y 202° de nuestro Texto Fundamental».
22. De otro lado, cuando el artículo 5.7º del Código Procesal Constitucional prescribe que no
proceden los procesos constitucionales cuando se cuestionen las resoluciones definitivas del
Consejo Nacional de la Magistratura en materia de destitución y ratificación de jueces y fiscales,
siempre que dichas resoluciones hayan sido motivadas y dictadas con previa audiencia del
interesado, no ha hecho más que compatibilizar dicho artículo con la interpretación que ha
realizado este Tribunal del artículo 142º de la Constitución.
23. Es por tales razones que el Tribunal Constitucional ha entendido (Expediente Nº 3361-
2004-AA/TC, Fundamento Nº 2) que ello es así siempre que se cumplan irrestrictamente ambos
presupuestos: motivación y audiencia previa del interesado; de lo contrario, este Colegiado podrá
asumir competencia para determinar la legitimidad constitucional de las resoluciones del Consejo
Nacional de la Magistratura. Siendo ello así, debe quedar claramente establecido que el Tribunal
Constitucional, en tanto supremo intérprete y guardián de la supremacía jurídica de la Constitución
y de los derechos fundamentales, no sólo puede, sino que tiene el deber de someter a control
constitucional las resoluciones del Consejo Nacional de la Magistratura que eventualmente puedan
resultar vulneratorias de los derechos fundamentales de las personas.
La atribución constitucional del Consejo Nacional de la Magistratura de imponer
sanciones
447
24. Entre las distintas funciones constitucionales que la Constitución le ha atribuido al Consejo
Nacional de la Magistratura, destaca aquella referida a su facultad de imponer sanciones prevista
en el artículo 154.3º, que prescribe su atribución de aplicar la sanción de destitución a los vocales
de la Corte Suprema y Fiscales Supremos, y a solicitud de la Corte Suprema o de la Junta de
Fiscales Supremos, respectivamente, a los jueces y fiscales de todas las instancias. La resolución
final motivada, y con previa audiencia del interesado, es inimpugnable.
25. Esta facultad constitucional se complementa con aquellas otras funciones que desempeña
un órgano constitucional como el Consejo Nacional de la Magistratura dentro de nuestro
ordenamiento constitucional; es decir, con la de nombrar, previo concurso público de méritos y
evaluación personal, a los jueces y fiscales de todos los niveles (artículo 154.1º de la Constitución),
con la de ratificar, cada siete años, a los jueces y fiscales de todos los niveles (artículo 154.2º de la
Constitución), y con la de otorgar el título oficial que acredita a los jueces y fiscales como tales
(artículo 154.4º de la Constitución).
26. El ejercicio de estas funciones constitucionales ha de hacerse dentro del marco jurídico
establecido por la Constitución, la que, en tanto norma jurídico-política, diseña no sólo las
facultades de los órganos constitucionales, sino también los límites a su ejercicio. Y esos límites,
principalmente, vienen determinados por el principio jurídico de supremacía constitucional –con lo
que todo ello implica– y por el respeto de los derechos fundamentales. La irrestricta observancia de
uno y otro convierte el ejercicio de las funciones del Consejo Nacional de la Magistratura en
constitucionalmente legítimas; caso contrario, se colisiona el ordenamiento jurídico y se vulneran
los derechos de las personas, lo que en un estado constitucional y democrático no puede ser
aceptado.
27. La exigencia de observar estos límites es aún más intensa si de lo que se trata es de ejercer
funciones en el ámbito de la imposición de sanciones. En estos casos, los derechos fundamentales
se erigen no sólo como facultades subjetivas e instituciones objeti-vas valorativas, sino también
como auténticos límites a la facultad sancionadora de un órgano constitucional. Sólo de esta
manera la sanción impuesta incidirá legítimamente en los derechos fundamentales de las personas,
pues estos, cuando se trata de imponer sanciones, son, a su vez, garantía y parámetro de
legitimidad constitucional de la sanción a imponer.
28. A juicio del Tribunal Constitucional, en el artículo 154.3º de la Constitución subyace tanto
la habilitación al Consejo Nacional de la Magistratura para imponer sanciones, como el límite para
tal facultad. En el primer caso, dicho órgano constitucional está facultado para aplicar la sanción
de destitución a los vocales de la Corte Suprema y Fiscales Supremos; y, a solicitud de la Corte
Suprema o de la Junta de Fiscales Supremos, respectivamente, puede sancionar a los jueces y
fiscales de todas las instancias. En el segundo, la Constitución exige que la sanción debe ser
impuesta, por un lado, a través de una resolución final debidamente motivada; y, por otro, con
previa audiencia del interesado. Sólo en el supuesto de que la sanción haya observado estas dos
exigencias constitucionales puede ser considerada legítima
29. En lo que toca a la facultad sancionadora del Consejo Nacional de la Magistratura, es la
propia Constitución –y no por decisión de este Tribunal– la que establece que la resolución que
impone la sanción debe estar debidamente motivada. Al respecto, este Colegiado ha establecido en
uniforme jurisprudencia que la debida motivación de las resoluciones mediante las que se imponen
sanciones no constituye sólo una exigencia formal de las resoluciones judiciales, sino que se
extiende a todas aquellas resoluciones –al margen de si son judiciales o no– que tienen por objeto
el pronunciamiento sobre los derechos fundamentales, más aún en el ejercicio de una función; es
imperativo, entonces, que las resoluciones sancionatorias contengan de una motivación adecuada
a Derecho, como una manifestación del principio de tutela jurisdiccional e interdicción de la
arbitrariedad.
30. Así, la exigencia constitucional de motivación de las resoluciones sancionatorias del Consejo
Nacional de la Magistratura se cumple cuando dicho órgano fundamenta cumplidamente su
448
decisión de imponer una sanción, lo cual excluye aquellos argumentos subjetivos o que carecen de
una relación directa e inmediata con la materia que es objeto de resolución y con la imposición de
la sanción misma. En cuanto al segundo presupuesto de legitimidad constitucional, esto es, la
previa audiencia del interesado, constituye también una manifestación del derecho a un debido
proceso.
31. Consecuentemente, las resoluciones del Consejo Nacional de la Magistratura en materia de
destitución podrán ser revisadas en sede judicial, en interpretación, contrariu sensu, del artículo
154.3º de la Constitución, cuando sean expedidas sin una debida motivación, y sin previa audiencia
al interesado.
Consideraciones Finales
32. Los artículos 142º y 150º de la Constitución instituyen al Consejo Nacional de la
Magistratura como el órgano constitucional encargado de la selección, nombramiento, ratificación
y destitución de los jueces y fiscales.
33. Por su parte, el Tribunal Constitucional es un órgano constituido sometido a la Consti-
tución y a su ley orgánica. En su función de máximo intérprete constitucional (artículo 201º de la
Constitución y artículo 1º de su Ley Orgánica), tiene el deber de integrar todas las normas
constitucionales, y otorgar así seguridad jurídica y unidad normativa al Derecho Constitucional,
garantizando el respeto a los derechos fundamentales y la primacía normativa de la Constitución
(artículo II del Título Preliminar del Código Procesal Constitucional).
34. Ante la eventual afectación de los derechos fundamentales de la persona, cuya defensa
constituye el fin supremo de la sociedad y del Estado (artículo 1º de la Constitución), el artículo
200.2 de la Norma Fundamental ha instituido el proceso de amparo orientado a la defensa de los
derechos fundamentales, cuyo conocimiento, en última y definitiva instancia corresponde a este
Tribunal Constitucional, según lo manda el numeral 202.2, y a la que, por imperio de la
Constitución, no renuncia.
35. Ello no supone atentar contra las competencias que la Constitución, en el artículo 154º, le
ha otorgado al Consejo Nacional de la Magistratura, sino tan sólo ejercer las competencias que la
Constitución otorga a este Colegiado en materia constitucional. No se trata pues de una
superposición de funciones, sino de delimitar clara y correctamente las competencias que la
Constitución ha conferido a cada uno de los órganos constitu-cionales (principio de corrección
funcional).
36. El Tribunal Constitucional entiende legítimo que el Consejo Nacional de la Magistratura
defienda las competencias que consideran necesarias para el mejor desempeño de sus funciones
en tanto su calidad de órgano constitucional y, en ese sentido, es respetuoso de dicha condición y
de las atribuciones que la Norma Fundamental le otorga, las cuales no sólo reconoce, sino que tiene
el deber de garantizar.
37. Por último, y aunque no por ello menos importante, el Tribunal Constitucional estima
oportuno precisar que, al conocer las demandas de amparo en las que el Consejo Nacional de la
Magistratura ha sido parte emplazada, este Colegiado, en ningún caso, ha ordenado la
reincorporación de magistrados. En efecto, conforme lo manda el artículo 1º del Código Procesal
Constitucional, la finalidad de los procesos constitucionales es reponer las cosas al estado anterior
a la violación o amenaza de violación de un derecho constitucional. En tal sentido, ante la eventual
afectación del derecho al debido proceso –sólo en los casos de ausencia de una resolución final
debidamente motivada y/o dictada sin previa audiencia al interesado, conforme a los límites
previstos por el artículo 154.3 de la Constitución– corresponderá que este Tribunal module los
efectos de su sentencia, disponiendo que el proceso de ratificación o disciplinario, según sea el caso,
vuelva al estado en que se encontraba antes de la vulneración, de conformidad con el artículo 1º
del Código Procesal Constitucional. Así ha sucedido, por ejemplo, en la sentencia recaída en el
449
Expediente Nº 5156-2006-PA/TC, como en todas aquellas causas en las que se sometió a los
magistrados a los procesos de ratificación sin que previamente se les conceda la entrevista personal.
Por estos fundamentos, el Tribunal Constitucional, con la autoridad que le confiere la
Constitución Política del Perú
HA RESUELTO:
1. Declarar INFUNDADA la demanda en el extremo relativo a la presunta vulneración del principio
de interdicción de la reforma peyorativa (reformatio in peius).
2. Declarar FUNDADA la demanda en el extremo del derecho al debido procedimiento; en
consecuencia, dispone que el Consejo Nacional de la Magistratura se pronuncie sobre la
excepción de prescripción propuesta por el demandante.
3. DECLARAR que, de conformidad con los artículos 150º y 154º de la Constitución, el Consejo
Nacional de la Magistratura constituye el único órgano competente para nombrar, previo
concurso público de méritos y evaluación personal, a los jueces y fiscales de todos los niveles;
ratificar, cada siete años, a los jueces y fiscales de todos los niveles; aplicar la sanción de
destitución a los Vocales de la Corte Suprema y Fiscales Supremos y, a solicitud de la Corte
Suprema o de la Junta de Fiscales Supremos, respectivamente, a los jueces y fiscales de todas
las instancias; y, extender a los jueces y fiscales el título oficial que los acredita como tales, sin
perjuicio de las demás atribuciones que su Ley Orgánica le reconoce.
Publíquese y notifíquese.
SS.
GONZALES OJEDA; ALVA ORLANDINI; BARDELLI LARTIRIGOYEN; LANDA ARROYO; MESÍA RAMÍREZ.
[VOTO SINGULAR]
EXP. Nº 05976-2006-PA/TC-LIMA
Emito el presente voto discrepando de lo sostenido por el magistrado ponente por las siguientes
razones:
1. Viene a conocimiento de este Supremo Tribunal Constitucional el recurso de agravio
constitucional interpuesto por don Carlos Alberto Alarcón del Portal contra la sentencia emitida
por la Segunda Sala Civil de la Corte Superior de Justicia de Lima, de fojas 1647, su fecha 13
de octubre de 2005 que declara infundada la demanda de amparo de autos.
2. El recurrente interpone demanda contra el Consejo Nacional de la Magistratura (CNM)
argumentando vulneración a sus derechos constitucionales al debido proceso, a la defensa, a
la igualdad ante la ley, a la cosa juzgada, a la petición y a obtener una respuesta escrita y
debidamente motivada en consecuencia se declare la nulidad del Acuerdo Nº 183-2004 de fecha
26 de febrero de 2004, de la Resolución Nº 020-2004-PCNM del 22 de marzo de 2004 y de todas
las resoluciones emitidas con posterioridad a la Resolución Nº 065-2003-PCNM del 9 de
septiembre de 2003 que dio por concluido el procedimiento disciplinario seguido en su contra.
3. En la propuesta que viene a mi Despacho se dice reafirmando la jurisprudencia de este Tribunal
que las resoluciones del CNM son revisables en tanto que el Consejo demandado como todo
órgano del Estado tiene límites en sus funciones ya que sus resoluciones tendrán validez
constitucional cuando no contravengan el conjunto de valores, principios y derechos
fundamentales de la persona contenidos en la Constitución, a lo que debemos añadir que el
CNM es un órgano constitucional administrativo cuyas sanciones de destitución de jueces y
fiscales de todo grado, alcanzan la categoría de inimpugnables (artículo 154º numeral 3 de la
Carta Magna) a condición de ser debidamente motivadas y dictadas después de haber dado
450
audiencia al interesado. De lo dicho resulta evidente que le corresponde al Tribunal
Constitucional guardián de la constitucionalidad, revisar cuando así lo exija el afectado si en el
caso concreto el CNM ha satisfecho tales condiciones que a no dudarlo constituyen derechos
fundamentales de la persona humana.
4. El recurrente manifiesta que el emplazado al haber decidido su destitución y la cancelación del
título o nombramiento que se le había otorgado ha afectado el principio de la reforma peyorativa
(reformatio in peius) al haber sido puesto en una situación jurídica más desfavorable que en la
que se encontraba al momento de impugnar una primera decisión del CNM. Coincidimos con
lo referido en la ponencia que viene a nuestro conocimiento toda vez que previamente a la
destitución del recurrente no existía contra éste otra sanción impuesta por el CNM, esto en la
lógica que la no ratificación no constituye una sanción disciplinaria sino un voto de confianza
sobre la manera como se ha ejercido el cargo durante 7 años.
5. En el presente caso el peticionante manifiesta que el CNM no se ha pronunciado sobre una
excepción de prescripción deducida por él, razón por la que solicita que el Tribunal
Constitucional la declare fundada. Al respecto creemos que efectivamente se evidencia de autos
a fojas 68, 87, 99, 124 y 128 una afectación al derecho fundamental al debido proceso ya que
el CNM no se ha pronunciado sobre la excepción materia de reclamo pese a que el demandante
se lo ha solicitado en reiteradas ocasiones. Por ello creemos que corresponde a este máximo
Tribunal declarar Fundada la demanda en el extremo de vulneración al debido procedimiento
y en consecuencia declarar nulo el Acuerdo Nº 183-2004 de fecha 26 de febrero de 2004, nulas
las Resoluciones Nº 020-2004-PCNM del 22 de marzo de 2004 y todas las emitidas con
posterioridad a la Resolución Nº 065-2003-PCNM del 9 de septiembre de 2003, que dio por
concluido el procedimiento disciplinario seguido en su contra, ordenando al CNM emitir nuevo
pronunciamiento teniendo en cuenta la excepción deducida.
6. Siendo oportuno reiteramos lo sostenido en nuestro fundamento de voto emitido en el Exp Nº
5156-2006-PA caso Vicente Rodolfo Walde Jáuregui en el que referimos que: Ante una decisión
contraria a la que este Tribunal ha resuelto en el presente caso « (...) no hay justificación para
que declarada la nulidad se restrinja la vuelta del juez Supremo a su puesto de trabajo (...)» .
Esto en la lógica que el proceso constitucional de amparo tiene como finalidad el reponer las
cosas al estado anterior a la afectación del derecho funda-mental invocado.
7. La situación descrita no se presenta con el Jurado Nacional de Elecciones (JNE) que también
es un órgano autónomo del Estado y que tiene funciones jurisdiccionales en materia electoral
que lo hacen particular, las que están reconocidas por la Constitución Política del Estado -arts.
142º y 181º- y que convierten a este organismo constitucional autónomo en Tribunal
jurisdiccional especializado para la solución de los conflictos suscitados en temática electoral
de su incumbencia.
8. Aún cuando la Ley N° 28642 vino a precisar que cuando el Jurado Nacional de Elecciones actúa
como Tribunal Electoral en «materia electoral» sus decisiones no son revisables, modificando
así el artículo 5º inciso 8) de la Ley 28237 Código Procesal Constitucional, y pese a que ha sido
declarada inconstitucional y expulsada del sistema jurídico, las precisiones que trajo la
disposición mencionada no eran en nuestra consideración indis-pensables por cuanto resulta
evidente que el legislador constituyente de 1993, a través del artículo 142º de la Ley
fundamental, prohibió la revisión de las decisiones del Supremo Tribunal Electoral «en materia
electoral». Así lo suscribimos en nuestro voto evacuado en el Exp N° 3720-2006-PA caso Castillo
Chirinos para distinguir mi posición apoyada en la Constitución y no en la ley que
posteriormente fue declarada inconstitucional, oportunidad también en la que señalamos que
la «materia electoral» no se limita al «proceso electoral» que en su configuración resulta
expresión restrictiva.
9. Por estas razones consideramos que la presente demanda es Infundada en lo relacionado a la
vulneración del principio de prohibición de reforma peyorativa (reformatio in peius) pero
Fundada respecto a la violación del derecho a un debido procedimiento. En conse-cuencia debe
451
declararse nulo el Acuerdo Nº 183-2004, de fecha 26 de febrero de 2004, nulas las Resoluciones
Nº 020-2004-PCNM del 22 de marzo de 2004 y todas las emitidas con posterioridad a la
Resolución Nº 065-2003-PCNM del 9 de septiembre de 2003 que dio por concluido el
procedimiento disciplinario seguido en su contra, ordenándose al CNM emitir nuevo
pronunciamiento teniendo en cuenta la excepción deducida.
452
2.17. DECLARAN FUNDADA LA ACCIÓN DE AMPARO AL HABERSE ACREDITADO QUE SE VULNERÓ EL
DERECHO CONSTITUCIONAL AL TRABAJO, A LA DEFENSA Y AL DEBIDO PROCESO DE LOS
DEMANDANTES
EXP. N° 134-98-AA/TC-LIMA.
En Lima, a los once días del mes de noviembre de mil novecientos noventa y ocho, reunido el
Tribunal Constitucional, en sesión de Pleno Jurisdiccional, con asistencia de los señores
Magistrados: Acosta Sánchez, Presidente; Díaz Valverde, Vicepresidente; Nugent; y García Marcelo,
pronuncia sentencia:
ASUNTO:
Recurso Extraordinario interpuesto por doña Marisol Lidia Coronel Céspedes y otros contra la
resolución de la Sala Corporativa Transitoria de la Corte Superior de Justicia de Lima, de fojas
cuatrocientos setenta y dos, su fecha trece de noviembre de mil novecientos noventa y siete, que
revocando la apelada declaró improcedente la demanda de Acción de Amparo interpuesta contra la
Municipalidad Metropolitana de Lima.
ANTECEDENTES:
Doña Marisol Lidia Coronel Céspedes y don José Roberto Juárez Rivas, con fecha doce de
febrero de mil novecientos noventa y siete, interponen Acción de Amparo contra la Municipalidad
Metropolitana de Lima, representada por su Alcalde don Alberto Manuel Andrade Carmona, a fin
de que se declaren inaplicables las Resoluciones de Alcaldía N°s 1013, 1079 de fecha trece de mayo
de mil novecientos noventa y seis, que los destituyen después de un proceso administrativo llevado
a cabo, según manifiestan, sin observar el procedimiento establecido por el Reglamento de la Ley
de la Carrera Administrativa, aprobado por Decreto Supremo N° 005-90-PCM y solicitan se les
reponga en sus labores habituales, así como el pago de sus remuneraciones y demás beneficios
dejados de percibir.
Sostienen los demandantes que dentro del plazo establecido en el Decreto Ley N° 25593
interpusieron Recurso de Apelación contra la Resolución de Alcaldía N° 575, publicada en el Diario
Oficial El Peruano el seis de abril de mil novecientos noventa y seis, que declara ilegal la huelga
convocada por el Sindicato de Trabajadores Municipales de Lima SITRAMUN-Lima, recurso que no
fue resuelto, por lo que dicha resolución no quedó consentida. Sin embargo, se les abrió proceso
administrativo sin que emita pronunciamiento la Comisión de Procesos Administrativos de lo cual
no fueron notificados, y que, asimismo, no aparecen los informes finales de esta comisión. Que con
fecha siete de junio de mil novecientos noventa y seis, interpusieron recurso impugnativo contra la
destitución con fechas quince de agosto y dos de setiembre del mismo año se emiten las
Resoluciones de Alcaldía N°s 2709 y 2901 que declaran inadmisibles dichos recursos; que, además,
no fueron notificados los miembros representantes de los trabajadores para asistir a las reuniones
de la mencionada comisión, habiéndose vulnerado, en consecuencia, sus derechos al debido
proceso, al trabajo, a la huelga y sindicalización, a la presunción de inocencia, a las garantías de la
administración de justicia.
453
Admitida la demanda, ésta es contestada por don Natale Amprimo Plá, apoderado judicial de la
Municipalidad Metropolitana de Lima, quien la niega y contradice y propone la excepción de falta
de agotamiento de la vía administrativa. Manifiesta que los demandantes incurrieron en
inasistencias injustificadas, falta de carácter disciplinario tipificada en el inciso k) del Artículo 28°
del Decreto Legislativo N° 276.
A fojas doscientos siete, con fecha veinticuatro de marzo de mil novecientos noventa y siete, el
Juez del Tercer Juzgado Especializado en Derecho Público de Lima expide resolución declarando
improcedente la demanda por considerar que desde la fecha en que los demandantes tomaron
conocimiento de la resolución de alcaldía que declara su cese hasta la fecha de interposición de la
demanda, ha transcurrido en exceso el plazo establecido en el Artículo 37° de la Ley de Hábeas
Corpus y Amparo.
A fojas cuatrocientos setenta y dos, con fecha trece de noviembre de mil novecientos noventa y
siete, la Sala Corporativa Transitoria Especializada en Derecho Público de la Corte Superior de
Justicia de Lima declaró fundada la excepción de falta de agotamiento de la vía administrativa e
improcedente la demanda. Contra esta resolución, los demandantes interponen Recurso
Extraordinario.
FUNDAMENTOS:
1. Que, respecto a la excepción de falta de agotamiento de la vía administrativa propuesta por
la demandada, ésta sostiene que dicha vía queda agotada con la resolución expedida en segunda
instancia, que en este caso lo constituye el Tribunal de la Administración Pública. Al respecto cabe
destacar que la demandada estableció en el Artículo 13.1 inciso a) del Reglamento Normativo de
Procesos Disciplinarios aprobado por Resolución N° 645 del veintisiete de mayo de mil novecientos
noventa y cuatro, que obra a fojas ciento quince (vuelta), que la vía administrativa quedaba agotada
con la Resolución de Alcaldía que sanciona o exime de responsabilidad al trabajador; así mismo, el
Tribunal de la Administración Pública no entró en funciones. Se observa, entonces, que los
argumentos de la demandada, al proponer la excepción en el presente proceso, son a todas luces
incongruentes con la disposición que ella misma ha dictado en su propio reglamento, en
cumplimiento del cual, y teniendo en cuenta la oportunidad en que fue tramitado el referido recurso,
es de considerar que los demandantes sí agotaron la vía administrativa. Además, para efectos del
cómputo del plazo de caducidad, debe tenerse en cuenta que éste se inicia en la fecha que fueron
notificados los demandantes con las Resoluciones de Alcaldía N°s 2709 y 2901 que resolvieron sus
recursos de reconsideración contra la resolución que los destituyó, notificación que se efectuó,
señalan los demandantes, el veinticinco de noviembre de mil novecientos noventa y seis, lo que no
ha sido desvirtuado por la demandada a lo largo del proceso; habiéndose presentado la demanda el
doce de febrero de mil novecientos noventa y siete, la Acción de Amparo estaba habilitada.
2. Que, aparece de autos que en los procesos administrativos instaurados a los demandantes
no se pronunció la Comisión de Procesos Administrativos, justificando la demandada este hecho en
su escrito de fojas doscientos cuarenta, según el cual, mediante la Resolución de Alcaldía N° 222
del seis de marzo de mil novecientos noventa y seis, el Alcalde se facultó para abrir procesos
administrativos directamente y sin intervención de la referida Comisión, lo que contraviene lo
dispuesto en los Artículos 152° y 166° del Reglamento de la Ley de la Carrera Administrativa al
omitir un trámite indispensable para un adecuado ejercicio del derecho de defensa de los
demandantes al eliminar la etapa de investigación y evaluación que tiene que hacer la Comisión a
fin de establecer si la falta disciplinaria puede o no ser causal de cese o destitución y, en
consecuencia, pronunciarse sobre si cabe o no abrir el proceso administrativo. Asimismo, se ha
contravenido lo dispuesto en el Artículo 38° de la Ley de Normas Generales de Procedimientos
Administrativos, el cual establece que los actos administrativos se producirán por el órgano
competente mediante los procedimientos que estuvieren establecidos. También debe destacarse que
es durante todo el desarrollo del proceso que los demandantes están facultados para ejercer su
derecho de defensa y no solamente en una parte del mismo; el derecho de defensa no puede ser
454
interpretado como un ritualismo formal de descargo, sino como la posibilidad de que el procesado
pueda gozar de todos los medios de defensa que a su derecho convenga y que la ley le reconoce, no
pudiendo concebirse que en unos casos ellos sean recortados y en otros no, pues con ello se
quebrantaría el derecho a la igualdad ante la ley.
3. Que, a fojas ciento cincuenta, aparece el Informe N° 017-96-CPPAE-MLM, de fecha nueve de
mayo de mil novecientos noventa y seis, que recomienda la destitución de los demandantes por las
faltas atribuidas al instaurárseles los procesos administrativos tales como inasistencia a su centro
de trabajo desde el veintinueve de marzo de mil novecientos noventa y seis, haber cometido actos
de indisciplina, de violencia, negligencia, el impedimento del funcionamiento de servicios, la
reiterada resistencia al cumplimiento de las órdenes de sus superiores, faltas disciplinarias
previstas en los incisos a), b), c), d), e) y k) del Artículo 28° del Decreto Legislativo N° 276. Sin
embargo, se aprecia que el referido informe contiene un relato cronológico de las disposiciones
emitidas por la municipalidad demandada respecto a la declaración de improcedencia de la huelga,
destacándose el hecho de que se dispuso que los servidores que se plegaran a ésta estarían incursos
en falta grave, omitiéndose en cambio referir que la resolución que declaró ilegal la huelga no quedó
consentida. Asimismo cabe destacar que no existe en dicho informe el análisis y evaluación de los
descargos de los demandantes ni los resultados de la investigación que debió realizar dicha
comisión para identificar con certeza a los autores de actos de indisciplina y violencia que se
atribuyen en forma general. Tampoco se hace referencias a los informes internos que debió solicitar
dicha comisión para identificar y determinar el período de las ausencias injustificadas de los
procesados, procedimiento éste que está previsto en el Artículo 170° del Reglamento de la Ley de la
Carrera Administrativa aprobado por el Decreto Supremo 005-90-PCM, cuya observancia no se ha
respetado.
4. Que, asimismo, las resoluciones de alcaldía mencionadas, a través de las cuales se destituye
a los demandantes y cuya inaplicación solicitan, carece de motivación y fundamentación relativa a
las pruebas que acreditan los cargos imputados, requisito esencial previsto en el Artículo 139°
inciso 5) de la Constitución Política del Estado, que obliga a cumplir tales presupuestos y que es de
aplicación en el procedimiento administrativo, exigido además por el Artículo 39° de la Ley de
Normas Generales de Procedimientos Administrativos cuyo Texto Único Ordenado fue aprobado por
Decreto Supremo 002-94-JUS.
5. Que, en consecuencia, se han vulnerado los derechos constitucionales al trabajo, a la defensa
y al debido proceso administrativo de los demandantes.
Por estos fundamentos, el Tribunal Constitucional, en uso de las atribuciones que le confieren
la Constitución política del Estado y su Ley Orgánica;
FALLA:
REVOCANDO la resolución expedida por la Sala Corporativa Transitoria Especializada en
Derecho Público de la Corte Superior de Lima, de fojas cuatrocientos setenta y dos, su fecha trece
de noviembre de mil novecientos noventa y siete, que declaró fundada la excepción de falta de
agotamiento de la vía administrativa e improcedente la demanda, reformándola declara infundada
la excepción propuesta y FUNDADA la demanda; en consecuencia inaplicable a los demandantes
doña Marisol Lidia Coronel Céspedes y don José Roberto Juárez Rivas las Resoluciones de Alcaldía
N°s 1013 y 1079 de fecha trece de mayo de mil novecientos noventa y seis, debiendo la
Municipalidad Metropolitana de Lima reponerles en los cargos que ocupaban u otros de igual nivel,
sin reintegro de haberes dejados de percibir; dispone la notificación a las partes, su publicación en
el Diario Oficial El Peruano y la devolución de los actuados.
SS.
ACOSTA SANCHEZ; NUGENT; DIAZ VALVERDE; GARCIA MARCELO.
455
2.18. DECLARAN FUNDADA LA DEMANDA AL HABERSE VIOLADO EL PRINCIPIO DE
PROPORCIONALIDAD COMO ATRIBUTO DEL ESTADO SOCIAL Y DEMOCRÁTICO DE DERECHO,
RECONOCIDO POR EL ARTÍCULO 200° DE LA CONSTITUCIÓN
EXP. Nº 3567-2005-AA/TC-HUAURA
En Lima, a los 16 días del mes de noviembre de 2005, la sala segunda del Tribunal
Constitucional, integrada por los magistrados Gonzales Ojeda, García Toma y Vergara Gotelli,
pronuncia la siguiente sentencia.
ASUNTO:
El recurso de agravio constitucional interpuesto por don Hugo Demetrio Celino Perales contra
la sentencia de la Sala Civil de la Corte Superior de Justicia de Huaura, de fojas 108, su fecha 30
de marzo de 2005, que declaró infundada la demanda de amparo de autos.
ANTECEDENTES:
El recurrente, con fecha 13 de setiembre de 2004, interpone demanda de amparo contra el
alcalde Provincial de Barranca, quien ha expedido las Resoluciones de Alcaldía Nº 0370-2004-
AL/MPB y Nº 027-2004-AL/MPB, de fecha 5 de abril de 2004 y 12 de enero de 2004,
respectivamente, solicitando que sean declaradas nulas y sin efecto legal, dado que constituyen
actos administrativos que violan sus derechos constitucionales a la libertad de trabajo, el debido
proceso y la tutela jurisdiccional; de Defensa; a la Pluralidad de Instancias en el Proceso
Administrativo Disciplinario, Derecho a la Presunción de Inocencia, y de Petición ante la Autoridad
Competente.
La Municipalidad demandada manifiesta que el recurrente ha cometido faltas de carácter
administrativo disciplinario cuando se desempeñó como Subgerente de Tesorería, hecho que fue
detectado mediante los informes de arqueo realizados por el Subgerente de Contabilidad, según
Informes Nos 124-03-SGC y 22-2003-GM-MPB, donde se le imputa la utilización de fondos
municipales, así como adulteración de vales y descuentos indebidos.
El Juzgado Mixto de Barranca, con fecha 29 de octubre de 2004, declaró infundada la demanda
por considerar que el demandante incurrió en faltas de carácter disciplinario previstas en el artículo
28°, incisos a), b), d), y f) de la Ley de Bases de Carrera Administrativa, D. Leg. 276.
La recurrida confirma la sentencia impugnada, declarándola infundada porque por carecer de
estación probatoria el proceso constitucional, no se puede demostrar si el proceso disciplinario es
fraudulento y contrario a la Constitución y a las leyes, conforme lo alega el demandante.
FUNDAMENTOS:
1. Que el demandante solicita que se declaren inaplicables las resoluciones de alcaldía Nos.
027-2004-AL/MPB y 0370-2004-AL/MPB, mediante las cuales se le impone la sanción disciplinaria
456
de destitución y se declara improcedente su recurso de apelación, y que, por consiguiente, se le
reponga en su puesto de trabajo.
2. En el presente caso, la Resolución Nº 0027-2004-AL/MPB, que establece la máxima sanción
posible en vía administrativa, es decir, la destitución del recurrente, tiene como respaldo legal el
artículo 28°, incisos a), b), d) y f) del Decreto Legislativo Nº 276, que establece que: «(...) son faltas
de carácter disciplinario que, según su gravedad, pueden ser sancionadas con cese temporal o con
destitución, previo proceso administrativo: a) El incumplimiento de las normas establecidas en la
presente ley y su reglamento, b) La reiterada resistencia al cumplimiento de las órdenes de sus
superiores; d) La negligencia en el desempeño de sus funciones; y f) La utilización o disposición de
los bienes de la entidad en beneficio propio o de terceros».
3. Este colegiado ha considerado, en la STC 2192-2004-AA/TC, que los incisos a) y d) del ar-
tículo 28° del Decreto Legislativo 276, disposiciones invocadas en la resolución que establece la
destitución de su puesto de trabajo del recurrente, son «(...) cláusulas de remisión que requieren,
de parte de la administración municipal, el desarrollo de reglamentos que permitan delimitar el
ámbito de actuación de la potestad sancionadora debido al grado de indeterminación e imprecisión
de las mismas; consecuentemente, la sanción impuesta sustentada en estas disposiciones genéricas
es inconstitucional, por vulnerar el principio consagrado en el artículo 2°, inciso 24, literal d), de la
Constitución (...)».
4. Además, la emplazada debió observar que el Decreto Legislativo Nº 276, en su artículo 27°,
que establece que «(...) los grados de sanción corresponden a la magnitud de las faltas, según su
menor o mayor gravedad (...) debiendo contemplarse en cada caso, no sólo la naturaleza de la
infracción, sino también los antecedentes del servidor (...)». Esto implica un claro mandato a la
administración municipal para que, en el momento de establecer una sanción administrativa, no
se limite a realizar un razonamiento mecánico de aplicación de normas, sino que, además, efectúe
una apreciación razonable de los hechos en relación con quien los hubiese cometido; es decir, que
no se trata sólo de contemplar los hechos en abstracto, sino «en cada caso» y tomando en cuenta
«los antecedentes del servidor».
5. Así mismo se debe tener en cuenta el Principio de Proporcionalidad, configurado en nuestra
Constitución en sus artículos 3°, 43° y 200° último párrafo, por lo que este colegiado ha invocado
este principio en más de una ocasión para establecer la legitimidad de los fines de actuación del
legislador. El Principio de Proporcionalidad está estructurado por tres subprincipios: de necesidad,
de adecuación y de proporcionalidad en sentido estricto. Esto supone que cuando el Tribunal se
enfrenta a un caso donde existe conflicto entre dos principios constitucionales, deberá realizar no
sólo un ejercicio argumentativo enjuiciando las disposiciones constitucionales en conflicto
(ponderación), sino que también deberá evaluar todas las posibilidades fácticas (necesidad y
adecuación), a efectos de determinar si, efectivamente, en el plano de los hechos, no existía otra
posibilidad menos lesiva para los derechos en juego que la decisión adopta. A partir de eso, este
Tribunal, en la STC 2192-2004-AA/TC, indica las pautas a seguir para tomar una decisión
razonable que, en estos casos, supone cuando menos:
a) La elección adecuada de las normas aplicables al caso y su correcta interpretación, tomando
en cuenta no sólo una ley particular, sino el ordenamiento jurídico en su conjunto.
b) La comprensión objetiva y razonable de los hechos que rodean al caso, que implica no sólo una
contemplación en «abstracto» de los hechos, sino su observación en directa relación con sus
protagonistas, pues sólo así un «hecho» resultará menos o más tolerable, confrontándolo con
los «antecedentes del servidor», como ordena la ley en este caso.
c) Una vez establecida la necesidad de la medida de sanción, porque así lo ordena la ley
correctamente interpretada en relación a los hechos del caso que han sido conocidos y valorados
en su integridad, entonces el tercer elemento a tener en cuenta es que la medida adoptada sea
la idónea y de menor afectación posible a los derechos de los implicados en el caso.
457
6. Si bien en la resolución impugnada se establece que el demandante incurrió en negligencia
de funciones, la Comisión Permanente de Procesos Administrativos Disciplinarios, en mayoría, vota
por el «CESE TEMPORAL SIN GOCE DE REMUNERACIONES POR UN PERIODO DE TRES MESES»,
conforme al artículo 155º inc. c), del Decreto Supremo 005-90-PCM, y el presidente de la Comisión,
en voto singular, solicita que se le aplique al procesado la sanción de «DESTITUCIÓN». Ante estos
hechos, el alcalde impone la sanción máxima de destitución, resultando cuestionable que en un
proceso administrativo donde la Comisión recomendó una sanción menor, el alcalde imponga la
sanción máxima de destitución, omitiendo ponderar la denuncia del robo que sufrió el procesado a
lo que no se da la importancia debida; la falta de declaración del Cajero de la municipalidad que
estuvo el día del robo; la solicitud de personal de seguridad para el traslado de dinero y valores, y
el récord de trabajo del servidor. Por lo expuesto, no se aprecia en autos que los criterios antes
señalados hayan sido tomados en cuenta por la municipalidad emplazada para determinar la
sanción a imponerse. En este sentido, resulta cuestionable que en un proceso administrativo que
tiene como consecuencia la sanción máxima de destitución se omita la valoración de toda prueba o
elemento que coadyuve a la determinación certera de la responsabilidad del procesado, cuando ésta
representa la única garantía de justicia y proporcionalidad entre la supuesta falta cometida y la
sanción a imponerse.
7. Por lo precedentemente expuesto, este Colegiado considera que en el presente caso se ha
violado el principio de proporcionalidad como atributo del Estado Social y Democrático de Derecho,
reconocido explícitamente por el artículo 200° de la Constitución.
Por estos fundamentos, el Tribunal Constitucional, con la autoridad que le confiere la
Constitución Política del Perú.
HA RESUELTO:
1. Declarar FUNDADA la demanda de amparo.
2. Declarar nulas y sin efecto legal las resoluciones de alcaldía N°s. 0370-2004-AL/MPB y 027-
2004-AL/MPB, de fecha 5 de abril de 2004 y 12 de enero de 2004, respectivamente, ordenando
la reposición del recurrente en su puesto de trabajo.
Publíquese y notifíquese.
SS.
GONZALES OJEDA/ GARCÍA TOMA/VERGARA GOTELLI.
458
2.19. DECLARA INFUNDADA LA DEMANDA AL HABERSE ACREDITADO QUE LA SANCIÓN DE
DESTITUCIÓN PROVIENE DE UN PROCESO REGULAR IMPUESTA POR AUTORIDAD EN EJERCICIO
DE SU FUNCIÓN
TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
EXP. N° 4449-2004-AA/TC-PUNO
En Azángaro, a los 31 días del mes de marzo de 2005, la Sala Primera del Tribunal
Constitucional, integrada por los señores magistrados Alva Orlandini, BardelliLartirigoyen y Landa
Arroyo, pronuncia la siguiente sentencia
ASUNTO:
Recurso extraordinario interpuesto por don Fidel Cuba Pérez contra la sentencia de la Sala Civil
Descentralizada de San Román de la Corte Superior de Puno, de fojas 347, su fecha 7 de octubre
de 2004, que declara improcedente la demanda de autos.
ANTECEDENTES:
Con fecha 7 de abril de 2004, el recurrente interpone demanda de amparo contra la
Municipalidad Provincial de Azángaro, solicitando que se declare inaplicable el artículo 1° de la
Resolución de Alcaldía N° 382-03/A-MPA/P, de fecha 22 de octubre de 2003, que le impone la
sanción de destitución; y que, en consecuencia, se ordene su reposición en su puesto de trabajo.
Refiere que luego de haber sido despedido por la emplazada, interpuso una demanda de amparo, la
cual fue declarada fundada con fecha 15 de enero de 2004, ordenándose su reincorporación laboral,
pero que antes de que pudiera hacerse efectivo dicho mandato, se le instauró proceso administrativo
disciplinario con fecha 9 de setiembre de 2003, el cual, de acuerdo con el artículo 173° del Decreto
Supremo N° 005-90-PCM, ha prescrito, razón por la cual considera que se han vulnerado sus
derechos constitucionales a la libertad de trabajo, a la protección contra el despido arbitrario y al
debido proceso.
La emplazada opone las excepciones de caducidad y de falta de agotamiento de la vía
administrativa, y contesta la demanda alegando que en el proceso administrativo disciplinario
instaurado al demandante se respetaron las garantías del debido proceso, pues se le notificó la
resolución mediante la cual se le instauró proceso administrativo disciplinario, habiendo
presentado sus descargos, y, en consecuencia, ejercido su derecho de defensa.
El Juzgado Mixto de Azángaro, con fecha 4 de mayo de 2004, declara infundadas las excep-
ciones opuestas y fundada la demanda, por estar acreditado en autos que la imposición de sanción
de destitución vulneró los derechos al trabajo y al debido proceso invocados.
La recurrida, revocando la apelada, declara improcedente la demanda estimando que los hechos
que sustentan la demanda debían ser analizados en una estación probatoria, de la cual carece el
proceso de amparo.
FUNDAMENTOS:
459
1. La demanda tiene por objeto que se declare inaplicable la Resolución de Alcaldía N° 382-
03/A-MPA/P, de fecha 22 de octubre de 2003, mediante la cual se le impuso al demandante la
sanción de destitución. El recurrente alega que esta resolución vulnera su derecho al debido
proceso, puesto que se le instauró proceso administrativo disciplinario después de que había
prescrito la acción, infringiéndose con ello el artículo 173° del Decreto Supremo N° 005-90-PCM, y
que se han vulnerado sus derechos constitucionales a la libertad de trabajo y a la protección contra
el despido arbitrario, porque ya había sido repuesto cuando se le notificó la resolución mencionada.
2. La aplicación de una sanción administrativa constituye la manifestación del ejercicio de la
potestad sancionatoria de la Administración. No obstante, como toda potestad, en el contexto de
un Estado de Derecho (artículo 3º, Constitución Política), está condicionada, en cuanto a su propia
validez, al respeto de la Constitución, de los principios constitucionales y, en particular, a la
observancia de los derechos fundamentales. Al respecto, debe resaltarse la vinculatoriedad de la
Administración al irrestricto respeto del derecho al debido proceso en la prosecución de
procedimientos administrativos disciplinarios y, en consecuencia, de los derechos fundamentales
procesales y de los principios constitucionales (v.gr. legalidad, razonabilidad, proporcionalidad,
interdicción de la arbitrariedad) que lo conforman.
3. Sobre el particular, debemos indicar que si bien el demandante fue repuesto en mérito de
una sentencia judicial por causas distintas a las del presente proceso, ello no impide que pueda ser
sometido a un proceso administrativo disciplinario, ya que de conformidad con el artículo 174° del
Reglamento de la Ley de Bases de la Carrera Administrativa, aprobado por el Decreto Supremo N°
005-90-PCM, el servidor cesante puede ser sometido a proceso administrativo por las faltas de
carácter disciplinario que hubiese cometido en el ejercicio de sus funciones y, por tanto, se le puede
imponer cualquiera de las sanciones previstas en el artículo 26° del Decreto Legislativo N° 276 y
155° del Decreto Supremo N° 005-90 PCM.
4. De otro lado, este Colegiado considera que no existe prescripción en cuanto a la fecha de
instauración del proceso administrativo disciplinario contra el demandante, porque, si bien el
artículo 173° del Decreto Supremo N° 005-90-PCM establece que el referido proceso debe iniciarse
dentro de un plazo no mayor de un año, contado desde el momento en que la autoridad competente
tenga conocimiento de la comisión de la falta disciplinaria, este debe contabilizarse desde que se
haya determinado la falta cometida e identificado al presunto responsable de la misma, por lo que,
en el caso de autos, tal plazo debe computarse desde que el Alcalde de la Municipalidad Provincial
de Azángaro tomó conocimiento del Informe N° 162-2002-CG/ORAR; vale decir, antes de que
venciera el plazo de prescripción de la acción. Por lo tanto, no se encuentra acreditado que con la
resolución cuestionada se haya violado el derecho constitucional invocado.
5. Por último, debe señalarse que de la revisión de autos se acredita que la resolución que
impone la sanción al demandante ha sido expedida dentro de un proceso regular y por la autoridad
competente en el ejercicio de sus funciones; siendo así, no se han vulnerado los derechos
constitucionales invocados.
Por estos fundamentos, el Tribunal Constitucional, con la autoridad que le confiere la
Constitución Política del Perú
HA RESUELTO:
Declarar INFUNDADA la demanda.
Publíquese y notifíquese.
SS.
ALVA ORLANDINI/ BARDELLI LARTIRIGOYEN/ LANDA ARROYO.
460
2.20. DECLARAN INFUNDADA LA DEMANDA AL HABERSE ACREDITADO QUE LA DESTITUCIÓN FUE
EFECTUADA DESPUÉS DE UN PROCESO REGULAR
EXP. : Nº 0929-2005-PA/TC-LAMBAYEQUE
DEMANDADO : PABLO LLONTOP ZEÑA
SENTENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
En Lambayeque, a los 2 días del mes de marzo de 2005, la Sala Primera del Tribunal Cons-
titucional, integrada por los magistrados Alva Orlandini, Vergara Gotelli y Landa Arroyo, pronuncia
la siguiente sentencia
ASUNTO:
Recurso extraordinario interpuesto por don Pablo Llontop Zeña contra la sentencia de la
Segunda Sala Civil de la Corte Superior de Justicia de Lambayeque, de fojas 108, su fecha 6 de
diciembre de 2004, que declara improcedente la demanda de amparo de autos.
ANTECEDENTES:
Con fecha 16 de enero de 2004, el recurrente interpone demanda de amparo contra la
Municipalidad Distrital de Mórrope, solicitando que se declare inaplicable la Resolución N° 020-
2004-MDM-A, de fecha 6 de enero de 2004, que le impone la sanción de destitución y que, en
consecuencia, se ordene su reincorporación a la plaza administrativa que venía ocupando, alegando
que dicho acto vulnera su derecho constitucional a la libertad de traba-jo. Manifiesta que se le
impuso la sanción de destitución después de que transcurriera el plazo previsto en el artículo 163°
del Decreto Supremo N° 005-90-PCM, y que al ser sancionada fuera del plazo de 30 días
improrrogables, resulta nula e ilegal la resolución que dispone su destitución.
La emplazada contesta la demanda alegando que en el proceso administrativo disciplinario
instaurado al demandante se respetaron las garantías del debido proceso, pues se le notifico la
resolución mediante la cual se le instauró proceso administrativo disciplinario, éste presentó sus
descargos y ejerció su derecho de defensa; agregando que el proceso administrativo se llevó a cabo
durante el plazo a que se refiere el artículo 163° del Decreto Supremo N° 005-90-PCM.
El Primer Juzgado Especializado Mixto de Lambayeque, con fecha 4 de junio de 2004, declaró
fundada la demanda, por considerar que la sanción de destitución impuesta pretende enervar la
decisión judicial emitida en otro proceso de amparo, que ordena la reposición del trabajador en su
centro de trabajo.
La recurrida, revocando la apelada, declaró improcedente la demanda por estimar que el
cuestionamiento del proceso administrativo disciplinario que se le instauró al demandante requiere
de la actuación de medios probatorios.
FUNDAMENTOS:
1. El demandante alega que la vulneración de su derecho constitucional a la libertad de trabajo
se habría producido con la sanción disciplinaria de destitución que le fue impuesta mediante la
Resolución N° 020-2004-MDM-A, de fecha 6 de enero de 2004, pues considera que esta resolución,
461
al haber sido expedida después de 30 días de haberse iniciado el referido proceso, contraviene lo
dispuesto por el artículo 163° del Decreto Supremo N° 005-90-PCM.
2. Si bien el demandante fue repuesto en mérito de una sentencia judicial por causas distintas
a las del presente proceso, ello no impide que pueda ser sometido a un proceso administrativo
disciplinario, ya que de conformidad con el artículo 174° del Reglamento de la Ley de Bases de la
Carrera Administrativa, aprobado por el Decreto Supremo N° 005-90 PCM, el servidor cesante
puede ser sometido a proceso administrativo por las faltas de carácter disciplinario que hubiese
cometido en el ejercicio de sus funciones y, en consecuencia, se le puede imponer cualquiera de las
sanciones previstas en el artículo 26° del Decreto Legislativo N° 276, y en el artículo 155° del Decreto
Supremo N° 005-90 PCM.
3. De otro lado, debe tenerse presente que la aplicación de una sanción administrativa
constituye la manifestación del ejercicio de la potestad sancionatoria de la Administración; no
obstante, en el contexto de un Estado de Derecho (artículo 3º, Constitución Política), como toda
potestad, su validez está condicionada al respeto de la Constitución, de los principios
constitucionales y, en particular, a la observancia de los derechos fundamentales.
Debe resaltarse que el irrestricto respeto del derecho al debido proceso tiene carácter vinculante
para la Administración en la prosecución de procedimientos administrativos disciplinarios y, en
consecuencia, también de los derechos fundamentales procesales y de los principios
constitucionales (v.g. legalidad, razonabilidad, proporcionalidad, interdicción de la arbitrariedad)
que lo conforman.
4. De acuerdo con el artículo 163° del Decreto Supremo N° 005-90-PCM, el servidor público que
incurra en falta de carácter disciplinaria, cuya gravedad pudiera ser causal de cese temporal o
destitución, será sometido a proceso administrativo disciplinario que no excederá de treinta (30)
días hábiles improrrogables. El incumplimiento del plazo señalado configura falta de carácter
disciplinario, prevista en los incisos a) y d) del artículo 28° del Decreto Legislativo N° 276, pero no
invalida el proceso administrativo.
5. De la revisión de autos aparece que se encuentra acreditado que la sanción de destitución
cuestionada por la demandante proviene de un proceso regular y que ha sido impuesta por
autoridad competente en ejercicio de su función; en consecuencia, no se han vulnerado los derechos
constitucionales invocados.
Por estos fundamentos, el Tribunal Constitucional, con la autoridad que le confiere la
Constitución Política del Perú
HA RESUELTO:
Declarar INFUNDADA la demanda de amparo.
Publíquese y notifíquese.
SS.
ALVA ORLANDINI/VERGARA GOTELLI/LANDA ARROYO.
462
2.21. DECLARAN FUNDADA LA DEMANDA AL HABERSE VIOLADO EL PRINCIPIO DE
PROPORCIONALIDAD
ASUNTO:
El recurso de agravio constitucional interpuesto por don Hugo Demetrio Celino Perales contra
la sentencia de la Sala Civil de la Corte Superior de Justicia de Huaura, de fojas 108, su fecha 30
de marzo de 2005, que declaró infundada la demanda de amparo de autos.
ANTECEDENTES:
El recurrente, con fecha 13 de setiembre de 2004, interpone demanda de amparo contra el
alcalde Provincial de Barranca, quien ha expedido las Resoluciones de Alcaldía N° 0370-2004-
AL/MPB y N° 027-2004-AL/MPB, de fecha 5 de abril de 2004 y 12 de enero de 2004,
respectivamente, solicitando que sean declaradas nulas y sin efecto legal, dado que constituyen
actos administrativos que violan sus derechos constitucionales a la libertad de trabajo, el debido
proceso y la tutela jurisdiccional; de Defensa; a la Pluralidad de Instancias en el Proceso
Administrativo Disciplinario, Derecho a la Presunción de Inocencia, y de Petición ante la Autoridad
Competente.
La Municipalidad demandada manifiesta que el recurrente ha cometido faltas de carácter
administrativo disciplinario cuando se desempeñó como Subgerente de Tesorería, hecho que fue
detectado mediante los informes de arqueo realizados por el Subgerente de Contabilidad, según
Informes Nos 124-03-SGC y 22-2003-GM-MPB, donde se le imputa la utilización de fondos
municipales, así como adulteración de vales y descuentos indebidos.
El Juzgado Mixto de Barranca, con fecha 29 de octubre de 2004, declaró infundada la demanda
por considerar que el demandante incurrió en faltas de carácter disciplinario previstas en el artículo
28°, incisos a), b), d), y f) de la Ley de Bases de Carrera Administrativa, Decreto Legislativo 276.
La recurrida confirma la sentencia impugnada, declarándola infundada porque por carecer de
estación probatoria el proceso constitucional, no se puede demostrar si el proceso disciplinario es
fraudulento y contrario a la constitución y a las leyes, conforme lo alega el demandante.
FUNDAMENTOS:
1. Que el demandante solicita que se declaren inaplicables las resoluciones de alcaldía Nos.
027-2004-AL/MPB y 0370-2004-AL/MPB, mediante las cuales se le impone la sanción disciplinaria
de destitución y se declara improcedente su recurso de apelación, y que, por consiguiente, se le
reponga en su puesto de trabajo.
463
2. En el presente caso, la Resolución N° 0027-2004-AL/MPB, que establece la máxima san-ción
posible en vía administrativa, es decir, la destitución del recurrente, tiene como respaldo legal el
artículo 28°, incisos a), b), d) y f) del Decreto Legislativo N° 276, que establece que: «(...) son faltas
de carácter disciplinario que, según su gravedad, pueden ser sancionadas con cese temporal o con
destitución, previo proceso administrativo: a) El incumplimiento de las normas establecidas en la
presente ley y su reglamento, b) La reiterada resistencia al cumplimiento de las órdenes de sus
superiores; d) La negligencia en el desempeño de sus funciones; y f) La utilización o disposición de
los bienes de la entidad en beneficio propio o de terceros».
3. Este colegiado ha considerado, en la STC 2192-2004-AA/TC, que los incisos a) y d) del
artículo 28° del Decreto Legislativo 276, disposiciones invocadas en la resolución que establece la
destitución de su puesto de trabajo del recurrente, son «(...) cláusulas de remisión que requieren,
de parte de la administración municipal, el desarrollo de reglamentos que permitan delimitar el
ámbito de actuación de la potestad sancionadora debido al grado de indeterminación e imprecisión
de las mismas; consecuentemente, la sanción impuesta sustentada en estas disposiciones genéricas
es inconstitucional, por vulnerar el principio consagrado en el artículo 2°, inciso 24, literal d), de la
Constitución (...)».
4. Además, la emplazada debió observar que el Decreto Legislativo N° 276, en su artículo 27°,
que establece que «(...) los grados de sanción corresponden a la magnitud de las faltas, según su
menor o mayor gravedad (...) debiendo contemplarse en cada caso, no sólo la naturaleza de la
infracción, sino también los antecedentes del servidor (...)». Esto implica un claro mandato a la
administración municipal para que, en el momento de establecer una sanción administrativa, no
se limite a realizar un razonamiento mecánico de aplicación de normas, sino que, además, efectúe
una apreciación razonable de los hechos en relación con quien los hubiese cometido; es decir, que
no se trata sólo de contemplar los hechos en abstracto, sino «en cada caso» y tomando en cuenta
«los antecedentes del servidor».
5. Así mismo se debe tener en cuenta el Principio de Proporcionalidad, configurado en nues-tra
Constitución en sus artículos 3°, 43° y 200° último párrafo, por lo que este colegiado ha invocado
este principio en más de una ocasión para establecer la legitimidad de los fines de actuación del
legislador. El Principio de Proporcionalidad está estructurado por tres subprincipios: de necesidad,
de adecuación y de proporcionalidad en sentido estricto. Esto supone que cuando el Tribunal se
enfrenta a un caso donde existe conflicto entre dos principios constitucionales, deberá realizar no
sólo un ejercicio argumentativo enjuiciando las disposiciones constitucionales en conflicto
(ponderación), sino que también deberá evaluar todas las posibilidades fácticas (necesidad y
adecuación), a efectos de determinar si, efectivamente, en el plano de los hechos, no existía otra
posibilidad menos lesiva para los derechos en juego que la decisión adopta. A partir de eso, este
Tribunal, en la STC 2192-2004-AA/TC, indica las pautas a seguir para tomar una decisión
razonable que, en estos casos, supone cuando menos:
a) La elección adecuada de las normas aplicables al caso y su correcta interpretación, tomando
en cuenta no sólo una ley particular, sino el ordenamiento jurídico en su conjunto.
b) La comprensión objetiva y razonable de los hechos que rodean al caso, que implica no sólo una
contemplación en «abstracto» de los hechos, sino su observación en directa relación con sus
protagonistas, pues sólo así un «hecho» resultará menos o más tolerable, confrontándolo con
los «antecedentes del servidor», como ordena la ley en este caso.
c) Una vez establecida la necesidad de la medida de sanción, porque así lo ordena la ley
correctamente interpretada en relación a lo hechos del caso que han sido conocidos y valorados
en su integridad, entonces el tercer elemento a tener en cuentea es que la medida adoptada sea
la idónea y de menor afectación posible a los derechos de los implicados en el caso.
6. Si bien en la resolución impugnada se establece que el demandante incurrió en negligen-cia
de funciones, la Comisión Permanente de Procesos Administrativos Disciplinarios, en mayoría, vota
por el «CESE TEMPORAL SIN GOCE DE REMUNERACIONES POR UN PERIODO DE TRES MESES»,
464
conforme al artículo 155º inc. c), del Decreto Supremo 005-90-PCM, y el presidente de la Comisión,
en voto singular, solicita que se le aplique al procesado la sanción de «DESTITUCIÓN». Ante estos
hechos, el alcalde impone la sanción máxima de destitución, resultando cuestionable que en un
proceso administrativo donde la Comisión recomendó una sanción menor, el alcalde imponga la
sanción máxima de destitución, omitiendo ponderar la denuncia del robo que sufrió el procesado a
lo que no se da la importancia debida; la falta de declaración del Cajero de la municipalidad que
estuvo el día del robo; la solicitud de personal de seguridad para el traslado de dinero y valores, y
el récord de trabajo del servidor. Por lo expuesto, no se aprecia en autos que los criterios antes
señalados hayan sido tomados en cuenta por la municipalidad emplazada para determinar la
sanción a imponerse. En este sentido, resulta cuestionable que en un proceso administrativo que
tiene como consecuencia la sanción máxima de destitución se omita la valoración de toda prueba o
elemento que coadyuve a la determinación certera de la responsabilidad del procesado, cuando ésta
representa la única garantía de justicia y proporcionalidad entre la supuesta falta cometida y la
sanción a imponerse.
7. Por lo precedentemente expuesto, este Colegiado considera que en el presente caso se ha
violado el principio de proporcionalidad como atributo del Estado Social y Democrático de Derecho,
reconocido explícitamente por el artículo 200° de la Constitución.
Por estos fundamentos, el Tribunal Constitucional, con la autoridad que le confiere la
Constitución Política del Perú
HA RESUELTO
1. Declarar FUNDADA la demanda de amparo.
2. Declarar nulas y sin efecto legal las resoluciones de alcaldía N.os 0370-2004-AL/MPB y 027-
2004-AL/MPB, de fecha 5 de abril de 2004 y 12 de enero de 2004, respectivamente, ordenando
la reposición del recurrente en su puesto de trabajo.
Publíquese y notifíquese.
SS.
GONZALES OJEDA/GARCÍA TOMA/VERGARA GOTELLI.
465
2.22. DECLARAN FUNDADA LA DEMANDA AL HABERSE VIOLADO LOS PRINCIPIOS DE LEGALIDAD,
RAZONABILIDAD Y PROPORCIONALIDAD
Tribunal encuentra relevantes desde una perspectiva de los derechos que están en
juego en el presente caso, a saber: a) los efectos del principio de legalidad y, más
precisamente, del principio de taxatividad en el procedimiento administrativo
sancionador; b) los alcances y efectos del deber de motivar el acto administrativo,
sobre todo cuando éste contiene una decisión que restringe o limita un derecho
fundamental; c) las implicancias del principio de razonabilidad en la sanción
impuesta, para determiniar la justicia de la decisión.
En Lima, a los 11 días del mes de octubre de 2004, la Sala Primera del Tribunal Constitucional,
con la asistencia de los magistrados Alva Orlandini, Gonzales Ojeda y García Toma, pronuncia la
siguiente sentencia
ASUNTO:
Recurso extraordinario interpuesto por don Gonzalo Antonio Costa Gómez y doña Martha
Elizabeth Ojeda Dioses contra la resolución de la Sala Especializada en lo Civil de Tumbes, de fojas
122, su fecha 7 de mayo de 2004, que declaró improcedente la acción de amparo de autos.
ANTECEDENTES:
Los recurrentes, con fecha 19 de diciembre de 2003, interponen acción de amparo contra el
alcalde de la Municipalidad Provincial de Tumbes, con el objeto de que se declare sin efecto la
Resolución de Alcaldía N° 1085-2003-ALC-MPT, de fecha 16 de diciembre de 2003, que les impuso
la sanción de destitución de sus puestos de trabajo. Afirman que la Comisión Permanente de
Procesos Administrativos Disciplinarios de la Municipalidad Provincial de Tumbes no cumplió con
realizar una investigación imparcial para determinar su responsabilidad en unas faltas
administrativas que se les imputa, y que, además, ignoró los resultados de las investigaciones
policiales referidas a los mismos hechos y en la cual se descarta su responsabilidad penal.
Manifiestan que con ello, se vulneraron sus derechos cons-titucionales a la igualdad ante la ley, a
la legítima defensa, a la libertad de trabajo y al debido proceso.
La Municipalidad demandada manifiesta que mediante las Resoluciones de Alcaldía Nº 1024-
2003-MPT-ALC y 1025-2003-MPT-ALC, de fecha 24 de noviembre de 2003, se les instauró proceso
administrativo disciplinario a los recurrentes y que, al ser notificados con dichas resoluciones,
presentaron sus descargos, ejerciendo en consecuencia su derecho de defensa. Agrega que la
sanción fue interpuesta como resultado de dicho proceso, en el cual se recomendó sus destituciones
en razón de la gravedad de las faltas cometidas y del daño patrimonial ocasionado a la entidad,
siendo la Resolución de Alcaldía N° 1085-2003-ALC-MPT la que acoge dicha recomendación y
dispone, definitivamente y en última instancia, la culminación de sus respectivos vínculos
laborales.
El Primer Juzgado Especializado en lo Civil de Tumbes, con fecha 15 de marzo de 2004, declaró
fundada la demanda, por considerar que los hechos materia de sanción disciplinaria y la
responsabilidad de los actores no está debidamente probada, por lo que la duda favorece al
466
trabajador, estimando también que la resolución cuestionada no toma en cuenta principios de
razonabilidad y proporcionalidad respecto a la falta cometida.
La recurrida, revocando la apelada, declaró improcedente la demanda, estimando que los
hechos debatidos no pueden ser resueltos en la vía constitucional de amparo, por carecer de etapa
probatoria.
FUNDAMENTOS:
1. El objeto de demanda es que se deje sin efecto la Resolución de Alcaldía Nº 1085-2003-ALC-
MPT, de fecha 16 de diciembre de 2003, por medio de la cual se resuelve destituir a los demandantes
en el ejercicio de sus funciones de técnico de recepción de la Oficina de Rentas y de Cajera,
respectivamente. Los recurrentes manifiestan que dicha resolución viola sus derechos
constitucionales al debido proceso, a la libertad de trabajo, a la dignidad y la igualdad ante la ley,
de defensa, entre otros.
2. Varias son las cuestiones que se detallan en el escrito de demanda y que este Tribunal
encuentra relevantes desde una perspectiva de los derechos que están en juego en el presente caso,
a saber: a) los efectos del principio de legalidad y, más precisamente, del principio de taxatividad
en el procedimiento administrativo sancionador; b) los alcances y efectos del deber de motivar el
acto administrativo, sobre todo cuando éste contiene una decisión que restringe o limita un derecho
fundamental; c) las implicancias del principio de razonabilidad en la sanción impuesta, para
determinar la justicia de la decisión.
Principio de legalidad y subprincipio de taxatividad en el derecho administrativo
sancionador
3. El principio de legalidad constituye una auténtica garantía constitucional de los derechos
fundamentales de los ciudadanos y un criterio rector en el ejercicio del poder punitivo del Estado
Democrático. La Constitución lo consagra en su artículo 2º, inciso 24, literal d), con el siguiente
tenor: «Nadie será procesado ni condenado por acto u omisión que al tiempo de cometerse no esté
previamente calificado en la ley, de manera expresa e inequívoca, como infracción punible; ni
sancionado con pena no prevista en la ley» (subrayado nuestro).
4. Sobre esta base, este Tribunal, en el Expediente N.º 0010-2002-AI/TC, ha establecido que el
principio de legalidad exige no sólo que por ley se establezcan los delitos, sino también que las
conductas prohibidas estén claramente delimitadas por la ley, prohibiéndose tanto la aplicación
por analogía, como también el uso de cláusulas generales e indeterminadas en la tipificación de las
prohibiciones.
A partir de esta consideración del principio de legalidad y sus implicancias en la estructuración
del derecho penal moderno, este Tribunal también ha establecido, en el Expediente N.° 2050-2002-
AA/TC, que: «(...) que los principios de culpabilidad, legalidad, tipicidad, entre otros, constituyen
principios básicos del derecho sancionador, que no sólo se aplican en el ámbito del derecho penal,
sino también en el del derecho administrativo sancionador (…)». (Fundamento Jurídico N.º 8).
5. Este Colegiado también ha establecido que: «(...) no debe identificarse el principio de legalidad
con el principio de tipicidad. El primero, garantizado por el ordinal «d» del inciso 24) del artículo 2°
de la Constitución, se satisface cuando se cumple con la previsión de las infracciones y sanciones
en la ley. El segundo, en cambio, constituye la precisa definición de la conducta que la ley considera
como falta (...)» (Exp. N.º 2050-2002-AA/TC-Fundamento Jurídico N.º 9).
El subprincipio de tipicidad o taxatividad constituye una de las manifestaciones o concreciones
del principio de legalidad respecto de los límites que se imponen al legislador penal o administrativo,
a efectos de que las prohibiciones que definen sanciones, sean éstas penales o administrativas,
estén redactadas con un nivel de precisión suficiente que permita a cualquier ciudadano de
formación básica, comprender sin dificultad lo que se está proscribiendo bajo amenaza de sanción
en una determinada disposición legal.
467
6. En el presente caso, la resolución impugnada que establece la máxima sanción posible en
vía administrativa, es decir, la destitución de los recurrentes, tiene como respaldo legal el artículo
28º, incisos a) y d) del Decreto Legislativo N° 276, que establece que: «(...) son faltas de carácter
disciplinarias que, según su gravedad, pueden ser sancionadas con cese temporal o con destitución,
previo proceso administrativo: a) El incumplimiento de las normas establecidas en la presente ley
y su reglamento; y d) La negligencia en el desempeño de las funciones».
7. Este Tribunal considera que las dos disposiciones invocadas en la resolución que establece
la destitución de sus puestos de trabajo de los recurrentes, son cláusulas de remisión que
requieren, de parte de la administración municipal, el desarrollo de reglamentos normativos que
permitan delimitar el ámbito de actuación de la potestad sancionadora, debido al grado de
indeterminación e imprecisión de las mismas; consecuentemente, la sanción impuesta sustentada
en estas disposiciones genéricas es inconstitucional, por vulnerar el principio consagrado en el
artículo 2,º inciso 24, literal d), de la Constitución, conforme a los criterios desarrollados en los
fundamentos precedentes.
La garantía constitucional de la motivación del acto administrativo sancionador
8. La motivación de las decisiones administrativas no tiene referente constitucional directo. No
obstante, se trata de un principio constitucional implícito en la organización del Estado Democrático
que se define en los artículos 3º y 43º de la Constitución, como un tipo de Estado contrario a la
idea del poder absoluto o arbitrario. En el Estado Constitucional Democrático, el poder público está
sometido al Derecho, lo que supone, entre otras cosas, que la actuación de la Administración deberá
dar cuenta de esta sujeción a fin de despejar cualquier sospecha de arbitrariedad. Para lograr este
objetivo, las decisiones de la Administración deben contener una adecuada motivación, tanto de los
hechos como de la interpretación de las normas o el razonamiento realizado por el funcionario o
colegiado, de ser el caso.
9. Este Tribunal ya ha tenido ocasión de desarrollar un criterio jurisprudencial sobre algunos
de los alcances de la motivación de las decisiones en sede administrativa en el Expediente N.º 090-
2004-AA/TC, al establecer que: «(…) la motivación debe otorgar seguridad jurídica al administrado
y permitir al revisor apreciar la certeza jurídica de la autoridad que decide el procedimiento; para
ello no se debe utilizar las citas legales abiertas, que sólo hacen referencia a normas en conjunto
como reglamentos o leyes, pero sin concretar qué disposición ampara la argumentación o análisis
de la autoridad (…)». (Fundamento Jurídico Nº 31).
10. En esta misma dirección y ya en el plano legal, el artículo 6º, inciso 3º de la Ley N.º 27444,
Ley del Procedimiento Administrativo General, dispone que: «(...) no son admisi-bles como
motivación, la exposición de fórmulas generales o vacías de fundamentación para el caso concreto
o aquellas fórmulas que por su oscuridad, vaguedad, contradicción o insuficiencia no resulten
específicamente esclarecedoras para la motivación del acto». De otro lado, el numeral 1.2) del
artículo IV del Título Preliminar de la citada Ley establece que forma parte del debido procedimiento
administrativo el derecho del admi-nistrado a obtener una decisión motivada y fundada en derecho.
Dicha motivación debe efectuarse en proporción al contenido y conforme al ordenamiento jurídico,
en concordancia con el numeral 4) del artículo 3º de la citada ley.
11. En la precitada Sentencia N.° 090-2004-AA/TC, este Tribunal también ha expresado que:
«(...) el deber de motivar las decisiones administrativas alcanza especial relevancia cuando en las
mismas se contienen sanciones». En la medida que una sanción adminis-trativa supone la
afectación de derechos, su motivación no sólo constituye una obligación legal impuesta a la
Administración, sino también un derecho del administrado, a efectos de que éste pueda hacer valer
los recursos de impugnación que la legislación prevea, cuestionando o respondiendo las
imputaciones que deben aparecer con claridad y precisión en el acto administrativo sancionador.
De otro lado, tratándose de un acto de esta naturaleza, la motivación permite a la Administración
poner en evidencia que su actuación no es arbitraria sino que está sustentada en la aplicación
racional y razonable del derecho y su sistema de fuentes.
468
12. En el caso que nos ocupa, la resolución que impone la sanción de destitución de los re-
currentes es sumamente ambigua, tanto respecto de los hechos que son materia de sanción, como
también de los específicos dispositivos legales que se habrían infringido con dichas conductas. Si
bien la resolución impugnada hace mención al Manual de Organización y Funciones así como a las
«normas de tesorería» que habrían sido infringidas, sin embargo, en la resolución, la única
infracción que se cita de dicho Manual es un inciso g), que establece como función de uno de los
recurrentes «Elaborar el registro de la cobranza diaria de las rentas municipales y elevar los partes
diarios al Jefe de la Oficina». No obstante, conforme se aprecia de la demanda, a fojas 17, así como
de la contestación de la demanda, a fojas 27, que confirma la versión de los recurrentes, la operación
de emisión de un recibo de caja Nº 002528 fue anulada y, por tanto, no pudo aparecer en el reporte
del día, debido a que nunca se efectivizó el pago por el concepto a que se refería.
13. Respecto del procedimiento administrativo instaurado por la Municipalidad de Tumbes a
los recurrentes, a fojas 8 y 9 del expediente se aprecia la mención a las disposiciones que se abrían
infringido para merecer la sanción de destitución, invocándose únicamente los incisos a) y d) del
Decreto Legislativo Nº 276 ya aludido, y amparándose en ello se imputa responsabilidad a los
recurrentes porque en los descargos correspondientes, no aparece «prueba que desvirtúe los cargos
que se les imputan».
Esta es una postura que el Tribunal no comparte. Frente a una sanción carente de motivación,
tanto respecto de los hechos como también de las disposiciones legales que habrían sido infringidas
por los recurrentes, no puede trasladarse toda la carga de la prueba a quien precisamente soporta
la imputación, pues eso significaría que lo que se sanciona no es lo que está probado en el
procedimiento, sino lo que el imputado, en este caso, no ha podido probar como descargo en defensa
de su inocencia. Por ello, al disponerse en este caso que sea el propio investigado
administrativamente quien demuestre su inocencia, se ha quebrantado el principio constitucional
de presunción de inocencia que también rige el procedimiento administrativo sancionador,
sustituyéndolo por una regla de culpabilidad que resulta contraria a la Constitución.
14. Finalmente, respecto de las falencias de motivación del acto administrativo que dispone la
destitución de los recurrentes, debe mencionarse que esta garantía constitucional, si bien es cierto
que no se encuentra abierta como posibilidad para recurrir al amparo cada vez que no se motive
adecuadamente una decisión de la Administración, no lo es menos que, en el presente caso, la sola
mención genérica a disposiciones que no contienen una delimitación clara y precisa de la conducta
denunciada como infracción, involucra la afectación de otros derechos fundamentales, como el
derecho al trabajo y el derecho a un debido proceso administrativo.
El principio de proporcionalidad en el derecho administrativo sancionador
15. El principio de razonabilidad o proporcionalidad es consustancial al Estado Social y
Democrático de Derecho, y está configurado en la Constitución en sus artículos 3º y 43º, y plasmado
expresamente en su artículo 200°, último párrafo. Si bien la doctrina suele hacer distinciones entre
el principio de proporcionalidad y el principio de razonabilidad, como estrategias para resolver
conflictos de principios constitucionales y orientar al juzgador hacia una decisión que no sea
arbitraria sino justa; puede establecerse, prima facie, una similitud entre ambos principios, en la
medida que una decisión que se adopta en el marco de convergencia de dos principios
constitucionales, cuando no respeta el principio de proporcionalidad, no será razonable. En este
sentido, el principio de razonabilidad parece sugerir una valoración respecto del resultado del
razonamiento del juzgador expresado en su decisión, mientras que el procedimiento para llegar a
este resultado sería la aplicación del principio de proporcionalidad con sus tres subprincipios: de
adecuación, de necesidad y de proporcionalidad en sentido estricto o ponderación.
16. El principio de proporcionalidad ha sido invocado en más de una ocasión por este Tribunal,
ya sea para establecer la legitimidad de los fines de actuación del legislador en relación con los
objetivos propuestos por una determinada norma cuya constitucionalidad se impugna (Exp. Nº
0016-2002-AI/TC), ya sea para establecer la idoneidad y necesidad de medidas implementadas por
469
el Poder Ejecutivo a través de un Decreto de Urgencia (Exp. Nº 0008-2003-AI/TC), o también con
ocasión de la restricción de derechos fundamentales en el marco del proceso penal (Exp. N° 0376-
2003-HC/TC). No obstante, este Colegiado no ha tenido ocasión de desarrollar este principio
aplicándolo al control de la potestad sancionadora de la Administración, ámbito donde
precisamente surgió, como control de las potestades discrecionales de la Administración.
17. En efecto, es en el seno de la actuación de la Administración donde el principio de
proporcionalidad cobra especial relevancia, debido a los márgenes de discreción con que
inevitablemente actúa la Administración para atender las demandas de una sociedad en constante
cambio, pero también, debido a la presencia de cláusulas generales e indeterminadas como el
interés general o el bien común, que deben ser compatibilizados con otras cláusulas o principios
igualmente abiertos a la interpretación, como son los derechos fundamentales o la propia dignidad
de las personas. Como bien nos recuerda López González, «En la tensión permanente entre Poder y
Libertad que protagoniza el desenvolvimiento del Derecho Público y por ello también el del Derecho
Administrativo, el Estado de Derecho a través de la consagración que formula el principio de
legalidad y de la garantía y protección de los derechos fundamentales, exige un uso jurídico
proporcionado del poder, a fin de satisfacer los intereses generales con la menos e indispensable
restricción de las libertades».
18. El principio de proporcionalidad, como ya se adelantó, está estructurado por tres
subprincipios: de necesidad, de adecuación y de proporcionalidad en sentido estricto. «De la
máxima de proporcionalidad en sentido estricto se sigue que los principios son mandatos de
optimización con relación a las posibilidades jurídicas. En cambio, las máximas de la necesidad y
de la adecuación se siguen del carácter de los principios como mandatos de optimización con
relación a las posibilidades fácticas». Esto supone que cuando el Tribunal se enfrenta a un caso
donde existe conflicto entre dos principios constitucionales, deberá realizar no sólo un ejercicio
argumentativo enjuiciando las disposiciones constitucionales en conflicto (ponderación), sino
también deberá evaluar también todas las posibilidades fácticas (necesidad, adecuación), a efectos
de determinar si, efectivamente, en el plano de los hechos, no existía otra posibilidad menos lesiva
para los derechos en juego que la decisión adoptada.
19. A partir de estas premisas, pese a que en el presente caso ha quedado ya constatada la
violación de los principios constitucionales de legalidad (taxatividad), debido proceso y la garantía
de la motivación de las resoluciones administrativas, así como el derecho de defensa; resulta
pertinente establecer si la medida de destitución impuesta a los recurrentes era la única que preveía
el ordenamiento jurídico frente a los hechos investígados en el procedimiento administrativo, en el
supuesto de que estos hayan sido correctamente determinados mediante un debido procedimiento
administrativo.
20. En el presente caso debe observarse, además, que el propio Decreto Legislativo N.° 276, en
su artículo 27º, establece que: «(...) los grados de sanción corresponde a la magnitud de las faltas,
según su menor o mayor gravedad (...) debiendo contemplarse en cada caso, no sólo la naturaleza
de la infracción sino también los antecedentes del servidor (...)». Esto implica un claro mandato a
la administración municipal para que, en el momento de establecer una sanción administrativa, no
se limite a realizar un razonamiento mecánico de aplicación de normas, sino que, además, efectúe
una apreciación razonable de los hechos en relación con quien los hubiese cometido; es decir, que
no se trata sólo de contemplar los hechos en abstracto, sino «en cada caso» y tomando en cuenta
«los antecedentes del servidor». Por tanto, una decisión razonable en estos casos supone, cuando
menos:
a) La elección adecuada de las normas aplicables al caso y su correcta interpretación, tomando
en cuenta no sólo una ley particular, sino el ordenamiento jurídico en su conjunto.
b) La comprensión objetiva y razonable de los hechos que rodean al caso, que implica no sólo una
contemplación en «abstracto» de los hechos, sino su observación en directa relación con sus
470
protagonistas, pues sólo así un «hecho» resultará menos o más tolerable, confrontándolo con
los «antecedentes del servidor», como ordena la ley en este caso.
c) Una vez establecida la necesidad de la medida de sanción, porque así lo ordena la ley
correctamente interpretada en relación a los hechos del caso que han sido conocidos y valorados
en su integridad, entonces el tercer elemento a tener en cuenta es que la medida adoptada sea
la más idónea y de menor afectación posible a los derechos de los implicados en el caso.
21. En autos no se aprecia que estos criterios hayan sido tomados en cuenta por la
Municipalidad emplazada. Así a fojas 16, se observa que los demandantes desempeñaron una labor
permanente e ininterrumpida durante 20 y 27 años, respectivamente, sin haber tenido problemas
de carácter disciplinario. De otro lado, no se ha tomado en cuenta la existencia de un proceso penal
en curso seguido por los mismos hechos, en el cual se emitió el atestado policial Nº 55-03-RPNP-
T/DTVAJ-DAMP, de fecha 26 de agosto de 2003, corriente a fojas 51, que concluye en la falta de
responsabilidad de los accionantes. En este sentido, resulta cuestionable que en un proceso
administrativo que tenga como consecuencia la sanción máxima de destitución, se omita la
valoración de toda prueba o elemento que coadyuve a la determinación certera de la responsabilidad
de los procesados, cuando ésta representa la única garantía de justicia y proporcionalidad entre la
supuesta falta cometida y la sanción a imponerse.
22. Por lo precedentemente expuesto, este Colegiado considera que en el presente caso también
se ha violado el principio de proporcionalidad como atributo del Estado Social y Democrático de
Derecho, reconocido explícitamente por el artículo 200° de la Constitución.
Por estos fundamentos, el Tribunal Constitucional, con la autoridad que le confiere la
Constitución Política del Perú.
HA RESUELTO
1. Declarar FUNDADA la presente acción de amparo.
2. Ordenar a la demandada Municipalidad Provincial de Tumbes que cumpla con reponer a los
recurrentes en su puesto de trabajo, dejando a salvo sus derechos que no pueden ser atendidos
en esta vía, para que lo hagan valer en la que corresponda de acuerdo a ley.
SS.
ALVA ORLANDINI/GONZALES OJEDA/GARCÍA TOMA.
471
2.23. DECLARAN FUNDADA LA DEMANDA POR NO HABERSE REALIZADO LA NOTIFICACIÓN PERSONAL
A LA PROCESADA Y NO HABERSE PRECISADO LAS FALTAS DISCIPLINARIAS
EXP. : Nº 2678-2004-AA/TC
LIMA
DEMANDADO : ROSA LUQUE ARQUIÑIGO
SENTENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
En Puerto Maldonado, al 1 día del mes de octubre de 2004, la Sala Primera del Tribunal
Constitucional, con la asistencia de los magistrados Alva Orlandini, Bardelli Lartirigoyen y García
Toma, pronuncia la siguiente sentencia
ASUNTO:
Recurso extraordinario interpuesto por doña Rosa Luque Arquiñigo contra la sentencia de la
Primera Sala Civil de la Corte Superior de Justicia de Lima, de fojas 114, su fecha 10 de marzo de
2004, que declara improcedente la acción de amparo de autos.
ANTECEDENTES:
Con fecha 11 de marzo de 2003, la recurrente interpone acción de amparo contra el Presidente
del Instituto Nacional Penitenciario (INPE), solicitando que se declare inaplicable la Resolución de
la Presidencia del Consejo Nacional Penitenciario N° 455-93-INPE/CNP-P, de fecha 13 de diciembre
de 1993, mediante la cual se le impone la sanción disciplinaria de destitución; y que, en
consecuencia, se ordene su reposición a la plaza administrativa que venía ocupando, y el pago de
las remuneraciones y bonificaciones dejadas de percibir. Alega que se han vulnerado sus derechos
constitucionales al trabajo y al debido proceso. Afirma que la resolución mediante la cual se le
instauró proceso administrativo disciplinario no se le notificó, ni se publicó en el diario oficial El
Peruano, por lo que quedó en estado de indefensión, porque no pudo ejercer su derecho de defensa,
puesto que no tenía conocimiento de las faltas que se le imputaban.
La Procuradora Pública Adjunta a cargo de los asuntos judiciales del Ministerio de Justicia
propone las excepciones de falta de agotamiento de la vía administrativa y de caducidad, y contesta
la demanda manifestando que, mediante la Resolución de la Presidencia del Consejo Nacional
Penitenciario N° 310-93-INPE/CNP-P, de fecha 30 de setiembre de 1993, se le instauró proceso
administrativo disciplinario a la recurrente, por haber inasistido en forma injustificada a su centro
de trabajo por más de tres días consecutivos.
El Decimoctavo Juzgado Civil de Lima, con fecha 16 de junio de 2003, declara fundada la
excepción de caducidad, nulo todo lo actuado y concluido el proceso, por considerar que la actora
presentó la demanda fuera del plazo que señala el artículo 37º de la Ley Nº 23506.
La recurrida, revocando la apelada, declara improcedente la excepción de caducidad, e,
integrándola, declara improcedente la excepción de falta de agotamiento de la vía administrativa e
improcedente la demanda, estimando que los medios de prueba aportados por la demandante
resultaban insuficientes para acreditar la violación de los derechos constitucionales invocados.
472
FUNDAMENTOS:
1. El objeto de la demanda es que se declare inaplicable la Resolución de la Presidencia del
Consejo Nacional Penitenciario N° 455-93-INPE/CNP-P, de fecha 13 de diciembre de 1993,
mediante la cual se le impuso a la demandante la sanción de destitución. La demandante alega que
dicha resolución viola sus derechos constitucionales al debido proceso, de defensa y al trabajo.
2. El inciso 3), artículo 139°, de la Constitución Política establece, como principio de la función
jurisdiccional, la observancia del debido proceso y la tutela jurisdiccional, la cual no solo se limita
a las formalidades propias de un procedimiento judicial, sino que se extiende a los procedimientos
administrativos sancionatorios. En efecto, el debido proceso está concebido como el cumplimiento
de todas las garantías, requisitos y normas de orden público que deben observarse en las instancias
procesales de todos los procedimientos, incluidos los administrativos, a fin de que las personas
estén en condiciones de defender adecuadamente sus derechos ante cualquier acto del Estado que
pueda afectarlos.
3. Como ya se ha precisado en reiterada jurisprudencia, el derecho al debido proceso
comprende, a su vez, un haz de derechos que forman parte de su estándar mínimo: el derecho al
juez natural –jurisdicción predeterminada por la ley–, de defensa, a la pluralidad de instancias, a
los medios de prueba y a un proceso sin dilaciones. En el presente caso, la lesión del debido proceso
debiera implicar que, durante el trámite del proceso administrativo disciplinario, a la demandante
se le hubiese privado, por lo menos, del ejercicio de alguno de los referidos derechos mínimos.
4. El artículo 167° del Decreto Supremo N° 005-90-PCM establece que «el proceso
administrativo disciplinario será instaurado por resolución del titular de la entidad o del funcionario
que tenga la autoridad delegada para tal efecto, debiendo notificarse al servidor procesado en forma
personal o publicarse en el diario oficial El Peruano, dentro del término de setenta y dos (72) horas
contadas a partir del día siguiente de la expedíción de dicha resolución».
5. Es conveniente indicar que la forma como se efectúe la notificación de la resolución de
instauración del proceso administrativo disciplinario, de acuerdo con las previsiones legales, resulta
de especial relevancia ya que debe posibilitar que los servidores procesados conozcan efectivamente
el proceso, se apersonen en él y promuevan el oportuno debate contradictorio. Por ello, y como este
Tribunal lo ha señalado reiteradamente, siempre que sea posible, debe verificarse el emplazamiento
personal de quienes hayan de com-parecer en el proceso como partes, a fin de que puedan defender
sus derechos mediante la oportuna presentación de sus descargos y las pruebas que crean
convenientes en su defensa, para lo cual previamente se debe tomar conocimiento de los
antecedentes que han dado lugar al proceso.
6. En el presente caso, la Resolución de la Presidencia del Consejo Nacional Penitenciario N°
310-93-INPE/CNP-P, de fecha 30 de setiembre de 1993, mediante la cual se le instauró proceso
administrativo disciplinario a la recurrente, no ha sido objeto de notificación personal ni tampoco
ha sido publicada en el diario oficial El Peruano, notificación que, de acuerdo con el artículo 167°
del Decreto Supremo citado, debería ser el medio usual para el conocimiento, por parte del servidor
procesado, de las faltas imputadas que dan origen a la instauración de un proceso administrativo
disciplinario, razón por la cual esta omisión le ha causado a la actora un perjuicio a sus derechos
e intereses, vulnerándose así sus derechos al debido proceso y de defensa.
7. De otro lado, este Colegiado observa que la resolución que impone la sanción de destitución
a la recurrente no precisa los hechos que le son imputados como falta grave, puesto que no se
señala si sus ausencias injustificadas fueron por más de tres días consecutivos o por más de cinco
días no consecutivos en un período de treinta días calendario, o más de quince días no consecutivos
en un período de ciento ochenta días calendario, ni cuales fueron los días de ausencias
injustificadas; razón por la que estas falencias de motivación, al no contener una delimitación clara
y precisa de la conducta denunciada como infracción, involucra la afectación de sus derechos al
trabajo y a un debido proceso administrativo.
473
8. En cuanto al pago de remuneraciones devengadas, teniendo este reclamo naturaleza
indemnizatoria y no resarcitoria o restitutoria, se deja a salvo el derecho de la demandante para
que lo haga valer, en todo caso, en la forma legal que corresponda.
Por estos fundamentos, el Tribunal Constitucional, con la autoridad que le confiere la
Constitución Política del Perú.
HA RESUELTO:
1. Declarar FUNDADA la demanda; en consecuencia, inaplicable la Resolución de la Presidencia
del Consejo Nacional Penitenciario N° 455-93-INPE/CNP-P, de fecha 13 de diciembre de 1993.
2. Ordena que el Instituto Nacional Penitenciario (INPE) reponga a la recurrente en su puesto de
trabajo o en otro similar, dejando a salvo sus derechos para que los haga valer en la vía que
corresponda conforme a ley.
Publíquese y notifíquese.
SS.
ALVA ORLANDINI/BARDELLI LARTIRIGOYEN/GARCÍA TOMA.
474
3. PRINCIPIO DE RAZONABILIDAD
EXP. Nº 1057-2001
RESOLUCIÓN Nº 361
475
de los delitos de desobediencia y contra el Patrimonio -Pérdida de Arma y Municiones de Propiedad
del Estado-;
QUINTO: Que, siendo así, se establece que en el caso del actor, se emitieron dos
pronunciamientos opuestos por el mismo hecho;
SEXTO: Que, si bien es cierto el Artículo 57 de la Ley de Situación Policial del Personal de la
PNP - Decreto Legislativo Nº 745 establece que el pase a la situación de retiro por medida
disciplinaria se producirá independientemente de la sanción penal, también es cierto que en el caso
del actor, no fue sancionado penalmente, por el contrario se le absolvió de los cargos que pesaban
en su contra;
SÉPTIMO: Que, consecuentemente, estando a que existe absoluta relación de causalidad entre
los hechos que dieron origen a los pronunciamientos antes referidos, atendiendo además a lo
establecido por el Tribunal Constitucional en reiterada jurisprudencia: que “la facultad de imponer
sanciones en el orden administrativo, como ha sucedido en el presente caso, no supone en lo
absoluto que ella sea una potestad discrecional que los órganos de la administración puedan ejercer
sin más límite que su propio criterio, sino que deben encontrarse siempre adecuados a los principios
de razonabilidad y proporcionalidad, lo que exige una coherente y razonable proporción entre los
actos a los que se reputa la comisión de faltas administrativas y las sanciones que se impongan,
desde que en nuestro ordenamiento jurídico está proscrita la arbitrariedad, y se encuentra en
vigencia, más bien, el principio de la interdicción de la arbitrariedad”, se concluye, que en el caso
del actor se ha verificado la vulneración de sus derechos constitucionales invocados en la demanda;
OCTAVO: Que, respecto a la excepción de caducidad deducida por la emplazada, de la
instrumental glosada a fojas setenticuatro se desprende que el actor fue notificado con la resolución
que declara improcedente su recurso de reconsideración, contra la resolución cuestionada, con
fecha veintitrés de setiembre del dos mil; que, estando a que la presente demanda fue presentada
con fecha veinticuatro de noviembre del mismo año, tal como es de verse del sello de recepción que
aparece a fojas noventisiete, se concluye que se encuentra dentro del plazo que establece el Artículo
37 de la Ley número 23506 para interponer la presente Acción de Amparo; por cuyas
consideraciones: CONFIRMARON la sentencia de fojas ciento ochentiséis a ciento ochentinueve, su
fecha veintitrés de febrero del dos mil uno, que declara INFUNDADA la excepción de caducidad y;
FUNDADA la demanda de folios noventisiete; declarándose inaplicable al accionante la Resolución
Suprema número cero setecientos dieciséis-noventiocho-IN/PNP del primero de diciembre de 1998
y la Resolución Suprema número cero cuatrocientos noventitrés-dos mil-IN/PNP del dieciséis de
agosto del dos mil; y se ordena se reincorpore al demandante a la situación de actividad en el grado
de Teniente de la Policía Nacional del Perú en el cargo que ocupaba antes de su pase a retiro con
reconocimiento de sus derechos inherentes al cargo y grado del tiempo de servicio; en los seguidos
por VICTOR MANUEL VENTOCILLA VERA contra el Ministerio del Interior sobre Acción de Amparo;
y estando a que la presente resolución sienta precedente de observancia obligatoria; MANDARON
que, consentida y/o ejecutoriada que ésta sea, se publique en el Diario Oficial El Peruano, por el
término de ley; y los devolvieron.
ALVAREZ GUILLEN; PALOMINO THOMPSON; FERREIRA VILDOZOLA.
476
3.2 LA TUTELA JURISDICCIONAL EFECTIVA Y EL AGOTAMIENTO DE LA VIA ADMINISTRATIVA
En Lima, a los once días del mes de julio de dos mil dos, reunido el Tribunal Constitucional en
sesión de Pleno Jurisdiccional, con asistencia de los señores Magistrados Rey Terry, Vicepresidente;
Revoredo Marsano, Alva Orlandini, Bardelli Lartirigoyen, Gonzales Ojeda y García Toma, pronuncia
la siguiente sentencia.
ASUNTO
Recurso extraordinario interpuesto en nombre de la Empresa Contratistas Monroy S.R.L. contra
la sentencia expedida por la Sala Corporativa Transitoria Especializada en Derecho Público de la
Corte Superior de Justicia de Lima, de fojas doscientos setenta y uno, su fecha siete de agosto de
dos mil, que declaró improcedente la acción de amparo de autos.
ANTECEDENTES
La recurrente interpone acción de amparo contra el Alcalde de la Municipalidad Metropolitana
de Lima y contra la Alcaldesa y otros funcionarios de la Municipalidad Distrital de San Martín de
Porres, para que se declare inaplicable el Dictamen N° 02, adoptado en Sesión N° 01-99, de fecha
09 de febrero de 1999; el Acuerdo de Concejo N° 054-99-MDSMO, de fecha 2 de junio de 1999; la
Resolución de Concejo N° 001-99-MDSMP, de fecha 2 de junio de dicho año; la Resolución de
Alcaldía N° 150, de fecha 19 de enero de 1999 y el Asiento B-00002 de la Partida Electrónica N°
49016553 del Registro de Propiedad Inmueble de la Oficina Registral de Lima y Callao, registrado
con fecha siete de julio de 1999. Asimismo, solicita que se declare la vigencia de la Resolución de
Alcaldía N° 1009-98-MDSMP, de fecha 22 de diciembre de 1998, y la del Asiento B-00001 de la
Partida Electrónica N° 49016553. Manifiesta que se acogió al procedimiento de regularización de
habilitación urbana, y que mediante la resolución de alcaldía última citada, se aprobó, en vía de
regularización, la habilitación urbana solicitada, procediéndose al registro de dicha resolución en
el Registro de Propiedad Inmueble de la Oficina Registral de Lima, en el Título N° 00006452, inscrito
el 9 de abril de 1999.
La Municipalidad Metropolitana de Lima alega que la demandante no ha probado la amenaza
o violación de sus derechos constitucionales.
El Procurador Público a cargo de los asuntos judiciales del Ministerio de Justicia, en
representación de la Oficina Registral de Lima y Callao, manifiesta que la acción de amparo no es
la vía idónea para impugnar una resolución administrativa; y que, respecto al Asiento B00002 de
la partida electrónica del Registro de Propiedad Inmueble de Lima, el Poder Judicial es el único
órgano facultado para declarar la nulidad de una inscripción.
La Municipalidad Distrital de San Martín de Porres señala que la Resolución de Alcaldía N°
071-99-AL/MDSMP se encuentra arreglada a ley, y que se ha limitado a designar una comisión
técnica conformada por algunos de sus funcionarios, quienes se encargarían de realizar las
observaciones de la Re-solución de Alcaldía N° 150, expedida por la Municipalidad Metropolitana
477
de Lima, que declaró la nulidad de la Resolución de Alcaldía N° 1009-98-MDSMP, mediante la cual
se tenía por aprobada, en vía de regularización, la habilitación urbana para uso residencial.
El Primer Juzgado Corporativo Transitorio Especializado en Derecho Público de Lima, a fojas
ciento setenta, con fecha veintidós de octubre de mil novecientos noventa y nueve, declaró
improcedente la demanda, por considerar que la Resolución de Concejo N° 001-99-MDSMP ha sido
dictada de acuerdo a ley.
La recurrida confirmó la apelada, por considerar que la empresa demandante no ha interpuesto
recurso alguno de reclamación, por lo que no acredita haber agotado la vía previa.
FUNDAMENTOS
1. La pretensión contenida en el petitorio de la demanda se dirige a que se declare la no
aplicación para la empresa demandante de los actos administrativos referidos al Dictamen N° 02,
adoptado por la Comisión Municipal de Habilitación Urbana de la Municipalidad demandada, en
su Sesión N° 01-99, de fecha nueve de febrero de mil novecientos noventa y nueve; el Acuerdo de
Concejo N° 054-99-MDSMP, de fecha dos de junio del citado año; la Resolución de Concejo N° 001-
99-MDSMP; la Resolución de Alcaldía N° 150, de fecha diecinueve de enero de mil novecientos
noventa y nueve; y, el Asiento B-00002 de la Partida Electrónica N° 49016553 del Registro de
Propiedad Inmueble de la Oficina Registral de Lima y Callao, título registrado con fecha siete de
julio de mil novecientos noventa y nueve.
2. Mediante la Resolución de Alcaldía N° 1009-98-MDSMP, de fecha veintidós de diciembre de
mil novecientos noventa y ocho, obrante a fojas doce, se resolvió dar por aprobada, en vía de
regularización, la habilitación urbana del terreno de propiedad de la empresa demandante.
3. A su vez, dicha resolución fue declarada nula de oficio, mediante el Acuerdo de Concejo N°
054-99-MDSMP y la Resolución de Concejo N° 001-99-MDSMP, ambos de fecha dos de junio de mil
novecientos noventa y nueve, de fojas dieciocho a diecinueve, respectivamente; por haberse
verificado que en la tramitación del Expediente N° C-1980-98 sobre solicitud de aprobación de
regularización de habilitación urbana de un terreno promovido por la empresa demandante, se
había incurrido en vicios insubsanables de procedimiento que, a criterio de la corporación
municipal demandada, hacían pasibles de nulidad todos los actos administrativos contenidos en
dicho expediente.
4. El artículo 114 del Texto Unico Ordenado de la Ley General de Procedimientos
Administrativos, aprobado por el Decreto Supremo N° 02-94-JUS, vigente en la fecha de ocurridos
los hechos y, por ello, aplicable al caso de autos, confiere a la Administración Pública la oportunidad
de encausar el trámite de un procedimiento administrativo conforme a derecho, precisando que los
interesados pueden acudir al Poder Judicial, siempre y cuando agoten previamente la vía
administrativa.
5. De autos se advierte que la demandante no ha interpuesto recurso impugnativo alguno
contra el Acuerdo y la Resolución de Concejo referidos, cuya no aplicación se solicita, no habiendo,
por tanto, cumplido con agotar la vía previa, no siendo de aplicación al caso ninguna de las
excepciones previstas en el artículo 28 de la Ley N° 23506.
6. Asimismo, debe tenerse en cuenta que la Resolución de Concejo N° 001-99-MDSMP no
dispone anular el asiento en el que se encuentra registrada la Resolución de Alcaldía N° 1009-98-
MDSMP.
7. En consecuencia, conforme a lo expuesto en los fundamentos precedentes, se concluye que,
en el presente caso, no se ha acreditado la vulneración de derecho constitucional alguno, conforme
alega la empresa demandante.
Por estos fundamentos, el Tribunal Constitucional, en uso de las atribuciones que le confieren
la Constitución Política del Estado y su Ley Orgánica.
478
FALLA
REVOCANDO la recurrida, que, confirmando la apelada, declaró improcedente la demanda; y
reformándola, la declara INFUNDADA. Dispone la notificación a las partes, su publicación en el
Diario Oficial El Peruano y la devolución de los actuados.
SS.
REY TERRY; REVOREDO MARSANO; ALVA ORLANDINI; BARDELLI LARTIRIGOYEN; GONZALES OJEDA; GARCIA TOMA.
479
4. SILENCIO ADMINISTRATIVO
TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
ASUNTO
Recurso extraordinario interpuesto por don Jorge Miguel Alarcón Menéndez contra la sentencia
de la Sala Corporativa Transitoria Especializada en Derecho Público de la Corte Superior de Justicia
de Lima, de fojas doscientos ocho, su fecha veinticinco de setiembre de mil novecientos noventa y
ocho, que declaró improcedente la acción de amparo de autos.
ANTECEDENTES
El recurrente interpone acción de amparo contra los Vocales de la Corte Suprema, doctores
Víctor Raúl Castillo Castillo, Moisés Pantoja Rodulfo, Mario Urrelo Alvarez, Luis Edmundo Serpa
Segura, los ex Vocales, César Fernández Arce, Ricardo Nugent López-Chávez, el Comandante José
Dellepiane Massa, Titular del Pliego del Poder Judicial y el Procurador Público encargado de los
asuntos judiciales del Poder Judicial. Solicita se declare inaplicable la resolución administrativa de
fecha ocho de agosto de mil novecientos noventa y uno, expedida por Acuerdo de Sala Plena de la
Corte Suprema de Justicia de la República, por la que se le impuso medida disciplinaria de
destitución del cargo de Vocal Titular de la Corte Superior de Justicia de Ancash. Asimismo, se le
reponga en el citado cargo, en razón de haberse conculcado el derecho al debido proceso en el
trámite (sic) administrativo seguido en su contra, al impedírsele ejercer su derecho de defensa.
Manifiesta que, con fecha veintiuno de junio de mil novecientos ochenta y cuatro, fue nombrado
Vocal Titular de la citada Corte Superior, y que en el año mil novecientos noventa se le instauró,
junto a otros magistrados, proceso disciplinario por supuestas irregularidades administrativas en
el desempeño de sus funciones, y en el curso del citado proceso solicitó al Presidente de la Corte
Suprema, mediante escritos recepcionados con fecha seis de agosto de mil novecientos noventa y
uno, se le expida copia del informe recaído en los procesos disciplinarios y se le conceda el uso de
la palabra a fin de ejercer su derecho de defensa, lo que no le fue otorgado. Afirma que contra la
resolución cuestionada con fecha dos de setiembre de mil novecientos noventa y uno, interpuso
recurso de reconsideración, el cual no fue resuelto, pese a su escrito de requerimiento; por ello,
haciendo uso del silencio administrativo negativo, mediante escrito de fecha veintiocho de
noviembre de mil novecientos noventa y siete, dio por denegado su recurso de reconsideración y
formuló recurso de apelación, el cual tampoco fue resuelto en el plazo de ley, razón por la cual a
través de “recurso” (sic) presentado a la Comisión Ejecutiva del Poder Judicial, de fecha dieciocho
de febrero de mil novecientos noventa y ocho, consideró denegado el recurso de apelación, agotando
así la vía administrativa.
480
La Procuradora Pública a cargo de los asuntos judiciales del Poder Judicial solicita declarar
improcedente o infundada la acción de amparo; en el primer caso, por no haber agotado la vía
administrativa y por considerar que la presente vía no es la idónea, debiendo acudirse al proceso
contencioso-administrativo; en el segundo, porque estima que no se ha acreditado la violación de
ningún derecho constitucional del demandante, máxime el derecho de defensa, toda vez que ejerció
los recursos de reconsideración y apelación.
El Primer Juzgado Corporativo Transitorio Especializado en Derecho Público de Lima, a fojas
setenta y tres, con fecha cinco de junio de mil novecientos noventa y ocho, declaró fundada la acción
de amparo, por considerar que la sanción disciplinaria se dictó obviando que el demandante informe
verbalmente antes de dicha decisión y que se le expidiera copia del informe de la Jefatura del Organo
de Control Interno del Poder Judicial; afectando así el derecho de defensa, debido proceso y tutela
jurisdiccional.
La recurrida, revocando la apelada, declara improcedente la acción incoada por considerar que
ha operado la caducidad, dado que el recurso de apelación fue interpuesto por el demandante
después de seis años de interpuesto el recurso de reconsideración y no dentro de los treinta días
que establece la ley.
FUNDAMENTOS
1. El objeto del presente proceso constitucional es que el órgano jurisdiccional disponga la
inaplicabilidad de la resolución administrativa de fecha ocho de agosto de mil novecientos noventa
y uno, expedida por Acuerdo de la Sala Plena de la Corte Suprema de Justicia de la República, por
la que se le impuso medida disciplinaria de destitución del cargo de Vocal Titular de la Corte
Superior de Justicia de Ancash, y se le reponga en el citado cargo.
Tratándose el acto cuestionado de un acto administrativo, antes de analizar el fondo de la
controversia, deberá evaluarse el requisito de procedibilidad relativo al agotamiento de la vía previa
(artículo 27º, Ley Nº 23506); extremo que, en el presente caso, exige el análisis del silencio
administrativo negativo, dado que, según alega el demandante, la vía previa se habría agotado a
consecuencia de su acogimiento al silencio administrativo negativo ante la omisión de resolución
expresa frente a los recursos de reconsideración y de apelación interpuestos.
481
norma en cuestión consagra una facultad del administrado a la que, si así lo desea, podrá
acogerse. No se trata de una obligación; por lo tanto, la no resolución del recurso impugnatorio
dentro del plazo de treinta días no puede considerarse como causal de exclusión de la potestad
del administrado de esperar el pronunciamiento expreso de la administración. La misma
consideración ha de extenderse al recurso de reconsideración contemplado por el artículo 98º
del citado dispositivo legal cuyo texto es análogo al citado artículo 99º.
b) Naturaleza
El silencio administrativo constituye un privilegio del administrado ante la Administración, para
protegerlo ante la eventual mora de ésta en la resolución de su petición. Se trata de “una simple
ficción de efectos estrictamente procesales, limitados, además, a abrir la vía de recurso”, en
sustitución del acto expreso; pero “en beneficio del particular únicamente”, así “el acceso a la
vía jurisdiccional una vez cumplidos los plazos (queda) abierto indefinidamente en tanto la
Administración no (dicte) la resolución expresa” (subrayado nuestro, Eduardo García de
Enterría y Tomás-Ramón Fernández. Curso de Derecho Administrativo, 7ª ed., Edit. Civitas
S.A., Madrid, 1996, p. 573). Sobre el particular, deben resaltarse dos aspectos: Se trata de una
presunción en beneficio del particular únicamente, y su efecto es abrir la vía jurisdiccional,
indefinidamente, en tanto la Administración no haya resuelto expresamente el recurso. La
interpretación aún vigente del Tribunal Constitucional no concuerda con estos dos aspectos.
En el primer caso, porque no se aplica en beneficio del particular, sino de la Administración,
resultando que ésta, “la incumplidora de dicho deber de resolver, se beneficia de su propio
incumplimiento” (Ernesto García-Trevijano Garnica, El silencio administrativo en la nueva ley
de régimen jurídico de las administraciones públicas y del procedimiento administrativo común,
1a ed., Edit. Civitas S.A. Madrid, 1994, p. 31). En el segundo caso, porque en lugar de abrir
indefinidamente la vía judicial en tanto la Administración no resuelva expresamente, le impone
un plazo, el que, además ninguna norma del citado cuerpo normativo establece.
c) Constituye un criterio que limita irrazonablemente el derecho fundamental a la tutela
jurisdiccional reconocido por el artículo 139º, inciso 3), de la Constitución. La interpretación
efectuada restringe finalmente el derecho del particular de acceder a la vía judicial, porque
ocasiona caducidad en el ejercicio del derecho de acción. Este derecho fundamental puede verse
lesionado si, para acceder a la tutela jurisdiccional, la ley impone exigencias excesivas o
irrazonablemente formalistas o como en el presente caso, se interpreta las existentes u otras
relacionadas, en un sentido de apreciación desvariado o desmesuradamente formal,
ocasionándose en cualquiera de tales supuestos la imposibilidad del ejercicio de ese derecho
fundamental. Considerando que el agotamiento de la vía previa constituye un presupuesto
procesal de cuya satisfacción depende el acceso a la tutela jurisdiccional, las normas que la
regulan y, en particular, como concierne al caso, las que regulan el sistema recursivo, deben
interpretarse de conformidad con el principio pro actione. Es decir, en sentido favorable para
posibilitar el acceso a la tutela jurisdiccional y, consiguientemente, con exclusión de toda opción
interpretativa que sea contraria a ese propósito. Tal es el caso, justamente, de la interpretación
anterior del Tribunal.
d) No resulta acorde con el principio pro homine y pro libertatis de la interpretación constitucional,
según los cuales, ante eventuales diferentes interpretaciones de un dispositivo legal, se debe
optar por aquella que conduzca a una mejor protección de los derechos fundamentales,
descartando así las que restrinjan o limiten su ejercicio. Vale decir, el principio pro homine
impone que, en lugar de asumir la interpretación restrictiva, en este caso, de ocasionar la
caducidad y así impedir el ejercicio del derecho a la tutela judicial, se tenga que, por el contrario,
optar por la tesis que posibilite que el particular pueda ejercer su derecho a la tutela
jurisdiccional, para impugnar el acto administrativo presuntamente lesivo. La tesis
interpretativa que posibilita esto último es justamente la que proviene del propio tenor literal
de la norma antes referida y de la propia naturaleza del silencio administrativo negativo; esto
es, la que establece que el administrado, luego de haber impugnado un acto administrado y
482
transcurrido el plazo para resolverlo, puede acogerse al silencio administrativo o esperar el
pronunciamiento expreso de la Administración, sin que la opción por esta última alternativa
genere la caducidad en el ejercicio del derecho de acción.
Es en los términos antes establecidos que el Tribunal Constitucional, entiende, que se debe
interpretar el silencio administrativo negativo, siendo dicha doctrina aplicable al caso, como a
continuación se analiza.
4. El demandante impugnó el citado Acuerdo de Sala Plena con el recurso de reconsideración
de fecha dos de setiembre de mil novecientos noventa y uno. La norma aplicable a dicho proceso,
en cuanto concierne al plazo para resolver el referido recurso y la resolución ficta denegatoria
(silencio administrativo negativo), es el Reglamento de la Ley de Simplificación Administrativa
(Decreto Supremo Nº 070-89-PCM), toda vez que, de conformidad con su Sexta Disposición
Transitoria “Los procedimientos administrativos en giro adecuarán su trámite a la norma contenida
en el artículo 25º en la fecha de vigencia del presente Reglamento. Las normas sobre silencio
administrativo a que se refieren los artículos 26º al 29º regirán en los procedimientos
administrativos que se inicien a partir del 2 de octubre de 1989”. Teniendo en cuenta que el proceso
disciplinario del que proviene el acto impugnado se inició con fecha diecinueve de junio de mil
novecientos noventa, la norma antes citada es aplicable al referido proceso. Ahora bien, de
conformidad con el segundo párrafo del artículo 25º del citado dispositivo, modificado por el artículo
2º del Decreto Supremo Nº 002-90-PCM, “Cada una de las entidades competentes deberá resolver
el asunto solicitado o impugnado en un plazo no mayor de sesenta (60) días calendario de iniciado
el procedimiento o interpuesto el recurso impugnativo bajo responsabilidad (...)”. Por otro lado,
conforme al segundo párrafo del artículo 27º del mismo dispositivo, también modificado por el
artículo 3º del precitado Decreto Supremo Nº 002-90-PCM, “Cuando se trata de (...) procedimientos
administrativos distintos a los conducentes al otorgamiento de licencias, autorizaciones, permisos,
concesiones y similares, operará, en los mismos plazos, el silencio administrativo negativo, salvo
que la propia entidad, por norma expresa, disponga que opera el silencio administrativo positivo”;
vale decir que, en el resto de procedimientos administrativos distintos a los antes señalados, el
silencio administrativo negativo operará igualmente en el plazo de sesenta días de interpuesto el
recurso impugnatorio.
5. En el presente caso, el recurso de reconsideración fue interpuesto con fecha dos de setiembre
de mil novecientos noventa y uno, el mismo que no fue resuelto dentro del referido plazo de sesenta
días. Ante ello y, de conformidad con el citado dispositivo, el demandante optó por esperar el
pronunciamiento expreso de la administración pública, el cual empero, no se produjo no obstante
el escrito de requerimiento de pronunciamiento por él presentado con fecha cinco de febrero de mil
novecientos noventa y seis. Por tal motivo, con fecha veintiocho de noviembre de mil novecientos
noventa y siete lo da por denegado, acogiéndose al silencio administrativo negativo e interponiendo,
simultáneamente, recurso de apelación.
Sin embargo, tratándose el acto impugnado de un Acuerdo expedido por un órgano no sometido
a subordinación jerárquica como la Sala Plena de la Corte Suprema de Justicia de la República, no
procedía la interposición de recurso de apelación. En tal sentido, el escrito en el que el demandante
interpone un “recurso de apelación” y da por denegado el recurso de reconsideración, debe
interpretarse como un requerimiento de resolución expresa del recurso de reconsideración, ello en
aplicación del principio pro actione antes citado y el principio de no formalismo del procedimiento
administrativo que se desprende del artículo 103º del citado Texto Unico de la Ley de Normas
Generales de Procedimientos Administrativos (Decreto Supremo Nº 02-94-JUS). La errónea
calificación del administrado de un acto -el recurso- no obsta para entender el efecto real que debe
atribuirse a él en el procedimiento que, en este caso, no es sino el de requerir el pronunciamiento
expreso de un recurso de reconsideración interpuesto.
483
Posteriormente, el demandante, por escrito recibido el dieciocho de febrero de mil novecientos
noventa y ocho, dio por denegado el denominado recurso de “apelación” y se acogió al silencio
administrativo negativo, con lo cual, la vía previa había sido agotada.
6. La demanda ha sido interpuesta el quince de marzo de mil novecientos noventa y ocho, luego
de haber agotado la vía previa en los términos antes precisados y dentro del plazo de sesenta días
posterior al agotamiento de dicha vía. En consecuencia, habiéndose satisfecho los requisitos de
procedibilidad de la acción de amparo, corresponde analizar el fondo de la controversia.
DERECHO DE DEFENSA
10. El derecho de defensa constituye un derecho fundamental de naturaleza procesal que
conforma el ámbito del debido proceso. En cuanto derecho fundamental se proyecta como principio
de interdicción de ocasionarse indefensión y como principio de contradicción de los actos procesales
que pudieran repercutir en la situación jurídica de algunas de las partes de un proceso o de un
tercero con interés.
11. En el presente caso, el Tribunal Constitucional estima que se ha lesionado el derecho de
defensa en la medida en que la omisión de proveer el informe de la comisión que sustentaba la
sanción propuesta no permitió que el demandante conociera los exactos términos de la forma en
que el órgano investigador había analizado los cargos atribuidos y su responsabilidad en las
infracciones imputadas. Sólo conociendo estos aspectos, el demandante podía ejercer su derecho
de defensa de manera idónea y eficaz. Idónea en cuanto era la forma apropiada o indicada, no
existiendo otra a través de la cual podía ilustrar al órgano que debía imponer la sanción y, así,
controvertir o contradecir ante aquél -en cuanto órgano decisorio- los cargos efectuados por el
órgano que se hizo del procedimiento de investigación. Y, eficaz, por cuanto el propósito de impedir
indefensión frente al criterio asumido por el órgano investigador (Comisión y Jefe de la Oficina
General de Control Interno del Poder Judicial) se alcanzaba sólo conociendo la conclusión final que
aquél asumía en el citado informe.
484
Debe destacarse singularmente este extremo, dado que no es lo mismo que el procesado
controvierta y ejerza su derecho de defensa ante el órgano investigador, como efectivamente ocurrió
en este caso, que si efectúa el descargo respecto a la acusación no ante el referido órgano, sino ante
el órgano que ha de aplicar o resolver la sanción. Esto crearía, además una situación de desigualdad
de fondo incompatible con el debido proceso, porque el procesado está en desventaja respecto a la
Administración, puesto que no puede ilustrar o controvertir, directamente, frente al órgano
sancionador los cargos del informe. El órgano resolutor sólo conoce la apreciación de los hechos
por parte del órgano investigador, sin que, respecto a ello, el procesado haya podido ejercer su
derecho de defensa.
12. La omisión a la solicitud de informe oral ante la Sala Plena de la Corte Suprema de Justicia
de la República, ante un pedido a ese respecto, lesionó también el derecho a la defensa y, por
consiguiente, el derecho al debido proceso, porque ocasionó indefensión en el demandante, al no
posibilitarle la ocasión de defenderse ante el órgano sancionador respecto de los cargos que se le
imputaban en el informe de la comisión y, de ese modo, poder controvertirlos y exponer o persuadir
al órgano sancionador de todo cuanto conviniese a su derecho.
Por estos fundamentos, el Tribunal Constitucional, en uso de las atribuciones que le confieren
la Constitución Política del Estado y su Ley Orgánica.
FALLA
[VOTO SINGULAR]
485
proceda en virtud de las facultades que le señala el artículo 99º de la Constitución del Estado y de
la Fiscalía de la Nación para la aplicación de lo dispuesto por el artículo 11º de la Ley Nº 23506,
respecto de los funcionarios que hubiesen actuado con negligencia o dolo no aplicando las normas
contenidas en el Reglamento General de Normas de Procesos Administrativos aprobado por el D.S.
02-94-JUS, aplicable supletoriamente, por razones de temporalidad, al reclamo administrativo que
en su momento formulara el actor Jorge Miguel Alarcón Meléndez.
SR.
BARDELLI LARTIRIGOYEN.
486
4.2 DECLARAN FUNDADO EL RECLAMO AL HABER OPERADO EL SILENCIO ADMINISTRATIVO
POSITIVO
RES. N° 3922-2001-SUNASS/TRASS
487
Que, debe indicarse que de acuerdo a lo dispuesto por el numeral 13.3 de la Directiva de
Contrastación de Medidores de Agua Potable aprobada por Reso-lución de Consejo Directivo N°
1002-98-SUNASS, concordante con el numeral 68 del Reglamento para la Prestación de Servicios
de Agua Potable y Alcantarillado Sanitario de SEDAPAR S.A. aprobado por Resolución de
Intendencia N° 15-98-SUNASS-INF, cuando no es posible medir el volumen real consumido, la
facturación del consumo se efectúa preferentemente en función de: a) Promedios de consumos de
por lo menos seis (6) lecturas válidas anteriores, o b) Asignación de Consumos;
Que, por lo señalado en los considerandos precedentes y apreciando que el predio cuenta con
más de seis (6) diferencias de lecturas válidas anteriores al mes de marzo de 2001, la emplazada
deberá refacturar el consumo de dicho mes en base, al promedio de consumos de los meses de julio
a octubre, diciembre de 2000 y enero de 2001, esto es 38 m3;
Que, de otro lado, debe tenerse presente que si bien la parte accionante en su reclamo inicial
cuestiona únicamente la facturación del mes de marzo de 2002, con el escrito presentado el
11.07.2001 amplió su pretensión respecto a los meses de abril a julio de 2001;
Que, por lo expuesto en el considerando que antecede, esta instancia administrativa no emitirá
pronunciamiento respecto a los consumos facturados en dichos meses, en razón a que los mismos
no han sido materia de cuestionamiento en el reclamo inicial y por corresponder a la emplazada la
etapa de investigación y actuación de medios probatorios;
Que, por lo expuesto, se debe ordenar a SEDAPAL dar atención al reclamo del usuario referido
al cuestionamiento de los consumos facturados en los meses de abril a julio de 2002, como un
nuevo reclamo;
Estando a las consideraciones expuestas y de conformidad con lo establecido por la Ley N°
27332, Directiva Procesal de Atención de Reclamos de Usuarios de Servicios de Saneamiento,
aprobado mediante la Resolución de Superintendencia N° 765-99/SUNASS.
SE RESUELVE:
Artículo 1°.- Declarar FUNDADO el reclamo presentado por el Sr. Dante Cervantes Urribarry al
haber operado el Silencio Administrativo Positivo, conforme lo expuesto en la parte considerativa
de la presente Resolución, con lo que se da por agotada la vía administrativa.
Artículo 2°.- Ordenar a SEDAPAR S.A., disponga la refacturación del mes de marzo de 2001, de
acuerdo al promedio de consumos, esto es, 38 m3.
Artículo 3°.- Requerir a SEDAPAR S.A., en el plazo máximo e improrrogable de diez (10) días
hábiles computados desde la notificación de la presente Resolución, remita tanto al accionante
como a este Tribunal, el cálculo analítico de la refacturación ordenada en el artículo primero de la
presente resolución, debiendo apreciarse con claridad la diferencia entre el monto y consumo
facturados originalmente y los refacturados.
Artículo 4°.- Ordenar a la emplazada tramitar el cuestionamiento referido a los consumos
facturados al suministro señalado en vistos, en los meses de abril a julio de 2001, como un nuevo
reclamo.
Artículo 5°.- Encargar a la Gerencia de Relaciones Institucionales, la notificación de la presente
Resolución a las partes interesadas.
Regístrese, comuníquese, cúmplase y archívese.
488
5. ACTUACIÓN MATERIAL EN LA ACTUACIÓN DE LOS ACTOS ADMINISTRATIVOS
TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
EXP. 9754-2005-PC/TC-LIMA
En Lima, a los 20 días del mes de junio de 2006, el Pleno del Tribunal Constitucional, integrado
por los señores magistrados García Toma, Gonzales Ojeda, Alva Orlandini, Bardelli Lartirigoyen,
Vergara Gotelli y Landa Arroyo, pronuncia la siguiente sentencia.
ASUNTO
Recurso de agravio constitucional interpuesto por Víctor Ernesto Obando Salas y otros contra
la sentencia de la Tercera Sala Civil de la Corte Superior de Justicia de Lima, de fojas 87, su fecha
5 de setiembre de 2005, que declaró improcedente la demanda de autos
ANTECEDENTES
Con fecha 8 de junio de 2005, los recurrentes interponen demanda de cumplimiento contra el
Ministro de Defensa, emplazándolo a cumplir con lo prescrito por la Ley 28472, publicada el 12 de
marzo de 2005, en el diario oficial El Peruano. Sostiene que la norma –extendiendo las facultades
concedidas al Ministerio de Defensa– amplía los beneficios otorgados al personal militar que
participó en los sucesos del 13 de noviembre de 1992, ordenando que se les reconozca el tiempo de
permanencia en la situación de retiro y/o disponibilidad como tiempo de servicios reales y efectivos
prestados al Estado, a efectos pensionarios y de promoción al grado inmediato superior, según cada
caso, y que se les ascienda al grado inmediato superior, con antigüedad al año en que
reglamentariamente les hubiese correspondido ascender, quedando inscritos en el escalafón con
sus nuevos grados, a cuyo efecto, por excepción, no se tendrá en cuenta el requisito de tiempo de
permanencia efectiva en el grado.
Los recurrentes alegan que mediante Resolución Ministerial 393-2005-DE/EP, publicada el 23
de abril de 2005, en el diario oficial El Peruano, el Ministerio de Defensa cumplió parcialmente con
lo establecido en la mencionada ley, reconociendo el tiempo de permanencia en la situación de retiro
y/o disponibilidad como tiempo de servicios reales y efectivos, omitiendo pronunciarse sobre los
efectos pensionarios de dicho reconocimiento y la promoción al grado inmediato superior,
evidenciándose el animus infringendi de la Administración al contradecir lo ordenado por la Ley
28472.
Señalan, a su vez, que el 27 de abril de 2005, mediante carta notarial emplazaron al Ministro
de Defensa para que cumpla con la Ley 28472, pero que ésta no obtuvo respuesta; que sin embargo,
el 5 de mayo de 2005 se publica el Decreto Supremo 012-2005-DE/SG, que aprueba el “Reglamento
de la Ley 28472, Ley que amplía los beneficios otorgados por la Ley 27436”. Frente a ello, los
demandantes aducen que siendo el Decreto Supremo una norma de carácter general, “que regula
la actividad sectorial o multisectorial a nivel nacional” –tal como lo estipula el artículo 3º del Decreto
Legislativo 560, Ley del Poder Ejecutivo–, su emisión resultaba inadecuada e innecesaria, ya que la
489
ley reglamentada es un caso específico que afecta a sólo 25 personas, por lo que se quebrantan los
principios de legalidad, del debido proceso e imparcialidad.
Arguyen, además, que el incumplimiento de la norma queda plasmado con la expedición de dos
Resoluciones Supremas que, en virtud del artículo 3° de la Ley 28472, ascienden al grado de general
de brigada y general de división a sólo dos de los participantes en los sucesos del 13 de noviembre
de 1992.
El Cuadragésimo Juzgado Especializado en lo Civil de Lima, con fecha 16 de junio de 2005,
declara la improcedencia liminar de la demanda, considerando que ha existido actividad de la
Administración, toda vez que la ley ha sido reglamentada. Asimismo, estima que no es competencia
del proceso de cumplimiento determinar la legalidad de las normas o la sujeción de las mismas a
la Constitución y a las leyes.
La recurrida confirma la apelada; sin embargo, lo hace en virtud de la aplicación de la sentencia
del Tribunal Constitucional recaída en la sentencia 1417-2005-PA/TC, argumentando que la
pretensión no forma parte del contenido constitucionalmente protegido del derecho fundamental a
la pensión.
FUNDAMENTOS
Petitorio, agotamiento de la vía previa y legitimación
1. El objeto de la presente demanda es que se cumpla lo dispuesto en los artículos 2° y 3° de la
Ley 28472. Por otra parte, a fojas 23, consta que el 27 de abril de 2005 los actores enviaron carta
notarial al Ministro de Defensa solicitando el cumplimiento de la mencionada ley, no obteniendo
respuesta alguna. De esta manera se acredita que los demandantes cumplieron con el requisito
especial del artículo 69° del Código Procesal Constitucional.
2. Acerca de la legitimidad para interponer la presente demanda, el artículo 67° del aludido
código establece que, tratándose de normas de rango de ley, cualquier persona puede iniciar proceso
de cumplimiento.
Rechazo liminar injustificado
3. Se aprecia de autos el rechazo liminar recaído sobre la demanda en los grados precedentes,
lo que no obsta para que este Colegiado pueda revisar la idoneidad de tales pronunciamientos, es
decir, si están arreglados a lo dispuesto por el artículo 47 del Código Procesal Constitucional.
4. De acuerdo con dicho artículo –aplicable al proceso de cumplimiento en virtud del artículo
74° del citado código– el rechazo in límine procederá siempre que el juez, al calificar la demanda,
observe que es manifiestamente improcedente, expresando los fundamentos que motivan su
decisión. Sin embargo, se aprecia que las razones expuestas por los grados precedentes no justifican
en ningún caso tal rechazo liminar.
5. En efecto, en la resolución de primer grado se sostiene que la improcedencia de la demanda
radica en que la Administración ya había realizado actos tendentes a la ejecución de la ley y que el
proceso de cumplimiento no tiene por finalidad determinar la legalidad de las normas ni su
constitucionalidad. Sin embargo, el Juez efectuó una interpretación parcial y errada de los hechos
materia de la demanda, lo que será materia de análisis más adelante.
6. Por su parte, la resolución de segundo grado estuvo motivada en base a la sentencia del
expediente 1417-2005-PA/TC (Caso Anicama), como si se tratara de un proceso de amparo en el
que se deniega el derecho a una pensión. Es decir, basó su argumentación en un petitorio distinto
al presentado por la parte demandante, incurriendo en lo que la jurisprudencia comparada ha
denominado incongruencia por error, donde, por un “error de cualquier género sufrido por el órgano
judicial, no se resuelve sobre la pretensión o pretensiones formuladas por las partes en la demanda
o sobre los motivos del recurso, sino que equivocadamente se razona sobre otra pretensión
absolutamente ajena al debate procesal planteado, dejando al mismo tiempo aquélla sin respuesta”
(Sentencia 40/2006, de 13 de febrero de 2006, del Tribunal Constitucional español).
490
Se desprende, por tanto, que el rechazo in límine del auto de segundo grado incurrió en un
error, afectando el derecho al debido proceso de los demandantes, puesto que resulta evidente la
inexistencia de fundamentos que justifiquen tal rechazo liminar.
7. Queda por dilucidar ahora si, a pesar de ello, este Tribunal puede pronunciarse sobre el
fondo de la materia o si, como lo expone el artículo 20° del Código Procesal Constitucional, debe
revocar la resolución impugnada y reponer el trámite al estado respectivo, a fin de admitirse la
demanda.
8. Como lo ha expresado este Tribunal (cfr. 4587-2004-AA/TC), de acuerdo con los principios
que inspiran los procesos constitucionales, especialmente el principio de economía procesal, el
principio de informalidad y en virtud de la naturaleza objetiva de los procesos de tutela de los
derechos fundamentales, se observa que resulta innecesario devolver los actuados a los grados
previos y hacer transitar nuevamente a los justiciables por la vía judicial, más aún cuando, sobre
la base de lo aportado al proceso, es posible emitir un pronunciamiento de fondo.
Configuración del proceso de cumplimiento
9. El artículo 200, inciso 6), de la Constitución Política del Perú establece que la acción de
cumplimiento procede contra cualquier autoridad o funcionario renuente a acatar una norma legal
o un acto administrativo. El Código Procesal Constitucional, por su parte, señala, en su artículo
66, que el proceso de cumplimiento tiene por objeto: 1) Ordenar que el funcionario o la autoridad
pública renuente dé cumplimiento a una norma legal o ejecute un acto administrativo firme; y, 2)
Se pronuncie expresamente cuando las normas legales le ordenan emitir una resolución
administrativa o dictar un reglamento.
10. Asimismo, en la sentencia recaída en el expediente 0168-2005-PC/TC, establecimos los
siguientes requisitos que debía satisfacer el mandato previsto en una ley, para que pudiera
ordenarse su cumplimiento: “(...) a) Ser un mandato vigente; b) Ser un mandato cierto y claro; es
decir, debe inferirse indubitablemente de la norma legal; c) No estar sujeto a controversia compleja
ni a interpretaciones dispares; d) Ser de ineludible y obligatorio cumplimiento; y, e) Ser
incondicional, excepcionalmente, podrá tratarse de un mandato condicional, siempre y cuando su
satisfacción no sea compleja y no requiera de actuación probatoria”. Tomando en cuenta dichos
aspectos, pasaremos a analizar si efectivamente la norma cuyo cumplimiento se solicita satisface
tales requisitos.
Antecedentes de la Ley 28472
11. Para una mejor comprensión de los fundamentos de esta sentencia, es relevante que
revisemos los antecedentes directos de la norma sub exámine, específicamente la Ley 27436,
publicada el 16 de marzo de 2001, en cuyos artículos 2° y 3° se establece, respectivamente, lo
siguiente:
Reincorpóranse al servicio activo a los militares que participaron en los sucesos del 13 de
noviembre de 1992, siempre y cuando por su edad y grado se encuentren aptos para servir en el
activo de acuerdo a las disposiciones legales vigentes.
Autorízase al Ministerio de Defensa a adoptar las medidas necesarias para reconocer los
derechos preexistentes al pase a la situación de retiro y de disponibilidad de los Oficiales
mencionados en el Artículo 2° de la presente Ley. Esta autorización no incluye el pago de
remuneraciones, que sólo se abonan como contraprestación personal de servicios.
12. Estas disposiciones se concatenan de manera expresa con la Ley 28472, que en su artículo
1° determina que su objeto es ampliar y precisar la autorización y las facultades concedidas al
Ministerio de Defensa por medio de la Ley 27436.
13. Las leyes mencionadas son de carácter particular, y crean una unidad cuyo objetivo es
reconocer –debido a los méritos especialísimos– ciertos beneficios al personal militar que participó
en los sucesos del 13 de noviembre de 1992.
491
Los mandatos establecidos en la Ley 28472
14. Como ya quedó precisado, los actores señalan la renuencia del demandado de acatar lo
dispuesto en la Ley 28472, indicando específicamente el incumplimiento de lo estipulado en los
artículos 2° y 3°, por lo que revisaremos brevemente tales disposiciones. El artículo 2° señala:
El Ministerio de Defensa reconoce el tiempo de permanencia en la situación de Retiro y/o
Disponibilidad, como tiempo de servicios reales y efectivos prestados al Estado por el personal
militar que participó en los sucesos del 13 de noviembre de 1992; para efectos pensionarios y de
promoción al grado inmediato superior según cada caso.
15. El precepto es suficientemente claro. Expone el mandato; sobre quién recae la obligación
de cumplirlo; cuál es el beneficio otorgado; quiénes son los beneficiarios y cuáles los efectos
pretendidos por tal mandato. Por tanto, el deber concreto de acción se encuentra establecido y recae
sobre el Ministerio de Defensa, que, en virtud de esta ley, puede –el Legislativo lo autoriza a ello– y
debe concretizar la voluntad de tal mandato.
16. Por su parte, el artículo 3° de la mencionada ley estipula:
Asciéndese al referido personal al grado inmediato superior, con antigüedad al año en que
reglamentariamente le hubiese correspondido ascender, quedando inscritos en el escalafón con sus
nuevos grados, a cuyo efecto, por excepción no se tendrá en cuenta el requisito de tiempo de
permanencia efectiva en el grado.
El ascenso que se dispone comprende al personal que no pudo ser reincorporado efectivamente
al servicio, en razón de haber cumplido sus compañeros de promoción 35 años como oficiales.
17. En este caso, también se evidencia con claridad el mandato (el ascenso al grado inmediato
superior) y las personas beneficiadas (el personal militar que participó en los sucesos del 13 de
noviembre de 1992). No obstante, esta disposición muestra, además, una particularidad en cuanto
a su estructura. Así, mientras el artículo 2° implica una autorización y una orden a la autoridad
administrativa, siendo un mandato que instruye y señala qué es lo que debe ser cumplido, el
artículo 3º, en cambio, no es sólo una orden o la definición de ciertas instrucciones, es un acto, por
medio del cual el Congreso asciende al grado inmediato superior al personal militar que participó
en los sucesos del 13 de noviembre de 1992, incluyendo a quienes se encuentran en situación de
retiro. Desde luego, dicho acto, al estar incorporado en una norma de rango de ley, mantiene su
fuerza activa .
18. Esta especial característica del artículo 3° se desprende de su propia estructura. Como se
observa, con tal disposición no se pretende crear una normativa general distinta a la existente para
los ascensos; más bien, es una norma cuya singularidad implica su agotamiento en su
cumplimiento. Ello fluye inclusive del término que se utiliza para expresarlo “asciéndase”, cuyo
tenor es similar al de los términos “amnistíese” o “nómbrese” que pretenden significar el acto de
realización. En el presente caso, el Congreso no manda (en sentido estricto) que se ascienda; sino
que, de forma extraordinaria, asciende por medio de la ley, quedando pendiente la ejecución del
acto a cargo de la autoridad encargada.
19. De igual forma debe precisarse que, si bien existe una normativa que regula el modo en que
proceden los ascensos de las Fuerzas Armadas (artículo 5° de la Ley 28359, Ley de situación militar
de los oficiales de las fuerzas armadas), también es cierto que los artículos 2° y 3° de la Ley 28472
abren una senda excepcional que permite, sólo en estos casos, realizar tales mandatos y ejecutar
dichos actos. Ello en virtud del rango de ley de la norma en comentario y de su fuerza activa
inherente.
20. Por su parte, y puesto que los ascensos ya están legalmente configurados por el artículo 3°
de la ley en mención, queda comprobar su ejecución, es decir, verificar la aplicación de la voluntad
concreta de la ley, lo que obviamente recae sobre el Ministerio de Defensa, ya que debe tenerse
presente que el Ejército, la Marina de Guerra y la Fuerza Aérea son órganos del Ministerio de
492
Defensa, dependientes de éste, tal como queda establecido en los artículos 25°, 26° y 27° de la Ley
del Ministerio de Defensa (Ley 27860).
21. En conclusión, estamos frente a una ley que impone la actuación de la Administración a fin
de dar cumplimiento a lo ordenado por el Congreso de la República. Tales mandatos satisfacen los
requerimientos establecidos por el Código Procesal Constitucional y por el fundamento 14 de la
sentencia recaída en el expediente 0168-2005-PC/TC, estando vigentes, siendo ciertos, claros,
incondicionales, no sujetos a controversia ni interpretaciones dispares y cuyo cumplimiento es
evidentemente obligatorio.
Sobre la supuesta actividad de la Administración
22. Con fecha 24 de febrero del año en curso, este Tribunal dispuso oficiar al Ministerio de
Defensa a fin de que informe respecto de las gestiones realizadas en relación con lo determinado
por la Ley 28472. Es de lamentar que, vencido el plazo otorgado a dicha entidad para que cumpla
lo ordenado, no haya proporcionado a este Colegiado la información requerida.
23. Corresponde ahora explicar por qué la percepción del juez de primer grado, que declaró
improcedente la demanda estimando que la Administración había realizado actos dirigidos al
cumplimiento de los mandatos establecidos en la Ley 28472, es equivocada.
24. Si bien es cierto que, a causa de dicha ley, la Administración expidió resoluciones
ministeriales, resoluciones supremas y un decreto supremo –que serán detallados a continuación–
, el incumplimiento de la norma no queda salvado. No basta, pues, que la Administración reconozca
la existencia del mandato para que quede subsanada la omisión. El mandato de la norma debe
tener un correlato con la realidad, en la cual, al margen de los actos formales, la voluntad concreta
de la norma debe ser materializada.
25. Por ello, resulta pertinente señalar la diferencia entre omisión formal y omisión material.
Aquélla se manifiesta cuando la Administración no efectúa acto alguno a fin de dar cumplimiento
al mandato establecido. Esta en cambio, implica la realización por parte de la Administración de
cierta actividad, sin que con ello se cumpla el mandato de la norma. Tales actos, sólo en apariencia
demuestran el cumplimiento del mandamus, no pudiendo ser considerados, en consecuencia, como
actos destinados a efectivizar la norma. De igual forma puede ocurrir que la Administración
despliegue su actividad, dejando incumplidos ciertos aspectos de la norma, lo que supondría un
cumplimiento parcial. Otro supuesto de la omisión formal ocurre cuando la ejecución de lo
ordenado por la Administración no alcanza a todos los que debían haberse beneficiado por el
referido mandato, lo que implica una afectación al principio de igualdad.
26. Y puesto que el objetivo del proceso de cumplimiento es corregir la conducta omisiva de la
Administración, velando por el cumplimiento efectivo de la norma, y no la mera apariencia de
cumplimiento, es lógico que se deba analizar si los actos realizados por la Administración realmente
cumplieron con llevar a efecto los mandatos establecidos en la norma. Es recomendable, por tanto,
analizar el desenvolvimiento del Ministerio de Defensa frente a la ley bajo análisis.
27. La Administración emitió una serie de normas que efectivamente aludían a la Ley 28472: i)
Resolución Ministerial 393-2005-DE/EP; ii) Decreto Supremo 012-2005-DE/SG, iii) Resolución
Suprema 242-2005-DE/EP; iv) Resolución Suprema 243-2005-DE/EP.
i) Resolución Ministerial 393-2005-DE/EP (publicada el 23 de abril de 2005).
Esta resolución reconoce, en virtud de la Ley 28472; “el tiempo de permanencia en la situación
de retiro y/o disponibilidad, como tiempo de servicios reales y efectivos prestados al Estado por
el personal militar que participó en los sucesos del 13 de noviembre de 1992”. Asimismo, el
artículo 2° señala que será el Ejército el que realice los actos administrativos correspondientes
para materializar el cumplimiento de esta resolución.
Como se aprecia, el Ministerio sólo reproduce parte de lo estipulado en el artículo 2° de la Ley
28472, omitiendo hacer referencia a los efectos pensionarios y de promoción al grado inmediato
493
superior (aspectos que sí menciona la ley). Por otra parte, también deja de lado la ejecución de
lo ordenado por el artículo 3°, es decir, lo referido a los ascensos. Se desprende de ello una clara
conducta omisiva por parte de la Administración, al cumplir sólo parcialmente el mandato.
ii) Decreto Supremo 012-2005-DE/SG (publicado el 5 de mayo de 2005).
Se observa, de su parte considerativa, que la finalidad de este reglamento es asegurar el
cumplimiento de la Ley 28472. Frente a ello, cabe preguntarse si los mandatos establecidos en
los artículos 2° y 3° de la citada ley requerían ser reglamentados para ser cumplidos. Al
respecto, conviene precisar que, si bien la Administración goza de una discrecionalidad
normativa [cfr. STC 0090-2004-AA/TC, fundamento 9], que tal como lo establece el artículo
118°, inciso 8), de la Constitución, es la potestad de reglamentar las leyes sin transgredirlas ni
desnaturalizarlas, ello no debe comprenderse como una discrecionalidad mayor. En ese sentido,
no se puede pretender reglamentar una ley que por su propia naturaleza no lo requiere. En el
presente caso, por ejemplo, los artículos 2° y 3° de la Ley 28472 no requerían ser reglamentados,
ya que al tratarse de una orden cierta y líquida, por un lado, y de un acto que sólo requiere ser
ejecutado, por otro, bastaba, para su cumplimiento, la emisión de los actos Administrativos que
materializaran lo estipulado.
28. Las dos resoluciones supremas referidas en los numerales iii) y iv), publicadas ambas el 10
de mayo de 2005, disponen, en aplicación del artículo 3° de la Ley 28472, el ascenso de dos militares
retirados que participaron en los sucesos del 13 de noviembre al grado inmediato superior
correspondiente a cada caso. Pese a ello, no se hace referencia a lo ordenado en el artículo 2° de la
mencionada ley (permanencia en la situación de retiro y/o disponibilidad, como tiempo de servicios
reales y efectivos prestados al Estado y los efectos pensionarios de ello).
29. De lo expuesto se aprecia que, a pesar de la normativa emitida por el Ministerio de Defensa
y el Ejecutivo, la ley no se cumple todavía. Es decir, no obstante que la Administración emitió una
serie de actos formales, no se ha acatado lo establecido por la Ley 28472, incurriendo la
Administración en lo que denominamos omisión formal.
La Ley 28472 y el artículo 172° de la Constitución
30. Como se ha expuesto en los fundamentos precedentes, los mandatos no encuentran mayor
resistencia en nuestro ordenamiento legal, por lo que su fuerza activa modifica, para el caso
concreto, las normas sobre ascensos establecidas. Ello en la medida en que el Legislativo está
facultado para la emisión de normas con fuerza y rango de ley.
31. No obstante, y en virtud del principio de fuerza normativa de la Constitución, debe tomarse
en cuenta el segundo párrafo del artículo 172° de la Constitución, que establece: “El Presidente de
la República otorga los ascensos de los generales y almirantes de las Fuerzas Armadas y de los
generales de la Policía Nacional, según propuesta del instituto correspondiente.” De ello se
desprende que la iniciativa parte del instituto armado correspondiente, gozando el presidente de
discrecionalidad para aceptar dicha propuesta o rechazarla.
32. Desde luego, y de acuerdo con lo previsto por el artículo 51° de la Constitución, la norma
constitucional se impone a la Ley 28472. Consecuentemente, la susodicha ley no podrá surtir efecto
cuando se trate de ascensos a generales o almirantes, ya que ello está contemplado en el artículo
172° de la Constitución.
33. Diferentes son los casos en los que los ascensos son realizados conforme a normas de rango
legal, frente a las cuales la Ley 28472 actúa en su faz activa, modificando para el caso en concreto
la regulación sobre ascensos.
34. Por consiguiente, tratándose de una pluralidad de demandantes que ostentan rangos
diversos, el mandato es plenamente exigible a la Administración cuando se trata de ascensos a
grados inferiores a los de general o almirante, mientras que, para estos casos, la norma no surtirá
efecto alguno a tenor del artículo 172° de la Constitución.
494
Defensa del orden constitucional y Política de Estado
35. Las leyes 27436 y 28472 fueron emitidas en un contexto político de singular relevancia, y
en una etapa de transición política y jurídica, en la que las instituciones democráticas retornan al
cauce señalado por la Constitución. La finalidad de tales leyes es, por demás, evidente: beneficiar
a quienes se enfrentaron a un gobierno de facto, que se encontraba fuera de los márgenes
constitucionales.
36. Tales medidas deben ser consideradas como parte de la política del Estado destinada a la
defensa militante del orden constitucional, en razón de que estimulan el compromiso que los
ciudadanos tenemos para con la Ley Fundamental. Dicha política debe comprenderse como
continua y transversal, propagando sus efectos en toda la administración pública y la sociedad.
37. Por lo tanto, y en consonancia con ello, recomendamos al Ejecutivo que ascienda al personal
militar que participó en la insurrección del 13 de noviembre de 1992, al cual, por corresponderle el
ascenso al grado de general, no le es aplicable lo ordenado en la Ley 28472, debido al mandato
constitucional del artículo 172°.
Por estos fundamentos, el Tribunal Constitucional, con la autoridad que le confiere la
Constitución Política del Perú
HA RESUELTO
1. Declarar FUNDADA la demanda, en vista de la conducta omisiva del Ministerio de Defensa
respecto de lo prescrito por los artículos 2° y 3° de la Ley 28472; en consecuencia, dispone:
a) Que el Ministerio de Defensa dé inmediato cumplimiento al citado artículo 2°, reconociendo a
la totalidad de demandantes su tiempo de permanencia en la situación de retiro y/o
disponibilidad, como tiempo de servicios reales y efectivos prestados al Estado, a efectos
pensionarios y de promoción al grado inmediato superior;
b) Que la autoridad demandada ejecute lo dispuesto por el referido artículo 3°, respetando lo
expuesto en el artículo 172° de la Constitución, para el caso de los ascensos a grados de
generales, conforme a los fundamentos de la presente sentencia; y,
c) Que las órdenes precedentes se cumplan en un plazo perentorio de diez (10) días útiles, de
conformidad con el artículo 72° del Código Procesal Constitucional.
2. Recomendar al Ejecutivo que ascienda al personal militar que participó en la insurrección
del 13 de noviembre de 1992, al cual, por corresponderle el ascenso al grado de general, no le es
aplicable lo ordenado en la Ley 28472, debido al mandato constitucional del artículo 172°.
Publíquese y notifíquese.
SS.
GARCÍA TOMA/GONZALES OJEDA/ALVA ORLANDINI/BARDELLI LARTIRIGOYEN/VERGARA GOTELLI/LANDA ARROYO.
495
5.2. EL PROCESO DISCIPLINARIO Y LA PRESCRIPCIÓN
En Lima, a los 16 días del mes de abril de 2004, la Sala Primera del Tribunal Constitucional,
con la asistencia de los Magistrados Alva Orlandini, Gonzales Ojeda y García Toma, pronuncia la
siguiente sentencia.
ASUNTO
Recurso extraordinario interpuesto por don Ángel Hugo Zapata Hernández contra la sentencia
de la Segunda Sala Mixta de la Corte Superior de Justicia de Ucayali, de fojas 237, su fecha 21 de
enero de 2004, que declara improcedente la acción de amparo de autos.
ANTECEDENTES
Con fecha 11 de febrero de 2003, el recurrente interpone acción de amparo contra el Presidente
de la Comisión Transitoria de Orden y Gestión de la Universidad Nacional de Ucayali, solicitando
que se declare inaplicable la Resolución de Presidencia Nº 1037-2002-CTOyG-P-UNU, del 29 de
noviembre de 2002, mediante la cual se le impuso la sanción de destitución; y que, en consecuencia,
se ordene su reincorporación en el cargo que venía desempeñando, más el pago de las
remuneraciones dejadas de percibir y una indemnización por los daños causados. Alega que se han
violando sus derechos constitucionales al debido proceso y al trabajo, pues el proceso
administrativo se inició cuando ya había prescrito el plazo previsto en el artículo 173º del Decreto
Supremo Nº 005-90-PCM.
El emplazado contesta la demanda señalando que la resolución cuestionada ha sido expedida
conforme a las garantías del debido proceso en el que el demandante ha tenido la oportunidad de
ejercer su derecho de defensa, agregando que tal proceso se inició durante el plazo prescrito por el
artículo 173º del Decreto Supremo Nº 005-90-PCM, no transgrediéndose derecho constitucional
alguno.
El Juzgado Civil de Coronel Portillo, con fecha 17 de setiembre de 2003, declara fundada, en
parte, la demanda, por considerar que el proceso, en cuestión se inició cuando ya había trascurrido
el plazo prescrito por el artículo 173º del Decreto Supremo Nº 005-90-PCM, por lo que las faltas
imputadas ya habían prescrito.
La recurrida, revocando la apelada, declara improcedente la demanda, por considerar que el
proceso se inició en el plazo establecido por el artículo 173º del Decreto Supremo Nº 005-90-PCM.
FUNDAMENTOS
1. La demanda tiene por objeto que se declare inaplicable la Resolución de Presidencia Nº 1037-
2002-CTOyG-P-UNU, del 29 de noviembre de 2002, mediante la cual se le impuso al demandante
la sanción de destitución por la comisión de falta grave disciplinaria. El recurrente alega que esta
resolución vulnera su derecho al debido proceso, puesto que se le instauró el proceso administrativo
disciplinario después de que había prescrito la acción, infringiéndose el artículo 173º del Decreto
Supremo Nº 005-90-PCM.
496
2. El artículo 173º del Decreto Supremo Nº 005-90-PCM establece que el proceso administrativo
disciplinario deberá iniciarse en un plazo no mayor de un año, contado a partir del momento en
que la autoridad competente tomó conocimiento de la comisión de la falta disciplinaria, bajo su
responsabilidad. En caso contrario, se declarará prescrita la acción, sin perjuicio del proceso civil
y penal a que hubiere lugar.
3. Cabe indicar que mediante la Resolución Nº 825-2002-CTOyG-P-UNU, de fecha 15 de octubre
de 2002, se abrió proceso administrativo disciplinario al demandante por no haber cumplido con la
obligación de rendir cuentas de los viáticos otorgados por comisión de servicios y por concepto de
anticipo.
4. Este Colegiado considera que no existe prescripción en cuanto a la fecha de instauración del
proceso (15 de octubre de 2002) contra el demandante, porque, si bien el artículo 173º del Decreto
Supremo Nº 005-90-PCM establece que el proceso administrativo disciplinario debe iniciarse en un
plazo no mayor de un año, contado desde el momento en que la autoridad competente tenga
conocimiento de la comisión de la falta disciplinaria, este debe contabalizarse desde que se haya
determinado la falta cometida e identificado al presunto responsable de la misma, por lo que, en el
caso de autos, tal plazo debe computarse desde que el Jefe de la Oficina de Asesoría Legal de la
Universidad Nacional de Ucayali remitió el Informe Nº 492-OAL-CTOyG-UNU-2002 (f. 54-55) a la
autoridad competente el 10 de octubre de 2002; vale decir, antes de que venciera el plazo de
prescripción de la acción. Por lo tanto, no se encuentra acreditado que con la resolución cuestionada
se haya violado el derecho constitucional invocado.
Por estos fundamentos, el Tribunal Constitucional, con la autoridad que le confiere la
Constitución Política del Perú.
HA RESUELTO
Declarar INFUNDADA la demanda.
Publíquese y notifíquese.
SS.
ALVA ORLANDINI/GONZALES OJEDA/GARCÍA TOMA.
497
6. BENEFICIOS ESPECIALES
Si esto es así, el Decreto Supremo cero cincuenta y uno guión noventa y uno guión
PCM no puede tener mayor jerarquía normativa que el Decreto Legislativo doscientos
setenta y seis, que en su artículo cincuenta y cuatro prescribe que son beneficios de
los funcionarios y servidores públicos, una asignación por cumplir veinticinco o
treinta años de servicios que se otorga por un monto equivalente a dos
remuneraciones mensuales totales, al cumplir veinticinco años de servicios y tres
remuneraciones mensuales al cumplir treinta años de servicios, por única vez en
cada caso.
CAUSA Nº 2001-05777-0-0401-JR-CI-10
498
QUINTO: Que, este mismo criterio ha sido fijado por la Corte Suprema de la República (Sala
Transitoria Constitucional y Social -Acción Contencioso- Administrativa número ciento quince
noventa y nueve Arequipa) en resolución de fecha treinta de marzo del año dos mil uno, en caso
similar en el cual la parte demandada se amparaba en la vigencia del cuestionado Decreto Supremo
número cero cincuenta y uno guión noventiuno guión PCM;
REVOCARON la sentencia número ciento sesenta y nueve guión dos mil uno guión DJEC, de
fojas ciento veintitrés a ciento veintisiete, su fecha diez de diciembre del dos mil uno, en cuanto fue
apelada, al declarar improcedente la demanda de fojas catorce sobre acción de amparo, interpuesta
por Honorato Tomás Aragón Arapa en contra de la Dirección Ejecutiva del Hospital Honorio Delgado
Espinoza, del Procurador Público Encargado de los Asuntos Judiciales del Ministerio de Salud; y
del Presidente del Consejo Transitorio de Administración Regional Arequipa; reformándola; la
DECLARARON FUNDADA; en consecuencia, inaplicables para el actor la Resolución Directoral
número cero cero treinta guión dos mil uno guión CTAR/PE guión DRSA/DG guión HEHD guión
DE guión UPER; y la Resolución Administrativa número cero sesenta guión dos mil uno guión
CTAR/PE/DRSA/DG guión HRHD guión DADM guión UPER; DISPUSIERON se efectúe el cálculo
de la bonificación por concepto de treinta años de servicios a favor del actor, de conformidad con lo
previsto por el Decreto Legislativo número doscientos setenta y seis; la CONFIRMARON en lo demás
que contiene; debiéndose publicar la presente en el Diario Oficial “El Peruano”, una vez quede firme
y consentida. Conformando Sala los señores Vocales Cervantes Castillo, Paredes Bedregal y Díaz
Gonzales. Vocal ponente: señor Díaz Gonzales.
SS.
CERVANTES C.; PAREDES B.; DÍAZ G.
499
6.2 EL D. LEG. N° 276 ES UNA NORMA DE MAYOR JERARQUÍA QUE EL D.S. 051-91-PCM
CAUSA Nº 2001-06467-0-0401-JR-CI-05
RESOLUCIÓN Nº 5
500
servicios se otorga por un monto equivalente a dos remuneraciones mensuales totales y no en base
a dos remuneraciones totales permanentes.
SÉPTIMO.- Que, este mismo criterio ha sido fijado por la Corte Suprema (Sala Transitoria
Constitucional y Social -Acción Contencioso- Administrativa número ciento quince noventa y
nueve–Arequipa) en resolución de fecha treinta de marzo del año dos mil uno en un caso similar en
donde la parte demandada se amparaba en la vigencia del cuestionado Decreto Supremo número
cero cincuenta y uno–noventa y uno–PCM; por lo que: CONFIRMARON la sentencia de fojas ciento
treinta a fojas ciento treinta y seis, su fecha quince de enero del año en curso, que declara fundada
la demanda de amparo constitucional interpuesta por Julia Elsa Chama Montes en contra de la
Dirección Ejecutiva del Hospital Regional Honorio Delgado Espinoza de Arequipa, representada por
su Director Ejecutivo Armando Campano Chire con emplazamiento del Procurador Público
encargado de los asuntos judiciales del Ministerio de Salud; con lo demás que contiene; y los
devolvieron. Vocal ponente: señor Ticona Postigo.-
SS.
TICONA P.; ALIAGA B.; VALENCIA DONGO C.
501
6.3 ACTOS ADMINISTRATIVOS SUSTENTADOS EN NORMA QUE REBASA EL AMBITO DE COMPETENCIA
CONSTITUCIONALMENTE PREVISTO
SENTENCIA DE VISTA
RESOLUCIÓN Nº SEIS-2SC
CAUSA Nº 2001-6646-0-0401-JR-CI-08-2SC
502
constitucional, la referida norma tuvo carácter extraordinario; habiéndose expedido con la finalidad
de conjurar un estado de necesidad existente al momento de su vigencia, de allí que tanto en la
parte considerativa como en el artículo segundo se deje claramente establecido su carácter
transitorio. En relación a este último aspecto, resulta de singular importancia, para definir los
alcances de la referida transitoriedad, el segundo considerando que sustenta la norma; en efecto,
allí se deja claramente establecido lo siguiente: En primer lugar la conveniencia de dejar en
suspenso en forma transitoria determinados sistemas remunerativos; y, en segundo lugar, su razón
de ser; esto es las distorsiones que se originan en la política salarial prevista para mil novecientos
noventiuno.
CUARTO.- bajo tales presupuestos, resulta evidente que al sustentarse las resoluciones
directorales cuestionadas, en el Decreto Supremo Extraordinario cero cincuenta y uno – noventa y
uno PCM se está rebasando el ámbito de competencia constitucionalmente previsto, en perjuicio de
las normas legales ordinarias que regulan el derecho de la accionante (particularmente el Decreto
Legislativo número doscientos setenta y seis), debiendo ampararse la pretensión impugnatoria del
demandante. En cuanto a los precedentes que fueron invocados al contestarse la demanda (fojas
ciento cuarenticuatro a ciento cincuentiuno), aquellos no se hallan dentro de los alcances del
artículo nueve de la Ley veintitrés mil quinientos seis, toda vez que mediante ellas se declara la
improcedencia de la demanda a partir de la calificación que respecto de la jerarquía normativa
formula el Tribunal, no desprendiéndose de ellas, en consecuencia, principios de carácter general.
Que, por lo demás, según se infiere de lo expuesto, son otras las razones por las que el Colegiado
considera debe ampararse la demanda. Por estas consideraciones y al amparo de las normas
acotadas, REVOCARON la sentencia del veinticinco de abril del año dos mil dos, corriente de fojas
ciento setenticuatro a ciento setentisiete, que declara improcedente la demanda de fojas diecinueve
a treintidós, ampliada a fojas treintinueve a cuarentiuno, interpuesta por Luis Alberto Cáceres
Portilla con la Dirección Ejecutiva del Hospital Regional Honorio Delgado Espinoza de Arequipa,
sobre acción de amparo, REFORMANDOLA declararon FUNDADA la demanda; en consecuencia
declara inaplicables al demandante las Resoluciones Administrativas números cero cuatrocientos
once - dos mil uno - CTAR/PE - DRSA/DG - HRHD - DADM - UPER; ciento treinta y tres - dos mil
uno - CTAR/PE - DRSA/DG - HRHD - DADM - UPER y ciento treinta y cuatro - dos mil uno -
CTAR/PE - DRSA/DG - HRHD - DADM - UPER. DISPUSIERON se efectúe el cálculo de la asignación
por concepto de veinticinco años de servicios conforme lo previsto en el Decreto Legislativo número
doscientos setenta y seis. EXONERARON a la parte vencida del pago de costas y costos del proceso.
MANDARON se efectúen las publicaciones de ley. Vocal Ponente: señor Armaza Galdos.
SS.
CARRASCO NAVARRO; VILLANUEVA FERNÁNDEZ HERNANI; ARMAZA GALDOS.
503
6.4 RESTITUCIÓN A LA SITUACIÓN DE ACTIVIDAD DE POLICIA NACIONAL
EXP. N° 3364-2000
RESOLUCIÓN N° 2092
VISTOS:
En audiencia Pública de fecha trece de julio pasado; interviniendo como Vocal Ponente la señora
Ubillús Fortini; con lo opinado por el señor Fiscal Superior en su Dictamen de fojas ciento ochenta
y ocho a ciento noventa;
CONSIDERANDO:
PRIMERO.- Que, la pretensión contenida en el petitorio de la demanda está dirigida a que se
declare la inaplicabilidad de la Resolución Suprema número 0198-91-IN/PNP de fecha veintisiete
de marzo de mil novecientos noventa y uno, mediante la cual se pasa al accionante, de la situación
de actividad a la situación de retiro por renovación, cuando ostentaba el grado de Comandante;
habiéndose vulnerado con dicha resolución los derechos reconocidos constitucionalmente referidos
al honor, la buena reputación e imagen, estabilidad en el empleo y a no ser sometidos a
procedimientos distintos de los previamente establecidos en la Ley;
SEGUNDO.- Que, para pasar al accionante de la situación de actividad a la situación de retiro,
a través de la Resolución Suprema número 0198-91-IN/PNP, se invocan lo dispuesto en los
Artículos 41 y 42 de la Ley de Bases de las Fuerzas Policiales aprobado por Decreto Legislativo N°
371 del 4 de febrero de 1986, los mismos que establecen: que, la situación policial de retiro es la
condición del personal de las Fuerzas Policiales, dentro del servicio o fuera de él. Con el fin de
procurar la renovación constante de los cuadros de las Fuerzas Policiales, el Director General de
las Fuerzas Policiales propondrá por una vez al año, al Ministerio del Interior, una relación de
invitados, a solicitar, ineludiblemente, su pase a la situación de Retiro. La lista definitiva será
establecida mediante Resolución Suprema. Este procedimiento de invitación alcanza a todo el
personal policial y de servicios de las fuerzas policiales;
TERCERO.- Que, en concordancia con las disposiciones descritas en el considerando que
precede, la facultad otorgada al Director de la Policía Nacional del Perú para proponer el pase de la
situación de actividad a la de Retiro del personal policial, deberá ser ejercida conforme a los límites
y cuando concurran los presupuestos establecidos por la Ley; en ese sentido, para expedir la
Resolución Suprema N° 0198-91-IN/PNP debió haberse cumplido con los requisitos señalados en
el Artículo 36 del Decreto Ley N° 18081, norma legal que se encontraba vigente a la fecha de
expedición de la Resolución Suprema N° 0198-91-IN/PNP, esto es, al veintisiete de marzo de mil
novecientos noventa y uno;
CUARTO.- Que, el Decreto Ley N° 18081 fue derogado por la Primera Disposición Final del
Decreto Legislativo N° 745 – Ley de Situación Policial del Personal de la Policía Nacional del Perú
del ocho de noviembre de mil novecientos noventa y uno;
504
QUINTO.- Que, es menester tener en consideración los requisitos anotados en el Artículo treinta
y cinco del Decreto Legislativo N° 371 para el ascenso del personal policial;
SEXTO.- Que, por tales consideraciones, se establece que la parte emplazada ha vulnerado los
derechos constitucionales invocados por el accionante, por lo que la presente acción de garantía
deviene en amparable;
SÉPTIMO.- Que, de conformidad con el Artículo once de la Ley N° 25398, este Superior
Colegiado tiene la facultad de integrar la resolución del inferior en caso de omisión de
pronunciamiento; en ese sentido, respecto al extremo del petitorio que solicita indemnización, no
siendo la vía pertinente el presente proceso constitucional para pronunciarse sobre tal pretensión,
por no contar con etapa probatoria, deviene en desestimable;
FALLO:
Fundamentos por los cuales y los pertinentes de la recurrida: CONFIRMARON la sentencia de
fojas ciento cuarenta y cuatro a ciento cuarentiséis, su fecha cinco de julio del dos mil, en la parte
que declara INFUNDADAS las excepciones de Falta de Agotamiento de la Vía Administrativa y de
Caducidad; REVOCARON en el extremo que declara INFUNDADA la demanda de fojas sesenta
variada a fojas ciento dieciocho, REFORMÁNDOLA la declararon FUNDADA; en consecuencia,
INAPLICABLE al actor Resolución Suprema N° 0198-91-IN/PNP de fecha veintisiete de marzo de
mil novecientos noventa y uno en cuanto al accionante se refiere, don Walter Puerta Celis, a quien
deberá restituírsele a la situación de actividad de la Policía Nacional, conservando el mismo rango,
cargo y empleo que tenía a la fecha de expedición de la resolución cuestionada; IMPROCEDENTE
en el extremo que solicita indemnización; en la Acción de Amparo seguida por WALTER PUERTA
CELIS contra el MINISTERIO DEL INTERIOR y contra el Director de la Policía Nacional del Perú; y,
estando a que la presente resolución sienta precedente de observancia obligatoria, MANDARON:
Que, consentida y/o ejecutoriada que ésta sea, se publique en el Diario Oficial El Peruano por el
término de ley; y los devolvieron.
SS.
TELLO GILARDI; LINARES SAN ROMAN; UBILLUS FORTINI.
505
7. DESPIDO
EXP. N° 679-2001-AC/TC-LAMBAYEQUE
En Lima, a los veintidós días del mes de enero de dos mil uno, reunido el Tribunal
Constitucional en sesión de Pleno Jurisdiccional, con asistencia de los señores Magistrados Aguirre
Roca, Presidente; Rey Terry, Vicepresidente; Nugent, Díaz Valverde, Acosta Sánchez y Revoredo
Marsano, pronuncia la siguiente sentencia:
ASUNTO
Recurso extraordinario interpuesto por don Carlos Segundo Oblitas Chuyo, contra la sentencia
expedida por la Primera Sala Civil de la Corte Superior de Justicia de Lambayeque, de fojas ciento
cuarenta, su fecha veintidós de mayo de dos mil uno, que declaro infundada la acción de
cumplimiento de autos.
ANTECEDENTES
El recurrente, con fecha veintiséis de febrero de dos mil uno, interpuso acción de cumplimiento
contra la Municipalidad distrital de José Leonardo Ortiz, a fin de que se dé cumplimiento al Acuerdo
Municipal, de fecha veintinueve de diciembre de mil novecientos noventa y ocho, y se disponga su
incorporación a la carrera administrativa.
Manifiesta que ingresó a laborar, con fecha tres de agosto de mil novecientos noventa y cuatro,
en la Municipalidad demandada, y realizó labores en forma ininterrumpida, durante seis años y
siete meses; agrega que, en el año mil novecientos noventa y nueve, la demandada ordenó su
despido, y que su solicitud de reincorporación, fue denegada.
La emplazada, niega y contradice la demanda en todos sus extremos, señalando que la acción
de cumplimiento no es la vía pertinente para dilucidar la controversia, pues si bien es cierto que el
acuerdo municipal mencionado establece que los servidores empleados, obreros y empleados, que
tienen la condición de contratados con más de un año de servicios, están comprendidos dentro de
los alcances de la Ley N° 24041 y que, por tanto, debe reconocérseles la condición de servidores
contratados para labores de naturaleza permanente, el Acta de Sesión de Concejo de refiere única
y exclusivamente, a la estabilidad laboral del personal contratado que cuente con más de un año
de servicios, es decir, a que los comprendidos en tal Acta, no pueden ser destituidos, sino mediante
previo proceso administrativo disciplinario. Añade que en ningún apartado de dicho acuerdo se
declara la obligatoriedad de incorporarlos a la carrera administrativa.
El Séptimo Juzgado Civil de Chiclayo, a fojas setenta y cinco, con fecha veintiuno de marzo de
dos mil uno, declaró fundada la demanda, por estimar que debe tenerse en cuenta que existe el
acuerdo municipal, el cual sigue vigente y, considerando que en un proceso judicial similar se
discutió el cumplimiento de este acuerdo respecto a otros servidores de la Municipalidad
demandada, en el cual se declaró fundada la demanda, en virtud del principio de congruencia y
506
seguridad jurídica que debe regir en casos similares, habiendo el demandante acreditado estar
prestando servicios de naturaleza permanente por más de un año ininterrumpido, según se
desprende de la documentación presentada con el escrito de demanda.
La recurrida, revocando la apelada, declaró infundada la demanda, por considerar que en el
acuerdo municipal se le reconoce a ciertos trabajadores la condición de trabajadores permanentes,
mas no derechos remunerativos que son ajenos y distintos de los de naturaleza laboral.
FUNDAMENTOS
1. De autos se advierte que el demandante curso la correspondiente carta notarial, conforme lo
establece el artículo 5°, literal “c” de la Ley N° 26301.
2. La Ley N° 24041, de fecha doce de diciembre de mil novecientos ochenta y cuatro, establece
que los servidores públicos contratados para labores de naturaleza permanente, que tengan más
de un año ininterrumpido de servicios prestados al Estado, no pueden ser obligados a cesar ni ser
destituidos, sino por las causales previstas en el capítulo V del Decreto Legislativo N° 276, Ley de
Bases de la Carrera Administrativa y de Remuneraciones del Sector Público. En consecuencia, el
demandante se encontraba comprendido dentro de los alcances de la Ley N° 24041.
3. Sin embargo, es necesario aclarar que el artículo 12° y siguiente del Decreto Legislativo N°
276, que aprueba la Ley de Bases de la Carrera Administrativa y de Remuneraciones del Sector
Público, concordante con el artículo 28° de su Reglamento, aprobado por el Decreto Supremo N°
05-90-PCM, establece que el servidor puede ingresar en la carrera administrativa previa evaluación
favorable, mediante concurso, y siempre que exista plaza vacante, siendo nulo todo acto
administrativo que contravenga tal disposición.
4. Del estudio de autos se desprende que el referido acuerdo establece expresamente que los
servidores con más de un año de servicios están comprendidos dentro de los alcances de la Ley N°
24041, los cuales no pueden ser despedidos sino mediante previo proceso administrativo. Siendo
ello así, es necesario resaltar que el acuerdo no establecía la obligación de incorporar a los
trabajadores de dicha Municipalidad a la carrera administrativa, sino que simplemente otorgaba el
status de trabajadores permanentes.
5. El referido acuerdo, ha sido dictado por órgano competente en última instancia
administrativa, habiendo quedado consentido y, por lo tanto, adquirido la calidad de cosa decidida,
siendo de cumplimiento obligatorio.
6. En cuanto a su ingreso en la carrera administrativa, es necesario señalar que no se ha
probado en autos que la demandada se muestre renuente a acatar una norma legal o un acto
administrativo; cabe, por otro lado, acotar que la Resolución de Alcaldía N° 2059-2000-MDJLO/A,
de fecha quince de noviembre de dos mil, en su artículo 1°, dispuso declarar improcedente la
solicitud del demandante de ingreso a la carrera administrativa.
Por estos fundamentos el Tribunal Constitucional, en uso de las atribuciones que le confieren
la Constitución Política del Estado y su Ley Orgánica;
FALLA
REVOCANDO, en parte, la recurrida que, revocando la apelada, declaró infundada la demanda;
y, reformándola, declara FUNDADA la acción de cumplimiento en el extremo que se dispone el
cumplimiento del Acuerdo Municipal, del veintinueve de diciembre de mil novecientos noventa y
ocho, reconociéndose al demandante el status de trabajador permanente; y la CONFIRMA,
declarando INFUNDADO el extremo en que se solicita incorporación a la carrera administrativa.
Dispone la notificación a las partes, su publicación en el Diario Oficial El Peruano y la devolución
de los actuados.
SS.
AGUIRRE ROCA; REY TERRY; NUGENT; DIAZ VALVERDE; ACOSTA SANCHEZ; REVOREDO MARSANO.
507
7.2 CESE POR CAUSAL DE EXCEDENCIA. SUSTRACCIÓN DE LA MATERIA
TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
En Lima, a los veintitrés días del mes de octubre de dos mil uno, reunido el Tribunal
Constitucional en sesión de Pleno Jurisdiccional, con asistencia de los señores Magistrados Aguirre
Roca, Presidente; Rey Terry, Vicepresidente; Nugent, Díaz Valverde, Acosta Sánchez y Revoredo
Marsano, pronuncia la siguiente sentencia, con el fundamento singular, adjunto, del Magistrado
Aguirre Roca.
ASUNTO
Recurso extraordinario interpuesto por don Fredy Esteban Huaraz Riquez contra la sentencia
expedida por la Sala Corporativa Transitoria Especializada en Derecho Público de la Corte Superior
de Justicia de Lima, de fojas doscientos veinticinco, su fecha veintiséis de octubre de mil
novecientos noventa y nueve, que declaró infundada la acción de amparo de autos.
ANTECEDENTES
El recurrente interpone acción de amparo contra la Comisión Reorganizadora de la Universidad
Nacional Mayor de San Marcos, con el objeto de que se declare la no aplicación de la Resolución
Rectoral N° 08397-CR-96, de fecha treinta y uno de diciembre de mil novecientos noventa y seis,
mediante la cual fue cesado por causal de excedencia, según la Ley N° 26457 y el Decreto Ley N°
26093, pues considera que se han violado los derechos a la libertad de trabajo y a la defensa, en
consecuencia, solicita que se le reponga en su puesto de trabajo y se ordene el pago de las
remuneraciones dejadas de percibir.
La demandada alega que ésta no es la vía idónea para ventilar la pretensión, y que el proceso
de evaluación de personal se llevó a cabo de acuerdo con el Decreto Ley N° 26093 y la Ley N° 26457.
Por último, propone la excepción de caducidad.
El Primer Juzgado Corporativo Transitorio Especializado en Derecho Público de Lima, a fojas
ciento nueve, con fecha veintidós de diciembre de mil novecientos noventa y siete, declaró infundada
la demanda, considerando que no se ha vulnerado derecho constitucional alguno.
La recurrida, confirmó la apelada, por el mismo fundamento.
FUNDAMENTOS
1. Conforme se aprecia a fojas cincuenta y siete del cuaderno del Tribunal Constitucional,
mediante la Resolución Rectoral N° 01837-CTG-01, del dieciséis de abril de dos mil uno, el
demandante ha sido reincorporado con todos sus derechos a la universidad demandada, en el grupo
ocupacional profesional “E”, en la Oficina General de Abastecimiento, motivo por el cual resulta
aplicable el artículo 6, inciso 1) de la Ley N° 23506.
2. Respecto al pago de las remuneraciones dejadas de percibir como consecuencia del cese, que
solicita el demandante, el Tribunal ha establecido que la remuneración es la contraprestación por
el trabajo efectivamente realizado, lo que no ha sucedido en el presente caso, durante el tiempo
dejado de laborar.
508
Por estos fundamentos el Tribunal Constitucional, en uso de las atribuciones que le confieren
la Constitución Política del Estado y su Ley Orgánica;
FALLA
REVOCANDO la recurrida, que, confirmando la apelada, declaró infundada la demanda; y,
reformándola, declara que carece de objeto pronunciarse sobre el fondo del asunto controvertido
por haberse producido la sustracción de la materia. Dispone la notificación a las partes, su
publicación en el Diario Oficial El Peruano y la devolución de los actuados.
SS.
AGUIRRE ROCA; REY TERRY; NUGENT; DIAZ VALVERDE; ACOSTA SÁNCHEZ; REVOREDO MARSANO
509
7.3 SE DECLARA INAPLICABLE EL ARTÍCULO 34, SEGUNDO PARRAFO DEL TUO DEL D. LEG. 728, LEY
DE PRODUCTIVIDAD Y COMPETITIVIDAD LABORAL
TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
En Lima, a los once días del mes de julio de dos mil dos, reunido el Tribunal Constitucional en
sesión de Pleno Jurisdiccional, con asistencia de los señores Magistrados Rey Terry, Vicepresidente;
Revoredo Marsano, Alva Orlandini, Bardelli Lartirigoyen, Gonzales Ojeda y García Toma, pronuncia
la siguiente sentencia.
ASUNTO
Recurso extraordinario interpuesto por el Sindicato Unitario de Trabajadores de Telefónica del
Perú S.A. y la Federación de Trabajadores de Telefónica del Perú (FETRATEL) contra la sentencia
expedida por la Sala Corporativa Transitoria Especializada en Derecho Público de la Corte Superior
de Justicia de Lima, de fojas seiscientos setenta y siete, su fecha nueve de marzo de dos mil uno,
que declaró improcedente la acción de amparo de autos.
ANTECEDENTES
Los recurrentes, con fecha 29 de mayo de 2000, interponen acción de amparo contra las
empresas Telefónica del Perú S.A.A. y Telefónica Perú Holding S.A. , con el objeto de que se
abstengan de amenazar y vulnerar los derechos constitucionales de los trabajadores a los cuales
representan, en virtud de la aplicación de un Plan de Despido Masivo contenido en un Resumen
Ejecutivo elaborado por la Gerencia de Recursos Humanos de la primera de las demandadas.
Sostienen que se han vulnerado los derechos constitucionales a la igualdad ante la ley, al debido
proceso, a la legítima defensa, al trabajo, a la libertad sindical y a la tutela jurisdiccional efectiva
de los trabajadores de Telefónica del Perú S.A.A., dado que ésta ha iniciado una política de despidos
masivos con el propósito del “despido de la totalidad de trabajadores sindicalizados”. Acompañan
como anexo una lista de setenta y siete trabajadores, alegando que ha sido elaborada por la primera
accionada, en la que se encuentra una relación del personal a ser “desvinculado” de ésta.
Contestan la demanda Telefónica del Perú S.A.A. y Telefónica Perú Holding S.A. Esta última
propone las excepciones de representación defectuosa e insuficiente de los demandantes y de
caducidad y falta de legitimidad para obrar del demandado. En cuanto al fondo de la controversia,
afirman que no existe ninguna amenaza de cierta e inminente realización. La primera de las
demandadas señala que no se conoce la autoría del “resumen ejecutivo”, dado que es un documento
sin firma, lo mismo que la relación del personal a ser “desvinculado”. Indica también que, incluso
suponiendo que el primer documento haya sido efectivamente elaborado por ella sólo contiene
“propuestas” y no una decisión adoptada. Agrega que, siguiendo el argumento de las demandantes,
, a esa fecha ya se debían haber producido los ceses y que, sin embargo, ello no ha ocurrido,
510
quedando demostrado que el denominado “plan de despido masivo” sólo existe en la imaginación
de los accionantes.
El Primer Juzgado Corporativo Transitorio Especializado en Derecho Público, con fecha
diecisiete de julio de dos mil, declaró infundadas las excepciones propuestas y fundada la demanda,
considerando que -a partir de la copia del resumen ejecutivo, junto con la totalidad de documentos
presentados por los demandantes, tales como aquellos que señalan la transferencia del personal a
filiales en nuevas condiciones laborales que conllevan la pérdida de derechos de sindicalización– se
demuestra la amenaza de violación a los derechos constitucionales de los accionantes.
La recurrida, confirmando en parte la apelada, declaró infundadas las excepciones de
representación defectuosa e insuficiente de los demandantes y de caducidad, pero la revoca en los
demás extremos, declarando fundada la excepción de falta de legitimidad para obrar del demandado
propuesta por Telefónica Perú Holding S.A. e improcedente la acción de amparo, considerando
fundada la tacha presentada por Telefónica del Perú S.A.A. contra la calidad de medio probatorio
del “resumen ejecutivo”, indicando que, si fuese un documento que ella elaboró, se habría obtenido
ilícitamente, puesto que tiene el carácter de “confidencial”. Añade que en el caso concreto no está
acreditada la amenaza, porque “el cese de trabajadores debió anunciarse en el mes de abril de dos
mil, antes de incoarse la presente acción, hecho que no se ha contravenido en autos”.
FUNDAMENTOS
Petitorio de la demanda
1. El objeto de la demanda es que las demandadas “se abstengan de amenazar y vulnerar los
derechos constitucionales de los trabajadores afiliados a (sus) sindicatos, en virtud de la aplicación
de un ilegal Plan de Despido masivo, contenido en un Resumen Ejecutivo elaborado por la Gerencia
de Recursos Humanos (...), cuya inminente ejecución afecta (sus) derechos constitucionales a la
igualdad ante la ley, a trabajar libremente, a la legítima defensa, al trabajo, a que ninguna relación
pueda limitar el ejercicio de los derechos constitucionales ni desconocer o rebajar la dignidad del
trabajador, al carácter irrenunciable de los derechos reconocidos por la Constitución y la ley, a la
adecuada protección contra el despido arbitrario, a la libertad sindical, al debido proceso y a la
tutela jurisdiccional efectiva”.
2. Si bien la demanda inicialmente se sustentaba en la amenaza de despido de los demandantes,
esta circunstancia ha variado, dado que desde la fecha de inicio del presente proceso hasta la fecha
se ha producido, sucesivamente, el despido de numerosos trabajadores, tal como se constata en las
documentales obrantes en el cuadernillo de recurso extraordinario y respecto a lo cual las propias
partes demandadas han expuesto lo que conviene a su derecho. Este despido se ha producido en
sucesivas etapas, por lo que la controversia sobre la certeza e inminencia de la presunta amenaza
carece de sentido. Por este motivo, no tiene objeto centrar el análisis en el resumen ejecutivo como
amenaza, por lo que se procederá a evaluar el acto mismo de despido.
3. No es competencia de este Tribunal Constitucional, ni materia propia de un proceso
constitucional como el amparo, analizar si el acto cuestionado se ha efectuado en términos o no de
la ley correspondiente, puesto que ello constituye un asunto de mera legalidad ordinaria y, desde
ese punto de vista, competencia propia de los juzgados competentes en materia laboral. Por el
contrario, el asunto a dilucidarse es determinar si el acto cuestionado constituye o no un acto lesivo
de derechos constitucionales, controversia que corresponde al proceso de amparo según lo establece
el artículo 200º, inciso 2), de la Constitución y el artículo 24º de la Ley Nº 23506.
4. En vista de que sólo son revisables ante este Tribunal los extremos impugnados por la parte
demandante a través del recurso extraordinario, no corresponde que este Colegiado se pronuncie
respecto de las excepciones de representación defectuosa e insuficiente de los codemandantes, y de
caducidad de la demanda, al haber sido declaradas infundadas por la sentencia de vista.
511
Por otro lado, sí corresponde que se examine la excepción de falta de legitimidad para obrar del
demandado propuesta por Telefónica Perú Holding S.A., al haberse impugnado la sentencia
recurrida en el extremo que la declaró fundada. Así, este Tribunal considera que al ser planteada
la demanda ante la amenaza de ceses masivos de los trabajadores de Telefónica del Perú S.A.A. y
en representación de éstos, no existe relación material con la empresa Telefónica Perú Holding S.A.
que sustente la relación procesal entablada con ella, dado que esta última no es la entidad
empleadora.
Determinación del problema planteado en la controversia
5. El problema de la presente controversia reside en determinar si el acto de despido
cuestionado resulta lesivo o no de los derechos fundamentales alegados por los demandantes.
Implica, fundamentalmente, determinar si se ha afectado: a) la libertad de sindicación y, b) el
derecho al trabajo.
Telefónica del Perú S.A.A. ha procedido al despido sobre la base de lo establecido en el artículo
34º del Texto Unico Ordenado del Decreto Legislativo Nº 728, Ley de Productividad y Competitividad
Laboral, Decreto Supremo Nº 003-97-TR, tal como se constata en las respectivas cartas de despido.
Por esta razón, este extremo de la controversia conduce a determinar si dicho dispositivo es o no
compatible con la Constitución, para según ello establecer la validez o no del acto cuestionado.
Los efectos inter privatos de los derechos constitucionales
6. La Constitución es la norma de máxima supremacía en el ordenamiento jurídico y, como tal,
vincula al Estado y la sociedad en general. De conformidad con el artículo 38º de la Constitución,
“Todos los peruanos tienen el deber (...) de respetar, cumplir (...) la Constitución (...)”. Esta norma
establece que la vinculatoriedad de la Constitución se proyecta erga omnes, no sólo al ámbito de
las relaciones entre los particulares y el Estado, sino también a aquéllas establecidas entre
particulares. Ello quiere decir que la fuerza normativa de la Constitución, su fuerza activa y pasiva,
así como su fuerza regulatoria de relaciones jurídicas se proyecta también a las establecidas entre
particulares, aspecto denominado como la eficacia inter privatos o eficacia frente a terceros de los
derechos fundamentales. En consecuencia, cualquier acto proveniente de una persona natural o
persona jurídica de derecho privado, que pretenda conculcar o desconocerlos, como el caso del acto
cuestionado en el presente proceso, resulta inexorablemente inconstitucional.
7. Esto mismo ha de proyectarse a las relaciones privadas entre empleador y trabajador como
el caso de Telefónica del Perú S.A.A. y de los demandantes, respectivamente. Si bien aquélla dispone
de potestades empresariales de dirección y organización y, constituye, además, propiedad privada,
aquéllas deben ejercerse con irrestricto respeto de los derechos constitucionales del empleado o
trabajador. En la relación laboral se configura una situación de disparidad donde el empleador
asume un status particular de preeminencia ante el cual el derecho y, en particular, el derecho
constitucional, se proyecta en sentido tuitivo hacia el trabajador. Desde tal perspectiva, las
atribuciones o facultades que la ley reconoce al empleador no pueden vaciar de contenido los
derechos del trabajador; dicho de otro modo, no pueden devenir en una forma de ejercicio
irrazonable. Es por esto que la Constitución precisa que ninguna relación laboral puede limitar el
ejercicio de los derechos constitucionales ni desconocer o disminuir la dignidad del trabajador (art.
23º, segundo párrafo). Es a partir de esta premisa impuesta por la Constitución que debe abordarse
toda controversia surgida en las relaciones jurídicas entre empleador y trabajador, en todo
momento: al inicio, durante y al concluir el vínculo laboral. Por esta razón, la culminación de la
relación laboral por voluntad unilateral del empleador, como en la presente controversia, debe
también plantearse tomando como base a la eficacia inter privatos de los derechos constitucionales.
Libertad sindical
8. La Constitución reconoce la libertad sindical en su artículo 28º, inciso 1) Este derecho
constitucional tiene como contenido esencial un aspecto orgánico, así como un aspecto funcional.
El primero consiste en la facultad de toda persona de constituir organizaciones con el propósito de
512
defender sus intereses gremiales. El segundo consiste en la facultad de afiliarse o no afiliarse a este
tipo de organizaciones. A su vez, implica la protección del trabajador afiliado o sindicado a no ser
objeto de actos que perjudiquen sus derechos y tuvieran como motivación real su condición de
afiliado o no afiliado de un sindicato u organización análoga.
Desde luego, debe entenderse que lo anterior no conlleva a que el contenido esencial del citado
derecho constitucional se agote en los aspectos antes relevados. Por el contrario, es posible el
desarrollo de ulteriores concretizaciones o formas de proyección del citado derecho constitucional
que, en principio, no pueden, como tampoco deben, ser enunciadas de manera apriorística. Los
derechos constitucionales albergan contenidos axiológicos que, por su propia naturaleza, pueden y
deben desarrollarse, proyectando su vis expansiva a través de remozadas y, otrora, inusitadas
manifestaciones.
9. De conformidad con la Cuarta Disposición Final y Transitoria de la Constitución, los derechos
constitucionales deben interpretarse dentro del contexto de los tratados internacionales suscritos
por el Estado peruano en la materia. En la materia. Según esta norma, estos tratados constituyen
parámetro de interpretación de los derechos reconocidos por la Constitución, lo que implica que los
conceptos, alcances y ámbitos de protección explicitados en dichos tratados, constituyen
parámetros que deben contribuir, de ser el caso, al momento de interpretar un derecho
constitucional. Todo ello, claro está, sin perjuicio de la aplicación directa que el tratado
internacional supone debido a que forma parte del ordenamiento peruano (art. 55º, Const.).
10. El aspecto orgánico e la libertad de sindicación se halla reconocido expresamente en el
artículo 2º del Convenio Nº 87 sobre la libertad sindical y la protección del derecho de sindicación,
precisando que consiste en “el derecho de constituir las organizaciones que estimen convenientes,
así como el de afiliarse a estas organizaciones, (...)”. Por otra parte, según el artículo 1º, inciso 2),
literal “b”, la protección del trabajador contra todo acto que menoscabe la libertad de sindicación
se extiende también “contra todo acto que tenga por objeto” “despedir a un trabajador o perjudicarlo
en cualquier otra forma a causa de su afiliación sindical o de su participación en actividades
sindicales(...)” (vale decir: cursivas de la presente sentencia).
11. En el presente caso, las personas que fueron despedidas por Telefónica del Perú S.A.A., son
miembros del sindicato. Resulta coincidente que las personas con las que la mencionada
demandada concluyó unilateralmente la relación laboral hayan sido precisamente las que
conforman tanto el Sindicato Unitario de Trabajadores de Telefónica del Perú S.A. y de la Federación
de Trabajadores de Telefónica del Perú. Como se aprecia, es el criterio de afiliación sindical el que
ha determinado la aplicación de la medida de despido. Por esta razón, el acto cuestionado lesiona
el citado derecho constitucional en la medida que significa atribuir consecuencias perjudiciales en
los derechos de los trabajadores por la sola circunstancia de su condición de afiliado a uno de los
mencionados sindicatos. Más concretamente, en este caso, se trató de la lesión de la libertad de
sindicación al haberse procedido al despido de personas que tienen la condición de afiliados a los
sindicatos antes mencionados; circunstancia que implica la vulneración al citado derecho
constitucional, conclusión que resulta clara cuando se tiene en cuenta el contenido de éste a partir
o conforme lo establecido por el citado Convenio sobre libertad sindical.
Derecho al trabajo
12. El derecho al trabajo está reconocido por el artículo 22º de la Constitución. Este Tribunal
estima que el contenido esencial de este derecho constitucional implica dos aspectos. El de acceder
a un puesto de trabajo, por una parte y, por otra, el derecho a no ser despedido sino por causa
justa. Aunque no resulta relevante para resolver la causa, cabe precisar que, en el primer caso, el
derecho al trabajo supone la adopción por parte del Estado de una política orientada a que la
población acceda a un puesto de trabajo; si bien hay que precisar que la satisfacción de este aspecto
de este derecho constitucional implica un desarrollo progresivo y según las posibilidades del Estado.
El segundo aspecto del derecho es el que resulta relevante para resolver la causa. Se trata del
derecho al trabajo entendido como proscripción de ser despedido salvo por causa justa.
513
Debe considerarse que el artículo 27º de la Constitución contiene un “mandato al legislador”
para establecer protección “frente al despido arbitrario”. Tres aspectos deben resaltarse de esta
disposición constitucional:
a) Se trata de un “mandato al legislador”.
b) Consagra un principio de reserva de ley en garantía de la regulación de dicha protección.
c) No determina la forma de protección frente al despido arbitrario, sino que la remite a la ley.
Sin embargo, cuando se precisa que ese desarrollo debe ser “adecuado”, se está resaltando –
aunque innecesariamente– que esto no debe afectar el contenido esencial del derecho del
trabajador. En efecto, todo desarrollo legislativo de los derechos constitucionales presupone para
su validez el que se respete su contenido esencial, es decir, que no se desnaturalice el derecho
objeto de desarrollo. Por esta razón, no debe considerarse el citado artículo 27º como la
consagración, en virtud de la propia Constitución, de una “facultad de despido arbitrario” hacia el
empleador.
Por este motivo, cuando el artículo 27º de la Constitución establece que la ley otorgará
“adecuada protección frente al despido arbitrario”, debe considerarse que este mandato
constitucional al legislador no puede interpretarse en absoluto como un encargo absolutamente
abierto y que habilite al legislador una regulación legal que llegue al extremo de vaciar de contenido
el núcleo duro del citado derecho constitucional. Si bien es cierto que el legislador tiene en sus
manos la potestad de libre configuración de los mandatos constitucionales, también lo es que dicha
potestad se ejerza respetando el contenido esencial del derecho constitucional. Una opción
interpretativa diferente sólo conduciría a vaciar de contenido el mencionado derecho constitucional
y, por esa razón, la ley que la acogiera resultaría constitucionalmente inadmisible.
Para el Tribunal Constitucional no se trata de emplazar el problema desde la perspectiva de la
dualidad conceptual, estabilidad absoluta y estabilidad relativa y, a partir de ello, inferir que al no
haber consagrado la Constitución vigente –como lo hizo su predecesora de 1979– la denominada
estabilidad absoluta, toda protección restitutoria ante un despido arbitrario sería absolutamente
inadmisible. Por el contrario, planteado en términos de derecho constitucional lo que interesa en el
análisis es determinar si el contenido esencial de un derecho constitucional como el derecho al
trabajo es o no respetado en su correspondiente desarrollo legislativo. Más precisamente, si la
fórmula protectora acogida por el legislador respeta o no el contenido esencial del derecho al trabajo.
Ahora bien, el segundo párrafo del artículo 34º del Texto Unico Ordenado del Decreto Legislativo
Nº 728, Ley de Productividad y Competitividad laboral, Decreto Supremo Nº 003-97-TR, establece
que frente a un despido arbitrario corresponde una indemnización “como única reparación”. No
prevé la posibilidad de reincorporación. El denominado despido ad nutum impone sólo una tutela
indemnizatoria. Dicha disposición es incompatible con la Constitución, a juicio de este Tribunal,
por las siguientes razones:
a) El artículo 34º, segundo párrafo, es incompatible con el derecho al trabajo porque vacía de
contenido este derecho constitucional. En efecto, si, como quedó dicho, uno de los aspectos del
contenido esencial del derecho al trabajo es la proscripción del despido, salvo por causa justa,
el artículo 34º, segundo párrafo, al habilitar el despido incausado o arbitrario al empleador,
vacía totalmente el contenido de este derecho constitucional.
b) La forma de aplicación de esta disposición por la empresa demandada evidencia los extremos
de absoluta disparidad de la relación empleador/trabajador en la determinación de la
culminación de la relación laboral. Ese desequilibrio absoluto resulta contrario al principio
tuitivo de nuestra Constitución del trabajo que se infiere de las propias normas constitucionales
tuitivas del trabajador (irrenunciabilidad de derechos, pro operario y los contenidos en el
artículo 23º de la Constitución) y, por lo demás, como consecuencia inexorable del principio de
Estado social y democrático de derecho que se desprende de los artículos 43º (“República”
“social”) y 3º de la Constitución, respectivamente. El constante recurso de la demandada a este
514
dispositivo legal es la evidencia de cómo este principio tuitivo desaparece con la disparidad
empleador/trabajador respecto a la determinación de la conclusión de la relación laboral.
c) La forma de protección no puede ser sino retrotraer el estado de cosas al momento de cometido
el acto viciado de inconstitucionalidad, por eso la restitución es una consecuencia
consustancial a un acto nulo. La indemnización será una forma de restitución complementaria
o sustitutoria si así lo determinara libremente el trabajador, pero no la reparación de un acto
ab initio inválido por inconstitucional.
Si bien, como alega Telefónica del Perú S.A.A., el apartado “d” del artículo 7º del Protocolo
Adicional a la Convención Americana sobre Derechos Humanos en materia de Derechos
Económicos, Sociales y Culturales, contempla la posibilidad de reparación indemnizatoria,
juntamente con la restitutoria, frente al despido arbitrario, debe tenerse en cuenta que el
derecho internacional de los derechos humanos enuncia mínimos derechos que siempre pueden
ser susceptibles de mayores niveles de protección y no pueden significar, en absoluto, el
menoscabo de los derechos reconocidos por la Constitución conforme lo establece el artículo 4º
del propio Protocolo antes citado, ni mucho menos cuando ello conlleva al menoscabo del mismo
contenido esencial de los derechos constitucionales. La interpretación de éstos debe efectuarse
siempre en sentido dirigido a alcanzar mayores niveles de protección. Es por ello que la doctrina
sostiene que los derechos constitucionales han de interpretarse como mandatos de
optimización.
Es extensible este razonamiento a lo establecido por el Convenio 158 sobre terminación de la
relación de trabajo, que, aunque no ratificado y en calidad de Recomendación, prevé también
la posibilidad de protección indemnizatoria frente al despido arbitrario.
Control difuso en el proceso constitucional de amparo
13. La facultad de controlar la constitucionalidad de las normas con motivo de la resolución de
un proceso de amparo constituye un poder–deber por imperativo de lo establecido en el artículo
138º, segundo párrafo de la Constitución. A ello mismo autoriza el artículo 3º de la Ley Nº 23506.
El control difuso de la constitucionalidad de las normas constituye un poder–deber del Juez al que
el artículo 138º de la Constitución habilita en cuanto mecanismo para preservar el principio de
supremacía constitucional y, en general, el principio de jerarquía de las normas, enunciado en el
artículo 51º de nuestra norma fundamental.
El control difuso es un acto complejo en la medida en que significa preterir la aplicación de una
norma cuya validez, en principio, resulta beneficiada de la presunción de legitimidad de las normas
del Estado. Por ello, su ejercicio no es un acto simple, requiriéndose, para que él sea válido, la
verificación en cada caso de los siguientes presupuestos:
a) Que en el proceso constitucional, el objeto de impugnación sea un acto que constituya la
aplicación de una norma considerada inconstitucional (artículo 3º de la Ley Nº 23506).
b) Que la norma a inaplicarse tenga una relación directa, principal e indisoluble con la resolución
del caso, es decir, que ella sea relevante en la resolución de la controversia.
c) Que la norma a inaplicarse resulte evidentemente incompatible con la Constitución, aun luego
de haberse acudido a interpretarla de conformidad con la Constitución, en virtud del principio
enunciado en la Segunda Disposición General de la ley Orgánica del Tribunal Constitucional.
En el presente caso, se cumplen los tres presupuestos: a) el acto de despido realizado por el
empleador se sustenta en la norma contenida en el citado artículo 34º (segundo párrafo); b) la
constitucionalidad o no de esta norma es relevante para la resolución del proceso debido a que los
despidos tienen como fundamento el artículo 34º (segundo párrafo); y, finalmente, c) el hecho de
que no es posible interpretar el citado artículo de conformidad con la Constitución, pues resulta
evidentemente inconstitucional, conforme se sostuvo líneas arriba.
515
En el presente caso, al haber efectuado Telefónica del Perú S.A.A. los despidos de acuerdo con
un dispositivo inconstitucional como el citado artículo 34º, segundo párrafo, dichos actos resultan
nulos:
Tratándose de un interés colectivo el representado por las demandantes, el amparo de la
demanda ha de extenderse a los afiliados de los sindicatos afectados o amenazados.
Por estos fundamentos, el Tribunal Constitucional, en uso de las atribuciones que le confieren
la Constitución Política del Estado y su Ley Orgánica,
FALLA
CONFIRMANDO en parte la recurrida en el extremo que declaró FUNDADA la excepción de falta
de legitimidad para obrar propuesta; y, la REVOCA en el extremo que declaró improcedente la
demanda, reformándola declara FUNDADA la acción de amparo e inaplicable el artículo 34º,
segundo párrafo, del Texto Unico Ordenado del Decreto Legislativo Nº 728, Ley de Productividad y
Competitividad Laboral, Decreto Supremo Nº 003-97-TR; ordena la reincorporación al trabajo de
las personas afiliadas a los sindicatos demandantes que fueron despedidas por Telefónica del Perú
S.A.A. y dispone que dicha empresa se abstenga de continuar con el ejercicio de lo establecido por
el citado artículo 34º por su incompatibilidad con la Constitución, respecto de los afiliados que
continúan trabajando. Dispone la notificación a las partes, su publicación en el Diario Oficial El
Peruano y la devolución de los actuados.
SS.
REY TERRY; REVOREDO MARSANO; ALVA ORLANDINI; BARDELLI LARTIRIGOYEN; GONZALES OJEDA; GARCIA TOMA.
516
7.4 DECLARAN INADMISIBLE LA SOLICITUD DE NULIDAD PLANTEADA EN CONTRA DE LA SENTENCIA
DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL RECAIDA EN EL EXPEDIENTE N° 1124-2001-AA/TC
La inaplicación del segundo párrafo del artículo 34º del Decreto Legislativo Nº 728,
en concreto, está referida a la inconstitucional atribución conferida por el legislador
ordinario para practicar despidos individuales sin expresión de causa.
VISTA
La solicitud de nulidad presentada por Telefónica del Perú S.A.A. de la sentencia expedida por
este Tribunal Constitucional en el Exp. Nº 1124-2001-AA/TC, en la que, alternativamente, se
solicita la aclaración de los alcances que ésta debe tener respecto de las personas que han ejercido
el derecho de recurrir al amparo constitucional, así como si este fallo alcanzará a hechos futuros o
sólo a los hechos pasados; y,
ATENDIENDO A
Que, conforme señala el artículo 45º de la Ley Nº 26435, los fallos del Tribunal Constitucional,
que estimen o denieguen la pretensión, agotan la jurisdicción interna.
517
no cesó la representación judicial de don Jorge Balbi Calmet, conforme al artículo 78º del Código
Procesal Civil.
1.8. Adicionalmente, el Tribunal Constitucional publicó en El Peruano de fecha 6 julio de 2002,
la relación de causas a ser vistas en la audiencia pública de 11 de julio del mismo año, entre las
cuales se incluyó la vista asignada con el Nº 1124-2001-AA/TC, materia de este proceso.
1.9. Consecuentemente, la codemandada Telefónica del Perú S.A.A. tuvo conocimiento
oportuno de la mencionada audiencia pública.
1.10. Conforme al artículo 63º de la Ley Orgánica del Tribunal Constitucional Nº 26435, es de
aplicación a este proceso el artículo 172º del Código Procesal Civil y, por lo tanto, tratándose de
vicios que no se advierten en la notificación, la nulidad se convalida si el litigante procede de manera
que ponga de manifiesto haber tomado conocimiento oportuno del contenido de la resolución, y
cuando el pedido de nulidad no es formulado en la primera oportunidad en la cual la parte
supuestamente afectada tuvo para hacerlo.
1.11. Por último, el pedido de nulidad, por lo demás extemporáneo, es, procesal y lógicamente,
contradictorio con el pedido de aclaración de la sentencia expedida por este Colegiado, con fecha
11 de julio de 2002, día en que se vio y quedó al voto la causa, valorando los instrumentos y alegatos
de las partes posteriores a esa fecha y en uso de la facultad que le confiere el artículo 57º de su Ley
Orgánica y el artículo 197º del Código Procesal Civil.
518
nulos y no tienen fuerza ni efectos legales de ninguna especie; es decir, generan que la vía
jurisdiccional ordene la reposición de los demandantes afectados.
En el segundo caso, el derecho al trabajo se ha visto afectado, dado que no puede despedirse a
una persona que ya goza de ese derecho sin previa y formal expresión de causa. En tal sentido, el
Tribunal Constitucional ha establecido como contrario a la propia Constitución –por tanto, afectada
de nulidad plena– la facultad prevista ab initio del artículo 34º del Decreto Legislativo Nº 728, que
habilitaba al empleador a extinguir un contrato de trabajo sin motivar dicha decisión.
En ese contexto, el Tribunal Constitucional ha declarado inaplicable por inconstitucional el
segundo párrafo del artículo 34º, en la parte anteriormente anotada.
519
Asimismo, el Tribunal Constitucional, a través de su sentencia, ha ordenado que Telefónica del
Perú se abstenga en el futuro de continuar efectuando ceses colectivos encubiertos de trabajadores
al amparo del segundo párrafo del artículo 34º del Decreto Legislativo Nº 728, así como de efectuar
ceses individuales sin expresión motivada de causal prevista en los artículos 23º, 24º y 25º del
referido Decreto Legislativo, los cuales hacen referencia a la causalidad de despido por razones de
capacidad o conducta del trabajador.
EL PRECEDENTE VINCULATORIO
2.8. Tal como lo dispone la Primera Disposición General de la Ley Orgánica del Tribunal
Constitucional, los jueces y tribunales de la República deberán interpretar y aplicar los alcances
del Decreto Legislativo Nº 728 de conformidad con lo expuesto y resuelto en la sentencia de fecha
11 de julio de 2002, siempre que se reproduzcan los hechos y circunstancias generadas en la
controversia establecida entre las partes litigantes en el Expediente 1124-2001-AA/TC, con arreglo
al artículo 5º de la Ley Nº 25398.
2.9. En cuanto al pedido “alternativo” de aclaración, el Tribunal Constitucional señala que,
según el artículo 1º de la Ley Nº 23506, el objeto del amparo es volver las cosas al estado anterior
al momento de la violación o amenaza de violación de un derecho constitucional. En el marco del
ejercicio de sus funciones jurisdiccionales y, particularmente, dentro del proceso del amparo, este
Colegiado no se pronuncia sobre hechos futuros, aún no realizados, hipotéticos, abstractos o
meramente teóricos. El Tribunal no tiene funciones consultivas, sino estrictamente jurisdiccionales.
Por tanto, sólo cabe expedir un pronunciamiento de fondo sobre hechos o actos a los cuales se
reputa, directa o indirectamente, la lesión de derechos constitucionales y con motivo de su
conocimiento por este Tribunal Constitucional.
Por estas consideraciones, el Tribunal Constitucional, en uso de las atribuciones que le
confieren la Constitución Política del Estado y su Ley Orgánica.
RESUELVE
Declarar INADMISIBLE la solicitud de nulidad planteada y atenerse a lo resuelto por la
sentencia y la presente aclaración que forma parte de ella. Dispone la notificación a las partes y su
publicación en el Diario Oficial El Peruano.
S.S.
REY TERRY; REVOREDO MARSANO; ALVA ORLANDINI; BARDELLI LARTIRIGOYEN; GONZALES OJEDA; GARCIA TOMA.
520
7.5 EL PRINCIPIO DE PRIMACÍA DE LA REALIDAD Y LA APLICACIÓN DEL ART. 1 DE LA LEY N° 24041
En virtud del principio de primacía de la realidad, resulta evidente que las labores
que desempeñaba la demandante (...) al margen de la apariencia temporal, ha
tenido las características de subordinación, dependencia y permanencia, por lo que
el Tribunal en reiterada jurisprudencia ya se ha pronunciado con respecto a la
primacía de la realidad y mal haría en considerar que la relación laboral
mencionada tuvo carácter eventual”; considera el Tribunal Constitucional en la
mencionada ejecutoria en el punto cuarto de sus fundamentos, que de conformidad
con el artículo 1° de la Ley N° 24041, los servidores públicos contratados para
labores de naturaleza permanente que tengan más de un año ininterrumpido de
servicios personales al Estado, no podrán ser cesados ni despedidos sino por las
causas previstas en el capítulo V del Decreto Legislativo número 276.
EXP. N° 3291-2001
RESOLUCIÓN N° 768
521
QUINTO: Que, por Resolución de Decanato número 374-0-FCC-00 del quince de diciembre del
año dos mil, se dejan sin efecto las resoluciones de Decanato número 334 y 338-D-FCC-00 del tres
de noviembre del año dos mil;
SEXTO: Que, el Tribunal Constitucional en la sentencia (fojas treintiséis) dictada en el
expediente número 0024-2000-AA-TC de fecha veinticuatro de agosto del dos mil y publicada en el
Diario Oficial El Peruano con fecha quince de diciembre del dos mil, ha señalado que “en virtud del
principio de primacía de la realidad, resulta evidente que las labores que desempeñaba la
demandante (...) al margen de la apariencia temporal, ha tenido las características de
subordinación, dependencia y permanencia, por lo que el Tribunal en reiterada jurisprudencia ya
se ha pronunciado con respecto a la primacía de la realidad y mal haría en considerar que la relación
laboral mencionada tuvo carácter eventual”;
SÉPTIMO: Que, considera el Tribunal Constitucional en la mencionada ejecutoria en el punto
cuarto de sus fundamentos, que de conformidad con el artículo 1° de la Ley N° 24041, los servidores
públicos contratados para labores de naturaleza permanente que tengan más de un año
ininterrumpido de servicios personales al Estado, no podrán ser cesados ni despedidos sino por las
causas previstas en el capítulo V del Decreto Legislativo número 276;
OCTAVO: Que, con los documentos acompañados se ha acreditado que el demandante ha
laborado para la entidad demandada, desempeñando labores de naturaleza permanente y en forma
ininterrumpida por más de un año;
NOVENO: Que, de conformidad con el artículo 18° de la Constitución Política del Perú, cada
Universidad es autónoma en su régimen normativo, de gobierno, académico, administrativo y
económico, rigiéndose las universidades por sus propios estatutos en el marco de la Constitución y
las leyes y el artículo 33° de la Ley Universitaria aprobada por Ley 23733, dispone que el Rector es
el personero y representante legal de la universidad, motivo por el cual la resolución apelada
número cinco del diecinueve de marzo del año dos mil uno, concedida sin efecto suspensivo y con
la calidad de diferida debe ser confirmada;
DÉCIMO: Que, en cuanto a la excepción de falta de agotamiento de la vía administrativa, este
colegiado hace suyos los argumentos de la apelada de conformidad con el artículo 12° de la Ley
Orgánica del Poder Judicial: CONFIRMARON la resolución número cinco de fojas ciento diez, su
fecha diecinueve de marzo del año dos mil uno, que declara improcedente la nulidad deducida por
la demandada;
CONFIRMARON la sentencia apelada (resolución número ocho) de fojas ciento veintiocho a
ciento treinta, su fecha cuatro de julio del año dos mil uno en la parte que declara infundada la
excepción de falta de agotamiento de la vía administrativa, la REVOCARON en el extremo que
declara infundada la demanda interpuesta de fojas cuarenta y cuatro a cincuentitrés subsanado a
fojas cincuenta y siete y cincuenta y ocho;
REFORMÁNDOLA en este extremo, declararon FUNDADA la demanda de fojas cuarenta y
cuatro a cincuenta y tres subsanado a fojas cincuenta y siete y cincuenta y ocho, en consecuencia
se ordena que la emplazada Universidad Nacional Mayor de San Marcos Facultad de Ciencias
Contables, cumpla con reincorporar a don Benjamín Huamán Andrés en el cargo que venía
desempeñando al momento de la vulneración de su derecho Constitucional, en la Acción de Amparo
seguida por Benjamín Huamán Andrés contra la Facultad de Ciencias Contables de la Universidad
Nacional Mayor de San Marcos; y estando a que la presente resolución sienta precedente de
observancia obligatoria;
MANDARON que, una vez consentida o ejecutoriada que ésta sea se publique en el Diario Oficial
El Peruano, por el término de Ley; notificándose y archívese oportunamente.
SS.
ALVAREZ GUILLÉN; PALOMINO THOMPSON; TAIPE CHAVEZ.
522
7.6. DESPIDO ARBITRARIO
Cualquier sea la opción que adopte un trabajador son el fin de obtener una
“protección adecuada” contra el despido arbitrario, por ser precisamente
“arbitrario”, es repulsivo al ordenamiento jurídico (…).
TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
EXP. N° 976-2001-AA/TC-HUÁNUCO
En Lima, a los 13 días del mes de marzo del 2003, reunido el Tribunal Constitucional en sesión
de Pleno Jurisdiccional, con la asistencia de los señores Magistrados Alva Orlandini, Bardelli
Lartirigoyen, Rey Terry, Revoredo Marsano, Gonzales Ojeda y García Toma, pronuncia la siguiente
sentencia
ASUNTO
Recurso extraordinario interpuesto por don Eusebio Llanos Huasco contra la resolución de la
Sala Civil de la Corte Superior de Huánuco Pasco de fecha 14 de Agosto del 2001 que, confirmando
la apelada, declara infundadas las defensas previas y excepción de incompetencia formuladas por
la demandada, así como infundada la demanda interpuesta.
ANTECEDENTES
Con fecha 18-04-2001, don Eusebio Llanos Huasco interpone acción de amparo contra
Telefónica del Perú S.A. solicitando se deje sin efecto legal la Carta Notarial de fecha 16-02-2001,
por considerar que vulnera su derecho constitucional al trabajo, por la que solicita su inmediata
reposición en el puesto que venía desempeñando hasta antes del 21-02-2001.
Especifica el demandante que ha laborado en la empresa Telefónica del Perú desde marzo de
1981 hasta el 21-02-2001, fecha en la que se le impidió ingresar a su centro de trabajo. Durante
dicho periodo nunca ha tenido problemas con la empresa demandada, ni tampoco ha sido
sancionado administrativamente por algún hecho; por el contrario, ha sido un trabajador eficiente
y responsable, habiendo obtenido incluso el reconocimiento de la empresa como uno de los más
sobresalientes trabajadores, como lo acredita mediante instrumentales que adjunta. No obstante,
señala que la demandada le ha cursado la antes citada Carta Notarial, mediante la que le comunica
que ha decidido dar por concluido su contrato de trabajo, por haber incurrido en supuestas faltas
graves contempladas en los literales a), c) y d) del Artículo 25° del TUO del D. Leg. N° 728, aprobado
por D.S. N° 003-97-TR, tales como: a) haber brindado información falsa presentando documentos
sobrevaluados; b) quebrantar la buena fe laboral al hacer mal uso de la confianza depositada
generando un documento en complicidad con el propietario del Hostal Latino de Tingo María; c)
presentar documentos sobrevaluados para conseguir beneficios personales con la intención de
causar daño a la empresa, y d) perjudicar económicamente a la empresa; imputaciones todas éstas
que se le han hecho en base a un supuesto informe u oficio remitido por el propietario del citado
Hostal Latino donde se indica que a solicitud del demandante, se habría sobrevaluado la Factura
N° 009641 por el importe de S/. 300.00 Nuevos Soles. Sostiene que dichos cargos enervados
mediante las comunicaciones que cursó con fechas 21-12-2000 y 05-02-2001, en las que desvirtúa
las afirmaciones hechas por la demandada; incluso el mismo accionante, con fecha 15-02-2001, ha
cursado carta notarial al propietario del Hostal Latino, a fin de que dicha persona rectificara el
informe falso y malicioso que se cursó al Jefe Zonal de Huancayo con fecha 17-01-2001 (sic), no
obstante lo cual hasta la fecha no se ha dado respuesta a su comunicación. Agrega que se le ha
perjudicado como represalia por haber interpuesto a la misma demandada, una acción judicial
sobre reconocimiento de años de servicios y pago de remuneraciones insolutas, la misma que
523
actualmente se encuentra en trámite y donde a nivel de primera instancia ha obtenido resolución
favorable a su pretensión.
Telefónica del Perú S.A. solicita se declare inadmisible o infundada la pretensión. Especifica
que la acción debe rechazarse de plano porque la violación alegada se ha convertido en irreparable
al haberse despedido al demandante de acuerdo a ley; en todo caso, la reposición no procede sino
en los supuestos de despidos nulos, lo que no sucede en el presente caso. Agrega, además, que la
presente vía, por su carencia de etapa probatoria, no resulta la idónea, sino la vía laboral, motivo
por el que deduce la excepción de incompetencia. Por último, y en cuanto al fondo, precisa que no
se ha vulnerado los derechos constitucionales reclamados, habida cuenta que su despido se ha
producido tras haberse comprobado la existencia de una falta grave, frente a la cual el demandante
ha hecho uso de su derecho de defensa.
El Segundo Juzgado Mixto de Huánuco, con fecha 13-06-2001, a fojas 151 a 159, declara
infundadas las defensas previas y la excepción de incompetencia, e infundada la demanda, por
considerar que resulta imposible reponer las cosas al estado anterior a la violación del derecho
invocado, por cuanto el demandante fue despedido en aplicación de la ley y conforme a la misma
se le dio el derecho a efectuar sus descargos. Por otra parte, las faltas imputables al actor están
previstas en la ley, por lo que el empleador ha procedido a aplicar la misma; en todo caso, para
discutir dicha controversia se requiere de estación probatoria de la cual carece el amparo.
Finalmente el artículo 27° de la Constitución, no supone la posibilidad de que se reponga al
trabajador.
La recurrida confirmó la apelada, fundamentalmente por considerar que el demandante ha sido
debidamente informado de los cargos formulados en su contra, los que además se encuentran
tipificados en la ley, por lo que no se ha vulnerado sus derechos constitucionales.
FUNDAMENTOS
I. PETITORIO
1. Conforme aparece en el petitorio de la demanda, el objeto del presente proceso constitucional
se dirige a que se deje sin efecto legal la Carta Notarial de fecha 16 de febrero de 2001, por
considerar que se ha vulnerado su derecho constitucional al trabajo. En consecuencia, solicita que
se ordene su inmediata reposición en el puesto que venía desempeñando hasta antes del 21 de
febrero de 2001.
2. La demandada ha sostenido, en su escrito de contestación de la demanda, que el amparo no
sería la vía adecuada para resolver la controversia, pues la reposición sólo procede en el caso de los
despidos nulos, lo que no es el caso, pues se despidió al actor por la comisión de falta grave. Señala,
asimismo, que la vía del amparo no es la idónea, pues la controversia es de naturaleza laboral y el
amparo no tiene estación probatoria.
524
por la vía ordinaria. Lo que significa que, contrariamente a lo que sucede en otros ordenamientos,
como el argentino o el español, en nuestro país el amparo es un proceso, por llamarlo así,
«alternativo», es decir, al que se puede acudir no bien se culmina con agotar la vía previa, y siempre
que con él se persiga la protección de derechos reconocidos en la Constitución.
Tal carácter alternativo del amparo nada tiene que ver con el hecho de que dicho instituto
carezca de estación probatoria (lo que no implica impedimento alguno para actuar medios de
prueba), ya que mediante este proceso no se dilucida la titularidad de un derecho, como sucede en
otros, sino sólo se restablece su ejercicio. Ello supone, como es obvio, que quien solicita tutela en
esta vía mínimamente tenga que acreditar la titularidad del derecho constitucional cuyo
restablecimiento invoca, en tanto que este requisito constituye un presupuesto procesal, a lo que
se suma la exigencia de tener que demostrar la existencia del acto cuestionado.
De ahí que este remedio procesal, en buena cuenta, constituya un proceso al acto, en el que el
juez no tiene tanto que actuar pruebas, sino juzgar en esencia sobre su legitimidad o ilegitimidad
constitucional. Como dice Juventino Castro [El sistema del derecho de amparo, Editorial Porrúa,
México 1992, pág. 169] «en el (...) amparo hay dos hechos a probar esencialmente: la existencia del
acto reclamado, que en ocasiones es una cuestión de hecho, y su constitucionalidad o
inconstitucionalidad, que generalmente es una cuestión de derecho, valorable finalmente por el
juzgador».
Por ello, si en el amparo no hay conflicto de derechos e intereses «subjetivos» contrapuestos
entre partes, ello es porque los términos de la controversia giran fundamentalmente en torno a una
cuestión de interpretación constitucional. Y, como lo ha sostenido el Tribunal Constitucional
Federal Alemán, dicha interpretación «tiene la naturaleza de un disenso en el que se mencionan los
argumentos a favor y en contra y finalmente se llega a una resolución de acuerdo con las mejores»
[BverfGE, 82, 30 (pág. 38-39)].
La inexistencia de la estación de pruebas, por tanto, no se deriva de la naturaleza sumaria y
breve del amparo, sino de la finalidad y el objeto del proceso.
En ese sentido, teniendo en cuenta que en el presente caso se ha alegado la violación de un
derecho constitucional, el Tribunal Constitucional es competente para entrar al fondo de la
controversia.
525
se realizaban en condiciones plenas de libertad e igualdad, que sólo el Estado podía poner en
cuestión.
Tal concepción se tradujo en considerar a la Constitución sólo como un documento normativo
a partir del cual se regulaban las relaciones entre los individuos y el Estado, en tanto que las
relaciones entre privados -en principio, libres e iguales- debía realizarse a través del Código Civil,
que de esta manera era presentado como el estatuto jurídico fundamental de los particulares. Como
eufemísticamente lo ha señalado Konrad Hesse [Derecho Constitucional y Derecho Privado,
Editorial Civitas, Madrid 1995, Pág. 37], el Código Civil se convertía, así, en el «auténtico baluarte
de la libertad».
Hoy, desde luego, los derechos fundamentales no son sólo derechos públicos subjetivos, esto
es, libertades que garantizan sólo un status negativus, la preservación de un ámbito de autonomía
personal oponible al Estado. A juicio del Tribunal Constitucional, al lado de la idea de los derechos
fundamentales como derechos subjetivos, también hay que reconocer en ellos el establecimiento de
verdaderos valores supremos, es decir, el componente estructural básico del orden constitucional,
«en razón de que son la expresión jurídica de un sistema de valores, que, por decisión del
constituyente, ha de informar el conjunto de la organización jurídica y política; (...) el fundamento
del orden jurídico y de la paz social». [STC de España 53/1985, Fund. Jur. N° 4].
Y es que, como lo ha sostenido el Tribunal Constitucional Federal de Alemania, la Constitución,
que no quiere ser un ordenamiento neutral, ha introducido con los derechos fundamentales un
ordenamiento valorativo objetivo, en el cual se encuentra la más importante consolidación de la
fuerza de validez de aquéllos. Este sistema de valores, que encuentra su punto central en el libre
desarrollo de la personalidad y en la dignidad del ser humano, vale como una decisión
constitucional fundamental para todos los ámbitos del derecho: legislación, administración y
jurisdicción reciben de ella sus líneas orientativas y su impulso [BverfGE 7, pág. 204 y ss.].
Ello significa que los derechos fundamentales no sólo demandan abstenciones o que se respete
el ámbito de autonomía individual garantizado en su condición de derechos subjetivos, sino también
verdaderos mandatos de actuación y deberes de protección especial de los poderes públicos, al
mismo tiempo que informan y se irradian las relaciones entre particulares, actuando como
verdaderos límites a la autonomía privada.
Este especial deber de protección que se deriva de esta concepción objetiva de los derechos
fundamentales, impone como una tarea especial del Estado su intervención en todos aquellos casos
en los que éstos resulten vulnerados, independientemente de dónde o de quiénes pueda proceder
la lesión. Con lo cual entre los sujetos pasivos de los derechos ya no sólo se encuentra el Estado,
sino también a los propios particulares.
Como se ha dicho, esta eficacia horizontal de los derechos fundamentales en las relaciones
entre privados se deriva del concepto de Constitución como Ley Fundamental de la Sociedad, que
en nuestro ordenamiento se encuentra plasmado a través del artículo 1° de la Constitución de 1993,
que pone énfasis en señalar que «La defensa de la persona humana y el respeto de su dignidad son
el fin supremo de la sociedad y del Estado».
Se trata, además, de una consecuencia que se deriva, en todos sus alcances, del propio artículo
38° de la Constitución, según el cual «Todos los peruanos tienen el deber (...) de respetar, cumplir
(...) la Constitución (...)». Con dicho precepto constitucional se establece que la vinculatoriedad de
la Constitución se proyecta erga omnes, no sólo al ámbito de las relaciones entre los particulares
con el Estado, sino también a aquéllas establecidas entre particulares. De manera que la fuerza
normativa de la Constitución, su fuerza activa y pasiva, así como su fuerza reguladora de las
relaciones jurídicas, se proyecta también a las establecidas entre particulares, por lo que cualquier
acto proveniente de una persona natural o persona jurídica de derecho privado, que pretenda
conculcarlos o desconocerlos, deviene inexorablemente en inconstitucional.
526
En suma, pues, los derechos constitucionales informan y se irradian por todos los sectores del
ordenamiento jurídico, -incluidos los referidos a la materia laboral- pues ellos forman parte esencial
del orden público constitucional.
B) La eficacia directa e indirecta de los derechos fundamentales
6. Los derechos fundamentales tienen eficacia directa en las relaciones inter privatos cuando
esos derechos subjetivos vinculan y, por tanto, deben ser respetados, en cualesquiera de las
relaciones que entre dos particulares se pueda presentar, por lo que ante la posibilidad de que éstos
resulten vulnerados, el afectado puede promover su reclamación a través de cualquiera de los
procesos constitucionales de la libertad.
Como expresó la Corte Suprema de Justicia de Argentina, en 1957, en el Leanding Case Angel
Siri: «Nada hay, ni en la letra ni en el espíritu de la Constitución, que permita afirmar que la
protección de los llamados derechos humanos (...) esté circunscrita a los ataques que provengan
sólo de la autoridad. Nada hay, tampoco, que autorice la afirmación de que el ataque ilegítimo,
grave y manifiesto contra cualquiera de los derechos que integran la libertad, latu sensu, carezca
de la protección constitucional adecuada (...) por la sola circunstancia de que ese ataque emane de
otros particulares o de grupos organizados de individuos (...)
Aún menos admisible es el distingo a que antes se ha hecho referencia, considerando las
condiciones en que se desenvuelve la vida social de estos últimos cincuenta años. Además de los
individuos humanos y del Estado, hay una tercera categoría de sujetos, con o sin personalidad
jurídica, que sólo raramente conocieron los siglos anteriores: los consorcios, los sindicatos, las
asociaciones profesionales, las grandes empresas, que acumulan casi siempre un enorme poderío
material o económico. (...)
Lo que primordialmente tienen en vista el hábeas corpus y el recurso de amparo, no es el origen
de la restricción, sino estos derechos en sí mismos, a fin de que sean salvaguardados».
7. En cambio, se dice que los derechos fundamentales sólo tienen eficacia indirecta cuando no
tienen la capacidad de regular directamente las relaciones inter privatos, sino que tal eficacia se
materializa mediatamente a través de su recepción por la ley y la protección de los jueces de la
jurisdicción ordinaria, quienes están llamados a aplicar las leyes y reglamentos de conformidad con
la Constitución y, en especial, con el contenido constitucionalmente protegido de los derechos
fundamentales. Tal teoría de la eficacia de los derechos fundamentales matiza la incidencia de éstos
en el ámbito del derecho privado, filtrándolos a través de las normas propias de cada sector del
ordenamiento (civil, laboral, etc.).
Desde esta perspectiva, un problema entre privados en materia de derechos fundamentales no
es resoluble, en principio, mediante los procesos de la justicia constitucional de la libertad, sino a
través de los que existen en el ámbito de la jurisdicción ordinaria.
Lo anterior no quiere decir que tales problemas no puedan ser resueltos en algún momento a
través del amparo, sino que, para que ello suceda, es precisa la mediación del juez ordinario, a
quien por ficción, en caso de no dispensar una tutela adecuada, se le termina imputando la lesión
de los derechos constitucionales. Como puede observarse, tal construcción en torno a la eficacia
indirecta de los derechos se realiza en un marco donde es difícil salirse del esquema de los derechos
fundamentales como derechos públicos subjetivos, de modo que mientras no exista acto estatal que
se interponga, no es posible que mediante el amparo se pueda resolver este tipo de problemas.
Así sucede en España y en Alemania, países donde sus tribunales constitucionales, por
disposición de sus leyes que los regulan, han proclamado que los derechos sólo pueden tener una
eficacia indirecta o mediata entre particulares, por lo que a través del recurso de queja
constitucional o del amparo no es posible que sean tutelados directamente [Alexei Julio Estrada,
«Los tribunales constitucionales y la eficacia entre particulares de los derechos fundamentales», en
Miguel Carbonell, Compilador, Teoría constitucional y derechos fundamentales, Comisión Nacional
de Derechos Humanos, México D.F. 2002, Pág. 203 y ss.].
527
También es el caso de los Estados Unidos de Norteamérica, cuya Corte Suprema, pese a los
serios reparos que se la ha hecho, se ha negado a efectuar un control de constitucionalidad directo
de los actos imputables a los particulares, entre tanto no exista una state action. De esa forma, los
derechos reconocidos en las sucesivas enmiendas al texto constitucional, se ha comprendido como
que sólo vinculan al Estado y no pueden invocarse si no es en presencia de una acción estatal
presuntamente ilícita. [Juan María Bilbao Ubillos, Los derechos fundamentales en la frontera entre
lo público y lo privado (La noción de state action en la jurisprudencia norteamericana), McGraw-
Hill, Madrid 1997].
C) El Amparo contra particulares y la eficacia directa (e indirecta) de los derechos
fundamentales en las relaciones entre particulares en nuestro ordenamiento
8. En el caso peruano, si los derechos tienen una eficacia directa o indirecta en las relaciones
entre particulares, es un asunto que la misma Constitución se ha encargado implícitamente de
resolver. En efecto, aunque la Norma Suprema no contenga una cláusula expresa que lo prescriba,
tal eficacia directa puede deducirse de los preceptos constitucionales a los que se ha hecho
referencia en el Fundamento Jurídico N° 6 de esta sentencia, y, además, del inciso 2) del artículo
200°, donde se preceptúa que «la acción de amparo, (...) procede contra el hecho u omisión, por
parte de cualquier (...) persona».
Que cualquiera pueda interponer un amparo contra acciones u omisiones provenientes de una
persona (natural o jurídica de derecho privado), quiere decir que los derechos constitucionales
vinculan directamente esas relaciones inter privatos y, precisamente porque vinculan, su lesión es
susceptible de repararse mediante esta clase de procesos.
Evidentemente, tal cosa no quiere decir que el juez constitucional pueda realizar un control de
la misma intensidad como la que normalmente se realiza en los actos que emanan de los poderes
públicos. Con frecuencia existen justificaciones para la realización de conductas o acto de los
privados que no podrían aducirse nunca respecto de los actos emanados de órganos estatales. Ello
es consecuencia, naturalmente, de que en la figura del amparo contra particulares, las partes que
en ella participan son titulares de derechos constitucionales.
De ahí que, a juicio del Tribunal Constitucional, el control constitucional de los actos de
particulares debe realizarse caso por caso y a través de un delicado juicio de proporcionalidad y
razonabilidad.
9. Sin embargo, que problemas constitucionales de esta naturaleza puedan resolverse en el
ámbito de la justicia constitucional de la libertad, no excluye que también puedan plantearse y
resolverse en el ámbito de la justicia ordinaria. Es decir, que los derechos fundamentales también
puedan tener una eficacia indirecta.
Si, como antes se ha indicado, los derechos fundamentales no sólo constituyen derechos
subjetivos, sino también el componente estructural básico del orden constitucional, quiere ello decir
que éstos tienen la capacidad de irradiarse por todo el ordenamiento jurídico, empezando, desde
luego, por la ley y las normas con rango de ley. Lo que significa que las leyes deben interpretarse y
aplicarse de conformidad con los derechos fundamentales y que, en caso de que así no suceda, los
jueces ordinarios se encuentran especialmente comprometidos en resolver las controversias para
las cuales son competentes, de conformidad con esos derechos. Como también antes se ha
expresado, ello se deriva del especial deber de protección que todos los poderes públicos están
llamados a desarrollar a partir del carácter objetivo de los derechos fundamentales.
Esta hipótesis, es decir, que problemas relativos a derechos fundamentales entre particulares
puedan resolverse en sede de la justicia ordinaria, es también una lectura que se deriva
implícitamente del inciso 3) del artículo 6° de la Ley N° 23506, al señalar que el afectado en sus
derechos constitucionales puede optar por recurrir o bien a la justicia constitucional o bien a la
justicia ordinaria, con la condición de que si acude a esta última, con posterioridad ya no podrá
utilizar la acción de amparo.
528
En definitiva, ello significa que en nuestro país los derechos fundamentales tienen eficacia en
las relaciones entre particulares, ya sea de manera directa o indirecta. Lo que vale tanto como
afirmar que dichas controversias pueden resolverse bien en sede constitucional o bien en la justicia
ordinaria.
La diferencia entre uno y otro sistema de protección jurisdiccional de los derechos es que ambos
no siempre tienen la misma finalidad y, por tanto, los alcances de su protección pueden ser
distintos. Aparte, desde luego, de las necesarias limitaciones a las que está sujeto el amparo en
relación con los demás procesos ordinarios (Vg. la inexistencia de estación probatoria, etc.). De ahí
que, como en innumerables oportunidades lo ha advertido este Tribunal, para que eventuales
abusos en las relaciones entre privados sean susceptibles de ser dilucidados en el ámbito de los
procesos constitucionales, no basta que se produzca un acto arbitrario o que se haya vulnerado un
interés o derecho subjetivo de orden estrictamente legal, sino que es preciso que éste repercuta
directamente sobre un derecho constitucional.
De esta situación, por cierto, no se excluyen los problemas en materia de derechos
constitucionales que se pudieran derivar de las relaciones entre empleadores y trabajadores sujetos
al régimen de la actividad privada. Los derechos fundamentales, en cuanto elementos objetivos del
ordenamiento constitucional, deben ser protegidos con independencia del sector o parte del
ordenamiento en el que las lesiones o amenazas de violaciones de derechos se pudieran presentar.
Por ello, este Tribunal Constitucional no comparte el criterio sostenido por la demandada según
el cual el amparo no es la vía idónea para resolver esta controversia, pese a haberse alegado la
violación de un derecho constitucional, pues el ordenamiento ha previsto que tal tipo de problemas
pueden (o deben) resolverse mediante los procesos laborales. Como se ha indicado, un problema de
la naturaleza que ahora tiene que resolver el Tribunal bien puede resolverse o a través del amparo,
con las limitaciones que le son propias, o mediante los procesos ordinarios, con las notas que son
propias de la protección jurisdiccional ordinaria.
IV. Los alcances del derecho constitucional reconocido en el artículo 27° de la
Constitución
10. La demandada ha alegado que la pretensión del recurrente, esto es, que se ordene su
reposición, es inadmisible, toda vez que éste fue despedido en aplicación de lo dispuesto por el
artículo 24º y siguientes de la Ley de Productividad y Competitividad Laboral, que guarda
concordancia con el artículo 27° de la Constitución Política del Perú.
11. El artículo 27° de la Constitución prescribe: «La ley otorga al trabajador adecuada protección
contra el despido arbitrario». Mediante dicho precepto constitucional no se consagra el derecho a la
estabilidad laboral absoluta, es decir, el derecho «a no ser despedido arbitrariamente». Sólo reconoce
el derecho del trabajador a la «protección adecuada» contra el despido arbitrario.
El referido artículo no indica en qué términos ha de entenderse esa «protección adecuada». En
su lugar señala que la ley tiene la responsabilidad de establecerla; es decir, que su desarrollo está
sujeto al principio de reserva de ley. En la medida que el artículo 27° constitucional no establece
los términos en que debe entenderse la «protección adecuada» y prevé una reserva de ley para su
desarrollo, el derecho allí reconocido constituye lo que en la doctrina constitucional se denomina
un «derecho constitucional de configuración legal».
Evidentemente, el que la Constitución no indique los términos de esa protección adecuada, no
quiere decir que exista prima facie una convalidación tácita de cual-quier posible desarrollo
legislativo que se haga en torno al derecho reconocido en su artículo 27° ó, acaso, que se entienda
que el legislador se encuentre absolutamente desvinculado de la Norma Suprema. Si bien el texto
constitucional no ha establecido cómo puede entenderse dicha protección contra el despido
arbitrario, ella exige que, cualesquiera que sean las opciones que se adopten legislativamente, éstas
deban satisfacer un criterio mínimo de proporcionalidad o, como dice expresamente el texto
constitucional, se trate de medidas «adecuadas».
529
Ante la diversidad de las formas cómo el legislador nacional puede desarrollar el contenido del
derecho en referencia, para lo que goza un amplio margen de discrecionalidad dentro de lo permitido
constitucionalmente, este Tribunal considera que dicho tema puede ser abordado, por decirlo así,
desde dos perspectivas: por un lado a través de un régimen de carácter «sustantivo» y , por otro,
con un régimen de carácter «procesal»:
12. a) Según la primera, en su dimensión sustantiva, esto es, aquella que atañe al modo cómo
ha de entenderse la protección adecuada contra el despido arbitrario regulado por el artículo 27°
de la Constitución, el legislador puede adoptar, entre otras fórmulas intermedias, por las siguientes:
a.1) Protección «preventiva» del despido arbitrario
Según este modo posible de desarrollo legislativo del artículo 27° de la Constitución, el
contenido del derecho puede ser configurado por el legislador de modo tal que se «prevenga», «evite»
o «impida» que un trabajador pueda ser despedido arbitrariamente. Es decir, que mediante ley se
prevea que no se puede despedir arbitrariamente al trabajador si es que no es por alguna causal y
en la medida que ésta se pruebe, previo procedimiento disciplinario, si fuera el caso. Recibe la
calificación de preventiva, debido a que la protección adecuada que enuncia el artículo 27° de la
Constitución se traduce en evitar el despido arbitrario.
En nuestro ordenamiento jurídico, un régimen de protección adecuada contra el despido
arbitrario en esos términos es el que se ha previsto para los trabajadores sujetos al régimen de la
actividad pública, a través del Decreto Legislativo N° 276.
A su vez, en el régimen laboral de la actividad privada, regulado por el Texto Único Ordenado
del D. Leg. N° 728, aprobado por D. S. N° 003-97-TR, esta protección «preventiva» se materializa en
el procedimiento previo al despido establecido en el artículo 31° de dicha ley –inspirado, a su vez,
en el artículo 7° del Convenio N° 158 de la Organización Internacional del Trabajo–, que prohíbe al
empleador despedir al trabajador sin haberle imputado la causa justa de despido y otorgado un
plazo no menor a 6 días naturales para que pueda defenderse de dichos cargos, salvo el caso de
falta grave flagrante. Al respecto este Tribunal, en la sentencia recaída en el Expediente N° 976-96-
AA/TC, estableció que la omisión del procedimiento previo de defensa del trabajador vulnera el
derecho constitucional al debido proceso, por lo que procedió a amparar el derecho lesionado
ordenando la reposición del recurrente. En el mismo sentido se ha pronunciado en las sentencias
recaídas en los expedientes Nos. 1112-98-AA/TC; 970-96-AA/TC, 795-98-AA/TC, 482-99-AA/TC,
019-98-AA/TC, 712-99-AA/TC y 150-2000-AA/TC.
a.2) Protección «reparadora» contra el despido arbitrario
Según este segundo criterio, el legislador puede optar por desarrollar el contenido del derecho
regulado por el artículo 27° de la Constitución de modo tal que, ante el supuesto de despido
arbitrario contra un trabajador, la ley prevé una compensación económica o una indemnización por
el accionar arbitrario del empleador. En tal supuesto, la ley no evita que se produzca el despido
arbitrario, sino que se limita a reparar patrimonialmente sus consecuencias.
El Tribunal Constitucional considera que el régimen resarcitorio es compatible con los
principios y valores constitucionales en aquellos casos en los que, o bien el trabajador, una vez que
fue despedido arbitrariamente, cobra la indemnización correspondiente o, en su defecto, inicia una
acción judicial ordinaria con el objeto de que se califique el despido como injustificado, con el
propósito de exigir del empleador el pago compulsivo de la referida indemnización. En cualesquiera
de esos casos, por tratarse de una decisión enteramente asumida conforme a su libre albedrío por
el trabajador, la protección adecuada contra el despido arbitrario debe traducirse inexorablemente
en el pago de la correspondiente indemnización. En tal caso, el trabajador decide que la protección
adecuada es el pago de su indemnización.
Así lo ha sostenido este Tribunal Constitucional en el caso Ramírez Alzamora (STC recaída en
el Expediente N° 0532-2001-AA/TC), donde declaró infundada la demanda planteada como
consecuencia de un despido arbitrario, pues previamente el demandante aceptó el pago de sus
530
beneficios sociales y la indemnización por el despido. En aquella ocasión, este Tribunal señaló lo
siguiente: «De fojas cincuenta y cuatro a cincuenta y cinco obra la liquidación por tiempo de
servicios debidamente suscrita por el demandante, en la que se consigna el pago de la
indemnización por despido arbitrario y demás beneficios sociales que establece la normativa laboral;
lo que acredita que quedó extinguida la relación laboral entre las partes, conforme lo ha establecido
este Tribunal a través de uniforme y reiterada jurisprudencia».
Este es, por cierto, el régimen legal que ha sido adoptado por el legislador tratándose de
trabajadores sujetos a la actividad privada. Por ello, a juicio del Tribunal Constitucional, el artículo
34 del D. Leg. N° 728, en concordancia con lo establecido en el inciso d) del artículo 7° del Protocolo
de San Salvador –vigente en el Perú desde el 7 de mayo de 1995–, ha previsto la indemnización
como uno de los modos mediante los cuales el trabajador despedido arbitrariamente puede ser
protegido adecuadamente y, por ello, no es inconstitucional.
13. b) Sin embargo, el establecimiento de un régimen «sustantivo» de protección adecuada
contra el despido arbitrario, en los términos que antes se ha indicado, no es incompatible con la
opción de que el mismo legislador establezca, simultáneamente, un sistema de protección adecuada
contra el despido arbitrario, por decirlo así, de carácter «procesal».
Es decir, el establecimiento mediante ley de un régimen de protección jurisdiccional contra el
despido arbitrario que, en algunas oportunidades, puede encontrarse estrechamente relacionado
con el régimen sustantivo, pero que en otros, también puede tener un alcance totalmente
independiente.
b.1). En efecto, un modelo de protección procesal, estrechamente ligado al régimen de
protección sustantiva, que aquí se ha denominado de carácter reparador, es lo que sucede con la
acción indemnizatoria o, excluyentemente, la acción impugnatoria de despido (con excepción del
supuesto de despido «nulo») en el ámbito de la jurisdicción ordinaria. En tal supuesto, el régimen
de protección procesal se encuentra inexorablemente vinculado con lo dispuesto por el D. Leg. N°
728, pues, de advertirse que el despido del que fue objeto un trabajador fue arbitrario, el juez laboral
no podrá tutelar el derecho más allá de lo que en dicha legislación se prevé a propósito de los
trabajadores sujetos al régimen de la actividad privada; es decir, ordenar el pago de la
indemnización correspondiente.
Se trata de un sistema de protección adecuada contra el despido arbitrario que tiene una
eficacia resarcitoria y, como tal, se trata de un derecho que el ordenamiento reconoce al trabajador,
tal como se desprende, por lo demás, de la propia ubicación estructural asignada al art. 34° dentro
del D. Leg. N° 728.
b.2). Sin embargo, como antes se ha anotado, al lado de ella, puede establecerse un sistema o
régimen de protección jurisdiccional con alcances diferentes. Es decir, que en vez de prever una
eficacia resarcitoria, pueda establecerse una vía procesal de eficacia restitutoria. Es lo que sucede
con el régimen de protección procesal previsto a través del proceso de amparo constitucional.
Por la propia finalidad del amparo, el tipo de protección procesal contra el despido arbitrario no
puede concluir, como en las acciones deducibles en la jurisdicción ordinaria, en ordenar el pago de
una indemnización frente a la constatación de un despido arbitrario; sino en, como expresamente
indica el artículo 1° de la Ley N° 23506, «reponer las cosas al estado anterior a la violación o
amenaza de violación de un derecho constitucional».
En el ámbito del amparo, en efecto, ese estado anterior al cual debe reponerse las cosas no es
el pago de una indemnización. Es la restitución del trabajador a su centro de trabajo, del cual fue
precisamente despedido arbitrariamente.
Y es que, en rigor, en la vía del amparo no se cuestiona, ni podría cuestionarse, la existencia
de una causa justa de despido; sino la presencia, en el despido, como elemento determinante del
mismo, de un motivo ilícito, que suponga la utilización del despido como vehículo para la violación
531
de un derecho constitucional; por lo que, en verdad, el bien jurídico protegido a través del amparo
constitucional no es la estabilidad laboral del trabajador, sino el goce y ejercicio de sus derechos
constitucionales. Así ocurre, por ejemplo, con el despido discriminatorio, en el cual el despido es
tan sólo el medio utilizado para practicar un acto discriminatorio en perjuicio de un trabajador a
causa de su raza, color, sexo, idioma, religión, actividad sindical, opinión política o cualquier otra
condición.
14. Por todo lo expuesto, este Tribunal Constitucional considera que el régimen de protección
adecuada enunciado en el artículo 27° de la Constitución y que se confió diseñarlo al legislador
ordinario, no puede entenderse, para el caso de los trabajadores sometidos al régimen privado,
únicamente circunscrito al D. Leg. N° 728, sino de cara a todo el ordenamiento jurídico, pues éste
(el ordenamiento) no es una agregación caótica de disposiciones legales, sino uno basado en las
características de coherencia y completitud.
Además, como antes se ha dicho, en el caso de la acción de amparo, la protección que se
dispensa al trabajador no está referida a la arbitrariedad del despido, que dependerá de la prueba
de la existencia de la causa justa imputada, sino al carácter lesivo de los derechos constitucionales
presente en dicho despido.
Por ello, el Tribunal Constitucional no puede compartir la tesis de la demandada, según la cual
en el amparo no cabe ordenarse la restitución del trabajador despedido arbitrariamente, sino
únicamente ordenarse el pago de una indemnización. Tal postura, en torno a las implicancias del
artículo 27° de la Constitución, desde luego, soslaya el régimen procesal que también cabe
comprender dentro de dicha cláusula constitucional y que constituye un derecho del trabajador
despedido arbitrariamente.
15. De ahí que el Tribunal Constitucional, a lo largo de su abundante jurisprudencia, haya
establecido que tales efectos restitutorios (readmisión en el empleo) derivados de despidos
arbitrarios o con infracción de determinados derechos fundamentales reconocidos en la
Constitución o los tratados relativos a derechos humanos, se generan en los tres casos siguientes:
a) Despido nulo
Aparece esta modalidad de conformidad con lo establecido en el artículo 29° del D. Leg. N° 728
y como consecuencia de la necesidad de proteger, entre otros, derechos tales como los previstos en
el inciso 2) del artículo 2°; inciso 1) del artículo 26° e inciso 1) del artículo 28° de la Constitución.
Se produce el denominado despido nulo, cuando:
· Se despide al trabajador por su mera condición de afiliado a un sindicato o por su partici-pación
en actividades sindicales.
· Se despide al trabajador por su mera condición de representante o candidato de los trabajadores
(o por haber actuado en esa condición)
· Se despide al trabajador por razones de discriminación derivados de su sexo, raza,
religión, opción política, etc.
· Se despide a la trabajadora por su estado de embarazo (siempre que se produzca en cualquier
momento del periodo de gestación o dentro de los 90 días posteriores al parto).
· Se despide al trabajador por razones de ser portador de Sida (Cfr. Ley N° 26626 ).
· Se despide al trabajador por razones de discapacidad (Cfr. Ley 27050).
b) Despido incausado
Aparece esta modalidad de conformidad con lo establecido en la sentencia del Tribunal
Constitucional de fecha 11 de julio de 2002 (Caso Telefónica, expediente N.° 1124-2002-AA/TC).
Ello a efectos de cautelar la vigencia plena del artículo 22° de la Constitución y demás conexos.
Se produce el denominado despido incausado, cuando:
532
· Se despide al trabajador, ya sea de manera verbal o mediante comunicación escrita, sin
expresarle causa alguna derivada de la conducta o la labor que la justifique.
c) Despido fraudulento
Aparece esta modalidad de conformidad con lo establecido implícitamente en la sentencia del
Tribunal Constitucional recaída en el Exp. N° 0628-2001-AA/TC, de fecha 10 de julio de 2002. En
aquel caso se pretendió presentar un supuesto de renuncia voluntaria cuando en realidad no lo
era. En tal caso, este Tribunal consideró que «El derecho del trabajo no ha dejado de ser tuitivo
conforme aparecen de las prescripciones contenidas en los artículos 22° y siguientes de la Carta
Magna, debido a la falta de equilibrio de las partes, que caracteriza a los contratos que regula el
derecho civil. Por lo que sus lineamientos constitucionales, que forman parte de la gama de los
derechos constitucionales, no pueden ser meramente literales o estáticos, sino efectivos y oportunos
ante circunstancias en que se vislumbra con claridad el abuso del derecho en la subordinación
funcional y económica...». (Fun. Jur. N° 6).
Esos efectos restitutorios obedecen al propósito de cautelar la plena vigencia, entre otros, de
los artículos 22°, 103° e inciso 3) del artículo 139° de la Constitución.
Se produce el denominado despido fraudulento, cuando:
· Se despide al trabajador con ánimo perverso y auspiciado por el engaño, por ende, de manera
contraria a la verdad y la rectitud de las relaciones laborales; aun cuando se cumple con la
imputación de una causal y los cánones procedimentales, como sucede cuando se imputa al
trabajador hechos notoriamente inexistentes, falsos o imaginarios o, asimismo, se le atribuye
una falta no prevista legalmente, vulnerando el principio de tipicidad, como lo ha señalado, en
este último caso, la jurisprudencia de este Tribunal (Exp. N° 415-987-AA/TC, 555-99-AA/TC y
150-2000-AA/TC); o se produce la extinción de la relación laboral con vicio de voluntad (Exp.
N° 628-2001-AA/TC) o mediante la «fabricación de pruebas».
En estos supuestos, al no existir realmente causa justa de despido ni, al menos, hechos
respecto de cuya trascendencia o gravedad corresponda dilucidar al juzgador o por tratarse de
hechos no constitutivos de causa justa conforme a la ley, la situación es equiparable al despido sin
invocación de causa, razón por la cual este acto deviene lesivo del derecho constitucional al trabajo.
16. En mérito a todo lo expuesto, el Tribunal Constitucional estima que la protección adecuada
contra el despido arbitrario previsto en el artículo 27° de la Constitución ofrece dualmente una
opción reparadora (readmisión en el empleo) o indemnizatoria (resarcimiento por el daño causado),
según sea el caso.
Esta orientación jurisprudencial del Tribunal Constitucional en materia laboral no conlleva a
la estabilidad laboral absoluta, sino plantea el reforzamiento de los niveles de protección a los
derechos del trabajador frente a residuales prácticas empresariales abusivas respecto al poder para
extinguir unilateralmente una relación laboral.
17. Evidentemente, cualquiera sea la opción que adopte un trabajador con el fin de obtener una
«protección adecuada» contra el despido arbitrario, ésta parte de una consideración previa e
ineludible. El despido arbitrario, por ser precisamente «arbitrario», es repulsivo al ordenamiento
jurídico.
No es éste el lugar donde el Tribunal Constitucional deba indicar que el principio de
razonabilidad, implícitamente derivado del principio de igualdad, y expresamente formulado en el
artículo 200° de la Constitución, no tolera ni protege que se realicen o expidan actos o normas
arbitrarias. Razonabilidad, en su sentido mínimo, es lo opuesto a la arbitrariedad y a un elemental
sentido de justicia.
533
Por ello, cuando el artículo 27° de la Constitución establece que, contra el despido arbitrario,
la ley dispensará una «protección adecuada», tal disposición no puede entenderse en el sentido de
que con ella se está constitucionalizando el derecho del empleador de despedir arbitrariamente,
como parece entenderlo el demandante. Al amparo de un acto arbitrario, como el despido
inmotivado, no puede reclamarse el reconocimiento de derecho constitucional alguno. Simplemente
el ordenamiento sanciona la realización de actos arbitrarios, aunque, como se ha visto, esa sanción
al despido arbitrario pueda tener, en determinadas circunstancias, tanto una protección de eficacia
restitutoria como de eficacia resarcitoria.
18. Manuel Alonso García [Curso de Derecho del Trabajo, Editorial Ariel, Madrid 1981, pág.
559.] define el despido como «el acto unilateral de la voluntad del empresario por virtud del cual,
éste, decide poner fin a la relación de trabajo».
Ante la proclividad del ejercicio abusivo de la facultad de despedir, el derecho ha impuesto a
esta institución la exigencia de la causalidad. Así, cuando la extinción unilateral del vínculo laboral
no se funda en una causa justa previamente establecida en la ley, los órganos jurisdiccionales
tienen competencia para calificar el despido como justificado o injustificado.
19. En ese orden de ideas, el artículo 22° del D. Leg. N° 728 establece las situaciones en donde
se considera la existencia de causa justa de despido. Entre las causas relativas a la capacidad del
trabajador aparecen el detrimento de facultades o ineptitud sobrevenida; el rendimiento deficiente;
la negativa injustificada del trabajador a someterse a exámenes médicos o a cumplir las medidas
profilácticas o curativas prescritas. Entre las causas relativas a la conducta del trabajador aparecen
el incumplimiento de obligaciones y desobediencia; la paralización intempestiva de las labores; la
disminución deliberada y reiterada del rendimiento; la falta de honradez; la violación del deber de
buena fe laboral; la violación del secreto; la información falsa; la sustracción o utilización no
autorizada de documentos de la empresa; la competencia desleal; la violación de los deberes de
conducta; la violencia grave, indisciplina, injuria o faltamiento de palabra grave; el sabotaje; el
abandono de trabajo; las inasistencias injustificadas e impuntualidad reiterada; la condena penal
por delito doloso, la inhabilitación para el ejercicio de una actividad, etc.
De esta forma, un despido será justificado o injustificado, legal o arbitrario, en tanto la voluntad
extintiva de la relación laboral manifestada por el empleador se lleve a cabo con expresión o sin
expresión de causa; con el cumplimiento o incumplimiento de las formalidades procedimentales;
con probanza o no probanza de la causa –en caso de haber sido ésta invocada– en el marco de un
proceso. Asimismo, la competencia y actuación de la vía jurisdiccional –ordinaria o constitucional–
y los alcances de la protección jurisdiccional –reposición o indemnización– dependen de la opción
que adopte el trabajador despedido, así como de la naturaleza de los derechos supuestamente
vulnerados.
El Tribunal Constitucional estima que frente al despido arbitrario, en función a sus
competencias y responsabilidades, le cabe determinar la existencia o inexistencia de respeto al
orden constitucional. Y en esa perspectiva –ya sea por defecto de las normas infraconstitucionales
o por las conductas de los sujetos de una relación laboral–, si se ha producido el irrespeto o la
afectación de los derechos fundamentales allí consagrados.
20. Por tal motivo, este Colegiado cumple con precisar las consecuencias que se deriven de la
pluralidad de acciones anteriormente descritas.
El Tribunal Constitucional estima que la extinción unilateral de la relación laboral, fundada
única y exclusivamente en la voluntad del empleador, está afectada de nulidad –y por consiguiente
el despido carecerá de efecto legal- cuando se produce con violación de los derechos fundamentales
de la persona, reconocidos por la Constitución o los tratados relativos a la promoción, defensa y
protección de los derechos humanos.
Como señala Carlos Blancas Bustamante [El despido en el Derecho Laboral Peruano, Ara
Editores, Lima, 2002, pág. 282], en criterio que este Tribunal comparte, la afirmación de tales
534
derechos en el ámbito laboral supone el « superar la noción tradicional según la cual el contrato de
trabajo acotaba a favor del empleador una <zona franca y segregada de la sociedad civil> en la que
los derechos civiles y libertades del trabajador quedaban en la <puerta de la fábrica> careciendo,
por consiguiente, de relevancia en la vida de la relación de trabajo».
La pérdida de toda eficacia legal de cierto tipo de despidos, deriva de la conexión directa e
inmediata entre el acto de extinción de la relación laboral y la contravención de la Constitución o
los tratados en materia de derechos humanos. Así, se encontrará afectada de plena nulidad toda
aquella voluntad del empleador que restrinja, limite, disminuya, impida o conculque el goce de los
referidos derechos a uno o más de sus dependientes.
En este singular caso, la naturaleza misma del acto inconstitucional es la que determina la
ineficacia legal del despido, en razón de que el principio de primacía constitucional, contenido en el
artículo 51° de nuestra Norma Fundamental, no admite que puedan reputarse como legítimas y
eficaces aquellas conductas y actuaciones que importan la vulneración de los derechos que dicho
conjunto normativo consagra.]
En efecto, la lesión de los derechos fundamentales de la persona constituye, per se, un acto
inconstitucional, cuya validez no es en modo alguno permitida por nuestro supra ordenamiento.
En ese contexto, y, al amparo de la Constitución, el Tribunal Constitucional tiene la obligación de
disponer a favor del agraviado la tutela más amplia, efectiva y rápida posible, restituyéndole en el
goce integral y en el ejercicio pleno de su derecho amenazado o vulnerado; lo que se conseguirá
mediante la cesación del acto lesivo y la privación de efecto legal alguno que por arbitrariedad el
empleador quisiese consumar.
Ese es el sentido de la línea jurisprudencial establecida por el Tribunal Constitucional desde la
sentencia del 2 de octubre de 1995 (Caso Pucalá, Expediente N° 2004-94-AA/TC, Lambayeque), en
resguardo de los derechos fundamentales de la persona frente a actos de despido
constitucionalmente arbitrarios. Allí se ordenó la reposición de un trabajador separado de la
Cooperativa Agraria Pucalá, en atención a la necesidad de defender los contenidos establecidos en
el artículo 22° y conexos de la Constitución. De los mismos alcances es la sentencia del 21 de enero
de 1999 (Caso Cossío, Expediente N° 1112-98-AA/TC), en donde expresamente se señaló que «este
Tribunal no realiza en el presente caso una calificación de despido arbitrario en los términos
establecidos en el artículo 67° del Texto Único de la Ley de Fomento del Empleo, D.S. N° 05-95-TR,
para que pueda discutirse si procede su reposición o la indemnización, sino la evaluación de un
acto, el despido, que, eventualmente, resulte lesivo de los derechos fundamentales: Por tanto, de
verificarse este extremo, ineludiblemente deberá pronunciar su sentencia conforme al efecto
restitutorio propio de las acciones de garantía, tal cual lo prescribe el artículo 1° de la Ley N° 23506».
[Debe advertirse que similar criterio fue expuesto en la sentencia de fecha 22 de julio de 1999 (Caso
Ordóñez Huatuco, Expediente N° 482-99-AA/TC)].
535
Con el objeto de acreditar esta última situación, el actor ha adjuntado copia simple de un acta
de comparendo seguido con el propietario del Hostal Latino, donde se aprobó la conciliación entre
ambas partes, y en donde además consta la afirmación de don Nolberto Gutiérrez Vargas en el
sentido de que el monto pagado por el recurrente, por concepto de alojamiento y otros servicios, es
el que está consignado en la factura N° 009641.
Con el objeto de justificar el despido efectuado, en fecha posterior a la vista de la causa –
realizada el 21 de agosto de 2001– y después que se expidiera la sentencia recaída en el Exp. N°
1001-2002-A/TC, la demandada, con fecha 25 de noviembre de 2002, ha presentado ante este
Tribunal copia simple de la comunicación enviada por el gerente del Hostal Latino, de fecha 16 de
enero de 2001, donde se informa la razón de la sobrevaloración de la factura N° 009641, en la que
se afirma, literalmente, que «la explicación a la diferencia real o sobrevaloración de los gastos se
debe a la solicitud y exigencia de dichos señores, quienes indicaron la cantidad que debía ponerse
y de lo contrario se hospedarían en otro hotel».
Aunque este caso sea similar, en los hechos, al que resolvió este Tribunal con la sentencia
recaída en el Exp. N° 1001-2002-AA/TC, es de advertir que, por las especiales circunstancias que
se han derivado de la presentación de los documentos a los que en el párrafo anterior se ha hecho
referencia, la dilucidación de la controversia requiere de medios de prueba adicionales que no se
pueden actuar en este proceso, que carece de estación probatoria, por lo que al desestimarse la
pretensión, debe dejarse a salvo el derecho del actor para que lo haga valer conforme a ley.
Por estos fundamentos, el Tribunal Constitucional, en uso de las atribuciones conferidas por la
Constitución Política del Perú y su Ley Orgánica,
FALLA
REVOCANDO la recurrida que, confirmando la apelada, declaró infundada la demanda.
REFORMÁNDOLA declara IMPROCEDENTE la Acción de Amparo interpuesta. Dispone la
notificación a las partes, su publicación en el diario oficial El Peruano y la devolución de los
actuados.
SS.
ALVA ORLANDINI/BARDELLI LARTIRIGOYEN/REY TERRY/REVOREDO MARSANO/GONZALES OJEDA /GARCÍA TOMA.
536
7.7. DECLARAN FUNDADA LA ACCIÓN DE AMPARO AL HABERSE ACREDITADO LA TRANSGRESIÓN DEL
DERECHO AL DEBIDO PROCESO Y AFECTADO LOS DERECHOS ECONÓMICOS Y LABORALES DEL
DEMANDANTE
TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
En Trujillo, a los seis días del mes de noviembre de mil novecientos noventa y ocho, reunido el
Tribunal Constitucional en sesión de Pleno Jurisdiccional, con asistencia de los señores
Magistrados: Acosta Sánchez, Presidente; Díaz Valverde, Vicepresidente; Nugent; y García Marcelo,
pronuncia sentencia:
ASUNTO:
Recurso Extraordinario interpuesto por don Juan Pedro Vaca Avalos contra la resolución
expedida por la Primera Sala Civil de la Corte Superior de Justicia de La Libertad, de fecha siete de
abril de mil novecientos noventa y siete, que declaró improcedente la Acción de Amparo interpuesta
contra el Presidente de la Corte Superior de Justicia de La Libertad, don Walter Eguberto Díaz Díaz.
ANTECEDENTES:
Don Juan Pedro Vaca Avalos interpone Acción de Amparo contra el Presidente de la Corte
Superior de Justicia de La Libertad don Walter Eguberto Díaz Díaz, solicitando la inaplicabilidad
de la Resolución Administrativa N° 041-96-P/CSJLL, de fecha dos de mayo de mil novecientos
noventa y seis, así como de las resoluciones sin número de fecha siete de mayo de mil novecientos
noventa y seis, veintisiete de mayo de mil novecientos noventa y seis y quince de julio de mil
novecientos noventa y seis. Mientras que la primera resolución lo ha sancionado disciplinariamente
por un hecho no previsto en la ley y que ha supuesto suspenderlo por ocho días sin goce de haber
durante el mes de mayo de mil novecientos noventa y seis, las tres últimas resoluciones le han
recortado el derecho a una legítima defensa. Especifica que todo se origina a consecuencia de haber
hecho uso de la palabra en la celebración del centésimo septuagésimo segundo aniversario de la
Corte Superior de Justicia de La Libertad, ceremonia en la cual fue premiado con el diploma de
honor y en la que, emocionado y en agradecimiento por el reconocimiento que se le había dado,
exhortó a los demás compañeros de trabajo para seguir laborando con ahínco a fin de dejar siempre
la buena imagen del Poder Judicial, hecho que aparentemente no fue de agrado del emplazado que
lo ha considerado como inconducta funcional y que ha originado la antes citada sanción
disciplinaria.
Agrega que haciendo uso de los recursos que le franquea la ley, interpuso el recurso de
apelación y el de revisión, declarándose por el mismo emplazado, infundado el primero e
improcedente el segundo, con fecha siete y veintisiete de mayo de mil novecientos noventa y seis
respectivamente. Incluso presentó posteriormente una queja de derecho ante la Comisión Ejecutiva
del Poder Judicial, siendo remitida la misma otra vez al emplazado, quien finalmente la ha declarado
infundada con fecha quince de julio de mil novecientos noventa y seis, situación ésta que ha
colocado al demandante en un estado de total indefensión y, a su vez, contrario a la pluralidad de
instancias y el debido proceso.
537
El Presidente de la Corte Superior de Justicia de La Libertad contesta la demanda, solicitando
que se declare infundada por no haberse vulnerado derecho constitucional alguno. El accionante
fue convocado en su calidad de trabajador de la Segunda Sala Civil de la Corte Superior de Justicia
de La Libertad para asistir a la sesión solemne por el centésimo septuagésimo segundo aniversario
de instalación de la referida Corte y para hacerle entrega de un diploma de honor por haber
destacado como trabajador durante el año judicial de mil novecientos noventa y cinco. En dicho
acto público, el accionante sin contar con la autorización de la presidencia, alterando la
programación establecida y ocasionando incomodidad al magistrado que debía pronunciar el
discurso oficial, se permitió colocarse frente al micro y hacer uso de la palabra, hechos estos que
constituyen inconducta funcional y por los que se le ha sancionado mediante Resolución
Administrativa 041-96-P/CSJLL y las otras resoluciones expedidas en el proceso administrativo, de
conformidad con el Artículo 26°, inciso b) del Decreto Legislativo N° 276, en concordancia con el
Artículo 155°, inciso b), del Decreto Supremo N° 005-90-PCM.
A fojas sesenta y cinco, con fecha trece de diciembre de mil novecientos noventa y seis, el Cuarto
Juzgado Especializado en lo Civil de Trujillo expide resolución declarando improcedente la demanda
principalmente por considerar: que el Presidente de la Corte de un Distrito Judicial tiene facultades
para sancionar disciplinariamente a un trabajador de su dependencia por ser un superior, conforme
a los Artículos 72° y 90° de la Ley Orgánica del Poder Judicial, en concordancia con el Artículo 26°
inciso b) del Decreto Legislativo N° 276 y el Decreto Supremo N° 005-90-PCM, Artículo 155°, inciso
b); Que los hechos se justifican por tratarse de una intervención no autorizada en una sesión
solemne cuyo programa no podía ser adulterado; Que la intervención in promtus que tuvo el
demandante daña la imagen del Poder Judicial al crear precedentes de indisciplina; Que el
demandante no niega haber tomado la tribuna para dirigirse al público, para hacer
recomendaciones de cómo debían comportarse los trabajadores; Que no se puede ignorar que
actualmente la Comisión Ejecutiva del Poder Judicial y la Oficina de Control de la Magistratura
vienen expidiendo disposiciones que no sólo están dirigidas a la celeridad de la administración de
justicia y a evitar la corrupción, sino también a poner disciplina en el Poder Judicial; Que las otras
resoluciones que cuestiona el demandante han sido expedidas dentro de los marcos legales de un
procedimiento administrativo, aplicándose los principios de simplicidad, celeridad y unidad de
criterio, ya que en los procedimientos disciplinarios no cabe articulaciones mayores y, en todo caso,
una vez agotada la vía administrativa se debe impugnar lo resuelto mediante la acción contencioso-
administrativa y no mediante el Amparo.
A fojas ciento cuatro, con fecha siete de abril de mil novecientos noventa y siete, la Primera Sala
Civil de la Corte Superior de Justicia de La Libertad confirma la apelada, por considerar que la
demandada al expedir las resoluciones cuestionadas no ha violado derechos constitucionales y que,
en todo caso, la ineficacia o invalidez de resoluciones administrativas sólo puede darse mediante la
acción contencioso-administrativa.
FUNDAMENTOS:
1. Que, conforme se aprecia en el petitorio contenido en la demanda interpuesta, el objeto de
éste se orienta al cuestionamiento de la Resolución Administrativa N° 041-96-P/CSJLL de fecha
dos de mayo de mil novecientos noventa y seis, así como de las Resoluciones Administrativas s/n
de fechas siete de mayo, veintisiete de mayo y quince de julio de mil novecientos noventa y seis,
expedidas todas ellas por el demandado Presidente de la Corte Superior de Justicia de La Libertad,
tras considerar que con las mismas se han transgredido los derechos constitucionales del
demandante, relativos a sus haberes, así como a la legítima defensa, pluralidad de instancia y
debido proceso.
2. Que, por consiguiente, y a efectos de acreditar las condiciones de procedibilidad de la
presente acción o, en su caso, la legitimidad o no de la demanda interpuesta, debe empezarse por
señalar que para el presente caso, el trámite de agotamiento de las vías previas previsto por el
Artículo 27° de la Ley N° 23506 han sido debidamente cumplidos por el demandante, cumplido por
538
él con la presentación de los sucesivos recursos administrativos internos, no obstante que, como
se verá en seguida, éstos no han sido resueltos por el emplazado respetando los supuestos mínimos
de un debido proceso administrativo. Por otra parte, la demanda ha sido interpuesta dentro del
término contemplado por el Artículo 37° de la norma antes acotada, lo que supone su no caducidad.
3. Que, en lo que respecta al asunto de fondo, este Colegiado considera que si bien es un hecho
acreditado que el emplazado Presidente de la Corte Superior de Justicia de La Libertad tenía
facultades disciplinarias sobre el demandante y dentro de dichos supuestos, podía, en efecto,
sancionarlo por la comisión de las faltas o infracciones en que se incurra, conforme se desprende
del Artículo 2° de la Resolución Administrativa N° 074-CME-PJ del uno de abril de mil novecientos
noventa y seis, expedida de conformidad con el Artículo 1° de la Ley N° 26546, que a su vez modifica
el Texto Único Ordenado de la Ley Orgánica del Poder Judicial en materia de funciones de gobierno
y gestión; dichas facultades sólo podían ejercerse con sujeción al respeto por el contenido esencial
del derecho al debido proceso, hipótesis que en el caso de autos, definitivamente no se han dado.
4. Que, en efecto, el hecho de que el demandado pueda aplicar sanciones sobre el demandante
no supone para nada el desnaturalizar los principios de razonabilidad y proporcionalidad ínsitos a
toda medida sancionadora. Si el demandado invoca el Artículo 26° inciso b) del Decreto Legislativo
N° 276, así como el Artículo 155° inciso b) del Decreto Supremo N° 005-90-PCM que ciertamente
contempla la sanción de suspensión sin goce de haber impuesta al demandante mediante la
cuestionada Resolución N° 041-96-P/CSJLL, es absolutamente arbitrario y desproporcionado que
las razones que sirven de sustento a dicha decisión no hayan sido merituadas en relación con otros
dispositivos como son el Artículo 27° del mismo Decreto Legislativo N° 276 ó los Artículos 151° y
154° del igualmente citado Decreto Supremo N° 005-90-PCM. El hecho de que el demandante haya
cometido un error alterando el protocolo de una ceremonia con un discurso no previsto,
evidentemente puede ser pasible de una sanción, pero que la misma pueda llegar hasta el extremo
de suspenderlo por ocho días sin goce de haber, no termina de justificarse, cuando, precisamente,
el mismo demandante había sido una de las dos personas premiadas en dicha ceremonia. No tomar
en consideración la naturaleza de la infracción cometida, los antecedentes del servidor, la absoluta
falta de reincidencia respecto de dichos hechos, así como otros factores -todos ellos atenuantes- y,
en lugar de ello, preferir una equivocada y mal entendida concepción de la disciplina -como si la
organización judicial fuera equivalente a la castrense-, es una muestra de distorsión en la potestad
del sancionador, que desdibuja la relación entre causa y efecto y atenta contra el sentido básico de
justicia. Este Colegiado entiende por consiguiente, que así como el debido proceso es distorsionado
formalmente cuando se contravienen los derechos y principios de quien es procesado judicial,
administrativa o corporativamente (hipótesis que, por cierto, también ha ocurrido en el caso de
autos) dicho atributo es igualmente distorsionado, empero, en términos materiales o sustantivos,
cuando, como en el presente caso, no hay coherencia entre la infracción cometida y la sanción
adoptada.
5. Que, de otra parte, y aun cuando la norma que habilita la potestad sancionadora del
demandado (específicamente, la Resolución Administrativa N° 074-CME-PJ) era insuficiente por sí
misma para garantizar la presencia de un irrestricto proceso debido, el demandado tampoco ha
debido proceder en la forma en que lo hizo, una vez producido el reclamo administrativo del
demandante. Si, en principio, y como lo establece el Artículo 139° inciso 6) de la Constitución
Política del Estado, es un derecho de las partes el hacer uso de la pluralidad de instancia y, en el
presente caso, la instancia administrativa plural no existía aún por ese entonces al haber aglutinado
el Presidente de la Corte Superior todas las facultades sancionatorias, no ha debido fungir el
emplazado como instancia revisora de todos los reclamos del demandante, al extremo de haber
resuelto sucesi-vamente sus recursos de apelación (siete de mayo de mil novecientos noventa y
seis), revisión (veintisiete de mayo de mil novecientos noventa y seis) y queja (quince de julio de mil
novecientos noventa y seis), ya que dicha circunstancia altera el sentido lógico de imparcialidad y
libertad de criterio con el que se supone funciona el sistema de la instancia plural, distorsionando
incluso el derecho de defensa del interesado.
539
6. Que, a tenor de lo expuesto, este tribunal no puede menos que acoger la pretensión del
demandante, pues aunque entiende que la organización judicial goza de plena y absoluta autonomía
tanto en sus decisiones de tipo jurisdiccional como en la de contenido administrativo, asume a su
vez que las mismas sólo resultan válidas cuando son ejercidas de forma compatible con la
Constitución Política del Estado y con los derechos que aquélla reconoce.
7. Que, por consiguiente, y habiéndose acreditado transgresión del derecho al debido proceso,
entendido tanto en términos sustantivos como formales y, por otra parte, afec-tando con ello los
derechos económicos y laborales del demandante, resultan de aplicación los Artículos 1°, 3°, 7°,
24° incisos 16) y 22) de la Ley N° 23506, en concordancia con los Artículos 1°, 40°, 139° incisos 3),
6) y 14) de la Constitución Política del Estado.
Por estos fundamentos, el Tribunal Constitucional, en uso de las atribuciones que le confieren
por la Constitución Política del Estado y su Ley Orgánica;
FALLA:
REVOCANDO la resolución expedida por la Primera Sala Civil de la Corte Superior de Justicia
de La Libertad, de fojas ciento cuatro, su fecha siete de abril de mil novecientos noventa y siete, que
confirmando la apelada declaró improcedente la demanda. Reformándola la de vista declara
FUNDADA la Acción de Amparo interpuesta por don Juan Pedro Vaca Avalos y, en consecuencia,
inaplicables a su caso particular los efectos de la Resolución Administrativa N° 041-96-P/CSJLL,
del dos de mayo de mil novecientos noventa y seis, así como la Resolución sin número del siete de
mayo de mil novecientos noventa y seis, la Resolución sin número del veintisiete de mayo de mil
novecientos noventa y seis y la Resolución sin número del quince de julio de mil novecientos noventa
y seis. ORDENA al Presidente de la Corte Superior de Justicia de La Libertad dejar sin efecto la
sanción impuesta al demandante. Dispone la no aplicación del Artículo 11° de la Ley N° 23506,
dadas las circunstancias especiales del caso. Dispone la notificación a las partes, su publicación
en el Diario Oficial El Peruano y la devolución de los actuados.
SS.
ACOSTA SANCHEZ; DIAZ VALVERDE; NUGENT; GARCIA MARCELO.
540
7.8. DECLARAN FUNDADA LA ACCIÓN DE AMPARO AL HABERSE ACREDITADO LA TRANSGRESIÓN DE
LOS DERECHOS CONSTITUCIONALES A LA PROTECCIÓN CONTRA EL DESPIDO ARBITRARIO Y AL
DEBIDO PROCESO
TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
EXP. N° 798-97-AA/TC-AREQUIPA
En Arequipa, a los veintiocho días del mes de mayo de mil novecientos noventa y ocho, reunido
el Tribunal Constitucional, en sesión de Pleno Jurisdiccional, con asistencia de los señores
Magistrados: Acosta Sánchez, Vicepresidente, encargado de la Presidencia; Nugent, Díaz Valverde
y García Marcelo, pronuncia sentencia:
ASUNTO:
Recurso Extraordinario, interpuesto por don Crisóstomo Castro Cori, contra la resolución de la
Primera Sala Civil de la Corte Superior de Justicia de Arequipa, de fecha diecinueve de junio de mil
novecientos noventa y siete, en la Acción de Amparo seguida contra la Municipalidad Provincial de
Arequipa.
ANTECEDENTES:
Don Crisóstomo Castro Cori, interpone Acción de Amparo contra don Róger Luis Cáceres Pérez,
Alcalde de la Municipalidad Provincial de Arequipa, por estimar que se ha violado, entre otros, sus
derechos a la libertad de trabajo, a la defensa, a la legalidad y al debido proceso, por haber sido
despedido indebida e intempestivamente, mediante Resolución Municipal N° 279-E-96 de fecha
veintiocho de noviembre de mil novecientos noventa y seis, por causal de excedencia, resolución
que se le aplicó sin haber quedado consentida, y que no le fue notificada personalmente; solicitando
se declare inaplicable, se ordene su reposición y se le abonen las remuneraciones y demás derechos
dejados de percibir.
Manifiesta haber laborado para la Municipalidad demandada, desde el veintitrés de setiembre
de mil novecientos sesenta y siete, hasta el dieciocho de diciembre de mil novecientos noventa y
seis, en el régimen laboral del D. Leg. N° 276, fecha en que al reintegrarse, después de sus
vacaciones, en el reloj marcador no se encontraba su tarjeta; señala que se le cesó sin mediar
proceso; que en el mes de julio de mil novecientos noventa y seis la demandada aplicó el proceso
de evaluación correspondiente al primer semestre, al cual se sometió amparado en el acta suscrita
por el Sindicato de Trabajadores y el Alcalde, arribándose al compromiso que los resultados no
serían utilizados para cesar a ningún servidor, a lo que se añade el hecho de no habérsele notificado
con el resultado de las calificaciones ni haberse publicado éstas en fecha oportuna.
La Municipalidad Provincial de Arequipa, contestó la demanda negándola en todos sus
extremos, manifestando no haber violado ningún derecho constitucional del demandante, ya que
se procedió de conformidad con las Leyes N°s. 26093 y 26553; que el demandante tuvo
conocimiento antelado de que iba a ser evaluado, y lo fue, en forma conjunta con los demás
servidores, dentro de un debido proceso efectuado de acuerdo a las disposiciones contenidas en el
reglamento de evaluación, no habiendo obtenido nota aprobatoria. De otro lado señala que el
541
demandante siguió un proceso administrativo en contra de la Resolución Municipal N° 279-E-96
que es materia de impugnación, la cual fue publicada en el diario «El Correo» con fecha primero de
diciembre de mil novecientos noventa y seis y notificada personalmente al demandante con fecha
dieciocho de diciembre del mismo año, en base a lo cual apeló y no agotó la vía administrativa
conforme a los Artículos 98° y siguientes del D.S. N° 02-94-JUS y Artículo 122° de la Ley Orgánica
de Municipalidades. Por lo que la Municipalidad propuso las excepciones de falta de agotamiento
de la vía administrativa y de incompetencia.
El Primer Juzgado Especializado en lo Civil de Arequipa, mediante sentencia de fecha
veinticinco de abril de mil novecientos noventa y siete, falló declarando infundadas las excepciones
de incompetencia y de falta de agotamiento de la vía administrativa e infundada la acción
interpuesta, por estimar, que el demandante no ha demostrado en autos haber sido cesado durante
su período vacacional; que el hecho de haber iniciado un proceso administrativo, contra la
resolución municipal que impugna, determina que tuvo conocimiento oportuno de su contenido;
que el cese del demandante no resulta ser un acto violento o intempestivo, sino el resultado de un
proceso público al que se sometió en igualdad de condiciones junto con los demás trabajadores;
que el demandante había dado por agotada la vía administrativa; y, que el Juzgado era competente
para conocer el caso, por haberse planteado la demanda de conformidad con el Artículo 29° de la
Ley N° 23506.
La Primera Sala Civil de la Corte Superior de Justicia de Arequipa, mediante sentencia de fecha
diecinueve de junio de mil novecientos noventa y siete, falló revocando la apelada y reformándola
declaró improcedente las excepciones de incompetencia y de falta de agotamiento de la vía
administrativa e improcedente la Acción de Amparo, por considerar que el proceso de evaluación y
consiguientemente cese por excedencia se sustentó en lo previsto por las Leyes N°s. 26093 y 26553;
que el demandante se sometió voluntariamente a la evaluación; que la resolución impugnada se le
notificó con fecha dieciocho de diciembre de mil novecientos noventa y seis, esto es, cuando finalizó
su período vacacional; que al dar por denegada la apelación, acogiéndose el demandante al silencio
administrativo negativo, éste expeditó su derecho para accionar en esta vía; y, que la excepción de
incompetencia tampoco procede en razón a que se trata de una acción de garantía, cuyo
conocimiento compete legalmente al correspondiente Juez Especializado en lo Civil.
Contra esta resolución, el demandante interpone Recurso Extraordinario.
FUNDAMENTOS:
1. Que, la pretensión del demandante tiene por objeto se declare en su caso la inaplicabilidad
de la Resolución Municipal N° 279-E-96, la cual ordena su cese por causal de excedencia.
2. Que, respecto a la excepción de falta de agotamiento de la vía administrativa, ésta es
infundada por cuanto debe tenerse que la Resolución Municipal N° 279-E-96 de fecha veintiocho
de noviembre de mil novecientos noventa y seis, dispone el cese por causal de excedencia a partir
del primero de diciembre del mismo año; vale decir que ha sido ejecutada antes de quedar
consentida, por lo que es de aplicación la excepción prevista en el inciso 1) del Artículo 28° de la
Ley N° 23506. En cuanto a la excepción de incompetencia, ésta es igualmente infundada, ya que el
Primer Juzgado Especializado en lo Civil de Arequipa era competente para conocer la acción
planteada, de acuerdo a lo establecido en el Artículo 29° de la Ley N° 23506, modificado por la Ley
N° 26792.
3. Que, la Octava Disposición Transitoria de la Ley N° 26553, del Presupuesto del Sector Público
para el año mil novecientos noventa y seis, incluyó a los Gobiernos Locales en los alcances del
Decreto Ley N° 26093 relativo a evaluación de personal y cese por causal de excedencia, autorizando
a sus titulares a dictar las normas necesarias para su correcta aplicación.
4. Que, el derecho constitucional a la protección contra el despido arbitrario, supone que el
trabajador no puede ser despedido sino por causa justa, debidamente comprobada; por lo que los
procesos especiales de cese de los servidores públicos por causal de excedencia deben realizarse
542
con escrupulosa observancia de las disposiciones legales vigentes, a fin de no vulnerar derechos
fundamentales de los mismos.
5. Que, se aprecia de los actuados, que el proceso de evaluación del demandante, fue asumido
por una Comisión Evaluadora que estaba presidida por el Regidor don Percy Aranívar Melgar, lo
que contraviene lo dispuesto por el Artículo 191° de la Constitución Política del Estado y el inciso
3) del Artículo 37° de la Ley Orgánica de Municipalidades N° 23853, en virtud de los cuales los
Regidores ejercen función de fiscalización y vigilancia de los actos de la administración municipal,
careciendo de competencia para realizar acciones que originen cese de personal; violándose los
derechos constitucionales a la protección contra el despido arbitrario y al debido proceso.
Por estos fundamentos, el Tribunal Constitucional, en uso de las atribuciones que le con-fieren
la Constitución Política del Estado y su Ley Orgánica;
FALLA:
REVOCANDO la resolución de la Primera Sala Civil de la Corte Superior de Justicia de Arequipa,
de fojas setenta y cinco, su fecha diecinueve de junio de mil novecientos noventa y siete, la que
revocando la apelada, declaró improcedentes las excepciones de falta de agotamiento de la vía
administrativa y de incompetencia e improcedente la demanda; REFORMÁNDOLA declara
infundadas las excepciones propuestas y FUNDADA la demanda; en consecuencia inaplicable para
el demandante la Resolución Municipal N° 279-E-96, de fecha veintiocho de noviembre de mil
novecientos noventa y seis, ordenándose se le reponga en el cargo que venía ocupando u otro de
igual nivel, sin reintegro de las remuneraciones dejadas de percibir durante el tiempo no laborado.
Dispone la notificación a las partes, su publicación en el Diario Oficial El Peruano y la devolución
de los actuados.
SS.
ACOSTA SANCHEZ; DIAZ VALVERDE; NUGENT; GARCIA MARCELO.
543
7.9. DECLARAN IMPROCEDENTE LA DEMANDA POR NO ENCONTRARSE EL RECURRENTE AMPARADO
EN LA LEY Nº 24041
EXP. : Nº 661-99-AA/TC-CHICLAYO
DEMANDADO : NATANAEL DÁVILA PERALES.
SENTENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
En Chiclayo, a los veinte días del mes de enero de dos mil, reunido el Tribunal Constitucional
en sesión de Pleno Jurisdiccional, con asistencia de los señores Magistrados: Acosta Sánchez,
Presidente; Díaz Velarde, Vicepresidente; Nugent y García Marcelo, pronuncia sentencia:
ASUNTO:
Recurso Extraordinario interpuesto por don Natanael Dávila Perales contra la Resolución de la
Primera Sala Civil de la Corte Superior de Justicia de Lambayeque, su fecha treinta de junio de mil
novecientos noventa y nueve, que declaró improcedente la Acción de Amparo.
ANTECEDENTES:
Don Natanael Dávila Perales interpone Acción de Amparo contra la Municipalidad Distrital de
José Leonardo Ortiz, departamento de Lambayeque, a fin de que se declare inaplicable la Resolución
de Alcaldía N° 038-99 MDJLO/A del veinticinco de enero de mil novecientos noventa y nueve, que
da por concluida su designación en el cargo de confianza de Jefe del Área de Abastecimientos y
dispone el término de su vínculo laboral. Solicita asimismo su reposición y el pago de
remuneraciones y demás beneficios dejados de percibir hasta la fecha en que se le reincorpore.
El demandante sostiene que por Resolución de Alcaldía N° 338-93-A/MDJLO, del trece de mayo
de mil novecientos noventa y tres, se le designó en el cargo de confianza de Jefe de la Unidad
Administrativa a partir del catorce de mayo de mil novecientos noventa y tres; que al ser observados
los contratos para cargos de confianza por auditores externos, se expidió la Resolución de Alcaldía
N° 285-95-A/MDJLO del seis de marzo de mil novecientos noventa y cinco, que dejó sin efecto la
anterior resolución y renovó su contrato a partir del uno de marzo de mil novecientos noventa y
cinco para que realice labores de naturaleza permanente en la Unidad de Administración. La
observación de los auditores consistía en que se había transgredido la Ley N° 25957 que limita los
cargos de confianza en el sector público al cuatro por ciento del personal nombrado, y la Ley N°
25515 que establece que los cargos de confianza en dicho sector se designan mediante resolución
suprema y en los gobiernos locales por resolución municipal, lo que no se había efectuado en la
municipalidad demandada. Asimismo, manifiesta que por Memorándum N° 62-96-MDJLO/A, de
fecha tres de enero de mil novecientos noventa y seis, se dispone que pase a prestar servicios en el
Departamento de Fiscalización y Sanciones en calidad de Jefe encargado; por Memorándum N.°
118-96-MDJLO/A, de fecha cinco de febrero de mil novecientos noventa y seis, se dispone que
nuevamente reasuma las funciones del cargo de Jefe de la Unidad de Administración; por
Resolución de Alcaldía N° 003-98-MDJLO/A, de fecha dos de enero de mil novecientos noventa y
ocho, se le encarga la Jefatura del Área de Abastecimientos; y por Memorándum N° 053-99-
MDJLO/JP, del catorce de enero de mil novecientos noventa y nueve, se le comunica que a partir
de dicha fecha pasaría a prestar apoyo al Jefe de Abastecimientos; por Resolución de Alcaldía N°
544
038-99-MDJLO/A, del veinticinco de enero de mil novecientos noventa y nueve, se da por concluida
su designación en el cargo de confianza que venía desempeñando hasta el treinta y uno de diciembre
de mil novecientos noventa y ocho, como Jefe del Área de Abastecimientos, precisándose que
quedaba disuelto su vínculo laboral. Alega que se han vulnerado sus derechos constitucionales,
pues su status en la Municipalidad demandada no era la de un trabajador que desempeñaba cargo
de confianza, sino servicios de naturaleza permanente al amparo de la Ley N° 24041, por lo que no
podía ser despedido sino observándose lo previsto en el capítulo V del Decreto Legislativo N° 276 y
su Reglamento.
Admitida la demanda, ésta es contestada por el representante legal de la Municipalidad Distrital
de José Leonardo Ortiz, quien solicita que se la declare improcedente, por considerar,
principalmente, que: a) No se ha agotado la vía administrativa; b) La condición del demandante ha
sido la de un trabajador designado para desempeñar cargo de confianza; y c) El demandante, al
ejercer un cargo de confianza, no fue sometido al proceso de evaluación semestral, lo que prueba
su condición laboral.
El Juez del Cuarto Juzgado Civil de la Corte Superior de Justicia de Chiclayo, con fecha veinte
de abril de mil novecientos noventa y nueve, expide sentencia declarando fundada la demanda, por
considerar, principalmente, que las labores que ha venido efectuando el demandante son de
naturaleza permanente, por lo que es de aplicación la Ley N° 24041.
Interpuesto el Recurso de Apelación, con fecha treinta de junio de mil novecientos noventa y
nueve, la Primera Sala Civil de la Corte Superior de Justicia de Lambayeque expide sentencia,
revocando la apelada, y reformándola, la declaró improcedente, por considerar principalmente que
el demandante no agotó la vía administrativa.
Contra esta Resolución, el demandante interpone Recurso Extraordinario.
FUNDAMENTOS:
1. Que, conforme se desprende del petitorio de la demanda, el objeto de ésta es que se declare
inaplicable al demandante la Resolución de Alcaldía N° 038-99-MDJLO/A, de fecha veinticinco de
enero de mil novecientos noventa y nueve, que da por concluida su designación en el cargo de
confianza de Jefe del Área de Abastecimientos. Asimismo, que se le reponga y se le restituyan las
remuneraciones dejadas de percibir, al considerar que se encontraba bajo el amparo de la Ley N°
24041.
2. Que el demandante no estaba obligado a agotar la vía administrativa en vista de que el
presunto acto lesivo se ejecutó antes de que quedara consentida la resolución cuestio-nada, siendo
de aplicación la excepción prevista en el inciso 1) del artículo 28° de la Ley N° 23506.
3. Que la Ley N° 24041 establece en su artículo 1° que los servidores públicos contratados para
labores de naturaleza permanente, que tengan más de un año ininterrumpido de servicios, no
pueden ser cesados ni destituidos sino por las causas previstas en el capítulo V del Decreto
Legislativo N° 276. Asimismo, en el artículo 2° se señala que no están comprendidos en sus
beneficios, entre otros, los servidores contratados para desempeñar funciones de confianza.
4. Que, de los antecedentes de la presente resolución se desprende que está acreditado en autos
que el demandante desempeñó el cargo de confianza de Jefe de la Unidad Administrativa en el
período comprendido entre el catorce de mayo de mil novecientos noventa y tres y el seis de marzo
de mil novecientos noventa y cinco. A partir de esta última fecha continuó prestando servicios en
labores de naturaleza permanente hasta el cinco de febrero de mil novecientos noventa y seis, vale
decir, por espacio de once meses en que reasume el cargo de Jefe de la Unidad de Administración,
cargo éste último que, como se ha señalado, era de confianza; posteriormente, el dos de enero de
mil novecientos noventa y ocho se expidió la Resolución de Alcaldía N° 003-98-MDJLO/A, mediante
la cual se le encarga la Jefatura del Área de Abastecimientos, el mismo que era de confianza, según
se aprecia del documento que obra a fojas veintiséis y que lo ejerció hasta el catorce de enero de
545
mil novecientos noventa y nueve en que por Memorándum N° 053-99-MDJLO/JP se le comunicó
que pasaría a prestar apoyo al Jefe de Abastecimientos hasta el veinticinco de enero del mismo año,
fecha en que se da por concluida su designación en el cargo de confianza que venía desempeñando
hasta el treinta y uno de diciembre de mil novecientos noventa y ocho, siendo el caso que en el
último período comprendido entre el catorce al veinticinco de enero de mil novecientos noventa y
nueve, volvió a ejercer funciones de carácter permanente por un período de once días.
5. Que, asimismo, debe tenerse en cuenta que el artículo 50° de la Ley Orgánica de
Municipalidades N° 23853 establece que el Director Municipal y los directores de servicios son
funcionarios de confianza, nombrados por el Alcalde y pueden ser removidos por éste o por acuerdo
del Concejo. En consecuencia, las resoluciones de alcaldía mediante las cuales se contrató al
demandante para ejercer cargos de confianza están arreglados a ley, además, los decretos leyes Nºs
25515 y 25957, que regulan lo concerniente a los nombramientos en cargos de confianza en la
función pública, son aplicables al gobierno central mas no a los gobiernos locales, debido a que
éstos gozan de autonomía administrativa de acuerdo con lo dispuesto en el artículo 191° de la
Constitución Política del Estado y, además, por cuanto éstos financian básicamente sus
presupuestos con recursos propios.
6. Que, por lo expuesto, no está acreditado en autos que el demandante cumpla con los
requisitos exigidos por el artículo 1°, de la Ley N° 24041 encontrándose más bien comprendido en
el artículo 2° de dicha Ley, es decir, excluido del beneficio de la permanencia o estabilidad.
Por estos fundamentos, el Tribunal Constitucional, en uso de las atribuciones que le confieren
la Constitución Política del Estado y su Ley Orgánica;
FALLA:
CONFIRMANDO la Resolución expedida por la Primera Sala Civil de la Corte Superior de
Justicia de Lambayeque, de fojas ciento treinta y nueve, su fecha treinta de junio de mil novecientos
noventa y nueve, que revocando la apelada declaró IMPROCEDENTE la Acción de Amparo. Dispone
la notificación a las partes, su publicación en el diario oficial El Peruano y la devolución de los
actuados.
SS.
ACOSTA SÁNCHEZ/NUGENT/DÍAZ VALVERDE/GARCÍA MARCELO.
546
8. PENSIONES
8.1 EMISIÓN DE NUEVA RESOLUCIÓN CONFORME A LA LEY 25009 Y AL D. LEY 19990, POR
APLICACIÓN DEL D. LEY N° 25967
EXP. N° 2252-2000
RESOLUCIÓN N° 1266
547
TERCERO.- Que, del análisis de la resolución de jubilación cuestionada, boleta de pago, que
obran a fojas cinco, seis y siete, respectivamente, y del documento de identidad que corre a fojas
uno, se verifica que a la entrada en vigencia del Decreto Ley N° 25967, esto es, al diecinueve de
diciembre de mil novecientos noventidós, el actor contaba en su haber con veintiséis años de
aportaciones y cincuenta y siete años de edad; consecuentemente, antes de la fecha indicada el
actor ya había adquirido su derecho pensionario y reunido los requisitos legales establecidos en la
Ley N° 25009, y el Régimen del Decreto Ley N° 19990; por lo que la pensión de jubilación del
recurrente debió calcularse y otorgarse única y exclusivamente de acuerdo a lo normado por la Ley
N° 25009 y el Decreto Ley N° 19990;
FALLO:
Por estas razones: CONFIRMARON la Sentencia apelada de fojas cincuenta y cinco a
cincuentiocho, su fecha dieciséis de junio del dos mil, que declara FUNDADA EN PARTE la demanda
interpuesta de fojas catorce a diecisiete; en consecuencia, INAPLICABLE al demandante la
Resolución número 547-93 de fecha dos de agosto de mil novecientos noventitrés, debiendo la
entidad demandada expedir nueva resolución con arreglo estricto a la Ley N° 25009, y al Decreto
Ley N° 19990, incluido los criterios para calcularla, sin aplicación de la Ley N° 25967 y normas
complementarias; bajo responsabilidad; con lo demás que contiene; en la demanda de Acción de
Amparo seguida por PASCUAL BLANCO GUERRA contra la OFICINA DE NORMALIZACION
PREVISIONAL – ONP; y estando a que la presente resolución sienta precedente de observancia
obligatoria; MANDARON: Que, consentida o ejecutoriada que ésta sea, se publique en el Diario
Oficial El Peruano por el término de ley; y los devolvieron.
SS.
LAGOS ABRILL; MAC RAE THAYS; LINARES SAN ROMAN.
548
8.2 RESTABLECIMIENTO DE PENSION Y PAGO DE REINTEGROS BAJO EL REGIMEN PENSIONARIO DEL
D. LEY 20530. LA COSA DECIDIDA
Que, a mayor abundamiento, cabe precisar que la resolución por la que se reconoce
el derecho pensionario del accionante se encuentra firme, pudiendo ser modificada
en sede judicial. Finalmente estando determinado el monto que venía percibiendo
el amparista, los reintegros no pagados resultan también determinados; por estas
consideraciones, reponiendo las cosas al estado anterior a la afectación
constitucional.
EXP. N° 1955-2000
RESOLUCIÓN N° 1453
549
y siete, así como el pago de los reintegros correspondientes, con sujeción a la Quinta Disposición
Complementaria, Transitoria y Final de la Ley N° 26835; esto es, se le pague el monto equivalente
a la que percibe actualmente un servidor empleado municipal en actividad con el Nivel F-1;
QUINTO.- Que, de las Boletas de Pago de Pensión obrantes a fojas dos y tres, se verifica que la
pensión de la demandante ha sido reducida por la aplicación de las cuestionadas Resoluciones de
Alcaldía números 044-A-96-MLM y 1736, que autorizan la revisión, subsanación, corrección o
rectificación de las planillas de sueldos, salarios y pensiones del personal edil, declarando el
carácter provisional y/o transitorio de aquéllas;
SEXTO.- Que, al respecto la Jurisprudencia reiterada del Tribunal Constitucional (Expedientes
Nº 668-98 AA/TC, publicado en el Diario Oficial El Peruano con fecha catorce de agosto de mil
novecientos noventa y nueve), coadyuva a la solución de la presente causa, cuando se pronuncia
en el sentido de declarar la inaplicabilidad de la Resolución de Alcaldía N° 044-A-96-MLM,
ordenando que se cumpla con abonar la pensión nivelable en la categoría de Funcionario F-5, de
conformidad con el Decreto Ley N° 20530; por lo que asumiendo dicho criterio vinculante, como
precedente al caso sub exámine, resulta perfectamente amparable el reclamo del accionante;
SÉPTIMO.- Que, a mayor abundamiento, cabe precisar que la resolución por la que se reconoce
el derecho pensionario del accionante se encuentra firme, pudiendo ser modificada en sede judicial.
Finalmente estando determinado el monto que venía percibiendo el amparista, los reintegros no
pagados resultan también determinados; por estas consideraciones, reponiendo las cosas al estado
anterior a la afectación constitucional;
REVOCARON la sentencia apelada de fojas noventa y siete y noventa y ocho, su fecha treinta
de mayo del dos mil, que falla declarando fundada la excepción de falta de agotamiento de la vía
administrativa; e improcedente la demanda;
REFORMÁNDOLA declararon INFUNDADAS las excepciones de caducidad y de falta de
agotamiento de la vía administrativa, deducidas por los emplazados; y FUNDADA la demanda
incoada a fojas veintiuno y siguientes; en consecuencia: INAPLICABLES a la demandante las
Resoluciones de Alcaldía N°s 044-A-96-MLM y 1736 del diecisiete de enero de mil novecientos
noventiséis y veintitrés de julio de mil novecientos noventa y siete respectivamente; debiendo la
Municipalidad demandada restablecer la pensión que le corresponde a la demandante, en el monto
que percibía en el mes de junio de mil novecientos noventa y siete, con el nivel F-1, de conformidad
con el Decreto Ley N° 20530; así como el pago de los reintegros correspondientes; en la Acción de
Amparo incoada por MANUEL ENRIQUE NÚÑEZ AVILA, contra LA MUNICIPALIDAD
METROPOLITANA DE LIMA y otros; y estando a que la presente resolución sienta precedente de
observancia obligatoria; MANDARON: Que, consentida y/o ejecutoriada que ésta sea, se publique
en el Diario Oficial El Peruano, por el término de ley; y los devolvieron.
SS.
TELLO GILARDI; GARAY MORAN; ALVAREZ OLAZÁBAL.
550
8.3 APLICACIÓN RETROACTIVA DEL D. LEY N° 25967
Que, la Seguridad social es aquella protección que brinda la sociedad a todos sus
miembros ante las contingencias negativas derivadas de las situaciones
económicas y sociales, que de no ser atendidas a través de medidas de carácter
público provocarían la desaparición o disminución significativa de sus ingresos,
siendo que al ser la Seguridad Social una alternativa frente a la lucha de la persona
humana por su subsistencia, constituye un derecho constitucional fundamental e
irrenunciable reconocido por la Constitución Política del Estado.
EXP. N° 1660-2001
RESOLUCIÓN N° 2773
551
debió calcularse y otorgarse única y exclusivamente de acuerdo a lo normado por el Decreto Ley
número diecinueve mil novecientos noventa, sin aplicación de los montos pensionarios a que hace
referencia el Decreto Ley N° 25967;
QUINTO.- Que, respecto a la solicitud de otorgamiento de pensión conforme a la Ley N° 25009
– Ley de Jubilación Minera resulta evidente para este Superior Colegiado que ello constituye un
petitorio que requiere necesariamente la actuación de medios instrumentales idóneos al interior de
estancia probatoria adecuada, no siendo posible ello en sede constitucional en razón a su
naturaleza especial y sumarísima, siendo que por lo demás, los documentos adjuntados al caso
subjúdice no evidencian de manera palmaria el derecho pretendido; por cuyas consideraciones
CONFIRMARON la sentencia venida en grado de fojas cincuenta y siete y cincuenta y ocho, su fecha
quince de mayo del dos mil uno, que falla declarando INFUNDADAS las excepciones de falta de
agotamiento de la vía administrativa y FUNDADA en parte la demanda incoada a fojas catorce y
siguientes; en consecuencia INAPLICABLE el actor la Resolución número 20822-94, su fecha
veintiuno de junio de mil novecientos noventa y cuatro, debiendo la entidad emplazada expedir
nueva resolución administrativa única y exclusivamente conforme a los alcances del Decreto Ley
número Diecinueve mil novecientos noventa, sin aplicación de los montos pensionarios del Decreto
Ley N° 25967, con lo demás que contiene; en la Acción de Amparo interpuesta por PABLO
MARCELINO HUATUCO CANCHO, contra la OFICINA DE NORMALIZACION PREVISIONAL; y,
estando a que la presente resolución sienta precedente de observancia obligatoria; MANDARON:
que consentida y/o ejecutoriada que ésta sea, se publique en el Diario Oficial El Peruano por el
término de ley, y los devolvieron.
SS.
TELLO GILARDI; LINARES SAN ROMAN; SOTOMARINO CACERES.
552
8.4 RECONOCIMIENTO DE DERECHOS ADQUIRIDOS BAJO EL REGIMEN PREVISIONAL DEL D. LEY N°
20530
Resulta un hecho indiscutible que los derechos laborales que se adquieren bajo el
amparo de una determinada normatividad, específicamente aquellos que
establecen plazos, no pueden ser desnaturalizados a posteriori de modo restrictivo
por nuevas leyes, ya que tal hipótesis resulta contraria, tanto al principio de
irrenunciabilidad de los derechos reconocidos, previsto en el inciso 2 del Artículo 26
de la Constitución Política del Estado, como al principio en el párrafo segundo del
Artículo 103 de la norma fundamental, lo que naturalmente no significa no se pueda
variar el tratamiento de las cosas a futuro, sino simplemente el distinguir entre
quienes adquirieron un derecho bajo el amparo de una norma indiscutiblemente
vigente y aquellos otros cuyos derechos se generaron desde el momento de
expedirse un régimen legal distinto; por lo que este Colegiado adoptando dicha
fundamentación, considera que los derechos pensionarios adquiridos por el
accionante al amparo del Decreto Ley número 20530, no pueden ser desconocidos
en forma unilateral, sino que contra resoluciones firmes, sólo procede determinar su
nulidad mediante un proceso regular en sede judicial.
EXP. N° 2380-2000-LIMA
RESOLUCIÓN N° 2070
553
tratamiento de las cosas a futuro, sino simplemente el distinguir entre quienes adquirieron un
derecho bajo el amparo de una norma indiscutiblemente vigente y aquellos otros cuyos derechos se
generaron desde el momento de expedirse un régimen legal distinto; por lo que este Colegiado
adoptando dicha fundamentación, considera que los derechos pensionarios adquiridos por el
accionante al amparo del Decreto Ley número 20530, no pueden ser desconocidos en forma
unilateral, sino que contra resoluciones firmes, sólo procede determinar su nulidad mediante un
proceso regular en sede judicial;
CUARTO.- Que, asimismo resulta pertinente precisar que mediante resoluciones dictadas en
los Expedientes números 007-96-I/TC y 004-96-I-TC, sobre inconstitucionalidad, con fecha
veintitrés de abril de mil novecientos noventa y siete, se estableció que los derechos adquiridos en
materia pensionaria, nivelables y sin tope, no pueden ser afectados por la Sexta Disposición
Complementaria del Decreto Legislativo número 817, publicado el veintitrés de abril de mil
novecientos noventiséis, por lo que siendo ello así, evidenciándose la agresión al derecho
pensionario del actor consagrado constitucionalmente, resulta amparable su pretensión;
QUINTO.- En consecuencia, habiéndose acreditado la transgresión de los derechos
constitucionales, mas no advirtiéndose así la voluntad dolosa de los demandados no resulta de
aplicación el Artículo 11 de la Ley número 23506;
SEXTO.- Que, en cuanto a la excepción de falta de agotamiento de la vía administrativa, este
Colegiado hace suyo el fundamento expuesto por el A quo, de conformidad con lo dispuesto por el
Artículo 12 de la Ley Orgánica del Poder Judicial, por cuyos fundamentos CONFIRMARON la
Sentencia apelada de fecha quince de junio del dos mil obrante a fojas noventa y nueve que declara
Infundada la Excepción de Falta de Agotamiento de la Vía Previa; REVOCARON en el extremo que
declara infundada la Acción de cumplimiento de fojas treinta y cinco (Que por error material del A
quo se consigna Acción de Amparo); y REFORMÁNDOLA declararon Fundada en consecuencia
ordena que tanto la Oficina de Normalización Previsional como la dependencia respectiva del Poder
Judicial, cumpla con expedir nueva resolución de pensión nivelable o constancia de reconocimiento
de los derechos que le pudiera corresponder a Pío Elmer Lozada Peralta, con arreglo al Decreto Ley
número 20530, Artículo 1 de la Ley número 23632, Artículo Unico de la Ley N° 25488, Quinta
Disposición Complementaria, Transitoria y Final de la Ley número 26835; en la Acción de
Cumplimiento seguida por PIO ELMER LOZADA PERALTA contra la OFICINA DE NORMALIZACIÓN
PREVISIONAL y al TITULAR del PLIEGO del PODER JUDICIAL y el SEÑOR PROCURADOR PUBLICO
ENCARGADO de los ASUNTOS JUDICIALES del PODER JUDICIAL; y estando a que la presente
resolución sienta precedente de observancia obligatoria; MANDARON Que, consentida o
ejecutoriada que sea la presente se publique en el Diario Oficial El Peruano por el término de ley; y
los devolvieron.
SS.
LAGOS ABRILL; GARAY MORAN; ALVAREZ OLAZÁBAL.
554
8.5 ABONO DE PENSION NIVELABLE SIN TOPES CONFORME AL D. LEY 20530
TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
EXP. N° 739-2001-AC/TC-LIMA
ASUNTO
Recurso extraordinario interpuesto por don Publio Eduardo Arana Ruiz, contra la sentencia
expedida por la Sala Corporativa Transitoria Especializada en Derecho Público de la Corte Superior
de Justicia de Lima, de fojas ciento sesenta y tres, de fecha trece de febrero de dos mil uno, que
declaró improcedente la acción de cumplimiento de autos.
ANTECEDENTES
El recurrente interpone acción de cumplimiento contra ENAPU S.A. y la Oficina de
Normalización Previsional (ONP), solicitando que se cumpla con abonarle su pensión en forma
íntegra, con arreglo al derecho de nivelación pensional, de conformidad con la Ley N° 23495 y
Decreto Supremo N° 015-83-PCM, que venía percibiendo el dieciocho de julio de mil novecientos
noventa y seis, debiéndose dejar inaplicable el tope señalado por el Decreto Legislativo N° 817 y
Decreto Supremo N° 073-96-EF.
La Oficina de Normalización Previsional propone las excepciones de caducidad y niega y
contradice la demanda en todos sus extremos, precisando que el demandante no ha interpuesto la
demanda dentro de los sesenta días hábiles de producida la supuesta afectación al derecho que
invoca, tal como lo señala el artículo 37 de la Ley N° 23506.
El Juez del Primer Juzgado Corporativo Transitorio Especializado en Derecho Público de Lima,
con fecha catorce de abril de dos mil, declaró infundada la excepción de caducidad y fundada la
demanda, toda vez que, se aprecia que el demandante remitió a las entidades demandas las cartas
notariales respectivas, y dentro del plazo previsto en el artículo 37 de la Ley N° 23506 interpuso la
demanda; asimismo, señala que el demandante tiene el derecho reconocido de gozar de pensión
nivelable; sin embargo, los demandados le han aplicado el tope a que se refiere el Decreto Legislativo
N° 817, cuando el Tribunal Constitucional ya se ha pronunciado sobre la inconstitucionalidad de
la imposición de topes, y se advierte que, con las boletas recaudadas en la demanda, se acredita la
vulneración y el incumplimiento de la Ley N° 23495 y el Decreto Supremo N° 015-83-PCM.
La recurrida confirmó, en parte, la apelada, en el extremo que declaró infundada la excepción
de caducidad e improcedente los reintegros solicitados; y la revocó en cuanto declaró fundada la
demanda; y reformándola, declara improcedente la acción de cumplimiento, por considerar que
para dilucidar los hechos controvertidos se requiere de probanza, estancia procesal de la que
carecen las acciones de garantía.
555
FUNDAMENTOS
1. De autos resulta que la pretensión de fondo invocada por el demandante, en su calidad de
pensionista del Decreto Ley N° 20530, se refiere al reajuste periódico de las pensiones –pensión
renovable-. Dicha pretensión es un derecho constitucional por haberse previsto expresamente en
la Octava Disposición General y Transitoria de la Constitución Política de 1979, vigente al momento
de reconocérsele su derecho y otorgársele la pensión.
2. El Tribunal ha emitido un pronunciamiento general en la acción de inconstitucionalidad Nº
008-96-I/TC. En él se declaró inconstitucional toda la aplicación retroactiva de topes sobre las
pensiones nivelables, legalmente obtenidas. Tal criterio, no se puede sino ratificar dicho criterio, en
concordancia con el primer párrafo del artículo 35 de su Ley Orgánica N° 26435, que reconoce
fuerza vinculante a sus sentencias, en materia de acciones de inconstitucionalidad de las leyes.
3. Con las boletas de pago e instrumentales recaudadas con la demanda, se advierte que al
demandante le han venido aplicando topes a su pensión, no obstante encontrarse plenamente
acreditado su derecho al reajuste periódico, por lo que las demandadas, ENAPU S.A. y la Oficina de
Normalización Previsional no han venido cumpliendo con el mandato constitucional referido en el
primer fundamento, ni con lo dispuesto por la Ley N° 23495 y el Decreto Supremo N° 015-83-PCM.
4. Por consiguiente, habiendo quedado acreditada la transgresión de los derecho
constitucionales del demandante, resultan de aplicación los artículos 1, 2, 4, 9, 24, incisos 2) y 22)
de la Ley N° 23506 y el artículo 57, así como la Octava Disposición General Transitoria de la
Constitución Política de 1979, aplicable al demandante debido a que durante la vigencia de dicha
Carta Magna se le otorgó su pensión, constituyéndose tal otorgamiento en un derecho adquirido,
como se aprecia de la Resolución de Gerencia General N° 280-90-TC/ENAPU-SA/GG, de fecha
treinta de julio de mil novecientos noventa, que obra en autos, a fojas siete y ocho; siendo de
aplicación lo dispuesto por la Primera Disposición Final y Transitoria de la Constitución Política del
estado vigente.
Por estos fundamentos, el Tribunal Constitucional, en uso de las atribuciones que le confieren
la Constitución Política del Estado y su Ley Orgánica.
FALLA
CONFIRMANDO, en parte la recurrida, en el extremo que declara INFUNDADA la excepción de
caducidad; y, REVOCÁNDOLA en el extremo en que declara improcedente los reintegros solicitados
e improcedente la demanda; reformándola, declara FUNDADA la acción de cumplimiento,
ordenando, en consecuencia, que las demandadas cumplan con lo dispuesto por la Ley N° 23495 y
su Reglamento, aprobado por Decreto Supremo N° 015-83-PCM; y consecuentemente, cumplan con
abonar la demandante su pensión nivelable sin topes de conformidad con el Decreto Ley N° 20530
y le reintegren las sumas indebidamente retenidas. Dispone la notificación a las partes su
publicación en el Diario Oficial El Peruano y la devolución de los actuados.
SS.
AGUIRRE ROCA; REY TERRY; NUGENT; DIAZ VALVERDE; ACOSTA SÁNCHEZ; REVOREDO MARSANO.
556
8.6 NIVELACION DE PENSION DE CESANTIA BAJO EL REGIMEN PREVISIONAL DEL D. LEY 20530
TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
EXP. N° 352-2001-AA/TC-AREQUIPA
En Lima, a los veintisiete días del mes de diciembre de dos mil uno, reunido el Tribunal
Constitucional en sesión de Pleno Jurisdiccional, con asistencia de los señores Magistrados Aguirre
Roca, Presidente; Rey Terry, Vicepresidente; Nugent, Díaz Valverde, Acosta Sánchez y Revoredo
Marsano, pronuncia la siguiente sentencia.
ASUNTO
Recurso extraordinario interpuesto por doña Zoila Aurora Medina Huaco de Vásquez, contra la
sentencia expedida por la Sala Laboral de la Corte Superior de Justicia de Arequipa, de fojas
trescientos cuarenta y cinco, su fecha treinta de enero de dos mil uno, que declaró improcedente la
acción de amparo de autos.
ANTECEDENTES
La recurrente interpone acción de amparo contra la Oficina de Normalización Previsional (ONP)
y Essalud, solicitando la nivelación de su pensión de cesantía con un monto similar al de una
enfermera, nivel 5, considerándose para dicha nivelación las bonificaciones de productividad,
asistencia y puntualidad a su favor, así como los reintegros de las pensiones diminutas que ha
venido cobrando. Expresa que cesó en el cargo de enfermera, nivel 5, con un total de treinta y cinco
años de servicios prestados al Estado, razón por la cual le otorgaron su pensión definitiva nivelada.
Agrega que, sin embargo, la demandada ha dejado de nivelar su pensión, incumpliendo lo previsto
por el Decreto Ley N° 20530 y la Ley N° 23495, y que, en el mes de marzo de mil novecientos noventa
y siete, se abonaron, conforme a los rubros remunerativos de las Resoluciones Supremas N°s 018-
97-EF y 019-97-EF, dichas bonificaciones a los trabajadores en planillas, con exclusión de los
cesantes.
Las emplazadas, absolviendo el traslado de contestación a la demanda, la niegan y contradicen
en todos sus extremos, precisando, entre otras razones, que la acción de amparo no es la vía idónea
para discutir la pretensión demandada, y que dichas bonificaciones son de naturaleza
extraordinaria.
El Primer Juzgado Laboral de Arequipa, a fojas doscientos setenta y nueve, con fecha once de
octubre de dos mil, declaró improcedente la demanda, por considerar que la vía procesal para
ventilar el presente proceso es la acción contencioso-administrativa.
La recurrida confirma la apelada, por considerar que la demandante pretende que se le
reconozcan derechos que requieren de actuación de pruebas, por lo que la vía del amparo no es la
pertinente.
FUNDAMENTOS
1. La demandante tiene la condición de cesante sujeta al Decreto Ley N° 20530, que regula el
régimen de pensiones y compensaciones por servicios prestados al Estado, no comprendidos en el
Decreto Ley N° 19990.
557
2. El artículo 7 de la Ley N° 23495, en concordancia con lo prescrito por la Octava Disposición
General y Transitoria de la Constitución Política de 1979, aplicable al presente caso, ha establecido
que los trabajadores de la Administración Pública con más de veinte años de servicios, no sometidos
al régimen del seguro social o a otros regímenes especiales, tienen derecho a la pensión
correspondiente y a todas las asignaciones de las cuales disfrutaron hasta el momento del cese laboral.
3. Asimismo, el artículo 5 de la misma Ley N° 23495 dispone que cualquier incremento posterior
a la nivelación que se otorgue a los servidores públicos en actividad, que desempeñen el cargo u
otro similar al último en que prestó servicios el cesante o jubilado, dará lugar al incremento de la
pensión en igual monto remunerativo al que corresponde al servidor en actividad. A su vez, el
Reglamento de la Ley N° 23495, aprobado por el Decreto Supremo N° 015-83-PCM, en su artículo
5, establece que las remuneraciones especiales a considerarse según los casos que correspondan,
en la determinación del monto con el cual se debe proceder a la nivelación de las pensiones,
incluyen: “otros de naturaleza similar que, con el carácter de permanentes en el tiempo y regulares
en su monto, se hayan otorgado o se otorguen en el futuro”; en consecuencia, procede amparar la
demanda, por cuanto se solicita el pago de la bonificación prevista por la Resolución Suprema N°
019-1997-EF, por reunir ésta las características antes descritas, lo que le otorga el carácter de
pensionable, en concordancia con lo prescrito por el artículo 6 del Decreto Ley N° 20530, por cuanto
establece que: Es pensionable toda remuneración afecta al descuento para pensiones. Están afectas
al descuento para pensiones, las remuneraciones que son permanentes en el tiempo y regulares en
su monto.
4. Igualmente, debe tenerse en cuenta que la Octava Disposición General y Transitoria de la
Constitución Política de 1979, aplicable al caso de la demandante, establecía el derecho de percibir
una pensión de cesantía o jubilación renovable, para que haya igualdad entre el monto de la pensión
del cesante con la remuneración del servidor en actividad que desempeñe el mismo cargo u otro
similar al último cargo en que prestó servicios el cesante, y en el mismo Régimen de Pensiones del
Decreto Ley N° 20530.
5. Mediante la Resolución Suprema N° 018-1997-EF, del diecisiete de febrero de mil novecientos
noventa y siete, se aprobó la Política Remunerativa del Instituto Peruano de Seguridad Social (hoy
Essalud), en cuyo anexo se detalla que pueden percibir la remuneración hasta el máximo, sólo los
trabajadores que mantienen vínculo laboral con el Instituto Peruano de Seguridad Social, derecho
que corresponde también a los pensionistas; y la demandante afirma –sin contradicción de la
entidad demandada- que se ha dejado de nivelar su pensión con respecto a esta remuneración,
acreditándose con ello la violación de sus derechos pensionarios, toda vez que ella, en su condición
de pensionista del régimen regulado por el Decreto Ley N° 20530, no puede percibir una pensión
inferior en monto a la remuneración que percibe un trabajador activo de su mismo nivel en la
Administración Pública.
6. El derecho de percibir una pensión de cesantía nivelable y homologable por parte de la
demandante, en relación con el haber que estuviera percibiendo el servidor de la misma categoría
y nivel de actividad, se encuentra garantizado por lo resuelto por el Tribunal, en la sentencia recaída
en el Expediente N° 008-1996-I/TC, al declarar, en parte, la inconstitucionalidad del Decreto
Legislativo N° 817, así como también por lo previsto por las Resoluciones Supremas N°s 018 y 019-
1997-EF, que aprueban la Política Remunerativa y de Bonificaciones para los servidores del
Instituto Peruano de Seguridad Social (hoy Essalud), en concordancia con el Acuerdo de Consejo
Directivo N° 17-6-IPSS-1997, aprobado en la Sexta Sesión Ordinaria del Consejo Directivo, por la
que se dispuso la ejecución de dicha política remunerativa, para lo cual la Gerencia del Instituto
demandado emitió las Resoluciones de Gerencia General N°s 298 y 361-GG-IPSS-1997. Lo dicho
demuestra el derecho de la demandante para que se le nivele su pensión de cesantía con los haberes
de los servidores en actividad del mismo o equivalente cargo. En consecuencia, la negativa de la
demandada vulnera sus derechos pensionarios.
558
7. Mediante el Decreto de Urgencia N° 067-1998, publicado el quince de enero de mil
novecientos noventa y nueve, se aprobó la valoración y los alcances del saldo de la reserva del
Sistema Nacional de Pensiones, estableciendo además, en su artículo 5, la transferencia de la
administración y el pago de la planilla de los pensionistas del Instituto Peruano de Seguridad Social,
sujetos al régimen del Decreto Ley N° 20530, a la Oficina de Normalización Previsional. Asimismo,
mediante el Convenio ESSALUD-ONP-D.L. 20530, de fecha dieciséis de julio de mil novecientos
noventa y nueve, suscrito entre las mencionadas entidades, se acordó que en lo sucesivo, la Oficina
de Normalización Previsional realizaría la calificación de las solicitudes de reconocimiento de
derecho de pensión referidas al Decreto Ley N° 20530, así como las solicitudes que impliquen
modificación de pensión, y aquellas que se refieran a la ejecución de sentencias judiciales, quedando
encargada dicha institución de determinar el derecho correspondiente; por lo que, a la fecha, el
pago de las pensiones corresponde a la Oficina de Normalización Previsional; por tanto, tratándose
de ejecutar la presente sentencia, puede la ONP, en este caso singular en que posee la información
documental y económica de dichos pensionistas, emitir resolución de nivelación y pago de la
pensión demandada, acorde con la sentencia, de fecha quince de junio de dos mil uno, emitida por
el Tribunal en el Expediente N° 001-1998-AI/TC.
Por estos fundamentos, el Tribunal Constitucional, en uso de las atribuciones que le confieren
la Constitución Política del Estado y su Ley Orgánica.
FALLA
REVOCANDO la recurrida, que, confirmando la apelada, declaró improcedente la acción de
amparo; y, reformándola, la declara FUNDADA; en consecuencia, ordena que la Oficina de
Normalización Previsional, cumpla con pagar a la demandante sus pensiones de cesantía nivelables
basándose en el nivel y la categoría laboral en que cesó, y teniendo en cuenta las Resoluciones
Supremas N°s 018 y 019-1997-EF, ambas de fecha diecisiete de febrero de mil novecientos noventa
y siete. Dispone la notificación a las partes, su publicación en el Diario Oficial El Peruano y la
devolución de los actuados.
SS.
AGUIRRE ROCA; REY TERRY; NUGENT; DIAZ VALVERDE; ACOSTA SÁNCHEZ; REVOREDO MARSANO.
559
8.7 NIVELACION DE PENSION DE CESANTIA BAJO EL REGIMEN PREVISIONAL DEL D. LEY 20530
TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
En Lima, a los veintisiete días del mes de diciembre de dos mil uno, reunido el Tribunal
Constitucional en sesión de Pleno Jurisdiccional, con asistencia de los señores Magistrados Aguirre
Roca, Presidente; Rey Terry, Vicepresidente; Nugent, Díaz Valverde, Acosta Sánchez y Revoredo
Marsano, pronuncia la siguiente sentencia.
ASUNTO
Recurso extraordinario interpuesto por doña Marina Zegarra de Hidalgo, contra la sentencia
expedida por la Sala Laboral de la Corte Superior de Justicia de Arequipa, de fojas trescientos seis,
su fecha treinta de enero de dos mil uno, que declaró improcedente la acción de amparo de autos.
ANTECEDENTES
La recurrente interpone acción de amparo contra la Oficina de Normalización Previsional (ONP)
y Essalud, solicitando la nivelación de su pensión de cesantía con un monto similar al de una
enfermera, nivel 4, considerándose para dicha nivelación las bonificaciones de productividad,
asistencia y puntualidad a su favor, así como los reintegros de las pensiones diminutas que ha
venido cobrando. Expresa que cesó en el cargo de enfermera, nivel 4, con un total de veintitrés años
de servicios prestados al Estado; razón por la cual le otorgaron su pensión definitiva nivelada.
Agrega que, sin embargo, la demandada ha dejado de nivelar su pensión, incumpliendo lo previsto
por el Decreto Ley N° 20530 y la Ley N° 23495; y que, en el mes de marzo de mil novecientos noventa
y siete, se abonaron, conforme a los rubros remunerativos de las Resoluciones Supremas N°s 018-
97-EF y 019-97-EF, dichas bonificaciones a los trabajadores en planillas, con exclusión de los
cesantes.
Las emplazadas, absolviendo el traslado de contestación a la demanda, la niegan y contradicen
en todos sus extremos, precisando, entre otras razones, que la acción de amparo no es la vía idónea
para discutir la pretensión demandada, y que dichas bonificaciones son de naturaleza
extraordinaria.
El Tercer Juzgado Laboral de Arequipa, a fojas doscientos treinta y seis, con fecha diez de
octubre de dos mil, declaró improcedente la demanda, por considerar que la nivelación no es
procedente en esta vía de amparo.
La recurrida confirma la apelada, por considerar que la demandante pretende que se le
reconozcan derechos que requieren de actuación de pruebas, por lo que esta vía de amparo no es
la pertinente.
FUNDAMENTOS
1. La demandante tiene la condición de cesante sujeta al Decreto Ley N° 20530, que regula el
régimen de pensiones y compensaciones por servicios prestados al Estado, no comprendidos en el
Decreto Ley N° 19990.
560
2. El artículo 7 de la Ley N° 23495, en concordancia con lo prescrito por la Octava Disposición
General y Transitoria de la Constitución Política de 1979, aplicable al presente caso, ha establecido
que los trabajadores de la Administración Pública con más de veinte años de servicios, no sometidos
al régimen del Seguro Social o a otros regímenes especiales, tienen derecho a la pensión
correspondiente y a todas las asignaciones de las cuales disfrutaron hasta el momento del cese
laboral.
3. Asimismo, el artículo 5 de la misma Ley N° 23495 dispone que cualquier incremento posterior
a la nivelación que se otorgue a los servidores públicos en actividad que desempeñen el cargo u otro
similar al último en que prestó servicios el cesante o jubilado, dará lugar al incremento de la pensión
en igual monto remunerativo al que corresponde al servidor en actividad. A su vez, el Reglamento
de la Ley N° 23495, aprobado por el Decreto Supremo N° 015-83-PCM, en su artículo 5, establece
que las remuneraciones especiales a considerarse según los casos que correspondan, en la
determinación del monto con el cual se debe proceder a la nivelación de las pensiones, incluyen:
otros de naturaleza similar que, con el carácter de permanentes en el tiempo y regulares en su
monto, se hayan otorgado o se otorguen en el futuro; en consecuencia, procede amparar la
demanda, por cuanto se solicita el pago de la bonificación prevista por la Resolución Suprema N°
019-1997-EF, por reunir ésta las características antes descritas, lo que otorga el carácter de
pensionable, en concordancia con lo prescrito por el artículo 6 del Decreto Ley N° 20530, por cuanto
establece que: “Es pensionable toda remuneración afecta al descuento para pensiones. Están
afectas al descuento para pensiones, las remuneraciones que son permanentes en el tiempo y
regulares en su monto”.
4. Igualmente, debe tenerse en cuenta que la Octava Disposición General y Transitoria de la
Constitución Política de 1979, aplicable al caso de la demandante, establecía el derecho de percibir
una pensión de cesantía o jubilación renovable, para que haya igualdad entre el monto de la pensión
del cesante con la remuneración del servidor en actividad que desempeñe el mismo cargo u otro
similar al último cargo en que prestó servicios el cesante, y en el mismo Régimen de Pensiones del
Decreto Ley N° 20530.
5. Mediante la Resolución Suprema N° 018-1997-EF, del diecisiete de febrero de mil novecientos
noventa y siete, se aprobó la Política Remunerativa del Instituto Peruano de Seguridad Social (hoy
Essalud), en cuyo anexo se detalla que pueden percibir la remuneración hasta el máximo, sólo los
trabajadores que mantienen vínculo laboral con el Instituto Peruano de Seguridad Social, derecho
que corresponde también a los pensionistas; y la demandante afirma –sin contradicción de la
entidad demandada- que se ha dejado de nivelar su pensión con respecto a esta remuneración,
acreditándose con ello la violación de sus derechos pensionarios, toda vez que ella, en su condición
de pensionista del régimen regulado por el Decreto Ley N° 20530, no puede percibir una pensión
inferior en monto a la remuneración que percibe un trabajador activo de su mismo nivel en la
Administración Pública.
6. El derecho de percibir una pensión de cesantía nivelable y homologable por parte de la
demandante, en relación con el haber que estuviera percibiendo el servidor de la misma categoría
y nivel de actividad, se encuentra garantizado por lo resuelto por el Tribunal, en la sentencia recaída
en el Expediente N° 008-1996-I/TC, al declarar, en parte, la inconstitucionalidad del Decreto
Legislativo N° 817, así como también por lo previsto por las Resoluciones Supremas N°s 018 y 019-
1997-EF, que aprueban la Política Remunerativa y de Bonificaciones para los servidores del
Instituto Peruano de Seguridad Social (hoy Essalud), en concordancia con el Acuerdo de Consejo
Directivo N° 17-6-IPSS-1997, aprobado en la Sexta Sesión Ordinaria del Consejo Directivo, por la
que se dispuso la ejecución de dicha política remunerativa, para lo cual la Gerencia del Instituto
demandado emitió las Resoluciones de Gerencia General N°s 298 y 361-GG-IPSS-1997. Lo dicho
demuestra el derecho de la demandante para que se le nivele su pensión de cesantía con los haberes
de los servidores en actividad del mismo o equivalente cargo. En consecuencia, la negativa de la
demandada vulnera sus derechos pensionarios.
561
7. Mediante el Decreto de Urgencia N° 067-1998, publicado el quince de enero de mil
novecientos noventa y nueve, se aprobó la valoración y los alcances del saldo de la reserva del
Sistema Nacional de Pensiones, estableciendo además, en su artículo 5, la transferencia de la
administración y el pago de la planilla de los pensionistas del Instituto Peruano de Seguridad Social,
sujetos al régimen del Decreto Ley N° 20530, a la Oficina de Normalización Previsional. Asimismo,
mediante el Convenio ESSALUD-ONP-D.L. 20530, de fecha dieciséis de julio de mil novecientos
noventa y nueve, suscrito entre las mencionadas entidades, se acordó que, en lo sucesivo, la Oficina
de Normalización Previsional realizaría la calificación de las solicitudes de reconocimiento de
derecho de pensión referidas al Decreto Ley N° 20530, así como las solicitudes que impliquen
modificación de pensión y aquellas que se refieran a la ejecución de sentencias judiciales, quedando
encargada dicha institución de determinar el derecho correspondiente; por lo que, a la fecha, el
pago de las pensiones corresponde a la Oficina de Normalización Previsional; por tanto, tratándose
de ejecutar la presente sentencia, puede la ONP, en este caso singular en que posee la información
documental y económica de dichos pensionistas, emitir resolución de nivelación y pago de la pensión
demandada, acorde con la sentencia, de fecha quince de junio de dos mil uno, emitida por el Tribunal
en el Expediente N° 001-1998-AI/TC.
Por estos fundamentos, el Tribunal Constitucional, en uso de las atribuciones que le confieren
la Constitución Política del Estado y su Ley Orgánica.
FALLA
REVOCANDO la recurrida, que, confirmando la apelada, declaró improcedente la acción de
amparo; y, reformándola, la declara FUNDADA, en consecuencia, ordena que la Oficina de
Normalización Previsional cumpla con pagar a la demandante sus pensiones de cesantía nivelables,
basándose en el nivel y la categoría laboral en que cesó y teniendo en cuenta las Resoluciones
Supremas N° s 018 y 019-1997-EF, ambas de fecha diecisiete de febrero de mil novecientos noventa
y siete. Dispone la notificación a las partes, su publicación en el Diario Oficial El Peruano y la
devolución de los actuados.
SS.
AGUIRRE ROCA; REY TERRY; NUGENT; DIAZ VALVERDE; ACOSTA SÁNCHEZ; REVOREDO MARSANO.
562
8.8 RECONOCIMIENTO DE SITUACION JURIDICA DEL PENSIONISTA BAJO EL REGIMEN DEL D. LEY Nº
20530, SIN TOPES, REINTEGROS E INTERESES
Que como el Decreto Ley Nº 20530 y sus modificatorias, señalan cuáles son los
requisitos necesarios para gozar de tal beneficio y la forma como ésta se
efectivizará, la administración está en la obligación de reconocer tal beneficio desde
el momento en que se cumplen, de hecho, tales requisitos, (.) por cuanto éste
incorpora a su patrimonio un derecho en virtud del mandato de la administración,
que no es la que en modo alguno otorga el derecho que como se ha recordado, nace
del cumplimiento de los requisitos establecidos en la ley”; así que aquellos que se
encontraban bajo el amparo del régimen del Decreto Ley Nº 20530, que hasta antes
de la entrada en vigencia del Decreto Legislativo Nº 817, ya hubieran cumplido con
los requisitos señalados por la norma, esto es haber laborado veinte o más años de
servicios –fojas cinco–, tienen expedito su derecho a percibir una pensión nivelada,
conforme lo dispone el Decreto Ley Nº 20530 y sus normas modificatorias.
EXP. Nº 3157-2001
RESOLUCIÓN Nº 721
563
CUARTO: Que el accionante conforme se detalla en la Resolución Nº 0003538-98/ONP-DC-
20530 de fecha cuatro de diciembre de mil novecientos noventiocho, solicitó con fecha quince de
setiembre de mil novecientos noventisiete la suspensión a su derecho de percibir pensión de
cesantía a partir del mes de agosto del mismo año, por haber ingresado a laborar al Tribunal
Constitucional; que posteriormente después de su renuncia a partir del primero de setiembre de
mil novecientos noventinueve –Resolución Nº 08330-2000/ONP-DC-20530, su fecha quince de
noviembre del dos mil–, solicitó la reactivación de su pensión de cesantía, la que declarada
procedente establece su reactivación como definitiva, a partir del primero de setiembre de mil
novecientos noventinueve;
QUINTO: Que, sin embargo la emplazada ha incurrido en notoria arbitrariedad al haber
recortado el monto de su pensión desde el mes de julio de mil novecientos noventiséis –fojas tres–,
en aplicación unilateral y arbitraria del Decreto Legislativo número 817 y Decreto Supremo Número
073–96–EF –Reglamento de la Ley del Régimen Previsional a Cargo del Estado–, configurándose de
esta manera un acto lesivo a su derecho adquirido, la misma que se encontraba garantizada por
los artículos 12º y 13º de la Constitución Política de mil novecientos setentinueve y posteriormente
por la Carta Magna de mil novecientos noventitrés, por lo que resulta amparar su pretensión;
SEXTO: Que con respecto a la Excepción de Caducidad propuesta por el Banco de la Nación y
Excepción de Falta de Agotamiento de la Vía Administrativa deducida por la Oficina de
Normalización Previsional, este Colegiado de conformidad con lo señalado por el numeral 12° de la
Ley Orgánica del Poder Judicial, hace suyos los fundamentos expuestos por la A quo; por cuyas
razones CONFIRMARON en parte la Sentencia apelada de fecha treinta y uno de agosto del dos mil
uno obrante a fojas setenta y nueve que declara Infundadas las Excepciones de Falta de
Agotamiento de la Vía Administrativa y de Caducidad deducidas por las emplazadas y Fundada en
parte la demanda de fojas once; la REVOCARON en cuanto declara Improcedente el extremo que
solicita el pago de lo indebidamente retenido respecto del íntegro de su pensión sin topes desde el
mes de julio de mil novecientos noventiséis; y, REFORMÁNDOLA la declararon Fundada; en
consecuencia INAPLICABLE al recurrente la Sexta Disposición Complementaria del Decreto
Legislativo número 817 –Ley de Régimen Previsional a cargo del Estado–, y Decreto Supremo
número 073-96.EF –Reglamento de la Ley del Régimen Previsional a Cargo del Estado–, así como
de todo tope o recorte al monto de sus derechos pensionarios; RECONOCIÉNDOSE al accionante
Javier Bellido Delgado su situación jurídica de pensionista dentro del Régimen del Decreto Ley
número 20530; así como el reconocimiento por parte de las entidades emplazadas –Banco de la
Nación y Oficina de Normalización Previsional–, de todos sus derechos que como extrabajador y
pensionista le corresponden por Ley o Convenio Colectivo, abonándosele además el íntegro sin el
tope de sus derechos pensionarios así como de los reintegros dejados de abonar desde el mes de
julio de mil novecientos noventiséis hasta la fecha, más intereses correspondientes; ello en virtud
al monto de las remuneraciones que percibe el trabajador en actividad que desempeña cargos
similares o equivalentes al que ejerció dentro de su labor; en la Acción de Amparo seguido por
JAVIER BELLIDO DELGADO contra la OFICINA de NORMALIZACION PREVISIONAL y BANCO de
la NACIÓN; y, estando a que la presente sentencia, sienta precedente de observancia obligatoria;
MANDARON: Que consentida o ejecutoriada que ésta sea se publique en el Diario Oficial El Peruano
por el término de ley y los devolvieron.
SS.
ALVAREZ GUILLÉN; PALOMINO THOMPSON; TAIPE CHAVEZ.
564
8.9 REINCORPORACION AL REGIMEN DE PENSIONES DEL DECRETO LEY 20530
TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
EXP. N° 193-2001-AA/TC-LIMA
En Lima, a los diecisiete días del mes de octubre de dos mil uno, reunido el Tribunal
Constitucional, en sesión de Pleno Jurisdiccional, con asistencia de los señores Magistrados Aguirre
Roca, Presidente; Rey Terry, Vicepresidente; Nugent, Díaz Valverde, Acosta Sánchez y Revoredo
Marsano, pronuncia la siguiente sentencia:
ASUNTO
Recurso extraordinario interpuesto por don Daniel Camilo Ramos D’angelo, contra la sentencia
expedida por la Sala Corporativa Transitoria Especializada en Derecho Público de la Corte Superior
de Justicia de Lima, de fojas ciento cincuenta y tres, su fecha cinco de diciembre de dos mil que,
revocando la apelada, declaró improcedente la demanda.
ANTECEDENTES
El recurrente interpone Acción de Amparo contra la Oficina de Normalización Previsional (ONP),
solicitando que se declare inaplicable la Resolución N° 145-93-ENACE-PRES-GG, del veintiocho de
junio de mil novecientos noventa y tres, por desconocer sus derechos pensionarios del régimen del
Decreto Ley N° 20530, se ordene su reinscripción en dicho régimen desde mayo de mil novecientos
noventa y tres y se le paguen sus pensiones de cesantía con los devengados desde junio de 1993
hasta la actualidad. La emplazada, absolviendo el trámite de la contestación a la demanda, propone
las excepciones de caducidad y de falta de legitimidad para obrar de la demandada, y la niega y
contradice en todos sus extremos, precisando que al demandante se le incorporó indebidamente al
régimen pensionario del Decreto Ley N° 20530, infringiéndose el Artículo 14° de dicho texto legal
que prohíbe la acumulación de servicios prestados en el sector privado y en el sector público, por
lo que no hay vulneración de derecho constitucional alguno.
El Primer Juzgado Corporativo Transitorio Especializado en Derecho Público de Lima, a fojas
ciento nueve, con fecha treinta y uno de marzo de dos mil, declaró infundada las dos excepciones
promovidas y fundada la demanda, por considerar que los derechos pensionarios del demandante
no pueden ser desconocidos por la Administración en forma unilateral y fuera de los plazos de ley,
sino que su nulidad sólo procede declararse, en sede judicial. La recurrida, revocando la apelada,
declaró fundada la excepción de caducidad e improcedente la demanda, por estimar que la presente
acción ha sido presentada el nueve de marzo de dos mil, excediendo el plazo previsto en el Artículo
37° de la Ley N° 23506.
FUNDAMENTOS
1. De autos aparece que, mediante la Resolución N° 091-87-ENACE-8100AD, de fecha dieciséis
de marzo de mil novecientos ochenta y siete, que obran a fojas tres, los trabajadores de ENACE
fueron incorporados al régimen de pensiones del Decreto Ley N° 20530, y declaró expedito el
derecho de los mismos a percibir pensiones de cesantía y/o nivelación; y que, según Resolución N°
041-89-ENACE-8100, el demandante fue incorporado al Fondo de Pensiones del Decreto Ley N°
20530, afectándose sus remuneraciones con el descuento del seis por ciento de cotización para
dicho fondo.
565
2. Este régimen de pensiones se encuentra constitucionalmente consagrado por la Octava
Disposición General y Transitoria de la Constitución Política del Estado de mil novecientos setenta
y nueve, y reafirmado por la Primera Disposición Final y Transitoria de la Carta Política de mil
novecientos noventa y tres.
3. Sin embargo, mediante Resolución N° 145-93-ENACE-PRES-GG, fechada el veintiocho de
junio de mil novecientos noventa y tres, que corre a fojas siete de autos, la demandada declaró la
nulidad de las resoluciones citadas precedentemente.
4. Este Tribunal Constitucional tiene establecido, en reiteradas ejecutorias, que los derechos
pensionarios adquiridos por el titular, al amparo del Decreto Ley N° 20530, no pueden ser
desconocidos unilateralmente en sede administrativa, después de vencidos los seis meses del
respectivo plazo legal.
Por estos fundamentos, el Tribunal Constitucional, en uso de las atribuciones que le confieren
la Constitución Política del Estado y su Ley Orgánica;
FALLA
REVOCANDO la recurrida, que, revocando la apelada, declaró improcedente la demanda;
reformándola, la declara FUNDADA; en consecuencia, sin efecto legal la Resolución N° 145-93-
ENACE_PRES-GG, de fecha veintiséis de junio de mil novecientos noventa y tres; ordena que la
Empresa Nacional de Edificaciones (ENACE), en liquidación, o la entidad que lo suceda para los
efectos de dicha obligación, incorpore al demandante dentro del régimen de pensiones del Decreto
Ley N° 20530 y cumpla con abonarle su pensión de cesantía y los correspondientes reintegros por
concepto de las pensiones dejadas de percibir. Dispone la notificación a las partes, su publicación
en el Diario Oficial El Peruano y la devolución de los actuados.
SS. AGUIRRE ROCA; REY TERRY; NUGENT; DIAZ VALVERDE; ACOSTA SANCHEZ; REVOREDO MARSANO.
566
8.10 REINCORPORACION AL REGIMEN DE PENSIONES DEL DECRETO LEY 20530
Conviene recordar que los derechos pensionarios adquiridos, al amparo del Decreto
Ley N° 20530, no pueden ser desconocidos en sede administrativa de manera
unilateral, sino que, contra resoluciones que constituyen cosa decidida y, por ende
firmes, sólo procede declarar su nulidad a través de un proceso regular en sede judicial.
TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
ASUNTO
Recurso extraordinario interpuesto por don Ramiro Pacheco Gamboa Flores, contra la sentencia
expedida por la Sala Corporativa Transitoria Especializada en Derecho Público de la Corte Superior
de Justicia de Lima, de fojas ciento cincuenta y siete, su fecha diecisiete de julio de dos mil, que
declaró improcedente la Acción de Amparo de autos.
ANTECEDENTES
El demandante, con fecha veinte de diciembre de mil novecientos noventa y nueve, interpone
Acción de Amparo contra la Empresa Nacional de Edificaciones (ENACE) y la Oficina de
Normalización Previsional (ONP), con el objeto de que se declare la no aplicación de la Resolución
N° 112-92-ENACE-PRES-GG, de fecha veintiocho de junio de mil novecientos noventa y tres, así
como el pago de pensiones desde mayo de mil novecientos noventa y tres. Afirma que la mencionada
resolución declaró nula la Resolución N° 585-90-ENACE-8100AD, que reconoce su condición de
pensionista bajo el Régimen de Pensiones del Decreto Ley N° 20530, acto que considera lesivo a sus
derechos pensionarios.
La ONP propone las excepciones de caducidad y falta de agotamiento de la vía administrativa;
sostiene que no es materia de la Acción de Amparo ordenar la reincorporación al régimen de
pensiones, y que la declaración de nulidad se efectuó dentro del plazo previsto, antes de la vigencia
del Decreto Ley N° 26111. ENACE propone las mismas excepciones y la de su falta de legitimidad
pasiva. Asimismo, señala que el recurrente alega un derecho reconocido por error y que no está
sujeto a la Ley N° 20530.
El Primer Juzgado Corporativo Transitorio Especializado en Derecho Público de Lima, a fojas
cientos seis, con fecha diecinueve de enero de dos mil, declaró fundada la excepción de falta de
agotamiento de la vía administrativa, e improcedente, por tanto, la demanda.
La recurrida confirmó la apelada, por los mismos fundamentos.
FUNDAMENTOS
1. No cabe invocar la excepción de caducidad, por cuanto se trata de un reclamo en materia
pensionaria, en el que los actos violatorios objeto de reclamo tienen el carácter continuado (Artículo
26° de la Ley N° 25398).
2. No procede, tampoco, la excepción de falta de agotamiento de la vía administrativa, teniendo
en consideración que la pensión tiene carácter alimentario, resultando de aplicación por ello, el
inciso 2) del Artículo 28° de la Ley N° 23506.
567
3. La excepción de falta de legitimidad para obrar propuesta por ENACE carece de fundamento,
porque fue ella la que emitió el acto administrativo lesivo de los derechos pensionarios del
demandante.
4. Mediante la Resolución N° 585-90-ENACE-8100AD, de fecha trece de julio de mil novecientos
noventa, el demandante fue incorporado al Fondo de Pensiones del Estado, regulado por el Decreto
Ley N° 20530, consagrado constitucionalmente por la Octava Disposición Final General y
Transitoria de la Constitución Política de 1979, posteriormente ratificada por la Primera Disposición
Final y Transitoria de la Constitución Política de 1993.
5. Por su parte, por Resolución N° 112-93-ENACE-PRES-GG, de fecha veintiocho de junio de
mil novecientos noventa y tres, de fojas cinco de autos, la demandada declaró la nulidad de la
resolución citada precedentemente.
6. Conviene recordar que los derechos pensionarios adquiridos, al amparo del Decreto Ley N°
20530, no pueden ser desconocidos en sede administrativa de manera unilateral, sino que, contra
resoluciones que constituyen cosa decidida y, por ende firmes, sólo procede declarar su nulidad a
través de un proceso regular en sede judicial.
7. De acuerdo con la última parte del Artículo 4° del Decreto Legislativo N° 817, Ley del Régimen
Previsional a cargo del Estado y el Artículo 4° del Texto Único Ordenado del Régimen Pensionario
del Estado, aprobado por el Decreto Supremo N° 070-98-EF, cada entidad continúa manteniendo
la responsabilidad del pago de las pensiones que le corresponde con arreglo a ley.
8. A criterio del Tribunal, en este caso, no resulta de aplicación el Artículo 11° de la Ley N°
23506.
Por estos fundamentos, el Tribunal Constitucional, en uso de las atribuciones que le confieren
la Constitución Política del Estado y su Ley Orgánica.
FALLA
REVOCANDO la recurrida, que, confirmando la apelada, declaró fundada la excepción de falta
de agotamiento de la vía administrativa e improcedente la demanda; y, reformándola, declara
infundada la mencionada excepción, y FUNDADA la Acción de Amparo; e, integrándola, declara
infundadas las excepciones de caducidad y de falta de legitimidad para obrar pasiva del demandado
(Enace); en consecuencia, declara inaplicable para el demandante la Resolución N° 112-93-ENACE-
PRES-GG, de fecha veintiocho de junio de mil novecientos noventa y tres, que declaró la nulidad de
su incorporación al régimen pensionario establecido por el Decreto Ley N° 20530, y dispone que la
Empresa Nacional de Edificaciones (Enace), en liquidación, reincorpore al demandante al Régimen
de Pensiones del Decreto Ley N° 20530, y cumpla con abonarle la pensión de cesantía
correspondiente con abono de las pensiones dejadas de percibir. Dispone la notificación a las partes,
su publicación en el Diario Oficial El Peruano y la devolución de los actuados.
SS.
AGUIRRE ROCA; REY TERRY; NUGENT; DIAZ VALVERDE; ACOSTA SANCHEZ; REVOREDO MARSANO.
568
8.11 EMISIÓN DE NUEVA RESOLUCIÓN ADMINISTRATIVA CONFORME AL D. LEY N° 19990, DEBIDO A
LA APLICACION RETROACTIVA DEL D. LEY N° 25967
Que, acorde con la Primera Disposición Final y Transitoria de la Carta Política de
mil novecientos noventitrés, disposición contenida en la Octava Disposición Final y
Transitoria de la Constitución de mil novecientos setenta y nueve, los derechos
legalmente obtenidos en materia pensionaria de los jubilados constituyen derechos
adquiridos, los mismos que no pueden recortarse ni privarse unilateralmente.
Fundamentos por los cuales.
EXP. N° 3116-2001
RESOLUCIÓN N° 538
VISTOS:
En Audiencia Pública de la fecha; interviniendo como Vocal Ponente la señora Taipe Chávez;
por los fundamentos de la sentencia apelada, de conformidad con el Dictamen del señor Fiscal
Superior que obra en autos.
CONSIDERANDO:
PRIMERO: La parte apelante sustenta el recurso de apelación interpuesto en el fundamento de
que vía la acción de amparo no se puede impugnar una resolución administrativa, porque la acción
de amparo tiene como finalidad reponer las cosas al estado anterior a la violación de un derecho
consagrado constitucionalmente, tampoco es la vía para amparar el pedido del actor de obtener
nueva pensión, por no existir estación probatoria en esta clase de procesos; Que el actor viene
percibiendo una pensión, de tal manera que no hay ningún derecho que pueda sufrir un daño
irreparable, porque se trata de un reclamo administrativo, estando obligado a agotar la vía previa;
Que la resolución por la cual se le otorgó pensión al actor se emitió al amparo de las normas vigentes
aplicables a su caso, siendo esta norma el Decreto Ley 19990 con las modificaciones introducidas
por el Decreto Ley N° 25967.
SEGUNDO: Al respecto es de precisar que mediante la presente vía constitucional, el accionante
pretende la declaración de inaplicabilidad para su caso de la resolución N° 21575-DIV-PENS-SGO-
GDLL-IPSS-93 de 05-04-1993 expedida por la División de Pensiones, Sub Gerencia de Operaciones
del I.P.S.S. mediante la cual, según refiere, se le otorgó pensión de jubilación en forma ilegal, en
aplicación retroactiva del Decreto Ley número 25967, debiendo emitirse nueva resolución aplicando
únicamente el Decreto Ley número 19990.
TERCERO: Que, el derecho de toda persona a la seguridad social que la protege contra las
contingencias de la vejez, comprende el acceso a una pensión de jubilación que le permita llevar
una vida digna y decorosa, conforme fluye de los Artículos 10° y 11° de la Constitución Política del
Estado, y del Artículo 9° del Pacto Internacional de Derechos Económicos Sociales y Culturales.
CUARTO: Que previamente al avocamiento sobre el fondo de la controversia, resulta necesario
resolver el medio de defensa deducido por la demanda; Que la excepción de falta de agotamiento de
la vía administrativa deviene en infundada, porque el demandante no se encontraba obligado a
agotar la vía administrativa, requisito de procedibilidad del amparo, según el Artículo 27° de la Ley
569
23506, puesto que la resolución administrativa que se objeta se ejecutó inmediatamente, en tal
sentido es de aplicación el supuesto de inexigibilidad al agotamiento referido previsto en el inciso
1° del Artículo 28° de la Ley 23506.
QUINTO: Que, como consta de la Resolución de Pensión de jubilación obrante a fojas 1 y del
documento de identidad que corre a fojas 8, el cese del actor en sus actividades laborales se produjo
con fecha 14-04-1992 es decir antes de la vigencia del Decreto Ley 25967 –19-12-1992 y contaba
en su haber con 39 años de aportaciones y 59 años de edad, consecuentemente, antes de la fecha
indicada, ya tenía adquirido su derecho pensionario según el régimen del Decreto Ley N° 19990, a
tenor del Artículo 38° de esta norma.
SEXTO: Que, acorde con la Primera Disposición Final y Transitoria de la Carta Política de mil
novecientos noventitrés, disposición contenida en la Octava Disposición Final y Transitoria de la
Constitución de mil novecientos setenta y nueve, los derechos legalmente obtenidos en materia
pensionaria de los jubilados constituyen derechos adquiridos, los mismos que no pueden recortarse
ni privarse unilateralmente. Fundamentos por los cuales:
CONFIRMARON la sentencia apelada de fojas 30, su fecha 29 de agosto del 2001 en el extremo
que declara INFUNDADA la excepción de Falta de Agotamiento de la Vía Administrativa; y
FUNDADA la demanda de fojas 9 y siguientes; en consecuencia se declara inaplicable a la
accionante la Resolución N° 21575-DIV-PENS-SGO-GDLL-IPSS-93 del 5-4-1993 y se ordena a la
entidad demandada expida nueva resolución administrativa otorgando al demandante la pensión
que le corresponde, conforme a las disposiciones del Decreto Ley N° 19990; en los seguidos por
Carlos Vidal García contra la Oficina de Normalización Previsional –ONP– sobre Acción de Amparo;
y estando a que la presente resolución sienta precedente de observancia obligatoria, MANDARON:
Que, consentida y/o ejecutoriada que sea, se publique en el Diario Oficial El Peruano por el término
de ley; y los devolvieron.
SS.
ALVAREZ GUILLÉN; PALOMINO THOMPSON; TAIPE CHAVEZ.
570
8.12 EMISIÓN DE NUEVA RESOLUCIÓN ADMINISTRATIVA CONFORME AL D. LEY N° 19990, DEBIDO A
LA APLICACION RETROACTIVA DEL D. LEY N° 25967
EXP. N° 2890-2001
RESOLUCIÓN N° 543
VISTOS:
En Audiencia Pública de la fecha; interviniendo como Vocal Ponente la señora Taipe Chávez;
por los fundamentos de la sentencia apelada, de conformidad con el Dictamen de la señora Fiscal
Superior que obra en autos.
CONSIDERANDO:
PRIMERO: La parte apelante sustenta el recurso de apelación interpuesto en los siguientes
fundamentos: Que la señora Juez incurre en error de derecho en el sexto considerando de la apelada
cuando concluye que, se ha vulnerado el derecho pensionario adquirido conforme al Decreto Ley N°
19990, y el principio de irrenunciabilidad de los derechos reconocidos a los trabajadores por la Ley
y la Constitución previsto en el Artículo 26 inciso 2) del Texto Magno; que ha interpretado en forma
equivocada uno de los principios fundamentales del Derecho de Trabajo, cual es la irrenunciabilidad
de derechos, el cual se materializa sólo cuando hay una renuncia, toda vez que el titular de un
derecho nacido de una norma imperativa lo abandone voluntariamente, lo que no se ha configurado
en el presente caso, por lo que la resolución impugnada carece de sustento jurídico y fáctico; que,
la solicitud del actor fue resuelta cuando ya se encontraba en vigencia el Decreto Ley 25967, por lo
que su publicación guarda coherencia con lo previsto en el Artículo III del Título Preliminar del
Código Civil; que a través de la presente acción de garantía no es posible solicitar el pago de una
suma líquida o liquidable, por su naturaleza sumaria, excepcional y sin etapa probatoria, porque
la sentencia que emana de este proceso tutela derechos fundamentales, no siendo ejecutiva o de
condena, por consiguiente no existe vulneración de un derecho pensionario legalmente adquirido,
ya que el actor en la actualidad se encuentra recibiendo este beneficio dentro del régimen
previsional del Decreto Ley 19990.
SEGUNDO: Al respecto es de precisar que mediante la presente vía constitucional, el accionante
pretende la declaración de inaplicabilidad para su caso de la resolución N° 26230 expedida por el
Instituto de Seguridad Social IPSS (hoy Oficina de Normalización Previsional, mediante la cual,
según refiere, se le otorgó pensión de jubilación en forma ilegal, en aplicación retroactiva del Decreto
Ley N° 25967, debiendo emitirse nueva resolución aplicando únicamente el Decreto Ley N° 19990.
571
TERCERO: Que, el derecho de toda persona a la seguridad social que la protege contra las
contingencias de la vejez, comprende el acceso a una pensión de jubilación que le permita llevar
una vida digna y decorosa, conforme fluye de los Artículos 10 y 11 de la Constitución Política del
Estado, y del Artículo 9 del Pacto Internacional de Derechos Económicos Sociales y Culturales.
CUARTO: Que, como consta de la Resolución de pensión de jubilación obrante a fojas 2 y del
documento de identidad que corre a fojas uno, el cese del actor en sus actividades laborales se
produjo con fecha 30-04-1992, esto es antes de la entrada en vigencia del Decreto Ley 25967 – 19-
12-1992, la actora contaba en su haber con 30 años de aportaciones y 69 años de edad,
consecuentemente, antes de la fecha indicada, ya tenía adquirido su derecho pensionario según el
régimen del Decreto Ley N° 19990 a tenor del Artículo 38 de esta norma.
QUINTO: Que, acorde con la Primera Disposición Final y Transitoria de la Carta Política de mil
novecientos noventitrés, disposición contenida en la Octava Disposición Final y Transitoria de la
Constitución de mil novecientos setenta y nueve, los derechos legalmente obtenidos en materia
pensionaria de los jubilados constituyen derechos adquiridos, los mismos que no pueden recortarse
ni privarse unilateralmente; Consideraciones por las cuales:
CONFIRMARON la sentencia apelada de fojas 28, su fecha 31 de julio del dos mil uno en el
extremo que declara INFUNDADAS las excepciones de Falta de Agotamiento de la Vía Administrativa
y caducidad; y FUNDADA la demanda de fojas ocho; en consecuencia se declara inaplicable a la
accionante la Resolución N° 26230 de fecha 27 de marzo de 1995 y se ordena a la entidad
demandada expedida nueva resolución administrativa otorgando al demandante la pensión que le
corresponde, conforme a las disposiciones del Decreto Ley N° 19990 incluido el criterio para calcular
el monto de la pensión; en los seguidos por Marquez Sánchez Manuel Emiliano contra la Oficina de
Normalización Previsional –ONP- sobre Acción de Amparo; y estando a que la presente resolución
sienta precedente de observancia obligatoria, MANDARON: Que, consentida y/o ejecutoriada que
sea, se publique en el Diario Oficial El Peruano por el término de ley; y los devolvieron.
SS.
ALVAREZ GUILLÉN; PALOMINO THOMPSON; TAIPE CHAVEZ.
572
8.13 APLICACIÓN RETROACTIVA DEL DECRETO LEY 25967
EXP. N° 3177-2001
RESOLUCIÓN N° 528
573
veintiséis de marzo del dos mil uno, respectivamente, el cual es asumido por este Colegiado de
acuerdo a lo dispuesto por la Primera Disposición General de la Ley Orgánica del Tribunal
Constitucional N° 26435;
QUINTO: Que, con respecto a la excepción de falta de agotamiento de la vía administrativa se
debe considerar además que ésta no resulta exigible en razón del carácter alimentario del derecho
pensionario, pues de agotarse la vía previa se tornaría en irreparable la agresión conforme al inciso
segundo del Artículo veintiocho de la Ley N° 23506; en cuanto a excepción de caducidad, este
Colegiado hace suyos los fundamentos expuestos por la A-quo en la resolución recurrida, conforme
a lo dispuesto por el Artículo doce del Texto Unico Ordenado de la Ley Orgánica del Poder Judicial;
por lo que de conformidad con las normas acotadas, CONFIRMARON la sentencia de fojas cincuenta
y uno, su fecha treinta y uno de agosto del dos mil uno, en cuanto declara infundadas las
excepciones de caducidad y de falta de agotamiento de la vía administrativa y fundada la demanda,
en consecuencia INAPLICABLE al demandante la Resolución N° 06704-1999 ONP/DC, su fecha
treintiuno de marzo de mil novecientos noventa y nueve, debiendo la emplazada expedir nueva
resolución con arreglo exclusivo al Decreto Ley N° 19990, incluido el criterio para calcular el monto
de la pensión, sin aplicación del Decreto Ley N° 25967 ni los topes pensionarios a que hace
referencia, abonándose los reintegros correspondientes; en los seguidos por GABRIEL SANTILLAN
CUEVA contra la OFICINA DE NORMALIZACION PREVISIONAL – ONP sobre Acción de Amparo, y
estando a que la presente resolución sienta precedente de observancia obligatoria, MANDARON que
consentida o ejecutoriada que sea se publique en el Diario Oficial El Peruano por el término de ley;
y los devolvieron.
SS.
ALVAREZ GUILLÉN; PALOMINO THOMPSON; TAIPE CHAVEZ.
574
8.14 REPOSICIÓN DEL MONTO DE PENSION DE CESANTIA BAJO EL REGIMEN DEL DECRETO LEY
20530, REDUCIDO POR RESOLUCIÓN ADMINISTRATIVA
EXP. N° 3216-2001
RESOLUCIÓN N° 551
575
modo discrecional ha habilitado la Municipalidad Metropolitana de Lima, por lo tanto, y aún cuando
los demandantes no han incluido en el petitorio de su demanda la referida resolución de alcaldía,
el Tribunal Constitucional debe pronunciarse sobre la no aplicación de la citada resolución de
alcaldía, la misma que ha sustentado los hechos materia de la presente Acción de Amparo; en
consecuencia, de acuerdo a la norma citada en la considerativa precedente debe confirmarse la
recurrida;
SEXTO: Que, respecto a las excepciones de incompetencia, caducidad, falta de agotamiento de
la vía administrativa y oscuridad o ambigüedad en el modo de proponer la demanda, este Colegiado
hace suyos los fundamentos expuestos por la A-quo, de conformidad con lo dispuesto por el Artículo
doce del Texto Unico Ordenado de la Ley Orgánica del Poder Judicial; por lo que CONFIRMARON la
sentencia de fojas ciento ocho, su fecha treinta y uno de agosto del dos mil uno, que declara
infundadas las excepciones de incompetencia, caducidad, falta de agotamiento de la vía
administrativa y de oscuridad o ambigüedad en el modo de proponer la demanda, y fundada la
demanda, en consecuencia INAPLICABLE al accionante la Resolución de Alcaldía N° 1736 del
veintitrés de julio de mil novecientos noventa y siete, reponiéndose las cosas al estado anterior de
la agresión; en los seguidos por CESAR ALEJANDRO PEÑA PEREZ contra MUNICIPALIDAD
METROPOLITANA DE LIMA y otro, sobre Acción de Amparo; y estando a que la presente resolución
sienta precedente de observancia obligatoria; MANDARON que, consentida y/o ejecutoriada que
ésta sea, se publique en el Diario Oficial El Peruano, por el término de ley; y los devolvieron.
SS.
ALVAREZ GUILLÉN; PALOMINO THOMPSON; TAIPE CHAVEZ.
576
8.15 NIVELACIÓN DE PENSIÓN DE CESANTÍA DE LOS TRABAJADORES DE LA ADMINISTRACION
PUBLICA
CAUSA Nº 2001-07128-0-0401-JR-CI-04
VISTOS; en audiencia pública de la Tercera Sala Civil; con el dictamen de Fiscal de fojas
trescientos setenta y dos; que, a fojas veinticinco Juan de Dios Magaño Llave interpone demanda
de acción de cumplimiento y la dirige en contra de la Oficina de Normalización Previsional y otro;
que, es materia de grado las apelaciones: a) La resolución número cero dos guión dos mil dos, que
admite a trámite la demanda, concedida mediante resolución número diez guión dos mil dos a favor
de la Oficina de Normalización Previsional, sin efecto suspensivo y con la calidad de diferida; y b)
La sentencia número diecisiete guión dos mil dos, del once de marzo del dos mil dos, concedida a
favor de la Oficina de Normalización Previsional, Procurador encargado de los Asuntos del Ministerio
de Trabajo y Juan de Dios Magaño Llave, mediante resoluciones números doce, trece, catorce
respectivamente; por sus fundamentos; y CONSIDERANDO; además,
PRIMERO: En cuanto a la primera apelación, ésta se sustenta en que la demanda resulta
improcedente -se dice- por contener un petitorio jurídicamente imposible. Del texto de la demanda
se advierte que el actor pretende se nivele su pensión, conforme a la que perciben los trabajadores
activos, comprendiendo los factores de productividad, puntualidad y asistencia, debiendo realizarse
tal nivelación desde el mes de mayo de mil novecientos noventa y tres, disponiéndose además que
los demandados cumplan con pagar su pensión nivelable teniendo en cuenta las Resoluciones
Supremas cero dieciocho y cero diecinueve guión noventa y siete guión –EF. Como puede advertirse,
dicho petitorio no resulta jurídicamente imposible, a tenor de lo que dispone el artículo doscientos,
inciso seis de la Constitución Política del Estado, el Decreto Ley veinte mil quinientos treinta, la Ley
veintitrés mil cuatrocientos noventa y cinco y su Reglamento cero quince guión ochenta y tres guión
PCM, lo que se corrobora con la abundante jurisprudencia del Supremo Tribunal que falla sobre el
fondo en casos similares, por tanto la apelación debe desestimarse;
SEGUNDO: Respecto a la segunda apelación, planteada por los codemandados, Oficina de
Normalización Previsional y Procurador encargado de los Asuntos del Ministerio de Trabajo, resulta
de previo pronunciamiento la excepción planteada, de falta de agotamiento de la vía administrativa.
Sobre este tema el Tribunal Constitucional ha establecido que, por la naturaleza del derecho
invocado, teniendo en consideración que la pensión tiene carácter alimentario, no es exigible el
agotamiento de la vía previa; no obstante lo dicho, el demandante cumplió con lo dispuesto en el
artículo cinco, inciso “C” de la Ley veintiséis mil trescientos uno, tal como puede apreciarse de los
folios nueve y veinte, por lo que la excepción planteada resulta improcedente;
TERCERO: En cuanto al fondo del asunto, el demandante tiene la condición de cesante sujeto
al Decreto Ley número veinte mil quinientos treinta, que regula el régimen de pensiones y
577
compensaciones por servicios prestados al Estado, tal como se evidencia de la Resolución número
doscientos uno guión GDA guión IPSS guión noventa y tres, que corre a fojas veintitrés;
CUARTO: Que, el artículo siete de la Ley número veintitrés mil cuatrocientos noventa y cinco,
en concordancia con lo prescrito por la Octava Disposición General y Transitoria de la Constitución
Política de mil novecientos setenta y nueve, aplicable al presente caso, ha establecido que los
trabajadores de la Administración Pública con más de veinte años de servicios, no sometidos al
régimen del Seguro Social o a otros regímenes especiales, -el caso del demandante- tienen derecho
a la pensión correspondiente y a todas las asignaciones de las cuales disfrutaron hasta el momento
del cese laboral. Asimismo, el artículo cinco de la misma Ley dispone que cualquier incremento
posterior a la nivelación que se otorgue a los servidores públicos en actividad, que desempeñen el
cargo u otro similar al último en que prestó servicios el cesante o jubilado, dará lugar al incrementio
de la pensión en igual monto remunerativo al que corresponde al servidor en actividad, lo que debe
concordarse con lo dispuesto por el artículo cinco del Decreto Supremo número cero quince guión
ochenta y tres guión PCM; así mismo el derecho del demandante se encuentra garantizado en lo
resuelto por el Tribunal Constitucional, en los expedientes números cero cero ocho guión mil
novecientos noventa y seis guión I/TC, y el expediente número mil ciento cuarenta y seis guión dos
mil guión AC/TC, por lo que, no habiendo los demandados acreditado los fundamentos de hecho
que sustentan su contestación debe ampararse la demanda;
QUINTO: En cuanto a la apelación propuesta por el demandante se tiene que la sentencia
dispone el pago de pensiones de cesantía con las bonificaciones y derechos derivados de los Decretos
Supremos cero dieciocho guión noventa y siete guión EF y cero diecinueve guión noventa y siete
guión EF, a partir de su vigencia -once de febrero de mil novecientos noventa y siete-, sin embargo
los incrementos por productividad, puntualidad y asistencia se vienen dando desde el mes de mayo
de mil novecientos noventa y tres tal como se aprecia de las liquidaciones de fojas trescientos
diecinueve a trescientos veintiuno y a lo que debe agregarse que la Resolución cero diecinueve guión
noventa y siete guión EF, en su inciso tercero, dispone que la bonificación por productividad
consolida las bonificaciones que otorga el IPSS (hoy Essalud) en virtud a los Acuerdos números I
guión dos guión IPSS guión noventa y dos, tres guión treinta y ocho guión IPSS guión noventa y
tres, y uno guión dieciséis guión IPSS guión noventa y cuatro, en consecuencia el pago debe
disponerse desde el mes de mayo de mil novecientos noventa y tres; de todo lo anterior se colige
que la demandante tiene derecho a la nivelación de su pensión de cesantía con los haberes de los
servidores en actividad del mismo o equivalente cargo, desde el mes de mayo de mil novecientos
noventa y tres; por lo que, CONFIRMARON: a) La resolución número dos guión dos mil dos, que
admite a trámite la demanda apelada por la Oficina de Normalización Previsional; b) La sentencia
número diecisiete guión dos mil dos, de fojas doscientos cincuenta y nueve, en cuanto declara
fundada en parte la demanda e improcedente respecto al cobro de intereses; la REVOCARON en el
extremo de declarar infundada la excepción de falta de agotamiento de la vía administrativa y en
cuanto dispone que el pago de las pensiones de cesantía con las bonificaciones y derechos derivados
se haga a partir de la vigencia de las Resoluciones Supremas – no Decretos Supremos como
erróneamente señala la sentencia – cero dieciocho guión noventa y siete guión EF y cero diecinueve
guión noventa y siete guión EF; reformándola, DECLARARON IMPROCEDENTE la excepción de
falta de agotamiento de la vía administrativa; y DISPUSIERON que el pago y la nivelación de la
pensión de cesantía del demandante se realice desde el mes de mayo de mil novecientos noventa y
tres; con lo demás que contiene y los devolvieron. Vocal ponente: señor Cervantes Castillo.
SS.
CERVANTES CASTILLO; PAREDES BEDREGAL; DÍAZ GONZALES.
578
8.16 PENSIÓN DE CESANTÍA DE LOS TRABAJADORES DE LA ADMINISTRACION PÚBLICA
CAUSA Nº 2001-6872-0-0401-JR-CI-05
579
asistencia a partir del mes de mayo de mil novecientos noventa y tres, es desde dicha fecha que
debe procederse a la nivelación a favor de la accionante;
CONFIRMARON la sentencia número treinta guión dos mil dos, su fecha veintisiete de febrero
del dos mil dos, que obra de fojas doscientos diecinueve a doscientos veintidós, que declara
improcedentes las excepciones de falta de legitimidad para obrar del demandado; y falta de
agotamiento de la vía administrativa; fundada en parte la demanda de cumplimiento; con lo demás
que contiene; la REVOCARON en el extremo que dispone el pago de las pensiones de cesantía con
las bonificaciones y derechos derivados de los Decretos Supremos cero dieciocho guión noventa y
siete guión EF y cero diecinueve guión noventa y siete guión EF a partir de su vigencia; reformándola
en dicho extremo, DISPUSIERON que el pago y la nivelación de la pensión de cesantía del
demandante se realice desde el mes de mayo de mil novecientos noventa y tres; y los devolvieron.
Vocal ponente: señor Díaz Gonzales.
SS.
CERVANTES CASTILLO; PAREDES BEDREGAL; DÍAZ GONZALES.
580
8.17. DERECHO DE PENSIÓN
PRECEDENTE VINCULANTE
El derecho fundamental a la pensión “tiene la naturaleza del derecho social –de
contenido económico–. Surgido históricamente en el transito del Estado liberal al
Estado social de Derecho, impone a los poderes públicos la obligación de
proporcionar las prestaciones adecuadas a las personas en función a criterios y
requisitos determinados legislativamente, para subvenir sus necesidades vitales y
satisfacer los estándares de la procura existencial.
TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
EXP. N° 1417-2005-AA/TC-LIMA
En Lima, a los 8 días del mes de julio de 2005, el Tribunal Constitucional, en sesión de Pleno
Jurisdiccional, con la asistencia de los señores Magistrados Alva Orlandini, Presidente; Bardelli
Lartirigoyen, Vicepresidente; Gonzales Ojeda, García Toma, Vergara Gotelli y Landa Arroyo,
pronuncia la siguiente sentencia
ASUNTO
Recurso de agravio constitucional interpuesto por don Manuel Anicama Hernández, contra la
sentencia de la Cuarta Sala Civil de la Corte Superior de Justicia de Lima, de fojas 148, su fecha 6
de octubre de 2004, que declaró improcedente la demanda de amparo de autos.
ANTECEDENTES
Con fecha 6 de mayo de 2003, el recurrente interpone demanda de amparo contra la Oficina de
Normalización Previsional (ONP), con el objeto que se declare la nulidad de la Resolución Nº
0000041215-2002-ONP/DC/DL 19990, de fecha 2 de agosto de 2002, por considerar que vulnera
su derecho fundamental a la pensión, toda vez que resolvió denegar su solicitud de pensión de
jubilación adelantada.
Manifiesta que cesó en sus actividades laborales el 25 de mayo de 1992 contando con más de
20 años de aportaciones, luego de que la Autoridad Administrativa de Trabajo autorizó a su empresa
empleadora a reducir personal; sin embargo, al calificar su solicitud de pensión de jubilación, la
entidad demandada consideró que las aportaciones efectuadas durante los años 1964 y 1965
habían perdido validez conforme al Reglamento de la Ley Nº 13640, por lo que, incluso si realizara
la verificación de las aportaciones efectuadas desde 1973 a 1992 no reuniría los 20 años de
aportación al Sistema Nacional de Pensiones que se requieren como mínimo para obtener el derecho
a la pensión de jubilación por reducción de personal. Agrega que el Tribunal Constitucional en
reiterada jurisprudencia ha señalado que los períodos de aportación no pierden validez, y que
sumados sus períodos de aportaciones, acredita los exigidos por la legislación vigente, razón por la
que solicita el reconocimiento de su derecho a la pensión, así como los devengados e intereses
generados desde la vulneración de su derecho fundamental.
La demandada deduce las excepciones de falta de agotamiento de la vía administrativa y de
caducidad, y solicita que se declare improcedente la demandada, por considerar que la vía del
amparo no es la adecuada para dilucidar la pretensión del recurrente, siendo necesario acudir a la
vía judicial ordinaria donde existe una estación probatoria.
El Décimo Cuarto Juzgado Civil de Lima, con fecha 8 de enero de 2003, declaró fundada la
demanda en el extremo en que se solicita la validez de las aportaciones efectuadas en los años 1964
y 1965, ordenando su reconocimiento y la verificación del periodo de aportaciones de 1973 a 1992,
respecto del cual no se ha emitido pronunciamiento administrativo.
581
La recurrida reformó la apelada declarándola improcedente, por estimar que es necesario que
la pretensión se ventile en la vía judicial ordinaria, toda vez que el proceso de amparo carece de
estación probatoria.
FUNDAMENTOS
1. El inciso 2) del artículo 200º de la Constitución, establece que el proceso de amparo procede
contra el acto u omisión, por parte de cualquier persona, que vulnera o amenaza los derechos
reconocidos por la Constitución, distintos de aquellos protegidos por el hábeas corpus (libertad
individual y derechos conexos) y el hábeas data (acceso a la información y autodeterminación
informativa). En tal sentido, es presupuesto para la procedencia del proceso de amparo (y en
general, de cualquier proceso constitucional) que el derecho que se alegue afectado sea uno
reconocido directamente por la Constitución.
582
considera que, en una medida razonablemente posible y en casos especiales y novísimos, deben
desarrollarse los derechos constitucionales implícitos, permitiendo así una mejor garantía y respeto
a los derechos del hombre, pues ello contribuirá a fortalecer la democracia y el Estado, tal como lo
ordena la Constitución vigente.
El Tribunal Constitucional considera que si bien detrás del derecho a la verdad se encuentran
comprometidos otros derechos fundamentales, como la vida, la libertad o la seguridad personal,
entre otros, éste tiene una configuración autónoma, una textura propia, que la distingue de los
otros derechos fundamentales a los cuales se encuentra vinculado, debido tanto al objeto protegido,
como al telos que con su reconocimiento se persigue alcanzar (STC 2488-2002-HC/TC,
Fundamentos 13 a 15).
Consecuentemente, expresos o implícitos, los derechos fundamentales pertenecen al
ordenamiento constitucional vigente.
6. Por su parte, los derechos fundamentales, como objetivo de autonomía moral, sirven para
«designar los derechos humanos positivizados a nivel interno, en tanto que la fórmula derechos
humanos es la más usual en el plano de las declaraciones y convenciones internacionales» (Pérez
Luño, Antonio. Derechos Humanos. Estado de Derecho y Constitución. 4ta. ed. Madrid: Tecnos,
1991, p 31)
7. A lo cual cabe agregar que, según la Cuarta Disposición Final y Transitoria de la Constitu-
ción, los derechos fundamentales reconocidos en la Constitución, deben ser interpretados de
conformidad con los tratados sobre derechos humanos ratifica-dos por el Perú.
583
La noción de «sustento constitucional directo» a que hace referencia el artículo 38º del CPConst.,
no se reduce a una tutela normativa del texto constitucional formal. Alude, antes bien, a una
protección de la Constitución en sentido material (pro homine), en el que se integra la Norma
Fundamental con los tratados de derechos humanos, tanto a nivel positivo (artículo 55º de la
Constitución), como a nivel interpretativo (Cuarta Disposición Final y Transitoria de la
Constitución); y con las disposiciones legales que desarrollan directamente el contenido esencial de
los derechos fundamentales que así lo requieran. Tales disposiciones conforman el denominado
canon de control constitucional o «bloque de constitucionalidad».
De ahí que el artículo 79º del CPConst., establezca que «[p]ara apreciar la validez constitucional
de las normas el Tribunal Constitucional considerará, además de las normas constitucionales, las
leyes que, dentro del marco constitucional, se hayan dictado para determinar (...) el ejercicio de los
derechos fundamentales».
10. Un derecho tiene sustento constitucional directo, cuando la Constitución ha reconocido,
explícita o implícitamente, un marco de referencia que delimita nominalmente el bien jurídico
susceptible de protección. Es decir, existe un baremo de delimitación de ese marco garantista, que
transita desde la delimitación más abierta a la más precisa.
Correspondiendo un mayor o menor desarrollo legislativo, en función de la opción legislativa de
desarrollar los derechos fundamentales establecidos por el constituyente.
§2.2 Los derechos fundamentales de configuración legal
11. La distinta eficacia de las disposiciones constitucionales, da lugar a que éstas puedan ser
divididas entre «normas regla» y «normas principio». Mientras que las primeras se identifican con
mandatos concretos de carácter autoaplicativo y son, consecuentemente, judicializables, las
segundas constituyen mandatos de optimización, normas abiertas de eficacia diferida, que
requieren de la intermediación de la fuente legal, para alcanzar plena concreción y ser susceptibles
de judicialización.
En tal perspectiva, existen determinados derechos fundamentales cuyo contenido
constitucional directamente protegido, requiere ser delimitado por la ley, sea porque así lo ha
previsto la propia Carta Fundamental (vg. el artículo 27º de la Constitución en relación con el
derecho a la estabilidad laboral. Cfr. STC 0976-2001-AA, Fundamento 11 y ss.) o en razón de su
propia naturaleza (vg. los dere-chos sociales, económicos y culturales). En estos casos, nos
encontramos ante las denominadas leyes de configuración de derechos fundamentales.
12. Los derechos fundamentales cuya configuración requiera de la asistencia de la ley no
carecen de un contenido per se inmediatamente exigible a los poderes públicos, pues una
interpretación en ese sentido sería contraria al principio de fuerza normativa de la Constitución. Lo
único que ello implica es que, en tales supuestos, la ley se convierte en un requisito sine qua non
para la culminación de la delimitación concreta del contenido directamente atribuible al derecho
fundamental.
Y es que si bien algunos derechos fundamentales pueden tener un carácter jurídico abierto,
ello no significa que se traten de derechos «en blanco», es decir, expuestos a la discrecional
regulación del legislador, pues el constituyente ha planteado un grado de certeza interpretativa en
su reconocimiento constitucional directo.
Aquí se encuentra de por medio el principio de «libre configuración de la ley por el legis-lador»,
conforme al cual debe entenderse que es el legislador el llamado a definir la política social del Estado
social y democrático de derecho. En tal sentido, éste goza de una amplia reserva legal como
instrumento de la formación de la voluntad política en materia social. Sin embargo, dicha capacidad
configuradora se encuentra limitada por el contenido esencial de los derechos fundamentales, de
manera tal que la voluntad política expresada en la ley debe desenvolverse dentro de las fronteras
jurídicas de los derechos, principios y valores constitucionales.
584
§2.3 La distinta eficacia de los derechos fundamentales
13. De esta manera, la distinta eficacia que presentan los derechos fundamentales entre sí, no
sólo reposa en cuestiones teóricas de carácter histórico, sino que estas diferencias revisten
significativas repercusiones prácticas. En tal sentido, cabe distinguir los derechos de preceptividad
inmediata o autoaplicativos, de aquellos otros denominados prestacionales, de preceptividad
diferida, progresivos o programáticos (STC 0011-2002-AI, Fundamento 9).
A esta última categoría pertenecen los derechos fundamentales económicos, sociales y
culturales (DESC) que, en tanto derechos subjetivos de los particulares y obligaciones mediatas del
Estado, necesitan de un proceso de ejecución de políticas sociales para que el ciudadano pueda
gozar de ellos o ejercitarlos de manera plena. Tal es el sentido de la Undécima Disposición Final y
Transitoria (UDFT) de la Constitución, al establecer que «[l]as disposiciones de la Constitución que
exijan nuevos y mayores gastos públicos se aplican progresivamente».
14. Si bien los DESC son derechos fundamentales, tienen la naturaleza propia de un derecho
público subjetivo, antes que la de un derecho de aplicación directa. Lo cual no significa que sean
«creación» del legislador. En tanto derechos fundamen-tales, son derechos de la persona
reconocidos por el Estado y no otorgados por éste.
Sin embargo, su reconocimiento constitucional no es suficiente para dotarlos de eficacia plena,
pues su vinculación jurídica sólo queda configurada a partir de su regulación legal, la que los
convierte en judicialmente exigibles. Por ello, en la Constitución mantienen la condición de una
declaración jurídica formal, mientras que la ley los convierte en un mandato jurídico aprobatorio
de un derecho social.
15. Lo expuesto significa que en determinadas circunstancias los DESC no pueden ser objeto
de una pretensión susceptible de estimación al interior del proceso de amparo (vg. la exigencia
judicial al Estado de un puesto de trabajo o una prestación de vivienda). Ello, sin embargo, no
puede ser considerado como una regla absoluta.
En efecto, tal como se ha precisado en otro momento, el principio de progresividad en el gasto
a que hace alusión la UDFT de la Constitución, «no puede ser entendido con carácter indeterminado
y, de este modo, servir de alegato frecuente ante la inacción del Estado, pues para este Colegiado
la progresividad del gasto no está exenta de observar el establecimiento de plazos razonables, ni de
acciones concretas y constantes del Estado para la implementación de políticas públicas». (STC
2945-2003-AA, Fundamento 36).
En esa perspectiva, entre los deberes del Estado previstos en el artículo 44º de la Constitución,
no sólo se encuentra el garantizar la plena vigencia de los derechos fundamentales, sino también
«promover el bienestar general que se fundamenta en la justicia y en el desarrollo integral y
equilibrado de la Nación».
16. Por ello, si bien es cierto que la efectividad de los DESC requiere la actuación del Estado a
través del establecimiento de servicios públicos, así como de la sociedad mediante la contribución
de impuestos, ya que toda política social necesita de una ejecución presupuestal, también lo es que
estos derivan en obligaciones concretas por cumplir, por lo que los Estados deben adoptar medidas
constantes y eficaces para lograr progresivamente la plena efectividad de los mismos en igualdad
de condiciones para la totalidad de la población.
17. Los DESC cumplen efectos positivos, vinculando al Estado y a los particulares en la
promoción de las condiciones para su cabal eficacia. Asimismo, generan efectos negativos, al
proscribir toda conducta gubernamental o particular que niegue u obstaculice su goce y ejercicio.
18. Debe recordarse que «toda política pública nace de obligaciones objetivas concretas que
tienen como finalidad primordial el resguardo de derechos, tomando como base el respeto a la
dignidad de la persona, y que en el caso de la ejecución presupuestal para fines sociales, ésta no
debe considerarse como un gasto, sino como una inversión social.
585
Por esta razón, sostener que los derechos sociales se reducen a un vínculo de responsabilidad
política entre el constituyente y el legislador, no sólo es una ingenuidad en cuanto a la existencia
de dicho vínculo, sino también una distorsión evidente en cuanto al sentido y coherencia que debe
mantener la Constitución (Morón Diaz, Fabio. La dignidad y la solidaridad como principios rectores
del diseño y aplicación de la legislación en materia de seguridad social. Anuario de Derecho
Constitucional. CIEDLA. Buenos Aires 2000. Pág. 668). (...).
En consecuencia, la exigencia judicial de un derecho social dependerá de factores tales como
la gravedad y razonabilidad del caso, su vinculación o afectación de otros derechos y la
disponibilidad presupuestal del Estado, siempre y cuando puedan comprobarse acciones concretas
de su parte para la ejecución de políticas sociales». (STC 2945-2003-AA, Fundamentos 18 y 33).
19. Así las cosas, en el Estado social y democrático de derecho, la ratio fundamentalis no puede
ser privativa de los denominados derechos de defensa, es decir, de aquellos derechos cuya plena
vigencia se encuentra, en principio, garantizada con una conducta estatal abstencionista, sino que
es compartida también por los derechos de prestación que reclaman del Estado una intervención
concreta, dinámica y eficiente, a efectos de asegurar las condiciones mínimas para una vida acorde
con el principio-derecho de dignidad humana.
§2.4 El contenido constitucionalmente protegido de los derechos fundamentales
20. Tal como refiere Manuel Medina Guerrero, «en cuanto integrantes del contenido
constitucionalmente protegido, cabría distinguir, de un lado, un contenido no esencial, esto es,
claudicante ante los límites proporcionados que el legislador establezca a fin de proteger otros
derechos o bienes constitucionalmente garantizados, y, de otra parte, el contenido esencial,
absolutamente intangible para el legislador; y, extramuros del contenido constitucionalmente
protegido, un contenido adicional formado por aquellas facultades y derechos concretos que el
legislador quiera crear impulsado por el mandato genérico de asegurar la plena eficacia de los
derechos fundamentales» (La vinculación negativa del legislador a los derechos fundamentales.
Madrid: McGraw-Hill, 1996, p. 41)
21. Así las cosas, todo ámbito contitucionalmente protegido de un derecho fundamental se
reconduce en mayor o menor grado a su contenido esencial, pues todo límite al derecho
fundamental sólo resulta válido en la medida de que el contenido esencial se mantenga incólume.
Este Tribunal Constitucional considera que la determinación del contenido esencial de los
derechos fundamentales no puede efectuarse a priori, es decir, al margen de los principios, los
valores y los demás derechos fundamentales que la Constitución reconoce. En efecto, en tanto el
contenido esencial de un derecho fundamental es la concreción de las esenciales manifestaciones
de los principios y valores que lo informan, su determinación requiere un análisis sistemático de
este conjunto de bienes constitucionales, en el que adquiere participación medular el principio–
derecho de dignidad humana, al que se reconducen, en última instancia, todos los derechos
fundamentales de la persona.
En tal sentido, el contenido esencial de un derecho fundamental y los límites que sobre la base
de éste resultan admisibles, forman una unidad (Häberle, Peter. La libertad fundamental en el
Estado Constitucional. Lima: Fondo Editorial de la PUCP, 1997, p. 117); por lo que, en la
ponderación que resulte necesaria a efectos de determinar la validez de tales límites, cumplen una
función vital los principios de interpretación constitucional de «unidad de la Constitución» y de
«concordancia práctica», cuyo principal cometido es optimizar la fuerza normativo-axiológica de la
Constitución en su conjunto.
22. Si bien es cierto que la exactitud de aquello que constituye o no el contenido protegido por
parte de un derecho fundamental, y, más específicamente, el contenido esencial de dicho derecho,
sólo puede ser determinado a la luz de cada caso concreto, no menos cierto es que existen
determinadas premisas generales que pueden coadyuvar en su ubicación. Para ello, es preciso tener
presente la estructura de todo derecho fundamental.
586
§2.5 La estructura de los derechos fundamentales: las disposiciones, las normas y las
posiciones de derecho fundamental
23. Tal como expresa Bernal Pulido, siguiendo la doctrina que Robert Alexy expone en su Teoría
de los derechos fundamentales. (Madrid: Centro de Estudios Constitucionales, 1997), «todo derecho
fundamental se estructura como un haz de posiciones y normas, vinculadas interpretativamente a
una disposición de derecho fundamental» (Bernal Pulido, Carlos. El principio de proporcionalidad
y los derechos fundamentales. Madrid: Centro de Estudios Políticos y Constitucionales, 2003, pág.
76).
De esta forma cabe distinguir entre las disposiciones de derecho fundamental, las normas de
derecho fundamental y las posiciones de derecho fundamental.
24. Las disposiciones de derecho fundamental son los enunciados lingüísticos de la
Constitución que reconocen los derechos fundamentales de la persona. Las normas de derecho
fundamental son los sentidos interpretativos atribuibles a esas disposiciones. Mientras que las
posiciones de derecho fundamental, son las exigencias concretas que al amparo de un determinado
sentido interpretativo válidamente atribuible a una disposición de derecho fundamental, se buscan
hacer valer frente a una determinada persona o entidad.
25. Tal como refiere el mismo Bernal Pulido, «Las posiciones de derecho fundamental son
relaciones jurídicas que (...) presentan una estructura triádica, compuesta por un sujeto activo, un
sujeto pasivo y un objeto. El objeto de las posiciones de derecho fundamental es siempre una
conducta de acción o de omisión, prescrita por una norma que el sujeto pasivo debe desarrollar en
favor del sujeto activo, y sobre cuya ejecución el sujeto activo tiene un derecho, susceptible de ser
ejercido sobre el sujeto pasivo». (Op. cit. pág. 80. Un criterio similar, Cfr. Alexy, Robert. La
institucionalización de los derechos humanos en el Estado Constitucional Democrático, D&L, Nº.
8, 2000, pág. 12 y ss.).
Por ello, cabe afirmar que las posiciones de derecho fundamental, son los dere-chos
fundamentales en sentido estricto, pues son los concretos atributos que la persona humana ostenta
al amparo de las normas (sentidos interpretativos) válidas derivadas directamente de las
disposiciones contenidas en la Constitución que reconocen derechos.
26. Estos atributos que, como se ha dicho, vinculan a todas las personas y que, por tanto,
pueden ser exigidos al sujeto pasivo, se presentan en una relación jurídica sustancial, susceptibles
de ser proyectados en una relación jurídica procesal en forma de pretensiones al interior de los
procesos constitucionales de la libertad (sea el amparo, el hábeas corpus o el hábeas data).
27. Así las cosas, la estimación en un proceso constitucional de las pretensiones que pretendan
hacerse valer en reclamo de la aplicación de una determinada disposición que reconozca un derecho
fundamental, se encuentran condicionadas, cuan-do menos, a las siguientes exigencias:
a) A que dicha pretensión sea válida, o, dicho de otro modo, a que sea consecuencia de un sentido
interpretativo (norma) que sea válidamente atribuible a la disposición constitucional que
reconoce un derecho.
Por ejemplo, no sería válida la pretensión que amparándose en el derecho constitucional a la
libertad de expresión, reconocido en el inciso 4) del artículo 2º de la Constitución, pretenda
que se reconozca como legítimo el insulto proferido contra una persona, pues se estaría
vulnerando el contenido protegido por el derecho constitucional a la buena reputación,
reconocido en el inciso 7 del mismo artículo de la Constitución.
En consecuencia, la demanda de amparo que so pretexto de ejercer el derecho a la libertad de
expresión pretenda el reconocimiento de la validez de dicha pretensión, será declarada
infundada, pues ella no forma parte del contenido constitucionalmente protegido por tal
derecho; o, dicho de otro modo, se fundamenta en una norma inválida atribuida a la disposición
contenida en el inciso 4) del artículo 2º constitucional.
587
b) A que en los casos de pretensiones válidas, éstas deriven directamente del con-te-nido esencial
de un derecho protegido por una disposición constitucional. En otras palabras, una demanda
planteada en un proceso constitucional de la libertad, resultará procedente toda vez que la
protección de la esfera subjetiva que se aduzca violada pertenezca al contenido esencial del
derecho fundamental o tenga una relación directa con él. Y, contrario sensu, resultará
improcedente cuando la titularidad subjetiva afectada tenga su origen en la ley o, en general,
en disposiciones infraconstitucionales.
En efecto, dado que los procesos constitucionales de la libertad son la garantía jurisdiccional
de protección de los derechos fundamentales, no pueden encontrarse orientados a la defensa
de los derechos creados por el legislador, sino sólo aquellos reconocidos por el Poder
Constituyente en su creación; a saber, la Constitución.
En consecuencia, si bien el legislador es competente para crear derechos subjetivos a través de
la ley, empero, la protección jurisdiccional de éstos debe verifi-carse en los procesos ordinarios.
Mientras que, por imperio del artículo 200º de la Constitución y del artículo 38º del CPConst.,
a los procesos constitucionales de la libertad es privativa la protección de los derechos de
sustento constitucional directo.
Lo expuesto no podría ser interpretado en el sentido de que los derechos fun-da-mentales de
configuración legal, carezcan de protección a través del amparo constitucional, pues resulta claro,
en virtud de lo expuesto en el Fundamento 11 y ss. supra, que las posiciones subjetivas previstas
en la ley que concretizan el contenido esencial de los derechos fundamentales, o los ámbitos a él
directamente vinculados, no tienen sustento directo en la fuente legal, sino, justa-mente, en la
disposición constitucional que reconoce el respectivo derecho fundamental.
Sin embargo, es preciso tener presente que prima facie las posiciones jurídicas que se deriven
válidamente de la ley y no directamente del contenido esencial de un derecho fundamental, no son
susceptibles de ser estimadas en el proceso de amparo constitucional, pues ello implicaría pretender
otorgar protección mediante los procesos constitucionales a derechos que carecen de un sustento
constitucional directo, lo que conllevaría su desnaturalización.
Y si bien la distinción concreta entre aquello regulado por la ley que forma parte de la
delimitación del contenido directamente protegido por un derecho fundamental y aquello que carece
de relevancia constitucional directa no es una tarea sencilla, los criterios de interpretación que
sirvan a tal cometido de-be-rán encontrarse inspirados, en última instancia, en el principio-derecho
de dignidad humana, pues, como ha señalado Ingo Von Münch, si bien resulta sumamente difícil
determinar de modo satisfactorio qué es la dignidad huma-na, «manifiestamente sí es posible fijar
cuándo se la está vulnerando» (Von Münch, Ingo. La dignidad del hombre en el derecho
constitucional. En: Revista Española de Derecho Constitucional. Madrid: Centro de Estudios
Constitu-cio-nales. Año 2, Nro. 5, mayo – agosto, 1982, pág. 21).
588
de la presencia de un supuesto fáctico al que acompaña una presunción de estado de necesidad
(cese en el empleo, viudez, orfandad, invalidez, entre otras) que condiciona el otorgamiento de una
prestación pecuniaria y/o asistencial, regida por los principios de progresividad, universalidad y
solidaridad, y fundada en la exigencia no sólo del mantenimiento, sino en ‘la elevación de la calidad
de vida’.
La seguridad social «Es un sistema institucionalizado de prestaciones individualizadas, basado
en la prevención del riesgo y en la redistribución de recursos, con el único propósito de coadyuvar
en la calidad y el proyecto de vida de la comunidad. Es de reconocerse el fuerte contenido axiológico
de la seguridad social, cuyo principio de solidaridad genera que los aportes de los trabajadores
activos sirvan de sustento a los retirados mediante los cobros mensuales de las pensiones» (STC
0011-2002-AI, Fundamento 14).
30. Su condición de sistema institucionalizado imprescindible para la defensa y desarrollo de
diversos principios y derechos fundamentales, permite reconocer a la seguridad social como una
garantía institucional.
El Tribunal Constitucional español, en criterio mutatis mutandis aplicable al contexto
constitucional peruano, ha señalado que la seguridad social es una garantía institucional «c
reservación se juzga indispensable para asegurar los principios constitucionales estableciendo un
núcleo o reducto indisponible por el legislador (...), de tal suerte que ha de ser preservado en
términos reconocibles para la imagen que de la misma tiene la conciencia social en cada tiempo y
lugar» (STC 37/1994, Fundamento 3).
589
Es de esta forma cómo el derecho fundamental a la pensión permite alcanzar el desarrollo de
la dignidad de los pensionistas. De ello se deriva su carácter de derecho fundamental específico,
que supera las posiciones liberales que no aceptan un concepto de igualdad como diferenciación,
pero que tampoco supone privilegios medievales que tengan por objeto un trato diferenciado estático
a determinado colectivo para conseguir y mantener la desigualdad.
En la definición del contenido de este derecho fundamental es factor gravitante el esfuerzo
económico que el proceso pensionario exige de los poderes públicos y de la capacidad
presupuestaria.» (STC 0050-2004-AI/0051-2004-AI/0004-2005-AI/0007-2005-AI/0009-2005-AI,
acumulados, Fundamento 76).
§4.1 El derecho fundamental a la pensión como derecho fundamental de configuración
legal
33. Tal como ha referido este Colegiado
«[e]l Art. 11° de la Constitución no tiene la naturaleza de una norma jurídica tradicional, pues
se trata de una disposición de textura abierta que consagra un derecho fundamental; en esa medida
hace referencia a un contenido esencial constitucionalmente protegido, el cual tiene como substrato
el resto de bienes y valores constitucionales; pero, a su vez, alude a una serie de garantías que no
conforman su contenido irreductible, pero que son constitucionalmente protegidas y sujetas a
desarrollo legislativo –en función a determinados criterios y límites–, dada su naturaleza de derecho
de configuración legal.» (STC 0050-2004-AI/0051-2004-AI/0004-2005-AI/0007-2005-AI/0009-
2005-AI, acumulados, Fundamento 73).
34. Referir que el derecho fundamental a la pensión es uno de configuración legal, alude a que
la ley constituye fuente normativa vital para delimitar el contenido directamente protegido por dicho
derecho fundamental y dotarle de plena eficacia.
En efecto, tal como ha establecido el Tribunal Constitucional,
«Si bien la expresión normativo-constitucional de un derecho le confiere el sentido de
jurídicamente exigible y vinculante al poder político y a los particulares, no se puede soslayar que
parte de la plena eficacia de determinados derechos constitucionales se encuentra sujeta al
desarrollo que de estos pueda hacer el legislador, cuyo ámbito de determinación es amplio, sin que
ello suponga la potestad de ejercer arbitrariamente sus competencias.
En tanto que la plena exigibilidad de los contenidos del derecho fundamental a la pensión
resulta de su desarrollo legislativo, éste es un derecho fundamental de configuración legal, y por
ello, dentro de los límites del conjunto de valores que la Constitución recoge, queda librada al
legislador ordinario la regulación de los requisitos de acceso y goce de las prestaciones pensionarias.
Por otra parte, es preciso tener en cuenta que no todas las disposiciones de la legislación
ordinaria que tienen por objeto precisar los beneficios o prestaciones relacionadas con materia
previsional, dotan de contenido esencial al derecho fundamental a la pensión. Sólo cumplen dicha
condición aquellas disposiciones legales que lo desarrollan de manera directa (tal como ocurre, por
ejemplo, con las condiciones para obtener una pensión dentro de un determinado régimen). Por el
contrario, las condiciones indirectas relativas al goce efectivo de determinadas prestaciones, como
por ejemplo, asuntos relacionados al monto de la pensión (en la medida que no se comprometa el
mínimo vital), topes, mecanismos de reajuste, entre otros, no podrían considerarse como
componentes esenciales del derecho fundamental referido, sino como contenidos no esenciales y,
en su caso, adicionales, y, en tal medida, tampoco como disposiciones legales que lo configuran.»
(STC 0050-2004-AI / 0051-2004-AI/0004-2005-AI/0007-2005-AI/0009-2005-AI, acumulados,
Fundamento 120).
35. Así las cosas, cuando el inciso 20) del artículo 37º del CPConst. establece que el amparo
procede en defensa del derecho a la pensión, ello no supone que todos los derechos subjetivos que
se deduzcan de las disposiciones contenidas en el régimen legal relacionado al sistema previsional
590
público o privado, habilitan un pronunciamiento sobre el fondo en un proceso de amparo, pues un
razonamiento en ese sentido apuntaría a una virtual identidad entre derecho legal y derecho
constitucional de configuración legal, lo que a todas luces resulta inaceptable.
§4.2 Determinación del contenido esencial del derecho fundamental a la pensión
36. El análisis sistemático de la disposición constitucional que reconoce el derecho fundamental
a la pensión (Art. 11º) con los principios y valores que lo informan, es el que permite determinar los
componentes de su contenido esencial. Dichos principios y valores son el principio-derecho de
dignidad y los valores de igualdad material y solidaridad.
37. En base a dicha premisa, sobre la base de los alcances del derecho fundamental a la pensión
como derecho de configuración legal y de lo expuesto a propósito del contenido esencial y la
estructura de los derechos fundamentales, este Colegiado procede a delimitar los lineamientos
jurídicos que permitirán ubicar las pretensiones que, por pertenecer al contenido esencial dicho
derecho fundamental o estar directamente relacionadas a él, merecen protección a través del
proceso de amparo:
a) En primer término, forman parte del contenido esencial directamente protegido por el derecho
fundamental a la pensión, las disposiciones legales que establecen los requisitos del libre acceso
al sistema de seguridad social consustanciales a la actividad laboral pública o privada,
dependiente o independiente, y que permite dar inicio al período de aportaciones al Sistema
Nacional de Pensiones. Por tal motivo, serán objeto de protección por vía del amparo los
supuestos en los que habiendo el demandante cumplido dichos requisitos legales se le niegue
el acceso al sistema de seguridad social.
b) En segundo lugar, forman parte del contenido esencial directamente protegido por el derecho
fundamental a la pensión, las disposiciones legales que establecen los requisitos para la
obtención de un derecho a la pensión. Así, será objeto de protección en la vía de amparo los
supuestos en los que, presentada la contingencia, se deniegue a una persona el reconocimiento
de una pensión de jubilación o cesantía, a pesar de haber cumplido los requisitos legales para
obtenerla (edad requerida y determinados años de aportación), o de una pensión de invalidez,
presentados los supuestos previstos en la ley que determinan su procedencia.
Tal como ha tenido oportunidad de precisar la Corte Constitucional colombiana, en criterio que
este Colegido comparte, el derecho a la pensión «adquiere el carácter de fundamental cuando a
su desconocimiento sigue la vulneración o la amenaza de derechos o principios de esa categoría
y su protección resulta indispensable tratándose de la solicitud de pago oportuno de las
pensiones reconocidas, ya que la pensión guarda una estrecha relación con el trabajo, principio
fundante del Estado Social de Derecho, por derivar de una relación laboral y constituir una
especie de salario diferido al que se accede previo el cumplimiento de las exigencias legales.»
(Cfr. Corte Constitucional colombiana. Sala Tercera de Revisión. Sentencia T-608 del 13 de
noviembre de 1996. M.P. Dr. Eduardo Cifuentes Muñoz).
c) Por otra parte, dado que, como quedó dicho, el derecho fundamental a la pensión tiene una
estrecha relación con el derecho a una vida acorde con el principio-derecho de dignidad, es
decir, con la trascendencia vital propia de una dimensión sustancial de la vida, antes que una
dimensión meramente existencial o formal, forman parte de su contenido esencial aquellas
pretensiones mediante las cuales se busque preservar el derecho concreto a un mínimo vital,
es decir, «aquella porción de ingresos indispensable e insustituible para atender las necesidades
básicas y permitir así una subsistencia digna de la persona y de su familia; sin un ingreso
adecuado a ese mínimo no es posible asumir los gastos más elementales (...) en forma tal que
su ausencia atenta en forma grave y directa contra la dignidad humana.» (Cfr. Corte
Constitucional colombiana. Sala Quinta de Revisión. Sentencia T-1001 del 9 de diciembre de
1999. M.P. José Gregorio Hernández Galindo).
En tal sentido, en los supuestos en los que se pretenda ventilar en sede constitucional
pretensiones relacionadas no con el reconocimiento de la pensión que debe conceder el sistema
591
previsional público o privado, sino con su específico monto, ello sólo será procedente cuando
se encuentre comprometido el derecho al mínimo vital.
Por ello, tomando como referente objetivo que el monto más alto de lo que en nuestro
ordenamiento previsional es denominado «pensión mínima», asciende a S/. 415,00 (Disposición
Transitoria de la Ley Nº 27617 e inciso 1 de la Cuarta Disposición Transitoria de la Ley Nº
28449), el Tribunal Constitucional considera que, prima facie, cualquier persona que sea titular
de una prestación que sea igual o superior a dicho monto, deberá acudir a la vía judicial
ordinaria a efectos de dilucidar en dicha sede los cuestionamientos existentes en relación a la
suma específica de la prestación que le corresponde, a menos que, a pesar de percibir una
pensión o renta superior, por las objetivas circunstancias del caso, resulte urgente su
verificación a efectos de evitar consecuencias irreparables (vg. los supuestos acreditados de
graves estados de salud).
d) Asimismo, aún cuando, prima facie, las pensiones de viudez, orfandad y ascendientes, no
forman parte del contenido esencial del derecho fundamental a la pensión, en la medida de que
el acceso a las prestaciones pensionarias sí lo es, son susceptibles de protección a través del
amparo los supuestos en los que se deniegue el otorgamiento de una pensión de sobrevivencia,
a pesar de cumplir con los requisitos legales para obtenerla.
e) En tanto el valor de igualdad material informa directamente el derecho fundamental a la
pensión, las afectaciones al derecho a la igualdad como consecuencia del distinto tratamiento
(en la ley o en la aplicación de la ley) que dicho sistema dispense a personas que se encuentran
en situación idéntica o sustancialmente análoga, serán susceptibles de ser protegidos mediante
el proceso de amparo, siempre que el término de comparación propuesto resulte válido.
En efecto, en tanto derecho fundamental relacional, el derecho a la igualdad se encontrará
afectado ante la ausencia de bases razonables, proporcionales y objetivas que justifiquen el
referido tratamiento disímil en el libre acceso a prestaciones pensionarias.
f) Adicionalmente, es preciso tener en cuenta que para que quepa un pronunciamiento de mérito
en los procesos de amparo, la titularidad del derecho subjetivo concreto de que se trate debe
encontrarse suficientemente acreditada. Y es que como se ha precisado, en el proceso de
amparo «no se dilucida la titularidad de un derecho, como sucede en otros, sino sólo se
restablece su ejercicio. Ello supone, como es obvio, que quien solicita tutela en esta vía
mínimamente tenga que acreditar la titularidad del derecho constitucional cuyo
restablecimiento invoca, en tanto que este requisito constituye un presupuesto procesal, a lo
que se suma la exigencia de tener que demostrar la existencia del acto [u omisión] cuestionado».
(STC 0976-2001-AA, Fundamento 3).
g) Debido a que las disposiciones legales referidas al reajuste pensionario o a la estipulación de
un concreto tope máximo a las pensiones, no se encuentran relacionadas a aspectos
constitucionales directamente protegidos por el contenido esencial del derecho fundamental a
la pensión, prima facie, las pretensiones relacionadas a dichos asuntos deben ser ventiladas en
la vía judicial ordinaria.
Las pretensiones vinculadas a la nivelación como sistema de reajuste de las pensiones o a la
aplicación de la teoría de los derechos adquiridos en materia pensionaria, no son susceptibles
de protección a través del amparo constitucional, no sólo porque no forman parte del contenido
protegido del derecho fundamental a la pensión, sino también, y fundamentalmente, porque
han sido proscritas constitucionalmente, mediante la Primera Disposición Final y el artículo
103º de la Constitución, respectivamente.
592
referida a alguno de dichos ámbitos y si, en consecuencia, corresponde expedir un pronunciamiento
sobre el fondo del asunto.
39. En el presente caso el demandante pretende el reconocimiento de la pensión de jubilación
adelantada por reducción de personal, que le fue denegada porque a juicio de la ONP no reunía el
mínimo de aportaciones necesarias para obtener el derecho. En consecuencia, al recurrente le ha
sido denegada la pensión, a pesar de que, según alega, cumple con los requisitos legales para
obtenerla. Consecuentemente, la pretensión del recurrente ingresa dentro del supuesto previsto en
el Fundamento 37.b, motivo por el cual este Colegiado procede a analizar el fondo de la cuestión
controvertida.
593
1) Copia de la Resolución Nº 0000041215-2002-ONP/DC/DL 19990 (Exp. N.º 01300311802) y del
Cuadro de Resumen de Aportaciones, de donde se evidencia que en aplicación del artículo 95º
del Decreto Supremo Nº 013-61-TR, Reglamento de la Ley Nº 13640, la ONP desconoció la
validez de las aportaciones realizadas durante 1 año y 1 mes en los años 1964 y 1965, y decidió
no continuar su labor inspectiva porque presumió que el demandante no acreditaría el mínimo
de años de aportaciones requeridos.
2) Copia de dos Certificados de Trabajo expedidos por Motor Perú S.A. en el año 1992, en papel
membretado y en formato del IPSS, y adicionalmente, otro Certificado de Trabajo otorgado en
el año 1994 por Motor Perú S.A. en liquidación, en todos los cuales se certifica que el
demandante trabajó en la empresa desde el 5 de marzo de 1973 hasta el 25 de mayo de 1992,
es decir, por un periodo de 19 años, 2 meses y 20 días.
42.3 Autorización de la Autoridad de Trabajo y afectación por reducción de personal
1) Copia de la Resolución Sub-directoral Nº 018-92-1SD-NEC y la Resolución Directoral Nº 046-
92-DR-LIM, del 21 de febrero y 24 de marzo de 1992, respectivamente, en las que consta la
autorización de la Autoridad de Trabajo para que Motor Perú S.A. reduzca personal al haber
acreditado causal económica conforme a lo señalado en la Ley Nº 24514.
2) Copia del Acta de Extraproceso de fecha 3 de julio de 1992, suscrita ante el Director Regional
de Trabajo de Lima, por los representantes de Motor Perú S.A. y el Sindicato de Trabajadores
de la empresa, en la cual se transcribe la relación del personal afectado por la reducción de
personal, entre los que se encuentra el demandante. Asimismo, el cronograma de pago de los
beneficios sociales que se entregará conjuntamente con el certificado de trabajo, previa
presentación de las cartas de renuncia de los trabajadores con fecha 25 de mayo de 1992.
43. En consecuencia, el Tribunal Constitucional considera que aun cuando en el proceso de
amparo no se encuentra prevista una etapa probatoria, el demandante ha presentado suficientes
medios probatorios que no requieren actuación (artículo 9º del CPConst.), que demuestran: i) que
cumple con el requisito de edad exigido para obtener la pensión solicitada; ii) que fue cesado en el
empleo por causal de reducción de personal; y, iii) que teniendo en cuenta su tiempo de servicios
en Motor Perú S.A. –corroborados previamente por la Autoridad de Trabajo– y las aportaciones
realizadas durante el período cuya validez indebidamente no se reconoció, acredita por lo menos 20
años de aportaciones al Sistema Nacional de Pensiones.
En tal sentido, ha acreditado que reúne todos los requisitos legales exigidos para la per-cepción
de la pensión de jubilación adelantada por reducción de personal reclamada, y consiguientemente,
que se ha desconocido arbitrariamente el derecho constitucional a la pensión que le asiste, por lo
que la demandada debe reconocer su derecho a la pensión de jubilación y disponer su percepción
desde la fecha en que se verifica el agravio constitucional, es decir, en la fecha de la apertura del
expediente Nº 01300311802 en el que consta la solicitud de la pensión denegada.
Adicionalmente, se debe ordenar a la ONP que efectúe el cálculo de los devengados
correspondientes desde la fecha del agravio constitucional, así como el de los intereses legales
generados de acuerdo a la tasa señalada en el artículo 1246º del Código Civil, y proceda a su pago,
en la forma y modo establecido por el artículo 2º de la Ley Nº 28266.
44. Es evidente que con relación al derecho fundamental a la pensión reconocido en el artículo
11º de la Constitución, en la jurisprudencia de este Tribunal ha existido un criterio de
procedibilidad más flexible que aquel desarrollado en el Fundamento 37 supra. Ello, en su
momento, se encontraba plenamente justificado en aras de proyectar desde la jurisprudencia de
este Colegiado las pautas de interpretación que permitan convertir al sistema de seguridad social,
y, concretamente, al derecho fundamental a la pensión, en uno plenamente identificado con los
principios constitucionales que lo informan (dignidad, igualdad y solidaridad).
594
45. Las materias que son competencia de la jurisdicción constitucional no se desarrollan sobre
un espectro rígido e inmutable. Por el contrario, la incuestionable ligazón existente entre realidad
social y Constitución en los Estados sociales y democráticos de derecho, imponen un margen de
razonable flexibilidad al momento de decidir las causas que merecen un pronunciamiento por parte
de la jurisdicción constitucional, sobre todo en aquellas latitudes en las que ésta tiene reciente data.
Sólo así es posible sentar por vía de la jurisprudencia las bases mínimas para una verdadera
identidad constitucional en cada uno de los ámbitos del derecho, y sólo así es posible que este
Tribunal mantenga incólumes sus funciones de valoración, ordenación y pacificación.
46. El Tribunal Constitucional considera que dicho cometido ha sido cubierto con la abundante
jurisprudencia emitida en materia pensionaria, motivo por el cual considera pertinente, a partir de
la presente sentencia, restringir los criterios de procedibilidad en dicha materia sobre la base de
pautas bastante más identificadas con la naturaleza de urgencia del proceso de amparo.
47. En tal sentido, este Tribunal advierte que los criterios jurídicos contenidos en el
Fundamento 37 supra para determinar la procedencia de demandas de amparo en materia
pensionaria, a partir de la determinación del contenido esencial del derecho fundamental a la
pensión, reconocido en el artículo 11º de la Constitución, constituyen precedente vinculante, de
conformidad con lo dispuesto en el artículo VII del Título Preliminar del CPConst.
48. Por lo demás, dicho cambio de precedente se encuentra amparado por el principio de
autonomía procesal que informa a las funciones de valoración, ordenación y pacificación de este
Tribunal, conforme al cual, dentro del marco normativo de las reglas procesales que le resultan
aplicables, éste goza de un margen razonable de flexibilidad en su aplicación, de manera que toda
formalidad resulta finalmente supeditada a la finalidad de los procesos constitucionales: la
efectividad del principio de supremacía de la Constitución y la vigencia de los derechos
fundamentales (artículo II del Título Preliminar del CPConst.).
El artículo III del Título Preliminar del CPConst. establece la obligación del juez constitucional
de «adecuar la exigencia de las formalidades previstas en este Código al logro de los fines de los
procesos constitucionales», por lo que goza de cierto grado de autonomía para establecer
determinadas reglas procesales o interpretar las ya estipuladas, cuando se trate de efectivizar los
fines de los procesos constitucionales.
En efecto, mediante su autonomía procesal el Tribunal Constitucional puede establecer reglas
que tengan una pretensión de generalidad y que puedan aplicarse posteriormente a casos similares,
siempre que estas reglas tengan como finalidad perfeccionar el proceso constitucional, y se
encuentren limitadas por el principio de separación de poderes, la ya mencionada vigencia efectiva
de los derechos fundamentales y los principios de razonabilidad y proporcionalidad.
49. El precedente sentado es de vinculación inmediata, motivo por el cual a partir del día si-
guiente de la publicación de la presente sentencia en el diario oficial El Peruano, toda demanda de
amparo que sea presentada o que se encuentre en trámite y cuya pretensión no verse sobre el
contenido constitucional directamente protegido por el derecho fundamental a la pensión
(Fundamento 37 supra), debe ser declarada improcedente.
595
51. La vía idónea para dilucidar los asuntos pensionarios que no versen sobre el contenido
directamente protegido por el derecho fundamental a la pensión, es el proceso contencioso
administrativo. En efecto, en tanto que es la Administración Pública la encargada de efectuar el
otorgamiento de las pensiones específicas una vez cumplidos los requisitos previstos en la ley, es el
proceso contencioso administrativo la vía orientada a solicitar la nulidad de los actos
administrativos que se consideren contrarios a los derechos subjetivos que a pesar de encontrarse
relacionados con materia previsional, sin embargo, no derivan directamente del contenido
constitucionalmente protegido por el derecho fundamental a la pensión. Así lo estipula el art. 1º de
la Ley Nº 27584.
«La acción contencioso–administrativa prevista en el art. 148° de la Constitución Política tiene
por finalidad el control jurídico por el Poder Judicial y de las actuaciones de la administración
pública sujetas al derecho administrativo y la efectiva tutela de los derechos e intereses de los
administrados. (...)»
52. Por ende, en los supuestos en los que se pretenda la estimación en juicio de pretensiones
que no se encuentren relacionadas con el contenido directamente protegido por el derecho
fundamental a la pensión, los justiciables deberán acudir al proceso contencioso administrativo a
efectos de dilucidar el asunto controvertido.
En tal perspectiva, el art. 3º de la Ley Nº 27584 establece, de conformidad con el principio de
exclusividad, lo siguiente: «las actuaciones de la administración pública sólo pueden ser
impugnadas en el proceso contencioso administrativo, salvo en los casos en que se pueda recurrir
a los procesos constitucionales», es decir, salvo en los casos en los que la actuación (u omisión) de
la Administración Pública genere la afectación del contenido directamente protegido por un derecho
constitucional.
53. De conformidad con los arts. 8º y 9º de la Ley Nº 27584 es competente para conocer la
demanda el Juez Especializado en lo Contencioso Administrativo (o el Juez Civil o Mixto en los
lugares en que no exista Juez Especializado en lo Contencioso Administrativo), del lugar del
domicilio del demandado o del lugar donde se produjo la actuación impugnable, a elección del
demandante.
§9. REGLAS PROCESALES APLICABLES A LAS DEMANDAS DE AMPARO EN TRÁMITE QUE SEAN
DECLARADAS IMPROCEDENTES COMO CONSECUENCIA DEL PRECEDENTE VINCULANTE
CONTENIDO EN ESTA SENTENCIA
54. Las demandas de amparo en trámite que, en aplicación de los criterios de procedibilidad
previstos en el Fundamento 37 supra, sean declaradas improcedentes, deberán ser remitidas al
juzgado de origen (Juez Civil encargado de ameritar el proceso de amparo en primera instancia),
quien deberá remitir el expediente judicial al Juez Especializado en lo Contencioso Administrativo
(en los lugares en los que éstos existan) o deberá avocarse al conocimiento del proceso (en los
lugares en los que no existan Jueces Especializados en lo Contencioso Administrativo).
Una vez que el Juez competente del proceso contencioso administrativo se avoque al
conocimiento de la causa, deberá entenderse presentada y admitida la demanda contencioso–
administrativa, y, en aplicación del principio de suplencia previsto en el inciso 4) del art. 2º de la
Ley Nº 27584, se otorgará al demandante un plazo razonable a efectos de que adecúe su demanda
conforme a las reglas previstas para la etapa postulatoria del proceso contencioso administrativo.
Transcurrido dicho plazo sin que el demandante realice la respectiva adecuación, procederá el
archivo del proceso.
Estas reglas son dictadas en virtud del principio de autonomía procesal del Tribunal
Constitucional al que se ha hecho alusión en el Fundamento 48 supra.
55. Por otra parte, en aplicación del principio pro actione que impone al Juez interpretar los
requisitos de admisibilidad de las demandas en el sentido que más favorezca el derecho de acceso
a la jurisdicción, en los supuestos en los que en el expediente de amparo obre escrito en el que la
596
Administración contradiga la pretensión del recurrente, el Juez del contencioso administrativo, no
podrá exigir el agotamiento de la vía administrativa.
En efecto, dado que la finalidad de la interposición de los recursos administrativos de
impugnación consiste en darle la oportunidad a la propia Administración de revisar su actuación o
reevaluarla y, en su caso, disponer el cese de la vulneración del derecho, sería manifiestamente
contrario al principio de razonablidad y al derecho fundamental de acceso a la jurisdicción, exigir
el agotamiento de la vía administrativa en los casos en los que resulta evidente que la propia
Administración se ha ratificado en la supuesta validez del acto considerado ilegal.
56. Por el contrario, los expedientes de amparo en los que no sea posible verificar si la
Administración se ha o no ratificado en torno a la supuesta validez del acto considerado atentatorio
de los derechos previsionales que no configuran el contenido directamente protegido por el derecho
fundamental a la pensión, no serán remitidos al Juez del contencioso administrativo, pues dado
que en estos supuestos es plenamente exigible el agotamiento de la vía administrativa prevista en
el art. 18º de la Ley Nº 27584, los recurrentes deberán agotarla para encontrarse habilitados a
presentar la demanda contencioso–administrativa.
57. En todo caso, es deber del Juez del contencioso administrativo, aplicar el principio de
favorecimiento del proceso, previsto en el inciso 3) del art. 2º de la Ley Nº 27584, conforme al cual:
«Principio de favorecimiento del proceso.- El Juez no podrá rechazar liminarmente la demanda en
aquellos casos en los que por falta de precisión del marco legal exista incertidumbre respecto del
agotamiento de la vía previa.
Asimismo, en caso de que el Juez tenga cualquier otra duda razonable sobre la procedencia o
no de la demanda, deberá preferir darle trámite a la misma».
58. Por otra parte, dado que en los asuntos previsionales, es la Administración o, en su caso,
la entidad en la que prestó servicios el ex trabajador, las que se encuentran en mayor capacidad de
proveer al Juez de los medios probatorios que coadyuven a formar convicción en relación con el
asunto controvertido, el hecho de que el recurrente no haya presentado los medios probatorios
suficientes que permitan acreditar su pretensión, en principio, no puede considerarse como motivo
suficiente para desestimar la demanda. En tales circunstancias, es obligación del Juez recabar de
oficio los medios probatorios que juzgue pertinentes; máxime si el artículo 22º de la Ley Nº 27584,
establece que: «Al admitir a trámite la demanda el Juez ordenará a la entidad administrativa que
remita el expediente relacionado con la actuación impugnable.
Si la entidad no cumple con remitir el expediente administrativo, el órgano jurisdiccional podrá
prescindir del mismo o en su caso reiterar el pedido bajo apercibimiento de poner el hecho en
conocimiento del Ministerio Público para el inicio del proceso penal correspondiente (...).
El incumplimiento de lo ordenado a la entidad administrativa no suspende la tramitación del
proceso, debiendo el juez en este caso aplicar al momento de resolver lo dispuesto en el artículo
282° del Código Procesal Civil».
Dicho artículo del Código Procesal Civil, establece:
El Juez puede extraer conclusiones en contra de los intereses de las partes atendiendo a la
conducta que éstas asumen en el proceso, particularmente cuando se manifiesta notoriamente en
la falta de cooperación para lograr la finalidad de los medios probatorios, o con otras actitudes de
obstrucción. Las conclusiones del Juez estarán debidamente fundamentadas.
Por su parte, el artículo 29º de la Ley Nº 27584, dispone:
«Cuando los medios probatorios ofrecidos por las partes sean insuficientes para formar
convicción, el Juez en decisión motivada e inimpugnable, puede ordenar la actuación de los medios
probatorios adicionales que considere convenientes».
597
§10. VULNERACIÓN CONTINUADA Y AUSENCIA DE PLAZOS DE PRESCRIPCIÓN EN ASUNTOS QUE
VERSEN SOBRE MATERIA PENSIONARIA
59. Todos los poderes públicos, incluida la Administración Pública, deberán tener presente, tal
como lo ha precisado este Colegiado de manera uniforme y constante —en criterio que mutatis
mutandis es aplicable a cualquier proceso judicial o procedimiento administrativo que prevea plazos
de prescripción o caducidad— que las afectaciones en materia pensionaria tienen la calidad de una
vulneración continuada, pues tienen lugar mes a mes, motivo por el cual no existe posibilidad de
rechazar reclamos, recursos o demandas que versen sobre materia previsional, argumentando el
vencimiento de plazos prescriptorios o de caducidad.
En tal sentido, en los casos de demandas contencioso–administrativas que versen sobre materia
pensionaria, el Juez se encuentra en la obligación de considerar el inicio del cómputo de los plazos
de caducidad previstos en el artículo 17º de la Ley Nº 27584, a partir del mes inmediatamente
anterior a aquel en que es presentada la demanda, lo que equivale a decir, que, en ningún caso,
podrá declararse la improcedencia de tales demandas por el supuesto cumplimiento del plazo de
caducidad.
598
6. Se EXHORTA al Poder Judicial, para que, de conformidad con el Fundamento 61 supra,
aumente el número de Juzgados Especializados en lo Contencioso Administrativo en el Distrito
Judicial de Lima y los cree en el resto de Distritos Judiciales de la República.
Publíquese y notifíquese.
SS.
ALVA ORLANDINI/BARDELLI LARTIRIGOYEN/GONZALES OJEDA/GARCÍA TOMA/VERGARA GOTELLI/LANDA ARROYO.
599
8.18. DECLARAN FUNDADA LA DEMANDA EN EL EXTREMO QUE ORDENA EL REINTEGRO DE
PENSIONES E IMPROCEDENTE LA INAPLICACIÓN DE LA SANCIÓN DE CESE TEMPORAL
TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
En Lima, a los 15 días del mes de agosto de 2002, reunido el Tribunal Constitucional en sesión
de Pleno Jurisdiccional, con asistencia de los señores Magistrados Rey Terry, Vicepresidente;
RevoredoMarsano, Alva Orlandini, BardelliLartirigoyen, Gonzales Ojeda y García Toma, pronuncia
la siguiente sentencia
ASUNTO:
Recurso extraordinario interpuesto por don Víctor Raúl Orbegoso Gómez contra la sentencia
expedida por la Primera Sala Civil de la Corte Superior de Justicia de La Libertad, de fojas 64, su
fecha 15 de mayo de 2001, que declaró infundada la acción de amparo de autos.
ANTECEDENTES:
El recurrente, con fecha 6 de diciembre de 2000, interpone acción de amparo contra la
Municipalidad Provincial de Trujillo, a fin de que se declare inaplicable la Resolución de Alcaldía N°
1571-2000-MPT, de fecha 12 de setiembre de 2000, mediante la que se le sanciona con cese
temporal por tres meses, sin goce de remuneraciones, afectándose, con ello, sus derechos de
defensa y al debido proceso. Asimismo, solicita que se disponga el pago de las pensiones dejadas
de percibir como consecuencia de la sanción impuesta. Manifiesta que mediante Resolución de
Alcaldía N° 1327-99-MPT, del 26 de agosto de 1999, se le instauró proceso administrativo-
disciplinario por la supuesta comisión de las faltas tipificadas en los incisos a), d) y h) del artículo
28° del Decreto Legislativo N° 276, y que la sanción ha sido expedida un año después de haberse
iniciado el referido proceso, contraviniéndose lo dispuesto en el artículo 163° del Decreto Supremo
N° 005-90-PCM. En consecuencia, al ser sancionado fuera del plazo de treinta días improrrogables,
es nulo el cuestionado proceso administrativo-disciplinario, razón por la cual se ha extinguido el
derecho y la acción de la emplazada para sancionarlo. Sostiene, además, que mediante Resolución
de Alcaldía N° 874-2000, del 24 de mayo de 2000, se aceptó su renuncia, y que, habiendo adquirido
el derecho a pensión de cesantía, la demandada, al suspender el pago de la misma, apropiándose
de tres mensualidades, ha actuado en forma ilegal, pues la suspensión del pago sólo podía ser
dispuesta mediante mandato judicial.
La emplazada contesta la demanda manifestando que la cuestionada resolución fue emitida en
el ejercicio regular de las funciones conferidas por el Decreto Supremo N° 005-90-PCM,
respetándose el debido proceso y, por lo mismo, sin afectar los derechos invocados por el
600
demandante. Asimismo, expresa que el plazo de treinta días hábiles improrrogables a que se refiere
el artículo 163° del precitado decreto no invalida el procedimiento, sino que determina
responsabilidad en los integrantes de la Comisión de Procesos Administrativos Disciplinarios.
El Cuarto Juzgado Especializado Civil de Trujillo, con fecha 8 de enero de 2001, declaró
infundada la demanda, por considerar que si bien de los actuados se advierte que, entre la apertura
del proceso administrativo y la expedición de la resolución, ha transcurrido el plazo a que se refiere
el artículo 163° del Decreto Supremo N° 005-90-PCM, ello no conlleva la caducidad del derecho de
la administración para ejercer la facultad sancionatoria, pues su incumplimiento sólo determina
responsabilidad disciplinaria de quienes tenían a su cargo el proceso, conforme al segundo párrafo
de la misma disposición.
La recurrida confirmó la apelada, estimando que la emplazada, al sancionar al demandante, no
vulneró el debido proceso, pues la medida disciplinaria fue dictada en el ejercicio regular de sus
funciones, conforme al artículo 170° del Decreto Supremo N° 005-90-PCM.
FUNDAMENTOS:
El demandante cuestiona: La Resolución de Alcaldía N° 1571-2000-MPT, de fecha 12 de
setiembre de 2000, que lo sanciona con cese temporal por tres meses, sin goce de remuneraciones,
por haber incurrido, cuando era servidor activo, en faltas tipificadas en el Decreto Legislativo N°
276, lo cual resulta absurdo, pues ya no ejerce cargo alguno.
Dicha sanción, alegando que es arbitraria, pues luego de aceptarse su renuncia, el 24 de mayo
de 2000, y al tener la calidad de cesante, se le está sancionando con la suspensión del pago de su
pensión de cesantía por tres meses, lo cual sólo puede declararse cuando haya autorización previa
del servidor por mandato judicial, en los casos expresamente señalados por ley.
El proceso administrativo-disciplinario no excederá de 30 días hábiles improrrogables
En reiterada jurisprudencia, el Tribunal Constitucional interpretó que, conforme al artículo
163° del Reglamento de la Carrera Administrativa, aprobado mediante Decreto Supremo N° 005-
90-PCM, el incumplimiento del plazo de 30 días hábiles de duración de un proceso administrativo-
disciplinario acarreaba su nulidad, por cuanto se lesionaba el derecho al debido proceso y, por lo
mismo, las resoluciones emitidas fuera de ese plazo, resultaban nulas ipso jure. En el presente
caso, el Tribunal Constitucional modifica dicho criterio, por las razones siguientes:
El inciso 3) del artículo 139° de la Constitución Política del Perú establece, como principio de
la función jurisdiccional, la observancia del debido proceso y la tutela jurisdiccional, criterio que
no sólo se limita a las formalidades propias de un procedimiento judicial, sino que se extiende a los
procedimientos administrativo-sancionatorios. En efecto, el debido proceso está concebido como el
cumplimiento de todas las garantías, requisitos y normas de orden público que deben observarse
en las instancias procesales de todos los procedimientos, incluidos los administrativos, a fin de que
las personas estén en condiciones de defender adecuadamente sus derechos ante cualquier acto
del Estado que pueda afectarlos. Vale decir, que cualquier actuación u omisión de los órganos
estatales dentro de un proceso, sea éste administrativo-sancionatorio –como en el caso de autos– o
jurisdiccional, debe respetar el debido proceso legal.
El derecho al debido proceso comprende, a su vez, un haz de derechos que forman parte de su
estándar mínimo: el derecho al juez natural –jurisdicción predeterminada por la ley–,de defensa, a
la pluralidad de instancias, a los medios de prueba y a un proceso sin dilaciones. En el caso de
autos, lesionar el debido proceso implicaba que, durante el proceso administrativo-disciplinario, al
demandante se le privara, por lo menos, del ejercicio de alguno de los referidos derechos mínimos;
situación que no ocurrió, como se ha verificado del expediente administrativo de 213 fojas
adjuntado a estos autos.
Por tales consideraciones, y modificando el anotado criterio, el Tribunal Constitucional estima
que el incumplimiento del plazo de 30 días hábiles no origina la nulidad del proceso administrativo-
601
disciplinario materia de autos, más aún, si, como se ha expuesto, durante su desarrollo se respetó,
en su contenido esencial, el ejercicio del derecho al debido proceso y, máxime, si, conforme se
desprende del tenor del propio artículo 163° del Decreto Supremo N° 005-90-PCM, el
incumplimiento del plazo de 30 días hábiles configura falta de carácter disciplinario –contenida en
los incisos a) y d) del artículo 28° del Decreto Legislativo N° 276– de los integrantes de la Comisión
de Procesos Administrativos Disciplinarios, no tratándose de un plazo de caducidad que extinga el
derecho de la administración de ejercer su facultad sancionatoria, como sí sucede en el caso previsto
en el artículo 173° de la citada norma legal, la cual dispone que el proceso administrativo-
disciplinario debe iniciarse en un plazo no mayor de un año, debiéndose declarar prescrita la acción
si no se cumple el plazo fijado, razones por las que la cuestionada resolución no resulta nula ipso
jure y, por tanto, en este extremo, la demanda no puede ser estimada.
Respecto a lo alegado por el recurrente de que la sanción impuesta resulta arbitraria, consta
en el expediente administrativo que se ha adjuntado a la demanda que, en el proceso
administrativo-disciplinario, se ha acreditado, suficientemente, la existencia de la falta imputada.
En tal sentido, considerando las atribuciones del titular de la emplazada para calificar la gravedad
de la falta imputada y determinar el tipo de sanción a imponerse –conforme a los artículos 152° y
170° del Decreto Supremo N° 005-90-PCM– ,y no siendo materia de este proceso determinar la
dimensión de la misma, no es posible anular la resolución cuestionada; sin embargo, en atención
a que el recurrente cree que la sanción es injusta, se deja a salvo su derecho para hacerlo valer, en
todo caso, en la forma legal que corresponda.
Por lo demás, este Colegiado estima que la emplazada, al suspender el pago de la pensión de
cesantía del recurrente, se ha atribuido una facultad que no le compete y, en consecuencia,
transgrediendo el principio de la intangibilidad de las remuneraciones y pensiones, ha vulnerado
su derecho al debido proceso, por cuanto la suspensión de pago de la pensión del demandante sólo
podía declararse por mandato judicial, en los casos expresamente señalados por ley; supuesto que
no se verifica en el caso de autos.
Por estos fundamentos, el Tribunal Constitucional, en uso de las atribuciones que le confieren
la Constitución Política del Perú y su Ley Orgánica,
FALLA
REVOCANDO la recurrida, que, confirmando la apelada, declaró infundada la demanda; y,
reformándola, la declara FUNDADA en el extremo en que se suspende el pago de la pensión de
cesantía del demandante; en consecuencia, ordena que se reintegren a favor del demandante las
pensiones dejadas de percibir; y la declara IMPROCEDENTE en el extremo en que solicita que se
declare inaplicable la sanción impuesta. Dispone la notificación a las partes, su publicación en el
diario oficial El Peruano y la devolución de los actuados.
SS.
REY TERRY/ REVOREDO MARSANO/ ALVA ORLANDINI/ BARDELLI LARTIRIGOYEN/ GONZALES OJEDA/ GARCÍA TOMA.
602
8.19. DECLARAN FUNDADA LA DEMANDA POR SER IMPROCEDENTE SANCIONAR
DISCIPLINARIAMENTE CON CESE TEMPORAL A UN PENSIONISTA ESTATAL
En Lima, a los 15 días del mes de agosto de 2002, reunido el Tribunal Constitucional en sesión
de Pleno Jurisdiccional, con asistencia de los señores Magistrados Rey Terry, Vicepresidente;
Revoredo Marsano, Alva Orlandini, Bardelli Lartirigoyen, Gonzales Ojeda y García Toma, pronuncia
la siguiente sentencia.
ASUNTO:
Recurso extraordinario interpuesto por don Víctor Raúl Orbegoso Gómez contra la sentencia
expedida por la Primera Sala Civil de la Corte Superior de Justicia de La Libertad, de fojas 64, su
fecha 15 de mayo de 2001, que declaró infundada la acción de amparo de autos.
ANTECEDENTES:
El recurrente, con fecha 6 de diciembre de 2000, interpone acción de amparo contra la
Municipalidad Provincial de Trujillo, a fin de que se declare inaplicable la Resolución de Alcaldía N°
1571-2000-MPT, de fecha 12 de setiembre de 2000, mediante la que se le sanciona con cese
temporal por tres meses, sin goce de remuneraciones, afectándose, con ello, sus derechos de
defensa y al debido proceso. Asimismo, solicita que se disponga el pago de las pensiones dejadas
de percibir como consecuencia de la sanción impuesta. Manifiesta que mediante Resolución de
Alcaldía N° 1327-99-MPT, del 26 de agosto de 1999, se le instauró proceso administrativo-
disciplinario por la supuesta comisión de las faltas tipificadas en los incisos a), d) y h) del artículo
28° del Decreto Legislativo N° 276, y que la sanción ha sido expedida un año después de haberse
iniciado el referido proceso, contraviniéndose lo dis-puesto en el artículo 163° del Decreto Supremo
N° 005-90-PCM. En consecuencia, al ser san-cionado fuera del plazo de treinta días improrrogables,
es nulo el cuestionado proceso administrativo-disciplinario, razón por la cual se ha extinguido el
derecho y la acción de la emplazada para sancionarlo. Sostiene, además, que mediante Resolución
de Alcaldía N° 874-2000, del 24 de mayo de 2000, se aceptó su renuncia, y que, habiendo adquirido
el derecho a pensión de cesantía, la demandada, al suspender el pago de la misma, apropiándose
de tres mensualidades, ha actuado en forma ilegal, pues la suspensión del pago sólo podía ser
dispuesta mediante mandato judicial.
La emplazada contesta la demanda manifestando que la cuestionada resolución fue emitida en
el ejercicio regular de las funciones conferidas por el Decreto Supremo N° 005-90-PCM,
respetándose el debido proceso y, por lo mismo, sin afectar los derechos invocados por el
demandante. Asimismo, expresa que el plazo de treinta días hábiles improrrogables a que se refiere
el artículo 163° del precitado decreto no invalida el procedimiento, sino que determina
responsabilidad en los integrantes de la Comisión de Procesos Administrativos Disciplinarios.
603
El Cuarto Juzgado Especializado Civil de Trujillo, con fecha 8 de enero de 2001, declaró
infundada la demanda, por considerar que si bien de los actuados se advierte que, entre la apertura
del proceso administrativo y la expedición de la resolución, ha transcurrido el plazo a que se refiere
el artículo 163° del Decreto Supremo N° 005-90-PCM, ello no conlleva la caducidad del derecho de
la administración para ejercer la facultad sancionatoria, pues su incumplimiento sólo determina
responsabilidad disciplinaria de quienes tenían a su cargo el proceso, conforme al segundo párrafo
de la misma disposición.
La recurrida confirmó la apelada, estimando que la emplazada, al sancionar al demandante, no
vulneró el debido proceso, pues la medida disciplinaria fue dictada en el ejercicio regular de sus
funciones, conforme al artículo 170° del Decreto Supremo N° 005-90-PCM.
FUNDAMENTOS:
El demandante cuestiona: La Resolución de Alcaldía N° 1571-2000-MPT, de fecha 12 de
setiembre de 2000, que lo sanciona con cese temporal por tres meses, sin goce de remuneraciones,
por haber incurrido, cuando era servidor activo, en faltas tipificadas en el Decreto Legislativo N°
276, lo cual resulta absurdo, pues ya no ejerce cargo alguno.
Dicha sanción, alegando que es arbitraria, pues luego de aceptarse su renuncia, el 24 de mayo
de 2000, y al tener la calidad de cesante, se le está sancionando con la suspensión del pago de su
pensión de cesantía por tres meses, lo cual sólo puede declararse cuando haya autorización previa
del servidor por mandato judicial, en los casos expresamente señalados por ley.
El proceso administrativo-disciplinario no excederá de 30 días hábiles improrrogables.
En reiterada jurisprudencia, el Tribunal Constitucional interpretó que, conforme al artículo
163° del Reglamento de la Carrera Administrativa, aprobado mediante Decreto Supremo N° 005-
90-PCM, el incumplimiento del plazo de 30 días hábiles de duración de un proceso administrativo-
disciplinario acarreaba su nulidad, por cuanto se lesionaba el derecho al debido proceso y, por lo
mismo, las resoluciones emitidas fuera de ese plazo, resultaban nulas ipso jure. En el presente
caso, el Tribunal Constitucional modifica dicho criterio, por las razones siguientes:
El inciso 3) del artículo 139° de la Constitución Política del Perú establece, como principio de
la función jurisdiccional, la observancia del debido proceso y la tutela jurisdiccional, criterio que
no sólo se limita a las formalidades propias de un procedimiento judicial, sino que se extiende a los
procedimientos administrativo sancionatorios. En efecto, el debido proceso está concebido como el
cumplimiento de todas las garantías, requisitos y normas de orden público que deben observarse
en las instancias procesales de todos los procedimientos, incluidos los administrativos, a fin de que
las personas estén en condiciones de defender adecuadamente sus derechos ante cualquier acto
del Estado que pueda afectarlos. Vale decir, que cualquier actuación u omisión de los órganos
estatales dentro de un proceso, sea éste administrativo-sancionatorio –como en el caso de autos– o
jurisdiccional, debe respetar el debido proceso legal.
El derecho al debido proceso comprende, a su vez, un haz de derechos que forman parte de su
estándar mínimo: el derecho al juez natural –jurisdicción predeterminada por la ley–, de defensa, a
la pluralidad de instancias, a los medios de prueba y a un proceso sin dilaciones. En el caso de
autos, lesionar el debido proceso implicaba que, durante el proceso adminis-trativo-disciplinario,
al demandante se le privara, por lo menos, del ejercicio de alguno de los referidos derechos mínimos;
situación que no ocurrió, como se ha verificado del expediente administrativo de 213 fojas
adjuntado a estos autos.
Por tales consideraciones, y modificando el anotado criterio, el Tribunal Constitucional estima
que el incumplimiento del plazo de 30 días hábiles no origina la nulidad del proceso administrativo-
disciplinario materia de autos, más aún, si, como se ha expuesto, durante su desarrollo se respetó,
en su contenido esencial, el ejercicio del derecho al debido proceso y, máxime, si, conforme se
desprende del tenor del propio artículo 163° del Decreto Supremo N° 005-90-PCM, el
604
incumplimiento del plazo de 30 días hábiles configura falta de carácter disciplinario -contenida en
los incisos a) y d) del artículo 28° del Decreto Legislativo N.° 276- de los integrantes de la Comisión
de Procesos Administrativos Disciplinarios, no tratándose de un plazo de caducidad que extinga el
derecho de la administración de ejercer su facultad sancionatoria, como sí sucede en el caso previsto
en el artículo 173° de la citada norma legal, la cual dispone que el proceso administrativo-
disciplinario debe iniciarse en un plazo no mayor de un año, debiéndose declarar prescrita la acción
si no se cumple el plazo fijado, razones por las que la cuestionada resolución no resulta nula ipso
jure y, por tanto, en este extremo, la demanda no puede ser estimada.
Respecto a lo alegado por el recurrente de que la sanción impuesta resulta arbitraria, consta
en el expediente administrativo que se ha adjuntado a la demanda que, en el proceso
administrativo-disciplinario, se ha acreditado, suficientemente, la existencia de la falta imputada.
En tal sentido, considerando las atribuciones del titular de la emplazada para calificar la gravedad
de la falta imputada y determinar el tipo de sanción a imponerse -conforme a los artículos 152° y
170° del Decreto Supremo N° 005-90-PCM-, y no siendo materia de este proceso determinar la
dimensión de la misma, no es posible anular la resolución cuestionada; sin embargo, en atención
a que el recurrente cree que la sanción es injusta, se deja a salvo su derecho para hacerlo valer, en
todo caso, en la forma legal que corresponda.
Por lo demás, este Colegiado estima que la emplazada, al suspender el pago de la pensión de
cesantía del recurrente, se ha atribuido una facultad que no le compete y, en consecuencia,
transgrediendo el principio de la intangibilidad de las remuneraciones y pensiones, ha vulnerado
su derecho al debido proceso, por cuanto la suspensión de pago de la pensión del demandante sólo
podía declararse por mandato judicial, en los casos expresamente señalados por ley; supuesto que
no se verifica en el caso de autos.
Por estos fundamentos, el Tribunal Constitucional, en uso de las atribuciones que le confieren
la Constitución Política del Perú y su Ley Orgánica,
FALLA
REVOCANDO la recurrida, que, confirmando la apelada, declaró infundada la demanda; y,
reformándola, la declara FUNDADA en el extremo en que se suspende el pago de la pensión de
cesantía del demandante; en consecuencia, ordena que se reintegren a favor del demandante las
pensiones dejadas de percibir; y la declara IMPROCEDENTE en el extremo en que solicita que se
declare inaplicable la sanción impuesta. Dispone la notificación a las partes, su publicación en el
diario oficial El Peruano y la devolución de los actuados.
SS.
REY TERRY/REVOREDO MARSANO/ALVA ORLANDINI/BARDELLI LARTIRIGOYEN/GONZALES OJEDA/GARCÍA TOMA.
605
9. PAGO DE INTERESES DEVENGADOS
606
veintitrés mil trescientos setenta, y reconoció el derecho a pensión complementaria, la cual deberá
ser liquidada en base al veinte por ciento de la pensión que le hubiere correspondido de haber
tenido sesenta años de edad a la fecha de su cese, a partir del once de Noviembre de mil novecientos
noventa y uno, sin embargo de la propia afirmación de la demandada al contestar la demanda, este
beneficio no ha sido cancelado al accionante;
QUINTO: Que, si bien es cierto, se encuentra vigente tal normatividad, la entidad demandada
no ha probado que haya procedido a liquidar dicho beneficio, más aún no ha programado su pago,
por lo que, el argumento argüido en el recurso impugnatorio de apelación corriente a fojas
quinientos treinta y dos, en extremo, carece de todo sentido lógico, pues la Oficina de Normalización
Provisional ha reconocido ya este extremo pretendido; por tanto la sentencia apelada en esta parte
debe ser confirmada;
SEXTO: Que, en cuanto al extremo de pago de intereses legales esta Sala Suprema en uniforme
jurisprudencia ha definido que el incumplimiento de pago de la pensión bajo cualquier régimen
previsional, trae como consecuencia también el pago de los intereses devengados por lo que no cabe
duda a partir de tales criterios, que asiste a la demandada la obligación de abonar tales derechos
accesorios por el no pago de la pensión de jubilación del demandante;
SÉPTIMO: Que, en eI mismo sentido, el Tribunal Constitucional en forma constante ha
ordenado que sobre las pensiones no pagadas de acuerdo a ley, procede la adición de intereses
legales que satisfaga la inoportuna percepción de la pensión a tenor de los artículos mil doscientos
cuarenta y dos y siguientes del Código Civil; por estas consideraciones: CONFIRMARON la sentencia
apelada obrante a fojas quinientos veintiséis, su fecha treinta de noviembre del dos mil cinco, que
declara FUNDADA la demanda, en consecuencia ORDENARON que la entidad demandada efectúe
el pago de los intereses legales y asimismo cumpla con liquidar y cancelar la Bonificación
Complementaria equivalente al veinte por ciento de la pensión del actor; en los seguidos por don
Martín Mendoza Fiestas contra la Oficina de Normalización Previsional sobre Impugnación de
Resolución Administrativa; con lo demás que contiene y es materia de la alzada.-
S.S.
VILLA STEIN; VILLACORTA RAMÍREZ; ESTRELLA CAMA; ROJAS MARAVI; SALAS MEDINA.
607
10. VACACIONES
EXP. N° 2696-2000
RESOLUCIÓN N° 2418
608
vacacional, norma concordada con el artículo veinticuatro inciso d) del Decreto Legislativo N° 276;
en ese orden, de autos se aprecia que los cuestionados Oficios N°s 9161-99-DUSE.05-AGA-
EPER/SJL y 161-99-DCE. N° 1180 “CV” USE 05 SJL, no contienen las razones por las que se
tomaron dichas acciones de suspensión, esto es, se encuentran carentes de motivación tanto fáctica
como legal; por su parte, no se observa de autos que en contra de la recurrente exista proceso
administrativo disciplinario que corrobore los cargos esgrimidos en su contra por el coemplazado a
fojas veintiséis.
QUINTO.- Que, en consecuencia es obligación de los Jueces adoptar las decisiones necesarias
que aseguren el restablecimiento de las condiciones que permitan a cada persona, gozar de sus
derechos fundamentales como lo es el derecho a las vacaciones periódicas pagadas, reconocido
asimismo como tal, en el Artículo siete del Pacto Internacional de Derechos Económicos Sociales y
Culturales.
SEXTO.- Que, además, al respecto también cabe invocar el Artículo 11.1 e) de la Convención
sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer, en el cual se establece
el compromiso asumido por los Estados partes, de asegurar a la mujer, en este caso la accionante,
el disfrute del derecho mencionado, en condiciones de igualdad con los hombres. Por lo señalado,
y merituando la comunicación que efectúa la Dirección del Programa Sectorial II de la Unidad de
Servicios Educativos 05 – San Juan de Lurigancho, contenida en el Oficio N° 3980-DUSE N° 05SJL-
2001, de fecha siete de setiembre del año en curso; se concluye que el accionar de los demandados
resulta arbitrario y en desmedro del derecho constitucional al goce de vacaciones de la demandante,
resultando eficaz el presente mecanismo constitucional para reponer dicho derecho; razones por
las cuales; REVOCARON la Sentencia apelada de fojas sesenta y cinco a sesenta y siete, su fecha
siete de abril del dos mil, que falla declarando Fundada la excepción de falta de agotamiento de la
vía administrativa deducida a fojas cuarenta y cuatro, e Improcedente la demanda;
REFORMÁNDOLA: DECLARARON IMPROCEDENTE la referida excepción y FUNDADA la
demanda incoada a fojas nueve y siguientes; consecuentemente, ORDENARON al Director del
Programa Sectorial II, de la Unidad de Servicios Educativos N° 05, Aledo Alejandro Echevarría Valle
y/o Soraida Rojas Velásquez, Directora del Centro Educativo N° 1180 – Caja de Agua y/o a quien
haga sus veces, procedan a permitir el goce de los treinta días de vacaciones de la demandante,
correspondiente al ciclo laboral mil novecientos noventa y ocho; bajo responsabilidad; en la Acción
de Amparo seguida por ORIANA QUISPE RAMÍREZ, contra el DIRECTOR DEL PROGRAMA
SECTORIAL II DE LA UNIDAD DE SERVICIOS EDUCATIVOS 05 y Otra; y estando a que la presente
resolución sienta precedente de observancia obligatoria; MANDARON: Que, consentida y/o
ejecutoriada que sea, se publique en el Diario Oficial El Peruano, por el término de ley; y los
devolvieron.
SS.
TELLO GILARDI; GARAY MORAN; ALVAREZ OLAZÁBAL.
609
11. JUBILACIÓN
TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
En Lima, a los 22 días del mes de setiembre de 2008, el Tribunal Constitucional, en sesión de
Pleno Jurisdiccional, con la asistencia de los magistrados Mesía Ramírez, Vergara Gotelli, Landa
Arroyo, Beaumont Callirgos, Calle Hayen, Eto Cruz y Álvarez Miranda, pronuncia la siguiente
sentencia.
ASUNTO
Recurso de agravio constitucional interpuesto por don Alejandro Tarazona Valverde contra la
sentencia de la Segunda Sala Civil de la Corte Superior de Justicia del Santa, de fojas 126, su fecha
12 de julio de 2007, que declara infundada la demanda de autos.
ANTECEDENTES
Con fecha 7 de julio de 2006 el recurrente interpone demanda de amparo contra la Oficina de
Normalización Previsional (ONP), solicitando que se declare inaplicable la Resolución N°
0000040058-2005-ONP/DC/DL 19990, de fecha 10 de mayo de 2005; y que en consecuencia se le
otorgue pensión de jubilación conforme al artículo 47° del Decreto Ley Nº 19990, con el abono de
las pensiones devengadas y los intereses legales correspondientes.
La emplazada contesta la demanda alegando que el demandante no reúne los requisitos
establecidos en el artículo 47º del Decreto Ley Nº 19990 para tener derecho a una pensión del
régimen especial de jubilación, debido a que no ha nacido antes del 1º de julio de 1931.
El Quinto Juzgado Especializado en lo Civil de Chimbote, con fecha 5 de marzo de 2007, declara
fundada en parte la demanda, por considerar que el demandante ha cumplido con acreditar que
cuenta con los requisitos establecidos en el artículo 44º del Decreto Ley N° 19990 para acceder a
una pensión de jubilación adelantada.
La recurrida, revocando la apelada, declara infundada la demanda, por estimar que el
demandante pretende acreditar sus años de aportaciones con unos certificados de trabajo que no
resultan idóneos para el reconocimiento de años de aportaciones conforme al artículo 54º del D. S.
Nº 011-74-TR.
FUNDAMENTOS
610
dicho periodo de aportaciones y que se le otorgue pensión de jubilación conforme al artículo 47º del
Decreto Ley Nº 19990. En consecuencia, su pretensión está comprendida en el supuesto previsto
en el fundamento 37.b) de la citada sentencia, motivo por el cual corresponde analizar el fondo de
la cuestión controvertida.
3. Por su parte la ONP aduce que existe la imposibilidad material de acreditar la totalidad de
aportaciones efectuadas desde el 21 de agosto de 1964 hasta el 22 de mayo de 1992, por Electro
Cerámica Chimbote, debido a que de la revisión de sus planillas sólo se ha podido constatar y
reconocer las aportaciones de 1971 a 1974, una semana de 1979, y varias semanas entre 1985 y
1992.
4. Delimitados de este modo los términos del debate, este Tribunal Constitucional, dada la
recurrencia creciente de este tema, considera conveniente revisar su jurisprudencia respecto a los
medios probatorios que permiten acreditar periodos de aportaciones que son considerados por la
ONP como años de aportaciones no acreditados, bajo el argumento de que no han sido probados
fehacientemente o de que existe la imposibilidad material de acreditarlos.
Ello porque en un gran número de procesos de amparo que tienen por finalidad la tutela del
derecho fundamental a la pensión, la controversia se centra en determinar si el demandante cuenta
con el periodo de aportaciones que establece la ley para acceder a la pensión solicitada, lo que
comporta siempre la necesidad de evaluar la idoneidad, la probidad y la eficacia de los medios
probatorios aportados por las partes para poder determinar si efectivamente el demandante cumple
o no con los años de aportaciones, ya que el derecho fundamental a la pensión es de configuración
legal.
5. Además, debe tenerse presente que el derecho fundamental a la pensión tiene naturaleza de
derecho social, que como tal impone a los poderes públicos la obligación de proporcionar las
prestaciones adecuadas con la finalidad de subvenir las necesidades mínimas y vitales de los
pensionistas para permitirles alcanzar y satisfacer adecuadamente el ejercicio del derecho a una
vida digna.
Para este efecto, se abordarán los siguientes temas:
a. La prueba en los procesos constitucionales y la ausencia de etapa probatoria.
b. ¿Quién es responsable en la retención y pago de la aportación?
c. ¿Cómo se prueban los periodos de aportación?
d. Reglas para probar periodos de aportaciones.
611
8. En tal sentido son las partes las que deben aportar los hechos al proceso. Ello quiere decir
que sobre las partes, recae y se distribuye la carga de probar los hechos controvertidos en el proceso.
De este modo el demandante tiene la carga de probar los hechos afirmados que sustentan su
pretensión, mientras que el demandado tiene la carga de probar los hechos que afirma y los que
contradice.
2.1§ La ausencia de etapa probatoria en los procesos constitucionales
9. Conforme al artículo 9º del Código Procesal Constitucional (CPConst.), en los procesos
constitucionales no existe etapa probatoria. Sólo son procedentes los medios probatorios que no
requieren actuación, lo que no impide la realización de las actuaciones probatorias que el Juez
considere indispensables, sin afectar la duración del proceso.
10. La ausencia de etapa probatoria en el proceso de amparo se deriva de la finalidad y del
objeto del proceso, ya que en él no se dilucida la titularidad de un derecho, como sucede en otros,
sino sólo se restablece su ejercicio ante una afectación manifiestamente arbitraria o irrazonable.
Por ello, para que se pueda emitir un pronunciamiento de fondo, es preciso no sólo que no se
encuentre en discusión la titularidad del derecho constitucional que se alega vulnerado, sino,
incluso, que quien sostiene que ha sido afectado en su ejercicio acredite la existencia del acto
reclamado. Ello quiere decir que la titularidad del derecho cuya vulneración o amenaza de
vulneración se alega debe ser cierta e indubitable, y no controvertida o dudosa.
11. De ahí que el amparo constituya un proceso en el que el Juez no tiene, en esencia, que
actuar pruebas, sino sólo juzgar la legitimidad o ilegitimidad constitucional del acto reputado como
lesivo, pues, en tanto vía de tutela urgente, este proceso requiere ser rápido, sencillo y efectivo. Por
ello, en el proceso de amparo se está a la prueba de actuación inmediata, instantánea y
autosuficiente que se adjunta cuando se demanda o se contesta.
12. Por ello es que, en los procesos de amparo no pueden dilucidarse pretensiones que tengan
como finalidad la restitución de un derecho fundamental cuya titularidad sea incierta o litigiosa, o
que se fundamenten en hechos contradictorios, o controvertidos, o que requieran la actuación de
medios probatorios complejos. Sin embargo, ello no impide que el Juez pueda solicitar la realización
de actuaciones pro-batorias complejas cuando las estime necesarias e indispensables para
determinar la ilegitimidad o legitimidad constitucional del acto reputado como lesivo
612
refieren los artículos 7° al 13°, aun cuando el empleador, o la empresa de propiedad social,
cooperativa o similar, no hubiese efectuado el pago de las aportaciones (subrayado agregado).
Sin embargo, esta redacción original del primer párrafo del artículo 70º del Decreto Ley Nº
19990 fue modificada por la Cuarta Disposición Transitoria y Final de la Ley Nº 28991,
eliminándose la frase «aun cuando el empleador, o la empresa de propiedad social, cooperativa o
similar, no hubiese efectuado el pago de las aportaciones», quedando redactado de la siguiente
manera:
Para los asegurados obligatorios son períodos de aportación los meses, semanas o días en que
presten, o hayan prestado servicios que generen la obligación de abonar las aportaciones a que se
refieren los artículos 7° al 13°.
15. Pues bien, teniendo en cuenta la nueva redacción del primer párrafo del artículo 70º del
Decreto Ley Nº 19990 se impone determinar si la modificación referida ha suprimido la presunción
iuris et de iure de que se considere aportaciones efectivas a la retención del aporte efectuado por el
empleador a la remuneración del trabajador que no es pagada a la entidad gestora. Para resolver
esta cuestión debe tenerse presente la posición que ocupa el trabajador, el empleador y la entidad
gestora en la relación laboral-previsional de retención y pago de aportaciones al Sistema Nacional
de Pensiones.
16. Sobre el particular, este Tribunal considera que la modificación del artículo 70º del Decreto
Ley Nº 19990 en nada afecta la responsabilidad de los empleadores por la retención y pago de las
aportaciones al Sistema Nacional de Pensiones, pues si bien en la nueva redacción se ha eliminado
la frase «aun cuando el empleador, o la empresa de propiedad social, cooperativa o similar, no
hubiese efectuado el pago de las aportaciones», ello no implica que las aportaciones retenidas y no
pagadas sean consideradas como aportaciones no efectuadas; por el contrario, las aportaciones
retenidas y no pagadas por los empleadores deben ser consideradas como aportaciones efectivas,
pues la modificación referida no enerva la calidad de los empleadores como agentes de retención de
las aportaciones de los trabajadores.
17. Asimismo, debe tenerse en cuenta que en la relación de retención y pago de aportaciones
al Sistema Nacional de Pensiones, el trabajador ocupa una posición de desventaja, pues si bien él
efectúa la aportación, es el empleador quien la retiene y la paga efectivamente ante la entidad
gestora, es decir, es el responsable exclusivo de que las aportaciones ingresen al fondo de pensiones.
Por su parte el empleador, al actuar como agente de retención, asume una posición de ventaja
frente al trabajador por recaer en su accionar la posibilidad de que las aportaciones se realicen de
manera efectiva, ya que puede retenerla de la remuneración del trabajador pero no pagarla ante la
entidad gestora, pues el trabajador, en calidad de asegurado obligatorio, ocupa un rol de inacción
y, por ello, está liberado de toda responsabilidad por el depósito de las aportaciones ante la entidad
gestora. Ello implica también que la entidad gestora frente al empleador mantiene una posición de
ventaja, ya que le puede imponer una multa por incumplimiento de pago de aportaciones retenidas
o exigirle mediante los procedimientos legales el cobro de las aportaciones retenidas.
18. Por lo tanto, los asegurados obligatorios del Sistema Nacional de Pensiones nunca se
encuentran en la posibilidad efectiva de realizar directamente el pago de sus aportaciones a la
entidad gestora, razón por la cual las aportaciones retenidas pero no pagadas al Sistema Nacional
de Pensiones serán consideradas para determinar el total de años de aportaciones, pues su pago es
responsabilidad exclusiva del empleador.
19. Ello quiere decir que el incumplimiento de la obligación de abonar las aportaciones por el
empleador no puede perjudicar al trabajador, ya que si existe incumplimiento en este aspecto, la
ONP o la entidad gestora competente debe hacer uso de los procedimientos de cobranza y de las
sanciones previstas por la ley para cobrarle al empleador las aportaciones retenidas y no pagadas.
En consecuencia, en todos los casos en que se hubiera probado adecuadamente la relación de
613
trabajo, deberá equipararse el periodo de labores como periodo de aportaciones efectivas al Sistema
Nacional de Pensiones.
20. Además, debe considerarse que a partir de la fecha de entrada en vigencia de la Ley Nº
27334 y del D. S. Nº 039-2001-EF el incumplimiento del pago de las aportaciones constituye un
problema de carácter tributario–laboral entre el ente recaudador de la ONP –ahora, la
Superintendencia Nacional de Administración Tributaria– y el mismo empleador.
Y es que, como lo señala la Defensoría del Pueblo, la no verificación del aporte efectivo es un
problema tributario entre el empleador y la SUNAT, ajeno al trabajador, teniendo la entidad
recaudadora sus propias herramientas para exigir su cobro1[1].
21. Al respecto, el criterio sentado por este Tribunal Constitucional ha sido el de considerar a
los certificados de trabajo presentados en original, en copia legalizada o en copia simple, como
medios probatorios idóneos y suficientes para demostrar periodos de aportaciones que han sido
considerados por la ONP como aportaciones no acreditadas.
Ello debido a que, luego de una interpretación conjunta de los artículos 11º y 70º del Decreto
Ley Nº 19990 el Tribunal llegó a la conclusión de que, en el caso de los asegurados obligatorios, los
meses, semanas o días en que presten, o hayan prestado servicios que generen la obligación de
abonar las aportaciones, son considerados como periodos de aportaciones efectivas, aunque el
empleador no hubiese efectuado el pago de las aportaciones, debido a que está obligado a retenerlas
de los trabajadores. Es más, dicha argumentación se ha visto reforzada con la cita del artículo 13º
del Decreto Ley Nº 19990, que dispone que la ONP se encuentra obligada a iniciar el procedimiento
coactivo si el empleador no cumple con efectuar el abono de las aportaciones indicadas.
Esta línea jurisprudencial ha sido reiterada uniformemente por este Tribunal y es la que se
reafirma, luego de la modificación del artículo 70º del Decreto Ley Nº 19990, tal como se ha
sustentado en los fundamentos precedentes.
22. Sin embargo debe destacarse que a partir de este criterio jurisprudencial, durante el
desarrollo de los procesos de amparo en materia pensionaria este Tribunal ha podido detectar, entre
otros casos, algunos en los cuales se han presentado documentos falsos para acreditar años de
aportaciones no reconocidos por la ONP.
Así, en la STC 09560-2006-PA/TC el Tribunal Constitucional declaró infundada la demanda
interpuesta por don Róger Aguinaldo Cabeza Vera contra la ONP y ordenó remitir copia de la
sentencia y de los actuados pertinentes al Ministerio Público, porque los datos consignados en uno
de los certificados presentados por el demandante no eran ciertos. En este sentido se señaló que:
En cuanto al primer certificado de trabajo, debe señalarse que los datos consignados en él no
pueden ser ciertos, puesto que el notario referido fue destituido mediante la Resolución del Consejo
del Notariado N° 005-93-JUS/CN, de fecha 20 de julio de 1993. Por tanto, el demandante no pudo
trabajar en la notaría referida hasta el 30 de julio de 1995, porque don Daniel Alejandro Céspedes
Marín fue destituido del cargo de notario en el año de 1993.
23. De otro lado, también debe tenerse presente que durante el desarrollo de los procesos de
amparo en materia pensionaria, el Tribunal ha podido detectar otros casos en los cuales el
demandante, para acreditar periodos de aportación, ha presentado certificados de trabajo que han
sido expedidos por terceros o certificados de trabajo que son contradictorios en su contenido.
En la STC 4332-2005-PA/TC, el Tribunal declaró infundada la demanda de amparo interpuesta
por don Heraclio Barranzuela Cienfuegos contra la ONP, debido a que los certificados de trabajo
que presentó para acreditar que contaba con 20 años de aportaciones para acceder a una pensión
de jubilación, habían sido expedidos por terceras personas y eran contradictorios. En tal sentido,
para desestimar la demanda se precisó que: (...) se advierte a fojas 65 del cuadernillo formado ante
614
este Tribunal, un certificado de trabajo firmado por Manuel Rangel Castro, sosteniendo ser ex
empleado de la oficina de la ex hacienda Yapatera, la misma que fue de propiedad de la señora
Josefina Checa viuda de Mc Donald; certificado donde se afirma que el recurrente trabajó para la
referida hacienda desde 1950 hasta 1971; pero también obra en el expediente, a fojas 6, otro
certificado de trabajo firmado por Miguel Torres Carrasco –adjuntado por el recurrente junto con la
presente demanda–, que tiene por fecha el mes de mayo de 2004, quien también afirma ser ex
empleado (apuntador general) de la ex hacienda Compañía Agrícola Yapatera S.A. y que ésta fue de
propiedad de la señora Josefina Checa viuda de Mc Donald. Según este certificado, el recurrente
trabajó para la referida hacienda desde 1953 hasta el 30 de diciembre de 1957. Con estos
documentos el recurrente pretende acreditar que reúne los 20 años de aportaciones necesarios para
obtener su pensión de jubilación; sin embargo, al estar firmados por terceros y no por su ex
empleador, no podrían ser tomados como medios de prueba para acreditar su relación laboral. Más
aún, se advierte contradicción entre ellos: mientras el documento que obra a fojas 6 sostiene que el
recurrente laboró desde el año 1953 hasta diciembre del año 1957 en la referida hacienda, el
documento que obra a fojas 65 del cuadernillo formado ante este Tribunal, sostiene que lo hizo
desde el año 1950 hasta el año 1971. Es decir, no sólo su validez está en cuestión, sino también su
veracidad, lo que hace imposible acreditar con ellos ni la relación laboral ni el tiempo efectivamente
laborado que determine los años de aportaciones que se le habrían desconocido al recurrente (...).
24. Finalmente, debe destacarse que durante el desarrollo de los procesos de amparo en materia
pensionaria, este Tribunal también ha podido detectar casos en los cuales el demandante solicita
el reconocimiento de años de aportaciones sin que presente algún medio probatorio que los acredite.
Así, en la STC 10465-2006-PA/TC, el Tribunal declaró infundada la demanda de amparo
interpuesta por don Edilberto Dueñas Coronado contra la ONP. En dicha causa, el demandante
solicitaba que se le reconociera un total de 33 años de aportaciones, en vez de los 27 años de
aportaciones que le había reconocido la ONP. Al analizar la controversia, el Tribunal desestimó la
demanda porque: (...) para acreditar dichos años de aportaciones, el demandante no ha[bía]
adjuntado ningún medio probatorio (certificados de trabajo, boletas de pago, liquidación de tiempo
de servicios, resumen de aportaciones, entre otros).
En igual sentido, en la STC 00273-2006-PA/TC, el Tribunal declaró infundada la demanda de
amparo interpuesta por don Bernardo Isaac Leud Ku contra la ONP. En dicha causa, la controversia
se centraba en determinar si el demandante cumplía con los 20 años de aportaciones exigidos por
el artículo 1º del Decreto Ley Nº 25967 para acceder a una pensión de jubilación. Al analizar la
controversia, se desestimó la demanda porque de la valoración conjunta de los medios probatorios
obrantes en el expediente, se llegó a la conclusión de que: (...) no se puede verificar si efectivamente
el recurrente tiene acreditado su derecho respecto a dichos años de aportación por cuanto no ha
presentado documentos con los que al menos pruebe la relación laboral con sus distintos
empleadores durante el referido tiempo.
25. Por lo tanto, teniendo presente que el criterio reseñado ha sido aprovechado abusivamente
por los demandantes, el Tribunal Constitucional, en ejercicio de sus funciones de ordenación y de
pacificación, y haciendo uso de la facultad conferida por el artículo VII del Título Preliminar del
Código Procesal Constitucional, estima pertinente establecer precedentes de observancia obligatoria
respecto de las reglas que deben observar los jueces que conocen procesos de amparo para la
acreditación de periodos de aportaciones considerados como no acreditados por la ONP.
Cabe destacar que estas reglas particulares que han de seguir los jueces que conozcan procesos
de amparo, para determinar cuándo un demandante ha acreditado fehacientemente periodos de
aportaciones, tiene su razón de ser no solo por la inexistencia de estación probatoria en el proceso
de amparo, sino también porque el criterio referido ha sido utilizado maliciosamente por los
demandantes.
615
26. De este modo, cuando en los procesos de amparo la dilucidación de la controversia conlleve
el reconocimiento de periodos de aportaciones, que no han sido considerados por la ONP, para que
la demanda sea estimada, los jueces y las partes deben tener en cuenta las siguientes reglas:
a. El demandante con la finalidad de generar suficiente convicción en el juez de la razonabilidad
de su petitorio puede adjuntar a su demanda como instrumento de prueba, los siguientes
documentos: certificado de trabajo, las boletas de pago de remuneraciones, los libros de
planillas de remuneraciones, la liquidación de tiempo de servicios o de beneficios sociales, las
constancias de aportaciones de Orcinea, del IPSS o de EsSalud, entre otros documentos. Dichos
instrumentos pueden ser presentados en original, copia legalizada o fedateada, mas no en copia
simple. El Juez, de oficio o a pedido del demandante, podrá solicitar el expediente
administrativo a la ONP o copia fedateada de él, bajo responsabilidad.
b. La ONP, cuando conteste la demanda de amparo, tiene la carga procesal de adjuntar como
medio probatorio el expediente administrativo de otorgamiento de pensión o copia fedateada de
éste. Ello con la finalidad de poder determinar con certeza si la denegación de otorgamiento o
el desconocimiento de un mayor período de aportaciones han sido arbitrarios o se encuentra
justificada. Y es que, si se está cuestionando la presunta violación del derecho a la pensión,
corresponde que la autoridad jurisdiccional tenga a la vista los mismos actuados o, cuando
menos, los documentos presentados ante la autoridad administrativa, y aquellos en los que
dicha autoridad funda su pronunciamiento, a fin de determinar si se produjo o no la violación
alegada.
c. La carga procesal de adjuntar el expediente administrativo de otorgamiento de pensión o copia
fedateada de éste, es aplicable a los procesos de amparo en trámite cuando los jueces lo estimen
necesario e indispensable para resolver la controversia planteada.
d. En los procesos de amparo que se inicien con posterioridad a la publicación de esta sentencia,
la ONP, cuando conteste la demanda, tiene el deber de cumplir con presentar el expediente
administrativo de otorgamiento de pensión o copia fedateada de éste. En caso de que no cumpla
con su carga procesal de adjuntar como medio probatorio el expediente administrativo, el juez
aplicará el principio de prevalencia de la parte quejosa, siempre y cuando los medios probatorios
presentados por el demandante resulten suficientes, pertinentes e idóneos para acreditar años
de aportaciones, o aplicará supletoriamente el artículo 282º del Código Procesal Civil.
e. No resulta exigible que los jueces soliciten el expediente administrativo de otor-gamiento de
pensión o copia fedateada de éste, cuando se está ante una demanda manifiestamente fundada.
Para estos efectos se considera como una demanda manifiestamente fundada, aquella en la que
se advierta que la ONP no ha reconocido periodos de aportaciones que han sido acreditados
fehacientemente por el demandante bajo el argumento de que han perdido validez; que el
demandante ha tenido la doble condición de asegurado y empleador; y que según la Tabla
Referencial de Inicio de Aportaciones por Zonas, establecida por el antiguo Instituto Peruano
de Seguridad Social, en esa zona aún no se empezaba a cotizar.
f. No resulta exigible que los jueces soliciten el expediente administrativo de otorgamiento de
pensión o copia fedateada de éste, cuando se está ante una demanda manifiestamente
infundada. Para estos efectos, se considera como una demanda manifiestamente infundada,
aquella en la que se advierta que el demandante solicita el reconocimiento de años de
aportaciones y no ha cumplido con presentar prueba alguna que sustente su pretensión;
cuando de la valoración conjunta de los medios probatorios aportados se llega a la convicción
de que no acreditan el mínimo de años de aportaciones para acceder a una pensión de
jubilación; o cuando se presentan certificados de trabajo que no han sido expedidos por los ex
empleadores sino por terceras personas.
HA RESUELTO
3. Declarar que los criterios previstos en el fundamento 26, supra, constituyen precedente
vinculante inmediato de conformidad con el artículo VII del Título Preliminar del CPConst.
616
12. DERECHOS FUNDAMENTALES Y PATRIMONIALES
La Sala Segunda del Tribunal Constitucional, compuesta por don Carles Viver Pi-Sunyer,
Presidente, don Rafael de Mendizábal Allende, don Julio Diego González Campos, don Tomás S.
Vives Antón, don Vicente Conde Martín de Hijas y don Guillermo Jiménez Sánchez, Magistrados,
ha pronunciado.
EN NOMBRE DEL REY
la siguiente
SENTENCIA
En el recurso de amparo núm. 490/97, interpuesto por doña ..., don ... y don ..., hijo de los
anteriores, representados por la Procuradora de los Tribunales doña ... y defendidos por el Letrado
don , contra la Resolución de 7 de febrero de 1994, del Ministerio del Interior, en virtud de la cual
se desestima la reclamación de responsabilidad patrimonial deducida por la actuación policial
desarrollada el 6 de diciembre de 1992 en la estación de ferrocarril de Valladolid, y contra la
Sentencia de 29 de noviembre de 1996, dictada por la Sección Primera de la Sala de lo Contencioso-
Administrativo de la Audiencia Nacional, que desestimó el recurso interpuesto contra la indicada
Resolución. Han intervenido el Ministerio Fiscal y el Abogado del Estado. Ha sido Ponente el
Magistrado don Guillermo Jiménez Sánchez, quien expresa el parecer de la Sala.
I. ANTECEDENTES
1. Mediante escrito presentado en el Juzgado de guardia de Madrid el 5 de febrero de 1997 la
Procuradora de los Tribunales doña ..., en la representación que queda indicada, interpuso
demanda de amparo contra la Resolución y la Sentencia reseñadas en el encabezamiento.
2. Los hechos de los que trae causa la demanda de amparo relevantes para la resolución del
caso son, en síntesis, los siguientes:
a) Como consecuencia de que el día 6 de diciembre de 1992, en la estación de ferrocarril de
Valladolid, un funcionario de la Policía Nacional requiriese a la Sra. ... para que se identificase,
los demandantes de amparo presentaron una denuncia que dio lugar a las diligencias previas
núm. 4392/92 del Juzgado de Instrucción núm. 5 de aquella localidad, diligencias que fueron
sobreseídas provisionalmente por no resultar justificada la perpetración de delito alguno.
Posteriormente, el 15 de febrero de 1993 los recurrentes presentaron un escrito en el Registro
617
General del Ministerio del Interior en el cual incluyeron una doble solicitud: a) Por un lado
recurrieron en alzada la orden (no manifestada por escrito) del Ministerio del Interior de
proceder a pedir la documentación a personas de color, orden que habría sido ejecutada en la
persona de la Sra. ... el día 6 de diciembre referido. b) Por otro formularon solicitud de
responsabilidad patrimonial de la Administración General del Estado ante el Ministro del
Interior, basando su reclamación en que el requerimiento de identificación se realizó
exclusivamente sobre la Sra. ... por ser de raza negra, lo que implicaba un comportamiento
racista que había producido lesiones morales y psicológicas a la requerida y a sus familiares
fruto de la humillación sufrida, de la indignación que genera saber que la raza ha sido
considerada criterio determinante para la actuación policial y, finalmente, de la inquietud de
ser requerida por la policía para ser identificada, porque de ello parece lógico entender que el
solo hecho de una diferencia racial es considerado base para la sospecha de que se infringe el
Ordenamiento jurídico.
b) La primera solicitud, dio lugar a una Resolución administrativa declarando inadmisible el
recurso por falta de acto administrativo recurrible. Se razonó al efecto que no existe orden,
circular, disposición general o acto administrativo de ninguna clase que obligue a los
funcionarios de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado a identificar a las personas
según su raza. Dicha Resolución fue impugnada ante la Sala de lo Contencioso-Administrativo
de la Audiencia Nacional, la cual, en Sentencia de 15 de marzo de 1996, desestimó el recurso.
c) La segunda solicitud fue tramitada conforme al procedimiento previsto para las reclamaciones
de responsabilidad patrimonial de la Administración pública, en cuyo curso emitieron informes
la Brigada Móvil de Valladolid que había intervenido en el caso, la Jefatura Superior de Policía
de esa localidad y la Delegación del Gobierno en Castilla y León, así como el Servicio Jurídico
del Estado. Este último razonó que la petición policial de identificación surgió de la creencia de
estar ante una persona extranjera, y que tal creencia se fundamentó, a su vez, en el hecho de
que la interesada era de raza negra, sin que existiesen otras circunstancias o hechos que
justificasen la intervención policial, tal y como pone de relieve el hecho de que no se recabase
la identificación del esposo de la reclamante, al ser este último de raza blanca. Por ello se mostró
favorable a la estimación de la reclamación, si bien consideraba excesiva la cantidad de
5.000.000 de pesetas que reclamaban los demandantes. La Resolución del Ministro del Interior,
siguiendo esencialmente la versión de los hechos facilitada por los funcionarios actuantes,
asumió por entero el dictamen del Consejo de Estado y, en consecuencia, desestimó la
reclamación formulada. Esencialmente razona que los funcionarios policiales actuaron dentro
del marco de sus competencias de control de la inmigración ilegal y respondiendo a la apariencia
extranjera de la interesada, para cuya apreciación los agentes pueden tener en cuenta las
características raciales de la actual población española. En consecuencia entiende que no se
produjo una solicitud de identificación por ser la interesada de raza negra, sino que ese factor
fue valorado como un posible indicio de la condición de extranjera de ella. Finaliza afirmando
que, admitido por los interesados y los funcionarios intervinientes que la Sra. ... y su esposo se
negaron a identificarse, y que solicitaron la identificación de los policías actuantes, no resultó
desproporcionado que unos y otros se dirigiesen a los locales habilitados al propósito en la
estación de ferrocarril y que en ellos se procediera a tomar los datos identificativos de los
interesados, sin que, de otra parte, exista dato alguno que permita afirmar que se produjera
desproporción o abuso en la actuación desarrollada.
d) Frente a la Resolución desestimatoria de su pretensión de responsabilidad administrativa los
demandantes interpusieron recurso contencioso-administrativo ante la Audiencia Nacional, la
cual dictó la Sentencia de 29 de noviembre de 1996 cuyos fundamentos jurídicos, transcritos
literalmente, dicen:
“PRIMERO.- Que en la Sentencia de esta Sala de 15 de marzo de 1996, se desestimó el recurso
1/450/93 interpuesto por los recurrentes contra la orden o instrucción que recibieron los
policías que identificaron a la señora ... y que se refería genéricamente a la identificación de
618
extranjeros, siendo la citada recurrente de raza negra, lo cual no es óbice para plantear ante la
Sala la responsabilidad patrimonial de la Administración por aquella actuación pues es también
título de imputación el funcionamiento normal de los servicios públicos y son indemnizables
como daño efectivo, individualizado y económicamente evaluable los de signo moral o
inmaterial.
SEGUNDO.- No obstante lo dicho la demanda debe ser desestimada desde el momento en que,
de entre los elementos que integran el instituto de la responsabilidad patrimonial de las
Administraciones públicas, no concurre en el caso de autos el de la antijuridicidad ya que el
requerimiento de identificación por razón más que de raza, de nacionalidad, se enmarca en lo
que se ha dado en llamar las cargas de la vida social o en sociedad.
TERCERO.- Que la actuación policial de la que fue objeto la recurrente tuvo su origen en la
aplicación de régimen de extranjería (cf. Artículo 72,1 del entonces vigente Reglamento de
ejecución de la LO 7/85) de forma que teniendo órdenes los agentes actuantes de identificar a
los extranjeros que hubiese en la Estación de ferrocarril de Valladolid, al ser la recurrente de
raza negra no era desproporcionado el requerimiento de identificación; es más, el citado artículo
72,1, conforme al cual actuó la Policía, debe relacionarse con el artículo 20,1 de la LO 1/92, de
Seguridad Ciudadana, que apodera a la Administración para ese tipo de actuaciones en general,
y que fija el criterio de proporcionalidad en la regla de que serán pertinentes tales
requerimientos ‘siempre que el conocimiento de la identidad de las personas requeridas fuese
necesario para el ejercicio de las funciones de protección de la seguridad...”.
CUARTO.- Que a lo dicho debe añadirse que tampoco queda acreditado en autos que la
actuación policial fuese, partiendo de su legalidad, desconsiderada o humillante pues,
repetimos, el daño se cifra por la recurrente en el hecho en sí de exigírsele su identificación por
razón de nacionalidad y raza.
3. Los demandantes de amparo entienden que la actuación policial convalidada por la
Resolución del Ministerio del Interior y por la Sentencia de la Audiencia Nacional es contraria al
art. 14 CE, en relación con los arts. 17 (derecho a la libertad y a la seguridad), 19 (libertad de
circulación) y 24.1 (presunción de inocencia) de nuestra Norma Fundamental. El art. 20.1 de la Ley
Orgánica 1/1992, de 21 de febrero, sobre Protección de la Seguridad Ciudadana, a cuyo amparo se
efectuó la identificación, no ampara que ésta se produzca atendiendo sólo y exclusivamente al color
de la piel de las personas, pues el art. 14 CE impide toda discriminación por razón de la raza. Por
ello se habría vulnerado también el derecho a la libertad y a la seguridad (art. 17 CE), en la medida
en que la Sra. ... fue retenida para identificación durante un espacio superior a treinta minutos, y
además el derecho a la presunción de inocencia (art. 24.2 CE), pues al utilizar el criterio racial para
seleccionar a las personas a las que se exigió la identificación se presumió que éstas tenían mayor
peligrosidad y capacidad de infracción del Ordenamiento jurídico. Completan el catálogo de
preceptos vulnerados los arts. 5, 6 y 14 del Convenio Europeo de Derechos Humanos.
Los demandantes razonan que la mayoría de las veces es muy difícil probar que el criterio racial
ha sido el utilizado, sin embargo en el presente caso el policía que intervino admitió que tenía
órdenes de pedir la documentación a personas «como ella», es decir, a personas de raza negra. Su
raza fue lo único que determinó que se le pidiese la documentación, pues a ninguna otra persona
que bajó del tren se solicitó que se identificara. Es más, el informe policial incorporado a la
Resolución administrativa impugnada alude a la existencia de caracteres raciales no españoles
como criterio para la identificación de extranjeros, lo que, dado que España ha sido y sigue siendo
crisol de diferentes culturas, no puede admitirse, a la vez que pone de relieve un menosprecio y
rechazo velado por parte de la policía hacia la raza negra, puesto que se prejuzga la situación ilegal
de sus miembros en España. En definitiva, se ha producido la lesión del derecho a no ser
discriminado por la raza y ello ha causado unos prejuicios morales que pueden y deben ser
indemnizados, pues de la lesión de los derechos fundamentales se deriva directamente el derecho
a la indemnización sin necesidad de alegar mayor daño que el propio derecho constitucional
lesionado.
619
A la Sentencia de la Audiencia Nacional le reprochan los demandantes de amparo el haber
incurrido en incongruencia omisiva lesiva del derecho a la tutela judicial efectiva (art. 24.1 CE),
pues, pese a que en la demanda se argumenta extensamente la violación de derechos
fundamentales, la Sentencia no estudia dicha argumentación y resuelve el proceso en un corto
fundamento de Derecho que obvia cualquier referencia a los preceptos de la Constitución y del
Convenio Europeo de Derechos Humanos aducidos. En cuanto al fondo de su argumentación, se
estima que la Sentencia viene a profundizar en la lesión del derecho a no ser discriminado en
función de la raza, pues confiesa paladinamente que la identificación se realizó con dicho criterio y
concluye que ello no resulta desproporcionado.
Finalizan los demandantes con una referencia al carácter indemnizable, a tenor de los arts
106.2 CE y 40 de la Ley de Régimen Jurídico de la Administración del Estado, de los perjuicios
morales sufridos tanto por la Sra. ... como por su esposo e hijo, quienes también fueron afectados
en su vida familiar, lo que merece protección a tenor de lo establecido en el art. 39.1 CE.
Como consecuencia del anterior razonamiento los demandantes suplican de este Tribunal que
se declare contraria a Derecho la actuación policial, se acuerde la nulidad de la Resolución
administrativa y de la Sentencia impugnadas, se reconozca el derecho de la Sra. ... a no ser
discriminada por razón de raza y se condene a la Administración pública a indemnizar a los
recurrentes en 5.000.000 de pesetas.
4. Por providencia de 5 de octubre de 1998 la Sección Tercera acordó admitir a trámite el
recurso de amparo y, de conformidad con el art. 51 LOTC, dirigir atenta comunicación a la
Subdirección General de Recursos del Ministerio del Interior y a la Sala de lo Contencioso-
Administrativo de la Audiencia Nacional para que, en plazo que no excediese de diez días, remitiesen
certificación o fotocopia adverada de las actuaciones correspondientes al expediente administrativo
núm. 292/94 y al recurso contencioso-administrativo núm. 1/643/94, respectivamente,
debiéndose emplazar a quienes hubieran sido parte en el recurso citado, salvo a los demandantes
de amparo, a fin de que, en el plazo de diez días, pudieran comparecer en el presente ante este
Tribunal.
5. El Abogado del Estado se personó mediante escrito presentado en el Registro General de este
Tribunal el 8 de octubre de 1998, siendo tenido por parte mediante providencia de 4 de febrero de
1999, en la que igualmente se acordó dar vista de las actuaciones recibidas a las partes personadas
y al Ministerio Fiscal para que, en el plazo común de veinte días, presentasen las alegaciones que
estimaran pertinentes, conforme determina el art. 52.1 LOTC.
6. El Abogado del Estado formuló sus alegaciones el 26 de febrero de 1999, interesando la
inadmisión o, en su caso, la desestimación del recurso de amparo. Comienza por descartar que este
Tribunal pueda condenar al pago de una indemnización, ya que a lo sumo únicamente podría
declarar la existencia de una discriminación a modo de título que sirviera de fundamento o
presupuesto para un ulterior ejercicio de las acciones indemnizatorias oportunas. Entiende que el
hecho de pedir la documentación es, en sí mismo considerado, parte de una actuación de naturaleza
rutinaria que sólo si las circunstancias concurrentes revelan un exceso en las formas o una
finalidad desviada de la estrictamente identificativa puede llegar a ser discriminatoria, pasando así
a constituir una lesión susceptible de servir de presupuesto a la exigencia de una reparación
compensatoria. Según el Abogado del Estado la demanda de amparo se mantiene en un plano
abstracto que omite cualquier referencia a las circunstancias del caso concreto, pretendiendo un
pronunciamiento general sobre si es o no lícito que la policía seleccione preferentemente un género
determinado de personas como objeto de sus actuaciones de investigación y prevención. En relación
con este extremo sostiene el defensor de la Administración que la discriminación en actuaciones
como la denunciada sólo puede producirse, bien por los modos circunstanciales de llevarse a cabo,
bien por la selección arbitraria e inadecuada de los géneros o grupos de personas sometidos a
especial vigilancia, dándose esto último cuando quepa apreciar una patente discordancia entre los
colectivos investigados y los objetivos preventivos o represivos de la acción policial, o sea, cuando
620
los requerimientos para identificación no tengan conexión lógica con los tipos de infracción legal
que se pretendan investigar o reprimir. Frente al reproche de los demandantes de amparo (que, sin
reprobar el uso de métodos de tanteo para la localización de extranjeros ilegales, se centra en que
se haya recurrido al criterio racial para determinar la persona sometida a investigación policial)
afirma que el razonamiento de la demanda conduce a que, dado que no es posible según ella la
identificación de un canon racial español, la identificación de la Sra. ... tuvo que ser producto del
azar y no de su raza. Pero es que no cabe desconocer que ciertos rasgos raciales son
estadísticamente indiciarios de diversos orígenes nacionales. Concluye afirmando que la finalidad
estrictamente identificadora de la medida empleada, orientada a la localización de extranjeros en
situación de entrada ilegal, justifica plenamente la legitimidad de la acción policial.
7. Los demandantes de amparo presentaron alegaciones el 5 de marzo de 1999, remitiéndose a
la fundamentación y peticiones formuladas en la demanda.
8. El Ministerio Fiscal formuló sus alegaciones mediante escrito presentado el 10 de marzo de
1999, en el que solicitó el dictado de Sentencia denegatoria del amparo pedido por los demandantes.
Inicia su argumentación afirmando que, como ha existido un trato diferencial, consistente en que
se pidió la documentación a la Sra. ... y no a su esposo u otras personas, pesa sobre la
Administración la carga de la prueba de la licitud de esa diferenciación. Para ello se ofrece la
argumentación de que se trataba de una actuación policial de control de extranjeros en una estación
de ferrocarril de paso frecuente entre Francia y Portugal, por lo que no es sino una exigencia de
sentido común que se comenzase por aquellas personas que presentaban algún indicio de poder
ser de nacionalidad extranjera, pues no toda diferencia de trato constituye una discriminación, sino
sólo aquella que está desprovista de una justificación objetiva y razonable. Y desde este punto de
vista, afirma el Fiscal, pocas justificaciones pueden resultar más razonables para indagar la
presencia de posibles extranjeros (a los efectos legales oportunos) que el hecho objetivo de atender
a caracteres raciales estadísticamente menos frecuentes entre los españoles. En suma, entiende el
Ministerio Público que el indicio de discriminación que revela el trato diferencial de que fue objeto
la Sra. ... ha sido justificado por la Administración con una argumentación objetiva y razonable que
impide apreciar quiebra constitucional alguna.
Para concluir el Fiscal realiza dos precisiones. La primera, que sólo la Sra. ... sufrió el trato
desigual, por lo que los otros dos recurrentes, esposo e hijo de la anterior, estarían persiguiendo la
defensa de intereses ajenos. La segunda, que la alegada quiebra de los arts. 17, 18 y 24.2 CE no
resulta debidamente argumentada en la demanda de amparo, pues la privación de libertad estuvo
ocasionada por la necesidad de solicitar la documentación, y la lesión del derecho al honor y a la
presunción de inocencia no pasan de ser menciones de derechos fundamentales, no
correspondiendo al Tribunal Constitucional la construcción de oficio de las demandas. En cualquier
caso, de prosperar la demanda, solo podría concluir en la declaración de la lesión del derecho
fundamental como base para ulteriores reclamaciones, pero no en una condena al pago de una
indemnización como pretenden los demandantes.
9. Por providencia de 25 de enero de 2001 se señaló para la deliberación y votación de la
presente Sentencia el día 29 del mismo mes y año.
621
solicitó la documentación exclusivamente a la indicada señora sólo por ser de color. Ante las
protestas del Sr. Calabuig-París, basadas en la discriminación racial que ello implicaba, se produjo
un traslado a las dependencias policiales existentes en la misma estación, en las cuales, tras
comprobar que la Sra. ... era española, la policía le pidió disculpas y dejó marchar a los tres
demandantes.
2. Hemos de comenzar por el estudio de la aducida vulneración del derecho a la tutela judicial
efectiva (art. 24.1 CE) en que, según los demandantes, habría incurrido la Sentencia de la Audiencia
Nacional al no haber dado respuesta a las alegaciones sobre la vulneración de derechos
fundamentales en que se basaba la demanda presentada ante ella.
Al respecto conviene recordar que el deber de los órganos judiciales de motivar sus resoluciones
es una exigencia implícita en el art. 24.1 CE, que se hace patente en una interpretación sistemática
de este precepto constitucional en relación con el art. 120.3 CE, pues en un Estado de Derecho hay
que dar razón del Derecho judicialmente interpretado y aplicado, y que responde a una doble
finalidad: a) de un lado, la de exteriorizar el fundamento de la decisión, haciendo explícito que ésta
corresponde a una determinada aplicación de la Ley; b) y, de otro, permitir su eventual control
jurisdiccional mediante el ejercicio de los recursos. Ahora bien, de acuerdo con una consolidada
doctrina constitucional, desde la perspectiva del derecho a la tutela judicial efectiva, como derecho
a obtener una decisión fundada en Derecho, no es exigible un razonamiento judicial exhaustivo y
pormenorizado de todos los aspectos y perspectivas que las partes puedan tener de la cuestión que
se debate, sino que basta con que el Juzgador exprese las razones jurídicas en las que se apoya
para tomar su decisión, de modo que deben considerarse suficientemente motivadas aquellas
resoluciones judiciales que vengan apoyadas en razones que permitan conocer cuáles han sido los
criterios jurídicos esenciales fundamentadores de la decisión, esto es, la ratio decidendi que
determina aquélla. No existe, por lo tanto, un derecho fundamental del justiciable a una
determinada extensión de la motivación, puesto que su función se limita a comprobar si existe
fundamentación jurídica y, en su caso, si el razonamiento que contiene constituye, lógica y
jurídicamente, suficiente motivación de la decisión adoptada, cualquiera que sea su brevedad y
concisión, incluso en supuestos de motivación por remisión (por todas, SSTC 184/1998, de 28 de
septiembre, FJ 2; 187/1998, de 28 de septiembre, FJ 9; 215/1998, de 11 de noviembre, FJ 3;
206/1999, de 8 de noviembre, FJ 3, 187/2000, FJ 2).
3. La aplicación de los anteriores principios, dentro de los que debe moverse el control
constitucional, a la Sentencia objeto de este recurso de amparo ha de conducir a la desestimación
de la queja de los recurrentes, pues la lectura de los fundamentos jurídicos de la Sentencia,
reproducidos en los antecedentes, evidencia que la Audiencia Nacional no omitió la consideración
constitucional de la cuestión que había sido planteada. Antes al contrario, denegó la pretensión de
indemnización por falta de uno de los requisitos de la responsabilidad administrativa, la
antijuricidad de la lesión, y ésta, a su vez, fue descartada por entender, entre otras cosas, que la
actuación policial no resultó discriminatoria, «ya que el requerimiento de identificación por razón
más que de raza, de nacionalidad, se enmarca en lo que se ha dado en llamar las cargas de la vida
social o en sociedad.» Cuestión distinta será la de si el razonamiento apuntado es o no en sí mismo
lesivo del derecho a no sufrir discriminación racial, lo que habrá de ser analizado en el marco de la
queja sustantiva que los demandantes fundan en el art. 14 CE y que más adelante abordaremos.
4. Una segunda cuestión de preferente tratamiento es la relativa a la falta de legitimación del
esposo y el hijo de la Sra. ..., si bien tan sólo en relación a la aducida vulneración del derecho a no
ser discriminados en función de la raza, pues no cabe duda de que, en la medida en que fueron
parte en el proceso judicial previo y denuncian la incongruencia de la Sentencia, sí ostentan
legitimación para realizar tal queja. Pues bien, dado que la Sra. ... fue la única persona de color a
la que se le requirió la presentación de documentación identificativa, no cabe considerar que don
Federico Agustín Calabuig París o don Iván Agustín Calabuig Williams fueran objeto de la actuación
policial que se dice lesiva del derecho a no ser discriminados por motivo de su raza, por lo que,
622
conforme argumenta el Ministerio Fiscal en el último inciso de sus alegaciones, estarían
pretendiendo la defensa de intereses ajenos. Reiteradamente hemos dicho que a efectos de entender
que existe legitimación para recurrir en amparo no basta con haber sido parte en el proceso judicial
precedente, sino que además es necesario que el recurrente se encuentre respecto del derecho
fundamental que se estima vulnerado en una situación jurídico-material identificable, no con un
interés genérico en la preservación de derechos, sino con un interés cualificado y específico (por
todas STC 148/1993, de 29 de abril, FJ 2); interés que, como ha señalado la STC 293/1994, de 27
de octubre, FJ 1, halla su expresión normal en la titularidad del derecho fundamental invocado en
el recurso. De ahí que, a efectos de comprobar si existe esta legitimación, basta con examinar si
prima facie esa titularidad existe, y para ello es suficiente, en principio, con comprobar que el actor
invoca una vulneración de un derecho fundamental y que dicha vulneración puede afectar a su
ámbito de intereses. Ahora bien, si la ajenidad puede predicarse respecto del derecho a no sufrir
discriminación racial, no cabe decir lo mismo en cuanto a la queja relativa a la vulneración del
derecho a la tutela judicial efectiva, pues al haber sido parte en el proceso judicial precedente tenían
derecho a ella. Lo que ocurre es que esta última queja ha sido rechazada de conformidad con lo
expuesto en el fundamento jurídico precedente.
5. Para concluir con las cuestiones de preferente tratamiento hemos de rechazar las quejas
formuladas sobre vulneración de los derechos a la libertad y seguridad, a la libertad de circulación
y a la presunción de inocencia (arts. 17, 19 y 24.2 CE), pues su falta de invocación en la vía judicial
previa [arts. 50.1 a) y 43.1 LOTC] con merma del carácter subsidiario del recurso de amparo (STC
201/2000, de 24 de julio, por todas) las hace inadmisibles.
6. Conviene precisar a continuación que el acto del poder público al que primeramente se
imputa la lesión del derecho a no ser discriminado por razón de raza está constituido por una
Resolución administrativa denegatoria de la solicitud de responsabilidad patrimonial por
funcionamiento de la Administración pública. A la Sentencia de la Audiencia Nacional, en lo que a
la vulneración del derecho reconocido en el art. 14 CE se refiere, no se le achaca una lesión
autónoma, sino el no haber reparado y haber profundizado en la lesión ya producida por la
Resolución administrativa.
Pues bien, aunque la lesión de derechos fundamentales, de existir, sería imputable a la
actuación material de la Administración, consistente en la solicitud de documentación formulada a
la Sra. ... y no a la Resolución administrativa que negó la existencia de responsabilidad patrimonial,
lo cierto es que esta Resolución se sustenta esencialmente en la legalidad y corrección de la
actuación policial de intervención en la esfera del administrado, cuestión de legalidad ordinaria que
no ha suscitado reparo alguno sobre su constitucionalidad, lo cual reduce el ámbito de nuestro
análisis al tema de si la concreta solicitud de documentación formulada a la Sra. ... en la estación
de ferrocarril de Valladolid el día 6 de diciembre de 1992 supuso una discriminación racial
vulneradora del art. 14 CE. Si de ello se ha de derivar o no la existencia de responsabilidad
patrimonial de la Administración en función de la concurrencia del resto de los presupuestos
constitucional y legalmente exigibles al efecto es cuestión reservada a la jurisdicción ordinaria y no
susceptible de amparo constitucional (SSTC 36/1984, de 14 de marzo, 40/1988, de 10 de marzo,
114/1990, de 21 de junio, y 209/1992, de 30 de noviembre).
7. Centrándonos ya en la cuestión de fondo (la aducida discriminación racial), hemos de
recordar que este Tribunal se ha manifestado ya, en las ocasiones en que, aun desde otra
perspectiva, se le han planteado cuestiones sobre discriminación racial o étnica, afirmando
tajantemente el carácter odioso de la aludida forma de discriminación, prohibida en forma expresa
tanto por el art. 14 de nuestra Constitución como por el Convenio Europeo de Derechos Humanos
(art. 14). Así, en la STC 126/1986, de 22 de octubre (FJ 1), calificamos la discriminación racial de
perversión jurídica, y en la STC 214/1991, de 11 de noviembre, hemos rechazado rotundamente
que, bajo el manto protector de la libertad ideológica (art. 16 CE) o de la libertad de expresión (art.
20 CE), puedan cobijarse manifestaciones, expresiones o campañas de carácter racista o xenófobo,
623
«puesto que ... ello es contrario no sólo al derecho al honor de la persona o personas directamente
afectadas, sino a otros bienes constitucionales como el de la dignidad humana (art. 10 CE), que
han de respetar tanto los poderes públicos como los propios ciudadanos, de acuerdo con lo
dispuesto en los arts. 9 y 10 CE. La dignidad como rango o categoría de la persona como tal, del
que deriva y en el que se proyecta el derecho al honor (art. 18.1 CE), no admite discriminación
alguna por razón de nacimiento, raza o sexo, opiniones o creencias. El odio y el desprecio a todo un
pueblo o a una etnia (a cualquier pueblo o a cualquier etnia) son incompatibles con el respeto a la
dignidad humana, que sólo se cumple si se atribuye por igual a todo hombre, a toda etnia, a todos
los pueblos». Y si bien las aludidas manifestaciones las efectuábamos en relación con el ataque al
honor dirigido contra todo un pueblo (en el caso considerado, el judío), tal rechazo absoluto es
predicable también de aquellas conductas que, proyectadas sobre un solo individuo, encuentran
su motivación en la pertenencia de éste a un determinado grupo racial, étnico o religioso.
Finalmente en la STC 176/1995, de 11 de diciembre, (FJ 4, párrafo 4) tuvimos ocasión de afirmar,
como colofón de todo el razonamiento desarrollado en ella, que el mensaje racista está en
contradicción abierta con los principios de un sistema democrático de convivencia pacífica.
8. En el estudio de las discriminaciones fundadas en razones expresamente prohibidas en el
art. 14 CE, que han sido objeto de nuestra atención especialmente en el ámbito de las relaciones
laborales (STC 198/1996, de 3 de diciembre, y las en ella citadas, sobre discriminación por razón
de sexo), hemos de partir de que la prohibición de discriminación consagrada en el art. 14 CE
comprende no sólo la discriminación patente, es decir, el tratamiento jurídico manifiesta e
injustificadamente diferenciado y desfavorable de unas personas respecto a otras, sino también la
encubierta, esto es, aquel tratamiento formal o aparentemente neutro o no discriminatorio del que
se deriva, por las diversas circunstancias de hecho concurrentes en el caso, un impacto adverso
sobre la persona objeto de la práctica o conducta constitucionalmente censurable en cuanto la
medida que produce el efecto adverso carece de justificación (no se funda en una exigencia objetiva
e indispensable para la consecución de un objetivo legítimo) o no resulta idónea para el logro de tal
objetivo.
Los requerimientos policiales de identificación efectuados a fin de controlar el cumplimiento de
la legislación de extranjería encuentran cobertura normativa en el art. 72.1 del Real Decreto
1119/1986, de 26 de mayo, por el que se aprueba el Reglamento de ejecución de la Ley Orgánica
7/1985, de 1 de julio, sobre Derechos y Libertades de los Extranjeros en España, que obliga a los
extranjeros a llevar consigo el pasaporte o documento con base en el cual hubieran efectuado su
entrada en España, y, en su caso, el permiso de residencia, y a exhibirlos, cuando fueran requeridos
por las autoridades o sus agentes, sin perjuicio de poder demostrar su identidad por cualquier otro
medio si no los llevaran consigo. Del mismo modo el art. 11 de la Ley Orgánica 1/1992, de 21 de
febrero, sobre protección de la seguridad ciudadana, dispone que «los extranjeros que se encuentren
en territorio español están obligados a disponer de la documentación que acredite su identidad y el
hecho de hallarse legalmente en España, con arreglo a lo dispuesto en las normas vigentes»,
pudiendo ser requerida su identificación a tenor del art. 20.1 de dicha norma. Pues bien, es en el
marco del ejercicio de esta potestad, amparada legalmente cuando no se desvía de la finalidad para
la que se otorgó, en el que ha de indagarse si se produjo una discriminación encubierta por motivos
raciales. A tal efecto, forzoso es reconocer que, cuando los controles policiales sirven a tal finalidad,
determinadas características físicas o étnicas pueden ser tomadas en consideración en ellos como
razonablemente indiciarias del origen no nacional de la persona que las reúne.
A esto cabe añadir que el lugar y el momento en el que dicha persona se encuentra, en los
cuales es usual que lleve consigo la documentación acreditativa de su identidad, hace que no resulte
ilógico realizar en ellos estos controles, que, por las circunstancias indicadas, resultan menos
gravosos para aquél cuya identificación se requiera. La variedad de circunstancias de esta índole
(lugares de tránsito de viajeros, de hospedaje, zonas con especial incidencia de la inmigración, etc.)
determina que su valoración sea eminentemente casuística. A lo anterior ha de añadirse que, aun
contando con cobertura legal y ejercitándose el requerimiento para el cumplimiento del fin previsto
624
normativamente, el ejercicio de las facultades de identificación ha de llevarse a cabo de forma
proporcionada, respetuosa, cortés y, en definitiva, del modo que menos incidencia genere en la
esfera del individuo. La transgresión de esta condición de ejercicio, no sólo hace a éste contrario al
Ordenamiento, sino que puede ser reveladora de que, la que en principio puede parecer una
razonable selección de las personas a identificar en el ejercicio de las funciones policiales, no es tal,
sino que ha sido efectuada o aprovechada para infligir un daño especial o adicional a quienes
pertenecen a determinado grupo racial o étnico. Es decir, que bajo el manto protector del ejercicio
de unas funciones legalmente previstas se encubre un móvil racista o xenófobo en la decisión misma
de ejercitar dichas funciones o en el modo concreto en que, atendidas las circunstancias, se llevaron
a cabo.
9. En el presente caso ha de desecharse que el requerimiento de identificación efectuado a la
Sra. ... obedeciera a una discriminación patente. En efecto, ha quedado descartado que existiese
una orden o instrucción específica de identificar a los individuos de una determinada raza, pues el
recurso de alzada contra la supuesta instrucción general en ese sentido fue inadmitido por la
inexistencia de tal instrucción, y la resolución administrativa correspondiente fue confirmada por
la Audiencia Nacional en vía contencioso-administrativa, sin que se haya acudido en amparo ante
este Tribunal en relación con estos pronunciamientos.
En orden a indagar si se produjo o no una discriminación racial encubierta en la concreta forma
de ejercicio de la potestad policial de identificación, es decir, si el requerimiento de identificación
produjo a la Sra. ..., en su calidad de integrante de un grupo racial concreto, un impacto adverso
que, atendidas las circunstancias concurrentes, resulta objetivamente injustificado o inidóneo para
el cumplimiento de la finalidad en función de la cual se confirió la potestad para llevar a cabo el
requerimiento identificatorio cuestionado, habrá de observarse si existe algún dato de entre los
tenidos por probados que permita afirmar que las características raciales de la Sra. ... fueron
tomadas en consideración para pedirle la documentación por algún otro motivo que el de su
genérico carácter indiciario de una mayor probabilidad de que la interesada fuese extranjera. A
tales efectos conviene recordar que, aun advirtiendo de la prudencia con la que deben usarse las
referencias de carácter étnico para evitar malentendidos, su utilización con carácter descriptivo, en
sí misma considerada, no resulta por principio discriminatoria (STC 126/1986, FJ 1). Para realizar
esta valoración no es superfluo recordar que este Tribunal ha de respetar los hechos declarados
probados por la Sentencia que agotó la vía judicial [art. 44.1 b) LOTC], pues fue ante la jurisdicción
ordinaria donde el demandante dispuso de la posibilidad de impugnar la apreciación de los hechos
efectuada por la Administración en la Resolución desestimatoria de la reclamación de
responsabilidad. Hemos de partir, por tanto, de los hechos explícita o implícitamente admitidos por
la Sentencia de la Audiencia Nacional y centrar nuestro análisis en su significación en orden a la
existencia o no de una discriminación por motivos raciales en la actuación policial. Para ello se ha
de resaltar que la Sentencia de la Audiencia Nacional afirma expresamente que no queda acreditado
en los autos que la actuación policial fuese desconsiderada o humillante. Es más, los demandantes
de amparo no denuncian que se produjese un trato ni siquiera incorrecto, sino que atacan la
utilización del color de la piel de la Sra. ... como criterio determinante de que se le pidiese su
documentación.
Pues bien, del relato de hechos de la Resolución administrativa recurrida, no desvirtuada en el
proceso judicial previo a este recurso de amparo, se desprende que la actuación policial usó el
criterio racial como meramente indicativo de una mayor probabilidad de que la interesada no fuera
española. Ninguna de las circunstancias acaecidas en dicha intervención indica que el
comportamiento del funcionario de la Policía Nacional actuante fuese guiado por un prejuicio
racista o por una especial prevención contra los integrantes de un determinado grupo étnico, como
se alega en la demanda. Así, la actuación policial se produjo en un lugar de tránsito de viajeros,
una estación de ferrocarril, en el que, de una parte, no es ilógico pensar que exista mayor
probabilidad que en otros lugares de que las personas a las que selectivamente se solicita la
identificación puedan ser extranjeras, y, de otro, las incomodidades que todo requerimiento de
625
identificación genera son menores, así como razonablemente asumibles como cargas inherentes a
la vida social. De hecho los requerimientos de identificación en función de las apariencias que
permitían razonablemente presumir la condición de extranjeros de determinadas personas hicieron
posible que la actividad de la Brigada Móvil de Valladolid diera lugar a la localización de 126
extranjeros en situación ilegal durante 1992.
Finalmente, como queda dicho, no aparece tampoco acreditado que los funcionarios policiales
desplegasen su actuación de forma desconsiderada, ofensiva o gratuitamente obstaculizante de la
libertad de circulación de la demandante de amparo, pues la intervención policial se prolongó
únicamente lo imprescindible para lograr la identificación. Finalmente puede descartarse que los
agentes de policía actuasen de un modo airado o llamativo que hiciese pasar a la Sra. ... y sus
acompañantes a un primer plano que les resultase afrentoso o incómodo frente a la colectividad de
ciudadanos que hubiese en la propia estación de ferrocarril, sino que la toma de los datos de
identidad se produjo en las dependencias policiales existentes en la misma estación.
Lo discriminatorio hubiera sido la utilización de un criterio (en este caso el racial) que careciese
de toda relevancia en orden a la individualización de las personas para las que el Ordenamiento
jurídico ha previsto la medida de intervención administrativa, en este caso los ciudadanos
extranjeros. Estos, como ha quedado expuesto, están obligados a exhibir los documentos
justificativos de su estancia legal en España, obligación de identificarse que, por lo demás, afecta a
la generalidad de los ciudadanos según resulta del art. 20.1 de la Ley Orgánica 1/1992, de 21 de
febrero, sobre protección de la seguridad ciudadana, en relación con su art. 9 y el art. 12 del Decreto
núm. 196/1976, de 6 de febrero, por el que se regula el Documento Nacional de Identidad, en la
redacción dada por el Real Decreto 1245/1985, de 17 de julio.
10. En atención a lo hasta ahora dicho hemos de concluir que, conforme a las líneas generales
la doctrina que sobre la distribución de la carga de la prueba se contiene ya en la STC 26/1981, de
17 de julio, al haber alegado por la Sra. ... un indicio de discriminación consistente en un trato
desigual, por ser ella de color y haber sido la única persona requerida para mostrar su
documentación, se ha trasladado a la Administración la carga de justificar que su actuación goza
de cobertura legal y se ajusta a criterios de razonabilidad y proporcionalidad, lo que se ha efectuado
adecuadamente, según acabamos de exponer. Asimismo ha de admitirse que de lo actuado no
resulta que la policía haya infligido a la Sra. ... un trato humillante o simplemente desconsiderado,
pues, aparte de la discusión en torno a la obligación de identificarse propiciada esencialmente por
el Sr. Calabuig-París, la intervención policial se agotó en la constatación de que la Sra. ... era
española, ajustándose así al principio de proporcionalidad que ha de presidir este tipo de
actuaciones.
FALLO:
En atención a todo lo expuesto, el Tribunal Constitucional, POR LA AUTORIDAD QUE LE
CONFIERE LA CONSTITUCIÓN DE LA NACIÓN ESPAÑOLA,
Ha decidido
Desestimar la demanda de amparo.
Publíquese esta Sentencia en el “Boletín Oficial del Estado”.
Dada en Madrid, a veintinueve de enero de dos mil uno.
Voto particular que formula el Magistrado don Julio Diego González Campos a la
Sentencia de la Sala Segunda de 29 de enero de 2001, recaída en el recurso de amparo
490/97.
1. No puedo compartir el parecer de la mayoría de la Sala, del que respetuosamente discrepo
tanto en lo que respecta al fallo como a su fundamentación, por las razones que a continuación
expondré. Pues los hechos de los que trae causa la demanda de amparo, más allá de su concreta
incidencia individual, suscitan a mi entender un problema más general ante el que este Tribunal,
626
por la función que la Constitución le ha encomendado en materia de protección de derechos
fundamentales, no puede ser insensible si presta atención, como es obligado, no sólo a los
preceptos, principios y valores de nuestra Norma Fundamental, sino también a la realidad social
sobre la que se proyectan: el control policial de los extranjeros en territorio español cuando España
es una sociedad con una pluralidad de situaciones de extranjería y los efectos negativos de tal
control si éste se practica en atención a la raza o a otras circunstancias personales que el art. 14
CE prohíbe.
2. En efecto, al referirse la Sentencia en su FJ 7 al control de extranjeros en el territorio nacional
y limitarse a afirmar su cobertura legal, se está soslayando que tal control opera sobre una realidad
social muy diversa. Pues basta reparar en que cada año más de cuarenta millones de extranjeros
acuden a España por razones de turismo, fenómeno que tradicionalmente se ha querido impulsar
por el beneficio que produce para la economía nacional. Y es, además, el país en el que han buscado
su bienestar y residen, todo el año o la mayor parte del mismo, muchos miles de extranjeros que
disponen de una residencia propia, lo que también ha impulsado el crecimiento económico en
ciertas zonas. A lo que se une el hecho de que España, por razones geográficas, constituya un país
de tránsito de extranjeros, tanto hacia el país vecino de la península como hacia el Norte de África,
generalmente con un doble desplazamiento anual. Lo que requiere facilitar estos desplazamientos.
En contrapartida, al igual que otros Estados de la Unión Europea, España es un objetivo de los
movimientos migratorios, desde otros continentes o desde Europa oriental, en busca de trabajo. Y
por su posición geográfica es la vía para lograr el acceso al espacio comunitario. Lo que ha
conducido a un creciente fenómeno de inmigración ilegal, con las secuelas nada deseables de un
tráfico organizado de personas en busca de trabajo, que entraña con excesiva frecuencia el riesgo
de la propia vida para alcanzar el territorio nacional, así como la existencia de penosas condiciones
de trabajo y vivienda en diversas zonas donde los inmigrantes sin permiso de residencia y de trabajo
se cuentan por miles. Como nos informan los medios de comunicación, que en las últimas semanas
han llegado a mostrarnos, como paradoja última de esta situación, tanto encierros como incluso
manifestaciones de miles de extranjeros carentes de dicha documentación. Y, por último, en una
dimensión distinta pero nada desdeñable, las actividades no infrecuentes en España de extranjeros
vinculados con el crimen organizado.
3. Es indudable que esta realidad plural, que muy sumariamente se ha descrito, genera
contradicciones en cuanto a los objetivos de política legislativa en esta materia. Y debía haber
conducido a que nos formulásemos ciertas preguntas. Entre ellas ¿es constitucionalmente legítimo
un control general de los extranjeros? ¿Es admisible un control no discriminatorio de los extranjeros
ante una diversidad de situaciones como las indicadas? ¿Cómo puede llevarse a cabo ese control
sin que su práctica afecte a la dignidad de la persona (art. 10.1 CE)?
4. Respecto a lo primero, el dato relevante es que las modificaciones de la legislación española
sobre extranjería, desde la Ley Orgánica 7/1985, de 1 de julio, hasta la Ley 4/2000, de 11 de enero,
han ido acentuando con intensidad creciente el objetivo de «control de extranjeros», al igual que en
otros Estados de la Europa comunitaria.
Por ello, era procedente a mi entender que la Sentencia de la que discrepo hubiera llevado a
cabo el contraste de este objetivo con la cláusula general del “Estado social y democrático de
Derecho” del art. 1.1 CE. Pues habría puesto de relieve un dato significativo: que dicho control sólo
constituye un residuo histórico del “Estado policía” y, como consecuencia, que la “policía de
extranjeros”, entendida como control de alcance general, se acomoda mal, en principio, con los
valores de un Estado democrático y social de Derecho. Lo que hubiera debido llevar a la Sentencia
de la que discrepo a una interpretación bien excluyente o, cuando menos, restrictiva y sujeta a
estrictas condiciones del control general de los extranjeros en cualquier lugar del territorio nacional.
A lo que cabe agregar otro dato relevante: que si se pretende buscar su legitimación en otros
bienes constitucionalmente relevantes, como la seguridad ciudadana o la protección del mercado
nacional de trabajo, las medidas adoptadas para control general de los extranjeros, a mi entender,
627
han de someterse necesariamente a un juicio de proporcionalidad para que sus fines no resulten
distorsionados y, en particular, para determinar si tales medidas, aun siendo acordes con esa
finalidad, son en sí misma proporcionadas. Lo que no ha llevado a cabo la Sentencia de la que
discrepo pese a que basta reparar, para justificar este juicio de proporcionalidad, en que las
consecuencias que se producen desde dichas perspectivas no son en modo alguno deseables. En
efecto, en el primer caso no sólo conduce a una mayor intensidad del control, sino a que se atribuya
a los extranjeros una imagen socialmente negativa, susceptible de provocar, como ha ocurrido en
varios países europeos, reacciones xenófobas. Mientras que desde la perspectiva del mercado de
trabajo puede conducir, paradójicamente, tanto a la ausencia de control policial como una
tolerancia en las condiciones de trabajo y vivienda de los inmigrantes en aquellas zonas del territorio
nacional en las que existe demanda de mano de obra extranjera. Por lo que, aun admitiendo que
no cabe pretender la igualdad en la ilegalidad, resulta poco oportuno, como ha hecho la Sentencia
de la que discrepo, aludir a la localización de 126 extranjeros en situación ilegal durante 1992 en
Valladolid, cuando muchos miles quedaron al margen de todo control en otras zonas del territorio
nacional.
5. En relación con las dos últimas cuestiones, ha de tenerse presente que el control general de
los extranjeros se ha potenciado en España a partir de 1994, tras la adhesión al Convenio de
aplicación del Acuerdo de Schengen de 14 de junio de 1985. Si bien no cabe estimar que dicho
control, con carácter general respecto a las personas y efectuado en cualquier zona del territorio
nacional, venga impuesto por el Derecho comunitario.
En efecto, uno de los objetivos básicos de la Unión Europea según el Tratado de Amsterdam de
2 de octubre de 1997 es el de mantener y desarrollar la Unión “como un espacio de libertad,
seguridad y justicia, en el que esté garantizada la libre circulación de personas”. A lo que
ciertamente se agrega, “conjuntamente con medidas adecuadas respecto al control de las fronteras
exteriores, el asilo, la inmigración y la prevención y la lucha contra la delincuencia” (art. 2). Pero
ello no significa que estas medidas estén destinadas a restringir la libertad de circulación sino que
poseen otra finalidad: el control del acceso por nacionales de terceros Estados al espacio
comunitario. Lo que se corrobora en el nuevo Título IV del Tratado constitutivo de la Comunidad
europea reformado por el Tratado anteriormente citado, pues su art. 62 contrapone claramente, de
un lado, “la ausencia de controles sobre las personas en el cruce de las fronteras interiores”, tanto
de los ciudadanos de la Unión como de los nacionales de terceros países (apartado 1), con las
“medidas sobre el cruce de las fronteras exteriores de los Estados miembros”, que en diferentes
extremos indicados en este precepto condicionan el acceso de los extranjeros al espacio de la
Comunidad europea (apartado 2).
Este dato, a mi entender, es relevante para el caso resuelto por la Sentencia de la que discrepo,
dado que el control de extranjeros no se ha llevado a cabo en su ámbito natural, esto es, en los
puestos autorizados para su entrada en las fronteras de los Estados miembros, sino en el interior
del país y lejos de éstas. Lo que hace que sea cuestionable que la medida, en atención a este dato,
pueda considerarse proporcionada en relación con su finalidad. Y ello se refuerza si se contrasta
con el objetivo antes indicado del Derecho comunitario, la libre circulación de personas, pues mal
se compadece con este objetivo un control de carácter general y que se lleva a cabo en cualquier
lugar del territorio español.
6. Por último, la introducción de un criterio basado en la pertenencia de una persona a un
grupo racial determinado resulta a mi entender contrario al art. 14 CE, pues nos encontramos ante
una discriminación expresamente prohibida por este precepto, ya sea directa o sólo indirecta.
Distinción de la que parece partir la Sentencia de la que discrepo para admitir la segunda cuando
del control de extranjeros se trata. Pues me resulta difícil aceptar, y esta es la razón fundamental
de mi discrepancia con la Sentencia, que «determinadas características físicas o étnicas pueden ser
tomadas en consideración» en los controles policiales de carácter general «como racionalmente
indiciarias del origen no nacional de la persona que las reúne», según se afirma en el FJ 7.
628
El resultado al que se llega, pues, según el parecer de la mayoría de la Sala, es que la
generalidad del control de extranjeros y su práctica en cualquier lugar del territorio nacional puede
tener una justificación adicional en una circunstancia personal, la raza, aun cuando el art. 14 CE
la prohíba expresamente. Conclusión que más adelante se reitera cuando se advierte, un tanto
retóricamente a mi entender, sobre posibles excesos en la adopción de la medida, al afirmar que se
trata de una «razonable selección de las personas a identificar en el ejercicio de las funciones
policiales» que no puede ser desvirtuada indebidamente para infringir un daño «especial o adicional»
a quienes pertenecen a un determinado grupo racial o étnico.
Aquí, de nuevo, se imponía el contraste de tales medidas con la cláusula general del art. 10.1
CE y, en particular, con la referencia a «la dignidad de la persona» como valor superior de todo
nuestro ordenamiento jurídico. Lo que desgraciadamente no se ha hecho en la Sentencia de la que
discrepo. Pues es suficiente observar al respecto, de un lado, que el daño al que alude la Sentencia
no se produce sólo en supuestos de discriminación directa como los indicados, sino que también
puede producirse como efecto normal si se acepta, según el parecer de la mayoría, que sea un
criterio apropiado para «la razonable selección» de las personas que pueden ser sometidas a control
como extranjeros. De otro lado, que con tal aceptación se soslaya otro dato social relevante en orden
a la aplicación de las normas sobre extranjería: que España, al igual que muchos Estados europeos,
ya es una “sociedad multirracial”, en la que convive un número no desdeñable de personas de otras
razas. Y estas personas son tanto extranjeros en una situación regular como nacionales españoles.
Un dato que, por sí sólo debe excluir la introducción de la raza como criterio de selección en el
control de extranjeros, en atención a sus previsibles efectos negativos para la dignidad de las
personas. Pues basta reparar, en relación con los extranjeros del primer grupo, que si pueden
quedar sujetos a la posibilidad de reiterados controles por razón de la raza, con tales medidas no
sólo se está afectando negativamente a un elemento de la identidad de las personas que su dignidad
como tales exige que sea respetado, sino que se está frustrando el objetivo de integración de los
extranjeros en la sociedad española. Y respecto a los segundos, puede conducir a una consecuencia
no menos grave: que se produzca una discriminación entre nacionales por razón de la raza, también
atentatoria a su dignidad personal, como a mi entender ha sucedido en el presente caso.
Madrid, a dos de febrero de dos mil uno.
629
12.2 LA PROTECCION JUDICIAL DE LOS DERECHOS FUNDAMENTALES
TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
EXP. N° 1109-2002-AA/TC-LIMA
ASUNTO
Recurso extraordinario interpuesto por don Isaac Gamero Valdivia contra la sentencia expedida
por la Sexta Sala Civil de la Corte Superior de Justicia de Lima, de fojas 247, su fecha 16 de enero
de 2002, que declaró improcedente la Acción de Amparo de autos.
ANTECEDENTES
El recurrente, con fecha 5 de enero de 2001, interpone acción de amparo en contra del Estado
Peruano con el objeto de que se declaren inaplicables a su persona los Decretos Leyes N°s 25423 y
25454, publicados en el Diario Oficial El Peruano, con fechas 9 y 28 de abril de 1992,
respectivamente en la parte en que se le destituye del cargo de Vocal Titular de la Corte Suprema
de Justicia de la República y se le cancela el título correspondiente, así como en la que se le impide
impugnar mediante la Acción de Amparo la norma que dispone su cese, lo cual viola su derecho de
defensa, el principio de legalidad y el derecho a permanecer en el cargo de Vocal Supremo hasta los
75 años de edad. Por consiguiente, solicita que se ordene su reposición en el cargo y se le reconozcan
los derechos, haberes y años de servicios dejados de percibir por la injusta separación de su cargo.
Refiere los siguientes hechos; a) el 12 de setiembre de 1986 fue nombrado Vocal Titular de la Corte
Suprema de Justicia de la República a propuesta del Consejo Nacional de la Magistratura, luego
del concurso público de méritos y evaluación personal, conforme a lo ordenado en la Constitución
de 1979, y prestó juramento el 3 de diciembre del mismo año; b) el 9 de abril de 1992 el Gobierno
de Emergencia y Reconstrucción Nacional dispuso que cese en la función de Vocal Supremo sin
ninguna justificación mediante el Decreto Ley N° 25423; c) luego de haberse restablecido el orden
constitucional y con la recomendación de la Organización de Estados Americanos de
reinstitucionalizar el Poder Judicial y el Ministerio Público, se ha promulgado la Ley N° 27367, de
fecha 6 de noviembre de 2000, que desactiva las comisiones ejecutivas de ambas entidades, por lo
que considera pertinente plantear la presente acción.
El Procurador Público del Estado a cargo de los asuntos judiciales del Ministerio de Industria,
Turismo, Integración y Negociaciones Comerciales Internacionales, con fecha 8 de marzo de 2001,
propone la excepción de caducidad, y solicita que la demanda sea declarada improcedente, pues
los decretos leyes impugnados mantienen su vigencia. Al día siguiente, el 9 de marzo de 2001, se
apersonan al proceso el Procurador Público a cargo de los asuntos judiciales del Ministerio de
Trabajo y Promoción Social, así como la Procuradora Pública a cargo de los asuntos judiciales del
Ministerio de Salud. Posteriormente, con fecha 12 de marzo de 2001, la Procuradora Pública del
Poder Judicial encargada de la Procuraduría Pública del Ministerio de Justicia, solicita que la
630
demanda sea declarada improcedente al haber sido derogado el Decreto Ley N° 25423, mientras
que, en la misma fecha, el Procurador Público a cargo de los asuntos judiciales del Ministerio de
Agricultura, Ministerio Público y anterior Instituto Nacional de Planificación, contesta la demanda
proponiendo la excepción de caducidad.
El Primer Juzgado Corporativo Transitorio Especializado en Derecho Público de Lima, a fojas
129, con fecha 18 de junio de 2001, declaró fundada la excepción de caducidad y, en consecuencia,
improcedente la demanda, al haberse interpuesto la demanda de manera extemporánea.
La recurrida confirmó la apelada por el mismo fundamento, y por considerar, además, que aun
cuando el Decreto Ley N° 25454 prohibía la interposición de acciones de amparo contra el Decreto
Ley N° 25423, era de aplicación la Constitución de 1979, por lo que “usar como justificación para la
no interposición de una acción de amparo una supuesta prohibición legal, es reconocer una norma
notoriamente inconstitucional, (...) cuando transgredía el derecho de un justiciable a la tutela
jurisdiccional efectiva y la de todo ciudadano de reclamar en sede judicial la prevalencia del precepto
constitucional” previsto en el Artículo 295 de la Constitución de 1979.
FUNDAMENTOS
El Gobierno de Emergencia y Reconstrucción Nacional
1. Con ocasión de los hechos acaecidos el 5 de abril de 1992, se expide el Decreto Ley N° 25418,
“Ley de Bases del Gobierno de Emergencia y Reconstrucción Nacional”, que dispuso la
reorganización de diversas instituciones públicas, entre ellas el Poder Judicial, estableciendo, de
facto, un régimen jurídico sustentado en un supuesto Estado de Emergencia. En dicho contexto se
expiden los decretos leyes impugnados en autos.
2. Los Decretos Leyes N°s 25423 y 25454 fueron publicados en el Diario Oficial El Peruano el
9 y 28 de abril de 1992, respectivamente; por el primero de éstos, cesa el demandante en el cargo
de Vocal Titular de la Corte Suprema de Justicia de la República y se cancela su título, mientras
que por el segundo se le impide que impugne los efectos de dicha norma mediante la Acción de
Amparo.
3. Como el Decreto Ley N° 25418 dejó “sin efecto” los artículos de la Constitución de 1979 que
se opusieran a su contenido (Artículo 8), es evidente que la instauración del Gobierno de Emergencia
no se sustentaba en ninguna cláusula constitucional, lo que daba lugar a un régimen político atípico
en nuestro ordenamiento jurídico.
PROTECCIÓN JUDICIAL
4. Sin embargo, por muy atípico que pueda ser el “gobierno” instaurado, en ningún caso
procede, conforme a lo expuesto en el artículo 25 de la Convención Americana de Derechos
Humanos, que se impida el acceso, a cualquier ciudadano, a un recurso efectivo, sencillo y rápido
para la protección de los derechos reconocidos por la Constitución Política del Estado y la
Convención antes referida.
5. En tal sentido, todos los Estados signatarios de la Convención, se han comprometido a
garantizar, no sólo el acceso a un juez natural, sino también, a desarrollar las posibilidades del
recurso judicial, así como a garantizar el cumplimiento de la decisión estimada procedente.
6. Aún cuando no sea aplicable directamente al caso de autos, la Corte Interamericana de
Derechos Humanos, en su Opinión Consultiva N° 8/87 del 30 de enero de 1998, sobre “El Hábeas
Corpus bajo la suspensión de garantías”, ha señalado en su párrafo 24 lo siguiente:
“La suspensión de garantías constituye también una situación excepcional, según la cual
resulta lícito para el gobierno aplicar determinadas medidas restrictivas a los derechos y libertades
que, en condiciones normales, están prohibidas o sometidas a requisitos más rigurosos. Esto no
significa, sin embargo, que la suspensión de garantías comporte la suspensión temporal del Estado
de Derecho o que autorice a los gobernantes a apartar su conducta de la legalidad a la que en todo
631
momento deben ceñirse. Estando suspendidas las garantías, algunos de los límites legales de la
actuación del poder público pueden ser distintos de los vigentes en condiciones normales, pero no
deben considerarse inexistentes, ni cabe, en consecuencia, entender que el gobierno esté investido
de poderes absolutos más allá de las condiciones en que tal legalidad excepcional está autorizada.
Como ya lo ha señalado la Corte en otra oportunidad, el principio de legalidad, las instituciones
democráticas y el Estado de Derecho son inseparables (cf. La expresión “leyes” en el Artículo 30 de
la Convención Americana sobre Derechos Humanos, Opinión Consultiva OC-6(86 del 9 de mayo de
1986. Serie A N° 6, Párr. 32)”.
7. En tal sentido, mutatis mutandi, cabe señalar que en ningún supuesto cabe la posibilidad
que un Estado limite o elimine la posibilidad que, sus ciudadanos puedan acceder a un recurso
efectivo para la protección de sus derechos fundamentales, situación que incluso fue advertida por
el Tribunal Constitucional del Perú, en la sentencia recaída en la acción de inconstitucionalidad N°
007-96-AI/TC (Fundamento Jurídico N° 7).
8. Consecuentemente, la obligación de los Estados, aún en condiciones de emergencia, radica
en que no se suspendan las garantías judiciales -tales como el amparo o el Hábeas Corpus-, por
ser indispensables para garantizar los derechos de los ciudadanos, correspondiendo al Poder
Judicial de cada Estado proteger dicha legalidad, así como el Estado de Derecho.
9. Cabe señalar, por otra parte, que el Decreto Ley N° 25454, en su artículo 2, señala
expresamente que no procede la Acción de Amparo cuando está dirigida a impugnar directa o
indirectamente los efectos de la aplicación de los Decretos Leyes N°s 25423, 25442 y 25446, norma
que ha sido acatada en diversas oportunidades por los magistrados del Poder Judicial, cuando a
ellos correspondía justamente, a través de dicho mecanismo constitucional, proteger a los
ciudadanos que fueron afectados por la aplicación de las normas señaladas, entre ellos, el actual
demandante.
10. Con el proceder descrito, es evidente que el Poder Judicial, si bien actuó “formalmente” en
la aplicación de las leyes anotadas sin verificar si afectaban o no los derechos de los magistrados
separados de sus cargos, no tuvo en cuenta, sin embargo, que los tratados suscritos por el Estado
en materia de derechos humanos, en ningún momento, suponían la suspensión de las garantías
procesales que permitiese el acceso a un recurso efectivo para la protección de sus derechos.
11. Ello ha ocurrido, aun cuando la Ley Constitucional del 9 de enero de 1993, expedida por el
Congreso Constituyente Democrático (CCD), declaró la vigencia de la Constitución, puesto que, en
su artículo 2, dejó a salvo la vigencia de los decretos leyes expedidos por el Gobierno de Emergencia
y Reconstrucción Nacional hasta que fueran revisados, modificados o derogados por dicho CCD. El
Decreto Ley N° 25454 mantiene su vigencia hasta la fecha, mas no así los Decretos Leyes N° 25423,
25442 y 25446, los cuales fueron derogados -entre otros decretos leyes- por la Ley N° 27433.
12. Esta última norma en nada desvirtúa lo expuesto, dado que el decreto ley que impedía la
interposición de acciones de amparo a los magistrados destituidos mantiene su vigencia y, de otro
lado, si bien establece un mecanismo para su reincorporación, el mismo es de carácter optativo y,
en todo caso, sólo aplicable a los magistrados que “deseen acogerse” a dicha norma. En el caso de
autos, el demandante interpuso en su oportunidad la presente acción de amparo con anterioridad
a su vigencia.
La Caducidad en las Acciones de Amparo
13. El Tribunal Constitucional ha establecido en jurisprudencia uniforme y en aplicación del
artículo 37 de la Ley N° 23506, que una vez promulgada la norma legal -autoaplicable- o emitido y
notificado el acto administrativo que puede ser considerado lesivo a los derechos fundamentales de
los ciudadanos, procede su impugnación en sede constitucional dentro de los sesenta días hábiles
siguientes a su publicación, notificación o ejecución, por lo que, en el caso de las demandas
interpuestas con posterioridad a tal hecho, definitivamente se debe proceder a la declaración de
caducidad.
632
14. Sin embargo, el Tribunal Constitucional no ha tomado en cuenta cómo proceder en los
supuestos en los que exista un impedimento “legal” que impida o restrinja el acceso, sobre todo,
cuando la norma que así lo establece, es netamente de carácter discrecional y mantiene sus efectos
perversos permanentemente.
15. Si bien en la práctica el Supremo Intérprete de la Constitución ha procedido a declarar la
inaplicabilidad de dicha norma en los casos planteados por los ex magistrados destituidos a raíz de
los sucesos acontecidos el 5 de abril de 1992, y, en consecuencia, ha ordenado su reposición,
también hay casos -durante la vigencia de la Ley N° 26801- en que se ha denegado dicho reclamo,
justamente en aplicación del indicado artículo 37 de la Ley N° 23506.
16. Dado que la norma que imposibilita la interposición de la Acción de Amparo mantiene su
vigencia, y mientras no exista un mecanismo para reparar el daño causado, como el establecido en
la Ley N° 27433, no es posible aplicar el artículo 37 de la Ley N° 23506, lo que implica un cambio
en la jurisprudencia del Tribunal Constitucional del modo siguiente:
a. No procede alegar la caducidad en los procesos de amparo cuando el accionante se encontró
impedido de ejercer su derecho de acción, en forma directa o indirecta, en virtud del mandato
expreso de una norma legal, dado que mientras la misma no sea removida, la inexistencia de
un recurso idóneo no puede implicar la convalidación de un acto atentatorio de los derechos
fundamentales. En todo caso, dicho plazo se computará desde la remoción del impedimento.
b. En todos los demás casos en que la afectación o amenaza de afectación de derechos
fundamentales deriva de la aplicación de una norma legal o acto administrativo, y no existe
impedimento legal alguno para la interposición de la demanda, su impugnación debe realizarse
dentro del plazo de sesenta días hábiles conforme lo establece el Artículo 37 de la Ley N° 23506.
c. En ningún caso puede pretenderse que el supuesto contenido en el apartado a) del presente
fundamento haga referencia a un supuesto correspondiente a actos continuados de afectación
de derechos fundamentales, sino única y exclusivamente a la falta de un recurso adecuado.
Derechos Reconocidos en la Constitución de 1979
17. El Artículo 242 inciso 2 de la Constitución Política de 1979, vigente hasta el año 1992,
garantizaba a los Magistrados de la Corte Suprema de Justicia la permanencia en el servicio hasta
los 70 años, así como la inamovilidad en el cargo, siempre que observaran conducta o idoneidad
propia de la función; en su artículo 248 agregaba que podían ser destituidos mediante resolución,
previo proceso administrativo.
18. Como se observa del Decreto Ley N° 25423, dicha norma carece de fundamento y no imputa
inconducta o falta grave que merezca la aplicación de una sanción tan drástica como la de cese;
tampoco se sustenta en un procedimiento-administrativo disciplinario. En consecuencia, debe
evaluarse cuáles son los derechos fundamentales del demandante que han sido afectados en la
aplicación de tal norma.
Derecho al Debido Proceso
19. Los artículos de la Constitución de 1979 antes citados establecen la obligación del Estado
de realizar un proceso administrativo-disciplinario previo a la remoción del accionante, lo cual
implica que, mínimamente, debieron formularse y notificarse los cargos correspondientes, y que se
le debió conceder un plazo establecido con anterioridad al procesamiento para formular su defensa,
acceder a la revisión de un eventual expediente y ser juzgado por una autoridad imparcial e
independiente con competencia para ello.
20. No obstante lo expresado, el cese del accionante fue efectuado al margen del procedimiento
preestablecido en la ley y sin contar con las garantías mínimas que corresponden a un debido
proceso en sede administrativa.
21. Asimismo, se observa que, con la restricción impuesta por el Decreto Ley N° 25454, se
impidió al demandante el acceso a un recurso rápido y sencillo para cuestionar en sede
633
jurisdiccional -con éxito para acreditarse la afectación de sus derechos- los efectos derivados del
Decreto Ley N° 25423.
Control Difuso en el Proceso Constitucional de Amparo
22. La facultad de controlar la constitucionalidad de las normas con motivo de la resolución de
un proceso de amparo constituye un poder-deber por imperativo de lo establecido en el Artículo
138, segundo párrafo de la Constitución. Lo mismo autoriza el artículo 3 de la Ley N° 23506. El
control difuso de la constitucionalidad de las normas constituye un poder-deber del Juez al que
habilita el Artículo 138 de la Constitución en cuanto mecanismo para preservar el principio de
supremacía constitucional y, en general, el principio de jerarquía de las normas enunciado en el
Artículo 51 de nuestra norma fundamental.
El control difuso es un acto complejo en la medida en que significa preferir la aplicación de una
norma cuya validez, en principio, resulta beneficiada de la presunción de legitimidad de las normas
del Estado. Por ello, su ejercicio no es un acto simple, y para que él sea válido se requiere de la
verificación, en cada caso, de los siguientes presupuestos:
a. Que, en el proceso constitucional, el objeto de impugnación sea un acto que constituya la
aplicación de una norma considerada inconstitucional (Artículo 3 de la Ley N° 23506).
b. Que la norma a inaplicarse tenga una relación directa, principal e indisoluble con la resolución
del caso, es decir, que ella sea relevante en la re-solución de la controversia.
c. Que la norma a inaplicarse resulte evidentemente incompatible con la Constitución, aun luego
de haberse acudido a interpretarla de conformidad con la Constitución, en virtud del principio
enunciado en la Segunda Disposición General de la Ley Orgánica del Tribunal Constitucional.
En el presente caso se cumplen los tres presupuestos: a) el mandato dirigido a rechazar la
interposición de acciones de amparo contra los efectos derivados de la aplicación del Decreto Ley
N° 25423 es contrario no sólo a la Constitución de 1979, sino también a la vigente, así como a la
Convención Americana de Derechos Humanos; b) la constitucionalidad o no de esta norma es
relevante para la resolución del proceso debido, dado que constituía un impedimento para acceder
a los tribunales internos en busca de la protección de sus derechos fundamentales; y, finalmente,
c) el hecho de que no es posible interpretar las normas antes citadas, de acuerdo con la
Constitución, por ser evidentemente inconstitucionales, conforme se ha anotado.
Responsabilidad Política
23. Al dictarse los Decretos Leyes N°s 25423, 25442, 25446 y 25454, tanto el ex presidente
Alberto Fujimori Fujimori como los ministros que los suscriben, han violado flagrantemente la
Constitución del Estado, por lo que deben ser denunciados ante el Congreso de la República para
los fines de ley.
Por estos fundamentos, el Tribunal Constitucional, en uso de las atribuciones que le confieren
la Constitución Política del Estado y su Ley Orgánica,
FALLA
REVOCANDO la recurrida, que, confirmando la apelada, declaró fundada la excepción de
caducidad e improcedente la demanda; y, reformándola, declara infundada la citada excepción y
FUNDADA la Acción de Amparo; en consecuencia, inaplicable al demandante el artículo único del
Decreto Ley N° 25423, así como el Decreto Ley 25454; ordena la reincorporación de don Isaac
Gamero Valdivia como Vocal Titular de la Corte Suprema de Justicia, y que se compute el tiempo
no laborado por razón del cese, sólo para efectos pensionables. Dispone que la presente sentencia
se ponga en conocimiento del Congreso de la República a fin de que inicie el procedimiento de
antejuicio, así como a la Fiscalía de la Nación a efectos de que proceda de conformidad con el
Artículo 11 de la Ley N° 23506; del mismo modo, la notificación a las partes, su publicación en el
Diario Oficial El Peruano y la devolución de los actuados.
SS. REY TERRY; REVOREDO MARSANO; ALVA ORLANDINI; BARDELLI LARTIRIGOYEN; GONZALES OJEDA; GARCIA TOMA.
634
12.3 EL RESPETO DE LOS DERECHOS FUNDAMENTALES POR PARTE DE LA ADMINISTRACION
PUBLICA
Por otro lado, el Tribunal Constitucional considera que la falta de consentimiento del
beneficiario del hábeas corpus sobre su traslado no es un motivo legítimo para
invalidar el acto cuestionado por el recurrente. Como antes se ha dicho, es
obligación de la administración penitenciaria realizar y ejecutar las medidas
necesarias e indispensables para garantizar la vida e integridad física de las
personas que se encuentran bajo su responsabilidad.
TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
EXP. N° 0726-2002-HC/TC-LIMA
En Lima, a los veintiún días del mes de junio de dos mil dos, reunido el Tribunal Constitucional
en sesión de Pleno Jurisdiccional, con la asistencia de los señores Magistrados Aguirre Roca,
Presidente; Rey Terry, Vicepresidente; Alva Orlandini, Bardelli Lartirigoyen, Gonzales Ojeda y
García Toma, pronuncia la siguiente sentencia:
ASUNTO
Recurso extraordinario interpuesto por don Grimaldo Achahui Loaiza, a favor de Alejandro
Rodríguez Medrano, contra la sentencia expedida por la Sala Corporativa Transitoria Especializada
en Derecho Público de la Corte Superior de Justicia de Lima, de fojas ciento veintiuno, su fecha
trece de diciembre de dos mil uno, que declaró improcedente la acción de hábeas corpus de autos.
ANTECEDENTES
El recurrente, con fecha catorce de setiembre de dos mil uno, interpone acción de hábeas corpus
a favor de Alejandro Rodríguez Medrano, y la dirige contra el Presidente del Instituto Nacional
Penitenciario, don Javier Bustamante, y el Ministro de Justicia, don Fernando Olivera Vega, con el
objeto de que se ordene su traslado al Establecimiento Penal San Jorge.
Alega que el once de setiembre de dos mil uno, el beneficiario de la acción fue trasladado
violentamente del Establecimiento Penal San Jorge al Penal Castro Castro, donde ocupa un
ambiente semejante a una jaula, cerca del lugar de acceso al penal. Refiere que, posteriormente,
fue trasladado a una celda de castigo para delincuentes de alta peligrosidad o que tienen mal
comportamiento y que dicha celda es un ambiente de aproximadamente doce metros cuadrados
(12m2), en el que se han instalado tres camarotes y donde permanecen seis internos. Añade no
tener ducha ni servicios higiénicos ni agua, por lo que considera que se le viene tratando en
condiciones infrahumanas.
Asimismo, manifiesta que su traslado al penal de máxima seguridad ha puesto en peligro su
vida y su integridad física, pues allí se encuentran personas que fueron sentenciadas por él cuando
ejercía funciones jurisdiccionales. Además, señala que las razones de seguridad argumentadas por
el Instituto Nacional Penitenciario carecen de sustento, dado que, si éstas realmente existieran, le
hubiesen consultado, a fin de que otorgase (o no) su consentimiento. Finalmente, indica que se le
ha recortado su derecho de defensa, pues la visita sólo se puede efectuar durante tres días y en
determinadas horas.
El Cuarto Juzgado Especializado en Derecho Público, con fecha veinticuatro de setiembre de
dos mil uno, declaró infundada la demanda, por considerar, principalmente, que se ha acreditado
que el beneficiario de la acción no ha sido objeto de maltrato y que se encuentra en un ambiente
exclusivamente acondicionado para él y otras personas que se encuentran en su misma condición
635
jurídica. Asimismo, se ha desvirtuado que se le haya recortado su derecho de defensa o el derecho
de visita de sus familiares, las que han sido objeto, por el contrario, de una adecuación.
La recurrida revocó la apelada, declarando improcedente la demanda por los mismos
fundamentos.
FUNDAMENTOS
1. Más allá de los detalles de hecho expuestos en los antecedentes de esta sentencia, el
recurrente alega que el beneficiario de la acción viene recibiendo en el Establecimiento Penal Castro
Castro un tratamiento inhumano y con restricción indebida del derecho de defensa y de visita por
sus familiares.
Por ello, antes de evaluar si tales violaciones de sus derechos constitucionales efectivamente
acontecen, este Tribunal se detendrá en analizar si el ámbito de protección del hábeas corpus
también se extiende al caso de las personas cuya libertad haya sido judicialmente restringida.
Hábeas Corpus Correctivo
2. El inciso 1) del artículo 200 de la Constitución Política del Estado ha creado el procedimiento
de hábeas corpus como remedio procesal destinado a la protección de la libertad individual y de los
derechos conexos con él. Como tal, tiene por propósito esencial, aunque no exclusivo, tutelar al
individuo ante cualquier privación arbitraria del ejercicio de su derecho a la libertad individual y,
particularmente, de la libertad locomotora. Sin embargo, allí no culmina su objetivo, pues también
mediante este remedio procesal puede efectuarse el control constitucional de las condiciones en las
que se desarrolla la restricción del ejercicio de la libertad individual, en todos aquellos casos en que
ésta se haya decretado judicialmente.
3. Ese ha sido el criterio con el que este Tribunal ha venido considerando los alcances del
hábeas corpus (Cf. las sentencias recaídas en los Expedientes N°s. 0318-1996-HC/TC y 0590-2001-
HC/TC): en efecto, está dentro del ámbito de su protección evaluar la constitucionalidad de las
condiciones en que se desarrolla la detención preventiva ordenada por el juez, pues en estos casos
debe observarse que la medida cautelar en cuestión se realice de conformidad con los principios y
valores constitucionales y, muy singularmente, con el derecho de dignidad de la persona, y los
principios de razonabilidad y proporcionalidad.
4. Este tipo de hábeas corpus, denominado en la doctrina como “correctivo”, se deriva de la
interpretación conjunta de los artículos 5.4 y 25.1 de la Convención Americana de Derechos
Humanos. El primero de ellos, puesto que garantiza el derecho a que los procesados estén separados
de los condenados, salvo en circunstancias excepcionales, y que sean sometidos a un tratamiento
adecuado a su condición de personas no condenadas; mientras que el segundo, porque garantiza
el derecho de contar con un recurso sencillo, rápido y eficaz para la protección de los derechos
reconocidos en la Constitución o en la Convención; recurso que la Corte Interamericana de
Derechos Humanos ha señalado que esencialmente está constituido por el hábeas corpus y el
amparo.
5. El derecho de los procesados de estar separados de los condenados, así como a ser sometidos
a un tratamiento adecuado en su condición de personas no condenadas, es una exigencia que se
deriva tanto del principio de presunción de inocencia que asiste a los procesados, en tanto no exista
sentencia condenatoria firme que determine su responsabilidad penal, así como del hecho de que
la detención judicial preventiva no se trata de una sanción punitiva, sino de una medida cautelar,
de carácter excepcional, que impone la obligación de no restringir la libertad individual “más allá
de los límites estrictamente necesarios para asegurar que no (se) impedirá el desarrollo eficiente de
las investigaciones y que no (se) eludirá la acción de la justicia” (Corte Interamericana de Derechos
Humanos, Caso Suárez Rosero. Ecuador, párrafo 77, en Sergio García Ramírez. La jurisprudencia
de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, UNAM-CIDH, México 2001, pág. 417). Por tanto,
habiéndose cuestionado las condiciones que el beneficiario de la acción viene sufriendo por la
636
privación de su libertad, el Tribunal Constitucional es competente para analizar la controversia
planteada con el hábeas corpus de autos.
Derecho a no ser Objeto de Tratos Inhumanos
6. Se ha alegado que las condiciones iniciales en las que el beneficiario venía sufriendo el
mandato de detención judicial preventiva fueron inhumanas y degradantes, pues habría sido
internado en un ambiente denominado “celda de castigo”, especialmente habilitado para
delincuentes de alta peligrosidad y/o para el caso en que se observe mal comportamiento dentro de
las instalaciones del establecimiento penal.
7. El derecho de no ser objeto de tratos inhumanos no debe confundirse con el derecho de no
ser sometido a torturas, tratos crueles o degradantes. Por este último, cuya violación no se ha
alegado en el caso, se entiende, de conformidad con el artículo 1 de la “Convención contra la tortura
y otros tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes”, “todo acto por el cual se inflija
intencionadamente a una persona, dolores o sufrimientos graves, ya sean físicos o mentales, con el
fin de obtener de ella o de un tercero, información o una confesión, de castigarla por un acto que
haya cometido, o se sospeche que ha cometido, o de intimidar o coaccionar a esa persona o a otras,
o por cualquier razón basada en cualquier tipo de discriminación, cuando dichos dolores o
sufrimientos sean infligidos por un funcionario público u otra persona en el ejercicio de funciones
públicas, a instigación suya, o con su consentimiento o aquiescencia.
8. En cambio, el derecho de no ser objeto de tratos inhumanos se encuentra estrechamente
relacionado con el derecho de dignidad de las personas y, particularmente, con los alcances del
derecho a la vida digna, ambos reconocidos en los artículos 1 y 2 inciso 1), de la Constitución
Política del Estado, respectivamente. El derecho a la vida digna, en lo que hace a las personas
privadas de su libertad como consecuencia de la vigencia de un mandato de detención preventiva,
así como el derecho a no ser objeto de tratos inhumanos, garantizan, conjuntamente, el derecho de
vivir en condiciones de detención compatibles con las necesidades y requerimientos psicosomáticos
de todo ser humano portador de dignidad. Se tratan, ambos, de derechos que titularizan todas las
personas en su condición de seres humanos, independientemente de si éstas se encuentren
privadas del ius locomotor, y, por tanto, que vinculan a todos los poderes y dependencias públicas,
entre las cuales se encuentra, por cierto, la administración penitenciaria, según se enfatiza en el
artículo III del Título Preliminar del Código de Ejecución Penal.
9. En el ámbito penitenciario, los derechos a la vida digna y a no ser objeto de tratos inhumanos
garantizan al procesado o sentenciado que la restricción de su libertad individual, así como la de
otros derechos constitucionales no se practique en condiciones de hacinamiento o postración en
ambientes pequeños, donde se carezca de las mínimas e indispensables estructuras de higiene,
instalaciones sanitarias, entre otros aspectos, tal y conforme se ha establecido en las “Reglas
mínimas para el tratamiento de los recursos”, aprobada por el Consejo Económico y Social de la
Organización de Naciones Unidas, mediante la Resolución N° 663 y sus resoluciones ampliatorias.
10. Sin embargo, si determinadas condiciones de detención son compatibles o no con el
contenido constitucionalmente protegido del derecho, no es una cuestión que siempre pueda
evaluarse en abstracto, o considerando la situación de un interno en forma aislada, sino en función
de las condiciones en las que los demás internos (procesados o sentenciados) de un mismo
establecimiento penal se encuentran. En ese sentido, el derecho de no ser objeto de tratos
inhumanos no sólo tiene una vertiente negativa, propia de un derecho reaccional, que se opone al
Estado, sino también una faz positiva, en el sentido de que exige de las autoridades estatales
competentes fijar y realizar las medidas necesarias destinadas a remover los obstáculos que de
hecho impiden el ejercicio irrestricto de los derechos de los reclusos.
11. En el presente caso, y como se ha hecho referencia, el beneficiario del hábeas corpus alega
que inicialmente las condiciones de su reclusión en el Establecimiento Penal Castro Castro se
realizaron con violación del derecho de no ser objeto de tratos inhumanos. No obstante, y según se
637
desprende del documento obrante a fojas ochenta y nueve, tal situación cesó el día siete de
setiembre de dos mil uno, fecha en la que, según expresa el mismo beneficiario, fue trasladado,
primeramente, al ambiente denominado “tópico”, para, posteriormente, en horas de la tarde, ser
ubicado en un ambiente del pabellón denominado “de observación”. Por tanto, dado que el
tratamiento alegado como lesivo ha cambiado, resulta de aplicación el inciso 1) del artículo 6 de la
Ley N° 23506, puesto que, por un lado, habría cesado la presunta violación de sus derechos
constitucionales, y, por otro, ésta habría devenido en irreparable.
Derecho a ser Separados de los Condenados
12. Se alega asimismo que, con el traslado efectuado de un establecimiento penal a otro, se
habría puesto en peligro la vida y la integridad física del beneficiario. Tal peligro, a su juicio, se
derivaría del hecho de que el beneficiario, en el ejercicio de sus funciones jurisdiccionales, habría
condenado a un indeterminado número de personas, cuya privación de libertad precisamente las
vendrían cumpliendo en el mismo establecimiento penal donde él se encuentra.
13. No comparte tal criterio el Tribunal Constitucional. Fundamentalmente, porque, conforme
se ha acreditado en autos, no viene cumpliendo su internamiento en el mismo ambiente señalado
para los sentenciados. Por el contrario, si bien el beneficiario del hábeas corpus se halla recluido
en el Establecimiento Penal Castro Castro, un penal destinado para reos de alta peligrosidad sin
embargo, se encuentra aislado de las personas que tienen la condición de sentenciados. Incluso, se
encuentra separado, en un ambiente distinto al que ocupa el grueso de procesados, esto es, en un
espacio especialmente acondicionado, al que se le ha dotado de una especial seguridad, según
consta en autos.
14. A estos efectos, cuando el artículo 5.4 de la Convención Americana de Derechos Humanos
reconoce como derecho de los procesados el estar separados de los condenados, no exige
necesariamente que se habilite un establecimiento penal exclusivamente para procesados y otro,
también con carácter exclusivo, para los que vienen sufriendo condena penal. Ni siquiera que,
dentro de un establecimiento penal para condenados y procesados, tengan que estar
necesariamente ubicados en edificios distintos. Sólo garantiza mínimamente que, dentro de un
mismo local, tanto condenados como procesados, deban estar separados.
Obligaciones de la administración penitenciaria, preservación de la vida e integridad
física de los internos y derecho de defensa
15. Finalmente, se ha alegado que existiría arbitrariedad en el traslado al Establecimiento Penal
Castro Castro, pues aduciéndose la necesidad de dispensarle mayor seguridad, sin embargo, no se
le consultó de la medida a emplearse, para, de esa manera, prestar o no su consentimiento.
16. Sobre el particular, el Tribunal Constitucional debe señalar que el traslado de los internos
de un establecimiento penal a otro, no es en sí mismo un acto inconstitucional. En efecto,
tratándose de personas privadas legalmente de su libertad locomotora, una obligación de la que no
pueden rehuir las autoridades penitenciarias es la de prestar las debidas garantías para que no se
afecte o lesione la vida, la integridad física y los demás derechos constitucionales que no hayan sido
restringidos. Ello supone que, dentro de márgenes sujetos al principio de razonabilidad, las
autoridades penitenciarias no sólo puedan, sino que deban adoptar aquellas medidas estrictamente
necesarias para preservar los derechos constitucionales de los internos, cada vez que existan
elementos razonables que adviertan sobre el eventual peligro en el que éstas se puedan encontrar.
17. En el caso de autos, se deduce que ha existido razones objetivas en la conducta impugnada
a las autoridades penitenciarias. Según se desprende de la Resolución Directoral N° 924-2001-
INPE/17, de fecha diez de setiembre de dos mil uno, el traslado se efectuó con el objeto de garantizar
la vida y la integridad física de los internos, ante la inexistencia en el Establecimiento Penal San
Jorge de condiciones mínimas que las aseguraran. En mérito de ello, se explica también que la
ejecución de la detención preventiva en el Establecimiento Penal Castro Castro, prevista dentro de
la necesidad de garantizar aquellos bienes constitucionales, no se haya previsto con el carácter de
638
definitiva, sino con sujeción a un régimen transitorio, lo que supone que una vez removidas las
circunstancias que exigieron la adopción de la medida cuestionada, el beneficiario del hábeas
corpus volverá al establecimiento penal donde originalmente venía ejecutándose la detención
judicial preventiva.
18. A juicio del Tribunal, tal medida no es irrazonable, pues, según se advierte de autos, el
traslado cuestionado obedeció a que entre el veintidós de enero de dos mil uno al diez de setiembre
del mismo año, se habría reportado mediante notas informativas y de inteligencia, todas ellas
consignadas en la parte considerativa de la Resolución Directoral N° 924-2001-INPE/17, la
existencia de amenazas contra la vida e integridad física de los beneficiarios del hábeas corpus. Si
éstas son ciertas o no, no es un tema que este Tribunal pueda determinar, dada la naturaleza de
las notas informativas y, sobre todo, las de inteligencia. Sí, en cambio, afirmar que, existiendo las
referidas notas, no se advierte que exista incongruencia entre el acto cuestionado, las medidas
adoptadas por la administración penitenciaria y el régimen temporal al que el traslado cuestionado
ha sido sometido.
19. En ese sentido, si el motivo que impulsó el traslado del beneficiario del hábeas corpus, fue
evitar que se lesionen la vida y su integridad, lo congruente es que la administración penitenciaria
tenga que prever y ejecutar aquellas medidas necesarias que garanticen los bienes jurídicos que se
pretenden proteger. Dicha relación causal ha quedado plenamente acreditada, al haberse ubicado
al beneficiario del hábeas corpus, de tal manera que se encuentre separado del resto de la población
penal, en un ambiente especialmente acondicionado para él y para otros internos, que cuenta con
un servicio de seguridad especial, destinado a preservar y salvaguardar su integridad física, y
donde, incluso, la variación de los días de visita de sus familiares y allegados ha tenido por objeto
garantizar su vida e integridad personal. Por tanto, dado que existe congruencia entre los motivos
que sirvieron para realizarse el traslado cuestionado y las medidas adoptadas por la administración
penitenciaria, el Tribunal Constitucional considera que no es arbitrario el traslado del actor, de un
establecimiento penal a otro.
20. Por otro lado, el Tribunal Constitucional considera que la falta de consentimiento del
beneficiario del hábeas corpus sobre su traslado no es un motivo legítimo para invalidar el acto
cuestionado por el recurrente. Como antes se ha dicho, es obligación de la administración
penitenciaria realizar y ejecutar las medidas necesarias e indispensables para garantizar la vida e
integridad física de las personas que se encuentran bajo su responsabilidad.
21. Por último, queda por evaluar si la medida adoptada tiene por finalidad establecer medidas
mucho más restrictivas en el ejercicio de sus derechos, en particular, el derecho de defensa, que se
acusa haber sido objeto de restricciones indebidas.
Como el Tribunal Constitucional ha señalado en la sentencia recaída en el Exp. N° 1231-2002-
HC/TC, el derecho de defensa garantiza que los justiciables no puedan quedar en indefensión.
Como tal, la garantía de no quedar en estado de indefensión se proyecta a lo largo de todo el proceso
y, por su propio efecto expansivo, contiene, a su vez, un conjunto de garantías mínimas que en todo
momento deben observarse. Entre ellas se encuentra, conforme dispone el artículo 8.2 de la
Convención Americana de Derechos Humanos, la necesidad de conceder al inculpado el tiempo y
los medios adecuados para la preparación de su defensa, el derecho de defenderse a través de un
defensor de su elección y, por lo que ahora importa resaltar, el derecho del inculpado de
comunicarse libre y privadamente con su defensor.
En el caso de autos, no se alega que al beneficiario del hábeas corpus no se le permita contar
y entrevistarse con un abogado de su elección, lo que se viene efectuando, según se corrobora de
los documentos obrantes de fojas once a dieciocho, sino, fundamentalmente, la restricción de los
días y horas de aquellas entrevistas.
22. El Tribunal Constitucional considera que no es ilegítimo, por irrazonable o
desproporcionado, que la administración penitenciaria haya establecido que los días de entrevista
639
de los internos se realicen durante cinco días a la semana, a excepción de los días martes y viernes,
que son días de visita de los familiares; estos últimos, incluso, habilitados de manera distinta de
aquellos en los que lo pueden hacer los familiares de los otros internos del mismo establecimiento
penal, previstos con el objeto de garantizar la seguridad de los familiares del beneficiario del hábeas
corpus.
Tampoco considera que se trata de una restricción indebida, pues es claro que dentro de las
atribuciones de la autoridad penitenciaria se encuentra la de velar por la seguridad, el orden y la
disciplina que deben observarse al interior de todo establecimiento penal. Por tanto, no siendo
irrazonable, sino, antes bien, normal y hasta necesario que se regulen administrativamente los días
y horas de visita de los abogados en los penales, el Tribunal considera que no hay lesión del derecho
constitucional alegado.
Por estos fundamentos, el Tribunal Constitucional, en uso de las atribuciones que le confieren
la Constitución Política del Estado y su Ley Orgánica;
FALLA
REVOCANDO la recurrida, que, revocando la apelada, declaró improcedente la demanda; y,
reformándola, la declara INFUNDADA. Dispone la notificación a las partes, su publicación en el
Diario Oficial El Peruano y la devolución de los actuados.
SS.
AGUIRRE ROCA; REY TERRY; ALVA ORLANDINI; BARDELLI LARTIRIGOYEN; GONZALES OJEDA; GARCIA TOMA.
640
12.4. SOBRE DOMINIO PÚBLICO
Señalar que la existencia de una ley especial que determine que bienes del Estado
son embargables, no supone que el juez de ejecución y el órgano administrativo
correspondiente no puedan dictar o ejecutar embargos sobre bienes del estado (…)
en efecto, la procedencia del embargo sobre viene del Estado (…) no debe tener más
límites que el hecho de tratarse, o tener la condición, de bienes de dominio público,
por lo que corresponde al juez, bajo responsabilidad, determinar, en cada caso
concreto, que bienes cumplen o no las condiciones (…).
TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
EXP. N° 02147-2009-PA/TC-LIMA
En Lima (Arequipa), a los 30 días del mes de junio de 2010, el Tribunal Constitucional en sesión
de Pleno Jurisdiccional, con la asistencia de los magistrados Mesía Ramírez, Beaumont Callirgos,
Vergara Gotelli, Landa Arroyo, Calle Hayen, Eto Cruz y Álvarez Miranda, pronuncia la siguiente
sentencia, con el fundamento de voto de los magistrados Beaumont Callirgos y Landa Arroyo, que
se agrega
ASUNTO
Recurso de agravio constitucional interpuesto por la Municipalidad Provincial del Callao,
debidamente representada por su Procurador Público, contra la resolución de fecha 2 de octubre
del 2008, segundo cuaderno, expedida por la Sala de Derecho Constitucional y Social de la Corte
Suprema de Justicia de la República, que confirmando la apelada declaró infundada la demanda
de autos.
ANTECEDENTES
Con fecha 3 de octubre del 2007 la recurrente interpone demanda de amparo contra los vocales
integrantes de la Primera Sala Civil de la Corte Superior de Justicia del Callao, señores Flor Aurora
Guerrero Roldán, Carlos Hugo Gutiérrez Paredes y Smith Baltazar Otarola Benavides; y contra el
Procurador Público a cargo de los asuntos del Poder Judicial, por vulnerar su derecho
constitucional al debido proceso con la emisión de la resolución Nº 2, de fecha 16 de julio del 2007,
que confirmó la medida cautelar de embargo en forma de intervención en recaudación hasta por la
suma de S/. 6,241.78 nuevos soles sobre los ingresos propios que percibe la municipalidad por
conceptos de: expedición de certificados de soltería, carnet de sanidad, visación de planos y
memoria descriptiva, compatibilidad de uso, licencia de apertura de establecimiento, licencia de
funcionamiento definitivo, licencia de funcionamiento provisional, inspección ocular para
autorización de ruta, baja de vehículo y constatación de características técnicas. Sostiene que en el
proceso judicial sobre acción de cumplimiento, signado con el Nº 2003-04095, seguido por Huanca
Chambi Julio en su contra, la Sala demandada al confirmar el embargo en forma de intervención
en recaudación sobre los ingresos que percibe la municipalidad por concepto de tasas municipales,
vulneró su derecho al debido proceso en la modalidad de motivación defectuosa, pues considera
que contraviene lo dispuesto por el Tribunal Constitucional en los Expedientes Nºs 015-2001-
AI/TC, 016-2001-AI/TC y 004-2002-AI/TC, ya que -según ella- obvió determinar en el caso concreto
qué bienes cumplen o no las condiciones de ser de dominio privado y, por ende, embargables.
Agrega que según el artículo 74º de la Constitución Política del Perú, las tasas no constituyen bienes
de dominio privado porque están relacionadas con el cumplimiento de funciones de un órgano
público, y en consecuencia son inembargables por ser un bien de dominio público.
El Procurador Público Adjunto a cargo de los asuntos judiciales del Poder Judicial contesta la
demanda argumentando que la pretensión de la recurrente es cuestionar una resolución firme
641
recaída en otro proceso constitucional, por lo que de acuerdo a lo establecido en el inciso 6 del
artículo 5º del Código Procesal Constitucional, la demanda debe ser declarada improcedente.
Asimismo señala que en el proceso judicial de cumplimiento no se ha atentado contra derecho
alguno de la recurrente, y que por el contrario, se le ha respetado sus derechos a la tutela procesal
efectiva y al debido proceso.
La Segunda Sala Civil de la Corte Superior de Justicia del Callao, con fecha 21 de febrero del
2008, declara infundada la demanda por considerar que no es posible cuestionar vía proceso de
amparo el criterio adoptado por la Sala emplazada en el asunto de fondo, pues no se puede convertir
a la jurisdicción constitucional en una suprainstancia de revisión, ya que establecer el momento en
que se debe determinar la condición de un bien como de dominio privado y si por ende es
embargable, es una competencia que pertenece exclusivamente a la jurisdicción especializada en lo
civil.
A su turno, la Sala Superior revisora confirma la apelada por considerar que la resolución
cuestionada cuenta con debida motivación, la cual no se ve afectada por su brevedad y concisión,
siendo un exceso pretender que se justifique la determinación de la calidad del bien embargado.
FUNDAMENTOS
Precisión del Petitorio
1. Conforme al petitorio de la demanda, se aprecia que la recurrente cuestiona en sede
constitucional la Resolución Nº 2, de fecha 16 de julio del 2007, por ser vulneratoria de su derecho
a la debida motivación de las resoluciones judiciales, ya que en dicha resolución se obvió determinar
si los bienes (ingresos propios) sobre los que recayó la medida cautelar cumplían o no las
condiciones de ser un bien de dominio privado y por ende embargable.
Un análisis preliminar: La embargabilidad de los bienes del Estado
2. Este Tribunal Constitucional, en los Expedientes Acumulados Nos 015-2001-AI/TC, 016-
2001-AI/TC y 004-2002-AI/TC, caso Colegio de Abogados de Ica y Defensoría del Pueblo, y con
relación a la embargabilidad de los bienes del Estado, tuvo oportunidad de señalar que «la
inexistencia de una ley especial que determine qué bienes del Estado son embargables, no supone
que el juez de ejecución y el órgano administrativo correspondiente no puedan dictar o ejecutar
embargos sobre bienes del Estado. (…) En efecto, la procedencia del embargo sobre bienes del
Estado, sean estos muebles o inmuebles, no debe tener más límite que el hecho de tratarse, o tener
la condición, de bienes de dominio público, por lo que corresponde al juez, bajo responsabilidad,
determinar, en cada caso concreto, qué bienes cumplen o no las condiciones de un bien de dominio
privado y, por ende, son embargables»; añadiendo que «ante el vacío de legislación que precise qué
bienes estatales pueden ser embargados, el principio general es que al juez le corresponde
pronunciar el carácter embargable de un determinado bien, analizando, en cada caso concreto, si
el bien sobre el que se ha trabado la ejecución forzosa está o no relacionado con el cumplimiento
de las funciones del órgano público, y si está o no afecto a un uso público».
3. Conforme se aprecia de lo expuesto este Colegiado en cumplimiento de su labor de
pacificación sobre la interpretación constitucional y de integración de las disposiciones
constitucionales, así como en aras de tutelar el derecho fundamental a la ejecución de las
resoluciones judiciales de las partes litigantes que resulten vencedoras contra el Estado, ha
señalado que resulta constitucionalmente legítimo proceder a la ejecución forzosa contra los bienes
del Estado, siempre y cuando estos sean de dominio privado. Sin perjuicio de ello le ha impuesto a
la judicatura y a los órganos públicos revestidos de competencias ejecutivas un deber de valoración,
motivación y fundamentación al momento de determinar el carácter embargable de un determinado
bien del Estado, otorgándole dos parámetros de evaluación: i) si el bien a embargar tiene relación
con el cumplimiento de las funciones del órgano público, y ii) si el bien a embargar está afectado a
un uso público.
642
Análisis del caso concreto: Análisis del derecho a la motivación de las resoluciones
judiciales
4. Habiéndose impuesto dichos deberes de valoración, motivación y fundamentación al
momento de determinar el carácter embargable de un bien del Estado, en el caso de autos, a fojas
19, primer cuaderno, se aprecia que dichos deberes han sido completamente inobservados o
incumplidos por parte de la Sala demandada, pues la resolución cuestionada no contiene
valoración, motivación, ni fundamentación alguna respecto a si los ingresos propios que percibe la
Municipalidad Provincial del Callao eran utilizados o no en el cumplimiento de sus funciones
institucionales o si se encontraban o no afectos al uso público. Por el contrario la resolución
cuestionada, respecto al carácter embargable de los ingresos propios, solamente argumenta que
«(…) la demandada no ha informado al juez ni ha acreditado con documento alguno, que los
conceptos embargados, están relacionados con el cumplimiento de sus funciones como órgano
público, y si los mismos, están o no afectos a un uso público, no correspondiendo al juez sustituirse
a las partes, por cuanto, la actividad probatoria en nuestro sistema jurídico procesal, se rige por el
principio de que la carga de la prueba corresponde a los sujetos de la relación procesal (…)». Se
aprecia pues que la Sala demandada no efectuó una determinación concreta del carácter
embargable de los ingresos propios de la Municipalidad, no efectuó el análisis acerca de si dichos
ingresos propios tienen o no relación con el cumplimiento de las funciones institucionales de la
Municipalidad Provincial del Callao, por último no analizó si los ingresos propios estaban afectos o
no a un uso público.
5. El derecho a la debida motivación de las resoluciones judiciales es una garantía del
justiciable frente a la arbitrariedad judicial y garantiza que las resoluciones judiciales no se
encuentren justificadas en el mero capricho de los magistrados, sino en datos objetivos que
proporciona el ordenamiento jurídico o los que se deriven del caso. (Cfr. STC Nº 3943-2006-PA/TC,
fundamento 4). Este Supremo Colegiado, precisando el contenido del derecho constitucional a la
debida motivación de las resoluciones judiciales, ha establecido que éste «(…) obliga a los órganos
judiciales a resolver las pretensiones de las partes de manera congruente con los términos en que
vengan planteadas, sin cometer, por lo tanto, desviaciones que supongan modificación o alteración
del debate procesal (incongruencia activa). (…)El incumplimiento total de dicha obligación, es decir,
el dejar incontestadas las pretensiones, o el desviar la decisión del marco del debate judicial
generando indefensión, constituye vulneración del derecho a la tutela judicial y también del derecho
a la motivación de la sentencia (incongruencia omisiva) (STC Nº 04295-2007-PHC/TC, fundamento
5 e). Concordantemente este Tribunal ha señalado también que «el derecho a la motivación de las
resoluciones judiciales no garantiza una determinada extensión de la motivación, por lo que su
contenido constitucional se respeta, prima facie, siempre que exista: (…) b) congruencia entre lo
pedido y lo resuelto, que implica la manifestación de los argumentos que expresarán la conformidad
entre los pronunciamientos del fallo y las pretensiones formuladas por las partes; (…)» (STC 04348-
2005-PA/TC, fundamento 2). En la presente controversia, este Tribunal observa que la recurrente
argumentó en su escrito de apelación de la medida cautelar de embargo ordenada que «los ingresos
propios no necesariamente constituyen bienes de dominio privado, razón por la cual su judicatura
deberá de precisar con exactitud a qué bienes se refiere y de ese modo determinar qué bienes a
criterio del juzgado tienen la calidad de bienes de dominio público (inembargables) y bienes de
dominio privado (embargables)»; pese a ello, la Sala demandada, inobservando la pretensión de la
recurrente, resolvió que «(…) la demandada no ha informado al juez ni ha acreditado con documento
alguno, que los conceptos embargados, están relacionados con el cumplimiento de sus funciones
como órgano público, y si los mismos, están o no afectos a un uso público, no correspondiendo al
juez sustituirse a las partes, por cuanto, la actividad probatoria en nuestro sistema jurídico
procesal, se rige por el principio de que la carga de la prueba corresponde a los sujetos de la relación
procesal (…)». Se comprueba así que la resolución cuestionada contiene intrínsecamente un defecto
insubsanable de nulidad que la convierte en ineficaz, pues la judicatura omitió pronunciarse por el
643
carácter embargable de los ingresos propios que percibe la Municipalidad Provincial del Callao,
aspecto éste que fue alegado por la recurrente en su escrito de apelación.
6. Conforme a lo expuesto, en la resolución cuestionada se ha procedido con inadecuada
motivación, resultando evidente que tal hecho tiene relación directa con el contenido
constitucionalmente protegido del derecho a la motivación de las resoluciones judiciales, pues tal
como se desprende de los considerandos 4 y 5, antes de procederse a dictar la medida de embargo
en forma de intervención en recaudación, no existió una razonable y coherente motivación sobre la
naturaleza del bien de uso privado que las instancias judiciales le han asignado a los ingresos
propios que percibe la Municipalidad. Por tanto este Tribunal, discrepando con los argumentos
emitidos por las instancias inferiores, considera que la demanda debe ser estimada, dejándose sin
efecto la resolución cuestionada a fin de que la Sala demandada expida nueva resolución que ordene
trabar embargo sobre bienes de la recurrente fundamentándose el carácter embargable de ellos en
función a su no uso y/o utilización para fines públicos. Para ello, y a efectos de no vulnerar el
derecho fundamental a la ejecución de las resoluciones judiciales del Sr. Huanca Chambi Julio,
demandante y vencedor del proceso judicial subyacente, la Sala deberá ordenar a la recurrente,
bajo apercibimiento de imponerle multas fijas o acumulativas, que señale bien libre por el monto
ordenado en el proceso judicial subyacente, a efectos que se proceda a la ejecución forzada de la
sentencia.
Por estos fundamentos, el Tribunal Constitucional, con la autoridad que le confiere la
Constitución Política del Perú
HA RESUELTO
1. Declarar FUNDADA la demanda de amparo; en consecuencia, NULA la resolución Nº 02, de
fecha 16 de julio del 2007.
2. Ordenar que la Primera Sala Civil del Callao expida nueva resolución, teniendo en cuenta lo
acotado en el fundamento 6 de la presente sentencia.
Publíquese y notifíquese.
SS.
MESÍA RAMÍREZ/BEAUMONT CALLIRGOS/VERGARA GOTELLI/LANDA ARROYO/CALLE HAYEN/ETO CRUZ/ÁLVAREZ
MIRANDA.
[VOTO SINGULAR]
644
bienes de dominio público, por lo que corresponde al juez, bajo responsabilidad, determinar, en
cada caso concreto, qué bienes cumplen o no las condiciones de un bien de dominio privado y, por
ende, son embargables».
2. A partir de ello, se desprende, en primer lugar, que el bien jurídico que se persigue proteger
es el derecho a la ejecución de las resoluciones judiciales. Ello implica que el deber especial de
protección del indicado derecho recae, de acuerdo a lo propuesto por el Tribunal Constitucional, en
el juez y en el órgano administrativo. El segundo alcance que se desprende del fallo en comento, se
refiere a la forma en que se efectiviza la protección del derecho a la ejecución de las resoluciones
judiciales. De lo anotado, fluye que el Tribunal Constitucional considera que es el juez el encargado
de determinar cuáles son los bienes que cumplen con las condiciones de un bien de dominio
privado. Este accionar debe ser efectuado por el juez bajo responsabilidad de hacer efectivo el
derecho fundamental en juego, vale decir el derecho a la ejecución de las resoluciones judiciales.
3. Conforme a lo expuesto en el fundamento 8 de las STC 0015-2001-AI, STC 0016-2001-AI y
STC 004-2002-AI el derecho a la ejecución de las resoluciones judiciales es una manifes-tación del
derecho a la tutela jurisdiccional, reconocido en el inciso 3) del artículo 139 de la Constitución.
También se encuentra aludido en el segundo párrafo del inciso 2) del mismo artículo 139, cuando
se menciona que «ninguna autoridad puede (...) dejar sin efecto resoluciones que han pasado en
autoridad de cosa juzgada (...) ni retardar su ejecución.»
4. En esa línea de ideas, es pertinente señalar que el Tribunal Constitucional ha establecido
que el contenido constitucionalmente protegido de este derecho impone especiales exigencias a los
sujetos pasivos del derecho, es decir, a los que se encuentran en principio vinculados y, en
particular, a quienes participaron en calidad de partes en el proceso y, desde luego, al propio juez.
Al respecto menciona que «[…] el glosado derecho exige un particular tipo de actuación. Y es que si
el derecho a la ejecución de las resoluciones judiciales garantiza que lo decidido en una sentencia
o en una resolución judicial sea cumplido, es claro que quienes las dictan, o quienes resulten
responsables de ejecutarlas, tienen la obligación de adoptar, según las normas y procedimientos
aplicables -y con independencia de que la resolución a ejecutar haya de ser cumplida por un ente
público o no- las medidas necesarias y oportunas para su estricto cumplimiento.»
5. Resulta claro que el sentido de lo afirmado por este Colegiado respecto de la actuación de
los operadores jurídicos se orienta a la protección del derecho en cuestión y es ahí donde estos
actores tienen la responsabilidad de conseguir que el derecho fundamental logre su máxima
eficacia. Tan es así que la sentencia bajo comentario establece que la citada norma debe ser
interpretada conforme al siguiente tenor: «Los bienes del Estado que se incluyan en la futura ley y
que, por el hecho de estar allí expresados, sean los únicos bienes que puedan ser embargables, lo
serán porque tienen, o deberán tener, la condición de bienes de dominio privado.»
6. De lo indicado se concluye que la ley que pretenda determinar los bienes del Estado sujetos
a embargo, y que a la fecha no ha sido expedida, debe contemplar los bienes embargables
atendiendo a su naturaleza o condición de bienes de dominio privado. En ese sentido, debe
entenderse que la labor del juez para lograr la eficacia del derecho fundamental no se configura con
la determinación de la naturaleza del bien embargable, pues un bien no se convierte de
inembargable a embargable con el solo análisis que pueda hacer el operador. Lo que permitirá
realizar el embargo y efectivizar el derecho de ejecución es la condición que recae en el bien, y en
esa medida una motivación adecuada es lo que se exige del juez a efectos que pueda efectuarse la
medida de embargo.
7. Los pronunciamientos que el Tribunal Constitucional ha expedido en aplicación concreta de
los lineamientos establecidos respecto a la embargabilidad de los bienes del Estado han respondido
a la evaluación de la motivación utilizada por los jueces para la determinación de la calidad de
bienes embargables. En la STC 03981-2006-PA se resuelve una demanda de amparo interpuesta
por el Ministerio de Agricultura contra los vocales de la Sala Contencioso-Administrativa y el juez
provisional del Primer Juzgado Especializado en lo Contencioso Administrativo, al haberse
645
vulnerado el debido proceso mediante la expedición de una resolución que ordena se trabe embargo
a sus cuentas, en la medida en que se ordena embargar cuentas que son de dominio público
conforme al artículo 1 del Decreto de Urgencia 019-2001, y que serían inembargables. En el citado
pronunciamiento el Tribunal sostuvo que «[…] el juez que dictó la medida de embargo ha
determinado previamente la viabilidad legal de dicha medida, toda vez que se trataba de atender un
mandato judicial que supone, en buena cuenta, garantizar la efectividad y eficacia del derecho a
que las sentencias sean cumplidas en sus propios términos, como parte del contenido
constitucionalmente protegido del derecho a la tutela jurisdiccional recogido en el artículo 139.3 de
la Constitución. Siendo ello así, la demanda debe rechazarse, ya que las pretensiones en ella
contenidas no están directamente relacionadas con el contenido constitucionalmente protegido de
los derechos que invoca la entidad recurrente, por lo que es de aplicación el artículo 5.1 del Código
Procesal Constitucional.»
8. En la STC 07721-2006-PA se resuelve una demanda de amparo interpuesta por el Ministerio
de la Mujer y Desarrollo Social contra los vocales integrantes de la Sala Civil de la Corte Superior
de Justicia de Ica, al haberse violado el derecho constitucional a una decisión fundada en derecho
porque se calificaron los bienes materia de embargo en forma de inscripción como de dominio
privado sin ninguna motivación. En este caso se estableció que la presunta resolución violatoria
estuvo adecuadamente motivada a pesar de ser genérica señalando que «el derecho a una decisión
debidamente motivada no supone, dentro de su ámbito constitucionalmente protegido a través del
proceso de amparo, el que las razones que expongan los jueces en sus decisiones tengan que
necesariamente convencer a las partes y, en particular, a la parte vencida en un proceso cualquiera.
La motivación entraña, en función de los objetivos del proceso: a) la obligación de poner en
conocimiento de las partes las razones que aduce el Juez u órgano colegiado, en cualquiera de las
instancias del proceso, respecto de la decisión adoptada, a efectos de que éstas puedan hacer valer
su derecho al recurso impugnando la decisión; b) por su parte, respecto del órgano de revisión, la
motivación permite el control de las decisiones venidas en grado, confirmando o revocando la
decisión (objetivo concreto del proceso); finalmente; c) respecto de la comunidad en su conjunto, la
motivación permite que los jueces, mediante la publicación de sus decisiones, den cuenta pública
de que actúan con imparcialidad y dentro del marco jurídico vigente a efectos de solucionar los
conflictos en la sociedad (objetivo general o abstracto del proceso).»
9. De lo anotado, se observa que el Tribunal Constitucional ha evaluado las decisiones judiciales
en el marco de la defensa del derecho a la ejecución de las resoluciones judiciales y los límites que
tiene todo derecho fundamental en función a dos perspectivas. La primera, que la naturaleza del
bien sobre el cual puede recaer el embargo debe tratarse de un bien de dominio privado. Y que la
resolución judicial debe encontrarse suficientemente motivada. El cumplimiento de estas directrices
determina el ámbito del análisis que le corresponde efectuar al Tribunal en el control de
constitucionalidad de las decisiones judiciales que dispongan la embargabilidad de los bienes del
Estado.
Es esta, pues, en líneas generales, nuestra posición.
SS.
BEAUMONT CALLIRGOS/LANDA ARROYO.
646
12.5. SOBRE DOMINIO PÚBLICO Y DERECHO DE LIBERTAD DE TRÁNSITO
TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
EXP. N° 02595-2011-PHC/TC-ICA
En Lima, a los 30 días del mes de setiembre de 2011, la Sala Primera del Tribunal
Constitucional, integrada por los magistrados Álvarez Miranda, Beaumont Callirgos y Calle Hayen,
pronuncia la siguiente sentencia
ASUNTO
Recurso de agravio constitucional interpuesto por la Asociación de Agricultores San Pedro y
San Pablo y otro representada por don Alejandro Achulli Huamaní contra la resolución expedida
por la Sala Penal de Apelaciones de la Corte Superior de Justicia de Ica, de fojas 134, su fecha 7 de
junio de 2011, que declaró improcedente la demanda de autos.
ANTECEDENTES
Con fecha 14 de marzo de 2011 el recurrente representante de la Asociación de Agricultores
San Pedro y San Pablo y otro interpone demanda de hábeas corpus contra los señores Alejandro
Fernández Choque, Félix Fernández Choque, Félix Fernández Oré, Bárbara Huamán Vda. de Melgar
y María Melgar Gómez, con la finalidad de que se disponga el retiro de la tranquera instalada en la
carretera que conduce a diferentes sectores poblados del lugar del Sector Cabeza de Toro, puesto
que ello afecta el derecho al libre tránsito de los favorecidos.
Refiere que los emplazados han instalado una tranquera en una vía pública que permite el
acceso a las propiedades de los favorecidos. Asimismo expresa que para permitirles el acceso por
dicha carretera se le impone el pago de dos nuevos soles a los vehículos y un nuevo sol a las
mototaxis. Refiere que la asociación San Pedro y San Pablo siempre ha cumplido con el acuerdo
pactado referido a llevar agua a dicha carretera y regar el camino con el propósito de que no se
produzca el polvo.
Realizada la investigación sumaria el recurrente se ratifica en el contenido de su demanda. Por
otro lado los emplazados expresan que dicha propiedad es una propiedad privada y que la
instalación de la tranquera responde al cuidado de sus cultivos, puesto que el tránsito de vehículos
ocasiona polvo que los perjudica.
El Juzgado Unipersonal de Pisco de la Corte Superior de Ica declara la improcedencia de la
demanda considerando que existen aspectos que deben ser dilucidados, tales como si la vía que se
reputa como obstruida es pública o no y si existe otra vía que conduce a las propiedades de los
favorecidos.
La Sala Superior revisora confirma la apelada por similares argumentos
FUNDAMENTOS
Delimitación del Petitorio
1. El objeto de la presente demanda es que se disponga el retiro de las tranqueras instaladas
en la carretera que conduce a diferentes sectores poblados del lugar del Sector Cabeza de Toro,
puesto que se está afectando el derecho a la libertad de tránsito de los favorecidos.
Cuestión Previa
647
2. Del texto de la demanda se aprecia que el recurrente no ha señalado con exactitud dónde
se ubica la vía que ha sido objeto de obstrucción por parte de los demandados. No obstante ello
encontramos de autos que en la Diligencia de Inspección Judicial realizada (fojas 29) se señala
claramente que la vía que se denuncia como obstruida es una vía carrozable ubicada a la altura del
Km. 20 de la vía Los Libertadores, margen izquierda en el sentido de Pisco a Ayacucho, Sector
Cabeza de Toro, Distrito de Independencia, Provincia de Pisco, habiendo ambas partes participado
sin cuestionar tal aspecto referido a la ubicación. Por esta razón este Colegiado puede emitir un
pronunciamiento de fondo en razón a que se ha establecido la ubicación de la vía que se denuncia
como obstaculizada.
Derecho a la libertad de tránsito y servidumbre de paso
3. Según el artículo 2°, inciso 11, de la Constitución, toda persona tiene derecho «(...) a elegir
su lugar de residencia, a transitar por el territorio nacional y a salir de él y entrar en él, salvo
limitaciones por razones de sanidad o por mandato judicial o por aplicación de la ley de extranjería».
4. Es así que este Tribunal Constitucional ha señalado que la facultad de desplazamiento que
supone el derecho a la libertad de tránsito también se manifiesta a través del uso de las vías de
naturaleza pública o de las vías privadas de uso público. En el primer supuesto, el ius movendi et
ambulandi se expresa en el tránsito por parques, calles, avenidas, carreteras, entre otros; en el
segundo supuesto, se manifiesta, por ejemplo, en el uso de las servidumbres de paso. Sin embargo,
en ambas situaciones, el ejercicio de dicha atribución debe efectuarse respetando el derecho de
propiedad. (Cfr. STC Exp. N° 846-2007-HC/TC, caso Vladimir Condo Salas y otra, fundamento 4;
Exp. Nº 2876-2005-HC/TC, caso Nilsen Mallqui Laurence, fundamento 14). En efecto, si bien el
derecho a la libertad de tránsito tutela el desplazamiento por servidumbres de paso, es preciso
señalar que resulta vital determinar de manera previa la existencia de una servidumbre de paso,
por el carácter instrumental que dicho derecho legal posee en relación con derechos de rango
constitucional como la propiedad y el libre tránsito (Cfr. STC Exp. Nº 202-2000-AA/TC, caso Minera
Corihuayco S.A., fundamento 2; Exp. Nº 3247-2004-HC/TC, caso Gregorio Corrilla Apaclla,
fundamento 2).
5. Por ello es que no cabe la menor duda de que, en un contexto dado, la servidumbre de paso
constituye una institución legal que hace viable el ejercicio de la libertad de tránsito en sus diversas
manifestaciones. De ahí que cualquier restricción arbitraria del uso de la servidumbre suponga
también una vulneración del derecho a la libertad de tránsito, y por tanto, pueda ser protegido
mediante el hábeas corpus. Sin embargo, no debe olvidarse que la competencia de la justicia
constitucional de la libertad está referida únicamente a la protección de derechos fundamentales y
no a la solución y/o dilucidación de controversias que atañan a asuntos de mera legalidad.
6. Que en los casos en los que se ha cuestionado el impedimento del tránsito por una
servidumbre de paso, este Tribunal Constitucional ha estimado la pretensión, argumentando que
la existencia y validez legal de la servidumbre se hallaba suficientemente acreditada conforme a la
ley de la materia (Cfr. Exp. Nº 0202-2000-AA/TC, 3247-2004-PHC/TC, 7960-2006-PHC/TC). Sin
embargo, tal situación no se dará cuando la evaluación de la alegada limitación del derecho de
libertad de tránsito implique a su vez dilucidar aspectos que son propios de la justicia ordinaria
como la existencia y validez legal de una servidumbre de paso. En tales casos, este Tribunal
Constitucional se ha pronunciado declarando la improcedencia de la demanda (Cfr Exps Nos. 0801-
2002-PHC/TC, 2439-2002-AA/TC, 2548-2003-AA/TC, 1301-2007-PHC/TC, 2393-2007-PHC/TC,
00585-2008-PHC/TC).
En el presente caso
7. Se aprecia de autos que la presente demanda está dirigida a cuestionar la instalación de
una tranquera, así como el cobro por permitir el acceso a dicha vía, que como afirman los
favorecidos es pública.
648
8. De fojas 53 de autos encontramos el escrito presentado por el abogado del representante de
la Asociación de Agricultores San Pedro y San Pablo, en el que afirma –refiriéndose a la vía
presuntamente obstruida– que «[los demandados] (…) pretenden burlarse de sus derechos con el
afán de enriquecerse, con el pretexto de ser propietarios de los fundos que atraviesa el camino; pues
bien, si se callaron años atrás de hacer reclamos al respecto, permitiendo el libre tránsito o paso
supuestamente en propiedades que le concierne, y éstos han preferido reservarse, es lógico que a
través del tiempo el camino se ha hecho de dominio público y para revertirlo a su propietario es
necesario una acción judicial (…)». Asimismo a fojas 94 obra el acta de la diligencia de inspección
judicial, en la que se expresa que «(…) si existe otra vía para llevar a la cantera de los predios de los
demandantes, los mismos que están acondicionados para el transporte y el paso de los vehículos
de todo tipo (…)».
9. Finalmente cabe señalar que de las copias del Registro de Propiedad Inmueble que obra en
autos (fojas 72 y siguientes) se aprecia que no se ha constituido servidumbre de paso alguna dentro
de las propiedades de los emplazados, cuestión que nos permite concluir que –conforme los mismos
demandantes han afirmado– si bien se aprecia que efectivamente existe un camino obstruido a
través de una tranquera, no se acredita de autos que tal camino constituya una vía pública, ni
constituya servidumbre de paso, razón por la que la demanda debe ser desestimada, al no haberse
acreditado la afectación del derecho invocado.
10. Asimismo cabe señalar que conforme se ha expresado en el fundamento 8, de la diligencia
de inspección judicial se acreditó que existe otra vía por la cual los favorecidos pueden tener acceso
a sus propiedades.
Por estos fundamentos, el Tribunal Constitucional, con la autoridad que le confiere la
Constitución Política del Perú
HA RESUELTO
Declarar INFUNDADA la demanda de hábeas corpus al no haberse acreditado la afectación del
derecho a la libertad de tránsito.
Publíquese y notifíquese.
SS.
ÁLVAREZ MIRANDA/BEAUMONT CALLIRGOS/CALLE HAYEN.
649
13. CONFLICTO DE COMPETENCIA
TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
EXP. N° 001-2002-CC/TC
VISTA
La demanda de Conflicto Constitucional de Competencia y Atribuciones interpuesta por don
Richard Müller Vozeler, alcalde de la Municipalidad Provincial de Concepción, contra la
municipalidad Provincial de Huancayo; y,
ATENDIENDO A
1. Que, de conformidad con el Artículo 46 de la Ley N° 26435, Orgánica del Tribunal
Constitucional, mediante el proceso de Conflicto entre órganos constitucionales se resuelven
conflictos que se susciten sobre las competencias o atribuciones asignadas directamente por la
Constitución o las leyes orgánicas que delimiten los ámbitos propios de los poderes del Estado, los
órganos constitucionales, los gobiernos regionales o municipales.
2. Que, asimismo de conformidad con el artículo 47 de la Ley N° 26435, el conflicto se produce
cuando alguno de los poderes o entidades estatales a los que se hace referencia en el artículo 46 de
la misma Ley, adopta decisiones o rehúye deliberadamente actuaciones, afectando competencias o
atribuciones que la Constitución y las leyes orgánicas confieren a otro.
3. Que, en el presente caso, la demandante alega que la Dirección de Transportes de la
Municipalidad Provincial de Huancayo, al entregar la tarjeta de circulación a la empresa de
Transportes Corazón de Jesús S.A., autorizó indebidamente a realizar un servicio interprovincial a
dicha empresa, toda vez que incluyó en la ruta autorizada el tránsito por las localidades de
“Concepción” y “Punto de Paso”, localidades éstas que se encuentran dentro de la jurisdicción de la
demandante, y que, por cierto, no fueron objeto de licitación por la Municipalidad Provincial de
Huancayo.
4. Que, en ese sentido, el Tribunal Constitucional considera que no existe despojo o
perturbación del ejercicio de una competencia o atribución que la Constitución o la Ley Orgánica
de Municipalidades atribuya a la demandante y que sea imputable a la Municipalidad Provincial de
Huancayo, sino, concretamente, la existencia de un acto administrativo -la autorización de
circulación- parcialmente inválida, puesto que un órgano administrativo que forma parte de la
entidad demandada -su Dirección de Transportes-, sin base legal que la justifique, autorizó que la
Empresa de Transportes Corazón de Jesús S.A. circulara por una ruta que no fue objeto de
licitación.
En mérito de ello, precisamente la demandada expidió la Resolución de Alcaldía N° 548-2000-
MPH/A, cuyo artículo 1 resolvió “anular” las palabras Concepción y Punto de Paso de las tarjetas
de circulación expedidas en 1999 a la Empresa de Transportes Corazón de Jesús S.A.
650
5. Que, asimismo, este Tribunal debe declarar, teniendo en consideración los términos en los
que se ha planteado el petitorio de la demanda, que no es objeto de este proceso constitucional
declarar que determinados actos administrativos, como las Resoluciones de Alcaldía N°s. 548-2000-
A-MPH, 205-00-A-MPC y 183-00-A-MPC, son válidos o que ya no se encuentran en vigencia. Entre
tanto los actos administrativos no sean declarados nulos por el propio órgano de la Administración
o judicialmente se declare su invalidez, tales actos gozan de la presunción de validez y, por ende,
son de cumplimiento obligatorio.
Por otro lado, el Tribunal Constitucional debe destacar que tampoco es objeto del presente
proceso determinar la eficacia temporal -ya fenecida- de un acto administrativo, como se peticiona
en la demanda con relación a la Resolución de Alcaldía N° 183-00-A-MPC, expedida por la
demandante.
6. Que, por tanto, tratándose de una pretensión que no tiene por finalidad que este Tribunal
Constitucional determine las competencias y atribuciones que la Constitución y la Ley Orgánica
asignan directamente a favor de la demandante, la demanda debe declararse inadmisible.
Por estos fundamentos, el Tribunal Constitucional, en uso de las atribuciones que le confieren
la Constitución Política del Estado y su Ley Orgánica;
RESUELVE
Declarar INADMISIBLE la demanda de Conflicto Constitucional de Competencia y Atribuciones
interpuesta por don Richard Müller Vozeler, alcalde de la Municipalidad Provincial de Concepción,
contra la Municipalidad Provincial de Huancayo. Dispone la notificación a las partes, su publicación
en el Diario Oficial El Peruano y el archivamiento de los actuados.
SS.
AGUIRRE ROCA; REY TERRY; REVOREDO MARSANO; ALVA ORLANDINI; BARDELLI LARTIRIGOYEN; GONZALES OJEDA;
GARCIA TOMA.
651
14. RESTITUCION DE LOS DERECHOS CONSTITUCIONALES
TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
EXP. N° 374-2001-AA/TC-HUAURA
En Lima, a los diecisiete días del mes de enero de dos mil dos, reunido el Tribunal
Constitucional en sesión de Pleno Jurisdiccional, con asistencia de los señores Magistrados Aguirre
Roca, Presidente; Rey Terry, Vicepresidente; Nugent, Díaz Valverde, Acosta Sánchez y Revoredo
Marsano, pronuncia la siguiente sentencia:
ASUNTO
Recurso extraordinario interpuesto por don José Abner Pereyra Riva, contra la sentencia
expedida por la Sala Civil de la Corte Superior de Justicia de Huaura, de fojas setenta y seis, su
fecha diecinueve de marzo de dos mil uno, que declaró improcedente la Acción de Amparo de Autos.
ANTECEDENTES
El recurrente interpone Acción de Amparo contra la Municipalidad Provincial de Huaura-
Huacho, a efectos de que se declaren inaplicables las Resoluciones N°s 493-00, 665-00 y 0010-00,
que le imponen y ratifican una arbitraria e indebida sanción disciplinaria (destitución) derivada de
un proceso administrativo irregular, violatorio de su derecho constitucional al debido proceso y que,
por lo tanto, se ordene la inmediata reposición a sus labores. El demandante alega que se le abre
proceso disciplinario por haber, supuestamente, faltado en forma injustificada a su centro de
trabajo, y que para ello la demandada no ha considerado que el demandante padece de una
enfermedad crónica (alcoholismo), y ni ha tenido en cuenta su estado de salud y su precaria
situación económica y problemas familiares, la demandada ha procedido a destituirlo de su puesto.
La emplazada contesta la demanda, negándola y contradiciéndola en todos sus extremos;
señala que el proceso disciplinario instaurado al demandante se sujetó a ley y que, durante el
procedimiento propiamente dicho, se respetó el debido proceso, y el servidor hizo uso de su derecho
de defensa; consecuentemente, no se ha conculcado ningún derecho constitucional al demandante.
El Primer Juzgado Civil de Huaura, con fecha treinta y uno de enero de dos mil uno, declara
infundada la demanda, por considerar, que el demandante ha hecho uso de los mecanismos legales
en la vía administrativa con arreglo a las disposiciones establecidas, y ha cumplido con agotar dicha
instancia antes referida, conforme se aprecia de los diversos recursos impugnatorios, no habiendo
cuestionado en dicha instancia, irregularidad ni vulneración del debido proceso (sic).
La recurrida, revocando la apelada, declaró improcedente la demanda, por considerar,
principalmente, que la Acción de Amparo no es la vía idónea para dilucidar la presente controversia,
sino la vía contencioso-administrativa.
652
FUNDAMENTOS
1. Cuando se alega la vulneración del derecho al debido proceso en sede administrativa,
corresponde efectuar la verificación de que el administrado haya hecho un ejercicio formal de su
derecho de defensa (de ofrecer y actuar medios de prueba, o inclusive de promover la pluralidad de
instancias administrativas); también resulta indispensable determinar si la sanción impuesta al
servidor es consecuencia de haberse observado los principios de razonabilidad y proporcionalidad.
2. En el caso sub exámine, el demandante alega que determinadas conductas o hechos no han
merecido una evaluación respectiva por los órganos de la Administración y con lo regulado por la
ley; asimismo, señala que el procedimiento administrativo iniciado fue irregular, y que, además, la
sanción no se realizó en proporción directa con las supuestas faltas imputadas; sin embargo, de
autos se determina, primero, la existencia de un proceso regular y, finalmente, que la sanción
dispuesta fue resultado de la falta incurrida, encontrándose debidamente prevista en el artículo 28
del Decreto Legislativo N° 276.
Por estos fundamentos el Tribunal Constitucional, en uso de las atribuciones que le confieren
la Constitución Política del Estado y su Ley Orgánica;
FALLA
REVOCANDO la recurrida, que, revocando la apelada, declaró improcedente la Acción de
Amparo; y, reformándola, la declara INFUNDADA. Dispone la notificación a las partes, su
publicación en el Diario Oficial El Peruano y la devolución de los actuados.
SS. AGUIRRE ROCA; REY TERRY; NUGENT; DIAZ VALVERDE; ACOSTA SÁNCHEZ; REVOREDO MARSANO.
653
14.2 EL DERECHO DE DEFENSA Y LA FALTA DE MOTIVACIÓN DEL ACTO ADMINISTRATIVO
EXP. N° 3124-2000
Sala de Derecho Público
Resolución N° 2025
Lima, ocho de agosto del dos mil uno
VISTOS:
En Audiencia Pública de fecha veinticinco de julio pasado, interviniendo como Vocal Ponente la
señora Ubillús Fortini, con lo opinado por el señor Fiscal Superior en su Dictamen que obra de fojas
doscientos ochenta a doscientos ochentidós;
CONSIDERANDO:
PRIMERO.- Que, en aplicación de los Artículos uno y dos de la Ley número veintitrés mil
quinientos seis que resultan reglamentarios del Artículo doscientos, inciso segundo de la
Constitución Política del Estado, la Acción de Amparo tiene como objeto reponer las cosas al estado
anterior a la violación o amenaza de violación de un derecho constitucional y procede en casos que
dicha violación o amenaza se produzca por acción u omisión de actos de cumplimiento obligatorio;
SEGUNDO.- Que, del escrito de demanda de fojas cincuenta y uno y siguientes se verifica que
la pretensión de la accionante está dirigida a que se declare inaplicable las Resoluciones de Gerencia
General números 1011 y 1114-GG-HNGA-ESSALUD-99 de fechas 01/12/99 y 30/12/99, mediante
las cuales se le cesa por causal de excedencia y se declara infundado su recurso de reconsideración,
asimismo se declare inaplicable la Resolución de Gerencia Central número 361-GCRH-ESSALUD-
2000 de fecha 16 de marzo del 2000, por la cual se declara infundado el recurso de apelación
interpuesto; se le reponga en su puesto de trabajo en el cargo de Asistente Administrativo de la
División de Admisión del Hospital Nacional Guillermo Almenara Irigoyen con el pago de las
remuneraciones y bonificaciones dejadas de percibir desde la fecha de cese;
TERCERO.- Que, la parte demandante aduce el incumplimiento de las garantías mínimas que
debieron aplicarse en la evaluación a la que fue sometida, habiéndose vulnerado el derecho al
debido proceso toda vez que dicha evaluación no ha sido pública, no se le ha notificado
debidamente, la resolución por la cual se ordena su cese no se encuentra debidamente motivada,
no le hicieron conocer los resultados de la primera evaluación; por tanto, se ha configurado un
despido arbitrario;
CUARTO.- Que, la excedencia como causal de cese fue incorporada a nuestro ordenamiento
legal por Decreto Ley número 26093 que dispuso de manera imperativa la realización de programas
de evaluación de personal de los Ministerios y de las Instituciones Públicas, disposición que a la
fecha se encuentra derogada por ley número 27487;
QUINTO.- Que, en este sentido es del caso determinar si el cese de la actora devino como
consecuencia de la aplicación de un programa de evaluación con las garantías mínimas de
regularidad y legalidad, pues de lo contrario se estaría ante un acto arbitrario sustentado en el
654
abuso del derecho y por ende pasible de ser subsanado por el presente mecanismo constitucional
al tener el derecho invocado en la demanda rango constitucional;
SEXTO.- que, en el caso de autos se aprecia que el proceso de evaluación a través del cual se
desaprobó a la demandante correspondió al segundo semestre del año de mil novecientos noventa
y nueve, siendo ejecutado mediante Resolución de Gerencia General número 1011-HNGA-
ESSALUD-99 de fecha 1 de diciembre de 1999;
SEPTIMO.- Que, sin embargo el resultado de la cuestionada evaluación fue expedido con fecha
1 de diciembre de mil novecientos noventa y nueve, contraviniendo de tal forma el Reglamento
aprobado por la Resolución número 113-PREJ-ESSALUD-99 que disponía en su Artículo Noveno,
que la evaluación debía realizarse en los meses de enero y junio de cada año;
OCTAVO.- Que, asimismo es de advertirse que la Resolución número 1011-HNGA-ESSALUD-
99 adolece de falta de motivación, por cuanto en la misma no se indica el puntaje obtenido por la
actora, ni los fundamentos que sustentan su cese a efecto de que ella hubiese tenido la oportunidad
de contradecirlos al momento de ser impugnada, habiéndose vulnerado de tal forma su derecho a
la defensa;
NOVENO.- Que, en este orden de ideas, se evidencia en el caso de autos que existió una
arbitrariedad por parte de la entidad demandada, con clara desnaturalización del Decreto Ley
número 26093 (hoy derogado), razón por la cual merece amparo la presente acción constitucional,
ante la evidente vulneración de los derechos constitucionales de la actora;
DECIMO.- Que, en lo referido al pago de las remuneraciones y bonificaciones devengadas, el
Tribunal Constitucional ha dejado establecido que dichos pagos de las remuneraciones constituyen
una contraprestación por la labor efectivamente realizada, lo que en el caso submateria no se ha
producido, deviniendo por tanto inamparable dicho extremo;
FALLO:
Por tales consideraciones REVOCARON la sentencia venida en grado, que corre de fojas
doscientos cuarenta y uno al doscientos cuarenta y cuatro, su fecha treinta y uno de julio del año
dos mil, que declaró INFUNDADA la demanda, REFORMÁNDOLA la declararon FUNDADA en parte;
en consecuencia INAPLICABLE para la demandante las Resoluciones de Gerencia General números
1011-HNGA-ESSALUD-99 y 1114-GG-HNGA-ESSALUD-99 de fechas 1/12/99 y 30/12/99
respectivamente, así como la Resolución de Gerencia Central número 361-GCRH-ESSALUD-2000
de fecha 16 de marzo del 2000, e IMPROCEDENTE en cuanto al pago de remuneraciones y
bonificaciones dejadas de percibir, ORDENARON que la entidad emplazada reponga a la actora en
su puesto de trabajo en el cargo en que se desempeñaba; en los seguidos por BERTHA MARCELINA
GUEVARA BOCANEGRA contra Luis Augusto Bromley Coloma – Gerente General del hospital
Nacional Guillermo Almenara Irigoyen y contra Jorge Alfaro Echevarría – Gerente General de
Recursos Humanos – ESSALUD; y estando a que la presente resolución sienta precedente de
observancia obligatoria, MANDARON: Que, consentida y/o ejecutoriada que sea, se publique en el
Diario Oficial El Peruano por el término de ley; y los devolvieron.
SS.
MAC RAE THAYS; ALVAREZ OLAZÁBAL; UBILLUS FORTINI.
655
14.3 PRECEDENTE DE OBSERVANCIA OBLIGATORIA REFERIDO A LA APLICACION DE NORMAS
ADMINISTRATIVAS, COMPETENCIA PARA DECLARAR NULIDAD DE ACTOS ADMINISTRATIVOS Y
LA OPORTUNIDAD PARA SOLICITARLA(*)
656
I. SOLICITUD QUE ORIGINA LA PRESENTE
Mediante escrito de fojas 119, presentado el 16.11.2001, la Empresa de Transportes y Turismo
Apóstol Santiago S.A. formula nulidad de la Resolución Nº 19 de 8.11.2001, manifestando que el
Registrador de manera unilateral ha cambiado el número de motor del vehículo de placa de rodaje
UO-9013, a solicitud de la parte contraria, sin ponerla en su conocimiento y, porque se le ha
notificado en una misma fecha, 8 de noviembre, tanto la Resolución Nº 19, que ordena la
liquidación, la liquidación misma y la Resolución Nº 20, cuando la primera debía de haber quedado
consentida primero para luego notificársele la liquidación y la Resolución Nº 20; igualmente formula
observación a la liquidación pues su representada ha efectuado diferentes pagos a la contraria,
señalando que la documentación que lo acredita ha sido presentada ante la Fiscalía Penal de Lima
en la denuncia por delito de estafa que le sigue a su vendedora; nulidad y observación que no
sustenta en norma legal alguna;
657
V. ANALISIS
PRIMERO: Mediante Resolución del Tribunal Registral Nº 16-ORLC/TR del 23 de julio de 2001
este colegiado en mayoría ha precisado que ante una situación no regulada en un procedimiento
administrativo especial, se debe recurrir en primer lugar a las normas administrativas de carácter
general, y si en ellas no se hubiera ubicado una norma aplicable recurriremos a las normas de
derecho público como el Código Procesal Civil. Este criterio se ha visto reforzado ante la dación de
la Ley Nº 27444 “Ley de Procedimiento Administrativo General” vigente desde el 11 de octubre de
2001, cuyo Artículo 1.2 del Título preliminar prescribe: “Principio del debido procedimiento. Los
administrados gozan de todos los derechos y garantías inherentes al debido procedimiento
administrativo, que comprende el derecho a exponer sus argumentos, a ofrecer y producir pruebas
y a obtener una decisión motivada y fundada en derecho. La institución del debido procedimiento
administrativo se rige por los principios del Derecho Administrativo. La regulación propia del
Derecho Procesal Civil es aplicable sólo en cuanto sea compatible con el régimen administrativo”.
Esta misma norma en su Artículo II.2 prescribe: “Los procedimientos especiales creados y
regulados como tales por ley expresa, atendiendo a la singularidad de la materia, se rigen
supletoriamente por la presente Ley en aquellos aspectos no previstos y en los que no son tratados
expresamente de modo distinto”. Esta norma es aplicable frente al Artículo 148º del Reglamento
General de los Registros Públicos1, el cual ha quedado derogado en parte a partir de la vigencia de
la Ley Nº 27444;
SEGUNDO: Habiéndose establecido la aplicación supletoria de las normas administrativas en
los supuestos no regulados por la Ley Nº 6565 y su reglamento, cabe entonces establecer la norma
administrativa aplicable de acuerdo a su temporalidad, por lo cual nos remitiremos a la primera
disposición transitoria de la Ley Nº 27444 la cual establece: “1. Los procedimientos administrativos
iniciados antes de la entrada en vigor de la presente Ley, se regirán por la normativa anterior hasta
su conclusión. 2. No obstante, son aplicables a los procedimientos en trámite, las disposiciones de
la presente Ley que reconozcan derechos o facultades a los administrados frente a la
administración, así como su Título Preliminar”.
El Dr. Juan Carlos Morón Urbina en su Libro “Comentarios a la Ley de Procedimientos
Administrativos” al comentar este artículo plantea las siguientes cuestiones: “Una primera duda
que puede surgir en la aplicación de la norma es la delimitación del concepto de “procedimiento” a
efectos de establecer el límite de la ultractividad consagrada ¿Comprenderá sólo a la instancia
administrativa en la cual el cambio normativo se produjo? O por el contrario ¿comprenderá toda la
vida procesal de este expediente, siguiendo la ultractividad por la vía administrativa hasta alcanzar
el agotamiento. Al respecto, la respuesta adecuada es comprender sólo como procedimiento a la
norma anterior a aquel que corresponda a la instancia en la cual se encuentre el 11 de octubre, de
modo que lo concluirá con ese régimen anterior, incluyendo los recursos que procediese en aquel
régimen, pero a partir de ahí, la nueva instancia se ceñirá por la nueva normativa”. Este criterio es
compartido por esta Sala;
TERCERO: Consecuentemente, esta instancia aplicará las normas procedimentales previstas
en Ley Nº 27444, pero si el acto administrativo impugnado se hubiere efectuado antes del 11 de
octubre de 2001, considerará los conceptos vertidos en el derogado T.U.O. de Procedimientos
Administrativos - D.S. Nº 002-94-JUS;
CUARTO: En el presente caso, con fecha 8 de noviembre de 2001, el Registrador Público emite
la Resolución Nº 19, en la que ordena se practique la liquidación de pagos y bases de subasta a
efectos de rematar el ómnibus marca Mercedes Benz con placa de rodaje UO-9013, ante el cual la
compradora mediante escrito del 16-11-2001 solicita la Nulidad de dicha Resolución, siendo que el
Registrador Público mediante Resolución Nº 24 del 14-02-2002 declara Infundada dicha solicitud;
QUINTO: Como es de verse, tanto la Resolución Nº 19, como la Resolución Nº 24 fueron emitidas
en plena vigencia de la Ley Nº 27444, y de acuerdo a lo prescrito en el Artículo 11.2 de la misma
658
“La nulidad será conocida y declarada por la autoridad superior de quien dictó el acto”, y siendo
que la Resolución Nº 24 del 14-2-2002 fue emitida por el Registrador Público, es decir por la misma
instancia que dictó la cuestionada Resolución Nº 19, habiéndose por tanto incurrido en causal de
nulidad prescrita en el Artículo 10º de la Ley Nº 27444, toda vez que a la luz de las normas ya
citadas corresponde al Tribunal Registral pronunciarse respecto a la nulidad de los actos
administrativos acaecidos en primera instancia;
SEXTO: Por otro lado, la nulidad de un acto administrativo sólo puede ser planteada por las
partes conforme lo prescribe el Artículo 11.1 de la precitada Ley Nº 27444 2 en los recursos de
apelación o revisión en su caso, por lo que la nulidad planteada por el deudor deviene en
improcedente; sin embargo esta Ley en su Artículo 202º 3 también prevé que la administración
pública pueda declarar de oficio algunos actos descritos en el Artículo 10º 4 de la misma norma. En
tal sentido y estando al principio de celeridad y eficacia corresponde a esta instancia pronunciarse
en esta oportunidad respecto a la nulidad planteada por el comprador;
SÉPTIMO: Aplicando el citado Artículo 10º en el procedimiento de pago de cuotas tendremos
que son causales de nulidad para la declaración de oficio:
1. La contravención a la Constitución, a la Ley Nº 6565, su reglamento y las normas ampliatorias.
2. El defecto o la omisión de alguno de sus requisitos de validez, salvo que se presente alguno de
los supuestos de conservación del acto a que se refiere el Artículo 14º, estos vicios pueden ser
de competencia, vicios en el objeto (contrariar el ordenamiento jurídico o contener un imposible
jurídico), y vicios en la regularidad del procedimiento.
3. Los actos administrativos que sean constitutivos de infracción penal, o que se dicten como
consecuencia de la misma, sobre esta causal es necesario precisar que la ilicitud de un acto
debe previamente establecerse en sede judicial;
OCTAVO: El deudor ha invocado como causal de nulidad el hecho que la vendedora haya
cambiado el número de motor de la unidad vehicular materia de la presente acción haciéndose
pasar por su representada y que al admitir tal cambio está avalando la irregularidad de la
accionante toda vez que se vendió un vehículo con un motor que no le correspondía; sobre el cual
cabe precisar que tal hecho no constituye causal de nulidad, por cuanto no se ha contravenido la
Ley Nº 6565 y su reglamento, además no se ha acreditado que en sede judicial que tal acto
constituye infracción penal, muy por el contrario se encuentra acreditado que ello fue solicitado
ante el Registro de Propiedad Vehicular, conforme a lo requerido por el Registrador en sus
Resoluciones Nº 15 y Nº 16, de fojas 91 y 96 respectivamente, y efectuado así conforme se aprecia
del Certificado de Gravamen corriente a fojas 112, en el cual en el rubro características del vehículo
el número de motor aparece modificado, razón por la cual el Registrador del Registro Fiscal de
Ventas a Plazos y en mérito al Título Nº 188050 del 26 de octubre del 2001 presentado por la
compradora ante el Registro de Propiedad Vehicular, consideró que ello resultaba suficientemente
acreditado y que a dicho vehículo le correspondía ese motor, máxime si las demás características
del vehículo eran y son coincidentes con las que obran en el expediente del Registro Fiscal de Ventas
a Plazos; no encontrándose en consecuencia irregularidad alguna en este sentido imputable al
Registrador del Registro Fiscal de Ventas a Plazos;
NOVENO: También invoca como causal de nulidad que se haya efectuado la liquidación de
pagos y bases para subasta en la misma fecha, sin embargo no indica la norma administrativa que
se hubiera transgredido, debiendo precisarse que no existe norma imperativa que establezca la
oportunidad en que deba ordenarse y efectuarse la liquidación, por lo que ésta puede efectuarse de
manera simultánea, máxime si como acto administrativo la Resolución Nº 19, era susceptible de
ser impugnada, en la forma contemplada en el Art. 206º de la Ley del Procedimiento Administrativo
General, y notificada en forma conjunta con la resolución que pone en conocimiento la liquidación
de pagos y bases de subasta, por lo que no necesitaba ser notificada previamente;
659
DÉCIMO: Finalmente en lo que respecta al extremo de la observación a la liquidación de gastos
y bases para subasta, debe señalarse que en autos no aparece prueba alguna que sustente su
afirmación, máxime si como la propia compradora en su escrito de fojas 119 señala como único
fundamento de su observación que la documentación que acreditaría los diferentes pagos que dice
haber efectuado, ha sido presentada ante la Fiscalía Penal de Lima, en la denuncia que le tiene
interpuesta a la vendedora por delito de estafa, por lo que tal extremo igualmente debe ser
infundado; y,
Estando a lo acordado por unanimidad.
VI. RESOLUCION
PRIMERO.- Declarar NULA, la Resolución Nº 24 del 14 de febrero del 2002 según el fundamento
vertido en el considerando QUINTO.
SEGUNDO.- Declarar IMPROCEDENTE la nulidad planteada por el deudor Empresa de
Transportes y Turismo Apóstol Santiago S.A.
TERCERO.- Declarar que la Resolución Nº 19 no adolece de causal alguna para que en
cumplimiento del Artículo 202º de la Ley del Procedimiento Administrativo General -Ley Nº 27444-
, pueda declararse Nula de oficio.
CUARTO.- Establecer que la presente resolución constituye precedente de observancia
obligatoria en cuanto los siguientes criterios:
Aplicación de las Normas Administrativas
“Ante una situación no regulada en un procedimiento administrativo especial, como el caso del
procedimiento de pago de cuotas del Registro Fiscal de Ventas a Plazos se debe recurrir en primer
lugar a las normas administrativas de carácter general -Ley Nº 27444-, y si en ellas no se hubiera
ubicado una norma aplicable recurriremos a las normas de derecho público como el Código Procesal
Civil”.
Competencia para declarar la nulidad de actos administrativos
“Conforme establece el Artículo 11.2 de la Ley Nº 27444 corresponde al Tribunal Registral
pronunciarse respecto a la nulidad de los actos administrativos acaecidos en primera instancia”.
Oportunidad para solicitar la nulidad
“De acuerdo al Artículo 11.1 de la Ley Nº 27444 la nulidad debe ser planteada mediante los
recursos impugnativos previstos en el Título III Capítulo II de la misma Ley, sin perjuicio de la
nulidad de oficio prevista en su Artículo 202º”.
QUINTO.- Disponer la publicación de la presente resolución conforme al Artículo 158º del
Reglamento General de los Registros Públicos.
Regístrese y comuníquese.
WALTER POMA MORALES, Presidente de la Cuarta Sala del Tribunal Registral.
MIRTHA RIVERA BEDREGAL, Vocal del Tribunal Registral
ROSARIO GUERRA MACEDO, Vocal del Tribunal Registral.
____________
* Los procedentes de observancia obligatoria que se ofrecen, son un ejemplo tangible de lo dispuesto en el Art. VI del Título
de la Ley 27444.
1 Para los recursos de apelación referidos a procedimientos de pago de cuotas en el Registro Fiscal de Ventas a Plazos son
de aplicación preferente las normas contenidas en su legislación especial, el Código Procesal Civil y supletoriamente las
normas contenidas en este título.
2 Los administrados plantean la nulidad de los actos administrativos que les conciernan por medio de los recursos
administrativos previstos en el Título III Capítulo II de la presente Ley.
660
3 Artículo 202º.- Nulidad de oficio
202.1 En cualquiera de los casos enumerados en el Artículo 10º, puede declararse de oficio la nulidad de los actos
administrativos, aun cuando hayan quedado firmes, siempre que agravien el interés público.
202.2 La nulidad de oficio sólo puede ser declarada por el funcionario jerárquico superior al que expidió el acto que se
invalida. Si se tratara de un acto emitido por una autoridad que no está sometida a subordinación jerárquica, la nulidad
será declarada también por resolución del mismo funcionario.
202.3 La facultad para declarar la nulidad de oficio de los actos administrativos prescribe al año, contado a partir de la
fecha en que hayan quedado consentidos.
202.4 En caso de que haya prescrito el plazo previsto en el numeral anterior, sólo procede demandar la nulidad ante el
Poder Judicial vía el proceso contencioso administrativo, siempre que la demanda se interponga dentro de los dos (2)
años siguientes a contar desde la fecha en que prescribió la facultad para declarar la nulidad en sede administrativa.
202.5 Los actos administrativos emitidos por consejos o tribunales regidos por leyes especiales competentes para resolver
controversias en última instancia administrativa, no pueden ser objeto de declaración de nulidad de oficio. Sólo procede
demandar su nulidad ante el Poder Judicial, vía el proceso contencioso-administrativo, siempre que la demanda se
interponga dentro de los tres años siguientes a contar desde la fecha en que el acto quedó firme.
4 La contravención a la Constitución, a las leyes o a las normas reglamentarias: 2). El defecto o la omisión de alguno de
sus requisitos de validez, salvo que se presente alguno de los supuestos de conservación del acto a que se refiere el
Artículo 14. 3). Los actos expresos o los que resulten como consecuencia de la aprobación automática o por silencio
administrativo positivo, por los que se adquiere facultades, o derechos, cuando son contrarios al ordenamiento jurídico,
o cuando no se cumple con los requisitos, documentación o tramites esenciales para su adquisición. 4). Los actos
administrativos que sean constitutivos de infracción penal, o que se dicten como consecuencia de la misma
661
14.4 ESTABLECEN PRECEDENTE DE OBSERVANCIA OBLIGATORIA REFERIDO A LA ACREDITACIÓN
DE PAGO EFECTUADO Y A LA OBSERVACIÓN DE LA LIQUIDACIÓN Y BASES PARA LA SUBASTA
TRIBUNAL REGISTRAL
662
operación comercial no se ajusta a los parámetros legales y financieros al pretender cobrar
comisiones prohibidas por el Banco Central de Reserva del Perú y por la Ley de Protección al
Consumidor.
Corrido traslado a la empresa acreedora, ésta mediante escrito de fecha 26 de marzo del año
en curso solicita se declare infundada la nulidad planteada, por cuanto la Ley de Protección al
Consumidor no es aplicable al presente caso, que la empresa sí ha señalado la tasa de interés
aplicable al financiamiento como al refinanciamiento, dado que al haberse señalado el monto por
dicho concepto, resulta claro que se encuentra implícita la tasa de interés, la misma no supera el
interés máximo permitido por ley, que del precio pactado sí se ha descontado la cuota inicial y sobre
dicha diferencia se aplicó los intereses, incluidos los gastos propios del refinanciamiento, no
pudiendo ahora desconocerse unilateralmente.
663
y su pago no podrá ser exigido por adelantado sino únicamente por períodos vencidos. La operación
comercial de la firma Automotriz del Perú S.A. no se ajusta a los parámetros legales y financieros,
esto es que pretende cobrar comisiones prohibidas por el Banco Central de Reserva del Perú -
Circulares Nºs. 019-91-EF/90 y 020-91/90 (Ley Nº 26123, Artículo 51º en concordancia con la Ley
de Protección al Consumidor - D. Leg. Nº 716).
V. ANALISIS
PRIMERO: De la redacción del Artículo 7º de la Ley Nº 65651 y Artículos 16º y 18º2 del
Reglamento de la Ley Nº 6565, se desprende que la Liquidación y Bases para la Subasta, se
encuentra conformada por el resultado de la liquidación antes del remate del precio total del bien
señalado en el contrato, con deducción de las sumas que el comprador hubiese pagado por ellas;
así como del precio base para la subasta o remate, el mismo que es el resultado de las dos terceras
partes del precio convenido en primera convocatoria, con la deducción del 15% sobre la primera en
segunda convocatoria y en tercera convocatoria el mayor precio ofrecido por ella;
SEGUNDO: En tal sentido, las observaciones que pudieran efectuarse a la Liquidación y Bases
para la Subasta del bien cuyo contrato se encuentre inscrito en el Registro Fiscal de Ventas a Plazos,
sólo deberán circunscribirse exclusivamente para desvirtuar las sumas resultantes de los conceptos
descritos en el considerando primero;
TERCERO: El apelante ha manifestado que los considerandos segundo y tercero, cuarto, quinto,
sexto y séptimo de la Resolución recurrida lo han agraviado, siendo que en el considerando tercero,
se refiere al pago de las cuotas que presuntamente han efectuado los compradores, y los
considerandos cuarto al séptimo corresponden a los intereses de las cuotas fijadas en los contratos
de compraventa a plazos y refinanciamiento inscritos en el Registro;
CUARTO: Con respecto al pago que supuestamente ha efectuado el comprador ahora apelante,
cabe señalar que de conformidad al Artículo 3º del Reglamento de la Ley Nº 65653 concordante con
el Artículo 1229º del Código Civil, corresponde al comprador mediante los comprobantes respectivos
probar los pagos efectuados, siendo que en el presente caso, no se ha adjuntado los recibos ni
comprobantes de pagos que acrediten que hasta la fecha los compradores han efectuado el pago de
US$ 56,166.68 dólares como manifiesta el apelante, debiendo por tanto tener por cierto que la suma
abonada por ellos es US$ 4,888.994, según se desprende de la demanda interpuesta por el vendedor
en fecha 29 de diciembre de 1998;
QUINTO: En cuanto al cuestionamiento efectuado a los intereses y cuotas que contiene el
contrato de compraventa y refinanciamiento inscrito, los cuales según el apelante no pueden ser
eficaces pues atenta contra las normas de derecho público toda vez que la operación comercial de
la firma Automotriz del Perú S.A. no se ajusta a los parámetros legales y financieros esto es que
pretende cobrar comisiones prohibidas por el Banco Central de Reserva del Perú - Circulares Nºs
019-91-EF/90 y 020-91/90 (Ley Nº 26123, Artículo 51º en concordancia con la Ley de Protección
al Consumidor - D. Leg. Nº 716); es de señalarse que por el principio de legitimidad prescrito en el
Artículo VII5 del Reglamento General de los Registros Públicos concordante con el Artículo 2013º
del Código Civil, el contenido de los contratos inscritos en el Registro Fiscal de Ventas a Plazos se
presumen ciertos y exactos, produce todos sus efectos, mientras no se rectifique o se declare
judicialmente su invalidez. Asimismo se entiende que estos contratos han sido firmados con el
664
común acuerdo en todas sus estipulaciones entre el vendedor y comprador, ello en virtud al
Principio de Integración Contractual previsto en el Artículo 1359º del Código Civil 6;
SEXTO: Consecuentemente, no es procedente que al efectuarse las observaciones de la
“Liquidación y Bases para la Subasta” se cuestione las cuotas e intereses fijados en el contrato
inscrito, teniendo en todo caso el comprador expedito su derecho para accionar en la vía judicial de
conformidad al Artículo 26º7 del Reglamento de la Ley Nº 6565, por lo que el argumento del apelante
debe ser desestimado;
SÉPTIMO: Finalmente, estando en cuestionamiento la Liquidación y Bases para la Subasta de
fecha 3 de noviembre de 2000, y siendo que de conformidad al Artículo 202º 8 de la Ley del
Procedimiento Administrativo General, esta instancia tiene la facultad para declarar la nulidad de
oficio de los actos administrativos que se encuentren dentro de las causales descritas en el Artículo
10º9 de la misma norma y tomando en consideración los fundamentos vertidos en los considerandos
que anteceden, se puede concluir que dicha liquidación no adolece de causal de nulidad alguna,
debiendo de proseguir el trámite según su estado de conformidad con el principio de celeridad
previsto en la mencionada Ley de Procedimientos Administrativos General;
Estando a lo acordado por unanimidad.
VI. RESOLUCION
PRIMERO.- Declarar INFUNDADA, la observación formulada por Leoncio Gordillo Ibáñez, a la
Liquidación y Bases para la Subasta de fecha 3 de noviembre de 2000, debiendo continuar el
presente procedimiento administrativo según su estado.
SEGUNDO.- Establecer que la presente resolución constituye precedente de observancia
obligatoria en cuanto los siguientes criterios:
Acreditación de Pago Efectuado
De conformidad al Artículo 3º del Reglamento de la Ley Nº 6565 concordante con el Artículo
1229º del Código Civil, en el procedimiento de pago de cuotas corresponde al comprador mediante
los comprobantes respectivos probar los pagos efectuados.
Improcedencia de observación de la Liquidación y Bases para la Subasta
Por el principio de legitimidad prescrito en el Artículo VII del Reglamento General de los
Registros Públicos concordante con el Artículo 2013º del Código Civil, el contenido de los contratos
inscritos en el Registro Fiscal de Ventas a Plazos se presumen ciertos y exactos, produce todos sus
efectos, mientras no se rectifique o se declare judicialmente su invalidez, en tal sentido no es
procedente que al efectuarse las observaciones de la “Liquidación y Bases para la Subasta” se
cuestione las cuotas e intereses fijados en el contrato inscrito, teniendo en todo caso el comprador
expedito su derecho para accionar en la vía judicial de conformidad al Artículo 26º del Reglamento
de la Ley Nº 6565.
TERCERO.- Disponer la publicación de la presente resolución conforme al Artículo 158º del
Reglamento General de los Registros Públicos.
Regístrese y comuníquese.
WALTER POMA MORALES, PRESIDENTE DE LA CUARTA SALA DEL TRIBUNAL REGISTRAL. MIRTHA RIVERA BEDREGAL,
VOCAL DEL TRIBUNAL REGISTRAL. ROSARIO GUERRA MACEDO, VOCAL DEL TRIBUNAL REGISTRAL.
_____________
1 Artículo 7º de la Ley Nº 6565: “El procedimiento prescrito por las disposiciones de esta Ley se seguirán hasta que se lleve
la subasta, sobre la base de las dos terceras partes del precio convenido; debiendo abonarse con el producto al ejecutante,
el valor del crédito, los intereses legales y los gastos del remate.
Si no hubiese postores y el vendedor, en este caso, no pidiera la adjudicación de la cosa subastada, se procederá a un
segundo remate, con deducción del quince por ciento sobre la base de la primera.
665
Si en esta nueva liquidación tampoco se presentara postores, y no se pidiera la adjudicación por el ejecutante se
procederá, sin sujeción a base alguna, a un tercero y último remate en el que se adjudicará la cosa al que ofrezca mayor
precio (...)”.
2 Artículo 18º del Reglamento de la Ley: “Terminada la subasta de todas las cosas, el Registrador Fiscal de ventas a plazos,
procederá a practicar la liquidación en los expedientes:
Para este efecto en renglones separados, expresará: (...) 2. El precio total de la cosa señalada en el contrato, con deducción
de las sumas que el comprador hubiese pagado por ellas (...)”.
3 Art. 3º del Reglamento de la Ley Nº 6565: “El comprador podrá verificar el pago consignado en la Oficina del Registrador
Fiscal de Ventas a Plazos, cantidad que haya sido objeto de requerimiento, y no podrá oponerse a éste sin el comprobante
otorgado por el vendedor de haber satisfecho la suma por la que se hubiese expedido.
Verificada la Consignación, o acreditado el pago en la forma prevista en el artículo anterior, el Registrador Fiscal de
Ventas a Plazos sentará acta y dará por terminado el expediente”.
4 Corresponden a las cuotas semanales Nºs.: 1º, 2º, 3º, 4º (US$ 187.69), 9º, 10º, 11º, 12º, 13º, 14º, 15º, 16º, 17º, 18º (US$
53.16), 21º y 22º.
5 Los asientos registrales se presumen exactos y válidos. Producen todos sus efectos y legitiman al titular Registral para
actuar conforme a ellos, mientras no se rectifiquen en los términos establecidos en este Reglamento o se declare
judicialmente su invalidez.
6 Artículo 1359º.- Principio de integración contractual
No hay contrato mientras las partes no estén conformes sobre todas sus estipulaciones, aunque la discrepancia sea
secundaria.
7 Terminado el procedimiento Administrativo el Comprador podrá ejercitar ante el Juez competente, Acción de Daños y
Perjuicios contra el Vendedor, si éste hubiera ocultado algún pago hecho a cuenta del precio, o cometido dolo para
abusar en su daño, de los derechos que le concede la Ley Nº 6565 y el presente Reglamento.
8 En cualquiera de los casos enumerados en el Artículo 10º, puede declararse de oficio la nulidad de los actos
administrativos, aun cuando hayan quedado firmes, siempre que agravien el interés público.
202.2 La nulidad de oficio sólo puede ser declarada por el funcionario jerárquico superior al que expidió el acto que se
invalida. Si se tratara de un acto emitido por una autoridad que no está sometida a subordinación jerárquica, la nulidad
será declarada también por resolución del mismo funcionario.
9 Artículo 10º.- Causales de nulidad
Son vicios del acto administrativo, que causan su nulidad de pleno derecho, los siguientes:
1. La contravención a la Constitución, a las leyes o a las normas reglamentarias.
2. El defecto o la omisión de alguno de sus requisitos de validez, salvo que se presente alguno de los supuestos de
conservación del acto a que se refiere el Artículo 14º.
3. Los actos expresos o los que resulten como consecuencia de la aprobación automática o por silencio administrativo
positivo, por los que se adquiere facultades, o derechos, cuando son contrarios al ordenamiento jurídico, o cuando no se
cumple con los requisitos, documentación o trámites esenciales para su adquisición.
4. Los actos administrativos que sean constitutivos de infracción penal, o que se dicten como consecuencia de la misma
666
14.5 SEGURIDAD NACIONAL
TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
EXP. N° 1011-2002-HC/TC-LIMA
En Lima, a los veinte días del mes de junio de dos mil dos, reunido el Tribunal Constitucional
en sesión de Pleno Jurisdiccional, con asistencia de los señores Magistrados Aguirre Roca,
Presidente; Rey Terry, Vicepresidente, Revoredo Marsano, Alva Orlandini, Bardelli Lartirigoyen,
Gonzales Ojeda y García Toma, pronuncia la siguiente sentencia.
ASUNTO
Recurso extraordinario interpuesto por don Luis Ramón Landaure a favor de doña Elena
Albertina Iparraguirre Revoredo, contra la sentencia de la Primera Sala Penal Corporativa para
Procesos Ordinarios con Reos Libres de la Corte Superior de Justicia de Lima, de fojas cincuenta y
ocho, su fecha cuatro de abril de dos mil dos, que declaró improcedente la acción de hábeas corpus
de autos.
ANTECEDENTES
La presente acción de garantía ha sido interpuesta a favor de doña Elena Albertina Iparraguirre
Revoredo contra el fuero militar y el Estado. Se sostiene en la demanda que la beneficiaria, en su
condición de ciudadana civil, debe ser procesada en el fuero común y que, por tanto, corresponde
declarar nulo y sin efecto el proceso penal que se le siguiera en el fuero privativo militar por la
comisión del delito de Traición a la Patria (Ley N° 25659 del 13.08.92) y que concluyó con sentencia
de cadena perpetua, ratificada por el Consejo Supremo de Justicia Militar, que esta acción impugna,
estimando que la misma, así como el respectivo proceso, violentan la Constitución Política de 1979
y la Convención Americana de Derechos Humanos.
Realizada la investigación sumaria, el Secretario General del Consejo Supremo de Justicia
Militar, Capitán de Navío AP Julio Pacheco Gaige, declaró, en su defensa, que la causa cuestionada
por la beneficiaria ha sido debidamente tramitada por la justicia militar dentro del debido proceso
y de conformidad con la normatividad vigente al momento del juzgamiento.
El Tercer Juzgado Penal de Lima, a fojas veintinueve, con fecha trece de febrero de dos mil dos,
emitió sentencia de “improcedencia”, estimando que las acciones de hábeas corpus no pueden
ejercerse contra procesos regularmente tramitados, ni pretender enervar el cumplimiento de
resoluciones o sentencias firmes, emanadas de procesos que tienen aquella condición.
La recurrida confirma la apelada considerando que si bien el artículo 6 de la Ley N° 23506
posibilita interponer acción de hábeas corpus contra resolución judicial dictada en un proceso
irregular, la autoridad de cosa juzgada no puede ser afectada a través de dicha acción de
salvaguarda constitucional, máxime, si conforme a nuestro ordenamiento legal, la beneficiaria
puede solicitar la nulidad de los actuados a través del proceso que corresponda (sic).
FUNDAMENTOS
1. El Tribunal Constitucional advierte que cuando se sentenció a la recurrente a cadena
perpetua por el delito de Traición a la Patria, con fecha trece de octubre de mil novecientos noventa
667
y dos, se encontraba vigente la Constitución de 1979, cuyo artículo 282 señalaba que “Los
miembros de las Fuerzas Armadas y de la Policía Nacional, en los casos de delitos de función, están
sometidos al fuero respectivo y al Código de Justicia Militar, cuyas disposiciones no son aplicables
a los civiles, salvo lo dispuesto en el artículo 235. El artículo 235 establecía que se prohibía la pena
de muerte, salvo por traición a la patria, en caso de guerra exterior. De esta forma, el ámbito de la
competencia de la justicia militar se encontraba reservado sólo para el juzgamiento de militares en
caso de delitos de función y, excepcionalmente, para los civiles, siempre que se tratase del delito de
Traición a la Patria, cometido en caso de guerra exterior.
2. En el presente caso, si bien la denuncia fue por traición a la patria, debe analizarse si dicha
traición ocurrió durante un estado de guerra exterior. Sobre el particular, podemos señalar que
“guerra” se define como un conflicto armado entre dos o más naciones; es decir, es una lucha
armada entre Estados. Asimismo, es necesario resaltar que, según la Comisión Interamericana de
Derechos Humanos, “el delito de Traición a la Patria debe ser clasificado dentro de los delitos contra
la seguridad exterior de la Nación, en los cuales se atenta contra la soberanía, la independencia, la
seguridad o el honor de la Nación (...) en beneficio de una potencia extranjera”; situación que no se
da en el presente caso, pues era un hecho notorio que en la época en que acontecieron los hechos
sublitis, la atribución constitucional de declarar la guerra con autorización del Congreso, prevista
en el artículo 118, inciso 16, de la Carta Política de 1993 y artículo 211, inciso 19, de la Constitución
precedente, no había sido ejercida por el Primer Mandatario.
3. En el artículo 2, inciso 20, literal “l” de la Constitución de 1979 se declara que ninguna
persona puede ser desviada de la jurisdicción predeterminada por la ley, ni sometida a
procedimientos distintos de los previamente establecidos, ni juzgada por tribunales de excepción;
es decir, se reconoce el derecho al juez natural, al igual que en el inciso 3) del artículo 139 de la
Constitución de 1993, que señala que toda persona tiene derecho al juez natural, por lo cual
“ninguna persona puede ser desviada de la jurisdicción predeterminada por la ley, ni sometida a
procedimientos distintos de los previamente establecidos”. Asimismo, dicho derecho es garantizado
por el artículo 8.1 de la Convención Americana de Derechos Humanos, que señala que toda persona
tiene derecho “a ser oída, con las debidas garantías y dentro de un plazo razonable, por un juez o
tribunal competente, independiente e imparcial, establecido con anterioridad por la ley, en la
sustanciación de cualquier acusación penal formulada contra ella, o para la determinación de sus
derechos y obligaciones de orden civil, laboral, fiscal o de cualquier otro carácter.
4. De conformidad con la Cuarta Disposición Final y Transitoria de la Constitución de 1993,
los derechos y libertades reconocidos en ella deben interpretarse de conformidad con los tratados
internacionales en materia de derechos humanos suscritos por el Estado Peruano, y por ende, de
acuerdo con la interpretación que de ellos hayan realizado los órganos jurisdiccionales
supranacionales. En casos similares al alegado en autos, la Corte Interamericana de Derechos
Humanos ha señalado que “toda persona sujeta a un juicio de cualquier naturaleza ante un órgano
del Estado, deberá contar con la garantía de que dicho órgano, sea competente, independiente e
imparcial”. El derecho a un juez competente garantiza que ninguna persona pueda ser válidamente
juzgada por quien no lo es.
5. De lo anteriormente expresado no se deduce que este Tribunal tenga que disponer la libertad
de la recurrente, cuestión que, además, no ha sido planteada en el petitorio, sino más bien y así lo
dispone este Tribunal, que la recurrente deba ser puesta inmediatamente a disposición ante el Juez
competente en el fuero común.
Por estos fundamentos, el Tribunal Constitucional en uso de las atribuciones que le confieren
la Constitución Política del Estado y su Ley Orgánica,
FALLA
REVOCANDO la recurrida, que, confirmando la apelada, declaró improcedente la acción de
hábeas corpus y, reformándola, la declara FUNDADA, en consecuencia, nulo el proceso penal
668
seguido a la recurrente ante la justicia militar. Ordena que el Consejo Supremo de Justicia Militar
remita dentro del término de cuarenta y ocho horas los autos al representante del Ministerio Público
y, conforme al fundamento quinto de esta sentencia, para que disponga de inmediato lo más
conveniente de acuerdo con sus atribuciones y conforme a la ley. Dispone la notificación a las
partes, su publicación en el Diario Oficial El Peruano y la devolución de los actuados.
SS.
AGUIRRE ROCA; REY TERRY; REVOREDO MARSANO; ALVA ORLANDINI; BARDELLI LARTIRIGOYEN; GONZALES OJEDA;
GARCIA TOMA.
669
14.6 DECLARAN FUNDADA LA DEMANDA PORQUE AL MOMENTO DE SANCIONAR NO SE TOMÓ
ENCUENTA EL ARTÍCULO 27º DEL DECRETO LEGISLATIVO N° 276
TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
EXP. N° 5155-2005-PA/TC-ICA
En Lima, a los 23 días del mes de setiembre de 2005, la Sala Segunda del Tribunal
Constitucional, integrada por los magistrados Gonzales Ojeda, García Toma, y Vergara Gotelli,
pronuncia la siguiente sentencia
ASUNTO:
Recurso de agravio constitucional interpuesto por don Vidal Fernández Chang contra la
sentencia de la Sala Civil de la Corte Superior de Justicia de Ica, de fojas 235, su fecha 25 de mayo
de 2005, que declara improcedente la demanda de amparo de autos.
ANTECEDENTES:
Con fecha 10 de marzo de 2004, el recurrente interpone demanda de amparo contra el Alcalde
de la Municipalidad Distrital de Santiago de Ica, solicitando que se declaren inaplicables las
Resoluciones de Alcaldía Nos. 480-2003-AMDS-REGIÓN-ICA y 039-2004-A-MDS-RE-GIÓN-ICA, de
fechas 15 de diciembre de 2003 y 16 de febrero de 2004, respectivamente; y que, por consiguiente,
se ordene la reposición de las cosas al estado anterior. Manifiesta que, mediante la Resolución N.°
375-2003-AMDS-REGIÓN-ICA, de fecha 11 de noviembre de 2003, se le instauró proceso
administrativo disciplinario atribuyéndole haber realizado cobros indebidos y que, mediante la
Resolución N° 4802003-AMDS-REGIÓN-ICA, se le impuso la sanción disciplinaria de destitución,
vulnerándose con dicho acto sus derechos constitucionales al debido proceso, de defensa y al
trabajo, ya que la Comisión Permanente de Procesos Disciplinarios no estuvo conformada con
arreglo a lo dispuesto por el artículo 30° de la Ley N° 27972.
La emplazada contesta la demanda alegando que en el proceso administrativo disciplinario se
respetaron las garantías del debido proceso del demandante, pues se le notificó la resolución
mediante la cual se le instauró proceso administrativo disciplinario, presentó sus descargos y
ejerció su derecho de defensa.
El Tercer Juzgado Civil de Ica, con fecha 12 de julio de 2004, declaró fundada la demanda, por
considerar que la actuación administrativa no observó un mínimo criterio de justicia adecuado a
los principios de razonabilidad y proporcionalidad entre la comisión de las faltas administrativas y
la sanción impuesta, transgrediendo lo dispuesto por el Decreto Legislativo 276, lo ordenado por el
artículo 20°, inciso 28, de la Ley N° 27972, vulnerando el derecho fundamental al trabajo amparado
por la Constitución Política del Perú (ff. 178).
La recurrida, revocando la apelada, la declaró improcedente por estimar que es fundamental
que las partes prueben documentalmente los hechos que alegan, pues sólo así el juzgador,
analizando los autos, valorando las pruebas aportadas y haciendo uso de razonamiento lógico
jurídico, podrá determinar la afectación en el caso concreto; pero en un proceso más lato.
670
FUNDAMENTOS:
1. La demanda tiene por objeto que se declare inaplicable la Resolución N° 480-2003-AMDS-
REGIÓN-ICA, de fecha 15 de diciembre de 2003, mediante la cual se impone al demandante la
sanción disciplinaria de destitución, así como la Resolución de Alcaldía N° 039-2004-A-MDS-R-ICA,
de fecha 16 de febrero de 2004, que declara infundado el recurso de reconsideración interpuesto
contra la primera resolución.
2. El demandante argumenta que la violación de sus derechos constitucionales al debido
proceso, de defensa y al trabajo, se habría producido porque, en la conformación de la Comisión
Permanente de Procesos Administrativos Disciplinarios no se habría tenido en cuenta lo establecido
por el artículo 30° de la Ley N° 27972.
3. Debemos precisar que el artículo 30° de la Ley N° 27972, publicada en el diario oficial El
Peruano el 27 de mayo de 2003, no es aplicable al procedimiento administrativo disciplinario que
se le siguió al demandante, debido a que dicho artículo no establece la forma en que debe
constituirse la Comisión Permanente de Procesos Administrativos Disciplinarios, sino el artículo
165° del Decreto Supremo N° 005-90-PCM.
4. De otro lado, la resolución cuestionada tiene como respaldo legal el artículo 28º, incisos a),
d), f) y h) del Decreto Legislativo N° 276, que establece que: «(...) son faltas de carácter disciplinario
que, según su gravedad, pueden ser sancionadas con cese temporal o con destitución, previo
proceso administrativo: a) El incumplimiento de las normas establecidas en la presente ley y su
reglamento; d) La negligencia en el desempeño de las funciones; f) La utilización o disposición de
los bienes de la entidad en beneficio propio o de terceros; y h) El abuso de autoridad, la
prevaricación o el uso de la función con fines de lucro».
5. Este Tribunal, en la STC N° 2192-2004-AA/TC, ha considerado que los incisos a) y d) del
artículo 28° del Decreto Legislativo N° 276, «(...)son cláusulas de remisión que requieren, de parte
de la administración municipal, el desarrollo de reglamentos normativos que permitan delimitar el
ámbito de actuación de la potestad sancionadora, debido al grado de indeterminación e imprecisión
de las mismas; consecuentemente, la sanción impuesta sustentada en estas disposiciones genéricas
es inconstitucional, por vulnerar el principio consagrado en el artículo 2,º inciso 24, literal d), de la
Constitución, conforme a los criterios desarrollados en los fundamentos precedentes».
6. Por otro lado, debe tenerse en cuenta que, del Informe N° 0013-2003 MC-MDS, de fecha 26
de junio de 2003, que sirve de fundamento a la Resolución N° 375-2003-AMDS-REGIÓN-ICA, de
fecha 11 de noviembre de 2003, que le instaura proceso administrativo disciplinario al demandante,
se aprecia que a éste se le imputó haber cobrado indebidamente montos que no estaban
determinados en sus contratos de «servicios no personales» de los años de 1997 a 2002.
7. Además, la emplazada debió observar que el Decreto Legislativo N° 276, en su artículo 27º,
establece que: «(...) los grados de sanción corresponde a la magnitud de las faltas, según su menor
o mayor gravedad (...) debiendo contemplarse en cada caso, no sólo la naturaleza de la infracción
sino también los antecedentes del servidor (...)». Esto implica un claro mandato a la administración
municipal para que, en el momento de establecer una sanción administrativa, no se limite a realizar
un razonamiento mecánico de aplicación de normas, sino que, además, efectúe una apreciación
razonable de los hechos en relación con quien los hubiese cometido; es decir, que no se trata sólo
de contemplar los hechos en abstracto, sino «en cada caso» y tomando en cuenta «los antecedentes
del servidor», lo cual no ha ocurrido, pues, en la resolución cuestionada, no se advierte que el
demandante hubiese incurrido con anterioridad en falta alguna durante el tiempo que laboraba
para la emplazada.
8. En este sentido, resulta cuestionable que en un proceso administrativo que tenga como
consecuencia la sanción máxima de destitución, se omita la valoración de toda prueba o elemento
que coadyuve a la determinación certera de la responsabilidad del demandante, cuando ésta
671
representa la única garantía de justicia y proporcionalidad entre la supuesta falta cometida y la
sanción a imponerse.
9. Finalmente, si la emplazada considera que los pagos realizados han sido excesivos, puede
repetir en su oportunidad con arreglo a ley para deducirlos de la remuneración que le corresponda
al demandante.
Por estos fundamentos, el Tribunal Constitucional, con la autoridad que le confiere la
Constitución Política del Perú
HA RESUELTO:
Declarar FUNDADA la demanda; en consecuencia, inaplicables las Resoluciones de Alcaldía
Nos. 480-2003-AMDS-REGIÓN-ICA y 039-2004-A-MDS-R-ICA.
Publíquese y notifíquese.
SS. GONZALES OJEDA/ GARCÍA TOMA/ VERGARA GOTELLI.
672
14.7 DECLARAN INFUNDADA LA DEMANDA AFIRMANDO QUE NO SE VULNERÓ LOS ARTÍCULOS 163º Y
173° DEL DECRETO SUPREMO N° 005-90-PCM, NI EL ARTÍCULO 25º DEL DECRETO LEGISLATIVO
N° 276
Debe tenerse en cuenta que se trata de procesos distintos que sancionan distintas
responsabilidades derivados de unos mismos hechos, pues el procedimiento
administrativo disciplinario tiene por objeto investigar y sancionar una inconducta
funcional; en cambio, la vía penal investiga y sanciona una conducta delictiva por
lo que no se configura vulneración alguna del principio non bis in ídem.
TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
EXP. N° 4059-2004-AA/TC-AREQUIPA
En Lima, a los 28 días del mes de enero de 2005, la Sala Primera del Tribunal Constitucional,
integrada por los magistrados Alva Orlandini, Vergara Gotelli y Landa Arroyo, pronuncia la siguiente
sentencia
ASUNTO:
Recurso extraordinario interpuesto por don Félix Héctor Franklin Meza Meza contra la
sentencia de la Primera Sala Civil de la Corte Superior de Justicia de Arequipa, de fojas 408, su
fecha 8 de setiembre de 2004, que declara infundada la demanda de autos.
ANTECEDENTES:
Con fecha 21 de agosto de 2003, el recurrente interpone demanda de amparo contra el
Presidente del Gobierno Regional de Arequipa solicitando que se deje sin efecto la Resolución de
Ejecutiva Regional Nº 176-2003-GR, del 30 de junio de 2003, mediante la cual se le impuso la
sanción de destitución; y que, en consecuencia, se ordene su reincorporación en el cargo que venía
desempeñando, respetándose el nivel jerárquico y remunerativo que le corresponde; y se declare la
extinción del proceso administrativo disciplinario instaurado contra él, ordenándose el pago de
costas y costos procesales. Alega que se han violado sus derechos constitucionales al debido proceso
y al trabajo, pues el proceso administrativo disciplinario se inició cuando ya había prescrito el plazo
previsto en el artículo 173º del Decreto Supremo Nº 005-90-PCM.
El emplazado deduce la excepción de incompetencia y contesta la demanda manifestando que
la resolución cuestionada ha sido expedida respetando las garantías del debido proceso, y que el
demandante ha tenido la oportunidad de ejercer su derecho de defensa; agregando que tal proceso
se inició durante el plazo prescrito por el artículo 173° del Decreto Supremo N° 005-90-PCM, no
transgrediéndose derecho constitucional alguno.
El Sexto Juzgado Civil de Arequipa, con fecha 13 de octubre de 2003, declara infundada la
demanda por considerar que el proceso en cuestión se inició cuando aún no había transcurrido el
plazo prescrito por el artículo 173° del Decreto Supremo N° 005-90-PCM.
La recurrida confirma la apelada por el mismo fundamento, e, integrando el fallo, declara
improcedente la alegada excepción.
FUNDAMENTOS:
1. El artículo 173° del Decreto Supremo N° 005-90-PCM establece que el proceso
administrativo disciplinario deberá iniciarse en un plazo no mayor de un año, contado a partir del
momento en que la autoridad competente tomó conocimiento de la comisión de la falta disciplinaria,
bajo su responsabilidad. En caso contrario, se declarará prescrita la acción, sin perjuicio del
proceso civil o penal a que hubiere lugar.
673
2. Conforme lo admite tácitamente el propio demandante y lo acredita la demandada, ésta
toma conocimiento de la falta disciplinaria del recurrente el 17 de enero de 2002, fecha en que el
Órgano de Auditoría notifica, mediante Oficio Nº 028-2002-CG/SC, a la Administración del
Gobierno Regional el Informe Nº 058-2001-CG/B380, emitido por la Contraloría General de la
República. Este Colegiado estima que, si bien en la Resolución de Contraloría Nº 187-2001-
CG/B380 se hace mención al informe, ello no implica que el Gobierno Regional de Arequipa haya
tenido conocimiento de todo el informe; más aún, la medida dispuesta en la Resolución de
Contraloría Nº 187-2001-CG/B380 es materia distinta a la que motiva la destitución del recurrente.
3. El Tribunal manifestó en la sentencia 812-2004-AA/TC que «si bien el artículo 173° del
Decreto Supremo N° 005-90-PCM establece que el proceso administrativo disciplinario debe
iniciarse en un plazo no mayor de un año, contado desde el momento en que la autoridad
competente tenga conocimiento de la comisión de la falta disciplinaria, éste debe contabilizarse
desde que se haya determinado la falta cometida e identificado al presunto responsable de la
misma»; es decir, se ha establecido claramente desde qué momento debe computarse dicho plazo.
En el caso sub exámine se instaura proceso el 14 de enero de 2003, esto es, a los 362 días después
de que la emplazada recibiera el oficio de la Contraloría General de la República dándole a conocer
el Informe completo (el 058-2001-CG/B380); vale decir, antes de que venciera el plazo de
prescripción de la acción. Por lo tanto, no se encuentra acreditado que con la resolución cuestionada
se haya violado el derecho constitucional invocado.
4. Respecto a lo sostenido por el demandante de que no se ha respetado el principio non bis in
ídem, por existir un proceso penal sobre los mismos hechos, debe tenerse en cuenta que se trata
de procesos distintos que sancionan distintas responsabilidades derivados de unos mismos hechos,
pues el procedimiento administrativo disciplinario tiene por objeto investígar y sancionar una
inconducta funcional; en cambio, la vía penal investiga y sanciona una conducta delictiva por lo
que no se configura vulneración alguna del principio non bis in ídem, máxime cuando el artículo
25º del Decreto Legislativo 276 prescribe que los servidores públicos son responsables civil, penal
y administrativamente por el cumplimiento de las normas legales y administrativas en el ejercicio
del servicio público. Es más, en el presente caso, se aprecia que el proceso penal seguido contra el
recurrente deriva de una presunción basada en el Informe Nº 047-2001-CG/B380, mientras que el
proceso administrativo disciplinario se inició sobre la base del Informe Nº 058-2001-CG/B380.
5. Respecto de lo afirmado por el recurrente de que no se ha respetado el plazo de 30 días para
que la comisión de procesos disciplinarios se pronuncie, el segundo párrafo del artículo 163º del
Decreto Supremo Nº 005-90-PCM establece que el incumplimiento del plazo señalado sólo configura
falta de carácter disciplinario, conforme a los incisos a) y d) del artículo 28º de la citada norma, la
misma que procede contra los miembros que componen la comisión de procesos disciplinarios, mas
no configura de manera alguna la prescripción del proceso disciplinario instaurado.
Por estos fundamentos, el Tribunal Constitucional, con la autoridad que le confiere la
Constitución Política del Perú
HA RESUELTO
Declarar INFUNDADA la demanda.
Publíquese y notifíquese.
SS.
ALVA ORLANDINI/ VERGARA GOTELLI/ LANDA ARROYO.
674
14.8 DECLARAN FUNDADA LA DEMANDA AL NO HABERSE OBSERVADO EL CONTENIDO DEL ART. 27°
DEL D. LEG. Nº 276
El Decreto Legislativo N° 276, en su artículo 27°, establece que: “(…) los grados de
sanción corresponde a la magnitud de las faltas, según su menor o mayor gravedad
(…) debiendo contemplarse en cada caso, no sólo la naturaleza de la infracción sino
también los antecedentes del servidor (…)”. Esto implica un claro mandato a la
administración municipal para que, en el momento de establecer una sanción
administrativa, no se limite a realizar un razonamiento mecánico de aplicación de
normas, sino que, además, efectúe una apreciación razonable de los hechos en
relación con quien los hubiese cometido; es decir, que no se trata sólo de contemplar
los hechos en abstracto, sino “en cada caso” y tomando en cuenta “los antecedentes
del servidor”.
En Lima, a los 23 días del mes de setiembre de 2005, la Sala Segunda del Tribunal
Constitucional, integrada por los magistrados Gonzales Ojeda, García Toma, y Vergara Gotelli,
pronuncia la siguiente sentencia
ASUNTO:
Recurso de agravio constitucional interpuesto por don Vidal Fernández Chang contra la
sentencia de la Sala Civil de la Corte Superior de Justicia de Ica, de fojas 235, su fecha 25 de mayo
de 2005, que declara improcedente la demanda de amparo de autos.
ANTECEDENTES:
Con fecha 10 de marzo de 2004, el recurrente interpone demanda de amparo contra el Alcalde
de la Municipalidad de Distrital de Santiago de Ica, solicitando que se declaren inaplicables las
Resoluciones de Alcaldía Nºs 480-2003-AMDS-REGIÓN-ICA y 039-2004-A-MDS-REGIÓN-ICA, de
fechas 15 de diciembre de 2003 y 16 de febrero de 2004, respectivamente; y que, por consiguiente,
se ordene la reposición de las cosas al estado anterior. Manifiesta que, mediante la Resolución N°
375-2003-AMDS-REGIÓN-ICA, de fecha 11 de noviembre de 2003, se le instauró proceso
administrativo disciplinario atribuyéndole haber realizado cobros indebidos y que, mediante la
Resolución N° 4802003-AMDS-REGIÓN-ICA, se le impuso la sanción disciplinaria de destitución,
vulnerándose con dicho acto sus derechos constitucionales al debido proceso, de defensa y al
trabajo, ya que la Comisión Permanente de Procesos Disciplinarios no estuvo conformada con
arreglo a lo dispuesto por el artículo 30° de la Ley N° 27972.
El emplazado contesta la demanda alegando que en el proceso administrativo disciplinario se
respetaron las garantías del debido proceso del demandante, pues se le notificó la resolución
mediante la cual se le instauró proceso administrativo disciplinario, presentó sus descargos y
ejerció su derecho de defensa.
El Tercer Juzgado Civil de Ica, con fecha 12 de julio de 2004, declaró fundada la demanda, por
considerar que la actuación administrativa no observó un mínimo criterio de justicia adecuado a
los principios de razonabilidad y proporcionalidad entre la comisión de las faltas administrativas y
la sanción impuesta, transgrediendo lo dispuesto por el Decreto Legislativo 276, lo ordenado por el
artículo 20°, inciso 28, de la Ley N.° 27972, vulnerando el derecho fundamental al trabajo amparado
por la Constitución Política del Perú (ff. 178).
675
La recurrida, revocando la apelada, la declaró improcedente por estimar que es fundamental
que las partes prueben documentalmente los hechos que alegan, pues solo así el juzgador,
analizando los autos ,valorando las pruebas aportadas y haciendo uso de razonamiento lógico
jurídico, podrá determinar la afectación en el caso concreto; pero en un proceso más lato.
FUNDAMENTOS:
1. La demanda tiene por objeto que se declare inaplicable la Resolución N° 480-2003-AMDS-
REGIÓN-ICA, de fecha 15 de diciembre de 2003, mediante la cual se impone al demandante la
sanción disciplinaria de destitución, así como la Resolución de Alcaldía N° 039-2004-A-MDS-R-ICA,
de fecha 16 de febrero de 2004, que declara infundado el recurso de reconsideración interpuesto
contra la primera resolución.
2. El demandante argumenta que la violación de sus derechos constitucionales al debido
proceso, de defensa y al trabajo, se habría producido porque, en la conformación de la Comisión
Permanente de Procesos Administrativos Disciplinarios no se habría tenido en cuenta lo establecido
por el artículo 30° de la Ley N° 27972.
3. Debemos precisar que el artículo 30° de la Ley N° 27972, publicada en el diario oficial El
Peruano el 27 de mayo de 2003, no es aplicable al procedimiento administrativo disciplinario que
se le siguió al demandante, debido a que dicho artículo no establece la forma en que debe
constituirse la Comisión Permanente de Procesos Administrativos Disciplinarios, sino el artículo
165° del Decreto Supremo N° 005-90-PCM.
4. De otro lado, la resolución cuestionada tiene como respaldo legal el artículo 28º, incisos a),
d), f) y h) del Decreto Legislativo N.° 276, que establece que: «(...) son faltas de carácter disciplinario
que, según su gravedad, pueden ser sancionadas con cese temporal o con destitución, previo
proceso administrativo: a) El incumplimiento de las normas establecidas en la presente ley y su
reglamento; d) La negligencia en el desempeño de las funciones; f) La utilización o disposición de
los bienes de la entidad en beneficio propio o de terceros; y h) El abuso de autoridad, la
prevaricación o el uso de la función con fines de lucro».
5. Este Tribunal, en la STC N° 2192-2004-AA/TC, ha considerado que los incisos a) y d) del
artículo 28° del Decreto Legislativo N° 276, «(...)son cláusulas de remisión que requieren, de parte
de la administración municipal, el desarrollo de reglamentos normativos que permitan delimitar el
ámbito de actuación de la potestad sancionadora, debido al grado de indeterminación e imprecisión
de las mismas; consecuentemente, la sanción impuesta sustentada en estas disposiciones genéricas
es inconstitucional, por vulnerar el principio consagrado en el artículo 2,º inciso 24, literal d), de la
Constitución, conforme a los criterios desarrollados en los fundamentos precedentes».
6. Por otro lado, debe tenerse en cuenta que, del Informe N° 0013-2003 MC-MDS, de fecha 26
de junio de 2003, que sirve de fundamento a la Resolución N° 375-2003-AMDS-REGIÓN-ICA, de
fecha 11 de noviembre de 2003, que le instaura proceso administrativo disciplinario al demandante,
se aprecia que a éste se le imputó haber cobrado indebidamente montos que no estaban
determinados en sus contratos de «servicios no personales» de los años de 1997 a 2002.
7. Además, la emplazada debió observar que el Decreto Legislativo N° 276, en su artículo 27º,
establece que: «(...) los grados de sanción corresponde a la magnitud de las faltas, según su menor
o mayor gravedad (...) debiendo contemplarse en cada caso, no sólo la naturaleza de la infracción
sino también los antecedentes del servidor (...)». Esto implica un claro mandato a la administración
municipal para que, en el momento de establecer una sanción administrativa, no se limite a realizar
un razonamiento mecánico de aplicación de normas, sino que, además, efectúe una apreciación
razonable de los hechos en relación con quien los hubiese cometido; es decir, que no se trata sólo
de contemplar los hechos en abstracto, sino «en cada caso» y tomando en cuenta «los antecedentes
del servidor», lo cual no ha ocurrido, pues, en la resolución cuestionada, no se advierte que el
demandante hubiese incurrido con anterioridad en falta alguna durante el tiempo que laboraba
para la emplazada.
676
8. En este sentido, resulta cuestionable que en un proceso administrativo que tenga como
consecuencia la sanción máxima de destitución, se omita la valoración de toda prueba o elemento
que coadyuve a la determinación certera de la responsabilidad del demandante, cuando ésta
representa la única garantía de justicia y proporcionalidad entre la supuesta falta cometida y la
sanción a imponerse.
9. Finalmente, si la emplazada considera que los pagos realizados han sido excesivos, puede
repetir en su oportunidad con arreglo a ley para deducirlos de la remuneración que le corresponda
al demandante.
Por estos fundamentos, el Tribunal Constitucional, con la autoridad que le confiere la
Constitución Política del Perú
HA RESUELTO
Declarar FUNDADA la demanda; en consecuencia, inaplicables las Resoluciones de Alcaldía Nºs
480-2003-AMDS-REGIÓN-ICA y 039-2004-A-MDS-R-ICA.
Publíquese y notifíquese.
SS.
GONZALES OJEDA/GARCÍA TOMA/VERGARA GOTELLI.
677
14.9 DECLARAN FUNDADA LA DEMANDA DE AMPARO AL HABERSE ACREDITADO QUE LAS CRÍTICAS
Y OPINIONES SEVERAS CONTRA LA UNIVERSIDAD Y SUS AUTORIDADES CONSTITUYE EL
EJERCICIO DEL DERECHO A LA LIBERTAD DE EXPRESIÓN
TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
EXP. Nº 10034-2005-PA/TC-TACNA
En Tacna, a los 26 días del mes de marzo de 2007, la Sala Segunda del Tribunal Constitucional,
integrada por los magistrados Gonzales Ojeda, BardelliLartirigoyen y Vergara Gotelli, pronuncia la
siguiente sentencia.
ASUNTO:
Recurso de agravio constitucional interpuesto por don Oliver Jersy Iparraguirre Carrasco contra
la sentencia de la Sala Civil de la Corte Superior de Justicia de Tacna, de fojas 291, su fecha 25 de
octubre de 2005, que declara fundada la excepción de falta de agotamiento de la vía administrativa
e improcedente la demanda de autos.
ANTECEDENTES:
Con fecha 28 de enero de 2005 el recurrente interpone demanda de amparo contra la
Universidad Privada de Tacna, con el objeto que se declare inaplicable la Resolución Nº 001-2005-
UPT-CU, del 17 de enero de 2005, que fue ejecutada de forma inmediata a la fecha de su notificación
y mediante la cual se le impuso la sanción de separación definitiva por falta grave; asimismo solicita
el pago de los costos del proceso. Expresa que fue separado por el Consejo Universitario y no por el
Consejo de Facultad, como lo ordena el inciso l, artículo 71º del Estatuto de la Universidad, por
cuestionar públicamente los abusos e irregularidades cometidos por las autoridades y no por los
hechos señalados en la Resolución Nº 117-2004-UPT-CU, que le abre proceso administrativo
disciplinario, sin tener en consideración el Informe Final Nº 006-2004-THE-UPT del Tribunal de
Honor para Estudiantes, que recomendó la imposición de la sanción de amonestación escrita con
matrícula condicional por un semestre, ni tampoco el hecho de haber transcurrido más de 30 días
de conocida la falta para iniciar proceso administrativo disciplinario, como lo señala el artículo 27º
del Reglamento del Tribunal de Honor de Estudiante. Por todos los hechos mencionados considera
que se ha vulnerado sus derechos a la presunción de inocencia, a la defensa, al debido proceso, a
la libertad de opinión y expresión, a la educación y a la formación profesional. Solicita, por tanto,
su reincorporación como estudiante.
La Universidad emplazada contesta la demanda señalando que el demandante fue sancionado
con separación definitiva por haber incurrido en falta grave tipificada en el inciso b) del artículo
142º del Estatuto de la Universidad Privada de Tacna, el inciso b) del artículo 146º del Reglamento
General y el inciso c) del artículo 19º del Reglamento del Tribunal de Honor, ya que hizo
declaraciones públicas que transgredieron los principios y valores de la universidad y el respeto a
los alumnos, docentes y autoridades universitarias. Finalmente señala que las recomendaciones
678
del Tribunal de Honor para Estudiantes no son de naturaleza vinculante y sólo constituyen
elementos de juicio para que el Consejo Universitario imponga la sanción que considere
conveniente.
El Segundo Juzgado Civil de Tacna, con fecha 1 de julio de 2005, declara fundada la excepción
de falta de agotamiento de la vía administrativa e improcedente la demanda.
La recurrida, confirmando la apelada, declara improcedente la demanda.
FUNDAMENTOS:
Excepción de falta de agotamiento de la vía administrativa
1. En principio, este Colegiado debe pronunciarse respecto a la excepción de falta de agota-
miento de la vía administrativa, dado que ha servido de sustento, tanto al Segundo Juzgado Civil
como a la Sala Civil de la Corte Superior de Justicia de Tacna, para desestimar la pretensión del
recurrente.
2. Sobre el particular el Tribunal Constitucional discrepa de los pronunciamientos de los
juzgadores de las instancias precedentes, toda vez que mediante la demanda de autos se cuestiona
la Resolución Nº 001-2005-UPT-CU, que en su artículo segundo señala que la sanción impuesta se
aplica desde el día siguiente de su notificación, lo que se concretó con el impedimento de ingreso
del recurrente a su centro de estudios, según se aprecia del acta de constatación policial de fojas
11, motivo por el cual este Colegiado considera que procede aplicar el inciso 1) artículo 46º del
Código Procesal Constitucional.
Petitorio
3. Respecto a la cuestión de fondo, debe precisarse que el demandante pretende que se ordene
a la Universidad Privada de Tacna lo reincorpore a su centro de estudios inaplicando, para ello, la
Resolución Nº 001-2005-UPT-CU, mediante la cual se le impuso la sanción de separación definitiva,
por haber emitido expresiones supuestamente injuriosas a las autoridades universitarias, docentes
y estudiantes.
4. De la Resolución Nº 117-2004-UPT-CU, de fecha 4 de noviembre de 2004, que corre de fojas
6 a 8, se desprende que al actor se le inició proceso administrativo disciplinario, en su condición de
estudiante de la Facultad de Ciencias Empresariales de la Universidad Privada de Tacna, por haber
participado en la toma del local de Capanique el 19 de octubre de 2004; por promocionar, participar
y colaborar en este acto de violencia que ocasionó daños a la universidad, alterando el orden de sus
actividades académicas, estudiantiles y administrativas; por dañar la «imagen» de la universidad;
por agredir física y verbalmente a otros miembros de la comunidad universitaria; por ocupar
ilegalmente locales de la universidad; y por causar deliberadamente daños a los bienes de la
Universidad, contraviniendo los incisos a), c) y e) del artículo 130º del Estatuto de la Universidad;
los incisos b) y c) del artículo 142º del Estatuto; los incisos b), c) y g) del artículo 146º del Estatuto
de la Universidad y el artículo 19º del Reglamento del Tribunal de Honor para Estudiantes. Dicha
resolución, en su artículo segundo, dispuso que todo lo actuado pase a conocimiento del Tribunal
de Honor para Estudiantes.
5. De los fundamentos de la Resolución Nº 117-2004-UPT-CU y de los escritos de la demanda
y contestación, se aprecia que el demandante fue procesado disciplinariamente por el Tribunal de
Honor para Estudiantes; sin embargo esta entidad se abstuvo de pronunciarse sobre los hechos
referidos a la toma de local del Campus Capanique, pero recomendó la amonestación por haberse
atentado los principios, fines y funciones de la Universidad Privada de Tacna causando daño a su
imagen; asimismo, porque se mellaron los derechos de los miembros de la comunidad universitaria
mediante el uso de violencia moral, al haberse el recurrente extralimitado en sus expresiones en
contra de las autoridades, Consejo Universitario, Consejo de Facultad, docentes y estudiantes.
6. El Consejo Universitario, mediante la resolución precipitada, estableció que los hechos
mencionados anteriormente configuraban falta grave, tipificada en el inciso b) del artículo 142º del
679
Estatuto de la Universidad Privada de Tacna; en el inciso b) del artículo 146º del Reglamento
General; y el inciso c) del artículo 19º del Reglamento del Tribunal de Honor para Estudiantes.
7. Los artículos 57º, inciso i) y 59º de la Ley Nº 23733, posibilitan que las universidades puedan
aplicar sanciones como la amonestación, suspensión y separación, que evidentemente limitan el
ejercicio del derecho fundamental a la educación universitaria o derechos conexos, y que puedan
ejercer tales competencias con estricto respeto del derecho al debido proceso, del principio de
legalidad (Constitución, artículo 2º, inc. 24, literal d), y de los principios de razonabilidad y
proporcionalidad [Constitución, artículo 200º, último párrafo], entre otros.
8. Como este Colegiado ha tenido oportunidad de señalar mediante uniforme y reiterada
jurisprudencia, que el debido proceso es un derecho fundamental de naturaleza procesal con
alcances genéricos, tanto en lo que respecta a los ámbitos sobre los que se aplica como en lo que
atañe a las dimensiones sobre las que se extiende. Con relación a lo primero, queda claro que dicho
atributo desborda la órbita estrictamente judicial para involucrarse o extenderse en otros campos
como el administrativo, el corporativo particular, el parlamentario, el castrense, entre muchos otros,
dando lugar a que en cada caso o respecto de cada ámbito pueda hablarse de un debido proceso
jurisdiccional, de un debido proceso administrativo, de un debido proceso corporativo particular,
de un debido proceso parlamentario, etc. Por lo que respecta a lo segundo, y como ha sido puesto
de relieve en innumerables ocasiones, las dimensiones del debido proceso no solo responden a
ingredientes formales o procedimentales, sino que se manifiestan en elementos de connotación
sustantiva o material, lo que supone que su evaluación no sólo repara en las reglas esenciales con
las que se tramita un proceso (juez natural, procedimiento preestablecido, derecho de defensa,
motivación resolutoria, instancia plural, cosa juzgada, etc.) sino que también, y con mayor rigor, se
orienta a la preservación de los estándares o criterios de justicia sustentables de toda decisión
(juicio de razonabilidad, juicio de proporcionalidad, interdicción de la arbitrariedad, etc.). Así las
cosas, el debido proceso es un derecho de estructura compleja, cuyos alcances corresponde precisar
a la luz de los ámbitos o dimensiones en cada caso comprometidas. Como ya se anticipó, en el caso
de autos, se trata de un reclamo por la transgresión del debido proceso en sede administrativa, no
sólo en el ámbito formal, sino también en el sustantivo. Corresponde, por tanto, emitir
pronunciamiento respecto de ambos extremos invocados.
Análisis de las transgresiones al Debido Proceso Formal
9. El demandante sostiene que se le inició procedimiento administrativo disciplinario después
de haber transcurrido 30 días de ocurridos los hechos, contraviniendo lo regulado en el artículo 27º
del Reglamento del Tribunal de Honor para Estudiantes, en donde se menciona que: « No podrá
iniciarse proceso administrativo disciplinario alguno después de treinta (30) días hábiles de
conocida la falta por la autoridad competente; por lo que transcurrido dicho plazo, se declarará
prescrita la acción, sin perjuicio del proceso civil o penal a que hubiera lugar.» Sobre el particular,
debe resaltarse que mediante Resolución Nº 117-2004-UPT-CU, del 4 de noviembre de 2004, se
abrió proceso administrativo disciplinario al demandante, entre otros, por haber atentado contra la
imagen de la universidad, a través de sus declaraciones, siendo la última el 4 de octubre de 2004.
Por lo tanto, se encuentra acreditado que el proceso administrativo disciplinario fue instaurado
dentro del plazo de ley.
10. El demandante aduce, además, que fue sancionado por hechos que no fueron considerados
en la apertura de dicho procedimiento. Al respecto como se mencionó en el párrafo anterior, al
demandante se le instauró proceso administrativo no sólo por la toma del local del Campus
Capanique de la Universidad Privada de Tacna, sino también por emitir declaraciones en los medios
de comunicación, según se manifiesta en los considerandos de la Resolución Nº 117-2004-UPT,
declaraciones por las que fue sancionado, como se aprecia en los considerandos de la Resolución
Nº 001-2005-UPT-CU. Por tanto, en este extremo, la demanda no puede ser estimada.
11. El demandante sostiene que fue sancionado por el Consejo Universitario y no por el Consejo
de Facultad, contraviniendo lo regulado por el inciso l) artículo 71º del Estatuto de la Universidad,
680
según el cual: «Son atribuciones del Consejo de Facultad(...) l. Resolver en primera instancia los
asuntos disciplinarios sobre los docentes, estudiantes, personal administrativo y de servicio, de
acuerdo con los reglamentos respectivos...». A esto puede añadirse lo señalado por el artículo 147º
del Reglamento General de la Universidad Privada de Tacna, en donde se manifiesta que «Las
sanciones (...) a los estudiantes las aplica el Consejo de Facultad para lo cual el tribunal de Honor
tramitará el correspondiente proceso administrativo». Pero estos artículos debe interpretarse junto
con el Reglamento del Tribunal de Honor para Estudiantes de la Universidad Privada de Tacna,
obrante de fojas 18 a 20, el cual, en la parte final del artículo 15º, señala que la sanción de
separación definitiva de la universidad será impuesta por el Consejo Universitario a propuesta del
Tribunal de Honor. Por tanto, este órgano es el encargado de imponerle la sanción de separación
definitiva al demandante, y no el Consejo de Facultad.
12. El demandante cuestiona el hecho de que el Consejo Universitario se haya rehusado a
cumplir la recomendación efectuada por el Tribunal de Honor para Estudiantes. Es pertinente
señalar que el artículo 256º del Estatuto de la Universidad Privada de Tacna señala que los
miembros del Tribunal de Honor se encargan de la investigación y calificación de la conducta en los
procedimientos seguidos a las autoridades universita-rias, profesores y estudiantes. Debe
precisarse que en los artículos citados en el fundamento anterior se menciona que el Tribunal de
Honor para Estudiantes tramitará el proceso administrativo y propondrá la sanción para la falta
cometida. Por tanto, no puede inferirse de dichos dispositivos que la sanción establecida en el
Informe elaborado por el Tribunal de Honor de Estudiantes deba ser obligatoriamente cumplido por
el Consejo Universitario; lo contrario sería reconocerle la atribución de sancionar, que no la tiene.
Es decir el Tribunal de Honor podrá investigar, procesar, calificar el hecho y recomendar una
sanción para el estudiante, pero dicha recomendación no puede obligar a que los órganos
encargados sancionen con igual medida, ya que estos deberán analizar la investigación e imponer
la sanción que consideren adecuada.
13. Por lo señalado hasta este momento, queda claro que, en el presente caso, se ha respetado
el debido proceso administrativo entendido en términos formales.
Análisis de la transgresión de la Libertad de Expresión y del Derecho a la Educación
14. En lo que respecta al contenido mismo de la resolución cuestionada por el recurrente, este
Colegiado estima pertinente analizar si, efectivamente el demandante cometió la falta disciplinaria
que se le imputa, para luego, si es necesario, determinar si la sanción interpuesta es proporcional
a la falta cometida.
15. El demandante manifiesta que su retiro definitivo de la universidad vulnera su derecho a
la libertad de expresión y a la educación. Respeto al derecho fundamental a la educación
universitaria, debe precisarse que éste no sólo garantiza, entre otros, el derecho de acceso a la
universidad en condiciones de igualdad (previo cumplimiento de los requisi-tos que razonablemente
se impongan al respecto), sino también el derecho a permanecer en ella libre de limitaciones
arbitrarias, mientras se desarrolle el estudio y la actividad de investigación, e incluso el derecho a
la obtención del respectivo título universitario una vez cumplidos los requisitos académicos y
administrativos correspondientes; y tiene, además una relación de conexidad con otros derechos
fundamentales, como la libertad de expresión, la libertad de asociarse, el derecho de información,
el derecho a reunirse, la libertad de cátedra, etc.
16. Sobre la protección del derecho a la libertad de expresión invocado, si bien la Consti-tución
señala, en su artículo 2°, inciso 4, la existencia de las libertades de información, opinión, expresión
y difusión del pensamiento, en realidad, existen solamente dos dere-chos fundamentales en juego:
a la expresión y a la información, pues el derecho a la opinión sólo es el bien jurídico tutelado de la
expresión; y el derecho a la difusión del pensamiento, un grado superlativo en que la comunicación
puede llegar al público. Respecto a la información, ésta se refiere a la capacidad de emitir y recibir
las noticias veraces, completas y asequibles, en la medida en que su objeto son los hechos, los
mismos que pueden ser comprobables. Respecto a la expresión, ésta se refiere a la capacidad de
681
recibir los puntos de vista personales del emisor que, en tanto son opinables, requieren un carácter
básico de congruencia entre lo que se busca señalar y lo que finalmente se declara públicamente.
17. De este modo, si bien es cierto que el ejercicio del derecho constitucional a la educación
universitaria y la libertad científica o los derechos fundamentales conexos, como la libertad de
expresión, adquieren en el Estado democrático y social de derecho un carácter significativo, también
lo es el hecho de que estos, como se ha reiterado, no constituyen estados de libertad irrestrictos.
Por tanto el ejercicio, por parte de los alumnos universitarios, de los derechos mencionados conexos
no puede realizarse vulnerando las libertades de sus pares, o afectando el respeto de la propiedad,
del patrimonio universitario o de otros bienes utilizados para promover y realizar los fines
constitucionales asignados a la universidad. En concordancia con lo dicho, el inciso c) del artículo
131º del Estatuto de la Universidad Privada de Tacna manifiesta que: «Son derechos de los
estudiantes (...) c) expresar libremente sus ideas, en el marco de las normas legales vigentes y no
ser sancionados a causa de ellas».
18. Por tanto, el ejercicio de la libertad de expresión no puede contener expresiones injuriosas
(debiendo evitarse insultos, excesos verbales y respetando la dignidad de las personas), innecesarias
o sin relación con las ideas u opiniones que se manifiesten.
19. Según los considerandos de la resolución cuestionada, los cuales no fueron negados en la
demanda, el recurrente emitió las siguientes declaraciones en medios de comunicación: el 18 de
agosto de 2004 se refirió a las elecciones de docentes de la Asamblea Universitaria y Consejo de
Facultad como viciadas; el 26 agosto de 2004 manifestó que la Universidad Privada de Tacna se
encuentra a un paso del desborde y pérdida de su institucionalidad debido a sus autoridades; el 15
de setiembre manifiestó la posible realización de acciones radicales; el 20 setiembre de 2004 calificó
la actuación de la Universidad Privada de Tacna como irregular, y que en ésta se cometen atropellos
y abusos contra docentes y administrativos; el 21 de setiembre calificó como irregular y desastrosa
la gestión de las autoridades de la Universidad Privada de Tacna; el 22 setiembre cuestionó la
continuidad del rector y calificó como viciada su elección; y finalmente, en su declaración de 4
octubre de 2004, dio por hecho que existe ilegalidad en la Universidad demandada y llamó a
conformar un frente de lucha común para rescatarla.
20. Si bien dichas expresiones contienen críticas y opiniones severas contra la universidad
demandada y sus autoridades, en éstas no se utilizan palabras agraviantes o injuriosas, ni tampoco
insultos, advirtiéndose un ejercicio del derecho a la libertad de expresión sin extralimitaciones; más
aún, dichas críticas se emitieron dentro de un conflicto que oponía a la Universidad demanda con
el demandante, quien ostentando el cargo de representante de los hizo uso de un tipo de expresiones
que se pueden considerar de utilización normal por éstos.
21. En consecuencia, la sanción interpuesta carece de razonabilidad y vulnera los derechos
fundamentales a la libertad de expresión y a la educación del demandante.
Por estos fundamentos, el Tribunal Constitucional, con la autoridad que le confiere la
Constitución Política del Perú.
HA RESUELTO:
1. Declarar FUNDADA la demanda de amparo.
2. Declarar inaplicable la Resolución Nº 001-2005-UPT-CU, emitida el 17 de enero de 2005.
3. Reponer al demandante en su condición de estudiante de la Facultad de Ciencias Empresariales
de la Universidad Privada de Tacna.
Publíquese y notifíquese.
SS.
GONZALES OJEDA/ BARDELLI LARTIRIGOYEN/ VERGARA GOTELLI.
682
14.10 DECLARAN INFUNDADA LA DEMANDA AFIRMANDO QUE LA RESOLUCIÓN DE DESTITUCIÓN DEL
CONSEJO NACIONAL DE LA MAGISTRATURA NO HA VULNERADO DERECHO CONSTITUCIONAL
ALGUNO
EXP. N° 8333-2006-PA/TC-LIMA
En Lima, a los 18 días del mes de octubre de 2006, reunido el Tribunal Constitucional en sesión
de Pleno Jurisdiccional, con la asistencia de los señores magistrados García Toma, presidente;
Gonzales Ojeda, vicepresidente; Alva Orlandini, Bardelli Lartirigoyen, Landa Arroyo y Mesía
Ramírez, pronuncia la siguiente sentencia.
ASUNTO:
Recurso de agravio constitucional interpuesto por don Miguel Ángel Tomayconza Fernández-
Baca contra la sentencia de la Sexta Sala Civil de la Corte Superior de Justicia de Lima, de fojas
463, su fecha 15 de marzo de 2006, que declaró improcedente la demanda de amparo de autos.
ANTECEDENTES:
Con fecha 11 de diciembre de 2003, el recurrente interpone demanda de amparo contra el
Consejo Nacional de la Magistratura (CNM) y el Poder Judicial (Oficina de Control de la Magistratura
– OCMA), a fin de que, como pretensión principal, se proceda a la reposición de los derechos de
defensa y al debido proceso limitado por los emplazados, razón por la que deberá declararse la
nulidad de todo lo actuado a partir de la fecha de dicha violación, incluyendo la resolución final del
Consejo Nacional de la Magistratura; y, como pretensión subordinada, se declare inaplicable el
inciso 4) del artículo 286 de la Ley Orgánica del Poder Judicial, por vulnerar el derecho a la libertad
de trabajo. Respecto a la violación del debido proceso, aduce que ha sido destituido del cargo de
Vocal Titular de la Corte Superior de Justicia de Puno por su actuación como Presidente de dicha
Corte y tras habérsele seguido un proceso disciplinario por parte de la OCMA, entidad encargada
de realizar la investigación e imponer la sanción, lo cual no conlleva la destitución de magistrados.
Refiere que se propuso al Presidente del Poder Judicial formular ante el Consejo Nacional de la
Magistratura su destitución, por supuestamente haber transgredido la prohibición prevista en el
artículo 196.3 de la Ley Orgánica del Poder Judicial, cargo que no logró desvirtuar por habérsele
recortado el derecho de defensa. Precisa que el vicio se ha producido en el desarrollo de las
investigaciones realizadas por la OCMA, pues se le negó el derecho a informar oralmente pese a que
ello fue oportunamente solicitado, pues hubo un cambio de fecha del que no tuvo conocimiento a
su tiempo ya que se encontraba de licencia en la ciudad de Lima, todo lo cual convertía en nula
dicha programación. Sostiene que a partir de entonces ha venido reclamando por tal agravio, lo que
se refleja en los medios impugnatorios deducidos, los cuales han sido desestimados de plano y sin
fundamento racional. Alega que la OCMA escogió como valedera la prueba del quejoso y desconoció
la suya, debido a la «pretensión» de emprender un negocio privado, proponiendo su destitución tras
entender que la tentativa era igual a la consumación y, lo que es más grave, como si la tentativa
fuera la causal reclamada por la norma para su procedencia, lo que, a su juicio, evidentemente
683
vulnera el debido proceso, pues además se utilizó una prueba prohibida y proscrita por la
Constitución, esto es, una cinta de audio previamente editada contenía una conversación como
consecuencia de las relaciones comerciales entre el quejoso y su cónyuge. Agrega que, por su parte,
el Consejo Nacional de la Magistratura aplicó un dispositivo legal que no formó parte de la
investigación en la instancia inferior (OCMA), por lo que el debido proceso también se vulneró, ya
que no existió un correlato con un supuesto de hecho en la realidad. Alega que, conforme al artículo
211 de la Ley Orgánica del Poder Judicial, no procedía su destitución pues previamente no había
sido sancionado con la medida disciplinaria de suspensión, habiendo en cambio acreditado en
autos, conforme a la certificación de la OCMA, que no registraba medida disciplinaria anterior
alguna. Manifiesta que el Consejo debió devolver el expediente a la OCMA, y no rebasar
arbitrariamente sus facultades y modificar la tipificación sin una nueva acusación y sin nuevo
debate, y que además, tampoco motivó debidamente su resolución. Arguye que se ha atentado
contra su derecho a la instancia plural, pues el recurso de reconsideración interpuesto no mereció
pronunciamiento alguno. Respecto a la pretensión subordinada, señala que no debió aplicarse la
destitución, aun de admitirse el ejercicio contra lege de actividad comercial permitida y amparada
por el derecho al trabajo, pero limitada en cuanto a la persona del juez en ejercicio, ya que no existe
implicancia entre el ejercicio del comercio y el ejercicio del profesional abogado, tratándose de dos
actividades lícitas y legales amparadas ambas por la Constitución.
El Consejo Nacional de la Magistratura contesta la demanda negándola y contradiciéndola en
todos sus extremos, alegando que sus resoluciones son inimpugnables e irrevisables en sede
judicial, conforme lo establecen los artículos 142 y 154.3 de la Constitución, y que el ejercicio
regular de una atribución legal no constituye violación de derecho constitucional alguno.
La Procuradora Pública a cargo de los asuntos judiciales del Ministerio de Justicia y del Consejo
Nacional de la Magistratura argumenta que la pretensión cae en el supuesto de improbanza a que
se contrae el artículo 200 del Código Procesal Civil, y que por ello debe ser desestimada. En cuanto
al recurso de reconsideración que, según el actor, nunca se resolvió, aduce que ello es falso, pues
mediante Resolución Nº 444-2003-CNM, del 14 de octubre de 2003, fue declarado infundado, y
que, por el contrario, el demandante nunca pudo desvirtuar las graves deficiencias en la función
jurisdiccional que denotaron irregularidades en su desempeño laboral cuando fuera Vocal de la
Corte Superior de Justicia de Puno, por lo que se procedió válidamente a su destitución, siendo las
resoluciones del emplazado de carácter irrevisable.
El Quincuagésimo Juzgado Especializado en lo Civil de Lima, con fecha 14 de febrero de 2005,
declara fundada la demanda, por estimar que resulta incongruente que en el proceso administrativo
la OCMA haya sustentado su resolución en el artículo 211 de la Ley Orgánica del Poder Judicial
(que estatuye la destitución previa suspensión), y que el Consejo Nacional de la Magistratura,
acogiendo la petición del Poder Judicial que tiene como sustento, precisamente, la referida
resolución, haya impuesto la destitución al amparo del inciso 2) del artículo 31º de la Ley Nº 26397
(que posibilita imponer la destitución directamente y sin que haya suspensión previa). En tal
sentido, considera que dicha circunstancia vulnera el derecho de defensa del actor, pues
encontrándose en trámite el proceso disciplinario, modifica unilateralmente y sin fundamento
alguno el estatuto legal de la sanción que se investiga, produciéndose una situación de desigualdad
procesal. Consecuentemente, deja sin efecto todo lo actuado en el proceso administrativo hasta la
notificación de los cargos imputados por la Oficina de Control de la Magistratura del Poder Judicial.
La recurrida, revocando la apelada, declara improcedente la demanda, por estimar que de autos
fluye que durante el proceso administrativo el actor hizo uso de su derecho de defensa, y que la
resolución cuestionada se encuentra debidamente motivada. Asimismo, sostiene que, de
conformidad con el artículo 5.7 del Código Procesal Constitucional, los procesos constitucionales
resultan improcedentes cuando se cuestionen las resoluciones definitivas del Consejo Nacional de
la Magistratura en materia de destitución de jueces y fiscales, siempre que hayan sido motivadas y
dictadas con previa audiencia del interesado.
684
FUNDAMENTOS:
Petitorio y Consideraciones Previas
Mediante la demanda de autos, el recurrente pretende que se deje sin efecto la destitución
ordenada por el Consejo Nacional de la Magistratura como consecuencia del procedimiento
disciplinario instaurado en su contra.
El artículo 154.3 de la Constitución dispone que la resolución de destitución expedida por el
Consejo Nacional de la Magistratura en forma motivada y con previa audiencia del interesado es
inimpugnable.
Respecto del carácter inimpugnable de las resoluciones del Consejo Nacional de la Magistratura
–en materia de destitución– o, lo que es lo mismo, no revisables en sede judicial –en materia de
evaluación y ratificación–, conforme lo establece el artículo 142º de la Constitución, este Tribunal
ha establecido2[1] , en criterio que resulta aplicable, mutatis mutandi, que «el hecho de que una
norma constitucional pueda ser analizada a partir de su contenido textual no significa que la
función del operador del Derecho se agote, en un encasillamiento elemental o particularizado, con
el que se ignore o minimice los contenidos de otros dispositivos constitucionales, con mayor razón
si resulta evidente que aquellos resultan siendo no un simple complemento, sino en muchos casos
una obligada fuente de referencia por su relación o implicancia con el dispositivo examinado. La
verdad, aunque resulte elemental decirlo, es que las consideraciones sobre un determinado
dispositivo constitucional sólo pueden darse cuando aquellas se desprenden de una interpretación
integral de la Constitución, y no de una parte o de un sector de la misma (...)».
En efecto, «(...) cuando el artículo 142° de la Constitución establece que no son revisables en
sede judicial las resoluciones del Consejo Nacional de la Magistratura en materia de evaluación y
ratificación de Jueces (...), el presupuesto de validez de dicha afirmación se sustenta en que las
consabidas funciones que le han sido conferidas a dicho organismo sean ejercidas dentro de los
límites y alcances que la Constitución le otorga, y no dentro de otros distintos, que puedan
convertirlo en un ente que opera fuera o al margen de la misma norma que le sirve de sustento. En
el fondo, no se trata de otra cosa sino de la misma teoría de los llamados poderes constituidos, que
son aquellos que operan con plena autonomía dentro de sus funciones, pero sin que tal
característica los convierta en entes autárquicos que desconocen o hasta contravienen lo que la
misma Carta les impone. El Consejo Nacional de la Magistratura, como cualquier órgano del Estado,
tiene límites en sus funciones, pues resulta indiscutible que éstas no dejan en ningún momento de
sujetarse a los lineamientos establecidos en la norma fundamental. Por consiguiente, sus
resoluciones tienen validez constitucional en tanto las mismas no contravengan el conjunto de
valores, principios y derechos fundamentales de la persona contenidos en la Constitución, lo que
supone, a contrario sensu, que si ellas son ejercidas de una forma tal que desvirtúan el cuadro de
principios y valores materiales o los derechos fundamentales que aquella reconoce, no existe ni
puede existir ninguna razón que invalide o deslegitime el control constitucional señalado a favor de
este Tribunal en los artículos 201° y 202° de nuestro Texto Fundamental»3[2] .
No puede, pues, alegarse ningún tipo de zona invulnerable a la defensa de la constitucionalidad
o la protección de los derechos humanos, toda vez que la limitación que señala el artículo 142º de
la Constitución –como la prevista por el numeral 154.3– no puede entenderse como exención de
inmunidad frente al ejercicio de una competencia ejercida de modo inconstitucional, pues ello
supondría tanto que se proclamase que en el Estado Constitucional de Derecho se pueden rebasar
los límites que impone la Constitución, como que contra ello no exista control jurídico alguno que
pueda impedirlo.
En tal sentido, las resoluciones del Consejo Nacional de la Magistratura en materia de
destitución podrán ser revisadas en sede judicial, en interpretación, a contrario sensu, del artículo
154.3 de la Constitución, cuando sean expedidas sin una debida motivación y sin previa audiencia
al interesado.
685
En el presente caso, la destitución impuesta al demandante constituye una sanción que tiene
como marco un procedimiento sancionatorio en sede administrativa, de tal manera que, en tanto
su finalidad es pronunciarse sobre actos u omisiones antijurídicas que pudiera haber cometido el
demandante, en todos los casos la validez de la decisión final dependerá del respeto del derecho de
defensa y de que esté sustentada en pruebas que incriminen a su autor como responsable de una
falta sancionable4[3] .
Asimismo, debe tenerse presente que, en todo Estado Constitucional y Democrático de Derecho,
la motivación debida de las decisiones de las entidades públicas -sean o no de carácter
jurisdiccional- es un derecho fundamental que forma parte del contenido esencial del derecho a la
tutela procesal efectiva. El derecho a la motivación debida constituye una garantía fundamental en
los supuestos en que con la decisión emitida se afecta de manera negativa la esfera o situación
jurídica de las personas. Así, toda decisión que carezca de una motivación adecuada, suficiente y
congruente, constituirá una decisión arbitraria y, en consecuencia, inconstitucional.
Conforme a lo expuesto, corresponde a este Tribunal determinar si el proceso sancionatorio
sustanciado por el Consejo Nacional de la Magistratura respetó las garantías mínimas exigibles a
todo procedimiento administrativo encaminado a restringir derechos.
Análisis del Caso Concreto
En principio, importa señalar que el demandante alega que, con arreglo al artículo 211º de la
Ley Orgánica del Poder Judicial, no procedía aplicársele una sanción tan drástica como la
destitución, pues anteriormente nunca había sido sancionado con suspensión.
Respecto de dicha cuestión, el Tribunal Constitucional ya ha tenido oportunidad de
pronunciarse(*), y ha establecido que el referido artículo es aplicable al órgano de control interno
del Poder Judicial y no así al Consejo Nacional de la Magistratura, que a través del artículo 31º de
su Ley Orgánica –Ley N° 26397– se encuentra expresamente facultado para aplicar la sanción de
destitución sin necesidad de que el funcionario a ser sancionado haya sido suspendido previamente,
razón por la cual dicho argumento debe ser desestimado.
De otro lado, tampoco fluye de autos que, durante el desarrollo del procedimiento
administrativo sancionador instaurado al recurrente, se haya vulnerado su derecho de defensa,
pues del abundante material probatorio aportado tanto por el demandante como por el demandado,
se aprecia que el actor pudo efectuar sus descargos y plantear todo tipo de recursos y medios
impugnatorios.
El derecho a la motivación de las resoluciones comporta, de manera general, una exigencia en
el sentido de que los fundamentos que sustentan la resolución deben ser objetivos y coherentes con
la materia de pronunciamiento, quedando fuera de ella consideraciones de orden subjetivo o que
no tienen ninguna relación con el objeto de resolución. Tan arbitraria es una resolución que no está
motivada o está deficientemente motivada como aquella otra en la cual los fundamentos no tienen
una relación lógica con lo que se está resolviendo.
En lo que a la motivación de las resoluciones de destitución de magistrados expedidas por el
Consejo Nacional de la Magistratura se refiere, este Tribunal ha establecido(**) que la debida
motivación de las resoluciones que imponen sanciones no constituye sólo una exigencia de las
resoluciones judiciales, sino que se extiende a todas aquellas –al margen de si son judiciales o no,
como las administrativas– que tienen por objeto el pronunciamiento sobre el ejercicio de una
función. Asimismo, deben fundamentarse en la falta disciplinaria, es decir, en argumentos dirigidos
a sustentar la sanción de destitución. Es imperativo, entonces, que las resoluciones sancionatorias
contengan una motivación adecuada a derecho, como una manifestación del principio de tutela
jurisdiccional e interdicción de la arbitrariedad. Así, la exigencia constitucional de motivación de
las resoluciones sancionatorias del Consejo Nacional de la Magistratura se cumple cuando dicho
órgano fundamenta cabalmente su decisión de imponer una sanción, lo cual excluye aquellos
686
argumentos subjetivos o que carecen de una relación directa e inmediata con la materia que es
objeto de resolución y con la imposición de la sanción misma.
En el caso concreto, de la cuestionada resolución de destitución expedida por el emplazado
Consejo Nacional de la Magistratura, se aprecia que ésta se sustenta en argumentos de orden
disciplinario, es decir, en argumentos orientados a sustentar la sanción de destitución impuesta al
actor sobre la base de fundamentos objetivos y coherentes con la materia de pronunciamiento,
excluyendo argumentos subjetivos o que no guardan una relación directa con el asunto objeto de
resolución y con la imposición de la sanción misma, razones, todas, por las que la presunta
vulneración del derecho a la motivación de las resoluciones no ha sido acreditada.
Por lo demás, los cuestionamientos del recurrente, respecto de la ineficacia de los medios
probatorios actuados en el proceso administrativo no pueden ser analizados en el presente proceso,
toda vez que, conforme lo establece el artículo 9º del Código Procesal Constitucional, en los procesos
constitucionales no existe etapa probatoria.
Consecuentemente con todo lo expuesto, el Tribunal Constitucional estima que, al expedir la
cuestionada resolución de destitución, el Consejo Nacional de la Magistratura no ha vulnerado
derecho constitucional alguno, sino que, por el contrario, ha ejercido la atribución conferida por el
numeral 154.3 de la Constitución Política del Perú.
Por estos fundamentos el Tribunal Constitucional, con la autoridad que le confiere la
Constitución Política del Perú.
HA RESUELTO:
687
14.11 DECLARAN FUNDADA LA DEMANDA POR VULNERAR EL DERECHO DE DEFENSA AL NO HABERSE
HECHO CONOCER AL INVESTIGADO EL INFORME DE LA COMISIÓN QUE SUSTENTABA LA
PROPUESTA DE SANCIÓN Y PORQUE EL ÓRGANO RESOLUTOR SÓLO CONOCIÓ LA APRECIACIÓN
DE LOS HECHOS DEL ÓRGANO INVESTIGADOR
EXP. Nº 1003-98-AA/TC-LIMA
En Lima, a los seis días del mes de agosto de dos mil dos, reunido el Tribunal Constitucional
en sesión de Pleno Jurisdiccional, con asistencia de los señores Magistrados Rey Terry,
Vicepresidente; Revoredo Marsano, Alva Orlandini, Bardelli Lartirigoyen, Gonzales Ojeda y García
Toma, con el fundamento de voto, adjunto, del Magistrado Bardelli Lartirigoyen, pronuncia la
siguiente sentencia
ASUNTO:
Recurso extraordinario interpuesto por don Jorge Miguel Alarcón Menéndez contra la sentencia
de la Sala Corporativa Transitoria Especializada en Derecho Público de la Corte Superior de Justicia
de Lima, de fojas doscientos ocho, su fecha veinticinco de setiembre de mil novecientos noventa y
ocho, que declaró improcedente la acción de amparo de autos.
ANTECEDENTES:
El recurrente interpone acción de amparo contra los Vocales de la Corte Suprema, doctores
Victor Raúl Castillo Castillo, Moisés Pantoja Rodulfo, Mario Urrelo Álvarez, Luis Edmundo Serpa
Segura, los ex Vocales, César Fernández Arce, Ricardo Nugent López-Chávez, el Comandante José
Dellepiane Massa, Titular del Pliego del Poder Judicial y el Procurador Público encargado de los
asuntos judiciales del Poder Judicial. Solicita se declare inaplicable la resolución administrativa de
fecha ocho de agosto de mil novecientos noventa y uno, expedida por Acuerdo de Sala Plena de la
Corte Suprema de Justicia de la República, por la que se le impuso medida disciplinaria de
destitución del cargo de Vocal Titular de la Corte Superior de Justicia de Áncash. Asimismo, se le
reponga en el citado cargo, en razón de haberse conculcado el derecho al debido proceso en el
trámite (sic) administrativo seguido en su contra, al impedírsele ejercer su derecho de defensa.
Manifiesta que, con fecha veintiuno de junio de mil novecientos ochenta y cuatro, fue nombrado
Vocal Titular de la citada Corte Superior, y que en el año mil novecientos noventa se le instauró,
junto a otros magistrados, proceso disciplinario por supuestas irregularidades administrativas en
el desempeño de sus funciones, y en el curso del citado proceso solicitó al Presidente de la Corte
Suprema, mediante escritos recepcionados con fecha seis de agosto de mil novecientos noventa y
uno, se le expida copia del informe recaído en los procesos disciplinarios y se le conceda el uso de
la palabra a fin de ejercer su derecho de defensa, lo que no le fue otorgado. Afirma que contra la
resolución cuestionada con fecha dos de setiembre de mil novecientos noventa y uno, interpuso
recurso de reconsideración, el cual no fue resuelto pese a su escrito de requerimiento; por ello,
haciendo uso del silencio administrativo negativo, mediante escrito de fecha veintiocho de
noviembre de mil novecientos noventa y siete, dio por denegado su recurso de reconsideración y
formuló recurso de apelación, el cual tampoco fue resuelto en el plazo de ley, razón por la cual a
través de «recurso»(sic) presentado a la Comisión Ejecutiva del Poder Judicial, de fecha dieciocho
688
de febrero de mil novecientos noventa y ocho, consideró denegado el recurso de apelación, agotando
así la vía administrativa.
La Procuradora Pública a cargo de los asuntos judiciales del Poder Judicial solicita declarar
improcedente o infundada la acción de amparo; en el primer caso, por no haber agotado la vía
administrativa y por considerar que la presente vía no es la idónea, debiendo acudirse al proceso
contencioso-administrativo; en el segundo, porque estima que no se ha acreditado la violación de
ningún derecho constitucional del demandante, máxime el derecho de defensa, toda vez que ejerció
los recursos de reconsideración y apelación.
El Primer Juzgado Corporativo Transitorio Especializado en Derecho Público de Lima, a fojas
setenta y tres, con fecha cinco de junio de mil novecientos noventa y ocho, declaró fundada la acción
de amparo, por considerar que la sanción disciplinaria se dictó obviando que el demandante informe
verbalmente antes de dicha decisión y que se le expidiera copia del informe de la Jefatura del Órgano
de Control Interno del Poder Judicial; afectando así el derecho de defensa, debido proceso y tutela
jurisdiccional.
La recurrida, revocando la apelada, declara improcedente la acción incoada por considerar que
ha operado la caducidad, dado que el recurso de apelación fue interpuesto por el demandante
después de seis años de interpuesto el recurso de reconsideración y no dentro de los treinta días
que establece la ley.
FUNDAMENTOS:
El objeto del presente proceso constitucional es que el órgano jurisdiccional disponga la
inaplicabilidad de la resolución administrativa de fecha ocho de agosto de mil novecientos noventa
y uno, expedida por Acuerdo de Sala Plena de la Corte Suprema de Justicia de la República, por la
que se le impuso medida disciplinaria de destitución del cargo de Vocal Titular de la Corte Superior
de Justicia de Áncash, y se le reponga en el citado cargo.
Tratándose el acto cuestionado de un acto administrativo, antes de analizar el fondo de la
controversia, deberá evaluarse el requisito de procedibilidad relativo al agotamiento de la vía previa
(artículo 27º, Ley N° 23506); extremo que, en el presente caso, exige el análisis del silencio
administrativo negativo, dado que, según alega el demandante, la vía previa se habría agotado a
consecuencia de su acogimiento al silencio administrativo negativo ante la omisión de resolución
expresa frente a los recursos de reconsideración y de apelación interpuestos.
Silencio administrativo negativo
El Tribunal Constitucional interpretó que, en el caso de la acción de amparo, en el supuesto de
que el administrado interpusiera recurso de reconsideración o de apelación, operaba siempre el
silencio administrativo negativo, de modo tal que aquél no tenía la opción señalada en los artículos
98º y 99º del que fuera el Texto Único de la Ley de Normas Generales de Procedimientos
Administrativos, D.S. 02-94-JUS, de esperar el pronunciamiento expreso de la autoridad
administrativa o de acogerse al silencio administrativo cuando considerara que conviniera a su
derecho.
En el presente caso, el Tribunal Constitucional modifica dicho criterio. Estima que, por el
contrario, el administrado, transcurrido el plazo para que la Administración resuelva el recurso
impugnativo interpuesto, tiene la potestad de acogerse al silencio administrativo –y así acudir a la
vía jurisdiccional- o de esperar el pronunciamiento expreso de la Administración. Las razones que
fundamentan este cambio de criterio son las siguientes:
En principio, una interpretación literal del dispositivo legal regulatorio de la materia descarta
la referida tesis interpretativa. En efecto, de conformidad con el artículo 99º de la Ley de Normas
Generales de Procedimientos Administrativos: «El término para la interposición de este recurso es
de quince (15) días y deberá resolverse en un plazo máximo de treinta (30) días, transcurridos los
cuales, sin que medie resolución, el interesado podrá considerar denegado dicho recurso a efectos
689
de interponer el Recurso de Revisión o la demanda judicial, en su caso, o esperar el
pronunciamiento expreso de la Administración Pública.» (subrayado nuestro). La norma precisa que
el administrado «podrá» considerar denegado el petitorio y no que «deberá» hacerlo. La norma en
cuestión consagra una facultad del administrado a la que, si así lo desea, podrá acogerse. No se
trata de una obligación; por lo tanto, la no resolución del recurso impugnatorio dentro del plazo de
treinta días no puede considerarse como causal de exclusión de la potestad del administrado de
esperar el pronunciamiento expreso de la administración. La misma consideración ha de extenderse
al recurso de reconsideración contemplado por el artículo 98º del citado dispositivo legal cuyo texto
es análogo al citado artículo 99º.
Naturaleza
El silencio administrativo constituye un privilegio del administrado ante la Administración, para
protegerlo ante la eventual mora de ésta en la resolución de su petición. Se trata de «una simple
ficción de efectos estrictamente procesales, limitados, además, a abrir la vía de recurso», en
sustitución del acto expreso; pero «en beneficio del particular únicamente», así «el acceso a la vía
jurisdiccional una vez cumplidos los plazos [queda] abierto indefinidamente en tanto la
Administración no [dicte] la resolución expresa» (subrayado nuestro, Eduardo García de Enterría y
Tomás-Ramón Fernández. Curso de Derecho Administrativo, 7ª ed., Edit. Civitas S.A., Madrid,
1996, p. 573). Sobre el particular, deben resaltarse dos aspectos: Se trata de una presunción en
beneficio del particular únicamente, y su efecto es abrir la vía jurisdiccional, indefinidamente, en
tanto la Administración no haya resuelto expresamente el recurso. La interpretación aún vigente
del Tribunal Constitucional no concuerda con estos dos aspectos. En el primer caso, porque no se
aplica en beneficio del particular, sino de la Administración, resultando que ésta, «la incumplidora
de dicho deber de resolver, se beneficia de su propio incumplimiento» (Ernesto GarcíaTrevijano
Garnica, El silencio administrativo en la nueva ley de régimen jurídico de las administraciones
públicas y del procedimiento administrativo común, 1ª ed., Edit. Civitas S.A., Madrid, 1994, p. 31).
En el segundo caso, porque en lugar de abrir indefinidamente la vía judicial en tanto la
Administración no resuelva expresamente, le impone un plazo, el que, además, ninguna norma del
citado cuerpo normativo establece.
Constituye un criterio que limita irrazonablemente el derecho fundamental a la tutela
jurisdiccional reconocido por el artículo 139º, inciso 3), de la Constitución. La interpretación
efectuada restringe finalmente el derecho del particular de acceder a la vía judicial, porque ocasiona
caducidad en el ejercicio del derecho de acción. Este derecho fundamental puede verse lesionado
si, para acceder a la tutela jurisdiccional, la ley impone exigencias excesiva o irrazonablemente
formalistas o, como en el presente caso, se interpreta las existentes u otras relacionadas, en un
sentido de apreciación desvariado o desmesuradamente formal, ocasionándose en cualquiera de
tales supuestos la imposibilidad del ejercicio de ese derecho fundamental. Considerando que el
agotamiento de la vía previa constituye un presupuesto procesal de cuya satisfacción depende el
acceso a la tutela jurisdiccional, las normas que la regulan y, en particular, como concierne al caso,
las que regulan el sistema recursivo, deben interpretarse de conformidad con el principio pro
actione. Es decir, en sentido favorable para posibilitar el acceso a la tutela jurisdiccional y,
consiguientemente, con exclusión de toda opción interpretativa que sea contraria a ese propósito.
Tal es el caso, justamente, de la interpretación anterior del Tribunal.
No resulta acorde con el principio pro homine y pro libertatis de la interpretación constitucional,
según los cuales, ante eventuales diferentes interpretaciones de un dispositivo legal, se debe optar
por aquélla que conduzca a una mejor protección de los derechos fundamentales, descartando así
las que restrinjan o limiten su ejercicio. Vale decir, el principio pro homine impone que, en lugar de
asumir la interpretación restrictiva, en este caso, de ocasionar la caducidad y así impedir el ejercicio
del derecho a la tutela judicial, se tenga que, por el contrario, optar por la tesis que posibilite que
el particular pueda ejercer su derecho a la tutela jurisdiccional, para impugnar el acto
administrativo presuntamente lesivo. La tesis interpretativa que posibilita esto último es justamente
la que proviene del propio tenor literal de la norma antes referida y de la propia naturaleza del
690
silencio administrativo negativo; esto es, la que establece que el administrado, luego de haber
impugnado un acto administrado y transcurrido el plazo para resolverlo, puede acogerse al silencio
administrativo o esperar el pronunciamiento expreso de la Administración, sin que la opción por
esta última alternativa genere la caducidad en el ejercicio del derecho de acción.
Es en los términos antes establecidos que el Tribunal Constitucional, entiende, que se debe
interpretar el silencio administrativo negativo, siendo dicha doctrina aplicable al caso, como a
continuación se analiza.
El demandante impugnó el citado Acuerdo de Sala Plena con el recurso de reconsideración de
fecha dos de setiembre de mil novecientos noventa y uno. La norma aplicable a dicho proceso, en
cuanto concierne al plazo para resolver el referido recurso y la resolución ficta denegatoria (silencio
administrativo negativo), es el Reglamento de la Ley de Simplificación Administrativa (Decreto
Supremo N° 070-89-PCM), toda vez que, de conformidad con su Sexta Disposición Transitoria «Los
procedimientos administrativos en giro adecuarán su trámite a la norma contenida en el artículo
25° en la fecha de vigencia del presente Reglamento. Las normas sobre silencio administrativo a
que se refieren los artículos 26° al 29° regirán en los procedimientos administrativos que se inicien
a partir del 02 de octubre de 1989». Teniendo en cuenta que el proceso disciplinario del que proviene
el acto impugnado se inició con fecha diecinueve de junio de mil novecientos noventa, la norma
antes citada es aplicable al referido proceso. Ahora bien, de conformidad con el segundo párrafo del
artículo 25.º del citado dispositivo, modificado por el artículo 2º del Decreto Supremo N° 002-90-
PCM, «Cada una de las entidades competentes deberá resolver el asunto solicitado o impugnado en
un plazo no mayor de sesenta (60) días calendario de iniciado el procedimiento o interpuesto el
recurso impugnativo bajo responsabilidad(...)». Por otro lado, conforme al segundo párrafo del
artículo 27º del mismo dispositivo, también modificado por el artículo 3º del precitado Decreto
Supremo N° 002-90-PCM, «Cuando se trata de (...) procedimientos administrativos distintos a los
conducentes al otorgamiento de licencias, autorizaciones, permisos, concesiones y similares,
operará, en los mismos plazos, el silencio administrativo negativo, salvo que la propia entidad, por
norma expresa, disponga que opera el silencio administrativo positivo»; vale decir que, en el resto
de procedimientos administrativos distintos a los antes señalados, el silencio administrativo
negativo operará igualmente en el plazo de sesenta días de interpuesto el recurso impugnatorio.
En el presente caso, el recurso de reconsideración fue interpuesto con fecha dos de setiembre
de mil novecientos noventa y uno, el mismo que no fue resuelto dentro del referido plazo de sesenta
días. Ante ello y, de conformidad con el citado dispositivo, el demandante optó por esperar el
pronunciamiento expreso de la administración pública, el cual empero, no se produjo no obstante
el escrito de requerimiento de pronunciamiento por él presentado con fecha cinco de febrero de mil
novecientos noventa y seis. Por tal motivo, con fecha veintiocho de noviembre de mil novecientos
noventa y siete lo da por denegado, acogiéndose al silencio administrativo negativo e interponiendo,
simultáneamente, recurso de apelación.
Sin embargo, tratándose el acto impugnado de un Acuerdo expedido por un órgano no sometido
a subordinación jerárquica como la Sala Plena de la Corte Suprema de Justicia de la República, no
procedía la interposición de recurso de apelación. En tal sentido, el escrito en el que el demandante
interpone un «recurso de apelación» y da por denegado el recurso de reconsideración, debe
interpretarse como un requerimiento de resolución expresa del recurso de reconsideración, ello en
aplicación del principio pro actione antes citado y el principio de no formalismo del procedimiento
administrativo que se desprende del artículo 103º del citado Texto Único de la Ley de Normas
Generales de Procedimientos Administrativos (Decreto Supremo N° 02-94-JUS). La errónea
calificación del administrado de un acto –el recurso- no obsta para entender el efecto real que debe
atribuirse a él en el procedimiento que, en este caso, no es sino el de requerir el pronunciamiento
expreso de un recurso de reconsideración interpuesto.
691
Posteriormente, el demandante, por escrito recibido el dieciocho de febrero de mil novecientos
noventa y ocho, dio por denegado el denominado recurso de «apelación» y se acogió al silencio
administrativo negativo, con lo cual, la vía previa había sido agotada.
La demanda ha sido interpuesta el quince de marzo de mil novecientos noventa y ocho, luego
de haber agotado la vía previa en los términos antes precisados y dentro del plazo de sesenta días
posterior al agotamiento de dicha vía. En consecuencia, habiéndose satisfecho los requisitos de
procedibilidad de la acción de amparo, corresponde analizar el fondo de la controversia.
Planteamiento del problema de fondo de la controversia constitucional
El demandante, con fecha tres de junio de mil novecientos noventa y uno, solicitó a la Sala
Plena que se le concediera el uso de la palabra ante dicho órgano, conforme consta a fojas ciento
sesenta y cuatro, petición que, según dice el referido escrito, reiteró otra anterior, con idéntica
pretensión, de fecha veintiocho de febrero del mismo año. Es, entonces, materia de análisis
determinar si la omisión a una solicitud de informe oral o palabra, ante un pedido en ese sentido,
lesiona o no el derecho a la defensa.
El demandante, con fecha seis de agosto de mil novecientos noventa y uno, dos días antes de
emitirse la resolución sancionatoria, además de reiterar el pedido de uso de palabra, solicitó
también que se le hiciera entrega de una copia del informe recaído en los procesos disciplinarios
instaurados en su contra. Corresponde, así, analizar si la omisión de la entrega de los citados
informes lesiona o no el derecho de defensa.
Límites de la potestad administrativa disciplinaria
La aplicación de una sanción administrativa constituye la manifestación del ejercicio de la
potestad sancionatoria de la Administración. Como toda potestad, no obstante, en el contexto de
un Estado de Derecho (artículo 3.º, Constitución), está condicionada, en cuanto a su propia validez,
al respeto de la Constitución, los principios constitucionales y, en particular, de la observancia de
los derechos fundamentales. Al respecto, debe resaltarse la vinculatoriedad de la Administración
en la prosecución de procedimientos administrativos disciplinarios, al irrestricto respeto del derecho
al debido proceso y, en consecuencia, de los derechos fundamentales procesales y de los principios
constitucionales (v.gr. legalidad, razonabilidad, proporcionalidad, interdicción de la arbitrariedad)
que lo conforman.
Derecho de defensa
El derecho de defensa constituye un derecho fundamental de naturaleza procesal que conforma
el ámbito del debido proceso. En cuanto derecho fundamental se proyecta como principio de
interdicción de ocasionarse indefensión y como principio de contradicción de los actos procesales
que pudieran repercutir en la situación jurídica de algunas de las partes de un proceso o de un
tercero con interés.
En el presente caso, el Tribunal Constitucional estima que se ha lesionado el derecho de defensa
en la medida en que la omisión de proveer el informe de la comisión que sustentaba la sanción
propuesta no permitió que el demandante conociera los exactos términos de la forma en que el
órgano investigador había analizado los cargos atribuidos y su responsabilidad en las infracciones
imputadas. Sólo conociendo estos aspectos, el demandante podía ejercer su derecho de defensa de
manera idónea y eficaz. Idónea en cuanto era la forma apropiada o indicada, no existiendo otra a
través de la cual podía ilustrar al órgano que debía imponer la sanción y, así, controvertir o
contradecir ante aquél –en cuanto órgano decisorio– los cargos efectuados por el órgano que se hizo
del procedimiento de investigación. Y, eficaz, por cuanto el propósito de impedir indefensión frente
al criterio asumido por el órgano investigador (Comisión y Jefe de la Oficina General de Control
Interno del Poder Judicial) se alcanzaba sólo conociendo la conclusión final que aquél asumía en el
citado informe.
Debe destacarse singularmente este extremo, dado que no es lo mismo que el procesado
controvierta y ejerza su derecho de defensa ante el órgano investigador, como efectivamente ocurrió
692
en este caso, que si efectúa el descargo respecto a la acusación no ante el referido órgano, sino ante
el órgano que ha de aplicar o resolver la sanción. Esto crearía, además una situación de desigualdad
de fondo incompatible con el debido proceso, porque el procesado está en desventaja respecto a la
Administración, puesto que no puede ilustrar o controvertir, directamente, frente al órgano
sancionador los cargos del informe. El órgano resolutor sólo conoce la apreciación de los hechos
por parte del órgano investigador, sin que, respecto a ello, el procesado haya podido ejercer su
derecho de defensa.
La omisión a la solicitud de informe oral ante la Sala Plena de la Corte Suprema de Justicia de
la República, ante un pedido a ese respecto, lesionó también el derecho a la defensa y, por
consiguiente, el derecho al debido proceso, porque ocasionó indefensión en el demandante, al no
posibilitarle la ocasión de defenderse ante el órgano sancionador respecto de los cargos que se le
imputaban en el informe de la comisión y, de ese modo, poder controvertirlos y exponer o persuadir
al órgano sancionador de todo cuanto conviniese a su derecho.
Por estos fundamentos, el Tribunal Constitucional, en uso de las atribuciones que le confieren
la Constitución Política del Estado y su Ley Orgánica,
FALLA:
REVOCANDO la recurrida, que, revocando la apelada, declaró improcedente la acción de
amparo; y, reformándola, la declara FUNDADA; en consecuencia, declara inaplicable la resolución
administrativa de fecha ocho de agosto de mil novecientos noventa y uno, expedida por Acuerdo de
la Sala Plena de la Corte Suprema de Justicia de la República; y prescrito el proceso administrativo
que originó la medida disciplinaria; ordena la reposición del demandante en el cargo de Vocal Titular
de la Corte Superior de Justicia de Ancash, computándose los años de servicios solo para efectos
pensionables; dispone, que la presente sentencia se ponga en conocimiento del Congreso de la
República a fin de que inicie el procedimiento de antejuicio, así como a la Fiscalía de la Nación, a
efectos de que proceda de conformidad con el artículo 11.° de la Ley N° 23506. Dispone la
notificación a las partes, su publicación en el diario oficial El Peruano y la devolución de los
actuados.
SS.
REY TERRY/ REVOREDO MARSANO/ ALVA ORLANDINI/ BARDELLI LARTIRIGOYEN/ GONZALES OJEDA/ GARCÍA TOMA.
[FUNDAMENTO DE VOTO]
EXP. N° 1003-98-AA/TC
693
la Fiscalía de la Nación para la aplicación de lo dispuesto por el artículo 11° de la Ley N° 23506,
respecto de los funcionarios que hubiesen actuado con negligencia o dolo no aplicando las normas
contenidas en el Reglamento General de Normas de Procesos Administrativos aprobado por el D.S.
02-94-JUS, aplicable supletoriamente, por razones de temporalidad, al reclamo administrativo que
en su momento formulara el actor Jorge Miguel Alarcón Meléndez.
SR.
BARDELLI LARTIRIGOYEN.
694
15. CONTROL CONSTITUCIONAL
En tal sentido, mutatis mutandi, cabe señalar que en ningún supuesto existe la
posibilidad de que un Estado limite o elimine la posibilidad de que sus ciudadanos
puedan acceder a un recurso efectivo para la protección de sus derechos
fundamentales, situación que incluso fue advertida por el Tribunal Constitucional
del Perú en la sentencia recaída en la acción de inconstitucionalidad.
TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
EXP. N° 1383-2001-AA/TC-LIMA
En Lima, a los 15 días del mes de agosto de 2002, reunido el Tribunal Constitucional en sesión
de Pleno Jurisdiccional, con asistencia de los señores Magistrados Rey Terry, Vicepresidente;
Revoredo Marsano; Alva Orlandini; Bardelli Lartirigoyen; Gonzales Ojeda y García Toma, pronuncia
la siguiente sentencia.
ASUNTO
Recurso extraordinario interpuesto por don Luis Alfredo Rabines Quiñones contra la sentencia
expedida por la Sala de Derecho Público de la Corte Superior de Justicia de Lima, de fojas 91, su
fecha 5 de setiembre de 2001, que declaró improcedente la acción de amparo de autos.
ANTECEDENTES
El recurrente, con fecha 28 de febrero de 2001, interpone acción de amparo, contra el Estado
Peruano con el objeto de que se declare inaplicable a su persona el Decreto Ley N° 25530, en virtud
del cual fue cesado y se le canceló su título de Fiscal Superior Titular del Distrito Judicial de La
Libertad, dado que dicha norma carece de parte considerativa e impone sanciones sin proceso
regular impidiendo que ejerza su derecho de defensa; y, además, por cuanto dicha norma establecía
que los pronunciamientos judiciales que promuevan los interesados a consecuencia de la
reestructuración y reorganización del Ministerio Público, no contendrá mandato de restitución o
posesión de cargo alguno. Refiere que: a) el 22 de setiembre de 1986 fue nombrado Fiscal Superior
del Distrito Judicial de La Libertad, cargo que desempeñó hasta el 22 de octubre de 1992, fecha en
que fue destituido por disposición de la Fiscal de la Nación y Presidenta de la Junta de Fiscales
Supremos; b) no se presenta el supuesto de caducidad previsto en la ley, ya que no tuvo la
posibilidad de ejercer realmente su derecho de defensa al disponerse su cese, pues la norma
impugnada vulneraba también, la independencia del Poder Judicial, así como su derecho a obtener
justicia a través de la restitución en el cargo.
El Procurador Adjunto (e) de la Procuraduría Pública del Ministerio de Justicia, contesta la
demanda solicitando que la misma sea declarada improcedente o infundada, dado que el Decreto
Ley N° 25530 es una norma legal de carácter constitucional dispuesta por el entonces Congreso
Constituyente Democrático en su Primera Ley Constitucional; de otro lado, propone la excepción de
caducidad.
El Primer Juzgado Corporativo Transitorio Especializado en Derecho Público de Lima, a fojas
43, con fecha 10 de abril de 2001, declaró infundada la excepción de caducidad y fundada en parte
la demanda; en consecuencia, inaplicable al accionante el Decreto Ley N° 25735, que derogó el
Decreto Ley N° 25530, así como la Resolución de Fiscalía de la Nación N° 062-92-FN-JFS, pues la
agresión alegada no ha cesado, y declara improcedente la demanda, respecto a la inaplicación del
Decreto Ley N° 25530.
695
La recurrida revocando la apelada, declaró fundada la excepción de caducidad e improcedente
la demanda en aplicación del artículo 37 de la Ley N° 23506.
FUNDAMENTOS
El Gobierno de Emergencia y Reconstrucción Nacional
1. Con ocasión de los hechos acaecidos el 5 de abril de 1992, se expide el Decreto Ley N° 25418,
“Ley de Bases del Gobierno de Emergencia y Reconstrucción Nacional”, que dispone la
reorganización de diversas instituciones públicas, entre ellas, el Poder Judicial, estableciendo, de
facto, un régimen jurídico sustentado en un supuesto Estado de Emergencia. En dicho contexto se
expiden los decretos leyes impugnados en autos.
2. El Decreto Ley N° 25530 y su derogatoria, el Decreto Ley N° 25735, fueron publicados en el
Diario Oficial El Peruano, con fechas 06 de junio y 25 de setiembre de 1992, respectivamente.
Mediante el primero se conformó una comisión evaluadora para la investigación de la conducta
funcional de los fiscales, abogados auxiliares y personal administrativo del Ministerio Público,
mientras que el Decreto Ley N° 25735, por su parte, declaró al Ministerio Público en proceso de
reestructuración orgánica y reorganización administrativa.
3. Como el Decreto Ley N° 25418 dejó “sin efecto” los artículos de la Constitución de 1979 que
se opusieran a su contenido (artículo 8), es evidente que la instauración del gobierno de emergencia
no se sustentaba en ninguna cláusula constitucional, lo que daba lugar a un régimen político de
facto en nuestro ordenamiento jurídico.
Protección Judicial
4. Sin embargo, por muy de facto que pueda ser el gobierno instaurado, en ningún caso procede,
conforme a lo expuesto en el artículo 25 de la Convención Americana de Derechos Humanos, que
se impida el acceso a cualquier ciudadano a un recurso efectivo, sencillo y rápido para la protección
de los derechos reconocidos por la Constitución Política del Estado y la Convención antes referida.
5. En tal sentido, todos los Estados signatarios de la Convención se han comprometido a
garantizar no sólo el acceso a un juez natural, sino también, a desarrollar las posibilidades del
recurso judicial, así como a garantizar el cumplimiento de la decisión estimada procedente.
6. Aún cuando no sea aplicable directamente al caso de autos, la Corte Interamericana de
Derechos Humanos, en su Opinión Consultiva N° 8187 del 30 de enero de 1998, sobre “El Hábeas
Corpus bajo la suspensión de garantías”, ha señalado en el párrafo 24 que:
“La suspensión de garantías constituye también una situación excepcional, según la cual
resulta lícito para el gobierno aplicar determinadas medidas restrictivas a los derechos y libertades
que, en condiciones normales, están prohibidas o sometidas a requisitos más rigurosos. Esto no
significa, sin embargo, que la suspensión de garantías comporte la suspensión temporal del Estado
de Derecho o que autorice a los gobernantes a apartar su conducta de la legalidad a la que en todo
momento deben ceñirse. Estando suspendidas las garantías, algunos de los límites legales de la
actuación del poder público pueden ser distintos de los vigentes en condiciones normales, pero no
deben considerarse inexistentes, ni cabe, en consecuencia, entender que el gobierno esté investido
de poderes absolutos más allá de las condiciones en que tal legalidad excepcional está autorizada.
Como ya lo ha señalado la Corte en otra oportunidad, el principio de legalidad, las instituciones
democráticas y el Estado de Derecho son inseparables (cf. La expresión “leyes” en el artículo 30 de
la Convención Americana sobre Derechos Humanos, Opinión Consultiva OC-6/86 del 9 de mayo
de 1986. Serie A N° 6, párr. 32)”.
7. En tal sentido, mutatis mutandi, cabe señalar que en ningún supuesto existe la posibilidad
de que un Estado limite o elimine la posibilidad de que sus ciudadanos puedan acceder a un recurso
efectivo para la protección de sus derechos fundamentales, situación que incluso fue advertida por
el Tribunal Constitucional del Perú en la sentencia recaída en la acción de inconstitucionalidad N°
007-96-AI/TC (Fundamento Jurídico N° 7).
696
8. Consecuentemente, los Estados están obligados, aún en condiciones atípicas como la
señalada, a impedir que las garantías judiciales -tales como el amparo o el hábeas corpus- sean
suspendidas, por ser indispensables para tutelar los derechos de los ciudadanos, por otro lado, le
corresponde al Poder Judicial de cada Estado proteger dicha legalidad, así como el Estado de
Derecho.
9. Cabe mencionar, asimismo, que la Primera Disposición Complementaria del Decreto Ley N°
25735 señala expresamente que las resoluciones de cese sólo pueden ser cuestionadas mediante la
acción contencioso-administrativa, mientras que la Segunda Disposición Complementaria establece
que tal cuestionamiento únicamente podrá ser para efectos de una nueva evaluación y no para
obtener la restitución o posesión de cargo alguno, norma que implícitamente impide la interposición
de las acciones de garantía.
La Caducidad en las Acciones de Amparo
10. La jurisprudencia uniforme del Tribunal Constitucional, y en aplicación del artículo 37 de
la Ley N° 23506, una vez promulgada la norma legal -autoaplicable- o emitido y notificado el acto
administrativo que puede ser considerado lesivo a los derechos fundamentales de los ciudadanos,
procede su impugnación en sede constitucional dentro de los sesenta días hábiles siguientes a su
publicación, notificación o ejecución, según se trate, por lo que, en el caso de las demandas
interpuestas con posterioridad a tal hecho, definitivamente se debe proceder a la declaración de
caducidad.
Sin embargo, no se ha tenido en cuenta cómo proceder en los supuestos en los que exista un
impedimento “legal” que restrinja el acceso, sobre todo cuando la norma que así lo establece es de
carácter discrecional y con efectos permanentes.
11. De otro lado, no puede desconocerse que en el caso de los funcionarios del Ministerio
Público, los mismos fueron evaluados conforme a lo expuesto en los Decretos Leyes N°s 25530 y
25735, y que este último es el que se encuentra vigente, pues su artículo 9 derogó al primero de los
mencionados.
Si bien el Decreto Ley N° 25735 no establecía directamente la prohibición de interposición de
acciones de amparo, contra las resoluciones de cese, entre otras; en la práctica, con la Primera y
Segunda Disposición Complementaria, se conseguía el mismo efecto, puesto que ambas
disposiciones expresaban que únicamente tales decisiones podían ser cuestionadas en la vía
contencioso-administrativa, y sólo para efectos de una nueva evaluación, mas no así para conseguir
la restitución o posesión en cargo alguno.
12. Consecuentemente, dado que dicha norma mantiene su vigencia y eficacia imposibilitando
la interposición de acciones de amparo, y mientras no exista un mecanismo para reparar el daño
causado, no es posible aplicar el artículo 37 de la Ley N° 23506, conforme a lo expuesto en el cambio
de jurisprudencia explicado en la sentencia recaída en el Expediente N° 1109-2002-AA, de fecha 6
de agosto de 2002.
Derecho al Debido Proceso y de Defensa
13. La Constitución de 1979, señalaba entre otras garantías, que ninguna persona puede ser
privada de su derecho de defensa en los procesos judiciales que se sigan en su contra, derecho que
se extiende también a los procedimientos administrativos de naturaleza sancionatoria; por tanto, a
efectos de remover de su cargo al accionante, era necesario que se le notificara los cargos que se le
imputaban, así como que se le concediese un plazo para formular su defensa.
14. No obstante lo expresado, el accionante fue separado de su cargo sin ser sometido a un
debido proceso administrativo, dado que en autos no se aprecian los medios probatorios que
sustenten la Resolución de la Fiscalía de la Nación, expedida por la Junta de Fiscales Supremos N°
062-92-FN-JFS, suscrita por doña Blanca Nélida Colán Maguiño, en su condición de Presidenta de
dicha Junta y Fiscal de la Nación; de otro lado, en dicha resolución se hace referencia a las quejas
697
y denuncias formuladas contra el accionante, mas no se acredita que haya tenido conocimiento de
ellas ni mucho menos que haya haya estado en condiciones de ejercer su derecho de defensa sin
limitación alguna; en consecuencia, es evidente que tal derecho fue afectado.
15. Además, debe resaltarse que, con la restricción impuesta por el Decreto Ley N° 25735,
también se impidió al actor el acceso a un recurso rápido y sencillo para cuestionar en sede
jurisdiccional -con éxito de acreditarse la afectación de sus derechos- los efectos derivados de la
resolución que dispuso su cese.
Control Difuso en el Proceso Constitucional de Amparo
16. La facultad de controlar la constitucionalidad de las normas con motivo de la resolución de
un proceso de amparo constituye un poder-deber por imperativo de lo establecido en el artículo
138, segundo párrafo de la Constitución. A ello mismo autoriza el artículo 3 de la Ley N° 23506. El
control difuso de la constitucionalidad de las normas constituye un poder-deber del Juez al que el
artículo 138 de la Constitución habilita en cuanto mecanismo para preservar el principio de
supremacía constitucional y, en general, el principio de jerarquía de las normas enunciado en el
artículo 51 de nuestra norma fundamental.
El control difuso es un acto complejo en la medida en que significa preferir la aplicación de una
norma cuya validez, en principio, resulta beneficiada de la presunción de legitimidad de las normas
del Estado. Por ello, su ejercicio no es un acto simple, requiriéndose, para que él sea válido, la
verificación en cada caso de los siguientes presupuestos:
a. Que, en el proceso constitucional, el objeto de impugnación sea un acto que constituya la
aplicación de una norma considerada inconstitucional (artículo 3 de la Ley N° 23506).
b. Que la norma a inaplicarse tenga una relación directa, principal e indisoluble con la resolución
del caso, es decir, que ella sea relevante en la re-solución de la controversia.
c. Que la norma a inaplicarse resulte evidentemente incompatible con la Constitución, aun luego
de haberse interpretado de conformidad con la Constitución, en virtud del principio enunciado
en la Segunda Disposición General de la Ley Orgánica del Tribunal Constitucional.
En el presente caso, se cumplen los tres presupuestos: a) el mandato dirigido a impedir
indirectamente la interposición de acciones de amparo contra los efectos derivados de la aplicación
del Decreto Ley N° 25735, es contrario no sólo a la Constitución de 1979, sino también a la vigente,
así como a la Convención Americana de Derechos Humanos; b) la constitucionalidad o no de esta
norma es relevante para la resolución del proceso debido, dado que constituía una limitación para
acceder a los tribunales internos en busca de la protección de sus derechos fundamentales; y,
finalmente, c) el hecho de que no es posible interpretar la citada norma con arreglo a la Constitución
por ser manifiestamente inconstitucional, conforme se ha anotado.
Responsabilidad Política
17. Al dictarse los Decretos Leyes N° 25530 y 25735, tanto el ex Presidente Alberto Fujimori
Fujimori, como los ministros que los suscriben, han violado flagrantemente la Constitución del
Estado, por lo que deben ser denunciados ante el Congreso de la República para los fines de ley;
del mismo modo debe procederse con los Fiscales Supremos miembros de la Junta de Fiscales
Supremos, dado que al no permitir al accionante el ejercicio de su derecho de defensa, han lesionado
su derecho de defensa.
Por estos fundamentos, el Tribunal Constitucional, en uso de las atribuciones que le confieren
la Constitución Política del Estado y su Ley Orgánica.
FALLA
REVOCANDO la recurrida, que, revocando la apelada, declaró fundada la excepción de
caducidad e improcedente la demanda; y, reformándola, declara infundada la citada excepción y
FUNDADA la acción de amparo; en consecuencia, inaplicable al demandante el Decreto Ley N°
25735. Ordena la reincorporación de don Luis Alfredo Rabines Quiñones como Fiscal Superior
698
Titular del Distrito Judicial de La Libertad, computándose el tiempo no laborado por razón del cese,
sólo para efectos pensionables. Dispone que la presente sentencia se ponga en conocimiento del
Congreso de la República para los fines a que haya lugar, así como a la Fiscalía de la Nación, a
efectos de que proceda de conformidad con el artículo 11 de la Ley N° 23506; del mismo modo, la
notificación a las partes, su publicación en el Diario Oficial El Peruano y la devolución de los
actuados.
SS.
REY TERRY; REVOREDO MARSANO; ALVA ORLANDINI; BARDELLI LARTIRIGOYEN; GONZALES OJEDA; GARCIA TOMA.
699
15.2 EL JUEZ COMO AUTORIDAD CUYOS ACTOS Y RESOLUCIONES JUDICIALES SON PASIBLES DE
CONTROL CONSTITUCIONAL
TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
EXP. N° 1230-2002-HC/TC-LIMA
En Lima, a los veinte días del mes de junio de dos mil dos, reunido el Tribunal Constitucional
en sesión de Pleno Jurisdiccional, con asistencia de los señores Magistrados Aguirre Roca,
Presidente; Rey Terry, Vicepresidente; Alva Orlandini, Bardelli Lartirigoyen, Gonzales Ojeda y
García Toma, pronuncia la siguiente sentencia, con el fundamento singular, adjunto del Magistrado
Aguirre Roca;
ASUNTO
Recurso extraordinario interpuesto por don César Humberto Tineo Cabrera contra la sentencia
expedida por la Sala de Apelaciones de Procesos Penales Sumarios - Reos Libres de la Corte Superior
de Justicia de Lima, de fojas ciento veinticinco, su fecha veintisiete de marzo de dos mil dos, que
declaró improcedente la acción de hábeas corpus de autos.
ANTECEDENTES
El recurrente, con fecha treinta de enero de dos mil dos, interpone acción de hábeas corpus
contra los Vocales de la Sala Penal Especial de la Corte Suprema de Justicia de la República, por
violación de sus derechos constitucionales a la libertad individual, a la motivación de las
resoluciones judiciales, al debido proceso y a la defensa.
Alega que después de seguirse irregularmente el procedimiento de acusación constitucional,
con fecha ocho de enero de mil novecientos noventa y nueve se le abrió instrucción penal por los
delitos contra la fe pública -falsedad genérica- y contra la función jurisdiccional, por considerarse
que, en su condición de Vocal Supremo Provisional de la Sala Civil Permanente de la Corte Suprema
de Justicia de la República, actuó irregularmente en la tramitación y expedición de la sentencia, en
el proceso que seguían Corporación Novotec Tacna S.A. con el Banco Central de Reserva del Perú,
sobre pago de dólares e indemnización. Señala que, culminado el proceso investigatorio, el Vocal
Supremo Instructor lo condenó por los delitos contra la función jurisdiccional, en la modalidad de
fraude procesal, y contra la fe pública, imponiéndole cinco años de pena privativa de la libertad,
fijando el monto de la reparación civil en la suma de cien mil nuevos soles. Sostiene que, al
interponer su recurso de apelación, la Sala Penal Especial de la Corte Suprema de Justicia de la
República, con fecha once de diciembre de dos mil uno, confirmó la condena por los delitos de
fraude procesal y falsedad ideológica en agravio del Estado; y la revocó en relación con la pena
impuesta, la que, reformándola, varió a tres años de pena privativa de la libertad, la cual fue
suspendida, estableciéndose en veinte mil nuevos soles el monto de la reparación civil.
700
Sostiene que dicho proceso penal está plagado de irregularidades, ya que, a su juicio: a) se violó
la garantía constitucional de la motivación de las resoluciones judiciales, puesto que la emplazada
no se ha pronunciado sobre cada uno de los argumentos de hecho y de derecho controvertidos en
el proceso; b) la sentencia condenatoria no se sustenta en pruebas actuadas en el proceso, sino en
declaraciones actuadas fuera de él, específicamente, en las vertidas ante la Comisión de
Fiscalización del Congreso que, además, son ilegibles e incompletas; c) existen nuevas evidencias
de que el proceso en su contra se inició por razones extralegales, concretamente, por razones de
orden político, como se demuestran en los videos 806 y 807; y, d) se violó el principio de legalidad,
dado que se le sentenció por un delito -el de falsedad ideológica- en el cual no se basó la acusación
constitucional del Congreso de la República y por el que no se le abrió instrucción penal.
Admitida a trámite la demanda, se tomó la declaración de los magistrados Víctor Abelardo
Olivares Solís, Jorge Carrillo Hernández, José Vicente Loza y José Luis Lecaros Cornejo. Asimismo,
se apersonó al proceso el Procurador Público encargado de los asuntos judiciales del Poder Judicial,
quien solicitó que se declarare improcedente la demanda, pues, a su juicio, mediante este proceso
se pretende cuestionar una resolución judicial emanada de un procedimiento regular.
El Cuadragésimo Cuarto Juzgado Penal con Reos en Cárcel, con fecha veintisiete de febrero de
dos mil dos, declaró improcedente la acción de hábeas corpus por considerar, principalmente, que
mediante este proceso constitucional no se puede dejar sin efecto una sentencia que tiene la
autoridad de cosa juzgada.
La recurrida confirmó la apelada por los mismos fundamentos.
FUNDAMENTOS
1. En el presente caso, el autor cuestiona la validez constitucional de la sentencia expedida por
la Sala Penal Especial de la Corte Suprema de Justicia de la República, de fecha once de diciembre
de dos mil uno, que lo condenó por los delitos de fraude procesal y falsedad ideológica a tres años
de pena privativa de la libertad, porque, opina, ésta habría sido expedida con violación de diversas
garantías del debido proceso.
Procedencia del hábeas corpus por violación del debido proceso con incidencia en la
libertad personal
2. Si bien el proceso de hábeas corpus no tiene por objeto proteger en abstracto el derecho al
debido proceso, en el presente caso, habida cuenta de que se han establecido judicialmente
restricciones al pleno ejercicio de la libertad locomotora, tras la imposición, en la sentencia
condenatoria, de determinadas reglas de conducta al actor, el Tribunal Constitucional tiene
competencia, ratione materiae, para evaluar la legitimidad constitucional de los actos judiciales
considerados lesivos.
3. No obstante lo dicho, en las diversas etapas del proceso se ha cuestionado la idoneidad de
este proceso constitucional para conocer sobre el fondo de la controversia, atendiendo sobre todo a
los alcances del artículo 6, inciso 2), de la Ley N° 23506 y de los artículos 10 y 16, inciso c), de la
Ley N° 25398, que, en conjunto, señalan lo siguiente: a) no procede el hábeas corpus contra
resoluciones judiciales emanadas de un procedimiento regular, b) las anomalías que pudieran
cometerse dentro de un proceso deberán remediarse haciéndose ejercicio de los medios
impugnatorios que las leyes procesales establecen; c) tampoco procede el hábeas corpus “en materia
de liberación” cuando el sentenciado “esté cumpliendo pena privativa de la libertad ordenada por
los jueces”.
Interpretación, “desde” y “conforme” con la Constitución, de la legislación que limita el
derecho a la protección jurisdiccional de los derechos y libertades.
4. Sobre el particular, el Tribunal Constitucional debe recordar que, en todo ordenamiento que
cuenta con una Constitución rígida y, por tanto, donde ella es la fuente suprema, todas las leyes y
701
disposiciones reglamentarias, a fin de ser válidamente aplicadas, deben necesariamente ser
interpretadas “desde” y “conforme” con la Constitución.
Una interpretación “desde” la Constitución de aquellos dispositivos de las Leyes N°s 23506 y
25398 no puede obviar que la Constitución de 1993, al tiempo de reconocer una serie de derechos
constitucionales, también ha creado diversos mecanismos procesales con el objeto de tutelarlos. A
la condición de derechos subjetivos del más alto nivel y, al mismo tiempo, de valores materiales de
nuestro ordenamiento jurídico, le es consustancial el establecimiento de mecanismos encargados
de tutelarlos, pues es evidente que derechos sin garantías no son sino afirmaciones programáticas,
desprovistas de valor normativo. Por ello, bien puede decirse que, detrás de la constitucionalización
de procesos como el hábeas corpus, el amparo o el hábeas data, nuestra Carta Magna ha reconocido
el derecho (subjetivo-constitucional) a la protección jurisdiccional de los derechos y libertades
fundamentales.
El reconocimiento de este derecho no sólo exige el respeto de los poderes públicos, sino, además,
se configura como una garantía institucional del Estado Constitucional de Derecho, por cuanto la
condición de norma suprema de la Constitución y la necesidad de su defensa opera tanto en el
proceso de producción jurídica de las fuentes formales del derecho como ante todos los órganos
estatales e, incluso, ante los privados, cualquiera sea el tipo, la calidad o naturaleza de los actos
que puedan practicar.
Y es que el reconocimiento de los derechos fundamentales y el establecimiento de mecanismos
para su protección constituyen el supuesto básico del funcionamiento del sistema democrático.
5. Por ello, ante una aparente restricción de este derecho por el artículo 6, inciso 2, de la Ley
N° 23506, así como por los artículos 10 y 16, inciso c de la Ley N° 25398, el operador jurisdiccional
de la Constitución debe realizar una interpretación que busque optimizar el ejercicio del derecho
subjetivo en el mayor grado de intensidad posible y, en forma muy especial, en relación con el
derecho a la protección jurisdiccional de los derechos, puesto que, como antes se ha sostenido, su
reconocimiento es consustancial con el sistema democrático.
Con arreglo a lo expresado, el Tribunal Constitucional considera que cuando el inciso 1 del
artículo 200 de la Constitución señala que el hábeas corpus “procede ante el hecho u omisión, por
parte de cualquier autoridad, funcionario o persona”, la Constitución no excluye del concepto de
“autoridad” la figura de los jueces como sujetos susceptibles de vulnerar derechos constitucionales
y, con ello, prohíbe que se pueda interponer el proceso de hábeas corpus contra los diversos actos
que pudieran expedir los jueces, cualquiera sea su clase.
Al contrario, es lo suficientemente omnicomprensivo de que cualquier norma con rango de ley
que pretenda excluir del control constitucional los actos y resoluciones judiciales, no podría sino
considerarse incompatible con la Constitución.
En consecuencia, el Tribunal Constitucional estima que es una interpretación contraria a la
Constitución entender que las disposiciones citadas de las Leyes N°s 23506 y 25398 impidan,
siempre y en todos los casos, que mediante el hábeas corpus se pueda evaluar la legitimidad
constitucional de los actos emanados por quienes administran justicia. En un Estado
Constitucional de Derecho no existen (ni pueden auspiciarse) zonas exentas de control
constitucional, más allá de aquellas que la propia Constitución pueda haber establecido con
carácter excepcional.
Hábeas Corpus contra Resoluciones Judiciales. Concepto de “Proceso Regular” y “Proceso
Irregular”
6. Conforme a lo expuesto en el párrafo anterior, el Tribunal Constitucional no deduce que las
tantas veces citadas Leyes N°s 23506 y 25398 sean contrarias a la Constitución, so pretexto de que
éstas -en un específico sentido interpretativo- parecen restringir, al margen de la Norma
Fundamental, el hábeas corpus contra resoluciones judiciales. En primer lugar, porque del
contenido del artículo 6, inciso 2, de la Ley N° 23506, así como del artículo 10 de la Ley N° 25398,
702
no se deriva inexorablemente que no pueda promoverse un hábeas corpus contra resoluciones
judiciales, dado que ambas disposiciones sólo restringen su procedencia a aquellos supuestos en
que éstas sean expedidas dentro de un proceso “regular”, estableciéndose que las anomalías que
pudieran cometerse dentro de un proceso sólo pueden sustanciarse y resolverse dentro de los
mismos procesos judiciales en que éstas se originaron.
Y no de otro modo, en efecto, podría ser. Si una resolución judicial emana de un proceso regular,
y en él se han respetado las diversas garantías que integran el debido proceso, no cabe acudir al
hábeas corpus, pues el objeto de éste no es hacer las veces de un recurso de casación o convertir a
las instancias de la justicia constitucional, a su vez en supra instancias de la jurisdicción ordinaria,
sino, como se deduce de la propia Constitución, proteger únicamente derechos constitucionales.
En este contexto, para el Tribunal Constitucional, el concepto de “proceso regular”, como
supuesto de improcedencia del hábeas corpus contra resoluciones judiciales, está
inescindiblemente ligado al desarrollo normal y respeto escrupuloso de los derechos de naturaleza
procesal: el de tutela jurisdiccional efectiva y el debido proceso y, con ellos, todos los derechos que
los conforman. En la medida que dichas Leyes N°s. 23506 y 25398 así se entiendan, se trata,
indudablemente, de disposiciones compatibles con la Norma Suprema. En ello radica,
precisamente, la técnica de la interpretación “conforme” con la Constitución: cada vez que una
norma legal pueda interpretarse cuando menos de dos maneras, donde una de las cuales riñe con
la Constitución, mientras la otra es compatible con su contenido, el juez siempre debe optar por
aquella que resulte conforme y en armonía con la Norma Suprema del Estado.
7. Idéntico criterio sostiene en relación con el inciso c) del artículo 16 de la Ley N° 25398,
cuando establece que “No procede la acción de hábeas corpus”: (...) c) “En materia de liberación (...)
cuando (...) “esté cumpliendo pena privativa de la libertad ordenada por los jueces”.
Efectivamente, no puede acudirse al hábeas corpus ni en él discutirse o ventilarse asuntos
resueltos y que, como es la determinación de la responsabilidad criminal, son de incumbencia
exclusiva de la justicia penal. El hábeas corpus es un proceso constitucional destinado a la
protección de los derechos reconocidos en la Constitución y no para revisar si el modo como se han
resuelto las controversias de orden penal son las más adecuadas conforme a la legislación ordinaria.
En cambio, no puede decirse que el hábeas corpus sea improcedente para ventilar infracciones a
los derechos constitucionales procesales derivadas de una sentencia expedida en un proceso penal,
cuando ella se haya expedido con desprecio o inobservancia de las garantías judiciales mínimas
que deben observarse en toda actuación judicial, pues una interpretación semejante terminaría,
por un lado, por vaciar de contenido al derecho a la protección jurisdiccional de los derechos y
libertades fundamentales y, por otro, por promover que la cláusula del derecho a la tutela
jurisdiccional (efectiva) y el debido proceso no tengan valor normativo.
Interpretación de la ley de conformidad con los tratados sobre derechos humanos
8. Similar criterio interpretativo se deduce, si ahora el parámetro para evaluar la procedencia
del hábeas corpus contra resoluciones judiciales se analiza de acuerdo y conforme con los tratados
sobre derechos humanos, especialmente, respecto al artículo 25.1 de la Convención Americana de
Derechos Humanos.
Así, en materia de derechos fundamentales, las normas que los reconocen, regulan o limitan
deben interpretarse de conformidad con los tratados sobre derechos humanos. Aquel criterio de
interpretación de los derechos no sólo es una exigencia que se deriva directamente de la IV
Disposición Final y Transitoria de la Constitución, sino también del hecho de que los tratados, una
vez ratificados por el Estado peruano, forman parte del derecho nacional.
Pues bien, según el artículo 25.1 de la Convención Americana de Derechos Humanos: “Toda
persona tiene derecho a un recurso sencillo y rápido o a cualquier otro recurso efectivo ante los
jueces o tribunales competentes, que la ampare contra actos que violen sus derechos
703
fundamentales reconocidos por la Constitución, la ley o la presente Convención, aun cuando tal
violación sea cometida por personas que actúen en el ejercicio de sus funciones oficiales”.
La Comisión Interamericana de Derechos Humanos ha equiparado el derecho al recurso
sencillo, rápido y efectivo con los procesos de amparo y hábeas corpus (Opinión Consultiva
OC/8/87, párrafo 32). De esta forma, de consuno, tanto el ordenamiento constitucional como el
ordenamiento supranacional regional reconocen el derecho constitucional a la protección judicial
de los derechos fundamentales. Protección judicial a la que se debe promover su acceso, aun si los
actos que ocasionan agravio de los derechos constitucionales son expedidos “por personas que
actúen en el ejercicio de sus funciones oficiales”, dentro de las cuales, naturalmente, se encuentran
comprendidos los jueces, pero también cualquier autoridad o funcionario que ejerza funciones
estatales.
“Proceso irregular”
9. Por todo ello, a juicio del Tribunal Constitucional, una acción de garantía constituye la vía
idónea para evaluar la legitimidad constitucional de los actos o hechos practicados por quienes
ejercen funciones jurisdiccionales, en la medida en que de ellas se advierta una violación del
derecho al debido proceso y a la tutela jurisdiccional. Esto es, cabe incoarse al hábeas corpus contra
resoluciones judiciales emanadas de un “procedimiento irregular”, lo que se produce cada vez que
en un proceso jurisdiccional se expidan actos que violen el derecho al debido proceso. En ese
sentido, dado que en el presente caso se ha alegado la violación de diversos contenidos del derecho
al debido proceso, como son los derechos de defensa y a la motivación de las resoluciones judiciales,
corresponde ingresar a evaluar el fondo de la controversia.
Derecho al debido proceso y a la motivación de las resoluciones judiciales
10. Por lo que es materia del presente proceso, primeramente ha de analizarse si los emplazados
vulneraron el derecho a la motivación de las resoluciones judiciales, dado que, según alega el actor,
la sentencia que lo condenó no se habría pronunciado sobre diversos aspectos planteados en el
ejercicio de su derecho de defensa.
11. Uno de los contenidos del derecho al debido proceso es el derecho de obtener de los órganos
judiciales una respuesta razonada, motivada y congruente con las pretensiones oportunamente
deducidas por las partes en cualquier clase de procesos. La exigencia de que las decisiones
judiciales sean motivadas en proporción a los términos del inciso 5) del artículo 139 de la Norma
Fundamental, garantiza que los jueces, cualquiera sea la instancia a la que pertenezcan, expresen
el proceso mental que los ha llevado a decidir una controversia, asegurando que el ejercicio de la
potestad de administrar justicia se haga con sujeción a la Constitución y a la ley; pero también con
la finalidad de facilitar un adecuado ejercicio del derecho de defensa de los justiciables.
La Constitución no garantiza una determinada extensión de la motivación, por lo que su
contenido esencial se respeta siempre que exista fundamentación jurídica, congruencia entre lo
pedido y lo resuelto y, por sí misma, exprese una suficiente justificación de la decisión adoptada,
aun si ésta es breve o concisa, o se presenta el supuesto de motivación por remisión.
Tampoco garantiza que, de manera pormenorizada, todas las alegaciones que las partes puedan
formular dentro del proceso sean objeto de un pronunciamiento expreso y detallado. En materia
penal, el derecho en referencia garantiza que la decisión expresada en el fallo sea consecuencia de
una deducción razonable de los hechos del caso, las pruebas aportadas y la valoración jurídica de
ellas en la resolución de la controversia. En suma, garantiza que el razonamiento empleado guarde
relación y sea proporcionado y congruente con el problema que al juez penal corresponde resolver.
12. En el presente caso, el actor considera que se lesionó tal derecho, pues los emplazados no
se habrían pronunciado sobre cada uno de los argumentos de hecho y de derecho expuestos
durante su defensa y, en particular: a) sobre la no aplicación de la determinación alternativa, pues
vulnera el derecho de defensa, al debido proceso y el principio de legalidad; b) por no haberse
tomado la declaración testimonial de los vocales firmantes de la resolución judicial que motivó su
704
juzgamiento por el delito de fraude procesal y otro; c) porque la sentencia se sustenta en evidencias
efectuadas fuera del proceso, ilegibles e incompletas; y, d) porque existirían nuevas pruebas que
debieron actuarse; argumentos expuestos en su alegato de apelación, fechado el veinte de
noviembre de dos mil uno.
13. En primer lugar, expedida por los emplazados, obrante a fojas veintitrés, según se
desprende de la sentencia el Tribunal Constitucional considera que no se ha violado el derecho a la
motivación de las resoluciones judiciales. En efecto, como antes se ha expresado, ducho atributo
no garantiza que el juzgador tenga que pronunciarse pormenorizadamente sobre cada uno de los
extremos en los que el actor apoyó parte de su defensa procesal. Es suficiente que exista una
referencia explícita a que no se compartan los criterios de defensa o que los cargos imputados al
acusado no hayan sido enervados con los diversos medios de prueba actuados a lo largo del proceso,
lo que cumple con efectuarlo la sentencia cuestionada, especialmente en el tercer considerando.
Por otro lado, el problema planteado como consecuencia de que no se hayan actuado determinados
medios de prueba y que, pese a ello -según se alega-, sobre la base de pruebas incompletas o
insuficientes, se haya condenado al actor, no es un tema que ocasione la violación del derecho a la
motivación de las resoluciones judiciales, sino, antes bien, se relaciona con la eventual afectación
del derecho a la presunción de inocencia.
Este principio impone que el juez, en caso de no existir prueba plena que determine la
responsabilidad penal del acusado, deba absolverlo y no condenarlo. No es ese el caso que ha
acontecido en el proceso penal que se le siguió al actor, según los argumentos expresados por la
sentencia recurrida y que sirvieron para condenar al actor por los delitos señalados en los artículos
416 y 428 del Código Penal. Efectivamente, los medios de prueba que el actor considera
insuficientes, conforme puede apreciarse de la sentencia cuestionada, no sirvieron únicamente a
los emplazados para expedir la sentencia condenatoria, sino otros elementos de prueba, cuyo
detalle, por lo demás, la misma sentencia expresa.
14. Asimismo a juicio del Tribunal Constitucional, tampoco compromete el derecho a la
motivación de las resoluciones judiciales, que, en el momento de sentenciar, no se hayan valorado
nuevos medios de prueba o que la sentencia condenatoria se sustente en pruebas efectuadas fuera
del proceso. Nada de ello tiene que ver con lo alegado por el actor sobre la afectación del derecho a
la motivación de las resoluciones judiciales, pues, en todo caso, ambos cuestionamientos se
encuentran relacionados con el derecho de ofrecer y actuar medios de prueba, lo que es
sustancialmente una cuestión diversa.
Y, por lo que respecta a este último derecho, tampoco considera el Tribunal Constitucional que
haya sido vulnerado, pues, conforme se deduce de lo afirmado por el actor en su demanda, las
pruebas solicitadas no fueron ofrecidas en la oportunidad que la ley procesal penal establece, sino,
como se expresa en la demanda, en su escrito de alegato, esto es, cuando la investigación judicial
había concluido y la controversia se encontraba ad portas de sentenciarse.
15. El actor considera que la sentencia cuestionada violó el derecho a la motivación de las
resoluciones judiciales, en razón de que la sentencia que dice causarle agravio se sustentó en
declaraciones efectuadas fuera del proceso ante la Comisión de Fiscalización del Congreso de la
República, y, además, que las copias de esas declaraciones eran ilegibles e incompletas.
El Tribunal Constitucional no considera que tenga que detenerse a evaluar tal circunstancia,
pues de una simple lectura de la sentencia expedida por la Sala Penal Especial de la Corte Suprema
de Justicia de la República, en ningún momento se advierte que la pena impuesta al actor se deba
a los medios de prueba a los que se hace referencia.
El Hábeas Corpus no puede Sustituir al Recurso de Revisión
16. Asimismo, alega el actor que existen nuevas evidencias que acreditan que el proceso en el
que se le terminó condenando se inició por razones extralegales; a saber, porque según los videos
705
N°s 806 y 807, el exasesor Vladimiro Montesinos Torres dio indicaciones a los diversos presidentes
de las comisiones parlamentarias de 1998 para que lo “sacrificaran” (sic).
Tal hecho podría considerarse un indicio de que, en el procedimiento de acusación
constitucional, se haya vulnerado el derecho a un juez (parlamentario) “independiente” e
“imparcial”. Tal impresión, sin embargo, desaparece, no bien se repara en que el acuerdo en virtud
del cual se mostró conformidad en que había mérito en que se denunciase al actor por diversos
ilícitos penales, se aprobó en un órgano colegiado, donde confluyen tanto representantes de la
mayoría como de la minoría, con cincuenta y tres votos a favor, ninguno en contra y cinco
abstenciones. Tal carácter de la votación, desde luego, desvanece cualquier indicio de abuso de
poder legislativo en contra del recurrente.
No obstante, y si el actor considera que existen nuevas pruebas que acreditan su no
responsabilidad penal por el delito que se le sancionó, éste puede hacer valer su derecho haciendo
ejercicio de los recursos que la ley procesal penal establece, toda vez que, en nuestro ordenamiento
jurídico, las sentencias penales no tienen el valor de cosa juzgada absoluta, sino sólo relativa, no
siendo, naturalmente, el hábeas corpus la vía idónea donde ello se pueda determinar.
Violación del Derecho de Defensa y Contradictorio en el Proceso Penal
17. Finalmente, señala que se violó su derecho de defensa, pues mientras que el Congreso de
la República habilitó su juzgamiento por los delitos previstos en los artículos 416 y 427 del Código
Penal, y en correspondencia con ello, se le abrió “auto apertorio de instrucción” por aquellos delitos,
formulándose en los mismos términos también la acusación fiscal; sin embargo, en el momento de
expedirse sentencia, la Sala Penal Especial de la Corte Suprema de Justicia de la República lo
condenó por un delito distinto: en vez del ilícito penal previsto en el artículo 427 , se le condenó por
el delito señalado en el artículo 428 del Código Penal.
18. La Constitución reconoce el derecho de defensa en el inciso 14 del artículo 139 de la
Constitución. En virtud de él se garantiza que los justiciables, en la determinación de sus derechos
y obligaciones, cualquiera sea su naturaleza (civil, mercantil, penal, laboral, etc.), no queden en
estado de indefensión. Por ello, el contenido esencial del derecho de defensa queda afectado cuando,
en el seno de un proceso judicial, cualquiera de las partes resulta impedido, por concretos actos de
los órganos judiciales, de hacer uso de los medios necesarios, suficientes y eficaces para ejercer la
defensa de sus derechos e intereses legítimos.
Tal derecho, considera el Tribunal, no fue respetado en el caso de autos. En efecto, al variarse
el tipo penal por el que venía siendo juzgado el actor, conforme se ha expuesto en el primer párrafo
de este fundamento, se impidió que el actor pudiera ejercer, eficazmente, su defensa, en tanto ésta
se encontraba destinada a probar que no era autor de un ilícito penal determinado, mientras que
fue condenado por otro, que, aunque del mismo género, sin embargo, no fue objeto del
contradictorio.
19. Como ha recordado este Tribunal Constitucional en la sentencia recaída en el Exp. N° 1231-
2002-HC/TC, en materia penal, el tribunal de alzada no puede pronunciarse más allá de los
términos de la acusación penal, a fin de no afectar el derecho de defensa y al debido proceso. Y es
que, considerados conjuntamente, tales derechos garantizan que el acusado pueda conocer de la
acusación formulada en su contra en el curso del proceso penal y, de esa manera, tener la
posibilidad real y efectiva de defenderse de los cargos que se le imputan; pero también que exista
congruencia entre los términos de la acusación fiscal y el pronunciamiento definitivo del Tribunal
superior, pues de otro modo se enervaría la esencia misma del contradictorio, garantía natural del
proceso judicial y, con ello, el ejercicio pleno del derecho de defensa del acusado.
20. Además, considera el Tribunal Constitucional que un extremo de la sentencia cuestionada
viola el último párrafo del artículo 100 de la Constitución. Señala dicha disposición que “Los
términos de la denuncia fiscal y del auto apertorio de instrucción no pueden exceder ni reducir los
términos de la acusación del Congreso”. Si bien dicha disposición constitucional no incluye al acto
706
procesal de la sentencia, es evidente que implícitamente la comprende, puesto que ésta debe
guardar coherencia con el auto de apertura de instrucción, a fin de que se respete el derecho de
defensa.
Por estos fundamentos, el Tribunal Constitucional, en uso de las atribuciones que le confieren
la Constitución Política del Estado y su Ley Orgánica.
FALLA
REVOCANDO la recurrida, que, confirmando la apelada, declaró improcedente la acción de
hábeas corpus; y, reformándola, la declara FUNDADA y, en consecuencia, nula la sentencia
expedida por la Sala Penal Especial de la Corte Suprema de Justicia de la República, de fecha once
de diciembre de dos mil uno; ordena que la autoridad judicial competente proceda de conformidad
con lo dispuesto en el acuerdo del Congreso de la República, de fecha tres de diciembre de mil
novecientos noventa y ocho. Dispone la notificación a las partes, su publicación en el Diario Oficial
El Peruano y la devolución de los actuados.
SS.
AGUIRRE ROCA; REY TERRY; ALVA ORLANDINI; BARDELLI LARTIRIGOYEN; GONZALES OJEDA; GARCIA TOMA.
707
hace, su desacuerdo, y declare, por tanto, fundado -considerando a su propio criterio como el mejor
de los dos- el correspondiente hábeas corpus.
No cabe duda de que existe, en el fondo de este asunto, un problema casuístico, acompañado
de uno de economía procesal y de teleología legal. En efecto, no es imposible que al defenderse el
justiciable de una determinada acusación (tipo legal), resulte admitiendo u ofreciendo prueba
suficiente de haber incurrido en una menor del mismo género, esto es, en un tipo legal delictivo
distinto, pero menos grave del que motiva la acusación específica formulada por el Ministerio
Público. En tal caso, lo que estaría en tela de juicio no sería ya el derecho de defensa en su acepción
sustantiva y teleológica, sino la letra de la regla procesal positiva, esto es, en algún caso límite, una
simple formalidad. Lo dicho lleva a considerar que conviene modificar, ora la jurisprudencia, ora la
ley, a fin de evitar que este tipo de problemas siga ocasionando trastornos procesales y
discrepancias jurisprudenciales entre este Tribunal Constitucional y la Corte Suprema de Justicia.
SS.
AGUIRRE ROCA.
708
15.3 CONTROL CONSTITUCIONAL DE LOS ACTOS Y RESOLUCIONES DEL PODER JUDICIAL
EXP. N° 1091-2002-HC/TC-LIMA
En Lima, a los doce días del mes de agosto de dos mil dos, reunido el Tribunal Constitucional
en sesión de Pleno Jurisdiccional, con asistencia de los señores Magistrados Aguirre Roca,
Presidente; Rey Terry, Vicepresidente; Revoredo Marsano, Alva Orlandini, Bardelli Lartirigoyen,
Gonzales Ojeda y García Toma, con el voto singular del Magistrado Manuel Aguirre Roca y los
fundamentos de voto de los Magistrados Guillermo Rey Terry, Delia Revoredo Marsano y Javier Alva
Orlandini, que se adjuntan, pronuncia la siguiente sentencia en mayoría.
ASUNTO
Recurso extraordinario interpuesto por don Vicente Ignacio Silva Checa, contra la resolución
de la Segunda Sala Penal Corporativa para Procesos Ordinarios con Reos Libres de la Corte Superior
de Justicia de Lima, de fojas ciento uno, su fecha diecinueve de marzo de dos mil dos, que declaró
improcedente la acción de hábeas corpus interpuesta.
ANTECEDENTES
El recurrente interpone acción de hábeas corpus contra los miembros de la Sala Penal
Especializada en Delitos de Corrupción de la Corte Superior de Justicia de Lima, por violación de
los principios de que ninguna persona puede ser sometida a procedimiento distinto de los
previamente establecidos por la ley y a la presunción de inocencia, así como los derechos a la
libertad personal y a la defensa y, en consecuencia, solicita que se disponga su libertad.
Señala que, con fecha primero de febrero de dos mil uno, se le abrió instrucción por la supuesta
complicidad en la comisión del delito de peculado, dictándose en su contra, orden de comparecencia
restringida -detención domiciliaria-. Refiere que dicha resolución fue apelada por el Ministerio
Público, la Procuraduría Pública ad hoc, así como por el recurrente. Expresa que, mientras los dos
primeros solicitaban se dicte mandato de detención en su contra, el actor lo hizo con el objeto de
que se decretara mandato de comparecencia simple.
Alega que, la Sala Penal Especial, mediante resolución de fecha once de abril de dos mil uno,
dispuso su inmediata captura y detención. Por ello, el actor, posteriormente, solicitó que se le
otorgara su libertad provisional, la que fue declarada improcedente. Al interponer su recurso de
apelación, éste también fue declarado improcedente mediante Resolución N° 297, de fecha 10 de
diciembre del 2001, por la Sala Penal Especializada en Delitos de corrupción de la Corte Superior
de Justicia de Lima. Sostiene que la resolución de fecha once de abril de dos mil uno, es una
resolución judicial irregular, pues no sustentó las razones para revocar el mandato de
comparecencia restringida, y decretar el de detención, violando de esta manera su derecho a la
libertad personal.
Sostiene que dicha resolución emana de un procedimiento irregular, ya que: a) obvió valorar y
emitir pronunciamiento sobre los argumentos expuestos por la defensa y por el Ministerio Público,
además, de no pronunciarse sobre la concurrencia de los tres supuestos previstos en el artículo
135 del Código Procesal Penal; b) no existen suficientes elementos de prueba que acrediten que el
actor es autor del delito contra la Administración Pública; c) la prognosis de la pena efectuada por
el juzgador no tiene un fundamento correcto, pues el tipo penal que ha sido considerado es errado;
709
d) no sustenta cuál es el criterio que lo ha llevado a tomar la decisión de restringirle el ejercicio de
la libertad locomotora.
Alega, por otro lado, que se viola el principio al procedimiento predeterminado por la ley, pues
para declararse la detención tienen que existir suficientes elementos probatorios para concluir que
el imputado intenta eludir la acción de la justicia o perturbar la actividad probatoria, lo que no
sucedió en el caso de autos. Sostiene que se violó su derecho al debido proceso y a la tutela
jurisdiccional efectiva, pues se trata de una resolución inmotivada en derecho. Asimismo, señala
que se violó el principio a la presunción de inocencia, pues la emplazada, al decretar su mandato
de detención, partió de una presunción incriminatoria. También viola el derecho de defensa, ya que,
por un lado, durante la investigación preliminar a cargo de la Fiscalía Penal especial, el acceso al
expediente fue negado a su defensa; y, por otro, porque no se valoró ni se pronunció sobre diversos
medios de prueba.
El Juzgado Penal de Turno Permanente de Lima, con fecha seis de marzo de dos mil dos, rechazó
in limine la demanda y, en consecuencia, la declaró improcedente, por considerar que, conforme a
lo dispuesto en el inciso 2) del artículo 6 de la Ley N° 23506, no proceden las acciones de garantía
contra resoluciones judiciales emanadas de un proceso regular.
La recurrida confirmó la apelada, por considerar, principalmente, que la acción de hábeas
corpus no es la vía idónea, y porque el actor debió cuestionar la resolución que le causa agravio
ante la Corte Suprema.
FUNDAMENTOS
Determinación del acto lesivo objeto del control constitucional
1. Luego de analizarse los argumentos de la demanda, el Tribunal Constitucional considera que
la controversia en el presente caso, fundamentalmente, gira en torno a la validez del mantenimiento
de la detención judicial preventiva contra el actor.
En efecto, el actor ha sostenido que el acto que le causa agravio es la re-solución expedida por
la emplazada, con fecha once de abril de dos mil uno, en virtud de la cual se revocó la resolución
expedida con fecha primero de febrero de dos mil uno, en el extremo que decretó contra el actor el
mandato de comparecencia con restricción y, reformándola, dictó mandato de detención; por ello,
con fecha veinticuatro de agosto de dos mil uno, solicitó su libertad provisional, cual fue declarada
improcedente por el Juez del Cuarto Juzgado Penal Especial de Lima, con fecha cinco de setiembre
de dos mil uno, y confirmada, a su vez, mediante auto de fecha diez de diciembre de dos mil uno,
por la emplazada.
En consecuencia, el Tribunal Constitucional considera que el objeto del proceso no es tanto
cuestionar las razones que sirvieron inicialmente para decretar la detención judicial preventiva del
actor, sino, fundamentalmente, las razones que sirvieron para mantener vigente aquélla, lo cual es
sustancialmente distinto.
2. Planteado así el aspecto controvertido, y aún antes de ingresar al análisis de fondo, el
Tribunal Constitucional debe señalar.
a) Que el supuesto tema de la errada prognosis de la pena es un aspecto que, en el presente caso,
no se analizará en abstracto, pues no es un tema que se encuentre dentro de las competencias
de este Supremo Intérprete de la Constitución, sino de la jurisdicción ordinaria.
b) Del mismo modo, pero esta vez por expreso mandato del inciso 1) del artículo 6 de la Ley N°
23506, tampoco se analizará la alegada violación del derecho de defensa, ya que si,
eventualmente, durante la investigación preliminar a cargo de la Fiscalía Penal Especial, sus
abogados defensores no pudieron tener acceso al expediente; al encontrarse su caso en plena
investigación judicial ante el juez penal, la eventual violación del derecho alegado se ha vuelto
irreparable.
710
3. Finalmente, si bien las instancias judiciales precedentes, con diversos argumentos,
denegaron, in limine, la pretensión de tutela solicitada por el actor, aludiendo, la última de ellas, a
un eventual avocamiento indebido de una causa pendiente de resolver en sede judicial; que en el
caso no procede el hábeas corpus pues se trata de cuestionar una resolución judicial emanada de
un procedimiento regular; que no procede la liberación cuando el recurrente esté sometido a un
proceso penal; que la detención fue ordenada por un juez competente; o, porque en el caso no “se
presentan ni siquiera indicios de violación o amenaza de los derechos que le asisten al accionante”,
el Tribunal Constitucional ingresará a evaluar las razones de fondo del recurso extraordinario, en
atención a lo siguiente:
a) En primer lugar, el Tribunal Constitucional debe expresar que no existe infracción del inciso 2)
del artículo 139 de la Constitución (avocamiento de causas pendientes ante el órgano
jurisdiccional) por admitirse el hábeas corpus cada vez que mediante este proceso se pretenda
reparar la eventual lesión de cualquiera de los contenidos constitucionalmente protegidos del
derecho al debido proceso. No lo hay, pues la figura del avocamiento supone, por su propia
naturaleza, que se desplace al juez del juzgamiento de una determinada causa y, en su lugar,
el proceso se resuelva por una autoridad distinta, cualquiera sea su clase. El Tribunal
Constitucional ni los órganos judiciales que conocieron el hábeas corpus tienen competencia
para resolver cuestiones de orden penal, pero sí para evaluar si se ha lesionado o no el derecho
a la libertad personal u otros derechos conexos. Mediante el hábeas corpus, en efecto, el juez
constitucional no puede ingresar a conocer una materia que es de competencia de la
jurisdicción ordinaria, sino, únicamente, determinar si, en ese proceso ordinario, se afectó o no
un derecho constitucional.
b) El Tribunal Constitucional, a su vez, no comporte la tesis de que habiéndose rechazado in limine
la demanda, esto es, no habiéndola admitido ni seguido el procedimiento señalado por la ley,
en el caso, pueda determinarse, en abstracto, que no se ha acreditado la lesión del derecho a
la libertad personal o al debido proceso. La facultad de rechazar in limine la demanda, prevista
en el artículo 14 de la Ley N° 25398, por el supuesto previsto en el inciso 2) del artículo 6 de la
Ley N° 23506, exige que ésta resulte “manifiestamente” improcedente, lo cual se traduce en la
necesidad de que el juzgador realice una detenida y exhaustiva exposición de las razones por
las cuales considera que lo es, pues, de lo contrario, se lesionaría el derecho al acceso de
justicia, a la protección jurisdiccional de los derechos y libertades fundamentales, a la
motivación de las resoluciones judiciales y a no sufrir indefensión.
En el presente caso, habiéndose alegado la arbitrariedad de la detención preventiva dictada
contra el actor, es evidente que tal condición no podría determinarse si es que no se efectuaba
un análisis detenido de las circunstancias y las razones que sirvieron al juez penal para optar
por restringir su libertad física, por lo que hace que el rechazo in limine no se base en su
manifiesta improcedencia, como exige el artículo 14 de la Ley N° 25398.
c) Por otro lado, en los fundamentos N°s 4 al 9 de la sentencia recaída en el Expediente N° 1230-
2002-HC/TC, el Tribunal Constitucional ha sostenido que todas las normas del ordenamiento
jurídico nacional, en particular, aquellas que tienen relación con los derechos y libertades
fundamentales, deben ser interpretadas con los tratados en materia de derechos humanos en
los que el Estado peruano sea parte.
En ese sentido, si el inciso a) del artículo 16 de la Ley N° 25398 establece que no procede el
hábeas corpus “cuando el recurrente tenga instrucción abierta o se halle sometido a juicio por
los hechos que originan la acción de garantía”, pero, por otro lado, el artículo 7.6 de la
Convención Americana de Derechos Humanos reconoce el derecho de toda persona privada de
su libertad “a recurrir ante un juez o tribunal competente, a fin de que éste decida, sin demora,
sobre la legalidad de un arresto o detención y ordene su libertad si el arresto o su detención
fueran ilegales”; entonces, dicho inciso a) del artículo 16 de la Ley N° 25398 debe entenderse
en el sentido de que no procede el hábeas corpus si la detención ordenada por un juez no es
711
arbitraria. O, lo que es lo mismo, que no procede este proceso constitucional cuando se trate
de una detención ordenada en forma debida.
d) Por ello, si bien en el presente caso se ha rechazado in limine la demanda, lo cual coloca al
Tribunal Constitucional en el dilema de, o bien declarar la nulidad de todo lo actuado y, en
consecuencia, ordenar se admita a trámite la acción de hábeas corpus; o bien, pronunciarse
sobre el fondo del asunto, este Supremo Tribunal opta por hacer esto último, pues el derecho
constitucional a la protección judicial de los derechos fundamentales reconocido por el artículo
25.1 de la Convención Americana de Derechos Humanos, exige del operador constitucional una
especial sensibilidad y dejar de lado cualquier comportamiento que pueda significar un exceso
formal de ritualismo procedimental, en particular, si en autos se encuentran suficientes
elementos probatorios para expedir una sentencia de mérito.
Tal proceder, en materia de hábeas corpus, se deriva del artículo 9.4 del Pacto Internacional de
Derechos Civiles y Políticos, según el cual “Toda persona que sea privada de libertad en virtud de
detención o prisión tendrá derecho a recurrir ante un tribunal, a fin de que éste decida a la brevedad
posible sobre la legalidad de su prisión y ordene su libertad si la prisión fuera ilegal.
Por ello, en el presente caso, el Tribunal Constitucional procederá a analizar las razones de
fondo.
Alcances Constitucionales de la Libertad Personal
4. El primer derecho comprometido con el mantenimiento del mandato de detención contra el
actor es la libertad personal. Este es un derecho subjetivo, reconocido en el inciso 24) del artículo
2 de la Constitución Política del Estado y, al mismo tiempo, uno de los valores fundamentales de
nuestro Estado Constitucional de Derecho, por cuanto fundamenta diversos derechos
constitucionales a la vez que justifica la propia organización constitucional.
5. En cuanto derecho subjetivo, garantiza que no se afecte indebidamente la libertad física de
las personas, esto es, su libertad locomotora, ya sea mediante detenciones, internamientos o
condenas arbitrarias. Los alcances de la garantía dispensada a esta libertad comprende frente a
cualquier supuesto de privación de la libertad locomotora, independientemente de su origen, la
autoridad o persona que la haya efectuado. Garantiza, pues, ante cualquier restricción arbitraria
de la libertad personal, según señala el artículo 9 de la Declaración Universal de Derechos Humanos
y el artículo 7.3 de la Convención Americana de Derechos Humanos.
6. En sede judicial, el derecho a la libertad física y a que ésta no sea restringida en forma
arbitraria, alcanza no sólo a las denominadas “detenciones judiciales preventivas” sino, incluso, a
una condena emanada de una sentencia expedida con violación del debido proceso.
A juicio del Tribunal Constitucional, las exigencias de legalidad y no arbitrariedad de la
detención judicial no se satisfacen únicamente porque ésta haya sido expedida por un juez
competente, pues si bien el elemento de la competencia judicial constituye uno de los elementos
que ha de analizarse a efectos de evaluar la arbitrariedad o no de la privación de la libertad, también
existen otros elementos que se tienen que tomar en consideración, los que varían según se trate de
una sentencia condenatoria o, por el contrario, de una detención judicial preventiva.
7. Sin embargo, antes de evaluar si, en el caso, la detención judicial preventiva dictada contra
el actor vulnera su derecho a la libertad individual, el Tribunal Constitucional estima preciso
declarar que la comprensión del contenido garantizado de los derechos, esto es, su interpretación,
debe realizarse conforme a los alcances del principio de unidad de la Constitución, pues, de suyo,
ningún precepto constitucional, ni siquiera los que reconocen derechos fundamentales, pueden ser
interpretados por sí mismos, como si se encontraran aislados del resto de preceptos
constitucionales. Y es que no se puede perder de vista que el ejercicio de un derecho no puede
hacerse en oposición o contravención de los derechos de los demás, sino de manera que
compatibilicen, a fin de permitir una convivencia armónica y en paz social.
712
En este sentido, una visión de conjunto, que ligue la realidad concreta con las disposiciones y
principios constitucionales, no debe perder de vista que los derechos fundamentales no sólo
constituyen derechos subjetivos que se reconocen a las personas, sino que también cumplen una
función objetiva, por cuanto representan el sistema material de valores de nuestro ordenamiento
constitucional.
Detención Judicial Preventiva y Libertad Personal
8. Como todo derecho fundamental, el de la libertad personal tampoco es un derecho absoluto,
pues como establecen los ordinales a) y b) del inciso 24) del artículo 2 de la Constitución, aparte de
ser regulados, pueden ser restringidos o limitados mediante ley. Ningún derecho fundamental, en
efecto, puede considerarse ilimitado en su ejercicio. Los límites que a éstos se puedan establecer
pueden ser intrínsecos o extrínsecos. Los primeros son aquellos que se deducen de la naturaleza y
configuración del derecho en cuestión. Los segundos, los límites extrínsecos, son aquellos que se
deducen del ordenamiento jurídico, cuyo fundamento se encuentra en la necesidad de proteger o
preservar otros bienes, valores o derechos constitucionales.
9. La validez de tales límites y, en particular, de la libertad personal, depende de que se
encuentren conforme con los principios de razonabilidad y proporcionalidad. Como ha sostenido la
Corte Interamericana de Derechos Humanos, “nadie puede ser sometido a detención o
encarcelamiento por causas y métodos que -aun calificados de legales- puedan reputarse como
incompatibles con el respeto a los derechos fundamentales del individuo por ser, entre otras cosas,
irrazonables, imprevisibles o faltos de proporcionalidad” (Caso Gangaram Panday, párrafo 47, en
Sergio García Ramírez, Jurisprudencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, UNAM,
México 2001, pág. 117).
10. En ese sentido, considera el Tribunal Constitucional que si bien la detención judicial
preventiva constituye una medida que limita la libertad física, por sí misma, ésta no es
inconstitucional. Sin embargo, por el hecho de tratarse de una medida que restringe la libertad
locomotora, dictada pese a que, mientras no exista sentencia condenatoria firme, al procesado le
asiste el derecho a que se presuma su inocencia; cualquier restricción de ella siempre debe
considerarse la última ratio a la que el juzgador debe apelar, esto es, susceptible de dictarse sólo
en circunstancias verdaderamente excepcionales y no como regla general. Ese, pues, es el propósito
del artículo 9.3 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, según el cual “la prisión
preventiva de las personas que hayan de ser juzgadas no debe ser la regla general”, y también la
interpretación que de ella ha expresado la Corte Interamericana de Derechos Humanos (Caso
Suárez Rosero. Ecuador, párrafo 77, en Sergio García Ramírez, Jurisprudencia de la Corte
Interamericana de Derechos Humanos, UNAM, México 2001, pág. 417).
11. En la medida en que la detención judicial preventiva se dicta con anterioridad a la sentencia
condenatoria, es en esencia una medida cautelar. No se trata de una sanción punitiva, por lo que
la validez de su establecimiento a nivel judicial, depende de que existan motivos razonables y
proporcionales que la justifiquen. Por ello, no puede sólo justificarse en la prognosis de la pena a
la que, en caso de expedirse sentencia condenatoria, se le aplicará a la persona que hasta ese
momento tiene la condición de procesado, pues ello supondría invertir el principio de presunción
de inocencia por el de criminalidad.
12. Sobre el particular, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos ha sostenido que
“tanto el argumento de seriedad de la infracción como el de severidad de la pena pueden, en
principio, ser tomados en consideración cuando se analiza el riesgo de evasión del detenido. La
Comisión considera, sin embargo, que debido a que ambos argumentos se inspiran en criterios de
retribución penal, su utilización para justificar una prolongada prisión previa a la condena produce
el efecto de desvirtuar la finalidad de la medida cautelar, convirtiéndola, prácticamente, en un
sustituto de la pena privativa de libertad. La proporcionalidad que debe existir entre el interés
general de la sociedad en reprimir el delito y el interés del individuo en que se respeten sus derechos
713
fundamentales se rompe en perjuicio de este último, a quien se le impone un mayor sacrificio”
(Informe N° 12/96, Argentina, Caso N° 11.245, párrafo 86).
13. En el presente caso, conforme se desprende de la resolución cuestionada, de fecha cinco de
setiembre de dos mil uno, especialmente de sus fundamentos N°s 3 al 5, al mantenerse el mandato
de detención contra el actor, la emplazada no sólo ha considerado relevante que en el proceso penal
existen suficientes elementos de prueba que lo incriminan por los delitos por los cuales viene siendo
juzgado y que la pena será superior a los cuatro años, sino también al hecho de haber querido
perturbar la actividad probatoria, al ocultar hechos considerados relevantes para la dilucidación
del proceso penal, como son no informar que, por asesoramiento en materia de comunicaciones,
recibía la suma de ocho mil dólares americanos; que sumados al importe por gastos de
mantenimiento, hacían un aproximado entre veinte a veinticinco mil dólares mensuales y que
recibió cien mil dólares para mejorar la situación del Canal 10 de televisión.
Tales hechos constituyen causas objetivas y razonables para entender que en la compulsación
sobre el peligro procesal del actor como causa para mantener el mandato de detención, no hay
indicios de arbitrariedad del juzgador.
14. Por otro lado, en atención a la incidencia que tiene en la libertad física de una persona a la
que se presume inocente, sólo cabe apelar a ella, ya para adoptarla, ya para mantenerla. Ello
significa que su aplicación no debe ser la medida normal u ordinaria, sino que sólo puede dictarse
en casos particularmente graves y siempre que sea estrictamente necesaria para los fines que se
persigue con el proceso penal. En ese sentido, la regla general debe ser que los procesados, de
quienes se presume su inocencia, deben disfrutar del ejercicio de la libertad física, mientras que su
privación sólo debe decretarse en aquellos casos en los que se ponga en riesgo el éxito del proceso
penal, ya sea porque se pretende obstaculizar la actividad probatoria, ya porque se pretende evadir
la aplicación de la pena.
En el caso, el Tribunal Constitucional considera que no se afecta la libertad física del recurrente,
pues conforme se ha sostenido en el fundamento N° 13 de esta sentencia, el actor obstaculizó la
investigación judicial al ocultar hechos relevantes para culminar con éxito el proceso penal que se
le sigue. En ese sentido, el Tribunal Constitucional considera que existe base objetiva y razonable
que justifica la decisión de la emplazada para no variar el mandato de detención en su contra.
15. Del mismo modo, aparte de tratarse de una medida excepcional, el principio favor libertatis
impone que la detención judicial preventiva tenga que considerarse como una medida subsidiaria,
provisional y proporcional, esto es, cuyo dictado obedezca a la necesidad de proteger fines
constitucionalmente legítimos que la puedan justificar. El carácter de medida subsidiaria impone
que, antes de que se dicte, el juez deba considerar si idéntico propósito al que se persigue con el
dictado de la detención judicial preventiva, se puede conseguir aplicando otras medidas cautelares
no tan restrictivas de la libertad locomotora del procesado. Por tanto, el Tribunal Constitucional
declara que la existencia e idoneidad de otras medidas cautelares para conseguir un fin
constitucionalmente valioso, deslegitima e invalida que se dicte o mantenga la medida cautelar de
la detención judicial preventiva.
En el presente caso, el solo propósito de obstaculizar y ocultar evidencias probatorias que
ayuden a culminar con éxito la investigación judicial que se sigue contra el actor, exceptúa la
necesidad de que el juzgador busque una alternativa menos gravosa sobre el derecho a la libertad
física del recurrente. En ese sentido, el Tribunal Constitucional declara que la exigencia de que el
juez busque una alternativa distinta a la restricción de la libertad física del procesado, dado que
mientras no exista sentencia condenatoria, se presume que éste es inocente, sólo es lícita cuando
no se ha pretendido perturbar la actividad probatoria del proceso, eludir la acción de la justicia o
evadirse del cumplimiento de una posible sentencia condenatoria. Por ello, el Tribunal
Constitucional considera que la detención practicada contra el actor del hábeas corpus no es
indebida.
714
16. Como se ha sostenido, la detención judicial preventiva debe ser también una medida
provisional, cuyo mantenimiento sólo debe persistir entre tanto no desaparezcan las razones
objetivas y razonables que sirvieron para su dictado. Una vez removidos, el contenido garantizado
del derecho a la libertad personal y al principio de la presunción de inocencia exige que se ponga
fin a la medida cautelar, pues, de lo contrario, su mantenimiento tendría que considerarse como
una sanción punitiva, incompatible con su naturaleza cautelar y con los derechos antes
enunciados.
En el presente caso, el Tribunal Constitucional considera que no se ha afectado el carácter
provisional de la detención judicial preventiva, habida cuenta de que, entre la confirmación de la
resolución que declaró improcedente la solicitud de libertad provisional del actor, de fecha diez de
diciembre de dos mil uno, y la fecha de interposición del hábeas corpus, el seis de marzo de dos mil
dos, no ha transcurrido un plazo razonable que permita considerar que hayan variado las
circunstancias que sirvieron para mantener la vigencia del mandato de detención.
17. Finalmente, el mantenimiento de la detención judicial preventiva debe encontrarse acorde
con el principio de proporcionalidad. Ello significa que la detención judicial preventiva se debe dictar
y mantener en la medida estrictamente necesaria y proporcional con los fines que
constitucionalmente se persigue con su dictado. De acuerdo con el artículo 9.3 del Pacto
Internacional de Derechos Civiles y Políticos, la restricción de la libertad física de una persona
sometida a un proceso, sólo puede deberse a la necesidad de asegurar “la comparecencia del
procesado al acto del juicio, o en cualquier otro momento de las diligencias procesales y, en su caso,
para la ejecución del fallo”.
18. Desde este punto de vista, el principal elemento a considerarse con el dictado de esta medida
cautelar debe ser el peligro procesal que comporte que el procesado ejerza plenamente su libertad
locomotora, en relación con el interés general de la sociedad para reprimir conductas consideradas
como reprochables jurídicamente. En particular, de que el procesado no interferirá u obstaculizará
la investigación judicial o evadirá la acción de la justicia. Tales fines deben ser evaluados en
conexión con distintos elementos que antes y durante el desarrollo del proceso puedan presentarse
y, en forma significativa, con los valores morales del procesado, su ocupación, bienes que posee,
vínculos familiares y otros que, razonablemente, le impidan ocultarse o salir del país o sustraerse
a una posible sentencia prolongada. La inexistencia de un indicio razonable en torno a la
perturbación de la investigación judicial o a la evasión de la justicia por parte del procesado,
terminan convirtiendo el dictado o el mantenimiento de la detención judicial preventiva en
arbitraria, por no encontrarse razonablemente justificada.
19. En el presente caso, el Tribunal Constitucional considera que tampoco se ha afectado el
principio de proporcionalidad al mantenerse vigente el mandato de detención contra el actor,
denegándose su libertad provisional, pues, como antes se ha expresado, aparte de la suficiencia de
elementos probatorios existentes sobre la responsabilidad penal del actor, se denegó la solicitud de
libertad provisional tras entenderse que el actor viene perturbando la actividad probatoria en el
proceso.
Exigencia de una especial motivación de la resolución judicial que decreta el mandato de
detención judicial preventiva
20. La necesidad de que las resoluciones judiciales sean motivadas es un principio que informa
el ejercicio de la función jurisdiccional y, al mismo tiempo, un derecho constitucional de los
justiciables. Mediante ella, por un lado, se garantiza que la administración de justicia se lleve a
cabo de conformidad con la Constitución y las Leyes (art. 138 de la Constitución) y, por otro, que
los justiciables puedan ejercer de manera efectiva su derecho de defensa. En la sentencia recaída
en el Exp. N° 1230-2002-HC/TC, el Tribunal Constitucional ha sostenido que dicho derecho no
garantiza una determinada extensión de la motivación; que se tenga que pronunciarse
expresamente sobre cada uno de los aspectos controvertidos o alegados por la defensa, ni excluye
que se pueda presentar la figura de la motivación por remisión.
715
21. Sin embargo, tratándose de la detención judicial preventiva, la exigencia de la motivación
en la adopción o el mantenimiento de la medida debe ser más estricta, pues sólo de esa manera es
posible despejar la ausencia de arbitrariedad en la decisión judicial, a la vez que con ello se permite
evaluar si el juez penal ha obrado de conformidad con la naturaleza excepcional, subsidiaria y
proporcional de la detención judicial preventiva.
22. Dos son, en ese sentido, las características que debe tener la motivación de la detención
judicial preventiva. En primer lugar, tiene que ser “suficiente”, esto es, debe expresar, por sí misma,
las condiciones de hecho y de derecho que sirven para dictarla o mantenerla. En segundo término,
debe ser “razonada”, en el sentido de que en ella se observe la ponderación judicial en torno a la
concurrencia de todos los aspectos que justifican la adopción de la medida cautelar, pues de otra
forma no podría evaluarse si es arbitraria por injustificada.
23. Por ello, de conformidad con el artículo 182 del Código Procesal Penal, es preciso que se
haga referencia y tome en consideración, además de las características y gravedad del delito
imputado y de la pena que se le podrá imponer, las circunstancias concretas del caso y las
personales del imputado. El Tribunal Constitucional no es competente para determinar la
concurrencia en cada caso de las circunstancias que legitiman la adopción o mantenimiento de la
detención judicial preventiva, que es una tarea que incumbe en esencia al juez penal, sino para
verificar que la medida cautelar haya sido adoptada de forma fundada, completa y acorde con los
fines y carácter excepcional de la institución en referencia.
24. En el caso de autos, la resolución en virtud de la cual se confirma la resolución que denegó
la libertad provisional del actor es suficiente y razonada, pues el resultado de la decisión es
coherente y compatible con la naturaleza y fines de la detención judicial preventiva.
Presencia de peligro procesal y detención judicial preventiva en el proceso penal seguido
contra Vicente Silva Checa
25. Sin perjuicio de todo lo expuesto, al analizar la detención judicial preventiva decretada
contra el actor, el Tribunal Constitucional ha considerado, además, que conforme se corrobora del
último párrafo del fundamento tercero de la resolución expedida por el Juez del Cuarto Juzgado
Penal Especial, de fecha cinco de setiembre de dos mil uno, se consideró pertinente mantener en
vigencia la detención judicial preventiva contra el actor, pues a lo largo del proceso éste no colaboró
con el proceso de investigación judicial, considerándose ello “un peligro de entorpecimiento de la
actividad probatoria” que “atentaría contra el objetivo del proceso penal (...)”.
Tal criterio se deriva del hecho de que el actor no expresó, pese a tener “conocimiento pleno”,
que el dinero utilizado para la compra de acciones del Canal 10 provenía del Tesoro Público; que el
actor concurría todos los días a las instalaciones del Servicio de Inteligencia Nacional a fin de
prestar asesoramiento en materia de comunicaciones y que, por ello, se le abonaba la suma de ocho
mil dólares americanos; que, asimismo, por concepto de mantenimiento de su oficina, tal suma se
incrementaba aproximadamente entre veinte a veinticinco mil dólares americanos; que habría
recibido adicionalmente cien mil dólares para mejorar la situación del Canal 10, hechos que han
sido corroborados por la declaración de su coinculpado Vladimiro Montesinos Torres y de la testigo
María Angélica Arce Guerrero.
26. Finalmente, según el artículo 29.2 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos,
“En el ejercicio de sus derechos y en el disfrute de sus libertades, toda persona estará solamente
sujeta a las limitaciones establecidas por la ley con el único fin de asegurar el reconocimiento y el
respeto de los derechos y libertades de los demás, y de satisfacer las justas exigencias de la moral,
del orden público y del bienestar general en una sociedad democrática”.
La Corte Interamericana de Derechos Humanos ha sostenido que “El concepto de derechos y
libertades y, por ende, el de sus garantías, es también inseparable del sistema de valores y
principios que lo inspira. En una sociedad democrática, los derechos y libertades inherentes a la
persona, sus garantías y el Estado de Derecho constituyen una tríada, cada uno de cuyos
716
componentes se define, completa y adquiere sentido en función de los otros” (Opinión Consultiva
08/87, párrafo 26, en Sergio García Ramírez, Jurisprudencia de la Corte Interamericana de Derechos
Humanos, UNAM, México 2001, pág. 1014).
En ese sentido, el Tribunal Constitucional considera que detrás de la medida judicial que
restringe la libertad física del recurrente existe una valoración judicial de los hechos que son
materia del proceso penal, el número de personas comprometidas, la participación del recurrente
como parte de una organización criminal y, especialmente, las repercusiones de los delitos por los
cuales se le juzga, no sólo en lo que atañe a la infracción de determinados bienes jurídico-penales,
sino incluso, y lo que es más grave, realizadas con el evidente propósito de comprometer la propia
viabilidad del sistema democrático.
Por ello, el Tribunal Constitucional considera que la libertad física puede ser objeto de
restricciones, y éstas no ser arbitrarias, si es que tal medida se presenta como estrictamente
necesaria para garantizar y asegurar el normal desenvolvimiento de una sociedad democrática.
Por estos fundamentos, el Tribunal Constitucional, en uso de las atribuciones que le confieren
la Constitución Política del Estado y su Ley Orgánica.
FALLA
REVOCANDO la recurrida, que, confirmando la apelada, declaró improcedente la acción de
hábeas corpus; reformándola, la declara INFUNDADA. Dispone la notificación a las partes, su
publicación en el Diario Oficial El Peruano y la devolución de los actuados.
SS.
REY TERRY; REVOREDO MARSANO; ALVA ORLANDINI; BARDELLI LARTIRIGOYEN; GONZALES OJEDA; GARCIA TOMA.
[VOTO SINGULAR]
717
penal al resolver la solicitud presentada y que, por lo demás, ha sido objeto de pronunciamiento en
la sentencia expedida por mayoría.
S.
REY TERRY
[VOTO SINGULAR]
718
En virtud de este artículo, y específicamente de la frase “a la brevedad posible” y en acatamiento
del principio de celeridad y economía procesales, mis colegas no optan por declarar nulo el proceso
para que el Poder Judicial investigue mejor la situación del actor, como ordena la ley, sino más
bien, optan por sentenciar ellos mismos “de inmediato” ...y lo hacen a favor de mantener preso al
recurrente.
Creo que la correcta interpretación del artículo 9.4 del Pacto Internacional citado es distinta: la
finalidad del dispositivo es proteger la libertad del individuo, no su detención, y la urgencia de
investigar y resolver, surge ante la posibilidad de que esté preso un inocente que no merece la
prisión preventiva. Pero no cabe esa urgencia de decidir el fondo del hábeas corpus “de inmediato”,
con prescindencia de la investigación judicial que impone la ley, cuando el TC estima que el
recurrente debe permanecer detenido ...La necesaria celeridad funciona a favor -y no en contra- de
la libertad personal. Sin embargo, parecería, al plantear de ese modo la interpretación del artículo
9.4 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, que mis colegas opinan que hay tal
urgencia de mantener al recurrente en prisión, y que no debe investigarse el caso en las instancias
judiciales.
5. En el segundo párrafo del fundamento 14, la mayoría de magistrados del TC consideran que
con la detención “no se afecta la libertad física del recurrente”, pues éste obstaculizó la investigación
judicial.
A mi parecer, no cabe mayor afectación a la libertad física de una persona que mantenerla en
prisión. Lo que ocurre es que el convencimiento judicial de que existe peligro de fuga o procesal,
opera como una “justificación constitucional” de la afectación del derecho fundamental a la libertad
física.
En principio, la carga de la prueba de la violación del derecho constitucional (la detención) recae
sobre quien la alega, en este caso, el demandante. Si, prima facie, tal violación queda probada, la
carga de demostrar que ella tiene justificación constitucional recae sobre el eventual “infractor”, en
este caso, sobre los miembros de la Sala Penal Especial que ordenaron la detención.
En estos casos, el juez constitucional debe ponderar el peso de los valores o derechos
contrapuestos en juego, según las circunstancias probadas de cada caso concreto. En éste, se debe
sopesar, por un lado, la importancia que tiene para el Estado de Derecho y para la Justicia la
libertad de un individuo presuntamente inocente, y por el otro, la importancia que tiene para ese
mismo Estado de Derecho y esa misma Justicia, que los procesos penales iniciados cumplan su
finalidad en la forma prevista por la ley y del modo más rápido posible, sin que lleguen a frustrarse
por la evasión o fuga del procesado o por su indebida actuación en el proceso.
No cabe duda de que ha quedado demostrada la privación de la libertad del demandante. Su
justificación, en cambio, requiere mayor análisis. Se debe sopesar si el interés social o colectivo es
superior y preferible al interés particular del demandante. Mientras que el de éste es recuperar su
libertad, el de la colectividad consiste en asegurar su presencia en el proceso y llegar a la verdad de
los hechos en la sentencia.
6. En el numeral 15 de la sentencia se lee que “el solo propósito de obstaculizar y ocultar
evidencias probatorias que ayuden a culminar con éxito la investigación judicial que se sigue contra
el actor, exceptúa la necesidad de que el juzgador busque una alternativa menos gravosa sobre el
derecho a la libertad física del recurrente.
Me parece que tal afirmación no es conforme a nuestro ordenamiento jurídico:
No basta, para detener a un individuo y encarcelarlo, el solo peligro procesal. El art. 135 del
CPP establece 3 condiciones que deben darse CONCURRENTEMENTE.
Una de ellas es el peligro procesal o el de fuga. Pero es necesario que también concurran las
otras dos; a saber: que existan suficientes elementos probatorios de la comisión de un delito doloso
719
que vincula al imputado como autor o como partícipe, y que la sanción a imponerse sea superior a
los 4 años de pena privativa de la libertad.
El juez ha de investigar si concurren necesariamente los 3 requisitos a fin de proceder a la
detención del imputado y no debe limitarse a constatar -como parecen sostener mis colegas- sólo
el peligro procesal.
De autos fluye que en la primera resolución impugnada, de fecha 11 de abril de 2001, que
impuso la medida de detención, y en la del 10 de diciembre de 2001, que confirmó la improcedencia
de la libertad provisional, las autoridades judiciales motivaron suficiente y razonablemente sus
fallos. En efecto, en la primera de las resoluciones citadas se analizaron los requisitos del artículo
135 del CPP, explicando, respecto al primero, que de los recaudos que se adjuntan a la denuncia
fiscal “se pone de manifiesto la participación activa del imputado en la adquisición del 75% de las
acciones de la Empresa Peruana de Cable - Televisión S.A. - CNN - Cable Canal de Noticias,
Frecuencia Diez de Cable Mágico” lo que “se corrobora con la declaración del procesado” y “con el
acta que contiene la transcripción de la Diligencia de Exhibición de la Documentación y
Visualización de fecha 6 de noviembre de 1999, titulada doctor Calmell Vicente - Gral. Delgado”.
Ello, para los magistrados judiciales, es suficiente elemento de prueba de la comisión de delito y de
la vinculación del incriminado con el hecho punible, en virtud del principio de accesoriedad
limitada.
No cabe, en mi concepto, aceptar como precedente a este caso, el del expediente 139-02-HC
(argumento, que exhibe el recurrente), ya que en éste la autoridad judicial dudaba de la procedencia
pública o privada de los fondos, lo que no ha ocurrido en la resolución judicial ahora impugnada.
Respecto al segundo elemento del artículo 135, los magistrados denunciados también explican
porqué consideran que la sanción que corresponderá al incriminado será mayor de 4 años, y en
cuanto al tercer factor, explican que han ponderado la vinculación del recurrente con los hechos
dolosos, la probable pena que se le impondrá y la posibilidad de que influya negativamente sobre
la prueba, así como el riesgo de que eluda la acción de la justicia, todo lo cual, señalan, forma en
ellos la convicción que corresponde ordenar la medida cautelar de detención.
7. Conforme al mismo artículo 135 del CPP procede, además, la variación de la medida de
detención por otra menos restrictiva (a favor del imputado), cuando se comprueba que han variado
las circunstancias que sirvieron para mantener la detención.
Mis colegas sostienen que la detención sólo debe persistir “entre tanto no desaparezcan las
razones objetivas y razonables que sirvieron para su dictado, pues una vez removidas esas razones,
el contenido garantizado de los derechos a la libertad personal y a la presunción de inocencia exige
que se ponga fin a la medida cautelar, pues de lo contrario, su mantenimiento tendría que
considerarse como una sanción punitiva, incompatible con su naturaleza cautelar y con los
derechos antes enunciados”.
Pero, a renglón seguido, consideran que no han variado esas razones objetivas y razonables que
justificaron la detención, “habida cuenta” de que sólo transcurrieron 86 días entre la fecha de la
detención y la fecha de interposición del hábeas corpus.
No considero válida la interpretación de que como sólo han transcurrido 86 días, no han podido
variar las circunstancias que justificaron la detención.
El Poder Judicial está en la obligación de investigar y pronunciarse respecto a si variaron o no
tales circunstancias. De ningún modo es dable presumir que no variaron las circunstancias,
exclusivamente, porque han transcurrido sólo 86 días desde la detención. Más aún, si en la
Resolución del 10 de diciembre de 2001, también impugnada, los magistrados judiciales analizaron
cada uno de los requisitos para la procedencia de la libertad provisional, relacionándolos con el
caso concreto y citando las pruebas que los convencieron para no concederla. Por lo anteriormente
720
expuesto, no parece vulnerado el derecho constitucional a la motivación de las resoluciones
judiciales.
8. En el fundamento 20, así como en el 21, 22 y 23 de la sentencia, se desarrolla extensamente
el contenido y la importancia que tiene la garantía constitucional de motivar las resoluciones
jurisdiccionales. Se expresa que, tratándose de la detención, la exigencia de una motivación en el
mantenimiento de la medida debe ser más estricta, “pues sólo de esa manera es posible despejar la
ausencia de arbitrariedad en la decisión judicial”. Sin embargo, en las únicas 4 líneas del
fundamento 24 se concluye someramente que la resolución denegatoria del hábeas corpus por parte
de la Sala “es suficiente y razonada”. Opino que debió explicarse de modo más detallado por qué se
considera “suficiente y razonada” la resolución impugnada, en cumplimiento precisamente de la
exigencia que ellos reclaman al Poder Judicial.
Es decir, en vista de la interpretación de la mayoría que lo que se impugna es el
“mantenimiento” de la detención, habría en esta oportunidad que citar las consideraciones que tuvo
el juez del hábeas corpus, basadas en hechos posteriores a la detención, que lo llevaron a declarar
improcedente la acción, y que constan a fojas 14 y 15 del expediente constitucional; a saber, que el
imputado conocía que el dinero recibido por él provenía del Tesoro Público, extremo que no había
admitido ni confesado; que guardó silencio respecto a sus numerosas visitas al SIN en compañía
de Daniel Borobio, y al hecho de que asesoraba al régimen en materia de comunicaciones por una
contraprestación de US$ 8,000 dólares americanos; que tampoco colaboró con la investigación
judicial al omitir declarar que recibía entre 20,000 y 25,000 dólares americanos mensuales de
Vladimiro Montesinos; que también guardó silencio respecto a los US$ 100,000 que recibió para
mejorar la situación del canal y que fueron “aportados” por él mismo en calidad de “préstamo”;
además de las circunstancias ponderadas en las resoluciones impugnadas a las que hemos hecho
referencia en los numerales precedentes, todo lo cual hizo pensar a la autoridad judicial que existe
un propósito de obstaculizar la investigación.
En conclusión: a diferencia del otro expediente anterior -el N° 139-02-HC, citado por el
recurrente-, en este caso, las autoridades judiciales sí han motivado su convicción de la existencia
de peligro procesal. Han explicado también por qué piensan que se configura el delito de peculado,
y por qué merecería una pena mayor de 4 años. Hay pues, motivación suficiente y congruente en
la autoridad judicial, y, en consecuencia, no se ha producido la vulneración del derecho
constitucional invocado por el recurrente, que haría indebido al proceso.
Por lo anteriormente expuesto, mi fallo coincide con el de la mayoría.
S.
DRA. DELIA REVOREDO MARSANO
FUNDAMENTACION DE VOTO
Además de las sólidas razones que contiene la sentencia, no puede dejarse de considerar que
el artículo 25 del Código Penal establece que son punibles todos los que participan en la comisión
del delito; y el artículo 317 del mismo Código sanciona la asociación ilícita para delinquir.
ALVA ORLANDINI
721
rechazo in límine de una demanda de hábeas corpus, no es impedimento invencible para que el TC
entre a conocer del fondo de la controversia, a condición de que existan suficientes elementos de
juicio para emitir el respectivo fallo. Ya existe, al respecto, jurisprudencia concordante del TC. Pero
estimo que, en el caso, no existen dichos elementos de juicio, y ello como consecuencia,
precisamente, del rechazo in límine, esto es, de la festinación del trámite legal omitido. Por tal razón,
considero que corresponde declarar nulo todo lo actuado en este proceso y reponer la causa al
estado de su admisión, a fin de que se le dispense el trámite legal que señala el artículo 18 de la
Ley 23506, esto es, a fin de que sean citados e interrogados los vocales demandados. Ellos, según
el mencionado artículo 18, deberán ser “requeridos” para que “expliquen la razón” en que sustentan
las resoluciones impugnadas que motivan estos autos.
2. Conviene recordar, a este respecto, que por razones análogas a las reseñadas líneas arriba,
este TC emitió, recientemente, dos resoluciones semejantes a la que considero que debe expedir en
estos autos. En efecto, en esos dos casos (Exp. N° 307-2002-HC/TC - Manuel Jesús Aivar Marca;
y Exp. N° 290-2002-HC - Calmell del Solar), habiéndose rechazado las respectivas demandas in
límine, el TC, considerando que la omisión del correspondiente trámite lo privaba de la información
indispensable para formar criterio, declaró nulo todo lo actuado y repuso las causas al estado de
su admisión y correcta tramitación, con arreglo al artículo 18 de la Ley N° 23506. No veo motivo
para variar tal criterio, a mayor abundamiento cuando uno de esos dos casos (Exp. N° 290-2002-
HC/TC) es prácticamente idéntico al presente, pues el respectivo hábeas corpus había sido
interpuesto en beneficio no sólo de quien estuvo presente en el mismo video en que aparece el
beneficiario (demandante) del actual hábeas corpus, sino que, además, ese vídeo y la información
complementaria respectiva, ponen de manifiesto que su rol fue semejante al que cumplió aquél,
esto es, uno de intermediario o transmisor de una suma que tenía otro destinatario final. La
semejanza de los casos es tanto mayor cuanto que, de un lado, la información corriente en ambos
autos de hábeas corpus es diminuta, y, de otro, el delito imputado es el mismo (“peculado”), y por
iguales motivos, y sin que en ninguno de ellos se haya demostrado que tal especie puede predicarse
de quienes no son funcionarios públicos ni tenían el dinero entregado en su administración.
3. También importa recordar que en las resoluciones recaídas en esos dos casos, el TC precisó
que, respecto de los hábeas corpus no opera la limitación constituida por la “regularidad del
procedimiento”, pues ella está referida sólo al amparo. Tal criterio, basado en los textos inequívocos
de los incisos 1) y 2) del artículo 200 de la Constitución vigente, no parece, sin embargo, haberse
tenido en cuenta en el caso de autos, en el cual, antes bien, el fallo del TC da la clara impresión de
buscar apoyo -y apoyo decisivo- en un criterio incompatible con aquél. Y ésta es, obviamente, otra
de las principales razones de mis discrepancias.
4. Debo agregar que no he encontrado en los pronunciamientos judiciales emitidos en el proceso
penal que origina estos autos, ni en los judiciales que corren en los mismos, ni tampoco en la S del
TC, que no suscribo y que origina este voto singular, explicación jurídica convincente de que la
impugnada imputación de “peculado” sea técnicamente sostenible. En mi opinión (y no son pocos
los especialistas que, en la materia, concuerdan conmigo) no parece factible que el beneficiario de
esta demanda, no siendo funcionario público, ni habiendo tenido en su administración el dinero
entregado por el ciudadano Montesinos Torres, pueda estar comprendido en tal tipo penal, ya sea
como instigador, autor, coautor o cómplice. La regla de la incomunicabilidad, recogida en el artículo
26 del Código Penal, en concordancia con el artículo 387 del mismo, y con las circunstancias del
caso, parece excluirlo de tal calificación y, como consecuencia de ello, autorizar la libertad
provisional pedida, de conformidad con el artículo 182 del Código Procesal Penal. Sin embargo, por
respeto a los jueces penales y, especialmente, a los honorables vocales superiores demandados en
estos autos, no voto en el sentido de declarar fundada la demanda, sino que me pronuncio en el
sentido de brindar la oportunidad procesal necesaria para que dichos vocales expliquen la razón -
según lo dispone el artículo 18 de la Ley 23506- en que sustentan sus impugnadas resoluciones.
Hasta entonces, por el respeto que ellos merecen, considero necesario reservarme el
pronunciamiento final respectivo.
722
4.a) Importa dejar constancia, por otro lado, de que tampoco encuentro convincentes las
razones que se invocan, tanto en el proceso penal como en estos autos, para considerar que existe
peligro de fuga o riesgo procesal, esto es, que está presente en el caso el respectivo impedimento del
citado artículo 182 inciso 2 del Código Procesal Penal. Por este motivo adicional resulta necesario
citar a los vocales demandados, de conformidad con el artículo 18 de la Ley N° 23506, para darles
la oportunidad de fundamentar satisfactoriamente su correspondiente apreciación, pues de no
hacerlo procedería, al igual que en la hipótesis reseñada en el párrafo precedente (4), y en
concordancia con ella, otorgar, de conformidad con el mencionado artículo 182 del Código Procesal
Penal, la libertad provisional pedida. Los mismos argumentos serían aplicables, mutatis mutandis,
en el caso del artículo 135 del Código Procesal Penal.
5. También conviene precisar que no comparto la tesis que aparece en distintos puntos de la S,
y según la cual el TC está impedido de penetrar en ciertos ámbitos relacionados con las resoluciones
penales impugnadas. Creo, antes por el contrario, que el artículo 3 de su Ley Orgánica N° 26435,
no sólo le otorga las atribuciones necesarias para hacerlo, sino que, en concordancia,
especialmente, con los artículos 41 a 45 de dicha Ley, y 200, inciso 1 de la Constitución, y demás
reglas afines y complementarias, está en la insoslayable obligación de hacerlo, y no debe dejar de
hacerlo, siempre que considere, soberanamente, que, en aras de su augusto e indeclinable
cometido, sea menester ingresar en dichos ámbitos. En suma, a mi juicio, en el proceso de revisión
de las resoluciones del Juez penal -ni más ni menos que en las del civil, castrense, arbitral o laboral-
el TC fija -él mismo y nadie más- los alcances de su competencia. No veo razón alguna para que, al
contrario, abdique de la misma, y menos para que lo haga en atención a supuestos cotos cerrados,
zonas vedadas, o tabúes jurisdiccionales que, muy lejos de precisar razonablemente su misión,
parecen destinados a entorpecerla o frustrarla.
6. Por lo expuesto, en concordancia con los fallos emitidos por este TC en los reseñados Exp.
N° 307-2002-HC/TC y Exp. N° 290-2002-HC/TC, arriba citados y glosados, mi voto singular se
inclina -y pronuncia- por la emisión de un simple auto que, revocando el recurrido, y anulando todo
lo actuado en este proceso de hábeas corpus, ordene admitir la demanda correspondiente y
dispensarle el trámite legal que contemplan los artículos 18 y concordantes de la Ley 23506.
SR. AGUIRRE ROCA.
723
15.4. INAPLICABILIDAD DE LA NORMA INCOMPATIBLE DE LA CONSTITUCIÓN
TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
EXP. N° 04870-2007-PA/TC-LAMBAYEQUE
En Lima, a los 12 días del mes de marzo de 2010, la Sala Segunda del Tribunal Constitucional,
integrada por los magistrados Mesía Ramírez, Vergara Gotelli y Álvarez Miranda, pronuncia la
siguiente sentencia, con el fundamento de voto del Magistrado Vergara Gotelli.
ASUNTO
Recurso de agravio constitucional interpuesto por el Frente Asociativo de Comerciantes
Minoristas Posesionarios del Mercado Modelo de Chiclayo, debidamente representado por don
Feliciano Choquehuanca Santos contra la sentencia expedida por la Sala Constitucional de la Corte
Superior de Justicia de Lambayeque, de folios 287, su fecha 27 de julio de 2007, que declaró
improcedente la demanda de autos.
ANTECEDENTES
Con fecha 17 de octubre del 2005, el Sindicato interpone demanda de amparo contra la
Municipalidad Provincial de Chiclayo con el objeto de que se declare inaplicable la Ordenanza 017-
2005-GPCH, publicada el 1 de julio de 2005, que modificó el reglamento de comercialización de
productos y servicios en mercados y camales del gobierno provincial de Chiclayo. Manifiesta que
mediante dicha ordenanza se les pretende cobrar derechos como licencia de funcionamiento,
derecho informático, derecho de regularización de conducción, derecho de registro de comerciante,
entre otros, como si fueran un servicio por derecho de saneamiento, sin respetarse los criterios
establecidos en la sentencia 0053-2004-AI/TC, del Tribunal Constitucional. Por consiguiente,
alegan que se les está vulnerando los derechos a la igualdad, de propiedad, al trabajo, al debido
procedimiento administrativo, violándose además el principio de reserva de ley y el de seguridad
jurídica.
Mediante escrito presentado el 15 de noviembre de 2005 representantes de distintas
agrupaciones de comerciantes solicitaron su incorporación al proceso alegando que el resultado del
mismo afectaría o beneficiaría en gran medida sus derechos. Con fecha 30 de diciembre de 2005,
el a quo resuelve integrar a la relación jurídica procesal, en calidad de litisconsorte necesario a la:
i) Confederación Nacional de Mercados–Zona Norte, ii) Mercado «Nueve de Octubre», iii) Mercado
«Benjamín Gamarra», iv) Mercado «José Balta», v) Mercado «Diego Ferré», vi) Mercado «Buenos Aires»,
vii) Mercado «José Quiñones», viii) Mercado «José Olaya», ix) Mercado «La Primavera», x) Sector
«Progreso» Plataforma del Mercado Modelo.
El Gobierno Provincial de Chiclayo propone las excepciones de falta de agotamiento de la vía
administrativa y de incompetencia. Contestando la demanda, alega que la ordenanza cuya
inaplicación se solicita no carece de los vicios de constitucionalidad que se le imputan.
El Tercer Juzgado Especializado en lo Civil de Chiclayo declaró infundadas las excepciones de
falta de agotamiento de la vía previa y de incompetencia. Con fecha 5 de enero de 2007, declaró
infundada la demanda, estimando que los demandantes no precisaron qué artículos de la
ordenanza eran los que vulneraban sus derechos. Asimismo, indicó que el contenido de la
Ordenanza N° 017-2005-GPCH no vulnera derechos constitucionales de los demandantes, pues la
ordenanza fue expedida en función a la normatividad existente, siendo materia del ámbito de
competencias que la ley atribuye a las municipalidades provinciales.
La Sala Superior revisora revocó la apelada y reformándola, la declaró improcedente, debido a
que la norma cuestionada no tiene naturaleza autoaplicativa.
724
FUNDAMENTOS
Cuestiones preliminares
1. Los demandantes solicitan la inaplicación de la Ordenanza 017-2005-GPCH, publicada el 1
de julio de 2005. Dicha norma consta de 54 artículos, además de disposiciones complementarias,
finales y un anexo. Los actores, como así lo ha indicado el a quo, no han precisado qué artículos
son aquellos que lesionan o amenazan con vulnerar sus derechos fundamentales. Al respecto, en
el escrito de apelación uno de los litisconsortes expuso que «al ser la norma impugnada un todo,
sus artículos no funcionan de manera aislada, sino que cada artículo está enlazado con otras, por
lo que al ser un todo se solicitó su nulidad total [...].» Tal criterio es evidentemente equivocado
porque en nuestro ordenamiento, el proceso de amparo es la herramienta procesal residual dirigida
a tutelar los derechos fundamentales de la persona, diferentes a aquellos tutelados por el hábeas
corpus y el hábeas data. Resulta ser pues, una potente herramienta contra el abuso que puedan
cometer tanto particulares como la Administración. La importancia de la tutela de derechos
constitucionales ha implicado que se dote a este proceso de ciertas características que hagan
efectiva su finalidad, como son los principios procesales establecidos en el artículo III del Código
Procesal Constitucional, resaltando entre ellos el principio de flexibilidad de las formas procesales.
Tales principios aplicados a la problemática iusfundamental otorgan un gran poder al juez a fin de
evaluar el conflicto de intereses suscitado. Esto no quiere decir que la parte demandante no actúe
diligentemente a fin de tutelar su derecho. Después de todo el demandante es el gestor de su
derecho, por lo tanto es de exigírsele cierto margen de diligencia al momento de interponer la
demanda y no como lo han hecho los actores en este caso, remitir al órgano jurisdiccional la tarea
de determinar cómo sus derechos se han vulnerado o se encuentran amenazados.
Delimitación del petitorio
2. Sin perjuicio de lo dicho, es factible inferir que la demanda tiene por objeto que se inapliquen
los artículos 29, 30, 31 y 32, y la definición del término «ambulante» establecida en el anexo 1 de la
ordenanza. En dichas cláusulas se establece el cobro del derecho informático, derecho de
regularización, derecho de conducción y derecho de registro de comerciante, teniendo en cuenta
para la determinación del quantum de dichos derechos tan sólo un porcentaje de la Unidad
Impositiva Tributaria (UIT).
3. Los demandantes estiman que con ello se ha vulnerado el principio de reserva de ley y el de
no confiscatoriedad, ya que para su expedición sólo se ha tomado en cuenta el valor referencial de
la UIT sin considerar el valor del servicio prestado por la municipalidad. Argumentan además que
las municipalidades sólo pueden cobrar por la prestación de un servicio efectivo, lo que no ocurre
en el caso. Por último, el Frente Asociativo de Comerciantes Minoristas Posesionarios del Mercado
Modelo de Chiclayo (FACOMIPOM) -antes Sindicato de Comerciantes Minoristas del Sector
Progreso- alega además que la definición de «ambulante» del anexo 1, implica desconocer el legítimo
derecho de posesión de sus asociados.
Naturaleza autoaplicativa de la norma
4. El a quo ha declarado la improcedencia de la demanda por considerar que se trata de una
norma heteroaplicativa. Por consiguiente, debe procederse a determinar si los artículos
mencionados de la ordenanza cuestionada son de naturaleza autoaplicativa o heteroaplicativa.
Como ya lo ha explicado este Tribunal en constante y regular jurisprudencia, el amparo procede
contra normas siempre que éstas resulten ser autoaplicativas. Por dicho término debe entenderse
a aquellas normas cuya aplicabilidad resulta inmediata, no encontrándose condicionada a la
eficacia de un acto posterior o a una eventual reglamentación legislativa, en la medida en que
adquiera su eficacia plena en el mismo momento en que entra en vigencia. En tal caso, y siempre
que estas normas afecten directamente derechos subjetivos constitucionales, el amparo procederá.
5. En el presente caso se aprecia que los demandantes son asociaciones a cuyos integrantes y
asociados se le viene exigiendo el pago de una serie de importes estipulados en la referida
ordenanza. En efecto, es de apreciarse que con la norma cuestionada se han creado una serie de
725
mandatos a los cuales los asociados de las recurrentes estarían obligados a cumplir. En tal sentido,
habiéndose comprobado que efectivamente los artículos mencionados en el fundamento 3, supra,
ordenan el pago de ciertos importes, los representados por las asociaciones se encontrarían bajo
una situación jurídica de desventaja activa, la misma que es de inmediata aplicación, por lo que se
acredita la naturaleza autoaplicativa de la norma.
Concepto de tributo y garantías constitucionales tributarias
6. En la STC 03303-2003-AA/TC (fundamento 4), se ha recogido la definición en la que se
establece que el tributo es la «obligación jurídica pecuniaria, ex lege, que no constituye sanción de
acto ilícito, cuyo sujeto activo es, en principio una persona pública, y cuyo sujeto pasivo es alguien
puesto en esa situación por voluntad de la ley» [Ataliba, Geraldo. Hipótesis de incidencia tributaria.
Lima, Instituto Peruano de Derecho Tributario, 1987, p. 37].
7. De otro lado, el artículo 74° de la Constitución establece una serie de principios que legitiman
la imposición de tributos. Estos son verdaderas garantías de la ciudadanía frente a la potestad
tributaria del Estado, tales como el principio de legalidad, de reserva de ley, de igualdad, de no
confiscatoriedad y el respeto de los derechos fundamentales. Es por ello que en dicho artículo se
establece que los tributos se crean, modifican o derogan, o se establece una exoneración,
exclusivamente por ley o decreto legislativo en caso de delegación de facultades. Asimismo establece
que los gobiernos regionales y locales pueden crear, modificar y suprimir contribuciones y tasas, o
exonerarlas, dentro de su jurisdicción, y con los límites que señala la ley. Por su parte, el inciso 4
del artículo 195 de la Constitución establece que los gobiernos locales son competentes para crear,
modificar y suprimir contribuciones, tasas, arbitrios, licencias y derechos municipales, conforme a
ley.
8. En estos fundamentos se establecen dos planos diferentes de análisis. De un lado, con lo
expresado en el fundamento 7, supra, se podrá determinar si es que alguna exacción estatal es o
no de naturaleza tributaria (análisis de naturaleza). De otro lado, en el fundamento 8, supra, se
precisan variables para determinar si es que determinado tributo resulta ser constitucionalmente
legítimo (análisis de legitimidad constitucional). Es decir, se parte de la premisa de que determinada
exacción estatal es un tributo, centrándose el análisis en el cumplimiento de los principios
constitucionales del artículo 74 de la Constitución.
9. Así, por ejemplo, con el primero de los parámetros se puede distinguir que una obligación de
pago originada por una infracción administrativa, si bien es una exacción estatal, no puede ser
considerada como tributo. Igualmente, una obligación ante la cual el individuo se ha sometido libre
y espontáneamente, no siendo dicha prestación un servicio público esencial, tampoco sería una
obligación de naturaleza tributaria. Consecuencia de ello es que a estas obligaciones no les son
aplicables las garantías del artículo 74 de la Constitución.
10. En cuanto al análisis de legitimidad constitucional, con éste puede establecerse que un
decreto supremo u ordenanza municipal que crean un impuesto es contrario a la Norma
Fundamental, debido a que no se respetó el principio de reserva de ley o cualquier otro principio
del artículo 74 de la Constitución.
Potestad tributaria de las municipalidades
11. Como ya se ha observado, el artículo 74 de la Constitución, en su segundo párrafo, reconoce
la potestad tributaria originaria a los gobiernos locales para la creación de tasas y contribuciones,
siempre que: a) sea dentro de su jurisdicción; y, b) sea dentro de los límites que señale la ley. Esto
quiere decir que la Constitución ha dispuesto que sea por ley como se desarrollen las reglas de
contenido material o de producción jurídica que sirvan para determinar la validez o invalidez de las
normas municipales que crean tributos. En este caso, dicho contenido se encuentra previsto en las
disposiciones de la Ley de Tributación Municipal y en la Ley Orgánica de Municipalidades.
12. De acuerdo al Código Tributario, la Tasa es un tributo que consiste en la obligación que
tiene como hecho generador la prestación efectiva por el Estado de un servicio público
726
individualizado en el contribuyente. Las tasas pueden ser, arbitrios, derechos o licencias. En el
presente caso la problemática gira en torno a la aplicación de una serie de Tasas-Derechos por lo
que se pasará a revisar la definición del mismo. Así, el citado código establece que los derechos «son
tasas que se pagan por la prestación de un servicio administrativo público o el uso o
aprovechamiento de bienes públicos» (subrayado agregado). En similar sentido, el artículo 68 de la
Ley de Tributación Municipal, aprobada por Decreto Legislativo N° 776, indica que la tasa por
servicios administrativos o derechos son tasas «que debe pagar el contribuyente a la municipalidad
por concepto de tramitación de procedimientos administrativos o por el aprovechamiento particular
de bienes de propiedad de la Municipalidad» (subrayado agregado).
13. Para determinar el monto de la tasa por la prestación de un servicio público es claro que
tal cobro debe cubrir los costos del servicio, como se ha explicitado en las sentencias 0041-2005-
AI/TC y 0053-2004-PI/TC de este Tribunal. Así, se ha dicho que para la determinación del monto
de la tasa-arbitrios se debe explicitar una conexión lógica entre el monto que por ella se cobra y los
servicios municipales prestados.
14. Sin embargo, para la determinación del monto de las Tasas-Derecho por el uso o aprove-
chamiento de bienes públicos, debe inferirse que serán otros los criterios a adoptarse. En efecto,
puesto que la situación no es la misma, ya que no hay una prestación en puridad de un servicio
público, sino la utilización de un bien de titularidad pública, los criterios para determinar deben
estar relacionados con tal prestación.
Análisis del caso en concreto
15. Estando a que la controversia gira principalmente en torno al cobro de prestaciones
denominados «derechos», este Colegiado entiende preciso explicitar previamente los mandatos en
virtud del cual la Municipalidad demandada viene cobrando tales montos, toda vez que para
determinar la naturaleza de determinada figura no es decisivo el nomen iuris designado por la
administración o el legislador, sino el sustento material al que obedece.
Sobre el Derecho de Merced Conductiva
16. La Constitución asigna como parte de las competencias de los gobiernos locales administrar
sus bienes -artículo 195, inciso 3- y en función de ello, el artículo 56 de la Ley Orgánica de
Municipalidades (Ley N° 27972) ha definido como bienes de propiedad municipal, entre otros, los
bienes inmuebles de uso público destinados a servicios públicos locales, así como los edificios
municipales y todos los bienes adquiridos, construidos y/o sostenidos por la municipalidad -
artículo 56- (subrayado agregado). Además, el artículo 195, inciso 5 de la Constitución, asigna a
los gobiernos locales el organizar, reglamentar y administrar sus servicios públicos.
17. De acuerdo al artículo 23 de la citada ordenanza los puestos de los mercados de Chiclayo
son de propiedad del Gobierno Municipal de Chiclayo. Es decir, las edificaciones que ocupan los
mercados municipales constituyen bienes de dominio público. Este Tribunal ha recogido posiciones
que distinguen entre los bienes destinados al uso público y al servicio público, siendo los primeros,
los caminos, calles, paseos, puentes, parques y «demás obras públicas de aprovechamiento o
utilización general». En cuanto a los bienes de servicio público, son los edificios que sirven de
soporte a la prestación de cualquier servicio público, tales como «mataderos, mercados, lonjas,
hospitales, hospicios, museos (...), escuelas, cementerios, elementos de transporte, piscinas y
campos de deporte», etc» [STC N.° 003-2007-CC/TC, F. 31].
18. En tal sentido los mercados a los que se refiere la ordenanza son bienes de dominio público
de servicio público. El servicio público prestado consiste básicamente en brindar a la población un
centro de abastecimiento para la venta (al por menor o al por mayor) de artículos alimenticios y
otros no alimenticios tradicionales. El mercado es por consiguiente, un bien de dominio público,
que sirve de soporte para la prestación de un servicio público. Esta relación se genera entre la
Administración y la población, debiendo brindar aquella tal servicio. Distinta será la situación
jurídica generada entre la municipalidad y quienes ocupen o deseen ocupar un puesto en el interior
727
del mercado municipal, la misma que se determinará en virtud de la autonomía contractual de las
partes.
19. En efecto, el Derecho de Merced Conductiva es definido en el anexo 1 de la ordenanza como
el «Derecho que cancelan comerciantes que ocupan puestos fijos en mercados, el cual se cancela
semanalmente» (sic). Si bien podría argumentarse que se trata de una Tasa-Derecho, en la medida
en que se utiliza un bien público, lo cierto es que dicho pago no tiene naturaleza tributaria, ya que
no se trata de una obligación impuesta por ley, sino de una situación ante la cual el propio sujeto
libremente se ha sometido. Para explicar ello debe tenerse en cuenta que el sujeto que desea
efectuar negociaciones comerciales en determinado distrito o provincia puede hacerlo
indistintamente en cualquier local comercial y no necesariamente en los puestos del mercado. Así
la persona interesada tiene abierta la posibilidad para alquilar un local que le permita iniciar su
negocio, el que puede pertenecer o no a la municipalidad. En tal sentido puede afirmarse que el
sujeto pasivo de la obligación es alguien puesto en esa situación, no por «voluntad de la ley», sino
por voluntad del interesado. Por consiguiente no se está ante una obligación de naturaleza
tributaria, no siéndole aplicables los principios y garantías aplicables a los tributos.
20. La merced conductiva a la que alude el supuesto «Derecho de Conducción», constituye, en
puridad, una contraprestación sinalagmática respecto de la cual los asociados del Sindicato
demandante al ocupar un puesto en el mercado, son deudores; y la demandada, acreedora en tanto
ostenta la titularidad de dicho bien público. Por consiguiente, los alegatos tendentes a cuestionar
la confiscatoriedad de dicha contraprestación, así como el aludido desconocimiento sobre su real
capacidad contributiva, deben ser desestimados.
Sobre el Derecho de Conducción
21. En el anexo 1 de la Ordenanza N° 017-2005-GPCH se establece que el Derecho de
Conducción es la «Facultad otorgada por el Gobierno Provisional de Chiclayo, a través de Resolución
de Alcaldía, a personas naturales o jurídicas, para que ejerzan la conducción del puesto y desarrollo
en el giro comercial, que se le autoriza, así como el pago de la tasa respectiva por el uso del bien
público que debe realizar a favor del Gobierno Provincial de Chiclayo».
22. En el artículo 23 de la ordenanza cuestionada se establece que sobre los puestos de los
mercados de Chiclayo -de propiedad del Gobierno Provincial de Chiclayo-, se podrá solicitar y ejercer
el «Derecho de Conducción». En el artículo 28 se establece que: «El Derecho de Conducción de
Puesto se adquiere una vez emitida correspondiente Resolución de Alcaldía que concede la
conducción, previa presentación de los requisitos indicados en el presente reglamento en
concordancia con lo establecido en el Texto Único Ordenado de Administrativos (TUPA) vigente del
Gobierno Provincial de Chiclayo».
23. Por el llamado Derecho de Conducción se dispone escalas de pago establecidas en
porcentajes de la UIT, dependiendo del mercado en donde se encuentre el puesto (art. 30). Frente a
ello los demandantes alegan que no se ha tomado en cuenta el verdadero costo del servicio que se
presta, por lo tanto, tal cobro es inconstitucional.
24. El trámite para acceder a un puesto en el mercado consiste en que el sujeto interesado
presente su solicitud de conducir un puesto, ante la municipalidad, la cual será evaluada para su
participación en el «sorteo de concesión de derecho de conducción de puesto de mercado». Una vez
llevado a cabo el sorteo, quien resulte beneficiado tendrá que cancelar el monto por el Derecho de
Conducción por el cual se permite ocupar el puesto en el mercado.
25. Nuevamente, tal como se explicó para el caso del Derecho de Merced Conductiva, se trata
de una situación que responde no a la voluntad de la ley, sino, a la voluntad del sujeto interesado,
esto es, no es un cobro de naturaleza tributaria.
26. En suma, en lo que a estos dos denominados derechos se refiere, este Colegiado considera
relevante advertir que no le corresponde pronunciarse respecto de la cuantía del cobro por tales
conceptos. Puesto que tales pagos se realizan en el marco de una relación contractual, surgido del
728
acuerdo o convención de voluntades entre dos o más personas naturales y/o jurídicas para crear,
regular, modificar o extinguir una relación jurídica de carácter patrimonial, siempre que dicho
vínculo –fruto de la concertación de voluntades– verse sobre bienes o intereses que posean
apreciación económica, tengan fines lícitos y no contravengan las leyes de orden público.
27. Debe recordarse en ese orden de ideas, que el artículo 2, inciso 14 de la Constitución
reconoce el derecho a contratar que garantiza, prima facie (i) la autodeterminación para decidir la
celebración de un contrato, así como la potestad de elegir al co-celebrante, y (ii) la
autodeterminación para decidir, de común acuerdo, la materia objeto de regulación contractual. En
tal virtud, siendo el Derecho de Merced Conductiva y el Derecho de Conducción una
contraprestación fruto de una concertación de voluntades, los cuestionamientos referidos a su
confiscatoriedad por su cuantía no corresponden ser analizados a través del presente proceso.
28. En lo que se refiere al alegato vinculado al desconocimiento de los montos invertidos por
conceptos de remodelación del alcantarillado y sistemas de agua, el pintado del inmueble, la
refacción de los aleros, dicho extremo debe ser declarado improcedente en tanto lo discutido no se
encuentra referido al contenido constitucionalmente protegido del derecho fundamental analizado,
dejándose a salvo el derecho del demandante a cuestionarlo en la vía pertinente para tal efecto.
Sobre el Derecho de Registro Informático
29. Adicionalmente al cobro por los conceptos referidos, de acuerdo al artículo 30, in fine, el
conductor del puesto se encuentra obligado a cancelar el 1% de una UIT por concepto de Derecho
de Registro Informático. Al respecto, en el Anexo 1 de la ordenanza se determina que éste consiste
en el «registro ordenado y clasificado de los establecimientos o puestos en base de datos
informáticos según giros y secciones en el cual se consigna nombres del titular, domicilio fiscal,
documento de identidad, número de puesto, características del puesto y otros».
30. Se trata pues en este caso de una imposición estatal propia de la función municipal en lo
que se refiere al control y ordenamiento de locales comerciales al interior de los mercados y
aledaños. Por consiguiente, tratándose de una situación jurídica impuesta por voluntad de la ley,
se trata efectivamente de un tributo. En efecto, evidentemente se está ante conceptos tributarios de
la especie tasa y sub-especie derecho, en tanto la sujeción pasiva del contribuyente se fundamenta
en la prestación de un servicio público divisible por parte del Estado en su beneficio, la que en este
caso consiste en el registro del mismo en las bases de datos de la Municipalidad.
31. En tal virtud, la regulación legal de la potestad normativa tributaria municipal debe
sujetarse al respeto a los principios constitucionales tributarios de reserva de ley, igualdad, no
confiscatoriedad y capacidad contributiva, desarrollados por la jurisprudencia constitucional, así
como también a la garantía institucional de la autonomía política, económica y administrativa que
los gobiernos locales tienen en los asuntos de su competencia.
32. Siendo el principal argumento de la demandante la ilegal cuantificación de los mismos en
tanto han sido fijados en función a un porcentaje de la UIT, vale decir, que efectivamente no se ha
acreditado en el presente proceso la existencia de un informe económico-financiero que sustente el
coste de la referida tasa. Por consiguiente, dicho tributo ha incurrido en lo que se ha denominado
confiscatoriedad cuantitativa [STC 0041-2004-AI/TC, Fund. 62].
33. Conforme al criterio establecido en la STC Nº 0041-2004-PI/TC, si bien la capacidad
contributiva, con base en el principio de solidaridad, puede excepcionalmente ser utilizada como
criterio en la cuantificación del citado tributo, en tales supuestos deberá ser utilizado en conjunción
con otros, en cuyo caso, la prevalencia de unos sobre otros dependerá de la naturaleza de cada
servicio. Empero, a juicio de este Colegiado, dicha situación excepcional no se aprecia en el caso de
autos, por lo que constituye un supuesto de confiscatoriedad cuantitativa inaceptable en tanto el
único criterio utilizado para su cuantificación ha sido el empleo de la UIT, sin que se haya acreditado
que dicho costo esté sustentado en el verdaderos costo del servicio.
729
34. El artículo 81 del Código Procesal Constitucional establece que para los casos de la
declaración de inconstitucionalidad de las normas tributarias por vulneración del artículo 74 de la
Constitución, el Tribunal debe determinar de manera expresa en la sentencia los efectos de su
decisión en el tiempo. Si bien esta norma se dirige a regular los efectos en el caso de los procesos
de inconstitucionalidad, lo cierto es que, en virtud de una apreciación ponderada del rol que
desempeña la justicia constitucional, resulta propio que en los casos de amparo, en donde se
inaplique una norma tributaria, se establezcan los efectos en el tiempo de la decisión.
35. En este caso, la inaplicabilidad del artículo 30 de la Ordenanza cuestionada debe
considerarse de forma tal que no implique la devolución de las tasas ya canceladas. En tal sentido,
no será factible solicitar la devolución del pago de la tasa. De esta manera se sigue la línea de lo
decidido en las sentencias de los Exps. Nos 0041-2004-AI/TC y 0053-2004-AI/TC respecto a la
consideración de los efectos de la determinación de la inconstitucionalidad de normas tributarias.
Sobre el Derecho de Comercialización
36. El artículo 31 de la ordenanza establece que el pago por Derecho de Comercialización en
las zonas adyacentes a los mercados se establece en porcentajes de la UIT vigente, diferenciando
entre plataformas, interiores y sectores. A criterio de este colegiado, lo cobrado por Derecho de
Comercialización obedece a lo que en doctrina se conoce como un «permiso de ocupación», en tanto
constituye una retribución por el aprovechamiento por parte de un particular de un bien público
como lo son las vías públicas. Como resulta obvio, la «comercialización en las zonas adyacentes al
mercado» presupone la posesión de un determinado espacio físico de las inmediaciones del mismo,
vale decir, en la vía pública, cuya titularidad indubitablemente corresponde a la demandada.
37. Ahora bien, a diferencia del uso común general ningún particular tiene, en principio,
derecho a la utilización especial del dominio público. Sin embargo, correspondiendo a la demandada
la titularidad del dominio de las vías públicas, «sólo un acto específico de tolerancia de aquélla
puede facultar al particular para realizar este uso [Garrido Falla, Fernando y otros. Tratado de
Derecho Administrativo. 12ª ed. Vol. II, Tecnos, Madrid, p. 560]. Como resulta obvio, dicho acto de
tolerancia implica per se una situación de constante precariedad del autorizado en tanto dicha
autorización por regla general es revocable.
38. En efecto, los artículos 80° y 83° de la Ley Orgánica de Municipalidades, respectivamente,
establecen como función específica de las Municipalidades distritales, regular y controlar el aseo,
higiene y salubridad en los establecimientos comerciales, industriales, viviendas, escuelas,
piscinas, playas y otros lugares públicos locales, y regular y controlar el comercio ambulatorio y
otorgar licencias para la apertura de establecimientos comerciales, industriales y profesionales.
Asimismo, cabe mencionar que el artículo 49 de la mencionada ley también confiere a la autoridad
municipal facultades para ordenar el retiro de materiales o la demolición de obras o instalaciones
que ocupen las vías públicas o para hacer ejecutar la orden por cuenta del infractor.
39. Así pues, se está ante un auténtico «acto de tolerancia para un uso especial del dominio del
que el particular no podía alegar derecho alguno» [Garrido Falla, Op cit. p. 560], por lo que
constituye un acto «administrativo unilateral sin que a ello se oponga el hecho que se concedan
previa petición del particular» [Op. cit. p. 560], por contraste con el uso común general, nadie tiene
derecho a la utilización especial del dominio público, la que en modo alguno faculta actuaciones
arbitrarias de la Administración.
40. En consecuencia, no puede alegarse –como lo hace uno de las demandantes- derechos
posesorios adquiridos sobre un espacio de un bien de dominio público. En tal sentido no puede
acreditarse vulneración o amenaza de derecho fundamental alguno.
Sobre el derecho al trabajo
41. De un análisis conjunto de los artículos 3° y 43° de la Ley Fundamental, el Estado Peruano,
definido por la Constitución de 1993, presenta las características básicas del Estado Social y
Democrático de Derecho. Es decir, es un Estado que se ubica como opción intermedia entre los
730
fines que por su propia naturaleza buscan el Estado Liberal y el Estado Social, lo que implica que
nuestro Estado Constitucional de acuerdo con tales características, no obvia los principios y
derechos básicos del Estado de Derecho, tales como la libertad, la seguridad, la propiedad y la
igualdad ante la ley; antes bien, pretende conseguir su mayor efectividad, dotándolos de una base
y un contenido material, a partir del supuesto de que individuo y sociedad no son categorías
aisladas y contradictorias, sino dos términos en implicación recíproca.
42. Así pues, si bien este Colegiado ha establecido en su STC Nº 10287-2005-PA/TC que «el
contenido o ámbito de protección del derecho al trabajo constituye la facultad de ejercer toda
actividad que tenga como finalidad el sustento vital de la persona», su ejercicio debe ceñirse al
contexto descrito en el párrafo precedente, ponderándose, de ser el caso, los legítimos intereses de
la sociedad y el Estado con los de los particulares, por consiguiente, en tanto no se aprecia
vulneración alguna al respecto, no corresponde amparar dicho extremo de la demanda.
Por estos fundamentos, el Tribunal Constitucional, en uso de las atribuciones que le confieren
la Constitución Política del Perú
HA RESUELTO
1. Declarar FUNDADA la demanda en la parte referida al cobro por el derecho de registro
informático; en consecuencia, inaplíquese en el caso concreto el artículo 30, in fine de la
Ordenanza N° 017-2005-GPCH, específicamente en lo referido al cobro del Derecho de Registro
Informático.
2. Ordenar que la Municipalidad Provincial de Chiclayo se abstenga de cobrar la tasa prevista en
el artículo 30 de la Ordenanza Nº 017-2005-GPCH.
3. INFUNDADA en lo demás que contiene.
Publíquese y notifíquese.
SS.
MESÍA RAMÍREZ/VERGARA GOTELLI/ALVAREZ MIRANDA
[VOTO SINGULAR]
731
3. Es así que en el citado proyecto se ingresa al fondo para evaluar si la existencia de dichos
dispositivos son atentatorios de los derechos del demandante. Particularmente considero prudente
expresar que el Código Procesal Constitucional señala en su artículo 3° que «Cuando se invoque la
amenaza o violación de actos que tienen como sustento la aplicación de una norma autoaplicativa
incompatible con la Constitución, la sentencia que declare fundada la demanda dispondrá, además,
la inaplicabilidad de la citada norma.
4. Entonces tenemos que ante la solicitud de la inaplicabilidad de una ordenanza se debe
evaluar primero, si dicha norma es autoaplicativa y, segundo, si ésta es incompatible con la
Constitución. Esta nueva innovación del referido Código se dio como una forma de garantizar la
defensa de los derechos fundamentales, ante la limitación impuesta por el artículo 203°, inciso 7)
de la Constitución, referida a la legitimidad para interponer demanda de inconstitucionalidad. Esta
limitación ocasionó la existencia de normas inconstitucionales vigentes por no existir demanda de
inconstitucionalidad interpuesta por alguno de los legitimados, validando legalmente las
vulneraciones de derechos fundamentales. Ante esta situación el Código inserta la figura de la
inaplicación de una norma por inconstitucional, es decir ante la vigencia de una norma contraria a
la Constitución, le dio la posibilidad a cualquier persona para que pueda reclamar la vulneración
de sus derechos por la aplicación de una ley incompatible con la Carta Constitucional, buscando
un pronunciamiento que sólo tendría efectos inter partes. Esto significa que el pronunciamiento
sobre el fondo sólo tendría efectos para el caso concreto, lo que implica que la norma seguirá vigente
hasta que alguno de los sujetos legitimados interponga la demanda de inconstitucionalidad.
5. Siendo así, este Colegiado ha venido admitiendo demandas que traían como pretensión la
inaplicación del artículo de una ley, una ley en general, o cualquier otro dispositivo, bajo la
argumentación de que colisionan con la Carta Constitucional. Es así que este Tribunal no sólo es
el encargado de aplicar el control concentrado, sino también del control difuso, puesto que ante la
existencia de una ley o artículos de ésta que colisionen con la Constitución, este Colegiado queda
facultado a inaplicarla por inconstitucional, quedando vigente hasta que alguno de los sujetos
legitimados interponga la acción de inconstitucionalidad en contra de ella, debiendo, en dicho caso,
este Colegiado realizar el análisis de la norma a la luz de la Constitución (control concentrado). Es
así que en la STC N° 03843-2008-PA/TC, este Colegiado expresó respecto al control difuso que:
«Este Colegiado ha señalado que en virtud del artículo 138 de la Constitución y del artículo 3
del CPConst. la facultad de controlar la constitucionalidad de las normas autoaplicativas constituye
un poder-deber para el juez; por ello las normas privadas que sean contrarias a los derechos
constitucionales han de ser inaplicadas en cada caso concreto, esto al margen del control abstracto
de las normas legales en la vía que corresponda.
El control difuso es un acto complejo y por ello requiere la verificación de los siguientes
presupuestos: «a) Que en el proceso constitucional, el objeto de impugnación sea un acto que
constituya la aplicación de una norma inconstitucional. b) Que la norma a inaplicarse tenga una
relación directa con la resolución del caso. y c) Que la norma a inaplicarse resulte evidentemente
incompatible con la Constitución, luego de haberse acudido a interpretarla de conformidad con la
misma». Cfr. Exp Nº 2600-2008-AA.»
6. Es así que este Tribunal, en dicho caso, resolvió por estimar la demanda, disponiendo en
consecuencia la inaplicación a los recurrentes las modificaciones de los artículos 11, 12 y 14 de los
Estatutos del Sindicato de Chóferes y Transportistas del Cusco, por considerar que son
inconstitucionales.
7. Es por ello que la figura presentada por el Código Procesal Constitucional en su artículo 3°
se presentó como la fórmula más efectiva de salvaguardar los derechos fundamentales de la persona
humana, encontrando en ella la forma de bloquear a una norma que encontrándose vigente es
inconstitucional, siendo vulneratoria de derechos fundamentales.
732
8. También debe tenerse presente que las estadísticas nos muestran que la aplicación del
control difuso en los procesos ordinarios por parte de los jueces es mínima, lo que implica que no
se está realizando un análisis de la norma a la luz de la Constitución para resolver los casos llegados
a su despacho.
9. Por lo expuesto he considerado necesario realizar la precisión respecto de por qué este
Colegiado se pronuncia respecto a demandas de amparo que buscan la inaplicación de normas
inconstitucionales, pese a la existencia del proceso de inconstitucionalidad.
10. Concuerdo con el proyecto traído a mi Despacho respecto al extremo que declara fundada
la demanda inaplicando como consecuencia al caso concreto el artículo 30° de la referida ordenanza
que dispone que el conductor del puesto se encuentra obligado a cancelar el 1% por concepto de
Derecho de Registro Informático, puesto que constituye un supuesto de confiscatoriedad
cuantitativa, conforme al criterio esbozado en la STC N° 0041-2004-AI/TC; e infundada en los
demás extremos de la demanda.
Por lo expuesto la demanda debe declararse FUNDADA, en parte en el extremo referido a la
aplicación del artículo 30° del la Ordenanza N° 017-2005-GPCH, debiendo en consecuencia
inaplicarse éste al caso concreto; e INFUNDADA en los demás extremos de la demanda.
SS.
VERGARA GOTELLI/SILENCIO ADMINISTRATIVO.
733
15.5. CONDUCTA DESHONROSA POR PARTE DE UN MAGISTRADO DEL MINISTERIO PÚBLICO
RESOLUCIÓN N° 1583-2010-MP-F.SUPR.C.I.
734
que exista: a) fundamentación jurídica, que no implica la sola mención de las normas a aplicar al
caso, sino la explicación y justificación de porqué tal caso se encuentra o no dentro de los supuestos
que contemplan tales normas; b) congruencia entre lo pedido y lo resuelto, que implica la
manifestación de los argumentos que expresarán la conformidad entre los pronunciamientos del
fallo y las pretensiones formuladas por las partes; y, c) que por sí misma exprese una suficiente
justificación de la decisión adoptada, aun si ésta es breve o concisa, o se presenta el supuesto de
motivación por remisión.
De la revisión de la resolución obrante en autos, se advierte que el Órgano de Control Interno
de Lambayeque ha expresado los argumentos que la sustentan; habiéndose basado en la valoración
de un dato objetivo (visita efectuada por el Fiscal cuestionado a una persona recluida por delito de
corrupción de funcionarios); siendo así, aun cuando pueda no com-partirse los argumentos
expresados en la venida en grado, no se advierte una motivación insuficiente.
b) Error en la calificación del tipo legal imputado
Al respecto alega el impugnante que la conducta imputada no se subsume en la infracción
administrativa materia de la sanción, por cuanto sostiene que la «conducta deshonrosa» requiere
actos repetidos, por lo que no basta un solo acto para calificar la citada infracción. Que no se ha
acreditado el desprestigio para el Ministerio Público, sino que sólo existen informaciones
sensacionalistas emitidas por diarios que pretenden aprovecharse económicamente.
Al respecto, cabe efectuar el siguiente análisis:
• Límites de la infracción de conducta deshonrosa que afecte la imagen del Ministerio
Público
Resulta importante determinar los alcances de la infracción prevista en el inciso g) del art. 23°
del ROF de la FSCI, que prevé como infracción disciplinaria la: «Conducta deshonrosa, ya sea en su
actividad laboral o en su vida de relación social, en este último caso, cuando la misma desprestigie
la imagen del Ministerio Público». La conducta deshonrosa, debe entenderse como la realización,
por el Fiscal, de hechos impropios o incorrectos que atenten contra la imagen del Ministerio Público,
esto es, actos objetivamente reprochables que incidan en una valoración negativa de este órgano
constitucional autónomo por parte de la sociedad a la cual sirve. Para la verificación de la infracción
de conducta deshonrosa no se requiere que –exclusivamente– el Fiscal actúe en ejercicio de sus
funciones, no sólo porque la norma previa expresamente: «sea en su actividad laboral o en su vida
de relación social» sino –esencialmente– porque aun cuando el Fiscal no se encuentre ejerciendo
funciones, por ejemplo, por encontrarse fuera del horario de trabajo, no se desprende de su
investidura de magistrado y de la percepción ciudadana sobre su vinculación al ente estatal, por lo
que un hecho de su vida privada que, por su exposición pública, tenga incidencia social y que
consista en una conducta impropia, afecta a la reputación, imagen y respetabilidad de la
institución, su confiabilidad y legitimidad como depositaria de los intereses estatales, ocasionando
con ello un descrédito frente a la sociedad. No debe olvidarse que los actos funcionales de los
miembros del Ministerio Público tienen una repercusión social, siendo así, una conducta
socialmente reprochable no sólo afecta al funcionario involucrado y a la confiabilidad de sus
decisiones, sino que involucra a toda la institución a la que pertenece. El juicio de valoración de la
conducta que afecte la imagen del Ministerio Público debe estar en relación a las funciones
constitucionalmente asignadas a la Institución, esto es, la conducta imputada al Fiscal debe afectar
la legitimidad, confiabilidad, respetabilidad, credibilidad del Ministerio Público como órgano
autónomo al que le está confiado, por mandato constitucional, la investigación del delito, el ejercicio
de la acción penal, la representación de la sociedad en juicio y la defensa de la legalidad y los
intereses públicos.
Ahora bien, se discute la necesidad de actos reiterados para la configuración de la infracción
bajo análisis; al respecto, cabe señalar que la norma hace referencia a conducta, entendiéndose por
ésta la «manera con que los hombres se comportan en su vida y acciones»(**). Siendo así, para la
consumación de la infracción no se configura por un hecho determinado sino por un constante
735
proceder. Interpretación a la que se arriba no sólo por el significado gramatical de las expresiones
contenidas en la infracción administrativa, sino también por un criterio de sistematicidad puesto
que la infracción que prevé los actos concretos –y no la conducta– es la prevista en el inciso a) del
art. 23° del ROF de la Fiscalía Suprema de Control Interno («Cometer hecho grave que sin ser delito
compromete la dignidad del cargo y lo desmerece en el concepto público»).
Siendo así, cabe amparar en este extremo la impugnación efectuada por el recurrente.
• ¿Basta con la difusión pública de un hecho o la crítica de los medios de comunicación
para que se configure la conducta deshonrosa?
A fin de resolver la presente interrogante, previamente debe reconocerse que los medios de
comunicación social constituyen elementos fundamentales en una sociedad democrática,
indispensables para la formación de la opinión pública. Sobre las libertades de información y
expresión el Tribunal Constitucional ha señalado que son consustanciales al régimen democrático-
constitucional, en tal sentido afirma que: «no sólo constituyen una concreción del principio de
dignidad del hombre y un complemento inescindible del derecho al libre desenvolvimiento de la
personalidad. También se encuentran estrechamente vinculadas al principio democrático, en razón
de que, mediante su ejercicio, se posibilita la formación, mantenimiento y garantía de una sociedad
democrática, pues se permite la formación libre y racional de la opinión pública. Desde esa
perspectiva, ambas libertades «tienen el carácter de derechos constitutivos por antonomasia para
la democracia. Constituyen el fundamento jurídico de un proceso abierto de formación de la opinión
y de la voluntad políticas, que hace posible la participación de todos y que es imprescindible para
la referencia de la democracia a la libertad»(***).
En nuestra jurisprudencia constitucional se distinguen las libertades informativas, esto es, se
distingue entre libertad de expresión y libertad de información. La Libertad de Información está
referida a la capacidad de emitir y recibir las noticias veraces, completas y asequibles, en la medida
en que su objeto son los hechos, los mismos que pueden ser comprobables(****). Esta garantiza el
acceso, la búsqueda y la difusión de hechos noticiosos o, en otros términos, la información veraz,
mientras que con la Libertad de Expresión se garantiza la difusión del pensamiento, la opinión o
los juicios de valor que cualquier persona pueda emitir.
Ahora bien, como cualquier otro derecho fundamental tampoco estas libertades son absolutas,
así la libertad de información tiene como límite válido la vida privada de las personas (esta
afirmación no obsta para que, realizando una labor de ponderación y atendiendo al interés público
de la información, el derecho a la vida privada ceda ante la libertad de información). El contenido
esencial de la libertad de información se encuentra en «la veracidad de lo que se manifiesta, lo cual
no se refiere explícitamente a una verdad inobjetable e incontestable, sino más bien a una actitud
adecuada de quien informa en la búsqueda de la verdad, respetando lo que se conoce como el deber
de diligencia, y a contextualizarla de manera conveniente; es decir, se busca amparar la
verosimilitud de la información».(*****)
Sobre la libertad de expresión, el Tribunal Constitucional ha señalado: «En un Estado
democrático la libertad de expresión adquiere un cariz significativo y obtiene una posición
preferente por ser el canal de garantía mediante el cual se ejercita el debate, el consenso y la
tolerancia social; sin embargo, ello no admite la aceptación de estados de libertad irrestrictos, pues
el ejercicio mismo de la libertad de expresión conlleva una serie de deberes y responsabilidades
para con terceros y para con la propia organización social. Así, no es posible hablar sobre esta base
derechos absolutos (…) toda vez que, a la luz de nuestra Constitución, el ejercicio ilimitado de
derechos no se encuentra garantizado»(******).
En suma, el ejercicio de las libertades informativas requiere de veracidad, interés público y
están sujetas a límites como el respeto del derecho a la intimidad y el derecho al honor. Siendo así,
no basta con la publicidad de un determinado hecho o conducta para la configuración de la presente
infracción, sino que se requiere que –necesariamente– ésta sea reprochablemente objetiva y que
736
afecte la imagen del Ministerio Público, aceptar per se la configuración de la infracción implicaría,
por ejemplo, convalidar información carentes de veracidad u obtenidas con vulneración de los
derechos fundamentales (intimidad, honor, a la propia imagen, al domicilio, etc.), es por ello que
necesariamente el órgano de control debe efectuar una valoración objetiva de los hechos difundidos
y en su caso –efectuar el test de proporcionalidad en los supuestos de colisión con otros derechos
fundamentales–. En efecto, la realización de conductas neutrales, esto es, aquellas que implican de
por sí la realización de una conducta deshonrosa que afecte la imagen del Ministerio Público;
obviamente, la vida privada tiene su límite en el interés público de la información.
De otro lado, en cuanto a la opinión vertida por los medios de comunicación, por ejemplo,
efectuando críticas a la labor de un Fiscal o sobre determinados aspectos de su vida personal,
tampoco puede implicar de por sí la comisión de una infracción, pues esto implicaría hacer
depender el ejercicio del poder punitivo estatal (a través de la sanción administrativa) de la opinión
de un medio de comunicación social, la que podría tratarse de una opinión movida por intereses
económicos, comerciales, políticos o de venganza. Sin pretender efectuar una valoración de la
información difundida en el caso de autos, se advierte a fs. 01 que el diario informante sostiene que
la conversación entre el funcionario y el visitado giró en torno a su proceso en la Corte Suprema y
en las estrategias para que la sentencia sea anulada en Lima; afirmación que no ha sido corroborada
en autos. Siendo así, no basta la mera crítica de un medio de comunicación para la configuración
de la infracción materia de análisis, sino que debe verificarse la realización de todos los elementos
de la infracción. Lo contrario implicaría la carencia de límites y la represión arbitraria de
conductas(*******), lo que no es tolerable en un Estado Constitucional de Derecho. Como se sabe
todas las esferas de la administración, de la jurisdicción e incluso del Poder Legislativo, quedan
sujetas al marco de respeto de los Derechos Fundamentales, así como de los Principios y Valores,
así como a los precedentes constitucionales vinculantes y a la doctrina jurisprudencial. En
consecuencia, se descarta todo tipo de actuaciones o criterios arbitrarios que asuman que cierto
sector de la Administración queda desvinculado del respeto de los Derechos Fundamentales o que
se quedan sujetos al control emanante de las garantías consagradas en los procesos de la libertad,
y por tanto sujetos a las responsabilidades correspondientes.
• ¿Los Funcionarios Públicos, y entre ellos los Fiscales, tienen derecho a la vida privada?
En un Estado Constitucional de Derecho, los principios y valores del Derecho Natural son
positivizados, siendo la Constitución la Norma Jurídica Fundamental, por encima de la Ley
(primacía constitucional); en este contexto, las disposiciones constitucionales son aplicables
directamente sin requerir de la existencia de la ley previa. Aún más, el operador jurídico debe dejar
de aplicar la ley en caso de colisión con la norma fundamental o racionalizar su aplicación conforme
a los principios de proporcionalidad y ponderación. En suma, la Constitución es la norma
fundamental que contiene los derechos, principios y valores que rigen en un determinado
ordenamiento jurídico(********).
Asimismo, es indispensable precisar que, en el actual Estado Constitucional de Derecho, en la
interpretación de la Constitución y el Orden Jurídico en general, se debe tener en cuenta
preferentemente los Derechos Fundamentales y los Principios y Valores constitucionalmente
valiosos consagrados en el orden jurídico; asimismo, toda interpretación normativa deberá
realizarse de conformidad con las decisiones del Tribunal Constitucional; al constituir éstas,
precedentes vinculantes o doctrina jurisprudencial de observancia obligatoria; tal como lo señalan
los Artículos VI y VII del Título Preliminar del Código Procesal Constitucional.
La doctrina y la jurisprudencia constitucional distinguen entre la intimidad y la vida privada;
así, la vida privada es el género, abarca, además de la vida íntima, aquel sector de la coexistencia
del hombre, de sus relaciones con los demás, que sin ser secretas o íntimas deben ser también
protegidas del interés público por ser presupuestos de la tranquilidad de la persona(*********). En
la misma línea el Tribunal Constitucional ha señalado: «La vida privada es un derecho fundamental
en primordial relación con la intimidad. El último de ellos tiene una protección superlativa, dado
737
que configura un elemento infranqueable de la existencia de una persona; la vida privada por su
parte, la engloba y también incluye un ámbito que sí admite algunas intervenciones que habrán de
ser consideradas como legítimas, vinculándose inclusive con otros derechos como la inviolabilidad
de domicilio, prevista en el artículo 2°, inciso 9 de la Norma Fundamental»(**********).
Como parte del conocimiento y vivencias individuales, el derecho a la intimidad tiene ámbitos
de aplicación como la vida interna de la persona (pensamientos, creencias e ideas), la relación de
ésta con su entorno social (su familia, compañías y círculos frecuentados), la comunicación que
considere secreta (su correspondencia y memorias) y la representación de sus cualidades (imagen
y voz)(***********).
Los personajes públicos también tienen derecho a la protección de su vida privada, sin embargo,
su protección puede ser disímil, de acuerdo a su grado de influencia en la sociedad, así el Tribunal
Constitucional ha propuesto tres grupos, de acuerdo con el propósito de su actuación.(************)
- Personas cuya presencia social es gravitante: Determinan la trayectoria de una sociedad,
participando en la vida política, económica y social del país. Ellas son las que tienen mayor
exposición al escrutinio público, por cuanto solicitan el voto popular.
- Personas que gozan de gran popularidad sin influir en el curso de la sociedad: Su actividad
implica la presencia de multitudes y su vida es constantemente motivo de curiosidad por parte
de los particulares, aunque tampoco se puede negar que ellos mismos buscan publicitar sus
labores, porque viven de la fama.
- Personas que desempeñan actividades públicas, aunque su actividad no determina la marcha
de la sociedad: Sus actividades repercuten en la sociedad, pero no la promueven, como puede
ser el caso de los funcionarios públicos, y entre ellos, los magistrados del Ministerio Público.
El primer grupo de personajes públicos, si bien las características de su función o actividad no
conllevan a la pérdida de protección de su intimidad, su protección es menor que la de los otros
grupos. Asimismo, los márgenes de protección del derecho a la intimidad de los personajes del
segundo grupo son menores respecto a las del último grupo. En todos los casos, como ya se ha
señalado tienen derecho a la protección de su vida íntima, frente a la posible injerencia de terceros,
obviamente esta protección se dará en mayor o menor medida dependiendo del grado de interés
público y en la medida en que sus actividades y funciones repercutan en la vida social.
c) Incorrecta valoración de los medios de prueba
Sostiene el impugnante que no se ha valorado el hecho de que el Fiscal cuestionado no se habría
aprovechado de su cargo, pues ingresó al establecimiento penitenciario como cualquier otro
ciudadano y se entrevistó con el ciudadano Nerio Villarreal en un ambiente común; asimismo,
sostiene que no se ha valorado el Libro de Ocurrencias (fs. 68), la relación de visitas de fs. 77, la
declaración del Técnico de Seguridad del INPE César Núñez Roque.
Se imputa al Fiscal Víctor Pinillos Padilla, haber visitado a un sentenciado por el delito de
corrupción de funcionarios, en un establecimiento penitenciario. Sobre el particular cabe afirmar
que en este supuesto concreto el Funcionario Fiscal se ha limitado a ejercer un derecho, esto es,
dicha conducta se encuentra dentro del ámbito propio de su intimidad. Toda persona, así se
desempeñe como funcionario público tiene derecho a visitar a un amigo que se encuentra purgando
pena por delito contra la administración pública; obviamente, cualquier juicio de reproche debe
efectuarse sobre la conducta del funcionario no sobre los antecedentes del visitado. Ahora bien,
esta valoración inicial sería distinta si se hubiera determinado en autos, que dicho Fiscal había
conocido de alguna investigación o proceso penal en el que se encontrare involucrada la persona
visitada (situación que no ocurre en el caso de autos, conforme se advierte de los informes de fs.
143-144 y 158-159) o que el contenido de la conversación sea constitutivo de un ilícito penal; en
cuyo caso, al encontrarse el funcionario en una situación de ilicitud (al margen del ordenamiento
jurídico) no puede reclamar para sí la protección del ordenamiento que contraviene.
738
De otro lado, en cuanto a que el mencionado Fiscal se habría identificado como Fiscal, habiendo
solicitado algunas preferencias para visitar al señor Nerio Villareal e identificado a César Arbulú
Echevarría como trabajador del Ministerio Público, se debe señalar que conforme se advierte del
Informe N° 004-2010-INPE/17.125/JPP-G.01 (fs. 15), la visita se efectuó el día domingo 07 de
marzo de 2010 fecha en la cual el Fiscal no se encontraba de labores y por ende podía realizar las
actividades más adecuadas para sus intereses (así, podía dedicarlo al recogimiento, visitar a un
amigo o realizar una actividad educativa)(*************). De otro lado, en cuanto a que se identificó
como Fiscal, conforme obra consignado en dicho informe, Pinillos Padilla –inicialmente– se identificó
con su Documento Nacional de Identidad, posteriormente se identificó como fiscal ante el
requerimiento del funcionario del INPE (José Marco Llontop) de entregar todos sus documentos, por
lo que optó por entregar su credencial e identificarse como magistrado, versión que ha sido
ratificada por Marco Llontop en su declaración de fs. 89-91.
En cuanto a que habría autorizado el ingreso del señor César ArbulúEcheandía al estable-
cimiento penitenciario, presentándolo como su secretario, hecho que se encuentra detallado en el
libro de ocurrencias de fs. 54; se advierte una contradicción manifiesta, por cuanto en el Informe
N° 004-2010, al que se ha hecho referencia anteriormente, se señala expresamente que el señor
Arbulú Echevarría se identificó con su Documento Nacional de Identidad, y por ende –no con un
fotocheck u otro documento que lo identifique como trabajador de la institución. En el libro de
ocurrencias de fs. 68 tampoco se advierte que Arbulú Echevarría se haya identificado como servidor
público. En igual sentido, se advierte de fs. 77 que tanto el Fiscal como el antes mencionado se
identificaron con su DNI y en calidad de amigos del visitado.
Por su parte, César Enrique Arbulú Echevarría en su declaración de fs. 94-96 niega que el
Fiscal lo haya presentado como su secretario y que haya autorizado su ingreso. A esto se debe
agregar que no es lógico sostener que el Fiscal haya autorizado el ingreso de Arbulú Echevarría
identificándolo como su secretario, si es que ambos efectuaron una visita común, en calidad de
amigos, habiéndose sometido a todos los controles exigidos por la autoridad penitenciaria; y como
tal, tratándose de un día de visita, basta con la identificación personal del antes citado para que el
personal del INPE autorice su ingreso sin requerir de autorización de otra autoridad.
Sobre las facilidades que habría solicitado el Fiscal Pinillos (asignación de un ambiente) para
efectuar la visita; como señala el mismo cuestionado en su informe de descargo de fs. 26-28, se
limitó a consultar si podía entrevistarse con Nerio Villarreal en un ambiente distinto, por razones
de seguridad personal, dado que el antes citado se encontraba junto a otros presos comunes,
debiendo recorrer todos los pabellones del establecimiento penitenciario; posición que resulta
razonable, dado que por máxima de experiencia resultaba altamente probable que al interior del
penal pudiera existir alguna persona que hubiera sido investigada, denunciada y/o acusada por el
Fiscal investigado y que pudiera tener algún resentímiento contra el mismo, corriendo riesgo de que
se pueda atentar contra su integridad física. Aún más, de la revisión de autos se advierte que no
ha existido ninguna exigencia de parte del Fiscal para la concesión de un ambiente especial, tanto
así que en primera instancia el funcionario del INPE denegó su pedido, habiendo realizado la visita
en las mismas condiciones que cualquier otro ciudadano.
d) Violación del debido proceso
Alega violación del debido proceso, en razón a que existiría una indebida motivación de la
resolución impugnada. Sobre el particular, nos remitimos a lo señalado al analizar su argumento
sobre motivación subjetiva.
TERCERO: En cuanto a la impugnación de la resolución que declara infundada la tacha. Se
debe precisar que de conformidad con lo previsto en el artículo 366° del Código Procesal Civil, que
prevé: «El que interpone apelación debe fundamentarla, indicando el error de hecho o de derecho
incurrido en la resolución, precisando la naturaleza del agravio y sustentando su pretensión
impugnatoria»; aplicable supletoriamente, de conformidad con lo previsto en la primera disposición
complementaria y final de dicho texto legal; en la misma línea, conforme a lo previsto en el art. 358°
739
del Código Procesal Civil; es un requisito de procedencia de todo medio impugnatorio que el
impugnante fundamente su pedido precisando el agravio, vicio o error que lo motiva; esto es, todo
apelante debe precisar concretamente los errores de hecho y derecho incurridos en la resolución
impugnada, que le ocasionan agravio. En el caso de autos, el recurrente no ha precisado los
argumentos de su impugnación, limitándose a señalar que impugna el extremo de la resolución que
declara infundada la tacha y a sustentar los argumentos de su impugnación contra el extremo de
la resolución que le impone sanción administrativa; siendo así su recurso debe declararse
improcedente.
En tal virtud, de conformidad con lo dispuesto por el Reglamento de Organización y Funciones
de la Fiscalía Suprema de Control Interno, aprobado por la Resolución de Junta de Fiscales
Supremos N° 071-2005-MP-FN-JFS de fecha 03 de Noviembre del 2005, este Despacho RESUELVE:
Declarar FUNDADO el recurso de apelación interpuesto por el abogado defensor del doctor Víctor
Manuel Pinillos Padilla, Fiscal Provincial de la Primera Fiscalía Provincial Corporativa de Chiclayo
contra la resolución número 186-2010-ODCI-LAMBAYEQUE, de fecha 25 de mayo de dos mil diez
(fs. 228 a 242), en el extremo que resuelve declarar Fundada la queja formulada contra el Fiscal
antes citado, por la infracción prevista en el inciso g) del art. 23° del ROF de la Fiscalía Suprema
de Control Interno, imponiéndole la sanción disciplinaria de Suspensión por el término de Veinte
días, con rebaja del haber básico al 30% por el tiempo de la suspensión; en consecuencia se
REVOCA la citada resolución y REFORMÁNDOLA se declara INFUNDADA la queja, disponiéndose
el Archivo definitivo de los autos. Asimismo, se declara IMPROCEDENTE el Recurso de Apelación
interpuesto por el recurrente en el extremo que se declara improcedente la tacha y NULA la
resolución de fecha tres de junio de 2010, en el extremo que concede recurso de apelación contra
la resolución venida en grado, referente a la citada tacha. Regístrese y Notifíquese; devolviéndose
los actuados a la Oficina de origen. El suscrito se avoca al conocimiento de la presente, en mérito
a la Resolución de la Junta de Fiscales Supremos N° 057-2009-MP-FN-JFS, de fecha 31 de julio de
2009.
Avelino Guillén Jáuregui,
Fiscal Supremo Provisional
Fiscalía Suprema de Control Interno.
_____________
(*) STC 4348-2005-AA/TC, de fecha 21 de julio de 2005, fundamento jurídico 2. Las cursivas y negritas que contienen la
resolución corresponden a la emitida por la Fiscalía Suprema de Control Interno.
(**) Diccionario de la Lengua Española, Vigésima segunda edición, T. 6, Q.W. editores, 2005, p. 419.
(***) STC 0905-2001-AA/TC, de fecha 14 de agosto de 2002, fundamento jurídico 13.
(****) STC 2262-2004-HC/TC, de fecha 17 de octubre de 2005.
(*****) STC 6712-2005-HC/TC, de fecha 17 de octubre de 2005, fundamento jurídico 35.
(******) STC 2465-2004-AA/TC, de fecha 11 de octubre de 2004, fundamento jurídico 16.
(*******) Los errores de expresión en el párrafo corresponden a la Resolución que se transcribe.
(********) Como ha señalado el Tribunal Constitucional en la STC 012-2006-AI/TC: «Hoy en día no es materia de debate o
controversia que la Constitución sea considerada como la norma jurídica suprema, jurisdiccionalmente aplicable, y que
garantice la limitación del poder para asegurar que éste, en cuanto se deriva del pueblo, no se imponga inevitablemente
sobre la condición libre de los propios ciudadanos. En tanto norma jurídica, la Constitución posee la condición libre de
los propios ciudadanos. En tanto norma jurídica, la Constitución posee en la actualidad un contenido dispositivo
compuesto por valores, principios y derechos fundamentales capaz de vincular a todo poder público, a los particulares
y a la sociedad en su conjunto».
(*********) MORALES GODO, Juan. «Derecho a la vida privada y el conflicto con la libertad de información». Grijley, Lima,
1995, p. 108. Así, también ESPINOZA ESPINOZA, Juan: «Derecho de la Personas». 4ª ed., Gaceta Jurídica, Lima, 2004,
p. 328.
(**********) STC 6712-2005-HC/TC, de fecha 17 de octubre de 2005. El TC también ha señalado que la vida privada implica
necesariamente la posibilidad de excluir a los demás en la medida que protege un ámbito estrictamente personal, y que,
como tal, resulta indispensable para la realización del ser humano, a través del libre desarrollo de su personalidad, de
conformidad con el artículo 2° inciso 1 de la Constitución. STC 0072-2004-AA/TC.
(***********) VARSI ROSPIGLIOSI, Enrique: «El Derecho a la Intimidad Genética». En: Diálogo con la Jurisprudencia, Año 8,
N° 42, Gaceta Jurídica, Lima, marzo de 2002, p. 65.
(************)STC 6712-2005-HC/TC. En esta misma sentencia, el Tribunal ha considerado que «cualquier persona, aun si
es conocida por el público, debe poder gozar de una legítima expectativa de protección y respeto de su vida privada. En
740
la misma línea, MORALES GODO: «Derecho a la Intimidad y los Personajes Públicos», pp. 21-22, ha establecido una
clasificación de los personajes públicos, para indagar si la intimidad se expresa en los mismos términos en todos, o si
existe diferencia en función a dicha clasificación. En este sentido, considera que a) Un primer grupo lo conforman
aquellas personas cuya presencia en la sociedad es gravitante. Son personas que marcan los rumbos, los destinos de
las sociedades. Son personas de enorme influencia en los distintos campos de la vida social, pero convergen en el plano
político.
Dentro de este grupo ubicamos a los políticos, pensadores, en general personas que participan en la vida política,
económica y social del país. Muchos de estos personajes buscan afanosamente la publicidad, otros, no la requieren, pero
la trascendencia de sus actividades hace que el informador vaya detrás de ellos; b) Un segundo grupo lo constituyen
personas de gran popularidad, cuyas actividades implica presencia de multitudes. Podemos decir que viven de la
publicidad, sin embargo, no tienen la trascendencia en la marcha de la sociedad de los que conforman el primer grupo.
Son personas que están en contacto permanente con los medios de comunicación masiva tratando de difundir su imagen,
a través de sus actividades. En este grupo podemos ubicar a los artistas y deportistas; c) Un tercer grupo estaría integrado
por personas que, sin tener las dimensiones públicas de las anteriores, sin buscar la publicidad, desempeñan funciones
o actividades que repercuten en la sociedad. Este sería el caso, de funcionarios públicos, el profesional en el ejercicio de
su profesión, determinados artistas, empresarios exitosos, etc. Este grupo de personas no sólo no buscan publicidad,
sino huyen de ella, optando por una vida recatada, sencilla (…) Que en el caso de las personas comprendidas en el primer
grupo, por la trascendencia de sus actividades, por la repercusión en la vida política y social, los márgenes del derecho
de intimidad disminuyen notablemente, aun cuando no desaparecen.
(*************) En esta línea, el Tribunal Constitucional en la STC 006-2009-AI/TC, de fecha 22 de marzo de 2010, sobre
Acción de Inconstitucionalidad contra la Ley de la Carrera Judicial, tácitamente ha reconocido que fuera del horario de
labor el magistrado puede llevar a cabo las actividades que considere más adecuada para el libre desarrollo de la
personalidad, al señalar: «Por último, la prohibición de ausentarse del lugar donde ejerce su cargo (artículo 40°, inciso
8) sólo puede ser considerada admisible cuando se trate de su exigencia dentro de los horarios de trabajo o cuando el
juez se encuentre de turno. No puede convenirse que, aparte de la residencia exigida, que está siendo considerada
constitucional por este Colegiado, también se restrinja el derecho de los jueces a movilizarse dentro del territorio nacional
o en el extranjero. En concordancia con las ‘motivadas excepciones‘ desarrolladas por la ley; el Tribunal Constitucional
realiza una interpretación del artículo 40°, inciso 8) en el sentido de que el concepto de ausencia sólo operará en los
horarios en que está laborando el Juez, ya sea de manera regular o excepcional, o cuando esté de turno (…) De este
modo, efectuando una interpretación sistemática de las normas que regulan las prohibiciones y deberes de los jueces,
este Tribunal considera que la teleología de la ahora impugnada, que les prohíbe ausentarse del lugar donde ejercen sus
cargos, salvo motivadas excepciones, sólo puede interpretarse como una limitación al iusmovendi y al derecho de
residencia, así como al derecho al libre desarrollo de la personalidad, que se impone incluso fuera del horario de trabajo».
741
16. PLENOS
ASUNTO:
Los Magistrados del Área Laboral de la Corte Superior de Justicia de Arequipa, reunidos en
Pleno Jurisdiccional Distrital, de conformidad con lo dispuesto por el artículo 116º del Texto Único
Ordenado de la Ley Orgánica del Poder Judicial, han pronunciado el siguiente:
ACUERDO PLENARIO
I. ANTECEDENTES
La Sala Laboral de la Corte Superior de Justicia de Arequipa, con participación de la Presidencia
de la Corte Superior de Justicia de Arequipa, en cumplimiento de una de las conclusiones del Taller
“Problemática de la Justicia de Paz”, y sugerencias alcanzadas por la Sociedad Civil a la Comisión
Especial de Mejoramiento en la Impartición de Justicia – CEMAJUS, ha realizado el Pleno Distrital
Laboral destinado a uniformar criterios jurisdiccionales en temas del Área Laboral que garanticen
la predictibilidad en acuerdos similares.
Los temas escogidos fueron tomados por los continuos casos que se presentan en los diferentes
Juzgados Laborales y Sala Laboral en este Distrito Judicial, siendo los siguientes:
- TEMA 1: REGIMEN LABORAL DE CONSTRUCCION CIVIL Y SU APLICACION A LOS OBREROS MUNICIPALES.
- TEMA 2: CRITERIOS PARA LA APLICACION DE LA CONVENCION COLECTIVA DE TRABAJO.
- TEMA 3: EL PLAZO DE CADUCIDAD DE LA ACCION DE NULIDAD DE DESPIDO Y CAUSAS PARA LA REPOSICIÓN EN
VÍA ORDINARIA POR RECONDUCCION DE PROCESO CONSTITUC1ONAL.
- TEMA 4: ACUMULACION DE PRETENSIONES DE NULIDAD DE DESPIDO E INDEMNIZACION POR DESPIDO
ARBITRARIO.
- TEMA 5: CONTRATACION DE SERVICIOS EN LAS EMPRESAS DEL ESTADO DE DISOLUCION Y L1QUIDACION.
- TEMA 6: PRUEBA DE OFICIO EN LOS PROCESOS EJECUTIVOS, POR ACTAS DE CONCILIACION ADMIN1STRATIVA.
- TEMA 7: COMPETENCIA DE LOS JUZGADOS ESPECIALIZADOS LABORALES RESPECTO DE LA EJECUCION DE
RESOLUCIONES ADMINISTRATIVAS FIRMES.
Integrantes:
Dr. David Dongo Ortega - Presidente
Dra. Dalia Catacora Gonzales
Dra. Lourdes Paredes Lozada - Secretaria
Dr. Rodolfo Sócrates Nájar Pineda
Dr. Miguel Angel Irrazábal Salas
Dra. Geraldine Contreras Ramírez
Dra. Sandra Rosado Málaga
Temas Trabajados:
(...)
- TEMA 5: CONTRATACION DE SERVICIOS EN LAS EMPRESAS DEL ESTADO DE DISOLUCION Y
L1QUIDACION.
- TEMA 6: PRUEBA DE OFICIO EN LOS PROCESOS EJECUTIVOS, POR ACTAS DE CONCILIACION
ADMIN1STRATIVA.
- TEMA 7: COMPETENCIA DE LOS JUZGADOS ESPECIALIZADOS LABORALES RESPECTO DE LA
EJECUCION DE RESOLUCIONES ADMINISTRATIVAS FIRMES.
742
DESARROLLO:
(...)
TESIS:
La contratación de servicios de personal, por parte de Empresas, que se encuentren en estado
de disolución y liquidación, no se encuentran regidas por el Derecho Laboral, por inexistencia de
actividad productiva del empleador.
ANTITESIS:
La contratación de servicios de personal, por parte de Empresas que se encuentren en estado
de disolución y liquidación, se encuentra regida por el Derecho Laboral, puesto que lo primordial
es verificar la existencia de los elementos esenciales del contrato de trabajo, en aplicación del
principio de primacía de la realidad.
FUNDAMENTOS DE LA TESIS:
Que, en caso de encontrarse una Empresa, en estado de disolución y liquidación, esta situación
factual es relevante en el derecho laboral, puesto que su ámbito de protección es el trabajo
productivo, al respecto Javier Neves Mujica señala “El trabajo ... es un esfuerzo dirigido a un fin. El
sujeto al desplegar su actividad se propone lograr un objetivo, La finalidad perseguida puede ser
una sola o varias, en este último caso combinadas entre sí de diversa manera... Pues bien, de todo
ese conjunto, la única actividad excluida del ámbito del Derecho del Trabajo, es la que se
lleva a cabo con fines puramente no económicos...” (Negrita y subrayado agregado) (NEVES
MUJICA, Javier, Introducción al Derecho del Trabajo, Primera Edición, ARA Editores, Lima - Perú,
mil novecientos noventa y siete, página veintidós), vale decir que en caso que una persona contrate
los servicios de otra, pero con fines no económicos, dicha prestación de servicios no es sujeto de
protección por el derecho del trabajo.
Que, además, estando en proceso de disolución y liquidación una empresa, ésta ya no tiene
finalidad económica, sino meramente de liquidación de sus bienes, por lo tanto los servicios que se
prestan a favor de la misma, no pueden ser amparados por el derecho laboral, por estar excluidos
de su ámbito de protección.
Que, además lo expuesto se encuentra concordado con el criterio de la Primera Sala de Derecho
Constitucional y Social Transitoria de la Corte Suprema de Justicia de la República, en su Sentencia
Casatoria de fecha veintinueve de noviembre del dos mil cinco, expedido en el Expediente número
sesenta — dos mil cinco — AREQUIPA, en cuyo quinto considerando argumenta “...en tanto que,
quien contrata sus servicios por locación a partir de octubre de mil novecientos noventa y nueve es
ENAFER en Liquidación Sociedad Anónima; en ese sentido, existe diferencia en cuanto a la
estructura organizacional de la empresa que no ha sido analizado por el Juez, pese a existir
documentos...”.
Que, además debe tenerse presente que la contratación de servicios, atendiendo a la situación
de liquidación y disolución de la demandada, no tiene la característica de permanencia, puesto que
es obvio que el proceso de liquidación determina un carácter eventual.
Que, por lo tanto no resulta procedente la aplicación del principio de primacía de la realidad,
en caso que la Empresa se encuentre en estado de disolución y liquidación, salvo que se encuentre
realizando actividades productivas, inherentes al objeto social, en cuyo caso, dicha prestación de
servicios sí se encuentra protegida por el Derecho Laboral.
CONCLUSIÓN:
ACUERDO POR UNANIMIDAD:
743
Las Empresas en estado de disolución o liquidación, pueden contratar personal por Locación
de Servicios, puesto que no realiza actividad productiva, siendo los servicios referidos únicamente
para finiquitar la empresa, salvo que esta continúe efectuando actividades propias de su objeto
social.
TESIS:
En los procesos ejecutivos laborales, de ejecución de acta de conciliación celebrada ante la
Autoridad Administrativa de Trabajo, de conformidad con lo establecido en el inciso 1) del artículo
72° de La Ley Procesal del Trabajo, el Juez Laboral debe evaluar la verosimilitud de la obligación
contenida en el título ejecutivo, con especial incidencia del elemento certeza, cuando se presuma
fraude o colusión, tal es el caso cuando los derechos reconocidos en el mismo resultan irrazonables,
debe procederse a disponer prueba de oficio, a efectos de verificar la relación causal (relación
laboral).
ANTITESIS:
En los procesos ejecutivos laborales, de ejecución de acta de conciliación celebrada ante la
Autoridad Administrativa de Trabajo, de conformidad con lo establecido en el inciso 1) del artículo
72° de la Ley Procesal del Trabajo, el Juez Laboral únicamente debe verificar que la obligación
contenida en el título ejecutivo, contenga los requisitos establecidos en el artículo 689° del Código
Procesal Civil, teniendo presente el principio de autonomía cartular, por lo tanto no cabe disponer
prueba de oficio, para verificar la relación causal (relación laboral).
FUNDAMENTOS DE LA TESIS:
Que, de conformidad con lo dispuesto por el artículo 689° del Código Procesal Civil aplicable
supletoriamente al proceso laboral en concordancia con el artículo 32.2° de la Ley General de
Inspección de Trabajo y Defensa del Trabajador, Decreto Legislativo 910; para la procedencia de la
acción de obligación de dar suma de dinero en vía ejecutiva laboral, el demandante no solamente
debe contar con un título ejecutivo, sino que, la obligación que contenga el mismo debe reunir
ciertos requisitos copulativos que lo hagan verosímil, esto es, que la obligación sea: cierta, expresa
y exigible en vía laboral; además de ser liquida o liquidable, en caso de ser una obligación de dar
suma de dinero.
Que, al respecto la Sentencia Casatoria del 25 de junio de 1999, en el Expediente Casatorio
Nro. 251-98-Lima, expedida por la Sala Civil Transitoria de la Corte Suprema de Justicia de la
República, (Publicado en el diario oficial El Peruano el 28 de setiembre de 1999, página 3618.)
establece que una obligación se considera cierta, cuando la obligación es conocida como verdadera
e ineludible; es expresa cuando manifiesta claramente una intención o voluntad; y, es exigible
cuando se refiere a una obligación pura simple, y si tiene plazo, que éste haya vencido o no esté
sujeta a condición.
Que, por tanto el elemento certeza en los adeudos laborales en vía ejecutiva laboral, se hace
verosímil con la correspondencia real que debe existir entre la relación causal (preexistencia de una
relación laboral) y el título ejecutivo (acuerdos expresados de la relación laboral en el acta de
conciliación llevado por ante la Autoridad Administrativa de Trabajo).
Que, en consecuencia, teniendo presente además, que se ha vuelto una práctica de sectores de
deudores, quienes con el objeto de evitar el pago de acreencias civiles, simulan la existencia de
acreencias laborales, a través de acuerdos dinerarios contenidos en actas de conciliaciones
celebradas ante la Autoridad Administrativa de Trabajo, con las que inician acciones laborales en
evidente fraude a la Ley, para evadir acreencias de naturaleza civil (primordialmente acreencia con
garantía hipotecaria, aprovechando la preferencia de los adeudos laborales reconocidos en el
744
artículo 24° de la Constitución), ante tal realidad y teniendo presente la facultad otorgada por el
artículo 28° de la Ley Procesal del Trabajo, en los supuestos que, a juicio del Juez, exista un
presunto fraude o colusión (tal es el caso de contener derechos reconocidos en montos irrazonables),
debe disponer la actuación de prueba de oficio, para verificar la relación causal (relación laboral), a
efecto de verificar el elemento de certeza referido, que debe contener la obligación reconocida en el
título ejecutivo laboral.
Que, además debe tener presente el Juez, la facultad contenida en el artículo 106° del Código
Procesal Civil, de aplicación supletoria al proceso laboral, conforme al cual en caso que se presuma
fraude o colusión entre las partes, debe de oficio, ordenar citar a las personas que puedan resultar
perjudicadas, a fin de que hagan valer sus derechos.
CONCLUSIÓN:
ACUERDO POR MAYORIA:
El Juez en caso que presuma fraude o colusión en los procesos ejecutivos de ejecución de acta
de conciliación celebrada ante la Autoridad Administrativa de Trabajo, tal es el caso de contener
sumas irrazonables, debe disponer la actuación de prueba de oficio, de conformidad con lo
dispuesto en el artículo 28° de la Ley Procesal del Trabajo, para verificar la relación causal (relación
laboral), y/u, ordenar el emplazamiento de las personas que pueden resultar perjudicadas con la
ejecución, de conformidad con lo establecido en el artículo 106° del Código Procesal Civil, aplicable
supletoriamente al proceso laboral.
TESIS:
Los Juzgados Especializados en lo Laboral son competentes para conocer únicamente de la
ejecución de resoluciones administrativas referidas a derechos de naturaleza laboral, y no de las de
naturaleza previsional, cuya competencia corresponde a los juzgados contenciosos administrativos,
y en los lugares donde no hayan éstos, a los juzgados civiles.
ANTITESIS:
Los Juzgados Especializados en lo Laboral son competentes para conocer de la ejecución de
resoluciones administrativas referidas tanto a derechos de carácter laboral como a las de carácter
previsional.
FUNDAMENTOS DE LA TESIS:
Que, el artículo 4, numeral 2 inciso e) de la Ley Procesal del Trabajo, Ley 26636, establece la
competencia por razón de la materia de los juzgados especializados en lo laboral, para conocer de
la Ejecución de Resoluciones Administrativas.
Que, si bien no se precisa en forma expresa la materia de las resoluciones administrativas a
ejecutarse, éstas deben referirse a derechos cuya naturaleza sea compatible con la competencia de
los juzgados laborales. Es decir, que los derechos contenidos en las resoluciones administrativas
materia de ejecución deben ser de carácter laboral, mas no referentes a otras materias, entre ellas
las de carácter previsional.
Que, además debe tener presente que los derechos de carácter pensionario o previsional tienen
una naturaleza distinta a los derechos y beneficios sociales de carácter laboral, por lo que no se
puede confundir su naturaleza.
Que, con anterioridad a la entrada en vigencia de la Ley del Proceso Contencioso Administrativo,
Ley 27584, eran las Salas Laborales las que tenían competencia para las acciones contencioso-
administrativas tanto en materia laboral, como en seguridad social (materia provisional); ello en
mérito de lo expresamente establecido en el artículo 4, numeral I inciso c) de la Ley Procesal del
745
Trabajo. Sin embargo, con la dación de la Ley del Proceso Contencioso Administrativo, Ley 27584
(diciembre del dos mil uno), la competencia para conocer de tales procesos pasó a ser exclusiva de
los Juzgados Contencioso-Administrativos, y en los lugares donde no hubieren, de los juzgados
civiles.
En el caso específico de Resoluciones Administrativas en materia previsional, cuya competencia
por razón de la materia no correspondería a los juzgados especializados en lo laboral (en tanto no
exista una norma que así lo disponga), correspondería su conocimiento a los juzgados contencioso-
administrativos, o en ausencia de ellos, a los juzgados civiles. Así, el artículo 5.4. de la Ley del
Proceso Contencioso Administrativo, Ley 27584 establece que: “En el proceso contencioso
administrativo podrán plantearse pretensiones con el objeto de obtener lo siguiente: Se ordene a la
administración pública la realización de una determinada actuación a la que se encuentra obligada
por mandato de la ley o en virtud de acto administrativo firme”. Una resolución administrativa
reconociendo derechos de carácter previsional es un acto administrativo firme, consecuentemente
se encuentra dentro del ámbito de competencia de los referidos juzgados.
Que, es necesario anotar que la dación de la Ley del Proceso Contencioso administrativo
obedece a la finalidad de unificar y someter a las actuaciones de la administración pública al control
de Órganos especializados y unificados que administren justicia especializada en los asuntos
referentes a la administración pública (Jueces contencioso-administrativos), estableciendo el
artículo 1º, que la acción contenciosa administrativa prevista en el artículo 148º de la Constitución
Política, tiene por finalidad el control jurídico por el Poder Judicial de las actuaciones de la
administración pública sujetas al derecho administrativo y la efectiva tutela de los derechos e
intereses de los administrados; en este último extremo, la efectiva tutela de los derechos a intereses
de los administrados, también incluye la ejecución.
Que, es claro por tanto, que los juzgados contencioso-administrativos o los juzgados civiles,
donde no hayan aquéllos, tienen competencia para conocer lo referente a actuaciones de la
administración pública, conforme al Proceso Contencioso Administrativo, y en el caso de
resoluciones que contengan actos administrativos en aplicación del artículo 5.4. de la Ley última
referida, a través del proceso de cumplimiento en lo contencioso administrativo. Ella incluye
obviamente, el proceso de cumplimiento de las resoluciones administrativas que contengan
reconocidos derechos de naturaleza previsional, que por razón de la materia, no pueden ser
conocidas vía ejecución de resolución administrativa por los juzgados especializados en lo laboral.
CONCLUSIÓN:
ACUERDO POR UNANIMIDAD:
A los Juzgados Especializados en lo Laboral les compete conocer la ejecución de resoluciones
administrativas referidas únicamente a derechos de naturaleza laboral, mas no así de las
resoluciones referidas a derechos de naturaleza previsional, cuya competencia corresponde a los
juzgados contenciosos administrativos, y en los lugares donde no hayan éstos, a los juzgados civiles.
PLENO JURISDICCIONAL REGIONAL CONSTITUCIONAL, CIVIL, FAMILIA REALIZADO EN LA
CIUDAD DE MOQUEGUA EN DICIEMBRE DEL 2005
En la ciudad de Moquegua, los días 4 y 5 del mes de diciembre del 2005 se reunieron
magistrados de todas las instancias de las sedes de Arequipa, Moquegua, Tacna y Puno con el objeto
de llevar a cabo el Pleno Jurisdiccional Regional del año 2005.
ASUNTO
746
Se somete a consideración del Pleno, algunos problemas derivados de la aplicación del artículo
VII del Título Preliminar del Código Procesal Constitucional, referentes al precedente vinculante de
las sentencias del Tribunal, y su aplicación en los procesos en trámite, o para las demandas
interpuestas a partir de su publicación.
CONSIDERACIONES
I.- Estando a lo dispuesto por el artículo VII del Código Procesal Constitucional, las sentencias del
Tribunal Constitucional que adquieren la autoridad de cosa juzgada, constituyen precedente
vinculante cuando así lo exprese la sentencia, precisando el extremo de su efecto normativo,
por tanto en los casos en que esta situación se produzca, los jueces no están facultados para
calificar la legalidad o no del contenido de la sentencia normativa, debiendo aplicar el
precedente en forma irrestricta.
II.- En tanto el Tribunal Constitucional es el órgano rector de la constitucionalidad de las normas,
el precedente vinculante es de aplicación inmediata, y por tanto deberá aplicarse tanto para los
procesos en trámite como para los nuevos.
SE ACUERDA
Por mayoría:
El Precedente Vinculante se aplica en forma inmediata a todos los procesos, tanto en trámite,
como en los nuevos que se planteen.
MOTIVOS NO ACOGIDOS POR EL PLENO
La aplicación retroactiva del precedente vinculante en materia procesal, no resulta aceptable
por considerar que el Tribunal Constitucional no tiene facultades constitucionales para ello.
ASUNTO
Se somete a consideración del Pleno, algunos problemas derivados de la aplicación del artículo
66 del Título Preliminar del Código Procesal Constitucional, referente al proceso de Cumplimiento,
para dilucidar en qué casos el cumplimiento de una ley o acto administrativo puede plantearse ante
la justicia Constitucional o debe ventilarse en la vía judicial del proceso Contencioso Administrativo,
y si el proceso de cumplimiento es alternativo o residual.
CONSIDERACIONES
I.- El Código Procesal Constitucional cambia la concepción anterior respecto del uso de las
acciones constitucionales, pues la Ley 23506, y sus ampliatorias, modificatorias y conexas
establecían que las vías constitucionales eran alternativas, esto es que el demandante podía elegir
la vía constitucional o la vía judicial para hacer valer su derecho, mientras que ahora por aplicación
del artículo 5.2 del Código Procesal Constitucional que establece la improcedencia en caso de la
existencia de vías igualmente satisfactorias, para la protección del derecho constitucional
amenazado o vulnerado, las acciones constitucionales se han tomado en residuales, y en ese sentido
el proceso de Cumplimiento, sólo procederá cuando el mandato es vigente, cierto, claro, líquido,
incondicional, y que no exija una interpretación compleja, en caso contrario se deberá reclamar el
derecho en la vía Contencioso-Administrativa.
SE ACUERDA
Por Unanimidad:
El proceso de Cumplimiento es residual y excepcional, no alternativo y sólo procede cuando el
mandato es vigente, cierto, claro, líquido, incondicional y de ineludible cumplimiento; de lo
contrario, la vía idónea es la contencioso-administrativa.
747
TEMA 2: APLICACIÓN DE LA LEY 24041
ASUNTO
Se somete a consideración del Pleno, algunos problemas derivados de la aplicación de la Ley
24041, en el caso de las personas que están laborando en la Administración Pública por más de un
año ininterrumpido y en labores permanentes, a quienes se les comunica (vía carta, memorando u
otro) la conclusión de su contrato, se les requiere la entrega del cargo o de hecho se les impide el
ingreso a laborar.
CONSIDERACIONES
I.- Los trabajadores del Estado pueden estar sometidos a dos regímenes laborales, el del Decreto
Legislativo 276 o el del Decreto Legislativo 728, por lo que teniendo en cuenta que la ley 24041 fue
publicada con fecha 28 de diciembre de 1984, esto es con fecha anterior a la dación del Decreto
Legislativo 728, que regula el régimen laboral de la actividad privada, su normatividad sólo alcanza
a los trabajadores del Estado regidos por el régimen público, y en ese contexto, si el Decreto
Legislativo 276 admite que el Estado contrate trabajadores para labores permanentes a plazo fijo,
es a estos trabajadores a quienes protege el artículo 1 de la Ley 24041, pero como quiera que
conforme al artículo 12 del Decreto Legislativo 276 los trabajadores deben ingresar por concurso
público, deberá tenerse en cuenta que para invocar la protección del referido dispositivo, el
trabajador debe haber ingresado por concurso público.
SE ACUERDA
Por mayoría:
La protección que brinda al trabajador del Estado la Ley 24041, únicamente se aplica para
trabajadores que ingresaron por concurso público.
MOTIVOS NO ACOGIDOS POR EL PLENO
El trabajador público que ha sido contratado para prestar labores de naturaleza permanente y
ha prestado servicios por más de un año ininterrumpido, se encuentra amparado por la Ley 24041
aun cuando no haya ingresado por concurso público, pues esta situación no está contenida en la
Ley, y debe tenerse en cuenta que para optimizar el derecho constitucional al trabajo, es necesario
que se haga una interpretación a favor de la persona, pues la norma no está hecha para proteger
al Estado y sus irresponsabilidades, sino a la persona humana, debemos entender que es necesario
proteger el derecho constitucional de acceso al trabajo y a permanecer en el mismo. El Tribunal
Constitucional lo que hace es darle contenido a este derecho.
(...)
748
16.2. ACUERDO PLENARIO N° 01-2018-CG/TSRA
En Lima, a los 25 días del mes de junio de 2018, en la Sesión N° 04-2018 de la Sala Plena del
Tribunal Superior de Responsabilidades Administrativas, en adelante TSRA, con la asistencia de
los Señores Vocales García-Corrochano Moyano, Presidente, Rivera Ferreyros, Gonzáles Hunt,
Montoya Vivanco y Aguilar Surichaqui, reunidos como Sala Plena; de conformidad con lo dispuesto
en los Arts. 58° y 59° del “Reglamento del Infracciones y Sanciones para la Determinación de la
Responsabilidad Administrativa Funcional derivada de los Informes de emitidos por los Órganos del
Sistema Nacional de Control” aprobado mediante Resolución de Contraloría N° 100-2018-CG de 3
de abril de 2018 publicado el 5 de abril de 2018 en el diario oficial El Peruano, los Señores Vocales
acordaron pronunciarse sobre los elementos del tipo infractor señalado a continuación:
I. ANTECEDENTES
1.1 De acuerdo a la información alcanzada por la Secretaría Técnica del Tribunal Superior de
Responsabilidades Administrativas (TSRA), durante el periodo 2013 a mayo 2018, el 33% del total
de las apelaciones resueltas por el TSRA se relacionan con el tipo infractor establecido en el Inc. b)
del Art. 46° de la Ley N° 27785, Ley Orgánica del Sistema Nacional de Control y de la Contraloría
General de la República, y sus modificatorias1, descrito y especificado en el Inc. h) del Art. 7° del
Reglamento de la Ley N° 29622, aprobado por Decreto Supremo N° 023-2011-PCM2.
De conformidad con lo establecido en el Inc. k) del Art. 28° e Inc. a) del Art. 59° del Reglamento4,
es necesario establecer los elementos de la infracción descrita y especificada en el Inc. h) del Art. 7°
del Reglamento, precisando los fundamentos jurídicos necesarios para su configuración,
disponiendo su carácter de precedente administrativo de observancia obligatoria para la
determinación de la responsabilidad administrativa funcional en el procedimiento administrativo
sancionador a cargo de la Contraloría.
749
la autoridad para actuar objetivamente frente a la parte de un procedimiento. Este concepto no
depende de la existencia de una pluralidad de partes, ya que bastaría para que se configure el que
solo exista una parte, donde la autoridad pierde objetividad y vincula el interés del proceso con el
interés de esa parte, incumpliendo los deberes legales de la imparcialidad. La imparcialidad puede
subdividirse en la imparcialidad propiamente dicha (ser ajeno a la parte o partes del proceso) y la
impartialidad (ser ajeno al objeto u objetos pretendidos en el proceso)’.
(…)
5.33 (…) la administrada actuó parcializadamente en contra de los intereses del Estado al elaborar
los reportes consolidados de asistencia y remitirlos a la (…) y no reportar las inasistencias de la
auxiliar (…), permitiendo que la señora (…) asista en calidad de ‘reemplazo’ cuando no tenía contrato
de trabajo ni vínculo laboral con la Entidad, falseando incluso la firma de la mencionada auxiliar en
las planillas de pagos, evitando de esta manera la suspensión de sus pagos y poner en evidencia su
condición de abandono de trabajo, con los cuales, a criterio de este Colegiado queda acreditada que
su irregular actuación funcional estuvo dirigida a generar un beneficio ilegal para la auxiliar (…)”.
(iv) El Fundamento 5.26 de la Resolución N° 016-2016-CG/TSRA que señala: “(…) está acreditado
que el administrado actuó parcializadamente a favor del contratista debido a que, a pesar de estar
en condiciones de advertir las irregularidades señaladas en el Fundamento inmediatamente anterior,
en el trámite de pago para la adquisición del vehículo con placa (…), efectuó el mismo visando el
Comprobante de Pago N° 6993 y suscribiendo el cheque por S/ 54 978,00, en contra de los intereses
del Estado. Dichas pruebas demuestran fehacientemente que la actuación del administrado estuvo
destinada a beneficiar al contratista, contraviniendo la normativa de los sistemas de presupuesto y
tesorería e incumpliendo sus funciones (…)”
6.18 No basta en consecuencia, el mero incumplimiento funcional, sino que, debe verificarse que
dicho incumplimiento conlleve de modo intrínseco la voluntad y la conciencia de actuar de modo
contrario a sus funciones, afectando los intereses del Estado, acreditándose la relación causal con
dicha afectación y con la decisión de beneficiar ilegalmente a los terceros; es decir, pese a las
consecuencias que son de conocimiento por el agente infractor (…)”
750
indebida a favor de un contratista o parte interesada en algún procedimiento u operación, que conllevó
a un favorecimiento ilegal, apartándose de criterios técnicos y objetivos establecidos en la normativa
vigente”.
“5.13. En tal sentido, la infracción requiere un contexto determinado para la actuación de los
presuntos infractores, esto es, que participen con ocasión de su cargo en contratos,
licitaciones, concurso de precios, subastas, licencias, autorizaciones o cualquier otra
operación o procedimiento. Al respecto, en el presente caso los órganos conducentes del PAS no
han sostenido ni corroborado que los administrados hayan intervenido en contratos, licitaciones,
concurso de precios, subastas, licencias o autorizaciones; por lo que se infiere que la premisa
considerada por la primera instancia a efecto de imputar esta infracción consistiría la participación
en otra operación o procedimiento”.
“5.14. Conforme a los hechos descritos en la resolución venida en grado (…) las operaciones o
procedimientos objeto de cuestionamiento consistirían (i) la selección de la empresa (…) para que
suministre medicamentos y material biomédico a los beneficiarios de (…) y la continuidad de dichas
prestaciones y (ii) el trámite y autorización de los pagos a dicha empresa por tales prestaciones. No
obstante, de la conducta desplegada por los administrados como miembros del Directorio (participar
en las sesiones del Directorio), no se advierte que hayan intervenido de manera directa en las
operaciones o procedimientos en cuestión ni que hayan adoptado medida alguna para que estas se
materialicen”.
(x) El Fundamento 6.3 de la Resolución N° 034-2018- CG/TSRA-PRIMERA SALA que señala: “En
reiterada jurisprudencia el Tribunal se ha pronunciado sobre el Principio de Imparcialidad en las
contrataciones( ) señalando que, de conformidad con lo dispuesto en el Inc. d) del Art. 4° de la LCE,
en armonía con las sentencias del TC que interpretan el Art. 76° de la Constitución Política del Estado(
), ‘las decisiones adoptadas en los procesos de selección que se aparten de criterios técnicos
y objetivos, a fin de favorecer a alguna de las partes, o a la parte, en clara inaplicación de
las normas previstas en la LCE y en el RLCE, constituyen a priori una vulneración al
Principio de Imparcialidad, al contravenir las finalidades constitucionales de eficiencia y
transparencia en las contrataciones del Estado, en los términos acogidos en la
interpretación del TC antes reseñada. La imparcialidad es una cualidad de la autoridad
para actuar objetivamente frente a la parte de un procedimiento. Este concepto no depende
de la existencia de una pluralidad de partes, ya que bastaría para que se configure el que
solo exista una parte, donde la autoridad pierde objetividad y vincula el interés del proceso
con el interés de esa parte, incumpliendo los deberes legales de la imparcialidad. La
imparcialidad puede subdividirse en la imparcialidad propiamente dicha (ser ajeno a la
parte o partes del proceso) y la impartialidad (ser ajeno al objeto u objetos pretendidos en
el proceso)’”.
2.2 Como resultado del debate de las citadas resoluciones, se establecieron los siguientes criterios
en torno a los elementos constitutivos del tipo infractor descrito y especificado en el Inc. h) del Art.
7° del Reglamento:
751
• Que el infractor • Licencias.
participe con ocasión de • Autorizaciones
su cargo, función o • Cualquier otra
comisión. operación o
procedimiento
La actuación parcializada como elemento del tipo infractor contiene a su vez una carga subjetiva,
pues implica necesariamente la actuación dolosa del servidor o funcionario público de beneficiarse
o beneficiar a un tercero, aspecto que deberá ser evidenciado a través de prueba documental o
indiciaria. En tal sentido, deberá acreditarse que el presunto infractor tenía conocimiento suficiente
y claro de que con su actuación irregular se beneficia a sí mismo o beneficia a un tercero, en contra
del interés público que debe tutelar los actos de la administración pública, descartándose por ende
la posibilidad de que haya actuado por un mero error o equivocación.
En estos casos no será necesario que concurra una pluralidad de postores, adjudicatarios,
beneficiarios o terceros, en tanto el tipo infractor no tutela el trato diferenciado de unos frente a
otros (interés particular), sino persigue la salvaguarda de la ajenidad del funcionario o servidor
público a los intereses propios, de las partes o de una parte, esto es, a la ausencia de un interés
particular en alguno de los procedimientos en los que intervenga.
(ii) Actuación en contra de los intereses del Estado:
La actuación contraria a los intereses del Estado se corrobora con la afectación a la finalidad pública
que se persigue con el quehacer de la administración a través de cada entidad estatal en los
contratos, licitaciones, concurso de precios, subastas, licencias, autorizaciones o cualquier otra
operación o procedimiento, lo que se encuentra recogido en el ordenamiento jurídico que los regula.
La afectación a los intereses del Estado debe ser identificada, desarrollada y sustentada de manera
clara, concreta y circunstanciada a los hechos imputados. Asimismo, deberá descartarse que la
conducta de los administrados tutele un interés legítimo desde la perspectiva del Estado.
El funcionario o servidor público debe intervenir en los contratos, licitaciones, concurso de precios,
subastas, licencias, autorizaciones o cualquier otra operación o procedimiento con motivo de su cargo,
función o comisión.
En tal sentido, la conducta atribuida debe haber sido cometida con ocasión de las labores que
desarrolla en la entidad, en virtud de los documentos de gestión, contratos o de cualquier otro
documento interno que señale sus competencias, obligaciones o encargos recibidos.
752
(iv) Operación o Procedimiento:
La infracción requiere un contexto determinado para la actuación de los presuntos infractores, esto
es, que participen con ocasión de su cargo, función, encargo o de cualquier actividad que, en su
condición de servidor o funcionario público ejerza, en contratos, licitaciones,
concurso de precios, subastas, licencias, autorizaciones o cualquier otra operación o procedimiento,
lo cual debe
encontrarse debidamente acreditado.
Cuando el tipo infractor menciona como objeto de la acción “cualquier otra operación o
procedimiento”, será preciso que en dicha operación o procedimiento confluyan de manera
contrapuesta los intereses públicos y los intereses particulares, siendo que los funcionarios, lejos
de tutelar y defender el interés público (del Estado o su entidad), prefieren el interés particular.
III. ACUERDOS
3.1 Aprobar por unanimidad, como precedente administrativo de observancia obligatoria el
contenido del Fundamento Jurídico 2.2 del presente Acuerdo Plenario.
3.2 Disponer la publicación del presente Acuerdo Plenario en el Portal Institucional de la Contraloría
General de la República (www.contraloria.gob.pe) y en el Diario Oficial El Peruano.
GARCÍA-CORROCHANO MOYANO
PRESIDENTE
RIVERA FERREYROS
VOCAL
GONZÁLES HUNT
VOCAL
MONTOYA VIVANCO
VOCAL
AGUILAR SURICHAQUI
VOCAL
Pie de páginas:
1. Ley N° 27785, Ley Orgánica del Sistema Nacional de Control y de la Contraloría General de la República.
“Artículo 46°.- Conductas infractoras.
Conductas infractoras en materia de responsabilidad administrativa funcional son aquellas en las que incurren los
servidores y funcionarios públicos que contravengan el ordenamiento jurídico administrativo y las normas internas de la
entidad a la que pertenecen. Entre estas encontramos las siguientes conductas: b) Incurrir en cualquier acción u omisión
que suponga la transgresión grave de los principios, deberes y prohibiciones señalados en las normas de ética y probidad
de la función pública.
753
h) Actuar parcializadamente en contra de los intereses del Estado, en los contratos, licitaciones, concurso de precios,
subastas, licencias, autorizaciones o cualquier otra operación o procedimiento en que participe con ocasión de su cargo,
función o comisión, dando lugar a un beneficio ilegal, sea propio o de tercero. Esta infracción es considerada como muy
grave.
(…)”.
4. Resolución de Contraloría N° 100-2018-CG.
“Artículo 28°.- Funciones específicas del Tribunal Superior.
El Tribunal Superior, a través de sus órganos e instancias funcionales, posee la titularidad y ejerce, entre otras, las siguientes
funciones específicas:
(…)
k) Emitir pronunciamientos que constituyan precedentes administrativos de observancia obligatoria para la determinación
de la responsabilidad administrativa funcional o, para la interpretación o aplicación de las normas que rigen el procedimiento
sancionador. Para esto la Sala Plena sesiona obligatoriamente por lo menos una (1) vez por semestre.
(…)”.
“Artículo 59°.- Funciones específicas de la Sala Plena del Tribunal Superior.
La Sala Plena tiene las siguientes funciones específicas:
a) Establecer los precedentes administrativos de observancia obligatoria sobre la base de los criterios aprobados por las
Salas en las resoluciones que hubieran emitido. Para el cumplimiento de esta función la Sala Plena debe sesionar
obligatoriamente por lo menos una (1) vez por semestre.
(…)”.
5. Resolución de Contraloría N° 104-2018-CG, publicada el 6 de abril de 2018.
6. “Servidor o Funcionario Público. - Es para los efectos de esta Ley, todo aquel que independientemente del régimen laboral
en que se encuentra, mantiene vínculo laboral, contractual o relación de cualquier naturaleza con alguna de las entidades, y
que en virtud de ello ejerce funciones en tales entidades”.
754
16.3 ACUERDO PLENARIO N° 02-2018-CG/TSRA
En Lima, a los 25 días del mes de junio de 2018, en la Sesión N° 04-2018 de la Sala Plena del
Tribunal Superior de Responsabilidades Administrativas, en adelante TSRA, con la asistencia de
los Señores Vocales García-Corrochano Moyano, Presidente, Rivera Ferreyros, Gonzáles Hunt,
Montoya Vivanco y Aguilar Surichaqui, reunidos como Sala Plena; de conformidad con lo dispuesto
en los Arts. 58° y 59° del “Reglamento del Infracciones y Sanciones para la Determinación de la
Responsabilidad Administrativa Funcional derivada de los Informes de emitidos por los Órganos del
Sistema Nacional de Control” aprobado mediante Resolución de Contraloría N° 100-2018-CG de 3
de abril de 2018 publicado el 5 de abril de 2018 en el diario oficial El Peruano, los Señores Vocales
acordaron pronunciarse sobre los elementos del tipo infractor señalado a continuación.
I. ANTECEDENTES
1.1 De acuerdo a la información alcanzada por la Secretaría Técnica del Tribunal Superior de
Responsabilidades Administrativas, durante el periodo 2013 a mayo 2018, el 17% del total del
apelaciones resueltas por el TSRA se relacionan con el tipo infractor establecido en el Inc. a) del Art.
46° de la Ley N° 27785, Ley Orgánica del Sistema Nacional de Control y de la Contraloría General
de la República, y sus modificatorias1, descrita y especificada en el Inc. q) del Art. 6° del Reglamento
de la Ley N° 29622, aprobado por Decreto Supremo N°023-2011-PCM2.
1.2 Asimismo, la referida infracción es reproducida en el Inc. q) del Art 6° del “Reglamento del
Infracciones y Sanciones para la Determinación de la Responsabilidad Administrativa Funcional
derivada de los Informes de emitidos por los Órganos del Sistema Nacional de Control” aprobado
mediante Resolución de Contraloría N° 100- 2018-CG publicada el 5 de abril de 20183 en el diario
Oficial El Peruano, en adelante el Reglamento.
1.3 De conformidad con lo establecido en el Inc. k) del Art. 28° e Inc. a) del Art. 59° del Reglamento4,
es necesario establecer los elementos de la infracción descrita y especificada en el Inc. h) del Art. 7°
del Reglamento, precisando los fundamentos jurídicos necesarios para su configuración,
disponiendo su carácter de precedente administrativo de observancia obligatoria para la
determinación de la responsabilidad administrativa funcional en el procedimiento administrativo
sancionador a cargo de la Contraloría.
“7.45 Al respecto, esta Sala considera que para que se configure dicha infracción, debe evidenciarse
los siguientes elementos del tipo: (i) identificar la disposición legal o norma que expresamente
regulan las funciones del servidor o funcionario público; (ii) determinar que el funcionario incumplió
dichas funciones; e (iii) identificar si ocasionó grave perjuicio al Estado, o en caso de agravante, el
perjuicio económico, la grave afectación al servicio público, la afectación a la vida o a la salud
pública.
7.46 Adicionalmente a ello, debe analizarse la intencionalidad o la negligencia con la que ha actuado
el administrado (…), para lo cual debe revelarse que el funcionario o servidor público conoció de las
normas que regula sus funciones, las cuales deben estar redactadas
de manera clara y precisa; y, que le correspondía cumplir; sin embargo infringe sus deberes
funcionales, de manera claramente consciente, con pleno conocimiento de que su actuación
incumple tales deberes funcionales (dolo); o infringe sus deberes funcionales desconociendo o
conociendo insuficientemente que con su actuación incumple tales deberes, pero pudiendo haberlo
advertido (negligencia).”
755
(ii) Resolución N° 015-2017-CG/TSRA-PRIMERA SALA Fundamento 5.25:
“(…) la misma consiste en “incumplir las disposiciones legales que regulan expresamente su
actuación funcional, generando grave perjuicio al Estado”. En ese sentido, para que se configure la
conducta descrita es necesario que el funcionario público “no lleve a efecto o deje de cumplir”
(…) alguna norma legal que regule sus funciones, las cuales consisten en los deberes, obligaciones y
facultades asignados al cargo que ocupa en la entidad pública conforme al ámbito de competencia de
esta”.
Fundamento 6.13:
“(…) Esta conducta de incumplimiento se materializa, por cuanto durante el periodo que asumió el
cargo y pese a tener conocimiento del contrato, no supervisó ni evaluó su cumplimiento. Lo que se
acredita con la siguiente documentación: (i) El contrato de Servicio N° 013-2012- DL.DIRESA/PASCO,
suscrito el 30 de octubre de 202 y conforme el documento de folios 946, el administrado fue designado
Director de Administración con fecha 3 de enero de 2011 (…) iv) El Informe N° 106-2012-GRP-GG-
GRDSDRS- OL de fecha 21 de diciembre de 2012 mediante el cual la Directora de Logística le informa
que a la fecha del informe, la proveedora no cumplía con brindar el servicio para el cual fue contratada;
por todo ello el administrado (…) no puede desconocer el contrato y sus términos como alega, ya que
como se advierte, el administrado participó de la contratación a la proveedora y fue informado de los
pormenores durante el proceso de selección así como durante la ejecución del contrato. Debe tenerse
presente, que como consecuencia de esta conducta de incumplimiento de sus funciones (no adoptó
acciones), no se renovó ni se ejecutó la garantía, no se aplicó penalidades y no se resolvió el contrato
ante el incumplimiento de la proveedora, conforme se estipuló y correspondía legalmente”.
En tal sentido, siendo que la responsabilidad por la verificación de la documentación que el postor
ganador de la buena pro debe presentar para la suscripción del contrato se encuentra fuera de la
esfera de la actuación funcional que corresponde al administrado señor (…) , a criterio de este
Colegiado, se le debe absolver de la imputación por la comisión de la infracción tipificada en el Inc. q)
del Art. 6° del Reglamento de la Ley N° 29622 (…)”.
756
Fundamento 6.10:
“(…) el Tribunal Superior de Responsabilidades Administrativas, ha desarrollado la diligencia
debida de los funcionarios o servidores públicos en los deberes que le son encomendados, señalando
lo siguiente: “2. La contratación de los servicios de un profesional exige que éste actúe con especial
cuidado o debida diligencia en el desempeño de sus funciones, pues el ejercicio de una profesión,
por el nivel de conocimientos y habilidades que esta otorga, implica la asunción voluntaria de
obligaciones singulares así como de responsabilidades específicas frente a la Administración y
terceros.”
En dicho entendido, toda conducta que se evidencie como contraria a los fines del Estado, es decir,
no sólo que contravenga el orden jurídico establecido, sino que, transgreda los principios específicos
que rigen la conducta del servidor o funcionario público (…); generará perjuicio a los intereses del
Estado, sea que nos encontremos ante una afectación vinculada con la gestión misma de la entidad,
es decir, la distorsión en el manejo interno de los procedimientos o lineamientos de autorregulación
o de la normativa transversal regulada para un correcto funcionamiento de la administración
pública; o que, dicha conducta genere una afectación económica; debido a que, el correcto
funcionamiento de la organización estatal sólo será posible si los servidores y funcionarios cumplen
757
la normativa interna y externa que rige a la administración pública (ordenamiento jurídico
administrativo), siendo, por tanto, el cumplimiento de los fi nes estatales lo que le da sentido a la
función pública.
2.2 Como resultado del debate de las citadas resoluciones, se establecieron los siguientes criterios
en torno a los elementos constitutivos del tipo infractor descrito y especificado en el Inc. q) del Art.
6° del Reglamento:
“Incumplir las disposiciones legales que regulan expresamente su actuación funcional, generando
grave perjuicio al Estado. Esta infracción es considerada como grave. Si el perjuicio es económico
o genera grave afectación al servicio público, afectación a la vida o a la salud pública, la infracción
es muy grave.”
(i) Identificar la disposición legal que expresamente regule las funciones del servidor o
funcionario público:
La disposición legal incumplida puede comprender a una norma que provenga de sus documentos
de gestión (ROF, MOF) o una norma de carácter general (normativas que regulan los sistemas
administrativos del Estado, tales como contrataciones públicas, presupuesto, tesorería, o recursos
humanos) o norma interna (directivas, memorando, contratos u otros) que regule la actuación de
los funcionarios o servidores públicos.
(ii) Acreditar que el funcionario o servidor público incumplió dichas funciones, en ejercicio
de función o cargo:
Debe acreditarse la condición de funcionario o servidor público (su cargo, encargo o comisión), que
actuó en el ejercicio de sus funciones derivadas de dicho cargo, encargo o comisión (en su periodo
de gestión), señalando de qué manera se materializó el incumplimiento (acción u omisión) o la
irregularidad que transgredió la normativa general o interna identificada. Dicho incumplimiento
debe acreditarse con medios probatorios.
758
servidor o funcionario público en el ejercicio del cargo, encargo o comisión que asume y; c) Además
del deber incumplido, que en el ejercicio diligente de su cargo, haya tenido la posibilidad de advertir
el hecho irregular.
III. ACUERDOS
3.1 Aprobar por unanimidad, como precedente administrativo de observancia obligatoria el
contenido del Fundamento Jurídico 2.2 del presente Acuerdo Plenario.
3.2 Disponer la publicación del presente Acuerdo Plenario en el Portal Institucional de la Contraloría
General de la República (www.contraloria.gob.pe) y en el Diario Oficial El Peruano.
GARCÍA-CORROCHANO MOYANO
PRESIDENTE
RIVERA FERREYROS
VOCAL
GONZÁLES HUNT
VOCAL
MONTOYA VIVANCO
VOCAL
AGUILAR SURICHAQUI
VOCAL
Pie de paginas
1. Ley N° 27785, Ley Orgánica del Sistema Nacional de Control y de la Contraloría General de la República.
Art. 46°.- Conductas infractoras.
Conductas infractoras en materia de responsabilidad administrativa funcional son aquellas en las que incurren los
servidores y funcionarios públicos que contravengan el ordenamiento jurídico administrativo y las normas internas de la
entidad a la que pertenecen. Entre estas encontramos las siguientes conductas:
a) Incumplir las disposiciones que integran el marco legal aplicable a las entidades para el desarrollo de sus actividades, así
como las disposiciones internas vinculadas a la actuación funcional del servidor o funcionario público
759
k) Emitir pronunciamientos que constituyan precedentes administrativos de observancia obligatoria para la determinación
de la responsabilidad administrativa funcional o, para la interpretación o aplicación de las normas que rigen el procedimiento
sancionador. Para esto la Sala Plena sesiona obligatoriamente por lo menos una (1) vez por semestre.
(…)
“Artículo 59°.- Funciones específicas de la Sala Plena del Tribunal Superior
La Sala Plena tiene las siguientes funciones específicas:
a) Establecer los precedentes administrativos de observancia obligatoria sobre la base de los criterios aprobados por las
Salas en las resoluciones que hubieran emitido. Para el cumplimiento de esta función la Sala Plena debe sesionar
obligatoriamente por lo menos una (1) vez por semestre.
(…)
5. Resolución de Contraloría N° 104-2018-CG, publicada el 6 de abril de 2018
760
16.4 ACUERDO PLENARIO N° 03-2018-CG/TSRA
En Lima, a los 25 días del mes de junio de 2018, en la Sesión N° 04-2018 de la Sala Plena del
Tribunal Superior de Responsabilidades Administrativas, en adelante TSRA, con la asistencia de
los Señores Vocales García-Corrochano Moyano, Presidente, Rivera Ferreyros, Gonzáles Hunt,
Montoya Vivanco y Aguilar Surichaqui, reunidos como Sala Plena; de conformidad con lo dispuesto
en los Arts. 58° y 59° del “Reglamento del Infracciones y Sanciones para la Determinación de la
Responsabilidad Administrativa Funcional derivada de los Informes de emitidos por los Órganos del
Sistema Nacional de Control” aprobado mediante Resolución de Contraloría N° 100-2018-CG de 3
de abril de 2018 publicado el 5 de abril de 2018 en el diario Oficial El Peruano, los Señores Vocales
acordaron pronunciarse sobre los elementos del tipo infractor señalado a continuación:
I. ANTECEDENTES:
1.1 De acuerdo a la información alcanzada por la Secretaría Técnica del Tribunal Superior de
Responsabilidades Administrativas, durante el periodo 2013 a mayo 2018, el 16% del total del
apelaciones resueltas por el TSRA se relacionan con el tipo infractor establecido en el Inc. b) del
Art. 46° de la Ley N° 27785, Ley Orgánica del Sistema Nacional de Control y de la Contraloría
General de la República, y sus modificatorias1, descrito y especificado en el Inc. n) del Art. 7° del
citado Reglamento de la Ley 29622, aprobado por Decreto
Supremo N° 023-2011-PCM2.
1.2 Asimismo, la referida infracción es reproducida en el Inc. n) del Art. 7° del “Reglamento del
Infracciones y Sanciones para la Determinación de la Responsabilidad Administrativa Funcional
derivada de los Informes de emitidos por los Órganos del Sistema Nacional de Control” aprobado
mediante Resolución de Contraloría N° 100-2018- CG publicada el 5 de abril de 20183 en el diario
Oficial El Peruano, en adelante el Reglamento, vigente a partir del 6 de abril del año en curso.
1.3 De conformidad con lo establecido en el Inc. k) del Art. 28° e Inc. a) del Art. 59° del Reglamento4,
es necesario establecer los elementos de la infracción descrita y especificada en el Inc. n) del Art. 7°
del Reglamento, precisando los fundamentos jurídicos necesarios para su configuración,
disponiendo su carácter de precedente administrativo de observancia obligatoria para la
determinación de la responsabilidad administrativa funcional en el procedimiento administrativo
sancionador a cargo de la Contraloría.
761
(iii) El Fundamento 6.2.4.15 de la Resolución N° 0080- 2017-CG/TSRA-SEGUNDA SALA que
estableció:
“Dicho tipo administrativo está referido al deber de los funcionarios y servidores públicos de ejercer
sus funciones con responsabilidad, lo cual implica oportunidad, esto es, cumplir con sus obligaciones
y funciones en el marco de un correcto y adecuado ejercicio funcional, con la finalidad de coadyuvar
a que la Entidad cumpla adecuadamente con sus prestaciones la consecución de sus finalidades.
Por ello, esta Sala considera que para que se configure la infracción imputada, deben evidenciarse
los siguientes elementos de la tipicidad objetiva: (i) la conducta omisiva del funcionario o servidor
público de ejercer las funciones a su cargo, mediante el incumplimiento, negativa o demora; (ii) que
la conducta se realice dentro de un procedimiento en el que participe el funcionario o servidor
público en ejercicio de su función o cargo; (iii) la falta de justificación de la conducta (…); y (iv) que
se hayan perjudicado los intereses del Estado.
Adicionalmente a ello, debe analizarse la tipicidad subjetiva, en este caso, acreditar el dolo con (…)
que actuó el administrado, para lo cual se debe revelar que el funcionario o servidor público actuó
con intencionalidad.
Para este tipo administrativo, resulta preponderante acreditar que el incumplimiento funcional
imputado al administrado sea intencional e injustificado; es decir, el conocimiento y voluntad por
parte del administrado (…)”.
Por ello, esta Sala considera que para que se configure la infracción imputada, deben evidenciarse
los siguientes elementos de la tipicidad: (i) la conducta omisiva del funcionario o servidor público
de ejercer las funciones a su cargo, mediante el incumplimiento, negativa demora; (ii)que la
conducta se realice dentro de un procedimiento en el que participe el funcionario o servidor público
en ejercicio de su función o cargo; (iii) la falta de justificación de la conducta (…); y, (iv) que se hayan
perjudicado los intereses del Estado.
Adicionalmente a ello, debe acreditar el conocimiento con el que actuó el administrado, para lo cual
se debe revelar que el funcionario o servidor público actuó con intencionalidad.
Para este tipo administrativo, resulta preponderante acreditar que el incumplimiento funcional
imputado al administrado sea intencional e injustificado; es decir, el conocimiento y voluntad por
parte del administrado (…)”.
2.2 Como resultado del debate de las citadas resoluciones, se establecieron los siguientes criterios
en torno a los elementos constitutivos del tipo infractor descrito y especificado en el Inc. n) del Art.
7° del Reglamento:
Dicho tipo administrativo tutela la responsabilidad; y está referido al deber de los funcionarios y
servidores públicos (administrados) de ejercer sus funciones con responsabilidad, lo cual implica
762
cumplir sus obligaciones y funciones en el marco de un correcto y adecuado ejercicio funcional, con
la finalidad de coadyuvar a que la Entidad cumpla adecuadamente sus prestaciones, y la
consecución de sus objetivos y finalidades.
Por ello, se considera que para que se configure esta infracción deben evidenciarse los 3 elementos
siguientes:
(i) La conducta activa u omisiva del administrado que se manifi esta en cualquiera de los 3 verbos
rectores: incumplir,
negarse o demorar.
a. Incumplir: El administrado deja de hacer un acto al que está obligado por el ordenamiento
jurídico o actúa incumpliendo las normas que regulan su actuación funcional.
b. Negarse: El administrado, a pesar del requerimiento de un acto debido, por parte de una
autoridad, superior jerárquico u otro funcionario competente o un particular, se niega a realizarlo.
c. Demorar: No obstante existir un plazo determinado normativamente para el cumplimiento de un
acto por parte del administrado, éste lo aplaza o posterga su realización, más allá de los términos
fijados por el ordenamiento jurídico.
(iii) Conducta que se presenta en dos modalidades: Injustificada e intencional, las cuales deben
concurrir de forma copulativa.
a. Injustificada: Es la ausencia de una justificación adecuada por parte del administrado respecto
de la conducta realizada.
b. Intencional: Acreditar el conocimiento y voluntad en la conducta del administrado (dolo
administrativo). Para estos efectos, se puede acreditar la intencionalidad a través de prueba
documental o indiciaria que se encuentren vinculados al hecho considerado como infracción,
desvirtuándose la posibilidad de error en la acción u omisión. Efectuadas las deliberaciones, los
señores Vocales reunidos en Sala Plena acordaron por unanimidad, lo siguiente:
III. ACUERDOS:
3.1 Aprobar por unanimidad, como precedente administrativo de observancia obligatoria el
contenido del Fundamento Jurídico 2.2 del presente Acuerdo Plenario.
3.2 Disponer la publicación del presente Acuerdo Plenario en el Portal Institucional de la Contraloría
General de la República (www.contraloria.gob.pe) y en el Diario Oficial El Peruano.
GARCÍA-CORROCHANO MOYANO
PRESIDENTE
RIVERA FERREYROS
VOCAL
GONZÁLES HUNT
VOCAL
MONTOYA VIVANCO
VOCAL
AGUILAR SURICHAQUI
VOCAL
Pie de paginas
1. Ley N° 27785, Ley Orgánica del Sistema Nacional de Control y de la Contraloría General de la República.
“Art. 46°.- Conductas infractoras.
763
Conductas infractoras en materia de responsabilidad administrativa funcional son aquellas en las que incurren los
servidores y funcionarios públicos que contravengan el ordenamiento jurídico administrativo y las normas internas de la
entidad a la que pertenecen. Entre estas encontramos las
siguientes conductas:
b) Incurrir en cualquier acción u omisión que suponga la transgresión grave de los principios, deberes y prohibiciones
señalados en las normas de ética y probidad de la función pública.
(…)”
2. Decreto Supremo N° 023-2011-PCM, Reglamento de Infracciones y Sanciones para la Responsabilidad
Administrativa Funcional Derivada de los Informes Emitidos por los Órganos del Sistema Nacional de Control.
“Artículo 7°.- Infracciones por trasgresión de los principios, deberes y prohibiciones establecidas en las normas de
ética y probidad de la función pública.
Los funcionarios o servidores públicos incurren en responsabilidad administrativa funcional por la comisión de infracciones
graves o muy graves, relacionadas a la trasgresión de los principios, deberes y prohibiciones establecidas en las normas de
ética y probidad de la función pública, específicamente por:
(…)
n) Incumplir, negarse o demorar de manera injustificada e intencional, el ejercicio de las funciones a su cargo, en los
procedimientos en los que participa
con ocasión de su función o cargo. Esta infracción es considerada como grave.
(…)”.
3.- Resolución de Contraloría N° 100-2018-CG, Reglamento del Infracciones y Sanciones para la Determinación de
la Responsabilidad Administrativa Funcional derivada de los Informes de emitidos por los Órganos del Sistema
Nacional de Control.
“Artículo 7°.- Infracciones por trasgresión de los principios, deberes y prohibiciones establecidas en las normas de
ética y probidad de la función pública.
Los funcionarios o servidores públicos incurren en responsabilidad administrativa funcional por la comisión de infracciones
graves o muy graves, relacionadas a la trasgresión de los principios, deberes y prohibiciones establecidas en las normas de
ética y probidad de la función pública, específi camente por:
(…)
Infracciones contra el deber de responsabilidad
n) Incumplir, negarse o demorar de manera injustificada e intencional, el ejercicio de las funciones a su cargo, en los
procedimientos en los que participa con ocasión de su función o cargo. Esta infracción es considerada como grave.
(…)”
4 Resolución de Contraloría N° 100-2018-CG
“Artículo 28°.- Funciones específicas del Tribunal Superior.
El Tribunal Superior, a través de sus órganos e instancias funcionales, posee la titularidad y ejerce, entre otras, las siguientes
funciones específicas:
(…)
k) Emitir pronunciamientos que constituyan precedentes administrativos de observancia obligatoria para la determinación
de la responsabilidad administrativa funcional o, para la interpretación o aplicación de las normas que rigen el procedimiento
sancionador. Para esto la Sala Plena sesiona obligatoriamente por lo menos una (1) vez por semestre.
(…)
“Artículo 59°.- Funciones específicas de la Sala Plena del Tribunal Superior.
La Sala Plena tiene las siguientes funciones específicas: a) Establecer los precedentes administrativos de observancia
obligatoria sobre la base de los criterios aprobados por las Salas en las resoluciones que hubieran emitido. Para el
cumplimiento de esta función la Sala Plena debe sesionar obligatoriamente por lo menos una (1) vez por semestre.(…)
5. Resolución de Contraloría N° 104-2018-CG, publicada el 6 de abril de 2018.
764