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Farmacovigilancia

segUridad centrada en el paciente


Compilación: Lucila Isabel Castro Pastrana y
Silvia Guadalupe Salas Rojas
Ericka Altamirano Luna Miguel Ángel Méndez Rojas
Aracely Angulo Molina Rosa del Carmen Milán Segovia
Isis Beatriz Bermúdez Camps Ania Ochoa Pacheco
Lucila Isabel Castro Pastrana Rodrigo Ortíz Islas
Lídice Margarita Céspedes Pérez Ivette Reyes Hernández
María Esther Flores Moreno Silvia Romano Moreno
Mariano Madurga Sanz Carmen Adriana Ruiz López
Almudena del Pilar Marqués Silvia Guadalupe Salas Rojas
Maldonado Montserrat Vallejo Dennis
Antonio Martínez Castellanos

Universidad de las américas pUebla


[ e scue l a d e ci e n ci a s ]
C o lec c i ó n
S a p i e nti a u d l ap

[escuela de ciencias]
Farmacovigilancia
Seguridad centrada en el paciente
Farmacovigilancia
Seguridad centrada en el paciente

Ericka Altamirano Luna


Aracely Angulo Molina
Isis Beatriz Bermúdez Camps
Lucila Isabel Castro Pastrana
Lídice Margarita Céspedes Pérez
María Esther Flores Moreno
Mariano Madurga Sanz
Almudena del Pilar Marqués Maldonado
Antonio Martínez Castellanos
Miguel Ángel Méndez Rojas
Rosa del Carmen Milán Segovia
Ania Ochoa Pacheco
Rodrigo Ortíz Islas
Ivette Reyes Hernández
Silvia Romano Moreno
Carmen Adriana Ruiz López
Silvia Guadalupe Salas Rojas
Montserrat Vallejo Dennis
D. R. © 2019 Fundación Universidad de las Américas, Puebla
Ex hacienda Santa Catarina Mártir, 72810
San Andrés Cholula, Puebla, México.
Tel.: +52 (222) 229 20 00 • www.udlap.mx • editorial.udlap@udlap.mx

Primera edición: julio de 2019


ISBN: 978-607-8674-02-2

Este libro se publicó con el apoyo del Hospital Puebla.


Privada de las Ramblas 4, Desarrollo Atlixcáyotl
Puebla, Puebla, C. P. 72197
Teléfono: +52 (222) 594 0600 · www.hospitalpuebla.com.mx

Diseño editorial: Angélica González Flores

Queda prohibida la reproducción parcial o total, por cualquier medio,


del contenido de la presente obra, sin contar con autorización por es-
crito del titular de los derechos de autor. El contenido de este libro, así
como su estilo y las opiniones expresadas en él son responsabilidad de
los autores y no necesariamente reflejan la opinión de la udlap.

Impreso en México.
directorio udlap
Luis Ernesto Derbez Bautista
Rector

Cecilia Anaya Berríos


Vicerrectora académica

Sergio Picazo Vela


Decano de Investigación y Posgrado

Luis Ricardo Hernández Molina


Director de Investigación y Posgrado

José Daniel Lozada Ramírez


Decano de la Escuela de Ciencias

Mayra Ortiz Prida


Directora general de la Oficina de Rectoría

Izraim Marrufo Fernández


Director de Comunicación
Índice
PRÓLOGO / 17

PREFACIO / 21

1 La farmacocinética y su relación con la farmacovigilancia / 27


Conceptos básicos / 27

La farmacocinética en la obtención de nuevos fármacos / 29

Estudios preclínicos / 30

Ensayos clínicos / 31

Ensayos clínicos fase i / 32

Estudios farmacocinéticos / 33

Administración de dosis únicas / 33

Estudios de seguridad / 34

Ensayos clínicos fase ii / 34

Ensayos clínicos fase iii / 36

Ensayos clínicos fase iv / 37

Farmacocinética de poblaciones / 40

Variabilidad farmacocinética / 43
Farmacovigilancia en interacciones medicamentosas / 54

Interacciones de carácter farmacocinético / 55

Monitorización farmacocinética y su aplicación en


farmacovigilancia / 65

Estudios de bioequivalencia y la intercambiabilidad de


medicamentos / 69

Medicamentos biotecnológicos y farmacovigilancia / 71

Reflexiones finales / 73

Bibliografía / 74

2 Farmacovigilancia de medicamentos herbolarios / 85


Utilización de medicamentos herbolarios / 85

Reacciones adversas e interacciones medicamentosas de


medicamentos herbolarios / 86

Reacciones adversas de productos herbolarios / 88

Interacciones de medicamentos herbolarios / 101

Sistemas afectados / 106

Farmacovigilancia de medicamentos herbolarios / 109

Reflexiones finales / 113

Bibliografía / 114
3 Farmacovigilancia en la atención primaria de
salud: concepción holística basada en experiencias de
investigación / 119

Introducción / 119

Sistema cubano de farmacovigilancia / 120

Investigaciones realizadas en el ámbito de la farmacia


comunitaria / 123

Herbovigilancia en la farmacia comunitaria / 124

Manejo del dolor oncológico en la farmacia comunitaria / 125

Seguimiento de pacientes diabéticos desde la farmacia


comunitaria / 128

Vigilancia de fitoterápicos desde la farmacia comunitaria / 129

Abordaje de la variabilidad interindividual desde la farmacia


comunitaria / 131

Notificaciones al scfv desde la atención primaria de salud / 132

Propuesta de una metodología para implementar programas de


farmacovigilancia en la atención primaria de salud / 135

Reflexiones finales / 142

Bibliografía / 143
4 Educación sanitaria: herramienta clave en
farmacovigilancia / 149

Introducción / 149

Comunicación efectiva en farmacovigilancia / 150

Cambio de comportamiento en salud / 155

Diseño de un servicio de educación sanitaria para lograr una


farmacovigilancia efectiva / 156

¿Cómo llevar a cabo estas técnicas durante las actividades de


educación sanitaria? / 162

El papel de los pacientes en la notificación de reacciones


adversas / 169

La notificación de las reacciones adversas de los


medicamentos / 171

Medios de comunicación en salud / 173

Reflexiones finales / 176

Bibliografía / 178

5 Gestión de errores de medicación: la evolución


natural de la farmacovigilancia / 183

Introducción / 183

Primeros pasos hacia la prevención de los errores de


medicación en el mundo / 184
Intervenciones internacionales para mejorar la seguridad del
paciente / 186

Intervenciones europeas para mejorar la seguridad del


paciente / 191

Otras actuaciones internacionales sobre seguridad del


paciente / 195

Seguridad de medicamentos: un problema no reconocido / 196

Errores de medicación en Latinoamérica / 199

Impacto de los errores de medicación en la atención


sanitaria / 216

Reflexiones finales / 224

Bibliografía / 226

6 Tecnovigilancia / 237
Introducción / 237

Evolución de la tecnovigilancia / 238

Marco conceptual en tecnovigilancia / 241

Proceso de notificación: ¿quién?, ¿qué?, ¿cómo? / 249

Tecnovigilancia en la práctica / 253

Análisis de datos en tecnovigilancia / 262


Tecnovigilancia centrada en el paciente / 263

Reflexiones finales / 267

Bibliografía / 268

7 El manejo y uso de medicamentos: sistema crítico


para la seguridad del paciente / 273

Introducción / 273

Implementación del modelo de seguridad del paciente, manejo


y uso de medicamentos en el Hospital General Regional núm. 1
de Tijuana B. C. del Instituto Mexicano del Seguro Social / 279

Modelo de seguridad del paciente en el Hospital Puebla de la


ciudad de Puebla / 294

Reflexiones finales / 306

Bibliografía / 308

8 Seguridad del paciente en la práctica: casos clínicos


de farmacovigilancia y tecnovigilancia / 313

Caso 1. TEMA: Farmacocinética / 316

Caso 2. TEMA: Farmacocinética / 317

Caso 3. TEMA: Medicamentos herbolarios / 319

Caso 4. TEMA: Medicamentos herbolarios / 321

Caso 5. TEMA: Medicamentos herbolarios / 323


Caso 6. TEMA: Errores de medicación / 325

Caso 7. TEMA: Errores de medicación / 327

Caso 8. TEMA: Tecnovigilancia / 329

Caso 9. TEMA: Tecnovigilancia / 331

Caso 10. TEMA: Tecnovigilancia / 332

Caso 11. TEMA: Tecnovigilancia / 333

Caso 12. TEMA: Tecnovigilancia / 335

Caso 13. TEMA: Farmacogenética / 338

Caso 14. TEMA: Nanomedicamentos / 342

Caso 15. TEMA: Nanomedicamentos / 345

Caso 16. TEMA: Estudios de bioequivalencia / 347

Caso 17. TEMA: Estudios de bioequivalencia / 352

Caso 18. TEMA: Atención farmacéutica / 355

Caso 19. TEMA: Atención farmacéutica / 357

SEMBLANZA DE LOS AUTORES / 365

COLABORADORES EN EL CAPÍTULO 8 / 372


PRÓLOGO
La farmacovigilancia es uno de los temas más relevantes en el modelo
de gestión de calidad del sistema de salud del país, y es una disciplina de
gran importancia en la gestión hospitalaria que vigila la atención, el
cuidado y la seguridad de los pacientes.
Hoy más que nunca, los medicamentos permiten controlar y dis-
minuir los síntomas producidos por diversos padecimientos. Sin em-
bargo, estudios actuales —como los presentados en este libro— reve-
lan pruebas contundentes de reacciones adversas que afectan a los
pacientes y que es posible prevenir mediante el uso adecuado de sis-
temas de seguridad, calidad y vigilancia de los fármacos.
Las actividades de una unidad de farmacovigilancia son parte
esencial en la práctica clínica de un hospital. Están dirigidas a identifi-
car, prevenir, evaluar y controlar posibles riesgos y reacciones adversas
en la administración de medicamentos; incrementar la efectividad de
los tratamientos médicos; establecer criterios para lograr una mejora
continua, y retroalimentar a todos los organismos e instituciones in-
volucrados con el fin de lograr una mejor calidad de vida y seguridad
para el paciente.
La alianza estratégica entre la Universidad de las Américas Pue-
bla y el Hospital Puebla hizo posible la publicación de este libro. En él
se incluyen ejemplos prácticos de lo que deben enfrentar las institu-
ciones del sector público y privado en la implementación de los pro-
tocolos requeridos para la correcta aplicación y administración de los
medicamentos, así como de la identificación de riesgos por profesio-
nales de la salud que supervisan la seguridad de los pacientes a través
de normas y procedimientos que validan el empleo de los medicamen-
tos prescritos en el tratamiento de enfermedades.

Universidad de las Américas Puebla 17


Farmacovigilancia. Seguridad centrada en el paciente es el tercer
libro que se publica como resultado de la compilación de estudios en
torno al tema coordinada por las doctoras Lucila Castro y Silvia Salas.
Se trata de un enorme esfuerzo en el enfoque de desarrollo estratégico
del modelo de seguridad de la administración correcta y racional de
los medicamentos. Está dirigido a investigadores, docentes, profesio-
nales o estudiantes de disciplinas afines.
En Hospital Puebla refrendamos nuestro compromiso por la ex-
celencia y vanguardia en los servicios de salud, tomando a la inves-
tigación y la innovación como guías. Estamos comprometidos con la
formación de nuevas y mejores generaciones de profesionales de la
salud, consolidando no sólo acciones que garanticen las buenas prác-
ticas en el uso de medicamentos, sino participando también activa-
mente en beneficio de la comunidad.
Sólo nos queda alentar y reconocer  a los participantes a dar con-
tinuidad a estos proyectos.

Miguel Rivera García


Presidente del Consejo del Hospital Puebla
Puebla, Puebla a 2 de mayo de 2019

18 Escuela de Ciencias
PREFACIO
¡Oh, mi yo! ¡oh, vida!... de sus preguntas recurrentes,
del desfile interminable de los desleales,
de las ciudades llenas de necios,
de mí mismo que me reprocho siempre
(pues, ¿quién es más necio que yo, ni más desleal?),
de los ojos que en vano ansían la luz, de los objetos
significado, de la lucha siempre renovada,
de los malos resultados de todo, de las multitudes
afanosas y sórdidas que me rodean,
de los años vacíos e inútiles de los demás,
con los demás yo entrelazado, la pregunta, ¡oh, mi yo!, t
an triste, recurrente
— ¿qué hay de bueno en todo esto, oh, mi yo, oh, vida?
Respuesta.
Que estás aquí — que existe la vida y la identidad,
que la poderosa obra continúa,
y que tú puedes contribuir con un verso.

O Me! O Life! de Walt Whitman (1819-1892) 

Cada palabra, cada esfuerzo, cada proyecto en farmacovigilancia, no


son en vano; mucho menos en Latinoamérica donde los retos en la
atención sanitaria se hacen más complejos día con día y requieren
abordarse en tiempo real y desde todas sus posibles aristas. Es por
ello que los autores participantes en esta obra han plasmado su expe-
riencia y entusiasmo con el afán desinteresado de compartirlos con
cada lector y hacerlos coincidir ahí, donde los ideales más ambicio-
sos se conciben y materializan. En alusión a la propuesta del padre
del verso libre, Walt Whitman, de no bajar la guardia ante los mayores
contratiempos, la seguridad del paciente es, justamente, un ámbito en
donde aún lo mínimo que sea posible aportar será valioso.

Universidad de las Américas Puebla 21


En el transcurso de la publicación de esta serie de libros (Farma-
covigilancia: La seguridad de los medicamentos en el siglo XXI, en
2015; Retos actuales en farmacovigilancia: Una visión integral de los
desafíos de la atención sanitaria, en 2017), en México se han susci-
tado importantes modificaciones tanto en la regulación como en los
procedimientos y modelos para garantizar que se gestionen oportu-
namente los riesgos por el uso de medicamentos en los diferentes ám-
bitos de la atención sanitaria. Lo anterior ha ocurrido desde luego en
respuesta a iniciativas globales y a la necesidad de una homologación
con las mejores prácticas internacionales. Mientras se imprime este li-
bro, aún más cambios se vislumbran en el horizonte farmacéutico. Las
autoridades sanitarias habrán de priorizar la seguridad por encima de
cualquier otro interés, basándose en la evidencia científica, en las ex-
periencias de éxito y en un ejercicio de recopilación y análisis de las
mejores prácticas para lograr la definición de nuevos modelos y exigir
su implementación.
En México, la farmacovigilancia tiene fallas de origen que la dis-
ciplina ha arrastrado como un pesado lastre desde su instauración y
a lo largo de más de 20 años buscando crecer y armonizarse con pro-
gramas homólogos en todo el mundo. Por ejemplo, tras la publicación
de la primera versión de la NOM-220, los servicios de farmacovigilan-
cia fueron los primeros servicios farmacéuticos hospitalarios imple-
mentados en muchos hospitales mexicanos. Sin embargo, estos pro-
gramas se constituían por lo general como un requisito burocrático y
administrativo para el cumplimiento de la norma, sin valorar su po-
tencial impacto en la optimización del uso y acceso a los recursos far-
macoterapéuticos, en la reducción de los gastos en atención en salud
y en la seguridad de los pacientes. Desafortunadamente, al requerir la
farmacovigilancia del soporte y operación eficientes de servicios far-
macéuticos básicos, como los de selección, adquisición, distribución e
información de medicamentos, su implementación y fortalecimiento
han experimentado importantes deficiencias.
Ciertamente en los campos clínicos, tanto de atención prima-
ria como hospitalaria, ha sido difícil que la farmacovigilancia opere
embebida en procesos clínicos que permitan su retroalimentación y

22 Escuela de Ciencias
aporte a procesos logísticos, de soporte y de gestión. Esta ejecución
desarticulada de la farmacovigilancia se ha visto también afectada por
liderazgos diluidos en escenarios de escasos recursos, tanto humanos
como económicos.
Incluso, la trascendencia de las actividades de farmacovigilancia
de la industria farmacéutica que goza de mayores recursos se ha visto
limitada por la insuficiente coordinación con los hospitales, la acade-
mia, las farmacias y los pacientes, dentro del marco de iniciativas con-
juntas con el gobierno.
De hecho, la atención farmacéutica es uno de los grandes faltan-
tes en los modelos de salud de muchos países de Latinoamérica por
lo que, más que farmacovigilantes, se requieren farmacéuticos en
toda la extensión de la palabra. Es decir, profesionales cuyo rol se ex-
panda continuamente a la par de la complejidad de los tratamientos
y de los retos clínicos; que velen en todo momento por que los riesgos
de cada farmacoterapia jamás sobrepasen sus beneficios, y por que la
calidad de los medicamentos destinados a cubrir las necesidades sa-
nitarias de la población jamás se sacrifique a cambio de su disponibi-
lidad y asequibilidad.
Es en este contexto que los autores implicados en este libro, co-
nocedores de la realidad práctica y compleja de la farmacovigilancia
de campo, exponen cada tema desde una perspectiva holística y sis-
témica, y con el paciente como principal foco hacia donde encauzar la
aplicación de conceptos y la materialización de propuestas.
La farmacocinética clínica, desde su aporte a la individualización
de la farmacoterapia; la atención primaria de salud, como plataforma
para incidir de manera integral, integrada y continua en el uso racio-
nal de los medicamentos; la educación sanitaria, como importante
herramienta para la promoción de la salud y para la prevención de
problemas relacionados con los medicamentos, y la tecnovigilancia,
desde su misión de proteger la salud y la seguridad de los usuarios de
dispositivos médicos, se presentan como importantes soportes en la
detección oportuna de riesgos sanitarios de los insumos para la salud.
Esta obra introduce también dos componentes estratégicos de la
farmacovigilancia del siglo XXI: el monitoreo de las reacciones adver-

Universidad de las Américas Puebla 23


sas de los medicamentos herbolarios y el reporte y gestión de los erro-
res de medicación que ocurren durante la atención sanitaria. Ambas
actividades auguran ampliar la visión en materia de seguridad del pa-
ciente y acrecentar la contribución de la farmacovigilancia a la calidad
asistencial en los sistemas de salud de todo el mundo.
También enriquecen, sin duda, a este texto las experiencias de dos
hospitales que implementaron de manera exitosa el modelo de segu-
ridad del paciente de México, y cuyos ejemplos muestran que el fo-
mento de la cultura de calidad y seguridad para mejorar los procesos
en beneficio de los pacientes no sólo no es una tarea fácil, sino que se
trata de una labor permanente ante retos constantes.
Como colofón, el presente libro ofrece un capítulo con casos clíni-
cos y sus respectivas soluciones o respuestas, los cuales han sido dise-
ñados académicamente a partir de situaciones reales para enfrentar
a los lectores con la aplicación práctica de conceptos y métodos, en
apego a la normatividad que aplique.
Todo este contenido muestra que la farmacovigilancia es una dis-
ciplina de gestión de riesgos con preponderante enfoque clínico y con
un sentido holístico centrado en los pacientes y en su seguridad.

Lucila Isabel Castro Pastrana

24 Escuela de Ciencias
1
26 Escuela de Ciencias
La farmacocinética y su relación
con la farmacovigilancia
Rosa del Carmen Milán Segovia
Silvia Romano Moreno
Ma. Esther Flores Moreno

Conceptos básicos
Una manera de explicar la diferencia y variabilidad encontrada en la
respuesta a un fármaco y la aparición de reacciones adversas medi-
camentosas (ram) es a través del estudio de la farmacocinética. Para
lograr que un fármaco produzca un efecto terapéutico se requiere de
su adecuada concentración en el receptor diana. La farmacocinética
estudia la relación que existe entre la dosis administrada de un fár-
maco y su concentración en el organismo, o en sus compartimientos
en función del tiempo, como producto de los procesos de absorción,
distribución, metabolismo y eliminación (procesos adme). Los cambios
de concentración del fármaco observados en los fluidos biológicos a lo
largo del tiempo en un perfil farmacocinético pueden relacionarse
en gran medida con la intensidad de la respuesta farmacológica y su
duración1.
En la figura 1.1 se observa el perfil farmacocinético de un fármaco
desde el inicio del incremento de concentraciones para alcanzar la
concentración plasmática máxima (Cpmax) y su descenso hasta com-
pletar todo el proceso de eliminación.

Universidad de las Américas Puebla 27


Cp
Concentración mínima tóxica

Cpmax
Intensidad del efecto

Concentración mínima efectiva

Área bajo la curva

0 tmax tiempo
Latencia de
absorción Inicio del efecto Término del
efecto

Figura 1.1
Perfil farmacocinético y concentraciones terapéuticas

En este caso, la Cpmax se ubica en el rango de concentraciones


efectivas y la duración del efecto comprenderá el tiempo en el cual
las concentraciones de fármaco se encuentran dentro de la zona del
efecto terapéutico. Durante el desarrollo de los estudios clínicos de los
fármacos se determinan las dosis de los tratamientos farmacológicos,
con el propósito de que las concentraciones plasmáticas se coloquen
dentro del rango en el que existe la mayor probabilidad de conseguir
una respuesta o un efecto farmacológico, con el menor riesgo de toxi-
cidad2. No obstante, en la práctica clínica pueden registrarse respuestas
nocivas e involuntarias a las dosis farmacológicamente efectivas, lo
que puede ser causa de morbilidad, admisión hospitalaria o, en casos
extremos, el deceso de una persona.

28 Escuela de Ciencias
La farmacocinética en la obtención
de nuevos fármacos

En las diferentes etapas de la obtención de nuevas moléculas de apli-


cación terapéutica, la farmacocinética y el desarrollo de ram son te-
mas centrales. La investigación de nuevos fármacos se orienta con
frecuencia a mejorar algunas características farmacocinéticas de la
molécula en desarrollo. Esto último se consigue mediante cambios en
la estructura química o, en ocasiones, se requiere hacer cambios en la
formulación farmacéutica, lo que puede modificar la cinética de libe-
ración, el acceso a los tejidos e incluso a los procesos de metabolismo
y excreción. Los principales determinantes de la variabilidad inter e in-
traindividual en la respuesta a los fármacos radican —entre otros fac-
tores— en las diferencias en las propiedades farmacocinéticas.
Cuando se obtiene un nuevo principio activo, lo primero que se
debe demostrar es su eficacia y seguridad a través de estudios preclíni-
cos y clínicos. Cualquier molécula obtenida de fuentes naturales, sin-
téticas, semisintéticas o por organismos genéticamente modificados,
y que tenga potencial para aplicarse como fármaco, deberá ser eva-
luada con metodología específica. Así ocurre —por ejemplo— actual-
mente con productos de origen marino para el tratamiento del cáncer3
o nuevos agentes contra la tuberculosis4 que están bajo evaluación en
fase preclínica y clínica o, en fase preclínica I, II y III, respectivamente.
Como parte de los estudios que se deben realizar durante el de-
sarrollo de un nuevo principio activo, la farmacocinética contribuye a
determinar el destino del fármaco en el organismo y las velocidades de
transferencia entre los sitios a los que tiene acceso: todos los estudios
preclínicos y clínicos deben realizarse con protocolos estrictamente
evaluados en forma ética y planificada5.
Existen diversos reportes en la literatura científica que muestran
la complejidad y exhaustividad de los proyectos de investigación de
un nuevo fármaco. La evaluación en ellos, de la relación de la farma-
cocinética con la aparición de efectos adversos, es de suma relevancia.
Por ejemplo, se puede mencionar el caso de la formación de un conjugado

Universidad de las Américas Puebla 29


del tamoxifeno que permitió una mejor absorción a la par de una
disminución de su toxicidad6 y el de las gliptinas, cuyos estudios de
farmacocinética clínica demostraron su toxicidad en pacientes con
daño renal7.
En el primer caso, los investigadores mejoraron la baja absorción
y baja biodisponibilidad del tamoxifeno, fármaco para el tratamiento
del cáncer, a partir del tracto gastrointestinal, mediante el diseño de
un conjugado de este fármaco con un derivado del ácido biliar litocó-
lico estable a pH gástrico (LCA-Tam-PC). Mediante estudios in vitro se
demostró la selectividad de dicho conjugado por células cancerosas
en lugar de células normales. En estudios preclínicos con ratones
BALB/c, en tratamiento con el conjugado LCA-Tam-PC, se demostró el
potencial antitumoral, la toxicidad y la supervivencia media en el tu-
mor 4T1 a través de la significativa reducción en el volumen tumoral,
el peso del tumor y la hepatotoxicidad reducida en comparación con el
fármaco original. Los estudios farmacocinéticos de este compuesto
resultaron en una mejor absorción intestinal, así como mayor acumu-
lación en el sitio tumoral para lograr una mejor actividad antitumoral6.
En lo que respecta a las gliptinas, compuestos inhibidores de la
enzima DPP-4 para el tratamiento de la diabetes tipo II, los estudios
clínicos sugieren que, a pesar de que exhiben una adecuada seguridad,
es preciso que se ajusten las dosis en pacientes con falla renal para
evitar su acumulación. Sólo la linagliptina, la cual se elimina 84% en
heces, no requiere ajuste de dosis cuando hay daño renal. Este dato
es muy relevante desde el punto de vista clínico, dado que una alta
proporción de pacientes diabéticos presentan enfermedades renales7.

Estudios preclínicos
Estos estudios se realizan en animales de experimentación —cuando
menos en dos especies diferentes— con el fin de obtener información
sobre la seguridad del nuevo fármaco. Las pruebas de seguridad de
esta fase implican la determinación de la toxicidad aguda, subaguda
y crónica; se revisan posibles daños histopatológicos, fisiológicos y

30 Escuela de Ciencias
bioquímicos, así como los posibles efectos sobre el aparato reproduc-
tivo y la posibilidad de mutagénesis y carcinogénesis. Aunque en es-
tas pruebas se aplican dosis muy superiores a aquellas que se suponen
serán usadas en humanos, los resultados orientan hacia la evaluación
riesgo/beneficio para su empleo clínico8. Por lo general, menos del
10% de los compuestos que inician la etapa preclínica son aprobados
para continuar con los estudios en humanos9.
La fase inicial del desarrollo de nuevos fármacos puede resultar
complicada, riesgosa y costosa; los datos farmacocinéticos y farmacodi-
námicos obtenidos de modelos animales no siempre resultarán pre-
dictivos para el humano10. Un caso interesante acerca de la diferencia
en especies es la fludarabina para el tratamiento de la leucemia. A par-
tir de datos en perros se estableció emplear para la fase 1 en humanos
una dosis única de 260 mg/m2 por perfusión intravenosa (más de diez
veces superior a la dosis actualmente recomendada). Esta dosis pro-
vocó severa neutropenia en los pacientes participantes del estudio.
Antes de esta fase, la fludarubina fue evaluada en roedores y perros,
sin embargo, mediante subsecuentes investigaciones se confirmó que
el perro metabolizó este agente de manera diferente que los roedo-
res y humanos. En consecuencia, la dosis inicialmente empleada,
basada en los estudios de tolerancia en el perro, requirió una impor-
tante reducción a 25 mg/m2/día durante cinco días para continuar los
estudios en el hombre. Después de proseguir con las diferentes fases
de investigación de este fármaco, la FDA lo aprobó y ahora tiene más de
dos décadas en la terapéutica de la leucemia linfocítica crónica11.

Ensayos clínicos
Por lo general, de mil compuestos estudiados sólo uno llega a la etapa
clínica. Cuando un fármaco nuevo obtiene la autorización gubernamen-
tal para su investigación en humanos, la Food and Drug Administration
(fda, por sus siglas en inglés) le asigna una aplicación denominada
Investigational New Drug Application (ind, por sus siglas en inglés)
con la que se autoriza al patrocinador, generalmente una compañía far-

Universidad de las Américas Puebla 31


macéutica, a realizar los estudios clínicos12. Los estudios clínicos inclu-
yen cuatro fases que deben ser debidamente planeadas y ejecutadas,
de éstas, tres se realizan antes de comercializar el nuevo fármaco y la
cuarta se efectúa tras su aprobación por la fda. En función de los ob-
jetivos, las primeras fases pretenden conocer el perfil farmacocinético
y de seguridad, las fases posteriores evalúan su eficacia clínica y la
última estudia la efectividad en la práctica clínica.

Ensayos clínicos fase i


Constituye la primera administración en humanos la cual requiere ser
aprobada por un comité de ética y una agencia regulatoria. Tanto los
sujetos en estudio como los investigadores conocen el medicamento
que se está administrando. El objetivo de esta fase consiste en esta-
blecer el rango de dosis tolerables, la dosis máxima y el perfil de se-
guridad de la molécula candidata a convertirse en nuevo fármaco, así
como determinar los efectos farmacológicos en el humano y los pa-
rámetros farmacocinéticos antes de ser administrado a pacientes8. El
principio activo, a excepción de fármacos citotóxicos, se administra a
un número pequeño (20 a 80) de voluntarios sanos en un solo centro
de investigación dentro del marco de estudios controlados o no con-
trolados, aleatorizados o no aleatorizados, siendo imprescindible el
consentimiento informado y autorizado por cada uno de los partici-
pantes13. Por ejemplo, actualmente, se está llevando a cabo un estudio
en fase I con la administración de ACH-5548, una nueva molécula in-
hibidora del factor D del complemento, con el objetivo de evaluar su
tolerabilidad y seguridad. Se espera contar con resultados PK/PD preli-
minares, al incluir 28 sujetos en un estudio randomizado con placebo.
El uso potencial de esta molécula sería en enfermedades relacionadas
con el sistema inmune tales como glomerulonefritis y hemoglobinu-
ria paroxística nocturna14.

32 Escuela de Ciencias
Estudios farmacocinéticos
Los principales objetivos de estos estudios son seleccionar la vía de
administración, diseñar la formulación farmacéutica, conocer la capa-
cidad de acceso a órganos y tejidos, establecer las vías metabólicas, así
como caracterizar los procesos de eliminación y diseñar los regímenes
de dosificación. Se requiere contar con un método analítico validado
para determinar las concentraciones sanguíneas del fármaco y sus me-
tabolitos durante el seguimiento de los niveles por lo menos durante
cuatro vidas medias. Se inicia con dosis subterapéuticas y se van esca-
lando gradualmente en múltiplos; suele elegirse una fracción pequeña
de la dosis que provoca toxicidad grave en la especie más sensible, ge-
neralmente 1/10 de la dosis letal (DL) diez en ratones. Hay excepcio-
nes y, además, nada garantiza absolutamente que esta dosis resulte
segura en humanos. Los resultados se analizan mediante programas
informáticos con el propósito de construir modelos matemáticos y, a
partir de éstos, tomar las decisiones correspondientes. Por ejemplo,
el estudio se puede interrumpir si se encuentra que el tiempo de vida
media es demasiado corto o demasiado largo, o si la biodisponibili-
dad es muy baja8.
Los estudios de farmacocinética son esenciales para la toma de
decisiones. Por ejemplo, se determinó que el oseltamivir, utilizado en
el tratamiento de la influenza, no debe administrarse en niños meno-
res de un año, debido a que su barrera hematoencefálica no está com-
pletamente desarrollada. En estudios preclínicos llevados a cabo con
dosis de 1000 mg/kg en ratas de siete días de nacidas, este fármaco
produjo muertes asociadas a concentraciones altas en el sistema
nervioso central15.

Administración de dosis únicas


La dosis inicial empleada en este tipo de estudios suele ser de 1 a 2%
de la dosis eficaz. Es recomendable dejar un periodo de lavado por lo
menos de siete vidas medias para que se elimine todo el fármaco del
organismo antes de la administración de la segunda dosis. Esto evita

Universidad de las Américas Puebla 33


la persistencia de efectos residuales, así como la presencia de altera-
ciones analíticas antes de pasar al siguiente nivel de dosis. Al principio,
los incrementos entre dosis suelen ser de 100% y al acercarse a la dosis
máxima, de 30 a 50%; posteriormente, los estudios de farmacociné-
tica tras la administración de dosis repetidas tendrán la finalidad de
determinar las concentraciones en el estado estacionario.

Estudios de seguridad
El surgimiento de una RAM en la primera fase de investigación clínica,
generalmente no se puede prevenir; se reconoce que el riesgo es des-
conocido, aunque los efectos adversos en la mayoría de los estudios
realizados en la fase I son muy bajos. La posibilidad de que se presenten
RAM se evalúa mediante la medición de algunos parámetros bioquí-
micos y hematológicos en muestras de sangre, además de los sínto-
mas y pruebas fisiológicas, como presión arterial, frecuencia cardíaca
y electrocardiograma, entre otras. Si el fármaco no es bien tolerado, no
se continúa con la siguiente fase; la duración total de la fase I suele
ser de 9 a 18 meses12.

Ensayos clínicos fase ii


En esta fase se estudia el mecanismo de acción y se continúa con la
evaluación de la seguridad y la farmacocinética del posible nuevo fár-
maco, pero ahora en voluntarios enfermos, es decir, en pacientes que
padecen la enfermedad o condición clínica de interés. Los objetivos
son demostrar la eficacia, delimitar el intervalo de dosis terapéuticas,
verificar la seguridad de éstas y valorar la relación eficacia/efectos
adversos en pacientes, los cuales se encuentran en constante y es-
tricta supervisión tanto médica como de cumplimiento terapéutico
(el número de sujetos participantes es de 100 a 300). Estos ensayos
generalmente son aleatorizados, doble-ciego, controlados, compara-
dos con el fármaco de referencia (o tratamiento estándar para la en-

34 Escuela de Ciencias
fermedad de interés) y con criterios de inclusión muy restrictivos para
tener una muestra lo más homogénea posible que permita com-
probar la eficacia. Un objetivo fundamental es establecer la dosis o la
pauta más eficaz, así como la relación entre la dosis, la concentración
y la eficacia del nuevo fármaco, por lo que se utilizan los ensayos de
búsqueda de dosis. Aunque esta fase del desarrollo clínico suele du-
rar de uno a tres años, el paciente tiene derecho a retirarse del estudio
en cualquier momento.
El estudio de búsqueda de dosis deberá incluir al menos tres ni-
veles de dosis: una dosis subóptima poco eficaz, una teóricamente
óptima y otra superior, con la finalidad de verificar si aumenta la efi-
cacia; además de un grupo de pacientes tratados con el fármaco de re-
ferencia. La demostración de una clara relación dosis-respuesta es una
buena garantía. Por el contrario, si de las tres dosis ensayadas sólo
una es eficaz, surgen bastantes dudas. Si la dosis eficaz es la más alta,
se deberán evaluar dosis superiores; la dosis máxima será de 10 a 16%
de la dosis máxima tolerada en animales. En los primeros estudios se
suele administrar una dosis única y después de analizar los resultados
se decide si procede continuar con la siguiente. Los ensayos de dosis
escalonada o de titulación de dosis consisten en que todos los pa-
cientes empiezan con una dosis baja, supuestamente eficaz y, según
la respuesta observada, se aumenta hasta alcanzar la eficacia óptima
o hasta que aparezcan efectos adversos. Estos estudios proporcionan
información sobre la variabilidad interindividual de la respuesta tera-
péutica. En los ensayos a dosis fijas, se administran diferentes dosis
que se mantienen constantes a lo largo del tiempo. Estadísticamente
este tipo de diseño es más robusto, pero no refleja la variabilidad de
las respuestas individuales y requiere un elevado número de sujetos.
En esta fase, el clínico necesita estar familiarizado con la patología que
se está tratando y diseña con frecuencia un estudio ciego en donde los
pacientes desconocen el tratamiento. Además del grupo que recibe el
fármaco nuevo, se incluye otro grupo que recibe el fármaco de referen-
cia (control positivo)12.
Cuando los resultados de los estudios fase I y fase II han demostrado
que el nuevo agente es razonablemente seguro y potencialmente eficaz,

Universidad de las Américas Puebla 35


se continua con la siguiente fase de investigación. Por ejemplo la plazo-
micina, una nueva molécula parecida a los aminoglucósidos que tiene
la ventaja de incluir en su espectro antimicrobiano patógenos Gram- y
Gram+, y que además presenta resistencia a la acción de las enzimas me-
tabolizadoras, presentó resultados prometedores desde los estudios de
fase II16. Estos ensayos doble ciego realizados en pacientes con infección
complicada del tracto urinario y pielonefritis aguda no reportaron oto-
toxicidad ni nefrotoxicidad, lo que le permitió avanzar exitosamente
en las fases de desarrollo de modo que, a mediados de 2018, recibió la
aprobación por parte de la fda precisamente para el tratamiento de
infecciones urinarias en pacientes de 18 años en adelante.

Ensayos clínicos fase iii


Debido a que el ensayo fase III es el último estudio que se realiza antes
de la comercialización del fármaco, la administración de éste se ten-
drá que aproximar a las circunstancias habituales de sus indicaciones
potenciales. En esta fase se llevan a cabo estudios que evalúan la se-
guridad y eficacia del tratamiento experimental a corto y largo plazo,
y el nuevo fármaco se compara con otros tratamientos en uso. En esta
fase se realizan estudios multicéntricos y se documentan los efectos
colaterales y efectos adversos más frecuentes; por razones éticas no
se incluye a niños, mujeres embarazadas ni ancianos (pueden partici-
par entre tres mil a cinco mil pacientes). En estos ensayos es necesario
contar con una póliza de seguro que cubra las eventualidades que pu-
dieran surgir (estos estudios son muy costosos y en promedio duran
cinco años). Para tener mayor validez en los resultados, el diseño del
ensayo deberá ser doble ciego y con distribución aleatoria de los pa-
cientes, comparando el nuevo fármaco con un tratamiento estándar.
En esta fase, una de las actividades más importantes es la farma-
covigilancia para descubrir a tiempo las ram desconocidas hasta ese
momento e identificar factores de riesgo antes de que el fármaco sea
comercializado. Para detectar un número reducido de reacciones
adversas es preciso incluir un elevado número de pacientes en la fase

36 Escuela de Ciencias
III. En un caso hipotético, si un fármaco causa cierta RAM en 1 de 1,000
usuarios, para detectar ese evento con 95% de seguridad, se requeriría
observar a tres mil usuarios. Se aplica una regla de tres inversa bajo el
argumento de que para tener 95% de seguridad de registrar que ocu-
rra un evento en 1 por x-sujetos, se tienen que observar a 3x sujetos12,17.
Ésta es una etapa en la que se conjuntan una serie de estudios de
gran importancia para establecer el balance beneficio/riesgo de las
nuevas moléculas y es donde ocurre el mayor descarte de éstas. Así lo
muestran los resultados de estudios de nuevos fármacos para tratar
enfermedades cardiovasculares, donde el 44% fueron descartados
debido a una eficacia inadecuada y un 24% por aspectos relaciona-
dos con la seguridad18.
Cuando el patrocinador está convencido de que los datos obte-
nidos en la fase III justifican aprobar el fármaco como eficaz y seguro
para el uso propuesto, procede a solicitar una aplicación de fármaco
nuevo (New Drug Application, NDA por sus siglas en inglés) para ini-
ciar la comercialización. En Estados Unidos es la FDA el organismo que
aprueba y otorga la NDA en un lapso de seis a diez meses12. La experien-
cia señala que una de cada diez sustancias que comienzan las fases
clínicas progresan hacia la comercialización8.

Ensayos clínicos fase iv


Aquí se incluyen los estudios de utilización de medicamentos, sobre
todo de farmacovigilancia y farmacoeconomía, ya que a través de és-
tos se puede analizar y establecer la eficacia terapéutica real, la segu-
ridad a largo plazo (ram), así como el impacto económico de la nueva
herramienta farmacoterapéutica. Son estudios que amplían el conoci-
miento de la eficacia del fármaco durante el uso prolongado, así como
las ram que ocurren a largo plazo o que son poco frecuentes, la sobre-
dosificación, las interacciones medicamentosas y las necesidades de
actuación en poblaciones especiales.
En general, previo a la comercialización de los fármacos, la mayo-
ría presenta una adecuada relación riesgo/beneficio, de tal manera
que el objetivo de la fase IV se centra más en los efectos indeseables.

Universidad de las Américas Puebla 37


Las RAM que tienen una frecuencia menor a 0.4% son detectadas du-
rante la fase IV19. La fase IV involucra todos los aspectos de investi-
gación del nuevo fármaco para su extenso uso clínico en población
abierta. En esta fase se considera realizar una vigilancia continua de la
seguridad del nuevo medicamento en las condiciones reales de uso,
en un gran número de pacientes. Es muy importante que el patrocinador
informe a las agencias regulatorias cada tres meses durante el primer
año, cada seis meses durante el segundo y, posteriormente, cada año,
sobre los estudios clínicos realizados con el nuevo medicamento, so-
bre la cantidad de medicamento distribuido, los efectos colaterales,
reacciones alérgicas o tóxicas y fracasos que haya tenido para ejercer
su acción farmacológica. Los resultados de los estudios de farmacovi-
gilancia pueden limitar el uso del nuevo medicamento a un grupo de
pacientes particulares, o definitivamente retirarlo del mercado.
Toda la información recopilada por el patrocinador durante la fase
IV debe ser transmitida a las agencias regulatorias. Por ejemplo, en
México, la Secretaría de Salud, a través de la Comisión Federal para la
Protección contra Riesgos Sanitarios (cofepris), tiene la responsabi-
lidad de asegurar que los nuevos medicamentos demuestren ser efi-
caces y seguros en el uso clínico cotidiano.
El proceso completo de los ensayos clínicos debe realizarse con
apego a guías internacionales publicadas por la Conferencia Interna-
cional de Armonización (International Conference on Harmonization,
ICH por sus siglas en inglés). El tiempo que transcurre entre la pre-
sentación de una solicitud de patente y la aprobación para la venta
de un nuevo medicamento puede ser de diez a quince años y el costo
asciende de 500 a 1,000 millones de dólares. En el mejor de los casos,
cuando un fármaco es comercializado se conocen sus características
fisicoquímicas, su farmacocinética y su perfil de actividad farmaco-
lógica y toxicológica, entre otras. Sin embargo, difícilmente se puede
conocer el perfil de reacciones adversas raras tras la fase III de la inves-
tigación farmacológica clínica, lo que se traduce en que cada año se
presenten efectos adversos relacionados con fármacos en un 50% en
pacientes hospitalizados.

38 Escuela de Ciencias
En Francia, una forma de abordar esto es a través de la iniciativa
Sentinel mediante la cual se ha recomendado el uso de registros elec-
trónicos de la salud para acentuar la farmacovigilancia, lo cual se po-
dría adaptar a otros países20.
Como puede observarse, la farmacocinética acompaña el desa-
rrollo de un nuevo fármaco desde sus primeras etapas, mientras que
los estudios de farmacovigilancia van intensificándose gradualmente
para evaluar la aparición de eventos adversos conforme aumenta el
número de individuos que se exponen a él (ver figura 1.2). Convenien-
temente, las finalidades de ambas disciplinas se complementan al
contribuir con la mejora de los esquemas terapéuticos ya existentes.
Por ejemplo, en 2016, en Estados Unidos se identificaron 48 casos de
eventos cardíacos atribuidos al fármaco antidiarreico loperamida, re-
portados a la faers (fda, Adverse Event Reporting System), para los
cuales se determinó que se produjeron por utilizar dosis superiores a
las aprobadas para adultos, que son de 8 mg al día, o bien por la admi-
nistración concomitante con fármacos inhibidores del CYP3A4 o del
CYP2C8 como la quinidina21. Un ejemplo similar se relacionó con los ca-
sos de toxicodermia grave por el síndrome DRESS (por sus siglas en in-
glés, Drug Rash with Eosinophilia and Systemic Symptoms) que se han
reportado con el uso del fármaco antipsicótico olanzapina22.

Farmacovigilancia

Fase I Fase II Fase III Fase IV

Farmacocinética

Figura 1.2
Fases de investigación de nuevos fármacos y predominancia de los
estudios farmacocinéticos y de farmacovigilancia en cada una de ellas

Universidad de las Américas Puebla 39


También como parte de la fase IV, recientemente se ha introdu-
cido la ecofarmacovigilancia como actividad enfocada a la detección
y evaluación de los eventos adversos relacionados con la exposición a
los contaminantes tóxicos provenientes tanto de fármacos desecha-
dos de manera incorrecta al medio ambiente y medicamentos cadu-
cos, como de aquellos provenientes de las descargas de la industria
farmacéutica y de las excretas fisiológicas. Algunos métodos que se
proponen para obtener información para esta rama de la farmacovi-
gilancia son el reporte espontáneo de eventos adversos a las agencias
regulatorias, la monitorización intensiva de los productos farmacéuticos
que se producen en grandes volúmenes y, por lo tanto, con alto poten-
cial de contaminación del ambiente, y la creación y análisis periódico
de bases de datos que comparen estudios de cohortes y estudios de
casos y controles23.

Farmacocinética de poblaciones
Durante el uso de los fármacos en la práctica clínica puede registrarse
alta variabilidad interindividual en la respuesta farmacológica. Esto
implica que en diferentes pacientes los fármacos podrán ser utilizados
de manera segura, pero en otros podrán ocasionar efectos adversos de
diferente magnitud. Las modificaciones en la farmacocinética de un
determinado fármaco ayudan a explicar por qué se obtienen diferen-
tes respuestas entre los sujetos.
La farmacocinética de poblaciones es un área de especialización
que estudia la variabilidad inter e intraindividual de la disposición de
fármacos en una población determinada, así como la influencia
de covariables antropométricas, fisiopatológicas, genéticas y clínicas.
Su objetivo es identificar subpoblaciones de individuos que pueden
presentar diferencias en la cinética de los fármacos y cuantificar su
variabilidad24. Los modelos poblacionales proporcionan una guía ini-
cial para desarrollar regímenes de dosificación con el fin de alcanzar y
mantener concentraciones plasmáticas adecuadas en los pacientes.

40 Escuela de Ciencias
Su aplicación contribuye a conseguir una utilización más eficaz y se-
gura de los medicamentos25.
La farmacocinética poblacional tiene numerosas aplicaciones en
el desarrollo de fármacos efectivos y seguros, desde las etapas preclínicas
y clínicas, hasta la fase de poscomercialización, así como en la monito-
rización terapéutica de fármacos y en la preparación de guías de dosi-
ficación para grupos particulares de pacientes. Otra aplicación radica
en el registro de medicamentos, campo en el cual se empieza a exigir
el conocimiento de la cinética del fármaco en la población a la que va
a ser administrado, así como para identificar grupos de pacientes en
quienes los fármacos ya registrados pueden emplearse de manera se-
gura y efectiva26. En el caso de estudios preclínicos, la farmacocinética
poblacional se aplica para el escalamiento alométrico y análisis toxi-
cocinético, así como para determinar las dosis «de primer uso en el
hombre».
Un modelo farmacocinético poblacional puede estructurarse en
la fase II para obtener conocimiento inicial sobre la relación de cova-
riables con parámetros farmacocinéticos, y determinar la variabilidad
inter e intraindividual27. Durante las fases II y III se promueve el cribado
farmacocinético, cuyo propósito es probar la relación entre resulta-
dos particularmente inusuales, como toxicidad inesperada y varia-
bilidad farmacocinética. El análisis poblacional tiene vasta aplicación
en la dosificación de medicamentos, tanto en el diseño inicial de regí-
menes de dosis como en la optimización de la posología para menor
incidencia de efectos adversos25, pues mientras que inicialmente un
gran número de ecuaciones y nomogramas proporcionan una razona-
ble guía para dosificar, para el posterior proceso de monitorización de
concentraciones y ajuste de dosis se requiere de técnicas de estimación
bayesiana26. El conocimiento de la relación entre dosis, concentración y
correlación con respuesta clínica y fisiopatología es esencial para la
selección de dosis apropiada en una terapia medicamentosa y de ma-
yor beneficio en diferentes poblaciones de pacientes, desde infantes
prematuros y enfermos graves, hasta pacientes con falla renal o con
fibrosis quística, entre otros28.

Universidad de las Américas Puebla 41


Como respuesta a incrementar el conocimiento de la farmacoci-
nética de diversos fármacos en población mexicana, se han realizado
algunos estudios poblacionales con carbamazepina29,30, valproato de
magnesio31, cefepima32, albendazol33, meropenem34, rifampicina35, gen-
tamicina36, tacrolimus37, vancomicina38 y levetiracetam39, entre otros.
En el caso de la cefepima, el trabajo reportado hace énfasis en conocer la
farmacocinética poblacional en neonatos con el objeto de determinar
los factores que influyen en las concentraciones plasmáticas y realizar
un modelaje matemático para una adecuada predicción de éstas con un
mejor esquema de dosificación32. El problema identificado antes de
realizar el estudio poblacional fue la alta predisposición a convulsio-
nes de los recién nacidos que recibían dosis mayores a las necesarias.
En el caso de la tuberculosis se administra una combinación de
antibióticos muy efectivos, pero a la vez muy hepatotóxicos, entre los
que destacan la isoniazida, la rifampicina y la pirazinamida. En particu-
lar, la isoniacida puede elevar más de dos veces el límite normal de
los niveles de aminotransferasas, bilirrubina directa y fosfatasa, por lo
que se recomienda aplicar pruebas de funcionamiento hepático du-
rante el tratamiento antifímico40. Por su parte, la rifampicina además de
causar toxicidad hepática tipo colestásica, produce un síndrome gripal
caracterizado por fiebre, escalofríos, malestar general y dolor corpo-
ral cuando se administra en regímenes intermitentes. No obstante, es
de suma utilidad tener identificados otros factores asociados a la pre-
disposición de hepatotoxicidad41. En población mexicana sólo se ha
reportado un estudio de farmacocinética poblacional de rifampicina
en el que se demuestra la influencia que tiene el volumen de distribu-
ción y el aclaramiento del fármaco en las concentraciones plasmáticas
cuando el paciente es de sexo masculino. Esta información debería
emplearse en la práctica clínica para realizar ajustes de dosis ante la
alta variabilidad farmacocinética de este antituberculoso35.

42 Escuela de Ciencias
Variabilidad farmacocinética
Es frecuente que la misma dosis de un fármaco administrada a distin-
tos pacientes que tienen la misma enfermedad, pueda producir efectos
muy diferentes. Como ya se mencionó, los factores que condicionan la
respuesta a los fármacos pueden ser de naturaleza muy diversa y de-
pende, no sólo del paciente, sino también de factores ambientales y
del propio fármaco. Entre otros aspectos, la amplia variabilidad inte-
rindividual puede estar asociada a diversos factores tales como edad,
peso corporal, género, raza, fenotipo, genotipo, hábitos tóxicos (ta-
baquismo, alcoholismo), alimentación, fisiopatología de los pacien-
tes (insuficiencia renal, insuficiencia hepática, hipertensión arterial)
y a factores relacionados directamente con los fármacos, tales como
las interacciones farmacocinéticas y farmacodinámicas42, 43. Los prin-
cipales parámetros farmacocinéticos que pueden mostrar alta varia-
bilidad entre sujetos son el volumen de distribución aparente, el aclara-
miento o depuración y la semivida de eliminación o tiempo de vida
media de eliminación. La mayoría (>80%) de las RAM son dependien-
tes de la concentración del fármaco en el organismo (reacciones tipo
A) que dan lugar a un efecto farmacológico exagerado de un fármaco
administrado en las dosis terapéuticas habituales. Algunos ejemplos
son la bradicardia por bloqueadores beta-adrenégicos, la hemorragia
por anticoagulantes, la somnolencia por ansiolíticos, etc. Este tipo
de reacciones adversas se producen como resultado de que el paciente
recibe una dosis mayor a la habitual, o recibe una dosis normal del fár-
maco, pero experimenta una concentración superior a la habitual de-
bido a procesos de metabolismo y excreción anormalmente lentos, o
bien, a que tiene concentraciones séricas normales del fármaco, pero
es excepcionalmente sensible a los efectos del mismo42. Las reacciones
adversas tipo A son predecibles y evitables si se conocen las propie-
dades farmacológicas y farmacocinéticas del producto administrado.
Estas reacciones representan una de las principales causas de hospi-
talización y en algunos casos pueden conducir a desenlaces fatales.
Asimismo, constituyen uno de los extremos del espectro de variabili-
dad interindividual en la respuesta a los fármacos y, al igual que esta

Universidad de las Américas Puebla 43


variabilidad, pueden ser debidas a causas farmacéuticas (cantidad de
fármaco, velocidad de liberación), farmacocinéticas (variaciones en
la absorción, la distribución, el metabolismo o la excreción) y farma-
codinámicas (variabilidad en la sensibilidad del receptor o en los me-
canismos homeostáticos que condicionan el efecto farmacológico).
A continuación, se detallan los factores responsables de la varia-
bilidad farmacocinética:

Edad

En los niños la farmacocinética no es igual que en el adulto, ya que la


absorción puede estar modificada debido a la rapidez del tránsito in-
testinal. La distribución es distinta porque el volumen de agua corporal
es mayor y la eliminación también es diferente debido a la inmadu-
rez de los procesos renales y de los sistemas enzimáticos hepáti-
cos44. Las diferencias son mayores a menor edad del niño, siendo más
marcadas en prematuros. Abdel-Rahman et al.45 realizaron un estudio
para determinar la farmacocinética de oseltamivir en lactantes, ni-
ños y adolescentes. Sus resultados mostraron que la Cpmax y la ex-
posición corporal total al oseltamivir fueron menores en lactantes y
niños de corta edad en comparación a las que presentan los adultos.
Aunque esto podría atribuirse a una mayor depuración del fármaco, la
vida media fue más prolongada en los niños en relación con la observada
en adultos jóvenes (3.2 a 4.6 horas vs. 1.9 horas, respectivamente). En
cambio, el tiempo que se observa la presencia del metabolito activo
es similar o superior a la descrita en los adultos. Tanto el área bajo la
curva (ABC), como la Cpmax del carboxilato de oseltamivir se incre-
mentan en los adultos. Estas observaciones permiten suponer una menor
biodisponibilidad total del antiviral y una expansión del volumen de
distribución en neonatos e infantes, así como una mayor depuración
renal del oseltamivir.
En los ancianos la absorción cambia por la presencia de aclor-
hidria. En la distribución puede haber modificaciones debido a que
existe una disminución de la concentración de albúmina plasmática
y los fármacos disponen de menos puntos de fijación. En los procesos

44 Escuela de Ciencias
de eliminación existe, entre otras cosas, una disminución del flujo
sanguíneo hepático y renal que en principio contribuye a disminuir el
aclaramiento de los fármacos46.
Además de provocar importantes cambios fisiológicos, el enveje-
cimiento favorece la presencia de múltiples enfermedades y un con-
sumo elevado de medicamentos a cuyos efectos adversos los ancianos
suelen presentar una mayor susceptibilidad. Fármacos asociados con
reacciones de tipo A son generalmente de bajo índice terapéutico y de
uso común entre los ancianos. Entre los medicamentos más suscepti-
bles de ser utilizados en los ancianos están los antibióticos, anticoa-
gulantes, cardiotónicos, diuréticos, agentes hipoglucémicos, agen-
tes antineoplásicos y medicamentos antiinflamatorios no esteroideos
(AINE), los cuales son responsables del 60% de las RAM que conducen
a la hospitalización de este grupo de pacientes, y del 70% de las RAM
que se producen en el hospital. Las RAM en ancianos se generan en
gran medida por prescripción errónea, por ejemplo, se pueden prescri-
bir grandes dosis de medicamentos sin tener en cuenta el efecto de la
edad y la disminución en la eliminación de fármacos, especialmente
por vía renal y por aclaramiento hepático47.

Sexo
Las diferencias en la farmacocinética de los medicamentos entre se-
xos se han reportado en 28%. De acuerdo con estudios realizados con
fluconazol, ranitidina y en algunos antipsicóticos, se ha observado que
el sexo femenino requiere menor dosis con respecto al masculino. Este
comportamiento podría deberse a la fisiología de las mujeres (emba-
razo, menstruación, menopausia) y a las diferencias en la composición
corporal entre sexos (agua corporal, masa muscular, flujo sanguíneo
de órganos y función de los órganos). De manera general, en el hombre
existe mayor capacidad de metabolismo que en la mujer y, además,
el porcentaje de grasa en ésta es mayor. De esta forma, los fármacos
liposolubles pueden tener mayor volumen de distribución y mayor
duración de acción. Por otra parte, el estradiol (hormona sexual feme-
nina) puede interaccionar con un elevado número de fármacos e inhibir

Universidad de las Américas Puebla 45


su metabolismo. Se ha demostrado que las mujeres tienen tasas de
aclaramiento de midazolam superiores a los hombres y que en éstos
se presentan ABC mayores tras la administración de este fármaco por
vía oral e intravenosa. La razón de estas diferencias se fundamenta en
que las mujeres muestran una actividad significativamente mayor de
la enzima hepática CYP3A que los hombres48.
Teniendo en cuenta éstos y otros factores, los estudios de bioequi-
valencia que no tienen la potencia suficiente y un número apropiado
de sujetos de sexo femenino, pueden no reflejar ni representar la dis-
posición de fármacos en las mujeres de manera adecuada. Las con-
secuencias de esto pueden dar lugar a incongruencias en la eficacia
del fármaco y a un mayor riesgo de efectos adversos en población
femenina49.
Se ha reportado que los pacientes de sexo femenino tienen 1.7
veces mayor riesgo de desarrollar una reacción adversa en compara-
ción con pacientes de sexo masculino50. Las razones de este compor-
tamiento no han sido aclaradas completamente, pero se han señalado
como posibles causas las diferencias farmacocinéticas, inmunológi-
cas y hormonales relacionadas con el sexo, así como las diferencias
en el uso de medicamentos por las mujeres en comparación con los
hombres.

Peso corporal

El peso es una de las características antropométricas que definen al


paciente. El peso estará relacionado con el tamaño de los órganos y
con la capacidad metabolizadora de fármacos, así como con el número
de receptores que deben ser alterados por el fármaco para ejercer el
efecto, etc. Conocer el peso corporal del paciente ayuda a definir la
cantidad de fármaco que debe administrarse.
La obesidad mórbida es una enfermedad que ha adquirido im-
portancia dentro de las diversas áreas de actuación del clínico. Los
efectos adversos que pueden ser relevantes en pacientes de peso
ideal o correcto, pueden ser muy graves en los pacientes obesos por la
constelación de alteraciones fisiopatológicas y funcionales que habi-

46 Escuela de Ciencias
tualmente acompañan a esta patología y que modifican los procesos
farmacocinéticos51.
Diversos fármacos oncológicos son relativamente insolubles en el
tejido adiposo, por ello, el fármaco se distribuye pobremente en este
compartimento. Sin embargo, también hay que considerar que la eli-
minación puede estar alterada en pacientes obesos. Por ejemplo, en el
caso de la ifosfamida, la toxicidad podría estar modificada en obesos
por la prolongación de la vida media de eliminación. La doxorrubicina
ve reducida su depuración por la inhibición de la aldocetorreductasa
hepática52. Por su parte el busulfán, que se usa con frecuencia en los re-
gímenes previos al trasplante de células madre hematopoyéticas y que
es eliminado por conjugación con el glutatión a nivel del hígado, pre-
senta una menor depuración oral aparente en sujetos con peso normal
en comparación con individuos obesos, por lo cual debe recurrirse al
índice de masa corporal (body mass index, BMI por sus siglas en inglés)
para calcular la dosis apropiada en sujetos con sobrepeso u obesidad53.
Por otro lado, los anestésicos inhalados con coeficiente de solu-
bilidad lipídica alto tienen aumentada su biotransformación hepática
en el paciente obeso, encontrándose mayores niveles sanguíneos de
bromuro y flúor. Por tal razón, se ha evidenciado mayor riesgo de he-
patotoxicidad por halotano en este grupo de individuos54.

Factores genéticos

Las variaciones de intensidad y duración de una respuesta farmacoló-


gica que se identifican cuando un sujeto responde con un adecuado
efecto, o que presenta efectos adversos severos, o simplemente que
no registra un beneficio terapéutico, pueden deberse a la variabili-
dad farmacocinética o farmacodinámica interindividual. Dicha varia-
bilidad puede tener su origen en la genética de un individuo, en par-
ticular en los llamados farmacogenes, los cuales son los encargados
de codificar las proteínas que intervienen en la farmacocinética de los
procesos ADME. La farmacogenética se encarga de relacionar el perfil
genético de un individuo con la respuesta a los fármacos y a las varia-
ciones farmacocinéticas y farmacodinámicas que provocan cambios

Universidad de las Américas Puebla 47


en la eficacia terapéutica o el desarrollo de reacciones adversas42, 55, 56.
Los estudios farmacogenéticos iniciaron con el descubrimiento de un
efecto indeseable relevante o de una amplia variabilidad en los efectos
de un fármaco, y continúan en búsqueda de la explicación genética de
esa respuesta57. En los farmacogenes puede existir un cambio de una
base (A, T, C, G) en una frecuencia mayor al 1% de la población, lo que
se conoce como polimorfismo de un solo nucleótido (single nucleo-
tide polymorphism, SNP por sus siglas en inglés). Los SNP involucrados
en farmacocinética afectan a transportadores y enzimas metaboliza-
doras provocando ausencia, reducción o incremento de su actividad,
mientras que los relacionados con la farmacodinamia se refieren a
los receptores y dianas terapéuticas de los fármacos58. La mayoría de
las enzimas involucradas en el metabolismo de los fármacos exhiben
polimorfismo genético por lo que se pueden observar diferencias impor-
tantes como consecuencia de una variabilidad determinada genética-
mente en el nivel de expresión o función de estas enzimas, así como
por la influencia ejercida a través de la modulación ambiental (epige-
nética). Todos los fenotipos metabólicos que se conocen difieren en su
distribución de frecuencias entre diferentes grupos étnicos y raciales.
Por ejemplo, la glicoproteína P (gp-P), proteína de eflujo que par-
ticipa durante la absorción de algunos fármacos, es codificada por el
gen ABCB1, del cual se han identificado diferentes variantes polimórfi-
cas. Adicionalmente, las enzimas del complejo citocromo P-450 (CYP),
así como proteínas del retículo endoplasmático liso (microsomas) del
hepatocito y otros grupos enzimáticos, pueden presentar polimorfis-
mos que a su vez son capaces de dar lugar a variaciones en la farma-
cocinética con importantes implicaciones clínicas59, 60. Entre las prin-
cipales enzimas del complejo CYP que intervienen en el metabolismo
de fármacos se encuentran CYP2D6, CYP2C9, CYP2C19, CYP3A4 y CYP3A5.
Los genes que las codifican son altamente polimórficos en los seres
humanos, lo que causa alta variabilidad farmacocinética. Las diver-
sas combinaciones genotípicas homocigotas o heterocigotas de dichas
enzimas dan lugar a diferentes fenotipos metabolizadores en una po-
blación. La mayoría de los individuos tienen actividad enzimática normal,
pero pueden encontrarse individuos con mutaciones o con varias co-

48 Escuela de Ciencias
pias funcionales de un gen capaces de expresar enzimas más activas o
cantidades excesivas de enzima (fenotipo metabolizador rápido y, en
ocasiones, ultrarrápido). En otros casos, los individuos pueden here-
dar variantes alélicas que codifican proteínas con actividad enzimática
deficiente o nula (fenotipo metabolizador pobre o lento)61. En meta-
bolizadores lentos existe el riesgo de que incremente la vida media de
los fármacos y de provocar toxicidad y efectos adversos serios si no se
realizan ajustes de dosis. Este es el caso de fármacos hipoglicemiantes
orales, AINEs y warfarina, entre otros, que son metabolizados por la
isoenzima CYP2C9, o de fármacos antidepresivos, antipsicóticos y beta-
bloqueantes que son sustratos de la enzima CYP2D6. Por otro lado, con
el clopidogrel, profármaco que requiere ser activado por CYP2C19, no
se conseguirá un adecuado efecto antiplaquetario cuando éste se ad-
ministra a un individuo con fenotipo metabolizador lento62.
Otro ejemplo de polimorfismo genético con efecto en el metabo-
lismo se observa en la acetilación de fármacos como isoniazida, hi-
dralazina, sulfas, dapsona, dipirona, cafeína y otros. La enzima invo-
lucrada es una N-acetiltransferasa (nat), altamente polimórfica con
diferente velocidad de acetilación en los individuos. Por ejemplo, en
los acetiladores rápidos es posible que el efecto antihipertensivo de
la hidralazina no se logre, mientras que en los acetiladores lentos es
posible registrar mayor incidencia del síndrome de lupus eritematoso,
una de sus reacciones adversas dependientes de la dosis.
En el tratamiento de la tuberculosis se aplica como primera elec-
ción la isoniazida, fármaco que se metaboliza mediante acetilación
por la enzima NAT2, la cual, al presentar polimorfismos conduce a una
amplia variabilidad farmacocinética interindividual y a variaciones in-
terétnicas63, 64. Una alta frecuencia de acetiladores lentos se observa
en árabes, caucásicos norteamericanos y europeos65, mientras que
los acetiladores rápidos son más frecuentes en japoneses, esquimales,
hindúes y blancos africanos64, 66, 67. En un estudio con pacientes mexica-
nos con tuberculosis, 35% fueron de fenotipo rápido (con diplotipos
NAT2*4/*4, NAT2*12A/*12A, NAT2*4/*13A, NAT2*11A/*11A, NAT2*4/*11A,
NAT2*4/*12C); el 32.5 % fenotipo intermedio (NAT2*4/*5B, NAT2*4/*6A,
NAT2*4/*7A, NAT2*4/*7B, NAT2*5B/*12A, NAT2*5B/*13A) y 32.5% feno-

Universidad de las Américas Puebla 49


tipo lento (NAT2*5B/*5B, NAT2*5B/*6A, NAT2*6A/*7B, NAT2*6A/*7A y
NAT2*7B/*7B)68. En acetiladores rápidos es recomendable emplear iso-
niazida en dosis de 6 mg/kg sin peligro de toxicidad manifiesta, mien-
tras que en acetiladores lentos, 3 a 5 mg/kg pueden provocar una
mínima toxicidad69,70. Traducido a grupos étnicos, los pacientes cau-
cásicos reciben 300 mg/día y los pacientes japoneses 400 mg/día.
Algunos acetiladores rápidos homocigotos no responden satisfacto-
riamente a dosis diarias de 5 mg/kg (no más de 300 mg/día), mientras
que para acetiladores lentos homocigotos, una dosis de 8 mg/kg/día
puede resultar excesiva71. En pacientes japoneses, el 88% de la variabi-
lidad en el aclaramiento plasmático de isoniazida depende del número
de alelos del gen NAT2*4 del paciente, sin embargo, otras covariables
como el sexo y el peso corporal contribuyen a esta variabilidad, aun-
que en menor proporción. La incidencia de ram es alta en los aceti-
ladores lentos (83.3%) en comparación con los acetiladores rápidos
(0%) e intermedios (2.4%) 72. En metabolizadores lentos existe
mayor riesgo de desarrollar hepatoxicidad y mayor susceptibilidad
a experimentar neuropatías periféricas con dosis estándar si no se
coadministra piridoxina73.
Otro fármaco para el cual se han documentado variaciones inter-
étnicas es el nifedipino, fármaco bloqueador de canales de calcio
indicado en casos de hipertensión arterial. La variabilidad farmaco-
cinética observada tiene su origen en el polimorfismo genético del
CYP3A4 implicado en el metabolismo hepático del nifedipino al regis-
trarse mayores concentraciones plasmáticas en pacientes mexicanos
y sudasiáticos que en pacientes caucásicos. Un factor adicional a to-
mar en cuenta es que la ingesta de jugo de toronja incrementa la bio-
disponibilidad del nifedipino porque los componentes de esta fruta
inhiben la CYP3A4 intestinal, responsable del metabolismo de primer
paso de este fármaco74. En consecuencia, este menor metabolismo del
nifedipino identificado en sujetos mexicanos, sugiere la necesidad de
un ajuste en la dosis así como de evitar el consumo de jugo de toronja
y el uso de presentaciones en cápsula por su acción rápida75.
La metilación es otra vía metabólica de fármacos, hormonas, neu-
rotransmisores y macromoléculas (proteínas, arn y adn). La tiopurina

50 Escuela de Ciencias
S-metiltransferasa (tpmt), enzima altamente polimórfica, realiza la
metilación de azatioprina, mercaptopurina y tioguanidina, fármacos
destinados para la leucemia linfoblástica aguda, enfermedades auto-
inmunes o trasplantes de órganos. La genotipificación de los pacientes
está indicada para evitar que los metabolizadores lentos desarrollen
mielosupresión inducida por estos fármacos62.
Como se ha explicado, la farmacogenética estudia cómo influye el
perfil genético de un individuo en el efecto de los fármacos. Se espera
que, en función de la asociación entre la respuesta farmacológica y las
variantes genéticas, sea posible identificar pacientes en los que pueda
emplearse un fármaco y, según el caso, ajustarse la dosis para obtener
concentraciones plasmáticas adecuadas76.
Tomando en cuenta la riqueza pluriétnica de nuestro país, aunada
a la complejidad genética estructural, es necesario investigar las fre-
cuencias de distribución alélicas y genotípicas de los diferentes SNP de
enzimas que metabolizan fármacos y que se administran en la pobla-
ción mestiza predominante en el territorio nacional.

Alimentación

Las implicaciones que los componentes de la dieta tienen sobre la


farmacocinética de algunas sustancias no están suficientemente es-
tudiadas. No obstante, las que se conocen tienen verdadera trascen-
dencia clínica. La cafeína, una de las sustancias más consumidas en
el mundo, se metaboliza por el CYP1A2 que, a su vez, participa en el
metabolismo de numerosos fármacos como fluvoxamina, mexiletina,
propafenona, clozapina, teofilina y otros. La cafeína produce un fenómeno
de inhibición enzimática mediante el cual disminuye el metabo-
lismo de todos estos fármacos, algunos de ellos con margen tera-
péutico bastante estrecho. Este fenómeno provoca una disminución
de su aclaramiento y la posibilidad de producir reacciones tóxicas por
acumulación. El jugo de toronja también tiene efecto inhibitorio so-
bre diversas enzimas produciendo un incremento de la biodisponibilidad
de fármacos como los antagonistas del calcio, benzodiazepinas, ter-
fenadina, etcétera77.

Universidad de las Américas Puebla 51


Por otro lado, la tiramina es una sustancia encontrada en algunos
alimentos y bebidas que ayuda a mantener la tensión arterial. Los in-
hibidores de la mono-amino-oxidasa son un tipo de antidepresivo.
Normalmente, la enzima mono-amino-oxidasa en el tracto digestivo
mantiene las concentraciones de tiramina dentro de niveles seguros,
sin embargo, cuando se expone a los inhibidores de la mono-amino-
oxidasa, la enzima es incapaz de degradar la tiramina por lo que ésta
tiende a elevarse. Los niveles altos de tiramina pueden provocar una
tensión arterial peligrosamente alta, dolor de cabeza, náuseas, vómito
y confusión78.

Hábitos

El tabaco, a través de principios activos presentes en el humo de los


cigarrillos, puede inducir el metabolismo de diversos fármacos como
clozapina, teofilina, tacrina, haloperidol, propranolol, flecainida, imi-
pramina, pentazocina y estradiol. El efecto del alcohol es diferente
cuando se trata de una ingesta esporádica que puede producir la in-
hibición de varios CYP (reducción del aclaramiento de amitriptilina,
diazepam y warfarina), que cuando la ingesta es crónica. En este úl-
timo caso, el efecto puede ser absolutamente lo contrario, es decir, de
inducción enzimática con reducción de la vida media de eliminación de
los mismos fármacos con el consecuente aumento en la factibilidad
de que se desarrollen efectos adversos79.
Asimismo, existen muchas interacciones clínicamente relevantes
entre el tabaco y diversos fármacos utilizados en anestesia. En el caso
de los opiáceos se requieren dosis incrementadas en el intra y posope-
ratorio en fumadores; respecto a los relajantes musculares esteroideos
también se han encontrado dosis requeridas mayores en pacientes
con hábito tabáquico y, en lo referente al isoflurano y desflurano, se
produce un aumento de la toxicidad renal en estos pacientes.
Los mecanismos de acción expuestos como posibles generado-
res de estas interacciones se basan en la inducción enzimática que el
humo del tabaco produce sobre enzimas de la familia CYP, fundamen-
talmente sobre CYP1A1, CYP1A2, CYP2E180. Adicionalmente, el tabaco

52 Escuela de Ciencias
produce vasoconstricción periférica, lo cual puede alterar la absorción
de insulina subcutánea porque disminuye el aporte de sangre al tejido.
Esto puede llevar a que la insulina no esté disponible en sangre en el
momento en que se produce el aumento de la glucemia.

Embarazo y lactancia

Durante la etapa gestacional en la mujer se producen cambios fisioló-


gicos adaptativos importantes (aumento del volumen plasmático, dis-
minución de la unión a proteínas y aumento del filtrado glomerular),
que además de influir en el curso y evolución de los procesos padeci-
dos en dicho periodo, interfieren o modifican la farmacocinética de los
medicamentos empleados, pudiendo influir tanto en su eficacia como
en su seguridad. Estos cambios fisiológicos pueden modificar distin-
tas fases de la farmacocinética, desde la absorción del fármaco hasta
su eliminación. Los cambios tienden a producirse de forma gradual a
lo largo del embarazo, siendo más intensos en el último trimestre del
mismo y desapareciendo pocas semanas después del parto81.
En general, al aumentar el volumen de distribución y el aclara-
miento de los fármacos, se reducen sus concentraciones plasmáticas,
pudiendo producir ineficacia y requerir mayores dosis de fármacos.
Si aumenta el volumen de distribución se necesitará una dosis inicial
mayor, mientras que si lo que aumenta es el aclaramiento será preciso
aplicar una mayor dosis de mantenimiento.
Durante el embarazo se produce un aumento de los fenómenos
de inducción enzimática de forma endógena, motivados —fundamen-
talmente— por el incremento de la tasa de progesterona en la ges-
tante. La progesterona, comportándose como inductor enzimático, va
a aumentar la tasa y la velocidad del metabolismo de otros fármacos
conduciendo a una disminución de su semivida y, por consiguiente,
de su acción. Por ejemplo, los niveles plasmáticos de lamotrigina y le-
vetiracetam, usados como antiepilépticos, se reducen en el embarazo
debido a un aumento en el aclaramiento y una reducción en la unión
a proteínas82. Asimismo, en el tratamiento de la hipertensión arterial
se ha observado una eliminación más rápida de los bloqueadores beta

Universidad de las Américas Puebla 53


(labetalol) y de los antagonistas de los canales de calcio (por ejemplo,
el nifedipino) en las mujeres embarazadas, lo que supone la necesidad
de aplicación de dosis con mayor frecuencia83.
En el embarazo, cuando las concentraciones de los fármacos son
mucho más bajas de lo esperado, la preocupación no es sólo para la
madre, quien no tiene ninguna posibilidad de beneficio y que estará
en riesgo como consecuencia de las complicaciones de la enfermedad
no controlada, sino también para el feto, que se expone innecesaria-
mente al fármaco y también puede sufrir complicaciones potenciales
de la enfermedad materna tratada inadecuadamente.
Es importante señalar que casi todos los fármacos se excretan en
la leche en mayor o menor medida, lo cual no implica necesariamente
toxicidad para el lactante, dado que el fármaco deberá alcanzar deter-
minadas concentraciones para originar efectos en el niño. En este sentido,
el criterio general es considerar seguros, en principio, a los fármacos
en los que la dosis que recibe el lactante es <10% de la que recibe la
madre (en mg/kg). Sin embargo, no se pueden descartar posibles re-
acciones de hipersensibilidad, las cuales podrían presentarse a con-
centraciones bajas del medicamento; asimismo, la inmadurez de los
procesos de eliminación del neonato justifica que, aunque la cantidad
de fármaco que llega a él sea mínima, pueda producirse acumulación del
fármaco con efectos adversos sobre el lactante. Así, se ha descrito que
los neonatos que han recibido fenobarbital o primidona a través de la
leche materna presentan cuadros de sedación y en algunos casos es-
pasmos infantiles y metahemoglobinemia84.

Farmacovigilancia en interacciones
medicamentosas

La farmacocinética tiene una aplicación importante en la evaluación


de reacciones adversas generadas por interacciones medicamentosas.
Cuando se habla de interacciones medicamentosas, específicamente
se refiere a la modificación que sufre la acción de un fármaco por la

54 Escuela de Ciencias
presencia simultánea de otro(s) fármacos(s), sustancias fisiológi-
cas y sustancias exógenas no medicamentosas en el organismo que
puede traducirse como la aparición de un efecto terapéutico o tóxico
de intensidad mayor o menor de lo habitual o previsto, producto de
la interacción.
Según el mecanismo de producción, las interacciones medica-
mentosas se clasifican en85:

• Interacciones de carácter farmacéutico. Se refieren a incom-


patibilidades fisicoquímicas que impiden mezclar dos o más
fármacos en la misma solución.
• Interacciones de carácter farmacodinámico. Son las debi-
das a modificaciones en la respuesta del órgano efector origi-
nando fenómenos de sinergia, antagonismo y potenciación.
• Interacciones de carácter farmacocinético. Se deben a mo-
dificaciones producidas por el fármaco desencadenante so-
bre los procesos de absorción, distribución, metabolismo y
excreción de otro fármaco. Dado su alto impacto en el desarro-
llo de reacciones adversas de tipo A que incluyen las derivadas
de la acción excesiva del fármaco y representan el 70% de las
RAM42, se abordarán en este capítulo las interacciones de ca-
rácter farmacocinético.

Interacciones de carácter
farmacocinético

Como se señaló previamente, las interacciones farmacocinéticas se


producen cuando un fármaco modifica el proceso adme de otro, au-
mentando o reduciendo la cantidad de fármaco disponible para pro-
ducir sus efectos. Suelen ser fácilmente atribuibles a los fármacos en
cuestión ya que se afectan sus niveles plasmáticos y ello es fácilmente
medible, incluso bajo las variaciones impuestas por la edad, el sexo y
las patologías concomitantes. No resultan fáciles de predecir y muchas

Universidad de las Américas Puebla 55


de ellas sólo afectan a un pequeño porcentaje de los pacientes trata-
dos con una asociación de fármacos.
A continuación se describen los diferentes tipos de interacciones
farmacocinéticas según el tipo de proceso que modifican86.

Absorción

Las interacciones de absorción pueden tener dos tipos de


consecuencias:
a) Modificación de la cantidad del fármaco que se absorbe.
Puede ser aumentando la cantidad de fármaco absorbido con
respecto a lo que sucede en circunstancias normales, lo que
equivaldría a un incremento de la dosis, o reduciendo dicha
cantidad, lo que sería equivalente a haber realizado una dis-
minución de la dosis administrada.
b) Modificación de la velocidad de absorción. Si la velocidad
de absorción disminuye la consecuencia más inmediata es
que se retrasa la aparición del efecto o que el fármaco fun-
cione como si se hubiera administrado en una formulación
de liberación retardada y se prolongue la duración del efecto.
También puede ocurrir que el fármaco no llegue a alcanzar
en plasma la concentración suficiente como para producir
su efecto ya que los procesos de metabolismo o eliminación
pueden ser lo suficientemente rápidos como para eliminar
prácticamente todo el fármaco que se está absorbiendo y así,
aunque puedan aumentar las concentraciones plasmáticas,
nunca llegan a ser lo suficientemente elevadas como para al-
canzar el nivel de eficacia. En el caso de la absorción y dis-
tribución de un fármaco que requiere de transporte activo,
intervienen transportadores proteicos de membrana que tie-
nen la característica de ser muy específicos, saturables y que
implican gasto de energía. Cuando se administran de manera
simultánea dos o más fármacos que posean afinidad por el
mismo transportador, podrá haber competencia entre ellos
y atravesará la membrana aquel que tenga mayor afinidad

56 Escuela de Ciencias
por su transportador. Al ser saturables, estos transportadores
pueden dejar de ejercer su función cuando la concentración
de fármaco a transportar sea mayor a su capacidad.

Como ya se mencionó, en la mucosa intestinal la proteína trans-


portadora gp-P juega un papel muy importante al impedir la absor-
ción de ciertos xenobióticos, entre ellos algunos fármacos. La gp-P
también se encuentra en otros órganos participando en el proceso
de distribución de fármacos87, 88. Particularmente la gp-P es el trans-
portador más estudiado de las proteínas ABC (ATP-binding cassette);
esta proteína presenta SNP que pueden ejercer un efecto significativo
en la farmacocinética de sus sustratos e inclusive puede provocar au-
mento de su biodisponibilidad y conducir al incremento de reacciones
adversas que ameritan ajustes de dosis89, 90. Entre sus sustratos están
los fármacos para la quimioterapia del cáncer, los glucósidos digitáli-
cos, agentes inmunosupresores, glucocorticoides, los inhibidores de
la proteasa, la bilirrubina y otros. La gp-P está sujeta a inducción o in-
hibición, al igual que las enzimas del complejo CYP450, lo que puede
ser la causa de interacciones entre fármacos; de hecho, varias interaccio-
nes involucran a ambas proteínas. Una interacción muy importante a
este nivel se presenta con la hierba de San Juan al ser administrada de
manera crónica y concomitante con indinavir y ciclosporina. Ambos
son sustratos de CYP3A4 y de gp-P, los cuales sufren inducción metabó-
lica por la hierba de San Juan. Esta interacción provoca una reducción
significativa de los niveles plasmáticos de indinavir y ciclosporina con
su consiguiente ineficacia clínica91.

Distribución

En este aspecto, las interacciones fundamentales son aquellas que


están relacionadas con la fijación de fármacos a las proteínas plasmá-
ticas y que, por tanto, presentan competencia para su unión. La mayoría
de las veces están implicadas la albúmina y la glicoproteína ácida en
estos procesos. El número de puntos de unión de los fármacos a las
proteínas plasmáticas es limitado y la propia naturaleza de esta unión

Universidad de las Américas Puebla 57


hace que fármacos distintos compartan los mismos sitios de fijación y
puedan competir por ellos. Como consecuencia, un fármaco puede ser
desplazado de sus puntos de fijación por otro que tenga mayor afini-
dad o consiga una concentración mayor. La consecuencia inmediata
es el incremento de la fracción libre del primero con el consiguiente
aumento de su efecto farmacológico.
Como es lógico, cuanto mayor sea la fijación del fármaco a las pro-
teínas plasmáticas mayor trascendencia tiene la interacción porque
proporcionalmente se incrementa más la fracción libre. Por defini-
ción, todos los fármacos con unión proteica mayor del 90% pueden
provocar desplazamiento de otros fármacos que tengan estas caracte-
rísticas. De todas maneras, cabe recordar que, si bien la fracción libre es la
que produce el efecto, es también la que se metaboliza más fácilmente.
Por lo tanto, si bien en un primer momento aumenta la fracción libre,
al ser metabolizada más rápidamente, termina disminuyendo la con-
centración total del fármaco y la concentración del fármaco libre se
mantiene constante. Las oportunidades de desarrollar una reacción
adversa por el desplazamiento son, por lo tanto, mayores en las pri-
meras horas/días de la interacción ya que luego de varios días de esta
interacción las probabilidades disminuyen86.
El aumento de la fracción libre es potencialmente más peligroso
para los fármacos que presentan bajo índice terapéutico y cuyos vo-
lúmenes aparentes de distribución son bajos, debido a que la con-
centración plasmática del fármaco libre se incrementa rápidamente y
en forma significativa. El problema es que algunos de estos fármacos
tienen un margen terapéutico estrecho y el incremento brusco de su
fracción libre puede tener consecuencias clínicas. Por ejemplo, la warfa-
rina se une a las proteínas plasmáticas en un 99% y, por lo tanto, su
fracción libre es del 1%; si otro fármaco produce un desplazamiento
únicamente del 3% de la fracción fijada, la concentración de la fracción
libre pasa a 4%, es decir, se multiplica por cuatro. No hace falta in-
sistir mucho sobre las repercusiones que puede tener multiplicar por
cuatro el efecto de un anticoagulante92. Este tipo de interacción puede
producirse también por desplazamientos debidos a sustancias endó-
genas como es el caso de algunos ácidos grasos libres que pueden des-

58 Escuela de Ciencias
plazar al diazepam de su fijación a la albúmina incrementando así su
efecto ansiolítico.

Metabolismo

La interacción a nivel del metabolismo es, sin duda, la interacción más


significativa desde el punto de vista farmacocinético y causante de po-
tenciales reacciones adversas de los medicamentos. Las interacciones
en el metabolismo tienen lugar, fundamentalmente, en los sistemas en-
zimáticos localizados en el hígado; el más implicado e importante es
el sistema de isoformas CYP del cual depende el metabolismo de apro-
ximadamente 80% de los fármacos debido al polimorfismo que presen-
tan algunas de ellas. La mayor parte de las interacciones se producen
por interferencias en su funcionamiento ya que es el sistema enzimático
que se puede inducir o inhibir. Las interacciones en el metabolismo se
producen cuando dos o más fármacos utilizan la misma vía metabó-
lica; si esta vía es saturable puede producirse un aumento de la con-
centración plasmática de uno de los dos fármacos porque no puede
ser metabolizado en el tiempo habitual.
La actividad de las isoenzimas CYP puede incrementarse o inhi-
birse por otros fármacos o xenobióticos, es decir, puede darse el caso
de interacciones farmacocinéticas por la administración conjunta de
dos o más fármacos, o productos naturales93, 94.
La interacción por inducción enzimática se produce cuando uno
de los fármacos incrementa la actividad enzimática y esto da lugar a
un aumento en el metabolismo del otro fármaco. Por lo general la ini-
ciación del proceso de inducción se da entre los dos a siete primeros
días y puede durar entre quince días a un mes dependiendo de la vida
media de eliminación del fármaco. Las consecuencias clínicas de la in-
ducción enzimática pueden ser de dos tipos:

a) La duración del efecto del fármaco con metabolismo inducido


es más corta, lo que obliga a replantear la dosis.
b) La producción de metabolitos es más rápida, lo que puede lle-
var a la saturación del sistema encargado de su eliminación y

Universidad de las Américas Puebla 59


provocar su acumulación en plasma, con lo cual puede alcan-
zar concentraciones tóxicas.

Hay muchas sustancias y fármacos que son inductores del me-


tabolismo (tabla 1.1). Entre los más conocidos figuran los siguientes:
alcohol, sustancias producidas por la combustión de los cigarrillos,
barbitúricos, carbamazepina, ciprofloxacino, clofibrato, corticoides,
isoniazida, fenilbutazona, fenitoína, primidona, rifampicina, ritonavir
y teofilina. La utilización de cualquiera de estas sustancias en un tra-
tamiento combinado obliga a, por lo menos, plantearse la posibilidad
de que pueda producirse una inducción metabólica del fármaco aso-
ciado. Al retirar el inductor, las concentraciones plasmáticas aumen-
tan y puede producirse toxicidad.
En algunas situaciones puede ocurrir que un fármaco induzca un
sistema enzimático que se encarga de activar un profármaco. En este
escenario la concentración plasmática del fármaco activo puede incre-
mentarse. Un claro ejemplo puede ser la administración de un inductor
enzimático (rifampicina o fenitoína) y codeína. La codeína es un pro-
fármaco de la morfina y ante la presencia de un inductor enzimático,
se convierte más rápidamente a morfina, lo cual puede dar lugar a un
cuadro de intoxicación por opioides95.

Tabla 1.1. Efecto de interacciones en el metabolismo de fármacos por inducción enzimática.

Fármaco inductor
Fármaco afectado Efecto de la interacción
enzimático

Antidepresivos tricíclicos Carbamazepina Pérdida del efecto del


Fenitoína antidepresivo
Ciclosporina Barbitúricos Disminución del efecto de la
Carbamazepina ciclosporina
Fenitoína Riesgo de rechazo de trasplante
Rifampicina

Digoxina y digitoxina Barbitúricos Disminución del efecto de la


Fenitoína digoxina
Rifampicina

60 Escuela de Ciencias
Fármaco inductor
Fármaco afectado Efecto de la interacción
enzimático

Fenitoína Rifampicina Reducción del efecto de la


fenitoína
Riesgo de convulsiones

Teofilina Barbitúricos Reducción del efecto de la


Rifampicina teofilina
Tabaco Pérdida de respuesta

Atazanavir Rifampicina Niveles subterapéuticos de


atazanavir
Pérdida de eficacia y posible
desarrollo de resistencia viral
Leflunomida Rifampicina Aumento de las concentraciones
del metabolito activo de este
profármaco
Mayor riesgo de toxicidad

Una tercera posibilidad de interacción al inducir el metabolismo


de un segundo fármaco es que este fármaco tenga metabolitos tó-
xicos pero inactivos y la inducción del metabolismo puede generar
una concentración aumentada de los metabolitos la que da lugar a
efectos tóxicos. Ejemplo de ello podría ser el dextropropoxifeno cuyo
metabolito (nordextropropoxifeno) puede ser cardiotóxico. Si el dex-
tropropoxifeno se administra conjuntamente con un potente induc-
tor enzimático, las posibilidades de toxicidad por su metabolito se
incrementan95.
Por otra parte, cuando un fármaco inhibe el metabolismo de otro,
se obtienen concentraciones plasmáticas más altas que determinan
enseguida un mayor efecto y riesgo de toxicidad (tabla 1.2).

Universidad de las Américas Puebla 61


Tabla 1.2. Efecto de interacciones en el metabolismo de fármacos por inhibición enzimática.

Fármaco inhibidor
Fármaco afectado Efecto de la interacción
enzimático

Anticoagulantes orales Eritromicina Aumento del efecto de


(acenocumarol y warfarina) Amiodarona anticoagulantes, hemorragias
Fenitoína
Carbamazepina

Carbamazepina Isoniacida Aumento de las


Eritromicina concentraciones y toxicidad
Verapamilo Con fluoxetina puede producir
Fluoxetina parkinsonismo y síndrome
serotoninérgico

Fenitoína Cimetidina Aumentan los niveles séricos


Isoniacida de fenitoína con riesgo de
Fluconazol toxicidad
Sulfonamidas

Fenobarbital Fenitoína Aumentan los niveles de


Ácido valproico fenobarbital con riesgo de
toxicidad en algunos pacientes

Hipoglucemiantes orales Sulfonamidas Aumentan o prolongan el


(sulfonilureas) Fluoxetina efecto hipoglucemiante

Simvastatina, lovastatina Verapamilo Aumento significativo de


niveles plasmáticos con riesgo
de miopatía inducida por
estatinas
Warfarina Metronidazol Aumento de las
concentraciones
plasmáticas y del efecto
hipoprotrombinémico de
la warfarina con riesgo de
sangrado

62 Escuela de Ciencias
Como ejemplo se tiene la prolongación del intervalo QT del elec-
trocardiograma que pueden provocar amiodarona, macrólidos, quini-
dina y otros. Debido a que todos estos fármacos presentan significa-
tivo metabolismo hepático mediado por isoenzimas CYP, debe evitarse
la coadministración con fármacos que puedan inhibir estas enzimas96.
El resultado de la interacción entre un fármaco que inhibe el me-
tabolismo de un segundo fármaco no es siempre la posibilidad de que
se incremente la concentración del que tiene el metabolismo inhibido.
En caso de ser el segundo un profármaco y no un fármaco, la inhibición
del sistema enzimático que lo activa dará como resultado final una
menor activación del profármaco a fármaco y posible falla terapéu-
tica. Un ejemplo característico es la interacción omeprazol–clopidogrel.
Como ya se mencionó, el clopidogrel es un profármaco que necesita
activación para ejercer su actividad antiagregante y como el omepra-
zol inhibe el sistema enzimático que se encarga de activar al clopido-
grel, éste puede fallar clínicamente97.
Se debe recordar que las CYP no sólo se encuentran en el hígado,
sino que están en múltiples órganos y, entre ellos, la mucosa gastroin-
testinal. Las CYP de la mucosa gastrointestinal metabolizan parcial-
mente fármacos antes de que entren a la circulación sistémica. En caso
de que se inhiban las CYP, la concentración plasmática de un fármaco
puede incrementarse por dos situaciones: la primera, y más impor-
tante, es porque su metabolismo hepático está disminuido, pero la
segunda es porque se incrementa la biodisponibilidad ya que menos
fármaco se metaboliza en la pared intestinal antes de llegar a la cir-
culación sistémica. En este tipo de interacciones debe tenerse mucha
precaución, ya que diversos fármacos pueden generar reacciones ad-
versas medicamentosas severas en caso de aumentar su concentración
plasmática.

Eliminación

Las interacciones en la etapa de eliminación tienen lugar, principal-


mente, en el riñón como órgano fundamental excretor de los fármacos
y sus metabolitos a través de sus tres mecanismos básicos: la filtración

Universidad de las Américas Puebla 63


glomerular, la reabsorción tubular y la secreción tubular. A través de la
filtración glomerular se elimina la fracción libre, por tanto, los fárma-
cos que reducen el flujo renal podrían disminuir esta eliminación. De
cualquier forma, este tipo de interacción no suele tener repercusiones
clínicas. En el túbulo renal el proceso de reabsorción por difusión pa-
siva depende del grado de ionización de los fármacos que se encuen-
tren en la luz tubular y, por lo tanto, los cambios en el pH de la orina
facilitan o reducen la reabsorción tubular98. También hay fármacos que
pueden bloquear indirectamente la eliminación de otros, como es el
caso de los diuréticos que al inhibir la reabsorción de sodio favorecen
la retención de litio.
Por lo que respecta a la secreción tubular, algunas sustancias pue-
den bloquear la eliminación de los fármacos disminuyendo su aclara-
miento renal y prolongando su vida media de eliminación. El ejemplo
más clásico es el bloqueo que realiza el probenecid a la secreción tu-
bular de penicilina. Algunos fármacos bloquean la gp-P transporta-
dora y también bloquean la secreción tubular de otros. Amiodarona,
quinidina y verapamilo bloquean de esta forma la secreción tubular
de digoxina incrementando de forma significativa su concentración
plasmática que puede llegar a límites tóxicos99.
En general, la consecuencia de la administración de dos fármacos
que compiten por sus transportadores activos para poder eliminarse
es que alguno de ellos, o los dos, se acumulen. La expresión clínica va-
riará en función del grado de toxicidad del fármaco que se acumula.
Un ejemplo puede ser la administración conjunta de un antibiótico
betalactámico y el metotrexato ya que ambos se eliminan por el sis-
tema secretor de ácidos orgánicos. Al acumularse los betalactámicos no
suelen generar efectos adversos por ser fármacos muy seguros, mien-
tras que la acumulación del metotrexato sí puede generar toxicidad
medular y hepática severa. Esto también puede originarse por la admi-
nistración simultánea de salicilatos y otros aines con metotrexato100.

64 Escuela de Ciencias
Monitorización farmacocinética y
su aplicación en farmacovigilancia

La farmacocinética clínica es un área especializada que aplica los pará-


metros farmacocinéticos al control terapéutico y a la optimización de
regímenes de dosificación en pacientes concretos. La monitorización
farmacocinética de fármacos es una herramienta que permite mejorar
los resultados clínicos de los tratamientos farmacológicos de los pa-
cientes, mediante el estudio de la relación entre la dosis administrada,
la concentración plasmática alcanzada y la respuesta farmacológica.
Esto es especialmente importante para los fármacos con margen tera-
péutico estrecho, en los que la monitorización farmacocinética ayuda
a garantizar tratamientos seguros y eficaces, además de optimizar la
atención al paciente mediante una individualización del tratamiento.
Esta actividad permite limitar efectos adversos y es de gran utilidad en
el manejo de intoxicaciones, la detección de interacciones y el segui-
miento del cumplimiento de los tratamientos101.
La monitorización de fármacos consta de dos etapas básicas: de-
terminación de las concentraciones de fármaco en el paciente e inter-
pretación de éstas en el contexto de todos los datos clínicos, para
optimizar el tratamiento aplicado al paciente. El fluido biológico ge-
neralmente utilizado en monitorización es plasma o suero obtenido a
partir de sangre venosa. El análisis de las muestras biológicas se realiza
a nivel hospitalario mediante diversas técnicas como el enzimoinmu-
noensayo de fluorescencia polarizada (iefp), el radioinmunoensayo
(RIA) y cromatografía de líquidos o de gases. La interpretación farma-
cocinética de la concentración de fármaco determinada en el paciente
y la caracterización de los parámetros cinéticos individualizados se
realizan ajustando los datos experimentales de concentración/tiempo
del paciente a las ecuaciones matemáticas dependientes de un modelo
farmacocinético, utilizando diversas técnicas de ajuste de datos a tra-
vés del empleo de programas informáticos específicos102.
En la práctica clínica diaria se monitorizan habitualmente antibacte-
rianos (como aminoglucósidos y glucopéptidos), fármacos inmunosu-

Universidad de las Américas Puebla 65


presores y anticonvulsivantes. Sin embargo, el conjunto de fármacos
con potencial de monitorización farmacocinética es mucho más am-
plio (tabla 1.3).

Tabla 1.3. Fármacos comúnmente monitorizados.

Digoxina
Lidocaína
Agentes cardiacos Procainamida
Propranolol
Quinidina

Ácido acetilsalicílico
Analgésicos
Acetaminofen

Amikacina
Gentamicina
Antibióticos Netilmicina
Tobramicina
Vancomicina

Carbamazepina
Ácido valproico
Antiepilépticos
Fenitoína
Fenobarbital

Imipramina
Antidepresivos tricíclicos
Nortriptilina

Antineoplásicos Metotrexato

Broncodilatadores Teofilina
Ciclosporina
Inmunosupresores
Tacrolimus

Otros Litio

Para realizar un estudio completo es esencial conocer el fármaco y


su perfil farmacocinético, la pauta de tratamiento y las condiciones clí-
nicas del paciente, las cuales condicionan la absorción, distribución,
metabolismo y excreción del fármaco. Además, es preciso considerar todas
las etapas del proceso: indicación del análisis, extracción de la muestra,

66 Escuela de Ciencias
traslado al laboratorio, determinación de las concentraciones, inter-
pretación de los resultados, ajuste de las dosis y comunicación de las
recomendaciones. Los estudios farmacocinéticos se complementan
con el conocimiento de la farmacodinamia y farmacogenómica, que
son herramientas que permiten optimizar e individualizar los trata-
mientos y, por tanto, hacer un uso racional de los medicamentos,
garantizar tratamientos eficaces y minimizar los efectos adversos42, 57.
La determinación de las concentraciones de fármaco en suero o
plasma es esencial para establecer si un efecto adverso se asocia con
una elevada concentración de fármaco. En años anteriores la monito-
rización farmacocinética se utilizaba a menudo en farmacovigilancia,
sólo para confirmar que un determinado efecto adverso que ya se ha-
bía producido era ocasionado por una elevada concentración de fármaco
en plasma sin la identificación de la causa subyacente de esa alta con-
centración. Actualmente, la monitorización de fármacos puede ser
usada para prevenir efectos adversos, en lugar de simplemente con-
firmar la causa de un evento sucedido en el pasado. De esta manera, la
monitorización de fármacos puede ser una herramienta muy útil en
la farmacovigilancia para el seguimiento y la documentación de RAM,
a fin de incrementar la seguridad de la terapia a través de la preven-
ción de éstas (tabla 1.4).
En este contexto, la monitorización de fármacos se aplica en la
evaluación de efectos tóxicos y adversos de algunos fármacos, sobre
todo, cuando dichos efectos son muy inespecíficos (por ejemplo, náu-
sea y vómito pueden ser debido a una gastritis o una intoxicación por
teofilina o digoxina) o, por el contrario, muy similares a los síntomas
de la propia enfermedad (tanto la insuficiencia cardiaca congestiva como
la toxicidad debido a digoxina se manifiestan con la misma triada de
síntomas: anorexia, náuseas y arritmias). De igual modo, un aumento
en la creatinina sérica en un paciente con sepsis tratado con gentami-
cina puede ser debido a la propia sepsis o bien a la nefrotoxicidad del
antibiótico. En el caso de los aminoglucósidos, la monitorización per-
mite prever el desarrollo de ototoxicidad o nefrotoxicidad asociada a
elevados niveles de antibiótico en sangre103.

Universidad de las Américas Puebla 67


Cuanto menor sea la relación entre la dosis del fármaco y la con-
centración plasmática, y mayor la relación entre el nivel plasmático y
el efecto, tanto más útil resultará la determinación de dichos niveles
para el control del tratamiento. La relación entre niveles plasmáticos
y efectos terapéuticos o tóxicos es una curva sigmoidea: a partir de un
determinado nivel comienzan a observarse los efectos, aumentando
con los niveles hasta llegar a un límite por encima del cual ya no se con-
sigue mayor eficacia.

Tabla 1.4. Efectos adversos relacionados con las dosis de los fármacos y que pueden ser
determinados por monitorización farmacocinética.
Fármaco Efecto adverso
Antidepresivos tricíclicos Visión borrosa, constipación y retención urinaria
Aminoglucósidos Ototoxicidad, nefrotoxicidad y bloqueo neuromuscular
Anfotericina B Nefrotoxicidad, acidosis tubular renal, hipocalemia, anemia,
anorexia, náusea y vómito
Carbamazepina Diplopía, visión borrosa, nistagmus, ataxia e inestabilidad al
caminar
Ciclosporina Disfunción renal, hipertensión, hirsutismo y tremor
Digoxina Anorexia, náusea, diarrea, fatiga, debilidad, cefalea e
insomnio
Etosuximida Náusea, molestia abdominal, anorexia e hipo
Fenitoína Cambios en el comportamiento, nistagmus, visión borrosa,
falta de coordinación, coma, hiperplasia gingival e
hirsutismo
Fenobarbital y primidona Fatiga, sedación, depresión, hiperactividad, agitación,
hipotensión, erupción en la piel o síndrome de
Stevens-Johnson
Lidocaína Mareo, euforia, náusea, tinnitus y parestesia
Litio Náusea, vómito, tremor, debilidad general, poliuria,
polidipsia y aumento de peso
Metotrexato Náusea, vómito, mucositis, estomatitis, disfunción hepática
y disfunción renal
Procainamida Hipotensión, bradicardia, náusea, vómito, diarrea y anorexia
Salicilatos Sangrado gastrointestinal, aumento del tiempo de
coagulación y hepatotoxicidad

68 Escuela de Ciencias
Fármaco Efecto adverso
Teofilina Convulsiones, vómito, náusea, cefalea e hipertermia
Vancomicina Ototoxicidad, nefrotoxicidad, rash, flebitis y neutropenia
Valproico Aumento de peso, anorexia, tremor, pérdida de peso y
trombocitopenia

Una de las mayores dificultades del tratamiento farmacológico en


la práctica clínica es la respuesta individual a los fármacos. Así, no sólo
varían en su eficacia, que en general es alrededor del 50%, sino que,
además, mientras que en algunos individuos las dosis recomendadas
o estándar son seguras, en otros pueden ocasionar reacciones adver-
sas de diferente magnitud.
Gatti et al.104 realizaron un estudio para determinar los niveles
plasmáticos de ritonavir en 21 pacientes con sida. Los resultados de-
mostraron que los pacientes que presentaron efectos adversos neu-
rológicos y gastrointestinales tenían concentraciones plasmáticas
máximas y mínimas de ritonavir muy superiores a las que presentaron
los pacientes en los que no se observaron efectos adversos. Por lo ante-
rior, se propuso realizar la individualización del régimen de dosificación y la
aplicación de la monitorización terapéutica de este antirretroviral a fin
de reducir las dosis de ritonavir en pacientes en los que se presentaron
efectos adversos. Esta estrategia permitió aumentar la tolerancia de
los pacientes a este fármaco sin incrementar el riesgo de presentar un
fracaso al tratamiento como resultado de las concentraciones subte-
rapéuticas de ritonavir.

Estudios de bioequivalencia y la
intercambiabilidad de medicamentos

Los estudios de biodisponibilidad son esenciales para demostrar la


magnitud y la velocidad del ingreso de los fármacos a la circulación sis-
témica. La bioequivalencia es un requisito de los medicamentos para
demostrar mediante estimaciones farmacocinéticas y estadísticas que

Universidad de las Américas Puebla 69


un principio activo, presente en dos o más formulaciones, entra a la
circulación sanguínea en la misma cantidad y velocidad. Se considera que
dos formulaciones son bioequivalentes si el intervalo de confianza al
90% para el cociente de las medias geométricas de los parámetros
área bajo la curva y la concentración plasmática máxima está entre
80 a 125% (con transformación logarítmica de los datos)105. En conse-
cuencia, se espera que dos productos bioequivalentes produzcan el
mismo efecto terapéutico y sean igualmente seguros en términos de
los efectos adversos que puedan originar.
Desde hace más de cuatro décadas, en Estados Unidos, se empe-
zaron a exigir estudios de bioequivalencia de los medicamentos pro-
ducidos por laboratorios farmacéuticos diferentes al medicamento
innovador (o de marca) una vez que ha vencido la patente de éste. Son
ejemplos históricos de medicamentos con problemas de biodisponi-
bilidad y con consecuencias clínicas por falta de efecto o toxicidad,
algunos fármacos tales como digoxina, fenitoína, ciclosporina, warfa-
rina, teofilina, fenotiazinas, estrógenos conjugados, etcétera106.
Los estudios de bioequivalencia no son exclusivos para estable-
cer intercambiabilidad de los medicamentos genéricos frente a los de
marca o innovadores, también forman parte del desarrollo de la pre-
sentación farmacéutica destinada para su comercialización una vez
que se han utilizado distintas formulaciones para los estudios clíni-
cos fase II y III en los que se ha demostrado la eficacia y seguridad del
principio activo107.
Para un medicamento genérico y un medicamento innovador cuyo
principio activo posea un amplio margen terapéutico, será de poca rele-
vancia terapéutica una variación estadística de ±20% para la diferencia
de los parámetros farmacocinéticos evaluados al determinar la bioequi-
valencia. En este caso se podrán encontrar varios antibióticos, antiáci-
dos, algunos antihistamínicos H1, vitaminas y algunos analgésicos. Este
criterio es más estricto para fármacos ya sea que poseen un estrecho
margen terapéutico, que presentan efecto presistémico importante o
que requieren monitorización farmacocinética y su respectivo ajuste
de dosis. En este rubro se encuentran fármacos cardiovasculares, para
el sistema nervioso y endócrino, así como algunos broncodilatadores,

70 Escuela de Ciencias
diuréticos y anticoagulantes orales para los cuales es preciso reducir el
intervalo de confianza al 90% con la finalidad de aceptar la bioequi-
valencia entre dos formulaciones108. Sólo de esta manera podría justi-
ficarse una sustitución entre formulaciones, de lo contrario, el riesgo/
beneficio implicaría serias consecuencias clínicas.
En la literatura científica existen varios ejemplos de medicamen-
tos que no han demostrado la bioequivalencia esperada y que cons-
tituyen un riesgo para el paciente y en general para los programas de
salud pública. Al respecto, es importante señalar la falta de bioequi-
valencia de formulaciones genéricas de dosis combinadas de anti-
bióticos destinados para el tratamiento de la tuberculosis. Tanto la
rifampicina como la isoniazida, considerados los más efectivos bac-
tericidas antifímicos, presentan una alta variabilidad farmacocinética
en su absorción y en su metabolismo, lo que implica que a partir de
determinadas formulaciones genéricas se obtengan concentraciones
plasmáticas inferiores a las requeridas para controlar la infección por
micobacterias. Lo anterior constituye un riesgo para el desarrollo de
resistencia bacteriana y el consiguiente fracaso terapéutico109, 110.

Medicamentos biotecnológicos y
farmacovigilancia

Un número importante de medicamentos biotecnológicos, algunos de


ellos denominados biofármacos, son proteínas o glicoproteínas que
se caracterizan por su alto peso molecular y compleja estructura quí-
mica, y que son obtenidos por procesos biológicos, entre los que destaca
la tecnología del adn recombinante. Ejemplos de ellos son los anti-
cuerpos monoclonales, interleucinas, enzimas, péptidos hormonales
y análogos, factores de crecimiento hematopoyéticos y no hemato-
poyéticos, eritropoyetinas, interferones, receptores, etc., los cuales a
partir de 1982 se han sumado al arsenal terapéutico con la introducción
de la insulina recombinante111. Los biofármacos se aplican en el trata-
miento de enfermedades agudas y crónicas tales como cáncer, anemias,

Universidad de las Américas Puebla 71


falla renal, problemas hormonales, enfermedades inmunológicas in-
cluyendo las autoinmunes, etcétera.
Las características farmacocinéticas de los biofármacos son más
complejas que las de los farmoquímicos (fármacos obtenidos por sín-
tesis química), pero en general se puede mencionar que su biodisponi-
bilidad oral es inferior a 1%, por lo que es indicado administrarlos por
vía intravenosa, intramuscular o subcutánea. Por otro lado, presentan
un proceso de distribución tisular limitado debido a su gran peso mo-
lecular. Sufren degradación por enzimas proteolíticas, su excreción
renal es rápida y su semivida de eliminación es muy corta dado que su
aclaramiento plasmático es rápido. Su modelaje farmacocinético ma-
temático es más complejo que el de los fármacos obtenidos a partir de
fuentes naturales o por síntesis química112.
En su producción, purificación e identificación se aplican proce-
sos altamente específicos y diversas operaciones unitarias que permi-
ten determinar su calidad y homogeneidad, de manera que cuando se
realizan pequeñas diferencias o cambios en el proceso de producción
se puede afectar significativamente su perfil de seguridad. De hecho,
esto es lo que puede ocurrir cuando expira la patente de estos produc-
tos y otras empresas biofarmacéuticas desean ingresar al mercado in-
troduciendo sus biofármacos para su comercialización y pretendiendo
ser reconocidos como biosimilares. La mayor problemática radica en
que ligeras modificaciones conformacionales en la estructura pro-
teica, en la estabilidad, en la farmacocinética, o bien, la presencia de
pequeñas impurezas pueden llegar a disminuir su efectividad e incre-
mentar el riesgo de inmunogenicidad, así como incrementar el desa-
rrollo de efectos adversos en comparación con el producto biológico
innovador. Ante tales situaciones, las autoridades sanitarias y regu-
latorias exigen la aplicación de ensayos preclínicos y clínicos más ex-
haustivos, de mayor duración y con estudios fase I y II con mayor nú-
mero de pacientes. Esto se aplica con la finalidad de determinar la
eficacia y seguridad de los medicamentos biotecnológicos con rela-
ción al de referencia113, 114. En México, se denominan biocomparables a
aquellos medicamentos biotecnológicos no innovadores que han de-
mostrado su eficacia, seguridad y calidad a través de los requisitos que
señala la NOM-177-SSA1- 2013.

72 Escuela de Ciencias
Reflexiones finales
El conocimiento de la farmacocinética de un principio activo es funda-
mental para reconocer los principales aspectos relacionados con sus
procesos de absorción, distribución, metabolismo o excreción, y que
pueden condicionar la aparición de reacciones adversas.
Con el paso del tiempo, la farmacocinética se ha venido consoli-
dando por su aplicación en el desarrollo y evaluación de nuevos fármacos,
en la farmacovigilancia y en el estudio de las interacciones entre fár-
macos, en la determinación de parámetros de utilidad para el diseño
de esquemas de dosificación, en la evaluación de la variabilidad inter
e intra individual de dichos parámetros en las poblaciones, así como
en la farmacogenética y en la monitorización de las concentraciones
plasmáticas para la optimización de los tratamientos farmacológicos
de forma más personalizada. El principal enfoque de esta disciplina
siempre será contribuir a la investigación y al desarrollo farmacéutico,
con la finalidad de contar con fármacos y biofármacos de calidad, efi-
caces, efectivos y seguros.

Universidad de las Américas Puebla 73


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Universidad de las Américas Puebla 83


2
84 Escuela de Ciencias
Farmacovigilancia de
medicamentos herbolarios
Ania Ochoa Pacheco
Lucila Isabel Castro Pastrana

Utilización de medicamentos
herbolarios

Actualmente el uso de las plantas para aliviar los problemas de salud


ha cobrado gran importancia, aun cuando sus principios activos son
sintetizados y usados como medicamentos. El hecho de creer que
son seguras e inocuas permite su mayor utilización y en ocasiones los
profesionales sanitarios también las recomiendan. Sin embargo, las
plantas medicinales, al igual que los productos sintéticos, requieren
que se fundamenten sus efectos terapéuticos mediante investigaciones
clínicas y estudios de farmacovigilancia.
La medicina natural es ampliamente utilizada en la curación de
problemas crónicos, logrando una profunda transformación de la sa-
lud, con menos efectos adversos en comparación con los medicamen-
tos sintéticos. Sin embargo, la creencia de que este tipo de productos
no dañan y que actúan de manera lenta, hace que se escojan dosis in-
adecuadas o plantas medicinales equivocadas. Por ello, es importante
considerar que tienen una actividad biológica capaz de producir cual-
quier efecto nocivo1, 3.
Recientemente, tanto el Programa Internacional de Monitoreo de
los Medicamentos como otras iniciativas de la Organización Mundial
de la Salud (OMS) han incluido con mayor fuerza el tema de la segu-
ridad de los productos herbolarios. Por ejemplo, el Grupo de Trabajo

Universidad de las Américas Puebla 85


sobre Cooperación Regulatoria Internacional de Medicamentos Her-
bolarios (IRCH, por sus siglas en inglés) fue constituido en 2006 por va-
rios países y, continuamente, promueven la colaboración regulatoria
internacional entre los participantes (más de treinta miembros, Cuba
y México entre ellos), facilitando la convergencia regulatoria de es-
tándares nacionales de calidad, criterios de evaluación de evidencia y
metodologías de farmacovigilancia para medicamentos herbolarios4.
Asimismo, la estrategia de la oms sobre medicina tradicional
2014-2023 pretende ayudar a las autoridades sanitarias para que apro-
vechen la contribución de la medicina tradicional y complementaria
(MTC) a la atención sanitaria, y para que promuevan su utilización se-
gura y eficaz mediante la reglamentación de productos, prácticas y
profesionales. Esta iniciativa fue inspirada por el sostenido interés de la
población mundial por la MTC, su creciente importancia económica,
la globalización de su producción, distribución y uso, las marcadas di-
ferencias en términos de regulación y control, y por su inminente inte-
gración en los sistemas de salud de muchos países5; el uso terapéutico
racional y la seguridad de los productos de la MTC, en su mayoría a base
de hierbas, son parte de los ejes fundamentales de dicha estrategia.
No obstante, muchos países no consideran a los medicamentos
herbolarios dentro de sus sistemas de farmacovigilancia, razón por
la cual resulta imperante trabajar más en la promoción de la notifi-
cación de las reacciones adversas de estos productos ya que su con-
sumo está en ascenso a nivel mundial tanto por prescripción como por
automedicación.

Reacciones adversas e interacciones


medicamentosas de medicamentos
herbolarios

La experiencia demuestra que gran número de efectos adversos, in-


teracciones (con alimentos u otros fármacos) y factores de riesgo no

86 Escuela de Ciencias
salen a la luz hasta los años posteriores a la comercialización de un
medicamento6.
Los productos medicinales naturales pueden ser utilizados para
una gran variedad de patologías consideradas menores y pueden ser
objeto de automedicación. Entre éstas se pueden citar: trastornos es-
tomacales, resfriado común, gripe, dolores articulares y de cabeza,
estrés, molestias leves de causa variada, diarrea, tos, erupciones, en-
tre otros.
Se ha reportado que el 50% de la población mundial usa trata-
mientos alternativos, incluyendo medicamentos herbolarios y de me-
dicina tradicional; 20% de los pacientes que regularmente toman
medicamentos utilizan concurrentemente por lo menos un producto
herbolario, un vitamínico, o ambos, y 60% de los pacientes que to-
man productos herbolarios no lo manifiestan al médico por conside-
rarlos inocuos o por miedo a que les sean suspendidos7.
Más aún, aunque las estadísticas arrojan que del 60 hasta el 90%
de la población de algunos países en desarrollo depende de la MTC
para cubrir sus necesidades de atención primaria de salud, también
en países como Canadá (70%) y Alemania (80%) un alto porcentaje
de la población recurre a la medicina tradicional8.
El abordaje de la farmacovigilancia de los medicamentos herbola-
rios parte del hecho de que, al igual que los medicamentos alopáticos,
presentan reacciones adversas e interacciones con medicamentos y ali-
mentos. Las especies vegetales contienen un gran número de compo-
nentes químicos, los cuales son recuperados en los extractos vegeta-
les que forman parte de los principios activos de los fitofármacos. Por
lo tanto, la farmacovigilancia de medicamentos herbolarios enfrenta
varios problemas que pueden ser propios de esta terapéutica y otros ca-
racterísticos de todos los medicamentos, entre ellos se pueden citar1, 9: 1)
que el monitoreo de efectos adversos se complica debido a la dificul-
tad para estandarizar estos productos, tanto en potencia como en ca-
lidad; 2) la compleja y variada composición química que poseen los
extractos vegetales como principios activos de los fitofármacos pue-
den interactuar entre ellos, con otros fármacos y con alimentos; 3) a
esto se suma que las reacciones adversas son muy complejas y, con fre-

Universidad de las Américas Puebla 87


cuencia, difícilmente valorables por la cantidad de factores que inter-
vienen en su producción, modo de aparición, duración y gravedad. En
efecto, pueden1: a) aparecer inmediatamente después de iniciado el
tratamiento, a lo largo de la administración o después de suspendida
la medicación; b) ser muy frecuentes o poco frecuentes; c) ser evita-
das mediante un ajuste fino de la dosis o ser inseparables de la acción
terapéutica; d) ser dependientes de una dosis terapéutica o aparecer
sólo con dosis supra terapéuticas, por sobredosificación, y e) ser tri-
viales, graves o hasta mortales.
Existe un gran número de usuarios de medicamentos herbolarios,
pero se dispone de escasa información fiable acerca de su inocuidad;
a esto se le adiciona que las notificaciones de sospechas de reacciones
adversas para estos productos son bajas e insuficientes para detectar
efectos adversos no reportados o importantes. Además, los consu-
midores tienden a utilizar esos productos para la automedicación, a
veces junto a otros fármacos, porque tienen la opinión de que son in-
ofensivos, sin tener en cuenta las posibles interacciones medicamen-
tosas a las que se exponen.
Todos estos elementos justifican la necesidad de disponer de
información científica actualizada sobre las reacciones adversas e in-
teracciones de los medicamentos herbolarios, de tal forma que se
cuente con las herramientas para hacer un uso racional de ellos y para
que mejore su efectividad; teniendo en cuenta que, además, la far-
macovigilancia de medicamentos herbolarios permite disminuir los
costos sanitarios y no sanitarios derivados del uso inadecuado de es-
tos productos.

Reacciones adversas de productos


herbolarios

Las reacciones adversas de los medicamentos herbolarios pueden pre-


sentarse como consecuencia de efectos intrínsecos y extrínsecos10. Los
efectos intrínsecos se deben a los fitoquímicos contenidos en un pro-

88 Escuela de Ciencias
ducto y pueden ser dependientes de las dosis o de las interacciones
con otros fármacos, alimentos, alérgenos o con otras plantas medi-
cinales. Por su parte, los efectos extrínsecos son el resultado de una
identificación errónea de la planta; de la falta de estandarización, que
puede conllevar a variaciones en el contenido de los principios activos
dependiendo de la estación de recolección, la zona, o a las condicio-
nes de crecimiento; de la presencia de impurezas a través de la conta-
minación del producto con microorganismos, productos químicos o
metales pesados; de la substitución, adulteración o falsificación; de la
preparación incorrecta, o bien, del etiquetado inapropiado.
A continuación, se detallan en la tabla 2.1 las reacciones adversas
de algunos medicamentos herbolarios recogidas tanto de la literatura
científica especializada1, 11-25, como de las notificaciones de sospecha
de reacción adversa en atención primaria y secundaria de salud que se
recibieron en la Unidad Coordinadora Provincial de Farmacovigilancia
de Santiago de Cuba, Cuba, durante los años 2011-2013.

Tabla 2.1. Reacciones adversas de medicamentos herbolarios de acuerdo al sistema de


órganos afectado.
Especie vegetal: Tipo de Reacciones adversas Posibles causas de
nombre medicamento (RAM) las RAM
científico herbolario y órgano
(nombre común) de la planta
Sistema respiratorio afectado
Eucalyptus Jarabe y tintura: Cianosis y disnea con Posee 1.5 a 3.5%
globulus L. hojas altas concentraciones de aceite esencial,
(Eucalipto) del aceite esencial cuyo componente
principal es el
1,8-cineol o
eucaliptol; otros
componentes
minoritarios son
aromadendreno y
globulol.
Mentha arvensis L. Extracto fluido Espasmos y asma Por su contenido en
(Menta japonesa) y jarabe: partes bronquial mentol.
aéreas o follaje

Universidad de las Américas Puebla 89


Tabla 2.1. Reacciones adversas de medicamentos herbolarios de acuerdo al sistema de
órganos afectado.

Especie vegetal: Tipo de Reacciones adversas Posibles causas de


nombre medicamento (RAM) las RAM
científico herbolario y órgano
(nombre común) de la planta
Psidium guajava L. Tintura: hojas Disnea Altas
(Guayaba) concentraciones de
aceite esencial.
Sistema renal afectado
Mentha arvensis L. Extracto fluido Irritación del tracto Por su contenido de
(Menta japonesa) y jarabe: partes urinario aceite esencial, que
aéreas o follaje se caracteriza por la
presencia de mentol,
mentona y acetato
de metilo.
Sistema digestivo afectado
Allium cepa L. Jarabe: bulbo Dolor en epigastrio El bulbo contiene
(Cebolla) aceite esencial con
una composición
mayoritaria de
compuestos
azufrados (sulfóxido
de L-cisteína).
Allium sativum L. Tintura y jarabe: Epigastralgia, vómitos, (+)–s –metil cisteína
(Ajo) bulbos acidez y dolor sulfóxido, esteroides
abdominal y productos de la
transformación
de la alicina como
los oligosulfuros
y los polisulfuros
justifican la
epigastralgia y los
vómitos, por producir
irritación gástrica.
Aloe vera L. Jarabe: gel Vómitos y náuseas Las antraquinonas
(Sábila) contaminantes
del gel pueden
provocar efecto
purgante e irritante
directo del tracto
gastrointestinal.

90 Escuela de Ciencias
Especie vegetal: Tipo de Reacciones adversas Posibles causas de
nombre medicamento (RAM) las RAM
científico herbolario y órgano
(nombre común) de la planta
Sistema digestivo afectado
Calendula Extracto fluido, Raras: náuseas y vómitos Alto contenido de
officinalis L. jarabe: flores aceites esenciales:
(Caléndula) mentona,
isomentona,
γ-terpineno,
α-muuroleno,
cariofileno,
pedunculatina, α y
β-ionona, carvona,
geranilacetona,
cariofilenocetona.
Citrus aurantium L. Tintura: corteza de Trastornos Por los aceites
(Naranja agria) los frutos gastrointestinales; dolor esenciales presentes:
abdominal, vómitos, D-limoneno, nerol y
diarreas, náuseas y geraniol.
epigastralgia
Citrus sinensis Jarabe: corteza Trastornos Por los aceites
(L.) Osbeck = gastrointestinales dolor esenciales presentes:
Citrus aurantium abdominal, vómitos, limoneno, citral y
var. sinensis L. diarreas y náuseas citronelal.
(Naranja dulce)
Cymbopogon Tintura y extracto Epigastralgia, vómitos y Por los aceites
citratus (DC) fluido: hojas náuseas esenciales presentes:
(Caña santa, entre ellos el
hierba de mayoritario: citral
calentura) (75-85%). Otros:
citronelal, citronelol,
geraniol, acetato de
geranilo y α-pineno.
Eucalyptus Jarabe y tintura: Epigastralgia, vómitos y Por su contenido en
globulus L. hojas náuseas aceites esenciales
(Eucalipto) que provocan
irritación de la
mucosa del tracto
gastrointestinal.

Universidad de las Américas Puebla 91


Tabla 2.1. Reacciones adversas de medicamentos herbolarios de acuerdo al sistema de
órganos afectado.

Especie vegetal: Tipo de Reacciones adversas Posibles causas de


nombre medicamento (RAM) las RAM
científico herbolario y órgano
(nombre común) de la planta
Sistema digestivo afectado
Mangifera indica L. Vimang. Tabletas y Epigastralgia y diarreas La presencia
(Mango) jarabe: corteza de polifenoles
(mangiferina,
catequina,
epicatequina) puede
producir irritación
de la mucosa
gastrointestinal
justificando la
epigastralgia.
Mentha arvensis L. Extracto fluido Irritación Por su contenido en
(Menta japonesa) y jarabe: partes gastrointestinal aceites esenciales,
aéreas o follaje principalmente
mentol.
Mentha x piperita L. Tintura, extracto Náuseas, malestar en 1-3% de aceite
(Menta piperita, fluido y jarabe: epigastrio. esencial rico en
menta inglesa, follaje Por vía oral dosis mentol; de un 35-
toronjil de elevadas pueden 55% monoterpenos
menta) producir irritación y sequisterpenos,
gastrointestinal taninos, heterósidos
y triterpenos.
Plectranthus Jarabe: hojas Epigastralgia, vómitos, Por su contenido
amboinicus náuseas y estomatitis en aceite esencial,
(Lour.) Spreng el cual presenta
= Coleus un alto índice
amboinicus de compuestos
Lour. aromáticos y
(Orégano francés, oxigenados, entre
oreganón) ellos el carvacrol.
Pluchea Jarabe: hojas Estomatitis, sequedad Por su contenido de
carolinensis G. bucal e irritación local aceites esenciales,
Don. principalmente
(Salvia del país) tuyona.

92 Escuela de Ciencias
Especie vegetal: Tipo de Reacciones adversas Posibles causas de
nombre medicamento (RAM) las RAM
científico herbolario y órgano
(nombre común) de la planta
Sistema digestivo afectado
Psidium guajava L. Tintura: hojas Acidez, pirosis, Por la abundancia de
(Guayaba) epigastralgia, vómitos y sustancias tánicas:
náuseas alrededor de un
10% de taninos
hidrolizables.
Rhizophora Extracto fluido: Sequedad de la boca y Alto contenido de
mangle L. corteza diarreas taninos poliméricos
(Mangle rojo) (80 %) e hidrolizables
(20 %): destacándose
la presencia en
estos últimos de
epicatequina,
ácido clorogénico,
ácido gálico y ácido
elágico, además de
otros galotaninos y
elagitaninos.
Zingiber Tintura: rizomas Dosis altas pueden Alto contenido de
officinale Roscoe causar irritación aceite esencial (1.5-
(Jengibre) gastrointestinal y dolor 3% de la droga),
en epigastrio entre ellos: canfeno,
neral, citronelol,
1,8-cineol, beta-
felandreno, alcanfor,
zingibereno y
beta-bisaboleno.
Sistema nervioso afectado
Calendula Extracto fluido: Visión borrosa y cefalea Presenta un alto
officinalis L. flores contenido de aceites
(Caléndula) esenciales y algunos
de ellos pueden ser
neurotóxicos.

Universidad de las Américas Puebla 93


Tabla 2.1. Reacciones adversas de medicamentos herbolarios de acuerdo al sistema de
órganos afectado.

Especie vegetal: Tipo de Reacciones adversas Posibles causas de


nombre medicamento (RAM) las RAM
científico herbolario y órgano
(nombre común) de la planta
Sistema nervioso afectado
Eucalyptus Tintura: hojas Confusión mental e El eucaliptol es
globulus L. insomnio neurotóxico y
(Eucalipto) epileptógeno,
pudiendo explicar la
confusión mental.
Foeniculum Tintura: frutos Alteraciones temporales Presencia de trans
vulgare Mill. a nivel del sistema y cis-anetol, aceite
= Anethum nervioso central, émesis, esencial que es
foeniculum L. letargo neurotóxico.
(Hinojo)
Preparaciones de la
planta en dosis altas,
pueden producir
convulsiones

Justicia pectoralis Extracto fluido y Somnolencia, dolor de Derivadas de su


Jacq. jarabe: follaje cabeza y mareos actividad biológica
(Tilo, carpintero o como sedante-
té criollo) hipnótico, lo
que explicaría la
somnolencia
Passiflora Tintura, extracto Somnolencia y mareos Derivadas de
incarnata L. fluido y jarabe: sus actividades
(Pasiflora, follaje A altas dosis puede biológicas como
pasionaria, flor de producir depresión sedante, hipnótica y
del sistema nervioso
pasión) ansiolítica
central (SNC)

Se reporta un caso en
humanos de efectos
hipnótico-sedantes
graves
Pluchea Jarabe: hojas El uso prolongado puede Por la presencia
carolinensis G. producir convulsiones, de aceite esencial
Don. (Salvia del así como mareos que contiene α y β
país) tuyona, el cual es
neurotóxico.

94 Escuela de Ciencias
Especie vegetal: Tipo de Reacciones adversas Posibles causas de
nombre medicamento (RAM) las RAM
científico herbolario y órgano
(nombre común) de la planta
Piel afectada
Calendula Crema: flores Irritación en la zona de Posiblemente por el
officinalis L. aplicación alto contenido de
(Caléndula) aceites esenciales.
Citrus Extracto fluido y Trastornos en la Por su alto
aurantifolia tintura: corteza de pigmentación potencial de
(Christm.) los frutos fototoxicidad. Pero
Swingle. se plantea que ocurre
(Limón) fundamentalmente
por el contacto
directo con el fruto y
su manipulación, no
cuando se usan las
formas farmacéuticas
por vía tópica.
Citrus aurantium Tintura: corteza de Fototoxicidad Por la presencia
L. = Aurantium los frutos de bergaptene
acre Mill. (furanocumarina).
(Naranja agria)
Citrus sinensis Jarabe y champú: Irritación de la piel y Por el alto contenido
(L.) Osbeck = corteza fototoxicidad de cumarinas.
Citrus aurantium
var. sinensis L.
(Naranja dulce)
Psidium guajava L. Talco y polvo: hojas Irritación de la piel Presencia de
(Guayaba) aceite esencial
rico en cariofileno,
nerolidiol, beta-
bisaboleno,
aromandreno y
p-selineno.
Sistema cardiovascular afectado
Allium sativum L. Tintura y jarabe: Hipotensión La aliína puede ser
(Ajo) bulbos la responsable del
efecto vasodilatador
periférico explicando
la hipotensión.

Universidad de las Américas Puebla 95


Tabla 2.1. Reacciones adversas de medicamentos herbolarios de acuerdo al sistema de
órganos afectado.

Especie vegetal: Tipo de Reacciones adversas Posibles causas de


nombre medicamento (RAM) las RAM
científico herbolario y órgano
(nombre común) de la planta
Sistema cardiovascular afectado
Aloe vera L. Jarabe: gel de aloe Hipotensión Los derivados
(Sábila) hidroxiantracénicos
y el aloe–emodina
presentes en su
composición
química.
Citrus aurantium Tintura: corteza de Posibles reacciones a Sinefrina, uno de
L. = Aurantium los frutos nivel cardiovascular sus componentes
acre Mill. (alcaloide
(Naranja agria) isoquinolínico),
demostró toxicidad
cardiovascular
(arritmias
ventriculares con
alargamiento del
complejo QRS) y
mortalidad en ratas.
Cymbopogon Tintura: hojas Hipotensión Derivada de su
citratus (DC.) propio mecanismo
(Caña santa) de acción como
antihipertensivo.
Mangifera indica L. Vimang: tabletas y Hipotensión Se ha demostrado
(Mango) jarabe una acción
vasorrelajadora
directa sobre
el músculo liso
vascular.
Orthosiphon Extracto fluido, Hipotensión Debido a su actividad
stamineus Benth. jarabe: follaje biológica demostrada
(O. aristatus diurética.
[Blume] Miquel).
(Ortosifón, té de
Java, té de riñón
[Cuba], Java tea
[Ingl].)

96 Escuela de Ciencias
Especie vegetal: Tipo de Reacciones adversas Posibles causas de
nombre medicamento (RAM) las RAM
científico herbolario y órgano
(nombre común) de la planta
Alergias
Allium cepa L. Tintura, jarabe y Alergias idiopáticas, El bulbo contiene
(Cebolla) crema: bulbo rinoconjuntivitis aceite esencial con
alérgica y dermatitis por una composición
contacto mayoritaria de
compuestos
azufrados (sulfóxido
de L-cisteína).
Allium sativum L. Tintura: bulbos Hipersensibilidad, La hipersensibilidad
(Ajo) irritación local, provocada está
dermatitis y reacciones influenciada por
alérgicas la alicina y sus
productos de
transformación,
los cuales participan
en la liberación de
mediadores químicos
responsables de este
tipo de reacción,
presentes en su
composición
Aloe vera L. Jarabe, crema, Rash y prurito Las antraquinonas
(Sábila) ungüento rectal: gel del acíbar (aloínas
de aloe A y B, aloína
y barbaloína;
5-hidroxialoína A y
aloe-emodina) que
pueden contaminar
el gel de aloe
provocan un efecto
irritante.

Universidad de las Américas Puebla 97


Tabla 2.1. Reacciones adversas de medicamentos herbolarios de acuerdo al sistema de
órganos afectado.

Especie vegetal: Tipo de Reacciones adversas Posibles causas de


nombre medicamento (RAM) las RAM
científico herbolario y órgano
(nombre común) de la planta
Alergias
Capsicum Crema: frutos Dermatitis de contacto La capsaicina (trans-
frutescens L. maduros (síndrome «Hunan 8-metil-N-vanillil-
(Ají picante, ají hand»). 6-onenamida),
guaguao) Durante la primera derivado fenólico
semana de aplicación mayoritario presente
tópica produce en frutos maduros
sensación de quemazón puede provocar
y eritema que varias de estas
desaparece al continuar reacciones.
el tratamiento; puede La irritación de la
persistir durante 2-4 piel es consecuencia
del efecto
semanas o más.
excitatorio inicial de
la capsaicina sobre
las fibras nerviosas
de tipo C y por la
liberación de la
sustancia P.
Citrus sinensis Jarabe y champú: Dermatitis y reacciones Por su contenido en
(L.) Osbeck = corteza alérgicas aceites esenciales
Citrus aurantium y cumarinas
var. sinensis L. (furanocumarinas).
(Naranja dulce)
Cymbopogon Extracto fluido, Alergia, eritema, Por su alto contenido
citratus (DC) tintura, crema, dermatosis por en aceites esenciales
(Caña santa) ungüento, elixir, contacto, reacción que pudieran
jarabe: hojas cutánea localizada, provocar reacciones
enrojecimiento facial y de hipersensibilidad.
prurito
Foeniculum Tintura: frutos Se han reportado casos Presencia de anetol,
vulgare Mill. aislados de reacciones aceite esencial que
= Anethum alérgicas de la piel y es tóxico.
foeniculum L. pulmón, y asma atópica
(Hinojo)

98 Escuela de Ciencias
Especie vegetal: Tipo de Reacciones adversas Posibles causas de
nombre medicamento (RAM) las RAM
científico herbolario y órgano
(nombre común) de la planta
Alergias
Indigofera Tintura y loción Dermatitis alérgica, Presencia de
suffruticosa Mill pediculicida: hojas reacciones alérgicas, aminoácidos tóxicos
(Añil cimarrón o irritación, ardor en la (indospiscina),
xiquilite) zona de aplicación y ácido cianhídrico y
prurito alcaloides (indigo e
indirubina).
Mangifera indica L. Vimang. Tabletas y Hipersensibilidad y Los terpenoides
(Mango) jarabe: corteza prurito presentes: (ácido
mangiferónico, β-
elemeno, α-guajeno,
aromandreno,
hinesol,
cicloartanoles)
pueden activar la
respuesta antígeno–
anticuerpo,
explicando la
reacción de
hipersensibilidad.
Matricaria Cocimiento, tintura, Conjuntivitis alérgica Estas reacciones
recutita L. = extracto fluido, con lavados oculares. alérgicas son debido
Matricaria jarabe, crema y Dermatitis alérgica de a la presencia
chamomilla L. champú contacto, caracterizada de lactonas
(Manzanilla) por lesiones sesquiterpénicas
eritematosas y pápulas (matricida y
en las zonas de contacto matricarina).
Melaleuca Jarabe y extracto Irritación tópica y El cineol es
alternifolia Ch. fluido: hojas vaginal, dermatosis; irritativo en piel y
(Cayeput) estado de coma por mucosas pudiendo
sobredosis originar cuadros
de dermatitis de
contacto, en especial
cuando se emplean
concentraciones por
encima del 10%.

Universidad de las Américas Puebla 99


Tabla 2.1. Reacciones adversas de medicamentos herbolarios de acuerdo al sistema de
órganos afectado.
Especie vegetal: Tipo de Reacciones adversas Posibles causas de
nombre medicamento (RAM) las RAM
científico herbolario y órgano
(nombre común) de la planta
Alergias
Mentha arvensis L. Crema y ungüento: Dermatitis por contacto Por su contenido en
(Menta japonesa) partes aéreas o y reacciones alérgicas aceites esenciales, en
follaje especial mentol
Mentha spicata L. Tintura: hojas Preparaciones nasales Alto contenido de
(Toronjil, toronjil pueden provocar aceites esenciales,
de menta, espasmos de la glotis fundamentalmente
yerbabuena) en adolescentes; el carvona como
aceite esencial en altas constituyente
dosis causa irritación mayoritario.
gastrointestinal y
urinaria
Muraya Tintura y fricciones: Irritación de la piel, Por su contenido en
paniculada (L.) hojas dermatitis y reacciones aceites esenciales y
Jacq. alérgicas alcaloides indólicos.
(Muralla)
Parthenium Tintura: follaje Reacciones alérgicas, El polen
hysterophorus L. provoca la llamada
(Escoba amarga, «fiebre de Santa María»
confitillo) y rinitis
Petiveria alliacea L. Tabletas: hojas y Eritema Presencia de
(Anamú) tallos muchos compuestos
organosulfurados.
Pinus caribaea Extracto fluido, Enrojecimiento, prurito, Por la presencia de
Morelet. tintura y crema: erupción y rash cutáneo aceites esenciales
(Pino, pino hojas (acículas) ricos en terpenos.
amarillo)
Plectranthus Jarabe: hojas Rash y prurito Por su contenido de
amboinicus aceites esenciales.
(Lour.) Spreng
= Coleus
amboinicus
Lour.
(Orégano francés,
oreganón)

100 Escuela de Ciencias


Especie vegetal: Tipo de Reacciones adversas Posibles causas de
nombre medicamento (RAM) las RAM
científico herbolario y órgano
(nombre común) de la planta
Alergias
Pluchea Crema: hojas En ocasiones reacciones Por su alto contenido
carolinensis G. alérgicas por vía tópica de aceites esenciales,
Don, Pluchea en especial la
odorata S. Moor presencia de tuyona.
(Salvia del país)
Psidium guajava Tintura, polvo y Rash y prurito Por su contenido en
L. (Guayaba) talco: hojas aceites esenciales
que pueden provocar
hipersensibilidad.
Zea mays L. Jarabe: estigmas Lesiones dermatológicas Contenido de
(Maíz) y alérgicas bencenoides y
fenilpropanoides.
Zingiber Tintura: rizomas Puede producir Alto contenido
officinale Roscoe. dermatitis por contacto de aceites
(Jengibre) esenciales, que
pudieran provocar
hipersensibilidad.

Interacciones de medicamentos
herbolarios

Las interacciones de los medicamentos herbolarios son otro aspecto


muy importante a considerar tanto en el seguimiento farmacotera-
péutico y la educación al paciente, como en la farmacovigilancia y la
gestión de riesgos de este tipo de productos. Las tablas 2.2 y 2.3 concen-
tran la información obtenida de la revisión bibliográfica de literatura
especializada en torno a las interacciones farmacológicas de las plan-
tas citadas en la tabla 2.112, 13, 22, 26-28.

Universidad de las Américas Puebla 101


Tabla 2.2. Interacciones de medicamentos herbolarios.
Especie vegetal: Tipo de Interacciones y efectos
nombre científico medicamento
(nombre común) herbolario

Allium cepa L. Tintura y jarabe Anticoagulantes: cuadros hemorrágicos,


(Cebolla) porque potencia sus efectos, debido a la acción
fibrinolítica de la cebolla.
Hipoglicemiantes orales: hipoglicemia, porque
potencia sus efectos debido a que la planta
también posee acción hipoglicemiante.
Cardiotónicos: potenciación de sus efectos,
porque posee acción diurética, lo que puede
provocar la eliminación de potasio en forma
considerable y potenciar el efecto de los
cardiotónicos.
Allium sativum L. Tintura y jarabe Antihipertensivos, antiagregantes plaquetarios
(Ajo) y anticoagulantes tipo warfarina: cuadros
hemorrágicos e hipotensión, porque potencia
sus efectos, ya que la planta posee acción
antiagregante plaquetaria y vasodilatadora.
Aloe vera L. Jarabe Laxantes: cuadros diarreicos, se produce un
(Sábila) sinergismo porque las antraquinonas tienen
efecto laxante.
Hipoglicemiantes: hipoglicemia. Sinergismo,
porque la planta puede provocar hipoglicemia.
Heterósidos cardiotónicos: se potencia su
acción porque se puede producir pérdida de
potasio.
Diuréticos tiazídicos, corticosteroides o
extracto de regaliz (Glycyrrhiza glabra):
pueden agravar el desequilibrio electrolítico.

102 Escuela de Ciencias


Especie vegetal: Tipo de Interacciones y efectos
nombre científico medicamento
(nombre común) herbolario
Capsicum frutescens L. Tintura Vitamina A: incrementando su metabolismo a
(Ají picante) nivel hepático, porque con este medicamento
herbolario se ha observado una elevación en
la actividad de las enzimas glucosa‐6‐fosfato‐
deshidrogenasa y lipoproteinlipasa.
Inhibidores de la enzima convertidora de la
angiotensina (IECA): inducción de tos.
Medicamentos antihipertensivos: antagoniza
efectos hipotensores por aumento de
catecolaminas.
Inhibidores de la monoamino oxidasa
(IMAO): la capsaicina aumenta la secreción de
catecolaminas.
Barbitúricos y sedantes: la capsaicina presente
aumenta la sedación.
Citrus aurantium L. = Tintura Anticoagulantes orales: cuadros hemorrágicos.
Aurantium acre Mill. Potenciación de sus efectos por su contenido
(Naranja agria) en cumarinas.
Citrus sinensis (L.) Jarabe Anticoagulantes orales: cuadros hemorrágicos.
Osbeck = Citrus Potenciación de sus efectos por su alto
aurantium var. contenido en cumarinas.
sinensis L.
(Naranja dulce)
Cymbopogon citratus Elixir, jarabe y Antihipertensivos y expectorantes: potencian
(DC) extracto fluido sus efectos, porque la planta es hipotensora y
(Caña santa) expectorante.
Cucurbita moschata Cápsulas Espironolactona: pues la calabaza incrementa
Duchesne = Cucurbita los niveles de potasio.
pepo var.
moschata Duch. ex
Lam.
(Calabaza)
Foeniculum vulgare Tintura Ciprofloxacino: disminución de su
Mill. = Anethum concentración plasmática.
foeniculum L.
(Hinojo)

Universidad de las Américas Puebla 103


Tabla 2.2. Interacciones de medicamentos herbolarios.
Especie vegetal: Tipo de Interacciones y efectos
nombre científico medicamento
(nombre común) herbolario
Justicia pectoralis Extracto fluido y No debe emplearse juntamente con
Jacq. jarabe anticoagulantes o en pacientes con trastornos
(Tilo, carpintero, té circulatorios, debido a su alto contenido de
criollo) cumarinas. Se producen cuadros hemorrágicos.
Matricaria recutita Tintura, extracto Anticoagulantes: sinergismo, por su contenido
L. = Matricaria fluido, en hidroxicumarinas, las cuales poseen efecto
chamomilla L. anticoagulante.
(Manzanilla) Jarabe Benzodiazepinas y alcohol: la manzanilla
presenta propiedades ansiolíticas al poder
interactuar con sitios del receptor de las
benzodiazepinas, por lo que potenciaría el
efecto de éstas.
Passiflora incarnata Extracto fluido y Benzodiazepinas: efectos aditivos a altas dosis.
L. (Pasiflora, jarabe Barbitúricos: aumenta el efecto de sedación.
pasionaria, flor de Anticoagulantes: aumenta el riesgo de
pasión) hemorragias debido a la presencia de
cumarinas.
Anticolinérgicos, antihistamínicos, ansiolíticos
y antipsicóticos: sinergismo.
Alcohol: efectos aditivos.
Pluchea carolinensis Jarabe Con medicamentos que contengan estrógenos.
G. Don., Pluchea Debido al contenido de taninos puede reducir
odorata S. Moor. la absorción de calcio, hierro y magnesio.
(Salvia del país) Puede interferir con anticoagulantes e
hipoglicemiantes potenciando o sinergizando
sus efectos.
Zea mays L. Jarabe Diuréticos y cardiotónicos: peligro de
(Maíz) hipopotasemia severa, por lo que potenciaría
el efecto de los cardiotónicos. También
sinergismo con diuréticos y antihipertensivos,
pues la planta posee acción hipotensora y
diurética.
Zingiber officinale Tintura Anticoagulantes orales o antiagregantes
Roscoe. plaquetarios: potenciación de sus efectos, lo
(Jengibre) que incrementa el riesgo de hemorragias.

104 Escuela de Ciencias


Tabla 2.3 Otras especies vegetales comúnmente presentes en medicamentos herbolarios y
sus interacciones con fármacos.
Carica papaya Anticoagulantes orales, antiagregantes: potenciación de sus
(Papaya) efectos. Cuadros hemorrágicos.
Eucalyptus globulus L. El aceite esencial estimula la función de los microsomas
(Eucalipto) hepáticos, con lo que se acelera el proceso de catabolismo,
lo que puede reducir el efecto de otros medicamentos
administrados concomitantemente.
Ginkgo biloba. Anticoagulantes y antiagregantes plaquetarios: sangrado,
(Ginkgo) potencia sus efectos porque inhibe la agregación plaquetaria.
IMAO: potencia sus efectos.
Antipsicóticos: puede causar convulsiones con fármacos que
disminuyen el umbral convulsivo.
Glycyrrhiza glabra Corticosteroides: incrementa concentraciones plasmáticas.
(Regaliz) Anticonceptivos orales: hipertensión, edema, hipopotasemia.
Hypericum perforatum Trazodona, sertralina, nefazodona: síndrome serotoninérgico,
(Hipérico o hierba de san somnolencia.
Juan) Digoxina: disminución de la concentración plasmática.
Fármacos metabolizados por el citocromo P450 (inhibidores
de la proteasa, quimioterapia, inmunomoduladores, estatinas,
anticoagulantes, anticonceptivos orales, amitriptilina, digoxina,
omeprazol, teofilina): Hipérico es un potente inductor de varias
isoenzimas del sistema del citocromo P450, disminuyendo la
concentración de muchos fármacos y afectando así su eficacia.
Panax gingseng Anticoagulantes orales y antiagregantes plaquetarios:
(Gingseng) potenciación de sus efectos.
Antidiabéticos: posible acción hipoglicemiante.
IMAO: puede causar efectos tipo manía.
Pausinystalia yohimbe Antidepresivos tricíclicos: hipertensión.
(Yohimbina)
Salicis cortex Heparina, derivados cumarínicos y antinflamatorios no
(Sauce blanco) esteroidales (AINE): potenciación de sus efectos.
Rhamnus prusiana Diuréticos: puede causar pérdida excesiva de potasio.
(Cáscara sagrada) Digoxina: potencia los efectos cardíacos.
Valeriana officinalis Depresores del sistema nervioso central (SNC) (alcohol,
(Valeriana) benzodiazepinas, otros): potencia efecto depresor sobre el SNC.

Universidad de las Américas Puebla 105


Sistemas afectados
Los medicamentos herbolarios producen varios efectos no deseados
como reacciones alérgicas, afección de la piel y problemas en los siste-
mas digestivo, cardiovascular y nervioso. Por ejemplo, se ha reportado
que la piel puede verse afectada hasta en más del 50% de los casos, el
sistema digestivo un 25%, el nervioso hasta un 13% y el sistema car-
diovascular en un 9%1.
Entre las RAM más frecuentes que afectan al sistema digestivo se
encuentran las náuseas y vómitos, y entre las reacciones alérgicas, el
prurito, rash y dermatitis por contacto. Todas estas reacciones pueden
estar relacionadas, fundamentalmente, con la presencia de taninos y
aceites esenciales que provocan trastornos e irritaciones en el tracto
gastrointestinal, así como reacciones de hipersensibilidad; los aceites
esenciales también pueden ser la causa de las acciones neurotóxicas
de varios medicamentos herbolarios.
En muchos países una de las formas farmacéuticas más emplea-
das es la tintura, la cual tiene como excipiente el alcohol etílico. Este
contenido de etanol explica la aparición de las reacciones a nivel gas-
trointestinal, porque se conoce que produce afección de la mucosa
gástrica con daño al endotelio y posterior lesión microvascular, misma
que conduce a cesación del suministro de oxígeno, del transporte de
nutrientes y de ahí a una necrosis por isquemia1, 29, 30.
También existe un gran número de medicamentos herbolarios
que pueden provocar cuadros hemorrágicos, sobre todo si se combi-
nan con medicamentos anticoagulantes o antiagregantes plaqueta-
rios; esto se explica por el contenido de cumarinas que muchas especies
vegetales poseen.
Las reacciones adversas producidas por los medicamentos her-
bolarios, de acuerdo a su intensidad y severidad, en la mayoría de las
ocasiones se clasifican como leves o moderadas; no obstante, cuando
se hace un empleo incorrecto las reacciones adversas pueden llegar
a ser graves22.
La variada y compleja composición química que poseen los pro-
ductos naturales justifica la aparición de reacciones adversas e inte-

106 Escuela de Ciencias


racciones con medicamentos. A continuación, se plantean de forma
general algunos aspectos que se deben tener en cuenta para poder com-
prender la aparición de las reacciones adversas en la terapéutica con
medicamentos herbolarios15:

1. Los taninos pueden originar trastornos gástricos, para evitarlo


es recomendable asociarlos a drogas demulcentes.
2. Los aceites esenciales a dosis elevadas son neurotóxicos y, en
algunos casos, abortivos; además presentan un considerable
índice de intolerancia; por lo que hay que abstenerse de pres-
cribirlos por vía interna durante el embarazo, la lactancia, a
niños menores de seis años o a pacientes con gastritis, úlceras
gastroduodenales, síndrome del intestino irritable, colitis
ulcerosa, enfermedad de Crohn, hepatopatías, epilepsia,
Parkinson u otras enfermedades neurológicas. No se deben
administrar ni aplicar tópicamente a niños menores de seis
años con hipersensibilidad conocida a algún aceite esencial.
3. Algunas plantas de la familia de las Asteráceas (compues-
tas) contienen alcaloides pirrolizidínicos, con acción hepato-
tóxica; además, es relativamente frecuente la aparición de re-
acciones alérgicas cruzadas entre plantas de esta familia.
4. El uso de medicamentos herbolarios con acción diurética en
presencia de hipertensión, cardiopatías o insuficiencia renal
moderada o grave, sólo debe hacerse por prescripción y bajo
control médico, ante el peligro que puede suponer el aporte
incontrolado de líquidos, la alteración del balance electrolí-
tico y la posibilidad de que se produzca una descompensación
tensional.
5. Muchos medicamentos herbolarios que poseen un alto con-
tenido de cumarinas pueden provocar hemorragias si se com-
binan con anticoagulantes y/o antiagregantes plaquetarios.
6. Tener siempre el control médico para aquellos fitofármacos
que puedan interferir con la acción de otras medicaciones
(por ejemplo: sedantes, antidepresivos, antihipertensivos, hi-
poglucemiantes, cardiotónicos, anticoagulantes, medicacio-
nes hormonales, etc.).

Universidad de las Américas Puebla 107


7. No prescribir taninos en asociación con pectinas, proteínas
(enzimas), sales de hierro o alcaloides, pues pueden ocurrir
incompatibilidades farmacéuticas.
8. La administración simultánea de fitofármacos ricos en polisa-
cáridos (mucílagos o fibra dietética) puede reducir la absor-
ción de otros medicamentos.
9. Los laxantes hidroxiantracénicos pueden producir espasmos
y dolores abdominales por lo que no deben utilizarse en caso
de obstrucción y estenosis intestinal, atonías, enfermedades
inflamatorias del colon, dolores abdominales de origen des-
conocido y estados de deshidratación severa con depleción
de agua y electrolitos. En caso de uso crónico o de abuso pue-
den dar lugar a hipopotasemia, por lo que se puede potenciar
la acción de los heterósidos cardiotónicos e interaccionar con
los fármacos antiarrítmicos o con los que induzcan la rever-
sión al ritmo sinusal (por ejemplo, quinidina).
10. La utilización de laxantes antraquinónicos de forma conco-
mitante con otros fármacos que inducen hipopotasemia (por
ejemplo, diuréticos tiazídicos), adrenocorticoides y raíz de
regaliz puede agravar el desequilibrio electrolítico. Sólo de-
berían utilizarse durante breves periodos de tiempo (hasta
catorce días), salvo por prescripción médica. En caso de estre-
ñimiento reciente no explicable por algún cambio en el modo
de vida, o estreñimiento acompañado de dolores, fiebre o
hinchazón abdominal, es conveniente consultar al médico.
Para el tratamiento del estreñimiento crónico o habitual, es
más recomendable recurrir a los laxantes mecánicos (forma-
dores de masa), e introducir las modificaciones necesarias en
la dieta y los hábitos.

108 Escuela de Ciencias


Farmacovigilancia de medicamentos
herbolarios

Nadie puede negar la importancia de las plantas en el descubrimiento


de nuevos fármacos. Tan sólo la morfina, pilocarpina, aspirina, vincris-
tina y paclitaxel son algunos ejemplos de importantes fármacos que se
han obtenido del estudio farmacológico y de la investigación farma-
céutica a partir de plantas.
A su vez, compuestos de plantas conocidas están encontrando
nuevas aplicaciones. Un ejemplo es un estudio reciente en pacien-
tes con metástasis cerebral secundaria a cáncer de pulmón donde se
encontraron resultados prometedores con un producto a base de si-
libinina o silibina que, en combinación con la quimioterapia de base,
logró la inhibición del proceso metastásico, en algunos casos hasta la
remisión completa, y una mejora en la supervivencia31.
La silibina es un componente del extracto de semillas de cardo
mariano (Silybum marianum (L.) Gaertner). Vía oral, el cardo mariano
se usa desde hace tiempo como protector hepático, sin embargo, éste
y algunos otros de sus usos aún no cuentan con la evidencia suficiente
a partir de estudios clínicos controlados que permitan declarar su
efectividad. En cuanto a su seguridad, en general es una planta bien
tolerada. Se han reportado efectos adversos gastrointestinales y reaccio-
nes alérgicas, sobre todo en pacientes con historia de hipersensibilidad
a las asteráceas o compuestas como la manzanilla, el crisantemo o la
equinácea32.
Ante este escenario es posible vislumbrar el aporte que la farma-
covigilancia puede hacer al desarrollo de nuevos medicamentos a par-
tir de fuentes vegetales, al descubrimiento de nuevas aplicaciones y/o
a la optimización de las formulaciones de los que ya se conocen y usan
desde hace tiempo, a la mayor comprensión de los mecanismos de
acción de los extractos vegetales y de sus componentes específicos,
y al aumento de la evidencia disponible sobre su eficacia y toxicidad.
Desde luego, situaciones como el uso indiscriminado e irracional,
la falta de calidad, la presencia de impurezas y la falsificación de pro-

Universidad de las Américas Puebla 109


ductos que aquejan a los medicamentos alopáticos, también son re-
tos que enfrentan los productos farmacéuticos herbolarios y que una
farmacovigilancia efectiva puede ayudar a abordar y resolver. Ya sea
bajo la categoría de medicamento herbolario o de «suplemento ali-
menticio», todo producto a base de extractos vegetales disponible en
el mercado deberá vigilarse exhaustivamente por parte de la autori-
dad sanitaria y de los profesionales de la salud para evitar riesgos a la
población.
Las actividades de farmacovigilancia de medicamentos herbola-
rios o «herbovigilancia» requieren complementarse con elementos
adicionales para contribuir exitosamente a la minimización y preven-
ción de riesgos para los consumidores de estos productos, entre ellos33:

• La investigación fitoquímica del producto involucrado en una


reacción adversa, sobre todo severa.
• El análisis fisicoquímico del producto que permita la identifi-
cación de sus componentes.
• La investigación farmacoepidemiológica y etnofarmacológica
correspondiente al producto y a sus componentes herbales.
• El acceso a bases de datos e información confiable sobre pro-
ductos herbolarios y medicinas tradicionales.
• La consultoría de expertos en farmacognosia, fitoquímica,
etnobotánica y áreas del conocimiento relacionadas.

Lo anterior puede ser posible a través de una vinculación efectiva


academia-gobierno tanto nacional como regional.
Otro reto importante lo constituye la nomenclatura de estos pro-
ductos, cuya consistencia es indispensable para una documentación
precisa en las bases de datos de farmacovigilancia y que las señales de
seguridad sean certeras, oportunas y útiles, no sólo a nivel nacional,
sino global. En particular para la notificación de reacciones adversas
de productos herbolarios por parte de los profesionales de la salud,
será muy importante que las autoridades sanitarias les faciliten el
acceso a fuentes de información, así como a capacitaciones enfocadas
a la identificación y evaluación de un producto herbolario.

11 0 Escuela de Ciencias
Globalmente, el amplio uso y comercialización de productos her-
bolarios ha develado la necesidad de emplear de manera consistente
los nombres de las plantas medicinales, ya que, a partir de su nombre
científico, los nombres comunes o vernáculos que se les confieren
en distintas partes del mundo o incluso en distintas regiones de un
mismo país pueden causar confusión y, eventualmente, riesgos y to-
xicidad a sus usuarios.
El desconocimiento o confusión entre los nombres de las plantas
puede ocasionar que se formulen productos empleando especies tó-
xicas en vez de aquellas que se presume que tienen actividad terapéu-
tica. Asimismo, el uso inadecuado de los nombres científicos puede
conducir a una identificación y documentación errónea de una planta
posiblemente involucrada en una reacción adversa. También se ha
detectado que la regulación y las farmacopeas de todo el mundo ca-
recen de una codificación común, así como del suficiente rigor cientí-
fico para minimizar el riesgo de que un mismo nombre farmacéutico
pueda referirse a diferentes especies y así garantizar la seguridad y la
calidad de los productos herbolarios.
Para Silybum marianum, por ejemplo, se han documentado a ni-
vel mundial hasta 87 diferentes nombres comunes o farmacéuticos
en diferentes idiomas; tan sólo en español se le refiere como: cardo
blanco, cardo de burro, cardo de María, cardo lechero y cardo ma-
riano. Además, cuenta con hasta trece sinónimos científicos, entre
ellos: Silybum marianum (L.) Gaertn. (aceptado oficialmente), Car-
duus marianus L., Carduus versicolor Salisb., Mariana lactea Hill y
Silybum maculatum (Scop.) Moench34.
Para abordar esta problemática, el Real Jardín Botánico de Kew
(comúnmente llamado en inglés «Kew Gardens») de Londres, inició
una iniciativa conocida como los «servicios de nombres de plantas
medicinales» (en inglés, Medicinal Plant Names Services o mpns) que
es una base de datos global donde se encuentran todos los nombres
científicos, farmacéuticos, comunes y comerciales empleados para
plantas y sustancias herbolarias que se ha reportado que tienen un
uso medicinal. Se actualiza constantemente y hace poco se usó para se

Universidad de las Américas Puebla 111


usó para validar los nombres de plantas reportados en la base de datos
VigiBase del Centro Mundial de Farmacovigilancia.
Se recomienda al lector visitar el portal en línea del recurso elec-
trónico mpns para comparar y confirmar la exactitud de los nombres
comunes y científicos de cualquier planta de su interés, tanto si su la-
bor se relaciona con la fabricación de productos herbolarios como si
sus actividades están vinculadas a la regulación, el suministro, control,
monitoreo o uso directo de estos productos en la atención sanitaria y
en la comunidad (http://mpns.kew.org/mpns-portal/).
Adicionalmente, la base de datos de la oms, a través de su diccionario
de medicamentos (en inglés, who-Drug Dictionary), ha incorporado re-
cientemente el sistema de clasificación hatc (herbal anatomical-the-
rapeutic-chemical, por sus siglas en inglés), el cual, al igual que el sistema
atc para farmoquímicos, permite identificar a los productos herbolarios
con base en el sistema anatómico sobre el que actúan, su grupo terapéu-
tico y entidad química particular.
Por lo tanto, las recomendaciones generales para realizar herbo-
vigilancia serían35:

• No usar únicamente los nombres comunes o los nombres


farmacéuticos en los reportes y notificaciones, sino siempre
acompañarlos del nombre científico completo, es decir, el
género, especie, subespecie e, incluso, el autor. Por ejemplo,
Illicium anisatum Lour es el anís estrella comúnmente usado
como condimento, pero Illicium anisatum L. es una planta
japonesa emparentada, que es tóxica, por lo tanto, es impor-
tante manejar el nombre del autor para evitar ambigüedad y
riesgos.
• Usar el nombre científico preferido o aceptado actualmente,
ya que cada año se publican alrededor de diez mil cambios de
nomenclatura, conforme los estudios moleculares y fitoquí-
micos arrojan nueva luz sobre las relaciones taxonómicas.
• Consultar bases de datos internacionalmente reconocidas so-
bre plantas y su nomenclatura, como mpns.

112 Escuela de Ciencias


Dado que el principal objetivo de la farmacovigilancia es la de-
tección temprana de señales de seguridad de reacciones adversas no
detectadas o documentadas previamente, la completitud y exactitud de
una notificación, en este caso de un producto herbolario, puede ha-
cer una gran diferencia al momento de identificar riesgos para la po-
blación y poder tomar acciones inmediatas.
Por ello, la OMS subraya que, para el monitoreo de medicamentos
herbolarios, los estudios regionales pueden ser de especial valor pues
combinando las experiencias reportadas en diferentes países, la de-
tección oportuna de señales podrá reforzarse.

Reflexiones finales
A nivel global aún se requiere de mucha evidencia, tanto científica
como proveniente de la práctica clínica y del conocimiento etnofar-
macológico, para lograr el descubrimiento, desarrollo, producción,
distribución y uso seguros de productos farmacéuticos a base de ex-
tractos vegetales. Además, se requiere incrementar los esfuerzos loca-
les y regionales para instaurar sistemas efectivos de regulación, con-
trol y monitoreo de estos insumos sanitarios. Dentro del marco de su
estrategia de medicamentos esenciales, la OMS hace mucho énfasis
en la importancia de que la población tenga acceso a medicamentos
herbolarios eficaces, de calidad y seguros5; por lo que la evidencia ge-
nerada a partir de las actividades de farmacovigilancia de estos pro-
ductos constituirá un elemento sustancial en su inclusión en cuadros
básicos y catálogos de insumos institucionales y nacionales36-38.
Sin duda, la difusión del conocimiento, la capacitación y el tra-
bajo en equipo son variables imprescindibles a incluir en la fórmula
de éxito para una herbovigilancia enfocada en la seguridad de las per-
sonas que consumen productos herbolarios.

Universidad de las Américas Puebla 113


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Universidad de las Américas Puebla 117


3
3 Farmacovigilancia en la atención
primaria de salud: concepción
holística basada en experiencias
de investigación
Isis Beatriz Bermúdez Camps
Ivette Reyes Hernández
Lídice Margarita Céspedes Pérez

Introducción
La propuesta del modelo de los servicios farmacéuticos basados en la
atención primaria de salud (aps) presenta a estos servicios como «el
conjunto de acciones en el sistema de salud que buscan garantizar la
atención integral, integrada y continua a las necesidades y problemas
de la salud de la población tanto individual como colectiva, teniendo
el medicamento como uno de los elementos esenciales, y contribu-
yendo a su acceso equitativo y su uso racional. Estas acciones, desa-
rrolladas por el farmacéutico ­—o bajo su coordinación— incorporado
a un equipo de salud y con la participación comunitaria, tienen como
objetivo la obtención de resultados concretos en salud con vistas a la
mejora de la calidad de vida de la población»1.
Dentro de la aps se encuentra la farmacia comunitaria (fc) la cual
centra sus acciones en el cuidado de la salud y ha transitado por dife-
rentes etapas. En un primer periodo el farmacéutico elaboraba toda
la medicación que dispensaba y aconsejaba, además, sobre la forma
correcta de su administración, sin embargo, en los últimos tiempos su
labor ha evolucionado de manera considerable.
Los avances técnicos y científicos, y la inevitable preparación de
los medicamentos por parte de la industria farmacéutica, han provo-
cado la rápida introducción de miles de nuevas moléculas en la tera-

Universidad de las Américas Puebla 119


péutica moderna, factores que conllevan a que las fc se conviertan en
centros expendedores de medicamentos y a que la elaboración de la
fórmula magistral quede relegada a un segundo plano, limitándose
enormemente la función profesional del farmacéutico2, 3. Sin em-
bargo, lo que es consecuencia pasó a ser causa de la evolución a nue-
vas formas de trabajo profesional, ampliándose los objetivos de éste
hacia una labor asistencial más orientada al paciente, con el fin de
desarrollar una farmacia acorde con las necesidades sanitarias de la
población4.
La amplia red de farmacias que existen en cualquier país, la fácil
accesibilidad y el clima de confianza que caracteriza la relación far-
macéutico-paciente, facilitan la recepción de cualquier información,
como, por ejemplo, el conocimiento del entorno familiar, la historia
medicamentosa y los problemas de salud de los pacientes5.
Por ello es que algunas investigaciones realizadas en Cuba se ba-
san en el desarrollo de programas de farmacovigilancia (fv) desde la FC
para potenciar el papel de los farmacéuticos dentro de estos progra-
mas y capacitarlos para que contribuyan a la notificación de reaccio-
nes adversas a los medicamentos (ram), con métodos que garanticen
la identificación y evaluación de un mayor número de ellas y un plan
de actuación apoyado en el seguimiento farmacoterapéutico (sft) y
la intervención apropiada que proporcione el cuidado del paciente
y la prevención de ram, dado que se conoce que éstas limitan el po-
tencial terapéutico de un medicamento.
A continuación, se presentarán los resultados de algunos de es-
tos trabajos, antecedidos por una breve descripción sobre cómo está
organizada la actividad de la fv en Cuba, país de origen de las autoras
de este capítulo.

Sistema cubano de farmacovigilancia


En la Ley de la Salud Pública, sección octava, artículo 104 y su decreto
139, Reglamento de la Ley de la Salud Pública (febrero de 1988), se esti-
pulan los procedimientos para contribuir a que en Cuba se comercia-

120 Escuela de Ciencias


licen medicamentos seguros, eficaces y de calidad; requiriendo de una
autorización sanitaria y registro previos a la comercialización. Para al-
canzar este objetivo, en la Ley de Salud Pública, sección octava, artículo
104 y capítulo XVIII del reglamento de esta ley, artículos 203, 204, 205
y 206, se regula la vigilancia de las ram, planteándose el deber de to-
dos los profesionales de la salud de notificarlas6.
El Centro Nacional de Vigilancia Farmacológica, creado el 21 de
septiembre de 1976 por resolución ministerial de Salud Pública, fue
ubicado en la Dirección Nacional de Farmacia y Óptica6. Dos décadas
después, en 1996, se dio un impulso a esta actividad con el surgimiento
de la Red Nacional de Farmacoepidemiología, aumentando significa-
tivamente la cantidad de notificaciones recibidas.
En 1997, se realizó un estudio piloto en seis provincias (Pinar del
Río, Ciudad Habana, Villa Clara, Sancti Spiritus, Ciego de Ávila y Holguín)
donde se introdujo por vez primera en Cuba el análisis de causalidad de
las ram mediante un algoritmo y se trabajó en la retroalimentación
con los notificadores. Con este estudio y las acciones desplegadas por
los farmacoepidemiólogos de la red, se sobrepasó la cifra de quince
mil notificaciones, las que, comparadas con las 282 que se recibieron
en todo el año de 1994, permitieron mostrar claramente el impacto
que tuvo la red de farmacoepidemiología en esta actividad.
En 1999 se decidió crear la Unidad Coordinadora Nacional de
Farmacovigilancia (ucnfv), en el Centro para el Desarrollo de la Far-
macoepidemiología, ratificada en 2001 por la resolución ministerial
número 76 para dar cumplimiento a los objetivos que se trazan en el
perfeccionamiento del Sistema Cubano de Farmacovigilancia (scfv)6.
Después de diez años y en respuesta a las transformaciones nece-
sarias del sistema de salud, el ministro de Salud Pública (22 de octubre
del 2010) subordinó al área de asistencia médica y social, las activi-
dades que desempeña el Centro para el Desarrollo de la Farmacoepi-
demiología, por lo que sus funciones pasaron a ser asumidas por el
Departamento de Farmacoepidemiología de la Dirección de Medica-
mentos y Tecnologías Médicas.
Actualmente la fv, como prioridad del sistema de salud, se mantiene
con la unidad coordinadora de fv, como ente rector de esta actividad5.

Universidad de las Américas Puebla 12 1


El objetivo general del Centro Nacional de fv es establecer un sistema
que permita conocer la magnitud y trascendencia de las ram del to-
tal de medicamentos consumidos por la población en el país, con la
intención final de evaluar y comunicar los riesgos y beneficios de los
medicamentos comercializados, así como brindar educación e infor-
mación a pacientes y profesionales para contribuir al uso efectivo y
seguro de los medicamentos.
El universo objeto de vigilancia lo constituye toda la población
cubana expuesta a cualquiera de los fármacos registrados para su co-
mercialización en el país, con la excepción de las vacunas que son vi-
giladas mediante el «Sistema de vigilancia de eventos adversos conse-
cutivos a la vacunación», establecido desde 1998 por el viceministerio
de Higiene y Epidemiología del Ministerio de Salud Pública (minsap)6.
Es así que el scfv está integrado por una unidad coordinadora,
ubicada en el Departamento de Farmacoepidemiología dentro de
la Dirección de Medicamentos y Tecnologías Médicas del minsap, y
cuenta con un total de 16 responsables de fv dentro de los departa-
mentos provinciales de medicamentos, subordinados al vicedirector
de asistencia médica. En todo el país, el programa de fv opera con un
único método de validación e identificación de los riesgos asociados a
los medicamentos comercializados.
El reporte de las ram se realiza a través del programa de notifi-
cación espontánea y, para ello, los notificadores utilizan los modelos
(formatos) oficiales del Ministerio de Salud Pública (33-36-1), los cua-
les son formularios estandarizados de recogida de datos que en las
unidades provinciales son evaluados, codificados y registrados en una
base de datos que alimenta a la base de datos central.
La información contenida en esta base de datos es evaluada pe-
riódicamente por los especialistas en cada una de las instancias (pro-
vincial o nacional), con el fin de identificar de forma precoz posibles
problemas de seguridad derivados del uso de los medicamentos y
generar señales de alerta, las cuales son enviadas a las autoridades sa-
nitarias y a la industria farmacéutica6. Además del programa de noti-
ficación espontánea, pueden realizarse otros programas coordinados
o concertados con el scfv.

12 2 Escuela de Ciencias
Investigaciones realizadas en el
ámbito de la farmacia comunitaria

A partir de la estructura establecida en el país y sobre la base de la rela-


ción universidad/sociedad en la provincia de Santiago de Cuba, el De-
partamento de Farmacia de la Universidad de Oriente en coordinación
con la Dirección de Farmacias y Ópticas de dicho territorio ha desarro-
llado investigaciones encaminadas al desarrollo de programas de fv
en fc, para la detección oportuna de ram. Estos programas pueden
abarcar estudios de fv tanto de medicamentos de interés como de gru-
pos poblacionales especiales.
Las investigaciones se conducen fundamentalmente en el con-
texto de las farmacias principales municipales las cuales constitu-
yen la unidad rectora desde el punto de vista asistencial y técnico­
metodológico de la red de farmacias comunitarias de su territorio.
Estas farmacias disponen de todos los medicamentos aprobados en el
cuadro básico para uso ambulatorio, incluyendo medicamentos con-
trolados por tarjeta, medicamentos destinados a ingreso domiciliario,
estupefacientes y psicotrópicos, otros stocks específicos definidos por
el Programa Nacional de Medicamentos, así como medicamentos de
producción local dispensarial (formulaciones oficinales, magistrales
y fito y apifármacos).
Especial énfasis se pone en los estudios de fv de plantas me-
dicinales. La medicina natural tiene mucho que ofrecer, sobre todo
cuando se usa para inducir la curación de problemas crónicos conti-
nuos. Sin embargo, la creencia generalizada de que este tipo de pro-
ductos actúan lenta y levemente no es del todo cierta, ya que pueden
presentarse efectos adversos si se eligen dosis inadecuadas o si se re-
ceta al paciente una planta medicinal equivocada. Por ello es que no se
debe limitar a la sabiduría popular su seguridad y eficacia porque cada
parte de una planta tiene numerosas sustancias con actividad bioló-
gica potencialmente capaces de producir cualquier efecto indeseable.

Universidad de las Américas Puebla 12 3


Herbovigilancia en la farmacia
comunitaria

Lores y Lazo en 2011 reportaron el desarrollo de un estudio descriptivo,


transversal y retrospectivo en la farmacia principal municipal de San-
tiago de Cuba, para caracterizar las sospechas de reacciones adversas de
la terapia herbolaria en esta provincia desde el año 2004 hasta el 20087.
En dicho estudio se investigaron las sospechas de ram de herbo-
larios, referidas por la literatura o no, notificadas por las instituciones
de salud en el nivel de atención primaria y adicionalmente las que apa-
recieron en atención secundaria, determinándose la prevalencia de
las mismas de acuerdo a la edad y el sexo de los pacientes. Además, se
identificaron cuáles fueron las sospechas de RAM más incidentes y los
medicamentos herbolarios a los cuales se asociaron. Los resultados se
analizaron a través de la estadística correlacional, obteniéndose que
la hipotensión (12.4%), epigastralgia (11.5%) y mareos (8.9%) cons-
tituyeron las sospechas de reacciones adversas mayormente reporta-
das. Estas ram estuvieron asociadas a los medicamentos herbolarios
que con mayor frecuencia consume la población de Santiago de Cuba,
con base en el cuadro epidemiológico de la provincia: extracto fluido
de la corteza de mango en tableta, el jarabe de aloe al 50% y la tintura de
ajo al 20%.
Predominaron las sospechas de reacciones adversas «probables»
y «leves», y al clasificarlas teniendo en cuenta la frecuencia de apari-
ción, incidieron las reacciones «raras». Todas las reacciones detecta-
das fueron notificadas a la unidad coordinadora provincial de farma-
covigilancia de Santiago de Cuba. En el extracto fluido de la corteza
de mango en tableta, la presencia de polifenoles (mangiferina, cate-
quina, epicatequina) pudo ser la causa de la irritación de la mucosa
gastrointestinal justificando la epigastralgia. Asimismo, la presencia
de terpenoides (ácido mangiferónico, b-elemeno, a-guajeno, aroman-
dreno, hinesol, cicloartanoles), los cuales pueden activar la respuesta
antígeno-anticuerpo, explican las reacciones de hipersensibilidad8, 9.
En el jarabe de aloe al 50%, los derivados hidroxiantracénicos y
el aloe-emodina presentes en su composición química pudieron ser

124 Escuela de Ciencias


los responsables del efecto hipotensor observado en varios pacientes,
y los vómitos pudieron ser consecuencia de la irritación directa de la
mucosa gastrointestinal. En la tintura de ajo al 20%, la alicina pudo
ser la responsable del efecto vasodilatador periférico explicando la
hipotensión. Adicionalmente el (+)-s-metil cisteina sulfóxido, los es-
teroides y los productos de la transformación de la alicina, como los
oligosulfuros y los polisulfuros, justifican la epigastralgia, por ser com-
ponentes capaces de producir irritación gástrica.
Los resultados alcanzados mostraron la potencial inseguridad de los
fitofármacos y la necesidad de investigar y notificar todo evento inde-
seable relacionado con este tipo de medicamentos. La detección, eva-
luación, registro y notificación de las ram pueden realizarse de múlti-
ples formas, una de las más conocidas son los programas de fv puros.
Actualmente, a la par de estos programas se encuentran los progra-
mas de atención farmacéutica (af), específicamente las actividades de
sft, las cuales tienen como eje fundamental la prevención y/o resolu-
ción de los problemas relacionados con el medicamento (prm) y de los
resultados negativos asociados a la medicación (rnm). Esta actividad
como parte de la af, clasifica a las sospechas de ram como un prm, por
lo que incluye, en forma tácita, a la fv en los programas de sft10.
Al respecto, Reyes et al. reconocieron las relaciones entre los pro-
cesos (servicios): una vez que el paciente recibe un servicio de af (sft,
educación sanitaria, fv) puede tener entrada a cualquiera de los otros,
sin restar la importancia de la individualidad de cada uno de ellos
como servicios independientes y teniendo en cuenta la realidad de
cada institución de salud11.

Manejo del dolor oncológico en la


farmacia comunitaria

Un ejemplo práctico de lo antes descrito lo constituye la implementa-


ción de una estrategia para el manejo del dolor en pacientes con cán-
cer terminal tratados con morfina en cuatro farmacias principales de
Santiago de Cuba y una de Jiguaní, desde enero de 2007 hasta diciem-

Universidad de las Américas Puebla 12 5


bre del 200912. Se utilizó la secuencia de pasos propuesta por Cereijo y
Bermúdez en el 200713, basada en el seguimiento farmacoterapéutico
de este tipo de pacientes, permitiendo manejar adecuadamente su
dolor y logrando que llegaran al final de sus vidas con el menor sufri-
miento posible.
La estrategia fue diseñada a partir de una búsqueda bibliográfica
sobre el dolor por cáncer, su medición y tratamiento y se consultó con
expertos, lo que permitió establecer la siguiente secuencia de pasos:

I. Caracterización del paciente


II. Evaluación de la prescripción
III. Detección, evaluación y tratamiento de ram
IV. Medición del dolor a través de la aplicación de un instrumento
V. Implantación del tratamiento con sft
VI. Educación sanitaria

La caracterización de cada paciente se realizó a partir de los datos


de los resúmenes de historias clínicas y se completaron con la entre-
vista inicial realizada a éste y/o a un familiar, de acuerdo a sus con-
diciones de salud. Se tuvieron en cuenta las variables biosociales y
clínicas.
Para evaluar la prescripción de la morfina se tuvieron en cuenta
los siguientes indicadores: indicación y esquema terapéutico; indivi-
dualización del tratamiento, y combinaciones medicamentosas, para
llegar finalmente al criterio de prescripciones «adecuadas», «poco
adecuadas» e «inadecuadas». Asimismo, la identificación de las ram
se realizó a través de las encuestas a familiares y/o pacientes. Para es-
tablecer la relación de causalidad se empleó el algoritmo de Naranjo y
se clasificaron además por su significación clínica.
Para llevar a cabo la medición del dolor mediante la aplicación de
un instrumento se definieron los siguientes pasos: visita al paciente,
aplicación del instrumento y determinación del nivel de intervención
del farmacéutico. La visita al paciente se realizó una vez por semana,
durante un mes, y el seguimiento se llevó a cabo en cada visita durante
el periodo del estudio. Para la aplicación del instrumento de medición

126 Escuela de Ciencias


se diseñó una tarjeta escrita de ambos lados y doblada de manera tal
que podían verse tres áreas de medición, tres escalas visuales análo-
gas que medían: la intensidad del dolor, el alivio del dolor y el humor.
Se instruyó al paciente para que seleccionara el número que mejor
se adaptaba a su nivel de dolor y humor en el momento de la evalua-
ción; la medición se realizó una vez por semana durante un mes. Los
datos de cada medición semanal se promediaron al finalizar el mes,
obteniéndose un valor medio de alivio del dolor, intensidad del do-
lor y humor para cada paciente a los quince días y a los treinta días del
sft. La intervención farmacéutica se realizó en aquellos pacientes que
calificaron la intensidad, el alivio del dolor y el humor por encima del
valor establecido en la literatura14.
Para la implantación del tratamiento con sft se tomaron en
cuenta los elementos evaluados en los puntos anteriores (caracteri-
zación del paciente, evaluación de la prescripción, medición del dolor,
identificación y clasificación de las reacciones adversas) y se procedió
a realizar la comunicación escrita al médico tratante acerca de las pro-
puestas de modificaciones en el tratamiento del paciente de acuerdo
con los resultados obtenidos, dejando copia al mismo y/o familiar
responsable de su cuidado, para que la conservara con el resto de su
documentación sanitaria.
La recomendación farmacéutica podía ser aceptada o rechazada
por parte del médico y/o de los pacientes y/o familiares; en este sen-
tido se estableció un límite de tiempo de 48 horas, desde la comuni-
cación de la recomendación hasta su ejecución o no, para clasificar las
propuestas como aceptadas o rechazadas.
La educación sanitaria fue programada de acuerdo con los resul-
tados alcanzados durante la aplicación de la estrategia y esta actividad
fue dirigida hacia pacientes y/o familiares, médicos y enfermeras. La
evaluación de la estrategia implementada arrojó, a través de los re-
sultados humanísticos, que el 100% de los pacientes y/o familiares
manifestaron una alta satisfacción con la atención recibida y con la
estrategia.
La evaluación de los resultados clínicos alcanzados con la inter-
vención farmacéutica a través del cálculo del índice de impacto arrojó

Universidad de las Américas Puebla 12 7


que éste fue «alto» en un 85%, y, según su significación clínica, pre-
dominó la categoría de «apropiada» en el 80% y de «indiferente» en
el 20%. Se pudieron detectar 330 ram en los 87 pacientes evaluados,
asimismo, todas estas reacciones fueron notificadas al centro de far-
macovigilancia de la provincia.
Las intervenciones realizadas tuvieron un alto impacto porque
permitieron aliviar el dolor, su intensidad y el humor del paciente,
así como la disminución de las ram asociadas al tratamiento con la
morfina, proporcionando beneficios en el grado de cumplimiento del
tratamiento por parte del paciente. La educación sanitaria se realizó
satisfactoriamente, lográndose todos los objetivos propuestos. Sus re-
sultados se manifestaron en el grado de cumplimiento de los pacien-
tes con la nueva terapia indicada, así como en la respuesta de los
médicos ante las intervenciones del farmacéutico.

Seguimiento de pacientes diabéticos


desde la farmacia comunitaria

La literatura científica reporta un estudio que demuestra el desarrollo


en espiral de la fv asociada al sft15. Se trata de un estudio encaminado
a detectar, prevenir y resolver los rnm que presentaron los pacientes
con diabetes mellitus tipo 2 atendidos en una fc en Cuba. La investi-
gación fue de tipo prospectivo y de intervención, realizada a treinta
pacientes siguiendo la metodología Dáder actualizada y adaptada a
las condiciones concretas del estudio. La dinámica de trabajo parte de
reconocer los conceptos de prm y rnm según los criterios establecidos
en el tercer consenso de Granada10.
El servicio de sft permitió documentar 36 estados de situación,
lo que posibilitó la detección de 68 sospechas de rnm (69.4%) y 30
rnm reales (30.6%) de un total de 98. En el análisis de las sospechas
de rnm y de los casos confirmados detectados en la muestra inves-
tigada, se observó que la inseguridad no cuantitativa (42.9%) fue el
rnm más frecuente (resultados estadísticamente significativos [rs=

128 Escuela de Ciencias


0.352; t= 0.325]), obteniéndose una correlación positiva débil, lo que
significa que existe una relación baja y directa entre las categorías de
rnm y la manifestación o no de dichos resultados negativos, pues in-
cide más de un tipo de rnm tanto en las sospechas como en los casos
confirmados. Los prm que constituyeron los factores de riesgo res-
ponsables de las sospechas y las causas de los rnm identificados en los
pacientes fueron las interacciones medicamentosas (21.4%) y la
probabilidad de efectos adversos (18.4%).
Las ram no se vincularon a un grupo farmacológico único, sino
que se asociaron a medicamentos específicos de manera aislada, entre
los que se encontraron los siguientes: la hidroclorotiazida que se rela-
cionó con síntomas como la debilidad, fatiga y los calambres causa-
dos por la hipocalemia; el atenolol cuyo uso se asoció a efectos adversos
como la bradicardia y la disminución del pulso cardiaco; la carbamaze-
pina que ocasionó mareos y pérdida de conocimiento y, finalmente, la
metformina que se relacionó con anorexia, mareos y diarreas. La cau-
salidad de las ram detectadas fue determinada a través del algoritmo
de Karch y Lasagna, obteniéndose que el 60% de las ram resultaron
«probables», y el 40% de ellas «posibles».
En el servicio de sft se realizaron 98 intervenciones farmacéuti-
cas encaminadas a prevenir las sospechas de rnm y resolver los rnm
reales; de ellas, el 88.8% correspondieron a la categoría farmacéu-
tico-paciente-médico, siendo aceptadas sin modificación el 97.7% y
rechazadas con motivo, por el médico y por el paciente, el 1.1%; las in-
tervenciones farmacéutico-paciente representaron el 11.2%, y resul-
taron aceptadas el 100% de ellas.

Vigilancia de fitoterápicos desde la


farmacia comunitaria

Otro ejemplo fue desarrollado por Montejo ar en 2012. La autora re-


porta una investigación realizada con la finalidad de evaluar el im-
pacto de un servicio de sft desarrollado con todos los pacientes con

Universidad de las Américas Puebla 12 9


insuficiencia cardíaca (ic) consumidores de fitoterápicos pertenecien-
tes al consultorio 21 de la policlínica docente Máximo Gómez Báez, du-
rante el periodo enero-mayo de 201216.
El estudio incluyó a treinta individuos, población seleccionada
tras la revisión de los certificados de todos los pacientes con diagnós-
tico de ic del consultorio 21 dispensarizados en la fc Maceo y Arias a
la cual está asignado el consultorio antes citado. Asimismo, se realizó
anamnesis a través de un cuestionario para conocer los que consumie-
ron fitoterápicos, resultando que todos los pacientes con ic dispensa-
rizados los consumían. El sft permitió documentar 114 prm que dieron
lugar a 26 rnm y 88 sospechas de rnm (srnm).
Los resultados del proceso de clasificación de los prm reflejaron
que el mayor porcentaje correspondió a la probabilidad de efectos ad-
versos (62.3%) seguido por interacciones medicamentosas (32.5%).
De la clasificación de los rnm/srnm predominó la «inseguridad no
cuantitativa» (n=95) con diferencias altamente significativas para
p<0.05 en relación a «inefectividad no cuantitativa» (n=8), «inseguri-
dad cuantitativa» (n=7) y «efecto de medicamento innecesario» (n=4).
Al determinar la imputabilidad a través del algoritmo de Karch y
Lasagna, se obtuvieron el 100% de reacciones adversas «posibles»,
todas clasificadas según las categorías establecidas por el Centro
Nacional de Farmacovigilancia como «leves»11. Luego se procedió al
registro y notificación de éstas. Se realizó un análisis estadístico en-
tre la distribución de elementos terapéuticos utilizados y presencia
de rnm/srnm que arrojó diferencias altamente significativas en-
tre los prm, provocados por el uso de plantas medicinales/medica-
mentos herbarios (n=73) y por medicamentos obtenidos por síntesis
química (n=41).
Este resultado evidencia una vez más la necesidad de realizar fv
desde el sft, así como que la fitoterapia tiene márgenes terapéuticos
amplios, pero no es inocua; la eficacia y seguridad se alcanzan sólo si
se usan correctamente.

130 Escuela de Ciencias


Abordaje de la variabilidad
interindividual desde la farmacia
comunitaria

Álvarez et al. condujeron una investigación en la que se detectaron


desde un consultorio médico, dentro del marco de la aps, reacciones
adversas de medicamentos metabolizados por el citocromo P450 2C917.
Se realizó un estudio observacional, descriptivo y transversal en el uni-
verso de pacientes que pertenecen al Consultorio Médico de la Familia
número 5 del policlínico Joaquín Albarrán, que acudieron a consulta
en el periodo comprendido desde el 1 de febrero al 31 de agosto de
2009 y consumían fármacos metabolizados por el CYP2C9.
Todos los pacientes fueron informados de los objetivos del estu-
dio y firmaron el acta de consentimiento para participar en la investi-
gación. Se utilizó como fuente de información un modelo de recogida
de datos diseñado para este estudio donde la fuente primaria de in-
formación fue la entrevista con cada paciente. Se tomaron como va-
riables el sexo, la edad y la intensidad o gravedad clasificadas según las
normas de trabajo del scfv17.
Durante los seis meses que conformaron el periodo de estudio
fueron incluidos 143 pacientes que consumían fármacos metaboliza-
dos por el CYP2C9, de los cuales 34 presentaron reacciones adversas
a estos medicamentos, lo que representa el 23.8% de pacientes con
ram. El total de ram presentadas en los 34 pacientes fue de 43. El
grupo farmacológico que causó más ram fue el de los aine (88.4%;
p<0.05), entre ellos, al ibuprofeno correspondió el 65.1 % (p<0.05)
de las ram que aparecieron en este grupo. El estudio de la relación
entre las reacciones adversas y las variables sexo y edad arrojó que no
hubo diferencias significativas entre hombres y mujeres, así como en-
tre grupos de edades, aunque hubo un predominio de ram en el sexo
femenino (23.8 % del total de ram) y en pacientes mayores de 60 años
(16.8 % de pacientes con ram). Más del 50 % de las ram presentadas
fueron leves (p<0.05), como, por ejemplo, gastropatías por aine; no

Universidad de las Américas Puebla 131


se detectaron reacciones graves, letales, ni interacciones medicamen-
tosas asociadas a las ram encontradas durante el periodo de estudio17.
El estudio considera que la asimilación de la información farma-
cogenética en la práctica clínica y, específicamente, sobre el impacto
de la farmacogenética en la aps, aún es lenta; sin embargo, la ciencia
ha demostrado la relación entre los polimorfismos genéticos y el me-
tabolismo de fármacos, por lo que el hecho de que en este estudio,
más de la quinta parte de los pacientes que consumieron fármacos
metabolizados por el CYP2C9 presentaron ram, permite inferir que la
edad, el sexo y otras variables tradicionalmente aceptadas son insu-
ficientes para predecir la respuesta a los medicamentos; por lo que
deben ser considerados los factores que influyen sobre la capacidad de
biotransformación de las enzimas metabolizadoras de fármacos, du-
rante el proceso de prescripción17.
Los estudios anteriormente descritos muestran la participación
en el scfv de la aps, lo que ratifica su importancia como parte de un
sistema de salud que contribuye a la garantía de la seguridad en rela-
ción con el uso de los medicamentos en los pacientes.

Notificaciones al scfv desde la


atención primaria de salud

Además del reconocido aporte de las investigaciones al funciona-


miento del sistema de fv, es oportuno evaluar el reporte de las sospe-
chas de ram desde las fc a través de los mecanismos establecidos por
el scfv. Para ello se parte de analizar los informes ejecutivos que re-
portan las fc todos los meses a la unidad coordinadora provincial de
fv. Por ejemplo, un análisis comparativo de los años 2011 y 2012 mos-
tró que, en 2011, se reportaron en Santiago de Cuba un total de 36 noti-
ficaciones y en 2012 un total de 75; asimismo, el número de sospechas
de ram asciende de 79 en 2011 a 142 en 2012. Este incremento habla a
favor de la consolidación del sistema en este ámbito18.

13 2 Escuela de Ciencias
Los fármacos de mayor número de notificaciones fueron el amlo-
dipino (11%) en 2011 y la gabapentina (14.6%) en 2012, y en ambos
periodos las ram reportadas estuvieron relacionadas en mayor me-
dida al sistema cardiovascular (22.2% en 2011 y 17.3% en 2012). El re-
porte de ram mostró, en ambos periodos, que el grupo etario que
mayor porcentaje de sospechas de ram presentó fue el de los pacien-
tes geriátricos (61.1% en 2011 y 56% en 2012). Este comportamiento
es comparable con la literatura, pues en este grupo de pacientes au-
menta el número de medicamentos usados ya que coexisten un mayor
número de patologías, así como las conocidas características fisiológicas
de este grupo, lo que puede alterar las características farmacodinámi-
cas y farmacocinéticas de los medicamentos y por lo tanto la respuesta
del organismo a los fármacos19.
La severidad y la causalidad en 2011 se presentaron como un
55.6% de sospechas de ram «leves» y 44.4% «probables», y en 2012,
«moderadas» el 62.7% y «probables» un 37%.
Otro resultado interesante está vinculado a los notificadores. En
ambos años el mayor porcentaje de notificadores fueron de los far-
macéuticos: 91.7% en 2011 y 98.7% en 2012. Estos resultados eviden-
cian la necesidad de seguir perfeccionando el sistema pues el reporte
parte mayoritariamente de los farmacéuticos, la contribución de los
demás miembros del equipo de salud es casi nula. Aun así, aunque se
aboga por la participación del farmacéutico en estas actividades, es in-
negable la valía de la participación de todos los miembros del equipo.
Otro reporte actualizado lo constituye el estudio publicado por
Furones et al. en 2016, en el que se determinaron las ram en ancianos
reportadas al scfv en un periodo de diez años (2003 a 2013)20.
Se realizó un estudio descriptivo y transversal de serie de casos en fv.
El universo estuvo constituido por 26,489 notificaciones de ram en pa-
cientes de sesenta años y más, registradas en la base de datos nacional del
scfv, del 1 de enero de 2003 al 31 de diciembre de 2013, producidas por
fármacos incluidos en el cuadro básico de medicamentos de Cuba. Se
excluyeron las ram por sangre y hemoderivados, así como por medi-
cina natural y tradicional. Las variables examinadas fueron edad, sexo,
tipo de ram, sistema de órgano afectado, medicamento, grupo farmaco-

Universidad de las Américas Puebla 133


lógico, gravedad, imputabilidad del medicamento con la reacción ad-
versa, frecuencia de la ram, profesional notificador y nivel de atención
de salud donde se originó la notificación.
Para caracterizar las ram se trabajó con la reacción principal de
la notificación, que define su gravedad. Los tipos de ram y los siste-
mas u órganos afectados se clasificaron de acuerdo con el Dicciona-
rio de Términos de Reacciones Adversas de la oms. Los medicamentos
se catalogaron por el nombre genérico según la clasificación anatómica
terapéutica química (atc) de la oms y los grupos farmacológicos se
establecieron conforme al formulario nacional de medicamentos. La
gravedad, imputabilidad y frecuencia de ram se midieron como pro-
cede la UCNfv21; el notificador se determinó por el perfil profesional20.
De 2003 a 2013 la tasa de reporte de ram fue de 1,479.4 x 105 an-
cianos, con un promedio de 2,681 notificaciones por año en esta po-
blación. Predominó el grupo de edad de 60 a 69 años con una tasa de
notificación de 1,559.8 x 105. Los médicos fueron los profesionales que
más boletas de notificación de ram enviaron al sistema de fv (68.8%),
le siguieron los licenciados en farmacia (13.5%) y los licenciados (10.2%)
y técnicos en enfermería (3.8%). Los técnicos en farmacia, los esto-
matólogos y otros notificadores contribuyeron mínimamente con un
porcentaje bajo de notificaciones20.
También se apreció que predominaron las ram detectadas en la
aps con 21,691 (81.8%) y en menor cantidad se registraron reportes
procedentes del nivel secundario de atención (17.1%) y del nivel ter-
ciario (1.1%). Entre los cinco tipos de reacciones adversas con mayor
número de reportes se destacaron la erupción cutánea y la tos, mien-
tras que los sistemas más afectados fueron la piel y el sistema digestivo.
Los medicamentos con mayores tasas de notificación fueron el capto-
pril y el ciprofloxacino; a su vez, dentro de los cinco grupos farma-
cológicos sobresalieron los antibacterianos y los antihipertensivos.
Afortunadamente, predominaron las ram «leves» con 13,270 reportes
(tasa de 741.1 x 105).
En este estudio llamó la atención que, en un periodo de diez años,
las notificaciones de ram en ancianos tan sólo representaron menos
del 20% del total de reportes de efectos adversos captados por el

134 Escuela de Ciencias


scfv, a pesar de que la población cubana envejece y que presenta un
alto riesgo de sufrir ram por cambios farmacocinéticos y farmacodi-
námicos, por la polifarmacia y por la presencia de otras enfermedades
que alteran los efectos de los medicamentos22. Esto hace pensar que
existe una mayor infranotificación en ancianos que en adultos, situa-
ción que amerita investigarse.
Destaca la notificación de ram desde la aps, resultados que coin-
ciden con otros estudios cubanos 23, 24 y con lo reportado por la ucnfv25.
Este hallazgo confirma que el nivel primario de salud es la principal
fuente de reportes de ram, que puede ser consecuencia de que el sis-
tema sanitario de Cuba tiene como política prioritaria la medicina pre-
ventiva, cuyo pilar de desarrollo está en este nivel de atención, además
la farmacoepidemiología traza su estrategia con prioridad en la aps26.

Propuesta de una metodología


para implementar programas de
farmacovigilancia en la atención
primaria de salud
Partiendo de los resultados de las investigaciones anteriormente
descritas y de muchas otras que se han realizado en Cuba y en otros
países, consideramos que los programas de fv cobran cada vez más
importancia en la aps, pues se impone la vigilancia del efecto de los
medicamentos una vez comercializados, para garantizar terapias far-
macológicas efectivas y seguras. Sin embargo, la implementación de
éstos deberá pensarse de forma holística.
La concepción holística constituye una de las vertientes del cono-
cimiento con más atractivo en el siglo XXI. Es la tendencia que permite
entender los eventos desde las múltiples interacciones que los carac-
terizan; corresponde a una actitud integradora, así como también a
una teoría explicativa que orienta hacia una comprensión contextual
de los procesos, de los protagonistas y de sus entornos27.

Universidad de las Américas Puebla 135


Este pensamiento aplicado al campo de la salud y, más específica-
mente, a la práctica farmacéutica asistencial ha cobrado esencial im-
portancia en las últimas décadas, en tanto el trabajo multidisciplinario
y los avances técnico-científicos propician cada vez más la necesidad
de un pensamiento integrador para dar solución a problemas socio-
sanitarios28. La holística se refiere a la manera de ver las cosas enteras,
en su totalidad, conjunto, complejidad y trascendencia. De esta forma
se pueden apreciar interacciones, particularidades y procesos que, por
lo regular, no se perciben si se estudian los aspectos que conforman el
todo, por separado. Constituye una visión totalizante e integral de los
procesos, que rompe con las tendencias mecanicistas y el fragmentar
al ser humano29, 30.
Constituye una aproximación teórica y praxiológica que se com-
plementa con la teoría general de sistemas. Aquí cabe recordar que
los sistemas son considerados holísticos en tanto son conjuntos inte-
ractuantes de objetos (procesos) que conforman un todo unificado,
donde lo más importante son las relaciones que aportan sentido al sis-
tema, sintetizadas en nuevas cualidades o regularidades29, 30.
La Organización Mundial de la Salud (oms), en el informe de la
alianza para la investigación en políticas y sistemas de salud, plantea
la necesidad de incorporar el pensamiento sistémico a los sistemas
de salud, pues reconoce que éstos carecen de capacidad para medir o
entender sus debilidades y limitaciones; esto hace que las interven-
ciones a menudo no consigan sus objetivos. Asimismo, reconoce que
no se debe necesariamente a una falla intrínseca de la intervención,
sino más bien al comportamiento, por lo general impredecible, del sis-
tema. Por lo tanto, apunta a la necesidad de conocer el sistema para
fortalecerlo y, a partir de esa base, diseñar mejores intervenciones y
evaluaciones31. Es desde esta perspectiva desde la cual es posible per-
catarse de que la fv no debe operarse como una actividad aislada ni
como un proceso desvinculado de todas las tareas que conforman la af.
Al respecto, Reyes et al. hicieron una propuesta de un sistema or-
ganizativo desarrollado con base en la teoría del enfoque sistémico
para implementar el ejercicio de la af en instituciones hospitalarias
que por su nivel de generalización podría ser extrapolado a la aps11. El

136 Escuela de Ciencias


sistema diseñado identifica cuatro componentes: sistema de relacio-
nes esenciales, estructura, proceso y resultados. La selección de éstos
parte de considerar las experiencias desarrolladas que aparecen repor-
tadas en la literatura32, 33.
Al ser la fv parte integrante de la af podrían aplicarse dichos prin-
cipios que serán explicados en lo sucesivo. Se implican entonces, en la
estrategia para implementar servicios de fv, la ejecución del modelo
de servicios farmacéuticos basados en la aps y el concepto de af. Al
inicio del capítulo se citó la definición de los sf desde el enfoque del
modelo de aps.
En forma complementaria, deberá asumirse a la af como el
concepto de práctica profesional, derivado de las indicaciones de la
Organización Mundial de la Salud/Organización Panamericana de la Sa-
lud (oms/ops) en cuanto a una reorientación de la actividad en los
servicios farmacéuticos, de los medicamentos a las personas1; cons-
tituyendo la af el paradigma que responde por excelencia a este pro-
pósito35. Al ser reconocida como filosofía de práctica, la AF aporta un
enfoque eminentemente clínico y humanístico a la actividad farma-
céutica asistencial, en la búsqueda de una nueva identidad para el pro-
fesional en la provisión de cuidados de salud a los pacientes32,35.
Otro elemento por considerar son los principios generales esta-
blecidos por la Red Panamericana de Armonización de la Reglamenta-
ción Farmacéutica (Red parf), a través del grupo de trabajo de buenas
prácticas de farmacovigilancia (bpf). Las bpf no son más que «un con-
junto de reglas, procedimientos operativos y prácticas establecidas
que se deben cumplir para asegurar la calidad e integridad de los datos
producidos en determinados tipos de investigaciones o estudios»36.
El objetivo de las BPF está destinado a garantizar: la veracidad de
los datos recogidos, para la correcta evaluación de los riesgos asocia-
dos a los medicamentos; la confidencialidad de la identidad de las per-
sonas que hayan presentado o notificado las reacciones adversas, y el
uso de criterios uniformes en la evaluación de las notificaciones y en
la generación de señales y alertas.
Dado que una fv efectiva es el resultado de la contribución de mu-
chas personas con formación muy variada, para obtener un sistema de

Universidad de las Américas Puebla 137


fv coherente es importante desarrollar guías de procedimientos ope-
rativos estandarizados en los cuales se describan los detalles prácticos
del flujo de información37.
En el marco del desarrollo de los procedimientos normalizados de
operaciones (pno) deberán integrarse las metodologías para realizar
fv (según decida la organización), así como las normas establecidas
en los países, las cuales pueden variar atendiendo a las singularidades
de los sistemas de salud de cada región o país. Sin embargo, se considera
que se deberán tener en cuenta siempre seis pasos fundamentales:
detección, evaluación, intervención, seguimiento, registro y notifica-
ción de las ram.
La detección de la sospecha de una ram deberá basarse en las
explicaciones que el paciente provea, pero además irá acompañada
de una exhaustiva entrevista acerca de su historia de medicación, así
como, en la medida de lo posible, la revisión de la historia clínica, con
el objetivo de extraer toda la información necesaria para luego proce-
der a la evaluación del efecto adverso detectado.
Para la evaluación se necesitará hacer un estudio detallado de la
literatura acerca de dicha reacción, buscar elementos de contacto en-
tre el momento de la administración del fármaco y el tiempo en que
se presenta el evento adverso, manifestaciones (signos y síntomas) y
características de la enfermedad que puedan confundirse con la reacción,
así como interacciones entre fármacos y pruebas de laboratorio que
pudieran estar provocándola.
Toda esta información permitirá determinar la imputabilidad de
la ram y su relevancia clínica en el paciente y de esta forma establecer
el plan de acción a seguir para el tratamiento paliativo o preventivo de
la misma. La metódica descrita para la evaluación es un elemento co-
mún en cualquier programa de fv7,13,18,22,38.
La dinámica convencional de los programas de fv sustentados en
el concepto establecido por la oms incluye la detección, evaluación,
registro y notificación de la reacción adversa, sin embargo, la práctica
farmacéutica actual y la necesidad de lograr un uso racional de los
medicamentos en la sociedad, imponen que la intervención y el se-
guimiento de las sospechas de ram sean dos elementos clave para la

138 Escuela de Ciencias


seguridad de las farmacoterapias aplicadas y para el éxito de dichos
programas. Es decir, la actividad de la fv de ninguna manera debe ter-
minar con la notificación, sino que se trata de un proceso continuo
que demanda tomar decisiones y emprender acciones para conver-
tirse en un ciclo virtuoso en beneficio de los pacientes.
En Cuba, varios trabajos con pacientes con cáncer12, diabéticos38 o
con insuficiencia cardiaca39 han evaluado, a través del impacto, los be-
neficios que el seguimiento y la intervención aportan a la detección,
resolución y prevención de los prm y rnm, entre ellos las ram.
La intervención de los programas de fv da paso al desarrollo de
actividades educativas y de capacitación a pacientes y profesionales
sanitarios respectivamente y juega un rol importante en la solución y
prevención de las ram. Siempre que se realice una intervención ante
la presencia de una ram es importante establecer a quién va dirigida y
cómo se conformará el plan de acción encaminado a prevenir, reducir
y/o tratar la RAM detectada.
A la hora de intervenir es razonable —también— actuar sobre los
errores que pudieron dar lugar a las ram, con medidas destinadas a
enseñar, corregir y prevenir esos errores para evitarlos en un futuro;
pues si bien los médicos generan parte de los mismos en relación con
su prescripción, también los farmacéuticos los generan en su actua-
ción profesional.
Otro elemento por tener en cuenta es que debe pactarse en el
equipo de salud cómo será la intervención, estableciendo los tipos:
verbal, escrita o ambas. Durante el sft se generan nuevos estados de
situación que dan pie a la aparición de sospechas de ram; puede co-
rroborarse la ram detectada, pueden aportarse elementos de vital im-
portancia para futuros casos relacionados y trazar estrategias que con-
tribuyan a prevenir o reducir su aparición, beneficiando al paciente y
a la población en general.
El objetivo del sft es triple: obtener o al menos avanzar hacia los
objetivos farmacoterapéuticos propuestos, así como resolver los prm/
rnm (entre ellos las ram) y prevenirlos. En el plan de acompañamiento
farmacoterapéutico se establecerán objetivos para cada problema de
salud del paciente causado por la ram, se acordarán acciones del far-

Universidad de las Américas Puebla 139


macéutico y del paciente para alcanzar dichos objetivos, se planificará
un calendario de visitas que permita recoger información para cono-
cer cómo se avanza hacia los objetivos propuestos y se fijará un plazo
para evaluar su consecución.
El registro de las ram detectadas debe incluir todos los datos ex-
traídos acerca del medicamento, la reacción y el paciente para lle-
var una estadística al nivel en que se trabaja (farmacia comunitaria u
otro del primer nivel de atención sanitaria) que permita tomar medi-
das a nivel poblacional teniendo en cuenta el comportamiento en el
tiempo y el espacio. Estos datos constituirán en muchas ocasiones la
base para establecer políticas acerca del uso de los medicamentos. Se
recomienda la creación de bases de datos de cada organización para
el registro.
Finalmente, la notificación de la sospecha de ram a los organis-
mos de salud pertinentes deberá ser un componente crítico del pro-
ceso, ya que este paso es de vital importancia para las estadísticas a ni-
vel macro. El paciente debe acudir a la fc para adquirir su medicación
y durante el acto de dispensación se define si pertenece a un grupo de
riesgo (diabético, hipertenso, cardiópata, epiléptico, etc.) o a la po-
blación global que necesita un medicamento para una determinada
afección, en este marco se puede ofertar el servicio de af40.
En Cuba, los grupos de riesgo se controlan a través del programa
nacional de medicamentos (pnm) que registra los medicamentos con-
sumidos por este tipo de pacientes a través de las tarjetas control; en
otros países puede obtenerse esta información durante el acto de la
dispensación.
Si el paciente acepta el servicio ofertado, se llevan a cabo los pro-
cedimientos establecidos: primera entrevista, estado de situación, es-
tudio y evaluación, identificación del tipo de prm/rnm y seguimiento
durante las visitas sucesivas.
Las intervenciones pueden ser aceptadas o rechazadas permi-
tiendo la solución, o no, de los rnm, a su vez el sft puede propiciar un
nuevo estado de situación en el que puedan presentarse nuevas sos-
pechas de ram.

14 0 Escuela de Ciencias
Toda esta dinámica manifiesta el enfoque de procesos que ma-
neja el sistema organizativo desarrollado por Reyes et al.11. Este en-
foque pretende dar salida a las funciones clínicas del farmacéutico, a
través de la implementación de servicios que operen de forma sis-
tematizada, continua y normalizada (fv, sft, educación sanitaria,
información de medicamentos, entre otros). Asimismo, concibe la in-
terrelación entre los diferentes servicios de la af, permitiendo cada
uno la prestación de los otros y, a la vez, identificándose ellos por sí mis-
mos (identidad de cada servicio), pudiendo existir todos o algunos
según las características estructurales y organizativas de las institu-
ciones donde se instauren.
Otro enfoque desarrollado por este sistema organizativo es el en-
foque de calidad, el cual establece la necesidad de aplicar las buenas
prácticas de af, es decir, constituir un conjunto de pno, basados en
criterios uniformes, para la realización de las actividades clínicas41.
Este elemento permitirá la mejora continua de los servicios que se
pretenden prestar a los pacientes y profesionales del equipo de salud,
a través de la definición de indicadores fácilmente medibles y repre-
sentativos de la actividad que se realiza.
Por consiguiente, además del desarrollo de los pno, el diseño y
validación de indicadores de calidad de fv serán de vital importancia
para la mejora continua de la calidad de dicha actividad; éste deberá
ser otro elemento de importancia dentro de la estrategia para imple-
mentar la fv en la aps.
Al respecto Castro-Pastrana et al. propusieron un sistema de indi-
cadores que pudieran tomarse como referencia para la construcción
de indicadores de calidad de programas, servicios o unidades de far-
macovigilancia en la aps42.
Finalmente, es importante destacar que no siempre se cuenta con
los recursos materiales y humanos necesarios para organizar programas
de fv insertos en servicios de af, en estos casos pudieran estructurarse
por sí solos, siempre manteniendo la idea del sft y del valor agregado de
la intervención.

Universidad de las Américas Puebla 141


Reflexiones finales
Para el éxito de la estrategia propuesta es importante pensar desde
una concepción holística/sistémica. Los programas, servicios o uni-
dades de fv deberán pensarse como parte del sistema de salud e in-
tegrar el modelo de los servicios farmacéuticos en la aps, así como el
paradigma de la af como herramienta de salud para contribuir al uso
seguro de los medicamentos.
Asimismo, los sistemas de salud deberán integrar los cinco ejes
estratégicos para garantizar el uso racional de los medicamentos (po-
líticas, legislación/regulación, cultura/educación, investigación y
gestión) indicados por la oms/ops43 lo que facilitará la implementación
de los programas de fv.
Estos ejes estratégicos son válidos también para lograr generali-
zar en todo el sistema de salud las actividades de fv, pues se necesita
de un respaldo político para su desarrollo; sin el apoyo político estos
servicios serán una estructura más, que aportará muy poco o nada al
desarrollo de la propuesta.
Por otra parte, será necesario un conjunto de leyes y regulaciones
que permitan realizar un monitoreo y vigilancia sobre el uso de los me-
dicamentos en diferentes poblaciones. Además, es indispensable for-
mar una cultura en la comunidad (usuarios, pacientes, profesionales
y familia) que contribuya a la notificación de las sospechas de re-
acciones adversas, y se deberán formar profesionales de la salud que
propicien el desarrollo de esta actividad.
La investigación farmacoepidemiológica, en específico la relacio-
nada a la seguridad de los medicamentos, deberá ser fomentada en
todos los niveles de atención de salud con especial énfasis en la aps, de
forma que los resultados científicos sirvan de base para las políticas
de uso de medicamentos eficaces y seguros.
Finalmente, habrá que gestionar dichas estrategias, de forma que
se deberá contar con estudios de evaluación y monitoreo que provean
los resultados que propicien un ciclo de optimización para la seguridad
de los medicamentos.

1 42 Escuela de Ciencias
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Universidad de las Américas Puebla 147


4
1 48 Escuela de Ciencias
4 Educación sanitaria: herramienta
clave en farmacovigilancia
Isis Beatriz Bermúdez Camps
Ivette Reyes Hernández

Introducción
La educación, al igual que la salud, es un derecho humano básico. En
materia de uso racional de los medicamentos, la educación sanitaria
constituye una estrategia clave tanto de comunicación como de en-
señanza-aprendizaje, dirigida a incidir positivamente en el uso eficaz
y seguro de los medicamentos. A través de acciones que influyen fa-
vorablemente en los hábitos, conocimientos y actitudes tanto de los
profesionales de la salud como de los pacientes, el proceso de la edu-
cación sanitaria los involucra activa y responsablemente en la toma de
decisiones informadas acerca de la propia salud y de la comunidad1-3.
La educación sanitaria es el aprendizaje de un saber y de un saber ha-
cer (cambio de comportamientos)4, por lo que es un procedimiento
que implica dimensiones intelectuales, psicológicas y sociales para
difundir y traducir los conocimientos científicos acerca de la salud en
normas de comportamiento adecuadas, individuales o comunitarias,
valiéndose de la educación1-3.
Como herramienta de la farmacovigilancia (fv), la educación sa-
nitaria constituye una tarea multidisciplinar que debiera abordarse
desde la formación del profesional sanitario y con el objetivo final de
facilitar información que permita la prevención de las reacciones ad-
versas de los medicamentos (ram); la capacitación de todos los pro-
fesionales de la salud involucrados en la prescripción, dispensación y
administración de los medicamentos, y la promoción de las activida-
des de fv con la participación directa de pacientes y profesionales de
la salud.

Universidad de las Américas Puebla 149


Comunicación efectiva en
farmacovigilancia

La comunicación efectiva constituye un elemento estratégico en la


planeación, implantación, funcionamiento y promoción de la fv en
cualquier ámbito en donde ésta desee implementarse. Para lograr una
«comunicación eficaz» debe establecerse entre el emisor y el receptor
un significado común que, en muchas ocasiones, es difícil de lograr.
Los sentimientos de ambas partes, actitudes, prejuicios, expectativas
personales y experiencias vividas, son factores que no permiten al-
canzar esta comunicación. Shapiro propone que lo importante no es
conseguir una «comunicación eficaz» sino el efecto que se provoca
en el receptor, es decir, si se logra que el receptor cambie de actitud5.
Para lograr el cambio resulta importante que utilicemos dos
formas de comunicación humana: la comunicación verbal y la no ver-
bal. La verbal se refiere a las palabras que utilizamos y a las inflexiones
de nuestra voz (tono de voz); la no verbal hace referencia a un gran
número de canales, entre los que se podrían citar como los más impor-
tantes el contacto visual, los gestos faciales, los movimientos de brazos
y manos, la postura y la distancia corporal.
Para obtener una buena comunicación verbal, sin malentendidos,
hay que tomar en cuenta los siguientes aspectos: presentar el punto
más importante al principio, evitar dar información irrelevante, hablar
sólo de lo que se conozca, tener cuidado con la connotación de las pa-
labras y presentar un resumen.
En el caso de la comunicación no verbal hay que tomar en cuenta
los siguientes aspectos: mirar a la cara de la persona con quien se
habla, mostrando interés, mientras se le brinda información; estu-
diar sus expresiones faciales, lenguaje corporal y gestos; escuchar con
atención el tono de la voz; intentar no leer las preguntas o tomar
anotaciones durante la actividad educativa; sentarse relajado con
las manos enlazadas para disminuir la ansiedad del individuo, asen-
tir y mostrar un interés continuado en lo que el individuo expone, y
escucharlo tranquilamente.

150 Escuela de Ciencias


En la comunicación existe una regla de oro: «hazle a los demás lo
que quieres que te hagan a ti», es decir, hay que comportarse con los
demás como uno desea que los demás se comporten con uno. Esta re-
gla promueve una relación bidireccional que implica actuar de una
manera para lograr determinadas acciones de los otros.
También existe la regla de platino: «hazle a los demás lo que les gusta
que les hagan». Esta regla instala la idea de poner en práctica una relación
unidireccional con el objetivo de satisfacer necesidades ajenas6.
Para aplicar estas reglas el comunicador necesita comprender los
cuatro tipos básicos y diferentes de personalidades que rigen el com-
portamiento de las personas (figura 4.1).

Amigo o
EXTROVERTIDA
incondicional: Hablador o político:
Se caracteriza por la
Persona con improvisación, soltura y Persona que siempre
necesidad de espontaneidad está dispuesta a
entablar relaciones opinar, que se destaca
afectivas en cualquier grupo.

INDIRECTA
Demoran el PERSONALIDADES DIRECTA
tratamiento del Y/O Facilidad para tratar
tema elegido, CARACTERES los temas deseados
realizan grandes sin rodeos.
introducciones, lo
consultan todo Director o ejecutivo:
Persona ejecutiva
Pensador o científico: y sin tiempo que
INTROVERTIDA
Persona que piensa y analiza perder: típico
todo buscando la lógica Se distingue por la timidez, la director de empresa.
precaución y la meditación

Figura 4.1
Personalidades y/o caracteres que se pueden manifestar en los
individuos

Como puede observarse en la figura 4.1 la combinación de los cua-


tro tipos de personalidades da lugar a ocho tipos diferentes de perso-
nas y esto permite hacer el siguiente análisis7:

Universidad de las Américas Puebla 151


• Si deseamos comunicarnos de manera efectiva con alguien de
personalidad extrovertida y directa, que conocemos que es un
hablador, un ser humano siempre dispuesto a opinar y desta-
carse de entre los miembros de cualquier grupo que integre,
pues hay que informarlo y educarlo, de modo que se torne
protagonista de su propio tratamiento, brindándole, incluso,
ejemplos de casos exitosos.
• Ahora bien, si esta persona de acciones directas es introver-
tida, será un típico director de empresa, una persona muy
ejecutiva y sin tiempo para perder, a quien se le debe informar
de forma clara y rápida.
• Sin embargo, si una persona es introvertida y de acciones in-
directas, será un pensador o científico, a quien habrá que jus-
tificar cada uno de los consejos que se le brinde.
• Por último, si la persona es extrovertida e indirecta, será un
amigo, una persona con necesidad de entablar relaciones
afectivas, por lo que el comunicador deberá jugar su papel
amistosamente para lograr el efecto buscado.

El conocimiento de la personalidad y la habilidad de identificarla


y manejarla en la comunicación humana es una herramienta básica
para el desempeño profesional, y para lograr objetivos educativos
sólidos, sobre todo en temas sanitarios.
Muchos programas de fv carecen de continuidad y éxito debido a
la falta de comunicación; es común percibir un fraccionamiento entre
los miembros del equipo de salud, sobre todo con respecto al farma-
céutico y su reconocimiento como miembro activo de dicho equipo8, 9.
La experiencia práctica de las autoras ha permitido escuchar
alegatos de profesionales farmacéuticos de ámbito hospitalario en
los que manifiestan que los médicos no tienen en cuenta las reco-
mendaciones dadas por ellos, pero cabría preguntarse, esas recomen-
daciones o intervenciones: ¿han sido comunicadas adecuadamente?10
La comunicación debe garantizar la credibilidad de lo que se in-
forma, el convencimiento, de ahí que el farmacéutico deba apren-
der las herramientas de la comunicación para manejarlas con ética

15 2 Escuela de Ciencias
y responsabilidad, y así evitar conflictos. Muchas veces, los demás
miembros del equipo de salud tienden a ver al farmacéutico como un
inspector porque él debe de validar las prescripciones y estar atento a
cualquier desviación durante el proceso de uso del medicamento; en
este sentido es importante eliminar las barreras para la comunicación
(forma, momento y lugar donde hacer las intervenciones) que en oca-
siones son responsables de la no aceptación de las recomendaciones10.
También es importante tener en cuenta la aplicación de cuatro pa-
sos secuenciales que conforman las técnicas de comunicación eficaz7:

1. Preguntar correctamente
2. Escuchar atentamente
3. Responder conscientemente
4. Verificar la comprensión

Preguntar correctamente tiene la finalidad de obtener información,


por lo que es preciso formular las preguntas adecuadas, que son por lo
general las denominadas preguntas abiertas, las que comienzan con:
quién, qué, dónde, cuándo, cómo y para qué.
Las preguntas cerradas sólo permiten obtener un sí o un no como
respuesta y, en consecuencia, no proveen la cantidad ni la calidad de
información necesaria para aconsejar al paciente.
La escucha atenta es vital en la comunicación y debe ser empática
y activa, significa que debemos darle la oportunidad al otro de expresar
su criterio de forma completa, con el objetivo de comprenderlo y respe-
tarlo, hay que escuchar con los oídos, los ojos y el corazón, centrar toda
nuestra energía en las palabras que se pronuncien con la intención de
contestar, controlar, contrarrestar y manipular. La escucha activa per-
mite que los demás perciban que nos interesa la conversación y lo que
se está diciendo o sintiendo. El oyente debe demostrar interés por es-
tablecer contacto visual con el que habla (mirar directo a los ojos),
comprender rápidamente lo que le están transmitiendo, emplear un
lenguaje corporal apropiado (el cuerpo debe ubicarse de frente al orador,
los brazos y las piernas no deben estar cruzados en posición defen-
siva) y deben usarse expresiones faciales que denoten interés.

Universidad de las Américas Puebla 153


Responder conscientemente implica reflexionar y considerar to-
dos los aspectos de la situación, antes de dar una respuesta. Las res-
puestas reflexivas son efectivas para determinar claramente qué se
está diciendo. También pueden ayudar cuando los pacientes expresan
frustración o preocupación sobre su condición o medicación. La téc-
nica incluye parafrasear o volver a exponer lo que fue dicho de manera
tal que se pueda confirmar lo que se ha oído y comunicar con énfasis
aquello que se ha entendido de lo dicho.
Por último, se debe verificar la comprensión. Cuando se obtiene
información hay que asegurarse de haber entendido lo que se nos ha
informado y de que lo que respondemos se comprendió. Para verificar
esto, se le puede pedir al paciente o a la persona con la cual nos comu-
nicamos que repita o aclare lo que no se ha entendido, por ejemplo:
¿puede usted repetirme esa última pregunta?, o pueden parafrasearse
los comentarios para corroborar su comprensión sobre los problemas
que le comunica, por ejemplo: ¿está usted diciendo que…? 7, 11
Finalmente, conviene recordar que la fv es un programa continuo
pues siempre existirán nuevos pacientes, profesionales de la salud, di-
rectivos, autoridades gubernamentales, procesos de notificación y/o
análisis de la seguridad de medicamentos, nuevos medicamentos y
por lo tanto nuevas ram. Por ello es que resulta imprescindible reco-
mendar que todo programa de fv se acompañe de un servicio de edu-
cación sanitaria, con objetivos precisos dirigidos a educar para prevenir,
de manera permanente.
Un servicio de educación sanitaria bien diseñado y que funcione
de modo constante constituye una herramienta que garantiza el cam-
bio de actitud o conducta ante una problemática de salud.
Ahora bien, si queremos como farmacéuticos lograr un cambio
positivo en los modos y estilos de vida de una población debemos te-
ner en cuenta al hombre, cómo piensa y cuál sería su conducta ante
un fenómeno dado, para que tome una decisión, interiorice que forma
parte de esa problemática y asuma un rol con una participación.

154 Escuela de Ciencias


Cambio de comportamiento en salud
La actividad de educación sanitaria está dirigida principalmente al ser
humano y no es posible cambiar sus costumbres, hábitos y creencias
en términos de salud y manejo adecuado de los medicamentos si no se
tienen habilidades, no sólo para comunicarse, sino también para eva-
luar y manejar el comportamiento. Las diversas teorías de cambio de
comportamiento en salud existentes permiten seleccionar las estra-
tegias y objetivos de intervención más apropiados para cada situación
en los programas de educación sanitaria12. La educación sanitaria no
debe verse como un acto único y aislado, sino como un proceso. Tanto
si se educa a un individuo como a un grupo, el comportamiento puede
modificarse a través de diferentes procesos no necesariamente linea-
les. Estos procesos además no se componen de etapas a superar, sino
que son continuos.
Las teorías del cambio individual centran al individuo como la re-
ferencia más importante e inmediata para propiciar el cambio en el
comportamiento de la población ante el problema de salud, y dado
que los grupos están integrados por individuos, es el nivel básico para
iniciar la educación sanitaria.
Tanto la teoría de etapas o estados del cambio, propuesta por Di
Clemente y Prochaska, como la teoría de creencias en salud, modelo
realizado por Hochbaum y Rosenstock, presentan el cambio de com-
portamiento como un proceso cíclico y no como un acto. Los individuos
pueden estar conscientes o no de la necesidad de cambio, pueden
tener la intención de cambiar e incluso haber implantado planes de
acción específicos, pero sus percepciones o creencias acerca del pro-
blema de salud en sí (por ejemplo, una ram) o en torno al comporta-
miento recomendado para prevenir o manejar dicho problema, pue-
den llevarlos a la falta de acción o al incumplimiento13, 14.
Por su parte, los modelos de cambio grupal complementan a los
modelos individuales y pretenden facilitar la comprensión acerca del
funcionamiento y las maneras de activar a las comunidades y organiza-
ciones. La teoría del aprendizaje social, la de difusión de innovaciones y la
del mercadeo social se encuentran modeladas con base en el cambio

Universidad de las Américas Puebla 155


bidireccional que se establece entre el individuo y su entorno o entre
una sociedad y otra. Estas teorías postulan que las personas aprenden
por medio de la experiencia de otros y que, si se hace un esfuerzo por
comprender el entorno psicosocial de la comunidad, se podrán di-
señar las estrategias apropiadas para promover el cambio de compor-
tamiento en salud13, 14.

Diseño de un servicio de educación


sanitaria para lograr una fv
efectiva

En el proceso de fv intervienen tres factores fundamentales: el medi-


camento, la ram y, desde luego, el paciente. Sin embargo, la atención
llega a concentrarse más en el estudio de los primeros dos factores y
pocas veces en el factor humano, aun cuando en éste debiera enfo-
carse la actitud del profesional de la salud para prevenir e identificar
una posible ram y la actitud del paciente para transmitir un eventual
problema relacionado con el medicamento.
Los profesionales de la salud y los pacientes deben tener clara la
importancia de su participación, y es a través de la educación sanita-
ria que se puede romper la resistencia de los individuos a participar
en los programas de fv y, a la vez, se puede educar en el manejo de los
medicamentos para garantizar su uso racional, efectivo y seguro. Es
importante propiciar que los individuos, desde su campo de acción,
se involucren activamente y que no visualicen el proceso como un
mero requisito administrativo. El desarrollo de programas educativos
puede ser una herramienta para cambiar la actitud de profesionales
y pacientes en torno a la fv, pero la implementación de un servicio va
mucho más allá de este objetivo porque garantiza la permanencia del
mensaje, de la información. El servicio implementado tiene carácter
permanente y los programas forman parte de sus funciones y varían
de acuerdo con las necesidades.

156 Escuela de Ciencias


Para diseñar un servicio de educación sanitaria dentro de un pro-
grama de fv, se debe partir inicialmente de establecer una estructura,
de definir los procesos y cómo evaluar los resultados.
Para estructurar el servicio debe definirse bajo qué recursos hu-
manos (disponibilidad, motivación y competencia) y materiales (es-
pacio, equipamiento y documentación) funcionará, así como qué
actividades y procedimientos permitirá brindar, con la estructura
que se haya definido, es decir, debe planearse la organización general
de dicho servicio.
En cuanto al proceso, la primera tarea es diagnosticar las necesi-
dades educativas de los pacientes y profesionales de salud a los que
se les ofertará el servicio. Para ello resulta imprescindible el uso de la
entrevista, que brinda información relevante sobre cuáles serán los
propósitos educativos y, a la vez, permite conocer la personalidad de
los involucrados, mostrando el camino para lograr los cambios de ac-
titud y comportamiento.
Una vez identificadas las necesidades educativas es conveniente
establecer los objetivos educativos que se convierten en el referente del
plan de actuación y del proceso de evaluación del servicio de educa-
ción sanitaria.
A partir de estos objetivos se traza el plan de acción y se determina:

• ¿Qué información se brindará?


• ¿Qué métodos de comunicación se utilizarán?
• ¿Qué tipo de comunicación se empleará?
• ¿Qué técnicas educativas serán usadas?
• ¿Qué herramientas de comunicación se seleccionarán, según
la personalidad de los profesionales y pacientes incluidos en
el servicio?
• ¿Cuáles métodos y técnicas participativas son las más idóneas
para alcanzar los propósitos?

Las respuestas a estas interrogantes conforman las actividades


educativas que se utilizarán para intervenir y que deben ser planifi-
cadas para al menos un año, pues la práctica ha demostrado que el

Universidad de las Américas Puebla 157


cambio de comportamiento es difícil de alcanzar en periodos más cor-
tos que éste.
Una vez cumplimentado el tiempo de trabajo procede la evalua-
ción, que mide los resultados del servicio implementado. La evaluación
es una herramienta de análisis y mejora de dicho servicio, en la que
debe tenerse en cuenta el impacto logrado, según el conocimiento ad-
quirido, los cambios de conducta y el desarrollo de habilidades.
Por otro lado, la evaluación de un servicio de educación sanitaria
debe aplicarse antes, durante y después del proceso educativo. Antes del
proceso educativo, sirve para conocer cuáles son las estrategias más
adecuadas para cada programa de intervención, en función de la po-
blación a la que va dirigido o de las características de los problemas de
salud. Durante el proceso educativo, sirve para adecuar las interven-
ciones educativas a las necesidades reales de las personas, al igual que
para modificar y mejorar el diseño de las actividades. Y, después del
proceso educativo, sirve para comparar los objetivos planteados con
los resultados obtenidos y establecer el ajuste que el programa nece-
site, con base en los objetivos propuestos. Por tanto, es imprescindible
que la evaluación se plantee como un proceso continuo y que se esta-
blezcan criterios e indicadores, tales como: el aumento en el nivel de
conocimientos, el grado de satisfacción, el cambio de actitud, el desa-
rrollo de habilidades, entre otros12.
Veamos cómo llevar a la práctica los aspectos teóricos comenta-
dos a través de un ejemplo de ejercicio profesional. Digamos que en
el servicio farmacéutico de un hospital X, los resultados del programa
de FV que se ha implementado no resultan totalmente satisfactorios,
pues la participación en la notificación de las ram por parte de los pro-
fesionales implicados es muy baja. La solución a esta problemática
puede lograrse a través de la implementación de un servicio de edu-
cación sanitaria dirigido a elevar la participación de los profesionales
incluidos en el programa de FV de dicho hospital.
El primer paso es definir la estructura, lo cual implica identificar
la cantidad de farmacéuticos para cada función, distribuir las tareas y
funciones inherentes a cada uno, precisar la formación para cada tarea
asignada, definir el local, el ambiente, los materiales y equipos que se

158 Escuela de Ciencias


necesitan, así como preparar las normas y procedimientos que garan-
ticen la sistematicidad y continuidad de la actividad.
Ahora bien, no puede ejecutarse el proceso sin el diagnóstico de
las necesidades educativas, es importante saber, ¿por qué no notifican
los profesionales?, ¿qué obstaculiza este trabajo?; para ello habrá de
diseñarse la entrevista o encuesta que nos permita obtener esta infor-
mación y, a partir de ella, trazar los objetivos educativos.
Supongamos que al aplicar la encuesta los profesionales refieren
que esta práctica se les complica porque les cuesta trabajo discernir
entre la clínica de la enfermedad y de la ram, y, por otro lado, porque
les falta tiempo y se les dificulta el llenado del modelo establecido.
Estas necesidades identificadas se traducen en un objetivo básico:
educar a los profesionales en el diagnóstico de las ram, en cómo orga-
nizar su tiempo para detectarlas y en cómo llenar los modelos (forma-
tos físicos o electrónicos) establecidos.
A partir de este objetivo se traza el plan de acción, en el que debe
tenerse en cuenta la personalidad de los involucrados en el servicio,
para que las actividades que se planifiquen logren la comunicación
efectiva y las metas proyectadas.
Si la personalidad de los implicados es de tipo pensador o cientí-
fico, usted sabe que todas las actividades educativas que se lleven a
cabo deben brindar información bien justificada y bien documentada,
sin embargo, si la personalidad es de director o ejecutiva, la informa-
ción debe ser clara y rápida.
En la elaboración del plan de acción deben precisarse las activi-
dades educativas que serán llevadas a cabo, su objetivo y el tema que
será abordado. Se recomienda el empleo de los métodos y técnicas
participativas en dichas actividades porque permiten educar de ma-
nera activa y creativa, mediante la reflexión y el intercambio. En la
tabla 4.1 se ejemplifica un plan de actuación dirigido a educar a los
profesionales del hospital X en torno a las tres necesidades que se
identificaron en la encuesta aplicada.

Universidad de las Américas Puebla 159


Tabla 4.1 Plan de actuación.

Tipo de actividad Fecha Objetivo Tema

Charla educativa Enero Brindar información ram más frecuentes


acompañada de tríptico sobre el diagnóstico de y su diagnóstico
las ram más frecuentes clínico.
en la clínica.

Cine debate Febrero Identificar los riesgos Uso inadecuado del


en el uso inadecuado medicamento versus
de los medicamentos. ram.

Dramatización Marzo Promover el uso Medicamentos


adecuado de los seguros.
medicamentos.
Narración de anécdotas Abril Intercambiar ¿Cómo logro un
experiencias en el diagnóstico efectivo
diagnóstico de las ram. de las ram?
Juego de roles Mayo Diagnosticar las ram El diagnóstico certero
más frecuentes en la y su papel en la fv.
clínica.
Charla educativa Junio Brindar información Estrategia para
acompañada de un tríptico sobre las estrategias organizar el tiempo
para organizar el en la detección de
tiempo en la detección las ram.
de las ram.
Discusión grupal Julio Discutir sobre los ¿Son realmente
resultados de la efectivas las
aplicación de las estrategias para
estrategias para organizar el tiempo
organizar el tiempo en en la detección de las
la detección de las ram. ram?
Lluvia de ideas Agosto Generar estrategias para ¿Quién genera una
organizar el tiempo nueva estrategia para
en el diagnóstico de organizar el tiempo
la ram. en el diagnóstico de
la ram?

160 Escuela de Ciencias


Tipo de actividad Fecha Objetivo Tema
Charla educativa Septiembre Brindar información ¿Sabes llenar los
acompañada de un tríptico sobre cómo llenar formatos establecidos
correctamente los para reportar las
modelos establecidos ram?
para el reporte de las
ram.
Narración de anécdotas Octubre Intercambiar Formatos
experiencias sobre el establecidos para el
llenado de los modelos reporte de las ram.
establecidos para el Metodología idónea
reporte de las ram. para su llenado.
Juego de roles Noviembre Identificar la forma Llenado adecuado
más adecuada para de los formatos
llenar los modelos establecidos para el
establecidos en el reporte de las ram.
reporte de las ram.
PNI (positivo, negativo e Diciembre Evaluar los resultados ¿Resultaron útiles las
interesante) de las actividades actividades llevadas
educativas a cabo?
desarrolladas.

Cada una de las actividades planificadas en el plan de acción per-


miten el establecimiento de un estrecho vínculo entre los conocimien-
tos teóricos y su aplicación práctica, a través de la solución de problemas,
tareas o situaciones, en condiciones reales o modeladas.
Al emplear las técnicas participativas antes expuestas es frecuente
que se parta de las propias experiencias de los participantes, para
abordar la teoría e ir de ésta a la práctica, logrando así conocimientos
significativos.
Estas técnicas promueven la capacidad reflexiva de los participan-
tes, se estimula la cooperación entre ellos y el desarrollo de habilidades
de trabajo en grupo, tales como la receptividad a los criterios de otros
y la defensa de los propios.

Universidad de las Américas Puebla 161


¿Cómo llevar a cabo estas técnicas
durante las actividades de
educación sanitaria?

Como se observa en el plan de acción, cada técnica es precedida por


una charla educativa que se acompaña de un tríptico; en este tipo
de actividades se les da a los participantes el contenido teórico, para
luego fortalecer el conocimiento con las técnicas participativas. ¿En
qué consisten estas técnicas?

Cine debate

Es una técnica que posibilita abordar diversos temas haciendo críti-


cas y/o análisis de las situaciones que se desarrollan en una película.
Se utiliza como disparador de temas conceptuales ya trabajados por
los participantes. Es muy útil para realizar análisis de la realidad desde
diferentes perspectivas, sin embargo, la técnica se puede aprovechar
con cualquier tema que se desee recapitular, siempre y cuando la pe-
lícula sea la indicada.
Se lleva a cabo mediante la proyección de una película que, pos-
teriormente, será discutida por los participantes, tomando como eje
de discusión el tema y el enfoque elegidos; por ejemplo, la salud en
general, algún medicamento en particular, la práctica médica, las ram
en una enfermedad específica o el comportamiento de los profesio-
nales de la salud, de los pacientes o de otros personajes en la película.
Se deben seguir los siguientes pasos15:

• Introducción teórica o presentación de la película


• Iniciar la proyección
• Generar el debate con preguntas acordes al enfoque que se
quiere discutir
• Realizar conclusiones parciales y finales

162 Escuela de Ciencias


La tabla 4.2 presenta varias propuestas de películas, series y docu-
mentales, algunos basados en historias reales y otros de ciencia ficción,
que pueden ayudar a aproximar satisfactoriamente a diferentes au-
diencias hacia la comprensión de las ram y su impacto.
Para abordar de manera más general el tema de la farmacovigi-
lancia, también se sugiere la búsqueda en internet de documentales y
videos usando la palabra clave «Contergan», para presentar diversas
narraciones y perspectivas del «desastre de la talidomida».

Tabla 4.2. Películas recomendadas para aplicar la técnica del cine debate.
Título en español (año) Título en inglés
Salud a la venta (2018, documental) The bleeding edge
El residente (2018, serie) The resident
50 años de vergüenza (2014) 50 years of shame
Lucy (2014) Lucy
El club de los desahuciados (2013) Dallas Buyers Club
Terapia de riesgo (2013) Side effects
Sin límites (2011) Limitless
Contagio (2011) Contagion
De amor y otras adicciones (2010) Love and other drugs
Efectos secundarios (2007) Side effects
SICKO (2007, documental) SICKO
Salud en venta (2007, documental) Health for sale
El jardinero fiel (2005) The constant gardener
Dr. House (2004, serie) House M.D.
Ganas de vivir (2001) Wit
Réquiem por un sueño (2000) Requiem for a dream
El experimento Tuskegee (1997) Miss Evers’ boys
Philadelphia (1993) Philadelphia
Y la banda siguió tocando (1993) And the band played on
Un milagro para Lorenzo (1992) Lorenzo’s oil
Todo por amor (1991) Dying young
Despertares (1990) Awakenings

Universidad de las Américas Puebla 163


Dramatización

Es una técnica donde se lleva a cabo una actuación de tipo sociodrama


o cuento dramatizado. El elemento central es la expresión corporal a
través de la cual se representan situaciones, comportamientos y for-
mas de pensar. Para aplicarla se recomienda:

• Que los temas a tratar sean generales, por ejemplo: la organi-


zación de un servicio de fv en una comunidad o cuentos dra-
matizados sobre reacciones adversas frecuentes.
• Utilizar historias que tengan una enseñanza o moraleja.
• Hacer una presentación coherente y ordenada.
• Dar un tiempo limitado para que se sinteticen los elementos
centrales.
• Hablar en voz alta.
• Que no hablen y actúen dos personas a la vez.
• Que se utilice la expresión corporal.

Narración de anécdotas

Es una técnica que permite a los participantes narrar un relato corto


sobre un incidente interesante o entretenido. Se sugiere una narración
breve de un suceso curioso o que cause gracia o risa; debe basarse en
hechos reales y en el relato de incidentes con personas reales como
personajes, en lugares reales.
¿Cómo se lleva a cabo esta dinámica?15,16:
• Se presenta un tema y se pide que se narren experiencias o
anécdotas sobre el mismo.
• El narrador debe usar lenguaje claro y adecuado para el resto
de los participantes y debe seguir una secuencia inductiva.
• Posteriormente se propician preguntas para establecer comu-
nicación y participación del grupo.

164 Escuela de Ciencias


Juego de roles

También conocido como representación de papeles, escenificación o


juego de situaciones. Es un método en el cual los participantes asu-
men una identidad diferente para enfrentarse con problemas reales o
hipotéticos, de una manera informal o realista.
Consiste en representar una situación típica (un caso concreto),
con el objetivo de que se torne real, visible o vívido. La representa-
ción escénica provoca una vivencia común a todos los participantes,
lo que posibilita discutir el problema con cierto conocimiento directo
generalizado.
Procedimiento para la aplicación del método15, 16:

• Preparación: los personajes y el grupo se preparan previa-


mente para la escenificación. El educador puede entregar por
escrito la descripción de los roles, la situación y los criterios
para la observación y evaluación de la actividad.
• Escenificación: su duración debe oscilar entre 10 o 20 minu-
tos. Los intérpretes desarrollan la escena con la mayor natura-
lidad y espontaneidad posible; sin perder de vista la objetivi-
dad necesaria para reflejar la situación definida.
• El desarrollo de la escenificación no debe ser interrumpido
por ningún motivo. El instructor o facilitador «corta» la acción
cuando considere que se ha obtenido suficiente informa-
ción para proceder a la discusión del problema.
• Discusión y evaluación: la discusión constituye el objetivo
esencial de la representación y, para lograrlo, no es preciso
llegar a un «final» pues será suficiente con que lo escenifi-
cado sea significativo para lograr la comprensión del pro-
blema planteado.

En un primer momento de la discusión se da oportunidad a los


intérpretes de expresar sus criterios, explicar su desempeño, descri-
bir su estado de ánimo durante la escenificación y decir qué sintieron
al interpretar el rol. Posteriormente los observadores presentarán los

Universidad de las Américas Puebla 165


aspectos observados según los criterios establecidos. Finalmente, el
grupo valora la escenificación: expone sus impresiones, interroga a los
intérpretes, discute el desarrollo, sugiere distintas reacciones o for-
mas de abordar el problema, entre otras reflexiones15, 16.

Discusión grupal

Es una técnica que se lleva a cabo reuniendo personas con experien-


cias similares para tratar un tema específico de interés. Se prefieren
muestras homogéneas ya que los grupos mixtos pueden inhibir a al-
gunas personas, especialmente a las mujeres, al tener que expresar
sus puntos de vista.

Lluvia de ideas o tormenta de cerebros


(brainstorming)
Es una técnica aplicable a problemas de la más diversa índole; no obs-
tante, es necesario reflexionar debidamente sobre su aplicación, de
forma que no se haga indiscriminadamente, sino que responda a los
fines previstos y cumpla con sus requerimientos.
Se debe aplicar a un grupo no muy numeroso, entre doce y quince
miembros; en caso de un número mayor se recomienda nombrar
dos registradores, para que no se pierda ninguna idea generada por
los participantes.
La lluvia de ideas comprende las siguientes etapas en su aplicación:
• Preparación: puede abarcar unos diez minutos aproximada-
mente. Se presenta el problema (oralmente o por escrito) por
alguien seleccionado para ello y en coordinación con el ins-
tructor quien lo orientará previamente o lo puede hacer el
propio docente.
• Entre las formulaciones del problema propuestas, se escogen
las más claras y sencillas. La formulación, planteamiento o en-
foque escogido debe repetirse varias veces en el transcurso de
la sesión, de modo que oriente la tarea a realizar.

166 Escuela de Ciencias


• Calentamiento: de diez a quince minutos deben ser dedica-
dos a lograr una atmósfera adecuada en el grupo para propi-
ciar que las ideas fluyan libremente durante la generación de
ideas.
• Es necesario que los participantes sientan que sus ideas no se-
rán criticadas ni evaluadas por los demás.
• Una vez terminada la etapa de calentamiento pueden surgir
nuevas ideas en la redefinición del problema.
• Generación de ideas: es la etapa en la que, durante veinte o
treinta minutos a partir de la redefinición del problema, el
grupo generará ideas que respondan a su solución.
• Las reglas deben permanecer visibles o se recordarán cuando
alguien las olvide.
• Las ideas que van generándose se irán registrando en pancar-
tas o pizarrón.
• Cuando el grupo agota su stock de ideas el instructor o jefe de
grupo debe utilizar cualquier técnica que permita la recupe-
ración del grupo, por ejemplo: un chiste, releer algunas ideas,
hacer una pregunta abierta, etc.
• Evaluación: es el último paso, donde se valoran las ideas pro-
ducidas, se seleccionan las ideas valiosas y se eliminan las de
poca utilidad.
• Para lograr estos propósitos se analizan las posibilidades de
combinar varias ideas, estructurando las más completas y me-
jores, así como perfeccionando los planteamientos aún dudosos
y eliminando los menos relevantes.
• Una vez logrado lo anterior, se procede a la selección de las
mejores ideas.

PNI (positivo, negativo e interesante)

Es una técnica que permite considerar las ideas desde diferentes pun-
tos de vista y emitir juicios de valor pertinentes sobre ellas. Sus siglas
confieren significado en relación con algo definido sobre las nuevas

Universidad de las Américas Puebla 167


nociones a expresar y ante el problema que se plantea, a la vez que son
fáciles de manejar y recordar.
Los aspectos positivos (P) son los aspectos buenos que nos gustan
de una idea; los negativos (N) aquellos que no nos gustan de una idea y
los interesantes (I) son los que despiertan una interrogante por lo que
tienen de originales o fuera de lo cotidiano.
Para su ejecución el educador o el jefe de grupo puede trabajar
con todo el grupo o inicialmente dividirlo en tres equipos pequeños
y que cada uno trabaje con las distintas ideas. Se pueden colocar tres
pancartas (o establecer tres columnas en el pizarrón) en las cuales el
registrador (pueden ser dos para que no se pierda ninguna idea) reco-
pilará todas las ideas que aportan los estudiantes sobre la situación
presentada. Posteriormente, el instructor o coordinador concretará
las ideas más relevantes en cada caso y se expondrán al grupo15-17.
Como última fase del diseño de un servicio de educación sanitaria
sobre FV, se tiene que planear cómo se evaluará el servicio y sus resul-
tados. Para ello habrán de definirse indicadores apropiados para medir
y evaluar el impacto de las acciones de difusión, promoción y educa-
ción, mismos que deben formularse desde el principio para poder ser
evaluados antes y después de implementado el servicio (ver tabla 4.3).

Tabla 4.3. Propuesta de indicadores para evaluar el servicio de educación sanitaria.

Criterio de evaluación Indicador Herramienta

Aumento del nivel de AC / TES x 100 Encuesta o entrevista


conocimiento (AC) AC: número de profesionales con semiestructurada antes
aumento del conocimiento. y después de implantado
TES: número total de profesionales el servicio de educación
que recibieron el servicio de sanitaria
educación sanitaria.
Desarrollo de DH / TES x 100 Resultados de la resolución
habilidades (DH) DH: número de profesionales de problemas simulados
que resolvieron los problemas
simulados.
TES: número total de profesionales
que recibieron el servicio de
educación sanitaria.

168 Escuela de Ciencias


Criterio de evaluación Indicador Herramienta

Actitud positiva (AP) AP / TES × 100 Registros y tasas de reporte


para el reporte de las AP: número de profesionales con de RAM en el hospital antes
RAM actitud positiva para el reporte y después de implantado
de RAM. el servicio de educación
TES: número total de profesionales sanitaria
que recibieron el servicio de
Educación Sanitaria.
Impacto de la IIE / TES × 100 Indicadores de aumento de
intervención educativa IIE: número de profesionales conocimiento, habilidades
(IIE) que mostraron un nivel de y actitud positiva para el
conocimiento y habilidad reporte de ram
superior al obtenido antes de la
intervención educativa, así como
una actitud positiva para el reporte
de RAM.
TES: número total de profesionales
que recibieron el servicio de
educación sanitaria.

La medición de la respuesta de los usuarios del programa de fv


ante las acciones y campañas educativas permite ajustarlas en el fu-
turo, así como redefinir los canales de comunicación con base en los
resultados.
Un aspecto importante por considerar es la necesidad de difundir
los indicadores de medición de logros y del impacto del programa de
FV a todos los participantes, así como a todos los usuarios. Lo anterior
favorece la participación corresponsable de todos y el esfuerzo con-
junto por lograr las metas establecidas.

El papel de los pacientes en la


notificación de reacciones adversas

Actualmente cada vez más países facilitan a los pacientes el reporte


de RAM al sistema nacional de notificaciones espontáneas, utilizando

Universidad de las Américas Puebla 169


diferentes modos de notificación. El formato de envío y recepción de
notificaciones más común es a través de una página web, que además
es el método más práctico para automatizar, posteriormente, la in-
formación recibida. Sin embargo, dependiendo de las características
de cada país, se aceptan también otros sistemas de notificación como
el envío por correo postal de un formulario en papel, que se descarga
desde una página web, o la notificación a través de una línea de telé-
fono gratuita18-21.
Medawar y Herxheimer compararon la información de las notifi-
caciones de pacientes sobre reacciones adversas asociadas a paroxe-
tina con las de profesionales sanitarios21 y plantearon que las primeras
son más ricas en sus descripciones de conductas y sentimientos, y a
menudo explican mejor la naturaleza, significado y consecuencias de
las reacciones adversas de los medicamentos. Una evaluación similar
realizó Golomb et al. en 200722 lo que les permitió demostrar que los
pacientes usualmente inician la discusión sobre la posible relación en-
tre el fármaco y los síntomas, así como que los médicos tienden más
a negar que a afirmar la posibilidad de dicha relación, incluso cuando
se refieren a síntomas bien conocidos asociados a la exposición a un
determinado medicamento.
Algunas observaciones más recientes22-23 han informado el au-
mento de la notificación por parte de los pacientes tras la emisión de
programas de televisión sobre algunos tratamientos farmacológicos,
como por ejemplo las estatinas, hecho que demuestra cómo la educa-
ción influye en el deseo de colaborar de los pacientes. Su rol activo en
la FV está determinado por su necesidad de compartir experiencias y
por la gravedad de la reacción adversa que se presenta24.
Los resultados obtenidos con las notificaciones directas por los
pacientes demuestran su capacidad para reportar las reacciones ad-
versas de que son objeto ellos o sus familiares más próximos y mues-
tran la conveniencia de aceptarlas e integrarlas en los sistemas de fv
actualmente en curso18.
Para involucrar activamente a los pacientes en la fv es necesario
educarlos, no sólo en el manejo adecuado de sus medicamentos, sino
también en la importancia de notificar los problemas de seguridad

170 Escuela de Ciencias


durante su uso y, en este sentido, la implementación de servicios de
educación sanitaria dirigidos a ellos juega un rol muy importante para
cumplir con esta tarea.
Es evidente que el paciente debe estar enterado de los riesgos
del tratamiento farmacológico, ya que, al momento en que los com-
prenda con claridad, será el primero en notificar las posibles ram. Si
se continúa excluyendo al paciente de la toma de decisiones con res-
pecto a su tratamiento, las ram seguirán siendo de las primeras cau-
sas de ingreso hospitalario o de muerte no cuantificables atribuidas
a la(s) enfermedad(es) que el paciente padecía. Mucho se argumenta
el hecho de que los pacientes pueden sugestionarse si se les informa
desde el inicio de su farmacoterapia sobre los posibles riesgos que
ésta implica, sobre todo aquellos que son catalogados como hipocon-
dríacos, sin embargo, a la fecha no existen estudios publicados que lo
demuestren.
Es así que, si se realizan esfuerzos para mejorar la comunicación
entre los profesionales sanitarios y los pacientes, se lograrán mejores
resultados en los estudios epidemiológicos del medicamento corres-
pondientes a la vigilancia postmarketing.

La notificación de las reacciones


adversas de los medicamentos

Los pacientes y los médicos requieren de información sobre los daños


que pueden producir los medicamentos en el interés de estar alerta
de un posible evento desconocido. Sin embargo, para el médico en la
práctica diaria, la información objetiva y no sesgada raramente está
disponible. La mayoría de los estudios publicados y que circulan entre
la sociedad médica se enfocan a los beneficios de los medicamentos, y
son relativamente pocos los estudios que detectan los riesgos de una
manera certera y extrapolable a diferentes poblaciones de pacientes25.
Es aquí donde el médico juega un rol clave en el descubrimiento de
nuevas ram dentro de los programas de notificación espontánea.

Universidad de las Américas Puebla 171


Desde una perspectiva más amplia, la falta de notificación de ram
frena incluso el desarrollo y la optimización de nuevos y mejores me-
dicamentos que sean igualmente efectivos, pero más seguros26.
Diferentes estrategias han sido implantadas por los países para in-
crementar la notificación de sospechas de ram. En el Reino Unido se
estableció el sistema de notificación voluntaria a través del esquema
de tarjeta amarilla que empezó a operar desde 1964 27, 28. La tarjeta fue
diseñada en un principio para que sólo los médicos y dentistas repor-
taran, pero a medida que fueron disminuyendo los reportes se amplió
a los farmacéuticos hospitalarios y actualmente los pacientes también
reportan. Cuando la tarjeta amarilla era exclusiva para los médicos, se
estimó que sólo el 6% de las ram fueron reportadas. Con el paso de los
años, la fv se ha hecho también extensiva al paciente en países como
Estados Unidos, Australia, Nueva Zelanda, Dinamarca, Suecia y Ho-
landa, y las estrategias para el reporte comprenden teléfono, formato
electrónico, correo electrónico o impreso, similar a la tarjeta amarilla27.
En México, la nueva plataforma NotiReporta de la autoridad cofepris
permite la notificación por parte de los pacientes, sin embargo, la di-
fusión de su existencia es prácticamente nula. Uno de los medios más
disponibles para que los pacientes notifiquen una ram es la cuenta
de correo electrónico farmacovigilancia@cofepris.gob.mx, la cual se
encuentra impresa en los empaques de la mayoría de los medicamen-
tos. Algunos laboratorios imprimen también en el empaque alguna
otra cuenta de correo o teléfono de contacto para que el paciente se
comunique para reportar una ram.
Las causas de la infranotificación son numerosas y variadas en
todo el mundo, sin embargo, la ignorancia y la falta de una cultura
para el reporte de las sospechas de ram se han identificado como las
más relevantes; de ahí la importancia de la educación sanitaria en ma-
teria de FV28.
Por otro lado, hay una tendencia del personal médico y paramé-
dico al ocultamiento, principalmente debido al temor de sanciones o
demandas. Además, prevalece toda una cultura que favorece que los
errores pasen inadvertidos. Más aún, los procedimientos de notifica-
ción de los eventos adversos son insuficientes, poco íntegros, inopor-

1 72 Escuela de Ciencias
tunos e impregnados de una preocupación excesiva acerca de la vio-
lación del carácter confidencial de los datos. El temor a la exigencia
de la responsabilidad profesional y la carencia de sistemas de infor-
mación con definiciones operacionales de los eventos adversos, su
clasificación y notificación, inciden y a su vez son consecuencia del
desconocimiento de estos hechos. La insuficiente cultura organizacio-
nal para comprender la multicausalidad, diversidad e impacto de los
eventos adversos en la evaluación de los pacientes es un obstáculo para
su mejora, conocimiento, prevención y control, lo que le sitúa como
un problema de salud de elevada actualidad y necesidad de abordaje
científico29.
La inclusión de la fv en el currículo de médicos, enfermeras y far-
macéuticos constituye una solución de primera mano, pero la im-
plementación de servicios de educación sanitaria dentro de los
programas de fv constituye una estrategia que permitirá dar conti-
nuidad y sistematicidad a esta labor, que requiere de un perfecciona-
miento constante.

Medios de comunicación en salud


La influencia de los medios de comunicación en la opinión pública
es indiscutible. Por eso, el tratamiento que se da a la información, así
como los mensajes e imágenes que se utilizan deben reflejar las rea-
lidades de los temas abordados, teniendo en cuenta el impacto en su
recepción y el potencial formativo-educativo de las noticias30.
Una buena campaña de prevención o de promoción de la salud
puede ser mucho más efectiva si se tiene un contacto constante con
la población a la que queremos llegar30. Los medios masivos de comu-
nicación (radio, TV, videos, revistas, prensa, teatro e internet) consti-
tuyen excelentes canales de comunicación disponibles para educar y
difundir información relacionada con la fv.
La radio puede ayudar a las personas a decidir por sí mismas,
aprender por cuenta propia y a corresponsabilizarse del cuidado de su
propia salud. El medio auditivo de la radio permite que los mensajes

Universidad de las Américas Puebla 173


sean menos intrusivos y puede alcanzar audiencias que no utilizan el
sistema de atención de salud en las ciudades y áreas rurales remotas.
Una importante ventaja de la radio es que el oyente no debe poseer
ninguna capacidad especial para recibir el mensaje, a diferencia de los
medios impresos, para cuya comprensión el educando debe, al menos,
saber leer. Esto hace que este medio sea muy eficaz para hacer llegar
mensajes sencillos de salud a los grupos sociales menos favorecidos31.
La televisión, dentro de su faceta educativa más que recreativa,
también es una herramienta eficaz en la conducción y en la construcción
del conocimiento de los espectadores32, ella combina el poder de
las imágenes con la palabra, con su alcance amplio y su atracción para las
masas, brinda la oportunidad de incluir mensajes de salud mediante
la transmisión de noticias, programas de entrevistas y programas dra-
máticos, como las telenovelas. Su transmisión audiovisual hace posi-
ble el atractivo emocional y facilita las demostraciones de conductas
saludables31.
El video es otra opción a considerar, que resulta atractivo porque
posibilita expresar opiniones y aportarlas a la interpretación colectiva
de hechos, noticias y procesos que se viven en sus comunidades. Las
revistas y periódicos presentan muchas oportunidades para los men-
sajes de salud. Pueden explicar temas de salud más complejos con una
transmisión de mensajes más objetiva, detallada y racional. La audien-
cia tiene la posibilidad de sacar recortes, releer y pensar en el material,
pero son costosos y requieren alfabetización31.
En el teatro, la exageración de los hechos, la dramatización y el as-
pecto cómico que éste ofrece pueden ser aprovechados para la edu-
cación sanitaria. Las imágenes, sentimientos y sensaciones que se
desbordan en personajes ficticios, los cuales —relativamente— están
inmediatos al educando, dan más credibilidad a los mensajes que se
envían32.
Otros de los medios que se utilizan en forma creciente son los
electrónicos, al principio fueron los discos compactos con programas
educativos interactivos que en su momento fueron limitados por el
acceso a las computadoras. En la actualidad el acceso a las compu-
tadoras ya no es tan limitado, incluso la renta de un equipo suele ser

1 74 Escuela de Ciencias
económica. Este acceso ha permitido que los programas electrónicos
digitales estén disponibles en la red (los referentes a la educación sa-
nitaria son gratuitos); hay desde boletines, carteles y trípticos, hasta
animaciones, videos y podcasts.
Las instituciones académicas en conjunto con los gobiernos u
organizaciones no gubernamentales pueden aprovechar esta herra-
mienta para que, trabajando en conjunto, se desarrollen páginas web
atractivas y de fácil acceso y navegación.
Ahora bien, la elección del medio de comunicación más eficaz
para cumplir con los propósitos educativos lleva implícita una plani-
ficación estratégica previa en la que deben definirse de forma clara:
los objetivos, ¿qué desea obtener de los medios de comunicación?; el
público meta, ¿a cuáles medios de comunicación se dirige?; la progra-
mación, ¿cuándo va a contactarlos?; los mensajes claves, ¿qué planea
decirles?, y las tácticas, ¿cómo se los va a decir?
Pongamos un ejemplo, si usted necesita que los ancianos de un
centro de salud notifiquen ram al servicio farmacéutico y conoce que
su nivel cultural es bajo, en sus hogares escuchan con frecuencia la ra-
dio y ven la TV, entonces estos dos medios serán los ideales para llevar
el mensaje; sin embargo, si este mismo mensaje usted necesita trans-
mitirlo a un profesional de la salud, quizás estos medios puedan ser de
utilidad, pero también las revistas, la Internet y la prensa pueden jugar
un rol importante para cumplir esta tarea.
Cada medio de comunicación ofrece diferentes beneficios y li-
mitaciones, y puede requerir distintos diseños del mensaje para ade-
cuarse a él en longitud y formato. El empleo de diferentes medios
incrementará la repetición de la información, aumentando la posibi-
lidad de que la audiencia esté expuesta a la información lo suficiente
como para absorberla y recordarla. La selección y combinación de me-
dios deben determinarse antes de elaborar los materiales ya que el for-
mato del mensaje será diferente para los distintos canales31.
Partiendo de la declaración de que «la educación es para todos»,
es posible escoger los canales de comunicación adecuados y dirigir
apropiadamente los mensajes a las personas, de modo que el mensaje
de la FV pueda ser transmitido eficazmente y sin tanta rigidez a todas
las esferas de la población.

Universidad de las Américas Puebla 175


Reflexiones finales
La educación sanitaria en materia de fv, formal y sistematizada, aún
no es una realidad en muchos países. Por el momento, pareciera que el
médico es el único actor en la detección y notificación de ram, sin em-
bargo, a medida que la disciplina crezca y se reconozca el papel que deben
jugar otros profesionales de la salud, así como los mismos pacientes, el
panorama cambiará. La inclusión del farmacéutico en el equipo de sa-
lud como responsable de las actividades de fv puede solucionar pro-
blemas como la falta de profesionistas expertos en medicamentos que
planeen y lleven a cabo las acciones educativas en materia de fv. Los co-
nocimientos y habilidades del farmacéutico le permiten además ser un
pilar de apoyo para el resto de los profesionales de la salud en lo que se
refiere a información sobre medicamentos y ram que apoye el diagnós-
tico y manejo de los eventos adversos, llenado de formatos, educación
y seguimiento de los pacientes, entre otros.
Otra estrategia clave que se sugiere implementar es el reforza-
miento de la confianza en los pacientes para que externen sus inquie-
tudes acerca de la medicación y se hagan copartícipes en las activida-
des de fv. La comunicación efectiva con los pacientes ha demostrado
ser muy importante, varios estudios han mostrado que las actitudes
positivas de los farmacéuticos en la educación sanitaria al momento
de prestar los servicios profesionales provocan un cambio en el com-
portamiento de los pacientes y en su actitud y percepción en relación
a sus medicamentos33-35. Lo anterior refuerza nuevamente la propuesta
de incluir al farmacéutico, no sólo en el ámbito hospitalario, sino tam-
bién en las farmacias comunitarias, las cuales han demostrado ser en
varios países un espacio ideal para la educación de los pacientes, la in-
teracción con ellos y la obtención de información acerca de la eficacia
y seguridad de sus terapias farmacológicas.
Sin embargo, la educación sanitaria en fv no debe enfocarse sola-
mente al paciente, sino también y principalmente, a los profesionales
de salud, las autoridades sanitarias, las instituciones educativas y la
industria farmacéutica. Todos deben ser invitados a hacerse copartí-
cipes, a asumir la responsabilidad iniciando con la aceptación del pro-

1 76 Escuela de Ciencias
blema y a tener la volición del cambio de comportamiento. La educa-
ción es una madurez de la disciplina.
La fv no debe limitarse a programas enfocados en enseñar a lle-
nar formatos y a realizar algoritmos, es un proceso cuya meta final
es la prevención, y la educación sanitaria ofrece una herramienta
para tal fin.

Universidad de las Américas Puebla 177


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Universidad de las Américas Puebla 181


5
1 82 Escuela de Ciencias
5 Gestión de errores de medicación:
la evolución natural de la
farmacovigilancia
Mariano Madurga Sanz
Silvia Guadalupe Salas Rojas
Lucila Isabel Castro Pastrana
Almudena del Pilar Marqués Maldonado

Introducción
Los sistemas de farmacovigilancia son complejos y se encuentran en
constante cambio en todo el mundo. Lo anterior se debe a los nume-
rosos desafíos que actualmente enfrenta la atención sanitaria, tanto
los nuevos retos como aquellos que, a lo largo de los años, no se han
podido controlar o que incluso se han ido expandiendo. En materia
de seguridad de los medicamentos y vacunas, los sistemas de salud
afrontan problemáticas derivadas de la globalización, como la presen-
cia en el mercado de productos farmacéuticos de calidad subestán-
dar, falsificados o que se venden por internet, y otras, derivadas de los
avances tecnológicos y de la cronificación de las enfermedades, como
las interacciones farmacológicas producto de la polimedicación y de las
situaciones de comorbilidad, así como los errores de medicación (EM).
En consecuencia, la gestión integral de la seguridad del paciente
se hace cada día más importante, requiriendo el mejoramiento y me-
dición de los procesos, la satisfacción de las necesidades y expectativas
de todas las partes interesadas, el control y la prevención de ries-
gos e, incluso, la protección del medio ambiente. De ahí que los EM,
como parte del universo de los eventos adversos que ocurren durante
la atención sanitaria, se deban vigilar y documentar para idear estra-

Universidad de las Américas Puebla 183


tegias que permitan reducir los daños graves y, sobre todo, evitables,
asociados a los medicamentos.
En México, la NOM-220-SSA1-2016, que rige las actividades de far-
macovigilancia en el país y que entró en vigor en enero de 2018, incorpora
por primera vez a los EM como causas de eventos o reacciones adversas
e insta, principalmente, a los profesionales de la salud a notificarlos1.
Asimismo, la definición de farmacovigilancia de la nueva norma ha
expandido el alcance de esta actividad desde la gestión de los eventos
adversos, las sospechas de reacciones adversas y los eventos supues-
tamente atribuibles a la vacunación o inmunización, hasta cualquier
otro problema de seguridad relacionado con el uso de los medicamen-
tos y vacunas, entrando aquí los EM.
Por consiguiente, es importante revisar los antecedentes de la in-
clusión de los EM dentro de las actividades de farmacovigilancia tanto
desde la perspectiva internacional como desde el panorama en la re-
gión Latinoamérica.

Primeros pasos hacia la prevención


de los errores de medicación en el
mundo

Desde 1975, el Instituto para el Uso Seguro de los Medicamentos (Ins-


titute for Safe Medication Practices, ISMP) de Estados Unidos empezó a
desarrollar sus actividades de la mano de su fundador, y actual presi-
dente, Dr. Michael R. Cohen2. Su objetivo era y es reunir experiencias sobre
EM a través del Programa de Reporte de Errores de Medicación (Medi-
cation Errors Reporting Program, MERP), para aprender de lo ocurrido
y plantear soluciones para su prevención, puesto que los EM son pre-
venibles en una alta proporción. En estos más de cuarenta años su
actividad se ha consolidado y ampliado a través de otras instituciones
que, vinculadas con el ISMP de EE. UU., han tomado iniciativas similares a
nivel nacional. Así es como iniciaron sus actividades el ISMP-Canadá3,
el ISMP-Brasil4 y el ISMP-España5, organismos que han ido manteniendo

1 84 Escuela de Ciencias
sus trabajos en el área del uso seguro de los medicamentos, no sólo
dirigidos a los profesionales de la salud, sino también a los ciudada-
nos consumidores como sujetos finales del uso de los medicamentos6.
Estas actividades han incluido tanto la recepción de notificaciones de
incidentes como la evaluación de situaciones y errores, y el diseño
de actuaciones preventivas con información mediante boletines, se-
siones webinarios y trabajos colaborativos con agencias reguladoras.
Por ejemplo, el ISMP-España y la Agencia Española de Medicamen-
tos y Productos Sanitarios (AEMPS) han establecido líneas de colabora-
ción para reunir información y buscar soluciones a ciertos problemas
a través de medidas regulatorias (por ejemplo, cambio de etiquetado,
de prospecto, de denominación, entre otras). De manera similar han
estado trabajando en colaboración con los reguladores, el ISMP-Canadá
y su agencia reguladora Health Canada, y el ISMP-Brasil con la Agencia
Nacional de Vigilancia Sanitaria (ANVISA).
Desde noviembre de 2006, en la reunión anual que se celebró
en Salamanca, España, se constituyó la Red Internacional de Centros
de Seguridad de Medicamentos (International Medication Safety Net-
work, IMSN)7, con éstos y otros centros enfocados en el uso seguro de
los medicamentos. A dicha reunión asistieron representantes de Aus-
tralia, Brasil, Canadá, Dinamarca, España, Francia, Hong-Kong, Irlanda,
Israel, Reino Unido, Suecia y EE. UU. (Michael Cohen), y se firmó la lla-
mada «Declaración de Salamanca»8. En este documento se sentaron
las bases de la actividad colaborativa en red de las instituciones y or-
ganismos para un uso seguro de los medicamentos. Se estableció ex-
presamente el compromiso para prevenir EM y contribuir a una aten-
ción más segura declarando que «los participantes se comprometen
para trabajar juntos como miembros de la Red Internacional de Cen-
tros de Seguridad de Medicamentos, para promover el logro de estos
objetivos esenciales, alentar y fomentar el desarrollo de centros para
la práctica de medicamentos seguros en todos los países y para facili-
tar la cooperación entre ellos».
Actualmente, integran la red IMSN una gran cantidad de institu-
ciones asociativas nacionales y regionales incluyendo los países fir-
mantes de la declaratoria mencionados arriba, así como Alemania,
Arabia Saudí, Argentina, China, Colombia, Emiratos Árabes Unidos, Ho-

Universidad de las Américas Puebla 185


landa, Irán, Marruecos, México, Nueva Zelanda, Portugal, Qatar, Sin-
gapur, Tailandia y la propia Organización Mundial de la Salud (OMS)9.

Intervenciones internacionales para


mejorar la seguridad del paciente

En EE. UU., el consejo nacional coordinador para el reporte y la pre-


vención de errores de medicación (National Coordinating Council for
Medication Error Reporting and Prevention, NCC MERP) empezó a tra-
bajar el 19 de julio de 1995, como una iniciativa de la Farmacopea de
EE. UU. (United States Pharmacopeia, USP), reuniendo a quince orga-
nizaciones e instituciones, entre ellas el ISMP y el MERP10. El NCC MERP
estableció la definición de EM que actualmente señala que se trata de

cualquier incidente prevenible que pueda causar daño al pa-


ciente o dé lugar a una utilización inapropiada de los medica-
mentos, cuando éstos están bajo el control de los profesiona-
les sanitarios o del paciente o consumidor. Estos incidentes
pueden estar relacionados con la práctica profesional, con
los procedimientos o con los sistemas, incluyendo fallos en la
prescripción, comunicación, etiquetado, envasado, denomina-
ción, preparación, dispensación, distribución, administración,
educación, seguimiento y utilización10, 11.

Esta definición de EM ha sido adoptada por la administración de ali-


mentos y medicamentos de EE. UU. (Food and Drug Administration, FDA).
Asimismo, la taxonomía de los EM establecida por el NCC MERP es
aceptada internacionalmente (cuadro 5.1). Se compone de nueve ca-
tegorías (de la A a la I), cuatro de ellas ( A-D) se definen como «EM sin
daño», y las cinco restantes (E-I) como «EM con daño», incluida la cate-
goría mortal11, 12. Posteriormente, se incorporó una clasificación comple-
mentaria propuesta por el grupo de trabajo Ruiz-Jarabo 2000 del ISMP-
España, en 2003, y que fue actualizada en 2008. Esta iniciativa permitió

1 86 Escuela de Ciencias
contar con una herramienta compuesta de ocho categorías principales
útiles para reducir la ambigüedad al momento de la detección y análisis
de los EM y para sistematizar su documentación (cuadro 5.2)13.

Errores potenciales
Categoría A. Circunstancias o incidentes con capacidad de causar error.
Errores sin daño (categorías B-D)
Categoría B. El error se produjo, pero no alcanzó al paciente.
Categoría C. El error alcanzó al paciente, pero no le causó daño.
Categoría D. El error alcanzó al paciente y no le causó daño, pero precisó monitorización
y/o intervención para comprobar que no había sufrido daño.
Errores con daño (categorías E-H)
Categoría E. El error contribuyó o causó daño temporal al paciente y precisó intervención.
Categoría F. El error contribuyó o causó daño temporal al paciente y precisó o prolongó la
hospitalización.
Categoría G. El error contribuyó o causó daño permanente al paciente.
Categoría H. El error comprometió la vida del paciente y se precisó intervención para
mantener su vida.
Errores mortales
Categoría I. El error contribuyó o causó la muerte del paciente.

Cuadro 5.1
Clasificación de los errores de medicación según su gravedad13.

Identificación del caso o del paciente


Cuenta con tres subcategorías codificadas que permiten definir información relevante
sobre el caso. Para errores de las categorías de gravedad A y B no es posible cumplimentar
este apartado.
Ejemplos: número de identificación del paciente, edad, género y estado de salud basal.

Información sobre el error


Cuenta con nueve subcategorías codificadas que permiten definir los datos principales
relacionados con la situación de error, dónde ocurrió, los involucrados y el método de
detección. Incluye un campo de texto libre para describir el error con detalles. Para
errores de la categoría de gravedad A no es posible cumplimentar este apartado.
Ejemplos: fecha y hora del error, servicio hospitalario donde ocurrió, persona que
generó el error y persona que lo descubrió y si se detectó por el método de «técnicas de
observación».

Universidad de las Américas Puebla 187


Consecuencias del error
Cuenta con cinco subcategorías codificadas para establecer la gravedad (gravedad A-I
y un código para «desconocido»), la probabilidad de recurrencia del error, la gravedad
potencial de sus consecuencias, el nivel de riesgo para futuros pacientes/institución y
el tipo de órgano/s o sistema/s afectado/s como consecuencia del error (con base en
códigos del vocabulario de reacciones adversas de la OMS; aplica sólo para «errores con
daño» y «errores mortales»).
Ejemplos: error con daño categoría E, probabilidad de recurrencia «rara», gravedad
potencial de las consecuencias «catastrófica», nivel de riesgo para futuros pacientes
«moderado», y manifestaciones clínicas presentadas: afecciones en la visión (código
0431) y de tipo psiquiátricas (código 0500).

Información del medicamento/s


Cuenta con dos subcategorías codificadas para determinar los detalles del
medicamento/s asociado/s al error.
Ejemplos: dos medicamentos implicados en el incidente, el medicamento número 1 es el
que se administró realmente (o potencialmente) y el medicamento número 2 es el que
presuntamente se debería haber administrado. Detalles de cada uno: grupo terapéutico
(según la clasificación Anatómica Terapéutica Química, ATC, de la OMS), principio activo,
nombre comercial, dosis, laboratorio y vía de administración.

Características del error


Cuenta con dos subcategorías para definir el proceso de la cadena terapéutica donde
se originó el error (con códigos para catorce procesos) y el tipo de error específico (con
códigos para 18 diferentes situaciones pudiéndose seleccionar varios códigos). Para
errores de gravedad A no es posible cumplimentar este apartado.
Ejemplos: el error se originó en el proceso de «transcripción» y fue del tipo «omisión de
dosis en la transcripción» y del tipo «paciente equivocado».

Causas del error


Cuenta con siete subcategorías de las cuales se pueden seleccionar cuantos códigos
apliquen al tipo de problema que pudo haber ocasionado el error. Incluye un código
para «otras causas» que acepta texto libre para una explicación detallada de causas no
contempladas en la codificación oficial.
Ejemplos: estuvieron involucradas tres causas: «escritura ilegible», «confusión en el
nombre/apellidos del paciente» y «estrés, sobrecarga de trabajo».

Factores contribuyentes asociados a los sistemas de trabajo


Cuenta con 18 subcategorías de las cuales se pueden seleccionar cuantos códigos
apliquen para establecer los procesos o recursos relacionados con el error.

1 88 Escuela de Ciencias
Ejemplos: «falta de prescripción electrónica», «falta o fallo en el procedimiento de
reconciliación al ingreso» y «personal insuficiente».

Medidas de mejora
Cuenta con una categoría con campo de texto libre para explicar con detalle las medidas
de mejora propuestas o adoptadas para evitar que el mismo error vuelva a repetirse en el
futuro.

Cuadro 5.2
Taxonomía de los errores de medicación según su tipo y causa13.

A través de la Red Nacional de Alertas (National Alert Network,


NAN) el NCC MERP expide información y avisos a los profesionales de
la salud y a los consumidores mediante su sitio web y por correo elec-
trónico acerca de incidentes de seguridad que le fueron notificados y
que ameritan atención por el riesgo que representan.
El informe titulado «Errar es humano: construyendo un sistema
de salud seguro» (To err is human: building a safer health system) que
publicó en noviembre de 1999 el Instituto Americano de Medicina (Ins-
titute of Medicine, IOM), hizo que muchos gobiernos y organizaciones
internacionales enfocaran sus prioridades hacia la seguridad del pa-
ciente. De acuerdo con las estimaciones de dos estudios importantes,
este reporte presentó datos de cómo al menos 44,000 y tal vez hasta
98,000 personas mueren cada año en los hospitales como resultado de
errores médicos que podrían haberse evitado14.
Por su parte, la OMS acogió la definición de la Sociedad Americana
de Farmacéuticos del Sistema de Salud (American Society of Health-
System Pharmacists, ASHP) en la que establece a un EM como «cual-
quier acontecimiento evitable en el que la dosis de un medicamento
que se recibe difiere de la recetada por el prescriptor o de la que esta-
blecen las políticas y procedimientos del hospital»15.
En mayo de 2002, la Asamblea Mundial de la Salud adoptó una re-
solución (WHA55.18) comprometiendo a la OMS y a los Estados miembros
a tomar en consideración el problema de la seguridad del paciente.
En consecuencia, en 2004, la OMS lanzó la iniciativa «Alianza mundial
para la seguridad del paciente» (World Alliance for Patient Safety),

Universidad de las Américas Puebla 189


promoviendo acciones, herramientas y recomendaciones para me-
jorar la seguridad en todos los países del mundo16. Desde esa fecha la
oms ha lanzado cuatro iniciativas dirigidas a enfrentar los retos de la
seguridad del paciente: «Una atención limpia es una atención más se-
gura» (Clean care is safer care), «La cirugía segura salva vidas» (Safe
surgery saves lives) y en mayo de 2015 lanzó la «Lucha contra la resis-
tencia a los antimicrobianos» (Global action plan on antimicrobial
resistance). Finalmente, en marzo de 2017, la OMS lanzó su «Reto mun-
dial por la seguridad del paciente» (Global patient safety challenge)
con el tema «Medicación sin daño» (Medication without harm)17. Esta
iniciativa establece como meta a alcanzar en cinco años la reducción
en un 50% de los daños severos relacionados con los medicamentos
mediante la implementación de acciones para reforzar los métodos de
escrutinio de errores en las prescripciones, buenas prácticas en los pro-
cesos de manejo y uso de los medicamentos, y las actividades propias del
análisis de los datos derivados de las actividades de farmacovigilancia17, 18.
También en 2002, la Comisión Conjunta para la Acreditación de
Hospitales (Joint Commission on Accreditation of Healthcare Orga-
nizations, Joint Commission o JCAHO) estableció el programa «Me-
tas nacionales de seguridad del paciente» (National Patient Safety
Goals, NPSGs), donde el primer conjunto de NPSG fue efectivo el 1 de
enero de 2003. Desde entonces, las instituciones de atención sanita-
ria que deban pasar la acreditación por parte de la Joint Commission
deben cumplir estos estándares en los temas de seguridad y calidad
en la atención sanitaria, tanto en atención primaria como a nivel hos-
pitalario19. Esta comisión tiene un comité de expertos en materia de
uso seguro de los medicamentos, entre los que se encuentra como re-
presentante el presidente del ISMP. En 2005, se designaron oficialmente
como centro colaborador de la OMS para la seguridad del paciente, la
JCAHO y la Joint Commission International.
El 2 de mayo de 2007, la OMS lanzó las «Nueve soluciones para la
seguridad del paciente» (Nine Patient Safety Solutions) 20. Este pro-
grama constituye el núcleo de la alianza mundial de la OMS en el que
se llama la atención sobre la seguridad del paciente y las mejores prác-
ticas que pueden reducir los riesgos para ellos. Busca asegurar que las

1 90 Escuela de Ciencias
intervenciones y acciones que han resuelto los problemas de seguri-
dad del paciente en una parte del mundo estén ampliamente dispo-
nibles en forma accesible y comprensible para todos. El conocimiento
más importante en este campo es cómo prevenir el daño a los pacien-
tes durante el tratamiento y la atención médica. Las nueve soluciones
están disponibles en una forma accesible para su uso y adaptación por
parte de los Estados miembros de la OMS para rediseñar los procesos
de atención al paciente y hacerlos más seguros. Las nueve soluciones
se describen bajo los siguientes títulos:

1. Nombres de medicamentos parecidos y que suenan similares


(look alike- sound alike, LASA)
2. Identificación del paciente
3. Comunicación durante la atención al paciente
4. El procedimiento correcto en el sitio correcto del cuerpo
5. Control de soluciones de electrolitos concentrados
6. Asegurar la precisión de la medicación en las transiciones en
la atención médica
7. Evitar las malas conexiones del catéter y el tubo
8. Uso único de dispositivos de inyección
9. Higiene mejorada de las manos para prevenir infecciones
asociadas a la atención médica

Como se puede apreciar, del total de nueve actuaciones, seis de


ellas están relacionadas directamente con la medicación, mismas que
se plantean como soluciones orientadas a la seguridad del paciente.

Intervenciones europeas para


mejorar la seguridad del paciente

En la Unión Europea se ha laborado en el grupo de trabajo en calidad y


seguridad del paciente, el cual depende del grupo de alto nivel de ser-
vicios de salud y atención médica, y fue constituido por decisión de la

Universidad de las Américas Puebla 191


comisión europea en abril de 2004. Este grupo contribuyó de forma
considerable a la propuesta de las recomendaciones del consejo de la
Unión Europea sobre seguridad del paciente e infecciones asociadas
a la asistencia sanitaria. Sirve como plataforma de intercambio de
información sobre acciones en desarrollo, prioridades y soluciones in-
novadoras frente a los retos de la Unión Europea en seguridad del pa-
ciente y calidad. Integra representantes de la Comisión Europea, los
28 Estados miembros, la OMS, la Organización para la Cooperación y el
Desarrollo Económicos (OCDE) y otras partes interesadas.
La mayor parte de los países de la Unión Europea ha trabajado
conjuntamente en dos proyectos consecutivos financiados a través su
programa de salud pública:

• European Union Network for Patient Safety (EUNetPaS).


Desarrollado entre 2008 y 2010 con el objetivo de promover
redes de colaboración en seguridad del paciente para el inter-
cambio de conocimientos y experiencias a nivel nacional y de
la Unión Europea.
• European Union Network for Patient Safety and Quality of
Care (PaSQ). Acción conjunta entre la Comisión Europea y los
28 países de la Unión Europea orientada a promover la imple-
mentación de las recomendaciones del Consejo de la Unión
Europea, a incentivar el intercambio de conocimientos y ex-
periencias en el campo de la seguridad del paciente y la cali-
dad asistencial, así como a favorecer una red de colabora-
ción sostenible en la Unión Europea en torno a la calidad y la
seguridad del paciente.

En abril de 2005 se firmó la «Declaración de Luxemburgo sobre


seguridad del paciente». Fue una declaración surgida de una confe-
rencia organizada durante la presidencia de Luxemburgo de la Unión
Europea con el eslogan «Patient Safety–Making it Happen!». Incluyó
recomendaciones específicas sobre seguridad del paciente a nivel de
la Unión Europea, nacional y local.

192 Escuela de Ciencias


En España, el Ministerio de Sanidad decidió en este mismo año
desarrollar una «Estrategia de seguridad del paciente» del Sistema
Nacional de Salud (SNS), en concordancia con las recomendaciones
internacionales. Cada cinco años se ha ido actualizando este plan de
aplicación en el SNS21.
En 2006, el Consejo de Europa (CdE) instaba a los países a desa-
rrollar políticas, estrategias y programas para mejorar la seguridad del
paciente en sus organizaciones sanitarias. El CdE es una organización
internacional de ámbito regional, mediante la cooperación de los 47
Estados de Europa, destinada a promover la configuración de un es-
pacio político y jurídico común en el continente, sustentado sobre los
valores de la democracia, los derechos humanos y el imperio de la ley.
En junio de 2009 el Consejo de la Unión Europea (formado por 28
Estados miembros) lanzó las «Recomendaciones del Consejo sobre la
seguridad de los pacientes, en particular la prevención y lucha contra
las infecciones relacionadas con la asistencia sanitaria».
Es importante resaltar que el concepto de «seguridad del pa-
ciente» en el entorno sanitario implica muchos aspectos: las infeccio-
nes nosocomiales, incidentes con el diagnóstico, con procedimientos
y cuidados durante la atención sanitaria y con el uso de los medica-
mentos, entre otros. Es este último rubro el que produce la mayor
parte de los incidentes adversos.
Los medicamentos explican más de un 30% de los incidentes
adversos en la seguridad del paciente. Una revisión sistemática del
2008 revelaba que la incidencia media de eventos adversos asociados
a la hospitalización era del 9.2% (IC95%: 4.6-12.4%), de los cuales el
43.5% (IC95%: 39.4-49.6 %) podría haberse prevenido. El 7% de los
eventos adversos identificados podía derivar en una incapacidad per-
manente, y el 7.4% podía relacionarse directamente con la muerte
del paciente. En la Unión Europea, la frecuencia de eventos adversos
en los pacientes ingresados se encuentra entre el 8% y el 12%, produ-
ciéndose una muerte por cada cien mil habitantes al año como conse-
cuencia de dichos eventos adversos; lo que supone alrededor de cinco
mil muertes al año21.

Universidad de las Américas Puebla 193


Para conocer la magnitud y los factores determinantes del riesgo
asistencial en España se obtuvieron resultados en diferentes estudios
promovidos por el propio Ministerio de Sanidad:

• ENEAS (Estudio Nacional de Efectos Adversos ligados a


la Hospitalización)
• APEAS (Estudio sobre la Seguridad de los Pacientes en
Atención Primaria de Salud)
• EARCAS (Estudio de Eventos Adversos en Residencias y
Centros Asistenciales Sociosanitarios)
• SYREC (Estudio de Incidentes y Eventos Adversos en
Medicina Intensiva, Seguridad y Riesgo en el Enfermo
Crítico)

En particular, ENEAS fue un estudio retrospectivo de una cohorte


de 5,624 pacientes ingresados en 24 hospitales públicos españoles,
durante más de 24 horas, y dados de alta entre el 4 y el 10 de junio de
2005 (ambos inclusive). El total de estancias hospitalarias controladas
fue de 42,714 días. La incidencia de pacientes con incidentes adversos
relacionados con la asistencia sanitaria fue de 9.3%, (IC95%: 8.6%-
10.1%). La densidad de incidencia fue de 1.2 incidentes adversos por
100 pacientes-día, (IC95%: 1.1–1.3). La incidencia real de pacientes con
incidentes adversos relacionados directamente con la asistencia hos-
pitalaria (excluidos aquellos con origen en la atención primaria, con-
sultas externas y ocasionados en otro hospital) fue del 8.4%, (IC95%:
7.7%-9.1%). Del conjunto total de incidentes adversos, el 37.4% es-
taban relacionados con la medicación, mientras que las infecciones no-
socomiales de cualquier tipo representaron el 25.3% y un 25% estaban
relacionadas con problemas técnicos durante un procedimiento. El
45% de los eventos adversos se consideraron leves, el 38.9% mode-
rados y el 16% graves. En total, el 42.8% de los eventos adversos se
consideraron evitables. Como resultado, más de un tercio de los even-
tos adversos estaban relacionados con la medicación, una frecuencia
que se repite en casi todos los estudios de este tipo a nivel internacio-
nal, variando en parte según el ámbito asistencial en donde se mida.

19 4 Escuela de Ciencias
Por su parte, un estudio equivalente en atención primaria (estudio
APEAS) reportó una prevalencia observada de incidentes adversos del
11.18 por mil consultas de atención primaria. El 47.8% de los inciden-
tes adversos estuvieron relacionados con la medicación y el 64.3% se
consideraron prevenibles21.
Como puede observarse, estos estudios abrieron enormes posibi-
lidades a la investigación de eventos adversos y seguridad del paciente
y arrojaron evidencia trascendental para el emprendimiento de accio-
nes e iniciativas hacia la mejora de la calidad asistencial.

Otras actuaciones internacionales


sobre seguridad del paciente

En otros ámbitos se llevaron a cabo similares actuaciones. En particu-


lar la OMS promovió el estudio iberoamericano de eventos adversos o
IBEAS para el estudio de la prevalencia de los eventos adversos en hos-
pitales de Latinoamérica. En él colaboró el Ministerio de Sanidad de
España y cinco países de la región americana, siendo el primer estudio
conducido a gran escala en Iberoamérica para medir los incidentes ad-
versos en los hospitales22, 23.
La Organización Panamericana de la Salud (OPS)24 ha venido de-
sarrollando el programa de calidad en la atención y seguridad del pa-
ciente en el marco del cual se han producido diferentes proyectos, en-
tre los que cabe destacar:

• Sistemas de notificación de incidentes en América Latina que


recogen información sobre diferentes sistemas de notifica-
ción en la región y recomendaciones para su implementación
y desarrollo.
• Estudio «Eventos adversos en pacientes que acuden a los ser-
vicios de atención ambulatoria en Latinoamérica» (AMBEAS),
cuyo objetivo principal fue valorar la viabilidad de llevar a
cabo este tipo de investigaciones en la región, así como co-
nocer la frecuencia, características y evitabilidad de los in-

Universidad de las Américas Puebla 195


cidentes adversos en la población estudiada. Este estudio
respondía al interés de los países de la región en ampliar el co-
nocimiento sobre seguridad del paciente y forma parte de las
líneas estratégicas contempladas en la Resolución CSP27.R10
del 5 de octubre de 2007: «Política y estrategia regional para
la garantía de la calidad de la atención sanitaria, incluyendo la
seguridad al paciente»24.

También la OCDE constituyó, en 2007, un subgrupo de trabajo de


indicadores en seguridad del paciente con el fin de desarrollar ele-
mentos de medición homogéneos, a partir de bases de datos admi-
nistrativas, que permitan la evaluación y comparación entre países.

Seguridad de medicamentos: un
problema no reconocido

Los riesgos de los EM habían estado mal gestionados en Europa y las


prácticas para la medicación segura estaban poco desarrolladas e im-
plementadas en la mayoría de los países europeos. Es así como el CdE
toma la iniciativa. El CdE, como se ha comentado, es una organización
que reúne a 47 países europeos que mantienen colaboración entre
diversas actividades conjuntas y, en el área de salud, ofrece servicios
como la Farmacopea Europea, la red de laboratorios oficiales de con-
trol de medicamentos (Official Medicine Control Laboratories, OMCL)
y grupos de expertos ad hoc. En octubre de 1999 se celebró un semi-
nario paneuropeo, con sede en Estrasburgo (Francia) titulado «El far-
macéutico en la encrucijada de los nuevos riesgos sanitarios: un socio
indispensable para su gestión» (The pharmacist at the crossroads of
new health risks: an indispensable partner for their management). En
esta línea se aprobó la resolución ResAP (2001) relativa al papel del far-
macéutico en el marco de la seguridad sanitaria. Posteriores reuniones
internacionales de expertos como la celebrada en La Haya (Holanda),
los días 21 y 22 de noviembre de 2002, permitieron crear un grupo de

19 6 Escuela de Ciencias
expertos en prácticas seguras con medicamentos (Expert Group on
Safe Medication Practices), mismo que redactó un informe que final-
mente se aprobó en octubre de 2006, titulado «Creación de una mejor
cultura de seguridad de los medicamentos en Europa: construyendo
prácticas seguras de la medicación» (Creation of a better medication
safety culture in Europe: building up safe medication practices)25. Esta
iniciativa recomendaba incluir la seguridad del paciente como una
prioridad en las agendas nacionales e internacionales, cooperando
con el CdE, la Comisión Europea y la OMS para asegurar la implemen-
tación de acciones sobre seguridad del paciente.
Como líneas estratégicas a desarrollar recomendaba25:

• Promover una cultura de la seguridad del paciente con un en-


foque sistémico.
• Establecer sistemas de notificación de incidentes para el
aprendizaje y la toma de decisiones.
• Implicar a los pacientes y ciudadanos en la mejora de la
seguridad.

Así fue como la Comisión Europea, órgano ejecutivo de la Unión


Europea, y la OMS iniciaron los pasos orientados hacia promover un
uso seguro de los medicamentos. En Europa la Comisión Europea, con
la finalidad de ofrecer un alto nivel de protección a la salud de la po-
blación y de apoyar a los Estados miembros en el logro de una atención
sanitaria más segura, ha desarrollado diversas acciones coordinando
o apoyando las actividades y proyectos en los que han participado los
Estados miembros, los profesionales y pacientes, y la mayor parte de
las instituciones u organizaciones con interés en este tema.
Otras acciones desarrolladas por la Comisión Europea han estado
orientadas a la seguridad del paciente en general. La más importante
fue la incorporación en la nueva normativa europea de farmacovigi-
lancia —aprobada en diciembre de 2010, y que entró en vigor en julio
de 2012— de dos novedades. La primera es la definición de «reacción
adversa del medicamento» (RAM) como «cualquier respuesta nociva y
no intencionada a un medicamento», que incluye por lo tanto los da-

Universidad de las Américas Puebla 197


ños o efectos adversos ocasionados por EM, sobredosis, uso fuera de
indicaciones, etc. Y, la segunda, el exhorto a la necesaria colaboración
entre los sistemas nacionales de farmacovigilancia (SNFV) y las orga-
nizaciones de seguridad del paciente, en general, y las de uso seguro
de los medicamentos, en particular, ya que un alto porcentaje de este
tipo de incidentes están relacionados con la medicación.
Esta nueva legislación europea exige que la información sobre los
EM con daño se recopile y se notifique a través de los SNFV. En este ám-
bito, la Agencia Europea de Medicamentos (EMA) organizó un work-
shop sobre errores de medicación en marzo de 2013, con la asistencia
de expertos europeos en farmacovigilancia y en seguridad del pa-
ciente26. El objetivo fue reunir y establecer las directrices para manejar
los EM con daño dentro de la nueva normativa europea en cuanto a su
notificación, codificación, evaluación y transmisión como el resto de
las RAM. En octubre de 2015 estas discusiones se plasmaron en direc-
trices y guías de buena práctica entre las que destaca la titulada «Guía
de buenas prácticas para el registro, codificación, notificación y evalua-
ción de errores de medicación» (Good practice guide on recording, co-
ding, reporting and assessment of medication errors)27. Esta guía incluye
la definición de «error de medicación» como «un fallo involuntario en
el proceso de tratamiento con medicamentos que conduce a, o tiene el
potencial de causar daño al paciente». Asimismo, enfatiza que los erro-
res en la prescripción, dispensación, almacenamiento, preparación y
administración de un medicamento son la causa prevenible más común
de eventos adversos no deseados en la práctica médica y representan
una carga importante para la salud pública.
Esta necesaria sintonía entre ambos sistemas de notificación, el
de RAM y el de EM, se vio también reflejada en las actuaciones lleva-
das a cabo por la OMS. En marzo de 2011 se celebró un taller sobre erro-
res de medicación, en Rabat, Marruecos, desarrollado como parte del
proyecto Monitoring Medicines28 y financiado por la Dirección de In-
vestigación de la Unión Europea en el ámbito de su séptimo programa
marco. Esta reunión contó con expertos internacionales en materia
de seguridad del paciente y en farmacovigilancia, del Centro Nacio-
nal de Farmacovigilancia de Marruecos, de la Agencia Nacional de Se-

19 8 Escuela de Ciencias
guridad del Paciente, de Inglaterra, de la OMS (Departamento de Me-
dicamentos Esenciales y Productos para la Salud, Suiza) y del Centro
Colaborador de la OMS, el Uppsala Monitoring Centre (UMC). También
participaron en el taller expertos del Hospital Hvidovre (Dinamarca),
de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios, del
CEATOX (Sâo Paulo, Brasil), de la Comisión Australiana para la Calidad
y Seguridad en la Atención Sanitaria, de la revista Prescrire (Francia),
del Centro de Farmacovigilancia de Nueva Zelanda, del ISMP-España y
profesionales de los centros nacionales de farmacovigilancia de Bra-
sil, República Islámica de Irán, Italia, Marruecos, República de Molda-
via, Nigeria, Suiza, Tailandia y Túnez. Como resultado de los trabajos
finalmente se publicó el manual titulado «Sistemas de notificación y
aprendizaje sobre errores de medicación: el papel de los centros de
farmacovigilancia». Inicialmente se publicó en inglés29, pero pero ya se
encuentra en Internet la versión en español. Este documento sin duda
dará pie a lineamientos regionales y nacionales en todo el mundo, que
fortalezcan la gestión eficiente de EM a través de SNFV consolidados y
de profesionales de la salud informados y capacitados.
Finalmente, es valioso recordar las palabras del profesor R. I. Ed-
wards, quien fuera director del UMC durante muchos años: «la Alianza
Mundial para la Seguridad del Paciente, ¿es un nuevo desafío o es un
reto de antaño que hemos descuidado?»30. Al respecto, los pioneros
en el tema no cesan de subrayar la importancia de la cooperación in-
ternacional para en verdad acelerar el acceso a una atención sanitaria
más segura en todo el mundo.

Errores de medicación en latinoamérica


El 9 de abril de 2014 se creó la Red Latinoamericana para el Uso Seguro
de los Medicamentos (Red LUSM), en una reunión celebrada durante
el I Congreso Internacional de la Seguridad de los Pacientes/ V Foro
Internacional sobre la Seguridad del Paciente: Errores de Medicación,
en la ciudad de Ouro Preto, Brasil. Con esta iniciativa, el grupo de profe-
sionales que la conformaron reafirmaron la necesidad de ampliar y

Universidad de las Américas Puebla 199


profundizar el trabajo sobre el uso seguro de los medicamentos en los
países de América Latina. Se han realizado reuniones y cursos con la
colaboración del ISMP-Brasil, principalmente31 y planean su segundo
congreso para el año 2019 en la ciudad de Guadalajara en México.
En Bogotá, el 26 de agosto de 2016 se firmó la denominada «Decla-
ración de Bogotá» por iniciativa de la Asociación Colombiana de Far-
macovigilancia (fundada el 19 de febrero de 2016) y con el objetivo de
articular las voluntades para el uso seguro de medicamentos y el de-
sarrollo de la farmacovigilancia en Latinoamérica32.
En ese mismo año, como se comentó previamente, en México se
contempló, por primera vez, el reporte de EM junto con otros inciden-
tes adversos producidos por el uso de medicamentos, adjuntándolos
al programa permanente de farmacovigilancia a través de la Norma
Oficial Mexicana 220 SSA1-2016, instalación y operación de la farmaco-
vigilancia, que entró en vigor el 15 de enero de 20181. También el Con-
sejo de Salubridad General mexicano, mediante el documento del
«Modelo de seguridad del paciente», ha jugado un papel preponderante
en la promoción de estrategias para la detección, análisis, reporte, me-
jora y prevención de los EM33.
El avance del tema en Latinoamérica también se ha visto favorecido
por la disponibilidad creciente de información en idioma español. Ac-
tualmente, con las nuevas redes sociales como Facebook, Twitter y
los distintos blogs con internet 2.0, se intercambian datos sobre EM, a
través de grupos como «Stop errores de medicación» (https://www.
stoperroresdemedicacion.org/) o del grupo en Facebook denominado
«Red para el uso seguro de medicamentos México» (https://www.fa-
cebook.com/RUSMMex).
Por otro lado, con base en los resultados de una gran cantidad de
estudios e investigaciones que se han realizado, especialmente en los
países desarrollados como EE. UU., España y otros países europeos, se
ha podido determinar que los errores que se presentan en el sistema
de medicación no son nuevos. En América Latina, como se mencionó
anteriormente, se realizó el estudio IBEAS, con la colaboración entre
la Alianza mundial para la seguridad del paciente de la OMS, la OPS, el
Ministerio de Sanidad y Política Social de España, y Argentina, Costa

20 0 Escuela de Ciencias
Rica, Colombia, México y Perú, siguiendo los pasos del estudio ENEAS.
La finalidad del estudio fue conocer la frecuencia de los eventos ad-
versos que se presentaban en 58 hospitales de Latinoamérica (2007 y
2009) como resultado de la atención sanitaria y así establecer políti-
cas para mejorar la seguridad de los pacientes22, 23. Este estudio es re-
ferencia en materia de seguridad del paciente en nuestro continente
y sabemos que, actualmente, son varios los trabajos de investigación
relacionados con los EM, sin embargo, la mayoría de estos estudios
no están publicados formal y visiblemente y/o no están disponibles a
partir de motores de búsqueda de información biomédica reconoci-
dos. Los artículos de referencia originales son escasos y sólo es posible
encontrar algunos estudios en revistas de divulgación de los centros
hospitalarios, en los resúmenes y/o memorias de congresos y foros, o
en tesis poco visibles de las universidades de los diferentes países. En
cambio, se han publicado muchas revisiones bibliográficas sobre EM,
la mayoría analizan estudios retrospectivos, asuntos teóricos, concep-
tuales o cuestionarios para ver el conocimiento de los EM y sólo una
minoría de los estudios son prospectivos. Por desgracia, se manifiesta
una ausencia de divulgación de un tema que tiene un gran impacto en
la seguridad de los pacientes en Latinoamérica.
Por lo anterior, y para contar con un marco de referencia acerca
de los trabajos realizados sobre EM en la región, se presenta a conti-
nuación una revisión de la bibliografía disponible en los buscadores
PubMed, Ebsco, Medline, Cinahl, Scielo y Dialnet, así como en algu-
nas memorias de congresos a las que se tuvo acceso (ver tabla 1). Se
excluyeron aquellos estudios donde sólo se aplicaron cuestionarios
para verificar el conocimiento del personal de salud sobre los EM, así
como los que no estuvieran en inglés o español. Los estudios fueron
realizados en diversos países, entre ellos, Argentina, Brasil, Colombia,
Costa Rica, Chile, México y Uruguay. Es importante mencionar que Bra-
sil ofrece muchas investigaciones, pero se encuentran en portugués.

Universidad de las Américas Puebla 2 01


202
Tabla 5.1. Investigaciones sobre EM en Latinoamérica recuperadas a través de sistemas de búsqueda de literatura científica y memorias de congresos.
Tipo de
Autor/año País Servicio Periodo Publicación Título
estudio
Villegas Francisco et México Prospectivo Pediatría, 2012-2015 Gaceta Médica de La importancia de la farmacovigilancia
al. (2018) 34 ginecología México intrahospitalaria en la detección oportuna
y obstetricia, de los errores de medicación

Escuela de Ciencias
terapia intensiva,
intermedia y
coronaria
Rando Karina et al. Uruguay Prospectivo Anestesiología 2015-2016 Revista Médica de Errores de medicamentos LASA en
(2017) 35 con datos Uruguay anestesiología en Uruguay
retrospectivos
Machado A. et al. Colombia Retrospectivo Base de datos 1 enero Farmacia Errores de medicación identificados por un
(2015) 36 compañía Audifarma 2008- 12 Hospitalaria sistema de farmacovigilancia
S. A. septiembre de instituciones hospitalarias en Colombia
2013
Smith M. et al. Chile Prospectivo Medicina interna Tres meses Revista Médica Errores de medicación en el servicio
(2014) 37 de Chile de medicina de un hospital de alta
complejidad
Rey-Pineda E. et al. México Retrospectivo Medicina preventiva 2012-junio Revista de Errores de medicación en pacientes
(2014) 38 2013 Medicina Interna del Hospital Regional Lic. Adolfo
de México López Mateos del ISSSTE
Machado-Alba J et Colombia Descriptivo Unidad intermedia 1 febrero- 9 Revista de la Identificación de errores de medicación
al. (2013) 39 observacional marzo 2012 Facultad de en un hospital de primer nivel de Pereira,
Medicina Colombia
Tipo de
Autor/año País Servicio Periodo Publicación Título
estudio
Castro E. J. (2013) 40 Colombia Descriptivo Diversos servicios Veinte días Revista Frecuencia y caracterización de los
longitudinal y (urgencias, cirugía y Colombiana errores de medicación en un servicio de
prospectivo medicina interna de Ciencias hospitalización de una clínica en Cali,
Químico- Colombia
Farmacéuticas
Rivera R. N. Colombia Transversal Cirugía, medicina Abril-julio Revista Prevalencia de errores en la utilización de
et al. (2013) 41 interna 2012 Enfermería Global medicamentos en pacientes de alto riesgo
farmacológico y análisis de sus potenciales
causas en una entidad hospitalaria
Yáñez O. C. Chile Prospectivo Urgencias Agosto- Tesis Errores de medicación en un servicio
(2012) 42 septiembre de urgencias de adultos de un hospital
2012 universitario
Salamano M. et al. Argentina Descriptivo, Sala general de Mayo (un Revista de Seguridad del paciente: aplicación de
(2013) 43 transversal internación mes) 2009 Calidad gestión de calidad para prevenir errores de
Asistencial medicación en el circuito de uso
de medicamentos
Serra V. V. et al. Argentina Observacional Unidad de cuidados 1 enero Revista de la Prescription errors in a neonatal intensive
(2012) 44 intensivos neonatal 2007- 31 Facultad de care unit from Buenos Aires
(UCIN) diciembre Ciencias Médicas
2007 Universidad
Nacional de
Córdoba

Universidad de las Américas Puebla


2 03
204
Tabla 5.1. Investigaciones sobre EM en Latinoamérica recuperadas a través de sistemas de búsqueda de literatura científica y memorias de congresos.
Tipo de
Autor/año País Servicio Periodo Publicación Título
estudio
Salazar L. N. et al. Chile Prospectivo Unidad de cuidados Tres meses Revista Médica Errores de medicación en pacientes críticos
(2011) 45 intensivos de Chile adultos de un hospital universitario. Estudio
prospectivo y aleatorio
Bortili C. S. et al. Brasil Transversal Seis hospitales Treinta días Ciencia y Identificación y análisis de los errores de

Escuela de Ciencias
(2010) 46 (cinco públicos y Enfermería XVI medicación en seis hospitales brasileños
uno privado)
Rosete R. A. et al. México Descriptivo Incidentes Junio 2007 – Revista Médica Errores de medicación detectados a través
(2008) 47 voluntarios julio 2008 Sur México del reporte de incidentes. ¿Contribuyen al
uso seguro de los medicamentos?

Saucedo-Becerra A. México Transversal Pediatría (lactantes, Cinco Revista de Errores frecuentes en la administración de
et al. (2008) 48 preescolares, semanas Enfermería medicamentos intravenosos en pediatría
escolares, urgencias del Instituto
y UCIN) Mexicano de
Seguro Social
Lavalle-Villalobos A. México Comparativo Pediatría Primera Boletín Médico El error médico en la prescripción de
et al. (2007) 49 (dos fases) (neonatología, UCIN, fase: enero del Hospital medicamentos y el impacto de una
UCI y urgencias) a febrero Infantil México intervención educativa
2004
Segunda
fase: enero
a febrero
2005
Tipo de
Autor/año País Servicio Periodo Publicación Título
estudio
Rodríguez R. E. et al. México Descriptivo Medicina interna No se Salud Pública de Evaluación del sistema de dispensación de
(2007) 50 menciona México medicamentos en el Hospital General de
Tijuana
Jiménez H. L. Costa Prospectivo, Farmacia Febrero a Revista Fármacos Errores en el proceso de dispensación de
(2005) 51 Rica descriptivo junio 2000 medicamentos
Salas S. R. (2001) 52 México Prospectivo Pediatría (lactantes) Abril-mayo Memorias VIII Evaluación del Sistema de Distribución de
1995 Reunión Regional Medicamentos de un Hospital IMSS
de Investigación
en Salud del
Noroeste
Baracaldo C. M. et Colombia Prospectivo, Pediatría Diciembre Revista Detección de errores de medicación en la
al. (2000) 53 descriptivo (pensionados, 1995 marzo Colombiana administración de medicamentos
medicina interna, 1996 (no de Ciencias
infectología y continuos) Químico-
quirúrgica) Farmacéuticas

Universidad de las Américas Puebla


2 05
Villegas et al.34 realizaron un estudio prospectivo para describir los
resultados del sistema de farmacovigilancia hospitalaria en la detección
de EM y su impacto en los pacientes de la fundación Clínica Médica Sur.
La información fue obtenida de cinco servicios de hospitalización y de
los servicios de urgencias, centro oncológico y otras áreas con menor
número de pacientes. De los datos de 56,368 pacientes, analizaron
292,932 prescripciones y detectaron 26,071 EM, el 8.9% del total de las
prescripciones. En el servicio de hospitalización se presentaron 14,438
errores comparados con 402 en urgencias; el médico tratante (ma-
yormente en hospitalización) fue responsable de 83.32% de los EM.
Los médicos residentes fueron responsables del 6.71% de los erro-
res y el menor número de errores fue del médico interno, con 0.09%.
El segundo error más frecuente ocurrió durante la transcripción y en
tercer lugar estuvo el proceso de administración (vía de administra-
ción errónea, presentación farmacéutica diferente o tiempo de admi-
nistración diferente). De acuerdo con la gravedad de error la principal
categoría fue la C (54.42%), que representa un error sin daño y que
no requiere intervención alguna aun cuando trascendió al paciente.
En segundo lugar, el tipo B (29.63%) que representa un error que no
alcanza al paciente. El trabajo se realizó en conjunto con todo el per-
sonal de salud, bajo la supervisión del servicio de farmacovigilancia.
Rando et al.35 hicieron una investigación con el objetivo de co-
nocer el probable riesgo de EM al que se exponen los pacientes en
Uruguay en las cirugías con anestesia, por la administración de me-
dicamentos LASA durante el perioperatorio. Los fármacos del estudio
fueron anestésicos: con presentación en ampollas de vidrio, para uso
intravenoso o intrarraquídeo, que presentaron potencial riesgo de ge-
nerar confusiones perioperatorias por su similitud en el aspecto físico.
Se documentaron fotográficamente las ampollas involucradas en las
confusiones de medicamentos LASA de uso anestésico que causaron o
pudieron causar la muerte del paciente al inyectarse accidentalmente.
La identificación de las ampollas confundidas se realizó mediante una
encuesta anónima a una muestra representativa de los anestesiólo-
gos de Uruguay (n=70) de las instituciones de asistencia de Montevi-
deo y del interior del país. Los tipos de confusiones fueron: las «casi

206 Escuela de Ciencias


inyecciones» (CI) y las «inyecciones accidentales» (IA). Al 86.2% de
los anestesiólogos las ampollas LASA generaron un riesgo potencial
y real de confusiones, dado su aspecto similar. Se encontró que el
88.4% de los accidentes podrían disminuirse si se identifican las ampo-
llas de diez fármacos. El fármaco de mayor frecuencia de confusión
fue atracurio, el 31.9% fueron CI y el 33.3% fueron IA. Lo siguieron eti-
lefrina (14. 6% de las CI), neostigmina (13.9%), adrenalina (12.5%),
succinilcolina (11.8%), noradrenalina (10.4%), atropina (8.3%), mi-
dazolam (7.6%), dopamina (7.6%) y ranitidina (7.6%). Los autores
concluyeron sobre la importancia de implementar medidas de seguridad
para estos medicamentos.
Machado et al.36 analizaron los EM reportados en un sistema de
farmacovigilancia en 26 hospitales de Colombia. El estudio fue retros-
pectivo, evaluaron las bases de datos de los reportes de EM, de los
medicamentos dispensados por la empresa Audifarma S. A. Encon-
traron 9,062 EM en 45 servicios farmacéuticos hospitalarios. El 51.9%
(n=4,707) fueron errores «reales» (categorías B-I), de los cuales el
12.0% (n = 567) sí alcanzaron al paciente (categorías C a I) y causaron
daño al 0.36% (n=17, categorías E a I). El proceso con mayor EM (ca-
tegorías B a I) fue la prescripción (n=1,758, 37.3%), seguido por la dis-
pensación (n=1,737, 36.9%), transcripción (n=970, 20.6%) y al final la
administración (n=242, 5.1%). Se calculó que los errores relacionados
con el proceso de administración aumentaban 45.2 veces el riesgo de
afectar al paciente (IC 95% 20.2-100.9). Concluyeron que era nece-
sario aumentar los sistemas de reporte de EM y crear estrategias para
su prevención, de manera específica en la administración de medica-
mentos. También se identificó la necesidad de realizar intervenciones
con los médicos para hábitos en la prescripción y la inclusión de soft-
ware para la prescripción electrónica.
Smith et al.37 determinaron la frecuencia y características de los
EM en un servicio de medicina interna de un hospital chileno de ter-
cer nivel. Para el tamaño de la muestra consideraron una frecuencia
de EM de 15% con un nivel de confianza del 95%. La detección de los
EM se realizó durante tres meses en días hábiles y en los tres horarios
más comunes de administración (10:00 a. m., 12:00 p. m., 4: 00 p. m.).

Universidad de las Américas Puebla 2 07


De un total de 669 pacientes hospitalizados, el 32.2%(n=225) fueron
incluidos en la investigación, el 60.9% eran mujeres. La mayor causa
de ingreso fue el accidente cerebro vascular (12.0%). La etapa de ad-
ministración fue la de mayor ocurrencia de EM (23.6%) seguida por la
de prescripción (5.1%). Del total de prescripciones médicas evaluadas
el 5.1% tenía algún EM. De las 454 indicaciones médicas consideradas,
la frecuencia de EM en prescripción fue de 22.2%. La administración
y la prescripción fueron las etapas críticas en la generación de EM.
Rey-Pineda et al.38 identificaron y clasificaron los EM encontrados
en los expedientes clínicos de pacientes atendidos en la consulta de la
unidad de medicina preventiva en el Hospital Regional Lic. Adolfo Ló-
pez Mateos del ISSSTE, México. De los 686 EM, el 84.3% (n=578) fueron
de las prescripciones de hospitalización y el 15.7% (n=108) de trata-
miento ambulatorio. Los grupos de medicamentos con mayor fre-
cuencia de EM fueron los antibióticos, antiinflamatorios no esteroides
y antihipertensivos. Además, determinaron que, en promedio, existe
al menos un EM por cada prescripción en el ámbito hospitalario; en el
tratamiento ambulatorio se observaron en menor grado. Entre los EM,
79 correspondieron a 21 interacciones severas que requerían la admi-
nistración alternativa de alguno de los fármacos implicados, con posi-
bles consecuencias en la salud del paciente. Se manifiesta la necesidad
de la participación de profesionales sanitarios capacitados en el área de
la farmacia hospitalaria, que apoyen al equipo médico a detectar, co-
rregir y prevenir EM.
Machado-Alba et al.39 determinaron la frecuencia de EM y las va-
riables asociadas, en un hospital de primer nivel de Colombia. El es-
tudio se realizó en pacientes hospitalizados mayores de 18 años, con
diferentes diagnósticos. Evaluaron 96 pacientes, edad promedio 59.7
± 18.8, 53.1% género masculino, promedio 2.8 ± 1.2 días de hospitali-
zación. Los EM fueron ocasionados por la ilegibilidad de los nombres
de los medicamentos (47.9%), la falta de registro de duración de la
formulación (97.3%), la falta de descripción de la presentación del
medicamento (72.1%), la falta de registro de la vía de administración
(29.9%), dosis inadecuada (9.8%), dosis insuficiente (8.2%) y medi-
camento contraindicado (3.9%). La dosificación (inadecuada para la

208 Escuela de Ciencias


patología, cantidad insuficiente o pauta inadecuada) constituyó un
problema altamente prevalente (34%). Los autores apreciaron que la
incorporación de prácticas más seguras (educación médica continua,
programas de alerta de interacciones y reorganización de los proce-
dimientos de atención a los pacientes) podrían mejorar el sistema de
prescripción del hospital.
Castro40 determinó la frecuencia de EM en un servicio de hospita-
lización de una clínica en Cali, Colombia. Hizo revisiones de prescrip-
ciones médicas, perfil farmacoterapéutico y del kárdex de enfermería.
Se identificaron 31 EM en 144 pacientes, con una frecuencia del 10%, 23
EM/100 pacientes, 5 EM/100 estancias y 2 EM/100 días de medicación.
El EM más frecuente fue el de omisión del medicamento, el proceso
con mayor EM fue la dispensación (53%), seguido de la transcripción
19% y de la prescripción 16%. El personal que cometió más errores
fueron los auxiliares de farmacia 59%, seguidos de enfermería 25%,
médicos 16% y quienes más lo detectaron fueron el personal de en-
fermería 48%, auxiliares de farmacia 36% y químicos farmacéuticos
16%. El riesgo de presentar un EM fue mayor entre los pacientes con
más de seis días de hospitalización, riesgo cinco veces mayor compa-
rado con los que están ingresados menos tiempo. Se concluyó que la
generación de errores disminuirá a medida que se implementen es-
trategias (capacitaciones, entrenamientos, pláticas y evaluación de la
efectividad del personal de trabajo).
Rivera et al.41 detectaron EM y los factores asociados a su ocurrencia,
en pacientes con alto riesgo farmacológico en un hospital de tercer
nivel de Bogotá. Durante el periodo de estudio se examinaron 318 pa-
cientes y se revisaron 309 historias correspondientes a los pacientes
observados. Se registró una pérdida de información del 2.8% (n=9); la
prevalencia de error por cada cien dosis paciente, en todo el sistema de
medicación, fue del 5% o más para el 95% de los pacientes. La falta
de ronda de seguridad farmacológica contribuyó con un 94.03% y el
68.62% por error de omisión del registro después de la administra-
ción del medicamento. El 1.89% de EM llegó a causar daño temporal
al paciente. La mediana del total de errores en la prescripción fue de
dos. La mediana de prevalencia de error del personal médico por cada

Universidad de las Américas Puebla 2 09


cien dosis administradas fue de 3.58%. La mediana del total de errores
en la historia clínica referente al registro de la administración de me-
dicamentos por parte de enfermería fue de cinco. La mediana de pre-
valencia de error de enfermería por cada cien dosis administradas fue
de 9.74%. Dentro de las fallas del proceso de medicación, se encontró
que el error por omisión del registro fue el más frecuente (68.62%),
seguido por el de prescripción (24.3%). Los factores relacionados con
los EM fueron: turnos del fin de semana y matutino, la experiencia de
las enfermeras y la estancia hospitalaria prolongada.
Yáñez42 investigó la ocurrencia y características de los EM en el
sistema de medicación de un servicio de urgencias de adultos de un
hospital universitario en Chile. Se evaluaron 364 pacientes y 626 me-
dicamentos. La edad de los pacientes fue de 46.7 ± 19 años, 61.3% gé-
nero femenino y de 1.7 ± 0.7 medicamentos por paciente. Los diagnós-
ticos más comunes fueron dolor abdominal (17.3%) y dolor torácico
(10,9%). En 257 (70.6%) pacientes se detectó al menos un EM. Las
etapas del sistema con mayor número de EM fueron la preparación
(39.5%), la administración (37.6%) y la prescripción (23.2%). No se
detectaron errores durante la dispensación. 110 (30.2%) pacientes ex-
perimentaron un EM y 147 (40.4%) presentaron más de un error. La
prevalencia de pacientes con al menos un EM fue de 70.6%. El tesista
sugirió estrategias para detectar y prevenir los EM de manera oportuna
y brindar mayor seguridad a los pacientes.
Salamano et al.43 realizaron un estudio de EM en el Hospital Pro-
vincial del Centenario de la ciudad de Rosario (Argentina), institución
pública de tercer nivel con 190 camas de internación. Obtuvieron in-
formación de 60 pacientes, detectando 506 EM. La incidencia fue de:
8.4 errores/paciente y 88.6 errores/100 pacientes día. El sistema de
medicación del hospital fue inadecuado, debido principalmente a la
duplicidad de la prescripción, que involucra una indicación en la his-
toria clínica, la cual utilizaba enfermería para la administración de los me-
dicamentos, y otra prescripción que era enviada a farmacia y empleada
por los farmacéuticos para la dispensación.
Serra et al.44 establecieron la tasa de errores de prescripción de
fármacos intravenosos en una unidad de cuidados intensivos neona-

21 0 Escuela de Ciencias
tales en Buenos Aires, determinando el tipo de error (dosis, dilución e
intervalo) y la medicación involucrada (antibióticos, inotrópicos y/o
analgésicos). De un total de 199 pacientes, 82 recibieron alguno de los
fármacos en estudio. De estos 82 pacientes se analizaron 362 prescrip-
ciones encontrando error en el 42.5% (n=152) de ellas. De éstas, 148
(96.1%) prescripciones contenían antibióticos, 5 (3.2%) inotrópicos
y 1 (0.7%) analgésicos. Los errores más frecuentes fueron el intervalo
de dosificación (53.8%), la dosis (46.1%) y el no registro de la dilución.
Los errores detectados con los fármacos inotrópicos y analgésicos
pueden considerarse bajos, pero en neonatos resultan graves. Final-
mente verificaron los errores en la mitad de las prescripciones de los
medicamentos endovenosos y propusieron que la utilización de sis-
temas informáticos para la prescripción ayudaría a mejorar la segu-
ridad del paciente.
Salazar et al.45 identificaron la frecuencia de los EM y los procesos
más afectados en la unidad de cuidados intensivos (UCI) de adultos de
un hospital universitario en Santiago de Chile. De un total de 124 pa-
cientes (que estaban recibiendo medicamentos por vía enteral o paren-
teral), en 52 encontraron 66 EM con 194 medicamentos involucrados.
El 33% de estos pacientes experimentaron más de un EM. De los me-
dicamentos evaluados (34%) ocurrió al menos un EM durante su utili-
zación. Los EM se observaron en un 51% en la etapa de administración
(41% tuvo relación con la velocidad de administración, 38% fueron
problemas en el horario, 15% errores por omisión y 6% problemas
con la dosis) 18% en la prescripción, 15% en la preparación, 8% en
la transcripción y el 8% restante durante la dispensación. El grupo de
medicamentos con mayor frecuencia de EM fueron los antibacterianos
(63%), principalmente en la etapa de administración, registrándose
21 EM, once fueron por problemas con la velocidad de administración
y diez por errores en el horario. Los autores concluyeron que identifi-
car los procesos más afectados permitirá implementar un programa
de intervención y mejorar la seguridad y calidad en el manejo de me-
dicamentos en la UCI.
Bortili et al.46 detectaron EM ocurridos en unidades de clínica mé-
dica de seis hospitales brasileños. Cuantificaron las dosis prescritas y

Universidad de las Américas Puebla 2 11


administradas en las unidades siendo un mínimo de 35 dosis/día, du-
rante treinta días. De los medicamentos administrados el 1.7% y 1.5%
fueron diferentes de lo prescrito y en vía diferente a la prescrita, res-
pectivamente. También el 4.8% de las dosis administradas difirieron
de las prescritas, el 0.3% de los pacientes recibió medicamentos no
prescritos, el 7.4% de los medicamentos fue administrado una hora
después del horario previsto y el 2.2% una hora antes de lo prescrito.
Errores relacionados al horario fueron el 53.8% y el 26.4% a dosis
equivocadas, el 9.8% correspondieron a medicamentos no autoriza-
dos, vía equivocada 8.5% y paciente equivocado 1.5%. Concluyen que
es prioritario combatir la problemática de la identificación de EM en
los hospitales y proponer estrategias para su prevención.
Rosete et al.47 describieron el tipo de incidentes reportados por el
personal de salud (enfermería, médicos residentes y médicos) al Cen-
tro Institucional de Farmacovigilancia de Médica Sur en México. Reco-
lectaron 37 casos notificados, de ellos: 13 (35.1%) fueron por enferme-
ría, otros 13 (35.1%) por el farmacéutico y 11 (29.7%) por los médicos.
En total fueron 49 errores (media: 1.3 errores por paciente). Los erro-
res más frecuentemente fueron: 14.3% (n=7) duplicidad de medica-
mentos, 12.2% (n=6) la administración de medicamento diferente al
prescrito por transcripción errónea de órdenes médicas o por equivo-
cación al suministrar el medicamento al paciente, 10.2% (n=5) sobre-
dosificación y 8.2% (n=3) por concentración errónea en la preparación
del medicamento. La etapa de prescripción tuvo 24 errores (50%),
el 29% tuvo impacto en el paciente. Los errores de transcripción de
órdenes médicas (enfermera y médico residente) causaron una propor-
ción de uno de cada dos errores con impacto, un total de ocho casos
con afección al paciente. Los errores en la preparación fueron tres, dos de
ellos causaron problemas en el paciente. El impacto de los errores
de prescripción fue menor (aunque fueron más frecuentes), en com-
paración con los errores de preparación y transcripción. Se concluyó
que se necesita fortalecer los sistemas de trabajo para que sean menos
vulnerables en beneficio de la seguridad clínica.
Saucedo-Becerra et al.48 identificaron los errores más frecuentes
del personal de enfermería (generales y especialistas) en la adminis-

212 Escuela de Ciencias


tración de medicamentos intravenosos de los tres turnos en pacientes
pediátricos en una unidad de alta especialidad. En 230 procedimien-
tos observaron errores de no registro del medicamento 43% (n=98)
y error de preparación del fármaco (dosis inexacta) 31% (n=72). Para
medir el conocimiento del personal de enfermería utilizaron la re-
gla de los cinco correctos, equivalencias, procedimiento para diluir
algunos medicamentos y cuidados una vez reconstituidos. El 68%
(n=157) de las enfermeras mostraron conocimiento «eficiente» y el
32% (n=73) conocimiento «deficiente». En este estudio el error más
frecuente fue el de registro, considerado no grave. Recomiendan que
la institución introduzca mejoras en los servicios y que se reflejen en
una práctica clínica más segura para los pacientes.
Lavalle-Villalobos et al.49 realizaron un estudio comparativo en
dos fases, en pacientes hospitalizados en los diferentes servicios de la
Subdirección de Pediatría del Hospital General Dr. Manuel Gea Gon-
zález. Fase 1, para obtener la frecuencia y causa de error y fase 2, para
determinar el impacto de las acciones correctivas. La meta fue la dis-
minución de los errores en un 50%. Fase 1: revisaron 232 expedientes,
en 133 (57.3%) encontraron errores (de 1 a 8). El total de errores fue de
397. El tipo de error más frecuente fue en la redacción de la prescrip-
ción, seguido de dosis mal calculada, dilución incorrecta y el inter-
valo de administración. Los días con más frecuencia de error fueron:
jueves (19.4%), lunes (16.6%), sábado (14.8%) y domingo (13.7%).
Fase 2: después de implementadas las medidas preventivas, analiza-
ron 226 expedientes, 40 (17.6%) tenían errores. El total de errores fue
de 111, la disminución de expedientes con error fue de 41.7%, en el to-
tal de errores de 71%, la diferencia fue estadísticamente significativa
(P<0.05). La disminución de errores demostró una respuesta favorable
de las acciones educativas y del trabajo de supervisión y verificación de
las prescripciones.
Rodríguez et al.50 evaluaron la efectividad del sistema de dosis
unitarias que se implementó en el hospital general de Tijuana. Los
errores que detectaron fueron: la falta de especificación del peso en
miligramos de la dosis prescrita (n=418, 38.42%), omisión de la dosis
(n=323, 29.69%) y el uso del nombre comercial (n=286, 26.29%). El

Universidad de las Américas Puebla 2 13


total de oportunidades de error fue de 11,025 y los errores observados
fueron 1,088 por lo que el índice de EM fue 9.86%. Consideraron que
la omisión de dosis representaba un riesgo importante para la salud
del paciente. Los otros dos errores, con una frecuencia de uno por cada
mil prescripciones, como la falta de especificación del régimen de do-
sificación y la vía de administración, se deben evitar.
Jiménez51 documentó los errores en el proceso de dispensación
de medicamentos en un servicio de farmacia de un hospital periférico de
la caja costarricense de seguro social. Durante el periodo del estudio
(en días hábiles y en una jornada de 7:00 a. m. a 4:00 p. m.), el farma-
céutico o el técnico detectaron y contabilizaron los errores en tres eta-
pas. Encontraron 859 errores en 18 días de confirmación del problema,
629 en 28 días de caracterización de los errores más frecuentes que
fueron: 207 por uso de la clave inadecuada para señalar en la etiqueta
la indicación médica, 102 por conteo incorrecto, 89 por etiqueta pe-
gada al medicamento incorrecto, 53 por ausencia de indicaciones
especiales, 38 por nombre del paciente escrito incorrectamente, 5 re-
lacionados con el acopio de medicamentos vencidos y 2 por la entrega
incorrecta de los medicamentos. Después de las medidas correctivas
encontraron 496 errores en 27 días, los errores fueron: 134 por uso de la
clave inadecuada para señalar en la etiqueta la indicación médica, 97
por conteo incorrecto, 82 por etiqueta pegada al medicamento inco-
rrecto, 60 por ausencia de indicaciones especiales, 9 por nombre del
paciente escrito incorrectamente, 1 relacionado con el acopio de me-
dicamentos vencidos y 1 por la entrega incorrecta de los medicamen-
tos. Se generó un cambio en la actitud del personal sobre su forma de
trabajo, se disminuyó en un 57.7% la ocurrencia de errores y, dos años
después, se reestructuró y acondicionó el área física del servicio, para
facilitar la optimización del proceso.
Salas52 evaluó los EM de pacientes hospitalizados en el servicio de
pediatría del Hospital Regional 20 de Tijuana. Se analizó la historia clí-
nica, el perfil de medicación de los pacientes, la congruencia entre la
orden médica y el registro de administración de enfermería. El total de
pacientes del estudio fueron 27. Se encontró que el mayor porcentaje
(74.81%) de EM fue en la etapa de administración del medicamento

214 Escuela de Ciencias


(no registro de dosis, vía de administración, intervalo, cambio de do-
sis no prescritas y suspensión de medicamento sin orden médica) se-
guido por un 20.82% de EM causados por la elaboración de la orden
médica (omisión de la vía de administración, intervalo de dosificación,
dosis y duración de terapia, así como dosis, intervalo y duración de te-
rapia inadecuados). 4.37% fueron errores de transcripción (dosificación,
vía de administración errónea, cambio de nombre de paciente, forma
farmacéutica y dosis). Los fármacos con mayor número de errores fue-
ron 38% los antibióticos, 12% los analgésicos y 8% los diuréticos. Se
concluyó que es importante documentar los EM para establecer medi-
das de seguridad evitando un grave daño a los pacientes.
Baracaldo et al.53 hicieron un estudio de 28 días no continuos en
36 turnos de lunes a viernes (total de 282 horas) para medir la frecuen-
cia de errores y poner acciones correctivas para su disminución en el
hospital colombiano de tercer nivel La Misericordia Universitario Pe-
diátrico. Realizaron 1,251 observaciones de administración de medi-
camentos por 31 enfermeras auxiliares a 184 pacientes. El total de EM
fue de 711. El 68.8% (n=489) de los errores fue la hora errónea o fre-
cuencia diferente a la prescrita, 17.6% (n=25) dosis o medicamentos
omitidos, 12.23% (n=87) medicamento administrado sin prescripción
y 1.4% (n=10) dosis errónea. El servicio con mayor cumplimiento en la
administración fue el de pensionados con el 80.8% (porque las ma-
más están las 24 horas) y el de menor porcentaje fue el quirúrgico con
40.9% (se encontraba dividido en tres salas no cercanas por remode-
lación). Con concientización del grupo interdisciplinario y la imple-
mentación de un sistema de distribución de medicamentos eficiente
se concluyó que es posible prevenir y disminuir los EM.
Esta revisión bibliográfica, aunque limitada por la disponibilidad
de trabajos publicados en revistas con presencia en internet, permite
constatar que realmente se está trabajando en el tema de los EM en
toda Latinoamérica y con objetivos muy similares en las diferentes
instituciones de salud y países. La mayoría de las investigaciones in-
dican que un alto porcentaje de los EM se manifiestan en la etapa de
administración de los medicamentos, la cual está a cargo del perso-
nal de enfermería. De igual manera algunos estudios muestran que

Universidad de las Américas Puebla 2 15


este problema se debe probablemente a la sobrecarga de trabajo. En
las prescripciones médicas los EM más comunes fueron la ilegibili-
dad de éstas, las dosis inapropiadas, el omitir la forma farmacéutica,
la vía de administración, entre otras causas. El proceso de dispensa-
ción tampoco estuvo exento de presentarse como etapa generadora de
errores en algunos estudios, lo cual resalta nuevamente la importancia
de abordar y mejorar tanto los fallos en el sistema como las condicio-
nes en las que trabajan los recursos humanos. La mayoría de los autores
coincidieron en documentar y estudiar los EM, pero sobre todo en que
es imperativo implementar medidas correctivas o programas más efi-
cientes para evitarlos y prevenirlos; lo anterior contribuirá a mantener
la confianza pública en los sistemas de atención sanitaria.

Impacto de los errores de


medicación en la atención sanitaria

Por definición, la preventabilidad de los eventos adversos y del daño


a los pacientes cuando se usan medicamentos es el objetivo que hace
confluir de manera natural las actividades de detección y análisis
tanto de las RAM como de los EM. En consecuencia, para realmente
poder expandir el conocimiento sobre la seguridad de los medicamen-
tos disponibles actualmente, es necesario que la farmacovigilancia se
enfoque menos en encontrar los daños y más en trazar de manera efi-
ciente e integral el perfil de seguridad de los medicamentos que con-
sume la población mediante una actitud proactiva y un monitoreo
sistematizado.
Se han propuesto varios algoritmos para determinar la preventa-
bilidad de un evento adverso. El de Schumock y Thornton es uno de los
más empleados por su sencillez y consta de siete a nueve preguntas,
conforme a las adaptaciones que han hecho otros autores, que depen-
diendo de si se responden con un «sí» o un «no», permiten determinar
si un evento adverso asociado a la medicación pudo haberse evitado
con mayor o menor probabilidad54, 55.

216 Escuela de Ciencias


Las preguntas son:
1. ¿Historial de alergia o reacción previa al medicamento?
2. ¿Medicamento no apropiado para la condición clínica del
paciente?
3. ¿Dosis, vía o frecuencia de administración inadecuada para la
edad, peso o patología del paciente?
4. ¿Necesidad de monitorización de niveles plasmáticos, de
pruebas bioquímicas o de pruebas de farmacogenética?
5. ¿Reacción debida a una interacción farmacológica conocida?
6. ¿Concentración plasmática del medicamento por encima del
margen terapéutico?
7. ¿No se prescribieron o administraron medidas preventivas al
paciente, o bien, las medidas preventivas fueron inadecuadas
y/o inapropiadas?
8. ¿Estuvo involucrada una falta de adherencia o el incumpli-
miento del tratamiento farmacológico?

Si se responde «sí» a una o más de las preguntas uno a la tres,


entonces el evento adverso se clasifica como «prevenible». Por otra
parte, el evento adverso se pudo haber evitado con menor probabili-
dad, es decir, se considera «probablemente prevenible», si una o más de
las preguntas cuatro a la ocho se responden como «sí». Si todas las
respuestas son un ‘no’, entonces el evento adverso no pudo haberse
prevenido.
También se ha propuesto una variante del algoritmo de Naranjo
para clasificar y evaluar, en una escala de probabilidad, la sospecha de
una interacción farmacológica56, 57.
Por su parte, la OMS propuso una herramienta estandarizada de-
nominada «método P» (preventability method, P method) destinada
principalmente a la detección de EM a partir de los reportes envia-
dos a los centros de farmacovigilancia, una vez que se ha validado la
causalidad.
El método P permite explorar todo el proceso de uso de medica-
mentos desde la prescripción hasta la administración, con el objetivo
de identificar los factores de riesgo prevenibles que aumentaron la

Universidad de las Américas Puebla 2 17


probabilidad de que ocurriera la reacción adversa29. Estos factores de
riesgo constituyen los veinte criterios de preventabilidad que se eva-
lúan en el algoritmo del «método P» con base en respuestas tipo «sí»,
«no», «no se sabe» o «no aplica». Con que una sola de las veinte pre-
guntas se responda con un «sí», se considera que el evento adverso
fue prevenible ya que indica que se conoce su posible causa. Esta herra-
mienta incluye preguntas interesantes como, por ejemplo, si se admi-
nistró un medicamento caducado, si estuvo implicado un síndrome de
abstinencia debido a la interrupción abrupta del tratamiento, si ocu-
rrió automedicación con un medicamento que requiere prescripción
médica o si se administró un medicamento falsificado o ilegal.
Todos estos métodos permiten acercar a los profesionales de la
salud a la evaluación sistemática de los eventos adversos asociados a
la medicación para poder activar eficientemente las plataformas de
análisis y notificación que correspondan a cada caso y, con ello, con-
tribuir a la mejora de las prácticas en el uso de los medicamentos en
cualquier nivel de atención o entorno.
Aunada a la necesidad de evaluar la preventabilidad de los even-
tos adversos para perfeccionar los sistemas y la atención sanitaria, se
encuentra la urgencia por abatir los costos que éstos ocasionan. Se
ha estimado que los EM alargan en promedio de ocho a doce días la es-
tancia hospitalaria incrementando los costos de atención de 16,000
a 24,000 dólares más por paciente al año58. Otros estudios norteame-
ricanos ampliamente citados han reportado que los costos de los EM
prevenibles en el ámbito hospitalario ascienden a los 16.4 billones de
dólares anualmente59, mientras que en pacientes ambulatorios im-
plican gastos por 4.2 billones de dólares cada año60. A partir de estas
alarmantes cifras se generó la iniciativa «Doblando la curva para pre-
venir errores de medicación: la oportunidad de los 21 billones», por
parte de la Red de Excelencia en Innovación en Salud (Network for Ex-
cellence in Health Innovation, NEHI)61. Dicha iniciativa propuso varias
soluciones para abordar la problemática, entre ellas, una participación
más activa de los profesionales farmacéuticos en el seguimiento tanto
de los procesos relacionados con la medicación como de los pacien-
tes y sus tratamientos. Este planteamiento surge de reportes previos

218 Escuela de Ciencias


donde se demostró que la incorporación de un farmacéutico al equipo
de médicos durante las rondas médicas de rutina condujo a un ahorro
anual de 270,00062 de dólares, así como a una reducción del 78% en
los EM63. También se ha publicado que una mejor comunicación entre
médicos, farmacéuticos y enfermeras evita el 85% de los EM graves64.
De hecho, la aplicación de nuevos enfoques de gestión, como la meto-
dología Lean Six Sigma, ha demostrado utilidad en la disminución de la
tasa de EM y de costos asociados a ellos, así como en la mejora de la co-
municación entre los farmacéuticos y otros profesionales de la salud65.
Schnipper y colaboradores reportaron, en 2006, que los pacien-
tes que recibieron llamadas de seguimiento farmacoterapéutico por
parte de farmacéuticos, presentaron 88% menos probabilidades de
tener un EM prevenible que resultara en una visita a urgencias o en una
hospitalización66. Más recientemente en un hospital de España se evi-
denció en un periodo de seis meses que la resolución de problemas de
gravedad seria, relacionados con los medicamentos desde el ingreso
al servicio de urgencias, permitió evitar un costo mayor a 60,000 eu-
ros, así como el riesgo de incrementar la estancia hospitalaria de los
pacientes que requirieron las intervenciones farmacéuticas67. Además,
una revisión de un periodo de seis años en tres mil hospitales de EE. UU.
mostró que el involucramiento de los farmacéuticos en la planeación
del alta y en la revisión especializada de la farmacoterapia es una de
las mejores prácticas para reducir hasta en un 5% las readmisiones
hospitalarias prevenibles68.
Sin duda, también cuando se trata de programas específicos de
mejora del uso de medicamentos, como por ejemplo los programas
de optimización del uso de antimicrobianos (Antimicrobial Stewardship
Programs), la inclusión de farmacéuticos impulsa el apego a guías y
lineamientos, así como la reducción significativa de los antibióticos
consumidos y, por lo tanto, de los gastos. Lo anterior se ha demostrado
tanto en hospitales específicos, por ejemplo, en Brasil69, así como en
iniciativas de alcance nacional en Reino Unido70 y en EE. UU.71, repor-
tándose para este último país, gastos en los hospitales de hasta 163
millones de dólares a causa de duplicidades y combinaciones innece-
sarias de antibióticos.

Universidad de las Américas Puebla 2 19


En México, investigadores del Instituto Mexicano del Seguro So-
cial (IMSS) han estimado teóricamente que el instituto podría ahorrar
anualmente en medicamentos desde 870 hasta 4,050 millones de pe-
sos si se implementaran sistemas de dispensación en dosis unitarias
en todos sus hospitales72. Incluso, se estimó un ahorro adicional hasta
de 3,445 millones de pesos considerando la disminución que habría de EM.
Por otro lado, a nivel organizacional y desde la perspectiva de los
eventos adversos, el hospital central Dr. Ignacio Morones Prieto de San
Luis Potosí, México (250 camas censables) calculó un costo promedio
por evento adverso de 117,440.89 pesos y, por lo tanto, costos directos
hospitalarios anuales de 3,992,988.51 pesos considerando que en un
periodo de un año, la Dirección de Calidad y Seguridad del Paciente de
la institución registró 34 eventos adversos graves73.
A nivel de atención primaria, el modelo que ha surgido en Mé-
xico donde las farmacias comunitarias instauran consultorios médicos
junto a ellas con una relación comercial obvia y directa, ha fomentado
la prescripción de un mayor número de medicamentos a los pacien-
tes que recurren a estos consultorios y, por lo tanto, ha contribuido al
aumento en el gasto de bolsillo que hace la población mexicana74. Sin
embargo, aún no se ha reportado el efecto que esta práctica tiene en
la incidencia de EM producto de los procesos de prescripción y dispen-
sación que ocurren en estos binomios farmacia-consultorio médico,
ni mucho menos del impacto económico que esto ocasiona, no sólo
del gasto personal de los pacientes, sino del público cuando dichos EM
conducen a ingresos hospitalarios o al agravamiento de la condición
clínica de ciertos grupos de pacientes.
En México, anualmente se gastan alrededor de 6,306 millones de
dólares en la atención de la hipertensión arterial y la mitad lo pagan
los pacientes como gasto de bolsillo75. De manera alarmante se ha re-
portado que, una vez bajo un esquema farmacoterapéutico, sólo la
mitad de los pacientes hipertensos presenta cifras de presión arterial
controladas independientemente de si es atendido en instituciones de
salud públicas o privadas76. Lo anterior significa que, entre otras cosas,
probablemente estén ocurriendo EM de diversos tipos que impiden
tener a la población mexicana hipertensa bajo control aun cuando

220 Escuela de Ciencias


la disponibilidad de los tratamientos parece ser adecuada. En este
sentido, poca importancia se le ha dado a la incorporación de farma-
céuticos en el equipo de salud, principalmente a nivel de la atención
primaria y de medicina preventiva, para coadyuvar en el seguimiento
de pacientes con enfermedades crónicas no transmisibles como la hi-
pertensión. Sin embargo, un estudio en un hospital de Puebla, México,
demostró que un servicio de atención farmacéutica dirigido a hiper-
tensos permite no sólo mantener a los pacientes bajo control y con un
monitoreo intensivo de posibles EM y reacciones adversas, sino tam-
bién evitar costos hasta de 22 millones de pesos anualmente gracias a
la prevención de problemas relacionados con los medicamentos y de
complicaciones derivadas de un control deficiente de la enfermedad77.
Desde luego, también la incorporación de la tecnología a los pro-
cesos de atención sanitaria y particularmente a los sistemas de me-
dicación ha permitido minimizar riesgos de manera importante. Por
ejemplo, en EE. UU. prácticamente no se concibe la atención hospi-
talaria sin contar con un sistema computarizado de entrada de órde-
nes médicas (Computerized Physician Order Entry, CPOE), tecnología
que ha permitido reducir hasta en un 81% los EM de alto riesgo desde
la fase de la prescripción78. En el ámbito ambulatorio, los sistemas
de prescripción electrónica (e-Prescribing Systems) han reducido el
85% de los EM y han permitido ahorros netos hasta de 403,000 dó-
lares79, 80. Por su parte, la tecnología de código de barras para la
administración de medicamentos (Bar Code Electronic Medication
Administration System, eMAR) ha mostrado disminuir los EM en un
51% y ahorrar anualmente hasta 2.2 millones de dólares en hospitales
de alto volumen asistencial81, 82. Asimismo, las tecnologías de infusión
inteligente han favorecido una administración más segura de medica-
mentos por vía intravenosa. En EE. UU., prácticamente todos los hos-
pitales usan actualmente bombas de infusión inteligentes y más de la
mitad de los hospitales han implementado la tecnología de bombas
inteligentes con software de seguridad integrado83. Además, el uso de
bombas de infusión inteligentes o smart pumps ha demostrado ser
rentable, por ejemplo, en las unidades de cuidados intensivos, porque
evitan costos al prevenir EM y permiten ahorros tanto en consumibles

Universidad de las Américas Puebla 221


como en medicamentos mediante el establecimiento de concentra-
ciones y unidades de dosificación estandarizadas84-86.
Debido a su complejidad y naturaleza, la administración de medi-
camentos por vía intravenosa presenta un mayor riesgo de error que
otras vías de administración. Los errores asociados con la adminis-
tración intravenosa tienen una tasa de mortalidad más alta y causan
eventos adversos más graves, que no siempre se detectan de manera
oportuna87. Pocos estudios se han centrado en la incidencia de errores
originados en la fase de administración intravenosa de medicamentos,
sin embargo, hay algunos reportes que muestran que su incidencia
es de entre el 49% y el 81% y que predominan los errores debidos a
una velocidad de administración incorrecta88. Los estudios disponibles
también muestran que en las áreas de cuidados intensivos los EM que
se presentan tienden a ser más graves por el tipo de pacientes que se
atienden y porque se emplean muchos medicamentos considerados
de alto riesgo89.
Recientemente, un estudio sobre bombas inteligentes realizado
en la UCI del Hospital Juárez de México demostró que, de las 124,229
infusiones programadas en un periodo de dos años, el software de se-
guridad de las bombas utilizadas fue capaz de alertar sobre 166 errores
significativos al momento en que los profesionales de la salud progra-
maban los dispositivos; de éstos, 83 errores de programación tuvieron
la mayor probabilidad de causar daño al paciente y 43 de ellos (51.8%)
hubieran conducido a errores por sobredosis de insulina rápida90. Por
lo tanto, este tipo de intervención tecnológica mejoró la seguridad
de la medicación porque interceptó y previno errores de administra-
ción potencialmente graves que probablemente habrían perjudicado
a los pacientes. Más aún, cada sobredosis de insulina rápida hubiera
causado un evento hipoglucémico severo que, debido a los costos re-
queridos para su manejo y a la prolongación de la estancia hospitala-
ria en la UCI, habría costado aproximadamente 104,124.15 pesos cada
uno. En la UCI donde se realizó el estudio se incurrió en 32 errores de
programación de sobredosis de insulina en un año, por lo que, en su
totalidad, y si la tecnología no lo hubiera prevenido, estos eventos ad-
versos le habrían costado al hospital un total de 3,331,972.80 pesos91.

222 Escuela de Ciencias


Incluso en el consumo de insumos, como es el caso de las soluciones
intravenosas de uso frecuente en la UCI del estudio (cloruro de sodio al
0.9% con dextrosa al 5%, cloruro de sodio al 9%, solución Hartmann
y soluciones dextrosadas al 5% y 10%), se registró un ahorro de 8,944
unidades (18%) equivalentes a 3,649 litros (22.3%) y a un ahorro de
55,850.97 pesos (17.1%) en el primer año de haberse implementado
las bombas inteligentes92.
Aun cuando la tecnología aporta indiscutiblemente un valor agre-
gado a la atención sanitaria del siglo XXI, hay otras estrategias senci-
llas y de muy bajo costo que también han demostrado un alto impacto
en la reducción y prevención de los EM. En el ámbito hospitalario, por
ejemplo, mucho se habla de los factores humanos que influyen para
que se cometan errores, desde el cansancio, la sobrecarga de trabajo
o los problemas de comunicación entre los miembros del equipo de
salud. Se ha determinado que la personalidad del médico influye, por
ejemplo, en la selección de pacientes en la emergencia, en la toma de
decisiones al final de la vida, en el modo en el que tratan la depresión, en
la adopción de medidas sustentadas en la medicina basada en la evi-
dencia, en el tipo de comunicación que entablan con los pacientes e
incluso en los exámenes diagnósticos que solicitan93. De igual forma,
el síndrome de burnout o desgaste profesional en los miembros del
equipo de salud condiciona a situaciones como la violencia obstétrica,
la discriminación, los tratos groseros, los tiempos de espera y la negli-
gencia médica94. Estos fenómenos de la práctica asistencial pueden
tratar de minimizarse a través de la consejería y capacitación del per-
sonal sanitario en temas como el autocuidado, la fatiga por compasión
y en habilidades de comunicación y prevención del burnout.
Las interrupciones durante la realización de procesos críticos
también se han reportado como una causa importante de errores. Por
ejemplo, cada interrupción que se hace a un(a) enfermero(a) mientras
prepara y administra medicamentos aumenta en un 12.7% el riesgo de
cometer un error. Westbrook et al. encontraron que, a medida que au-
mentaban las interrupciones en un mismo proceso de administración
de medicamentos, mayor era la gravedad del error y el riesgo de que un
paciente experimente un error clínico importante se duplica en pre-

Universidad de las Américas Puebla 223


sencia de cuatro o más interrupciones al personal de enfermería95. Por
lo anterior, varios hospitales en EE. UU. y Europa han implementado
el uso de bandas amarillas o chalecos con leyendas de «no interrum-
pir» que enfermería se coloca cuando va a realizar procesos críticos
del sistema de medicación de modo que otros profesionales, los pa-
cientes o sus familiares se percaten de que están realizando una tarea
que requiere concentración y no los interrumpan salvo que se trate de
una urgencia. También en la Organización Sanitaria Integrada de Ezke-
rraldea (Servicio Vasco de Salud) se ha implementado el protocolo de
«no interrupciones durante la ronda de medicación» en los servicios
de medicina interna, cardiología y digestivo. La estrategia consiste en
que los profesionales se coloquen un chaleco rojo con la leyenda «¡No
interrumpir! Preparando y administrando medicación», y se lo retiren
cuando terminen de administrar la medicación a los pacientes. Gra-
cias a esto se ha logrado un 50% de reducción de las interrupciones al
personal de enfermería, un 15% más de rapidez en la administración
de la medicación y un 18% de incremento de las medicaciones admi-
nistradas en el tiempo debido (no retrasos en la hora de administra-
ción del medicamento)96.

Reflexiones finales
Como se pudo observar, los EM provocan un fuerte impacto en la
atención sanitaria, no sólo en los pacientes, sino también en las or-
ganizaciones, en el sistema y en los profesionales de la salud. Por
ello, su gestión integral y eficiente puede coadyuvar de manera
importante a la sostenibilidad de los sistemas sanitarios más allá
del tema financiero, asimilando también los aspectos sociales y
medioambientales. Más aún, la expansión de las capacidades de los
sistemas de farmacovigilancia para analizar los EM y tratar de preve-
nir su aparición transformará sin duda a los sistemas de medicación
y a los modelos de seguridad del paciente.
Los diferentes proyectos, estrategias, redes y grupos de trabajo
que en los últimos cuarenta años han trabajado arduamente por ge-

22 4 Escuela de Ciencias
nerar la cultura, la conciencia y los métodos estandarizados necesarios
para la detección oportuna de EM nos han traído al escenario actual
donde, de manera congruente y lógica, los sistemas de farmacovigi-
lancia contribuirán con mayor robustez a la prevención de los daños a
los pacientes durante la atención sanitaria. Esto será posible gracias a
la identificación y análisis de las causas y de los factores de riesgo que
conducen a la ocurrencia de dichos daños, así como al planteamiento
de estrategias para detectarlos más oportunamente, minimizarlos y
comunicarlos de manera efectiva.
Los retos presentes son claros. Se requiere optimizar la detección
de EM desde las plataformas de reporte de RAM armonizando la ter-
minología, los métodos y todas las herramientas que vayan a estar in-
volucradas en el análisis y el reporte de estos eventos adversos dentro
de un mismo sistema. Además, se necesita organizar capacitaciones
avanzadas e intensivas dirigidas a todos los interesados e idear estra-
tegias para también recopilar datos sobre EM que ocurren fuera del
ámbito hospitalario. Finalmente, la comunicación de la información
y de todos los datos que se generen será muy importante para lograr
un aprendizaje colectivo que permita prevenir EM y verdaderamente
promover la seguridad del paciente. Al momento, el documento de la
OMS titulado «Sistemas de notificación y aprendizaje sobre errores de
medicación: el papel de los centros de farmacovigilancia»29, ya dispo-
nible en español, se recomienda como una excelente guía para comen-
zar a encarar estas apremiantes tareas.
Por todo lo anterior, la farmacovigilancia, al tratarse de una dis-
ciplina enfocada en la gestión de todo tipo de riesgos asociados a los
medicamentos, ha encontrado una convergencia natural con las ini-
ciativas encauzadas a procurar no sólo la seguridad de los pacientes
que los usan, sino también la seguridad de los sistemas asistenciales,
de la sociedad y del entorno.

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6
23 6 Escuela de Ciencias
6 Tecnovigilancia
Carmen Adriana Ruiz López
Rodrigo Ortíz Islas
Lucila Isabel Castro Pastrana

Introducción
La industria global de los dispositivos médicos está proyectada en los
894 000 millones de dólares para el año 2020 con una tasa de creci-
miento anual del 6.2% y con Estados Unidos a la cabeza en la producción,
la exportación y el consumo de estos productos.
Durante el 2° Foro de Regulación para Dispositivos Médicos reali-
zado en México en junio de 2018, el representante de la COFEPRIS de-
claró que nuestro país constituye el mayor mercado en América Latina,
siendo el octavo exportador de dispositivos médicos a nivel mundial
con una producción de aproximadamente 15 mil 220 millones de
dólares. Las agujas tubulares para sutura, jeringas, catéteres, cánulas,
así como los instrumentos, aparatos y el mobiliario para medicina, ci-
rugía, odontología y veterinaria constituyen los dispositivos médicos
mayormente exportados por México. Estados Unidos es nuestro prin-
cipal socio comercial en la materia1.
Ante este escenario, los avances regulatorios en el sector de los
dispositivos médicos en México han buscado converger con los del
Foro Internacional de Reguladores de Dispositivos Médicos (IMDRF,
por sus siglas en inglés), con la normativa europea y con la normativi-
dad de otras agencias reguladoras nacionales de referencia regional
(ARNr). En los últimos años se han establecido acuerdos de equivalen-
cia con otros países para simplificar los esquemas de autorización

Universidad de las Américas Puebla 2 37


de dispositivos médicos y otorgar registros de manera expedita (en
treinta días hábiles), en particular de dispositivos previamente evalua-
dos y aprobados por las autoridades sanitarias de Estados Unidos, Ca-
nadá y Japón. En este mismo sentido, se aprobaron las nuevas reglas
de clasificación de dispositivos médicos para cosméticos de una forma
más sencilla, e identifican una nueva gama de dispositivos que no re-
quiere registro sanitario, habiéndose desregulado para mediados de
2018 más de dos mil productos por representar un bajo riesgo a la sa-
lud. En concordancia, se encuentran en proceso los trabajos de actua-
lización de las normas NOM-240 de tecnovigilancia2 y NOM-241 de
buenas prácticas de fabricación de dispositivos médicos3.
Todas estas iniciativas promueven positivamente el posiciona-
miento de la economía mexicana y la disponibilidad de nuevas tec-
nologías de calidad a precios asequibles, pero también nos recuerdan
que, como sucede con los medicamentos, en materia de dispositivos
médicos habrá de velarse porque la procuración del acceso vaya siempre
de la mano de la garantía de seguridad para los pacientes.

Evolución de la tecnovigilancia
La vigilancia de los dispositivos médicos, desde el punto de vista de su
calidad, efectividad, seguridad y uso correcto, siempre ha tenido como
objetivo coadyuvar en el logro de los resultados terapéuticos defini-
dos, mejorar la calidad de la atención, así como la calidad de vida del
paciente, prevenir errores de medicación y en reducir al mínimo los
riesgos para el paciente.
En este contexto con enfoque en la seguridad y dado que al utili-
zarse los dispositivos médicos siempre existe el riesgo de la aparición
de incidentes adversos, a través del tiempo se han creado instancias
que regulan y monitorean este tipo de productos, y que han logrado
concentrar y difundir de manera oportuna y global la información de
seguridad y calidad de todos los dispositivos de empresas transnacio-
nales. Los sitios web, las redes, los documentos y los eventos de estos

23 8 Escuela de Ciencias
organismos deben estar siempre en nuestro radar para mantenernos
actualizados.
Primeramente, se encuentra el Instituto ECRI (por sus siglas en
inglés, Emergency Care Research Institute) creado en 1968, año en que
empezó evaluando los productos de dieciocho fabricantes de resuci-
tadores de operación manual. En 1980 se consolidó su prestigio como
proveedor de información y guía sobre dispositivos médicos. En 1993
el instituto ECRI desarrolló el Health Technology Assessment Informa-
tion Service (HTAIS) que a la fecha es aceptado como el estándar de
oro para la evaluación de las tecnologías sanitarias, y en 1997 fue desig-
nado centro de práctica basado en la evidencia. Actualmente cuenta
con un importante programa de alertas médicas para dispositivos y su
sitio en línea puede visitarse en: www.ecri.org.
También tenemos desde 1976 al Centro de Dispositivos y Salud Ra-
diológica (Center for Devices and Radiological Health o CDRH, por sus
siglas en inglés) de la FDA, el cual evalúa la precomercialización y vigila
la poscomercialización de los dispositivos; provee de soporte cientí-
fico y vela por el cumplimiento de la regulación, y publica las alertas
y los recalls. Su sitio en línea se encuentra dentro del sitio de la FDA:
www.fda.gov.
Una tercera instancia muy importante es el grupo de trabajo glo-
bal de armonización (GHTF, por sus siglas en inglés), fundado en 1993,
que trabaja por fomentar la convergencia en estándares y prácticas re-
gulatorias relacionadas con la seguridad, el rendimiento y la calidad de
los dispositivos médicos. Este organismo colabora con la Organización
Mundial de la Salud y publica documentos armonizados muy útiles, así
como procedimientos de operación que pueden adaptarse a diferen-
tes contextos sanitarios. Su página en línea actualmente se encuen-
tra bajo la iniciativa creada en 2011 con el nombre de Foro Internacio-
nal de Reguladores de Dispositivos Médicos (IMDRF): www.imdrf.org.
Gracias a la evolución regulatoria que ha ocurrido a pasos agigan-
tados en México, actualmente tenemos acuerdos de equivalencia con
varios de los países que lideran las iniciativas anteriormente descritas y,
por lo tanto, es muy importante dar constante seguimiento a sus pu-
blicaciones y alertas.

Universidad de las Américas Puebla 2 39


Asimismo, la regulación mexicana ha ido respondiendo velozmente
a las necesidades nacionales y globales en materia de dispositivos
médicos mediante la adaptación y actualización constante de la Ley
General de Salud (artículos 17 bis, 58 V bis, 194 bis, 195, 204, 226, 262,
301 y 376), del Reglamento de Insumos para la Salud4 (artículos 38, 82,
83, 190 bis-3, 190 bis-4 y 190 bis-6), de las Normas Oficiales Mexicanas
(NOM-001-SSA1-2010, NOM-240-SSA1-2012, NOM-241-SSA1-2012 y NOM-
137-SSA1-2008) y del Suplemento para Dispositivos Médicos de la
Farmacopea de los Estados Unidos Mexicanos (FEUM)5.
Por mencionar un ejemplo, en 2008 se publicó la actualización de
la NOM-137-SSA1-2008 que regula el etiquetado de dispositivos médi-
cos en territorio nacional6. El etiquetado constituye un elemento muy
importante en todas las fases del ciclo de vida de los dispositivos mé-
dicos. Específicamente en lo que concierne a tecnovigilancia, los pro-
fesionales de la salud que conocen la etiqueta de un dispositivo y su
manual de operación comprenderán, en consecuencia, los factores
que pueden conducir a que se cometa un error durante su uso. Enten-
derán también su funcionalidad y podrán con ello determinar si cumplen
el propósito para el que fueron diseñados o no. Por lo tanto, el etique-
tado es un fundamento esencial en la gestión de actividades de vigi-
lancia de los dispositivos médicos en la práctica clínica.
Leer, conocer y comprender las etiquetas de los dispositivos facilita
también la gestión de riesgos por parte de las instituciones y profesio-
nales de salud, cuando, por ejemplo, los organismos internacionales
citados anteriormente emiten avisos de retiro de producto o recalls.
Dado que puede tratarse de lotes o series de dispositivos que no ne-
cesariamente tenemos en México o en una institución de salud en
particular, hay que ser cautelosos al interpretar, comunicar y aplicar
localmente esos recalls.
Los dispositivos médicos que no son electrónicos (por ejemplo,
los desechables) se identifican por un número de lote y de lista,
y todos los dispositivos que son electrónicos y que regularmente no
son desechables se identifican por un número de serie y un número de
lista. En la etiqueta se encuentra esta información. Por consiguiente,
un recall que publica la FDA se referirá siempre a un número de serie/

24 0 Escuela de Ciencias
lote específico de un determinado dispositivo que se comercializa en
Estados Unidos, de modo que en otros países tendrá que validarse
cada recall verificando el número de serie o de lista para ver si corres-
ponde con lo que en efecto se tiene en la institución, consultorio o
farmacia de ese país.
Otro importante eslabón en la homologación internacional del
marco regulatorio mexicano para dispositivos médicos ha sido sin
duda la NOM-240-SSA1-2012, emitida con el objetivo de garantizar que
los dispositivos médicos comercializados en México funcionen de ma-
nera indicada conforme a la intención de uso del fabricante y, en caso
contrario, se tomen acciones para corregir y/o disminuir la probabili-
dad de recurrencia de los incidentes adversos2. Esta norma, junto con
el suplemento de dispositivos médicos de la FEUM5, provee de defini-
ciones, clasificaciones y criterios alineados con los del instituto ECRI,
de la FDA y del IMDRF, entre otros; además, proporciona el marco
conceptual necesario para que todas estas iniciativas cumplan con
su cometido de proteger la salud y la seguridad de los usuarios de dis-
positivos médicos.

Marco conceptual en
tecnovigilancia

Según la NOM-240-SSA1-20122 y el suplemento de dispositivos médicos


de la FEUM5, un dispositivo médico es cualquier sustancia, mezcla de
sustancias, agente de diagnóstico, producto o material implantable,
aparato, utensilio, instrumento, máquina (incluyendo el programa
de informática —software— necesario para su apropiado uso o apli-
cación), empleado en seres humanos solo o en combinación, directa
o indirectamente, en el diagnóstico, monitoreo o prevención de enfer-
medades o lesiones o como auxiliar en su tratamiento. Otras finalidades
de uso incluidas son: la sustitución, modificación o apoyo de la anatomía
o de un proceso fisiológico; como soporte de vida; control de la con-
cepción; desinfección de dispositivos médicos; sustancias desinfec-

Universidad de las Américas Puebla 2 41


tantes; provisión de información mediante un examen in vitro de mues-
tras extraídas del cuerpo humano, con fines diagnósticos; dispositivos
que incorporan tejidos de origen animal y/o humano, y dispositivos
empleados en fertilización in vitro y tecnologías de reproducción
asistida.
Los dispositivos médicos se clasifican, según su riesgo y para efec-
tos de obtención del registro sanitario, en tres clases (I, II y III), y según
su función y finalidad de uso, en seis categorías definidas en el ar-
tículo 262 de la Ley General de Salud (equipo médico; prótesis, órtesis
y ayudas funcionales; agentes de diagnóstico; insumos de uso odonto-
lógico; materiales quirúrgicos y de curación, y productos higiénicos).
Asimismo, existen otras formas de clasificación, por ejemplo, para
establecer el nivel de riesgo de los dispositivos con base en su grado
de invasividad (implantable, activo, activo para diagnóstico, terapéu-
tico, invasivo e invasivo de tipo quirúrgico); o para referir el tiempo de
permanencia o contacto del dispositivo médico con el cuerpo humano
(uso pasajero, a corto plazo o uso prolongado).
Cada taxonomía tiene funciones específicas y en conjunto facili-
tan la elaboración de estrategias de gestión de riesgos dependiendo de
si se trata de los titulares del registro sanitario, de los establecimientos
de venta y distribución, de las unidades de tecnovigilancia hospitala-
rias o de los profesionales de la salud.
La tabla 6.1 muestra las tres clases definidas con base en el riesgo
y algunos ejemplos.

242 Escuela de Ciencias


Tabla 6.1. Clases y ejemplos de dispositivos médicos4,5,7.
Clase y sus
Ejemplos
características
• Bolsas recolectoras de • Fresas dentales • Sistemas para
orina • Productos para enema la investigación
• Pañales para • Prótesis dentales genómica
incontinencia extraíbles por el • Kits para la medición
Clase I
• Collares cervicales paciente de analitos en suero
Dispositivos
• Medias elásticas • Lámpara ultravioleta u orina
conocidos en la
• Camas de hospital para problemas • Analizadores
práctica médica
• Sillas de ruedas dermatológicos automatizados de
cuya seguridad y
• Sillones dentales • Reactivos para pruebas tiras reactivas de orina
eficacia se encuentra
• Estetoscopios de embarazo • Desinfectantes de
comprobada.
• Termómetros • Reactivos serológicos instrumental médico
Generalmente no
• Gel conductor para • Pruebas inmunológicas • Productos anticaspa
se introducen ni
ultrasonido • Sueros control • Pastas dentales
permanecen en el
• Electrodos no invasivos • Discos para • Enjuagues bucales
organismo.
• Apósitos para heridas susceptibilidad • Soluciones dentales
• Material de impresión antimicrobiana blanqueadoras
dental • Jabones
antibacteriales
• Bolsas para • Jeringas para bombas • Monitores cardiacos
almacenamiento de de infusión • Equipos de
sangre • Guantes quirúrgicos ultrasonido
• Bolsas para recolección • Apósitos como • Equipos para
y desecho de residuos sustitutos temporales tomografía
Clase II
peligrosos biológico de la piel • Electrocardiógrafos
Dispositivos conocidos
infecciosos • Prótesis dentales fijas • Colposcopios
en la práctica médica
• Productos utilizados • Tubos de traqueotomía • Plumas de insulina
que pueden tener
para canalizar • Catéteres de succión • Dispositivos con
variaciones en el
• Circuitos para • Lentes de contacto fines anticonceptivos
material con el que
inhalación de anestesia • Sondas urológicas como preservativos y
están elaborados o
• Productos para • Stents diafragmas
en su concentración.
transfusión • Agujas de sutura • Soluciones para lentes
Generalmente
• Productos para • Lancetas de contacto
se introducen
almacenamiento o • Bisturís de un solo uso • Esterilizadores de
en el organismo
transporte de órganos • Grapas dispositivos médicos
permaneciendo
para trasplantes • Aleaciones dentales • Agentes de
menos de 30 días.
• Productos para el • Puentes y coronas diagnóstico para
almacenamiento dentales determinación de
prolongado de esperma VIH-SIDA, hepatitis C y
o embriones humanos hepatitis B

Universidad de las Américas Puebla 2 43


Tabla 6.1. Clases y ejemplos de dispositivos médicos4,5,7.
Clase y sus
Ejemplos
características
• Apósitos para • Clavos • Desfibriladores
quemaduras graves, • Lentes intraoculares externos
áreas extensas o para • Injertos vasculares • Equipos de rayos X
úlceras graves de periféricos • Unidades
Clase III
decúbito • Cementos óseos electroquirúrgicas
Dispositivos nuevos
• Catéteres • Implantes • Monitores de apnea
o recientemente
cardiovasculares maxilofaciales • Sistemas de vigilancia
aceptados en la
• Angioplastia • Respiradores para cuidados
práctica médica,
• Stents medicados • Incubadoras para recién intensivos
o bien que se
• Tomografía nacidos • Bombas de infusión
introducen al
computarizada • Mantas eléctricas para • Equipos de diálisis
organismo y
• Implantes sintéticos pacientes inconscientes • Productos para la
permanecen en éste
absorbibles • Válvulas cardiacas anticoncepción que
por más de 30 días.
• Bombas de insulina • Electrodos SNC sean implantables
implantables • Láser quirúrgico o invasivos de uso
• Marcapasos prolongado
• Prótesis

Recientemente, una subclasificación de los dispositivos de clase I


está representada por los productos clase I-Bajo riesgo como: cubre-
bocas, batas quirúrgicas, cubrezapatos, pinzas para obturar el cordón
umbilical de los recién nacidos, elásticos (ligas) para ortodoncia, algo-
dón desechable plisado y en torundas, sujetadores de tubo endotra-
queal con correa, soportes ajustables para rodilla, entre otros8.
Al igual que con los medicamentos, la triada eficacia, seguridad y
calidad debe prevalecer en todo dispositivo médico que desee regis-
trarse y comercializarse. En particular con dispositivos es muy impor-
tante reportar los incidentes de calidad al fabricante o al proveedor
ya que esto permite que las empresas realicen acciones correctivas
de campo y/o emitan recalls voluntarios. Por ejemplo, cuando el sis-
tema de calidad del fabricante recibe un reporte de un producto que
no ha estado en contacto con los pacientes y la investigación arroja
fallas puntuales en el proceso de producción, este reporte será iden-
tificado en el apartado de calidad como una queja. Lo anterior desen-
cadena acciones correctivas internas, acciones correctivas de seguridad
de campo y eventualmente un retiro voluntario del mercado, ya que el

24 4 Escuela de Ciencias
principal objetivo es la mejora continua y la prevención de riesgos. Los
profesionales de la salud, por lo tanto, juegan un papel muy relevante
al notificar los problemas de calidad al fabricante pues facilitan estas
estrategias de prevención de riesgos en beneficio de todos. Para ello
habrán de conocer las características de los dispositivos adquiridos
en el hospital o consultorio (etiquetado) y vincularse con el área bio-
médica de su institución (si aplica) y/o directamente con el fabricante
o proveedor de los dispositivos en cuestión. Se requiere sin duda un
cierto grado de capacitación del profesional de salud para reportar in-
cidentes de calidad y documentarlos; pero una vez librado este reto, su
involucramiento permitirá que todos los interesados inicien acciones y
tomen decisiones a favor de la seguridad de los usuarios que eventual-
mente se expondrán al dispositivo implicado.
Por otra parte, cuando ocurre un incidente adverso, previsto o
imprevisto, tras el uso correcto y en apego a las recomendaciones del
fabricante, procede la notificación a la autoridad sanitaria. El aconte-
cimiento tendrá que demostrar una relación causal contundente con
el uso del dispositivo médico, ya sea por un mal funcionamiento o por
alteraciones en sus características, y habrá causado la muerte o el de-
terioro grave de la salud del usuario, o bien, esto no habrá pasado
gracias a que un usuario intervino oportunamente.
La tecnovigilancia es el conjunto de actividades destinadas a vigi-
lar la seguridad de los dispositivos médicos. Su objetivo es prevenir y
minimizar los riesgos a través de la identificación y evaluación de
incidentes adversos producidos por los dispositivos. Mediante su no-
tificación, registro y evaluación sistemática, permite determinar los
factores de riesgo asociados, así como la frecuencia y gravedad de
los incidentes adversos reportados. Se trata de una actividad compar-
tida entre la autoridad, el fabricante y el usuario.
En México se cuenta con la NOM-240-SSA1-2012, Instalación y
operación de la tecnovigilancia, la cual sentó las bases para su im-
plementación y la regula actualmente2. Desde 2017 se autorizó el ini-
cio de los trabajos para su revisión y modificación por lo que se espera
que contemos con una NOM-240 actualizada en 2019. Uno de los pro-
bables cambios es la sustitución del término incidente adverso por el

Universidad de las Américas Puebla 2 45


de evento adverso, para continuar consolidando la convergencia regu-
latoria con agencias internacionales. Asimismo, se prevén cambios en
los tiempos de notificación en concordancia con los criterios para el
reporte, por lo que habrá que estar pendientes.
El Centro Nacional de Farmacovigilancia (CNFV) es el responsa-
ble de proponer y organizar las políticas, programas y procedimientos
en materia de tecnovigilancia en el territorio nacional, así como de
gestionar los reportes de tecnovigilancia y comunicarse al respecto
con todos los actores involucrados, incluidas las autoridades estata-
les competentes.
Dado que los incidentes adversos son daños reales o potenciales
no intencionados, derivados del uso de dispositivos médicos, los crite-
rios para su notificación al CNFV nos permiten también inferir los tiem-
pos en los que habrá que reportarlos. La NOM-240-SSA1-2012 establece
que si un incidente cumple con tres criterios específicos, se conside-
rará incidente adverso y se tendrá que notificar al CNFV (ver tabla 6.2).
El empleo de estos criterios presupone que hubo un paciente o usuario
expuesto al dispositivo e involucrado en el incidente.
Un ejemplo de aplicación de los criterios de notificación sería el
caso de un medidor de glucosa portátil que da falsos positivos o falsos
negativos («primer criterio»); el dispositivo no dañará directamente ni
al usuario ni al paciente, pero se tiene que reportar al fabricante para
prevenir los riesgos que puede conllevar en el futuro y a otros usuarios.

246 Escuela de Ciencias


Tabla 6.2. Criterios para la notificación y no notificación de incidentes a la autoridad
sanitaria2.
Mal funcionamiento o deterioro (usándose según
instrucciones)
Imprevisto
El titular del registro Inexactitud o imprecisión de etiquetado,
sanitario recibe instrucciones o material de promoción
Primer criterio información sobre un
Incidentes por condiciones del paciente
incidente ocurrido con
(idiosincrasia)
su dispositivo en México
Interacciones con otros productos o sustancias
Falsos negativos o positivos
Incidentes adversos previstos
Evidencia de incidentes adversos anteriores
El incidente tiene
Incremento en la tendencia de incidentes
Segundo criterio una relación con el
dispositivo Incremento en frecuencia de incidentes que se
conviertan en una alarma
Muerte o deterioro grave de la salud

El efecto presentado podría provocar muerte o


deterioro grave de la salud si se vuelve a presentar
Amenaza para la salud pública

Incidentes con efectos Daño o muerte fetal, anomalías congénitas o


Tercer criterio
graves defectos de nacimiento

Incidentes que provoquen retiro del mercado del


dispositivo médico o instrucciones de devolución

No ocurrió muerte o deterioro grave de la salud


gracias a la intervención oportuna de un usuario
El dispositivo se encontraba descompuesto o deteriorado previo a su uso
El dispositivo médico se encontraba caduco
Cuándo no notificar
El sistema de alarma contra fallas del dispositivo médico funcionó
un incidente a la
correctamente
autoridad sanitaria

Incidentes por uso anormal o fuera de especificaciones

Universidad de las Américas Puebla 2 47


Conforme a los criterios presentados en la tabla 6.2 es pertinente
que los profesionales de la salud, ya sea desde su práctica privada o a
través de la unidad de tecnovigilancia de una institución de salud, rea-
licen la notificación inicial de los incidentes adversos a la autoridad
sanitaria con copia al fabricante, titular del registro, representante
legal en México, distribuidor o proveedor del dispositivo. En particu-
lar los fabricantes o proveedores tienden a retroalimentar el reporte
de manera rápida y durante la investigación de campo, el profesional de
la salud puede apoyarse en ellos para la implementación de acciones
que permitan la prevención oportuna de riesgos futuros. Por ejemplo,
en el rubro de incidentes que no se notifican a la autoridad se encuen-
tran los originados por un error de uso del dispositivo. En este caso
el incidente debe comunicarse internamente (por ejemplo, hospital,
centro de investigación, otros colegas usuarios, etcétera) y/o al fabri-
cante o proveedor para contemplar la necesidad de capacitaciones u
otro tipo de estrategias que favorezcan el conocimiento y uso correcto
del dispositivo. Desde la filosofía de atención centrada en el paciente,
los errores de uso como condicionantes de un incidente con un dis-
positivo médico, reportables a la autoridad o no (de acuerdo con la
regulación actual), pueden tener un fuerte impacto en el paciente y,
como factor de riesgo, tendrán que eliminarse o minimizarse en la me-
dida de lo posible. Esto nos conduce a la reflexión de que el trabajo en
equipo entre médicos, personal de enfermería, farmacéuticos, biomé-
dicos y técnicos es clave para el éxito de la tecnovigilancia. En última
instancia, la tecnovigilancia es una actividad centrada en el paciente,
no en la burocracia.
En cuanto a la normatividad mexicana actual, existe un periodo
de notificación una vez que se tuvo conocimiento de un caso. La figura
6.1 muestra dichos periodos de tiempo a partir de que se detectó o in-
formó el incidente y con respecto a su gravedad. Es importante resaltar
que estos tiempos presumen que se ha establecido el vínculo entre el
dispositivo y el incidente.

24 8 Escuela de Ciencias
2 días <10 días <30 días

Amenaza grave de Muerte o deterioro


salud grave Otros incidentes

Figura 6.1
Tiempo de notificación de incidentes adversos de dispositivos médicos
(en días hábiles)2.

Proceso de notificación: ¿quién?,


¿qué?, ¿cómo?

En la aplicación de la tecnovigilancia se ven involucrados diversos ac-


tores: la agencia regulatoria y sus dependencias, el productor o dis-
tribuidor, las instituciones de salud, los profesionales asistenciales,
técnicos y biomédicos, el área usuaria y los pacientes. Debe existir una
corresponsabilidad en la gestión adecuada de la vigilancia de las
tecnologías de la salud. En la tabla 6.3 se concentran de forma resu-
mida las responsabilidades de los principales ejecutantes en relación
con la práctica de la tecnovigilancia y los recursos necesarios o deseables
para cumplir con cada responsabilidad.

Universidad de las Américas Puebla 2 49


Tabla 6.3. Responsabilidades y actividades en tecnovigilancia2, 9, 10.
¿Quién? ¿Qué? ¿Cómo?
Registro del análisis de riesgo
Contar con evidencia documental durante la fase de diseño y la etapa
del riesgo de uso del dispositivo de desarrollo del dispositivo
médico Instructivos o manuales con
incidentes adversos previstos
Productor
Estimar la frecuencia del
incidente adverso y conservar la
Notificar al CNFV incrementos de
documentación y datos por cinco
tendencias de incidentes adversos
años o un año después de vida útil
del producto

Contar con un profesional del área


de química, medicina, farmacia e
ingeniería biomédica

Centros estatales Contar con una unidad/


e institucionales, responsable de tecnovigilancia PNO: recepción, registro, notificación
productor, usuario, e investigación de incidentes,
instituciones del validación de datos verificando las
Sistema Nacional de fuentes y detección de duplicidad en
Salud la notificación

Llenado de formatos de notificación


de incidentes adversos directamente
Notificar incidentes adversos
al CNFV con copia a titular de registro
sanitario
Creación de normas y sus
Proponer políticas, programas y actualizaciones
procedimientos en tecnovigilancia Procuración y difusión de las mejores
CNFV prácticas
Solicitar reportes
Mantener comunicación con
Informar sobre notificaciones que el
titulares de registro sanitario
área usuaria realice directamente

Procedimientos normalizados de operación (PNO), Centro Nacional de Farmacovigilancia (CNFV)

Expresamente en lo que respecta a las instituciones de salud que


es donde se emplean dispositivos médicos en mayor volumen, así
como aquellos clasificados en un más alto nivel de riesgo para los

25 0 Escuela de Ciencias
pacientes, impera la necesidad de sistemas de tecnovigilancia bien or-
ganizados, eficientes y colaborativos para los usuarios o incluso para
la salud pública. De inicio es impensable concebir una unidad de tec-
novigilancia que no trabaje hombro con hombro con la unidad de
farmacovigilancia, o incluso que, con el afán de optimizar recursos,
constituyan una misma área o departamento. Esta sinergia puede
fomentar el crecimiento exponencial de ambas actividades, así como
de la cultura de seguridad en una institución.
Un modelo para hospitales, que proponen los autores de este ca-
pítulo, es aquel donde el servicio de tecnovigilancia forma parte de los
servicios farmacéuticos hospitalarios y, por lo tanto, se encarga de la
gestión, centrada en el paciente, de todos los incidentes adversos,
desde su detección y análisis, hasta su notificación, comunicación y
prevención. Por su parte, y colaborando siempre con el servicio de
tecnovigilancia, el área biomédica aprovecharía la pericia de su per-
sonal para gestionar todo lo relacionado con la calidad de los dispositivos
médicos que se adquieren y utilizan en la institución, incluyendo la
gestión, centrada en el producto, de los incidentes de calidad. De este
modo la clínica y la tecnología pueden confluir hacia la prevención de
los riesgos de los dispositivos y hacia una mayor seguridad para usua-
rios y pacientes.
La constitución formal de un servicio o unidad de tecnovigilancia
en un hospital debe ir más allá de nombrar un responsable y dar aviso
a las autoridades. El inicio de actividades debe contemplar los siguien-
tes elementos:
• Implementar procedimientos estándar de operación.
• Procurar el apego a todas las políticas y normas aplicables.
• Conformar un equipo de trabajo con roles y responsabilidades
bien definidos.
• Dar soporte, organizar y capacitar a los profesionales de la sa-
lud del hospital.
• Fomentar la comunicación efectiva con los profesionales de la
salud, pacientes y directivos.
• Monitorear incidentes adversos de todos los dispositivos que
se usan en el hospital.

Universidad de las Américas Puebla 2 51


• Evaluar la seguridad de familias de dispositivos médicos.
• Evaluar los reportes individuales relacionados con la seguri-
dad de algún dispositivo.
• Participar en la formación y actualización de recursos humanos
en tecnovigilancia.
• Monitorear las actividades nacionales e internacionales en
materia de tecnovigilancia.
• Vincularse con los fabricantes o distribuidores para fines de
tecnovigilancia.
• Proponer el conjunto de indicadores de calidad que permi-
tirán la evaluación y la mejora continua de las actividades de
tecnovigilancia en el hospital.

En consecuencia, las responsabilidades de la unidad de tecnovi-


gilancia comprenderán:

• Recibir y revisar la información de los reportes de eventos ad-


versos (EA) y/o incidentes adversos (IA)
• Determinar la seriedad de los EA/IA
• Determinar la reportabilidad a la agencia regulatoria
• Notificar a la agencia regulatoria
• Notificar al laboratorio productor
• Notificar al área de calidad del hospital
• Generar una base de datos (gestión de riesgo)
• Mantener y actualizar el archivo

Como parte de la gestión de los reportes será importante que se


obtenga la siguiente información una vez que la unidad de tecnovigi-
lancia se entera de un EA y/o IA:

• Descripción completa
• Marca, modelo, número de serie y lote (si aplica)
• Nombre del fabricante
• Número de muestras implicadas
• Desenlace

252 Escuela de Ciencias


Finalmente, la unidad de tecnovigilancia deberá coordinarse con
otras áreas para:

• Promover que se cuenta con el servicio de tecnovigilancia.


• Definir y velar por el cumplimiento de una misión y visión.
• Establecer y comunicar los puntos de contacto a todos los po-
sibles interesados.
• Entrenar a los profesionales de la salud.
• Proporcionar valor agregado a la atención sanitaria.
• Garantizar en todo momento la seguridad del paciente, operador
y/o usuario frente al uso de dispositivos médicos.

Se recomienda al lector revisar los trabajos publicados en Mé-


xico que han propuesto modelos de gestión para las unidades de far-
macovigilancia hospitalarias11, 12 y que, por su pertinencia, han sido
referenciados en la guía para centros institucionales y unidades de
farmacovigilancia13 como parte del conjunto de guías derivadas de la
NOM-220-SSA1-2016 (publicada en el Diario Oficial de la Federación el
19 de julio de 2017, en vigor a partir del 15 de enero de 2018). Estas pu-
blicaciones pueden servir de base para el desarrollo de propuestas
para la conformación de un sistema de gestión de la calidad que so-
porte e impulse las actividades de tecnovigilancia en una institución
hospitalaria.

Tecnovigilancia en la práctica
La información disponible sobre eventos adversos y riesgos asociados
a dispositivos médicos es muy variada. Por ejemplo, en población pe-
diátrica, un estudio realizado por el CDRH de la FDA en 2010, encontró
que el 31% de los eventos adversos por dispositivos médicos se rela-
cionaba con aplicaciones oftálmicas (ulceraciones y laceraciones por
lentes de contacto, entre otros) y el 13% con medicina física y rehabi-
litación (laceraciones y contusiones por sillas de ruedas, caminadoras,

Universidad de las Américas Puebla 2 53


etc.). La mayoría de los dispositivos médicos causantes de ingreso a
urgencias fueron de clase II (riesgo moderado)14.
La FDA cuenta con varias bases de datos de reportes, alertas y re-
calls de dispositivos médicos que se pueden consultar desde su sitio
en línea bajo la sección Medical Device Databases. Se encuentra por
ejemplo la base de datos MAUDE (Manufacturer and User Facility De-
vice Experience) o de experiencias de fabricantes y usuarios de dispo-
sitivos médicos que se actualiza semanalmente con todos los reportes
de dispositivos enviados a la FDA tanto por notificadores obligados a
hacerlo (por ejemplo, fabricantes, importadores, instituciones donde
se usen dispositivos) como por notificadores voluntarios (profesiona-
les de la salud, pacientes y consumidores). MAUDE permite búsquedas
por tipo de dispositivo, tipo de problema que se presentó, desenlace
del evento, nombre comercial, fabricante o número de modelo, entre
otros15. Gupta et al. la emplearon para analizar los eventos adversos
reportados con el sistema quirúrgico Da Vinci entre 2009 y 2012, pe-
riodo en el que se realizaron más de un millón de procedimientos con
este robot. En MAUDE se encontraron reportados 2,837 eventos adver-
sos de los cuales el 3% fueron letales, el 4% severos y el 75% leves,
y donde los procedimientos urológicos se asociaron con eventos más
graves que los ginecológicos u otros16. Aunque en este estudio predo-
minaron los reportes de eventos adversos leves, las complicaciones
posquirúrgicas que han sufrido varios pacientes que fueron interve-
nidos con este robot, se han expuesto recientemente a través de tes-
timonios en documentales de televisión por internet debido a las
irreversibles secuelas que les han ocasionado. De los últimos repor-
tes encontrados en MAUDE está el de junio de 2018 cuando el sistema
quirúrgico presentó malfuncionamiento durante una nefrectomía. El
robot emitió una alarma de falla y se apagó durante una parte crítica
del procedimiento mientras el paciente sangraba. Al poco tiempo se
reinició solo sin intervención por parte del personal, quienes llama-
ron a soporte técnico del fabricante para que verificara remotamente
el sistema, evitándose el daño para el paciente17.
Otra base de datos de interés auspiciada por la FDA es Medical
Device Recalls, donde se publican los retiros de dispositivos del mer-

254 Escuela de Ciencias


cado cada vez que es necesario. También permite búsquedas por nom-
bre del dispositivo, del fabricante, fecha, razón del retiro, tipo de causa
raíz o clase de retiro. Existen tres clases de retiro según su grado de
riesgo. Un retiro clase I es el de mayor seriedad al involucrar situa-
ciones en donde hay una probabilidad razonable de causar muerte o
efectos graves a la salud. Por ejemplo, con fecha 14 de septiembre de
2018 se publicaron retiros clase I para 21 diferentes kits de diagnóstico
inmunohistoquímico de una misma empresa, por problemas con los
dispensadores del reactivo de peroxidasa18.
En lo que respecta a otros riesgos con dispositivos médicos, en
México, durante el 2013, gracias a dos operativos en bodegas de la Ciu-
dad de México y Jalisco, se lograron asegurar por parte de la COFEPRIS
1.2 millones de dispositivos que no cumplían con normatividad o que
no contaban con registro sanitario. En su mayoría eran guantes, pa-
quetes de laparoscopía, catéteres, bisturís eléctricos, perillas estériles
para nariz, etcétera19. Para el mes de mayo de 2018, la COFEPRIS reportó
haber decomisado 10.1 millones de dispositivos médicos irregulares20.
Como es posible apreciar desde diversas perspectivas, la evalua-
ción y la gestión de riesgos de dispositivos médicos toman una
importancia relevante en la preservación de la seguridad y salud de
la población. Asimismo, en la búsqueda de un sistema de salud costo-
efectivo y sustentable, la prevención de lesiones debidas a las tecnologías
sanitarias se torna cada día más necesaria.
Para el reporte de incidentes adversos por el uso de dispositivos
médicos en México, existen cuatro formatos de notificación: el de
los titulares del registro sanitario, de los profesionales de la salud, el
de los usuarios y/o pacientes y el formato para la investigación clínica.
Éstos se encuentran disponibles para su descarga a partir de la página
en línea de la COFEPRIS, así como las guías correspondientes21.
En la práctica es recomendable, sobre todo, para los hospitales
diseñar un formato práctico y a la medida de las necesidades y de los
procesos de la institución, a partir del cual los datos recolectados per-
mitan cumplir con lo que exige la normatividad, pero también iniciar
acciones de gestión de riesgos conforme a los procedimientos inter-
nos. El formato institucional puede ser más simple o más enriquecido

Universidad de las Américas Puebla 2 55


que el oficial, lo importante es que cumpla su función y facilite las ac-
tividades de tecnovigilancia de manera eficiente. De igual forma, el
fabricante o proveedor pueden contar con un formato de notificación
de incidentes para utilizar en su investigación de campo que servirá
para la elaboración de todos los reportes posteriores.
A continuación se ilustra, con un estudio de caso (ver cuadro 6.1),
el llenado de un ejemplo de formato de tecnovigilancia de un hospital
(ver cuadro 6.2) y el de un titular de registro sanitario (ver cuadro 6.3).
Este ejemplo presenta un incidente con un sistema cerrado de transfe-
rencia de medicamentos, el cual es un dispositivo médico que brinda
una barrera física entre el personal que prepara mezclas intravenosas
y el medicamento. Este tipo de dispositivos evitan la salida de aero-
soles y líquidos de los viales mientras se lleva a cabo la dilución de los
medicamentos. Se usan de manera frecuente en salas de quimioterapia
por farmacéuticos o personal de enfermería.

Una mañana en el Hospital de Especialidades, la farmacéutica de turno se encontraba en


la central de mezclas preparando las soluciones necesarias para el siguiente paciente. La
mezcla a preparar era del fármaco busulfán. Las indicaciones del médico fueron realizar
una dilución de 9.3 ml con 93.3 ml de solución salina al 0.9% para un paciente de 70 kg.
Después de preparar los materiales necesarios para la dilución, la farmacéutica examinó
el dispositivo cerrado a utilizar. El dispositivo se encontraba debidamente empacado
sin evidencias de rompimiento ni alteración de sus condiciones estériles. Procedió
a embonar la parte correspondiente a la jeringa y la otra al vial del medicamento.
Llevó a cabo este procedimiento según las instrucciones. Recientemente había sido
certificada en el llenado aséptico y evaluada en su técnica de preparación con calificación
aprobatoria. Previamente había evaluado también las compatibilidades y estabilidades
de la solución a preparar.
Cuando estaba preparando la dilución, notó que la boquilla del dispositivo
embonada al vial se estaba desintegrando. El plástico con el cual estaba hecho se
presentaba blando.
De inmediato se percató de que debía notificar el incidente adverso del dispositivo
que acababa de usar. Paró el proceso y se decidió a actuar. Tenía pegada en su bitácora
el número de extensión de la Unidad de Farmacovigilancia y Tecnovigilancia (UFT) del
hospital. La farmacéutica preparadora marcó a la UFT y el responsable de la unidad acudió
a la central de mezclas para comenzar a recabar la información necesaria en el formato
del hospital diseñado para tal actividad (ver cuadro 6.2).

256 Escuela de Ciencias


Después de llenar su formato de reporte, el responsable de la UFT marcó
inmediatamente al laboratorio productor. La fuerza de ventas del laboratorio fabricante
de ese dispositivo médico le había proporcionado un número y correo electrónico de
contacto para reportar cualquier incidente con su producto.
Al otro lado del teléfono respondió una voz: «Buenos días, se está comunicando con
el área de Farmacovigilancia de ZVA, ¿necesita levantar un reporte de incidente de alguno
de nuestros dispositivos?».
Una vez notificado el caso, la coordinadora de farmacovigilancia de la empresa ZVA
agendó una visita de campo en el hospital. Ella sabía que tenía máximo treinta días para
levantar el reporte, sin embargo, la política de ZVA marcaba que debían tener levantado
cada reporte con un plazo no mayor a dos días. Al día siguiente, visitó el hospital.
En entrevista con el responsable de la UFT, la coordinadora de farmacovigilancia de la
empresa procedió a completar la información en su formato de reporte (ver cuadro 6.3).
La coordinadora de farmacovigilancia solicitó retirar el dispositivo médico usado
con el fin de llevar a cabo estudios de calidad y estabilidad en las instalaciones de ZVA. Se
agendó una segunda visita de seguimiento. ZVA llevará a cabo el reporte a las autoridades
sanitarias correspondientes.

Cuadro 6.1
Descripción de un caso de incidente adverso de un dispositivo médico
y del trabajo colaborativo entre los actores involucrados en el evento y
en su reporte.

Sección I. Datos acerca


Número de reporte: DM2018-01
del incidente
1.- ¿Qué tipo de problema fue detectado? (seleccione las opciones que apliquen)
Sucedió un daño o lesión
Un producto se usó de forma incorrecta lo cual conllevó o
aumentó la probabilidad de un daño o lesión
Se detectó un defecto en la calidad del producto
2.- ¿Qué incidente se observó?
Hospitalización
Requirió apoyo para prevenir un daño permanente
Discapacidad o daño permanente
Defecto de nacimiento
Riesgo a la vida
Muerte Fecha:
Otros (describa): Desintegración del material del dispositivo
médico

Universidad de las Américas Puebla 2 57


3.- Describa el incidente y cómo sucedió
El dispositivo médico presentó degradación al llevar a cabo una mezcla de solución salina
al 0.9% con BUSULFÁN. Se pudo presentar riesgo a la vida del paciente y riesgo de efectos
graves por exposición al BUSULFÁN por parte del personal preparador.

Sección II. Datos del dispositivo médico


1.- Nombre del dispositivo médico
Jeridaptor
2.- Nombre de la compañía que lo produce
ZVA Israel
3.- Otra información de identificación (lote, modelo, serie, catálogo, fecha de caducidad,
etc).
Lote: 01887345, Fecha de caducidad: 03/2019
4.- ¿Estaba operando alguien el dispositivo médico cuando ocurrió la falla o problema?
Sí. Describa: Profesional de salud
No
5.- ¿Se contactó al fabricante?
Sí. Fecha: 12/02/2018
No
6.- ¿Se provee
estéril el Sí No
dispositivo?
7.- ¿Es
reutilizable
Sí No
el dispositivo
médico?

Cuadro 6.2
Ejemplo de formato de reporte de incidente adverso del área de
tecnovigilancia de un hospital22, 23, 24.

258 Escuela de Ciencias


Sección 1. NOTIFICACIÓN DEL INCIDENTE
Notificación Notificación para Notificación
Número de reporte ZVA-2018-0123
inicial seguimiento final
Número
Fecha de
de registro MX12093476 Fecha de notificación 12/02/2018 12/02/2018
aviso
sanitario
Sección 2. TITULAR DEL REGISTRO SANITARIO, DISTRIBUIDOR Y COMERCIALIZADOR
Titular del
registro Fabricante Distribuidor Comercializador
sanitario
ZVA Israel ZMP
Nacional Extrajero Nombre RFC
SA 2012983UNK
Sección 3. DATOS DEL OPERADOR DEL DISPOSITIVO MÉDICO
Enfermera Médico Paciente Otro Farmacéutico
Sección 4. INCIDENTE ADVERSO
Dirección del incidente adverso:
Árbol de fuego, 313, Coyoacán, Ciudad de México.
¿En dónde ocurrió el incidente?
Servicio
Nombre Hospital de especialidades Sector Privado
médico
Casa
Trabajo
Vía pública

Universidad de las Américas Puebla


2 59
260
Ambulancia
Si se reportó un incidente previo al actual, indicar lo siguiente:
Fecha del primer incidente Número asignado de reporte
Describa el incidente adverso o lo más detalladamente posible

Escuela de Ciencias
Se reportó desintegración de la membrana del adaptador del vial y adaptador de jeringa al tener contacto con una solución de busulfán y solución salina al
0.9%. No se tiene un reporte de incompatibilidad para la dilución de estas sustancias con el dispositivo. La solución, medicamento y dispositivo contaban
con fecha de caducidad válida. No se observaron condiciones de mal uso del dispositivo. El hospital y equipo preparador fue certificado y capacitado en el
uso adecuado del dispositivo por parte de ZVA.
Sección 5. DISPOSITIVO MÉDICO
Sistema cerrado de
Marca Jeridaptor Denominación transferencia de Modelo MX018 Número de lote 1887345
medicamentos
Clase de dispositivo médico
I
II
III
Ubicación del dispositivo
Destruido En uso Desconocido Fuera de operación
Devuelto ¿A quién?
Sección 6. MEDIDAS TOMADAS
Prevención
Se solicitó dispositivo médico dañado para análisis por parte de área de calidad de ZVA. Se indicó la descontinuación de uso de los dispositivos bajo el
mismo lote y modelo hasta resultados de evaluación y reporte de seguimiento.
Corrección

Si este es un reporte de seguimiento indicar:


Avances de la investigación

Evaluación de riesgo
Si éste es un reporte final indicar:
Resultados

Conclusiones

Cuadro 6.3
Ejemplo de formato de reporte de incidentes de tecnovigilancia de un productor o titular del registro sanitario25.

Universidad de las Américas Puebla


2 61
Análisis de datos en tecnovigilancia
En la práctica de la tecnovigilancia resulta de utilidad el análisis de
tendencias y patrones estadísticos. Una vez que se cuenta con una
base de datos de reportes de incidentes adversos se pueden detectar
tendencias incrementales, las cuales ayudan a prevenir posibles
situaciones que pongan en riesgo la salud pública. Esta práctica es obli-
gatoria para el fabricante o titular del registro sanitario, sin embargo,
es muy recomendable también para las instituciones de salud. La de-
tección y monitorización de tendencias son procesos prioritarios que
facilitan la prevención de daños a pacientes y/o usuarios, así como
otro tipo de riesgos.
Un hospital que registra cada caso o incidente de los dispositivos
que en él se utilizan, después de un periodo de tiempo razonable, por
ejemplo, cinco años, ya cuenta con una serie de observaciones bas-
tante útil. Con base en esta información, podría ser de interés saber si
cierto valor (el número de incidentes, es decir la frecuencia) general-
mente incrementa o disminuye (está mejorando o empeorando). En
términos estadísticos, se desea determinar si la distribución de la pro-
babilidad de los datos ha cambiado a través del tiempo2, 26.
Cuando se encuentra un exceso en la cantidad de eventos adver-
sos en relación con lo que se tenía esperado, se ha identificado una
«señal de seguridad». El proceso mediante el cual se lleva a cabo este
análisis sistemático de la información mediante herramientas esta-
dísticas o matemáticas se llama data mining27. En este tipo de análisis
generalmente se compara la fracción de todos los reportes de cierto
evento para un dispositivo en particular (por ejemplo, cuántos repor-
tes de «desintegración por busulfán» de Jeridaptor existen) contra la
fracción de los reportes para el mismo evento para todos los disposi-
tivos de esa categoría (por ejemplo, cuántos reportes de «desintegra-
ción por Busulfán» de todos los sistemas cerrados de transferencia de
medicamentos).
La estadística generada mediante data mining cuantifica la des-
proporcionalidad entre los valores observados y esperados para cierta
combinación de producto-efecto. Esa estadística se compara contra

262 Escuela de Ciencias


cierto umbral elegido. Un exceso de eventos adversos se define ope-
racionalmente como cualquier combinación «producto-efecto» con
una estadística que excede el umbral especificado (superior al margen
de variación normal)27.
El cuadro 6.4 muestra un ejemplo de una gráfica de análisis de
tendencias. Los puntos negros son los incidentes reportados para
cierto dispositivo médico.

Frecuencia
de reportes

Umbral

Margen de
Frecuencia esperada
variación
normal

Año 1 Año 2 Año 3 Año 4

Cuadro 6.4
Construcción gráfica de un análisis de tendencias.

Resulta evidente, a partir de la gráfica, que en el año tres existe


una probable «señal de seguridad» ya que la frecuencia de reportes
fue superior al umbral establecido o fuera del margen de variación
normal.

Tecnovigilancia centrada en el
paciente

La tecnovigilancia se ha convertido en una necesidad mundial. Para


proteger la seguridad de los pacientes y usuarios en los puntos de asis-
tencia sanitaria, es importante que desde la selección y adquisición
de un dispositivo médico se determine su calidad verificando ciertos
elementos28:

Universidad de las Américas Puebla 2 63


• Que cuente con un registro sanitario otorgado por la autoridad
competente, COFEPRIS en el caso de México.
• Que dicho registro sanitario esté actualizado y, en caso de no
contar con la renovación, que exista un documento que de-
muestre que la renovación se ha solicitado.
• Que el producto, sus características y etiquetado, entre otros
aspectos, observen y cumplan las normas oficiales mexicanas
que correspondan.
• Que el etiquetado esté en español con los datos completos
del dispositivo y del fabricante o distribuidor.

Por otra parte, los profesionales de la salud requieren cada vez


más conocimientos mínimos en tecnología relacionada con el campo
de la salud, así como la capacidad de valorar su pertinencia, comple-
titud y precisión. Justo ahora en la era de la digitalización, la atención
personalizada y centrada en el paciente constituye el eje rector de la
evolución asistencial denominada «salud 4.0», donde la seguridad es
la única opción viable para lograr sistemas sanitarios sostenibles. Los
avances tecnológicos han empezado a desviar la atención hacia la
innovación más que hacia la seguridad de los usuarios y en ocasiones
comienzan a desplazar a los métodos de diagnóstico y monitoreo con-
vencionales pues se perciben como «más modernos» y, por lo tanto,
como «mejores».
Por ejemplo, las aplicaciones móviles en medicina han aumen-
tado considerablemente y representan tanto beneficios como riesgos
para la salud pública. La FDA lleva varios años definiendo una regula-
ción o al menos documentos guía o recomendaciones para este tipo
de herramientas informáticas. La gran mayoría de las aplicaciones no
entran en la categoría de dispositivos médicos de la FDA y, por lo tanto,
no son alcanzadas por la regulación relacionada. Las que sí están re-
guladas son aquellas que pretenden ser utilizadas como un accesorio
para un dispositivo médico regulado o transformar una plataforma
móvil en un dispositivo médico regulado29.
El principal criterio es la funcionalidad, ya que, en general, si una
aplicación está destinada para usarse con una función similar a la de

26 4 Escuela de Ciencias
un dispositivo médico (es decir, para diagnóstico de una enfermedad
u otras afecciones, o para la cura, mitigación, tratamiento o preven-
ción de una enfermedad) entonces es un dispositivo médico, inde-
pendientemente de la plataforma en la que se ejecuta. Por ejemplo,
las aplicaciones destinadas a ejecutarse en teléfonos inteligentes para
analizar e interpretar las ondas de un electrocardiograma y con ello
detectar irregularidades en la función cardiaca, se considerarían si-
milares al software de un electrocardiógrafo, el cual sí está regulado.
Asimismo, existen aplicaciones que usan parámetros específicos del
paciente para calcular la dosis o crear un plan de dosificación, por
ejemplo, para radioterapia; éstas también entran dentro de la regula-
ción para dispositivos médicos de la FDA.
Por el contrario, la FDA no contempla por el momento la regula-
ción de aplicaciones que ayudan a los pacientes a autogestionar su
enfermedad, a rastrear su información de salud, o a documentar o
comunicar posibles condiciones clínicas a su médico o a otros pro-
veedores de cuidados. De cualquier forma, es importante continuar
la discusión considerando que una gran parte de la población usa el
Internet como una opción al buscar información sobre aspectos
de salud. Las aplicaciones sobre cáncer de mama, por ejemplo, fue-
ron analizadas por Giunti et al., quienes encontraron que existen
alrededor de 600, la mayoría gratuitas y dirigidas a los pacientes para
concientizar así como para informar sobre la enfermedad y su trata-
miento, sin embargo, menos de una quinta parte cita las referencias
o material de origen ni declaran colaboraciones con personal médico
experto para su elaboración. Más aún, a pesar de que más de la mitad
de las aplicaciones promueven tratamientos, éstas no incluyen la re-
comendación de consultar con profesionales médicos30. 
Las tecnologías portátiles o en inglés, wearables, también están
marcando tendencia tanto en la investigación clínica como en la prác-
tica médica. Existen sensores que portan los pacientes de un estudio
clínico para detectar oportunamente problemas de seguridad o de
adherencia al tratamiento, que envían la información en tiempo real
al equipo investigador. Dado que facilitan la recolección continua de
una gran cantidad de datos para su posterior análisis, se presume que

Universidad de las Américas Puebla 2 65


estos dispositivos electrónicos mejorarán la velocidad y la eficiencia
de los ensayos clínicos31.
2018 ha sido —en particular— de gran auge para la innovación tec-
nológica en salud. La FDA aprobó numerosas aplicaciones y algoritmos
asociados, por ejemplo, a dispositivos portátiles32. Uno de ellos es un
reloj inteligente de reconocida marca que, por medio de luces LED in-
termitentes y fotosensores sensibles a la luz, detecta el flujo de sangre
a través de la muñeca y determina la frecuencia cardíaca y el ritmo;
más aún, el software del reloj permite que los ritmos cardíacos se aís-
len de otros ruidos y, con los datos que genera, un algoritmo basado
en inteligencia artificial es capaz de detectar un episodio de fibrila-
ción atrial de manera oportuna. Otro ejemplo de wearables son los
nuevos sensores para pacientes diabéticos, tanto adultos como pediá-
tricos, que se colocan en la parte superior del brazo y que controlan
automáticamente el suministro de insulina detectando en tiempo real
los niveles de glucosa. Estos monitores portátiles pueden asociarse a
una aplicación para el teléfono inteligente del usuario de modo que
le envían los datos de glucosa continuamente a través de Bluetooth
y el teléfono alerta al paciente cuando presenta niveles altos o bajos
de glucosa en sangre, al menos una hora antes de un evento de hipo
o hiperglucemia.
Aún con lo admirables que resultan estos novedosos dispositi-
vos, es importante no perder de vista la posibilidad de que fallen, se
desprogramen o que generen datos falsos positivos o negativos capa-
ces de conducir a una valoración imprecisa, a una toma de decisiones
errónea y a un riesgo para el paciente.
Sin duda, en corto tiempo la inteligencia artificial y el reconoci-
miento de imágenes habrán avanzado tan rápido que podrá diagnos-
ticarse una enfermedad de la piel o hasta cáncer a partir de imágenes
digitales analizadas por algoritmos que habrán igualado el diagnóstico
de un grupo de dermatólogos con años de experiencia. No obstante,
también habrá que dimensionar hasta qué punto la clínica convencio-
nal, el conocimiento y la experiencia de un profesional sanitario podrán
sustituirse por la tecnología en beneficio de los pacientes.
Definitivamente la salud móvil o mHealth tiene un gran potencial,
pero su funcionamiento seguro, así como la protección que ofrezcan

266 Escuela de Ciencias


de los datos del paciente, condicionarán en gran medida su integra-
ción al sistema sanitario y la maximización de sus ventajas para mejorar
los resultados de salud de la población.
Finalmente, cabe dedicar unas líneas a la importancia de involu-
crar a los pacientes en la tecnovigilancia. Su percepción y sus experien-
cias deben recogerse y analizarse porque sin duda muchos incidentes
adversos no han sido reportados o no han llegado a las bases de datos.
Las redes sociales han hecho eco a los problemas de seguridad de di-
versos dispositivos de clase III que han causado daño a pacientes en
todo el mundo. Un dispositivo anticonceptivo implantable de nom-
bre Essure aprobado en 2002, lleva más de 26,000 reportes de even-
tos adversos de naturaleza y severidad diversas, así como más de mil
demandas legales33. El dispositivo ya no se vende en Europa, Canadá y
otros países, sin embargo, la FDA en Estados Unidos aún no ha tomado
la decisión de solicitar al fabricante la suspensión de su venta, a pesar
de que desde hace varios años se han congregado agrupaciones de
miles de pacientes para dar testimonio en medios de los grandes ries-
gos y de los problemas de salud que les causó el dispositivo. Uno de los
foros con mayor número de pacientes afectadas es el grupo de Face-
book titulado «Essure Problems».
Estas experiencias apuntan a la necesidad de optimizar la inves-
tigación clínica de nuevos dispositivos, el aparato regulatorio y de
gobernanza asociado a su aprobación y vigilancia, y los métodos
y herramientas para hacer una tecnovigilancia verdaderamente cen-
trada en el paciente.

Reflexiones finales
La tecnovigilancia en México es una disciplina relativamente nueva
que ha tomado cada vez más relevancia dada la velocidad de desa-
rrollo de nuevas tecnologías médicas. Su principal propósito es servir
como una herramienta para controlar los posibles riesgos a la salud
por el uso de dispositivos médicos, por lo que la labor de los actores
en tecnovigilancia, más allá de notificar cada incidente adverso, es la
de salvar vidas.

Universidad de las Américas Puebla 2 67


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Universidad de las Américas Puebla 2 71


7
2 72 Escuela de Ciencias
7 El manejo y uso de medicamentos:
sistema crítico para la seguridad del
paciente
Silvia Guadalupe Salas Rojas
Antonio Martínez Castellanos
Ericka Altamirano Luna

Introducción
La utilización de los medicamentos ha traído grandes beneficios a la
humanidad, ya que ha ayudado a combatir muchas enfermedades au-
mentando la esperanza de vida, pero desafortunadamente ningún me-
dicamento es cien por ciento seguro. Los problemas de seguridad que
éstos desencadenan pueden deberse, por ejemplo, a las deficiencias
en su calidad, o bien, a errores de medicación (EM) que en ocasiones
se manifiestan como reacciones adversas de los medicamentos (RAM)
llegando a producir graves daños a los pacientes y poniendo en riesgo
su salud o prolongando su estancia hospitalaria1. Por ello, la seguridad
de los medicamentos es fundamental para la seguridad de los pa-
cientes, al igual que una atención sanitaria de calidad2.
Desde hace años se han venido documentado los incidentes ne-
gativos relacionados con la atención sanitaria que ponen en riesgo la
seguridad de los pacientes. A pesar de ello no se observaba un gran in-
terés por estas eventualidades sino hasta que el Instituto de Medicina
de Estados Unidos realizó una serie de publicaciones, la primera en
2000, titulada «Errar es humano: construyendo un sistema de salud
más seguro» (To err is human: building a safer health system), donde
se manifiesta la importancia del problema de los EM. Se muestran
cifras de los norteamericanos (44,000 a 98,000) que morirían por año

Universidad de las Américas Puebla 2 73


a consecuencia de errores médicos ocurridos en los hospitales, enfa-
tizando que la mayoría de los errores son llevados a cabo por personas
buenas, competentes, fiables y preparadas que, sin embargo, tra-
bajan en sistemas disfuncionales3, y la segunda publicación en 2001
«Cruzando el abismo de la calidad: un nuevo sistema de salud para el
siglo xxi» (Crossing the quality chasm: a new health system for the
21st century), que hace referencia a que los sistemas de salud tienen
que restructurarse para ser más seguros, así como mejorar la rela-
ción médico-paciente, la práctica basada en la evidencia y fortalecer
los sistemas de información clínica. Además, se propuso identificar
las acciones que impiden una atención de calidad, así como la im-
plementación de nuevas estrategias para garantizar al paciente una
asistencia sanitaria eficaz y segura4.
Uno de los casos más representativos por su gran número de fallos
en el sistema de medicación fue el ocurrido en un hospital de Denver
(octubre 1996) que ocasionó la muerte de un recién nacido, debido a
que se le administró una dosis por vía intravenosa de penicilina-ben-
zatina diez veces superior a la prescrita por el médico. Tres enfermeras
fueron llevadas a juicio con cargos de «homicidio por negligencia cri-
minal». Dos investigadores del ISMP (Institute for Safe Medication
Practices), Michael Cohen y Judy Smetzer, realizaron un análisis sis-
tematizado del caso y descubrieron que se habían producido más de
doce fallos en el sistema de medicación, principalmente en los proce-
sos de prescripción, transcripción, dispensación y administración del
medicamento. Algunos de los fallos encontrados fueron: el descono-
cimiento de la historia clínica del paciente (alergias, medicamentos que
consumía la madre), uso innecesario de un medicamento, la orden
médica ilegible, confusiones de medicamentos con nombre o etique-
tado parecido, la falta de verificación de la orden médica por el farma-
céutico, desconocimiento y falta de información sobre interacciones
medicamentosas, la dosis, el cálculo de dosis individualizadas par-
ticularmente en niños, desplazamiento de los decimales, forma de
administración equivocada, frecuencia incorrecta, vía de administra-
ción inapropiada, uso de abreviaturas no estandarizadas, mal etique-
tado de la especialidad farmacéutica y la inexperiencia del personal de

274 Escuela de Ciencias


farmacia y de enfermería en el manejo del medicamento. Después de
revisar el proceso, las enfermeras acusadas fueron absueltas porque
se dieron cuenta de los múltiples fallos del sistema, donde no había
barreras de seguridad que permitieran detener los errores que con-
dicionaron la muerte del recién nacido5. Este caso fue un parteaguas
para la implementación de sistemas que se anticipen a los errores, los
identifiquen y pongan barreras de seguridad que eviten daños a los
pacientes.
Actualmente, en el ámbito internacional salen a la luz pública mu-
chos casos de EM porque les han ocurrido a figuras reconocidas, por
ejemplo, el fallecimiento del «Rey del Pop» Michael Jackson de un
paro cardiorrespiratorio. Al respecto existen varias versiones de su
deceso por sobredosis, error de medicación o por intoxicación con
los medicamentos que tomaba para tranquilizar sus dolores, especí-
ficamente el propofol y las benzodiacepinas lorazepam y midazolam6.
Asimismo, los hospitales son demandados y los casos son amplia-
mente difundidos en los medios informativos, como, por ejemplo, el
fallecimiento de una recién nacida en un hospital en México como
consecuencia de haberle administrado un medicamento intravenoso
prescrito para la madre. Las autoridades del hospital indicaron que el
equipo médico estuvo durante todo el parto desarrollando sus activi-
dades de forma apropiada, sin embargo, para evitar hemorragias se le
prescribió a la mamá un vasoconstrictor y, por error, fue administrado
a la bebé. Este incidente fue un «error que puede cometer cualquiera»
y que en ocasiones ocurre como en este caso, en que a pesar de que el
error se detectó de inmediato, ya no fue posible salvarle la vida a la
paciente7.
También la sociedad manifiesta a través de los medios de comuni-
cación los errores que se han cometido con sus familiares. En el estado
de Chihuahua recientemente se declaró responsabilidad penal para
cuatro enfermeras por el delito de lesiones imprudenciales debido a
que suministraron un medicamento erróneo, 90 mililitros de solución
de gluconato de calcio, a un bebé de 26 días, lo cual le provocó proble-
mas de movilidad en los miembros izquierdos, en la visión de ambos
ojos, así como daño neurológico8.

Universidad de las Américas Puebla 2 75


Estos son algunos ejemplos de muchos que demuestran la comple-
jidad del problema de los EM, los cuales causan un impacto negativo
tanto en los pacientes y sus familiares como en los profesionales de la
salud porque sienten culpa, ansiedad, depresión, pérdida de con-
fianza en sí mismos, y son señalados por la sociedad cuando son ex-
puestos por estos eventos. De igual manera, las instituciones de salud
sufren desprestigio al exhibirse estos incidentes9, 10. Lo anterior tam-
bién comprueba la necesidad de continuar trabajando en la gestión
de nuevas herramientas de seguridad que se anticipen a los errores.
La Organización Mundial de la Salud (OMS), de acuerdo con sus
funciones, se ha esforzado por fomentar y desarrollar la calidad en la
salud, impulsando y estableciendo políticas que prevengan los EM y
que los sistemas de salud de los países miembros adopten dichas
políticas y programas sectoriales de salud con un marco regulador
para la calidad de la atención y la seguridad del paciente11, 12. Según la
OMS «la seguridad del paciente es la reducción del riesgo de daño aso-
ciado a la asistencia sanitaria a un mínimo aceptable»13. Ésta es una de-
finición que deja a la percepción de quien comete el error establecer lo
que considera como mínimo aceptable, lo que podría conducir a con-
tinuar cometiendo varias veces el mismo error. Por lo tanto, hablar de
seguridad es determinar los fallos en los sistemas de salud para pre-
venir que los errores ocurran, dañen y pongan en riesgo la salud y vida
de cualquier paciente.
Desde 1951 se creó la Joint Commission on Accreditation of Hospitals
como una organización independiente y sin fines de lucro, dedicada
a la acreditación hospitalaria, con la misión de mejorar la seguridad y
calidad de la atención en salud. En 2002 la comisión mixta establece
sus primeras metas anuales de seguridad del paciente a nivel nacio-
nal, y en 2005 se creó el Center for Patient Safety, declarado como el
primer centro del mundo colaborador con la OMS dedicado a la segu-
ridad del paciente14.
En México con la actualización de la NOM 220-SSA1-2016, Instala-
ción y operación de la farmacovigilancia15, se incluye la definición de
error de medicación (numeral 4.16) y se instruye que se deben de notificar

276 Escuela de Ciencias


estos errores (numerales 7.7.1 y 7.8.1). Con esto se da la pauta para fo-
mentar la cultura de reporte y conocer más sobre este tema.
Además, nuestro país cuenta con el Consejo de Salubridad General
(CSG), «órgano colegiado que depende directamente del presidente de
la República que tiene el carácter de autoridad sanitaria, con funciones
normativas, consultivas y ejecutivas. Las disposiciones que emite son
de carácter general y obligatorias en el país». El 13 de junio de 2008 en
el Diario Oficial de la Federación se publicó el Acuerdo para el desa-
rrollo y funcionamiento del Sistema Nacional de Certificación de Es-
tablecimientos de Atención Médica (SiNaCEAM), a cargo del CSG16, 17.
El objetivo de la certificación de hospitales se basa en que éstos
implementen el modelo de calidad y seguridad del paciente del CSG,
aplicando los estándares de seguridad diseñados para proporcionar
una atención sanitaria de mayor calidad. Este modelo trabaja princi-
palmente en la prevención de los errores, aceptando que somos hu-
manos y que podemos cometer errores, pero que se pueden y deben
evitar, teniendo sistemas más seguros que se anticipen a ellos.
Varios hospitales públicos y privados de nuestro país están seria-
mente comprometidos con el tema y, por ello, han implementado el
modelo de seguridad del paciente (MSP) propuesto por el CSG, la ma-
yoría de éstos han logrado ser certificados. El proceso de certificación
de hospitales no es fácil, porque se requiere de un gran compromiso
y participación de un equipo multidisciplinario con conocimientos
de sus procesos, conformado por médicos, farmacéuticos, enferme-
ros y demás personal que labora en los hospitales. Es importante y de
gran ayuda contar con un coordinador que conozca los conceptos de
gestión de calidad y riesgos, para que apoye en la identificación, solu-
ción y toma de decisiones de los problemas que se presentan durante
las labores diarias y que sea capaz de proponer y efectuar las acciones
que aumenten la seguridad de los pacientes de su centro hospitalario.
Convenientemente, el MSP está abriendo las puertas para que el
farmacéutico se incorpore al equipo de salud de los hospitales del
país, ya que lo considera como el profesionista clave para apoyar en la
mejora de la terapia medicamentosa de los pacientes y elevar su cali-
dad de vida.

Universidad de las Américas Puebla 2 77


Los estándares para implementar el MSP 2015-edición 2018 están
organizados en quince apartados divididos en cinco bloques: acciones
básicas/esenciales de seguridad del paciente, cuatro sistemas críticos
para la seguridad del paciente, sistema organizacional de calidad y se-
guridad del paciente, siete apartados en la atención centrada en el pa-
ciente y dos apartados de gestión de la organización17.
El manejo y uso de medicamentos (MMU) es uno de los cuatro sis-
temas críticos, debido a que los fallos en cada uno de sus procesos
(selección-adquisición, almacenamiento, prescripción, transcrip-
ción, distribución-dispensación, preparación, administración y con-
trol) pueden causar daños en la salud de los pacientes, algunas veces
permanentes, o provocar su fallecimiento. En este contexto el profe-
sional farmacéutico toma un papel importante como el especialista
en medicamentos y líder en el MMU, ya que es el responsable de imple-
mentar, estandarizar y sistematizar prácticas seguras en la utilización
de los medicamentos.
A continuación, se muestra cómo implementaron el sistema de
medicación del MSP dos hospitales mexicanos certificados por el CSG:
el Hospital General Regional núm. 1 de Tijuana del sector público y el
Hospital Puebla del sector privado.

278 Escuela de Ciencias


Implementación del modelo de
seguridad del paciente, manejo y uso de
medicamentos en el Hospital General
Regional núm. 1 de Tijuana, B. C. del
Instituto Mexicano del Seguro Social

Silvia Guadalupe Salas Rojas

El Hospital Regional núm. 1 (cuadro 7.1) está ubicado en la zona este


de la ciudad de Tijuana, B. C., fue construido dentro del Plan Nacio-
nal de Desarrollo 1995-2000 e inició oficialmente sus labores el 16 no-
viembre de 2002.

Cuadro 7.1
Hospital General Regional núm. 1 de Tijuana, Baja California, México.

Por su distribución geográfica y nivel de atención es una unidad de


referencia para hospitales de Baja California, San Luis Río Colorado, So-
nora y Baja California Sur. Es una institución de salud de segundo nivel,
con personal altamente capacitado, y el único hospital del IMSS de la
región con sala de hemodinamia y resonancia magnética, tecnología de
vanguardia tanto diagnóstica como terapéutica, lo que permite otor-
gar al usuario atención de tercer nivel y le confiere una competitividad

Universidad de las Américas Puebla 2 79


técnica médica fronteriza con Estados Unidos y con otros estados de la
república mexicana. Tiene una capacidad de 273 camas censables y 116
camas no censables; cuenta con 1,674 plazas que incluyen: médicos,
enfermeras, trabajadoras sociales, asistentes médicas, servicios de hi-
giene y limpieza, administrativos, personal de conservación, nutri-
ción y auxiliares de diagnóstico; aún no existe la plaza de farmacéutico
dentro de esta institución gubernamental. En 2018 se aumentó el re-
curso humano con la presencia de 94 médicos internos y 79 médicos
residentes en los servicios de gineco-obstetricia, imagenología, anes-
tesiología, medicina familiar, urgencias y medicina interna. Además,
rotan 310 pasantes de enfermería, 16 enfermeras de curso postécnico
en pediatría, dos médicos pasantes, treinta pasantes de químico far-
macobiólogo en el área de farmacia hospitalaria y farmacovigilancia,
nueve pasantes de nutrición y tres biomédicos. El HGR núm. 1 cuenta
con 46 especialidades y subespecialidades (cardiocirugía, neurociru-
gía, urología pediátrica, trasplante renal y de córnea, hemodinámica y
cirugía de retina), consulta externa, urgencias, epidemiología, infecto-
logía, servicios auxiliares de diagnóstico (laboratorio, patología, ima-
genología), rehabilitación, unidad médica ambulatoria y servicio de
farmacovigilancia18. La misión y visión del HGR núm.1 están centradas
en la calidad y seguridad de los pacientes; basados en esto, el hospital
adoptó el modelo de competitividad, efectividad y resultados institu-
cionales (MOCERI) como un instrumento de gestión y administración
para la mejora continua. En 2012 se le concede al HGR núm.1 el distin-
tivo MOCERI, exigiendo un mayor compromiso y responsabilidad con
la calidad y seguridad de los derechohabientes, y continúa trabajando
con ese modelo18, 19. En 2014 se implementó el modelo del consejo de
salubridad general para la atención con calidad y seguridad del pa-
ciente, iniciando con la versión 2012, y migrando posteriormente a la
versión 2015. Trabajando bajo el precepto de estos dos modelos se han
generado buenas prácticas, acciones de mejora, políticas de calidad y
seguridad en cada uno de los estándares del modelo del CSG. Con este
objetivo, en enero de 2014 la directiva del HGR núm.1 formó un equipo
multidisciplinario de calidad y seguridad del paciente (ECASEP). Como
integrante del equipo se comisionó a la doctora en Ciencias de la Salud
Silvia Guadalupe Salas Rojas la coordinación e implementación de los

28 0 Escuela de Ciencias
procesos del sistema crítico del MMU, debido a que posee la formación
académica y profesional en el área de farmacia hospitalaria (uso ra-
cional de los medicamentos, optimización de la farmacoterapia de los
pacientes y farmacovigilancia). Se evaluaron e identificaron los ries-
gos y problemas del sistema de medicación (cuadro 7.2), efectuando
reuniones con el personal involucrado en cada fase de dicho sistema.

SISTEMA DE MEDICACIÓN (SM)


INTEGRACIÓN CON EL MODELO CAPACITACIÓN ACERCA DEL SM
RECURSOS DEL SM
FARMACOTERAPIA SEGURA
ALMACENAMIENTO

ADMINISTRACIÓN
TRANSCRIPCIÓN

DISTRIBUCIÓN/
DISPENSACIÓN
PRESCRIPCIÓN
ADQUISICIÓN

PREPARACIÓN
SELECCIÓN Y

RIESGOS Y PROBLEMAS CONTROL

Cuadro 7.2
Sistema de medicación y sus fases según el modelo de seguridad del
paciente 2015.

Selección y adquisición de los


medicamentos

De acuerdo con los lineamentos estipulados en los estándares de certi-


ficación que emite el CSG, se elaboró un plan de trabajo y se implementó
una buena práctica para los riesgos prioritarios. Se constituyó el comité
de farmacia y terapéutica (COFAT), incluyendo por primera vez la figura del
farmacéutico como secretario. El COFAT realizó un listado de los medica-
mentos existentes y los criterios para incluir o excluir medicamentos en

Universidad de las Américas Puebla 2 81


el hospital. Además, instituyó los lineamientos para monitorear la res-
puesta del paciente a los medicamentos de nueva inclusión.

Almacenamiento
Se establecieron las acciones para la custodia de los medicamentos
que trae el paciente de su casa al ingresar al hospital. De igual manera,
se optimizaron la identificación y el etiquetado: física y/o fonética-
mente parecidos (LASA, del inglés look-alike sound-alike), los de alto
riesgo (electrolitos concentrados, heparinas, citostáticos e insuli-
nas), los de red fría y los medicamentos multidosis (caducidad una
vez abiertos), en todas las áreas donde éstos se encuentran.

Prescripción y transcripción
Las prescripciones eran manuales (ilegibles, confusas, tachadas e in-
completas) por lo que condicionaban EM; para evitarlos y/o minimi-
zarlos se creó una prescripción electrónica básica de acuerdo con lo
estipulado por el CSG en el estándar de MMU y adecuada a las políticas
de prescripción del hospital. En la prescripción se resaltaron los medi-
camentos LASA y los medicamentos de alto riesgo20. Se verificaron los
momentos de la transcripción (enfermería, médicos internos de pre-
grado), se capacitó al personal involucrado determinando las acciones
a seguir en caso de tener prescripciones incompletas, ilegibles o confusas
para obtener una transcripción segura.

Conciliación
El hospital no contaba con un proceso de conciliación, esto represen-
taba un riesgo prioritario. Se capacitó al médico interno de pregrado
(MIP) en la revisión y correlación de la medicación crónica del paciente
con la prescrita al ingresar y durante su transición en el hospital (cuadro

282 Escuela de Ciencias


7.3). Asimismo, se capacitó a los MIP en la detección de las discrepancias
(omisiones, comisiones, duplicaciones, contraindicaciones, información
confusa y cambios en la medicación). Una vez realizada la conciliación, el
MIP comunica al médico tratante las discrepancias encontradas para
que él valore si se continúa, cambia o suspende la medicación según el
estado clínico del paciente. El iniciar con este proceso fue difícil, porque
el personal médico no consideraba importante conciliar, nunca se había
hecho. Además, el personal que conciliaba no la hacía oportunamente
ya que argumentaban que incrementaba sus actividades. Por medio de
talleres didácticos y sesiones generales del hospital y departamenta-
les se les mostró que la conciliación es una barrera de seguridad para el
paciente; esto ayudó para continuar con el proceso21.

Cuadro 7.3
Estrategia de capacitación sobre el proceso de conciliación a los MIP.

Revisión de la idoneidad de la
prescripción

El proceso de la revisión de la idoneidad de la prescripción médica se


implementó en primera instancia en el servicio de medicina interna,
con la participación de personal farmacéutico capacitado en atención
farmacéutica, farmacia clínica y farmacovigilancia. Este recurso hu-
mano (cuadro 7.4) se obtuvo por medio de un convenio entre la delega-
ción de Baja California, el HGR núm.1 y la Facultad de Ciencias Quími-

Universidad de las Américas Puebla 2 83


cas e Ingeniería de la Universidad Autónoma de Baja California (UABC),
que cuenta con la carrera de Químico Farmacobiólogo.

Cuadro 7.4
Químicos farmacobiólogos de la Facultad de Ciencias Químicas e Ingeniería
de la UABC participando en los procesos del MMU del HGR núm. 1.

Es importante mencionar que esta vinculación académica ha for-


talecido todos los procesos del MMU y la formación de recursos huma-
nos en el área de servicios farmacéuticos. El farmacéutico se integró de
manera paulatina al pase de visita diaria (cuadro 7.5) junto con el mé-
dico y MIP, siendo parte del equipo de salud, interviniendo al momento
en caso de requerirse. Posteriormente el farmacéutico revisa la idonei-
dad de la prescripción utilizando el perfil farmacoterapéutico para va-
lorar la dosis, frecuencia, vía de administración, duplicidad terapéutica,
alergias, interacciones farmacéuticas y contraindicaciones (cuadro 7.6).

Cuadro 7.5 Cuadro 7.6


Farmacéuticos en el pase de visita. Farmacéutico revisando la
idoneidad de la prescripción.

28 4 Escuela de Ciencias
Las sugerencias se comunican al médico tratante para que ratifique
o modifique la prescripción. Todo cambio provoca reacción, la acepta-
ción de este proceso de revisión de la idoneidad de la prescripción y del
farmacéutico no fue la excepción, hubo resistencia por parte de médi-
cos y MIP ya que no admitían que un personaje completamente desco-
nocido en el equipo de salud y en el instituto les planteara cambios en la
farmacoterapia de su paciente. El personal de enfermería consideraba
al farmacéutico como un intruso que estaba revisando sus notas22. De
agosto de 2014 a diciembre de 2017, en el servicio de medicina interna se
hicieron 19,674 revisiones de la idoneidad de la prescripción; el 20.5%
de las intervenciones farmacéuticas fueron aceptadas por parte del mé-
dico. Una intervención farmacéutica aceptada disminuye en promedio
dos días de estancia hospitalaria por paciente, por lo que se estimó que
el ahorro acumulado en ese periodo de tiempo (aproximadamente tres
años) fue de 11,320,659 pesos. El trabajo realizado por los farmacéuticos
demostró que la revisión de la idoneidad de la prescripción es una ba-
rrera más para la seguridad de los pacientes. En la actualidad la relación
del farmacéutico con los médicos, MIP y enfermeras es cordial pues lo
aceptan como parte del equipo sanitario.

Distribución, dispensación y
preparación de los medicamentos

El desafío en la dispensación de medicamentos fue evitar los EM que


se presentaban con la manera de surtir y dispensar, ya que los medica-
mentos los surtía el personal de enfermería en conos de papel rotula-
dos a mano de manera ilegible (cuadro 7.7). Por diversas razones algunos
«conos» no se utilizaban y eran devueltos al área de surtimiento, oca-
sionando confusión por ilegibilidad, tabletas parecidas en un mismo
empaque (cono) y/o posible pérdida de estabilidad. Esto provocaba
que reutilizaran o desecharan los medicamentos, poniendo en riesgo
de sufrir EM a los pacientes y/o causando un incremento en los gas-
tos del hospital.

Universidad de las Américas Puebla 2 85


Para optimizar este proceso se incorporó al servicio personal far-
macéutico capacitado y con competencias en dosis unitarias. Se hizo un
método específico de trabajo para el empaquetado y el etiquetado de
los medicamentos en dosis unitarias (bolsas pequeñas de plástico in-
dividuales). Actualmente, el personal farmacéutico es quien elabora
las dosis unitarias (identificadas con el logo del hospital, el nombre ge-
nérico, dosis, lote, fecha de caducidad del medicamento y nombre de
la empresa farmacéutica, como se muestra en la cuadro 7.8), y verifica la
caducidad o deterioro de los medicamentos. Las dosis unitarias se res-
guardan en anaqueles, listas para su dispensación. Con la producción
de las dosis unitarias como barrera de seguridad se logró disminuir
el desperdicio, los excedentes y las devoluciones de medicamentos.
Además, se han evitado los errores de ilegibilidad que se presenta-
ban anteriormente. Se continúa trabajando en mejorar el área de dis-
pensación y la profesionalización de los servicios farmacéuticos en el
hospital, para contribuir a la seguridad del paciente a través de este
proceso23.

Cuadro 7.7 Cuadro 7.8


Medicamentos surtidos en Paquete de dosis unitaria con
conos como factor de riesgo etiquetado adecuado para evitar
para la ocurrencia de errores errores y optimizar la dispensación.
de medicación.

286 Escuela de Ciencias


Administración de los
medicamentos

El personal de enfermería capacitado y autorizado es quien administra


los medicamentos aplicando la meta internacional número 1, los siete
correctos y la doble verificación en los medicamentos de alto riesgo.
En el hospital no se permite la autoadministración, los medicamentos
que el paciente trae consigo son rotulados con su nombre, número de
seguridad social y número de cama, se envían al área de dispensación
y se solicitan cuando se van a administrar.

Control
La fase de control (farmacovigilancia) no resultó algo nuevo para el
HGR núm. 1 ya que desde el 2002 se inició con el proyecto de imple-
mentar la farmacovigilancia pasiva, aunque desafortunadamente en
esa época no se concretó porque las autoridades en turno decidieron
suspenderlo. En 2009 se condujo un estudio prospectivo de farmaco-
vigilancia (FV) intensiva en el servicio de medicina interna por un periodo
de quince meses, mostrando la necesidad de la detección de las RAM
y otros problemas relacionados con los medicamentos24, 25. Esta inves-
tigación permitió en enero de 2014 retomar la implementación de la
FV y lograr un programa permanente de FV intensiva, así como impul-
sar la notificación voluntaria en todas las áreas del hospital mediante
diversas estrategias como, por ejemplo, la implementación de un for-
mato de reporte amarillo.
En 2016 la institución asigna un área física (cuadro 7.9) estable-
ciéndose el servicio de FV, donde actualmente se otorga atención y
educación a los pacientes hospitalizados, ambulatorios y a familiares
con sospecha de RAM o ineficacia de un medicamento. A su vez el Cen-
tro Institucional de FV del IMSS reconoce al servicio de FV del HGR núm.
1 como el Centro Delegacional de Baja California26, 27. De 2014 a julio de
2018 se han detectado 341 reacciones adversas, los grupos farmaco-

Universidad de las Américas Puebla 2 87


lógicos con mayor predisposición a causar RAM han sido los antibió-
ticos con el 24% (7.8% corresponde a ciprofloxacino) y los citostáticos
e inmunomoduladores con el 29.8% (6.7% corresponde a doxorru-
bicina). La causalidad se ha determinado como probable en el 76.4%
de los casos, la severidad en el 75.6% ha sido moderada y, con base en
el tipo de RAM, ha predominado la clasificación tipo A con el 51.5%,
seguida de la tipo B con 40.1% y de la tipo F con 8.4%.

Cuadro 7.9
Unidad de farmacovigilancia del HGR núm. 1.

El hospital tiene una constante rotación de personal y, para in-


centivar la cultura del reporte de RAM, así como para elevar la calidad
de salud de los pacientes, se realiza una serie de estrategias de capa-
citación, como talleres, conferencias, videos (cuadro 7.10), sesiones
de hospital y departamentales, y cada año, desde 2016, el HGR núm.1
junto con la Red Latinoamericana de Farmacovigilancia y Tecnovigi-
lancia y la Facultad de Ciencias Químicas e Ingeniería de la UABC se or-
ganizan las Jornadas Nacionales de Farmacovigilancia y Tecnovigilancia
(cuadros 7.11, 7.12 y 7.13)28-32.

28 8 Escuela de Ciencias
Cuadro 7.10
Video: Farmacovigilancia como estrategia para aumentar el reporte
de RAM (https://www.youtube.com/watch?v=vreOhvlXaYU&t=3s).

Cuadro 7.11
Video: Primeras Jornadas Nacionales de Farmacovigilancia y
Tecnovigilancia (2016) (https://www.youtube.com/watch?v=-a-su5yRIJI).

Cuadro 7.12
II Jornadas de farmacovigilancia y tecnovigilancia 2017.

Universidad de las Américas Puebla 2 89


Cuadro 7.13
III Jornadas de farmacovigilancia y tecnovigilancia 2018.

Las buenas prácticas que ha implementado el HGR núm. 1 deriva-


das del sistema de manejo y uso de medicamentos son reconocidas
nacional e internacionalmente. En febrero de 2017, el hospital pre-
sentó siete estudios en el «Taller de gestión de los servicios de salud
IMSS», logrando que los trabajos «Interacciones farmacológicas que
condicionan la aparición de reacciones adversas en pacientes del
servicio de cardiología del Hospital General Regional No. 1 IMSS» e
«Idoneidad de la prescripción médica y su implementación en el Hos-
pital General Regional núm. 1 Tijuana, B. C.» obtuvieran dos primeros
lugares de los 207 trabajos presentados por las diferentes delegacio-
nes del Instituto Mexicano del Seguro Social del país (cuadro 7.14)22, 23.

Cuadro 7.14
Presentación de resultados de investigación en farmacovigilancia.

290 Escuela de Ciencias


En agosto de 2017, el HGR núm.1 participó con tres trabajos en el
XIV Encuentro Internacional de Farmacovigilancia y IV Encuentro Na-
cional de Farmacovigilancia en Bogotá, Colombia, con asistentes de
varios países de América Latina y Europa. Se obtuvo el segundo lugar
en la categoría de «Experiencia exitosa», con el trabajo titulado «Pro-
grama de Farmacovigilancia del Hospital General Regional núm. 1
Tijuana, B. C.», posicionando al hospital y a la delegación de Baja Cali-
fornia en un nivel internacional34.
El implementar el modelo del CSG ha traído al hospital muchos lo-
gros, como la certificación ante el Consejo de Salubridad General en
2015 con los estándares para la certificación de hospitales versión 2012
con una calificación de 9.8.
Además de ser pioneros en el país y referencia nacional, el hos-
pital recibe visitas de benchmarking de diversas unidades de la Dele-
gación de Baja California y de otras partes, como la Ciudad de México,
Guerrero, Jalisco, Michoacán, Morelos y Tamaulipas. Desde 2015, a la
fecha, el HGR núm.1 ha compartido sus conocimientos y experiencias
con respecto a la implementación del MSP, así como las buenas prác-
ticas que se han generado durante este proceso; lo anterior por medio
de cursos, talleres y conferencias organizadas por la unidad de aten-
ción médica a directivos de unidades médicas de alta especialización
y hospitales de segundo nivel, con el tema de manejo y uso de medica-
mentos (curso-taller: calidad y seguridad farmacoterapéutica, Oaxte-
pec, Morelos, en agosto de 2015 y febrero de 2016 y en la unidad médica
de alta especialidad gineco-obstetricia núm. 4 Luis Castelazo Ayala,
Ciudad de México, julio de 2015), también de manera local en cursos
organizados por la coordinación de competitividad y capacitación. En
2016 se otorgó al hospital una extensión de dos años más a la certifi-
cación, por la alta calificación obtenida en 2015. En 2017 el HGR núm.1
develó la placa del premio de MOCERI institucional, y en 2018 recibió
varias satisfacciones, ya que el CSG invitó a la institución a participar
en la Gaceta SiNaCEAM para compartir las experiencias en la imple-
mentación del MMU, además ganó el premio distintivo Águila Doble
Oro IMSS y continúa recibiendo visitas y peticiones de benchmarking
de otros hospitales y colegas16.

Universidad de las Américas Puebla 2 91


Por otra parte, inició con otro gran reto, el de la difusión y capaci-
tación sobre la NOM 240-SSA1-2012, Instalación y operación de la
tecnovigilancia (cuadro 7.15). Es importante mencionar que la imple-
mentación y sistematización del MMU y los demás procesos del MSP se
han logrado gracias al compromiso y trabajo en equipo de las autori-
dades delegacionales, directivos del hospital, médicos, enfermeras,
farmacéuticos, MIP, personal operativo y al ECASEP coordinado por el
maestro en alta dirección Eduardo Oloño Robles, así como la colabo-
ración del ingeniero Jesús Ricardo Gómez (cuadro 7.16). El HGR núm.1
tuvo la visión de adoptar el MSP propuesto por el CSG para que los de-
rechohabientes obtuvieran mayores beneficios en su atención sanita-
ria, lo cual se ha hecho evidente. La seguridad de los pacientes es una
prioridad del hospital, por ello, su personal está en continua capacita-
ción y esforzándose para mejorar sus procesos.

Cuadro 7.15
Difusión sobre el tema de la tecnovigilancia en el HGR núm. 1.

2 92 Escuela de Ciencias
Cuadro 7.16
Integrantes del ECASEP del HGR No. 1.

Universidad de las Américas Puebla 2 93


Modelo de seguridad del paciente en el
Hospital Puebla de la ciudad de Puebla

Antonio Martínez Castellanos


Ericka Altamirano Luna

Características del hospital


El Hospital Puebla fue fundado en 2008 con la convicción de facilitar
servicios de salud con calidad. Su creación es una respuesta a nece-
sidades del servicio y equipamiento a los médicos especialistas que
demandaban un espacio que permitiera una práctica médica de ex-
celencia, poniendo a su alcance equipamiento de última generación,
tecnología de información, personal comprometido y altamente ca-
pacitado. El Hospital Puebla está ubicado geográficamente en la parte
sur de la ciudad de Puebla, en la zona conocida como Reserva Territorial
Atlixcáyotl; limita al norte con la vía Atlixcáyotl, una de las principales
arterias vehiculares de la ciudad, así como con el Centro Integral de Ser-
vicios del Gobierno del Estado.
Se trata de un hospital de especialidades que además cuenta con
servicios de apoyo, como radiología, patología, inhaloterapia, trans-
fusión y laboratorio clínico; obtuvo la certificación con mejor califica-
ción por el Consejo de Salubridad General en 2013, y ha desarrollado
un sistema de medicación que integra los procesos clínicos y adminis-
trativos relacionados con el manejo y uso de los medicamentos para
proporcionar una farmacoterapéutica segura. La integración de dicho
sistema incluye lo siguiente:

29 4 Escuela de Ciencias
• La planeación de cada fase de medicación.
• La implementación de procesos seguros.
• La supervisión integral de todo el sistema.

La supervisión del sistema se lleva a cabo con un enfoque multidisci-


plinario, considerando siempre la participación de cada departamento
que conforma el sistema de manejo y uso de medicamentos del hos-
pital (cuadro 7.17).

Selección y
adquisición Almacenamiento Prescripción
Almacén-Farmacia Médico
COFAT

Dispensación Transcripción Validación


Almacén-Farmacia Enfermería Farmacia clínica

Preparación Administración Control


Enfermería Enfermería Médico, enfermería,
almacén, farmacia
clínica, COFAT

Cuadro 7.17
Integración de las fases del sistema de medicación del Hospital Puebla.

Una de las causas más importantes de los errores de medicación


es la falta de comunicación entre el personal de salud, los pacientes y
sus familiares. El riesgo de EM se incrementa durante las transiciones
en la atención al paciente, por ejemplo, a su ingreso, en el traslado de
terapia intensiva a hospitalización y/o cuando hay un cambio de res-
ponsable de la atención médica.

Universidad de las Américas Puebla 2 95


Conciliación de la medicación
El Hospital Puebla asegura la adecuada medicación al implementar el pro-
ceso de conciliación en todos los servicios que visita el paciente durante su
estancia hospitalaria. El área de farmacia clínica se encuentra conformada
por seis químicos farmacéuticos quienes se encargan de realizar el proceso
de conciliación, el cual consiste en obtener un listado de la medicación
previa del paciente. Al momento del ingreso se realiza la valoración inicial
donde el paciente participa indicando los medicamentos que toma, in-
cluidos tratamientos naturales (medicina herbolaria); esta información se
registra en el formato de conciliación el cual contiene los datos personales
del paciente, como nombre completo, fecha de nacimiento y fecha de in-
greso. En dicho formato se incluye la medicación previa del paciente para,
posteriormente, compararla con el tratamiento durante su estancia en el
hospital, con el objetivo de identificar alguna duplicidad terapéutica y/o
discrepancias en el tratamiento.
En caso de identificar alguna discrepancia y/o duplicidad terapéutica
se notifica al médico tratante de forma verbal para modificar la farmaco-
terapia del paciente, con lo que se garantiza la eficacia de su tratamiento
durante su estancia. Posteriormente, se coloca la nota de conciliación
donde se registra la medicación y los horarios de ingesta, con los que el pa-
ciente deberá continuar, para ser considerados por el personal de enferme-
ría. Después se recogen los medicamentos en la habitación del paciente y
se revisa que sus condiciones sean óptimas para garantizar una farmacote-
rapia segura, éstos se retiran de la habitación y se entregan al personal de
enfermería responsable del proceso de administración de medicamentos.

Realización del perfil


farmacoterapéutico

Posterior al proceso de conciliación, se realiza el perfil farmacoterapéutico


del paciente en donde se registran datos importantes de la historia clínica,
como antecedentes personales patológicos, enfermedades crónico-dege-

29 6 Escuela de Ciencias
nerativas, alergias a medicamentos y alimentos, así como su diagnóstico
de ingreso, además de registrar todos los medicamentos indicados, in-
cluyendo medicación previa, dosis, vía y frecuencia. Una vez hecho el
perfil farmacoterapéutico se realiza el análisis de la prescripción para
identificar interacciones entre medicamentos y/o con alimentos, infra-
dosificación o sobredosificación, para que la administración sea segura.
El modelo de seguridad del hospital está diseñado para que los
pacientes participen en el seguimiento de su farmacoterapia, por ello,
en cada habitación se encuentra un pizarrón donde se registra la medi-
cación del paciente y se le informa la importancia de su participación
durante su estancia, logrando así el involucramiento del paciente y sus
familiares en la terapia farmacológica.
Al momento del registro de la medicación al alta en el formato de
conciliación se le entrega al paciente una tarjeta de cómo utilizar sus
medicamentos de forma segura (cuadro 7.18) en la cual se explica la
importancia de tomar todos sus medicamentos como lo indicó su mé-
dico tratante, aunque no sienta ningún malestar.

Cuadro 7.18
Material educativo que el Hospital Puebla diseña, personaliza y entrega a
cada paciente cuando se le da de alta.

Universidad de las Américas Puebla 2 97


Búsqueda intencionada de ram
El Hospital Puebla inició sus actividades de FV en 2015; el objetivo prin-
cipal era generar la cultura de la notificación, aun cuando el llenado
de los formatos fuera incompleto o con muy poca información, se bus-
caba crear la costumbre de reportar. A la par se dieron capacitaciones
sobre los elementos de información necesarios para llenar el formato
de reporte de sospechas de RAM de COFEPRIS.
A partir de 2016 el programa de FV empezó a recibir notificaciones
más completas y de mejor calidad. Las estadísticas permitieron contar
con información importante para discutirse en el COFAT y establecer
mecanismos para la toma de decisiones. Por ejemplo, se identificó que
una marca de ceftriaxona encabezaba la lista de medicamentos sos-
pechosos involucrados en las notificaciones de RAM, ya que todos los
pacientes a los que se les administró presentaron hipersensibilidad,
de modo que se contactó al laboratorio productor para darles a cono-
cer la situación y que ellos también la contemplaran en su estrategia
de gestión de riesgos.
El laboratorio le dio poca importancia argumentando un posible
mal uso por parte del hospital ya que el medicamento «contaba con
un registro sanitario y el aval de las autoridades». Sin embargo, con-
tinuaron registrándose en el hospital más RAM a este medicamento,
por lo que el caso se llevó al COFAT donde se decidió dejarlo de comprar;
a partir de entonces se estableció como un criterio de exclusión que, a
partir de tres reportes de RAM, se analice y discuta la permanencia de
un medicamento.
En el Hospital Puebla, como parte del modelo de seguridad, se rea-
liza la búsqueda intencionada de RAM mediante una visita a la habita-
ción del paciente con la finalidad de educarlo sobre la forma en cómo
se puede presentar una RAM y/o reacción de hipersensibilidad. Para
ello se le entrega un tríptico informativo acerca de reacciones adversas
(cuadro 7.19) e interacciones farmacológicas (cuadro 7.20). A lo largo
de tres años de trabajo de la unidad de FV del Hospital Puebla se han
recibido 112 notificaciones de RAM (cuadro 7.21).

29 8 Escuela de Ciencias
Cuadro 7.19 Cuadro 7.20
Tríptico sobre RAM para el Tríptico sobre interacciones para
paciente. el paciente.

n= 49

n= 39
Total de reportes de
RAM registrados

n= 24

2016 2017 2018

Año

Cuadro 7.21
Distribución anual de los reportes de RAM registrados por la unidad de
farmacovigilancia hasta el mes de julio de 2018.

Universidad de las Américas Puebla 2 99


De acuerdo con las notificaciones, los principales medicamentos
que resultaron sospechosos con el mayor número de reportes docu-
mentados por año se muestran en la tabla 7.1.

Tabla 7.1. Distribución anual de los fármacos que causaron la mayor cantidad de reportes de
RAM a la unidad de farmacovigilancia del Hospital Puebla (2018 hasta el mes de julio).

Año

2016 2017 2018

Nombre del Ceftriaxona Butilhioscina Ceftriaxona


principio activo
Ciprofloxacino Levofloxacino Propofol
sospechoso
Levofloxacino Carbetocina Oxitocina

Fentanilo Vancomicina Iopromida

Con base en la información recopilada de las reacciones adversas


registradas, el hospital determinó clasificarlas conforme a tres cate-
gorías estipuladas internamente por el COFAT de la siguiente manera:

Reacción de hipersensibilidad: es una respuesta inmune especí-


fica que produce un cuadro sintomático en determinados individuos
frente a sustancias no infecciosas.
Reacción esperada: efecto de la acción farmacológica del medica-
mento, cuya aparición resulta indeseable en el curso de la aplicación.
Reacción esperada no deseada: se presenta por el manejo incorrecto
de un medicamento, por ejemplo, flebitis al administrar un medica-
mento a una velocidad incorrecta.

Una de las experiencias más relevantes en la implementación de la


unidad de FV del hospital fue la documentación de un hallazgo con el
medicamento omeprazol 40 mg IV, ya que cuando se preparaba en infu-
sión para 24 horas se tornaba de un color ámbar obscuro, lo cual indica,
conforme a la bibliografía35, una reacción de degradación y por ello el

300 Escuela de Ciencias


cambio de color. Ante esa situación se decidió notificar de forma in-
mediata al laboratorio productor que, después de un análisis, deter-
minó que el principio activo, por su composición química, no se debe
utilizar tres horas posteriores a la preparación, lo cual sugiere que no
se debe emplear en infusión.
Durante el análisis de este hallazgo se identificó que en el empa-
que primario del medicamento no se mencionaba que no se podía uti-
lizar en infusión, por lo tanto, el laboratorio modificó su etiqueta de
inmediato. Por su parte, el hospital discutió el caso en el COFAT donde
se determinó que el medicamento no se emplearía en infusión y se
notificó a los médicos quienes respondieron de forma satisfactoria.
Además de la notificación e identificación de reacciones adversas,
se ha implementado un sistema de vigilancia activa lo cual ha permi-
tido identificar este tipo de inconvenientes, así como uso inapropiado
de un medicamento durante las fases de administración y/o prepara-
ción, lo cual permite identificar errores de medicación y, con ello, lograr
una farmacoterapia más segura para los pacientes.

Errores de medicación
Es necesario también asumir que la mejor forma de prevenir los EM ra-
dica en analizar en qué fase del proceso se producen con el fin de iden-
tificar sus causas. Para ello se ha creado un ambiente profesional que
favorezca la comunicación de los errores, el análisis de sus causas y la
discusión de las estrategias para evitarlos.
Es así como el Hospital Puebla cuenta con un sistema que facilita
la detección y el análisis de los EM con el objetivo de realizar acciones
que mejoren el sistema de medicación.
Para ello, el hospital se dio a la tarea de establecer las definicio-
nes de evento centinela, evento adverso y cuasi falla de manera interna
(cuadro 7.22) y como parte de su manual de calidad. Y con base en és-
tas, se catalogaron los eventos adversos que a la fecha se han docu-
mentado para cada fase del sistema de medicación (cuadro 7.23).

Universidad de las Américas Puebla 301


•Hecho inesperado que involucra daño grave físico o
Evento centinela psicológico: «el error alcanzó al paciente y le causó daño
y/o muerte».

•Falta o error que sí ocurrió, pero no causó daño o fue


Evento adverso mínimo: «el error alcanzó al paciente pero no le causó
daño o el daño fue mínimo».

•Toda variación del proceso que no afectó un resultado,


Cuasifalla pero cuya recurrencia implica una probabilidad importante
de eventos adversos: «casi me equivoco».

Cuadro 7.22
Definiciones de evento centinela, evento adverso y cuasifalla
establecidas por el hospital con base en los resultados del análisis del
sistema de medicación.

Selección Almacenamiento Prescripción Transcripción

Incompleta Etiquetado Ilegible Ilegible


Medicamento incorrecto Incompleta Incompleta
incorrecto Almacenamiento Incorrecta
incorrecto

Dispensación Preparación Administración Control

Incumplimiento Diluyente Omisión de los Omisión del


de la red de frío incorrecto 7 correctos de la análisis de la
Medicamento Manipulación administración de prescripción
incorrecto incorrecta medicamentos Omisión de la
conciliación

Cuadro 7.23
Cuasifallas y eventos adversos que se han presentado en las diferentes
fases del sistema de medicación del hospital.

Gracias a la estandarización de los conceptos y a la sistematiza-


ción de los análisis, ha sido posible durante cuatro años implementar
estrategias de mejora y con ello disminuir de manera significativa los
EM (tabla 7.2).

302 Escuela de Ciencias


Tabla 7.2. Estrategias implementadas por el hospital para reducir los errores de
medicación.

Estrategias del hospital para reducir los errores de medicación

Fomentar la cultura de reporte voluntario.

Participación activa de los farmacéuticos en todas las fases del sistema de medicación del
hospital.

Desarrollar protocolos para el uso y manejo de medicamentos de alto riesgo definidos por el
hospital.

Estandarizar la prescripción médica apoyándonos de los médicos de cada servicio.

Participación activa del personal farmacéutico con médicos y personal administrativo.

Participación activa del personal de enfermería con el área de farmacia clínica.

Gestión de herramientas de consulta.

Educación continua a pacientes y familiares.

Seguimiento diario a la farmacoterapia del paciente posterior al análisis de la prescripción.

Farmacovigilancia en el quirófano
A partir de 2015 se implementó —en el hospital— el proceso de far-
macovigilancia activa en el quirófano como una medida de seguri-
dad tanto para los pacientes como para los médicos. Esta estrategia
permitió optimizar los procesos de administración de anestésicos
evitando su desperdicio y/o mal uso de los remanentes.
Una de las mejoras más significativas consistió en la optimiza-
ción del uso de medicamentos e insumos dentro de las salas, que
ha permitido garantizar la seguridad de los pacientes durante su es-
tancia en el quirófano.
El farmacéutico de quirófano revisa los medicamentos anesté-
sicos antes de su administración con la finalidad de identificar una

Universidad de las Américas Puebla 303


probable reacción y/o evento adverso, también verifica y previene si-
tuaciones de infra o sobredosificación.
De manera interna, el hospital ha definido que si al momento de
revisar la hoja de anestesia se determina que se administraron los me-
dicamentos prescritos en forma correcta, se está ante una situación de
«farmacovigilancia conforme». Este escenario implica también coin-
cidencia entre lo administrado y lo cargado a la cuenta del paciente.
Por otra parte, si algún medicamento se registró en la hoja de
anestesia y no se administró o se administró, pero no se encuentra re-
gistrado, la situación se categoriza como «farmacovigilancia no con-
forme» (cuadro 7.24).
Lo anterior garantiza, sin lugar a duda, una medicación segura y
eficaz en el área de quirófano del hospital.

3000 Farmacovigilancia «conforme»

Farmacovigilancia «no conforme»

2500 2392 2380

2000
1725
1593
1500

1000
716

500
240 262
169

2015 2016 2017 2018

Cuadro 7.24
Resultados anuales de farmacovigilancia en quirófano hasta el mes de
julio de 2018.

304 Escuela de Ciencias


Tecnovigilancia
La tecnovigilancia en el Hospital Puebla,más que un programa, consiste
en una estrategia integral donde el dispositivo médico es considerado
una tecnología fundamental para la atención en salud en pro de la se-
guridad del paciente.
Inicialmente se colocó un semáforo de caducidad a cada uno de los
insumos para indicar y hacer evidente la vida útil del dispositivo depen-
diendo del color. Al momento de adquirir los insumos se verifica que
cumplan con la normatividad establecida y con los elementos esencia-
les como el registro sanitario y el número de lote, entre otros.
Asimismo, en los servicios de hospitalización se realiza, de forma
permanente, una capacitación incidental al personal clínico y a los pa-
cientes en relación con el uso de dispositivos como las plumas de insu-
lina, los espaciadores para medicamentos inhalados, etcétera.
Una de las experiencias que se han tenido durante la implemen-
tación del programa de tecnovigilancia fue la identificación de unas
suturas que, aunque cumplían con los criterios de inclusión al hos-
pital, al momento de abrirlas para su uso se identificó que el hilo ve-
nía dividido en trozos, lo que indicaba un problema con la calidad del
producto. Por lo anterior, se retiró inmediatamente del área y se llamó
al laboratorio productor para conocer e identificar sus procesos de
control de calidad. Gracias al reporte del hospital, el laboratorio logró
identificar varios lotes con el mismo problema y pudo tomar las accio-
nes necesarias para corregir esta situación, el hospital, por su parte,
realizó la notificación en la plataforma de COFEPRIS.

Uso racional de antibióticos


El hospital también ha implementado un programa para identificar a
partir del aislamiento de la flora bacteriana de los pacientes, aquellos
agentes etiológicos presentes en los diversos cultivos obtenidos. Así
se ha logrado determinar cuáles son las bacterias más comunes en la
institución para la elaboración de las guías internas de uso de antibió-

Universidad de las Américas Puebla 305


ticos. Este proyecto se logró gracias al trabajo colaborativo entre las
áreas de epidemiología, microbiología, farmacia clínica y farmacovigi-
lancia, quienes, en coordinación con las áreas administrativas, fomen-
tan a través de las guías el uso racional de antibióticos en el hospital.
Actualmente se monitoriza el uso y apego a dichas guías por parte
de los médicos a través de la revisión de la idoneidad de las prescrip-
ciones que involucran antibióticos.
En los casos en los que el prescriptor no se apega a las guías, se le
hace la recomendación con base en las mismas.

Reflexiones finales
La seguridad del paciente es prioritaria en la atención sanitaria mun-
dial. En nuestro país este tema aún es incipiente, pero afortunada-
mente los organismos como el CSG están trabajando para que esto
cambie y que los pacientes tengan una mejor calidad en los servicios
de salud, tanto en el ámbito público como en el privado.
Las viejas prácticas de justificar los «errores» o los actos negati-
vos en los pacientes debido a que los hospitales están saturados, o que
no cuentan con los recursos necesarios para laborar y que el personal
trabaja sometido a un alto nivel de estrés, se están tratando de erradi-
car con la implementación del MSP, el cual propone crear barreras que
eviten fallas en los sistemas de salud.
Son varios los hospitales mexicanos que se están comprome-
tiendo con la seguridad de paciente al adoptar el MSP. En este capítulo
se presentó la implementación del sistema de medicación en dos hos-
pitales, uno de la ciudad de Tijuana, dependiente del Instituto Mexicano
del Seguro Social, del sector público, y el otro de la ciudad de Puebla, del
sector privado. Ambos comparten sus experiencias mostrando que no
fue una tarea fácil, debido a que uno de los primeros obstáculos con los
que se enfrentaron fue la escasa o nula cultura de seguridad, además
de la negación o aceptación del farmacéutico que aparece como un
nuevo personaje en el equipo de salud, lo cual fue algo caótico, hasta
que gracias a su trabajo y esfuerzo, su labor fue reconocida. Ambos

30 6 Escuela de Ciencias
hospitales muestran que la presencia del farmacéutico en cada una
de las fases del MMU fue de gran importancia, porque elaboraron he-
rramientas y generaron estrategias para detectar y evitar EM, lo cual
ayudó a que este sistema crítico obtuviera una buena calificación por
parte del CSG y sumara un valor agregado para la certificación de am-
bos hospitales.
Cabe mencionar que un hospital certificado no es aquel que está
cien por ciento libre de cometer errores; al contrario, este distintivo
quiere decir que es un hospital que está trabajando en evitar y dismi-
nuir los fallos en sus sistemas e impedir los errores, además de fomen-
tar la cultura de calidad y seguridad para mejorar los procesos en be-
neficio de los pacientes.

Universidad de las Américas Puebla 307


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Universidad de las Américas Puebla 311


8
312 Escuela de Ciencias
8 Seguridad del paciente en la práctica:
casos clínicos de farmacovigilancia y
tecnovigilancia

El presente capítulo aborda de manera integral y aplicada el tema de


la farmacovigilancia en su relación con la farmacocinética (casos 1 y 2),
los medicamentos herbolarios (casos 3, 4 y 5), los errores de medica-
ción (casos 6 y 7), los dispositivos médicos (8 al 12), la farmacogenética
(13), los nanomedicamentos (14 y 15), los estudios de bioequivalencia
(16 y 17) y la atención farmacéutica (18 y 19). Estos temas han sido dis-
cutidos tanto en esta obra como en los libros Farmacovigilancia: la se-
guridad de los medicamentos en el siglo XXI (2015) y Retos actuales
en farmacovigilancia: una visión integral de los desafíos de la aten-
ción sanitaria (2017).
En cada caso se plantea una situación que afecta o deteriora la sa-
lud de los pacientes y que en ocasiones puede tener un desenlace no
deseado. Algunos de los casos aquí presentados son verídicos, es de-
cir, corresponden directamente a vivencias y experiencias que los au-
tores han afrontado en su práctica profesional (casos 5, 6, 7, 12, 13, 16,
17, 18 y 19). El resto de los casos fueron elaborados con base en eviden-
cia científica, publicaciones y también en observaciones reales, pero
se estructuraron de manera que tuvieran un enfoque predominante-
mente académico. Por lo tanto, todos los casos se aproximan conside-
rablemente a situaciones reales.
La teoría a veces se percibe fácil y clara, pero al momento de en-
frentarnos a situaciones reales se duda sobre cómo actuar y cómo apli-
car los conceptos y la metodología en su resolución, cuidando siempre
de cumplir con la normatividad.

Universidad de las Américas Puebla 313


Por lo tanto, las preguntas que acompañan a cada caso de este
capítulo pretenden facilitar al lector la comprensión y el análisis crí-
tico de la correspondiente problemática, y cuestionarse sobre qué es
y qué no es una RAM, cómo se detecta, cómo se investigan sus causas,
qué aspectos de la historia clínica y de las características del paciente
son importantes de considerar en el análisis de una sospecha de RAM,
cómo se maneja clínicamente una RAM para garantizar la seguridad
del paciente y el éxito de su farmacoterapia, cómo se analiza y se do-
cumenta para recolectar todos los datos necesarios para su notifica-
ción a la autoridad sanitaria correspondiente, qué elementos de cada
caso pueden servir para su prevención en futuras ocasiones o en fu-
turos pacientes, entre otros aspectos. Es precisamente este orden de
ideas lo que hace de la farmacovigilancia una disciplina de gestión
de riesgos con preponderante enfoque clínico y con un sentido holís-
tico centrado en los pacientes y su seguridad.
Asimismo, se presentan las respuestas a cada pregunta formulada,
guiando al lector de manera concreta y clara hacia las soluciones con
base en evidencias referenciadas y exponiendo a detalle las causas o
fallas que condicionaron los daños potenciales o reales experimenta-
dos por los pacientes.
Las preguntas y sus respuestas buscan reforzar los conceptos pre-
sentados en este libro y los anteriormente citados de la serie, con la fi-
nalidad de acompañar al lector en la evolución que ha tenido la regu-
lación y la práctica de la farmacovigilancia en los últimos años, sobre
todo en México, pero también a nivel global.
Finalmente, los casos clínicos contenidos en este capítulo preten-
den invitar a la reflexión sobre la importancia de contar con sistemas
sólidos y sistematizados de farmacovigilancia y tecnovigilancia que
estén prestos al abordaje de problemas con la seguridad de los medi-
camentos, de los productos herbolarios y de los dispositivos médicos
en los diversos contextos involucrados, el de la investigación clínica,
de la atención primaria, del ámbito hospitalario, del seguimiento far-
macoterapéutico, de la práctica odontológica, e incluso, el del turismo
médico.

314 Escuela de Ciencias


En resumen, este capítulo tiene como objetivo fortalecer en los
lectores las competencias técnicas, científicas y clínicas relaciona-
das con la farmacovigilancia, para que puedan desenvolverse como
agentes de cambio en la prevención de riesgos relacionados con los
medicamentos y dispositivos médicos y en el desarrollo de acciones
que mejoren la calidad de la atención sanitaria y la seguridad de los
pacientes.   

Universidad de las Américas Puebla 315


Caso 1

TEMA: Farmacocinética

Rosa del Carmen Milán Segovia 


Silvia Romano Moreno 
María Esther Flores Moreno

Un paciente con tuberculosis recibe isoniacida en su trata-


miento, sin embargo, al cabo de unos meses se observa que el
paciente presenta recaída y su baciloscopía es positiva. Los aná-
lisis clínicos no reportan elevación de transaminasas hepáticas.

PREGUNTA 1.1
¿Qué tipo de fenotipo acetilador se espera que presente este
paciente y por qué?

RESPUESTA 1.1
La recaída del paciente puede ser por consecuencia de bajas
concentraciones plasmáticas de isoniacida por lo que no hay
acumulación que provoque daño hepático; esta situación ge-
neralmente se presenta cuando el metabolismo de este fár-
maco está aumentado. En este caso, se espera que el paciente
presente el fenotipo acetilador rápido para NAT2.

REFERENCIA
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sonalized medicine. Stanford: PharmGKB. Recuperado de
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316 Escuela de Ciencias


Caso 2

TEMA: Farmacocinética

Rosa del Carmen Milán Segovia 


Silvia Romano Moreno 
María Esther Flores Moreno

Un paciente epiléptico en tratamiento con carbamazepina du-


rante dos años presenta una buena respuesta al tratamiento an-
ticonvulsivante. El paciente ingresa al hospital por una neumonía
y es tratado inicialmente con eritromicina. Dos días después de
iniciar el tratamiento con el antibiótico el paciente manifiesta
visión borrosa, cefalea continua, reaparición de crisis convul-
sivas y mareo, efectos adversos propios de la carbamazepina.

PREGUNTA 2.1
¿Cuál es la razón de la presencia de dichos efectos adversos en
el paciente?

RESPUESTA 2.1
Los antibióticos macrólidos dan lugar a una elevación de los ni-
veles plasmáticos de carbamazepina como consecuencia de la
inhibición de su metabolismo hepático, en particular porque in-
hiben a la enzima CYP3A4.

PREGUNTA 2.2
¿Es necesario aumentar o disminuir la dosis de carbamazepina
para reducir los efectos adversos?

Universidad de las Américas Puebla 317


RESPUESTA 2.2
Si se considera clínicamente apropiado, lo ideal sería elegir otra alter-
nativa para la terapia antimicrobiana. Por ejemplo, la azitromicina es
también un macrólido pero no afecta los niveles plasmáticos de carba-
mazepina. Sin embargo, si el uso de eritromicina es necesario, entonces
se requiere reducir la dosis de carbamazepina durante el periodo de
tratamiento con eritromicina y monitorear al paciente.
Adicionalmente, y como parte de la anamnesis farmacológica, es
importante conocer si el paciente es un asiduo consumidor de toronja,
ya que se ha reportado que sus componentes son inhibidores de la en-
zima CYP3A4, así como si ha consumido bebidas alcohólicas y en qué
cantidades y frecuencia, ya que el etanol potencia los efectos de la
carbamazepina sobre el sistema nervioso central. Al respecto, se re-
querirá educar al paciente o reforzar el conocimiento que ya tenga. En
este caso, la incorporación de la eritromicina a la farmacoterapia es
claramente la causa de las reacciones adversas manifestadas, sin em-
bargo, para hacer una apropiada evaluación del caso, es necesario in-
vestigar otros posibles factores involucrados, así como educar al pa-
ciente para prevenir riesgos futuros.

REFERENCIA
Drugs.com (c1996-2018). Drug interactions checker. Recuperado
de https://www.drugs.com/

318 Escuela de Ciencias


Caso 3

TEMA: Medicamentos herbolarios

Ania Ochoa Pacheco


Lucila Isabel Castro Pastrana

Durante un viaje en avión, efectuado por un grupo de científi-


cos argentinos a la VI Conferencia Internacional de Neurología
en la Ciudad de México, se produjo en uno de los participantes
un cuadro hemorrágico nasal, por lo que se tomaron las medi-
das sanitarias correspondientes hasta el arribo al aeropuerto.
En la ciudad, el paciente fue trasladado a un hospital y como
resultado de la anamnesis farmacológica realizada se obtuvo
la siguiente información:
Toma heparina, pues sufrió hace poco tiempo de un trom-
boembolismo. Refiere haber tomado, hace dos días, por auto-
medicación tintura 50% de Zingiber officinale Roscoe (jengibre),
con el objetivo de prevenir los mareos y vómitos que le pro-
ducen los viajes aéreos; además sufre de litiasis biliar y úlcera
péptica.

PREGUNTA 3.1
¿Se podría considerar la hemorragia nasal producida en este pa-
ciente como una reacción adversa medicamentosa?

RESPUESTA 3.1
El jengibre se usa y ha demostrado cierta eficacia en el trata-
miento de las naúseas, el mareo por movimiento y el vértigo en
dosis hasta de 1 gramo de la raíz seca en polvo, vía oral. Esto se
debe a sus componentes el 6-gingerol, el 6-shogaol y la galano-
lactona que actúan sobre receptores de serotonina 5-HT3. Sus

Universidad de las Américas Puebla 319


efectos adversos más comunes son malestar abdominal, acidez esto-
macal, diarrea y ardor de boca y garganta; en dosis altas causa efec-
tos depresores en el sistema nervioso central y arritmias cardiacas. Los
componentes del jengibre también inhiben a la tromboxano sintetasa
causando antiagregación plaquetaria. Por lo tanto, en este caso el pa-
ciente experimentó una interacción entre su tratamiento anticoagu-
lante con heparina y el jengibre (sinergismo), ya que está reportado
que el uso concomitante puede aumentar el riesgo de sangrados. La
tintura de jengibre es una formulación común en varios países, sin
embargo, es importante determinar la cantidad de jengibre que con-
tiene la usada por el paciente.

PREGUNTA 3.2
¿Pudiera este paciente sufrir otra reacción RAM debido al consumo del
medicamento herbolario y las patologías que presenta?

RESPUESTA 3.2
Sí. Está reportado que en individuos que padecen de litiasis biliar el
uso del jengibre podría empeorar su condición. El médico del paciente
debiera valorar la pertinencia de que consuma jengibre, en este caso de
forma esporádica por automedicación, debido a sus viajes. Incluso,
como se ha reportado que posiblemente los componentes del jengibre
inhiben a la enzima COX (ciclooxigenasa), eventualmente el paciente
también podría empeorar de su úlcera gástrica con el consumo de jen-
gibre sin vigilancia médica.

REFERENCIA
Pharmacist’s Letter y Prescriber’s Letter. (2009). Natural Medicines
Comprehensive Database. Stockton, CA: Therapeutic Research
Faculty.

320 Escuela de Ciencias


Caso 4

TEMA: Medicamentos herbolarios

Ania Ochoa Pacheco


Lucila Isabel Castro Pastrana

Paciente femenina de 40 años presentó los siguientes síntomas:


vómitos, diarreas, epigastralgia, diaforesis, dolor abdominal, me-
norragia, tos intensa, hipotensión y deshidratación severa. En
entrevista realizada a familiar, se refirió que la paciente es hiper-
tensa en tratamiento con captopril, padece de trastornos circu-
latorios, consume diariamente cinco dientes de Allium sativum
L. por automedicación para contrarrestar los dolores osteoar-
ticulares que padece y para no ser picada por los mosquitos;
también utiliza hace veinte días en las comidas un preparado de
frutos maduros de Capsicum frutescens L.

PREGUNTA 4.1
¿Cuáles de los síntomas referidos se podrían considerar como
reacción adversa?

RESPUESTA 4.1
Prácticamente todos sus síntomas se podrían considerar como
reacción adversa. De Allium sativum los efectos adversos son
dosis dependientes e incluyen ardor de boca y ardor gastroin-
testinal, acidez, flatulencia, náusea, vómito y diarrea. Esto es
más común cuando se consume el ajo crudo. Por sus efectos
antitrombóticos y de aumento de la actividad fibrinolítica, el
ajo también aumenta el riesgo de sangrados y esto ocurre prin-
cipalmente cuando se consume crudo. También está reportado
que causa hipotensión.

Universidad de las Américas Puebla 32 1


Por su parte, el uso de Capsicum frutescens sí está aprobado por
FDA, pero en preparaciones tópicas de su ingrediente activo capsai-
cina, para dolores de artritis reumatoide y osteoartritis. Vía oral, un
preparado de Capsicum frutescens puede causar irritación gastroin-
testinal, sudoración y enrojecimiento de cabeza y cuello. Es necesario
conocer el contenido del «preparado» que consume ya que se reco-
mienda el fruto en dosis de 30-120 mg tres veces al día.
Se ha reportado que el uso tópico de Capsicum frutescens puede
contribuir al reflejo de la tos en un paciente bajo terapia con un inhibi-
dor de la enzima convertidora de la angiotensina, pero la significancia
clínica de la interacción es incierta. Por lo anterior, es probable que el
consumo de captopril en conjunto con el preparado de Capsicum frutes-
cens induzca o exacerbe la tos como reacción adversa en la paciente.

PREGUNTA 4.2
¿Qué información desde el punto de vista farmacéutico requeriría esta
paciente?

RESPUESTA 4.2
La paciente presenta problemas de salud no tratados que la han lle-
vado a automedicarse con productos naturales. Es crucial que reciba
educación sobre los beneficios y efectos adversos de dichos produc-
tos naturales y sobre la importancia de verificar su dosis, contenido
y procedencia; también se le debe educar sobre la interacción de estos
productos con los medicamentos alopáticos que toma y sobre la im-
portancia de no usarlos de manera indiscriminada ni prolongada sin
vigilancia médica. Asimismo, se le debe apoyar cuanto antes a abordar
y solucionar los problemas de salud que ahora tiene como consecuen-
cia de usar los productos naturales.

REFERENCIA
Pharmacist’s Letter y Prescriber’s Letter. (2009). Natural Medicines
Comprehensive Database. Stockton, CA: Therapeutic Research
Faculty.

32 2 Escuela de Ciencias
Caso 5

TEMA: Medicamentos herbolarios

Lucila Isabel Castro Pastrana

Un paciente diabético que tomaba metformina en dosis ade-


cuadas y que no había tenido cambios recientes en su farma-
coterapia, ingresó a un hospital con acidosis láctica, leucocito-
sis y cetoacidosis. El evento fue súbito con evolución tórpida.
El paciente estuvo poco más de las 24 horas en la UCI y falle-
ció. Se le encontró un absceso hepático apenas en formación.
Durante las indagaciones, la esposa proporcionó un trozo del
empaque de un «medicamento natural» en tabletas que veía
que su esposo tomaba para la disfunción eréctil. El recorte que
proporcionó la esposa del paciente tenía la información de los
ingredientes del producto: extracto seco de corteza de Muira
puama (Ptychopetalum olacoides), extracto seco de corteza
de Catuaba (Trichilia catigua), minerales, vitaminas, L-argi-
nina, L-taurina y excipientes comunes. La caja del producto
marcaba caducidad vigente y una tabla de «información nu-
trimental», indicando además un «uso sugerido» de una a dos
tabletas al día.
Intrigado por el caso, el médico tratante contactó a la far-
macéutica responsable de la unidad de farmacovigilancia del
hospital, quien después de hacer una revisión bibliográfica ex-
haustiva sobre el producto, sus componentes, posibles reportes
previos de sus efectos y de sus ingredientes por separado, así
como de interacciones reportadas con enfermedades o medi-
camentos, no encontró nada concluyente en la literatura.

Universidad de las Américas Puebla 32 3


PREGUNTA 5.1
¿Qué acciones debe tomar el médico que atendió al paciente?

RESPUESTA 5.1
A través de la unidad de farmacovigilancia debe levantar un reporte de
farmacovigilancia narrando el caso a detalle e indicando a este «suple-
mento alimenticio» como el producto sospechoso de causar el evento
adverso fatal en uso concomitante con la metformina.
Es muy importante empezar a generar evidencia sobre los posibles
efectos de este tipo de productos empleados solos o en combinación
con medicamentos, de modo que se regulen y vigilen con mayor rigor
por parte de las autoridades sanitarias.

REFERENCIA
Castro-Pastrana, L. I. (2015). Seguridad de los medicamentos en el hos-
pital: conceptos y aplicaciones de la farmacovigilancia. En: L. I.,
Castro-Pastrana y S. G., Salas-Rojas, Farmacovigilancia: la seguri-
dad de los medicamentos en el siglo XXI. Puebla: Editorial UDLAP.

32 4 Escuela de Ciencias
Caso 6

TEMA: Errores de medicación

Silvia Guadalupe Salas Rojas

Paciente masculino de 50 años edad de nombre Andrés, con he-


rida infectada del miembro inferior izquierdo. Alérgico a peni-
cilinas; casi llega a coma por tomar estos medicamentos. Por lo
anterior, se le prescribió tratamiento con ciprofloxacino por
diez días. Andrés regresa a la clínica porque continuaba con la
infección; como lo atiende otro médico, durante la entrevista le
manifiesta que es alérgico a penicilinas. El médico le prescribe
dicloxacilina y Andrés se va a casa. Como consecuencia, Andrés
regresa al servicio de urgencias por presentar angioedema, eri-
tema generalizado, prurito y edema en ambas piernas. Después
de que Andrés es estabilizado, el personal a su cuidado habla
al servicio de farmacovigilancia para analizar el caso. Se hace
la entrevista al paciente el cual estaba molesto porque él sí le
dijo al médico de su alergia; cuando se le solicitan los datos del
medicamento, entrega la caja de dicloxacilina la cual no indica
número de lote ni fecha de caducidad.

PREGUNTA 6.1
¿Se trató de un error de medicación o de una reacción adversa?

RESPUESTA 6.1
De acuerdo con el historial del paciente, quien tenía antece-
dentes de sensibilidad a penicilinas, el administrar dicloxaci-
lina fue un error de medicación que pudo ocasionar un des-
enlace fatal. La dicloxacilina es un fármaco antibacteriano
resistente a beta-lactamasas, de la familia de las penicilinas. El
error de prescripción condicionó una reacción adversa severa.

Universidad de las Américas Puebla 32 5


En relación con el etiquetado incompleto, es importante informar
al paciente que no es adecuado tomar medicamentos caducados o sin
saber su caducidad porque pueden provocar problemas graves a la sa-
lud. Asimismo, las etiquetas incompletas también pueden fomentar
errores de medicación y resulta importante considerar estos hallaz-
gos en la condición del empaque ya que podría tratarse de un medi-
camento falsificado, por lo que además del seguimiento clínico, se
recomienda notificar al laboratorio productor para descartar la posi-
bilidad de la falsificación.

REFERENCIA
Norma Oficial Mexicana NOM-220-SSA1-2016 (2017). Instalación y ope-
ración de la farmacovigilancia. Diario Oficial de la Federación. Re-
cuperado de http://dof.gob.mx/nota_detalle.php?codigo=5490
830&fecha=19/07/2017

32 6 Escuela de Ciencias
Caso 7

TEMA: Errores de medicación

Lucila Isabel Castro Pastrana

A una paciente de 53 años de edad, con un día de hospitaliza-


ción y con diagnóstico de compresión lumbar a nivel de L5 post
operada, se le prescribió la siguiente terapia farmacológica:

Medicamento Fecha Hora de la indicación


Ketoprofeno 1 septiembre de 2018 8:00 h
Ketorolaco 1 septiembre de 2018 14:00 h
Buprenorfina 1 septiembre de 2018 18:15 h
Zolpidem 1 septiembre de 2018 23:00 h

El día 2 de septiembre de 2018 a las 8:00 horas, comentó el


médico de guardia que la paciente presentó depresión respira-
toria por lo que se cambió de servicio y pasó a terapia intensiva.
El caso es reportado al servicio de farmacovigilancia donde se
valoró la medicación prescrita y se encontraron dos interaccio-
nes de grado alto.

• Ketoprofeno-ketorolaco
• Buprenorfina-zolpidem (siendo la segunda la causante
de la depresión respiratoria)

Inmediatamente se le comunicó al médico de terapia inter-


media y dio la indicación de reducir dosis a la mitad de zolpidem
y administrar buprenorfina PRN en caso de dolor muy intenso.
La paciente quedó bajo observación una vez modificadas las in-
dicaciones, los días posteriores no presentó complicación alguna
al respecto. El día 8 de septiembre fue dada de alta.

Universidad de las Américas Puebla 32 7


PREGUNTA 7.1
¿Qué acciones debe tomar la unidad de farmacovigilancia del hospital?

RESPUESTA 7.1
Dado que se evaluó la prescripción y se encontró que una de las inte-
racciones de alta significancia clínica estuvo involucrada en el acon-
tecimiento adverso, éste fue prevenible ya que al parecer no se realizó
la validación de la prescripción o, en su defecto, la conciliación de la
medicación, por lo tanto, se trató de un error de medicación del tipo
«error de monitorización». El error comprometió la vida de la paciente
pues requirió intervención en terapia intensiva, por lo tanto, es un
error categoría H, según el National Coordinating Council for Medica-
tion Error Reporting and Prevention (NCCMERP).
Conforme a la NOM-220-SSA1-2016 y a las buenas prácticas inter-
nacionales en materia de errores de medicación, el acontecimiento
debe evaluarse y documentarse a través de un formato interno que fa-
cilite la gestión de riesgos y la implementación de acciones de mejora
en la atención sanitaria dentro de la institución; así como notificarse
a la autoridad sanitaria en la plataforma disponible para ello.

REFERENCIAS
European Medicines Agency (EMA) (2015). Good practice guide on re-
cording, coding, reporting and assessment of medication errors.
Recuperado de http://www.ema.europa.eu/docs/en_GB/do-
cument_library/Regulatory_and_procedural_guideline/2015/11/
WC500196979.pdf
National Coordinating Council for Medication Error Reporting and Pre-
vention (2001). NCC MERP Taxonomy of medication errors. Recu-
perado de https://www.nccmerp.org/sites/default/files/taxo-
nomy2001-07-31.pdf
Schumock, G. T. y Thornton, J. P. (1992). Focusing on the preventability
of adverse drug reactions. Hosp. Pharm., 27(6), 538.
Winterstein, A. G., Hatton, R. C., Gonzalez-Rothi, R. et al. (2002). Iden-
tifying clinically significant preventable adverse drug events
through a hospital’s database of adverse drug reaction reports.
Am. J. Health Syst. Pharm., 59(18), 1742-9.

32 8 Escuela de Ciencias
Caso 8

TEMA: Tecnovigilancia

Rodrigo Ortíz Islas


Lucila Isabel Castro Pastrana

Al iniciar la administración de un citostático en un centro oncoló-


gico, se presentó una fuga en el set de infusión y ocurrió un derrame
de la solución medicamentosa sobre el equipo de protección de la
enfermera que estaba a cargo del proceso. Ni el paciente ni la enfer-
mera presentaron daño alguno como resultado de dicho incidente.

PREGUNTA 8.1
¿Se debe realizar y notificar un reporte de tecnovigilancia?

RESPUESTA 8.1
Es importante recordar que todas las acciones que se toman deriva-
das tanto de las actividades de farmacovigilancia como de tecnovi-
gilancia, deben ir enfocadas a la seguridad del paciente y también
de otros usuarios. Por lo tanto, la preocupación de si se debe reali-
zar un reporte o no y a quién, es subsecuente al cumplimiento de la
misión de toda unidad de tecnovigilancia que deberá consistir en
garantizar la seguridad de pacientes y usuarios previniendo inciden-
tes y maximizando los beneficios de todos los insumos que se usan
en la institución. Ante este escenario y tomando al pie de la letra los
tres criterios que debe cumplir cualquier incidente para considerarse
adverso y tener que notificarse al Centro Nacional de Farmacovigilan-
cia (CNFV) de acuerdo a la NOM-240-SSA1-2012, lo ocurrido con el set
de infusión no es notificable al CNFV. Sin embargo, se recomienda re-
portar al proveedor, lo que le permitirá hacer una investigación para
asegurar que no haya una falla en su proceso de producción y, por
consiguiente, prevenir riesgos. Dicha información también es impor-

Universidad de las Américas Puebla 32 9


tante ya que en los casos donde las tendencias son altas y se determina
un probable problema de producción, los fabricantes pueden emitir
recalls voluntarios permitiéndoles realizar mejoras en su sistema de
calidad e incidir positivamente en la seguridad del paciente, así como
prevenir riesgos a futuro. De igual manera, el centro oncológico ha-
brá de activar su código de descontaminación y aplicar su protocolo
de manejo de citotóxicos ya que el incidente afectó y puede afectar en
el futuro al personal de enfermería, así como poner en riesgo la salud
de los pacientes.

REFERENCIA
Norma Oficial Mexicana NOM-240-SSA1-2012 (2012). Instalación y ope-
ración de la tecnovigilancia. Diario Oficial de la Federación. Re-
cuperado de http://dof.gob.mx/nota_detalle.php?codigo=52758
34&fecha=30/10/2012

33 0 Escuela de Ciencias
Caso 9

TEMA: Tecnovigilancia

Rodrigo Ortíz Islas


Lucila Isabel Castro Pastrana

Durante un proceso quirúrgico la enfermera recibió una descarga


eléctrica al desconectar un equipo de monitoreo. Debido a esto la
enfermera se ausentó por incapacidad durante tres días del hospital.

PREGUNTA 9.1
¿Qué acciones debe tomar la unidad de tecnovigilancia del hospital?

RESPUESTA 9.1
El incidente adverso debe notificarse tanto a la autoridad sanitaria
como al productor o titular del registro sanitario en México.

REFERENCIA
Norma Oficial Mexicana NOM-240-SSA1-2012 (2012). Instalación y
operación de la tecnovigilancia. Diario Oficial de la Federación.
Recuperado de http://dof.gob.mx/nota_detalle.php?codigo=5
275834&fecha=30/10/2012

Universidad de las Américas Puebla 331


Caso 10

TEMA: Tecnovigilancia

Rodrigo Ortíz Islas


Lucila Isabel Castro Pastrana

Al destapar un set de su empaque el farmacéutico detectó que


una pieza no está incluida, por lo tanto, lo cambia por otro y
continua con el proceso de purgado, sin embargo, hay un re-
traso en la terapia crítica del paciente cuya presión arterial
aumentó hasta 210 mmHg en el periodo en el que se dejó de
administrar el medicamento que requería.

PREGUNTA 10.1
¿Se debe realizar un reporte de tecnovigilancia?

RESPUESTA 10.1
Con base en las implicaciones de daño al paciente, el caso sí
debe notificarse como incidente adverso a la autoridad sanita-
ria y también al laboratorio productor.

REFERENCIA
Norma Oficial Mexicana NOM-240-SSA1-2012 (2012). Instalación
y operación de la tecnovigilancia. Diario Oficial de la Fede-
ración. Recuperado de http://dof.gob.mx/nota_detalle.ph
p?codigo=5275834&fecha=30/10/2012

33 2 Escuela de Ciencias
Caso 11

TEMA: Tecnovigilancia

Rodrigo Ortíz Islas


Lucila Isabel Castro Pastrana

Un paciente acudió a la clínica de estomatología de una institución


de salud para realizarse un tratamiento endodóntico. El odontólogo
en turno conoce bien la técnica, las soluciones de irrigación de con-
ductos recomendadas y el protocolo de actuación, sin embargo, la
institución carece de diques de hule para aislar la zona de trabajo
en condiciones estrictas, por lo que el profesional procede a utilizar
rollos de algodón para el aislamiento. Llena la jeringa desechable di-
rectamente del envase de la solución de hipoclorito de sodio al 5%
y comienza a irrigar cuidadosamente y de forma abundante los con-
ductos radiculares del diente afectado, por lo que se satura el algo-
dón y empieza a escurrir sobre la ropa del paciente. Al momento el
paciente se queja por dolor de garganta y sensación de quemazón
pues siente que ha deglutido parte de la solución irrigante, refiere
que la boca le sabe a cloro, presenta edema de los tejidos blandos
adyacentes a la zona de trabajo, así como dolor e irritación en la piel
de la zona peribucal del lado izquierdo.

PREGUNTA 11.1
¿Qué papel podría tener la unidad de tecnovigilancia de la institu-
ción en casos como éste?

RESPUESTA 11.1
Se ha reportado que las concentraciones de hipoclorito de sodio
referidas en las etiquetas de los productos comerciales de uso do-
méstico disponibles en México, y empleados comúnmente por los

Universidad de las Américas Puebla 333


especialistas en endodoncia, no son las concentraciones recomenda-
das en la literatura (5.5% p/v y 2.5% p/v). Algunas tienen concentra-
ciones mayores que podrían causar daño tisular cuando la irrigación
es inadecuada y sin aislamiento.
Dado que realizar la irrigación sin dique de hule aumenta el riesgo
de lesiones tisulares, la unidad de tecnovigilancia debe dar a conocer
sus actividades a toda la institución para que, ante incidentes como
éste, el odontólogo se dirija a ella y se documente internamente el in-
cidente y, con base en esta evidencia, se tomen acciones como, por
ejemplo, gestionar la existencia de los materiales requeridos para
cumplir con el protocolo preventivo de riesgos en este tipo de proce-
dimientos. La técnica del especialista también podría optimizarse y
optar por diluir previamente la solución de hipoclorito incrementando
la frecuencia de irrigación, de modo que siga siendo efectivo el proce-
dimiento, pero más seguro. También puede optarse por comprar una
solución de hipoclorito más diluida y de preferencia etiquetada para
su uso en procedimientos endodónticos.

REFERENCIA
Cárdenas-Bahena, A., Sánchez-García, S., Tinajero-Morales, C., Gonzá-
lez-Rodríguez, V. M. y Baires-Várguez, L. (2012). Hipoclorito de so-
dio en irrigación de conductos radiculares: sondeo de opinión y
concentración en productos comerciales. Rev. Odont. Mex., 16(4),
252-258.

334 Escuela de Ciencias


Caso 12

TEMA: Tecnovigilancia

Lucila Isabel Castro Pastrana


Rodrigo Ortíz Islas

Desde hace aproximadamente seis meses en un hospital, se han ve-


nido usando indistintamente dos soluciones desinfectantes, A y B,
para la limpieza de instrumentos en quirófano. Samuel, un enfer-
mero, se percata de que la solución A está etiquetada como solu-
ción desinfectante de alto nivel y acción esporicida, y su instructivo
de uso la indica para reprocesar productos sanitarios semicríticos
(es decir, aquellos que entran en contacto con las membranas, mu-
cosas o piel no intacta, pero no previstos para utilizarse en áreas
normalmente estériles del cuerpo) sensibles al calor (por ejemplo,
endoscopios y sondas para ecocardiografías transesofágicas). Mien-
tras que la solución B declara en su etiqueta poder usarse en material
quirúrgico, pero no cuenta con las especificaciones de alto poder
desinfectante en su manual de uso, su fórmula no contiene ni glu-
taraldehído ni ortoftalaldehído y se identifica como solución desin-
fectante de nivel intermedio.
Ambas soluciones siempre se desechan directamente al des-
agüe al finalizar su uso, pero la solución A declara en su instructivo
que es nociva para los organismos acuáticos y que se debe neutra-
lizar primero con glicina antes de verter la solución residual neutrali-
zada al medio ambiente e incluso enjuagar después el desagüe con
abundante agua.
Samuel es miembro del comité de control de infecciones del
hospital y en los últimos meses ha incrementado la incidencia de
infecciones nosocomiales posquirúrgicas por lo que se están anali-
zando todas las posibles causas y factores involucrados.

Universidad de las Américas Puebla 335


PREGUNTA 12.1
Dado que las soluciones desinfectantes se consideran dispositivos mé-
dicos, Samuel reporta la situación a la unidad de tecnovigilancia de su
hospital. ¿Cómo debe proceder la unidad de tecnovigilancia ante este
reporte?

RESPUESTA 12.1
Teniendo la prevención de riesgos y la seguridad de los pacientes como
prioridades, la unidad de tecnovigilancia debe liderar la investigación
del caso con base en los siguientes aspectos:
La posibilidad de que el personal que está usando indistintamente
las soluciones A y B esté incurriendo en un error en la práctica ya sea
por necesidad, desconocimiento, falta de información u otras razones.
Esto implicaría determinar si se está haciendo un uso off-label (fuera
de etiqueta) de estos dispositivos médicos y/o un mal uso de ellos, por
lo que habría que reportar lo ocurrido al productor/proveedor para
que refuerce la información relacionada con su producto. También se
deberá evaluar la necesidad de capacitación del personal implicado.
La evaluación de la etiqueta y de los instructivos de uso de am-
bos productos, A y B, para valorar si la información es ambigua, in-
completa o errónea. De ser así, es importante notificar de inmediato
al productor/proveedor pues puede tratarse incluso de un producto
falsificado. Esto implica riesgos para el fabricante original, proveedo-
res, pacientes, la práctica asistencial de los profesionales de la salud,
el sistema sanitario en general y, desde luego, para la salud pública.
La notificación al productor/proveedor también permite acciones de
mejora en el etiquetado para prevenir riesgos a futuro, y que se inten-
sifique la capacitación del personal de su fuerza de ventas para que
provea a los usuarios de la información necesaria y precisa, de modo
que su producto se use exactamente conforme a sus especificaciones.
Ciertamente, todo productor de dispositivos médicos comprometido
con la seguridad del paciente cuenta con un sólido sistema de tecno-
vigilancia que atiende todas estas necesidades y escenarios cuando es
requerido por los profesionales de la salud.

336 Escuela de Ciencias


La determinación de una posible correlación entre el uso de las
soluciones desinfectantes y el aumento de las infecciones nosoco-
miales, de modo que se establezcan a la brevedad estrategias de ges-
tión de riesgos adicionales a las arriba mencionadas, para proteger a
futuros pacientes.
Finalmente, es importante que el hospital implemente gradual-
mente acciones conjuntas de ecofarmacovigilancia entre sus unida-
des de fármaco y tecnovigilancia, así como con otras áreas, de modo
que, en este ejemplo, se procure que las soluciones desinfectantes se
neutralicen y desechen como está indicado para reducir en lo posible
el impacto ambiental.

REFERENCIAS
Castro-Pastrana, L. I., Baños-Medina, M. I., López-Luna, M. A, Torres-
García, B. L. (2015). Ecofarmacovigilancia en México: perspectivas
para su implementación. Rev. Mex. C. Farm., 46(3), 16-40.
Norma Oficial Mexicana NOM-137-SSA1-2008 (2008). Etiquetado de
dispositivos médicos. Diario Oficial de la Federación. Recupe-
rado de https://dof.gob.mx/nota_detalle.php?codigo=5074071
&fecha=12/12/2008
Norma Oficial Mexicana NOM-240-SSA1-2012 (2012). Instalación y ope-
ración de la tecnovigilancia. Diario Oficial de la Federación. Re-
cuperado de http://dof.gob.mx/nota_detalle.php?codigo=5275
834&fecha=30/10/2012

Universidad de las Américas Puebla 337


Caso 13

TEMA: Farmacogenética

Silvia Guadalupe Salas Rojas


Lucila Isabel Castro Pastrana

Paciente masculino de 19 años asiático, 30 kg de peso, atendido


en un hospital mexicano de la ciudad de Tijuana. Tenía diag-
nóstico de sarcoma de Kaposi y, posteriormente, se le hizo una
biopsia y se encontró una coccidioidomicosis diseminada que
requirió más de cien días de hospitalización. Tras un análisis
de los medicamentos administrados se encontró que tuvo va-
rios episodios de complicaciones, entre ellos dos atribuidos
a reacciones adversas de los medicamentos (RAM), en particu-
lar por voriconazol (visión borrosa, diplopía, alteraciones de la
percepción visual, edema cerebral, hipertensión intracraneal,
sudoración y convulsiones) y por meropenem (rash cutáneo en
cuello y pecho, diaforesis, náuseas, vómitos y taquicardia). Las
RAM fueron documentadas con revisión bibliográfica y evi-
dencia clínica. Ambas reacciones adversas fueron severas.

PREGUNTA 13.1
¿Qué consideraciones se debieron tomar en cuenta en la tera-
pia de este paciente?

RESPUESTA 13.1
Primeramente, los casos de pacientes chinos con coccidioido-
micosis no son comunes debido a que el continente asiático no
es una zona endémica de esta enfermedad; los casos reporta-
dos son principalmente de California, Arizona y Norte de Mé-

338 Escuela de Ciencias


xico. Las complicaciones potenciales de mortalidad y morbilidad de
coccidioidomicosis en estos pacientes son numerosas.  
En lo que respecta a la administración de medicamentos era im-
portante considerar la variabilidad étnica en la respuesta a la farma-
coterapia como factor de riesgo. El voriconazol es metabolizado por
las isoenzimas del citocromo P450 hepático CYP2C19 (principalmente),
CYP2C9 y CYP3A4. Este antifúngico posee una farmacocinética no lineal
porque se satura su metabolismo, alcanzando el estado de equilibrio
a los cinco o seis días de tratamiento. Los metabolizadores lentos
presentarían concentraciones plasmáticas más altas de voricona-
zol poniéndolos en mayor riesgo de toxicidad. En población de ori-
gen asiático se han registrado frecuencias poblacionales del 1% para
el fenotipo metabolizador «ultra rápido» (genotipos CYP2C19*1/*17
y *17/*17), 35-43% de metabolizadores extensivos (genotipo
CYP2C19*1/*1), 43-46% de metabolizadores intermedios (genoti-
pos CYP2C19*1/*2, *1/*3, *2/*17 y *3/*17), y 14-19% para el fenotipo me-
tabolizador pobre (CYP2C19*2/*2, *2/*3 y *3/*3). A este último grupo
podría pertenecer el paciente de este caso.
Actualmente, el Consorcio para la Implementación de la Farmaco-
genética Clínica (CPIC, por sus siglas en inglés) ya cuenta con una guía
validada para la dosificación de voriconazol con base en el genotipo
del paciente. Esta guía recomienda seleccionar un agente alternativo
que no sea dependiente del metabolismo de CYP2C19 en adultos que
sean metabolizadores ultrarrápidos del CYP2C19, metabolizadores rá-
pidos o metabolizadores pobres. Dichos agentes incluyen al isavuco-
nazol, la anfotericina B liposomal y al posaconazol. En el caso de que
se considere que el voriconazol es el agente más apropiado, con base
en el criterio y experiencia del médico tratante, entonces para un pa-
ciente con un genotipo asociado al fenotipo de metabolizador po-
bre, el voriconazol debe administrarse a dosis más bajas que las usua-
les y deben monitorearse cuidadosamente los niveles plasmáticos del
fármaco.
Por otra parte, aunque meropenem es un antibiótico bien tole-
rado por la mayoría de los pacientes, el paciente del caso mostró una
mayor susceptibilidad a sus efectos adversos.

Universidad de las Américas Puebla 339


Adicionalmente, se ha reportado que el meropenem inhibe a
las isoenzimas CYP2C19 y CYP3A4 pudiendo incrementar los niveles
plasmáticos de fármacos que se metabolizan por estas enzimas (por
ejemplo, el voriconazol) y que se administran simultáneamente con el
meropenem; el mayor riesgo se tiene cuando los fármacos concomi-
tantes son de margen terapéutico estrecho. Lo anterior sugiere que
el paciente del caso pudo haber experimentado una interacción far-
macológica entre el meropenem y el voriconazol, la cual incrementó
los niveles en sangre del segundo.
Desafortunadamente, muy pocos hospitales realizan el monito-
reo de los niveles plasmáticos de fármacos. Tampoco es común que se
haga un ajuste de dosis con base en el genotipo del paciente para en-
zimas del metabolismo, transportadores de membrana o receptores
de fármacos que ya cuentan con información bibliográfica validada.
Ambas estrategias deben promoverse por el farmacéutico para que en
el corto plazo se implementen en el ámbito hospitalario y contribuyan
a garantizar farmacoterapias más eficaces y seguras.
Por lo anterior, en casos como éste resulta de suma relevancia el
monitoreo del paciente para un ajuste de dosis, en su defecto empí-
rico, y con base en su respuesta al tratamiento, minimizar los riesgos
para el paciente seleccionando otros fármacos u otros regímenes de
dosificación.
Finalmente, es de suma relevancia notificar las reacciones adver-
sas presentadas por el paciente.

REFERENCIAS
Mahmoudi, M., Brenner, T., Hatiboglu, G., Burhenne, J., Weiss, J., Wei-
gand, M. A. y Haefeli, W. E. (2017). Substantial impairment of vo-
riconazole clearance by high-dose meropenem in a patient with
renal failure. Clin. Infect. Dis., 65(6), 1033-1036.
Moriyama, B., Obeng, A. O., Barbarino, J. et al. (2017). Clinical Phar-
macogenetics implementation consortium (CPIC) guidelines for
CYP2C19 and voriconazole therapy. Clin. Pharmacol. Ther., 102(1),
45-51.

34 0 Escuela de Ciencias
Obeng, A. O., Egelund, E. F., Alsultan, A., Peloquin, C. A. y Johnson,
J. A. (2014). CYP2C19 polymorphisms and therapeutic drug monitoring
of voriconazole: are we ready for clinical implementation of pharma-
cogenomics? Pharmacotherapy, 34(7), 703-718.
Salas-Rojas, S. G. y Avilés-Valverde, J. (2012). Intervención del far-
macéutico en la terapia medicamentosa de un paciente asiático radi-
cado en la ciudad de Tijuana, B. C., México. NOTICONAQUIC, 57: 50-53.

Universidad de las Américas Puebla 341


Caso 14

TEMA: Nanomedicamentos

Aracely Angulo Molina


Miguel Ángel Méndez Rojas 
Silvia Guadalupe Salas Rojas

Juan es un niño veracruzano de seis años diagnosticado desde


su primer año de vida con anemia falciforme. A finales de no-
viembre de 2013 fue diagnosticado con leucemia linfoblástica
aguda. Sus padres decidieron trasladarse inmediatamente a To-
luca, Estado de México donde tienen familiares que los pueden
apoyar económicamente para recibir su primer tratamiento
quimioterapéutico estándar. La primera sesión de quimiote-
rapia para el paciente fue complicada presentándose fiebre
neutropénica, requiriendo hospitalización. Por ello se decidió
agregar a su régimen de tratamiento un nanomedicamento
a base de pegfilgrastim en dosis única. Al día siguiente Juan
presentó fuertes dolores en manos y pies, con zonas tumefac-
tas y muy dolorosas en el pie derecho, proceso diagnosticado
como dactilitis. Su biometría hemática indicó anemia, volu-
men corpuscular bajo y la presencia de un número elevado de
drepanocitos.

PREGUNTA 14.1
¿Puede relacionarse la dactilitis al tratamiento con la nanofor-
mulación de pegfilgrastim?

RESPUESTA 14.1
De acuerdo a la literatura un 31% de los pacientes que reciben
pegfilgrastim presentan dolor músculoesquelético (mialgia, ar-

342 Escuela de Ciencias


tralgia, dolor en las extremidades, dolor en la espalda, dolor muscu-
loesquelético, dolor en el cuello). Con esto podríamos decir que sí es
una reacción adversa del medicamento, pero la definición de dactilitis
es la «inflamación de un dedo de la mano o del pie». Múltiples causas
pueden producir inflamación de los dedos, aunque este término pa-
rece emplearse sólo en determinadas patologías. Se trata de una ma-
nifestación típica de las espondiloartropatías y especialmente de la
artritis psoriásica; también se denomina «dedo en salchicha». Por su
etiopatogénesis, se clasifican como dactilitis inflamatorias (espondi-
loartropatías, gota o sarcoidosis), dactilitis infecciosas (tuberculosis,
sífilis o dactilitis distal ampollosa) o dactilitis no inflamatorias (ane-
mia de células falciformes). Por la patología del paciente con inmuno-
depresión puede presentar la dactilitis y no precisamente tratarse de
un evento adverso atribuible al pegfilgratim. Se tendrían que evaluar
más objetivamente los efectos presentados por el paciente mediante
la valoración clínica, un seguimiento farmacoterapéutico integral y un
análisis detallado del caso, antes de proceder con la documentación y
notificación de una sospecha de reacción adversa.

PREGUNTA 14.2
¿Pudo el traslado de Juan desde el puerto de Veracruz hasta Toluca, la
ciudad a mayor altura sobre el nivel del mar en México (2,680 m), exa-
cerbar la reacción adversa observada?

RESPUESTA 14.2
La altura afecta enormemente a los humanos. Cuando el cuerpo se en-
cuentra a más de dos mil metros sobre el nivel de mar, la saturación
de la oxihemoglobina comienza a disminuir drásticamente. Afortuna-
damente, el cuerpo humano posee adaptaciones a corto y largo plazo
que le ayudan a compensar, en forma parcial, la falta de oxígeno, sin
embargo, por los cambios de altura, las personas pueden presentar
dolor de cabeza, insomnio y vértigo, pérdida de apetito, náuseas, dis-
nea anormal al esfuerzo y disminución de la diuresis, entre otros sín-
tomas. Por lo anterior, el cambio de ciudad pudo haber condicionado
la exacerbación de la sintomatología del paciente.

Universidad de las Américas Puebla 343


REFERENCIAS
Angulo-Molina, A., Méndez-Rojas, M. A. y Salas-Rojas, S. G. (2017). Far-
macovigilancia de nanomedicamentos. En: L. I., Castro-Pastrana
y S. G., Salas-Rojas, Retos actuales en farmacovigilancia: una vi-
sión integral de los desafíos de la atención sanitaria. Puebla: Edi-
torial UDLAP.
Drugs.com (c1996-2018). Pegfilgrastim. Recuperado de https://www.
drugs.com/

344 Escuela de Ciencias


Caso 15

TEMA: Nanomedicamentos

Aracely Angulo Molina


Miguel Ángel Méndez Rojas 
Silvia Guadalupe Salas Rojas

Mujer norteamericana de 56 años que en los ochenta se infectó con


el virus VIH al recibir una transfusión sanguínea. Recibió tratamien-
tos profilácticos, pero desde hace cinco años su seguro no cubre los
tratamientos por lo que le ha sido difícil pagarlos con sus ingresos,
de ahí que no sea constante en sus visitas médicas y revisiones. Hace
dos años, cuando le fue diagnosticado sarcoma de Kaposi, recibió di-
ferentes tratamientos incluyendo la triada de doxorubicina, bleomi-
cina y vincristina, sin embargo, hace un mes tuvo una remisión, pero
gracias a un nuevo programa del sistema de salud tuvo acceso a un
nanomedicamento a base de doxorubicina liposomal. Después del
tratamiento presentó cuadros agudos de vómito, náusea y diarrea
que mejoraron a los pocos días. También presentó una fuerte infla-
mación de boca, encías y lengua. Las lesiones del sarcoma de Kaposi
en piel y mucosas han disminuido en la última semana.

PREGUNTA 15.1
¿Pueden adjudicarse al nanomedicamento todas las manifestaciones
clínicas observadas tras iniciado el tratamiento?

RESPUESTA 15.1
Está reportado que las formulaciones de doxorubicina liposomal,
a diferencia de la doxorubicina convencional, tienen un potencial
reducido de causar necrosis tisular local y, posiblemente, una inci-
dencia reducida de cardiotoxicidad. Específicamente en pacientes

Universidad de las Américas Puebla 345


tratados para el sarcoma de Kaposi relacionado con el sida en ensayos
aleatorizados, se produjeron náuseas en el 17%, vómitos en el 8%,
diarrea en el 8% y estomatitis en el 7% de los pacientes. También se
reportó moniliasis oral en el 5.5% de estos pacientes y en 1 al 5% se pre-
sentaron efectos adversos gastrointestinales como ulceración de la
boca, glositis, estreñimiento, estomatitis aftosa, anorexia, disfagia y
dolor abdominal. Por lo anterior, es necesario revisar el horario en el
que se administraron los medicamentos del paciente para poder ad-
judicar con certeza dichos efectos al nanomedicamento.

PREGUNTA 15.2
¿Se debe eliminar el nanomedicamento como parte de su tratamiento?

RESPUESTA 15.2
En este caso se recomienda evaluar el riesgo-beneficio para el pa-
ciente ya que las lesiones del sarcoma disminuyeron, es decir, el na-
nomedicamento está siendo efectivo. Si las reacciones adversas son
muy severas se puede premedicar para disminuir la severidad.
Dado que la principal toxicidad limitante de la dosis del nanome-
dicamento en cuestión es la mielosupresión (comúnmente leucopenia
y neutropenia, así como anemia y trombocitopenia), es muy impor-
tante monitorear al paciente.
Tras el análisis del caso, es de suma relevancia notificar las reaccio-
nes adversas presentadas por el paciente.

REFERENCIAS
Medicinescomplete.com (2018). AHFS Drug Information. London:
Pharmaceutical Press. Recuperado de http://www.new.medici-
nescomplete.com
Angulo-Molina, A., Méndez-Rojas, M. A. y Salas-Rojas, S. G. (2017). Far-
macovigilancia de nanomedicamentos. En: L. I., Castro-Pastrana
y S. G., Salas-Rojas, Retos actuales en farmacovigilancia: una vi-
sión integral de los desafíos de la atención sanitaria. Puebla: Edi-
torial UDLAP.

34 6 Escuela de Ciencias
Caso 16

TEMA: Estudios de bioequivalencia

Montserrat Vallejo Dennis

Considere un estudio para demostrar la bioequivalencia entre el


medicamento innovador (medicamento de referencia) y un gené-
rico (medicamento de prueba) del fármaco pramipexol con 28 vo-
luntarios sanos participantes, dosis única, una tableta de liberación
inmediata de 1 mg de la base (1.5 de la sal) por vía oral. Estudio cru-
zado, aleatorizado, doble ciego, longitudinal y prospectivo, dos tra-
tamientos, dos periodos, con un periodo de lavado de, al menos,
siete vidas medias de eliminación entre los periodos del estudio (ver
figura 8.1). Los grupos asignados a cada secuencia de tratamiento
fueron balanceados aleatoriamente.

Sesión I Sesión II
Esquema 1
Referencia Prueba
aleatorización

Lavado

Sujetos Datos

Prueba Referencia
Esquema 2

Figura 8.1
Diseño experimental cruzado clásico empleado en estudios de
bioequivalencia.

El análisis farmacocinético consistió en la determinación de la


biodisponibilidad en velocidad y en magnitud del pramipexol, cal-
culando los parámetros farmacocinéticos AUC0-t y Cpmax. Para la

Universidad de las Américas Puebla 347


determinación de la concentración plasmática de pramipexol se uti-
lizó un método analítico validado de manera previa al estudio clínico,
tomando como referencia un estudio piloto en el que se demostró la
sensibilidad del método con una dosis única de 0.18 mg de la base de
pramipexol vía oral. Los medicamentos de referencia y de prueba fue-
ron cegados para todo el personal clínico y para los voluntarios par-
ticipantes. En el protocolo de investigación está establecido que la
secuencia de tratamientos únicamente se abre para el análisis esta-
dístico y en caso de presentarse un evento adverso que pueda poner
en riesgo la integridad de los voluntarios.
De acuerdo con los estudios preclínicos y clínicos después de su
administración oral, el pramipexol se absorbe rápida y completa-
mente. La biodisponibilidad absoluta es mayor del 90%, obtenién-
dose concentraciones plasmáticas máximas al cabo de una a tres
horas. El rango de absorción del medicamento disminuye con los ali-
mentos, el pramipexol tiene una cinética lineal y una variación plas-
mática relativamente pequeña entre sujetos.
Durante el primer periodo del estudio, aproximadamente sesenta
minutos después de la administración, algunos de los voluntarios par-
ticipantes comenzaron a reportar náuseas y somnolencia severa y a los
noventa minutos algunos manifestaron vómito. El estudio fue suspen-
dido y a los voluntarios se les dio medicamento para detener el vómito
y tratar las náuseas, por ello, los participantes se mantuvieron en obser-
vación durante ese día en la unidad clínica. Se analizaron las muestras
sanguíneas que alcanzaron a tomarse antes de la suspensión del estudio
y se detectó pramipexol en concentraciones conocidas como tóxicas.
Para hacer el registro de los eventos adversos el personal clínico
buscó en el manual del investigador cuáles son las reacciones adversas
documentadas para pramipexol; este documento incluyó únicamente
las reacciones reportadas en la información para prescribir como co-
munes: sueños anormales, confusión, constipación, paranoia, vértigo,
disquinesia, fatiga, alucinaciones, cefalea, hiperquinesia, hipotensión,
aumento de apetito (comer compulsivamente, hiperfagia), insomnio,
alteraciones de la libido, náusea, edema periférico, paranoia, tenden-
cia patológica al juego, hipersexualidad y comportamiento anormal,
somnolencia, aumento de peso y somnolencia repentina, prurito, rash
e hipersensibilidad. 

348 Escuela de Ciencias


Al no encontrar vómito reportado como reacción adversa en el
manual del investigador, el personal clínico se refirió a la información
publicada por la Agencia Europea de Medicamentos para pramipexol
y encontró en las manifestaciones de toxicidad el vómito. De igual
forma, en esta fuente de información se encontró que las dosis deben
aumentarse gradualmente, partiendo de una dosis inicial diaria de
0.264 mg de base (0.375 mg de sal), que se incrementará de cada cinco
a siete días (ver tabla 8.1). Siempre que los pacientes no experimenten
efectos adversos intolerables, la dosis debe titularse hasta alcanzar
un efecto terapéutico máximo.

Tabla 8.1. Pauta de escalada de dosis de pramipexol.


Dosis diaria
Semana Dosis Dosis diaria total Dosis
total
(mg de base) (mg de base) (mg de sal) (mg de sal)
1 3 x 0.088 0.264 3 x 0.125 0.375
2 3 x 0.18 0.54 3 x 0.25 0.75
3 3 x 0.35 1.1 3 x 0.5 1.50

PREGUNTA 16.1
¿La dosis fue correctamente seleccionada para la conducción del es-
tudio de bioequivalencia?

RESPUESTA 16.1
Para responder a esta pregunta debemos tomar en cuenta la siguiente
información:
a) La validación del método analítico se basó en un estudio pi-
loto en el que se administró 0.18 mg de la base de pramipexol
y el método demostró sensibilidad.
b) El pramipexol tiene una cinética lineal y una variación plas-
mática relativamente pequeña entre sujetos.
Ya que con la dosis de 0.18 mg el método demostró sensibilidad
y la farmacocinética del pramipexol tiene un comportamiento lineal,
el aspecto a tomar en cuenta al momento de seleccionar la dosis era
la tolerabilidad del fármaco que pudieran tener los sujetos. La dosis
que se administró a los voluntarios en este caso fue una dosis alta con
respecto a la dosis con la que se realizó el piloto, aunque debió utili-

Universidad de las Américas Puebla 349


zarse la misma dosis. La selección de la dosis no se analizó de manera
correcta, se administró 1 mg de la base de pramipexol, esta dosis se al-
canza en pacientes ya con un tratamiento avanzado en los que la dosis
se fue incrementando de manera paulatina hasta alcanzar 1 mg/día
(dividido en 3 tomas de 0.35 mg). Lo correcto hubiera sido seleccionar
una dosis con las que se inician los tratamientos como con la que se
realizó el estudio piloto de 0.18 mg.

PREGUNTA 16.2
¿Qué aspectos deben tomarse en cuenta para la selección de una dosis
en estudios de bioequivalencia?

RESPUESTA 16.2
Debe seleccionarse siempre una dosis comprendida dentro del inter-
valo de las dosis del medicamento de referencia autorizadas para su
comercialización y de acuerdo con las indicaciones aprobadas para
las que está dirigido el fármaco, dicha selección está determinada
por al menos tres aspectos relevantes que normalmente se valoran
simultáneamente:
¿La dosis seleccionada es suficientemente segura?
¿La dosis seleccionada será adecuada para lograr que el método ana-
lítico tenga la suficiente precisión para la cuantificación del fármaco?
¿La dosis seleccionada será la más sensible para la detección de dife-
rencias relevantes en las características farmacocinéticas?

PREGUNTA 16.3
¿Cómo clasificaría la relación de causalidad del vómito de acuerdo con
el algoritmo de Naranjo?

RESPUESTA 16.3
De acuerdo con el algoritmo de Naranjo el puntaje para vómito es 7,
probable; ya que existen informes previos concluyentes sobre esta re-
acción (se produjo después de la administración del medicamento),
no existieron causas alternativas que pudieron causarla por sí mismas,
se detectó el medicamento en sangre en concentraciones tóxicas y se
confirmó la reacción por evidencia objetiva (observación por el per-
sonal clínico).

35 0 Escuela de Ciencias
PREGUNTA 16.4
De acuerdo con las recomendaciones de la administración de alimen-
tos y medicamentos de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés),
¿considera usted que el manual del investigador utilizado en el caso
está correctamente diseñado?

RESPUESTA 16.4
La FDA recomienda que el manual del investigador contenga informa-
ción objetiva y lo más actualizada posible sobre: el medicamento y su
formulación, efectos farmacológicos y toxicológicos en animales y en
seres humanos, farmacocinética, seguridad y efectividad, datos sobre
los posibles riesgos y efectos colaterales basados en experiencias pre-
vias con el medicamento en estudio o fármacos relacionados y precau-
ciones o monitoreo especial en caso de que se requiera. El manual del
investigador del caso fue erróneamente realizado ya que sólo incluía
las reacciones adversas reportadas como comunes y el personal clínico
tuvo que buscar en otra fuente de información cuando se presentaron
los eventos adversos.

REFERENCIAS
Norma Oficial Mexicana NOM-177-SSA1-2013 (2013). Que establece las
pruebas y procedimientos para demostrar que un medicamento
es intercambiable. Requisitos a que deben sujetarse los Terceros
Autorizados que realicen las pruebas de intercambiabilidad. Re-
quisitos para realizar los estudios de biocomparabilidad. Requi-
sitos a que deben sujetarse los Terceros Autorizados, Centros de
Investigación o Instituciones Hospitalarias que realicen las prue-
bas de biocomparabilidad. Diario Oficial de la Federación. Recu-
perado de http://www.dof.gob.mx/nota_detalle.php?codigo=53
14833&fecha=20/09/2013
Vallejo-Dennis, M. (2017). La farmacovigilancia en estudios de bioequi-
valencia y biodisponibilidad. En: L. I., Castro-Pastrana y S. G., Salas-
Rojas, Retos actuales en farmacovigilancia: una visión integral
de los desafíos de la atención sanitaria. Puebla: Editorial UDLAP.

Universidad de las Américas Puebla 351


Caso 17

TEMA: Estudios de bioequivalencia

Montserrat Vallejo Dennis

Se llevó a cabo un estudio de bioequivalencia de enoxaparina sódica.


Ensayo clínico con diseño cruzado, controlado con medicamento
activo (fármaco de referencia), abierto y unicéntrico en el que par-
ticiparon 24 voluntarios sanos, con edades comprendidas entre los
20 y 30 años. El grupo de voluntarios se dividió en dos subgrupos de
doce, denominados A y B. El subgrupo A recibió 40 mg de la enoxa-
parina de referencia y el subgrupo B recibió 40 mg de la enoxaparina
de prueba, ambas por vía subcutánea en la región abdominal. Una
vez administrado el medicamento se tomaron muestras a las 2, 4, 6,
8 y 10 horas, para un total de seis muestras. A los ocho días fueron
citados nuevamente, el subgrupo A recibió 40 mg de enoxaparina
prueba y el B recibió la de referencia y se realizó la prueba nueva-
mente. Adicionalmente se valoró el efecto farmacológico mediante
la medición del tiempo de protrombina y el tiempo parcial de trom-
boplastina, métodos publicados en los estudios de bioequivalen-
cia para estas moléculas.
Dentro de las reacciones adversas reportadas para este medi-
camento, el manual del investigador menciona las enlistadas en la
tabla 8.2.
Durante ambos periodos del estudio los voluntarios desarrolla-
ron hematomas en el sitio de aplicación del medicamento, a pesar
de que en cada periodo se utilizó un lado distinto del abdomen para la
inyección subcutánea.

35 2 Escuela de Ciencias
Tabla 8.2. Reacciones adversas de la enoxaparina que se incluyeron en el manual del
investigador.
Trastornos del sistema inmunológico Frecuentes: reacción alérgica
Raras: reacción anafiláctica
Trastornos hepatobiliares Muy frecuentes: aumento de enzimas
hepáticas (principalmente transaminasas**)
Trastornos de la piel y del tejido subcutáneo Frecuentes: urticaria, prurito y eritema
Raras: dermatitis bullosa
Trastornos generales y alteraciones en Frecuentes: hematoma en el punto de
el  lugar  de administración inyección, dolor en el punto de inyección y
otras reacciones en el punto de inyección
*Poco frecuentes: irritación local y necrosis
cutánea en el punto de inyección
Exploraciones complementarias Raras: hipercaliemia
* Tales como edema en el punto de inyección, hemorragia, hipersensibilidad, inflamación,
masa, dolor o reacción (no especificado de otra forma)
** Niveles de transaminasas > tres veces del límite superior de normalidad

PREGUNTA 17.1
¿Notificaría este evento adverso como sospecha de reacción adversa?
Y de ser así, ¿cuál sería el resultado de la evaluación de la causalidad a
través del algoritmo de Naranjo?

RESPUESTA 17.1
Sí, notificaría los hematomas en el sitio de inyección como sospecha
de reacción adversa porque su aparición está relacionada con el meca-
nismo de acción del fármaco al ser la enoxaparina un anticoagulante.
Los reportados en el periodo uno del estudio alcanzan un puntaje
de seis, probable, ya que existen informes previos concluyentes sobre
esta reacción con el medicamento sospechoso, se produjo después
de la administración del medicamento, no existieron causas alterna-
tivas que pudieron causar por sí mismas el hematoma y se confirmó la
reacción por evidencia objetiva (observación por el personal clínico).
Los reportados en el periodo dos del estudio que se presentaron
en el mismo sujeto también en el periodo uno, alcanzan un puntaje
de siete, probable. Alcanzan un puntaje más alto debido a que se suma
un punto por responder de manera afirmativa a la pregunta nueve, el

Universidad de las Américas Puebla 353


sujeto ha presentado la misma reacción después de exposiciones an-
teriores a este medicamento u otro semejante.

REFERENCIA
Vallejo-Dennis, M. (2017). La farmacovigilancia en estudios de bioequi-
valencia y biodisponibilidad. En: L. I., Castro-Pastrana y S. G., Salas-
Rojas, Retos actuales en farmacovigilancia: una visión integral
de los desafíos de la atención sanitaria. Puebla: Editorial UDLAP.

354 Escuela de Ciencias


Caso 18

TEMA: Atención farmacéutica

Isis Beatriz Bermúdez Camps


Ivette Reyes Hernández 
Lídice Margarita Céspedes Pérez

Paciente masculino de 60 años con tratamiento de digoxina


0.25 mg (1 tableta) cada 24 horas, clortalidona 25 mg (1 tableta)
cada 24 horas, dipiridamol 25 mg (1 tableta) cada 6 horas an-
tes de las comidas, nifedipino 10 mg (1 tableta) cada 8 horas y
nitroglicerina 0.5 mg (1 tableta) por vía sublingual en caso de
dolor y, si no hay alivio, tomar nitroglicerina con tres dosis en
quince minutos. Después de tres días de tratamiento y a través
de la anamnesis farmacológica realizada por el farmacéutico,
el paciente manifestó sentir decaimiento marcado y cefalea
intensa, sin embargo, el paciente continúa con el mismo trata-
miento. El farmacéutico procedió a registrar los eventos como
una sospecha de reacción adversa de los medicamentos (RAM).

PREGUNTA 18.1
¿Pudiera considerarse una sospecha de RAM?

RESPUESTA 18.1
Sí, pudiera considerarse una sospecha de RAM, pues las mismas
aparecen a dosis terapéuticas; por otra parte, los signos y sínto-
mas presentados en el paciente son reportados en la literatura
para los fármacos presentes en el esquema terapéutico (clor-
talidona y asociación nifedipino-dipiridamol-nitroglicerina).

Universidad de las Américas Puebla 355


PREGUNTA 18.2
Explique a qué pudo deberse el decaimiento marcado y la cefalea pre-
sente en el paciente.

RESPUESTA 18.2
El nifedipino pudo provocar el desplazamiento de la digoxina de su
unión a las proteínas plasmáticas, aumentando así las concentracio-
nes del digitálico, que a su vez potencia sus efectos; a esto se suma la
ausencia de un complemento de potasio, de ahí que se presentara
un decaimiento marcado en dicho paciente, que puede asociarse a la
clortalidona. Por otro lado, la administración simultánea del dipirida-
mol, el nifedipino y la nitroglicerina, todos vasodilatadores coronarios
intensos, puede dar lugar a las cefaleas de intensidad moderada de-
tectadas en los pacientes, por un sinergismo.

PREGUNTA 18.3
¿Qué etapa(s) de un programa de FV no se ha completado?

RESPUESTA 18.3
En este caso, según los datos, no se ha realizado evaluación, segui-
miento, intervención y notificación de las RAM detectadas. Para que
lo anterior sea posible, la farmacia debe contar con un farmacéutico
quien, ante la sospecha de reacciones adversas, le informe al paciente
sobre la situación y le solicite su autorización para comunicarse con
su médico tratante con el fin de informarle lo ocurrido y así iniciar
una vinculación y una diferenciación en el servicio profesional de la
farmacia.

REFERENCIAS
Drugs.com (c1996-2018). Drug interactions checker. Recuperado de
https://www.drugs.com/
Vallejo-Dennis, M., Castro-Pastrana, L. I., Bermúdez-Camps, I. B. y Re-
yes-Hernández, I. (2015). Farmacovigilancia en la atención farma-
céutica: el caso de la hipertensión arterial esencial. En: L. I., Castro-
Pastrana, S. G., Salas-Rojas, Farmacovigilancia. La seguridad de
los medicamentos en el siglo XXI. Puebla: Editorial UDLAP.

35 6 Escuela de Ciencias
Caso 19

TEMA: Atención farmacéutica

Montserrat Vallejo Dennis


Lucila Isabel Castro Pastrana

Un hospital inició un programa de atención farmacéutica a pa-


cientes hipertensos. Después de haber aceptado participar en
el programa, Sonia, una paciente de 46 años, quien se dedica a
las labores del hogar, acude a su entrevista inicial. Sonia pesa
74.5 kg, mide 1.61 m de altura, 93 cm de circunferencia de cin-
tura, 110 cm de circunferencia de cadera y un índice cintura-
cadera de 0.85. Sus exámenes de laboratorio clínico refieren
hemoglobina de 12.3 g/dl, hemoglobina promedio por eritroci-
tos de 26.5 pg, RDW (amplitud de distribución eritrocitaria) de
15.7%, MPV (volumen plaquetario medio) de 7.3 fL, triglicéridos
de 271 mg/dl, colesterol total de 258 mg/dl y colesterol LDL de
161.8 mg/dl. Su presión arterial está en PAS (presión arterial sis-
tólica) 120 y PAD (presión arterial diastólica) 80 mmHg. Es alér-
gica a piroxicam, al ácido nalidíxico, a estreptoquinasa/estrep-
todornasa y al colorante amarillo número 5. El farmacéutico
revisó el expediente electrónico encontrando que ese mismo
día se le volvieron a prescribir a la paciente los medicamentos
que lleva tiempo tomando:

• Citalopram (c/tableta contiene 20 mg de citalopram,


caja con 14 tabletas): ½ tableta diaria, antes de dormir,
administración oral. Lo toma con agua por la noche,
media hora antes de dormir. Lleva 3 años tomándolo.

Universidad de las Américas Puebla 357


• Alprazolam (c/tableta contiene 0.50 mg de alprazolam, caja
con 30 tabletas): ½ tableta diaria, administración oral. Lo
toma con agua por la noche, media hora antes de dormir.
Lleva tres años tomándolo junto con el citalopram.
• Losartán (c/tableta contiene 50 mg de losartán potásico, caja
con 30 grageas): 1 gragea diaria, administración oral. Lo toma
a cualquier hora de la mañana con agua, se le olvida a qué
hora exactamente se lo tomó el día anterior. Antes utilizaba
candesartán cilexetilo pero le cambiaron el tratamiento a lo-
sartán aproximadamente hace un año y medio, tomando 1
gragea diaria (50 mg), hasta la fecha. Lleva tomándolo desde
hace 18 meses ininterrumpidamente.
• Loxoprofeno (c/tableta contiene 60 mg de loxoprofeno só-
dico, caja con 20 tabletas): 2 tabletas al día, por 30 días, ad-
ministración oral. Lo toma con el desayuno y con la comida.
Lleva un mes tomándolo.

A la medicación anterior el médico le incluyó cefadroxilo, fuma-


rato ferroso y desloratadina:

• Cefadroxilo 500 mg (caja con 16 cápsulas): 1 cápsula c/12 ho-


ras por 8 días. Medicamento nuevo en la farmacoterapia de la
paciente.
• Fumarato Ferroso 200 mg (frasco con 50 tabletas): 1 tableta
c/12 horas por 30 días. Medicamento nuevo en la farmacote-
rapia de la paciente.
• Desloratadina 5 mg (caja con 10 tabletas): 1 tableta diaria
por 10 días. Medicamento nuevo en la farmacoterapia de la
paciente.

Sonia no toma ninguna otra medicación que no le indique el mé-


dico. En la entrevista con el farmacéutico refiere que le preocupa te-
ner que estar acostada porque tiene muchas cosas que hacer. Tiene
miedo a una cirugía, con relación al dolor en el talón del pie izquierdo.
Se le dificulta recordar a qué hora se tomó su medicamento antihiper-

358 Escuela de Ciencias


tensivo, por lo que no mantiene el mismo horario de la administra-
ción. No fuma, no toma alcohol, no toma café. Todas las mañanas se
despierta temprano, desde las 6:00 a. m., y toma un jugo de toronja
grande porque su vecina le dijo que es bueno para bajar de peso. No
se encuentra utilizando vitaminas ni minerales. En el invierno pasado
le pusieron vacuna para el tétanos. Practicaba yoga, pero actualmente
tuvo que suspender por su dolor en el talón. Come muchas verduras y
se baña diario.
Sonia tiene hipertensión arterial esencial diagnosticada desde
hace ocho años, así como trastorno de ansiedad y pánico desde hace
tres años y dos meses. Tiene astigmatismo (uso de lentes) desde hace
cinco años. Cursa con faringitis aguda (diagnosticada en su cita con
su médico familiar el día de hoy), con tres días de evolución. El día de
hoy le diagnosticaron anemia de tipo no especificado e hiperlipide-
mia mixta, con base en los resultados de laboratorio que se entregaron
hoy al médico. Presenta espolón calcáneo (pie izquierdo), aproxima-
damente hace un mes que se lo diagnosticaron. Le punza el oído dere-
cho, tiene vista cansada. Le duele la garganta y cuello cuando voltea,
y siente que se ahoga cuando come alimentos secos. El dedo meñique
izquierdo a veces le brinca (involuntariamente). Tiene reflujo cuando
come chile o toma el loxoprofeno. A veces le duele la pierna izquierda
(músculo), cuando se la talla con pomadas le disminuye el dolor. Le
duele el talón, le dijeron que tiene una fascitis. El pánico de la paciente
ha sido controlado desde que comenzó con su terapia. La paciente re-
fiere que el medicamento que toma para el dolor sí lo mitiga, pero no
lo quita y la inflamación disminuye poco. Cuando se le cuestiona sobre
su medicamento ansiolítico Sonia no refiere algún malestar que pueda
relacionar con el uso de este medicamento, aunque refiere un poco de
boca seca y constipación nasal.
La paciente presenta infecciones de las vías respiratorias supe-
riores muy frecuentemente, constipación nasal y dolor de una pierna
(izquierda). Ella dice que desde aproximadamente como 18 años su-
fre de alergia.

Universidad de las Américas Puebla 359


REGRESA AL HOSPITAL
Antes de cumplirse un mes, Sonia regresó al hospital a urgencias por
dolor intenso en región lumbar de la espalda y en el talón izquierdo.
En el hospital le diagnosticaron contractura lumbar y le indicaron clo-
nixinato de lisina y ketoprofeno. La paciente expresó que ese mismo
día al momento de agacharse y quererse levantar se lastimó, y que co-
menzó a sentir mucho dolor en su espalda. El día que Sonia ingresó a
urgencias el farmacéutico salió de comisión por lo que dos días des-
pués se comunicó con ella por teléfono. La paciente le comentó que
el dolor no desapareció desde que salió del hospital, sólo había dis-
minuido con el analgésico que estaba utilizando, por lo que decidió ir
con un doctor privado, su acupunturista, que fue el mismo que la trató
cuando tuvo el problema de hernias de disco. El acupunturista le in-
yectó un medicamento con diclofenaco sódico y vitaminas del complejo
B y le indicó clorhidrato de tizanidina comprimidos de 4 mg, 1 c/12 ho-
ras durante diez días. Sonia comentó que en la próxima semana le in-
yectarán otras dos veces el medicamento con diclofenaco y vitaminas
B. El farmacéutico le comenta a la paciente que es importante que este
médico acupunturista conozca los otros medicamentos que está to-
mando, y ella refiere haberle dado los datos de todos. El farmacéutico
procede a darle recomendaciones verbales a la paciente y a documen-
tar sus intervenciones.

CITA CON EL FARMACÉUTICO


Sonia regresó a la oficina de atención farmacéutica del hospital a la
semana, porque fue citada por el farmacéutico el día de su consulta
mensual con su médico familiar. La paciente comentó que su hijo fue
a comprar el medicamento (tizanidina) y no consiguió la presentación
indicada por su médico externo (acupunturista), comprimidos de 4
mg; en su lugar adquirió la presentación de 6 mg cápsulas de liberación
prolongada (caja con 10 cápsulas). Le llamó a su médico acupuntu-
rista y éste le indicó que continuara el tratamiento con la presenta-
ción que pudo adquirir, en dosis de 1 cápsula de liberación prolongada
de 6 mg de clorhidrato de tizanidina al día. Sonia refiere intranquili-
dad al farmacéutico porque se le subió la presión por la preocupa-

36 0 Escuela de Ciencias
ción de los dolores de espalda tan fuertes de hace unos días. Siente
una tremenda sequedad en la boca, como en las próximas seis horas
después de haberse tomado el medicamento con clorhidrato de tiza-
nidina. En ese momento, la paciente tiene una PAS de 110 y PAD de 70
mmHg. Pesa 75.5 kg. Comentó que su médico acupunturista le indicó
una dieta para que, disminuyendo el peso, se aminore también el es-
fuerzo que realizan su espalda y sus piernas. Cuando se le hacen las
preguntas de repaso, la paciente comenta que le estuvo doliendo la
cabeza y le zumbaban los oídos la semana pasada, por sus dolores in-
tensos de espalda y pierna izquierda. Le dolía el cuello, junto con sus
otros dolores de espalda y pierna izquierda. Se le dormían los brazos
(sin dolor). Esto ya le pasaba desde antes del evento de la semana pa-
sada, ella siente que es por los triglicéridos y colesterol. La semana pa-
sada se le inflamó y le dolía el vientre, ella piensa que es el colon por el
estrés. La paciente describe que a partir de que toma tizanidina siente
mucho cansancio en sus piernas y pies. Le comentó a su médico par-
ticular (acupunturista) sobre sus molestias con tizanidina y éste le in-
dicó una menor dosis al día del medicamento, 2 mg de tizanidina c/12
horas. Esto disminuyó las molestias de la sequedad en la boca y el can-
sancio, y el medicamento siguió mitigándole el dolor. En el expediente
electrónico, el médico registró:

• Losartan 50 mg (caja con 30 grageas): tomar 1 gragea diario


por treinta días
• Alprazolam 0.5 mg (caja con 30 grageas): ½ tableta en la cena
• Citalopram 20 mg (caja con 14 tabletas): ½ diaria
• Atorvastatina 20 mg (caja con 10 tabletas): 1 tableta en la cena
por treinta días
• Tizanidina 6 mg (caja con 10 cápsulas de liberación prolon-
gada): 1 cápsula diaria

PREGUNTA 19.1
Elaborar y documentar el seguimiento farmacoterapéutico de la pa-
ciente Sonia, con un enfoque en los problemas de seguridad de los me-
dicamentos que esté presentando o que pudieran llegar a presentarse.

Universidad de las Américas Puebla 361


RESPUESTA 19.1
Se recomienda que el lector aplique metodologías normalizadas para
el seguimiento farmacoterapéutico de modo que le sea posible reali-
zar una evaluación sistemática de la farmacoterapia de la paciente, así
como un plan de acción que incluya todos los elementos necesarios
para optimizar la eficacia de sus tratamientos y minimizar o prevenir
problemas de seguridad reales o potenciales. El método Dáder es uno
de los más reconocidos en la materia.
En términos generales se requiere elaborar, para cada entrevista
de Sonia con el farmacéutico, la lista de problemas de salud, la lista de
preocupaciones y la lista de medicamentos que está tomando la pa-
ciente. Un repaso de órganos y sistemas de cabeza a pies también es
requerido para identificar problemas de salud adicionales, no trata-
dos y reacciones adversas de los medicamentos (RAM). Asimismo, es
importante determinar si cumple y conoce satisfactoriamente sus tra-
tamientos, así como si conoce sus enfermedades y las necesidades de
autocuidado.
La paciente Sonia sí está experimentando RAM. Es importante ana-
lizar qué fármacos le están causando efectos como la constipación
nasal, el reflujo, la boca seca y, muy importante, las infecciones res-
piratorias frecuentes. Citalopram, losartán y loxoprofeno podrían estar
involucrados. También se sugiere prestar atención a la eficacia de su
tratamiento para el trastorno de ansiedad y pánico, en particular la
adecuación de las dosis de alprazolam que está tomando. Más aún, es
importante que sus infecciones recurrentes sean atendidas y se indi-
quen los cultivos correspondientes para seleccionar un manejo óp-
timo de las mismas. Adicionalmente, la paciente tiene hábitos alimen-
ticios que podrían influir sobre su farmacoterapia (toronja).
Sonia presenta problemas de adherencia (por ejemplo, con losar-
tán) y problemas de seguridad (por ejemplo, con loxoprofeno). Es im-
portante elaborarle un mapa horario para organizar la toma de estos
medicamentos y los demás de su terapia, así como actualizar dicho
mapa en cada entrevista o intervención farmacéutica si fuera necesa-
rio, ya que a lo largo del tiempo va teniendo nuevos medicamentos.
Por ejemplo, se debe evaluar la inclusión de la tizanidina a su farmaco-

36 2 Escuela de Ciencias
terapia y su posible interacción con los otros medicamentos que toma
y valorar la dosis. En el mapa horario se puede colocar la tizanidina una
hora antes de los alimentos del mediodía y alejarla de los demás medi-
camentos. El losartán se puede acomodar a primera hora de la mañana
(por ejemplo, 6 a. m.), el loxoprofeno unas horas más tarde y a las doce
horas (por ejemplo, 9:00 a. m. y 9:00 p. m.), y el alprazolam y el citalo-
pram por la noche. El farmacéutico debe también proporcionarle reco-
mendaciones alimenticias a Sonia. Adicionalmente se sugiere colocar
los nombres comerciales en el mapa horario para facilitarle la identi-
ficación de sus medicamentos.
Este caso ameritó ingresarse a un programa de seguimiento far-
macoterapéutico formal que permita a la paciente mejorar su estado
de salud y mantenerlo en un nivel satisfactorio.

REFERENCIAS
Sabater-Hernández, D, Silva-Castro, M. M. y Faus-Dáder, M. J. (2007).
Método Dáder. Guía de seguimiento farmacoterapéutico. Grupo
de investigación en Atención Farmacéutica (CTS-131), Universi-
dad de Granada. Recuperado de http://www.ugr.es/~cts131/esp/
guias/GUIA%20FINAL%20DADER.pdf
Vallejo-Dennis, M., Castro-Pastrana, L. I., Bermúdez-Camps, I. B. y Re-
yes-Hernández, I. (2015). Farmacovigilancia en la atención farma-
céutica: el caso de la hipertensión arterial esencial. En: L. I., Castro-
Pastrana y S. G., Salas-Rojas, Farmacovigilancia: la seguridad de
los medicamentos en el siglo XXI. Puebla: Editorial UDLAP.

Universidad de las Américas Puebla 363


364 Escuela de Ciencias
SEMBLANZAS DE AUTORES

Ericka Altamirano Luna


Licenciada en Químico Farmacobiología por la Benemérita Universi-
dad Autónoma de Puebla (BUAP). Se ha desempeñado en instituciones
como el Hospital Christus Muguerza (UPAEP), en las áreas de labora-
torio, banco de sangre y como jefa de farmacología clínica donde de-
sarrolló e implementó el sistema de manejo y uso de medicamentos
(MMU), además cuenta con experiencia como responsable de farma-
cia y como auditor interno para la evaluación de los estándares para la
certificación de hospitales ante el CSG. Colaboró en el Hospital General
zona norte (SSEP) como responsable de laboratorio y en el proceso de
certificación en el desarrollo de indicadores. Actualmente se desem-
peña en el Hospital Puebla desarrollando el sistema de manejo y uso
de medicamentos, así como la coordinación de la unidad de farmaco-
vigilancia y tecnovigilancia.

Isis Beatriz Bermúdez Camps


Doctora en Ciencias Farmacéuticas por la Universidad de La Habana,
Cuba. Cuenta con un máster en Toxicología Experimental por la Uni-
versidad de La Habana y es licenciada en Ciencias Farmacéuticas por la
Universidad de Oriente, Santiago de Cuba. Actualmente es profesora
investigadora titular de tiempo completo nivel B en el área académica
de Farmacia, Instituto de Ciencias de la Salud de la Universidad Autó-
noma del Estado de Hidalgo, México (perfil PRODEP). Es miembro de
la Organización de Farmacéuticos Iberolatinoamericanos, de la Socie-
dad Cubana de Farmacia y de la Sociedad Cubana de Farmacología y
Terapéutica. Miembro de la IUPHA (Internacional of Basic and Clinical
Pharmacology). Cuenta con diversos reconocimientos como el Premio
Anual de Salud Nacional (Cuba, 2014) y el Premio Provincial de la Aca-
demia de Ciencias de Cuba (2014).

Universidad de las Américas Puebla 365


Lucila Isabel Castro Pastrana
Doctora en Ciencias Naturales con especialidad en Química Farmacéu-
tica por la Eberhard-Karls-Universität Tübingen, Alemania. Estudió la
licenciatura en Quimicofarmacobiología, especialidad Farmacia por
la Universidad de las Américas Puebla (UDLAP), y realizó dos estancias
posdoctorales, una en Bioquímica Enzimática por la Universidad de
Durham en el Reino Unido, y otra en Farmacovigilancia y Farmacoge-
nómica por la Universidad de British Columbia en Vancouver, Canadá.
Expresidenta de la Asociación Mexicana de Farmacéuticos de Hospital
(AMFH), actualmente es profesora de tiempo completo del Departa-
mento de Ciencias Químico Biológicas de la UDLAP, institución donde
fungió como directora de investigación y posgrado en el periodo 2014-
2016. Cuenta con la certificación por trayectoria profesional en el
perfil Farmacia que otorga el Colegio Nacional de Químicos Farmacéu-
ticos Biólogos México a través del Consejo Mexicano de Certificación
de Profesionales de las Ciencias Químico Farmacéuticas. Es miembro del
Comité Editorial de la Revista Entorno UDLAP y de la Revista Mexicana
de Ciencias Farmacéuticas. Junto con la presente obra, ha sido com-
piladora y autora de cuatro libros sobre farmacovigilancia.

Lídice Margarita Céspedes Pérez


Máster en Servicios Farmacéuticos y licenciada en Ciencias Farmacéu-
ticas por la Universidad de Oriente, Santiago de Cuba. Es farmacoepi-
demióloga y funge como jefa de sección de farmacoepidemiología en
la Dirección Provincial de Salud Pública, Santiago de Cuba. Es especia-
lista en servicios farmacéuticos y plantas medicinales. De igual forma
es miembro de la Sociedad Cubana de Farmacia, Capítulo Santiago de
Cuba. Ha conducido varios proyectos de investigación, entre ellos el
Plan de Acción para el Perfeccionamiento del Sistema de Farmacovigi-
lancia a nivel hospitalario en Santiago de Cuba (2014).

366 Escuela de Ciencias


Ma. Esther Flores Moreno
Maestra en Ciencias con especialidad en Farmacología por el Centro
de Investigación y de Estudios Avanzados del Instituto Politécnico Na-
cional. Cuenta con la licenciatura en Químico Farmacobiólogo por la
Universidad Autónoma de San Luis Potosí (UASLP) y con estudios de di-
plomado en las áreas de Bacteriología Clínica y Microbiología Clínica.
Actualmente se desempeña como profesora investigadora nivel V y
como responsable del laboratorio de Biofarmacia y Farmacocinética
de la Facultad de Ciencias Químicas de la UASLP. Imparte cursos en la
Licenciatura de Químico Farmacobiólogo y en la Maestría en Ciencias
Farmacobiológicas en la Facultad de Ciencias Químicas de la UASLP.

Mariano Madurga Sanz


Licenciado en farmacia, con formación en Salud Pública, Farmacoepi-
demiología y Farmacovigilancia. Los últimos treinta años se ha orien-
tado hacia la información de medicamentos, desarrollo de bases de
datos y de sistemas de farmacovigilancia. Desde 1986 ha sido funcio-
nario del Ministerio de Sanidad de España. En la Agencia Española
de Medicamentos y Productos Sanitarios ha desarrollado y coordi-
nado el Sistema Español de Farmacovigilancia (SEFV), hasta su jubi-
lación en enero de 2017. Su experiencia ha servido de modelo para la
de red de Farmacovigilancia en Centroamérica, el sistema FACEDRA.
Desde el 2000 dedica parte de su trabajo a la docencia sobre Farma-
covigilancia y Farmacoepidemiología en decenas de cursos en España
y en Iberoamérica. Actualmente es consultor en Farmacovigilancia,
experto de la OPS y docente del máster de Farmacoepidemiología y
Farmacovigilancia en la Universidad de Alcalá de Henares, España.

Almudena del Pilar Marqués Maldonado


Licenciada en Ciencias Farmacéuticas por la Universidad de las Améri-
cas Puebla (UDLAP) y maestra en Nutrición Clínica por la Universidad
Popular Autónoma del Estado de Puebla (UPAEP). Se ha desempeñado,
desde 2007, como catedrática de la UPAEP en las Facultades de Medi-
cina, Odontología, Enfermería, Veterinaria y en la Escuela de Fisiotera-
pia, ocupando la coordinación de la Academia de Farmacología Básica

Universidad de las Américas Puebla 367


de esa institución. Ha colaborado como editora de la versión en espa-
ñol del texto: Farmacología básica y clínica (Katzung, Trevor). Fungió
como coordinadora de los Servicios de Farmacia Hospitalaria del Hos-
pital para el Niño Poblano (HNP), donde implementó los servicios
de farmacovigilancia y el sistema de distribución de medicamentos en
dosis unitarias, y conformó el Comité de Farmacia y Terapéutica de esa
unidad. Ocupó el cargo de jefa del Departamento de Atención Médica
del Régimen Estatal de Protección a la Salud. Actualmente labora como
responsable del Programa Estatal de Uso Racional de Medicamentos de
los Servicios de Salud del Estado de Puebla (SSEP) colaborando como
asesora experta de la dirección general de dicho organismo.

Antonio Martínez Castellanos


Médico especialista en cirugía general egresado de la Universidad del
Ejército y Fuerza Aérea. Cuenta con un Fellow en cirugía bariátrica por
el Hospital Dos Fornecedores de Priacicaba, Brasil. Posee la Maestría
en Alta Dirección de Empresas del Instituto Panamericano de Alta Di-
rección de Empresas (IPADE). Es miembro del Colegio Internacional de
Cirujanos A. C. graduado en la ciudad de Vancouver, Canadá. Cuenta
con 25 años de experiencia en el sector salud, 17 años como especia-
lista y 13 años en el área administrativa. Actualmente se desempeña
como director médico del Hospital Puebla.

Rosa del Carmen Milán Segovia


Doctora en Ciencias Biológicas por la Universidad Autónoma Metro-
politana, México. Obtuvo su Maestría en Biofarmacia por la Universi-
dad Nacional Autónoma de México y es Químico Farmacobiólogo por
la Universidad Autónoma de San Luis Potosí (UASLP). Realizó una es-
tancia de investigación en la Universidad de Valencia y en el Hospital
Universitario Doctor Peset. Actualmente es profesor investigador de
tiempo completo nivel VI de la Facultad de Ciencias Químicas de la
UASLP. Imparte cursos y realiza investigación en la Licenciatura de Quí-
mico Farmacobiólogo, en el posgrado en Ciencias Farmacobiológicas
y en el posgrado en Bioprocesos de la UASLP. Es integrante del cuerpo

368 Escuela de Ciencias


académico de Farmacobiología de la UASLP, integrante del Sistema Na-
cional de Investigadores nivel I y perfil PRODEP-SEP.

Ania Ochoa Pacheco


Doctora en Ciencias Farmacéuticas por la Universidad de la Habana,
Cuba. Cuenta con una maestría en Medicina Bioenergética y Natural
por el Instituto Superior de Ciencias Médicas, Ministerio de Salud Pú-
blica y con la licenciatura en Ciencias Farmacéuticas por la Universidad
de Oriente (UO), Ministerio de Educación Superior de Cuba. Participó
en el proyecto internacional CAPES/MES durante los años 2011-2016 en el
Programa de Posgraduación de Productos Naturales y Sintéticos Bioac-
tivos de la Universidad Federal de Paraíba, Brasil. Fue profesor invitado
en el Instituto de Ciencias de la Salud (área académica de Farmacia) de
la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo, México (2004-2005)
y participó como miembro del comité evaluador de investigación de
dicha área. Ha obtenido cinco premios científicos provinciales. Actual-
mente es profesor titular del Departamento de Farmacia de la UO y es
líder de la línea de investigación en servicios farmacéuticos y medicina
complementaria de dicha institución. Es miembro numerario de la So-
ciedad Cubana de Farmacología, Farmacia y Química, así como de la
Asociación Latinoamericana de Farmacología y de la Unión Interna-
cional de Farmacología Básica y Clínica.

Rodrigo Ortíz Islas


Licenciado en Farmacia por la Universidad Autónoma del Estado de Hi-
dalgo (UAEH). Se graduó con mención honorífica con la tesis Estudio
de utilización de antibióticos en el servicio de medicina interna del
Hospital del Niño DIF- Hidalgo. Cuenta con un diplomado en Habili-
dades Gerenciales por la UAEH, un diplomado en Administración Far-
macéutica por el ITESM campus Ciudad de México y acreditó el curso
avanzado «Clinical Trials in Latin America Intensive Workshop» de la
Universidad de California, San Diego (EE. UU.). Se ha desempeñado
en la industria farmacéutica transnacional en las áreas de seguridad
clínica y epidemiología, farmacovigilancia y tecnovigilancia. Fue pre-
sidente de la Asociación Mexicana de Farmacéuticos de Hospital du-

Universidad de las Américas Puebla 369


rante el periodo 2009-2011. Actualmente se desempeña como coor-
dinador clínico para LatAm en la industria de dispositivos médicos
para la administración de medicamentos vía intravenosa,  lo que le ha
permitido participar como farmacéutico clínico en el equipo de imple-
mentación de bombas de infusión inteligentes / sistemas de reducción
de errores de medicamentos  (DERS, por sus siglas en inglés) en hospi-
tales de alta especialidad en Latinoamérica. 

Ivette Reyes Hernández


Doctora en Ciencias Farmacéuticas por la Universidad de La Habana,
Cuba. Cuenta con un máster en Farmacología Experimental por la Uni-
versidad de La Habana y es licenciada en Ciencias Farmacéuticas por la
Universidad de Oriente, Santiago de Cuba. Cuenta con numerosos pre-
mios como el Premio Anual de Salud Nacional (Cuba, 2014) y el Premio
Provincial de la Academia de Ciencias de Cuba (2014). Actualmente es
profesora investigadora titular de tiempo completo nivel B, con perfil
PROMEP en el Área Académica de Farmacia, Instituto de Ciencias de la
Salud de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo, México. Es
miembro de la Organización de Farmacéuticos Iberolatinoamericanos,
de la Sociedad Cubana de Farmacia y de la Sociedad Cubana de Farma-
cología y Terapéutica. Miembro de la IUPHA (Internacional of Basic and
Clinical Pharmacology).

Silvia Romano Moreno


Doctora en Farmacia por la Universidad Complutense de Madrid, Es-
paña. Cuenta con la licenciatura en Químico Farmacobiólogo por la
Universidad Autónoma de San Luis Potosí (UASLP) y con estudios pos-
doctorales en Farmacia Clínica y Hospitalaria en la Facultad de Farma-
cia de la Universidad de Salamanca y en el Hospital Universitario de
Salamanca, España. Actualmente se desempeña como profesora in-
vestigadora de tiempo completo nivel VI de la Facultad de Ciencias
Químicas de la UASLP. Imparte cursos en la Licenciatura de Químico
Farmacobiólogo, en la Maestría en Ciencias Farmacobiológicas y en la
Maestría en Ciencias Biomédicas Básicas de la UASLP. Es perfil PRODEP,

370 Escuela de Ciencias


pertenece al cuerpo académico de Farmacobiología y es miembro del
Sistema Nacional de Investigadores (SNI) nivel II.

Carmen Adriana Ruíz López


Licenciada en Ciencias Farmacéuticas por la Universidad de las Amé-
ricas Puebla. Cuenta con especialización en Epidemiología por el Ins-
tituto Nacional de Salud Pública. Experta en dirección y gestión hos-
pitalaria con un diplomado de especialización por la UNAM así como
en Marketing Farmacéutico por el Tecnológico de Monterrey. Cuenta
con más de diez años de experiencia en la industria farmacéutica en
posiciones como marketing, medical y dirección asociada comercial
laborando en empresas como Teva Pharmaceuticals y Merck Sharp &
Dohme desde donde ha lanzado e introducido dispositivos médicos
oncológicos en México. Ha impartido más de cien pláticas de espe-
cialización en el uso racional de medicamentos de alta especialidad y
preparación de quimioterapia. Experta en el desarrollo de estrategias
comerciales y de acceso para productos altamente especializados y de
nicho con más de diez lanzamientos en el mercado mexicano.  

Silvia Guadalupe Salas Rojas


Doctora en Ciencias de la Salud con especialidad en Farmacovigilan-
cia por la Universidad Autónoma de Baja California (UABC), Tijuana,
México. Cuenta con una maestría en Ciencias Químicas, con especia-
lidad en Biofarmacia, y con la licenciatura en Químico Farmacobió-
logo, área Servicios Farmacéuticos, ambas otorgadas por la UABC. Ha
conformado y participado en los Comités de Farmacia y Terapéutica
del Hospital Gineco-Obstetricia/Unidad Médico Familiar No. 7 (IMSS)
y del Hospital General Regional No. 20 (IMSS), coordinando también el
Sistema de Farmacovigilancia de este último. Actualmente es lí-
der del manejo y uso de medicamentos e integrante de los Comités de
Farmacovigilancia y de Farmacia y Terapéutica en el Hospital General
Regional No. 1 del Instituto Mexicano del Seguro Social, Tijuana, B.C.
Es árbitro de la Revista Mexicana de Ciencias Farmacéuticas y cola-
bora con la Facultad de Ciencias Químicas e Ingeniería de la UABC en

Universidad de las Américas Puebla 371


proyectos de vinculación, servicio social y prácticas profesionales en
el área de farmacia clínica, uso racional de medicamentos, farmacia
informativa y farmacovigilancia.

COLABORADORES EN EL CAPÍTULO 8

Aracely Angulo Molina


Doctora en Ciencias por el Centro de Investigación en Alimentación y
Desarrollo, A. C. (CIAD) con especialidad en nanomedicina en cáncer.
Cuenta con la maestría en Ciencias (nutrición humana y fisiología del
ejercicio) por el CIAD y con la especialidad en Inmunohematología y la
licenciatura en Químico Biólogo (análisis clínicos) por la Universidad
de Sonora. Ha sido instructora en Johns Hopkins University-CTY para
jóvenes talento, así como investigadora visitante en el Swiss Federal
Institute of Technology-ETH Zúrich para trabajar en nanomedicina
en cáncer. Actualmente se desempeña como profesora de tiempo
completo en el Departamento de Investigación en Física/Químico
Biológicas de la Universidad de Sonora. Es miembro del Institute of
Nanotechnology, de la Society of Toxicology, de la Hispanic Organi-
zation of Toxicologists y de la Asociación Mexicana de Ciencia de los
Alimentos. Miembro honorario de «Licenciados en Nutrición Asocia-
dos de Puebla» LINUAP.

Miguel Ángel Méndez Rojas


Doctor en Química por la Texas Christian University. Cuenta con la li-
cenciatura en Química con especialidad en Fisicoquímica por la Uni-
versidad de las Américas Puebla (UDLAP). Actualmente se desempeña
como profesor de tiempo completo y como coordinador del programa
de Nanotecnología e Ingeniería Molecular en la UDLAP. Es miembro del
Sistema Nacional de Investigadores (SNI) nivel II, desde 2001, y miem-
bro de la American Chemical Society. Ha sido acreedor de la Meda-
lla Compromiso con la Educación UDLAP (2011), del Premio Estatal de

372 Escuela de Ciencias


Ciencia y Tecnología en la categoría de Divulgación Científica y Tecno-
lógica (2013) y recientemente del Premio George E. Brown, Jr. (2015) a
la mejor propuesta de investigación binacional, sometida en el área
de la nanotoxicología en conjunto con University of California, Davis
en la convocatoria UC MEXUS-CONACYT.

Montserrat Vallejo Dennis


Licenciada en Ciencias Farmacéuticas por la Universidad de las Amé-
ricas Puebla (UDLAP). Cuenta con la maestría en Administración de
Sistemas de Calidad en la Universidad del Valle de México campus Vi-
llahermosa, Tabasco. Se ha desempeñado en instituciones como el
Centro de Investigación Farmacológica y Biotecnológica (CIF-BIOTEC)
del Hospital Médica Sur, el Hospital ISSSTEP de Puebla, los Laboratorios
Clínicos de Puebla de Bioequivalencia, Farmacentro y el Hospital Gene-
ral Pemex de Nanchital, Veracruz, donde actualmente labora. Cuenta
con experiencia como responsable de farmacias, farmacéutico clínico
en hospitales y como coordinadora de aseguramiento de la calidad en
investigación clínica (estudios de fases y bioequivalencia).

Universidad de las Américas Puebla 373


editorial udlap
Izraim Marrufo Fernández
Director

Rosa Quintanilla Martínez


Jefa editorial

Angélica González Flores


Guillermo Pelayo Olmos
Coordinadores de diseño

Andrea Garza Carbajal


Aldo Chiquini Zamora
Coordinadores de corrección

Carolina Tepetla Briones


Coordinadora administrativa

Andrea Monserrat Flores Santaella


Coordinadora de preprensa

Guadalupe Salinas Martínez


Coordinadora de producción

José de Jesús López Castillo


José Enrique Ortega Oliver
Impresores

María del Rosario Montiel Sánchez


Encuadernadora
Farmacovigilancia
Seguridad centrada en el paciente
se terminó de imprimir en los talleres gráficos
de Editorial udlap el día 19 de julio de 2019.
En su diseño se empleó la tipografía Udlap Sans.
La edición consta de 1 000 ejemplares
Conocedores de la realidad práctica y compleja de la
farmacovigilancia de campo, los autores de este libro
exponen cada tema desde una perspectiva holística y
sistémica, poniendo al paciente en el centro del uso de
conceptos y la materialización de propuestas.
Esta obra aborda cuestiones medulares en torno al
manejo de fármacos y dispositivos médicos, e introdu-
ce dos componentes estratégicos: el monitoreo de las
reacciones adversas de los medicamentos herbolarios
y el reporte y gestión de los errores de medicación que
ocurren durante la atención sanitaria.
Enriquecen el texto las experiencias de dos hospita-
les que implementaron de manera exitosa el modelo
de seguridad del paciente, y el estudio de casos clínicos
diseñados académicamente para enfrentar a los lectores
con la aplicación práctica de conceptos y métodos.

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