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1.

El sistema esquelético-muscular está formado por la unión de los huesos, las


articulaciones y los músculos, constituyendo en conjunto el elemento de sostén,
protección y movimiento del cuerpo humano, con características anatómicas adaptadas a
las funciones que desempeña.
2. Los sistemas esqueléticos se clasifican comúnmente en tres tipos:
Externos o exoesqueleto
Interno o endoesqueleto
Esqueleto fluido o hidrostático.
El más funcional para los invertebrados es el hidrostático.

3. Sistema muscular. En anatomía humana, el sistema muscular es el conjunto de los más de


650 músculos del cuerpo, cuya función principal es generar movimiento, ya sea voluntario
o involuntario -músculos esqueléticos y viscerales, respectivamente. Algunos de los
músculos pueden enhebrarse de ambas formas, por lo que se los suele categorizar como
mixtos.
El sistema muscular permite que el esqueleto se mueva, mantenga su estabilidad y la
forma del cuerpo. En los vertebrados se controla a través del sistema nervioso, aunque
algunos músculos (tales como el cardíaco) pueden funcionar en forma autónoma.
Aproximadamente el 40% del cuerpo humano está formado por músculos, vale decir que
por cada kg de peso total, 400 g corresponden a tejido muscular.

4. El cuerpo humano está hecho para mantenerse casi siempre en movimiento.


No sólo las muecas en nuestra cara reflejan nuestro estado emocional, sino que todo el
cuerpo realiza diferentes actividades como caminar, correr, brincar, escribir, entre otras
tantas que hacemos a diario de manera tan natural, ya que gracias al movimiento, tanto
los animales como los seres humanos realizamos diferentes actividades que nos permiten
mantenernos vivos. Los seres vivos realizamos movimientos en respuesta a diferentes
estímulos que recibimos del exterior, es decir, del medio ambiente. Pero también hay
estímulos internos de nuestro organismo que implican movimiento.

5. La formación del hueso (osteogénesis) puede producirse mediante osteogénesis


membranosa directamente a partir de un tejido conjuntivo precursor embrionario/fetal
(mesénquima) o (con más frecuencia) mediante la formación de una matriz de cartílago
hialino que se sustituye por el hueso (osteogénesis peri-/endocondral). Así, los huesos del
cráneo y la clavícula se forman mediante osificación membranosa y muchos huesos largos,
mediante osificación pericondral. Los huesos maduros están constituidos por pequeñas
unidades laminares que se basan en la organización de las fibras de colágeno (de tipo I) en
el seno de una matriz extracelular (hueso lamelar).
-La formación del esqueleto del bebé inicia en el vientre materno cuando el feto se está
desarrollando. Entre las 15 y 20 semanas de embarazo, el sistema óseo empieza a
formarse; para el séptimo mes, se completa su constitución.

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