Está en la página 1de 26

UNIVERSIDAD NACIONAL DE

TRES DE FEBRERO
CARRERA: HISTORIA
CATEDRA: PROBLEMAS DEL MUNDO ANTIGUO
Docente: Dr. Horacio BOTALLA

FUENTES

CARTAS DE EL AMARNA
Carta de Burnaburiash II (1375—1347 a. C.),
A Niphururia [Amenofis IV], rey de Egipto, así habla Burnaburiash, rey de
Karaduniash, tu hermano: Estoy bien. Que el bienestar reine sobre tí, tu casa, tus
mujeres, tus hijos, tu tierra, tus grandes, tus caballos, tus carros.
Cuando mi padre y tu padre trataban en buena amistad, se enviaban uno a otro
hermosos presentes, y nada se rehusaban. Ahora, mi hermano me ha enviado
sólo 2 minas de oro [1 kg aprox.].
Pero es esta una cantidad muy pequeña: ¡envía, pues, tanto como tu padre! ¡Y si
dispones de poco [oro], manda la mitad que tu padre! ¿Porqué me has enviado
sólo 2 minas de oro? Mi trabajo es frecuente en las casas de los dioses, y ahora
he emprendido una obra: ¡envía mucho oro! Y tú, de cuanto necesites de mi tierra,
escríbeme y se te enviará.
En la época de Kurigalzu, mi padre, se dirigieron a él los Kinahi en los siguientes
términos: "La fronteras del país... queremos llevar al otro lado, y asociarnos
contigo! Mi padre les dió la siguiente respuesta: "Abandonad la idea de tratar
conmigo! No me declararé en contra de mi hermano el rey de Egipto, ni
estableceré tratado con otro! ¿No debería, antes bien, saquearos? El está
asociado conmigo!" Mi padre no actuó contra tu padre. Ahora [con respecto a
esto]: a los asirios, vasallos míos, no te he enviado, como han informado ellos.
¿Por qué han sido recibidos en tu tierra? Si te soy querido, no deben hacer
negocio alguno. Vuelvan aquí con las manos vacías! Como regalo, te envío 3
minas de hermosa lapislázuli y 5 tiros de caballo para 5 carros de maadera.

Cartas de Abdu-Heba de Jerusalén (c. 1330 c. C.)


Al rey, mi señor, di: así [dice] Abdi-Heba, tu siervo. Me he postrado siete veces y
siete veces a los pies de mi señor, el rey. ¿Qué he hecho [yo] al rey, mi señor? Me
calumnian ante el rey, [mi] señor: «Abdi-H_eba se ha rebelado contra el rey, su
señor». Mira, a mí no me ha puesto en este lugar ni mi padre ni mi madre; el brazo
poderoso del rey me ha introducido en la casa de mi padre. ¿Cómo [podría]
cometer una falta contra el rey, [mi] señor? Mientras viva el rey, mi señor, diré al
comisario del rey, [mi] señor: «¿Por qué quieres a los hapiru y odias a los
goberna[dores]? Y por esto me censuran [?] ante el rey, mi señor. Cuando digo:
«los países del rey, mi señor, está[n] perdido[s]», me censuran [?] por eso ante el
rey, mi señor. Sepa el rey, mi señor, [que] cuando el rey, mi señor, ha puesto
tropas de protección, Yanhamu [las] ha cogido [todas] ... [dos líneas muy
deterioradas] el país de Egipto [...] el rey, mi señor. No hay tropas de protección.
Que el rey cuide su país, que el rey cuide su país. Todos los [países] del rey, [mi]
señor, se ha[n] rebelado. Ilimilku está arruinando la totalidad del país del rey. Que
el rey, mi señor, guarde su país. Y digo: quiero entrar a la presencia del rey, mi
señor y quiero ver los ojos del rey, mi señor; pero las hostilidades contra mí son
fuertes y no puedo entrar a la presencia del rey, mi señor. Que plazca al rey enviar
tropas de protección y pueda entrar y ver los o[jos] del rey, mi señor. Mientras viva
el rey, [mi se]ñor, cuando se vaya un comi[sario], diré: los países del rey está[n]
perdido[s]. ¿No me escucharás? Todos los gobernadores están perdidos. No hay
un solo gobernador para el rey, [mi] señor. Que el rey preste atención [lit. dirija el
rostro] a las tropas de arqueros y vengan del rev, mi señor, tropas de arqueros. No
queda país para el rey. Los hapiru saquean todos los países del rey. [Pero] si este
año hay [aquí] tropas de arqueros, los países del rey, mi señor, permanecerán. Si
no hay tropas de arqueros, los países del rey, mi señor, estará[n] perdido[s]. Al
escriba del rey, mi señor, así [dice] Abdi-Heba, tu siervo: dirige palabras favorables
al rey, mi señor. Todos los países del rey, mi señor, está[n] perdido[s] .

[Al re]y, mi señor, [di: así [dice] Ab]di-Heba, [tu] siervo: [me he postrado] siete
ve[ces y siete veces a los pies] de mi señor [-- siete líneas mal conservadas...] A la
ciudad de [...] he entrado. Que [el rey] sepa que todos los países están en paz,
[pero] hay guerra contra mí. Así, pues, cuide el rey su país. Mira, el país de Gazru
[Gézer], el país de Ashqaluna [Asquelón], y la ciudad de Laquis [L[a-ki-s]i] les han
dado alimento, aceite y todo lo necesario. Que cuide el rey las tropas de arqueros.
Que envíe tropas de arqueros contra las gentes que hacen el mal al rey, mi señor.
Si hubiera este año tropas de arqueros, habría países y gobernadores para el rey,
mi señor; si no hay tropas de arqueros, no habrá [paí]ses ni gobernadores para el
rey. Mira, el país de Jerusalén [U-ru-sa-lim], éste no me lo han dado mi padre ni mi
madre; el brazo fuerte del rey me lo ha dado. Mira, esta obra es la obra de Milkili y
la acción de los hijos de Labayu, que han entregado al país del a los h_apiru [ha-
pi-ri]. Mira, oh rey, mi señor, el derecho [está] conmigo...

TRATADO ENTRE HATTUSIL III Y RAMSÉS II (1278 a. C.)

1. Tratado que el Gran Soberano de Hatti, Hattusil, el fuerte, hijo de Mursil, gran
jefe da Hatti, el fuerte, ha hecho sobre una tableta de plata, para Userme Ra
Setenpe Ra, Gran Rey de Egipto, el fuerte, hijo de Menma Ra [...] Buen tratado de
paz y fraternidad dando la paz y la fraternidad entre Nosotros por medio del
tratado.
2. Antaño, y después, siempre, en lo que concierne a la política del Gran Rey de
Egipto y del Gran Soberano de Hatti, los dioses no han permitido que hubiera
guerra entre ellos, gracias a un tratado. Pero en tiempos de Muwatali, mi hermano,
el Gran Soberano de Hatti, éste combatía con Ramsés, Gran Rey de Egipto. Sin
embargo, desde este día, he aquí que Hattusil, el Gran Soberano de Hatti, ha
hecho un tratado para que sea permanente la situación creada por Phra y que el
Dios de la Tempestad ha creado entre el País de Egipto y el País de Hatti, de
forma que no se permita jamás la existencia de guerras entre ellos [...]
4. El Gran Soberano del País de Hatti no entrará nunca en el País de Egipto para
tomar cosa alguna. Y Userma Ra Setenpe Ra no penetrará en el País de Hatti
para tomar cosa alguna [...]
6. Si algún otro enemigo entra en el País de Userma Ra Setenpe Ra, Gran Rey de
Egipto, y éste dice al Gran Soberano de Hatti: 'Ven junto a mí para ayudarme
contra él', el Gran Soberano de Hatti se llegará a él, el Gran Soberano de Hatti
matará al enemigo [de Egipto]. Y si no es deseo del Gran Soberano de Hatti acudir
en persona, mandará a sus soldados y carros para que maten al enemigo.
7. O si Ramsés Mi Amón, Gran Rey de Egipto, ha de encolerizarse contra sus
súbditos, si le hacen alguna ofensa y ha de ponerse en campaña contra este
enemigo, el Gran Soberano de Hatti estará con él para destruir a aquél contra
quien se haya irritado.
8. Si algún otro enemigo va contra el Gran Soberano de Hatti, Userma Ra Setenpe
Ra, Gran Rey de Egipto, acudirá hasta él con ayuda para matar al enemigo [de
Hatti].
11. Si un Grande del País de Egipto va al País del Gran Soberano de Hatti, o si
una ciudad, o una provincia de los territorios de Ramsés Mi Amón, Gran Rey de
Egipto, acude al Gran Soberano de Hatti, el Gran Soberano de Hatti no los
atenderá. El Gran Soberano de Hatti los hará llevar ante Userma Ra Setenpe Ra,
Gran Rey de Egipto [...]
13. O si un Grande del País de Hatti acude al País de Userma Ra Setenpe Ra,
Gran Rey de Egipto [...] no lo atenderá. Ramsés Mi Amón, Gran Rey de Egipto, lo
hará llevar ante el Gran Soberano de Hatti [...]
15. Por todas estas palabras del tratado hecho por el Gran Soberano de Hatti con
Ramsés Mi Amón, Gran Rey de Egipto, escritas en esta tableta de plata, por estas
palabras mil dioses y diosas [= todos los dioses] del País de Hatti, con mil dioses y
diosas del País de Egipto, son junto a mí testigos de estas palabras: el Sol, Señor
del Cielo; el Sol de la ciudad de Arinna; el Dios de la Tempestad, Señor del Cielo
[...]
16. A quien del País de Hatti y del País de Egipto no observare todas estas
palabras escritas en esta tableta de plata los mil dioses del País de Hatti y los mil
dioses del País de Egipto destruirán su casa, tierras y servidores. Pero el que
guardare estas palabras que están en esta tableta de plata, sea de Hatti o de
Egipto, que los mil dioses del País de Hatti y los mil dioses del País de Egipto
hagan que goce de buena salud y vida, como su casa, sus tierras y servidores [...]

TEOGNIS “Poemas elegíacos" v. 39-52.


Edición utilizada "Les Belles Lettres", París, 1948.

Cyrnos, nuestra ciudad está embarazada y temo que no", 1 dé a luz un corrector
de nuestros deplorables males porque si nuestros conciudadanos dan prueba
todavía de prudencia, nuestros jefes han vuelto a caer en grandes perversidades.
Nunca hasta hoy, Cyrnos, personas de bien han causado la perdición de una
ciudad; pero en las que se toma por ley la violencia y los malvados corrompen al
pueblo y consagran el derecho de la injusticia a fin de sacar de él provecho y
poder para ellos mismos, no hay ninguna esperanza que una ciudad tal conozca
una larga quietud-aún si ella reposa hoy en una paz profunda- desde el momento
en que los malvados han tomado a gusto sus viles provechos, presagios de
infelicidad pública, por que ellos no surgen más que sediciones, masacres entre
ciudadanos, monarquía. No pueden semejantes excesos convertirse en la ley de
esta ciudad.

v.53-68
Cyrnos, esta ciudad es todavía la misma ciudad, pero sus habitantes han
cambiado: aquellos que, en otro tiempo, no conocían ni derecho ni ley, justamente
buenos para usar alrededor de sus caderas pieles de cabra y para comer fuera de
los muros, como los ciervos, se han convertido ahora en los buenos: la gente
honrada de otro tiempo se ha convertido en gente miserable ¿Quien podrá
soportar este espectáculo? Ellos se engañan y se ríen los unos de los otros, sin
ver donde está el mal, donde el bien, con ninguno de estos conciudadanos,
Polypaedes, hagas una. amistad de corazón, por ninguna ventaja que tú esperas
de ella. Sé el amigo de todos en palabras, pero para un negocio serio no te
asocies con ninguno de ellos, porque aprenderás a conocer a esos miserables,
sabrás qué desconfianza deben inspirar todos sus actos, que no es más que en la
astucia, en el engaño, en la estafa que ellos se complacen, todo como los
hombres perdidos.

v. 185-193
El hombre de bien no rehusa tomar por esposa a la hija de un ex labriego si ella le
proporciona buen provecho, ninguna mujer rehusa tampoco convertirse en la
esposa de un villano, mientras sea rico, es la riqueza y no la calidad del partido
que la tienta. Se tiene el dinero un verdadero culto; el hombre honesto toma mujer
en casa del labriego y el labriego en casa del hombre honesto; el dinero altera la
raza. Tampoco te asombres, hijo de Polypaos, de verla alterarse nuestros
conciudadanos: es que a la sangre buena se le mezcla la mala.

v. 337-350
Qué Zeus me acuerde poder reconocer la adhesión de mis amigos y triunfar sobre
mis enemigos, oh Cyrnos!, así me creeré un dios entre los hombres, si me
encuentro en paz con todos en la hora. de mi muerte.

Acoge, por lo menos, Oh Zeus, rey del Olimpo, esta plegaria que te elevo en su
debido momento y acuerdame después de tantos males algún bien. (Deseo) más
bien morir que no vislumbrar una tregua a mis penas y que no hacer pagar mis
penas con alguna pena. Pues, en fin, tal es mi suerte, no veo asomarse el castigo
de los que me han desposeído; pobre perro que soy, las aguas tumultuosas me
han despojado de todo al atravesar el torrente. Pueda beber su negra sangre!
Pueda velar sobre mí un buen genio! qué me atienda según mis deseos!

ARISTÓTELES, Política, III, trad. M. García Valdés, Madrid, 2000

La ciudad, en efecto, es una cierta multitud de ciudadanos, de modo que hemos


de examinar a quién se debe llamar ciudadano y qué es el ciudadano. Pues
también frecuentemente hay discusiones sobre el ciudadano y no están todos de
acuerdo en llamar ciudadano a la misma persona. El que es ciudadano en una
democracia, muchas veces no lo es en una oligarquía.
3 Dejemos de lado a los que de un modo excepcional reciben esa denominación,
como los ciudadanos naturalizados. El ciudadano no lo es por habitar en un lugar
determinado (de hecho los metecos y los esclavos participan de la misma
residencia), ni tampoco los que participan de ciertos derechos como para ser
sometidos a proceso o entablarlo (pues este derecho lo tienen también los que
participan de él en virtud de un tratado; éstos, en efecto, lo tienen, mientras en
muchas partes ni siquiera los metecos participan de él plenamente, sino que les es
necesario designar un patrono, de modo que participan no plenamente de tal
comunidad). Es el caso de los niños aún no inscritos a causa de su edad y de los
ancianos liberados de todo servicio; se deberá decir que son ciudadanos en cierto
modo, pero no en un sentido demasiado absoluto, sino añadiendo alguna
determinación, a unos “imperfectos”, a otros “excedentes por la edad” o cualquier
otra semejante (no importa una que otra, pues está claro lo que se quiere decir).
Buscamos, pues, al ciudadano sin más y que por no tener ningún apelativo tal no
necesita corrección alguna, puesto que también hay que plantearse y resolver
tales dificultades a propósito de los privados de derechos de ciudadanía y de los
desterrados.
Un ciudadano sin más por ningún otro rasgo se define mejor que por participar en
las funciones judiciales y en el gobierno.

ISÓCRATES, Panegírico (selección), traducción de J. M. Guzmán Hermida,


Biblioteca Clásica Gredos, Madrid, 1979.

Si hay que honrar en cada empresa a quienes son más expertos y


poderosos, sin discusión nos corresponde tomar la hegemonía que antes tuvimos;
pues nadie podría señalar otra ciudad que se haya destacado tanto en una guerra
por tierra, como la nuestra se distinguió en los peligros marítimos. Además, si
algunos piensan que esta decisión no es justa, sino que las cosas han cambiado
mucho, porque el poder no permanece siempre en los mismos, y consideran
merecedores de tener la hegemonía como cualquier otra recompensa, o a los que
primero gozaron de este honor o a los responsables de los mayores bienes para
los griegos, creo que también éstos están de nuestra parte; pues cuanto desde
más lejos se examinen estas dos circunstancias, tanto más aventajaremos a los
rivales.
Está reconocido, en efecto, que nuestra ciudad es la más antigua, la mayor
y la más nombrada entre todos los hombres. Partiendo de tan noble presupuesto,
conviene que seamos aún más honrados por lo que sigue. Pues habitamos esta
ciudad sin haber expulsado a otros, sin haberla conquistado desierta, ni habiendo
reunido mezclas de muchos pueblos; por el contrario, hemos nacido con tanta
nobleza y autenticidad como la tierra de la que procedemos, y hemos vivido todo
el tiempo sin perderla, siendo autóctonos, y podemos llamar a la ciudad con las
mismas expresiones que a los más íntimos. De los griegos, sólo a nosotros está
reservado llamar a la misma ciudad nodriza, patria y madre. Es preciso,
ciertamente, que quienes están orgullosos con motivo, pretendan justamente la
hegemonía, y al recordar con frecuencia sus tradiciones, puedan mostrar que el
origen de su linaje es semejante al nuestro.
Tal es nuestra grandeza, que existió desde el principio y fue donada por el
destino. De cuántos beneficios hemos sido autores para otros, lo examinaríamos
mejor si recorriéramos por orden desde el principio la historia y las hazañas de la
ciudad. Descubriremos, en efecto, que ella tiene la responsabilidad de casi todo,
tanto en los peligros bélicos como en la restante organización, según la cual
convivimos, con la que nos gobernamos y por la que podemos vivir. Pero es
necesario elegir de las buenas acciones no las que se olvidaron y silenciaron por
su insignificancia, sino las que por su grandeza se comentan y recuerdan entre
todos los hombres en todas partes, tanto antes como ahora.
En primer lugar, por medio de nuestra ciudad se consiguió lo que primero
precisa nuestra naturaleza; y aunque la tradición haya quedado como algo
legendario, conviene, no obstante, relatarla. Al llegar Deméter a esta tierra,
cuando estaba errante tras el rapto de Core, fue benévolamente tratada por
nuestros antepasados, con unos servicios que no pueden entender sino los
iniciados, y les dio dos tipos de recompensas: las más importantes fueron las
cosechas, causa de que no vivamos como fieras, y la celebración de los misterios,
que dan a los iniciados las más dulces esperanzas para el final de la vida y para
toda la eternidad. Nuestra ciudad amó tanto a los dioses y a los hombres que
cuando fue señora de bienes tan importantes, no los ocultó a los demás, sino que
hizo partícipes a todos de lo que recibió (...)
Por aquella misma época, vio nuestra ciudad que los bárbaros ocupaban la
mayor parte del territorio, que los griegos, en cambio, estaban encerrados en un
pequeño espacio y que, por la insuficiencia de la tierra, conspiraban entre ellos y
hacían expediciones militares contra sí; que unos morían por la falta del sustento
cotidiano y otros por la guerra. Estando así la situación, no la miró con
indiferencia, sino que envió generales a las ciudades, que reunieron a los más
necesitados, se hicieron sus jefes militares y, tras vencer a los bárbaros en la
guerra, fundaron muchas ciudades en uno y otro continente, colonizaron todas las
islas y salvaron tanto a los que les acompañaron como a los que se quedaron. En
efecto, a estos últimos les dejaron tierra suficiente en su patria y a aquéllos les
proporcionaron más de la que tenían; pues adquirieron todo el espacio que ahora
tenemos. De esta forma dieron las mayores facilidades a los que después
quisieron fundar colonias e imitar a nuestra ciudad, pues no tenían que arrostrar
peligros por la adquisición de territorio, sino que fueron a habitar el lugar
delimitado por nosotros. ¿Quién podría señalar una hegemonía más paternal que
ésta, que existía antes de la fundación de la mayoría de las ciudades griegas o
más útil que la que puso en fuga a los bárbaros y condujo a los griegos a tal
prosperidad? (...)
De los bienes presentes de los hombres, de cuantos no tenemos por los
dioses, sino que hemos alcanzado por nosotros mismos, ninguno existiría sin el
concurso de nuestra ciudad, y la mayoría se han logrado gracias a ella. Pues
encontró a los griegos que vivían sin leyes y habitaban aquí y allá, unos
maltratados por tiranías, otros muriendo por falta de gobierno, y los liberó de estos
males, siendo señora de unos y modelo para otros. Fue la primera que estableció
leyes y creó una constitución (...) En cuanto a las artes, tanto las que son útiles
para las necesidades de la vida como las ideadas para agradar, unas las
descubrió nuestra ciudad, otras las transmitió a los demás, después de probar su
uso. Organizó el resto de su administración con tanta hospitalidad y respeto a
todos, que tanto se adapta a los que carecen de fortuna como a los que quieren
disfrutarde sus bienes, y tampoco es inútil a los que son dichosos o
desafortunados en sus ciudades; por el contrario, hay entre nosotros para unos las
más gratas distracciones, para otros el refugio más seguro. Además, como el
territorio que ha adquirido cada pueblo no es autosuficiente, sino que carece de
unas cosas y tiene excedentes de otras, y como es muy difícil encontrar un lugar
donde vender unas e importar otras, nuestra ciudad también ayudaba en estas
dificultades; pues estableció como un mercado en medio de Grecia, el Pireo, cuya
abundancia es tal, que lo que en otros mercados es difícil de encontrar incluso por
separado, todo ello es fácil adquirirlo en él.
Con razón son aplaudidos quienes establecieron las fiestas solemnes
porque nos transmitieron esta costumbre de que, después de hacer libaciones y
terminar las enemistades existentes, nos reunamos en un mismo lugar y que, tras
esto, con invocaciones y sacrificios celebrados en común, nos acordemos del
parentesco que existe entre nosotros, nos tratemos unos con otros con
benevolencia en el futuro, renovemos los antiguos lazos de hospitalidad y
hagamos otros nuevos (...) Y aunque estas reuniones nos producen tantos bienes,
ni siquiera en esto se dejó aventajar nuestra ciudad. Pues tiene muchos y
bellísimos espectáculos, unos extraordinarios por su coste, otros famosos por su
arte; algunos, incluso, distinguidos por ambas cosas (...) Además, se pueden
encontrar entre nosotros las amistades más fieles, y relaciones de todo tipo, e,
incluso, presenciar competiciones no sólo de rapidez y fuerza, sino también de
oratoria, inteligencia y todas las demás ocupaciones, para las que existen los
mayores premios (...)
Nuestra ciudad dio a conocer la filosofía, que descubrió todo esto, ayudó a
establecerlo, nos educó para las acciones, nos apaciguó, y diferenció las
desgracias producidas por la ignorancia y las que resultan de la necesidad, y nos
enseñó a rechazar las primeras y a soportar bien las segundas. También honró a
la oratoria, que todos desean, envidiando a quienes la dominan (...) Se dio cuenta
de que los hombres de origen libre no se reconocen por el valor, riqueza o bienes
semejantes, sino que se destacan especialmente por sus discursos, que ésta es la
más cierta señal de la educación de cada uno de nosotros y que los que utilizan
bien la oratoria no sólo tienen poder en sus propias ciudades, sino que son
honrados en las demás. Nuestra ciudad aventajó tanto a los demás hombres en el
pensamiento y oratoria que sus discípulos han llegado a ser maestros de otros, y
ha conseguido que el nombre de griegos se aplique no a la raza, sino a la
inteligencia, y que se llame griegos más a los partícipes de nuestra educación que
a los de nuestra misma sangre (...)
Me parece que conviene hablar también de lo realizado por la ciudad contra
los bárbaros, especialmente después que hice que mi discurso versara sobre la
hegemonía contra aquéllos (...) Después de estallar aquella enorme guerra y
sobrevenir al mismo tiempo los mayores peligros, cuando los enemigos se creían
irresistibles por su número y los aliados pensaban que su valor era insuperable,
los atenienses vencieron a ambos según convino en cada caso, superaron todos
los peligros y fueron inmediatamente considerados los más valerosos; no mucho
más tarde consiguieron la hegemonía marítima, que les confiaron los demás
griegos, sin que lo discutieran quienes ahora intentan quitárnoslo (...)
Al reflexionar sobre estos hechos, es justo indignarse por la situación
presente, desear nuestra hegemonía y reprochar a los lacedemonios, porque al
principio llegaron a ponerse en pie de guerra con el pretexto de liberar a los
griegos, pero al final entregaron a muchísimos de ellos a los bárbaros; porque
desterraron a los jonios de nuestra ciudad, de la que los mismos jonios habían
emigrado y gracias a la cual se salvaron muchas veces, y porque les entregaron a
los bárbaros, cuya tierra ocupan, a pesar de ellos, y contra los que nunca dejaron
de pelear (...)
Cuanto más pobres de espíritu sean quienes nos gobiernan, tanto más
necesitaremos examinar los demás con la mayor energía de qué forma haremos
cesar la enemistad actual. Pues ahora en vano hacemos tratados de paz: porque
no hacemos cesar las guerras, sino que las aplazamos, y aguardamos la ocasión
en que podamos causarnos algún mal irreparable. Es preciso que, tras
deshacernos de estas intrigas, emprendamos aquellas acciones con las que
habitaremos las ciudades con mayor seguridad, y tendremos más confianza entre
nosotros mismos. Es simple y fácil el discurso que traía sobre esto: no será
posible que guardemos una paz estable a no ser que hagamos la guerra en
común contra los bárbaros, ni que los griegos estén acordes antes que
obtengamos ayuda nosotros mismos y arrostremos peligros contra unos mismos
enemigos. Cuando esto ocurra, y desaparezca la dificultad de nuestra vida que
rompe las amistades, conduce a los parientes al odio y empuja a todos los
hombres a revueltas y guerras, será imposible que no estemos de acuerdo y
tengamos una auténtica buena disposición entre nosotros. Por eso, hay que
esforzarse lo más posible para que, cuanto antes, desplacemos al continente la
guerra que tenemos aquí, en la idea de que podríamos disfrutar de un único bien
de nuestras guerras intestinas, siempre y cuando nos decidiéramos a utilizar
contra el bárbaro las experiencias aportadas por ellas.

DEMÓSTENES, Primer Discurso Olintíaco, 12-28, traducción de A. López Eire,


Madrid, 1993.

¿Alguno de vosotros, varones atenienses, se hace cargo y observa la


manera mediante la cual, siendo débil en sus comienzos, se ha hecho grande
Filipo? Primero, tomando Anfípolis, después de eso, Pidna, de nuevo, Potidea,
otra vez, Metone, luego pisó el suelo de Tesalia; después de eso, tras haber
regulado a su gusto los asuntos de Feras, Págasas, Magnesia y todas las
regiones, se marchó a Tracia; luego allí a unos reyes destronó, a otros instauró,
hasta que cayó enfermo; de nuevo, en cuanto empezó a mejorar, no declinó hacia
la molicie, sino que al punto atacó a los olintios. Y paso por alto sus campañas
contra los ilirios, los peonios, contra Aribas y contra cualquier otra parte que podría
citarse.
"¿Y para qué nos cuentas eso ahora?", alguien podría decir. Para que
comprendáis y os deis cuenta, varones atenienses, de dos cosas: de hasta qué
punto es desaprovechado ir desentendiéndose de los asuntos uno tras otro y de la
actividad incansable que pone en juego Filipo y es parte de su vida; por causa de
ella es imposible que contentándose con sus realizadas empresas guarde reposo.
Si él ha decidido que en cada ocasión hay que hacer algo que supere su situación
y vosotros, por el contrario, que no hay que afrontar ningún asunto con vigor,
considerad en qué punto cabe esperar que eso termine. ¡Por los dioses!, ¿quién
es de vosotros tan tonto como para no ver que la guerra de allí vendrá aquí, si nos
despreocupamos? Pero, si eso llegara a pasar, tengo miedo, varones atenienses,
de que lo mismo que quienes tomando en préstamo a la ligera dinero a gran
interés, tras haber vivido en la abundancia un corto tiempo, luego pierden hasta el
capital, así también nosotros nos demos cuenta de haber vivido en la molicie
pagando por ello alto interés y quienes en todo buscábamos el placer vayamos
luego a vernos en la obligación de hacer muchas de esas cosas que no queríamos
y corramos el riesgo de perder las posesiones que tenemos en la propia región.
Sí -me podría decir alguien tal vez-, criticar es fácil y cualquiera puede
hacerlo, pero revelar lo que hay que hacer en defensa de las circunstancias
presentes, ésa es la labor del consejero. Pero yo no ignoro, varones atenienses,
que vosotros frecuentemente, si algo no resulta según los planes, no es con los
responsables con quienes os enojáis, sino con los oradores que han tratado de los
asuntos en último turno; sin embargo, opino que no debo amainar atendiendo a mi
propia seguridad cuando se trata de asuntos que creo os incumben.
Sugiero, pues, que de dos maneras debéis prestar ayuda a la situación:
salvando las ciudades de los olintios y enviando a los soldados que se encarguen
de ello y haciendo daño al territorio de aquél con trirremes y otros soldados. Si os
despreocupáis de una de estas dos medidas, recelo que nos resultará inútil la
expedición. Pues si mientras vosotros devastáis su territorio, él resiste y consigue
hacerse con Olinto, fácilmente, regresando a su patria, la defenderá; y, por otro
lado, si vosotros no hacéis más que enviar ayuda a Olinto, y él, viendo que su
reino está seguro, se dedica a asediar y acechar la situación, con el tiempo
superará a los sitiados. Así que es necesario que la expedición de ayuda sea
numerosa y doble (...)
Ahora tenéis posibilidad de elección sobre si vosotros debéis luchar allí o
aquél aquí junto a vosotros. Pero si Olinto resiste, vosotros lucharéis allí y haréis
daño a la región de aquél, explotando sin miedo ésta que os pertenece y es
vuestra propia tierra. Si, por el contrario, Filipo la toma, ¿quién le impedirá la
marcha hasta aquí? ¿Los tebanos? Tal vez sea demasiado amargo decirlo (...),
con presteza colaborarán en la invasión. ¿Los focenses, entonces? ¿Los que no
son capaces de proteger su propia región si no les ayudáis vosotros? ¿Algún otro?
Pero, amigo mío, no querrá atacarnos. Sin embargo, sería de lo más absurdo que
lo que ahora anda divulgando a riesgo de adquirir reputación de loco, luego,
cuando pueda, no lo ponga en práctica. Ahora bien, en cuanto a cuál es la
diferencia entre luchar aquí o allí, creo que no necesita mayor razonamiento. Pues
si fuera menester que vosotros personalmente estuvierais fuera sólo treinta días y
tomarais de los productos de esta región cuanto fuera necesario por estar
acampados, y me refiero a una situación en que en nuestras tierras no hubiera
ningún enemigo, nuestros labradores sufrirían mayores pérdidas que cuantas
sumas habéis gastado hasta ahora en la guerra. Y si ahora viene aquí una guerra,
¿cuánta pérdida hay que pensar que sufriremos? Y a ello se añade la insolencia
del enemigo y la vergüenza de nuestra política, pérdida inferior a ninguna otra, al
menos para los prudentes.
Así que, contemplando en su conjunto todas esas razones, es necesario
que todos prestéis ayuda y rechacéis la guerra a esas regiones; los ricos, para que
a precio de un pequeño gasto hecho a favor de los muchos bienes que por su
buena fortuna poseen, puedan en el futuro obtener fruto sin miedo; los que están
en edad militar, para que, adquiriendo la experiencia de la guerra en el territorio de
Filipo, se conviertan en temibles guardianes de su propia patria intacta; los
oradores, para que las cuentas que han de rendir de su política les resulten
fáciles, pues según el resultado de los sucesos, así serán vuestros juicios acerca
de sus realizaciones. Que las cosas vayan bien por todos los motivos.

OPINIÓN DE CICERÓN SOBRE EL TRIBUNADO DE LA PLEBE.


CICERÓN, Sobre las leyes III 23-24 (traducción de I. M. Núñez González).

Marco Cicerón. Distingues muy claramente los defectos del tribunado, Quinto,
pero es injusto que en un proceso de acusación se haga la enumeración de los
males y antología de los defectos, pasando por alto, en cambio, sus cosas
buenas... Yo estoy de acuerdo en que es verdad que hay algo malo en la potestad
tribunicia en sí misma, pero sin ese mal no tendríamos el bien que se ha querido
obtener con ella. "La potestad de los tribunos de la plebe es excesiva:' ¿y quién
1.o niega? jPero la violencia del pueblo es mucho más cruel e irreflexiva! Cuando
tiene un líder es más moderado en ocasiones que si no tuviera ninguno. En efecto,
un líder piensa que avanza a costa de su propio riesgo; el ímpetu popular, en
cambio.. no tiene conciencia de su propio riesgo. ..Pues ¿hay algún colegio tan
desesperado para que ninguno de sus diez miembros tenga la mente sana? Pero
si fue un tribuno no sólo relegado, sino incluso desposeído de su potestad, quien
provocó la caída del propio Tiberio Graco. Pues ¿qué otra cosa lo hizo caer sino el
haber despojado de la potestad al colega que le oponía el veto? Pero tú observa la
sagacidad de nuestros mayores en este asunto: una vez que los senadores
concedieron esa potestad a la plebe, las armas cayeron a tierra, la revolución se
extinguió y se encontró la fórmula de compromiso, gracias a la cual los más
humildes creyeron que se equiparaban a los nobles; y en esto sólo se basó la
salvación de la ciudad.

RES GESTAE DIVI AUGUSTI

RES GESTAE DIVI AUGUSTI HECHOS DEL DIVINO AUGUSTO


Rerum gestarum divi Augusti, quibus Texto que es copia de los hechos del
orbem terrarum imperio populi Rom. divino Augusto, con las cuales sujetó el
subiecit, et impensarum, quas in rem universo mundo al dominio del pueblo
publicam populumque Romanum fecit, romano, y de las munificencias que hizo a
incisarum in duabus aheneis pilis, quae la república y al pueblo de Roma, escritas
sunt Romae positae, exemplar en dos columnas de bronce que se hallan
subiectum. en Roma.
[PRIMERAS ACTUACIONES E INGRESO
I 1 Annos undeviginti natus exercitum EN EL SENADO] § 1. A los diecinueve
privato consilio et privata impensa años de edad alcé, por decisión personal y
comparavi, per quem rem publicam a a mis expensas, un ejército que me
dominatione factionis oppressam in permitió devolver la libertad a la República,
libertatem vindicavi. Eo nomine oprimida por el dominio de una bandería.
senatus decretis honorificis in ordinem Como recompensa, el Senado, mediante
suum me adlegit C. Pansa et A. Hirtio decretos honoríficos, me admitió en su
consulibus, consularem locum seno, bajo el consulado de Cayo Pansa y
sententiae dicendae tribuens, et Aulo Hirtio [43 a.C.], concediéndome el
imperium mihi dedit. Res publica, ne rango senatorio equivalente al de los
quid detrimenti caperet, me pro Cónsules. Me confió la misión de velar por
praetore simul cum consulibus el bienestar público, junto con los
providere iussit. Populus autem eodem Cónsules y en calidad de Pro-pretor. Ese
anno me consulem, cum cos. uter que mismo año, habiendo muerto ambos
in bello cecidisset, et triumvirum rei Cónsules en la guerra, el pueblo me
publicae constituendae creavit. nombró Cónsul y triunviro responsable de
la reconstitución de la República
[VINDICA LA MEMORIA DE SU PADRE] §
2 Qui parentem meum interfecerunt, 2. Proscribí a los asesinos de mi Padre,
eos in exilium expuli iudiciis legitimis vindicando su crimen a través de un juicio
ultus eorum facinus, et postea bellum legal; y cuando, más tarde, llevaron sus
inferentis rei publicae vici bis acie. armas contra la República, los vencí por
dos veces en campo abierto
3 Bella terra et mari civilia externaque [GENEROSIDAD CON SUS TROPAS Y
toto in orbe terrarum saepe gessi CON SUS VENCIDOS] § 3. Hice a
victorque omnibus veniam petentibus menudo la guerra, por tierra y por mar.
civibus peperci. Externas gentes, Guerras civiles y contra extranjeros, por
quibus tuto ignosci potuit, conservare todo el universo. Y, tras la victoria, concedí
quam excidere malui. Millia civium el perdón a cuantos ciudadanos solicitaron
Romanorum sub sacramento meo gracia. En cuanto a los pueblos
fuerunt circiter quingenta. Ex quibus extranjeros, preferí conservar que no
deduxi in colonias aut remisi in destruir a quienes podían ser perdonados
municipia sua, stipendis emeritis, millia sin peligro [para Roma] Unos 500.000
aliquanto plura quam trecenta, et iis ciudadanos romanos prestaron sagrado
omnibus agros adsignavi aut pecuniam juramento de devoción a mi persona. De
pro praemis militiae dedi. Naves cepi entre ellos, algo más de 300.000, tras la
sescentas praeter eas, si quae minores conclusión de su servicio militar, fueron
quam trirremes fuerunt. asentados por mí en colonias de nueva
fundación o reenviados a sus municipios
de origen. A todos ellos asigné tierras o
dinero para recompensarlos por sus
servicios de armas. Capturé 600 navíos,
entre los que no cuento los que no fuesen,
cuando menos, trirremes.
[TRIUNFOS COMO CAUDILLO MILITAR]
§ 4. Por dos veces recibí el honor de la
ovación solemne y por tres el del triunfo
4 Bis ovans triumphavi et tres egi
curul Recibí aclamaciones oficiales como
curulis triumphos et appellatus sum
general imperator en veintiuna ocasiones.
viciens et semel imperator, decernente
Por todo ello el Senado me otorgó la
pluris triumphos mihi senatu, quibus
celebración de numerosos triunfos
omnibus supersedi. Laurum de
oficiales, que decliné Deposité en el
fascibus deposui, in Capitolio votis,
Capitolio los laureles de mis fasces, tras
quae quoque bello nuncupaveram,
haber cumplido las promesas formuladas
solutis. Ob res a me aut per legatos
con ocasión de cada guerra. A causa de
meos auspicis meis terra marique
los éxitos obtenidos por mí (o por mis
prospere gestas quinquagiens et
lugartenientes en el mando bajo mis
quinquiens decrevit senatus
auspicios), tanto por tierra cuanto por mar,
supplicandum esse dis immortalibus.
el Senado decretó acciones oficiales de
Dies autem, per quos ex senatu
gracias a los dioses inmortales en
consulto supplicatum est, fuere
cincuenta y cinco ocasiones. Tales
DCCCLXXXX. In triumphis meis ducti
acciones de gracias sumaron, en conjunto,
sunt ante currum meum reges aut
890 días En mis triunfos oficiales, ante mi
regum liberi novem. Consul fueram
carro, desfilaron [vencidos] nueve reyes o
terdeciens cum scribebam haec, et
hijos de rey Cuando escribí lo que
eram septimum et trigensimum tri-
antecede, había sido Cónsul por
buniciae potestatis.
decimotercera vez [2 a.C.] y desempeñaba
la potestad de los Tribunos de la plebe por
trigesimoséptimo año
[RECHAZA EL PODER PERO NO LA
RESPONSABILIDAD] § 5. Durante el
consulado de Marco Marcelo y Lucio
Arruncio [22 a.C.] no acepté la
5 Dictaturam et apsenti et praesenti
magistratura de Dictador, que el Senado y
mihi delatam et a populo et a senatu M.
el pueblo me conferían para ejercerla tanto
Marcello et L. Arruntio cos. non recepi.
en mi ausencia cuanto durante mi
Non sum deprecatus in summa
presencia [en Roma] No quise [empero]
frumenti penuria curationem annonae,
declinar la responsabilidad de los
quam ita administravi, ut intra dies
aprovisionamientos alimentarios, en medio
paucos metu et periclo praesenti
de una gran carestía; y de tal modo asumí
civitatem universam liberarem impensa
su gestión que, pocos días más tarde, toda
et cura mea. Consulatum quoque tum
la Ciudad se hallaba desembarazada de
annuum et perpetuum mihi delatum
cualquier temor y peligro, a mi sola costa y
non recepi.
bajo mi responsabilidad. No acepté
[tampoco] el consulado que entonces se
me ofreció, para ese año y con carácter
vitalicio.
[RECHAZA EL PODER UNIPERSONAL Y
CUIDA DE LA MORAL PUBLICA] § 6.
Durante el consulado de Marco Vinucio y
Quinto Lucrecio [19 a.C.] y, después, bajo
6 Consulibus M. Vinicio et Q. Lucretio
el de Publio y Gneo Léntulo [18 a.C.] y, en
et postea P. Lentulo et Cn. Lentulo et
tercer lugar, durante el de Paulo Fabio
tertium Paullo Fabio Maximo et Q.
Máximo y Quinto Tuberón [11 a.C.],
Tuberone, senatu populoque Romano
habiendo unánimemente decidido el
consentientibus ut curator legum et
pueblo y el Senado que fuese yo
morum summa potestate solus crearer,
responsable único y máximo del cuidado
nullum magistratum contra mores
de las costumbres y las leyes, no quise
maiorum delatum recepi. Quae tum per
que se me confiara una magistratura en
me geri senatus voluit, per tribuniciam
términos que hubieran resultado contrarios
potestatem perfeci, cuius potestatis
a la tradición ancestral; pero las
conlegam et ipse ultro quinquiens a
actuaciones que el Senado deseaba por
senatu depoposci et accepi.
entonces de mí las llevé a cabo, fundado
[sólo] en mi potestad tribunicia. Y [aun]
para esa misma función pedí y recibí del
Senado, por cinco veces, un colega
[OCUPA LOS CARGOS MAS
HONORIFICOS Y HONORABLES] § 7.
Durante diez años consecutivos fui
7 Triumvirum rei publicae constiuendae miembro del colegio triunviral al que se
fui per continuos annos decem. había encargado la reconstitución de la
Princeps senatus fui usque ad eum República; hasta el momento en que
diem, quo scripseram haec, per annos redacté estos sucesos, Príncipe del
quadraginta. Pontifex maximus, augur, Senado por cuarenta años consecutivos.
XVvirum sacris faciundis, VIIvirum Fui Pontífice Máximo, augur, miembro del
epulonum, frater arvalis, sodalis Titius, Colegio de los Quince encargados de las
fetialis fui. sagradas ceremonias, del Colegio de los
Siete encargados de los sacros banquetes,
hermano de la Cofradía Arval, sodal Titio y
sacerdote fecial
II 8 Patriciorum numerum auxi consul [PONE EL ORDEN DEBIDO EN EL
quintum iussu populi et senatus. SENADO Y EN LA COMUNIDAD
Senatum ter legi. Et in consulatu sexto ROMANA] § 8. Por mandato del pueblo y
censum populi conlega M. Agrippa egi. del Senado, durante mi quinto consulado
Lustrum post annum alterum et [29 a.C.] aumenté el número de los
quadragensimum feci, quo lustro patricios romanos Por tres veces establecí
civium Romanorum censa sunt capita la lista de senadores y, en mi sexto
quadragiens centum millia et sexaginta consulado [28 a.C.], llevé a cabo, con
tria millia. Tum iterum consulari cum Marco Agripa como colega, el censo del
imperio lustrum solus feci C. Censorino pueblo. Celebré la ceremonia lustral
et C. Asinio cos., quo lustro censa sunt después de que no se hubiera celebrado
civium Romanorum capita quadragiens en cuarenta y dos años; en ella fueron
centum millia et ducenta triginta tria censados 4.063.000 ciudadanos romanos.
Durante el consulado de Cayo Censorino y
Cayo Asinio [8 a.C.] llevé a cabo el censo
por mí solo, en virtud de mi poder
millia. Et tertium consulari cum imperio consular, en cuya lustración se contaron
lustrum conlega Tib. Caesare filio meo 4.233.000 ciudadanos romanos. Hice el
feci, Sex. Pompeio et Sex. Appuleio censo por vez tercera, en virtud de mi
cos., quo lustro censa sunt civium poder consular y teniendo por colega a mi
Romanorum capitum quadragiens hijo [adoptivo], Tiberio César, en el
centum millia et nongenta triginta et consulado de Sexto Pompeyo y Sexto
septem millia. Legibus novis inlatis Apuleyo [14 d. C.]; con ocasión de este
multa exempla maiorum exolescentia censo conté 4.937.000 ciudadanos
iam ex nostro saeculo reduxi et ipse romanos. Mediante nuevas leyes que
multarum rerum exempla imitanda propuse saqué del desuso muchos
posteris tradidi. ejemplos de nuestros antepasados,
decaídos ya en Roma, y yo mismo dejé a
la posteridad muchas acciones como
ejemplo que imitar.
[LA DEVOCION POR SU PERSONA ES
GENERAL] § 9. El Senado decretó que,
9 Vota pro valetudine mea suscipi per
cada cuatro años, Cónsules y sacerdotes
consules et sacerdotes quinto quoque
ofreciesen votos por mi salud. Para
anno senatus decrevit. Ex iis votis
cumplirlos, tanto los cuatro Colegios
saepe fecerunt vivo me ludos
sacerdotales mayores cuanto los Cónsules
aliquotiens sacerdotum quattuor
ofrecieron frecuentemente, en vida mía,
amplissima collegia, aliquotiens
juegos públicos. Asimismo, en sus casas y
consules. Privatim etiam et municipatim
en las municipalidades, todos los
universi cives unanimiter continenter
ciudadanos, sin excepción y
apud omnia pulvinaria pro valetudine
unánimemente, realizaron en todo tiempo
mea supplicaverunt.
ceremonias por mi salud en toda clase de
lugares sacros.
10 Nomen meum senatus consulto [EL SENADO Y EL PUEBLO LO
inclusum est in saliare carmen et SANTIFICAN] § 10. El Senado hizo incluir
sacrosanctus ut essem mihi datum et, mi nombre en el cántico de los Sacerdotes
quoad viverem, tribunicia potestas mihi Salios y una ley prescribió que poseería, a
esset, lege sanctum est. Pontifex perpetuidad y de por vida, carácter
maximus ne fierem in vivi conlegae inviolable para mi persona y la potestad de
locum, populo id sacerdotium deferente los Tribunos de la plebe. Cuando el pueblo
mihi, quod pater meus habuerat, me ofreció el Pontificado Máximo, que mi
recusavi. Quod sacerdotium aliquod Padre había ejercido, lo rehusé, para no
post annos, eo mortuo quiod tumultus ser elegido en lugar del Pontífice que aún
occasione occupaverat, cuncta ex Italia vivía No acepté ese sacerdocio sino años
ad comitia mea confluente multitudine, después, tras la muerte de quien lo
quanta Romae nunquam traditur ante ocupara con ocasión de las discordias
id tempus fuisse, recepi P. Sulpicio C. civiles; y hubo tal concurrencia de multitud
Valgio consulibus. de toda Italia a los comicios que me
eligieron, durante el consulado de Publio
Sulpicio y Cayo Valgio [12 a.C.], como no
se había visto semejante en Roma.
[ROMA INSTITUYE FIESTAS
11 Aram Fortunae Reducis ante aedes RELIGIOSAS EN SU HONOR] § 11. En
Honoris et Virtutis, ad portam homenaje a mi regreso y bajo el consulado
Capenam, pro reditu meo senatus de Quinto Lucrecio y Marco Vinicio [19
consacravit, in qua pontifices et a.C.], el Senado consagró, cerca de la
virgines Vestales anniversarium Puerta Capena, ante el templo del Honor y
sacrificium facere iussit eo die quo, la Virtud, un altar a la Fortuna del [feliz]
consulibus Q. Lucretio et M. Vinicio, in Retorno. Mandó que todos los años
urbem ex Syria redieram, et diem Pontífices y Vestales hicieran allí una
Augustalia ex cognomine nostro ofrenda, en el aniversario de mi regreso de
appellavit. Siria, y llamó a ese día "de las
Augustales", de acuerdo con mi nombre.
§ 12. El mismo año, en virtud de un
senadoconsulto, parte de los Pretores y de
12 Ex senatus auctoritate pars los Tribunos de la plebe, acompañados por
praetorum et tribunorum plebi cum el Cónsul Quinto Lucrecio y por los
consule Q. Lucretio et principibus viris ciudadanos más principales, salió a mi
obviam mihi missa est in Campaniam, encuentro en Campania: honra que a
qui honos ad hoc tempus nemini nadie se había conferido con anterioridad
praeter me est decretus. Cum ex Cuando regresé de Hispania y de Galia,
Hispania Galliaque, rebus in iis durante el consulado de Tiberio Nerón y
provincis prospere gestis, Romam redi Publio Quintilio [13 a.C.], tras haber
Ti. Nerone P. Quintilio consulibus, llevado a cabo con todo éxito lo necesario
aram Pacis Augustae senatus pro en esas provincias, el Senado, para honrar
reditu meo consacrandam censuit ad mi vuelta, hizo consagrar, en el Campo de
campum Martium, in qua magistratus et Marte, un altar dedicado a la Paz Augusta
sacerdotes virginesque Vestales y encargó a los magistrados, Pretores y
anniversarium sacrificium facere iussit. Vírgenes Vestales que llevasen a cabo en
él un sacrificio en cada aniversario. [TRAE
LA PAZ AL PUEBLO ROMANO]
§ 13. El templo de Jano Quirino, que
nuestros ancestros deseaban
13 Ianum Quirinum, quem claussum
permaneciese clausurado cuando en todos
esse maiores nostri voluerunt, cum per
los dominios del pueblo romano se hubiera
totum imperium populi Romani terra
establecido victoriosamente la paz, tanto
marique esset parta victoriis pax, cum
en tierra cuanto en mar, no había sido
prius quam nascerer, a condita urbe bis
cerrado sino en dos ocasiones desde la
omnino clausum fuisse prodatur
fundación de la Ciudad hasta mi
memoriae, ter me principe senatus
nacimiento; durante mi Principado, el
claudendum esse censuit.
Senado determinó, en tres ocasiones, que
debía cerrarse.
14 Filios meos, quos iuvenes mihi [EL PUEBLO Y LAS INSTITUCIONES
eripuit fortuna, Gaium et Lucium RECLAMAN A SUS HIJOS PARA EL
GOBIERNO] § 14. El Senado y el pueblo
romano, queriendo honrarme, designaron
Caesares III honoris mei caussa Cónsules, con intención de que asumiesen
senatus populusque Romanus annum la magistratura cinco años más tarde y
quintum et decimum agentis consules cuando tenían quince, a mis hijos
designavit, ut eum magistratum inirent [adoptados] Cayo y Lucio Césares, a
post quinquennium. Et ex eo die, quo quienes, muy jóvenes, me arrebató la
deducti sunt in forum, ut interessent Fortuna Y el Senado decretó que
consiliis publicis decrevit senatus. asistiesen a sus deliberaciones desde el
Equites autem Romani universi mismo día en que fuesen presentados en
principem iuventutis utrumque eorum el Foro. Los Caballeros de Roma, por su
parmis et hastis argenteis donatum parte, unánimemente los denominaron
appellaverunt. Príncipes de la Juventud y les obsequiaron
los escudos ecuestres y las lanzas de
plata.
15 Plebei Romanae viritim HS trecenos [FAVORECE GRANDEMENTE A LA
numeravi ex testamento patris mei et PLEBE DE ROMA Y A SUS SOLDADOS
nomine meo HS quadringenos ex CON ALIMENTOS Y DINERO] § 15.
bellorum manibiis consul quintum dedi, Pagué a la plebe de Roma 300 sestercios
iterum autem in consulatu decimo ex por cabeza, en cumplimiento del
patrimonio meo HS quadringenos testamento de mi Padre. Y en mi propio
congiari viritim pernumeravi, et consul nombre, cuando mi quinto consulado [29
undecimum duodecim frumentationes a.C.], dí otros 400 (por cabeza), de mi
frumento privatim coempto emensus botín de guerra. En mi décimo consulado
sum, et tribunicia potestate [24 a.C.] distribuí, de nuevo, de mi propio
duodecimum quadringnos nummos patrimonio un congiario a la plebe de 400
tertium viritim dedi. Quae mea sestercios por individuo. En el undécimo
congiaria pervenerunt ad hominum [23 a.C.], por doce vces repartí trigo
millia nunquam minus quinquaginta et adquirido a mis expensas. Cuando cumplí
ducenta. Tribuniciae potestatis mi duodécima potestad tribunicia
duodevicensimum, consul XII trecentis duodécima potestad tribunicia [11 a.C.],
et viginti millibus plebis urbanae por vez tercera volví a repartir 400
sexagenos denarios viritim dedi. Et sestercios a cada plebeyo. Nunca fueron
colonis militum meorum consul quintum menos de 250.000 las personas
ex manibiis viritim millia nummum beneficiarias de estos repartos. En el año
singula dedi; acceperunt id triumphale de mi decimoctava potestad tribunicia y de
congiarium in colonis hominum circiter mi duodécimo consulado [5 a.C.] dí 60
centum et viginti millia. Consul tertium denarios de plata por cabeza a 320.000
decimum sexagenos denarios plebei, plebeyos de la Ciudad. Durante mi quinto
quae tum frumentum publicum consulado [29 a.C.] distribuí mil monedas,
accipiebat, dedi; ea millia hominum procedentes de mi botín de guerra, a cada
paullo plura quam ducenta fuerunt. uno de los soldados de mis ciudades
coloniales militares: tal obsequio
conmemorativo de mi triunfo oficial afectó
a unos 120.000 hombres. Durante mi
decimotercer consulado [2 a.C.] dí 60
denarios a cada ciudadano plebeyo de los
que estaban inscritos en las listas de
beneficiarios de las distribuciones gratuitas
de grano, que fueron algo más de 200.000.
[REGALA TIERRAS Y DINERO A SUS
VETERANOS] § 16. Para la compra de las
16 Pecuniam pro agris, quos in
tierras que había asignado a mis
consulatu meo quarto et postea
veteranos, en mi cuarto consulado [30
consulibus M. Crasso et Cn. Lentulo
a.C.] y, luego, durante el de Marco Craso y
augure adsignavi militibus, solvi
Gneo Léntulo Augur [14 a.C.], destiné una
municipis. Ea summa sestertium
subvención a las municipalidades, cuyo
circiter sexsiens milliens fuit, quam pro
monto ascendió, en Italia, a 600 millones
Italicis praedis numeravi, et circiter bis
de sestercios, más o menos, y a unos 260
milliens et sescentiens, quod pro agris
en las provincias. Que se recuerde, soy el
provincialibus solvi. Id primus et solus
primero y único que haya hecho tal cosa
omnium, qui deduxerunt colonias
entre quienes fundaron ciudades
militum in Italia aut in provincis, ad
coloniales militares en Italia o en las
memoriam aetatis meae feci. Et postea
provincias. Más tarde, bajo los consulados
Ti. Nerone et Cn. Pisone consulibus,
de Tiberio Nerón y de Gneo Pisón [7 a.C.],
itemque C. Antistio et D. Laelio cos., et
de Cayo Antistio y Decio Lelio [6 a.C.], de
C. Calvisio et L. Pasieno consulibus, et
Cayo Calvisio y Lucio Pasieno [4 a.C.], de
L. Lentulo et M. Messalla consulibus, et
Lucio Léntulo y Marco Mesala [3 a.C.] y de
L. Caninio et Q. Fabricio cos., militibus,
Lucio Caninio y Quinto Fabricio [2 a.C.],
quos emeritis stipendis in sua
concedí recompensas en metálico a los
municipia deduxi, praemia numerato
soldados que se habían licenciado
persolvi, quam in rem sestertium quater
honorablemente y vuelto a sus lugares
milliens circiter impendi.
natales, asunto en el que invertí unos 400
millones de sestercios.
SALVA CON SU PATRIMONIO LAS
17 Quater pecunia mea iuvi aerarium, DIFICULTADES DE LA HACIENDA
ita ut sestertium milliens et quingen- PUBLICA] § 17. Por cuatro veces acudí,
tiens ad eos qui praerant aerario con mi dinero, en ayuda del Tesoro
detulerim. Et M. Lepido et L. Arruntio público, de modo tal que entregué a sus
cos. in aerarium militare, quod ex responsables 50 millones de sestercios.
consilio meo constitutum est, ex quo Bajo el consulado de Marco Lépido y Lucio
praemia darentur militibus, qui vicena Arruncio [6 d.C.], dí de mi patrimonio 70
aut plura stipendia emeruissent, HS millones de sestercios al Tesoro militar, el
milliens et septingentiens ex patrimonio cual decidí crear, con el fin de conceder
meo detuli. recompensas a los soldados con veinte o
más años de servicios.
18 Ab eo anno, quo Cn. et P. Lentuli [REPARTE DINERO Y ALIMENTO A LOS
consules fuerunt, cum deficerent POBRES EN TIEMPO DE CARESTIA] §
publicae opes, tum centum millibus 18. En el año en que fueron cónsules
hominum, tum pluribus multo Gneo y Publio Léntulo [18 a.C.], a causa
frumentarios et nummarios tributus ex de la insuficiencia de los ingresos públicos,
repartí socorros en especie a 100.000
horreo et patrimonio meo edidi. personas y en metálico a más de 100.000,
tomándolos de mis bienes y almacenes
[RESTAURA A SUS EXPENSAS
IV 19 Curiam et continens ei NUMEROSOS EDIFICIOS CIVILES Y
chalcidicum templumque Apollinis in RELIGIOSOS DE ROMA] § 19. Construí la
Palatio cum porticibus, aedem divi Iuli, Curia y su vestíbulo anejo, el templo de
Lupercal, porticum ad circum Apolo en el Palatino y sus pórticos, el
Flaminium, quam sum appellari passus templo del Divino Julio, el Lupercal, el
ex nomine eius qui priorem eodem in Pórtico junto al Circo Flaminio -al que dí el
solo fecerat Octaviam, pulvinar ad nombre de Octavia, quien había construído
circum maximum, aedes in Capitolio anteriormente otro en el mismo lugar-, el
Iovis Feretri et Iovis Tonantis, aedem palco imperial del Circo Máximo; los
Quirini, aedes Minervae et Iunonis templos de Júpiter Feretrio y de Júpiter
reginae et Iovis Libertatis in Aventino, Tonante, en el Capitolio; el de Quirino, los
aedem Larum in summa sacra via, de Minerva, Juno Reina y Júpiter
aedem deum Penatium in Velia, aedem Libertador, en el Aventino; el templo a los
Iuventatis [sic], aedem Matris Magnae Lares en la cima de la Vía Sagrada, el de
in Palatio feci. los Dioses Penates en la Velia y los de la
Juventud y la Gran Madre, en el Palatino.
§ 20. Restauré, con extraordinario gasto, el
20 Capitolium et Pompeium theatrum Capitolio y el Teatro de Pompeyo, sin
utrumque opus impensa grandi refeci, añadir ninguna inscripción que llevase mi
sine ulla inscriptione nominis mei. nombre Reparé los acueductos que, por su
Rivos aquarum compluribus locis vejez, se encontraban arruinados en
vetustate labentes refeci, et aquam muchos sitios. Dupliqué la capacidad del
quae Marcia appellatur duplicavi, fonte acueducto Marcio, aduciéndole una nueva
novo in rivum eius inmisso. Forum fuente. Concluí el Foro Julio y la Basílica
Iulium et basilicam quae fuit inter situada entre los templos de Cástor y de
aedem Castoris et aedem Saturni, Saturno, obras ambas iniciadas y llevadas
coepta profligataque opera a patre casi a término por mi Padre. Destruída la
meo, perfeci, et eandem basilicam Basílica por un incendio, acrecí su solar e
consumptam incendio, ampliato eius hice que se emprendiese su
solo, sub titulo nominis filiorum meorum reconstrucción en nombre de mis hijos
incohavi et, si vivus non perfecissem, [adoptivos], prescribiendo a mis herederos
perfici ab heredibus meis iussi. Duo et que la concluyesen en caso de no poder
octoginta templa deum in urbe consul hacerlo yo mismo [14 a.C.]. En mi quinto
sextum ex auctoritate senatus refeci, consulado [29 a.C.], bajo la autoridad del
nullo praetermisso quod eo tempore Senado, reparé en Roma ochenta y dos
refici debebat. Consul septimum viam templos, sin dejar en el descuido a
Flaminiam ab urbe Ariminum refeci ninguno que por entonces lo necesitara.
pontesque omnes praeter Mulvium et Durante el séptimo [27 a.C.], rehice la Vía
Minucium. Flaminia, entre Roma y Ariminio, y todos
los puentes, salvo el Milvio y el Minucio.
21 In privato solo Martis Ultoris [CONSTRUYE POR SUS MEDIOS
OTROS EDIFICIOS. HONRA A LOS
DIOSES A SUS EXPENSAS Y
REINTEGRA LAS OFRENDAS DE LAS
CIUDADES HECHAS CON TAL FIN] § 21.
En solares de mi propiedad construí, con
templum forumque Augustum ex
dinero de mi botín de guerra, el templo de
manibiis feci. Theatrum ad aedem
Marte Vengador y el Foro de Augusto.
Apollinis in solo magna ex parte a
Edifiqué el Teatro que hay cerca del
privatis empto feci, quod sub nomine
templo de Apolo, en un terreno que, en
M. Marcelli generi mei esset. Dona ex
gran parte, compré a particulares; y le dí el
manibiis in Capitolio et in aede divi Iuli
nombre de mi yerno, Marco Marcelo En el
et in aede Apollinis et in aede Vestae et
Capitolio consagré ofrendas procedentes
in templo Martis Ultoris consacravi,
de mi botín de guerra a los templos del
quae mihi constiterunt HS circiter
Divino Julio, de Apolo, de Vesta y de Marte
milliens. Auri coronari pondo triginta et
Vengador, que me costaron unos 100
quinque millia municipiis et colonis
millones de sestercios. En mi quinto
Italiae conferentibus ad triumphos
consulado [29 a.C.] devolví a los
meos qui tum consul remisi, et postea,
municipios y colonias de Italia 35.000
quotienscumque imperator appellatus
libras de oro coronario del que me había
sum, aurum coronarium non accepi,
sido ofrecido por mis triunfos oficiales. Y,
decernentibus municipiis et colonis
en adelante, cada vez que hube de recibir
aeque benigne adque antea
una aclamación oficial como 'imperator', no
decreverant.
quise aceptar esas ofrendas de oro
coronario que se me seguían ofreciendo
con la misma generosidad que antaño
mediante acuerdos oficiales de los
municipios y las colonias.
22 Ter munus gladiatorium dedi meo [PROCURA ESPECTACULOS A LOS
nomine et quinquiens filiorum meorum CIUDADANOS. CELEBRA EL
aut nepotum nomine; quibus muneribus CENTENARIO DE ROMA Y CREA
depugnaverunt hominum circiter decem JUEVOS JUEGOS SACROS] § 22. Ofrecí
millia. Bis athletarum undique combates de gladiadores tres veces en mi
accitorum spectaculum populo praebui propio nombre y cinco en el de mis hijos o
meo nomine et tertium nepotis mei nietos. En estos combates lucharon unos
nomine. Ludos feci meo nomine quater, diez mil hombres. Ofrecí al pueblo un
aliorum autem magistratuum vicem ter espectáculo de atletas, traídos de todas
et viciens. Pro conlegio XVvirorum partes, dos veces en mi nombre y una
magister conlegii, collega M. Agrippa, tercera en el de mi nieto Celebré juegos,
ludos saeclares [sic], C. Furnio C. en mi nombre, por cuatro veces y otras
Silano cos., feci. Consul XIII ludos veintitrés en el de otros magistrados.
Martiales primus feci, quos post id Durante el consulado de Cayo Furnio y
tempus deinceps insequentibus annis Cayo Silano [17 a.C.] celebré los Juegos
s.c. et lege fecerunt consules. Seculares, con Marco Agripa como colega,
Venationes bestiarum Africanarum meo en mi condición de presidente del Colegio
nomine aut filiorum meorum et de los Quince. En mi décimotercer
nepotum, in circo aut in foro aut in consulado [2 a.C.] celebré, y fui el primero
que tal hizo, los juegos de Marte que, a
partir de entonces, siguieron presidiendo
conmigo los Cónsules, en virtud de un
amphitheatris, populo dedi sexiens et senadoconsulto y de una ley. Bien en mi
viciens, quibus confecta sunt bestiarum nombre o en el de mis hijos o nietos,
circiter tria millia et quingentae ofrecí, por veintiséis veces, en el circo, en
el Foro o en los anfiteatros, cacerías de
animales de Africa, en las que fueron
muertas unas tres mil quinientas fieras.
23 Navalis proeli spectaclum [sic] § 23. Ofrecí al pueblo el espectáculo de
populo dedi trans Tiberim, in quo loco una naumaquia, al otro lado del Tíber,
nunc nemus est Caesarum, cavato solo donde hoy está el Bosque Sagrado de los
in longitudinem mille et octingentos Césares, en un estanque excavado de
pedes, in latitudinem mille et ducentos. 1.800 pies de largo y 1.200 de ancho.
In quo triginta rostratae naves triremes Tomaron parte en ella 30 naves, trirremes
aut biremes, plures autem minores o birremes, guarnecidas con espolones, y
inter se conflixerunt. Quibus in un número aún mayor de barcos menores.
classibus pugnevrunt praeter remiges A bordo de estas flotas combatieron, sin
millia hominum tria circiter. contar los remeros, unos 3.000 hombres.
[DEVUELVE SUS BIENES A LOS
24 In templis omnium civitatium TEMPLOS EXPOLIADOS] § 24. Tras la
provinciae Asiae victor ornamenta victoria, devolví a todos los templos de
reposui, quse spoliatis templis is, cum todas las ciudades de la provincia de Asia
quo bellum gesseram, privatim los tesoros de que se había apropiado
possederat. Statuae meae pedestres et quien guerreaba contra mí En la Ciudad, el
equestres et in quadrigeis argenteae número de mis estatuas en plata, a pie, a
steterunt in urbe XXC circiter, quas caballo o en cuadriga llegó a ser de unas
ipse sustuli exque ea pecunia dona ochenta. Yo mismo mandé retirarlas y con
aurea in aede Apollinis meo nomine et su importe hice ofrendas de oro que
illorum, qui mihi statuarum honorem consagré en el templo de Apolo, en mi
habuerunt, posui. nombre y el de quienes las habían erigido
para honrarme.
V 25 Mare pacavi a praedonibus. Eo [LUCHA CONTRA LOS DELINCUENTES
bello servorum, qui fugerant a dominis Y SE APOYA EN LOS
suis et arma contra rem publicam COLABORADORES MAS HONORABLES]
ceperant, triginta fere millia capta § 25. Liberé el mar de piratas En la guerra
dominis ad supplicium sumendum de los esclavos capturé a casi 30.000 que
tradidi. Iuravit in mea verba tota Italia habían escapado de sus dueños y
sponte sua et me belli, quo vici ad alzádose en armas contra la República; los
Actium, ducem depoposcit. Iuraverunt devolví a sus amos, para que les diesen
in eadem verba provinciae Galliae, suplicio Italia entera me juró, por propia
Hispaniae, Africa, Sicilia, Sardinia. Qui iniciativa, lealtad personal y me reclamó
sub signis meis tum militaverint, fuerunt como caudillo para la guerra que
senatores plures quam DCC, in iis qui victoriosamente concluí en Accio Igual
vel antea vel postea consules facti sunt juramento me prestaron las provincias de
las Galias, las Hispanias, Africa, Sicilia y
Cerdeña. Entre quienes, entonces,
sirvieron bajo mis enseñas, hubo más de
ad eum diem, quo scripta sunt haec,
700 senadores, de los que 83 habían sido
LXXXIII sacerdotes circiter CLXX.
o serían luego Cónsules, hasta el día de
hoy, y de los que 170 eran o fueron más
tarde sacerdotes.
26 Omnium provinciarum populi
[ACRECE NOTABLEMENTE Y PACIFICA
Romani, quibus finitimae fuerunt
EL IMPERIO] § 26. Ensaché los límites de
gentes quae non parerent imperio
todas las provincias del pueblo romano
nostro, fines auxi. Gallias et Hispanias
fronterizas de los pueblos no sometidos a
provincias, item Germaniam qua
nuestro dominio. Pacifiqué las Galias, las
includit Oceanus a Gadibus ad ostium
Hispanias y la Germania, hasta donde el
Albis fluminis pacavi. Alpes a regione
Océano las baña, desde Cádiz hasta la
ea, quae proxima est Hadriano mari, ad
desembocadura del Elba Mandé pacificar
Tuscum pacificavi, nulli genti bello per
los Alpes, desde la región inmediata al Mar
iniuriam inlato. Classis mea per
Adriático hasta el Mar Tirreno, sin hacer
Oceanum ab ostio Rheni ad solis
contra ninguno de aquellos pueblos guerra
orientis regionem usque ad fines
que no fuese justa. Mi flota, que zarpó de
Cimbrorum navigavit, quo neque terra
la desembocadura del Rin, se dirigió al
neque mari quisquam Romanus ante id
este, a las fronteras de los cimbrios, tierras
tempus adit, Cimbrique et Charydes et
en que ningún romano había estado antes,
Semnones et eiusdem tractus alii
ni por tierra ni por mar. Cimbrios, carides,
Germanorum populi per legatos amici-
semnones y otros pueblos germanos de
tiam meam et populi Romani petierunt.
esas tierras enviaron embajadores para
Meo iussu et auspicio ducti sunt duo
pedir mi amistad y la del pueblo romano.
exercitus eodem fere tempore in
Por orden mía y bajo mis auspicios dos
Aethiopiam et in Arabiam, quae
ejércitos llegaron, casi a un tiempo, a
appellatur eudaemon, maximaeque
Etiopía y a la Arabia llamada Feliz. En
hostium gentis utriusque copiae caesae
esos dos países y en combate abierto
sunt in acie et complura oppida capta.
destruyeron a gran número de enemigos y
In Aethiopiam usque ad oppidum
tomaron numerosas plazas. En Etiopía se
Nabata perventum est, cui proxima est
llegó hasta la ciudad de Nabata, cerca de
Meroe. In Arabiam usque in fines
Meroe. En Arabia, el ejército llegó hasta la
Sabaeorum processit exercitus ad
ciudad de Mariba de los sabeos.
oppidum Mariba.
27 Aegyptum imperio populi Romani [INCORPORA EGIPTO Y ES ARBITRO
adieci. Armeniam maiorem, interfecto DE LAS NACIONES] § 27. Anexé Egipto a
rege eius Artaxe, cum possem facere los dominios del pueblo romano Tras la
provinciam, malui maiorum nostrorum muerte del rey Artajes hubiera podido
exemplo regnum id Tigrani, regis convertir en provincia la Gran Armenia;
Artavasdis filio, nepoti autem Tigranis pero preferí, como nuestros mayores,
regis, per Ti. Neronem tradere, qui tum confiar ese reino a Tigranes, hijo del rey
mihi privignus erat. Et eandem gentem Artavasdo y nieto del rey Tigranes, por
postea desciscentem et rebellantem mediación de Tiberio Nerón, que entonces
domitam per Gaium filium meum regi era mi hijastro Habiendo luego querido ese
pueblo abandonarnos y rebelarse, lo
sometí por medio de mi hijo Cayo y confié
Ariobarzani, regis Medorum Artabazi
su gobernación a Ariobarzanes, hijo de
filio, regendam tradidi et post eius
Artabazo, rey de los medos; y, tras la
mortem filio eius Artavasdi. Quo
muerte de aquél, a su hijo Artavasdo.
interfecto, Tigranem, qui erat ex regio
Cuando éste fue asesinado, envié como
genere Armeniorum oriundus, in id
rey a Tigranes, que era del linaje real de
regnum misi. Provincias omnis, quae
los armenios. Recuperé la totalidad de las
trans Hadrianum mare vergunt ad
provincias que, del otro lado del Adriático,
orientem, Cyrenasque, iam ex parte
se extienden hacia el este, así como
magna regibus ea possidentibus, et
Cirene, que estaba en su mayor parte
antea Siciliam et Sardiniam, occupatas
poseída por reyes, igual que antes
bello servili, reciperavi.
recuperé Sicilia y Cerdeña, invadidas en la
guerra servil.
[FUNDA CIUDADES QUE CRECEN
28 Colonias in Africa, Sicilia, VENTUROSAMENTE] § 28. Fundé
Macedonia, utraque Hispania, Achaia, ciudades militares coloniales en Africa,
Asia, Syria, Gallia Narbonensi, Pisidia Sicilia, Macedonia, en ambas Hispanias,
militum deduxi. Italia autem XXVIII en Acaya, en Siria, en la Galia Narbonense
colonias, quae vivo me celeberrimae et y en Pisidia. En Italia hay veintiocho
frequentissimae fuerunt, mea colonias fundadas bajo mis auspicios y
auctoritate deductas habet. que, ya en vida mía, se han convertido en
ciudades pobladísimas y muy notorias.
[RESTAURA EL HONOR Y EL
29 Signa militaria complura per alios
PRESTIGIO MILITAR DE ROMA] § 29.
duces amissa, devictis hostibus,
Recuperé muchas enseñas militares
reciperavi ex Hispania et Gallia et a
romanas, perdidas por otros jefes, de
Dalmateis. Parthos trium exercitum
enemigos vencidos en Hispania, en Galia y
Romanorum spolia et signa reddere
de los dálmatas. Obligué a los partos a
mihi supplicesque amicitiam populi
restituir los botines y las enseñas de tres
Romani petere coegi. Ea autem signa
ejércitos romanos y a suplicar la amistad
in penetrali, quod est in templo Martis
del pueblo romano. Deposité tales
Ultoris, reposui.
enseñas en el templo de Marte Vengador.
30 Pannoniorum gentes, quas ante me [HACE DEL DANUBIO LA FRONTERA
principem populi Romani exercitus DEL IMPERIO] § 30. Los pueblos
nunquam adit, devictas per Ti. panonios que, antes de mi Principado, no
Neronem, qui tum erat privignus et habían visto en sus tierras a ningún
legatus meus, imperio Populi romani ejército romano, fueron vencidos mediante
subieci protulique fines Illyrici ad ripam la acción de Tiberio Nerón, mi hijastro y
fluminis Danui. Citra quod Dacorum legado por entonces; los sometí al dominio
transgressus exercitus meis auspicis del pueblo romano y amplié hasta las
victus profligatusque est, et postea orillas del río Danubio las fronteras del
trans Danuvium ductus exercitus meus Ilírico Bajo mis auspicios fue vencido y
Dacorum gentes imperia populi Romani destruído el ejército de los dacios, que las
perferre coegit. había transgredido. Y, después, uno de
mis ejércitos, llevado al otro lado del
Danubio, obligó a los pueblos dacios a
acatar la voluntad del pueblo romano
[LAS NACIONES MAS REMOTAS
31 Ad me ex India regum legationes SOLICITAN LA AMISTAD DE ROMA] §
saepe missae sunt nunquam visae 31. Llegaron a mí con frecuencia
ante id tempus apud quemquam embajadas de reyes de la India, lo que
Romanorum ducem. Nostram hasta entonces no se había visto bajo
amicitiam appetiverunt per legatos ningún otro jefe romano. Bastarnos,
Bastarnae Scythaeque et Sarmatarum, escitas, los sármatas que viven al otro lado
qui sunt citra flumen Tanaim et ultra, del Dniéster y los más lejanos aún reyes
reges, Albanorumque rex et Hiberorum de los albanos, iberos [caucásicos] y
et Medorum. medos solicitaron nuestra amistad por
medio de legaciones.
§ 32. En mí buscaron refugio y me
32 A supplices confugerunt reges suplicaron los reyes de los partos: Ti-
Parthorum Tiridates et postea Phrates, rídates y, más tarde, Fraates, hijo del rey
VI regis Phratis filius, Medorum Fraates; de los medos, Artavasdes; de los
Artavasdes, Adiabenorum Artaxares, adiabenos, Artaxares; de los britanos,
Britannorum Dumnoblellaunus et Dumnobélauno y Tincomio; de los sicam-
Tincommius, Sugambrorum Maelo, bros, Maelo; de los suevos marcomanos,
Marcomanorum Sueborum (...)rus. Ad (Sigime?)ro. El rey de los partos, Fraates,
me rex Parthorum Phrates, Orodis hijo de Orodes, envió a Italia a sus hijos y
filius, filios suos nepotesque omnes mi- nietos, junto a mí; no por haber sido
sit in Italiam, non bello superatus, sed vencido en guerra, sino para suplicar
amicitiam nostram per liberorum nuestra amistad entregándonos, en
suorum pignora petens. Plurimaeque prenda, a sus descendientes. Un
aliae gentes expertae sunt p. R. fidem grandísimo número de otros pueblos que
me principe, quibus antea cum populo antes nunca había tenido relaciones
Romano nullum extiterat legationum et diplomáticas ni tratos de amistad con el
amicitiae commercium. pueblo romano conocieron bajo mi
Principado la probidad del pueblo romano.
[EN NOMBRE DE ROMA, DESIGNA
REYES] § 33. Los pueblos de los partos y
33 A me gentes Parthorum et Medorum
los medos recibieron de mí a sus reyes, lo
per legatos principes earum gentium
que habían solicitado enviándome
reges petitos acceperunt: Parthi
legaciones con sus personalidades más
Vononem, regis Phratis filium, regis
relevantes; los partos recibieron como rey,
Orodis nepotem, Medi Ariobarzanem,
la primera vez, a Vonón, hijo del rey
regis Artavazdis filium, regis
Fraates y nieto del rey Orodes; y los
Ariobarzanis nepotem.
medos a Ariobarzanes, hijo del rey
Artavasdo, nieto del rey Ariobarzanes.
34 In consulatu sexto et septimo, [DEVUELVE EL PODER AL SENADO Y
postquam bella civilia exstinseram, per AL PUEBLO Y ES PROCLAMADO
consensum universorum potitus rerum AUGUSTO Y "PADRE DE LA PATRIA"] §
34. Durante mis consulados sexto y
séptimo [28 y 27 a.C.], tras haber extinto,
omnium, rem publicam ex mea con los poderes absolutos que el general
potestate in senatus populique Romani consenso me confiara, la guerra civil,
arbitrium transtuli. Quo pro merito meo, decidí que el gobierno de la República
senatus consulto, Augustus appellatus pasara de mi arbitrio al del Senado y el
sum et laureis postes aedium mearum pueblo romano Por tal meritoria acción,
vestiti publice coronaque civica super recibí el nombre de Augusto, mediante
ianuam meam fixa est et clupeus senadoconsulto. Las columnas de mi casa
aureus in curia Iulia positus, quem mihi fueron ornadas oficialmente con laureles;
senatum populumque Romanum dare se colocó sobre su puerta una corona
virtutis clementiaeque iustitiae et cívica y en la Curia Julia se depositó un
pietatis caussa testatum est per eius escudo de oro, con una inscripción
clupei inscriptionem. Post id tempus recordatoria de que el Senado y el pueblo
auctoritate omnibus praestiti, potestatis romano me lo ofrecían a causa de mi
autem nihilo amplius habui quam ceteri virtud, mi clemencia, mi justicia y mi
qui mihi quoque in magistratu conlegae piedad. Desde entonces fui superior a
fuerunt todos en autoridad, pero no tuve más
poderes que cualquier otro de los que
fueron mis colegas en las magistraturas.
§ 35. Cuando ejercía mi decimotercer
35 Tertium decimum consulatum cum
consulado [2 a.C.], el Senado, el Orden de
gerebam, senatus et equester ordo
los Caballeros Romanos y el pueblo
populusque Romanus universus
romano entero me designaron Padre de la
appellavit me patrem patriae idque in
Patria y decidieron que el título había de
vestibulo aedium mearum
grabarse en el vestíbulo de mi casa, en la
inscribendum et in curia Iulia et in foro
Curia y en el Foro de Augusto y en las
Aug. sub quadrigis, quae mihi ex s. c.
cuadrigas que, con ocasión de un senado
positae sunt, censuit. Cum scripsi
consulto, se habían erigido en mi honor.
haec, annum agebam
Cuando escribí estas cosas estaba en el
septuagensumum sextum.
septuagesimosexto año de mi vida.

LIBELUS QUE ATESTIGUA. ADHESION A LA RELIGION OFICIAL.


Edición utilizada: Actas de los mártires, versión Daniel Ruiz Bueno, Madrid, BAC,
1951.
A la comisión de sacrificios de la aldea de la isla de Alejandro [islote de Fayum],
de parte de Aurelio Diógenes, hijo de Satabó, natural de la misma isla de
Alejandro, de unos setenta y dos años de edad; cicatriz en la ceja derecha.
Siempre he cumplido con los sacrificios a los dioses, y ahora, en vuestra
presencia, conforme a lo mandado por el edicto, he sacrificado, ofrecido libaciones
y tomado parte en el banquete sagrado, y os pido que así los certifiquéis.
Salud, Aurelio Diógenes, que presentó esta instancia. Yo, Aurelio certifico... -
Año primero del Emperador Césaro Cayo Mesio Quinto Trajano Decio Pío Feliz
Augusto.
A dos del mes de Epiph (26 de junio de 250)
REFORMA RELIGIOSA DE JULIANO
JULIANO, Epistola 84 a Arsacio, Sumo Sacerdote de la Galacia

“... Para estimular su celo (de los sacerdotes), llama a su amor propio y a su
razón. Convénceles de su santo ministerio, de acudir a orar a los dioses con
mujeres, hijos y servidores, y no tolerar que sus domésticos, hijos y esposas
galileas abandonen el culto de los dioses y prefieran el ateísmo a la religión.
Enseguida convence a los sacerdotes de que no frecuenten el teatro, no acudan a
beber a las tabernas, ni dirijan negocios o trabajos vergonzosos y de mala fama.
Honra a quienes te escuchan, destituye a quienes te desobedecen. Establece en
la ciudad numerosos hospicios, con el fin de que los extranjeros puedan
beneficiarse de nuestra humanidad, no sólo los nuestros, sino también los otros si
tienen necesidad. Para procurarte los recursos necesarios, he aquí las
disposiciones que he tomado: he ordenado que cada año se dé para toda la
Galacia treinta mil medidas de trigo y sesenta mil de vino. He dispuesto que se
reparta un quinto de todo ello entre los pobres que están empleados al servicio de
los sacerdotes, distribuyéndose el resto entre los extranjeros y los mendigos que
se dirigen a nosotros. Sería vergonzoso que cuando los judíos no tienen
indigentes, cuando los impíos Galileos nutren con sus bienes a los nuestros, que
se vea cómo nosotros les negamos ayuda. Enseña a los amigos del helenismo a
soportar su parte en las cargas; exhorta a los aldeanos helénicos a ofrecer a los
dioses las primicias de sus frutos. Acostumbra a los helenos a los actos de
caridad, y enséñales que estas prácticas son nuestras desde hace tiempo... No
dejes a nuestros imitadores rivales el cuidado de continuar nuestras obras; no
deshonremos nuestra causa con nuestra indiferencia; es más, no abandonemos el
culto a los dioses. Si compruebo que te guías por estos preceptos estaré
realmente dichoso”

EL PATROCINUM DE LAS VILLAE


Código teodosiano XI, 24.
El Emperador Constancio Augusto y Julio César a Helpidio, Prefecto de Pretorio.
Nos has comunicado que una multitud de colonos de Egipto ha colocado
bajo la protección de personas respaldadas por su alto rango, de varios grados, e
incluso duques. Por esto, si se estableciese que alguien se ha atribuido de gran
desobediencia que amparase a aquellos /colonos/ y que, prometiéndoles
protección, les quitase la posibilidad de cumplir totalmente sus leales servicios
(devotio) (1), ordenamos que se obligue a esa persona a pagar todos los
impuestos que se compruebe que han entregado al fisco, de sus propios recursos,
los otros lugareños de cuya comunidad se habían alejado aquellos colonos.
Establecerás también que, si alguien ha recibido a esos colonos bajo su
protección, éstos serán privados de tal protección.
Constantinopla, 4 de febrero de 360.
(1) devotio: servicios al Estado, en primer término, el pago puntual de los
impuestos.

También podría gustarte