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Excavación arqueológica en el Carmen

de la Concepción (Albaicín, Granada).


Datos para una polémica.
Ángel Rodríguez Aguilera*

Durante el mes de abril de 1997 se reali- nada pero como es el de un artículo del pro-
zó una Excavación Arqueológica de Urgencia fesor M. Barceló (BARCELÓ, M., 1996), hemos
dentro de los límites del Carmen de la Con- optado por ser mucho más explícitos.
cepción, ubicado en la zona más elevada del
barrio del Albaicín, en la placeta de las Minas, Aprovecharemos este trabajo para dar a
lugar en donde tradicionalmente se ha mante- conocer parte de la estratigrafía y de las estruc-
nido la hipótesis de la ubicación del foro del turas documentadas pero nos centraremos de
Municipium Florentinum Iliberritanum. forma especial en el estudio de los materia-
les arqueológicos recuperados dando a cono-
A pesar de que esta intervención se efec- cer algunos tipos cerámicos de la Edad Moder-
túa en los límites exteriores del mismo, desde na, poco conocidos y publicados hasta el
esta fecha hasta la actualidad han sido tantas las momento.
opiniones que se han vertido sobre la excava-
ción, debido a que los resultados arqueológi- Finalmente hay que indicar que esta inter-
cos no fueron los esperados, que nos ha lleva- vención se produjo en un momento clave en
do a realizar un avance, ya que la publicación el desarrollo de la Arqueología Urbana en la
definitiva se realizará en el Anuario Arqueológico ciudad de Granada, cuando el Proyecto de
de Andalucía, y cerrar definitivamente una polé- Arqueología Urbana (PAUG) pierde peso espe-
mica. Como se puede intuir, ya avanzamos que cífico y comienzan a trabajar arqueólogos aje-
no documentamos restos del foro ni tampoco nos al mismo, creando no pocos conflictos. En
niveles de ocupación romana, lo cual no signi- definitiva, creemos que este trabajo abre el
fica que sean datos lo suficientemente significa- camino más adecuado para el debate científi-
tivos para determinar la inexistencia del mismo co dejando de lado los corros de pasillo.
en esta zona o por el contrario poner en duda
el trabajo realizado, como ha sucedido recien- 1. LA POLÉMICA ILÍBERIS-ILBIRA-
temente (CASADO MILLÁN, P., PÉREZ BAREAS, C., GARNATA
ORFILA PONS, M., MORENO ONORATO, Mª.A.,
HOCES PRIETO, A., PÉREZ BALDOMERO, F., MORE- Aunque no es el objetivo de este estudio,
NO QUERO, M. y LIÉBANA SÁNCHEZ, M, 1998) 1 y antes de iniciar la exposición de los resultados
como mostraremos a lo largo de este trabajo. arqueológicos, debemos realizar un balance
general de la investigación. La importancia de
Por este motivo, quizás el título más ade- la intervención hay que entenderla dentro del
cuado para este trabajo hubiese sido acerca de contexto de la polémica secular generada en

* Arqueólogo Profesional. Granada.


1 A partir de ahora se citará CASADO P. y otros.
torno a la ubicación de Ilíberis con respecto a de Hercoles el Egipciano, que le puso nombre
Ilbira o Garnata y las tendencias de investiga- lliberis por vna su nieta; e los antiguos la nom-
ción establecidas en dos proyectos, el prime- braron llipula Magna” 2
ro de ellos en el tiempo “La ciudad iberorromana
y medieval de Granada”, y el segundo , el “Pro- En este texto se introducen dos de los prin-
yecto de Arqueología Urbana de la Ciudad de cipales elementos generadores de la disputa
Granada” (PAUG). Aunque en el primero de posterior: por una parte la mención que se
éstos se incluye la “ciudad medieval”, al menos realiza de Gazela (QaStiliya) como uno de los
nominalmente, en el segundo, mucho más principales núcleos del distrito de Ilbira, y por
reciente (1993-1996), se admite abiertamente otro que Garnata es el asentamiento más anti-
que ”tiene una línea de investigación prioritaria guo del mismo, coincidiendo con Ilíberis.
en la ciudad antigua”(CASADO, P. y otros, 1998:138).
Pero esta línea prioritaria choca con una rea- La colección de tradiciones, el Ajbar Mach-
lidad, la de una ciudad de estructura esencial- mua del siglo XI, al tratar la conquista identifi-
mente medieval islámica. Por eso, atendiendo ca la ciudad de Granada como la capital de la
a los antecedentes conocidos del siglo XVIII, el cora de Elvira a la llegada de los árabes, pero
solar del Carmen de la Concepción y sus ale- como bien indica D. Emilio Lafuente Alcánta-
daños pasaron por ser “prioritarios” para el ra, cuando se recopiló esta obra la capital de
PAUG. la Cora ya era Granada por lo que es proba-
ble que el autor introdujese la modificación de
Pero volviendo al principio, la confusión Granada por Ilbira :
sobre la ubicación del Municipium Florentinum
Iliberritanum es antigua, reavivándose periódi- “(...)Sitiaron y tomaron su capital [de Elvira], y
camente desde el siglo XVI. Esta situación, y la encontraron en ella muchos judios. Cuando tal
contradicción de los datos que disponemos les acontecía en una comarca reunían todos los
pasa en primer lugar por la propia ambigüedad judíos de la capital, y dejaban con ellos un des-
de las fuentes árabes al tratar el tema del asen- tacamento de musulmanes, continuando su mar-
tamiento de las tropas árabes en la Vega de cha el grueso de las tropas. Así lo hicieron en
Granada. El texto más antiguo es de al-Razi Granada, capital de Elvira (...) 3”
quien describe el término de Ilbira de la siguien-
te forma: Otros documentos siguen incidiendo en el
topónimo de QaStiliya como asentamiento tar-
“E Eliberia ha en su termino villas que la obe- dorromano sobre el que se establecen los ára-
deçen, de las quales vna es Gazela, ca en el bes y que posteriormente tomará el nombre
mundo non ha quien la semeje, sinon la de arabizado de la antigua capital, Ilbira. Así suce-
Damasco. En su termino ha pedrera e piedras de en la obra de Yaqut y más tarde con ibn
de marmol mui bueno e mui blanco e non mui al-Jatib, aunque hay que indicar que la coinci-
fuerte, e fazen ende muchas obras e ayudanse dencia de datos entre los distintos autores es
del en muchas cosas e de muchas guisas, e debido a la propia idiosincrasia de la cronísti-
facen del fermosas imagines. ca medieval islámica en la que la transmisión
El otro castillo es el de Granada, el que llaman de relatos de un autor a otro es la tónica
Villa de Judios; e esta es la mas antigua villa que general.
en termino de lliberia ay e la cabeça de Ilibe-
ria e poblaron en ella judios quando Pyrrus vino El primero, cuando hace referencia a Ilbira,
a España con ellos, ca Granada era fundaçion dice de QaStiliya, a la cual califica de madinat,

2 CATALÁN, D. y DE ANDRÉS Mª S.: Crónica del Moro Rasis [Versión del Ajbar Muluk al-andalus de Ahmad ibn Muhammad ibn Musà
al-Razi, 889-955; romanzada para el rey don Dionis de Portugal hacia 1300 por Mahomad alarife y Gil Perez, clérigo de don Perianes
Porçel] Seminario Menendez Pidal, 1974.
3 AJBAR MACHMÛA (colección de tradiciones). Crónica anónima del siglo XI, Traducida y anotada por D. EMILIO LAFUENTE
ALCÁNTARA, Madrid, 1867, p.25

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que “es la capital [hadira] de la cora de Elvira 4”. do ni por la historiografía ni arqueológicamen-
Por su parte, ibn al-Jatib, en la traducción que te, y menos aún el cambio toponímico expe-
hace Dozy, introduce relatos de ibn Hayyan y rimentado, a pesar de que ya Eguilaz (EGUILAZ
fragmentos de otros autores que ya desde el Y YANGUAS, L., 1881) abordase el tema asocián-
siglo XI identifican a la ciudad de Granada como dolo a la existencia de varios topónimos simi-
la ciudad existente en la antigüedad, estando lares en el solar originario de los sirios.
vinculada Ilbira-QaStiliya:
Pero si las fuentes árabes son poco clarifi-
“(La ville d´Ilbîra) s´appelait anciennement cadoras y plantean nuevos problemas históri-
Castîlia, et l´on sait quelle était sa renommée, dans cos, debiendo ser tomadas con cautela, los
quel état florissant elle se trouvait, quelles étaient datos que ha aportado la arqueología no lo son
la richesse et ressources de ses habitants, com- menos. Los antecedentes más inmediatos se
bien elle comptait de théologiens et de remontan a los hallazgos que se producen en
savants”(DOZY, R., 1881:330). el Albaicín desde el siglo XVI en las proximi-
dades de la Alcazaba Cadima, en el Huerto de
De forma general se mantiene que Ilíberis Lopera (desaparecido en la actualidad) y junto
estaría ubicada en el barrio del Albaicín y que al Aljibe del Rey, siendo en su mayor parte ins-
tras la conquista las tropas árabes se asientan cripciones de tipo votivo, funerario y honorífi-
en QaStiliya, la cual tomará posteriormente el co. Este hecho ha sido suficiente para que se
nombre de Ilbira. Esta explicación, que puede suponga la existencia del foro en las inmedia-
parecer satisfactoria, ya fue mantenida por Dozy, ciones de ambos lugares:
Torres Balbás y Gómez Moreno. Por lo que res-
pecta a Garnata, ésta sería un arrabal de Ilíbe- “Que duda cabe que los hallazgos realizados ante-
ris, tal como lo define Eguilaz. Su aceptación riormente al inicio de excavaciones sistemáticas
plantea algunos problemas: en primer lugar la [en el Carmen de la Muralla] suponen una
falta de documentación que permita definir las ayuda valiosa a la hora de establecer los lími-
características de la ciudad en época altoimperial, tes, la organización interna y el trazado de vías
base sobre la que deben operar los cambios que de la ciudad. Aparecieron, por ejemplo, las ins-
se experimentan a partir del siglo V d.C., tal cripciones concentradas, en su mayoría, en dos
como sucede en otras ciudades de Hispania puntos significativos: la zona del Aljibe del Rey
Meridional: reducción del área foral y cambio fun- en la calle María la Miel, casi todas ellas son
cional de algunos de sus edificios, reducción del de carácter honorífico y monumental, lo que con-
perímetro urbano y continuidad hasta la conquista cuerda con la ubicación del foro en este lugar”
islámica (OLMO ENCISO, L.,1997). En este sentido (MORENO, Mª.A., ORFILA, M., GARCÍA, J.A., BUR-
sabemos la importancia que tuvo la Ilíberis visi- GOS, A., MALPICA, A., FERNÁNDEZ, I., CASADO,
goda, no sólo por la celebración del primer con- P. y PUERTA, D ., 1993).
cilio católico de la Península Ibérica, sino porque
acuña moneda durante doce de los reinados de La revisión de este tipo de hallazgos ha sido
los reyes visigodos (SALVADOR VENTURA, F., 1990), realizada recientemente por el profesor A. Mal-
pero hasta la actualidad no ha sido analizado en pica (MALPICA, A. e.p.) llegando a la conclusión
los términos que hemos expuesto. de que no son lo suficientemente clarificado-
ras como para ser adscritas de forma directa
Así, debemos suponer que la ciudad debe a Ilíberis. En este sentido, nos remitimos a su
mantenerse activa hasta el siglo VIII d.C. para estudio, pero queremos hacer especial inci-
ser sustituida a mediados de éste, aunque el dencia en los hallazgos que se sitúan en las
problema es que el trasvase desde Ilíberis a proximidades de la Excavación Arqueológica
QaStiliya no queda lo suficientemente explica- de Urgencia realizada por nosotros.

4 Yaqut, Al-Rumi Mu’djam al buldan, Beirut, 1977, tomo IV, p. 348. Traducción facilitada por José Javier Bordes García.

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En primer lugar, en 1540 apareció una escul- una portada de piedra de la misma cantera,
tura representando la cabeza de una mujer con hermosas columnas y basas áticas pareci-
(ROLDÁN HERVÁS, J.M., 1983:222) en una casa pró- das a las del orden corintio, y dos gradas de más
xima al Aljibe del Rey junto a un cipo y restos de ocho varas de longitud y media por dos y
de otro partido en dos (GÓMEZ MORENO, M., media cuarta, cuyos muros estaban fabricados
1889:8). La parte superior de éste último se per- con trozos de marmol pardo, algunos de los cua-
dió y fue recuperada en el siglo XIX, en el les medían dos varas y media cuarta por cinco
huerto de Lopera, actual Carmen de la Con- tercias, y una cuarta de grueso, y de lo mismo
cepción (GÓMEZ MORENO, M., 1889:9). estaba formada la solería. Al fin de este atrio
había otra portada, semejante a la anterior, en
Más tarde, en 1621, y en la misma zona, al el cual arrancaba una escalera de doce gradas,
demoler una casa se documenta la existencia casi iguales a las de la otra puerta, y también
de restos estructurales de importancia: colum- con aristas gastadas por el mucho pisar; sus
nas, basas de marmol y grandes losas, siendo muros laterales estaban construidos con sillare-
estas referencias interpretadas por Gómez jos de piedra franca trabados con estuque, y dis-
Moreno como restos del foro (GÓMEZ MORE- puestos, al decir de Saravia, de parecida mane-
NO, M., 1889:14). ra que los que componen la torre de San José
y edificios análogos. La excavación cesó por esta
Posteriormente, los principales hallazgos se parte, ignorándose el término de la gradería”
producen ya en el siglo XVIII de la mano de (GÓMEZ MORENO, M., 1889:19).
D. Luis José Velázquez y el padre Echeverría
(GÓMEZ MORENO, M., 1899:14-15) aunque los más En 1754, también excavó los restos de un
espectaculares fueron sin duda los del padre edificio romano en la misma zona, prosiguien-
Flores que centró sus trabajos de “excavación” do con los trabajos hasta que en 1763 tuvie-
en las inmediaciones de la calle del Tesoro, ron que ser interrumpidos ante las falsifica-
actualmente desaparecida pero que Sotomayor ciones que se venían realizando por parte de
la ubica dentro del Carmen de la Concepción, sus descubridores. El desenlace de toda esta
encontrándose su inicio “al final de esta plaza historia ya lo conocemos (ROLDÁN, J.M., 1985,
de las Minas, poco antes de comenzar la cues- SOTOMAYOR, M., 1988): la apertura de un juicio
ta de María la Miel, enfrente más o menos del contra Flores y sus colaboradores en el que
callejón de las campanas, casi como continuación son declarados culpables, siendo destruidas
de este último hacia el Oeste” (SOTOMAYOR, M., todas las falsificaciones y enterrados los restos
1992), coincidiendo, según la descripción, con exhumados.
el solar donde hemos efectuado la Excavación
Arqueológica. Desde entonces en la parte alta del Albai-
cín no se han vuelto a documentar restos del
En sus proximidades, en el año 1747, sin que foro ni de estructuras monumentales, tal como
se especifique el lugar exacto, realizó un impor- había sucedido anteriormente. Otro de los fac-
tante descubrimiento: restos estructurales inter- tores que contribuyó al oscurecimiento aún
pretados como el foro y una gran losa de mar- más si cabe de esta polémica, tal como bien
mol con letras de bronce, dada como falsa indica Roldán Hervás (ROLDÁN, J.M., 1983), fue
posteriormente. Estos restos fueron descritos el inicio de una serie de hallazgos realizados
en el siglo XIX de la siguiente forma: desde mediados del siglo XIX en Sierra Elvira
que culminan definitivamente en las excava-
“La extensión de la parte descubierta alcanza- ciones que D. Manuel Gómez Moreno realiza
ba a 22 varas de Norte a Sur y a 32 de orien- en el solar de madinat Ilbira (1887-88) en donde
te a ocaso. Se encontró primero a seis varas de se documentaron importantes restos de época
profundidad un dilatado pavimento con losas de romana y visigoda (GÓMEZ MORENO, M., 1888) y
mármol de Sierra Elvira, algunas de tres varas que inciden en la vinculación del solar de Ilbi-
de largo, a cuyo extremo oriental alzábase un ra con el de la antigua Ilíberis. El problema no
muro, dirigido de Norte a Sur, en el que se abría quedó resuelto al quedar interrumpidas las

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excavaciones, sin haber vuelto a intervenirse en Las excavaciones en el Carmen de la Mura-
la zona hasta que en el año 1998 5 pudimos lla se remontan al año 1982 cuando se actúa
ejecutar una intervención de urgencia en los por primera vez, bajo la dirección de Fernan-
límites exteriores del yacimiento, aunque sus do Velasco y, ante los primeros indicios de unos
resultados no han sido publicados ya que se resultados prometedores, se realiza una segun-
encuentra en fase de estudio. da campaña, entre 1983 y 1984, esta vez diri-
gida por D. Manuel Sotomayor, pudiendo docu-
A pesar de todo, la incidencia que los res- mentar la existencia de un importante nivel de
tos supuestamente descubiertos en el siglo ocupación ibérico y romano, destacando la
XVIII ha tenido en la investigación ha sido noto- excavación de un horno de T.S.H. (SOTOMA-
ria pues es el punto de referencia para consi- YOR, M., SOLA, A., CHOCLÁN, C., 1984).
derar la ubicación del Municipium Florentinum
Iliberritanum. El primero en realizarlo es Dozy Una tercera actuación se efectuó en 1985
(DOZY, R.P., 1881) y Eguílaz (EGUILAZ, L., 1881), (ROCA, M., MORENO Mª.A. , LIZCANO, R., 1988) en
seguido por D. Manuel Gómez Moreno (GÓMEZ base a la intervención anterior de M. Sotoma-
MORENO, M., 1889) y más recientemente por yor, centrándose en este caso en dos cuestio-
J.M. Roldán Hervás (ROLDÁN, J.M., 1983), M. Soto- nes: una vinculada a la documentación de res-
mayor (SOTOMAYOR, M., SOLA, A., CHOCLÁN, C., tos de amurallamiento intramuros de la muralla
1984) y Mercedes Roca, Mª Auxiliadora More- que tradicionalmente se ha fechado como del
no y Rafael Lizcano (ROCA, M., MORENO, Mª.A., siglo XI; otra en el estudio y documentación
LIZCANO, R., 1988), estos últimos contemplando de los niveles romanos para confirmar la exis-
la falta de información y apuntándolo única- tencia de una cerca de esta época. A partir de
mente como una posibilidad, en la que el foro este momento las intervenciones y la investi-
se centraría en las inmediaciones del Carmen gación en esta zona se canalizan a través del
de la Concepción. proyecto de investigación citado con anterio-
ridad, ejecutando una nueva intervención en
Finalmente el tema de Ilíberis-Ilbira ha vuel- 1991 en la que se desmontan los testigos de
to de nuevo a la actualidad a partir de 1980, algunos sondeos (10, 14, 16 y 2E), se amplia
cuando una serie de actuaciones en la Alcaza- el corte 18 y se plantea uno nuevo, el 24, sien-
ba Cadima han puesto de manifiesto la exis- do éste el que aporta nuevos resultados: se
tencia de niveles de ocupación romana, docu- documenta la existencia de un muro “formado
mentando algunas estructuras y conjuntos por grandes sillares de piedra y puede corres-
artefactuales. ponder a un tramo de la primitiva muralla roma-
na” (MORENO, Mª.A., ORFILA, M., GARCÍA, J.A., BUR-
En este punto es necesario hacer una men- GOS, A., MALPICA, A., FERNÁNDEZ, I., CASADO, P.
ción especial a las intervenciones arqueológicas y PUERTA, D., 1993: 228), cuestión que no llegó a
que desde esta fecha se han realizado en las pro- confirmarse.
ximidades de la excavación realizada por noso-
tros. Nos centraremos en las campañas de exca- Así en la actualidad, podemos resumir los
vación efectuadas en el Carmen de la Muralla, datos aportados por las distintas intervencio-
las Excavaciones Arqueológicas de Urgencia rea- nes en el Carmen de la Muralla de la siguien-
lizadas en la calle María la Miel, en la excava- te forma: un nivel de ocupación ibérico de gran
ción del solar de la nueva mezquita de la comu- interés sobre el que se asienta otro romano
nidad islámica, y la más reciente de la plaza de atestiguado por la presencia de un horno de
Santa Isabel la Real. Todas vienen a configurar TSH y restos de un amurallamiento de la misma
el contexto general en el que se inserta la exca- época; existencia de restos de muralla anterior
vación en el Carmen de la Concepción. al lienzo que corre por la Cuesta de la Alha-

5 Excavación Arqueológica de Urgencia dirigida por Ángel Rodríguez Aguilera y auspiciada por el Ayuntamiento de Atarfe y el Con-
sorcio para el Desarrollo de la Vega-Sierra Elvira.

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caba; niveles de transformación de este espa- de la ciudad romana altoimperial” (CASADO, P. y
cio a partir del siglo XI y remodelación de éstos otros, 1998:141);
finalmente la tercera zona estu-
últimos en época nazarí y moderna. Estos resul- diada es la que queda entra las dos anteriores
tados nos llaman poderosamente la atención en donde se pudieron documentar muros de
ya que su proximidad con respecto a la ubica- contención realizados desde el Protoibérico
ción del foro, descrito anteriormente, choca hasta el período altoimperial.
con la existencia de una zona de alfares, algo
poco común (JIMÉNEZ SALVADOR, J.L., 1987). Básicamente, el estado de los conocimien-
tos sobre la intervención se reducen al hori-
Muy próximas al Carmen de la Concepción zonte ibérico quedando por estudiar con mayor
se realizaron dos urgencias en la misma calle profundidad la incidencia romana, que en este
María la Miel, entre el año 1985 y 1986 (LIZ- caso queda señalada pero de forma insuficien-
CANO, R., MORENO, Mª.A. Y ROCA, M., 1985; RAYA, te, al igual que la medieval.
M., BURGOS, A. y ROCA, M., 1985), es decir coe-
tánea a la tercera intervención en el Carmen Por último, la más reciente intervención
de la Muralla y por tanto vinculada al proyec- arqueológica, ejecutada al margen del PAUG,
to de Investigación “La ciudad iberorromana y es la que tuvo lugar en la Plaza de Santa Isabel
medieval de Granada”. En ambas se documen- la Real, antigua huerta conventual, en donde se
ta una fase romana, si bien en la primera de han efectuado 12 sondeos arqueológicos arro-
las intervenciones se encuentra muy afectada jando por tanto una secuencia cultural muy pre-
por las remociones de tierra, y en la segunda cisa sobre el desarrollo histórico de la zona 6.
queda configurada por medio de conjuntos Para el asunto que tratamos es de especial rele-
artefactuales. vancia pues se encuentra adosado al Aljibe del
Rey, en donde, recordemos, se produjeron
Más tarde, cuando el Proyecto de Arqueo- importantes hallazgos estructurales entre los
logía Urbana de Granada sustituye al anterior, siglos XVI y XVIII. Los arqueólogos han podi-
se efectuó otra importante intevención, esta vez do documentar en esta actuación 8 fases de ocu-
en la calle espaldas de San Nicolas s/n, desde pación que van desde el período Ibérico Pleno
1995 hasta 1997 (CASADO, P. y otros, 1998), ha- hasta la actualidad, debiendo destacar la Fase
biendo sido publicados parcialmente sus resul- 2, el período Romano Tardío, presente en 4 de
tados, concretamente los referentes a los nive- los sondeos, aunque poco representado a nivel
les de ocupación ibérica. Destacan por su estructural con unos conjuntos artefactuales
importancia los restos de amurallamiento de fechables entre el siglo IV y el VI d.C.: en el son-
mampostería, adobe y tapial de esta época que deo 2 se documenta un muro de mamposte-
corresponderían a los de la Iliberri ibérica. Su ría que a decir de sus excavadores es “bastan-
estudio se ha estructurado en función de tres te pobre de factura con mortero de tierra” (LÓPEZ,
zonas diferenciadas: la zona Noreste, en donde M., inédito) asociado a T.S.H.T.; en el sondeo 7
existe un tramo de muralla de unos 30 metros, también son escasos, destacando otro murete;
construida a partir de mediados del siglo VII en el sondeo 9 únicamente se detectó un vacia-
a.C., aunque según los autores, se mantiene do estratigráfico de los niveles ibéricos realiza-
con la misma funcionalidad hasta el siglo XI do en época romana¸y finalmente en el son-
cuestión de gran interés sobre la que sería deo 10 es donde únicamente aparecen
necesario incidir; una segunda zona es la meri- estructuras más consistentes como por ejem-
dional, intramuros, en donde también se docu- plo, una cisterna de opus signinum.
menta otro tramo, de 12 metros, sobre el que
se existe un nivel de relleno y “potentes cimen- Como podemos observar, a primera vista
taciones reticulares, que conformarían un sector destaca el contraste de los restos hallados desde

6 Agradezco al director de la Excavación D. MANUEL LÓPEZ LÓPEZ la amabilidad al facilitarme el informe para su consulta y utili-
zación en este trabajo: LÓPEZ LÓPEZ, M. Excavación Arqueológica de urgencia en la Plaza de Santa Isabel la Real (Albaicín, Grana-
da). Informe preliminar, 1999, inédito.

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el siglo XVI al XVIII con la primera secuencia Así, de esta forma el sondeo se adaptó a
estratigráfica documentada de la zona. la zona del patio con una forma trapezoidal
estableciendo dos sectores de excavación ya que
Todo esto, tanto la reflexión que hemos la existencia de un muro de esta casa nos per-
realizado sobre el estado de la investigación mitía diferenciar dos espacios distintos. Por lo
partiendo de las fuentes árabes y de los hallaz- que respecta a Placeta de las Minas, el sondeo
gos aislados que desde el siglo XVI se han rea- ocupó la superficie total del patio existente. La
lizado en el Albaicín, como la revisión de los excavación se planteó siguiendo el sistema de
resultados de las excavaciones arqueológicas áreas de excavación UTM, manteniendo el sis-
realizadas desde los años 80 en las proximida- tema de registro arqueológico elaborado por
des del Carmen de la Concepción, es esencial el PAUG.
para entender la importancia que ha adquiri-
do la excavación realizada dentro del mismo, 2.1. La secuencia estratigráfica
en 1997, y que pasamos a describir. y estructural

La secuencia estratigráfica y estructural


2. LA EXCAVACIÓN ARQUEOLÓGICA documentada durante el proceso de excava-
DE URGENCIA DE ABRIL DE 1997 ción se encuentra directamente vinculada a la
existencia de esta casa lo cual alteró conside-
La excavación 7 se planteó como una urgen- rablemente la estratigrafía anterior.
cia ante la intención de construir dos viviendas
en la zona perimetral del Carmen de la Con- Tras iniciar la excavación, en el sector 2 se
cepción, solares que históricamente no habían documentaron los restos de un patio interior
pertenecido al mismo pero que fueron incor- de la vivienda de losetas de barro y un sumi-
porados en un momento determinado, a media- dero central que llega hasta el muro que lo sepa-
dos de este siglo. ra del sector 1, todo anterior al existente en
el momento del inicio de la excavación. La
Estos dos solares se ubican de forma esca- construcción de este muro alteró la estrati-
lonada, uno en la Placeta de las Minas, y otro grafía en ambos sectores al realizar la fosa de
en la parte superior de la calle María la Miel, cimentación y echar en la base de ésta guija-
ambos con una orientación hacia la ladera Sur rros de tamaño mediano y grande.
del Albaicín, coincidiendo posiblemente, como
ya hemos indicado, con el inicio de la calle del En el sector 1 se procedió a levantar el
Tesoro. suelo de cemento existente e iniciar la exca-
vación. Se documentaron restos de otros dos
Los trabajos arqueológicos se iniciaron en niveles de suelo de la misma casa, uno de lose-
el solar de la calle María la Miel en donde que- tas de barro e inmediatamente bajo el mismo
daban los restos aún visibles de una vivienda otro empedrado, estructurado en tres bandas
de principios de siglo con patio central y estan- y que apoya sobre un nivel de uso formado
cias estructuradas en torno al mismo, unas hacia por un estrato de tierra marrón con abundante
el Norte, sobre un aterrazamiento artificial, y cal y un grosor de 10 cm.
otras hacia el Sur, en el mismo nivel. En las pri-
meras detectamos la existencia de unas tinajas Bajo éste existía un potente relleno com-
de almacenamiento de agua por lo que el son- puesto por material de construcción y algunos
deo se planteó en el patio dejando esta zona fragmentos de cerámica del siglo XIX, algunas
para una posible ampliación posterior 8. intrusiones de tegulae y de cerámicas medie-

7 Realizada por Angel Rodríguez Aguilera y Sonia Bordes García.


8 Debemos agradecer al profesor D. Fernando Molina y a Dña. María Auxiliadora Moreno el interés mostrado antes del inicio de los
trabajos y durante los mismos, indicándonos en alguna ocasión la estrategia de trabajo a seguir.

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vales, siendo interpretado como un nivel de Lo que sí parece evidente es que si bien
colmatación para la construcción de la citada ambos solares se encuentran en la hipotética
vivienda. prolongación de la desaparecida calle del Teso-
ro, o bien las excavaciones del padre Flores no
Finalmente, bajo este estrato comenzamos se ubicaron en esta zona sino más hacia el inte-
a documentar un nivel de uso del siglo XVII que rior -ya que la estratigrafía ha mostrado que la
se encontraba sobre un suelo de ladrillo de la zona estaba ocupada desde el siglo XVII por
misma época. Este suelo se prolonga por los una vivienda y que hasta la roca madre no exis-
dos sectores aunque cada uno de los mismos te la profundidad documentada-, o por el con-
presenta un uso diferente ya que en el sector trario, la existencia del Foro entra dentro de
1 debe ser interpretado como cocina, por la sus falsificaciones. Por lo pronto sólo podemos
presencia de un hogar y de cerámicas de uso intuir que la primera de las opciones es la más
culinario, mientras que en el sector 2, separa- coherente, aunque queda por demostrar y sigue
do por un escalón del anterior, no se docu- siendo una hipótesis de trabajo.
mentaron más que escasos fragmentos de cerá-
mica de la misma cronología. Recordemos que en la descripción que rea-
liza M. Gómez Moreno (GÓMEZ MORENO, M.,
En cuanto a la descripción estructural, el 1889:19) de la descripción del foro, éste se
espacio de cocina tenía un suelo de ladrillo dis- encontraba a 6 varas de profundidad, unos 5
puesto en espiga, mientras que en el sector 2 metros aproximadamente, y que en nuestra
el aparejo es de alternancia de bandas a soga excavación la potencia máxima fue de 2,04
separadas por otra a tizón. Ambos suelos tení- metros.
an una preparación de arena y cal sobre un relle-
no de material de construcción con una matriz 2.2.- Estudio de los materiales
arenosa que presentaba materiales anteriores,
nazaríes y del XVI, apoyando directamente La cerámica recuperada durante la excava-
sobre la roca madre que había sido rebajada y ción nos permite aportar datos significativos para
cortada para crear las condiciones idóneas para el conocimiento de las producciones cerámicas
la construcción de la casa en el siglo XVII. La del siglo XVI y XVII ya que como hemos visto,
potencia arqueológica del sondeo quedó defi- el principal nivel de uso documentado es el del
nida entre 1.59 m y 2.04 m siguiendo el buza- suelo de la casa del siglo XVII, en donde se recu-
miento de la roca madre, hacia el Sur. peraron cerámicas del ajuar doméstico, de cerá-
mica común, y algunos fragmentos de produc-
Por lo que respecta al sondeo del solar de ciones importadas, italianas y portuguesas.
la Placeta de las Minas, éste se planteó en el
patio de la vivienda, ocupando la totalidad del Pero siguiendo un orden cronológico, se
mismo, como ya se indicó. documentaron algunos fragmentos de tegulae
y de Terra Sigillata Hispánica, siempre en nive-
Una vez limpiado todo este espacio se pro- les de relleno.
cedió a levantar el suelo de cemento que lo
cubría y para nuestra sorpresa apoyaba direc- Una situación similar la tenemos para los
tamente sobre la roca madre, presentando úni- materiales medievales ya que únicamente se
camente algunos depósitos en los huecos con recuperaron algunos fragmentos en el estrato
pequeños fragmentos de cerámica T.S.H. de relleno para nivelar el suelo de la casa del
siglo XVII, sobre la roca madre, destacando
De esta forma se dio por concluida la exca- algunos fragmentos de cerámica de los siglos
vación, sin haber documentado los importan- XI-XII, como por ejemplo un fragmento de
tes niveles de ocupación romana que se pre- redoma y otro de alcadafe. Más significativo es
veían y creándose desde entonces la polémica el grupo de materiales nazaríes, formado por
sobre esta intervención de urgencia. fragmentos de marmita, candil de pie alto, dos

144
fragmentos de estampillado y dos de ataifor 6º. Cerámica de higiene personal: Bacín.
verde con decoración en manganeso, todo de
los siglos XIV-XV. 7º. Contenedor de fuego: Anafre.
8º. Series cerámicas importadas: cerámica ligur,
Finalmente, el grupo más numeroso es el cerámica bucarina.
formado por los materiales modernos, del siglo
XVI y especialmente del siglo XVII asociados El lote más numeroso es el de la UEN 012,
al suelo de la vivienda de la misma época y a formado por 169 fragmentos repartidos en las
los niveles posteriores. series funcionales de la siguiente forma:

En cuanto al primer grupo de materiales


modernos (siglo XVI), se encuentra asociado Tabla 1. Series cerámicas documentadas
al relleno (la UEN 020) para nivelar la prepa- en UEN 012
ración del suelo de la casa, es decir, sobre la
misma roca base, junto a piezas nazaríes. Los SERIE FUNCIONAL Nº de frag. %
materiales son 2 cazuelas y parte de una olla, Cerámica de servicio y 60 35.50
junto a fragmentos de escudilla y de fuente de presentación de alimentos
servicio. Cerámica de cocina 44 26.03
Usos múltiples 21 12.42
Por lo que respecta a los materiales del siglo
XVII, para este trabajo hemos analizado los Almacenamiento y 12 7.10
principales números del registro arqueológico, transporte de líquidos
vinculados a los niveles de uso del siglo XVII Almacenamiento de alimentos 6 3.5
ya que son los únicos que se encontraban intac-
Cerámica de higiene personal 2 1.18
tos y que hemos podido excavar, lo cual nos
ha permitido obtener datos sobre este tipo de Cerámica bucarina 1 0.59
cerámicas. Utensilios de alfarero 3 1.7
Otros 8 4.7
Las Unidades Estratigráficas No Construidas
(UEN) estudiadas son la 012, 013 y 014, que Intrusiones medievales 12 7.10
en total suman unos 229 fragmentos de cerá-
mica agrupados en las siguientes series funcio- Las series de las otras unidades estratigrá-
nales, según la terminología empleada en la cla- ficas son :
sificación de la cerámica cristiana para la ciudad
de Granada (RODRÍGUEZ, A., DE LA REVILLA, L.,
1997): Tabla 2. Series cerámicas documentadas
en UEN 013
1º. Cerámica de cocina: olla y cazuela.
SERIE FUNCIONAL Nº de frag. %
2º. Cerámica de servicio y presentación de ali- Cerámica de servicio y
mentos: plato grande, plato pequeño, fuen- 13 37.14
presentación de alimentos
te, plato de ala, escudilla, cuenco, salero y
Cerámica de cocina 6 17.14
jarritos.
Usos múltiples 4 11.4
3º. Usos múltiples: lebrillo.
Almacenamiento y 4 11.4
4º. Cerámica de almacenamiento y transporte transporte de líquidos
de líquidos: cántaro. Cerámica bucarina 1 2.85
5º. Cerámica de almacenamiento de alimentos: Amorfos indefinidos 7 20
orza.

145
Tabla 3. Series cerámicas documentadas tanto exterior como interiormente con una
en UEN 014 arista muy acusada. A diferencia del tipo ante-
rior, presenta vidriado interior y exterior, nor-
SERIE FUNCIONAL Nº de frag. % malmente blanco.
Cerámica de servicio y 12 48
presentación de alimentos La siguiente forma más abundante es el
Cerámica de cocina 3 12 JARRITO, con un 23.3 %, de cuerpo globular
con estrías de torno marcadas exteriormente,
Usos múltiples 2 8
cuello diferenciado y borde recto o con esco-
Almacenamiento y 2 8 tadura interior, presentando vidriado marrón
transporte de líquidos interior y exteriormente hasta el hombro.
Contenedor de fuego 2 8
Junto a esta forma hemos documentado
Cerámica bucarina 3 12
otro tipo, de cuerpo casi esférico, anillo de
Amorfos indefinidos 1 4 solero muy bajo y que se encuentra vidriado
interior-exterior en blanco con decoración en
Las formas de cada una de estas series fun- azul, sin que pertenezca a la familia de cerá-
cionales quedan definidas por los tipos especí- micas granadinas que desde el siglo XVI desa-
ficos que conforman cada una, por lo que vamos rrollan motivos decorativos en azul (prefaja-
a realizar la descripción de las principales for- lauza), por lo que planteamos la posibilidad de
mas, en base al conjunto cerámico más nume- que se trate de una importación.
roso, el de la Unidad Estratigráfica 012 ya que
las piezas que forman las otras dos, la 013 y Menos numerosa es la presencia de CUEN-
014, coinciden con ésta. COS (10%) y ESCUDILLAS (5%), siendo los
primeros unas piezas que tienen anillo de sole-
Las dos series funcionales más importantes ro, paredes divergentes y borde ligeramente
cuantitativamente son las de Cerámica de Ser- exvasado, vidriado siempre en blanco. En cuan-
vicio y presentación de alimentos y la Cerá- to a la forma de la escudilla documentada en
mica de Cocina. esta excavación, coincide con las característi-
cas definidas para las piezas del siglo XVII
La primera muestra una continuidad muy (RODRÍGUEZ, A., DE LA REVILLA, L., 1997:152): care-
acusada con respecto a las producciones cerá- na baja pero muy marcada, además de pre-
micas del siglo XVI, tanto por las formas, que sentar estrías de torno en la superficie exte-
presentan pocas variantes formales, como por rior, bajo la misma.
el acabado, predominando la cubierta vítrea
blanca lechosa. Finalmente, la forma que se encuentra menos
representada en el registro arqueológico es el
En cuanto a las formas destaca el PLATO, SALERO o ESPECIERO definido como una
tanto grande como pequeño, con un total del pieza de reducidas dimensiones, asiento plano,
30 % del material de la serie, realizado a torno, paredes abiertas y vidriado interiormente en
de paredes divergentes y borde redondeado, blanco (Gr.Mm.Pm-23.33.55-013.018).
presentando en algunos casos un anillo interior
y el asiento cóncavo. Muestra cubierta vítrea Por otra parte, la serie de CERÁMICA DE
interior con goterones exteriores, predomi- COCINA sí presenta cambios significativos con
nando el blanco lechoso aunque también apa- respecto a las formas del siglo XVI, cuestión
recen algunos en verde. que debe ser estudiada en profundidad. Primero
veamos las formas cerámicas y después volve-
Otra forma abundante es el PLATO DE remos sobre este asunto. La serie está com-
ALA que supone el 15 % de la serie funcional puesta por dos únicas formas, la OLLA y la
y que se encuentra caracterizado por tener CAZUELA, predominando la primera, con un
asiento plano, paredes abiertas y ala marcada 31.8 %, sobre la segunda, con un 25%, aunque

146
existen más de un 43 % de amorfos de cerá- cado bien por tratarse de producciones impor-
mica de cocina que no han podido ser adscri- tadas, y por tanto ajenas a la tradición alfarera
tos a una de estas dos formas. granadina, bien porque son el exponente mate-
rial de un hecho histórico: la sustitución de la
Las ollas documentadas en el registro ar- población artesana morisca por otra de origen
queológico de la excavación son de dos tipos: castellano, cuestión que se encuentra docu-
por una parte fragmentos de borde pequeño, mentada a partir de 1605, en Granada (RO-
ligeramente exvasado y engrosado, sin esco- DRÍGUEZ, A., BORDES, S., e.p.) y en otras zonas de
tadura interior (RODRÍGUEZ, A., DE LA REVILLA, la Península Ibérica (ÁLVARO, Mª. I., 1976).
L., 1997: 150), muy característico en la cerámica
del XVII en Granada; y por otra un tipo que De hecho, sí es cierto que a partir del siglo
no habíamos documentado: ollas de cuerpo glo- XVII-XVIII la cazuela tipo que documentamos
bular con cuello diferenciado de paredes lige- en Arqueología Urbana es muy similar a éstas.
ramente divergentes y borde redondeado, con
dos asas de puente (pieza Gr.Mm-Pm.23.33.51- Las otras series funcionales documentadas
012-20). en estas Unidades Estratigráficas se encuentran
poco representadas, ya que, por ejemplo, la
Las cazuelas presentan una variedad formal serie de Almacenamiento y transporte de líqui-
mayor, pudiendo definir un tipo característico dos está reflejada por amorfos reconocibles
del siglo XVII que no se recoge en la tipología como de esta serie por sus características for-
de cerámica cristiana que venimos citando, males y de pasta.
pudiendo fijar de forma clara su cronología ya
que fueron documentadas sobre el nivel de uso Destaca la de Usos múltiples formada por
del interior de la casa, la UEN 012, junto a los el Lebrillo que queda documentado en una
fragmentos de cerámica ligur y cerámica buca- sola forma, aunque con distintos acabados: base
rina que actúan en este caso como fósiles cro- plana, paredes abiertas y borde redondeado con
nológicos dentro de las cerámicas modernas. una acanaladura interior. En cuanto al acabado,
lo más usual es la cubierta vítrea blanca, aun-
Los tipos son tres: el primero de ellos (pieza que algunas piezas presentan decoración en
Gr.Mm-Pm.23.33.51.012-105) presenta el arran- azul.
que de la base, que debe ser convexa, y pare-
des rectas con borde de sección cuadrada y lige- Finalmente, también están presentes en el
ramente engrosado al exterior, encontrándose registro arqueológico algunos fragmentos de
vidriado interiormente en marrón oscuro. cerámicas muy características del siglo XVII y
que como ya hemos indicado, han actuado en
Una segunda forma, más numerosa que la algunos casos como indicadores cronológicos.
anterior, es la cazuela (pieza Gr.Mm-Pm.23-33- Nos referimos a dos fragmentos de cerámica
55.012-106) de base convexa unida a las pare- ligur y otros de cerámica bucarina, proceden-
des divergentes quedando marcada esta unión te de Portugal, siendo muy característica en los
por una escotadura exterior. En cuanto al borde, contextos arqueológicos urbanos desde la
es engrosado y reentrante, presentando peque- segunda mitad del siglo XVI pero especialmente
ñas asas para ser movida sobre el fuego. Su durante el XVII, momento en el que experi-
vidriado interior es melado-amarillo presen- menta su máxima difusión.
tando goterones exteriores. Existe una varian-
te de este tipo, de dimensiones menores y con
borde más marcado exteriormente (pieza 3. CONCLUSIONES
Gr.Mm-Pm.23.33.55.012-69).
Con este trabajo hemos dado a conocer los
Tal como podemos observar, formalmente resultados de la Excavación Arqueológica de
existen grandes diferencias con respecto a las Urgencia “c/María la Miel-Placeta de las Minas”
cazuelas del siglo XVI lo cual debe ser expli- centrándonos en el estudio de los materiales,

147
aunque contextualizándolos tanto estratigráfi- gía Urbana en Granada no es el más adecua-
camente como estructuralmente, con el único do, cuestión que merece un debate serio para
fin de aportar nuevos datos para el conoci- analizar qué ha pasado en la etapa anterior de
miento del desarrollo histórico de la ciudad de gestión del PAUG y cómo queremos que se
Granada, en relación directa con la hipótesis de desarrolle en el futuro, subsanando errores
trabajo de la existencia del foro del Municipium cometidos.
Florentinum Iliberritanum en las proximidades de
los solares excavados. En segundo lugar, debemos coincidir con
los autores de este trabajo en que todas las
Decimos bien cuando hablamos de “hipó- Excavaciones Arqueológicas son importantes
tesis de trabajo” pues hasta la fecha no está lo a pesar de que sus resultados puedan frustrar
suficientemente demostrado, aunque queda las espectativas puestas en ellas ya que permi-
fuera de toda duda la existencia de un asen- ten configurar la ocupación de la ciudad en
tamiento romano en la colina del Albaicín, tal época Antigua, Medieval y, por supuesto, Moder-
como han puesto de manifiesto los resultados na y la incidencia de cada una de éstas étapas
de distintas excavaciones: el Carmen de la Mura- sobre las anteriores. Los resultados de la exca-
lla, María la Miel, el solar de la calle Espaldas vación muestran una potencia máxima de 2
de San Nicolas, la plaza de Santa Isabel la Real metros y un nivel de ocupación, sobre la misma
y más recientemente, en la Plaza de San Miguel roca madre, del siglo XVII, posiblemente alte-
Bajo y el Callejón de San Cecilio. rando fases anteriores. Más concluyentes son
aún si cabe los resultados arqueológicos del
Por eso habría que matizar algunas afirma- sondeo practicado en Placeta de las Minas con
ciones realizadas con respecto a esta inter- una potencia de escasos centímetros. Eviden-
vención en el Carmen de la Concepción: temente, en ningún caso hemos podido docu-
mentar “seis varas de profundidad” y por tanto
“Desde la extinción del PAUG en 1996, no ha definitivamente no hemos excavado en “donde
salido nada de interés arqueológico en Grana- Flores halló el foro” (CASADO, P. y otros, 1998:138).
da y menos aún ibérico, a pesar de que se están
excavando zonas de potencial excepcional y De esta forma podemos decir que nos
donde los restos deberían destacar en cantidad encontramos ante una situación idéntica a la
y calidad. Como ejemplo, valga la reciente opor- acontecida en el Carmen de la Muralla ya que
tunidad perdida en la intervención de una parte aquí tampoco se documentaron “alteraciones ni
del Carmen de la Concepción (1997 por A. remociones debidas a las intervenciones de Juan
Rodríguez), junto al Carmen de la Muralla y Flores en el siglo XVIII” (MORENO, Mª.A., ORFILA,
donde Flores en el siglo XVIII halló el foro del M., GARCÍA, J.A., BURGOS, A., MALPICA, A.,
Municipium Florentinum Iliberritanum (...)” FERNÁNDEZ, I., CASADO, P. y PUERTA, D., 1993:228)
(CASADO, P. y otros, 1998:138). por lo que contamos con datos de gran inte-
rés para seguir perfilando la ubicación de sus
Evidentemente, con este trabajo obtene- trabajos, cuestión de gran importancia para
mos una primera conclusión clara e inequívo- definir el carácter del asentamiento romano del
ca: nuestra excavación no coincide con el lugar Albaicín.
donde, teóricamente, el falsario Flores realizó
sus descubrimientos, descubrimientos que por Ante los resultados expuestos, este traba-
otra parte se encuentran en tela de juicio mien- jo no podíamos enfocarlo de otra manera más
tras no se demuestren, por lo que debemos que por el estudio estratigráfico de los mate-
ser cautos al tomar por cierta la descripción riales arqueológicos como muestra de lo que
del foro que reproduce M. Gómez Moreno en venimos desarrollando.
base al testimonio de Flores y de dos graba-
dos calcográficos de la época. En este sentido, Todo esto nos ha obligado a centrarnos en
el ejemplo tomado para mostrar gráficamente los niveles modernos ya que apenas se han
el estado en el que se encuentra la Arqueolo- documentado algunos fragmentos de tegulae y

148
de T.S.H. muy fragmentada y dispersa, salvo en CASADO MILLÁN, P., PÉREZ BAREAS, C., ORFILA
PONS, M., MORENO ONORATO, Mª.A., HOCES PRIE-
el sondeo de Placeta de las Minas en donde TO, A., PÉREZ BALDOMERO, F., MORENO QUERO,
se localizaron en depósitos entre las cavidades M. y LIÉBANA SÁNCHEZ, M. (1998): “Nuevos aportes
de la Formación Alhambra. Los materiales para el conocimiento del asentamiento ibérico de Ilibe-
modernos son los propios de un espacio de rri (Granada)”, Congreso Internacional Los íberos, príncipes
de Occidente, Sección I, Sagunto, pp.137-144.
cocina ya que como se indicó se excavó un
DOZY, R.P. (1881) “Observations géographiques sur
hogar al que aparecieron asociados restos de quelques anciennes localités de l´Andalousie”, Recherches
cerámica de cocina que formalmente muestran sur l´histoire et la littérature de l’Èspagne, I, Leyden.
un cambio significativo con respecto a las pro- EGUÍLAZ Y YANGUAS, L. (1881) Del lugar donde fue
ducciones del siglo XVI, cuestión no tan evi- Ilíberis, Madrid, (edición facsímil Granada 1987).
dente con respecto a la vajilla de servicio y GÓMEZ MORENO, M. (1888) Medina Elvira, Granada.
presentación de alimentos, apuntando que éste
GÓMEZ MORENO Y MARTÍNEZ, M. (1889) Monu-
puede ser debido a la sustitución de una tra- mentos Romanos y visigóticos de Granada, Granada.
dición alfarera por otra, debiendo ser definidas
JIMÉNEZ SALVADOR, J.L. (1987) “Los modelos cons-
ambas para poder establecer sus diferencias tructivos en la arquitectura forense de la Península Ibéri-
fundamentales. ca”, Los foros romanos de las provincias occidentales, Madrid,
pp. 173-177.
Como señalábamos al principio, el gran inte- LIZCANO PRESTEL, R., MORENO ONORATO, Mª.A.
rés despertado por esta intervención está rela- Y ROCA ROUMENS, M. (1985) “Excavaciones de urgen-
cia en el solar de la calle María la Miel esquina a San Nico-
cionado con la polémica secular de Ilíberis- las nuevo en el Albaicín de Granada, 1985”, Anuario
Ilbira-Garnata y con la presumible proximidad Arqueo-lógico de Andalucía, III, p.166-170.
con respecto a los trabajos de Flores, en defi- MORENO ONORATO, Mª.A., ORFILA PONS, M.,
nitiva, producto más de una conjetura que de GARCÍA GRANADOS, J.A., BURGOS JUÁREZ, A., MAL-
una seria reflexión científica, producto de nada, PICA CUELLO, A., FERNÁNDEZ GARCÍA, I., CASADO
MILLÁN, P. y PUERTA TORRALBO, D. (1993) “Informe
por eso parafraseando al profesor M. Barceló, de los primeros resultados obtenidos tras la Excavación
decíamos acerca de nada. de 1991 en el Carmen de la Muralla del Albaicín (Gra-
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Fig. 1. Excavación arqueológica de urgencia “Placeta de lasMinas-María la Miel”, 1997. Ubicación de los sondeos

150
Niveles relleno s. XIX-XX
Niv. s. XVI-XVII
Niveles geológicos

Fig. 2. Excavación arqueológica de urgencia “María la Miel-Placeta de las Minas”, Granada,1997.


Sondeo 1. Sección Norte.

GR.MM-PM.23-33-55.015-14

GR.MM-PM.23-33-55.007-03
GR.MM-PM.23-33-55.007-02

GR.MM-PM.23-33-55.012-31

Fig. 3. Conjunto de cerámica del siglo XVI.

151
GR.MM-PM.23-33-55.013-05
GR.MM-PM.23-33-55.012-32

GR.MM-PM.23-33-55.012-46

GR.MM-PM.23-33-55.013-18

GR.MM-PM.23-33-55.010-03
GR.MM-PM.23-33-55.012-55

GR.MM-PM.23-33-55.015-06 GR.MM-PM.23-33-55.013-01

Fig. 4. Vajilla de servicio y presentación de alimentos. S. XVII.

152
GR.MM-PM.23-33-55.012-20

GR.MM-PM.23-33-55.012-105

GR.MM-PM.23-33-55.012-69

GR.MM-PM.23-33-55.012-106

Fig. 5. Cerámica de cocina. S. XVII.

153
GR.MM-PM.23-33-55.013-4

GR.MM-PM.23-33-55.012-38

Fig. 6. Cerámica de usos múltiples: Lebrillo. S. XVII.

Lám. 1. Sondeo 1. María la Miel. Vista general del suelo de la vivienda del siglo XVII.

154
Lám. 2. Sondeo 1. María la Miel. Vista general de los niveles estériles, bajo suelo del siglo XVII.

Lám. 3. Sondeo 2. Placeta de las Minas. Roca madre bajo el nivel de suelo de cemento.

155
Lám. 4. Cerámicas del siglo XVII.

Lám. 5. Cerámicas del siglo XVII.

156

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