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Autor: Moore, Ileana Marilín, Moore, Marlen Evelyn, Vega, Nora

Institución: Instituto Superior de Profesorado Nº 8 “Almirante G. Brown”


Provincia: Santa Fe Capital

DICTADURA Y EDUCACIÓN

Palabras preliminares:
Este trabajo pretende indagar en torno a la acción llevada adelante por la
Dictadura Militar en lo educativo y cultural, particularmente la forma que asumió esta
política en el ámbito local; la ciudad de Santa Fe, y en un espacio educativo: el Instituto
Almirante Brown de la ciudad de Santa Fe.
Para lograr reconstruir la citada época, apelamos tanto a bibliografía
impresa como a la producción de fuentes orales; que en este caso es la realización de
dos entrevistas a profesores de la institución, los cuales se desempeñaban como
docentes durante la dictadura; éstos aún son profesores del establecimiento.
En este trabajo cotejamos los sucesos transcurridos durante la dictadura a
nivel nacional con lo que sucedía a nivel provincial, más específicamente en el Instituto
Almirante Brown. Nos centramos básicamente en los siguientes temas: la dominación
cultural y sus consecuencias y la acción política de la Dictadura Militar en la Educación.
El autodenominado "Proceso de Reorganización Nacional", que se inició con un
golpe de Estado protagonizado por las Fuerzas Armadas el 24 de marzo del año 1976,
consideró al sistema educativo como un terreno más de confrontación bélica, parte de
una guerra transversal contra el enemigo "subversivo" en toda la República Argentina. La
desaparición forzada de personas y la purga de "izquierdistas" en las cátedras o cargos en
todos los niveles de la escuela pública y privada, fue acompañada por el estricto control
de lo que se enseñaba y de cómo se enseñaría a partir de entonces. En un marco de
situación caracterizado por el terrorismo de Estado.
El objetivo no era solo introducir una transformación profunda en la economía
sino también en el comportamiento de la población. Así lo ejemplificamos a través de
las palabras de Martínez de Hoz: “Para llevar a cabo este objetivo era necesario
modificar las estructuras… El cambio propuesto era muy profundo, no bastaba con un
simple proceso de ordenamiento, sino que había que transformar normas y marcos,
instituciones, administrativos, empresariales, políticas, métodos, hábitos y hasta la
misma mentalidad”.

Dominación cultural y sus consecuencias


La Acción represiva del Estado a partir de 1976:

La represión ilegal por parte del Estado, sin lugar a duda alguna inaugura el
período más violento de la Historia Argentina. Así en el primer capítulo del Nunca Más se
inicia con una reflexión en torno al uso del término “exceso” y aclara que: “Los casos
transcriptos no son aquellos que constituyen excesos, ya que tales excesos no existieron
si se entiende por ello la comisión de actos aislados, particularmente aberrantes”.
Es que toda la metodología, desde su ideación, constituyó el gran exceso, lo
aberrante fue la práctica común por millares. Son los “normales”. El secuestro, la
tortura y la muerte fueron los tres elementos básicos de la represión.
La cultura no estuvo ausente en los planes de gobierno militar, todo lo contrario
fue atacada en todas sus acepciones. Se instauró la cultura del orden y de la sospecha
en todos los ámbitos: sociales, institucionales, educativos comunicacionales, etc.
En un documento de la época, según un informe de AIDA (Asociación Internacional
para la Defensa de los Artistas, víctimas de la represión del mundo) podemos resumir lo
que se pretendía: “Instrucciones para detectar indicios subversivos en la enseñanza de
sus hijos… Lo primero que se puede detectar es la utilización de un determinado
vocabulario, que aunque no parezca muy trascendente, tiene mucha importancia para
realizar este trasbordo ideológico que nos preocupa, así aparecen vocablos como:
diálogo, burguesía, proletariado, explotación, cambio de estructuras, capitalismo… y en
las cátedras religiosas abundan términos como liberación, compromiso.”
También fueron atacadas las producciones literarias o artísticas, se puede
incluir la cultura masiva, los medios de comunicación, la industria cinematográfica, en
fin todo lo que al arte refiera. Se rechazaba a los intelectuales y a la cultura letrada.
La respuesta sobre el por qué todas estas medidas, tal vez las encontramos
en los documentos iniciales de la dictadura, entre los objetivos de la Primer Acta de
Gobierno donde figuran los siguientes: “Objetivos básicos del Proceso de Reorganización
Nacional… vigencia de los valores de la moral cristiana, de la tradición nacional y de la
dignidad del ser argentino… Conformación de un sistema educativo acorde con las
necesidades del país que sirva efectivamente a los objetivos de la Nación y consolide los
valores y aspiraciones culturales del ser argentino”.
Es conveniente detenernos en la respuesta de la sociedad: ¿cuál fue?. Como
es de suponer no fue posible otra reacción más que el estupor, y consecuentemente
paralización de la sociedad en su gran mayoría, antes las medidas tomadas desde el
mismo día del Golpe de Estado, acompañadas de una sistemática y metódica represión
violenta.
El terror era avalado directamente por amenazas públicas dirigidas a la
población por parte de miembros del gobierno militar, tales como por ejemplo:
“Primero mataremos a todos los subversivos, luego mataremos a sus
colaboradores, después… a sus simpatizantes, enseguida a aquellos que permanecen
indiferentes y finalmente a los tímidos”.
“Un terrorista no es solamente alguien con un revolver o con una bomba,
sino también cualquiera que difunde ideas que son contrarias a la civilización occidental
cristiana” palabras del General Videla. 1
A pesar de todas las amenazas, desapariciones y secuestros entre otras
tantas cosas, muy lentamente pero se comenzaron a sentir algunas voces que expresaron
de diferentes maneras su desacuerdo. La sociedad comenzó paulatinamente a responder
primero con aislados intentos de resistencia, con búsquedas individuales, luego un
conjunto de organismos de defensa de los Derechos Humanos comenzaron a hacer
denuncias públicas en el país y en el exterior, la mayoría de estos organismos se crearon
como consecuencia directa de la brutal represión, otros ya tenían historia en nuestro
país.

1
Declaraciones realizadas al periódico ingles: “The Times”, Londres, 4 de enero de 1978.
Podemos citar algunas de las organizaciones defensoras de los derechos
humanos:
¾ La Liga Argentina por los Derechos del Hombre: que fue fundada en 1937
adoptando la declaración Universal de los Derechos Humanos como inspiración
fundamental.
¾ Familiares de Desaparecidos y Detenidos por Razones Políticas: se crea en
1976 con familiares que fueron encontrándose en las visitas a las cárceles o en diversos
juzgados, comisarías, Ministerio del Interior, etc.
¾ La Organización de Madres de Plaza de Mayo: comienza a reunirse desde
1977, ellas mismas relatan sus inicios en varios libros y folletos.
¾ Las Abuelas de Plaza de Mayo: se constituyen en octubre de 1977, tienen
como objetivo la búsqueda de los niños desaparecidos, nacidos en cautiverio o
secuestrados junto con sus padres, para restituirlos a su legítima familia.
La resistencia desde otros lugares de la sociedad no se hizo esperar, lenta, pero
firmemente se comenzaron a plantear críticas y denuncias. Y así encontramos
resistencias: desde el teatro, desde el rock, desde la literatura, desde la prensa en
general, sobre todo de algunos medios gráficos (que a diferencia de otros, no
simpatizaban con el régimen).
Algunas de las formas de resistencia que se vivieron en Santa Fe, desde el
Instituto Brown fueron propiciadas por un grupo de padres, al no estar de acuerdo con
lo que se proponía desde los cargos más altos de la institución.
Por ello nos parece importante recuperar las palabras de los entrevistados “S” y
“P”, que a la vez “S” fue uno de los padres que junto con otros provocaron el primer
movimiento de resistencia civil al Proceso en Santa Fe:
“Yo recuerdo cuando… la actitud de los chicos de secundario del Brown, de
rechazo a la intervención… Yo –ya cesanteado- participaba en un movimiento de padres,
en defensa de la escuela pública, focalizado en Brown. Brown era una sola institución,
se parte tal cual aparece ahora”.
N: “eso es en qué año..?”
“… ‘79 u ‘80… Porque la interventora que desplazó a G era la profesora R de
Ciencias Biológicas o Zoología, una personalidad gélida que a sí misma se cavó el repudio
manifiesto o encubierto de la ciudadanía porque hizo entrar a la policía, con los
estudiantes sentados en el patio… Y con el movimiento de un grupo de padres –entre
ellos estaba Jorge C, B , el veterinario, que tenían hijos acá… Estaba R… Y un señor que
es el papá de un muchacho que es concejal y que había sido Ministro de Educación de
la Revolución Libertadora en 56.
En esa época empezó la intención de atomización de Brown cuando era ministra
de educación la monja … Se ha vivido en la educación –desde mi óptica- en Santa Fe un
sordo conflicto entre lo privado y lo público, un larvado enfrentamiento…y en vez de
sumar esfuerzos, retacearse de un lado y de otro… y la pérdida es para todos. Recuerdo
que en el Centro Cultural Provincial el ministro que en esa momento era Carreras citó
los directivos de los tres niveles en el que había quedado convertido Brown, era G por el
terciario, R por el medio, y una maestra que había venido de Coronda… que se llamaba
la señorita Elda… buena persona… ligó esto para jubilarse, y bueno, enganchó… En el
Centro Cultural, haciendo un arco los padres, llenando la sala. Y este señor, S… un tipo
claro, interesante… Y nos reuníamos, los padres, V también, la mamá de una alumna…
Hay escritos, documentos, en El Litoral… Y cuando el Ministro dijo que “la educación era
como una nave que la y había que…” , cuando el Ministro empezó con esa
argumentación, ahí nos levantamos todos y nos fuimos. Quedó sólo en el escenario el
ministro y R.. Esas eran acciones de resistencia importante. Eso se documenta como el
primer movimiento de resistencia civil al Proceso en Santa Fe, originado en el conflicto
en Brown. Esto se puede consultar en los archivos de El Litoral. Yo no sé si nos dábamos
cuenta de los riesgos… o a pesar de los riesgos…”
P “ No nos dábamos demasiada cuenta o teníamos tanta fuerza que…”

Desde 1976, militares y colaboradores civiles visualizaron distintos niveles de


peligrosidad potencial en los espacios curriculares de todos los niveles de enseñanza.

La acción política de la Dictadura Militar en la educación

Apreciamos que la gestión educativa de la dictadura se propuso "resocializar" a los


argentinos y argentinas. Esta "resocialización" tuvo como punto de partida "un
ordenamiento disciplinar de alto contenido autoritario y oscurantista". En forma
explícita la educación fue planteada como instrumento para una formación
espiritualista, en desmedro de una formación científica.
Esta política educativa adquirió una dimensión represiva en el plano ideológico
pues apuntaba a destruir todas las formas de expresión vinculadas a las corrientes de
pensamiento en boga durante la década de los 60 y la primera parte de la década de los
70. Estos intelectuales (en muchos casos marxistas en sus múltiples variantes) habían
formado parte de organizaciones político partidarias o de nuevas formas de trabajo con
fuerte arraigo popular.
Para los represores no sólo era fundamental erradicar la presencia física de los
intelectuales, sino que se imponía evitar que sus contribuciones teóricas siguieran
"infiltrándose" en la escuela y la universidad. Una gran cantidad de productos culturales,
al igual que sus creadores, por acción de la dictadura se convirtieron en desaparecidos.
Desde el momento mismo del golpe, la Dictadura distribuyó en todos los espacios
culturales "listas negras" en las que figuraban actores, artistas, intelectuales y libros de
circulación prohibida. La elaboración de estas listas eran instrumentos para impedir la
distribución de una carga cultural considerada insegura para la sociedad. Mediante estas
medidas se instalaba una falsa dicotomía entre valores nacionales vs. valores apátridas
(los antivalores).
En el sistema educativo se presionó fuertemente para que todos sus integrantes
colaboraran activamente con la represión militar y al mismo tiempo se instaló un
sistema de represión interna con proscripciones, desplazamientos internos y hasta
cesantías. Mediante la intervención de las diferentes instituciones del sistema educativo
dependientes de la Nación, incluyendo a las universidades, todo quedó bajo las órdenes
directas del Ministerio de Educación. La gestión de R B al frente del Ministerio, tenía
como premisa restaurar el orden y asegurar el cumplimiento efectivo del proyecto del
bloque cívico militar en el poder.
Llevando esto al plano local, más bien institucional hubo profesores cesanteados;
algunos corrían el riesgo de que se le aplicara la Ley de Prescindibilidad; y
desaparecidos, unos por poco tiempo y otros que hasta el día de hoy no han sido
encontrados.
En este caso, en la entrevista que tuvimos con el entrevistado “S”, el fue
cesanteado y nos comentaba lo que le sucedió en el momento en que recibía la noticia;
con lujo de detalles y una memoria, estas son palabras textuales del entrevistado:
“S: Yo comencé a trabajar como docente primero reemplazando a Alicia C en el
área Taller de Expresión, siempre vinculado a la Plástica, en el ’74. En ese momento
Brown era una sola institución, con su nivel primario, su media y su profesorado. Yo
trabajaba alternativamente en la media y en profesorado a veces con reemplazo. En ese
año, más o menos, despedí a la primera promoción de maestras jardineras Era directora
la Profesora… Trabajé hasta que me dejaron cesante.”
N: Esto en qué año fue?
“Me comunicaron mi cesantía en una reunión… Primero mandaron un telegrama a
casa, yo trabajaba como empleado en la administración pública, siempre dependiente
del Ministerio de Educación, el 18 de noviembre de 1.976, yo estaba haciendo una torta
a mi hija que cumplía cuatro años. (Mi mujer tenía problemas de salud emergente de la
situación política del país…). Me acuerdo que hicieron una reunión plenaria, en ese
momento era director Rubén G. A mí me aplicaron la Ley de Prescindibilidad, que en
uno de sus artículos establecía que durante cinco años yo estaba inhibido para
desempeñarme en cualquier actividad pública vinculada con las instituciones culturales,
educativas y pedagógicas municipales, provinciales y nacionales. Es decir, podía
dedicarme a otra cosa, de hecho sobreviví de otras formas… La cuestión era política.
Yo tenía afinidades políticas, tengo una percepción política, creo que las personas
somos sujetos políticos de palabra, no somos ornamentos…”
N: volviendo a la institución, recordás a otros docentes que fueran cesanteados,
era ya una práctica común?
“Era una práctica común, en aquella época yo trabajaba en la Escuela
Universitaria de Profesorado que ahora es la Facultad de Humanidades y que entonces
funcionaba en calle 9 de julio. Yo ahí desaparecí en diciembre del 75, cuando fue
rectora interventora la Dr. M que hizo desaparecer algunas carreras y algunos cursos, y
recuerdo que convocaron a una reunión y Dina S, profesora de Lengua, hizo referencia
que estábamos viviendo una situación que narraba Beltroch Brech: “vinieron a mi
puerta, pero como no…” Eso, y así se sucedió. Dependía de Paraná en ese entonces y
tuvimos una reunión en la Facultad de Humanidades, y Griselda T, y Laura E y … Susana
de M… hicieron un cuestionamiento en rectorado, y bueno… de alguna manera nos
fueron retirando. En esta institución recuerdo aplicaron la Ley de Seguridad Nacional, a
Osvaldo C que era compañero y colega, a Aníbal C, a … éramos varios, la Ley de
Seguridad Nacional era una condena a muerte próxima, ellos consiguieron por vínculos o
referencias que cambiaran la Doctrina de Seguridad Nacional que era algo terrible por la
de Prescindibilidad…”
Luego de haber transcurrido; los cinco años que la Ley de Prescindibilidad
determinaba de inhibición para desempeñarse en cualquier actividad pública, los
docentes debían comenzar todo desde cero; en sus carpetas no figuraba nada
(antigüedad). Los cargos que éstos tenían ya no eran de ellos, podían ser de cualquiera,
algunos podían llegar a reclamarlo, pero nadie les hacia caso.
Citamos a continuación palabras de los entrevistados, referidas a lo
anteriormente comentado:
S: “Yo recuerdo que en marzo del 82 –ya habían pasado los cinco años- las horas
ya se habían perdido, nunca las reintegraron, y empecé otra vez con mi carpeta a
reinscribirme… todo de nuevo. Se Perdía todo. Y después era el conflicto: los que
vinieron y tenían las horas… “y usted tiene mis horas”…
P: “Bueno ahí también es cuando empieza toda la disgregación, la corriente
individualista, el yo me salvo…”
S: Sí, así fue…”
El plan de acción en la educación de este bloque fue explicitado tempranamente.
El 25 de marzo de 1976 la Junta de Comandantes dio a conocer los "propósitos y
objetivos básicos para el Proceso de Reorganización Nacional", uno de sus objetivos era
la "conformación de un sistema educativo acorde con las necesidades del país, que sirva
efectivamente a los objetivos de la Nación y consolide los valores y aspiraciones
culturales del ser argentino".
En este sentido, la institución escuela era convocada a luchar por el reaseguro de
la libertad y seguridad de la sociedad toda. Para hacer frente al caos en el que, según la
perspectiva de la Junta, estaba inmerso el país antes del golpe, el aporte fundamental
de los maestros y profesores debía ser el de transmitir contenidos vinculados con las
tradiciones del mundo occidental y cristiano.
Cabe acotar que, fundamentalmente en los dos primeros años de gestión de la
dictadura primaba la idea de que tanto la escuela como la familia eran los objetivos
predilectos de la "subversión" para su destrucción.
BIBLIOGRAFÍA

En Revista SUTEBA – CTERA – CTA. Edición Especial del Periódico de la Secretaría de


Derechos Humanos: “La memoria funda el mañana”. 2005
“Nunca Más” – Informe de la Comisión Nacional sobre la Desaparición de personas. –
CONADER – Editorial Eudeba – 6ª Edición, Buenos Aires, Argentina, 2003.
Dussel, I, Finocchio, S y Gojman, S “Haciendo memoria en el país del nunca más”..
Editorial Eudeba. Buenos Aires, 1997.
ANEXO
Fragmento de la entrevista realizada durante el segundo cuatrimestre de 2006 a
dos profesores que se desempeñaban como docentes durante la última dictadura en el
ISP N°8
Abreviaturas utilizadas
S: docente entrevistado
P: docente entrevistada
Na: alumna entrevistadora 1
N: alumna entrevistadora 2
Comentario: Se consigna solamente la inicial del apellido de las personas mencionadas
para preservar su identidad.

S: Yo comencé a trabajar como docente primero reemplazando a Alicia C en el área


Taller de Expresión, siempre vinculado a la Plástica, en el ’74. En ese momento Brown
era una sola institución, con su nivel primario, su media y su profesorado. Yo trabajaba
alternativamente en la media y en profesorado a veces con reemplazo. En ese año, más
o menos, despedí a la primera promoción de maestras jardineras Era directora la
Profesora… Trabajé hasta que me dejaron cesante.
N: Esto en qué año fue?
S: Me comunicaron mi cesantía en una reunión… Primero mandaron un telegrama a casa,
yo trabajaba como empleado en la administración pública, siempre dependiente del
Ministerio de Educación, el 18 de noviembre de 1.976, yo estaba haciendo una torta a mi
hija que cumplía cuatro años. (Mi mujer tenía problemas de salud emergente de la
situación política del país…). Me acuerdo que hicieron una reunión plenaria, en ese
momento era director Rubén G. A mí me aplicaron la ley de prescindibilidad, que en uno
de sus artículos establecía que durante cinco años yo estaba inhibido para
desempeñarme en cualquier actividad pública vinculada con las instituciones culturales,
educativas y pedagógicas municipales, provinciales y nacionales.
Es decir, podía dedicarme a otra cosa, de hecho sobreviví de otras formas… La cuestión
era política.
Yo tenía afinidades políticas, tengo una percepción política, creo que las personas somos
sujetos políticos de palabra, no somos ornamentos…
N: En relación a esto, vos estas militando además de ejercer la docencia?
S: Yo era empleado administrativo en la división de Cultura de Provincia. En aquella
época yo pertenecía o estaba vinculado a grupos relacionados con el mundo de la
cultura, que siempre han sido los piojosos, los pobre, los marginales de todo movimiento
político, pesaban otras historias… pero recuerdo, yo me vinculaba con Marta D, Chocho
G, Beatríz M… gente que pertenecía aquí… referentes de este lugar. Uno apostaba por
una cultura nacional o popular, hacia visitas guiadas en exposiciones de los gremios y
unidades básicas para marginales, jubilados, y en lo barrios… Y cuando había esas
asambleas o mitines, yo opinaba, daba mi opinión…Eso me valió que me declararan
“molesto”. Bastaba con mucho menos…
P: Bastaba que te relacionaran con alguien…
S: Ya en noviembre-diciembre del 75 la AAA ya pesaba en Santa Fe… nos llamaban a
cualquier hora. Hacíamos las denuncias y se nos reían en la cara…
N: volviendo a la institución, recordás a otros docentes que fueran cesanteados, era ya
una práctica común?
S: Era una práctica común, en aquella época yo trabajaba en la Escuela Universitaria del
Profesorado que ahora es la Facultad de Humanidades y que entonces funcionaba en
calle 9 de julio. Yo ahí desaparecí en diciembre del 75, cuando fue rectora interventora
la Dr. M. que hizo desaparecer algunas carreras y algunos cursos, y recuerdo que
convocaron a una reunión y Dina S, profesora de Lengua, hizo referencia que estábamos
viviendo una situación que narraba Bertolt Brecht: “vinieron a mi puerta, pero como
no…” Eso, y así se sucedió. Dependía de Paraná en ese entonces y tuvimos una reunión
en la facultad de Humanidades, y Griselda T, y Laura E y … Susana de M… hicieron un
cuestionamiento en rectorado, y bueno… de alguna manera nos fueron retirando. En esta
institución recuerdo aplicaron la Ley de Seguridad Nacional, a Osvaldo C que era
compañero y colega, a Aníbal C, a … éramos varios, la Ley de Seguridad Nacional era una
condena a muerte próxima, ellos consiguieron por vínculos o referencias que cambiaran
la doctrina de seguridad nacional que era algo terrible por la de Prescindibilidad…
Na: Qué pasó con los alumnos?
S: Sí… con los alumnos hubo, digamos un “fichaje” y sobre todo la militancia era muy
fuerte en la Escuela Universitaria de Profesorado, yo recuerdo haber acompañado
movilizaciones estudiantiles hasta el patio de rectorado…Y recuerdo un muchachito que
era delegado, y unas compañeras que son desaparecidos, que no sé si eran de FAR o
Montoneros, uno nunca sabía a fondo dónde militaban, pero la gente joven, más joven
que uno vivía las cosas más riesgosamente… y una de las chicas Mónica, que es a quién
yo le he dedicado una de mis pinturas, desaparecida, trabajaba en el mismo taller, era
ayudante o… Una pintura titulada “Buscando a Mónica”.
…………………………………………………………………………………
Yo siempre estuve vinculado con el peronismo, con mayor cercanía con menor cercanía,
siempre con una mirada más apasionada o desangelada, con una percepción crítica en el
sentido de… lo mío tenía que ver con la experiencia de la vida vivida en la pobreza muy
marcada de la infancia en los 40, y lo que significó el gobierno de Perón en la primera y
segunda etapa, marcaron una salida familiar, de mis padres, la posibilidad de una casa,
la posibilidad de un trabajo, de salud… entonces esas cosas en mi infancia calaron muy
profundo. Y siempre me sentí muy vinculado a la cuestión de la justicia equitativa, y no
termino de entender la injusticia distributiva, no termino de entenderla porque… porque
cualquier persona tiene derecho a aspirar a la mejor calidad de vida, pero yo no
encuentro razones cuando alguien me dice gano $500.000 mensuales… no entiendo, no lo
puedo procesar, yo admito que es una limitación mía
P: Yo creo que de la etapa que nos tocó vivir, y formarnos. En esa etapa nosotros
creíamos firmemente que las cosas iban a cambiar, íbamos a poder evolucionar, no
todos pensábamos que a sangre y fuego, pero teníamos la convicción de que era posible,
y realmente uno se sentaba y pensaba “¿y cómo voy a hacer cuando yo comparta mis
cosas?”. Yo lo pensaba seriamente, creo que había una convicción en la década del 60,
no, maravillosa…
S: En la Universitaria yo recuerdo que se discutía con el equipo docente, cuando alguien
estaba con dificultades, socializar los sueldos…
P: Seguro, o donar un sueldo… trabajar en una escuela y donar horas.
S: Eso formaba parte de una lógica natural, no en una cosa de predestinados… esto que
dice “P” es cierto, uno sentía –pero no como una argumentación verbal- sino como una
percepción profunda de que el mundo podía cambiar. Y que uno podía mejorarlo,
superarlo.
P: En ese momento había una cosa de cambio, fuerte, real. Y eso creo que es lo que nos
permitió a muchos, que sobrevivimos por distintas razones, por distintas opciones
personales, seguir luchando y no claudicar. Y siempre pensar de que es posible pese a…
S: Y yo lo sigo pensando, sí…
P: Yo lo sigo pensando, y creo que lo voy a pensar hasta la muerte, porque eso fue lo
que me armó…
S: En este sentido creo que el docente es sujeto que tiene en sus manos la capacidad de
trasmitir, de construir la fuerza de la palabra y del argumento, es decir, del
conocimiento que cambia la sociedad, es una responsabilidad social, y es una
convicción… Frente a la realidad uno es cómplice o construye una cosa nueva… sino es
cómplice por comodidad. No hay término medio…
P: No hay término medio, eso nos quedó claro… Que por omisión uno tiene una posición.
Esa idea que después, desgraciadamente, el proceso y todas las secuelas, la desdibujó.
Soy yo, mi vida, mi casa, si no me pasa.
Na: Esto ya lo notaron durante la dictadura, hubo un cambio repentino en la
solidaridad?
S: fue una cuestión progresiva.
P: sí, fue progresiva. Porque los núcleo que, digamos, estábamos trabajando en algo,
(yo también como él, no estaba ligada personalmente a un partido político, pero sí tenía
una posición política clara en el sentido de reparto, la justicia, además había hecho
opciones fuertes dónde trabajar… Trabajé mucho tiempo en Cristo Obrero…Estaba el
Padre Catena, nos formamos bastante con él, entonces ahí había todo un trayecto.
Entonces sobre lo que uno iba optando lo hacía tranquilo y seguro de que ahí tenía que
estar. Cuando se hacían opciones se hacían a fondo…
S: Yo recuerdo cuando… la actitud de los chicos de secundario del Brown, de rechazo a
la intervención… Yo –ya cesanteado- participaba en un movimiento de padres, en
defensa de la escuela pública, focalizado en . Brown era una sola institución, se parte
tal cual aparece ahora.
N: eso es en qué año..?
S:’ 79 u ‘80… Porque la interventora que desplazó a Greco era la profesora R de
Ciencias Biológicas, una personalidad gélida que a sí misma se cavó el repudio
manifiesto o encubierto de la ciudadanía porque hizo entrar a la policía, con los
estudiantes sentados en el patio… Y con el movimiento de un grupo de padres –entre
ellos estaba Jorge C, B? el veterinario, que tenían hijos acá… Estaba R… Y un señor que
es el papá de un muchacho que es concejal , y que había sido ministro de educación de
la Revolución Libertadora en 56. En esa época empezó la intención de atomización de
Brown cuando era ministra de educación la monja (¿)… Se ha vivido en la educación –
desde mi óptica- en Santa Fe un sordo conflicto entre lo privado y lo público, un larvado
enfrentamiento…y en vez de sumar esfuerzos, retacearse de un lado y de otro… y la
pérdida es para todos. Recuerdo que en el Centro Cultural Provincial el ministro que en
esa momento era Carreras citó los directivos de los tres niveles en el que había quedado
convertido Brown, era el señor G. por el terciario, R. por el medio, y una maestra que
había venido de Coronda… que se llamaba la señorita Elda… buena persona… ligó esto
para jubilarse, y bueno, enganchó… En el Centro Cultural, haciendo un arco los padres,
llenando la sala. Y este señor, S.… un tipo claro, interesante… Y nos reuníamos, los
padres, V. también, la mamá de una alumna… Hay escritos, documentos, en el Litoral…
Y cuando el ministro dijo que “la educación era como una nave que la y había que…” ,
cuando el ministro empezó con esa argumentación, ahí nos levantamos todos y nos
fuimos. Quedó sólo en el escenario el ministro, y R.. Esas eran acciones de resistencia
importante. Eso se documenta como el primer movimiento de resistencia civil al Proceso
en Santa Fe, originado en el conflicto en Brown. Esto se puede consultar en los archivos
de El Litoral. Yo no sé si nos dábamos cuenta de los riesgos… o a pesar de los riesgos…
P: No nos dábamos demasiada cuenta o teníamos tanta fuerza que…
S: Yo recuerdo que en marzo del 82 –ya habían pasado los cinco años- las horas ya se
habían perdido, nunca las reintegraron, y empecé otra vez con mi carpeta a
reinscribirme… todo de nuevo. Se Perdía todo. Y después era el conflicto: los que
vinieron y tenían las horas… “y usted tiene mis horas”…
P: bueno ahí también es cuando empieza toda la disgregación, la corriente
individualista, el yo me salvo…
S: Sí, así fue…
P: y el “por algo será”, y “algo habrá hecho”… Y esto va calando, calando, calando… Y
los padres se empiezan a desesperar por que los chicos no se metieran en nada, como se
metían, en el centro de estudiantes y demás… Yo te compró lo que querés, y te
soluciono lo que querés… Y fue una caída. Yo estaba en la Universidad Católica en esa
época y vi a lo largo de pocos años la caída en la cuestión del pensamiento crítico, no a
lo mejor en lo intelectual… Nosotros en la Católica veníamos de mucha lucha anterior al
Proceso, yo venía de una huelga de hambre del 68, del Onganiato, que quebró la ciudad
en dos… Nosotros estábamos en Letras, y la universidad subió el arancel, y Letras que
era muy combativa con el centro de estudiantes, del que yo formaba parte con mi
marido, le decimos que no… que no lo vamos a aceptar… Entonces la doctora nos da 48
horas –ella, como decana, ni siquiera como rectora- para que ratificáramos o
rectificáramos la medida, y si no cerraba Letras. Dijimos que no, ratificamos y cerró
Letras, y se le plegó todo el mundo menos dos profesores o tres… Uno fue Ricardo A (que
murió hace poquito), y otra Aída C (¿)… y los demás se le plegaron, entonces ahí empezó
una lucha terrible para la reapertura de letras que desembocó en una huelga de hambre

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