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EL MUNDO DE SOFÍA

Texto del CDROM basado en el libro de Jostein Gaarder


MITOS
Los mitos son relatos tradicionales, frecuentemente sobre dioses o criaturas del reino
animal, que pretenden explicar por qué el mundo es como es. Los pueblos de todos los
tiempos y culturas se han topado con una vida llena de misterios: cómo empezó el mundo, por
qué se mueve el sol por el cielo, qué hace que las cosas crezcan, por qué las plantas mueren
en invierno y renacen en primavera, por qué hay terremotos, dónde van las personas cuando
mueren, etc.
Intentando encontrar una explicación a cuestiones como éstas, los diferentes pueblos
han ido creando vistosos cuentos que llegaron a convertirse en parte fundamental de sus
culturas. Y las respuestas a las difíciles preguntas de la vida fueron pasando de generación en
generación en forma de mitos. Incluso se podían encontrar similitudes entre las leyendas de
sociedades muy diferentes, como entre la mitología griega y nórdica, respecto a los temas
universales, como la vida después de la muerte y el origen del mundo.
Los mitos eran algo más que simples historias narradas. Cada cultura tenía sus propios
actos religiosos o ritos asociados a los mitos. éstos podían abarcar desde la escenificación de
leyendas famosas hasta el ofrecimiento de sacrificios a los dioses para recibir a cambio algún
tipo de bendición, como una buena cosecha o una victoria en una batalla.
Las explicaciones mitológicas del Universo son diferentes a las dadas por la filosofía, las
cuales se basan en la experiencia y en la razón. Los filósofos griegos buscaron explicaciones
naturales, no sobrenaturales. Creían que los mitos nunca nos llevarían al verdadero
conocimiento de la realidad y criticaban las narraciones de Homero porque asociaba a los
dioses los mismos errores que a los seres humanos.
Mitología griega
Antes de que aparecieran los primeros filósofos de la Antigua Grecia, la imagen
predominante del mundo era la mitológica. ésta se iba enriqueciendo a través de los siglos y
era trasmitida de generación en generación. La mitología griega fue completamente
desarrollada hacia el 700 a. de C., cuando Homero y Hesíodo dejaron escritas varias
colecciones de mitos, siendo las más famosas La Ilíada y La Odisea, de Homero.
Algunas de las posibles explicaciones al desarrollo de la mitología griega sería que los
dioses representaban fenómenos naturales, como la luna o el sol, o la existencia de unos
héroes a los que se glorificaba. Los dioses griegos se asemejaban a los humanos en su forma.
Además, mostraban sentimientos humanos, a veces llegándose a mostrar tan egoístas como
cualquier mortal. Sus narraciones son de una "época heroica", cuando los hombres y mujeres
tenían extraordinarios poderes. Y, como en la mayoría de las culturas, presenta mitos que
explican la creación del universo y de la humanidad.
Los dioses más importantes eran Zeus, las divinidad suprema, y su esposa Hera, Atenea,
diosa de la sabiduría; Artemisa, la diosa de la caza y de la luna, y su hermano Apolo; Afrodita,
la diosa del amor; Dionisio, el dios del vino y el placer; Hermes, el mensajero de los dioses.
Los rituales que involucraban a los dioses eran un aspecto importante del modo de vida de la
Antigua Grecia, aunque las creencias y prácticas variaban bastante, pues no había una
estructura formal ni organización religiosa.
Mitología nórdica
Los vikingos eran los antepasados de lo que hoy son los modernos escandinavos:
noruegos, suecos y daneses. Los vikingos plasmaban en su mitología la constante lucha entre
el bien y el mal ("las fuerzas del caos") en la Tierra mediante relatos de batallas entre los
dioses, los cuales intentaban mantener el orden en la Tierra, y los poderes malignos, que
intentaban destruirla. Estas luchas de buenos y malos mantenían el Universo equilibrado. El
jerarca era el dios Odín, dios de la guerra también asociado a la sabiduría, la poesía y la
magia. Otras deidades importantes eran Freya, la mujer de Odín, y su hijo Tor, el dios del
trueno.
El árbol de Igdrasil
Los vikingos creían que el mundo estaba formado por muchas capas. Estas capas
permanecían unidas gracias a un enorme fresno o tejo, llamado Igdrasil, que crecía desde las
profundas tinieblas hasta los cielos. Igdrasil era el perpetuo árbol de la vida, el tiempo y el
universo. Alzándose hacia el cielo se encuentra la rama más larga, la llamada Lerad. Encima
de ella hay encaramada un águila, vigilando todos los incidentes del mundo que tiene debajo e
informando de ellos a Odín. También viven en el árbol, además del águila, cuatro ciervos y una
ardilla. En las profundidades de la tierra, un dragón y unos gusanos roen maliciosamente las
raíces del árbol, pues saben que la muerte de Igdrasil supone la caída de los dioses.
En medio del cosmos se encontraba el Midgard, donde vivían los animales y las plantas.
El Midgard estaba rodeado por el mar, detrás del cual se extendían las montañas de la región
de Jotunheim, tierras de los pérfidos gigantes, que recurrían a todo tipo de argucias para
destruir el mundo. En la mitología nórdica, como en tantas otras culturas, las personas se
encontraban con un precario equilibrio entre las fuerzas del bien y las fuerzas del mal.
Åsgard era la morada de los dioses, a la que se podía llegar solamente cruzando el
puente Bifrost, el arco iris. En el Åsgard se encontraba el palacio de Valhala, donde pasaban su
tiempo batallando y festejando los guerreros muertos en batalla, en espera que llegue el día
en que tengan que luchar por sus dioses contra los poderes de la oscuridad. Después de morir,
todo aquel que no fuera al Valhala iba al Niflheim, un frío y nebuloso submundo, donde
permanecería durante toda la eternidad. En otra de las partes de los infiernos se encuentra la
morada del gigante de fuego Surtur, que espera junto con el resto de dioses malignos el día en
que consigan ascender y destruir el mundo.
Tor
Tor, hijo de Odín y dios del trueno, fue el dios más fuerte y uno de los más importantes
de la mitología nórdica (escandinava). Se creía que Tor viajaba por el cielo en un carro tirado
por dos machos cabríos. Cuando agitaba su martillo, había truenos y rayos. La palabra
noruega "thor-døn" (truenos) significa "ruidos de Tor". Cuando Tor agitaba su martillo, como
hemos dicho, había truenos y rayos. Y cuando hay truenos y rayos suele llover. Así, la
explicación mitológica a la lluvia era que Tor agitaba su martillo. Y cuando llovía, todo crecía
bien en el campo, por lo que se le acabó venerando como el dios de la fertilidad, vital para la
comunidad agrícola. Tor era particularmente popular entre los campesinos.
Pero Tor también era un personaje central en las continuas batallas entre los dioses y sus
enemigos, representados por las fuerzas del caos en la existencia humana. Su martillo tenía
poderes especiales y era un arma clave en las luchas, pues podía matar a muchos y,
seguidamente, regresar a sus manos, como si fuera un bumerán. Se han contado numerosas
historias sobre la muerte por Tor de gigantes y monstruos, como la serpiente del Midgard.
Se creía que los mortales no deberían esperar que los dioses intervinieran para evitar
desastres como una sequía o plaga. En vez de eso, deberían actuar por sí mismos realizando
diferentes ritos y ceremonias. En particular, los sacrificios a los dioses aumentaban su poder,
dándoles más fuerza para conquistar las fuerzas del mal. Los mortales podían conseguir este
efecto sacrificando un animal a un dios. El ofrecimiento que se solía hacer a Tor era una cabra,
mientras que el que se solía hacer a Odín podía llegar a ser un ser humano.
Orión
Orión era un gigante de la mitología griega, tan enorme que podía andar por las
profundidades marinas sin mojarse el pelo de la cabeza. Orión era hermoso y un cazador
famoso. Se dice que se enamoró de una doncella, la hija de un rey, y ayudó a su padre a
limpiar la isla de las peligrosas bestias salvajes. Orión pidió la mano de su amada, a lo cual se
negó el rey. En un ataque de borrachera, Orión intentó raptar a la doncella, por lo que su
padre tuvo que invocar al dios Dionisio, que cegó al gigante. Siguiendo el consejo de un
oráculo, Orión viajó hacia el este y dejó que los primeros rayos del sol naciente entraran por
sus ojos. Recuperó la vista y se marchó a Creta a vivir con Artemisa, la diosa de la caza.
Orión fue asesinado por Escorpio, el escorpión. Existen varias versiones sobre su muerte.
Unos dicen que Artemisa envidiaba las artes de Orión con el arco y envió al escorpión para que
le picara. Otros dicen que Orión violó a Artemisa y la diosa (que en algunas versiones era la
hermana de Apolo) vengó el ataque. Incluso hay otras versiones que afirman que Artemisa
estaba enamorada de Orión y que el celoso Apolo hizo que el escorpión matara al amante de
su hermana. Pero en lo que todos concuerdan es en que, después de la muerte de Orión, éste
fue puesto en el cielo en forma de constelación, como lo fue Escorpio, que siempre perseguirá
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al cazador a través de los cielos. Algunos dicen que Artemisa puso a Orión en el cielo por su
amor, aunque otros afirman que fue para recordar a los mortales que los dioses eran celosos y
vengativos.
Deméter
La leyenda de la diosa de la fertilidad, Deméter, y su hija Perséfone es uno de los mitos
griegos más antiguos, siendo particularmente importante para los atenienses. Cuando
Perséfone fue raptada por Hades, el señor de los infiernos, el dolor de Deméter fue tan grande
que se olvidó de la tierra. Las plantas no crecían y el hambre devastaba las tierras, mientras
Deméter vagaba descalza y hambrienta por el mundo en busca de su hija. Zeus, el rey de los
dioses, intervino para salvar a la humanidad de su extinción y persuadió a Hades para que
devolviera a Perséfone a su madre. Decretó, sin embargo, que Perséfone debería volver a
Hades cuatro meses al año. Durante esos meses, Deméter convertía la tierra en un sitio frío y
estéril, por lo que su pena, se creía, era la causa de que apareciera el invierno. Cuando volvía
Perséfone de nuevo con su madre, Deméter, en su alegría, hacía que la tierra volviera a la vida
y que las plantas empezaran a crecer. ésta era la razón por la que aparecía la primavera.
Los griegos representaban este mito ritualmente. Descalzos y hambrientos como
Deméter, hacían una peregrinación, recorriendo los templos de la diosa, donde participaban en
rituales secretos. Inicialmente, éstos se realizaban para asegurarse una primavera generosa.
Hacia el cuarto siglo a. de C., sin embargo, los griegos empezaron a interpretar la leyenda
como algo más que una explicación a la aparición de las estaciones y la celebración de la
primavera. Creían que Perséfone bajaba a las profundidades de la tierra como una semilla y
que cada primavera renacía, venciendo a la muerte. Postreramente, se creía que los rituales
asociados con Deméter permitían que las almas renacieran después de la muerte, como
Perséfone.
Enlaces
Filósofos relacionados:
Destino - Fe en el destino: para la superstición fatalista que subyace en muchos mitos.
Filósofos de la naturaleza - Cambios naturales: para la sustitución de los mitos.

Historia:
Antigua Grecia - Perspectiva: para la religión griega.
Siglo XIX - Cultura: para lo cuentos populares.
Antigua Grecia - Perspectiva
El periodo clásico de la Antigua Grecia alcanzó su apogeo en Atenas aproximadamente en
el año 450 a. de C. y duró hasta el reinado de Alejandro Magno al final del siglo IV a. de C. Fue
un periodo de extraordinarios logros intelectuales, culturales y artísticos que iban a influir
notablemente en el desarrollo de la civilización occidental. El alcance de esta influencia es casi
ilimitado, afecta a todos los aspectos de la existencia humana incluyendo la filosofía, la
política, las matemáticas, el teatro y la arquitectura. Palabras como política y democracia,
historia y economía, biología y física, matemáticas y lógica, teología y filosofía , ética y
sicología proceden de este periodo.
Estas perdurables contribuciones al progreso humano se originaron en un mundo cuyas
fronteras eran mucho más pequeñas que las que conocemos hoy. La visión que los antiguos
griegos tenían del mundo que les rodeaba podemos verla en los mapas del historiador
Heródoto. Estaban familiarizados con el Mediterráneo debido al comercio y a los
asentamientos, especialmente en Sicilia y el sur de Italia, pero su conocimiento del interior era
relativamente limitado. Ellos conocían que tras Gibraltar estaba el Atlántico, pero tenían poca
idea de la superficie total del océano. Heródoto también relató un viaje por áfrica pero, al
contrario que con otras regiones, fue incapaz de ofrecer detalles de sus gentes, plantas o
animales.
Las griegos también desarrollaron un concepto del sistema solar que, aunque basado en
un error fundamental, iba a prevalecer en la astronomía europea durante casi dos mil años.
Según Platón, que estaba influenciado por los seguidores de Pitágoras, la tierra era una esfera
alrededor de la cual el sol, la luna y los planetas giraban. Más tarde, Tolomeo desarrolló esta
teoría en el periodo helenístico, y no fue hasta el siglo XVI cuando el concepto heliocéntrico del
universo surgió como un serio reto a las viejas ideas.
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En Grecia durante muchos siglos se desarrolló una religión basada en relatos sobre los
dioses heredados de generación en generación. Entre los dioses más importantes estaban
Zeus, el dios padre, su mujer Hera, Atenea, Artemisa y Apolo. A pesar de sus poderes
sobrenaturales, eran esencialmente humanos en cuanto a forma y comportamiento; esta
tendencia a humanizarles encontró su máxima expresión en el arte y la cultura de la Grecia
clásica. Filósofos e intelectuales podían no creer en los dioses, pero la mayor parte de la
población aparentemente lo hacía, y durante el periodo clásico existía todavía un considerable
respeto por la religión tradicional. En el año 399 a. de C. Sócrates fue condenado a muerte por
su actitud impía hacia estos dioses, una víctima propiciatoria tras la derrota de Atenas en la
gran guerra contra Esparta (Guerra del Peloponeso).
Posiblemente el legado más duradero de la civilización griega haya sido la democracia
que se desarrolló en Atenas, con asambleas populares y tribunales de justicia. Se convirtió en
esencial para los atenienses dominar el arte de la oratoria para convencer a sus conciudadanos
de sus argumentos políticos. Educación, grupos de debate y escuelas de filosofía proliferaron a
medida que los atenienses se implicaban en los procesos políticos. Aunque en Atenas la
democracia estaba al alcance de menos de la mitad de la población, pues las mujeres y los
esclavos estaban excluidos, sembró las semillas de las moderna democracia que conocemos
hoy en día.
Ver también:
Helenismo y Roma - Descubrimientos: para la visión del universo, Tolomeo.
Renacimiento - Perspectiva: para un repaso de la cultura clásica, una visión del universo.
época barroca - Perspectiva: para la visión del universo.
Sócrates - La vida de Sócrates: para el procesamiento de Sócrates.
Mitos - Mitología griega: para la religión griega.
Antigua Grecia - Política
Los griegos inventaron la política tal como la conocemos hoy en día. Crearon
instituciones para debatir los asuntos de la comunidad y decidir posibles actuaciones. Incluso
el vocabulario del debate político es griego: "política" por ejemplo procede de la palabra griega
polis, que significa ciudad, y "democracia" de los términosdemos, o pueblo, y cracia, o
soberanía; es decir, soberanía del pueblo.
La Antigua Grecia estaba dividida en distintas ciudades-estado que compartían la
lengua , la religión y la cultura pero se diferenciaban enormemente en su experiencia política.
Los conceptos de monarquía, democracia y oligarquía (forma de gobierno en la cual el poder
supremo es ejercido por un reducido grupo) proceden de la Antigua Grecia.
Entre las ciudades importantes Esparta era una oligarquía, aunque en el grupo dirigente
existían reyes hereditarios; mientras que Atenas tenía el gobierno más democrático,
alcanzando su máxima expresión bajo el liderato de Pericles en el siglo V a. de C. Las
decisiones políticas en Atenas se tomaban por votación mayoritaria de todos los ciudadanos
varones. Actualmente, la exclusión de las mujeres, esclavos y extranjeros podría parecer
primordial, aún así en el contexto de su época los logros atenienses continúan siendo
extraordinarios
El periodo clásico en la Antigua Grecia comienza en el siglo V a. de C. con el rechazo de
dos invasiones persas. A mediados de este siglo se produjo el mayor desarrollo de la
civilización ateniense. Durante este periodo se construyó el Partenón, los grandes dramaturgos
escribieron y representaron sus obras y el debate filosófico floreció encabezado por Sócrates.
La supremacía política de Atenas, sin embargo, duró poco. Atenas construyó un imperio
sostenido en parte por ciudades débiles que pagaban por la protección contra la amenaza
persa. Cuando esta amenaza disminuyó, Atenas hizo uso del dinero para mantener su poder,
adoptando represalias contra las ciudades que se negaban a pagar. El resentimiento aumentó
y condujo a una alianza de las ciudades más pequeñas contra los atenienses. Esto condujo,
finalmente, a las Guerras del Peloponeso en las cuales Atenas y Esparta, con sus respectivos
aliados, lucharon durante muchos años. La derrota de Atenas en el año 404 a. de C. supuso el
triunfo inicial de Esparta, pero más tarde Esparta fue amenazada por la oposición de los
estados vecinos.

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El periodo clásico de Grecia terminó alrededor del año 335 a. de C. con la subida al poder
de Alejandro Magno, el rey de una región del norte, Macedonia. En diez años Alejandro iba a
conquistar Persia, Siria y Egipto antes de marchar a Oriente hacia la India, donde sus tropas se
negaron a ir más lejos. Como entidad política el imperio de Alejandro no sobrevivió a su
muerte, pero sus conquistas llevaron la cultura griega al mundo conocido.
Ver también:
Helenismo y Roma - Perspectiva: para la repercusión cultural de las conquistas de
Alejandro Magno.
Helenismo y Roma - Política: para la repercusiones políticas de las conquistas de
Alejandro Magno.
La Edad Media - Política: para el aumento de asambleas representativas.
Renacimiento - Sociedad: para las ciudades-estado en la Italia Renacentista.
época barroca - Política: para la monarquía absoluta, declive de instituciones
representativas en la mayor parte de Europa.
Siglo XIX - Sociedad: para el aumento de la democracia en Europa .
Antigua Grecia - Economía
La palabra griega "economía" procede de la palabra griega usada para "casa", y para
mucha gente la granja familiar era el centro de la vida económica. La sociedad griega se
basaba principalmente en una sencilla economía agrícola. La productividad de esta economía
agrícola estaba condicionada por la naturaleza del suelo, la geografía y el clima.
El territorio griego estaba formado por estrechos valles que se abrían al mar separados
por cadenas montañosas. La comunicación era difícil entre estos valles lo que propició la
independencia de cada ciudad-estado. Viajar por mar era una alternativa más fácil que por
tierra , y el comercio marítimo con otras ciudades-estado y otros países mediterráneos era
vital. La mayoría de las ciudades importantes eran puertos, aunque algunas se desarrollaron
alrededor de centros de culto.
Esparta y Atenas, las dos grandes ciudades-estado se desarrollaron por muy diferentes
caminos económicos. La sociedad espartana era eminentemente agrícola, basada en el trabajo
de una inmensa población de siervos esclavos ligados a la tierra. Lo importante era la
intervención del estado y el igualitarismo al estilo militar más que la riqueza hereditaria, y no
se permitía la aparición de ningún grupo de comerciantes. Cuando se empezó a usar el dinero
en el resto de Grecia alrededor del año 600 a. de C. a los espartanos se les permitió usar
únicamente una moneda de hierro de uso interno.
Las granjas atenienses las dirigían los ciudadanos y las trabajaban familiares y esclavos.
Además, Atenas tenía un importante comercio y poder marítimo, con una floreciente economía
mixta que le convirtió en la más rica de las ciudades griegas. Las exportaciones atenienses
incluían barcos y cerámica decorativa muy valorada. En cambio la ciudad importaba cereales,
armas y caballos.
El descubrimiento de la plata al final del siglo VI a. de C. aumentó la riqueza ateniense.
Era extraída por esclavos que vivían en pozos a 500 metros bajo tierra o trabajaban en la
superficie encadenados. En particular, los niños esclavos eran muy apreciados por su agilidad
en los túneles pequeños. El hecho de que Sócrates, un crítico atrevido de la sociedad
ateniense, no condenara esta práctica acentúa la realidad conocida de que la esclavitud era
admitida no sólo en Grecia sino en todo el mundo antiguo. Cada aspecto de la sociedad estaba
organizado bajo la suposición de que debía ser sustentado por esclavos, y así iba a
permanecer en casi todas partes durante siglos.
Ver también:
La Edad Media - Economía: para los esclavos ligados a la tierra en el sistema feudal.
época barroca - Económicas: para el comercio de esclavos.
Antigua Grecia - Sociedad
La civilización griega no surgió de un único estado unificado sino de numerosas ciudades-
estados que compartían la lengua y la cultura y que se diferenciaban considerablemente en el
desarrollo político y social. Un ejemplo de esta diversidad es el contraste entre Atenas y su
importante rival Esparta.

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Más que por sus logros intelectuales o culturales Esparta era conocida por su sociedad
conservadora y estrictamente estructurada en la cual las virtudes militares representaban el
ideal. En Atenas, se le rendía honor a la familia, monógama y nuclear, y era respetada como
base del estado. Por el contrario en Esparta, la familia fue anulada, a los niños se les separaba
de los padres a una corta edad y eran educados en un estricto régimen de entrenamiento físico
y disciplina mental. Todos los ciudadanos varones de Esparta servían en el ejercito y, aunque
el matrimonio estaba permitido, los hombres tenían que comer y dormir en barracones
públicos.
La gran mayoría de la población espartana eran ilotaso, siervos esclavos ligados a la
tierra. El miedo a la rebelión de los esclavos era una constante en la política interna y externa
de Esparta; su característico sistema social se desarrolló en parte para facilitar el control del
estado. A pesar de sus grandes éxitos militares, Esparta temía cada vez más mandar su
ejercito fuera por si se producía una rebelión interna.
Posiblemente debido a las largas ausencias militares de la población masculina, las
mujeres espartanas tenían más libertad y autoridad que otras mujeres griegas, y participaban
tanto en la política como en la vida económica. Podían heredar y tener propiedades, a
diferencia de Atenas donde no era posible. Los hombres atenienses sólo valoraban a sus
mujeres como instrumento económico-reproductor y bromeaban sobre la actitud que tenían los
espartanos, a los que consideraban débiles e incapaces de manejar a sus mujeres.
El que la mujer ateniense fuera considerada ciudadana de segunda clase puede verse en
la planificación de la vivienda que consistía en pequeños cuartos en la parte superior y cuartos
más grandes para los hombres en la inferior. Las casas de campo solían tener una torre detrás
de la casa a donde las mujeres se retiraban cuando había visitantes. Las mujeres atenienses
raramente salían sin compañía masculina, únicamente las mujeres pobres eran vistas a solas
en público. Mientras los varones atenienses sabían leer y escribir y tenían acceso a las
escuelas, a las mujeres no se las consideraba merecedoras de la educación. En la práctica, sin
embargo, a algunas mujeres se les enseñaba a leer y a escribir en el seno familiar.
Ver también:
Helenismo y Roma - Sociedad: para la posición de la mujer
La Edad Media - Sociedad: para la posición de la mujer
Renacimiento - Sociedad: para las ciudades-estado en la Italia Renacentista, posición de
la mujer
Siglo XX - Sociedad: para la mujer en la vida moderna
Antigua Grecia - Descubrimientos
Los antiguos griegos eran magníficos pensadores abstractos como nos muestra su
filosofía. En líneas generales no eran pensadores prácticos o grandes inventores, preferían
buscar el conocimiento del mundo mediante la abstracción mental antes que por los procesos
de experimentación y observación necesarios para el progreso tecnológico. Platón, por
ejemplo, no valoró el conocimiento de la naturaleza mediante la experiencia práctica, pues
creía que se podía llegar a la verdadera comprensión de la realidad únicamente mediante la
razón.
Por el contrario, el discípulo de Platón, Aristóteles (384-322 a. de C.) creía que la
experiencia de los sentidos era esencial para el conocimiento de la naturaleza. En este sentido,
Aristóteles era más científico que Platón. Sus investigaciones abarcaron numerosos campos
como la biología, la física, las matemáticas y la astronomía. Sus observaciones de los animales
y su método para clasificar las cosas vivas proporcionaron un modelo para los biólogos durante
dos mil años. En otros campos el trabajo Aristóteles consiguió menos resultados positivos. En
particular su visión de que la tierra era el centro del universo y que los cuerpos celestes se
movían en círculos alrededor de ella, se confirmó como un obstáculo para el progreso de la
astronomía y de la física hasta el Renacimiento.
Un ejemplo importante de la temprana creatividad griega fue su alfabeto. Antes del
tiempo de Homero, los mercaderes importaron el alfabeto fenicio al que los griegos refinaron e
hicieron más fácil de leer y escribir. La escritura griega, llegó a ser capaz de plasmar las ideas
de una manera sutil y económica. Las griegos generalmente escribían en papiros o en
pergaminos. Los libros, o propiamente rollos de escritura, eran copiados a mano y enrollados

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en tubos. Frágiles, delicados y caros los poseían los adinerados o las bibliotecas asociadas a las
escuelas, como la Academia fundada por Platón en la Atenas clásica.
Los griegos idealizaron el cuerpo humano, y estudiaron su forma y proporciones. Esta
percepción del cuerpo les llevó a una destreza en medicina por la cual los griegos fueron
famosos en todo el mundo antiguo. Los médicos griegos pusieron de relieve la buena dieta y la
forma de vida sana. Documentos médicos, que reflejaban una observación detallada y extraída
de la experiencia práctica, eran escritos y comentados. Sin embargo, la anatomía interna era
casi desconocida; los griegos no se dedicaron a la disección porque era considerada una
afrenta para el cuerpo humano. El médico más famoso de la Antigua Grecia fue Hipócrates
(460-357 a. de C.) al que se le atribuye el juramento hipocrático, en uso hoy en día, por el
cual los médicos juran entre otras cosas no causar daño a los pacientes.
Ver también:
Helenismo y Roma - Descubrimientos: para una comparación general, especialmente la
visión del universo,
La Edad Media - Descubrimientos: para el redescubrimiento de Grecia a través de sabios
medievales.
Renacimiento - Descubrimientos: para Copérnico, medicina, desafío a la ciencia de
Aristóteles por el Renacimiento.
época barroca - Descubrimientos: para la medicina (el descubrimiento de la ciculación de
la sangre por Harvey).
Siglo XIX - Descubrimientos: para los avances en medicina.
Platón - La vida de Platón: para estudios en la Academia.
Aristóteles - La primera ciencia: para las observaciones de Aristóteles.
Destino - Historia y medicina: para el juramento hipocrático.
Antigua Grecia - Cultura
En el arte al igual que en otros campos la búsqueda de los griegos por la belleza ha
tenido una enorme influencia en la civilización occidental. La arquitectura de la Grecia clásica
proporcionó un modelo para las estructuras monumentales que ha dominado periódicamente la
arquitectura europea hasta nuestros días.
El Partenón, o Morada de la Virgen, representa un ideal de la arquitectura griega. El
templo más grande de Atenas, fue levantado en honor a Atenea , la diosa patrona de Atenas.
La enorme estructura de mármol no tiene una línea recta, los cuatro costados tienen una
suave curvatura para que el edificio parezca menos pesado. A pesar de sus enormes
dimensiones, el Partenón consigue dar la impresión de ligereza. En realidad no es sino una
ilusión óptica. Las columnas se inclinan suavemente hacia dentro, y formarían una pirámide de
mil quinientos metros de altura si continuaran hacia un punto por encima del templo. El templo
no contenía más que una alta estatua de Atenea. El mármol blanco, que originalmente estaba
pintado en colores vivos, se transportó desde una montaña a dieciséis kilómetros de distancia.
Los antiguos griegos idealizaron el cuerpo humano y estudiaron su forma y proporciones.
La figura del desnudo humano fue plasmada en bronce y mármol y se realizaron estatuas de
extraordinaria belleza.
Aunque pocas pinturas murales han llegado a nuestros días, los griegos perfeccionaron
nuevas técnicas de pintura en vasijas, y muchas de las piezas conservadas nos proporcionan
una valiosa información sobre los dioses, los héroes y la vida cotidiana de los griegos.
El primer escritor griego conocido es Homero y vivió alrededor del año 700 a. de C. Sus
poemas épicos la Iliada y la Odisea relatan episodios de las guerras troyanas y las aventuras
de Ulises en su regreso a casa, se consideran entre las más grandes obras de la literatura de
todos los tiempos. Tratan de temas eternos como la vida y la muerte, victoria y derrota, libre
determinación e intervención divina, y están llenas de imágenes, especialmente la del Caballo
de Troya que todavía se repite en la literatura occidental. Se tardaba un día en recitar cada
poema y las historias se representaban probablemente en los festivales religiosos.
El teatro evolucionó a partir de los festivales. A medida que la filosofía evolucionaba, las
actuaciones dramáticas eran cada vez menos religiosas y en su lugar trataban de temas
humanos realistas. El teatro de Dionisos en Atenas es probablemente el más antiguo de

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Europa y fue aquí donde se representaron a partir del siglo V a. de C., las obras de los grandes
autores de tragedias Esquilo, Sófocles y Eurípides.
Las tragedias trataban de justicia y venganza. Edipo Rey, de Sófocles, narra la historia de
un hombre predestinado a matar a su padre y casarse con su madre. Cuando descubre que la
profecía se ha hecho realidad, Edipo se saca los ojos y su madre/esposa se suicida.
En el mismo periodo la comedia se desarrolla como forma dramática por derecho propio,
frecuentemente se burlaba de atenienses muy conocidos. Las Nubes, de Aristófanes, retrata a
Sócrates dirigiendo una escuela filosófica llamada " los que piensan" capaz de caminar en el
aire mientras habla con las nubes.
Ver también:
Helenismo y Roma - Cultura: para comparación, especialmente arquitectura, escultura,
literatura.
Renacimiento - Perspectiva: para el renacimiento de la cultura clásica.
Renacimiento - Cultura: para el renacimiento de las ideas clásicas en arte.
Siglo XIX - Cultura: para el renacimiento del estilo clásico en arquitectura.
Antigua Grecia - Grandes mujeres
Aunque la estructura social de la Antigua Grecia limitaba la habilidad de las mujeres para
lograr notoriedad, había excepciones, como la de la poetisa Safo y Aspasia, amante de
Pericles.
Safo nació alrededor del año 612 a. de C. en la isla de Lesbos, aunque de niña estuvo
exiliada debido a la inestabilidad política interior. A su regreso se convirtió en el centro de un
grupo de muchachas jóvenes dedicadas al culto de la diosa Afrodita y las Musas. Safo escribía
poemas sobre el grupo, y canciones para las bodas, su trabajo se ha recopilado en diez libros.
Recogen los más bellos y enternecedores poemas de amor de la antigüedad, que reflejan los
intensos sentimientos de Safo hacia sus amigas y por la belleza de la naturaleza de forma
sencilla y sincera. Se casó y tuvo una hija, pero poco más conocemos de su vida, su hermano,
al que tenía gran afecto aparece en alguno de sus versos, imitados por el poeta romano
Catulo.
Aspasia (470-410 a. de C.) era la amante del líder ateniense Pericles, famosa por su
belleza, inteligencia y habilidad política. Estaba interesada en la filosofía y era muy respetada
por Sócrates, quien afirmó que aprendió todo lo que sabía de retórica de Aspasia, mientras sus
amigos traían a sus mujeres para oírla hablar. Fue acusada por los escritores ancianos de
conducta inmoral y de ejercer dudosa influencia política, y se dice que fue acusada de
impiedad pero absuelta tras una apasionada suplicatoria en su defensa realizada por Pericles,
que estaba profundamente enamorado de ella. Se dice que nunca salía de casa o regresaba a
ella sin darle un beso.
Filósofos de la naturaleza
Los filósofos de la naturaleza estaban fascinados por los procesos naturales y los
interrogantes que éstos planteaban. Esto les llevó a preguntarse si no existiría una materia
primaria a partir de la cual se habría formado todo. Sus indagaciones eran más científicas que
filosóficas pero marcaron el punto de partida para abandonar las anteriores narraciones
mitológicas e iniciar un debate filosófico riguroso sobre la naturaleza de las cosas. El
pensamiento de los filósofos de la naturaleza fue posteriormente examinado por los grandes
filósofos de la antigüedad: Sócrates, Platón y Aristóteles.
Ver: Los filósofos de la naturaleza
Demócrito (460-370 a. de C.)
Demócrito era contemporáneo de Sócrates pero su enfoque científico le hacía más
cercano a los presocráticos. Al igual que los primeros filósofos de la naturaleza, Demócrito se
interesaba por los cambios de la naturaleza, aunque creía que las explicaciones mantenidas
por sus antecesores para estos cambios no eran del todo correctas. Demócrito ofreció una
explicación alternativa que es ampliamente aceptada por la comunidad científica del siglo XX,
en tanto que su visión materialista fue adoptada por muchos pensadores desde su época hasta
nuestros días.
Ver: Demócrito

8
El destino
Los enfoques lógicos y científicos que surgieron en Grecia tenían en contra el telón de
fondo de una arraigada superstición. Los griegos estaban obsesionados con el destino: nuestro
futuro está decidido de antemano y no podemos hacer nada para evitarlo. El destino, además
de ser un tema frecuente en la mitología griega, afectaba a muchas facetas de la vida
cotidiana.
Ver: Destino
Sócrates (470-399 a. de C.)
Sócrates es una de las mayores personalidades de toda la historia de la filosofía. Era
conocido en toda Atenas por su amor al debate filosófico y por sus magníficas dotes de orador.
A diferencia de los filósofos de la naturaleza, Sócrates no se interesaba por la naturaleza; en
su lugar, él defendía el poder del razonamiento humano y la filosofía como fuente de la
verdad. Sus apasionadas y sinceras convicciones le proporcionaron muchos amigos, entre los
que se encontraba el joven Platón, pero también muchos enemigos y, finalmente, le costarían
la muerte.
Ver: Sócrates
Platón (428-347 a. de C.)
Platón es el discípulo más conocido de Sócrates; sus Diálogos nos proporcionan un
magnífico retrato del atractivo carácter de Sócrates. También fue Platón un importante
maestro. Su "Academia" fue la primera escuela, y allí se educó Aristóteles, su más famoso
alumno. Muy influenciado por las matemáticas y la geometría, Platón pensaba que el
razonamiento lógico usado para hallar las verdades matemáticas se podía usar también para
encontrar las verdades metafísicos. Platón, con sus obras escritas y la tradición de enseñanza
que estableció, dejó un legado muy valioso a la filosofía occidental.
Ver: Platón
Aristóteles (384-322 a. de C.)
El pensamiento de Aristóteles ha sido una gran contribución para el pensamiento
moderno. Sus escritos abarcan muchos campos importantes: lógica, metafísica, ética, política,
biología y meteorología. Aristóteles también delimitó la separación entre muchas de las
disciplinas de estudio que son habituales hoy en día. Discípulo de Platón, Aristóteles fue
también un gran maestro, fundó su propia escuela y fue el profesor tutor de Alejandro Magno.
Mientras que su éxito con Alejandro es cuestionable, muchos otros aprendieron muchísimo de
Aristóteles, incluso siglos después de su muerte.
Ver: Aristóteles

9
LOS FILóSOFOS DE LA NATURALEZACambios naturales
A los primeros filósofos de Grecia se les suele llamar filósofos de la naturaleza porque,
ante todo, se interesaban por la naturaleza y sus procesos.
Hoy en día, mucha gente cree que en algún momento todo surgió de la nada. Esta idea
no era tan corriente entre los griegos. Por alguna razón, suponían que ese "algo" había
existido siempre.
Vemos, pues, que la gran pregunta no era cómo todo pudo surgir de la nada. Por el
contrario, los griegos estaban más interesados en cuestiones como la aparición de un pez a
partir del agua o la conversión de la tierra inerte en árboles o bonitas flores de colores.
Los filósofos observaban con sus propios ojos cómo constantemente ocurrían cambios en
la naturaleza. Pero ¿cómo podían llegar a realizarse tales cambios? Los primeros filósofos
compartían la creencia de que tenía que existir una materia primaria que era el origen de
todos los cambios. Tenía que haber "algo" de lo que todas las cosas partieran y a lo que todas
las cosas volvieran.
Lo más interesante para nosotros no es saber cuáles fueron las respuestas a las que
llegaron esos primeros filósofos, sino qué preguntas se hacían y qué tipo de respuestas
buscaban.
Sabemos que se hacían preguntas sobre los cambios visibles en la naturaleza. Querían
comprender los sucesos de la naturaleza sin tener que recurrir a los mitos tradicionales. Ante
todo, intentaron entender los procesos de la naturaleza estudiando la misma naturaleza.
De esta manera, la filosofía se independizó de la religión. Podríamos decir que los
filósofos de la naturaleza dieron los primeros pasos hacia una manera científica de pensar,
desencadenando todas las ciencias naturales posteriores.
La mayor parte de lo que dijeron y escribieron los filósofos de la naturaleza se perdió
para la posteridad. Lo poco que conocemos lo encontramos en los escritos de Aristóteles, que
vivió un par de siglos después de los primeros filósofos. Pero sabemos lo suficiente como para
constatar que el proyecto de los primeros filósofos griegos abarcaba preguntas en torno a la
materia primaria y los cambios en la naturaleza.
Mileto
De Mileto, una colonia griega en Asia Menor, vinieron tres filósofos de la naturaleza. Los
tres creían en la existencia de una sustancia básica y simple que era el origen de todas las
cosas.
Tales
Tales opinaba que el agua era el origen de todas las cosas. No sabemos exactamente lo
que quería decir con eso. Quizá opinara que toda clase de vida tiene su origen en el agua y
que toda clase de vida vuelve a convertirse en agua cuando se disuelve.
Tales viajó por muchos países, entre ellos Egipto, donde se dice que llegó a calcular la
altura de una pirámide midiendo su sombra en el preciso momento en el que la longitud de su
propia sombra era igual a su altura.
Anaximandro
Anaximandro vivió en Mileto en el siglo VI a. de C., en la misma época que Tales.
Pensaba que nuestro mundo simplemente es uno de los muchos mundos que nacen y perecen
en algo que él llamó "lo Indefinido". No es fácil saber lo que él entendía por "lo Indefinido",
pero parece claro que no se imaginaba una substancia conocida (como Tales). Quizá pensara
que aquello de lo que se ha creado todo tiene que ser precisamente distinto a lo creado. En
ese caso, la materia primaria no podía ser algo tan normal como el agua, sino algo
"indefinido".
Anaxímenes
Un tercer filósofo de Mileto fue Anaxímenes (aprox. 570-526 a. de C.), el cual pensaba
que el origen de todo era el "aire" o la "niebla". Anaxímenes conoció, por supuesto, la teoría de
Tales sobre el agua. Pero ¿de dónde viene el agua? Anaxímenes pensaba que el agua tenía que
ser aire condensado. También opinaba que el fuego debía ser aire diluido. Según Anaxímenes,
tanto la tierra como el agua y el fuego tenían como origen el aire.
Los eleáticos

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Los tres filósofos de Mileto pensaban que tenía que haber una materia primaria de la que
estaba hecho todo lo demás. Pero dejaba sin resolver el problema del cambio. ¿Cómo era
posible que una materia se alterara de repente para convertirse en algo completamente
diferente?
Desde aproximadamente el año 500 a. de C., un grupo de filósofos de la colonia griega
de Elea, al sur de Italia, conocidos como los "eleáticos", se preocuparon por esta cuestión.
Parménides
El más conocido de ellos era Parménides (aprox. 540-480 a. de C.). Parménides pensaba
que todo lo que hay ha existido siempre. Nada puede surgir de la nada y algo que existe
tampoco se puede convertir en nada.
Pero Parménides llegó más lejos. Decía que no era posible ningún cambio verdadero. No
hay nada que se pueda convertir en algo diferente a lo que exactamente es.
Por supuesto, Parménides sabía que la naturaleza muestra cambios constantes. Con los
sentidos observaba cómo cambiaban las cosas, pero esto no concordaba con lo que le decía la
razón. Parecía lógicamente imposible que una cosa se pudiera convertir en otra diferente y
todavía seguir siendo de alguna forma lo mismo. Cuando se vio forzado a elegir entre fiarse de
sus sentidos o de su raciocinio, Parménides optó por la razón.
Esta firme fe en la razón humana se llama racionalismo. Un racionalista es el que tiene
una gran fe en la razón de las personas como fuente de sus conocimientos sobre el mundo.
Heráclito
Heráclito (aprox. 540-480 a. de C.) procedía de éfeso, en Asia Menor, y fue
contemporáneo de Parménides. Pensaba que precisamente los cambios constantes eran los
rasgos más básicos de la naturaleza. Podríamos decir que Heráclito tenía más fe en lo que le
decían sus sentidos que Parménides.
"Todo fluye" dijo Heráclito. Todo está en movimiento y nada dura eternamente. Por eso
no podemos "bañarnos dos veces en el mismo río", pues cuando entramos en el río por
segunda vez, ni el río ni nosotros somos los mismos.
Heráclito también señaló el hecho de que el mundo está caracterizado por constantes
contradicciones. Creía que tanto lo bueno como lo malo tenían un inevitable lugar en el orden
de las cosas y que sin esta constante interacción de opuestos el mundo dejaría de existir.
"Dios es día y noche, invierno y verano, guerra y paz, hambre y saciedad", decía. Emplea
la palabra "Dios", pero es evidente que se refiere a algo muy diferente a los dioses de los que
hablaban los mitos. Para Heráclito, Dios (o lo divino) es algo que abarca a todo el mundo.
En lugar de la palabra "Dios", Heráclito emplea a veces la palabra griega logos, que
significa razón. Aunque las personas no hemos pensado siempre del mismo modo, ni hemos
tenido la misma razón, Heráclito opinaba que tiene que haber una especie de "razón universal"
o "ley natural" que dirige todo lo que sucede en la naturaleza.
Esta "razón universal" es algo común para todos y por la cual todos tienen que guiarse.
En general, Heráclito no tenía muy buena opinión de su prójimo: "Las opiniones de la mayor
parte de la gente pueden compararse con los juegos infantiles", decía.
Esta "razón universal" es algo común para todos y por la cual todos tienen que guiarse.
En general, Heráclito no tenía muy buena opinión de su prójimo: "Las opiniones de la mayor
parte de la gente pueden compararse con los juegos infantiles", decía.
Empédocles
Parménides y Heráclito tenían dos puntos de vista diametralmente opuestos. Parménides
dice:
a) que nada puede cambiar, y
b) que las sensaciones, por lo tanto, no son de fiar.
Por el contrario, Heráclito dice:
a) que todo cambia ("todo fluye"), y
b) que las sensaciones son de fiar.
¡Difícilmente dos filósofos pueden llegar a estar tan en desacuerdo! Pero ¿cuál de ellos
tenía razón? Empédocles (490-430 a. de C.) de Sicilia sería el que lograra salir de los enredos

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en los que se había metido la filosofía. Opinaba que tanto Parménides como Heráclito tenían
razón en una de sus afirmaciones, pero que los dos se equivocaban en una cosa. Empédocles
pensaba que la causa del desacuerdo era que ambos filósofos habían dado por sentada que la
presencia de un único elemento. Si esto fuera cierto, el conflicto entre lo que dice la razón y lo
que "vemos con nuestros propios ojos" sería insuperable.
Es evidente que el agua no puede convertirse en un pez o en una mariposa. El agua no
puede cambiar. El agua pura sigue siendo agua pura para siempre. De modo que Parménides
tenía razón al decir que "nada cambia". Pero, al mismo tiempo, Empédocles daba la razón a
Heráclito en que debemos fiarnos de lo que nos dicen nuestros sentidos. Debemos creer lo que
vemos, y vemos, precisamente, cambios constantes en la naturaleza.
Empédocles llegó a la conclusión de que lo que había que rechazar era la idea de que hay
un solo elemento. Ni el agua ni el aire son capaces, por sí solos, de convertirse en un rosal o
en una mariposa, razón por la cual resulta imposible que la naturaleza sólo tenga un
"elemento". Empédocles pensaba que la naturaleza tiene en total cuatro elementos o "raíces",
como él los llamaba: tierra, aire, fuego y agua.
Todos los cambios de la naturaleza se deben a que estos cuatro elementos se mezclan y
se vuelven a separar, pues todo está compuesto de tierra, aire, fuego y agua, aunque en
distintas proporciones. Cuando muere una flor o un animal, los cuatro elementos vuelven a
separarse. éste es un cambio que podemos observar con los ojos. Pero la tierra y el aire, el
fuego y el agua quedan completamente inalterados o "intactos" con todos esos cambios en los
que participan. Básicamente, nada cambia. Lo que ocurre es, simplemente, que cuatro
elementos diferentes se mezclan y separan para luego volver a mezclarse.
Empédocles señala, como hemos visto, que los cambios de la naturaleza se deben a que
las cuatro "raíces" se mezclan y se vuelven a separar. Pero queda algo por explicar. ¿Cuál es la
causa por la que los elementos se unen para dar lugar a una nueva vida? ¿Y por qué vuelve a
disolverse la "mezcla", por ejemplo, una flor?
Empédocles pensaba que tenía que haber dos fuerzas que actuasen en la naturaleza. Las
llamó amor y odio. Lo que une las cosas es el amor y lo que las separa es el odio. También
distinguía entre "sustancia" y "fuerza". Incluso hoy en día, la ciencia distingue entre los
elementos y las fuerzas. Los científicos modernos mantienen que todos los procesos de la
naturaleza se pueden explicar como la interacción entre diferentes elementos y varias fuerzas.
Empédocles también discutió la cuestión de qué pasa cuando observamos algo con
nuestros sentidos. ¿Cómo puedo "ver" una flor, por ejemplo? ¿Qué sucede entonces?
Empédocles creía que nuestros ojos estaban formados de tierra, aire, fuego y agua, como todo
lo demás de la naturaleza. Y la "tierra" que tengo en mi ojo capta lo que hay de tierra en lo
que veo, el "aire" capta lo que es de aire, el "fuego" lo que es de fuego y "el agua" lo que es
de agua. Si el ojo hubiera carecido de uno de los cuatro elementos, yo no hubiera podido ver
la naturaleza en su totalidad.
Anaxágoras
Anaxágoras (500-428 a. de C.) fue el primer filósofo de los de Atenas. Vino de Asia
Menor, pero se trasladó a Atenas cuando tenía unos 40 años. En Atenas lo acusaron de ateo y,
al final, tuvo que marcharse de la ciudad. Entre otras cosas, había dicho que el sol no era un
dios, sino una masa ardiente más grande que la península del Peloponeso.
Anaxágoras era otro de los filósofos que no se contentaban con la teoría de que un solo
elemento (por ejemplo, el agua) pudiera convertirse en todo lo que vemos en la naturaleza.
Opinaba que la naturaleza estaba hecha de muchas piezas minúsculas, invisibles al ojo. Todo
puede dividirse en algo más pequeño todavía, pero incluso en las piezas más pequeñas hay
algo de todas las demás cosas. Si la piel y el hueso no se han convertido en otra cosa tiene
que haber piel y hueso también en la leche que bebemos y en la comida que comemos.
A lo mejor, un par de ejemplos modernos pueden ilustrar lo que se imaginaba
Anaxágoras. Mediante la técnica láser se pueden hacer hoy en día los llamados hologramas. Si
el holograma muestra un coche, y este holograma se rompe, vemos una imagen de todo el
coche aunque conservemos solamente la parte del holograma que muestra el parachoques.
Esto se debe a que todo el motivo está presente en cada parte.
De algún modo, también se puede decir que es así como está hecho nuestro cuerpo. Si
separo una célula de piel de un dedo, el núcleo de esa célula contiene no sólo la receta de

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cómo es mi piel, sino que en la misma célula se encuentra también la información sobre mis
ojos, el color de mi pelo, cuántos dedos tengo, etc. En cada célula del cuerpo hay una
descripción detallada de la composición de todas las demás células del cuerpo. Es decir, que
hay "algo de todo" en cada una de las células. El todo está en la parte minúscula.
Empédocles pensaba que era el "amor" lo que unía las partes en cuerpos enteros.
También Anaxágoras se imaginaba una especie de fuerza que "pone orden" y crea animales y
seres humanos, flores y árboles. A esta fuerza la llamó espíritu o entendimiento (nous).
Enlaces
Filósofos relacionados:
Demócrito - La teoría atómica: para su solución al problema del cambio.
Aristóteles - Forma y materia: para su punto de vista sobre los constituyentes de los
objetos.
Bibliografía
G. S. Kirk, J. E. Raven y M. Schofield: Los filósofos presocráticos, Gredos, Madrid, 1987.
Es ésta una colección de obras presocráticas, en el original griego y en castellano, con algunos
comentarios útiles.
ESTUDIOS:
Barnes, J.: Los presocráticos, Cátedra, Madrid, 1992.
Guthrie, W. K. C.: Historia de la filosofía griega, vol. I: Los primeros presocráticos y los
pitagóricos, Gredos, Madrid, 1991.
Jaeger, W.: La teología de los primeros filósofos griegos, Fondo de Cultura Económica,
Méjico, 1982.

13
DEMóCRITO (aprox. 460-370 a. de C.)La teoría atómica
Demócrito fue el último de los grandes filósofos de la naturaleza. Sabemos muy poco de
su vida, aunque sí sabemos que venía de la ciudad costera de Abdera, al norte del mar Egeo.
Demócrito estaba de acuerdo con sus predecesores en que los cambios en la naturaleza no se
debían a que las cosas realmente "cambiaran".
Suponía que todo tenía que estar construido por unas piececitas pequeñas e invisibles,
cada una de ellas eterna e inalterable. A estas minúsculas piezas Demócrito las llamó átomos.
La palabra "átomo" significa "indivisible". Era importante para Demócrito poder afirmar
que eso de lo que todo está hecho no podía dividirse en partes más pequeñas. Si eso fuera
posible, no habrían podido servir de ladrillos de construcción. Pues, si los átomos hubieran
podido ser limados y partidos en partes cada vez más pequeñas, la naturaleza habría
empezado a flotar en una pasta cada vez más líquida.
Además, los ladrillos de la naturaleza tenían que ser eternos, pues nada puede surgir de
la nada. En este punto, Demócrito estaba de acuerdo con Parménides y los eleáticos. Pensaba,
además, que los átomos tenían que ser fijos y macizos, pero no podían ser idénticos entre sí.
Si los átomos fueran idénticos, no habríamos podido encontrar ninguna explicación
satisfactoria de cómo podían combinarse para formar de todo, desde amapolas y olivos y hasta
piel de cabra y pelo humano.
Demócrito creía que existía un sinfín de diferentes átomos en la naturaleza. Algunos son
redondos y lisos, otros son irregulares y torcidos. Precisamente por ser tan diferentes, podían
unirse para componer muchísimos y muy diferentes cuerpos. Pero aunque sean muchísimos y
muy diferentes entre sí, son todos eternos, inalterables e indivisibles.
Cuando un cuerpo (un árbol o un animal, por ejemplo) muere y se desintegra, los
átomos se dispersan y pueden utilizarse de nuevo en otro cuerpo. Los átomos se mueven en el
espacio, pero como tienen "entrantes" y "salientes" se acoplan para configurar las cosas que
vemos en nuestro entorno.
La solución de Demócrito al problema del cambio era que el átomo (la unidad individual
básica de la que todo se compone) no cambiaba. Lo que realmente cambiaba era la
distribuciónde los átomos.
átomos y Lego
Los átomos son como las piezas del Lego. Tienen más o menos las mismas cualidades
que Demócrito atribuía a los átomos y, precisamente por ello, resultan muy buenas para
construir. Ante todo, son indivisibles. Tienen formas y tamaños diferentes, son macizas e
impenetrables. Además, las piezas del Lego tienen "entrantes" y "salientes" que hacen que se
puedan unir para poder formar todas las figuras posibles. Estas conexiones pueden deshacerse
para poder dar lugar a nuevos objetos con las mismas piezas.
El hecho de que se puedan utilizar tantas veces como se quiera es lo que ha hecho al
Lego tan popular. Una pieza del Lego puede formar parte de un camión un día y de un castillo
al día siguiente. Podríamos decir además que las piezas del Lego son "eternas". Más de un niño
jugará con las mismas piezas de su padre.
También podemos formar cosas de barro, pero el barro no puede utilizarse una y otra
vez, precisamente porque se puede romper en trozos cada vez más pequeños. Esos
minúsculos trozos de barro no pueden unirse para formar nuevos objetos.
La moderna teoría atómica .
Hoy podemos decir que la teoría atómica de Demócrito era más o menos correcta. La
naturaleza está efectivamente compuesta de diferentes "átomos" que se unen y se separan
constantemente. Un átomo de hidrógeno de una célula de la punta de mi nariz pudo
pertenecer, en alguna ocasión, a la trompa de un elefante. Un átomo de carbono dentro del
músculo de mi corazón estuvo una vez en el rabo de un dinosaurio.
En nuestros días, la ciencia ha descubierto que los átomos, a su vez, pueden dividirse en
partes más pequeñas, en "partículas elementales". Hasta hace poco, dichas partículas eran los
protones, neutrones y electrones. Pero se ha descubierto que dichas partículas pueden
descomponerse en otras. Quizá estas últimas partículas puedan dividirse aún en partes más
pequeñas. No obstante, los físicos están de acuerdo en que tiene que haber un límite. Tiene
que haber unas "partes mínimas" de las que está hecho el mundo.

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Demócrito no tuvo acceso a los aparatos electrónicos de nuestra época. Su único
instrumento fue su inteligencia. Y su inteligencia no le ofreció ninguna elección. Si de entrada
aceptamos que nada cambia, que nada surge de la nada y que nada desaparece, entonces la
naturaleza ha de estar compuesta necesariamente por unos minúsculos ladrillos que se juntan
y se vuelven a separar.
Materialismo
Demócrito no creía en ninguna "fuerza" o "espíritu" que interviniera en los procesos de la
naturaleza. Lo único que existe son los átomos y el espacio vacío, pensaba. Puesto que no
creía en nada más que en lo material, le llamamos materialista.
Según Demócrito, no existe ninguna "intención" determinada detrás de los movimientos
de los átomos. En la naturaleza todo ocurre mecánicamente. Eso no significa que todo lo que
ocurre sea casual, pues todo sigue unas leyes inquebrantables de la naturaleza. Pensaba que
había una causa natural en todo lo que ocurre, una causa que se encuentra en las cosas
mismas. En una ocasión, Demócrito dijo que prefería descubrir una ley de la naturaleza a
convertirse en rey de Persia.
La teoría atómica también explica nuestro sentido de la percepción, nuestras
sensaciones. Cuando captamos algo con nuestros sentidos, captamos los movimientos de los
átomos en el espacio vacío. Vemos la luna porque los "átomos de la luna" penetran en
nuestros ojos.
¿Y qué pasa con la "conciencia"? ¿Estará formada por átomos, es decir, cosas materiales?
Desde luego que sí. Demócrito se imaginaba que el alma estaba formada por unos "átomos del
alma". Cuando una persona moría, los átomos de su alma se dispersaban hacia todos lados,
pudiendo entonces penetrar en el alma de otra persona en proceso de creación.
Eso significa que el ser humano no tiene un alma inmortal. Mucha gente comparte esa
idea hoy en día. Opinan, como Demócrito, que el "alma" está conectada al cerebro y que no
podemos tener ninguna especie de conciencia cuando el cerebro se haya desintegrado.
Estaba de acuerdo con Heráclito en que todo "fluye" en la naturaleza, puesto que las
formas van y vienen. Pero, detrás de todo lo que fluye, hay algunas cosas eternas e
inmutables que no fluyen. Demócrito llamó a estas cosas átomos.
Enlaces
Filósofos relacionados:
Filósofos de la naturaleza - Parménides: para la negación del cambio.
Filósofos de la naturaleza - Heráclito: para su teoría sobre el flujo.
Filosofía helenística - Los epicúreos: para su reinterpretación del materialismo.
Marx - Marx y la Historia: para el materialismo histórico.

Historia:
Siglo XX - Descubrimientos: para la teoría cuántica y la división del átomo.
Bibliografía
Las obras más importantes de Demócrito son:
Los filósofos presocráticos, de G. S. Kirk y M. Schofield.: Gredos, Madrid, 1987. Es ésta
una colección de obras presocráticas, en el original griego y en castellano, con algunos
comentarios útiles.
ESTUDIOS:
Alegre Gorri, A.: Estudios sobre los presocráticos, Anthropos, Barcelona,1985.
Barnes, J.: Los presocráticos, Cátedra, Madrid,1992. En esta obra se encuentra un
análisis detallado de los textos de Demócrito, y para su compresión se requieren unos
conocimientos mínimos de lógica.
Jaeger, W.: La teología de los primeros filósofos griegos, Fondo de Cultura Económica,
México, 1982.

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EL DESTINO Buscar explicaciones
Los primeros filósofos griegos intentaban encontrar explicaciones naturales a las
transformaciones de la naturaleza que, hasta entonces, sólo tenían explicación con la
mitología. Había que despejar el camino de las viejas supersticiones en todas las áreas. Estas
explicaciones naturales se intentaban aplicar en las enfermedades, en la salud o en los
acontecimientos políticos. En todos los campos, los griegos tuvieron gran fe en el fatalismo.
Fe en el destino
Entendemos por fe en el destino o fatalismo la creencia de que todo está, de antemano,
predeterminado, de forma que el futuro será el mismo independientemente de lo que
hagamos. Muchos griegos creían que no hacía falta ir a un médico o tomar una medicina ante
una enfermedad porque nada podría cambiar el destino. Si alguien estaba destinado a superar
la enfermedad, la superaría independientemente de que tomara o no una medicina. Si su
destino era morir, no haría falta entonces la atención médica. Esta forma de pensar la
podemos encontrar en otras partes del mundo a través de la historia, incluso hasta en
nuestros días.
Es importante entender bien la diferencia entre la fe en el destino y otro punto de vista
del destino llamado determinismo (a veces llamado determinismo causal). Los deterministas
creían que todos los acontecimientos eran causados, o venían determinados, por
acontecimientos previos. Todos los eventos pasados se unían para formar una cadena continua
de la que todos los eventos futuros formarán parte. Una mujer puede decidir comprar un disco
porque lo ha oído en la radio y cuando va a la tienda se encuentra con un viejo amigo que le
invita a una fiesta. Allí conocerá al hombre de su vida, con el que se casará y tendrá hijos.
Los deterministas creían que todos estos acontecimientos son parte de la cadena causal
de hechos que se extienden en la historia, cada uno causando el siguiente. Así, desde el Big
Bang estaba causalmente fijado que la mujer se casará con el hombre que conoció en la fiesta.
Es como una hilera de fichas de dominó. En cuanto la primera ficha cae, es inevitable que las
demás caigan una a una.
El determinismo causal es diferente del fatalismo en que los fatalistas pensaban que tu
destino te va a llegar independientemente de lo que hagas antes. Un determinista causal diría
que la decisión de una persona de llamar a un médico cuando está enferma sí afectará a que
muera o no, pero que dicha decisión de llamar ya estaba predeterminada por los hechos
anteriores. Para los fatalistas, el futuro no está necesariamente conectado a los hechos que
llevan a él. Para ellos, el destino no sólo es una secuencia causal, sino una misteriosa fuerza
que pasa por nuestras vidas independientemente de lo que hagamos.
Hay algunas cuestiones filosóficas, asociadas al determinismo, a las que todavía hoy los
filósofos están intentando encontrar respuestas. Si cada evento es parte de una cadena causal,
¿cuál sería el principio de dicha cadena? ¿Hubo una causa primera que desencadenó todo?
¿Quién empujó esa primera ficha de dominó? ¿Fue Dios? Si es así, ¿qué causó a Dios? Y, si
todo está predeterminado, ¿somos libres?
Ver el futuro
Tanto en la Antigua Grecia como en otras partes del mundo, las personas pensaban que
podían enterarse de su destino a través de diferentes tipos de oráculos. Así, los antiguos
griegos creían que si soñabas que veías tu propio reflejo significaba la muerte. Todavía hoy
existen personas que creen que pueden decirte tu futuro con las cartas, leyendo la palma de tu
mano, interpretando la posición de las estrellas o, incluso, interpretando los sueños como una
forma de profecía.
Un método nórdico antiguo de leer el futuro era sacar de una bolsa unas piedras
especiales, que tenían unos símbolos (runas) dibujados en su superficie. El futuro lo leían en
función de las runas extraídas.
Los "adivinos" intentan vislumbrar algo que, realmente, es bastante imprevisible. Esto es
característico de todas las formas de adivinación. Y dado que "ven" las cosas de una forma
muy vaga, es muy difícil contradecirlos.
Desde antaño, la gente ha creído que se puede proteger contra el futuro con amuletos de
la suerte. Incluso hoy en día, la gente lleva patas de conejo o juega a los "números de la
suerte".

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El oráculo de Delfos
Los antiguos griegos creían que podían consultar su destino a través del famoso oráculo
de Delfos. Apolo era el dios del oráculo y hablaba a través de la sacerdotisa Pitia, que estaba
sentada en una silla sobre una grieta de la Tierra. De dicha grieta emanaban unos gases
narcóticos que la embriagaban, circunstancia indispensable para que pudiera ser la voz de
Apolo.
Al llegar a Delfos, uno presentaba primero su pregunta a los sacerdotes, quienes, a su
vez, se la transmitían a Pitia. Ella respondía de una forma tan incomprensible que hacía falta
que los sacerdotes interpretaran la respuesta para la persona que la había solicitado. De esta
forma, los griegos aprovechaban la sabiduría de Apolo, pues pensaban que este dios lo sabía
todo sobre el pasado y el futuro.
Muchos jefes de Estado no se atrevían a declarar una guerra o tomar decisiones
importantes sin haber consultado antes el oráculo de Delfos. Así pues, los sacerdotes de Apolo
funcionaban prácticamente como una especie de diplomáticos y asesores con un gran
conocimiento de la gente y del país.
Encima del templo de Delfos había una famosa inscripción: ¡CONóCETE A TI MISMO!
Recordaba a los visitantes que nunca deben pensar que son algo más que seres humanos y
que, como tales, no pueden escapar a su destino.
Entre los griegos se contaban muchas historias sobre las personas que habían sido
alcanzadas por su destino. Con el tiempo, se escribieron una serie de obras de teatro
(tragedias) sobre esas personas "trágicas", cuyo ejemplo más famoso es la historia del rey
Edipo.
Historia y medicina
El destino no sólo determinaba la vida del individuo. Los antiguos griegos también creían
que el devenir del mismo mundo estaba dirigido por el destino. Opinaban que el resultado de
una guerra podía deberse a la intervención de los dioses. Hoy en día, mucha gente cree que
Dios u otras fuerzas misteriosas dirigen el curso de la historia.
Al mismo tiempo que los filósofos griegos intentaban buscar explicaciones naturales en
los procesos de la naturaleza, los primeros historiadores empezaban a buscar explicaciones
naturales al curso de la historia. Cuando un país perdía una guerra no había que buscar la
explicación en la venganza de los dioses. Dos de los historiadores griegos más famosos fueron
Herodoto (484-424 a. de C.) y Tucídides (aprox. 460-400 a. de C.).
Los griegos también creían que las enfermedades podían deberse a la intervención
divina, una idea que, de ningún modo, era exclusiva. Antes de la llegada de la medicina
moderna, casi todos interpretaban las enfermedades como algo debido a causas
sobrenaturales.
Todavía muchas personas creen que algunas enfermedades contagiosas (como el sida,
por ejemplo) son un castigo divino. Muchos piensan, además, que un enfermo puede ser
curado de forma sobrenatural.
Precisamente en la época en que los filósofos griegos iniciaron una nueva manera de
pensar, surgió una ciencia griega de la medicina que intentaba encontrar explicaciones
naturales a las enfermedades y al estado de salud. Se dice que Hipócrates, que nació en la isla
griega de Cos hacia el año 460 a. de C., fue el fundador de medicina griega.
La protección más segura contra una enfermedad era, según la tradición hipocrática, la
moderación y la vida sana. Lo natural en una persona es la salud. Cuando aparece una
enfermedad es porque la naturaleza se ha "desviado" a causa de un desequilibrio físico o
psíquico. La receta para estar sano era la moderación, la armonía y "una mente sana en un
cuerpo sano".
Hoy en día se habla constantemente de la "ética médica". Por ejemplo, un médico no
puede extender recetas de estupefacientes a personas sanas. Además debe mantener el
secreto profesional, lo que quiere decir que no tiene derecho a contar a otras personas algo
que un paciente le haya dicho sobre su enfermedad. Estas reglas tienen sus raíces en
Hipócrates, que exigió a sus discípulos que prestaran el siguiente juramento:
"Utilizaré el tratamiento para ayudar a los enfermos según mi capacidad y juicio, pero
nunca con la intención de causar daño o dolor. A nadie le daré veneno aunque me lo pida o

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sugiera. Tampoco daré abortivos a ninguna mujer con el fin de evitar un embarazo.
Consideraré sagrados mi vida y mi arte. No utilizaré el cuchillo, ni siquiera en aquellos que
sufren indescriptiblemente, dejándoselo hacer a los que se ocupan de ello. Cuando entre en la
morada de un enfermo, lo haré siempre en beneficio suyo; me abstendré de toda acción
injusta y de abusar del cuerpo de hombres o mujeres, libres o esclavos. De todo cuanto vea y
oiga en el ejercicio de mi profesión y aun fuera de ella callaré cuantas cosas sea necesario que
no se divulguen, considerando la discreción como un deber. Si cumplo fielmente este
juramento, que me sea otorgado gozar felizmente de la vida y de mi arte y ser honrado
siempre entre los hombres. Si lo violo y me hago perjuro, que me ocurra todo lo contrario".
Enlaces
Historia:
Antigua Grecia - Descubrimientos: para Hipócrates.
Antigua Grecia - Cultura: para Edipo.
SóCRATES (470-399 a. de C.)La vida de Sócrates
Sócrates es posiblemente la figura más enigmática de toda la historia de la filosofía.
Nunca escribió siquiera una línea y, aun así, es uno de los filósofos que más han influido en el
pensamiento europeo, a lo que ayudó la dramática naturaleza de su muerte.
Sabemos que nació en Atenas, en el seno de una familia acomodada. Su madre era
comadrona y su padre, escultor. Durante un tiempo, Sócrates estuvo en el ejército, aunque
pasó la mayor parte de su vida en las plazas y mercados públicos hablando con la gente que
allí se encontraba. Hacia los quince años se casó con Jantipa y tuvieron tres hijos.
Todos han descrito a Sócrates como extremadamente feo. Era barrigudo y tenía ojos
protuberantes y nariz chata. Pero en la intimidad se decía que era "completamente
encantador". A pesar de todo, fue sentenciado a muerte por sus actividades filosóficas.
En el año 399 a. de C., Sócrates fue acusado de "introducir nuevos dioses" (las "voces
divinas interiores" que afirmaba oír en su cabeza) y de corromper a la juventud, así como de
no creer en los dioses aceptados. El gobierno de Atenas fue una de las primeras democracias.
Sócrates, por el contrario, como hacía saber a todo el mundo, era partidario de un estado
gobernado por una sola persona, a la que describió como "el único que sabe". Algunos de los
francos y apreciados discursos de Sócrates se vieron como una amenaza para la vida
ateniense. Preocupados por la influencia antidemocrática que tenía sobre muchos jóvenes
aristócratas (entre ellos, Platón) implicados en este círculo socrático de estudiosos, un jurado
compuesto por quinientas una personas le encontró culpable por escasa mayoría.
Seguramente podría haber solicitado el perdón. Por lo menos, podría haber salvado su
vida abandonando Atenas. Pero, si lo hubiera hecho, no habría sido Sócrates. él valoraba más
su conciencia (y la verdad) que su propia vida. Aseguró ante el jurado que él había actuado
únicamente por el bien del Estado. A pesar de ello, fue condenado a beber cicuta. Poco
después, bebió el veneno en presencia de sus amigos y murió.
Su procesamiento exhibe un claro paralelismo con el procesamiento de Jesús. Ambos
podían quizá haberse salvado suplicando clemencia, pero ambos pensaban que tenían una
misión que cumplir y que ésta hubiera sido traicionada si no mantenían sus creencias hasta el
amargo final.
La vida de Sócrates la conocemos fundamentalmente a través de los escritos de Platón,
uno de sus alumnos que llegó a convertirse en uno de los filósofos más grandes de todos los
tiempos. Platón escribió diálogos (discusiones dramatizadas o conversaciones filosóficas) en los
que utilizaba a Sócrates como personaje principal y como portavoz de la escena. Puesto que
Platón ponía su propia filosofía en boca de Sócrates, no podemos asegurar que las palabras de
este último fueran realmente las que solía pronunciar.
Sócrates el profesor
La Atenas de la época de Sócrates era un importante centro de debate visitado por todos
los pensadores de aquellos tiempos. Uno de estos grupos de filósofos errantes eran los
llamados sofistas. Cobraban por enseñar y proclamaban que las cuestiones de la filosofía, los
enigmas del Universo, nunca podrían ser respondidas por hombres mortales (un punto de vista
filosófico conocido como escepticismo).

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Como los sofistas, Sócrates se interesó más por el hombre y su lugar en la sociedad que
por las fuerzas de la naturaleza. Pero, a diferencia de ellos, Sócrates nunca cobró dinero por
sus enseñanzas, cosa que los sofistas hacían de buena gana. él no se consideraba a sí mismo
un "sofista" (esto es, una persona instruida o sabia).
Sócrates pensaba que un filósofo es alguien que reconoce que hay muchas cosas que no
sabe y eso le preocupa. En este sentido, es más sabio que todos aquellos que presumen de
saber cosas de las que no saben nada. Sócrates se decía a sí mismo: "Sólo sé que no sé
nada".
Se dice que uno de sus amigos preguntó al oráculo de Delfos quién era el hombre más
sabio de Atenas. El oráculo contestó que, de todos los mortales, Sócrates era el más sabio.
Cuando Sócrates se enteró de esto, se quedó asombrado. Sin dudarlo, se fue a ver a la
persona que Sócrates y muchos otros consideraban la más sabia. Pero, cuando comprobó que
dicha persona era incapaz de darle unas respuestas satisfactorias a sus preguntas, Sócrates
reconoció que el oráculo tenía razón. La sabiduría de Sócrates estribaba en que él era
completamente consciente de su ignorancia.
Pero, aunque cuestionaba constantemente la magnitud de su conocimiento (un método
que Descartes empleó unos 2.000 años después), Sócrates creía que era posible para el
hombre obtener las verdades absolutas del Universo. él sentía que era necesario establecer
una base sólida para nuestro conocimiento, una base que se encontraba en la razón del
hombre. Esta inquebrantable fe en la razón humana caracteriza a Sócrates como un típico
racionalista.
Afirmaba que estaba guiado por una voz divina interior y que esta "conciencia" le
indicaba lo que era correcto. "Quien sepa lo que es bueno, también hará el bien", decía.
Con esto quería decir que los conocimientos correctos nos llevan a acciones correctas. Y
sólo el que hace esto se convierte en un "ser correcto". Cuando actuamos mal es porque no
conocemos algo mejor. Sócrates buscaba definiciones claras y universales válidas de lo
correcto y de lo incorrecto. A diferencia de los sofistas, pensaba que la habilidad para distinguir
lo correcto de lo equivocado se encuentra en las personas, no en la sociedad.
El diálogo socrático
La naturaleza esencial del arte de Sócrates se encuentra en el hecho de que no tenía
como objetivo enseñar a la gente. Por el contrario, daba la impresión de que aprendía de las
personas con las que hablaba. En vez de enseñar como cualquier profesor, discutía, formulaba
preguntas (especialmente al empezar una conversación) como si no supiera nada. En el
transcurso de una discusión solía conseguir, normalmente, que su interlocutor viera los fallos
de sus argumentos y que, cuando estaba acorralado, se viera obligado a darse cuenta de lo
que era bueno y de lo que era malo.
Sócrates, cuya madre era comadrona, vio su propia actividad como la de ayudar a las
personas a "dar a luz" la correcta comprensión, puesto que el verdadero conocimiento tiene
que provenir de uno mismo. No puede ser impartido por otros. Y sólo el conocimiento que
proviene del interior es el verdadero conocimiento.
Haciéndose el ignorante, Sócrates obligaba a las personas con las que se reunía a utilizar
su sentido común. Sócrates se hacía el ignorante, aparentando ser más necio de lo que era. A
esto lo llamamos ironía socrática. Con ella, sacaba continuamente los puntos débiles de la
manera de pensar de la gente. No le preocupaba en absoluto hacer esto en medio de una
plaza pública. Si te encontrabas con Sócrates, te exponías a ser puesto en ridículo en público.
Enlaces
Filósofos relacionados:
Platón - La vida de Platón: para la influencia de Sócrates sobre Platón.
Filosofía helenística - Los cínicos: para su desprecio a los bienes materiales.
Kierkegaard - La vida de Kierkegaard: para su uso de la ironía socrática.

History:
Antigua Grecia - Perspectiva: para el contexto histórico de Sócrates y su ejecución.
Bibliografía

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Sócrates no escribió ningún libro. Sabemos de su filosofía fundamentalmente a través de
los diálogos de Platón, su alumno.
Platón: Apología de Sócrates, en Diálogos, vol. I, Gredos, Madrid, 1993.
Jenofonte: Recuerdos de Sócrates. Banquete. Apología de Sócrates, Gredos, Madrid,
1993.
ESTUDIOS:
Burnet, J.: Doctrina socrática del alma, Universidad Nacional Autónoma, Méjico, 1990.
Cornford, F. M.: Antes y después de Sócrates, Ariel, Barcelona, 1980.
Jaspers, K.: Los grandes filósofos. Los hombres decisivos: Sócrates, Buda, Confucio,
Jesús, Tecnos, Madrid, 1993. Jaspers examina el carácter fundacional de la doctrina socrática.

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PLATóN (428-347 a. de C.)La vida de Platón
Platón provenía de una aristocrática familia ateniense. En su juventud, pasó mucho
tiempo como discípulo de Sócrates, a quien profesaba una tremenda admiración. Sus escritos
son la principal fuente de información del pensamiento de Sócrates. Platón pensaba meterse
en política, pero, cuando Sócrates fue ejecutado, rechazó tal idea.
Tenía 29 años cuando murió Sócrates, pero no se sabe cuándo empezó a escribir sus
muchos diálogos (la mayoría de los cuales han llegado, creemos, hasta nuestros días), que
tenían a Sócrates como personaje principal. Sócrates dejó una profunda huella en Platón,
cuyas ideas pueden empezar a distinguirse, claramente, del pensamiento de Sócrates sólo en
sus últimos trabajos.
Tenía unos cincuenta años cuando fundó su escuela junto con el matemático Taeteto.
Esta escuela se encontraba en una arboleda que debía su nombre al héroe griego Academo,
por lo que la escuela de Platón acabó llamándose Academia. Con esta Academia, Platón
pretendía dar una buena educación a los futuros gobernantes de Atenas y de otras ciudades-
estado. Los temas impartidos eran filosofía, astronomía, gimnasia y, especialmente,
geometría. Sobre la puerta había una inscripción en la que ponía "nadie entre aquí sin saber
geometría". Uno de sus alumnos, Aristóteles, llegó a convertirse en uno de los filósofos que
más han influido a lo largo de la historia.
Platón se marchó posteriormente a Sicilia a intentar educar al joven Dionisio II, pero
volvió a Atenas, donde murió a los 80 años.
Lo verdadero
Platón se interesó por un lado en la relación entre lo eterno y lo inalterable y en lo que
"fluye", por el otro. Sócrates y los sofistas desviaron su atención de las cuestiones de la
filosofía de la naturaleza para centrarse más en los problemas relacionados con el ser humano
y la sociedad (la moral humana y los ideales o virtudes de la sociedad). Podríamos decir, en
pocas palabras, que los sofistas pensaban que las percepciones de lo que era bueno y de lo
que era malo variaban de ciudad en ciudad y de generación en generación, es decir, que la
cuestión sobre lo bueno y lo malo es algo que "fluye". Sócrates no aceptaba en absoluto este
punto de vista. él creía en la existencia de unas reglas básicas y absolutas para lo que es
bueno y lo que es malo. Utilizando nuestro sentido común podemos llegar a conocer esas
normas inmutables, pues la razón humana es, precisamente, eterna e inmutable.
A Platón también le interesaba lo que es eterno e inmutable en la naturaleza y lo que es
eterno e inmutable en la moral y la sociedad. Para Platón, estos dos problemas eran, en
realidad, uno solo. Intentaba captar una "realidad" eterna e inmutable.
El mundo de las Ideas
Tanto Empédocles como Demócrito habían señalado que todos los fenómenos de la
naturaleza "fluyen", pero que, no obstante, tenía que haber "algo" que nunca cambiara (las
"cuatro raíces" o los "átomos"). Platón coincidía con este planteamiento, pero de una manera
muy distinta.
Creía que todas las cosas tangibles de la naturaleza "fluyen". Es decir, que no existen
unas cuantas "materias primarias" que no se disuelven. Absolutamente todo lo que pertenece
al "mundo de los sentidos" está hecho de materia que se desgasta con el tiempo. Pero, a la
vez, todo está hecho con un "molde" eterno e inmutable.
¿Por qué todos los caballos son lo mismo? Hay algo que todos los caballos tienen en
común, algo que los identifica como caballos. El caballo individual "fluye", naturalmente. Puede
ser viejo y cojo y, con el tiempo, morir. Pero el "molde de caballo" es eterno e inmutable.
Esto quiere decir que, para Platón, lo eterno y lo inmutable no es una "materia primaria"
física, como pensaban Empédocles y Demócrito. La concepción de Platón estaba construida de
modelos eternos e inmutables, espirituales y abstractos en su naturaleza, a cuyas imágenes
estaban moldeadas el resto de las cosas.
Si un extraterrestre aterrizara en nuestro planeta y viera en el mostrador de una
pastelería cincuenta pastas iguales, seguramente se preguntaría cómo era posible que fueran
exactamente idénticas. Seguramente acabaría notando que, de alguna forma, tenían pequeñas
diferencias. Pero, después de un razonamiento concienzudo, el extraterrestre llegaría a la
conclusión de que todas las pastas tenían un denominador común. Aunque ninguna fuera

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totalmente perfecta, pensaría que debían tener un origen común: todas las pastas estaban
hechas con el mismo molde. En ese momento, aparecería en el extraterrestre un irresistible
deseo de ver ese molde, pues, evidentemente, el molde tenía que ser muchísimo más perfecto
y, en cierto modo, más hermoso, que ninguna de esas frágiles copias.
Platón pensaba que todas las similitudes que vemos entre los objetos son debidas al
hecho de que provienen del mismo "molde". Le extrañaba la igualdad entre los fenómenos
naturales y llegó a la conclusión de que debía haber un reducido número de moldes que se
encuentran "detrás de" todo lo que vemos a nuestro alrededor. Platón llamó a estos moldes
Ideas. Detrás de cada caballo, cerdo o ser humano se encuentra la "Idea de caballo", la "Idea
de cerdo" o la "Idea de ser humano". (De la misma forma que la pastelería del ejemplo
anterior podía tener pastas con forma de hombres, caballos y cerdos, puesto que un pastelero
que se precie tendrá más de un molde. No obstante, un solo molde es suficiente para cada
clase de pasta).
Platón llegó a la conclusión de que tenía que haber una realidad detrás del "mundo de los
sentidos", realidad a la que llamó el mundo de las Ideas. En este mundo se encontraban las
"imágenes modelo", eternas e inmutables, detrás de los distintos fenómenos con los que nos
topamos en la naturaleza. Este espectacular concepto se conoce como la teoría de las Ideas de
Platón.
Conocimiento seguro
¿Pensaba realmente Platón que tales moldes existían en una realidad completamente
diferente? Sabemos que todo ser humano y animal se acabará muriendo y descomponiendo
tarde o temprano. Incluso un bloque de granito se altera y se desintegra lentamente. Lo que
pensaba Platón era que no podíamos saber nada con seguridad sobre algo que cambia
constantemente. Sólo podemos tener un conocimiento seguro de las cosas que comprendemos
a través de la razón.
Puesto que las relaciones matemáticas nunca cambian, Platón las encontró fascinantes.
Eran algo sobre lo que podíamos tener conocimientos seguros.
El dramaturgo Sófocles fue contemporáneo de Platón y menciona un juego similar al
pentalfa en una de sus obras. La solución al juego se puede encontrar por puro razonamiento
matemático (no sin dificultad). Una de las soluciones simples consiste en empezar en cualquier
punto del tablero e ir haciendo que cada uno de los siguientes movimientos termine en el
punto de partida del anterior.
Platón pensaba que la razón humana era una fuente de conocimientos bastante superior
a nuestros sentidos. Imagina que te encuentras en el bosque con una piña redonda. A lo mejor
dices que "piensas" que es completamente redonda, aunque un amigo tuyo diga que está algo
achatada por uno de sus extremos.
Sin embargo, no podéis tener un conocimiento absolutamente seguro de algo que
percibís con los ojos. En cambio, sí puedes tener una absoluta certeza de que la suma angular
de un círculo es de 360 grados. En este caso, hablaríamos de un círculo ideal que puede no
existir en el mundo físico pero que puedes visualizar con claridad en tu mente.
En resumen: sólo podemos tener concepciones inexactas de las cosas que percibimos a
través de nuestros sentidos. Sin embargo, podemos obtener un conocimiento infalible de lo
que reconocemos con la razón. La suma de los ángulos de un triángulo será siempre de 180
grados. Igualmente, la "Idea" de caballo tendrá cuatro patas, aunque todos los caballos del
mundo sensorial se rompieran una de ellas.
El alma inmortal
Platón pensaba que el hombre era una criatura dual, que participaba tanto del reino de lo
perecedero como del reino inmutable de las Ideas.
Tenemos un cuerpo que "fluye" y que, por lo tanto, está indisolublemente ligado al
mundo de los sentidos, compartiendo el mismo destino que todo lo de este mundo. Todos
nuestros sentidos dependen de nuestro cuerpo y son, consecuentemente, poco fiables. Pero
también tenemos un alma inmortal, el dominio de la razón. Y, puesto que no es física, el alma
puede escrutar el mundo de las Ideas.
Platón también creía que el alma existía en el reino de las Ideas antes de establecerse en
el cuerpo. Pero, tan pronto como el alma se despertaba dentro de un cuerpo humano, olvidaba
las Ideas perfectas. Entonces, a medida que el ser humano va descubriendo las diferentes
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formas del mundo de los sentidos, empieza a crecer en su alma un vago recuerdo. Ve un
caballo, un caballo imperfecto, y es suficiente para despertar en su alma un vago recuerdo del
"caballo" perfecto que el alma vio en el mundo de las Ideas. Este recuerdo despierta en el
alma un deseo de volver a la verdadera morada del alma. Desde ese momento, el cuerpo y el
mundo de los sentidos se empiezan a ver como algo imperfecto e insignificante. El alma ansía
liberarse de las cadenas del cuerpo.
Pero Platón no creía que todos los seres humanos daban rienda suelta al alma y
permitían que ésta se liberara de tal forma. Pensaba que la mayoría de ellos se aferraba a los
"reflejos" de las Ideas en el mundo de los sentidos, un mundo lleno de pobres copias de algo
verdaderamente perfecto. Sólo unas cuantas personas rechazaban esto: los filósofos. Platón
ilustraba esto con un mito: el mito de la caverna.
Fuera de la caverna
Imagina a unas personas viviendo en las profundidades de una caverna, sentadas de
espaldas a la entrada y atadas de pies y manos, de forma que sólo podrán mirar a la pared del
fondo de la caverna. Detrás de ellas hay un muro alto y por detrás del muro caminan unos
seres que se parecen a las personas. éstos sujetan diferentes figuras por encima del borde del
muro. Detrás de estas figuras arde un fuego que hace que se proyecten las sombras en la
pared del fondo. De esta forma, lo único que pueden ver los habitantes de las cavernas es un
"teatro de sombras". Pero, como han estado sentados en esa postura desde que nacieron,
creen que las sombras son lo único que existe.
Imagínate ahora que uno de esos moradores empieza a preguntarse de dónde vienen
todas esas sombras. ¿Qué crees que ocurrirá cuando se vuelva hacia las figuras y vea que
están siendo manipuladas por detrás del muro? Al principio, la fuerte luz a la que no está
acostumbrado le cegará. También le cegarán las nítidas figuras ya que, hasta ese momento,
sólo había visto sus sombras. Si consiguiera saltar el muro y atravesar el fuego hasta llegar al
mundo exterior, se cegaría aún más con la luz solar. Pero, después de haberse aclimatado,
vería nítidos colores y siluetas. Vería animales y flores verdaderos, de los que las figuras de la
caverna sólo eran malas copias. Después, vería también el sol en el cielo y llegaría a la
conclusión de que él es el que da la vida a las flores y a los animales, de la misma forma que
la hoguera daba las sombras en la caverna.
Después, volvería a la caverna e intentaría convencer a sus moradores de que las
sombras en la pared de la caverna son sólo copias centelleantes de las cosas "reales". Pero
nadie le creería, afirmando que lo que allí ven es lo único que hay, y le asesinarían.
Lo que Platón quería ilustrar con este mito es el camino que recorre un filósofo desde los
conceptos sombríos hasta las verdaderas Ideas que se encuentran tras los fenómenos
naturales. Platón creía que todos los fenómenos naturales eran meras sombras de las Ideas
eternas. Probablemente pensara también en Sócrates, a quien mataron los "moradores de la
caverna" por perturbar sus ideas convencionales e intentar mostrarles el camino hacia la
verdadera sabiduría.
El Estado
El mito de la caverna lo podemos encontrar en el diálogo de Platón La república; en él
nos presenta una imagen del "Estado ideal" o Estado utópico. Platón pensaba que el Estado
debería ser gobernado por filósofos, basando la explicación de esto a la composición del ser
humano.
Según Platón, el cuerpo humano estaba dividido en tres partes: cabeza, pecho y vientre.
A cada una de estas partes le correspondía una facultad del alma. La razón pertenecía a la
cabeza, la voluntad al pecho y el deseo al vientre. Cada una de estas facultades del alma tenía
un ideal o "virtud". La razón debía aspirar a la sabiduría, la voluntad al valor y el deseo debía
frenarse para que el ser humano mostrara moderación. Sólo cuando las tres partes del cuerpo
funcionaran como una unidad, obtendríamos un individuo armonioso y honroso, "virtuoso".
Platón se imaginaba un Estado construido exactamente de la misma forma que un ser
humano. El equivalente a la cabeza, el pecho y el vientre serían los gobernantes, los soldados
y los productores (agricultores, por ejemplo). De la misma forma que una persona saludable y
armoniosa mostraba equilibrio y moderación, un Estado "justo" se caracterizaba porque cada
uno sabría el lugar que le corresponde dentro del conjunto.

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Como todos los aspectos de la obra de Platón, su filosofía política se caracterizaba por el
racionalismo. La creación de un buen Estado dependía de que fuera gobernado por la razón. Y
así como la cabeza rige el cuerpo, los filósofos debían regir la sociedad. Platón describe así una
correlación tripartita del Estado con el cuerpo, alma y virtud humanos.
El Estado ideal de Platón no parece muy diferente del sistema de castas hindú, en el que
cada persona tiene una función determinada para el bien del conjunto. Incluso desde antes de
los tiempos de Platón, el sistema de castas ha tenido la misma división tripartita entre la casta
dominante (la de los sacerdotes), la casta de los guerreros y la casta de los productores. Hoy
en día seguramente llamaríamos al Estado de Platón Estado totalitario. No obstante, merece la
pena destacar que él pensaba que las mujeres podrían ser unas gobernantas tan efectivas
como los hombres, por la mera razón de que los gobernantes deberían gobernar en virtud de
su razón. Pensaba que las mujeres tenían exactamente la misma capacidad para razonar que
los hombres si reciben el mismo tipo de educación y se las exime del cuidado de los niños y de
las tareas domésticas. En el estado ideal de Platón, los gobernantes y soldados deberían ser
privados de la vida familiar y de la propiedad privada. La educación de los niños era, además,
algo tan importante que no podía ser confiada a los particulares, sino que debería ser
responsabilidad del Estado. (Fue el primer filósofo que apoyó un sistema público de guarderías
y colegios).
Después de vivir grandes desilusiones políticas, Platón escribió el diálogo Las leyes, en el
que describía el "Estado legal" como el segundo mejor Estado. Aquí se mostraba más
partidario de la propiedad privada y las ataduras familiares. De esa manera, la libertad de las
mujeres se veía reducida. Sin embargo, decía que un Estado que no educara ni adiestrara a
sus mujeres era como un hombre que sólo utilizara su brazo derecho.
Enlaces
Filósofos relacionados:
Sócrates - La vida de Sócrates: para sus enseñanzas a Platón.
Aristóteles - No hay ideas innatas: para su crítica a la teoría de los moldes.
Filosofía helenística - El neoplatonismo: para la adaptación religiosa de Platón.
Filosofía medieval - Defensa de Platón: para la interpretación de San Agustín de Platón.
Hegel - Individualismo: para su punto de vista sobre el lugar del hombre en el Estado.

Historia:
Antigua Grecia - Perspectiva: para el entorno histórico de Platón.
Antigua Grecia - Descubrimientos: para la Academia de Platón y su acercamiento a la
ciencia.
La Edad Media - Descubrimientos: para la clausura de la Academia.
Bibliografía
Los diálogos más importantes de Platón son los siguientes:
Fedón, en Diálogos, vol. III, Gredos, Madrid, 1988.
La república, Alianza, Madrid, 1995.
Parménides, Alianza, Madrid, 1986.
ESTUDIOS:
Friedländer, P.: Platón: verdad del ser y realidad de la vida, Tecnos, Madrid, 1989.
Hare, R. M.: Platón, Alianza, Madrid, 1991. Una buena introducción de Platón.
Ross, W. D.: La teoría de las Ideas de Platón, Cátedra, Madrid, 1989. En esta obra se
destacan los aspectos epistemológicos de la doctrina platónica.

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ARISTóTELES (384-322 a. de C.)La vida de Aristóteles
Aristóteles nació en Macedonia. Su padre fue médico de la corte del rey Amintas II de
Macedonia y su formación científica le convirtió en un gran biólogo, así como en uno de los
filósofos más importantes de la Antigua Grecia.
Entró como estudiante en la Academia de Platón cuando tenía 17 años. Pronto sobresalió
y se convirtió en profesor. Estuvo en la Academia hasta la muerte de Platón, unos 20 años
después.
Aristóteles pasó doce años alejado de Atenas. Durante tres años fue tutor del joven
Alejandro Magno, heredero al trono macedonio. En el año 335 a. de C. volvió a Atenas para
fundar su propia escuela: el Liceo. Pero después de que las tropas de Alejandro conquistaran
Atenas, apareció un resentimiento general contra Macedonia. Este resentimiento se volvió
contra el propio Aristóteles, pues además de ser macedonio, había sido el mentor de
Alejandro.
En el año 323 a. de C. fue acusado de impiedad, por lo que decidió dejar Atenas antes
que sufrir el mismo destino que Sócrates. Murió en el exilio un año después.
La primera ciencia
Aunque Aristóteles estuvo altamente influenciado por Platón, había enormes diferencias
entre ellos. Aristóteles estaba obsesionado con el estudio de la naturaleza, mientras que Platón
no.
Platón estaba tan fascinado con sus moldes eternos, sus "ideas", que prestó muy poca
atención a los cambios de la naturaleza. Aristóteles, por el contrario, se preocupó más por
estos cambios (o lo que hoy en día llamamos procesos naturales). Mientras que Platón
utilizaba sólo su razón, Aristóteles usaba además sus sentidos: se acuclillaba y estudiaba las
ranas y los peces, las anémonas y las amapolas.
Escritos antiguos hablan de 170 títulos supuestamente escritos por Aristóteles. De todos
ellos se han conservado 47. No se trata de libros acabados, sino de apuntes para lecciones.
Recordemos que, todavía en aquella época, la filosofía era, sobre todo, una actividad oral.
La importancia de Aristóteles en la cultura europea se debe también en buena parte al
hecho de que fuera él quien creara el lenguaje y terminología que, todavía hoy, se utiliza en
las ciencias. Fue el gran organizador que fundó y ordenó las diferentes ciencias.
No hay ideas innatas
Igual que los filósofos anteriores a él, Platón deseaba encontrar algo eterno e inmutable
en medio de todos los cambios. Encontró las Ideas perfectas que estaban muy por encima del
mundo de los sentidos. Platón opinaba, además, que las Ideas eran más reales que todos los
fenómenos de la naturaleza. Primero estaba la "idea de caballo" y, luego, llegaban todos los
caballos del mundo sensorial galopando en forma de sombras en la pared de una caverna. La
"idea de gallina" estaba antes que la gallina y que el huevo.
Aristóteles pensaba que Platón había dado la vuelta a todo. Estaba de acuerdo con su
profesor en que el caballo individual "fluye" y en que ningún caballo vive eternamente.
También compartía que el molde del caballo era eterno e inmutable. Pero la "idea" de caballo
era simplemente un concepto que los seres humanos nos hemos formado después de varios
caballos. Esto es, la "idea" o "forma" de caballo no existe en sí misma. Para Aristóteles, la
"idea", o la "forma", de caballo era la suma de las características comunes de todos los
caballos o, como decimos hoy en día, la especie. Para Aristóteles, las formas de las cosas son
como las cualidades específicas de dichas cosas.
Platón pensaba que todas las cosas que vemos en el mundo natural eran meros reflejos
de unas cosas que existían en otra realidad, la del mundo de las Ideas (y, por lo tanto, en el
alma humana). Aristóteles opinaba exactamente lo contrario: las cosas que se encuentran en
el alma son solamente meros reflejos de los objetos de la naturaleza. Así, la naturaleza es el
mundo real. De acuerdo con Aristóteles, Platón quedó anclado en una visión mítica del mundo,
en la que la imaginación del hombre se confunde con el mundo real.
Aristóteles señaló que no existe nada en la mente que no haya estado antes en los
sentidos. Platón decía que no había nada en la naturaleza que no hubiera estado antes en el
mundo de las Ideas. En ese sentido Aristóteles opinaba que Platón "duplicaba el número de las
cosas". Explicaba cada caballo haciendo referencia a la "idea" de caballo. Pero ¿qué clase de

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explicación era ésa? ¿De dónde venía la "idea de caballo"? ¿Existe acaso también un tercer
caballo del que la "idea de caballo" es un simple reflejo?
Aristóteles pensaba que todo lo que tenemos dentro de pensamientos e ideas ha entrado
en nuestra conciencia a través de lo que hemos visto y oído. Pero también tenemos una razón
innata con la que nacemos. No tenemos Ideas innatas, como mantenía Platón, sino una
capacidad innata para ordenar todas nuestras sensaciones en distintos grupos y clases. Es así
como surgen los conceptos de "piedra", "planta", "animal" y "hombre".
Forma y materia
Después de aclarar su relación con la teoría de las Ideas de Platón, Aristóteles determina
que la realidad está compuesta por una serie de elementos individuales que constituyen un
conjunto de forma y materia. La "materia" es de lo que están hechas las cosas y la "forma"
representa las cualidades específicas de cada cosa.
Supón que tienes ante ti una gallina aleteando. La "forma" de la gallina es, justamente,
aletear, cacarear y poner huevos. Es decir, la "forma" de la gallina son las propiedades
específicas de la especie "gallina" o, en otras palabras, lo que hace la gallina. Cuando la gallina
muere, y con ello deja de cacarear, la "forma" de la gallina deja de existir. Lo único que queda
es la "materia" de la gallina, con lo que ya no es una gallina.
La "materia" siempre tiene el potencial de realizar una determinada "forma". Según
Aristóteles, cada cambio en la naturaleza es una transformación de la materia de "posibilidad"
a "realidad", de "potencia" a "acto".
Imagina un escultor trabajando con un enorme bloque de granito. Todos los días da
martillazos y pica la piedra informe. Un día recibe la visita de un niño que le pregunta: "¿Qué
estás buscando?", a lo que el escultor responde: "Espera y verás". Al cabo de unos días el niño
vuelve. Para entonces, el escultor ya ha esculpido un hermoso caballo. El niño mira
asombrado, se vuelve al escultor y le dice: "¿Cómo podías saber que el caballo estaba ahí
dentro?".
En cierto modo, el escultor ya había visto la forma del caballo en el bloque de granito,
puesto que el bloque de granito tenía la potencialidad inherente de transformarse en caballo.
De forma similar creía Aristóteles que todas las cosas de la naturaleza tienen una posibilidad,
un potencial inherente de realizar o alcanzar una "forma" determinada.
La causa final
Aristóteles tenía una notable visión de la causalidad en la naturaleza. Pensaba que había
varias clases de causas en la naturaleza (mencionaba cuatro diferentes). Es importante
comprender a qué llamaba Aristóteles la "causa final".
¿Por qué llueve? Seguramente sabrás que llueve porque el vapor de agua se enfría y se
condensa formando gotas de agua que caen al suelo debido al efecto de la fuerza de gravedad.
Aristóteles también estaría de acuerdo con este ejemplo. Pero añadiría que sólo has señalado
tres de las causas.
La "causa material" es que el vapor de agua (las nubes) se encontraba justo allí en el
momento en el que se enfrió el aire. La "causa eficiente" o agente es que se enfría el vapor de
agua y la "causa formal" es que la "forma" o naturaleza del agua es caer al suelo. Pero,
además, Aristóteles añadiría que llueve porque las plantas y los animales necesitan el agua de
la lluvia para poder crecer. ésta es la causa que Aristóteles llamaba "causa final". Aristóteles
atribuiría a las gotas una tarea o "intención".
ésta no es la forma de pensar de un científico de hoy en día. Decimos que la comida y la
humedad son condiciones necesarias para que los animales y las personas puedan vivir, no
que la intención del agua o las naranjas sea la de darnos de comer. Pero Aristóteles creía que
hay un propósito o intención detrás de todo. Llueve para que las plantas puedan crecer, las
naranjas o las uvas crecen para que las personas se las puedan comer.
Lógica
La distinción entre "forma" y "materia" juega también un importante papel cuando
Aristóteles se dispone a describir cómo los seres humanos reconocen las cosas en el mundo.
Cuando discernimos cosas, las ordenamos en distintos grupos o categorías. Veo un
caballo, luego veo otro caballo y, luego, otro más. Los caballos no son idénticos, pero tienen

26
algo en común, y ese algo en común es lo que constituye la "forma" del caballo. Lo que es
diferente o individual pertenece a la "materia" del caballo.
De esta manera, los seres humanos vamos por el mundo clasificando todo en categorías.
Distinguimos las cosas hechas de piedra, las hechas de madera y las hechas de goma.
Distinguimos entre las cosas vivas y las cosas muertas, entre lo vegetal, lo animal y lo
humano.
Aristóteles pretendía mostrar que todas las cosas de la naturaleza pertenecían a
determinados grupos y subgrupos. (Así, por ejemplo, un perro determinado es un ser vivo,
más concretamente un animal, más concretamente un vertebrado, más concretamente un
mamífero, más concretamente un perro, más concretamente un labrador, más concretamente
un labrador macho).
Aristóteles era un meticuloso organizador que quiso poner en orden nuestros conceptos.
De hecho, fue él quien creó la ciencia de la lógica. Demostró varias leyes estrictas para saber
qué pruebas eran lógicamente válidas. Veamos un ejemplo clarificador: si primero
constatamos que "todos los seres vivos son mortales" (primera premisa) y después
constatamos que "el perro de antes es un ser vivo" (segunda premisa), podemos deducir,
elegantemente, que "el perro de antes es mortal".
Este ejemplo demuestra que la lógica de Aristóteles trata de una relación entre
conceptos, en este caso entre "ser vivo" y "mortal". Aunque tengamos que darle la razón a
Aristóteles en un 100%, debemos admitir que no nos dice nada nuevo. Nosotros ya sabíamos
que el perro era "mortal", puesto que todos los perros son mortales. Pero la relación entre
grupos de cosas no es siempre tan obvia. De vez en cuando puede resultar necesario ordenar
nuestros conceptos.
Escala de la naturaleza
Aristóteles mantenía que todo en la naturaleza puede dividirse en dos grupos o
categorías principales. Por un lado, tenemos las cosas inanimadas, como las piedras, las gotas
de agua o los granos de tierra. Estas cosas no tienen ningún potencial inmanente de cambio,
sino sólo por medio de influencias externas. Por el otro lado tenemos las cosas vivas, con un
potencial inherente de cambio. Aristóteles dividía las cosas vivas en dos grupos diferentes. Uno
que contenía las plantas, y un segundo que contenía los seres vivos. Este último grupo lo
dividía, a su vez, en otros dos: el de los seres humanos y el del resto de los animales.
Cuando Aristóteles dividía los fenómenos naturales en varios grupos, se basaba en las
características de los objetos, concretamente, en lo que podían hacer o en lo que hacían.
Todos los seres vivos (plantas, animales o seres humanos) tienen la capacidad de sentir el
mundo de su alrededor y de moverse en la naturaleza. Los seres humanos tienen, además, la
capacidad de pensar o, en otras palabras, de ordenar sus sensaciones en varios grupos y
clases.
Así resulta que no hay realmente límites muy definidos en la naturaleza. Observamos
una transición más bien gradual de plantas simples a plantas más complicadas, de animales
simples a animales más complicados. En la parte superior de esta pirámide se encuentra el
hombre, el cual, según Aristóteles, vive toda la vida de la naturaleza. El hombre crece y
absorbe sus nutrientes como las plantas, tiene sentimientos y la capacidad de movimiento
como los animales, pero además tiene la peculiar característica de pensar racionalmente. En la
cima absoluta de esta pirámide Aristóteles colocaba al "primer motor", Dios, quien, según él,
había iniciado todos los movimientos del mundo natural.
ética
Aristóteles pensaba que hay tres formas de felicidad. La primera de ellas es la vida de
placeres y diversiones. La segunda forma de felicidad es vivir como un ciudadano libre y
responsable. La tercera, vivir una vida como pensador e investigador.
Aristóteles también subrayaba que tenían que darse simultáneamente las tres
condiciones para que el ser humano pudiera ser totalmente feliz. Rechazaba cualquier forma
de desequilibrio.
Aplicaba lo mismo a las relaciones humanas, donde Aristóteles abogaba por el "justo
término medio". No debemos ser ni cobardes ni temerarios, sino valientes (poco valor es
cobardía y demasiado es temeridad). Por ejemplo, con la comida es muy peligroso comer
demasiado poco, como también lo es comer demasiado. Tanto la ética de Platón como la de
27
Aristóteles se remiten a la ciencia médica griega: sólo mediante el equilibrio y la moderación
una persona será feliz, vivirá en "armonía".
Política
Aristóteles mencionaba tres buenas formas de Estado.
Una de ellas era la monarquía, o reinado, donde sólo había un jefe de Estado. Para que
este tipo de gobierno fuera bueno, debería evitarse su evolución hacia la "tiranía" (esto es, un
gobernante que maneje el Estado para su propio provecho).
Otra de las buenas formas de Estado era la aristocracia, en la que hay un grupo mayor o
menor de gobernantes. En esta forma de gobierno debería evitarse la degeneración a la
"oligarquía", donde sólo unos pocos serían los gobernantes. Un ejemplo de ello sería una
asamblea
La tercera forma de Estado es la que Aristóteles llamó politeia, la democracia. Esta forma
de gobierno también tiene un aspecto negativo. Una democracia puede degenerar también en
demagogia.
La mujer
A diferencia de Platón, Aristóteles tendía a pensar que las mujeres eran, en cierta forma,
incompletas. Una mujer era algo así como "un hombre incompleto". En la procreación, la mujer
debería ser pasiva y receptora, mientras que el hombre sería el activo y productivo. Pensaba
que el niño sólo heredaba las cualidades del hombre, las cuales estaban contenidas en su
esperma. La mujer era como la tierra, que sólo recibe y gesta la "semilla", mientras que el
hombre es el que la "siembra". O, dicho de una forma genuinamente aristotélica, el hombre da
la "forma" y la mujer contribuye con la "materia".
El punto de vista de Aristóteles sobre los sexos fue doblemente negativo porque fue el
suyo, no el de Platón, el que se mantuvo durante toda la Edad Media. La Iglesia heredó una
visión de la mujer que, en realidad, no tenía ninguna base en la Biblia.
Enlaces
Filósofos relacionados:
Platón - El mundo de las Ideas: para la teoría de los moldes.
Filosofía medieval - Sto. Tomás de Aquino: para el resurgimiento del aristotelismo.
Darwin - El origen de la vida: para el sistema de clasificación comparable.
Locke - Los empiristas: para la visión empirista.

Historia:
Antigua Grecia - Descubrimientos: para la faceta científica de Aristóteles.
Antigua Grecia - Política: para Alejandro Magno.
La Edad Media - Descubrimientos: para el redescubrimiento de Aristóteles por los
eruditos medievales.
Renacimiento - Perspectiva: para Aristóteles.
Renacimiento - Descubrimientos: para el desafío de la ciencia aristotélica durante el
Renacimiento.
Bibliografía
Las principales obras de Aristóteles son:
ética nicomáquea. ética eudemia, Gredos, Madrid, 1993.
Física, Gredos, Madrid, 1995.
Metafísica, Gredos, Madrid, 1990.
ESTUDIOS:
Barnes, J.: Aristóteles, Cátedra, Madrid, 1987. Una obra accesible, escrita por uno de los
mejores especialistas en Aristóteles en el mundo anglosajón.
Lear, J.: Aristóteles: el deseo de comprender, Alianza, Madrid, 1994.
Ross, W. D.: Aristóteles, Charcas, Buenos Aires, 1981. Destacan, sobre todo, los
aspectos ontológicos de este estudio.
Helenismo y Roma - Perspectiva
28
Alejandro Magno dejó a su muerte en el año 323 a. de C. el mayor imperio que el mundo
había conocido, uniendo la civilización griega con Egipto y Oriente hasta la India. Las
conquistas de Alejandro marcaron el comienzo de una nueva época en la historia de la
humanidad. Surgió una nueva civilización en la cual la cultura y la lengua griega jugaron un
papel dominante.
Los tres siglos siguientes son los conocidos como período helenístico. El término
Helenismo se refiere tanto a la época como a la cultura predominantemente griega que
prevaleció en los reinos helenísticos, entre los cuales Egipto, Siria y Macedonia fueron los más
importantes.
La cultura helenística unificó ideas científicas, filosóficas y religiosas de todo el mundo
conocido. Nuevos movimientos religiosos, que prometían la inmortalidad y salvación a los que
siguieran sus enseñanzas, aparecieron como resultado de la fusión de diversas creencias.
El gran puerto de Alejandría se convirtió en el centro cultural y comercial del helenismo.
Era una sociedad cosmopolita y próspera que atraía a mercaderes artistas y eruditos de
diferentes naciones. Mientras Atenas, tras Platón y Aristóteles, continuaba siendo la capital de
la filosofía, Alejandría era el centro de la ciencia helenística. Con sus grandes bibliotecas y
museos, Alejandría era la vanguardia en los avances de las matemáticas, astronomía, biología
y medicina.
A partir del siglo II a. de C., Roma comenzó la conquista de los reinos helenísticos y,
hacia el final del siguiente siglo, la cultura romana y el latín predominaron desde España por el
oeste hasta Egipto y Asia Menor. El período romano supuso más una continuación que una
ruptura con la civilización helenística. Roma había estado profundamente influenciada por la
cultura clásica y helenística griega, los romanos sentían un enorme respeto por el arte, la
literatura y la filosofía griega. Aunque el latín era la lengua oficial, el griego continuó siendo la
lengua de las provincias del este y los romanos instruidos eran bilingües.
Augusto, el primer emperador romano, trajo la paz, prosperidad y buen gobierno a Roma
y a los ciudadanos del Imperio. A partir del tiempo de Augusto los romanos practicaron el culto
al emperador por el cual a los emperadores se les otorgaba supremacía política y religiosa , y
frecuentemente se les deificaba tras su muerte. Durante algunos siglos más el poder y el
ejército romanos iban a poder imperar de forma hegemónica en sus vastos territorios. Hacia el
siglo III d. de C., sin embargo, el Imperio comenzó a desmoronarse y existía una conciencia
generalizada de declive.
Durante este período la sociedad romana iba siendo cada vez más consciente de lo que al
principio pareció ser el nacimiento de una nueva secta judía. No obstante, a pesar de la
persecución inicial, el Cristianismo se extendió por el Imperio y hacia el año 300 d. de C.
representaba aproximadamente la décima parte de su población. En el siglo cuarto consiguió el
apoyo del emperador Constantino y, lo que había sido un culto ilegal, rápidamente se convirtió
en la religión oficial del Imperio Romano. Esta identificación entre la Iglesia y el estado supuso
un hecho de profundo significado histórico que iba a afectar a la sociedad occidental durante
miles de años.
ver también:
Antigua Grecia - Política: para Alejandro Magno
Antigua Grecia - Descubrimientos: para Platón y Aristóteles como científicos
La Edad Media - Descubrimientos: para la clausura de la academia de Platón, el
redescubrimiento de Aristóteles por sabios medievales.
La Edad Media - Perspectiva: para Europa tras la caída de Roma, la expansión del
cristianismo
La Edad Media - Sociedad: para el importante papel de la iglesia en la Europa medieval
La Edad Media - Política: para la importancia política de la iglesia medieval
La Edad Media - Cultura: para la influencia de la iglesia en el arte medieval.
Renacimiento - Descubrimientos: para el desafío a la ciencia de Aristóteles por sabios del
Renacimiento.
Helenismo y Roma - Política
Tras la muerte de Alejandro Magno en el año 323 a. de C., el Imperio se repartió entre
sus generales, dividiéndose en los reinos helenísticos; los tres más importantes eran Egipto,
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Siria y Macedonia. La cultura helenística floreció en el área mediterránea incluyendo la nueva
república de Roma.
En el segundo siglo a. de C. varios estados griegos pidieron ayuda militar a Roma en sus
disputas regionales. Los romanos usaron esta oportunidad para conquistar Grecia y parte de
Asia Menor, mientras que en el oeste derrotaban a su rival Cartago. Hacia el final del primer
siglo a. C el Imperio Romano se extendía desde Oriente Próximo por todo el Mediterráneo
hasta Francia, España y Britania.
Sin embargo, a pesar de que el Imperio Romano conquistó vastos territorios en el
exterior, en Roma estalló la guerra civil entre diferentes facciones políticas. Julio César
consiguió el control pero fue asesinado en el 44 a. de C. El sobrino de César, Octavio, derrotó
a los responsables de su muerte, incluido Marco Antonio que se suicidó con Cleopatra. Aunque
al principio Roma continuó siendo una república, cuya autoridad recaía en el Senado y en los
ciudadanos de Roma, Octavio fue reconocido como el primer emperador con el nombre de
"Augusto" o "El Venerado". El reinado de Augusto fue un período de estabilidad política,
prosperidad y reformas administrativas.
La dinastía de Augusto se extinguió con la muerte de Nerón en al año 68 d. de C. Le
siguió la guerra civil pero finalmente el Imperio se estabilizó y mediante el poder militar se
extendió incluso más. Aunque la autoridad romana estaba basada en el poderío de su ejército,
en su mejor momento supuso orden, paz y un gobierno eficaz. Los romanos eran tolerantes
con las costumbres locales siempre y cuando se pagaran los impuestos y se reconociera la
autoridad de Roma.
En el siglo tercero se produjo una seria decadencia política y económica en el Imperio. La
administración imperial se desmoronaba y las tribus bárbaras amenazaban sus fronteras. Esta
situación mejoró en cierta medida al final del siglo, y poco después Constantino trasladó la
capital a Bizancio, que pasó a llamarse Constantinopla. Pero la verdadera importancia histórica
de Constantino está en la adopción del Cristianismo como credo oficial del Imperio, habiendo
sido anteriormente perseguido como secta.
A pesar de los intentos de reforma, el orden romano pereció. El territorio era demasiado
grande para una sola administración, aunque el ideal de Imperio unificado iba a reaparecer
periódicamente como mínimo hasta la época de Napoleón. La parte oriental de lengua griega
crecía al margen de la occidental que hablaba latín y al final del siglo cuarto el Imperio se
desdobló en dos mitades la oriental y la occidental. En el 410 y en el 455 Roma fue saqueada
por los bárbaros, y el Imperio occidental finalmente se desmoronó en el 476.
Ver también:
Antigua Grecia - Política: para Alejandro Magno.
La Edad Media - Política: para Europa despúes de la caída de Roma, imperio de
Carlomagno.
Renacimiento - Política: para la visión del Imperio por Carlos V.
La Ilustración - Política: para las conquistas e imperio de Napoleón
Siglo XX - Economía: para intentos de construir una unidad económica europea.
Helenismo y Roma - Economía
La civilización helenística y la romana al igual que la de la antigua Grecia eran
esencialmente urbanas. Se fundaron numerosas ciudades que se convirtieron en centros de la
cultura helena o romana para las poblaciones locales. Las ciudades podían tener funciones
tanto estratégicas como comerciales para proteger las rutas del comercio o establecer una
presencia militar. Las ciudades helenísticas -entre las que destacó por su importancia
Alejandría en Egipto, fundada por Alejandro Magno- fueron repobladas bien por griegos que
habían luchado en las campañas o por inmigrantes de otros reinos helenísticos. Las riquezas
de la civilización helenística, con frecuencia sustraídas a los territorios conquistados, se
exhibían en estas ciudades en suntuosos edificios públicos.
Las ciudades del Imperio Romano se encontraban principalmente en la Europa occidental.
París, Bonn, Viena y Londres surgieron en este tiempo. La ciudad más grande de todas era
Roma con más de un millón de habitantes.
A medida que el Imperio Romano se extendía, el comercio terrestre y marítimo florecía
con nuevos mercados, una moneda única, excelentes comunicaciones y grandes períodos de

30
paz. Se agrandaron los puertos o se hicieron de nuevo y se construyeron faros. Los canales
ampliaron el acceso a los ríos, mientras que en todo el Imperio el transporte de personas y
mercancías, así como de ideas, se vio facilitado por una inmensa red de carreteras. Se
conectaron las ciudades desde Gran Bretaña a Egipto y los servicios postales mejoraron el
envíos a largas distancias de cartas, libros y otros documentos. En esta sofisticada economía
se intercambiaban el estaño británico, el marfil africano, caballos árabes, vidrio italiano, y la
seda y especies de oriente. Las caravanas y los mercaderes marítimos viajaban hasta tan lejos
como Corea y Sri Lanka donde se había adoptado la moneda romana.
A pesar de la importancia del comercio, la economía romana se basaba en una
agricultura simple y primitiva. Desde sus granjas agrícolas se tenían que pagar los impuestos
para mantener la costosa infraestructura militar y administrativa del Imperio. En el siglo III d.
de C. los impuestos aumentaron para sufragar un ejército que se defendía de los bárbaros, en
medio de la guerra civil y el declive económico. Los campesinos entregaban tierra a los
terratenientes a cambio de protección. En ocasiones los campesinos se convertían en siervos
ligados a la tierra porque el dinero perdía su valor y era reemplazado por el intercambio de
bienes o servicios. La economía interrelacionada de los primeros siglos se volvió
descentralizada y local a medida que la civilización de la antigüedad basada en las ciudades
llegaba a su fin.
Ver también:
La Edad Media - Economía: para el colapso económico de Europa Occidental después de
la caída de Roma.
La Edad Media - Sociedad: para los esclavos ligados a la tierra en el sistema feudal.
Helenismo y Roma - Sociedad
La sociedad helenística surgió de la mezcla de las tradiciones griegas, extendidas por los
ejércitos de Alejandro Magno, con la cultura de los pueblos conquistados. El imperio era
demasiado grande para ser administrado únicamente por los griegos, y en general Alejandro
permitió que continuaran las costumbres locales, adoptándolas él mismo hasta el punto de
crear resentimientos entre sus seguidores. Su segunda mujer era hija de un rey persa, y
alentó a muchos de sus soldados a casarse con mujeres orientales.
El Imperio Romano continuó con la tolerancia helenística hacia las diferentes costumbres
y tradiciones. Los romanos no imponían sus costumbres por la fuerza, pero ofrecían a cambio
incentivos como la ciudadanía romana. A lo largo de todo el Imperio las ciudades recibieron los
beneficios de la vida romana, desde los templos y los baños hasta el teatro, el foro y la
eficiente planificación de la ciudad.
La sociedad romana era patriarcal. El "pater familias", o "padre de familia", era el jefe de
la casa y tenía una autoridad ilimitada. Se esperaba de él que se comportara con diligencia y
autocontrol, encarnando la experiencia de generaciones anteriores. La disciplina doméstica era
respetada desde los tiempos de la fundación del estado, pareja a la disciplina militar; el
emperador simbolizaba al padre de la patria.
La ley romana definía a las mujeres y a los niños como formas de propiedad; las mujeres
estaban sometidas a la autoridad del "pater familias", ya fuera el padre o el marido. Aunque la
dote de la mujer normalmente pasaba a ser propiedad del marido, las mujeres mayores
tendían a aumentar sus propiedades, especialmente si sobrevivían al marido. El sistema legal
romano era lo suficientemente flexible como para aceptar esta tendencia.
No todos los romanos disfrutaban de los mismos privilegios. Existía un evidente contraste
entre el ostentoso estilo de vida de los ricos, famoso por sus fiestas y orgías, y la exigua
existencia de los pobres. Existía también un lado cruel y sanguinario en la sociedad romana,
expresado de forma gráfica en la lucha de gladiadores que ofrecía divertimento a las masas de
la época.
Uno de los más importantes legados de Roma al mundo moderno fue su sistema legal,
resultado de siglos de estudio, compilación y tratamiento de casos importantes, unido al
desarrollo de la jurisprudencia y la filosofía del derecho. El derecho romano más tarde se
extendió por Europa, en donde hoy sigue teniendo influencia, especialmente en Francia.
Ver también:
Antigua Grecia - Política: para Alejandro Magno

31
Antigua Grecia - Sociedad: para la posición de las mujeres
La Edad Media - Sociedad: para mujeres
Renacimiento - Sociedad: para mujeres
La Ilustración - Perspectiva: para el código de ley Napoleónico.
Siglo XX - Sociedad: para mujeres en la vida moderna.
Helenismo y Roma - Descubrimientos
Centrada principalmente en la ciudad egipcia de Alejandría, la ciencia del helenismo
consiguió enormes avances en muchos campos. Alejandría poseía la famosa biblioteca y museo
donde Euclides, uno de los más importantes geómetras cuyos principios se enseñan todavía,
fundó una escuela matemática. Entre sus alumnos se encontraba probablemente Arquímedes,
fundador de la mecánica teórica, que estudió los principios de palancas, poleas y pesos.
La biblioteca de Alejandría era la más grande del mundo antiguo, contenía cientos de
miles de pergaminos. Eratóstenes, director de la biblioteca a partir del año 235 a. de C., hizo
importantes contribuciones a la geografía, la astronomía y las matemáticas, pero es más
conocido por haber calculado la circunferencia de la tierra.
En el siglo segundo a. de C. el astrónomo Hiparco catalogó la posición de las estrellas,
estudió los eclipses, y explicó los equinoccios científicamente. Un astrónomo anterior,
Aristarco, fue el primero en proponer la teoría heliocéntrica del universo que sitúa al sol en su
centro, pero esto fue desechado porque era incompatible con la física de Aristóteles. La visión
del mundo que iba a prevalecer como dominante fue la de Tolomeo, el último de los grandes
científicos Alejandrinos, en el siglo II d. de C. Los escritos astronómicos de Tolomeo
permanecieron incuestionables hasta el siglo dieciséis, perpetuando su visión de que la tierra
era el centro del universo.
Los médicos Alejandrinos practicaban la disección y las autopsias. En el siglo tercero a.
de C. Herófilo identificó correctamente el cerebro como el centro del sistema nervioso. Su más
destacado sucesor fue Galeno, físico griego nacido alrededor del año 130 d. de C. que
trabajaba en Roma. Galeno practicó los métodos hipocráticos y la disección de animales como
base para sus estudios de anatomía y sicología que dominaron la medicina hasta el siglo
dieciséis. Sin embargo, el pensamiento de Galeno tenía fallos fundamentales, en particular el
que se refiere a la circulación sanguínea.
El genio romano estaba más por las aplicaciones que por la ciencia teórica. Los
ingenieros romanos construyeron excelentes calzadas pavimentadas de piedras y sus
acueductos son técnicamente asombrosos, dotados de una inclinación gradual para llevar agua
a largas distancias. Los romanos fueron pioneros en el uso del agua como fuente de energía
desarrollando el molino de agua. Usaban materiales manufacturados como ladrillos y
hormigón, e hicieron posible, tras el descubrimiento del cemento, el uso del mortero hecho de
la mezcla de piedra caliza y ceniza volcánica conocida como puzolana.
Ver también:
Antigua Grecia - Perspectiva: para la visión platónica del Universo.
Antigua Grecia - Descubrimientos: para la ciencia de Aristóteles, medicina de la antigua
Grecia
La Edad Media - Perspectiva: para la continua influencia de Tolomeo.
La Edad Media - Descubrimientos: para el redescubrimiento de Aristóteles, Galeno y
Tolomeo por sabios medievales.
Renacimiento - Descubrimientos: para la teoría heliocéntrica de Copérnico, desafío a la
medicina de Galeno y a la ciencia de Aristóteles.
época barroca - Descubrimientos: para Newton en física y astronomía, William Harvey en
medicina.
Siglo XIX - Descubrimientos: para progresos más recientes en medicina.
Helenismo y Roma - Cultura
Durante el periodo helenístico la cultura griega, extendida por las conquistas de
Alejandro, dominaba el Mediterráneo y Asia Menor, para florecer posteriormente en los reinos
helenísticos. Las ideas griegas mismas habían recibido influencias del contacto con otras
tradiciones, especialmente las de Oriente; la cultura helenística era pues más variada y
32
cosmopolita que la del período clásico. La principal tendencia artística eran el naturalismo
exagerado y el realismo. En escultura eran frecuentes los retratos, evidenciándose así un
interés por la apariencia, el carácter y el sentimiento del individuo en contraste con las
idealizadas figuras de la Grecia antigua. La arquitectura carecía del sentido clásico de la
proporción y frecuentemente era exagerada y de grandes proporciones.
En el arte, al igual que en la filosofía y en la ciencia, los romanos eran más imitadores
que creadores; imitaban en general a la Grecia clásica y en particular las tradiciones
helenísticas. En muchos sentidos su civilización supuso una continuación del helenismo. El arte
romano llevó el naturalismo helenístico incluso más lejos; tendía a representar escenas de la
vida real, no solamente mitos. Uno de los mejores ejemplos de este estilo artístico de
principios del siglo II d. de C., es la Columna de Trajano en Roma que describe gráficamente
las campañas en el Danubio del emperador.
El genio romano se manifiesta más en lo práctico que en lo ideal -en la tecnología e
ingeniería más que en la ciencia abstracta-, en los edificios de utilidad pública más que en la
arquitectura simbólica y religiosa de la Grecia clásica. La meta práctica de los arquitectos
romanos era la creación del espacio interior, desarrollándose nuevas formas como arcos,
volutas y bóvedas; uno de los mejores ejemplos supervivientes es el Panteón en Roma. Entre
sus más impresionantes construcciones destacan los baños públicos (una influencia
helenística), anfiteatros, arcos de triunfo y las puertas de las ciudades. También edificaron
"basílicas", vestíbulos cubiertos con naves y techos altos, que se usaban como juzgados y
mercados y, posteriormente, como lugares de culto para los cristianos.
Los romanos disfrutaban con la poesía. En el siglo primero a. de C., el poema épico de
Virgilio la Eneida recoge temas de la Iliada y la Odisea de Homero con la historía de Eneas, el
héroe troyano fundador de Roma. La Eneida, con 12.000 versos representa la subida al poder
de Roma. Es uno de las mejores obras de la literatura a pesar de que Virgilio mismo la
considerara tosca y sin pulir.
En el período romano la lectura se hizo más cómoda gracias a la aparición de los libros
como alternativa a los pergaminos. Se hacían normalmente de pergamino, se encuadernaban
cosiéndolos y se les ponía una cubierta rígida.
Ver también:
Antigua Grecia - Cultura: para comparación especialmente de escultura, arquitectura y
literatura.
Renacimiento - Perspectiva: para la influencia de Roma, e imitaciones romanas de
formas griegas, en el Renacimiento.
Renacimiento - Cultura: para la influencia de Roma en el Renacimiento, especialmente en
la arquitectura.
Siglo XIX - Cultura: para la continua influencia de la arquitectura griega y romana.
Helenismo y Roma - Grandes mujeres
Algunas notables mujeres ocuparon puestos de poder durante este período, incluyendo

tres dirigentes que guiaron a sus súbditos contra la dominación romana. La primera fue
Cleopatra, cuya historia ha conquistado la imaginación de escritores y artistas desde entonces.
Reina de Egipto, famosa por su belleza, Cleopatra pertenecía a la dinastía fundada tres siglos
antes por Ptolomeo Soter, uno de los generales de Alejandro. Cleopatra, amante de Julio César
por un período breve y posteriormente de Marco Antonio, se unió a Antonio contra Octavio que
pronto se convertiría en el emperador Augusto. Derrotados por Octavio en el año 31 a. de C.,
primero Antonio y después Cleopatra, se suicidaron antes que afrontar la humillación de la
captura. Egipto fue anexionada como una provincia romana, el último de los reinos helenísticos
en perder su independencia.
Casi un siglo después, en el otro extremo del mundo conocido, los romanos intentaban
someter a la isla de Bretaña. Algunas tribus británicas fueron hospitalarias con los romanos,
pero otras combatieron a los invasores como los icenos de Anglia Oriental. A la muerte de
Prasutago, su rey, alrededor del año 60 d. de C., los romanos no permitieron que le sucediera
su mujer Boudicca, en su lugar se apoderaron de su territorio y menospreciaron a su mujer.
Bajo su dirección los icenos se rebelaron saqueando las principales ciudades romanas incluido
Londres (Londinium). El gobernador romano se enfrentó a Boudicca y destruyó su ejército. En
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su desesperación la reina se envenenó, pero su ejemplo permanece como símbolo de valentía
y determinación.
La tercera mujer gobernante con poder en Roma al final del siglo III d. de C. fue
Zenobia, reina de la colonia romana de Palmira, la actual Siria. Su marido había sido príncipe
de Palmira, leal a Roma. A su muertte Zenobia tomó el control y emprendió la conquista de los
territorios vecinos, primero Egipto y después parte de Asia Menor. Declaró la independencia y
Roma envió al ejército contra ella. En el año 274 d. de C., tras su derrota y captura, Zenobia
fue paseada por las calles de Roma con cadenas de oro. Posteriormente fue perdonada. Al
igual que Cleopatra, por la que sentía una gran admiración, Zenobia fue un personaje valiente
y romántico. Dirigía a sus ejércitos a caballo y era aficionada no sólo a la caza y la bebida sino
también a la cultura griega; atrajo a famosos eruditos a su corte en Palmira.
La filosofía helenística
La Filosofía helenística no era como la que había existido en Grecia. Al igual que se
fusionaban las distintas culturas, también la filosofía helenística se convirtió en una mezcla de
ideas filosóficas, religiosas y científicas procedentes de Grecia y de otros lejanos lugares.
Ahora, se concedía menos importancia a la verdadera naturaleza del universo y se daba
prioridad a las cuestiones sobre la vida y la muerte. Surgieron gran diversidad de escuelas de
pensamiento, con diferentes planteamientos sobre la mejor manera de vivir y con diferentes
concepciones de la vida ultraterrena.
Ver: Filosofía helenística

34
LA FILOSOFíA DEL HELENISMOFusión de culturas
El término helenismo se refiere tanto al periodo de tiempo que abarca desde Alejandro
Magno hasta el apogeo de Roma como al predominio de la cultura griega en los tres reinos
helenísticos de Macedonia, Siria y Egipto.
Una de las principales características del helenismo fue la eliminación de las fronteras
entre los distintos países y culturas. Anteriormente, los griegos, romanos, egipcios, babilonios,
sirios y persas adoraban a los dioses dentro de lo que se ha dado en llamar "religión de
Estado". Desde aquel entonces, las distintas culturas empezaron a mezclarse en un crisol de
ideas religiosas, filosóficas y científicas.
El punto de vista griego sobre la vida llegaba ahora mucho más allá que en los días de la
Antigua Grecia. Pero, a la vez, por toda la región mediterránea también se empezó a rendir
culto a dioses orientales. Surgieron nuevas religiones que recogían dioses e ideas de las
antiguas naciones. A esto se le llama sincretismo, fusión de credos.
Una característica común de las nuevas religiones del helenismo era que solían tener una
teoría, a menudo secreta, sobre cómo las personas podían salvarse de la muerte. La filosofía
también se desplazaba cada vez más hacia la "salvación" y el consuelo. Los conocimientos
filosóficos no sólo tenían un valor en sí mismos, sino que también debían liberar a los seres
humanos de su pesimismo y de su miedo a la muerte. De esta forma, la frontera entre la
religión y la filosofía fue gradualmente desapareciendo.
Los cínicos
Cuenta la historia que una vez se quedó Sócrates parado delante de un puesto que
vendía toda clase de cosas. Al final, exclamó: "¡Cuántas cosas que no me hacen falta!".
Esta exclamación podría valer de divisa para la escuela de filosofía cínica fundada por
Antístenes en Atenas alrededor del año 400 a. de C.
Los cínicos insistían en que la verdadera felicidad no depende de cosas externas tales
como el lujo, el poder político o la buena salud. La verdadera felicidad no consiste en depender
de esas cosas tan fortuitas y vulnerables. Y puesto que no depende de dichos elementos,
puede ser conseguida por cualquiera. Es más, una vez lograda, no podrá perderse.
El cínico más famoso fue Diógenes, discípulo de Antístenes, que, se dice, habitaba en un
tonel y no poseía más bienes que una capa, un bastón y una bolsa de pan. Un día, estando
sentado tomando el sol al lado de su tonel, le vino a visitar Alejandro Magno. El emperador se
colocó frente al sabio y le preguntó si deseaba alguna cosa, que él se la daría. "Sí", respondió
Diógenes, "que te eches a un lado, pues me estás tapando el sol". De esa manera mostró
Diógenes que no era menos rico ni feliz que el gran hombre que tenía enfrente, pues tenía
todo lo que deseaba.
Los cínicos opinaban que el ser humano no tenía que preocuparse por su salud. Ni
siquiera el sufrimiento o la muerte deberían ser motivo de preocupación. De la misma forma,
tampoco deberían preocuparse por el sufrimiento de los demás. Los cínicos tuvieron gran
importancia en el desarrollo de la escuela estoica de filosofía.
Hoy en día, los términos "cínico" y "cinismo" se utilizan para señalar una incredulidad
burlona en la sinceridad humana y falta de sensibilidad ante el sufrimiento de los demás.
Los estoicos
La escuela estoica nació en Atenas hacia el año 300 a. de C. Su fundador fue Zenón, que
era originario de Chipre y se unió a los cínicos después de un naufragio. Solía reunir a sus
alumnos bajo un pórtico. La palabra "estoico" proviene de la palabra griega stoa, que significa
pórtico. El estoicismo tuvo, después, una gran influencia en la cultura romana.
Los estoicos pensaban que todos los seres humanos formaban parte de la misma razón
universal o "logos". Opinaban que cada ser humano era como un mundo en miniatura, un
"microcosmos" que, a su vez, era el reflejo de un "macrocosmos". Esto condujo a la idea de
que existe un derecho universal llamado derecho natural. Y puesto que este derecho se basaba
en la razón eterna del ser humano y del universo, no cambiaría según el lugar o la época. En
este punto, tomaron partido por Sócrates y contra los sofistas.
De la misma forma que los estoicos borraron la diferencia entre individuo y universo,
también negaron la idea de un antagonismo entre "espíritu" y "materia". Sólo había una

35
naturaleza. A este tipo de idea se le llama monismo (en contraposición al claro dualismo de
Platón).
Los estoicos atrajeron la atención sobre la asociación entre humanos, preocupándose por
la política. Varios de ellos fueron hombres de Estado, como, por ejemplo, el emperador
romano Marco Aurelio (121-180 d. de C.). Contribuyeron a promocionar la cultura y filosofía
griegas en Roma, siendo uno de sus más distinguidos seguidores el orador, filósofo y político
Cicerón (106-43 a. de C.). él fue el que formuló el concepto de "humanismo" (esto es, el punto
de vista en el que el individuo es el centro de todo). Algunos años después, el estoico Séneca
(4 a. de C.- 65 d. de C.) dijo que "el hombre es sagrado para el hombre". Esta frase se ha
mantenido como la consigna de todo el humanismo posterior.
Los estoicos subrayaron además que todos los procesos naturales, tales como la
enfermedad y la muerte, siguen las inquebrantables leyes de la naturaleza. Por tanto, el ser
humano ha de conciliarse con su destino. Nada ocurre fortuitamente, sino que todo ocurre por
necesidad, por lo que de poco sirve quejarse cuando el destino llama a la puerta. Incluso hoy
en día hablamos de una "tranquilidad estoica" cuando una persona no se deja llevar por sus
sentimientos.
Los epicúreos
Sócrates tenía un alumno llamado Aristipo que creía que la meta de la vida debería ser
conseguir el máximo placer sensual. "El mayor bien es el deseo", decía, "el mayor mal es el
dolor". De esa manera, quiso desarrollar un arte de vivir que consistía en evitar toda clase de
dolor.
Hacia el año 300 a. de C., Epicuro (341-270) fundó una escuela de filosofía en Atenas, la
de los epicúreos. Desarrolló la ética del placer de Aristipo y la combinó con la teoría atomista
de Demócrito.
Se dice que los epicúreos se reunían en un jardín, por lo que acabaron por ser conocidos
como los "filósofos del jardín". También se cuenta que sobre la entrada al jardín colgaba una
inscripción con las palabras "Forastero, aquí estarás bien. Aquí el placer es el bien primero". En
contraste con los estoicos, los epicúreos mostraron poco o ningún interés en la política y en la
comunidad. "¡Vive en retiro!", aconsejaba Epicuro. Quizá pudiéramos comparar su "jardín" con
las comunas de nuestros días.
Epicuro señalaba que era importante que el resultado placentero de una acción fuera
sopesado siempre con sus posibles efectos secundarios (como el sentirse enfermo después de
hartarse de chocolate). También pensaba que el resultado placentero a corto plazo tiene que
sopesarse frente a la posibilidad de un placer mayor, más duradero o más intenso a más largo
plazo. Pero "placer", como lo entendía Epicuro, no significa necesariamente placer sensual,
como comer chocolate. También pertenecen a esta categoría valores tales como amistad o
contemplación del arte. Además, disfrutar de la vida requería los viejos ideales griegos tales
como el autocontrol, la moderación y el sosiego. El deseo debe ser refrenado y la calma nos
ayudará a soportar el dolor.
Por esta época, mucha gente temía a la muerte y buscaban a menudo ayuda en el jardín
de Epicuro, que hizo uso de la teoría de los "átomos del alma" de Demócrito. "La muerte no
nos concierne", dijo simplemente Epicuro, "pues, mientras existimos, la muerte no está
presente. Y cuando llega la muerte, nosotros ya no existimos". No seguimos existiendo porque
los "átomos del alma" se han dispersado.
Después de la muerte de Epicuro, muchos epicúreos evolucionaron hacia el sibaritismo.
La consigna era "¡Vive el momento!". Hoy en día utilizamos la palabra "epicúreo" para
referirnos a los vividores.
El neoplatonismo
La tendencia más destacable del último periodo del helenismo estaba inspirada en las
ideas de Platón, por lo que se la llama neoplatonismo. Su representante más importante fue
Plotino (205-270 d. de C.), que estudió en Alejandría y, posteriormente, se trasladó a Roma.
Plotino llevó a Roma una teoría sobre la salvación que se convertiría en una seria competidora
del cristianismo cuando éste empezó a progresar. No obstante, el neoplatonismo tuvo una
gran influencia sobre la teología cristiana.
Platón hizo una distinción entre el mundo de las Ideas y el mundo de los sentidos,
introduciendo así una clara distinción entre el alma y el cuerpo del ser humano. El ser humano
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era, según él, un ser dual: nuestro cuerpo se compone de tierra y polvo, como todo lo del
mundo de los sentidos, pero también posee un alma inmortal. Esta idea había sido
ampliamente admitida mucho tiempo antes de Platón. Plotino además estaba familiarizado con
ideas similares provenientes de Asia.
Plotino pensaba que el mundo estaba en tensión entre dos polos. En un extremo se
encontraba la luz divina, a la que llamó Uno. Otras veces las llamó Dios. En el extremo opuesto
estaba la oscuridad total, donde no llegaba la luz del Uno. Ahora bien, el punto clave de Plotino
era que esta oscuridad, en realidad, no tenía existencia alguna. Era simplemente la ausencia
de luz, de algo que no era. Lo único que existía era Dios, el Uno, pero, de la misma forma que
la luz de una linterna se va extinguiendo con la distancia, existía un punto límite adonde la luz
divina no llegaba.
Según Plotino, el alma estaba iluminada por la luz del Uno, mientras que la materia era
la oscuridad que no tenía existencia alguna. Pero también las formas de la naturaleza reciben
un débil resplandor del Uno.
Hay algo de misterio divino en todo lo que existe. Podemos ver su brillo en un girasol o
en una amapola. También intuimos algo del inescrutable misterio cuando vemos una mariposa
levantar el vuelo desde una rama o cuando vemos a un pez nadar en su pecera. Pero donde
más cerca de Dios podemos estar es en nuestra propia alma. Sólo allí podemos unirnos con el
gran misterio de la vida.
En contraste con la clara bipartición de la realidad de Platón, las ideas de Plotino se
caracterizan por la unidad. Todo es Uno, puesto que todo es Dios.
Plotino tuvo en alguna ocasión la experiencia de ver su alma fundirse con Dios. A eso lo
solemos llamar una experiencia mística. Plotino no es el único que ha tenido ese tipo de
experiencias. En todas las épocas y culturas han aparecido personas relatando tales
experiencias. Puede que lo describan de forma diferentes, pero las características esenciales
son las mismas.
Misticismo
Una experiencia mística es una experiencia de fusión con Dios o el "alma universal". En
muchas religiones se subraya la existencia de un abismo entre Dios y la Creación, que el
místico no experimenta. él o ella ha tenido la experiencia de ser "uno con Dios", de haberse
"fundido" con él.
La idea es que lo que habitualmente llamamos "yo" no es nuestro verdadero "yo".
Durante brevísimos momentos podemos llegar a sentirnos fundidos con un "yo" mayor. El
místico cristiano Silesius (1624-1677) lo expresó así: "En mar se convierte cada gota cuando
llega al mar, igual que el alma asciende y se convierte en Dios cuando hacia él se encamina".
En el misticismo oriental, el hinduismo, budismo y religión china, es más normal subrayar el
encuentro entre el místico y Dios, o "alma universal", como una fusión total.
Una experiencia mística también puede tener un significado ético. Un antiguo presidente
de la India, Sarvepalli Radhakrishnan, dijo en una ocasión: "Debes amar a tu prójimo como a
ti mismo, por que tú eres tu prójimo. Es una ilusión creer que tu prójimo es algo diferente de ti
mismo".
Hoy en día hay personas que no pertenecen a ninguna religión y que relatan experiencias
místicas. Han tenido de repente lo que llaman "conciencia cósmica" o "sensación oceánica".
Han tenido la sensación de haber sido arrancados del tiempo y han visto el mundo "bajo el
prisma de la eternidad".
Enlaces
Filósofos relacionados:
Demócrito - La teoría atómica: para el atomismo.
Sócrates - La vida de Sócrates: para su estilo fundamental de vida.
Sócrates - Sócrates el profesor: para su actitud hacia los sofistas.
Filosofía medieval - San Agustín: para su neoplatonismo.

Historia:
Helenismo y Roma - Perspectiva: para el helenismo

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Renacimiento - Perspectiva: para el humanismo.
Bibliografía
Las obras más importantes de la filosofía del Helenismo.
Epicuro.: Obras, Tecnos, Madrid, 1991.
Plotino.: Enéadas III y IV, Gredos, Madrid, 1985.
Séneca.: La vida feliz, Alianza, Madrid, 1980.
ESTUDIOS:
Long, A.: Filosofía helenística: Estoicos, Epicúreos, Escépticos., Revista de Occidente,
Madrid, 1977.
Piñero Sáez, A.: La civilización helenística, Akal, Madrid, 1989.
La Edad Media - Perspectiva
Al período de tiempo de mil años comprendido entre la caída de Roma en el siglo V y el
comienzo del Renacimiento en el siglo XV, se le conoce con el nombre de Edad Media -un
período entre dos épocas-.
Tras la caída de Roma, el mundo grecorromanose dividió gradualmente en tres culturas
diferentes. En Europa Occidental surgió la cultura latino-cristiana con Roma como capital.
Mientras que en la Europa Oriental lo hacía un imperio greco-cristiano cuya capital era
Constantinopla o Bizancio. Mientras tanto, tras la muerte de Mahoma en el año 632, Oriente
Medio y el norte de áfrica fueron conquistados por el Islam con la Meca, Medina y Jerusalén
como sus ciudades santas.
En contraste con las culturas sumamente desarrolladas de Bizancio y el Islam, la caída de
Roma condujo al anterior imperio occidental a un período de decadencia cultural. La
infraestructura de la autoridad romana se desmoronaba al igual que su comercio y su
economía. En la Edad Media se volvió al trueque o pago en especies. Durante los primeros
siglos la población también decreció bruscamente; la población de Roma pasó de más de un
millón de habitantes en la antigüedad a solamente 40.000 en al año 600 d. de C.
Los eruditos del Renacimiento consideraban al período siguiente a la caída de Roma como
"la edad oscura", una interminable noche de mil años que había enterrado a Europa entre la
Antigüedad y el Renacimiento. También se considera a la Edad Media como un período de
decadencia y estancamiento tras la fructífera cultura de la civilización romana, pero la Edad
Media también puede ser considerada un período de crecimiento y germinación. Fue durante la
Edad Media cuando se configuró el sistema escolar. A principios de la Edad Media se abrieron
las primeras escuelas en los conventos, seguidas de las escuelas en las catedrales en el siglo
XII, y alrededor del año 1200 se fundaron las primeras universidades. Lentamente empezaron
a proyectarse los primeros Estados nacionales, especialmente en Inglaterra, España y Francia.
Se arraigó la tradición de la música y los cuentos populares, muchas de cuyas historias todavía
se cuentan hoy en día.
La expansión del cristianismo y la evolución de la Iglesia son dos temas importantes de
la Edad Media. Durante este período de mil años, el cristianismo fue penetrando en toda
Europa llegando hasta Escandinavia en el siglo XI. En este proceso se adoptaron muchas
costumbres precristianas que duran hasta nuestros días, como podemos ver en la celebración
de la Semana Santa y la Navidad. Poco a poco, sin embargo, el cristianismo se convirtió en la
filosofía de vida predominante y para la mayoría de las personas habría sido impensable una
existencia que no estuviera dirigida por la religión y la iglesia.
Además de su papel espiritual, la Iglesia controlaba casi por completo la educación, la
cultura, la administración y la ley. Tenía también enorme influencia política, aunque a medida
que iban surgiendo los Estados nacionales sus gobernantes se cuestionaban cada vez más la
autoridad de la Iglesia. El líder del cristianismo en Occidente era el Obispo de Roma, la cabeza
suprema de la Iglesia católica. Recibió el nombre de "Papa" o "Padre" y poco a poco se le
consideró el vicario de Cristo en la tierra. Roma fue la capital cristiana durante casi toda la
Edad Media. El poder de la religión en la diplomacia internacional y como fuente de inspiración
espiritual se puso de manifiesto en las Cruzadas, expediciones militares que entre los años
1095 y 1291 intentaron recuperar la Tierra Santa a los musulmanes.
Las Cruzadas supusieron un considerable desarrollo del comercio internacional; ambos
factores están relacionados con el rápido incremento de los conocimientos geográficos durante
38
la Edad Media. Muchos mapas medievales situaban a Jerusalén en el centro del mundo, pero
los navegantes del siglo XV cambiarían pronto esa percepción con sus viajes de
descubrimientos cada vez más aventurados. Nuevas traducciones de los trabajos de Tolomeo,
perdidas para Occidente durante cientos de años, mostraban técnicas para representar la
superficie de la tierra en cartas planas, mejorando la elaboración de los mapas. A pesar de que
la idea generalizada en la Edad Media era que la tierra era plana, la gente culta no tenía
dificultad para aceptar la idea de Tolomeo de la tierra esférica; sin embargo también
aceptaban sus errores, sobre todo el de que la tierra era el centro del universo.
Ver también:
Helenismo y Roma - Perspectiva: para los orígenes y expansión del cristianismo
Helenismo y Roma - Descubrimientos: para la visión del Universo, Tolomeo.
Renacimiento - Perspectiva: para una visión global, descubrimientos geográficos, reforma
protestante.
época barroca - Perspectiva: para el cristianismo después de la reforma, guerras
religiosas
Siglo XIX - Cultura: para el interés del Romanticismo en los cuentos populares.
La Edad Media - Política
Los bárbaros que habían invadido el Imperio Romano procedentes del centro y el este de
Europa, establecieron reinos que finalmente se convertirían en el germen de los estados
modernos. Los nombres de diferentes tribus tienen hoy resonancia en algunos de aquellos
países europeos -los francos en Francia, los alamanes en Alemania, los anglos en Inglaterra-.
Los francos llegarían a ser el grupo dominante.
La única institución que sobrevivió a la caída del Imperio fue la Iglesia Cristiana y el
obispo de Roma o Papa, que se convertiría poco a poco en una figura cada vez más poderosa.
Con Gregorio Magno, que fue Papa desde el año 590 hasta el 604, aumentó la autoridad papal
hasta el punto de organizar ejércitos y negociar tratados, adquiriendo así el Papa un papel
político además del espiritual. Con su actuación, Gregorio sembró las semillas de la tensión
entre la Iglesia y el estado, que aparecería periódicamente en importantes conflictos
intelectuales y políticos durante toda la Edad Media y también a posteriori.
Carlomagno, rey de los francos desde el año 768 al 814, pretendía restaurar la unidad
política que tan buenos resultados tuvo en la época de los romanos. Conquistó gran parte de
Europa central y occidental y levantó el reino más grande de Occidente desde la caída de
Roma. Las conquistas de Carlomagno marcaron el comienzo de los intentos de reunificación
del disgregado continente, un tema constante en la historia europea.
A la muerte de Carlomagno se dividió su imperio y surgieron nuevos territorios parecidos
a las actuales fronteras de Francia y Alemania. Sin embargo esta división no duró mucho
tiempo y le sucedieron la desintegración política, la debilidad de los reyes y las continuas
invasiones de eslavos, húngaros y escandinavos.
Aunque en el siglo X el rey de Sajonia intentó recuperar el ideal de imperio, uniendo
Alemania e Italia bajo la misma autoridad, no tuvo éxito y pronto se dividieron nuevamente en
numerosos estados. En cambio, en otras partes de Europa comenzaban a aparecer naciones
individuales, y al final de la Edad Media España, Francia e Inglaterra tenían fuertes
monarquías.
Los siglos XIV y XV vieron los comienzos de las asambleas representativas. La primera
que apareció fue el Parlamento en Inglaterra; otras asambleas fueron los Estados en Francia,
las Cortes en España y la Dieta en Alemania. Aunque no eran democráticas pues sólo podían
asistir los ricos, estas instituciones establecieron el principio fundamental por el cual los
dirigentes no podían fijar impuestos sin consultar a sus miembros.
Ver también:
Helenismo y Roma - Política: para el Imperio Romano y su caída final.
Helenismo y Roma - Perspectiva: para los orígenes y expansión del cristianismo.
Renacimiento - Perspectiva: para el aumento del secularismo, la reforma protestante.
Renacimiento - Política: para el surgimiento de un sentimiento nacional entre estados
europeos rivales, visión del Imperio por Carlos V.

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época barroca - Perspectiva: para la post-reforma del cristianismo, guerras religiosas
época barroca - Política: para la monarquía absoluta, declive de muchas instituciones
representativas, continua fragmentación de Alemania.
La Ilustración - Perspectiva: para la revolución francesa como vía para llegar a la
democracía.
La Ilustración - Política: para los principios democráticos de las revoluciones americana y
francesa, conquistas e imperio de Napoleón.
La Edad Media - Economía
La desintegración del Imperio Romano causó un grave deterioro económico en Europa
occidental, y tendrían que pasar varios siglos antes de que aparecieran signos de renovada
expansión. La población disminuía, la vida urbana, propiciadora de las civilizaciones clásicas,
desapareció en gran parte y el comercio se desestabilizó por las guerras. En todas partes los
latifundios agrícolas autosuficientes eran la unidad económica principal, la manufacturación era
puramente local y la economía del intercambio sustituyó a la monetaria. Por último, la
sociedad al completo descansaba en una primitiva agricultura de subsistencia.
Tras un largo período de anquilosamiento en el siglo XI se produjo un resurgimiento de la
actividad económica en toda Europa. La población, aunque evidentemente con diferentes
porcentajes, aumentó en todas partes. Alemania, Escandinavia, Francia e Inglaterra triplicaron
su población entre los años 1000 y 1300, e incluso, tras las seria hambruna y las epidemias
que se produjeron, en el siglo XIV seguían teniendo el doble de población que en el año 1000.
La agricultura se hizo más productiva porque se dedicaban más tierras al cultivo y mejoraron
las técnicas agrícolas y la variedad de los cultivos. Gradualmente las instituciones de la
sociedad feudal dejaron paso a la economía monetaria y aparecieron en el campo los
asalariados junto a los siervos.
El rápido crecimiento de las ciudades propició la aparición de nuevos mercados en torno
a las catedrales, castillos y universidades o en las rutas de comercio o de peregrinación. Se
produjo una creciente especialización en el comercio tales como la panificación, la carpintería,
la producción textil y la fabricación de ladrillos. Los gremios de artesanos controlaban la
producción, supervisaban la calidad, el precio y la instrucción de los aprendices. La importancia
de comerciantes y artesanos socavó la tradicional estructura social de los nobles, el clero y el
pueblo. Los gobernantes locales se beneficiaban de la expansión económica cobrando
impuestos y ofreciendo protección. El comercio se extendió tanto dentro de Europa como a
ultramar. A mediados del siglo XII, ciudades italianas como Venecia, ciudad natal de Marco
Polo, enviaban mercaderes al centro de Asia, China, áfrica y Oriente Próximo.
Las necesidades financieras del comercio a larga distancia propiciaron el desarrollo de los
sistemas de crédito. La banca surgió en Italia desde donde pasó a Flandes; las dos regiones
económicamente más avanzadas de Europa. Inicialmente por seguridad, los comerciantes
depositaban fondos en los cambistas, quienes entonces prestaban dinero a interés y ofrecían
interés a los que depositaban los fondos. A medida que el comercio y los créditos se
complicaron, los italianos hicieron seguros y contabilidad por partida doble. El desarrollo de los
negocios se reflejó en la aparición de manuales que incluían instrucciones sobre el
comportamiento del mercado, rutas comerciales e incluso locuciones extranjeras.
Ver también:
Helenismo y Roma - Economía: para el crecimiento de las ciudades y el comercio,
colapso económico en el siglo III d. de C.
Renacimiento - Economía: para la expansión del comercio, influencia de la última
economía medieval en el Renacimiento
época barroca - Económicas: para la posterior expansión económica.
La Edad Media - Sociedad
Tras la caída del Imperio Romano, la cultura de algunos pueblos bárbaros se integró
paulatinamente con el resto de la población romana y en el sistema social. Esta unificación se
vio facilitada por la aparición del cristianismo como religión común. La sociedad medieval se
dividía principalmente en nobles, clero y campesinos.
El feudalismo era el sistema económico y social predominante en la Edad Media; se
desarrolló en tiempos de Carlomagno en el siglo VIII aunque sus orígenes se remontan a las

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costumbres romanas y germanas. El feudalismo era un sistema de obligaciones recíprocas
basado en la propiedad de la tierra. El rey, que gobernaba por la gracia de Dios, entregaba
tierra a los nobles a cambio de compromisos de lealtad o por las prestaciones militares. Estos
nobles transferían tierras a los miembros de la baja nobleza que pertenecían a una escala
social inferior de caballeros y escuderos. A la escala social más baja pertenecían los
campesinos o siervos que estaban atados a la tierra de su señor y no podían abandonarlas sin
su permiso. A cambio se les ofrecía seguridad, cobijo en el castillo del señor o feudo en
tiempos de agitación y la protección de su ejército.
La nobleza a finales de la Edad Media estaba subscrita a un código de conducta
sintetizado en la palabra caballero, en el que destacaban el honor, la lealtad y el servicio
abnegado a la comunidad. El código de caballería idealizaba a la mujer que era teóricamente
objeto de desinteresada devoción similar al que se profesaba a la Virgen María. Sin embargo,
la sociedad medieval estaba en general dominada fuertemente por el hombre; para la mujer la
vida religiosa era la única alternativa respetable al hogar.
La Iglesia era una fuerza social poderosa en la Edad Media, poseía grandes cantidades de
tierra y controlaba a su campesinado como un señor feudal. Los monasterios y los conventos
eran los principales centros de educación y de ciencia. Muchos hombres y mujeres ingresaban
en la Iglesia, cuya jerarquía significaba para los jóvenes ambiciosos una forma de ascender en
la escala social.
Aunque a lo largo de su vida mucha gente hacía uno o más peregrinajes a los lejanos
lugares sagrados o a las catedrales, la mayoría de los campesinos vivían y morían en lugares
próximos a donde habían nacido. Para la gran mayoría, la vida era corta y dura, con pésimas
condiciones de vida y de higiene. La catastrófica aparición, en el año 1348, de una epidemia
bubónica, conocida como la Peste Negra, mató a un tercio de la población europea causando el
caos económico y una inestabilidad social generalizada.
Ver también:
Antigua Grecia - Sociedad: para la posición de la mujer.
Helenismo y Roma - Sociedad: para la posición de la mujer.
Renacimiento - Sociedad: para cambio de la estructura social, ascenso de la clase media,
posición de la mujer.
época barroca - Sociedad: para la persistencia del feudalismo en Rusia y Europa del Este,
diferencia de clases en la Europa Occidental
Siglo XX - Grandes mujeres: para la mujer en la vida moderna.
La Edad Media - Descubrimientos
Durante la mayor parte de la Edad Media los eruditos de la Europa occidental casi no
prestaron atención a la ciencia. Todo el conocimiento estaba controlado por la Iglesia, cuya
preocupación se centraba más en buscar la salvación en el otro mundo que en las
especulaciones sobre la naturaleza de este. Se olvidó la gran herencia de la cultura clásica y en
el año 529 la Iglesia cerró la Academia de Platón en Atenas.
Los árabes, que se hicieron con la antigua ciudad helénica de Alejandría, heredaron gran
parte de la ciencia griega y helenística a la que sumaron sus contribuciones, especialmente en
matemáticas, astronomía y medicina. Entre las muchas contribuciones que debemos a la
ciencia islámica se encuentran los números árabes que seguimos utilizando hoy en día.
En el siglo XII los trabajos de pensadores como Aristóteles, Galeno y Tolomeo empezaron
e extenderse por toda Europa a través de la España musulmana, punto de encuentro de las
culturas cristiana y musulmana. Por primera vez los eruditos cristianos podían estudiar en
detalle las ideas de la antigüedad clásica. La Iglesia se mostró en principio desconfiada, pero
finalmente, en el siglo XIII fue persuadida por Santo Tomás de Aquino de que el pensamiento
aristotélico podía reconciliarse con la teología cristiana. Pronto se estudiaría la ciencia griega
en toda Europa, estableciéndose los cimientos para los grandes avances del Renacimiento.
Las nuevas enseñanzas tenían lugar en las universidades, una de las grandes
instituciones de finales de la Edad Media. Se desarrollaron a partir de las escuelas de las
catedrales de los siglos anteriores; las primeras universidades aparecieron alrededor del año
1200. Bolonia, París y Oxford fueron las pioneras, pero pronto surgieron otras por toda Europa.

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Profesores y estudiantes se agrupaban por materias o facultades, tal como las conocemos hoy
en día, y los modernos títulos académicos o niveles se originaron en este período.
En la Edad Media se produjeron importantes avances en el diseño de los barcos; se
hicieron más grandes, menos dependientes de la climatología, más maniobrables. Alrededor
del año 1400 Venecia y Génova poseían los barcos más avanzados que se habían construido
jamás, y otros estados siguieron su ejemplo.Todos estos avances contribuyeron a hacer
posible la expansión comercial y territorial sin precedentes del Renacimiento.
A medida que el comercio se desarrollaba la vida se hizo más ajetreada y el tiempo
necesitaba ser medido con más precisión. En 1335 un reloj de pesas se instaló en Milán y
pronto todas las ciudades importantes querían tener uno. El uso de los molinos de viento y de
agua era generalizado en el siglo XI y, hacia el 1400, además de moler grano los molinos de
viento dotados con un poderoso fuelle podían fraguar el hierro más resistente. El desarrollo de
las bombas de extracción de ruedas dentadas permitió drenar las minas y excavar pozos de
más profundidad que anteriormente. La productividad agrícola aumentó con la invención del
arado de hierro que hizo posible el cultivo de suelos más duros.
Ver también:
Antigua Grecia - Descubrimientos: para Aristóteles y Platón como científicos.
Helenismo y Roma - Descubrimientos: para la ciencia en Alejandría,Tolomeo, Galeno.
Renacimiento - Descubrimientos: para innovaciones técnicas, desafío a la ciencia
aristotélica y a la medicina de Galeno.
La Ilustración - Economía: para la asimilación de la nueva industria y las innovaciones
técnicas de la revolición industrial
Filosofía medieval - Sto. Tomás de Aquino: para el renacimiento de Aristóteles.
La Edad Media - Cultura
El período de mil años que corresponde a la Edad Media dio lugar a una cultura
influenciada por la expansión del cristianismo, el código de caballería y la aparición gradual de
los Estados nacionales.
A medida que aumentaba el poder y la riqueza de la Iglesia, la religión iba dominando el
arte. En la pintura medieval se representan casi exclusivamente escenas del Evangelio,
especialmente la Anunciación y la Crucifixión. Las grandes catedrales se construyeron bajo las
condiciones políticas más estables de finales de la Edad Media.
Se hacían grandes obras que tardaban varias generaciones en completarse y cuya
decoración incluía gloriosas vidrieras y esculturas en las que se combinaban la espiritualidad y
el naturalismo. A medida que las catedrales alzaban sus agujas cada vez más próximas al
cielo, se hacían las innovaciones en ingeniería, con elaborados techos abovedados y soportes
exteriores llamados arbotantes. Junto con los castillos, las catedrales representan el mayor
logro arquitectónico de la Edad Media.
No todo el arte medieval era de grandes proporciones. Los monjes hacían delicados
manuscritos y se realizaban complejas obras de joyería y orfebrería para la nobleza y la
Iglesia. En los tapices, como en el famoso Tapiz de Bayeux, se representaban escenas de caza
o acontecimientos históricos. El desarrollo de los gremios de artesanos fomentó esta rica
tradición artesanal.
Al principio del siglo XIV el monopolio religioso de la cultura llegaba a su fin y se
apreciaba un nuevo sentido de libertad, especialmente en Italia. En Florencia, la pintura de
Giotto, aunque todavía profundamente religiosa en espíritu, mostraba un sentimiento por el
ser humano bastante diferente al de las estilizadas figuras humanas de los comienzos del arte
medieval.
La música acompañaba todas las actividades, desde la oración a la guerra y desde el
trabajo al cortejo. La forma más antigua de la música medieval es el canto gregoriano. Estos
cantos llanos se originaron, de acuerdo con la leyenda, a finales del siglo VI cuando una
paloma se posó en el hombro de Gregorio Magno susurrándole melodías al oído. (En realidad el
canto gregoriano es anterior). El desarrollo de la notación permitió que la música se escribiera
y estandarizara al mismo tiempo que nuevos tipos de instrumentos estimulaban la composición
de obras más complejas. La música popular era interpretada por los juglares que recorrían
Europa cantando canciones de amor cortés.

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A medida que comienzan a establecerse los Estados nacionales con su propia identidad y
cultura nacional, aparece una rica colección de cuentos y canciones populares. Esta es la época
de muchos de los personajes históricos o de leyenda que todavía se adoran hoy en día, como
Romeo y Julieta, Ivanhoe, el Flautista de Hamelín, Robin Hood, el rey Arturo y Ginebra.
Una prueba importante de la aparición de la identidad nacional a finales de la Edad Media
nos lo muestra el hecho de que la mayoría de las obras literarias se escribieran en lengua
vernácula en lugar de en latín. La literatura se interesaba cada vez más por los asuntos
seculares que por los eclesiásticos. El gran poeta e historiador islandés Snorri Sturluson
escribió Heimskringla, la saga de los reyes nórdicos; los Cuentos de Canterbury de Chaucer
son una colección de las historias animadas sobre un grupo de peregrinos ingleses. La Divina
Comedia de Dante -escrita en el siglo XIV en Florencia- es una de las grandes epopeyas de la
literatura medieval; narra un viaje desde el infierno hasta el cielo.
Ver también:
Helenismo y Roma - Perspectiva: para los orígenes y expansión del cristianismo
Renacimiento - Cultura: para el surgimiento de culturas más seculares, arte y
arquitectura en Florencia, construcción de San Pablo.
Siglo XIX - Cultura: para el interés del Romanticismo por cuentos populares; estilo gótico
una influencia en alguna arquitectura del siglo XIX
La Edad Media - Grandes mujeres
La religión, aparte del matrimonio y de la crianza de los hijos era la única ocupación

respetable para las mujeres de la Edad Media. Hildegarda de Eibingen y Juana de Arco
fueron dos mujeres que sobresalieron gracias a la Iglesia aunque por razones y caminos muy
diferentes. Hildegarda vivió en Alemania desde 1098 hasta 1179, mientras que Juana de Arco
nació en Francia en 1412 y murió quemada en la hoguera en 1431.
Hildegarda tenía visiones desde los tres años. Fue educada en un convento de monjas y
con el tiempo llegó a ser abadesa. A los cuarenta y dos años le visitaron los ángeles quienes le
ordenaron que escribiera sus visiones, descritas en su libro Scire vias dominis o vias lucis. Las
visiones también inspiraron sus canciones que todavía hoy en día se cantan en las iglesias.
Hildegarda también es conocida por sus escritos médicos y por su correspondencia con cuatro
Papas y otras personalidades importantes. Algunas de sus trescientas cartas se han
conservado. Los milagros que se le atribuyeron fueron grabados en su tumba tras su muerte;
finalmente Hildegarda fue santificada.
Juana de Arco nació en el seno de una familia campesina. De niña era muy religiosa y
comenzó a oír voces que le decían que liberara a Francia de los ocupadores ingleses. Gracias
simplemente a la fuerza de su personalidad consiguió llegar hasta el rey Carlos VII y
persuadirle de que le diera una cuadrilla de hombres, tras lo cual ella levantaría el cerco de
Orleans derrotando a los ingleses en Patay aseguró la coronación de Carlos en Rheims.
Después de ser herida abandonó su intento de liberar París bajo las órdenes del rey, aunque
entonces cayó en manos de los borgoñones que la vendieron a los ingleses. Fue juzgada por
un tribunal eclesiástico y condenada a muerte por hereje. Finalmente ella también fue
santificada.
Filosofía Medieval
Durante la Edad Media, a medida que la Iglesia cristiana se extendía, los temas religiosos
ocupaban más el centro del debate filosófico. Algunos pensaban que la fe no era compatible
con la razón y que la filosofía de la antigua Grecia constituía una amenaza para el cristianismo.
En el transcurso de este debate la filosofía de Platón y de Aristóteles fue rescatada y
remodelada para adaptarse a la doctrina teológica imperante en la época. San Agustín y Santo
Tomás de Aquino fueron dos de los más importantes pensadores que recuperaron la filosofía
de la antigüedad y la unificaron con la suya propia.
Ver: Filosofía medieval

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LA FILOSOFíA MEDIEVAL Fe y razón
El desarrollo del cristianismo durante la Edad Media supuso que casi toda la filosofía
medieval se centrara en una única cuestión: ¿estaba la Biblia en contradicción con la razón o
eran la creencia en Dios y el conocimiento compatibles? A medida que la Iglesia se hacía más
poderosa, los filósofos tenían que tener más cuidado a la hora de responder a esta pregunta.
El sabio irlandés del s. IX John Duns Escoto cometió el error de decir que la razón y la
revelación eran compatibles, pero que la razón era superior. Después de la muerte de Duns
Escoto, el papa ordenó quemar todos sus libros.
San Agustín
San Agustín vivió entre los años 354 y 430. En la vida de este pensador podemos
estudiar la transición entre la Antigüedad tardía y el comienzo de la Edad Media. San Agustín
nació en la pequeña ciudad de Tagaste, en el norte de áfrica. A los dieciséis años se fue a
estudiar a Cartago. Más tarde viajó a Roma y a Milán, viviendo sus últimos años como obispo
en la ciudad de Hipona, varios kilómetros al oeste de Cartago. No fue cristiano toda su vida,
sino que pasó por muchas religiones y corrientes filosóficas antes de convertirse al cristianismo
en sus últimos años.
Durante un tiempo fue maniqueo, religioso de una secta muy típica de la Antigüedad. Su
doctrina de salvación era mitad religiosa, mitad filosófica, y mantenía que el mundo estaba
dividido en bien y mal, en luz y oscuridad, en espíritu y en materia.
Pero esta fuerte diferenciación entre el bien y el mal no le dio ninguna paz a San Agustín.
De joven estaba muy interesado por lo que solemos llamar el "problema del mal", es decir, la
cuestión del origen del mal. Durante otra época estuvo influenciado por los filósofos estoicos,
quienes opinaban que no había una gran separación entre el bien y el mal. Sin embargo, su
principal influencia provino de la otra tendencia filosófica importante de la Antigüedad tardía:
el neoplatonismo. éste mantenía que toda la existencia tiene una naturaleza divina.
Defensa de Platón
El cristianismo de San Agustín estuvo fuertemente influenciado por las ideas de Platón.
Podríamos decir que San Agustín "cristianizó" a Platón, contribuyendo a recuperar la filosofía
griega para la nueva época por la vía de la Iglesia.
San Agustín mantenía la noción bíblica de que Dios había creado el mundo de la nada,
mientras que los griegos tendían a pensar que el mundo había existido siempre. Pero él
pensaba que, antes de que Dios creara el mundo, las "ideas" existían en los pensamientos de
Dios. De esta forma, situó las ideas platónicas en Dios, conservando así el punto de vista de
Platón sobre las Ideas eternas. Esto demuestra el esfuerzo de San Agustín (y otros Padres de
la Iglesia) por unificar al máximo la manera de pensar judía con la griega.
San Agustín pensaba que había un límite hasta donde podía llegar la razón en temas
religiosos. Creía que el cristianismo era un misterio divino que sólo se podía percibir a través
de la fe. Hasta que se convirtió en cristiano no encontró la paz en su alma.
El mal
San Agustín creía, como Plotino, que el mal es la ausencia de Dios. Mantenía que el mal
se debía a la desobediencia de los hombres o, como él decía, "la buena voluntad es obra de
Dios; la mala voluntad es desviarse de la obra de Dios".
Según San Agustín, la humanidad se perdió después del pecado original pero, aunque
ningún ser humano se merezca la salvación de Dios, él ha determinado que algunos seres
humanos sean salvados de la perdición eterna. Nuestra salvación estaba preestablecida y
totalmente fuera de nuestro control, dependíamos completamente de la misericordia de Dios.
Este punto de vista se puede considerar fatalista, pero San Agustín no renunciaba a la
responsabilidad del hombre con su vida. Nos aconsejaba que viviésemos de manera que, por
nuestro ciclo vital, pudiéramos darnos cuenta de que pertenecíamos a los elegidos. No negaba
el libre albedrío, sino que Dios "ha visto antes" cómo viviremos.
La teología de San Agustín se alejaba considerablemente del humanismo de Atenas. Pero
no fue San Agustín el que dividió la humanidad en dos grupos. Simplemente se apoyaba en la
doctrina de la Biblia sobre la salvación y la perdición. San Agustín explicaba esto en una gran
obra llamada La ciudad de Dios, donde dejaba claro que no había salvación fuera de la Iglesia.
Esta idea no sería contestada hasta la llegada de la Reforma en el s. XVI.

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Sto. Tomás de Aquino
Al final del s. XII, los sabios árabes, con una gran tradición aristotélica, empezaron a ser
conocidos en España y en el norte de Italia. La biología aristotélica creó un nuevo interés por
las ciencias naturales y su filosofía despertaba la difícil cuestión de cómo reconciliar la Biblia y
la filosofía.
El filósofo y teólogo más grande y más importante de este periodo fue Santo Tomás de
Aquino, que vivió entre 1225 y 1274. Santo Tomás de Aquino poseía un carácter
tremendamente enérgico, una asombrosa memoria, y era tal su dedicación a la orden de los
dominicos, que soportó una terrible persecución, incluso de su propia familia, para que la
dejara. Nació en la pequeña ciudad de Aquino, entre Roma y Nápoles, pero también trabajó
como profesor de filosofía en la Universidad de París. Se podría decir que, así como San
Agustín cristianizó a Platón, Santo Tomás de Aquino cristianizó a Aristóteles.
Las verdades naturales
Santo Tomás mantenía que no tenía porque haber una contradicción entre lo que nos
cuenta la filosofía o la razón y lo que nos revela la fe cristiana: muy a menudo, el cristianismo
y la filosofía nos dicen lo mismo.
Con esto no quería decir que la razón nos pudiera decir que Dios creó el mundo en seis
días o que Jesús era el hijo de Dios. A esa clase de dogmas de fe sólo tenemos acceso a través
de la fe. Pero Santo Tomás opinaba que también existía una serie de "verdades teológicas
naturales", a las que se puede llegar tanto a través de la revelación cristiana como a través de
la razón innata o natural.
Creía que había dos caminos que conducían a Dios. El primero era a través de la fe y la
revelación. El segundo era a través de la razón y las observaciones hechas con los sentidos. De
estos dos caminos, el de la fe y la revelación era el más seguro, puesto que era fácil
desorientarse si uno se basaba exclusivamente en la razón. Pero el punto clave de Santo
Tomás era que no tenía por qué haber necesariamente una contradicción entre un filósofo
como Aristóteles y la doctrina cristiana.
Santo Tomás pensaba que podía probar la existencia de Dios basándose en la filosofía de
Aristóteles. Después de todo, con nuestra razón podemos reconocer que todo lo que nos rodea
tiene que tener una "causa original", y que esta causa debe ser Dios, como decía Aristóteles.
Pero Aristóteles no da una descripción ulterior de Dios, por lo que debemos confiar en la Biblia
y en las enseñanzas de Jesús.
Igualmente, Santo Tomás creía que hay también dos caminos en la vida moral. La Biblia
nos enseña cómo quiere Dios que vivamos. Pero, a la vez, Dios nos ha provisto de una
conciencia que nos capacita para distinguir entre el bien y el mal sobre una base "natural".
Sabemos que está mal hacer daño a las personas, aunque no hayamos leído la Biblia cuando
dice "haz con tu prójimo lo que quieras que tu prójimo haga contigo".
Escala de la naturaleza
Aristóteles opinaba que la cadena evolutiva desde las plantas hasta los seres humanos
apuntaba a un Dios, el cual constituía una especie de cumbre de la existencia. Este esquema
se adaptaba fácilmente a la teología cristiana. Según Santo Tomás, hay grados progresivos de
existencia, desde las plantas hasta los seres humanos, desde éstos hasta los ángeles y desde
los ángeles hasta Dios. El hombre, como los animales, tiene un cuerpo con órganos
sensoriales, pero, además, posee una razón que le permite racionalizar las cosas. Los ángeles
no tienen cuerpo, razón por la que tienen una inteligencia instantánea e inmediata. Los
ángeles no son sempiternos como Dios, pues tuvieron que ser creados por él, pero, al no tener
cuerpo, no pueden morir.
Dios gobierna por encima de los ángeles. él puede ver y conocer todo en una única
coherente visión. Además, para Dios no existe el tiempo como nosotros lo entendemos.
Nuestro "ahora" no es el "ahora" de Dios. Aunque para nosotros pasen muchas semanas, no
necesariamente pasarán para Dios.
Las mujeres
Santo Tomás de Aquino también adoptó el punto de vista sobre las mujeres de
Aristóteles. éste pensaba que la mujer era algo así como un hombre incompleto. También
pensaba que los hijos sólo heredan las características del padre, puesto que las mujeres eran
pasivas y receptivas y los hombres eran activos y creadores. Según Santo Tomás, estos
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pensamientos armonizaban con las palabras de la Biblia, pues, entre otras cosas, dice que la
mujer fue creada de una costilla del hombre. No obstante, Santo Tomás creía que la mujer
sólo era inferior al hombre en el plano físico. El alma de las mujeres era igual a la de los
hombres, puesto que en el cielo hay una igualdad plena entre los sexos al no existir las
diferencias físicas.
La vida de la Iglesia en la Edad Media estuvo fuertemente dominada por los hombres,
aunque esto no significa que no hubiera pensadoras. Una de ellas fue Hildegarda de Eibingen
(1098-1179), una monja del Valle del Rin. Era predicadora, escritora, médico, botánica y
naturalista. Era un buen ejemplo del hecho de que muchas veces las mujeres eran sumamente
prácticas, incluso científicas, en la Edad Media.
Entre los antiguos judíos y cristianos había una creencia de que Dios tenía un lado
femenino, una "naturaleza materna". Las mujeres también eran creadas a imagen y semejanza
de Dios. En Grecia, este lado femenino de Dios se llama Sophia. "Sophia" o "Sofía" significa
"sabiduría".
Enlaces
Filósofos relacionados:
Platón - El mundo de las Ideas: para su teoría de los moldes.
Aristóteles - Escala de la naturaleza: para la jerarquía adoptada por Santo Tomás.
Filosofía helenística - El neoplatonismo: para la adaptación religiosa de Platón.

Historia:
La Edad Media - Descubrimientos: para Santo Tomás de Aquino.
La Edad Media - Grandes mujeres: para Hildegarda
Bibliografía
AGUSTíN DE HIPONA
Obras más importantes:
La ciudad de Dios, ed. bilingüe, t. XVII, BAC, Madrid, 1965.
Las confesiones, Alianza, Madrid, 1996.
ESTUDIOS:
Ferrater Mora: "San Agustín o la visión cristiana", en Cuatro visiones de la historia
universal, Alianza, Madrid, 1988. Esta obra se centra fundamentalmente en La ciudad de Dios.
Uña Juárez, A.: San Agustín (354-430), Orto, Madrid, 1994. Contiene una selección de
textos comentados.
TOMáS DE AQUINO
Suma contra los gentiles, ed. bilingüe, 2 vol., BAC, Madrid, 1967-1968.
Suma teológica, ed. bilingüe, 15 vol, BAC, Madrid, 1947-1960.
Renacimiento - Perspectiva
Entre el final del siglo XIV y principios del XVII, en Europa se produjeron dos grandes
convulsiones: el Renacimiento y la Reforma. El término Renacimiento significa "nacer de
nuevo", y describe una época de extenso florecimiento cultural que se inició a finales del siglo
XIV en Italia y que, posteriormente, se extendió al resto de Europa.
Lo que volvió a nacer fue el arte y la cultura de Grecia y Roma. "Ir a los orígenes" era
una consigna renacentista, que significaba buscar la cultura de la Antigüedad a través de los
textos, monumentos y esculturas existentes. Se puso de moda aprender griego y buscar
manuscritos de la Antigüedad. Ahora, en contraste con la Edad Media, se valoraba a los
pensadores clásicos por sus propios méritos más que por su importancia para el cristianismo. A
esta actitud tan distinta, característica de la Antigüedad y del Renacimiento, se la conoce como
"humanismo".
El humanismo enfatiza la dignidad y el valor del ser humano. Mientras que para los
filósofos medievales el punto de partida había sido Dios (Teocentrismo), para los humanistas
renacentistas el punto de partida era el ser humano (Antropocentrismo). Ahora al hombre se le
consideraba grande y valioso, su infinito potencial queda expresado con las palabras del

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pensador italiano Marsilio Ficino: "¡Conócete a ti misma, oh estirpe divina vestida de
humano!".
El humanismo del Renacimiento celebraba el individualismo y la singularidad de cada ser
humano; una visión que podía conducir a un culto a la genialidad casi desenfrenado. El ideal
llegó a ser lo que se ha llamado el "hombre renacentista", una persona con talento universal
que participa en todos los campos de la vida. El humanista del Renacimiento se comportaba
como si todo el mundo hubiera despertado de nuevo. El arte, la literatura, la arquitectura, la
música, la filosofía y la ciencia florecieron como no lo habían hecho anteriormente. Un ejemplo
perdurable del espíritu renacentista fue la reconstrucción de Roma y, en particular, la
edificación de la iglesia de San Pedro donde trabajaron grandes artistas, incluido Miguel ángel,
y que se tardó un siglo en terminar.
El Renacimiento también se caracterizó por una nueva visión de la naturaleza. La vida
dejó de ser considerada como una mera preparación para el más allá, y el hombre se sentía en
el mundo como en su casa. A la naturaleza se la considera como algo positivo. Muchos
pensaban que un Dios infinito debía estar presente en su Creación y, por tanto, la naturaleza
misma es divina. Esta interpretación se conoce como panteísmo.
Dichas creencias entraban en conflicto con la visión cristiana de que existe una barrera
insuperable entre Dios y la Creación. Un ejemplo dramático de la intolerancia religiosa lo
encontramos en el destino de Giordano Bruno, filósofo del siglo XVI; sus creencias, que
incluían la visión de que Dios estaba presente en la naturaleza y que el universo era infinito, le
llevaron a ser arrestado por la Inquisición. Bruno fue quemado en la hoguera, evidenciándose
así que en la época del humanismo estaba también presente el antihumanismo. El poder
autoritario del Estado y de la Iglesia se manifestaba en la persecución de herejes, en las
guerras de religión y en la brutal conquista del Nuevo Mundo.
Un aspecto importante de este período fue la aparición del nuevo método científico. Los
pensadores renacentistas advertían contra la fe ciega en las viejas autoridades, tales como los
dogmas religiosos o las enseñanzas científicas de Aristóteles, todavía aceptadas casi
universalmente. También se criticaba la creencia medieval de que los problemas podían
resolverse con la mera reflexión. Ahora se mantenía que cualquier investigación de la
naturaleza debía basarse en la observación científica y la experimentación, y que todas las
observaciones debían expresarse en términos matemáticos. Este nuevo enfoque lo sintetizó el
gran científico italiano Galileo Galilei de la siguiente manera: " Mide lo que se pueda medir, y
haz medible lo que no se pueda medir".
El método empírico fue una condición necesaria para la revolución técnica que comenzó
en el Renacimiento y , en particular, tres inventos fueron fundamentales para configurar los
acontecimientos de esa época. La brújula, introducida en Europa durante la Edad Media, al
facilitar la navegación en mar abierto se convirtió en un elemento clave para los grandes viajes
de descubrimiento. La pólvora y el desarrollo de las armas de fuego contribuyeron a la
superioridad militar de los europeos sobre otras culturas y la imprenta jugó un papel
fundamental en la difusión de las ideas de los humanistas del Renacimiento. Hacia el final de
este período un invento importante, el telescopio, supuso una revolución para la astronomía.
El Renacimiento no sólo vio la expansión intelectual del hombre sino también la de sus
horizontes geográficos. En 1492 Colón cruzó el Atlántico y descubrió primero el Caribe y
posteriormente la costa de América del Sur. Seis años más tarde Vasco da Gama circunnavegó
áfrica y encontró la ruta marítima a la India. Finalmente en 1522 un barco al servicio de
España completó el primer viaje alrededor del mundo.
En astronomía, se realizaron asombrosos descubrimientos. Durante siglos los hombres
habían contemplado el cielo, la luna y las estrellas pero nunca dudaron de que la Tierra había
sido colocada por Dios en el centro de su creación. Sin embargo, en 1543, Nicolás Copérnico
propuso una teoría revolucionaria al proponer que la Tierra giraba alrededor del Sol. Esta
visión heliocéntrica del universo tuvo profundas implicaciones tanto para la ciencia como para
la religión, y no fue completamente aceptada hasta bien entrado el siglo siguiente.
Gradualmente la filosofía y la ciencia se distanciaron de la teología, y con ello el
pensamiento independiente del Renacimiento contribuyó a otra de las grandes convulsiones de
esos siglos: la Reforma protestante. En el siglo XVI Martín Lutero criticó la corrupción existente
en las prácticas religiosas, como la venta de indulgencias, y pidió la vuelta al cristianismo
primitivo tal y como era en el Nuevo Testamento. Lutero junto con otros líderes protestantes
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como Calvino y Zuingli finalmente se separaron de la Iglesia católica aunque otros
reformadores como Erasmo decidieron permanecer en su seno.
Según Lutero, las personas no necesitaban la intercesión de la Iglesia o de sus
sacerdotes para recibir el perdón de Dios. La relación personal del individuo con Dios era más
importante que su relación con la Iglesia. El creía que cada uno podía leer la Biblia por sí
mismo y la tradujo del griego al alemán contribuyendo así enormemente a la evolución de la
lengua alemana. A pesar del énfasis que ponía en el individuo Lutero no era un humanista,
creía que el hombre era por naturaleza un ser depravado y que la redención solo era posible
mediante la fe. únicamente por la gracia de Dios el hombre puede legitimarse.
La Reforma puso fin a la unidad que existió en la Cristiandad occidental durante más de
mil años. Las guerras de religión entre católicos y protestantes iban a caracterizar la Europa
del siglo y medio siguiente.
Ver también:
Antigua Grecia - Cultura: para el trasfondo clásico hacia el Renacimiento
Antigua Grecia - Descubrimientos: para la ciencia de Aristóteles, todavía dominante
hasta el Renacimiento, incluyendo la visión del universo.
Helenismo y Roma - Descubrimientos: para la primera aparición de la teoría
heliocéntrica, su rechazo.
Helenismo y Roma - Cultura: para la influencia de Roma y de imitaciones romanas de
formas griegas, en el Renacimiento.
La Edad Media - Perspectiva: para la persistente idea de que la tierra sigue siendo el
centro del Universo.
La Edad Media - Descubrimientos: para mejoras en el diseño de barcos, vía para explorar
el mundo.
La Edad Media - Política: para el poder de la iglesia medieval, trasfondo para el periodo
de reformas.
época barroca - Perspectiva: para futuras exploraciones del mundo, Newton, post-
reforma del cristianismo, guerras religiosas.
Renacimiento - Política
Durante el Renacimiento el poder se iba concentrando en los estados centralizados
gobernados por monarcas autoritarios. El gobierno medieval recaía por su efectividad en la
relación entre el rey y los señores feudales de cuya lealtad dependía. Sin embargo, muchos
gobernantes gradualmente aumentaron su poder sobre los súbditos. Esto ocurría con
frecuencia porque podían mantener grandes ejércitos y dotarlos de armas eficaces. Hacia el
final de la Edad Media los gobernantes también buscaban identificarse con el sentido de nación
que empezaba a emerger en algunos países, especialmente en Inglaterra, Francia y España.
Las intensas rivalidades políticas económicas y religiosas entre los Estados europeos
intensificaron la nueva conciencia nacional.
Los gobiernos se hicieron más eficaces, con una compleja administración dirigida por
funcionarios a los que frecuentemente se contrataba más por razones de capacidad que por
nacimiento. En el consejo real o gabinete se tomaban las decisiones y los consejeros reales
estaban especializados en las finanzas, el derecho o los asuntos exteriores. Recaudar
suficientes fondos para costear, no sólo la creciente burocracia, sino también los ejércitos cada
vez más grandes, en una época en la que los Estados europeos estaban frecuentemente en
guerra, era un problema continuo para los monarcas renacentistas.
En el siglo XVI los países comenzaron a asignar agentes diplomáticos permanentes en las
capitales de cada uno de los otros estados. Los móviles que se escondían tras la diplomacia
eran frecuentemente dinásticos, con los cuales las dinastías reales trataban de incrementar sus
territorios mediante matrimonio, herencia o guerra. Dichas políticas dieron como resultado la
adquisición por Carlos V (Carlos I de España) de territorios que incluían España y su imperio
americano, los Países Bajos y Austria. Carlos fue elegido Emperador del Sacro Imperio
Romano, un título con poca relevancia política. Carlos soñaba con volver a crear un imperio
universal. Pero a pesar de los años que pasó luchando contra Francia, su rival más importante,
contra los turcos en el Mediterráneo y contra los reformadores protestantes en Alemania,
finalmente Carlos no consiguió realizar su ambición.

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Su hijo Felipe II fue coronado rey de España y de los Países Bajos en el año 1550.
España era la gran potencia europea, con enorme riqueza procedente de la conquista de los
imperios Inca y Azteca. Felipe era un ferviente católico, su reinado marcó el comienzo de un
siglo de guerras brutales en Europa por motivos tanto religiosos como políticos. En los países
protestantes la religión con frecuencia estaba ligada al sentimiento nacional: en la Inglaterra
de Isabel II la derrota de la Armada española se consideró tanto un triunfo sobre Felipe II
como una victoria del protestantismo. Sin embargo para España el fracaso en la conquista de
Inglaterra fue el primer signo de decadencia que iba e evidenciarse cada vez más en el siglo
XVII
Ver también:
Helenismo y Roma - Política: para los origenes de la visión de Carlos V de un imperio
unido.
La Edad Media - Política: para las conquistas e imperio de Carlomagno; primeras señales
de independencia en alguna parte de Europa.
época barroca - Política: para el continuo crecimiento del poder real, guerras políticas y
religiosas entre estados europeos.
época barroca - Sociedad: para gobierno y administración, especialmente en Francia.
La Ilustración - Política: para las conquistas e imperio de Napoleón en Europa.
Siglo XX - Economía: para los intentos de crear una unidad económica en Europa.
Renacimiento - Economía
El Renacimiento fue el producto de la prosperidad de las ciudades que se habían
desarrollado a finales de la Edad Media. Aunque la economía europea era (y así continuaría por
mucho tiempo) predominantemente agrícola, los siglos XII y XIII vieron el paso de una
economía de subsistencia a una economía monetaria. El crecimiento del comercio y las
finanzas crearon la riqueza que mantendría la cultura y la ciencia renacentista. En las ciudades
del norte de Italia florecieron grandes artistas bajo el mecenazgo de la nueva aristocracia
mercantil, como la familia de gobernantes de los Médici en Florencia, cuya fortuna procedía de
la banca y los préstamos.
Desde el siglo XV en adelante, como resultado de los viajes de descubrimiento, en la
economía europea tuvieron lugar espectaculares cambios. Los monarcas europeos financiaban
una serie de expediciones para descubrir rutas desconocidas a nuevas tierras y nuevas
riquezas. En 1492 Colón desembarcó en las Bahamas y tomó posesión para España de lo que
él llamó las Indias. Diez años más tarde los navegantes portugueses habían descubierto
costeando áfrica la ruta hacia las Indias; fue el comienzo de varios siglos de expansión
imperial y comercial europea por todo el mundo.
Principalmente como resultado del descubrimiento del Nuevo Mundo, el centro de la vida
económica de Europa pasó de los países mediterráneos, donde había estado desde la
Antigüedad, a los países del Atlántico. Las pautas del crecimiento urbano demuestran el
cambio. Italia mantuvo su importancia comercial la mayor parte de este período con Nápoles,
Venecia y Milán entre las ciudades más grandes de Europa. Entre el año 1500 y 1600 la
población de Nápoles se duplicó y la de Venecia y Milán aumentó en un 50%. Sobre el mismo
período, los grandes puertos de Sevilla en España y Lisboa en Portugal triplicaron su tamaño,
el siglo XVI también fue testigo de la repentina importancia alcanzada por el puerto flamenco
de Amberes. París era la ciudad más grande de Europa con más de 200.000 habitantes.
La economía global empezó a desarrollarse a medida que los barcos transportaban
mercancías entre los continentes de América, Europa, áfrica y Asia. A Sevilla, Lisboa y
Amberes llegaban metales preciosos del Nuevo Mundo, especies de la India, sedas de China y
a cambio Europa exportaba sus mercancías. El oro y la plata de Méjico y Perú estimularon la
economía mundial y la expansión del comercio, a la vez que favorecían el enorme poder de
España en el siglo XVI. Sin embargo, al mismo tiempo, el intenso suministro de metales
preciosos aumentó la inflación de la que se sabía poco por aquel entonces.
Ver también:
La Edad Media - Economía: para la influencia del desarrollo de la economía medieval en
el Renacimiento.

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época barroca - Económicas: para una expansión mayor del comercio internacional y
finanzas.
época barroca - Perspectiva: para viajes de exploración más amplios .
La Ilustración - Perspectiva: para más exploraciones, Capitán Cook
Siglo XIX - Perspectiva: para expansiones imperialistas al extranjero mediante poderes
europeos.
Siglo XIX - Economía: para la economía mundial, comercio en el extranjero.
Siglo XX - Economía: para economía global en el mundo moderno.
Renacimiento - Sociedad
La sociedad medieval se dividía fundamentalmente en la nobleza, el clero y el pueblo.
Aunque esta división se mantuvo durante el Renacimiento, la estructura feudal que reflejaba
fue cediendo terreno en la mayor parte de Europa bajo presiones, a un cambio social y
económico. Sin embargo, el proceso del cambio fue muy desigual, tuvo lugar rápidamente en
los países avanzados del oeste mientras todavía era casi inexistente en los países de la Europa
oriental, que seguían siendo una sociedad feudal basada en el trabajo de los siervos.
Hacia el final del período medieval una clase media o burguesía había aparecido en gran
parte del oeste de Europa. La palabra "burguesía" originalmente significaba "habitante de la
ciudad", los orígenes de esta nueva clase social se remontan al crecimiento de las ciudades, el
comercio y el florecimiento de la economía monetaria de finales de la Edad Media. Los
comerciantes, banqueros, abogados, artesanos y médicos fueron los grupos que
progresivamente desafiaron el rígido estado social de la sociedad feudal.
A medida que la clase media se separaba de los señores feudales y del poder de la
Iglesia se preparaban las condiciones (como en Grecia dos mil años antes) para el cultivo de la
imaginación y la capacidad creativa del individuo. Esto marcó el comienzo del Renacimiento,
que emergió primero durante el siglo XIV en las ciudades italianas cuya animada y próspera
cultura urbana se asemejaba en gran medida a las ciudades-estado de la antigua Grecia.
La nobleza de Europa occidental no gobernaba ya sus dominios virtualmente
independientes, ahora tenía las miras puestas en servir a la corona o al papado como
administradores, consejeros o generales. Comenzaron a abandonar sus castillos fortificados
para mudarse a elegantes villas que llenaban de esculturas, pinturas y delicado mobiliario
contribuyendo así a la actividad de artesanos y mercaderes. Como la riqueza de la clase media
aumentó los nobles demandaron más privilegios. Pidieron la exención de impuestos
pretextando que ellos, a diferencia de la clase media, ofrecían su sangre y su espada para la
protección de la corona. El clero también buscó la exención de impuestos manteniendo que
ellos servían a la corona con sus oraciones
La mayor parte de la población estaba formada todavía por campesinos que seguían
trabajando la tierra, aunque en la mayoría de los lugares se estaba convirtiendo en algo poco
frecuente la servidumbre. La introducción del maíz y de la patata procedentes del Nuevo
Mundo añadieron variedad a la dieta tradicional europea a base de cereales y de unas pocas
legumbres. La salud mejoró y aumentó la esperanza de vida media, aunque los campesinos
seguían siendo los más vulnerables a los efectos de las enfermedades, las pobres cosechas y
las subidas de los precios.
La posición de la mujer no mejoró de forma significativa durante el Renacimiento aunque
las mujeres de clase alta llegaron a ser ligeramente más independientes. En cierto sentido las
mujeres tenían menos oportunidades que en la Edad Media porque la Reforma obligó al cierre
de conventos en muchos países protestantes. Esto puso fin a lo que había sido una vía
importante de progreso. Al igual que en siglos anteriores, las mujeres raramente recibían
educación, y si acaso la recibían era en el seno familiar. La mayoría estaban relegadas a las
labores de la casa y del campo.
Ver también:
Antigua Grecia - Sociedad: para ciudades-estado griegas, posición de las mujeres.
Antigua Grecia - Política: para ciudades-estado griegas.
Helenismo y Roma - Sociedad: para la posición de la mujer.
La Edad Media - Sociedad: para comparación con la estructura social del feudalismo,
mujeres.
50
época barroca - Sociedad: para diferencias de clases en Europa, nobleza, burguesía.
La Ilustración - Sociedad: para contínuo desarrollo de la estructura social, nobleza, clase
media.
Siglo XX - Grandes mujeres: para mujeres en la vida moderna.
Renacimiento - Descubrimientos
El Renacimiento fue una época de indagaciones en todos los campos del empeño
humano. Los grandes viajes de descubrimiento abrieron enormemente los horizontes
geográficos del hombre pero no fue menos importante la revolución que se produjo en el
pensamiento. La autoridad establecida, tanto en la doctrina religiosa como por las enseñanzas
de Aristóteles o Tolomeo, ya no iba a continuar siendo aceptada sin ser cuestionada. Las
investigaciones científicas eran comprobadas cada vez más no solo a la luz de la razón sino por
el método empírico de la observación, la experiencia y la experimentación. Esta nueva forma
de pensar iba a tener profundas consecuencias en el propio Renacimiento y en los años
posteriores.
Se hicieron muchos progresos en tecnología y en la aplicación de la ciencia a los
problemas prácticos. Los viajes de exploración estimularon el desarrollo de la cartografía y de
los métodos de navegación en aguas no cartografiadas lejos de las zonas costeras. La brújula,
inventada por los chinos, era un instrumento indispensable para los navegantes del
Renacimiento. Otro instrumento era el astrolabio, que servía para medir las posiciones de los
cuerpos celestes, usado en astronomía desde los tiempos de la antigua Grecia pero ahora
simplificado para su uso en el mar. Los avances técnicos en las armas de fuego también
jugaron un papel significativo en la exploración y en la conquista de ultramar, proporcionando
a los europeos la superioridad militar sobre las culturas americanas y asiáticas.
El avance técnico más revolucionario que se produjo durante el Renacimiento fue el
desarrollo de la imprenta de tipos metálicos movibles por el alemán de Maguncia, Juan
Gutenberg. Aunque la imprenta se usaba desde hacía tiempo en China y posteriormente en los
países islámicos, la invención de los tipos movibles hacia la mitad del siglo XV hizo que el
proceso fuera más rápido y barato que antes.
La imprenta fue una innovación de enorme relevancia que abrió una nueva era en la
comunicación, pues ahora los libros y folletos eran fácilmente asequibles y se incrementó el
nivel de alfabetización. Hacia el final del siglo se habían impreso varios millones de libros; los
libros producidos antes del 1500 se conocen como incunables. Las ideas del Humanismo
renacentista se extendían por toda Europa al tiempo que la Iglesia perdía su posición como la
única difusora del conocimiento. En el siglo XVI la imprenta tuvo un papel influyente en el
desarrollo del protestantismo pues permitió la rápida expansión de las enseñanzas de Lutero y
las de otros reformadores religiosos.
Aunque los primeros libros impresos trataban de temas religiosos, de forma creciente
fueron apareciendo los trabajos científicos. Entre ellos destaca la obra De Humani Corporis
Fabrica del médico flamenco Andrés Vesalio, publicada en 1543. Durante la Edad Media se
hicieron pocos progresos en la medicina, que seguía dominada por el médico griego Galeno.
Con Vesalio renació la importante y vital práctica de la disección; sus estudios de anatomía
animal y humana pusieron de manifiesto muchas discrepancias entre lo enseñado por Galeno y
lo que Vesalio descubrió mediante la observación. Sus hallazgos quedaron registrados en su
libro magníficamente ilustrado, que permanece como un soberbio ejemplo del nuevo método
científico del Renacimiento.
En el año 1543 se publicó el libro titulado Sobre las revoluciones de los cuerpos celestes,
que iba a resultar uno de los trabajos científicos más importantes jamás escritos. Su autor fue
el astrónomo polaco Nicolás Copérnico que murió el mismo día en que se publicó su libro.
Copérnico sostuvo la revolucionaria teoría de que, más que estar en el centro del universo, la
Tierra giraba alrededor del Sol. El movimiento aparente del Sol alrededor de la Tierra podría
explicarse si de hecho la Tierra girase sobre su propio eje. Estas ideas pronto fueron debatidas
apasionadamente en toda Europa. Copérnico, al proponer un universo heliocéntrico (en el que
el Sol es el centro), había cambiado la visión medieval del mundo de arriba a abajo. Las
implicaciones de su teoría se extendieron más allá de su importancia puramente científica
porque desafiaba la tradicional idea cristiana que situaba al hombre en el centro del universo
con un lugar único en la Creación. Los reformadores protestantes se opusieron desde el
principio a las ideas de Copérnico y más tarde la Iglesia católica las condenó.
51
A Copérnico se le considera el padre de la astronomía moderna a pesar de que sus
teorías de que el Sol era el centro del universo y de que las órbitas de los planetas eran
circulares resultaron más tarde ser erróneas. Su creencia en las órbitas circulares reflejaban la
antigua idea de que debido a que los cuerpos celestes eran "celestiales" deberían tener órbitas
perfectas. Desde los tiempos de Platón la esfera y el círculo se habían considerado las figuras
geométricas más perfectas.
Tuvieron que pasar casi cien años antes de que el sistema de Copérnico fuera aceptado
por los científicos. Durante este período la Iglesia condenó a los seguidores de Copérnico
incluyendo al gran físico y astrónomo Galileo Galilei (1564-1642). Los trabajos más
importantes de Galileo se publicaron en el siglo XVII pero su curiosidad científica y sus
múltiples habilidades eran típicas del Renacimiento. En 1609 su correcto uso del recién
inventado telescopio le permitió descubrir mediante la observación empírica que la luna tenía
montañas y que Júpiter tenía cuatro lunas. Esto minó seriamente la visión del mundo
aristotélico mantenida por sus oponentes.
Galileo propuso otro reto con sus experimentos sobre el movimiento. En una innovación
científica de enorme importancia, Galileo hizo uso de los principios de la inercia para mostrar
que las enseñanzas de Aristóteles sobre el movimiento eran erróneas. De acuerdo con la ley de
la inercia, un cuerpo permanecerá en el estado en que está de quietud o de constante
movimiento en línea recta, mientras no intervengan alguna fuerza que modifique su estado.
Este principio daba respuesta a una de las objeciones más importantes a la idea de Copérnico
sobre la rotación de la Tierra. Aristóteles argumentaba que si la Tierra girase alrededor de su
propio eje su movimiento provocaría que una piedra que se lanzase al aire verticalmente
caería a alguna distancia del lugar desde el que había sido lanzada. En realidad la ley de la
inercia hace que la piedra caiga en el mismo lugar porque no hay ninguna fuerza horizontal
actuando sobre ella. La piedra mantendrá su movimiento horizontal a la misma velocidad que
la Tierra. Existe sin embargo una fuerza vertical, la fuerza de la gravedad, que atraerá a la
piedra hacia la Tierra.
Observando el movimiento de una bala de cañón disparada horizontalmente, Galileo
descubrió lo que ocurre cuando el movimiento vertical y horizontal están involucrados.
Lanzada al aire, la bola de cañón sigue su trayectoria por encima de la tierra pero será atraída
gradualmente hacia ella. La velocidad horizontal se mantiene constante, pero la velocidad
vertical aumenta constantemente con el tiempo debido al efecto de aceleración de la gravedad
que actúa sobre la bola. Como resultado la bola de cañón sigue una trayectoria curva.
Estos experimentos servirían de base más tarde para que Isaac Newton desarrollase sus
tres Leyes del Movimiento y su Ley de la Gravitación Universal. Isaac Newton también estaba
influenciado por los trabajos del astrónomo alemán Johannes Kepler, contemporáneo de
Galileo. Las observaciones de Kepler, al mismo tiempo que confirmaban que Copérnico estaba
en lo cierto con su enfoque heliocéntrico, demostraban que los planetas giraban alrededor del
Sol describiendo órbitas elípticas más que circulares y que la velocidad de los planetas es
mayor cuando están más cerca del Sol. Kepler desarrolló la teoría de que había una fuerza que
hacía que los cuerpos celestes se atrajeran unos a otros y que la fuerza del Sol era la que
mantenía a los planetas en sus órbitas. También señaló que las mismas leyes físicas regían
todo el universo. Galileo rechazaba la idea de Kepler de que las fuerzas de la gravedad
pudieran actuar a grandes distancias y entre distintos cuerpos celestes. No fue hasta la época
de Newton cuando se aceptó la universalidad de las leyes de la gravedad.
Ver también:
Antigua Grecia - Descubrimientos: para Platón y Aristóteles como científicos, visión
global, medicina.
Helenismo y Roma - Descubrimientos: para la teoría heliocéntrica de Aristarco, Tolomeo,
Galeno.
La Edad Media - Descubrimientos: para el redescubrimiento de Aristóteles, Galeno,
Tolomeo, innovaciones técnicas, especialmente en navegación.
época barroca - Descubrimientos: para el descubrimiento de la circulación de la sangre
por Harvey, Newton.
Siglo XIX - Descubrimientos: para avances en medicina
Renacimiento - Cultura

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Todas las manifestaciones artísticas florecieron durante este período como no lo habían
hecho antes. Los artistas aspiraban a superar a los antiguos en sus realizaciones y, siguiendo
el ideal del Renacimiento, a menudo en muchos campos les aventajaron. Compartían los
valores del humanismo: la exaltación del individuo, la predisposición para experimentar, su
afán por el ideal de belleza de las formas clásicas, y una aproximación cada vez mayor a lo
profano en contraste con el arte profundamente religioso de la Edad Media.
Los grandes artistas italianos no buscaban ya el mecenazgo de la Iglesia sino el de la rica
aristocracia mercantil. En el siglo XVI los artistas con éxito podían alcanzar fama y riqueza. Los
temas que expresaban la nueva actitud incluían escenas históricas o mitos de la Antigüedad
como El nacimiento de Venus y La Primavera de Botticelli.
Los comienzos del Renacimiento tuvieron en Florencia su centro, donde los artistas
experimentaron en campos que incluían la perspectiva, la anatomía y las matemáticas. Un
importante avance fue el desarrollo de la perspectiva lineal que hizo posible la ilusión de
profundidad y de distancia en las pinturas. Esta técnica fue iniciada por el escultor y arquitecto
Filippo Brunelleschi, famoso por su monumental cúpula de la catedral de Florencia. Justo desde
la puerta central de la catedral, Brunelleschi realizó una representación del baptisterio de
enfrente. Con ello hizo la primera representación conocida con proyección central conocida en
la historia de la pintura. Para hacer los laterales del edificio trazó líneas que se iban acercando
y finalmente desaparecían. La pintura se hizo más compleja con el uso de esta forma de
perspectiva utilizando frecuentemente varios puntos de fuga.
Muchos humanistas del Renacimiento consideraban que era su deber cultural devolver a
Roma su glorioso pasado. La basílica de San Pedro fue la obra central de esta renovación con
una magnífica cúpula que tiene una altura de 130 metros. La construcción de San Pedro
comenzó en 1506 y se tardó 120 años en terminar. Miguel ángel fue el arquitecto jefe desde
1546 hasta su muerte en 1564. San Pedro es un excelente ejemplo de la arquitectura
renacentista en la que los componentes estructurales se combinan con proporciones
armoniosas y matemáticamente exactas.
Los grandes artistas del siglo XVI fueron Miguel ángel, Rafael y Leonardo da Vinci (1452-
1519). Leonardo, que exploró la ciencia, la pintura, la escultura, la música y la arquitectura, es
el prototipo de hombre renacentista. Además de sus trabajos en pintura tan geniales como
Mona Lisa y La última Cena, Leonardo estudió y dibujó plantas y animales con magnífica
precisión, diseccionó cuerpos humanos para entender la estructura ósea y el comportamiento
muscular, diseñó edificios y máquinas de guerra y tocaba el laúd.
Al igual que en las artes plásticas la música del Renacimiento muestra un interés cada
vez mayor por los temas profanos. Los temas religiosos sin embargo siguieron teniendo
importancia y se escribieron numerosos motetes y magníficas misas. Un importante avance fue
la introducción de la técnica para imprimir las composiciones musicales inventada en Venecia
alrededor del 1500. Los compositores más importantes de comienzos del Renacimiento eran
del norte de Europa mientras que en el siglo XVI lo fueron Orlando de Lasso de Holanda ,
William Byrd en la Inglaterra isabelina y Palestrina de Italia. El final de este período presenció
los inicios de la ópera, inspirada en la Antigüedad clásica.
Ver también:
Antigua Grecia - Cultura: para influencia clásica en el arte y pensamiento del
Renacimiento.
Helenismo y Roma - Cultura: para trasfondo romano, especialmente arquitectura.
La Edad Media - Cultura: para comparación con un arte casi exclusivamente religioso de
tiempos medievales.
época barroca - Cultura: para contraste en arquitectura, incipiente desarrollo de la ópera
Renacimiento - Grandes mujeres
Se menciona con frecuencia el ideal de "hombre renacentista", pero hubo igualmente
muchas mujeres renacentistas, con educación y talento, especialmente las que procedían de
familias nobles o de casas reales.
Isabel d'Este (1474-1539) era miembro de una rica y antigua familia italiana. Se casó
con Francisco de Gonzaga, marqués de Mantua al que dio seis hijos. Rica y con talento, Isabel
se rodeó de poetas como Ariosto y artistas como Leonardo da Vinci quien le hizo un retrato.
Mantegna pintó una visión del Parnaso para su gabinete, y sus dependencias continúan siendo
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una de las glorias del palacio de Mantua. Isabel amaba la música y el teatro, coleccionaba
libros y fue una de los grandes mecenas de la época. También fue una astuta mujer de
negocios y poseía gran habilidad política, gobernó Mantua durante la cautividad de su marido
en Venecia y tras su muerte, hasta que su joven hijo alcanzó la edad suficiente
Isabel Tudor o Isabel I (1533-1603), era la hija de Enrique VIII y Ana Bolena, ejecutada
antes de que su hija cumpliera tres años. Isabel sobrevivió a una infancia peligrosa para
convertirse en reina de Inglaterra en 1558. Era una consumada lingüista y gran lectora, sobre
todo de materias religiosas. Cuando subió al trono, el país estaba en medio de la Reforma y
profundamente segregado por la religión. La presencia en Inglaterra de María, la reina católica
de los escoceses, desde 1568 hasta su ejecución en 1587, causaba gran descontento. En
materia exterior Inglaterra sufría el constante peligro de invasión por parte de la España
católica y la reina Isabel no pudo sentirse segura hasta la derrota de la Armada española en
1588. Al hacer frente a estas dificultades en el interior y en el exterior ella demostró ser una
política astuta y uno de los monarcas más populares de la historia de Inglaterra. Nunca se
casó sino que puso por encima de todo el compromiso con su país. Con su actuación Isabel se
convirtió en un símbolo viviente de la nación.
Filosofía del Renacimiento
En términos de originalidad e influencia, la filosofía del Renacimiento no puede competir
con la medieval que la precedió ni con la filosofía moderna, iniciada por Descartes, que la
sucedería cronológicamente. Los filósofos renacentistas estaban interesados en el renacimiento
de las ideas de la Antigüedad, en especial las de Platón y Aristóteles. Más que la filosofía,
fueron el nuevo método científico y el creciente ritmo de las innovaciones tecnológicas los que
sirvieron de inspiración para la filosofía y los acontecimientos posteriores a este período.
época barroca - Perspectiva
Al período comprendido entre el año 1600 y 1700 se le conoce como la época barroca. La
palabra "barroco" procede de una palabra portuguesa usada para describir una perla de forma
irregular. Las perlas irregulares tienen una belleza singular por sus abundantes curvas
luminosas bruscamente contrastadas con sus oscuras cavidades y por su forma peculiar. El
término Barroco se aplicó al arte y a la arquitectura del siglo XVII porque estaba lleno de
formas irregulares y de contrastes entre la luz y la oscuridad.
El siglo en general se caracterizó por los contrastes. Se preocupaba tanto de la vanidad
mundana como de la naturaleza efímera de las cosas. La expresión latina "carpe diem" o "goza
de este día" era muy popular en esta época, y refleja la convicción de que la humanidad
debería vivir el momento, aprovechando sin vacilar cualquier oportunidad que se presentase.
Por el contrario, otra expresión latina que se citaba frecuentemente era "memento mori" o
"recuerda que vas a morir". Esto nos recuerda que toda vida y belleza van a perecer y que con
la muerte llega el juicio.
La época barroca fue también un período de conflictos políticos durante el cual Europa
estaba destrozada por las guerras. En la primera mitad del siglo éstas fueron motivadas tanto
por creencias religiosas como por motivos políticos. Aunque la inmensa mayoría de los
europeos eran cristianos existían diferencias irreconciliables entre católicos y protestantes.
Un motivo de disputa era la cuestión de la libre determinación, defendida por los teólogos
cristianos pero negada por los seguidores del reformador protestante Calvino. éste defendía
que en el origen de los tiempos Dios determinó el destino de cada individuo que se creara. La
creencia de que toda la historia del hombre estaba predestinada condujo a la certeza puritana
de que Dios sancionaba todos sus actos. Tal fe en el plan de Dios motivó que muchos
peregrinos protestantes se embarcasen en la peligrosa travesía del Atlántico y establecieran
colonias como Plymouth y New Haven en el Nuevo Mundo.
Motivos políticos y dinásticos acentuaron las divisiones entre los cristianos. Esto se
evidenció particularmente en Alemania donde rivalidades políticas y religiosas, tanto entre
estados como dentro de un mismo estado, condujeron al largo y cruel conflicto de La Guerra
de los Treinta Años. En las regiones protestantes de Alemania el estado dominaba a la Iglesia
luterana y el clero era poco más que una parte de la burocracia real. En las regiones católicas,
al contrario, era la Iglesia la que dominaba al estado, como ocurría en Colonia y Maguncia,
cuyos arzobispos eran gobernantes independientes por derecho propio.

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La Guerra de los Treinta Años concluyó con los acuerdos de la Paz de Westfalia en 1648,
poniendo fin a la era de guerras religiosas que había arruinado las vidas de multitud de
personas en Europa desde la Reforma. A partir de ahí, los negocios, la riqueza comercial y las
posesiones coloniales, que con frecuencia eran la fuente de esa riqueza, motivarían cada vez
más los conflictos entre los estados europeos.
A pesar de la agitación política y religiosa, la época barroca fue un período de gran
actividad intelectual. El científico más importante de este período, Isaac Newton (1642-1727),
nació el año en que murió Galileo. Newton, un cristiano que creía en la creación divina, formuló
la Ley de la Gravitación Universal, que demostraba matemáticamente que el sistema solar era
heliocéntrico y que las órbitas de los planetas eran las descritas por Copérnico y Kepler. Los
descubrimientos de Newton sobre la gravedad se publicaron en 1687 en su libro Principia, uno
de los trabajos científicos más importantes de todos los tiempos. Newton mostró que las
mismas leyes del movimiento rigen en todo el universo y que todo lo que hay sobre la tierra y
en el espacio están sujetos a la ley universal de la gravedad. Todo está dirigido por la misma
mecánica, cuya forma de operar puede ser calculada con exactitud matemática. Newton
describió así una visión mecánica del mundo.
La nueva comprensión del mundo físico fue acompañada de una mayor confianza para
explorar sus horizontes. Los nuevos métodos de navegación, la tecnología naval y la
cartografía proporcionaron la tecnología para viajes de descubrimiento más largos y más
ambiciosos. La expansión europea por el mundo continuó, se descubrieron Australia y Nueva
Zelanda y se exploró el interior de América del Sur y la parte oriental de América del Norte.
Este afán de expansión estuvo motivado en un principio por el deseo de ampliar el comercio y
los mercados y, luego, también por la carrera que se inició entre los monarcas europeos para
conseguir riqueza y prestigio de forma inmediata.
Ver también:
La Edad Media - Perspectiva: para el indisputable poder de la iglesia católica en tiempos
medievales.
Renacimiento - Perspectiva: para reforma protestante, Copérnico, viajes de
descubrimiento.
Renacimiento - Descubrimientos: para Copérnico, Galileo, Kepler.
La Ilustración - Perspectiva: para crítica de la iglesia y creencias tradicionales, mayores
exploraciones del mundo
Leibniz - El espacio y el tiempo: para su disputa con Newton.
época barroca - Política
La época barroca fue un período de conflictos e intrigas políticas. España perdió la
supremacía y Francia se convirtió en la potencia dominante de Europa, al tiempo que Holanda,
Inglaterra y Suecia consiguieron mayor relevancia. Durante este período se produjeron
numerosas guerras, la más destructiva fue la Guerra de los Treinta Años disputada
principalmente en suelo alemán. Comenzó en 1618 como un conflicto religioso entre católicos
y protestantes, pero al finalizarar en 1648 era ya un conflicto político porque en ella luchaban
por el dominio de Europa diversos estados europeos. Alemania perdió un tercio de su
población, la mayoría civiles atrapados entre los ejércitos enfrentados.
La Paz de Westfalia puso fin a la guerra. Mediante este tratado los estados católicos y
protestantes se reconocían mutuamente el derecho a existir. El acuerdo también reconocía la
independencia de más de trescientos estados alemanes. Como resultado Alemania seguiría
dividida y sin un gobierno central hasta el final del siglo XIX. Entre los estados de lengua
alemana predominaban Austria, Baviera, Hanover y Prusia y todos ellos desarrollaron
gobiernos autoritarios.
En muchos países los estados se centralizaron con el consiguiente aumento de la
burocracia. Esto contribuyó a aumentar el poder real y la decadencia de las instituciones
representativas que habían surgido durante la Edad Media. Principalmente sucedió en Francia,
donde en la segunda mitad del siglo XVII tanto la nobleza como las asambleas representativas
perdieron su poder frente al rey Luis XIV, ejemplo de "monarca absoluto". éste era conocido
como el Rey Sol porque todo el gobierno giraba alrededor de él.
Los intentos de Carlos I de Inglaterra para actuar como un monarca absoluto obtuvieron
un resultado distinto. La guerra civil entre sus partidarios y el Parlamento inglés terminaron
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con su derrota y ejecución en 1649. Bajo la dirección de Cromwell, Inglaterra se convirtió en
una república durante nueve años tras los cuales se reinstaló la monarquía y apareció un
nuevo modelo de autoridad real. En 1688 Inglaterra se convirtió en una monarquía
constitucional (sin constitución escrita) con los poderes reales limitados por el Parlamento.
La expansión colonial europea continuó y gran número de emigrantes franceses e
ingleses se establecieron en las islas del Caribe y en el este de Norteamérica. En el siglo XVII
se fundaron ciudades como Quebec, Montreal, Boston y Filadelfia que sirvieron de base para el
posterior nacimiento de Canadá y Estados Unidos de América.
Ver también:
La Edad Media - Política: para los comienzos de las asambleas representativas,
fragmentación de Alemania a pesar de los esfuerzos por unirla.
Renacimiento - Perspectiva: para la reforma protestante como trasfondo de conflictos
religiosos.
Renacimiento - Política: para rivalidad política y religiosa entre los estados, incremento
de la complejidad del gobierno, poder de España.
La Ilustración - Política: para los continuos conflictos entre Europa y las colonias de
ultramar, las colonias británicas en América y la declaración de independencia de los Estados
Unidos
Siglo XIX - Política: para unificación de estados alemanes bajo el liderazgo de Prusia,
unificación de Italia.
Siglo XIX - Sociedad: la emigración desde Europa continua y aumenta.
época barroca - Económicas
La economía europea durante la época barroca se basaba todavía en la agricultura.
Durante el siglo XVII se hicieron importantes progresos en las técnicas agrícolas,
especialmente en Holanda, donde se había desarrollado el cultivo intensivo para poder
alimentar a una gran población urbana con una cantidad de suelo limitada. El comercio
internacional y las finanzas alcanzaron progresivamente mayor importancia y la actividad
económica aceleró su marcha del Mediterráneo a los países del Atlántico.
Los holandeses reemplazaron a los italianos como los banqueros de Europa y, a
comienzos del siglo XVII , Amsterdam desarrolló un mercado de valores o "stock exchange".
La ciudad ofrecía como parte de pago las mercancías que almacenaba o "stocked". Se disponía
de mercancías de todo el mundo y los precios obtenidos afectaban a todos los mercados. Hacia
la mitad del siglo los comerciantes e inversores de Amsterdam negociaban con "futuros",
según sus predicciones sobre la oferta y la demanda de las futuras temporadas. Se hicieron y
se perdieron fortunas especulando con bienes que es posible que nunca existieran. A medida
que los comerciantes reunían su dinero y formaban "compañías", los comerciantes de
Amsterdam vendían los derechos o "acciones" para participar en las mismas.
Desde principios del siglo XVII los holandeses sustituyeron a los portugueses como
potencia comercial. El mercado de las especies era una de las más importantes fuentes de
ingresos. Otro producto muy importante era el azúcar, en principio un lujo importado de la
colonia portuguesa de Brasil, pero ahora bastante asequible porque el cultivo de la caña de
azúcar se había extendido a las colonias españolas, francesas, holandesas e inglesas del Caribe
y América del Sur.
Reyes comerciantes y piratas luchaban por el valioso comercio del azúcar, cuyos
beneficios dependían del continuo abastecimiento de la mano de obra proporcionada por los
esclavos. Para satisfacer la creciente demanda, se desarrolló la economía subsidiaria del tráfico
y comercio de esclavos, generalmente embarcados en terribles condiciones desde áfrica hasta
América a través del Atlántico. De esta forma los esclavos se convirtieron en mercancía y su
comercio en un aspecto importante de la actividad comercial internacional.
Los comerciantes ingleses hacia el final de la época barroca, desafiaban cada vez más a
los holandeses. Alrededor del año 1700, Londres no solo había reproducido el sofisticado
mercado financiero de Amsterdam sino que lo había superado. El enorme puerto de Londres, la
infraestructura de las comunicaciones y una mayor población fueron las claves de esta
superioridad. Los canales, las carreteras y el transporte marítimo unían Londres con el resto de

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las Islas Británicas creando una gran economía nacional integrada, que fue capaz de aumentar
el capital hasta un nivel sin precedentes.
Ver también:
La Edad Media - Economía: para comercio, desarrollo de la banca.
Renacimiento - Economía: para movimiento de la actividad económica desde el
Mediterraneo al norte de Europa, expansión del comercio al extranjero.
La Ilustración - Economía: para mayor importancia de Gran Bretaña como centro
europeo de comercio y finanzas
Siglo XIX - Economía: para el contínuo predominio de los británicos en el comercio
internacional, pero crecimiento del poder de Alemania.
Siglo XX - Economía: para una economía global en la vida moderna.
época barroca - Sociedad
Durante la época barroca la mayoría de los europeos en algún momento de sus vidas
padecieron malas cosechas, hambre, guerras y violencia de manos de los recaudadores de
impuestos. El 90% de la población eran campesinos que trabajaban la tierra con un sistema
heredado de la época medieval. Sin embargo existían grandes diferencias entre países. En
Rusia y los países del este de Europa la servidumbre y la sociedad feudal se mantenían sin
apenas cambios desde los primeros siglos. Por el contrario, hacía tiempo que el feudalismo
había desaparecido de países como Inglaterra y Holanda. En las grandes ciudades alrededor de
la cuarta parte de la población estaba sin hogar y vivía en la más absoluta de las pobrezas y se
ganaban la vida como mendigos, ladrones y prostitutas. Al término del siglo XVII había en
Europa una población aproximada de noventa millones.
La época barroca se caracterizaba por grandes diferencias de clase. En Francia, la
potencia dominante de Europa, la pompa y el esplendor de la corte de Versalles contrastaba
con la miseria absoluta en que vivía la clase baja. Sin embargo, en el noroeste de Europa, la
expansión de la economía capitalista incrementó de forma gradual el nivel de vida de la
población campesina. Los propietarios consideraban más rentable hipotecar sus tierras, y los
campesinos que se convertían en propietarios cultivaban de forma más intensiva y productiva
que en el pasado. La mayor prosperidad propició el aumento de la población. Los padres
podían esperar ver al menos a cuatro de cada siete de sus hijos vivir hasta la edad adulta.
La nobleza continuó siendo la clase social dominante en toda Europa. En la mayoría de
los países, excepto en Inglaterra y en Holanda, disfrutaban de amplios privilegios legales y del
poder político. Durante este período, los miembros pudientes de la clase media tenían la
posibilidad de comprar títulos y así conseguir rápidamente posición social y privilegios fiscales.
Los gobernantes vendían los títulos para financiar los costes de la guerra y el estilo de vida de
la realeza.
Otra forma de ascender en la jerarquía social para los hijos con educación de la
burguesía era trabajar para el gobierno. Estaban mejor cualificados para manejar los
complejos asuntos del gobierno que la nobleza hereditaria que por tradición recibía sólo
educación militar. El abogado francés Juan Colbert es un ejemplo de esta tendencia. Hijo de un
comerciante, Colbert era un profesional de la administración que estudió la producción
económica y la riqueza de Francia. Como ministro de Luis XIV introdujo presupuestos que
reflejaban los ingresos y los gastos. La carrera de Colbert ilustra cómo, durante la época
barroca, la estructura social evolucionó gradualmente como resultado de la centralización del
gobierno y el consiguiente incremento de la burocracia.
Ver también:
La Edad Media - Sociedad: para la estructura social del feudalismo.
Renacimiento - Sociedad: para el cambio de la estructura social, especialmete el ascenso
de la clase media.
Renacimiento - Política: para el gobierno y la administración.
La Ilustración - Sociedad: para la continua evolución de la sociedad, nobleza, clase
media.
época barroca - Descubrimientos

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Probablemente el científico más importante del período barroco sea el físico inglés Isaac
Newton (1642-1727). En su libro los Principia, publicado en 1687, Newton completó el trabajo
iniciado por Copérnico, Kepler y Galileo proporcionando la descripción y explicación definitivas
del sistema solar y las órbitas planetarias. Mostró que ambos están regidos por la ley de la
gravitación universal, que sostiene que cualquier objeto atrae a cualquier otro objeto con una
fuerza que aumenta en proporción a la masa de los objetos y disminuye en proporción al
cuadrado de la distancia que haya entre ellos.
Aplicado a los cuerpos celestes, esta atracción o gravitación significa que habría una
mayor atracción entre dos soles muy grandes que entre dos lunas pequeñas que estuvieran
separados por la misma distancia. Pero habría una mayor atracción entre dos lunas en el
mismo sistema solar que entre dos soles en diferentes sistemas solares.
Lo más importante de la teoría de Newton, sin embargo, era que la gravitación tenía
validez en todas partes. La fuerza que hace que una manzana caiga del árbol a la tierra es la
misma fuerza que mantiene a la Luna en su órbita alrededor de la Tierra. Newton demostró
que unas sencillas leyes del movimiento eran válidas en todo el universo, y con ello hizo
desaparecer la creencia medieval de que existía un grupo de leyes para el cielo y otro grupo de
leyes para la tierra. La visión heliocéntrica del mundo recibió su definitiva confirmación.
En la época barroca también se produjeron muchos avances en el campo de la medicina.
El más importante fue el descubrimiento de la circulación sanguínea por el médico inglés
William Harvey que publicó su libro On the Motion of the Heart en 1628. Las teorías previas
aceptadas sobre la interacción del cuerpo y la sangre se remontaban al médico griego Galeno
que mantenía que la sangre fluía y refluía en lugar de circular por el cuerpo. Como resultado
de su meticulosa observación y experimentación, Harvey cuestionó las enseñanzas de Galeno y
demostró que la sangre circula en una dirección por todo el cuerpo a través de las arterias y
las venas, mediante las pulsaciones del corazón.
La teoría de Harvey se vio reforzada en 1661 con el descubrimiento de los pequeños
vasos capilares que llevan la sangre de las arterias a las venas. Esta observación se hizo
posible gracias al desarrollo de los microscopios dotados de una poderosa lente, y en particular
al del holandés Anton van Leeuwenhoek.
Ver también:
Antigua Grecia - Descubrimientos: para la visión del universo, medicina.
Helenismo y Roma - Descubrimientos: para las visiones del universo, incluyendo la
primera teoría heliocéntrica, medicina (Galeno).
Renacimiento - Descubrimientos: para Copérnico, Galileo, Kepler, medicina.
Siglo XIX - Descubrimientos: para los avances en medicina.
Leibniz - El espacio y el tiempo: para el absolutismo de Newton.
época barroca - Cultura
La palabra "barroco" hace referencia al estilo del arte y la arquitectura que se extendió
por Europa durante el siglo XVII. En contraste con las formas más disciplinadas del final del
Renacimiento el estilo barroco era dinámico, sensual y emocionalmente sugestivo. Era en parte
la expresión de un revitalizado catolicismo cuyo objetivo consistía en frenar la propagación del
protestantismo
El palacio de Versalles en Francia es tal vez el ejemplo más conocido de la arquitectura
barroca. Era la residencia del monarca más poderoso de Europa; su tamaño y magnificencia se
diseñaron para impresionar a sus súbditos y a los adversarios extranjeros. Entre los grandes
maestros del Barroco destacan Caravaggio y Rubens. Los trabajos de Caravaggio muestran
escenas maravillosamente detalladas tanto de la naturaleza como de la vida cotidiana y
pinturas religiosas de gran patetismo, dotadas frecuentemente de dramáticos contrastes entre
luces y sombras. Rubens, famoso por su inventiva, dinamismo y habilidad como colorista, dotó
a su trabajo del poder, la exuberancia y la sensualidad características del barroco.
Para invocar a los sentidos muchas pinturas barrocas contienen referencias escondidas a
la naturaleza efímera de las cosas, recordando al observador que la belleza finalmente perece.
En la obra de Jan Miense Moleanaer Allegory of Vanity la escena cotidiana de una joven
peinándose esconde un significado más profundo evocado por las impactantes imágenes
simbólicas. El chico de las burbujas alude a la naturaleza transitoria de la vida y las joyas de la

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mesa sugieren la riqueza del mundo. El espejo representa la vanidad y la falsedad de las
apariencias y para recordarnos la mortalidad humana, el pie de la joven descansa sobre una
calavera.
En música, el deseo de contraste y efectos dramáticos inspiró trabajos más complejos
que condujeron finalmente al concierto. Aunque actualmente pensamos que Bach es el gran
compositor del barroco, en su tiempo se le admiraba principalmente como organista. Las
investigaciones sobre el teatro de la Grecia antigua influenciaron las nuevas formas
característicamente barrocas de entretenimiento, como las mascaradas (complicadas
representaciones ejecutadas por actores enmascarados), los bailes de máscaras, y la ópera
que combinaba el teatro emocional, la música instrumental y el desarrollo del personaje con
un complejo y magnífico vestuario y puesta en escena.
En este período nació el teatro moderno, con todas las formas de decorados y
maquinaria escénica. En el teatro se construye una ilusión sobre el escenario, para descubrir al
final que la obra había sido sólo una ilusión. De esa forma el teatro se convirtió en un reflejo
de la vida humana en general.
La idea de que la vida es un sueño no surgió en el período barroco. El anciano sabio
chino Chuang-tzu o Zhuangzy dijo: "Una vez soñé que era una mariposa, y ahora ya no sé si
soy Chuang-tzu, el que soñó que era una mariposa, o si soy una mariposa que sueña que soy
Chuang-tzu". En el barroco esa idea adquirió nuevo interés como se puede ver en el teatro y la
literatura de la época.
Shakespeare, que escribió sus mejores obras al comienzo del barroco, comparó la vida
misma con el teatro. El dramaturgo español Calderón de la Barca escribió sobre la vida como
una ilusión en su obra La vida es sueño. En Escandinavia, el gran escritor danés Ludvig
Holberg desarrolló el tema calderoniano de la vida como sueño en su obra Jeppe en la
Montaña.
Sin embargo los autores dramáticos también trataron los pormenores mundanos de la
vida cotidiana. El poeta noruego Petter describió la vida de aquí y ahora, a la vez que
enfatizaba que sólo Dios es eterno.
Ver también:
Renacimiento - Cultura: para arquitectura, mejora de la opera, generalmente contraste
de estilo.
La Ilustración - Cultura: para mayores desarrollos, especialmente en música
época barroca - Grandes mujeres
La pintora italiana Artemisa Gentileschi y La reina Cristina de Suecia fueron dos de las
más consumadas mujeres de la época barroca.
Artemisia Gentileschi nació en Roma alrededor de 1593 y murió a principios de los años
50 del siglo XVII. Artemisa era hija de un conocido pintor. Primero su padre y posteriormente
un destacado artista, amigo de la familia, fueron quienes le enseñaron a pintar. Tras ser
violada por este amigo de la familia, Artemisa fue torturada para que dijera que ella había
consentido y su agresor fue exculpado. Llegó a ser una artista de fama patrocinada por los
monarcas europeos. Al igual que su padre estaba muy influenciada por Caravaggio, el gran
maestro del barroco. En su obra más conocida Judith slaying Holofernes,nos muestra a una
Judit cortando la cabeza de Holofernes con una espada ensangrentada. El sentimiento de rabia
aparece con frecuencia en su pintura como una muestra del estado emocional de la artista.
La reina Cristina de Suecia, al contrario que Artemisa, disfrutó de una vida protegida.
Asumió el trono en 1632 a los seis años de edad, al morir su padre durante la guerra de los
Treinta Años. Además de aprender historia, filosofía, matemáticas y ciencia, Cristina tenía una
excelente puntería con la pistola y era una magnífica amazona. Hablaba con fluidez griego,
latín y lenguas modernas. Cristina se convirtió en uno de los monarcas europeos más
respetados y uno de los gobernantes con mejor preparación. A la edad de veinte años ya había
ayudado a negociar el final de la guerra de los Treinta Años.
Cristina se carteaba regularmente con filósofos y científicos a los que invitaba a
Estocolmo. Descartes fue uno de los muchos que aceptó su invitación pero desgraciadamente
no estaba habituado al clima del norte y murió de neumonía. Sus responsabilidades como
reina le dejaban poco tiempo para dedicarse a su creciente interés por las cuestiones
religiosas, por eso abdicó en 1654 convertida al catolicismo y se estableció en Roma.
59
René Descartes (1596-1650)
Descartes fue uno de los impulsores de la revolución intelectual del siglo XVII, y se le
considera el padre de la filosofía moderna. También fue un gran matemático. Descartes
detestaba la forma en que la filosofía antigua y escolástica estaba abierta a la ambigüedad, y
quería reemplazarla con un nuevo y completo sistema de conocimiento edificado, como las
matemáticas, a partir de verdades evidentes. Aunque algunos de sus argumentos han sido
criticados, el método de Descartes ha tenido una gran influencia en el pensamiento posterior.
Ver: Descartes
Baruch Spinoza (1632-1677)
Spinoza, junto con Leibniz, fue uno de los grandes creadores de los sistemas filosóficos
posteriores a Descartes. Al igual que Descartes, él quería encontrar la verdad pero de una
forma lógica y rigurosa. Para Spinoza el método deductivo por excelencia era la geometría, y
emprendió la construcción de un sistema de conocimiento modelado sobre la geometría
euclidiana. Pero mientras que Descartes había utilizado su método para fortalecer las opiniones
convencionales sobre Dios y el mundo, Spinoza, un hombre profundamente religioso, fue
considerado poco convencional, e incluso blasfemo, en sus opiniones y fue anatemizado por la
comunidad religiosa a la que pertenecía.
Ver: Spinoza
Gottfried Wilhelm Leibniz (1646-1716)
Leibniz, aunque pasó gran parte de su vida como historiador y bibliotecario al servicio de
la nobleza alemana, puso gran empeño en el seguimiento de los avances científicos del siglo
XVII, aportando a ellos su propia contribución. También fue un gran matemático; inventó el
cálculo infinitesimal simultáneamente con Newton, con quien posteriormente polemizó sobre
las nociones de espacio y tiempo. El amplio conocimiento y el gran intelecto de Leibniz crearon
una de las filosofías más atípicas. Siguió la tradición racionalista de Descartes y Spinoza, pero
diferiendo mucho de ellos en su descripción del universo en términos de una infinidad de
sustancias que él llamaba "mónadas".
Ver: Leibniz
John Locke (1632-1704)
Locke fue el primero de los grandes empiristas británicos, quienes atacaron el enfoque de
los racionalistas, tales como Descartes. Locke estaba muy influenciado por la corriente de
pensamiento científica del siglo XVII y, además de enseñar filosofía, también ejercía la
medicina. Su vida transcurre en un período de grandes convulsiones políticas que incluyen la
Guerra civil y la Revolución gloriosa. Locke intervino activamente en la política y se convirtió
en un importante escritor de teoría política. Sus ideas contribuyeron materialmente a las
Revoluciones francesa y americana y a la fundación de la democrácia moderna.
Ver: Locke

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DESCARTES (1596-1650)La vida de Descartes
René Descartes nació en un pequeño pueblo francés cercano a Tours, hoy llamado La
Haye-Descartes. Después de terminar sus estudios en Poitiers decidió viajar por Europa. En
1619 se unió al ejército del duque de Baviera y se fue a la guerra, lo que le permitió largos
periodos de tiempo en varias partes de Europa Central.
En la noche del 10 de noviembre de 1619, Descartes tuvo la visión de la forma en la que
podría construir un sistema preciso de conocimiento que abarcaría todas las áreas del
aprendizaje humano. Estuvo con este proyecto el resto de su vida.
Posteriormente vivió en París hasta que, en 1629, marchó a Holanda, donde pasó los
siguientes 20 años de su vida trabajando en sus tratados matemáticos y filosóficos.
En 1649 fue invitado a Suecia por la reina Cristina. Pero la estancia en ese lugar que él
llamó "la tierra de los osos, el hielo y las rocas" le provocó un ataque de neumonía, muriendo
en el invierno de 1650.
El racionalista
Hay una línea directa descendente desde Sócrates y Platón vía San Agustín hasta
Descartes. Ellos eran unos típicos racionalistas, convencidos de que la razón era la única forma
de llegar al conocimiento. Después de sus estudios globales, Descartes llegó a la conclusión de
que el conjunto de conocimientos heredados de la Edad Media no era necesariamente fiable.
Como Sócrates, decidió intentar hacer su propia filosofía.
Descartes fue el padre de la filosofía moderna. Después del entusiasta redescubrimiento
del hombre y la naturaleza durante el Renacimiento, se volvió a presentar la necesidad de
integrar el pensamiento contemporáneo en un sistema filosófico coherente. Descartes fue el
primer gran sistematizador, al que siguieron Spinoza, Leibniz, Locke, Berkeley, Hume y Kant.
El sistematizador
A Descartes le interesaba averiguar lo que podemos saber, es decir, aclarar la cuestión
de la certeza de nuestro conocimiento. En lo que se refiere al problema de conseguir
conocimientos indudables, muchos de sus contemporáneos expresaron un escepticismo
filosófico total, opinando que los hombres tendrían que resignarse a no saber nada. Pero
Descartes no se resignó a eso.
En la época de Descartes, la nueva ciencia había desarrollado un método que
proporcionaba una descripción totalmente segura y exacta de los procesos de la naturaleza.
Descartes tuvo que preguntarse si no habría también un método seguro y exacto para la
reflexión filosófica. Decidió que, efectivamente, existía.
Un sistema filosófico es una filosofía construida desde los cimientos y que procura
encontrar una especie de esclarecimiento de todas las cuestiones filosóficas importantes. La
Antigüedad había tenido grandes sistematizadores, como Platón y Aristóteles. La Edad Media
tuvo a Sto. Tomás de Aquino, que quiso construir un puente entre la filosofía de Aristóteles y
la teología cristiana. Después llegó el Renacimiento, con una maraña de nuevos y viejos
pensamientos sobre la naturaleza y la ciencia, sobre Dios y el hombre. Hasta el siglo XVII no
hubo, por parte de la filosofía, un intento de recoger las nuevas ideas en un sistema filosófico
esclarecido, siendo el primero en intentarlo Descartes.
Cogito, ergo sum
Descartes era matemático, por lo que quiso utilizar el "método matemático" incluso para
la filosofía. Se propuso probar las verdades filosóficas de forma similar a como se prueban los
teoremas matemáticos, es decir, mediante la razón, pues la razón es lo único que realmente
nos puede ayudar. No es muy seguro fiarse de los sentidos.
El objetivo de Descartes era conseguir conocimientos certeros sobre la naturaleza de la
vida, para lo que empezó afirmando que, como punto de partida, se debía dudar de todo. Con
ello, pretendía encontrar unas bases para su sistema que fueran absolutamente sólidas, lejos
de toda duda. Para Descartes, era muy importante librarse de todo el aprendizaje heredado, o
recibido, antes de empezar con su propia construcción filosófica. Pronto se dio cuenta de que,
realmente, poco hay que esté más allá de la duda. Incluso cuando miramos con nuestros
propios ojos no podemos estar seguro de lo que vemos. Sabemos que nuestros sentidos nos
engañan de vez en cuando, por lo que no tenemos certeza absoluta de cuándo nuestros

61
sentidos nos dicen la verdad. Incluso llegó a pensar que era bastante posible que toda nuestra
vida no fuera más que un sueño.
El viejo sabio chino Zhuangzi dijo una vez que soñó que era una mariposa y, desde ese
momento, se mortificó con la incertidumbre. No podía asegurar si era un hombre que soñaba
que era una mariposa o una mariposa que soñaba que era un hombre. Descartes tenía dudas
similares: "Cuando reflexiono detenidamente sobre esto, no encuentro ni un solo criterio para
distinguir la vigilia del sueño", escribe Descartes. Y continúa: "¿Cómo puedes estar seguro de
que tu vida entera no es un sueño?"
Parecía no haber nada de lo que pudiera estar seguro. Por eso, Descartes intentó
trabajar desde el principio. Dudaba de todo, y era esa duda lo único de lo que podía estar
seguro. Entonces, se le ocurrió algo: una cosa tenía que ser segura, sin duda: él dudaba. Y
porque dudaba, tenía que estar pensando. Y porque pensaba, tenía que ser cierto que existía.
O, como él mismo decía, Cogito, ergo sum, lo que significa "Pienso, luego existo".
Descartes también llegó a la conclusión de que podía estar equivocándose si pensaba que
tenía un cuerpo. Un demonio podía hacerle creer que tenía un cuerpo. Pero ningún demonio
podía hacerle creer que pensaba cuando no lo estaba haciendo, supuestamente, no existía, por
lo que llegó a la conclusión de que el cuerpo no era una parte esencial de su naturaleza. Su
esencia era ser un algo pensante o, como él decía, sum res cogitans ("soy un ser pensante").
Descartes empezó a preguntarse entonces si no habría algo más que reconociera con la
misma seguridad intuitiva.Llegó a la conclusión de que también tenía una idea clara y bien
definida de un ser perfecto. Era una idea que siempre había tenido y, para Descartes, era
evidente que una idea como ésta no podría proceder de él. Según él, la idea de un ser perfecto
no podía venir de algo que es imperfecto. De modo que esa idea de un ser perfecto tenía que
proceder de ese mismo ser perfecto o, en otras palabras, de Dios. En consecuencia, para
Descartes resulta tan evidente que hay un Dios como que el que piensa existe.
Pensaba que todos tenemos una idea del ser perfecto y que resulta inherente a esta idea
el que ese ser perfecto debe existir. Puesto que un ser perfecto no podría ser un ser perfecto si
no existiera. Es más, no tendríamos la idea de un ser perfecto si no existiera dicho ser
perfecto. Al ser imperfectos, la idea de perfección no podía provenir de nosotros, no podía
estar en nosotros.
Esto se considera generalmente como el punto débil de la filosofía de Descartes. Por
ejemplo, podemos tener una idea en nuestras mentes de lo que es un futbolista perfecto, pero
¿significa eso que dicho futbolista perfecto existe realmente? La mayoría de la gente cree que
no.
A pesar de todo, Descartes continuó con su argumento. Creía, como Sócrates y Platón,
que hay una relación entre el pensamiento y la existencia. Cuanto más evidente sea algo para
la razón, más segura será su existencia. En cuanto a todas las ideas que tenemos de la
realidad exterior (por ejemplo, del sol y de la luna), cabría la posibilidad de que fueran sólo
fantasías. Pero también la realidad exterior posee algunas cualidades que podemos reconocer
con la razón. éstas son las propiedades matemáticas, es decir, todo aquello que puede
medirse, como la longitud, la anchura o la profundidad. Estas propiedades "cuantitativas" son
tan claras y evidentes para la razón como el hecho de que uno es un ser pensante. Las
propiedades "cualitativas", como el color, el olor o el sabor, están unidas a nuestros sentidos,
por lo que no describen la realidad exterior.
En este punto, Descartes vuelve a recurrir a nuestra idea de un ser perfecto. Cuando
nuestra razón reconoce algo claro e inconfundible (como es el caso de las propiedades
matemáticas de la realidad exterior), ese algo tiene necesariamente que existir. Porque un
Dios perfecto no nos engañaría. Descartes invoca la "garantía de Dios" para que lo que
reconocemos con nuestra razón también se corresponda a algo real.
Alma y materia
Descartes llegó a la conclusión de que era un ser pensante, de que existía Dios y de que
existía también una realidad exterior. No obstante, la realidad exterior es esencialmente
distinta de la realidad del pensamiento.
Descartes era un dualista. Opinaba que había dos formas distintas de realidad (o dos
"sustancias"). Una sustancia era el pensamiento, o "alma", y la otra la extensión, o "materia".
El alma solamente es consciente, no ocupa lugar en el espacio y, por eso, tampoco puede

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dividirse en partes más pequeñas. La materia, sin embargo, sólo tiene extensión, ocupa lugar
en el espacio y siempre puede dividirse en partes cada vez más pequeñas (pero no es
consciente). Según Descartes, las dos sustancias provenían de Dios, porque sólo Dios existe
independientemente de todo. Pero, aunque tanto el pensamiento como la extensión provengan
de Dios, las dos sustancias son totalmente independientes la una de la otra.
La nueva física parecía dar explicaciones a las cuestiones de la naturaleza de la materia y
a lo que, consecuentemente, determina los procesos de la naturaleza. Cada vez más, las
gentes de la época se inclinaban hacia una visión mecanicista de la naturaleza. Pero, a medida
que las personas empezaban a pensar en las acciones humanas en términos de procesos
mecánicos, se necesitaba una explicación de cómo algo "espiritual" (el alma) podía provocar
un proceso mecánico. ¿Cuál es la conexión que hace que empecemos a mover las piernas
cuando pensamos "ahora voy a correr"?
Incluso Descartes no podía negar que hay una constante interacción entre el alma y el
cuerpo. Mientras el alma se encuentre en el cuerpo, ésta se encuentra ligada al cerebro a
través de un órgano especial que llamó la glándula pineal, en la que se está realizando una
continua interacción entre el "espíritu" y la "materia". Por lo tanto, el alma se puede ver
constantemente afectada por los sentimientos y pasiones relacionados con las necesidades del
cuerpo. No obstante, el alma puede independizarse de esos "bajos" impulsos y actuar
independientemente del cuerpo.
Inteligencia artificial
Descartes pensaba que el pensamiento y las ideas no eran entes físicos. El filósofo inglés
Thomas Hobbes, contemporáneo de Descartes, estaba completamente en desacuerdo.
Mientras que Descartes pensaba que el cuerpo humano era una especie de máquina y la
mente no, Hobbes (reflejando la visión mecanicista de su época) creía que todo el universo era
absolutamente mecánico, incluyendo la mente humana. Hoy en día, muchos científicos y
filósofos comparten el punto de vista materialista de Hobbes. Defienden que el alma se
encuentra en el mismo cerebro y que éste es una especie de ordenador increíblemente
complejo. Los ingenieros informáticos intentan crear máquinas inteligentes que puedan realizar
tareas de forma similar a los humanos. Esto nos lleva a la pregunta de si los ordenadores
pueden realmente "pensar" o no de la misma forma que los humanos.
Varios cientos de años después de Descartes, el debate alma/cuerpo sigue siendo un
problema fundamental de la filosofía. ¿Es la mente algo completamente físico? Y, si no lo es,
¿cómo puede interactuar con el cuerpo físico?
Enlaces
Filósofos relacionados:
Platón - Conocimiento seguro: para la teoría racionalista del conocimiento.
Spinoza - ética: para su sistema racionalista.
Filosofía de la mente - La mente, el enigma: para el debate actual alma/cuerpo.
Kant - La síntesis de Kant: para la síntesis del racionalismo y el empirismo.

Historia:
época barroca - Grandes mujeres: para la reina Cristina.
Bibliografía
Las obras filosóficas más importantes de Descartes son:
Meditaciones, Principios de filosofía y Discurso del método, Tecnos, Madrid, 1990.
Meditaciones metafísicas con objeciones y respuestas, Alfaguara, Madrid, 1977. .
ESTUDIOS:
Clarke, D. M.: La filosofía de la ciencia en Descartes, Alianza, Madrid, 1986. Esta obra
acentúa ciertos aspectos empiristas del sistema cartesiano.
Garin, E.: Descartes, Crítica, Barcelona, 1989.
Williams, B.: Descartes: el proyecto de la investigación pura, Cátedra, Madrid, 1996. Un
examen muy detallado e informativo del pensamiento de Descartes.

63
SPINOZA (1632-1677)La vida de Spinoza
Benedictus (Baruch) de Spinoza (Benito Espinosa), procedía de una familia de judíos
españoles que emigraron a Holanda huyendo de la opresión de la Inquisición. Durante toda su
vida iba a sufrir los horrores de la persecución religiosa.
En 1656 fue excomulgado de la sinagoga y expulsado de la comunidad judía por su
rechazo a aceptar varios aspectos de la ortodoxia hebrea. Pensaba que lo único que mantenía
vivo tanto al cristianismo como al judaísmo eran unos dogmas y ritos anticuados. Negó que la
Biblia estuviera inspirada en Dios, aconsejando que, cuando se leyera la Biblia, debía tenerse
en cuenta el periodo en el que fue escrita. Propuso una lectura "crítica", la cual revelaría una
serie de discrepancias entre las distintas escrituras.
Spinoza se encontró con una fuerte oposición en todos los frentes, lo que le obligó a
llevar una vida retirada, enteramente dedicada a la filosofía. Después de ser expulsado de la
comunidad judía, Spinoza empezó a trabajar tallando y puliendo cristales ópticos. Se cree que
el vidrio en polvo pudo haber contribuido a su muerte por tuberculosis en 1677.
En un momento posterior de su vida, se le ofreció una cátedra en la Universidad de
Heidelberg, que rechazó argumentando que amenazaba su libertad intelectual. Fue un gran
creyente en la libertad de expresión y pensamiento.
Spinoza estuvo fundamentalmente interesado en la ética, siendo un gran defensor de la
tolerancia religiosa. Sus puntos de vista "radicales" sobre la Biblia y los dogmas religiosos
fueron denigrados e incomprendidos. Fue incluso tildado de ateo, aunque fue un hombre muy
religioso. Desgraciadamente, el sentimiento adverso que despertó hizo que su gran obra, ética,
no se publicara hasta después de su muerte.
Panteísmo de Spinoza
Hay algo de simbólico en el hecho de que Spinoza trabajara puliendo lentes. Los filósofos
hacen que las personas vean la vida con nuevas perspectivas. Uno de los pilares de la filosofía
de Spinoza era ciertamente ver las cosas desde la perspectiva de la eternidad (bajo "el ángulo
de la eternidad"). Quería que imagináramos nuestras vidas dentro de un contexto cósmico.
Para ello, necesitábamos recordar que sólo vivíamos una minúscula parte de la vida de toda la
naturaleza. Formamos parte de un enorme todo que se extiende por todo el espacio y el
tiempo.
Spinoza opinaba que todo lo que existe es naturaleza. Y dijo que Dios es todo y que todo
existe en Dios. Esto es lo que se llama panteísmo. Para Spinoza, Dios no creó el mundo para
quedarse fuera de él, sino que Dios era el mundo. Algunas veces se expresaba de manera
distinta. Opinaba que el mundo estaba en Dios. Este punto de vista no era muy común ni en el
cristianismo ni en el judaísmo, aunque en esto, Spinoza se estaba remitiendo al discurso de
San Pablo a los atenienses en el monte Areópago: "En él vivimos, nos movemos y existimos".
ética
ética demostrada según el orden geométrico es el extraño título de una de las grandes
obras de Spinoza. En filosofía, ética significa el estudio de la conducta moral que permite llevar
una buena vida. Cuando Spinoza utiliza este vocablo, se refiere tanto al arte de vivir como a la
conducta moral.
El método geométrico se refiere al lenguaje o la forma de presentación. Descartes
también quería emplear el método matemático para la reflexión filosófica. Con ello pretendía
decir una reflexión filosófica construida sobre unas conclusiones rígidas. Spinoza seguía la
misma tradición racionalista. Con su ética quería mostrar cómo la vida del hombre estaba
condicionada por las leyes de la naturaleza. Por ello, debíamos liberarnos de nuestros
sentimientos y afectos, para así encontrar la paz y poder ser felices.
La filosofía de Spinoza es difícil de entender. Estaba influenciado por Descartes, aunque
rechazaba su distinción del pensamiento y la extensión como dos sustancias separadas.
Spinoza creía que sólo existía una sustancia. No compartía el punto de vista dualista de
Descartes sobre la realidad. Por ello, decimos que Spinoza era un monista, es decir, que
reduce toda la naturaleza y todas las circunstancias de la vida a una sola sustancia.
No obstante opinaba, como Descartes, que Dios existe por sí mismo. Cuando Spinoza
equipara a Dios con la naturaleza se aleja mucho de Descartes y de las doctrinas judías y
cristianas. Cuando Spinoza utiliza la palabra "naturaleza", no sólo piensa en la naturaleza

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física. Con Sustancia, Dios o Naturaleza se refiere a todo lo que existe, incluido todo lo relativo
al espíritu (tanto el pensamiento como la extensión).
Según Spinoza, los seres humanos conocemos dos de las cualidades o formas de
aparición de Dios, a las que denominó atributos de Dios. Estos atributos eran, precisamente, el
"pensamiento" y la "extensión" de Descartes. Dios (o la Naturaleza) aparece bien como
pensamiento, bien como extensión. Puede que Dios tenga muchas más cualidades además de
"pensamiento" y "extensión", pero sólo estos dos atributos son conocidos por los hombres.
Todo lo que hay en la naturaleza es, por lo tanto, pensamiento o extensión. Cada uno de
los fenómenos que nos encontramos en nuestra vida cotidiana, como una flor o un poema,
constituyen diferentes modos del atributo del pensamiento o de la extensión. Un "modo" es la
forma particular que adopta la Sustancia, Dios o la Naturaleza. Una flor es un modo del
atributo de la extensión y un poema sobre esa misma flor es un modo del atributo del
pensamiento. Pero los dos son básicamente una expresión de la Sustancia, Dios o la
Naturaleza.
Spinoza opinaba que todas las cosas físicas que existen o acontecen en nuestro entorno
son expresiones de Dios o de la Naturaleza. Así, todos los pensamientos que se piensan son
también pensamientos de Dios o de la Naturaleza. Porque todo es Uno. Sólo hay un Dios, una
Naturaleza, una Sustancia.
Determinismo
La filosofía de Spinoza abarca la cuestión del libre albedrío de las personas. Si todo es
parte de Dios o de la Naturaleza, ¿hasta qué punto todo lo que una persona hace o piensa es
simplemente el resultado de su propia elección? Quienquiera que uno piense que es, siempre
será además un dedo del cuerpo de Dios. Realmente es una cuestión del cristal con el que se
mire.
Spinoza creía que Dios (o las leyes de la Naturaleza) eran la causa interna de todo lo que
ocurría. él no era una causa externa, porque Dios se expresaba, exclusivamente, mediante las
leyes de la naturaleza. Es decir, todo lo que ocurre en la naturaleza ocurre necesariamente.
Spinoza tenía un punto de vista determinista del mundo material o natural.
Sólo hay un ser que es total y completamente la "causa de sí mismo" y que puede actuar
con libertad absoluta. Sólo Dios, o la Naturaleza, es la expresión de tal proceso libre y no
casual. El hombre puede esforzarse en conseguir la libertad para vivir sin ataduras externas,
pero nunca llegará al "libre albedrío". No podemos controlar todo lo que ocurre en nuestro
cuerpo (que es un modo del atributo de la extensión). Ni tampoco podemos "elegir" nuestro
pensamiento. Pero lo que hacemos y lo que pensamos está gobernado por las leyes de la
naturaleza. El hombre no tiene, por lo tanto, "libre albedrío"; está más o menos encerrado
dentro de un cuerpo mecánico.
Spinoza decía que eran nuestras pasiones (como la ambición o la lujuria) las que nos
impedían conseguir la verdadera felicidad y armonía. Pero que, si reconociéramos que todo
ocurre por necesidad, podríamos conseguir un conocimiento intuitivo de la naturaleza como un
todo. Podríamos llegar a una vivencia cristalina del contexto de todas las cosas, de que todo es
Uno. El objetivo era captar todo lo que existe con una sola mirada global. Sólo entonces
podríamos alcanzar la máxima felicidad y serenidad de espíritu. A esto fue a lo que Spinoza se
refirió como ver todo "sub specie aeternitatis", lo cual significa ver todo "bajo el ángulo de la
eternidad".
Enlaces
Filósofos relacionados:
Descartes - El sistematizador: para sus bases racionalistas.
Leibniz - Las mónadas: para sus creencias sobre la infinidad de las sustancias.
Destino - Fe en el destino: para el problema del libre albedrío.
Bibliografía
Las obras más importantes de Spinoza son:
ética, Alianza, Madrid, 1995.
Tratado breve, Alianza, Madrid, 1990.
Tratado teológico político, Alianza, Madrid, 1986.

65
ESTUDIOS:
Albiac, G.: La sinagoga vacía: un estudio de las fuentes marranas del espinozismo,
Hiperión, Madrid, 1987. Esta sitúa el pensamiento de Spinoza en los movimientos espirituales
del judaísmo de su época.
Deleuze, G.: Spinoza: filosofía práctica, Tusquets, Barcelona, 1984.
Hampshire, S.: Spinoza, Alianza, Madrid, 1982. Una guía de la filosofía de Spinoza de
fácil lectura.

66
LOCKE (1632-1704)La vida de Locke
Uno de los grandes empiristas británicos, John Locke vivió en la época de los grandes
descubrimientos científicos y convulsiones políticas. él estuvo profundamente implicado y
afectado por ambos.
Nació en Somerset, cerca de Bristol, Gran Bretaña. Marchó a Oxford a estudiar filosofía
no mucho tiempo después de la Guerra Civil inglesa (en la que su padre luchó contra los
monárquicos), que culminó con la decapitación del rey Carlos I en 1649.
Estando en Oxford, Locke se sintió fascinado por las ciencias, obteniendo un doctorado
en medicina. Después, en 1667, se convirtió en el médico privado del conde de Shaftesbury. A
raíz de un intento fallido de derrocamiento del rey Carlos II en 1682, ambos huyeron a
Holanda, donde permanecieron hasta 1688, año en el que el protestante Guillermo de Orange
forzó al católico Jaime II a abdicar del trono de Inglaterra. Locke volvió a ese país para
trabajar en la administración pública y para publicar sus obras, las cuales tuvieron una gran
influencia en la política, así como en la filosofía posterior. Los revolucionarios franceses y
estadounidenses se identificaron con las ideas democráticas y liberales de Locke.
Los empiristas
Descartes y Spinoza eran racionalistas, por lo que creían que la razón era la fuente
principal de todo conocimiento. También creían que el hombre tenía determinadas ideas
innatas que existían en su mente, previas a cualquier experiencia. Y cuanto más clara era la
idea, mayor era la seguridad de que se correspondía a algo real.
El racionalismo del siglo XVIII fue objeto de cada vez mayores críticas. Varios filósofos
empezaron a defender el punto de vista de que no teníamos absolutamente ningún contenido
en nuestra conciencia que no hubiera sido previamente adquirido a través de nuestros
sentidos. Dicha postura se denominó emprisimo. Los empiristas más famosos fueron Locke,
Berkeley y Hume.
La declaración clásica de una actitud empirista proviene de Aristóteles, quien dijo: "No
hay nada en la conciencia que no haya estado antes en los sentidos". Este punto de vista
implicaba una crítica aguda a Platón, que opinaba que los hombres nacían con una serie de
"ideas" innatas del mundo de las Ideas. Locke retoma las palabras de Aristóteles y las dirige
contra Descartes.
Su obra principal fue su Ensayo sobre el entendimiento humano, publicada en 1690. En
ella, Locke pretendía aclarar dos cuestiones. La primera de ellas era de dónde procedían las
ideas, y la segunda, si podíamos fiarnos de lo que percibimos mediante nuestros sentidos.
Ideas
Locke estaba convencido de que todos nuestros pensamientos y conceptos son sólo
meros reflejos de lo que hemos sentido. Antes de percibir cualquier cosa, la mente es una
tabula rasa (una pizarra en blanco). Pero luego empezamos a captar lo que nos rodea con los
sentidos. Vemos el mundo que nos rodea, lo olemos, tocamos, saboreamos y oímos. Y nadie lo
hace con más intensidad que los niños pequeños. De esta manera surgen las que Locke llamó
"ideas simples de los sentidos". Pero la conciencia no sólo recibe esas impresiones externas de
forma pasiva. Algo sucede también dentro de la conciencia. Las ideas simples de los sentidos
son elaboradas mediante el pensamiento, el razonamiento y la duda, a lo que Locke llamó
"ideas de reflexión de los sentidos". Locke distinguió entre la "sensación" y la "reflexión". Pues
la conciencia no es siempre una receptora pasiva. También ordena y elabora todas las
sensaciones que entran poco a poco en ella.
Locke opinaba que las únicas cosas que podemos percibir son las sensaciones simples.
Cuando alguien come una manzana, por ejemplo, no percibe con los sentidos toda la manzana
en una sola sensación. En realidad recibe una serie de sensaciones sencillas, como que es algo
verde, con un olor fresco y un sabor delicioso y ácido. Sólo después de haber comido muchas
manzanas se es consciente de que se come una. Como decía Locke, se ha formado la idea
compleja de una "manzana". Un niño que toca por primera vez una manaza no tiene la idea
compleja del objeto, pero ve que es algo verde, con sabor fresco y delicioso y un poco ácido
quizá.
Poco a poco vamos juntando esas sensaciones y formando conceptos como "manzana",
"pera" o "naranja". Pero todo el análisis final, todo el material de nuestro conocimiento sobre

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el mundo entra al fin y al cabo por los sentidos. Los conocimientos que no pueden remontarse
a sensaciones simples son, por lo tanto, conocimientos falsos y deberían ser rechazados.
Cualidades de objetos
Locke se preguntaba si el mundo era realmente como lo percibíamos. Para responderse a
ello, Locke distinguió entre lo que llamó cualidades "primarias" y "secundarias". En este punto
entroncó con los filósofos anteriores a él, incluido Descartes.
Con cualidades primarias se refería a la extensión de las cosas: peso, forma,
movimiento, cantidad, etc. En cuanto a estas cualidades, se podía afirmar que los sentidos las
reproducían con objetividad. Pero también captábamos otras cualidades de las cosas. Decimos
que algo es dulce o agrio, verde o rojo, caliente o frío. Locke llamó a estas propiedades
cualidades secundarias. Y esas sensaciones (color, olor, sabor o sonido) no reflejaban las
verdaderas cualidades que son inherentes a las cosas mismas. Los objetos sólo tenían
cualidades primarias, pero las cualidades primarias específicas que tenía cada objeto
determinaban las cualidades secundarias particulares que percibíamos que tenían.
Todo el mundo puede estar de acuerdo en las cualidades primarias (como el peso o el
tamaño), puesto que están en las cosas mismas. Pero las cualidades secundarias (como el
color o sabor) pueden variar de una persona a otra, de un animal a otro, dependiendo de la
naturaleza de las sensaciones individuales.
Dos personas pueden comer una misma naranja y a una de ellas le puede parecer dulce
y a la otra ácida. Pero ambas, sin embargo, estarán de acuerdo en que la naranja es redonda,
pues no se puede "opinar" que un círculo es un cuadrado.
Así pues, en la cuestión de la realidad "extensa", Locke estaba de acuerdo con Descartes
en que esta realidad tiene ciertas cualidades que los seres humanos pueden captar con su
razón.
Locke admitió lo que llamó conocimiento intuitivo o "demostrativo" también en otras
áreas. Por ejemplo, opinaba que para todos existían ciertas reglas básicas. En otras palabras,
creía en la idea de un "derecho natural", que era un rasgo racionalista de su pensamiento.
Otro rasgo igualmente racionalista de Locke es que pensaba que era inherente a la mente
humana el pensar que existe un Dios. Creía que Dios nacía del razonamiento humano.
La política de Locke
Locke apoyaba la libertad intelectual y la tolerancia. Se interesaba por la igualdad entre
los sexos, opinando que la idea de sometimiento de la mujer al hombre era un invento de los
hombres. Es decir, se podía modificar. Tuvo una gran influencia sobre John Stuart Mill, que
jugaría un importante papel en la lucha por la igualdad de los sexos.
Locke anticipó muchas ideas liberales que más adelante, durante la Ilustración, llegaron
a florecer en la Francia del siglo XVIII. Fue el primero que habló de la división de poderes,
mediante la cual el poder del Estado debía dividirse en diferentes instituciones: el poder
legislativo, o representantes electos, el poder judicial, o tribunales de justicia, y el poder
ejecutivo, o gobierno.
Esta división de poderes fue propugnada por el filósofo francés de la Ilustración
Montesquieu. Locke había señalado que, sobre todo, los poderes legislativo y ejecutivo
deberían estar separados con el fin de evitar la tiranía. Fue contemporáneo de Luis XIV, el cual
acumuló todo el poder bajo su único mando: "El Estado soy yo", decía. Hoy se dice que fue un
gobernador "absolutista" y, al suyo, lo habríamos considerado un Estado sin derecho. Locke
pensaba que, para mantener el Estado de derecho, los representantes del pueblo deberían
legislar y el rey o el gobierno ejecutar las leyes.
Enlaces
Filósofos relacionados:
Berkeley - La sustancia material: para su crítica de Locke.
Hume - Impresiones: para su visión de la percepción.
Ilustración francesa - La rebelión: para la influencia política de Locke.

Historia:
época barroca - Política: para la Guerra Civil inglesa y sus consecuencias políticas.

68
Bibliografía
Las obras más importantes de Locke son:
Cartas sobre la tolerancia, Tecnos, Madrid, 1991.
Ensayo sobre el entendimiento humano, Fondo de Cultura Económica, Méjico, 1992.
Ensayos sobre el gobierno civil, Espasa-Calpe, Madrid, 1991.
ESTUDIOS:
García Barrón, J. C.: Empirismo e ilustración inglesa: de Hobbes a Hume, Cincel, Madrid,
1985.
Goldwin, R. A.: "John Locke (1632-1704)" en Strauss y Cropsey (comps.): Historia de la
filosofía política, Fondo de Cultura Económica, Méjico, 1993, págs. 451-485.
Tipton, I. C. (comp.): Locke y el entendimiento humano, Fondo de Cultura Económica,
Méjico, 1981.

69
LEIBNIZ (1646-1716)La vida de Leibniz
Gottfried Wilhelm Leibniz nació en Leipzig, donde su padre era profesor de Moral en la
Universidad y donde él mismo se tituló en leyes, en 1663. Tres años después consiguió un
doctorado en la Universidad de Altdorf.
Casi todos esperaban que se convirtiera en profesor universitario, pero Leibniz prefirió
entrar al servicio del barón de Boineburg y, después, en 1667, del duque de Brunswick. Estuvo
al servicio de la casa de Hannover el resto de su vida como historiador, diplomático y
bibliotecario.
Los deberes diplomáticos de Leibniz le enviaron a París entre 1672 y 1676. Aquí se
encontró con una gran riqueza de ideas y con personas que estimularon e influenciaron su
pensamiento. Además de familiarizarse con la filosofía cartesiana, conoció al físico Huygens,
quien reconoció el inmenso talento de Leibniz como matemático. Fue durante este periodo
cuando Leibniz inventó el cálculo infinitesimal, sin saber que Newton hacía lo mismo por la
misma época. Entre ellos apareció una gran hostilidad al atribuirse cada uno la invención.
Durante sus años en París, Leibniz también viajó a Londres, donde conoció al químico
Robert Boyle. Y a Amsterdam, donde se entrevistó con Spinoza. El interés de Leibniz se mostró
en varios campos (filosofía, matemáticas, lógica, historia, geología, ingeniería y leyes), y él
pensaba que se podían unir todos esos campos mediante un único sistema de razonamiento.
Después de dejar París, Leibniz se encontró con que le era muy difícil mantener el nivel
de estimulación intelectual del que había disfrutado allí, por lo que escribió literalmente miles
de cartas para seguir con el intercambio de ideas, cuando volvió a Hannover. Publicó sólo un
gran libro de filosofía, la Teodicea, en 1710, aunque dejó muchas otras obras en forma de
artículos, cartas y manuscritos no publicados. Murió en Hannover en 1716.
Las mónadas
Leibniz creó una teoría metafísica para explicar la naturaleza del mundo. Puede que no
fuera muy convincente pero, desde luego, era muy imaginativa. Pensaba que el mundo se
componía de un número infinito de sustancias indivisibles a las que llamó mónadas. Una de
ellas era Dios, quien creó el resto de mónadas durante la creación. Las mónadas creadas por
Dios eran indestructibles a menos que él las aniquilara. Para Leibniz, sólo existían las
mónadas.
Las mónadas de Leibniz eran bastante asombrosas. Todas las mónadas tenían
percepciones que estaban en continuo cambio. Cada mónada tenía un único punto de vista
sobre el resto de las mónadas. Y cada mónada reflejaba perfectamente el resto. Con esto
Leibniz quería dar a entender que cada mónada contenía en todas sus percepciones una
imagen detallada del resto de mónadas. Así, si se pudiera saber todo sobre una mónada, se
podría saber todo de todas las mónadas. Las mónadas no aprenden las unas de las otras. De
hecho, las mónadas no pueden tener ningún efecto las unas sobre las otras. Cada mónada ha
de estar completamente construida con toda esta infinidad de información codificada en el
momento de la creación. En palabras de Leibniz, había una "armonía preestablecida" entre la
infinidad de mónadas infinitamente complejas.
Mónadas y pensamiento
Te estarás preguntando qué se supone que son estas mónadas. Puede que te ayude
imaginarte que tú eres una de ellas. El "tú", que es la mónada, es tú mismo o tu alma. Tiene
entendimiento y cualquier mónada que tiene entendimiento es una mente para Leibniz. Si yo
soy una mónada, ¿por qué no puedo saber o actuar como tú, como César o como el presidente
Aznar con sólo decodificar la información que supuestamente yo contengo sobre el resto de las
mónadas? El problema es que la mayoría de nuestras percepciones están por debajo del nivel
de consciencia y no son accesibles. E incluso las percepciones a las que puedes acceder y de
las que eres consciente suelen ser bastante "confusas". Es como escuchar el sonido del mar (la
analogía favorita de Leibniz). No puedes distinguir entre la confusión de sonidos individuales
que oyes. Aunque todo está en nosotros, no podemos acceder a los elementos individuales de
información sobre el resto de las mónadas.
Somos mentes. Las mónadas que tienen cierta claridad de percepción y memoria sin ser
capaces de razonar son las almas de los animales, no las mentes o almas racionales. Por lo
tanto, un perro es también una mónada. Hay también mónadas inferiores que no son

70
conscientes de sus percepciones. El papel de estas monadas es configurar los objetos físicos.
Cuando observas tu ordenador, lo que estás viendo, según Leibniz, es una suma de mónadas.
El mundo perfecto
Cuando Dios pensó en la creación del mundo, tuvo que elegir entre este mundo o una
infinidad de mundos alternativos a los que Leibniz llamó "mundos posibles". Decidió crearte a
ti y al resto del mundo tal y como es. Porque seleccionarte a ti es lo mismo que crear todas las
demás mónadas que tú reflejas. Si hubiera seleccionado un mundo diferente podría contener a
alguien parecido a ti, pero no serías tú. Y si tú hubieras sido creado con todas tus propiedades
presentes, pasadas y futuras, difícilmente tendrías algo de libre albedrío. El mismo Leibniz
pensaba que seguirías siendo libre, aunque pocos filósofos se han dejado convencer por estos
argumentos.
Para Leibniz, Dios es omnipotente, omnisciente y lleno de bondad. Para decidir qué
mundo debía crear, obviamente se decidió por el mejor de los posibles. Eso hace de nuestro
mundo el mejor de los mundos y de Leibniz ¡el más optimista! El personaje del Dr. Pangloss
del Cándido de Voltaire era una ironía sobre él. Si es el mejor de todos los mundos posibles, no
habría demonio. Tal y como lo veía Leibniz, si imaginaras que algo de este mundo puede
mejorarse ligeramente en alguno de sus aspectos, esta mejoría sólo se podría conseguir
haciendo las cosas algo peores en algún otro lugar.
La razón suficiente
Leibniz no sacó su creación de la nada. Ni, por supuesto, la descubrió por medio de la
investigación empírica del mundo. él era un racionalista y utilizaba los argumentos lógicos para
llegar a su teoría desde una teoría del lenguaje. Mucho después, el primer Wittgenstein llegó a
una visión metafísica del mundo desde el mismo punto de partida. En el transcurso de la
formulación de esta teoría, Leibniz llegó a varios principios, el más famoso de los cuales fue el
"Principio de la razón suficiente", según el cual hay razón para todo: "Debe haber una razón
suficiente para que algo exista, para que cualquier hecho ocurra, para obtener cualquier
verdad".
El espacio y el tiempo
Leibniz utilizó el principio de la razón suficiente en una famosa disputa con Newton sobre
la naturaleza del espacio y del tiempo. Estos dos (no exactamente) amigos mantenían una
tradicional disputa sobre quién había inventado el cálculo. El caso es que lo habían inventado
independientemente el uno del otro. Leibniz escribió a la princesa de Gales diciendo que los
puntos de vista de Newton estaban socavando los principios de la religión en Inglaterra. La
princesa entregó esta carta al reverendo Samuel Clark, quien le contestó en nombre de
Newton. Newton era un absolutista en cuanto al espacio y al tiempo. Pensaba que el espacio
era una especie de recipiente en el que Dios había puesto el Universo. Pensaba que el tiempo
existía también independientemente de los hechos que ocurrían. Estaba ahí antes de que Dios
creara el universo. Leibniz era un racionalista sobre ambos conceptos. Mantenía que el espacio
no era nada más que las relaciones entre los cuerpos y que el tiempo sólo era el orden en el
que ocurrían los eventos. Para él, la idea de un espacio totalmente vacío y un tiempo en el que
no ocurría nada no tenía sentido.
Leibniz supuso, para poder continuar su discusión con Newton, que el espacio era
realmente un recipiente que existía independientemente de los cuerpos. Entonces razonó que,
en este caso, Dios podía haber puesto el universo donde lo puso o en cualquier otro sitio. En
cualquier caso, equivaldría a lo mismo. Por lo tanto, Dios no habría tenido una razón para una
elección u otra y, aplicando el principio de la razón suficiente, Leibniz concluyó que el espacio
no podía ser un recipiente. El espacio es sólo la relación entre los cuerpos, por lo que, cuando
Dios creó los cuerpos creó el espacio. A pesar de los grandes progresos en la física de este
siglo, todavía se mantiene abierto el debate entre los absolutistas y los relativistas.
Enlaces
Filósofos relacionados:
Descartes - El racionalista: para su sistema racionalista.
Spinoza - ética: para su desarrollo del racionalismo.

Historia:
época barroca - Perspectiva: para Newton.
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época barroca - Descubrimientos: para Newton.
Bibliografía
Las obras más importantes de Leibniz son:
Discurso de metafísica, Alianza, Madrid, 1982.
Monadología. Principios de la naturaleza y la gracia, Universidad Complutense, Facultad
de filosofía, 1994.
Nuevos ensayos sobre el entendimiento humano, Alianza, Madrid, 1992.
ESTUDIOS:
Echeverría, J.: Leibniz, Barcanova, Barcelona, 1981.
Magee, B.: Los grandes filósofos, Cátedra, Madrid, 1990, pags.103-127.
Murillo, I.: Leibniz, Orto, Madrid, 1994.Contiene una selección de textos con un breve
comentario.

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La Ilustración - Perspectiva
La época de la Ilustración, también conocida como la era de la Razón, abarca el período
comprendido entre el final del siglo XVII y comienzos del siglo XVIII, en el que se pensaba que
si se aplicaba la razón a todos los asuntos humanos, el hombre podría comprender a la
naturaleza y crear una sociedad perfecta. El mundo sería iluminado por la razón, la ciencia y el
respeto a la humanidad. Irónicamente, este período iba a terminar en medio de la revolución y
la guerra.
La Ilustración conllevaba una forma de pensar que estaba basada en los avances
filosóficos y científicos de los dos siglos anteriores. Los progresos realizados en la educación y
en el nivel de vida habían ayudado a crear una popular audiencia respecto a las nuevas ideas.
Los descubrimientos de Newton y de otros científicos condujeron a una inquebrantable fe en el
poder de la razón, de la que se esperaba firmemente que provocaría ininterrumpidos progresos
en el conocimiento, en los avances técnicos e incluso en la moral.
Todas las tradicionales fuentes de autoridad se sometieron al juicio de la razón, incluida
la Biblia y la Iglesia, cuya intolerancia y privilegios fueron duramente criticadas por
importantes figuras de la Ilustración, como Voltaire. Los ilustrados repudiaban creencias
cristianas como la Resurección y mantenían una filosofía religiosa racionalista conocida como
Deísmo. Aunque algunos de ellos llegaron tan lejos como para proponer el ateísmo, la mayoría
de los pensadores de la Ilustración creía en la existencia de Dios. La religión también era
considerada una importante fuerza social cuyo propósito era asegurar el buen comportamiento
de la clase trabajadora. En palabras de Voltaire, " debe haber religión por el bien del pueblo".
Muchos europeos creían haber superado a los clásicos, Horace Walpole escribió en 1762:
" Quemaré todos mis libros griegos y latinos; son historias de pequeños pueblos ". él
comparaba las civilizaciones clásicas con una Europa que había pasado años luchando por la
dominación de tres continentes. A mediados de la década de 1760, Gran Bretaña, tras
conquistar la colonia francesa de Canadá, logró el control de Norteamérica y de extensas zonas
de la India.
El conocimiento de otras culturas, como resultado de la exploración del mundo no
europeo, influyó en el pensamiento ilustrado. En el siglo XVIII, el capitán Cook descubrió la
costa este de Australia y se adentró en el Círculo Polar Antártico. También subió por la costa
oeste de Norteamérica hasta Círculo Polar ártico, y probó que no existía en el norte ningún
paso conectando el Atlántico con el Pacífico.
En política muchos admiraban los llamados " déspotas ilustrados" como Federico II de
Prusia, Catalina la Grande de Rusia o José II de Austria. Estos monarcas reformaron sus
administraciones y adoptaron algunas ideas de la Ilustración, pero en realidad fueron más
despóticos que ilustrados. Hacia el final del siglo el ideal de sociedad de la Ilustración, basado
en los derechos naturales y en la democracia, contribuyó al desencadenamiento de las
revoluciones americana y francesa.
La Revolución francesa, a pesar de sus excesos, representó una ruptura decisiva con los
regímenes autoritarios del pasado, allanando el camino para nuevas sociedades democráticas.
Aunque Napoleón gobernaría pronto como emperador, los principios en los que se basaba su
administración, que incluían la igualdad ante la ley y la libertad religiosa, procedían de la
Revolución y fueron incluidas en el código legal, constituyendo éste el último legado de
Napoleón. El código de Napoleón estaba muy influenciado por el Derecho romano y, a su vez,
influyó en países de todo el mundo.
Ver también:
Helenismo y Roma - Sociedad: para la influencia del derecho romano en el código
napoleónico
Renacimiento - Perspectiva: para trasfondo hacia la ilustración: independencia de
pensamiento, avances en la ciencia, secularismo, la Reforma.
época barroca - Perspectiva: para Newton, guerras religiosas, expansión del comercio.
Siglo XIX - Perspectiva: para crítica de la Iglesia por los liberales.
Siglo XIX - Sociedad: para la aparición gradual de la democracia en la Europa Occidental
Siglo XIX - Política: para el impacto de la Revolución Francesa y de Napoleón en Europa;
más revoluciones en Francia y otros lugares.

73
La Ilustración - Política
En una serie de conflictos acontecidos entre los años 1688 y 1763, las principales
potencias de Europa occidental establecieron sus posiciones relativas en un mapa político que
permanecería casi inalterable hasta el siglo XX. Francia mantuvo su posición dominante,
aunque cada vez más disputada por Gran Bretaña. Mientras tanto Prusia, el mayor de los
estados alemanes, se había transformado en una de las principales potencias europeas. Prusia
y Austria se disputaban el dominio de Alemania, mientras que en el este, Rusia emergía como
una gran potencia.
Gran Bretaña y Francia adoptaron posiciones enfrentadas en las dos guerras que hubo
entre Prusia y Austria, y el conflicto se extendió a sus posesiones de ultramar. Como resultado
de su victoria, Gran Bretaña aseguró su posición dominante en la India a expensas de Francia
y conquistó la colonia francesa de Canadá. Durante los siguientes años, sin embargo, se iban a
producir importantes cambios en la suerte de Gran Bretaña en Norteamérica. Las trece
colonias Británicas se resentían cada vez más de su situación de subordinación y en 1776
proclamaron su independencia para convertirse en los Estados Unidos de América. La
Declaración de Independencia, redactada por el estadista, político y filósofo Thomas Jefferson,
debe mucho al pensamiento de la Ilustración y, en particular, a Locke, Montesquieu y
Rousseau. La Declaración iba a tener una profunda influencia en los futuros acontecimientos
políticos de América y Europa, como se demostraría a corto plazo principalmente en Francia.
Durante la guerra de la Independencia, Francia envió ayuda militar y financiera a la
nueva nación. Las deudas contraídas agravaron la ya desesperada situación financiera del
gobierno francés, y fue una de las causas que motivaron el desenlace de la Revolución
francesa en 1789. En un principio se intentó introducir una monarquía constitucional basada en
unos principios similares a los de la Declaración de Independencia americana. Estos principios
se recogieron en la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano aprobada por la
Asamblea Nacional Francesa. El propio Thomas Jefferson estuvo en París en esa época, y se
aprecia claramente la influencia de su pensamiento en la Declaración de los Derechos. Sin
embargo, pronto la Revolución se radicalizaría. En 1793, Luis XVI fue ejecutado para horror de
los otros monarcas europeos, y durante varios años los ejércitos revolucionarios se
enfrentaron contra una alianza formada por Austria, Prusia, Gran Bretaña y España.
Uno de los líderes militares de más éxito en las últimas etapas de la Revolución fue
Napoleón Bonaparte. éste asumió el título de Emperador al comienzo del siglo XIX y resucitó el
sueño de la unidad de Europa, siguiendo la tradición de Carlomagno o de Roma. Tras una serie
de brillantes victorias, Napoleón se convirtió en el dueño de prácticamente toda Europa
occidental, excepto Gran Bretaña. La invasión de Rusia en 1812 fue un desastre y finalmente
fue derrotado en Waterloo en el año 1815. Hasta casi cien años después no habría en Europa
otra guerra tan importante.
Ver también:
Helenismo y Roma - Política: para el Imperio Romano
La Edad Media - Política: para las conquistas e imperio de Carlomagno en Europa
Renacimiento - Política: para la visión de imperio por Carlos V.
época barroca - Política: para los conflictos entre estados europeos, Francia se convierte
en el país con mayor poder de Europa.
Siglo XIX - Política: para el impacto de la Revolución Francesa y Napoleón, continuo
crecimiento del poder de Prusia, movimientos revolucionarios en Europa.
Siglo XX - Economía: para los intentos de crear una unidad económica en Europa.
La Ilustración - Economía
El siglo XVIII fue testigo del comienzo de uno de los acontecimientos más importantes en
la historia de la humanidad: la transformación de una sociedad principalmente agrícola a una
sociedad predominantemente industrial, conocida como la Revolución Industrial. Aunque se
inició en Gran Bretaña, los signos del cambio también se apreciaban en toda Europa. Los
gobiernos empezaban a aplicar la ciencia y la tecnología a los procedimientos económicos. Las
máquinas sustituían al trabajo humano; se empleaban materiales nuevos y más abundantes;
el comercio de ultramar proveía de materias primas y de mercados para los productos
manufacturados. El aumento de la población estimuló el crecimiento de los mercados y
proporcionó más mano de obra. La acumulación de capital condujo a la necesidad de invertir
74
en nuevos campos y modos de trabajar. En la década de 1770 el economista escocés Adam
Smith defendió que el mercado debería de ser liberado de intervenciones del gobierno tales
como aduanas, tarifas y monopolios. Sus puntos de vista iban a ser de gran influencia en el
siglo siguiente.
Todos estos progresos se produjeron primero en Inglaterra donde el éxito de la
industrialización comenzó a apreciarse hacia la mitad del siglo XVIII. Los cambios en la
organización del trabajo y el aumento del rendimiento técnico, intensificado por importantes
inventos y por recursos naturales como la lana y el carbón, condujeron a una mayor
producción y de más calidad. Las comunicaciones y el transporte se hicieron más eficientes con
la mejora de las carreteras y los canales
Gran Bretaña contaba con más capital para invertir que ningún otro país europeo y un
sistema bancario más elaborado, su crecimiento estaba pues asegurado. Hacia 1815 importaba
materias primas y exportaba productos elaborados, destacando entre sus rivales europeos por
sus logros económicos y tecnológicos. Esta sensacional economía en expansión fue la que
contribuyó a derrotar a Napoleón. La superioridad militar y comercial de Gran Bretaña también
se debía en parte a los mejores barcos, su importante marina y las ventajas naturales tales
como sus numerosos puertos y la facilidad del transporte por canal comparada con la de un
país tan grande como Francia.
El proceso de industrialización no se realizó sin coste, trajo la amenaza del desempleo y
la pobreza a las poblaciones urbanas de Gran Bretaña que aumentaban rápidamente. Algunos
protestaron contra las consecuencias del cambio económico y social, y a comienzos del siglo
XIX grupos de trabajadores luditas destruían la maquinaria que amenazaba sus puestos de
trabajo. Actualmente el término "ludita" hace referencia a alguien que desconfia de la
tecnología.
Ver también:
época barroca - Económicas: para el comienzo de la supremacía de Gran Bretaña en el
comercio y finanzas.
Siglo XIX - Economía: para mayor industrialización, contínuo liderazgo económico de
Gran Bretaña, pero también creciente del poder de Alemania.
Siglo XX - Economía: para economía global en el mundo moderno.
La Ilustración - Sociedad
Durante el siglo XVIII la sociedad europea continuó en gran parte dominada por la
nobleza, que recurría al monarca para emplearse como oficiales del ejercito, funcionarios del
gobierno y embajadores. En muchos países los nobles y el alto clero disfrutaban todavía de
amplios privilegios legales y financieros, con frecuencia, a expensas de los campesinos que
constituían la inmensa mayoría de la población europea.
La clase media o burguesía creció en número e importancia y demostró su capacidad de
inventiva y de hacer dinero. Se produjo un rápido aumento en la propagación de la
información, y los textos de los pensadores de la Ilustración circulaban por toda Europa. La
publicación de los 28 volúmenes de la Enciclopedia, entre 1751 y 1772, es indicativo del
énfasis que la Ilustración ponía en la educación y el conocimiento.
A pesar de la mayor importancia de las clases medias no se produjeron cambios
fundamentales en la estructura social durante la mayor parte de este siglo. La década
comprendida entre 1789 y 1799, sin embargo, vivió con la Revolución Francesa una convulsión
política y social cuyas repercusiones se sintieron en toda Europa y fuera de ella. Sus resultados
inmediatos fueron la abolición de la monarquía y de los privilegios feudales de la aristocracia y
el clero, dejando a la burguesía como la clase dominante de la sociedad francesa.
El legado más duradero de la Revolución, que perduró a pesar de los excesos de sus
últimas fases, fue la proclamación de los principios fundamentales de la democracia moderna:
libertad de conciencia, libertad de prensa y oposición al arresto arbitrario; igualdad ante la ley
e igualdad de impuestos; separación de los poderes ejecutivo y legislativo. Estos principios,
profundamente influenciados por el pensamiento de la Ilustración, fueron recogidos en 1789
en la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano.
Como consecuencia de las mejores condiciones económicas y el menor índice de
motalidad, la población europea pasó de 100 millones a 140 alrededor del año 1750, y a 190
millones en el año 1800. En Francia, sin embargo, las guerras napoleónicas ocasionaron que el
75
índice de crecimiento fuera menor que en el resto de Europa. Las condiciones higiénicas
mejoraron ya que se cubrieron las alcantarillas y se pavimentaron las calles, y en general la
salud mejoró. La dieta se enriqueció al popularizarse la patata e introducirse las alubias, y a
los marineros se les daba fruta fresca.
Ver también:
Renacimiento - Sociedad: para cambio de la estructura social después del feudalismo,
ascenso de la clase media.
época barroca - Sociedad: para la evolución social, diferencia de clases en Europa.
Siglo XIX - Sociedad: para la aparición gradual de la democracia en Europa Occidental,
figuras populares.
Siglo XX - Política: para el desarrollo de la democracia, voto para la mujer.
Ilustración francesa - Educación: para la Enciclopedia.
La Ilustración - Descubrimientos
A pesar del clima de agitación social y política, y en algunas ocasiones debido a él,
durante la Ilustración se produjeron grandes avances en medicina, en ciencia y en educación,
así como los descubrimientos geográficos realizados por hombres como el Capitán Cook.
Muchos de los pioneros procedían de ambientes modestos, confirmándose la importancia de
las clases medias en la ciencia y, también, en las revoluciones industriales y políticas del siglo
XVIII. El aumento del nivel de vida y de la alfabetización propició el crecimiento de la audiencia
popular hacia las nuevas ideas científicas, puesto que cada vez más personas querían entender
el mundo que les rodeaba.
Medir, observar y clasificar fueron los pasos fundamentales en este proceso. Fahrenheit
introdujo el termómetro de mercurio en 1714, y Celsius inventó el termómetro centígrado en
1742. El botánico sueco Linnaeus comenzó a publicar su sistema se clasificación de la vida
animal y vegetal en 1736, y el naturalista francés Buffon y más tarde Lamarck, cuya
Philosophie zoologique fue publicada en 1809, prepararon el camino para la teoría de la
evolución de Darwin. El sistema métrico, ideado durante la revolución industrial, era un
sistema decimal de medida basado en el metro, la diezmillonésima parte de un cuadrante de la
circunferencia de la tierra. Entre los miembros de la comisión de pesos y medidas se
encontraba uno de los fundadores de la química moderna, Antoine Laurent Lavoisier, enviado a
la guillotina en 1749.
Triunfaron las ideas mecanicistas. La máquina de hilar de husos múltiples de Hargreaves,
la máquina de vapor de Watt, el telar mecánico de Cartwright y el primer barco de vapor de
Fulton dieron nuevo ímpetu al desarrollo industrial y al transporte. Los hermanos Montgolfier
realizaron su primera ascensión en un globo de aire caliente en el año 1783. Jenner inició el
camino a la vacunación en las postrimerías del siglo, y la anestesia se usó por primera vez en
odontología en el año 1800.
Ver también:
época barroca - Sociedad: para el papel de la clase media en el gobierno.
Siglo XIX - Descubrimientos: para los avances en medicina, Darwin
Siglo XIX - Economía: para el incremento de la industria, facilitado por inventos de la
Ilustración.
La Ilustración - Cultura
La pintura de Watteau, Fragonard y Canaletto, que presenta con frecuencia a elegantes
aristócratas, caracteriza la forma dominante del arte dieciochesco, aunque el clima cambiaría
perceptiblemente a medida que las ideas revolucionarias y románticas se abrían camino. El
interés por la pintura religiosa disminuyó y los artistas podían pintar cualquier motivo; el
retrato, al igual que el paisaje, alcanzó nuevas cimas. En Inglaterra, Hogarth era popular por
su descripción de la vida cotidiana del Londres del siglo XVIII. Su trabajo, con frecuencia
satírico, es una maner de hacer crítica social y un intento de crear una sociedad más moral a
través del arte.
Se desarrollaron las formas musicales como la sinfonía, el concierto, la sonata y, al final
del siglo, el cuarteto de cuerda, la más democrática de las agrupaciones musicales, creado por
Haydn y Mozart y que, posteriormente, alcanzaría su apogeo con Beethoven. Viena, donde
todos ellos trabajaban, era el centro del mundo musical. La ópera ya no reflejaba los ideales
76
de sus fundadores y se había convertido en un vehículo para que los cantantes mostraran su
talento. Se produjeron reacciones a esto como muestran The Beggar's Opera, una sátira social
escrita por por el dramaturgo inglés John Gay, la La serva padrona de Pergolesi, y la Le Devin
du village del músico y filósofo ilustrado Jan-Jacques Rousseau. En la segunda mitad del siglo,
con la reforma iniciada por Gluck, se abrió un nuevo futuro para la ópera. Mozart lo continuó,
armonizando el aria y lo adornó con su particular genio musical para crear Le Nozze de Figaro.
El libreto original de la opera de Mozart era una obra del dramaturgo francés
Beaumarchais. El teatro floreció en la mayoría de las capitales europeas, pero el peligroso
contenido potencial de la obra de Beaumarchais, en la que los sirvientes manipulan a sus
amos, hizo que los gobiernos vigilaran de cerca a posibles sujetos subversivos. Fue también un
período de gran importancia para las obras de ficción y la novela moderna. El análisis de la
conducta de los personajes y sus comportamientos entre sí o en sociedad procede
principalmente del siglo XVIII.
Ver también:
época barroca - Cultura: para música, ópera
Siglo XIX - Cultura: para Romanticismo, desarrollándose al final del periodo de la
Ilustración.
La Ilustración - Grandes mujeres
Tres mujeres de distinta procedencia social representan la nueva mujer de la Ilustración,

una mujer decidida a vivir su vida siguiendo sus propios criterios. Son Catalina la Grande,
emperatriz de Rusia, la francesa Olympe de Gouges, y la autora y feminista inglesa Mary
Wollstonecraft.
Catalina la Grande era una princesa alemana que se casó con el heredero del trono ruso.
Poco después de convertirse, en 1762, en el emperador Pedro III, éste fue destronado y
asesinado, sucediéndole su inteligente y ambiciosa viuda. Catalina gobernó sola hasta su
muerte en 1796, llegando a ser uno de los monarcas más famosos de finales del siglo XVIII
conocidos como "déspotas ilustrados". Durante su reinado el territorio ruso aumentó
considerablemente con la anexión del Imperio Otomano y con la división de Polonia. En política
interna, Catalina realizó muchas reformas administrativas. Estaba muy influenciada por la
literatura de la Ilustración, entre sus amigos figuraban eruditos y filósofos y era mecenas de
artistas y arquitectos. Gozó de numerosos amantes, algunos de los cuales jugaron un papel
significativo en sus decisiones políticas.
Olympe de Gouges nació en 1748 en la ciudad francesa de Montauban, y probablemente
era hija ilegítima de un oficial local. Cuando tenía poco más de veinte años se mudó a París,
donde fue muy conocida por su belleza y tuvo muchas aventuras románticas. Inició su carrera
de autora escribiendo numerosos panfletos sobre temas sociales y políticos. En un principio
aplaudió el inicio de la Revolución Francesa defendiendo las reformas políticas moderadas. A
medida que la Revolución se radicalizaba, ella se acercaba más a la causa monárquica. Fue
una de las primeras defensoras de la causa feminista, alzando su voz contra el hecho de que
se había ignorado a la mujer en la Declaración de los Derechos del Hombre de 1789. Dos años
más tarde, Olympe de Gouges publicó su propia Declaración de los Derechos de la Mujer, en la
que exigía los mismos derechos para las mujeres que para los hombres.En 1793 fue
guillotinada por su oposición al gobierno revolucionario.
Tras una perturbadora infancia Mary Wollstonecraft abandonó su casa cuando tenía poco
más de veinte años de edad, y abrió una escuela en Londres con su hermana y una amiga.
Posteriormente trabajó un breve período como institutriz en Irlanda. Tras la publicación de su
novela Mary, continuó su carrera literaria en Londres, traduciendo y comentando textos.
Escribió una réplica al pensador político Edmund Burke titulada A Vindication of the Rights of
Men, pero su obra más conocida es A Vindication of the Rights of Woman, publicada en 1792,
un año después de la declaración de Olympe de Gouges. El mismo año Mary Wollstoncraft fue
a París y tuvo una hija del escritor americano Gilbert Imlay, cuyo abandono le llevó a cometer
dos intentos de suicidio a su regreso a Londres en 1795. Se casó con William Godwin en 1797,
pero murió de septicemia poco despues del nacimiento de su hija, la futura Mary Shelley.
George Berkeley (1685-1753)

77
Berkeley estaba familiarizado con las nuevas ideas científicas y filosóficas de su tiempo;
las había estudiado en el Trinity College de Dublín. Cuando posteriormente ingresó en la
Iglesia, Berkeley sintió que estas corrientes materialistas se estaban convirtiendo en una
amenaza para los conceptos cristianos de la vida porque fomentaban el escepticismo y el
ateismo. Para combatir esa amenaza, Berkeley desarrolló una filosofía radicalmente empírica y
de gran originalidad que negaba la existencia real de la materia física. Una vez desarrolladas
estas ideas, Berkeley decidió promocionarlas fundando una escuela en las islas Bermudas. La
empresa fracasó pero las ideas de Berkely han perdurado.
Ver: Berkeley
David Hume (1711-1776)
El tercero de los grandes filósofos empiristas británicos, Hume, ha sido quizás el más
influyente. Hume estudió derecho en la universidad de Edimburgo pero se sentía más atraido
por la filosofía, gran parte de la cual según él, contenía ideas confusas que necesitaban ser
ordenadas. El método que empleó para hacerlo trajo la incertidumbre para dos de los más
importantes campos del pensamiento de la época: la ciencia y la religión. Sus objeciones a los
argumentos convencionales sobre la existencia de Dios y sus afirmaciones sobre la causalidad
han resultado ser algunos de los argumentos más duraderos de la filosofía moderna. Kant,
Einstein y Russell son algunos de los grandes pensadores que reconocen su deuda con Hume.
Ver: Hume
Immanuel Kant (1724-1804)
Kant es sin lugar a dudas uno de los mayores filósofos de la historia. Excelente profesor
universitario de filosofía, la obra de Kant combina su gran conocimiento de la materia con una
increible creatividad filosófica. Mediante la síntesis del racionalismo y el empirismo, Kant
produjo una metodología revolucionaria que afirmaba disipar todos los problemas metafísicos
de la filosofía de un solo golpe. También ha contribuido de forma importante a la filosofía ética
y su influencia es incalculable.
Ver: Kant
La Ilustración francesa
La filosofía de la Ilustración francesa concentrada en los temas éticos, morales y
religiosos, fue el movimiento cultural que culminaría con la Revolución francesa. Los filósofos
franceses combinaron un nuevo liberalismo político, influenciado por las ideas de los británicos,
con la creencia en que la naturaleza era regida por la razón. Apareció una nueva visión del
hombre: el hombre en su estado natural es una es una criatura de naturaleza moral. Los
filósofos veían a la sociedad civilizada como la corrupción de la naturaleza del hombre más que
la generadora de la misma y proclamaron la vuelta al estado natural. La temática central de
este período es la rencociliación de la verdadera naturaleza del hombre con la sociedad.
Ver: Ilustración francesa

78
BERKELEY (1685-1753)La vida de Berkeley
George Berkeley nació en Kilkenny, Irlanda, en 1685. Cuando cumplió los quince años
entró en el Trinity College de Dublín para estudiar filosofía, ciencias y teología. Fue allí donde
conoció las ideas de Descartes, Locke, Hobbes, Boyle y Newton. En pocos años ya había
formulado la filosofía idealista que iba a mantener el resto de su vida.
Después de licenciarse en 1707, Berkeley permaneció en el Trinity College como tutor.
En 1709, ordenó y publicó la primera de sus grandes obras, La nueva teoría de la visión. Le
siguieron al poco tiempo Tratado sobre los principios del conocimiento humano y Tres diálogos
entre Hilas y Filonus.
Entre 1713 y 1720, Berkeley viajó por Inglaterra, Francia e Italia. Durante estos viajes se
interesó cada día más por las tendencias sociales. Berkeley pensaba que los filósofos y
científicos de entonces eran una amenaza para el estilo de vida cristiano (el introducido
materialismo era un ateísmo proliferante y el ateísmo llevaba a la decadencia moral).
Determinado a hacer algo al respecto, Berkeley y su esposa partieron a América en 1728
para fundar un colegio cristiano en las Bermudas para los nativos y colonos. Fue un desastre.
Los fondos prometidos por el gobierno británico no llegaron a recibirse y, en 1731, Berkeley
volvió a Inglaterra y, desde allí, a Irlanda.
Berkeley se convirtió en obispo de Cloyne en 1734, manteniendo dicho puesto hasta su
muerte, casi 20 años después.
El empirista
Berkeley, como Locke, era un empirista, es decir, alguien que cree que el conocimiento
del mundo se adquiere a través de los sentidos. Sin embargo, había ciertos aspectos de la
filosofía de Locke (el papel asignado a Dios, su escepticismo sobre la apariencia y la realidad)
que Berkeley consideraba absolutamente intolerables. Berkeley creó una filosofía para tratar
estos problemas y, aunque su enfoque parece extraño al principio, ha llegado a ser
considerado como uno de los empiristas más consistentes.
La sustancia material
Locke hacía una distinción entre las cualidades primarias y secundarias de las cosas.
Opinaba que las cualidades secundarias eran propiedades como el sabor, el color, el olor, etc.
Cosas que las diferentes personas experimentaban de forma diferente. Locke pensaba que,
puesto que la sensación de color varía de persona a persona, no podemos afirmar que el color
que vemos, cuando miramos un objeto, corresponda realmente al color del objeto,
independiente de nuestra mirada. En cambio, nuestras experiencias de las cualidades
primarias de los objetos (como la forma, el tamaño o la consistencia) sí se corresponden con lo
que realmente es el objeto. Aunque no podemos decir que un tomate es rojo (simplemente me
"parece" rojo a mí), sí podemos decir que es redondo.
Locke mantenía que las "cualidades primarias", como la densidad, gravedad o peso,
pertenecían realmente a la realidad que nos rodea. La realidad externa tenía una sustancia
material. Locke creía (como Descartes y Spinoza) que el mundo material era una realidad.
éstas fueron las ideas que Berkeley cuestionaba. Y lo hizo mediante la lógica del
empirismo. Mantenía que lo único que existía es lo que nosotros percibimos. Pero nosotros no
percibimos lo "material" o la "materia". No percibimos las cosas como objetos tangibles. El
suponer que lo que percibimos tiene una "sustancia" propia es intentar llegar demasiado
rápido a una conclusión. No tenemos en absoluto ninguna base de experiencia para hacer tal
aseveración. Berkeley llevó el empirismo de Locke un paso más lejos.
Para la mayoría de la gente, este punto de vista parecería absurdo al principio. La
existencia de las cosas materiales es algo demasiado obvio. Si alguien golpea una mesa siente
que la mesa está hecha de algo duro, de algo físico. Pero ¿realmente prueba esto que la mesa
es realmente una mesa, hecha de materia? A fin de cuentas, se obtiene la sensación de que es
algo duro, pero no se siente la "materia" real de la mesa. De la misma forma, se puede soñar
que se está golpeando algo duro, pero no hay nada duro en un sueño, puesto que un sueño es
algo que ocurre en la mente. Similarmente, una persona puede ser hipnotizada para que
"sienta" cosas tales como frío o calor, caricias o puñetazos.
Idealismo de Berkeley

79
Locke dudaba que ciertos aspectos de la experiencia (los correspondientes a las
cualidades secundarias) nos mostraran realmente cuál era la composición del universo.
Berkeley opinaba que si se dudaba hasta ese punto también se podía dudar de todo lo relativo
a los sentidos (no hay nada que pruebe que las cosas que percibimos correspondan a la
realidad). Todo podría ser una ilusión. Para Berkeley, esto era una situación inadmisible. Su
fuerte fe en Dios le obligaba a creer que la creación de Dios no era una ilusión y que era tan
real y bella como él la percibía.
Berkeley creía que las causas de nuestras ideas no podían ser los objetos físicos, como
mantenía Locke. Pero ¿cómo se podía sentir una mesa si no estaba hecha de materia?
Berkeley creía que un "espíritu" causaba el sentimiento de dureza de la mesa. Pensaba que
todas nuestras ideas tenían una causa más allá de nuestra propia conciencia, pero esta causa
no era de naturaleza material, sino espiritual. Las ideas (o sucesos mentales) sólo pueden ser
causadas por las ideas.
El alma de Dios
Según Berkeley, el alma puede ser la causa de las ideas, como cuando se sueña, pero
solamente otra voluntad o espíritu puede ser la causa de aquellas ideas que constituyen el
mundo "material". Todo se debe al espíritu que causa "todo en todo" y gracias al cual "todas
las cosas subsisten", dijo.
Evidentemente, Berkeley pensaba en Dios. Decía que "incluso podemos afirmar que la
existencia de Dios se percibe mucho más nítidamente que la existencia de los hombres".
Todo lo que vemos y sentimos es una "consecuencia del poder de Dios", dijo Berkeley.
Porque Dios "está íntimamente presente en nuestra conciencia y suscita en ella toda esa
multitud de ideas y sensaciones a la que estamos expuestos constantemente". El mundo que
nos rodea y toda nuestra existencia reposan por lo tanto en Dios. él es la única causa de todo
lo que hay. Sólo existimos en la mente de Dios.
Berkeley se dio cuenta de que podía ser interpretado como si dijera que el mundo que
nos rodea no es real. él mismo lanzó las preguntas ¿Qué son entonces el sol, la luna o las
estrellas? ¿Cómo debemos concebir las casas, ríos, montañas, árboles, piedras o, incluso,
nuestros propios cuerpos?. Pero Berkeley se preocupa de señalar que sólo niega la existencia
de la materia, no la existencia del Universo. Cualquier cosa que vemos, oímos o tocamos,
cualquier cosa que concebimos o comprendemos es tan segura como siempre, y tan real como
siempre.
Espacio y tiempo
La realidad material no era la única cosa que cuestionaba Berkeley. También dudaba que
el "tiempo" y el "espacio" tuvieran una existencia absoluta o independiente. Nuestras vivencias
del espacio y del tiempo podrían ser también algo que sólo existiera en nuestra conciencia.
Una semana o dos para nosotros no tenía por qué ser una semana o dos para Dios.
Isaac Newton, contemporáneo de Berkeley, mantenía que el espacio y el tiempo eran
absolutos. Con ello quería decir que el espacio y el tiempo existían independientemente de que
los objetos o los sucesos ocuparan espacio u ocurrieran en el tiempo. Aunque no existieran los
objetos ni los sucesos, existirían, sin embargo, el espacio y el tiempo.
Berkeley opinaba que el punto de vista de Newton estaba equivocado en dos cláusulas.
En primer lugar, el espacio y el tiempo estaban sujetos a lo que Newton denominaba "objetos
físicos". Si el universo estuviera vacío, el tiempo y el espacio no existirían, pues éstos sólo
eran conceptos utilizados para describir las relaciones entre los objetos físicos. En segundo
lugar, no existían los objetos físicos tales como Newton los concebía, sino sólo ideas. Dios
causaba en nosotros las ideas, lo que hacía que pudiéramos pensar que las cosas materiales
existen aunque esto no fuera real.
El tiempo y el espacio dependía de los objetos físicos y los objetos físicos, o lo que
parecían ser los objetos físicos, dependían del alma. Por lo tanto, el tiempo y el espacio
estaban sujetos al alma: eran construcciones mentales.
Enlaces
Filósofos relacionados:
Locke - Cualidades de objetos: para su empirismo dualista.
Hume - La idea de Dios: para sus conclusiones agnósticas sobre Dios.

80
Historia:
época barroca - Perspectiva: para Newton.
época barroca - Descubrimientos: para Newton.
Bibliografía
Las obras más importantes de Berkeley son:
Alcifrón o el filósofo minucioso, Ediciones Paulinas, Madrid 1978.
Tratado sobre los principios del conocimiento humano, Alianza, Madrid 1992.
Tres diálogos entre Hilas y Filonus, Alianza, Madrid 1990.
ESTUDIOS:
García Barrón, J. C.: Empirismo e ilustración inglesa: de Hobbes a Hume, Cincel, Madrid
1985
Magee, B.: Los grades filósofos,Cátedra, Madrid 1990.Conversación de B. Magge con M.
Ayers sobre Locke y Berkeley.
Urmson, J. O.: Berkeley, Alianza, Madrid 1984.

81
HUME (1711-1776)La vida de Hume
David Hume nació en 1711 y creció cerca de Edimburgo, Escocia. Cuando sólo tenía 11
años entró en la Universidad de Edimburgo para estudiar latín, griego, matemáticas, física y
filosofía. Su familia quería que fuera abogado, pero él mismo dijo que sentía "una resistencia
infranqueable hacia todo lo que no fuera filosofía y enseñanza". Posteriormente se fue a
Francia, donde escribió su primer libro, Tratado de la naturaleza humana. Se publicó en 1739,
aunque Hume se sintió muy defraudado con la atención que recibió.
En 1745, Hume se vio golpeado por otra amarga decepción: fue rechazada su pretensión
de enseñar en la Universidad de Edimburgo. Desilusionado, Hume se convirtió en secretario
diplomático del gobierno y viajó por toda Europa. Fue durante estos viajes cuando rescribió el
tratado, que se volvió a publicar en 1748 bajo el título de Investigación sobre el entendimiento
humano. También publicó una historia de Inglaterra, que fue considerada por muchos como
una obra dominante.
Hume disfrutó de cinco años en la embajada inglesa de París, antes de volver a
Inglaterra con el filósofo francés Rousseau en 1766. Después de jubilarse en 1769, volvió a
Edimburgo, donde permaneció hasta su muerte en 1776.
Hume el empirista
Como buen empirista, Hume consideró una obligación ordenar todos los conceptos y
pensamientos confusos que habían inventado todos aquellos filósofos. Se hablaba y escribía
con palabras anticuadas procedentes de la Edad Media y de los filósofos racionalistas del siglo
XVII. Hume se propuso volver a la percepción inmediata del mundo. Ningún filósofo "podría
llevarnos jamás más allá de las experiencias cotidianas o darnos una reglas de conducta
distintas a las que elaboramos meditando sobre la vida cotidiana", decía.
Impresiones
Hume empezó por establecer que el hombre tenía dos tipos diferentes de percepciones, a
saber, las impresiones y las ideas. Con "impresiones" se refería a la percepción inmediata de la
realidad externa. Con "ideas" quería decir el recuerdo de una impresión de este tipo. Si, por
ejemplo, alguien se quema con una estufa caliente, recibe una "impresión" inmediata.
Posteriormente, puede pensar en aquella vez que se quemó. Esta impresión recordada es lo
que Hume llama "idea". La diferencia es que la impresión es más fuerte y más viva que el
recuerdo de dicha impresión. Se podría decir que la impresión es el original y que la idea, o
reflejo, es sólo una pálida copia. Es la impresión la causa directa del almacenamiento de la
idea en la mente.
Hume opinaba que tanto la impresión como la idea pueden ser simples o compuestas,
opinión compartida en gran parte por Locke.
En la época de Hume había una creencia extendida en los ángeles. Esto es, en figuras
humanas con alas. Nadie ha visto realmente a tales criaturas, aunque todos hemos visto
alguna vez, por separado, figuras humanas y alas. Según Hume, un "ángel" es una idea
compuesta. Consta de dos experiencias diferentes que no están unidas en la realidad, pero
que, independientemente de ello, han sido asociadas en la imaginación del hombre.
Según Hume, algunas veces podíamos componer ideas complejas que no se
correspondían con ningún objeto del mundo real, como un ángel. En tales casos, teníamos que
admitir que la imaginación había hecho un buen trabajo de "recorte y pegado" de ideas
simples. Cada elemento ha sido percibido independientemente alguna vez, de forma que en
nuestra mente han entrado en el teatro de la conciencia como "impresiones" auténticas. Nada
ha sido inventado por la conciencia. La mente las ha puesto juntas y ha construido una "idea"
falsa.
Hume quería investigar todas las ideas y pensamientos simples para ver cuál no se
correspondía con la realidad. Se preguntaba a sí mismo: "¿Qué impresión ha originado esta
idea?". Lo primero que tenía que hacer era encontrar las "ideas simples" que componían una
idea compuesta. Esto le proporcionaría un método crítico mediante el que podía analizar
nuestras ideas y, a partir de ahí, poner en orden nuestros pensamientos y nociones. Quería
"ahuyentar toda esa palabrería que, durante tanto tiempo, había dominado el pensamiento
metafísico y lo había desprestigiado". Hume describía así la composición de los pensamientos e
ideas:

82
"Si cogemos con nuestras manos cualquier volumen y nos preguntamos ¿Contiene algún
argumento abstracto referente a la cantidad o número? No. ¿Contiene algún argumento
experimental referente a los hechos y la existencia? Traspásalo entonces a las llamas, por que
no contiene nada más que argucias e ilusión".
La idea de Dios
Descartes creía tener una idea clara y nítida de Dios. Hume creía que "Dios" era una idea
compuesta que ensamblábamos en nuestras mentes.
Supuso que imaginamos a Dios como un ser infinitamente "inteligente, sabio y bueno".
Tenemos, pues una idea "compuesta" que consta de algo infinitamente inteligente, algo
infinitamente sabio y algo infinitamente bueno. Si nunca hubiéramos conocido la inteligencia,
la sabiduría y la bondad, nunca podríamos haber tenido tal concepto de Dios. Quizá también
esté en nuestra idea de Dios el que sea un "padre severo pero justo", esto es, una idea
compuesta por "severidad", "justicia" y "padre".
Hume rechazaba cualquier intento de probar la existencia de Dios. Esto no quería decir
que descartara la posibilidad de la existencia de Dios. Pensaba, por el contrario, que intentar
probar la existencia de la fe religiosa mediante el raciocinio humano era un engaño
racionalista. Hume no era cristiano, aunque tampoco era un ateo convencido. Era lo que
llamamos un agnóstico, alguien que cree que la existencia de Dios es algo que no se puede
probar. Cuando Hume recibió en el lecho de su muerte la visita de un amigo, éste le preguntó
si no creía en una vida después de la muerte. Se dice que Hume contestó: "También es posible
que un trozo de carbón puesto al fuego no arda".
La Idea del Yo
Descartes decía tener una percepción clara y nítida de su "yo" (en la que basó toda su
filosofía). Hume pensaba que el yo era una idea compuesta, como la idea de "Dios".
Después de analizar esta idea, Hume determinó que el yo está en constante cambio,
sintiendo emociones diferentes, experimentado diferentes sensaciones. De forma similar,
nuestras impresiones sobre nuestro yo son también inconstantes. Por lo tanto, el sentimiento
de tener un ego inalterable es una falsa percepción. Esta percepción del ego es, en realidad,
una larga cadena de impresiones simples que nunca se experimenta de forma simultánea.
Hume decía que no era más que "un montón de juicios diferentes que se suceden el uno al
otro como con una increíble rapidez y que están constantemente en cambio y movimiento".
Mantenía que no tenemos ninguna "identidad personal" más allá o por debajo de tales juicios y
estados de ánimo que van y vienen. Es como las imágenes de una película de cine, que
cambian con tal rapidez que no notamos que dicha película está compuesta de una serie de
imágenes simples. La película es, realmente, una suma de momentos.
Un análisis similar de la conciencia humana y el rechazo al ego inalterable fueron
introducidos casi 2.500 años antes en otro lejano lugar del planeta. Buda veía la vida como
una línea ininterrumpida de procesos mentales y físicos que cambian a cada momento. Un
bebé no es igual que un adulto; una persona hoy no es igual que la misma persona ayer. No
hay nada de lo cual pueda decir "esto es mío" o "esto soy yo", decía Buda. No existe por lo
tanto el "yo" o ego inalterable.
Causalidad
Como cualquier otro, Hume suponía que el pan de mañana no nos alimentaba hoy. Pero,
a diferencia de los demás, se preguntaba si había alguna razón para hacer tal presunción. La
única razón que podía pensar era la suposición más básica de que el futuro sería como el
pasado. ¿Y cómo podía justificar esta suposición? Tendría que demostrar (entre otras cosas)
que el pan de mañana le alimentaría. Pero, con ello, volveríamos al principio. Por lo tanto,
Hume concluyó que nuestras creencias sobre el futuro nunca serán avaladas por la razón. No
quería decir que dejáramos a un lado nuestra anticipación del futuro. Es el hábito, al que llamó
"el gran guía de la vida humana", el que nos enseña cómo hacer las predicciones y cómo
actuar en consecuencia aunque, cuando lo hacemos, actuamos sin la razón.
Hume constató que los niños pequeños y los adultos ven el mundo de diferentes
maneras. Los niños están fascinados con todo, pues todo es nuevo y mágico para ellos. Los
adultos están mucho más acostumbrados a las cosas (esperan que las cosas ocurran de una
forma determinada). Por lo tanto, ¿cómo podemos cambiar? ¿Por qué el mundo pierde su
toque mágico a medida que crecemos? Hume pensaba que era una cuestión de hábito. A

83
medida que una persona crece ve sucesos similares aconteciendo repetidamente, por lo que
adquirimos el hábito de esperar que un mismo suceso ocurra de una determinada forma,
obedeciendo determinadas leyes.
Cuando Hume discutía sobre el poder del hábito, se concentraba en la "ley causa-efecto",
concepto que posteriormente tuvo gran influencia sobre Kant.
Esta ley establece que todo lo que ocurre ha de tener una causa. Hume utilizaba como
ejemplo dos bolas de billar. Si tiras una bola de billar negra contra una bola de billar blanca
que está en reposo, ¿qué le ocurriría a la bola blanca? Evidentemente, esperaríamos que la
bola blanca empezara a moverse. Pero ¿por qué? Se diría que el golpe de la bola negra era la
causa de que la bola blanca comenzara a moverse. Pero sólo podemos hablar de lo que
realmente experimentamos. La bola negra causa el movimiento de la bola blanca, pero, según
Hume, se ha percibido que un suceso sigue a otro en el tiempo, pero no se ha percibido que el
segundo suceso ocurra a causa del primero.
El mismo Hume creía que todo tenía una causa y que había una regularidad en la
naturaleza (las leyes de la naturaleza) que se mantenía. Sin embargo, pensaba que no tenía
del todo una razón para estas creencias. Simplemente formaba parte de nuestra naturaleza el
creer y actuar de esa manera. No negaba la existencia de unas "leyes naturales"
inquebrantables, sino que, como no podíamos experimentar esas leyes por sí mismas,
podíamos llegar con facilidad a conclusiones erróneas.
El hecho de que una cosa siguiera a otra no significaba necesariamente que hubiera un
vínculo causal. Uno de los principales objetivos de la filosofía era, precisamente, evitar que la
gente llegue a conclusiones equivocadas.
ética
Hume también se rebeló contra el pensamiento racionalista sobre la ética. Los
racionalistas opinaban que era inherente a la razón del hombre el saber distinguir entre el bien
y el mal. Esta idea del llamado derecho natural estaba presente en muchos filósofos, desde
Sócrates hasta Locke. Pero, según Hume, no era la razón la que decidía lo que decimos y lo
que hacemos, sino nuestros sentimientos. Si decidimos ayudar a alguien necesitado de ayuda,
son nuestros sentimientos, no nuestra razón, los que motivan dicha decisión. Según Hume,
todo el mundo tiene cierta sensibilidad hacia el bien de los demás. Tenemos la capacidad de
mostrar compasión, pero dicha capacidad no tiene nada que ver con la razón.
Hume señalaba que nunca se debe partir de frases con "es" para llegar a frases con
"debe". Y, sin embargo, esto es muy corriente, sobre todo en artículos periodísticos,
programas de partidos políticos o discursos parlamentarios.
Muchas veces se dice que determinada ley ha sido aprobada por el Senado, por lo que
los ciudadanos del país deben cumplirla. Pero, con frecuencia, va en contra de las creencias
íntimas de las personas obedecer tales leyes.
Hume creía que no podemos utilizar la razón para saber cómo debemos actuar. "No va
en contra de la razón", decía, "preferir la destrucción del mundo entero a tener un rasguño en
un dedo". Una actuación responsable no es una cuestión de aguzamiento de la razón, sino de
aguzamiento de los sentimientos que tenemos hacia los demás.
Enlaces
Filósofos relacionados:
Locke - Ideas: para su punto de vista sobre el origen de las ideas.
Berkeley - El alma de Dios: para su visión contrastada de Dios.
Kant - Kant y la causalidad: para su respuesta a la teoría de Hume.
Bibliografía
Las obras más importantes de Hume son:
Investigación sobre el entendimiento humano, Alianza, Madrid, 1980.
Investigación sobre los principios de la moral, Alianza, Madrid, 1993.
Tratado de la naturaleza humana, Tecnos, Madrid, 1993.
ESTUDIOS:
Ayer, A. J.: Hume, Alianza, Madrid, 1988. Esta obra pone énfasis especial en el papel que
desenpeñó el escepticismo en la construcción de la filosofía de Hume.
84
Noxon, J.: La evolución de la filosofía de Hume, Alianza, Madrid, 1987.
Stroud, B.: Hume, Universidad Nacional Autónoma, Méjico, 1995.

85
FILOSOFíA DE LA ILUSTRACIóN FRANCESALa era de la razón
La Ilustración fue el periodo en el que los pensadores liberales generaron las ideas que
posteriormente contribuyeron a la Revolución Francesa en 1789. La mayoría de los filósofos de
la Ilustración tenía una fe ciega en la razón humana. Con frecuencia se suele denominar a esta
época la Era de la Razón, Racionalismo o el Siglo de las Luces. Las nuevas ciencias naturales
habían puesto de manifiesto que la naturaleza estaba sujeta a la razón. Los filósofos ilustrados
consideraban su cometido construir una base también para la moral, la religión y la ética de
acuerdo con la razón inalterable de las personas. Su meta era crear una filosofía que fuera
accesible al pueblo llano y que hiciera un verdadero cambio en la vida de las personas. El lema
de la Revolución Francesa fue "Libertad, igualdad y fraternidad".
La rebelión
Muchos de los filósofos de la Ilustración francesa visitaron Inglaterra que, en muchos
aspectos, era más liberal que su patria. Estaban fascinados con las ciencias naturales inglesas,
especialmente con la física universal de Newton. También se inspiraron en la filosofía británica,
especialmente en Locke, y su filosofía política. Cuando volvieron a Francia se opusieron cada
vez más a las autoridades tradicionales.
La rebelión contra las viejas autoridades se dirigía en parte contra el poder de la Iglesia,
la monarquía y la nobleza. En el siglo XVIII estas instituciones eran mucho más poderosas en
Francia que en Inglaterra. Los pensadores ilustrados creían que era esencial mantenerse
escépticos frente a las verdades heredadas, apoyando la búsqueda por cada uno de las
respuestas a cada pregunta.
Racionalismo
Aunque la Revolución Francesa empezó en 1789, las ideas que la inspiraron provenían de
mucho antes. Tres figuras principales contribuyeron a dichas ideas: Montesquieu (1689-1755),
Voltaire (1694-1778) y Rousseau (1712-1778).
Los tres estuvieron en Inglaterra y estaban familiarizados con la filosofía de Locke. No
obstante, éste no era un empirista muy consecuente. Creía, por ejemplo, que tanto la fe en
Dios como en ciertas normas morales eran inherentes a la razón humana. La idea de que la
moralidad (la capacidad para actuar correctamente) era una parte esencial de la razón
humana, se llegó a convertir en una de las principales ideas de la Ilustración francesa. Muchos
filósofos, como Rousseau, extendieron la idea de que la moralidad era una parte integrante de
la naturaleza humana y que las sociedades inmorales eran sociedades antinaturales.
Educación
Ahora había que "ilustrar" a las masas, pues ésta era la condición previa para una
sociedad mejor. Pensaban que la miseria y la opresión se debían a la ignorancia y superstición.
Por lo tanto, había que tomarse muy en serio la educación de los niños y del pueblo en
general.
El mayor monumento del movimiento ilustrado fue una inmensa enciclopedia de 28
tomos, o Encyclopédie, publicada en Francia entre 1751 y 1772, con la contribución de
Voltaire, Rousseau y Montesquieu. "Aquí está todo", se decía, "desde cómo se hace una aguja,
hasta cómo se funde un cañón". Sus editores fueron el filósofo y dramaturgo Denis Diderot y el
matemático Jean d'Alambert, quienes eran, respectivamente, el hijo de un cuchillero y el hijo
ilegítimo de un oficial de artillería (un indicio de cómo iban apareciendo cada vez más
oportunidades para los que tenían un origen relativamente humilde).
Optimismo cultural
Los filósofos de la Ilustración pensaban que la difusión de la razón y el conocimiento
ayudaría a la humanidad a hacer grandes progresos. Era simplemente cuestión de tiempo que
la sinrazón y la ignorancia cedieran ante una humanidad "ilustrada". Esta idea ha predominado
en Europa hasta hace unas cuantas décadas.
Vuelta a la naturaleza
Algunos de los filósofos de la Ilustración francesa se convirtieron en defensores de una
"vuelta a la naturaleza". Para ellos, la "naturaleza" significaba casi lo mismo que la "razón",
puesto que la razón humana proviene de la naturaleza, al contrario que la religión o la
"civilización". Señalaron que los "pueblos naturales" eran a menudo más sanos y felices que
los europeos, dado que no estaban "civilizados". Rousseau fue quien lanzó la consigna

86
"Tenemos que volver a la naturaleza". Porque la naturaleza es buena y el hombre es bueno
"por naturaleza". Es la civilización la que le arruina. Rousseau también pensaba que el niño
debe vivir en su estado "natural" de inocencia mientras pueda. Se podría decir que la idea de
valorar la infancia como tal proviene de la Ilustración. Hasta entonces, la infancia había sido
considerada como una preparación para la vida de adulto.
Religión natural
Los filósofos de la Ilustración pensaban que había que colocar la religión en concordancia
con la razón natural de los hombres. Muchos lucharon por lo que se podría denominar el
"concepto humanizado del cristianismo". En aquella época, muchos materialistas no creían en
ningún Dios y tomaron, por lo tanto, una postura atea. Pero la mayoría de los filósofos
ilustrados pensaba que era irracional concebir un mundo sin Dios. Consideraban también
perfectamente racional creer en la inmortalidad del alma. Igual que para Descartes, la cuestión
de si el hombre tiene un alma inmortal se convirtió más en una cuestión de raciocinio que de
fe.
Según los filósofos de la Ilustración, había que eliminar de la religión todos los dogmas
irracionales que se habían añadido a la sencilla predicación de Jesús en el curso de la historia
de la Iglesia.
Muchos defendieron entonces lo que se conoce como deísmo, es decir, la creencia de que
Dios creó el mundo alguna vez, hace muchísimo tiempo, pero que, desde entonces, no ha
aparecido ante el mundo. De esta forma, Dios queda reducido a un ser superior que sólo se da
a conocer a los hombres a través de la naturaleza y de sus leyes, es decir, no se revela de
ninguna forma sobrenatural. El culto racional a Dios (en contraposición al irracional, tradicional
y rígido del cristianismo) era comportarse de forma moral y razonable.
Los derechos humanos
Los filósofos de la Ilustración francesa lucharon activamente a favor de lo que llamaron
"derechos naturales" de los ciudadanos. En primer lugar, se trataba de la lucha contra la
censura y, por lo tanto, en favor de la libertad de imprenta. Había que garantizar el derecho
del individuo a pensar libremente y a expresar sus ideas referentes a la religión, la moral y la
ética. Además, lucharon a favor de la abolición de la esclavitud y por un trato más humano a
los delincuentes.
El principio de la "inviolabilidad del individuo" fue finalmente incorporado a la Declaración
de los Derechos del Hombre aprobada por la Asamblea Nacional Francesa en 1789.
La Revolución Francesa dio también los primeros ejemplos de la lucha por los derechos
de la mujer. En 1787, el filósofo ilustrado Condorcet publicó un escrito sobre los derechos de la
mujer. Pensaba que las mujeres tenían los mismo "derechos naturales" que los hombres.
Durante la Revolución de 1789, las mujeres participaron activamente en la lucha contra la
anticuada sociedad feudal. Eran las mujeres las que, por ejemplo, iban al frente de las
manifestaciones que, finalmente, obligaron al rey a marcharse del palacio de Versalles. Aparte
de la demanda de los mismos derechos políticos que los hombres, también pedían cambios en
las leyes del matrimonio y en la condición social de la mujer.
Pero, aunque la cuestión de los derechos de la mujer surgió en relación con una
revolución, cuando las cosas se tranquilizaron dentro del nuevo orden, se volvió a instaurar la
vieja sociedad machista.
Una de las mujeres que más lucharon por la causa feminista durante la Revolución
Francesa fue Olympe de Gouges quien, en 1791, publicó una declaración sobre los derechos de
la mujer. Sin embargo, el gobierno se opuso a sus ideas y, dos años más tarde, fue condenada
a muerte. Después de esto, la actividad política para las mujeres fue prohibida.
No fue hasta el siglo XIX cuando se puso verdaderamente en marcha el movimiento
feminista por toda Europa. Poco a poco, la lucha empezó a dar frutos. Y todavía en nuestros
días, en muchos países las mujeres tienen mucho por lo que luchar.
Enlaces
Filósofos relacionados:
Descartes - Cogito, ergo sum: para su prueba racionalista de Dios.
Locke - La política de Locke: para su influencia política.

87
Historia:
La Ilustración - Perspectiva: para el pensamiento ilustrado y la Revolución Francesa.
La Ilustración - Sociedad: para la Revolución Francesa.
La Ilustración - Grandes mujeres: para Olympe de Gouges.
Bibliografía
Las obras más importantes de filosofía política de la Revolución Francesa son:
Montesquieu.: Del espíritu de las leyes, Tecnos, Madrid,1980.

88
KANT (1724-1804)La vida de Kant
Inmanuel Kant nació en 1724 en la ciudad de Königsberg, al este de Prusia, y vivió allí
prácticamente toda su vida. Provenía de un hogar profundamente religioso, basado en el
pietismo (una secta protestante que iba en contra del dogmatismo del luteranismo oficial), y
sus convicciones religiosas influyeron mucho en su filosofía. Como para Berkeley, era muy
importante para él salvar los cimientos de la fe cristiana.
Kant se convirtió en profesor de lógica y matemáticas en la Universidad de Königsberg en
1770 y estuvo enseñando allí durante casi todo el resto de su vida. También se interesó por las
ciencias, llegando a publicar trabajos sobre astronomía y geofísica.
Sus tres obras más importantes se publicaron bastante tarde. Así, la Crítica de la razón
pura salió en 1781, seguida en 1788 por Crítica de la razón práctica y, en 1790, por Crítica del
juicio. La Crítica de la razón pura es una de las obras más importantes de toda la filosofía.
Desafortunadamente, es también una de las más difíciles de leer (el mismo Kant la describió
como seca y oscura).
Kant solía ser un hombre afable y erudito aunque, al final de su vida, sus facultades
mentales y su vista se deterioraron enormemente. Murió siendo una sombra de su anterior
personalidad a la edad de 80 años. En su tumba de Königsberg se puede leer una de sus citas
más famosas: "Dos cosas llenan mi mente de admiración y respeto cada vez mayores: el cielo
estrellado encima de mí y la ley moral dentro de mí".
Experto y genio
Hay dos tipos de filósofos. Uno lo forman los que buscan sus propias respuestas a las
grandes preguntas filosóficas. El otro lo forman los expertos en historia de la filosofía, que no
necesariamente construyen su propia filosofía.
Kant formaba parte de ambos tipos. Era un profesor brillante, familiarizado con el
racionalismo de Descartes y Spinoza y con el empirismo de Locke, Berkeley y Hume. Pero
además también, construyó una nueva filosofía a partir de las esencias de estas tradiciones.
La síntesis de Kant
Una cuestión que preocupaba a todos los filósofos desde Descartes era lo que podíamos
saber de la naturaleza fundamental del universo (lo que a veces se llama "metafísica"). Se
barajaban dos posibilidades: el mundo era tal y como lo percibíamos o el mundo era como se
presentaba a nuestra razón.
Los racionalistas creían que la base de todo el conocimiento humano estaba en la
conciencia del hombre. Según los empiristas, todo el conocimiento del mundo viene a través
de nuestra percepción sensorial. Por otra parte, Hume señaló que existen unos límites muy
claros para las conclusiones que podemos sacar de nuestras sensaciones.
Kant pensaba que ambos puntos de vista tenían algo de razón, pero que también ambos
se equivocaban en parte. Opinaba que los racionalistas exageraban en lo que puede aportar la
razón y que los empiristas habían hecho demasiado hincapié en la percepción.
En principio, Kant está de acuerdo con Hume y los empiristas en que todos nuestros
conocimientos sobre el mundo provienen de las percepciones. Pero (y en este punto da la
razón a los racionalistas), también hay en nuestra razón importantes condiciones de cómo
captamos el mundo que nos rodea. Es decir, hay ciertas condiciones en la mente humana que
contribuyen a determinar nuestro concepto del mundo.
Conocimiento humano
Supongamos que una persona se pone unas gafas con los cristales rojos. Verá casi lo
mismo que antes, sólo que todo tendrá un tono rojizo. Esto se debe a que los cristales limitan
la forma de percibir la realidad. Todo lo que ve proviene del mundo exterior, pero el cómo lo
ve también está determinado por los cristales de las gafas. Por lo tanto, no podría decir que el
mundo es rojo, aunque así lo percibiera.
Era eso precisamente lo que quería decir Kant cuando apuntaba que había determinadas
disposiciones en nuestra razón que marcaban todas nuestras percepciones. Siempre llevamos
puestas las "gafas" de la razón que afectan a todas nuestras percepciones.
Todo lo que vemos lo percibimos ante todo como un fenómeno en el tiempo y en el
espacio. Kant llamó al "tiempo" y al "espacio" las "dos formas de sensibilidad" del hombre. Y
subraya que estas dos formas de nuestra conciencia son anteriores a cualquier experiencia. Es
89
decir, que antes de experimentar algo, sabemos que, sea lo que sea, lo captaremos como un
fenómeno en el espacio y en el tiempo. Porque no somos capaces de quitarnos las "gafas" de
la razón.
La mayoría de nosotros piensa que el tiempo y el espacio existen más allá de nosotros,
pero, según Kant, el tiempo y el espacio son cualidades de nuestra razón y no del universo.
Además del tiempo y del espacio, Kant describió 12 clases diferentes en las que el
conocimiento humano ordena nuestra experiencia sensorial a las que llamó "categorías".
A diferencia de los empiristas, Kant pensaba que la conciencia humana no era una
"pizarra pasiva" que sólo recibe las sensaciones exteriores. La propia conciencia contribuye
activamente a formar nuestro concepto del mundo. Lo que vemos, tocamos, olemos, oímos y
saboreamos no sólo depende de lo que está en nuestro exterior, sino también de lo que está
en nuestro interior. Nuestra razón moldea nuestras sensaciones.
Kant llamó a esto el "giro copernicano" en el problema del conocimiento humano. Con
esto se refería a que la idea era tan nueva y tan radicalmente diferente a las ideas antiguas
como cuando Copérnico propuso que la Tierra giraba alrededor del sol.
En el pensamiento de Kant, tanto los racionalistas como los empiristas tenían algo de
razón. En cierta forma, los racionalistas se habían olvidado de la importancia de la experiencia
y los empiristas habían cerrado los ojos a cómo nuestra propia razón marca nuestra percepción
del mundo.
Kant y la causalidad
La ley de la causa-efecto que, en opinión de Hume, no podía ser percibida por el ser
humano, forma parte, según Kant, de la razón humana.
Hume afirmaba que sólo es nuestro hábito el que hace que percibamos una conexión
necesaria de causas detrás de todos los procesos de la naturaleza. Según él, no podíamos
percibir que una bola negra de billar era la causa de que una bola blanca (a la que había
golpeado) se pusiera en movimiento. No podíamos afirmar que la bola negra siempre pondría
en movimiento a la bola blanca.
Pero justamente lo que, según Hume, no se podía probar es lo que Kant incluía como una
cualidad de la razón humana. La ley causal era eterna y absoluta simplemente porque la razón
humana capta todo lo que sucede como una relación causa-efecto.
Das Ding an sich
Kant está de acuerdo con Hume en que no podemos saber nada seguro sobre cómo es el
mundo "en sí". Sólo podemos saber cómo es el mundo "para mí", es decir, para todos los seres
humanos. La aportación mayor de Kant a la filosofía es esta separación que hacía entre das
Ding an sich (la cosa en sí) y das Ding für mich (la cosa para mí).
Nunca podemos saber del todo cómo son las cosas "en sí". Sólo podemos saber cómo
"aparecen" las cosas ante nosotros. En cambio, antes de cada experiencia podemos decir algo
sobre cómo las cosas son percibidas por la razón humana.
Antes de salir por la mañana de casa, uno no puede saber nada de lo que va a ver o
percibir durante el día. Pero puede saber que aquello que vea o experimente lo percibirá como
un suceso en el espacio y en el tiempo. Además, puede estar seguro de que la ley causal rige
simplemente porque la lleva encima como parte de su conciencia.
Esto implica que podíamos haber tenido otro mecanismo sensorial. Y podíamos haber
tenido otro sentido del tiempo y del espacio. Podíamos incluso haber sido creados de forma
que no buscáramos las causas de los sucesos de nuestro entorno.
¿Qué podemos saber?
Kant creía que había unos límites claros a lo que el hombre podía conocer mediante la
razón. Podíamos decir que las "gafas" de la razón ponen estos límites.
Los filósofos anteriores a Kant habían discutido sobre las "grandes" preguntas de la
filosofía (si el hombre tenía un alma inmortal, si existía Dios, si la naturaleza estaba formada
por partículas diminutas indivisibles y si el universo era finito o no). Kant opinaba que el ser
humano no podía obtener un conocimiento certero sobre tales cuestiones. Cuando se refería a
las grandes cuestiones filosóficas, Kant decía que la razón operaba fuera de los límites del
conocimiento humano. Pero, al mismo tiempo, era inherente a la naturaleza del hombre, o a
su razón, una necesidad fundamental de plantear precisamente cuestiones de este tipo.
90
Cuando, por ejemplo, nos preguntamos si el universo es finito o infinito, planteamos una
pregunta sobre una unidad de la que nosotros mismos formamos una pequeña parte. Por lo
tanto, jamás podríamos conocer plenamente esa unidad.
Según Kant, existen dos elementos que contribuyen a nuestro conocimiento del mundo:
la percepción y la razón. El material de nuestros sentidos nos llega a través de los sentidos,
pero el material también se adapta a las cualidades de la razón.
Cuando nos preguntamos de dónde procede el mundo y discutimos sobre posibles
respuestas, entonces la razón está, en cierta forma, vacía, pues no tiene ningún material de
los sentidos que procesar, ninguna experiencia que usar, por que no hemos percibido jamás
toda esa gran realidad de la que sólo somos una minúscula parte.
En dicho tipo de cuestiones, como la naturaleza de la realidad, Kant mostró que habrá
siempre dos puntos de vista igualmente probables o improbables, dependiendo de lo que nos
pueda decir la razón.
Tan sensato es decir que el mundo ha de tener un principio como decir que no lo tiene.
La razón no puede decidir entre ambos. Podríamos afirmar que el mundo ha existido siempre,
pero ¿puede algo haber existido desde siempre sin que nunca haya tenido un principio?
Entonces, deberíamos adoptar la postura contraria. Es decir, que tendría que haber tenido un
principio, haber surgido de la nada.
Por lo tanto, las dos posibilidades resultan igualmente inconcebibles. No obstante, una
debe ser la correcta y otra la equivocada.
Fe
Los racionalistas, como, por ejemplo, Descartes, habían intentado demostrar que tenía
que haber un Dios simplemente porque tenemos la idea de un "ser perfecto". Otros, como
Aristóteles y Santo Tomás de Aquino, opinaban que tenía que haber un Dios porque todas las
cosas tenían una causa inicial.
Kant rechazaba ambas pruebas de la existencia de Dios. Ni la razón ni la experiencia
poseían ningún fundamento seguro para poder afirmar que existía un Dios. Para la razón era
tan probable como improbable dicha existencia.
Pero Kant quería salvar los fundamentos de la fe cristiana, por lo que pensaba que allí
donde fracasan la experiencia y la razón surge un vacío que había de llenarse con fe religiosa.
Kant creía que era absolutamente necesario para la moral humana suponer que el
hombre tiene un alma inmortal, que existe Dios y que el hombre tiene libre albedrío. Así, hace
lo mismo que Descartes. En primer lugar, se muestra muy crítico con todo lo que podemos
comprender y, seguidamente, mete por la puerta trasera a Dios.
Pero, a diferencia de Descartes, Kant señala clarísimamente que no es la razón la que ha
llevado a este punto de vista, sino la fe. A la fe en un alma inmortal, en la existencia de Dios y
en el libre albedrío de los humanos las denominó postulados prácticos.
"Postular" significa afirmar algo que no se puede probar. Con "postulado práctico" Kant
se refería a algo que hay que afirmar para la "práctica" o "praxis" del hombre, es decir, para la
moral del hombre. "Es moralmente necesario suponer la existencia de Dios", decía.
ética
El escepticismo de Hume sobre lo que nos podían decir la razón y los sentidos obligó a
Kant a reflexionar de nuevo sobre algunas de las cuestiones vitales. él estaba especialmente
interesado en la moral.
Según Hume, no eran ni nuestra razón ni nuestros sentidos los que decidían la diferencia
entre el bien y el mal, sino, simplemente, los sentimientos. Este fundamento le pareció poco
sólido a Kant, pues siempre creyó que había una diferencia real entre el bien y el mal. En este
punto, estaba de acuerdo con los racionalistas, quienes habían señalado que era inherente a la
razón del hombre el saber distinguir entre el bien y el mal. Todo ser humano sabe lo que está
bien y lo que está mal, no porque sea algo que haya aprendido, sino porque es inherente a
nuestra razón. Según Kant, todos los seres humanos tenían una "razón práctica", es decir, una
capacidad de razonar lo que está bien y lo que está mal en cada caso.
La capacidad de distinguir entre el bien y el mal es innata, como lo son las demás
cualidades de la razón. De la misma forma que todos los seres humanos tienen la mismas

91
formas de razón, por ejemplo, el que percibamos todo como algo determinado causalmente,
todos tenemos también acceso a la misma ley moral universal.
Kant formuló la ley moral como un imperativo categórico. Con esto quería decir que la
ley moral era "categórica", es decir, válida en todas las situaciones. Además, era un
"imperativo", es decir, "perceptiva". Esto quería decir que era completamente ineludible.
Kant formulaba este "imperativo categórico" de varias maneras. En primer lugar,
mantenía que "siempre se debe actuar de modo que, al mismo tiempo, se desee que la regla
según la que se actúa pueda convertirse en una ley general". Es decir, que cuando alguien
hace algo, debe actuar de la misma forma en la que desearía que otra persona actuara en su
caso.
También formuló el imperativo categórico diciendo que "siempre se debe tratar a las
demás personas como si fueran una finalidad en sí y no sólo como un medio para conseguir
otra cosa".
Según Kant, la ley moral era tan absoluta y de una validez tan general como, por
ejemplo, la ley de la causalidad, que tampoco podía ser probada mediante la razón y que, sin
embargo, era totalmente ineludible. Cuando él describía la ley moral, describía la conciencia
del hombre. No podíamos probar lo que dice la conciencia, pero, aún así, lo sabemos.
A veces, una persona es buena con los demás porque le merece la pena. Por ejemplo,
puede ser una forma de hacerse popular. Pero si se comparte algo con los demás por el sólo
hecho de hacerse más popular, entonces no se actúa por respeto a la ley moral. A lo mejor se
actúa de acuerdo con ella, lo cual no está mal, pero para que algo pueda llamarse acto moral
tiene que ser el resultado de una superación personal. Si se hace algo sólo porque se piensa
que es una obligación cumplir la ley moral, se puede hablar de acto moral. Por eso, la ética de
Kant suele denominarse la ética de la obligación.
Kant también abogó por la creación de una "federación de los pueblos". En su escrito La
paz perpetua escribió que todos los países deberían unirse en una federación de naciones que
se ocuparía de conseguir una coexistencia pacífica entre las distintas naciones. Creía que la
"razón práctica" de los hombres imponía a los estados que salgan de ese estado natural que
causaba tantas guerras y que creen un nuevo sistema de derecho internacional que las impida.
Kant pensaba que la creación de dicha sociedad era una meta muy lejana, pero vio que era
nuestro deber trabajar a favor de un generalizado y duradero seguro de paz. Unos 125 años
después de la publicación de este escrito, en 1795, se creó la Sociedad de las Naciones tras la
I Guerra Mundial. Al finalizar la II Guerra Mundial, esta sociedad fue sustituida por las
Naciones Unidas.
Enlaces
Filósofos relacionados:
Descartes - Cogito, ergo sum: para el racionalismo que influyó a Kant.
Hume - Causalidad: para el análisis de Hume de la ley causa-efecto.

Historia:
Siglo XX - Política: para la creación de la Sociedad de Naciones y de las Naciones Unidas.
Bibliografía
Las obras más importantes de Kant son:
Crítica del juicio, Espasa-Calpe, Madrid, 1991.
Crítica de la razón práctica, Sígueme, Salamanca, 1994.
Crítica de la razón pura, Alfaguara, Madrid, 1993.
ESTUDIOS:
Cassier, E.: Kant: vida y doctrina, Fondo de Cultura Económica, Madrid, 1993.
Hartnack, J.: La teoría del conocimiento de Kant, Cátedra, Madrid, 1988.
Körner, S.: Kant, Alianza, Madrid, 1987. Una introducción a kant accesible.

92
Siglo XIX - Perspectiva
El siglo XIX trajo más cambios a casi todos los aspectos de la vida humana que los
experimentados en los mil años anteriores. La supremacía de Europa estaba en su apogeo, y
alrededor del 1900 sólo los más remotos rincones de la geografía de la Tierra estaban fuera de
la influencia de la cultura europea. Seguros de sí mismos, tras dos siglos de grandes logros, la
mayoría de los europeos daban por sentado la superioridad de su cultura.
La Revolución Francesa y la época de Napoleón propiciaron el crecimiento del sentimiento
nacional. Los europeos sentían cada vez más la lealtad hacia una nación concreta, que
deseaban libre del dominio ajeno. En la segunda mitad del siglo, el nacionalismo fue un factor
crucial en la unificación de Italia y Alemania, anteriormente compuestas de numerosos estados
separados.
La aparición de la conciencia nacional encontró su expresión en el movimiento romántico,
que afectó virtualmente a todos los campos de la cultura europea desde finales del siglo XVIII
hasta la mitad del XIX. Los románticos, inspirados inicialmente por pensadores alemanes como
Goethe y, posteriormente, Schelling, reaccionaron contra el racionalismo de la Ilustración
dando nuevo énfasis al sentimiento, la imaginación y el mundo natural. La primera fase del
movimiento o el Romanticismo universal, se preocupaba por la naturaleza, el alma universal y
el genio artístico. El Romanticismo nacional, que floreció un poco más tarde, se interesaba
principalmente por la historia, la lengua y la cultura del "pueblo" de cada uno de los diferentes
países europeos. No existía, sin embargo, una línea divisoria bien definida entre las dos
tendencias porque los románticos consideraban todos los aspectos de la vida, desde la cultura
popular, la poesía y la filosofía hasta el arte y el estudio de la naturaleza, como expresiones de
un único espíritu universal
Otro aspecto importante del siglo XIX fue el liberalismo, que defendía la reforma social y
política, la liberación de la actividad económica del control estatal, y se oponía a la
intervención de la Iglesia en los asuntos políticos. Las reformas llevadas a cabo por los
primeros liberales fueron importantes para el desarrollo de la democracia, pero la mayoría de
ellos no eran demócratas en el sentido actual. Los liberales, esencialmente propietarios de
clase media, no propiciaron la participación del pueblo en la política. Estaban alarmados por la
violencia de algunos revolucionarios de la clase trabajadora, aunque en ocasiones podían
compartir los mismos objetivos.
En la segunda mitad del siglo la tradición revolucionaria europea buscaba la inspiración
en la nueva doctrina del socialismo más que en el liberalismo. Los socialistas creían que el
estado debía distribuir la riqueza para crear una sociedad igualitaria en la cual las clases
gobernantes tradicionales ya no ostentarían el poder. Se oponían fundamentalmente al
sistema económico imperante en Europa, al que Karl Marx a mediados del siglo XIX dio el
nombre de capitalismo.
Esta fue la época de la gran expansión colonial. Alrededor de 1900 el Imperio británico
ocupaba casi la cuarta parte del mundo. Francia también extendió su imperio, al igual que
Rusia que adquirió vastos territorios en Asia central. Al final del siglo XIX se produjo un
enorme despliegue de la actividad imperialista, especialmente en áfrica, donde la mayoría de
los países europeos establecieron colonias. Aunque los motivos eran esencialmente
comerciales o políticos, la expansión imperial, a veces era promovida por la opinión pública,
que veía las hazañas de los exploradores como una forma de adquirir prestigio nacional.
Ver también:
Renacimiento - Economía: para los comienzos del comercio europeo y expansión del
imperio al extranjero.
La Ilustración - Perspectiva: para la Revolución Francesa, Napoleón, crítica de la Iglesia
por pensadores de la Ilustración.
Siglo XX - Política: para la expansión del comunismo en Rusia y Europa del Este, su
consecuente retirada.
Hegel - El espíritu universal: para su reacción hacia Schelling
Siglo XIX - Política
La memoria de la Revolución Francesa y de la era napoleónica continuó en Europa mucho
tiempo después de la derrota de Napoleón en Waterloo en 1815. Las cuestiones planteadas

93
durante los años revolucionarios fueron fundamentales para la aparición de la democracia
moderna: republicanismo, sufragio más amplio, derechos individuales y libertad de palabra, y
en contra de la importancia dada a la monarquía hereditaria, al orden y a los deberes más que
a los derechos.
Después de Waterloo las potencias europeas, entre las que destacaban Rusia, Prusia,
Austria, Gran Bretaña y Francia, a la que le fue permitido participar como un aliado más, se
reunieron en Viena para alcanzar un acuerdo de paz. Pretendían prevenirse de futuras
agresiones francesas o de la actividad revolucionaria actuando conjuntamente para mantener
la estabilidad del continente con medios pacíficos. La primera amenaza real para el tratado
llegó en 1848, el año en que Karl Marx escribió el Manifiesto Comunista. Las peticiones de
reformas liberales y nacionalistas, intensificadas por el desempleo y la falta de alimentos,
condujeron a la aparición de revoluciones en toda Europa. En París, una revuelta de
trabajadores se reprimió produciendo una gran matanza, y las ciudades importantes de
Austria, Alemania e Italia también padecieron la violencia masiva. Aunque en un principio
estos levantamientos representaron una seria amenaza para las autoridades, la mayoría de las
veces finalmente fracasaban.
El Nacionalismo triunfó pronto en Italia y Alemania como resultado no de las revoluciones
sino de las autoritarias políticas de Sardinia y Prusia. Primero se unificaron los estados italianos
bajo el rey de Sardinia. Después el estadista prusiano Bismarck inició una campaña política y
militar cuyo objetivo era la unificación de Alemania. En 1870 manipuló a Francia para que
declarara la guerra a Prusia. Los estados alemanes obtuvieron una victoria fácil y llevados por
el entusiasmo nacionalista se unieron a favor de Bismarck. Arrastrados por esta corriente de
nacionalismo el rey de Prusia fue declarado emperador de la unificada Alemania en 1871
La tradición revolucionaria reapareció brevemente cuando el pueblo de París se levantó
contra las condiciones de paz de Bismarck aceptadas por el gobierno francés. Se unieron en
una junta de socialistas y republicanos conocida como la Comuna, que ostentó el poder
durante un corto período de tiempo antes de que fuera cruelmente suprimida por las tropas
francesas; murieron más de 20.000 personas.
En el siglo XIX Gran Bretaña, aislada entre los importantes estados de Europa, se
transformó en una sociedad industrial madura sin guerras ni revoluciones. Era la potencia
dominante de Europa, y su marina era hegemónica en los océanos. A partir de 1870, sin
embargo, Gran Bretaña afrontaría la creciente competencia de poderosos rivales,
especialmente de Alemania.
Ver también:
La Edad Media - Política: para la fragmentación de Italia y Alemania en tiempos
medievales.
época barroca - Política: para la continua fragmentación de estados alemanes después de
la Guerra de los 30 años.
La Ilustración - Política: para la Revolución Francesa y Napoleón, aparece Prusia, en el
concierto internacional, como un poder en auge.
Siglo XX - Política: para las Guerras Mundiales, expansión del comunismo en Rusia y
Europa del Este, partición y reunificación eventual de Alemania.
Marx - Trabajo: para el Manifiesto Comunista
Siglo XIX - Economía
El siglo XIX vio como la Revolución Industrial que se había iniciado en Gran Bretaña
durante la Ilustración, se convertía en un factor determinante en la configuración de las
economías de todo el mundo. Condujo a una prosperidad sin precedentes pero, sobre todo en
las ciudades, con gran coste humano. Afloraba una nueva clase de sociedad en la que la
riqueza procedía de las finanzas, la industria y el comercio, y no de la propiedad de la tierra.
Los avances en la agricultura fueron fundamentales para el desarrollo de la Revolución
Industrial. Con menos trabajo se producía más comida para una poblaciónen continuo
crecimiento. Con la disminución del trabajo en el campo, una nueva población en edad laboral
quedaba disponible para las nuevas industrias.
Gran Bretaña estaba a la cabeza de la Revolución Industrial. Las rápidas mejoras de las
industrias textiles, que incluyen importantes inventos del siglo XVIII como la máquina de hilar,

94
junto con la introducción de la fuerza del vapor, propiciaron que la producción alcanzara un
mayor rendimiento. Esto a su vez generó el capital necesario para invertir en materias primas
y nuevos equipamientos.
El capitalismo prosperó durante este período sin ninguna regulación gubernamental
explotando a hombres, mujeres y niños bajo unas terribles condiciones laborales. La enorme
riqueza que se producía no se utilizaba para mejorar las condiciones sociales sino que se
invertía en la expansión industrial y el desarrollo del transporte y las comunicaciones. Los
cables transoceánicos conectaban el mundo, y los ferrocarriles y barcos de vapor
transportaban los pasajeros y las mercancías más rápido y barato que nunca. Todo esto
favoreció la expansión del comercio mundial y las inversiones en las colonias de ultramar. Las
materias primas tan necesitadas se podían importar rápidamente y los productos
manufacturados podían exportarse a todo el mundo.
Hacia el año 1900, los complicados intercambios entre los países industrializados y el
resto de países se integraron en una economía mundial, cuyo centro estaba en Londres. Gran
Bretaña era la mayor potencia comercial y retuvo la supremacía industrial durante más de un
siglo, progresivamente desafiada por rivales como Alemania y Estados Unidos.
Una cuestión importante de este período era si el comercio debería estar regulado por la
intervención gubernamental mediante tarifas o cuotas. Los liberales defendían el libre comercio
sin restricciones y hacia la mitad del siglo algunos gobiernos europeos adoptaron políticas de
libre comercio. Sin embargo, los países que intentaban protegerse de la competencia
extranjera impusieron tarifas elevadas a la importación. Hacia 1900 la única excepción era
Gran Bretaña que continuó con el libre comercio hasta la década de los años 30.
Ver también:
Renacimiento - Economía: para el crecimiento del comercio internacional y primeras
señales de economía mundial.
época barroca - Económicas: para contínua expansión del comercio al extranjero,
comienzo del predominio británico en el comercio y finanzs.
La Ilustración - Economía: para el comienzo de la Revolución Industrial; Gran Bretaña
avanza con ímpetu, pero las condiciones sociales en las ciudades eran severas.
La Ilustración - Descubrimientos: para los inventos que contribuyeron a la
industrialización.
Siglo XX - Economía: para una economía global en el mundo moderno.
Siglo XIX - Sociedad
Durante el siglo XIX aumentó considerablemente la población europea pasando de 190
millones aproximadamente en 1800, hasta sobrepasar los 400 millones un siglo más tarde.
Esto se debió a un brusco descenso del índice de mortalidad, ocasionado por los avances en el
control de enfermedades y por la prevención de estas con una mayor higiene y el suministro
de agua. El espectacular aumento de la población propició un rápido crecimiento de las
ciudades y una mayor demanda de productos de consumo. A medida que la presión de la
población aumentaba, la emigración a Norteamérica, Sudamérica, Australia y áfrica del Sur se
convirtió en un atractivo camino para mejorar de vida.
Francia y Gran Bretaña lideraban el camino hacia el desarrollo de la democracia
moderna. El sufragio universal masculino se introdujo en Francia en 1848, aunque, al igual que
en la mayoría de los países, las mujeres no obtendrían el derecho al voto hasta el siglo XX. El
aumento de la alfabetización y el abaratamiento de los periódicos contribuyeron a que el
publico estuviera mejor informado y emergieran más gobiernos democráticos en otros países.
En el este, Rusia continuaría siendo un país feudal y subdesarrollado la mayor parte del siglo
aunque la abolición de la servidumbre supusiera un avance
A pesar de algunas medidas progresistas, durante la mayor parte del siglo las
condiciones de trabajo de los pobres eran terribles. Los salarios eran tan bajos que con
frecuencia los niños y las mujeres embarazadas tenían que trabajar. Niños pequeños de cinco
años bajaban a las minas y se arrastraban por los oscuros túneles sacando el carbón. Muchos
tenían que trabajar doce o trece horas al día. No había un sistema de asistencia social ni de
pensiones y los que contraían deudas eran encerrados en prisiones o correccionales donde se
los trataba como a criminales. Estas condiciones llevaron a Dickens a escribir su Cuento de
Navidad, una crítica social de la época. Se acabaron aprobando leyes sobre el trabajo de los
95
niños, pero las terribles condiciones de vida de la clase trabajadora contrastaban bruscamente
con el opulento estilo de la burguesía, propiciándose así el clima ideal para la propagación de
las ideas de Marx sobre la sociedad comunista y la reforma radical.
El socialismo ganó terreno hacia el final del siglo y los trabajadores, organizados ya en
sindicatos, comenzaron a hacer huelgas, enfrentándose en ocasiones violentamente a las
autoridades. El socialismo estaba dividido entre los que querían utilizar el sistema político
existente y los más radicales, seguidores de Marx, que pensaban que era necesaria una
revolución.
Los gobernantes prestaron atención a la agitación popular y algunos, como Bismarck en
Alemania, intentaron frenar la demanda de reformas radicales introduciendo algún tipo de
asistencia social. Sin embargo, para países como Rusia fue muy poca la reforma ofrecida,
llegando además demasiado tarde, como para frenar la aparición del comunismo.
Ver también:
época barroca - Política: para primeras emigraciones desde Europa.
La Ilustración - Sociedad: para la herencia de la democracia desde la Revolución
Francesa, personajes populares
La Ilustración - Economía: para gastos sociales de industrialización al comienzo de la
Revolución Industrial
Siglo XX - Política: para el desarrollo de la democracia, voto para la mujer, extensión del
comunismo.
Marx - Explotación: para su visión sobre el comunismo.
Siglo XIX - Descubrimientos
Al siglo XIX se le conoce a veces como el siglo del progreso porque los descubrimientos
realizados en esta época han conmovido profundamente, desde entonces, la vida de la gente
corriente. Un ejemplo espectacular de esto lo encontramos en el campo de la medicina. En el
año 1840 se usaron por primera vez los anestésicos, y en la década de los años 60 el trabajo
de Pasteur sobre la putrefacción contribuyó a que Joseph Lister revolucionara la práctica de la
cirugía con el uso de ácido carbólico como antiséptico. El resultado fue una reducción
sensacional de las muertes por infección.
En la década de los años 30, el trabajo de Michael Faraday sobre electromagnetismo tuvo
una importante incidencia en la industria. De forma más general, Faraday allanó el camino
para el suministro público de electricidad y todas las inventos que utilizaron el motor eléctrico
y el generador.
Durante todo el siglo, la aplicación del conocimiento científico a las necesidades prácticas
cotidianas aumentaron de forma considerable el nivel de vida. Las actividades rutinarias, tanto
industriales como domésticas, se hicieron más rápidas y seguras con las conducciones de
agua, gas y electricidad.
Se realizaron importantes avances en el campo de las comunicaciones y el transporte.
Stephenson inventó la locomotora, que en un principio transportaba sólo carbón y después, en
la década de los 30, también pasajeros. En las décadas centrales del siglo, los ferrocarriles se
extendieron por Europa, América, India y Australia. El barco de vapor ideado por Fulton a
principios de siglo estimuló igualmente la expansión comercial e industrial. El primer ferrocarril
tubular o metro se abrió en Londres en 1863 y al final del siglo ya lo disfrutaban algunas
ciudades importantes de Europa como París, Budapest y Viena. Mientras tanto el transporte
individual mecanizado se había desarrollado con la bicicleta y, en la década de los 80, Benz y
Daimler hicieron los primeros coches de gasolina con motores de combustión interna.
El primer ferrocarril tubular o metro se abrió en Londres en 1863 y al final del siglo ya lo
disfrutaban algunas ciudades importantes de Europa como París, Budapest y Viena. Mientras
tanto el transporte individual mecanizado se había desarrollado con la bicicleta y, en la década
de los 80, Benz y Daimler hicieron los primeros coches de gasolina con motores de combustión
interna.
Las comunicaciones alcanzaron distancias inmensas con el telégrafo, inventado por
Samuel Morse en los años 30, y con el teléfono, inventado por Bell en 1876. El descubrimiento
por Hertz de las ondas de radio posibilitó que Marconi en los años 90 transmitiera los primeros

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mensajes de radio, aumentando su alcance gradualmente hasta que en 1901 envió el primer
mensaje intercontinental entre Inglaterra y Canadá.
En el terreno científico la elaboración de la tabla periódica de elementos de Mendeleyev
en 1869 mostró que el comportamiento estándar de los diferentes grupos de elementos podía
predecirse, y ayudó a descubrir posteriormente nuevos elementos. En la década de los 90 los
físicos Röntgen, Becquerel y Thomson pusieron los fundamentos para las investigaciones que,
en las décadas siguientes, minarían las bases de la física newtoniana.
Un importante desafío, no sólo a la teoría científica sino incluso a las creencias más
profundas de la gente, fue la publicación en 1859 del libro de Darwin El origen de las especies.
Este ha sido uno de los textos de mayor influencia en la civilización moderna, así como uno de
los más vendidos, pero levantó muchas protestas principalmente entre los creyentes que
consideraban que la teoría de Darwin sobre la evolución era incompatible con el relato bíblico
de la Creación. Esta controversia ilustra gráficamente de que manera la ciencia retaba a la
sociedad a que evaluara de nuevo la naturaleza de la existencia humana.
Ver:
Antigua Grecia - Descubrimientos: para medicina (Hipócrates)
Helenismo y Roma - Descubrimientos: para medicina (Galeno)
Renacimiento - Descubrimientos: para medicina - Versalio, desafío a las ideas de Galeno.
época barroca - Descubrimientos: para Newton, medicina (Miguel Servet descubrió la
circulación de la sangre)
Siglo XX - Descubrimientos: para los avances en transporte y comunicaciones, teoría de
la relatividad y cuántica
Darwin - El tema religioso: para su desafío al creacionismo bíblico.
Siglo XIX - Cultura
El movimiento cultural conocido como Romanticismo se desarrolló en medio de grandes
avances tecnológicos, en un mundo cada vez más materialista. El Romanticismo, considerado
la última gran época cultural europea, se caracteriza por los sentimientos, la imaginación y la
intensa añoranza de la naturaleza. Fue ante todo un fenómeno urbano que representó una
retirada del mundo materialista y racionalista. Los románticos añoraban el pasado y se
deleitaban con lo irracional y lo sobrenatural. Solían serlo hombres jóvenes, muchos de ellos
estudiantes universitarios, que se rebelaban contra los valores de la clase media. Era la
obligación del romántico vivir la vida o soñar para alejarse de ella.
El Romanticismo rechazaba el universo mecanicista de la Ilustración y el exclusivo interés
en la razón. Los románticos se parecían más a los renacentistas con su creencia en una
conciencia cósmica o en el divino "yo" de la naturaleza. Los románticos amaban la expresión
"espíritu universal" o "alma universal", creían en que el ser humano lleva en su interior todo el
universo y que podría desentrañar sus misterios entrando en sí mismo. Se alentaba al
individuo a expresar e interpretar la vida, y se exaltaba la creatividad y el genio artístico.
Beethoven fue uno de esos genios artísticos. Su música fué un vehículo de expresión
propia del romanticismo, en sus obras maestras como la Sonata del Claro de Luna o la Quinta
Sinfonía manifestaba sus propios sentimientos y añoranzas.
El espléndido espectáculo de la ópera también era del gusto del siglo XIX. Rossini, Bellini,
Donizetti y Verdi expresaban los sentimientos románticos y en ocasiones nacionalistas en
óperas como La Cenerentola, Norma, Lucia di Lammermoor, y Otello.
Los hermanos Grimm buscaron el espíritu romántico en la cultura popular, recopilaron
canciones y cuentos populares como Hansel y Gretel o Rumpelstiltskin. Otros eruditos como
Asbjørnsen y Moe en Noruega, recogieron cuentos populares de sus propios países. Los
cuentos se convirtieron en el género literario favorito, uno de cuyos exponentes más conocidos
fue el alemán Hoffmann.
Los cuentos proporcionaban al escritor la libertad para dar rienda suelta a su " fuerza
imaginativa de creación del mundo", permitiéndole disolver la frontera entre la realidad y el
sueño. Los escritores románticos ingleses, incluidos los poetas Wordsworth, Coleridge, Byron,
y Shelley, expresaban la ilusión por algo distante e inaccesible.
Coleridge escribió:

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"Coleridge escribió:" ¿Y si durmieras y en tu sueño soñaras? ¿ Y si soñaras que ibas al
cielo y recogías una flor extraña y hermosa? ¿ Y si cuando despertaras, tuvieras la flor en la
mano? Ah, ¿entonces qué? "
Sin embargo los autores románticos también hacían uso de la ironía para recordar al
lector que ellos sólo experimentaban un universo de ficción manipulado por su creador, el
autor. Ese recurso de desilusión se conoce como "ironía romántica".
Los pintores románticos alemanes, sobre todo Friedrich, se inspiraron en una visión de la
naturaleza como una expresión de lo divino, mientras que los románticos franceses, como
Delacroix, reaccionaron contra el mesurado estilo clásico con pinturas llenas de color y energía.
En Inglaterra, Constable y Turner realizaron pinturas de paisajes que plasmaban las fuerzas de
la naturaleza.
En la segunda mitad del siglo XIX, el Romanticismo fue reemplazado gradualmente por
otros movimientos artísticos. En la pintura, el más importante de todos fue el Impresionismo
francés aparecido en las postrimerías del siglo. Los impresionistas como Monet, Renoir, Degas
y Pisarro buscaban en sus cuadros que se vislumbrara fugazmente el motivo a través de la
cuidadosa observación de los efectos de la luz. Su temática incluye paisajes, escenas callejeras
y personajes cotidianos. Su influencia alcanzó no sólo a los pintores de todo el mundo sino
también a los músicos, como Debussy.
El desarrollo de la fotografía se aceleró con los experimentos de Daguerre realizados con
placas fotográficas en loa años 30. Usando múltiples negativos y fotografías de cuidada
composición, Camille Silvy y otros precursores hicieron de la fotografía una nueva forma
artística. Otros progresos que se realizaron durante el siglo culminaron con la invención de la
película fotográfica y con la invención de una sencilla cámara de filmación en la década de los
80. Los avances de la fotografía contribuyeron al nacimiento del cine y en 1895 los hermanos
Lumière abrieron en París el primer espectáculo de cine público.
Durante todo el siglo la arquitectura tomó prestados elementos de todos los estilos
históricos pero fundamentalmente de la Grecia y la Roma clásicas. Los arquitectos se volvían
hacia el Partenón, los templos romanos y los arcos de triunfo; el culto a Napoleón está
relacionado especialmente con la vuelta al arte de la Roma Imperial. Poco a poco surgía un
estilo como expresión de la era industrial. El Crystal Palace de Londres, diseñado por Paxton
para la gran Exposición de 1815, supuso un triunfo de la ingeniería, igual que la Torre Eiffel de
París en 1889.
Ver también:
Antigua Grecia - Cultura: para los orígenes del estilo clásico, especialmente en la
arquitectura
Helenismo y Roma - Cultura: para la arquitectura romana.
La Edad Media - Cultura: para la aparición de muchos cuentos populares a los que eran
aficionados los Románticos, arquitectura gótica, imitada en el siglo XIX.
La Ilustración - Cultura: para comienzos del Romanticismo a últimos del siglo XVIII.
Siglo XIX - Grandes mujeres
Las mujeres en la mayoría de los lugares no consiguieron muchos derechos durante el
siglo XIX y en contadas ocasiones eran independientes social o económicamente. Los hombres
tenían garantizado el derecho al voto, pero en Europa y Norteamérica se les continuaba
negando ese privilegio. Sin embargo, una educación mejor proporcionó a las mujeres, de
forma gradual, mayores oportunidades fuera del hogar, mientras los avances tecnológicos
facilitaban las tareas domésticas rutinarias, lo que les permitía no estar tan atadas a los
quehaceres domésticos.
Dos mujeres excepcionales, Florence Nightingale y Annie Besant, ejemplifican el tipo de
oportunidades que se ofrecía a las mujeres de la época.
Florence Nightingale (1820-1910) recibió una esmeradísima educación de su padre.
Desde muy pequeña mostró una decidida vocación a hacia el trabajo de los hospitales, en un
tiempo en el que el trabajo de enfermería apenas se conocía y que, por supuesto, no era
considerado una ocupación propia para una mujer de buena familia. Ella visitó hospitales de
Inglaterra y del extranjero y se formó como enfermera en la ciudad egipcia de Alejandría. Tras
el desencadenamiento de la guerra de Crimea en 1854, Florence ofreció sus servicios al

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gobierno británico y llegó en el momento adecuado a Scutari con 37 enfermeras. Modificó la
planificación sanitaria y se redujo el índice de mortalidad considerablemente. A su regreso a
Londres fundó una escuela para enfermeras agregada al hospital de Santo Tomás, iniciando así
los estudios profesionales de enfermería, y creando la mayor oportunidad de empleo para las
mujeres honradas desde la creación de las comunidades religiosas femeninas. Florence
Nightingale fue la primera mujer que recibió la Orden Británica del Mérito.
Annie Besant (1847-1933) nació en Londres y recibió educación en privado. A los
dieciocho años se casó con un pastor anglicano del que tuvo dos hijos y al que abandonó tras
una crisis de fe. Escribió un libro titulado My Path to Atheism, y reeditó un viejo panfleto The
Fruits of Philosophy, que abogaba por el control de la natalidad para las parejas casadas, por
lo que fue juzgada por obscenidad aunque finalmente fuera absuelta. Posteriormente Annie
Besant escribió su propio libro sobre el control de la natalidad titulado Law of Population, del
que se vendieron cientos de miles de copias en todo el mundo. Su marido la llevó a juicio y
debido a sus publicaciones fue privada de sus hijos, fundamentándose en que no era una
madre adecuada.
Annie Besant apoyó la política socialista radical y el autogobierno irlandés. Colaboró en la
organización de huelgas de mujeres trabajadoras; defendió la educación masiva, la igualdad
de los sexos y el voto femenino; recorrió Gran Bretaña dando conferencias sobre la condición
de la mujer, la reforma social, la libertad civil y la libertad religiosa. En 1889 se unió a la
Sociedad teosófica que mantenía la teoría de la reencarnación. Esto la llevó en 1893 a la India,
donde más tarde pasó a ser un líder del movimiento nacionalista Hindú. En 1898 fundó en
Benares el Central Hindu College. Annie Besant fue uno de los primeros europeos que
apoyaron la independencia de la India, a través del Congreso Nacional hindú del que llegó a
ser presidenta en 1917.
Georg Wilhelm Friedrich Hegel (1770-1831)
Hegel fue un hijo del movimiento romántico de comienzos del siglo XIX. Su obra
desarrolla la idea de un "espíritu universal" defendida por Schelling y otros románticos. La
filosofía de Hegel es propiamente un método para comprender la historia, y en sí misma es
muy difícil de entender. Con todo, la popularidad de las ideas de Hegel fue enorme en
Alemania incluso durante su vida. Hegel fue profesor en tres universidades, Jena, Heidelberg y
Berlín, pero su influencia se extendió mucho más allá y, cuando murió, el "hegelianismo" ya se
había propagado prácticamente por todas las universidades alemanas.
Ver: Hegel
Charles Darwin (1809-1882)
Darwin fue un naturalista que inició los estudios sobre la evolución que cambiarían la
manera de pensar sobre sí misma de la raza humana. Durante sus dilatados viajes por todo el
mundo, Darwin observó muchos factores que le llevaron a pensar que las especies de plantas y
animales evolucionaban a través del tiempo mediante la selección natural. Su idea fue mal
recibida por algunos, a la gente no le gustaba la insinuación de que descendían del mono, y la
Iglesia objetó que la teoría de Darwin era una afrenta al concepto bíblico de la creación. Hay
todavía quien se resiste a aceptar la teoría de Darwin, pero actualmente los biólogos la
consideran correcta en general.
Ver: Darwin
Karl Marx (1818-1883)
Karl Marx, junto con su amigo y colaborador Friederich Engels, es considerado el padre
del comunismo. Las ideas de Marx proceden de un profundo interés por la economía y de una
sincera preocupación por sus semejantes; la resuelta dedicación con la que Marx se concentró
en su causa ocasionó gran miseria a su propia familia. él pensaba que el sistema capitalista
era el causante del empeoramiento de las condiciones sociales de la clase trabajadora y que
económicamente era insostenible. Marx incitó a los trabajadores a seguir el curso de acción
apropiado, la revolución. La historia es testigo de la influencia de Marx, pero que la Revolución
rusa fuera o no el resultado del sistema que él había concebido es una cuestión abierta
Ver: Marx
Friedrich Nietzsche (1844-1900)
Nietzsche es uno de las figuras más controvertidas de la filosofía. En un principio fue un
brillante filólogo especializado en filología clásica de donde procede su profunda admiración por
99
los valores del arte griego. Nietzsche vio su filosofía como una alternativa radical a las ideas
religiosas y filosóficas tradicionales. Su apasionada filosofía, escrita aforísticamente, muestra al
cristianismo como "una moral de esclavos" y aboga por la necesidad de una radical nueva
manera de pensar para evitar que el hombre pierda su impulso creativo y caiga en la
mediocridad. La poderosa filosofía profética de Nietzsche continúa siendo objeto de gran
variedad de interpretaciones.
Ver: Nietzsche
Sigmund Freud (1856-1939)
Freud fue un médico austríaco cuyos análisis del subconsciente establecieron el nuevo
campo del psicoanálisis. Freud propuso una nueva descripción de la mente, dividida en tres
zonas: el yo, el ello y el super-yo. Basándose en su trabajo Freud concluyó que muchas
perturbaciones psíquicas son el resultado de sentimientos o memorias que los pacientes tratan
de esconder en su subconsciente. Freud desarrolló diversas técnicas, como la hipnosis y la
interpretación de los sueños, para descubrir y eliminar las causas ocultas de la neurosis y de
otras enfermedades psíquicas.
Ver: Freud
Søren Kierkegaard (1813-1855)
Kierkegaard es el primer filósofo existencialista importante. Hombre entusiasta y religioso
con tendencia a la melancolía, Kierkegaard era un brillante y agudo escritor. Su trabajo refleja
su carácter apasionado y su profunda visión personal de la naturaleza de la filosofía. Criticó
despiadadamente la impersonalidad de la filosofía de Hegel y del movimiento romántico. Su
ataque a la sociedad y al "cristianismo de domingo" fue también mordaz. Quería que las
personas tomaran sus propias decisiones, evaluaran sus creencias y decidieran lo que es
verdadero por ellos mismos, y no que se eximieran de su propia responsabilidad para hacerlo.
Ver: Kierkegaard

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HEGEL (1770-1831)La vida de Hegel
Georg Wilhelm Friedrich Hegel nació en Stuttgart, Alemania. A los 18 años empezó a
estudiar teología en Tubinga, justo después de la Revolución Francesa. Durante sus estudios
conoció a dos grandes figuras del Romanticismo: al poeta Hölderlin y al filósofo Schelling. A
partir de 1799 colaboró con Schelling en Jena, en el momento en el que el movimiento
romántico se encontraba en su florecimiento más explosivo.
En 1801, Hegel comenzó a enseñar filosofía en la Universidad de Jena. No mucho tiempo
después empezó a trabajar en su libro más importante, Fenomenología del espíritu. En 1806
Jena fue ocupada por las tropas napoleónicas y la universidad fue cerrada. Hegel no volvió a
su carrera académica hasta 1816, cuando se convirtió en profesor en Heidelberg, el centro del
Romanticismo nacional alemán.
Por aquel entonces, Hegel ya tenía una considerable reputación y, en 1818, fue
nombrado catedrático de la Universidad de Berlín, justo cuando la ciudad se empezaba a
convertir en el centro espiritual de toda Europa. Murió de cólera en 1831, cuando ya el
"hegelianismo" contaba con una gran adhesión en casi todas las universidades alemanas.
El espíritu universal
Hegel unificó y continuó casi todas las distintas ideas que se habían desarrollado entre
los románticos. Pero, al mismo tiempo, fue un perspicaz crítico de la filosofía, como de la de
Schelling, por ejemplo. Tanto Schelling como los demás románticos pensaban que el fondo de
la existencia se encontraba en lo que llamaban el "espíritu universal". Hegel utilizaba también
esta expresión, pero dándole un nuevo contenido. Cuando Hegel hablaba de "espíritu
universal", o "razón universal", se refería a la suma de todas las manifestaciones humanas,
porque sólo el ser humano tiene "espíritu". Con este significado, habla del curso del espíritu
universal a través de la Historia. Sin embargo, no debemos olvidar que nos está hablando de
las vidas de los seres humanos, de las ideas de los seres humanos y de la cultura de los seres
humanos.
Todos los sistemas filosóficos anteriores a Hegel habían intentado fijar criterios eternos
sobre lo que el hombre puede saber sobre el mundo. Kant abordó este problema haciendo una
distinción entre el mundo tal y como se nos aparece y el mundo en sí. Pensaba que nunca
podíamos conocer las verdades absolutas sobre el universo en sí.
Hegel estuvo enormemente influenciado por Kant, pero negó la existencia de esas
"verdades absolutas". Para Hegel, las bases del conocimiento humano cambiaban de
generación en generación. No había por lo tanto "verdades eternas", ninguna razón eterna.
Pensaba que la verdad era totalmente subjetiva. El único punto en el que podían apoyarse los
filósofos era la propia Historia. En este sentido, es realmente cuestionable si se puede decir
que Hegel tenía su propia filosofía. Lo que se conoce normalmente como filosofía de Hegel es,
fundamentalmente, un método para entender el desarrollo de la Historia.
Historia
Hegel utilizaba la Historia como el punto fijo de su filosofía pero, pero si la Historia está
en cambio constante, ¿cómo puede entonces considerarse como un punto fijo? Un río está en
constante cambio, pero no por eso deja de ser un río. Para Hegel, la Historia era como el curso
de un río. Cada pequeño movimiento del agua en un punto determinado del río está en
realidad dado por la caída del agua y por su remolinos de más arriba. Pero también está
influenciado por las piedras y los meandros del río justo en ese lugar.
También la Historia del pensamiento, o de la razón, se podía comparar con el curso de un
río. Todos los pensamientos manan de las tradiciones de las personas que nos han precedido y
las condiciones materiales que rigen en nuestra época contribuyen a determinar la manera en
la que pensamos. Por ello, no se puede afirmar que una determinada idea sea correcta para
siempre. Pero sí se podría decir que es correcta en la época y lugar en la que se generó.
Si hoy alguien abogara por la esclavitud sería tenido, en el mejor de los casos, por un
loco. Pero no resultaría tan loco hace 2.500 años, aunque ya en aquella época había voces que
se levantaban contra la esclavitud.
El progreso de la razón
Hegel señaló que la razón era algo dinámico, de hecho, un proceso. Y la "verdad" era ese
mismo proceso, porque no existía ningún criterio fuera del propio proceso histórico que pudiera

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decidir qué es lo más razonable. Hegel mantenía que no se podía separar a un filósofo, o
cualquier pensamiento, del contexto histórico en el que estaba inmerso.
Dado que constantemente se iban añadiendo cosas nuevas en la evolución de la filosofía
a lo largo de la Historia, la razón era "progresiva", es decir, que el conocimiento del hombre
estaba en constante expansión y evolución. Por eso, aunque ni la filosofía de Platón ni la de
Kant son totalmente correctas, la de Kant lo es más que la de Platón. El espíritu universal se
ha desarrollado y progresado desde Platón a Kant.
Hegel opinaba que el espíritu universal evolucionaba hacia una conciencia de sí mismo
cada vez mayor. Los ríos se hacen cada vez más anchos conforme se van acercando al mar.
Según Hegel, la Historia trataba de que el "espíritu universal" despertara lentamente para
concienciarse de sí mismo. El universo siempre ha estado donde está; pero, a través de la
cultura y del desarrollo del hombre, el espíritu universal se hace cada vez más consciente de
su particularidad.
La dialéctica de Hegel
La Historia es una larga cadena de reacciones. Hegel señaló ciertas reglas que rigen esta
cadena de reflexiones. Cualquiera que estudie con detenimiento la Historia se dará cuenta de
que cualquier idea se sustenta sobre la base de otra idea anterior. Así, en cuanto se presenta
una idea, ésta será refutada por otra, produciéndose así una tensión entre dos maneras
opuestas de pensar. Esta tensión se anula cuando aparece una tercera idea que recoge lo
mejor de los dos puntos de vista precedentes. Hegel llamó a esto la evolución dialéctica.
La dialéctica de Hegel se componía de tres fases de conocimiento: tesis, antítesis y
síntesis. Podríamos decir, por ejemplo, que el racionalismo de Descartes era una tesis que fue
contradicha por la antítesis empírica de Hume. Ahora bien, este antagonismo, o tensión entre
las dos maneras de pensamiento, se resolvió con la síntesis de Kant. éste daba la razón en
algunos aspectos a los racionalistas y, en otros, a los empiristas. Pero la Historia no acaba con
Kant. La síntesis de Kant sería entonces el punto de partida de una nueva cadena de
reacciones llevada en tres direcciones o "tríada". Porque también la síntesis será contradicha
por una nueva antítesis.
La dialéctica de Hegel no sólo era aplicable a la Historia. También cuando se discute se
piensa dialécticamente. Se intenta localizar los fallos en el argumento, a lo que Hegel llamó
"pensamiento negativo". Pero, a la vez que se buscan estos fallos, se conserva lo mejor.
Cuando un socialista y un conservador se sientan para resolver un problema social, se produce
rápidamente una tensión entre los dos modos de pensamiento. Esto no significa que uno tenga
razón plenamente y el otro no. Es más, puede que los dos tengan algo de razón y que ambos
se equivoquen también en parte. Según evoluciona la discusión, lo mejor de ambos será, a
menudo, lo que permanezca.
Mujeres
Hegel opinaba que a toda tesis o punto de vista le seguía un antítesis. La tensión crecía
entre ambos y esto llevaba a una solución de compromiso. Así, desde una amplia perspectiva
histórica, una persona que desarrollaba una idea fomentaba la formación de la idea opuesta.
Sólo en este sentido, Hegel podía considerarse como un personaje que participó en el progreso
de los derechos de la mujer.
Hegel escribió: "La diferencia entre el hombre y la mujer es igual a la que existe entre el
animal y la planta. El animal se asemeja al carácter del hombre y la planta al de la mujer,
porque su evolución consiste más bien en un tranquilo despliegue de energía, que tiene como
principio la unidad indeterminada del sentimiento. Si las mujeres están al frente del gobierno,
el Estado estará en peligro, porque no actúan conforme a las demandas del público, sino que
siguen inclinaciones y opiniones casuales. También las mujeres se cultivan (no se sabe cómo)
como si absorbiesen las ideas más a través de la vida que mediante la adquisición de
conocimientos. El hombre, por otra parte, tiene que alcanzar su posición luchando por adquirir
ideas y mediante enormes esfuerzos según lo establecido".
Individualismo
El individualismo del Romanticismo encontró su negación o antagonismo en la filosofía de
Hegel. Hegel hizo énfasis en lo que él llamó "poderes objetivos", como la familia o el Estado.
Se podía decir que Hegel era algo escéptico con el individuo. Pensaba que el individuo era una

102
parte orgánica de la comunidad. La razón o el "espíritu universal" era algo que no se hacía
visible hasta la interacción entre los seres humanos.
La razón aparece ante todo en el lenguaje. Y el lenguaje es algo con lo que nacemos. No
es creado por un individuo, sino que el idioma es el que crea al individuo.
De la misma forma que el individuo nace a un lenguaje, también nace a sus condiciones
históricas. Nadie puede tener una relación "libre" con esas condiciones. La persona que no
encuentre su lugar en el Estado es, en consecuencia, una persona no histórica. Esta idea
también era muy importante para los grandes filósofos de Atenas. De la misma forma que es
inconcebible un Estado sin ciudadanos, tampoco se concibe al individuo sin Estado.
Según Hegel, no es el individuo el que se encuentra a sí mismo, sino el espíritu universal
que, como él dijo, vuelve a sí mismo en tres escalones. Con esto quería decir que el espíritu
universal se concienciaba de sí mismo en tres etapas.
En primer lugar, el espíritu universal tomaba conciencia de sí mismo en el individuo, a lo
que Hegel llamó la razón subjetiva. En la familia, en la sociedad y en el Estado, el espíritu
universal alcanzaba una mayor conciencia, a lo que Hegel denominó la razón objetiva, puesto
que es una razón que actúa en interacción entre las personas.
La más elevada forma de autoconocimiento la alcanza el espíritu universal en la razón
absoluta. Y esta razón absoluta es el arte, la religión y la filosofía. Y de ellas, era la filosofía la
más elevada, pues, en la filosofía, el espíritu universal reflexiona sobre su propia actividad en
la Historia. Es decir, el espíritu universal se encontraba consigo mismo en la filosofía.
Podríamos decir que la filosofía era el espejo del espíritu universal.
Enlaces
Filósofos relacionados:
Platón - El Estado: para el lugar del hombre en la sociedad.
Kant - Das Ding an sich: para su distinción dual de la realidad.
Marx - Marx y la Historia: para la inversión de Hegel.
Kierkegaard - Kierkegaard y Hegel: para el ataque de Kierkegaard contra Hegel.

Historia:
Siglo XIX - Perspectiva: para el Romanticismo.
Siglo XIX - Cultura: para el Romanticismo.
Bibliografía
Las obras más importantes de Hegel son:
Ciencia de la lógica, Vol. II, Solar, Buenos Aires, 1982.
Fenomenología del espíritu, Fondo de Cultura Económica, Méjico, 1966.
Principios de la filosofía del derecho, Libertarias/Prodhufi, Madrid, 1993.
ESTUDIOS:
Gadamer, H. G.: La dialéctica de Hegel, Cátedra, Madrid, 1988.
Hyppolite, J.: Génesis y estructura de la fenomenología del espíritu de Hegel, Península,
Barcelona, 1991. Tal vez la obra más clara y rigurosa sobre el pensamiento de Hegel.
Mure, G. R. G.: La filosofía de Hegel, Cátedra, Madrid, 1988.

103
DARWIN (1809-1882)La vida de Darwin
Charles Robert Darwin nació en Shrewsbury, Inglaterra. Desde muy niño se sintió
fascinado por la naturaleza. En sus años de colegio fue muy criticado por su manía de
coleccionar insectos, ranas y otros bichos en vez de hacer sus tareas escolares.
Después de terminar el colegio, su padre le envió a Cambridge a estudiar teología,
aunque a Darwin le interesaba poco el tema. Cada vez se interesaba más por el mundo de la
naturaleza, llegando a obtener una gran reputación como naturalista. No mucho después de
terminar sus estudios en Cambridge, Darwin fue requerido para participar en una misión del
gobierno para hacer un viaje por la costa de Sudamérica. Era una oportunidad única que le
permitía a Darwin aprender aún más sobre la naturaleza y esto le decidió a aceptar el puesto.
Darwin embarcó en el buque de guerra H.M.S. Beagle el 27 de septiembre de 1831 y no
volvió a Inglaterra hasta pasados cinco años. Recorrió Sudamérica, Australia, Sudáfrica y de
nuevo Sudamérica. El viaje fue el suceso más significativo de la vida de Darwin. Logró
examinar y recolectar una gran cantidad de especies desconocidas y, sólo por esto, se
convirtió en un científico reconocido. Pero la consecuencia más importante de estas
observaciones fue que llevaron a Darwin a formular su teoría de la evolución y la idea de la
"selección natural".
Darwin no publicó sus ideas hasta muchos años después de su viaje. El origen de las
especies fue publicado en 1859 y El origen del hombre en 1871. En estas publicaciones se abre
camino su teoría de la selección natural. Tuvieron un gran impacto en su época, pues
contradecían muchas de las suposiciones que la gente tenía sobre la creación de la Tierra y la
humanidad. Darwin puso en duda la credibilidad de la Biblia sobre la Creación.
El tema religioso
Aunque ya otros anteriormente habían pensado sobre la idea de la evolución, como el
zoólogo francés Lamarck, fue Darwin el primero que dio una explicación aceptable sobre cómo
ocurría la evolución. Y en parte fue porque Darwin rechazó la doctrina de la Biblia según la cual
las distintas especies de plantas y animales eran inalterables. Cada especie animal o vegetal
fue creada de una vez por todas mediante un determinado acto de creación. Este punto de
vista cristiano también armonizaba con las enseñanzas de Platón y Aristóteles.
El paso del tiempo
Cuando Darwin embarcó en el Beagle desde Inglaterra, se llevó consigo el primer tomo
de la obra Principios de geología del científico inglés Charles Lyell. Lyell opinaba que la
geografía actual, con altas montañas y profundos valles, era el resultado de una evolución
inmensamente larga y lenta. Su teoría era que cambios muy pequeños podían conducir a
enormes cambios geológicos si se tenían en cuenta los grandísimos periodos de tiempo
transcurridos. Pensaba en las mismas fuerzas que actúan hoy: el sol, el viento, la lluvia, la
nieve, el deshielo, los terremotos y los elevamientos de la tierra.
Darwin también pensó que minúsculos cambios graduales podían dar como resultado
dramáticas alteraciones si transcurriera el tiempo suficiente y que esta misma teoría se podía
aplicar a la evolución de los animales y plantas.
Un factor decisivo de la teoría de Lyell era la edad de la Tierra. En la época de Darwin se
suponía generalmente que habían pasado unos 6.000 años desde que Dios creara el mundo.
Se había llegado a esta cifra contando las generaciones desde Adán y Eva hasta el momento.
Darwin llegó a la conclusión de que la Tierra tenía unos 300 millones de años, pues una
cosa quedaba completamente clara, y era que ni la teoría de Lyell sobre la evolución gradual ni
la del propio Darwin tendría ningún sentido si no se contaba con periodos enormemente
largos. Hoy en día sabemos que la Tierra tiene unos 4.600 millones de años.
Adaptación de especies
Darwin observó en sus viajes con sus propios ojos que, de una región a otra, las distintas
especies animales podían distinguirse por muy pequeñas diferencias. Sobre todo, hizo unas
interesantes observaciones al respecto en las Islas Galápagos, al oeste de Ecuador. Son un
grupo de islas volcánicas, por lo que no había grandes diferencias ni en la flora ni en la fauna.
Pero a Darwin le interesaban precisamente esas pequeñas diferencias. En todas las islas se
topaba con tortugas gigantes, pero todas variaban algo de isla a isla. ¿Verdaderamente había
creado Dios una raza de tortugas gigantes distinta para cada una de las islas?

104
Las observaciones que hizo Darwin sobre los pájaros en las Galápagos fueron aún más
significativas. Había claras diferencias de una isla a otra entre las distintas clases de pinzones,
por ejemplo en lo que se refiere a la forma del pico. Darwin demostró que estas variaciones
estaban estrechamente unidas a lo que los pinzones comían en las distintas islas. ¿Provenían
todos esos pinzones de la misma especie de pinzones? ¿Se había ido adaptando esa especie al
entorno de las distintas islas, de manera que al final habían aparecido nuevas especies de
pinzones? él concluyó que sí. Pero todavía no tenía una explicación viable de cómo se había
producido dicha evolución.
La selección natural
Darwin estaba familiarizado con la teoría del zoólogo francés Lamarck, quien había
señalado que cada una de las especies animales había evolucionado según sus necesidades.
Las jirafas, según él, tenían el cuello tan largo porque durante muchas generaciones lo habían
estirado con el fin de llegar a las hojas de los árboles. Lamarck opinaba que las características
que cada individuo iba adquiriendo poco a poco también eran heredadas por los descendientes.
Pero Darwin rechazó esta teoría de las "cualidades adquiridas" simplemente porque Lamarck
no tenía ninguna prueba de sus atrevidas aseveraciones. Sin embargo, Darwin empezó a
analizar otra línea de pensamiento mucho más evidente.
En octubre de 1838, consiguió hacerse con un libro de Thomas Malthus llamado Ensayo
sobre el principio de la población. Se basaba en la idea de que si no había factores de
limitación en la naturaleza, una sola planta o especie se habría extendido por toda la Tierra.
Pero, como hay varias especies, todas ellas se mantienen en equilibrio.
Malthus continuó desarrollando esta idea y la aplicó a la población terrestre. Señaló que
la capacidad procreadora de los humanos era tan grande que siempre nacían más niños de los
que tenían posibilidad de sobrevivir. Puesto que la producción de alimentos nunca podría llegar
a alcanzar el crecimiento de la población, un gran número estaría destinado a sucumbir en la
lucha por la existencia. Los que sobrevivieran, y, por consiguiente, perpetuaran la raza, serían
los que mejor se defenderían en la lucha por la existencia.
éste era, de hecho, el mecanismo universal que buscaba Darwin. De pronto encontró la
explicación de cómo ocurría la evolución. Se debía a la selección natural en la lucha por la vida
y, en esa lucha, el que mejor se adaptara al entorno es el que sobreviviría y perpetuaría la
raza. ésta era la segunda teoría que presentó Darwin en el libro El origen de las especies.
Señaló que la lucha por la existencia era a menudo más dura entre especies cercanas, porque
tenían que luchar por los mismos alimentos. Es entonces cuando actúan las pequeñas
ventajas, esto es, las pequeñas y positivas variaciones con respecto a la media. Cuanto más
amarga sea la lucha por la existencia, más rápida será la evolución de nuevas especies. En
esos casos, sólo sobrevivirán los que estén mejor adaptados, todos los demás morirán.
El resultado de esta constante selección hacía que los que mejor estuvieran adaptados a
un determinado ambiente, o a una determinada celda ecológica, serían los que, a la larga,
continuarían con la especie. Pero el mundo contenía muchos tipos diferentes de ambientes y lo
que era una ventaja en un ambiente no tenía por qué serlo en otro. Consecuentemente, el
mundo estaba poblado por una enorme cantidad de especies diferentes.
La ascendencia humana
En 1871, Darwin publicó El origen del hombre, en la que señalaba todos los grandes
parecidos entre los humanos y los animales, anticipándose a la teoría de que el hombre y los
monos antropoides tuvieron que haberse desarrollado en algún momento del pasado a partir
de un mismo progenitor. Por aquel entonces, también se habían encontrado los primeros
fósiles de cráneos de una clase extinguida de humanos, primero en el Peñón de Gibraltar y,
unos años más tarde, en Neanderthal, Alemania.
La teoría de Darwin de que los humanos estaban relacionados con los monos no sólo
levantó las iras de la Iglesia, sino también de la sociedad en general. Esto se debía a que se
alejaba completamente de la teoría bíblica sobre la Creación y derrumbaba la visión que tenía
el ser humano de sí mismo como algo "especial" y diferente del resto del reino animal. La
esencia de la teoría de Darwin era que el hombre era consecuencia de una serie de variaciones
aleatorias. Y, por si fuera poco, dijo que estábamos emparentados de alguna forma con los
monos, transformando la existencia del hombre en el producto de algo tan poco sentimental
como la lucha por la existencia. A mucha gente le costó aceptar este punto de vista.

105
Neodarvinismo
Darwin creía que la evolución era el resultado de variaciones entre las especies. Pero
Darwin sólo tenía una vaga idea de cómo empezaban estas variaciones. Sobre la cuestión de
cómo surgían estas variaciones, la teoría de Darwin fue completada por lo que se llama el
neodarvinismo.
Todo lo que es vida y reproducción es, en último término, efecto de una división celular.
Cuando una célula se divide en dos, se producen dos células con exactamente los mismos
factores hereditarios.Es decir, en la división celular se copia una célula en sí misma. Pero,
algunas veces, aparecen minúsculos fallos en este proceso, de modo que la célula copiada no
sale exactamente igual a la célula de origen. En términos de biología moderna, a esto se le
llama mutación. Tales mutaciones pueden carecer totalmente de importancia, pero otras
pueden llevar a cambios importantes de las cualidades del individuo. Quizá uno de estos
cambios positivos aporte al individuo precisamente la cualidad que necesita para defenderse
mejor en la lucha por la existencia.
Darwin opinaba que el largo cuello de una jirafa era una variación natural de la longitud
del cuello del progenitor de la jirafa. El neodarvinismo completaba este punto de vista
señalando la causa clara de que se produzcan esas variaciones. Si una mutación hacía que una
jirafa naciera con el cuello más largo, ésta podría comer más hojas y esto era especialmente
importante en épocas de escasez de alimentos. Pero también podríamos imaginarnos unas
jirafas primitivas que hubieran desarrollado la habilidad de hurgar en la tierra para encontrar
comida. Después de un larguísimo periodo de tiempo, una especie de animales extinguida
puede haberse dividido en dos especies de animales.
El medidor de abedul
En Inglaterra hay una determinada especie de mariposa llamada el medidor de abedul,
que vive en los claros troncos de los abedules. Proporciona un perfecto ejemplo de la teoría de
la evolución por selección natural de Darwin.
Hacia el siglo XVIII, la gran mayoría de los medidores de abedules eran de color gris
claro, lo cual era bastante efectivo como camuflaje. De vez en cuando podía aparecer un
medidor más oscuro, pero duraba poco, pues era presa fácil para los pájaros, por lo que
siempre había una abrumadora mayoría de insectos más pálidos.
Pero el entorno se modificó. En varios lugares los troncos de los abedules se empezaron
a ennegrecer debido a la contaminación provocada por la incipiente revolución industrial. Esto
hizo que los medidores que ahora tenían más posibilidades de vivir fueran los oscuros. Desde
1848 hasta 1948, la proporción de medidores de abedul de color oscuro se incrementó desde
el 1 hasta el 99 por ciento en ciertos puntos. Los "perdedores" blancos eran inmediatamente
capturados por los pájaros apenas se posaban en un árbol.
Pero el entorno se volvió a modificar. El cada vez menor uso del carbón y la utilización de
mejores equipos de filtrado en las fábricas redujo significativamente la polución del entorno.
Los abedules volvieron a recuperar su color original y los medidores tuvieron que volver a
adaptarse al entorno. Esto es lo que llamamos la ley de la adaptación.
El origen de la vida
Darwin clasificó la vida en una estructura de árbol con categorías y subcategorías de una
forma similar al método de clasificación que Aristóteles utilizó unos dos mil años antes. Este
sistema de clasificación mostraba cómo todas las especies estaban relacionadas y Darwin vio
que algunas de las diferentes especies compartían orígenes comunes (por ejemplo, las aves se
separaban de los reptiles en un determinado punto y éstos partían en otro de los anfibios que,
a su vez, partían de los peces).
Hay en el mundo más de un millón de especies y este millón es sólo una pequeña parte
de las especies que, en algún momento, han vivido sobre la Tierra. Darwin sospechaba que
toda la vida provenía de un organismo unicelular simple. Pero ¿cómo apareció esta primigenia
forma de vida? Darwin no lo sabía realmente, pero especulaba: "...Si pudiéramos imaginarnos
una pequeña charca caliente en la que se encontraran toda clase de sales, en la que hubiera
amoniaco y fósforo, luz, calor, electricidad, etc., y que se formase químicamente un
compuesto proteico en esta charca, dispuesto a someterse a cambios aún más complicados...".
Darwin filosofaba sobre cómo la primera célula podría haber surgido de una materia
inorgánica. Y, de nuevo, volvió a dar en el clavo. Los científicos de hoy en día se imaginan
106
precisamente que la primera y primitiva forma de vida surgió en esa "pequeña charca caliente"
que describió Darwin.
Enlaces
Filósofos relacionados:
Aristóteles - Escala de la naturaleza: para la clasificación de las especies.
Nietzsche - El hombre físico : para el instinto de predominio del hombre.
Freud - Pensamiento de Freud: para las tendencias naturales del hombre.

Historia:
Siglo XIX - Descubrimientos: para Darwin.
Bibliografía
Las obras más importantes de Darwin son:
El origen de las especies, Edaf, Madrid, 1980.
El origen del hombre y la selección en relación al sexo, Edaf, Madrid, 1989.
ESTUDIOS:
Bowler, P. J.: Charles Darwin: el hombre y su influencia, Alianza, Madrid, 1995.
Guiselin, M. T.: El triunfo de Darwin, Cátedra, Madrid, 1983.
Ruse, M.: La revolución darwinista, Alianza, Madrid, 1983.

107
KIERKEGAARD (1813-1855)La vida de Kierkegaard
Søren Kierkegaard nació en Copenhague, Dinamarca. Fue el más joven de siete
hermanos, aunque, cuando tenía 21 años, cinco de ellos y su madre murieron. Como
consecuencia de esto, sus años de formación posteriores estuvieron dominados por su padre,
un ferviente religioso muy estricto. Kierkegaard heredó de su padre su melancolía religiosa, un
estricto sentido de la religiosidad y su naturaleza extrovertida.
Cuando tenía 17 años, Kierkegaard se inscribió en la universidad para estudiar teología.
Allí desarrolló un gran interés por la literatura y la filosofía, que en aquel tiempo estaba bajo la
influencia del hegelianismo. Pasó diez años en la universidad, culminando sus estudios allí con
su brillante tesis El concepto de la ironía, en la cual atacaba el hegelianismo.
En 1840, Kierkegaard se prometió a una mujer llamada Regina Olsen, pero poco tiempo
después decidió que casarse no sería compatible con su divina misión de ser escritor. Canceló
el compromiso al siguiente año, algo que la burguesía de Copenhague no vio demasiado bien.
En 1841, Kierkegaard fue a Berlín para seguir las clases de Schelling, esperando
encontrar en ellas una alternativa al hegelianismo. Se quedó profundamente decepcionado sin
embargo y, en 1843, publicó otro ardiente ataque contra Hegel en su libro O esto... o aquello.
Este libro, como muchos de los suyos, fue publicado bajo un seudónimo.
Las últimas obras de Kierkegaard eran ataques a la institución de la Iglesia por su
fracaso en el ofrecimiento de un verdadero cristianismo. Llegó a perder incluso mucho dinero
en la edición de un periódico, "El Instante", que satirizaba la Iglesia y sus ministros.
En 1855 Kierkegaard contrajo repentinamente una peligrosa enfermedad de médula y
murió, al poco tiempo, cuando contaba 42 años.
Kierkegaard y Hegel
Hegel estaba mucho más interesado en lo que llamó "el espíritu universal" que en los
individuos. Creía que toda la historia se podría ver como la toma de conciencia de sí mismo del
Espíritu Universal. Sólo cuando el espíritu universal fuera completamente consciente de sí
mismo se revelaría las verdades eternas. Hasta ese momento, cualquiera que afirme que algo
es cierto sólo se basará en un conocimiento incompleto. El sistema hegeliano no dejaba sitio a
las cuestiones de elección personal (la certeza de cualquier declaración o creencia dependía del
Espíritu Universal).
Incluso después de su muerte, el "sistema" de Hegel se utilizó para la explicación general
de todo tipo de preguntas. Kierkegaard, que lo detestaba, señaló que las "verdades objetivas"
hegelianas eran absolutamente irrelevantes para la vida individual de cada persona.
Según Kierkegaard, más importante que buscar la Verdad (con V mayúscula) era
encontrar la "verdad para mí". De esa manera, colocó al individuo contra el "sistema".
Kierkegaard opinaba que Hegel se había olvidado de que él mismo era un ser humano. Así
describía Kierkegaard a un típico profesor hegeliano: "Mientras el meditabundo y respetado
señor profesor explica la totalidad de la existencia, se olvida, en su distracción, de cómo se
llama, de lo que es un ser humano, simplemente un ser humano, no unos ficticios 3/8 de
párrafo".
Kierkegaard fue el primero de los grandes filósofos existencialistas. Los existencialistas
creen que el problema del propio ser humano es mucho más importante que los conocimientos
objetivos de la naturaleza general de la existencia. Las descripciones amplias de la naturaleza
humana o del ser humano no tenían ningún interés para Kierkegaard. La única cosa que le
importaba era la "propia existencia". Y no se experimenta la existencia de uno detrás de un
escritorio. Sólo cuando actuamos (y especialmente cuando hacemos elecciones significativas)
es cuando sentimos nuestra propia existencia.
Sociedad
Hacia el final de su vida, Kierkegaard se hizo tremendamente crítico con la sociedad,
declarando que "Toda Europa camina hacia la bancarrota". Pensaba que vivía en una época
totalmente carente de pasión y dedicación. Las personas de la nueva sociedad urbana, decía,
se habían convertido en el "público" y la característica predominante de la gente, o de las
masas, era su "palabrería". Hoy en día utilizaríamos, a lo mejor, la expresión "conformismo",
es decir, que todo el mundo opina y defiende lo mismo, sin tener ningún sentimiento más
profundo hacía el tema en cuestión.

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Kierkegaard no era siempre indulgente en sus apreciaciones. Tenía una pluma aguda y
una ironía amarga. A veces, proclamaba sutilezas tales como que "la multitud es la mentira" o
que "la verdad siempre está en la minoría". Decía, además, que la mayor parte de la gente
tenía una visión superficial de la existencia.
Kierkegaard reaccionó especialmente contra la falta de entusiasmo de la Iglesia y criticó
vivamente lo que podríamos llamar "religión de los domingos". Para Kierkegaard, el
cristianismo era tan abrumador y tan irracional que tenía que ser "lo uno o lo otro". No se
podía ser "un poco" cristiano o "hasta cierto punto". Porque lo hizo, Jesús resucitó el Domingo
de Pascua o no. Y si realmente resucitó, esto es entonces tan inmenso que tiene que inundar
nuestras vidas.
Pero Kierkegaard observó que tanto la Iglesia como la mayoría de las personas tenían
una postura poco comprometida ante las cuestiones religiosas. Para Kierkegaard, la religión y
la razón eran como el fuego y el agua. No bastaba con creer que el cristianismo era lo
"verdadero". La fe cristiana consistía en llevar una vida cristiana.
Verdad y religión
Kierkegaard opinaba que la verdad era "subjetiva". Con esto no quería decir que no
importara lo que pensáramos o creyéramos, sino que, realmente, las verdades importantes
son "personales". Esas verdades son solamente "verdades para mí".
Una cuestión importante era si, por ejemplo, el cristianismo era lo verdadero. Es una
cuestión ante la que no se podía tomar una postura académica o teórica. Para uno que "se
entendía a sí mismo en términos de existencia" se trataba de una cuestión de vida o muerte.
No es algo para lo que uno se siente a discutir por discutir. Es algo que se debe tratar con la
máxima pasión y fervor.
Si alguien se cae al agua, no adopta una postura teórica ante la cuestión de si se va a
ahogar o no. En ese caso no es ni "interesante" ni "poco interesante" si hay cocodrilos en el
agua. Es cuestión de vida o muerte.
Por lo tanto, teníamos que distinguir entre la cuestión filosófica de si existe un Dios y la
relación del individuo con la misma cuestión. Ante cuestiones de este tipo, cada individuo se
encuentra totalmente solo. Y a preguntas semejantes sólo nos podíamos aproximar mediante
la fe. Las cosas que podemos saber mediante la razón son, según Kierkegaard, completamente
irrelevantes.
La fe era el factor más importante en las cuestiones religiosas. Kierkegaard escribió: "Si
puedo entender a Dios objetivamente, no creo; pero, precisamente porque no puedo, por eso
tengo que creer. Y si quiero conservarme en la fe, tendré que cuidarme siempre de conservar
la incertidumbre objetiva, de estar a 70.000 fanegas de profundidad en esta incertidumbre
objetiva y seguir preservando mi fe".
Anteriormente, muchos habían intentado probar la existencia de Dios o, al menos,
captarla con la razón. Pero, si uno se da por satisfecho con ese tipo de pruebas de Dios o
argumentos de la razón, pierde la propia fe y, con ella, también el fervor religioso. Porque lo
esencial no es si el cristianismo es o no lo verdadero, sino si es lo verdadero para ti.
Tres fases de la vida
Kierkegaard opinaba que existen tres actitudes vitales diferentes. él utilizaba la palabra
fases para denominarlas: la fase estética, la fase ética y la fase religiosa. Utilizaba el término
"fase" para remarcar que se puede vivir en las fases inferiores y, de repente, dar el salto a una
fase superior. No obstante, mucha gente vivía en la misma fase toda su vida.
Quien vive en la fase estética vive el momento y busca siempre conseguir el placer.
Bueno es todo lo hermoso, bello o grato. Esta persona vive totalmente en el mundo de los
sentidos y el "esteta" se convierte en esclava de sus propios placeres y estados de ánimo.
Todo lo aburrido es negativo.
El que vive en la fase estética puede llegar a sentir pronto la angustia o sensación de
vacío. Según Kierkegaard, la angustia era algo casi positivo. Era una expresión de que uno se
encuentra en una "situación existencial". Ahora, el estético puede optar por dar el gran salto a
la fase superior. Pero puede suceder o no. No sirve de nada estar a punto de saltar si no se
hace del todo. Aquí se trataba de "lo uno o lo otro"". Pero nadie puede dar el salto por ti. Tú
mismo tienes que elegirlo.

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La "fase ética" se caracteriza por la seriedad y las elecciones consecuentes según
criterios morales. Esta actitud ante la vida puede recordar a la ética del deber de Kant. Se
intenta vivir de acuerdo con la ley moral. Igual que Kant, Kierkegaard ponía su atención ante
todo en la disposición mental de la persona. Lo esencial no es exactamente lo que uno opina
que es correcto y lo que no. Lo esencial es que uno elija tener una opinión sobre lo que es
correcto o lo que es equivocado. Lo único que le interesa al estético es si una cosa es divertida
o aburrida.
Kierkegaard opinaba que tampoco la fase ética era la más satisfactoria. También en la
fase ética podía uno llegar a aburrirse de ser tan cumplidor y minucioso. Muchas personas,
cuando se hacen mayores, llegan a experimentar una gran sensación de cansancio. Algunos
pueden caer de nuevo en la fase estética.
Pero algunos dan un nuevo salto hasta la "fase religiosa", alcanzando así "la profundidad
de 70.000 fanegas". de la fe. Eligen la fe ante el placer estético y los deberes de la razón. Y,
aunque puede ser "terrible caer en las manos del Dios vivo", como decía Kierkegaard, es
cuando por fin el ser humano encuentra la conciliación.
Para Kierkegaard, la fase religiosa era la religión cristiana. Pero también tendría una gran
importancia para los pensadores no cristianos. El existencialismo, el cual inspiró, floreció
extensamente durante el siglo XX.
Enlaces
Filósofos relacionados:
Sócrates - El diálogo socrático: para la ironía socrática.
Kant - ética: para su ética del deber.
Hegel - Individualismo: para el punto de vista atacado por Kierkegaard.
Heidegger - La vida de Heidegger: para su desarrollo del existencialismo.
Sartre - Pensamiento de Sartre: para su continuación del existencialismo.

Historia:
Siglo XIX - Perspectiva: para el Romanticismo.
Siglo XIX - Cultura: para el Romanticismo.
Bibliografía
Las obras más importantes de Kierkegaard son:
El concepto de la angustia, Espasa-Calpe, Madrid, 1992.
Temor y temblor, Tecnos, Madrid, 1987.
Tratado de la desesperación, Santiago Rueda, Buenos Aires, 1976.
ESTUDIOS:
Harshorne, M. H.: Kierkegaard, el divino burlador, Cátedra, Madrid, 1992. Este libro
destaca la importancia del uso de los seudónimos en las obras de Kierkegaard.
Prini, P.: Historia del existencialismo: de Kierkegaard a hoy, Herder, Barcelona, 1992.
Sartre, J. P.: Kierkegaard vivo, Alianza, Madrid, 1970.

110
MARX (1818-1883)La vida de Marx
Marx nació en Tréveris, Alemania. Era hijo de un abogado y, durante una época, parecía
que iba a seguir los pasos de su padre pero, en 1836, cambió su curso de leyes en la
Universidad de Berlín por uno de filosofía.
Cuando Kierkegaard fue a Berlín en 1841, ambos estuvieron muy próximos en las clases
de Schelling. Kierkegaard escribió una tesina sobre Sócrates y, por la misma época, Marx
escribió una tesis doctoral sobre Demócrito y Epicuro (los materialistas de la Antigüedad). Más
tarde, Marx formularía su propio "materialismo histórico".
Pero la carrera de Marx como filósofo académico fue corta. Cuando Federico Guillermo IV
llegó al poder en 1840, el joven movimiento hegeliano, del que Marx formaba parte, fue
atacado. Se casó en 1843 y pasó varios años de su vida en Francia, Bélgica y Alemania,
editando publicaciones políticas radicales. Mientras estuvo en París formó parte del movimiento
de las clases obreras y se interesó enormemente por la economía.
En 1848, Marx ayudó a la fundación de la Liga Comunista y publicó el Manifiesto
comunista. Después de esta publicación, fue expulsado de Prusia y se trasladó a Londres,
donde él y su familia vivieron en una terrible pobreza. Tres de sus seis hijos murieron y la
propia salud de Marx empeoró bastante. Sin embargo, continuó escribiendo y manteniendo su
postura política, y dio comienzo a la Asociación Internacional de Trabajadores.
En 1867 apareció el primer volumen de El capital, su gran obra sobre el capitalismo. Los
otros dos volúmenes aparecieron después de su muerte en 1883.
La filosofía práctica
El pensamiento de Marx tenía un objetivo práctico (o político). No sólo era un filósofo
sino, además, un sociólogo, un historiador y un economista.
No hay ningún otro filósofo que haya tenido tanta importancia para la política práctica.
Debemos, sin embargo, cuidarnos de identificar todo lo que se llama marxismo con el propio
pensamiento de Marx. Se dice que Marx se convirtió en marxista a mediados de 1840, pero
que, de vez en cuando, tuvo que señalar que no era marxista.
Desde el principio, su amigo y colega Friedrich Engels contribuyó a lo que más tarde se
acabaría llamando marxismo. En nuestro siglo, Lenin, Stalin, Mao y muchos otros han hecho
sus propias aportaciones al marxismo o marxismo-leninismo.
Marx y la Historia
Marx no era un materialista filosófico, como los atomistas de la Antigüedad que él había
estudiado, ni abogó por el materialismo mecanicista de los siglos XVII y XVIII, pero pensaba
que, en gran medida, eran las condiciones materiales de la sociedad las que decidían cómo
pensábamos.
Hegel había señalado que la evolución histórica se movía hacia delante debido a una
tensión entre dos opuestos, la cual se resolvía mediante un cambio repentino. Esta idea fue
continuada por Marx, pero, según éste, Hegel lo expresaba al revés. Hegel llamó a esta fuerza
que impulsaba la Historia hacia delante "espíritu universal". Esto, según Marx, era poner las
cosas al revés. Quería demostrar que los cambios materiales son decisivos. Por lo tanto, no
son las "condiciones espirituales" las que crean los cambios materiales, sino al revés. Son los
cambios materiales los que crean las nuevas condiciones espirituales. Marx subrayó
especialmente las fuerzas económicas de la sociedad como las que crean los cambios y, de esa
forma, impulsan la Historia hacia delante.
La filosofía y la ciencia de la Antigüedad tenían una finalidad meramente teórica. No se
tenía mucho interés en aplicar los conocimientos a la práctica. Eso tenía que ver con la
organización de la vida cotidiana económica en sí. La producción estaba más o menos basada
en el trabajo de los esclavos, por lo que los ciudadanos no tenían necesidad de mejorar la
producción mediante inventos prácticos.
Marx llamó a estas condiciones materiales, económicas y sociales la "base" de la
sociedad. A cómo se piensa en una sociedad, qué clase de instituciones políticas se tienen, qué
leyes y, lo que no es menos importante, qué religión, moral, arte, filosofía y ciencia, Marx lo
llamó supraestructura de la sociedad.
La base de la sociedad

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Marx identificó tres niveles en la base de la sociedad. Lo más básico lo denominó
condiciones de producción de la sociedad, es decir, las condiciones y recursos naturales que
existen en la sociedad. Todo esto constituye los cimientos de la sociedad, y estos cimientos
ponen límites clarísimos sobre qué tipo de producción puede tener esta sociedad. Y con ello,
también se ponen límites muy claros sobre qué tipo de sociedad y qué tipo de cultura se puede
llegar a tener en general. No se puede tener un negocio de arenques en el Sáhara ni cultivar
dátiles en el norte de Suecia. La forma de pensar de la gente en una cultura nómada es muy
diferente a la de un pueblo pesquero del norte de Europa.
El siguiente nivel abarcaba las fuerzas productivas que existían en la sociedad. Marx se
refería con esto a la clase de herramientas y maquinaria de que se disponía.
El tercer nivel de la base de la sociedad comprendía a los propietarios de los medios de
producción. A la organización del trabajo, es decir, a la distribución del trabajo y la distribución
de la propiedad, Marx las llamó relaciones de producción de la sociedad.
Marx concluyó que era el modo de producción de una sociedad el que decidía las
condiciones políticas e ideológicas que había en dicha sociedad. No es una casualidad que hoy
en día pensemos de un modo algo distinto, y que tengamos una moral distinta a la que existía
en una antigua sociedad feudal.
Trabajo
Antes de que se convirtiera en comunista, el joven Marx se interesó por saber qué le
ocurría al ser humano cuando trabajaba. También Hegel pensaba que cuando el hombre
trabajaba, intervenía en la naturaleza y dejaba su huella en ella. Pero en este proceso laboral
también la naturaleza intervenía en el hombre y transformaba su conciencia. Es decir, la forma
en que pensábamos estaba estrechamente unida al trabajo que hacíamos.
Tanto para Hegel como para Marx, el trabajo era algo positivo e íntimamente relacionado
con la esencia de la humanidad. Una persona sin trabajo es, en cierto sentido, una persona
vacía. Ser un trabajador es algo muy positivo.
En el sistema capitalista, el obrero trabaja para otro. Su trabajo se convierte entonces en
algo externo a él, algo que no le pertenece. El trabajador se convierte en un extraño para su
trabajo, incluso para sí mismo. Se siente alienado, lo que para Marx era inaceptable.
En la sociedad capitalista, el trabajo está organizado de manera que el obrero, o
proletario, realiza, en realidad, un trabajo de esclavo para otra clase social: la burguesía. En la
época de Marx, un obrero podía perfectamente trabajar doce horas al día en condiciones
infrahumanas. La paga era a menudo tan pequeña que también tenían que trabajar niños y
mujeres que acababan de dar a luz. Todo esto llevó a unas condiciones sociales indescriptibles.
En algunos lugares, parte del salario se llegaba a pagar incluso en aguardiente barato y las
mujeres se veían obligadas a ejercer la prostitución. El trabajador se había convertido en una
especie de animal.
La primera frase del Manifiesto comunista, que Marx publicó con Engels en 1848, dice:
"Un fantasma recorre Europa, el fantasma del comunismo".
Todo el proletariado había empezado a levantarse contra la burguesía. De hecho, el
manifiesto termina así: "Los comunistas desprecian mantener en secreto sus propias opiniones
e intenciones. Declaran abiertamente que su meta sólo podrá alcanzarse cuando el régimen
social hasta ahora vigente sea derribado por la fuerza. Que las clases dominantes tiemblen a la
vista de una revolución comunista. El proletario no tiene nada que perder excepto sus
cadenas. Tiene un mundo por ganar. ¡Proletarios del mundo entero, uníos!".
Explotación
Si un trabajador produce un determinado producto, este producto tiene un cierto valor de
venta. Si se descuentan los sueldos de los trabajadores y el resto de los costos de producción
del valor de la venta, siempre quedará una cierta cantidad de dinero. Esta cantidad fue a lo
que Marx llamó ganancias. Según él, el capitalista se embolsa un dinero generado por el
trabajador. Es a lo que Marx se refirió como explotación.
El capitalista puede luego invertir parte de las ganancias en nuevo capital, por ejemplo,
en la modernización de las instalaciones de producción. Lo hace con la esperanza de poder
producir la mercancía aún más barata y, por consiguiente, de aumentar su beneficio. Esto
puede parecer lógico pero, a la larga, no sucederá lo que se imagina el capitalista.

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Marx opinaba que había varias contradicciones en la manera de producción capitalista. El
capitalismo es un sistema económico autodestructivo, puesto que carece de una dirección
racional. Es inherente al sistema capitalista el caminar hacia su propia perdición. De esta
manera, el capitalismo es "progresivo", porque es una fase en el camino hacia el comunismo.
Imaginemos al capitalista al que le sobra dinero y que lo utiliza para modernizar la
empresa. No obstante, también gasta parte de ese dinero en sus gastos personales, no
siempre de primera necesidad. Compra nueva maquinaria, por lo que ya no necesita tantos
empleados. Eso lo hace con el fin de aumentar su capacidad competitiva. Pero él no es el único
que piensa así, lo que significa que todo el sector de producción se hace más eficaz. Las
fábricas se hacen cada vez más grandes y se concentran en cada vez menos manos. Se
necesitará también menos mano de obra, por lo que habrá más desempleados.
Consecuentemente, aumentará el desencanto y los problemas sociales y el capitalismo entrará
en una crisis. Son esas crisis las que denotan un rasgo de la autodestrucción del capitalismo.
El capitalismo tiene otros diferentes elementos autodesctructivos. A medida que la
competitividad aumenta, el capitalista debe actuar para no perder beneficios, lo cual consigue
bajando los sueldos de los empleados. Esto, llevado a gran escala, hace que el poder
adquisitivo de los obreros disminuya, con lo que no podrán comprar nada. El capitalista no
vende y el sistema, así, se colapsa. Pronto empieza a atisbarse una situación revolucionaria.
Tras la revolución
Marx predijo que, durante el primer periodo que sigue a una revolución, tendríamos una
nueva "sociedad de clases" en la que los proletarios mantendrían sometida por la fuerza a la
burguesía. A esta etapa, Marx la denominó dictadura del proletariado. Pero, tras un periodo de
transición, la dictadura del proletariado sería sustituida por una "sociedad sin clases" o
comunismo, en la que los medios de producción serían propiedad de todos, es decir, del propio
pueblo. En una sociedad así, cada uno "rendiría según su capacidad y recibiría según sus
necesidades". El trabajo pertenecería entonces al propio pueblo, cesando así la alienación
capitalista.
Los economistas de hoy podrán afirmar que Marx se equivocó en varios puntos
importantes, por ejemplo en su análisis de las crisis del capitalismo. Además, Marx no tuvo
suficientemente en cuenta la explotación de la naturaleza, que hoy en día sentimos cada vez
con más gravedad. El marxismo ha desencadenado grandes cambios; por lo menos en Europa
vivimos en una sociedad más justa y solidaria que la de la época de Marx, y eso se lo debemos
especialmente al propio Mar y a todo al movimiento socialista.
Después de Marx, el movimiento socialista se dividió en dos tendencias principales. Por
un lado surgió la socialdemocracia y, por otro, el leninismo. La socialdemocracia, que abogaba
por una aproximación pacífica al socialismo, fue el camino elegido por Europa Occidental. Este
proceso se podría denominar "revolución lenta". El leninismo, que conservó la fe de Marx en
que sólo la revolución podía combatir la vieja sociedad de clases, tuvo una gran trascendencia
en Europa Oriental, Asia y áfrica. Pero los dos movimientos, cada uno a su manera, han
combatido la miseria y la opresión.
Algunos de los regímenes comunistas que aparecieron desde entonces han caído en una
nueva forma de opresión. Sería absolutamente irracional echar la culpa a Marx de las
condiciones negativas en los llamados países comunistas, cincuenta o, incluso, cien años
después de su muerte. Pero tal vez Marx no pensó demasiado en los que debían administrar el
comunismo y ser, por tanto, la nueva clase dominante.
Enlaces
Filósofos relacionados:
Demócrito - La teoría atómica: para su materialismo.
Hegel - El espíritu universal: para su visión del cambio histórico.

Historia:
Siglo XIX - Perspectiva: para Marx y el ascenso del comunismo.
Siglo XIX - Sociedad: para el crecimiento del socialismo, especialmente en las ciudades.
Siglo XIX - Política: para el Manifiesto comunista.
Siglo XX - Política: para la Revolución Rusa.

113
Bibliografía
Entre las obras más famosas de Marx se encuentran:
Diferencia de la filosofía de la naturaleza según Demócrito y Epicuro, Universidad Central
de Venezuela, Caracas, 1973.
El capital, Crítica, Barcelona, 1980.
Miseria de la filosofía, Cartago, Buenos Aires, 1987.
ESTUDIOS:
Berlin, I.: Karl Marx, Alianza, Madrid, 1973.
Elster, J.: Una introducción a Karl Marx, Siglo XXI, Madrid, 1991. Una exposición
sistemática del pensamiento de Karl Marx desde la teoría ética de la decisión racional.
McLellan, D.: Karl Marx: su vida y sus ideas, Crítica, Barcelona, 1977. Un estudio
detallado y con autoridad de Marx.

114
NIETZSCHE (1844-1900)La vida de Nietzsche
Friedrich Nietzsche nació en 1844 en el pueblecito de Röcken, cerca de Leipzig, donde su
padre era párroco. Desde muy temprana edad mostró sus grandes dotes, aprendiendo latín y
griego y escribiendo una admirable poesía,cuando apenas era un niño. A los 24 años,
Nietzsche empezó a enseñar filología clásica en la Universidad de Basilea, Suiza. No obstante,
siempre sufrió jaquecas y tuvo problemas de visión, por lo que abandonó su puesto en 1879.
En 1871, Nietzsche intentó pasar del departamento de filología clásica al de filosofía,
aduciendo su siempre constante interés por la filosofía. Sin embargo, no consiguió tal cambio.
Mientras estaba en Basilea se hizo amigo del compositor Richard Wagner y su brillante esposa
Cosima Liszt. Defendió la controvertida música de Wagner con publicaciones sobre la teoría del
arte pero, por razones que aún no son muy bien conocidas, aunque probablemente por el giro
místico de Wagner en su "Parsifal", rompió con él en la apertura de los festivales de Bayreuth
en 1876.
Durante el resto de su vida, Nietzsche se pasó de pensión en pensión por las costas
mediterráneas en invierno y en los Alpes en verano, en su intento de curarse sus jaquecas y
otros males. Sus principales obras fueron escritas como notas, reflexiones y aforismos durante
sus breves periodos de alivio entre los dolorosos ataques. Su profundo pesimismo sobre la vida
humana se debía probablemente a su persistente mala salud.
Las obras filosóficas más importantes de Nietzsche son El origen de la tragedia (1872),
Más allá del bien y del mal (1886), La genealogía de la moral (1887) y La voluntad de poder
(1901). También fue poeta, como demostró en Así habló Zaratustra (1882-1885). En esta
etapa formuló su doctrina de "Dios ha muerto", el "superhombre", "la transmutación de los
valores" y del "eterno retorno". Terminó su obra literaria con una serie de panfletos contra el
cristianismo, la moral, la metafísica, sus semejantes germanos y su viejo amigo Wagner.
Finalmente escribió una interesante biografía: Ecce Homo (1889).
Nietzsche se vio paralizado por la locura en Turín, Italia, en enero de 1889, dependiendo
desde entonces, y hasta su muerte en 1900, de los cuidados de su madre y hermana. Su
extraña vida y su, en parte, poético y excesivo lenguaje, han hecho que su filosofía haya
sufrido muchas interpretaciones diferentes.
La trágica sabiduría
El primer libro filosófico de Nietzsche fue El origen de la tragedia. En él utilizó sus
conocimientos sobre filología clásica, se aprovechó de la teoría musical del pesimista Arthur
Schopenhauer e hizo propaganda de su admiración por Richard Wagner. Opinaba que Wagner
había devuelto a la vida la tragedia griega. Nietzsche decía que la experiencia del gran arte es
el sentido de la existencia humana. Rechazó la creencia generalizada en el progreso y mantuvo
la postura de que la cultura griega debería ser el modelo del hombre moderno.
Sin embargo, Nietzsche descubrió una diferencia entre la tragedia griega y Sócrates. En
la Antigua Grecia, el arte y la filosofía no solían congeniar muy bien. Por otro lado, la tragedia
griega describía un tipo de vida violento y pesimista. Sócrates, por el contrario, confiaba en la
razón humana y creía en la bondad natural del hombre. Este optimismo filosófico destruía,
según Nietzsche, la penetración más honda del arte griego. El optimismo socrático también
estaba presente en el concepto de la moralidad. Su principal forma de ver las cosas era: "La
virtud es el conocimiento. La ignorancia es la raíz de todos los pecados. El hombre virtuoso es
feliz". Nietzsche despreciaba el racionalismo y consideraba la historia de la filosofía un
descarriamiento de las implacables verdades de la tragedia griega.
Importancia del arte
Nietzsche creía que Sócrates era el responsable del insulso y superficial mundo moderno
de la ciencia y su supuesto progreso. Sócrates y sus seguidores, opinaba, ignoraban el papel
que jugaban el dolor, la furia y la destrucción en la vida humana. Y, por eso, su racionalismo
filosófico convierte la reconciliación con la vida mediante el arte en superficial. Sócrates estaba
ciego a las sombras de la existencia y no comprendía la penetración del arte en lo absurdo de
la vida humana. Sócrates creía que la razón podía controlar la voluntad. Para Nietzsche, esto
era el fallo más importante de todo optimismo.
Nietzsche utilizó su entusiasmo por la tragedia griega para establecer la importancia del
arte como tal. El arte era el propósito de la vida, mantenía, y la vida sería insoportable sin el
arte. El secreto de la tragedia griega era que festejaba la vida a pesar de su pesimismo
115
fundamental. Por ello, el arte griego podía llevarnos a una especie de purificación, pues
contenía tanto la destrucción como la construcción, la furia y el sueño, el dolor y el alivio, el
horror y la belleza (en palabras de Nietzsche, Dionisos y Apolo).
En el pensamiento de Nietzsche había una tendencia anarquista. No tenía ningún respeto
por las convicciones sancionadas por el Estado y la sociedad. Creía que el verdadero pensador
debía, como el verdadero artista, estar preparado para crear sus propias convicciones, incluso
su propia moralidad. Nietzsche era un individualista estricto en lo concerniente a los valores
morales, las ideas de lo que está bien y lo que está mal.
Cuando su amigo Richard Wagner empezó a tener problemas por su participación en la
revolución de Dresde en 1849, Nietzsche reclamó a todos los pensadores y artistas que
estuvieran preparados para soportar la oposición de la sociedad hacia ellos. Los filósofos, como
los artistas, debían enseñar la verdad al pueblo aunque todavía éste no estuviera preparado
para ello. En aquellos tempranos años, Nietzsche prefería el arte a la filosofía, la ilustración y
la ciencia. No se podía cambiar el mundo mediante la ilustración, pensaba, puesto que la
voluntad humana siempre ha sido más fuerte que la razón.
Ataque al cristianismo
De Nietzsche era la famosa consigna "Dios ha muerto". Sin embargo, ésta no era tanto
producto de un ateísmo personal como de un convencimiento de que la religión había perdido
su poder de persuasión y de que su interpretación de la vida tenía que remplazarse. Para
Nietzsche, esto era un hecho histórico. El ataque al cristianismo aparece con fuerza en su
madurez y lo ejerció con un enorme ahínco hasta su parálisis en Turín.
Nietzsche odiaba la "moral de esclavos" del cristianismo. Pensaba que la religión alababa
la debilidad y la humillación y reclamaba una "moral de señores", unos nuevos valores que se
recrearan en las personalidades fuertes y creativas. Su "superhombre" no debería
aprovecharse de los seres débiles, sino, ante todo, ser su propio señor. Debería tener la fuerza
suficiente para aceptar la vida tal y como es, sin filosofar respecto a la existencia de otro
mundo eterno e invisible.
En la filosofía de Nietzsche, el problema principal eran las consecuencias que tenía para
todos los valores el hecho de que "Dios hubiera muerto". ¿Cómo asumiríamos nuestras
elecciones morales si no había un castigo supranatural? ¿Cómo interpretaríamos la vida si la
religión y el idealismo ya no eran válidos? ¿Cómo actuarían los hombres, cómo organizarían
sus vidas y mantendrían la dignidad si la fuente de todos sus valores tradicionales ya había
desaparecido?
Nietzsche afirmaba que no había una mano que dirigiera la historia ni ningún oculto y
razonable orden de las cosas. Los humanos tenían que crear dichos objetivos por sí mismos.
"Dios ha muerto" significa que los humanos no sólo estaban solos en el mundo, sino que,
además, tenían un nuevo tipo de libertad. Nietzsche destacaba la infinita responsabilidad del
hombre de responder de sí mismo.
De una forma similar a la de Charles Darwin, Nietzsche intentaba comprender la
naturaleza del hombre en el esquema de las cosas. Darwin hizo importantes descubrimientos
sobre la posición del hombre en la evolución de las especies. Nietzsche acentuó el
funcionamiento del cuerpo, las pasiones y el inconsciente en su idea de la vida del ser humano.
El hombre no es solamente alma, ideas y razón. Consecuentemente, Nietzsche utilizó un
lenguaje bastante afectuoso e imaginativo para adaptarlo a su sujeto.
Aceptación de la vida
El principal punto de Nietzsche era la realización individual de las posibilidades humanas.
La meta de esta realización se resume en su idea del "superhombre". Esta expresión pertenece
más a escritos poéticos que analíticos. El "superhombre" es el ser humano completo que no
suprime o elimina sus pasiones. No acepta sólo determinadas partes de sí mismo y condena el
resto, sino que acepta toda su naturaleza y condiciones en la vida tal y como aparecen.
El "superhombre" es entero e indivisible, puesto que ha tenido éxito en la organización
del caos de sus instintos y emociones sin perder el poder de los deseos. Nietzsche luchó contra
la moral tradicional porque dividía al hombre en una parte aceptable y otra inaceptable. La
moral tradicional decía: "Tendrás que hacer esto. Tendrás que evitar aquello". Nietzsche
pensaba que el hombre se dividía desde el momento en el que una parte actuaba como juez.
Ni siquiera la razón consciente podía mandar sobre el resto de la persona.

116
Las acciones humanas no necesitaban justificación. Nuestras cualidades eran nuestro
destino. No se debían ni a Dios, ni a la sociedad, ni a nuestros padres, ni a nosotros mismos.
Nietzsche opinaba que nadie era responsable del hecho de su existencia, de sus cualidades o
de sus condiciones de vida. En Así habló Zaratustra abogó por una actitud que denominó el
"amor al destino". El destino de los individuos estaba unido a la fatalidad de todas las cosas.
Este descubrimiento era una gran liberación. Afirmaba la inocencia de la vida. La idea de Dios
era una objeción a la existencia humana que llenaba la vida de culpabilidad. Nietzsche pensaba
que, si pudiéramos rechazar tal idea, seríamos totalmente libres. El filósofo era un "conejillo de
indias" que completaba este experimento de la redención en sí mismo.
La sospecha
Nietzsche fue un maestro de la sospecha. Decía a sus alumnos que sospecharan de la
realidad tal y como aparecía. Siempre buscaba prejuicios escondidos e intenciones
disimuladas. Intentaba revelar y dar a conocer los instintos y las emociones de más allá de los
valores imperantes. él mismo se disfrazaba para poder desenmascarar a sus adversarios.
Frecuentemente polemizaba directamente contra ciertos personajes. Para él, el tipo de
persona que hacía una afirmación era más importante que lo que decía. Opinaba que el valor
de las afirmaciones dependía del poder y del rango de la persona que las hacía. No confiaba en
la razón ni en la racionalidad como una esfera independiente. Los argumentos razonables no
podían, opinaba, alcanzar las raíces más profundas de los diferentes aforos. La meta de sus
dudas era encontrar las pasiones creativas en cada caso aislado. ¿Las expresiones de la
"voluntad de poder" eran aceptables o inaceptables?
La voluntad de poder
Nietzsche creía que la mayoría de las personas necesitaba las mentiras y las ilusiones
para sobrevivir. Pero creía que el afán de establecer una realidad duradera y organizada fuera
del mundo de los sentidos era una señal de debilidad o enfermedad. Incluso cuando
necesitemos ilusiones para vivir, deberíamos distinguir entre diferentes tipos de ilusiones. No
todas ellas son necesarias y buenas. Algunas de ellas fomentan la "voluntad de poder", pero
otras no son más que perversiones de esta energía fundamental.
Nietzsche destacaba la importancia de los instintos y pasiones. Su última filosofía se hizo
más médica, intentando revelar las condiciones para la salud y la cordura. Contemplaba a la
razón y al intelecto como si vinieran de fuera. Mientras que la mayoría de los pensadores
habían conceptuado el cuerpo desde el punto de vista del razonamiento, Nietzsche había
considerado el razonamiento desde el punto de vista del cuerpo. Tomó su posición en su
cuerpo como la realidad fundamental, dejando que las necesidades del cuerpo fueran jueces.
El funcionamiento de la razón y del intelecto eran corregido de acuerdo a sus contribuciones a
la salud y la cordura.
La verdad más útil fue la que él llamó el "eterno retorno" de las cosas. El deseo de un
mundo nunca visto y de un futuro diferente revelaba la incapacidad del hombre de enfrentarse
al presente, opinaba Nietzsche. Vio en el mito del "eterno retorno de las cosas" una ácida
prueba de vitalidad. Recuperó el punto de vista de los antiguos griegos sobre los procesos
naturales, advirtiendo que la aceptación de este punto de vista era una piedra de toque para la
aceptación del mundo tal y como es. El "superhombre" desearía que las cosas ocurrieran
repetidamente. Esto era una señal de su reconciliación con la vida, de su redención de la
envidia y de la venganza.
El hombre físico
El cuerpo y los sentidos del hombre fueron los temas principales de la última etapa
filosófica de Nietzsche. Atacó la alabanza de la razón y los valores perpetuos del idealismo y de
la metafísica en general. Nietzsche no aceptaba la idea de los valores eternos, bien fueran de
la sociedad, la moral o la Historia. Todo cambia, como bien dejaba de manifiesto el
funcionamiento del cuerpo. La mayoría de las metáforas del lenguaje de Nietzsche estaban
tomadas de la medicina, el sexo, la lucha, las enfermedades y la digestión. Se refería al
pensamiento con el cuerpo y llamaba al cuerpo la "razón mayor".
Nietzsche creía que el cuerpo interpretaba sus circunstancias de acuerdo a sus
necesidades. Siempre estaba buscando la forma de estimular la salud y el poder. De esta
forma, el cuerpo se convertía en el instrumento principal para la interpretación humana de la
realidad. Prefería el lenguaje de la música y de la poesía al del debate y la argumentación,

117
puesto que apelaba al ser humano en su plenitud, no sólo a su intelecto. Nietzsche comparaba
su pensamiento con la danza. Quería ser el Wagner de la filosofía.
Nietzsche estuvo influenciado por las enseñanzas de Charles Darwin sobre la evolución
del hombre entre las otras especies naturales. Pero rechazaba la idea de Darwin de que el
instinto de supervivencia era la clave del desarrollo biológico. Esta idea negaba la necesidad
del aprovechamiento y de la exploración, pensaba Nietzsche. Las formas de vida no sólo
desean su supervivencia. Su afán más profundo era la conquista. El concepto de "voluntad de
poder" de Nietzsche intentaba corregir a Darwin en este punto.
Enlaces
Filósofos relacionados:
Sócrates - Sócrates el profesor: para la moralidad despreciada por Nietzsche.
Darwin - La selección natural: para el instinto de conservación.

Historia:
Antigua Grecia - Cultura: para la tragedia griega.
Bibliografía
Entre las obras más conocidas de Nietzsche, cabe destacar:
Así habló Zaratustra, Alianza, Madrid, 1995.
La genealogía de la moral, Alianza, Madrid, 1996.
Más allá del bien y del mal, Alianza, Madrid, 1990.
ESTUDIOS:
Deleuze, G.: Nietzsche y la filosofía, Anagrama, Barcelona, 1986. Esta obra trata de dar
unidad al pensamiento fragmentario de Nietzsche.
Fink, E.: La filosofía de Nietzsche, Alianza, Madrid, 1994.
Magee, B.: Los grandes filósofos, Cátedra, Madrid, 1990, págs. 251-273. Exposición
dialogada de la filosofía de Nietzsche.

118
FREUD (1856-1939)La vida de Freud
Sigmund Freud nació en Freiberg, Moravia, en lo que antes era el imperio Austro-
Húngaro y que, posteriormente, se convirtió en Checoslovaquia. El ambiente familiar de Freud
tuvo gran repercusión sobre él. Su madre era la tercera esposa de su padre y tuvo dos
hermanastros muy mayores. Freud llegó a sentirse un extraño en su familia.
A los 17 años, Freud empezó a estudiar medicina en la Universidad de Viena, donde,
absolutamente concentrado en sus estudios, pasó los siguientes ocho años de su vida.
Después de su licenciatura se convirtió en médico del Hospital General de Viena, donde
desarrolló un interés muy específico por las enfermedades mentales. Aprendió la técnica clínica
de la hipnosis y decidió empezar a formular sus ideas sobre la teoría de la mente.
Freud se casó en 1896. En los años posteriores, sus ideas comenzaron a ser muy
estimadas. En 1900 publicó La interpretación de los sueños y en 1902 se convirtió en profesor
asociado de la Universidad de Viena. Sus teorías fueron ampliamente aplicadas por los médicos
a partir de que Freud fundara la Sociedad Psicoanalítica de Viena en 1908. Su nombre pronto
se hizo popular y publicó obras sobre una gran variedad de temas.
En 1923, Freud fue operado de cáncer. Pasó el resto de su vida con fuertes dolores,
aunque continuó escribiendo. En 1930 publicó El malestar en la cultura, en la que vaticinó la
llegada de un desastre para la civilización. Este desastre estalló en 1938, cuando Hitler
anexionó Austria. Freud consiguió escapar a Londres, donde murió en septiembre de 1939
como consecuencia de una sobredosis de morfina.
Pensamiento de Freud
Freud ha sido considerado más un psicólogo que un filósofo. Su trabajo, no obstante, ha
tenido también un fuerte impacto en la filosofía, pues dio grandes pasos en el conocimiento de
la mente.
Freud pensaba que siempre existe una tensión entre el ser humano y su entorno. En
particular, existe una tensión, o conflicto, entre los instintos y las necesidades y demandas de
la sociedad. No es siempre la razón la que dirige nuestros actos. Son a menudo los impulsos
irracionales los que deciden lo que pensamos, soñamos y hacemos. Estos impulsos irracionales
pueden ser la expresión de instintos o necesidades más profundos. Los instintos sexuales del
ser humano son, por ejemplo, tan fundamentales como el instinto que tiene un bebé de
chupar.
Esto no era realmente ningún descubrimiento nuevo. Lo que Freud demostró es que esas
necesidades básicas o fundamentales podían "disfrazarse" y, de este modo, dirigir nuestros
actos sin que nos demos cuenta de ello. También dijo que los niños tenían una especie de
sexualidad. Esta demostración de una "sexualidad infantil" hizo reaccionar a la gran burguesía
de Viena con gran aversión, lo que le convirtió en un hombre muy poco apreciado.
Freud se dio cuenta de la sexualidad infantil a través de su trabajo como psicoterapeuta.
También observó que muchas formas de neurosis, o enfermedades psíquicas, podían tener su
origen en conflictos de la infancia. Poco a poco fue elaborando un método de tratamiento que
podríamos llamar "arqueología del alma".
Como arqueólogo, Freud intentó encontrar las huellas de un lejano pasado, excavando su
camino a través de las diferentes capas de cultura. Con la ayuda del paciente, excavaba el
camino en la conciencia de éste para recoger aquellas vivencias que, en alguna ocasión, le
originaron esos sufrimientos psíquicos. Porque, sacando de la conciencia una "experiencia
traumática", y mostrándosela de alguna manera al paciente, podían acabar "de una vez por
todas" con el trauma en cuestión y así curarse.
El ello y el ego
Cuando nacemos, damos salida sin inhibiciones y muy directamente a todas nuestras
necesidades físicas y psíquicas. Si no nos dan leche, gritamos. También lloramos cuando el
pañal está mojado y emitimos señales muy claras de que deseamos una proximidad física y
calor corporal. A este "principio de los instintos" o del "placer" dentro de nosotros Freud lo
llamó el ello. Cuando nacemos lo único que prácticamente tenemos es el ello.
El ello, o principio de los instintos, siempre lo llevamos con nosotros, incluso cuando nos
hacemos mayores. Pero con el tiempo aprendemos a regular nuestros instintos y, con ello, a
adaptarnos a nuestro entorno. Aprendemos a ajustar el principio de los instintos con arreglo al

119
"principio de la realidad". Freud opinaba que nos construimos un ego, o yo, que tiene esta
función reguladora. Aunque nos apetezca una cosa, no podemos sentarnos y gritar sin más
hasta que nuestros deseos o necesidades hayan sido satisfechos.
Freud contaba con otra entidad en la mente humana. Desde nuestra infancia, nos
topamos con las demandas morales de nuestros padres y del mundo que nos rodea. Cuando
hacemos algo mal, los padres dicen: "¡No, así no!" o "¡Qué malo eres!". Incluso de mayores
arrastramos un eco de este tipo de demandas morales y de estas condenas. Es como si las
expectativas morales del entorno nos hubieran penetrado hasta dentro, convirtiéndose en una
parte de nosotros mismos. Eso fue lo que Freud llamó el super-yo.
La conciencia forma parte del super-yo. No obstante, Freud mantenía que el super-yo
nos avisa cuando tenemos deseos "sucios" o "impropios". Esto es sobre todo aplicable a los
deseos eróticos y sexuales. Freud señaló que estos deseos impropios o "indecorosos"
comienzan ya en una fase temprana de la infancia.
Neurosis
Hoy en día sabemos y vemos que a los niños pequeños les gusta tocarse los órganos
sexuales. En la época de Freud una conducta así podía dar lugar a un pequeño cachete en los
dedos de ese niño de dos o tres años o que la madre dijera: "¡Malo!", "¡Eso no se hace!" o
"¡Pon las manos encima de la manta!".
De esta forma, surge el sentimiento de culpa relacionado con todo aquello que tiene que
ver con los órganos sexuales o con la sexualidad. Debido a que este sentimiento de culpa se
queda en el super-yo, muchas personas, según Freud, arrastran durante toda su vida un
sentimiento de culpa relacionado con el sexo. Pero, al mismo tiempo, los deseos y necesidades
constituyen una parte natural e importante del ser humano. Esto forma un conflicto tan largo
como la vida misma entre el placer y la culpa.
Muchos de los pacientes de Freud vivieron este conflicto con tanta fuerza que
desarrollaron lo que Freud llamó neurosis. Entre una de sus muchas pacientes había, por
ejemplo, una secretamente enamorada de su cuñado. Cuando murió su hermana por una
enfermedad, pensó: "Ahora está libre y se puede casar conmigo". Pero este pensamiento
chocaba al mismo tiempo con su super-yo. Le resultaba tan monstruoso, decía Freud, que
inmediatamente lo reprimió. Con ello quería decir que lo empujó hacia el subconsciente. Freud
escribió: "La joven enfermó y manifestó serios síntomas de histeria y, cuando vino a mi
consulta para ser tratada, resultó que se había olvidado totalmente de esa escena y del terrible
deseo egoísta que había surgido en ella. Pero sí se acordó durante el tratamiento; en un
estado de fuerte agitación mental reprodujo el momento patológico y se curó con este
tratamiento".
El subconsciente
Tras una larga experiencia en el tratamiento de pacientes, Freud llegó a la conclusión de
que la consciencia del hombre sólo constituye una pequeña parte de la mente humana. Lo
consciente es como una pequeña punta de un iceberg que asoma por encima de la superficie.
Debajo de la superficie, o debajo del umbral de la consciencia, está el subconsciente.
No siempre tenemos en la parte consciente todas nuestras experiencias y vivencias. A
esas cosas que hemos pensado o vivido, y que recordamos si nos "ponemos a pensar", Freud
las llamó lo preconsciente. La expresión "lo subconsciente" la utilizó para cosas que hemos
reprimido, es decir, las cosas que hemos intentado olvidar porque nos eran "desagradables",
"indecorosas" o "repulsivas". Si tenemos deseos y fantasías que resultan intolerables a la
consciencia, los empujamos hasta el "sótano".
Este mecanismo funciona en todas las personas sanas. Pero a algunos les puede costar
tanto esfuerzo mantener alejados de la consciencia los pensamientos desagradables o
prohibidos que les cause enfermedades nerviosas. Porque lo que se procura reprimir de esta
forma intenta volver a emerger a la consciencia por propia iniciativa. Algunas personas
necesitan emplear más energía para mantener estos impulsos alejados de la crítica de la
consciencia. Cuando Freud estuvo en América dando unas conferencias en 1909, puso un
ejemplo de cómo funciona este mecanismo de represión.
Dijo: "Supongamos que en esta sala se encuentra un individuo que se comporta de modo
que estorba y desvía mi atención en esta conferencia, riéndose groseramente, hablando y
haciendo ruido con los pies. Digo que no puedo seguir en tales condiciones y entre varios

120
hombres fuertes lo levantan y lo echan tras un breve forcejeo. él ha sido reprimido y yo puedo
seguir así mi conferencia. Para que esta interrupción no se pueda repetir, por si el hombre
intentara entrar de nuevo en la sala, los señores que ejecutaron mi voluntad llevan sus sillas
hasta la entrada y se colocan allí como resistencia después de cumplida la represión. Si
ustedes trasladan el interior y el exterior de la sala a lo consciente y lo subconsciente, tendrán
un buen ejemplo del proceso de la represión".
Síntomas
Freud pensaba que vivimos bajo una presión constante de pensamientos reprimidos que
luchan por emerger del subconsciente. éstos se manifiesta de diferentes maneras.
Una de ellas es lo que Freud denominó reacciones erróneas. Con ello se refería a que a
veces decimos o hacemos cosas que algún día intentamos reprimir. El propio Freud
mencionaba un ejemplo de un capataz que iba a brindar por su jefe, el cual no era muy
apreciado, al que calificaban de "cerdo". El capataz se puso en pie, levantó su copa
solemnemente y dijo: "¡Propongo un cerdo para el jefe!". En realidad, sólo había dicho lo que
sentía, aunque no era su intención el decirlo.
Otra cosa que solíamos hacer era racionalizar, esto es, dar a los demás y a nosotros
mismos razones de lo que hacemos que no son las verdaderas. Por ejemplo, bajo hipnosis se
puede hacer que una persona abra una ventana en el momento en el que el hipnotizador
empiece a dar golpes en la mesa con sus nudillos. El hipnotizador realiza dicha operación y el
hipnotizado se levanta a abrir la ventana. Después, puede que conteste que lo hizo porque le
parecía que hacía calor. Pero ésa no era la verdadera razón. No querrá admitir que ha hecho
algo bajo una orden hipnótica. Por eso, se dice que racionaliza.
En otros casos, también se proyecta. En este esquema, se transfieren a otras personas
las cualidades que se intentan reprimir en uno mismo. Por ejemplo, una persona muy tacaña
suele siempre calificar al resto como tacaños. Alguien que no quiere admitir su fijación por el
sexo es el primero en indignarse ante otros como él.
Freud pensaba que ejemplos de estos actos inconscientes abundaban en nuestra vida
cotidiana. A veces olvidamos el nombre de una persona determinada o quizá manoseamos
constantemente nuestra ropa mientras hablamos o movemos cosas aparentemente casuales
en una habitación. También es muy corriente tartamudear y tener lapsus al hablar que pueden
parecer totalmente inocentes. Freud opinaba que éstos no son tan casuales ni tan inocentes
como creemos. Opinaba que tenían que ser tratados como síntomas. Es más, estos actos
erróneos podían revelar los secretos más íntimos.
Los sueños
Freud desarrolló varias técnicas para destapar los secretos del subconsciente. Además de
la utilización de la hipnosis y de la técnica de las asociaciones libres (en la que el paciente
simplemente dice cualquier cosa que le venga a la cabeza), se interesó por el análisis de los
sueños. Su principal obra sobre este tema fue La interpretación de los sueños, publicada en
1900. En ella explicaba que no es casual lo que soñamos. Nuestro subconsciente intenta
comunicarse con el consciente a través de los sueños.
Después de muchos años de recopilación de experiencias de sus pacientes, y también
después de haber analizado sus propios sueños, Freud afirmó que todos los sueños pretenden
cumplir deseos. Esto se observa fácilmente en los niños, decía, pues ellos sueñan con helados
y cerezas. Pero, en el caso de los adultos, sucede a menudo que los deseos, que se cumplen
en los sueños, están disfrazados. Porque también cuando dormimos hay una severa censura
que decide lo que nos podemos permitir. Aunque esta censura o mecanismo represivo se
debilita respecto al estado de vigilia, todavía es lo suficientemente fuerte como para que en el
sueño reprimamos deseos que no queremos reconocer.
Freud decía que tenemos que distinguir entre el sueño en sí, tal y como lo recordamos a
la mañana siguiente, y el significado del sueño. A las imágenes del sueño Freud las denominó
contenido manifiesto del sueño. Este contenido "aparente" del sueño siempre recoge el
material de los sucesos ocurridos durante el día. Pero el sueño también tiene un significado
más profundo que está oculto a la consciencia. A esto Freud lo denominó ideas latentes del
sueño, y estas ideas o pensamientos ocultos de los que trata en realidad el sueño pueden
datar de muy atrás en el tiempo, incluso de la infancia más temprana.

121
A la transformación de las ideas latentes del sueño en el contenido manifiesto del sueño
Freud la denominó trabajo del sueño. Se trata de un "enmascaramiento" o "codificación" de
aquello de lo que trata realmente el sueño. La interpretación del sueño consiste en el proceso
inverso. Hay que desenmascarar o decodificar las imágenes del sueño con el fin de encontrar
el tema del mismo.
Supongamos que un joven sueña que su vecina le regala dos globos. La imagen del globo
puede haber sido tomada de una excursión al parque de atracciones ese día pero, ¿cuáles son
las ideas latentes del sueño, es decir, de lo que realmente trata? Probablemente, sólo quiera
cumplir un deseo, pues no es probable que un adulto quiera comprar globos. Seguramente, lo
que quería era a su vecina y los dos globos representaban sus pechos.
Esto implica que él consideraba este deseo como algo embarazoso y que el sueño era un
cumplimiento disfrazado de deseos reprimidos.
Enlaces
Filósofos relacionados:
Descartes - Alma y materia: para su teoría del pensamiento.
Darwin - La selección natural: para los instintos naturales del hombre.
Nietzsche - El hombre físico : para el completo ser humano.
Bibliografía
Entre las obras más conocidas de Freud, podemos citar:
El malestar en la cultura y otros ensayos, Alianza, Madrid, 1997.
El yo y el ello, Alianza, Madrid, 1985.
Los sueños, Tecnos, Madrid, 1988.
ESTUDIOS:
Bettelheim, B.: Freud y el alma humana, Crítica, Barcelona, 1983. Una visión
psicoanalítica de la obra de Freud.
Ricoeur, P.: Freud, una interpretación de la cultura, Siglo XXI, Méjico, 1987.
Stevenson, L.: Siete teorías de la naturaleza humana, Cátedra, Madrid, 1984. Contiene
una exposición sistemática de los aspectos filosóficos del psicoanálisis.

122
Siglo XX - Perspectiva
En el siglo XX la población del mundo ha sobrepasado los cinco mil millones. Ahora, más
que nunca, la gran mayoría de la población vive hacinada en ciudades con una gran densidad
de población. Por lo tanto, no sorprende que la historia de este siglo sea la historia de grandes
aglomeraciones de personas.
En ninguna parte es esto tan evidente como en las dos guerras mundiales, los conflictos
más devastadores de la historia de la humanidad. Resulta difícil dar cifras exactas, pero once
millones murieron en la Primera Guerra Mundial , mientras que en la Segunda Guerra Mundial,
con sus masivas víctimas civiles, pudo causar la muerte de más de cuarenta millones de
personas. Ante todo, las dos guerras mundiales introdujeron el concepto de guerra global, en
las que la lucha ya no se realizaba únicamente en el campo de batalla sino que ponían en
peligro a toda la humanidad. El lanzamiento de las bombas atómicas sobre las ciudades
japonesas de Hirosima y Nagasaki, al final de la Segunda Guerra Mundial alertó de la
posibilidad de guerras todavía más destructivas.
El siglo XX ha sido un período de combios muy rápidos. La tecnología ha avanzado más y
a mayor velocidad que en ningún otro siglo. Los inventos y descubrimientos del siglo XIX,
desde la radio y el cine hasta el automóvil y el teléfono, se han desarrollado más allá de los
sueños de sus precursores. Nuevos progresos como el transporte aéreo, la exploración del
espacio, la televisión y los ordenadores han transformado el mundo, haciendo que resulte más
fácil viajar y comunicarse y abriendo nuevas posibilidades para la educación y el
entretenimiento.
El progreso de la ciencia ha sido igualmente rápido. Los astrónomos y físicos conocen
mejor que nunca la naturaleza del universo y su creación. Han descubierto que nuestra
galaxia, la Vía Láctea, es sólo una de las cien mil millones que se mueven alejándose las unas
de las otras a una enorme velocidad. Los científicos creen que esta expansión se debe a una
gran explosión inicial.
Se piensa que hace quince mil millones de años, toda la materia estaba concentrada en
un pequeño espacio llamado "singularidad". La materia era tan densa que se calentó
increíblemente y estalló; es lo que llamamos la gran explosión o "Big Bang". Esta gran
explosión hizo que la materia fuera expulsada en todas las direcciones y conforme se enfriaba,
de los remolinos de los gases, se iban formando las estrellas y las galaxias.
El universo sigue expandiéndose desde el Big Bang, y cuanto más lejos están de nosotros
los objetos parece que se mueven más rápidos. Los científicos no saben si el Big Bang fue un
acontecimiento único o si es un proceso cíclico. Una teoría mantiene que la gravedad
finalmente hará que la expansión se detenga y entonces las galaxias empezarán a contraerse y
se reunirán de nuevo hasta que la materia se concentre densamente de nuevo. En esta
materia compacta se produciría una nueva gran explosión o Big Bang. Esto refleja la visión
cíclica de la historia como la que se encuentra en algunas tradiciones orientales.
Otra teoría sugiere que el Big Bang fue un acontecimiento único o singular, y que el
universo continuará expandiéndose eternamente. Esto se adapta a la visión tradicional del
mundo de los judíos y cristianos que consideran único el acto de creación y tienen una
perspectiva lineal de la historia. Ninguno de los dos puntos de vista responde a la cuestión de
del origen de la materia.
A medida que avanzamos tecnológicamente y aprendemos más del universo, somos más
conscientes de la complicada interacción de fuerzas que existen en el mundo. Ahora
conocemos mejor la facilidad con la que la tecnología puede alterar el equilibrio de la
naturaleza. Científicos, políticos y líderes espirituales de finales del siglo XX se cuestionan el
control minucioso de nuestros avances tecnológicos para asegurar que no conduzcan a nuevos
desastres humanos y ecológicos como el recalentamiento del planeta, Chernobyl o el agujero
de la capa de ozono.
Los grandes acontecimientos del siglo XX, las migraciones masivas de personas, los
medios de comunicación de masas, y los rápidos avances en tecnología, nos han llevado a
comprender por necesidad que si queremos prosperar en el próximo milenio debemos pensar
de forma global.
Ver también:
La Edad Media - Economía: para fluctuaciones de la población en la Europa medieval.
123
La Ilustración - Sociedad: para crecimiento de la población.
Siglo XIX - Sociedad: para crecimiento de la población.
Siglo XIX - Descubrimientos: para influencias de los avances en ciencias y tecnología.
Siglo XX - Política
Aunque el siglo XIX vio el comienzo de la democracia moderna, los gobiernos
democráticos emergieron lentamente, en el año 1900 sólo los hombres tenían derecho al voto.
Sin embargo paulatinamente, las campañas a favor de los derechos de la mujer cobraron
impulso, y en 1913 las mujeres de Noruega consiguieron el derecho al voto. En Gran Bretaña,
tras años de campañas de las sufragistas, las mujeres consiguieron el derecho al voto en
1918. En los cincuenta años siguientes la mayoría de los países democráticos concedieron el
voto femenino, aunque en Suiza esto no ocurrió hasta 1971
Los extremismos políticos han dominado la vida de muchos europeos a lo largo del siglo
XX. En 1914, tras el asesinato del archiduque Francisco Fernando de Austria en Serbia, estalló
la Gran Guerra o Primera Guerra Mundial. Este magnicidio hizo que las tensiones subyacentes
explotaran en un conflicto que arrasó la mayor parte de Europa durante cuatro años. La
devastación y las pérdidas humanas que causó esta guerra no se habían visto nunca antes en
la historia y, como consecuencia de esto, se fundó en 1920 la Sociedad de Naciones con el fin
de preservar la paz mundial.
El movimiento comunista se desarrolló como había pronosticado Karl Marx, y se consolidó
en Rusia. A comienzos del siglo, los trabajadores de Rusia protestaban por los bajos salarios y
las malas condiciones de vida. En 1917 el zar fue obligado a abdicar y los comunistas dirigidos
por Vladimir Ilych Lenin tomaron el poder. Traspasaron la propiedad de las fábricas y granjas
al estado, y Rusia se convirtió en la Unión Soviética ( URSS ). La oposición al comunismo fue
cruelmente reprimida.
Europa Occidental estaba amenazada por la extrema derecha. En los años 20 Mussolini y
su partido fascista llegaron al poder en Italia, y en el año 1933 Adolf Hitler fue nombrado
canciller alemán. Hitler y su partido nazi trataron de expandir su territorio invadiendo Austria,
Checoslovaquia y Polonia. Cuando Gran Bretaña y Francia intentaron frenar la expansión se
inició la Segunda Guerra Mundial. Los nazis continuaron sus planes, incluyendo el genocidio
contra todos aquellos que no pertenecían a la raza aria de lengua germana o estuvieran
emparentados con ella. En concreto, casi seis millones de judíos perdieron la vida en los
campos de exterminio nazi. Tras seis años de guerra, el nazismo fue derrotado. Al final de la
guerra, la Conferencia de Yalta en la que participaron Estados Unidos, la URSS y Gran Bretaña,
permitió que la URSS controlara el este y el centro de Europa. Consecuencia de ello fue que el
régimen comunista se impusiera en Checoslovaquia, Bulgaria, Hungría, Rumania, y Alemania
del Este.
Tras la Segunda Guerra Mundial se disolvió la Sociedad de Naciones para ser
reemplazada en 1945 por las Naciones Unidas, una organización de estados independientes
para garantizar la cooperación internacional y la paz del mundo. Tras la guerra, Europa
Occidental se alejó de los extremismos políticos. En países como Gran Bretaña y Escandinavia
los gobiernos socialistas moderados introdujeron programas de asistencia social y ampliaron el
acceso a la educación y la asistencia sanitaria. Los gobiernos de coalición convirtieron a
Alemania en una formidable potencia industrial.
El acontecimiento político de mayor efecto en el final del siglo XX ha sido la caída del
comunismo en el centro y el este de Europa. Los estados comunistas de Europa, mediante las
convulsiones políticas acontecidas desde 1989 hasta 1991, han derribado sus viejos regímenes
y se han unido al modelo democrático, con menos intervenciones gubernamentales en el
comercio y la industria. Alemania se ha reunificado, Checoslovaquia se ha separado en la
República Checa y Eslovaquia, y Hungría es ahora una democracia. Aunque muchos cambios se
han realizado de forma pacífica, la transición acelerada del modelo comunista al capitalista ha
provocado que en ocasiones surjan tensiones nacionales y prolifere la corrupción. La guerra en
Bosnia y en otras partes de la antigua Yugoslavia indica que el mapa de Europa central no esté
del todo definido.
Con el desarrollo de la economía global y los medios de comunicación de masas, las
tensiones nacionales constituyen más que nunca una preocupación de orden mundial. Es

124
competencia de las Naciones Unidas prestar ayuda y mediar en todo el mundo, aunque su
efectividad para salvaguardar la paz está muy cuestionada.
Ver también:
Siglo XIX - Política: para nacionalismo, orígenes del comunismo, rivalidad política entre
los estados europeos.
Siglo XIX - Sociedad: para el pronto desarrollo de la democracia moderna, derechos de
voto, expansión del comunismo.
Siglo XIX - Economía: para el surgimiento de una economía global.
Kant - ética: para su visión de una Liga de las Naciones.
Marx - Explotación: para su predicción de revolución.
Siglo XX - Economía
El hecho de que millones de personas lucharan en la Primera Guerra Mundial y muchas
perdieran la vida condujo a la escasez de mano de obra, provocando el aumento de los salarios
en el sector industrial. El incremento del comercio junto con la creación de nuevas industrias,
como la automovilística, hizo que mucha gente prosperara. Pero esa prosperidad no duró
mucho tiempo. Resultaba fácil conseguir créditos para invertir en negocios pero los mercados
de productos manufacturados no eran lo suficientemente grandes para soportar esa expansión
productiva. Además, al subir los salarios subieron los precios provocando una crisis de
inflación; muchos bancos quebraron y muchas industrias cerraron provocando el desempleo
masivo. En el período más crítico de la Gran Depresión , el año 1933, había tres millones de
desempleados en Gran Bretaña, seis millones en Alemania y trece en Estados Unidos.
La Segunda Guerra Mundial también acarreó grandes costes económicos. La
reconstrucción de Alemania se realizó con la ayuda económica de Estados Unidos, y Alemania
Occidental se convirtió en el líder económico de Europa. Los otros países europeos occidentales
también prosperaron.
Un importante acontecimiento de la posguerra fue la creación de la Comunidad
Económica Europea en 1957. En un principio se unieron Bélgica, Luxemburgo, Los Países
Bajos, Francia, Alemania Occidental e Italia en una alianza económica que iba a fomentar
también la unidad política. Otros países europeos se han ido uniendo gradualmente a la
Comunidad, lo que ha permitido a Europa liberarse de algunos de los lazos comerciales con los
Estados Unidos.
Mientras, el este de Europa permanecía bajo el dominio de la URSS. Los comunistas
planificaban las economías estableciendo el control absoluto del estado sobre la industria y la
agricultura. Cuando los países del este de Europa abandonaron el comunismo entre los años
1989 y 1991, volvieron a la economía del libre mercado. Sin embargo, este proceso resulta
muy difícil por la gran inversión necesaria para que su industria pueda competir con la de los
países occidentales.
La naturaleza global de la economía del siglo XX se pone cada día de manifiesto por la
forma en que el índice de la bolsa de Japón afecta al Dow Jones de Nueva York. La mayor
libertad del comercio junto con la mayor movilidad laboral y del capital, facilitadas por las
comunicaciones más rápidas y baratas que nunca, hacen que la riqueza económica de un país
se relacione de modo inexplicable con los acontecimientos de otros lugares.
Distintas tendencias, como la del mercado único europeo y su proyecto de moneda única,
el aumento de las multinacionales y el nacimiento de una nueva fuerza con las florecientes
economías del sudeste asiático, sugieren que continuará la tónica hacia un mayor
internacionalismo.
Ver también:
Renacimiento - Economía: para la expansión del comercio, inflación.
época barroca - Económicas: para el desarrollo de comercio y finanzas.
La Ilustración - Política: para el intento de Napoleón de unificar Europa.
Siglo XIX - Economía: para el desarrollo de una economía global.
Siglo XX - Sociedad
En el siglo XX la movilidad social ha sido mucho mayor que en otras épocas. Esto es
debido en parte a los avances de las comunicaciones que posibilitan a las personas desplazarse
125
y cambiar de trabajo más fácilmente. También está relacionado con las grandes convulsiones
políticas y económicas del siglo y con los avances realizados en materia educativa.
El poder de la aristocracia europea, que ya se había debilitado en el siglo XIX, ha
desaparecido. La educación, con la difusión de la escolarización gratuita, se ha hecho accesible
a la mayoría y se han abierto nuevas universidades. El resultado ha sido una población mejor
preparada y una sociedad en la que la capacitación ha ganado en importancia a los nexos
familiares para encontrar trabajo y conseguir poder.
El papel de la mujer también ha evolucionado. Durante la Primera Guerra Mundial,
muchos hombres estaban en el frente lo que posibilitó que las mujeres pudieran acceder a
empleos remunerados. La mujer también consiguió el derecho al voto. Pero estas mejoras no
han significado la igualdad de derechos con el hombre. Las precarias condiciones laborales y la
escasez de mujeres en puestos donde se toman las decisiones son sólo dos de los problemas
que la mujer del siglo XX ha tenido que afrontar. Distintos colectivos de mujeres han realizado
campañas a favor de la igualdad de derechos y en muchos lugares de Europa la situación de la
mujer es ahora mejor que nunca.
La estructura de la familia también ha evolucionado durante el siglo XX. En el siglo XIX la
gente solía vivir en grandes familias con varias generaciones compartiendo la misma casa, y la
gente permanecía cerca de su lugar de nacimiento durante toda la vida. La mayor movilidad
característica del siglo XX ha animado a la gente joven a alejarse de sus lugares para buscar
empleo. Esto ha ocasionado la dispersión de las grandes familias y la creación de la familia
nuclear, formada únicamente por los padres y los hijos. El número de miembros por familia
también se ha visto reducido con el desarrollo de la contracepción.
Mucha gente ha disfrutado de gran libertad en el siglo XX; pero también han aparecido
algunos de los regímenes más represivos, desde las dictaduras derechistas de Italia y
Alemania en los años 30 y 40 a los estados comunistas de postguerra en el este de Europa. En
los dos casos los ciudadanos se vieron privados de sus derechos básicos: la libertad de
palabra, la libertad para oponerse al gobierno y la libertad de culto. Aunque, estos regímenes
han desaparecido, todavía hay grupos, desde los colectivos de mujeres a los formados por
minorías raciales, que tienen que luchar por igualar sus derechos con los del resto.
Ver también:
Antigua Grecia - Sociedad: para la posición de la mujer.
Helenismo y Roma - Sociedad: para la mujer en el Imperio Romano.
La Edad Media - Sociedad: para la mujer en tiempos medievales.
Renacimiento - Sociedad: para la posición de la mujer.
Siglo XX - Descubrimientos
Durante la primera mitad del siglo XX existían en la ciencia dos corrientes principales. La
primera se generó con las teorías relativistas que se ocupaban de distancias macroscópicas.
Albert Einstein revolucionó la ciencia de la física con sus teorías Especial de la Relatividad y
General, que transformaron las relaciones entre los conceptos de espacio, tiempo, materia,
energía y gravedad. Imaginemos que el espacio más que ser un infinito, tridimensional sin
forma y vacío, fuera una sábana de goma bidimensional. Cuando los objetos que representan a
las galaxias, las estrellas y los planetas se colocan sobre la "sábana", ésta se deforma dando
lugar a la idea del "espacio curvado". Una canica, colocada sobre la sábana, tendería a rodar
de manera que simularía la atracción gravitatoria hacia otras masas. Las teorías de Einstein
aportaron mucho para entender el funcionamiento del universo, incluyendo la gravedad, a la
que él veía como la fuerza ejercida cuando un objeto atraviesa el camino más corto dentro de
un espacio curvo.
La segunda corriente es la de la teoría cuántica, que se ocupa de distancias
microscópicas. El principio que soporta la teoría cuántica es que la energía no es infinitamente
divisible sino que sólo puede existir en múltiplos de ciertas cantidades elementales, llamadas
cuantos. Esta teoría fue crucial para el desarrollo de una comprensión más clara del
comportamiento de la materia a escala subatómica. En particular dio auge a un enfoque más
estadístico de la física, en contraste con el determinismo del siglo XIX. Incluso Einstein, con su
intuición para la física, tuvo dificultades para aceptar este comportamiento estadístico del
universo.

126
Los transportes han mejorado tanto en el siglo XX que el mundo parece encogerse. Los
coches se fabrican de forma masiva y alcanzan niveles de velocidad y confort jamás soñados
por sus inventores. El primer aeroplano con motor que tuvo éxito fue construido por los
hermanos Wright en 1903. Hacia la mitad del siglo el transporte aéreo internacional se
extendió y a los aviones de gran tamaño se les incorporaron motores de propulsión a chorro.
En 1957 los científicos rusos lanzaron el primer satélite artificial, Sputnik I, iniciándose la era
de la exploración espacial.
Durante las décadas siguientes la carrera espacial entre la URSS y los Estados Unidos ha
abierto nuevas fronteras. En 1961, el ruso Yuri Gagarin fue el primer hombre que viajó al
espacio. En 1969 el estadounidense Neil Armstrong viajó al espacio en el Apolo 11 y fue el
primer hombre que pisó la luna. La exploración espacial continuaría con el lanzamiento de una
serie de estaciones espaciales tripuladas por parte de la URSS y los americanos desarrollaron
la lanzadera espacial como una forma de transporte espacial reutilizable.
La radiofonía que se desarrolló al final del siglo anterior, se ha utilizado de forma extensa
por los servicios de emergencia y para la radiodifusión. Aún mayor alcance ha tenido el invento
de la televisión. Las emisiones comenzaron al final de los años 20, utilizando un sistema
mecánico de transmisión de imágenes inventado por John Logie Baird. Poco tiempo después,
Vladimir Zworykin inventó una cámara de televisión electrónica similar a las que se utilizan hoy
en día.
Actualmente, la mayoría de las comunicaciones mundiales dependen de la información
transmitida vía satélite. También dependemos cada vez más de las telecomunicaciones por
cable y del internet.
Uno de los inventos más importantes del siglo XX ha sido el ordenador. Los primeros
ordenadores electrónicos se construyeron en los años 40, que eran enormes máquinas de
calcular, difíciles de manejar. En los años 70 ya había ordenadores lo suficientemente
manejables como para poder colocarlos en las mesas de trabajo. Los ordenadores han
posibilitado el almacenamiento de grandes cantidades de información y el proceso de datos a
una velocidad increíble. Gracias a esta capacidad se han desarrollado nuevos campos, como la
teoría de caos, que dependen de largos cálculos numéricos. Las computadoras también han
contribuido materialmente al desarrollo de la inteligencia artificial, y la investigaciones
realizadas en el campo informático relativas al desarrollo del lenguaje y a las capacidades
analíticas han causado un renovado interés en la definición de la naturaleza de la mente
humana.
Las investigaciones en el campo de la física también han tenido gran alcance en las
aplicaciones prácticas. Los esfuerzos dirigidos a la obtención de energía a través de la fisión del
átomo han conducido a la producción masiva de energía y al inicio de la era nuclear. El
desarrollo del armamento nuclear también ha significado una nueva y devastadora amenaza
para la humanidad. En 1945, Estados Unidos lanzó sobre la ciudad nipona de Hiroshima la
primera bomba atómica, como una forma de finalizar la Segunda Guerra Mundial. La toma de
conciencia sobre la naturaleza destructiva de este armamento ha conducido a las potencias a
una carrera armamentística que pone en constante peligro a la humanidad. Las investigaciones
nucleares también han llevado al desarrollo de la energía nuclear en una época en que las
fuentes de energía no renovables se empiezan a agotar. La manipulación inadecuada de esta
poderosa fuente de energía ha provocado grandes catástrofes como la explosión de la planta
de energía nuclear soviética de Chernobyl.
Si la física ha resultado ser la ciencia del siglo XX, la biología parece que será la del siglo
XXI. En particular la ingeniería genética ha conseguido sorprendentes descubrimientos desde
que en 1953 se consiguiera identificar químicamente el ADN, el material con el que está
construido el edificio genético, responsable de la herencia. Prevención de las enfermedades y
progresos importantes en la agricultura representan sólo dos de los sectores en los que la
genética puede alcanzar resultados trascendentes, aunque el desarrollo de la ingeniería
genética plantee cuestiones éticas que continuarán siendo debatidas por científicos y filósofos.
Ver también:
La Ilustración - Economía: para avances tecnológicos en la Revolución Industrial, impacto
social de la tecnología (Luditas)
Siglo XIX - Descubrimientos: para influencia de los avances en ciencia y tecnología,
comunicación y transporte.
127
Demócrito - La teoría atómica: para una prematura visión de los átomos.
Darwin - La selección natural: para la evolución
Siglo XX - Cultura
Los artistas del siglo XX han reaccionado contra las tradiciones del pasado. En ningún
campo se pone esto tan de manifiesto como en la pintura en la que numerosos artistas,
dejando atrás el viejo esquema del arte como reflejo de la realidad, han creado el arte
abstracto cuya finalidad no es representar los objetos visualmente. Incluso las pinturas que
son figurativas representan sus objetos de modo impactante. El cubismo, iniciado por Georges
Braque y Pablo Picasso, mostraba sus objetos desde distintos ángulos, como si resumieran
distintas perspectivas a un tiempo.
El surrealismo, representado por el trabajo de René Magritte y Salvador Dalí, mostraba
mundos imaginarios en los que los objetos cotidianos tomaban nuevas formas extrañas como
las esferas de reloj que se derriten de Dalí.
Muchos músicos también se han opuesto, de muchas maneras diferentes, a los estilos del
pasado, que se apoyaban en las melodías y en las relaciones tradicionales entre tonos. Por
ejemplo, Arnold Schoenberg y sus seguidores componían música con el altamente formal
sistema dodecafónico, donde casi no deja espacio para la melodía convencional. Al mismo
tiempo la música europea se ha visto muy influenciada por la de otras partes del mundo, como
por el jazz, los ritmos africanos y las orquestas de gongos de Indonesia.
Los escritores se han olvidado de la descripción realista de los personajes y la forma de
narrar las buenas historias que eran los objetivos de los novelistas del siglo XIX. La narrativa
del siglo XX, como la de dos de sus innovadores, James Joyce y Virginia Woolf, presenta el
pensamiento de sus personajes mediante la técnica del "flujo de la conciencia", y usa el
cambio brusco de escenas, de influencia cinematográfica.
En la arquitectura del siglo XX han aparecido muchos estilos nuevos. En el más típico, tal
vez, de todos ellos, los arquitectos dan prioridad a la simplicidad de formas y al funcionalismo
frente a la ornamentación. Los arquitectos modernistas, como Miess van der Rohe y Le
Corbusier, evitaron todo ornamento permitiendo que fuera la función del edificio la que dictara
su apariencia. En la década de los 90, los arquitectos postmodernistas han comenzado a
utilizar nuevamente elementos de estilos del pasado, colocando columnas griegas y otros
detalles en sus edificios.
No todas las formas artísticas del siglo XX pretenden impactar con su novedad. La música
pop puede ser tan melódica como cualquier música del pasado, los escritores de novelas de
misterio continúan relatando emocionantes historias y el cine y la televisión han abierto
nuevos campos para la creatividad. Nunca había existido tanta variedad en las artes.
Ver también:
Antigua Grecia - Cultura: para la arquitectura griega.
Siglo XIX - Cultura: para contraste de estilo, aparación de la fotografía y cine.
Siglo XX - Grandes mujeres
Los derechos de la mujer han mejorado sensiblemente durante el siglo veinte y las
mujeres han asumido nuevos roles en la sociedad. A la mujer del siglo XIX se le negaba el
derecho al voto en las elecciones y muchos países contaban con leyes que restringían sus
libertades. En los primeros años del siglo XX, dos hechos prepararon el camino para el cambio:
la lucha por el derecho al voto y el movimiento hacia un mayor número de mujeres en trabajos
remunerados durante la Primera Guerra Mundial. Las acciones militantes de las sufragistas,

tales como Christabel, Sylvia, y Emmeline Pankhurst, dieron a la mujer esperanza de


futuro.
Ninguno de estos hechos se tradujo en una mejoría inmediata en los destinos de la
mayoría de las mujeres. Muchas perdieron sus trabajos al finalizar la guerra o durante la
Depresión de los años treinta. Al finalizar la Segunda Guerra Mundial sucedió algo parecido,
con gobiernos que animaban a las mujeres a dejar sus empleos remunerados para ofrecer
oportunidades de empleo a los hombres. La alternativa era emplearse con salarios más bajos
que los que obtendría un hombre.

128
En los prósperos años posteriores a la guerra, muchas mujeres comenzaron a movilizarse
para cambiar esta situación. Las mujeres europeas se inspiraron en las activistas
estadounidenses, que fundaron la Organización Nacional de la Mujer en 1966 para presionar
por la igualdad de derechos. éste fue el período en el que el movimiento feminista alcanzó su
apogeo, en el que las mujeres demandaban la igualdad de salarios, el derecho al aborto y la
abolición de los tradicionales roles masculinos y femeninos.
Como resultado de ello, se han aprobado leyes que suprimen la discriminación sexual y
desde los años setenta existen más oportunidades para la mujer. En 1960 en Sri Lanka,
Sirimavo Bandaranaike llegó a ser la primera mujer primer ministro. La que fue primera
ministra noruega, Gro Harlem Brundtland, presidenta de la Comisión de las Naciones Unidas
para el desarrollo y el medio ambiente, abrió el camino a la mujer en el movimiento de los
Verdes. Las mujeres han sido líderes en otros campos previamente dominados por los
hombres, desde la carrera de aviadora de Amy Johnson, que emocionó igualmente a hombres
y mujeres en los años treinta, hasta el papel de Valentina Tereshkova como la primera mujer
en el espacio en 1963.
Aun así hay todavía muchas menos mujeres que hombres en puestos de poder. Aunque
existan leyes asegurando igual salario por igual trabajo, a veces las mujeres tienen que
conformarse con trabajos a tiempo parcial y escasa promoción profesional, debido a que
continúan manteniendo la responsabilidad del las tareas del hogar y el cuidado de los hijos. La
mujer afronta el siglo XXI con el reto de superar este déficit histórico.
Martin Heidegger (1889-1976)
Heidegger, al igual que Nietzsche, fue un filósofo de gran originalidad cuyas ideas han
tenido gran impacto en el pensamiento del siglo XX. El trabajo de Heidegger, poco afectado
por la obsesión de la filosofía por el conocimiento, se centró en el problema básico de la
existencia. él planteó la cuestión de qué es lo que se conoce con el nombre de "el ser" y,
mientras su propio análisis del tema es minucioso, pensaba que la formulación de la pregunta
era mucho más importante que responderla. Aunque él no se consideraba un existencialista,
su enorme contribución al existencialismo queda probada por su influencia en Sartre y otros
pensadores existencialistas
Ver: Heidegger
Jean-Paul Sartre (1905-1980)
Además de filósofo, Sartre fue novelista, autor teatral, crítico literario y comentarista
político. Fue la figura central del movimiento existencialista de París durante los años 40 y 50,
y estaba muy influenciado por la doctrina del existencialista alemán Heidegger. La doctrina de
Sartre mantiene que la existencia no tiene más significado que el que nosotros le damos:
debemos tomar nuestras propias elecciones a lo largo de la vida. Su filosofía y su franqueza
política se apoderaron de la mente de la generación más joven y fue muy tenido en cuenta
durante muchos años. Sartre también es bien conocido por su imperecedera relación con la
escritora feminista Simone de Beauvoir.
Ver: Sartre
La filosofía del lenguaje
La metafísica tradicional ha sido muy criticada en el siglo XX y la mayor parte de esa
crítica tiene como base el lenguaje. Algunos objetan que mientras que la filosofía debería usar
términos claramente definidos, el vocabularío de los metafísicos es desesperadamente confuso.
Otros sencillamente mantienen que los problemas a los que la filosofía ha intentado
tradicionalmente dar respuesta, no son para nada problemas reales sino el resultado de una
total incomprensión del lenguaje, y son muchos los que afirman que los filósofos deberían
dejar a los científicos el asunto de la búsqueda de la verdad sobre el universo. La discusión
continúa, pero ha provocado fascinantes revelaciones sobre la naturaleza del lenguaje.
Ver: Filosofía del lenguaje
Ludwig Wittgenstein (1889-1951)
El extraordinario trabajo de Wittgenstein sobre la naturaleza del lenguaje ha resultado
ser tal vez el avance más importante de la filosofía de este siglo. Sus dos etapas de
pensamiento quedan patentes en sus dos libros. Después de escribir el primero, abandonó la
filosofía porque pensaba que con su trabajo había llevado el tema hasta su término. Cuando
aparecieron dudas sobre ello, Wittgenstein acabó modificando sus ideas radicalmente y las
129
presentó en sus Philosophical Investigations. Fue una persona enigmática que eligió en un
momento determinado deshacerse de su fortuna y dedicarse a la enseñanza en una pequeña
escuela rural. El trabajo de Wittgenstein ha sido interpretado de muy diferentes maneras,
aunque su enorme influencia y su gran originalidad se mantienen incuestionables.
Ver: Wittgenstein
Filosofía de la mente
Los filósofos no se han puesto de acuerdo acerca de las cuestiones de la mente durante
mucho tiempo y es, sin lugar a dudas, uno de los campos más difíciles de indagación filosófica.
Los descubrimientos realizados en el siglo XX sobre el cerebro humano y los intentos de los
investigadores de computadoras de simular el comportamiento inteligente han provocado un
llamativo nuevo interés entre los filósofos por los asuntos relacionados con la mente. Aunque
todavía está por construir un ordenador tan complejo como el cerebro humano, las
comparaciones entre los dos universos se siguen realizando. Por supuesto, esta clase de ideas
son objeto de acaloradas discusiones.
Ver: Filosofía de la mente

130
WITTGENSTEIN (1889-1951)Vida de Wittgenstein
Ludwig Wittgenstein nació en Viena. Procedía de una familia acomodada y con gran
cultura y fue el más joven de sus ocho hermanos. El hermano de Wittgenstein se convirtió en
un pianista excepcional para el que Ravel escribió su "Concierto para piano para la mano
izquierda" después de que el virtuoso perdiera trágicamente su mano derecha en la primera
Guerra Mundial.
Wittgenstein se mostró muy capacitado para la ingeniería, empezando sus estudios en
dicha disciplina en el Instituto Politécnico de Berlín. Allí fue donde desarrolló un profundo
interés por los fundamentos matemáticos y, después de leer los Principia mathematica de
Russell, se marchó a Cambridge a estudiar bajo la dirección de éste.
En 1913, Wittgenstein decidió construirse una cabaña en Noruega para poder
concentrarse en su trabajo. Cuando estalló la guerra en 1914, se unió al ejército austriaco,
siendo posteriormente capturado por los italianos. Terminó su gran obra maestra, el
manuscrito Tractatus logico-philosophicus, en un campo de prisioneros y se la envió a Russell.
No fue publicada hasta 1921.
La guerra cambió a Wittgenstein. Donó su gran herencia y se fue a enseñar a una
escuela de primera enseñanza en la Austria rural. Creía que con su libro quedaban tratados
todos los problemas de la filosofía y que, por lo tanto, ya no quedaba más que decir. Pero en
1929 tuvo grandes dudas sobre el Tractatus y regresó a Cambridge a continuar su filosofía. En
1939 se convirtió en catedrático de filosofía, aunque, posteriormente dimitió del cargo y se
hizo enfermero. Su posterior trabajo culminó con las Investigaciones filosóficas. No fueron
publicadas hasta dos años después de su muerte a causa del cáncer en 1951.
Su primera filosofía
Para Descartes, el tema central de la filosofía era el conocimiento. Quería saber lo que
era el conocimiento y lo que se podía conocer. Para Wittgenstein, el tema central de su
filosofía fue el lenguaje. Quería saber lo que era el entendimiento y cómo se podía entender
todo a través del lenguaje. Para él, una comprensión adecuada del lenguaje resolvería todos
los problemas de la filosofía.
Los filósofos tradicionalmente habían pensado que las palabras tenían un significado
como etiquetas de las cosas. Para Platón, el significado de "caballo" era la Idea o molde
inmutable y eterno por el que perduraba. Para un empirista como Hume, "rojo" era la etiqueta
para el tipo de experiencia que teníamos cuando, por ejemplo, veíamos la sangre. Hume
pensaba que ninguna palabra tenía significado a menos que pudiéramos definirla en términos
de palabras que provinieran de las experiencias simples. Al principio, Wittgenstein siguió esta
tradición y argumentó en su Tractatus logico-philosophicus (la única obra suya que aparece a
lo largo de toda su vida) que cualquier proposición significativa podía descomponerse en una
lista de nombres que corresponden a lo que él llamó "simples".
Su enfoque era muy abstracto y nunca se nos dice lo que eran esas proposiciones
elementales. Opinaba que eran como las Ideas de Platón en que cosas inmutables que tenían
que existir. Algo es inmutable si no puede cambiar. Las Ideas de Platón no podían cambiar
porque estaban más allá del espacio y del tiempo. Los simples de Wittgenstein no existían
fuera del tiempo ni del espacio pero, no obstante, no podían cambiar. Si no existieran estos
simples, las palabras no tendrían significado. No sorprende así que su sistema haya sido
tildado de metafísico.
Límites del lenguaje
El Tractatus se lee como una serie de aforismos. En el libro se afirman cosas del estilo de
"El mundo es la totalidad de los hechos, no de las cosas" o "Una proposición es una figura de
la realidad". Una proposición es cierta si la disposición de los nombres que contiene
corresponde a un hecho. Es muy parecido a la forma en la que los puntos que componen un
dibujo en la pantalla de un ordenador pueden representar una escena. Las únicas
proposiciones que tienen un significado son aquellas verdades que pueden ser investigadas por
la ciencia natural, ¡no verdades que deban descubrir lo filósofos! Lo único que pueden hacer
los filósofos es poner en claro nuestros pensamientos analizando el lenguaje. Los filósofos no
pueden ser una especie de policías del pensamiento cuyo trabajo sea poner los límites al
discurso significativo.

131
Dentro de este encuadre los discursos de la ética y la religión no tenían sentido. Las
proposiciones significativas eran figuras de los hechos o conjuntos de simples. No había hechos
que se pudieran figurar en el lenguaje ético o religioso. A diferencia de los positivistas lógicos,
sin embargo, Wittgenstein no descartaba por completo la religión o la ética. Aunque la ética y
la religión no podían ser significativamente dichas, se reflejan sin embargo a sí mismas: "Son
ciertamente cosas que no se pueden meter en palabras. Se hacen manifiestas por sí mismas.
Son lo místico".
El mismo Wittgenstein dijo tener experiencias místicas. Los temas religiosos y éticos
estaban fuera del mundo, fuera de los límites del discurso significativo y fuera de las
posibilidades de la investigación científica. De aquí que no debamos decir nada de ellos. El
Tractatus termina con una de las sentencias más famosas de la filosofía: "De lo que no se
puede hablar, mejor es callarse".
Pensamiento posterior
Wittgenstein acabó formando una segunda filosofía. En sus Investigaciones filosóficas,
publicadas póstumamente, Wittgenstein negó totalmente el enfoque al lenguaje que dio en su
Tractatus. El lenguaje seguía siendo su preocupación y él seguía pensando que todos los
rompecabezas filosóficos eran consecuencia de una mala interpretación del lenguaje.
Pero el Wittgenstein posterior rechazó completamente la idea del Wittgenstein inicial de
que las palabras eran algo así como las etiquetas -de un museo en el que sus exposiciones
eran los significados. Los filósofos se habían confundido por el hecho de que nosotros
hablamos de los significados de las palabras buscando las entidades que representan esos
significados. Nos aconsejaba que observáramos nuestra práctica y uso del lenguaje. Podríamos
entonces ver que el uso del lenguaje formaba parte de muchas actividades variadas o "juegos
de lenguaje". Wittgenstein era un apasionado de las metáforas y su discurso del lenguaje
siempre era parte de una actividad. Todos estos diferentes juegos de lenguaje confeccionaban
nuestra "forma de vida".
El significado es el uso
Decimos que un niño ha aprendido el significado de una palabra cuando ha aprendido a
jugar al juego de usar de dicha palabra. Si queremos saber si alguien comprende la palabra
"rojo", no empezamos con la imposible tarea de averiguar si ha tenido las mismas experiencias
asociadas a la palabra "rojo" que nosotros. Sólo miramos si dicha persona aplica la palabra
correctamente a las cosas; si la puede utilizar para realizar tareas ("Tráeme el jersey rojo"); y
si la puede utilizar adecuadamente en las frases ("El rojo es mi color preferido"). Conocer el
significado de una palabra o proposición es una cuestión de comprensión de la palabra o de la
proposición. Esta comprensión es, a su vez, una cuestión de ser capaz de utilizar dicha palabra
o proposición. Wittgenstein resumía esto en su famosa sentencia: "El significado es el uso".
Los filósofos tratan de dar el significado a las palabras tratando de dar definiciones
precisas. Wittgenstein pensaba que esto era imposible. Su ilustración favorita de la dificultad
era la palabra "juego". Si pensamos en todas las cosas que llamamos juego, no encontraremos
un punto en común a todas ellas, aunque haya semejanzas entre alguno de ellos. Los juegos
forman una "afinidad familiar". Todos los miembros de una familia determinada se parecerán a
dicha familia. Algunos tendrán los mismos ojos, o el mismo tipo de nariz o unas enormes
orejas. Pero no hay un conjunto de características que tengan todos ellos. Los filósofos como
Sócrates y Platón, que pensaban que la esencia de, por ejemplo, la justicia podía expresarse
en una definición, estaban, simplemente, equivocados.
Los problemas filosóficos surgen al errar en el conocimiento del lenguaje. El único papel
correcto de los filósofos era ser terapeutas que busquen disolver los problemas filosóficos
mediante la utilización que hacemos del lenguaje. Los problemas filosóficos tradicionales
aparecen cuando el "lenguaje se va de vacaciones". La solución consiste en hallar cómo
trabaja el lenguaje. En ese momento, los problemas desaparecerán. Los filósofos que no
centran sus esfuerzos en el lenguaje son como moscas que, sin esperanza, vuelan dentro de
una botella: "¿Cuál es nuestro objetivo en filosofía? Mostrar a la mosca el camino para salir de
la botella".
El lenguaje privado
El significado es el uso. Saber cómo utilizar una palabra es saber las reglas del lenguaje.
El lenguaje es una actividad regida por leyes. Las reglas son sociales, son acuerdos tácitos de

132
cada comunidad. No tienen una existencia independiente de las prácticas que seguimos en
nuestros juegos lingüísticos. Están sacadas de lo que hacemos en nuestra forma de vida. Por
lo tanto, el significado en sí mismo es social.
Desde esta perspectiva, Wittgenstein llegó a una de sus conclusiones más emocionantes
e importantes: no puede haber un lenguaje privado. Wittgenstein no negaba que podíamos
tener un código secreto propio con el que, por ejemplo, escribíamos nuestro diario. Con
lenguaje privado se refería a uno tal que nadie más pudiera entender, siquiera los principios.
La idea de dicho lenguaje parece extraña, pero tanto los racionalistas como los empiristas
abogaban por su posibilidad. Descartes imaginaba que él podía ser la única cosa que existiera.
No obstante, él seguía pensando. Y para realizar este tipo de pensamiento, Descartes debería
utilizar el lenguaje en cuestión. Para los empiristas, las palabras tenían un significado
dependiendo de las experiencias. Como uno no puede tener las experiencias de otro, no se
puede saber si las palabras que utiliza uno se ajustan a las del otro. Incluso el lenguaje que
utiliza cada persona era, para los empiristas, un lenguaje privado, privado para cada
interlocutor.
La conducta
Si Wittgenstein estuviera en lo correcto al pensar que el significado es una cuestión de
seguir unas determinadas reglas sociales, las principales tradiciones filosóficas del racionalismo
y el empirismo simplemente se disolverían. Los racionalistas y los empiristas tomaron como
punto de partida una descripción individual de los contenidos privados de su propia mente. ¡Ni
que decir tiene que su llamado "argumento del lenguaje anti-privado" ha sido tema de una
controversia filosófica sin fin!
Wittgenstein pensaba que esta misma perspectiva disolvía todos los problemas filosóficos
tradicionales, uno de los cuales era el escepticismo sobre la existencia de otras mentes. ¿Cómo
sabemos que otras personas tienen inteligencia, tienen vida mental? ¿Cómo sabemos que
nuestros semejantes no son autómatas que se comportan como nosotros sin tener realmente
ninguna vida interior consciente? Concretamente, ¿cómo sabemos que ellos sienten lo que
llamo "dolor"? Porque yo no tengo acceso a su dolor. Sólo puedo ver su comportamiento.
Los filósofos tradicionalmente han tratado de resolver este problema utilizando un
argumento por analogía. Un argumento por analogía concluye que lo que vale para un caso,
vale también para otro caso similar. Yo compruebo que los otros se comportan más o menos
como yo cuando algo me duele. Chillan, lloran y se retuercen como yo cuando algo me duele.
Pero éste no es un argumento convincente. El escéptico simplemente se preguntaría cómo
sabemos que la analogía existe. Quizá alguien se pueda comportar así sin tener realmente
ningún dolor.
Wittgenstein nos recuerda que aprendemos a utilizar la palabra "dolor" en relación con el
comportamiento. Aprendemos a aplicarlo a nosotros mismos y a los demás si nosotros, o el
resto, por ejemplo, gritan o se retuercen. El comportamiento nos da, según Wittgenstein, el
criterio del dolor. Esto puede sonar a conductismo. El conductismo puro dice que dolor es sólo
el comportamiento que asociamos al dolor. Pero no sería correcto, pues podemos sentir dolor y
no mostrarlo. La teoría de Wittgenstein es que, para hacer esto, tendríamos que aprender a
esconder el dolor. Lo primero que aprenden los niños cuando les duele algo es el
comportamiento y, después, se les enseña que no siempre deben expresarlo. Antes de
aprender a ocultar este comportamiento, no hay duda de que siempre que les aparezca el
dolor gritarán espontáneamente. Así es precisamente como utilizamos la palabra: una etiqueta
para ese algo que nos produce ganas de gritar.
El problema tradicional del escepticismo sobre el mundo exterior también se disuelve. Lo
que entendemos por conocimiento viene dado por las reglas de utilización de la palabra
"conocer". Estas reglas nos autorizan a decir bajo ciertas circunstancias, por ejemplo, que
sabemos que a las cuatro en punto pasa un tren. Si las circunstancias son las adecuadas, no
habrá duda sobre lo que conocemos.
Si hablara un león
Al prescindir de los problemas filosóficos tradicionales, muchos filósofos temieron que
Wittgenstein estuviera cayendo en una forma extrema de relativismo. El relativismo es una
doctrina que no cree en una realidad o verdad simple. Lo que es verdad y lo que realmente
existe es relativo a las diferentes culturas o a los diferentes periodos históricos. El problema
para Wittgenstein era que el significado era una cuestión de las reglas de los juegos
133
lingüísticos que constituían nuestra forma de vida. Lo que queríamos decir con "verdad" o
"realidad" estaba formado por cómo utilizábamos estas palabras en nuestra forma de vida.
Tendemos a pensar en términos de una concepción absoluta del mundo: existen la verdad y la
realidad independientemente de nosotros. Pero la concepción social de Wittgenstein podía
descartar esto. Wittgenstein advertía en las Investigaciones filosóficas que si un león pudiera
hablar no podríamos entenderlo. Esto es, el habla del león sería parte de una forma de vida
tan diferente a la nuestra que no tendría sentido para nosotros. El león tendría sus propias
concepciones de la realidad y ¿quién sería él para decir lo que está bien? Los leones y los
humanos tedríamos nuestras propias ideas independientes de la corrección ligadas a nuestras
formas de vida.
Wittgenstein esperaba realmente el final de la filosofía. En cuanto la mosca saliera de la
botella, no le quedaría nada por hacer al filósofo. Sin embargo, sus propias obras generaron un
inmenso crecimiento de la investigación y especulación filosóficas.
Enlaces
Filósofos relacionados:
Platón - El mundo de las Ideas: para las formas inmutables.
Filosofía del lenguaje - Anti-metafisica: para el desarrollo de la filosofía del lenguaje.
Filosofía de la mente - ¿Somos ordenadores?: para la relación entre la mente y el
comportamiento.

Historia:
Siglo XX - Perspectiva: para la I Guerra Mundial.
Bibliografía
Las obras más importantes de Wittgenstein son:
Investigaciones filosóficas, Crítica, Barcelona, 1988.
Los cuadernos azul y marrón, Tecnos, Madrid, 1984.
Tractatus logico-philosophicus, Alianza, Madrid, 1987.
ESTUDIOS:
Alston, W. P. y otros: Los orígenes de la filosofía analítica: Moore, Russell y Wittgenstein,
Tecnos, Madrid, 1976.
Kenny, A.: Wittgenstein, Alianza, Madrid, 1984. Resulta muy útil el análisis del primer
Wittgenstein que contiene esta obra.
Prados Celma, J. L.: Wittgenstein, Cincel, Madrid, 1990.

134
HEIDEGGER (1889-1976)La vida de Heidegger
Heidegger fue uno de los filósofos más vitalistas y prolíficos del siglo XX. Después de la
Gran Guerra de 1914-1918, los problemas de la vida humana se pusieron en tela de juicio con
una nueva intensidad. La mayoría de las personas pensaba que el viejo mundo se había
terminado para siempre. La fe ciega en el progreso se dejó de lado y el humanismo,
liberalismo y optimismo tradicionales fueron vistos con recelo.
En el s. XIX, algunos filósofos y pensadores no seguían la corriente principal de la
filosofía. Después de la I Guerra Mundial, dichas personas fueron vistas por algunos como
profetas de la catástrofe. El pensador danés Kierkegaard y el alemán Nietzsche fueron dos
filósofos que tuvieron muy pocos seguidores en su época. Su pensamiento inspiró, sin
embargo, a toda una generanción de filósofos del periodo de entreguerras: la "filososofía de la
existencia". Heidegger fue considerado como parte de este movimiento, a pesar de sus
esfuerzos por desarrollar su propio camino.
Heidegger desarrolló la fenomenología de Edmund Husserl (1859-1938). Husserl intentó
crear una ciencia pura que no explicara los hechos ni examinara las teorías, sino que
describiera las cosas como se aparecen realmente ante nosotros. Fenomenología es la doctrina
que se ocupa de la apariencia de las cosas. Heidegger utilizó esta doctrina para describir la
condición del hombre.
Heidegger fue profesor universitario en Marburgo y Friburgo, en Alemania, y ya famoso
como profesor en su juventud. Fue uno de los pocos grandes intelectuales de la época atraídos
por el nazismo. Tenía la idea de que el hombre estaba indefenso y completamente expuesto a
la lucha por la supervivencia. No contento con la observación de la lucha, Heidegger quería
tomar parte de ella. Para ello, olvidó el viejo axioma filosófico de mantenerse a una distancia
crítica de su propia época, de su propia sociedad y de los grandes hechos históricos
contemporáneos. Heidegger estaba fascinado por las "maravillosas manos" de Hitler y llamó a
su héroe "el destino de Alemania". En 1945, y a causa de su simpatía hacia Hitler y el nazismo,
fue expulsado de su puesto de trabajo por las fuerzas de ocupación francesas.
El vínculo teológico
Heidegger se centró en dar una nueva interpretación a las ideas principales del
cristianismo. En su juventud leyó a San Agustín y los grandes escolásticos y parte de su
educación la recibió en un colegio jesuita. Escribió su primer libro sobre el filósofo medieval
Duns Escoto. En su famoso libro El ser y el tiempo (1927), Heidegger presentó una experiencia
de vida tomada de la tradición cristiana sin utilizar el lenguaje mitológico. Heidegger, de
hecho, construyó un nuevo lenguaje y acuñó muchas nuevas palabras para extraer la
expresión de esta experiencia de vida de sus raíces históricas.
En su primer acercamiento al cristianismo recibió más atención de los teólogos que de los
filósofos profesionales. El teólogo alemán Rudolf Bultmann intentó desmitificar el cristianismo
en el contexto del existencialismo de Heidegger. Quería presentar el cristianismo al mundo
moderno sin utilizar conceptos mitológicos como los ángeles, los milagros o el demonio.
Bultmann pensaba que el significado y contenido del cristianismo debían ser reformulados
mediante un lenguaje no religioso.
Heidegger intentó dar un enfoque objetivo y científico a la condición del hombre tal y
como se nos aparece. Quería analizar la experiencia de la vida humana para descubrir la
cuestión del ser. En El ser y el tiempo, opina que la temporalidad es la característica distintiva
de todas las partes de la condición del hombre. Ninguna parte del ser humano se encuentra al
margen del paso del tiempo. Heidegger afirmaba que los seres humanos son idénticos a su
existencia real. La esencia del hombre no es más que su pasajera y momentánea existencia.
Condición del hombre
El tema de toda la obra El ser y el tiempo, según fue proyectada, era la "cuestión del
ser". Sin embargo, Heidegger no terminó nada más que la primera parte del libro: una
investigación sobre la clase de existencia particular de los hombres. El análisis de las
condiciones del hombre sólo era una parte de su fenomenología incompleta del ser.
Los seres humanos no son invitados aislados de este mundo. Forman parte de él y
pueden ser descritos por su interacción con las herramientas, las cosas, el resto de las
personas y el futuro. Heidegger intentaba formalizar las características de este tipo de ser con
el hombre. El tipo de ser de las cosas podía ser descrito en categorías, como hizo Kant.
135
Heidegger estaba interesado en el ser del hombre. En vez de categorías, describió el tipo de
ser que le es peculiar al hombre como "existenciales", puesto que el hombre no existe en las
mismas condiciones que las cosas.
La parte completa de El ser y el tiempo contempla las condiciones del ser del hombre. El
libro no trata de indicarnos como ser un buen hombre, un hombre feliz o un hombre fuerte,
sino de examinar las condiciones del ser del hombre puro y simple. En primer lugar, Heidegger
teoriza que ser un hombre es lo mismo que estar en el mundo. No hay ninguna parte del
hombre que pueda ser extraída de su mundo. él es su mundo. Heidegger también opinaba que
el hombre es tan finito como su mundo. En segundo lugar, el hombre se relaciona con su
mundo mediante la "comprensión" (Verstehen). Lo queramos o no, nos relacionamos con el
mundo mediante la comprensión o incomprensión cuando lo interpretamos. Tanto el "estar en
el mundo" (In-der-Welt Sein) como la "comprensión" son "existenciales", esto es, marcas
inextirpables de la condición humana. En tercer lugar, todo el mundo ocupa una posición u
otra en el horizonte entre la existencia "auténtica" (Eigentlichkeit) y la "no auténtica"
(Uneigentlichkeit). Todo el mundo da a su vida diferentes grados de autenticidad.
Existenciales
El hombre puede perderse o encontrarse. La clave es que siempre vive en actividades,
estados y relaciones que pueden ser descritos mediante existenciales. La existencia del
hombre tiene dos modos fundamentales de producirse, con cierto grado de autenticidad.
Siempre está en uno u otro estado, miseria o felicidad. Los estados del hombre pueden ser de
una docena de tipos diferentes, pero siempre se encuentra en alguno de ellos. Por lo tanto, su
estado o "disposición" (Befindlichkeit) es un existencial.
Lo mismo se aplica a "inquietud" (Sorge). Como exitencial, "inquietud" significa el interés
que ponemos en nuestras vidas a través de las actividades diarias. Cuando nos depertamos
por las mañanas, nos lavamos los dientes, tomamos nuestro desayuno y vamos al trabajo,
actuamos en la trama de inquietudes. "Inquietud" es una marca distintiva de la condición
humana. No hay vida humana sin inquietudes de este tipo.
Todo ser humano ha sido puesto en este mundo sin su consentimiento. Nadie ha elegido
nacer. Nos expulsaron a las condiciones de vida sin que nadie nos preguntara si así lo
queríamos. Heidegger llamó a este existencial "Geworfenheit". Con ello quería decir que la vida
no era como un viaje que se podía posponer o cancelar. Nos echan dentro del agua y nosotros
debemos hacer lo que podamos por sobrevivir, de la mejor forma posible, bajo unas
condiciones que no hemos elegido.
El despiadado tiempo
Todos los existenciales están contenidos en la "finitud" (Zeitlichkeit). Tanto los
pensamientos como las acciones se encuentra bajo el yugo del tiempo. El tiempo no puede
invertirse y está más allá de nuestra esfera de influencia. No podemos elegir vivir fuera o
dentro del tiempo. El tiempo y su "finitud" es la ley que todo y todos debemos acatar. Es la
condición más trascendental de todos los existenciales.
Ningún otro filósofo había presentado antes al hombre tan despiadadamente finito como
Heidegger. La muerte, la decadencia, la transitoriedad (en resumidas cuentas, la "finitud") se
presentan en todo lo que pensamos y hacemos. No sólo somos seres finitos, sino que la
"finitud" no es algo que, desafortunadamente, y según Heidegger, tiene que morir. La muerte
no es algo que le ocurra al hombre como una sorpresa o que debamos evitar. El modo peculiar
del ser de la persona se forma a partir de la finitud de su vida. La muerte no es un accidente,
ni una catástrofe, sino un hecho que se basa en la tiranía del mismo tiempo, un poder al que
nadie puede escapar.
Los existenciales son fenómenos, es decir que se nos aparecen si podemos observarlos
sin interferencias. Los fenómenos no son exactamente lo mismo que los hechos. Con
frecuencia, los fenómenos están ocultos o son invisibles. Tienen que descubrirse, exponerse y
revelarse. Tenemos que prepararnos para ver los fenómenos tal y como son. El hombre puede
estar tan absorto en el mundo de las cosas como para olvidar el ser del hombre. En este punto
es en el que el existencialismo de Heidegger reclama una elección de "autenticidad". Por
ejemplo: el tiempo es un fenómeno que debemos descubrir. No aparece por sí mismo en el
devenir diario. Debemos mirar más allá para descubrir la "finitud" de todas las cosas. La
completa revelación del fenómeno del tiempo incluye el conocimiento de la ineludible muerte.

136
Autenticidad
Todos los "filósofos de la existencia" eran bastante escépticos ante el psicoanálisis y el
resto de explicaciones de por qué el hombre era realmente como era. Como su profesor
Husserl, Heidegger opinaba que la conciencia humana estaba intrínsecamente conectada con
su contenido. El ser humano utiliza herramientas, se comunica con los otros, siente y trabaja.
La naturaleza del hombre estriba en estas acciones y relaciones. No tiene esencia, no hay una
verdad simple sobre él. El hombre no tiene un alma eterna e impertérrita. Los seres humanos
siempre están ocupándose de sus acciones y productos, de sus relaciones con los demás, con
las cosas que les rodean, de su destino y en su futuro.
El hombre puede ser auténtico o no auténtico, ser él mismo o perderse. En este tema,
Heidegger predica una forma de vida como la mayoría de los filósofos existencialistas. El
individuo puede perderse en la masa. La vida humana tiende a la "cotidianeidad", cuando el
hombre se repliega en la curiosidad, la ambigüedad y la charlatanería. Lo que ocurre es que el
individuo puede ser borrado por asimilación a la masa o a las cosas que le rodean. Además,
Heidegger creía que el resto de las personas participaban en la constitución de nuestra
individualidad. Pero era muy importante evitar la asimilación a la opinión pública.
La experiencia de la "angustia" (Angst) puede sacar a la luz las conexiones reales de las
cosas. A veces, sólo sentimos la presencia de una bombilla cuando falla en su iluminación o se
estropea. La totalidad de la existencia se suele descubrir sólo cuando nos encontramos con la
posibilidad de no seguir viviendo. La angustia es una reacción a este entendimiento. La
angustia es el estado que descubre el ser como un "ser hacia la muerte" (Sein-zum-Tode). La
angustia es un producto de la vida humana como tal.
La historia del Ser
Heidegger contó con brillantes alumnos que extendieron sus ideas al campo de la historia
de la filosofía. Hannah Arendt, Walter Schultz, Hans-Georg Gadamer, Herbert Marcuse, Karl
Löwith, Rudolf Bultmann, Wilhelm Weischedel y muchos otros filósofos estuvieron inspirados
por las clases de Heidegger. Sus alumnos dominaron la filosofía alemana durante, al menos,
una generación.
Después de cancelar la conclusión de El ser y el tiempo, Heidegger se interesó por las
interpretaciones de la historia de la filosofía. El tema principal del pensamiento moderno había
sido, según Heidegger, la expansión del individuo, del ego consciente. Desde Francis Bacon y
su "saber es poder" hasta la "voluntad de poder" de Nietzsche, los filósofos han imaginado un
sujeto que interviene y domina el mundo de los objetos. Con Nietzsche, las posibilidades de la
metafísica occidental fueron agotadas. Su doctrina de la "voluntad de poder" ponía de
manifiesto la esencia de la filosofía occidental de una vez por todas. La tecnología moderna era
la realización del antiguo ansia de poder, como expresaba el pensamiento de Nietzsche.
Heidegger pintó un cuadro del desarrollo de la filosofía occidental poco menos que
catastrófico. El proceso de abandono del ser (Seinsvergessenheit) ha ganado. La filosofía de la
Antigua Grecia fue uno de los grandes errores que nos llevaron a la tecnología y la adoración
del poder modernas. Esta dejadez hacia el Ser implicaba un rechazo a todo lo que no estuviera
relacionado con el mismo sujeto. El hombre moderno percibe el mundo como dependiente de
su interferencia. El orden real de la dependencia era el opuesto. La interferencia del sujeto
dependía del Ser, que era rechazado cuando intentaba dominarlo mediante el control o las
manipulaciones.
La forma de ver las cosas de Nietzsche con su "Dios ha muerto" era, de hecho, la
culminación del olvido del Ser. ésta era la conclusión de la historia de la filosofía occidental.
Heidegger llamó a esto "nihilismo", es decir, el aislamiento del sujeto, del ego consciente, del
Ser, un estado en el que el sujeto se imagina a sí mismo como el único artífice de la
proyección y la verdad. La doctrina de Nietzsche de la "voluntad de poder" era, decía
Heidegger, una filosofía acorde al moderno estado industrial. En sus últimos años, Heidegger
se ocupó en buscar alternativas al olvido del Ser que estaba ocurriendo en Occidente. Al
mismo tiempo, formuló su influyente crítica a la tecnología moderna.
La proyección del Ser
Heidegger no se consideró como un "filósofo" ni a sus reflexiones las llamó "filosofía". Se
describía a sí mismo como "pensador" y su filosofía como el "pensamiento" que ponía de
relieve la diferencia entre su propia obra y las de los metafísicos occidentales. El

137
"pensamiento" era la forma de escapar al olvido del ser para recoger la totalidad de todo lo
que una vez existió antes de que el hombre cayera en la reflexiva y consciente búsqueda del
poder. La metafísica occidental había transformado el ser en un conjunto de cosas que podían
manipularse y controlarse. El olvido del ser significaba olvidar las diferencias entre el ser en sí
y los seres. Puedes dominar la existencia, pero no puedes nunca manejar el Ser. El sujeto, los
objetos y el pensamiento presuponen al mismo Ser. Para Heidegger, el nihilismo es lo mismo
que el olvido del Ser, el núcleo destructivo de la filosofía occidental. Heidegger intentó vencer
este nihilismo encontrando un camino de vuelta a través de la memoria desde la dominación a
la devoción, del tener al ser.
Enlaces
Filósofos relacionados:
Kant - Conocimiento humano: para sus categorías de experiencia.
Nietzsche - Importancia del arte: para su influencia existencialista.
Kierkegaard - Kierkegaard y Hegel: para Kierkegaard y Hegel.
Sartre - Pensamiento de Sartre: para su respuesta a Heidegger.
Bibliografía
Las obras más importantes de Heiddegger son:
Caminos del bosque, Alianza, Madrid, 1995.
Del camino al habla, Serbal, Barcelona, 1987.
El ser y el tiempo, Fondo de Cultura Económica, Méjico, 1993.
ESTUDIOS:
Pöggeler, O.: El camino del pensar de Martin Heidegger, Alianza, Madrid, 1993. Destaca,
sobre todo, por la exposición de El ser y el tiempo.
Rodríguez García, R.: Heidegger y la crisis de la época moderna, Cincel, Madrid, 1988.
Esta obra ofrece un buen análisis de la evolución del pensamiento de Heidegger.
Steiner, G.: Heidegger, Fondo de Cultura Económica, Méjico, 1991.

138
SARTRE (1905-1980)La vida de Sartre
Jean-Paul Sartre nació en París, Francia, y llegó a convertirse en el principal contribuidor
a la cultura parisina. Además de publicar varias obras filosóficas populares y bastante amenas,
Sartre fue también, un exitoso escritor de novelas y gran comentarista político y crítico
literario.
Estudió filosofía en la Ecole Normale de París. Fue aquí donde empezó su relación
amorosa con Simone de Beauvoir, otra de las grandes existencialistas y escritora feminista.
En 1931, Sartre dejó París para enseñar filosofía en Le Havre, lo cual no le agradó
demasiado. Después de su vuelta a París en 1937, Sartre publicó su primera novela filosófica,
La náusea, basada en sus experiencias en Le Havre.
Cuando estalló la II Guerra Mundial, Sartre se unió al ejército francés. En 1940 fue
capturado por los alemanes y estuvo prisionero durante un año hasta su regreso a la Francia
ocupada. De vuelta en París, Sartre participó activamente en la Resistencia francesa. La guerra
cambió a Sartre, lo cual se reflejó en su filosofía, que dejó de ser académica para centrarse
completamente en los problemas de la condición humana. Su gran obra El ser y la nada fue
publicada en 1943, seguida por El existencialismo es humanismo en 1945. Ambas se hicieron
muy populares.
Después de la guerra, Sartre fundó, junto con Simone de Beauvoir, la revista política y
literaria Les Temps Modernes. Por aquel entonces, Sartre se convirtió en una figura política
controvertida, que coqueteó con el marxismo y se opuso frontalmente a la participación de
Estados Unidos en la guerra de Vietnam. En 1964 se le concedió el premio Nobel de literatura,
el cual rechazó. Cuando sus ideas políticas y filosóficas dejaron finalmente de ser tan
populares, Sartre siguió siendo considerado con respeto y a su funeral, en 1980, acudieron
unas 50.000 personas.
Pensamiento de Sartre
Jean-Paul Sartre estuvo fuertemente influenciado por el filósofo alemán Martin Heidegger
(1889-1976) que, a su vez, estuvo muy influenciado por Kierkegaard. Los tres son
considerados como los principales exponentes de la filosofía existencialista.
Sartre decía que el "existencialismo es humanismo", con lo cual se refería a que los
existencialistas sólo toman como punto de partida el propio ser humano. Quizá deba reseñarse
que se trataba de un humanismo con una visión mucho más sombría de la situación del
hombre que la que tenía el humanismo del Renacimiento. Sartre podría decirse que pertenecía
al existencialismo ateo. Su filosofía puede considerarse como un despiadado análisis de la
situación del hombre cuando "Dios ha muerto". La expresión "Dios ha muerto" viene del
filósofo alemán Friedrich Nietzsche (1844-1900).
El existencialismo
La palabra clave de la filosofía de Sartre era, como para Kierkegaard, "existencia". Ahora
bien, no debería confundirse existencia con estar vivo. Las plantas y los animales también
están vivos, existen, pero no tienen que preocuparse por lo que eso significa. El hombre es el
único ser vivo que es consciente de su propia existencia. Sartre decía que las cosas físicas
solamente son "en sí mismas" (en soi), pero el ser humano también es "para sí mismo" (pour
soi). Ser persona era algo muy diferente a ser cosa.
Sartre afirmaba que la existencia del hombre tiene prioridad sobre cualquier significado
que pudiera tener. El que yo exista tiene prioridad, por lo tanto, sobre lo que soy. "La
existencia precede a la esencia", decía. Por esencia entendemos aquello de lo que algo consta,
es decir, la naturaleza de una cosa. Pero, según Sartre, el hombre no tenía una naturaleza
innata. Por tanto, el hombre tenía que crearse a sí mismo. Tenía que crear su propia
naturaleza o "esencia" porque esto no es algo que venga dado de antemano.
A través de toda la historia de la filosofía, los filósofos han intentado dar una respuesta a
qué es el hombre o qué es la naturaleza humana. Pero Sartre pensaba que el hombre no tenía
dicha "naturaleza" eterna en la que refugiarse. Por eso tampoco servía de nada perseguir el
sentido de la vida en general. Estábamos condenados a improvisar. Somos como actores que
entraran en el escenario sin tener ningún papel estudiado previamente, ningún apuntador que
nos susurrara lo que debíamos hacer. Teníamos que elegir por nuestra cuenta cómo queremos
vivir.

139
La mala conciencia
Cuando el hombre se da cuenta de que existe y de que va a morir, y de que no tiene
nada a lo que agarrarse, entonces aparece la angustia, decía Sartre. Recuérdese que la
angustia era también la característica de la descripción de Kierkegaard de un hombre que se
encuentra en una situación existencial.
Sartre opinaba además que el hombre se sentía un extranjero en un mundo sin sentido.
Al describir la "alienación" del hombre, recogía al mismo tiempo los pensamientos centrales de
Hegel y Marx. La sensación del hombre de ser un extranjero en el mundo creaba un
sentimiento de desesperación, aburrimiento, asco y absurdo.
Pero, aunque la vida no tenía sentido, Sartre pensaba que el hombre seguía siendo libre
y que la gente debía enfrentarse a esto. "El hombre está condenado a ser libre", decía.
"Condenado porque no se ha creado a sí mismo y, sin embargo, es libre. Porque una vez ha
sido arrojado al mundo es responsable de todo lo que hace". Y, puesto que somos
completamente responsables de todos nuestros actos, son muy importantes nuestras
elecciones.
Otro de los grandes pensadores existencialistas y amigo de Sartre, Maurice Merleau-
Ponty, decía que la razón venía después de la decisión. El mismo Sartre insistía en que no
podíamos esperar racionalizar todas las elecciones que tenemos que hacer. La vida era una
constante elección y no siempre teníamos buenas razones para hacerlas.
Sartre consideraba esta libertad para elegir una gran carga que llevar, pero que era algo
que teníamos que comprender y aceptar. Algunas personas consideran esto una tarea difícil.
La gente que se asustaba de esta carga de la libertad a veces caía en una especie de
decepción intelectual que Sartre llamó "la mala conciencia". Intentaban engañarse a sí mismos
diciéndose que realmente no tenían la libertad de elección. Cuando las personas dicen cosas
del tipo de "Yo sólo hago mi trabajo", son responsables de la mala conciencia, puesto que usan
su trabajo como motivo para no realizar sus propias elecciones. Cuando alguien niega este tipo
de elección actúa como si sólo existiera "en soi", en vez de "pour soi". Las personas que, de
esta forma, van entrando en la masa anónima, se convierten en miembros impersonales de
dicha masa. Se refugian en la mentira de la vida, porque la libertad humana nos exige poner
algo de nosotros mismos, existir "auténticamente".
Simone de Beauvoir
Simone de Beauvoir utilizó el existencialismo de Sartre como la base para su libro El
segundo sexo, el cual trataba de las relaciones entre los hombres y las mujeres. En dicho libro,
describe la forma en la que tradicionalmente los hombres habían tomado el papel que les
permitía hacer las elecciones y las mujeres no. El hombre asumía la existencia pour-soi
mientras que la mujer sólo existía en-soi. Ellos eran los sujetos y las mujeres los objetos del
hombre, sin pensar ni hacer elecciones por sí mismas.
De Beauvoir negó la existencia de ninguna "naturaleza femenina" o "naturaleza
masculina". Quería que las mujeres se dieran cuenta de que son libres de elegir en lugar de
someterse a papeles de subordinación como esposas, madres u objetos sexuales.
Aunque pretendía que las mujeres fueran las responsables de su libertad y tomaran el
control de sus vidas, Simone de Beauvoir no fue considerada en un principio como una
feminista. En parte esto se debía a que pensaba que las mujeres tenían una gran parte de
culpa en su opresión. Dentro de lo que Sartre llamó "mala conciencia", las mujeres tendían a
elegir la seguridad, aunque implicara pasividad, en vez de enfrentarse a su libertad.
Posteriormente, de Beauvoir cambió su punto de vista, achacando a las diferentes
circunstancias materiales en las que una nacía la conciencia de la propia libertad. Lo mejor que
debía hacer una mujer era intentar cambiar la situación tomando sus propias decisiones y
llevándolas hasta los límites de lo posible.
Enlaces
Filósofos relacionados:
Kierkegaard - La vida de Kierkegaard: para su existencialismo.
Nietzsche - Ataque al cristianismo: para su proclama de la muerte de Dios.
Heidegger - La vida de Heidegger: para su desarrollo del existencialismo.
Bibliografía

140
Las obras más importantes de Sartre son:
El existencialismo es un humanismo, Edhasa, Barcelona, 1992.
El ser y la nada. Ensayo de ontología fenomenológica, Alianza, Madrid, 1989.
La imaginación, Edhasa, Barcelona, 1980.
ESTUDIOS:
Bobbio, N.: El existencialismo. Ensayo de interpretación, Fondo de Cultura Económica,
Méjico, 1983. Esta obra acentúa, sobre todo, los aspectos políticos del existencialismo.
Fontán Jubero, P.: Los existencialismos: claves para su comprensión, Cincel, Madrid,
1991.
Wacquez, M.: Sartre, Barcanova, Barcelona, 1981.

141
FILOSOFíA DE LA MENTE La mente, el enigma
"Pienso, luego existo". Descartes utilizaba este pequeño argumento para establecer un
absoluto y certero punto de partida, su propia existencia. Pero ¿qué era él? Se podía imaginar
a sí mismo sin cuerpo pero no podía imaginarse sin pensamiento, por lo que concluyó que su
más profunda esencia era el pensamiento, la conciencia. Probablemente, la mayoría de los
filósofos ha estado de acuerdo con Descartes en que el pensamiento es lo que nos hace
especiales.
Somos lúcidamente conscientes de nosotros mismos gracias a la vida mental. Pensamos,
sentimos dolor, placer, tenemos esperanza, amamos, etc. Esto desemboca en uno de los
problemas filosóficos más difíciles. Por otro lado, no hay nada que nos sea más familiar que
nuestra propia vida mental consciente. Y, sin embargo, no tenemos un conocimiento
demasiado amplio de ella. No tenemos ninguna teoría que explique qué es nuestra vida mental
consciente y cómo funciona. ¡No tenemos, ni siquiera, una buena definición de la conciencia!
Ya Descartes apuntaba a que la conciencia tenía algo que ver con el cerebro. Pero la forma en
la que el cerebro produce algo tan maravilloso y misterioso como la conciencia es algo que no
sabemos.
¿Un ordenador piensa?
Para comprender las cosas difíciles, frecuentemente recurrimos a metáforas o modelos.
La operación del cerebro que desemboca en la conciencia ha sido imaginada como una fábrica
(Leibniz), como algo hidráulico (Descartes) o como el panel de una centralita telefónica. En los
últimos años, el desarrollo de la ciencia de la computación nos ha dado un modelo
predominante. ¿Es posible que nuestros cerebros funcionen como los ordenadores? Quizá el
cerebro sea realmente un ordenador. Supongamos que pudiéramos construir un ordenador que
pensara. Esto nos proporcionaría un modelo para la comprensión de nuestro propio proceso de
pensamiento. Pero esto valdría si los ordenadores pudieran pensar.
Los ordenadores hacen cosas espectaculares, pero ¿realmente piensan? Seguro que hay
montones de programas que te permiten interrogar a un ordenador tecleando las preguntas en
el teclado para que, acto seguido, el ordenador nos responda. Puede incluso ser una pregunta
que a ti te costaría bastante responder y que, sin embargo, el ordenador responde
rápidamente y sin esfuerzo. ¿Es eso pensar? Lo que hace el ordenador puede ser bastante
impresionante, pero no parece que eso sea pensar. El ordenador ha sido programado para
recoger unas cadenas de símbolos (la pregunta que has introducido) y procesarlas de un modo
meramente mecánico para producir otra cadena de símbolos diferentes (la respuesta). Esto es
lo máximo que hace, hoy por hoy, un ordenador. Pero ¿qué tendría que hacer un
superordenador para convencernos de que está realmente pensando?
El test de Turing
Alan Turing, uno de los pioneros de la computación, propuso una famosa prueba, que
lleva su nombre, para decidir si un ordenador piensa o no. Imagina que te encuentras con dos
teclados unidos a dos pantallas. Puedes teclear preguntas a ambas máquinas y obtener
respuestas, pero sólo una es una máquina, pues la otra es un humano que está escondido.
Tienes que determinar quién es quién introduciendo las preguntas que consideres oportunas y
estudiando las respuestas recibidas. Ningún ordenador actual sería capaz de durar mucho
tiempo con esta prueba de hacerte creer que es un humano. (¿Te podría engañar el programa
que estás utilizando en este momento?). Pero supón que un día se construye un ordenador
que tiende a engañarte a ti y al resto de las personas. Si fuera tan bueno como un ser humano
en esta prueba, y no habría razón para no opinar que es una máquina pensante, según Turing.
Algunos filósofos niegan que un ordenador pueda jamás pensar, aunque responda a las
preguntas de forma tal que supere el test de Turing. Argumentan que el pensamiento real
requiere el entendimiento de las frases producidas. Y esto no se demuestra simplemente
dando la respuesta correcta a las preguntas formuladas. Imagina un niño que pudiera decir
muchas cosas ciertas sobre los plátanos (son amarillos, son una fruta), pero que no
reconociera un plátano. El niño no comprendería lo que significa "plátano". Nuestra
comprensión de "plátano" está unida a nuestra habilidad de escoger un plátano del mostrador
de la frutería. Cuando ese niño dice "los plátanos son amarillos", no tiene la idea que tenemos
nosotros cuando lo decimos. Nuestra comprensión de las palabras está conectada a nuestras
habilidades para aplicarlas y no sólo para usarlas en frases. Con este argumento, un ordenador

142
que pase el test de Turing puede todavía no estar plenamente dotado de pensamiento, pues
no comprende las palabras que produce.
¿Robots conscientes?
Si esto es correcto, si el conocimiento real requiere la comprensión y si esto significa la
habilidad de aplicar palabras en nuestra interacción con el mundo exterior, un ordenador que
pensara debería ser una especie de robot (como reconocía el mismo Turing). Necesitaríamos
equipar al robot con órganos sensoriales artificiales (como una cámara de televisión, por
ejemplo) y con, digamos, un brazo mecánico para señalar. Si dicho robot pudiera utilizar el
lenguaje como nosotros y hacer lo que hacemos con él, podrá hacer todo lo que se espera que
haga algo que piensa.
Supongamos que hemos conseguido construir nuestro robot, D2-dmtal, y que pasa
perfectamente el test de Turing. D2-dmtal es una máquina pensante. Pero ¿es realmente
pensante? Para ver por qué algunos filósofos dudan esto, necesitamos aclarar una
característica muy importante de nuestra vida consciente. Frecuentemente procesamos
información sin ser completamente conscientes de que lo estamos haciendo. Supongamos que
te encuentras en un coche manteniendo una interesante conversación con un amigo. Paras
ante la luz roja de un semáforo y arrancas cuando se pone en verde. Verdaderamente, te diste
cuenta. Paraste. Pero no estuviste actuando conscientemente todo el tiempo. Tu cerebro
procesó la información y actuó sin molestarse en trasladar la orden al nivel consciente. Quizá
esto es lo que le pasaría a D2-dmtal. Sería un sofisticado sistema de procesamiento de
información sin una conciencia completa.
La conciencia
¿Qué es la conciencia? Esta pregunta no tiene una buena respuesta y, desde luego,
implica lo que se conoce como el "flujo de la conciencia". Algunos filósofos y científicos creen
que el flujo de la conciencia es un tipo de proceso regulador interno relacionado con el
lenguaje. Por un lado, hay una especie de conciencia sobre la luz roja mientras hablamos con
nuestro amigo. Nuestro cerebro examina el entorno y detecta la luz roja, pero no se preocupa
de llevar el tema a la conciencia plena. Por otro lado, hay otro tipo de conciencia más
perfeccionada que adquirimos cuando, por ejemplo, estuvimos aprendiendo a conducir: nos
decimos o pensamos "el semáforo se ha puesto en rojo". Esto sugiere que el cerebro tiene un
dispositivo que examina los dispositivos que se encargan de examinar el entorno.
El dispositivo de exploración del nivel más alto informa de lo que detectan los niveles
más bajos (que el semáforo está en rojo). El resultado lleva a un monólogo interno: "El
semáforo está en rojo". No hay ninguna razón en principio por la que un robot listo no pudiera
equiparse con una máquina similar que nos diera la respuesta cuando se la pidiéramos: "Estoy
viendo una luz roja". Si D2-dmtal tiene que pasar la prueba de pensamiento consciente,
necesitará ser capaz de informar de lo que se debería hacer igual que haríamos nosotros (o
pensaríamos).
Muchos filósofos no están muy convencidos de que incluso esto sea el fin de la cuestión
del pensamiento completo y consciente de un robot. Algunos objetan que incluso si un
ordenador tuviera su propio monólogo interior, no sería completamente consciente. D2-dmtal
podría detectar la luz roja. Podría incluso decirnos que la ha detectado. Pero no tendría ese
sentimiento subjetivo interno que tenemos nosotros cuando vemos una luz roja. ¡D2-dmtal no
tiene conciencia de la experiencia! ¿Cómo podríamos dirimir la cuestión de si un ordenador
robótico podría tener la experiencia de "ver rojo"?
Pero este mismo problema se aplica tanto a las personas como a los ordenadores. ¿Cómo
puede otra persona saber que tú tienes una experiencia interna cuando miras las cosas rojas?
Quizá tú puedas seleccionar las cosas rojas correctamente sin haber tenido la experiencia
interna que ha tenido otra persona. O quizá una persona tenga las mismas experiencias
internas cuando ve cosas verdes que tú cuando ves cosas rojas. Quizá seas un completo zombi
sin ningún tipo de vida mental. Actúas y hablas como todo el mundo y, sin embargo, nada
pasa en tu mente. Los filósofos que se toman en serio este punto de vista escéptico sobre las
otras mentes y vidas mentales tendrán que admitir que realmente no saben si D2-dmtal tiene
una vida mental.
¿Somos ordenadores?

143
Si no eres de este tipo de escépticos, si piensas que el resto de las personas tienen
obviamente las mismas experiencias que tú cuando ves el rojo, cuando sientes dolor, amor, es
probable que sea porque implícitamente estás siguiendo a la corriente que seguía
Wittgenstein, por ejemplo, que argumentaba que el comportamiento (lingüístico y no
lingüístico) proporciona el criterio para tener una vida mental. Para comprobar si piensas así,
considera esta fantasía. Tienes una intensa y satisfactoria relación íntima con una persona.
Dicha persona muere en circunstancias trágicas. Cuando se le realiza la autopsia, se descubre
que no tiene cerebro. Verdaderamente, sería un impresionante descubrimiento, pero ¿sería un
descubrimiento que dicha persona no hubiera tenido una vida consciente? ¿Llegarías a pensar
que habías perdido el tiempo con alguien que no sentía nada por ti? Esto podría ser un
misterio para la ciencia médica, pero ¿te llevaría esto a pensar que habías tratado con un
zombi? Si no, ¿sería diferente si en su cabeza se encontrara un pequeño superordenador? Y en
este argumento, si D2-dmtal hiciera el tipo de cosas que nos llevan a pensar que una persona
tiene experiencias, no habría razón para no decir que D2-dmtal tiene experiencias.
Puede que todavía estés desconcertado. Puede que te preguntes cómo un pedazo de
silicio podría tener experiencias. Es desconcertante. ¡Pero igual lo es el pensar cómo unas
células nerviosas pueden tener experiencias!
Supongamos que pudiéramos construir un robot que simulara nuestra vida consciente.
Aunque comprendamos bien cómo funciona, esto sólo nos ayudará a comprendernos a
nosotros mismos si nuestra vida consciente se produce de una forma similar. No tendrá ningún
valor si nuestra vida consciente se produce de una forma completamente diferente. Sin
embargo, si se descubre que somos ordenadores, se habrá hecho un progreso. Si fuéramos
ordenadores, podríamos comprender cómo funcionamos. Para esta investigación, necesitamos
aclarar lo que es un ordenador. Tienes experiencias de un ordenador, pero ¿cómo podrías
definir lo que es un ordenador? Los científicos piensan que un ordenador es un sistema que
manipula símbolos mediante operaciones muy simples. Una definición técnica nos daría una
lista de operaciones y definiría un ordenador como un sistema con ésas u otras operaciones.
Como tal, un ordenador puede estar hecho de cualquier cosa. Lo importante de un ordenador
es que tiene una lista finita de procedimientos que ejecuta cuando manipula los datos de
entrada para conseguir unos datos de salida. En última instancia, el ordenador reduce sus
entradas a un lenguaje de máquina, de cadenas binarias (de ceros y unos) las cuales manipula
para conseguir una información modificada que, por ejemplo, va a ser mostrada en pantalla o
va a convertirse en un movimiento de nuestro robot. Algunas personas dudan que seamos
ordenadores, pues no creen que se pueda encontrar nada remotamente parecido al lenguaje
de máquina en nuestros cerebros. Si eso es así, entonces no somos ordenadores, aunque sí
funcionamos de alguna forma como ordenadores.
El libre albedrío
A veces también se argumenta que no podemos ser ordenadores porque éstos no tienen
una voluntad libre, pues están y son programados. ¡Hacen lo que les dicta su programa! éste
no es un buen argumento. Puede hallarse que el determinismo es verdadero. Todo lo que
ocurre, incluyendo nuestras acciones, puede ser la consecuencia causal del estado del
universo: "Lo que el amanecer de la Creación escribió, el Día del Juicio Final leerá". Algunos
filósofos piensan que, si esto es así, no tenemos entonces libre albedrío. En cuyo caso, no
tenemos argumentos para pensar que no somos ordenadores. Otros filósofos opinan que el
libre albedrío no tiene nada que ver con el determinismo. Ser libre es no estar coaccionado, no
tener "causa". Esto es, las acciones libres son las causadas por los deseos, por deseos que
estamos felices de tener. En este caso, estar programado no es incompatible con ser libre.
El futuro
Los científicos cognitivistas no piensan que el cerebro sea un simple ordenador
ejecutando un programa por la simple razón de que no podría realizar las tareas que hace en
el tiempo que tarda. Las neuronas, que serían los sencillos interruptores E/S de los
ordenadores, son demasiado lentas. Consecuentemente, los que tienen esta idea exploran la
posibilidad de que el cerebro sea una gran cantidad de ordenadores funcionando en paralelo.
La investigación está yendo por dos caminos. Intentan imaginar un sistema de ordenadores en
paralelo con la esperanza de pasar el test de Turing y, al mismo tiempo, estudian la
arquitectura del cerebro para ver si funciona realmente de esta forma. Un influyente filósofo,
Daniel Dennett, advierte que nuestra conciencia ocurre "en serie" (los pensamientos y los

144
sentimientos vienen uno tras otro) y especula que la conciencia es una máquina en serie
virtual que se aleja mucho de un simple montaje de ordenadores en paralelo.
Se necesita todavía mucho más trabajo en inteligencia artificial, computación y filosofía si
queremos responder a este tipo de preguntas. Cualquiera que sea el resultado de este
cometido, nos enfrentamos a unas apasionantes perspectivas. Si el cerebro fuera un sistema
de ordenadores en paralelo, tendríamos un mejor conocimiento de nuestra vida mental. Si, por
el contrario, el cerebro no pudiera compararse con ningún tipo de ordenador, podríamos
regocijarnos en la conclusión de que no somos una especie de máquina. En cualquier caso, hay
algo muy especial en nuestras vidas.
Enlaces
Filósofos relacionados:
Descartes - Cogito, ergo sum: para la conciencia.
Wittgenstein - La conducta: para los criterios de comportamiento de la vida mental.

Historia:
Siglo XX - Descubrimientos: para los ordenadores.
Bibliografía
Las obras más importantes de Filosofía de la Mente:
Dennett, D. C.: La conciencia explicada: una teoría interdisciplinar, Paidós, Barcelona,
1995.
Holstadter, D. R.: Gödel, Escher, Bach: un eterno y grácil bucle, Tusquets, Barcelona,
1989.
Penrose, R.: La nueva mente del emperador, Grijalbo Mondadori, Madrid, 1996.
Ryle, G.: El concepto de lo mental, Paidós, Buenos Aires, 1967.
Searle, J. R.: Mentes, cerebros y ciencia, Cátedra, Madrid, 1994.

145
FILOSOFíA DEL LENGUAJE Anti-metafisica
Algunos filósofos, como, por ejemplo, Platón, Leibniz y Hegel, eran "metafísicos". Crearon
unos sistemas abstractos aclaratorios que intentaban responder a las preguntas filosóficas
fundamentales. Los metafísicos no dudaban en postular la existencia de las cosas que no
podíamos experimentar. Platón tenía sus "moldes" o "ideas", que eran modelos ideales que
existían más allá del espacio y el tiempo. En este mundo, el reino platónico, existía, por
ejemplo, el coraje. Los casos de coraje que podíamos experimentar eran copias, más o menos
aproximadas, de este modelo ideal de coraje. Leibniz tenía sus mónadas, que eran los bloques
últimos, simples e indivisibles, que constituían el Universo. Dichos filósofos obtienen el
conocimiento sustancial por puro razonamiento.
Otros filósofos (como, por ejemplo, Hume, Locke, o el segundo Wittgenstein) eran de
temperamento anti-metafisico. Pensaban que el conocimiento sólo se podía obtener a través
de la experiencia. No creían en la creación de sistemas filosóficos, remitiéndose a la ciencia
para obtener las respuestas. Opinaban que el papel de los filósofos debía limitarse a estudiar la
manera en la que el resto de las disciplinas obtenían los conocimientos y el lenguaje.
La historia de filosofía es un constante flujo entre metafísicos y anti-metafisicos. Al
principio, el sistema metafísico parecía dar emocionantes explicaciones de la condición
humana. Después, se llegó a considerar como una construcción caprichosa y oscura. Esto
generó una reacción en favor de los empiristas, que veían en la ciencia el mejor enfoque para
la búsqueda de las grandes respuestas. Con el predominio de Hegel, el siglo XIX fue un siglo
metafísico. El siglo XX es un siglo anti-metafisico.
El círculo de Viena
La historia de este siglo comienza con el gran éxito de la ciencia, especialmente de la
teoría de la relatividad especial de Einstein. Los filósofos tendían a seguir el pensamiento de
Kant en que no podíamos descubrir la naturaleza del espacio o del tiempo por pura reflexión
filosófica. Pensaban que Kant había demostrado que el espacio tenía que ser euclidiano. Un
espacio es euclidiano cuando obedece los axiomas de la geometría euclidiana. Según ésta, por
ejemplo, por un punto sólo puede trazarse una paralela a una recta dada.
Einstein, sin embargo, produjo nuevas teorías con un maravilloso poder predictivo que
demostraba que el espacio no era completamente euclidiano. Esto inspiró a un grupo de
filósofos de los años 20 a revivir el empirismo metafísico de Hume. Einstein dijo incluso que la
lectura de Hume le había ayudado a formular su teoría general de la relatividad. Encabezados
por Moritz Schlick, este grupo, llamado el círculo de Viena o los positivistas lógicos, pensaba
que la metafísica era un absurdo. Ellos promovieron el verificacionismo del significado, según
el cual, una frase tiene sentido sólo si nuestras experiencias nos dan la evidencia a favor o en
contra de que la frase es cierta. El método científico es lo que utilizamos para determinar si
nuestras experiencias apoyan o no la declaración de una frase. Por lo tanto, para los
positivistas, las frases significativas eran sólo aquellas cuya certeza podía ser investigada por
la ciencia. La única excepción que permitían eran las frases que proporcionaban las
definiciones de las palabras.
El positivismo lógico era una poderosa y emocionante doctrina. Trataba de decir que el
discurso de la ética y de la religión no tenían significado. La ética se encargaba de lo que
ocurriría. El método científico sólo puede determinar lo que ocurre. Las frases sobre lo que
debería o no ocurrir no tendrían, pues, significado. Los positivistas no esperaban que las
personas dejaran de utilizar el lenguaje de la ética. Esperaban que reconociéramos que el uso
del lenguaje de la ética sólo era una forma de expresar emociones. Si alguien opina que el
aborto está mal, no hay nada que discutir. La persona que dice esto está, simplemente,
expresando su postura contra el aborto. También trataron de decir que la filosofía no tenía un
papel significante. Todas las cuestiones reales debían ser respondidas por la ciencia. La única
cosa que podían hacer los filósofos era estudiar el lenguaje.
El círculo de Viena se disolvió cuando sus miembros fueron perseguidos por los nazis
justo antes de la II Guerra Mundial. No obstante, el movimiento ya estaba intelectualmente
colapsado. Otros filósofos opinaban que era demasiado decir que el discurso religioso y el ético
no tenían significado y pidieron a los positivistas lógicos que aplicaran su propia doctrina a sus
propios principios. No había forma de comprobar la frase: "Las frases tienen significado sólo si
se pueden verificar con la experiencia" (¿cómo comprobar entonces si esta misma frase tiene
significado?).
146
El lenguaje ordinario
El legado de los positivistas lógicos fue una hostilidad hacia la metafísica y un gran
interés por el lenguaje, que desembocó en el desarrollo de la "filosofía del lenguaje ordinario".
En su forma más extrema, era el punto de vista en el cual sólo surgen las cuestiones filosóficas
cuando se abusa del lenguaje. Por ejemplo, un escéptico (siguiendo a Descartes) me pide que
considere si toda mi vida es un sueño. El filósofo del lenguaje ordinario puede argumentar que,
cuando utilizamos la palabra "sueño", elegimos un estado de la mente diferente a la
percepción veraz ordinaria. No podía ser que todo fuera un sueño. No tendría sentido
preguntar si podría existir un país en el que todas las monedas en circulación fueran falsas. Por
definición, una moneda falsa es la que está hecha para que se parezca a una verdadera.
Similarmente, tiene que haber percepciones veraces para que existan los sueños, por lo que
no tendría sentido la preocupación de Descartes de que todo podía ser un sueño.
Aun cuando algunas preguntas filosóficas se disuelven de esta manera, sería bastante
sorprendente que toda la historia de preguntas y respuestas filosóficas se redujera a los fallos
de los filósofos en la elección de palabras para hacer tales preguntas. No es extraño que la
filosofía del lenguaje ordinario se disolviera. Dejó dos legados. El primero de ellos fue el
enfoque analítico en la filosofía, mediante el que un filósofo debía considerar primero el
significado de los términos implicados al tratar de un tema filosófico. El filósofo analítico que
quisiera interesarse por el conocimiento tendría, primero, que considerar cómo utilizamos la
palabra "conocer". Sin embargo, la mayoría de estos filósofos estarían de acuerdo en que haría
falta mucho más para responder, por ejemplo, a un escéptico. Demostrar que tenemos
conocimientos requerirá los más elegantes argumentos filosóficos. Y para llegar a una
conclusión satisfactoria de lo que es el conocimiento se requerirá la participación de los
psicólogos.
El lenguaje y las reglas
El otro legado de la filosofía del lenguaje ordinario es el interés por el lenguaje en sí.
Muchos de los filósofos de hoy en día lo estudian no como un medio de resolver los problemas
filosóficos, sino como un tema por sí solo. Surgieron fascinantes, aunque difíciles, cuestiones.
¿Cuáles de las siguientes secuencias de palabras son frases en castellano?
Ordenador amarillo cielo corriendo es.
Alicia tiene once jirafas y un elefante.
Inmediatamente se obtiene la respuesta. ¿Cómo es esto posible? No creo que nadie se
haya encontrado nunca ninguna de estas secuencias de palabras. Pero nadie dudaría cuál de
estas dos secuencias es la que tendría sentido. Hay un enorme número de frases en
castellano. Es más, si no ponemos ningún límite a la longitud de las frases, hay infinitas.
Supongamos que existieran unas cuantas reglas recursivas que determinaran si una
secuencia de palabras es o no una oración en castellano. Recursivas quiere decir que las reglas
dan una respuesta definida dentro de un tiempo finito. Si hubiera tales reglas de las que se
pudieran tener un conocimiento implícito, esto explicaría nuestra capacidad. Estas reglas
serían una gramática para el castellano. Parece obvio entonces que dichas reglas deben existir
y que las llevamos dentro. ¡Esto es lo que todavía tiene atareados a todos los lingüistas! Por
supuesto, ha habido bastantes éxitos.Si no no podrías utilizar el lenguaje de programación
natural con el que Sofía y Alberto se responden. El ordenador comprueba si las secuencias de
palabras que introduces son una frase o sólo basura.
Teorías del significado
Una vez que se resuelve el problema de proporcionar una gramática al castellano, nos
enfrentamos a un problema aún más espinoso. Pensemos por ahora sobre el conjunto infinito
de secuencias de palabras que nos podemos encontrar en castellano. Probablemente, no
conocerás el significado de todas, pero sí que sabes el significado de un inmensísimo número
de ellas. Y, lo que es más importante, sabrás el significado de muchas frases que nunca has
visto antes. ¿Cómo es esto posible? Si cada palabra tiene un significado y si hubiera un
número finito de reglas recursivas que determinan el significado de cada oración basándose en
el significado de las palabras que contiene y de su estructura gramatical, se podría explicar tu
capacidad sobre la suposición de que tienes un conocimiento implícito de estas reglas. Esto es
un fuerte argumento a favor de la existencia de dichas reglas, y los filósofos intentan
plasmarlas en lo que llaman la teoría del significado del lenguaje.

147
La perspectiva de tener una teoría del significado para el castellano es emocionante.
Porque, para que los ordenadores comprendan un lenguaje, tienen que programarse con
ciertas reglas que determinen el significado de las frases. Y tal teoría proporcionaría las reglas
necesarias. También serían necesarias si tuviéramos un ordenador que tradujera de un idioma
a otro. ¡Hasta que no descubramos dichas reglas, ningún ordenador pasará el test de Turing!
Desafortunadamente para los ordenadores, para comprender una lengua hace falta algo
más que simplemente conocer el significado de las oraciones en dicha lengua. Cuando se
utiliza una misma frase no siempre significa lo mismo. Supongamos que digo "Vayamos ahora
al banco". Lo que quiero decir depende de si estamos planeando sentarnos a charlar en un
parque o cometer un atraco. Lo que queremos decir con una frase depende mucho del
contexto en el que se dice. Esto va a hacer muy difícil que un ordenador comprenda una
conversación real. En un caso extremo, un ordenador podría tener almacenada una inmensa
cantidad de información que todos tenemos y usamos en la comprensión de lo que oímos. A
esto se le conoce como el problema del "contexto". Algunos filósofos creen que los
ordenadores no podrán nunca captar completamente este contexto.
Anti-realismo
El interés por el lenguaje aumentó con el movimiento anti-metafisico de los positivistas
lógicos. Pero la metafísica volvió a entrar en el juego. Algunos filósofos mantenían que ninguna
teoría del significado sería aceptable si tilda de válida una frase de la que sería absolutamente
imposible para nosotros decidir si es cierta o no. Argumentaban, como Wittgenstein, que
comprender una frase es saber cómo se usa. Para las indicativas que implicaran el
conocimiento de cómo reconocer esto era, de hecho, correcto afirmar que la sentencia era
cierta. Otros filósofos rechazaban esta limitación a la teoría del significado y argüían que
podíamos reconocer lo que significa una frase sobre cuya verdad o falsedad nadie (ni siquiera
Dios) podía decidir. Estos filósofos fueron llamados "realistas"; los otros eran los "anti-
realistas".
En matemáticas podemos encontrar una bonita ilustración de esta controversia. El lógico
Godel mostró que había proposiciones matemáticas que eran indecisas. Esto es, que no se
podían probar o refutar. No importa cuánto trabajemos, no importa lo listos que seamos y no
importa cuán potentes sean los ordenadores que utilicemos; existirán cuestiones matemáticas
que no podremos dirimir. Quizá un ejemplo de éstas se la Conjetura de Goldbach: cualquier
número par mayor que 2 es la suma de dos números primos. Nadie ha podido refutar esta
conjetura, pero tampoco nadie ha sido capaz de demostrarla. Los realistas pensaban que esto
ilustraba los límites de nuestra habilidad para hacer matemáticas. La proposición es
perfectamente significativa. Es cierta o falsa, pero nunca se sabrá si lo uno o lo otro. Al anti-
realista le molesta esto por las consecuencias metafísicas que implica. Hay algunos hechos
determinados en el dominio de los números que no podremos nunca averiguar. El anti-realista
rechaza la idea de que ni siquiera Dios pueda acceder a algunos hechos. Intenta buscar una
teoría del significado en la que tales proposiciones no aparezcan como tan completamente
determinadas en su significado.
Éste es un debate clásico sobre la ontología (el estudio de lo que existe). ¿Existen
eventos que van más allá de nuestro poder para accederlos? Es un debate que se desborda en
una controversia sobre la lógica. La lógica tradicional, desde Aristóteles hasta este siglo, está
basada en la ley de la exclusión del centro: para una proposición p, o p es verdadera o p es
falsa. El realista acepta esto. La Conjetura de Goldbach es verdadera o falsa. El anti-realista
rechaza esta ley de la lógica. No quiere afirmar que la conjetura es verdadera o falsa. Si es
uno de los "indecisos" de Godel, pensará que no es ni cierto ni falso.
El papel de la filosofía
Esta controversia ilustra dos apasionantes características de la filosofía. La primera: aun
cuando los filósofos intentan ser anti-metafisicos y bajar a la tierra, la metafísica vuelve a la
carga. No podemos establecer esta controversia sobre las proposiciones indecisas en
matemáticas recurriendo a los matemáticos. Porque es una controversia que comienza cuando
los matemáticos ya no pueden hacer más. En segundo lugar, ilustra cómo incluso las cosas
más básicas, y aparentemente más obvias, como la ley de la exclusión del centro, vuelven con
el tiempo a ser objeto de debate en la filosofía. Precisamente la definición de filosofía es uno
de los debates más interesantes. Pero hay algo que se repite en todas las actividades
filosóficas: examinar lo no examinado.

148
Enlaces
Filósofos relacionados:
Hume - Hume el empirista: para su ordenación de la metafísica.
Wittgenstein - Su primera filosofía: para su estudio del significado.
Filosofía de la mente - El test de Turing: para la explicación de dicho test.
Bibliografía
Las obras más importantes de la Filosofía del Lenguaje:
Ayer, A. J.: Lenguaje, verdad y lógica, Universidad de Valencia, Valencia, 1991.
Quine, W. O.: Palabras y objetos, Labor, Barcelona, 1968.
Searle, J. R.: Actos de habla: ensayo de filosofía del lenguaje, Cátedra, Madrid, 1994.
ESTUDIOS:
García Carpintero, M.: Las palabras, las ideas y las cosas. Una presentación de la filosofía
del lenguaje, Ariel, Barcelona, 1996.
Magee, B.: Los hombres detrás de las ideas. Algunos creadores de la filosofía
contemporánea, Fondo de Cultura Económica, Méjico, 1982, cap.IX.
Urmson, J. O.: El análisis filosófico, Ariel, Barcelona, 1979.
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Politics
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See Also links
Ancient Greece - Society : - for the role of women in society.
Hellenism And Rome - Social : - for the role in society.
Baroque - Social : - changes to feudal system amd continuing role of the middle classes.
Economic
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See Also links
Ancient Greece - Society : - for the role of women in society.
Hellenism And Rome - Social : - for the role in society.
Baroque - Social : - changes to feudal system amd continuing role of the middle classes.
Social
food,life, etc.
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Ancient Greece - Society : - for the role of women in society.
Hellenism And Rome - Social : - for the role in society.
Baroque - Social : - changes to feudal system amd continuing role of the middle classes.
Discoveries
Lots of them, all the time.
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Ancient Greece - Society : - for the role of women in society.
Hellenism And Rome - Social : - for the role in society.
Baroque - Social : - changes to feudal system amd continuing role of the middle classes.
Art
The Basilica of St. Peter in Rome is a prime example of harmonious Renaissance
architecture.
See Also links
Ancient Greece - Society : - for the role of women in society.
149
Hellenism And Rome - Social : - for the role in society.
Baroque - Social : - changes to feudal system amd continuing role of the middle classes.
Great Women
Externally England was in constant danger of invasion from Catholic Spain, and not until
the defeat of the Spanish Armada in 1588 could Elizabeth feel secure. She never married, but
wedded herself to her country, which came before all else, and in so doing became a living
symbol of the nation.
See Also links
Ancient Greece - Society : - for the role of women in society.
Hellenism And Rome - Social : - for the role in society.
Baroque - Social : - changes to feudal system amd continuing role of the middle classes.
Ancient Greece Philosophers Fido The Dog
A surprise recent archaelogical find, Fido The Dog had profound thoughts on the place of
slavery and slave cooking in the cultural constituency of Ancient Greece. Caused an outcry
given he was actually a dog.
Fred The Fireman
A genius of his time, now looked upon as a charlatan and master of blag. Managed to
convince people that low spending upon public services would provide better services, and that
they thank him so much they would vote him back in again. Clearly mad.
See Also links
Ancient Greece - Society : - for the role of women in society.
Hellenism And Rome - Social : - for the role in society.
Baroque - Social : - changes to feudal system amd continuing role of the middle classes.

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