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256 Mariana Gomez ‘el trabajo en la zafra, Ia explotacién y las penosas condiciones de vida que ‘tenfan las familias ind{genas en los ingenios. ‘Sélo el inspector Niklison se distinguié on sus informes por criticar la lec- tura errada del “hombre eivilizado", dejando entrever que el verdadero pro- blema no era que los hombres ind{genas eran salvajes que bestializaban a sus ‘mujeres sino que el nudo central era el abuso incesante que hombres y mu rres sufrian a manos de las patronales. Ciertamente, pudieron existir impor- tantes asimetrias de género en el reparto de tareas asf como representaciones ideolégicas que explicaban y justificaban ese orden," pero lo que parece inten- tar sugerir Nikdison es que #e conjugaban asimetrias de género, explotacién de clase y subordinacién de razas. La bestializacién de las mojeres indigenas ‘era una imagen que, al proyectarse sobre “las otras de los otros", anudaba ‘estas tres cuestion El trabajo en el ingenio les significé a las mujeres indfgenas del Chaco insertarse en un espacio donde regia un nuevo entramado de subordinaciones de género, de clase y étnico-raciales. Las mujeres tobas, wichis, chorotes y pilagds, junto con los hombres de sus grupos, se encontraban en los eacalafo- nes mas bajos de la escala racial que allf operaba, mientras que su pertenen- cia a un sexo -segtin las categorias de la épocalas situaba en lo més bajo del escalafén salarial a nivel intrarracial. Estas jerarqu‘as preducfan (nuevas) desigualdades sociales, generacionales y de género entre los miembros de un lunisinu yiupo étnico desde el momento en quo loo caciques y los lenguaraces ‘extraian los mayores beneficios (si por “beneficios” nos figuramos un jornal ‘absurdo pero més alto que el del resto y un mayor acceso a las mercaderias ‘que “regalaban” loa conchabadores). Las jornadas de trabajo de las mujeres ‘ademés no finalizaban al término de las ocho, diez o doce horas en las plan- taciones. De regreso a la tolderfa ~ubicada alrededor de los letes-, debian ponerse a preparar la comida para su familia, atender a sus hijos y cuidar do los parientes enfermos. As{, en condiciones de subordinacién de género y ‘extrema racializacién y explotacién, nacfa la doble jornada para las indigenas del Chaco. 418, Aunque no ocurrd, como aucedié on varias rogiones de los Andes, que los hombres migra 7m solos, aumentaran su estatus de género secediendo a nuevos bienes yuna ver vuelto a tus comunidades, devaluaran las contribuclones femeninas “tradicionales” a In economia ‘doméstic, Las migracionas Iaborales de wichs, tobasy pilagés eran mista y por lo general bros de las unidades domésticas, 2Con el diablo en el cuerpo? Huellas étnicas y mareas de género del carnaval de cuadrillas humahuaquefio Yanina Mennelli Este articulo analiza la relacién everpo-carnaval en las précticas carnava- leras de la ciudad de Humabuaca," Jujuy, Argentina, a través de dos Iineas argumentativas complementarias. La primera propone que la comprensién del carnaval es una via de acceso fundamental para el conocimiento de la eul- ura humahuaquefia, 1a caal s6 inscribe en una profundidad historiea que comprende der ml aos de manifeiaionesclturelen an vgentes" (Dees ratoria de Patrimonio de la Humanidad, uwesco, 2003). Ast, a interpretacién, Ue los datos relevados on el trabajo de campo se inscribe en las propias tradi- tlones andinas, en especial en lo que refiere a estudios, etnogréficos e hists- rieos, sobre la complementariedad entre los géneros y el rol fundamental de Jos rituales y las fiestas en la reproduccién de la existencia andina. La segunda linea argumentativa plantea que el “es"/en tanto se hace “cuerpo”, en tanto la transformacién de los cuerpos en festivas resultarin de las acciones y las préeticas rituales, y como eonseeuencia de la corporizacién (del “diablo del carnaval” o pujllay. ‘Asi, del andlisis etnogréfico del carnaval de cuadrillas ~una de las moda- lidades del carnaval considerada la mda “ancestral” en Humahuaca- emerge itramado seméntico “carnaval-diablo-cuerpo”, que estaria dando cuenta '¥ de génoro constitutivas de los cuerpos festivos (y por ende de los sujetos) del carnaval humahuaquefio. En los suplementos turisticos de cualquier periédico de distribucién nacional* ‘se promociona el carnaval de Humahuaca como el més “tfpico” del Noroeste 4. La ciudad de Humshuace os cabecera del departamento Humahuaca y ae encuentra en la {qusbreda homénima formada por el Rio Grande. Comprende las lcalidades entre Voledn al Shur y Tree Cruces al norta y ae eneventra atravesada por la ruta nacional 9. 2. Amodo de ejemplo: "Una festa de rtm y colo. De las arraigadas celebraciones del alt: plano" (Clarin, 2 de febrero de 2004), “Encuentro con el diablo, En Humahuaca se celebra (2871 258 Yanina Mennelli argentino; asimismo, en Viva Jujuy? se invita a los turistas a conocer los “diez mil afios de manifestaciones culturales atin vigentes” en costumbres y festivi- dades, de las cuales la ms importante es precisamente el carnaval. Se promo- ciona como un carnaval diferente do otros eelebrados en el pais, en tanto ineluye “ritos indfgonas ancestrales” que en “sintesis mestiza” coexisten con la I atdlica, se indica sit “raigambre andina” y propane como leif motiv el “encuen- 40 con el diablo”. La etnograffa realizada me ha permitido apreciar y acerearme a la com- prensién del tenor de estas afirmaciones que, por el momento, conviene poner entre comillas, y que intentaré precisar en el transcurso del articulo. En este apartado se sintetizarén las caracteristicas fundamentales del carnaval en dilogo con los antecedentes sobre el tema, desde las concepcio- nes més generales hasta las derivadas de mi experiencia de trabajo de campo durante 2001, 2002, 2006 y 2008 sobre el carnaval humahuaquefio (Mennelli, 2007, 2008). ‘Mijail Bajtin (1994), Augusto Cortazar (1949), Roberto Da Matta (1981), ‘Ménica Rector (1998), entre muchos otros, consideran el carnaval como una festividad ligada en la antigtledad a cultos agrarios, que fue incorporada Tuego al calendario cristiano precediendo la Cuaresma; asf habria legado a xuestro continente junto con los eonquistadores espafioles y portugueses, en. tanto fiesta “pagana”, “medieval” y “popular”. Una ver en América se trans- formé profundamente como consecuencia de los procesos de conquista, coloni- zacién, resistencia de los pueblos indigenas, y de la eonformacién de las socie- dades colonialos y Iuego nacionales. Asf, estos procesos configuraron diferentes modos de celebrar el carnaval (Abercrombie, 1992). Asimismo, se sabe que antes de la legada del carnaval de los espafioles se celebraba en la regién andina el Qhapaj Raymi* (Baumann, 1996) y que si bien fue politica de la conquista la Yextirpacién sistemética de las {dolatrias® ‘Duviols, 1977), Jas celebraciones de las fiestas de la 6poca de cosecha se siguieron realizando, ‘uno de los camavales més partiulares del continente, donde Ia liturgiaeatlica se combina ton rtosindigenas anceatrales, El culto a la Pachamama y Ia Hberacon del diablo (pusllay) fen nueve dias de esta calleera con mucha chicha y gente dstrazada bailando al ritmo del ferque, ol charango, los axa y los bombos" (Pagina 12, 80 do enero de 2005), “Jujuy: Dejar salir al diablo, En loe pueblos do la quebrada de Humahuace, principalmente en Humahuaca, Tleara y Parmamarca, ae realiza uno de los eernavales més particulares por- aque la liturgia catdlica se combina con les rit indigenas ancestrales. Es Uempo dela fin Tieacién de ln cosecha y se debe honrar a la Pachamama (Madre Tierra) por lo fruts con suldas” (La Nacion, 29 de enero de 2006). 3. Sitio oficial do 1a Secretaria de Turismo y Cultura de la provincia de Jujuy, ‘urou.turiamo ju. gouar. 4. Bl @hopaj Raymé, la gran festa 0 Gosia principal del imperio incaico (Kish, 197), se srolla on el alendario andina desdo el slstcio de diclombre hasta ol ncio del oto. E a manifetacién do In alogria y la confraternidad en homenaje a In fecundidad de Pachamamia, en sx momento de mayor plenitud, {Con el diablo en el euerpo? 259 al menos localmente y acotadas en muchos lugares al tiempo destinado al car- naval. En el Noroeste argentino, el carnaval ocupa un lugar central en la con- figuracién del calendario festivo-ritual® de la quebrada de Humahuaca, en tanto se lo caracteriza como mestizo, hibrido o sincrético} indicando de este modo la presencia en su ritualidad de elementos de diversas culturas (Vé2- quez Zulota, 1967; Costa y Karasik, 1996; Cémara de Landa, 2006), que evi- dencian vestigios de los procesos hist6rico-sociales de la regién.’ Entoncos, si bion el earmaval tendria un origen europeo ¥ comportaria una proyeccién universalisia, varios actores so eneargan de subrayar aquellos elo- ‘mentos precolombinos e indigenas presentes en su performance. Como 103 decia Sixto on tna entrevista: — Aqut antes de los expafoles se hacta la fiesta de la cosecha del mate, por es hasta ahora las comparsas bailan con el tallo de mats en lat ‘manos, las chacras, las ponen en el majén, tallos de girasol también... Bs To que queda sobre todo en el rito a Pachamama de las antiguas fiestas ‘agricolas, de la cosecha. (Marzo do 2008) 5. ate ealandavin rin una materatinarn ds lox proveana raiginana a aa anon an Tn hee brada de Humahuaca, junto con otros de orden exonéraico, politica y étaio, En eata sentido, ‘Mercedes Costa y Gabriela Karas (1996) proponen pensar el calendar como un gren rom: ‘ecabozas, el cul so habria configurado sobre una matriz formal de doble articuacién: a par ‘Er de un esquema catdlic-colonial representado por la liturgia eatliea (Abercrombie, 1992) junto con ritos de transicin entre determinadas fase ecolégicoreligioas (Costa y Karasik, 1906) ligadas directamente con Pachamama yal cielo agricla (Merlino y Rabey, 1992). 6. Los conceptas de “sincretiamo” y “mestizaje”intentan dar cuenta dela complefidad obser- ‘yada on los fensmenos rligiosos,ritualesy aristicos en los que a9 superponen o yurtaponen Slementos provenientea de diversas culturas que, para el caso analizado, serian ~da modo ‘iquemdtico~ Ia europea yla indigena. Bn el eontextocontamporéncoy por impacto dea gle- balizaclin~en tanto inerementa de los yas de bienes, personas @informacién~ estes proce- 0a de mozclasuelan denominarse “hibridacin"; en espacial esta denominacin se extends 1 partir del trabajo de Néstor Garefa Canclini (1990). Las implicancias do estos concoptos fueron resefladas ertieamente en Podhajcer y Minnelli (2009) 17. Barn contextunlizar ol calendariofestivo-itual de In quebrada, se dsben tener en cuenta {res macroprocesos histrico-sociales: 1) el *periedo tardio de desarrollos regionales y con- quista incsica en la quebrada de Humahuaea” (Zanolli, 2006; Nielsen, 2007; Sica et al. £2007, “Ia 6poca colonial” (Zanoll, 2005; Sica et al; 2007), “la etapa republicana (Sica « ‘al, 2007: 360) que reiere la constituclén del Estado nacional argentino involuers I trene- formacién de las institueiones coloniales, su desaparicién y sustitucién. Rete timo proceso ‘ontinda hasta la actualidad, pero en él mo interosa sefialar una nueva etapa que comienza fn 2003 con Ia delaracién dela qusbrada de Humahaca come Patrimonio de la Hamanidad (vasco), sigmada por un aumento dole pobligidn asentada en la regin as{eomo una inten sifleacién en el transit de personas y mercancfas como consecuencia del incremento det turismo, como se detalla en In siguiente cts: "Ea 1994 los turstas errbados a la quebrada fueron 7.175, mientras queen 2006, 109.067. Aa, la legada de turistas al lgar ontze modi: dos da In déeada de 1990 y mediadoe do Ia de 2000 ereclé més de quince veces" (Troncoso, 2000: 146),

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