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30 de agosto, 2020.

Querido diario:
Ya pasó un mes desde que mi agresor cortó mi brazo y aunque quise escribir antes, la
recuperación no me lo permitió. Así que, recién ahora, puedo contarte lo que pasó.
Ese día sentí demasiado miedo, grité como nunca antes, hasta que un hombre que vive
enfrente de mi casa vino a auxiliarme. Cuándo me desperté, ya estaba en el hospital con
un brazo amputado.
Realmente no recuerdo mucho de ese día, aunque sí puedo decir que fue uno de los
peores de toda mi vida, ya que nunca imaginé que me podía suceder a mí.
Cuando mi agresor sacó el machete, pensé que era sólo una amenaza, pero cuándo
intenté contestarle y defenderme con unas tijeras, cortó mi brazo. En ese momento supe
que algo estaba muy mal. Aunque no pude asimilarlo, estaba muy sorprendido, creo que
ni siquiera me dolía, por esa misma razón.
Al llegar a mi casa, me encontré a mis vecinos y familia con carteles muy alentadores.
Significaba mucho para mí que todos estuvieran presentes. Son mi más grande apoyo.
Todos los afiches y regalos eran muy lindos, decían cosas como: “Ten fe en ti mismo y
no dudes que lo lograrás”. “Lucha por tus sueños, niño lindo”.
Ahora estoy muy agradecido con la gente que me está ayudando. Están ahorrando
dinero para mi prótesis. Ya superamos los 60 millones de pesos.
Sin importar lo mal que me haya sentido en ese momento, no dejaré de sonreír.
Tampoco dejaré de perseguir mi sueño de ser chef, y experto en belleza.
Aunque no le temo a nada, pido justicia, que lo capturen, porque una persona que le
corta la mano a otra no es para que esté muy campante por ahí.
De todas maneras, como dije, sigo sonriendo, persiguiendo mis metas. Sé que las voy a
poder alcanzar, porque es muchísima más la gente que me apoya.
Por otro lado, siento un poco de preocupación por las demás personas que forman parte
del colectivo LGBTQ+, porque mucha gente puede hacer lo que me hicieron a mí, ¿o
quién sabe?, puede ser algo mucho peor.
Ay, querido diario, ojalá algún día se termine la opresión y la discriminación hacia el
colectivo. Siempre pienso, y deseo eso. Todos sufrimos alguna vez sólo por nuestros
gustos, y no es justo, no está bien.
¿Por qué es tan complicado que me gusten los chicos?, ¿por qué hay gente que no está
de acuerdo con mis gustos? Me lo pregunto todos los días.
Aunque mis amigos y familia me hayan aceptado sé que hay personas que no corren con
la misma suerte y sufren mucho por eso. Estoy agradecido de tener la familia que tengo,
y los amigos que tengo. De verdad los quiero mucho.
Así que, ni una cirugía de emergencia ni un agresor, van a lograr que no esté orgulloso
de quién soy, o de lo que tengo.

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