Está en la página 1de 20

AVICENA: SOBRE EL AMOR (Michael Forero)

El amor ha estado vigente en muchas expresiones que ha expuesto el pensamiento del Islam.

Avicena escribió una Epístola sobre el amor, que ha sido considerada como un escrito místico.

Una lectura atenta de esta obra muestra que su contenido no es místico ni gnóstico, sino que

coincide con las doctrinas filosóficas avicenianas expuestas en otras de sus más importantes

obras. Se describe aquí el contenido de esa Epístola.

Es un escrito filosófico que permite conocer diferentes doctrinas sobre el concepto del

"Amor". Avicena lo define al "amor" como el impulso hacia el bien y hacia la perfección. Y

finalmente el apoyo constructivo del pensamiento basado en los escritos griegos, especialmente

de platón.

Este es conocido como uno de los grandes aportes doctrinales de la filosofía aviceniana,

iniciando la lectura nos habla un poco de la filosofía antigua, empezando por la presocrática.
Empédocles quienes conocido por su postura de la unión de los elementos de la tierra, agua,

fuego y aire, pero esta unión es precisamente por el AMOR y la desunión por la DISCORDIA, el

gran Avicena define el amor como pensamiento fijo de carácter melancólico. El amor como

objeto de reflexión en el mundo islámico.

El islam propicia una reflexión sobre el amor, en primer lugar el divino, el humano y el físico,

por lo tanto es de gran importancia el pensamiento griego para la evaluación de este concepto.

La influencia platónica es importante para la construcción de este concepto sobre el AMOR,

platón menciona “ignoro lo que es el amor, solo sé que es una locura”, unir ambas mitades como

complemento de un amor ideal a partir de los cuatro grados que nos formula. Inicialmente de la

belleza sensible, después por lo intelectual, continuamente a la moral y finalmente a lo bello en

sí. Avicena define el amor como una fuerza del universo.

Se estructura principalmente en 2 medicina y filosófico:

 MEDICINA: tratamiento para enfermedades originarias de la melancolía, amnesia, la

hidro sano a un enfermo de melancolía a partir de una pregunta formulada por el mismo

que no había podido superar. Define el amor en esta columna como la presión por

satisfacer un deseo.

Como médico, Avicena no se limitó a una medicina clínica organicista. Conocedor del

universo por su saber filosófico, intuyó que la medicina tenía mucho que ver con la

filosofía y con la concepción del hombre en su aspecto psicológico. Para él, la medicina

depende de la física, por lo que el conocimiento de los elementos que componen la

materia y de las leyes de la naturaleza es necesario para comprender el cuerpo humano y

las bases de la salud y de la enfermedad.


 FILOSOFICO: materia y forma como la fuera interna del objeto. Regla de la lógica con

principios filosóficos.

- Fuerza universal en todos los seres.

 AVICENA: Amor aparente apego a las cosas.

Amor profundo: Experimenta un deseo de realizarse así mismo.

El amor como conocimiento se puede manifestar o se puede ocultar, si se manifiesta es a

través de los sentidos y se oculta es por medio del alma para contemplar las cosas

superiores.

Fuera del ámbito religioso, el amor tenía una larga tradición en la poesía árabe, donde

fue tratado de modo diverso según pertenecieran los poetas al ambiente ciudadano o al

beduino. Pero también, tras el conocimiento de la filosofía griega, hubo un interés

teórico por el que se reflejó en las discusiones mantenidas en la corte.

El amor es visto en la filosofía árabe desde otra perspectiva: es considerado una

fuerza que se da en toda la naturaleza y que hace posible la propia existencia de los

seres al tender éstos hacia su perfección. Las ideas del amor y del odio como fuerzas

motrices del universo, introducidas por Empédocles, tuvieron eco en el mundo

Islámico. Sin embargo, el conocimiento que se tuvo del Empédocles original fue

casi nulo. La obra del PseudoPlutarco Sobre las opiniones físicas de los filósofos,

Conocida por De placitis philosophorum, fue traducida al árabe por Qustâ b.

El amor se identifica como sentimiento innato con el cual pretendemos llegar a un

complemento ya que dicha experimentación es consciente y suprema en la conciencia

humana.
Se puede entender que para Avince toda persona ama el bien absoluto, de una forma

enanita, manifestándose con todos aquellos que lo aman, el amor se comprende como

fuerza que estructura la realidad con relación a la existencia y situación en la que

vivimos.

Si para nosotros todo parte desde la voluntad, entonces el amor seria visto una

consecuencia como principio de todo, si dicha voluntad se da en esencia del amor, el

hombre edificaría bases sólidas referentes al equilibrio de virtudes, bienes materiales,

pues el amor de Dios es conocido como la potencia de salvación. Pero si hablaos del

amor a manera reflexiva, con la simple intensión de visualizar una concepción de amor,

ya sea tanto el amor a “Dios o del hombre” en sí mismo, de esta forma se analiza,

propone y visualiza una sociedad utópica que gira en torno al dialogo de las virtudes del

ser para obtener un bien común.

Bibliografía

Guerrero, R R; (2008). Avicena: sobre el amor. Anales del Seminario de Historia de la

Filosofía, 25() 245-261. Recuperado de http://www.redalyc.org/articulo.oa?

id=361133128026
Tomasso Campanella: ¿escolástico o renacentista?

https://images.app.goo.gl/BJtt8otpsz26rFHy8

En lo que se refiere al origen de la visión campanelliana, debemos buscar en dos vertientes. En

primer lugar, fue fuertemente influido por la filosofía animista de Telesio (la teoría acerca del

conflicto entre lo caliente y lo frío como principio fundamental). Para el autor de La ciudad del

sol es de suma importancia la naturaleza como vía para obtener el conocimiento acerca del

mundo. Esta visión constituyó una de las principales características del Renacimiento. Observar

la naturaleza era una de las formas para conocer a Dios, porque era considerada la estatua

viviente de éste. Sin embargo, Campanella no trató de encontrar analogías místicas con la

naturaleza, sino, más bien, leer el libro de la naturaleza, que se encuentra abierto a la percepción

sensible. Otra influencia de Campanella fue Giovanni Battista En la parte final de su obra,

Campanella rompe con la línea literaria que enmarca La ciudad del sol, para apegarse a una

totalmente argumentativa, muy al estilo del medievo, en la que tiene que defender su postura

filosófica ante sus detractores, quienes, entre otras cosas, consideraban que postular las utopías

como doctrinas políticas era un asunto pueril e inútil. Muchas son las críticas que se han hecho a

Campanella y a su obra La ciudad del sol. Algunas de ellas sostienen que la propuesta del autor

carece La ciudad es gobernada por una red de funcionarios cuya principal misión es organizar y
transmitir el saber y las técnicas. Estos funcionarios son, a la vez, sabios y sacerdotes. La ciudad,

aunque no es cristiana, se halla naturalmente tan próxima al cristianismo, que sólo basta

agregarle los sacramentos. De este modo, Campanella propuso, con su ciudad, una base de

organización regida por la ley natural y la fe cristiana, las cuales debían coincidir

necesariamente. Dentro del contexto en el que se ubica el autor, las herejías, el hambre y las

guerras son frecuentes, debido a que los hombres se dejan llevar por el apetito sensual más que

por la razón, por eso obran de modo irracional. Consideran más natural vivir conforme a la razón

(virtud), que con arreglo a lo sensual (vicio). Esto no significa ninguna novedad, pues ya desde

los presocráticos se hablaba de un radical desprecio a los sentidos.

Ahora bien, al hablar de las utopías, inevitablemente nos transportamos a uno de esos mundos

posibles postulados por Leibniz en su metafísica. Aunque, cabe señalar que entre esos mundos

posibles existía un mundo en acto, es decir, un mundo real que, según él, era el mejor de entre

todos. Si comparamos la postura de Leibniz con la de Campanella, salta a la vista la enorme

discrepancia que existe entre ambas, pues mientras para el primero, el mundo en el cual nos

encontramos inmersos es el mejor de los mundos posibles; para el segundo, este mundo se

caracteriza por ser imperfecto e inhóspito, lo cual exige una reforma a través de una crítica de las

condiciones de su época. Campanella se da a la tarea de imaginar y crear La ciudad del sol como

una propuesta para sustituir o mejorar su mundo, teniendo como ideal político una teocracia

omnipotente similar a la del antiguo Egipto, tan poderosa como para regular las influencias

celestes con ayuda de la magia científica y, en consecuencia, todos los aspectos de la vida del

pueblo. Con todo ello, podemos percibir la enorme pesadumbre que impregna la cosmovisión

campaneliana, que no podría entenderse si no se tomara en cuenta el periodo histórico que le

tocó vivir. En su momento, él propuso un ideal, al que se aferraba, pero que estaba ‘destinado’ al
fracaso, ya que mientras Campanella postulaba la magia como fundamento para la reforma, en

Francia se gestaba el método científico cartesiano.

Éste es sólo uno de los aspectos del pensamiento de Campanella que difiere de la visión

renacentista, porque se caracteriza precisamente por el amor a la vida. Basta para ello entrar en

contacto con filósofos como Giordano Bruno, a quien me atrevo a calificar como un vitalista

renacentista. Si bien es cierto que Campanella le otorga cierta importancia a los sentidos como

medios para entrar en contacto con la naturaleza, no deja de considerarlos sólo eso, un medio.

Esta visión tiene su origen en la filosofía platónica, en la cual se desprecia los sentidos y se

exalta la razón.

Aunque es importante señalar que Campanella coincide con Aristóteles en lo que respecta al

valor que éste le otorgaba al arte, pues en La ciudad del sol, la creación artística está del todo

aprobada y permitida, al grado de estimular a los habitantes para su realización. Ello habría sido

del todo imposible si Campanella hubiese seguido la concepción platónica, dado que para Platón

el arte era visto como una actividad ínfima, por representar sólo copias burdas del mundo

perfecto de las ideas e implicar una actividad tan alejada de la vida contemplativa propia de toda

labor filosófica. En relación con la apología que de la vía racional hace Campanella, considero

que no queda espacio alguno para dudar cuál es la causa por la que el autor pone en boca de los

habitantes de la ciudad frases como la de que todos los males del hombre ocurren, porque éstos

se dejan llevar por el apetito sensual más que por la razón y, conforme a ello, obran

irracionalmente (Campanella, 1987: 198). Existe un aspecto más por el que me inclino a pensar

que la postura de Campanella se aparta del verdadero sentido renacentista: la elaboración de un

mundo totalmente prescriptivo, el cual determina toda acción humana e imposibilita al hombre

para distanciarse de aquella estructura cerrada y limitante. De acuerdo con esto, la implantación
de un sistema como el propuesto en una utopía, inevitablemente desemboca en un determinismo

que coarta la libertad. Después de todo, quién podría hablar de libertad cuando se le impone

desde su indumentaria, hasta el espacio y el tiempo para la procreación. Asimismo, nadie podría

autonombrarse libre, cuando ya desde sus primeros años de vida se le está imponiendo y

predeterminando lo que será en la edad adulta. Mi concepción acerca de una sociedad de ese tipo

queda reducida a una sociedad conformada por individuos automatizados, en donde todos

piensan, quieren y hacen lo mismo y cuya única posibilidad de sobrevivencia sería equiparable a

la de robots creados sólo para obedecer. En el caso de los habitantes de La ciudad del sol, la

creación de las leyes está a cargo del metafísico y de sus colaboradores. Cabe señalar que la

ciudad se construye sobre los postulados de una república, en contraposición a los de un Estado

Quizá mi postura podría hacer pensar que estoy proponiendo, o por lo menos, que estoy a favor

de un sistema anárquico; sin embargo, no es así. Desde luego que estoy a favor de la

implantación de leyes y del respeto a éstas; pero siempre y cuando éstas se sometan a un análisis

crítico, para evitar, en la medida de lo posible, la adopción dogmática de ideologías. Igualmente,

podría pensarse que mi interpretación del pensamiento de Campanella es equívoca, por lo que

reitero que mi objetivo en este escrito, lejos de desvirtuar al autor de La ciudad del sol, es

manifestar que éste se aproxima más a la visión escolástica que a la renacentista, apoyándome,

para ello, en un rasgo que caracterizó al Renacimiento: el rechazo a toda postura que

obstaculizara el libre progreso del hombre y de sus creaciones en todos los ámbitos, su repudio a

la religión misma, que, por el contrario, en la concepción de Campanella constituye el

fundamento. Hablar de religión en el ámbito intelectual del Renacimiento equivalía a manifestar

un rechazo a la vida y, más aun, a determinarla bajo una serie de preceptos y condicionamientos.

Resulta un tanto contradictorio proponer la religión como una forma de panacea, cuando en
principio, según la visión de algunos renacentistas, e las principales cuestiones por combatir, un

claro ejemplo de ello es Giordano Bruno. Aunque tampoco podemos soslayar que para muchas

otras figuras representativas de la época nunca fue la intención paganizar, o al menos no la

manifestaron. Pero aquí cabría preguntarse ¿qué tan genuino podría haber sido el apego a la

religión, cuando la más mínima sospecha de impiedad implicaba una consigna de muerte?

Incluso, la misma ‘flexibilidad’ en cuanto a quién le correspondía encabezar la reforma anhelada

por Campanella nos puede hacer más claro esto. En un principio Campanella consideró que

dicha reforma debía estar a cargo de la monarquía española, lo que le sirvió para abandonar la

prisión. No obstante, después, al gozar del apoyo de Urbano VIII, cambió de opinión,

considerando entonces al papa como el personaje indicado para la construcción de su ciudad del

sol, y, por último, al marcharse a Francia y contar con el apoyo de Richelieu y de la corte, les

confiere a éstos el honor de convertirse en instrumento material de la reforma universal. Es un

tanto contradictorio, en el caso de Campanella, haber sido víctima de tan grande opresión y, sin

embargo, proponer en su propia reforma algo similar. Por mi parte, sólo me resta decir: “¡Qué la

vida nos salve de estar gobernados por una teocracia!”

REFERENCIA

Álvarez Santos, R; (2012). Tomasso Campanella: ¿escolástico o renacentista? La Colmena, ()

73-80. Recuperado de http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=446344463034

Buber, Martín (1987), Caminos de utopía, México, fce. Campanella, Tomasso (1987), La ciudad

del sol, México, fce. Frye, Northrop (1982), “Diversidad de utopías literarias”, en Frank E.

Manuel (comp.), Utopías y pensamiento utópico, Madrid, Espasa-Calpe, pp. 55-81. Platón

(2000), Diálogos IV. República, C. Eggers Lan (ed.), Madrid, Gredos. Sartre, J. P. (1993), El ser

y la nada, Barcelona, Altaya.


 

intelecto, también siguió el texto aristotélico. Su influencia es notoria en el De y en las

referencias a temas psicológicos que hay en otras de sus obras, Los trabajos de Avicena son, más

que comentarios puntuales, glosas en donde interpreta y desarrolla ampliamente temas

psicológicos. El de Avenase es un comentario extraordinario redactado en capítulos temáticos. El

caso de Aberrees es mucho más sistemático que el de sus antecesores: tenemos su epitome, su

comentario medio y su gran comentario {Comentarían Magnum in Aristóteles De Anima). Solo

se conservan las versiones árabes de los dos primeros. Del gran comentario tenemos la conocida

versión latina cuya influencia será determinante en el mundo latino. Este número de la revista

Típicos lo hemos dedicado, precisamente, al intercambio cultural y filosófico entre árabes y

latinos. El alcance de la filosofía árabe es sorprendente: uno de nuestros colaboradores ha ido

más alía del medioevo y ha establecido cierta relación entre Avicena y Kant, Abrimos con un

trabajo en el que se explica que entendieron los árabes por saber filosófico, Posteriormente, se

reúnen un grupo de artículos cuyo punto de referencia es el De anima de Aristóteles, El estudio

del conocimiento es uno de los problemas perennes de la filosofía y ocupa un lugar central en la

psicología racional del siglo XIII. Un análisis de los escritos que se derivan del corpus

aristotélico a este respecto, conduce a temas tan importantes y diversos como el intelecto, la

imaginación, las representaciones mentales, el conocimiento racional, etcétera. 

 Referencias 

 
López-Farjeat, L X; (2005). Presentación. Imaginación, sensación y pensamiento en los

comentadores árabes y latinos de Aristóteles (siglos X-XIII). Tópicos, Revista de Filosofía,  9-12.

Recuperado de http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=323027318001

 
Una mirada sobre nuestra
realidad (González Yesica
Paola)

El ser humano tiene una mirada de ver las cosas, una manera de poder asombrarse y por

descubrirse su mundo exterior podemos decir que es un arte de pintar o poder asombrarse de lo

que podemos ver, es como cuando pintamos y sombreamos lo que observamos es dar una

muestra distinta y real de lo que vemos en nuestra naturaleza, es por esto que se dice que la

visión se le da un sentido desde el renacimiento en donde el hombre es capaz de mirar la realidad

del cambio, por lo tanto podemos decir que cuando el hombre dibuja su realidad pero este le da

color ya guarda otro sentido , esta se transforma o en el caso renace a nuevos pensamientos de

allí se parte que desde la geometría se podía mirar las cosas todo era lineal , visto desde el plano

de la comprensión del espacio todo por ende lineal y racionable.

La línea hacia parte de la escritura y del dibujo, cuando miramos con ojos razonables

comprendemos que nuestro alrededor puede tener color si nosotros logramos cambiar nuestro

pensamiento sin embargo no podemos al observar dejarnos llevar por las cosas, lo que quiere

decir es que dentro de los dibujos el hombre puede hacer doble percepciones de lo que observa,

por consiguiente hay que hacer un paralelo con lo que dice Frye sobre La utopía es una mirada

más amplia de la ciudad ordenada y de una sociedad que se deja dominar por la ciudad.
Cace recalcar que Platón muestra un Estado-ciudad ateniense en cultura y espartano en

disciplina. Ahora bien, era inevitable que en la época del Renacimiento no se retomará dentro del

género literario a la utopía, debido a que el orden social medieval se rompía nuevamente

quedando conformado por Estados-ciudades o naciones, gobernadas desde una ciudad capital

(Frye, 1982: 57). Lo que nos muestra es que somos capaces de ver lo que nos conviene de las

cosas por lo tanto Buber afirma que “la imagen utópica es un cuadro de lo que debe ser, lo que el

autor de ella desearía que fuese real” (1987: 17). Hacemos una imagen de la realidad que

queremos mostrar sin embargo no debemos conformarnos con lo que vemos si no mirar desde

nuestro punto de vista el por que de esa realidad.

Así mismo la mirada que le damos a la vida es un dibujo pintado de diferentes colores con

sombras de la realidad que vivimos inmersa, nos dice Melión en su libro sobre Van Mander nos

muestra que con nuestros ojos debemos scanear como a distancia la superficie del lienzo, para,

acto seguido, pasar a recorrerlo, penetrando tras su acristalada superficie, buscando a modo de un

zoom la cercanía, el contacto, con los objetos que la pueblan, a la vez que descubriendo y

poniendo de relieve sus detalles, el ser humano es capaz de dibujar dos realidades y hacer creer

lo que desea que los demás vean y a través del renacimiento podemos acercarnos mas al

conocimiento abstracto de las cosas, así mismo los nominalistas nos presentan la percepciones de

los objetos en la singularidad, en donde se descarten las cualidades y se haga la percepción de lo

que vemos , es como en la ciudad del sol todos comprendemos el arte de ver las cosas por lo

tanto menciono que Campanella coincide con Aristóteles en lo que respecta al valor que éste le

otorgaba al arte, pues en La ciudad del sol, la creación artística está del todo aprobada y

permitida, al grado de estimular a los habitantes para su realización, mostramos a través del
dibujo que podemos ser seres lineales o podemos descubrir el arte de percibir las cosas desde el

mismo ser.

En la sociedad en la que vivimos nos corresponde tener una mirada de las problemáticas sociales

cambiantes en donde es necesario buscar soluciones a las posibles problemáticas, nuestro ojo

tiene una visión realista de las cosas, es como un espejo desde lo más profundo y en donde hay

que escudriñar mirar más allá de lo que vemos, y en relación con la naturaleza misma, tener una

visión clara sobre lo que vemos, los pintores renacentistas plasmas la realidad que viven,

muestran lo que perciben de su entorno, es un hablar sin mencionar una palabra, es decir lo que

sentimos por medio de nuestro pensamiento, lo que sentimos y deseamos es admirar lo bello que

nos rodea y ´plasmarlo en un lienzo.

El arte de asombrar simboliza admirar a través de una pintura los cambios que surgen en nuestro

entorno es vivir entre líneas, el despertar de nuestros pensamientos y sentimientos, por

consiguiente podemos decir que va ligado a la armonía del arte es como piensa el que está

inspirado, sin olvidar la realidad que vive dentro de la lengua escrita es hacer sentir emociones al

que observa y que tenga una percepción de lo que ve, además se ve involucrado la actividad

espiritual creativa que emerge en cada emoción o una concepción del mundo que no nos rodea.

Cabe recalcar lo que menciona Jose Vericat arte renacentista va claramente por delante de la

geometría, como hasta cierto punto la misma caligrafía va por delante de la gramática. La

indagación en el renacimiento, se vale indudablemente de la geometrización de las cosas; aunque

no le interesa tanto directamente como sólo en relación a la variada expresividad que la línea es

capaz de llegar a encarnar lo que se puede decir es a través del dibujo plasmamos lo que

queremos dar a conocer de nuestra realidad.


Referencias Bibliográficas

Álvarez Santos, R; (2012). Tomasso Campanella: ¿escolástico o renacentista? La Colmena, ()

73-80. Recuperado de http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=446344463034

López-Farjeat, L X; (2005). Presentación. Imaginación, sensación y pensamiento en los

comentadores árabes y latinos de Aristóteles (siglos X-XIII). Tópicos, Revista de Filosofía,  9-12.

Recuperado de http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=323027318001

Vericat, J; (1999). El arte de asombrar. Nómadas. Recuperado

de http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=18100018
imaginación, sensación y pensamiento en los comentadores árabes y latinos de Aristóteles (siglos X-XIII)

Imagen de Aristóteles sacada de Google


La importancia de los árabes en la recepción y transmisión de la filosofía griega es un capitulo apasionante
en la historia de las ideas, Su papel no se reduce a la mera paráfrasis o a la conservación de los textos
antiguos, sino que desarrollaron una filosofía propia. Sin su labor intelectual, la tradición filosófica se
hubiese visto menguada. Los medievalistas dedicados a la tradición latina conocen algunas referencias
que se encuentran en personajes que estudiaron cuidadosamente algunas traducciones del árabe. Por
mencionar algunos ejemplos, recuérdese que filósofos como Alberto Magno, Tomas de Aquino, Dunas
Escoto, entre muchos otros, recibieron principalmente las infidencias de Avicena y Aberrees. La filosofía
medieval no es comprensible, pues, sin los referentes greco-árabes.

La filosofía árabe -islámica se fue configurando desde mediados del siglo octavo. La historia comienza con
la fundación de la "Casa de la Sabiduría" {Bayt al-hikma) creada por el califa al-Ma'mun (m,833), Se
cuenta que una noche Aristóteles se le apareció en sueños y lo animo a que propagara el saber filosófico.
A setenta y cinco arios de su fundación, los árabes conocían las traducciones de la Sabiduría" {Baht al-
hirma) creada por el califa al-Ma'mun (m,833), Se cuenta que una noche Aristóteles se le apareció en
sueños y lo animo a que propagara el saber filosófico. A setenta y cinco arios de su fundación, los árabes
conocían las traducciones de Platón y Aristóteles, de Hipócrates y Galeno, de Alejandro de Afrodísio, de
Tenístico y Simplicio, y de un sin número de obras científicas y filosóficas, A partir de entonces y hasta
finales del siglo decimo, la recepción y traducción de textos griegos seria prolífica. Hubo traducciones del
griego al siriaco, del griego al árabe y del siriaco al árabe, Los árabes se encontraron con la riqueza
contenida en los tratados filosóficos y científicos griegos estudiados por los intelectuales alejandrinos y
siriacos.

Los contactos culturales entre árabes y latinos comienzan desde el siglo IX. Este es el de mayor auge en
las escuelas de traductores — entre ellas la de Bagdad— que tanto contribuyeron a la difusión de la
filosofía. Para el siglo X el intercambio cultural es inminente. Además, ese es el siglo de al-Arabí, mejor
conocido como "el segundo filosofo" en la tradición árabe —Aristóteles era el primero. En esos tiempos
algunos intelectuales occidentales viajan a Oriente para enterarse de la ciencia árabe. Se^ sabe que
algunos llevaron traducciones a España y otros sitios de Europa.

En el siglo XI se inaugura mi centro de estudios árabes en Inglaterra. Sin duda alguna, la época de oro de
la filosofía árabe es el siglo XII. Brillan para entonces las mentes filosóficas de Avenase, Iban Tumay y
Aberrees, todos ellos interlocutores de la mayor parte de los filósofos latinos, Los traductores intensifican
su labor: existen traducciones Latinas de Avenase, por ejemplo, cuando Aberrees no ha recibido todavía el
encargo de comentar a Aristóteles. Un considerable número de traductores ha tenido siempre un papel
secundario.

Sus nombres son poco conocidos y su valoración en la historia de la filosofía prácticamente nula. Sin
embargo, la labor de estos rezagados es capital e indispensable en la transmisión del pensamiento greco-
árabe: Juan Hispano, Domingo Gundisalvo, Gerardo de Cremona, Miguel Escoto, y muchos otros
personajes formados en la Escuela de Toledo, Sus traducciones se utilizaron en las universidades del siglo
XIII, especialmente en la de Paris, que albergaría en sus centros de investigación filosófica a Alberto
Magno, Tomas de Aquino, Dunas Escoto, Singer de Brabante e innumerables pensadores que hicieron de
la Universidad de Paris el mayor centro intelectual de ese momento, Uno de los tratados mas estudiados
en el medioevo fue el De anima de Aristóteles. En arabe se conocio como Kitab al-Nafs. La psicología
racional de al-Kindl, al-FarabI, Avicena, Avenase y Aberrees es de inspiración aristotélica, al igual que la
de Domingo Gundisalvo, Juan Bund, Juan de la Rochéis.
Tomas de Aquino, por mencionar algunos. En la tradición árabe, trascendieron además algunos
comentadores de ese tratado aristotélico: Tenístico, Simplicio y Alejandro de Afrodísio. Lo más probable es
que para el siglo IX al-Kindle ya conociera alguna versión del De anima cuyo contenido se proyecta en
varios de sus escritos sobre el alma y, especialmente, en la Epístola sobre el intelecto {Risalat fi 'I- 'Aql).
Al-FarabI también siguio el texto aristotélico. Su influencia es notoria en el De Intellectu {Risalatfi 7- 'Aql) y
en las referencias a temas psicológicos que hay en otras de sus obras, Los trabajos de Avicena son, más
que comentarios puntuales, glosas en donde interpreta y desarrolla ampliamente temas psicológicos. El de
Avenase es un comentario extraordinario redactado en capítulos temáticos.

Imagen de Tomas Equino sacada de Google


El caso de Averroes es mucho más sistemático que el de sus antecesores: tenemos su epitome {Yami'
kitab al-nafs), su comentario medio {Taljis kitab al-nafs) y su gran comentario {Comentarían Magnum en
Aristóteles De Anima). Solo se conservan las versiones árabes de los dos primeros. Del gran comentario
tenemos la conocida versión latina cuya influencia será determinante en el mundo latino. Este número de
la revista Típicos lo hemos dedicado, precisamente, al intercambio cultural y filosófico entre árabes y
latinos. El alcance de la filosofía árabe es sorprendente: uno de nuestros colaboradores ha ido más allá del
medio y ha establecido cierta relación entre Avicena y Kant, Abrimos con un trabajo en el que se explica
que entendieron los árabes por saber filosófico, Posteriormente, se reine un grupo de artículos cuyo punto
de referencia es el De anima de Aristóteles, El estudio del conocimiento es uno de los problemas perennes
de la filosofía y ocupa un lugar central en la psicología racional del siglo XIII.
Un análisis de los escritos que se derivan del corpus aristotélico a este respecto, conduce a temas tan
importantes y diversos como el intelecto, la. imaginación, las representaciones mentales, el conocimiento
racional, Hemos invitado a un grupo de especialistas en estos temas: Rafael Ramón Guerrero, Richard C.
Taylor, Jean Baptista Benet, Jorge Tellkamp, Allan Back, Leo White, y Joaquín Lomba.
Referencias bibliográficas

https://www.redalyc.org/articulo.oa?id=323027318001

También podría gustarte