Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Desarrollo o construcción
Introducción
También es preciso realizar una distinción, ya aclarada por Julián Marías, entre
las palabras “sexual” y “sexuado”. Aunque la sexualidad constituya, según estudios
genéticos solamente un 3% de la condición humana, es, sin embargo, una realidad
presente en el ADN de la persona, se encuentra en cada célula de cada órgano, como
una constante que condiciona cada acto, inclusive la forma de pensar del todo humano.
condicionado por lo que tienen de diferente.1 Es decir que toda la actividad de una
persona se encuentra totalmente afectada por la condición sexuada del individuo en
cuestión. Por esto es que la sexualidad no se reduce a dos fisionomías distintas. Se trata
de dos modos de ser persona, diferentes, pero complementarios. Desde este modo de ser
persona “me proyecto hacia toda realidad, que en función de él adquiere su sentido.”2
La pareja humana
1
Cf. B. CASTILLA DE CORTÁZAR, “Radicalidad de la condición sexuada”, 6, Acta Philosóphica, 25
(1916/II) 207-228.
2
J. MARÍAS, Antropología Metafísica. La estructura empírica de la vida humana, Madrid, Editorial
Revista de Occidente, S. A., 1970, 104.
3
Ibid., 160.
3
personas humanas. El hombre es, en efecto, por su íntima naturaleza, un ser social, y no
puede vivir ni desplegar sus cualidades sin relacionarse con los demás.”4
Además de ser un ser social por esencia, el ser humano es un ser sexuado por
esencia. El punto cúlmine de la relacionalidad propia del ser humano subsiste en la
coexistencia varón-mujer. “Se trata por tanto de acoger al otro ser humano y de
aceptarlo, precisamente porque en esa mutua relación de la que habla Gn 2, 23-25, el
hombre y la mujer llegan a ser don el uno para el otro, mediante toda la verdad y la
evidencia de su propio cuerpo, en su masculinidad y feminidad.”5
SAN JUAN PABLO II, Hombre y mujer los creo, Madrid, Ediciones Cristiandad, 2000, 135.
5
4
Toda esta referencialidad entre varón y mujer refleja las formas que cada uno
tiene de darse y a la vez de recibir al otro. Es tanta la complementariedad que la
“persona varón” puede ser definida como ser-con-desde, puesto que su modo de ser
tiene que ver con darse a la mujer “desde” sí y “hacia” la mujer; y la “persona mujer”
podría ser definida como ser-con-en, debido a que, no de forma opuesta, sino (y esto es
fundamental) de forma complementaria al modo del varón, su modo de ser, tiene que
ver con darse al varón “en” si y “hacia” sí.9
La condición sexuada
La condición sexuada es algo muy propio del ser humano. El animal posee una
sexualidad que se manifiesta como una actividad programada, en la que sólo se da un
intercambio genético que tiene como fin la subsistencia de la especie, algo puramente
instintivo como un impulso hereditario. En el hombre, aunque también hay instinto, se
encuentra mediado por la inteligencia y la voluntad, que permiten al individuo la auto
posesión activa de sí mismo y también la posesión de la otra persona mediante el “don”.
6
Cf. M. C. GRIFFA; J. E. MORENO, Claves para una psicología del desarrollo. Vida prenatal- Etapas
de la niñez. Volumen I, Buenos Aires, Lugar Editorial, 1999, 18-19.
7
Cf. CASTILLA DE CORTÁZAR, “Radicalidad de la condición sexuada”, 7-10.
8
MARÍAS, Antropología Metafísica, 161.
9
Cf. CASTILLA DE CORTÁZAR, “Radicalidad de la condición sexuada”, 16-18.
5
condición sexuada, lo que hace intervenir diversos factores que logran que ésta no tenga
solamente un fin procreativo sino también unitivo.
La soledad
10
MARÍAS, Antropología Metafísica, 163.
11
ARISTÓTELES, Política, Buenos Aires, Alianza Editorial, 2007, 43.
6
sufrir, que lo aliena de los demás, y lo hace privarse a sí mismo del “don de los demás”,
y priva a los demás de su don, se siente como una isla entre otras islas.
En los hechos, exclusivamente a partir del encuentro con un “tú” es que aparece
como respuesta el “yo”. Esto se puede ver en la experiencia fundamental del niño, el
cual al nacer se encuentra desconocido de sí mismo y también en frente a un mundo
desconocido, y es solamente a partir del contacto con su madre que va surgiendo el “yo”
del anónimo “eso”. En cierta forma, comienza a surgir una conciencia de subjetividad.
He aquí entonces el verdadero problema existencial de la soledad: aparece la posibilidad
de enajenación.12
12
Entendemos “enajenación” como un sentimiento de desgarramiento y desunión, un sentimiento de
alejamiento, enajenación y desposesión, un alejamiento, siempre que se entienda como 'alejamiento de sí'.
Siguiendo a Hegel, la conciencia infeliz es "el alma enajenada" o "la conciencia de sí como naturaleza
dividida" o "escindida", según indica en la Fenomenología del espíritu. Con ello significa Hegel que la
conciencia puede experimentarse como separada de la realidad a la cual de alguna manera pertenece. Cf.
J. FERRATER MORA, Diccionario de Filosofía, Tomo I, A-K, Buenos Aires, Editorial Sudamericana,
19645, 517 -518.
7
Reposa así el “hombre masa” en la paz del ahogado, flota a la deriva, dejándose
llevar por la corriente homogéneamente compuesta de otros idénticos a él. “El hombre-
13
J. ORTEGA Y GASSET, La rebelión de las masas [en línea],
https://webs.ucm.es/info/bas/utopia/html/rebeli01.htm [consultado: 4 de nov. de 20]
14
J. ORTEGA Y GASSET, La rebelión de las masas, Ciudad de México, La Guillotina, 2010, 16.
8
15
Ibid. 67.
16
Cf. Ibid. 204-205.
17
O. N. DERISI, Filosofía de la cultura y de los valores, Buenos Aires, Emecé Editores, 1963, 214.
18
ARISTÓTELES, Política, 44.
9
Ser persona plenamente consiste en poder “ser con otro”. El individuo personal
tiene la posibilidad de salir de sí mismo al encuentro con el otro, sin salir de los límites
de su esencia, o, mejor dicho, sin ir en contra de su esencia. El límite de cada esencia es
el tropiezo con la esencia de los demás, como atrapados en pequeñas soledades, pero
cuando se logra vencer la resistencia al aislamiento se puede acceder a la trascendencia
en el encuentro con la alteridad.
Cuando no hay respeto, orden, normas o valores que obliguen desde el interior,
correlativamente el ser humano se encuentra sin defensa posible frente a los daños de
los demás. Germinan entonces la inseguridad, el temor, la angustia y la desesperación.
“Una vida temporal finita, que comienza y termina en la nada, y que surge sobre ésta
como un conjunto de dolores, sin esperanza de una justicia definitiva y de un amor que
lo haga feliz eternamente. Una vida absurda y sin sentido, que conduce al hombre a la
desesperanza cuando no al suicidio.”19
La “Teoría del género” en sus formulaciones hace una distinción que fortalece y
sella la propia inmanencia: la distinción entre sexo y género, que constituye su axioma
fundamental, como su principio base. Sin aportes que lo fundamenten, sostiene que el
“sexo” es una característica humana de carácter puramente biológico, un simple dato
natural que no posee ninguna relevancia respecto a la identidad de una persona.
19
DERISI, Filosofía de la cultura, 214.
20
Cf. O. BONNEWINJ, Gender, quem és tu? Sobre a Ideología de Gênero, Campinas, SP, Ecclesiea,
2015, 34-36.
10
Para los adeptos al “género” es incuestionable que el ser humano no nace siendo
completamente varón o mujer, ni siquiera nace siendo completamente persona, sino que
debe atravesar un proceso de autoconocimiento y construcción de sí mismo. Siguiendo a
Simone de Beauvoir la teoría de genero afirma que “no se nace mujer: se llega a serlo.
Ningún destino biológico, psíquico o económico define la figura que reviste en el seno
de la sociedad la hembra humana; es el conjunto de la civilización el que elabora ese
producto intermedio entre el macho y el castrado al que se califica de femenino.”21
Es aquí donde existe una diferencia radical con la filosofía creacionista, en ella
se habla de un desarrollo del ser humano desde lo que es “ya” hacia lo que debe “llegar
a ser” por medio de la formación y la cultura, atravesando campos tan distantes como la
moral y lo físico-biológico.22 Por el contrario, la Teoría del género afirma la posibilidad
de construcción respecto a la constitución natural. Mientras que la primera se da dentro
de unos límites, aquellos dados por una esencia propia, la última no tiene parámetros en
sus posibilidades de construcción autónoma.
Sin embargo, también es importante aclarar que el ser creado, el poseer una
esencia inmutable no significa ser determinado totalmente, sino tener posibilidades de
perfeccionamiento que superan el ser material. El hombre es capaz de construirse y
tiene como deber el hacerlo, pero todos los presupuestos están dados. La esencia es la
que posibilita la construcción y eso nos abre un mundo de posibilidades
No obstante, para la Teoría de género no importa aquello que el cuerpo del ser
humano trae naturalmente, interesa exclusivamente de qué manera se socializa al
individuo. Los datos biológicos son en esta teoría tan relativizados que estos se tornan
insignificantes en relación a lo natural. El sexo se piensa como una naturaleza bruta sin
interés real, un tipo óntico indeterminado de materia informe. En esa perspectiva, la
diferencia anatómica macho-hembra queda desprovista de toda significación profunda.23
establecen en este caso teórico una irreductible relación de oposición que los lleva a ser
enemigos entre sí.
Al ser el género varón –mujer construible, tan sólo dos géneros ya no tiene
fundamento alguno, se puede pensar la existencia de más que nada tengan que ver con
la diferencia sexual. Se habla así de la existencia de cinco a siete géneros: homosexual,
lésbico, transexual operado y no operado, heterosexual, bisexual e indiferenciado.
También se hace posible afirmar que los géneros son tantos como individuos hay. Es
decir que cada individuo puede construir, inventar su propia sexualidad, de acuerdo a
sus deseos, sin importar el sustrato biológico que haya de base.26
De esta manera el género termina por absorber el sexo, el cual casi dejaría de
existir a no ser solamente como un simple residuo material biológico sin ninguna
25
BONNEWIJN, Gender, quem és tu?, 37. (traducción nuestra).
26
Cf. N. MÁRQUEZ; A. LAJE, El libro negro de la nueva izquierda. Ideología de género o subversión
cultural., Buenos Aires, Grupo Unión, 2016, 97-99.
12
importancia para establecer alguna diferencia entre las personas. El sexo simplemente
seria para la teoría de genero un dato biológico que, si no se da una elección de genero
libre, termina coartando la libertad del individuo. El género es pura elección libre y
maleable; el sexo, determinismo puro y destructor de la libertad.
Una pérdida en los parámetros en las reglas del género, en el fondo significa la
destrucción de la esencia y produce una desestabilización en la búsqueda de la identidad
del sujeto personal. La imposibilidad de plantearse la pregunta de quién soy yo. Este
sujeto ya no se encuentra frente a un “tú” con esencia humana, sino frente a un “eso”
anónimo. En el plano de la condición sexuada Judith Butler afirma que “la pérdida de
las reglas de género, desestabilizaría la identidad sustantiva […].”27
Conclusión
He aquí que esta pequeña reflexión no pretende agotar el tema, sino generar un
interés más profundo, porque en la actualidad tiene una injerencia en todos los aspectos
de la vida humana. Es así que también en la condición sexuada existe un importante
indicio de la identidad del sujeto personal, puesto que uno es o varón o mujer, y a partir
de esa determinación es que puede surgir cualquier ulterior desarrollo.
27
BUTLER, El género en disputa, 284.
14
Ante esta situación de desaliento me gustaría finalizar con una frase de Víktor
Frankl que muestra que el ser humano, por mucho que intente construir, o mejor dicho,
deformar su identidad, y por mucho que ignore el llamado al don de si, no puede desoír
el llamado a la trascendencia que surge desde lo más profundo de su esencia: “El
hombre es ese ser capaz de crear las cámaras de gas de Auschwitz, pero también es el
ser que ha entrado en esas mismas cámaras con la cabeza erguida y el Padrenuestro o
el Shemá Israel en los labios.”28
28
V. FRANKL, El hombre en busca de sentido, Barcelona, Herder, 2004, 153.
15
Bibliografía
SAN JUAN PABLO II, Hombre y mujer los creo, Madrid, Ediciones
Cristiandad, 2000.