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Doss06 22
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Babel
Terapia a través
del Movimiento y la Danza
alfaro
asensio
dieste
forniés
hidalgo
miguel
rada
sbiglio
villena
wengrower
Dossier
A
Prólogo nte todo quiero agradecer la
oportunidad que se nos ofre-
ce en la revista Babel, por
medio del director de la edi-
torial, Dr. Antonio Elizalde y
del director de la revista, Dr.
Patricio Vergara, de compar-
tir con lectores de Chile, par-
te de los conocimientos y ex-
periencias que constituyen la Terapia a
través del Movimiento y la Danza, o
como se ha denominado en varios países
europeos y latinos, siguiendo la influen-
cia del proceso iniciado en EEUU, la dan-
za movimiento terapia (DMT).1
En el mundo anglosajón, el empleo
psicoterapéutico de la danza y el movi-
miento expresivo comenzó aproximada-
mente en los años 50 del siglo XX, y a
comienzos de la década de 1970 se abrió
el primer master en Nueva York.
En España, la profesión como tal,
comienza a tener existencia oficial a par-
tir de la creación del master en la Uni-
versidad de Barcelona, en Octubre 2002.
En febrero 2006, se realiza el I Simposio
en Terapia a través del Movimiento y la
Danza, en el marco del I Congreso Na-
cional de Musicoterapia, en Montserrat,
España. La mayoría de los trabajos inclui-
dos en este dossier son una selección de
aquellos presentados en esa ocasión.
1
A pesar de carecer de cierta elegancia semántica, adoptamos el término danza movimiento terapia como
alternativa equivalente al de Terapia a través del Movimiento y la Danza. Ambos términos aparecerán
alternativamente en los artículos, así como la sigla DMT.
161
arte de la danza y el movimiento. Varias
2
Tercer grado es el régimen abierto en el sistema penitenciario español.
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autismo, una de las poblaciones con las Hidalgo comparte con el lector parte de
que se comenzó a desarrollar la profe- los argumentos esgrimidos en el Centro
sión a comienzos de los años 1970. Su de Día Pi i Molist en favor y en contra de
artículo comparte con los lectores uno la inclusión de la DMT con enfermos
de los modos de pensar y operar de una psicóticos crónicos. A continuación pre-
DMT en el campo de la educación espe- senta algunos testimonios de pacientes y
cial o la salud mental infantil. La lectura personal del centro, luego de tres años de
de este trabajo introduce en los aspectos recibir estudiantes de DMT en práctica.
específicos de la DMT y los compartidos El artículo del Dr. Rada, Carmen
con otros profesionales que desarrollan Miguel, Begoña Forniés e Hilda
su tarea con niños con problemática en Wengrower, presenta la DMT dentro de
el espectro del autismo. un modelo psicoterapéutico que integra
Nos pareció interesante dar voz a diferentes aproximaciones, incluida la
profesionales de disciplinas cercanas que farmacológica y su aplicación específica
compartieran sus impresiones sobre los con una paciente adulta con Síndrome de
efectos de la terapia a través del movi- Down y problemas de relación y de con-
miento y la danza en las instituciones en ducta. Más allá del caso específico, el ar-
las que se desempeñan. En los artículos tículo cierra con una reflexión acerca de
de Hidalgo, y el de Alfaro y Asensio, hay un abordaje amplio en el trabajo con per-
una breve presentación de dos centros sonas con disminución psíquica (o retra-
que reciben estudiantes en práctica y la so mental).
narración de la vivencia de profesionales Cerramos con un artículo publicado
y usuarios. En todos los artículos, que hace unos años en la revista especializa-
narran intervenciones de diferente cariz, da The Arts in Psychotherapy, en el cual for-
está presente el aporte de DMT en equi- mulo una comparación entre la cultura de
pos multidisciplinarios. la psicoterapia y la de la educación. Ésta
Mercedes Hidalgo presenta un cen- constituye parte de un balance elabora-
tro de día en la red catalana de salud do luego de 20 años de tarea como DMT
mental. El psicótico crónico está debili- en el sistema educativo israelí, que refle-
tado en sus capacidades físicas, empobre- ja una problemática que va más allá de lo
cido en su expresión verbal y se siente local y radica en las diferencias y simili-
amenazado por el contacto con el otro. tudes entre ambas disciplinas concebidas
El abordaje que plantea la DMT esquiva como culturas.
la necesidad imperiosa de la palabra y
propone cimentar la comunicación sobre Dra. Hilda Wengrower
las bases de sus elementos no verbales, a Directora académica del
partir de un vínculo basado en la empatía Master en Terapia a través del
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Cuerpomente
El término cuerpomente implica la
concepción de unidad e influencias recí-
procas, que han sido conceptualizadas
desde enfoques psicológicos variados
(Bernard, 1980; Dychwald, 1981;
Lowen, 1985).
Los últimos cuarenta años han dado
cuenta de que las emociones y las sensa-
ciones físicas son fuente de construcción
del conocimiento tanto a nivel personal
como a nivel científico (Wengrower,
2002). Los desarrollos en el campo de la
neurología con Antonio Damasio a la ca-
beza de los mismos, han demostrado que
Descartes estaba en un error. No es pienso,
luego existo; sino que tengo sensaciones y
emociones, y son ellas las que fundan mi
sensación de self y construcción de la
experiencia. (Damasio, 1996, 2001). En
DMT sabemos que podemos conocer a
una persona no sólo por lo que dice, sino
también por cómo se mueve y no se
mueve, por lo que manifiesta
gestualmente y lo que reprime o anula
en su expresión no verbal. Observamos
no sólo la postura estática, sino también,
los movimientos, gestos y uso del espa-
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cio personal e interpersonal. Existen va- han establecido “mapas corporales” ubi-
rios sistemas de observación y análisis del cando en el torso determinadas emocio-
movimiento, que han establecido nes y/o la sensación del sí mismo, la pre-
correlatos con el desarrollo libidinal y sencia asertiva. (Dychwald, 1981,
otras características psicológicas. En este Lowen, 1985). En DMT aspiramos a evi-
dossier, se mencionan el sistema Laban tar reduccionismos y generalizaciones
(Villena) y el sistema de Dulicai de ob- que intentan codificaciones universales
servación de familias (Sbiglio).1 Estos del cuerpo, siempre estamos atentos a
sistemas nos permiten detectar caracte- lo específico y único de cada persona,
rísticas de personalidad relativamente tenemos en cuenta su historia evoluti-
estables y específicas del individuo, esta- va, y realizamos una evaluación inicial
dos anímicos circunstanciales, estilos de amplia.
relación interpersonal en una díada o fa- Los sistemas de observación del
milia, características de un desarrollo movimiento también se emplean en la
perturbado y aspectos del si mismo o self. investigación de casos clínicos, evaluacio-
En base a estos apreciamos las nece- nes de tratamientos, etc. Un ejemplo de
sidades del paciente, formulamos obje- ello ha sido incluido en este dossier por
tivos y vías de intervención terapéutica, medio del artículo de Sbiglio. Su investi-
y evaluamos los cambios producidos. La gación aportó información que cuestio-
determinación de objetivos específicos na concepciones anteriores acerca del uso
no implica una perspectiva conductista, del espacio interpersonal en las familias
sino una intención de establecer con relaciones violentas en su seno.
parámetros que sean identificables a la La DMT se recomienda a menudo
hora de establecer una evaluación del -aunque no exclusivamente- en el trata-
proceso terapéutico, según escalas vali- miento de personas con un dominio nulo
dadas. Por ejemplo, Villena integra con- o muy limitado de la expresión verbal.
ceptos y técnicas específicas de la profe- Rada y cols. describen el establecimien-
sión, junto con otros compartidos con la to de una relación terapéutica, y las di-
perspectiva psicodinámica, y el Inventa- versas etapas y procedimientos del tra-
rio de Desarrollo Batelle. tamiento, donde prima lo no verbal, ba-
Esta autora, describe la retención del sado en teorías psicoterapéuticas.
movimiento en hombros y pecho en su Villena relata el empleo de juegos
paciente, la cual se observa no sólo en gestuales, encuentros tónicos armónicos,
niños con síndromes similares a los de A, desplazamientos en el espacio de la sala,
quien tiene un trastorno multisistémico y rituales de comienzo y final de sesión
del desarrollo. También en personas que con un niño con trastorno multisistémico
tienen dificultad en la expresión de emo- del desarrollo, como el medio que la
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ciones como él, sin que esto tenga rela- DMT adopta en un enfoque evolutivo de
ción con la categoría diagnóstica especí- tratamiento en muchos de estos casos.
fica. Diferentes autores en Occidente y Es de notar la observación minucio-
disciplinas psicocorporales en Oriente, sa del movimiento y la comunicación no
1
Para más información sobre sistemas de observación y evaluación del movimiento y otros temas de
DMT, en castellano, Wengrower y Chaiklin (2008). En inglés: Amighi y cols., (1999) y más.
165
verbal de A, el niño que Villena presenta.
2
Ver Erikson, 1970; y en especial Storr, 1993; Winnicott, 1979; para citar unos pocos pero básicos.
3
Espero los lectores compartan conmigo el conocimiento o recuerdo de la canción-juego infantil Arroz
con Leche: Arroz con leche, me quiero casar, con una señorita de San Nicolás. / Que sepa coser, que sepa bordar, que
sepa abrir la puerta para ir a jugar.
Esta canción–juego manifiesta una gran sabiduría: no sólo de la satisfacción de necesidades materiales vive
el ser humano. Coser, una artesanía que satisface menesteres básicos, bordar, avanza hacia lo artístico,
proveedor de un placer estético, salir a jugar...libertad compartida.
167
convertirlas en obra artística o superar- cón de la sala. Esto nos remite a
4
Son pocos los hombres que desarrollan la profesión, esperamos que se vayan sumando...
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posible, se espera que el mismo paciente introyectivos y proyectivos funcionan débil e
sea quien elabore el significado de su ex- inadecuadamente, y además cuando ha desa-
periencia. rrollado poco o nulo lenguaje, entonces las
A, el niño con trastorno multi- intervenciones han de llegar al niño en un “len-
sistémico cuyo tratamiento describe guaje” o forma adecuada al nivel (posiblemente
Villena, juega haciendo girar las pelotas muy temprano) de desarrollo en el cual está
sobre su propio eje. Este juego podría ser funcionando. En el caso de los niños que
simbólico de su situación vital, girando padecen trastornos del espectro del
alrededor de sí mismo. Villena, como al- autismo, la comunicación no verbal es la
gunas DMT, evita entrar en interpreta- vía regia de abordaje. En DMT se poseen
ciones y elige empatizar con el juego del las habilidades de observación e
niño, aceptarlo y ayudarlo a desarrollar- interacción para ajustarse a sus caracte-
lo. De este modo, A. comienza a inte- rísticas y necesidades.
grar a su terapeuta en su órbita... Esperamos que los trabajos de este
Cabe citar aquí a Anne Álvarez dossier sean de interés de los lectores y
(2004): En los momentos en que la falta de provoquen su curiosidad e imaginación.
respuesta social del niño proviene de un défi- Estaré encantada de proseguir la co-
cit masivo del yo y objeto interno más que de municación por medio del correo elec-
una evitación activa, cuando sus procesos trónico: mshilda@mscc.huji.ac.il
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R E F E R E N C I A S
BERNARD, M. (1980). El enfoque psicoanalítico del cuerpo. El cuerpo. Cáp. VII. Buenos Aires: Paidós,
105-146
–––. (2001): La sensación de lo que ocurre: cuerpo y emoción en la construcción de la conciencia. Madrid:
Debate.
WENGROWER, H. (2002). Técnicas inmigrantes en el país de las ciencias sociales. Informe del empleo de
técnicas especiales en una investigación con niños inmigrantes y nativos. Anuario de Psicología.
Vol. 33 (4): 551-572.
WENGROWER, H. Y CHAIKLIN, S. (2008). La vida es danza. El arte y la ciencia de danza Movimiento Terapia. En
prensa.
–––. (1989). On the basis for Self in the Body. En Psychoanalytic explorations. EEUU, The Winnicott
Trust. 261-283.
Dossier
Experiencias límites
en danza
Abstract Within the context of Dance Movement Therapy and by means of videos, we
study the subject of mental illness and creativity based on the dance and on
the personalities of three dancers: Susanne Linke, Trudi Schoop, and Dore
Hoyer. We analyze the importance of body language and of dance in their
lives and expressions.
In the piece by Susanne Linke we can see symbols relating to schizophrenia.
The life of Trudi Schoop is an example of the use of dance as a means of
cure and the influence of her personal experience for development of one
mode of work in DMT with psychotic patients. Through Dore Hoyer’s dance
we inquire her tortured personality. Lastly, a proposal is made to open more
and wider investigation fields between Dance and Psychology.
Susanne Linke
danzas, sean un tanto sinuosos y enredados. Así es para mí a menudo la vida, que los
caminos son enredados, nunca directos, el camino directo es el intelecto, la razón
[…] A mí me interesa la vida, lo orgánico, así es como corren los ríos y arroyos,
siempre corren por venas curvas”. Lo curvo, lo sinuoso, lo tortuoso, los opuestos
que se revelan y nos revelan cuando menos lo pensamos y que incluyen la totalidad
175
desde lo vital. Para el artista, para Susanne Linke, no hay pactos con la unilateralidad,
Trudi Schoop
Dore Hoyer
“He llegado al fin, no puedo más, no puedo hacer otra cosa que acabar con mi vida.
Ya no me siento útil para la sociedad. Desde mi primera infancia tengo el sentimien-
to de abandono, al margen de la comunidad con otros niños, expulsada de la socie-
dad. Soy consciente de haber nacido como marginada”. Su única forma de comuni-
carse era la danza; si no podía bailar, no tenía sentido seguir viviendo. En 1954 tuvo
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un accidente en el que se lesionó la rodilla. Después de recuperarse empieza a bailar
Reflexión final
Luego de analizar, a modo de introducción, la danza, y algunos aspectos de la
personalidad de estas tres bailarinas, me ha estremecido, una y otra vez, ver lo esen-
cial que ha sido la danza y el movimiento en sus vidas. Fue su verdadero lenguaje, y
sobre todo en dos de ellas, su cura, su felicidad, la posibilidad de una vida creativa.
Entonces creo que si Susanne Linke ha bailado la esquizofrenia, Trudi Schoop ha
dicho en su trabajo que “La danza la salvó de una psicosis”, en tanto Dore Hoyer ha
expresado en la danza toda su tensión existencial: “Sólo puedo comunicarme con el
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R E F E R E N C I A S
F I L M O G R A F Í A
TRUDI SCHOOP, “The conquest of Emptiness”. “Come dance with me”. Hamburgo 1991.
DORE HOYER, “Dore Hoyer tanzt. Eine Gedenksendung. Presentador: Klaus Geitel.
Los tres vídeos fueron proporcionados por el Instituto “Goethe” de Montevideo, Uruguay, a quien
agradecemos su gentileza.
Dossier
La danza
movimiento terapia
en la
rehabilitación social
Fundación ARED.
Reinserción socio-laboral
de mujeres
Montserrat Asensio
Danzal Movimiento Terapeuta
montserratasensio@yahoo.com
180 Babel Dossier
181
Resumen El presente artículo presentará las razones y la modalidad para la introduc-
ción de la Danza Movimiento Terapia, una profesión clínica, en una institu-
ción que actúa en el terreno social, concretamente con mujeres tildadas de
riesgo social.
Nuestra exposición consta de dos partes:
En la primera, la directora de la Fundación Ared presenta sucintamente la
organización, su funcionamiento y el perfil de las usuarias atendidas. Desde
su posición de profesional ajena a la Danza Movimiento Terapia, narra cómo
se ha vivido y se vive en la fundación la experiencia de introducir el trabajo
de estudiantes en práctica de esta profesión.
La segunda parte da a conocer la aplicación de la Danza Movimiento Tera-
pia, exponiendo la experiencia de la planificación del trabajo realizado a tra-
vés de conceptos, técnicas y objetivos para/con los grupos de mujeres. Se
incluye la descripción y análisis de una sesión.
Abstract This paper displays the rationale and the modality for the inclusion of Dance
Movement Therapy, a profession of the clinical field of Psychology, into an
institution connected to the criminal justice. In the first part, the director of
ARED Foundation presents the institution and the profile of the women it
serves. As a professional outsider to the Dance Movement Therapy, she
narrates how this experience is lived in this center of psychosocial
rehabilitation.
The second part introduces to the implementation of DMT, sharing part of
the rationale, goals and techniques as well as describing and analysing parts
of a group session.
Fundación A.R.E.D
A partir de 1994, más de 500 personas han “danzado” por nuestra entidad, han
intentado contrarrestar los movimientos hacia fuera y hacia abajo que el fenómeno
estructural de la exclusión social genera. Acogemos prioritariamente a mujeres de
terceros grados penitenciarios1 , en libertad condicional, aunque también lo hace-
mos con hombres y personas provenientes de los Servicios sociales.
Contamos con una notable presencia de extranjeros (49% en el 2005), prove-
nientes de cuatro continentes y de 21 países de origenes diferentes; personas de
minorías étnicas y el resto nativas y procedentes de todas las comunidades autóno-
mas del estado. En la vida de estas 500 familias hemos podido hacer realidad uno de
los párrafos más hermosos de nuestros estatutos: “acoger en los programas de la funda-
ción a toda persona en riesgo de exclusión social, sin exceptuar a nadie”.
Con gran alegría hemos verificado a lo largo de los años que más de un 65%
logran la meta que se proponen de integrarse en la sociedad y conseguir un nivel de
dignidad para ellas y sus numerosas familias. Para nuestra satisfacción, hemos infor-
mado en la memoria del 2005, que sólo un 2% ha vuelto a reincidir, cuando la media
en el estado español es del 37%.
Metodología
El abanico de las áreas formativas que ofrecemos a las alumnas de los Cursos
Ocupacionales de Ared es muy amplio, tanto como la capacidad de colaboración de
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todas las personas que se unen a nuestros objetivos. Confección industrial, pintura
artesanal, cocina y restauración son las áreas de formación técnica prioritarias. Pero
el éxito en los procesos de Ared, se debe a la diversidad de programas formativos
que contribuyen a fortalecer a las mujeres en muchos aspectos de sus vidas.
Una de las fuentes de riqueza que tiene la fundación, son los convenios de alum-
183
nos en prácticas que firmamos con las diversas universidades de Barcelona.
Valores
Fue muy gratificante ver que los valores que danzaban alrededor de la experien-
cia, eran los mismos que tenemos en el ideario de la Fundación Ared:
- Toda persona tiene derecho a una vida digna: la DMT se ofreció a todas y la
participación fue voluntaria.
- Prioridad a las mujeres: es curioso que hasta ahora sólo se han inscrito mujeres.
- Respeto por la individualidad: cada una de las personas del grupo participó
desde sus posibilidades y desde su libertad.
- La universalidad de la capacidad de recuperación: no hay personas incapacita-
das para el movimiento externo que mueve el interior, no hay notas, valoraciones,
porcentajes de capacidades o discapacidades.
- Las potencialidades están para ser descubiertas, nada hacemos con un diagnós-
tico frío de las carencias.
- Formamos para la vida: la vida es movimiento, es flexibilidad, es adaptación, es
complementariedad.
- Trabajamos con las personas y su entorno, con ellas y no por ellas, con toda la
historia vital recordada en los cuerpos, si ellas están en equilibrio, todo el entorno se
beneficia.
Hay que activar a la persona para que se ayude a sí misma, hay que ponerla en
movimiento.
te testimonio:
...“Yo salgo, me tomo un café y hablo con todo el mundo, porque todo el mundo me conoce,
y si quieren algún favor, se lo puedo hacer y a la inversa, si me pueden hacer un favor me lo
hacen. Pero confianza jamás, nunca, si me ven seria nadie se atreverá a decirme ¿qué te
pasa? Nadie, porque no les doy la suficiente confianza para que vengan, por eso mismo, porque
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yo soy noble, me considero noble, y a través de los años he podido demostrar que aquí la amistad
Descripción de la sesión nº 9
Al comenzar el grupo está dispuesto de pie, en un círculo, y comenzamos con
un calentamiento que cumple diferentes finalidades: 1- ayuda a conectar con las par-
tes de su cuerpo y así contactar consigo mismas, 2- facilita el inicio de la nueva
situación y la interacción grupal a desarrollarse, 3- me ayuda a medir la disposición
y el estado en el que se encuentran.
Movemos diferentes partes del cuerpo, siendo las participantes quienes propo-
nen qué y cómo movernos. Como conductora del grupo reflejo con mi movimiento
lo que observo en el grupo, estableciendo así comunicación empática.
A continuación jugamos a imitar o representar en movimiento: cada una toma
una tarjeta en la que está escrita una palabra que deberá representar y las demás
deben adivinar el significado de lo que ven en sus gestos. El grupo acepta mi pro-
puesta. Se ríen cada vez que les toca representar, e incluso cuando se arriesgan a
adivinar lo que personifica la compañera. La proposición siguiente consiste en for-
mar pequeños grupos que monten una historia, siempre con mímica, basándose en
dos de las palabras que han encarnado previamente. Les dejo un momento para que
se organicen. Después, mientras un grupo representa, el otro mira, espontáneamen-
te se aplauden cuando finalizan.
186 Babel Dossier
ERIKSON, E. (1970). Juguetes y razones. En Infancia y sociedad. Buenos Aires: Hormé. Cap 6 : 182-222
WENGROWER, H. (2004). La teràpia basada en el moviment i la dansa: l´art del moviment i la dansa al
servei de la salut. Full Informatiu Col.legi Oficial de psicòlegs de Catalunya. Nº 165, 11-13.
Abstract This article proposes the important role of nonverbal behavior observation
tools in clinical and research dance/movement therapy approach with families.
As an example, the “Dulicai’ s Nonverbal Assessment of Family Systems” has
been introduced, applied in a pilot comparative study of families with and
without history of violence. The use of the non-verbal interactions, observed
in a verbal family interview, is here proposed as a starting point for the dan-
ce/movement therapy approach. A brief case study, with the related clinical
interventions, will be developed.
Antecedentes
En los años 70 Scheflen, psiquiatra americano, desarrolló una investigación con
numerosas familias y grupos para especificar las conductas no-verbales que se pre-
sentaban en el contexto de las interacciones sociales. Scheflen (1972) llegó a descri-
bir las conductas en las que el ser humano se ve involucrado de modo inconsciente
en una comunicaciòn recíproca a las que llamó “kinesias” . Las reciprocidades obser-
vadas en la comunicación frente a frente, pueden no tener relación aparente con lo
que se dice, pero sirven para sostener el contacto del grupo y son de tipo afiliación
(por ejemplo imitación o sincronía de gestos y posturas). Para Scheflen, estas con-
ductas no-verbales son patrones transmitidos culturalmente y tienen la función del
192 Babel Dossier
1
Cualidad de esfuerzo: es un término creado por R.Laban (1947) que describe la actitud de la persona
que se mueve en relación a los factores o elementos externos e internos con los cuales la persona se
relaciona en su movimiento (flujo, espacio, peso y tiempo). Para Laban la persona puede presentar dos
actitudes opuestas para cada factor (ejemplo en relación al espacio puede ser directo o indirecto).
2
Ver en la secciòn Definiciones de las “kinesias” a observar en la escala.
Dossier
Cambio postural: cambios en la alineación total del cuerpo. Se presentan como
una modificacion del tronco del cuerpo y activan tanto el centro de gravedad como
la columna vertebral.
Gesto: un movimiento que no implica cambio del peso. Es un movimiento de
una parte del cuerpo o combinación de partes con énfasis en el aspecto expresivo.
Bloqueo: movimiento de las extremidades o del torso para cubrir o proteger el
centro del cuerpo, no es necesario el contacto físico. Se realiza generalmente en
posición cerrada hacia la persona con la que se comunica bloqueando el espacio que
se encuentra entre ellos.
Moldeado: cambios en la actitud del cuerpo en la estructura y forma del tronco
y los brazos durante la interacción con otra persona. Es una respuesta al contacto
físico (a veces funcional como por ejemplo arreglar un vestido).
Contacto físico: contacto directo de cualquier parte del cuerpo entre las perso-
nas que se comunican.
Ajuste: cambios en el sistema postura/gesto por parte de las personas que se
comunican en respuesta a dicha interacción. Son modificaciones por lo general que
se presentan en simultaneidad (primero un cambio de peso y luego un gesto de la
cabeza, manos o brazos y/o piernas)
Caso Clínico
En esta familia la madre había tenido varias internaciones debido al maltrato por
parte de su marido, el cual fue excluido del hogar cuando la hija mayor tenía dos
años de edad y el menor, un año. Actualmente la niña, cuenta con ocho años de edad,
presenta una conducta violenta en la escuela y tiene problemas de aprendizaje por lo
cual hay un caso abierto en el departamento de servicios sociales. La madre ha for-
Dossier
mado pareja con un hombre afroamericano quien vive con ellos, pero no ha sido
posible involucrarlo en el estudio.
Las siguientes observaciones de los evaluadores fueron realizadas sin infor-
mación clínica previa. El patrón interaccional común a los tres observadores
fue: “La madre gesticula hacia el niño con premura y dirección, luego se posiciona
y gesticula hacia la niña con flexibilidad, la niña responde con reciprocidad. El
niño responde realizando movimientos del torso (cambios posturales que inclu-
yen a veces los brazos) con extrema tensión contenida o restringida, dirección y
fuerza. La niña responde a su vez recíprocamente o realiza contacto físico con la
madre que responde de la misma manera. El niño repite la conducta anterior,
esta vez con mayor intensidad (la modificación postural involucra todo el cuer-
po que termina en el suelo o en una separación) intentando hablar y aquí la
madre repite la gesticulación con dirección y premura hacia él”.
De lo observable se extrae una diferencia en la cantidad y calidad de
interacciones entre la diada madre-hija y entre la madre y el hijo varón. La
interacción de la madre con la hija denota proximidad y marcado contacto físi-
co. La madre tiene una actitud flexible (indirecta) y la combinación de flujo si
bien incluye restricción más intención (flujo contenido más fuerza), éste se pre-
senta en un rango leve. No existe una actitud específica en relación al tiempo.
En relación a la interacción de la madre con su hijo se observa una actitud más
directa, firme (fuerza) y rápida (decisión) y con marcado flujo restringido. Los
gestos directos de la madre corresponden a una respuesta a la intención de ha-
blar del niño. Luego sigue el cambio postural de la madre hacia la hija, seguido
de bruscos y muy restringidos cambios posturales del niño en dirección a la
díada. Ellas inician un intercambio de gestos y contacto, seguido de un movi-
miento del niño que incluye cambio postural con un involucramiento de todo el
cuerpo en una especie de lanzamiento en dirección a su madre y su hermana.
Estas reacciones terminan con caída en el suelo o una separación con decisión,
firmeza y alternancia abrupta de alto rango de flujo contenido o libre. En la
parte de juego libre, los patrones de interacción se hicieron más claros y lo que
se observaba ya en la entrevista coloquial se acentuó, probablemente el esfuerzo
por reprimir ciertas manifestaciones se debilitó con la libertad del juego. Es así
que se vio más claramente el encapsulamiento de la díada madre-hija y los inten-
tos del niño por irrumpir (lanzamiento pelota y pelea por el baloncesto con
empleo de fuerza). En la niña, se observaron frases de movimiento que fueron
correlacionadas previamente con conductas violentas “acting out” similares a las
de pacientes psiquiátricos (Dulicai, 1973). Las mismas se pueden describir como
196 Babel Dossier
3
R. Laban ha relacionado la presencia de determinadas cualidades de esfuerzo en el movimiento con
ciertas actitudes mentales, que estarían asociadas (por ejemplo, en relación al tiempo, la decisión).
197
María Gabriela Sbiglio
Intervenciones a partir del material recogido en la observación
El material audiovisual brindó elementos claros del “cómo” se realizó la co-
municación (esfuerzos empleados), y esto se retomó en el feedback de la tercera
entrevista. Esta familia participó en un programa posterior al estudio en el que
se realizaron ocho encuentros en los que se desarrollaron algunas intervencio-
nes clínicas. Se pudo promover en la madre una actitud más firme y decidida (de
mayor claridad en la puesta de límites) en relación a la hija. Esto se hizo intro-
duciendo mayor foco en la interacción (espacio directo) con esfuerzo en rela-
ción al peso (firme) y en relación al tiempo (decisión). Para esto se utilizó el
movimiento danzado como medio de intervenciòn facilitando la verbalización
paralela de las transformaciones que se iban vivenciando en el modo de relacio-
narse entre ellos.
Se le mostró a la madre las diferencias en la comunicación que establecía con
cada uno de sus hijos: la flexibilidad vs. la dirección, y se le propuso probar con
cada uno la forma opuesta por medio del juego. La firmeza en la confrontación
con la hija se sugirió en ejercicios de presión y resistencia/apoyos y separación y
unión (usando una tela elástica). Con el niño y la madre se facilitó una actitud de
mayor inclusión a través de movimientos de sostén y moldeado al contacto físi-
co, a través de juegos, uno de ellos es el denominado “el vendedor de juguetes”:
a través de la consigna de representar un juguete (hijo) y el vendedor (mamá)
que debe ubicar el juguete en la vidriera, acomodándole el cabello, la postura,
las manos, cambiando su postura, etc.
Para la niña, el trabajo con el tiempo sostenido, la inhibición de los impulsos
y el trabajo con gestos (autocontrol y tolerancia a la frustración) se realizó
mediante la instauración de turnos en sus juegos con la madre y el hermano. Por
último, el uso del movimiento permitió un reaprendizaje de los límites corpora-
les. Fue importante el facilitar la experiencia de diferentes opciones de contac-
to físico a través de la introducción de cualidades de esfuerzo variadas que per-
mitieron la liberación de la tensión de una manera que favoreciera el vínculo.
Conclusiones
La conducta no-verbal interactiva provee información concreta sobre las di-
námicas vínculares fácil de comunicar a otros profesionales como educadores,
asistentes sociales, etc. y a los mismos pacientes en la devolución.
El danzaterapeuta puede hacer uso de lo que sucede antes de la sesión o
cuando hay una entrevista. Esto le permite actuar como co-terapeuta en muchos
espacios en salud mental (consultorio familiar, por ejemplo), en donde muchas
veces las posibilidades de tiempo y espacio son limitadas. La utilización de lo
no-verbal como herramienta de feedback es un soporte concreto de la expe-
riencia a utilizar en la verbalización.
La evaluación de la conducta no-verbal interactiva permite utilizar como
material de observación, cualquier situación cotidiana de intercambio social.
Dossier
Cuando dos o más personas se encuentran frente a frente, se pone en juego una
comunicación no-verbal factible de ser concretamente identificada y analizada,
la cual puede servir como apoyo en diagnóstico y como instrumento de inter-
vención en la clínica.
198 Babel Dossier
199
R E F E R E N C I A S
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Dossier
Una experiencia
de DMT con un niño
con trastorno
multisistémico
del desarrollo
Palabras clave Danza Movimiento Terapia. Espectro autista. Trastorno multisistémico del
desarrollo.
Abstract The focus of this article is Dance Movement Therapy (DMT) and its healing
powers. The writer presents the therapeutic evolution of a five year old boy
that was initially diagnosed with Pervasive Developmental Disorder (PDD)
and started DMT at the age of three. We will present a clear road map of his
therapeutic evolution from the initial treatment goals, going through his
progress’ stages and concluding with the current therapeutic goals. The
challenge of the treatment was to tackle the pervasive developmental disorder
that the child suffered. Because the boy had an autistic brain, he had difficulties
socializing, learning and communicating. For that reason, it was very important
to remain focused on the treatment goals established and the interdisciplinary
work. The relevant areas of treatment were: the quality of his movements,
the use of his personal as well as room space, his interactions-communication
skills (taking into consideration both the verbal and the nonverbal language)
and lastly, his body image.
1
Como recoge la Clasificación infantil de o a 3. National center for clinical infant programs, Ed. Paidós.
Buenos Aires 1998.
203
PATRON “C”
Información de identificación
“A” el caso que nos ocupa, es derivado por la escuela en noviembre del 2003,
cuando cuenta con tres años de edad. Desde el mes de octubre del mismo año recibe
tratamiento en el Centro de Desarrollo y Atención Precoz de Reus dos veces por
semana.
La demanda por parte de la escuela es bastante clara: establecer algún vínculo
con A, que le ayude a él y a las personas que le rodean a interactuar y relacionarse.
Coincidimos con el personal profesional de la escuela en que el tratamiento debe
adoptar una perspectiva evolutiva que permita al niño re-hacer un recorrido progre-
sivo partiendo del descubrimiento y disfrute de las experiencias y sensaciones cor-
porales en relación, para poder comunicarse con el otro como sujeto.
En las primeras observaciones el niño presenta un retraso considerable, equipa-
rable al estado evolutivo de un niño de no más de 18 meses: verborrea ininteligible,
lleva constantemente objetos a la boca, no controla esfínteres, capacidades de aten-
ción y concentración nulas. Apenas establece contacto ocular con el otro, no busca la
aproximación ni la relación, no conoce ni diferencia las partes de su cuerpo, no se
reconoce frente al espejo. En su motricidad tiene preferencia por el gateo, se des-
plaza por la sala de ese modo, su caminar es inestable y a menudo lo hace de puntillas.
Observo que el aspecto más preservado en su desarrollo es el sensorio-motor.
Paralelamente advierto que la figura de la madre es un buen referente para “A”,
éste la reconoce como figura afectiva y que ofrece cuidados. Veo en eso un buen
punto de partida, hay una buena internalización de la figura materna que quizás ayu-
de al establecimiento de una relación satisfactoria con otro adulto (Erikson, 1970;
Winnicott, 1979).
Objetivos iniciales
Después de cuatro sesiones de observación, comienzo a plantear los objetivos a
partir de los cuales girará mi intervención. Éstos se centran principalmente en dos
áreas que, a mi entender, son las que hay que priorizar puesto que son las más afecta-
das y, al mismo tiempo son las áreas sobre las que se podrán construir posteriormen-
te otras áreas del desarrollo evolutivo. Estas serían el área de habilidades sociales y el
área de habilidades de comunicación.
Dentro del área de habilidades sociales, los objetivos que planteé fueron:
Dossier
- Establecer una relación eficiente de vínculo e interacción recíprocas.
- Comprender y compartir estados atencionales.
- Compartir-atribuir emociones.
- Atribuir-transmitir deseos e intenciones.
Estos objetivos se plantean y se llevan a cabo teniendo en cuenta una cierta prio-
ridad. Así, el primer objetivo se presenta como el más importante, el general, a
partir de éste se intentaran alcanzar los siguientes. De este modo en una primera
etapa lo “único” que pretendo es potenciar cierto vínculo entre A y yo misma, buscar
una forma de comunicación válida y mínimamente comprensible para los dos. Como
se ve, empiezo mi trabajo desde la construcción del vínculo, es decir, desde lo más
primigenio, básico y fundamental en el origen de las relaciones humanas.
En el área de las habilidades de comunicación, los objetivos planteados fueron:
- Desarrollar conductas comunicativas pre-verbales: uso de la mirada, del gesto
y las vocalizaciones como manera de comunicar.
- Expresión oral: uso espontáneo y funcional del lenguaje oral.
- Comprensión contextual, gestual y del lenguaje oral.
Estrategias
Para poder llevar a cabo los objetivos anteriores me ayudé de una serie de estra-
tegias, varias de las cuales se desprenden directamente de los objetivos planteados,
presentaré algunas de ellas.
Interacción
– Establecer un vínculo afectivo terapeuta–niño.
– Conectar con el interés del niño utilizando sus propios movimientos como
estímulo.
– Facilitar el contacto visual.
– Acompañar toda acción de la palabra que la describe y así dar significado a sus
acciones.
– Favorecer y potenciar la interacción y la comunicación (verbal y no verbal).
Dossier
Anticipación
– Posibilitar la aparición de turnos.
– Anticipar a través del lenguaje lo que pasará. Contextos y actividades
estructurados y previsibles: rituales. Dar sentido y espacio al tiempo.
Flexibilidad
– Dar significado emocional a su comportamiento (estás enfadado, tienes mie-
do, estás contento,...)
– Introducir cambios gradualmente.
Comunicación y lenguaje
– Promover la demanda.
– Dar significado a sus sonidos, a su ecolalia, jerga y palabras.
– Entonación afectiva.
Comunicación y simbolización
– Ayudarlo a diferenciarse del otro.
– Dar funcionalidad significativa y real a los objetos.
– Promover la imitación de juegos.
– Promover la capacidad para el juego simbólico.
lación sanguínea, activa la parte más distal del cuerpo y permite poder seguir un ritmo
común con otra/s persona/s. También constituye vivencial y simbólicamente una expe-
riencia de relación de cuidado primaria (Stern, 1991, Stanton Jones, 1992)
2. Relación Terapéutica. En DMT se concibe la relación terapéutica como
un espacio transicional, en el que se da la posibilidad de establecer vínculos creativos
207
entre el mundo interno y la realidad externa, entre paciente y terapeuta. (Winnicott,
Como indiqué arriba, los rituales al inicio y al final son indicadores importantes
para delimitar la sesión. Enmarcan lo que sucede en la sesión, dan la pauta del inicio
y del final de la misma, y a diferencia de las conductas autistas, tienen significado.
El niño tardó poco tiempo en sentir confianza y seguridad en la sala, lo cual
sugiere que debía sentirse suficientemente cómodo y seguro para poder comportar-
se y moverse con total naturalidad y libertad. Esto indica una buena capacidad para
establecer relaciones nuevas, un sentimiento de confianza básica, el adulto está
internalizado como una figura buena. (Bowlby, 1989, Erikson 1970).
Durante los dos primeros meses de tratamiento me dedico a hacer una observa-
208 Babel Dossier
ción detallada del paciente y a establecer un vínculo afectivo con A, intentando ga-
2
R. Laban creó en la primera mitad del siglo XX un sistema de observación, análisis y notación del
movimiento libre de premisas esteticistas y universal que reconoce sus elementos básicos constituyentes y
las relaciones entre éstos. Este sistema permite observar, evaluar y planificar el tratamiento en DMT. A
partir del sistema Laban, se han elaborado otros, que integran teorías y observaciones desde la perspectiva
psicodinámica (Nota de la editora).
209
narme su confianza, ofreciéndole seguridad y acogimiento. Muchos de los aspectos
Uso de las partes del cuerpo: cuerpo, pies, tobillos, rodillas, caderas y pel-
vis, hombros, codos, muñecas, manos y dedos, hematomas, chichones, rasguños,
(suele caerse con mucha frecuencia), partes más activas (en su caso manos y brazos y
en menor medida piernas que sólo utiliza para desplazarse), partes que inician la
acción (las manos y en menor grado las piernas), partes que retienen el movimiento
(hombros, pecho, cintura, caderas y pies).
Tono muscular y capacidad para relajarse: Tiene un buen tono muscular
cuando está en movimiento. En reposo, por ejemplo sentado en el cochecito de
paseo, se deja ir, relaja brazos y piernas. En el espacio de terapia se muestra como un
niño muy activo, le es difícil relajarse y estar en calma. Quizás las piernas sean la
parte del cuerpo que presentan el tono más bajo. Por ese motivo quizás A prefiera
desplazarse gateando, ya que quizás la musculatura de sus piernas no esté preparada
para los desplazamientos en posición erguida.
Coordinación: Hay una buena coordinación óculo-manual. Sus movimientos
suelen ser bruscos, pero no exentos de coordinación.
Equilibrio: Su caminar no es firme. Con frecuencia se deja caer al suelo de
rodillas, como si las piernas se le plegaran. Como normalmente se desplaza gateando,
y durante el día no hace grandes distancias, las piernas no tienen la fortaleza que
debieran tener a esta edad. Su equilibrio es inestable. Cae con bastante facilidad al
suelo.
Respiración: Su respiración suele ser como la de un bebé sonora y más bien
rápida.
Eje de simetría: De pie, quieto, su eje de simetría está bien centrado y el
cuerpo bien alineado con respecto al eje. Si se desplaza caminando, entonces inclina
el tronco hacia delante, por lo que su eje queda atrás.
Los apoyos: Suele apoyarse sobre palmas de las manos y rodillas. Si se sienta,
suele hacerlo con las piernas plegadas, las rodillas hacia dentro (en V) y apoyando los
glúteos en el suelo. De pie suele apoyarse sobre el metatarso o los dedos de los pies,
como muchos niños con autismo. Esto le hace tener una base y equilibrio inestables.
Lateralidad: Utiliza ambas manos.
Posición. Hacia dónde enfoca, cuerpo y mirada. Suele recorrer el espacio, tan-
to arriba como abajo, en grandes círculos. Siempre enfoca hacia delante, hacia su
objetivo y su mirada también. Esto puede tener que ver con los deseos obsesivos o
fijaciones que suelen tener los pacientes de espectro autista: sólo ven lo que les inte-
resa, su atención se fija en lo que les atrae y el mundo que les rodea no existe. La
Dossier
mayor parte de la sesión permanece en el suelo sentado o gateando.
Espacios privilegiados y evitados. Suele evitar el centro de la sala, que es
dónde acostumbro observar, aunque se acerca puntualmente para mostrarme, dar-
me o quitarme algo. En la actualidad podemos compartir espacios más pequeños
durante más tiempo: no sólo se acerca para las acciones mencionadas, sino que quie-
re que yo participe activamente de su juego. Los espacios privilegiados son los late-
rales de la sala, las paredes. También los rincones, dónde hay unas grandes lámparas
de pie que le llaman la atención. Estos son sin duda los espacios de mayor conten-
ción, menor exposición y más aislados.
Niveles que ocupa3 . El nivel bajo es el que predomina, aunque podríamos
precisar que se mueve en el bajo-medio, ya que la mayor parte del tiempo está gateando
o sentado. Puntualmente se levanta para poder alcanzar algo que le interesa, pero al
poco rato vuelve al suelo.
Proxémica. Los objetos que prefiere son las pelotas, cualquier pelota de cual-
quier tamaño. Las manipula de diferentes maneras: lanzándolas por el suelo, sacán-
dolas de los cestos, haciéndolas girar sobre sí mismas. Los objetos que no le interesa
no reciben su mirada. A veces, da la sensación que descubre objetos de la sala que
siempre han estado allí pero que ve por primera vez al cabo de bastante tiempo. No
descubre el espacio y lo que hay en él globalmente, sino parcialmente: hay algo que
le llama la atención y sólo ve eso, sólo se relaciona con eso. A este niño también le
gustan los muñecos de peluche, en la sala hay uno, al que de momento se dedica a
recoger, llevarse la nariz del muñeco a la boca, morderla y entregármelo para que le
dé un beso y lo cuide. Si lo dejo en el suelo él me lo vuelve a poner en las manos.
También hay objetos que le gusta empujar cómo los triángulos de espuma. Los obje-
tos nuevos que se le presenta los mira, los toma, pero los descarta enseguida. Las
acciones nuevas que le propongo para hacer con sus objetos preferidos, por ejemplo,
lanzar pelotas pero a un cesto, empiezan a ser reconocidas y observadas, pero no se
mantienen en el tiempo.
Con las personas se muestra físicamente distante porque por el momento no
le interesa el contacto personal. El otro es “utilizado” como un medio para conseguir
algo que él quiere: puede acercarse momentáneamente a mí para mostrarme algo,
pedirme o darme. En realidad él me ve más como un “objeto sostén o soporte” que
está al servicio de sus intereses. Esto también es algo característico en las personas
de espectro autista.
“A” suele acercarse de frente, pero después prefiere el empleo paralelo del espa-
cio, por ejemplo al gatear, esto le gusta y es menos invasivo para él. Nuevamente,
esto es muy común en las personas con las mismas características.
210 Babel Dossier
4
Laban explica: en una acción capaz de ser interrumpida y retenida sin dificultad, en cualquier momento
durante el movimiento, el fluir de éste es contenido (bound).
5
Calidades de movimiento, o efforts, son la combinación de tres elementos constituyentes del movimien-
to: la actitud de la persona hacia el peso o la fuerza, el tiempo y el espacio. (N. de la E.)
Dossier
Intervención y metodología: la pelota como hilo conductor
Desde el inicio del tratamiento y a lo largo del mismo, la pelota fue un objeto
preferido y escogido por A. Sus características suelen atraer la atención de los niños
de espectro autista: gira y rueda. Con el tiempo A ha permitido introducir otros
elementos: cuerdas y aros que guardaban pelotas, cestos donde embocarlas, túneles
por los que hacerlas pasar, muñecos y títeres que también querían jugar, músicas que
nos hacían desplazarnos con ellas, deprisa, despacio, saltando, etc.
Al principio y durante varios meses A jugaba con las pelotas (decenas de ellas de
diferentes tamaños colores y texturas) en solitario.Vaciaba todos los cestos, observa-
ba como caían al suelo las pelotas y después siempre gateando, las golpeaba con las
manos observando las trayectorias en el espacio, o bien las hacía girar sobre ellas
mismas evadiéndose aún más del mundo que le rodeaba y conectando, supongo, con
su mundo interior. Tener las pelotas bajo control era como tener dominio sobre su
propio mundo, aun cuando éste girara sobre sí mismo constantemente (como las
pelotas). Asimismo observar las trayectorias espaciales de las pelotas puede suponer
el reconocerse actor de las cosas que pasan: “yo impulso las pelotas de una determi-
nada manera y éstas se mueven acorde con la intensidad que yo he proporcionado”.
De vez en cuando emitía sonidos, onomatopeyas a modo de sonsonete
(“ticaticaticaticatí”, por ejemplo), o tarareaba alguna canción infantil. Desde el prin-
cipio A demostró tener una memoria auditiva excelente parar recordar melodías
(algo que también suele darse en niños con estas características). Apenas había con-
tacto ocular, no me reclamaba para nada, ni me hacía participar en su juego, ni
respondía cuando le llamaba o cuando le hacía alguna propuesta, estaba literalmente
en su mundo.
Para pasar del juego solitario al juego compartido hizo falta primero la instaura-
ción de la mirada. Desde el momento en que A me puede mirar, al principio fugaz-
mente, para más tarde poco a poco poder ser capaz de aguantar la mirada y por fin
¡sonreír!, ver en la sonrisa del otro su propia sonrisa y sentirse reconocido. Como
indica Winnicott, cuando el niño mira al adulto se ve a sí mismo, en una mirada que
le refleja a él y el sentimiento de ser querido y aceptado. (Winnicott, 1979).
Después de mirar pudo ser capaz de imitar, al principio movimientos sencillos,
luego más complejos, al compás de una música, después pudo imitar diferentes soni-
dos, inflexiones de voz, onomatopeyas, más adelante palabras con sentido (arriba,
adentro…). Ahora puede hacer un uso funcional del lenguaje, limitado para su edad,
sí, pero puede comunicarse también a través de la palabra. Paulatinamente, fue
desarrollando la comunicación verbal, siguiendo las etapas evolutivas normales. Con
212 Babel Dossier
el tiempo pudo ser capaz de demandar, primero gestualmente (alargando los brazos,
señalando con el dedo), luego llevándome de la mano hacia lo que quería, ahora
puede pedir muchas cosas con la palabra. En realidad A fue siguiendo los pasos evo-
lutivos que todo bebé realiza hasta convertirse en un niño. Tuvo que afianzar los
precursores del lenguaje: imitación gestual y vocálica para poder utilizar el lenguaje
213
gestual y luego verbal y así obtener la atención del otro aunque al principio solo
Evolución
Paso a describir los cambios observados en A según categorías, que como todas
ellas, tienen la ventaja de ordenar un poco la presentación, pero pecan siendo divi-
siones de fenómenos que se solapan o pueden ser incluidos en más de una de ellas.
Hay progresos que tienen carácter cognitivo, emocional, etc., aún cuando aparecen
en la categoría de corporal, juego, comunicación, etc.
Corporalmente
Esquema corporal: conoce y señala las partes de su cuerpo y empieza a repre-
sentar la figura humana en el papel, se está iniciando en procesos grafomotores, es
decir, la prensión del lápiz empieza a ser adecuada, siente interés por representar
214 Babel Dossier
Conclusión
Ciertamente las áreas de comunicación y la cognitiva están todavía bastante por
debajo de la media de la población. Según el Inventario de Desarrollo Batelle6 pasa-
do en mayo del 06, el área de comunicación en A se situaría en una edad evolutiva de
26 meses y el área cognitiva en una edad evolutiva de 27 meses, siendo la edad
cronológica de 67 meses en el momento en que se pasó el inventario. Con todo, se
puede observar que las áreas personal-social y la adaptativa se acercan mucho a la
franja baja de la media de la población.
Durante estos tres años de tratamiento se ha podido constatar que A es un niño
con capacidad y ganas de aprender, eso sí, a un ritmo más lento que el de la mayoría
de sus iguales. No sabemos hasta donde podrá o querrá llegar, es cierto que hay una
limitación cognitiva que frena (las capacidades intelectuales y aptitudinales de A dis-
tan mucho de las de en un niño de su edad), pero ahora al menos, está conectado con
el mundo que le rodea, interactúa, se relaciona, se da cuenta de lo que pasa a su
alrededor y puede comprenderlo hasta cierto punto.
Los profesionales que trabajamos con él y también su familia sabemos que cada
día puede alcanzar pequeños logros, y con el tiempo, ir avanzando satisfactoriamen-
te en las diferentes áreas del desarrollo.
La DMT ayudó a A a conectar su mundo interior con el mundo que le rodea a
6
El Inventario de Desarrollo Batelle aprecia el nivel de desarrollo del niño (con o sin minusvalías), y
216 Babel Dossier
R E F E R E N C I A S
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Dossier
Desde el bloqueo
al movimiento;
desde la desconexión
al contacto
Experiencia de
Danza Movimiento Terapia
en Salud Mental.
Centre de Día Pi i Molist
del Hospital de Sant Pau
*
Mercedes Hidalgo Rebollo
Psicóloga, psicomotricista relacional
mhidalgo@santpau.es
218 Babel Dossier
*
Mercedes Hidalgo Rebollo, psicóloga, psicomotricista relacional. Trabaja en talleres de expresión cor-
poral con adultos con enfermedad mental en el Centro de Día Pi i Molist, perteneciente al Hospital de
San Pablo.
219
Resumen Este artículo presenta la experiencia vivida en un Centro de Día de Salud
Mental al introducir en nuestro centro la Danza Movimiento Terapia, por me-
dio de las estudiantes en prácticas del master de la Universidad de Barcelo-
na. Primero se describe brevemente la institución en la cual las prácticas se
llevan a cabo. Luego se exponen las contradicciones con las que convive el
trabajo corporal dadas las características psicopatológicas de los enfermos
que padecen psicosis, las cuales llevan a muchos profesionales a resistirse a
introducir el trabajo del cuerpo y a través del cuerpo. Se expone la idea de la
posibilidad de desarrollar dicho trabajo si se asienta en la gran necesidad
que tienen estos pacientes de conseguir un vínculo afectivo. Dicho vínculo
(que se establece la mayoría de las veces) posibilita de alguna manera la
superación de dichas contradicciones. Se finaliza con testimonios de los pa-
cientes y el personal del Centro de Día acerca de la experiencia con Danza
Movimiento Terapia.
Abstract This paper presents the experience in a Mental Health Day Center in Barce-
lona where Dance Movement Therapy was introduced through the students
of the Masters Program from IL3-University of Barcelona that were doing
their internship. First there is a description of the clinical institution where
the internship was carried out. Later the ambivalence that bodywork meets
in our center is presented. This is due to the psychopathological characteristics
of the psychotic patients, and is one of the reasons for the resistance of
professionals to work with and through the body. Nevertheless, this kind of
treatment can be accepted on the premise of the strong need of affective
bonds these patients have. The paper ends with the presentation of testimo-
nies of patients and staff, regarding the experience.
Keywords Chronic Mental Illness. Day Care Centers. Dance Therapy. Internship Programs.
Movement Therapy. Schizophrenia.
Dossier
L
os Centros de Día en la Red Pública de Salud Mental de
Barcelona
El Centro de Día es un recurso sanitario integrado a la red
pública de salud mental que ofrece un servicio ambulatorio, diur-
no, dirigido a la rehabilitación -atención intermediaria, terciaria
o de recuperación- de las personas que padecen Trastorno Men-
tal Severo (TMS) en situación de cronicidad. Su objetivo princi-
pal es la reinserción social y laboral.
Por su misma definición político-sanitaria, las personas con
TMS deben ser atendidas mediante programas que permitan responder a las necesi-
dades sociosanitarias propias de quienes padecen de estos trastornos, estados
psicosociales que tienden a la discapacitación y a la irreversibilidad. La indicación de
los centros de día corresponde mayoritariamente a los pacientes denominados
«psicóticos crónicos» o de «larga evolución», con un deterioro importante desde el
punto de vista mental, manifiesto en las dificultades de gozo, en las discapacidades
para los procesos cognitivos y en las vinculaciones y praxis sociales y materiales (con
los objetos, su manipulación y transformación). Estas dificultades se manifiestan en
una gran dependencia y una inadaptación sociolaboral.
En relación con estos pacientes, “el centro de día lleva a cabo una actividad
psicoterapéutica de rehabilitación en la medida que ayuda al psicótico a un re-
investimiento de la realidad externa, a fin de que viva menos autísticamente y haga
más uso de sus recursos personales y sociales. La compañía psicoterapéutica del en-
fermo, sobre todo a través de la vida cotidiana en los diferentes talleres y en el club,
permite al enfermo un funcionamiento menos psicótico y una contención de las
situaciones agudizadas de descompensaciones o crisis” (Clusa, 2004).
Mas, en el día a día, la baja correlación entre número de personal y número de
pacientes atenta contra la posibilidad de desarrollar un trabajo más individualizado,
según las características específicas psicopatológicas y de evolución de cada persona.
Ello resulta de gravedad en aquellos pacientes que no pueden integrarse en un gru-
po, quedando sin recibir respuesta a sus necesidades. A su vez, cuando se consigue
una mejoría que permite darle de alta, al no haberse generado un trabajo de apoyo y
orientación a la familia y, al mismo tiempo, vías de reinserción en el campo social,
suele ser frecuente que el sujeto pase a una nueva situación de confinación en su casa.
Es como si estuviera ingresado en el propio domicilio.
Después de unos años de evolución, seguimiento y reflexión, los huecos existen-
tes llevaron a los profesionales y a la Administración a crear nuevos recursos, entre
ellos, los Servicios de Rehabilitación y Reinserción Comunitaria, los cuales, con una
220 Babel Dossier
1
CAPSM (Centros de Asistencia Primaria de Salud Mental) y en los Hospitales de Día, donde se trabajaba
de forma más global, haciéndose también cargo de la atención individualizada del paciente y de su familia
y en todos los campos, incluyendo el farmacológico.
Dossier
Las Contradicciones
Siempre he sido consciente de estar trabajando contra corriente de la dinámica
psicótica, cuyos temores o desconfianzas paranoides les llevan a
• A las dificultades de la persona adulta para dejarse fluir desde el movimiento y
la danza espontáneas, sin atenerse a modelos estéticos imperantes, se suma en los
enfermos mentales lo que podríamos denominar el congelamiento de los afectos,
tanto en los deprimidos como en los psicóticos, aunque con características un poco
distintas. El sentimiento para ellos muchas veces ha ido asociado a dolor emocional y
esto se convierte en barrera incluso frente a lo placentero. Es muy frecuente que
después de verles disfrutar, aparezca la desconexión y, evidentemente, la no
interiorización de lo vivido, incluso la negación.
• Anquilosarse, el temor les agarrota pudiendo ver con frecuencia como las ex-
tremidades quedan pegadas al cuerpo, con movilidad reducida al mínimo.
• Fragmentarse, como si las distintas partes del cuerpo no estuvieran unidas ni
siguieran el mismo eje de equilibrio.
• Huir del cambio, del conocimiento, de la expresión, de la relación, temor a
conectar y sentir el deseo, temor a expresarlo, temor a vivirlo
Estas características de la persona que padece trastorno mental severo, son si-
multáneamente las que demandan una aproximación terapéutica que apele a lo cor-
poral y lo emocional, y constituyen los desafíos con los que nos enfrentamos. Nos
llevan a alertarnos de posibles descompensaciones, así como de la necesidad defensi-
va de agarrotar el cuerpo y sus circuitos emocionales (Imagen 1, página 202).
Pero también y, a pesar de todo lo anterior, tengo plena confianza en el desarro-
llo de dicho trabajo si se asienta en la gran necesidad que tienen de conseguir un
vínculo afectivo. Dicho vínculo, que se consigue la mayoría de las veces, posibilita la
superación de las contradicciones mencionadas.
pacientes para recoger las evaluaciones que hacían de sus experiencias con las estu-
diantes de DMT. Comenzamos con una conversación abierta, y posteriormente pre-
senté las siguientes preguntas:
• Qué sensaciones, sentimientos y pensamientos se despertaban en ellos
> al hacer los movimientos,
223
> al ser quienes lideran el movimiento grupal2,
Crítica
Dos pacientes se atreven a expresar su descontento por la interrupción del tra-
bajo cuando la estudiante completa su práctica.
P. nos lo transmite a través de las palabras de su psicóloga, la cual lamenta que se
haya quedado sin el trabajo corporal dado que le había beneficiado.
S. comenta que en la sala se siente como “pez en su pecera”, mas si le sueltan
después al océano, teme ser devorado. Un compañero discurre “...más bien te sen-
tías como pájaro enjaulado, si para estar bien sólo podías estar atado a la sala” Le
comenta simbólicamente que al parecer la experiencia le da la seguridad de una
jaula, si después no puede vivir fuera de ella.
Les pregunto directamente si el trabajo les había servido para sentirse más segu-
ros. No saben contestarme. Sólo uno hace referencia a un incremento en su autoestima,
y su capacidad de auto-contención a través de sentirse “el mayor que aconseja al joven, le
habla de su impulsividad y que, a medida que se haga mayor, se irá calmando, asen-
tando su manera de ser, sin tantos cambios y ablandándose, sin tanta exigencia”.
2
En DMT es generalmente el paciente quien inicia el movimiento.
3
Se suelen emplear accesorios tales como pañuelos, cintas, etc.
4
Para quienes conocen la cotidianeidad afectivamente chata de la persona con TMS, es claro que esta afirmación
dista de ser simple o superficial, indica un aporte a su vitalidad y estado de ánimo. (Nota de la editora)
Dossier
Hubo coincidencia entre las observaciones del personal del Centro, las estu-
diantes y yo, su supervisora in situ: se advierte que están más expresivos y asertivos,
así como mayor comunicación entre los pacientes que han trabajado juntos.
Para terminar
Un signo de aceptación por parte de los pacientes de la nueva disciplina incorpo-
rada en el Centro ha sido la petición expresada de poder continuar en las prácticas
siguientes. Así, en el segundo año, de 7 continúan 4 (1 no continúa por enfermedad
orgánica). En el tercer año de 12 continúan 8. Actualmente tenemos 3 alumnas con
4 grupos de 5 pacientes y 6 pacientes en trabajo individual.
A pesar de las dudas y ambivalencias manifestadas por algunos integrantes del perso-
nal, la experiencia es positiva y se ha determinado que se continuará con ella, tomando
además, una DMT que ha completado sus estudios para integrarse en el plantel.
Foto nº 1
Instituto Mental de la
Santa Creu.
Hospital de Sant Pau.
Imagen nº 1
Un paciente que
estaba en unproceso
de cambio devivienda,
dibuja un cuerpo rígido.
Éste manifiesta su defensa
para nodesestructurarse.
224 Babel Dossier
225
R E F E R E N C I A S
CLUSA, J. (2004). Los Centros de Día en Salud Mental. Revista digital de Educación Social, 3.
HIDALGO, M. (1999). Diferentes investimientos del espacio por parte del psicótico adulto. Entrelíneas,
Revista de la Asociación Profesional de Psicomotricistas. 5:16.
B e g o ñ a F o r n i é s C a s t el a r
Danza movimiento terapeuta del Colegio de
Educación Especial La Alborada, Zaragoza
voguena@hotmail.com
226 Babel Dossier
Hilda Wengrower
Danza movimiento terapeuta, Doctora en psicología.
IL3-Universidad de Barcelona
mshilda@mscc.huji.ac.il
227
Resumen En el presente trabajo se pretende detallar una experiencia asistencial
integradora de diferentes enfoques terapéuticos con una joven mujer con
Síndrome Down, en el contexto de una unidad de larga estancia pertene-
ciente a una Institución Psiquiátrica.
Lo acontecido consolida nuestra opinión de que para que exista la posibili-
dad de que algunos individuos dañados cognitivamente puedan beneficiarse
de intervenciones psicoterapéuticas es preciso atreverse a recorrer un cami-
no basado en conocer y compartir otros mundos mentales a los que sólo se
puede llegar desde un compromiso de comunicación intima en estrecha
sintonía con su realidad vivencial.
MOTIVO DE INGRESO
PSICOBIOGRAFÍA
HISTORIAL MÉDICO
HISTORIAL PSIQUIÁTRICO
ENFERMEDAD ACTUAL
EVALUACIÓN
MEDICA
PSIQUIÁTRICA
ESTRUCTURAL
INTERVENCIÓN
PSICOFAMACOLÓGICA
CONDUCTUAL
TRANSACCIONAL
EMOCIONAL ( MOVIMIENTO Y DANZA)
MOTIVO DE INGRESO
Mujer de 29 años que ingresó hace cuatro años en la Unidad de Discapacitados
Intelectuales del Hospital Neuropsiquiatrico Nª Sª del Carmen de Zaragoza remitida
por el Instituto Aragonés de los Servicios Sociales al presentar alteraciones de con-
ducta severas en el contexto de un retraso mental.
PSICOBIOGRAFÍA
Es la pequeña de tres hermanos que nace en el seno de una familia humilde (su
madre es ama de casa y su padre obrero industrial). El embarazo y el parto transcu-
rrieron sin incidencias. La paciente inmediatamente fue diagnosticada como porta-
dora de un Síndrome de Down. Presentó un desarrollo psicomotor retrasado ini-
ciando la deambulación a los tres años y consiguiendo tardíamente el control de
esfínteres.
Su desarrollo intelectual
Fue el típico de un retraso mental moderado (CI 40 según apreciación clínica)
recibiendo estimulación cognitiva adaptada desde la infancia. A sus tres años es
escolarizada en un colegio de educación especial, donde permanece hasta los 18,
Dossier
para posteriormente pasar a un Centro ocupacional para disminuidos psíquicos. A los 24
años ingresa en una Residencia para Discapacitados Intelectuales Disruptivos dado que
presentaba conductas agresivas que no podían ser contenidas en el medio familiar.
Socialización
Ha estado integrada en dispositivos de educación especial hasta los últimos años,
donde ha presentado un pobre contacto relacional con sus compañeros y maestros.
Consiguió leer y escribir con dificultades.
Temperamento
Es descrita como una persona aislada, dependiente, muy celosa, inquieta y llena
de miedos. Con el tiempo se fue haciendo más impulsiva, negativista y desafiante
hasta que en la pubertad aparecieron ya conductas heteroagresivas hacia sus padres.
HISTORIAL MÉDICO
Presenta los problemas de salud física que habitualmente padecen los portadores
del Síndrome de Down.
Enfermedades físicas: posee antecedentes de soplo cardiaco funcional, asma bron-
quial y epilepsia generalizada.
230 Babel Dossier
HISTORIAL PSIQUIÁTRICO
Desde la infancia ha sido tratada ambulatoriamente por profesionales de la Salud
Mental, para hacer frente a un cuadro sintomático basado en impulsividad y miedos
231
inespecíficos. Posteriormente aparecen conductas bizarras y oposicionistas en el con-
Javier Rada Ramiro, Carmen Miguel Sesma, Begoña Fornies Castelar, Hilda Wengrower
texto de una ambivalencia afectiva que originan problemas en la dinámica familiar e
interfieren en su proceso educativo.
Todo ello se complica con la instauración en la pubertad de comportamientos
heteroagresivos contra la familia que son dirigidos fundamentalmente hacia la madre.
Se decide su ingreso en una residencia especializada en Retraso Mental donde tras un
período inicial de estabilización hace extensivas esas conductas hacia los compañeros
y el personal asistencial.
Como consecuencia se hace preciso su internamiento en dos ocasiones en Uni-
dades Psiquiátricas de Corta Estancia de dos hospitales generales de la ciudad, desde
donde se decide ante la cronicidad y difícil manejo ambulatorio de los trastornos que
presenta derivarla a una Unidad de Larga Estancia Especializada en un Hospital Psiquiátrico
ENFERMEDAD ACTUAL
La paciente presenta diferentes alteraciones comportamentales que podemos
dividir en dos grupos:
LA EVALUACIÓN DE LA CONDUCTA
Análisis funcional: constata la conducta en el entorno natural del sujeto iden-
tificando los factores asociados a la misma, lo que nos permite realizar una evalua-
Dossier
ción periódica para identificar los cambios, su progreso en el tiempo y su asociación
con factores ambientales.
MODELOS DE INTERVENCIÓN
Enfoque Psicofármacológico
Enfoque Conductual.
ENFOQUE PSICOFARMACOLÓGICO
De acuerdo con la psicopatología de base de la paciente se han ensayado diversas
pautas medicamentosas que han sido reajustadas en función de la presencia o no de
233
sintomatología sobreañadida, todo lo cual se vehiculiza a través de contenidos
Javier Rada Ramiro, Carmen Miguel Sesma, Begoña Fornies Castelar, Hilda Wengrower
comportamentales. Los tipos de medicamentos empleados han sido: antipsicóticos
típicos de perfil sedativo, antidepresivos inhibidores selectivos de la recaptación de
serotonina, estabilizadores del humor y benzodiacepinas.
Evaluación: Discreta reducción del componente impulsivo pese a continuar
las disgresiones comportamentales.
ENFOQUE CONDUCTUAL
Se emplearon las siguientes técnicas: tiempo fuera, refuerzo negativo, refuerzo
positivo, modelado, costo de respuesta.
Evaluación: Se obtuvo un éxito discreto al disminuir la frecuencia de las con-
ductas anómalas pero no así su intensidad, la cual se mantuvo. Se logró una mejor
respuesta en el abordaje de los comportamientos disociales. La economía de ficha se
mostró como la estrategia más útil. La principal dificultad fue una escalada simétrica
en ocasiones de la conducta agresiva ante los reforzadores negativos.
Javier Rada Ramiro, Carmen Miguel Sesma, Begoña Fornies Castelar, Hilda Wengrower
hechos de forma distorsionada para que encajen en un marco de referencia construi-
do en la infancia que le sirve para explicarse situaciones que pertenecen al presente
(comportamiento automático o impulsivo, y estableciendo una relación con los otros
bajo el signo dependencia).
Pensamos que desde una posición relacional básica derivada de una identidad
deficitaria (Yo no valgo) demanda activamente caricias afectivas cuyo signo oscila
alternativamente siendo:
Negativas: aquí la digresión origina una respuesta de castigo que le ofrece una
seguridad desde la confirmación de su estructura
Positivas: cuando establece un juego psicológico con otro reviviendo así en una
relación significativa del pasado en donde busca caricias que no se obtuvieron en ese
momento.
Evaluación: Con este abordaje creemos que la paciente obtuvo un mejor control
de sus problemas de conducta y una mejor integración en las actividades de grupo. Gra-
cias a ello se pudo ahondar en el intercambio de caricias afectivas incondicionales más
reparadoras de la estructura identitaria. Pese a todo observamos que esa pseudoidentidad
establecida no se sostiene cuando desaparece la figura del referente reapareciendo la pro-
blemática anterior. De todas formas, a lo realizado en esta etapa le damos el valor de
haber contactado con una necesidad básica de la paciente y por ende abrir la puerta a otras
intervenciones basadas en terapias emocionales no verbales, con el posible objetivo de
implicar a medio plazo a elementos familiares en el desarrollo de las mismas.
sin dirección concreta, de forma rápida e intensa, a la vez que iba marcando el ritmo
con las manos en los diversos elementos de la sala (mesa, pared…) contactando con
ellos y conociendo el espacio del encuentro.
Como la madre que cuida de su bebé y lo detiene para que no se lastime, se
añadió al juego la palabra “stop” para detener la carrera y reiniciarla después de con-
237
tar hasta tres. De esta manera se le ayudó a adquirir conciencia del cuerpo en movi-
Javier Rada Ramiro, Carmen Miguel Sesma, Begoña Fornies Castelar, Hilda Wengrower
miento y en quietud, a establecer límites corporales y añadir otro aspecto a la rela-
ción. Esta nueva acción quedó fijada pero en intensidad más moderada y sirvió para
introducir un nuevo juego: el pilla-pilla con todo lo que implica a nivel emocional de
reconocimiento y cuidado; paralelamente se unió el juego del escondite; de esta
manera el proceso iba avanzando hacia una mayor interacción, aumentando la capa-
cidad de Marga de percibirse a sí misma como participante activa de una relación en
la que se da y se toma.
Con el desarrollo del proceso la comunicación se hizo más cercana e íntima.
Surgió un modo de contacto diferente, experimentado como algo nuevo en Marga,
distinto de las caricias afectivas condicionales del enfoque vincular transaccional
según el cual se dan y se reciben por lo que hacemos. Este contacto que fue aumen-
tando culminó durante una sesión en un abrazo que Marga dio a la terapeuta a la vez
que susurraba al oído las canciones que sonaban, permaneciendo así largo tiempo.
Podríamos hablar del abrazo que se produce entre una madre y su bebé, con la respi-
ración sincronizada en el suave balanceo producido por un arrullo; el tono muscular
y el uso del peso se mostraron diferentes al modo habitual de Marga de presentarse
en sus intercambios relacionales. Pasaron a ser caricias afectivas incondicionales que
se dan por el mero hecho de existir y por lo que se es...
Se buscó el “acuerdo tónico”: el niño encontrará inicialmente al otro y especial-
mente a su madre o sustituta en un nivel de organización tónico-emocional. Encon-
trar al otro es, a este nivel, encontrar una sensación táctil, pero de manera muy
especial encontrar un contacto con el movimiento del otro, con la organización tóni-
ca de otro ser viviente. La vivencia simbólica más profunda a ese nivel es el balanceo
lento y continuo entre dos o por pequeños grupos (Lapierre y Aucouturier, 1985).
La piel es el saco que contiene y retiene lo bueno y lo pleno que los cuidados
maternos han acumulado en él; es la interfaz que marca el límite con el afuera y lo
mantiene en el exterior; es un lugar y un medio primario de comunicación con el
prójimo y de establecimiento de relaciones significantes (Anzieu, 2003). A través de
una pelotita de masaje Marga experimentó el placer del contacto con su propia piel,
dando y recibiendo. De una manera simbólica se creó la situación en la que ella se
pudo abandonar al placer de recibir pasivamente, confiando al otro su equilibrio.
Javier Rada Ramiro, Carmen Miguel Sesma, Begoña Fornies Castelar, Hilda Wengrower
directa” (Chaiklin y Schmais, 1979: 22-23).
Otras áreas concomitantes de trabajo han sido:
Imagen corporal
“Desarrollar una conciencia corporal que le dé más autonomía y dominio sobre
su cuerpo, para tener un sentido más claro de su propio yo, y de esta forma ser capaz
de relacionarse con el mundo y los demás de otra manera. En la persona retrasada en
su desarrollo cuyo nivel de pensamiento se queda en el nivel sensorio-motor o pre-
operacional, el cuerpo constituye la fuente principal de aprendizaje y experimenta-
ción” (Reese, 1988:115).
Los calentamientos con base en una simple coreografía pueden ayudar en la con-
figuración de la imagen corporal y a desarrollar un nivel más alto de sincronía consi-
go mismo y con el otro. (Schilder, 1988; Stanton Jones, 1992). Hay una estrecha
relación entre los cambios posturales, la vivencia del propio cuerpo en una relación
y el sentido del sí mismo.
No sólo el aprender un movimiento es lo que conduce al cambio. El cambio
tiene lugar cuando el paciente está listo para permitirse a sí mismo experimentar la
acción en su cuerpo: “Sólo cuando una persona está preparada para ello adquirirá
significado para ella y efectuará un cambio en su imagen corporal (...), puedes decir-
le a alguien que levante los brazos, pero hasta que no lo sienta dentro de sí no conse-
guirás un impulso auténtico en su cuerpo” (Chaiklin y Schmais, 1979: 30).
Desarrollo de la simbolización
El movimiento en la DMT se considera no sólo parte de las funciones yoicas,
sino que también se admite su carácter de comunicación simbólica en diferentes
niveles de conciencia, por lo cual el paciente puede expresarse, experimentar algo,
recordar y volver a representar.
Por medio de la interacción en el grupo con otros participantes, o en un marco
individual, el paciente puede expresar problemas, tensiones, y miedos, y tiene la
posibilidad de tomar conciencia de sus sentimientos durante las sesiones.
La DMT se propone: facilitar la expresión de sentimientos, conflictos y pensa-
mientos; favorecer la integración entre las manifestaciones verbales y las gestuales;
ampliar los recursos de comunicación.
Además, el movimiento es conceptualizado como una necesidad básica (Lapierre
y Aucouturier, 1980) o pulsión, y simultáneamente un medio de control de la mis-
ma (Mittelman, 1957 en Stanton Jones, 1992).
Síntesis
Para el paciente con alteraciones de conducta en el contexto de un retraso men-
tal, la DMT puede llegar a producir cambios en su comportamiento y en su desarro-
llo suspendido.
La expresión simbólica a través del movimiento y la danza da lugar a que pensa-
mientos, imágenes y sentimientos surjan de un modo que se les pueda hacer frente
con menor dificultad. Los impulsos perturbadores se pueden controlar y neutrali-
zar; tratar las etapas psicosexuales que están sin resolver por medio del movimiento
ayuda a la integración psicofísica del paciente. Estabilizar los límites corporales e
integrar la imagen corporal hace sentirse al paciente mas completo y seguro.
La relación de confianza y el desarrollo del vínculo se consolidan avanzando por
las diferentes fases, con la esperanza de que este trabajo cumpla el propósito de
implicar a medio plazo a otros elementos familiares.
Un movimiento tiene lugar y pasa, pero la experiencia permanece y es recorda-
da en el cuerpo a lo largo del tiempo, se integra en un ser corporal completo.
Conclusión
El núcleo común que de algún modo subyace en la base de las diversas terapias
aplicadas tiene que ver con el concepto de espacio transicional de cuidados que pro-
cede de la teoría de Winnicott de objetos y espacios transicionales.
Para alguien cuyas dificultades provienen del vacío de quien no ha tenido una
relación de apego (Bowlby, 1998) y con carencias cognitivas genéticas, se hace nece-
sario otro tipo de acercamientos.
240 Babel Dossier
1
Este plano añade a la verticalidad que se logra al ponerse de pie, el avance o retroceso en el espacio.
241
El inicio de los apegos lo realizó con diferentes personas, pero independiente-
Javier Rada Ramiro, Carmen Miguel Sesma, Begoña Fornies Castelar, Hilda Wengrower
mente de ellas, aprendió una función, percibió que tiene un lugar en el mundo y que
puede engancharse y desengancharse de las propias personas desde el reconocimien-
to de su propia existencia.
Al principio este proceso se desarrolló de manera muy conductual, pasando des-
pués por las caricias afectivas y llegar a lo más puramente emocional a través del
cuerpo.
Una de las necesidades básicas es el desarrollo intelectivo, pero sin haber cons-
truido unas bases afectivas sólidas no es posible la relación con el otro ni por supues-
to con uno mismo. Patologías que llevan implícitos déficits intelectivos no por ello
están exentas de dificultades emocionales a las que hay que llegar por caminos tera-
péuticos multidisciplinarios o integradores de perspectivas diversas.
R E F E R E N C I A S
CHAIKLIN, S. SCHMAIS, C. (1973). The Chace approach to Dance Therapy. En P. Lewis Bernstein.
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SALVADOR, L., NOVELL, R.(2002). Guía Práctica de la EVALUACION PSIQUIÁTRICA en el RETRASO MENTAL.
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STANTON JONES, K. (1992). Movement and meaning. En Dance Movement Therapy in Psychiatry.
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Hilda Wengrower
Danza Movimiento Terapeuta, Dra. en Psicología.
Universidad Hebrea de Jerusalén
e IL3-Universidad de Barcelona.
mshilda@mscc.huji.ac.il
Abstract This paper describes the work of arts therapists in schools as an encounter
between two cultures: the culture of school-education and the culture of
therapy. They share some ontological and pragmatical perspectives, and differ
in others. The word culture is used here with an encompassing meaning
which includes different levels: (a) ideas describing the nature of the human
subject and the world; (b) values, norms, goals, and restrictions; (c) modes of
behavior and problem solving procedures; and (d) expectations, utopias, and
ideals of a society. Both cultures are compared from the viewpoint of the
differences in their emphasis, the more frequent problems between them are
presented and measures in order to improve the collaboration are proposed.
Studies supporting therapeutic work in schools are presented.
Cultura
En las últimas cuatro décadas, el término “cultura” ha adquirido un significado
muy amplio, yendo más allá de las clásicas definiciones antropológicas. Hoy, el tér-
mino refiere a un sistema de significados compartidos por un grupo de personas en
virtud de su afiliación e identificación con grupos definidos por su asociación étnica,
edad, identidad sexual, preferencia sexual y demás (Kincheloe & Steinberg, 1997).
244 Babel Dossier
Hilda Wengrower
bajos específicos y profesiones puede decirse que constituyen su propia cultura.
Geertz (1973) definió cultura como una estructura de significados de vida den-
tro de una comunidad particular, donde las personas usan estos significados para
crear su identidad, mientras también establecen su identidad a partir y dentro de
estos significados particulares. La cultura fomenta la identidad, características y len-
guaje común, y posibilita el desarrollo de la interacción. Usando esta definición, una
profesión puede entenderse como una cultura. Además, si miramos el discurso so-
ciológico de las profesiones, la idea de cultura es percibida como un elemento
definicional. El “enfoque de las características” de Payne (1996), afirma que un com-
ponente central de una profesión es su cultura única, uno de cuyos rasgos es la afir-
mación de un único y específico campo de conocimiento, y la afirmación de autori-
dad en ese campo.
El establishment de una cultura profesional promueve el tipo de comunicación
hallado en las conferencias internacionales. Aquí, uno puede encontrar personas de
lugares geográficos diversos, que son capaces de comunicarse entre sí usando la jerga
técnica y que comparten áreas de interés, dilemas y literatura similares, ya se trate
de matemáticos, físicos o profesionales de la salud mental.
En este artículo, la profesión de las arte-terapias y la de la educación escolar son
definidas como culturas diferentes. Se ha dicho y escrito mucho sobre cómo las
formulaciones de la psicoterapia y las arte-terapias y sus conceptualizaciones básicas
son esencialmente producto de la cultura occidental; más se ha escrito sobre su fun-
damento en una particular perspectiva y las normas que conlleva (sobre esta visión
dentro de las arte-terapias, véase Dokter, 1995; Lewis, 1997). Según las definiciones
proporcionadas por Geertz (1973) y Ariño (1997), la cultura dota al establishment de
una identidad, una perspectiva, y medios estratégicos y tácticos de pensar y actuar.
Siguiendo estos criterios, puede postularse que una profesión es entonces una cultu-
ra en y por sí misma. Abraham (1993) también ofrece fuentes para la idea de una
cultura profesional, que influencia a todas las personas que satisfacen los roles profe-
sionales. Ella agrega que las organizaciones en las que se cumplen tales roles profe-
sionales, mantienen cuidadosamente esa cultura.
Ariño (1997) establece que cada cultura particular proporciona cuatro diferen-
tes tipos de información, de naturaleza tanto comprehensiva cuanto pragmática:
Perspectiva sobre el mundo e información descriptiva: Dice cómo es el mundo,
qué hay y qué no, describe a los seres humanos y la realidad. Por ejemplo, la cultura
budista zen fomenta una visión del hombre y el mundo muy diferente de la promo-
vida por las sociedades postindustriales occidentales o la de las personas que viven en
las regiones montañosas de Sudamérica.
Información técnica: Cada cultura única proporciona modos de comportamien-
to y herramientas para la resolución de problemas.
Información normativa: La cultura crea y transmite valores, normas, propósitos
y restricciones.
Dossier
Información prospectiva: Consiste en la visión del futuro: los sueños, expectati-
vas, utopías e ideas que las personas crean a partir de la cultura, pero que también
puede usarse para expandirla (véase también Leledakis, 1995)
Lo presentado más abajo es un breve retrato de la cultura de la terapia y de la
educación escolar, según Ariño (1997). Aunque ambas culturas tienen elementos
compartidos, me gustaría enfocarme en las diferencias, en tanto son causa de las
dificultades halladas en el encuentro intercultural (véase Tabla 1).
Tabla 1
Énfasis sobre las diferencias generales y relativas – comparación y contraste
ferencia-contratransferencia)
Piensa sobre lo que hizo y lo que pasó Piensa sobre lo que hizo y lo que pasó
en el nivel inconsciente en el nivel consciente
247
Las arte-terapias como cultura.
Hilda Wengrower
En la cultura de la terapia, se considera que la persona y el mundo son abundan-
tes en conflictos y contradicciones internas. Se atribuye mucha importancia a la in-
trospección. Los terapeutas ven su rol como la aceptación del niño tal cual es, con
toda su aflicción y su singularidad, mientras al mismo tiempo tratan de acompañarlo
en su proceso de cambio. Ocasionalmente, el énfasis se pone en las dificultades y las
deficiencias, antes que en las fortalezas existentes y las compensaciones adaptativas
que el niño es capaz de crear para él.
Según esta visión ontológica, la tarea del terapeuta se cumple mediante un vín-
culo y un proceso, cuyos resultados a veces pueden medirse mejor cualitativamente
que a través de índices cuantitativos. Cada sesión es diferente, no sólo entre pacien-
tes, sino también durante el curso del tratamiento de un único individuo. Se atribuye
significación a la privacidad, el respeto por el proceso y el tiempo personal del pa-
ciente y, como resultado, la necesidad de proveer libertad de expresión y un lugar de
trabajo separado. Otro aspecto es que la planificación es global y se enfoca en definir
objetivos y menos en el diseño de cada sesión específica. Incluso en la terapia de
corta duración se permite al paciente y el proceso conducirse a sí mismos, aunque
en un grado menor. Para entender mejor lo que pasa, se invierte mucha reflexión
revisando las sesiones, la interacción generada y el involucramiento emocional
de paciente y terapeuta. En el tratamiento de largo plazo, el terapeuta parece
ser pasivo y raramente, si lo hace, es el iniciador, e interviene sólo tras las accio-
nes del paciente.
En orden a analizar la sesión y crear cierta distancia de las poderosas emociones
que el terapeuta también experimenta durante el encuentro, éste necesita hacer una
pausa entre clientes en silencio y soledad. La supervisión clínica también es un as-
pecto importante del esfuerzo profesional del terapeuta, usándose para examinar los
aspectos interpersonales y técnicos de la terapia.
El trabajo de los terapeutas en una escuela se hace más duro por la dificultad de
mantener los componentes básicos de un contexto y clima clínico, tales como agendar
las sesiones, la discreción (respecto de otros alumnos y el personal de la escuela), y
una especial atmósfera de intimidad. Todos estos aspectos son afectados por cambios
impuestos por el calendario escolar, que está lleno de eventos especiales comparti-
dos por todos los miembros de esta comunidad, así como vacaciones, viajes y demás.
A veces, por su frecuencia, tales eventos pueden perjudicar la continuidad del trata-
miento. Encuentros aleatorios en el pasillo o el patio, entre el terapeuta y sus jóvenes
clientes, pueden socavar las fantasías de exclusividad que los niños pueden crear y
mantener.
Hilda Wengrower
sólo culturales u organizacionales, sino también emocionales y no meramente debi-
das al componente intercultural. Trataremos este aspecto luego.
El encuentro intercultural.
La escuela es la fortaleza de la cultura de la educación. El arte-terapeuta o cual-
quier profesional de la salud mental que llega a trabajar allí, es como un extraño
entrando en una tierra desconocida y constituye una minoría. Como en cualquier
caso de encuentro entre una minoría y una mayoría provenientes de culturas dife-
rentes, surgen dificultades. La literatura psicoanalítica ha tratado este tema, como lo
ha hecho la psicología social. Por más de una década ahora hemos sido testigos de la
gran atención dada al encuentro con el “otro”.
Respecto al arribo de un recién llegado a una comunidad, Greenberg y Greenberg
(1989) analizaron El castillo de Kafka como una historia simbólica de la sospechosa
recepción de una comunidad dada a un profesional que ha sido invitado a quedarse y
trabajar allí. Ellos basan su interpretación, entre otros, en Bion (1970), quien analizó
las dinámicas que se desarrollan dentro de un grupo o una institución cuando se
enfrenta con una nueva idea o al representante de tal idea. Los estudios hechos por
Bion (1970), seguidos por Grinberg y Grinberg (1989), parecen apropiados al en-
cuentro intercultural en general, así como para el encuentro específico bajo discu-
sión aquí. Bion (1970) nota que la presencia de un extraño en una comunidad o
grupo puede cambiar su estructura, generando por eso un sentimiento inconsciente
de que la identidad cultural existente está siendo amenazada. En El castillo, los loca-
les rechazan al topógrafo que ha llegado, informándole que no debe olvidar que está
allí a petición de ellos. Le dicen que es un extranjero y un extraño; que él no tiene
identidad en lo que a ellos concierne; que él es ignorante de su comunidad y que
debe cuidarse.
Otro obstáculo del encuentro intercultural es la falta de esfuerzo hecho para
comprender o comunicarse con el extraño y el modo en que las diferencias entre él
y la comunidad involucra el uso de un lenguaje local y excesivas referencias a nom-
bres y eventos con los que el extranjero no está familiarizado. Grinberg y Grinberg
(1989, 81-86) afirman que las características atribuidas al “intruso” (dado que hay
quienes lo experimentan como tal) refuerzan sentimientos de celo y competencia, y
que hay oportunidad para que se cree un ciclo en el que la nueva persona reaccione
con hostilidad o no inicie contacto.
Bion (1970) señala tres posibilidades relativas a encuentros entre el grupo esta-
blecido y los recién llegados:
Una entrada forzada del recién llegado exacerbará los sentimientos de peligro
para el grupo.
El grupo podría frenar su desarrollo por sus sospechas.
Todos los involucrados se flexibilizarán, posibilitando la interacción y permi-
tiendo un proceso de cambio y mutua aceptación.
Dossier
Basándonos en el paradigma constructivista en las ciencias sociales, es factible
ver estas posibilidades como interpretaciones recíprocas o narrativas con las que los
agentes involucrados construyen su realidad, antes que como hechos inmutables. En
otras palabras, estas son las interpretaciones mediante las cuales cualquiera puede
construir su experiencia y comprender la situación (Clarke, 1997; Guba & Lincoln,
1994; Polkinghorne, 1991).
Es posible que la lectura de este texto haya despertado ecos en la experiencia de
algunos lectores. Situaciones tales como que el administrador no sea capaz de encon-
trar una sala adecuada en la que trabajar (“hacerle espacio” en el pleno sentido de la
palabra) o no hallar un contexto apropiado, satisfactorio para la escuela y el arte-
terapeuta son comunes. A veces no es sólo la escuela, como grupo anfitrión, el que
se oculta detrás de su lenguaje específico propio, sino que el terapeuta también pue-
de, al informar sobre su trabajo, usar jerga técnica incomprensible para sus oyentes.
Es posible que el terapeuta quede atrapado en su propia terminología y sea incapaz
de realizar la integración y el cambio por sí mismo. Ocasionalmente, los terapeutas
parecen incapaces de reconocer o apreciar los esfuerzos y el trabajo de los profeso-
res. No hay duda de que la necesidad de cambio y la flexibilidad son vitales de ambos
lados y beneficiarían su mutuo encuentro.
Otras dificultades surgen de la naturaleza dinámica de las relaciones entre miem-
bros de la comunidad escolar. Frecuentemente, hay celos y competencia encubier-
tos/inconscientes entre diferentes estamentos del equipo. Los profesores de aula y
sus alumnos pasan mucho tiempo trabajando juntos y entre ellos se forja una rela-
ción estrecha, en la que la transferencia no desempeña un rol menor que en el caso
de la terapia. Para dejar este término dentro del contexto clínico, podemos usar el
ligeramente olvidado término acuñado por Sullivan (1954) de distorsión paratáxica.
Se refiere a una aplicación amplia del fenómeno de la transferencia, dentro del cual
una persona transfiere la intensidad de sus sentimientos y la dinámica de una relación
significativa del pasado a otras áreas de su vida. Un ejemplo de distorsión paratáxica
son los intensos sentimientos que un profesor de aula puede alentar/desarrollar res-
pecto a algunos de sus alumnos, casi como si fueran sus propios niños. Esto trae
como dificultad para el profesor el aceptar que otro miembro del equipo pueda
establecer una relación cercana o lograr algún tipo de “éxito” con ellos. En estas
situaciones, la relación profesor-terapeuta se vuelve deficiente y termina en “inci-
dentes”, resultantes de conflictos inconscientes (parapraxis). Otra razón para la hos-
tilidad emerge de la imagen que el profesor puede tener del trabajo del terapeuta
como privilegiado, en comparación con las demandas de enseñar a toda una clase.
Hay muchas formas en las que estos conflictos pueden afectar la empresa co-
250 Babel Dossier
mún. Por ejemplo: olvidar entregar información importante respecto del niño que
está siendo tratado, no informar al terapeuta de las sesiones que necesitan cancelarse
por un evento escolar, y no tomar en cuenta la opinión del terapeuta cuando evalúa
o toma decisiones sobre el niño. Esto no equivale a decir que los terapeutas sean
inmunes a tales sentimientos intensos, pero el entrenamiento y la supervisión clínica
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disminuyen el riesgo de que tales sentimientos bloqueen los canales de comunica-
Hilda Wengrower
ción y cooperación. Permítannos recordar el diferente énfasis sobre el pensamiento
y la acción dentro de las dos culturas.
Finalmente, durante ciertas etapas de la terapia, como parte del proceso de trans-
ferencia, los niños construyen una imagen ideal del terapeuta, que incrementa las
posibilidades de una división entre “objetos” buenos y malos, no sólo respecto a pa-
dres-terapeuta, sino a profesor-terapeuta también. Sin trabajar a través de este fenó-
meno evolutivo y transiente, la tensión y competencia entre estos adultos puede
continuar o incluso aumentar.
Hilda Wengrower
enfatizando el lado artístico de la terapia. Mientras las encuestas y metaanálisis con-
ducidos por Prout y De Martino (1986), Brown y Prout (1989), Prout, Alexander,
Fletcher, Memis y Miller (1993), Prout y Prout (1998), y Prout y Brown (1999),
sugieren que los psicólogos educacionales y los consejeros son constreñidos con fre-
cuencia a implementar terapias rogerianas, conductual-cognitivas o sistémicas, los
arte-terapeutas son capaces de aplicar aproximaciones psicodinámicas, siempre y
cuando, por supuesto, haya un contexto adecuado, no puramente clínico. Si hay ne-
cesidad de facilitar la regresión en terapia, puede hacerse usando el lenguaje y disci-
plinas del arte. La estructuración de las sesiones, si son en contextos individuales o
en grupo, también es un punto importante, uno que los terapeutas que trabajan en
contextos educativos tienen que reexaminar, considerando que el niño/cliente tiene
que volver a un ambiente que trata las fortalezas de su Yo como un estudiante. Es
necesario recordar que el niño debe retornar a su clase en condiciones emocionales
que le permitan poder participar adecuadamente. Es necesario recordar que el niño
debe retornar a su clase en condiciones emocionales que le permitan poder partici-
par adecuadamente. Los terapeutas pueden aportar sus habilidades para el diagnósti-
co diferencial, las intervenciones familiares, los grupos padres-hijos, y otras.
Un arte-terapeuta que entra en la escuela, puede introducir y explicar su profe-
sión al personal de la misma mediante lecturas y talleres, presentaciones de estudio
de casos, talleres para consolidar o enriquecer el equipo, y otras. Para terapeutas y
educadores, la meta es establecer conceptualizaciones y comprensiones comunes.
Resumen.
Este artículo procuró describir el trabajo de los arte-terapeutas en escuelas como
un encuentro entre dos culturas, la cultura de la educación escolar y la cultura de la
terapia. El término cultura se empleó usando un significado abarcativo, que incluye
diferentes niveles: (a) ideas que describen la naturaleza del sujeto humano y el mun-
do; (b) valores, normas, metas y restricciones; (c) modos de comportamiento y
procedimientos de resolución de problemas; y (d) expectativas, utopías e ideales de
una sociedad.
La entrada de un arte-terapeuta en una escuela se entendió en términos de un
encuentro intercultural: la llegada de un extranjero a una comunidad. Por eso, se
mencionan los potenciales conflictos que pueden aparecer en un encuentro tal y se
sugieren algunos pasos que pueden ayudar a tratar con estos.Ya que las dos culturas
discutidas aquí están enfocadas en el bienestar y desarrollo del niño/alumno, parece
importante que sus representantes —profesores y terapeutas— trabajen juntos para
forjar un diálogo que promoverá sus objetivos conjuntos.
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