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INSTITUTO BIBLIO DE ORIENTE (IBO)

HOMILETICA 2
Plan semanal de clases

FECHA OBJETIVOS CONTENIDOS ACTIVIDADES DEL ALUMNO EVALUACION

CONOCER TIPOS ESTRUCTURA INVESTIGAR LOS TIPOS DE MENSAJES:


DE SERMONES DEL SERMON TEXTUALES, TOPICOS, EXPOSITIVOS.
DESDE
29/05/21 MOVIMIENTO
ANALIZAR LOS ESTRUCTURAR UN BOSQUEJO DE CADA TIPO
PROGRESIVO
HASTA
PROPOSITOS DE LOS
DE MENSAJE.
05/06/21 ESPECIFICOS ELEMENTOS
DEL MENSAJE Después de leer cuidadosamente Hch.17:22-31,
el discurso de Pablo en el Areópago, haga el
INTRODUCCION bosquejo de este discurso, procurando localizar en
CONCLUSION
él todas las partes del bosquejo.
• ¿Cómo titularía usted este discurso?
• ¿Hace el apóstol Pablo referencias a alguna
parte de la Escritura en este sermón?
• ¿Cuál es el propósito de este sermón?
• ¿Cómo es la introducción de este mensaje?
¿Tiene pertinencia? ¿Es creativo? ¿Fue la
introducción de Pablo de interés para los oyentes?
¿Dónde comienza la introducción y dónde
termina?
• ¿Cuál es la idea que el apóstol desarrolla en el
cuerpo del mensaje?
• ¿Cómo argumenta el predicador sus ideas?
• ¿Qué tipo de conclusión hace Pablo? ¿Cuál fue
la reacción de los oyentes?

LA ESTRUCTURA DEL BOSQUEJO DE SERMÓN


INTRODUCCIÓN:
La estructura del bosquejo se caracteriza por tener varios elementos que la conforman. Si cualquiera de estas
características hiciera falta, posiblemente el sermón no tenga el impacto que se espera de él, pues todo discurso debe
seguir un orden básico que lo haga eficaz. Una estructura apropiada garantiza coherencia en el entretejido de las ideas
y un desarrollo fluido.
En el año 2001, participé en unas conferencias hispanoamericanas donde concurrieron muchísimos predicadores
provenientes de toda Latinoamérica y Estados Unidos, entre ellos catedráticos de universidades teológicas y en general
predicadores con mucha experiencia. Los que expusimos temas en dicha conferencia debíamos presentar nuestros
bosquejos y materiales con anticipación para que estos fueran reproducidos y entregados a todos los participantes.
Encontré en estos materiales que la mayoría de expositores no ordenaban sus bosquejos apropiadamente y una buena
parte de ellos ni siquiera eran bosquejos. ¿Qué quiere decir esto? Que la mayoría de conferencistas eran personas
preparadas empíricamente y no se habían tomado el tiempo para mejorar en la calidad de sus escritos y exposiciones. El
empirismo no es malo, la mayoría de hombres de púlpito comenzamos de esa manera. Pero no es justificable el hecho de
no dedicarle tiempo a mejorar en este oficio de la predicación.
Tomémonos, pues, tiempo para ver la estructura que debe tener todo bosquejo, y hagamos la decisión de poner
en práctica los consejos que nos han dado los maestros de la predicación a lo largo del tiempo.
I- ¿CÓMO ES LA ESTRUCTURA DEL BOSQUEJO?
A- La estructura del bosquejo debe seguir un orden progresivo, dividido en puntos mayores, sub-puntos, incisos y sub-
incisos. Los símbolos reconocidos en Homilética para estructurar el bosquejo son cuatro:
1- Para los puntos principales se utilizan números romanos, (I, II, III, IV, V). Perry (1986:45) dice sobre estas
divisiones: “Las divisiones principales sirven para ampliar, explicar o demostrar la proposición (propósito). Normalmente,
nunca hay más de cinco ni menos de tres divisiones principales. Si se usaran más de cinco, ni el predicador ni su
congregación las podrían recordar”.
2- Los sub-puntos se simbolizan por medio de letras mayúsculas, (A, B, C, D, E).
3- Los incisos debemos anotarlos con números arábigos, (1, 2, 3, 4, 5).
4- Los sub-incisos deben ser anotados con letras minúsculas, (a, b, c, d, e).
B- Cada punto que sea una explicación del anterior debe ser escrito un espacio más a la derecha del punto que está
explicando. Ejemplo: para el punto mayor I, hay puntos que lo explican, los sub-puntos A, B, etc. Estos puntos
secundarios deben ser escritos un espacio más a la derecha del punto mayor I. Igual se hará con los números arábigos
que son explicaciones de los sub-puntos, y con las letras minúsculas que son explicaciones de los números arábigos.
C- Antes de colocar un ejemplo de la estructura del bosquejo, hablemos de las divisiones de la introducción y de la
conclusión. Los homiletas usan indistintamente los símbolos para hacer las divisiones de las mismas. Algunos lo hacen
con números romanos, otros con letras mayúsculas, a su vez otros lo hacemos con números arábigos. También puede
haber quienes las anoten con letras minúsculas. No obstante, recordemos que cada uno de los símbolos que hemos
mencionado para puntuar la estructura del bosquejo tiene su función específica y un orden jerárquico que respetar. Cada
signo tiene su propio significado en la estructura del bosquejo. Ya sabemos que un número romano simboliza uno de los
puntos principales del bosquejo. Las letras mayúsculas tienen la función de explicar las ideas presentadas en los
números romanos, los cuales son las principales divisiones, etc. Como podemos apreciar, cada símbolo tiene su propia
función, por lo que se debe ser cuidadoso en la colocación de los símbolos que dividirán tanto la introducción como la
conclusión. No debemos dividir la introducción y la conclusión con números romanos, porque de hacerlo, las estaríamos
colocando como puntos principales, y no lo son. La introducción es la puerta de entrada al tema que será predicado, y la
conclusión la forma de salir de él.
Tampoco debemos anotar estas divisiones con letras mayúsculas, pues como ya dijimos, estos símbolos sirven
para las ideas secundarias de los puntos principales, y en la introducción y en la conclusión no existen tales ideas, pues
todas las ideas contenidas, tanto en la introducción como en la conclusión, son recursos únicamente para entrar y salir
del sermón. Sugiero para estas partes del bosquejo usar números arábigos, los cuales señalan únicamente, de forma
aritmética, la cantidad de ideas de estas partes del bosquejo. Así se colocan las divisiones en este libro.
D- La estructura del bosquejo es como sigue:
Título
Texto Base.
Propósito
Introducción:
1-
2-

I-
A-
B-
C-
1-
2-
a-
b-

II-
A-
B-
C-

III-
A-
1-
2-
B-
Conclusión.
1-
2-
3-
Hablando de las divisiones que se dan en los diferentes puntos, Floyd C. Woodworth dice con mucha razón: “¿Qué
hacer con un solo punto? Puesto que el hacer una división de un asunto significa que hay varias cosas que se pueden
separar, carece de lógica hacer una división de un solo punto. Es como una naranja, cuando se parte tiene que haber
más de un sector, sino, no hay división. De modo que en el bosquejo habrá más de un punto principal. No puede haber
una división “A” sin que haya una división “B”. No es lógico tener un sub-inciso “1” sin tener un sub-inciso “2”.
Posiblemente se estará preguntando qué se hace en esos casos, si solo hay una cosa de importancia en la
división. Hay dos maneas de resolver el problema: 1) si la subdivisión es importante, seguramente hay más de un solo
punto que justifique la división, 2) pero si una sola cosa importa, es muy fácil agregarla al punto general que este sub-
inciso comenta.
E- Como sugerencia final en este asunto, notemos un pequeño detalle: para separar los signos de puntuación de las
ideas del bosquejo, puede utilizar pequeños guiones, como usted ve que se está haciendo en este esquema, (C-). Esto le
permitirá notar con facilidad las divisiones de su bosquejo. Si usa puntos (C.) es muy posible que los signos se
confundan con las ideas y usted podría desorientarse en algún momento.
II- ¿CUÁNTAS Y CUÁLES SON LAS PARTES DEL BOSQUEJO?
A- Hacer un bosquejo con todas sus partes es importante. Así como el motor de un auto debe contar con todas sus
partes para funcionar apropiadamente, también el bosquejo necesita de todos sus componentes para ofrecer un tema
coherente y completo.
B- Una de las partes de las que prescinden una inmensa cantidad de bosquejos es el propósito. En este caso, un
esquema sin propósito es como un cuerpo humano sin cabeza. Al mencionarle a un hermano de mi proyecto de escribir
un libro como este y mostrarle un bosquejo estructurado con propósito, me preguntó: ¿Todos los bosquejos de tu libro
tienen propósito? Claro, le afirmé, sino, eso sería como subir a un taxi y sólo decirle al conductor lléveme, sin darle
dirección alguna ¿A dónde? será la pregunta del taxista. Así funciona el propósito del sermón. Nos propone la meta que
debemos alcanzar y los pasos que necesitamos dar para obtener tal meta. Todo bosquejo debe tener escrito su
propósito. Un cuerpo humano no puede andar sin cabeza, pero en los púlpitos constantemente oímos sermones que no
tienen sentido direccional, es decir, no tienen propósito.
C- Valverde A. (1995:10) menciona siete elementos que constituyen la estructura del bosquejo del Sermón:
1- Bosquejo.
2- Título.
3- Texto.
4- Tesis.
5- Introducción.
6- Desarrollo.
7- Conclusión.
Por mi parte considero las seis últimas como las partes esenciales de un esquema:
1- Título.
2- Texto.
3- Propósito del tema.
4- Introducción.
5- Cuerpo del bosquejo.
6- Conclusión.
Todo bosquejo debe contar por lo menos con estas seis partes, pues de lo contrario su mensaje sería incompleto en sí
mismo. También, el elaborar cada una de estas partes tiene arte, sobre todo cuando hablamos de la introducción, la
conclusión, y el propósito del sermón. Si usted pone mucha atención a la elaboración de su propósito, habrá garantizado
en un 60% el éxito de su mensaje, pues ha decidido la meta a la cual se dirige, y organiza su bosquejo de modo que
pueda alcanzar esa meta. Cada punto del bosquejo es un peldaño a escalar para alcanzar la meta.
III- EL BOSQUEJO DEBE TENER UNIDAD
A- ¿Cómo se logra la unidad? Por medio del propósito, el cual es la guía de su mensaje. Este le indica
permanentemente cuál es su objetivo, y le ayuda a ubicar cada punto del esquema en el lugar oportuno para alcanzar la
meta. Cada punto del bosquejo debe ser en sí mismo un paso que lo guíe hacia su fin: “El Propósito”.
B- Puede utilizar frases de transición entre un punto y otro. Por ejemplo, si quiere pasar del punto B- al punto C-, utilice
alguna palabra o frase como “entonces”, “de tal manera”, “por esta razón”, etc. Lo que se espera es que usted pueda
avanzar sin hacer ninguna digresión en su mensaje.
C- Otra forma sería colocar los puntos principales de su mensaje, los escritos en números romanos, con palabras o
frases enfáticas, como sigue:
I- NUESTRAS ORACIONES TIENEN TROPIEZO CUANDO NO ESTAMOS BIEN CON ALGÚN HERMANO, Mt.5:22-
24.
II- NUESTRAS ORACIONES TIENEN TROPIEZO CUANDO NO ESTAMOS BIEN EN NUESTRO MATRIMONIO,
1P.3:7.
III- NUESTRAS ORACIONES TIENEN TROPIEZO CUANDO ESTAMOS EN ALGÚN PECADO, Jn.9:31.
D- Entendamos que la unidad se logra por varios medios, pero lo principal es la destreza que tenga el expositor para
mantener la coherencia de su mensaje en todo momento.
E- Usar frases reiterativas a lo largo del mensaje también es de utilidad. Por ejemplo, podría formular una frase que
exprese una verdad importante que usted quiere proclamar, repitiéndola en varios puntos clave del sermón. Este énfasis
le permitirá mantener a la audiencia en el propósito que usted quiere alcanzar
IV- EXPLICANDO EL MOVIMIENTO PROGRESIVO.
A- Llamamos movimiento progresivo al avance que el expositor tiene de su mensaje por la organización de sus ideas
una tras otra con el propósito de llegar al clímax del mismo. Las ideas van avanzando en orden y desarrollándose el
tema.
B- El movimiento progresivo se obtiene cuando usted, después de revisar bien su bosquejo, quita todos los puntos que
son repetitivos y que pueden conducirlo a la redundancia en la presentación de su mensaje, así evitará un sermón
extenso, confuso y poco edificante. Podemos ilustrar este aspecto del movimiento del sermón con un edificio en
construcción: el avance del tema es la forma en la que vamos construyendo en la mente de los oyentes el asunto que
decidimos predicar. Cada una de las verdades que pronunciemos será como una piedra más que conformarán el
edificio, hasta que lleguemos al final coronando la obra con una conclusión pertinente.
C- Reduzca los puntos principales lo más que pueda. Como mínimo un bosquejo debe tener tres puntos principales,
así será menos compleja la exposición para el oyente, y claro, más comprensible. Un sermón con pocos puntos es más
fácil de asimilar que uno de interminables sugerencias. Es mejor decir tres ideas concretas y directas en el discurso, que
un mar de palabras que se olvidan a penas el predicador termina su exposición.
D- Puede plantear los puntos principales en forma de preguntas, para ir contestando una a una y progresar en el
desarrollo del sermón.
I- ¿CÓMO ES EL AMOR DE DIOS?
II- ¿VIVIMOS EN EL AMOR DE DIOS?
III- ¿CÓMO PODEMOS VIVIR EN EL AMOR DE DIOS?
CONCLUSIÓN:
1- No resulta muy fácil hacer bosquejos cuando comenzamos el aprendizaje. Nadie aprende sin practicar
constantemente. Si somos disciplinados, el tiempo nos adiestrará, y nos volveremos verdaderos maestros en el arte de
bosquejar.
2- La correcta elaboración del bosquejo determina en gran parte la contundencia del mensaje, a la vez que le garantiza
al expositor presentar un mensaje impregnado de coherencia y movimiento, lo cual le conducirá al clímax de su sermón,
y a visualizar una respuesta de su congregación.
3- Si el predicador falla o es negligente en la preparación de sus bosquejos, es muy difícil que llegue a coronar una
carrera de predicación exitosa, y menos aún que pueda alimentar integralmente a la Iglesia.
4- Actualmente contamos con los mejores métodos y técnicas que se han recogido a lo largo de los siglos para
elaborar bosquejos. No siempre se ha usado la homilética como ahora. Tenemos una herramienta útil en nuestras
manos que constituye un legado de muchos siervos de Dios. No seamos negligentes en el uso apropiado de esta
hermosa disciplina.

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