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Blas de Otero (1916-1979)

A LA INMENSA MAYORÍA

Aquí tenéis, en canto y alma, al hombre


aquel que amó, vivió, murió por dentro
y un buen día bajó a la calle: entonces
comprendió: y rompió todos sus versos.

Así es, así fue. Salió una noche


echando espuma por los ojos, ebrio
de amor, huyendo sin saber adónde:
a donde el aire no apestase a muerto.

Tiendas de paz, brizados pabellones,


eran sus brazos, como llama al viento;
olas de sangre contra el pecho, enormes
olas de odio, ved, por todo el cuerpo.

¡Aquí! ¡Llegad! ¡Ay! Ángeles atroces


en vuelo horizontal cruzan el cielo;
horribles peces de metal recorren
las espaldas del mar, de puerto a puerto.

Yo doy todos mis versos por un hombre


en paz. Aquí tenéis, en carne y hueso,
mi última voluntad. Bilbao, a once
de abril, cincuenta y tantos.

Pido la paz y la palabra, 1955


Hombre

Luchando, cuerpo a cuerpo, con la muerte,


al borde del abismo, estoy clamando
a Dios. Y su silencio, retumbando,
ahoga mi voz en el vacío inerte.

Oh Dios. Si he de morir, quiero tenerte


despierto. Y, noche a noche, no sé cuándo
oirás mi voz. Oh Dios. Estoy hablando
solo. Arañando sombras para verte.

Alzo la mano, y tú me la cercenas.


Abro los ojos: me los sajas vivos.
Sed tengo, y sal se vuelven tus arenas.

Esto es ser hombre: horror a manos llenas.


Ser -y no ser- eternos, fugitivos.
¡Ángel con grande alas de cadenas!

Ángel fieramente humano, 1966


En el principio

Si he perdido la vida, el tiempo, todo


lo que tiré, como un anillo, al agua,
si he perdido la voz en la maleza,
me queda la palabra.

Si he sufrido la sed, el hambre, todo


lo que era mío y resultó ser nada,
si he segado las sombras en silencio,
me queda la palabra.

Si abrí los labios para ver el rostro


puro y terrible de mi patria,
si abrí los labios hasta desgarrármelos,
me queda la palabra.

Pido la paz y la palabra, 1955


Gabriel Celaya (1911-1991)

LA POESÍA ES UN ARMA CARGADA DE FUTURO

Cuando ya nada se espera personalmente exaltante,


mas se palpita y se sigue más acá de la conciencia,
fieramente existiendo, ciegamente afirmando,
como un pulso que golpea las tinieblas,

cuando se miran de frente


los vertiginosos ojos claros de la muerte,
se dicen las verdades:
las bárbaras, terribles, amorosas crueldades.

Se dicen los poemas


que ensanchan los pulmones de cuantos, asfixiados,
piden ser, piden ritmo,
piden ley para aquello que sienten excesivo.

Con la velocidad del instinto,


con el rayo del prodigio,
como mágica evidencia, lo real se nos convierte
en lo idéntico a sí mismo.

Poesía para el pobre, poesía necesaria


como el pan de cada día,
como el aire que exigimos trece veces por minuto,
para ser y en tanto somos dar un sí que glorifica.

Porque vivimos a golpes, porque a penas si nos dejan


decir que somos quien somos,
nuestros cantares no pueden ser sin pecado un adorno.
Estamos tocando el fondo.
Maldigo la poesía concebida como un lujo
cultural por los neutrales
que, lavándose las manos, se desentienden y evaden.
Maldigo la poesía de quien no toma partido hasta mancharse.

Hago mías las faltas. Siento en mí a cuantos sufren


y canto respirando.
Canto, y canto, y cantando más allá de mis penas
personales, me ensancho.

Quisiera daros vida, provocar nuevos actos,


y calculo por eso con técnica, qué puedo.
Me siento un ingeniero del verso y un obrero
que trabaja con otros a España en sus aceros.

Tal es mi poesía: poesía-herramienta


a la vez que latido de lo unánime y ciego.
Tal es, arma cargada de futuro expansivo
con que te apunto al pecho.

No es una poesía gota a gota pensada.


No es un bello producto. No es un fruto perfecto.
Es algo como el aire que todos respiramos
y es el canto que espacia cuanto dentro llevamos.

Son palabras que todos repetimos sintiendo


como nuestras, y vuelan. Son más que lo mentado.
Son lo más necesario: lo que no tiene nombre.
Son gritos en el cielo, y en la tierra, son actos.
Ángel González (1925-2008)

CUMPLEAÑOS
(De "Cantos iberos", 1955)
Yo lo noto: cómo me voy volviendo
menos cierto, confuso,
disolviéndome en aire
5 cotidiano, burdo
jirón de mí, deshilachado
y roto por los puños.

Yo comprendo: he vivido
un año más, y eso es muy duro.
10 ¡Mover el corazón todos los días
casi cien veces por minuto!

Para vivir un año es necesario


morirse muchas veces mucho.
León Felipe (1884-1968)

COMO TÚ

Así es mi vida,
piedra,
como tú. Como tú,
piedra pequeña;
5 como tú,
piedra ligera;
como tú,
canto que ruedas
por las calzadas
10 y por las veredas;
como tú,
guijarro humilde de las carreteras;
como tú,
que en días de tormenta
15 te hundes
en el cieno de la tierra
y luego
centelleas
bajo los cascos
20 y bajo las ruedas;
como tú, que no has servido
para ser ni piedra
de una lonja,
ni piedra de una audiencia,
25 ni piedra de un palacio,
ni piedra de una iglesia;
como tú,
piedra aventurera;
como tú,
30 que tal vez estás hecha
sólo para una honda,
piedra pequeña
y
ligera…
Juan Goytisolo (1913-

2017)
Palabra para julia

Tú no puedes volver atrás


porque la vida ya te empuja
como un aullido interminable.

Hija mía es mejor vivir


5 con la alegría de los hombres
que llorar ante el muro ciego.

Te sentirás acorralada
te sentirás perdida o sola
tal vez querrás no haber nacido.

10 Yo sé muy bien que te dirán


que la vida no tiene objeto
que es un asunto desgraciado.

Entonces siempre acuérdate


de lo que un día yo escribí
15 pensando en ti como ahora pienso.

La vida es bella, ya verás


como a pesar de los pesares
tendrás amigos, tendrás amor.

Un hombre solo, una mujer


20 así tomados, de uno en uno
son como polvo, no son nada.

Pero yo cuando te hablo a ti


cuando te escribo estas palabras
pienso también en otra gente.

25 Tu destino está en los demás


tu futuro es tu propia vida
tu dignidad es la de todos.

Otros esperan que resistas


que les ayude tu alegría
30 tu canción entre sus canciones.

Entonces siempre acuérdate


de lo que un día yo escribí
pensando en ti
como ahora pienso.
Nunca te entregues ni te apartes
junto al camino, nunca digas
no puedo más y aquí me quedo.

La vida es bella, tú verás


5 como a pesar de los pesares
tendrás amor, tendrás amigos.

Por lo demás no hay elección


y este mundo tal como es
será todo tu patrimonio.

10 Perdóname no sé decirte
nada más pero tú comprende
que yo aún estoy en el camino.

Y siempre siempre acuérdate


de lo que un día yo escribí
15 pensando en ti como ahora pienso.
Jaime Gil de Biedma (1929-1990)

No volveré a ser joven

Que la vida iba en serio


uno lo empieza a comprender más tarde:
como todos los jóvenes, yo vine
a llevarme la vida por delante.

5 Dejar huella quería


y marcharme entre aplausos
—envejecer, morir, eran tan sólo
las dimensiones del teatro.

Pero ha pasado el tiempo


10 y la verdad desagradable asoma:
envejecer, morir,
es el único argumento de la obra
Miguel Hernández (1910-1942)

Sentado sobre los muertos


que se han callado en dos meses, Aunque te falten las armas,
beso zapatos vacíos pueblo de cien mil poderes,
y empuño rabiosamente no desfallezcan tus huesos,
la mano del corazón castiga a quien te malhiere
y el alma que lo mantiene mientras que te queden puños,
uñas, saliva, y te queden
Que mi voz suba a los montes corazón, entrañas, tripas,
y baje a la cosas de varón y dientes.
tierra y truene, Bravo como el viento bravo,
eso pide mi garganta leve como el aire leve,
desde ahora y desde siempre. asesina al que asesina,
aborrece al que aborrece
Acércate a mi clamor, la paz de tu corazón
pueblo de mi misma leche, y el vientre de tus mujeres.
árbol que con tus raíces No te hieran por la espalda,
encarcelado me tienes, vive cara a cara y muere
que aquí estoy yo para amarte con el pecho ante las balas,
y estoy para defenderte ancho como las paredes.
con la sangre y con la boca
como dos fusiles fieles. Canto con la voz de luto,
pueblo de mí, por tus héroes:
Si yo salí de la tierra, tus ansias como las mías,
si yo he nacido de un vientre tus desventuras que tienen
desdichado y con pobreza, del mismo metal el llanto,
no fue sino para hacerme las penas del mismo temple,
ruiseñor de las desdichas, y de la misma madera
eco de la mala suerte, tu pensamiento y mi frente,
y cantar y repetir tu corazón y mi sangre,
a quien escucharme debe tu dolor y mis laureles.
cuanto a penas, cuanto a pobres, Antemuro de la nada
cuanto a tierra se refiere. esta vida me parece.
Ayer amaneció el pueblo Aquí estoy para vivir
desnudo y sin qué ponerse, mientras el alma me suene,
hambriento y sin qué comer, y aquí estoy para morir,
y el día de hoy amanece cuando la hora me llegue,
justamente aborrascado en los veneros del pueblo
y sangriento justamente. desde ahora y desde siempre.
En su mano los fusiles Varios tragos es la vida
leones quieren volverse y un solo trago la muerte.
para acabar con las fieras
que lo han sido tantas veces.
Nanas de la cebolla

La cebolla es escarcha Tu risa me hace libre, Ser de vuelo tan alto,


cerrada y pobre: me pone alas. tan extendido,
escarcha de tus días Soledades me quita, que tu carne parece
y de mis noches. cárcel me arranca. cielo cernido.
Hambre y cebolla: Boca que vuela, ¡Si yo pudiera
hielo negro y escarcha corazón que en tus labios remontarme al origen
grande y redonda. relampaguea. de tu carrera!

En la cuna del hambre Es tu risa la espada Al octavo mes ríes


mi niño estaba. más victoriosa. con cinco azahares.
Con sangre de cebolla Vencedor de las flores Con cinco diminutas
se amamantaba. y las alondras. ferocidades.
Pero tu sangre Rival del sol, Con cinco dientes
escarchaba de azúcar, porvenir de mis huesos como cinco jazmines
cebolla y hambre. y de mi amor. adolescentes.

Una mujer morena, La carne aleteante, Frontera de los besos


resuelta en luna, súbito el párpado, serán mañana,
se derrama hilo a hilo y el niño como nunca cuando en la dentadura
sobre la cuna. coloreado. sientas un arma.
Ríete, niño, ¡Cuánto jilguero Sientas un fuego
que te tragas la luna se remonta, aletea, correr dientes abajo
cuando es preciso. desde tu cuerpo! buscando el centro.

Alondra de mi casa, Desperté de ser niño. Vuela niño en la doble


ríete mucho. Nunca despiertes. luna del pecho.
Es tu risa en los ojos Triste llevo la boca. Él, triste de cebolla.
la luz del mundo. Ríete siempre. Tú, satisfecho.
Ríete tanto Siempre en la cuna, No te derrumbes.
que en el alma, al oírte, defendiendo la risa No sepas lo que pasa
bata el espacio. pluma por pluma. ni lo que ocurre.
El niño yuntero

Carne de yugo, ha nacido Cada nuevo día es


más humillado que bello, más raíz, menos criatura,
con el cuello perseguido que escucha bajo sus pies
por el yugo para el cuello. la voz de la sepultura.
Nace, como la herramienta,
Y como raíz se hunde
a los golpes destinado,
de una tierra descontenta en la tierra lentamente
y un insatisfecho arado. para que la tierra inunde
de paz y panes su frente.
Entre estiércol puro y vivo
de vacas, trae a la vida Me duele este niño hambriento
un alma color de olivo como una grandiosa espina,
vieja ya y encallecida.
y su vivir ceniciento
Empieza a vivir, y empieza revuelve mi alma de encina.
a morir de punta a punta
levantando la corteza Lo veo arar los rastrojos,
de su madre con la yunta. y devorar un mendrugo,
y declarar con los ojos
Empieza a sentir, y siente que por qué es carne de yugo.
la vida como una guerra
y a dar fatigosamente
en los huesos de la tierra. Me da su arado en el pecho,
y su vida en la garganta,
Contar sus años no sabe, y sufro viendo el barbecho
y ya sabe que el sudor tan grande bajo su planta.
es una corona grave
de sal para el labrador.
¿Quién salvará a este chiquillo
Trabaja, y mientras trabaja menor que un grano de avena?
masculinamente serio, ¿De dónde saldrá el martillo
se unge de lluvia y se alhaja verdugo de esta cadena?
de carne de cementerio.
Que salga del corazón
A fuerza de golpes, fuerte, de los hombres jornaleros,
y a fuerza de sol, bruñido,
que antes de ser hombres son
con una ambición de muerte
despedaza un pan reñido. y han sido niños yunteros.

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