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Despertar con el canto de las aves, escuchar la corriente del río, cruzar la puerta de la habitación y
sentir la suave caricia del viento mientras se respira el fresco aroma de la mañana es una
experiencia por la que miles pagarían sin pensar cuánto. Si a esa sensación de placer y des-canso le
suman la oportunidad de llegar al río más hermoso de Colombia, como es conocido Caño Cristales,
en La Macarena (Meta), y le garantizan bañarse en él, ¿se negaría a vivir tal experiencia? Pero si le
dicen que para disfrutar de todo esto fue necesario talar 800 hectáreas de bosque nativo,
¿cambiaría de opinión?

Los turistas que buscan quedarse en ecohoteles son amantes de la naturaleza, pero desconocen
que algunos de los lugares donde se hospedan están incumpliendo con las normas ambientales.
Talan varias hectáreas de bosques y a su vez generan que cientos de especies de fauna y flora
mueran. Durante más de dos años, la Dirección de Carabineros y Seguridad Rural de la Policía
(Dicar) les siguió la pista a los empresarios del turismo en Caño Cristales y determinó que quienes
construyeron atractivos dormitorios y restaurantes a pocos metros del río son los Taladores, una
organización que fomentó la deforestación en el parque natural La Macarena.

En la zona de conservación ambiental se construyeron cinco ecohoteles patrocinados por


inversionistas de Bogotá, Medellín y Ecuador. El general Alejandro Barrera, director de la Dicar,
indicó que la construcción de estos establecimientos acabó con ecosistemas caracterizados por
selvas húmedas y vegetación de sabana amazónica, hogar de especies como osos hormigueros,
jaguares y monos.

La organización operaba en redes sociales, por donde ofertaba sus servicios. La mayoría de sus
clientes son turistas provenientes de Estados Unidos, Alemania, Perú y Ecuador. Al año reciben
alrededor de 800 huéspedes.

Las autoridades, que realizaron monitoreo constante para ver el deterioro del ecosistema,
encontraron pruebas suficientes para establecer que esta actividad comercial y las cabezas de los
establecimientos eran los responsables del desastre ambiental. El pasado 9 de agosto capturaron a
cuatro personas por los delitos de invasión de áreas de especial importancia ecológica, daño a los
recursos naturales y concierto para delinquir. Sin embargo, ya están en libertad.

En la misma zona donde están ubicados los ecohoteles, se encontró la práctica de ganadería
bovina extensiva, con más de 1.000 reses pastando, las cuales eran explotadas sin el cumplimiento
de los requisitos legales y ambientales exigidos por ley.

Los delitos ambientales tienen penas de seis años de prisión, por lo que son excarcelables. Sin
embargo, a inicios de este mes, el presidente Iván Duque sancionó la Ley de Delitos Ambientales,
con la que la deforestación dejará de ser excarcelable en el país.

En el ámbito nacional, se ha incrementado la construcción de estos hospedajes sin cumplir con la


reglamentación. En ella, se prohíben este tipo de infraestructuras dentro de las áreas protegidas.
Incluso, el exministro de Ambiente Manuel Rodríguez señaló que otra práctica a la que acuden
privados de ciudades principales consiste en ocupar terrenos de los lugareños, afectando su tierra
y costumbres.
Como en Colombia reina la cultura del más vivo, sin importar quiénes salgan afectados, es
recomendable que cuando haga ecoturismo consulte con las autoridades ambientales de la región
si el lugar cumple con la reglamentación para no convertirse en el combustible de la tragedia
ambiental que consume al planeta.

RESUMEN

SEMANA conoció detalles de una investigación que dejó al descubierto a empresarios del
turismo que provocaron desastres ambientales en Caño Cristales mientras satisfacían los deseos
de los visitantes. Varios propietarios de ecohoteles en la zona fueron detenidos.

Despertar con el canto de las aves, oír la corriente del flujo de agua, cruzar la puerta de la
habitación y sentir la suave caricia del viento a medida que se respira el fresco aroma de la
mañana es una vivencia por la que millares pagarían sin pensar cuánto. Si a dicha sensación de
placer y des-canso le suman la posibilidad de llegar al flujo de agua más bello de Colombia, como
es conocido Caño Cristales, en La Macarena (Meta), y le respaldan bañarse en él, ¿se negaría a
vivir tal experiencia?

Los turistas que buscan quedarse en ecohoteles son amantes de la naturaleza, sin embargo,
desconocen que ciertos de los sitios donde se hospedan permanecen incumpliendo con las reglas
del medio ambiente. A lo largo de bastante más de 2 años, la Dirección de Carabineros y
Estabilidad Rural de la Policía (Dicar) les siguió la pista a los empresarios del turismo en Caño
Cristales y concluyó que quienes construyeron atractivos dormitorios y restaurantes a pocos
metros del flujo de agua son los Taladores, una organización que fomentó la deforestación en el
parque natural La Macarena.

En el área de conservación ambiental se construyeron 5 ecohoteles patrocinados por


inversionistas de Bogotá, Medellín y Ecuador.

Las autoridades, que han realizado monitoreo constante para ver el deterioro del ecosistema,
encontraron pruebas suficientes para entablar que esta actividad comercial y las cabezas de los
establecimientos eran los causantes del desastre ambiental. El pasado 9 de agosto capturaron a 4
personas por los delitos de invasión de superficies de particular trascendencia ecológica, mal a los
recursos naturales y concierto para delinquir.

En la misma región donde permanecen localizados los ecohoteles, se localizó la práctica de


ganadería bovina extensiva, con bastante más de 1.000 reses pastando, las cuales eran explotadas
sin el cumplimiento de los requisitos legales y del medio ambiente exigidos por ley.

Los delitos del medio ambiente poseen penas de 6 años de prisión, por lo cual son excarcelables.
No obstante, a principios de este mes, el mandatario Iván Duque sancionó la Ley de Delitos Del
medio ambiente, con la que la deforestación dejará de ser excarcelable en el territorio.

Como en Colombia reina la cultura del más vivo, sin que importe quiénes salgan dañados, es
aconsejable que una vez que realice ecoturismo consulte con las autoridades del medio ambiente
del territorio si el sitio cumple con la reglamentación para no transformarse en el combustible de
la tragedia ambiental que consume al mundo.

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