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¿Quién puede hacer una reconocimiento de firmas y ante qué autoridad se hace?
Cualquier persona que haya suscrito un documento privado podrá acudir ante un notario
para que sea el quien autorice el reconocimiento que hagan de su firma y del contenido de
aquel. Para esto se citan a las partes que estén vinculadas con el documento para que los
comparecientes afirmen que el contenido del documento es cierto.
De esta forma, se procederá a extender una diligencia en el mismo documento o en hoja
adicional, en que se expresen el nombre y descripción del cargo del notario ante quien
comparecen; el nombre e identificaciones de los comparecientes; la declaración de éstos de
que las firmas son suyas y el contenido del documento es cierto, y el lugar y fecha de la
diligencia, que terminará con las firmas de los declarantes y del notario quien, además
estampará el sello de la notaría.
Articulo 69 .
si una persona no sabe firmar puede solicitar a otra que firme por ella. En este caso, se debe
indicar de este procedimiento en el documento. A este trámite se le conoce como firma al
ruego.
la firma al ruego la realiza un testigo -la persona que se hará responsable del ciudadano que
no puede firmar- ante una notaría.
El documento que será firmado debe ser leído en voz alta por el notario para que la persona
manifieste estar de acuerdo o en desacuerdo. Posteriormente, el testigo firmará e imprimirá
su huella dactilar.
Articulo 70 . Si se tratare de personas invidentes, el Notario leerá de viva voz el
documento, y si fuere consentido por el declarante, anotará esta circunstancia. “Si entre los
comparecientes hubiere sordos, ellos mismos leerán el documento y expresarán su
conformidad, y si no supieren leer manifestarán al Notario su intención para que establezca
su concordancia con lo escrito y se cerciore del asentimiento de ellos tanto para obligarse
en los términos del documento como para reconocer su contenido y rogar su firma. De otra
manera el Notario no practicará la diligencia”.
A manera de ejemplo se presenta entonces, que una persona que el notario a simple
vista considere incapaz absoluto, no podría realizar desde los trámites aparentemente más
sencillos, como solicitar la corrección de errores en registros civiles de nacimiento
(Código General del Proceso. Art. 617. Núm. 9) o hasta la autenticación de documentos.
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Siguiendo la misma línea, tampoco esta persona podría celebrar un negocio de
compraventa de inmueble, por el requisito legal que se le exige de constar por escritura
pública. Dentro de este escenario, la persona percibida como incapaz, no tendría la
facultad ni siquiera, de realizar una donación de más de 50 salarios mínimos mensuales
legales vigentes. Esto por cuanto según el Decreto 1712 de 1989, los notarios deberán
autorizar las donaciones cuando éstas superen el monto descrito.
Articulo 72.