Está en la página 1de 3

¿Qué es el reconocimiento de firmas?

Es una declaración personal que se hace respecto a la veracidad de la firma expresada en un


documento o texto.

¿Quién puede hacer una reconocimiento de firmas y ante qué autoridad se hace?
Cualquier persona que haya suscrito un documento privado podrá acudir ante un notario
para que sea el quien autorice el reconocimiento que hagan de su firma y del contenido de
aquel. Para esto se citan a las partes que estén vinculadas con el documento para que los
comparecientes afirmen que el contenido del documento es cierto.
De esta forma, se procederá a extender una diligencia en el mismo documento o en hoja
adicional, en que se expresen el nombre y descripción del cargo del notario ante quien
comparecen; el nombre e identificaciones de los comparecientes; la declaración de éstos de
que las firmas son suyas y el contenido del documento es cierto, y el lugar y fecha de la
diligencia, que terminará con las firmas de los declarantes y del notario quien, además
estampará el sello de la notaría.

¿Cuál es la finalidad del reconcomiendo de firmas?


El reconocimiento practicado en dicha forma, da plena autenticidad y fecha cierta al
documento y procede respecto del otorgado para pactar expresamente obligaciones.articulo
68

Articulo 69 .
si una persona no sabe firmar puede solicitar a otra que firme por ella. En este caso, se debe
indicar de este procedimiento en el documento. A este trámite se le conoce como firma al
ruego.
la firma al ruego la realiza un testigo -la persona que se hará responsable del ciudadano que
no puede firmar- ante una notaría.
El documento que será firmado debe ser leído en voz alta por el notario para que la persona
manifieste estar de acuerdo o en desacuerdo. Posteriormente, el testigo firmará e imprimirá
su huella dactilar.
Articulo 70 . Si se tratare de personas invidentes, el Notario leerá de viva voz el
documento, y si fuere consentido por el declarante, anotará esta circunstancia. “Si entre los
comparecientes hubiere sordos, ellos mismos leerán el documento y expresarán su
conformidad, y si no supieren leer manifestarán al Notario su intención para que establezca
su concordancia con lo escrito y se cerciore del asentimiento de ellos tanto para obligarse
en los términos del documento como para reconocer su contenido y rogar su firma. De otra
manera el Notario no practicará la diligencia”.

Es decir, que la intervención de un juez de la República o de un notario para dar fe sobre la


autenticidad de la firma de los ciegos, se convierte en un mecanismo eminentemente
garantista, antes que una carga excesiva o innecesaria, que resulta proporcionada con la
finalidad protectora que se desea brindar a las personas con discapacidad.

En suma, la corte Constitucional en la Sentencia C-952 de 2000, señaló que la autenticación


de la firma de una persona con discapacidad visual ante un juez o notario, constituye un
mecanismo mediante el cual la manifestación de voluntad de los ciegos tenga plenos
efectos, evitando que alguien pueda esgrimir la carencia de visión como fuente de nulidad
de un acto jurídico, protegiéndolos de la deslealtad de terceros que pueden buscar sacar
provecho de su condición particular.
En conclusión, es válida la firma de una persona ciega puesta en un documento sin el
requisito de autenticarlo ante notario, pero autenticarlo es una garantía adicional que tiene
una persona con discapacidad visual para convalidar sus decisiones.
Articulo 71
Refiere principalmente a la importancia del cargo del notario al otorgarle una gran facultad
de decisión sobre las personas que pueden o no realizar actos jurídicos.
Así entonces se entiende que el Notario en su actividad, tiene a su cargo dar fe pública
(Decreto 2148 de 1983. Arts. 34 - 37), es decir, “que confiere autenticidad, presunción de
certeza y seguridad, a los actos que autorice o a los hechos que perciba en ejercicio de sus
funciones, a solicitud de las personas debidamente identificadas”
la capacidad jurídicade las personas con discapacidad. Para el tema entonces, adquiere
relevancia la potestad que el legislador le otorgó al notario para privar de sus servicios a las
personas, que comparecientes ante la notaría, perciba –arbitrariamente-, como incapaces
(siguiendo la definición de los artículos 1503 y 1504 del Código Civil, previamente
expuestos). Se describe la potestad en mención como arbitraria, al mencionar la
incapacidad que fuere percibida por el notario, ya que parte de la percepción subjetiva de
un notario, referente a la supuesta incapacidad de una persona, lo cual automáticamente se
convierte en una barrera para la capacidad jurídica de la misma. Asimismo, se presenta esta
misma barrera cuando “consten pruebas fehacientes” de la incapacidad de la persona, pues
se entiende que esas pruebas implican la incapacidad de la persona para ejercer actos
jurídicos.

A manera de ejemplo se presenta entonces, que una persona que el notario a simple
vista considere incapaz absoluto, no podría realizar desde los trámites aparentemente más
sencillos, como solicitar la corrección de errores en registros civiles de nacimiento
(Código General del Proceso. Art. 617. Núm. 9) o hasta la autenticación de documentos.
42
Siguiendo la misma línea, tampoco esta persona podría celebrar un negocio de
compraventa de inmueble, por el requisito legal que se le exige de constar por escritura
pública. Dentro de este escenario, la persona percibida como incapaz, no tendría la
facultad ni siquiera, de realizar una donación de más de 50 salarios mínimos mensuales
legales vigentes. Esto por cuanto según el Decreto 1712 de 1989, los notarios deberán
autorizar las donaciones cuando éstas superen el monto descrito.

Articulo 72.

También podría gustarte