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SEMINARIO TEOLÓGICO DEL SUR

REPORTE DE LECTURA

Trabajo
presentado en cumplimiento de la materia
Evangelismo y Discipulado

Nelly Quispe de Valeriano

19 de octubre de 2021
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DISCIPULADO QUE TRANSFORMA:


El modelo de Jesús
(Greg Ogden)

El estado del discipulado en muchas iglesias hoy en día es muy superficial. La

precariedad del discipulado según las características bíblicas y la realidad de los

ministerios son siete. 1) Ministros activos, pocos creyentes realizan un ministerio

comprometido en las iglesias (20%), la mayoría son receptores pasivos (80%). 2) Un

estilo de vida disciplinado, pocos creyentes toman en serio el crecimiento espiritual. 3) El

discipulado afecta a todas las áreas de la vida no sólo cuando se está en la iglesia. 4) Ir

contracorriente, muchos cristianos piensan y viven según los valores del mundo. 5) Un

organismo escogido y esencial, la iglesia es el cuerpo de Cristo, muy importante para la

comunión y el discipulado, no es algo opcional. 6) Personas con conocimiento bíblico,

muchos creyentes no conocen la Biblia y viven según la cosmovisión del mundo y la

moda. 7) Personas que hablan de su fe, pocos creyentes comparten o testifican sobre su

fe. Toda esta realidad se debe a que los creyentes no viven como cristianos porque no

saben lo que creen y por lo tanto no pueden aplicar principios bíblicos a sus vidas.

Las causas para tener una iglesia que no priorice el discipulado son las siguientes:

1. Hemos olvidado el llamamiento personal, el cual consiste en preparar a los

santos para la obra del ministerio. Los pastores y líderes deben ser los pioneros para

motivar al cuerpo de Cristo a ser discípulos maduros que promuevan el discipulado con

otros.

2. Hemos enseñado a través de programas reducidos a un grupo de personas

durante los domingos sin considerar la individualidad y el contacto personal.


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3. Hemos reducido la vida cristiana, esperando los beneficios de la fe en Jesús que

vivir una vida de obediencia como Jesús.

4. Pensamos que hay dos niveles de discipulado los que creyentes normales y los

que están dispuestos a comprometerse al servicio de Dios (pastores, misioneros).

5. No hemos llamado al discipulado porque hay temor de perder a los miembros al

compromiso.

6. Tenemos una visión inadecuada de la iglesia. La iglesia es un lugar de comunión

y una comunidad para hacer discípulos, no sólo para acumular miembros.

7. No presentamos un camino claro hacia la madurez.

8. No hemos enseñado de forma personal.

Haciendo la obra del Señor a su manera

La Biblia es un libro que también tiene instrucciones y varios modelos de cómo

hacer discípulos. El primer modelo es del señor Jesucristo, quien, primeramente

seleccionó a un grupo pequeño de doce personas por dos razones estratégicas: la

interiorización y la multiplicación. La única forma de comunicar toda su visión y misión

de forma completa era a un grupo reducido. La interiorización consistía en ver la vida y

misión del maestro y qué mejor estando cerca de él en un contexto de confianza y tratar

temas realmente importantes. La multiplicación consiste en que el plan de Jesús era

formar un equipo de personas que dieran testimonio de su vida y que continuaran su obra

después que él no estuviera aquí.

El modelo de Jesús se basa en un proceso por etapas. Se comienza con el

prediscipulado, el maestro invita, los discípulos están buscando. La primera etapa es el

ejemplo vivo, los discípulos observan con atención y absorben su mensaje y ministerio.
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La segunda etapa, Jesús se convirtió en un maestro provocador, cambia la forma de

pensar de sus discípulos. Tercera etapa, Jesús fue un formador comprensivo y alentador,

envió a los discípulos a ministrar dándoles pautas. La cuarta etapa, Jesús delega. Los

discípulos se enfrentan a la realidad sin su maestro con la ayuda del Espíritu Santo, son

responsables de hacer discípulos.

El modelo de Pablo consiste en formar seguidores de Cristo a personas

comprometidas que tengan la iniciativa de hacer discípulos. El objetivo y proceso del

discipulado de Pablo es la de la paternidad espiritual, como un padre que cría a un hijo.

Las etapas podrían ser las siguientes. Etapa infantil donde el padre da el ejemplo y

dirección y el discípulo, imita. Etapa primaria, el amor incondicional y protección y el

discípulo se identifica con su maestro así como un héroe. Etapa de la adolescencia, existe

libertad creciente y formación de identidad. El maestro exhorta y capacita. Etapa adulta,

hay una relación de mutualidad y reciprocidad, el discípulo participa al igual que su

maestro.

Siguiendo el modelo de Jesús y Pablo es importante invertir tiempo en la vida de

las personas con programas que prioricen las relaciones personales entre personas que no

tengan ningún tipo de jerarquía. Un grupo adecuado o recomendable puede limitarse a

tres personas en las que debe haber confianza y transparencia, animarse los unos a los

otros, acompañarse los unos a los otros en momentos difíciles, escuchar de forma

reflexiva, confesar los pecados y las adicciones del corazón. Tener en cuenta siempre la

verdad de la Palabra de Dios. Tener una supervisión mutua o de rendición de cuentas. Y

finalmente respetar el pacto del discipulado.


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Críticas del Libro

El libro presenta las deficiencias del discipulado en la actualidad en un contexto

americano y aunque el nuestro está alejado de la realidad de ese mundo, no hay lugar a

dudas para identificarnos con muchas de las causas que menciona el autor sobre la

precariedad del discipulado. Pues están en nuestras iglesias y congregaciones. Sin

embargo, la falta de comprensión sobre qué consiste realmente el discipulado es una de

las causas más notorias en nuestro contexto boliviano y por consiguiente está el de seguir

el modelo bíblico que pocos hemos encontrado en la Biblia.

Es interesante notar cuál fue el objetivo y la forma de cómo Jesús llevó adelante el

discipulado con doce personas. No obstante no hay que olvidar que el mismo Señor

Jesucristo transfirió su vida y misión a los doce, pero con más intimidad a tres de ellos,

Pedro, Juan y Jacobo. Este sería un buen argumento para delimitar el discipulado con un

pequeño grupo de personas y no así una multitud. El objetivo es transformar vidas sobre

la base de la confianza y la rendición de cuentas a través del estudio de la Biblia.

Otro punto que hay que resaltar es la forma en cómo uno puede empezar el

discipulado, con mucha oración y búsqueda de personas leales y con deseos de aprender.

Es importante recalcar que para ser parte de un grupo de discipulado no es necesario

tener un aval de madurez espiritual. El discipulado ayuda a madurar a través de los otros

dos que forman parte del grupo. Sin embargo, podemos encontrarnos con personas que

puedan decir que nunca se sentirían aptas para invitar a personas para llevar adelante un

discipulado eficaz, entonces, ¿cómo entender las características que debemos tener para

invitar a otras personas?

Aplicaciones prácticas
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Los líderes de la iglesia debemos comprender el significado del discipulado y

estudiar el modelo de Jesús en todos sus aspectos. Volver al llamado principal del cuerpo

de Cristo.

Realizar un análisis de las causas de la ausencia del discipulado en nuestras iglesias

y congregaciones porque literalmente, no existe un discipulado transformador en las

iglesias de hoy.

Comprender que el costo del discipulado es grande, se trata de inversión de tiempo,

un sacrificio personal; pero que también tiene sus bendiciones a largo plazo. No debemos

concentrarnos en nuestra comodidad como iglesia y como creyentes maduros en la fe.

No es fácil empezar un discipulado relacional, requiere de mucha oración y guía

del Espíritu Santo. Debemos estar dispuestos a ser los emprendedores de esta nueva

empresa conocida como discipulado que transforma y no esperar que sólo el liderazgo,

pastores o anciano, realicen ese trabajo.

Personalmente, debemos comprender que Jesús nos mandó a que hiciéramos

discípulos siguiendo su modelo como ejemplo vivo, ¿Qué significa esto? No es una

opción decir: “tal vez” o “no puedo” y “no quiero”. Es un mandamiento que debemos

cumplir para generar una multiplicación y una generación de creyentes maduros en

Cristo. No es una tarea fácil ni mucho menos sencilla, pero estamos para seguir los pasos

del maestro, nuestro ejemplo mayor.

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