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LA RADIO EN CUBA COMO EXPRESIÓN CULTURAL

Por Alfonso Cadalzo Ruiz

Este 20 de octubre es para todos nosotros, Día de la Cultura Nacional. Esta


celebración también compete – por partida doble - a la comunidad de radiofonistas de
este país quienes, además de cubanos, trabajamos en y para un medio que en cuanto
a “lo cultural” es inmanencia, fruto y difusor.

La tradición de nuestra Radio lleva estampado desde sus inicios el sello de cubanía.
En primer término, por ser consecuente a una realidad socio-cultural con la que
mantiene relación mutua; ya que la Radio no podría sobrevivir al margen de la
ubicuidad geográfica y cultural de la que surge y a la cual le sirve.

El modo de hablar de nuestra gente de radio, sus voces, giros, expresiones y


temperamento se corresponden con la esencia y la idiosincrasia populares, lo cual del
mismo modo se refleja en el estilo, el ritmo y los contenidos de los productos radiales.
Por ello, casi sin proponérselo, las radioemisoras se distinguen como expresiones de
una cultura determinada.

Son numerosos los ejemplos que, como expresión cultural, exhibe orgullosa la Radio
Cubana; entre ellos su primera gran novela de amor “El derecho de nacer” que, dada
su probada cubanía fue catapultada hacia la universalidad en toda América Latina
para, además de ser versionada por muchas radioemisoras, llegó al Cine y la
Televisión. Otras muestras indudables las hallamos en las radionovelas de aventuras,
entre las que sobresalieron los episodios de “Los tres Villalobos” y “Leonardo
Moncada”, mientras, en el género humorístico, espacios como “La Tremenda Corte”;
“Tota y Pepe”, de la radiorrevista nocturna “Fiesta a las Nueve”, y el genial espacio
humorístico de “Alegrías de Sobremesa” de Radio Progreso.
Una somera ojeada a la actual programación de la Radio Cubana, es suficiente para
percatarnos de cómo nuestro más masivo medio de difusión continúa siendo, más que
un reflejo, expresión de la cultura misma. Espacios de música campesina, sones,
danzones y especializados de música popular, tanto patrimoniales como de
actualidad, formulan una dinámica continua de nuestro ámbito cultural.

En nuestro hoy urge pensar la Radio desde su inmanencia cultural y reajustar su


rumbo, partiendo de que cada época entraña sus propios desafíos, y la actual no sería
una excepción. Para lograrlo es preciso profundizar de manera sabia los vínculos con
todos los sectores a cuyo servicio está; conocer y reconocer las prioridades y el sentir
actuales de los radioyentes y, desde esa perspectiva, enfocarnos hacia metas que
coadyuven a formar un público que sea cada vez más conocedor, exigente y
comprometido.

La Radio como reflejo y fuente cultural requiere seguir siendo de su tiempo; con la
ineludible presencia de su cultura raíz, mientras que desde esa mismidad se proyecte
con la fuerza de lo nuevo y transformador. Esto involucra a toda la herencia que nos
identifica y es un tema a meditar entre todos, en estas jornadas en que celebramos
otro aniversario del nacimiento de la Cultura Cubana.

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