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CARACTERÍSTICAS DE LOS BIOMATERIALES DE PRIMERA GENERACIÓN

MARIANA CASTAÑO CUACIALPUD

RESUMEN

Los biomateriales de primera generación son biomateriales en contacto con sistemas biológicos que se enfocan en
sustituir una parte de este, con una determinada combinación de propiedades, generando el menor impacto posible en el
sistema. Este trabajo tiene como objetivo conocer el contexto histórico de estos biomateriales, presentar algunos de sus
exponentes, establecer las características y requisitos para poder ser utilizados, e identificar algunas de sus aplicaciones,
ventajas y desventajas. Para esto, se hizo una revisión bibliográfica y se llegó a la conclusión de que fueron un pilar
importante para el estudio de biomateriales, aunque cuentan con algunas limitaciones.

INTRODUCCIÓN

Los biomateriales de primera generación se desarrollaron entre los años 1950 y 1970 con la popularización de las
prótesis e implantes que mejorarían la calidad de vida de las personas. En esta época los materiales utilizados para
realizar las intervenciones se aplicaban en la industria mecánica, aeroespacial, automotriz y química, pero su aplicación
pasó al campo de la medicina en implantes ortopédicos o dentales, dándole una nueva visión a la aplicación de estos,
enfocándose en el mejoramiento de sus propiedades con fines médicos. Para abarcar este tema, primero se dará un
breve recorrido histórico, en donde se encontrarán dos importantes exponentes que fueron pioneros en el estudio de los
biomateriales. Luego se conocerán los requisitos y objetivos de los materiales de esta generación. Posteriormente se
describirán los materiales más utilizados, sus propiedades y características. Finalmente se darán a conocer las
principales ventajas y desventajas de esta primera generación de biomateriales.

DESARROLLO DEL TEMA

Entre los años 1950 y 1970 se desarrolló la posibilidad de introducir materiales en el cuerpo. Años después estos se
dieron a conocer como biomateriales de primera generación, y su principal requisito era que debían ser biocompatibles
(aunque habían materiales que cumplían más esta condición que otros), y ser bioinertes. Esto quiere decir que la
respuesta del tejido o del organismo biológico debía ser mínima ante la implantación del material (Navarro, 2005). Para
esto, la interfaz entre los tejidos y los materiales bioinertes era una cápsula fibrosa acelular delgada con una adhesión
mínima, si la hay, entre el implante y el tejido huésped (L. Henh & Thompson, 2010).

El objetivo de los primeros biomateriales era lograr una apropiada combinación de las propiedades físicas para igualar el
tejido reemplazado, reduciendo al mínimo el nivel de toxicidad y la respuesta biológica del cuerpo huésped (L. Henh &
Thompson, 2010).

El profesor Bonfield fue uno de los pioneros en estudiar y reconocer la importancia de entender las propiedades
mecánicas de los tejidos, especialmente el hueso, con el propósito de conseguir prótesis esqueléticas viables. Su
investigación fue pionera para entender la interacción entre biomateriales y los tejidos (L. Henh & Thompson, 2010).

Por su parte, Sir John Charnley se enfocó en la artroplastia de cadera, después de haber dedicado su estudio a la
artrodesis. Su visión estaba enfocada en la restauración de los movimientos de la cadera, y en 1959 propuso la
artroplastia de cadera como la solución a los dolores de cadera, aunque su estudio era complejo . Diseñó una copa de
teflón fijada en press fit y un vástago femoral de Moore cementado (Camacho Galindo & Fernández Vásquez , 2006). En
1960 utilizó cemento óseo acrílico como elemento de unión entre el implante y el hueso, pero los resultados fueron
devastadores, ya que hubo mucho desgaste por parte del teflón, y el cemento liberaba partículas de desgaste, que en
ocasiones requería retirar la pieza.

En 1960 también hubo una aplicación exitosa en el reemplazo total de cadera. El vástago femoral consistía de acero
inoxidable austenítico, pero presentó problemas de corrosión y desgaste. Por esta razón la prótesis se instalaba
temporalmente (Zavaglia & Prado Silva, 2016).
Luego, en 1962 Charnley hizo un reemplazo de cadera con polietileno de alta densidad, siendo esto una evolución en el
campo de la medicina (Camacho Galindo & Fernández Vásquez , 2006) (5)

Para 1980 en el mundo se implantaron más de 3 millones de prótesis, usando más de 40 materiales diferentes. Una
característica común entre esos materiales consistía en que eran materiales de fase única (L. Henh & Thompson, 2010).

Para esta década el grupo de investigación del profesor Bonfield empezó a explorar el concepto de materiales
biocompuestos, con el fin de igualar o mejorar las propiedades mecánicas del hueso huésped. La visión a futuro consistía
en minimizar y hasta eliminar el blindaje de tensión y la reabsorción ósea en la interfase prótesis-hueso debido al
desajuste el módulo elástico (L. Henh & Thompson, 2010). Los biocompuestos que fueron desarrollados por este grupo
de investigación dieron inicio a la segunda generación de biomateriales, que se abordará en otro momento.

En la primera generación de biomateriales se utilizaron materiales que primero tenían como área de aplicación la
industria mecánica, aeroespacial, automotriz y química (Zavaglia & Prado Silva, 2016). La mayoría de estos materiales
eran adaptaciones comerciales ya existentes con niveles de pureza más altos para eliminar la liberación de subproductos
tóxicos y evitar la corrosión (L. Henh & Thompson, 2010).

Para abarcar el tema de los materiales más utilizados, sus propiedades y aplicaciones, se considerará la estructura
interna o la composición de los materiales de ingeniería, viendo así tres tipos de biomateriales: metales, cerámicos y
polímeros.

En los biometales se encuentra el acero inoxidable, que se utiliza en dispositivos temporales traumatológicos como
placas de fractura, tornillos y clavos de cadera por su costo relativamente bajo, disponibilidad y fácil procesamiento. Su
uso en prótesis ortopédicas está restringido, porque puede presentar corrosión o desgaste (Andreea Piciorang, 2019).
Pero se han desarrollado aleaciones biomédicas que utilizan Niobio, Zirconio y Tantalio para retirar elementos de Vanadio
y Aluminio (Zavaglia & Prado Silva, 2016).

Otras aleaciones metálicas como las aleaciones a base de Ti y Co-Cr exhiben propiedades mecánicas y de corrosión
superiores, se aplican sobre todo en las articulaciones del cuerpo (Zavaglia & Prado Silva, 2016) . Por otro lado, las
aleaciones con Níquel tienen una resistencia al desgaste muy baja, por lo que se introdujo la aleación Co-Cr-Mo en
prótesis de cadera, así se obtiene una excelente resistencia a la corrosión y una buena resistencia al desgaste (Andreea
Piciorang, 2019).

También se tiene el Acero Inoxidable Austenítico con una buena resistencia mecánica y buena resistencia a la corrosión.
Ha sido mejorado con procesos de fusión y refinado al vacío, para reducir la presencia de inclusiones no metálicas. Se
ha desarrollado sin aleaciones de níquel, con la introducción de nitrógeno y manganeso (Zavaglia & Prado Silva, 2016).

Las aleaciones Ti6Al4V, y Co-Cr-Mo presentan excelente resistencia a la corrosión, a la fatiga y al desgaste (Zavaglia &
Prado Silva, 2016). En el caso de la aleación Ti6Al4V se evidencia un bajo módulo de elasticidad y se aplica en implantes
dentales y ortopédicos, mientras que la aleación Co-Cr-Mo tiene un alto módulo de elasticidad, parecido al del acero
inoxidable (Andreea Piciorang, 2019)

Por su parte, los biocerámicos inicialmente eran aplicados en copas acetabulares. Los materiales que más se utilizaban
eran la Alúmina para la cabeza de la articulación de la cadera, y la Zirconia para implantes de cadera (Andreea Piciorang,
2019). Estos dos materiales presentan alta estabilidad química, alta resistencia mecánica (resistencia a la compresión) y
excelente resistencia al desgaste (Duffo, 2011). Sin embargo, tienen importantes desventajas como bajo coeficiente de
fricción y desgaste, alta fragilidad y baja tenacidad a la fractura (Zavaglia & Prado Silva, 2016)

Las cerámicas de fosfato de calcio como la hidroxiapatita y el fosfato beta-tricálcico son usadas para llenar los huecos en
las fracturas, o para darle un aumento al hueso, y han sido propuestos como potenciales matrices para cargas
medicamentos anti osteoporóticos (Andreea Piciorang, 2019).
Otros biocerámicos de primera generación son Nitruro de Silicio (con una alta estabilidad química, resistencia mecánica,
a la compresión y al desgaste (Duffo, 2011)), y diversas formas de Carbono como la isotrópica de baja temperatura, el
Carbono pirolítico, Carbono vidriosos y Fibras de Carbono (Andreea Piciorang, 2019). Estos tienen diversas aplicaciones
como recubrimientos de válvulas cardiacas, o son utilizados para hacer parte de implantes ortopédicos (Andreea
Piciorang, 2019).

En los biopolímeros se encuentran diversas aplicaciones como en las articulaciones ortopédicas o como revestimiento
de las copas acetabulares en las artroplastias totales de cadera conformadas en su parte de polietileno de ultra alto peso
molecular (UHMWPE). Este es el más exitoso de los biopolímeros inertes por su excelente resistencia mecánica, alta
resistencia a la abrasión, baja fricción, alta resistencia al impacto, excelente tenacidad, baja densidad, facilidad de
fabricación, biocompatibilidad y bio estabilidad (Andreea Piciorang, 2019).

El ácido poliláctico (PLA) es utilizado para vendajes por sus amplias técnicas de procesamiento, durabilidad mecánica,
elasticidad, excelente resistencia a la corrosión y al desgaste, estabilidad, no toxicidad y biocompatibilidad in vivo
(Andreea Piciorang, 2019).

También se destacan biopolímeros como el Poliuretano, Polipropileno, Poliamidas (nylon), acrílicos (PMMA),
Fluorocarbonados (PTFE), gomas (Silicona), y termoplásticos de gran resistencia y biodegradables, cuyas propiedades
dependen del tipo de aplicación que se les dé, intentando siempre obtener el mejor rendimiento (Andreea Piciorang,
2019).

Los materiales utilizados en esta primera generación fueron una base de estudio para el campo de los biomateriales, y su
desarrollo guió el camino para las otras generaciones. Este primer acercamiento a los biomateriales tuvo como principal
ventaja la mejora y extensión de la calidad de vida de millones de personas al introducir las prótesis como una solución
para la recuperación de alguna parte del cuerpo.

Sin embargo, la primera generación de biomateriales tiene limitaciones, y es que al no interactuar con el sistema
biológico, el material empleado nunca podrá funcionar de la misma manera que lo hacen los tejidos vivos. Se genera un
compromiso ya que se limita la vida útil de las partes del cuerpo artificiales. En algún momento podrá presentar desgaste,
corrosión, o producción de residuos, y si es necesario realizar un reemplazo de la prótesis o el implante, esto dependerá
de la condición que el cuerpo presente en ese momento (L. Henh & Thompson, 2010). En un caso personal, a algunos
conocidos no les han podido realizar cirugías ortopédicas debido a su avanzada edad, y a los riesgos que implican
realizar este tipo de procedimientos con consecuencias que podrían llegar a ser mortales.

CONCLUSIONES

● Los biomateriales de primera generación tienen como requisito primordial ser bioinertes.
● El profesor Bonfield y Sir John Charnley fueron pioneros importantes para el estudio del campo de los
biomateriales .
● Los biomateriales más usados en la primera generación fueron metales, cerámicos y polímeros. Los
biocompuestos abren la puerta a lo que se llama biomateriales de segunda generación.
● La aplicación de los biomateriales de primera generación se centra en prótesis ortopédicas y dentales que pueden
ser temporales.
● Aunque los biomateriales de primera generación mejoraron la calidad de vida de millones de personas, implican
un gran compromiso con la vida de los pacientes por las limitaciones que algunos de sus materiales pueden
presentar, y porque no podrán reemplazar en un cien por ciento el sistema biológico.
BIBLIOGRAFÍA

Andreea Piciorang, E. (Junio de 2019). Nuevas estrategias basadas en biomateriales para el tratamiento de la
osteoporosis y la pseudoartrosis.

Camacho Galindo, J., & Fernández Vásquez , J. M. (2006). Sir John Charnley (1911-1982). Acta ortopédica
Mexicana , 37-39.

Duffo, G. (2011). Biomateriales. Ciudad autónoma de Buenos Aires: Inet .

L. Henh, L., & Thompson, I. (2010). Twenty-first century challenges for. Interface focus , 1-13.

Navarro Toro, M. E. (Abril de 2005). Desarrollo y Caracterización de Materiales Biodegradables para Regeneración
Ósea. Catalunya .

Zavaglia, C., & Prado Silva, M. (2016). Biomaterials. Elsevier , 1-5.

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