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INSTITUTO UN PASO A LA METAFISICA DIRECTORA Y FUNDADORA: MARCIA GIORDANI GUADALAJARA JALISCO

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¿QUÉ ES EL ZEN?

¿Qué es el Zen? “Zen” es la pronunciación japonesa de la palabra china ch'an,


y ch'an, por su parte, es la abreviatura de la frase original “ch'an na”,
corrupción fonética de la palabra sánscrita dhyana, o de la palabra pali jhana.
En otras palabras, ¡Zen es la deformación fonética de otra deformación! Sin
embargo, esto es menos importante que el hecho de que el Zen representa
una enseñanza que bien puede considerarse como el pináculo de todo el
pensamiento budista, una enseñanza que es notablemente directa, profunda
y práctica, una enseñanza capaz de brindar al individuo la liberación completa
y la perfecta iluminación. Pero resulta difícil hacer una exposición clara del
mismo. El Zen es, como dicen las expresiones chinas, algo “redondo y rodante,
resbaladizo y terso”… algo inasible e indescriptible, que no puede explicarse ni
interpretarse. Sin embargo, vale la pena el tratar de vencer esta dificultad con
el fin de presentar un cuadro más claro del Zen.

ESTILO ZEN Y ARTE ZEN El Zen es una escuela de budismo Mahayana, originada
y elaborada en la China. Su filosofía y sus prácticas no son esencialmente
distintas de las otras escuelas Mahayana. El Zen no contiene enseñanzas
singulares o exclusivas que no estén incluidas en la totalidad del budismo
Mahayana. La diferencia radica únicamente en el estilo no convencional y las
formas desusadas de expresión que han adoptado los budistas Zen. Este
“estilo” o “tradición” Zen, formado en el último período de la historia del
movimiento Zen, es tan llamativo y tan desusado que ha convertido al Zen en
una forma notable y extraordinaria de la enseñanza budista, sin paralelos en
cualquier otro campo de la filosofía o la religión. ¿Qué es, pues, este “estilo
Zen”? Dicho brevemente, el estilo Zen consiste en el lenguaje enigmático, las
actitudes desconcertantes y los métodos sorprendentes que emplean los
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budistas Zen en sus enseñanzas y en sus prácticas. Por ejemplo, un monje


preguntó: “¿Qué sentido tiene que el Bodhidharma venga del oeste?” (Es
decir: “¿Qué es la verdad?”) El maestro contesto: “El ciprés que esta en el
patio”. La misma pregunta formulada a otro maestro, fue contestada de esta
manera: “Los dientes de la tabla tienen pelos”. Estas contestaciones pueden
ser interpretadas como alusiones a la omnipotencia de la Realidad, pues la
verdad esta en todas partes y todo lo penetra: el ciprés o el ventarrón, el perro
que aúlla y hasta la tabla con pelos están vibrantemente vivientes en el “aquí
y ahora” presentes. La razón de que el Bodhidharma haya venido del oeste es
la necesidad de averiguar esta verdad universal. Asimismo, es posible
interpretar la respuesta: “Los dientes de la tabla tienen pelos” como una
intención, de parte del maestro, de apartar al discípulo de la rutina de su
pensamiento habitual, trabado, y llevarlo directamente al “estado de mas allá”
por medio de una respuesta aparentemente ilógica y fuera de lugar. Es posible
ir más lejos y decir que el maestro Zen no tenía la intención de contestar a la
pregunta: no hacia más que declarar en forma simple y directa lo que veía y
sentía en el momento en que se le formulo la pregunta. En este “sencillo
sentimiento terreno”, en su estado primordial, genuino y natural, radica todo
el secreto del Zen. Simple, pero maravilloso, este sentimiento es el
fundamento mas precioso del Zen, algo que a veces ha sido descrito como el
tang hsia i nien, o pensamiento instantáneo. Por ser instantáneo, ninguna
artificialidad, conceptuación o idea dualística puede surgir de él. En ese
pensamiento no hay lugar para tal cosa. Es tan sólo mediante la comprensión
de esta “inteligencia instantánea” que el ser humano puede liberarse de todo
yugo y sufrimiento. Al no apartarse en ningún instante de esta
“instantaneidad” eterna, el maestro Zen ve a todas las cosas como el gran Tao
desde el ciprés hasta el montón de estiércol. Es por eso que el maestro no
Chang Chen-Chi LA PRÁCTICA DEL ZEN 6 realizó ningún esfuerzo por dar una
respuesta adecuada; se limitó a exponer sencillamente lo que veía y sentía en
ese momento. Dejando de lado lo que estos maestros Zen han querido dar a
entender con sus respuestas, o como uno pueda interpretarlas, queda el
hecho indiscutible de que las respuestas dadas en muchos koans tienen un
carácter desusado. Por lo tanto la primera lección consiste en acostumbrarse
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a esta manera Zen, o “estilo de expresión” inédito. De otra manera, el Zen sólo
logrará mistificar y confundir nuestra “inocente curiosidad”, todo ello sin
resultado. Es menester recordar que, por misterioso o disparatado que
parezca ser un koan 1 , hay siempre detrás de él algo profundo: la extraña
observación siempre quiere decir algo. Para descifrar estos enigmas sin
embargo, se requiere no sólo un dominio completo del lenguaje y las
tradiciones Zen (tarea adecuada para el profesional, únicamente) sino también
cierta experiencia personal del Zen mismo. En el caso de que no tenga ni una
cosa ni otra, el Zen resulta, en verdad, difícil de captar. De todos modos, y esto
va para todos, la primera tarea consiste en familiarizarse con los estilos y las
tradiciones Zen. La segunda lección importante es la que consiste en aprender
las dificultades y los obstáculos que pueden surgir en los estudios del Zen. Pues
el Zen no es un tema que pueda aprenderse mediante esfuerzos superficiales.
Presenta una dificultad formidable: en realidad, es el aspecto más difícil del
budismo. Sería una tontería albergar la esperanza de que podemos entender
al Zen sólo por leer uno o dos libros, o por sentarnos unas pocas horas a
meditar. Por lo menos, se requiere algunos años de arduo trabajo para lograr
al fin propuesto. De todas maneras, conviene y es prudente que los
estudiantes Zen, los serios y frívolos, conozcan las dificultades que se
presentan ante ellos en el comienzo mismo de sus estudios. La primera
dificultad está dada por la aparente inasibilidad y el carácter indefinido del
Zen. Al parecer, no existe un sistema organizado que deba seguirse; ninguna
filosofía definida que deba aprenderse. Las contradicciones y las
inconsistencias abundan. Aunque esto pueda explicarse mediante la lógica
ilógica del Zen, el “resbaladizo indefinido”, tantas veces encontrado sigue
confundiendo y desconcertando. Por ejemplo, la pregunta planteada en el más
común de los koans -el ya mencionado: “¿Qué sentido tiene la llegada del
Bodhidharma desde el oeste?”- tiene más de doscientas respuestas diferentes.
He aquí algunas de ellas: Un monje le preguntó a Hsiang Lin: “¿Qué sentido
tiene la llegada del Bodhidharma desde el oeste?”. Hsiang Lin contestó: “Si
estamos sentados demasiado tiempo, nos cansamos”. A la misma pregunta,
Chiu Feng contestó: “Una pulgada de un pelo de tortuga pesa nueve libras”.
Por otra parte, la respuesta de Tung Shan a Lung Ya fue: “Te lo diré cuando el
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arroyo de la montaña fluya hacia arriba”. Hay tres razones para esta
inasibilidad o indefinibilidad del Zen: 1. La última Verdad-Prajna que el Zen
trata de indicar es, en sí misma, inasible o indefinible por naturaleza. 2. Zen es
una enseñanza muy práctica, y su objetivo principal consiste en llevar a los
individuos a la Iluminación 2 por el camino más rápido y más directo; y como
cada discípulo difiere por su capacidad, disposición y grado de adelanto, un
maestro Zen debe impartir sus instrucciones en formas diversas y 1 Koan es la
pronunciación japonesa de la palabra china kung-en. El vocablo tiene varios
significados. En el caso, significa “cuento” o “acontecimiento”. En general, la
palabra es usada, en este primer capítulo, en este sentido. En el capitulo II, “La
práctica del Zen”, se utiliza en el sentido específico de Hua Tou (ejercicio). 2
Iluminación. Esta palabra se usa en este libro para indicar únicamente la
experiencia trascendental que consiste en comprender la Realidad universo.
Indica una experiencia espiritual, mística e intuitiva, y no debe interpretarse
nunca como un término que alude a una captación intelectual, como suele
utilizarse en relación con “la Edad de la Razón”. Chang Chen-Chi LA PRÁCTICA
DEL ZEN 7 desde diversos niveles, con el fin de que el Zen sea práctico y
efectivo. Este factor es el responsable de la gran variedad de expresiones que
contribuyen a complicar más el problema, y a volver al Zen más difícil de
entender. 3. Después del período del Sexto Patriarca, Hui Neng (638-713), el
Zen, gradualmente, se convirtió en un arte -un arte único que consistía en
trasmitir la Verdad-Prajna- y que se negaba, como todo gran arte, a seguir
ninguna forma establecida, ninguna fórmula o sistema de expresión. Esta
actitud excepcionalmente liberal dio nacimiento a esas expresiones
“excéntricas” y radicales del Zen, que también han contribuido
considerablemente a la complejidad e incomprensibilidad del tema. Algunas
breves explicaciones de estos tres puntos pueden ser útiles aquí. Primer punto:
¿por qué la última Verdad-Prajna que el Zen quiere indicar es tan indefinible y
tan inasible? “Definir” significa poner límites a, o declarar el sentido exacto de
una cosa determinada. “Asir”, en el sentido empleado aquí, significa
comprender el sentido de una cosa, y retenerlo. Como el mismo acto de definir
consiste en encerrar a algo dentro de un cierto límite, no puede
necesariamente no ser finito, angosto y restrictivo en su naturaleza; asimismo,
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como “comprender” significa asir algo mentalmente, pero no todo, ha de ser


igualmente limitativo y exclusivo por naturaleza. Pero la última Verdad-Prajna
que el Zen quiere indicar no puede ser en ningún modo algo angosto, finito o
exclusivo: debe ser algo vasto, universal e infinito, algo que todo lo incluye y
todo lo alcanza, algo más allá de la definición y la designación. ¿Cómo, pues,
puede la verdad del Zen no ser indefinible e inasible? La misma palabra
“definir” sugiere un dedo que señala a un objeto determinado, y la palabra
“asir” una mano que retiene algo y no lo suelta. Estas dos imágenes expresan
gráficamente el carácter estrecho, apretado y adhesivo de la mente humana.
Dada esta deplorable limitación y este aferramiento, profundamente ahincado
en la forma humana de pensar, no es sorprendente que la libre y omni-
incluyente Verdad-Prajna se convierta en una sombra evasiva que siempre
está

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