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Cuando sufren violencia o problemas económicos

8, 9. ¿Qué buen consuelo podemos dar a los afectados por la violencia?

La vida de millones de seres humanos se ve gravemente afectada por la violencia, sea


debido a la delincuencia o a las guerras. ¿Cómo podemos consolarlos?


Ante los conflictos de este mundo, el cristiano verdadero evita con mucho cuidado apoyar

con sus palabras o acciones a alguna facción (Juan 17:16). Antes bien, dando buen uso a
la Biblia, prueba que las dificultades actuales no proseguirán indefinidamente. A veces
muestra con Salmo 11:5 lo que opina Jehová de quienes aman la violencia, y con Salmo
37:1-4, la exhortación que Dios nos hace de no pagar con la misma moneda, sino confiar
en él. Así mismo, Salmo 72:12-14 revela cómo considera el Salomón Mayor —Jesucristo,
quien ya reina en los cielos— a las víctimas inocentes de la violencia.

10. ¿Qué consuelo brindan los textos citados a quienes han vivido por años en medio de guerras?

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A consecuencia de las luchas por el poder de los bandos de este mundo, hay quienes
han soportado un conflicto bélico tras otro, por lo que dan por sentado que la guerra y sus
secuelas son parte de la vida. Creen que la única esperanza de mejorar su situación es
huir a otro país. Sin embargo, la mayoría no lo logra, y no pocos mueren en el intento; y
los que sí lo consiguen suelen ver que no han hecho más que cambiar unos problemas
por otros. Para ayudarles a cifrar su esperanza en algo más fiable que la
emigración, podemos usar Salmo 146:3-6. Además, la profecía de Mateo
24:3, 7, 14 ó 2 Timoteo 3:1-5 les permitirá formarse un cuadro global y entender qué
significan las condiciones que soportan, a saber, que vivimos en la conclusión de este
viejo sistema. Y si les leemos pasajes como Salmo 46:1-3, 8, 9 e Isaías 2:2-4, quizás
acepten que hay esperanzas bien fundadas de que reine la paz en el futuro.

11. ¿Qué pasajes confortaron a una mujer de África occidental y por qué?

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Al persistir la guerra en África occidental, una mujer huyó de su hogar en medio de los
tiroteos. Su vida se vio marcada por temores, penas y amargas decepciones. Cuando la
familia ya residía en otro país, el esposo quemó el certificado de matrimonio, la echó junto
con su hijo de 10 años —a pesar de estar embarazada— y se hizo sacerdote. Al escuchar
la lectura de Filipenses 4:6, 7 y Salmo 55:22, y recibir artículos bíblicos
de La Atalaya y ¡Despertad!, aquella señora halló al fin consuelo y propósito en la vida.

12. a) ¿Qué alivio ofrecen las Escrituras a quienes sufren graves apuros económicos? b) ¿Cómo ayudó
una Testigo asiática a una clienta?
La ruina económica también afecta a millones de seres. Algunas veces, su origen está
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en la guerra y sus secuelas, y otras, en políticas imprudentes que, unidas a la codicia y


deshonestidad de algunos gobernantes, provocan la pérdida de ahorros y posesiones.
Hay, por último, quienes nunca han tenido muchos bienes materiales. En todos los casos,
les consolará saber que Dios promete socorrer a quienes confían en él y que garantiza un
nuevo mundo en el que disfrutaremos con la labor de nuestras manos (Salmo
146:6, 7; Isaías 65:17, 21-23; 2 Pedro 3:13). Por ejemplo, en una nación asiática, una
Testigo oyó a cierta clienta manifestar su profunda inquietud por la situación económica
de la zona, de modo que le explicó que aquello era parte de un conjunto de sucesos que
tenían lugar en el mundo entero. Luego habló con ella de Mateo 24:3-14 y Salmo 37:9-11,
y logró establecer un estudio bíblico regular.

13. a) ¿Cómo ayudaríamos con la Biblia a quienes han sufrido muchos desengaños ocasionados por
promesas vacías? b) ¿Cómo razonaríamos con quienes creen que las condiciones en que viven
prueban que Dios no existe?

Cuando las personas llevan años soportando dificultades, así como muchos desengaños
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ocasionados por promesas vacías, pudieran parecerse a los israelitas que moraban en
Egipto, quienes no escuchaban “por [...] desánimo” (Éxodo 6:9). En tales casos conviene
destacar cómo les ayudará la Biblia a superar sus problemas y a huir de las trampas
evitables en las que caen tantas víctimas (1 Timoteo 4:8b). Algunos creen que las
condiciones en que viven prueban que Dios no existe o no se preocupa por ellos. Usando
textos adecuados, podríamos tratar de hacerles comprender que él brinda auxilio, pero
muchos no lo aceptan (Isaías 48:17, 18).

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