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La Sexualidad

La sexualidad es el conjunto de condiciones que caracterizan el sexo de cada


persona o animal. Desde el punto de vista histórico cultural, es el conjunto de
fenómenos emocionales, de conducta y de prácticas asociadas a la búsqueda
de emoción sexual, que marcan de manera decisiva al ser humano en todas y
cada una de las fases determinantes de su desarrollo.
El Género
El género en ciencias sociales alude al conjunto de características
diferenciadas que la sociedad asigna a los individuos según su sexo.2
Entonces, al hablar de género se está remitiendo a una categoría relacional3 y
no a una simple clasificación de los sujetos en grupos identitarios; según
la Organización Mundial de la Salud, se refiere a «los roles socialmente
construidos, comportamientos, actividades y atributos que una sociedad
considera como apropiados para hombres y mujeres»,4 orientado a visibilizar
aquellas diferencias y desigualdades sociales entre hombres y mujeres que
provienen del aprendizaje, así como los estereotipos, los prejuicios y la
influencia de las relaciones de poder en la construcción de los géneros.
La intersexualidad es la presencia en un mismo individuo de características
sexuales de macho y de hembra en proporción variable. 12 En el ser humano se
manifiesta de formas diversas, no siempre obvias. Una persona intersexual
puede poseer vulva y vagina, y carecer de útero y ovarios; puede exhibir un
órgano eréctil de tamaño y forma intermedios entre un clítoris y un pene poco
desarrollado; o poseer ambas clases de gónadas, masculina y femenina.
Aunque tradicionalmente se empleaba el término hermafroditismo, su
uso no es correcto, ya que alude a la presencia simultánea de ambos sexos
y su funcionalidad en el mismo individuo, el hermafroditismo es una
característica normal en algunas especies de animales y plantas, mientras
que en el ser humano —y en la mayoría de vertebrados— la
intersexualidad es una anomalía. 2
La intersexualidad se caracteriza por una ambigüedad genital,
clasificable dentro de una escala de severidad y se puede empezar a
manifestar en cualquier momento desde el nacimiento hasta la adultez.
Discriminación: Existen seis ámbitos donde una persona puede sufrir:
familiar, escolar laboral, de la salud, legal y político.12 Del ámbito familiar, es
común que haya un rechazo de los padres y una represión de algunas
conductas; si son menores, pueden ser expulsados de sus casas. 13 En el
ambiente escolar, los jóvenes LGBT tienen mayores probabilidades de ser
víctimas de acoso escolar. 14 En el ambiente laboral, son víctimas de rechazo,
de burlas e incluso de un aumento o disminución de la carga laboral. En el
ambiente de la salud, muchos médicos no tienen la información necesaria para
tratar a personas LGBT, en especial ginecólogos y urólogos, que desconocen
ciertas enfermedades  recurrentes en personas LGBT , o incluso buscan una
razón física de su orientación sexual. En el ambiente legal, al no ser
reconocido el matrimonio igualitario, las parejas del mismo género no tienen
los mismos beneficios que las parejas heterosexuales, como son el seguro
médico,  créditos patrimoniales, custodia de hijos, etc. Por último, en el
ámbito político es difícil tener una carrera en esta área por el rechazo de
población, que adicionalmente crea una falta de personas LGBT en la
discusión de cambio de leyes que les otorguen derechos humanos y una falta
de perspectiva. 
Suicidio: Las personas LGBT tienen mayores riesgos a cometer o
intentar suicidio debido al estigma, discriminación, acoso o rechazo familiar
que experimentan. 19 Los jóvenes LGBT tienen el doble de riesgo de planear,
intentar o cometer suicidio. Hay una gran cantidad de falta de estudios
relacionados a cuantas personas de las que cometen suicidio lo hacen por
razones internas de falta de aceptación propia.
La falta de aceptación de su propia orientación sexual, así como el rechazo
social, derivan en que la población lésbico, gay, bisexual y transexual (LGBT)
sea más propensa a problemas como depresión, ansiedad, aislamiento,
violencia y pensamientos suicidas, así como desórdenes alimentarios.

"Uno de los principales problemas es el aislamiento. Al no poder vivir su


sexualidad, la personas de la comunidad LGBT sufren abandono y eso
lleva a una ansiedad extrema y depresión que deriva en otros problemas de
salud", expresa a Efe la psicóloga Diana Cover, directora general de la
organización Te queremos escuchar.
"Ser gay y vivir en una sociedad que no acepta la diversidad aumenta la
vulnerabilidad a padecer enfermedades cardiacas, ansiedad, depresión,
violencia y pensamientos suicidas, así como abuso de sustancias y desórdenes
alimenticios", explica la psicóloga Dalia Torres.

¿Qué es la intersexualidad?
El término “intersexualidad” hace referencia a una serie de variaciones en los
órganos y las características sexuales, tanto a nivel anatómico como genético,
que hacen que la persona tenga características femeninas y masculinas
simultáneamente. Estas variaciones pueden afectar a los cromosomas, a las
hormonas, a los genitales y/o a los rasgos sexuales secundarios, como la
distribución de musculatura y de grasa. 

El resultado de las variaciones que producen la intersexualidad es la ambigüedad


de la anatomía sexual o bien la discrepancia entre el genotipo y el fenotipo. De
forma resumida, podemos decir que las personas intersexuales son quienes nacen
sin todos los rasgos físicos típicamente femeninos ni masculinos. Además, dado
que esto no tiene por qué manifestarse de forma externa sino que también puede
darse sólo en los genes, no todas las personas intersexuales saben que lo son.

Desde las ciencias biológicas se concibe actualmente la intersexualidad como un


conjunto de trastornos o bien de variaciones en el desarrollo sexual. Cada
vez se generaliza más la segunda concepción, menos estigmatizante para las
personas intersexuales.

Aunque en muchos casos se ha medicalizado, lo cierto es que la intersexualidad


no suele ser un peligro para la supervivencia, si bien en algunos casos sí conlleva
riesgo de dolor e infertilidad y puede provocar malestar con respecto a la
identidad sexual.
¿Sinónimo de "hermafrodita"? 
Anteriormente se conocía a las personas intersexuales como
“hermafroditas” pero hoy en día este término se considera despectivo: el
hermafroditismo consiste en la presencia simultánea de órganos reproductivos
masculinos y femeninos que se produce en algunas especies de animales y
plantas.

En la Europa de la antigüedad y del Medievo se consideraba hermafroditas a


las personas que tenían características sexuales ambiguas. La ley de estas
sociedades afirmaba que debían ser consideradas hombres o mujeres en función
de los rasgos externos predominantes. En gran medida, esta concepción se ha
mantenido hasta la actualidad.

Durante el siglo XX el término “intersexualidad”, acuñado por el genetista


Richard Golschmidt en 1917, sustituyó a “hermafroditismo” en este tipo de
casos. Los avances médicos durante el pasado siglo permitieron que se
popularizaran las intervenciones quirúrgicas y hormonales para alterar la
anatomía de las personas intersexuales de modo que sus cuerpos fueran más
parecidos al prototipo de varón o de mujer.

No obstante, la dudosa eficacia y los riesgos de estos tratamientos, que se suelen


practicar de forma no consentida en menores, han contribuido a la aparición de
movimientos que defienden los derechos de las personas intersexuales.

Es importante manifestar los problemas de rechazo, violencia médica y


discriminación que enfrentan las personas intersex, por el desconocimiento de
la sociedad sobre la intersexualidad, condición biológica en la que una persona
nace con variaciones de las características sexuales, muchas veces confundida
con una orientación sexual, una identidad de género o una condición
patológica. Este desconocimiento ha sido motivo para que las personas con
condiciones intersex sean sometidas desde su infancia más temprana y sin
su consentimiento a procedimientos de normalización, cuya finalidad es
modificar la apariencia y configuración de las características sexuales a los
estereotipos binarios del sexo. Está documentado que, en varios casos, dichos
procedimientos dificultan la capacidad reproductiva de la persona o la
esterilizan de forma permanente, sin tomar en consideración su derecho a
decidir. Estos procedimientos pueden acarrear también secuelas de por vida,
tales como dolor crónico, incontinencia y pérdida de la sensibilidad sexual. La
sobreexposición médica y la falta de transparencia en la información de niños,
niñas y adolescentes con condiciones intersex pueden causar adicionalmente
trastornos psíquicos como la depresión, la ansiedad y el trastorno por estrés
postraumático.
Aclaramos que las variaciones congénitas de las características sexuales no
representan una patología a corregir y que la modificación anatómica por
parte de los servicios de salud en los primeros años de vida representa
una violación a los derechos humanos, ya que los modelos de atención y
procedimientos que se utilizan responden a perspectivas exclusivamente
médicas, en ocasiones carentes de un enfoque de derechos humanos y no
toman en consideración el interés superior de niñas, niños y adolescentes.
Dichos procedimientos suelen practicarse bajo el supuesto argumento de un
beneficio psicosocial para el paciente, de los cuales, no obstante, no existen
estudios que avalen de manera irrefutable este argumento y que avalen el que
se sigan realizando, bajo una falsa sensación de emergencia médica que, en
muchos casos, raya en prácticas médicas negativas tales como el paternalismo.
Estas violaciones se reflejan en graves afectaciones al ejercicio de los
derechos de las personas nacidas con variaciones de las características
sexuales, pues son víctimas de prácticas discriminatorias en las que su
autonomía y derecho a la información y a la autodeterminación no son
considerados, con lo que el derecho al disfrute máximo de la salud se ve
vulnerado.

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