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Hermanos, espejos

El menor

Alicia Plante

Adriana Hidalgo editora

271 páginas

Hay temas sobre los que el arte vuelve con insistencia. Uno de ellos es el de los hermanos,
para el que no es necesario -aunque sí tentador- remontarse al prototipo bíblico de Caín y
Abel. Pocas relaciones más intensas, más tensionales, más necesarias de ser indagadas una y
otra vez.

En su nueva novela, Alicia Plante propone un título que remite a este vínculo y posiciona a los
actores. El menor es Nico, el hermano que Martín Figueroa sale a buscar luego de que en dos
días no regresara a su casa. Aunque en realidad, la frase “sale a buscar a su hermano”, en la
ficción de Plante empieza a desplegarse en sucesivas capas con lo que la acción literal de
indagar, investigar, preguntar configura tan sólo una línea narrativa de una novela que
prolifera hacia la multiplicidad de sentidos.

Alicia Plante sabe de novela negra y la búsqueda de Nico es el eje vertebrador del relato.
Hermano mayor con amplia diferencia de edad y un perfil ganador diametralmente opuesto al
del menor, Martín Figueroa es el que lleva adelante la pesquisa, salteándose las instancias
oficiales que en esta historia made in Argentina son, por supuesto, sospechosas de inacción
cuando no de corrupción. Saber qué ha sido de Nico lo lleva a encontrarse con una vida que no
conocía, algo explicable por la distancia que la adultez pero sobre todo el éxito social y
financiero de Martín impusieron entre estas dos existencias.

Sin embargo, aquí también la frase “una vida que no conocía” es una caja de sorpresas porque
encontrar en el recorrido una imagen totalmente distinta de la que el buscador tiene
previamente del buscado nunca será gratuito. Menos aun cuando el vínculo que los relaciona
es el poderoso e ineludible lazo familiar.

Buscando a Nico, Martín abrirá cajones que no querría haber abierto porque además serán
espejos en los que deberá mirarse para verse tal cual nunca hubiera querido verse. Cajones
que le mostrarán el mundo de su hermano con algunas luces y muchísimas sombras mientras,
paralelamente, su propio universo de triunfador va llevándolo hacia una cima en la que lo
único que encontrará será una piña en pleno rostro y una zancadilla demoledora.

El camino de la desaparición de Nico, el camino investigativo de su hermano, el camino


profesional y vital de Martín, son los que propone Plante atisbar al lector. Caminos interiores
en los que se enreda el protagonista hasta alcanzar el que termina siendo el definitivo: el de
saber quién y qué cosa es en realidad alguien que, luego buscar tanto, descubre que no tiene
absolutamente nada.

Gabriela Urrutibehety

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