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Weber

Definición de estado moderno según Weber[El estado es] “una asociación de


dominación de tipo institucional, que en el interior de un territorio ha tratado con
éxito de monopolizar la coacción física legítima como instrumento de dominio, y reúne
a dicho objeto los medios materiales de explotación en manos de sus dirigentes, pero
habiendo expropiado para ello a todos los funcionarios estamental es que
anteriormente disponían de aquellos por derecho propio y sustituyéndolos con sus
propias jerarquías supremas”

Para Weber el tipo más puro de dominación racional legal es el que se ejerce a
través de un cuerpo administrativo burocrático. La relación entre el cuerpo
administrativo burocrático y los medios materiales de administración,
fundamentales para ejercicio de la coacción física y para asegurar una
administración continua, determina el tipo de estado
O’Donnell
Afirma: “Es un error asimilar el estado al aparato estatal, o al sector público, o al
conjunto de burocracias públicas. No cabe duda de que ellas forman parte del
estado, pero no son el estado en su totalidad. El estado también es, y no menos
fundamentalmente, un conjunto de relaciones sociales que establece un cierto
orden y en última instancia lo respalda con una garantía coactiva centralizada,
sobre un territorio dado. Muchas de estas relaciones se formalizan en un
sistema legal surgido del estado y respaldado por él. El sistema legal es una
dimensión constitutiva del estado y del orden que éste establece y garantiza en
cierto territorio”
Identifica tres dimensiones en su definición del estado. La primera implica que
el estado es un conjunto de burocracias, a las cuales se les asigna formalmente
funciones guiadas por el interés general. La segunda dimensión refiere al estado
como un sistema legal, es decir un conjunto de reglas y normas jurídicas que
ordenan y garantizan las relaciones sociales. En tercer lugar, el estado también
pretende ser un foco de identidad colectiva para los habitantes del territorio.
Concepto general de estado
El estado es un conjunto diferenciado de instituciones y personal que implica una
centralidad, en el sentido de que las relaciones políticas irradian desde el centro y
hacia el centro para abarcar un territorio delimitado (Mann, 1997b: 85). El estado
reclama sobre este territorio el ejercicio del monopolio de la coerción física legítima
(Weber, 1964[1922]: 1060), a fin de garantizar un orden que sostiene una
multiplicidad de relaciones insertas en una matriz político-social, la cual asigna
probabilidades diferenciales a los actores protagonistas de las mismas”

Los orígenes del estado moderno


Los orígenes del estado moderno se encuentran en el período que se extendió
entre el siglo XII y el siglo XIV en Europa occidental. Durante este período en
algunas partes de esa región se conformó un sistema de gobierno (ständestaat
en su expresión en alemán) basado en la representación de distintos cuerpos
colectivos (estamentos) que combinaba el poderío militar de los imperios y el
alto nivel de lealtad e identidad de las ciudades-estado. Este sistema coexistió
de manera desigual con la forma de gobierno que primó en Europa occidental
luego del quiebre del imperio romano de occidente: el feudalismo.
Este sistema de estamentos europeo surgido en el siglo XII, aunque de escasa
difusión, sentó las bases para el posterior desarrollo del estado moderno: la
existencia de entidades políticas de carácter duradero que se extendían sobre
un territorio y una población delimitados; la lealtad hacia el estado, que
comenzó a primar sobre otro tipo de lealtades de tipo familiares, comunitarias o
religiosas; se establecieron nuevas formas de relaciones políticas no mediadas
por lealtades personales sino institucionalizadas a través de organizaciones
financieras y judiciales permanentes, al tiempo que se generó un cuerpo de
administradores profesionales (Strayer, 1970). Sin embargo, este sistema de
gobierno siguió sufriendo la principal debilidad del feudalismo: la dispersión del
poder entre distintas entidades políticas. Sólo en la última etapa de este período
comenzó a delinearse la idea de soberanía, que implicó el reconocimiento del
gobernante como la figura sobre la cual se concentraban las prerrogativas
políticas vinculadas a la elaboración y aplicación de la ley (Poggi, 1990) y que
más tarde permitió la concentración del poder en el monarca.
El Estado Absolutista
El estado moderno logró constituirse por completo cuando se inició un proceso
de expropiación de los medios de coerción y de administración que se
encontraban bajo el control de distintas asociaciones políticas (señores
feudales, ciudades autónomas y algunas diócesis y órdenes religiosas).
A este proceso de expropiación de los medios de coerción y de administración,
es necesario agregar el de expropiación de los medios de legalidad y de
sentencia judicial.
De esta manera, los medios materiales de coerción y administración quedaron
bajo el control de un poder central, al tiempo que se fueron eliminando
distintos tipos de derecho existentes para conformar un conjunto de normas
bajo los principios del derecho romano.
La monarquía absoluta se transformó en el tipo de gobierno predominante en
Europa y conllevó la destrucción de las formas medievales de organización
política, como las ciudades-estado libres. El surgimiento de los estados
absolutistas en realidad obedeció más a factores militares y económicos que a
motivos políticos. En este sentido, la monarquía absoluta brindó a la naciente
burguesía cierto “orden” que la nobleza feudal no podía ofrecerle. El rey, por su
parte, encontró en la burguesía una fuente de financiamiento alternativa,
evitando de esta forma los controles que la nobleza le imponía a cambio.
Como un aporte sustancial a la fundamentación teórica del poder absoluto
debemos citar a Thomas Hobbes (1588-1679), quien rompió con la línea clásica
de sustento divino de la monarquía absoluta, y defendió el poder absoluto, no
en nombre de derechos sobrenaturales en manos de los reyes sino en defensa
de los intereses de los individuos, fundamentalmente de la posibilidad de
mantenerse en paz y con vida.
Para justificar la existencia del poder absoluto, desarrolló una hipótesis lógica,
que denominó estado de naturaleza. Esta hipótesis plantea cómo sería la vida
entre los hombres de no existir leyes ni contratos que regulasen sus relaciones y
un poder externo que las hiciera cumplir. La concepción del hombre en Hobbes
lo lleva a describir esta situación como “un estado basado en las pasiones” que
deriva en “una guerra de todos contra todos”, pues cada uno, por obtener algo
de seguridad personal, termina atacando a los demás
El Estado Liberal
Al referirnos al Estado Liberal resulta oportuno aclarar que entendemos por
liberalismo a aquel movimiento cuestionador del poder absoluto y de sus
pretensiones divinas, que propugnó restringir los poderes del estado y defender
los valores de la tolerancia y el respeto por la vida privada, y que fue defensor
de los estados constitucionales, de la propiedad privada y de la economía de
mercado competitivo.
Esa nueva relación estuvo enmarcada en el constitucionalismo, a partir del cual
la burguesía ya no debió competir por los favores del poder absoluto. Inglaterra
fue el país donde primordialmente se desarrolló tal discusión. Uno de los
principios del Estado Liberal es la teoría de la división de poderes, pues la
seguridad de los derechos requiere que la ley sea independiente y superior, y
esto sólo puede estar garantizado por un poder judicial independiente del
Ejecutivo (Poggi, 1990: 54). Así pues, el accionar de toda la maquinaria estatal
debía estar controlado por la ley
Mientras Hobbes se presenta como un defensor del estado absolutista y plantea
puntos de vista novedosos que serán retomados por el liberalismo, John Locke
(1632-1704)15 marcó el comienzo de la tradición constitucionalista liberal. La
diferencia central entre la época en que escribe Hobbes y la de Locke se
encuentra en que en la del primero las nacientes burguesías nacionales se
sentían protegidas por el Leviatán, mientras que en la época de Locke ya se
creen lo suficientemente fuertes como para poseer por sí mismas el poder.
Locke también hace referencia al estado de naturaleza, pero a diferencia de
Hobbes, se trata de un estado pacífico, donde existirían diversos derechos entre
ellos el de la propiedad privada. En este sentido, Locke expresó el ideal de los
sectores burgueses en tanto el poder del estado se expresaba en el poder
legislativo y estaba limitado por los derechos naturales. Estos son un sistema de
normas inherentes a los individuos y distinto del constituido por las normas
establecidas por el estado (derecho positivo).De acuerdo al iusnaturalismo, el
derecho natural es anterior y superior al derecho positivo. Para Locke, el
objetivo de la política era proteger los derechos de propiedad en sentido
amplio, esto es, la vida, la libertad y los bienes.
De esta manera, el Estado Liberal se presenta como un tipo de organización
política perfectamente compatible con el capitalismo. Se plantea una sociedad
de individuos libres que compiten en el mercado por su bienestar, en el marco
de una democracia restringida. En la visión liberal, el estado cumple una
finalidad negativa: removerlos obstáculos para la autonomía de los mercados.
Esta visión está basada en el modelo clásico elaborado por Adam Smith (1723-
1790), quien centra su análisis en la idea de la mano invisible y en un modelo de
sociedad en que si cada hombre lucha en forma egoísta por conseguir su
bienestar particular, se logrará por un “efecto cascada “el bienestar de toda la
comunidad

El Estado de Bienestar
Cuando se habla del Estado de Bienestar generalmente se lo asocia con las
transformaciones que sufrió el aparato estatal a partir de la crisis de 1930 y
fundamental-mente con el auge de las políticas económicas keynesianas que
dominaron el mundo desde fines de la segunda guerra mundial. Pero, en
realidad, podemos encontrar los orígenes del Estado de Bienestar mucho antes
de John Maynard Keynes (1883-1946).Sería interesante, dadas las constantes
confusiones, remarcar las diferencias entre el Estado de Bienestar (EB) y el
Estado Keynesiano (EK):
En primer lugar, mientras el keynesianismo o el EK significó una ruptura con la etapa
liberal previa a la década de 1930 y una respuesta a las crisis recurrentes por ésta
producidas, el EB ya había desarrollado sus instituciones antes de la Gran Depresión.
Segundo, las causas que los originaron son diferentes: el EB respondió a motivaciones
de índole político-social, mientras que el EK lo hizo a determinantes de naturaleza
fundamental-mente económica. En tercer lugar, mientras los instrumentos típicos del
EK son flexibles, para poder ser utilizados anticíclicamente, las instituciones del EB
están caracterizadas por su rigidez, ya que crean derechos garantizados jurídicamente
e incorporados como derechos adquiridos en la conciencia de la población. Cuarto, el
EK opera en el campo dela inversión y la producción, mientras que el EB lo hace en el
terreno de una redistribución que pretende permitir el acceso de amplios sectores de
la población al consumo de bienes y servicios”.

Otras argumentaciones, provenientes desde una perspectiva más cercana a la


derecha del espectro político, sostuvieron que la crisis de acumulación se
produjo por la existencia de pleno empleo y de una “excesiva” legislación
laboral que desincentivaron tanto al trabajo como la inversión. Esta crítica se
corporizó principalmente en la ideología neoliberal que se basó en el desarrollo
teórico de economistas de la Escuela de Chicago como Friedrich von Hayek
(1899-1992) y Milton Friedman (1912-2006). Hayek (1944) aseguró que la
regulación del mercado era un atentado contra la libertad individual y definió al
Estado de Bienestar de fines de la segunda guerra mundial como un estado
opresivo e intervencionista que necesariamente se convertiría en un estado
totalitario. Sobre estas bases, la ideología neoliberal que predominó a partir
delos años ’80 sostuvo que la solución se encontraba en una vuelta al mercado,
aconsejando reducir el aparato estatal.

Los tipos de EBK


La literatura sobre estados de bienestar reconoce ampliamente la clasificación
desarrollada por Esping-Andersen (1990) que estableció tres tipos de EBK: el liberal, el
corporativo y el socialdemócrata. Los EBK liberales, propios de los países anglosajones,
se caracterizaron por impulsar el mercado, se limitaron a la protección de la pobreza y
desarrollaron servicios sociales limitados. Los EBK corporativos, propios de los países
de Europa continental, desplazaron al mercado como proveedor de bienestar,
generaron un fuerte impacto redistributivo y otorgaron extensivos beneficios, pero
distribuidos selectivamente en tanto la posición en el mercado de trabajo es
determinante para acceder a las prestaciones y los beneficios dependen de la
contribución. Por último, los EBK socialdemócratas, propios delos países escandinavos,
se caracterizaron por el principio de universalismo y desmercantilización de los
derechos sociales a través de servicios y beneficios de alto nivel

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