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Este texto es histórico circunstancial, ya que estamos ante un discurso político que tuvo lugar
en abril de 1789 en EEUU, cuando consiguió el poder en el gobierno, tras unas elecciones. El
autor del texto es George Washington, el primer presidente de esta nación y considerado uno
de los Padres Fundadores de los Estados Unidos. Este discurso es público e iba destinado a sus
compañeros ciudadanos del Senado y de la Cámara de Representantes. En él, afirma que
cumplirá con su deber como presidente, como será la nación mientras él gobierne y muestra
sus emociones hacia este nombramiento.
Al principio del texto, muestra el cariño y apoyo hacia su país, teniendo una gran
responsabilidad como la de presidente del gobierno. Además, afirma que si en algún momento
realiza alguna acción que le induzca a error, sus equivocaciones serían juzgadas. Esto se debe a
que se muestra como un ciudadano más de la nación y como un gran defensor de su pueblo. A
continuación, podemos ver que hace mención de Dios, siendo este un ser capaz de consagrar
las libertades y la felicidad del pueblo. Washington promete a sus ciudadanos que será el
principio de un nuevo estado libre, donde la unión tiene una gran importancia, ya que ha sido
lo que ha hecho que sean una nación común.
Más adelante, hace referencia al quinto artículo de la Constitución, dejando al juicio de los
ciudadanos decidir hasta qué punto es oportuno, siendo este muy importante. De este modo,
tiene total confianza en los criterios de búsqueda de los ciudadanos por el bien general.
Los antecedentes a este texto se pueden tomar desde la Independencia de los Estados Unidos,
siendo éste un gran acontecimiento histórico del siglo XVIII. Se formó la primera Constitución
estadounidense, la cual regulaba la forma de gobierno del país, para la defensa y el bien
común. Fue un símbolo de lucha por la libertad de los pueblos con su unión. La independencia
fue fruto de unas rebeliones contra la corona británica, cuyo hecho predecesor fue la guerra
franco-británica. Además, en el mismo año de la pronunciación de este discurso se produjo la
Revolución francesa, y con ella prosperaron las ideas ilustradas que fueron llevadas también a
América.