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Julián de Zubiría Samper, en una obra muy interesante titulada “Las Competencias
Argumentativas”, nos da a conocer dos aspectos importantes que pueden servir de introducción para
el tema a tratar en este momento.
En primer lugar, se encuentra que todos los procesos educativos deben centrarse estrictamente en lo
concerniente a los sistemas de evaluación. Al respecto dice:
“Mientras que, hasta los ochenta, el MEN dirigía la escuela prescribiendo sus propósitos
y contenidos y verificando policivamente su cumplimiento, en la década del noventa, la
manera de dirigir la educación es a través de los sistemas de evaluación. Como
claramente lo expresa la Organización de Estados Iberoamericanos, la evaluación no es
sino una forma distinta y nueva de hacer política. Y, en este contexto, hacer política es
una nueva forma de dirigir la educación. De allí la generalización de evaluaciones
muestrales y censales en nuestro medio en las últimas décadas”3.
El segundo aspecto tiene que ver con la manera de trabajar dichos sistemas de evaluación, situación
en la que, lamentablemente, en muchos centros educativos todavía no se ha superado los paradigmas
de las escuelas tradicional y activas. Dice:
“La escuela tradicional nos hizo creer que las evaluaciones deberían referirse a hechos o
sucesos presentados y expuesto en clase, y que deberían indagar hasta qué punto los
datos, las informaciones y los hechos presentados en clase, eran recordados los más
fielmente posible…. Por otro lado, la Escuela Nueva, opuso a la evaluación cuantitativa,
sumativa y rutinaria, una evaluación integral, de pregunta abierta, individualizada y que
privilegiaba el proceso y la opinión… Ninguna de las propuestas anteriores ha incluido
las competencias argumentativas como objeto de la evaluación. Una nueva escuela inter
– estructurante deberá privilegiar el pensamiento y, al hacerlo, aparecerán las
competencias interpretativas y argumentativas, entre otras”4.
A partir de estas dos premisas, el propósito de este documento es ofrecer algunas pautas orientadoras
para establecer políticas evaluativas institucionales objetivas y caracterizadas por los términos de
justicia pedagógica. En primer lugar, se dará una exhaustiva descripción de lo que es la evaluación
educativa, esto servirá para que, en un segundo lugar, determinar cómo se trabaja la evaluación desde
la Pedagogía Conceptual. Por último, se darán a conocer algunas consideraciones prácticas para
determinar las políticas educativas en cuanto a criterios de evaluación.
1
Licenciado en Filosofía y Ciencias Religiosas. Magister en Pedagogía. Doctorando en Educación. Docente,
investigador de la Facultad de Educación de la Universidad Mariana. San Juan de Pasto. Nariño. Colombia.
drodriguez@umariana.edu.co
2
DE ZUBIRÍA SAMPER, Miguel. Mentefactos. Fundación Internacional De Pedagogía Conceptual, Alberto Merani.
Bogotá. 1988. Sección: 1.
3
DE ZUBIRÍA SAMPER, Julián. Las Competencias Argumentativas. Editorial Magisterio. Bogotá. 2006. Pág: 17.
4
DE ZUBIRÍA SAMPER, Julián. Ibíd. Págs.: 207 – 208.
LA EVALUACIÓN EDUCATIVA
Quisiera empezar diciendo que la forma tradicional de aplicar la evaluación en los sistemas educativos
ha supuesto su utilización, casi exclusiva, para comprobar los resultados obtenidos en los procesos de
aprendizaje de los estudiantes. No obstante, la realidad social actual exige a la educación mejorar de
modo permanente y responder día a día a los requerimientos que plantea, de cara a su apropiada
integración. Esta mejora continuada obliga también a replantear los modelos evaluativos, es decir,
evaluar para contribuir a la mejora, en vez de centrarse únicamente en la comprobación final.
Una de las razones importantes que obliga al cambio de modelo evaluativo es la necesidad de atender
a la diversidad dentro de las etapas de educación obligatoria del sistema. Esta diversidad del
estudiantado se produce, en general, por las diferentes características que los niños poseen (estilo
cognitivo, ritmo de aprendizaje, intereses), pero también por sus altas capacidades, la existencia de
alguna discapacidad (intelectual, motórica, sensorial), las dificultades de adaptación al sistema por su
pertenencia a entornos sociales desfavorecidos o las situaciones, más o menos permanentes, que
pueden suponer desajustes escolares (familias migrantes, itinerancias, enfermedad, convalecencia). Si
realmente se quiere dar respuesta a las diversas circunstancias del estudiante en las diferentes etapas
educativas, la evaluación no debe ser igual para todos, homogeneizadora de la población, sino que
debe adoptar tipos y modelos de aplicación que se acomoden al estudiante y favorezcan su
integración, primero en el sistema y después en la sociedad.
El término evaluación aplicado al campo educativo es relativamente reciente, pues hasta el siglo XX la
palabra genérica con que se designaba era examen. Se incorpora desde el campo de la empresa, a
partir de 1916, fecha en que Henry Fayol publica su obra Administración general e industrial. En ella
establece las fases básicas para la actuación: planificar, realizar y evaluar. En este marco surge (por
traspaso) el moderno discurso científico de la educación y su nueva terminología: tecnología de la
educación, diseño curricular, objetivos del aprendizaje, evaluación educativa. La segmentación del
trabajo se reflejó en la segmentación de la actividad docente: especialistas en currículum, planificación,
organización, evaluación... El control de tiempos y movimientos marcó la pauta para la aparición de los
objetivos de aprendizaje y de la evaluación como control de resultados. Los estudios sobre el
rendimiento de los obreros llevaron, en Pedagogía, a la discusión sobre el aprendizaje en términos de
rendimiento académico y, lo que resultó más grave, a su plasmación simplista, sin duda, en números
como garantía de objetividad y rigor. Se da, por tanto, un paralelismo claro entre control empresarial y
evaluación escolar.
El paradigma cuantitativo y tecnocrático en el que surge la evaluación, avalado por la aparición de los
test psicológicos, también con número para la expresión de los resultados, condiciona su desarrollo y
aplicación hasta el momento actual. Sin embargo, se producen cambios significativos a lo largo del
tiempo en los estudios evaluativos, que hacen evolucionar tanto el concepto de la evaluación como su
funcionalidad. Nos detendremos en tres autores.
Evaluar para comprobar: Tyler, en dos obras publicadas en 1942 y 1950, respectivamente, define la
evaluación como “el proceso que permite determinar en qué grado han sido alcanzados los
objetivos educativos propuestos”. Para realizar el proceso que cita, establece ocho fases de trabajo:
Este modelo, basado en principios psicopedagógicos ya superados, aunque muy valioso en su tiempo
y aprovechable en algunas de sus afirmaciones, se ha mantenido en buena medida hasta el momento
actual, aunque, como antes se señalaba, ya es tiempo de cambiar.
Evaluar para decidir: Cronbach, en 1963, agrega un elemento importante para la moderna
concepción de la evaluación al definirla como “la recogida y uso de la información para tomar
decisiones sobre un programa educativo”. Por tanto, la considera un instrumento básico para la
toma de decisiones. Ya no es suficiente saber si se han alcanzado o no los objetivos, sino que, en
función de los resultados obtenidos, hay que decidir el nuevo camino que debe seguirse.
Evaluar para juzgar: Scriven, por su parte, en 1967, incluye en su definición la necesidad de valorar el
objeto evaluado, es decir, de señalar lo positivo o negativo, el mérito o demérito de lo conseguido para
optar por la continuidad o no del programa desarrollado. Este planteamiento supone añadir nuevos
elementos al proceso evaluativo, la ideología del evaluador y el sistema de valores de la sociedad, que
condicionarán los resultados de cualquier estudio si no se adoptan los procedimientos y las medidas
correctoras para evitar los sesgos posibles.
La evaluación en la actualidad también es un proceso el cual es necesario tener una actitud preparada
y crítica, abierta al crecimiento, conocer el contexto de aquello que es evaluado, poseer adecuadas
herramientas y estrategias metodológicas, y un horizonte muy claro: el desarrollo de competencias. Un
proceso cuya naturaleza misma es la valoración basada fundamentalmente en el Querer, Hacer,
Conocer y Vivir Juntos recomendado incluso por la UNESCO. Un proceso con unas funciones
específicas que, entre otras se encuentran:
Todo esto, si contar con los más revolucionario y que ponen en jaque mate el sistema educativo
colombiano, las Pedagogías Contemporáneas. Para este modelo pedagógico (situación que
abordaremos más adelante) la Evaluación Educativa la define primordialmente su propuesta de
formación en competencias, es decir, el QUERER - SABER - HACER con los afectos, valores,
sentimientos, juicios de valor, opciones de vida; los saberes, conocimientos, informaciones, pero sobre
todo Instrumentos de Conocimiento y Operaciones Mentales; y los haceres, las expresiones, los
lenguajes, las praxias de un ser humano, todo lo anterior evidenciado en un contexto determinado,
siendo esto un tipo de enseñanza - aprendizaje único y privilegiado de los seres humanos.
Vistas así las cosas no quedaría más que decir que las características de Evaluación Educativa más
importantes serían:
ª Continua: no conviene aplicar la evaluación solo al final de los procesos, cuando estos ya no se
pueden regular. Hay que iniciarla cuando se comienza a aprender: se detecta el desarrollo
procesual y se corrige lo necesario.
ª Positiva: no hay que evaluar para destacar lo negativo, hay que evaluar para conocer y valorar
todo, también lo positivo. El resultado que se transmite de la evaluación al estudiantado y a sus
familias debe contener los avances conseguidos y las dificultades detectadas, pero no solo las
últimas (cosa bastante frecuente). De este modo se contribuirá a cambiar la imagen de la
evaluación, negativa en casi todos los casos.
ª Perfeccionadora: si se es capaz de poner en práctica este proceso evaluativo, la evaluación
sirve para mejorar, para perfeccionar los procesos. Como consecuencia, también se mejorarán
los resultados. Si esto no ocurriera, sería preciso revisar el trabajo, pues no es posible que
mejorando el camino no se favorezca la llegada a la meta.
ª Global: se debe evaluar el desarrollo formativo del alumno en su conjunto, no por capacidades
o aprendizajes aislados. La persona es una y sus logros se valorarán globalmente.
ª Descriptiva: no basta un número para ofrecer información acerca de los aprendizajes del
alumnado, es necesario explicar verbalmente (oral/escrito) cuáles han sido estos y de qué
manera se producen. El número no dice nada.
ª Colegiada: si se evalúan actitudes, capacidades, conocimientos, procedimientos, habilidades,
destrezas, con técnicas cualitativas, hay que garantizar la objetividad de la evaluación. Para ello,
se hace imprescindible contrastar y comentar los datos con otros profesores. Hay que procurar
que no aparezcan sesgos subjetivos en la evaluación del alumnado.
Para finalizar esta primera parte, el fin último de la Evaluación Educativa en la actualidad no es otro, y
que mejor decirlo, que la Formación Integral, es decir, la Formación como "...un proceso continuo,
permanente y participativo que busca desarrollar armónica y coherentemente todas y cada una
de las dimensiones del ser humano: ética, espiritual, cognitiva, afectiva, comunicativa, estética,
corporal y socio-política, a fin de lograr su realización plena en la sociedad. Es decir, vemos al
ser humano como uno y a la vez pluridimensional, bien diverso como cuerpo y a la vez
plenamente integrado y articulado en una unidad”5.
La educación integral debe entregar metas, fines y propósitos educativos dirigidos a relaciones de
sentido conducentes al perfeccionamiento humano. Los valores educativos más importantes deben
orientar la acción hacia dichas metas. A nivel filosófico, se manifiesta en la realización de la libertad
que implica el cumplimiento de responsabilidades y co - responsabilidades educativas; a nivel ético, en
la acción de la voluntad que mantiene las metas por sobre desviaciones tendientes a pervertir o anular
su cumplimiento; finalmente, a nivel psicológico, en la aplicación del autocontrol que permite
sobreponerse a eventuales manipulaciones o controles externos tendientes a recompensar conductas
inmorales y castigar conductas morales.
Siguiendo las reglas del concepto es necesario, en primer lugar, explicar, de forma breve, que son las
Pedagogías Contemporáneas, muy diferentes a los modelos pedagógicos tradicional – industrial y, por
otro lado, las pedagogías activas. Puntualicemos un poco dichas diferencias:
Muchas cosas se puede decir de la escuela tradicional, sin embargo, es mejor ser concretos. El
propósito de la escuela tradicional no es otro que el formar trabajadores para la industria, obreros y
operarios aptos para seguir instrucciones y desempeñarse en labores rutinarias, mecánicas y
monótonas. Otras de las características es que es un modelo pedagógico Heteroestructurante, eso
significa, como lo afirma Miguel y Julián de Zubiría, que el saber o el conocimiento es algo que se
construye fuera del salón de clase, es decir, que los conocimientos ya están determinados por entes
externos a la escuela (especialmente el estado) y, por lo tanto, la educación no es otra cosas que la
asimilación fiel, por parte del estudiante, de lo estipulado por el exterior, basado especialmente en la
repetición y la memoria. Sin embargo, es significativa la aclaración que hace Julián de Zubiría en su
obra titulada “Los Modelos Pedagógicos”:
“Es este sentido resultan injustos los calificativos de pasiva y memorística que con tanta
generosidad se utiliza para calificar a la escuela tradicional. Más preciso
conceptualmente es hablar de una escuela rutinaria, mecanicista y concentrada en
5
ACODESI. La Formación Integral y sus Dimensiones. Editorial ACODESI. Bogotá 1999. Pág.: 14.
aprendizajes que no logran modificar las representaciones mentales ni los esquemas de
conocimiento de los estudiantes”6.
Además de ser un espacio que reproduce el conocimiento y favorece el trabajo rutinario, otra de las
características es el magistrocentrismo, es decir que el proceso está centrado en la actividad del
docente, él es el encargado de monopolizar las palabras y las decisiones. Se preocupa por la
enseñanza de informaciones y de normas, haciendo uso únicamente de textos escolares y de las
clases magistrales.
Como lo asevera Julián de Zubiría en la obra anteriormente citada, el surgimiento de estos modelo
pedagógico activos fue el resultado de un gran proceso de revolución educativa comparable a la de
Copérnico en la física, es decir, una revolución en donde el centro de la acción educativa ya no el
docente sino el estudiante, es él quien aprende y quien se autoeduca, de ahí la necesidad de respetar
y promover sus intereses, atender a sus necesidades y, garantizar, en definitiva, la felicidad y la
socialización del niño, aquí y ahora7.
Con lo anterior es fácilmente identificar que el propósito de las escuelas activas es la formación para la
vida, a través de una propuesta educativa en donde el conocimiento se construye desde el interior del
estudiante y es jalonada por el mismo (Autoestructurante), o, en otras palabras, en donde el saber es
una construcción interna al sujeto y al salón de clase (Ideosincrásica). Para lograr esto se requieren de
estrategias caracterizadas por el descubrimiento y la invención, con una evaluación cualitativa de
pregunta abierta y centrada en la opinión, y con recursos didácticos físico – afectivos (libros de la vida,
rincones de interés, etc). Según Wallon y Julián de Zubiría, lo bueno de este tipo es escuelas es la
humanización de la enseñanza y la necesidad de abordar la dimensión socio – afectiva como un
aspecto importante dentro de la escuela; aun así dichas escuelas no lograron un impacto en los
contenidos ni enseñanzas, redujo todo a la metodología, desestimó el desarrollo del pensamiento
abstracto (muy importante por cierto), exageró en generar una enseñanza de forma espontánea por
medios de la experimentación, y, lo más grave, dejó a un lado, de acuerdo a Vigotsky y Brunner, el
papel que juega la mediación educativa para potencializar la Zona de Desarrollo Próximo (ZDP), es
decir, para promover y hacer progresar (evolutivamente) los conocimiento, habilidades y actitudes
previas de los estudiantes, y, de esa manera, lograr el aprehendizaje significativo, a través de la labor
tan grandiosa que para ello juega el lenguaje8.
Como ocurre en muchos aspectos de la historia las cosas se dirigían de un lado al otro del péndulo, sin
embargo, fiel a la dinámica de la misma, viene un momento de equilibrio, aunque no definitivo9, surgen
los modelos pedagógico contemporáneos, o, en palabras de Julián de Zubiría, los modelos
Dialogantes.
6
DE ZUBIRÍA SAMPER, Julián. Los Modelos Pedagógicos. Editorial Magisterio. Bogotá. 2006. Pág.: 2.
7
Cfr. DE ZUBIRÍA SAMPER, Julián. Ibid. Págs.: 2 – 3.
8
Cfr. DE ZUBIRÍA SAMPER, Julián. Ibid. Págs.: 3 – 4.
9
La historia humana y la misma naturaleza nunca cesarán en su dinámica dialéctica, el conflicto es parte de la misma, lo que
la lleva al contante cambio y restauración de lo previo.
Dentro de sus características10 se encuentra, en primer lugar que se trata de un modelo
Interestructurante. Eso significa que:
• Por un lado la institución decide Qué y Para qué Enseñar, pero, por otro lado, al desear que los
estudiantes de verdad aprehendan (no sólo que sepan o se informen), los conduce a participar
activa y responsablemente (indagan, exploran, formulan hipótesis, resuelven problemas,
plantean problemas, investigan fuentes bibliográficas haciendo uso de niveles cada vez más
evolucionado de lectura, etc).
• Supera la vieja posición maniquea de imponer o liberar (ni la dirección del docente coarta la
libertad del estudiante, ni la libertad del mismo significa estudiar lo que a bien le da la gana y
cuando lo desee).
• Más que individuos dóciles o libertarios, anómicos, anhelan formar individuos mentalmente
competentes, libres y responsables, creativos y buenas redes de apoyo afectivo.
En segundo lugar se plantean, como lo hace Adolfo Perinat en su obra “Psicología Del Desarrollo”, la
siguiente pregunta: “¿Cómo es posible que dos mentes separadas e independientes se
entiendan?”11. Al respecto se puede decir lo siguiente:
En tercer lugar, los recursos utilizados por las pedagogías contemporáneas son didáctico
metodológicos, eso quiere decir que:
• Los recursos didácticos metodológicos facilitan el acceso al aprehendizaje. Así como el mapa,
que simplifica la compleja carretera para orientarse en ella, mediante un esquema mental
espacial.
• Mapa de rutas (Pedagogía Basada En Problemas), mapa de operaciones (Modificabilidad
Cognitiva), mapas conceptuales (Aprendizaje Significativo, Cambio Axiológico – Cognitivo y
Enseñanza Para La Comprensión), mapas precategoriales y categoriales (Enseñanza
Problémica), y Mentefactos de Acuerdo a Cada Nivel Educativo (Pedagogía Conceptual), son
recursos que facilitan introducir en la mene un nuevo instrumento de conocimiento y ejercitar
nuevas operaciones mentales en diferentes contextos.
Por último, y, por supuesto lo más importante, todo lo anterior apunta a un propósito en particular: la
formación, de acuerdo a Piaget y Vygotsky, de Instrumentos y Operaciones mentales (afectivos –
cognitivos y expresivos):
10
Tomado todo esto de DE ZUBIRÍA SAMPER, Miguel. Enfoque Pedagógico Y Didácticas Contemporáneas. Fundación
Internacional De Pedagogía Conceptual, Alberto Merani. Tercera Edición. Bogotá. 2007. Págs.: 7 – 39.
11
PERINAT, Adolfo. Psicología Del Desarrollo. Ediuoc, Barcelona. 1998. Pág.: 290. Tomado de DE ZUBIRÍA SAMPER,
Miguel. Ibid. Pág.: 15.
12
AUSBEL, D; NOVAK, J; Y HANESIAN, H. Psicología Educativa. Trillas. México. 1983. S.P. Tomado de DE ZUBIRÍA
SAMPER, Miguel. Ibid. Pág.: 16:
• Instrumentos Mentales: Son instrumentos cognitivos las imágenes mentales, las nociones, los
saberes generales o proposiciones, los conceptos. Son instrumentos afectivos los sentimientos,
las actitudes, intereses, los valores. Son instrumentos expresivos las palabras, los gestos, las
posturas, las oraciones, los trazos.
• Operaciones Mentales: Son operaciones cognitivas analizar, inducir, deducir, nominar,
introyectar, comprehender, interpretar, comparar. Son operaciones afectivas valorar, optar,
proyectar. Son operaciones expresivas codificación primaria, codificación secundaria
Las Pedagogías Contemporáneas es un enfoque cien por ciento colombiano que pertenece a la familia
de los modelos pedagógicos contemporáneos o dialogantes, y sustentado bajo cuatro fundamentos
esenciales que se darán a conocer de forma esquemática.
1. Ideal Antropológico:
Un propósito definido apunta a un ideal, y si hablamos de un propósito educativo este debe apuntar a
un ideal estrictamente relacionado con argumentos antropológico y éticos de fondo. Si bien es cierto
que, Según Kant, el hombre se hace gracias a la educación, que no es más que lo que la educación
hace de él, eso significa que se debe partir, en primera instancia, del concepto de persona que, desde
el punto de vista antropológico, se busca con dicha educación. En las Pedagogías Contemporáneas, el
ideal del ser humano que se quiere cultivar es una persona que se caracteriza fundamentalmente por
dos valores: la libertad, en términos de autonomía, de la capacidad de auto - conocerse, auto -
valorarse, auto - administrarse, auto - regularse y auto - valerse de su propia razón (lo que en otras
palabras se conoce como inteligencia intra – personal); y, por otro lado, y en plena relación con lo
anterior, la creatividad, es decir, la capacidad para utilizar sus talentos y aptitudes excepcionales para
responder a los retos de la actual sociedad del conocimiento de forma novedosa y pertinente.
13
Cfr. VARIOS. Pedagogía Conceptual. Fundamentos Filosóficos, Psicológicos y Pedagógicos. Fondo De Publicaciones
Bernardo Herrera Merino. Fundación Alberto Merani. Bogotá. 1999. Págs.: 9 – 53. 67 – 84. 125 – 168. DE ZUIRÍA
SAMPER, Julián. Las Vanguardias Pedagógicas En La Sociedad Del Conocimiento. Pontificia Universidad Católica Del
Ecuador Y Universidad Técnica Industrial De Loja. Ecuador. 1999. Págs.: 269 – 311.
2. Fundamento Psicológico:
3. Fundamento Sociológico:
4. Fundamento Pedagógico:
Se sabe de antemano que el fin de las Pedagogías Contemporáneas es formar seres con desempeños
excepcionales, felices, con buenas redes de apoyo afectivo, y capaces de responder a los retos de la
actual realidad postmoderna y la nueva sociedad del conocimiento. De todas maneras es lógico tener
en cuenta que el desempeño excepcional no se logra de la noche a la mañana, este es el resultado de
un largo proceso en donde se combina ingredientes como el talento (con buena resonancia familiar,
escolar, social – cultural y con los recursos que se necesita para desarrollarlo), multiplicado a ello una
muy buena educación por parte de los docentes y un trabajo intenso por parte del estudiante. Es
más, el talento es el resultado de aspectos como el interés (trabajo duro), las actitudes cognitivas
(conocimiento conceptual) y las actitudes expresivas (conocimiento expresivo y desarrollo de
habilidades en determinados contextos). Incluso se puede llegar al extremo, y de esa manera lograr el
contacto con lo estrictamente pedagógico de este modelo en discusión, que el aprehendizaje
significativo (no únicamente desde el punto de vista cognitivo, sino fundamentalmente desde el punto
de vista afectivo – valorativo y expresivo) resulta de la perfecta armonía entre las funciones del
docente (con una enseñanza de calidad, lo cual constituye el 25% del éxito o fracaso en la vida
formativa del aprehendiz) y el estudiante en cuyos procesos psicológicos se encuentra la afectividad,
las aptitudes cognitivas y las aptitudes expresivas (que constituyen el 75% del éxito o fracaso de la
vida escolar). Vistas las cosas de esta manera a las Pedagogía Contemporáneas no les queda otra
cosa que hacerse la siguiente pregunta: “¿Cómo humanizar pedagógicamente a los futuros
hombres y mujeres que necesita la sociedad, seres amorosos y con buena formación afectiva,
autónomos, con grandes talentos y habilidades excepcionales, intelectualmente competentes y
creativos?”. A lo que responden: “El Hexágono Pedagógico”.
14
Es de aclarar que dicha coherencia es un factor predominante incluso en los criterios estipulados por el Ministerio Nacional
de Colombia en su nueva propuesta de Estándares Curriculares. Si bien es cierto que es estructura de los mismos difiere en
las distintas áreas fundamentales (Lenguaje, Matemáticas, Ciencias Naturales y Sociales y Competencias Ciudadanas), existe
una estructura subyacente que las une o las identifica compuesta por tres aspectos o procesos fundamentales: Procedimiento,
Conocimientos y Actitudes. Para asegurar el desarrollo de las competencias estos procesos deben trabajarse en coherencia
horizontal, vertical y por conjunto de grados. Incluso el concepto de Competencia del MEN se refiere a la movilización de
recursos (Conocimientos, procedimientos y actitudes) con el fin de solucionar problemas en diferentes contextos de la vida
real. Para información referirse a MINISTERIO DE EDUCACIÓN NACIONAL. Estándares Básicos De Competencias En
Lenguaje, Matemáticas, Ciencias y Ciudadanas. Guía Sobre Lo Que Los Estudiantes Deben Saber Y Saber Hacer Con Lo
Que Aprenden. Imprenta Nacional De Colombia. Bogotá. 2006. Págs.: 8 – 17.
Desarrollar competencias en los estudiantes busca que ellos vayan más allá del simple gusto o
conocimiento. Ser competente busca que los tres sistemas actúen simultáneamente. Si ante una
enseñanza, cualquiera que sea, actúan solamente el sistema afectivo, este probablemente estará
motivado a aprender, considera que esa enseñanza es importante y puede ser útil en la vida.
Incluso reconocerá las dificultades que le generaría el no aprehenderlas. Sin embargo, eso no
haría al alguien competente. Si actúa el sistema cognitivo, el estudiante conocerá la enseñanza,
pero no tendría clara su importancia y no estaría motivado a aprehender, lo que disminuiría la
eficacia del docente que enseña, suponiendo que logra trasmitir esa enseñanza. Si actúa
únicamente el sistema expresivo, el estudiante podrá realizar mecánicamente algunas actividades,
sin embargo, no comprenderá su importancia, ni tendrá el conocimiento necesario para
comprenderlas.
• EVALUACIÓN, ¿Cuáles son las evidencias de que una persona alcanzó el propósito?: Aquí
se trabaja a través de niveles de logro e Indicadores de desempeño. Es el momento donde hay que
definir cómo se verá reflejado. En esta medida se propone especificar aquellas acciones
observables con la cuales se identificará que el estudiante aprehendió lo que tenía que aprehender
y en el momento en que lo tenía que aprehender.
• ENSEÑANZAS, ¿Qué es necesario comprehender para alcanzar el logro?: Se define los
Instrumentos y/u Operaciones Mentales (Afectivos, cognitivos y expresivos o procedimentales)
necesarios para alcanzar los propósitos o el desarrollo de la competencia.
• SECUENCIA MENTAL DIDÁCTICA, ¿Cuál es la ruta o camino que se debe recorrer para
apropiarse de la enseñanza?: Existe un camino específico por el cual debe hacer recorrer la
mente del estudiante para que este pueda realmente aprehender, respetando eso sí la secuencia
evolutiva natural. El orden es:
ª 1. Contexto: vinculación con el aprehendizaje, motivación.
ª 2. Comprehensión y Aprehensión: Se da a conocer la enseñanza y se asegura que fue
aprehendida.
ª 3. Modelación y Simulación: Se utiliza la enseñanza para resolver problemas, acertijos
concordantes con las edades particulares de los estudiantes.
ª 4. Ejercitación y Transferencia: Se profundiza en la utilización de las enseñanzas
adaptándolas a problemas más complejos o de la vida real. Si un instrumento o enseñanza
no permite aplicaciones no es una verdadera enseñanza.
• RECURSOS, ¿Qué herramientas son necesarias para apoyar el proceso?: Estos pueden ser
Problemas, ejercicios, situaciones, sistemas, mapas, Mentefactos. Esto apoyan y facilitan en gran
medida el proceso de enseñanza – aprehendizaje. He aquí la importancia de las ilustraciones,
láminas, Mentefactos, dibujos, flujogramas, problemas, situaciones, sistemas. Estos medios
facilitan el tránsito entre lo concreto (la imagen) y lo abstracto (la idea). A fin de cuentas “Una
imagen vale más que mil palabras”.
Una vez abordado los fundamentos más esenciales de las pedagogías contemporáneas,
especialmente el fundamento pedagógico, es fácil determinar y profundizar en las características de la
Evaluación a partir de los principios didáctico del mismo. A continuación, se van a enumerar:
• La evaluación es uno de los principios didácticos que determina el horizonte pedagógico de las
Pedagogías Contemporáneas. Como se dijo anteriormente, a esta le corresponde establecer las
evidencias, niveles de logro e indicadores de desempeño para determinar si se están alcanzado los
propósitos educativos. Para la pedagogía tradicional y las pedagogía activas, la Evaluación es un
sistema para medir rendimientos (resultados) desde el nivel de exigencia del docente o el
estudiante determinados aisladamente, sin relación alguna y sin unos propósitos bien definidos.
Contrario a estos, la Evaluación en las Pedagogía Contemporáneas es un sistema que permite la
formación en competencias de acuerdo a las tres dimensiones de la mente (Querer – Saber –
Hacer) y endiferentes contextos.
15
Cfr. VARIOS. Op Cit. Págs.: 105 - 114. DE ZUBIRÍA SAMPER, Julián. Op Cit. Págs.: 297 – 303. ASESORES DE
PROYECTO EDUCATIVOS (A.P.E). Programa Ética Y Liderazgo Con Inteligencia Emocional. Manual Del Docente.
Fundación Internacional De Pedagogía Conceptual, Alberto Merani. Bogotá. 2007. Págs.: 33 – 34.
• Otra de las características consiste en que dicho sistema tiene en cuenta el nivel evolutivo de los
estudiantes y su Zona de Desarrollo Próximo del estudiante (ZDP), que consiste en aquellas
habilidades, conceptos y actitudes ya dominadas por el estudiante necesarias para poder adquirir
unas nuevas (A.S) con la ayuda del docente (Experto)16. En las Pedagogías Contemporáneas se
tiene bien determinados los instrumentos y operaciones mentales que deben desarrollar los
estudiantes de acuerdo a su etapa evolutiva, así:
INSTRUMENTOS MENTALES
ETAPA OPERACIONES MENTALES
AFECTIVOS COGNITIVOS
Preescolar (2 NOMINAR (Inferencia
SENTIMIENTOS NOCIONES
– 6 años) Nocional)
Primaria (6 – PROPOSICIONALIZAR
ACTITUDES PROPOSICIONES
10 años) (Inferencia Proposicional)
Bachillerato
CONCEPTOS Y CONCEPTUALIZAR Y
(11 – 18 INTERESES
PRECATEGORÍAS ARGUMENTAR
años)
Adultez ARGUMENTAR Y
PASIÓN CATEGORÍAS
Temprana METATEXTUALIZAR
Cabe recordar que en las Pedagogías Contemporáneas hacia el año 2002, de acuerdo a las
exigencias del decreto 0230 del Ministerio De Educación Nacional, y hacia el año 2009, de
acuerdo con el nuevo decreto 1290 de evaluación de los aprehendizajes expedido por la misma
entidad, proporcionó algunos criterios a nivel macro que pueden orientar el desarrollo de los
indicadores de logro de acuerdo a los niveles de exigencia y la etapa evolutiva de los
estudiantes. Es necesario aclarar entonces que no se trata de indicadores de logro sino de
macroprocesos que pueden orientarse y adaptarse a cada disciplina. Dicho instrumento es el
siguiente:
Diferencia, Interioriza
Modela
Simula
Comprende el Domina,
7, 8 Y 9 Se interesa distingue, el valor
concepto
Defiende
deduce
conoce de
Se
Asume
compromete
10 Y 11 con el
Interpreta Justifica Argumenta actitudes de Propone
compromiso
desarrollo de
• La última característica es la Meritocracia, entendida como el proceso en donde es necesario
realizar preguntas a los estudiantes dando su opinión al respecto sobre su aprehendizaje. De
esta retroalimentación depende que ellos sean realmente conscientes de su proceso y sepan
en qué nivel están. Una herramienta pedagógica para la meritocracia es la curva de distribución
determinada de la siguiente manera18:
MERITOCRACIA
60%
50%
40%
30%
20%
10%
0%
INSUFICIENTE
BAJO ACEPTABLE
BÁSICO SOBRESALIENTE
ALTO EXCELENTE
SUPERIOR
• Para finalizar no hay que olvidar que existen tres tipos de evaluación de los aprehendizajes en
las Pedagogía Contemporáneas, así como existen tres tipos de aprehendizajes:
ª Instrumentos de conocimiento.
ª Destrezas: Operaciones mentales, lingüísticas o comportamentales: en otras
palabras,procedimientos.
ª Actitudes y valores.
CONSIDERACIONES PRÁCTICAS
Después de todo lo discutido sobre evaluación es justo hacernos la siguiente pregunta: ¿Qué se
podría hacer para cambiar y mejorar las herramientas que se usan en las situaciones de evaluación de
los estudiantes? He aquí algunas sugerencias prácticas19, una manera noble de terminar con el
propósito de este documento:
Cabe decir, para finalizar, que, si estos requerimientos no se cumplen, no se está llevando a cabo una
evaluación formativa en términos de justicia pedagógica. De todas maneras, si lo que se pretende es
formar u desarrollar las competencias de los estudiantes, sus talentos y habilidades excepcionales lo
mejor es incluir la evaluación dentro de ello, de lo contrario sucederá lo que Aristocles, más conocido
como Platón dijo una vez uno de sus diálogos:
“La ignorancia absoluta no es el mayor de los males ni el más temible, una vasta
extensión de conocimientos mal digeridos es cosa peor”20.
BIBLIOGRAFÍA