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Juarez C Safago
Juarez C Safago
II. El Sr. Juarez inició demanda con el fin de percibir las indemnizaciones
derivadas del despido que su otrora empleadora dispuso, con base en el art. 247 LCT
(08/08/2013). Quien me precedió en el juzgamiento consideró que correspondía desestimar
las razones esbozadas por la demandada, por ausencia de prueba, y de este modo validó
la posición del actor en lo principal. Rechazó la incidencia de las propinas y las horas extras
en la remuneración del actor.
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el personal dependiente comprendido en el convenio, a los fines previstos por el artículo
113 de la LCT.
Con el fin de otorgarle marco normativo a lo expuesto, recuerdo que el artículo
legal establece que “[c]uando el trabajador, con motivo del trabajo que preste, tuviese
oportunidad de obtener beneficios o ganancias, los ingresos en concepto de propinas o
recompensas serán considerados formando parte de la remuneración, si revistieran el
carácter de habituales y no estuviesen prohibidas”. Por su parte, en el CCT 389/04 (artículo
11.11) las partes celebrantes ratificaron la prohibición al personal de recibir cualquier
estipendio de los clientes, estableciendo que la eventual recepción de este tipo de
recursos, “…constituirán exclusivamente una liberalidad del eventual otorgante sin generar
derecho o consecuencia alguna a favor del trabajador ni del empleador para aplicar
sanciones disciplinarias en el marco de la relación laboral”.
En consonancia con ello, en el artículo 11.6 se ratifica la prohibición de recibir
propinas, pues el convenio colectivo previó un Adicional por Complemento de Servicio
como sustitutivo de las propinas (12%), originalmente contemplado en el artículo 44 del
CCT 125/90 que, en el caso, le era satisfactoriamente abonado al actor (ver recibo de fs.16,
18, 20, 22, 23, 24, 26 y sucesivos).
No obstante, como he anticipado, cada caso merece un especial análisis
relacionado, ni más ni menos, con la actitud que la demandada adopta ante la voluntaria
dación de dinero extra por parte de los clientes al personal que tiene a cargo.
En el caso, ambos testimonios (Espeche y Ferreyra, fs. 126/127 y 128/129)
dieron cuenta de que el actor, trabajando como mozo de salón, percibía propinas y que,
muchas veces, la misma se cargaba en la cuenta del consumidor para que éste la pueda
abonar con tarjeta de crédito o débito. Adicionado ese 10%, el importe le era otorgado
luego al accionante. No soslayo que Ferreyra afirmó que el actor podía ganar $15.000 de
propinas por mes, pero no puede dar fe de lo dicho sino porque “más o menos todos
hacían lo mismo”, extremo que priva de fuerza suasoria pues resulta de una ambigüedad y
falta de precisión que le quita, razonablemente, valor convictivo. Ello así, máxime cuando la
expresión “todos”, debería contemplar la situación de la Sra. Espeche, quien, en concreto,
no pudo esbozar cifra alguna; ni propia, ni ajena.
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Juarezque los testimonios vertidos en su favor dieron cuenta de la extensión horaria
laborada.
En grado, la petición fue rechazada porque la Sra. Jueza comprendió que las
declaraciones testimoniales aportadas no podían validar la postura del Sr. Juarez. Advirtió
que la Sra. Espeche excedió la propia extensión horaria denunciada por el actor en su
demanda y que el Sr. Ferreyra dejó de laborar en el año 2011 –suceso que, en atención a
la prescripción del rubro, desacreditaba sus asertos-.
Pues bien, en su demanda, el Sr. Juarez afirmó que trabajaba seis días a la
semana de 21.00 a 05.30 o 06.00 horas con un franco semanal. Si bien la parte actora
aduce que la demandada incumplía el CCT que le obligaba a otorgar un franco semanal de
35 horas corridas, este argumento no tiene asidero en su propia versión de los hechos en
la que denota que la jornada que le correspondía descansar, se extendía por más de 39
horas.
Ahora bien, la Sra. Espeche (fs. 126/127) y el Sr. Ferreyra dieron suficientes
razones para justificar sus dichos y me resultan coherentes y concordantes. Destaco que
los circunstanciados relatos rendidos resultan específicos, imparciales, objetivos, provienen
de compañeros de trabajo que se desempeñaban en el mismo local que el actor, en los
mismos horarios de labor y revelan un conocimiento personal y directo de los hechos
ocurridos durante la vigencia de la relación laboral.
Espeche manifestó que trabajaba de lunes a sábados de 21/21.30 hasta las 5
hras o hasta el cierre. Señaló que el actor “trabajaba de 20.30 horas, el lugar abría a las
21.00, las puertas se cerraban a las 05.00 pero si había gente, clientes en el lugar se
quedaban todos hasta el cierre” y que ello lo sabía porque trabajó como bailarina en el local
nocturno que explotaba la demandada.
Por su parte, y si bien no soslayo que Ferreyra dejó de laborar en septiembre
del 2011, y que su versión de los hechos no ofrece detalles destacables con relación a lo
expuesto en el escrito de inicio, encuentro relevante remarcar que la jornada declarada, ya
permitía vislumbrar una labor de seis días por semana, excediendo los límites legales.
Respecto del valor probatorio que le otorgo a sus dichos, recuerdo que el art. 163 inc. 5º
del CPCCN recoge la denominada prueba indiciaria en cuanto establece que las
presunciones no establecidas por la ley constituirán prueba cuando se funden en hechos
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De este modo, corresponde estarse a las previsiones de la ley 11.544 en
materia de labor nocturna que establece una extensión de 7 horas diarias –asimilables a 8
hs diurnas-. Este límite no debe aplicarse en turnos rotativos (no es el caso del actor), y la
franja horaria considerada nocturna se extiende de 21 hs a 6 hs, como sí acontece en el
caso del Sr. Juarez.
Sentado el marco fáctico y jurídico en el que se encuadra la jornada debatida,
considero que al actor devengó 01.30 horas extras diarias (aquella fracción que superó las
7 horas de labor nocturno), por seis días a la semana, por 4,33 semanas por mes, por dos
años no prescriptos. Asimismo, destaco que las horas desarrolladas durante los primeros
cinco días de la semana, serán incrementadas en un 50%, mientras que la hora y media
laborada el sexto días, en un 100%, conforme a la interpretación pacífica del art. 201 LCT.
Teniendo en cuenta que el salario adoptado a los fines indemnizatorios fue de
$10.809,24, corresponde concluir que el valor hora se encontraba en la suma de $54,04,
que acrecido por el 50% se eleva a $81,06 y en un 100% a $108,09. Siendo ello así, el
actor devengó mensualmente $2632,72 en concepto de horas extras al 50% ($81,06 x 1,5
horas diarias x 5 días a la semana x 4,33 semanas por mes) y $702,04 en concepto de
horas extraordinarias al 100% ($108,09 x 1,5 horas semanales x 4,33 semanas al mes).
Así, a los efectos de calcular las diferencias salariales, el actor generó un
crédito de $80.034,34 ($3.334,76 por mes x 24 meses), suma a la que se le deben añadir
los intereses dispuestos en grado, desde que cada suma es debida y hasta su efectivo
pago.
Por su parte, con el fin de readecuar las indemnizaciones derivadas del
distracto, corresponde adoptar una mejor remuneración mensual normal y habitual de
$14.144.
De este modo, atendiendo los parámetros indemnizatorios trazados en grado,
sugiero diferir a condena las siguientes partidas:
• Indemnización por antigüedad: $113.152 ($14.144 x 8)
• Preaviso más SAC: $30.644,39 ($14.144 x 2 x 1,0833)
• Integración del mes de despido más SAC: $3.954,11 ($14.144/31 x 8 x 1,0833)
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V. A influjo de lo normado por el art. 279 CPCCN, corresponde dejar sin efecto
lo dispuesto en origen en materia de costas y honorarios. Teniendo en cuenta el principio
general que rige en la materia, los rubros que resultaron procedentes y el resultado final del
pleito, propongo fijarlas, en ambas etapas, a la demanda vencida en lo principal (art.68
CPCC).
Por su parte, teniendo en cuenta el mérito, calidad, eficacia y extensión de los
trabajos cumplidos, el resultado del pleito y lo normado por el art. 38 de la LO y
disposiciones arancelarias de aplicación y vigentes a la época de las tareas ponderadas a
los fines regulatorios (arts.1, 6, 7, 8, 9, 19 y 37 de la ley 21.839 y art. 3° inc. b y g del
Dto.16.638/57; cfr. arg. CSJN, in re “Francisco Costa e Hijos Agropecuaria c/ Provincia de
Buenos Aires s/daños y perjuicios”, Fallos: 319:1915 y “Establecimiento Las Marías
SACIFA c/ Misiones Provincia s/ Acción declarativa”, sentencia del 4/9/2018), sugiero
regular los honorarios de la representación letrada de la parte actora y demandada en el
16% y 12% respectivamente a calcular sobre el monto total de condena más intereses.
En cuanto a la actuación en esta Alzada, propongo regular los honorarios de la
representación letrada de la parte actora en el 30% de lo que le corresponda por su
actuación en la anterior etapa (art. 14 ley 21.839 y normas arancelarias de aplicación).
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VI. En definitiva, de prosperar mi voto correspondería: a) modificar la sentencia
apelada y establecer el monto de condena en la suma de $417.070,64 más los intereses
dispuestos en grado que llegan firmes a esta instancia; b) Imponer las costas de ambas
instancias a la demandada vencida (art. 68 CPCCN); c) regular los honorarios de la
representación letrada de la parte actora y demandada en el 16% y 12% respectivamente a
calcular sobre el monto total de condena más intereses y d) regular los honorarios de la
representación letrada del actor por su actuación en esta etapa en el 30% de lo que en
definitiva le corresponde por su actuación en grado.
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Ante mi:
Verónica Moreno Calabrese
Secretaria
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