Está en la página 1de 3

Medellín, 27 de agosto del 2021

Señor
René Descartes
Filósofo, matemático y físico.

Cordial saludo.

Por la presente es grato dirigirme nuevamente a usted, expresando mi alegría de


poder escribirle nuevamente esperando que no sea de incomodidad las siguientes palabras.

Señor Descartes, después de un análisis realizado a la existencia real, o ficticia, del


mundo exterior, he podido continuar con la cuarta parte de sus meditaciones; al continuar
con la lectura me he sentido aún más atraído por su obra y pensamiento, cada vez que
discierno sus palabras es como si respondiera a las preguntas que me han dejado con
bastante duda.

En esta lectura realizada he entiendo la necesidad de plantearse la cuestión del por


qué los seres humanos se equivocan, ¿por qué motivo nos apartamos de la verdad?; por otra
parte, resalto el tomarse como ejemplo para tratar de buscar un conocimiento verdadero y
tener la humildad de reconocer que todos nos equivocamos.

Antes de continuar también te agradezco por ayudarme a optar por lo novedoso, yo


soy una persona un poco temerosa para expresarme y en algunas situaciones tengo miedo a
que me juzguen por errar; esta meditación me ha ayudado a lanzarme a comentar desde los
conocimientos que he obtenido siempre teniendo en cuenta que no soy perfecto como usted
mismo lo afirma, y si llegara a equivocarme aprenderé de ello.
Sabemos ya, que usted busca la verdad de forma incansable, ¡ojalá todos la
buscaran! pero lo que extraña es que existiendo Dios y siendo, por definición, bueno y
ajeno a toda voluntad de perjuicio hacia nosotros, nos haya permitido que nos
equivoquemos. Por otro lado, poseemos capacidad propia para juzgar, para tomar
decisiones entre algo bueno y algo malo, no obstante, Dios siendo tan omnipotente, ¿por
qué pretende que yo me equivoque? y más aún como en mi caso que lo considero un padre
y razón de mi existencia; me vienen muchas preguntas al respecto y tengo miedo de pensar
que en lo que he creído es tan solo una ilusión.

Del mismo modo sabemos que somos seres que estamos en medio de la humanidad
y la divinidad, ay algo dentro de nosotros que nos empuja hacia lo divino, lo místico, pero
que sucede con esa otra parte que siento vacía ¿será que es la responsable de mis desdichas,
la responsable que me equivoque?; usted responde que Dios me ha brindado la facultad de
distinguir entre los errores y lo verdadero, pero ¿por qué es limitado?

Señor Descartes vos crees que el ser humano, al poseer una facultad ofrecida por
Dios, ha de participar de su “perfección” de algún modo y reorienta su pensamiento e ideas
a dos causas que son las que generan errores en nosotros, “la facultad de conocer y la
facultad de elegir”, sino estoy equivocado también lo mencionas en otras palabras, como
entendimiento y voluntad. El entendimiento, sirve para llegar a ideas claras y distintas y la
voluntad ayuda a tomar decisiones sobre esas ideas. Según su reflexión, cuando nosotros
los humanos cometemos errores es porque hubo exceso de voluntad, cuando se afirma una
idea como verdadera o falsa y como tal el entendimiento no ha revelado la idea como clara.

Continuando, usted y yo sabemos que Dios es bueno, nos entrega dos facultades las
cuales confía que podamos cumplirlas y hacer buen uso de ellas, pero si erramos Dios no es
el culpable, es un error de la incapacidad humana, pero acá me viene otra pregunta ¿cómo
hacemos para frenar la voluntad si nuestra imperfección nuca nos dejara ver con claridad?

Concluyendo y hablando un poco de Dios yo lo culpaba de muchas situaciones que


me pasaban, no entendía el porque me sucedían cosas tan injustas, siendo yo creación de él,
siendo su hijo, no encontraba respuestas; ahora bien, gracias a tu explicación comprendí
que no hay ningún motivo de queja, antes se debe estar agradecido, por darnos las pocas
perfecciones que hay en nosotros, por dotarnos de entendimiento y de libre albedrío, la
cuales dirigidas según la verdadera esencia del hombre y teniendo en cuenta que somos
imagen y semejanza de Él, nos llama siempre a buscar verdad.

Para despedirme te doy gracias por aportarle una posible respuesta a muchas dudas
que surgen en mi joven vida; señor Descartes el mundo exterior tiene muchas ideas
confusas y como usted mismo lo dice podemos caer engañados por los sentidos o por
nuestra imaginación, espero que también pueda hacerle preguntas sobre ellas en otras cartas
que es de mi interés enviarle.

Atentamente,

Javier Hernández Pinilla


Misionero Javeriano de Yarumal
Cr. 82 #73 A -41

También podría gustarte