Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Eroles Discapacidad
Eroles Discapacidad
afirmación de derechos
Carlos Eroles*
1. lnvisibilizar al diferente
El maestro Paulo Freire1, aquel célebre pedagogo y pensador brasileño, comenzó su
tarea enseñando a leer y a escribir a los adultos analfabetos, pero no desde su
minorización –asimilándolos a chicos pequeños– sino desde el reconocimiento de que
la adultez y la experiencia surgen del caminar, del compartir, del amor y del
sufrimiento. Por ello su método pedagógico concientizador, hacía evidente lo que
estaba oculto, a través de palabras generadoras: agua, tierra, amor, naturaleza, lucha,
solidaridad, compromiso, libertad, ser persona.
* Lic. Carlos Eroles, trabajador social. Coordina las áreas de discapacidad y de relaciones con
universidades de la Secretaria de Derechos Humanos de la Nación. Profesor regular de la Facultad de
Ciencias Sociales-UBA. Miembro del Departamento de Discapacidad de la Central de Trabajadores
Argentinos.
Versión accesible del capítulo 1 del libro “La discapacidad una cuestión de derechos humanos”, edición
coordinada por Carlos Eroles y Carlos Ferreres, publicada por Editores Espacio en la ciudad de Buenos
Aires en el año 2005. Se indican entre corchetes los números de páginas del original.
1 Paulo Freire, es autor entre otras obras de “Educación como Práctica de la Libertad” y "Pedagogía del
Hoy los excluidos, los marginados, los pobres extremos, los débiles, las víctimas
de diversas formas de violencia, los discriminados racial y socialmente y la mayoría de
las personas con discapacidad, forman parte del subsuelo de la Patria. En rigor siempre
lo fueron. Simplemente recién ahora, a principios del siglo XXI podemos percibir estos
hechos como una injusticia incompatible con la dignidad humana.
Lo más importante de los seres humanos es lo que todos tienen en común, que
es precisamente su dignidad, su igualdad esencial, sus derechos.
Hoy todos las personas, por el sólo hecho de serlo tenemos la condición de
ciudadanos y tenemos derecho a exigir que se nos respete como tales.
Para que haya democracia es preciso que los conflictos sociales estén limitados
por valores como los de la modernidad: la racionalización y la subjetividad. Pero
también es necesario que existan fuerzas políticas representativas.
La ética del discurso -a la que hacen referencia entre otros Habermas, Apel y
Adela Cortina6 tiene relevancia política y ha hecho esfuerzos para incidir en la
consolidación de la democracia, de los derechos humanos, de la solidaridad y de la
comunicación.
4 Jurgen Habermas Escritos sobre Moralidad y Eticidad, Ed. Paidos, Bs. As., 1991.
5 Cfr. Alain Tourainé, Crítica dela Modernidad, Edit. FCE, 1995, pág. 330.
6 Nos referimos Jurgen Habermas, Otto Apel y Adela Cortina, pensadores significativos de la Ética
Discursiva, que es el pensamiento vigente en filosofía práctica. Habermas y Apel, pensadores alemanes,
representan tendencias distintas en filosofía. La profesora española, desde una perspectiva cristiana
adhiere a las tesis de Apel.
7 Cfr. Miguel Manzanera (sj.). Fundamentación en la filosofía de la nostridad. en Scannone y Santuc
(comp.) “Lo político en América Latina, Ed. Bonum, Bs. As., 1998.
Afirma la profesora Cortina “Si el lector está convencido de la igualdad humana
cuando habla en serio sobre la justicia (Jhon Rawls) o cuando ejecuta actos de habla
con sentido (ética discursiva); haga pues, del respeto a la igualdad una forma de
discurso normativo y de vida”8
Sostiene también Bunge que derechos y deberes vienen juntos: cada derecho
implica un deber y a la inversa.”10 “aunque la democracia representativa es moral y
prácticamente superior a la dictadura, es sólo el comienzo de una democracia total,
que implica la participación permanente de toda la ciudadanía en la totalidad del
proceso político.... La democracia participativa debería ser un componente de la
democracia integral, cuyos otros componentes son la democracia biológica, económica
y cultural. En otras palabras la democracia integral extiende la democracia política a
todas las esferas sociales. Equivale a la libertad de disfrutar de todos los recursos de la
sociedad, así como del derecho y el deber de participar en las actividades sociales, sólo
sujetos a las limitaciones impuestas por el derecho de los otros… Para una persona
justa, derechos y deberes vienen juntos: cada derecho implica un deber y viceversa”11.
Finalmente plantea la cuestión ética de qué debe hacer la democracia con sus
enemigos y sostiene que como la democracia garantiza el disenso no pueden tolerarse
expresiones públicas de odio, ni acciones apuntadas a suprimirlo. “En política como en
la ciencia, la tolerancia ilimitada es tan intolerable como la intolerancia total”12.
“Esto implica asumir para valorar la sociedad en que vivimos la óptica de los
privados del ejercicio de sus derechos: Nos referimos a los niños, víctimas de la pobreza
13 Alessandro Baratta,op.cit.
14 Ricardo Maleandi “Derechos Humanos y Contlictividad“, en Anuario de Filosofía Jurídica y Social, Año
12, 1992 (publicado en 1994).
15 Cfr. (Documento de Puebla: “Ante el Clamor de la Justicia”: 87 a 109, IIIa. Conferencia General del
a) Educación básica
16 Elizabeth Jelin “Igualdad y diferencia: Dilemas de la ciudadanía de las mujeres en América Latina”, en
Revista Agora nº 7, Bs. As., 1997.
17 Pedro Demo-Lilian Nunes de Aranha Oliveira “Ciudadanía y Derechos Humanos, desde la perspectiva
18lbidem.
19 Will Kymlicka y Wayne Norman “El retorno del ciudadano: una revisión de la producción reciente
sobre ciudadanía", en Revista Agora núm. 7, Bs. As., 1997.
Son muchos los grupos minoritarios que se sienten excluidos no por no poseer
los derechos comunes propios de la ciudadanía, sino por su identidad socio-cultural
diferente. Por eso Iris Marion Young plantea la idea de ciudadanía diferenciada: “en
una sociedad donde algunos grupos son privilegiados mientras otros están oprimidos,
insistir en que como ciudadanos las personas deben dejar atrás sus filiaciones y
experiencias particulares para adoptar un punto de vista general, sólo sirve para
reforzar los privilegios...”20. La autora citada define la opresión, “a través de cinco
formas: explotación, marginación, privación de poder, imperialismo cultural y
violencias y acosos asistemáticos motivados por el odio o el miedo grupal”21.
Social”, Revista del Colegio de Asistentes Sociales y Trabajadores Sociales de Mar del Plata, Nº 1, julio
2000.
hicieron que ese sujeto individual o colectivo esté en el lugar social cultural y simbólico
en el que está.…“23
Esta definición que recoge los conceptos clásicos empleados por las Naciones
Unidas y es en sí misma correcta, no alude más que a un sentido reduccionista de la
expresión discapacidad totalmente asimilable al de minusvalía. Dice parte de la verdad
y no aporta a un proceso de transformación de la realidad. En sentido opuesto,
entendemos el término, como la potencialidad de las personas con discapacidad de
fortalecer su calidad de vida y su desarrollo humano, de contar con los recursos
técnicos, pedagógicos, de salud o de seguridad social adecuados y si se promueve la
conformación de contextos económicos, sociales y culturales favorables, mediante
políticas públicas y acciones comunitarias y/o privadas.
“Desde el seno delos distintos países del Continente está subiendo hasta el cielo
un clamor cada vez más tumultuoso e impresionante. Es el grito de un pueblo que sufre
y que demanda justicia, libertad, respeto a los derechos fundamentales del hombre y
delos pueblos”25
En rigor en todas las éticas humanistas, como las de John Fians, Michael
Walz'er, Amartya Sen o Marta Nussbaum, para tomar cuatro autores significativos de
las corrientes universalistas y comunitaristas, se valora la justicia distributiva.
Son aquellos que forman parte del rostro hasta ayer oculto de nuestra sociedad
y que ahora lo palpamos: porque los pobres suman más de quince millones y porque
han roto parcialmente el silencio y hoy se muestran en los piquetes ocupando rutas,
marchando por las calles y mostrando el hambre y los dolores de las familias más
humildes de nuestra Patria. Muchos de ellos tienen hijos con discapacidad.
25Cfr. 3º_ Conferencia Plenaria del Episcopado Latinoamericano, Puebla párrafo 87, 1979.
26Nancy Fraser ¿De la redistribución al reconocimiento?, en Revista New
Left, Madrid, 2000
Aquí nos encontramos también con los chicos del pueblo, muchos de ellos
trabajadores prematuros, con un peso y talla inferiores a los de su edad, con sus
rostros de hambre, habituados a sentir el dolor de no tener, de no ser, de no estar
reconocidos por el conjunto de la sociedad. Muchos de ellos son personas con
discapacidad.
Nada volverá a ser igual en la Argentina, porque hay un antes y un después del
19 y 20 de diciembre de 2001.
Pues bien la Argentina será mejor cuando los más débiles sean reconocidos
definitivamente como personas iguales en derechos y responsabilidades.
5. Discapacidad y discriminación
La discriminación es violenta, dura, brutal. Diferencia a los seres humanos de
acuerdo a criterios no válidos. En base a los prejuicios, a los caprichos, a los desbordes
de poder de unos pocos.
¿Qué tengo en común yo con un down? Mucho más es lo que nos une que lo
que nos separa. Los dos somos seres humanos; los dos tenemos necesidades, los dos
requerimos amor, cariño, atención. Los dos tenemos capacidad de disfrutar y
capacidad de sufrir. Los dos construimos, por caminos diferentes, el mundo y la
sociedad.
Marcuse el célebre filósofo francés, que levantó en los sesenta las banderas del
cambio y alentó la revolución juvenil de fines de los sesenta, sostenía: “Vivimos en un
tiempo, en que hasta la tolerancia puede ser represiva".
Y esto es cierto, hoy más que nunca. Cómo olvidar que en noviembre de 2001
un gobierno democrático encabezado entonces por Fernando De la Rúa, un dirigente
político que elaboró leyes progresistas, como el Instituto Nacional de Asuntos
Indígenas, la ley antidiscriminatoria y muchas normas beneficiando a los jubilados,
ordenó o al menos consintió, la represión de una manifestación pacífica de
discapacitados y familiares en la Plaza de Mayo.
Hace años, Jorge Garber (el autor del proyecto de creación de la Comisión
Nacional Asesora para la Integración de las Personas Discapacitadas y su primer
presidente), un hermoso ser humano y un gran cuadripléjico, prematuramente
desaparecido (cuyo ejemplo me hizo comprender mi condición de persona
discapacitada), me decía que en la lucha por el reconocimiento del valor social de las
personas con discapacidad, hay mucho de lucha de liberación.
Es decir: se trata una acción política que puede ser comprendida y apoyada por
muchos, pero que esencialmente corresponde ser librada por quiénes están
afrontando en carne propia el problema, llámense personas con discapacidad, padres
o familiares de discapacitados.
Las personas y las familias en el marco de la vida cotidiana y del Estado de derecho que
define normativamente a las democracias, asumen en forma Creciente roles
protagónicos que reafirman su condición de sujetos, sea a partir de procesos de
participación política, sea en el marco de conflictos que determinan, tensiones,
rupturas y demandas. Ellos se desarrollan con modalidades no siempre prolijas y
ordenadas por parte de las comunidades y las familias, pero que tienen un indiscutible
tenor político.
Por eso surgen cada vez con mayor frecuencia sujetos no individuales sino
colectivos, a los que se denomina “movimientos sociales”
Los movimientos sociales pueden ser definidos como “actores colectivos cuya
orientación principal en la defensa del sujeto, la lucha por los derechos y la dignidad
humana… Un movimiento social” no es una corriente de opinión, puesto que pone en
tela de juicio una relación con el poder que se sitúa muy concretamente en las
instituciones y en las organizaciones, teniendo la mira de orientaciones culturales, a
través de las relaciones entre poder y desigualdad”29
Para el cientista social alemán Ullrich Beck “Las familias ocupan en el escenario
de la vida cotidiana una llamativa centralidad. Es en su seno donde nacen las
demandas, o se producen los conflictos y las necesidades insatisfechas que dan origen
a los movimientos sociales y otras modalidades de acción transformadora... operan
como una organización básica en la que se canalizan algunas necesidades humanas. En
este sentido son-un espacio de lucha y construcción dela realidad.”31
“Para dominar los problemas sociales, los seres humanos se ven obligados...a
formar coaliciones sociales y políticas. Pero éstas no siguen un esquema, como por
ejemplo el de clases. Las coaliciones con los grupos más diversos… son acordadas y
disueltas de una manera puntual, específica y muy cambiante…. Las coaliciones son
asociaciones con un fin que dependen de la situación y de las personas en la lucha
individual por la existencia en los diversos campos de batalla dados socialmente (…) En
la sociedad individualizada se prepara el terreno para nuevos conflictos, ideologías y
coaliciones que hacen saltar las esquematizaciones anteriores (…) Las líneas de
conflicto duraderas surgen cada vez más a lo largo de rasgos asignados que siguen
estando vinculados a las desventajas: la raza, el color de la piel, el sexo, la pertenencia
étnica (inmigrantes), la edad, las deficiencias físicas. En las condiciones de la
individualización avanzada, tales desigualdades sociales 'cuasi' naturales obtienen
“Frente a una situación tan dura, cualquiera de nosotros solo con su familia se
destruye. Nuestra única salida es la solidaridad y la Organización. Hay que organizarse
para la necesidad, porque ¿si no, no la podemos resolver: nuestra primera necesidad
fue la vivienda y nos organizamos para tomar las tierras; ahora la necesidad es la
comida y nos organizamos para las ollas; pero también es una necesidad que nuestros
hijos estudien; es una necesidad trabajar; es una necesidad participar políticamente....
El Poder Ejecutivo va a tener que dejar actuar “como sí…”. Cuánto y cómo
destine recursos financieros, técnicos y humanos a la atención de las personas con
discapacidad, reflejará sus verdaderas intenciones.
32Ibidem
33Alcira Argumedo: “Los silencios y las voces de América Latina”, Ediciones del Pensamiento Nacional,
Bs.As., 1996.
Quedará todavía mucha batalla por librar. Ganar más espacio en la opinión
pública. Y hacia los propias personas con discapacidad y sus familias.
No estamos solos. Hay una legislación nacional e internacional que nos ampara,
que reconoce nuestros derechos.
Aquí radica nuestra esperanza. En que no nos gusta la perfección, sino en que
valoramos la debilidad. En la disposición de cada uno de los miembros actuales de este
Movimiento Social y de los que se incorporen en el futuro, de vivir cada día con la
esperanza concreta de alcanzar nuevas metas de justicia, autonomía, calidad de vida y
34 La nota de referencia fue publicada en Página 12, Bs. As., Julio de 2002.
dignidad humana para todas las mujeres y todos los hombres de buena voluntad,
incluidas natural y centralmente las personas con discapacidad.