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Luffi AÑO de la Diversificación Productiva y del

Fortalecimiento de Educación

DOCTRINA SOCIAL DE LA
IGLESIA

ACTIVIDADES DE ASIGNATURA

2015
INTEGRANTES:

SANCHEZ BEYUMA FATIMA FIORELLA

ASTRID CHEJIM VASQUEZ VALVERDE

Docente: EVA MERCEDES(D) PORTILLA


URRESTI

CHIMBOTE_2015
Tema 1PRINCIPIOS DE LA DOCTRINA SOCIAL DE LA IGLESIA

La doctrina social católica se fundamenta en el amor de Dios para cada uno de


sus hijos. Este amor ha sido revelado por Jesucristo quien con su muerte y
resurrección, nos abrió la puerta de la salvación y de la vida eterna; y que con
su vida y ejemplo nos señaló el camino a seguir para llegar al umbral de esa
puerta. Todas las enseñanzas sociales de la Iglesia se fundamentan por lo tanto
en el Evangelio y en una concepción del hombre que lo sitúa en este mundo
como un constructor de la sociedad, pero siempre mirando a su destino final
trascendente. Así visto, el hombre, creado por Dios y que volverá a Él, sólo
puede manifestar su amor al Creador, amando a su prójimo y realizando su
particular y único aporte a la construcción de una sociedad más próspera,
justa, solidaria y plenamente humana. Es por esto, que si el ser humano no
experimenta primero un encuentro personal con Jesucristo, transformando su
vida, iluminando su mente y llenando de amor su corazón, difícilmente podrá
perseverar en su propósito de seguir los principios e imperativos morales
contenidos en la Doctrina Social. La Caridad de Cristo nos apremia.

(2Co5, 14)La vocación cristiana tiene implicaciones sociales ya que Jesús nos
ordenó a continuar su misión de propagar el Reino de amor, justicia y paz.

Juan Pablo II y la Doctrina Social:

Las permanentes circunstancias que padecen el mundo contemporáneo y las


deplorables condiciones de subdesarrollo en que se encuentran aún
demasiados países demuestran la permanente actualidad de la doctrina social
de la Iglesia y la necesidad de partir desde una perspectiva justa. Esta
perspectiva se centra en la verdad del hombre, que es descubierta por la razón
y confirmada por el Evangelio de Jesucristo, que proclama y promueve la
auténtica dignidad y la natural vocación social de la persona” .
“ La enseñanza social de la Iglesia ofrece orientaciones para la promoción de
los derechos humanos, para la tutela de la familia, para el desarrollo de
instituciones políticas auténticamente democráticas y participativas, para una
economía al servicio del hombre, para un nuevo orden internacional que
garantice la justicia y la paz y para una actitud responsable hacia la creación” .

PRINCIPIOS DE LA DOCTRINA SOCIAL DE LA IGLESIA

La Unión Social de Empresarios Cristianos basa su quehacer en los conceptos


contenidos en la Doctrina Social de la Iglesia Católica. Por su permanencia en
el tiempo y universalidad de significado, los consideramos como el primer y
fundamental parámetro de referencia para la interpretación y la valoración de
los fenómenos sociales. De ellos se pueden deducir los criterios de
discernimiento y de guía para la acción social en todos los ámbitos:

Respeto a la dignidad de la persona y fomento de su desarrollo integral.


Partimos del hecho de que todo ser humano es un ser único, irrepetible e
inteligente, con voluntad libre, sujeto de derechos y deberes, con destino
trascendente y, por lo tanto, dignidad eminente. Es el origen, centro y fin de
toda la vida social y económica. La realización y plenitud de la persona se da
en su relación y crecimiento junto con sus semejantes; en el avance a la
perfección en la comunión universal humano-divina que es su verdadera
felicidad.

 Bien Común. Es el conjunto de condiciones de la vida social que hacen


posible a las asociaciones y a cada uno de sus miembros el logro más
pleno y más fácil de la propia perfección. El bien común comprende la
existencia de los bienes necesarios para el desarrollo de los hombres, y
la posibilidad real de todos los hombres de acceder a ellos; exige el
bienestar social y el desarrollo

del grupo mismo; implica la paz, la estabilidad y la seguridad de un orden


justo.
 Destino Universal de los Bienes. Los bienes están destinados para uso
de todos los hombres, son la herencia común de todos los habitantes
pasados, presentes y futuros. Los bienes incluyen tanto los materiales
(propiedades, económicos, etc.), como los intelectuales (conocimientos,
tecnologías, propiedad industrial, etc.) y espirituales. La propiedad
privada es un derecho y una responsabilidad que por su misma
naturaleza tiene una hipoteca social ya su función es contribuir al
sostenimiento y desarrollo del propietario y de sus prójimos. De igual
manera, cada persona tiene la obligación de velar por la sustentabilidad
y expansión de los bienes que tiene a su cuidado.

 Subsidiaridad. Conforme a este principio, todas las sociedades de


orden superior deben ponerse en una actitud de ayuda —por tanto de
apoyo, promoción, desarrollo— respecto a las menores. Las entidades
menores, por su parte, deben actuar por sí mismas en lo suyo al
máximo, aceptar y aprovechar debidamente las ayudas de las entidades
mayores y admitir la suplencia temporal de las mismas aun cuando no
puedan o no quieran hacer lo que les compete y que fuera requerido
para el bien común

 La Participación. Es la consecuencia característica de la subsidiaridad


que se expresa, esencialmente, en una serie de actividades mediante las
cuales el ciudadano, como individuo o asociado a otros, directamente o
por medio de los propios representantes, contribuye a la vida cultural,
económica, política y social de la comunidad civil a la que pertenece.
La participación es un deber que todos han de cumplir conscientemente,
en modo responsable y con vistas al bien común. La nueva organización
del trabajo, en la que el saber cuenta más que la sola propiedad de los
medios de producción, confirma de forma concreta que el trabajo, por
su carácter subjetivo, es título de participación.
 Solidaridad: Entendemos la solidaridad como la vinculación e
interdependencia recíproca de las personas para la realización
convergente del bien común. En el caso de la empresa, la caridad y la
solidaridad -al interiorizarse en las personas que toman decisiones y
llevan a cabo sus acciones cotidianas- deben procurar el bien de todas
las personas que la integran y se relacionan con ella. Una vez aplicadas
en la empresa, la solidaridad y la caridad trascienden a las relaciones
con la comunidad buscando mejorar el entorno en el que se desarrolla
nuestro prójimo.
 Valores fundamentales. Los principios anteriores presiden la
edificación de una sociedad digna del hombre. Su aplicación está guiada
por cuatro valores íntimamente relacionados entre sí. Éstos son
inherentes a la dignidad de la persona humana y favorecen su auténtico
desarrollo. Son esencialmente: a) la verdad, buscada continuamente,
respetada y atestiguada responsablemente; b) la libertad, signo de la
sublime dignidad de cada persona humana, ejercida responsablemente y
enfocada a la contribución de todos al bien común; c) la justicia,
constante y firme voluntad de dar a cada uno lo que le es debido y
abierta al horizonte de la solidaridad y del amor; y d) el amor fraterno,
del cual brotan, se nutren y desarrollan la verdad, la libertad y la justicia

 Autoridad. La entendemos como la facultad de ejercer el mando según


la justa razón, no es una fuerza exenta de control. Sólo se ejerce
legítimamente si es un medio que busca el bien común, y si para
alcanzarlo emplea medios moralmente lícitos. Por las deficiencias
existenciales, es necesaria la autoridad; por tanto, no es privilegio, sino
servicio.
 El trabajo. Es una actividad propia del hombre, destinada a producir
bienes o servicios y por medio de la cual el hombre desarrolla sus
capacidades, aplicando la inteligencia y la voluntad.
De la dignidad, unidad e igualdad de todas las personas deriva, en primer
lugar, el principio del bien común, al que debe referirse todo aspecto de la
vida social para encontrar plenitud de sentido. Según una primera y vasta
acepción, por bien común se entiende « el conjunto de condiciones de la vida
social que hacen posible a las asociaciones y a cada uno de sus miembros el
logro más pleno y más fácil de la propia perfección

El bien común no consiste en la simple suma de los bienes particulares de


cada sujeto del cuerpo social. Siendo de todos y de cada uno es y permanece
común, porque es indivisible y porque sólo juntos es posible alcanzarlo,
acrecentarlo y custodiarlo, también en vistas al futuro. Como el actuar moral
del individuo se realiza en el cumplimiento del bien, así el actuar social
alcanza su plenitud en la realización del bien común. El bien común se puede
considerar como la dimensión social y comunitaria del bien moral.

Cómo se puede conocer el bien común:

El conocimiento del bien común no requiere que sea un conocimiento


teológico. El conocimiento que proporciona la sola reflexión racional es un
instrumento idóneo e indispensable para una comprensión de los conceptos
básicos de la doctrina social, incluido el concepto bien común. La reflexión
racional solicita la apertura y el asentimiento a la verdad de toda inteligencia y
conciencia y sobre esa racionalidad se proyecta la luz que el Evangelio. (77)

El principio del bien común puede ser conocido a través de la razón y de la fe


y está comprendido en el Mandamiento supremo del amor a Dios y al prójimo,
en la Justicia y se vincula con los problemas que surgen en la vida de la
sociedad.

El bien común como criterio en la vida:

El bien común es criterio para reconocer algunos pecados sociales que


constituyen, por su objeto mismo, una agresión directa al prójimo. Es social
todo pecado cometido contra la justicia en las relaciones entre persona y
persona, entre la persona y la comunidad, y entre la comunidad y la persona.
Es social todo pecado contra el bien común y contra sus exigencias, en toda la
amplia esfera de los derechos y deberes de los ciudadanos. (118)

El bien común exige un pluralismo social:

Tenemos que reconocer que el bien común depende, de un sano pluralismo


social, pues la sociabilidad humana no es uniforme, sino que reviste múltiples
expresiones. No se debe aceptar el pluralismo social cuando el bien de la
sociedad corresponde a la íntima naturaleza del hombre, mientras que
podemos permitirlo y hasta alentarlo en circunstancias que proceden
legítimamente de la libre voluntad.

La responsabilidad de todos por el bien común:

Las exigencias del bien común derivan de las condiciones sociales de cada
época y están estrechamente vinculadas al respeto y a la promoción integral de
la persona y de sus derechos fundamentales.349 Tales exigencias atañen, ante
todo, al compromiso por la paz, a la correcta organización de los poderes del
Estado, a un sólido ordenamiento jurídico, a la salvaguardia del ambiente, a la
prestación de los servicios esenciales para las personas, algunos de los cuales
son, al mismo tiempo, derechos del hombre: alimentación, habitación, trabajo,
educación y acceso a la cultura, transporte, salud, libre circulación de las
informaciones y tutela de la libertad religiosa.

Las tareas de la comunidad política:

La responsabilidad de edificar el bien común compete, además de las


personas particulares, también al Estado, porque el bien común es la razón de
ser de la autoridad política

El Estado, en efecto, debe garantizar cohesión, unidad y organización a la


sociedad civil de la que es expresión, de modo que se pueda lograr el bien
común con la contribución de todos los ciudadanos.
El destino universal de El principio de La Participación
los bienes subsidiaridad

Este principio se basa en el La subsidiaridad está entre las se expresa, esencialmente, en


hecho que « el origen directrices más constantes y una serie de actividades
primigenio de todo lo que es un características de la doctrina mediante las cuales el
bien es el acto mismo de Dios social de la Iglesia, presente ciudadano, como individuo o
que ha creado al mundo y al desde la primera gran encíclica asociado a otros, directamente
hombre, y que ha dado a éste la social. Es imposible promover o por medio de los propios
Definición tierra para que la domine con la dignidad de la persona si no representantes, contribuye a
su trabajo y goce de sus frutos
se cuidan la familia, los grupos, la vida cultural, económica,
(cf. Gn 1,28-29). Dios ha dado
las asociaciones, las realidades política y social de la
la tierra a todo el género
humano para que ella sustente territoriales locales, en comunidad civil a la que
a todos sus habitantes, sin definitiva, aquellas pertenece
excluir a nadie ni privilegiar a expresiones agregativas de
ninguno. He ahí, pues, la raíz tipo económico, social,
primera del destino universal cultural, deportivo, recreativo,
de los bienes de la tierra. profesional, político, a las que
las personas dan vida
espontáneamente y que hacen
posible su efectivo crecimiento
social.
El amor de la Iglesia por los el principio de subsidiaridad La participación puede lograrse
pobres se inspira en el contrastan las formas de en todas las relaciones posibles
Evangelio de las centralización, de entre el ciudadano y las
bienaventuranzas, en la burocratización, de instituciones: para ello, se debe
Consecuencias pobreza de Jesús y en su asistencialismo, de presencia prestar particular atención a los
atención por los pobres. injustificada y excesiva del contextos históricos y sociales
Estado y del aparato público: « en los que la participación
Al intervenir directamente y debería actuarse
quitar responsabilidad a la verdaderamente
sociedad

El destino universal de los La ausencia o el inadecuado La ausencia o el inadecuado


bienes comporta un esfuerzo reconocimiento de la iniciativa reconocimiento de la iniciativa
común dirigido a obtener para privada, incluso económica, y privada, incluso económica, y
cada persona y para todos los de su función pública, así como de su función pública, así como
pueblos las condiciones también los monopolios, también los monopolios,
necesarias de un desarrollo contribuyen a dañar contribuyen a dañar
integral. gravemente el principio de gravemente el principio de
subsidiaridad. subsidiaridad.
Diferencias
La persona, en efecto, no El principio de subsidiaridad
puede prescindir de los bienes protege a las personas de los
materiales que responden a sus abusos de las instancias
necesidades primarias y sociales superiores e insta a
constituyen las condiciones estas últimas a ayudar a los
básicas para su existencia; particulares y a los cuerpos
estos bienes le son intermedios a desarrollar sus
absolutamente indispensables tareas
para alimentarse y crecer
TEMA 13 REALIZAR UNA MAPA CONCEPTUAL TEMA:

EL PRINCIPIO DE LA SOLIDARIDAD

Se presenta como principio social, virtud


humana y virtud cristiana, que brota de las
nuevas relaciones de interdependencia entre
hombres y pueblos

La solidaridad como principio social La solidaridad en la vida y en el


Significado y valor
y como virtud moral mensaje de Jesucristo

La solidaridad confiere El principio de solidaridad implica que los


particular relieve a la hombres de nuestro tiempo cultiven aún La cumbre insuperable de la
intrínseca sociabilidad de la más la conciencia de la deuda que tienen perspectiva indicada es la vida de
persona humana, a la con la sociedad en la cual están insertos: Jesús de Nazaret, el Hombre nuevo,
igualdad de todos en dignidad son deudores de aquellas condiciones que solidario con la humanidad hasta la «
y derechos, al camino común facilitan la existencia humana, así como muerte de cruz » (Flp 2,8): en Él es
de los hombres y de los del patrimonio, indivisible e posible reconocer el signo viviente
pueblos hacia una unidad indispensable, constituido por la cultura, del amor inconmensurable y
cada vez más convencida el conocimiento científico y tecnológico, trascendente del Dios con nosotros,
los bienes materiales e inmateriales, y que se hace cargo de las
todo aquello que la actividad humana ha enfermedades de su pueblo, camina
producido. con él, lo salva y lo constituye en la
unidad.
TEMA 14 REALIZAR UN MAPA CONCEPTUAL TEMA:

Relación entre
principios y valores

LOS VALORES
FUNDAMENTALES DE
LA VIDA SOCIAL

VERDAD

LIBERTAD

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