AUTOCOSTRUCCION. - Es un procedimiento en el cual es el propio usuario quien
levanta el edificio que después ocupará, generalmente sin acudir a técnicos facultativos para realizar el diseño o a personal especializado en las obras. Alcanza un significado diferente en los distintos países. En muchos países desarrollados hay programas de vivienda de calidad que incluyen este procedimiento edificatorio, con técnicas de prefabricación y con materiales específicos, como la madera, siendo muy extendidos.
En provincias, en promedio, 7 de cada 10 construcciones de viviendas son informales.
Esto quiere decir que no solo carecen de licencia de construcción y planos, sino que usan materiales inadecuados, por lo que se exponen a graves daños ante cualquier sismo. Es que la reducción de costos que puede generar este tipo de autoconstrucciones, financiadas muchas veces por el ‘ahorro familiar’ de toda una vida, “no compensarán las reparaciones que tendrían que hacerse en el futuro”.
DEFICIENCIAS. - Entre las deficiencias más comunes que se observan en la
autoconstrucción están la contratación de maestros de obra en lugar de profesionales para la planificación y ejecución de las edificaciones, así como emplear insumos artesanales a fin de reducir los costos de inversión. “Encargar a un maestro de obra, prescindiendo del asesoramiento técnico especializado es muy riesgoso, porque a la larga la edificación tendrá deficiencias. Lo adecuado es contar con profesionales para proyectar la edificación y supervisar el proceso constructivo.
POLITICA DE ESTADO. - Frente a estas deficiencias que no solo ponen en riesgo la
inversión de las familias de bajos recursos, sino que los expone a un potencial peligro por la vulnerabilidad de las edificaciones, consideramos que desde el Gobierno se deberían disponer de políticas de Estado que promuevan una construcción segura.
No es cuestión de justificar la construcción informal por un tema económico, sino de
dar políticas acompañadas de leyes para fomentar una construcción segura. Por el lado de las universidades, se podría brindar asesorías a través de los estudiantes y en el caso de los institutos técnicos, promover la capacitación del personal que asumirá la mano de obra en la construcción de estas edificaciones. CONCLUCION. – concluimos poniendo en exigencia a los Gobiernos locales sea más estricto en la fiscalización del cumplimiento de las normas y que tenga menos tolerancia con este tipo de autoconstrucción. Solo así cambiaría la mentalidad de la informalidad.