Está en la página 1de 7

Nombre: Frederick

Apellido: Domer
Alias: Freedom
Fecha de nacimiento: 17 de Marzo de 1993
Edad: 23
Nacionalidad: Freedom City, USA
Altura: 1,84m
Peso: 92 kg
Pelo: Rubio
Ojos: Azules
Primera aparición: Dr Lugh: New Justice

Cosas que le gustan:


- Su país
- Que se aprecien las cosas que hace; cuanto más mejor
- Cantar mientras se ducha
- One Direction
Cosas que no le gustan:
- La gente que piensa demasiado las cosas.
Costumbres/manías: Tararea muy a menudo sin darse cuenta.
Música favorita: Pop (Discute con el mentor porque le gusta música ochentera y
le da pereza)
Animal favorito: El águila
Color favorito: El azul
Deseos y objetivos:
- Montar un bar con temática de superhéroes, benéfico.
- Trabajar junto a Castle comics.
- Montar su propia empresa de merchandising.
- Crear su propia marca.
Curiosidades:
- Tiene registrado su nombre de superhéroe junto a su apariencia y
diferentes alternativas. Cuando se le ocurren cosas que le parezcan
valiosas como idea las registra.
- Suele llevar un pin que pone “I ♥ my country” en la mochila.
Origenes Secretos Dr Lugh #1 (20 de junio de 1981):

La luz de las estrellas iluminaba la fría noche en Freedom City, la lluvia chispea
como una ligera llovizna mientras la oscuridad intenta aflorar en los rincones de
la ciudad, pero esta ciudad parece no dormir nunca, en lo alto del edificio se
pueden ver luces, no llama la atención puesto que aún siendo la única ventana del
edificio encendida los carteles y demás tipos de publicidad iluminan suficiente
como para fijarse en semejante nimiedad. En el interior de aquel edificio, donde
aquella luz ilumina, no sólo aquél laboratorio, sino también el corazón del hombre
que, pensativo, y casi ausente, sigue trabajando sin importar que los demás
trabajadores ya se hubieran marchado, hace horas. Mirando una foto de una
joven rubia de ojos castaños, no podía tener más de veinte años, bajo la foto
unas pequeñas y rápidas anotaciones parecen indicar el nombre de la chica, Alice
Mendler, en el escritorio también se ve un periodico local, fechado el día
anterior, 19 de Junio, en la portada se puede ver la foto de la misma jóven, el
titular llama la atención “Joven de 17 años muere durante la fase final para
curar la Esclerosis Múltiple”, el Dr Edwards parece compungido, su rostro mira la
foto y luego el titular, pero la lucha interna de su interior no le deja fijarse en
nada más que en su fracaso:

— ¡¡¡DOCTOOOORRRR!!! — una voz masculina grita desde el exterior del edificio,


pero Thomas no parece inmutarse, está absorto en su flagelo.
— ¡ABRE, LAS LUCES ESTÁN ENCENDIDAS! — en ese instante el doctor sale
de su ensimismamiento, abre la ventana y se asoma, 7 pisos más abajo ve a un
hombre tambaleante, con una botella en la mano y mirando al cielo

— ¡SEÑOR DOMER, QUE HACE AHÍ FUERA SE VA A ENFRIAR, ENTRE! — tras


poco más de dos minutos el hombre llega al despacho, allí el doctor le espera con
una manta.

— Tapese señor Domer, le estoy haciendo un café para que entre en calor ¿que
hace a estas horas de la noche en la calle? y con esta lluvia… — El señor Domer,
que en realidad es un joven de unos 25 años, se tapa con la manta y se sienta, su
oscuro pelo está completamente empapado, su mirada, dirigida completamente al
suelo, parece dubitativo. El tiempo pasa y el Dr Edwards se pone nervioso, el
hombre no habla, solo tiembla, justo cuando el doctor se dispone a decir la
primera palabra Domer le mira fijamente a los ojos, sus ojos eran la mirada de la
desesperación, la ira y el miedo:

— Thomas, no pares el experimento — ya no le hablaba de usted, había una


cercanía que el hombre nunca había mostrado hacia el doctor — Llevo meses con
una medicación que me hace polvo. — aunque el hombre tiene un deje en el habla
que denota el consumo de alcohol reciente sus frases no sonaban a algo que un
borracho diría — Tanto Alice como yo somos voluntarios para encontrar la cura a
una puta enfermedad que no me dejará pasar de los 30, en el mejor de los casos.
— Se detiene, manteniendo su mirada fija hasta que su interlocutor le responde.

— Es muy peligroso William, Alice murió porque el experimento no estaba


correctamente controlado, cambiar los parametros me llevará años hasta poder
hacerlo correctamente… — antes de terminar la frase William le interrumpe —
Si cancelas el experimento me tiraré por la ventana — dice con rotundidad. Al
ver la cara de asombro del doctor añade — O me muero en el experimento o me
muero por cancelarlo, por lo menos con el experimento tal vez pueda sobrevivir.
— El doctor, perplejo ante lo que acaba de decir aquel hombre se mantiene en
silencio, algo dentro de él se ha revuelto de más formas de las que podía
imaginar, al final toma la palabra:

— Esto que estás diciendo… — dubitativo ante sus propias palabras no es capaz
de acabar la frase — ...está bien, dame un mes, tengo que reajustar los
parámetros e intentar ver que falló la última vez...

El soleado día alumbra la ciudad de Freedom City, por las ventanas del
laboratorio la luz ilumina al joven William Domer, postrado en la camilla, una
extraña camilla conectada a varios aparatos eléctricos, el doctor, inmovil ante la
maquinaria parece estar pensando en lo que está sucediendo:
— William, ¿estás completamente seguro de que quieres seguir? — a pesar de
haber pasado más de un mes la seguridad de William resulta completamente
incuestionable.
— Si… — casi parecía que dudaba — En realidad… tengo menos dudas que antes, a
pesar del miedo…
preparar el suero para inyectar cuando se fija en el exterior, el sol no iluminaba,
el despejado cielo azul era ahora un nubarrón gris y apagado, resultaba extraño,
pero Thomas prosigue con su labor.
Pasaron varias horas, el doctor estaba cansado, el resto de los presentes
también, sólo Domer estaba tumbado, pero no tranquilo, sus pulsaciones estaban
por las nubes, y su cuerpo, aunque inmóvil, parecía no detenerse, todos sentían la
tensión del ambiente, un fuerte rayo deslumbra el lugar, más de uno se gira
sorprendido:

— Las persianas están cerradas — dijo el doctor — De donde ha venido ese


relámpago??

En ese preciso instante un estruendo de repetidos rayos ilumina la sala, todos se


encuentran confusos, el doctor mira a su paciente, las luces no funcionan,
tampoco las maquinas, todo está a oscuras, uno de los ayudante grita desde
fuera de la sala:

— Hay una tormenta en el exterior, ven la radio dicen que los vientos están
moviendo coches en el centro de la ciud… — antes de que pudiera acabar la frase
un rayo golpea el edificio, todos notan como una fuerte descarga estática llena la
sala, de pronto las maquinas empiezan a funcionar, pero sin ninguna lógica, incluso
las que están desenchufadas, asustado el doctor mira a su paciente, nariz y boca
borbotean sangre por todo el lugar, preocupado coge una de las dosis que tiene
preparadas:

— Se va a morir, hay que inyectarle el suero y mantener su corazón activo. —


mientras lo decía se daba cuenta de que el corazón de aquel hombre ya no latía,
no tiene pulso, William está muerto, mientras el doctor le suministra el ultimo
frasco de suero, el cual está previsto para usarse dentro de unas horas la
electricidad ambiental parece golpearle, ante el miedo y la incapacidad de sus
ayudantes Thomas sale despedido contra la cristalera blindada, un fuerte
crujido resuena, más de un hueso roto, sin duda, en ese instante las maquinas
comienzan a pitar y a hacer diversos ruidos, ante el asombro y el dolor de
Thomas William Domer comienza a alzarse en el aire, flotando a menos de un
metro de la camilla, se despierta, sus ojos demostraban terror, esta confuso, y
se empieza a mover por toda la sala, volando, sin tocar el suelo, choca con más de
uno, algunos de los científicos simplemente caen al suelo, pero hay uno que cae de
bruces contra una mesa, dejando todo ensangrentado mientras el científico cae
en el suelo, en silencio, inmóvil, muerto. El hombre choca contra la cristalera,
reventándola por completo a pesar de ser blindada, se aleja en el aire, sin decir
nada, y desaparece entre la tormenta…

Las noticias hablan y hablan a pesar de haber pasado una seman del incidente
“Ataque de Electro Charge produce tormenta eléctrica causando cientos de
heridos en la ciudad” o “Tormenta eléctrica provocada por un Electro Charge
detenida gracias a Centurión” el doctor las lee en su despacho, arreglado del
incidente de la semana pasada, confuso, cansado y dolorido, con costillas
fracturadas y muchas dudas en la cabeza recoge las cosas del laboratorio, los
estudios, los avances, los datos, todo, no sabe que hacer con ello pero todavia no
lo entiende y tiene miedo, mucho miedo, en la radio puede escuchar cómo se
detiene la música para dar paso a noticias de última hora:
—Ultima hora, un hombre extraño ha entrado volando en el Eastern Seaboard
Bank, el hombre se hace llamar Darkmight y no va encapucha… — en ese instante
Thomas enciende el televisor y lo ve, William Domer, el hombre que hace una
semana parecía estar a punto de morir, volando y rompiendo paredes usando sus
puños, ¿cómo había conseguido su suero crear algo así? Es algo que el doctor no
sabe, pero no quiere replicarlo nunca, así que acaba de recoger todo y formatea
todos los datos, al salir del laboratorio mira hacia atrás para despedirse, pero no
dice nada.

Está volviendo a entrar, a ese mismo laboratorio, en la misma ciudad, en el mismo


edificio. 10 años atrás se despidió en silencio de aquel lugar, esperando no volver,
pero ahora, ahora está listo, aunque ya no trabaja en lo mismo, ahora solo diseña
fármacos sencillos, en el trabajo… Decora su despacho con la foto de una familia
feliz, una mujer muy hermosa, un chico que no llegará a los 10 años y otro
chiquillo en sus brazos, cuatro hermosas sonrisas iluminan la imagen, enciende la
televisión mientras sigue ordenando archivos y carpetas cuando se escucha:

—Darkmight ataca el museo Kirby de arte, la policia está en la zona pero temen
no poder hacer nada y la prohibición de superhéroes hace complicado que alguno
aparezca, aun así siempre podría aparecer uno…

Dejando de escuchar el televisor abre una maleta que tenia apartada, coge dos
pildoras de un pequeño bote y se las toma, abre la bolsa y en el interior se puede
ver un traje de mallas, como los que suelen llevar los superheroes, lo mira
mientras dice para si mismo:
—Esta vez si estoy listo.

Cambio de bando Dr Lugh: New Justice #89 (17 de marzo de 2012)

También podría gustarte