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En España hay más de 7.000 kilómetros de ferrocarril que han quedado fuera
de servicio, incluyendo aquellas líneas cuyas obras de construcción fueron iniciadas
pero quedaron inconclusas. Estos itinerarios se nos ofrecen ahora dispersos por los
más bellos rincones de nuestro país, ya sin vía, convertidos en caminos para ser
recorridos a pie, en bicicleta o a caballo e incluso, algunos de ellos, en silla de ruedas.
Las Vías Verdes discurren sobre estos antiguos trazados ferroviarios, que nos
permiten adentrarnos en nuestra rica y diversa geografía. Actualmente hay más 1.800
Km. de Vías Verdes repartidos en más de 80 itinerarios.
En las últimas décadas del siglo XX asistimos en gran parte de nuestro planeta
a un proceso de crecimiento acelerado y de transformación incesante que ha
provocado que algunos bienes hasta hace poco considerados referencia de progreso y
modernidad hayan ido cayendo en el desuso y el abandono. De esta forma, hemos
sido testigos del deterioro y degradación de una parte muy valiosa de nuestro
patrimonio histórico cultural e industrial, sin olvidar el daño infringido al patrimonio
natural. La relativa pasividad con que se ha vivido este proceso en nuestro país ha
cambiado significativamente en los últimos años al producirse un movimiento, tanto en
el nivel de la opinión pública como en el institucional a favor de la preservación y
puesta en valor de nuestro patrimonio.
El Ministerio de Fomento
realizaba cesiones gratuitas de
terrenos y edificaciones de las líneas
férreas cuya construcción fue
abandonada antes de entrar en
servicio a los entes de la
Administración Pública que
deseaban convertirlos en Vías
Verdes, si bien a partir de mayo de
2004 dejaron de suscribir estos
convenios, ante el inminente
traspaso de la gestión de estos
bienes al Administrador de
Infraestructuras Ferroviarias (Adif) a finales de ese mismo año. Por su parte, Renfe
arrendaba terrenos y edificaciones de sus líneas desafectadas del uso ferroviario,
mientras que FEVE enajenaba estos mismos bienes de los cuales eran titulares.
Así, el éxito del Programa Vías Verdes está determinado por el grado de
consenso y participación mostrado por todos los sectores implicados en el desarrollo
de cada una de ellas. Inicialmente, la puesta en marcha y la gestión de dichos
servicios suele estar promovida desde la iniciativa pública, si bien en fases posteriores
es esencial la activa participación del sector privado.
Cualidades y atractivos.
Por otra parte, las Vías Verdes calificadas como periurbanas por su proximidad
a ciudades, en cuyos cascos urbanos penetran muchas veces, se convierten en un
equipamiento deportivo y recreativo, a la vez que proporcionan un medio de
desplazamiento no motorizado entre la periferia y el centro urbano.
Señas de identidad.
La existencia de un programa de
ámbito nacional obliga a establecer unas
normas de uniformidad en el diseño de las
Vías Verdes, especialmente en los niveles de
calidad que se ofrece al usuario. Esta
homogeneidad está complementada por la