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MEDICINA DE MONTAÑA

Emilio A. Marticorena Pimenteí

HOMERO: "Montañista": Primera referencia sobre los efectos de la altura


-"Molestias Experimentadas por él en sus Ascensos al Monte Olimpo- 2 985 m"
H O M B R E . MONTAÑA. MEDICINA: E l hombre descubrió la montaña; vivió y
vive en sus altos valles, pródigos en agua, en tierra, en árboles, en belleza. E l
hombre ascendió a sus cimas, y entre rayos, nieve y viento encontró a Dios.
La montaña benefactora se endurecía a medida que aumentaba su altura,
pero el hombre seguía apasionado en llegar a sus cumbres más elevadas, experi-
mentando su fisiologismo trastornos que se tornaron patología, obligando a la apa-
rición de una especialidad de la Medicina: L a Medicina de Montaña.
Así se hermanaron HOMBRE, MONTAÑA y MEDICINA.
Prof. Augusto Castelló-Roca Barcelona, 1993, España.
Hablar de Hipoxia en Perú es necesariamente recordar al binomio Universi-
dad Nacional Mayor de San Marcos, Decana en nuestro Continente y al profesor
Carlos Monge Medrano, pionero visionario que con su aguda pericia clínica pene-
tró por primera vez en nuestro país el fascinante mundo de la Medicina / Fisiolo-
gía de la Altura. Es en 1927 luego de su primera expedición científica a lus Andes
Centrales -conformada por m é d i c o s - entre los cuales se encontraba el Dr. Alberto
Hurtado Abadía y un grupo de estudiantes sanmarquinos, que se define -"para
siempre"- la singular importancia que para el país tendría dicho abordaje médico
científico. Esto fue real, dado que años d e s p u é s y con la participación igualmente
del profesor Hurtado, reconocido fisiólogo investigador, se u n i r í a n a "otros
alturólogos" para discutir el tópico de Altura.
Esto ocurrió en Interlaken, Suiza, (1948) y después en Lima (1949). L a repre-
sentación peruana tuvo en ambos certámenes singular trascendencia científica.
Perú se ubicaría desde entonces en un lugar de grandes posibilidades para el desa-
rrollo de esta línea de investigación. E n 1994. una nueva corriente de investigado-
res organiza en L a Paz (Bolivia) el I Congreso Mundial de Medicina y Fisiología de
la Altura. Perú en el Cuzco auspicia el I I Congreso Mundial de Medicina y Fisiolo-
gía de la Altura y Japón el I I I Congreso Mundial de Medicina y Fisiología de la
Altura en mayo-1998. Dos grandes ausentes en dichos acontecimientos fueron los
profesores Monge y Hurtado.
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NACE E L INSTITUTO NACIONAL DE BIOLOGÍA ANDINA


E n 1931, la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, crea el actual Insti-
tuto Nacional de Biología Andina (INBA) a sugerencia del prof. Monge, siendo
nombrado en 1934 su primer director (Decano de la Facultad de Medicina de 1941¬
45). Lo reemplazó en 1956 el prof. Alberto Hurtado, que d e s e m p e ñ a b a el cargo de
Director de Investigaciones del Instituto. E l prof. Hurtado (Decano de la Facultad
de Medicina de 1956-61) le dio al INBA la pulcritud científica que personalmente
lo caracterizó. Sus aportes estuvieron orientados especialmente a la fisiología en
reposo y esfuerzo físico del hombre en el Ande. Le sucedería el prof. Humberto
Aste Salazar y luego el prof. Tulio Velásquez Quevedo, distinguido Fisiólogo que
dirigió la institución por más de dos décadas con alguna interrupción. Un informe
del INBA, cubriendo el período 1962-1968 indicaba activa producción científica,
contabilizando 148 contribuciones, entre ellas publicaciones en revistas foráneas
y nacionales, incluyendo Archivos de Biología Andina cuyo primer n ú m e r o se edi-
tó en 1965. E n tal período se cita hasta veinte investigadores que en el informe 62¬
68 aparecen en el siguiente orden:

Dr. 1\ilio Velásquez, (Director), Dr. César Reynafarje, Dr. Baltazar Reynafarje,
Dr. Emilio Picón Reáteguí, Dr. José Ramos Ramírez, Dr. Raúl Gamboa, Dr. José
Faura, Dr. Emilio Marticorena, Dr. César Martínez, Dra. Fanny Yen Mu, Dr. César
Vásquez, Dr. Fausto Garmendia, Dr. Julio Macedo, Dr. José Severino, Bióloga Elvira
O. De Valdivia, Dra. Q.F. Luz O. De Bardales, Q.F. Doris v. De Izquierdo, Bióloga
Elizabeth Oré, Dr. Germán Anduaga M., Biólogo Antonio Curaca.
E n 1947 el INBA, amplía sus laboratorios a Morococha 4 540 msnm en los
Andes Centrales del país. E l binomio Lima (nivel del mar) y Morococha (altura
4 540 msnm), actualmente a sólo 2 horas por buena carretera, constituyeron -
como hasta hoy- un privilegio para la investigación de altura, dado que este cerca-
no enlace entre el nivel del mar y la altura otorga al INBA toda versatilidad para
cualquier abordaje de investigación en altura natural y/o simulada. Ambos labora-
torios cuentan con cámara hipobárica multiplaza. E l INBA había crecido acelera-
damente y sus investigadores fueron convirtiéndose en verdaderos paladines en
sus respectivas especialidades: cardiología, neumología, hematología, endocrino-
logía, bioquímica, patología, etc. fueron las disciplinas que más se cultivaron con-
tribuyendo a un mejor conocimiento del hombre en las m o n t a ñ a s y proyectándolo
a la cercana exploración aeronáutica que luego incursionaría a la espacial.

E R I T R O C I T O S I S Y ALTURA
E l profesor Monge era un convencido de que el hombre andino era un indivi-
duo adecuadamente adaptado a la altura. S u rendimiento al esfuerzo físico
enfatizaba ser más eficiente que su contraparte del llano. E l prof. Hurtado compartía
esta visión.
Existía, sin embargo, una situación patológica, en algunos individuos de al-
tura y/o residiendo en ella: la presencia de Eritrocitosis que algunos padecían.
Presentada, en Francia, en 1929 por el prof. Monge Medrano, la interpreta un pres-
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tigioso científico, Vaquez (Hemalólogo), como una modalidad nosológica propia,


concluyendo que "dicho síndrome" era una enfermedad "designándola" como la
Enfermedad de Monge. Obviamente, Vaquez no tenía experiencia en la fisiología /
patología de la altura y se entiende así, que generara una denominación que el
propio prof. Monge -con la rigurosidad que a sí mismo se exigiera- no había aún
definido... como hasta hoy. E l V Congreso Nacional de Medicina y Fisiología de la
Altura, auspiciado por el Centro de Investigación Médica de Altura, CIMA, (del
que nos ocuparemos después), La Oroya-1990, en la que participaron investigado-
res de diferentes escuelas peruanas: San Marcos, Cayetano Heredia; foráneas: Chi-
le, Bolivia y otras igualmente respetables, concluyeron en adoptar una actitud "de
cuidadosa expectativa sobre el tópico", dejándolo en todo caso, abierto a su nscla-
recimiento futuro. El Congreso dejó igualmente establecido "que siendo el hombre
de las regiones altas aclimatado y adaptado a su hábitat", este es normal, reserván-
dose el término de Eritrocitosis al incremento de Hb y / o Hto por encima de los
valores correspondientes a una determinada altitud.
Lo evidente es que existiría un franco Síndrome de Monge: Eritrocitosis Pato-
lógica Secundaria en Altura, "condición clínica que implica incrementos de Hb
y/o Ht por encima del máximo normal, según altitud. Sería precipitado por cual-
quier patología, generadora de eritrocitosis, existente tanto a nivel del mar como
en la altura. La Eritrocitosis Patológica Primaria de Altura (sería la Enfermedad de
Monge), la no asociada a entidad o síndrome clínico existente a nivel del mar, por
lo tanto se debería a la Altura. Dado que la mayoría de los habitantes que residen
en un determinado lugar de altura están exentos de eritrocitosis, debilita igual-
mente su existencia como enfermedad. De ser la altura, per se, la causa, la mayoría
de sus habitantes la padecería.
Los casos que sobrepasan los niveles superiores de Hb y/o Hto, obedecerían
"a una condición individual" por la que algunos "portadores de un locus minus
eritrocitico, minimizado en el llano", trasladados a la altura (tal como podría ocu-
rrir igualmente con algunos aborígenes / residentes de altura) podría precipitar tal
eritrocitosis. Es decir, la altura actuaría como un simple detonante.
Al respecto, según referencias del Dr. Tulio Velásquez, el profesor Monge "le
habría manifestado que esta enfermedad -eritrocitosis- alguna vez se la vería igual-
mente a nivel del mar", 1961. Los hipoventilantes primarios serían un claro ejemplo.

E F E C T O MULTIPLICADOR D E L INBA
El profesor Monge Medrano no sólo estimuló el crecimiento del INBA. Otros
grupos se organizaron, siguiendo su ejemplo:

ASOCIACIÓN MÉDICA DE YAULI - ANDES CENTRALES


Se establece en 1947. Editó una revista del mismo nombre que circuló alre-
dedor de veinte años. Fue probablemente la primera publicación periódica que se
editara en nuestro país cubriendo tópicos de Medicina de Altura. Esta misma so-
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ciedad organizó un simposium de enfermedades de Altura en agosto de 1965. L i -


gada a la misma estuvieron los Drs.: B. Iglesias, B. Callirgos, Z. Gamboa, H . Bernal,
V. Maccagno, C. López García, C. López Díaz, A . Paredes, J. Severino y otros.

CIMA
En 1966 (24-02) la red hospitalaria más extensa en Perú asentada en localida-
des interconectadas en el centro del país y correspondientes a la División Médica
de Cerro de Pasco Corporation e integrada por 9 hospitales ubicados entre 2 300 y
4 780 msnm, apoya la iniciativa de sus médicos para organizar un Centro de Inves-
tigaciones Médicas de la Altura, CIMA, con base en el Hospital General de Chulee-
La Oroya, 3 370 msnm (dicha red inició sus operaciones en 1918 cubriendo una
población dependiente de más de 100 000 personas).
Este Centro de Investigaciones se perfilaría como lo m á s cercano a la filosofía
del prof. Monge, desde que concebido por clínicos como él - s i n su brillantez-
constituyeron sin duda el conjunto de médicos de la mayor envergadura en los
Andes Centrales del país. Esto es, definiendo una clara escuela de investigación
clínica más allá de los laboratorios del nivel del mar, movilizados a la altura, sea
con investigadores nacionales o foráneos. L a investigación de altura - s e g ú n el
C I M A - había que vivirla, respirarla, aspirarla y sentirse lo más cercano a ella. E l
CIMA dio prestigio a Chulee, al país, dentro y fuera de él. E n 1968 organizó las
Primeras Jornadas de Medicina y Patología de la altura en L a Oroya (3 730 msnm),
que por su configuración fue un congreso internacional. Estos eventos se consoli-
daron sucesivamente hasta llegar al V I Certamen en 1995. E l C I M A organizó hasta
1995 el mayor n ú m e r o de Congresos de Medicina de Altura que sus similares. La
red hospitalaria referida pasó a ser más tarde propiedad de la Empresa Centromín
Perú S. A. en 1974 (1-01) y finalmente a Doe Run en 1997 (23.X). E l CIMA conti-
n ú a allí. A través de los años ha estado vinculado a la Universidad Nacional Ma-
yor de San Marcos. Instituto Nacional de Biología Andina.

Las contribuciones del CIMA, resultado de convicciones clínico-quirúrgicas


obtenidas a la cabecera del paciente, contrastaron muchas veces con la óptica
teórica del investigador de altura, visitante/transitorio. Kurt O. Hellriegel, Director
y Jefe Cirujano de la División Médica de Cerro de Pasco Corp. de 1951 al 69 (año
en que fallece por accidente), fue un claro ejemplo de la mística de las generacio-
nes de Médicos -Residentes e Internos- sanmarquinos que pasando por Chulee/
C I M A contribuyeron al desarrollo de la investigación médica de altura. Chulee
"Hospital de Nivel Académico" tenía rango semejante al de hospitales de la mayor
jerarquía en la capital del país. La labor de sus investigadores fueron igualmente
originales y de singular nivel abordando los más diversos tópicos: en observacio-
nes médicas y/o quirúrgicas en el campo de la Cirugía Cardiovascular (abierta y
cerrada) a 3 730 y 4 330 msnm; Neumonectomías (hemodinámica); Vólvulo del
Sigmoides-Dolicomegacolon (clínica / cirugía / patología); Úlcera Gastroduodenal
(clínica-cirugía-patología); Prematuridad; Diabetes (epidemiología-clínica); Infar-
to de Miocardio (epidemiología-clínica); Eritrocitosis (epidemiología-clínica-
h e m o d i n á m i c a - p a t o l o g í a ) ; Anestesia (cinética de agentes anestésicos-clínica);
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Malformaciones Congénitas (epidemiología-clínica-cirugía); Traumatismos Graves-


Shock-Sepsis (clínica) etc. Sus contribuciones en el control del Edema Agudo
Pulmonar de Altura por los años 63, subsisten vigentes al presente.
En época reciente, otras contribuciones originales del GIMA como el de la
rehabilitación cardiaca coronaria utilizando el "estímulo hipóxico de m o n t a ñ a
concitan el interés del mundo científico, así como los procedimientos alternativos
con hipoxia simulada - c á m a r a hipobárica- materializados con la contribución del
INBA y la Fuerza Aérea del Perú, Hospital Las Palmas y Central. Ambos sistemas
van ganando espacio en otros ambientes, particularmente en Europa.
Probablemente el plantel más numeroso de profesionales de la salud en el
campo clínico quirúrgico en el Perú, ligados a un Centro de Investigación de Medi-
cina de Altura lo constituyan los vinculados al CIMA. Por ser tan numeroso, cita-
remos sólo una parte del mismos:
Drs. K . O. Hellriegel; V. Maccagno; E . Lundberg; C. López Díaz; F. Kruger;
Monroy; F. Acosta; J. Severino; E. A. Marticorena; A. Barrios, A . Ramírez; F. Ma; L .
S á n c h e z Galindo; O. Alzamora, R. Noli; E. Olivares; M. Vásquez; N. Vidal; D. Auza;
F. Castellanos; M . Muro; D. Ortega; A. Paredes; G. Silva; M . Seminario, C. Díaz, J .
Medina; F. Ma, F. Callirgos; M. Muro, etc.

I I - HOSPITAL DOS DE MAYO • LIMA


E l Instituto de Investigaciones Clínicas, Facultad de Medicina, Universidad
Nacional Mayor de San Marcos, fundado en 1970 por el prof. Fausto Garmendia
Lorena, con sede en el Hospital Dos de Mayo, Lima, desde sus inicios orienta el
15% de sus investigaciones a tópicos de altura, especialmente en el área de Meta-
bolismo de Carbohidratos (diabetes); suprarrenales; (fisiología) y Aparato Digesti-
vo (fisiología). Su Director actual es el Dr. Sergio Ronceros y con él laboran 17
investigadores.

ALTIPLANO - PUNO
Debemos mencionar la perseverancia de los doctores David Frisancho e hijo
(Oscar) en el estudio del Dolicomegacolon (médico / quirúrgico) y particularmente
en sus posibles mecanismos etiopatogénicos.

HOLAP
E l Hospital Las Palmas de la Fuerza Aérea del Perú (HOLAP), dentro de su
estructura de Medicina Aeronmilica - y que no es precisamente motivo de eslc
manuscrito- tiene un brazo de Medicina de Montaña desde 1989 y que sumando
esfuerzos con el INBA persigue el desarrollo de Programas de Prevención y Reha-
bilitación Coronaria con Hipoxia Simulada así como de Entrenamiento Deportivo.
Exploran asimismo áreas Dermatológicas y de Inmunología. Ligados al H O L A P se
encuentran los siguientes Drs:
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A. Contreras; L . Valdivia; E . A . Marticorena; I . Gutiérrez; V. Rodríguez; E


García-Godos; L. Fernández Dávila; J. M. Marticorena; R. Coloma, E Numura, Choton
y J. E . Marticorena.

INVESTIGADORES DEL INBA E IIA


En 1961 el INBA se fragmenta al constituirse la Universidad Peruana Cayetano
Heredia e iniciar dentro de ésta el Instituto de Investigaciones de la Altura (HA), la
misma que como era de suponer se estructuró inicialmente por investigadores del
1NBA.
Luego de algún tiempo de alejamiento entre el Alma Mater y la nueva Uni-
versidad, la investigación de la altura fue reforzándose con el HA. Citar nombres
de ambas Unidades de Investigación - e n los primeros a ñ o s - gravita notoriamente
sobre las mismas personas. Las nuevas generaciones llegarían después. Sus im-
portantes aportaciones serán mejor juzgadas por quien analice este aspecto duran-
te las dos últimas décadas del presente siglo con la óptica del X X I . Creemos que la
investigación... "no comienza ... ni tiene fin, es como los ríos... que llevan conoci-
miento al mar... allí se diluyen... se evaporan para formar nuevas corrientes, nue-
vos ríos... y un siglo que concluye y otro que se inicia no pueden crearle fronte-
ras".

Son notables las múltiples contribuciones en el campo de la investigación


hipóxica en nuestro país efectuada por médicos de las m á s variadas especialida-
des, así como de bioquímicos, biólogos, farmacéuticos, del INBA e HA. Muchas de
esas investigaciones se plasmaron cuando originalmente trabajaron juntos sobre
todo en el área cardiológica, respiratoria, hematológica, anatomopatológica, etc.
Se explica esto, revisando la relación de investigadores que mencionan ambas
entidades en un momento determinado. E n un reporte del HA, de 1962-65 se con-
signa a los siguientes investigadores en el Sector de Cardiología:
Drs. Peñaloza; E Sime; E Tapia; J . Dyer; R. Gamboa; N . Banchero; J . Cruz; E .
Marticorena; J. Severino.
Referente a las contribuciones científicas en el ámbito general y en los dife-
rentes momentos que han sido protagonizados por estos dos entes claves de la
investigación de altura, podemos mencionar las siguientes: Electrocardiografía y
Vectocardiografía (preponderancia ventricular derecha), Circulación Pulmonar (pre-
sión y resistencias pulmonares elevadas); ambos liderados muy pulcramente por
el distinguido Prof. Dante Peñaloza Ramella que perteneció al INBA y luego al HA
y a quien sus numerosos discípulos lo reconocemos sin regateos; Sistémica (pre-
siones sistémicas bajas); Circulación coronaria (profusa red coronaria, infrecuencia
de cardiopatía isquémica); Anatomía e Histología Cardiaca y de Grandes y Peque-
ños Vasos (hipertrofia ventricular derecha; muscularización de las arteriolas); F i -
siología Respiratoria, Esfuerzo Físico, F u n c i ó n Tiroidea, Suprarrenal, Renal,
Gástrica, Fertilidad, Diabetes, Quimiorreceptores, Hematología, Genética, Edema
Agudo del Pulmón, Eritrocítosis, Metabolismo Acróbico, Anacróbico, Nutrición,
Biología y Bioquímica Celular, etc.
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Al presente, el HA orienta sus investigaciones en las siguientes áreas: Endo-


crinología, Reproducción Humana, Transporte de 0 . Recientemente sus hallaz-
2

gos sobre el comportamiento de la eritropoyetina con hipoxia han merecido la


atención de la NASA. Sus investigadores suman 31, entre ellos los siguientes: Drs.
C. Monge Cassinelli, F. León Velarde, R. Guerra-García, J. Arias Stella, G. Gonzáles,
E. Pretell, A. Villena,}. Villena, F. Sime, J. Berríos, M. Rivera, J. Coyotupa, y otros.
El HA edita la revista Acta Andina desde 1992.
El INBA se aparta en alguna medida del enfoque ortodoxo "negativo/deletéreo
de la hipoxia respecto del hombre". Explora más bien, utilizarla en beneficio del
mismo: la hipoxia mejorando la salud, tanto en el área de la recuperación de algu-
nas enfermedades: coronarias, asmáticas, acné rosáceo, etc. así como en el mejora-
miento deportivo. Ambos con sistemas de hipoxia natural y/o simulada y en un
esfuerzo común con el HOLAP. Otras áreas en progreso: Endocrinología, Transpor-
te de O.,. Su actual plantel de investigadores es reducido:
Q.E E . Carranza A., Dr. O. Castillo Sayán, Dra. Q.E M. E. Gonzáles L., Dr. E
López y Silva, Dr. E. A. Marticorena (Director - Mayo 1998), Fisióloga (Maestra) E.
Mujica Albán, Dr. J. Torres N., Q.F. H. Zúñiga C , Lic. C. Villarreal V., Matemático
E. Florentini.

INVESTIGADORES FORÁNEOS E N E L PAÍS


El enfoque preparado para esta versión ha girado en un eje central, el Profe-
sor Carlos Monge Medrano, pues consideramos que es el representante nato del
científico que imaginativamente abrió el sendero de la altura en el Perú para la
investigación nacional y foránea.
No se han tocado investigadores foráneos -de todos los continentes- que sin
duda contribuyeron sustancialmente al desarrollo de la investigación en el país al
trabajar juntos con sus colegas peruanos, compartiendo inquietudes, aportando
ideas y, cuándo no, asistencia económica y tecnológica. Al no personalizarlos, nos
eximimos de ser injustos o ingratos, dado que como se ha expuesto esta reseña es
de contenido estrictamente nacional.

ALGUNAS ANÉCDOTAS HIPÓXICAS:


De Barbero a Cirujano Cardiovascular.
K.O. Hellriegel "escapa" de Alemania a Perú, durante la I I Guerra Mundial,
dirigiéndose a Oxapampa - Selva Central del país donde trabaja como barbero.
Ocupa luego un cargo administrativo en Huancavelica, en un centro minero. Es
allí donde es "descubierto" como excepcional cirujano. Invitado por sus "colegas
americanos" de la Cerro de Pasco Corp. -Hosp. de Chulee- ingresa como Cirujano
General de la Cerro de Pasco Corp-Hosp. de Chulee. Posteriormente, sería Jefe
Cirujano y Director de Chulee y de su red hospitalaria. El Dr. Hellriegel, experto
cirujano graduado en Munich / Alemania, que rutinariamente abordó todo tipo de
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cirugía: Corazón (cirugía abierta y cerrada); Pulmones; Cerebro; Abdomen; Trau-


matología; Cirugía Plástica y Reconstructiva, etc. Tiempo atrás, habría desaproba-
do en l a U n i v e r s i d a d de S a n Marcos el e x a m e n de r e v á l i d a del t í t u l o
(presumiblemente por limitaciones en el idioma). Obtuvo la misma en una segun-
da instancia. Ambas situaciones le impidieron laborar como Cirujano a su llegada
al país obligándolo a d e s e m p e ñ a r los cargos referidos. E n algún momento obtuvo
la nacionalidad peruana. De "Barbero... a Cirujano".

Juez de Paz en Morococha al denunciante del Prof. A. Rotta.


"Nadie le va a creer a Ud. que a través de una p e q u e ñ a sonda colocada en su
brazo ésta se le ha introducido hasta su corazón... por lo cual, no aceptaremos su
denuncia". E l Juez de Paz al denunciante del Dr. A. Rotta - año 1 9 5 6 .
El Juez obviamente no sabía que sí era posible ingresar al corazón a través
de un catéter introducido por el antebrazo. Por tanto desestimó la denuncia. El
Dr. Rotta no fue citado ( E l Prof. Rotta, investigador del INBA y después Decano de
la Facultad de Medicina ( 1 9 7 0 - 7 4 ) fue el primero en nuestro país que efectuara
cateterismos derechos en Morococha ( 1 9 5 6 ) , demostrando que la presión pulmonar
( 4 5 4 0 msnm) estaba elevada.

Coronarios - Montañistas
El Club (IR andinismo Médico-La Oroya ( 3 7 3 0 msnm) fundado en 1984, por
pacientes coronarios infartados, operados o no, aglutina actualmente entre sus
socios a coronarios tanto como a saludables, estimulando a unos y a otros a "des-
cubrir" los efectos benéficos que la altura puede brindar para su recuperación, por
lo cual utilizan el slogan "La altura cuida tu corazón". Constituye posiblemente un
único Club en el mundo gestado por portadores de cardiopatía isquémica coronaria
organizados para practicar montañismo de gran altitud. Suman alrededor de dos-
cientos socios.

"Déjame ver lo que tus ojos han visto"


Debo concluir poniendo de relieve una de las "fortalezas" de los montañistas
y es que "cuando un grupo persigue la cumbre y aun si sólo uno lo consigue, la
conquista es de todos"... "déjame ver lo que tus ojos han visto tras la cumbre de
la montaña", Clari, 1989.

Ref. M. Cueto, Excelencia Científica en la Periferia, Grade-CONCYTEC, 1 9 8 9 ;


Medicina de la Altura, CONCYTEC, 1 9 9 2 ; A. Contreras Gonzalez - Evaluación
Aeronáutica, Edit. FAP, 1 9 9 7 .
NEUROPSICOLOGÍA

Artidoro Cáceres Velásquez

1. DEFINICIÓN
La NEUROPSICOLOGÍA es la disciplina que estudia la mente, las conductas y
comportamientos de los seres vivos, incluyendo al ser humano, con técnicas basa-
das en metodología psicológica, y con fundamentos analíticos e interpretativos,
neuroanatómicos, neurofisiológicos y, preferencialmente, neuropatológicos, que
siguen leyes, principios del sistema nervioso preferencialmente encefálicos.
Existe, en consecuencia, una Neuropsicohgía Animal y otraHumona. E n esta
última se reconoce a la Neuropsiculogía Médica con las siguientes variedades:
Neuropsicología Pediátrica (incluyendo pubertad y adolescencia), Neuropsicología
del Adulto y Neuropsicología Geriátrica. Se reconoce igualmente la división por
procesos funcionales, es decir: Neuropsicología del Lenguaje, Neuropsicología del
Gesto (Praxias), Neuropsicología del Reconocimiento (gnosias), Neuropsicología
de la Memoria, del Aprendizaje, de los Procesos Cognoscíticos, de la Afectividad,
de la Sexualidad, del Esquema Corporal, de la Creatividad y de la Personalidad.
También se tiende a separar a la Neuropsicología según el género sexual estudia-
do, hay abundantes trabajos que consolidan la posibilidad de clasificar a la
Neuropsicología según la entidad nosográfíca evaluada: Neuropsicología de la De-
presión, de la Demencia, de la Inatención, de la Amnesia, de la Esquizofrenia, etc.
Dentro del campo médico, esta subespecialidad es practicada fundamental-
mente en la Neurología, Psiquiatría, Pediatría, Geriatría y Fisiatría. S u proyección
futura la sitúa como el cemento reintegrador de la Neuropsiquiatría.

2. LA NEUROPSICOLOGÍA E N E L MUNDO
La preocupación por concordar conductas, comportamientos y funciones
mentales con el sistema nervioso y, fundamentalmente, con el encéfalo, es muy
antigua. E l hecho está referido en el papiro egipcio llamado "Papiro de E d w i n
Smith", descifrado por James Breasted y que probablemente fue escrito 17 siglos
antes de Cristo con rasgos jeroglíficos que caracterizan a una copia de un texto
anterior, correspondiente al Antiguo Imperio, redactado tres mil años antes de
Cristo. J. SOURY [Systeme Nerveux Central, París, 1890) ha recordado que Alcmeon
de Crotona ha sido uno de los primeros en localizar claramente en el cerebro acti-
vidades como las sensaciones, las percepciones y el pensamiento, y pareciera que
fue en este anatomista y fisiólogo que pensó Platón cuando, en su obra Fedón,
856 ART1D0R0 CÁCERES VELÁSQUEZ

Sócrates pregunta con ironía "si es la sangre que hace al pensamiento, o tal vez el
aire, o el fuego, o si no es ninguna de estas sustancias sino el cerebro el que nos
procura las sensaciones del oído, de la vista, del olfato y si de memoria, pensa-
miento y mente en reposo nace la ciencia". Así pues, desde hace miles de años,
creció progresivamente la preocupación por enlazar cerebro y mente. En el cami-
no están figuras notables que reforzaron este concepto, así como es necesario tam-
bién recordar la equivocada creencia de Aristóteles de negar tal relación. Hipócrates
atribuyó a una lesión en el cerebro las convulsiones de! lado opuesto del cuerpo,
eso que hoy se conoce como "epilepsia Jacksoniana". En el siglo IV de nuestra era,
Poseidonius, siguiendo una propuesta de Galeno, se esforzó en relacionar siempre
a una lesión, más o menos limitada del encéfalo, "los trastornos del movimiento,
de la sensibilidad o de las facultades mentales", localizando en la región anterior
del cerebro (lóbulos frontales) las actividades imaginativas; en el ventrículo me-
dio a la razón y en la parte posterior del cerebro (lóbulos occipitales), la memoria.
Hasta San Agustín (354-430), padre de la Iglesia Católica y obispo de Hipona, hijo
de Santa Mónica y autor de sus Confesiones, La Ciudad de Dios y el Tratado de la
Gracia, dividió los hemisferios cerebrales en tres vastas regiones, reconociendo
que en la parte anterior (oral) se procesaban las funciones sensitivas, en la poste-
rior (cervical), las motrices y, en la región media, la memoria. Sólo recordaré la
importante opinión de Rene Descartes (1596-1650) sobre el trabajo cerebral y par-
ticularmente de la glándula pineal o conarium en las actividades mentales.

Pero todas estas eran opiniones sin demostración efectiva, sin método analí-
tico científico, sin relación puntual entre una función mental y una determinada
región encefálica que estableciera, en términos casi experimentales, indiscutibles
y repetibles, esta relación. Por eso es que se considera a Paul Broca como el padre
o creador de la Neuropsicología, por haber sido él, sin discusión, el que demostra-
ra en 1861 que una lesión en el pie de la tercera circunvolución cerebral frontal
izquierda, era la responsable de la pérdida del lenguaje expresivo conocida hoy
con el término de afasia y a la que él denominó Afemia. Aunque Broca no utilizó
el término "neuropsicología", su demostración y su descubrimiento en el cerebro
del paciente Leborgne, llamado "Monsieur tin tin" le da el merecimiento de tal
paternidad.
La Neuropsicología se desarrolló en rapidez uniformemente acelerada, desde
Francia primero, Alemania e Inglaterra después, durante los últimos años del siglo
XIX, y los primeros del siglo XX. Los nombres de Wernicke, Dejerine, Pierre, Marie,
Foix, Trousseau, Babinski, Freud, Liepman, Head y muchos otros, son suficiente-
mente conocidos y apreciados por los especialistas. Después y con mucho éxito se
agregaron otros nombres y otros países: Alajovanine, Jean y Francois Lhermitte,
Hecaen, Luria, Ajuriaguera, Benton, Geschwind, Critchley, Conrad, Penfield,
Pribram, Sperry y muchos otros más que harían extremadamente larga la lista,
aunque meritoriamente reconocida. Los centros de investigación se extendieron
por todo el mundo y los servicios hospitalarios asistenciales, tanto clínicos como
quirúrgicos y de rehabilitación, crecieron por lo menos en las principales capita-
les y centros académicos.
NEUROPSiCOLOGÍA 857

3. L A NEUROPSICOLOGÍA E N LATINOAMÉRICA
Sin ninguna duda y hasta nuevas investigaciones, la Neuropsicología en
Latinoamérica comenzó en el Perú. En el próximo item referiremos con más deta-
lle lo concerniente a este hecho; mientras tanto, señalaré los principales aconteci-
mientos ocurridos en este lado del mundo, fundamentalmente desarrollados du-
rante el siglo XX.
Los principales países en los que se desarrolló la Neuropsicología fueron
Perú, Uruguay, Argentina, México, Chile, Colombia, Brasil y, últimamente, Hon-
duras, Cuba y Bolivia. No tengo conocimiento de atención clínica, investigatoria,
docente o asistencial en otros países. Los nombre de C. Mendilaharsu, Hernández
Peon, Azcoaga, T. Gonzáles, Velazco Suárez, Quiróz, E Dalmas, A. Ardilla, Cairo,
Ostrosky, Pineda, Donoso, Mattos-Pimenta, Condemarin, Roselli y otros más, han
aparecido en muy numerosos trabajos en variadas revistas y abundantes libros
1
que han ido diseñando el perfil de la neuropsicología latinoamericana y que con
cluyeron con la formación de la Sociedad Latinoamérica de Neuropsicología, fun-
dada en Buenos Aires el 22 de junio de 1989 en ocasión del 1er. Congreso Latino-
americano de Neuropsicología. Según V Feld, de la Argentina, la primera "escue-
la de la neuropsicología" en Sudamérica se habría fundado alrededor de los años
cincuenta. Según refiere este psicólogo, en un informe para INS-NET [N° 2) de la
International Neuropsychological Society, "el 18 de agosto de 1958, Célica y Car-
los Mendilaharsu reunieron en su servicio asistencial del Instituto Neurológico,
que dirigía el Profesor Román Arana, lo que podría considerarse el primer grupo
de pacientes portadores de trastornos del lenguaje". Sólo para fines de referencia
histórica debo señalar que tuve el honor de conocer tanto al Profesor Arana como
al doctor Mendilaharsu, en Montevideo y en Lima, y que, subrayando la importan-
te dedicación que ellos pusieron a la Neuropsicología, mi memoria y mi revisión
de la literatura no me permiten confirmar que hubiera existido, ni en Uruguay ni
en ningún otro país de Latinoamérica, un "centro especializado en trastornos del
lenguaje", antes de 1970. El término mismo de "neuropsicología" no circulaba en
Latinoamérica con la precisión con que hoy lo usamos. Asimismo, en la Argenti-
na, B. de Quiróz no utilizó este término en sus artículos, libros, clases o conferen-
cias, como lo plantea y lo quiere Feld. E l Dr. de Quiróz, gran promotor del conoci-
miento, tanto diagnóstico como terapéutico, de los trastornos del lenguaje y del
aprendizaje, prefirió la órbita foniátrica y "fonoaudiológica" utilizando en sus años
últimos de producción bibliográfica el término "Psicofoniatría" o
"Neuropsicofoniatría" y dándole a los contenidos de sus trabajos una importante
predominancia pedagógica y pediátrica más que afasiológica, neuropsiquiátrica.
Pero también, en honor a la verdad, deberé recordar que J. O. Trelles llegó de
Francia al Perú en marzo de 1935 y desde mayo de ese año se entrega, con toda su
energía, a transformar el entonces "Refugio de Incurables", más adelante, Hospital
Neurológico Santo Toribio de Mogrovejo, y hoy Instituto de Neurociencias, en
Lima. Y su primer colaborador fue Mario Méndez, fisiatra, que fundó en ese hospi-
tal el primer centro de rehabilitación en el que, desde 1938, dedicó atención pre-
ferencia! a los enfermos afásicos.
858 ARTIDORO CÁCERES VELASQUEZ

L A NEUROPSICOLOGÍA E N E L PERÚ
- Lo que antecede me permite ingresar a la revisión de lo que ha sido el desa-
rrollo de la Neuropsicología en nuestra patria, durante el siglo XX. Cuando traba-
jaba mi tesis de Bachiller en Medicina, en el Hospital Santo Toribio de Mogrovejo,
por consejo del Maestro Trelles, Director del Hospital y Profesor Principal de la
Cátedra de Neurología de la Facultad de Medicina San Fernando de la Universidad
Nacional Mayor de San Marcos, estudiaba las relaciones entre síntomas
conductuales, alteraciones en la palabra y del lenguaje, tanto hablado como escri-
to, inteligencia, memoria, afectividad, praxias y gnosias, de los enfermos con sín-
drome de Parkinson y las posibles lesiones corticocerebrales en los lóbulos de
ambos hemisferios. En esos tiempos de los primeros años sesenta, una ola de agita-
ción estudiantil invadía los claustros universitarios, y a ese carro subversivo se
subieron -o treparon- varios profesores, entre los cuales muchos eran pescadores
de río revuelto. Dos de ellos, muy pronto, después de esa renuncia masiva del
cuerpo docente Sanfernandino que luego crearía la Universidad Cayetano Heredia,
afirmaban públicamente, en mítines, arengas y panfletos, que en San Fernando
"nunca se había hecho una enseñanza cabal de la neurología" y que, "desde la
neuroanatomía, pasando por la fisiología y la semiología, jamás se hizo otra cosa
que dar a los alumnos copia flagrante de lo extranjero, especialmente francés, con
desdén aristocrático y majadería feudal". En esas circunstancias y con la vehe-
mencia juvenil llegué a convencer al profesor Trelles de que yo había tomado la
decisión de cambiar el sujeto de mi tesis. Después de la protesta paternal y justa,
aceptó la convulsiva actitud, no sin antes prevenirme de que corría el altísimo
riesgo de que esos mismos profesores acusadores pudieran ser miembros del jura-
do calificador, cosa que ocurrió exactamente. El título: "Las Disciplinas Neurológicas
en la Facultad de Medicina". No voy a referir esa tormentosa y torturadora etapa
de mi vida; será para otra ocasión, cuando el recuerdo, fermentado y metabolizado,
alambique lo más constructivo de esa experiencia. Sólo diré que esa ocasión me
permitió descubrir que fue en el Perú donde se produjeron los primeros trabajos
de Latinoamérica con contenido neuropsicológico. Este hecho ha sido reconocido
después por otros investigadores no peruanos, entre los que está Alfredo Ardila,
quien publicó en 1990 lo que creo es la primera referencia bibliográfica de la his-
toria de la Neuropsicología en América Latina [Neuropsychology in Latin America-
The Clinical Neuropsychohgist, 1990, Vol. 4, N° 2, pp. 121-132). Como se observa
en el cuadro que extraigo de ese trabajo, fue aquí en el Perú en donde se publicó la
primera referencia neuropsicológica de Latinoamérica. En efecto, de la revisión
cuidadosa para la mencionada tesis con la que me gradué de médico-cirujano,
rescaté el título "Ligeras ideas sobre la Fisiología del Lenguaje", que escribió M.
Ceballos X , importante enfoque analítico que sorprende, entre otras razones, por
tres: a) E l trabajo se presenta en pleno período floreciente en el que, después del
descubrimiento y demostraciones de Paul Broca en París en 1861, en Europa se
hacían otros descubrimientos y otras demostraciones que necesitaban trabajos de
síntesis, que elaboraron teorías más completas, convergentes y armonizadoras.
Nadie puede desconocer que allá en ese continente fue S. Freud el que logró tal
mérito. Paralelamente lo hacía un peruano en Sudamérica; b) El trabajo de Ceballos
NEUROPSICOLOGÍA 859

habla sobre "fisiología", y lo hace sobre datos científicos anatómicos y


neuropatológicos, a los que agrega el ingrediente psicológico indiscutible. Para
ese momento y este lugar, tan distante del epicentro de los descubrimientos euro-
peos, es otro mérito indudable; c) Finalmente, es bueno recordar que en esos mo-
mentos el Perú vivía un drama bélico, y la guerra, las penurias y las indignidades,
no detuvieron a ese joven estudiante de Medicina que presentó sus "Ligeras Ideas"
para obtener su título de Médico en 1878. Después, encontramos el trabajo de L.
Espejo, "El Lenguaje Normal y Patológico", presentado a la Facultad de Medicina
San Fernando en 1918. El título lo dice todo, y al mismo tiempo nos enrostra el
desinterés que lamentablemente asfixió a los médicos peruanos durante décadas
para estudiar, comprender, diagnosticar y tratar ese proceso funcional
neuropsicológico que diferencia a los seres humanos de los animales: el Lenguaje.
Considero entonces que ésta es la primera referencia histórica, en este siglo, de
índole bibliográfica neuropsicológica.
Como ya lo recordamos, el Dr. J. O. Trelles, que había estudiado Medicina en
Francia y regresado al Perú en 1935, se hizo cargo del llamado "Refugio de Incura-
bles", recientemente transformado en Hospital Neurológico, con una historia que
recuerda a la del Hospital La Salpetriere, en París. Un amigo y compañero de aven-
tura del Dr. Trelles se encargó de la medicina de rehabilitación de los enfermos
neurológicus en ese hospital. Fue el Dr. Mario Méndez. El Dr. Trelles recordó esta
etapa de su vida con estas frases: "Fuimos nombrados médicos ad honorem del
Hospicio de Incurables que transformaríamos, Méndez y yo, con tesón e infatiga-
ble esfuerzo que a la distancia me parece hoy una epopeya hospitalaria" [Anales
de la Fac. de Medicina, Tomo XXVIII, 1955). En 1937, el Directorio de la Sociedad
de Beneficencia Pública de Lima acordó cambiar el hombre de "Refugio de Incura-
bles" por el de Hospital Santo Toribio de Mogrovejo, y en 1938, es decir al año
siguiente, fueron nombrados médicos do este centro asistencial los doctores Julio
Oscar Trelles y Mario Méndez [De Refugio a Instituto: 300 años de recorrido. Juan
Altamirano, Edit. Universo, 1996). El doctor Méndez decidió dedicarse a la parte
rehabilitadora y en su Servicio ofrecía posibilidades de ayuda a los pacientes con
trastornos del lenguaje. Tenía a un colaborador de apellido Villanueva que se es-
forzaba, con interés increíble, en dar la comunicación verbal a esos pacientes. E l
"rehabilitador de afasias", como se le llamaba, vivía en el mismo hospital y había
sido, él mismo, antiguo paciente, aunque portador de otra nosografía. En esos
años iniciales sólo había buena voluntad e intuición, pero los enfermos y, en espe-
cial sus familiares, sentían la ayuda y la protección y guardaban gratitud, aunque
la mejoría hubiera sido exigua. Por eso yo afirmo que ios primeros intentos
rehabilitadores de la afasia en Latinoamérica se produjeron en el Perú, en el Hos-
pital Santo Toribio de Mogrovejo, en el servicio del Dr. Méndez.

En los años cuarenta aparecen dos trabajos cuyos contenidos tienen carácter
neuropsicológico, aunque entre las líneas de los contenidos de ambos no aparez-
ca, como tampoco en los títulos, ese término. Uno pertenece a Víctor Paredes
Sánchez, otro de los grandes clínicos que ha tenido la Neurología Peruana y a
quien, creo, la historia, a veces displicente y otras olvidadiza, en especial cuando
es escrita o verbalizada por analistas superficiales o embriagados por la parafernalia
$60 ARTIDORO CÁCERES VELASQUEZ

o los fuegos artificiales del protagonismo, con intereses de poder, no le ha recono-


cido suficientemente sus méritos. Maestro de varias generaciones y con quien tuve
la suerte y el honor de aprender a amar con pasión a la Neurología y que ingresó
al "Santo Toribio" para trabajar en las salas de mujeres, presentó su tesis "Observa-
ciones sobre l a A l e x i a Pura", a m i conocimiento la primera d e s c r i p c i ó n
neuropsicológica sobre esa materia en Latinoamérica. E l otro trabajo es de E. Majluf,
quien publica en 1949, en la Revista de Neuropsiquiatria (tomo X I I , pág. 56) el
análisis de un caso con tumor cerebral, usando la prueba de Rorschach. E n 1955,
L. Chiappo escribe en la misma revista (tomo X V I I , N° 3) su "Investigación Experi-
mental acerca del Proceso Configurativo Noético Perceptivo en los Afásicos" y en
1958 "La Evocación Verbal Categorial en las lesiones cerebrales" (tomo XXV, N° 3).
E n esos a ñ o s o c u r r i ó otro hecho extremadamente i m p o r t a n t e para la
Neuropsicología peruana, latinoamericana y mundial. Lo que voy a referir no ha
sido relatado, subrayado ni siquiera mencionado en la trascendencia de los he-
chos que hacen historia. Con estas frases quiero rendir mi homenaje a los promo-
tores, a los intuitivos, a los primeros exploradores del cerebro y de la mente que
con frecuencia pasan desapercibidos en nuestra patria.

No hay duda de que el término "NEUROLINGÜISTICA" aparece en la segun-


da mitad de este siglo por méritos reconocidos de dos grandes neuropsicólogos,
uno francés, Henry Hecaen, y el otro ruso, Alexander Luria. Ambos y separada-
mente publican en 1967, el uno desde París y el otro desde Moscú, simultánea-
mente, artículos con los títulos "La Neurolingüístíca". Considero que son ambos
los creadores del término, del concepto, de la disciplina que es la parte específica
de la neuropsicología que estudia al lenguaje normal y patológico. E l hecho con-
creto es analizar al proceso funcional con estrategias no sólo neurológicas o psico-
lógicas, sino también lingüísticas. Naturalmente, hay antecedentes para este parto
feliz. Considero que el más importante en este siglo es el trabajo de T. Alajounine,
neurólogo; A . Ombredanne, psicobiólogo y M. Durand, lingüista, que publican el
libro Le Syndrome de Desintegration Phonetique dans L'Aphasie, en 1939.
Desconozco si el libro publicado en francés y el trabajo conjunto eran sufi-
cientemente conocidos en el ambiente peruano. Es de presumir que sí. Lo real es
que en los años cincuenta, el Dr. J. Voto Bernales logra congregar en su servicio de
neurología del hospital, en ese entonces llamado "Obrero", a otros dos profesiona-
les, que con él, deciden estudiar y ayudar a los pacientes portadores de Afasia.
Fueron los doctores Leopoldo Chiappo, psicólogo y filósofo, y Luis J . Cisneros,
lingüista. Justo es, pues, reconocer que la "Neurolingüística" tiene en el Perú estos
importantes y nobles antecedentes.
Los años setenta son los que redondean y configuran el perfil neuropsicológico
peruano. A I regresar de E u r o p a y d e s p u é s de beber los c o n o c i m i e n t o s
n e u r o p s i c o l ó g i c o s de H . Hecaen, F. Lhermitte, A . L u r i a , M . Critchley, R .
Angelerques, entre otros y de N. Geschwind, A . Benton, L . Waites, Einsenson, de
los Estados Unidos de Norteamérica, tomamos la decisión de dedicar toda nuestra
atención a esta disciplina. E l ProfesorJ. O. Trelles aceptó, toleró y ayudó, con la
inteligencia que lo caracterizaba, para que pudiéramos crear en el hospital Santo
T o r i b i o de Mogrovejo el p r i m e r Centro A s i s t e n c i a l con el nombre de
NEUROPSICOLOGÍA 861

"Neuropsicología". Las autoridades de la Sanidad de las Fuerzas Policiales, como


se llamaba en ese entonces a la actual Sanidad de la Policía Nacional, con algunas
férreas, prejuiciosas e intolerantes excepciones que se opusieron, aceptaron y con-
tribuyeron para crear lo que en realidad fue el primer Instituto de Neuropsicología
y Patología del Lenguaje en Latinoamérica, en ambiente hospitalario y de carácter
médico y multidisciplinario. Localizado en el Jirón Cueva del distrito de Pueblo
Libre, en Lima, fue una extraordinaria y provechosa experiencia que se ha venido
abajo por obra y gracia de los perros del hortelano que abundan en nuestra patria.
Después y en los años ochentas y noventas, han sido creados algunos centros y
consultorios que se dedican con especificidad a los aspectos neuropsicológicos,
preferencialmente en Lima. Desgraciadamente, en la mayoría de hospitales, por
no decir casi todos, no existe la dedicación que debieran tener los médicos, sobre
todo en las especialidades de neurología y psiquiatría. En hospitales o centros
asistenciales de provincias, la situación es clamorosa.

Paralelamente se inició y se desarrolló la enseñanza. Comenzamos desde el


hospital Santo Toribio a enseñar neuropsicología en el departamento de Neurolo-
gía de la Universidad Cayetano Heredía, en los últimos años de la década del
sesenta. Después se creó la Cátedra en San Marcos, pero no en Medicina, sino en
Psicología. Allí iniciamos la preparación de psicólogos que hacían sus prácticas
en el Centro de las Fuerzas Policiales. Durante los años setentas, ochentas y no-
ventas, hemos continuado en esta tarea, a la que se han sumado otros profesiona-
les. Desde la década del ochenta tenemos la responsabilidad du los tres cursos do
Neuropsicología que a nivel de postgrado se imparten a los Residentes de Pedia-
tría de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Sin embargo, el desarrollo
docente en el área psicológica y hasta creo que pedagógica sigue, lamentablemen-
te, superando a la médica. En estos tiempos en que es urgente cerrar la brecha
entre neurología y psiquiatría, en estos años en que se habla cacofónica y lamenta-
blemente de "psiquiatría b i o l ó g i c a " , en a ñ o s de " i m a g e n o l o g í a " y de
"neuropsicofarmacología", es absolutamente importante e impostergable, enseñar
en pre y postgrado Neuropsicología Médica, no sólo recordando y defendiendo el
liderazgo que siempre tuvo el Perú desde los orígenes, sino y sobre todo, impul-
sando el conocimiento y creando nuevas y originales formas de análisis, diagnós-
tico y terapéutica que saquen del quiste de la dependencia y de la abulia a esta
parte del conocimiento del hombre, en nuestra patria,

Un último capítulo de esta breve revisión de la Neuropsicología Médica en el


Siglo XX en el Perú lo constituye la referencia a congresos y reuniones nacionales
internacionales. La primera gran reunión internacional con temas neuropsicológicos
la constituye el Segundo Simposio Internacional de Dislexia, organizado por el
Grupo de Investigación de la Dislexia Específica de Evolución, de la Federación
Mundial de Neurología, que se realizó en Lima en octubre de 1972, y que tuve el
honor de organizar y presidir. Veinticinco expertos de todo el mundo habían cons-
tituido este Grupo de Investigación bajo el patrocinio de la Worl Federation que
presidía en ese entonces el Profesor Mac Donald Critchley, del Queen Square I los-
pital de Londres. Un año después, entre el 21 y el 24 de octubre de 1974, se reali-
zaron el 2do. Congreso Panamericano de Audición y Lenguaje y el ler. Congreso
862 ARTIDORO CÁCERES VELÁSQUEZ

Peruano de Patología del Lenguaje, en Lima. Cerca de cuatro mil personas, hecho
nunca antes visto en nuestra capital para temas, conferencias, mesas redondas y
trabajos libres dedicados al análisis del lenguaje normal y patológico, analizaron,
debatieron y confraternizaron en ese concierto de ciencia y amistad latinoameri-
cana.
Pasaron ocho años antes de que hubiera una reunión internacional de la mag-
nitud de los señalados anteriormente. La Sociedad Peruana de Psiquiatría, Neuro-
logía y Neurocirugía organizó un Simposio Internacional sobre Afasia en el mes
de setiembre de 1981. Fueron invitados los mejores expertos en el tema y se pusie-
ron al día los conocimientos neuropsicológicos sobre afasialogía. De los tres men-
cionados quedan, felizmente, como testimonio las Actas con los trabajos presenta-
dos y sustentados. Después, se han hecho reuniones dentro de los congresos, en
especial de la Sociedad de Neurología y, últimamente, de la Asociación Psiquiátri-
ca y de la Sociedad Peruana de Sexología, que tocaban temas neuropsicológicos,
pero preferencialmente relacionados con aprendizaje, memoria, demencia y sexua-
lidad. Durante los 15 últimos años del siglo faltó concretar el esperado Congreso
Peruano y Latinoamericano de Neuropsicología. El futuro es promisorio en la cons-
trucción del puente neuropsiquiátrico. La Neuropsicología tendría mucho que
aportar en esa construcción que permitiría, por lo menos, que neurólogos y psi-
quiatras caminen juntos hacia un objetivo común en lugar de mirarse las espaldas
y andar en divergencias desintegradoras que no aportan nada útil a la cultura
médica peruana.

REFERENCIAS

The Clinical Neuropsychologist. 1990, Vol. 4, N° 2, pp. 121-132


© Swets & Zeitlinger
0920-1637/0402-0121 $3.00
TRASPLANTE DE ÓRGANOS Y TEJIDOS

Waiter Oswaldo Cháñame Delgado

El trasplante de órganos ha sido considerado por Renee Kuss y Pierre Baurget


la gran aventura del siglo. "Garantizar la vida de un ser humano gracias a la sus-
titución de uno de sus órganos destruido por un órgano sano extraído de otro
individuo, muerto o vivo, representa ciertamente la epopeya más emocionante de
la ciencia médica de nuestro siglo, tanto en lo que se impone de hazaña terapéuti-
ca como por su significación y sus repercusiones en el conocimiento de nuestro
universo biológico" (1).
Esta gran aventura se inicia en el Perú en 1965, cuando el Dr. Augusto
Hernández Mendoza, urólogo discípulo de Renee Kuss (Francia), realiza en el Hos-
pital Obrero de lea dos trasplantes renales, y en 1968 un tercero con pocos días de
vida de los pacientes, utilizando como medicación inmunosupresora Azatioprima
donada por los Laboratorios Wellcom de New York.
El 5 de agosto de 1969 el Dr. Raúl Romero Torres, cirujano general del Centro
Médico Naval entrenado en los EE. UU. de Norteamérica, realizó el primer tras-
plante renal con éxito en dicho hospital, la paciente fue una mujer con diagnósti-
co de glomerulonefritis crónica que recibía tratamiento de hemodiálisis con riñon
artificial en el Hospital del Empleado, su donante fue un familiar. Los resultados
de histocompatibilidad se realizaron en el laboratorio del Dr. Paúl Terasaki, en los
Angeles. La paciente vivió 11 años después del trasplante.
El equipo fue dirigido por el Dr. Raúl Romero Torres y constituido por los
cirujanos Rolando Uribe Vega, Jorge Mere Segura, Antonio Elias Maltese; nefrólogos
Drs. Homero Silva, César Torres Zamudio y Carlos Marchena Basurto; anestesiólogos
Drs. Romero Meléndez y Manuel Sobero; hematólogo Dr. César Zavaleta.
El 29 de octubre de 1969 se realizó el primer trasplante renal en el Hospital
del Empleado, hoy Hospital Nacional Edgardo Rebagliati Martins; el paciente fue
un niño y el donante su padre, el paciente sobrevivió 19 años.
El equipo de cirujanos fue dirigido por el Dr. Marino Molina Scippa y estaba
conformado por los Drs. Carlos Alcántara Butterfly, Hugo Valencia Guzmán, Pablo
Zubiate Toledo, Enrique Otolla, Nicolás Nadramia; nefrólogos Drs. Hernán Casti-
llo y Fausto López.
En 1971 se realizan dos trasplantes renales en el Hospital Central de las Fuer-
zas Policiales de Lima con donantes vivos relacionados, y en ambos casos fue un
éxito.
864 WALTER OSWALDO CHAÑAME DELGADO

E l equipo fue dirigido por el urólogo Dr. Oscar Gavilano, cirujano vascular
Dr. César Lengua, nefrólogos Drs. Jorge Berengel y Luis Flores Esteves.
E l 2 de agosto de 1973 se realiza el primer trasplante renal en el Hospital
Obrero de Lima, hoy Hospital Nacional Guillermo Almenara Irigoyen. E l paciente
con diagnóstico de glomerulonefritis crónica en un programa de hemodiálisis con
riñón artificial tres veces por semana recibió el riñon de un donante voluntario; el
paciente vivió 4 años y falleció por criptococosis cerebral con riñón funcionante.
E l equipo de nefrólogos fue dirigido por el Dr. Alfredo Piazza Roberts y con-
formado por los Drs. Walter Chanamé Delgado, Enrique Maya Rodríguez, Luis Flo-
res Estevez y Ricardo Loza Concha; el equipo de cirujanos fue dirigido por el Dr.
Carlos Peschiere Carrillo y constituido por los Drs. Fernando Benavides Santana,
Duberlin Mazuelos Odriozola, Bertilo Malpartida; urólogos Drs. Rómulo Velásquez
Corsano, Luis Guerra Galarza; anestesiólogo Dr. Carlos Hernández de La Haza;
hematólogos Drs. Ricardo Manrique Sipan y Julio Valerga.
E l 20 de abril de 1991 se realiza el primer trasplante renal en el Hospital
Obrero de Trujillo, hoy Hospital Víctor Lazarte Echegaray, el paciente con diag-
nóstico de glomerulonefritis crónica en programa de hemodiálisis tres veces por
semana recibió el riñón de un familiar.
E l equipo fue dirigido por la Dra. Carmen Fajardo y el nefrólogo Dr. Miguel
Camacho, ambos del Hospital Rebagliati de Lima, y el nefrólogo trujillano Dr.
Diomedes Carbajal.
E n 1991 tuve el encargo del Presidente Ejecutivo del IPSS (hoy EsSalud), el
Dr. Luis Castañeda Lossio, cuya política de salud era la descentralización de servi-
cios médicos sobre la posibilidad de iniciar los trasplantes renales en provincias,
es así como el 2 de octubre de 1991 se realiza el primer trasplante renal en el
Hospital I I I de Chiclayo, hoy Hospital Nacional Almanzor Aguinaga Asenjo, la
paciente con diagnóstico de glomerulonefritis crónica en diálisis tres veces por
semana recibió el riñón de su hermana; la paciente vive hasta la actualidad.
Los equipos estuvieron conformados de la siguiente manera: en el Hospital
Almenara dirigido por el Dr. Walter Chanamé Delgado, Dr. Wilfredo Carlos Cortéz
Sánchez; cirujanos vasculares Dr. José Alvarez Blass, Dr. Primo Pacheco Núñez;
Urólogos Dr. Agusto Hernández Ramos, y por el Hospital de Chiclayo estuvieron
los Drs. Edinson Medianero, Abelardo González y Pedro Pairazaman.
E l 28 de noviembre de 1993 se realiza el primer trasplante renal en el Hospi-
tal Nacional del Sur, en Arequipa, la paciente con diagnóstico de glomerulonefritis
crónica en programa de hemodiálisis tres veces por semana recibió un riñón dona-
do por su novio; la evolución fue satisfactoria, la pareja se casó cuatro meses des-
p u é s en la capilla de dicho hospital siendo los padrinos el Presidente Ejecutivo de
la Institución Dr. Luis Castañeda Lossio y su señora esposa.
Los equipos del Hospital Almenara fueron dirigidos por el Dr. Walter Chanamé
Delgado y los Drs. Wilfredo Cortéz Sánchez, Arnaldi Paredes Chávez; cirujanos
vasculares los Drs. Primo Pacheco Núñez, Necemio Aranda Pretell, Antonio Chiong
Lizárraga, Andrés Reyes Torres; urólogo Dr. Agusto Hernández y los equipos del
TRASPLANTE DE ÓRGANOS Y TEJIDOS 865

Hospital Nacional del Sur, de Arequipa, fueron dirigidos por los Drs. César Trillo
Rodríguez, Adán Bahamonde Palacios, Juan Arévalo; cirujanos vasculares Drs.
Fernando Bustinza Menéndez, Edgar Montanchez Carazas, Rodolfo Alarcón Pinto,
Eugenio Plazoles del Carpió.
E l 9 de diciembre de 1995 el equipo de trasplantes de Arequipa se traslada a
la ciudad de Tacna y realiza un trasplante en el Hospital de Calaña. La paciente
con diagnóstico de glomerulonefritis crónica e insuficiencia renal avanzada reci-
bió un riñon de un familiar; pero no había ingresado al programa de diálisis; el
cuidado de la paciente estuvo a cargo del Dr. Juan Arévalo y la enfermera especia-
lizada Selika Paredes del Hospital de Arequipa.
El 24 de octubre de 1995 el equipo del Hospital Almenara dirigido por el Dr.
Waller Cháñame Delgado y constituido por el Dr. Wilfredo Cortez Sánchez; ciruja-
nos vasculares Dr. Necemio Aranda Pretel, Dr. Zoé Días Chávez, Dr. Julio Morón
Castro, Dr. Andrés Reyes Torres; urólogos Dr. Daniel Hidalgo Cueller; anestesiólogo
Dr. Eliot Rodríguez Lichentenheldt; además contando con los nefrólogos del Cuz-
co Dra. Carmen Peña y el Dr. Rubén Nieto Portocarrero se realizan dos trasplantes
renales en el Hospital N° 3 del IPSS Cuzco, con éxito; los pacientes con diagnósti-
co de glomerulonefritis en programa de hemodiálisis tres veces por semana reci-
bieron ríñones de familiares y viven hasta la actualidad.
En mayo de 1999 el equipo de trasplantes de Arequipa realiza un tercer tras-
plante renal en el Hospital N° 3 IPSS Cuzco constituyéndose en el trasplante renal
n ú m e r o 100 de dicho equipo.
En 1996 el Dr. Primo Pacheco Núñez y el nefrólogo Pedro Pairazaman realiza-
ron, en la ciudad de Huancayo, en una clínica privada, el primer trasplante renal
en dicha ciudad, la paciente con diagnóstico de glomerulonefritis crónica termi-
nal en hemodiálisis tres veces por semana en el Hospital N° 3 del IPSS, recibió el
riñon de un familiar.
De noviembre de 1969 a julio de 1990 (21 años) se realizaron en los hospita-
les nacionales Edgardo Rebagliati Martins y Guillermo Almenara Irigoyen 350 tras-
plantes renales
62% donantes vivos no relacionados
30 % donantes vivos relacionados
8 % donantes cadavéricos
Esta casuística fue presentada en el 6'" Congreso Latinoamericano de Tras-
plantes, en Puerto Alegre Brasil, la cual fue muy criticada, dado el alto porcentaje
de donantes vivos no relacionados porque esta modalidad se presta al tráfico de
órganos, pedimos la organización del próximo congreso en Lima como estímulo
para cambiar esta actitud, y es así como el congreso se realiza en la ciudad de
Arequipa en 1993, el cual fue un rotundo éxito por su programa científico y social.
De julio de 1991 a junio de 1996 (5 años) en que dejé la Gerencia del Progra-
ma Nacional de Trasplantes del IPSS, se realizaron en los Hospitales Rebagliati,
Almenara, del Sur de Arequipa, Chiclayo y Trujillo, 480 trasplantes renales:
866 WALTER OSWALDO CHAÑAME DELGADO

9% donantes vivos relacionados


10% donantes vivos no relacionados
81% donantes cadavéricos
Desde 1996 en los hospitales de la Seguridad Social se realizan los trasplan-
tes renales:
95% donantes cadavéricos
5% donantes vivos relacionados
No realizamos trasplantes de vivos no relacionados
El aumento de porcentaje de trasplantes renales de donación cadavérica se
debió a los esfuerzos de los doctores nefrólogos Pedro Méndez y Miguel Camacho,
del Hospital Rebagliati, quienes hacen un estudio en seis hospitales del ministerio
de salud y el Hospital Rebagliati del IPSS y concluye que existen 500 pacientes
que mueren al año con el diagnóstico de muerte cerebral, es decir son 1 000 ríño-
nes que se pierden al año y son ellos quienes inician la procura de órganos para
trasplantes de donantes de muerte cerebral. En la actualidad la donación no cubre
la demanda por falta de incentivos en la población, a pesar de las campañas a
favor de ella que realiza EsSalud.
En julio de 1995 es inagurado por el Presidente Ejecutivo del IPSS Dr. Luis
Castañeda Lossio, el Sistema Automatizado de Trasplante, administrado por la
ing. Carla Alvarado Rodríguez, el cual enlaza a los cuatro Hospitales Nacionales
del IPSS y al Banco de Órganos y tejidos que funciona en el Hospital Edgardo
Rebagliati a cargo de la Dra. Carmen Torres Fernández; se trabajaba con una lista
única de pacientes receptores Lima, Arequipa, Chiclayo, a nivel nacional, buscan-
do a los receptores se encontraban en Arequipa o Chiclayo, los ríñones viajaban
por vía aérea a donde se encontraban estos pacientes para ser trasplantados.
En 1994 a las 5 a.m. tuvimos conocimiento del ingreso a Emergencia del
Hospital Nacional del Sur, de Arequipa, de una paciente de 23 años con diagnós-
tico de muerte cerebral por ruptura de un aneurisma, se trajeron a las 8 a.m. las
muestras de sangre a Lima, donde se hicieron los estudios de histocompatibilidad
y los resultados con tres compatibilidades fueron para una paciente del Hospital
Rebagliati y otro paciente para el Hospital del Sur, de Arequipa; asimismo había
un receptor de corazón en el Hospital Almenara de Lima. Se hicieron las coordina-
ciones con la compañía aérea en Arequipa, la central de Helicópteros del Ejército
en Lima, para que esperara al avión a las 8:00 h. procedente de Arequipa, con el
Dr. Antonio Chiong para apertura del tórax a la paciente del Hospital Almenara
8:00 h. y el Dr. Primo Pacheco Núñez viaja trayendo el corazón y un riñon, el
corazón fue trasplantado en el Hospital Almenara, un riñon en el Hospital Rebagliati
y el otro en Arequipa.
De esta manera se inicia el Programa Nacional de Trasplantes del IPSS con
intercambio mutuo de órganos.
El 16 de noviembre de 1996 el Dr. Santos Orihuela del Centro Médico Naval
inaugura el Laboratorio de Histocompatibilidad en el Hospital Rebagliati en forma
TRASPLANTE DE ÓRGANOS Y TEJIDOS 867

ad honoren, en 1998 este laboratorio recibe de Francia como donación placas HLA
clase 1, que se utilizaron para los donantes relacionados.
En 1991 la Dra. Carmen Torres Fernández regresa después de realizar sus
estudios en Inmunología en la Universidad de Israel y en la Universidad de Miami
con la inmunóloga Dra. Violeta Eskenazi y se inicia el estudio de histocompatibilidad
para los trasplantes de órganos, el cual garantiza un tiempo más prolongado en la
sobrevida de los trasplantados,
En noviembre de 1996 se inaguran los laboratorios de histocompatibilidad
de Arequipa y Chiclayo dando gran impulso a los trasplantes renales en dichas
ciudades.
El otro órgano sólido que se trasplanta en nuestro país es el corazón; en mar-
zo de 1972 se realiza el primer trasplante de corazón en el Hospital del Empleado,
hoy Hospital Nacional Edgardo Rebagliati Martins; el equipo fue dirigido por el
Dr. Marino Molina Scippa y los Drs. Carlos Alcántara, Hugo Valencia Guzmán,
Enrique Otoya, Nicolás Nadramia; la paciente vivió 72 horas y falleció de insufi-
ciencia renal aguda.
En 1991 el equipo de trasplante cardiaco de la Clínica San Borja realiza dos
trasplantes de corazón con éxito; los pacientes viven hasta la actualidad,
El equipo de trasplante estaba conformado por el Dr. Carlos Alcántara, Dr.
Luis Bracamonte, Carlos Silva Aste, Carlos Mendoza y Jimmy Castle.
El 20 de mayo de 1993 se realiza el primer trasplante de corazón, con gran
éxito, en el Hospital Nacional Guillermo Almenara Irigoyen.
El equipo de trasplante lo constituían los Drs. Primo Pacheco Núñez, Anto-
nio Chiong Lizarraga, Necemio Aranda Pretel, Andrés Reyes Torres, Waldo Fer-
nando Durand, Walter Chanamé Delgado y Wilfredo Cortez Sánchez.
Los estudios de histocompatibilidad se realizaron en el Banco de Órganos
del Hospital Rebagliati y fueron dirigidos por la Dra. Carmen Torres Fernández.
El 22 de mayo de 1995 se realiza el primer trasplante de corazón en el Hospi-
tal Nacional Edgardo Rebagliati Martins, el equipo estaba conformado por el Dr.
Luis Bracomonte, la Dra. Carmen Fajardo, Dr. Hugo Valencia Guzmán, Dr. Rivas
Plata.

TEJIDOS
El 11 de noviembre de 1994 se realiza el primer trasplante de médula ósea
autólogo en el Hospital Nacional Guillermo Almenara Irigoyen con éxito, el equi-
po fue dirigido por el Dr. Fernando Salas Sánchez y constituido por los Drs. Dionisio
Padilla, Julio Guevara Guevara, Edmundo Hernández Paredes.
El 18 de noviembre de 1994 se realiza el primer trasplante de médula ósea en
el Hospital Nacional Edgardo Rebagliati Martins, donde se practican no solamente
autólogos; sino también alogénicos. El equipo fue dirigido por los Drs. Jorge Casti-
llo, Juan Navarro.
868 WALTER OSWALDO CHAÑAME DELGADO

CÓRNEAS
El trasplante de córneas es realizado por primera vez en los hospitales del
Ministerio de Salud.
En 1978 se realiza el primer trasplante de córneas en el Hospital Edgardo
Rebagliati Martins.
En 1992 se realiza el primer trasplante de córneas en el Hospital Nacional
Guillermo Almenara Irigoyen.
1993 se realiza el primer trasplante de córnea en el Instituto Peruano de Of-
talmología, en Piura.
En setiembre de 1994 se inicia el primer trasplante de córnea en el Hospital
Nacional del Sur, en Arequipa.

BIBLIOGRAFÍA
Küss Renee y Baurget Pierre. Historia de !os Transplantes de Órganos y Tejidos.

TRASPLANTES REALIZADOS EN E L SEGURO SOCIAL DEL


PERÚ

Trasplantes de Córneas
Período: 1978 - Setiembre 1999
Hospitales Totales
Hospital Nacional Edgardo Rebagliati Martins 345
Hospital Nacional Guillermo Almenara Irigoyen 71
Hospital Nacional Almanzor Aguinaga Asenjo - Chiclayo 5
Hospital Nacional del Sur - Arequipa 97
Instituto Peruano Oftalmológico - Piura 72
Total 590

Trasplantes de Riñon
Período 1969 - Setiembre 1999
Hospitales Totales
Hospital Nacional Edgardo Rebagliati Martins (1969 - 1999) 740
TRASPLANTE DE ÓRGANOS Y TEJIDOS 869

Hospital Nacional Guillermo Almenara Irigoyen (1973 - 1999) 328


Hospital Víctor Lazarte Echegaray (1991-1999) 12
Hospital Nacional Almanzor Aguinaga Asenjo-Chiclayo (1991 - 1999) 60
Hospital Nacional del Sur-Arequipa (1993 - 1999) 113
Hospital de las Fuerzas Policiales del Perú 2
Centro Médico Naval 262
Total 1517

Trasplantes de Corazón
Período: 1972 - Setiembre 1999
Hospitales Totales
Hospital Nacional Edgardo Rebagliati Martins 12
Hospital Nacional Guillermo Almenara Irigoyen 9
Clínica San Borja 2
Total 23

Trasplantes de Médula Ósea


Período: 1994 - Setiembre 1999
Hospitales Totales
Hospital Nacional Edgardo Rebagliati Martins 51
Hospital Nacional Guillermo Almenara Irigoyen 46
Total 97

TRASPLANTE DE HÍGADO
E l año 1995 se formó el equipo de Trasplante de Hígado del Hospital Nacio-
nal Guillermo Almenara Irigoyen, ex Obrero, perteneciente a la Seguridad Social,
EsSalud y dirigido por el Dr. José Carlos Chaman Ortiz y lo componían 43 profe-
sionales. Todos ellos, en forma periódica, viajaron a Estados Unidos de Norteamérica
y Brasil para capacitarse en la técnica quirúrgica así como en el manejo del
postoperatorio de paciente trasplantado. E l Dr. José Carlos Chaman Ortiz fue nom-
brado Jefe del Departamento de Cirugía Experimental y Jefe del Programa de Tras-
plante de Hígado del Hospital Nacional Guillermo Almenara Irigoyen, donde los
profesionales afinaban la técnica quirúrgica en animales de experimentación.

El 23 de marzo del 2000 se realizó el Primer Trasplante de Hígado en el Perú,


en el Hospital Nacional Guillermo Almenara Irigoyen en el paciente Luis Hspinoza
870 WALTER OSWALDO CHAÑAME DELGADO

Toledano de 57 años de edad, mecánico que sufría cirrosis hepática alcohólica en


fase terminal. Recibió el hígado de una empleada del hogar de 44 años, quien
había fallecido por hemorragia cerebral y diagnosticada de muerte cerebral clínica
y rectificada por el electroencefalocardiograma plano en el Hospital Cayetano
Heredia. E l trasplante resultó un éxito y el acto operatorio duró 14 horas. El pa-
ciente recuperado fue dado de alta.
El equipo quirúrgico dirigido por el Dr. José Carlos Chaman Ortiz estuvo
conformado por los cirujanos Drs.: Carlos Rondón Leyva, Eduardo Anchante Cas-
tillo, Víctor Hugo Torres Cueva, Eduardo Pedreschi; el gastroenterólogo Dr. Martín
Pandilla Machaca; los anestesiólogos Drs. Julio Paredes, Víctor Magallanes; y la
patóloga Dra. Carmen Asato Higa.
Tuvieron un rol importante en el apoyo de esta hazaña quirúrgica: el Presi-
dente Ejecutivo de EsSalud, Economista Manuel Vasquez Perales; Gerenta General
Srta. Economista Silvia Armijo; el Presidente del Consejo del Directorio del Hos-
pital Nacional Guillermo Almenara Irigoyen Economista Luis Izaguirre Rodriguez;
el Gerente General y Presidente del Comité de Trasplante del Hospital Nacional
Guillermo Almenara I . Dr. Luis Bromley Coloma.
ULTRASONIDO DIAGNÓSTICO

Elio C. Quiróz Díaz

Lamento no poder desligar de la historia del Ultrasonido Diagnóstico en el


Perú, por lo menos en sus primeros años, del nombre de un radiólogo peruano, el
Dr. Elio C. Quirós Díaz. Y digo lo lamento, porque tengo que enviar esta historia a
la Federación Latinoamericana de Sociedades de Ultrasonido Diagnóstico a pedi-
do de su Presidente actual, el Dr. Leopoldo Garcia Himmelstine. Y presidiendo
actualmente a la Sociedad Peruana de Ultrasonido Diagnóstico, no puedo evitar
este otro compromiso, el de tener que hablar en gran parte de mí mismo. Pero lo
hago con humildad, y con la satisfacción de estar contribuyendo así a la historia
de esta hermosa técnica diagnóstica en Latinoamérica. Por tanto, advierto que no
es intención ni tampoco un modo de hacer propaganda, si es que así pudiera
interpretarse esta disertación.

PREÁMBULO.
1970. E l Dr. Elio C. Quirós Díaz, realizando un postgrado sobre Radiología
Clínica en las Universidades de Sheffield y Londres, merced a una beca otorgada
por el Consejo Británico, llega a conocer y a admirar una nueva técnica diagnóstica
utilizando el ultrasonido. En aquel entonces se encontraba en sus iniciales fases
de aplicación la determinación de la línea media encefálica (la ecoencefalografía),
y el estudio de los órganos pelvianos. Empezaba a sobresalir en el ambiente médi-
co científico la figura de un prestigioso pionero del ultrasonido en su aplicación
ginecoobstétrica, el Profesor escocés Ian Donald, creador de la técnica de examen
a través de la vejiga llena.
1976. El Dr. Quirós obtiene en Londres el premio de la beca llford, concedido
una vez por año por la British Royal Society of Radiology, en concurso abierto a los
radiólogos no británicos del mundo, para estudiar o profundizarse en algún as-
pecto o rama de la Radiología. E l Dr. Quirós decide entonces especializarse en la
nueva técnica, conocida ya como Ultrasonido Diagnóstico. Antes de viajar, con-
sulta con las autoridades de la Radiología y otras especialidades médicas de su
país sobre los alcances de esta especialización, y lamenta que no la conocieran, o
conocieran muy poco todavía de ella, recibiendo muy poco estímulo. Viaja con la
incertidumbre de tener que traer al país una técnica desconocida.
En Londres se le asignó a la Universidad de Bristol, bajo la dirección del Prof.
Frank Ross, especialista en Ultrasonido, como el lugar donde debía realizar su
872 EUO C. QUJRÓZ DÍAZ

capacitación. Era el primer médico latinoamericano que se registraba en la Socie-


dad Británica, que llegaba para especializarse en esta nueva técnica del Ultrasoni-
do Diagnóstico, durante un año académico. Los Residentes radiólogos sólo hacían
una capacitación por un período de tres meses en el Servicio de Ultrasonido du-
rante su especialización. Y fue, por lo tanto, el primer diplomado latinoamericano
en esta subespecialidad al término de sus estudios, el 18 de octubre de 1977.

1978. E L ULTRASONIDO EN E L PERÚ.


Al regreso a su país, el Dr. Quirós recorrió todos lo hospitales y principales
centros médicos de la Capital buscando algún médico que se hubiera interesado
en esta técnica, o algún tipo de instrumento ya adquirido o por adquirir. Tuvo que
asignarle la palabra "Ecógrafo" a tales instrumentos. Sólo encontró un equipo Smith
Kline de Modo M, en el que un Dr. Reátegui había empezado a realizar estudios
ecocardiográficos en el Hospital Naval. También supo que el Hospital Central Mi-
litar había adquirido un ecógrafo Siemens, el primitivo Vidoson, y que ya estaba
en camino hacia el Perú.
Cuando este equipo llegó, se le encomendó su uso al Dr. Quirós. Éste tam-
bién fue invitado para trabajar un ecógrafo que un colega se ofreció a adquirir,
pero las condiciones laborales planteadas no parecían halagüeñas.
1979. El Dr. Quirós hace los primeros esfuerzos y gestiones para comprarse
un ecógrafo. Se efectivizó dicha compra a fines de ese año, adquiriendo un equipo
de tipo Tiempo Real, de la firma japonesa Alka, una de las pioneras en este campo.
Poco tiempo después, aquel otro colega compró un equipo Picker de tipo estático,
y dio marcha a otro servicio de ecografía. Se inició así una forma de practicar esta
técnica, que luego llegaría a ser "la fiebre" descontrolada por la ecografía, como
luego se describirá.
1980. El Dr. Quirós, con su primer ecógrafo, empezó a realizar en la Capital
demostraciones de lo que se podría diagnosticar con esta técnica. Visitó casi todos
los hospitales, clínicas y otros centro médicos, mostrando a los colegas las bonda-
des, pero también las limitaciones de esta técnica. Los médicos empezaron a darse
cuenta con claridad de los alcances del ultrasonido, y poco a poco fueron hacién-
dose más proclives y menos renuentes a utilizarlo. Mientras tanto, las cuotas men-
suales de pago por su ecógrafo corrían, y había que trabajar duro, casi en forma
continua y sin horario fijo, para poder cubrir los pagos que suponía un ecógrafo
relativamente costoso. No había ningún tiempo libre o disponible como para reali-
zar docencia en esta especialidad, que tanto le interesaba implantar. Se tenía que
conseguir trabajo para poder pagar las mensualidades. Felizmente, en la Clínica
Ricardo Palma se le brindaron algunas facilidades laborales para establecer un
primer Centro Médico particular que contaba con un servicio de este tipo.
A fines de 1980, el Dr. Quirós fomenta y colabora en la formación de una
sociedad médica con todos los profesionales interesados en utilizar esta técnica, y
que la empezaron a aprender. Fue principalmente con los ginecólogos de su pri-
mer centro laboral con Ultrasonido, el Hospital Central Militar, con los cuales
ULTRASONIDO DIAGNÓSTICO 873

instaló y presidió la Sociedad Peruana de Ultrasonido en Medicina y Biología,


como se la denominó, en concordancia con las sociedades similares de los países
avanzados. Por entonces, los radiólogos capacitados en Ultrasonido eran pocos en
el país; El Dr. Diño Morello y el Dr. José López habían recibido entrenamiento en el
exterior. Pero luego aparecieron varios otros profesionales, que incursionaron en
este campo en sus propias especialidades, principalmente los ginecólogos; algu-
nos tuvieron que salir al extranjero para realizar cursos cortos de semanas, princi-
palmente en España. Esta Sociedad fue reconocida oficialmente por el Colegio
Médico en el año 1984.

L A DÉCADA DE LOS OCHENTA


En los primeros años de esta década, se empezó así a desarrollar lenta y
progresivamente en el Perú un verdadero interés y reconocimiento por las bonda-
des de esta técnica. Alrededor de 1984, ya muchos centros médicos, tanto estata-
les como privados, ya poseían servicios de ecografía. Pero a partir de 1985 se em-
pieza a observar el fenómeno que ya se mencionó anteriormente: el interés acen-
tuado por los médicos en practicarla, pero de una manera descontrolada y no
reglamentada, lo que yo llamé la "fiebre de la Ecografía". Lamentablemente, no
pudo establecerse por varias razones, principalmente económicas, como ya tam-
bién se dijo, un centro docente donde impartir una capacitación apropiada ante el
interés y la demanda crecientes. El fenómeno del terrorismo azotó al país en tal
forma que todos tratábamos de sobrevivir a una de las peores crisis en la historia.
El Colegio Médico no intervenía para controlar el desmedido e incontrolable uso
de esta técnica en forma deficientemente aprendida y ejercida en forma no ética.
El ecógrafo se convirtió en una maquinita que podía dar dinero en forma relativa-
mente fácil, y aparecieron centros donde se hizo con la Ecografía el gran negocio
indecente aprovechando la limitación de recursos del pueblo, el desconocimiento
sobre los alcances y las limitaciones de la técnica, y el descontrol de las autorida-
des.
Por otro lado, la Sociedad de Ultrasonido llegó a convertirse en una sociedad
que sólo servía de lugar donde obtener una certificación de ser miembro, y en la
que la gran mayoría de sus integrantes eran ginecólogos. Los radiólogos ecografistas
y los ecografistas en otras áreas no podíamos tener ya ni interés en participar, ni
capacidad para modificar a tal sociedad. Tal sociedad logró marchar durante mu-
chos años en forma ineficiente y somnolienta, y finalmente, como una sociedad
inactiva. Por otro lado, la Sociedad de Radiología siempre vio mal a una sociedad
en la que se practicara la ecografía sin ser radiólogo previamente, y este celo
todavía impide que pueda ver bien a una sociedad que agrupe a otros profesiona-
les no radiólogos, que aparte de su especialidad se subespecialicen en el uso del
ultrasonido. Dos sociedades en pugna, que en vez de marchar en armonía y en
estrecha colaboración para lograr un eficiente ejercicio del ultrasonido, ocasionan
incoordinaciones con el Colegio Médico y con otras instituciones médicas.
874 ELIOC. QUIRÓZDÍAZ

LA DÉCADA DE L O S 90
En estos años, el ejercicio del Ultrasonido Diagnóstico se hace amplio en el
país. Muchos la ejercen, con y sin capacitación apropiada. Puede afirmarse que ya
no existe un centro médico de importancia que no posea un servicio de ecografía.
Lamentablemente, todavía no se ha podido establecer una verdadera escuela don-
de capacitar a aquellos profesionales que la necesitan y que la utilicen en sus
múltiples especialidades, aparte de los pocos meses que los Residentes en Radio-
logía le dedican a ella, de algunos cursos ocasionales que se llevan a cabo por
iniciativa particular de algunos colegas, y de la escasa oportunidad de salir al
extranjero que pueden tener unos pocos. Es que el Perú recién está tratando de
salir de las terribles dolencias que lo han invadido desde hace mucho tiempo,
principalmente en estas últimas dos décadas: inmoralidad en las instituciones,
ineficacia de los organismos de gobierno y control, terrorismo, delincuencia, po-
breza, miseria, falta de un eficaz sistema educativo a todo nivel. Felizmente, des-
de comienzos de esta década, hay importantes y eficaces medidas gubernamenta-
les que le están brindando un aspecto más promisorio al país. Y ahora ya podemos
decir que el Perú se encuentra en una nueva fase de su historia.
En estas circunstancias, y viendo la inoperante situación de la Sociedad de
Ultrasonido, en julio de 1984 tuvimos la decisión de tratar de revitalizar a esta
sociedad. Y así empezamos a trabajar mediante una Junta Directiva Provisional
transitoria, tratando de agrupar a los ecografistas que hubieran efectuando un en-
trenamiento certificado y reconocido. Y en mayo del presente año se llevaron a
cabo las elecciones oficiales en el local del Colegio Médico, para elegir a la nueva
Junta Directiva, y que hoy me honro nuevamente en presidir después de muchos
años transcurridos.
En la fecha, hay muchos ecografistas en el país, a los cuales estamos invitan-
do a agruparse con nuestra sociedad. Lo que tratamos de lograr es que todos poda-
mos practicar el Ultrasonido en una forma eficiente y con calidad profesional y
humana.
CAPÍTULO IV

PROBLEMAS
DE SALUD
APUNTES DE LA MEDICINA TROPICAL

Hernán Miranda Cueto

El primer desafío es precisar los límites de la Medicina Tropical en relación


con las Enfermedades Infecciosas. ¿Son distintas ambas entidades, o es que hay
enfermedades tropicales que inevitablemente son infecciosas e infecciones que no
son tropicales?
El doctor Telmo Fernández, un médico ecuatoriano, define la Medicina Tro-
pical como la "disciplina que estudia las enfermedades cuya presencia, desarrollo
y mantenimiento están determinadas por las condiciones del ambiente tropical".
Sobre la base de esta definición tengo duda en relación con la lepra, que es
común en Islandia, el país menos tropical del mundo; algo parecido ocurre con la
uta que florece en las alturas, como con la esporotricosis, la paragonimiasis, la
fascioliasis y gran variedad de enteroparásitos que afectan a poblaciones en zonas
andinas.
¿Cuál es el territorio exclusivo de la llamada Medicina Tropical? Pregunta
difícil; tal vez ayudaría como respuesta un catálogo de algunas entidades raras que
nunca prosperarían en áreas no tropicales.
Es ineludible hacer honor a la confianza depositada en mí. Con este fin he
tomado como guía para la exposición a los investigadores, las entidades clínicas,
las instituciones, los congresos y los órganos de comunicación científica.
Tomemos el primer tema, casi al azar:

ENFERMEDAD DE CHAGAS.- La historia de los estudios de Carlos Chagas


en el "barbeiro", nombre dado a los triatominos en el Brasil, condujo al hallazgo
del parásito flagelado antes de que la enfermedad correspondiente fuera conocida.
Lo que Mamó la atención de Chagas fue la frecuencia con que los insectos picaban
el rostro de los niños. La especie en la que trabajó al comienzo se llamaba Triatoma
megista; posteriormente se modificó el nombre a Panstrongyrfus megistus.
En el Perú fue Edmundo Escomel, aquel hombre "que lo vio todo", quien se
interesó, como Chagas, por los triatominos y su contenido intestinal, en el que
observó formas que él llamó "herpetomónicas". Eso ocurría, si consideramos a la
Enfermedad de Chagas como tropical, en la costa más alta del mundo: Arequipa.
También era originario de ese lugar Hugo Lumbreras, quien trabajó sobre el mismo
tema con el doctor Alberto Cornejo Donayre. Pero éste no fue el paso inicial. Fue-
878 HERNÁN MIRANDA CUETO

ron Víctor Ayulo y Arístides Herrer los que confirmaron las observaciones de
Escomel y tuvieron una aproximación acerca de los hábitos del insecto cuando lo
encontraron en la habitación del hotel en el que fueron a descansar, tras recorrer
extensas zonas del valle. La emoción de un hallazgo sensacional se disipó cuando
descubrieron una buena cantidad de triatominos bajo las solapas de sus sacos;
habilidad del insecto, necesaria para salvar inmensas zonas desérticas. Esto expli-
ca su avance hacia el norte y su sorpresiva presencia en ciertos lugares como
"Mendocita", en Lima, donde Abelardo Tejada, todavía estudiante en ese tiempo,
encontró Tríatoma infestans cerca de la casa de familias arequipeñas.
Siguiendo esta historia tenemos, por una parte, los estudios de Herrer en San
Martín, donde descubrió un triatomino altamente domiciliario que recibió el nom-
bre de ñinstrongylus herrén, en su honor; insecto idéntico a Fhnstrongylus lignarius,
de hábitos selváticos, según la apreciación del doctor Herman Lent, uno de los
más notables investigadores brasileños, cuyo consejo fue muy útil para muchos
investigadores del Perú. Lo conocí en el Instituto Oswaldo Cruz, donde tuvo la
bondad de mostrarme, con sabias explicaciones, su fabulosa c o l e c c i ó n de
triatominos y tiempo después, por ese extraño uso del poder, fue extrañado de su
país.

El doctor Hugo Lumbreras, que también trabajó en San Martín, descubrió


una forma de control biológico de triatominos por Telenomus fariai. También estu-
dió que, a su juicio, era una a la que denominó Hhodnius arcei, en homenaje a
Julián Arce, un notable tropicalista. Lamentablemente, Lent y León lo habían des-
crito seis meses antes como Hhodnius ecuadoríensis. Mala suerte la de Arce. Esta
noticia le fue dada a Lumbreras en el Congreso de Medicina Tropical de Lisboa.
Pero allí no quedó la cosa: Hugo criaba sus triatominos en una pequeña covacha
anexa al departamento de Patología del Hospital Dos de Mayo y como no podía
comprar aves para alimentarlos, les dio una módica pensión en su brazo. De estos
incidentes surgió una interesante investigación durante su permanencia en el
Tropen Instituí de Hamburgo, relacionada con el signo de Romaña, que Hugo
prefería llamar "signal de Romaña". Salvador Mazza, que publicó un centenar de
trabajos sobre la enfermedad de Chagas, había notado el famoso "signal" de Romaña,
que representa el "chagoma de inoculación", o sea, una manifestación temprana
de la enfermedad, justamente en pacientes con enfermedad avanzada. Con Flores
y Escallón, a quienes preparó adecuadamente, decidieron hacerse picar por
Hhodnius en el borde palpebral y en corto tiempo presentaron tres ejemplos im-
presionantes del "signal" de Romaña, en este caso, debido a una sensibilización a
la saliva del triatomino. Obviamente faltaba el componente ganglionar.

Quiero imaginar que fue este trabajo, publicado en Alemania, el que cimentó
su prestigio en medida suficiente para lograr apoyo en su plan de estructurar un
Instituto de Medicina Tropical en la Facultad de San Fernando, proyecto del que
se desligó cuando se produjo el cisma que dio nacimiento a la Universidad Perua-
na Cayetano Heredia, anexo a la cual se fundó, años más tarde, el Instituto Alexander
Von Humboldt, de tanta significación en el desarrollo de las investigaciones en
Medicina Tropical.
APUNTES DE LA MEDICINA TROPICAL 879

Como es natural, el instituto de San Fernando, llamado "Daniel Alcides


Camón", siguió el proceso de construcción como el primer Instituto de Medicina
Tropical en el Perú.
En el campo de la Tripanosomiasis hizo contribuciones de primer orden Félix
Náquira. Contó con la valiosa cooperación de Eleazar Córdova y de Fernán Zegarra,
quien hizo estudios histopatológicos valiosos, demostrando la presencia de
tripomastigotas en músculos, en los que lo clásico es encontrar nidos de amasligotas.
El Dr. César Náquira amplió a su retorno de Chile estos trabajos que continúa
desarrollando en el Instituto "Daniel Alcides Carrión".

LAS MICOSIS
Escomel hizo estudios sobre este asunto y señaló la presencia de algunos
casos de esporotricosis, entidad frecuentemente observada y rara vez publicada,
fortaleciendo la imagen del "iceberg", símbolo de lo poco que vemos y sabemos
acerca de algo cuyo mayor volumen está sumergido e invisible.
La primera vez que se comunicó una micosis profunda estudiada de manera
completa, con cultivos y estudios histopatológicos, fue en 1937, cuando Teodoro
Zavaleta, médico trujillano y el Dr. Pedro Weiss, notable investigador y polígrafo,
comunicaron el primer caso de blast o micosis sudamericana o
paracoccidiodomicosis. Se entiende que las micosis superficiales ya las había es-
tudiado Escomel. E l Dr. Weiss y colaboradores describieron después dos casos de
criptococosis. Polinéstor Aguilar, discípulo de Weiss, presentó como tesis un estu-
dio clínico y botánico de las tinas, trabajo no sólo científico, sino también artístico
por sus bellas ilustraciones.
Luego sobrevinieron los estudios de Alfonso Nicho, uno de mis Maestros,
quien describió dos casos de esporotricosis, dos de actinomicosis y uno de
actinomicetoma del brazo y de la pelvis, por Streptornyces. Estos trabajos revisten
notable calidad científica e incluyen estudios experimentales, particularmente en
esporotricosis.
La Micología como especialidad desarrollada e incluida, por primera vez en
el Perú, como curso curricular en Medicina, estuvo personificada por el doctor
Julio Morales Saravia. Él estudió un año en la Universidad de Duke en North Caro-
lina con Norman Conant, todo un genio que se atrevió a poner en orden una cien-
cia abstrusa y hacerla atractiva y apasionante mediante su bello libro. A poco de
llegar a Lima, el doctor Morales diagnosticó un caso de actinomicosis cervical, con
gran destreza. Varios de sus discípulos nos beneficiamos de su micoteca y aun de
sus magistrales preparados. Como extensión de este influjo o al margen de él,
proliferaron trabajos en distintos campos como la paracoccidiodomicosis, con
importantes estudios de Oscar Romero Rivas y de Aníbal Casavilca, otro discípulo
del doctor Weiss.
Un aporte épico fue la demostración de la causa de la llamada "fiebre de
Tingo María", extraña enfermedad que afectaba a las personas, en su mayoría ex-
cursionistas, que penetraban en las famosas cuevas habitadas por aves que no
8SÜ HERNÁN MIRANDA CUETO

eran lechuzas propiamente; la especie a que pertenecen fue determinada como


Steatornis caripensis. Los visitantes aspiraban las esporas que proliferaban en las
heces de las aves y tiempo después presentaban un cuadro febril con síntomas
respiratorios.
El proceso, de carácter enigmático, vino a llamarse "fiebre de Tingo María" o
"fiebre de las cuevas". El aislamiento del agente, el Histoplasma capsulatum, a
partir del esputo de excursionistas de San Fernando que habían visitado las Cue-
vas, fue un aporte notable de los doctores Celso Arellano y José Gálvez Brandon.
En el caso específico de las esporotricosis llegamos a demostrar en Trujillo,
mediante el estudio de seis localidades de La Libertad y de Cajamarca que, lejos de
ser una rareza, era una enfermedad endémica en grandes zonas de la serranía
andina, en las que hay reactores en porcentajes que varían del ocho al veinte por
ciento. Estos estudios se hicieron en colaboración con varios estudiosos; uno de
ellos fue mi hijo Hernán Miranda Troncoso, con quien compartimos el premio
Albis Difco por el trabajo que realizamos en Cajamarca. Este premio contó con el
respaldo científico de la Asociación Peruana de Microbiología. Otros coautores
fueron Juan Geldres, Jesús García, Luis Tincopa, Jesús Pérez Esquerre, Rogelio
Sernaqué y Julio Espejo.
En Apurímac, como ratificación de la condición endémica de esta micosis, la
doctora Beatriz Bustamante encontró centenares de pacientes con esporotricosis,
confirmando el carácter endémico de la esporotricosis en áreas andinas. Utilizó
con éxito el itrakonazol.
También fue en Trujillo donde dimos comienzo a los estudios sobre
queratomicosis, un cuadro clínico de gran frecuencia. Son raras las semanas en
que no se diagnostica esta micosis. E l tema es de una riqueza excepcional con
soluciones terapéuticas aún no del todo satisfactorias. Tomando en cuenta que los
agentes [Fusarium solani y otras, Bhizoctonia, Apergillus y variedad de géneros)
son fitopatógenos, propuse el término Fitonosis para cuadros como la
queratomicosis en los que un agente primariamente fitopatógeno es capaz de cau-
sar enfermedad en humanos. La queratomicosis es un tema de gran fertilidad y dio
lugar a muchas contribuciones; tal es el caso de una forma especial de recubri-
miento conjuntival ideado por Ricardo Cáceda. Son también de interés los estu-
dios micológicos en vegetales, particularmente en caña de azúcar y la infección
experimental en conejos por inyección intralamelar demostrándose que, a dife-
rencia de lo que ocurre en humanos, en los que el cuadro es progresivo, en conejos
aparece un recubrimiento en diafragma que permite la recuperación del ojo sea
cual fuere la gravedad inicial. Desde que se desarrollaron estos estudios no se
volvió a enuclear los ojos en Trujillo, práctica frecuente con anterioridad.
APUNTES DE LA MEDICINA TROPICAL 881

E L DOCTOR HUGO P E S C E
Nos mostró una dimensión de la medicina imposible de conocer a través de
una formación intramural en hospitales a los que llega sólo una pequeña fracción
de una multitud de pacientes excluidos de los alcances de la medicina moderna;
para ellos, Koch, Pasteur, Behring, Ehrlich, Fleming, Florey y Domagk están toda-
vía por nacer. Su obra fundamental es Latitudes de Silencio, que descubre ese
mundo sin médicos ni medicinas en el que un científico, al irrumpir en semejan-
tes parajes, descubre su capacidad inagotable de encontrar soluciones sencillas
para problemas aparentemente insolubles que afectan a los moradores. Reclamo
épico y lírico de llevar fraternidad e ingenio allí donde se desconfía del médico y
donde la vida vale tan poco.

En el cauce de algunas investigaciones se acostumbra llegar a zonas endémi-


cas con el propósito de obtener muestras de sangre y cuanto hay, despertando
expectativas en la población desvalida que, a la postre, nunca sabe qué ventajas
consiguió para la salud de la población con un aporte entregado de buena fe.
Pesce nos diría: "humanicemos la medicina; tratemos de dar a la ciencia un valor
en términos de solidaridad y de fraternidad. No bastan las publicaciones, la mayo-
ría en el extranjero y a niveles poco accesibles. El paciente debe ser respetado,
servido y no utilizado".
Aparte de la lepra, gran preocupación del doctor Pesce, fueron objeto de su
interés los accidentes por animales ponzoñosos: por serpientes y por arañas, en
particular por Loxosceles, compañera nuestra de hogar y, a veces, agente de muer-
te y de sufrimiento. E l doctor Lumbreras lo acompañó en estos trabajos. Estudió
también el "erucismo", aquel interesante cuadro cutáneo causado por infinidad de
partículas urticantes de las orugas de mariposas.
Ya que se trata de animales ponzoñosos, cabe resaltar los aportes del doctor
Jehan Vellard, quien llegó a preparar un excelente suero antiloxoscélico en el Ins-
tituto Nacional de Salud. E n esta misma institución trabajó, de manera ejemplar,
el doctor Oswaldo Meneses, quien hizo un registro notable de los ofidios en el
Perú, remarcando que la serpiente cascabel [Crotalus durissus) se encuentra sola-
mente en Sandia, una provincia de Puno. Cabe mencionar también al doctor
Fernández Lancho. Un cultor experimentado y actual en este campo, es el doctor
Julio Demarini Caro.

LAS MIASIS
Volvamos al doctor Hugo Lumbreras, uno de cuyos interesantes aportes fue
el estudio histórico, clínico y entomológico de las miasis, entidad de frecuente
observación. Sus aportes sirvieron de base a numerosos estudios de gran interés.
En la revisión taxonómica señala que el género Cochiyomia es sinónimo de
Lucüia, Caliphora y otros que se señalaban como agentes de miasis cavitaria. Des-
cribió las características de C. hominivorax, que es una larva biontófaga, agente de
miasis de piel y cavidades, con amplia distribución en el Perú y de muy frecuente
882 HERNÁN MIRANDA CUETO

observación en la región La Libertad, generalmente en piel infectada o con heri-


das. Señaló también las características de Dermatobia hominis, que es común en
áreas selváticas con repercusiones económicas, al malograr la piel del ganado, que
es perforada por las larvas. Describió, finalmente, la miasis ocular por Oestrus
ovis.
Al poco tiempo de llegar a Trujillo en 1954 atendí a un paciente con una
herida fétida en la pierna; al descubrir la lesión observé numerosas larvas que
estudiamos con Hugo, llegando a identificarlas como larvas necrófagas de Stomoxys
calcitrans, mosca de establo. Esta comunicación fue posiblemente la primera o
una de las primeras en su género. Posteriormente se atendieron casos de miasis
por C. hominivorax, Dermatobia hominis y algunos de especial interés, como un
paciente con miasis oculonasal por Oestrus ovis, que eliminaba larvas de tercer
estadio por la nariz, Otro fue un caso de óculo miasis por larvas de CochUyomia
hominivorax en una criatura de pocos días; así se explica que dos enormes larvas
se encontraran penetrando el conducto lacrimal tras haberse desarrollado en el
oído, migrando después al ojo.

Es pertinente señalar que el doctor Lumbreras contó en diversos estudios


con la valiosa y leal cooperación de los doctores Humberto Alvarez y Humberto
Guerra, quienes andando el tiempo llegaron a ocupar la dirección del Instituto tras
la partida final del Maestro.

LA ENFERMEDAD DE CARRIÓN
Hay campos fundamentales en la historia de la Medicina peruana: uno de
ellos es la Bartonellosis o Enfermedad de Carrión, tema de estudios intensos, de
errores y de aciertos por más de un siglo y en cuya dilucidación participaron el
mismo Carrión, Odriozola con su "Maladie du Carrión", Barton con su primer
error y su rectificación en 1909. Los similtíficos, así llamados por su parecido con
la Salmonella typhi, a excepción de la producción de gas en los cultivos, fueron la
causa del error inicial de Barton, que los encontró en las autopsias de pacientes
muertos de "fiebre de la Oroya". Es admirable que O. Tamayo y Biffi, en etapa tan
temprana, pensaran que estos gérmenes (los similtíficos), lejos de ser agentes
primarios de la enfermedad, como sostenía Barton, eran gérmenes causantes de
una infección agregada, de tal severidad que mataba al paciente, previamente
inmunodeficiente a causa de una anemia de evolución e intensidad sin paralelo
en la patología humana. Barton, al regresar al Perú tras una beca en Francia, se
encontró con la noticia de un gran error que había protagonizado sin mala inten-
ción. Lo esencial es que su reacción fue memorable. En las láminas que se encuen-
tran en un pequeño museo del Instituto Daniel Alcides Carrión se observan aún
los gérmenes endoglobulares que él llamó, por el momento, "cuerpos X". En 1909
presentó su famosa comunicación y nadie le creyó hasta que la Comisión de Harvard
integrada por Strong, Tyzer, Sellards y Gastiaburú, consagró el hallazgo dando al
germen el nombre de Bartonella bacilliformes, en homenaje al gran investigador.
APUNTES DE LA MEDICINA TROPICAL 883

E l doctor Arístides Herrer, notable científico peruano, hizo también impor-


tantes trabajos sobre el tema, en parte inspirado por Marshall Hertig, un notable
investigador americano. Son valiosas las contribuciones de Manuel Cuadra y de
Juan Takano, que precisaron la situación intracelular del germen y su presencia en
el verrucoma, estudios continuados por Recavarren y por Arias Stela
E l doctor Pérez A l v a con Giuntini aportaron conocimientos sobre la morfolo-
gía del germen; el doctor Héctor Colichón identificó a los cultivos de Salmonella
aislados de pacientes con bartonellosis, como Salmonella typhimuriun. Colichón
y Solano incidieron en el cultivo del germen en plasma gelificado. L a prioridad
del cultivo en caldo nutritivo con la adición de sangre se disputó entre Hercelles y
Torres Alva y por otra parte Noguchi y Batistini.
E n fecha m á s reciente el doctor Ciro M a g u i ñ a hizo estudios clínicos y
epidemiológicos exhaustivos con valiosos aportes, tales como la ampliación de
áreas endémicas y la identificación de nuevas especies de Bartonella. Pocas cala-
midades tan colmadas de juicios equivocados y de encono como la Enfermedad de
Carrion. Pocos, muy pocos investigadores durante varios decenios, se excluyeron
del estudio de la enfermedad, desde algún punto de vista. Es larga y compleja la
historia de la llamada, erróneamente, Fiebre de la Oroya,
Como un medio de difundir los conocimientos sobre patología peruana pu-
bliqué un capítulo sobre la enfermedad de Carrión en el libro brasileño del que es
editor Ricardo Veronesi, Doencas Infecciosas e Parasitarias. E n esa ocasión utilicé
fotos inéditas y muy bien logradas que me fueron proporcionados por el doctor
Oscar Urteaga, que era Patólogo del Hospital Dos de Mayo.
Ahora se ha esclarecido multitud de hechos controvertidos: el germen es
intraglobular y no paraglobular, como se afirmó alguna vez; se encuentra bajo la
forma bacilar en el verrucoma, lo que se negó mucho tiempo; el mecanismo de la
anemia es una fagocitosis de hematíes, de gran intensidad, lo que da lugar a una
hemolisis extravascular; no se debe a toxinas hemolíticas, entre otros aspectos.
En cuanto a Carrión, nunca estuvo hospitalizado en la Sala Mercedes del
Hospital Dos de Mayo, en la que sí estuvo internado el paciente que presentaba en
la ceja un verrucoma del que Carrión tomó una muestra para la autoinoculación,
lo que fue el comienzo de una experiencia que culminó en tragedia y en gloria.
Carrión llegó a la Maison de Santé, ya muy grave, el cuatro de octubre y murió en
la última hora del día cinco y no el seis, como se registra en los libros y certifica-
dos municipales. Tenía al morir 28 años y no 24, como aparece en el libro del
hospital.

E l doctor Andrés Callegari presentó como tesis los registros oficiales que se-
ñalaban el día seis de octubre como el de la muerte de Carrión. A l cumplirse un
año, sus compañeros, entre ellos Arce, Medina, Mestanza y Miranda organizaron
un homenaje el día cinco de octubre, lo que prueba que ellos sabían la fecha ver-
dadera, que fue el cinco de octubre; con toda probabilidad, cerca de media noche.
En lo que se refiere a la epidemia que mató a 7 000 obreros, se desató en la
zona de Surco y Matucana; mucho antes de llegar a Ticlio, que está lejos, a más de
SS4 HERNÁN MIRANDA CUETO

5 OQO metros de altura. Oroya está al otro lado de la cordillera y, que se sepa, allí
no se ha descrito la "fiebre de Oroya".
Son de singular trascendencia los aportes del doctor Uriel García en el escla-
recimiento de aspectos históricos relacionados con Carrión y su tiempo. Causó
impacto descubrir su "vera efigie", de hombre andino, distinto al personaje de
perfiles franceses atribuidos por sus propios amigos.
Los estudios de Pesce, Lanfranco y Callegari son esenciales para un mejor
conocimiento de este estudiante admirable.
En la Facultad de Ciencia Médicas de la Universidad Nacional de Trujillo se
plasmó un mural de cien metros cuadrados, de mosaico polícromo, al cumplirse
100 años de su gloriosa muerte.

LA LEISHMANIASIS
Otro gran tema es la Leishmaniasis, en el que figuran algunos aportes de
valor como el de Herrer, que demostró la presencia de amastigotas en el hocico del
perro, sin lesiones aparentes. Bajo su inspiración, Lizardo Cruzado y el autor tuvi-
mos la oportunidad de encontrar, por primera vez en el Perú, roedores natural-
mente infectados por Leishmania, nada menos que en Hattus rattus, además de
Akodon mollis, Phihtis andinum y otros.
Estudios de Arévalo, Evans, Llanos et al, permitieron identificar al agente de
la Leishmaniasis cutánea andina, como Leishmania peruviana, nombre propues-
to por Vélez López en 1913, en Trujillo, en base a criterios clínicos.
En fases iniciales, en trabajos que realizamos con Guillermo Romero se ha-
bían identificado los cultivos obtenidos de pacientes y de roedores como Leishmania
braziliensis braziliensis por medio de anticuerpos monoclonados, por hidratación
del DNA del kinetoplasto y por isoenzimas. Igual resultado obtuvo Evans en 70
cepas que le enviamos, en el Instituto de Medicina Tropical de Londres. La ulte-
rior identificación de la Leishmania peruviana se basó, fundamentalmente, en la
enzima seis manosafostato isomerasa, que marcó la diferencia.
Se consiguió editar, con la cooperación de múltiples científicos, un Manual
de Normas y Procedimientos para el Control de la Leishmaniasis en el Perú, cuyo
texto preliminar fue elaborado en el que es ahora el Instituto Tropical de la Uni-
versidad Nacional de Trujillo, donde propiciamos tratamientos abreviados, entre
los cuales figura la "Saturación intralesional", con enorme ahorro del medicamen-
to específico y de tiempo, con resultados altamente satisfactorios.
La Leishmaniasis sigue siendo el gran desafío a nuestra capacidad de res-
puesta, a nuestro ingenio y a nuestro coraje. En una versión andina, "uta" y en la
selvática, "espundia", es un problema gigantesco de difícil solución. En el aspecto
clínico estudiado en miles de pacientes se han precisado hasta once variedades
clínicas de la forma cutánea andina. Los estudios que se conducen en el Instituto
abarcan diversos aspectos que serán objeto de una publicación conjunta.
APUNTES DE LA MEDICINA TROPICAL 885

LA HELMINT1ASIS
Es este un campo en cuyo desarrollo han participado muchos investigadores
peruanos, con valiosos aportes. Muy a la ligera destacaremos los estudios sobre
Fascioliasis por Félix Náquira, Julio Lopera y colaboradores. U n aporte remarcable
es el método de sedimentación rápida ideado por Lumbreras para la investigación
de huevos del parásito, con alto rendimiento, sin necesidad del tedioso sondeo
duodenal. L a técnica, útil y sencilla, está basada en el empleo de agua caliente,
lográndose una sedimentación rápida, a diferencia de la sedimentación lenta con
agua fría que usaba Kourí.
. Es pertinente señalar la técnica de obtención de metacercarias en gran núme-
ro poniendo caracoles en u n cernidor colocado en una copa con agua. Tras una
noche las metacercarias se encuentran por centenares pegadas en las paredes del
vaso. Este método fue ideado por el autor en una excursión científica a la Hacien-
da Jocos (Cajamarca) en la que se estudiaron diversos aspectos de la fascioliasis.

PARAGONIMIASIS
La primera información referente a un paciente nativo con paragonimiasis
fue la de Barton, en 1910. Posteriormente, a lo largo de más de 50 años, se publica-
ron doce casos. Súbitamente comenzaron a abrirse nuevas líneas de trabajo al sur
de Cajamarca, donde se encontraron grandes áreas en las que la enfermedad era
endémica. Fueron los trabajos de Grados, Cuba, Román, Ibáñez y los del cronista
los que permitieron probar su endemicidad en Bolívar, San Juan, Condebamba,
Magdalena y otras localidades.
La primera vez que se observó el parásito adulto fue en 1967, en los pulmo-
nes de un gato conseguido en Magdalena, una localidad del Departamento de
Cajamarca. Siendo tan difícil conseguir que una familia serrana regale un gato,
Nicanor Ibáñez preparó un cajón con varios gatos que canjeó con gatos nativos en
una proporción de dos a uno. De este modo se obtuvo un gato en cuyos pulmones
había 19 parásitos, cuyo examen confirmó la sospecha de tratarse de una especie
nativa, distinta a la oriental, que se suponía había llegado al Perú por la migración
asiática. E l nombre inicial que dimos al parásito fue el de Ibragonimus peruensis.
Tiempo después fue descrito por Miyazaki, Ibáñez y Miranda como Parogonimus
peruvianus, pocos meses después de Paragonimus mexicanus, cuya descripción
fue posterior a los estudios peruanos en los que se u s ó la d e n o m i n a c i ó n de
fízragonimus peruensis, según figura en publicaciones.

Fue notable comprobar que la metacercaria carece de pared quística, a pesar


de lo cual la infección en gatos alcanza a más de 60%. L a maduración sexual se
completa en 45 días en las formas intrapulmonares.
Notables estudios se realizaron con participación del doctor Ichiro Miyazaki,
que visitó el Perú varias veces, con notables resultados. Más tarde describió otras
especies con los doctores Grados y Mazabel. También vinieron al Perú en varias
ocasiones los doctores Muneo Yokogawa, Tsuji, Kobavshi, Hata, Ito y otros. Fue
886 HERNÁN MIRANDA CUETO

ésta una excelente relación de trabajo enaltecedor. En una de esas ocasiones des-
cribí una técnica sencilla para la obtención rápida de Hidrobiidae del fango. La
especie que experimentalmente cumple el papel de primer huésped es Aroapyrgus
mirandoi; el caracol fue inicialmente descrito por Weyrauch como Potanopyrgus
mirandoi en ejemplares encontrados por el autor en diversas localidades del De-
partamento de Cajamarca.

LA DIFILOBOTRIASIS DE CICLO MARINO


El tema final es el estudio de la Diphyllobothriasis de ciclo marino que se
inició en Trujillo, donde se encontraron estróbilos de Diphyiobothrium en pacien-
tes que nunca habían comido peces de agua dulce, mas sí especies marinas bajo
la forma de cebiche. E l parásito fue visto también en Chiclayo, Lima y Callao con
gran frecuencia. En Lima, Lumbreras encontró numerosos C L I S O S sin que se supiera
cuál era la especie. E l enigma se esclareció cuando el material recogido en Trujillo
fue llevado por el autor a Neuchatel, Suiza, donde el Profesor Jean Baer, uno de
los más grandes parasitólogos, identificó la especie como Diphyiobothrium
pacificum, cuyos huéspedes principales son los dos lobos de mar. El Dr. Baer vino
a Trujillo con apoyo de la OMS y aprovechamos su presencia para organizar un
curso memorable al que concurrió un grupo selecto de parasitólogos peruanos,
entre los que se encontraban, Carmen Villanueva, Margarita Arnao de Mac Gregor,
Luz Sarmiento, Rosa Ortiz, Norma Uyema, Eleazar Córdova, César Cuba, entre
otros.

El principal huésped definitivo en la región es Otraria byronia, que abunda


en las islas de Guañape y en cuyo estudio encontramos el parásito; participamos
en el trabajo Nicanor Ibáñez, Wilberto Fernández y el suscrito. Lo esencial es que
en la actualidad, de cada diez céstodes que se examinan, ocho sonDiphyhbothium
y sólo dos, Taenia. Fue esta la primera vez que se describió una especie distinta a
D. latum en el hemisferio meridional.

PERFIL DE LAS INSTITUCIONES RELACIONADAS CON E L


DESARROLLO DE LA MEDICINA TROPICAL E N E L PERÚ
Una de las instituciones matrices en la formación de Infectólogos y de
Tropicalistas es el Hospital "Dos de Mayo", cuya tradición científica es notable.
Por allí pasaron grandes Maestros, entre los que ocupa un lugar especial el doctor
Carlos Lanfranco. Los médicos de las Salas, Julián Arce y Odriozada fueron
tropicalistas en diversa medida y fue allí donde se encauzaron muchas vocacio-
nes. Recuerdo también, entre otros maestros, al doctor Napoleón Zegarra Araujo.
En el laboratorio cumplieron labor dilatada y remarcable los doctores Julio
Morales Saravia, el doctor Alfonso Nicho y el doctor Félix Castillo Narvaez. E l
patólogo fue el doctor Oscar Urteaga, quien tuvo el mérito indiscutible de publicar
durante 23 años Los Archivos Peruanos de Patología y de Clínica.
APUNTES DE LA MEDICINA TROPICAL 887

E l Hospital de Guía en el que se confinaba a enfermos de hansenosis tuvo


también alguna parte en la formación de especialistas.
El Instituto Nacional de Salud Pública fue, en el campo de la Infectología
General y de la Medicina Tropical, un centro básico; allí trabajaron los doctores
Luis González Mugaburu, Oscar Rondón, René Solis y Arístides Herrer, este últi-
mo en campos tan variados como la Enfermedad de Carrión, la leishmaniasis y la
leptospirosis. E l doctor Julio Morales trabajó en la División de Control, con José
Huapaya.
E l centro de Animales ponzoñosos estuvo a cargo del doctor Jean Vellard,
primero, y luego del doctor Oswaldo Meneses, hombre de alto mérito que delimitó
el área de distribución del crótalo o serpiente cascabel a Sandia, en Puno. Los
laboratorios de producción de valiosos productos biológicos y el Centro Antirrábico
dieron merecido prestigio al Instituto.
E l desarrollo específico de los Institutos tiene la secuencia siguiente:
E l Instituto Daniel Alcides Carrión de la Facultad de San Fernando, en el que
se desarrollan trabajos sobre Parasitología Médica a cargo de conocidos científicos
como el doctor Abelardo Tejada, experto en Leishmaniasis y el doctor César Náquira
en campos diversos como la Enfermedad de Chagas y la Toxoplasmosis; la Dra.
Olga Palacios y el Dr. Juan José Miranda en Virología e Inmunología, Dr. Wilfredo
Gardini en Micología y el Dr. Zuño Burstein en Dermatología Tropical. E l Dr. Luis
Solano trabajó principalmente en Bartonellosis.
Le siguió cronológicamente el Instituto Alexander Von Humboldt de la U n i -
versidad Peruana Cayetano Heredia. Tanto en la organización de éste como en la
del Instituto Daniel Alcides Carrión tuvo papel protagónico el Dr. Hugo Lumbreras.
E l Instituto de Medicina Tropical e Infectología de la Facultad de Ciencias
Médicas de la Universidad Nacional de Trujillo ha sido oficialmente creado con
fecha 27 de julio de 1993, tras nueve años y diez meses de gestiones. Ha venido
funcionando como Centro de Medicina Tropical cinco años antes de su creación
definitiva. Su raíz genuina es el Departamento de Microbiología y Parasitología,
que fue uno de los primeros en funcionar en 1958, en la recién creada Facultad de
Medicina.
Este es el momento de resaltar la trascendencia extraordinaria de la creación
de las Facultades de Medicina de Trujillo y de Arequipa, gemelas en varios aspec-
tos y sobre todo en el espíritu de renovación y de creatividad que abrió nuestros
ojos a un mundo de posibilidades jamás soñadas.

ACTIVIDADES CIENTÍFICAS
E n toda la historia del Perú la primera r e u n i ó n de Microbiólogos y de
Parasitólogos, vale decir de Tropicalistas en buena medida, ocurrió en 1962, cuan-
do se organizó en Trujillo la primera Jornada de Microbiología y de Parasitología,
a la que acudieron los m á s prestigiosos Maestros, con pocas excepciones, entre
888 HERNÁN MIRANDA CUETO

ellos el Dr. Hugo Pesce. Fue aquella una reunión magna que no me atreví a llamar
"Congreso", a pesar de haberlo sido en toda la línea.
Allí nació el acuerdo de organizar e! Primer Congreso en Arequipa. Trujillo
fue sede, después del III Congreso, de la Segunda Jornada y del X Congreso Lati-
o
noamericano de Microbiología y 7 Peruano, que congregó a 2 300 personas, con
diez cursos teórico-prácticos, con 53 docentes, gran parte de ellos extranjeros. En
esta ocasión la Directiva de la Asociación Latinoamericana de Microbiología esta-
ba en el Perú, siendo Presidente el Dr. Hugo Vizcarra Franco y Vicepresidente,
encargado de la Presidencia del Comité Organizador, el informante. Así se cum-
plió el gran anhelo de llevar un Congreso Latinoamericano a Trujillo. Estas refe-
rencias son pertinentes porque representan una etapa de desarrollo de nuestros
conocimientos y de un potencial apoyo recíproco.

Los Congresos de Medicina Tropical son recientes en el Perú. E l primero se


organizó en Lima con cierta premura para cumplir el requisito que permitiría la
celebración del anunciado Congreso Panamericano que tuvo lugar en 1991, con
remarcable éxito.
El Tercer Congreso, al que asistimos ahora, tiene la particularidad de mos-
trarnos en las Juntas Directivas y en los diversos Comités la pléyade de investiga-
dores con que contamos, ayer grandes promesas y hoy Maestros consumados que
fortalecen la tradición científica peruana.

ÓRGANOS DE COMUNICACIÓN
La Revista Médica Peruana fue revitalizada por Lumbreras durante algunos
años y hace ya mucho tiempo que nada se sabe de ella.
Una de las revistas más duraderas relacionada con Enfermedades Tropicales
fue la llamada Archivos Peruanos de Patología y de Clínica, un vehículo al que
confiamos nuestros aciertos y desaciertos durante 23 años ininterrumpidos, ver-
dadera proeza en el país, en el que son tan escasos los órganos de comunicación
científica, cuya corta vida ha sido, casi siempre, una característica dominante.
Igual papel cumplió, con anterioridad, la revista Experimental, publicada por el
Instituto Nacional de Salud, que contiene trabajos de valor notable.
La revista del Viernes Médico cumplió durante años excelente labor de infor-
mación científica. Actualmente contamos con la Revista de la Sociedad de Enfer-
medades Infecciosas y Tropicales [SPEITJ.

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