FORESTAL

Depósitos de Madera,
Un Negocio de Preocupante
Comportamiento
Redacción M&M

Para quienes utilizan como materia prima la madera –en la fabricación de sus productos–
resulta indispensable que consideren factores como el tipo que emplearán, su calidad, nivel
de humedad o dimensiones; desafortunadamente los depósitos de madera, los primeros
y principales proveedores, no garantizan estas condiciones y sus clientes pagan las
consecuencias con un alto costo.

C olombia, por ser un país ubica-

do en el trópico, posee una gran
variedad de especies maderables con
diversidad de tamaño, resistencia,
finura y características físicomecáni-
cas; sin embargo, arquitectos, dise-
ñadores, fabricantes de muebles y en
general, los usuarios nacionales de
primera mano, denuncian que pese
a la variedad existente, los depósitos
presentan preocupantes deficiencias
y problemas en la oferta de la materia
prima, lo que no sólo ocasiona el en-
torpecimiento del trabajo de quienes
se sirven de ellas, sino también el in-
cremento en inversión y la pérdida de
tiempo para la entrega de productos.
Para muchos, los problemas de sumi-
nistro y calidad de las maderas que
ofertan los depósitos se originan en los
bosques naturales –una de las princi-
pales fuentes de materia prima– que
Foto: http://umanitoba.ca
por lo regular se explotan sin ningún

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control pese a que brindan las trozas
o maderas en bruto procesadas por
los aserraderos y que posteriormente
se utilizan en la construcción o fabri-
cación de muebles, partes y artículos
de madera; para otros, las quejas tie-
nen justificaciones más industriales,
más locales y menos forestales.
Abordando el tema, en esta oportu-
nidad, M&M realizó una encuesta te-
lefónica a 20 depósitos, pequeños y
medianos en Bogotá y a 10 en diferen-
tes regiones del país (Antioquia, Valle,
Quindío, Risaralda, Boyacá, Chocó, To-
lima, Norte de Santander, Cundinamar-
ca y Magdalena), a fin de conocer la
forma en que éstos entregan la mate-
ria prima a los usuarios, los principales
Zonas de Explotación de
Madera en Colombia
De acuerdo con la encuesta, la principal
zona de explotación maderera se ubica so-
bre la Costa Pacífica, en Buenaventura –el
principal puerto de Colombia sobre el Pací-
fico–, le siguen Guapi, Tumaco, Bahía Solano
y Jurado, como puertos principales desde
donde parte la madera para el interior del
país, y desde donde se distribuye, principal-
mente, madera de Chanul, Chaquiro, Sajo,
Otobo, Amarillo, Comino Laurel, Mangle y
otras especies menos comerciales.
Otra zona de explotación maderera es el in-
terior, el Magdalena Medio y el Putumayo,
donde se explotan maderas finas para mue-
bles como: Cedro, Caoba, Arenillo, Granadi-
llo, Comino y otras de menor valor.
Específicamente en Bogotá, la encuesta
arrojó que las maderas más vendidas son:
Sajo, Ordinario, Cedro, Granadillo, Sapán,
Pino, Virola, Abarco, Incienso, Chingalé,
Guaimaro, Caracolí, Aceite de María, y or-
dinarias para construcción: Frijolillo, Cei-
ba amarilla, Ceiba roja, Higuerón, Cámbu-
lo, Piñón de oreja, Mopo y Eucalipto.
De las anteriores especies cabe destacar
que el Abarco, el Comino y el Chanul están
catalogadas en peligro crítico de extinción,
que el Cedro, Laurel, la Ceiba y el Sapán
están en peligro, el Nazareno y el Pino Co-
lombiano son especies vulnerables y que
el Sajo y el Granadillo están casi amenaza-
das (3); todas ellas provenientes de zonas
como Antioquia, Santander, Chocó, Valle,
Nariño, Meta, Huila y Cundinamarca.
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Foto: www.aserradero-kemp.com.
inconvenientes que presentan, las ma-
deras que comercializan y por qué, en
muchas ocasiones, no ofrecen materia
prima mejor tratada, para la venta.
Vale señalar que el tema tiene gran
importancia para el sector conside-
rando el alto consumo que del re-
curso hace la industria, y el manejo
que se da actualmente a las fuentes
de suministro de dicho recurso y que
incide en la calidad de éste.
Al respecto –y según el artículo ‘Se
agotan los bosques naturales en
Colombia’(1)– las cifras sobre consu-
mo de madera en el país se acercan a
los cuatro millones de metros cúbicos
anuales, siendo la mayor fuente de
procedencia el bosque nativo (80%),
seguido por las plantaciones (20%);
lo que sugiere, para asegurar un su-
ministro permanente y madera opti-
ma para los depósitos y el mercado,
que debe existir, primero, un aprove-
chamiento más ordenado, conscien-
te y tecnificado del bosque en aras
de proteger los escasos remanentes,
las especies vedadas, reducir la tasa
anual de deforestación de 598.000
hectáreas, tecnificar la explotación y,
segundo, lograr un mayor incentivo a
la reforestación.
Sobre este último particular, se ha
calculado que la superficie total re-
forestada (comercial y protectora) en
A orilla de los ríos se
encuentran muchos
aserríos rústicos, que
operan con escaza
tecnología y sin
normas de seguridad.
Colombia es de 500.000 hectáreas,
de las cuales sólo 200.000 se han
programado con fines industriales,
siendo los departamentos líderes en
esta actividad Antioquia (17,1%), Va-
lle (13,2%), Cundinamarca (11,9%),
Cauca (10.2%) y Boyacá (7,3%) (2).
Estos índices –bajos si se compara con
los registrados por otros países tecno-
lógicamente menos desarrollados pero
forestalmente más organizados como
Bolivia o Costa Rica– dan cuenta de la
conveniencia de aumentar la masa fo-
restal, de reducir el impacto sobre el
bosque natural y de producir madera
de mejor calidad, de mejor presenta-
ción que puedan ofertar los depósitos
y que responda a las necesidades de la
industria y a los requerimientos de los
sectores que la emplean.
Depósitos Vs.
Necesidades de Usuarios
El presente trabajo de investigación
inició con una consulta a algunos di-
señadores y arquitectos para indagar
sobre cuáles son los problemas más
frecuentes que enfrentan al momen-
to de comprar madera para realizar
sus trabajos, en lo que se advirtieron
varias quejas y reclamos relaciona-
dos con los tipos ofertados, su estado
y los servicios ofrecidos por los depó-
sitos, entre otros.
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Así, los encuestados denunciaron en primera instancia,
la venta de madera húmeda y mal dimensionada, lo que
ocasiona mala calidad en los productos finales, el descré-
dito del empresario y de paso, de la madera como materia
prima. Para muchos, lo ideal sería que las dimensiones
Foto: www.proteger.org.ar
fueran estandarizadas en altos, anchos y largos según los
usos más frecuentes, a fin de ahorrar trabajo al usuario y
evitar el desperdicio de material que equivale a un 30 o
40 por ciento, lo que resulta exagerado al sumarlo al costo
de la madera.
La segunda denuncia apunta a que muchos depósitos ca-
recen de servicio al cliente, las maderas no se almacenan
correctamente y que frecuentemente le implica a éste
buscar personalmente lo que quiere. En este mismo sen-
tido, algunos de los encuestados recomendaron que los
depósitos nacionales tomen como guía, la experiencia de
países como Costa Rica o Ecuador, pioneros en el trabajo,
dimensionamiento e incluso preservación del recurso.
No en vano, aunque en ellos existe una brecha tecnoló-
gica diferencial entre unas y otras empresas, existe tam-
bién un número importante de depósitos de maderas que
cuentan con sus propios aserraderos y con maquinaria
especializada; además, son países que se han preocupado
por proteger su patrimonio forestal para asegurar el sumi-
nistro de la madera en el tiempo y que conocen y aplican
las normativas forestales para su aprovechamiento. Por lo
general, las compañías del sector incluyen en su organiza-
ción, departamentos como el forestal o ambiental.
Por otro lado y como tercera observación, afirman que los
depósitos venden sin importar la procedencia del recurso
en un tiempo en el que el factor ambiental y las certifica-
ciones de origen son determinantes para el mercado, que
son muy pocos los que cumplen con la normativa para la
extracción y que venden madera cultivada. Vale señalar
que todo lo anterior incide en que no exista una calidad
homogénea en la oferta en general, razón por lo que mu-
chas veces los arquitectos y diseñadores optan por traba-
jar sus proyectos en láminas de aglomerado, triplex o fór-
micas, que les brindan real confiabilidad y satisfacen sus
necesidades de calidad.
Para cerrar, reiteraron que son pocos los depósitos en el
país que tienen la tecnología suficiente para entregar ma-
dera en excelentes condiciones, que aplican técnicas co-
rrectas de almacenamiento y que cuentan con secadoras
y equipos de autoclave o impregnación por presión, aun
cuando este proceso es vital para asegurar su buen com-
portamiento al trabajarla, la calidad del material, y por
ende, del producto final.
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La madera como materia prima, tiene gran
importancia tanto para los ingresos finqueros, como
para el desarrollo de la economía del país.
Lo que Respondieron los Depósitos
Teniendo en cuenta lo anterior y a través de la encues-
ta aplicada a los depósitos, M&M buscó respuesta a las
quejas de los usuarios de la madera; los puntos de vista
fueron diversos.
En cuanto a la venta de madera húmeda, el 100 por ciento
de los depósitos encuestados se justificaron respondieron
que ésta materia prima siempre lleva implícito un proceso
de secado natural al recibo; de allí que sólo el 5 por ciento
asegure someterla a tratamientos adicionales de secado,
argumentando también que procesos adicionales incre-
mentan los costos y por tal razón, tendrían que venderla
al consumidor a mayor precio.
En este mismo sentido, únicamente el 4 por ciento de la
muestra afirmó tener hornos de secado y el 1 por ciento
utilizar servicios de secado ofrecidos por otras empresas,
pero únicamente cuando el cliente así lo solicita, esto cla-
ro, con un costo adicional a la venta del material.
Respecto al dimensionamiento de las maderas, el 100 por
ciento de los encuestados aseguró que generalmente,
cumple con los estándares comerciales para cada caso,
pero aseguran que en ocasiones, cuando el material lle-
ga en bruto y las medidas son menores, el industrial no
puede modificar esta condición; es sólo en los casos que
presenta mayores medidas, cuando la materia prima pue-
de ajustarse en calibre, ancho y demás determinantes. De
hecho, en algunos depósitos las maderas no son seccio-
nadas hasta que el cliente no especifica las medidas que
necesita, lo que implica, nuevamente, sobrecostos en la
compra.
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Formato de Encuesta a Depósitos

1. ¿Qué especies de madera comercializa?
2. ¿Cuáles son las de mayor demanda?
3. ¿Cuáles son las zonas del país que ofrecen el mayor volumen de
madera para la venta?
4. ¿En qué condiciones llega la madera al depósito?
5. ¿Tienen alguna política para recibir únicamente madera provenien-
te de reforestación o certificada, y filtrar la de bosque natural?
6. ¿Cree que para los usuarios de la madera representa un proble-
ma, que los depósitos la vendan húmeda o sin dimensionar?
7. ¿El depósito maneja medidas estándar en la madera que vende?
8. ¿Tienen problemas para la obtención de la madera que ofre-
cen? ¿Cuáles son los problemas más frecuentes que sortean en
este campo?  
9. ¿Cuáles son los problemas más frecuentes que presenta la ma-
dera que reciben los depósitos, a la hora de comercializarla
10. ¿Su depósito cuenta con equipos y/o sistemas de secado o tra-
tamiento?
11. ¿Podría determinar un volumen, anual o mensual, aproximado
de venta de las maderas de mayor demanda?
12. ¿Las maderas que comercializan este depósito se venden por su
nombre común ó especificado su nombre científico para no caer
en errores o confusiones de especies?
13. ¿Considera que en su depósito hay un buen almacenamiento de
la madera?

En cuanto al almacenamiento, el 95 por ciento de la mues-

tra reconoció no realizarlo debidamente, argumentando
razones de espacio; aceptan el apilamiento incorrecto, al
juntar madera húmeda con seca, en lugares con poca ven-
tilación, y en ocasiones, el acopio de madera en bloque;
casos todos que afectan la materia prima al impedir un
correcto secado. También comentan que se dan casos en
los que por espacio y comodidad, muchas veces apilan la
madera que llega, sobre la existente, sin revisar el estado
de la existente en stock, para vender siempre la que está a
mano, lo que también genera problema de inventario.
Ya, sobre el tema de las falencias en obtención de la ma-
dera y la normativa para su extracción y movilización –es-
pecíficamente los salvoconductos expedidos por las CAR,
y los certificados de radicado por parte del Dama– los
pequeños y medianos depósitos encuestados, afirmaron
que es prácticamente nula, la exigencia que hacen de es-
tos documentos a sus proveedores, sólo el 1 por ciento
aseguró tenerlo como política de la empresa, mientras
que el 99 por ciento restante expresó interesarle muy
poco el origen del recurso.
Al respecto, los comerciantes especialmente los ubica-
dos en Bogotá, aseguraron que aunque han empezado a

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escasear algunos tipos de madera provenientes de interior
del país, las encargan porque son altamente demandadas;
aunque aseguran también que es casi imposible sostener-
le al cliente los precios iniciales de cotización debido a los
riesgos que implican los decomisos, la falta de infraestruc-
tura vial en las zonas de donde se extrae la madera y los
numerosos contratiempos que terminan demorando –por
meses– la llegada del material al depósito.
Otro de los inconvenientes para obtener maderas prove-
nientes de regiones alejadas, según los encuestados, es el
surgimiento de monopolios por parte de algunos empre-
sarios, que ofrecen precios mucho más altos a los esta-
blecidos por los comerciantes de maderas para acaparar
mercados, especialmente cuando son maderas nativas de
una difícil consecución, así logran acaparar tipos de ma-
dera que pocos ofrecen y que por tal razón, pueden ven-
der a precios mucho más altos, perjudicando a los depósi-
tos restantes. También afirman que en muchas ocasiones,
hay escasez por insuficiencia de la madera.
El asunto de la tecnología con la que cuentan los depósitos
para realizar procesos de secado e inmunización es otro
de los aspectos referidos en la encuesta y que advierten
los madereros como negativo, pues sólo el 5 por ciento
de la muestra afirmó tener hornos de secado. Aunque el
100 por ciento reconoció las desventajas que tiene para
los clientes adquirir madera con un índice de humedad su-
perior al permitido en cada zona, aseguran no tener entre
sus metas la compra de equipos aduciendo los altos costos
de la inversión y la baja en ventas por la que atraviesan en
este momento.
Finalmente, sobre el tema de los precios de venta, los en-
cuestados reconocieron la inestabilidad existente, pues no
hay regulación ni consenso en esta materia, lo que afecta
severamente la economía de los consumidores y el sano
desarrollo del mercado.
Conclusiones por el Momento…
Del ejercicio anterior son varias las conclusiones que po-
drían deducirse y que abarcan desde las faltas de planea-
ción y organización de los depósitos –como negocios de ser-
vicio– hasta la urgencia de promover soluciones, tanto por
parte Estado como de los madereros, para mejorar la oferta
y calidad de las maderas que consume el sector.
Es así que, por ejemplo en el tema administrativo, fren-
te a la pregunta de encuesta ¿Podría determinar un volu-
men anual aproximado de venta de las maderas de mayor
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Foto: http aserraderojoserojas.com
Foto: www.fundalianza.org
demanda?, el 90 por ciento respondió desconocer el dato,
argumentando que éste depende en un alto porcentaje del
comportamiento del sector constructor, el cual ha tenido
-según reportes del Dane- frecuentes altibajos (4).
Si bien es cierto que en Colombia, el consumo de madera
se ha concentrado históricamente en el sector de la cons-
trucción y que en efecto, las cifras emitidas por el Dane
respaldan las afirmaciones de los depósitos, no es válido
que un alto porcentaje de éstos no cuenten, por esta cau-
sa, con registros de sus ventas anuales, evidenciando una
falta de conocimiento en el manejo de su negocio y una
falta de planificación absurda.
Partiendo de lo anterior puede entenderse, aunque no
justificar, el poco valor que dan también los depósitos
al recurso que ofrecen, ésto, cuando al menos el 99 por
ciento de los encuestados manifiestan no interesarles co-
nocer la fuente de origen del recurso, las circunstancias
en las que se extrae o las vedas que existen sobre las va-
riedades amenazadas y por ende, tampoco han estableci-
do protocolos para recibir exclusivamente materia prima
proveniente de fuentes manejadas sosteniblemente.
“Por épocas, resulta más difícil conseguir algunas espe-
cies, los precios suben, pero muchas veces el cliente exige
determinadas maderas y nosotros simplemente las encar-
gamos porque son las que nos piden”, afirma un gerente
de uno de los aserraderos encuestados.
Al respecto, podría considerarse como medida favorable
–tanto para la cultura de los depósitos, como para la con-
cientización del consumidor en general– que se promuevan
políticas y estrategias para un manejo forestal sostenible,
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que permita el aprovechamiento de materia prima prove-

niente del bosque bajo normas y técnicas que minimicen el
impacto ambiental y aseguren suministro en el tiempo.
Igualmente, se advierte como necesaria la promoción y
puesta en marcha de mayores proyectos forestales que
favorezcan la oferta de madera de mejores calidades y
que sean precisamente los depósitos los encargados de
comercializarlas, aunque vale señalar que tanto para las
maderas reforestadas como para las provenientes de bos-
que natural, deben impulsarse el correcto dimensiona-
miento y estandarización de calidades que tanto anhelan
los usuarios del recurso.
En otro sentido, es primordial que los depósitos de made-
ra, independiente de su tamaño, mejoren sus técnicas de
almacenamiento, secado e inmunización, así como tam-
bién que sean ellos quienes ayuden a crear conciencia en
el comercio y público en general, de cuáles especies defi-
nitivamente no deben ser comercializadas, por encontrar-
se en peligro de extinción. De la misma manera, resultaría
benéfico que el Gobierno también encabezara una cam-
paña nacional con el listado de las especies amenazadas
y las vedadas para que tanto el público como los comer-
ciantes de madera las conozcan de primera mano.
Son prácticas que van en beneficio del sector, que mejoran
el negocio de los depósitos y su desempeño pues indiscuti-
blemente de ellos dependen los fabricantes de productos
en madera, el sector en pleno. Se trata de un punto de ur-
gente atención y que amerita cambios en su manejo pues
evidencia fallas octogenarias en la cadena lo que debe mo-
tivar un compromiso de cambio de todos.

Citas
1) Artículo “Se agotan los bosques naturales en Colombia”, Marzo, 2008.
Laserna Navarro Nicolás. Ecólogo, Pontificia Universidad Javeriana.
2) Alejandra Ospitia, Directora Fedemaderas, en el discurso “Ocho comu-
nidades responsables de bosque Natural son parte de Fedemaderas”
año 2006.
3) Libro Rojo de Plantas de Colombia, Volumen 4, Especies Maderables
Amenazadas: Primera parte. Instituto Amazónico de Investigaciones
Científicas –Sinchi, Ministerio de Ambiente, Vivienda y desarrollo Terri-
torial. Dairon Cárdenas y Nelson Salinas. 2007.
4) En el último año, según el Dane, el porcentaje de las licencias de cons-
trucción bajó en gran proporción: “en marzo de este año aprobaron 
676.185 metros cuadrados para vivienda, lo que representó una reduc-
ción de 10,2 por ciento respecto al mismo mes del 2008”. Así mismo, el
Dane afirma que “en lo corrido del año, a marzo, el área aprobada fue de
3 millones de metros cuadrados para edificaciones, 26,8 por ciento me-
nos que el área licenciada durante el mismo período de 2008; de estos, 2
millones de metros se destinaron a vivienda y 1,1 a otros destinos”.

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