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La Revolucion de Mayo Como Mito de Origenes
La Revolucion de Mayo Como Mito de Origenes
El concepto de nación
Nación
"Hoy en día predomina una idea de nación regida por el principio de las
nacionalidades: las naciones son comunidades que poseen una
identidad étnica o cultural forjada a lo largo de la historia, y esto les da
derecho a erigir un Estado nacional en su territorio para que las
defienda y las represente.
Para profundizar
En mayo de 1810 llegó a Buenos Aires un barco con noticias que eran esperadas de
un momento a otro: las fuerzas españolas habían sido derrotadas y la Junta Central
se había disuelto. Al igual que en otras ciudades de Hispanoamérica, un sector de la
elite local, que en este caso contaba con el apoyo de las milicias criollas, impulsó la
convocatoria a un Cabildo abierto para decidir qué hacer ante la ausencia de toda
autoridad legítima en la metrópoli. En esa reunión se impuso la tesis según la cual
la soberanía había retrovertido al pueblo. De ese modo, y tras un fallido intento del
Virrey Cisneros para quedarse en el poder, se creó una Junta Provisoria para
gobernar el territorio rioplatense en nombre del pueblo y de Fernando VII. Nadie
había pronunciado esa temida palabra, pero no cabía duda que se trataba de una
revolución y, como se haría evidente en muy poco tiempo, de un corte abrupto con
el pasado colonial y el comienzo de una nueva historia cuyo rumbo también sería
motivo de disputas al igual que su interpretación.
Para Cornelio Saavedra, que fue uno de sus principales protagonistas, las causas de
la Revolución había que encontrarlas en la debacle de la monarquía más que en la
existencia de una nacionalidad argentina oprimida o de un sujeto revolucionario que
promoviera su emancipación. Pero no era el único en considerar las cosas de ese
modo: casi todos sus contemporáneos tendían a destacar el carácter azaroso o
providencial del proceso que desembocó en la Revolución de Mayo. Esto no
implicaba desdeñar el papel jugado por quienes decidieron tomar el poder, tal como
lo señalaba Saavedra en suMemoria, pocas líneas después al jactarse de su
actuación y la de sus compañeros. En ese sentido, solía postularse que la
revolución había tenido dos momentos: a) la crisis monárquica que dio pie al
cambio de gobierno; b) la construcción de un nuevo orden y la lucha por la
independencia, circunstancias en las que se habrían destacado los patriotas
revolucionarios ya sea a través de la acción política o de la guerra.
Ahora bien, más allá de cómo interpretaban los contemporáneos a las causas de la
Revolución y su dinámica, cabe preguntarse cómo la vivieron, qué sentido le
atribuían y si este también fue cambiando con el correr de los años.
extendiendo algunos juicios críticos sobre la Revolución, aunque esto no hizo mella
en su reivindicación unánime como punto de partida de una nueva historia.
www.buenosaires.gob.ar/areas/educacion/curricula/pdf/bicentenario1cic
lo.pdf
La generación romántica
A fines de la década de 1830, mientras se sucedían los conflictos que enfrentaban
al régimen rosista con sus opositores, comenzó a destacarse un grupo de jóvenes
que adherían a las ideas románticas y que se hizo conocido como la Generación del
37. Este grupo, que estuvo integrado por políticos y escritores como Esteban
Echeverría, Juan B. Alberdi, José Mármol y Domingo F. Sarmiento, promovió
algunas novedades intelectuales que incidieron en las interpretaciones de la
Revolución. La más importante fue colocar en un segundo plano lo que para sus
protagonistas habían sido hechos decisivos aunque algo azarosos. Para los
románticos, por el contrario, se trataba de un proceso que tenía causas más
profundas pues la revolución americana formaba parte de un movimiento
progresivo regido por leyes históricas que guiaban el desarrollo de la humanidad y
el de cada sociedad.
"Doble armonía entre el objeto de esta institución, con una exigencia de nuestro
desarrollo social; y de esta exigencia con otra general del espíritu humano”, en
F. Weinberg El Salón Literario, Bs. As., Hachette, 1957, pág. 127.
Otra innovación decisiva que promovió la Generación del 37 fue haber colocado a la
nación y a la identidad nacional en el centro de sus reflexiones. En ese sentido, y a
diferencia de lo que proponían otros movimientos románticos, los argentinos
sostenían que estas debían ser creadas casi desde sus cimientos, ya que no creían
que en el pasado colonial o en el de los pueblos originarios hubiera elementos
dignos de ser recuperados. Lo único que valoraban de la historia local era el
proceso revolucionario e independentista, pero también consideraban que su legado
era insuficiente al no haberse podido institucionalizar la libertad conquistada en
esos años. Es por eso que la nación, más que una herencia del pasado que debía
ser continuada, era considerada como un proyecto orientado hacia un futuro que, a
pesar de todas las dificultades, imaginaban promisorio.
Muchas veces se sostiene que Mitre realizó una interpretación simplista del proceso
revolucionario al asignarle un rol protagónico a la dirigencia porteña. Si bien esto
último es cierto, su relato presenta aristas más complejas, pues también le dio
lugar a la participación de los sectores populares y a las provincias. De ese modo, y
aunque no fuera su propósito, habilitó la posibilidad de que su propio texto pudiera
ser utilizado en el futuro para desarrollar interpretaciones que divergían de la suya.
(…)”
(…)
http://www.encuentro.gob.ar/sitios/encuentro/Programas/ver?rec_id=1
02559
http://www.educ.ar/sitios/educar/recursos/ver?id=105349
De ese modo, a lo largo del siglo XX, se entablaron numerosas polémicas históricas
que eran también políticas e ideológicas, pues estaban teñidas por las diferentes
ideas sobre la Nación Argentina que tenía cada sector o autor y que trasladaban a
su interpretación de la Revolución. Es por eso que estas disputas tendieron a
organizarse en torno a polos antagónicos que obligaban a tomar partido por uno u
otro: Saavedra o Moreno, Buenos Aires o el interior, movimiento popular o elitista;
origen civil o militar, influencia del pensamiento ilustrado francés o de la tradición
católica española.
Jorge Gelman dirigieron un equipo que editó el libro Doscientos años pensando la
Revolución de Mayo (Buenos Aires, Sudamericana, 2010), en el que se publicó una
selección de fragmentos de las obras más importantes en lo que hace a la
interpretación de la Revolución, precedidos por análisis sobre sus autores y el
contexto político e ideológico en el que las produjeron. En la Introducción proponen
una síntesis de cuál es el pensamiento que tienen los argentinos sobre la
revolución:
Actividades
Foro de Presentación
Actividad Nº1
Para realizar esta actividad les proponemos que busquen en sus escuelas
o en su comunidad algún objeto o producción que haga referencia al
proceso revolucionario. Puede ser una estatua, un busto, un cuadro, una
lámina, un mapa, una placa, un libro o un manual que esté en la
biblioteca, el discurso pronunciado en un acto o el acto mismo, textos
escritos por los alumnos, u otra producción que a ustedes les parezca de
interés (si tienen dudas sobre la elección, pueden consultar con sus
tutores). Luego deben subir al mural interactivo una foto del objeto o
producción que hayan elegido (en caso de no poder tomar o subir la foto,
pueden reemplazarla por una descripción), a la que deberán añadir un
breve comentario que lo vincule con alguna/s de las representaciones e
interpretaciones analizadas en la clase 1.
Otros recursos
• Colección de daguerrotipos y fotografías sobre la plaza de mayo:
http://www.coleccionwitcomb.educ.ar/sitios/galeriawitcomb/recorriendo/inte
rior?rec_id=121729
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