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TEMA: CRECIMIENTO Y DESARROLLO EN LA IGLESIA

Evidentemente si no prestamos atención a los principios que Dios diseñó para que su reino crezca no
podremos ver los resultados que él quiere darnos.
Por medio de la enseñanza y desafío a la acción en el poder del espíritu Santo una iglesia puede ver
realizado el propósito de Dios de ver su iglesia crecer y extenderse hasta llegar “a lo último de la
tierra”. (Dn. 2:35)

I. Estabilidad (Dn. 2:44; Ef. 3:16)


II. La unidad de la iglesia 
La unidad de la iglesia es vital. Es vital para su perseverancia; no estamos destinados a vivir la
vida cristiana en aislamiento. Y es vital para nuestro testimonio; Jesús le dio potestad a los
gentiles de juzgar si realmente el Padre lo había enviado al mundo basado en la unidad visible
de la iglesia (Jn. 17:21). Pero, ¿cómo sabemos cuándo estamos siendo llamados a luchar por la
unidad de la iglesia y cuándo estamos siendo llamados a luchar por la fe que una vez le fue
entregada a todos los santos?

Debido a que nosotros, la iglesia, debemos desplegar la gloria y la sabiduría de Dios (Ef. 3:10),
debemos luchar por mantener la unidad cristiana (Ef. 4:1-3). Pero este llamado a unidad está
basado en el evangelio que revela al Dios trino (Ef. 4:4-6): al único Espíritu que nos ha llamado
de la muerte a la vida (Ef. 2:1-10), al único Señor que nos ha reconciliado con Dios y con los
demás a través de su sangre, formando un solo cuerpo (Ef. 2:11-22), y al único Padre que
planificó nuestra salvación desde la fundación del mundo (Ef. 1:3-14).

Si hemos de mantener la unidad que el Espíritu nos ha dado durante tiempos de conflicto,
debemos cultivar las mismas cualidades que se encuentran en nuestro Señor Jesucristo.
En Efesios 4:2-3, Pablo resalta cinco de estas cualidades que son necesarias para mantener la
unidad de la iglesia. 

A. Humildad

1. La verdadera humildad está arraigada en un pensamiento correcto de Dios y de


sí mismo

B. Mansedumbre

C. Paciencia

La paciencia tiene que ver con soportar las deficiencias y fallas de los demás,
sus debilidades y fracasos. 
D. Fervor
III. Obediencia a los mandatos de Dios
IV. Búsqueda sincera en oración ”(Hechos 1:13, 14)
V. Dependencia del Espíritu Santo
VI. Vivir el evangelio

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