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19. La cultura en España en el siglo XVIII.

El siglo XVIII europeo se inicia bajo la influencia de la Ilustración, movimiento intelectual renovador
que, desde la perspectiva racionalista, hace una revisión crítica de las ideas y los valores imperantes hasta
entonces; de ahí el término “Siglo de las Luces” con el que también es conocido, ya que se intenta acabar con
el oscurantismo, con las creencias que no tienen una base racional y con ciertos privilegios políticos y
religiosos.
Los ilustrados ven en las reformas sociales el camino hacia el progreso que llevará a la justicia y a la
libertad de los pueblos. Este sueño se quebró con la experiencia de la Revolución Francesa.

Rasgos que caracterizan a este movimiento:


 En el pensamiento: cientifismo: confianza ciega en la razón como medios para avanzar en el
conocimiento; se considera que la ciencia es el mejor medio para progresar y mejorar la calidad de
vida. Curiosidad por todo tipo de conocimiento: enciclopedismo: los ilustrados franceses reúnen
todos los conocimientos de la época en una obra ambiciosa, la Enciclopedia dirigida por Diderot y
D´Alambert y en la que colaboran los más importantes intelectuales de la época. Fue un importante
vehículo de difusión de las ideas ilustradas.
 En política triunfó el reformismo y el despotismo ilustrado considerado el instrumento adecuado
para conseguir el progreso, la justicia y e bienestar de los pueblos. La función del monarca absoluto es
proporcionar bienestar a sus súbditos, pero sin la participación de estos: “todo para el pueblo, pero sin
el pueblo”; harán todo lo que consideren más apropiado para esa masa humana inculta y que no le
reconoce validez a sus soluciones: museos, escuelas, academias...
Algunos ilustrados evolucionarán desde ideas reformistas a ideas revolucionarias (libertad, igualdad,
democracia). La Revolución Francesa frenará el entusiasmo de los reformadores.
 En lo social se caracteriza por el desarrollo de las ideas sobre el bienestar social; la preocupación
social se manifiesta a través de una perspectiva laica: filantropía o humanitarismo, amor al ser
humano.
 En lo religioso los ilustrados critican el poder de la iglesia y sobre todo los dogmas (creencias que se
presentan como indiscutibles); algunos expresan su postura desde la visión cristiana. Otros defienden
el deísmo: creer en Dios, pero sin aceptar a rajatabla los principios del cristianismo. Los más radicales
evolucionan hacia una visión más materialista y agnóstica: no creer en Dios puesto que su
existencia no se puede comprobar racionalmente.
 En lo cultural se defiende el utilitarismo; la cultura tiene que contribuir a mejorar y modernizar la
sociedad. Para ello se propagan las nuevas ideas, se fomentan instituciones culturales: academias,
museos...
 En el arte el siglo está marcado por el Neoclasicismo, que se caracteriza por:
 Se inspira en el modelo grecolatino; revalorización del Renacimiento y rechazo del Barroco.
 Sigue las normas clásicas.
 Finalidad didáctica.
 Se valora lo razonable y verosímil, se rige por el predominio del buen gusto, rehúye los excesos y
contrastes.
 Predominio de lo racional sobre la imaginación; con lo cual a veces tiene un tono académico y
frío.
En las últimas décadas, en Alemania e Inglaterra surge una nueva sensibilidad menos racional y más
emotiva, que reivindica el predominio del sentimiento sobre la razón: prerromanticismo.

1. El siglo XVIII en España.

Las ideas ilustradas llegan con retraso a España debido al aislamiento y la decadencia que arrastraba la
sociedad española desde el siglo XVII y a la oposición de parte de la nobleza y del clero y también del pueblo.
La burguesía, la baja nobleza y algunos sectores del clero colaborarán en la difusión de este movimiento.
La estructura social se mantuvo como la del siglo anterior: privilegios de la nobleza y el clero; a pesar de
las críticas de los sectores ilustrados.
Los ilustrados fueron una minoría culta formada por nobles, funcionarios, burgueses y clérigos que se
interesaron por:
• Reforma y reactivación de la economía (preocupación por las ciencias útiles, mejora del sistema
educativo).
• Crítica moderada de algunos aspectos de la realidad social del país.
• Interés por las nuevas ideas políticas liberales, aunque, en su mayor parte, no apoyaron planteamientos
revolucionarios.
Su afán reformista les llevó a chocar con la Iglesia y la mayor parte de la aristocracia. Pese a los afanes
ilustrados, la mayoría del país siguió apegada a los valores tradicionales.
Se inicia el siglo con la Guerra de Sucesión que implantará la monarquía de los Borbones, en la que
ejercerá gran influencia el pensamiento ilustrado. Podemos distinguir tres periodos:
 1ª mitad del siglo: reinados de Felipe V y Fernando VI (reinado muy corto): se empiezan a introducir
las ideas ilustradas. Durante este período se crearon las principales Academias, instrumento de
difusión de las luces, se establecieron la Real Academia de la Lengua, Biblioteca Nacional, Medicina,
Historia, Bellas Artes de San Fernando, y, junto a ellas, el Jardín Botánico y Gabinete de Historia
Natural.
 Reinado de Carlos III (1759-1788): es el prototipo en España del Despotismo Ilustrado. Impulsó las
ideas reformistas desde el poder. Tras el impulso reformista del reinado de Fernando VI, la Ilustración
llega a su apogeo en el reinado de Carlos III. Los ministros de este monarca, con espíritu renovador,
trataron de elevar el nivel económico y cultural del país.
Los escritos de Campomanes, Jovellanos, Capmany o Cabarrús muestran la asimilación de las teorías
económicas de la fisiocracia y del liberalismo económico. Fruto de ese interés por los asuntos
económicos y sociales fue la creación de las Reales Sociedades Económicas de Amigos del País,
preocupadas por la difusión de las “ciencias útiles” y el desarrollo económico.
El interés por la educación y el progreso científico se concretó en la creación de nuevas instituciones
de enseñanza secundaria (Reales Estudios de San Isidro), de enseñanza superior (Colegio de Cirugía,
Escuela de Mineralogía, Escuela de Ingenieros de Caminos) y en la reforma de las Universidades y de
los Colegios Mayores.
El desarrollo de las ciencias experimentales fue importante: Mutis y Cavanilles en biología, Ulloa y
Jorge Juan en Astronomía y Cartografía, Piquer en Medicina.
 Reinado de Carlos IV: la monarquía y la nobleza atacan las ideas ilustradas; temor a que se contagie
el espíritu que dio lugar a la revolución francesa; se produce un cierre con respecto a Europa.
Diversos factores colaboraron en la propagación de las ideas ilustradas:
 La incipiente burguesía, la baja nobleza y algunos sectores del clero.
 Los contactos con el extranjero: viajes, traducciones...
 La aparición de los periódicos.
 Instituciones como tertulias, academias, asociaciones.

2. La literatura española en el siglo XVIII.

No es un momento propicio para el desarrollo de la literatura y ello por razones como las siguientes:
 En la época ilustrada, siglo de las Luces, lo que se potencia es el pensamiento, la razón, la crítica
social o política y la literatura se considera una labor de mero divertimento y no están los tiempos
para ello. Predomina lo científico sobre lo artístico, y así la literatura ocupa un lugar complementario
o secundario.
 Predomina la razón, se acalla el sentimiento y éste es uno de los motores literarios básicos y
fundamentales.
 Artísticamente se impone el Neoclasicismo (volver de una forma estricta a los clásicos) y así se
imponen normas y reglas que restringen y encorsetan la creación literaria.
Durante el siglo los géneros que alcanzan mayor desarrollo son aquellos que se sitúan en los límites de la
literatura: el ensayo, el artículo periodístico...
Se distinguen tres periodos:
- Posbarroco: primeros años del siglo, pervive el gusto barroco. Tendencia especialmente intensa en
España.
- Neoclasicismo: movimiento más representativo del siglo XVIII.
- Prerromanticismo: surge en la 2ª mitad de siglo en Inglaterra y Alemania. Supone el rechazo a las
reglas que coartan la libertad creadora. Ensalza el sentimiento e incorpora una nueva sensibilidad ante
la naturaleza.

1º.- Hasta 1750: Lucha contra el Barroco.


Los intelectuales comprometidos con el racionalismo francés lucharán por erradicar los restos de esta
corriente artística que tildan de exagera, recargada, irracional. Se entra en contacto con el clasicismo francés.
Decaen la lírica y la dramática, géneros barrocos por excelencia, y huyendo de la “inutilidad de las letras” se
potencian sobre todo los géneros didácticos: el ensayo y la fábula.
En esta orientación cabe destacar la labor realizada por:
 La Real Academia Española.
 Ignacio Luján, quien, al modo francés, pretende regularizar la literatura mediante reglas, intenta
implantar el Neoclasicismo francés, pero no fue seguido por muchos autores posteriores: Poética,
conjunto de normas para desarrollar una creación literaria lírica.
 Fray Benito Feijoo (1676-1764), benedictino, catedrático de teología en Oviedo. Hombre de fe
profunda, combate las falsas creencias y divulga todos los avances y conocimientos científicos y
técnicos de la época. Fue contestado por las clases reaccionarias, pero el rey apoyó su labor y prohibió
que se le criticase. Es autor de importantes ensayos, con esa concepción didáctica sobre la literatura:
 Teatro crítico universal.
 Cartas eruditas
En estas obras pretende de una forma clara y sencilla y con conocimientos modernos de la época
luchar contra la superstición y exponer de forma comprensible aspectos filosóficos, científicos,
literarios, etc.
 Francisco de Isla. Importante ilustrado:
- Historia del famoso predicador fray Gerundio de Campazas, alias Zotes.
Frente a estos autores e instituciones ilustradas en esta primera mitad del siglo existe aún algún fiel
continuador de las ideas y modelos estéticos del Barroco:
 Diego de Torres Villarroel: continuador de los gustos barrocos, fiel seguidor de Quevedo:
- Visiones y visitas de Torres con Quevedo por Madrid.

2º.- Segunda mitad del siglo XVIII: EL NEOCLASICISMO.


Los partidarios de esta orientación artística pretenden volver estrictamente a los clásicos, potenciada esta
vuelta a lo clásico desde el siglo XVII por la literatura francesa (Moliere, Corneille en el teatro con un fiel
respeto a la Norma de las tres unidades).
El Racionalismo, el sentido común lo inunda todo, se refrena el sentimiento y con ello se aborta la
producción lírica, tan sólo se admiten manifestaciones de carácter didáctico y filosófico: odas filosóficas,
fábulas educativas y moralizadoras. Por tanto en esta orientación predominarán las importantes
manifestaciones prosísticas de carácter educativo y formativo.
En la poesía esta orientación artística –el Neoclasicismo- supone una etapa de decadencia. Se huye de la
exaltación, el sentimiento y el colorismo. Se considera una actividad marginal e intrascendente, no útil. Así, se
tratan temas nada educativos, ni que reflejen experiencias vivenciales, sino que la poesía se convierte en un
mero ejercicio poético. Los temas fundamentales serán los temas filosóficos y pastoriles.
En el género dramático se dará un respeto de la Regla de las Tres Unidades, por lo tanto se rompe con la
tradición teatral de la Comedia Nueva o Tragicomedia barroca:
- Respeto a la norma de las Tres Unidades.
- Drástica separación entre lo trágico y lo cómico.
- Temas burgueses.
Las características fundamentales del teatro neoclásico son:
 Teatro escrito en prosa.
 Respeto a las normas clásicas, concretamente respeto a la norma de las tres unidades, no se mezclará
lo trágico y lo cómico, sino que se volverá a la distinción clásica de la comedia y la tragedia. Es decir,
supone la decadencia de la Tragicomedia.
 Es un teatro burgués, es decir, tratará temas burgueses y contará con la burguesía como público
potencial.
 Las obras teatrales neoclásicas no sólo pretenden divertir, sino educar y moralizar, es decir, que de
ellas se deduzca algún provecho práctico y que enseñen buenas conductas.
En el género épico serán escasas las manifestaciones del Neoclasicismo, sobre todo a partir de Francisco
Isla.
El género didáctico será sin duda uno de los más importantes del momento, sobre todo de destacarán las
obras con una clara finalidad educativa y moralizadora, al lado de las fábulas y cuentos moralizadores.
3º.- Últimas décadas del S. XVIII.
De influencia inglesa y alemana empieza a divulgarse una nueva defensa a ultranza del sentimiento y de la
emoción artística. Surge o empieza a surgir así un movimiento prerromántico. Con él renace la lírica, los
temas emotivos, ambientes nocturnos, el sentimiento que vence todo impulso racional, el llanto, la
desesperación, etc.
Este movimiento prerromántico supone una reacción contra el Neoclasicismo. Sus características
fundamentales pueden resumirse en los siguientes puntos:
a) Recelo y cierto desprecio hacia las normas y reglas clásicas.
b) Triunfo del sentimiento frente a la razón: el sentimiento como motor de la creación artística.
c) Manifestación exaltada y emocionada del sentimiento.
d) Naturaleza acorde y reflejo de este sentimentalismo a veces exaltado: tormentas, ambientes nocturnos,
suicidios, sombras, misterio.
Los principales literatos prerrománticos son Nicasio Álvarez Cienfuegos, José Mª Blanco White,
Alberto Lista, que influirá notablemente en Espronceda.

SITUACIÓN DEL TEATRO BARROCO EN LA PRIMERA MITAD DEL S.IGLO XVIII:


El teatro, a mediados del siglo XVIII, había llegado a una extrema postración. Se representaban zafiamente
obras traducidas, comedias del Siglo de Oro y obras nuevas de infames poetas. En las tres salas de Madrid, las
de la Cruz, El Príncipe y los Caños del Peral, sus clientes respectivos, llamados polacos, chorizos y panduros,
rivalizaban en barbarie. Iban a silbar al teatro “enemigo”, sistemáticamente; era habitual la práctica de
interrumpir a los actores con chistes, arrojarles confites o remedar sus gestos. El público gozaba con tanta
incivilidad.
La representación de los Auto Sacramentales, durante el Corpus, no se libraba de chocarrerías aún
mayores. Los ilustrados consiguieron su prohibición en 1765. Y ellos fueron quienes propugnaron un teatro
razonable y sensato, ajustado a los cánones neoclásicos, que tratara temas españoles. En esta labor y
concepción del teatro fue Leandro Fernández de Moratín el autor que alcanzó mayor éxito.

PRINCIPALES OBRAS Y AUTORES NEOCLÁSICOS:


Debemos destacar dos corrientes neoclásicas en la literatura española del momento:
* Escuela Madrileña:
- Nicolás Fernández de Moratín (1760-1828): importante autor neoclásico. Destaca como autor lírico
y como dramaturgo.
- Leandro Fernández de Moratín: es el autor teatral más importante del teatro neoclásico; su teatro se
acomoda totalmente a las características del teatro neoclásico anteriormente expuestas. Sus obras
fundamentales son:
Ø Obras que desarrollan el tema fundamental del casamiento recomendando un cambio en las
conductas al respecto vigentes en la época y recomendando modelos de conducta:
§ El sí de las niñas.
§ El barón.
§ El viejo y la niña.
El sí de las niñas: contiene un alegato en defensa de los derechos de la mujer, a casarse con quien
ama, y no por conveniencias de familia, según era normal. Es, no obstante una defensa tímida; ni
Francisca ni Carlos se rebelan para defender su amor, ante el matrimonio de conveniencia que Doña
Irene, madre de Francisca ha concertado con Don Diego (tendrá que ser Don Diego, el novio de
interés, quien imponga un desenlace justo al conflicto). Estamos ya lejos de los héroes amatorios del
teatro clásico, vehementes y rebeldes, y aún a distancia del inminente Romanticismo, que volverá por
los fueros de la sinceridad apasionada en el amor.
La comedia se desarrolla en tres actos (una de las innovaciones de Lope que pervive en el teatro
neoclásico). Sin embargo, la obra mantiene la unidad de tiempo (la acción transcurre desde las siete de
la tarde hasta las cinco de la madrugada), también se respeta la unidad de acción y la unidad de
espacio (toda la acción se desarrolla en una sala de una pensión de Alcalá de Henares).
Evidentemente, como todo el teatro neoclásico, está escrito en prosa y va dirigido fundamentalmente a
la burguesía del momento.
Ø Obra en defensa del teatro neoclásico y de los rasgos fundamentales de esta orientación teatral:
§ Comedia Nueva o El Café.
Ø Obra en la que se critica la falsa piedad religiosa:
§ La Mojigata.
- Vicente García de la Huerta: autor teatral, su obra más conocida es La Raquel.
- Ramón de la Cruz: autor de sainetes (breves piezas teatrales) costumbristas sobre Madrid y sus
gentes.
- -Fabulistas: Samaniego y Tomás de Iriarte

* Escuela Salmantina:
- José Cadalso: poeta, pero sobre todo prosista. Es autor de una obra fundamental de este periodo:
Cartas Marruecas. En esta obra Cadalso hace un repaso de los problemas, vicios y usos deplorables
de la sociedad de la época. Es un conjunto de cartas en las que cada una de ellas reflexiona sobre un
tema concreto y el autor ofrece su visión particular del asunto en cuestión. Su finalidad,
evidentemente, es educativa por lo que debemos incluir esta obra dentro del género didáctico tan
importante en esta orientación artística.
- Meléndez Valdés: autor lírico, básicamente temas pastoriles.
- Gaspar Melchor de Jovellanos (1744-1812). Es una de las figuras más relevantes del momento,
destaca como importante literato y político de la época. Su talante es básicamente el de un reformista.
Sus obras fundamentales son:
Ø Obras didácticas:
§ Memoria para el arreglo de la policía de espectáculos y diversiones públicas.
§ Informe sobre el expediente de la ley agraria.
§ Memoria del castillo de Bellver.
Ø Poemas: sobre temas filosóficos y satíricos burlescos.
Ø Comedia (folletinesca): combina rasgos del teatro neoclásico con rasgos ya típicamente
prerrománticos:
§ El delincuente honrado.
§ Los duelos.

3. El arte neoclásico español.

El Neoclasicismo es un estilo que vuelve la vista hacia el pasado histórico y arqueológico. Su fuente de
inspiración es la Antigüedad Clásica. La Arquitectura Neoclásica imita a menudo el Arte Clásico con una
fidelidad y pureza que no se dieron en el Renacimiento. El objetivo de esta imitación es aprender del Arte
Clásico y gracias a él llevar la razón a la arquitectura (armonía, proporción y equilibrio).

LA ARQUITECTURA NEOCLÁSICA EN ESPAÑA:


El panorama de la arquitectura española durante el Barroco Tardío del siglo XVIII era muy complejo, pues
presentaba estilos muy distintos. Por un lado, se consideraba al Churrigueresco y otros estilos “recargados”
como el Barroco Tradicional Español. Por otro lado, la nueva dinastía de los Borbones (Felipe V) había
introducido desde Francia el Estilo del Gran Siglo Francés mucho más académico y menos recargado.
Ejemplo de ello fue la Catedral de Cádiz, de Vicente Acero y Torcuato Cayón (1722-1762);
Durante el reinado de Fernando VI (1746-1759) inauguró la Real Academia de Bellas Artes de San
Fernando (1752). Con ello, el estilo neoclásico alcanzó el rango de arte estatal, determinando el estilo
arquitectónico del país hasta el año 1840. Creada según el modelo romano o parisino, entre las funciones de
esta institución estaba la concesión de 6 becas al año para enviar estudiantes a Roma, el estudio científico de
la arquitectura, el inventario de los monumentos artísticos y, por supuesto, la formación de arquitectos,
pintores y escultores.
En el caso de la Arquitectura, el control real llegó a tal extremo que se prohibió, mediante Decreto,
iniciar cualquier obra pública sin la autorización de la Academia, al mismo tiempo que no se permitía a
ningún constructor ostentar el título de arquitecto o maestro de obras sin haber pasado antes el examen
correspondiente.
Esta tendencia hacia un estilo más depurado y “limpio” de decoración continuó durante el Reinado de
Carlos III (1759-1791), monarca ilustrado que impulsó decididamente el nuevo Estilo Neoclásico e intentó
imponerlo en una España que se empeñaba en mantener el Estilo Barroco. El Estilo Neoclásico se convirtió
pues en un Arte del Estado y del Despotismo Ilustrado que pretendía introducir reformas en una España
atrasada y con un excesivo poder de los nobles y la Iglesia.
A fines del siglo XVIII durante el reinado de Carlos IV y después Fernando VII continuó construyéndose
en Estilo Neoclásico.
De esta época destaca Diego de Villanueva, uno de los primeros directores del Departamento de
Arquitectura de la Real Academia de Bellas Artes. Conocedor de la arquitectura italiana y francesa, escribió
numerosas obras en las que abogaba por una arquitectura racional, adecuada a su función y a sus medios.
Fomentó el estudio de las fuentes históricas y tradujo los “Diez Libros de Arquitectura de Vitruvio” desde la
versión inglesa de Perrault, cambiando la fachada del Louvre que aparecía en la portada por la del Monasterio
del Escorial, legitimándolo así como vitruviano. Este hecho determinaría el inicio del redescubrimiento de la
arquitectura de Juan de Herrera. Entre su obra construida resalta por su sentido simbólico la reforma del
Palacio Goyeneche, para sede de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando (1773).
Otros arquitectos neoclásicos fueron Ventura Rodríguez (1717-1785) y Sabatini (1739-1811).
De Ventura son las obras siguientes: El Pilar de Zaragoza (Capilla de Nuestra Señora del Pilar -1753); la
Catedral de Pamplona (1783). De Sabatini, San Francisco el Grande (1785); la Granja de San Idelfonso
(1762); la fachada del Palacio de El Pardo (1772); la Puerta de Alcalá (1764-1768).
Después de unos años de enorme labor crítica y teórica desde la Academia, comenzó a trabajar una nueva
generación de arquitectos cuya figura más representativa es Juan de Villanueva (1739- 1811), hermano del
ya citado Diego de Villanueva. Fue autor del Museo del Prado (1787), el Observatorio Astronómico de
Madrid (1789) y la Puerta del Jardín Botánico (1789) en Madrid.
Por lo tanto, dos son los elementos que determinaron la arquitectura de finales del siglo XVIII y principios
del XIX en España:
- El neoclasicismo de orientación principalmente francesa e italiana.
- La proclamación del Monasterio de El Escorial como representación ideal del dominio universal de
España en tiempos pasados.

LA PINTURA NEOCLÁSICA ESPAÑOLA:


En pintura no se disponían de modelos clásicos de la antigüedad como ocurre con la escultura o la
arquitectura. La única referencia eran los relieves que ya habían perdido su anterior cromatismo, por lo tanto
la pintura neoclásica se fundamenta en la temática, sin aportar nada nuevo en cuanto a sistemas de
representación ni a técnica.
En España, la pintura de este tiempo está dominada por la gran figura de GOYA, personalidad genial que
no puede ser incluida en ningún estilo porque se escapa de cualquier clasificación. Domina toda la segunda
mitad del siglo XVIII.
Esta etapa, al margen del pintor aragonés, se la consideraba la menos española de nuestra pintura, ya que
durante la primera mitad del siglo los artistas franceses e italianos que hicieron venir los reyes borbones
pretendieron modernizar el viejo estilo barroco como Louis Michel van Loo, Jacopo Amigoni o Corrado
Giaquinto, que iniciaron la decoración del Palacio Real. Y lo hicieron desde la Academia de Bellas Artes de
San Fernando, fundada por Felipe V.
Pero la regeneración de la pintura española se produjo con la venida a España en 1761, llamado por Carlos
III, del artista Anton Raphael Mengs.

Francisco de Goya y Lucientes.-


Nació en 1746 en Fuendetodos. Sintió, ya de niño la afición por el dibujo y aprendió en el taller del oscuro
pintor José Luzán., Se casó con la hermana del pintor Francisco Bayeu y fue discípulo suyo. En su juventud
viajó a Italia y pronto se traslada a Madrid como pintor de cartones para la Real Fábrica de Tapices. De ahí
ascendió hasta el triunfo total: ser pintor real y miembro de la Academia de San Fernando y retratista de la
nobleza. Después, la Guerra de la Independencia marcó su obra. Deambuló entre su patriotismo antifrancés y
sus ideas liberales profrancesas y en la última etapa de su vida su obra fue distinta y amarga. Se desterró
voluntariamente a Burdeos y allí murió en 1828.
Aunque situemos a Goya temporalmente en el Neoclasicismo, se trata de un pintor que supera
ampliamente cualquier encuadre estilístico. Su misma técnica pictórica está muy lejana del Neoclasicismo, y
además su estilo sufre una evolución personal muy fuerte a lo largo de su dilatada vida (los cartones para
tapices de su primera época y las Pinturas Negras del final de su vida parecen obras de distintos pintores). Se
trata de uno de los principales genios de la pintura de todos los tiempos, pues recoge la herencia pictórica de
los principales pintores del pasado y, al mismo tiempo, se convierte en el precedente directo de los principales
movimientos pictóricos del siglo XIX y principios del siglo XX (el Realismo, Manet, Impresionismo,
Expresionismo y Surrealismo).

Fases y obras:
Primera Fase. 1762-1775:
Goya llega a Madrid donde cuenta con los académicos de San Fernando, especialmente con Mengs y
Bayeú, cuya influencia se dejó notar en su obra, de gusto clasicista y académico de pincelada viva y densa.
Tras su viaje a Italia muestra una temprana tendencia hacia el realismo popular y caricaturesco: Bóveda de
la Basílica del Pilar de Zaragoza.

Segunda Fase. 1775-1792:


Vuelve a Madrid y empieza a trabajar en la Real Fábrica de Tapices a las órdenes de Mengs. Allí no pudo
desarrollar su propia personalidad porque la temática de carácter costumbrista le venía impuesta. Pero sin
embargo, en este campo desarrolló su depurada técnica. Refleja una visión fresca, agradable y sonriente de
la vida popular: El quitasol, La gallina ciega o El columpio, todos ellos resueltos con una gran ligereza en
la ejecución y un vivo colorido. De Velázquez aprendió ahora el juego de las luces y los efectos
atmosféricos. En 1781 rompe con Bayeu y empieza su larga lista de retratos cortesanos: reyes, aristócratas,
intelectuales, artistas, etc.

Tercera Fase. 1792-1808:


Empieza ahora su sordera progresiva y que le marcará siempre su vida interior convirtiéndole en un ser
fantástico y visionario. Además se vio agitado por las nuevas ideas que recorrían Europa y que le llevan
hacia una actitud progresista, ultrailustrada y de crítica social. De esta época son los Caprichos (1799) serie
de grabados donde refleja lacras sociales y una personalidad atormentada. Paralelamente pinta una serie de
cuadros (no encargados sino por gusto) como El Incendio, El Naufragio, La casa de locos, donde el
capricho y la invención no tienen límites y donde la masa anónima y el dramatismo son los protagonistas.
Pero continua a la vez su faceta oficial, retratos de cortesanos y muy en especial de todos sus amigos,
grandes figuras del pensamiento ilustrado: Moratín, Jovellanos, el Conde de Floridablanca. Es en esta
época cuando pinta la Familia de Carlos IV donde revela de modo realista e irónico las dudosas cualidades
morales y la vulgaridad humana de los retratados.
Continúa en este periodo haciendo también pintura religiosa como pretexto para representar al pueblo sin
tener que sujetarse a dogmas, como en los frescos de San Antonio de la Florida. En 1801 pinta las dos
Majas (quizás encargadas por Godoy), de técnica y formas refinadas y elegantes, en un juego de curvas,
luces y sombras. Aquí se nos muestra al Goya sensual, cortesano y esta vez enamorado.

Cuarta Fase. 1808-1828:


Este periodo marcará la obra de Goya definitivamente. Fernando VI renuncia al trono español en favor de
José de Bonaparte de quien también será pintor de cámara, y los franceses entran en territorio español.
Goya, por un lado, se muestra esperanzado por los aires renovadores que vienen de Francia (por ejemplo la
Constitución de 1812) pero también se muestra contrario sin dudarlo a la ocupación francesa y a los
desastres de la guerra. Ahora pinta cuadros históricos, verdaderos fotogramas de una contienda como La
lucha con los mamelucos y los Fusilamientos de la Moncloa, los dos pertenecientes a los Desastres de la
guerra. No son lienzos narrativos sino parte del monólogo de un hombre sordo y cansado, que durante la
última parte de su vida proyectó en el populacho, hambriento y maltratado, sus visiones de miedo y
esperanza. En los Fusilamientos predomina la sencillez técnica, la concepción formal y el patetismo en las
expresiones (su progresivo expresionismo se hará patente en la serie de "Pinturas negras”). Para Goya la
luz es positiva, como la luz que ilumina la razón en el pensamiento ilustrado y por eso la luz recae en las
figuras que van a ser fusiladas mientras que sus verdugos permanecen en la sombra.
A partir de 1819 se retiró a la Quinta del Sordo, una casa a orillas del Manzanares que decoró con sus
propios cuadros: todos pinturas negras como Saturno devorando a su hijo, El aquelarre, Lucha a
garrotazos, La romería de San Isidro o El coloso del miedo, pinturas que son verdaderos precedentes del
expresionismo y del surrealismo. A través de su denso ambiente, su atmósfera oscura, su gama cromática
de tonos oscuros y su concepto espacial intangible, se crea una fuerte tensión psicológica, expresión de su
lucha interna, de su mundo silencioso, de ideas liberales fracasadas, de un ambiente por fin romántico y
decrépito.
Al haberse mostrado partidario de la Constitución de 1812 y temiendo por la represión absolutista de
Fernando VII, en 1824, tras la experiencia del Trienio Liberal, huyó a Francia afincándose en Burdeos
donde todavía pintó algunas obras como la Lechera de Burdeos, lienzo que supuso un verdadero anticipo
del Impresionismo. Murió cuatro años después.

LA ESCULTURA NEOCLÁSICA EN ESPAÑA:


La escultura Neoclásica tuvo un desarrollo particular y menos visible que en otras artes. En ella pesó
poderosamente la tradición imaginera, por lo que apenas existía una escultura monumental que no estuviera
ligada a las necesidades religiosas. Por ello los primeros indicios de cambio se encaminan hacia el Barroco
francés que traen los escultores cortesanos.
Desde la Academia, artistas como Francisco Gutiérrez (1727-1782), Juan Pascual de Mena (1707-1784)
o Manuel Álvarez de la Peña (1727-1797) crearon esculturas en materiales nobles. Gutiérrez es autor de
la Fuente de Cibeles (1780-86) y colabora en la parte escultórica de la Puerta de Alcalá, en Madrid. Álvarez
esculpió la Fuente de Apolo o de las Cuatro Estaciones y Mena, un precursor de las nuevas tendencias,
la Fuente de Neptuno, ambas en el Paseo del Prado de Madrid.
Pero la imaginería no desapareció y los escultores, aprovechando las enseñanzas de la Academia, llegaron
a hacer una escultura policromada de gran calidad. Un ejemplo es José Esteve (1741-1802), formado en la
Academia de San Carlos de Valencia, autor de bellísimas imágenes como la Inmaculada de la catedral de
Valencia. Con Esteve colaboró José Ginés (1768-1822) en la elaboración del Belén del Príncipe (Palacio Real
y Academia de San Fernando), un género aún habitual.
José Álvarez Cubero (1768-1827) es la figura central de nuestro clasicismo. Estudió en la Academia de
San Fernando y obtuvo una pensión para estudiar en París. Pasó luego a Roma, siendo éste el periodo más
fecundo de su obra. Realizó varias esculturas para La Casita del Labrador en Aranjuez. A este conjunto
pertenecen Diana cazadora, Apolino inspirado por la música y Morfeo adolescente o Amor dormido. La obra
más sobresaliente es La Defensa de Zaragoza, que conmemora un episodio de la Guerra de la Independencia.

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