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LA EVALUACIÓN DE LA CALIDAD DE VIDA

El significado del término calidad de vida desde un punto de vista estrictamente semántico nos

hace pensar en un nivel de excelencia referido a los aspectos esenciales de la existencia humana.

Históricamente se ha tomado la valoración de la satisfacción personal con aspectos de la propia

vida como una medida de la calidad de vida. Sin embargo, a la luz de los desarrollos que ha

experimentado el concepto a lo largo de las últimas décadas, los investigadores coinciden en

señalar que además es necesario comprender y valorar los factores contextuales, especialmente

cuando definimos la discapacidad, la deficiencia física o el envejecimiento como ajustes

problemáticos entre la persona y su entorno (Schalock, 2000).

La medición de la calidad de vida no es una tarea sencilla, puesto que hablamos de un

concepto difícil de definir también lo es de evaluar. No obstante, el interés creciente por

comprender el concepto también ha multiplicado los esfuerzos por evaluar la calidad de vida.

Los autores del modelo señalan que la evaluación de la calidad de vida se puede caracterizar

por (Verdugo, 2006): (1) su naturaleza multidimensional; (2) el uso del pluralismo metodológico

que incluye tanto medidas objetivas como subjetivas; (3) el uso de diseños de investigación

multivariada para evaluar las maneras en 18 que las características personales y las variables

ambientales se relacionan con la calidad de vida medida en una persona; (4) la incorporación de

la perspectiva de sistemas, que engloba los múltiples entornos que ejercen impacto sobre la

persona en los niveles micro, meso y macro; y (5) la creciente participación de las personas con

discapacidad intelectual en el diseño y desarrollo de la evaluación, investigación y valoración

orientadas a la calidad de vida.


Aunque el interés por obtener evaluaciones que cuenten con suficientes y adecuadas

evidencias de validez y fiabilidad ha aumentado de manera paralela al desarrollo del propio

concepto, aún son necesarios elementos prácticos que permitan obtener datos de la propia

persona para planificar sus apoyos con una visión amplia de su funcionamiento y constituyan un

feedback para los profesionales, los proveedores de servicios y las organizaciones sobre el que

orientar procesos de cambio y mejora.

El envejecimiento hoy en día no es considerado únicamente como un proceso de involución

fisiológica sino que, en sintonía con la definición de salud propuesta por la OMS el año 1948,

abarca las esferas biológica, psicológica y social, por lo que para estudiar al envejecimiento se

recomienda hacerlo desde una perspectiva holística, más allá del criterio de la edad. Este criterio

clasifica como adulto mayor a las personas a partir de los 60 años edad. El envejecimiento

humano individual resulta de la suma del envejecimiento primario, normal o intrínseco y el

envejecimiento secundario, patológico o habitual. Ambos tienen como característica común la

pérdida de la reserva funcional y en el secundario se manifiestan los problemas de salud de

carácter crónico y generadores de discapacidad y dependencia.[ CITATION Buc16 \l 12298 ]

La evaluación geriátrica integral del adulto mayor es un proceso diagnostico multidimensional

e interdisciplinario diseñado para identificar y cuantificar los problemas físicos, funcionales,

psíquicos y sociales que provocan alteraciones que con frecuencia llevan al adulto mayor a la

incapacidad como deterioro cognitivo trastornos emocionales, trastornos de sueño, inmovilidad,

inestabilidad, mal nutrición, deprivación sensorial. [ CITATION Cor11 \l 12298 ]


El objetivo de la evaluación geriátrica integral es identificar los problemas potenciales de

salud y permitir enfocar, dirigir y realizar acciones en el beneficio de la población geriátrica. La

EGI procura mantener de una forma razonable el acercamiento al adulto mayor desde cualquier

nivel de atención para mejorar su calidad de vida. Principalmente la orientación se sitúa en

permitir al adulto mayor no perder su autonomía personal. [ CITATION Cor11 \l 12298 ]

Bibliografía

Gómez, L.E., Verdugo, M.A., Arias, B. y Navas, P. (2008). Evaluación de la calidad de vida

en personas mayores y con discapacidad: la Escala FUMAT. Intervención psicosocial, 17(2),

189-199.

Buccella, S. &. (28 de Diciembre de 2016). Evaluación geriátrica integral: propuesta de un

modelo de autonotificación del estado de salud. Valencia, España.

Cortés N, A. R. (2011). Evaluación geriátrica transversal de personas mayores mexicanas.

Revista médica de Chile, 725-726.

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