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Independencia
Tras el desencuentro inicial, la España absolutista hizo frente común
con la Francia revolucionaria. Los planes de Napoleón lo cambiaron
todo y desembocaron en la guerra de la Independencia.
HISTORIA Y VIDA
23/11/2018 10:18Actualizado a 12/09/2019 15:05
1. La alianza que salió mal
Antes de que estuviera cerrado el acuerdo que permitía a sus tropas cruzar
los Pirineos como aliados de la monarquía española, las primeras
unidades francesas ya atravesaban el Bidasoa. El número de soldados
imperiales sobrepasaba con mucho los señalados en el tratado. A ello se
añadió, a comienzos de 1808, la entrada de fuerzas galas por la frontera
con Cataluña. Era una invasión en toda regla, pero la monarquía
española no reaccionó.
5. El rechazo a Godoy
Sin embargo, entre las clases populares y en algunos sectores del Ejército
tomaba cuerpo un sentimiento de indignación cada vez mayor hacia
quienes empezaban a contemplar como invasores. A lo largo de ese
mes, los altercados entre hispanos y galos abonaron el terreno para el
estallido de la sublevación madrileña del 2 de mayo contra los franceses.
El motín de Aranjuez.
TERCEROS
7. Los planes del Emperador
En Bayona, Napoleón les hizo saber que sus planes para España pasaban
por el cambio de dinastía: los Bonaparte sustituirían a los Borbones en
el trono. En el castillo de Marracq tuvo lugar una de las páginas más
negras de la monarquía española, con dos de sus reyes, padre e hijo,
acusándose mutuamente ante un soberano extranjero. Finalmente, ambos
renunciaron a sus derechos, por lo que José Bonaparte pudo convertirse en
José I de España. Sin embargo, la mayoría de sus súbditos le consideraron
un monarca impuesto, un intruso. Para los españoles, Fernando VII era
el legítimo rey. De ahí que se dispusieran a tomar las armas por él.