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BOLETÍN DE

SEGURIDAD Nº 061

"PROTEJA SU TRABAJO, SU SALARIO, SU VIDA"


Entre los sucesos más devastadores que se pueden
producir en los lugares de trabajo, los incendios,
registran antecedentes que ocupan uno de los
primeros lugares por la frecuencia en que han
ocurrido, los daños a la propiedad que han originado
y las lesiones personales y muertes ocasionadas.
Todos los años, y en todos los países del mundo, se
producen incendios catastróficos que terminan con el
trabajo, el salario y la vida de muchos empleados.

Los incendios producidos por una causa humana no


pueden ser considerados "acto de Dios" (esto es,
acontecimientos fuera del control del ser humano),
como sí lo son otras catástrofes naturales, tales
como los tsunamis, terremotos e inundaciones. Los
incendios debido a "causas humanas" pueden ser
evitados por "causas humanas". Tan simple como
eso.
En cualquier lugar de trabajo hay muchas fuentes de
ignición que pueden originar un incendio en diversas
situaciones. Sería cosa de nunca acabar tratar de
mencionar todas las fuentes posibles. Una simple colilla
mal apagada, unas cajas de cartón almacenadas
incorrectamente cerca de un calentador o una
herramienta eléctrica cuyo cordón está en malas
condiciones, pueden ser el origen de un incendio.

Los incendios no se previenen tan sólo con aparatos y


tecnologías sofisticadas, sino inculcando en cada
trabajador la responsabilidad necesaria para que hagan
de su parte todo lo posible por no ser la causa de uno.
Al fin y al cabo, cuando se produce un incendio en un
lugar de trabajo las consecuencias más trágicas suelen
recaer sobre el personal. Por esa razón, nadie se
puede permitir el lujo de actuar irresponsablemente con
una fuente de ignición. Cada empleado, desde el
gerente hasta el último empleado, necesita proteger su
trabajo, su salario y su vida. Un solo accidente, quizás
originado por una simple chispa, puede ser la causa
originaria de un incendio devastador.

SEGURIDAD, RESPONSABILIDAD DE UNO, TAREA DE TODOS

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