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entorno digital
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Introducción
El nuevo entorno digital consiste en redes de usuarios conectados globalmente que crean
contenidos y “co-crean” significados junto a las empresas, usando la web como un espacio
de conversaciones multilaterales y flexibles (Clark, 2013). Son ellos mismos los que
generan textos, sonidos e imágenes y los comparten aprovechando la ubicuidad y
disponibilidad permanente de internet. En este espacio la velocidad de respuesta es
vertiginosa. Ya no es posible asumir discursos corporativos uniformes que satisfagan a
una sola audiencia masiva e indiferenciada. La credibilidad es esencial. Pero ella no se
obtiene fácilmente.
Las empresas solían asumir que “comunicar” era distribuir mensajes y órdenes desde la
alta dirección hacia el resto de la organización, los medios, clientes y el resto de la sociedad.
Pero los empleados no siempre comprenden una estrategia corporativa diseñada a puertas
cerradas, los clientes quieren ser escuchados con consideración y respeto, y los demás
stakeholders pueden volverse hostiles ante una empresa autocomplaciente que se
autopromociona pero que daña el medio ambiente o maltrata a sus empleados.
En internet, los mensajes fluyen en sentido bidireccional entre las organizaciones y sus
públicos. Pero también multilateralmente entre las personas. Cualquiera puede grabar
imágenes y difundirlas en pocos segundos, poniendo en evidencia a empresas,
instituciones o gobiernos que tienen comportamientos reprobables. Un ejemplo es la
petición que hizo en 2012 Sarah Kavanagh, una adolescente de Mississippi, para eliminar
el aceite vegetal bromeando de bebidas isotónicas como Gatorade (Pepsi) y Powerade
Los medios sociales digitales integran la tercera fuente de la reputación corporativa que
anunciamos al inicio de este curso: lo que terceros dicen sobre la organización. Su
credibilidad suele ser mayor a los más elaborados discursos corporativos, pese a que
puedan estar rotundamente errados. Su legitimidad y credibilidad radica en la coincidencia
-aparentemente espontánea y desinteresada- de grandes grupos de personas en torno a
un tema o una opinión. En contraste a las teorías convencionales de confianza, los
cibernautas están perfectamente dispuestos a creer lo que dicen perfectos desconocidos,
siempre y cuando estén en el ciberespacio (lo normal es que las personas tengan mayor
confianza con personas que conocen personalmente)1.
1Godoy, S., Labarca, C., Somma, N., Galvez, M., & Sepúlveda, M. (2015). Circumventing Communication Blindspots
and Trust Gaps in Technologically-Mediated Corporate Relationships: The Case of Chilean B2C E-Commerce. Journal
of Theoretical and Applied Electronic Commerce, 10(2), 19-32.
El asunto promete volverse más complicado aún con el futuro desarrollo de la “internet de
las cosas”, o internet de quinta generación (5G), porque implicará no solo conectar a
computadores y celulares a la web sino todos los demás artículos y objetos que integran
nuestra vida cotidiana: automóviles, refrigeradores, vestuario, el hogar, e incluso nuestros
propios cuerpos (si es que se generaliza el uso de chips bajo la piel para hacer pagos
electrónicos o como medio de identificación personal).
Los nuevos medios sociales implican redefinirse ante el entorno. Eso permite adaptar y
mejorar la estrategia corporativa para hacerla más flexible y capaz de responder a este
mundo cambiante y muchas veces impredecible.
Los productos y servicios son fácilmente imitables, y las ventajas competitivas son cada vez
más fugaces. Como advierten García, Nuño, Salas y Suanya (2013), una primera ventaja
del ambiente digital es que contribuye a generar en el cliente una experiencia de consumo
gratificante, que vaya más allá del acto de compra (pasa a ser una experiencia continua –
neverending– reforzada por los comentarios online de otros usuarios, quienes gozan de
mayor credibilidad que los discursos corporativos. Además, permite aprovechar el interés
por participar de las personas y su creatividad para mejorar los productos, servicios y
procesos (crowdsourcing), como lo demuestran Wikipedia, Amazon y otros.
Para sobrevivir en el entorno digital con probabilidades de éxito conviene repasar sus
rasgos esenciales.
• Rapidez y continuidad (always on): la esfera digital funciona las 24 horas del día y
los medios digitales son de muy rápida reacción. No son como los medios
tradicionales de comunicación, que tienen horarios y rutinas estables y conocidas.
Hay un importante desajuste entre personas y organizaciones. El uso que unas y otras dan
a la tecnología digital difiere bastante entre sí, produciendo desencuentros importantes en
las comunicaciones corporativas. En Chile hay poco más de un millón de empresas
registradas en Impuestos Internos, la vasta mayoría Pymes y microempresas con baja
Para los fines de este curso, el punto de partida de una estrategia digital es reconocer que
la conectividad global de internet permite a las personas buscar información que solucione
problemas de su vida cotidiana. Estas búsquedas suelen convertirse en conversaciones
que se “contagian” (viralización) entre amistades y otros grupos de referencia, y que son
amplificadas por influenciadores, personas que cuentan con miles de seguidores online
gracias a que comentan regularmente de manera atractiva sobre alguna área de interés y,
además, gozan de credibilidad ante su comunidad de adherentes. Esa credibilidad proviene
de factores como fama (muchas veces se trata de periodistas o “rostros” televisivos
reconocidos), experticia, ingenio, espontaneidad y/o aparente independencia de presiones
corporativas o gubernamentales. Como se explica en el capítulo siguiente, identificarlos,
seguirlos, delinear sus redes de conversación y analizar sus contenidos es esencial (de
hecho, desde el marketing se ha ido desarrollando una especialización en torno a ellos,
como se comenta en el capítulo siguiente).
Aunque es difícil separar la reputación virtual de la real, porque son caras de la misma
moneda, el ambiente digital tiene dinámicas propias que deben ser atendidas sin perjuicio
de lo que se detalla en los siguientes capítulos. Esto es complementario a las cuatro fases
de la estrategia digital recién mencionadas. Aunque no hay una receta única y universal,
especialistas y consultores dedicados a estas materias, tales como Reputation Enforcement
Inc., recomiendan acciones tales como las siguientes, a partir del portal o sitio web
corporativo:
1. Dar la mayor información posible sobre la organización para que los usuarios
sepan desde un inicio con quiénes se está relacionando, de dónde vienen, qué los
motiva y cómo contactarlos en caso de dudas y consultas. Esto implica poner
especial cuidado en la sección “quiénes somos” y poner los datos de contacto en
un lugar visible (y responder cuando hay alguna pregunta).
Facebook 2167
YouTube 1500
FB Messenger 1300
Whatsapp 1300
WeChat 900
QQ 843
Tumblr 794
Qzone 568
Sina Weibo 376
Twitter 330
4. Para que Google y otros motores de búsqueda resalten el sitio en las primeras
páginas de sus resultados –y así evitar una mala reputación online, además de
aumentar las probabilidades de atraer más clientes, fans o votos– los pasos a seguir
son:
Por supuesto que también se puede pagar para tener un lugar más visible en la sección de
links patrocinados (pagados) de Google y otros motores de búsqueda, pero lo ideal es
emerger naturalmente (“orgánicamente”, en la jerga web) en los listados gracias a una
popularidad genuina. Y aunque se trata de repletar el ciberespacio con comentarios
positivos o favorables, también es necesario mencionar que hay sitios que inflan
artificialmente sus estadísticas de impacto mediante softwares que generan miles de visitas.
Pero además de ser un autoengaño (y un engaño al resto de la comunidad) es un
mecanismo detectable por los propios buscadores. Google modifica regularmente sus
algoritmos de búsqueda para prevenir este problema.
Tal como se dijo antes, todo parte de una propuesta lo suficientemente interesante como
para atraer nuevos participantes de manera espontánea (eso se llama “crecimiento
orgánico”), motivar a los existentes a recomendar el sitio a sus conocidos, monitorear las
discusiones, planificar y ejecutar acciones periódicas de involucramiento (engagement) y
moderar las discusiones. Aunque parezca obvio, esa propuesta surge de la naturaleza
misma del negocio: de ahí la importancia de articular una estrategia de medios sociales
sólida y sustentable en consistencia con lo que en jerga de management se llama la
propuesta de valor. Por ejemplo, si un hotel boutique no reflejase en su sitio web que
ofrece la posibilidad de descansar en un lugar maravilloso, único, a un precio razonable,
los clientes no llegarían. Y si no fuera verdad, tampoco podría sustentarse por mucho
tiempo. Para conseguir que las comunidades participen en las diferentes plataformas
digitales, los especialistas sugieren aprovechar el interés natural de las personas para
auto expresarse y opinar. Esto se puede lograr mediante preguntas dirigidas, aunque
relativamente abiertas, a veces interpelando al usuario u otras a la comunidad como grupo,
las cuales buscan estimular los intercambios entre los participantes2.
Para mantener una comunidad activa, y asumiendo que la propuesta inicial es interesante
para alguien, el community manager debe estar atento de manera continuada y
permanente. Esto requiere una comprensión acabada de las potencialidades de medios
como Twitter, Facebook, YouTube y similares, ya que cada uno tiene sus especificidades.
2
Ver, por ejemplo, http://www.feverbee.com
En resumen
- El nuevo entorno digital consiste en redes de usuarios conectados que usan la web
como un espacio de conversaciones multilaterales y flexibles. Por eso, ya no es
posible asumir discursos corporativos uniformes que satisfagan a una sola audiencia
masiva.
- Los nuevos medios sociales implican redefinirse ante el entorno, para aprovechar el
potencial de los medios digitales y así relacionarse mejor con los distintos públicos
(involucramiento).